23 Cosas Que No Nos Han Dicho Sobre El Capitalismo

23 cosas que no te cuentan sobre el capitalismo Ha-Joon Chang Revisión crítica capítulos 1 a 3 y de 13 a 15 Arnulfo Albe

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23 cosas que no te cuentan sobre el capitalismo Ha-Joon Chang Revisión crítica capítulos 1 a 3 y de 13 a 15 Arnulfo Alberto Emiliano El libre mercado no existe Es común la idea, quizá por su antigüedad o por el hecho de que los economistas clásicos más respetados abogaran por ella, de que el mercado funciona bien y no necesita ninguna intervención estatal o regulación de algún tipo. Los individuos deben tener la libertad de hacer las cosas que más rentables para que tengan incentivos para invertir e innovar. Si el gobierno pone límites a las rentas, los propietarios pierden el interés en mantener sus propiedades o construir nuevas. Sin embargo esta idea es errónea, el libre mercado no existe en realidad. Todos los mercados en todas las economías tienen reglas y límites que restringen su accionar. Para algunos el mercado puede parecer libre pero eso solo es porque, por ciertas influencias o convicciones, no se perciben ciertas restricciones. No se puede definir con claridad cuán libre es un mercado, puesto que la definición es de carácter político. El gobierno siempre está envuelto en la economía. Lo importante es determinar en qué sentido se da esta intervención. El mercado está guiado, de hecho, por muchas reglas. El libre mercado siempre se haya regulado pero aceptamos la legitimidad de ciertas restricciones que las ignoramos por completo. Hay prohibiciones para comerciar con narcóticos, órganos humanos. Los puestos de gobierno están sujetos a ciertas condiciones y no están puestos a la venta. Los medicamentos están autorizados por ciertas agencias gubernamentales. Estas restricciones son cambiantes y obedecen a cambios en las normas sociales. En siglos pasados el trabajo de los niños estaba permitido, ahora ya no. También, en algunos países los humanos podían ser vendidos como esclavos, cosa que se encuentra prohibido en la totalidad de los países.

También el debate sobre el comercio justo es esencialmente sobre valores morales y decisiones políticas. Para algunos países pueden ser injusto que ciertas acciones comerciales mientras que para otros no. Muchas de las cosas que están fuera operan fuera del mercado en la actualidad fueron removidas por una acción políticas más que por el mismo mercado. No se puede determinar a ciencia cierta las fronteras del mercado aunque lo economistas de libre mercado nos quieran hacer creer otra cosa. Oponerse a nuevas regulaciones simplemente significa que no quieres una modificación del statu quo, que con las restricciones que tiene el mercado ya es suficiente. Por el contrario, si se propugna por la abolición de alguna regulación, lo que se pretende es ampliar el dominio del mercado. Las fronteras del mercado están determinadas políticamente y los economistas del libre mercado son tan políticos como aquellos que desean imponer regulaciones.

Las compañías no deberían ser administradas de acuerdo a los intereses de sus dueños La siguiente idea es predominante en nuestra sociedad: los accionistas son dueños de empresas por eso ellos están en su derecho de exigir que la empresa funcione de acuerdo a su propio interés, puesto que ellos no tienen otra fuente de ingreso más que la que se obtiene del desempeño de la empresa. Esto crea incentivos para velar por su buena marcha. Además, los accionistas cargan con el riesgo que no cargan tener otros. Cuando la empresa se administra en el interés de los accionistas, su beneficio se maximiza y esto maximiza también, por tanto, su contribución social. Esto no es necesariamente cierto. Los accionistas son quienes menos cuidan de la salud de largo plazo de la empresa. Administrar a las empresas con base en el interés de los accionistas no beneficia a la economía. La manera más fácil para una compañía de maximizar sus beneficios es a través de la reducción de su gasto, recortando el gasto en salarios despidiendo personal y disminuyendo el gasto de capital minimizando la inversión. Generar un beneficio más alto, sin embargo, es solo el inicio de la maximización del valor de los accionistas.

