Tendencia Actualizante

Tendencia Actualizante El punto de partida es el concepto de motivacion de Rogers, la tendencia actualizante que el desc

Views 49 Downloads 0 File size 155KB

Report DMCA / Copyright

DOWNLOAD FILE

Recommend stories

Citation preview

Tendencia Actualizante El punto de partida es el concepto de motivacion de Rogers, la tendencia actualizante que el describe como la tendencia del organismo a mantenerse, de compartarse defensivamente ante una amenaza, lograr el objetivo del auto-mantenimiento aun cuando el camino usual hacia esa meta este bloqueado. Estamos hablando de la tendencia del organismo a moverse en direccion de maduracion. En su teoria de la personalidad la tendencia actualizante fue un unico concepto motivacional de Roger. Describio un impulso de los seres humanos a mantener, desarrollar y mejorar su funcionamiento. En un sentido es la fuerza de la vida” fundamental que no disminuye, sino que constantemente impulsa a la persona hacia el desarrollo, a hacer lo mejor posible en sus circunstancias.Tambien es definida como la capacidad latente, o manifiesta de comprenderse a si mismo y de resolver sus problemas de modo suficiente para lograr la satisfaccion y la eficacia necesaria a un funcionamiento adecuado. Se entiende entonces que esta capacidad inherente a la naturaleza de la persona, no se manifiesta de forma espontánea en la realidad conductual y afectiva, pues requiere de un contexto libre de amenaza (o sea, de relaciones humanas de aceptación positiva incondicional) para activarse y dirigir al Yo hacia el desarrollo de sus propias potencialidades, con el propósito de lograr la conservación y su propio enriquecimiento, teniendo en cuenta las limitaciones y oportunidades que nos otorga el ambiente. En este sentido, será el propio organismo el encargado de alcanzar (o al menos tender a) lo que sienta como re-valorizador o enriquecedor, aunque ello no responda necesariamente a los consensos establecidos en nuestra vida en sociedad, sino más bien a la interacción que es propia y única del sujeto con su contexto Algunos criticos que no entienden el concepto lo ven como una evidencia del punto de vista ultra optimista de Roger acerca de la naturaleza humana, la gente continua desarrollandose de manera positiva. Sin embargo, este concepto, en realidad no se relaciona con valores como positivo o negativo, es simplemente una fuerza que impulsa hacia el desarrollo continuo, que puede ser ratificada o anulada dependiendo de diferentes circunstancias. “No se trata de una comprensión completa y absolutamente correcta, sino de un grado de comprensión imperfecto, pero suficiente en cada paso del proceso de adaptación y de integración que es la existencia humana”, es decir, la T.A. será para cada quien, lo que cada quien necesite y vivencie en la interacción con la Otredad como revalorizador, rescatando el carácter fenomenológico de la experiencia y su concreción en los espacios interpersonales de significado. Teniendo en cuenta tal definición y alcances de la T.A., resulta necesario explicitar algunos aspectos que, de acuerdo a lo señalado por Rogers y algunas vivencias y reflexiones teóricas y prácticas de quien suscribe, dejan entrever la posibilidad de ampliar un poco más la naturaleza de la persona y, por consiguiente, el modo de funcionamiento de la experiencia, reforzando el mensaje implícito que significa (de dar significado) a la sabiduría corporal que lleva consigo la consideración de la T.A. como parte fundamental del desarrollo humano y motor principal en cualquier cambio psicoterapéutico. En este sentido, la conexión existente entre el cuerpo (la sensación sentida) y la tendencia del organismo hacia el desarrollo de sus potencialidades (T.A.), constituirá un principio orientador para el logro del funcionamiento óptimo de la personalidad Uno de los principales aspectos de la T.A. lo constituye su permanente dirección hacia la “adaptación y conservación” del organismo, entendido a éste como una unidad psicofísica. Es decir, desde nuestra estructura y organización biológica, hasta nuestro devenir interaccional sujeto-contexto, existiría un proceso de fondo que estaría siempre orientado a la protección y subsistencia de nuestro Ser; por consiguiente, es razonable suponer que cualquier comportamiento (desde el mundo microscópico y celular, al mundo relacional) tendrá incorporado, de manera implícita y compleja, una tendencia actualizante.

