EL CULTIVO DE LA GERBERA Es una planta herbácea, vivaz, en roseta, cuyo cultivo puede durar varios años, aunque comercia
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EL CULTIVO DE LA GERBERA Es una planta herbácea, vivaz, en roseta, cuyo cultivo puede durar varios años, aunque comercialmente solo interesa cultivar durante dos o tres, según cultivares y técnicas de cultivo empleadas. 1. Taxonomía y origen 2. Morfología 2.1. Particularidades 3. Requerimientos edafoclimáticos 4. Propagación 5. Técnicas de cultivo 6. Plagas y enfermedades 6.1. Plagas 6.2. Enfermedades 7. Fisiopatías 8. Recolección y Post cosecha 1. TAXONOMÍA Y ORIGEN
Familia
Asteraceae
Género
Gerbera
Especie
G. G. G. G.
Nombre común
Gerbera, Margarita africana
jamensonii viridifolia asplenifolia kunzeana
El género Gerbera comprende numerosas especies descritas, originarias del Sur de África. Entre las especies más comercializadas y extendidas destacan Gerbera jamensonii. La mayoría de las variedades comerciales proceden de hibridaciones entre Gerbera jamesonii y G. viridifolia, y menos frecuentes entre G. asplenifolia y G. kunzeana.
2. MORFOLOGIA Es una planta herbácea, vivaz, en roseta, cuyo cultivo puede durar varios años, aunque comercialmente solo interesa cultivar durante 2 – 3, según cultivares y técnicas de cultivo empleadas.
Sistema radicular: El sistema radicular es pivotante en origen, pero a medida que se desarrolla, se convierte en fasciculado. Está compuesto por gruesas raíces de las que parten numerosas raicillas. Hojas: Sus hojas crecen en forma de roseta. Son lanceoladas, de unos 40cm aproximadamente y lobuladas (hendidas en los bordes). Presentan un peciolo alargado, del que de algunos de ellos evolucionarán los brotes florales que van a da lugar a una inflorescencia terminal en capítulo. Flores: Las flores se desarrollan en una inflorescencia terminal en capítulo. Dicho capítulo está formado por: 1) flores liguladas compuestas por varias filas concéntricas de flores femeninas desde el exterior hacia el interior (normalmente una fila de flores hermafroditas no funcionales) y 2) flores de disco
masculinas
dispuestas
sobre
un
receptáculo
en
la
parte
central
de
la
inflorescencia.
Las flores liguladas son de forma y espesor variables y de una amplia gama de colores, según cultivares. Las flores de disco son generalmente de color claro (amarillo,
verde),
aunque
existen
variedades
de
disco
negro.
El pedúnculo que sustenta a la inflorescencia puede ser de distintos grosores, y su longitud depende del cultivar y de las condiciones medioambientales existentes. Fruto: El fruto es un aquenio, acostillado, con coloración marrón claro/oscuro, en cuyo extremo posterior presenta un conjunto de vellosidades, lo que facilita su diseminación. Cada fruto contiene una semilla.
2.1. PARTICULARIDADES En la clasificación varietal de la gerbera se tienen en cuenta una serie de factores como son 1) color de la inflorescencia, 2) si son simples, semidobles o dobles y 3) el número, disposición y tamaño de las coronas de flores liguladas. También se pueden clasificar en función del color de la parte central de su inflorescencia, distinguiéndose entre gerberas de corazón negro o de corazón verde.
-Gerbera de color rosa. Fotografía: Alias 059
- Gerbera de color rojo. Fotografía Alias 0591
Existe una enorme cantidad de cultivares distintos, con múltiples apariciones nuevas en el mercado año tras año. En el cuadro siguiente se recogen los cultivares de mayor importancia económica y sus principales características.
