23 Cosas Que No Nos Han Dicho Sobre El Capitalismo2

MACROECONOMÍA DE ECONOMÍAS EMERGENTES 23 cosas que no nos han dicho sobre el capitalismo Lectura crítica: Capítulos 6, 7

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MACROECONOMÍA DE ECONOMÍAS EMERGENTES 23 cosas que no nos han dicho sobre el capitalismo Lectura crítica: Capítulos 6, 7, 17 y 20 Arnulfo Alberto Emiliano 1. Capítulo 6: Estabilidad macroeconómica A pesar de los grandes avances que ha habido en la lucha contra la inflación, especialmente en los países ricos, no se ha logrado la estabilidad macroeconómica. Las crisis financieras no han dejado de sucederse e incluso su poder destructivo y desestabilizador se ha incrementado, como ha quedado corroborado en la última crisis financiera de 2008, que algunos economistas han comparado con la Gran Depresión. Es revelador en este sentido el estudio hecho por los economistas Kenneth Rogoff y Carmen Reinhart, cuyos estudios arrojaron que en el periodo de posguerra, entre 1945 y 1970, ningún país tuvo una crisis bancaria, cuando las tasas inflación eran muy altas. Entre 1970 y 1980, cuando la inflación alcanzó cotas extraordinarias, el porcentaje de países con crisis financieras se ubicaba entre 5 y 10 por ciento; sin embargo, el porcentaje de países con crisis bancarias se incrementó a 20% en la década de los noventa, cuando la inflación estaba bajo control en la mayoría de los países. En el mundo se ha vuelto más inestables también en lo referente a la inseguridad de los empleos, aunque la inseguridad laboral siempre ha sido alta en los países en desarrollo, el sector informal ha crecido desmesuradamente. Desde los noventas, la tasa de desempleo ha disminuido pero la inseguridad laboral se ha incrementado. La naturaleza del trabajo ha sufrido cambios. Un estudio realizado por la Fundación Joseph Rowntree encuentra que cerca de dos tercios de los trabajadores británicos afirma que han experimentado un incremento en la velocidad o la intensidad del trabajo en los últimos 5 años. El punto es que la estabilidad de precios solo es uno de los tantos indicadores de estabilidad económica y no el más importante. Para la mayoría de las personas perder su trabajo es muchos más desestabilizante.

La coexistencia de estabilidad de precios y el incremento de la inestabilidad económica tiene sus raíces en la implantación del paquete de políticas de libre mercado impuestas en estos países. Rogoff y Reinhart afirman que las crisis bancarias están muy relacionadas con cierto grado de movilidad de capitales. El paquete de reformas de libre mercado enfatiza una baja inflación, mayor movilidad de capitales e inseguridad laboral básicamente porque eso conviene a los intereses de los poseedores de los activos financieros. El control de la inflación permite que los rendimientos reales no se reduzcan ya que están fijados en tasas nominales. La mayor movilidad de capitales se promueve para que se desplacen en busca de los mayores rendimientos. Por su parte, la flexibilidad laboral tiene como objetivo abaratar el proceso de contratación de personal y la despedida de estos. Esto permite a las empresas reestructurarse en poco tiempo para poder venderse con mejor saneamiento financiero. La inflación no es tan peligrosa como quieren hacer creer los economistas de libre mercado. Los intentos por bajar la inflación han provocado una disminución del nivel de inversión y crecimiento. En México también se ha priorizado el control de los precios como política fundamental del banco central. Los esfuerzos se concentran en mantener baja la inflación y se destinan incontables recursos para mantener artificialmente bajo. Esto a costa de otras necesidades perentorias. Al crecimiento económico ha pasado a segundo plano y los números han sido desalentadores. No hay estrategias para reducir la economía informal, para ampliar la base fiscal, impulsar el mercado interno a través del incremento de los salarios, desarrollar una política industrial, incremento de la productividad y la mejora tecnológica. Capítulo 7: Las políticas de libre mercado raramente hacen ricos a los países pobres. Los economistas de libre mercado afirman que aquella vieja era de estatismo y el proteccionismo (generalmente coincide con el periodo posterior a la segunda guerra mundial) llevó a la ruina a muchos países, pero eso no es del todo cierto, la evidencia muestra que aunque algunos países en sufrieron fracasos descomunales, la mayoría de ellos experimentaron tasas de crecimiento mucho más altas que las de la época neoliberal (1980 en adelante), además de que padecieron mucho

menos crisis financieras y la desigualdad en el ingreso no tenía los niveles alarmantes de hoy en día. Y lo que no se dice es que los países ricos usaron las mismas políticas proteccionistas que ahora desechan para lograr el nivel de desarrollo. Estados Unidos e Inglaterra, dos países que hoy son los más firmes defensores del libre comercio, son quienes más impulsaron políticas de impulso a las industrias incipientes, aplicando altos aranceles a las importaciones, desconociendo el derecho de patente y la propiedad intelectual, etc. Por lo anterior, los países en desarrollo necesitan proteger y cuidar de sus productores hasta que hayan adquirido las capacidades para competir en el mundo sin necesidad de ayuda. Esta cadena de razonamiento parece correcta en lo general, solo que se plantean en términos teóricos o abstractos. Se está hablando de que medidas de protección de la industria son adecuadas pero cómo asegurarnos de que con estas medidas se logre el desarrollo, que las productores crezcan y se fortalezcan para competir en el escenario global. Porque México estuvo protegido mucho tiempo y no se logró desarrollo. Hace falta entonces una fuerte protección estatal pero con un fuerte impulso a la industria y al desarrollo tecnológico. También en las fases tempranas del desarrollo, el mercado no está lo suficientemente desarrollado, por ejemplo, el transporte es deficiente, hay escaso flujo de información, el tamaño pequeño del mercado que hace posible la manipulación de los grandes actores más fácil, etc. Esto hace necesario el papel interventor del gobierno para regular las actividades económicas y abrir ciertos mercados. En esta etapa el gobierno incluso tiene que ocupar el papel del sector privado, ya que debido a la debilidad de este no pueden emprender proyectos de riesgo elevado y a gran escala. Y frente a esta evidencia, los países ricos en la actualidad promueven entre los países en desarrollo la apertura de las fronteras para dejar expuesto a su economía a las potentes fuerzas de la competencia mundial usando distintos medios para lograr este tipo de políticas como el condicionamiento de los de préstamos financieros y el predominio intelectual. 2. Capítulo 17: Más educación por sí mismo no hará rico a un país La idea que prevalece sobre la educación entre los economistas mainstream es que una fuerza laboral con mayor grado de educación es absolutamente necesaria. La prueba mayor de esta

