William Blake o El Dios Humano

Daniela Romero. William Blake o El Dios humano. William Blake fue un poeta y un pintor, nació en Londres en el año 1757

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Daniela Romero. William Blake o El Dios humano. William Blake fue un poeta y un pintor, nació en Londres en el año 1757 y murió, en la misma ciudad, en 1827. Blake, en su poesía, reflexionaba sobre sus creencias personales en temas como la política, el hombre y la religión; hasta el punto en que crea su propia cosmogonía. Harold Bloom dice que “Blake precedió a los otros románticos pero nunca se identificó con ellos” (p. 12). Esto ocurre no solo por una cuestión cronológica, sino de temática. Él, en cierta forma, no se centra solamente en los problemas de su tiempo, ya que en su poesía son muy importantes las profecías que agrega, el futuro; las cuales, además, eran visiones que tenía. Blake es, sin duda alguna, uno de los humanistas más extremistas, como se evidencia en su poesía. Aunque no es en el sentido tradicional, el renacentista (incluso con eso Blake es revolucionario y rompe con el orden de las cosas), donde hay un resurgir del arte grecorromano. Lo es en su forma más pura. Lo que también lo aleja de ese humanismo renacentista, es porque tiene una conexión con lo medieval. Esta relación es más obvia en su pintura, porque lo hacía con la técnica de la grisalla, que es medieval. Su humanismo es uno basado en el hombre, en su aspecto más natural, y en todo el poder de creación, que tiene su imaginación. Además, es radical porque el hombre debe estar libre de prejuicios. Dios es el hombre, “Prays to the human form divine” (p.114). Lo que lo hace divino es su fuerza de voluntad. El impulso que lo lleva a crear. Para que ese impulso pueda encontrar su mejor forma, ahí es donde debe estar libre de prejuicios que limiten el potencial creativo. Asimismo, Blake se consideraba cristiano, lo cual es un concepto bastante acertado. Aunque para él Dios (como es conocido tradicionalmente) sí existe, es un ente malvado, corrompido y, en realidad, lo que cumple es la figura de padre, de creador “Selfish father of men! / Cruel, jealous, selfish fear!” (p. 35), la verdadera figura divina es el hombre. Por eso Jesús es el verdadero Dios, porque es hombre, carne, “Jesus was all virtue, and acted from impulse, not from rules” (p. 64). Por esto, Blake es un cristiano humanista. Es, también, un poeta que toca el tema de la mística, porque, aunque no le genera placer al hombre, es más bien una violación, Dios (Elohim) sí posee al hombre. “Love seeketh only Self to please, / To bind another to Its delight, Joys in another´s loss of ease, / And builds a Hell in Heaven´s despite” (p. 36). En esta estrofa está implícita la posesión que Dios hace del hombre. Aunque esta es más evidente en la pintura de “Elohim creando a Adán”. Este es el momento en el que Dios le insufla la vida a Adán, pero lo está poseyendo y casi diabólicamente, le infringe dolor. Además, es Elohim el que trae la serpiente. De esta manera, Blake explica la maldad que hay en el hombre. Es culpa de Dios, Elohim, porque él trajo la serpiente y, sobre todo, fuimos creados a su imagen y semejanza. Quizás, el siguiente verso podría ilustrar mejor lo que

ocurre en esa pintura “And it bears the fruit of Deceit, / Rudy and sweet to eat” (p. 41). Blake construye una mitología estrictamente humana, ahí radica su carácter humanista. El pecado, propiamente dicho, no existe para él. Lo más cercano a algo así sería “The worship of God is: Honouring his gifts in other men, each according to his genius, and loving the greatest men best: those who envy or calumniate great men hate God; for there is no other God” (p. 173). La verdadera blasfemia, el pecado, es atentar contra el propio hombre, porque lo haces contra la divinidad, la verdadera; que, además, es uno mismo. El verso que, de alguna manera, es como la poética de Blake está en Proverbs of Hell, “Thus men forgot that All deities reside in the human breast” (p. 164). La intención de Blake no es solamente crear su propia cosmogonía, basada en las visiones que tenía; sino, devolverle al hombre su carácter divino, manifestárselo para que así este lo pudiera ver y comprendiera sus implicaciones. Luego refuerza esto con lo que el Profeta Isaías explica: (…) I was then perswaded, and remain confirm´d, that the voice honest indignation is the voice of God, I cared not for consequences, but wrote. (…) All poets believe that it does, and in ages, of imagination this firm perswasion removed mountains; but many are not capable of a firm perswasion of any thing (p. 165).

Aquí se muestra que el potencial creativo sale del impulso, en este caso la indignación; que es, además, una sin prejuicios. Nos dice que muchos hombres lo han olvidado o simplemente no lo practican. Por esto, se convierten en seres pasivos, porque reprimen su deseo, su energía, ya que a esta Blake la define como “Energy is the only life, and is from the Body” (p. 159). El infierno es la energía, por eso ellos son seres libres, son verdaderos poetas. Además, es el deseo lo que nos hace humanos y, por ende, dioses. Para William Blake el hombre alcanza su condición divina, cuando explota todo su potencial creativo, por medio de su imaginación. Solo así podrá mover montañas, porque asume su identidad, verdadera, de dios; que no es solo uno, sino todos al mismo tiempo. No tendría límites de ningún tipo. El medio para poder liberar todos esos impulsos, para poder crear, es a través de la escritura, de la poesía. Porque aquí la razón no tiene posibilidad de limitar, restringir el potencial creativo del hombre. Sin embargo, todo acerca de lo que Blake se refiere no es solamente de una poética, una mitología, es una moral. Para ser creativo, desencadenar toda la capacidad imaginativa, debes ser un hombre libre. Es aquí donde él se vuelve un poeta romántico, lo que lo une inexorablemente. La libertad es el mayor tema, la preocupación más grande del romanticismo. La voluntad es la potencia creativa del hombre, si ella no es libre, la imaginación, nuestros impulsos no podrían ser convertidos en poesía. El hombre entraría en un estado de agonía. Por lo que solo podría convertirse en rebelde, atacar y romper con ese estado opresor (aquí entraría la revolución que los románticos,

y Blake, tanto amaron). “Break this heavy chain / That does freeze my bones around. Selfish! Vain! / Eternal bane! / That free Love with bondage bound” (p. 124). El lenguaje es mío, hago lo que quiera con él y por eso soy Dios, un visionario. Por eso la poesía de Blake debe ser leída como una preceptiva ética y estética. Así libera al lenguaje de limitantes. Lo potencia de significaciones. El poeta es independiente, no importa si es de un mecenas, de la religión o de sus propios prejuicios. Él, ahora, es libre de hacer su voluntad, de crear una cosmogonía en donde él sea su propio Dios.

Referencias bibliográficas. Blake, W. (1987). Antología bilingüe. Ed. Titivillus. Bloom, H. (1974). Los poetas visionarios del romanticismo inglés. Ed. Barcelona: Barral Editores, S. A. Referencias electrónicas. Dent, S. (2007). Thinkers: William Blake. Noviembre, 2017, de New Humanist. Sitio web: https://newhumanist.org.uk/articles/1628/thinkers-william-blake Lawson, W. (1993). Humanism in literatura: William Blake. Noviembre, 2017, de The Free Library by Farlex. Sitio web: https://www.thefreelibrary.com/Humanism+in+literature%3A+William+Blake.-a013255817