Toledo en La Edad Media

TOLEDO EN LA EDAD MEDIA INDICE 1. LA CIUDAD DE TOLEDO EN LA EDAD MEDIA. 2. LA CULTURA EN TOLEDO EN LA EDAD MEDIA. 3

Views 363 Downloads 2 File size 808KB

Report DMCA / Copyright

DOWNLOAD FILE

Recommend stories

Citation preview

TOLEDO EN LA EDAD MEDIA

INDICE

1. LA CIUDAD DE TOLEDO EN LA EDAD MEDIA.

2. LA CULTURA EN TOLEDO EN LA EDAD MEDIA.

3. CONTRUCCIONES EN TOLEDO EN LA EDAD MEDIA.

1. LA CIUDAD DE TOLEDO EN LA EDAD MEDIA. La Edad Media está comprendida entre los siglos V y XV. En la Hispania visigoda (siglos VI-VII) es probablemente la ciudad más activa, junto con Mérida. Toledo era sede de la capitalidad del regnum visigothorum y por tanto punto central y aglutinador del poder. Es lógico, pues, imaginar una gran actividad generada por la presencia de un aparato civil, administrativo, regio y eclesiástico. De la situación de Toledo, lo primero que destaca es su ubicación de carácter defensivo natural, en lo alto de un cerro rocoso bañado por las aguas del Tajo, a excepción de la zona norte. Dada la importancia política, administrativa, cultural y económica de Toledo, en el recinto urbano debieron vivir un gran número de profesionales dedicados a la industria, al comercio y a la artesanía. De todas formas, como era habitual, también una importante tasa de la población se dedicó a la explotación agrícola y ganadera. En cuanto a la actividad constructiva, se refiere a la edificación de centros de culto. Se sabe de la existencia de una iglesia, la de Santa María, en el interior de la ciudad ubicada junto al palacio episcopal. En ella se reunieron, en la segunda mitad del siglo VII, cuatro concilios, dos toledanos y dos provinciales. Las otras dos iglesias donde se reunieron los restantes diecisiete concilios, también conocidas por las actas conciliares, son las de Santa Leocadia y la Pretoriense de los Santos Apóstoles Pedro y Pablo. El acontecimiento clave de este periodo en Toledo es la celebración de su Tercer Concilio en el año 589. Este es el Concilio clave en la historia de Hispania en la Antigüedad tardía. Recaredo lo convocó, quizá a instancias de Leandro de Sevilla. Asistieron un total de sesenta y dos obispos procedentes de diferentes sedes, además de cinco vicarios y algunos nobles. La solemne congregación, celebrada en alguna iglesia toledana, comienza con una intervención real el 5 de mayo del 589 y, después de tres días de ayuno y oración, el día 8 se abre la sesión única, con la lectura del Tomo regio y la suscripción del mismo por parte de Recaredo y su esposa, Baddo, en la que se acepta el credo católico. A continuación se produce la abjuración del arrianismo por parte del clero y nobleza visigodos. Vuelve a hablar el rey a los obispos, se confirman los cánones y, por último, Leandro de Sevilla pronuncia su homilía, verdadera pieza literaria y retórica. La llegada de los musulmanes supuso que la ciudad se convirtiera en una de las más importantes de al-Andalus. El Toledo andalusí que sucedió a la conquista de Tariq en el 711, llamado Tulaytula, conoció un periodo de enfrentamiento al poder de los emires y califas de Córdoba. Fueron frecuentes las rebeliones que tuvieron a Toledo por epicentro, aglutinando en torno suyo a descontentos con el centralismo de la capital cordobesa y, en ocasiones. Las guerras frecuentes hicieron que la etapa de esplendor del Toledo musulmán no se iniciase sino hasta el siglo XI, cuando ya el poder califal se había desmoronado y alAndalus era un territorio dividido en varios reinos islámicos, llamados taifas. Toledo fue la capital de una de éstas a partir de 1036, cuando Ismail Dahfir, del clan bereber de los Beni Dilnun, proclama la independencia. A partir de entonces Toledo será gobernada por una dinastía local, que incluye a tres soberanos.El primero de ellos será Ismail Dahfir (10361038), quien luchó contra los cordobeses para mantener la independencia. Le sucedió Abul asan Yaya ben Ismail ben Dylinun al-Mamun (1038-1075), conocido por los cristianos como "Almamún" o "Alimenón".Con él el reino de Toledo inicia una etapa de esplendor, llegando a tener bajo su dominio a Córdoba y Valencia. Aliado de Fernando I de Castilla y León, quien le ayudó a tomar el poder, más tarde ambos se enfrentaron en el campo de batalla, siendo derrotado el musulmán. También mantuvo buenas relaciones con Alfonso VI, a