aseveración es el meteórico ascenso de las economías del sudeste asiático (los tigres asiáticos) gracias a sus altos logros en educación, en contraste, el estancamiento económico en los países del Sahel, cuyos rendimientos educativos se encuentran entre los más bajos del mundo. Chang refuta estos argumentos. Afirma que hay poca evidencia que sugiera que una mayor educación lleve a una mayor prosperidad nacional. Mucho de

los conocimientos que se

adquieren con un mayor nivel educativo no tienen mucha utilidad en el mejoramiento de la productividad. Para que dejar en evidencia la falta de correlación entre educación y crecimiento económico, es revelador el caso de los países precisamente del sureste asiático. Taiwán, en 1960, tenía una tasa de alfabetización de 54 por ciento, mientras que Filipinas tenía una de 72 por ciento. A pesar de su bajo nivel educativo, Taiwán experimentó a

partir de esa fecha uno de crecimiento

económicos más altos del mundo, mientras que Filipinas tuvo un desempeño más bien pobre. En 1960, Filipinas tenía un ingreso per cápita dos veces más grande que el de Taiwán ($200 vs $122). Ahora Taiwán tiene un ingreso per cápita diez veces mayor que el de Filipinas ($18,000 vs $1,800). En el mismo año, Corea del Sur tenía una tasa de alfabetización de 71 por ciento, similar al de Filipinas pero mucho menor que el de Argentina, 91 por ciento. Con todo ello, Corea del Sur ha crecido desde entonces mucho más que Argentina. El ingreso per cápita de Corea era un quinto del de Argentina ($82 vs $378). Ahora es tres veces más grande ($21, 000 vs $7, 000). Estos ejemplos claramente refutan le mito de que la educación por sí sola fue la clave del éxito económico de algunos países del sureste asiático. Con respecto a este punto sobre educación hay más polémica puesto que el discurso sobre la importancia ha estado muy presente en amplios sectores de la sociedad. La idea de Chang, por otro lado, está clara. Nos desestima a la educación per se. Está claro que la educación brinda a las sociedades la posibilidad de una mejor convivencia, el mayor entendimiento y bienestar cultural y espiritual. Invertir en educación contribuye multifactorialmente a la sociedad. Restringirlo solo a su impacto en el crecimiento económico es limitar su alcance. Por otro lado, fetichizar a la educación tampoco parece la correcta. La educación es una condición necesaria pero no suficiente para acelerar el desarrollo económico.

3. Capítulo 20: La igualdad de oportunidades puede no ser justa De acuerdo a la idea que predomina los que se debe promover es la igualdad de oportunidades entre los individuos, esto es, que todos tengan las mismas posibilidades de sobresalir independientemente de su raza, condición social, etc, pero no la igualdad de ingresos, puesto que esto último es ineficiente ya que si todos reciben el mismo ingreso esto desincentiva a la gente más talentosa y trabajadora a dar lo mejor de sí. Los economistas de libre mercado arguyen que todos empeorarán si se intenta reducir la desigualdad de ingresos. Lo cierto es que la igualdad de oportunidades no es siempre posible. Por supuesto que a los individuos se les debería de recompensar por su desempeño pero la cuestión es si se está compitiendo en igualdad de condiciones, lo cual no es necesariamente cierto. Si un niño no rinde lo suficiente en la escuela porque no se alimenta bien, no se puede decir que sea inherentemente incapaz. La competencia justa se alcanzaría solo cuando el niño consumiera los suficientes alimentos. Para que esto se materialice tiene haber cierto grado de igualdad en el ingreso necesariamente, por la igualdad de oportunidades será solo un concepto vacío. Los economistas de libre mercado afirman que aquellos que no tienen educación, la determinación y emprendedurismo para tomar ventaja de las oportunidades de mercado deben culparse a ellos mismo por su propia irresponsabilidad. Los individuos deben asumir la responsabilidad de lo que hagan con su vida, eso está claro, pero eso es solo una parte de la historia. Lo cierto es que su ambiente socioeconómico limita su radio de acción. Este ambiente puede impedir que las personas hagan ciertas cosas incluso si ponen mucho empeño personal. Obviamente, no es correcto culpar de todo al ambiente socioeconómico pero tampoco es aceptable creer que podemos hacer maravillas por solo creer en uno mismo. La conclusión es, pues, que la igualdad de oportunidades ese convierte en un concepto vació si no se tienen las capacidades para aprovecharlas. En México se reconoce en la constitución los derechos de los pueblos indígenas pero en los hechos es uno de los grupos demográfico de mayor atraso en términos de ingreso, empleos, acceso a servicios, educación, etc. No es suficiente con ofrecerles oportunidad de oportunidades sin crear las condiciones materiales y económicas para que puedan igualarse con respecto a la media nacional.