Trabajo Final Historia Colonial

NAVA GARCIA FABIAN HISTORIA COLONIAL ETNOLOGIA Por qué es importante la historia Colonial El Mundo Colonial puede ser

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NAVA GARCIA FABIAN HISTORIA COLONIAL ETNOLOGIA

Por qué es importante la historia Colonial

El Mundo Colonial puede ser visto desde el punto de vista reduccionista y prejuicioso de la “historia oficial”. Se puede en ese sentido apreciar a la época Colonial como una época de solo barbarie y oscuridad; como una época de pasividad por parte de los habitantes reales de lo que fue Mesoamérica. La historia Colonial como objeto de investigación histórica no es univoco; está formado de diversos puntos de vista y de infinitos elementos que le dan su particularidad como el estado cualitativo previo del mundo tecnócrata actual. Este trabajo de reflexión sobre la Época del colonialismo es sobre el dinamismo de la colonia: la Colonia no fue una época monolítica como se aprende y enseña en la educación básica nacional. En ella se da una “intensa lucha por el poder” entre las clases gobernantes desde antes del a llegada de cortes hasta después de la “expulsión” de los peninsulares burócratas y comerciantes. Si conocemos que sólo por la llegada de los españoles es posible la existencia tal y como la conocemos del Estado mexicano es necesario estudiar la historia de la Colonia; el periodo de tiempo en que este espacio histórico-geográfico se halló bajo la sumisión económica y política de la Corona de Castilla: fue un periodo de tiempo que abarca teóricamente desde la toma de México-Tenochtitlan, hasta la Independencia de México. Para ello fue necesario la osadía de la pequeña empresa militar de Cortes patrocinada por la casa de los Habsburgo: es de considerar el ardid de Cortes al derrocar a los jefes de la Triple Alianza uniéndose a los ejércitos de los reinos sometidos como Tlaxcala y tributarios del pueblo de Huitzilopochtli –a la postre los jefes indígenas vencedores serian llamados

caciques, conservarían sus fueros y privilegios a diferencia y a cuesta de su empobrecido pueblo. En 1521 caía preso el último miembro de la dinastía tlatoani de México: Cuauhtémoc. Tras esa suplantación de la elite gobernante que representaba para los mexicas y su vasto imperio, de costa a costa y de un extremo de Mesoamérica al otro, el centro político, ideológico y económico, los españoles insertaron, no sin problemas, la clásica forma de organización española conformada por villas: el ayuntamiento; su particular religión el cristianismo; y claro, su ambición por el enriquecimiento racional y a la vez, absurdo resultado de una economía mercantilista. Aunado a esto el sistema fue en exceso estamentario pues en él la posición social fue de vital importancia hasta el fin de la Colonia. Un encomendero obtenía su título por las hazañas logradas tras la conquista: adquiría entonces el trabajo y el tributo de los indios -campesino sometido antes a Moctezuma que cambiaba su modo de producir y de subsistir tan solo. Mas este “pseudo-señor feudal” no era dueño de las tierras ni de sus indios encomendados. La Encomienda fue una institución que puede ser considerada como el punto de partida de la formación del Estado moderno. Ella se encargó de evangelizar y hacer racionales a los indios paganos para eliminar sus idolatrías, su ideología, sus costumbres; el objeto era transformarlo en un vasallo del rey. Pero en realidad fue en parte una estructura de poder y de terror cuyo fin fue la explotación para el enriquecimiento personal de los encomenderos. La encomienda comenzó con un proceso de desintegración y de congregación: desmantelo el estamento centralizador de la cultura nahua prehispánica y traspuso otras estructuras de poder de índole Occidental: esta política fue similar a la tomada en contra de los musulmanes, los judíos y los protestantes en la Península. Pero el poder que seguramente efervecería fue frenado por las ambiciones de la Corona. De nuevo era necesario que los explotados y conquistados cambiaran de dueño de su ano de obra. Esta vez, el rey Carlos I por su formación humanista, además por la preocupación del destino incierto de su alma, se ocupó por el trato hacia los naturales que la Audiencia había demandado, así como los hombres letrados y humanistas: esto derivara a la postre en el Corregimiento anunciado por las Nuevas Leyes que reducía los favores otorgados a los soldados valerosos. De ahí