En un ambiente psicológico adecuado, esta tendencia puede expresarse libremente, y deja de ser una potencialidad para convertirse en algo real. Esta tendencia se pone de manifiesto en la capacidad del individuo para comprender aquellos aspectos de su vida y de si mismo que le provocan dolor o insatisfacción; tal comprensión se extiende más allá de su conocimiento consciente de sí mismo, para alcanzar aquellas experiencias que han quedado ocultas a causa de su naturaleza amenazador. También se expresa en su tendencia a reorganizar su personalidad y su relación con la vida de acuerdo con patrones considerados más maduros. Cualquiera que sea el nombre que le asignemos -tendencia al crecimiento, impulso hacia la autorealización o tendencia direccional progresiva- ella constituye el móvil de la vida y representa, en última instancia, el factor del que depende toda psicoterapia. No es sino el impulso que se manifiesta en toda vida orgánica y humana -de expansión, extensión, autonomía, desarrollo, maduración-, la tendencia a expresar y actualizar todas las capacidades del organismo, en la medida en que tal actualización aumenta el valor del organismo o del sí mismo. Esta tendencia puede hallarse en encubierta por múltiples defensas psicológicas sólidamente sedimentadas. Puede permanecer oculta bajo elaboradas fachadas que nieguen su existencia; sin embargo, opino que existe en todos los individuos y sólo espera las condiciones adecuadas para liberarse y expresarse." Rogers plantea la existencia en el universo de una “propensión permanente hacia un orden creciente y una compleja capacidad de interrelación” , que recibiría el nombre de sintropía o tendencia mórfica. El enfoque personalizado está apoyado en la confianza básica en los seres humanos y en todos los organismos por la existencia en ellos de una tendencia actualizadora, - expresión de la sintropía- por la cual el organismo avanzaría hacia “su propia realización, su autorregulación y la independencia del control externo”; esta tendencia “ es selectiva y direccional, es decir, constructiva” y explicaría “toda la gama de conducta y el desarrollo humanos” . Las tendencias que parecen contravenir a la actualización serían “expresiones neuróticas o pervertidas de la tendencia realizadora, que se originan en un estado de incongruencia”. La tendencia a la actualización surge a pesar de las condiciones adversas, pero se expresa de mejor forma en la medida de que el organismo y el ambiente esté en armonía con lo cual “el organismo se enriquece y satisface sus potenciales”; en los seres humanos, destaca entre estos el potencial del desarrollo del yo, como “deseo de establecer nuestra identidad o de conservar nuestro amor propio.” . Lo relevante es que la realización del yo es una de las principales fuentes de motivación, junto a las necesidades del organismo y las condiciones del ambiente; el desarrollo del yo cada vez impone más sus requerimientos de motivación, lo que contribuye al bienestar de la persona. Las personas que logran manifestar de manera adecuada la tendencia actualizadora “desarrollan una mayor autocomprensión, una mayor confianza en sí mismos y una mayor habilidad para elegir su conducta. Aprenden de un modo más significativo y disponen de mayor libertad para ser y llegar a ser”.

