Trastornos Alimenticios

2018 PSICOLOGÍA DE DESARROLLO II “TRASTORNO DEL COMPORTAMIENTO ALIMENTARIO ANOREXIA NERVIOSA Y BULIMIA EN LA ADOLESCENC

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2018

PSICOLOGÍA DE DESARROLLO II “TRASTORNO DEL COMPORTAMIENTO ALIMENTARIO ANOREXIA NERVIOSA Y BULIMIA EN LA ADOLESCENCIA” YARITZA NATALY GRANDON PAREDES JAVIERA FERNANDA MUNDACA DE LA BARRERA PAULA DEL ROSARIO OLIVARES VERA IVETTE ANGELICA VILLAGRA ARANCIBIA ROXANA ANDREA VILLARROEL CABA ANA ELIZABETH ZÙÑIGA OLIVARES

Introducción

La adolescencia es una etapa de grandes cambios, por lo que resulta ser muy difícil, abarcan desde lo físico, biológico y psicológico. los adolescentes, se encuentran en un período de constante descubrimiento de sus identidades, lo que puede resultar confuso y agotador. A algunos les resulta más fácil este período de transición, sin embargo, a otros se les hace más complejo el paso de la niñez a la adolescencia. Asimismo, en esta etapa se evidencia que los adolescentes comienzan a vivir diversas experiencias, se presentan una mayor cantidad de problemas como, por ejemplo, el consumo de alcohol, drogas, acoso escolar o bullying, trastornos de la imagen y la alimentación, entre otros; teniendo conductas que pueden afectar su equilibrio fisio psicológico, debido a que tienden a imitar determinadas conductas. El trastorno de la alimentación se ha convertido en una de las principales enfermedades que afecta a la población juvenil. De este modo, la anorexia y bulimia nerviosa dentro de los trastornos alimenticios, son los que provocan más problemas conducta graves; se caracterizan por el miedo a subir de peso, esto se puede manifestar por dejar de comer alimentos, hasta comer demasiado, para luego tratar de eliminarlos a través de laxantes o vómitos. Por otro lado, la anorexia y bulimia forman parte de un problema de salud por su aumento en la incidencia, por la gravedad de sus síntomas, la resistencia al tratamiento, y además por presentarse a edades tempranas. Los trastornos deben ser tratados por un equipo de especialistas que deben abarcar las distintas aristas médicas, nutricionales y psicológicas de estos trastornos.

Marco Teórico La buena nutrición para apoyar el rápido crecimiento de la adolescencia y para establecer hábitos alimentarios saludables que se prolonguen en la adultez (Martorell & Papalia, 2017). Por otra parte, en esta etapa, el logro de una sana autoestima y autoconcepto tienen importante influencia adultos formadores que ayuden al joven a no confundirse en las expectativas sociales narcisista de perfección física, de ser representante de poder, belleza y admiración como base de un sentido de valor y dignidad personal (Amonte & Montt, 2015). En la actualidad, en medio de esta cultura, estar delgado se ha convertido en la carta de presentación de hombres y mujeres que desean triunfar social y profesionalmente. Los mensajes que hacen referencia a la imagen corporal se han propagado y con ellos se difunde la idea de que estar delgado es el medio para obtener la felicidad y el éxito. Los trastornos del comportamiento alimentario como lo es la anorexia se definen por la voluntad férrea a no comer, por el temor a ganar peso y por la desilusión de la imagen corporal. Se restringe la ingesta de alimentos calóricos, de carbohidratos y de algunas proteínas, con consecuencias psicológicas (Zusman, 2011). Las características diagnósticas básicas de la bulimia consisten en atracones y métodos compensatorios inadecuados para evitar el aumento de peso y en una autoevaluación excesivamente influida por el peso y la silueta corporal (Urzúa & et al, 2011). Esto refiere en la perspectiva de lo etimológico, anorexia quiere decir, falta de apetito, lo que el autor señala que, aunque esta definición es engañosa debido a que las personas que padecen de esta enfermedad sí tienen hambre, pero rechazan la comida. Esta enfermedad viene acompañada de problemas de todo tipo (Tinahones, 2011). No existe una causa específica por la cual las personas desarrollan este tipo de trastorno. Simplemente es la respuesta a un cuerpo invadido de sufrimiento y soledad que exige ser reconocido, ser valorado, ser amado.

