Trabajo de La Adolescencia y La Pubertad

UNIVERSIDAD INCA GARCILASO DE LA VEGA FACULTAD DE PSICOLOGIA Y TRABAJO SOCIAL MODALIDAD A DISTANCIA CARRERA PROFESIONA

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UNIVERSIDAD INCA GARCILASO DE LA VEGA

FACULTAD DE PSICOLOGIA Y TRABAJO SOCIAL MODALIDAD A DISTANCIA

CARRERA PROFESIONAL PSICOLOGIA ASIGNATURA PSICOLOGÍA DE LA ADOLESCENCIA CICLO II DOCENTE DÉBHORA ORIHUELA MONGRUT ALUMNO

MENDIZABAL

FERNANDO CODIGO 476459660 OPE HUANCAVELICA SEMESTRE 2013 ---- III

CONTRERAS

MIGUEL

TRABAJO: ADOLESCENCIA Y PUBERTAD

CAPITULO 1 DEFINICIONES DE ADOLESCENCIA Y PUBERTAD Después de una etapa de estabilidad en el proceso de desarrollo (niñez intermedia y tardía) la persona va ha experimentar cambios que lo llevaran a convertirse en adulto con todas las implicancias que esto trae, madurez sexual, fin del crecimiento físico, inserción a la sociedad adulta, cambios en nuestras estructuras de pensamiento, etc. Este periodo de transición es lo que conocemos como adolescencia. Todo comienza con la pubertad que es a su vez una fase de la adolescencia, con ella se da inicio a esta etapa, ocurren cambios biológicos importantes y es sobre todo una maduración sexual que nos permitirá ser fértiles. DEFINICIONES DE PUBERTAD - Marca el inicio de la adolescencia y el final de la niñez, en ella hay cambios biológicos significativos. La pubertad es parte de un proceso de maduración que se inicia aun antes del nacimiento y que en aspectos psíquicos continúa hasta la adultez, la pubertad es sobre todo una maduración biológica, sexual, que permite a la persona poder ser fértil. Esto resulta por un aumento en la producción de hormonas que relacionadas con el sexo. Existen dos etapas en la pubertad una es la maduración de las glándulas suprarrenales (adrenarquia) y algunos años después la maduración de los órganos sexuales (gonadarquia). El proceso entero dura por lo general unos 4 años. (Papalia, Diane, 2009)

- Primera fase de la adolescencia, comienza la función de las glándulas reproductoras y aparecen ciertos caracteres sexuales secundarios, las edades promedio en las que inicia son de 9 a 12 años, siendo por lo general primero presentado en las niñas alrededor de un año de diferencia, estas variaciones van a depender del desarrollo nutricional, de los factores genéticos, del sexo y de la cultura.

Este periodo que está determinado por los fenómenos biológicos, a diferencia de la adolescencia que está determinada por las experiencias, sentimientos, percepciones que tienen los adolescentes del entorno, por las experiencia psicoculturales influenciadas por los valores aprendidos desde la familia, los amigos, la escuela y las creencias religiosas.

DEFINICIONES DE ADOLESCENCIA - La adolescencia se suele caracterizar como el periodo de transición entre la niñez y la edad adulta. El periodo de edad que cubre esta etapa va desde los 1112 años hasta los 18 0 20. Es más fácil determinar cuando termina la infancia que cuando comienza la adultez. El

inicio

de

la

adolescencia

esta

determinado

fundamentalmente

por

inconfundibles cambios físicos, la pubertad. Mientras que su final por cambios sociales. En el aspecto sociológico, se llega a la edad adulta cuando los jóvenes se sostienen económicamente a si mismos, culminan sus estudios, cuando se casan o tienen hijos. En el aspecto psicológico, el estatus adulto significa haber logrado una independencia de los padres, elaborado su propia identidad, su propio sistema de valores, etc. - La adolescencia como el período de la vida que transcurre entre los diez y diecinueve años de edad. Constituye una fase de desarrollo psicosociosomático, situada entre la infancia y la edad adulta. (OMS)

- En la adolescencia se alcanza la plenitud del impulso sexual, se consolidan los intereses vocacionales dentro del Proyecto de vida, se logra paulatinamente la autonomía personal, la vida afectiva se enriquece, se observan mejoras en el aspecto cognoscitivo como el pensamiento abstracto, el desarrollo del pensamiento moral que le permite ser crítico de su entorno personal, familiar, social y permitiéndole proyectarse hacia el futuro.

CAPITULO 2 IMPACTO DE LOS CAMBIOS FÍSICOS EN LA ADOLESCENCIA En la adolescencia se producen cambios biológicos que incluyen el crecimiento y desarrollo de los órganos sexuales así como los cambios continuos en la forma y tamaño del cuerpo (Petersen y Taylor, 1980; Berger, 1983; Frydenberg, 1997). Mientras que, generalmente, se piensa que los cambios biológicos se dan por completo en el período de la pubertad, existe un desarrollo continuo a lo largo de la adolescencia en cuanto a madurez y crecimiento físico (Petersen y Taylor, 1980). La gran cantidad de cambios que comienzan con la pubertad continúan influyendo al individuo más allá de su inicio (Felman y Elliott, 1990). Estos cambios corporales y hormonales están consistentemente relacionados con procesos psicológicos y sociales (Coleman, 1987). En este sentido, la relación entre pubertad, estado de ánimo y conducta es un área muy activa de investigación (Compas y colaboradores, 1995). La evidencia empírica sugiere que los cambios hormonales se encuentran relacionados con los estados de ánimo y el comportamiento, aunque estas relaciones son complejas (Buchanan y colaboradores, 1992; Crockett y Petersen, 1993, Richards y Larson, 1993). Estas relaciones parecen diferir en función del género, la edad, los tipos de hormonas y su interacción entre ellas y el estatus puberal (Nottelmann y colaboradores, 1987; Susman y colaboradores, 1991; Susman y colaboradores, 1987). El desarrollo biológico, además, tiene unas importantes implicaciones sociales. Así, el impacto evolutivo de los cambios hormonales en la conducta y la emoción está en parte mediado por las respuestas que los cambios puberales elicitan de los otros en el contexto social. Específicamente, parece que el comienzo temprano o tardío de la pubertad en relación con el momento en que se produce este evento para el grupo de iguales es un importante predictor del ajuste conductual y emocional (Nottelmann y colaboradores, 1987; Petersen y colaboradores, 1991). En cuanto a las relaciones familiares, la pubertad parece tener un impacto predecible, aunque esta asociación está modulada por una variedad de factores entre los que se incluyen el género del niño, edad en que se alcanzó la pubertad y la estructura familiar (Hill, 1988; Holmbeck y Hill, 1991; Papini y colaboradores, 1988; Steinberg, 1987b)

