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SEMINARIO TEOLOGICO “A DIOS SEA LA GLORIA” LIDERASGO CRISTIANO MOISES ANGEL MAESTRE CARLOS MOYA JOSE MARIA VILLACRECES

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SEMINARIO TEOLOGICO “A DIOS SEA LA GLORIA”

LIDERASGO CRISTIANO

MOISES ANGEL MAESTRE CARLOS MOYA JOSE MARIA VILLACRECES RAMSES HERNANDEZ Página 1

INDICE Introducción………………………………………………………………..…….………3 Bibliografía……………………………………………………………………………….4 Nacimiento………………………………………………………………………………..4 Miembro de la familia del faraón egipcio……………………………………………4 Exilio personal……………………………………………………………………………5 Revelación en la zarza ardiente……………………………………………………….6 Inicio del éxodo hebreo…………………………………………………………………7 La fecha del Éxodo………………………………………………………………………8 Experiencia en el monte Sinaí…………………………………………………………8 Travesía en la península del Sinaí…………………………………………………….8 Cualidades y Tipo de Liderazgo……………………………………………………..10 Características de la Personalidad.…………………………………..…….……….11 Tipo de temperamento………..…………………………………………..….…….....12 Estrategias de Trabajó..……………………………………………………..………..13

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INTRODUCCION

Profeta y legislador de Israel cuyas acciones están descritas en el libro del Éxodo (siglo xiii a. C.?). Sin embargo, dicho libro del Antiguo Testamento está escrito en un registro literario y simbólico que deja en la penumbra la figura histórica de Moisés, rodeándola de milagros, prodigios y leyendas; e incluso existen dudas sobre la existencia real de Moisés, que podría ser un mito. De haber existido, Moisés sería un personaje de origen desconocido, criado en la corte de los faraones (su nombre es egipcio y la leyenda habla de un niño abandonado y salvado de las aguas del Nilo). Parece ser que, hacia 1230 o 1250 a. C., Moisés se retiró a meditar al Sinaí, donde creyó recibir un mensaje divino que le ordenaba liberar a los judíos refugiados en Egipto y sometidos a duras condiciones de cautiverio. Consiguió unificar a varios clanes hebreos partidarios de regresar a Palestina e iniciar con ellos un largo viaje hacia la «Tierra Prometida», huyendo de la persecución del faraón egipcio Ramsés II. Durante la travesía, Moisés dijo haber recibido varias revelaciones directamente de Dios, con las que dio forma a la religión judía: una alianza entre el único Dios (Yahvé) y el pueblo hebreo, que en adelante se mantendría fiel al monoteísmo fundado por Abraham; y un conjunto de leyes que incluían el culto del «Arca de la Alianza», la instauración del clero y diez mandamientos de orden moral y religioso. El relato bíblico habla de la deslealtad del pueblo hacia su Dios, que éste castigó haciéndole vagar por el desierto durante cuarenta años, refiriéndose probablemente al periodo de vida nómada al que se vieron obligados los hebreos en el sur de Palestina, mientras iban penetrando progresivamente en el territorio ocupado entonces por los cananeos y asentándose en pueblos sedentarios. Moisés, anciano ya cuando salieron de Egipto, moriría sin haber visto la Tierra Prometida, cuya conquista está representada en la Biblia por Josué.

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BIBLIOGRAFIA Moisés según la tradición La Torá narra cómo Moisés lideró junto a su hermano Aarón la salida de los hebreos de Egipto y recibió la Torá de manos de Dios - Yahvé —tras haberle sido dictada por inspiración divina— en el monte Sinaí. La Torá comprende la historia de la vida de Moisés y de su pueblo hasta su muerte a la edad de 120 años, que según algunos cálculos exegéticos tuvo lugar en el año judío de 2488, que equivale a 1272 a. C. Nacimiento Cuando Moisés nació, el faraón ordenó que todo hijo varón de un esclavo hebreo fuera arrojado al Nilo. Iojebed, la tía paterna y esposa del levita hebreo Amram, dio a luz a un pequeño llamado Iekutiel y le escondió durante los tres primeros meses. Cuando no pudo ocultarlo más, lo colocó en una cesta (embadurnada con barro en su interior y brea en el exterior para hacerla impermeable) a la deriva del río Nilo. Con tan buena suerte que fue encontrada por la hija del faraón, Batía, quién le llamó Moisés.

