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M A G ISTE R A OPOSICIONES AL PROFESORADO Filosofía TE M A 45 EL ESTADO DE BIEN ESTA R: A LIEN A C IÓ N Y LIB ER TA D E

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OPOSICIONES AL PROFESORADO Filosofía TE M A 45 EL ESTADO DE BIEN ESTA R: A LIEN A C IÓ N Y LIB ER TA D EN LAS SOCIEDADES TECNIFICA D A S. ESQUEM A 1. LAS CRISIS DEL SIGLO XX 1.1. Crisis en el desarrollo social 1.2. Crisis en la utilización de la tecnología 1.3. Crisis en el reparto de la riqueza 1.4. Crisis en el equilibrio medioambiental 2. PROGRESO TECNOLÓGICO Y PROGRESO HUMANO 2.1. Progreso tecnológico y científico 2.2. Progreso humano 2.3. Dudas en el progreso humano: 2.3.1. El progreso social 2.3.2. El progreso personal 2.4. Conclusiones 3. LA RACIONALIDAD SOCIAL 3.1. El progreso de la ciencia y la tecnología. 3.2. El crecimiento de la burocracia política. 3.3. El incremento del trabajo industrial. 3.4. El desarrollo del capitalismo. 4. LA SOCIEDAD OPULENTA 4.1. Superproducción. 4.2. Creación incesante de nuevas necesidades. 4.3. Despilfarro. 5. IRRACIONALIDAD DENTRO DE LA RACIONALIDAD

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6. LA RAZÓN INSTRUMENTAL 6.1. Los intereses humanos y las acciones con ellos relacionadas 6.2. El error del positivismo y del cientifícismo 7. LA CORRESPONDENCIA ENTRE LOS FINES Y LOS MEDIOS: ALIENACIÓN Y LIBERTAD 7.1. Concepto de alienación 8. CRÍTICA DE LA RAZÓN INSTRUMENTAL: LA RAZÓN CRÍTICA 8.1. Autorreflexión 8.2. Razón dialéctica 8.3. Libertad o imposiciones 9. CONCEPTO DE EVALUACIÓN DE LA TECNOLOGÍA Y MODELOS DE EVALUACIÓN 10. RESUMEN DEL TEMA 45 BIBLIOGRAFÍA RESPUESTAS

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1. LAS CRISIS DEL SIGLO XX Durante los siglos XVIII y XIX, tanto las ciencias como las técnicas progresaron a tal ritmo que pronto superaron con mucho todo lo que se había logrado en la larga historia de la humanidad. Los cientifícos (Newton, Euler, d'Alembert, Lagrange, Laplace, Leverrier, Lavoisier, Mendeleiew, Faraday, Darwin, De Vries, Einstein, Planck, Rutherford y muchos otros) anq>liaron extraordinariamente los conocimientos en Física, Matemáticas, Química, Geología, Electricidad, etc.; en Tecnología, Watt (máquina de vapor), Stephenson (locomotora), Volta (la pila eléctrica) y Marconi (la radio) pueden ser considerados entre los primeros eslabones de la cadena que llevaría a las grandes realizaciones cientifíco-técnicas del siglo XX (utilización de la energía nuclear, invención del ordenador, viajes ínterplanetarios, síntesis de polímeros, nuevas técnicas de imagen -TAC, PET-), y en el campo laboral se pasó del trabajo manual, basado en las habilidades y las fuerzas de las personas y la energía animal, sucesivamente, a la máquina controlada manualmente, a la automatización mecánica y a la cibernética; todo ello con el consiguiente incremento de la producción laboral. Indudablemente, pues, el progreso cientifíco-técnico ha sido im hecho. Ahora bien, en contra de lo esperado por los racionalistas, los ilustrados, Marx, etc., dicho progreso en modo alguno ha seguido un

progreso lineal y tampoco ha tenido análoga repercusión en todos los campos de la actividad hiamana, sino que se ha visto sometido a numerosas crisis y retrocesos; problemas que se creían resueltos, han rebrotado con mayor virulencia; la paz y la felicidad humana continúan siendo problemáticas, y los hallazgos tecnológicos, con frecuencia, en lugar de servir para la liberación de los seres humanos, se utilizan para alienarlos o destruirlos; el estado de bienestar, a pesar de los optimismos científicos, todavía no es un hecho en ninguna de las sociedades desarrolladas y tecnificadas; es más, se puede decir que en estas sociedades, más que en otras, existe una tensión dialéctica entre alienación y libertad. A este respecto, durante el siglo XX podemos distinguir las crisis siguientes. 1.1. Crisis en el desarrollo social Los defensores del progreso pensaron que la ciencia y la técnica nos acercarían a una época de paz y libertad. Sin embargo no ha sido asi, y en pleno siglo XX han p arecid o niunerosas conductas contrarias a dichos ideales, entre las que cabe señalar las siguientes: El desarrollo de feroces dictaduras; fascismo, nazismo, estalinismo y otras modalidades de regímenes políticos injustos y opresores. El estallido de la P rim era y la Segunda G u e rra ISfundial, con toda su secuencia de campos de concentración y de exterminio, bombardeos, destrucción de ciudades, mortalidad, etc., así como la posterior situación de "guerra fría" entre el bloque de la OTAN (bajo hegemonía de los EE.UU.) y el Pacto de Varsovia (bajo la supremacía de la URSS), -hoy, en el año 1997, con una nueva configuración de la estructura de la OTAN y los países del este de Europa-, y las numerosas guerras regionales y civiles (Vietnam, Libería, Camboya, A fganistán...).

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c)

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Un profundo desajuste en el desarrollo de la productividad y en el reparto de los bienes económicos, que origina frecuentemente paro laboral y situaciones de miseria en amplios sectores de la población y a la vez favorece el desarrollo de la anomia, la marginalidad, inadaptación, etc.

d)

La perpetuación de num erosas discriminaciones: racismo, xenofobia, discriminación religiosa, "machismo", discriminación política y cultural, pobreza...