Empatia La empatía es una destreza básica de la comunicación interpersonal, ella permite un entendimiento sólido entre dos personas, en consecuencia, la empatía es fundamental para comprender en profundidad el mensaje del otro y así establecer un dialogo. Esta habilidad de inferir los pensamientos y sentimientos de otros, genera sentimientos de simpatía, comprensión y ternura. Uno de los elementos clave que forma la inteligencia emocional, es la empatía, la cual pertenece al dominio interpersonal. La empatía es el rasgo característico de las relaciones interpersonales exitosas. Pero, ¿a qué nos referimos cuando hablamos de empatía? La empatía no es otra cosa que “la habilidad para estar conscientes de, reconocer, comprender y apreciar los sentimientos de los demás". En otras palabras, el ser empáticos es el ser capaces de “leer” emocionalmente a las personas. Es sin duda una habilidad que, empleada con acierto, facilita el desenvolvimiento y progreso de todo tipo de relación entre dos o más personas. Así como la autoconciencia emocional es un elemento importantísimo en la potenciación de las habilidades intrapersonales de la inteligencia emocional, la empatía viene a ser algo así como nuestra conciencia social, pues a través de ella se pueden apreciar los sentimientos y necesidades de los demás, dando pie a la calidez emocional, el compromiso, el afecto y la sensibilidad. Si por un lado, un déficit en nuestra capacidad de autoconciencia emocional nos lleva a ser vistos como analfabetos emocionales (ignorantes del reconocimiento de las propias emociones), una insuficiencia en nuestra habilidad empática es el resultado de una sordera emocional, pues a partir de ello, no tardan en evidenciarse fallas en nuestra capacidad para interpretar adecuadamente las necesidades de los demás, aquéllas que subyacen a los sentimientos expresos de las personas. Por ello la empatía es algo así como nuestro radar social, el cual nos permite navegar con acierto en el propio mar de nuestras relaciones. Si no le prestamos atención, con seguridad equivocaremos en rumbo y difícilmente arribaremos a buen puerto. Revisemos ahora con detenimiento en qué nos es útil. No es raro que se crea comprender al otro sólo en base a lo que notamos superficialmente. Pero lo peor puede venir al confrontar su posición con la nuestra y no “ver” más allá de nuestra propia perspectiva y de lo aparentemente “evidente”. Debemos saber que nuestras relaciones se basan no sólo en contenidos manifiestos verbalmente, sino que existen muchísimos otros mecanismos llenos de significados, que siempre están ahí y de los que no siempre sabemos sacar partido. La postura, el tono o intensidad de voz, la mirada, un gesto e incluso el silencio mismo, todos son portadores de gran información, que siempre está a nuestra disposición, para ser descodificada y darle la interpretación apropiada. De hecho, no podemos leer las mentes, pero sí existen muchas sutiles señales, a veces “invisibles” en apariencia, las cuales debemos aprender a “leer”. Un individuo empático puede ser descrito como una persona habilidosa en leer las situaciones mientras tienen lugar, ajustándose a las mismas conforme éstas lo requieran; al saber que una situación no es estática, sacan provecho de la retroalimentación, toda vez que saben que el ignorar las distintas señales que reciben puede ser perjudicial en su relación. Es también alguien que cuenta con una buena capacidad de escucha, diestra en leer “pistas” no verbales; sabe cuando hablar y cuando no, todo lo cual le facilita el camino para regular de manera constructiva las emociones de los demás , beneficiando así sus relaciones interpersonales. El proceder con empatía no significa estar de acuerdo con el otro. No implica dejar de lado las propias convicciones y asumir como propias la del otro. Es más, se puede estar en completo desacuerdo con alguien, sin por ello dejar de ser empáticos y respetar su posición, aceptando como legítimas sus propias motivaciones.

Un individuo empático puede ser descrito como una persona habilidosa en leer las situaciones mientras tienen lugar, ajustándose a las mismas conforme éstas lo requieran; al saber que una situación no es estática, sacan provecho de la retroalimentación, toda vez que saben que el ignorar las distintas señales que reciben puede ser perjudicial en su relación. Es también alguien que cuenta con una buena capacidad de escucha, diestra en leer “pistas” no verbales; sabe cuando hablar y cuando no, todo lo cual le facilita el camino para regular de manera constructiva las emociones de los demás , beneficiando así sus relaciones interpersonales. El proceder con empatía no significa estar de acuerdo con el otro. No implica dejar de lado las propias convicciones y asumir como propias la del otro. Es más, se puede estar en completo desacuerdo con alguien, sin por ello dejar de ser empáticos y respetar su posición, aceptando como legítimas sus propias motivaciones.