quien albergó en Toledo tras ser derrocado por su hermano Sancho II. La vida del rey alMamun acabó en la recién tomada Córdoba, donde fue envenenado. El último rey musulmán de Toledo es Yahya ben Ismail ben Yahya Al-Kadir (1075-1081), nieto al-Mamun. Parece que su periodo de gobierno no fue brillante, pues a la pérdida de los territorios conquistados por su antecesor hubo de unir las frecuentes sublevaciones y algaradas. La población de Toledo se hallaba dividida entre los partidarios de mantener la paz y alianza con el rey de Castilla y León, fundamentalmente sectores mozárabes y judíos, y los detractores de ésta, ayudados por al-Mutawakkil de Badajoz, quienes querían iniciar las hostilidades. La situación se saldó inicialmente con la toma de Toledo por parte de AlMutawakkil, obligando al rey toledano al-Kadir a refugiarse en Cuenca. Este a su vez cedió los derechos sobre Toledo a Alfonso VI, a petición de que el monarca castellano-leonés le ayudara a reconquistar el reino de Valencia. La entrada de Alfonso VI en Toledo se producirá finalmente en 1085, siendo uno de los momentos más importantes de la llamada Reconquista y dando inicio una nueva etapa en la historia de la ciudad. En su periodo musulmán, Toledo debió de aproximarse a los 40.000 habitantes, emplazados de manera abigarrada en un enjambre de callejas y cuestas, entre la Vega y el Tajo. Precisamente su peculiar localización, dominando los riscos que la separan del Tajo, hizo que en la ciudad la ciencia árabe se afanara por idear ingeniosos sistemas hidráulicos, con el fin de proveer a sus habitantes de agua para el consumo y el riego. Los textos antiguos y los restos arqueológicos nos hablan de algunas construcciones singulares, como la almunia real, un gran huerto ideado para lograr el disfrute de los sentidos, con jardines que imaginan el paraíso y una gran alberca en el centro de la cual se halla un quiosco de grandes vidrieras. En Toledo coexistieron la población islámica, la cristiana y la judía. Fruto de esta etapa es la existencia de mezquitas, iglesias y sinagogas, así como una tradición artesanal en la que aparecen rasgos de estos tres elementos. Merecen la pena ser destacadas edificaciones como las sinagogas del Tránsito y de Santa María la Blanca, la Puerta del Sol, torre albarrana de estilo mudéjar del siglo XIV, o la Mezquita del Cristo de la Luz o de Bab al Mardum. Importante fue también su papel como centro cultural, pues en Toledo se refugiaron buena parte de los intelectuales andalusíes que huyeron de la desintegración del califato, de las luchas intestinas y de la ortodoxia religiosa representada por almorávides y almohades, que obligó a muchos musulmanes y judíos a instalarse allí. Consecuencia directa fue la instauración en Toledo, a partir de la conquista de Alfonso VI, de una Escuela de Traductores, en las que se habrían de traducir importantes obras científicas de autores como Ptolomeo o Avicena.

2. LA CULTURA EN TOLEDO EN LA EDAD MEDIA. El Toledo medieval con una población que llegaba a los 30.000 habitantes, fue el resultado del sucesivo asentamiento de culturas bien diferentes; la hebrea, la musulmana y la cristiana que lograron convivir con sus dispares formas de entender la organización social, religiosa o económica.