Miembro de la familia del faraón egipcio Cuando la princesa Batía escogió que una mujer hebrea cuidara de Moisés, la escogida fue nada más y nada menos que su madre biológica. Durante dos años lo amamantó y después fue entregado a la princesa. Cuenta la tradición oral (recopilada en la Mishná) que con tres años, Moisés estaba sentado junto a la familia del faraón y los ministros. Moisés bajó del regazo de Batía, caminó hacia el faraón, levantó su corona y la colocó sobre su propia cabeza. El consejero del faraón Bilam exclamó que se trataba de una acción profética y que Moisés le arrebataría el trono. Por tal motivo, otro ministro sugirió una prueba: sugirió colocar enfrente del pequeño un diamante y un trozo de carbón ardiendo para valorar la astucia del niño. Moisés no sólo agarró el carbón ardiente, también se lo llevó a su boca. Se quemó los labios y la lengua, dificultándole el habla (una característica que Página 4

está mencionada en la Torá) y, por tal motivo, la tradición oral determina que el pueblo hebreo, a sabiendas de la incapacidad de Moisés para la oratoria, comprendió que su líder solo podía dirigirse a ellos por una influencia divina. Cuando Moisés se hizo adulto, empezó a visitar asiduamente a los esclavos. Un día, al ver cómo un capataz egipcio golpeaba brutalmente a un supervisor hebreo llamado Datán, Moisés mató al capataz egipcio y ocultó su cuerpo bajo la arena, esperando que nadie estuviera dispuesto a revelar algo sobre el asunto. Al día siguiente, vio al joven que había salvado peleando con su hermano e intentó separarlos. Los dos hermanos, enfadados por la intromisión de Moisés, lo delataron al faraón y Moisés tuvo que huir de Egipto con todos los esclavos.

Exilio personal En una de sus exégesis, Najmánides señala que transcurrió un período prolongado entre la partida de Moisés de Egipto y su arribo a Madián. Allí trabajó para Jetró ( , itró, ‗sacerdote‘ en hebreo) de Madián, con cuya hija Séfora se casó más tarde. Allí trabajó durante cuarenta años como pastor, tiempo durante el cual nació su hijo Gershom.

Moisés hace manar agua de la roca, por Tintoretto, Scuola di San Rocco, Venecia.

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Revelación en la zarza ardiente Según se narra en la Biblia, en cierta ocasión Moisés llevó a su rebaño al monte Horeb y allí vio una zarza que ardía sin consumirse. Cuando se volvió a un lado para observar más de cerca aquella maravilla, el Dios Yahvéh le habló desde la zarza, revelando su nombre (es decir su verdadero significado) a Moisés. En la época del emperador Constantino, el monte Horeb fue identificado con el monte Sinaí, pero la mayoría de los expertos creen que se encontraba mucho más al norte . De acuerdo con la leyenda, Yahvé dijo a Moisés que debía volver a Egipto y liberar a su pueblo de la esclavitud. Moisés declaró a Yahve que él no era el candidato para realizar dicha obra encomendada, dado que al parecer padecía de tartamudez. Yaveh le aseguró que le proporcionaría el apoyo para su obra entregándole las herramientas adecuadas. Moisés obedeció y regresó a Egipto, donde fue recibido por Aarón, su hermano mayor, y organizó una reunión para avisar a su pueblo de lo que debían hacer. Al principio, Moisés no fue muy bien recibido; pero la opresión era grande y Moisés realizó señales para que su pueblo lo siguiera como un enviado de Yahvé. Sin embargo, según el relato bíblico, lo más difícil fue persuadir al faraón para que dejase marchar a los hebreos. De hecho, estos no obtuvieron el permiso para partir hasta que Yahvé envió diez plagas sobre los egipcios. Estas plagas (palabra mal empleada, pues en el hebreo bíblico se habla más bien de «señales»), culminaron con la matanza de los primogénitos egipcios, lo cual causó tal terror entre los egipcios que ordenaron a los hebreos que se fueran.

