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CAPITULO XI TRANSLABORACION (Working through) Tomado de Sandler J. y otros, Ediciones Paidós, 1986, p. 105-111 El trata

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CAPITULO XI TRANSLABORACION (Working through) Tomado de Sandler J. y otros, Ediciones Paidós, 1986, p. 105-111

El tratamiento psicoanalítico comparte con otras formas de psicoterapia el propósito de producir cambios duraderos en el paciente. Al igual que otras formas terapéuticas que buscan la “comprensión" (insight), el análisis hace uso de interpretaciones y otras intervenciones verbales (véase capítulo X). Estas se dirigen a hacer conscientes los contenidos y procesos inconscientes. Sin embargo, desde los comienzos del psicoanálisis se ha sostenido que "hacer consciente lo inconsciente" y la obtención de "la comprensión" (insight) no son suficientes, en el curso ordinario de los acontecimientos, para efectuar un cambio fundamental en el paciente. En contraposición a los procedimientos que se sirven de la hipnosis y de la abreacción masiva (catarsis) el método psicoanalítico depende para su éxito de un número de elementos adicionales, algunos de los cuales ya han sido examinados en los capítulos anteriores, particularmente la alianza de tratamiento (capítulo III), la: transferencia (capítulos IV y V) y el análisis de las resistencias (capítulo VII). El propósito del presente capítulo es el de examinar aquellos factores de la situación de tratamiento psicoanalítico que han sido agrupados bajo el título de "translaboración". Aunque Freud había usado términos tales como "desgastarse" y "repasar" en sus escritos primeros psicoanalíticos (1895), el concepto clínico de translaboración fue introducido en uno de seis artículos sobre técnica (1914a). En él Freud señaló que la meta del tratamiento durante la primera fase del psicoanálisis consistía en e recuerdo del hecho traumático patogénico que se suponía yacía detrás de la neurosis y la abreacción del afecto acumulado que estaba asociado con este hecho. Con el abandono de la hipnosis la tarea terapéutica se transformó en una que buscaba recobrar contenidos significativos olvidados a través de las asociaciones libres del paciente, lo que necesitaba de un "gasto de trabajo" por parte de éste, debido a su resistencia a descubrir lo que estaba reprimido. Este recordar hechos significativos cedió su primacía a la repetición de éstos en forma de transferencia y de acting out (véase capítulo IX). A estas alturas se consideraba que el trabajo analítico estaba dirigido en gran parte hacia la interpretación de las resistencias del paciente y a mostrarle a éste cómo el pasado se repite en el presente. Sin embargo, aun cuando el analista haya descubierto una resistencia y la haya mostrado al paciente, esto por sí solo no hará progresar el tratamiento. "Se debe permitir al paciente tiempo para llegar a familiarizarse con su resistencia, con la 1