En Chile, aproximadamente un millón de personas sufren algún desorden de la conducta alimentaria a lo largo de su vida. Se trata de cerca de un 6% de la población y, generalmente, comienza a ser afectada entre los 18 y 21 años (Clinica Las Condes, 2018), Así, por ejemplo, el 50% de quienes sufren de anorexia nerviosa desarrollan posteriormente una bulimia, mientras el 20% de las mujeres de ellas sufren de anorexia nerviosa morirán prematuramente por complicaciones relacionadas con su trastorno de alimentación, incluyendo el suicidio y problemas cardíacos. Según cifras del Colegio Médico (Fuentes, 2016) correspondientes al año 2011, 500.000 jóvenes entre 14 y 30 años sufrían anorexia o/y bulimia, con un 20% de mortandad. Se trata de una enfermedad que

absorbe y consume al grupo familiar por completo, por lo que se estima que serían entonces al menos 2.000.000 de personas afectadas en nuestro país. Estas enfermedades requieren ser tratadas a tiempo, de lo contrario, se vuelven crónicas. Según la OMS, del total de pacientes que recibe tratamiento oportuno para combatir la anorexia, después de cinco años, el 12% se vuelve crónica, aumentando hasta el 15% en diez años. Es imprescindible la detección y tratamiento oportuno, antes que la persona experimente grandes bajas de peso, pues los estudios señalan que un 60% mejora si es tratada en los inicios de su trastorno. La bloguera Denisse Fuentes, señala que la anorexia y la bulimia necesitan cobertura desde todas las veredas que se le mire. Ya mañana es tarde, hoy es tarde. El 2007 el MINSAL informaba que desde el año 2005 a 2007 en nuestro país se había producido un incremente del 97% en casos de anorexia y bulimia, y que los más afectados eran jóvenes de 10 a 19 años que se llevaban la cifra del 119% de aumento en esos años (Fuentes, Pesa tu vida: La gran deuda que tiene Chile con quienes sufren trastornos alimenticios, 2016). Cabe señalar que los Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA) se configuran como la tercera enfermedad crónica más común entre los adolescentes después de la obesidad y el asma (Urzúa & et al, 2011). Aun cuando la prevalencia de los TCA es mayor en las mujeres, la relación de 1 hombre por cada 10 mujeres observada hace años en muestras tanto comunitarias como clínicas ha ido cambiando. Investigaciones recientes han informado relaciones que oscilan entre 5:1 a 2:1, reportándose incluso prevalencias en hombres de un 8% para la anorexia y de alrededor del 15% para la bulimia. Establecer el diagnóstico de un TCA (Gaete, Lopez, & Matamala, 2012)es con frecuencia un desafío para los clínicos, pues las adolescentes y jóvenes que los sufren tienden a esconderlos o negarlos a todos aquellos quienes les rodean, debido a que poseen escasa conciencia de enfermedad y motivación al cambio. Ello genera que frecuentemente consulten a otros profesionales antes de llegar a solicitar ayuda a especialistas en TCA. Debe destacarse que el diagnóstico de los TCA es eminentemente clínico y se realiza en especial mediante una buena anamnesis. Anamnesis La anamnesis debe ser integral y cuidadosa, y comprender: • Las alteraciones cognitivas y conductuales propias de los TCA.

