Vanguardia Latinoamericana

Resumen de toda esta mierda: El vanguardismo latinoamericano se desarrolló desde 1920 hasta 1946 en América Latina a tra

Views 67 Downloads 0 File size 90KB

Report DMCA / Copyright

DOWNLOAD FILE

Recommend stories

Citation preview

Resumen de toda esta mierda: El vanguardismo latinoamericano se desarrolló desde 1920 hasta 1946 en América Latina a través de la creación y propuestas de distintos poetas. El vanguardismo se refiere a las persona u obras que fueron de gran innovación en sus tiempos Los movimientos de vanguardia surgidos en América latina respondían al impulso internacionalista de desarrollar un lenguaje poético que excediera las fronteras nacionales y culturales. Lo universal se interpretó y adaptó al propio contexto social, al mismo tiempo que se proyectó la expresión poética hacia el mundo, en un doble movimiento centrípeto y centrífugo a la vez.

Características Fue experimental y esencialmente poética, La metáfora reflejaba la libre expresión del poeta, Se liberaron de las reglas de la gramática, Utilizaron un verso absolutamente libre, Rinden culto a la novedad y la sorpresa frente a la realidad, Creación de temas de ingenio y fantasía, Más que la fantasía, se dejaron penetrar por su propia imaginación, Introducción de elementos modernos, Distorsionan los parámetros estipulados,Se oponen al pasado,Uso de aforismos. Contexto histórico Los movimientos de vanguardia surgieron en Europa con un espíritu combativo y rebelde que se oponía a las formas artísticas anteriores. En América latina, la vanguardia representó una ruptura con la tradición retórica y de armonía formal del Modernismo y trabajó por revolucionar el lenguaje poético a fin de producir un arte tan universal y trascendente como el de las metrópolis europeas, con las que mantenía un contacto fluido. Los poetas vanguardistas querían inventar, a partir de las posibilidades infinitas del lenguaje, un mundo nuevo en el que no existieran las fronteras culturales. Pero también manifestaban la necesidad de expresar las culturas nacionales a través de la vuelta hacia las propias tradiciones para encontrar las raíces de la identidad latinoamericana. Ya desde el Modernismo, la participación activa de los intelectuales en medios periodísticos y en publicaciones de difusión continental, posibilitó la circulación de ideas, autores y corrientes estéticas entre América latina y Europa, y puso en contacto directo a artistas y pensadores de diferentes regiones. En medio de tales acontecimientos, bajo la gran influencia cultural de los movimientos europeos y ante la necesidad de consolidar la independencia política y de promover la estabilidad económica, los países latinoamericanos comenzaron a desarrollar una autoconciencia nacional y de identidad ante a la hegemonía estadounidense y al etnocentrismo europeo. Se planteó entonces la necesidad de crear modelos culturales y artísticos que permitieran conjugar las propuestas innovadoras de las vanguardias

europeas con la realidad histórica y social del continente, con sus elementos propios y autóctonos.

AMERICA LATINA En América latina, la vanguardia cobra impulso a partir de 1916 con la apertura a todas las estéticas y gracias a la iniciativa de creadores, como los chilenos Vicente Huidobro (1892-1948) y Pablo Neruda (1904-1985), el peruano César Vallejo (1892-1938), y los argentinos Oliverio Girondo (18911967) y Jorge Luis Borges (1899-1986) entre otros. La vanguardia latinoamericana representó una ruptura con la tradición retórica y de armonía formal del movimiento iniciado por el nicaragüense Rubén Darío a fines del siglo XIX. La vanguardia latinoamericana se forja a partir de la experimentación en poesía, y sus principios y postulados son difundidos a través de manifiestos, programas o revistas. El tono es siempre apasionado y se busca escandalizar al público a través de propuestas contrarias a los cánones imperantes. En sus primeras expresiones, las vanguardias de América del Sur asimilaron las innovaciones europeas, reaccionaron contra el Modernismo decadente y trabajaron por revolucionar el lenguaje poético a fin de producir, desde América, latina un arte tan universal y trascendente como el de las metrópolis europeas. PERÚ El escritor peruano César Val1ejo, si bien no está asociado a ningún "ismo", es considerado vanguardista. A partir de la publicación de Trilce (1922), Val1ejo presenta una poesía abstracta y hasta cierto punto hermética, en la que el lenguaje como signo y significado se desintegra y se renueva. Su obra se equipara a la de los grandes poetas universales del siglo XIX, como Charles Baudelaire, Arthur Rimbaud y Mal1armé, ejemplos de una constante renovación de la poesía para expresar una sensibilidad siempre original. CHILE El chileno Vicente Huidobro fue el fundador y el centro del Creacionismo surgido casi simultáneamente con el Ultraísmo e influido por la estética cubista y su técnica de montaje por yuxtaposición. Su postulado principal era una poesía independiente de la realidad. "El poeta es un pequeño Dios", dice Huidobro en "Arte poética"; la palabra crea el mundo, y la poesía devela lo desconocido. BRASIL El movimiento modernista en Brasil aunó las búsquedas innovadoras de cubistas, futuristas y surrealistas con el redescubrimiento de la cultura autóctona y con la superación de un complejo de inferioridad frente a la metrópoli europea. Oswald de