CAPITULO 3 DEFINICIONES DE PERSONALIDAD Y EXPLICAR QUÉ PLANTEA LA TEORÍA DE LA PERSONALIDAD DE ERIK ERIKSON. Se suele hablar de personalidad como un elemento más en la persona como una característica de ella o confundirla con el temperamento, el carácter o estilo de vida cuando todas ellas constituyen el universo complejo de la personalidad. PERSONALIDAD: - La personalidad es la suma total de los patrones de conducta actuales o potencial de un organismo en tanto que determinados por la herencia y el ambiente y que se originan y desarrollan mediante la interacción del sector cognitivo, conativo (carácter), afectivo (temperamento) y somático (constitución)”. Eysenck - La personalidad se compone de las percepciones del yo sobre si mismo, de las percepciones del yo con el entorno y con las otras personas asociadas a un juicio de valor. Rogers -La personalidad es el sistema de indicadores que permiten la predicción del comportamiento, bajo condiciones específicas, y que en tanto que se puedan formularse en leyes reguladoras de dicho funcionamiento, constituyen el objeto de la psicología de la personalidad. Pinillos.

TEORIA DE LA PERSONALIDAD DE ERIK ERIKSON

Una teoría de la personalidad debe buscar aclarar y explicar variables de la personalidad, y organizarlos en un marco de referencia coherente. Así como ayudar a predecir y comprender la conducta. Así Erikson también era impulsado por este fin. Erikson visitó la tribu americana de los Oglala Dakota (Sioux), en la antigüedad en ella había muchas dificultades que enfrentaban los adolescentes para ingresar a la sociedad adulta Sioux y pocas oportunidades para lograr realizar sus propias aspiraciones pues su destino estaba guiado por los dioses que se les presentaban en visiones y les dictaban su futuro, unos se veían forzados a ser guerreros otros curanderos, etc. Sin embargo todo esto formaba parte de su cultura y por ella

sentían identificación. Cuando los blancos quisieron educar bajo sus costumbres a los niños sioux estos encontrarían que todo ello iba contra lo que les enseñaron sus padres, en un futuro la cultura autentica de los sioux desapareció pero no solo ella sino también los ideales de todo su pueblo, pues si bien los blancos habían podido quitarles su cultura tradicional no les enseñaron otra que llenara ese vació por lo que enfrentaban muchas dificultades para encontrar su identidad en la vida. Estas dificultades no eran exclusivas de la tribu sioux pues todos enfrentamos de alguna manera la búsqueda de nuestra identidad y vamos por un sueño por el que vivir. Erikson es un psicólogo del Yo freudiano. Esto significa que acepta las ideas de Freud como básicamente correctas, incluyendo aquellas debatibles como el complejo de Edipo, así como también las ideas con respecto al Yo de otros freudianos como Heinz Hartmann y por supuesto, Anna Freud. No obstante, Erikson está bastante más orientado hacia la sociedad y la cultura que cualquier otro freudiano, tal y como cabía esperar de una persona con sus intereses antropológicos. Prácticamente, desplaza en sus teorías a los instintos y al inconsciente. Quizás por esta razón, Erikson es tan popular entre los freudianos y los no-freudianos por igual.

Postulaba la existencia de ocho fases de desarrollo que se extendían a lo largo de todo el ciclo vital. Nuestros progresos a través de cada estadio está determinado en parte por nuestros éxitos o por los fracasos en los estadios precedentes. Cada fase comprende ciertas tareas o funciones que son psicosociales por naturaleza. Aunque Erikson les llama crisis por seguir la tradición freudiana, el término es más amplio y menos específico. Por ejemplo, un niño escolar debe aprender a ser industrioso durante ese periodo de su vida y esta tendencia se aprende a través de complejas interacciones sociales de la escuela y la familia. Cada fase tiene un tiempo óptimo también. Es inútil empujar demasiado rápido a un niño a la adultez, cosa muy común entre personas obsesionadas con el éxito. No es posible bajar el ritmo o intentar proteger a nuestros niños de las demandas de la vida. Existe un tiempo para cada función.

Si pasamos bien por un estadio, llevamos con nosotros ciertas virtudes o fuerzas psicosociales que nos ayudarán en el resto de los estadios de nuestra vida. Por el contrario, si no nos va tan bien, podremos desarrollar maladaptaciones o malignidades, así como poner en peligro nuestro desarrollo faltante. De las dos, la malignidad es la peor, ya que comprende mucho de los aspectos negativos de la tarea o función y muy poco de los aspectos positivos de la misma, tal y como presentan las personas desconfiadas. La maladaptación no es tan mala y comprende más aspectos positivos que negativos de la tarea, como las personas que confían demasiado. Una diferencia importante entre Erikson y Freud es que este sostenía que el desarrollo terminaba con la adolescencia, sin embargo es fácil darse cuenta que luego de este tiempo todavía hay un proceso de maduración (psicológica) en la persona.

1.

Confianza

Básica

vs.

Desconfianza.

(Desde

el

nacimiento

hasta

aproximadamente los 18 meses). Es la sensación física de confianza. La tarea consiste en desarrollar la confianza sin eliminar completamente la capacidad para desconfiar. Los padres buscaran brindar un ambiente cálido que busque que el infante halle seguridad en el ambiente y se de cuenta que la personas son amorosas y que se puede confiar en ellas y así mismo el ganará confianza en si mismo. De todas maneras, es muy importante que sepamos que esto no quiere decir que los padres tengan que ser los mejores del mundo. De hecho, aquellos padres que son sobreprotectores; que están ahí tan pronto el niño llora, le llevarán a desarrollar una tendencia maladaptativa que Erikson llama desajuste sensorial, siendo excesivamente confiado, incluso crédulo. Esta persona no cree que alguien pudiera hacerle daño y usará todas las defensas disponibles para retener esta perspectiva exagerada. Peor aun podría desarrollar si es que no se le brinda protección una tendencia maligna de desvanecimiento, y tornarse depresiva, paranoide e incluso puede desarrollar una psicosis. Si se logra un equilibrio, el niño desarrollará la virtud de esperanza, una fuerte creencia en la que se

considera que siempre habrá una solución al final del camino, a pesar de que las cosas vayan mal.