que ha trabado conocimiento, para trabajar a través de ella, NT1 para superarla mediante la continuación del trabajo analítico, a despecho de ella, de acuerdo con la regla fundamental del análisis . . . Esta translaboración de las resistencias puede en la práctica tornarse en una ardua tarea para el sujeto en análisis y en una prueba para la paciencia del analista; con todo, ello es un parte del trabajo que produce los mayores cambios en el paciente y que distingue al tratamiento analítico de cualquier otra clase de tratamiento sugestivo" (Freud, 1914a). Aunque Freud diferenció más tarde distintas fuentes de resistencia (1926), él vinculó la necesidad de emprender un trabajo elaborativo con una forma particular de resistencia que emanaba de la "compulsión a la repetición" (1920), y la llamada "resistencia del ello" (1926). Esto puede ser visto como un reflejo de la "oposición" de los impulsos instintivos a desligarse de sus objetos y modos de descarga anteriores (1915a y b). Freud (tomando prestado un término de Jung) también escribió sobre "inercia psíquica" (1918), "adhesividad" (1916-17) y "pereza o pesadez" (1940) que se refería a cualidades de la libido que la hacía operar en contra de la mejoría. 1 En 1937 relacionó la "inercia psíquica" a factores constitucionales y al envejecimiento (1937a). Se pensó que el envejecimiento hacía al proceso analítico menos efectivo, de modo que la avanzada edad de una persona, es considerada por muchos analistas como una contraindicación al tratamiento psicoanalítico (Tyson y Sandler, 1971). Así, para Freud la translaboración representaba el trabajo empleado (por ambos, analista y paciente) en superar las resistencias al cambio debidas a la tendencia de los impulsos instintivos a apegarse a los patrones de descarga acostumbrados. La translaboración representaba un trabajo analítico adicional a aquel implicado en el descubrimiento de conflictos y resistencias; la comprensión (insight) intelectual sin translaboración no fue considerada como suficiente para la tarea terapéutica, puesto que la tendencia a la repetición de los modos de funcionamiento previos persistía. Desarrollos de la teoría psicoanalítica posterior a Freud han afectado el concepto en varias formas, de modo tal que algo de su simplicidad descriptiva original se ha perdido. En efecto, Novey ha escrito (1962) sobre "nuestro fracaso en comprender el proceso de la translaboración"; más recientemente Bird (en Schmale, 1966) ha expresado el punto de vista de que no existe necesidad alguna para usar tal término. Si n embargo, el término continúa siendo usado ampliamente y es tenido en general como un concepto psico analítico clínico, o técnico, básico. Fenichel (1935, 1937, 1941) veía la translaboración como una actividad del analista más bien que de ambos, analista y paciente, y se refería a ella como un "tipo especial de interpretación". Señaló que el paciente iba a mostrar, repetidamente, resistencia a darse cuenta del material inconsciente que le había 2

sido interpretado previamente y que el trabajo de interpretación debía ser repetido, aun cuando el proceso podría transcurrir ahora con mayor facilidad y rapidez que antes; mientras que a veces, exactamente el mismo cuadro puede reaparecer en el paciente, otras veces pueden ocurrir variantes en contextos diferentes. "El proceso que requiere demostrar al paciente una misma cosa una y otra vez, en momentos diferentes y en conexiones diferentes es llamado, siguiendo a Freud, "translaboración` (1941). Es de interés hacer notar que aunque Fenichel reduce el concepto de Freud al restringir la translaboración a un tipo de interpretación, lo amplía al relacionarlo con la resistencia al cambio tanto del yo como del superyó. Aun más, de acuerdo con otros autores, prosigue a comparar la translaboración al proceso de duelo. "Una persona que ha perdido a un amigo debe tener presente en todas las situaciones que se lo recuerden, que ya no lo tiene, y que es necesaria una renuncia. La concepción de este amigo está representada en muchos complejos de recuerdos y deseos, y la separación del amigo debe tener lugar separadamente en cada complejo" (1941) . Fenichel siguiendo a Freud (1914a), consideró que la translaboración daba como resultado la liberación de pequeñas cantidades de la "energía" ligada a la representación. En este sentido e s similar a la abreacción, aunque opuesto a la abreacción masiva única. Al mismo tiempo habló de la interpretación como si tuviera el efecto de "educar al paciente para producir permanentemente derivados menos distorsionados…". Desde Fenichel aquello que podría ser llamado al aspecto "microabreactivo" de la translaboración ha recibido relativamente poca atención; en cambio el aspecto del "aprendizaje" ha pasado a un primer plano. Posteriormente algunos autores han destacado la búsqueda (a menudo laborio sa) de las ramificaciones de un conflicto en las diferentes áreas de la vida del paciente como lo fundamental de la translaboración. Como dice Fromm-Reichmann:"...cualquier comprensión, cualquier nuevo elemento para lo consciente por una clarificación interpretativa tiene que ser reconquistado y probado una y otra vez en nuevas conexiones y contactos con las experiencias con que está entrelazado y que serán o no serán abordadas interpretativamente de acuerdo con sus propios méritos" (1950). En 1956 Greenacre señaló la importancia de la translaboración en aquellos casos en los cuales un hecho traumático de la infancia ha tenido efectos sobre diferentes áreas de la personalidad: "Desde el principio se reconoció que si los recuerdos infantiles eran recuperados demasiado pronto, o actuados en la transferencia y no eran interpretados adecuadamente, la abreacción podría ser considerable en el momento, pero carecería de efectos duraderos. En tales casos la translaboración no había sido necesaria para recuperar los recuerdos, pero se hacía esencial para mantener cualquier efecto terapéutico -no para 3

