02 Dosis de Realidad - Ella Quince

Dosis de Realidad de Ella Quince Traducción: Gixane Dosis de realidad MÁS AVENTURAS DE XENA & GABRIELLE de Ella Quince

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Dosis de Realidad de Ella Quince

Traducción: Gixane

Dosis de realidad MÁS AVENTURAS DE XENA & GABRIELLE de Ella Quince

Sinopsis: Continuación de Licencia creativa, con más desmitificadoras aventuras de Xena y Gabrielle. Clasificación: X&G, Alt, Hum

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AVISOS Mea Culpa: Esta historia usa personajes registrados que pertenecen a MCA/Universal y Renaissance Pictures. Contenido sexual adulto: Esta historia retrata Xena y Gabrielle en un contexto romántico y sexual. Si este tipo de escenario te inquieta, es ilegal donde vives, o si eres menor de edad, por favor no leas más. Grado de violencia - Muy suave: Aunque hay alusiones ocasionales a violencia física, no figuran de forma prominente en esta historia. Esto es una continuación a Licencia creativa y no tendrá mucho sentido a menos que hayas leído primero esa historia. Advertencia: puro absurdo ahí delante. Simplemente estaba de humor... 2

Dosis de Realidad de Ella Quince

Traducción: Gixane

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Reality Check (Dosis de realidad). Traducción de Gixane, revisada por la autora, Ella Quince. Publicación autorizada por la autora. Toda su obra, en

inglés,

puede

ser

encontrada

en

su

propio

website, Altered

Stories. También puedes leer las críticas de Lunacy a sus fanfics.

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La tranquilidad se restauró en el claro del bosque tras la batalla de esa mañana. Sólo una combatiente y su compañera permanecían en el emplazamiento. Mejor así ya que había un único tronco caído en que sentarse y la guerrera tenía necesidad de un lugar de descanso. "Desearía que me hubieses advertido antes de empezar a recrear mis historias,

especialmente

las

muy

sangrientas,"

dijo

Gabrielle,

embadurnando la herida en la frente de Xena. Xena hizo una mueca mientras el picante ungüento picando hacía efecto. "No fue exactamente 'The Gauntlet', Gabrielle." "Quizá no," dijo la bardo, tragando audiblemente mientras limpiaba un delgado hilo de sangre. "Pero la codicia triunfó sobre el honor, entregando tu ejército en las manos de un despreciable acólito de Ares." "Oh, Darphus está bien, incluso si forzó el cambio de administración. Y sólo me aporreó porque no podíamos acordar los términos de venta. Se pone un poco agresivo cuando está frustrado, lo que es un rasgo útil para un señor de la guerra en alza." "Uh, Xena... no estoy--no estoy sintiéndome... muy bien..."

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"¡Uoa!" Xena saltó a sus pies, cogiendo a la oscilante bardo en sus brazos. "Vamos, siéntate y pon la cabeza entre las rodillas." Frotando la espalda de Gabrielle, dijo, "No estás acostumbrada a toda esta sangre, ¿verdad?" "No," admitió Gabrielle débilmente. "Probablemente por eso puedes contar historias tan sangrientas. No te parece real." Gracias a los dioses... Xena sonrió tiernamente a la joven de pálida cara, entonces se inclinó y suavemente la besó en la frente. "¿Eso por qué?" "Un remedio para el desmayo." Gabrielle sonrió, el color retornando a sus mejillas. "Parece ayudar." Se sentó con un destello entusiasta en los ojos. "Quizá deberíamos--" "No querría darte una sobredosis," bromeó Xena. "Demasiado tarde para eso," contestó Gabrielle con suficiencia. "Si el demasiado besarse es malo para nosotras, vamos a morir jóvenes." "Pero felices," dijo Xena alegremente. "Muy felices." "Aunque lamento lo de tu ejército." "Yo no." La señora de la guerra se agachó y sopesó la pequeña bolsa de monedas de oro que Darphus había tirado finalmente a sus pies. Era más ligera que la suma que había pedido pero, considerado que él podía haberla matado en su lugar, era un pago generoso. "En cuanto a aventura comercial, mi ejército no era un rotundo éxito. Así que es hora de seguir adelante y dar a mis habilidades mejor uso." "¿Qué tienes en mente?" 4