Consideracion positiva incondicional Asi como cuesta limitar el proceso de la empatia a respuesta conductuales especificas, la consideracion positiva incondicional tambien es dificil de captar porque es una actitud del counselor. Sin embargo, es posible definir esta actitud en un lenguaje bastante directo: La consideracion positiva incondicional es el nombre dado a la actitud personal fundamental del counselor centrado en la persona hacia su consultante. El counselor que tiene esta actitud valora profundamente la humanidad de su consultante y no se desvia a esa valoracion por los comportamientos de algun consultante en particular. La actitud se manifiesta en la aceptacion consistente y tambien en la calidez perdurable del counselor hacia su consultante. Lo que distingue a esta actitud en el enfoque centrado en la persona reside en su consistencia. El counselor centrado en la persona puede manifestar esta actitud con una amplia cariedad de consultantes independientemente de su comportamiento. Es facil valorar al consultante que se esfuerza y muestra siempre respeto por el profesional de ayuda, pero es un desafio mantener esa actitud cuando el consultante, una y otra vez, actua a manera autodestructiva, se considera una persona sin ningun valor, manipula activamente a otras personas en su perjuicio o enmascara su vulnerabilidad con agresiones directas hacia el profesional de ayuda. Esta actitud de aceptacion hacia el consultante no solo se adopta con todos ellos, sino que perdura mientras dura la relacion con el counselor. El consultante siente que el counselor lo valora de modo consiente durante toda su relacion, a pesar de que pueda no valorarse a si mismo, y aun si al counselor no le gusta o no aprueba todas sus acciones. Es posible aceptar al consultante como una persona valiosa, aunque nos disgusten algunas de las cosas que hace. Esta aceptacion básica suele ser severamente puesta a prueba por consultantes cuyo comportamiento externo puede ser a veces bastante desagradable. ¿Porque la consideración positiva incondicional? Porque es una actitud básica requerida dentro de la psicoterapia humanista junto con la empatía y la autenticidad. Es una actitud que nos aleja de una terapia directiva, y en mi caso es sumamente importante entender esto para poder lograrlo. Es una actitud que nos exige humildad y nos aleja de tomar el papel de Dios dictando los caminos y soluciones que el cliente debe seguir para poder crecer. “Consideración positiva incondicional: es considerar que todo ser humano hace lo mejor que puede en un momento dado, que se encuentra tan integrado como le es posible. Todo está de acuerdo a sus recursos, historia, creencias y nivel de conciencia que posee en un momento dado”… Esta postura de la consideración positiva incondicional no es sólo un modelo en la terapia. Hay muchos que sostienen que puede ser un modelo para los jefes de estado, los conductores en la carretera, los padres y sus hijos, y las empresas y las personas que atienden. Se ha argumentado que los procedentes de la dirección en la que todas las personas tienen un derecho fundamental hacia el amor y el respeto de transformación podría ser a todo un mundo.

