2Do. Informe De Gobierno

2do. INFORME DE GOBIERNO 2000 C. JUAN S. MILLÁN LIZÁRRAGA Gobernador Constitucional del Estado de Sinaloa. Culiacán R

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2do. INFORME DE GOBIERNO

2000

C. JUAN S. MILLÁN LIZÁRRAGA Gobernador Constitucional del Estado de Sinaloa.

Culiacán Rosales, Sin., noviembre de 2000.

Ciudadano Presidente del Honorable Congreso del Estado, diputado Jorge Quevedo Segura; ciudadano Presidente del Supremo Tribunal de Justicia del Estado, Lic. Jorge Romero Zazueta; ciudadanos diputados de la Quincuagésima Sexta Legislatura del Honorable Congreso del Estado; muy estimados amigos ex-gobernadores del Estado de Sinaloa. Agradezco la presencia del Gobernador del Estado de Sonora, mi estimado amigo Armando López Nogales. (Aplausos). Gracias por su presencia señor representante del Gobierno del Estado de Coahuila, (aplausos); representantes del Honorable Congreso de la Unión, Senadores de la República y Diputados Federales, amigos Presidentes Municipales, señores Jefes Militares y Navales, señoras, señores, sinaloenses: Una de las tradiciones republicanas que más nos honran y nos dignifican como nación, es la de cumplir el mandato de informar al pueblo, sobre las acciones que realiza su gobierno. Es por ello, que en cumplimiento a lo dispuesto en el Artículo 40 de la Constitución Política del Estado Libre y Soberano de Sinaloa, acudo ante esta representación popular, para hacer entrega de un informe escrito sobre la situación que guarda la administración estatal a mi cargo. (Hace entrega del informe al diputado Presidente del Congreso, Jorge Quevedo Segura) En este documento damos cuenta de lo que hemos hecho a lo largo del presente año. Mencionamos las acciones emprendidas y sus principales resultados; pero también señalamos con precisión los problemas, las limitaciones y las insuficiencias que hemos tenido. Llegamos a este acto con un informe que ya es ampliamente conocido, incluso por los propios señores diputados. A lo largo de las últimas semanas, funcionarios de mi gobierno públicamente presentaron diversos balances sobre el área de su responsabilidad. Acudieron a los diversos medios de comunicación para exponer el resultado de su trabajo, y para que éste sea conocido y evaluado por la sociedad. De igual manera, recientemente se dio a conocer una evaluación detallada sobre los avances en la ejecución del Plan Estatal de Desarrollo, durante sus dos primeros años de vigencia.

Podrán ustedes constatar, que no pretendemos ocultar nada, mucho menos tratar de distorsionar los hechos. Tampoco expresamos falsos triunfalismos, ni pretendemos atraer elogios fáciles. Pero si quiero decirlo con claridad: éste es un informe que da cuenta de la nueva realidad que ahora vive Sinaloa. Una nueva realidad que diversos sectores aún no asimilan y que debemos difundir con mayor intensidad.

Hago una respetuosa exhortación a los ciudadanos diputados, a los representantes de organizaciones sociales y productivas, a las instituciones educativas, para que analicen a profundidad el contenido de este informe. Necesitamos conocer y apreciar el esfuerzo que, como sociedad, estamos haciendo por nosotros mismos. Necesitamos reafirmar la confianza en nuestra propia capacidad transformadora, y en la certidumbre con que estamos construyendo nuestro futuro. Este es momento para dejar atrás viejas concepciones que han perdido vigencia; de superar arraigos pesimismos, y sobre todo de hacer a un lado la apatía que obstaculiza la obtención de mayores logros. En el presente que hoy tenemos, no hay más de lo mismo: ¡Sinaloa es ahora diferente! Contamos con una ciudadanía más participativa en los asuntos públicos; con un sector privado comprometido con el desarrollo, y con un gobierno que actúa con responsabilidad y visión de progreso. La unidad que hoy nos caracteriza como sociedad, es el factor que ha permitido alcanzar muchos de los objetivos que desde un principio nos propusimos. Al igual que el año pasado, hoy también acudí a este recinto legislativo con el propósito de escuchar, con todo respeto, la posición y los planteamientos de las diversas fracciones parlamentarias. Lo hago convencido de que necesitamos dignificar el papel de la política; de que debemos aprender a escuchar, a comprendernos, a ser tolerantes entre nosotros, para situar

siempre a Sinaloa como un objetivo muy superior, por encima de cualquier tipo de controversia política que podamos tener. (Aplausos) Lo hago también como una muestra de respeto y de reconocimiento a la estrecha coordinación que debe prevalecer entre los tres poderes del estado, y de éstos con la ciudadanía. Sólo la unidad de acción, sólo la verdadera cohesión social, nos permitirá aprovechar las oportunidades que ofrece la nueva realidad de Sinaloa. Desde un inicio definimos una estrategia de gobierno estructurada en cuatro vertientes: recuperar la seguridad pública, mejor calidad de vida, desarrollo económico con más empleos y llevar a cabo una nueva forma de gobierno. Me voy a permitir comentar los aspectos más relevantes sobre estos temas, reiterando la solicitud de que se analice el contenido del informe que acabamos de entregar a esta Legislatura.

Seguridad Pública: Comparto los señalamientos que ha expresado la ciudadanía a través de los diversos medios de comunicación.

