Williams, William Carlos - 20 Poemas

WILLIAM CARLOS WILLIAMS 20 POEMAS Versión castdlana: LA~!lS FELD~rAN GABRIEL RODRIGUEZ ELlITAIX> POR FUNDARTE SF.GIJ

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WILLIAM CARLOS WILLIAMS 20 POEMAS Versión castdlana:

LA~!lS FELD~rAN

GABRIEL RODRIGUEZ

ELlITAIX> POR FUNDARTE

SF.GIJNllA

EUlCIO~

WILLIAM CARLOS WILLlAMS

Naóó en RUlherford, New Jersey, en 1883. La mayor parte tlt! su vida la compartió entre la poesía y la medicina. Siendo mUj' jot'en trabó contacto con /!,.'rza PoulllI quien lo introdujo en las ('orrientes de la nUt:t'a poesía. Lo mismo que Eliol y Pound viajó por Europa, pero regresó a su prodncia natal ,- fue uno de 10.'( que más luchó por Ull .~efltitl(] nacional tiC'! la literatura, contra la aL'alancha de la influencia europea. /'ublicó su primer libro de p(}ema.~ a los 26 ari.os. En 193,~ publicó sus Collectcd Poems, prologados por Wallace Steflcns. Cultivó lodos los f:pneros litnarios t'n lUla obra que abarca 49 volúmenes. La poesía de Williams puede definirse por una acentuada predQminancia tlel mundo .~cnsorial impr('gruulo por 1« errwci/m :r [Jor una insumtanpidad de la experiencia y .~/l. rt>/lejo, la e.~critlira. u:' ill;am.~ trafó de eludir toda influencia inle/todltal en .m.~ poema... y fue probablemente, lino tl(' Ins mejores repre.~entantes del 3

"imnginismo". Por mucho tiempo, sobre lodo durante SIl. juventud, su lema fue: "En arte el lÍnico realismo es el de la imaginación". Pero p()(/f>mos estar casi seguros de que esa noción no corre.~p(Jnde a lo que comúnmente se entiende por imaginación. en nuestras latitudes. Desde aquí nada m.ás cerca de la realidad que la poesía de Williams, una poesía que no se permitió fantasías, que vibraba al contacto de experiencias a veces tan. cotülianas que mue/lOs reclulZarian. Y ese contacto con la realidad inmediata, ese rescate de una nueva noción de la poesía son (.·ortqui,.,tas que tal vez .m le de/Jan casi exclusivamente al gran poeta llOrteamericano. WiLliam.~ df>mostró que no hay tem.as "poéticos". asi como demostró también que la poeúu no f>stá hecha .~ólo de grandes palabras, de pensamientos prolundos o de ideas brillantes. Tampoco de debilidad sentimental. Raras veces es daMe encontrar una poesía con tan. pocas conce.~iones. Williams sentiría que su grClfl capacidad emocional podría llevarlo muchas veCf>S al ...entimentalismo, y empleó. para cOlllrarrestarl{J, una alta dosis de ironía r de humor. Es que Williams desconfió como nadie de los datos superficiales de la realidad superficial )' buscó más allá, detrás de la sigllificación fenoménica. un sentido más humano, más íntegro r lotal de la existencia. Un poema, por ejemplo. como "Sólo para decir" sería incomprensible si nos quedáralM,f en la superficie referente del discurso; {Jero .fi atendemos a la enorme capacidad de sugerencia de esas palabras e. comunes u , ta 1 vez penetremos en aque1 am • b'lla donde el hombre se reúne consigo mismo en

un instante de vida, no una vida imaginaria desbordada en estepas, en altos vendavales de alcohol y de sangre (como aún acostumbran much().~ poetas), sino la vida verdadera, la única que tal !I'e: tengamos aqu í y ahora, en la cotidianidad qUl' nos rodea )' donde el hombre I.melve, de pronto, al contacto cun 1(1,~ viejos sabores, con los sentülos oivitlados r elementales eso solo, 'JO, constituj'e un. redescubrimienJo. Otro poema. notabl(~ (le W illiams, por la sutileza con que lo conMru"e es HA Marco Alltonio en el cielo": nótese, por ejemplo, la correspondencia que exi.~te entre la forma e.n que el !JOettl mira el mundo que describe ("¡uuto, árboles ,. nubes" -es decir: de abajo haria arriba, la primera vez-, y "nubes. árboles y pa.~to": desde arriba hacia abajo la última t1ez) la figuración de que el personaje realiza en ese momento el mismo movim.iento por el cuerpo de C/eoratm. y para ver hasta qué punto, a t'cces suele diferir la teoría poética de SIL práctica (el poema), baste contraponer el lema de W illiam.~ con su poema "Dedicatoria de un terreno baldío", en el , cual, ;uslflmente después de imaginarle una ",-ida irreal a Emil,· Dickiflsoll, el poeta concluJe con. estas palabras: "Si no puedes traer a este lugar / nada más que tus piltrafa.~, fuera de aquí".

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Como si confesara que ese largo discurso que se inventa en él para imaginarle lIna t:ida extraña a Em.ily Dickinson no (~S otra cosa que la escoria, la basura de palabras vacías frente al silencio, a la realidad de la mur.rte r artte la vida ('eal tle Emily registrada en sus poemas. Confesión. (le un poeta que puede ser infiel a su teoría pero jamás a .m pra.'l:i.~, a su poesía,

tratarme bien? Para entonces su mente eSUlba lúcida Oh, jovencitos, ustedes se creen listos,

dijo, pno te diré que 110 sallen nada. En/unces pllrtimo.... Efl el camino pasamo,'i Uf/a larga

fila

de olmos, los miró un rato a través de laven1anilla de la ambulancia ¿Qu;' .'iorl

lodas

r dijo,

e.'ia.'i

cosas de a.'ipec/o pellJ.'iienlo allí afuera? ¿/1 rboles? Bueno, estoy harta de el/os, y 'l;olteó la cabeza.

nF.DlCATOlUA DE UN TERRENO BALl)1O

E.~te

terreno haldio frente a las aguas de esUl ensenada está dedicado a la presencia viviente de Emily Dickinson Welcome qu.ien nacilÍ en lnglaterra, casó, perdió a su marido r COn ,H/, hijo de cinco años se emlJUrcó en un tlclcro a New York; fue (lestiiada a las Azores; eflCa!ló en los ban