1.2. C risis en la utilización de la tecnología Los seres brúñanos han hecho frecuentemente un uso profundamente irracional, injusto y absiudo de la tecnología, como veremos a continuación. Como muestra de dicha irracionalidad podríamos señalar algunos resultados de la Segunda Guerra Mimdial: unos 45 millones de personas muertas; más de 20 millones desplazados de sus hogares; campos de exterminio en los que se aplicó la ciencia y la tecnología al asesinato sistemático de seres humanos; destrucción de multitud de líneas férreas, fábricas y puentes; numerosos núcleos urbanos quedaron reducidos a escombros y las ciudades japonesas de Hiroshima y Nagasaki fueron destruidas por bombas atómicas. Pues bien, la capacidad tecnológica empleada en dicha guerra resulta casi insignifícante con el poder destructivo de los arsenales actuales. En nuestros días, los Estados ricos (y también los pobres, dentro de sus posibilidades), en lugar de dedicar sus esfuerzos a luchar contra la pobreza y las enfermedades y a intentar remediar las graves heridas ecológicas de nuestro planeta, conceden prioridad económica y científica a la investigación y a la industria del armamento, y de este modo algunos Estados han llegado a la posesión de grandes contingentes de "armas convencionales", carros de combate, aviones, misiles, etc., tremendamente precisos y eficaces, y de inmensos arsenales de armas químicas y nucleares capaces de destruir la totalidad de la vida humana. 13. Crisis en el reparto de la riqueza Pese a que la producción mundial de alimentos y bienes es suficiente para permitir una vida digna a la totalidad de la población humana, tanto a nivel de nuestros Estados concretos como a nivel de la sociedad global, existen profundas contradicciones en la posesión y disfhite de las riquezas. a) En nuestros Estados: Vivimos en una sociedad que posee abimdancia de bienes y servicios, en la que "sobra casi de todo", en la que unos pocos disponen de ingentes fortunas y viven con grandes lujos, y en la que buena parte de nuestros ciudadanos despilfarran en exceso, y sin embargo, en medio de dicha abundancia, numerosas personas sufren grandes dificultades para acceder a los bienes primarios: alimentación, vestido y vivienda, y son numerosas las que viven en plena miseria. A este respecto, resulta proñmdamente significativo que en EE.UU., el Estado más rico de la Tierra, existan más de 30 millones de pobres, y que en Europa un alto porcentaje de familias vivan en condiciones de pobreza. En España, según Cáritas, viven alrededor de 8 millones de pobres.

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b) Respecto a la población m undial: El abismo económico entre los países ricos (el Norte) y los países pobres (el Sur) se está ampliando. El 20 % de la población mundial dispone del 80 % de los recursos del planeta; así, mientras que Europa, América del Norte, Japón y Australia gozan de abundantes riquezas, en muchas zonas de África, Asia y Sudamérica casi la totalidad de la población vive con enormes estrecheces. 1.4. Crisis en el equilibrio m edioam biental Por otra parte, el desarrollo tecnológico actual está incidiendo muy negativamente en la biosfera. Las sociedades industriales son víctimas de sus propias obras. Los efectos nocivos para el medio ambiente muchas veces son sólo regionales, pero otras alcanzan un nivel planetario: humo, polvo, gases, sustancias radiactivas, etc., contaminan la atmósfera y tienen repercusiones en amplias áreas geográficas. Los humos y gases procedentes de las industrias y los modos de vida urbanos: calefacciones, circulación, etc., son las principales causas de la contaminación atmosférica. Esta contaminación todavía no ha alcanzado unos niveles críticos, pero, si no se pone un remedio, pronto acabará haciéndolo. También son causa de polución atmosférica los desechos de las ciudades, los residuos urbanos. Del mismo modo, son importantes los pequicios ocasionados por los ruidos (contaminación acústica), que, en muchos casos, pueden llegar a producir enfermedades mentales y neurosis. También las aguas son objeto de contaminación. Las sociedades humanas siempre han visto el agua de los ríos y océanos como un medio a través del que librarse de sus residuos. 2. PR O G R ESO T E C N O L Ó G IC O Y PR O G R E SO HUM ANO 2.1. Progreso tecnológico y científico En la actualidad, el progreso científico y tecnológico se encuentra en plena efervescencia: en pocos años, hemos pasado del automóvil al avión, de éste al reactor, al avión supersónico, al cohete interplanetario y al misil balístico; se suceden los grandes inventos casi sin interrupción: complejos sistemas de "armamento nuclear", espectaculares descubrimientos en microelectrónica, en informática y en robótica; creación de nuevos materiales (polímeros, fibra óptica ... ); descubrimientos de nuevos caminos en el campo de la biotecnología (nuevas fintas, nuevos cereales ...), en el de la sanidad, etc.

Todo cambia con rapidez ante nuestra vista: la industria, los servicios, la agricultura, las formas de trabajo y de ocio, las relaciones internacionales; en el mundo laboral, cada día se incremento el número de técnicos superiores, y parece que existen fundadas razones para creer que, salvo el advenimiento de alguna tremenda catástrofe (catástrofe que, sin duda, bien puede ser provocada por los propios seres hu­ manos), el progreso científico-tecnológico no va a detenerse. 2.2. Progreso hum ano Pero ¿qué ociure con el progreso humano? ¿Seremos capaces de controlar nuestro propio poder y nuestra propia tecnología? ¿Podemos estar seguros de que avanzaremos hacia la concordia y la paz?

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¿R educirem os las injusticias sociales? ¿S erem os capaces de h acer d esap arecer la p o b re z a y las guerras? ¿A certarem os a elim in ar los arsenales atóm icos, y co n ello p o n e r fin al p elig ro n u clear? ¿L ograrem os ad ecu ar nuestro ritm o de v id a a las exigencias eco ló g icas de nuestro m ed io ? C on frecuencia, confiados en el p ropio p o d e r de la ciencia, n u m ero so s cien tífico s (físicos, quím icos, m édicos, ingenieros...) suelen resp o n d er afirm ativ am en te a estas p reg u n tas, m an ten ien d o que los problem as originados p o r el progreso científico y tecnológico serán solucionados p o r el p ropio desarrollo de las ciencias y de la técnica:

«Sabemos que nuestros conocimientos científico-tecnológicos han contribuido a colocamos en una delicada solución ante el futuro, pero, al mismo tiempo, reconocemos que es esa misma capacidad de conocimiento y análisis la que puede ofrecer la solución de los problemas que nos embargan.» (M . Sánchez R on. L a G ran C iencia. "R evista de O ccidente", n“.142. Madrid, 1993). Sin em bargo, las críticas de m uchos filósofos, sociólogos y de casi to d as las p erso n as com prom etidas en el esfuerzo p o r el b ien estar de la h u m an id ad (pensem os en las diversas O N G de carácter ecológico y hum anitario), apu n tan a otras direcciones. 2.3. D u d a s en el p ro g re s o h u m a n o ; 2.3.1. E l p ro g re s o social E n nuestros tiem pos, au n reco n o cien d o que el estab lecim ien to de los reg ím en es dem ocráticos, la ap ro b ación de los Derechos Humanos, la acep tació n de los p rin cip io s de p lu ralid ad y tolerancia, el acceso de la m ay o ría de la p o b lació n a los m edios sanitarios, la p ro m o ció n cultural de am plias capas de la sociedad, y en fin, la conquista de las libertades sociales, p o líticas, liberales, etc., en sí m ism o, con stituyen indudables avances; a p e sa r de ello, son n um erosos los sociólogos y p en sad o res que p resen tan serías dudas sobre la realid ad y la co n sisten cia del p ro g reso hum ano.