El si mismo Rogers se interesó en el estudio del individuo en sí mismo. Para esto desarrolló una teoría de la personalidad centrada en el yo, en la que se ve al hombre como un ser racional, con el mejor conocimiento posible de sí mismo y de sus reacciones, proponiendo además el autoconocimiento como base de la personalidad y a cada individuo como ser individual y único. Rogers en su teoría de la personalidad le otorga una importancia fundamental a dos constructos, que serán la base de ésta, tales constructos son el organismo y el si mismo. El organismo, sería el centro de cualquier experiencia que incluya todo aquello que ocurre internamente en el organismo. Esta totalidad experiencial constituye el campo fenoménico que es el marco de referencia individual conocido solo por la persona. De hecho el modo como el individuo se comporta depende del campo fenoménico, es decir, la realidad subjetiva y no de las condiciones estimulantes (realidad externa), este campo fenoménico sería entonces para Rogers la simbolización de parte de las experiencias de cada persona. Es posible, sin embargo, que la experiencia no se represente de un modo correcto, en dicho caso la persona se desempeñará inadecuadamente. Según la teoría de Rogers todas las personas tienden a confrontar sus experiencias simbólicas con el mundo objetivo, esta verificación de la realidad le proporciona al sujeto un conocimiento confiable del mundo el cual le permite conducirse adecuadamente en la sociedad, sin embargo en algunas ocasiones estas verificaciones pueden ser incorrectas, lo cual conlleva al individuo a tener un comportamiento carente de realismo. El si mismo por otra parte sería una parte del campo fenoménico que poco a poco se va diferenciando y que en definitiva representa lo que la persona es. Además del si mismo como tal, existe un si mismo ideal que representa lo que la persona desearía ser. Podríamos decir entonces, en términos más simples, que el yo o si mismo estaría constituido por un conjunto cambiante de percepciones que se refieren al propio individuo. Como ejemplo de estas percepciones tendríamos: las características, atributos, capacidad, valores, etc, que el sujeto reconoce como descriptivos de su persona y que percibe como partes de su identidad. Mientras que el organismo sería la unidad psicofísica total de la cual el yo formaría parte. Es el concepto central desde el cual se construye toda la teoria de la Personalidad que sustenta el ECP(enfoque centrado en la persona) Carl Roger lo define asi “ Es un conjunto organizado y cambiante de perciepciones de un sujeto que se refieren a el mismo. Es una estructura perceptual que incluye las caracteristicas, atributos, cualidades y defectos, capacidades y limites, valores y relaciones que el sujeto reconoce como descriptivos de si mismo, y que percibe como datos de su identidad. Esta estructura engloba todas las experiencias del sujeto en cada momento de su existencia. Decir estructura perceptual remite al concepto de que el ser humano no posee un si mismo, en si mismo en proceso experiencial permanente, lo que implica que mientras vive percibe su propia experiencia discriminandola de la de los otros. Su funcionamiento es comparable a una gestalt o tatalidad organizada de percepciones consistentes, desde las cuales diferencia aquello que vive para si como caracteristicas mismicas, de aquello que emerge de las relaciones con los demas como condiciones yoicas. Es por ello que en esta vivencia de si mismo, podemos diferenciar lo mismico (wl mi) de lo yoico ( el yo). El primero, el Mi, se instala como permanente referencia ante lo propio, siendo una constante perdurable, que nos hace dar cuenta de que somos el mismo y lo mismo, aun en el cambio permanente que nos inspira la vida que vivimos. Somos quienes somos, el mismo ante nosotros mismos, aun cuando nos transformemos yoicamente, a esto lo hemos denominado la consistencia de Si mismo de la cual el organismo tiende a regular su comportamiento y sus conductas. Resumiendo, tanto counselor como consultante deseamos ser nosotros mismos en nuestros trabajos, y por lo tanto deseamos que todas nuestras caracteristicas personales relevantes, esten disponibles en nuestras relaciones de counseling cuando sea apropiado.