Dosis de Realidad de Ella Quince

Traducción: Gixane

"No sé." Le silbó al castaño caballo capado que pacíaba en la hierba del prado en el borde del claro. "Tendremos que ver qué surge." "Ahora que lo pienso, esto va a ser divertido," dijo Gabrielle, decidida a encontrar algo bueno en su reverso de fortuna. "Viajando juntas por el camino, teniendo aventuras igual que Gabrielle y la Princesa guerrera. ¿Qué más podría pedir una bardo?"

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"Au, ¡Hades!" siseó Gabrielle, retorciéndose otra vez para evitar las puntiagudas piedras que salpicaban la dura tierra debajo de ella. Desgraciadamente, las cadenas en sus muñecas y tobillos restringían su movimiento severamente. Encima de eso, tenía hambre y frío... e incluso sólo un poco de miedo. Estudió el desaliñado trío de hombres que se agrupaban alrededor del llameante fuego, un fuego que estaba demasiado lejos para ofrecerle ninguna calidez. Estaban en mitad de una furiosa discusión, pero no podía entender sus palabras. "¿Qué crees que va a pasarnos?" le susurró a la mujer que yacía a su lado. Xena intentó encogerse de hombros, pero sus ataduras estaban demasiado apretadas. Con un suspiro frustrado, dijo, "Bueno, considerando que realmente no tengo enemigos mortales, él sólo cree que los tengo..." "Podría costarle un rato encontrar a alguien que quiere dar rescate por la Princesa guerrera," se dio cuenta Gabrielle. "¡Oh, Xena, todo es culpa mía!"

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La señora de la guerra agitó la cabeza. "No, no lo es, Gabrielle. Esos son matones, así que nos habrían robado de todas formas y después, probablemente, matado si no me hubieran reconocido. Además, no importa por qué atacaron -- debería haber podido protegerte. Menuda guerrera he resultado ser," dijo abatidamente. "Más bien una pergaminoarribista con ilusiones de grandeza." "Xena, estabas superada en número en tres a uno. Creo que estuviste espléndida. Si sólo hubiera habido dos de ellos, habrías ganado con seguridad." "La Princesa guerrera puede derrotar un ejército entero." "Sí, pero me tiene a mí como coreógrafa. Y has de saber que tardé días en hacer funcionar esa escena de lucha contra los persas. Si los tipos que nos asaltaron hubieran concertado cita por adelantado, podría también haber escrito una para ti." Y, a pesar de su desesperada situación, empezaron a reír... "Es un truco, ¿verdad?" Sobresaltada, Xena levantó la mirada para encontrar al corpulento líder de sus apresadores cerniéndose encima de ella. Parecía ser el único de los hombres que aún quedaba en el campamento. "Fue

demasiado

fácil,"

dijo,

nerviosamente

lamiéndose

los

labios.

"Permitiste que te cogiésemos, incluso aunque solo éramos tres. Lo cual significa que querías ser capturada." Empezó a sudar y a buscar a tientas en sus bolsillos las llaves de las cerraduras. "No soy idiota. Simplemente no vale el riesgo. Podrás no creértelo, pero tengo esposa e hijos y realmente quiero volver a ellos. Vivo, no en pedazos."