A este respecto,

p resen tam os algunos ejem plos: 1

«El devenir de las sociedades no se encuentra dirigido p o r una voluntad consciente. Se desenvuelve según las imprevisibles peripecias de la historia y desde muchos puntos de vista continúa pareciendo inmoral e irracional». (R . A R O N : "L a d esillusions d u p ro g ré s". C alm ann-L evy, París, 1986).

2,

«La acción de las modernas técnicas, que pasó casi desapercibida durante mucho tiempo, ha su­ perado la capacidad de la naturaleza para regularse a s í misma. La naturaleza ha perdido su posición suprema, ha pasado a ser la víctima probable del ser humano. Por ello una pregunta de gran actualidad es la siguiente: ¿ Cómo podrá el ser humano seguir controlando la situación en la cual le ha colocado su propia competencia técnica? Las tendencias globales no parecen ofrecer grandes esperanzas de que haya un cambio fundam ental en un futuro próximo, sino todo lo contrario. Quedan muy pocas partes del mundo que no hayan sido dañadas p o r la acción del ser humano. La disponibilidad del agua potable, de buenos alimentos, de aire puro y tranquilidad es

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cada vez menor, y se están acumulando los desechos venenosos en la tierra, el aire y el mar. Hay muchas zonas de los océanos en las cuales la vida superficial del agua tiene ya rara vez la oportunidad de mantenerse exenta de contaminación más de unas semanas o incluso unos días. El hecho de que el propio mar sea considerado como algo que se está despilfarrando debe ser in­ dudablemente la pesadilla esencial del arrasamiento de este planeta que se perpetra a diario ante nuestros ojos... 3.

...E l mayor problema que tiene la sociedad moderna consiste en pasar del crecimiento al equilibrio. Esto no será, en modo alguno, una tarea insignificante. Las sociedades modernas tienen una larga tradición que ha recomendado y recompensado el crecimiento. E lfolclore y los relatos populares encomian el crecimiento y la expansión. Por ello conviene recordar que la tecnología no ha sabido resolver todos nuestros problemas y ha agravado o creado otros nuevos.» ( S in ^ s io de la Unesco: "Repercusiones sociales de la revolución cientifíca y tecnológica. Unesco, 1982).

2.3.2. El progreso personal Indudablemente, un auténtico progreso social debe conducir al progreso individual, pues aquél sólo puede tener su razón de ser en éste; es decir, la promoción y el desarrollo de la persona (de cada persona) debe constituir la razón de ser de toda sociedad y de todo progreso. Pero la sociedad de nuestros dias, ¿favorece de modo primario el desarrollo y la promoción de la persona? A este respecto, podemos responder afirmando la vigencia de toda una serie de derechos e ideales que contribuyen a defender la dignidad de las personas. Desde este punto de vista, destaca, claro está, la

Declaración Universal de los Derechos Humanos, que por medio de diversos tratados internacionales (Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos y Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales) se ha incorporado a la legislación positiva de numerosos Estados. De acuerdo con estos principios, en la legislación de gran parte de los Estados se insiste en la igualdad de las personas, con independencia de toda consideración particular: nacimiento, raza, sexo, religión, ideología, etc.; se prohíbe todo tipo de discriminación y se remarca una serie de derechos encaminados a superar las diferencias sociales: igualdad de oportunidades, participación en las riquezas, derecho a im trabajo, un salario y una vivienda digna, etc. Lo que actualmente se llama "estado del b ien estar”. Ahora bien, cuando desde el punto de vista de los principios descendemos a la realidad cotidiana, encontramos graves deficiencias, y en este sentido, como señalan, entre otros, H. Marcuse y R. Aron, la sociedad tiende a "despersonalizamos", pues el ideal del progreso personal lleva en si mismo una contradicción entre liberación y adaptación, en el sentido de que por una parte nos amenaza la anom ia y por otra el conformismo. Por una parte nos amenaza la alienación y por otra, podemos actuar en libertad. La inmensa mayoría de las personas suele caer en el conformismo y en la alienación. 2.4. Conclusiones Hemos visto que el progreso científico nos ha aportado grandes realizaciones técnicas; pero cuando echamos una mirada hacia el porvenir, ante nuestros ojos se abren posibilidades imnensamente

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superiores. En este sentido, como muestra de lo que puede significar el futuro, por ejemplo: en el campo de las telecomunicaciones, la televisión por cable podrá suministramos simultáneamente más de 50 programas y ima cantidad de información equivalente a unas 23.000 páginas en menos de medio minuto; la ofimática y la telemática conducirán a un cambio radical en el funcionamiento de las oficinas; la robótica, reemplazando en el trabajo a los seres humanos, se extenderá a la inmensa mayoría de las tareas industriales y domésticas, de tal modo que una gran variedad de aparatos electrónicos formarán parte de nuestra vida cotidiana. Ante este cúmulo de posibilidades tecnológicas y científicas surge un sin fin de preguntaspara las que no tenemos respuesta: a.

¿nos ayudará todo ello a ser más justos y más felices?

b.

¿lograremos salvar la fractura existente entre los seres vivos y las máquinas muertas?

c.

¿será el hombre más libre o se encontrará, por el contrario, más alienado?,

El futuro será como nosotros, los seres humanos, lo hagamos. Así se expresa L. K. Caldwell, en obra

Ecología: «Hay muchas oportunidades de autodestrucción para las sociedades humanas. Esas necesidades no necesitan ser elecciones proyectadas, pueden derivar de consecuencias imprevistas de la política social, o pueden producirse por actos deliberados de unos cuantos individuos. Las innovaciones técnico-científicas han convertido esta última posibilidad en una realidad que ya no puede ser ignorada por más tiempo. El que los medios biológicos, químicos y atómicos pueden producir sucesos devastadores involuntarios y el alcance de sus efectos, así como la posibilidad de que sean instigdos por grupos o por individuos malévolos, es tema de preocupación.» En este sentido, el progreso tecnológico es un arma de doble filo: por ejemplo, el hecho de que esté creciendo el número de Estados que se han dotado de ingenios nucleares no deja de constituir un aumento del peligro de holocausto nuclear de la humanidad; pero, al mismo tiempo, la proliferación de las ideas pacifistas, ¿por qué no pueden conducimos a un desarme gradual en los años venideros? 3. LA RACIONALIDAD SO CIA L El filósofo y sociólogo alemán Max W eber mantenía que la característica fundamental de la sociedad moderna consistía en su tendencia hacia la creciente racionalización de las actividades y de las instituciones sociales, y entendía por racionalización la tendencia de los seres humanos afundamentar

las decisiones en una evaluación lógica de sus deseos y de las consecuencias de sus actos. De acuerdo con estas ideas, parece evidente que el incremento de la racionalidad resulta manifiesto en numerosos aspectos de la vida contemporánea, y especialmente en los cuatro siguientes:

