Tu Hijo Tu Espejo

Tu hijo, tu espejo. Reporte de lectura. Ortega Pérez Daniel Agustín. MPS-401. La sensación que me deja el libro “Tu hijo

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Tu hijo, tu espejo. Reporte de lectura. Ortega Pérez Daniel Agustín. MPS-401. La sensación que me deja el libro “Tu hijo, tu espejo” después de su lectura es de intriga, duda, desconfianza y tedio. Dada la atmosfera cargada con la teoría psicoanalítica y el énfasis religioso y espiritual. Estas “ideas” o perspectivas a cerca de la dinámica de las relaciones padres-hijos y su posible solución funcional de las mismas con base a estas ideas y perspectivas dejan mucho que desear en cuanto análisis para lo extenso del tema de las relaciones intrafamiliares. Es de comprender la intención del libro y hacia qué clase de público va dirigida la lectura, ya que se cataloga esta literatura como de “autoayuda” -su intención es esa. Hacer de guía a las personas que se perciben a sí misma o son percibidas por otros como inexpertas o desprovistas de recursos y herramientas que les sean útiles en contextos parentales. Puedo reconocer que, a pesar de mi renuencia teórica, esta literatura funciona como primer acercamiento a la terapia psicológica y reconocimiento de conflictos no antes percibidos de los padres hacia sus hijos. El libro plantea problemáticas que se explican con base psicoanalítica. Las conductas que se suscitan durante ciertas etapas del ciclo familiar por parte de padres e hijos están regidas por el tópico freudiano del inconsciente, la cuales provocan los conflictos características de cada relación, y más precisamente, como ya lo dije, de los padres para con los hijos. Así, el inconsciente de los padres hace su despliegue e interferencia directa en la dinámica padre-hijo con el uso de los mecanismos de defensa del psicoanálisis. Frases y metáforas que hacen de piedra angular en los conflictos y mecanismos de defensa encabezan los títulos de los capítulos del libro en los cuales se desarrollan las perspectivas que se toman y pueden tomar frente al conflicto y su relación con un mecanismo de defensa particular. Los capítulos al comenzar definen los conceptos revisados o plantean un caso, después ofrece perspectivas para afrontar los conflictos en las relaciones a modo sermón. El capítulo 1, titulado “Las defensas”, es una breve mención de tres mecanismos de defensa: proyección, negación y formación reactiva. Explica y ejemplifica estos conceptos para desarrollarlos a lo largo de los capítulos restantes en casos profesionales y algunos cotidianos. El capítulo 2, “Tu hijo tu espejo”, desarrolla conceptualmente la proyección y su dinámica con las clases de hijos: oasis y maestro. Para el capítulo 3 “Yo no puedo hacerlo, hazlo por mí” la autora cuenta un caso (y otros) de proyección, donde un padre proyecta sobre su hija un anhelo del pasado. “Cuando ser padre agobia” capitulo 4 nos presenta una problemática de ambivalencia hacia los hijos, donde son amados y percibidos como una caga. Hay negación y formación reactiva como modos de responder a la frustración generada por estas perspectivas.

Ser del sexo apuesto al que el padre deseaba, el síndrome de “patito feo” son subtítulos del capítulo 5 “El rechazo y sus máscaras”. En él se plantea la existencia del rechazo hacia los hijos debida al sexo y a la variabilidad de conductas, preferencias, morfología, hábitos, etc., que de ellos se observa. En el capítulo 6, por título “Cambia tú lo que yo no puedo cambiar”, la autora manejo el hecho de que algunos padres desean que sus hijos hagan y sean las cosas y personas que ellos no logran o lograron ser y hacer. Otro caso de proyección. El capítulo 7 que tiene como título “Las etapas no resueltas” se comenta la influencia de las necesidades frustradas en etapas infantiles no resueltas sobre la dinámica de la relación padre-hijo. “La historia sin fin”, capítulo 8, es seguir la tradición del nombre heredado y conductas características del portador del nombre. En el capítulo 9 “Su nombre es envidia” muestra como la envidia es proyectada hacia los propios hijos. El capítulo 10, de título “la pesada carga del hijo parental” informa a cerca de la carga que puede padecer un hijo al que se le percibe como el padre o la madre de la familia y toma como suyo este rol ya que los padres, por circunstancias de diferente índole, no pueden ejercer su propio rol de manera funcional, e inconsciente o conscientemente se cede el papel. “El compromiso sagrado” es el nombre del último capítulo, el 11. En éste se habla de la elección y responsabilidad de tener hijos y educarlos, y la frustración que puede provocar dicha elección. Para finalizar se ofrecen consejos y prácticas que ayuden y beneficien la dinámica de los padres para con los hijos. En el primer párrafo de este texto menciono mi moderada aversión hacia este libro y contenido, y es que la autora se maneja por la teoría psicoanalítica y me parece que ofrece conductas supersticiosas como opciones de solución como lo es “rezar por lo hijos”, “dejar que el universo fluya”, “dejar todo en manos de un ser supremo”, etc. Pienso que estas conductas no producen cambios realmente significativos en las dinámicas de estas relaciones parentales. Esta es la jerga que maneja el libro. Sin embargo, logro identificar, de forma superficial, las crisis -de tipo inesperado y evolutivo- por las que atraviesan los sujetos de los casos expuestos, así como los estilos de crianza derivados de los conflictos psíquicos inconscientes.