Utilitarismo y Dignidad

UTILITARISMO Y DIGNIDAD Ensayo desde la filosofía utilitarista y la reducción de la persona a la cosa Elías Fernando Sa

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UTILITARISMO Y DIGNIDAD Ensayo desde la filosofía utilitarista y la reducción de la persona a la cosa

Elías Fernando Sandoval

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UTILITARISMO Y DIGNIDAD El valor propio de la persona se va dejando de ver como algo que nace con ella para verse como algo que se puede ganar o perder, alienando y rebajando de tal manera la dignidad del ser humano, que se mide por la capacidad de producir y por lo útil que pueda ser o no a la sociedad. En este caso veremos, cómo la dignidad está siendo olvidada y dejada atrás, con tal, de ir tras aquello que me produce placer o felicidad; como lo postula la corriente filosófica inglesa del utilitarismo, en donde lo útil, es aquello que genera la mayor proporción de placer sin importar los medios. El utilitarismo siendo una corriente inglesa, influye en la sociedad colombiana en muchos de sus ámbitos, en la política, en lo económico, y en el acontecer diario del ser colombiano, el estado Colombiano en su proceso emancipador, tuvo muy en cuenta el utilitarismo de Jeremías Bentham, quien concibe al. “hombre como un ser que sufre y goza, pero que, fundamentalmente sus actos deben producirle placer; en consecuencia, la felicidad no es la concepción aristotélica de la metafísica, sino la felicidad terrena, que se logra a medida que se accede a la riqueza, al dinero,etc. Y en esta tarea al estado, las leyes, la economía, deben cumplir su función de velar por la seguridad del bienestar social” (Bravo, 2000).

Actualmente por la utilidad que representa el ser de la persona humana, en el entorno social, político, económico en el que el hombre es de cierta manera indispensable, para que dichas estructuras funcionen; se alcanza a ver al hombre no como un “quien”, sino como un “que”, que puede ser manipulado tanto en su libertad como en su voluntad. Ante esto, el hombre tiende a reconocerse a sí mismo, y a sus semejantes no cualitativamente sino cuantitativamente, es decir, el valor reside, en el para qué sirve o en el qué puede hacer, no en el quién es, ignorando la dignidad que por naturaleza

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propia le pertenece de forma intrínseca y que le hace diferenciarse de los demás animales, que no tienen conciencia de sí ni de lo que los rodea. Por eso veremos de una forma casi numérica, los conceptos de dignidad y utilitarismo para dar una respuesta clara y concisa sobre el encuentro de estos dos y aclarar el momento en que, uno empieza a opacar al otro, convirtiéndolo en esclavo y sacándolo de su verdadero valor y significado con el fin de justificar hechos en donde con la uno se cubre al otro, dejando ver solo espejismos de lo que puede ser la verdad. En consecuencia de una u otra forma tenemos que salir de aquello que nos convierte en ignorantes de nuestro propio valor, tanto, que creeríamos que lo podemos vender o comprar a cualquier precio, colocando por encima del mismo, la utilidad que puede conseguir en las cosas que generan placer, sin darnos cuenta que el bienestar que se recibe es menor, que el que reciben de nosotros los encargados de mostrarnos en el consumo de la vida diaria, lo que en platón seria solo meras sombras de la realidad.

Este ensayo tratará de dar un concepto claro de dignidad humana, y de qué manera ésta se encuentra

en el hombre, luego aclararemos el término utilitarismo y sus

consecuencias, posteriormente concluiremos con la fusión de estas dos, para ver cómo con el utilitarismo se desplaza la dignidad, si bien, la deja ver como algo propio del hombre la presenta como algo que le es propio no por naturaleza sino, por la razón o nivel social que ocupe.

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LA DIGNIDAD DE LA PERSONA HUMANA

El ser humano científicamente pertenece al reino animal, ya que tiene las facultades instintivas iguales y se alimenta y reproduce como lo hace cualquier otro animal mamífero. El ser humano tiene una particularidad especial dentro de su reino, que lo hace incluso dentro de su misma especie único, dominador y Modificador de su medio.

Particularmente, el hombre puede controlar su instinto, gracias a la facultad de la razón, por la cual, “tiene conciencia de sí mismo y de la naturaleza, consiguientemente, que en el hombre la razón toma por primera vez conciencia de sí y se manifiesta ante sí o a sí misma. Es a eso lo que llamamos intelecto” (Choza, 1988), frente a esta realidad el hombre es completamente libre para tomar decisiones sobre su propia vida, que gracias a su intelecto consiente se determina y se reconoce a sí mismo, reconoce los de su especie y el medio que lo rodea, siendo capaz de distinguir con claridad entre lo bueno y lo malo. Con esto encontramos que el hombre es valioso ante todo por el hecho de ser persona humana, valor que identificamos como dignidad, palabra que se deriva del latín (dignus) que significa valioso. Este valor especial, lo hace un sujeto de derechos y deberes, que es, lo que lo diferencia de los demás seres vivos, por tanto, la dignidad humana es aquello que hace que el ser humano se diferencie de

otros seres

otorgándole una responsabilidad y un valor especial, que le da una posición única dentro de la sociedad o un grupo. Este valor intrínseco en el ser humano no se mide cuantitativamente, es decir, por lo que tiene o por lo que no tiene, por lo que puede hacer o no hacer, ya que no es la cantidad ni la calidad lo que mide la dignidad, sino, el hecho de ser una persona le da el valor propio de sí, en cualquier espacio lugar o tiempo donde se encuentre interactuando.