• Los síntomas biomédicos asociados. • La exploración de síntomas que orienten a otras patologías biomédicas como causa de los problemas. • La evaluación psicosocial inicial. • Los antecedentes personales y familiares relevantes. • Los tratamientos recibidos, si los ha habido, y sus resultados. • La evaluación del grado de comprensión del problema por parte de la paciente y su motivación a recibir ayuda, y la reacción de los padres ante la enfermedad. El examen físico también tendrá que ser completo, ya que los diversos sistemas y órganos pueden potencialmente verse comprometidos en los TCA. Debe incluir: • Signos vitales: Temperatura oral; frecuencia respiratoria; frecuencia cardíaca y presión arterial en decúbito dorsal y de pie. • Antropometría: Peso y talla. • En mayores de 20 años: Cálculo del Índice de Masa Corporal (IMC) y determinación del estado nutricional según resultado. • En menores de 20 años: Cálculo del IMC; registro de IMC y talla en curvas del CDC, con observación de su evolución en relación con mediciones previas; realización del diagnóstico nutricional y de talla. • Desarrollo puberal: Estadios de Tanner. • Pesquisa de alteraciones asociadas a los TCA El impacto en el cerebro que afecta en la adolescencia (Lopez & Tresaure, 2011) es una fase crítica para el desarrollo cerebral, ya que la mayor parte de los cambios en la estructura y tejido cerebral y cambios funcionales secundarios ocurren en esta etapa. Los cambios en el medioambiente tales como eventos estresantes, o alteraciones nutricionales, pueden impactar en la estructura y función del cerebro en desarrollo. Las funciones cerebrales son afectadas

principalmente por la pérdida de peso que conlleva varias de las condiciones diagnósticas de los TCA. La mayoría de ellas se recupera con el restablecimiento nutricional. Los déficits cognitivos que se deben a déficit vitaminoso debiesen ser tratados inicialmente con terapia de reemplazo de vitaminas para alcanzar un buen resultado.

Factores predisponentes Es aquél que favorece que la persona desarrolle una determinada enfermedad, en este caso anorexia y/o bulimias nerviosas. • Genéticos 

Estudios de gemelos monocigóticos (50%) y dicigóticos (7%).



Desequilibrio en funcionamiento de áreas cerebrales por dietas.



Problemas para discriminar sensaciones de hambre-saciedad.

• Individuales La obesidad o el sobrepeso es un factor facilitador de la anorexia y la bulimia. Las primeras decisiones sobre adelgazamiento quedan justificadas, claro está cuando el exceso es objetivo. Junto al sobrepeso hay que situar lo que llamaríamos como sensibilidad excesiva para el peso, es decir la facilidad para sobrevalorar el propio peso o las propias dimensiones corporales. Cualquier cambio físico se asocia a que está engordando, cuando en muchos casos es producto del desarrollo físico y normal de adolescente. La edad y el sexo femenino son otros de los factores individuales que facilitan la aparición del trastorno. Aunque cada día aparecen más casos en niñas, mujeres adultas y chicos, lo cierto es que la época de inicio primordial es la adolescencia, ya que, desde el punto de vista biológico, es una etapa de profundos cambios físicos con repercusiones en la imagen corporal; desde el punto de vista psicológico destacamos la presencia de una baja autoestima, que es otro de los factores predisponentes. En la anorexia y la bulimia, participan muchos factores que predisponen estos trastornos alimenticios, tales como, organización genética-biológica, su estructura de personalidad, la