Características de los principales cultivares de gerbera Cultivar
Forma
Color
Terrafame
Sencilla
Amarillo
Rosamunde
Sencilla
Rosa
Nova
Sencilla
Lila-rosa
Fleur
Sencilla
Rosa oscuro
Fredigor
Semidoble
Rosa
Delphi
Sencilla
Blanca
Joyce
Sencilla
Blanca
Lucay
Semidoble
Rosa
Hildegard
Semidoble
Rosa pálido
Pascal
Semidoble
Rojo
Eoliet
Doble
Rosa
Sonia
Semidoble
Rosa
Tamara
Doble-C. negro
Amarillo
Terraregina
Doble
Rosa
Beauty
Sencilla
Roja
Cora
Sencilla
Roja
María
Doble
Blanca
Jura
Sencilla
Blanca
Mirage
Doble
Naranja
Roma
Sencilla
Rosa
Michelle
Sencilla-C. negro
Naranja
3. REQUERIMIENTOS EDAFOCLIMÁTICOS Temperatura: La temperatura ambiental influye en la emisión de hojas, crecimiento de éstas y precocidad de la floración. Por otro lado, la temperatura del suelo ejerce un efecto positivo sobre el diámetro de la flor y la longitud del pedúnculo. La gerbera se puede cultivar en un rango de temperatura comprendido entre 1035ºC, siendo el óptimo de 15-25ºC. No obstante, las temperaturas más adecuadas para el cultivo de gerbera son:
25ºC durante el día y 20ºC por la noche, desde el trasplante hasta que se inicia el periodo vegetativo.
28ºC día y 20ºC noche, son las temperaturas más adecuadas en épocas de elevada luminosidad.
18ºC día y 12ºC noche, en periodos de baja luminosidad.
14ºC día y 12ºC noche, temperaturas mínimas que no producen alteraciones en el comportamiento del cultivo.
16-18ºC en el suelo durante el invierno.
14ºC en el suelo, temperatura mínima que no produce alteraciones en el comportamiento del cultivo.
Las altas temperaturas en el momento de la plantación y arraigue pueden producir desequilibrios entre la parte aérea y las raíces de la planta, sobre todo en suelos pesados, en los que el desarrollo de estas es más lento. Las bajas temperaturas en invierno pueden provocar malformaciones y abortos florales debido a deficiencias fotosintéticas y a la baja absorción de minerales a nivel de raíz. Las temperaturas estivales influyen sobre la depresión en la producción que se aprecia el segundo año de cultivo.
Humedad: El rango óptimo de humedad relativa oscila entre el 75-90%. Valores superiores de humedad relativa pueden favorecer el desarrollo de enfermedades como Botrytis, además de provocar manchas y deformaciones en las flores durante el invierno. Humedades relativas bajas (próximas a 40%), pueden afectar a la calidad de las flores dando lugar a tallos cortos y débiles, además de favorecer la presencia de plagas como el minador de hoja, trips, ácaros y pulgones. Las oscilaciones bruscas de humedad entre el día y la noche y entre diferentes periodos, pueden afectar a la calidad de la flor, disminuyendo su vida útil. Luz: La gerbera se considera una especie indiferente al fotoperiodo. No obstante, la luz influye sobre la emisión de brotes laterales que darán lugar a nuevas flores. El número de brotes laterales aumenta cuando la planta se desarrolla en condiciones de día corto. Un mayor número de brotes laterales en el momento de la antesis de la primera
flor,
incrementa
la
producción
total
de
la
planta.
La intensidad lumínica también influye en el diámetro del pedúnculo floral, el color y la tonalidad de las flores, de tal forma que cuanto mayor es el nivel de radiación fotosintéticamente activa (PAR), mayor es el número de flores a obtener. Épocas de elevada intensidad lumínica (primavera y verano), acompañadas de altas temperaturas, pueden dar lugar a un fuerte crecimiento vegetativo y a una disminución de la calidad de la producción. Por ello, resulta conveniente sombrear el cultivo mediante la utilización de mallas, el encalado de techos o mediante la combinación de ambos sistemas. Se recomienda llevar a cabo dichas labores cuando la
intensidad
lumínica
oscila
alrededor
de
los
60000
lux.
En países donde la intensidad lumínica en invierno es baja (como ocurre en Holanda),
se
requiere
de
la
aportación
de
luz
artificial.
Una deficiencia de intensidad lumínica puede reducir la emisión de brotes laterales
y favorecer el desarrollo excesivo y débil del tallo floral, reduciendo asi la calidad de la flor. Sustrato: Esta planta prefiere suelos ligeros, profundos (debido a su sistema radicular pivotante), ricos en materia orgánica (la cual debe estar bien fermentada para evitar la presencia de enfermedades y quemaduras en el sistema radicular) y con buena capacidad de drenaje y aireación. El pH debe oscilar entre 5,5-6,5 para la correcta asimilación de micronutrientes. Un pH alto (pH>7) puede causar problemas en la asimilación de manganeso y hierro. Por el contrario, un pH demasiado bajo (pH