2. AUTONOMÍA vs. VERGÜENZA y DUDA (desde los 18 meses hasta los 3 años aproximadamente). Esta etapa está ligada al desarrollo muscular y de control de las eliminaciones del cuerpo. La tarea primordial es la de alcanzar un cierto grado de autonomía, aún conservando un toque de vergüenza y duda. Si papá y mamá (y otros cuidadores que entran en escena en esta época) permiten que el niño explore y manipule su medio, desarrollará un sentido de autonomía o independencia. Los padres no deben desalentarle ni tampoco empujarle demasiado. Se requiere, en este sentido, un equilibrio. La mayoría de la gente le aconsejan a los padres que sean “firmes pero tolerantes” en esta etapa, y desde luego el consejo es bueno. De esta manera, el niño desarrollará tanto un autocontrol como una autoestima importantes. Por otra parte, en vez de esta actitud descrita, es bastante fácil que el niño desarrolle un sentido de vergüenza y duda. Si los padres acuden de inmediato a sustituir las acciones dirigidas a explorar y a ser independiente, el niño pronto se dará por vencido, asumiendo que no puede hacer las cosas por sí mismo. Debemos tener presente que el burlarnos de los esfuerzos del niño puede llevarle a sentirse muy avergonzado, y dudar de sus habilidades. No obstante, un poco de vergüenza y duda no solo es inevitable, sino que incluso es bueno. Sin ello, se desarrollará lo que Erikson llama impulsividad, lo que lo llevara realizar actos sin tener en cuenta sus consecuencias ni los peligros que enfrenta. Peor aún es demasiada vergüenza y duda, lo que llevará al niño a desarrollar la malignidad que Erikson llama compulsividad. La persona compulsiva siente que todo su ser está envuelto en las tareas que lleva a cabo y por tanto todo debe hacerse correctamente.

3. INICIATIVA VS. CULPA (Desde los 3-4 hasta los 5-6 años aproximadamente). Este es el estadio genital-locomotor o la edad del juego. Desde los 3-4 hasta los

5-6 años, la tarea fundamental es la de aprender la iniciativa sin una culpa exagerada. El niño desarrolla actividad, imaginación y es más enérgico y locuaz, aprende a moverse más libre y violentamente, su conocimiento del lenguaje se perfecciona, comprende mejor y hace preguntas constantemente. La iniciativa sugiere una respuesta positiva ante los retos del mundo, asumiendo responsabilidades, aprendiendo nuevas habilidades y sintiéndose útil. Los padres pueden animar a sus hijos a que lleven a cabo sus ideas por sí mismos. Debemos alentar la fantasía, la curiosidad y la imaginación. Esta es la época del juego, no para una educación formal. Ahora el niño puede imaginarse, como nunca antes, una situación futura, una que no es la realidad actual. La iniciativa es el intento de hacer real lo irreal. La iniciativa hace que se produzcan reacciones por los actos que cometemos, del temperamento de los padres dependerá cuanta culpa puedan sentir los niños puede que aun no sepan que cierta cosas no son aceptadas pero es necesario corregirlos pero sin demasiada dureza. Erikson es influenciado por Freud y por tanto incluye la experiencia edípica en este estadio. Desde su punto de vista, la crisis edípica comprende la renuencia que siente el niño a abandonar su cercanía al sexo opuesto. Un padre tiene la responsabilidad, socialmente hablando, de animar al niño a que “crezca”; “¡que ya no eres un niño!”. Pero si este proceso se establece de manera muy dura y extrema, el niño aprende a sentirse culpable con respecto a sus sentimientos. Demasiado iniciativa y muy poca culpa significa una tendencia maladaptativa que Erikson llama crueldad. La persona cruel toma la iniciativa. Tiene sus planes, ya sea en materia de escuela, romance o política, o incluso profesión. El único problema es que no toma en cuenta a quién tiene que pisar para lograr su objetivo. Todo es el logro y los sentimientos de culpa son para los débiles. La forma extrema de la crueldad es la sociopatía. La crueldad es mala para los demás, pero relativamente fácil para la persona cruel. Peor para el sujeto es la malignidad de culpa exagerada, lo cual Erikson llama inhibición. La persona inhibida no probará cosa alguna, ya que “si no hay aventura, nada se pierde” y particularmente, nada de lo que sentirse culpable. Desde el punto de vista sexual, edípico, la persona culposa puede ser impotente o frígida.

Un buen equilibrio llevará al sujeto a la virtud psicosocial de propósito. El sentido del propósito es algo que muchas personas anhelan a lo largo de su vida, aunque la mayoría de ellas no se dan cuenta que, de hecho, ya llevan a cabo sus propósitos a través de su imaginación y su iniciativa. Creo que una palabra más acertada para esta virtud hubiera sido coraje; la capacidad para la acción a pesar de conocer claramente nuestras limitaciones y los fallos anteriores.

4. LABORIOSIDAD VS. INFERIORIDAD (desde los 5 hasta los 13 años aproximadamente). Esta etapa corresponde a la de latencia, el periodo del niño escolar. La tarea principal es desarrollar una capacidad de laboriosidad al tiempo que se evita un sentimiento excesivo de inferioridad. Los niños deben “domesticar su imaginación” y dedicarse a la educación y a aprender las habilidades necesarias para cumplir las exigencias de la sociedad. Es la etapa en la que el niño comienza su instrucción preescolar y escolar, el niño está ansioso por hacer cosas junto con otros, de compartir tareas, trabajos, de hacer cosas o de planearlas. Pero debe aprender que no solo es placentero el imaginar un plan sino también llevarlo a cabo. Deben aprender lo que es el sentimiento del éxito, ya sea en el patio o el aula; ya sea académicamente o socialmente. Aquí entra en juego una esfera mucho más social: los padres, así como otros miembros de la familia y compañeros se unen a los profesores y otros miembros de la comunidad. Todos ellos contribuyen; los padres deben animar, los maestros deben cuidar; los compañeros deben aceptar. Se puede notar la diferencia entre niños del tercer estadio conlos del cuarto por su forma de jugar los primeros tendrán poca idea de la reglas de un juego y las cambiaran a lo largo del mismo no aceptaran que el juego se termine si no es molestándose con el adversario o destruyendo los juguetes. El del cuarto estadio en cambio sentirá más apego por las reglas y querrá que el juego se lleve a cabo según estas y que sean estas las que determinen un ganador. Una actitud demasiado laboriosa puede llevar a la tendencia maladaptativa de virtuosidad dirigida. Esta conducta la vemos en niños a los que no se les permite “ser niños”; aquellos cuyos padres o profesores empujan en un área de competencia, sin permitir el desarrollo de intereses más amplios. Estos son los