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Ahora bien, la dignidad humana tiene un carácter cualitativo, es decir tiene un valor de quien y no de qué, pero frente a esto nos encontramos con un fenómeno, y es la falta de un significado verdadero de la palabra, ya que la escuchamos a diario en los medios de comunicación, en nuestro entorno social, en el ambiente de formación para cualquier carrera profesional, en los ambientes políticos y económicos convirtiéndose en una palabra del lenguaje común “de tal manera, que esta se ha convertido en algo obvio y claro como el sol” (Heidegger, 1927).

Mas sin embargo si se le preguntara a alguien o a muchos por un concepto de dignidad humana, podemos encontrarnos con ideas muy vagas, silencio o confusión ya que el término se convierte en un palabra carente de significado aparentemente claro, por el frecuente uso que se la da por formalidad social.

Por esto intentaremos dar un significado coherente con respecto a la dignidad de la persona humana quitando la mediación del estrato social o cualquier cosa que haga ver a la persona más de lo que es o que la haga ver menos, se trata de un despojo total de aquello que no pertenece por naturaleza a una persona, sino que, se ha ido adquiriendo, por el esfuerzo, el tiempo, o alguien creyó que se lo merecía. Pues bien, sin esto la persona queda sola, sin nada más que su ser, en donde no hay condicionantes de superioridad, o de inferioridad que puedan alienar en su mismo ser la dignidad que le pertenece, solo por el hecho de ser alguien con capacidad de adquirir deberes y derechos, sería algo así como ver, al habitante de calle igual que el que vive en la mejor casa del mundo en donde los dos tienen el mismo valor por ser personas. Si la dignidad no se puede conseguir de ningún modo, será porque nunca se ha perdido, es sólo que ignoramos que está ahí en el mismo ser y no nos damos cuenta. Tanto que la buscamos fuera y la proyectamos en lo que representa aquello que somos y no la proyectamos como una imagen real, existente en el ser de quienes somos, dejando que se nos muestren sólo sombras de lo que realmente es, tanto así que

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repetimos tanto la palabra dignidad y es tan utilizada incluso como base fundamental de las constituciones, que ya olvidamos lo que realmente la misma palabra representa o significa. Por eso la dignidad de la persona, es el valor que la misma persona tiene en si, por el hecho de ser persona, lo que le otorga de una forma directa deberes y derechos para que se desarrolle y se construya en la sociedad. Con esto podemos decir que la dignidad es el valor que siempre ha estado en el ser humano de forma innata y que le hace valioso y que al mismo tiempo le hace único e irrepetible, igual porque es persona y tiene el mismo valor, diferente porque con el hecho de contar con dignidad se puede desarrollar de forma autentica en la sociedad, tanto que cuando termine sus

existencia, su

materialidad se reduce a nada y desaparece para siempre quedando solo la autenticidad que construyó con su personalidad, otorgada por la dignidad que le perteneció desde el inicio de su vida.

EL UTILITARISMO

La regla del utilitarismo gira en torno a la felicidad, que se supone da la ausencia de dolor en la vida de un sujeto, y que pone como principio magno la felicidad caracterizada por la usencia del dolor, lo que lleva al goce total que produce un placer. Esto hace que el hombre al hacer opción por la felicidad de forma automática rechace la posibilidad de infelicidad, o de presencia de dolor, por eso, “considera que la acciones son justas en la proporción en que tienden a promover la felicidad” (Mill, 2012) con esto, podríamos ver desde la corriente utilitarista que plantearon los epicúreos, que buscaban una vida buena y feliz mediante el disfrute de los placeres, hasta la de Bentham, que juzgaba todo acto como malo o como bueno, según la proporción de felicidad y de placer que este produjera también Jhon Stuart Mill quien considera que una persona tiene derecho a vivir y a disfrutar de todos los placeres con tal de que con el disfrute de estos, no dañe a nadie ni afecte el porvenir de la sociedad. Mill distingue el utilitarismo como principio de