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Xena y Gabrielle intercambiaron miradas incrédulas mientras él pegaba un saltó atrás, ansiosamente esperando que ellas se deshicieran de las cadenas. "Por favor, Xena, no me lo tengas en contra," imploró. "Según los bardos, has cambiado, ahora eres compasiva, ¿verdad?" "Uh, sí," dijo Xena mientras ella y Gabrielle se ponían torpemente de pie. Ante un golpe de su compañera, asumió una expresión severa y gruñó, "Pero es buena cosa que nos soltases, porque lo que había planeado para ti..." Lo dejó pender, su frente frunciéndose en concentración. "¡Uooo, no quieras saberlo!" intercaló Gabrielle rápidamente, antes de que la falta de imaginación de Xena se hiciera demasiado obvia. "¡No! ¡No, no quiero!" "Buen quite," susurró la señora de la guerra mientras su apresador se volvía y corría. "Para eso están los bardos," dijo Gabrielle.

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Al alba estaban de nuevo en el camino, caminando lado a lado, con el caballo capón deambulando en su estela. Era, Gabrielle reflexionó, un escenario misteriosamente familiar, como si se hubiera metido en mitad de una de sus propias historias. Excepto, por supuesto, que esta Xena era demasiado afable para tener parecido con una ensimismada, obsesionada y asesina de masas señora de la guerra con frágil temperamento y letales 7

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Traducción: Gixane

habilidades asesinas. Con más reflexión, la bardo decidió que ésta era, probablemente, una cosa buena... "Cuéntame otro," dijo Xena, todavía carcajeándose ante la idea de una regia princesa que era su viva imagen. "Bueno, ¿que tal la trilogía de Callisto a continuación?" "Genial, es uno de mis favoritos... sólo omite a Joxer." "¡Eh! Yo también estoy en esas escenas con él, sabes." "Daño colateral necesario," dijo la señora de la guerra, desechando la protesta de Gabrielle. "Si hubiera intentado unirse a mi ejército le habría destripado en el acto." "Creí que eras de la clase de señor de la guerra más amable y gentil." "No tan amable, no tan gentil." "Creo que estás siendo cerrada de mente. Joxer es el recurso cómico, un avanzado recurso literario tan solo recientemente introducido en la narrativa oral contemporánea." "Demasiado avanzado para mí," dijo Xena rotundamente. "Además, no es como si sus escenas hicieran avanzar el argumento." "Todos saben criticar," murmuró al bardo. La réplica de Xena fue cortada por el capado resoplando ruidosamente y tirando de las riendas en sus manos. "Tranquilo, tranquilo," le aplacó, intentando calmar al caballo, que parecía estar al borde de huir. "¿Qué pasa?"

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Dosis de Realidad de Ella Quince

Traducción: Gixane

"Que me aspen." "¿No supongo que tendrá nada que ver con el humo que está soplando en nuestra dirección?" le preguntó a Gabrielle. Xena olfateó ruidosamente, entonces frunció el entrecejo. "Condenada sinusitis..." Gabrielle miró fijamente a su compañera. "¿Exactamente cuales son las aptitudes mínimas para ser señor de la guerra en estos días?" "Tenía exploradores, ¿vale?" restalló Xena. "Les pagaba buen dinero para notar detalles como ese." "Sí, sí, por supuesto," dijo Gabrielle diplomáticamente. "Bueno," continuó con una sonrisa luminosa y un escalofrío de anticipación, "¿ahora qué hacemos?" "¿Hacer?" Xena la miraba inexpresivamente. "Respecto al fuego." "Lo rodeamos," dijo la señora de la guerra. "¡Xena, no podemos ignorar un pueblo que ha sido incendiado por un cruel conquistador! Tenemos que ayudarles a luchar--" Gabrielle se interrumpió, perturbada por la sonrisita en la cara de la señora de la guerra. "¿Qué?" "No hay ningún pueblo en esa dirección. Probablemente algún granjero está quemando rastrojo en sus campos." "No lo sabes con seguridad," dijo la bardo con una terca proyección de su barbilla. "Podría haber rapaces saqueadores justo sobre esa colina,