La máxima proporción de los beneficios así generado se otorgan a los accionistas en forma de dividendos o se usa para recomprar sus propias acciones, logrando que el precio de las acciones se mantenga artificialmente alto. Esto es perjudicial para la empresa en el largo plazo. Despedir trabajadores puede incrementar la productividad en el corto plazo, pero puede tener consecuencia negativas en el largo plazo. Los altos dividendos y las recompras de las propias acciones reduce el tamaño de los beneficios retenidos que son una fuente importante de la inversión corporativa. En el largo plazo esto puede amenazar la propia supervivencia de la empresa. A pesar de ser los dueños legales de la compañía, los accionistas son los menos comprometidos en la viabilidad a largo plazo de la compañía entre todos los grupos de interés. Esto es porque son los que pueden abandonar la compañía de manera fácil, vendiendo sus acciones en caso de se presentara un problema. La responsabilidad ha permitido grandes progresos en la fuerza productiva humana al permitir el amasamiento de enormes cantidades de capital, precisamente porque permite a los accionistas una salida rápida al reducir el riesgo inherente a la inversión. Al mismo tiempo, esta prerrogativa los hace ser guardianes no confiables de la viabilidad futura de la compañía.

A la mayoría de la gente en países ricos se les paga más de lo que se debería La teoría neoclásica, e importantes corrientes de opinión, afirman que a la gente se le retribuye de acuerdo a su productividad y que solo la fuerzas de mercado puestas en completa libertad son capaces de retribuir eficiente y justamente a los individuos, por lo que los intentos de reducir las diferencias salariales artificiales conducen solo a retribución injusta e ineficiente al talento y esfuerzo individual. Pero es difícil sostener esta afirmación cuando un conductor de autobús de Estocolmo recibe un salario 50 veces mayor al de su equivalente en India, cuando su trabajo y rendimientos son similares. Esta abismal diferencia de salarios entre países ricos y pobres radica en los controles de inmigración más que en diferencias de productividad. Si los países abrieran sus fronteras de par en par a trabajadores extranjeros, muchos trabajadores serían remplazados y los salarios bajarían por el aumento en la oferta. En otras palabras, los salarios están determinados

políticamente y no por el libre mercado. Aquí se muestra también el doble rasero de los países ricos, por un lado promueven la eliminación de barreras al comercio y al capital pero por otro no permite el libre movimiento del factor trabajo. Lo que individuo recibe de ingreso no es un reflejo fiel de su valor. Incluso estos ciudadanos de países ricos que no pueden ser reemplazados por inmigrantes, son productivos dado el sistema socioeconómico en que operan. Son más productivos porque viven en economías que poseen mejores

tecnologías,

mejores

empresas

organizadas,

mejores

instituciones

y mejor

infraestructura física.

Hacer más ricos a los ricos no nos hará más ricos al resto Para distribuir la riqueza primero hay que crearla, es una de las frases más repetidas por algunos economistas. Para crearla es necesario darle condiciones a los ricos, que son los que finalmente poseen los recursos para invertir y aprovechar las oportunidades de negocios que presenta el mercado. Políticas de imposición de altos impuestos a las grandes fortunas solo representa una restricción a la tarea de crear más riqueza. Si los ricos se hacen más ricos, en el futuro esto beneficiará a los pobres puesto que la riqueza a distribuir será mayor. Estas ideas han sido refutadas en los últimos años. La economía del goteo ha sido rechazado dado que las políticas que han beneficiado a los ricos en las ultimas década no han provocado un incremento en la tasa de crecimiento económico y no se ha avanzado en la mitigación de la pobreza y la desigualdad en la distribución del ingreso. De acuerdo a datos del Economic Policy Institute, entre 1979 y 2006, el top 1 por ciento de la población más que duplicó su participación en el ingreso nacional, pasando de 10 a 22.9%. El top 0.1 por ciento tuvo un crecimiento aún más espectacular al pasar de 3.5% en 1979 a 11.6 en 2006. De los 65 países en desarrollo y antiguos países socialistas, un estudio hecho por la Organización Internacional del Trabajo, la desigualdad en el ingreso se incrementó en 41 de esos países en el mismo periodo. Toda esta redistribución en el ingreso que benefició a las capas altas se hubiera justificado, dice Chang, si el crecimiento económico se hubiera acelerado. Pero los hechos duros muestran otra cosa distinta. El crecimiento se ha ralentizado desde el inicio de las reformas neoliberales en

