Werther Ensayo

LAS DESVENTURAS DEL JOVEN WERTHER Alba Mata Morales Literatura Universal 12/04/2012 CARTAS DE WHERTHER QUE SERÁN ANAL

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LAS DESVENTURAS DEL JOVEN WERTHER

Alba Mata Morales Literatura Universal 12/04/2012

CARTAS DE WHERTHER QUE SERÁN ANALIZADAS1 21 DE JUNIO 2 Paso unos días tan felices como los que Dios reserva a sus elegidos, y sucédeme lo que me suceda, no podré decir que no he saboreado los placeres más puros de la vida. Me he establecido enteramente en mi retiro de Wahlheim que ya conoces, allí no me separa más que media legua de distancia de la casa de Carlota; allí estoy siempre contento, y gozo cuanto el hombre puede gozar en la tierra. «Cuando elegí a Wahlheim por límite de mis excursiones, ¿cómo hubiera yo podido figurarme que estuviese tan cerca del cielo? ¡Cuántas veces, prolongando mis largos paseos, he visto más allá del río, ora desde la cima de la montaña, ora desde lo hondo del valle, esa casa de campo que hoy es el centro de todos mis deseos! «He hecho, mi querido Guillermo, mil reflexiones sobre el afán con que el hombre trata de extenderse fuera de sí mismo, de hacer nuevos descubrimientos y de correr sin objetivo fijo; después he meditado sobre la oculta inclinación que le nace buscarse límites y seguir el camino trillado, sin cuidarse de lo que hay a derecha o izquierda. Cuando yo vine aquí y contemplé desde la colina este hermoso valle, me atrajo hacia él un encanto inconcebible... Allá abajo, el bosquecillo... ¡Ah, si tú pudieras descansar a su sombra! Allá arriba, la cumbre de la montaña. ¡Ah, si tú pudieras contemplar desde ella este soberbio paisaje! Y estas cordilleras de colinas, y estos valles solitarios... ¡Oh, quién pudiera perderse en su seno!... Yo iba y venía sin encontrar jamás lo que buscaba. Con lo que está distante de nosotros sucede lo que con el porvenir. Un horizonte inmenso y oscuro se extiende delante de nuestro espíritu; en él, a la par que nuestras miradas, se sumergen nuestros sentimientos, y, ¡ay!, ardemos en deseos de entregarle por completo nuestro ser, soñando saborear en toda su plenitud las delicias de una sensación grande, sublime, sin igual. Pero cuando hemos corrido para llegar, cuando el allí se ha convertido en aquí, vemos que todo es como era antes; permanecemos en nuestra miseria encerrados en el mismo círculo, y el alma suspira por la ventura que acaba de escapársele una y otra vez. «Por eso el hombre más inquieto y vagabundo vuelve al fin los ojos hacia su patria, y halla en su lugar, en los brazos de su esposa, en medio de sus hijos, entregado a los cuidados que se impone para el bien de tan queridos seres, la dicha que en vano ha buscado por toda la tierra. «Cuando al despuntar el día me pongo en camino para ir a mi nido de Wahlheim, y en el jardín de la casa donde me hospedo cojo yo mismo los guisantes, y me siento para quitarles las vainas al mismo tiempo que leo a Homero; cuando tomo un puchero en la cocina, corto la manteca, pongo mis legumbres al fuego y me coloco cerca para menearlas de vez en cuando, entonces comprendo perfectamente que los orgullosos amantes de Penélope puedan matar, descuartizar y asar por sí mismos los bueyes y los cerdos. No hay nada que me llene de ideas más pacíficas y verdaderas que estos rasgos de costumbres patriarcales, y, gracias al cielo, puedo emplearlos, sin que sea afectación, en mi método de vida.

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Las páginas de las cartas corresponden a la edición digital del libro. Página 29.

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«¡Cuán feliz me considero con que mi corazón sea capaz de sentir el inocente y sencillo regocijo del hombre que sirve en su mesa la col que él mismo ha cultivado, y que, además del placer de comerla, tiene otro mayor recordando en aquel instante los hermosos días que ha pasado cultivándola, la alegre mañana en que la plantó, las serenas tardes en que la regó, y el gozo con que la veía medrar de día en día.»