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arrasando en un frenesí de sed de sangre mientras saquean y depredan una granja indefensa." "Momento equivocado del año para saquear granjeros. La cosecha ha terminado y las mieses ya han sido llevadas al mercado. Los rapaces saqueadores ávidos de sangre están, en su lugar, atacando los graneros de la ciudad." "Oh." "Pero hace una buena historia," dijo Xena amablemente. Entonces, con súbito respingo, ladeó la cabeza, escuchando intensamente. "Viene alguien." "Eso está mejor." Gabrielle estaba consecuentemente satisfecha por esta prueba del agudo oído de su compañera. Dando saltos sobre los dedos de sus pies, intentó atisbar encima de la colina para ver al peligroso atacante que estaba acercándose. Se le cayó la cara a la vista de una figura encorvada de gastado ropaje. "Uh, oh," susurró Xena por lo bajo. "Problemas." "¿De veras?" El pulso de la bardo se aceleró mientras estudiaba al campesino que venía arrastrando los pies hacia ellas. "Parece inofensivo, pero obviamente has visto a través de su engaño. ¿Quién es: un guerrero, un asesino, un dios con disfraz de mortal?" "Aprisa, Gabrielle," dijo Xena, el pánico agudizando su voz mientras agarraba el codo de la bardo y la hacía ponerse en movimiento de un tirón. "He visto esa mirada antes. Es un viejo lascivo que va a querer hacernos compañía todo el camino hasta Atenas."

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Dosis de Realidad de Ella Quince

Traducción: Gixane

Pero era demasiado tarde. El andar del hombre era más rápido de lo que parecía. "Eh, ¿no te conozco?" dijo a gritos el campesino mientras se ponía al paso de ellas. "Umm, no lo creo," dijo Xena, tirando del caballo capado para acelerar su ritmo. "Sí, sí, claro que sí. Eres esa princesa guerrera... Xener." Gabrielle respingó. "Es 'Xena'." Él asintió sabiamente. "Eso es lo que dije, Xener." "Lamento ser portador de malas noticias," proclamó la joven bardo, asumiendo un rostro dramático de pesar y aflicción, "pero la Princesa guerrera está muerta, crucificada por los romanos." "Me parece un cadáver bastante vivo," graznó el hombre. Sus ojos fijos en el peto de la señora de la guerra. Mirando con más atención, agregó, "¿Estás comiendo bastante últimamente? Eres más flaca de lo que esperaba." "La muerte te hace eso," murmuró Xena a través de una mandíbula apretada. "Éste es mi día de suerte," el campesino se jactó, su mirada alternando al generoso busto de Gabrielle. "Dos encantadoras jóvenes y yo con la paga de una semana completa. Bueno, ¿cuál es la tarifa por ambas, queridita? Y no intentes cobrarme esos precios de la gran ciudad. Todavía estamos a medio día de Atenas y sé lo que es un precio justo por aquí."

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Traducción: Gixane

Oh, dioses... estamos condenadas, pensó la bardo mientras empezaba a comprender la completa magnitud del peligro.

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"No te lo habría tenido en contra," insistió Gabrielle mientras devanaban su camino a través de las atestadas calles de la ciudad. "Un tajito con la espada, no lo bastante para destriparlo, sólo lo bastante para derramar sangre y enlentecerle." Xena negó con la cabeza, su boca tensa con risa refrenada. "Riesgo profesional, bardo mío. Si atacara a cada hombre insoportable que encontré mientras viajaba, habría tenido que arrasar la mitad el campo." "Y eso sería un problema, ¿por qué?" instigó Gabrielle. Cuatro horas en compañía de un locuaz y chocheante libertino habían socavado seriamente su temperamento. Se había pegado a ellas con la tenacidad de una sanguijuela hambrienta hasta la última milla de su jornada, entonces la pellizcó en el culo al marcharse. "¿Ahora entiendes por qué aborrezco a Joxer?" "Touche," dijo la bardo. "Le mataré en mi próxima historia. Es una promesa." "Recuérdame que haga una ofrenda a Atenea," dijo Xena con gratitud. "Obviamente oye mis plegarias." Entonces, con un cloqueo de estímulo, llevó a su caballo fuera del camino y a un limpio patio de establo.