El problema más arraigado y complejo que enfrentamos los sinaloenses es el de la seguridad pública. Ciertamente, en este renglón necesitamos ofrecer mejores resultados. Soy el primero en admitirlo, y así se lo he expresado a mis colaboradores. (Aplausos) Pero ya es momento de abordar este asunto con mayor claridad. Tenemos que hacerlo trascendiendo los lugares comunes; propiciando una reflexión que sea realmente de beneficio colectivo. Muchas veces los asuntos relacionados con la inseguridad pública no tienen suficiente contrapeso en la opinión ciudadana, ni en los medios de comunicación. Hay que mencionar con claridad que del tema de la violencia, algunos han hecho un culto obsesivo e interesado. Pareciera que la vida de Sinaloa se refleja sólo en la página roja; que únicamente se manifiesta en el quehacer destructivo de los criminales.

Este auto-flagelo, genera una imagen injusta y desproporcionada de nuestra entidad, y de nosotros mismos como sinaloenses. Quiero afirmar, reiterar de manera muy categórica, que somos personas limpias; somos gente honesta; somos gente de trabajo. Sin desconocer los problemas y sin ocultar rezagos, debemos poner las cosas en su correcta dimensión, a la hora del recuento delictivo tenemos que ser más honestos con la verdad, más objetivos con los hechos. Debemos darnos cuenta de que cuando magnificamos las cosas, cuando difundimos únicamente lo negativo, estamos inhibiendo múltiples inversiones y cancelando oportunidades de desarrollo. Necesitamos dejar atrás actitudes que a nadie sirven. Debemos superar ese afán permanente y obcecado que trata de debilitar la credibilidad ciudadana en la autoridad. En Sinaloa no existen conflictos étnicos o religiosos; tampoco manifestaciones de violencia política. El problema está acotado a la inseguridad pública, y en esto estamos trabajando de manera decidida. El problema de la inseguridad lo podemos resolver haciendo causa común, más allá de ideologías o intereses personales. Debemos entender que el crimen organizado y la delincuencia no saben de posicionamientos políticos; y que se manifiestan en toda la geografía del país sin reconocer fronteras o colores partidistas. Como autoridad estatal conozco la magnitud y la complejidad de este problema. Por eso trabajamos para reponer el tiempo perdido y hacer frente a los rezagos aún existentes. Estamos respondiendo con mayor eficacia al reto que nos plantea una delincuencia prolífica en sus formas de acción; altamente organizada; equipada con moderno armamento y sofisticados sistemas de comunicación.

Como gobierno, destinamos cuantiosos recursos humanos y financieros para enfrentar el delito y la criminalidad.

Para contrarrestar la corrupción y mejorar la eficacia de todos los cuerpos policiacos, hemos aumentado los salarios e intensificamos los programas de capacitación a través del instituto estatal de ciencias penales y seguridad pública. Con la inauguración de la academia regional de seguridad pública del noroeste, estamos a la vanguardia nacional en materia de capacitación policíaca, y desde el pasado mes de junio opera en Sinaloa una base regional de la policía federal preventiva. Con fuertes inversiones también estamos modernizando la red estatal de telecomunicaciones para la seguridad pública. Para enfrentar la criminalidad que más nos lastima, hoy refrendo nuestra decisión; contaremos en el estado con los cuerpos policiacos de calidad, debidamente equipados, y con los mejores especialistas contra el secuestro. Los resultados hasta ahora obtenidos no son todavía los que necesitamos, pero aún así son favorables porque estamos revirtiendo la tendencia de muchos años. Con estadísticas que toda persona puede revisar; con cifras que están a disposición de cualquier organismo social, puede verificarse que los principales hechos delictivos vienen disminuyendo. A nivel nacional, los datos sitúan a Sinaloa como uno de los cinco estados con menor índice delictivo, considerando el número de delitos respecto al número de habitantes. Los homicidios dolosos han disminuido en 23 por ciento; el robo bancario en 40 por ciento; el robo de vehículos en 15 por ciento y el abigeato en 20 por ciento. Las órdenes de aprehensión libradas se incrementaron en un 24 por ciento, y los autos de formal prisión en 25 por ciento. Sin embargo, debemos admitir que el secuestro registra un marcado repunte, pero ya lo estamos enfrentando de manera muy decidida y profesional. Pero no estamos satisfechos, seguiremos trabajando con mayor intensidad y canalizaremos todos los recursos que sean necesarios, para que los resultados en términos estadísticos coincidan también con la percepción que la ciudadanía tiene respecto a la seguridad pública. Sé bien que de poco sirve hablar de disminución de índices, cuando la sociedad continúa sintiéndose lastimada; cuando los ciudadanos y las familias no tienen la tranquilidad que necesitan.

Este es un problema complejo que no podemos corregir sólo con programas policíacos y actos de autoridad.

Para recuperar la seguridad pública es indispensable fortalecer los valores sociales y renovar el compromiso ciudadano, para hacer cada uno lo que nos corresponde. Es por eso que seguiremos haciendo un gran esfuerzo colectivo para difundir, todos los días, el respeto por las leyes y por valores como el trabajo, la honestidad, el aprecio por la vida y la responsabilidad personal. En Sinaloa ya es tiempo de que, como ciudadanos, acotemos esa cultura de excesiva tolerancia hacia la delincuencia y la ilegalidad; ya es tiempo que todos contribuyamos a recuperar la confianza y la paz que requerimos en nuestra convivencia diaria. El compromiso es único e irrenunciable: no vamos a descansar hasta que el delito y la impunidad lleguen a su mínima expresión. Cuando me corresponda entregar el mando a las futuras autoridades, ustedes me juzgarán: la delincuencia ya no será el principal problema del estado; si el asunto que más incertidumbre y preocupación genere entre los sinaloenses.