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Inicio del éxodo hebreo La gran caravana de los hebreos se movía lentamente y tuvo que acampar hasta tres veces antes de dejar atrás la frontera egipcia, la cual se cree que estaba establecida en el Gran Lago Amargo. Otros han sugerido que como muy lejos estaría en la punta más septentrional del Mar Rojo (una mala traducción de la expresión hebrea yam Suf, que significa Mar de juncos). Mientras tanto el faraón cambió de opinión y salió tras la pista de los hebreos con un gran ejército. Atrapados entre el ejército egipcio y el Mar Rojo, los hebreos se desesperaron, pero Yahvé dividió las aguas del mar por mediación de Moisés, permitiendo a los hebreos cruzarlo con seguridad. Cuando los egipcios intentaron seguirlos, las aguas volvieron a su cauce ahogando a los egipcios.

La fecha del Éxodo Aunque la Biblia no cita al faraón del Éxodo por su nombre, sí da la fecha exacta del Éxodo. En 1Reyes 6:1 se lee que Salomón comenzó a construir el Templo en el cuarto año de su reinado, 480 años después que los hijos de Israel salieron de Egipto. La mayoría de los estudiosos de la Biblia estiman que el cuarto año del reinado de Salomón fue hacia el año 966 a. C. 3 Según esto la fecha de Éxodo sería hacia el año 1446 a. C., cuando gobernaba Tutmosis III, sin embargo no hay ningún documento ni resto arqueológico egipcio que confirme este acontecimiento.

Moisés con las tablas de la Ley, por Rembrandt.

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Experiencia en el monte Sinaí Moisés suele ser representado con las tablas de los Diez mandamientos. Yahvé le dio estos mandamientos directamente a Moisés en el monte Sinaí durante la travesía en el desierto de Sinaí (véase siguiente sección). Moisés subió al monte a recibir las tablas del pacto, y estuvo ahí 40 días. Yahvé le dio dos tablas de piedra escritas con Su dedo. (Deuteronomio 9:9-10, Éxodo 31:18). Aunque en Éxodo 20, parece como si fuera Yahvé quien le dicta. Estas tablas de la ley recogían los diez mandamientos, unas leyes básicas de obligado cumplimiento para todo el pueblo hebreo. Además de ello, le dio una serie de leyes menores que deberían ser también observadas. Cuando Moisés bajó a notificar a su pueblo, descubrió que en su ausencia habían fundido todo el oro y habían construido un becerro de oro, representación del dios egipcio Apis y le veneraban. Moisés montó en cólera, arrojó a su pueblo las tablas de la ley (que se rompieron) y quemó la estatua de oro. Travesía en la península del Sinaí La travesía por una serie de parajes inhóspitos de la gran masa de personas fue dura y muchos empezaron a dar rumores y a murmurar contra sus líderes (Moisés y Aarón), aduciendo que era mejor estar bajo el yugo egipcio que padecer las penurias de la travesía. Moisés realizó innumerables milagros para aplacar la dureza de la travesía y demostrar al pueblo de Israel que Yahvé los guiaba. Las manifestaciones divinas fueron pródigas. Para alimentarlos, Yahvé hizo llover maná del cielo. Para beber, Moisés golpeó con su báculo una roca, asegurando que surgiría agua. Como tardaba en salir y golpeó una segunda vez, Yahvé se enojó por su falta de fe y le castigó. En su travesía por los desiertos, Israel lucha por primera vez contra los amalecitas, que eran un pueblo principal y vencen solo por la pujanza de Moisés. (Éxodo 17:8). Israel además vence a Arad, a los amorreos liderados por Sehón (Números, 21) y rodean tierras por donde no se les permite combatir ni se les da el paso, como es el caso de las tierras de Edom. En el monte Sinaí, el pueblo judío fue organizado doctrinalmente por el sacerdocio menor de Aarón. Se les inculca estatutos, mandamientos y por sobre todo el desarrollar fidelidad a los convenios con Yahvé. Esta historia es contada en el Levítico. En el mismo monte, Yahvé entrega el Decálogo de los Diez Mandamientos, pero al bajar Moisés junto a Josué, encuentra a su pueblo adorando un becerro de oro. Esta perversión a los ojos de Yahvé fue castigada con la Página 8

