Cristianismo en la edad media

EL CRISTIANISMO EN LA EDAD MEDIA  Durante la alta edad media, la iglesia desarrollo un dominio ideológico con un fue

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EL CRISTIANISMO EN LA EDAD MEDIA



Durante la alta edad media, la iglesia desarrollo un dominio ideológico con un fuerte impacto cultural, pues al convertirse prácticamente en la única institución que podía entender o desarrollar la educación y el conocimiento logró imponer sus valores y creencias sobre toda la sociedad europea.

LUZ EN LAS TINIEBLAS 

El hecho de que la iglesia pudiera llevar a cabo la misión de guiar a los pueblos por medio de la fe, constituye en si mismo, un monumento a su vitalidad y a su extraordinaria organización. En su principio había sido una secta perseguida pero logro estructurarse para hacer frente a cualquier dificultad.



El surgimiento del cristianismo como la religión del estado tuvo para la iglesia consecuencias tanto internas como externas. El reconocimiento oficial del cristianismo les deparó la ocasión propicia para desautorizar a cuantos no estaban de acuerdo con algún punto de la doctrina, por mandato imperial se les consideraba herejes.



Los edictos imperiales aumentaron el poder de la iglesia también en otras direcciones. El clero y sus tierras estaban exentos de impuestos, los eclesiásticos acusados de ofensas menores eran juzgados por tribunales especiales de la iglesia.



Donde cedían los desordenes y los bárbaros de establecían los nuevos dominadores empezaban a confiar, cada vez más, en los representantes de la iglesia; donde destacaron principalmente los monjes.

LAS COMUNIDADES MONÁSTICAS 

La piedad cristiana se manifestó de distintas maneras en los mas de 2000 monasterios que había en el occidente de Europa en el siglo XII. Los monasterios tenían muchas cosas en común la rutina cotidiana y las regulaciones de culto seguían, en la mayoría de los casos, La Regla de San Benito.

LA ORACIÓN EN COMÚN 

El rezo litúrgico era la actividad principal en la mayoría de los monasterios. Los monjes se reunían nueve veces al día: ocho para el oficio divino y una para la santa misa.

LA SALA CAPITULAR 

En todos los monasterios de la Regla de San Benito, los monjes se reunían para solucionar las cuestiones espirituales. Tras una plegaria, uno de los monjes leía un capitulo de la regla, cuyo texto completo se leía tres veces al año.



El trabajo intelectual se consideraba una virtud en los monasterios. Todos los días se concedían a los monjes tiempo libre para el estudio y se ofrecía toda clase de estimulo a los copistas. Para el copista, escribir era luchar contra el demonio con la pluma y el tintero, y todos compartían la idea del que declaró “por cada letra, línea y punto un pecado me quedara perdonado”

DISCIPLINA Y OBEDIENCIA 

Los días de los monjes terminaban con las completas. Al salir de la iglesia se dirigían rápidamente a sus celdas en silencio y se acostaban inmediatamente. Las ordenes prohibían igualmente la propiedad privada, limitaban el hablar, practicaban la mortificación personal y la obediencia desinteresada.

CRUZADAS Y PEREGRINACIONES 

Las Cruzadas y las peregrinaciones suponen la máxima expresión del espíritu cristiano de occidente. En el primer caso, el Papado, con los caballeros y señores a la cabeza, marcharon a oriente con el fin de reconquistar Palestina, la Tierra Santa mientras que las peregrinaciones llevadas a cabo por diferentes motivos como, por ejemplo, el de redimir una culpa o pecadosupusieron un acercamiento más pacífico con la religiosidad. Tres fueron las vías de peregrinación más importantes de la época: Roma, Jerusalén y Santiago de Compostela.



La gente medieval eran iletradas en su mayor parte y no han dejado relación escrita de sus creencias pero se puede saber gracias a las diversas influencias que ayudaron a forjarla.



Según un notable predicador había que sospechar hasta de los santos, “el demonio era tan traicionero que adoptaba la forma de los apóstoles, ángeles, santos y hombres buenos”



La piedad sencilla del hombre del Medievo se hace patente en los recursos a que acudían para fortalecer su alma a lo largo de su viaje. Tenían una imaginación realista personificaban, concebían las virtudes cristianas como barrotes de una escalera que unía al cielo y la tierra.



El día del juicio final era inminente en el pensamiento medieval, y la forma como había de desarrollarse. A media noche el día señalado las almas comparecerían ante el creador y se pesaría cada una de ellas, los pecadores eran enviados al infierno.



Para alcanzar el reino de los cielos, el hombre del Medievo, , seguía en todo cuanto podía, el consejo que un místico recibió del cielo: guarda los mandamientos de dios y dispón tu vida siguiendo el ejemplo del justo.