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el p ro g reso y desarrollo de la cien c ia y la tecn o lo g ía, el crecim iento de la btxrocracia po lítica, el increm ento del trabajo industrial y el p ro g reso del capitalism o. 3.1. E l p ro e re s o d e la c ie n c ia y la te cn o lo eía . A p a rtir del siglo X V II (a p a rtir de B acon, D escartes, G alileo ...) fue creciendo la co n fian za en los m étodos científicos y tecnológicos, y co n la acep tació n p ro g resiv a de dich o s m éto d o s se fueron debilitando otras m anifestaciones culturales de tipo supersticioso e irracional, tales com o la astrología, la alquim ia, la m agia, el pensam iento m ítico, etc. 3.2. E l c re c im ie n to d e la b u r o c r a c ia p o lític a . L a organización p o lític a tiende a organizarse de acu erd o co n u n sistem a b u ro crático , que se caracteriza por: la especializdción (los trabajos ad m in istrativ o s se asig n an a expertos o funcionarios. D ichos funcionarios son designados de acuerdo co n determ in ad o s criterio s de m érito y capacidad); la impersonalidad (las tareas se d esem p eñ an conform e a n o rm as y reglam entos, las o piniones o las decisiones p ersonales de los funcionarios d eb en q u ed ar al m argen), y la ex isten cia de una cadena de m ando (sep aració n entre quienes d irig en y quienes llev an a cab o las tareas concretas). 3.3. E l in c re m e n to d e l tr a b a jo in d u s tria l. La aplicación de la ciencia y la tecn o lo g ía a la p ro d u cció n llev a consigo la p lan ificació n de los objetivos, división del trabajo, m ecanización de las tareas, etc. 3.4. E l d e s a rro llo d el c a p ita lism o . La econom ía capitalista im plica que las p erso n as an alicen el m ercad o , calcu len los resultados de las actividades económ icas, creen sociedades fin an cieras eficaces, etc.

4. LA SOCIEDAD OPULENTA E n E uropa, E stados U nidos, Jap ó n y e n alg u n o s o tro s E stad o s, el p ro g reso económ ico, científico y tecnológico h a p o sibilitado la p ro d u cció n d e grandes riquezas: el desarrollo de n u m ero so s b ien es y servicios, la ap arición de enorm es po sib ilid ad es de co m p rar in g en tes cantidades de m ercancías de todo tipo y una am plia gam a de actividades lú d icas (viajes, d ep o rtes, espectáculos...). E n este sentido, las características de la sociedad o p u len ta (o d el bienestar) so n las siguientes:

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4.1. Superproducción. La tecnología europea, japonesa y americana incrementan constantemente la cantidad de mercancías de todo tipo. Un problema del mercado es dar salida a tanto producto fabricado o producido. Hay alimentos y aparatos tecnológicos que hay que destruir antes de que salgan al mercado. 4.2. C reación incesante de nuevas necesidades. El incremento constante de mercancías lleva consigo la necesidad de consumir más (consumismo). En este sentido, las múltiples técnicas de publicidad, ayudadas por la capacidad de persuasión de los mass media, nos empujan a creamos nuevas necesidades: necesidad de automóviles más potentes, electrodomésticos de línea más actual, reformas en nuestra vivienda, renovación de nuestro vestuario, etc. 4.3. D espilfarro. El consumismo conduce al despilfarro: frecuentemente adquirimos aparatos, muebles y ropas que luego no acertamos a utilizar, y a veces, para suplir nuestras limitaciones económicas, recurrimos a modos especiales de compra: adquisición a plazos, propiedad compartida, alquiler de usos y servicios, etc. 5. IRRA CION A LID A D D EN TRO DE LA RACIONALIDAD En los apartados anteriores hemos visto que las sociedades altamente desarrolladas poseen numerosos rasgos de racionalidad (planificación económica, burocracia, división del trabajo, etc.), junto con otros claramente irracionales (superproducción, creación de necesidades, despilfarro). De acuerdo con dicha situación, Marcuse, en su obra El hombre unidimensional, intentó poner de manifiesto que, pese a su aparente racionalidad, en nuestra sociedad abunda la irracionalidad, esforzándose, al mismo t i e n ^ , por hacer resaltar la profunda distorsión existente entre el funcionamiento unilateral de la razón en la ciencia, en la tecnología y en la administración, y la profunda irracionalidad que reina en otros aspectos de la vida humana. En este sentido, es irracional que, pese a la existencia de medios y riquezas suficientes para todos, numerosas personas se encuentren en situación de extrema pobreza. Es irracional que la paz se mantenga mediante la amenaza constante de la guerra. Es irracional que se utilicen los deportes para masificar y dirigir los afectos y las voluntades de los seres humanos. Es irracional la existencia de im gran número de hombres y mujeres sin personalidad ni sentido crítico, prestos a dejarse engullir y dirigir por el consumismo, por los deportes de masas y por las fiases publicitarias. Pero, sobre todo, resulta profundamente irracional el uso que se hace de la ciencia y de la tecnología actuales, frecuentemente orientadas a desarrollar métodos de control y dominio sobre las conciencias humanas; por ejemplo, los

mass media (televisión, cine, prensa, radio) tienden a manipular la conducta de los individuos, a promocionar el consumismo y a desarrollar una cultura superficial, mimética y despersonalizadora.

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6. LA R AZÓN IN STRUM EN TA L Pero ¿por qué ha surgido la irracionalidad en medio de la racionalidad? Según los filósofos de la Escuela de Frankfurt, porque el progreso de nuestra sociedad se ha orientado sobre todo hacia el desarrollo de la

razón instrumental, es decir, hacia el desarrollo de las ciencias físico-matemáticas, la tecnología y el incremento de la eficacia industrial, o, lo que es lo mismo, porque se ha empleado la razón como mero instrumento para conseguir fines científicos, técnicos y económicos, olvidando (o posponiendo) otras dimensiones esenciales de la vida humana, tales como los aspectos morales, la realización de las personas, la paz social, los derechos hiunanos, etc. 6.1. Los intereses hum anos v las acciones con ellos relacionadas Según Habermas, todas las actividades humanas, tanto las teóricas como las prácticas y las pragmáticas, tienen como función intentar solucionar nuestros intereses. En este sentido, pues, dichos intereses constituyen invariantes humanas; es decir, no son míos ni tuyos ni de aquél, ni pertenecen a una clase social o una cultura, sino que son propios de todas las personas; por tanto, se encuentran siempre presentes en los seres humanos, como elementos impulsores de sus actividades. A este respecto. Habermas distingue tres clases de intereses: técnicos, prácticos y emancipatorios. a.