red social, estilo de crianza y presión social por buscar la felicidad y seguridad a través de la delgadez. Asimismo, antes de enfermar, se caracterizan por ser adolescentes autoexigentes, perfeccionistas, y que aceptan las normas sociales; además, se destacan por tener una limitada expresión emocional, y un retrasado desarrollo psicosexual. Por otro lado, el iniciar el desarrollo puberal con sobrepeso e insatisfacción en algunas partes de su cuerpo. La baja autoestima es un factor bastante característico. Son personas muy necesitadas de aprobación externa, hacen lo que se espera de ellas, y al estar tan pendientes de lo que se espera de ellas, no saben muy bien lo que ellas necesitan o sienten, de ahí su dificultad en detectar sus sentimientos y sensaciones corporales. La marcada tendencia al perfeccionismo y al autocontrol es otro de los factores individuales y personales que facilitan la aparición del trastorno, sobre todo en la anorexia nerviosa. En la bulimia suele existir una mayor impulsividad, fragilidad y búsqueda de emociones junto a una menor disciplina y autocontrol. El miedo a la madurez y a ser autónomos junto a la dificultad para asumir responsabilidades, son otros factores que predisponen a sufrir la enfermedad. • Familiares No hay acuerdo entre los autores en aceptar una tipología familiar determinada, pero hay una serie de características familiares que pueden contribuir a desarrollar un trastorno alimentario: 1. Malos hábitos alimentarios, tanto por exceso (comidas rápidas, comidas ricas en grasas, que puedan conducir a un sobrepeso con la posterior necesidad de perderlo lo antes posible), como por defecto (frecuentes dietas en la familia, por estética). 2. Preocupación excesiva de los padres por la figura, las dietas bajas en calorías y la imagen. Muchas veces existe por parte de los padres una preocupación excesiva por estos temas, y esto lo transmiten diariamente a sus hijos, repitiendo estos comportamientos posteriormente. 3. Antecedentes familiares de trastornos alimentarios, de trastornos afectivos, de abuso de alcohol y drogas.

4. Sobreprotección. Se sabe que una excesiva protección hacia los hijos hace que aumenten las dificultades en éstos para resolver problemas o tomar decisiones por sí solos, por lo que cuando llega la etapa adolescente, esto les hace tener una mayor vulnerabilidad. 5. Distanciamiento entre padres-hijos. Una postura de distanciamiento de los padres repercutiría negativamente en los hijos, al sufrir una falta de afecto y seguridad. En general, se observan modelos familiares disfuncionales. • Socioculturales Ideales de delgadez y prejuicios contra la obesidad. Nadie duda, que en el aumento vertiginoso de estos trastornos están implicados aspectos sociales, como la presión continua y creciente por la delgadez, el culto a la imagen y la falta de comidas familiares, debido al ritmo de vida actual. Son trastornos que se dan fundamentalmente en la cultura occidental, en la sociedad del estado de bienestar, en una sociedad consumista y competitiva, donde la comida se da en abundancia, pero paradójicamente el éxito social va asociado a una imagen de delgadez. Factores precipitantes Son aquellos factores que desencadenan la aparición de este tipo de trastornos, dentro de un contexto vulnerable. • Cambios físicos interpretados como gordura. • Críticas físicas, burlas. • Dieta En muchas adolescentes, los cambios físicos típicos de la pubertad (crecen los senos, las caderas se ensanchan), son percibidos como un signo de haber engordado y lo rechazan. Algunos autores describen un miedo a la madurez, que les hace rechazar estos cambios evolutivos. Las dificultades para entender muchos de los cambios que les ocurren durante la pubertad y la adolescencia, les hace estar preocupados e inseguros, viéndose afectada su autoestima. Cambios que requieren una adaptación y una mayor madurez (universidad, pareja, empezar a trabajar, vivir sin los padres), pueden precipitar el trastorno. Factores mantenedores Son aquellos factores que mantienen el trastorno una vez que éste ya ha sido desarrollado.