niños sin vida infantil: niños actores, niños atletas, niños músicos, niños prodigio en definitiva. Todos nosotros admiramos su laboriosidad, pero si nos acercamos más, todo ello se sustenta en una vida vacía. Sin embargo, la malignidad más común es la llamada inercia. Esto incluye a todos aquellos de nosotros que poseemos un “complejo de inferioridad”. Alfred Adler habló de ello. Si a la primera no logramos el éxito, ¡no volvamos a intentarlo!. Por ejemplo, a muchos de nosotros no nos ha ido bien en matemáticas, entonces nos morimos antes de asistir a otra clase de matemáticas. Otros fueron humillados en el gimnasio, entonces nunca harán ningún deporte, otros nunca desarrollaron habilidades sociales (la más importante de todas), entonces nunca saldrán a la vida pública. Se vuelven seres inertes. Lo ideal sería desarrollar un equilibrio entre la laboriosidad y la inferioridad; esto es, ser principalmente laboriosos con un cierto toque de inferioridad que nos mantenga sensiblemente humildes. Entonces tendremos la virtud llamada competencia. 5. BÚSQUEDA DE IDENTIDAD vs. DIFUSIÓN DE IDENTIDAD (desde los 13 hasta los 21 años aproximadamente). Esta etapa es la de la adolescencia, empezando en la pubertad y finalizando alrededor de los 18-21 años. La tarea primordial es lograr la identidad del Yo y evitar la confusión de roles. Esta fue la etapa que más interesó a Erikson y los patrones observados en los chicos de esta edad constituyeron las bases a partir de la cuales el autor desarrollaría todas las otras etapas. En esta etapa se experimenta búsqueda de identidad y una crisis de identidad, que reavivará los conflictos en cada una de las etapas anteriores; los padres de los adolescentes se verán enfrentando situaciones nuevas que serán un nuevo reto para su misión orientadora. La identidad yoica significa saber quiénes somos y cómo encajamos en el resto de la sociedad. Exige que tomemos todo lo que hemos aprendido acerca de la vida y de nosotros mismos y lo moldeemos en una autoimagen unificada, una que nuestra comunidad estime como significativa. Hay cosas que hacen más fácil estas cuestiones. Primero, debemos poseer una corriente cultural adulta que sea válida para el adolescente, con buenos modelos

de roles adultos y líneas abiertas de comunicación. Además, la sociedad debe proveer también unos ritos de paso definidos, ciertas tareas y rituales que ayuden a distinguir al adulto del niño. Tanto los chicos como las chicas deberán pasar por una serie de pruebas de resistencia, de ceremonias simbólicas o de eventos educativos. De una forma o de otra, la diferencia entre ese periodo de falta de poder, de irresponsabilidad de la infancia y ese otro de responsabilidad propio del adulto se establece de forma clara. Sin estos límites, nos embarcamos en una confusión de roles, lo que significa que no sabremos cuál es nuestro lugar en la sociedad y en el mundo. Erikson dice que cuando un adolescente pasa por una confusión de roles, está sufriendo una crisis de identidad. De hecho, una pregunta muy común de los adolescentes en nuestra sociedad es “¿Quién soy?”. Una de las sugerencias que Erikson plantea para la adolescencia en nuestra sociedad es la de una moratoria psicosocial. Anima a los jóvenes a que se tomen un “tiempo libre”. Date un respiro, huele las rosas, búscate a ti mismo. Por norma, tendemos a conseguir el “éxito” demasiado deprisa, aunque muy pocos de nosotros nos hayamos detenido a pensar en lo que significa el éxito para nosotros. De la misma manera que los jóvenes Oglala Dakota, quizás también necesitemos soñar un poco. Existe un problema cuando tenemos demasiado “identidad yoica”. Cuando una persona está tan comprometida con un rol particular de la sociedad o de una subcultura, no queda espacio suficiente para la tolerancia. Erikson llama a esta tendencia maladaptativa fanatismo. Un fanático cree que su forma es la única que existe. Por descontado está que los adolescentes son conocidos por su idealismo y por su tendencia a ver las cosas en blanco o negro. Éstos envuelven a otros alrededor de ellos, promocionando sus estilos de vida y creencias sin importarles el derecho de los demás a estar en desacuerdo. La falta de identidad es bastante más problemática, y Erikson se refiere a esta tendencia maligna como repudio. Estas personas repudian su membresía en el mundo adulto e incluso repudian su necesidad de una identidad. Algunos adolescentes se permiten a sí mismos la “fusión” con un grupo, especialmente aquel que le pueda dar ciertos rasgos de identidad: sectas religiosas,

organizaciones militaristas, grupos amenazadores; en definitiva, grupos que se han separado de las corrientes dolorosas de la sociedad. Pueden embarcarse en actividades destructivas como la ingesta de drogas, alcohol o incluso adentrarse seriamente en sus propias fantasías psicóticas. Después de todo, ser “malo” o ser “nadie” es mejor que no saber quién soy. Si logramos negociar con éxito esta etapa, tendremos la virtud que Erikson llama fidelidad. La fidelidad implica lealtad, o la habilidad para vivir de acuerdo con los estándares