3 DE NOVIEMBRE3 “Sólo Dios sabe cuántas veces me he dormido con el deseo y la esperanza de no despertar jamás. Y al día siguiente abro los ojos, vuelvo a ver la luz del sol y siento de nuevo el peso de mi existencia. ¡Ah! ¿Por qué no soy uno de esos maniquíes que se amoldan a todo, a todo, menos a sí mismos? Entonces, al menos, el insoportable fondo de mi desolación no pesaría sobre mí más que a medias. Por desgracia, comprendo que la culpa es únicamente mía. ¡La culpa! No. Bastante es ya que lleve en mí la fuente de todos los dolores, como hace poco llevaba el manantial de todos mis placeres. ¿No soy siempre aquel hombre que otras veces se deleitaba con los más puros goces de una exquisita sensibilidad que a cada paso creía descubrir un paraíso, y cuyo corazón abierto a un amor sin límites, era capaz de abrazar el mundo entero? Este corazón está ahora muerto, cerrado a todas las sensaciones; mis ojos están secos, y mis acerbos dolores, que no tienen desahogo, llenan de prematuras arrugas mi frente. ¡Cuánto sufro! He perdido ese don del cielo, que por sí solo embellece mi vida, esa fuerza vivificante que hacía crear mundos a mi dolor. Cuando desde mi ventana contemplo el horizonte y tras la cumbre de las colinas el sol disipa las brumas matinales y desliza sus primeros rayos hasta el fondo de los valles, mientras el sosegado río corre mansamente hacia mí, serpenteando entre los viejos troncos de los sauces desnudos; este admirable cuadro, ahora inanimado y frío como una estampa de color, este espléndido espectáculo que otras veces ha hecho desbordarse mi corazón, no derrama ahora en él ni una sola gota de entusiasmo o de contento. Allí está el hombre, inmóvil, árido, frente a su Dios, siendo un pozo vacío, una cisterna cuyas piedras se han roto con la sequía. Muchas veces me he arrodillado para pedir lágrimas al Señor, como el labrador implora la lluvia cuando ve sobre su cabeza un cielo cobrizo y a sus pies la tierra muriéndose de sed. Pero, ¡ay!, Dios no concede la lluvia ni el sol a nuestros ruegos importunos. ¿Por qué aquel tiempo, cuyo recuerdo me mata, era para mí tan dichoso? Porque entonces yo esperaba, confiado en que el cielo no me olvidaría, y recogía las delicias con que me embriagaba un corazón lleno de reconocimiento.”

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Página 89.

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EL AMOR DE UN ROMANTICO EXTREMO; ENSAYO DE LA NOVELA WERTHER

“El corazón no muere cuando deja de latir; el corazón muere cuando los latidos no tienen sentido.” Roberto Chávez.

Con esta frase que alude al motivo del suicidio en la historia del joven y apasionado Werther, trataré de exponer una interpretación de las desventuras relatadas en este libro. Esta interpretación estará guiada por el análisis de dos cartas de dicho libro. La primera carta que analizaremos corresponde al día 21 de junio de 1771, cuando el amor de Werther está en plena efervescencia. La segunda corresponde al día 3 de noviembre 1772. En esta segunda carta podremos ver la caída de Werther en el control de sus pasiones. Con este ensayo busco entrelazar las situaciones vividas por el protagonista, planteando como en un principio nace en su corazón un grato sentimiento, que luego cambia por completo y pasa a ser un sentimiento de amor obsesivo e imposible. Mostraré que el amor puede transformar por completo la personalidad, el carácter y las acciones que realiza un hombre y así transformar su vida en un cambio beneficioso para uno mismo. Pero para analizar esta obra miraremos hacia el otro lado, al lado trágico, viendo como Werther, que en un principio era un alegre joven, termina sumiéndose en la desesperación que lo conduce a la trágica idea del suicidio. Por otra parte, quiero demostrar cómo estos temas de la historia de Werther terminan siendo parte de una revolución literaria del siglo XIX, que emocionó e influyó en toda una generación, denominada el romanticismo. Este movimiento se caracterizó por reaccionar contra el racionalismo y la ilustración y crear una literatura que diera preferencia a los sentimientos. “Las penas del joven Werther” es una obra bastante controvertida puesto que expone diversos temas; el suicidio, la sociedad, la contradicción y cada uno de estos pone en juego a la moral. Nuestro protagonista será un joven romántico y fatalista, tiene un carácter crítico con la sociedad y admira la naturaleza creyendo ver un ella la existencia de la divinidad. Se nos presentará como un chico muy sentimentalista, amable y artístico, pero a su vez veremos que es inconstante, impetuoso e idealista. “¡Qué feliz estoy de haberme ido! Querido amigo, ¡hay que ver lo que es el corazón del hombre!...” 4Así es como comienzan las cartas que Werther le envía a su amigo Wilhelm, y que nos muestran a un tipo jovial y vivaz, un hombre lleno de sentimientos, optimista y alegre en el amor y que es capaz de disfrutar de pequeñas situaciones. Pronto Werther comenzará a disfrutar de la compañía en su nuevo pueblo y de la desbordante naturaleza que le rodea, apreciando en ella los más pequeños detalles. En este nuevo lugar será invitado a un baile donde acuden los jóvenes del pueblo. Ese mismo día conocerá a Charlotte. Hasta el momento Werther se presenta, en un principio, como un joven fuerte y decidido, individualista y original, 4