Intereses técnicos. Los intereses técnicos son aquellos que impulsan las actividades humanas orientadas hacia el conocimiento y el dominio o control técnico de la naturaleza.

b.

Intereses prácticos. Se entiende por intereses prácticos los afanes que impulsan y orientan las actividades encaminadas a la comprensión de la cultura, a la organización de la sociedad y a la orientación de las relaciones entre los seres humanos.

c.

Intereses em ancipatorios. Estos intereses tienen como misión orientar las actividades que conducen a procurar la liberación de los seres humanos, tanto de su dependencia de la naturaleza (en lo que se refiere a la satisfacción de sus necesidades materiales: vestido, alimento, enfermedades, etc.) como en relación a la sociedad (siqieración de las relaciones humanas de dominio, des^arición de la alienación, reconocimiento pleno de la dignidad humana, etc.).

Ahora bien, dichos intereses impulsan y se plasman en tres clases de acciones, a saber: acción

instrumental, acción comunicativa y acción crítica. a.

La acción instrum ental. Se entiende por acción instrumental toda acción orientada por intereses técnicos que se dirige a comprender y a dominar la naturaleza. Dicha acción se encuentra destinada a conseguir irnos fínes de carácter empírico, material y cuantifícable, y en este sentido le interesa, exclusivamente, solucionar las dificultades técnicas para conseguir los fínes pretendidos, sin atender, en cambio, a ningún otro tipo de consecuencias. Se trata, por tanto, de calcular racionalmente

(racionalidad instrumental o tecnológica) los medios más adecuados para alcanzar los fínes apetecidos; por ejemplo, utilizar el autobús para venir al instituto; llevar a cabo los estudios necesarios, las inversiones pertinentes y las operaciones técnicas requeridas para descubrir un artefacto nuclear; realizar los experimentos adecuados para descubrir una vacuna contra la malaria; 11

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etc. P ara conseguir sus fines, la acción in stru m en tal se o rien ta o se rige, b ie n p o r el sab er em pírico y cotidiano (de carácter ingenuo y n atural) o b ien p o r las enseñ an zas Ide las ciencias positivas; en el p rim er caso tiene lugar la activ id ad del trabajo, en el segundo, la activ id ad científico-técnica. b. L a a cc ió n c o m u n ic a tiv a . L a acción co m u n icativ a surge a p a rtir de los intereses práctico s, y su m isió n consiste e n facilitar la com prensión entre las personas. Su p lasm ació n concreta se llev a a cabo en lo cotidiano y em pírico m ediante el lenguaje, y en lo cien tífico , m ed ian te las ciencias hum anas (C iencias culturales. C iencias del espíritu . C ien cias m orales, etc.: H istoria, Filosofia, R eligión, Arte, C iencias sociales. C iencias ju ríd ica s, etc.). c. A cció n c rític a . L a acción crítica (racionalidad crítica) surge en el ám bito de los intereses em ancipatorios, y se o rien ta a la b ú sq u ed a constante de la verdad, de la lib ertad y de la ju sticia. 6.2. E l e r r o r d el p o sitiv ism o y d e l c ien tific ism o Se entiende p o r p o sitiv ism o la doctrina epistem ológica que m antiene que el entendim iento hum ano debe lim itarse al conocim iento de los fenóm enos observados p o r la experiencia, y p o r c ien tific ism o , la teoría que defiende que no existen m ás conocim ientos válidos que los proporcionados p o r las ciencias positivas. Según la o pinión de m uchos filósofos y científicos p o sitiv istas y cien tificistas (C om pte, el prim er W ittgenstein, A yer, Popper; los filósofos de la E scu ela de V ien a y otros filósofos analíticos), los contenidos científicos deb en apoyarse en los p ro p o rcio n ad o s p o r las ciencias físicas y las m atem áticas. E n este sentido, tanto el positiv ism o com o el cientificism o co n sid eran que dichas ciencias nos proporcionan u n conocim iento objetivo, neutral y válido p a ra todas las personas, y que las dem ás ciencias d eb erían cum plir los requisitos de las antedichas. C on ello red u cen la racio n alid ad científica a la

racionalidad instrumental, e interpretan desde estos principios el conjunto de las actividades hum anas, el m undo de los valores y la d im ensión histórica de la activ id ad cultural. E n consecuencia, sus aportaciones científicas sirven de o rientación únicam ente a la acción instrumental. A los ojos de H aberm as, com o a los de H orkheim er, A dorno y M arcu se, la p o sició n de las corrientes p o sitiv istas y cientificistas resu lta p ro fundam en te errónea, y en ellas el sentido del conocim iento m ism o se convierte en irracional, porque: a)

o lv id a las diferentes dim ensiones de los seres h u m anos (dim ensiones efectivas, sociales y críticas);

b)

po rque tiende a reificar la sociedad, co n sid erán d o la com o u n p roducto natural y olvidándose de que tanto la sociedad com o tod o s los producto s sociales, incluidas, p o r supuesto, las ciencias, son obra h istórica de los pro p io s seres hum anos;

c)

porque nin g ú n conocim iento p uede lim itarse a reflejar la realid ad o bjetiva, es decir, no existe conocim iento científico neutral.

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De este modo, frente a las concepciones positivistas y cientiñeistas, los filósofos de la Escuela de Frankñirt insisten en la necesidad de una teoría crítica (de una racionalidad crítica), de acuerdo con la cual se lleve a cabo una auténtica reflexión cientíñea, que se esfuerce por poner de relieve, al mismo tiempo, los aspectos aceptables y los rechazabas (las vigencias y las insuficiencias) de las concepciones científicas actuales y a desentrañar los contenidos ideológicos que subyacen a las diferentes teorías. O dicho de otro modo, se trata de situar la racionalidad instrumental (y la racionalidad comunicativa) dentro de los ámbitos de la racionalidad emancipatoría.