de

la

sociedad

a

pesar de

sus

imperfecciones,

faltas

e

inconsistencias. No estamos hablando de una lealtad ciega, así como tampoco de aceptar sus imperfecciones. Después de todo, si amamos nuestra comunidad, queremos que sea la mejor posible. Realmente, la fidelidad de la que hablamos se establece cuando hemos hallado un lugar para nosotros dentro de ésta, un lugar que nos permitirá contribuir a su estabilidad y desarrollo. 6. Intimidad frente a aislamiento (desde los 18 hasta los 30 años aproximadamente). Si hemos podido llegar esta fase, nos encontramos entonces en la etapa de la adultez joven, la cual dura entre 18 años hasta los 30 aproximadamente. Los límites temporales con respecto a las edades en los adultos son mucho más tenues que en las etapas infantiles, siendo estos rangos muy distintos entre personas. La tarea principal es lograr un cierto grado de intimidad, actitud opuesta a mantenerse en aislamiento. La intimidad supone la posibilidad de estar cerca de otros como amantes, amigos, como un partícipe de la sociedad. ya que posees un sentimiento de saber quién eres, no tienes miedo a perderte a ti mismo. El miedo al compromiso que algunas personas parecen presentar es un buen ejemplo de inmadurez en este estadio. A esta dificultad se añade que nuestra sociedad tampoco ha hecho mucho por los adultos jóvenes. El énfasis sobre la formación profesional, el aislamiento de la vida urbana, la fractura de las relaciones por motivos de traslados y la naturaleza generalmente impersonal de la vida moderna, hacen que sea más difícil el desarrollo de relaciones íntimas. La tendencia maladaptativa que Erikson llama promiscuidad, se da cuando nos volvemos muy abiertos, sin ningún esfuerzo y sin ninguna profundidad o respeto

por tu intimidad. Esta tendencia se puede dar tanto con tu amante, como con tus amigos, compañeros y vecinos. La exclusión es la tendencia maligna de aislamiento máximo. La persona se aísla de sus seres queridos o parejas, amigos y vecinos, desarrollando como compensación un sentimiento constante de cierta rabia o irritabilidad que le sirve de compañía. Si atravesamos con éxito esta etapa, llevaremos con nosotros esa virtud o fuerza psicosocial que Erikson llama amor. Dentro de este contexto teórico, el amor se refiere a esa habilidad para alejar las diferencias y los antagonismos a través de una “mutualidad de devoción”. Incluye no solamente el amor que compartimos en un buen matrimonio, sino también el amor entre amigos y el amor de mi vecino, compañero de trabajo y compatriota. 7. GENERATIVIDAD FRENTE A ESTANCAMIENTO (desde los 30 hasta los 60 años aproximadamente). Este estadio corresponde al de la adultez media. Es muy difícil establecer el rango de edades, pero incluiría aquel periodo dedicado a la crianza de los niños. Para la mayoría de las personas de nuestra sociedad, estaríamos hablando de un período comprendido entre los 20 y pico y los 50 y tantos. La tarea fundamental aquí es lograr un equilibrio apropiado entre la productividad o generatividad y el estancamiento. Es interesante resaltar que la generatividad propia de la edad madura, es caracterizada por Erikson como una renovada situación de dependencia al servicio de la evolución del ser humano. La productividad es una extensión del amor hacia el futuro. Tiene que ver con una preocupación sobre la siguiente generación y todas las demás futuras: teniendo y criando los hijos, la enseñanza, la escritura, la inventiva, las ciencias y las artes, el activismo social complementan la tarea de productividad. En este caso se trata de la dependencia que la generación mayor tiene respecto de la más joven. “El hombre maduro necesita sentirse necesitado, y la madurez necesita la guía y el aliento de aquello que ha producido y que debe cuidar. La generatividad, entonces, es en esencia la preocupación por establecer y guiar a la nueva generación. El estancamiento, por otro lado, es la “auto-absorción”; cuidar de nadie. La persona estancada deja de ser un miembro productivo de la sociedad. Es

bastante difícil imaginarse que uno tenga algún tipo de estancamiento en nuestras vidas, tal y como ilustra la tendencia maladaptativa que Erikson llama sobrextensión. Algunas personas tratan de ser tan productivas que llega un momento en que no se pueden permitir nada de tiempo para sí mismos, para relajarse y descansar. Al final, estas personas tampoco logran contribuir algo a la sociedad. Estoy seguro de que todos ustedes conocerán a alguien inmerso en un sinnúmero de actividades o causas; o tratan da tomar todas las clases posibles o mantener tantos trabajos…Al final, no tienen ni siquiera tiempo para hacer ninguna de estas actividades. Más obvia todavía resulta la tendencia maligna de rechazo, lo que supone muy poca productividad y bastante estancamiento, lo que produce una mínima participación o contribución a la sociedad. Y desde luego que aquello que llamamos “el sentido de la vida” es una cuestión de cómo y qué contribuimos o participamos en la sociedad. “Sólo en el individuo que en alguna forma ha cuidado de cosas y personas y se ha adaptado a los triunfos y a las desilusiones inherentes al hecho de ser el generador de otros seres humanos o el generador de productos e ideas, puede madurar gradualmente el fruto de estas siete etapas. No conozco mejor término para

ello

que

el

de

integridad

yoica”.

E.

Erickson.

Si atravesamos esta etapa con éxito. Desarrollaremos una capacidad importante para cuidar que nos servirá a lo largo del resto de nuestra vida. 8. INTEGRIDAD FRENTE A DESESPERACIÓN (desde aproximadamente los 60 años hasta la muerte). Las crisis que determinan el desarrollo psicosocial del hombre son el motor que nos conduce a esta etapa. Los aprendizajes realizados, las concepciones de vida, la fe lograda, constituyen el material con que el anciano se presenta y se relaciona con el mundo.Esta última etapa, la delicada adultez tardía o madurez, o la llamada de forma más directa y menos suave edad de la vejez, empieza alrededor de la jubilación, después que los hijos se han ido. La tarea primordial aquí es lograr una integridad yoica con un mínimo de desesperanza. Esta etapa parece ser la más difícil de todas, al menos desde un punto de vista juvenil. Primero ocurre un distanciamiento social, desde un sentimiento de inutilidad; todo esto evidentemente en el marco de nuestra

sociedad. Algunos se jubilan de trabajos que han tenido durante muchos años; otros perciben que su tarea como padres ya ha finalizado y la mayoría creen que sus aportes ya no son necesarios. Además existe un sentido de inutilidad biológica, debido a que el cuerpo ya no responde como antes. Las mujeres pasan por la menopausia, algunas de forma dramática. Los hombres creen que ya no dan la talla. Surgen enfermedades de la vejez como artritis, diabetes, problemas cardíacos, problemas relacionados con el pecho y ovarios y cánceres de próstata. Junto a las enfermedades, aparecen las preocupaciones relativas a la muerte. Los amigos mueren; los familiares también. La esposa muere. Es inevitable que también a uno le toque su turno. Al enfrentarnos a toda esta situación, parece que todos debemos sentirnos desesperanzados. Como respuesta a esta desesperanza, algunos mayores se empiezan a preocupar con el pasado. Después de todo, allí las cosas eran mejores. Algunos se preocupan por sus fallos; esas malas decisiones que se tomaron y se quejan de que no tienen ni el tiempo ni la energía para revertirlas (muy diferente a estadios anteriores). Vemos entonces que algunos ancianos se deprimen, se vuelven