muerte de quienes lideraban estas prácticas paganas, situaciones como esta se sucederían varias veces en el trayecto hacia Palestina. Yahvé le volvió a dictar sus diez mandamientos y para transportar las sagradas escrituras, se construyó el arca de la alianza. Para portar dicha arca, se construyó el Tabernáculo, que sería el transporte del arca hasta que se llegara a la tierra prometida, donde se construiría un templo donde albergarla. Ya cerca de la tierra prometida, Moisés encomienda a 12 espías el investigar y dar un reporte de las bondades de la tierra de promisión, pero al volver, 10 de los 12 espías dan un reporte sumamente desalentador sobre las gentes que moraban sobre estas tierras, inculcando miedo a las huestes armadas y por sobre todo desconfianza a las promesas de Yahvé. Esta historia es contada en el Deuteronomio y en el Libro de los jueces. Según esos textos, Yahvé ―al ver el miedo de su pueblo elegido― prohibió la entrada de todo varón de guerra (mayores de 20 años) a la tierra de promisión, incluyendo al mismo Moisés a quien solo se le permitió verla desde lo alto de un monte (Nebo). Ya estando cerca de Moab, Balac, rey de los moabitas ve venir a Israel por el margen oriental y teme del pueblo de Israel, manda a llamar a Balaam, un sacerdote de Melquisedec (Números 22) para que maldiga al pueblo de Israel; pero Yahvé envía a un ángel a interponerse en el camino de Balaam hacia el monte de Bamot-Baal y es persuadido a bendecir al pueblo israelita y lo hace tres veces a pesar de los deseos de Balzac. Finalmente, tras cuarenta años de vagar por el desierto, los hebreos de aquella generación murieron en el desierto (Éxodo 16: 35; Números 14: 33, 34: Deuteronomio 1: 1-3; 2: 7; 8: 2, 4). Una nueva generación de hebreos libres, nacidos en el éxodo, llegaron a la Tierra Prometida y entraron por fin a ella guiados por el profeta Josué. Moisés, permaneció con aquellos que no iban a entrar a las tierras prometidas y sabiendo que no estaba lejos la hora de su muerte, le pasó el mando a Josué. Josué cruza el río Jordán dejando atrás casi 40 años de permanencia en el desierto de Parán y una distancia recorrida cercana a los 1000 km (a razón de 25 km/años) desde que dejaron Pi-Ramsés en Egipto. Cuando murió Moisés, a la edad de ciento veinte años, fue llorado por su pueblo durante treinta días y treinta noches, su sepulcro jamás ha sido hallado.