7. LA CORRESPONDENCIA ENTRE LOS FINES Y LOS MEDIOS: ALIENACIÓN Y LIBERTAD Numerosos cíentíñeos y filósofos pensaron que con el surgimiento de la primera Revolución Industrial y el aumento de la producción se lograría resolver gran parte de los problemas de la sociedad. En este sentido, por ejemplo, el pensador francés Saint-Símon confiaba en que los beneficios económicos de la industria llegarían a todas las personas y se lograría una sociedad justa en donde todos los seres humanos serian felices. Pero, en realidad, los acontecimientos sociales siguieron otros derroteros; a saber: vma minoría privilegiada, dueña de las fábricas y de los recursos económicos, amasó ingentes fortunas, mientras que anq)lias masas de obreros y canq>esinos fueron reducidos a mera mano de obra barata, condenados a trabajar para poder subsistir, de tal modo que, como señaló Marx, el hombre se convirtió en mero medio al servicio de la producción, y como cualquier otro medio (carbón, máquina, suelo, etc.), fue sometido a la ley de la oferta y la demanda. En este sentido, Marx vio con claridad que en el proceso industrial cíq>italista el trabajador devenía una mercancía más, es decir, mero medio económico, o lo que es lo mismo, los seres humanos eran considerados como medios para la producción; de tal modo que el reino de los fines (los seres hiunanos son fines en sí mismos) eran utilizados como medios, y al mismo tiempo, respecto a tales seres humanos, los medios (la tecnología, la producción de bienes, los resultados económicos, etc.) eran elevados a la condición de fines. Los seres humanos, pues, eran considerados como cosas, reíficados o alienados. ¿Ha cambiado la situación en nuestros días? La respuesta de Marcuse y Habermas es negativa; según dichos filósofos, en nuestro tiempo predomina la razón subjetiva, y esta razón tiende a considerar los medios únicamente bajo su aspecto técnico y estratégico, prescindiendo de otro tipo de consideraciones. En este caso, pues, la razón aparece como mero instrumento (razón instrum ental) para conseguir fines. Según esto, en la sociedad tecnológica actual, cualquier otro fin distinto a la propia producción y a la eficiencia económica tiende a ser despreciado, y de este modo, en dicho tipo de sociedad los seres

humanos corremos el peligro de ser considerados como medios: medios al servicio de la tecnología y de la economía; medios para producir de acuerdo con las exigencias del mercado, y medios para consumir de acuerdo con las ofertas del mercado; justificando, al mismo tiempo, la propia razón de ser de la tecno­ logía y de las propias máquinas. Según la opinión de Marcuse y Habermas, un conq^onente esencial de la sociedad avanzada actual lo constituye el predominio tecnológico de los mass media, medíante los cuales dicha sociedad tiende a imponemos la propia tecnología como ideología, y de este modo, propende a hacemos creer que los 13

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únicos fines objetivos existentes son los tecnológicos, que dichos fines están claros (aumentar la producción) y que todos los problemas humanos se reducen al orden técnico y científico de elegir los medios más adecuados; es decir, también en nuestros días el ser humano aparece fi-ecuentemente degradado a la categoría de medio al servicio de una tecnología que le domina, o lo que es lo mismo,

también en nuestra época los seres humanos tienden a ser reificados, alienados. 7.1. Concepto de alienación El término "alienación" (enajenación), de modo primario y principal, significa desposesión, pérdida de algo que nos pertenece, y por extensión, falsa conciencia o conciencia errónea respecto a la situación o a la realidad que nos rodea. De acuerdo con dicha definición, Marx señalaba que en la sociedad capitalista el obrero se encontraba alienado, y dicha alienación tenía lugar a dos niveles; a saber: a)

Alienación económica (o del propio trabajo o infi-aestructura). En la sociedad cápitalista el obrero se encuentra alienado porque es desposeído tanto del producto de su trabajo como de su propia activi­ dad de trabajar, o dicho de otro modo, en la sociedad capitalista al trabajador no le pertenecen ni los productos de su trabajo ni tampoco la capacidad o actividad de trabajar, pues quiera o no se ve obligado a trabajar, pues de lo contrario no puede comer.

b)

Alienación ideológica (o de las ideas y creencias), pues la sociedad capitalista elabora una serie de ideologías (sociológicas, políticas, filosóficas, religiosas, etc.) mediante las cuales intenta justificar y perpetuar la situación económica capitalista, es decir, mediante la ideología intenta convencemos de que la situación económica es justa y debe ser aceptada y respetada.

Marx hizo hincapié en que la alienación económica era la principal y que, en consecuencia, todo otro tipo de alienación radicaba en ella y poseía menor importancia. Ahora bien, a los ojos de la Escuela de Frankfiirt, el hecho de que tanto en la sociedad capitalista como en la comimista se hubiera logrado ima mejor repartición económica sin que por ello hubiera desaparecido la alienación, significa que la alienación poseía un c arác te r principalm ente ideológico. Según esta posición, las élites sociales producen un sistema de ideas que, administradas mediante los sistemas de mass media, ejercen un control tan perfecto y completo que resulta muy difícil de detectar. En este sentido, la ideología tecnológica se impone como la verdad, como la evidencia; nos hacen creer que la sociedad en que nos desenvolvemos es como debe ser, con lo que apenas si se nos permite imaginar que podría ser de otro modo y mucho menos averiguar cómo tendría que ser.

Resumen La sociedad tecnológica, la sociedad del "bienestar", se esfuerza para adecuar nuestro pensamiento exclusivamente a las exigencias de la razón instrumental y de la ciencia positivista.

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8. CRÍTICA DE LA RAZÓN INSTRUMENTAL: LA RAZÓN CRÍTICA Hemos visto que la razón instrumental da lugar a las ciencias físico-matemáticas, cuyo objetivo principal consiste en el conocimiento y dominio de la naturaleza y en el progreso tecnológico y económico. Ahora bien, el progreso tecnológico y económico, sirviéndose de los enormes poderes de los mass media, lleva consigo el peligro de alienar, de reificar, a las personas, suprimiendo su capacidad de libertad y convirtiéndolas en meros medios (en meros iiuitrumentos) dentro del proceso productivo. En consecuencia, se impone llevar a cabo la crítica de la razón instrumental, así como la de toda ideología y sistema de relaciones humanas (razón comunicativa), que olvide la auténtica realidad y los auténticos intereses humanos. Con este fín, la Escuela de Frankfurt llevó a cabo la crítica de la razón instrumental desde la racionalidad crítica, desde la razón crítica. Horkheimer, Marcuse, Adorno y en la actualidad Habermas constituyen las personalidades más relevantes de la Escuela de Frankfíirt. El objetivo principal de dicha escuela consiste en analizar los problemas sociales y en llevar a cabo una adecuada crítica de las situaciones distorsionadas y conqjulsivas existentes en la sociedad. La razón crítica trata de intentar eliminar la falsa ilusión objetivista del positivismo y del cientificismo, y ai mismo tiempo superar toda situación social de carácter compulsivo y toda falsa ideología. Según la razón crítica, el ser humano, de acuerdo con las exigencias de los intereses emancipatoríos, ha de esforzarse por justificar y orientar las realizaciones tecnológicas y económicas, así como el sistema de las relaciones humanas, desde fines o valores superiores. O dicho de otro modo, únicamente mediante la actividad crítica, orientada por los intereses emancipatoríos, pueden cobrar su auténtico significado los intereses técnicos y los intereses prácticos, es decir, la razón instrumental y la razón comunicativa. A este respecto, Habermas crítica el hecho de que la ciencia de nuestro tiempo se haya convertido en una colección de especialidades y haya renrmciado a proporcionamos una visión de conjunto del mundo, de la historia y de los seres humanos. Ante dicha situación, Habermas insiste en que el filósofo debe asumir la misión de guardián de la razón y en que la filosofía debe adoptar la tarea de llevar a cabo una refiexión

racional, que procure conqjrender las diferentes clases de conocimientos y actividades en su contexto histórico social, y de acuerdo con las exigencias de los intereses emancipatoríos, esforzarse por liberar al sujeto humano de todos los elementos irracionales, de todos los restos de tiranía, de alienaciones, manipulaciones, etc.