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Dosis de Realidad de Ella Quince

Traducción: Gixane

Un larguirucho y joven mozo de establo dejó de tirar heno y se acercó sin prisa. Cabeceó un saludo cortés a la señora de la guerra, pero entonces sus ojos atisbaron la tripa de su caballo. "Es un capado," dijo en tono acusador. "Uh, sí, la última vez que lo comprobé, lo era," acordó Xena. "¿Pero dónde está Argo?" Xena suspiró pesadamente. Éste iba a ser un largo día. "No soy Xena. Al menos, no soy esa Xena." El muchacho se rió a carcajadas. "Sí, ya. Ella está bien, ¿verdad?" "¿Quién, Xena? En realidad, está muerta." "No, Argo," dijo él obstinadamente. Su frente se frunció con preocupación. "No resultó herida ni nada, ¿verdad?" "Pero no tengo--" "Siempre he querido conocer a Argo," continuó él ansiosamente. "Argo está perfectamente," dijo Gabrielle, decidiendo que ésta era una batalla que ella y Xena no podían ganar. "La dejamos con... la madre de Xena." "Oh, entonces eso está bien." Le quitó las alforjas y mantas al capado. "Supongo que podemos contar con Cyrene cuidándola bien." Xena sólo le miró fijamente, pero la bardo cabeceó en asentimiento. "Sí, Cyrene es bastante fiable."

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Dosis de Realidad de Ella Quince

Traducción: Gixane

Cuando el mozo se llevó el capado al granero, Xena agitó la cabeza con asombro. "Pero yo no tengo una yegua llamada Argo. Ni siquiera tengo madre." "Bueno, ahora sí," dijo Gabrielle fatigadamente, "así que sigue la corriente." "Creí que sería anónima en Atenas," se quejó Xena mientras llevaban sus paquetes a la posada adyacente. "O al menos ignorada. ¿Seguramente los ciudadanos de la ciudad más cosmopolita de Grecia pueden diferenciar entre hecho y ficción?" "Eh, eh, no juzgues a toda la población basándote en la reacción de un mozo analfabeto." Gabrielle le sonrió brillantemente al severo posadero que estaba reclinado contra la puerta de su establecimiento. "Nos gustaría un cuarto, por favor." "Sí, me lo figuré. ¿Una cama o dos?" Xena se ruborizó ante la pregunta pronunciada con lentitud, pero Gabrielle serenamente contestó. "Una cama está bien." "Ya

era

hora,"

murmuró

el

posadero,

su

expresión

suavizándose

ligeramente. "¿Perdón?" "Oh, nada." Les abrió la puerta y apuntó un tramo de escalones. "Segundo cuarto a tu izquierda." "¿Estoy imaginando cosas o nos guiñó?" preguntó Xena mientras subían a la segunda planta. "Estoy segura de que fue un efecto de la luz." 14

Dosis de Realidad de Ella Quince

Traducción: Gixane

"Como Hades que lo fue. Apostaría que también cree que somos Xena y Gabrielle --quiero decir, esas Xena y Gabrielle-- y que somos... son... finalmente amantes." "Bueno, lo somos." "Pero estamos muertas." "¡El amor perdura!" proclamó la bardo mientras abría de golpe la puerta a su cuarto. Ambas miraron con desmayo el constreñido espacio y sus deslustrados muebles, entonces dieron un vacilante paso. Apenas había bastante espacio para dar otro. "Necesitan desempolvar más a menudo," dijo Xena críticamente, pasando un dedo por el tablero de una mesa. Frotó la mugre resultante con un escalofrío de desagrado. "Al menos una vez un año." "Lo he visto peor... en alguna parte," murmuró Gabrielle. Sentándose en la cama con una decidida ausencia de rebote, Xena juzgó que el colchón sería ligeramente más suave que una placa de granito. "Por cierto," preguntó con curiosidad, "¿cuántas veces has hecho esto?" La bardo, de súbito, se absorbió intensamente en desempaquetar sus mantas. "¿Hecho qué?" "Registrarte en una posada... con otra mujer." Gabrielle se encogió de hombros y mantuvo la cara apartada. "Soy bardo... viajo mucho... conozco montones de gente..."