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CUALIDADES Y TIPÓ DE LIDERAZGO Moisés fue un gran líder por causa de su fe en Dios. 1. Fue por medio de su fe que fue capaz de superar temor, limitaciones físicas, obstáculos, falsos hermanos, dudas, etc. 2. El peso de estas cosas impediría a muchos otros dirigir, pero la fe de Moisés le permitió ser exitoso y convertirse en un líder probado. Hebreos 11:24-29 Veamos alguna de las cualidades que hicieron de Moisés un gran líder: 1. Limitaciones físicas. Exo. 4:10 2. Sentimientos de no tener valor. Exo. 3:11 3. Poca fe en otros. Exo. 4:1 4. Actitud de pasar la responsabilidad a otros. Exo. 4:13 5. Oposición por parte de enemigos. Exo. 5:1-5 6. Se resistió a llegar a algún tipo de arreglo con faraón. Exo. 10:24-26 7. Cuando se encontraba ―entre la espada y la pared‖ Exo. 14:10-13 8. Cuando la gente murmuraba. Exo. 16:2 9. Cuando todos los demás tenían miedo. Exo. 19:16-17 10. Cuando se enfrento al pecado. Exo. 32:19-21 11. Al interceder por otros. Exo. 32:30-33 Moisés se convirtió en un gran líder por su fe y confianza en Dios, enfrentando las pruebas, y dejando un ejemplo para que otros siguieran. 1. Fue por causa de estas cosas que son suficientes para hacer muchos otros correr, que Moisés por fe camino hacia delante y es la razón por la cual Dios lo escogió para que fuera líder de Su pueblo. Exo. 32:34ª

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CARACTERISTICAS DE LA PERSONALIDAD En todo lo que hizo y enseñó no fue más que el agente del Altísimo, y, sin embargo, la revelación que de su propio carácter se nos da es honrosa. Es elogiado como el hombre de Dios y, en un sentido elevado, el siervo de Dios. Escogió el servicio de Dios deliberadamente, a despecho de las fuertes tentaciones que tuvo de seguir una carrera mundana. El se consideró desde un principio como redentor de su pueblo, y al dar muerte al egipcio lo hizo en su carácter de tal, y así explica Esteban ese hecho (Hch. 7:25). La desconfianza que él manifestó cuando fue llamado a la edad de ochenta años a acometer una empresa que él había creído desesperada cuando tenía cuarenta, le fue perdonada por Dios. Aunque naturalmente propenso a la ira y a la impaciencia, se dominó a sí mismo hasta el grado de merecer que se le llamara el más manso de los hombres (Nm. 12:3); y su fe, humildad e indulgencia, la sabiduría y el vigor de su administración, su inquebrantable celo y fe en Dios, y su desinteresado patriotismo, son cosas dignas de toda imitación (Ex. 32: 11-14; Nm. 11:29). No colocó a sus hijos en puestos públicos donde ejercieran poder y recibieran provecho. Muchos rasgos de su carácter y de su vida suministran interesantes elementos que lo hacen uno de los tipos de Cristo en sus diversas facetas, de Cristo como el libertador, el gobernante y el gala de su pueblo, rechazado por él, pero amándolo siempre, intercediendo por él como mediador, rescatándolo, enseñándolo y alimentádolo hasta llegar a la tierra prometida. Todas las instituciones religiosas de Moisés dirigían la mente del adorador hacia Cristo; y El mismo en el monte de la Transfiguración —2.000 años después de su muerte— pagó su homenaje al profeta que El había predicho (Dt. 18:15-19); contempló «aquel buen monte y el Líbano (Dt. 3:25), y le fue permitido conversar con el Salvador sobre el más glorioso de los temas, la muerte que El había de recibir en Jerusalén (Lc. 9:31). Moisés fue el autor del Pentateuco, nombre con que se designan los cinco primeros libros de la Biblia. En la composición de ellos pudo haber sido ayudado par algunos escribas o por Aarón, que llevaba un registro de los negocios públicos (Ex. 17:14; 24:4, 7; 34:27; Nm. 33:1, 2; Dt. 31:24). Algunas cosas fueron agregadas posteriormente por algún otro autor inspirado, como, por ejemplo, el último capítulo del Deuteronomio. El salmo 90 se atribuye también a Moisés; y los sublimes y piadosos sentimientos que en él se notan, adquieren una nueva significación si se reciben como escritos par él cuando estaba cerca del término de su peregrinación. Hay quienes le han atribuido el libro de Job, entre ellos algunos rabinos de renombre y diversos Padres de La Iglesia. Sus cánticos triunfantes en Ex. 15; Deut. 32 y 33 son un preludio del canto final y eterno de Moisés y el Cordero (Ap. 15:3). Sus Página 11