Congruencia Define la importancia de ser el que uno es en la relacion sin construirse mascaras o fachadas que oculten los verdaderos sentimientos que circulan en la misma. El terapeuta ECP debe estar abierto a su experiencia, en plena conexión consigo mismo, sin abortar nada de ella para despues ponerla con sumo cuidado a disposicion del vinculo de ayuda. Tambien en este caso, las investigaciones han demostrado que los profesionales que alcanzan positivos grados de congruencia en si mismos, son mas efecientes y eficaces en la ayuda que se brinda. Mientras la pretension terapeutica de este enfoque es facilitar cambios y desarrollo personal, los encuentros persona a persona son mas adecuados para esa finalidad, que aquellos en que el profesional se escuda en un personaje. Si hemos dicho que la disposicion de la autenticidad vivida en la relacion de ayuda debe expresarse con mucho cuidado, es para evitar lo que denominamos autenticidio( metafora de una mezcla entre suicicdio y homicidio en el nombre de la autenticidad) Al respecto nos dijo Carl Roger, “ en cuanto al terapeuta, lo que el experimenta esta abierto a su cociencia, y puede ser vivido en la relacion, y puede ser comunicado si es apropiado”. Es obvio que apela a la responsabilidad para encontrar el momento oportuno para comunicar o no la experiencia que sucede en la relacion de auda. Lo importante es no negarla, sino aceptarla en forma transparente, y caunque no la transmitamos en lo inmediato, se filtrara, en una relacion de libertad experiencial. Dijo Carl Roger: Creo que la autenticidad del terapeuta en la relacion es el elemento mas importante. Cuando el terapeuta es natural y espontaneo parece ser mas efectivo. Probablemente sea una “humanidad entrenada”, como propone uno de nuestros terapeutas, pero en el momento es la reaccion natural de esta persona. Por lo tanto, nuestros terapeutas, tan distintos entre si, logran buenos resultados de maneras muy diferentes. Por ejemplo, a un terapeuta le resulta mas efectivo un estilo impaciente, practico, del tipo “pongamos las cartas sobre la mesa”, porque asi esta siendo el mismo mas abiertamente. Para otro puede ser un enfoque mucho mas amable y mas obviamente calido, ha reforzado profundamente y extendido mi propio punto de vista de que la persona que es capaz de ser abiertamente el mismo en ese momento, tal como es capaz de ser en sus niveles mas profundos, es el terapeuta efectivo. Queizas ninguna otra cosa tenga mucha importancia. El counselor es congruente cuando esta siendo abiertamente la persona que es en respuesta a su cosultante, cuando la manera en que esta actuando refleja lo que esta experienciando interiormente, cuando su respuesta a su consultante es lo que experiencia y no una defensa o una simulacion. Por otra parte cuando simula ser inteligente, competente o bondadoso, esta siendo falso en relacion con su consultante: su comportamiento externo no es congruente con lo que esta sucediendo en su interior. Asi como sucede con la empatia y la consideracion positiva incondicional, la congruencia hace que sea mas facil para el consultante confiar en el counselor y en el proceso de counseling. Si reconoce que el counselor es congruente, entonces sabra que la respuesta que reciba de el puede ser aceptada como abierta y honesta. La congruencia del counselor se relaciona con el objetivo propio del counseling de que al menos implicitamente, el consultante se esta esforzando por ser mas congruente. Busca ser mas capaz de manifestar sus sentimientos y respuestas de una manera directa y precisa en lugar de esconderlos o disfrazarlos. Si bien el aumento de la confianza, la apertura con respecto a los defectos y el presentar un modelo de una manera congruente de relacionarse son efectos importantes de la congruencia, son secundarios en relacion con el principal proceso terapeutico que la congruencia fomenta: un proceso unico hacia esta forma de trabajar. La congruencia del counselor crea una secuencia interactiva en la cual pueden compararse las realidades fenomenicas del consultante y del counselor.