Desarrollo Económico con más Empleos:

En Sinaloa existe ahora una nueva realidad económica. Juntos, sociedad y gobierno, estamos haciendo un gran esfuerzo por reactivar y diversificar la estructura productiva y para ofrecer mayores oportunidades, sobre todo a los jóvenes. Trabajamos con un propósito estratégico muy preciso, que ya nos está permitiendo remontar inercias y construir un nuevo escenario económico. Durante la década de los noventas, los problemas, las radicales transformaciones de la economía y la política nacional, nos impactaron de manera adversa. El ritmo de crecimiento de la agricultura sinaloense se desplomó; el sector social de la pesca perdió rentabilidad y expectativas; se desmanteló una buena parte de la agroindustria local; y nuestro turismo de playa perdió competitividad.

Como resultado, disminuyó el crecimiento económico de Sinaloa, se rezagó el empleo y nos desfasamos con relación a la dinámica nacional. Desde el inicio de nuestro gobierno, definimos una estrategia integral y más resuelta, para hacer frente a este problema estructural. Afortunadamente, hoy tenemos indicadores que reflejan los primeros resultados; existen nuevas tendencias que prueban la eficacia de nuestras acciones. Durante los últimos dos años, fortalecimos la unidad y el trabajo conjunto con todos los organismos agrícolas de Sinaloa. Sin temor alguno, levantamos la voz y desde nuestro estado, hemos demandando un cambio de fondo, en la actual política nacional.

Esta no ha sido una simple posición retórica y lo hemos demostrado con hechos, con acciones palpables que todos podemos apreciar. Este año, como resultado de nuestra movilización y por el peso de nuestros argumentos, el presupuesto federal en apoyo a la comercialización agrícola, contempló un incremento de 130 por ciento. Porque la razón política y la capacidad productiva la tenemos de nuestro lado, somos el estado de la república que mayores apoyos ha recibido. El campo sinaloense recibió recursos por un monto de 2 mil 293 millones de pesos, cifra que es 50 por ciento superior a los recursos aportados por los gobiernos federal y estatal durante 1999. Por primera vez en muchos años, los sobreprecios para el maíz y frijol; permitieron que el ingreso de los productores creciera a la par de la inflación; que la rentabilidad ya no siguiera disminuyendo. Las expectativas ahora son mejores, para este ciclo agrícola otoño-invierno, no tendremos problemas de falta de agua, y se ha garantizado que, además de maíz y trigo, también habrá apoyos para cártamo, sorgo y algodón. En la entidad seguiremos respaldando a los ganaderos para que logren mayores avances en la reconversión productiva y en el mejoramiento genético.

Pesca y minería son actividades que aún no han podido ser reactivadas para aprovechar todo su potencial, pero estamos trabajando para instrumentar una estrategia de promoción mucho más agresiva en estos sectores. A las próximas autoridades federales, demandaremos la atención especial que merecen el sector social de la pesca y la minería; y que concluyan esas políticas que sólo han marginado a las comunidades ribereñas y serranas. Sin abandonar las actividades tradicionales, estamos construyendo nuevos horizontes productivos y promoveremos con firmeza nuestra diversificación productiva. Sinaloa ya tiene una estrategia económica, consistente y de largo plazo, con una frecuencia que no habíamos tenido durante muchos años, se están recibiendo crecientes inversiones en los municipios. En los dos primeros años de mi gobierno, se han instalado 96 nuevas empresas, con una inversión de 242 millones de dólares. En este rubro casi llegamos al 100 por ciento de la meta que inicialmente nos propusimos para todo el sexenio. En el centro de la entidad tenemos una cadena textil que supera el estrecho enfoque de maquiladora; es una industria que no teníamos en Sinaloa hace apenas 3 años, y que ya opera totalmente integrada. En Culiacán contamos con un centro de capacitación textil vinculado directamente con la industria. Esta experiencia la vamos a reproducir en diversos municipios.

En el sur del estado también está creciendo la agroindustria. En el municipio de El Rosario, contamos con una planta procesadora de frutas, que en su género es la más grande en toda América Latina. Estas empresas son ejemplo del cambio estructural que ya hemos emprendido. Fortalecemos la integración de cadenas productivas para lograr competitividad donde aún no la tenemos, pero también para proteger a la industria que está en riesgo. Tal es el caso de los ingenios azucareros, a través del fideicomiso de la caña, pudimos evitar el cierre de estas importantes empresas. Las exportaciones de manufacturas están repuntando con gran dinamismo: en tan sólo dos años se incrementaron en 58 por ciento.

Tal como lo ofrecimos, Sinaloa es uno de los estados que mayores facilidades está brindando a los inversionistas. En 1998, considerando las facilidades gubernamentales para abrir nuevas empresas, a nivel nacional nos ubicábamos en el lugar número 26, ahora ya nos posicionamos en el quinto sitio y estoy seguro que vamos a seguir avanzando. A través de internet, muy pronto se podrán hacer todas las gestiones necesarias para instalar una nueva empresa. Especial atención estamos otorgando a la micro y pequeña empresa sinaloense. En los próximos días vamos a instrumentar un programa que conjuntará todo el esfuerzo institucional, para promoverlas y respaldarlas. Estoy seguro que este programa se va a convertir en un ejemplo nacional, que otras entidades también van a querer aplicar. Con el FOSIN tenemos una política activa en favor de los microempresarios. A unos cuantos meses de su creación, a través de este mecanismo se apoyó a 100 micro y pequeñas empresas, con un monto de 20 millones de pesos, y con gran satisfacción informó que su cartera vencida es de cero por ciento. En Sinaloa ya nos estamos anticipando al futuro tiempo mexicano, el cual va proveer más crédito para la capacidad productiva de las familias; más confianza en los pequeños talleres; mayores recursos para desplegar el potencial económico de las comunidades rurales. Con la reciente creación y puesta en marcha del fondo de infraestructura para el desarrollo industrial de Sinaloa, hemos dado otro paso de enorme significado. Con el FOINFRA, vamos a incrementar nuestra capacidad para atraer empresarios y aumentar la inversión en los municipios. Este es un instrumento que será el soporte más importante del programa “Empleo en tu Comunidad”; generará ocupación en poblados rurales y colonias populares, que es donde más se necesita.