disminuir la resistencia y alcanzar el recuerdo, sino para demostrar una y otra vez al paciente el trabajo de las mismas tendencias instintivas en diversas situaciones de su vida". Greenacre comenta que: "el conflicto defensivo queda de alguna manera estructurado, a menos que sea trabajado en forma repetida y en conexión con sus efectos en variadas situaciones". Ella sugiere, también, que el creciente énfasis en el análisis de los mecanismos de defensa ha llevado al "reconocimiento de la necesidad de un trabajo fi rme con los patrones de defensa... Esto ha tomado mucho de lo que anteriormente hubiera sido atribuido a la translaboración". En el mismo año Kris (1956) señaló que el trabajo interpretativo lleva eventualmente a la reconstrucción del pasado del paciente y que uno de los aspectos de la translaboración consiste en la necesidad de aplicar estas reconstrucciones a distintas áreas y niveles del material. En relación con esto hay un punto más general, señalado por Loewald (1960), quien ve el análisis como un proceso que lleva a cambios estructurales en el paciente . 2 Mas, "el analista estructura y articula... el material y las producciones ofrecidas por el paciente. Si una interpretación de un significado inconsciente es adecuada al momento, las palabras con que es expresado este significado son reconocidas por el paciente como expresiones de lo que él vivencia; ellas organizan para él lo que previamente estaba menos organizado y de esa manera le proponen aquella "distancia" de sí mismo que le permite entender, ver, poner en palabras y "manejar" aquello que previamente no era visible, ni comprensible, ni decible, ni tangible ... El analista funciona como representante de una etapa de organización más elevada y media entre ella y el paciente, siempre y cuando la comprensión del analista esté sintonizada con aquello que está -y en la forma en que estáen necesidad de organización". 3 Novey (1962), en un convincente examen de la translaboración, considera las dificultades que rodean al concepto y sugiere la existencia de factores que operan entre el analista y su paciente, que equivalen a la translaboración y que el psicoanálisis tiene en común con otras terapias. Estos factores (técnicas de apoyo, etcétera) obran y parecería que son necesarios por encima del dar interpretaciones correctas. Novey comenta que la translaboración ocurre fuera de la sesión analítica: `muc ho de aquello que podríamos considerar como translaboración propiamente dicha, se refiere al tiempo empleado en vivenciar y volver a vivenciar, en términos tanto intelectuales como afectivos, de manera que se pueda producir un cambio constructivo". Una afirmación similar es hecha por Valenstein en relación con el "trabajo" que puede proseguir después que el análisis ha terminado. "Como la translaboración continúa con prontitud durante la interminable fase de trabajo autoanalítico que sigue a la conclusión del análisis