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Dosis de Realidad de Ella Quince

Traducción: Gixane

"No estoy quejándome," dijo Xena suavemente. "Es sólo que," inspiró profunda y confesó, "siempre estuve tan ocupada llevando mi ejército que no tuve mucho tiempo para... socializar. Así que, a veces me preocupa... no estar a la altura." "Oh." Cuando la joven se dio la vuelta, había lágrimas bajando sus mejillas. "Xena, me enamoré de ti el día que entraste en Poteidaia y has valido cada minuto de los años que te he esperado. Nadie me ha hecho sentir nunca tan maravillosa o tan bella como tú." "Oh." La guerrera pestañeó, entonces aclaró su garganta, pero ninguna palabra salió. Así que puso a la bardo sobre su regazo y la envolvió en un abrazo feroz. Su cara enterrada contra el pecho de Xena, Gabrielle susurró, "Pero si aún estás preocupada, podríamos pillar práctica antes del almuerzo."

*

*

*

*

*

No muchos clientes quedaban en la sala común cuando las dos mujeres bajaron de nuevo al piso inferior. "Hay comida de sobra," gritó al posadero desde las profundidades de la cocina, "en tanto queráis estofado." "¿Estofado?" dijo la señora de la guerra por lo bajo. "Huele más a colada sucia," "Silencio, Xena". Gabrielle sacó una cortés sonrisa y respondió, "¡El estofado estará bien!" 16

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Traducción: Gixane

"Delius estuvo aquí," Xena leyó la parte superior de la tabla en caballete en mitad de la sala. Cuando se sentaron en un banco bajo que se tambaleaba ominosamente, continuó su repaso de las palabras grabada en la superficie de madera. "Fiscus ama a Antonio... Gratius la tiene de doce pulgada--" "¡Aquí tenéis!" gritó una dotada mujer que surgió de la cocina con una bandeja de comida equilibrada en las manos. Entonces sus ojos se fijaron en la señora de la guerra ataviada de cuero. "¡Oh, santo!" Colocando dos cuencos delante de sus clientes, la camarera se agachó en un estratégico y obviamente bien practicado ángulo que mostraba sus senos como si fueran un especial en el menú del día. "Eres Xena, la Princesa guerrera, ¿verdad?" Xena sonrió ampliamente. "Vaya, sí--" "Sí, hay un fuerte parecido," intercaló Gabrielle. "Que encantador que lo notases. Pero, ¿no lo has oído? La Princesa guerrera está muerta." Reclinándose contra su compañera, murmuró, "O ciertamente lo estará pronto." "Ajá, muerta," dijo la señora de la guerra con súbita convicción. "Clavada a una cruz, dijeron. Desagradable forma de irse, pero muy completa." La camarera se estremeció, lo que sólo sirvió para acentuar sus bienes. Entonces miró a la joven bardo, fríamente midiendo su apariencia. "Bueno, obviamente no eres Gabrielle. ¿Está también muerta?" "Sí," dijo Gabrielle a través de los dientes apretados. "Murió con Xena." "¡Oh, que triste!"