La negación de la enfermedad por parte de las personas que lo sufren mantiene este problema, ya que no suelen seguir las recomendaciones de los profesionales, si es que consienten que les atienda alguno. La desnutrición en la AN provoca unos cambios biológicos (en el eje hipotalámicohipofisario y problemas digestivos) y psicológicos (mayor obsesivita y compulsividad, déficit en la concentración, labilidad emocional) que mantienen el problema. El hecho de hacer dietas muy estrictas aumenta el riesgo de que aparezcan atracones, ya que el mantener una restricción alimentaria tan estricta aumenta el deseo por consumir esos alimentos prohibidos. Otro aspecto es el refuerzo positivo que obtiene la persona por las dietas, ya que normalmente los demás suelen decir lo guapa/o que está (ahora que está más delgada) y la fuerza de voluntad que tiene por poder llevar a cabo esa dieta. Aislamiento social: especialmente se observa en la anorexia, la persona se aísla de familia y amigos, debido a su estado depresivo y a su insatisfacción personal. Yatrogenia (mala práctica profesional): los profesionales podemos cometer errores que contribuyan al mantenimiento del problema (ausencia de seguimiento, tratamiento exclusivamente físico o psicológico). A nivel familiar, hay distintos factores que mantienen el trastorno: Sobreprotección: la excesiva protección por parte de los padres hacia la persona enferma mantiene los síntomas (aceptar caprichos, ocuparse de sus problemas, decidir por ella). Debemos evitarlo, e intentar fomentar la autonomía. Falta de acuerdo: uno de los factores mantenedores que aparecen con más frecuencia es la falta de acuerdo entre los padres. Lo que se consigue con esa actitud es que la persona que sufre el trastorno utilice a uno u otro padre según quién le favorezca más en ese momento. Es mejor tomar decisiones unánimemente, consensuándolas previamente o, aunque no se esté de acuerdo con la decisión del otro, hablándolo en otro momento en el que no esté presente la persona afectada. Inconsistencia en las decisiones: si los padres o demás familiares que estén alrededor no son firmes en sus decisiones, la persona no tomará en serio lo que se le dice y muchas veces también entrará en contradicción.

Minimizar los problemas: el quitarles importancia a estos problemas y no prestarles la suficiente atención puede hacer que el problema se agrave y se mantenga durante un largo periodo de tiempo. Negar la enfermedad: negar que nuestro familiar tiene una enfermedad, pensar que son cosas de la edad y ya se le pasará, sólo hará que se retrase la petición de ayuda profesional, y permitirá a la persona afectada reforzar su idea de no necesitar ayuda. Factores de aparición Los trastornos de alimentación no tienen una única causa de aparición. Son una serie de factores los que confluyen y que pueden hacer que aparezca un trastorno alimentario. Entre los factores familiares, está el que la familia tenga unos malos hábitos alimentarios, ya sea esto debido al hecho de tener diferentes horarios de trabajo los padres y no comer todos juntos, bien porque se va con prisas y se hacen comidas rápidas y no completas, etc. Estos factores actúan tanto por exceso (comidas rápidas, comidas ricas en grasas, que puedan conducir a un sobrepeso con la posterior necesidad de perderlo lo antes posible), como por defecto (frecuentes dietas en la familia, por estética). También los padres a veces tienen una gran preocupación por su figura y también le dan excesiva importancia, con lo que se lo transmiten a los hijos. El hecho de sobreproteger a los hijos, no permitirles tomar decisiones ni defenderse por sí mismos, hace a niños inseguros de sí mismos, que cuando llegan a la adolescencia no saben decidir ni elegir. Los factores socioculturales, como los ideales de delgadez que se nos imponen desde los medios de comunicación; las modas, hacen que tendamos a conseguirlos, y cuando no llegamos nos frustramos (proceso amplificado en la época adolescente, periodo vital en que los jóvenes son tan sensibles). Además, es que actualmente esos ideales de delgadez son patológicos (Antolin, Garcia, Rodriguez, & Vaz, 2006). Factores de riesgo (Martorell & Papalia, 2017). 

Aceptar las actitudes de la sociedad acerca de la delgadez.



Ser perfeccionista.



Ser mujer.



Haber experimentado ansiedad en la niñez.



Sentir mayor preocupación o prestar más atención al peso y forma.



Haber sufrido problemas alimentarios y gastrointestinales en la niñez temprana.



Tener una historia familiar de adicciones o trastornos alimentarios.



