Uso de Alimentos Complementarios Fortificados

USO DE ALIMENTOS COMPLEMENTARIOS FORTIFICADOS Alimentos Complementarios Fortificados (ACF). Es cualquier nutriente- cont

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USO DE ALIMENTOS COMPLEMENTARIOS FORTIFICADOS Alimentos Complementarios Fortificados (ACF). Es cualquier nutriente- contenido en los alimentos y en los líquidos, distinto a la leche materna, dado al niño durante el período de alimentación complementaria. Para el propósito de este estudio, ACF está definido como cualquier alimento transicional fortificado de bajo costo (líquido o sólido) utilizado para complementar la lactancia materna y la alimentación del infante y del niño pequeño (6-36 meses de edad). Los ACF son utilizados con fines sociales, como el mejoramiento de la situación nutricional y/o la reducción de la pobreza. No se incluyen en este concepto alimentos familiares o alimentos comerciales, tampoco se incluyen los alimentos fortificados para consumo masivo, así como tampoco los alimentos especiales para niños hospitalizados con desnutrición. Con el ánimo de resultar cada vez más atractivos para el consumo infantil, han surgido una serie de productos industriales enriquecidos y fortificados con novedosos nutrientes. Estos alimentos desean mantener su espacio en la dieta de los pequeños, por lo cual, han aumentado sus propiedades nutritivas, aspecto de sumo interés para las madres modernas, que buscan algo práctico, que alimente y tenga buen sabor. Los niños de hoy en día prefieren el alimento industrial por varias razones: los padres estimulan su consumo porque son prácticos de alistar en la lonchera, la televisión los induce y quienes los producen incluyen en estos obsequios muy llamativos. Según Wilson Daza, nutriólogo pediatra, Jefe de Gastroenterología y Soporte Nutricional de la Clínica del Niño “este hábito no es muy conveniente cuando se trata de alimentos de bajo valor nutricional, especialmente para los niños que están en crecimiento y desarrollo porque restringen el consumo adecuado de nutrientes específicos para esta etapa. Por ejemplo, disminuyen el consumo de leche (calcio, vitamina D y grasa) por causa de las bebidas carbonatadas (como jugos) que sólo son azúcar y líquido”. Por lo anterior, señala Daza, es vital que tengan adición de vitaminas y minerales para que puedan considerarse buenos alimentos complementarios y no causen deficiencias nutricionales en los infantes. Entre los 6 meses y los 3 años, los bebés son más susceptibles a la deficiencia de hierro y a padecer anemia, por lo cual es importante seleccionar aquellos alimentos que tengan adición de hierro y este nutriente figure en la etiqueta, como es el caso de los cereales infantiles. Con la fortificación, explica Claudia Manzano, nutricionista de Alpina, se busca que ese micronutriente escaso en el alimento natural aparezca en el industrial en cantidades adecuadas. “El hierro es fundamental para la síntesis de hemoglobina, pero a los 6 meses las reservas se encuentran disminuidas y las demandas son altas para el crecimiento. Para cubrir el requerimiento, debe garantizarse su adecuado aporte a través de la dieta. Los cereales infantiles son alimentos que hacen parte de la alimentación complementaria, pero no son una fuente de hierro y su pequeño aporte tiene una baja biodisponibilidad, por lo cual, deben ser fortificados con este mineral”, señala.

Los cereales también pueden mezclarse con otros alimentos para preparar diversas recetas y acostumbrar al bebé a una alimentación variada, afirma Daza.