No directiva Carl Rogers es mejor conocido por sus contribuciones en el área terapéutica. Su terapia ha cambiado en un par de ocasiones de nombre a lo largo de su evolución: al principio la llamó no-directiva , ya que él creía que el terapeuta no debía guiar la paciente, pero sí estar ahí mientras el mismo llevaba el curso de su proceso terapéutico. A medida que maduró en experiencia, Carl se dio cuenta que mientras más “no-directivo” era, más influía a sus pacientes precisamente a través de esa postura. En otras palabras, los pacientes buscaban una guía en el terapeuta y lo encontraban aunque éste intentara no guiarles. De manera que cambió el nombre a centrada en el paciente (también llamada terapia centrada en el cliente. N.T.). Rogers seguía creyendo que el paciente era el que debía decir lo que estaba mal, hallar formas de mejorar y de determinar la conclusión de la terapia (aunque su terapia era “centrada en el paciente”, reconocía el impacto del terapeuta sobre el paciente). Este nombre, desafortunadamente, supuso una cachetada en la cara para otros terapeutas: ¿es que no eran la mayoría de las terapias “centradas en el paciente”? Actualmente, a pesar de que los términos “no-directiva” y “centrada en el paciente” se mantienen, la mayoría de las personas simplemente le llaman terapia rogeriana. Una de las frases que Rogers utiliza para definir su terapia es “de apoyo, no reconstructiva” y se apoya en la analogía de aprender a montar en bicicleta para explicarlo: cuando ayudas a un niño a aprender a montar en bici, simplemente no puedes decirle cómo, debe traralo por sí mismo. Y tampoco puedes estarle sujetando para siempre. Llega un punto donde sencillamente le dejas de sostener. Si se cae, se cae, pero si le agarras siempre, nunca aprenderá. Es lo mismo en la terapia. Si la independencia (autonomía, libertad con responsabilidad) es lo que quieres que un paciente logre, no lo logrará si se mantiene dependiente del terapeuta.Los pacientes deben experimentar sus introspecciones por sí mismos, en la vida cotidiana, fuera de la consulta de su terapeuta. Un abordaje autoritario en la terapia parece resultar fabuloso en la primera parte de la terapia, pero al final solo crea una persona dependiente. Este concepto lo desarrolla Rogers tomando como punto de partida dos aspectos: a) Hay una confianza en que el cliente (paciente, alumno) puede manejar constructivamente su vida y solucionar sus propios problemas. Este supuesto es una consecuencia directa del postulado de la bondad innata del hombre. Si se deja actuar a la persona, lo que haga, estará bien. Además, la persona es la única que puede llegar a conocer sus problemas, y, por lo tanto, la única que puede resolverlos. b) Por otra parte, cualquier tipo de directividad (enseñanza, orden, mandato, etc.) podría ser perjudicial para el desarrollo de la persona, puesto que estariamos impidiendo su crecimiento personal. En otras palabras no debemos decir al niño lo que debe hacer, el hara lo que quiera o sienta y eso estara bien. Ni el padre, ni el maestro, ni el terapeuta debe dirigir la conducta del niño sólo deben "facilitarla", esto es, poner las condiciones necesarias para que se desarrolle. "El niño... debe ser tratado como persona única, digna de respeto, con el derecho a evaluar su experiencia a su manera, con amplios poderes de elección autónoma" (ROGERS, Carl R. 1980: 19).

Desde luego, la función de los padres debe cambiar: El concepto "educar a los hijos" debe substituirse por "relacionarse con los hijos"." (ROGERS, Carl R. 1980: 19). La idea misma de "mi hijo", debe ser modificada. Los padres no son "dueños" de sus hijos. Son solamente los padres de los hijos. Son solamente los padres de los hijos. La función del maestro será cambiante y flexible, pero definitivamente no-directiva. Debe crear un clima de aceptación en el grupo, aceptar a sus alumnos como son y ayudarles a que se acepten entre sí mismos; debe facilitar el aprendizaje ¿Cuándo? cuando los alumnos lo requieran o soliciten; deben considerarse como un recurso que el grupo puede utilizar de la manera que les resulte más significativo; debe ser un participante más del grupo. (ROGERS, Carl R. 1977:343). En el terreno terapéutico encontramos también Hablar de padres que no educan a sus hijos o a un terapeuta que no aconseja, orienta o propone soluciones; un terapeuta que debe desproveerse aún de su propio yo con el fin de no influir - y perjudicar- al paciente. "En la terapia centrada en el cliente, éste encuentra en el consejero otro yo genuino en el sentido técnico y operacional, un yo que temporariamente se ha desprovisto de su propia yoidad, excepto en lo que se refiere a la cualidad de intentar comprender" Concluir la no-directividad, la no-ayuda, la no-orientración basados en esta hipótesis imprecisa y parcial es un error de graves consecuencias. Todas las personas, sanas o enfermas, niños o adultos, hombres o mujeres, requerimos de ayuda y consejo. Dar y recibir ayuda es un acto de caridad y es un acto naturalmente humano. Enseñar al que no sabe, dar consejo al que lo require, es tan necesario como lógico.

Materia:Enfoque Centrado en la Persona

Profesor: Dr. Antonio Lopez

Alumna: Patricia Claudia Panessa.

Carrera: Conserjeria Psicologica

Turno: Tarde

Año: Primero