escritos manifiestan la familiaridad del testigo que relate aquello en que él mismo tomó parte, y los monumentos de Egipto que existen hoy día todavía, confirman sus observaciones hasta en sus mínimos detalles. TIPO DE TEMPERAMENTO Dios nos ha creado con diferentes temperamentos. Algunos son callados y otros habladores, algunos les gusta la ventura y otros prefieren la seguridad, algunos se enojan fácilmente y otros casi nunca. Dios siempre ha usado personas con diferentes temperamentos en su reino. Nuestro desafío es el dejar que use los buenos aspectos de nuestros genios y cambie los no tan buenos. Una clave para ayudarnos al trabajar en las congregaciones es entender cómo tratar con cristianos de diferentes personalidades. Hablando de la corrección de otros, Judas 22,23 dice, ―A algunos que dudan, convencedlos. A otros salvad, arrebatándolos del fuego; y de otros tened misericordia con temor, aborreciendo aun la ropa contaminada por su carne‖. ¡Diferentes personas tienen que ser tratadas en diferentes formas! Los ―analíticos‖ (temperamento melancólico) Son individuos cuidadosos que analizan las diferentes personas y situaciones antes de comprometerse con ellas. Se sienten inseguros en situaciones desconocidas y no quieren arriesgarse mucho. Si ven algo mal en otro, no pueden aceptar ninguna buena cualidad en el mismo. Una vez que llegan a tener amistades con otros, son muy fieles y leales. En la Biblia muchos servidores de Dios tenían este temperamento: Moisés, Jacob, Elías, Jeremías, Isaías, Tomás y otros. Los analíticos tienen que tener cuidado con ciertas tentaciones que les afectan más a ellos que a otros: el negativismo, el afán, la depresión, la sospecha y la crítica no constructiva. Es probable que usted pueda identificar su temperamento y el de algunos de sus amigos y hermanos por estas clasificaciones. Muchas veces se nota una mezcla de estas características en los individuos. Conviene entender los diferentes temperamentos no para criticar, sino para aprender ayudarse mejor unos a otros y para señalar áreas en las cuales tenemos que tener más cuidado. Por ejemplo, su servidor probablemente es de temperamento ―constante‖. Por tanto, tengo que tener cuidado para evitar cualidades no sanas que muchas veces acompañan este temperamento: el ser indeciso, el no ser bastante exigente, etc. Es en este punto que Cristo a través de la palabra puede cambiarnos y ayudarnos a superar los desafíos espirituales que acompañan nuestras disposiciones.

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ESTRATEGIA DE TRABAJO Introducción: a) – ―Si estamos orando, algo grande está sucediendo‖. - ―Solo la oración de fe da el éxito deseado.‖ b) - Presta atención a la palabra dada por Dios. I) 1er Principio: “Valoriza y honra lo que Dios te habla y te envía hoy, para que no tengas que llorar en tu futuro” (solo como ejemplo lo entenderán al final) 1) No hay desgracia mayor que no prestar oído a lo de Dios para tu mañana. Hay principios que usted y yo no podemos darnos el lujo de ignorar. 2) VEAMOS LA VIDA DE JETRO CON MOISÉS. 1) Jetró (madianita) siempre estuvo y ayudó a Moisés en sus días difíciles. Éxodo 2:15-19; Clave V.20. 2) Jetró le dio su hija Séfora a Moisés. vs. 21 2.1) Él le dio su descendencia a un forastero desterrado. 3) Jetró le dio su ganado a Moisés para que lo apacentara. Éxodo 3:1. 4) Jetró entendió a Moisés cuando Dios le apareció y le dijo de volver a Egipto para libertar a su pueblo. Éxodo 4:19-20. 4.1) No le interpuso ningún trabajo 4.2) Séfora, hija de Jetró, entendió lo que el Dios de Moisés le demandaba. Éxodo 4:24-26 5) Jetró supo entender a Moisés, el gran trabajo y responsabilidad que tenía en Egipto y le recibió su mujer y sus hijos. Éxodo 18:1-4. 5.1) Jetró se mostró sabio al no retener a su hija y sus nietos más de lo necesario y llevárselos a Moisés V.2-4. 5.2) Jetró con sabiduría corrigió a Moisés en el afecto familiar. Vss.5-7. 6) Jetró se alegró grandemente por el bien que Dios hizo a Israel. Vss.8-9. 7) Jetró bendijo al Señor, lo reconoció como su único Dios y ofreció sacrificios al Eterno. Vss.10-12. Página 13