Las nuevas inversiones y el establecimiento de importantes empresas también se está reflejando en el comercio, los servicios y el turismo.

El pasado verano y por primera vez en 20 años, Mazatlán alcanzó el primer lugar nacional en ocupación hotelera. Los resultados de nuestra estrategia económica son tangibles y se reconocen incluso, fuera de nuestras fronteras. Una de las publicaciones de negocios de mayor prestigio e influencia en los Estados Unidos recientemente se refirió a nuestros avances. Menciona que en promoción de nuevas inversiones productivas, Sinaloa ya se ubica entre los 5 estados más agresivos de la república mexicana. Esta es la imagen, el verdadero prestigio que los sinaloenses debemos consolidar. (Aplausos) Como se puede apreciar, de manera organizada, estamos trabajando para apoyar a la microempresa, para promover la inversión foránea; para incrementar nuestras exportaciones y para insertarnos mejor en los mercados internacionales. Pero ello, tan sólo es una parte de nuestra estrategia de desarrollo económico. Esta es integral, y también se orienta al mercado interno, al fortalecimiento del desarrollo regional. Con un programa de carreteras que ha superado todas las expectativas, estamos consolidando un verdadero sistema de economías locales. Con una cuantiosa inversión, hemos logrado revertir el deterioro de nuestro sistema carretero. Por nuestro aporte a este renglón, Sinaloa ya ocupa el octavo lugar nacional en cuanto a la calidad de sus carreteras. Este programa se ha convertido en una muestra de la nueva realidad de transformación que vive nuestra entidad. En tan sólo dos años, ya construimos 274 kilómetros de nuevas carreteras y se reconstruyeron 439 kilómetros adicionales. En total ya llevamos 713 kilómetros, mismos que representan un avance de 71 por ciento en la meta establecida en el Plan Estatal de Desarrollo. Esto significa que estamos construyendo o reconstruyendo, en promedio, un kilómetro de carretera cada día. Se dice fácil, pero atrás de estos logros, existe un esfuerzo enorme que estamos realizando sociedad y gobierno.

Quiero señalar que este programa de obra pública, es el que tiene la mayor vigilancia y auditoría. Hemos tenido el cuidado de garantizar la correcta aplicación de recursos para obtener los mayores beneficios colectivos. Pero más allá de las nuevas inversiones y empresas; más allá de la infraestructura y los instrumentos de promoción, todo esto nos interesa y realmente cuenta, porque así abrimos nuevos horizontes de superación para los jóvenes y las mujeres de Sinaloa.

Para finales del pasado mes de octubre, con los datos más confiables que nos proporciona el Instituto Mexicano del Seguro Social, se informa que el empleo formal está creciendo de manera importante. Cuando dimos a conocer la meta sexenal de crear 50 mil nuevos empleos formales, hubo quienes dudaron que pudiéramos cumplir este propósito. Pero al término de este segundo año de administración, habremos rebasado los 26 mil nuevos empleos formales. Esto significa, que en tan sólo 2 años de gobierno, superamos ya el 50 por ciento de la meta que nos fijamos en el Plan Estatal de Desarrollo. Nuestro rumbo es firme. De manera seria y sin improvisaciones podemos decir que estamos construyendo una nueva realidad económica para Sinaloa. Sabemos que se requerirá mucho tiempo, un mayor esfuerzo para superar los rezagos que se acumularon durante décadas, pero lo importante es que tenemos claridad en la estrategia y que los frutos de la misma, ya los estamos apreciando. En el presente económico que hoy tenemos, no hay más de lo mismo: ¡Sinaloa es ahora diferente!

CALIDAD DE VIDA

Sinaloa es el estado de la república que proporcionalmente más recursos invierte en materia social. En este aspecto mi gobierno tiene una política integral, amplia, vigorosa y de largo aliento, cuyo objetivo estratégico es mejorar la calidad de vida de la población. En esta tarea no tenemos preferencias regionales o políticas.

Estamos atendiendo por igual a los municipios del norte, del centro y del sur; sin condicionamientos, trabajamos tanto en el ámbito rural como en el urbano. En la política social hemos superado, y para siempre, el enfoque asistencialista y todo tipo de clientelismo político. Estamos invirtiendo en la gente. Lo hacemos para atender sus demandas, pero también, para aprovechar y potenciar sus capacidades. Los resultados son diversos y muy alentadores. En materia de desarrollo social, mi gobierno tiene tres prioridades: educación, educación y más educación. (Aplausos) Destinamos más de la mitad del presupuesto estatal a la educación pública. Este no es un gasto social, es la inversión que estamos haciendo en capital humano.

Invertimos fuertes recursos en educación, por tres razones fundamentales: para promover el desarrollo económico; para promover la justicia social; y para promover la democracia y la integración de nuestra sociedad. Hoy tenemos más espacios educativos y escuelas mejor equipadas. Sólo para referir la magnitud del esfuerzo realizado, señalo que durante los dos primeros años de mi gobierno, ya hemos construido 742 aulas. Seguimos con el ritmo de construir al menos un aula nueva cada día. Adicionalmente, construimos 100 talleres, 10 laboratorios y 774 anexos, para hacer un total de un mil 626 nuevos espacios educativos. Ya sustituimos las aulas de cartón que existían al iniciar nuestro gobierno, así como las que se han detectado durante los dos últimos ciclos escolares. A la fecha, hemos sustituido 329 aulas de cartón y reitero que nuestro compromiso es permanente: no queremos que existan más aulas de cartón en Sinaloa. (Aplausos) Ahí, donde se necesiten nuevas aulas, habrá aulas dignas, a la altura de nuestro tesoro más preciado que son los niños sinaloenses. El sentido de futuro también está presente en nuestras acciones de gobierno. Para avanzar más rápido en la calidad de la educación, en breve plazo vamos a dotar de equipos de cómputo a todas las escuelas de educación básica.