1980. De acuerdo al Banco Mundial, la economía mundial creció 3% anualmente entre 1960 y 1970, mientras que desde 1980 ha crecido solo 1.4% (1980-2009). En resumen, se ha dado a los ricos una tajada más grande del pastel con la fe puesta en que eso redundaría en un mayor incremento de la tasa de crecimiento económico pero ésta se ha reducido. Pero incluso si la redistribución creara más riqueza nada garantiza que los más pobres se beneficien de ello. Sin embargo, la economía del goteo no es del todo una mala idea, el problema es que si se deja al mercado esta no funciona. En otras palabras, se necesita de un Estado de Bienestar fuerte para hacer que este goteo sea en cantidades suficientes para que cubra a toda la población.

Los altos ejecutivos de empresas en Estados Unidos están sobrevalorados. Los altos ejecutivos en Estados Unidos reciben compensaciones exageradamente altos. Comparados a sus predecesores del siglo pasado reciben más de 10 veces lo que aquellos recibían. También son excesivamente altos comparados a sus contrapartes de Europa y Japón, cuyas remuneraciones pueden llegar a ser hasta 20 veces menores. La compensación promedio de los CEO’s en Estados Unidos es de 300 a 400 veces lo que recibe un trabajador promedio. El argumento de los economistas de libre comercio de que algunas personas reciben una mayor compensación dado que son más productivas simplemente no se sostiene. Algunas personas evidentemente son más productivas, pero la cuestión es si el actual grado de diferencia es justificado. El mercado eliminará prácticas ineficientes pero siempre y cuando no haya nadie con el suficiente poder para manipularla. La clase gerencial en EE.UU. y, en menor medida en Inglaterra, poseen tal poder e influencia económica, política e ideológica que es capaz de manipular el mercado y transmitir la carga de sus accione sobre el resto de la población. El nivel de ingresos de los ejecutivos no los determina el mercado. Los que sufren las consecuencias son los trabajadores ya que los salarios se reducen constantemente para obtener reducir los gastos de las empresas para así maximizar los beneficios a distribuir entre los accionistas. Como ya hemos visto en el punto anterior, al incrementarse los dividendos a los accionistas se reduce la inversión en la empresa, lo que afecta sus capacidades productivas de largo plazo. Esto representa una amenaza para las empresas estadounidenses y

británicas frente a la competencia internacional, lo que pone en riesgo el trabajo de los empleados de estas mismas empresas. Cuando ocurren problemas o crisis financieras, con los contribuyentes los que terminan pagando los platos ratos y no los altos ejecutivos o directoras generales responsables de conducir erróneamente a la empresa. Conclusión Se podría afirmar que los datos proporcionados por Chang se refieren a condiciones ajenas al país (México), que se trata de situaciones concretas de los Estados Unidos. Pero para desmentirle habría que corroborar los datos. México ha aplicados las mismas recetas neoliberales que Estados Unidos y los países europeos, incluso con mayor profundidad y alcances. El pupilo superando al maestro. La tasa de crecimiento de la economía ha sido débil desde la década de los ochenta, como ya se ha corroborado en anteriores tareas (2.2% de crecimiento anual, el país requiere crecer a tasa más altas para abatir la pobreza de la población). Recientemente, Gerardo Leyva, director general adjunto del Investigación del INEGI señalo que “el 10 por ciento de hogares en el país con mayores ingresos, concentran el 35 por ciento de ingresos; mientras que los primeros cinco deciles de los más bajos concentran el 20 por ciento del ingreso total.”1 De acuerdo a datos de la Encuesta de Remuneración Total (TRS) 2014 “en México un directivo tiene un sueldo 11 veces más alto que el de un colaborador de nivel profesional: mientras un directivo tiene un salario base de 150 mil pesos en promedio mensuales, un profesional percibe un salario de 13 mil pesos.”2 Como se ve la situación no es tan distinta en México por lo que las conclusiones del trabajo se pueden aplicar a nuestro contexto.

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http://www.radioformula.com.mx/notas.asp?Idn=584479&idFC=2016 http://www.elfinanciero.com.mx/economia/directivos-ganan-11-veces-mas-que-personal.html