que en la Nueva España el tipo de humanismo renacentista fuese y pueda ser considerado como un humanismo de acción. Pues sin los problemas reales a los que se enfrentaron tanto ambas partes –conquistados y conquistadoresdifícilmente

se

hubiese

alcanzado

una

simbiosis

tan

extraordinaria.

El

renacimiento español sin duda difiere al del resto del continente europeo. En la Independencia el pensamiento intelectual y las bellas letras eclosionaría bajo la Revolución popular comandada por los criollos, aunque a la postre, de nuevo una sola clase, fuese la beneficiada. Y de nuevo sólo los jefes adinerados ganan. Sin la simbiosis la concepción mundial y planetaria del mundo se hubiese retrasado: esta es la aportación de México para el mundo. Se pude decir que se encontraba en germen durante la Colonia el capitalismo como Modo de producción. La encomienda de nuevo se muestra como una institución feudal y capitalista a la vez. Contaba con trabajadores que eran libres pero que se habían de encargar de servir a un “señor de la tierra”. La encomienda se dedicó a remoldear el aparato burocrático de los mexica; por tanto le hubo de ser tan necesario a los españoles acabar con los centros de significación del mundo, sobre todo los de índole público de la cultura ancestral a la que se enfrentaban de hecho: la religión. Dispuso nuevos modos de distribuir, organizar y producir artículos agrícolas. Redujo los centros cívico y las Ciudades Estado a pequeñas comunidades campesinas: las Repúblicas de Indios Mas con las limitantes de la Corona, así como las epidemias que ocurren durante la segunda mitad del siglo XVI pusieron fin a las ambiciones de la clase poderosa de esta primera etapa de conquista: caciques y encomenderos. El Corregimiento, como institución real, cuyos funcionarios eran asalariados de la Corona, conserva lo antecedido por la Encomienda con la diferencia de que el Corregimiento trataría de evitar el sobrexplotamiento de los indios: creían los miembros de la clase noble de Castilla que para eso estaban los negros que en paupérrimas condiciones trabajaban en las Haciendas. Se prohibió en cambio la esclavitud sobre los indios. Tal vez el error de estos primeros capitalistas fue en no invertir en capital. El siglo XVII vería las consecuencias con la reducción de la

población y la crisis económica mundial; la reducción del comercio externo pero el aumento del interno. El corregimiento nacía y organizaba en torno a la figura del rey como padre tutor de los indios; el corregimiento tasaría de un nuevo modo los tributos otrora de Moctezuma y luego de Cortes Y es que es importante estudiar la Colonia pues en ella, durante su último periodo de existencia, dentro de otro de sus periodos teóricos, como objeto de investigación histórica, la época de las Reformas de los Borbones, se comienzan a eliminar por influencia del despotismo ilustrado los elementos de aparente forma feudal para dar paso a la racionalidad de la modernidad: aquí se da el “nacimiento” de la tecnocracia. Con la época de los Borbones, las corporaciones sufren, entre ellas la Iglesia, las Repúblicas de Indios y la Hacienda. Comienza a ser un estorbo el aparato burocrático de los siglos anteriores al XVIII por su alta corrupción entre sus miembros, en especial es nociva la presencia de los alcaldes. Para Carlos III era necesario centralizar todo el poder: el reino que los Habsburgo dejan es obsoleto: las colonias entonces pierden su condición de ser un Reino como el de la metrópoli. Ya tan solo es una colonia de la que es menester sacar frutos. En España huele a Independencia. Por ende de la Nueva España era necesario acelerar el comercio externo y la producción minera. Los impuestos han de crecer: la guerra es cara. Para esta Casa Real lo importante fue la centralización de la metrópoli: ella representaba la economía española por antonomasia. Tenía que hacer ver su poder de hecho: crea excepcionales condiciones para la formación de un ejército institucional; acelera sus monopolios comerciales y la extracción minera. La gente se muere de hambre; los criollos pierden más poder; la sociedad sigue y sigue desgarrada. Comienza a pensarse en independencia en un clima de pobreza, altos impuesto y gran contrariedad ilustrada: se habla de libertad. El problema es qué es libertad, o para quién es la libertad. Aunque a nivel político y económico es clara la conquista y suplantación de las estructuras mesoamericanas más características, es claro que sus elementos se abrieron paso subrepticiamente durante toda la Colonia. No fue raro que fuese alrededor de cultos crípticos donde se organizaran algunos levantamientos