Tener padres preocupados por el peso y la pérdida de peso.



Tener una imagen negativa de sí mismo.

Síntomas (Martorell & Papalia, 2017). ANOREXIA

BULIMIA

Uso inapropiado de laxantes, enemas o

Abuso de laxantes, diuréticos o enemas

diuréticos en un esfuerzo por perder peso.

para evitar el aumento de peso.

Atracones.

Atracones.

Ir al baño justo después de las comidas.

Ir al baño después de las comidas.

Ejercicio compulsivo.

Pesarse con frecuencia.

Cortar la comida en pedacitos.

Vomito autoinducido.

Caries dentales por el vómito

Conducta de logro inducida.

autoinducido. Pensamiento lento o confuso. Caries dentales debido al vomito autoinducido. Piel con manchas o amarillentas. Depresión. Boca seca Sensibilidad extrema al frío. Cabello delgado. Baja presión sanguínea. Ausencia de menstruación. Mala memoria o juicio inadecuado. Perdida significativa de peso. Perdida excesiva de musculo y grasa corporal.

Anorexia nerviosa Este padecimiento, es llamado también autoinanición (Martorell & Papalia, 2017),lo que es una amenaza para la vida. Según las autoras, en los países occidentales se estima entre un 0,3% y 0,5% de las adolescentes y mujeres jóvenes, así como un porcentaje menor, pero en aumento de niños y hombres. A. Restricción de la ingesta energética en relación con las necesidades, que conduce a un peso corporal significativamente bajo con relación a la edad, el sexo, el curso del desarrollo y la salud física. Peso significativamente bajo se define como un peso que es inferior al mínimo normal o, en niños y adolescentes, inferior al mínimo esperado. B. Miedo intenso a ganar peso o a engordar, o comportamiento persistente que interfiere en el aumento de peso, incluso con un peso significativamente bajo (DSM-5, 2014) La anorexia nerviosa es un trastorno alimenticio que puede afectar a cualquier persona, pero es más frecuente entre los adolescentes afectando mayormente al sexo femenino. Este tipo de trastorno alimenticio puede ser de remisión parcial o total. Los sujetos que la padecen tienen una imagen distorsionada de su cuerpo, son personas que siempre se ven gordas, por ello comienzan a someterse a dietas extremas; pero nunca están satisfechas con el grado de delgadez al que llegan. Por lo general los adolescentes que padecen de anorexia tienen a tener un CI normal o superior al término medio, presentan baja autoestima, ansiedad, depresión, pensamientos obsesivos, actitudes perfeccionistas, decrece la libido sexual. En términos familiares, los padres de los adolescentes que sufren este tipo de atención tienden a disfrutar de los triunfos académicos y sociales, perdiendo frecuentemente la comunicación familiar Este trastorno puede llegar a afectar el sistema óseo, incidir en el desarrollo físico, cognitivo y sexual, además de provocar una alteración hormonal y enfermedades psicológicas posteriores.

Bulimia nerviosa Según Wilson et al, 2007, (Martorell & Papalia, 2017), la bulimia afecta de 1 a 2% de la población mundial, lo que Wilson et al, 2007 describe es, que una persona con este trastorno por lo regular pasa por enormes atracones de breve duración y luego trata de purgar el alto consumo de calorías por medio de la inducción del vomito, de dietas o ayuno estricto, de ejercicio excesivamente vigoroso A. Episodios recurrentes de atracones. Un episodio de atracón se caracteriza por los dos hechos siguientes: Bulimia nerviosa 193 1. Ingestión, en un periodo determinado (p. ej., dentro de un período cualquiera de dos horas), de una cantidad de alimentos que es claramente superior a la que la mayoría de las personas ingerirían en un período similar en circunstancias parecidas. 2. Sensación de falta de control sobre lo que se ingiere durante el episodio (p. ej., sensación de que no se puede dejar de comer o controlar lo que se ingiere o la cantidad de lo que se ingiere). B. Comportamientos compensatorios inapropiados recurrentes para evitar el aumento de peso, como el vómito autoprovocado, el uso incorrecto de laxantes, diuréticos u otros medicamentos, el ayuno o el ejercicio excesivo. C. Los atracones y los comportamientos compensatorios inapropiados se producen, de promedio, al menos una vez a la semana durante tres meses. D. La autoevaluación se ve indebidamente influida por la constitución y el peso corporal. E. La alteración no se produce exclusivamente durante los episodios de anorexia nerviosa. (DSM-5, 2014)