Andrade (1890-1954), en su "Manifiesto Antropofágico", destaca la inmensa capacidad de adoptar (comer) patrones extranjeros y adaptados (digerirlos) de acuerdo con las propias necesidades culturales. las vanguardias presentaron a América latina -definida desde siempre a partir de modelos extranjeros- el desafío de participar en los procesos culturales mundiales sin subordinación a ninguna influencia y con propuestas que demostraran la posibilidad de dialogar con los movimientos europeos. Si bien César Vallejo, Oliverio Girondo y Vicente Huidobro están en constante intercambio con Europa, hay en los tres la convicción de que su origen latinoamericano no invalida la universalidad de su poesía, basada en la originalidad y en el poder creativo de la imaginación humana. Como dicta el epígrafe de Girondo, ellos son capaces de "digerir" cualquier influencia para hacerla propia y devolverla transformada al mundo. Todos comparten, además, una fe inamovible en el poder creador de la palabra y el deseo de instaurar un mundo poético independiente de la realidad en una poesía no-mimética. Los experimentos formales

Los poemas de Vallejo, Girondo y Huidobro son emblemáticos de la renovación que vive la poesía durante las vanguardias. En todos ellos, los elementos característicos de la poesía tradicional -como la rima, la precisión métrica y el uso de esquemas estróficos- desaparecen para hacer fluir la expresión poética más allá de cualquier límite estructural. El verso breve se sucede o se agrupa, en el caso de Vallejo, siguiendo el ritmo del pensamiento y del concepto, las imágenes se yuxtaponen y se continúan en el poema en prosa de Girondo; la palabra poética se lanza hacia el vacío en largas tiradas de versos libres e irregulares, en el caso de Huidobro. El ritmo está marcado por la sonoridad de las palabras, que no siempre se ajustan a un vocabulario estrictamente lírico, ya que se incorporan expresiones coloquiales y cotidianas que cada poeta reinventa en su trabajo constante con el lenguaje.

En tanto que el romanticismo, el realismo, el naturalismo y el simbolismo llegaron con cierta lentitud al Nuevo Mundo, y hasta tardaron décadas en algunos casos, los movimientos europeos de Vanguardia de los primeros treinta años del siglo xx encontraron un eco casi inmediato en los centros urbanos más desarrollados de Latinoamérica. El proceso de asimilación y metamorfosis de los modelos comenzó a realizarse en la fuente y por escritores que no solo fueron espectadores de esos movimientos. Estos escritores hispanoamericanos encararon el fenómeno de las Vanguardias con una originalidad en que no faltaba el enfoque paródico o la lectura carnavalesca. Para ellos, el futurismo, el cubismo, el dadaísmo, el expresionismo y, más tarde, el surrealismo fueron menos escuelas cerradas y fiscalizadas por líderes apocalípticos (Marinetti, Tzara, Bretón, por ejemplo) que opciones abiertas al escritor Latinoamericano. De ahí que las Vanguardias de la vieja Europa llegaran a la América en una versión singular que asumía distintos nombres (ultraísmo, creacionismo, estridentísimo) de polémica inserción

en un concepto europeo. Una vez más, América practicaba sistemáticamente la carnavalización cultural. Para el escritor latinoamericano testigo y, a veces, hasta actor en las Vanguardias europeas la tarea principal era recoger no lo que había de singular en cada uno de aquellos movimientos, sino lo que ellos tenían de búsqueda de una estética de la cultura emergente del siglo. Al margen de sus singularidades el cubismo fragmentaba la sintaxis de la obra de arte; el futurismo y el dadaísmos minaban el concepto mismo de obra poética; el expresionismo insertaba su poesía en el conflicto edípico que desgarraba la piel política de la Europa de la hecatombe de 1914, esas Vanguardias tenían un propósito común: liberar las artes y las letras del peso muerto de las Academias, Liceos, Universidades, Museos y Bibliotecas. Sobre la ruina de una cultura humanística, eurocéntrica, que reconstruye una utopía cultural grecolatina a partir del Renacimiento, en las Vanguardias del siglo XX se buscaba una libertad que les permitiese el acceso al nuevo mundo creado por la segunda revolución industrial, ya posible en el papel, si no en la fábrica. Lo que los unía era la Modernidad, concepto que no debe confundirse con el modernismo finisecular dominante en Latinoamérica y España en la transición de un siglo a otro y es el último movimiento del siglo XIX. El artista de Vanguardia buscaba destruir de una vez por todas las servidumbres con respecto a la representación mimética de la realidad: ese ídolo de la burguesía victoriana que habría de emerger (después del estallido de las Vanguardias) convenientemente disfrazados de arte socialista o academicismo fascista en la horrible época del intervalo entre las dos guerras mundiales. Lo que era común a las Vanguardias era la propuesta de un arte libre en una sociedad libre. El Vanguardismo Es la más radical revolución que sufre el arte y la literatura en su historia. Esta tiene lugar alrededor de 1914, año en que comienza la primera guerra mundial, que de la mano con los avances tecnológicos, los amplios conocimientos históricos, la crisis espiritual que surge por el momento que se vive despierta conciencia para un nuevo cambio que se origina en la humanidad. Esta es la razón del punto de partida del surgimiento de varias escuelas artísticas que expresan el desmoronamiento del orden burgués y del clasicismo. Entre esas escuelas están: El expresionismo, cubismo, ultraísmo, futurismo, el creacionismo, entre otras. El Vanguardismo inaugura un nuevo modo de ver la literatura caracterizado por la primacía del prosaísmo versus musicalidad, feísmo versus preciosismo y absurdo versus comunicación lógica. De ahí que las vanguardias tuviesen en sí un carácter límite. Ruptura de la traición que habíamos heredado pero también ruptura de la ruptura, rechazo de la imitación. Los poetas vanguardistas se caracterizan, además, por: Rendir culto a la novedad y a la sorpresa. Los poetas vanguardistas cambian la estructura formal

del poema. Renovar completamente los recursos expresivos. Metáforas, la imagen y otros recursos se convierten en reveladores de una dimensión interior. Exploración de lo irracional. El verso se presenta sin leyes métricas ni lógicas, regido por el juego, las similitudes y el azar.