Este es un programa que ya se inició y no tiene precedente alguno en América Latina. A la fecha, se han instalado 17 centros de cómputo en igual número de escuelas. Con ello, poco más de 20 mil niños de primaria y secundaria, ya cuentan con esta herramienta de conocimiento. Pronto, muy pronto, Sinaloa será el único estado del país, donde todas las escuelas públicas contarán con modernos centros de cómputo. Convoco a la sociedad, sobre todo a los padres de familia, para que hagan suyo este ambicioso programa, porque es una de las iniciativas que mayores beneficios traerá a todos los sinaloenses. Pero quiero advertir que la mayor calidad de la educación no es un propósito para el porvenir distante. Ya se está concretando paso a paso, mediante el esfuerzo y la participación de todos. Durante los últimos meses hemos visto, con gran satisfacción y enorme interés, cómo estudiantes sinaloenses están destacando en muy diversos foros académicos. Desde las aulas y con los libros, muchos niños y jóvenes se están preocupando por mostrar a todo México, al mundo entero, la verdadera y mejor imagen de Sinaloa. A estos distinguidos estudiantes de la Universidad Autónoma de Sinaloa, del Colegio de Bachilleres, de la Escuela Normal de Sinaloa, de nuestras escuelas públicas y privadas, les reitero mi total reconocimiento por poner en alto el prestigio y el nombre de nuestro estado.

Los programas y las acciones en educación, cultura y deporte, están siendo objeto de atención prioritaria, porque es una forma de consolidar nuestra unidad como sociedad. Con los lunes cívicos, cada inicio de semana recreamos lo mejor de nosotros: los valores que nos identifican. Con la Expo Educa Sinaloa 2000 que ya tiene alcance nacional; con el exitoso Festival Sinaloa de las Artes; con el Encuentro Yoreme del Noroeste; mediante el Programa de Excelencia Académica; con el Maratón Internacional del Pacífico; seguimos proyectando la verdadera identidad de nuestro estado.

Seguiremos haciendo una fuerte inversión en estos renglones, porque así construimos un mejor futuro; porque sus resultados aportan mucho al mejoramiento de nuestra calidad de vida. La Universidad Autónoma de Sinaloa tiene la confianza de la sociedad y también, cuenta con todo el respaldo del gobierno del estado. Hoy refrendo el compromiso de que al término de mi administración, el subsidio estatal a la universidad se incrementará hasta el 20 por ciento de su presupuesto total. (Aplausos) Interpretando el sentir de la sociedad sinaloense, exhorto a los universitarios a que continúen fortaleciendo su actividad académica, y a que mantengan la unidad para obtener los logros que Sinaloa necesita para su mayor progreso. En materia de salud, ya alcanzamos la meta sexenal en lo referente a cobertura e infraestructura. La Organización Mundial de Salud, institución adscrita a las Naciones Unidas, nos entregó el Certificado de Cobertura Universal en atención básica. Hay razones muy válidas para sentirnos realmente animados. La esperanza de vida del sinaloense sigue aumentando; tenemos los primeros lugares en vacunación infantil, y en el renglón de trasplantes de órganos estamos a la vanguardia nacional. Durante los dos primeros años de mi gobierno hemos construido 19 centros de salud; también rehabilitamos otros 110 centros; y mantenemos en operación 39 unidades móviles, para garantizar acceso a los servicios de salud en las comunidades de la zona serrana. La infraestructura de salud ha mejorado de manera notable con la apertura de los hospitales integrales de Sinaloa de Leyva, Badiraguato, Cosalá y El Rosario. No obstante, para el próximo año iremos por más resultados. Vamos a construir seis nuevos hospitales integrales en los municipios de Concordia, Navolato, Elota, Salvador Alvarado, Choix y San Ignacio. Mi convicción es que necesitamos seguir construyendo una obra pública pertinente y de verdadero impacto para la población.

Por ello, en todos los municipios de Sinaloa, en donde más se necesita, estamos creando la infraestructura social básica. En estos dos años ya hemos construido 5 mil 640 obras de claro contenido social, lo que significa, un 47 por ciento de avance con respecto a la meta establecida en el Plan Estatal de Desarrollo. En los 18 municipios sinaloenses, se han integrado 3 mil 622 comités comunitarios, mediante los cuales, la población interviene en la aprobación, ejecución y supervisión de las obras sociales. A nivel federal, Sinaloa pasó del vigésimo cuarto lugar que ocupaba en 1998, a la cuarta posición nacional, por ser uno de los estados que más promueve la participación y la contraloría social sobre la obra pública. En un acto de justicia, quiero destacar el trabajo y las acciones que viene realizando el sistema para el desarrollo integral de la familia, a favor de los grupos más vulnerables. Esta dependencia, junto a otras instituciones públicas y organismos de productores, han incrementado sus presupuestos en un 200 por ciento, a favor de los jornaleros agrícolas y sus familias. Aprecio ese trabajo tan humanitario y altruista que están llevando a cabo los grupos de promoción voluntaria, en beneficio de los niños indigentes, huérfanos o abandonados; de los discapacitados y de las personas de la tercera edad. Por la dedicación permanente, por la emoción y el cariño que imprime en sus actividades; por esa vocación de servicio; pero sobre todo, por esa ayuda y el ánimo que recibo de ella, quiero felicitar y reconocer el trabajo realizado por mi esposa María Guadalupe Pietsch de Millán. Lo que ella y su equipo de colaboradoras han logrado, en gran parte se debe también a la comprometida participación de las esposas de los presidentes municipales, a quienes expreso mi sincero agradecimiento. En otro orden, por segundo año consecutivo alcanzaremos un indiscutible liderazgo nacional en materia de vivienda. Con el respaldo del INFONAVIT y de empresas locales, en tan sólo dos años de trabajo ya habremos promovido más de 51 mil acciones de vivienda, lo que significa el 47 por ciento de la meta sexenal.