8) Jetró observó el trabajo que Moisés hacía y le corrigió con sabiduría, dándole principios de liderazgo que hasta el día de hoy se conservan. Vss.13-26 8.1) Libros de economía: ―Principios de Jetró‖. 8.2) Moisés tenía la unción, Jetró la estrategia. 9) Jetró tendría que haber sido retenido por Moisés, nunca despedido por él. Éxodo 18:27. 10) Diez generaciones más adelante la descendencia y nación de Jetro prevalecían contra Israel. Jueces 6:1-6. Aquí estás bajo un principio inolvidable: “Valoriza y honra lo que Dios te envía, y habla hoy para que tú y tu linaje no tengan que sufrir en el futuro” . Hebreos 3:7-8; 2Corintios 6:2; Proverbios 28:9; Hebreos 3:2-5. ―Oye a tu suegro si quieres tener un futuro abundante‖. Suegros: Mentores, padres, gente sabía. 11) ¿Quieres saber quienes son los Jetros de hoy? - Toda la gente que la iglesia despidió porque estaban en la unción, revelación y gloria de su presente, y se apartaron de lo tradicional; y por lo tanto las Iglesias rechazaron sus estrategias para el éxito. Como sucedió con Robert Kiyozaki, Zig Ziglar, Ammas, Norman Vincent Peale, Roazzi y otros. -

Todos ellos te usaron principios mediante frases, como “Yo no trabajo para el dinero, dinero trabaja para mi” ( Kiyozaki)

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Toda la gente como Jetró y como José que la iglesia despidió, hoy le hacen ganar mucho dinero al sistema al que nosotros le terminamos comprando.

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Los madianitas eran expertos en hacer que otros trabajaran para ellos. Jueces 6:1-6.

II) 2° Principio: “Dios no hace nada por casualidad, a Dios no se le escapa nada” Jue. 6:7-10

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1) Dios le dijo: Yo soy un Dios de propósito y destino. V.7-8. 1.1)

Si yo los saqué de casa de servidumbre, no es para que ustedes estén hoy en cuevas y cavernas

2) Dios expresó: ―Yo soy un Dios de libertad‖, no esclavista, por eso libertó mi naturaleza. Vs.9 2.1) Mi naturaleza no es de esclavitud y estrechez. 3) Dios expresó: ―Yo soy vuestro Dios, yo los traje a esta tierra, yo les mandé estrategias para el cambio y para el éxito‖. V.10. 3.1) Dios dijo: ―Nada se me escapa‖ 3.2) No fue casualidad que diez generaciones antes yo mandé a Jetro para que ustedes vivieran por principios de ensanchamiento y bienestar, ustedes no oyeron mi voz. 3.3) Porque ustedes no entienden mi Espíritu y mi naturaleza, porque no oyeron mi voz, hoy les roban sus cosechas, los tienen en cuevas y cavernas, empobrecidos en gran manera. 3.4) Así que si quieres entrar en posesión en el 2.008, entiende este principio poderoso. “Dios no hace nada por casualidad, a Dios no se le escapa nada” -

De antemano ya preparó, envió, habló.

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No busques el problema en él.

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Jeremías 29:11-12. ¡Aleluya!

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Clama: Alaba poderosamente. Jueces 6:6-7

III) 3er. Principio Poderoso: “No te dejes robar tu cosecha, ten el espíritu correcto”

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