8.1. Autorreflexión La razón crítica se lleva a cabo mediante el ejercicio de autorreflexión. A este respecto, Habermas entiende por autorreflexión la refiexión de la razón sobre sí misma, "la reflexión sobre la reflexión", una reflexión ininterrumpida, mediante la cual la razón se esfuerza por captar las condiciones universales y necesarias de una vida humana plenamente racional. Se trata, pues, de una reflexión que, en lugar de limitarse a las formas y contenidos científicos de la razón instrumental y a los usos y costumbres es­ tablecidos en nuestra realidad social y cultural por la razón comunicativa, intenta, por el contrarío, avanzar más allá de ellos, esforzándose por descubrir y superar las ideas y las creencias irracionales o 15

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deformadas que se encuentran en dichas concepciones, o lo que es lo mismo, por descubrir y superar los errores y prejuicios que amenazan a la dignidad hiunana. 8.2. R azón dialéctica Considerada desde los anteriores ptmtos de vista, la razón critica se constituye en razón dialéctica. El objetivo hacia el que apunta dicha razón no puede ser otro que el de favorecer la progresiva liberación de los seres humanos de las cadenas naturales y culturales que les impidan su realización. En la persecución de dicho objetivo, la razón humana ha sido impulsada por intereses técnicos y por intereses prácticos, los cuales, a la luz de la razón críticei, llevan en su seno los intereses emancipatorios. Por tanto, la marcha de la razón crítica constituye un incesante progreso dialéctico, en tanto en cuanto, mediante el ejercicio de la

autorrejlexión, aspira a trascender las situaciones actuales, para encontrar, más allá de éstas, otras más justas. Nos encontramos, pues, ante xma actividad dialéctica de la razón, encaminada a superar todas las ideologías e irracionalidades, en aras de una sociedad htunana de la que haya desaparecido toda situación de compulsión y de injusticia y en la aque el hombre pueda actuar en libertad. 8.3. L ibertad o imposiciones Aunque el progreso tecnológico y económico; sirviéndose de los enormes poderes de los mass media, pueda llevar consigo el peligro de alienar, de reificar, a las personas, convírtiéndolas en meros medios (en meros instrumentos) dentro del proceso productivo y, en consecuencia, se imponga llevar a cabo la crítica de la razón instrumental, así como la de toda ideología y sistema de relaciones humanas (razón comunicativa), que olvide la auténtica realidad y los auténticos intereses humanos, no se puede olvidar que el hombre, también el científico-tecnológico, es im ser libre. Posee libertad, y ésta entendida como necesidad de elegir entre las diversas posibilidades que se le ofrecen en cada momento. Ésta entendida como la única manera de probar su existencia; la libertad es compatible con todo tipo de imposiciones que el hombre posee, incluidas las de la ciencia y la técnica, y con la influencia que en él ejercen esas imposiciones. Al hombre se le imponen muchas cosas en la vida. En primer lugar, se le impone la vida misma; nadie le consulta si quiere nacer o no; de repente se encuentra viviendo sin haber participado para nada en la decisión de nacer. Se le impone, además, una época histórica, una cultura, im país, una sociedad, una familia, una educación, un sexo, im cuerpo con imas capacidades y unas características concretas... Ortega denomina "circunstancia" al conjimto de elementos que se le imponen al hombre, y afirma que esos elementos forman parte de su propio "yo", por lo que llega a afirmar: "Yo soy yo y mi circunstancia”. Pero lo que no se le impone al hombre es cómo ha de vivir esa vida ni el resto de sus imposiciones. Eso lo tiene que decidir él. Es él el que tiene que elegir cómo va a vivir esa vida que se le ha impuesto en esa circunstancia que también se le ha impuesto.

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Y en eso precisamente consiste la libertad. El hombre no es libres para elegir lo que le pasa, pero si lo es para responder a lo que le pasa de una u otra manera. Los hombres, pues, a diferencia de otros seres, vivos o inanimados, tienen que elegir -y de esta forma inventar- su propia vida, a partir de la "circimstancia" que se les impone. La metáfora de Ortega que que compara al hombre con alguien que se despertara en el escenario de un teatro con unos decorados, una caracterización, unos personajes rodeándole, el patio de butacas lleno de público y sin haber aprendido ni ensayado ningún papel, reñeja con bastante precisión lo que octure con la vida humana, en ima sociedad y en un mundo cada vez más tecnifícados: alienación y/o libertad: he ahí el dilema. Pero de lo que el hombre no puede, en un estado de bienestar, en el que la técnica no lo es todo, es perder su libertad, su capacidad de elegir y inventar su propia vida, a partir de las "circunstancias tecnológicas" que se le imponen. 9. CONCEPTO DE EVA LUA CIÓ N DE LA T E C N O L O G ÍA Y M O D ELO S DE EVALUACIÓN A comienzos de los años setenta la preocupación por el desarrollo científico-tecnológico y sus impactos pasó de los grupos contraculturales y movimientos antisistema a la Administración; desde ésta se intentó reaccionar a la percepción creciente de los efectos negativos de las tecnologías que alimentaban los movimientos de protesta. Las primeras acciones se produjeron en EE.UU., con la creación de agencias administrativas. En 1969 se creó la "Environmental Protection Agency" (Agencia de Protecci¿)n Medioambiental), cuya función era realizar la evaluación del impacto medioambiental de los proyectos en que participaba el Gobierno Federal. En 1970 se crea la "Ocupational Safety and Health Administration" (Agencia de Salud y Seguridad Laboral), cuyo cometido era analizar y evaluar los diferentes tipos de impacto de las tecnologías en los centros de trabajo. A estas decisiones del Ejecutivo respondió el Congreso (poder legislativo) con la creación en 1972 de la "Office o f Technology Assesment" (Oficina de Evaluación de la Tecnología). Se pretendía que los legisladores estuvieran informados sobre las consecuencias, todas las consecuencias, de las decisiones legislativas en materia científica y tecnológica sobre las que aprobaban leyes y asignaciones presupuestarias. La iniciativa norteamericana fue seguida, con ima década de retraso, por la mayoría de los países eiux}peos, que crean agencias nacionales o comunitarias para la evaluación de los in tacto s; actualmente, la institucionalización de la evaluación de la tecnología está plenamente consolidada. Evaluación de la tecnología es la traducción de la expresión technology assesment, y podría definirse como el conjunto de métodos para la identificación y análisis de los impactos (efectos) producidos por la aplicación de la tecnología, su valoración y propuesta de políticas tecnológicas, que permitan eliminar o reducir los efectos negativos. Existen diversos modelos de evaluación de la tecnología. Estos son algunos de los modelos más aplicados.