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en su aspecto formal, estos nuevos patrones de acción así como nuevos patrones de pensamiento y afecto desarrollan un creciente grado de estructuración" (Valenstein, 1962). Stewart (1963) y Greenson (1965b) se adhieren al punto de vista de Freud, de que la translaboración está primariamente dirigida contra la "resistencia del ello". A pesar de esto, Greenson llega a una definición de translaboración centrada alrededor de la comprensión y del cambio: "no consideramos el trabajo analítico como translaborativo antes de que el paciente tenga comprensión, solamente después. La meta de la translaboración es hacer efectiva la comprensión, por ejemplo, hacer cambios significativos y duraderos en el paciente ... El trabajo de la translaboración es el análisis de aquellas resistencias que impiden que la comprensión lleve al cambio. Ambos, analista y paciente, contribuyen a esta labor". Y agrega: "La translaboración es esencialmente la repetición, profundización y extensión del análisis de las resistencias". La pérdida de la nitidez del concepto que estamos tratando parece que fuera consecuencia de la falta de muchos autores psicoanalíticos de mantener una clara di ferenciación entre la translaboración como descripción de una parte importante del trabajo terapéutico psicoanalítico y los procesos psicológicos que dan lugar a la translaboración y que la siguen. La "ardua tarea" para el sujeto y la "prueba de paciencia" para el analista (Freud, 1914x) de cubrir el mismo terreno una y otra vez, buscando las ramificaciones de los impulsos, conflictos, fantasías y defensas inconscientes cuando éstas aparecen y reaparecen en el material del paciente, parece que es la esencia de la translaboración. Esta descripción del concepto sería probablemente aceptable para la mayoría de los psicoanalistas, pero el desacuerdo parece nacer tan pronto el concepto es ampliado. Estos desacuerdos reflejan las diferentes orientaciones teóricas que existen dentro del psicoanálisis y el énfasis puesto sobre diferentes aspectos del funcionamiento mental durante diferentes etapas en la historia de la teoría psicoanalítica. Freud tuvo cuidado en distinguir entre la translaboración, los factores que se pensó la hacían necesaria (la resist encia del ello) y los resultados a los que, se consideraba, ella daba lugar (cambios cuya permanencia era mayor que aquellos obtenidos por sugestión o abreacción). Sin embargo, autores tales como Greenacre (1956) han opuesto, aparentemente, los aspectos repetitivos del análisis de los patrones defensivos a la translaboración. De manera similar Greenson (1965h) ve a la translaboración como el resultado de "muchos procedimientos efectuados simultáneamente por el analista y el paciente . . .", pero al mismo tiempo lo restringe al análisis de aquellas resistencias que impiden a la comprensión producir un cambio. Parecería útil conservar la translaboración como un concepto clínico esencialmente descriptivo; ha sido vista como una parte necesaria del proceso terapéutico psicoanalítico y está relacionada con la 5

necesidad de superar resistencias de cualquier origen. Sin embargo, la incapacidad del paciente para cambiar a raíz de la interpretación o la comprensión puede deberse a otros factores que a la resistencia . 4 Es pertinente, en relación con esto, tomar en cuenta la necesidad de reforzar y recompensar para lograr el aprendizaje (incluyendo el aprender a través de la comprensión) y lograr la formación de nuevas estructuras y la inhibición o extinción de las antiguas (Sandler y Joffe, 1968). Tal aprendizaje y modificación de estructuras no sería una parte de la translaboración sino su consecuencia. Tal vez valga la pena comentar que los autores psicoanalíticos sostienen uniformemente que a pesar de que la translaboración es una parte esencial del proceso psicoanalítico, la interpretación del contenido mental inconsciente y de las repeticiones transferenciales, juntamente con la obtención de la comprensión, son igualmente vitales. Así, cualquier técnica que no haga uso de todos estos procedimientos no sería considerada como psicoanalítica. Sin embargo, con esto no se pretende decir que la translaboración no puede desempeñar un papel en otras formas de terapia, en especial en aquellas que entrañan un elemento de "reentrenamiento" o "reeducación".

NOTAS 1 Estos términos reflejan el concepto de Freud sobre los impulsos instintivos en términos de una energía que puede estar liga da a representaciones mentales particulares, en especial a aquellas correspondientes a objetos amorosos infantiles. Esta conceptualización ha sido atacada en los últimos años (por ejemplo, Rosenblatt y Thickstun, 1970). 2 El término "estructura" es usado en la bibliografía psicoanalítica para referirse específicamente al trío ello, yo y superyó, pero se usa actualmente en forma más generalizada para designar "organizaciones psicológicas cuya tasa de cambio es lenta". 3 La formulación de Loewald sobre este aspecto de la función del analista nos permite considerar el marco del trabajo teórico y la técnica del terapeuta, no desde el punto de vista de si está "errado" o "en lo cierto", sino si es Útil en el sentido descripto 4 El concepto de resistencia es otro ejemplo de un concepto descriptivo al cual se le ha dado poder explicativo. Hemos destacad o previamente la necesidad de distinguir entre forrnas y fuentes de resistencia y en relación con las últimas hemos sugerido que la así llamada "resistencia del ello" es una instancia especial de la resistencia más generalizada a renunciar antiguas soluciones a daptativas (incluyendo síntomas neuróticos) debido a la necesidad de "desaprendizaje" o extinción (véase capítulo VII).

NOTAS DEL TRADUCTOR

NT1 Los autores citan la traducción inglesa de la obra en la cual se utiliza " to work through it", expresión idiomática que tiene el sentido de trabajar algo al revés y al derecho. [T.]

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