4 de mayo de 1771. Página 6 de la edición digital.

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pero esto será hasta que aparece la figura de Charlotte S., y surge el primer tópico del amor imposible, ya que se da cuenta de que nunca podrá obtenerla porque está comprometida. “Paso unos días tan felices como los que Dios reserva a sus elegidos, y sucédeme lo que me suceda, no podré decir que no he saboreado los placeres más puros de la vida”5. Solo con leer dos frases podemos ver como son los días de Werther tras conocer a Lotte. Ante el descubrimiento de un gran amor en Wahlheim, el joven Werther se establece allí dando gracias a Dios por convertir su aburrida vida en un placer continuo, él no esperaba tanto de su nuevo hogar, pero en efecto, ha encontrado aquello que llena su corazón de tal manera que toda la naturaleza se ha convertido en un goce continuo. El amor le ha abatido, le ha fulminado y ya no exista nada más allá que ella. En esta carta podemos ver como él ya estaba a gusto en esas tierras, la gente le era simpática y la naturaleza era rica y conmovedora pero paseaba sin más. Ahora, un nuevo mundo se le ha abierto a sus pies, cada detalle, cada pequeño guiño de la naturaleza, hasta el más mínimo gesto de la vida costumbrista son para Werther objeto de admiración. Werther tiene un nuevo horizonte a la vista que luchará por conquistar, aunque éste parezca inalcanzable. Todos los hombres buscan su cometido en la tierra, algunos lo logran alcanzar, otros no. Werther ya sabe cuál es su cometido. Así finaliza la carta, explicando a su amigo que ahora se considera feliz, su corazón puede sentir todos y cada uno de los instantes de su existencia con una intensidad envidiable. Ahora goza de su vida día a día. En las siguientes cartas veremos el avance de Werther. Está enamorado pero es consiente y acepta que nunca podrá estar con ella, incluso cuando llega Albert, el prometido de Lotte, se llevan bastante bien. En su cumpleaños Lotte le regala una cinta especial para él, por lo que comienza a obsesionarse y surge el amor obsesivo, en el que Werther no deja de pensar en ella y se desespera al no poder tenerla a su lado. Producto de este amor comienza a actuar de forma muy diferente, casi irracional. ¿Puede la emoción dominar sobre la razón y la lógica? Está es una de las características del romanticismo, donde se ve el instinto frente a la razón, donde las emociones y las pasiones dominan dejando de la lado toda acción racional. Por seguir sus sentimientos, Werther pronto se ve sumido en la melancolía y el sufrimiento, y se aprecia el profundo cambio en su personalidad, de un carácter jovial a uno pesimista y triste. “Sólo Dios sabe cuántas veces me he dormido con el deseo y la esperanza de no despertar jamás. Y al día siguiente abro los ojos, vuelvo a ver la luz del sol y siento de nuevo el peso de mi existencia.” 6Más de un año ha pasado desde que Werther conoció a Lotte y las cosas han cambiado mucho. En esta carta vemos como la exaltación que antes dominaba el alma de Werther y lo impulsaba a sentir el mundo, ya ha desaparecido. Ahora es un Werther desesperado y devastado que ya no encuentra su lugar en la tierra y quiere morir. El amor lo ha fulminado, ya no soporta no poder alcanzarla y sabe que ya quedan pocas soluciones que le puedan redimir de su estado. La naturaleza antes cargada de belleza se ha vuelto tenebrista. Werther ya no logra deleitarse con nada, el mundo no le aporta nada y su corazón devastado de amor ya no tiene ninguna esperanza. Los paisajes ahora son fríos e inanimados y solo le inspiran dolor. Su ser ahora vacio de esperanzas, clama a Dios lagrimas que cesen su dolor pero nada hay que pueda arrancarle el dolor. El tiempo de sosiego antes vivido, ahora le mata. 5 6

21 de julio de 1771. Página 29. Es la primera carta analizada. 3 de noviembre de 1772. Página 89. Es la segunda carta analizada.