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mayor felicidad, con esto, podemos concebir la doctrina utilitarista como un manual, con el cual se puede alcanzar la felicidad. De tal manera que, la tarea de determinar lo correcto y lo incorrecto, lo placentero y lo no placentero de una acción, se mide sólo por la felicidad que ella provoque, es decir, algo es bueno si me da placer y malo si no la da, ante esto nos encontramos con un carácter ético, que mide cada acción. En este medio tendría cupo la famosa frase de Nicolás Maquiavelo, que afirma que, el fin justifica los medios, o sea que no importa la acción como acción, sino que tanta utilidad tiene y qué placer me genera ejecutarla. Si bien, sabemos que el hombre, por su condición racional siempre hará la opción por la felicidad y lo bueno para lograr un estado de armonía, también es cierto que no siempre la utilidad le genera felicidad ya que el que, es útil como cosa, escasamente conoce la felicidad del placer y quien utiliza, encuentra la felicidad en el placer de ser el utilitario. Entendiendo la felicidad en su sentido real, en donde no lo genera sino una plena y completa armonía del ser y su entorno en el que se está desarrollando En donde la sociedad juega un valor importante en

la vida individual y natural de cada ser

perteneciente a la especie humana, sin embargo esta sociedad no la debe medir cuantitativamente para darle el valor a la felicidad que le pertenece por el hecho de ser. Por eso “ (Mill S. , 2015) La doctrina utilitarista siempre va a girar como ya se mencionó en torno a lo que genera placer, por lo que se ve la persona como un medio de ganancia tanto para la sociedad como para sí misma minimizando en si el hecho de ser un quien para convertirse en un qué, y un qué, que sirve si produce.

EL UTILITARISMO EN COLOMBIA MINIMIZA LA DIGNIDAD HUMANA La persona que en su condición de “sustancia individual de naturaleza racional" como lo menciona la definición de Boecio, se deja manejar

en masa, alienando

la

condición racional para poner en el punto más alto la “utilidad como principio de felicidad”

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(Mill J. s., 2012) en Colombia la búsqueda de placer y la usencia de dolor, muestra soluciones viables en la doctrina utilitarista de Bentham, en la que el “hombre se mueve por el principio de la mayor felicidad” (Mollinedo, Gerardo Viau, 2012) esto lleva a la persona a que se olvide de su ser, buscando placer y felicidad, no dentro de sí, sino, fuera de sí, utilizando medios extremos que le proporcionen el encuentro de ésta así sea solo por un momento. En la doctrina utilitarista como ya está expuesto es la utilidad de las cosas el placer, pero como todo lo material no genera placer ni felicidad, se pasa a un plano mucho más elevado, es decir, buscar un mayor placer y éste se encuentra no en la utilidad de algo, sino, de alguien; es decir, la persona no es vista como ser semejante, con una dignidad igual, que intrínsecamente le pertenece sino, como un que al que se le da una dignidad según su cargo, buscando así la posibilidad de utilizarlo minimizando su dignidad. Esta corriente ha tenido mucha influencia en el territorio colombiano, en donde no se menciona mucho ni se conoce muy bien, pero sin embargo, tiene una vivencia real, por parte de pobres y poderosos, debido a

que, los poderosos ven al pobre como

herramienta o medio para aumentar su poder y los pobres ven en el poderoso una dignidad que le otorga el poder. En esto podemos notar que ninguno de los dos extremos ven la dignidad como algo que por naturaleza les pertenece y que tiene un valor que es global, aunque se tenga individualmente. Si bien, sabemos que desde el descubrimiento del continente latinoamericano, se han utilizado las personas de este territorio para el bien de muchos, en Europa, no se hablará a profundidad de este tema, ya que pertenece a la historia de todos los países que lo conforman, en donde la esclavitud es un ejemplo evidente

de que la dignidad se

concebía solo para aquellos que tenían el poder y los demás, eran tratados como animales u objetos, que no tenían capacidad para autogobernarse, por tanto no eran para los conquistadores, humanos. Este tema sólo ha sido mencionado, para decir, que

desde el momento de la

conquista hasta el presente, ha estado latente la tendencia utilitarista en nuestra tierra colombiana y por lo tanto, en la cultura; en donde se busca y se concibe la utilidad como aquello

que me da placer o felicidad sin importar

los medios, es ahí donde nos

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encontramos con el ansia de poder, de tener, la búsqueda de un estatus social, la ambición del dinero y otras realidades que llevan al hombre a darle un valor más alto a cada una de esas cosas, que a la misma persona. Por lo que se busca en ella solo la utilidad, incluso hasta se utiliza para la satisfacción de cualquier deseo. Abajando de tal modo la persona

y con ella su dignidad, que hay rangos de

superioridad y de inferioridad que no deberían ser otorgados sino, por lo que represente el cargo que ocupa la persona en la sociedad. De tal manera que por encima de la dignidad, otorgada por un cargo, prevalezca siempre la dignidad humana que nos hace a todos iguales en la riqueza de la unicidad.

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REFERENCIAS

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