Ello está generando una gran derrama económica y miles de empleos, pero también propicia que más trabajadores y miles de familias formen un patrimonio que mejora sustancialmente sus condiciones de vida. La cobertura y calidad de los servicios públicos también se está incrementando, con beneficios muy significativos. Cerca de 12 mil 200 sinaloenses que no tenían energía eléctrica en 1998, ya cuentan con ella. Alrededor de 70 mil sinaloenses que no tenían agua potable hace apenas dos años, ya disponen de este servicio.

El principal rezago persiste en alcantarillado, pero a mi gobierno ya incorporamos a 76 mil sinaloenses que no contaban con él. En Sinaloa, la política social es integral. Trabaja en la atención de las necesidades básicas de la población, pero también para respaldar lo que puede hacer las comunidades y las personas. Durante la presente administración hemos invertido 200 millones de pesos, para ofrecer nuevas alternativas de ocupación e ingresos a los habitantes de las comunidades marginadas. Con los programas de empleo temporal, crédito a la palabra, empresas sociales, de apoyo a mujeres y reforestación, hemos respaldado las capacidades productivas de cerca de 90 mil sinaloenses. Con el programa Sinaloa Ecoregión, nos planteamos una perspectiva distinta a favor del desarrollo sustentable y una mejor calidad de vida. Con este programa se está haciendo una gran convocatoria a la sociedad, para que todos, de manera corresponsable, participemos en la promoción de un desarrollo económico compatible con la preservación de los recursos naturales. Para ya no contaminar más nuestros ríos, hemos construido lagunas de oxidación en Sinaloa de Leyva, Guamúchil, Mocorito y Elota. En el crestón de Mazatlán, estamos terminando la tercera etapa de la planta de tratamiento de aguas residuales, y el próximo año concluiremos esta importante obra, así como también la planta norte sobre el Río Culiacán.

Los resultados de la política social están a la vista: se mira hacia el futuro, pensando en la sociedad entera, en quienes más apoyo necesitan, y sin dejar de atender los problemas actuales. Estos avances se vienen alcanzando gracias al esfuerzo de los gobiernos federal, estatal y municipales, pero sobre todo, gracias al esfuerzo de los propios ciudadanos. Los resultados hasta hoy alcanzados nos dan la confianza de que se están haciendo bien las cosas, en esa dirección vamos a continuar para que todos los sinaloenses vivamos mejor. En el presente que hoy tenemos, no hay más de lo mismo: ¡Sinaloa es ahora diferente! ¡Tenemos mejor calidad de vida!

Una Nueva Forma de Gobierno

Gobernar es un ejercicio permanente de acción política, y al asumir esta honrosa responsabilidad, comprometí ser y hacer un gobierno de diálogo permanente y de participación ciudadana en los programas gubernamentales.

El incumplimiento de este principio, ha quedado demostrado en los hechos. Estamos aprovechando la existencia de una cultura política más progresista y de la creciente madurez cívica que tenemos en Sinaloa. Entendemos que los asuntos públicos también requieren la participación de la sociedad; es por ello que decidimos ciudadanizar las políticas públicas. En los más diversos ámbitos del quehacer gubernamental se promueve la corresponsabilidad social, se alienta la participación ciudadana. Esta es una forma diferente de hacer las cosas. Como gobernante me satisface enormemente la respuesta que hemos tenido a nuestra convocatoria. Distinguidos ciudadanos sinaloenses hoy están aportando sus experiencias, su tiempo y en ocasiones hasta sus recursos, para trabajar junto con el gobierno del estado en áreas como la seguridad pública, en la promoción de nuevas inversiones, en el mejoramiento educativo, en el impulso al deporte y en la difusión de la cultura.

También contamos con la participación ciudadana en el impulso al desarrollo sustentable, en el cuidado del agua, en la planeación del desarrollo estatal, en la definición de la obra social y en la promoción de una nueva cultura laboral, entre muchas otras áreas. Es por ello que hago un amplio reconocimiento a empresarios, a dirigentes de sectores sociales y productivos, a trabajadores y amas de casa, a los jóvenes, a las mujeres, y a todos los que han asumido un verdadero compromiso con el presente y con el futuro de Sinaloa. No debemos olvidar que lo que legitima más a un gobierno, lo que legitima socialmente a la actividad política, es la cohesión de la sociedad. Y Sinaloa es ahora una sociedad que está unida; que está trabajando como nunca; que tiene optimismo, confianza y mayor certidumbre. ¡Esta es la nueva realidad de Sinaloa! Para dar cauce a toda esta energía social, estamos llevando a cabo una permanente actualización de las leyes y reglamentos que norman la vida pública. A este Honorable Congreso del Estado, hemos enviado diversas iniciativas de ley para su análisis, discusión y en su caso aprobación. Fueron turnadas las iniciativas de Ley de Seguridad Pública, de Ley de Protección Civil, de Ley de Integración Social de Personas con Discapacidad, de Ley de Instituciones de Asistencia Privada, de Ley de Regulación de la Propiedad de Predios Rurales, entre otras. Se expidieron los decretos que crean el Consejo Estatal de Trasplantes de Organos, y la Comisión de Arbitraje Médico del Estado de Sinaloa. Pido a los diputados que nos apoyen para que podamos contar con un marco legal moderno, que fomente la actividad económica, que fortalezca las instituciones, y que estimule, aún más, la participación social en las tareas públicas. En año pasado, representantes de las diversas fracciones parlamentarias hicieron severos cuestionamientos por el poco tiempo de que disponían para analizar la iniciativa de Ley de Ingresos y el Presupuesto de Egresos. Me comprometí ante ustedes, de que la próxima vez la entregaríamos con suficiente anticipación, y con un formato diferente y mucho más sencillo. Hoy recojo la palabra empeñada. En este momento, hago entrega a este Honorable Congreso del Estado, de la iniciativa de Ley de Ingresos y el Presupuesto de Egresos para el Ejercicio Fiscal 2001.