Así pues, la Toledo de las tres culturas fue una ciudad activa y fuertemente poblada durante el S.XIII, que respondía a una ciudad de trazos básicamente árabes debido a su condición de reino de Taifas durante la ocupación musulmana. En la arquitectura de sus edificios predominaba el ladrillo rojo, y su distribución respondía a la de cualquier ciudad islámica: alcazaba, medina, arrabales, y barrios extramuros. Se entraba en el recinto urbano por diferentes puertas abiertas en la muralla, a las que se accedía, lógicamente, por el correspondiente puente sobre el Tajo. Los mercados o zocos estaban repartidos por diversos puntos de la ciudad, si bien el principal y de mayor tamaño ocupaba la actual plaza de Zocodover. Con el avance de la reconquista cristiana, la nobleza alcanza en el S.XIII gran poder económico y político en todos los reinos. La impronta cristiana se iba imponiendo sobre la huella árabe. La arquitectura mudéjar proliferó en la ciudad y bajo el reinado de Alfonso X imperó libremente por calles y plazuelas. En el entorno del zoco se abrieron dos calles comerciales. las actuales de la Alcaicería y el Alcaná, en las que se instalaron los comercios de lujo: sedas, joyas, cordobán, filigranas y otros, destinados a la venta de elementos de uso cotidiano como hierbas, especias, alfarería, o paños. En cuanto a la población judía, se repartía en dos zonas; la Judería mayor que perduró hasta 1492 (fecha de expulsión de los judíos) y la Judería Menor, en el entorno de la catedral que fue arrasada en el S.XV La comunidad hebrea integrada por labradores y comerciantes, no tardó en ganarse la confianza de los monarcas sus miembros acabaron convirtiéndose en sus banqueros. Tenían la consideración de siervos del rey, pero podían regirse conforme a sus propias leyes y tradición. Muy cultos, solían establecer centros de estudios en las inmediaciones de la Sinagoga, donde además de las escrituras se estudiaban otros temas relacionados con la cultura tradicional. Fue a partir de la incruenta y consensuada conquista de Toledo por Alfonso VI en 1085 cuando se produjo una floreciente simbiosis de las tres grandes culturas medievales: musulmana, judaica y cristiana que constituyó una experiencia única dentro de los intolerantes ámbitos del occidente cristiano y del oriente musulmán. Algunos monarcas cristianos de la península, entre los que se encuentra Alfonso X, llegarán a proclamarse emperadores de dos o de las tres religiones. Salvo en contadas ocasiones-como el enfrentamiento en 1226 entre musulmanes y cristianos a causa de la construcción de la gran catedral gótica sobre la antigua mezquitaparece que estas tres comunidades humanas, a pesar de sus diferencias culturales, fueron desarrollándose paralelamente en un ambiente de respeto hacia sus costumbres y privilegios. Alfonso VII, primero y Fernando II después, intuyeron la importancia de esa convivencia pacífica. En este sentido, podemos mencionar el hecho de que Fernando II ordenara escribir su epitafio en las lenguas árabe, hebrea y castellana. En el transcurso de los casi 800 años de reconquista tenemos constancia de que hubiera períodos de paz y cooperación entre cristianos y musulmanes. Toledo vivió un período de esplendor cultural en el que las tres culturas que habitaron la ciudad lo hicieron con relativa armonía; aunque los barrios son completamente independientes entre sí con sus mezquitas, sinagogas e Iglesias. Otra cosa distinta fue la Escuela de Traductores de Toledo que si bien ya existía antes de Alfonso X fue éste su máximo impulsor. Interesa remarcar que en Toledo había una auténtica “escuela”, es decir: no sólo se traducía, sino que también se estudiaba, si bien en sus inicios la enseñanza se realizó a nivel privado. Los maestros eran judíos y mozárabes y la materia impartida consistía en el conocimiento islámico: básicamente filosofía, astrología y artes mágicas. 3. CONTRUCCIONES EN TOLEDO EN LA EDAD MEDIA. PUERTA DE ALFONSO VI

Esta entrada a la ciudad, situada a escasos metros la denominada Nueva de Bisagra, se la denominó Puerta de Alfonso VI para distinguirla de su vecina más monumental. Conocida también como antigua Puerta de Bisagra, esta entrada fue antiguamente la principal de la ciudad desde la Vega. La base sobre la que se asienta fue construida probablemente en el siglo X, aunque la parte de arriba es del siglo XIII o posteriores.

PUERTA DE BISAGRA Hace tiempo hablábamos de la Puerta de Bisagra, un emblema de Toledo y una de las entradas más conocidas a la ciudad. Hoy le toca el turno a la Puerta del Sol. Construida en el siglo XIV, esta entrada a la ciudad amurallada de Toledo es uno de los mejores ejemplos que se encuentran en la ciudad del estilo mudejar. Pese a que la actual Puerta del Sol que puede contemplarse data del siglo XIV, su base fue levantada con dos o tres siglos de anterioridad.