resentidos,

paranoides,

hipocondríacos

o

desarrollan

patrones

comportamentales de senilidad con o sin explicación biológica. La integridad yoica significa llegar a los términos de tu vida, y por tanto, llegar a los términos del final de tu vida. Si somos capaces de mirar atrás y aceptar el curso de los eventos pasados, las decisiones tomadas; tu vida tal y como la viviste, como necesariamente así, entonces no necesitarás temerle a la muerte. Aunque la mayoría de ustedes no se encuentran en este punto de la vida, quizás podríamos identificarnos un poco si empezamos a cuestionarnos nuestra vida hasta el momento. Todos hemos cometido errores, alguno de ellos bastante graves; si bien no seríamos lo que somos si no los hubiéramos cometidos. Si hemos sido muy afortunados, o si hemos jugado a la vida de forma segura y con pocos errores, nuestra vida no habría sido tan rica como lo es. La tendencia maladaptativa del estadio 8 es llamada presunción. Esto ocurre cuando la persona “presume” de una integridad yoica sin afrontar de hecho las dificultades de la senectud. La tendencia maligna es la llamada desdén. Erikson la define como un desacato a la vida, tanto propia como la de los demás.

La persona que afronta la muerte sin miedo tiene la virtud que Erikson llama sabiduría. Considera que este es un regalo para los hijos, dado que “los niños sanos no temerán a la vida si sus mayores tienen la suficiente integridad para no temer a la muerte”. El autor sugiere que una persona debe sentirse verdaderamente agraciada de ser sabia, entendiendo lo de “agraciada” en su sentido más amplio: me he encontrado con personas muy poco agraciadas que me han enseñado grandes cosas, no por sus palabras sabias, sino por su simple y gentil acercamiento a la vida y a la muerte; por su “generosidad de espíritu”.

CAPÍTULO IV: EXPLICAR QUÉ ES LA SEXUALIDAD Y CADA UNA DE SUS DIMENSIONES Y ELEMENTOS. Para entender el complejo sentido de la sexualidad humana en su dimensión adecuada, lo primero que hay que distinguir son los conceptos de sexo y sexualidad. - SEXO: es un término que sirve para clasificar a los seres humanos en dos grandes grupos: masculino y femenino, y también, en su uso coloquial, para aludir a la práctica sexual. Es un término unívoco que se emplea para los seres vivos en general. - SEXUALIDAD remite al conjunto de relaciones que los individuos establecen entre sí y con el mundo por el hecho de ser sexuados. Es un concepto complejo, adecuado para hablar del tema sexual en los seres humanos. Actualmente, algunos incluso prefieren usar el término psicosexualidad para referirse a la sexualidad humana, pues con esta palabra se manifiesta la estrecha relación que tiene el sexo, un aspecto eminentemente corporal, con el pensamiento, las emociones, la inteligencia, la edad, el nivel de desarrollo, la personalidad, el equilibrio mental y los valores. El sexo (el cuerpo sexuado) y la sexualidad van unidos, la constituyen desde que nacemos hasta que morimos. El cuerpo sexuado es, por tanto, el lugar donde la

sexualidad reside y se hace posible. La sexualidad está íntimamente relacionada con el placer, la comunicación y el intercambio afectivo. Según la Organización Mundial de la Salud la sexualidad nos motiva a buscar afecto, placer, ternura e intimidad. - En la sexualidad intervienen aspectos biológicos, como psicológicos y sociales. Por lo que engloba una serie de condiciones culturales, sociales, anatómicas, fisiológicas, emocionales, afectivas y de conducta, relacionadas con el sexo que caracterizan de manera decisiva al ser humano en todas las fases de su desarrollo. Alrededor del mundo la sexualidad es entendida y vivida de numerosas maneras, y estas se dan por las influencias de las diferentes culturas, ideales, modelos de sociedad y de educación. Además de este condicionante socio-cultural, debemos tener en cuenta que la sexualidad es un concepto dinámico que ha ido evolucionando de la mano de la Historia del ser humano. La sexualidad no es estática y predecible, sino es como un todo que envuelve la vida del hombre, que evoluciona a lo largo de la historia, y no sólo de la Historia en mayúsculas, sino también en la historia personal de cada individuo. La sexualidad nos acompaña desde que nacemos hasta que morimos, y va moldeándose al ritmo de nuestras experiencias de vida, poniendo su sello en todo lo que vemos, entendemos, sentimos y vivimos. Encontrar una definición de sexualidad es una tarea difícil ya que la sexualidad hace referencia a un concepto multiforme, extenso, profundo y variadísimo de elementos que todos unidos forman el concepto de sexualidad como un todo. La sexualidad es un término dinámico. No podemos encajonar la sexualidad como algo estático y predecible, sino como un todo que envuelve la vida del hombre, que evoluciona a lo largo de la historia, y no sólo de la Historia en mayúsculas, sino también en la historia personal de cada individuo. La sexualidad nos acompaña desde que nacemos hasta que morimos, y va moldeándose al ritmo de nuestras experiencias de vida, poniendo su sello en todo lo que vemos, entendemos, sentimos y vivimos.

ELEMENTOS DE LA SEXUALIDAD

A. El impulso sexual: que tiene como fin no solo el placer sexual sino también la procreación. El impulso sexual está constituido por lo que podríamos considerar el “sistema sexual”, aceptando la imprecisión de este concepto (Le Vay, 1993). Los seres humanos heredan filogenéticamente los elementos anatómicos, fisiológicos y neuroendocrinos que regulan el

comportamiento sexual y que generan

predisposiciones comportamentales hacia los estímulos eróticos. Como es bien sabido, la testosterona es la hormona relacionada con el deseo sexual en ambos sexos (Bancroft y Reinisch, 1991; Bancroft, 1988,1989). Sin embargo la motivación sexual constituye, en el sentido propuesto por Singer y Toates (1987) un sistema interactivo entre el “sistema sexual” (bases biofisiológicas del deseo sexual) y los incentivos,

siendo éstos estereotipados en las especies

subhumanas y complejos en los humanos por las diversas mediaciones tanto psicológicas, como culturales. Por tanto el impulso hace referencia 5

a la

activación que puede generarse desde la propia dinámica biológica, o inducirse a partir de determinados incentivos, es decir estímulos que en diversas situaciones tienen valencia erótica.