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Él creía en una resolución mejor a su estado, pero ahora, consciente de su futuro, desespera en no encontrar una solución que cese su sufrimiento. Solo encuentra la muerte como final posible.

Finalmente después de cartas desesperanzadoras Werther va cayendo más y más en su amor. Tras indagar firmemente en la solución que ha de encontrar solo ve un final: “He pasado una noche terrible y... ¡ay!, una noche benefactora; ella es quien ha fijado y determinado mi decisión: ¡Quiero morir!7” Ya no tenía una visión clara, ni encontraba placer en las cosas que hace, por lo que va cayendo en un estado de depresión por la ausencia de su amor, despresión que se ve en todas las cartas que enviaba a su amigo. Se aprecia en él una característica del hombre romántico; la importancia de la imaginación y la fantasía, en la que cree estar junto a Lotte, pero luego también, el choque con la realidad, en la que no da satisfacción a sus anhelos e ideales. Así comienza a ser rechazado por la sociedad lo que produce que Werther empiece a pensar en la muerte, en suicidarse. Él veía el suicidio como un acto de valor, que defendía con fuerza y que afirmaba que acabaría con su sufrimiento amoroso, por lo que no hay más rastro del alegre hombre que era antes de enamorarse de Lotte. “¡Quiero morir! - No es desesperación, es certeza de que ya he concluido y de que me sacrifico por ti. ¡Sí, Lotte! ¿Por qué iba a silenciarlo? Uno de nosotros tres debe desaparecer…” 8Así cambiado por el amor por completo, es como Werther se siente, solo ve la muerte como final. Y es que una de las formas que tenían de rebelarse contra el mundo los románticos, era suicidándose, hecho que termina realizando Werther por instinto, en el amor romántico existe una aceptación a la autodestrucción porque en él se deposita la esperanza de una nueva vida, de un renacer. En la carta que deja escrita a Lotte, se ve claramente como exalta la realidad, ya que expresa todos las emociones que tenía guardadas en citas como: “(…)poco a poco van poniéndose en tensión todos mis sentidos, se me nublan los ojos, apenas puedo oír, tengo oprimida la garganta como si me estrangulasen, mi corazón con violentas palpitaciones busca el aire que le falta a sus sentidos sofocados y solamente consigue agrandar su turbación.”9 Por lo que puedo concluir del amor de Werther como sentimiento puro que puede llegar a transformar plenamente la vida de una persona, veo claramente que nuestro protagonista es una de las principales expresiones literarias del romanticismo. El amor de Werther va des de la alegría hasta la demencia, es su vía de fe para la existencia y su cima de arte y belleza. Así Goethe nos muestra las características del amor romántico, características como la importancia de los sentimientos, de la imaginación, el amor a la naturaleza, el papel de la sociedad y el suicidio como rebelión a todo ello. Werther es una novela que expone como tema principal un amor frustrado e imposible, que se vuelve obsesivo y que termina devastando al personaje principal sumiéndolo en un estado depresivo y melancólico. Gracias a que Goethe sobrevalora lo sentimental, logra desarrollar una literatura de gran sensibilidad y pasión que da prioridad al contenido por lo que vemos una trama rápida aunque compleja.

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21 de diciembre. Página 122. Extracto del autor. Página 124. 9 Extracto del autor. Página 129. 8

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Así pues, esta novela te envuelve en sus páginas de amor desenfrenado. Describe cada ínfimo detalle de la vida de Werther para comprender los estados del amor del protagonista. Nos involucra en su amor para, finalmente, exponernos la única solución posible, el suicidio.

“El suicidio sólo debe mirarse como una debilidad del hombre, porque indudablemente es más fácil morir que soportar sin tregua una vida llena de amarguras” Johann Wolfgang Goethe.

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