PUERTA DEL SOL Si la Puerta del Sol daba acceso al barrio de los herreros, la del Cambrón era la que había que cruzar para salir o entrar al barrio judío de la ciudad. El origen de la puerta se

encuentra en el siglo IX y es musulmán. Sin embargo, Carlos V mandó reconstruirla en el siglo XVI dándole el aspecto que ahora tiene y coronándola con el ánguila bicéfala, símbolo de CiudadImperial que ostentó Toledo.

PUENTE DE ALCANTARA Situado a los pies del castillo de San Servando, el Puente de Alcántara es el más conocido de los puentes toledanos. Su nombre proviene del árabe, puesto que Alcántara significa puente en esta lengua. Esta construcción se encuentra en el mismo sitio donde anteriormente se hallaba la pasarela flotante que utilizaban los habitantes y visitantes de la ciudad para cruzar el río Tajo. Aunque en la actualidad sólo cuenta con dos arcos. En su origen, allá por el siglo IX, constaba de tres. Sin embargo, las continuas luchas entre toledanos y musulmanes acabaron destruyendo uno de ellos.

PUENTE DE SAN MARTIN El Puente de San Martín fue construido en el silo XIII después de que las inundaciones sufridas en 1203 arrasasen con el puente anterior.

ALCAZAR DE TOLEDO El Alcázar de Toledo es una fortificación sobre rocas, ubicada en la parte más alta de la ciudad de Toledo, y que domina toda la ciudad. Su privilegiada situación ha hecho de él un lugar de gran valor estratégico militar y así lo intuyeron los diversos pueblos que se asentaron en él. Su nombre se debe a uno de esos dominadores: los árabes, que lo llamaron Al Qasar que significa «fortaleza»

CASTILLO DE SAN SERVANDO Se inició su construcción como monasterio en 1024, en tiempos de Alfonso VI. En1088 se convirtió en alcázar debido a la amenaza del reino cristiano y a las posibles entradas de los musulmanes por el puente de Alcántara. En 1147Muñoz de Cervatos conquistó el castillo de las manos de los moros. Con la total expulsión de los musulmanes de la Península Ibérica, la fortaleza fue perdiendo paulatinamente su función de defensa quedando relegada al olvido.

SINAGOGA DEL TRÁNSITO La sinagoga del Tránsito fue mandada edificar en Toledo entre 1354 y 1357 por el judío Samuel Haleví Abulafia, tesorero y consejero del monarca Pedro I. El edificio es de planta rectangular, con una sola nave cubierta con armadura de madera, y dotado de una tribuna lateral en alto para las mujeres. La techumbre es adintelada con cubierta a cuatro aguas y los muros están levantados con mampostería y ladrillo. Sobresale la decoración de yeserías de sus muros, donde junto al desarrollo de la tradición ornamental almohade se suman las novedades de la flora naturalista gótica, así como una abundante decoración de carácter heráldico. La sala de oración mide 23 metros de longitud, 9,50 de anchura y 17 de altura, cubierta con un artesonado de madera de pino decorado con piñas, almocárabes e inscripciones en árabe.

SINAGOGA DE SANTA MARIA LA BLANCA De las diez sinagogas que contaba la ciudad de Toledo en la Edad Media sólo dos quedan hoy en pie: el Tránsito y Santa María la Blanca. Santa María la Blanca fue probablemente construida a finales del siglo XII por Abraham ibn Alfajar, consejero del rey Alfonso VIII. En 1250 fue reconstruida tras sufrir un incendio. Recibió el nombre de Santa María la Blanca en 1411, cuando, tras la predicación de San Vicente Ferrer, la sinagoga fue otorgada a los cristianos. El edificio fue puesto bajo la advocación de una copia de la Virgen Blanca conservada en el coro de la catedral. Presenta planta basilical de cinco naves que van decreciendo en altura desde la central a las laterales. Las naves están separadas por grandes arcos de herradura que se apoyan sobre pilares ochavados con anchos capiteles, decorados piñas y grandes volutas, finamente tallados a trépano. La influencia almohade se pone de manifiesto en la decoración de los muros mientras que la tradición gótica queda representada en los pilares octogonales. El motivo decorativo predominante es un friso de arquerías en la parte alta y a lo largo de las naves laterales.

MEZQUITA DE BIB MARDUM La mezquita toledana de Bib Mardum pertenece al estilo califal cordobés. Tiene planta de cruz griega inscrita en un cuadrado y es de pequeñas proporciones, tomando como fuente modelos bizantinos.