B. Identidad sexual y orientación sexual: se las considera como tendencias sexuales en cuanto a aspectos de la relación psicológica con el propio cuerpo (sentirse hombre, mujer o ambos a la vez) y en cuanto a atracción sexual hacia un sexo, otro o ambos (heterosexualidad, homosexualidad o bisexualidad).

-Identidad Sexual: El ser humano desde que nace inicia un camino que le conducirá a su individualización que consiste en el desarrollo de la propia identidad, entendida ésta como la conciencia de ser un ser autónomo y diferenciado de los demás, la conciencia de sí mismo. Dada nuestra naturaleza sexuada, la identidad necesariamente tienen que serlo: “Yo soy yo que soy mujer, yo soy yo que soy hombre”.

-Orientación Sexual: Hace referencia al tipo de estímulos hacia los que las personas nos sentimos atraídos sexualmente, hacia los que se dirige nuestro interés sexual y con quienes tenemos o deseamos tener conductas sexuales. Socialmente, se cree que la única orientación del deseo correcta es la heterosexual, que la única vivencia aceptable, para hombres y para mujeres, es la heterosexual. Se marca así una pauta que no es válida para todo el mundo. La tiranía de esta concepción, excluye las vivencias afectivo-sexuales, normales y saludables, de muchas mujeres y hombres, que sienten atracción, vinculación, enamoramiento hacia otras personas, de su mismo sexo o de ambos sexos. C. Relaciones sociales: La sexualidad resulta ser el resultado del cruce de la naturaleza con la estructura social y responde, por tanto, a condiciones sociales determinados por un contexto. En un primer momento, nos puede parecer un asunto íntimo que concierne únicamente a la privacidad de cada individuo. Este parecer deriva de la idea de que la sexualidad responde a una fuerza natural, que va más allá de lo razonable, y que, por tanto, responde a algo casi instintivo que le otorga un carácter de impermeabilidad al cambio. Frente a esta postura, lo cierto es que la sexualidad de los seres humanos se va construyendo mediante pautas sociales y culturales cada vez más alejadas de la reproducción, es decir, hoy en día la mayoría de las prácticas sexuales humanas no tienen como objetivo la descendencia. Por tanto, resulta

evidente que la naturaleza no determina la conducta sexual.. Sin

embargo, las basadas en un

concepciones universalistas y totalizadoras sobre sexualidad, discurso biológico, han llevado a enraizar en nuestra cultura

concepciones erróneas que nos impiden o retrasan el cuestionamiento de ésta. El retraso de este cuestionamiento no es más que una forma de no alterar el equilibrio, de forma que, las dudas o contradicciones se permiten cuando las fronteras del orden social se llenan de poros al necesitar reajustes por el cambio de intereses.

En el diario vivir, la sexualidad cumple un papel muy importante, ya que, desde el punto de vista emocional, afectivo y social, va mucho más allá de la finalidad

reproductiva y compromete la vida de pareja, de familia, y los lazos afectivos interpersonales. La sexualidad juega un papel muy importante en la vida de la gente, ya que si no se vive una sexualidad plena, o no se está satisfecho con ella; simplemente la persona no puede ser del todo feliz.

DIMENSIONES DE LASEXUALIDAD La sexualidad está conformada por tres dimensiones la psicología, la biología y la social aunque si bien se podría incluir a una cuarta que es la ética. Estas cuatro dimensiones están íntimamente relacionadas y condicionadas unas por otras, por lo que no podemos separar el cuerpo físico de la mente, de las creencias o de la educación recibida. Sin embargo vamos a abordarlas una por una para facilitar nuestro estudio de la sexualidad: Dimensión biológica: las diferencias Las diferencias entre el varón y la mujer se imponen por una serie de caracteres morfológicos, sin embargo la distinción biológica entre el hombre y la mujer es mucho más compleja que la configuración descriptiva de la genitalidad. De tal modo que el sexo biológico contemplaba cinco categorías básicas: La configuración cromosómica, el sexo gonádico, el sexo hormonal, la estructura reproductiva y la genitalidad. Incluye factores como: Sistema hormonal El sistema endocrino, las glándulas endocrinas se encargan de mantener los niveles de hormonas necesarios para el correcto funcionamiento de nuestro organismo. Sistema genético. La carga cromosómica del genoma humano "XX" "XY", que se define en la fecundación, es uno de los factores determinantes en la dimensión biológica del sexo de la persona. Concretamente las hormonas más directamente implicadas en la sexualidad humana son: la testosterona, la progesterona, los estrógenos. Estos tres tipos de hormonas están presentes tanto en las mujeres como en los hombres, aunque en diferentes cantidades y proporciones, de modo que los hombres poseen principalmente testosterona (por eso se conoce como hormona masculina) y una pequeña cantidad de estrógenos y progesterona, al contrario las

mujeres segregan en su mayoría estrógenos y progesterona (por eso se conocen como hormonas femeninas) y sólo una pequeña cantidad de testosterona. Los niveles de hormonas sexuales también varían de una persona a otra y dependiendo de los momentos de la vida. Estructura anatómico-fisiológica La anatomía física del hombre y la mujer determinan aspectos de la relación sexual, respuesta sexual, excitación, procreación, etc. En este apartado se contemplan tanto la anatomía y fisiología de los genitales masculinos y femeninos, así como los caracteres sexuales secundarios. Dimensiones Psicológicas: la sexualidad del ser humano no se limita a ser una necesidad (dimensión biológica), si no que se expande en el camino del deseo (dimensiones psicológicas) llegando a ser vivencia y comportamiento sexualidad y humano. Al discutir los determinantes psicológicos de la conducta, a menudo debemos tratar acerca de diferentes niveles de análisis del organismo humano. En un sentido, los factores psicológicos o sociales son meramente reflejos y manifestaciones de procesos biológicos subyacentes, y en otro sentido los factores psicológicos son independientes de lo biológico aún cuando deben mediarse a través de los mecanismos neurofisiológicos del cerebro, pues ni el pensamiento ni la emoción pueden ocurrir en un cráneo vacío. El concepto que de sí mismo pueda tener un individuo depende estrechamente del vivir y sentir su sexualidad, y de esta relación se desprende su sentimiento de auto-estima, su auto-concepto, su sentido de identidad, las formas específicas que utiliza para dar y para recibir afecto, su identidad moral y espiritual, etc. La dimensión psicológica del ser sexual puede dividirse en dos: la Intelectual (desarrollo