armadas populares. Pero su desorganización y su pequeña dimensión las redujeron en su importancia global, pese que en un nivel regional fueran por demás inquietantes para los españoles. La revolución popular es otra muestra de la desorganización de la parte marginada de la sociedad iberoamericana: en ella los triunfadores fueron de nuevo los poseedores de los medios de producción por excelencia. Ya desde la conquista este fenómeno social se presentaba: la enajenación ideológica operaba recordemos segregando y congregando: en esto se fundamentó la organización por castas, a la postre por clases sociales.

Como conclusión sobre la importancia de estudiar la lucha por el poder en la Época Colonial se pueden ofrecer varios puntos. Primero que ya existía desde los gobiernos de los jefes Tlatoani una intensa lucha por los medios de producción derivados del trabajo de pueblos vencidos y con alto índice demográfico. También es de resaltar que en la Conquista los jefes mesoamericanos aliados de Cortes hubieron de salir beneficiados junto con sus compañeros conquistadores: lograron ser los dueños de la producción y de la mano de obra: enajenaron por tanto al pueblo en el sentido más marxista de la palabra. La Corona ante ello se indignó: les expropio sus bienes a esa clase poderosa. En la época que se suele llamar Coloniato en general existió un predominio sobre los medios de producción de los extranjeros que favorecieron sus bolsillos hasta las reformas modernas que se opusieron a los anteriores monopolios. El estado moderno surge –aunque con otro jefe- en la época de los borbones; esto en virtud de la racionalización del aparato burocrático para evitar derramas. La independencia aunque se forjo en un lapso de tiempo bajo la identidad del pueblo marginado, que cambiaba con cada cambio tan solo de patrón, impulso la llegada de una nueva oligarquía: la de los nacidos en México aunque contradictoriamente parientes de los viejos patrones. En general pareciera que el pueblo “bajo” o, en realidad, marginal solo estuvo al margen de lo que le dictaban sus jefes; parecen ser seres pasivos. Pero eso en la realidad hubo de ser distinto: como muestra el sin número de denuncias ante la Audiencia de los indios. Sin embargo, en virtud de la desorganización de esa parte

de la sociedad causada por los mismos patrones, nunca hubo un verdadero cambio o liberación de ese pueblo marginal, ni siquiera en la supuesta Independencia de la que se ufanaron los presidentes del partido “tricolor”. Desde la Conquista solo se cambió al dueño de los medios de producción: el pueblo siguió sometido a pesar de las promesas de Cortes de liberar del régimen de Moctezuma. Esta conquista que parece total, empero, no lo fue; la conquista se caracteriza por su parcialidad. Se acabó con los rasgos públicos de la cultura conquistada. En la vida cotidiana fue distinto y los españoles estaban conscientes de ello. De ahí la necesidad de eficientar su dominio: tan solo se reduce al domino político y económico total. La ideología al parecer queda al margen. Es cuestión de investigar cómo se realizan ese poder sobre la producción en la época actual en una dialéctica contra el ingenio humano y creativo

de las salvajes y no

modernizadas costumbres de la vida cotidiana donde es que se sufre el pagar impuestos y no poseer nada, y por ende el poder y los asuntos políticos quedan tan ajenos y alejados.