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Dosis de Realidad de Ella Quince

Traducción: Gixane

"Lo que es realmente triste es esta comida," dijo la señora de la guerra, rápidamente dejando caer la cuchara tras sólo probarla. "No te preocupes, puedo arreglarte algo muy especial," exclamó la camarera. "No soñaríamos con causarte ese tipo de problema," dijo Gabrielle rápida y firmemente. "En su lugar, cogeremos algo que comer en el mercado. ¡Ahora!" dijo, instigando a Xena a irse antes que la camarera pudiera ofrecer más de sus servicios. Mientras se dirigían a la puerta, Xena escupió un trocito de cartílago que se había alojado entre sus dientes. "Realmente deberíamos mudarnos a otra posada." "Sí, probablemente deberíamos," asintió Gabrielle renuentemente, "sólo que este lugar es tan conveniente. Está cerca a la puerta de la ciudad, los establos e incluso los mercados." "Pero--" La señora de la guerra interrumpió la protesta; sus ojos azules se iluminaron, encendidos por una súbita chispa de inspiración. "Vaya, así que lo es, mi bardo, así que lo es..."

*

*

*

*

*

"Un dinar." Gabrielle asintió y entregó una moneda. Cuando se alejó del puesto, vio la mirada horrorizada en la cara de Xena. "¿Qué?"

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Dosis de Realidad de Ella Quince

Traducción: Gixane

"¡Gabrielle! Acabas de pagar tres veces el precio de mercado por esa manzana! Creí que sabías regatear." "Excúsame, Destructora de naciones, pero soy bardo, ¿recuerdas? Escribo ficción." Detrás de ellos, el frutero estaba mirando fijamente a la señora de la guerra, recorriendo con sus ojos desde las botas de cuero a los mechones de ala de cuervo de su cabello. "Destructora de... ¡Eres Xena, la Princesa guerrera!" gañó. "Xena está muerta," dijo la señora de la guerra automáticamente. "¡Pero eres exacta a ella!" "No, no lo es," clamó Gabrielle, asumiendo un rostro de obvio desmayo. "Has cometido un error, un terrible error. Es sólo una... una extraña coincidencia, eso es todo." Sobresaltada por la muy poco convincente negación de Gabrielle, Xena decidió que la parte mejor del valor reside en permitir a la bardo interpretar esta escena a su gusto. Fijando su boca en una torva línea, la señora de la guerra mantuvo un firme silencio. "Vaya, si esta mujer fuese Xena," dijo Gabrielle, "¿creerías por un instante que te permitiría vivir tras timarme todo un dinar por esa manzana harinosa?" Ah -- esa es mi señal, se dio cuenta la señora de la guerra. "Como la mujercita dijo, no soy Xena." Y dejó que su mano derivara hacia el pomo de su espada. El vendedor tragó con dificultad. "No, Xena no... tonto de mí..." Tomando una profunda inspiración dijo, "Uh, a propósito, te olvidaste tus otras dos 19

Dosis de Realidad de Ella Quince

Traducción: Gixane

manzanas. Y toma, ten también una pera. Están muy sabrosas en esta época del año." Gabrielle irrumpió con una sonrisa beatífica. "Vaya, gracias -- eres muy amable." Mientras se alejaban paseando, mascando la fruta, Xena dijo, "Y pensaba que dijiste que no sabías regatear." "Eso no fue verdadero regateo. Fue un acto de improvisación. Y para una amateur, hiciste un trabajo bastante bueno pillando tus frases." "Fue divertido," dijo Xena pensativamente. "No he tenido mucha diversión en mi vida." Se volvió a su compañera. "Esa es una de las cosas que me gustan de estar cerca de ti. Incluso antes de conocernos, me imaginaba simplemente de forma natural hacías la vida más interesante. Fue una de las razones por las que te hice raptar." "¿De veras?" Gabrielle se sonrojó de placer. "Sólo por eso, te perdonaré el chascarrillo de 'mujercita'."

*

Una

ventaja

a

tener

un

*

*

cuarto

*

tan

*

pequeño,

decidió

Gabrielle

filosóficamente, era que podía ser iluminado por el único cabo de vela reticentemente proporcionado por el posadero. Estornudó cuando una nube de polvo le cosquilleó la nariz. "Supongo que la sirvienta ha estado aquí."