cerebral

que

posibilita

en

el

ser

humano

capacidades

y

potencialidades a nivel de pensamiento y conocimiento que convierten lo sexual de un instinto en un IMPULSO sobre el cual puede ejercer control) y la afectiva (capacidad humana de establecer relaciones de distinto grado de intensidad e intimidad con otros seres de su misma especie, con los cuales se relaciona de una manera que involucra sentimientos y sensaciones). El proceso típico de la dimensión psicológica en los y las adolescentes es la IDENTIFICACIÓN SEXUAL.

Dimensión social y cultural El comportamiento sexual funciona como una forma de comunicación social, pues a través de él podemos expresar afecto, amor, odio, cólera, insatisfacción, deseo y necesidad entre otras emociones, sentimientos y sensaciones. Un concepto clave para e tender esta dimensión es la de GÉNERO. El concepto de “género” surgió durante la década de 1960 en el contexto de investigaciones médicas sobre trastornos de la identidad sexual de los seres humanos, y los trabajos de Robert Sto-ller se consideran pioneros en esta materia. Este autor, basado en sus investigaciones en niños y en niñas con problemas anatómicos en la distinción de sus órganos sexuales, concluyó que la identidad sexual de las mujeres y de los hombres no era resultado directo de su sexo biológico, sino de las pautas de socialización y de representación cultural sobre lo que significa ser mujer o ser hombre en un determinado contexto social; y esta conclusión dio paso al reconocimiento de la diferencia entre sexo y género para connotar los aspectos biológicos de los culturales y los sociales en la construcción de la identidad de las personas. El género es el resultado de un proceso de aprendizaje tanto familiar como social, que iniciándose desde el nacimiento clasifica a los seres en masculinos o en femeninos, se refiere básicamente a actitudes y a comportamientos, y tiene como base los atributos culturales del momento socio-histórico que se viva. La dimensión social, engloba el papel fundamental que ejerce la familia, los amigos, la educación recibida en el colegio, la religión, etc., sobre la sexualidad. Las distintas sociedades poseen modelos distintos de entender y vivir la sexualidad. Es por ello que existen grandes mitos sobre la calidez erótica de los latinos, la represión sexual de los países árabes, etc. Dimensión Ética La dimensión ética del Ser sexual hace referencia al conjunto de valores que cada uno construye individualmente a lo largo de su vida, con los cuales se compromete, definiendo estos el SER y QUEHACER sexual específico de cada persona. La base de la ética individual está en la AUTO-VALORACION: el ser humano valora a los demás teniendo como referencia el valor que se da a

sí mismo. El refuerzo de la AUTO-ESTIMA es, por tanto, punto clave en la construcción de esta escala de valores. La sexualidad no es un concepto abstracto, la sexualidad se vive, se pone en acción y se juega en la experiencia de la vida diaria, en la cotidiana. En la dimensión ética parte de la noción de la persona, hombre y mujer con valor en si mismo. Esta va asumiendo a lo largo de su vida diversos valores y se convierte por lo tanto, en una portadora de ellas, los cual también jerarquiza a la luz de ser experiencias y de vida personal. Constantemente está revisando sus valores y replanteándose su jerarquía lo que lleva a conformar su conciencia. La ética se convierte así en el contexto de valor que orienta su actuar de la persona. Desde allí hacia sus opciones le da un sentido a su vida. En el plano de la sexualidad es justamente la dimensión ética la que en última instancia define como va a ser esta vivencia en el individuo. Esto quiere decir que los valores asumidos por la persona se ven reflejados es sus actitudes, sentimientos y comportamiento en el aspecto sexual.

CONCLUSIONES

La adolescencia es el periodo en el desarrollo de los hombres que se caracteriza por preparar al niño a que se convierta en adulto con todo lo que esto implica, ya sean cambios en su estructura de pensamiento, maduración sexual, ingreso al mundo social adulto, cambios en sus relaciones interpersonales. Es por eso que en esta etapa se produce una crisis de identidad pues el adolescente busca cual es su lugar en el mundo, antes no tenía que enfrentarse a esto pues eran dependientes de los padres ahora tienen que enfrentarse solos al mundo y volverse independientes, si es que logran un desarrollo optimo podrán establecer lazos más íntimos con otras personas ya sea con su pareja, amigos, etc. La adolescencia es una etapa que esta preprogramada, dictada por la evolución biológica por eso sus cambios comienzan en el aspecto físico y biológico. Con la segregación de hormonas que estimulan estos cambios. Por eso se puede decir con mayor precisión el periodo de inicio más no el final ya que esto dependerá del grado de desarrollo psicológico y emocional que haya logrado. La tarea principal del adolescente es buscar un equilibrio en su identidad yoica, esto no volverse extremista en su forma de pensar y no aceptar que hay otras formas de pensamiento, o peor aún irse al otro extremo de no encontrar nunca una identidad. Pero también deberá asimilar todas esas herramientas que la sociedad le brinda para poder insertarse con éxito en ella, así mismo regular su comportamiento, ante su naciente impulso sexual y ante las nuevas emociones que experimentará. Pero no sólo es tarea de los adolescentes es también y en igual grado una tarea para la sociedad pues debe brindar oportunidades de desarrollo y permitir el libre (dentro de un comportamiento adecuado) desenvolvimiento de los adolescentes pues deberán probar mucho hasta que puedan encontrar su camino en la vida.

BIBLIOGRAFÍA Boeree, George Teorías de la personalidad. Erik Erikson Gómez Zapiain, Javier. El Desarrollo sexual en la adolescencia Martinez Alvarez, J. L. (1995). Intimidad, estilos de amor y experiencia sexual en relaciones de pareja de adolescentes. Cuadernos de Medicina Psicosomática, (34/35), 34-45. Montoya arguelles, Mirtha. Psicología de la adolescencia Papalia, Diane. Psicología del desarrollo de la infancia a la adolescencia. Editorial Mc Graw Hill 3ra. Edición.