La bulimia se divide en dos grupos, el de tipo purgativo y el no purgativo; a) el no purgativo es caracterizado por vomitar con regularidad y con el uso de laxantes, diuréticos, enemas, etc.

b) el tipo no purgativo es caracterizado por someterse a ayunos y ejercicio extremo para comprimir la absorción calórica que conlleva el haber ingerido excesiva cantidad de comida. Es habitual este trastorno está ligado estrechamente a la anorexia nerviosa, tienden a ser personas paranoides respecto a la comida.

Las influencias de los adolescentes

Los medios de comunicación y la familia tienen una influencia significativa en cómo los adolescentes se ven a sí mismos. Si éstos tuvieron una experiencia traumática durante su desarrollo tales como, un abuso, separación de sus padres, o alguna muerte de alguien significativo en su vida, son más propensos de sufrir algún trastorno de alimentación.

Que los padres comenten demasiado la apariencia física y además les impongan una dieta estricta a sus hijos, también podría llegar a conducir a un trastorno alimenticio.

La cultura popular masiva, y el ambiente que rodea a los adolescentes, las relaciones con sus pares, tiene gran influencia en cómo ven su cuerpo y como se ven a sí mismos.

La etapa que viven los adolescentes, los mantiene en un escenario confuso, en el cual necesitan sentirse bien y aceptarse, aceptar su cuerpo, y su vida; por lo tanto, necesitan todo el apoyo que puedan recibir, siendo el más importante el que les entrega la familia y amigos.

Tratamiento Es difícil que una persona que tenga algún de estos trastornos, se haga cargo de alcanzar por convicción la fuerza necesaria para que logren subir de peso y coman. Un tratamiento (Martorell & Papalia, 2017), se usa de manera generalizada, es un tipo familiar en que los padres toman control de los patrones de alimentación de sus hijos. La terapia cognitiva conductual, que trata de cambiar la imagen corporal distorsionada y recompensa la

alimentación con privilegios como la oportunidad de salir de la cama y de la habitación puede ser parte del tratamiento. Los pacientes que presentan desnutrición severa, son mas resistentes a los tratamientos ambulatorios y son de progreso muy lento y deben estar en un hospital con tratamiento en cuidados intensivos.

Conclusión Es importante que los padres, estén atentos a los cambios de comportamiento de sus hijos, y a su alimentación, ya que durante los trastornos alimenticios comienzan por saltarse alguna comida o por no querer comer, también acostumbran esconderse para vomitar.

Las influencias sociales, de la familia y culturales han sido algunas de las causas fundamentales en el desarrollo de este trastorno. Entre los trastornos alimenticios podemos nombrar la anorexia nerviosa y bulimia, caracterizadas por la actitud que toma el adolescente en cuanto a la ingesta de comida, trayendo consigo consecuencias a nivel psicológico, biológico y social.

Es posible revertir el daño de estos trastornos si se inicia un tratamiento oportuno, sin embargo, estos trastornos si no son detectados a tiempo y si la persona no recibe el tratamiento adecuado puede llegar a causar graves consecuencias como por ejemplo llegar a la muerte.

El tratamiento debe ser con un equipo multidisciplinario, donde debe participar un médico, nutricionista y psicólogo, asimismo es de suma importancia el apoyo de la familia para lograr la recuperación.

Bibliografía

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