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Dosis de Realidad de Ella Quince

Traducción: Gixane

Durante su ausencia que sus paquetes habían sido arrojados a una esquina del cuarto y el cobertor había sido doblado para revelar manchadas y raídas sábanas... y un látigo pulcramente enrollado sobre la plana almohada. "¡Por todos los--!" gruñó la señora de la guerra. Quitando su látigo de la cama, apresuradamente lo metió en su alforja. "Me gustaría ponerle las manos encima al bardo que está propagando esas condenadas historias de S&M otra vez." "Sí... a mí también," dijo Gabrielle, un tono especulativo en su voz. Ante la ultrajada mirada de Xena, dijo, "Eh, no lo descartes hasta que lo hayas probado." "¿Qué pasa con los bardos y el cuero?" preguntó Xena con consternación. "¿Cuántas veces tengo que decirte que esa armadura y armas son herramientas de mi oficio, no juguetes sexuales. No tengo intención de usar un látigo en ti." "No era ese el escenario que tenía en mente." "¡Oh no, ni hablar! ¡El látigo duele!" "¿Cadenas?" Xena se quedó callada un momento. "Bueno... quizá..." Esta prometedora línea de discusión fue interrumpida abruptamente por una serie de gritos horripilantes y el sonido de mobiliario astillándose viniendo del cuarto de al lado, seguido de una rítmica cantinela que cobró fuerza hasta que las dos mujeres pudieron oír las palabras, "¡Toga, toga, toga!" reverberando a través de la pared.

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Dosis de Realidad de Ella Quince

Traducción: Gixane

"Sólo una loca suposición," dijo la bardo, "pero creo que ésa es una fiesta que querríamos evitar." "Y creo que es hora de tener una charla con la gerencia," dijo la señora de la guerra, saliendo autoritariamente fuera del cuarto. Gabrielle se estremeció. Había habido un filo de amenaza en la voz de su compañera que la bardo nunca antes había oído. Mientras esperaba el retorno de Xena, Gabrielle incluso sintió una punzada de simpatía por el desventurado posadero. Entonces la vela parpadeó, dejándola en la oscuridad, y los tablones del suelo comenzaron a vibrar por el creciente ruido de la naciente orgía. "Pensándolo mejor-- Tomad la aldea, matadlos a todos," murmuró la bardo mientras tropezaba al salir del cuarto e iba en busca de la señora de la guerra. Encontró a Xena sola de pie en mitad de la vacía sala común. "¿Y bien?" Gabrielle exigió. La sonrisa atontada en la cara de Xena estaba empezando

a

preocuparle.

"¿Encontraste

al

posadero?

¿Le

hiciste

devolvernos nuestro dinero para que podamos quedarnos en alguna otra parte?" "No exactamente." La sonrisa de Xena se ensanchó. "En realidad, le compré el local." "¡Comprarlo!"

Sin

tan

siquiera

intentarlo,

la

bardo

logró

un

verdaderamente impresionante rostro dramático de puro horror. "Pero Xena, ¡esta posada es un vertedero!" "Un

vertedero

con

una

buena

situación

estratégica,

por

eso

ha

permanecido en el negocio tanto tiempo pese a sus muchas deficiencias. Todo lo que necesita es una buena administradora y entretenimiento de primera clase, como una bardo, y--" 22

Dosis de Realidad de Ella Quince

"

...y

podría

ser

un

Traducción: Gixane

éxito

estruendoso,"

terminó

Gabrielle

con

sobrecogimiento. "Xena, Posadera ateniense," proclamó la antigua señora de la guerra mientras inspeccionaba su nuevo territorio. "Tiene gancho, ¿verdad?"

FIN

Puedes mandar tus comentarios, en español, a Ella Quince: [email protected]

J7 y XWP (Traducciones al español y demás) https://j7yxwp.wordpress.com

Si te ha agradado esta historia por favor puntúa la lectura con las estrellas que la consideres merecedora.

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