En ella presentamos un presupuesto por programas, que identifica proyectos, asigna recursos y establece metas muy precisas. Hemos puesto especial atención para que el presupuesto sea claro y transparente; queremos que refleje la orientación que estamos dando a la economía del estado, así como la política social integral en marcha. La solvencia y solidez de las finanzas públicas estatales, ya han merecido el reconocimiento y la aprobación de agencias internacionales de prestigio. Un manejo transparente y ordenado de los recursos públicos, es lo que nos está permitiendo realizar inversiones muy fuertes en seguridad pública, educación salud, contra la pobreza y la sequía, en programas sociales y en infraestructura carretera. Los compañeros y nuestras amigas del Sindicato de Trabajadores al Servicio del Estado, representan una fuerza que sirve a la ciudadanía; que labora con dedicación y honestidad en favor de todos los sinaloenses. En atención a justos reclamos, y también como reconocimiento a su compromiso de trabajo, en estos dos años, hemos incrementado los salarios y prestaciones, en poco más del 40 por ciento. Así, el gobierno de Sinaloa, ya se ubica dentro de las 1o primeros estados de la república, por el incremento en las prestaciones económicas a sus trabajadores. Hacia los municipios mantenemos un relación de respeto y de colaboración. A la hora de gobernar hemos demostrado, con hechos, que estamos atendiendo a todos los ayuntamientos. Para mí no hay gobiernos municipales de oposición. Al momento de gobernar, lo único que cuenta es el interés de servir por igual a todos los sinaloenses. Quiero destacar que parte importante de la transformación que hoy vive Sinaloa, tiene su origen en la excelente coordinación que tenemos entre los tres niveles de gobierno. Superamos aquellas circunstancias donde cada quien tenía su proyecto; donde cada cual actuaba según sus propios intereses.

Logramos consolidar la acción colectiva y la cohesión social, gracias a que tenemos un objetivo compartido: el progreso de Sinaloa y el mejoramiento en la calidad de vida de su gente.

Honorable Congreso del Estado

La nueva realidad de Sinaloa es producto de nuestro esfuerzo y de un proyecto propio, pero también se corresponde con la profunda transformación del país. Todos los mexicanos iniciamos el nuevo siglo, con una gran expectativa de cambio. En un ambiente de plena normalidad democrática, los sinaloenses, al igual que toda la nación, realizamos elecciones para renovar los poderes federales. Fuimos protagonistas y testigos de una jornada electoral que se desarrolló en un ambiente de libertad y tranquilidad. Después de un proceso altamente competido, en las urnas quedó de manifiesto la voluntad de la mayoría de los ciudadanos. La consolidación de la democracia mexicana es un hecho incuestionable. La alternancia en la presidencia de la república dejó de ser una posibilidad. A partir del primero de diciembre, en seis días más, será el sello distintivo de un verdadero cambio de época. Vicente Fox Quesada será el presidente de todos los mexicanos. En Sinaloa estamos preparados para participar en el nuevo tiempo mexicano. De nuestra parte, en cumplimiento a la obligación constitucional y porque así lo exige el interés superior de nuestra entidad, trabajaremos con respeto y cordialidad con el Presidente de la República. Nuestro compromiso es contribuir a que a Vicente Fox le vaya bien, porque así le irá bien a México, y también a Sinaloa. El pasado mes de julio, siendo ya Presidente electo de México, él nos distinguió con su presencia en nuestro Estado, en lo que la primera visita que realizó a una entidad del país. En aquella ocasión, de manera directa y después en un estrecho diálogo con sus más importantes colaboradores, hemos tenido la oportunidad de comentar sobre los esfuerzos que ahora estamos desplegando para impulsar el desarrollo de Sinaloa. La historia nos exige abrir una nueva etapa. El porvenir será más promisorio porque el cambio por el que votó México, es para construir un futuro diferente. Como Nación, tenemos que encontrar mejores equilibrios sociales y productivos.

El modelo económico que se ha seguido, requiere de importantes ajustes, para que sus resultados realmente beneficien a toda la sociedad.

Sin cerrarnos al exterior, debemos fortalecer el mercado interno, porque ya es momento de mejorar el poder adquisitivo de los trabajadores mexicanos. Ya es momento de que las pequeñas empresas y los pequeños comercios tengan mayores oportunidades de crecer y desarrollarse. Ya es momento de que tengamos un horizonte nacional de mayor certidumbre. Necesitamos que el crecimiento económico sea sostenido y socialmente incluyente. Para que esto tenga mejores expresiones a nivel regional, necesitamos más crédito para la micro y pequeña empresa; requerimos reactivar el sector agrícola y reintegrar múltiples cadenas productivas que han sido desarticuladas. En los próximos años debemos construir una economía con orientación y un compromiso más social. Las políticas públicas deben precisarse con un sentido de eficacia económica, pero también con un claro sentido de responsabilidad social. Ese futuro mexicano de mayor optimismo ya no puede pasar por el viejo centralismo autoritario. En lo que debe ser un verdadero pacto federal, cada estado de la república debe tener la libertad necesaria para decidir sobre sus políticas de desarrollo. Con nuevas actitudes, podemos ser partícipes en la construcción de un mejor presente; de un futuro más promisorio para el México que todos anhelamos. De nuestra parte, sumaremos siempre nuestra buena fe y nuestra colaboración, esperando que el nuevo gobierno satisfaga cabalmente las esperanzas y las expectativas del pueblo mexicano. Pero también vamos a solicitar el respaldo que los sinaloenses merecemos y nos hemos ganado, para concretar inversiones federales que vengan a detonar nuestro crecimiento. Para diversificar y acelerar el crecimiento de la economía de la entidad, necesitamos hacer realidad diversos proyectos carreteros interestatales.

Para Sinaloa resulta fundamental la construcción de las carreteras TopolobampoChihuahua; El Fuerte-Alamos; la conclusión de la Badiraguato-Parral; y los tramos Sanalona-Tamazula; Mazatlán-Tepic; y la ampliación de la carretera Mazatlán-Durango. Esta necesidad estratégica de mayor conexión regional, el próximo año la complementaremos con un programa para construir carreteras locales, que comuniquen a la sierre con la costa. También vamos a seguir trabajando para concretar el proyecto hidroagrícola del sur de Sinaloa; promoveremos el proyecto turístico de la escalera náutica del mar de cortés y el megacentro de convenciones de Mazatlán.

La industrialización de Sinaloa podrá despegar y consolidarse de manera definitiva, construyendo el gasoducto desde Naco, Sonora, hasta el Puerto de Mazatlán. Esta obra facilitará la atracción de grandes empresas industriales y posibilitará también importantes beneficios ecológicos, y sustanciales ahorros en el costo de la energía eléctrica. La capacidad de nuestra ciudades para atraer nuevas inversiones productivas, en un corto plazo, se verá incrementada. El próximo año, vamos a instrumentar un agresivo programa de obra pública para rehabilitar calles y avenidas de las principales ciudades del estado. El futuro nos presenta ciudades para atraer nuevas inversiones productivas, en un corto plazo, se verá incrementada. El próximo año, vamos a instrumentar un agresivo programa de obra pública para rehabilitar calles y avenidas de las principales ciudades del estado. El futuro nos presenta un horizonte de mayor confianza y certidumbre. Lo tenemos que consolidar porque Sinaloa es un gran proyecto colectivo que se edifica día a día; un proyecto en el que todos tenemos un lugar, un compromiso y una responsabilidad que cumplir. Con el interés superior de mejorar la vida política de la entidad, el pasado mes de agosto iniciamos los trabajos de la mesa de diálogo para la reforma electoral. Estamos trabajando conjuntamente con los dirigentes estatales y los integrantes de las fracciones parlamentarias del Partido Acción Nacional, Partido de la Revolución

Democrática y Partido Revolucionario Institucional representadas en este Honorable Congreso del Estado; además del Partido del Trabajo y del Partido Verde Ecologista de México. Actores políticos y autoridades estamos avanzando juntos en la construcción de una legislación de avanzada, que genere más equidad y certidumbre en la competencia política y electoral. El próximo año, vamos a tener elecciones para renovar los poderes municipales y la representación de esta soberanía popular. Por la calidad del diálogo y por el nivel de consenso de sus resultados, todos estamos comprometidos a desarrollar un proceso que sea ejemplo a nivel nacional. En la política debemos tener siempre un interés superior que se llama Sinaloa. Por eso, la política no debe limitarse al plano electoral o partidista. El desarrollo de Sinaloa exige que la política sea eficiente; que sea un instrumento para avanzar y obtener mayores logros como sociedad; nos debe unir, nunca dividir; debe alentar el acuerdo y superar cualquier conflicto. Desde esta tribuna, quiero hacer un gran llamado, una fuerte convocatoria para que todos nos incorporemos al proyecto colectivo de Sinaloa.

Hago este exhorto porque sé muy bien que las respuestas verdaderas a nuestros problemas, ameritan muchos ejercicios de corresponsabilidad y el diseño de estrategias que nos incluyan a todos. Que nadie se excluya. Para que todos los días podamos ganar el futuro, necesitamos sumar la experiencia, el talento, la buena fe y la disposición de todos los sinaloenses. Nadie hará por nosotros, lo que no hagamos por nosotros mismos. Los sinaloenses tenemos que ser entusiastas promotores de nuestro propio proceso de transformación. Tenemos que hacerlo para dar certidumbre económica a los jóvenes; para preservar nuestros recursos naturales; para poner en juego el capital humano con que contamos; para ofrecer una imagen más justa y equilibrada de lo que es Sinaloa. Los invito para que los resultados que estamos alcanzando, nos sirvan de motivación; para que sean una prueba de lo mucho que podemos alcanzar los sinaloenses cuando nos fijamos retos y trabajamos unidos.

Los invito a vivir, a ser protagonistas, a ser parte activa, de esta nueva realidad. Aquí tenemos un proyecto compartido, un sentimiento que nos une en lo esencial. En Sinaloa tenemos nuestras raíces más entrañables; esta tierra será siempre la casa de nuestros hijos; el lugar donde juntos queremos vivir. Nuestro principal motivo, y la razón básica para seguir trabajando con generosidad, ha sido, es y seguirá siendo Sinaloa. ¡Que viva Sinaloa!

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