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1". E l m o d e lo clásico d e E v a lu a c ió n T ecn o ló g ica. L a E v alu ació n T ecn o ló g ica desarro llad a in icialm en te se defin ió com o evaluación de impactos; esta ap ro x im ación d a p o r supuesto que la tecn o lo g ía y a h a sido aplicada; se trata, p o r co n sig u ien te, de u n a

evaluación reactiva, que reaccio n a ante los efectos y a g en erad o s p o r la ap licació n de la tecn o lo g ía en cuestión. E ste m odelo de E T tiene o tra versió n , la predictiva o de pronóstico, que fue la finalidad originariam ente asignada a la ET. Se ap lica p o r ejem plo, a la p ro b ab ilid ad de eventuales accidentes e n las centrales nucleares y sus efectos. La evaluación de impactos se convierte así en evaluación de riesgos. L a co m b inación del tratam iento estadístico del riesg o co n la ev alu ació n eco n ó m ica trad icio n al de im pactos h a dado com o resu ltad o el análisis de riesgo-coste-beneficio.

\'

L a E T clásica contem pla, e n teoría, m uchos tip o s de im p acto s (tecnológicos, am bientales, sociales ... ); p ero en la práctica, el análisis coste-beneficio p resta atención p referen te, cuando n o exclusivam ente, a los im pactos económ icos o econom izables.

E l an álisis co ste-b en eficio p reten d e fijar si el balance

b en eficio/coste es o no favorable a u n determ inado pro y ecto .

E ste tipo de estudios p roporciona,

supuestam ente, v aloraciones objetivas y n eu trales, al red u cir to d o s los im pactos, tan to los económ icos com o los n o económ icos, a térm inos cuantificables. L as críticas a este enfoque econom icista se b a sa n e n que n o es posible reducir todos los factores a

valores económicos cuantificables; h ay cosas v alio sas, v alo res eco ló g ico s (el aire p u ro , la b elleza de un p aisaje ... ), que n o pu e d en reducirse a m ercancía. Y seg ú n esta ap ro x im ació n econom icista, todo en la n atu raleza tiene xm precio. L as evaluaciones eco n o m icistas n o su elen to m ar e n co n sid eració n no y a los costes m edioam bientales (contam inación, exp o lio de recu rso s no ren o v ab les ... ), sino tam poco los im pactos sociales. 2“. E l a n á lisis rie sg o -b e n eficio E s un a variante de la E T centrada en el riesgo que im plican algunas tecnologías m ás que en su dim ensión económ ica. L a co n ciencia del riesgo está íntim am ente aso ciad a al desarrollo del co m plejo científicotecnológico, p ro ced ien d o las am enazas m ás v isib les de d iv erso s cam pos tecnológicos: b iotecnología, en erg ía nuclear, tecn o lo g ía de la inform ación, in d u stria quím ica, llu v ia ácida, d estru cció n de la cap a de ozono, etc. E l análisis riesgo-beneficio tiend e a basarse en el supuesto de que los tem ores de la población son irracionales y debidos a inform aciones erróneas o a p reju icio s antiprogreso. E l análisis asp ira a sum inistrar m ecanism os racionales p a ra la to m a de d ecisio n es objetivas. P ero el p ro p ó sito de d esarrollar p arám etro s ob jetiv o s de m ed id a d e riesg o s tiene las m ism as dificultades que el análisis coste-beneficio. L a cuan tificació n del riesg o , com o la del coste, es im posible, y h a conducido, de hecho, a fi^acasos sonoros. L a larg a serie de accid en tes ocurridos en la co rta h istoria n u clear desm ienten los cálculos de los expertos, que p red ecían que la p ro b ab ilid ad de que ocu rriera un accidente im portante e ra de uno entre 17.000 p o r año y reacto r, lo que eq u iv alía a d ecir que nunca o cu rriría im accidente nuclear.

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El m odelo clásico de ET concibe ésta com o un asunto de expertos, sin participación social. Sólo los expertos conocen la interacción entre tecnología, naturaleza y sociedad. La ET clásica de im pactos tecnológicos, a p esar de su progresiva institucíonalízación en organism os ofíciales, ha entrado en proceso de crisis, debido tanto a su propia inoperancia com o a la crítica de las concepciones de la ciencia, la tecnología y la sociedad en que se sustenta. Su enfoque no participativo, lim itado sólo a los inform es de los expertos, y su incapacidad para predecir efectivam ente los desarrollos tecnológicos y anticipar los futuros im pactos le han hecho perder apoyo intelectual y social. Los grandes desastres tecnológicos (explosión de la lanzadera espacial del "Challenger", C h e m o b il. . . ) han m inado la autoridad de unas estim aciones, p o r otra parte acusadas justam ente de protecnológícas y antírreguladoras. 3°. L a evaluación c o n stru c tiv a de la tecn o lo g ía (E C T ). En las dos últim as décadas se h a m odificado profundam ente la concepción de la tecnología, lo que ha inducido un cam bio en la concepción de la evaluación de la tecnología. L a idea de la tecnología entendida en sentido artefactual, es decir, com o producto, h a dejado paso a ima idea de la tecnología entendida com o proceso social. La evaluación de la tecnología no debe ocuparse exclusivam ente de los efectos o im pactos, sino principalm ente del proceso interno y continuo del desarrollo tecnológico, proceso en el que tienen lugar elecciones condicionadas po r factores sociales, económ icos, técnicos, científícos y políticos. Esta concepción de la evaluación de la tecnología, a la que se denom ina evaluación constructiva de la tecnología (ECT), adopta una actitud activa m ás que reactiva; m ás que sistem a de alerta previa ante las posibles consecuencias sociales indeseables, explora los problem as sociales y las posibles respuestas que el desarrollo tecnológico puede dar a tales problem as. Por otro lado, la ECT representa un planteam iento m ás realista y m enos am bicioso de la situación; puesto que el cam bio tecnológico es inevitable, el objetivo es am ortiguar sus efectos negativos m ediante el acuerdo con los agentes económ icos y sociales, es decir, en lugar de oponerse a una tecnología impuesta, persigue ima tecnología pactada. P o r eso, en lugar de anticipar im pactos, se centra en la posible in­ fluencia que pueda ejercerse en el proceso social del desarrollo tecnológico. La tecnología -en contra de lo que pien sa la ET estándar o clásica- no es una realidad autónom a que sigue una lógica interna, propia; es, p o r el contrario, el resultado de un com plejo proceso de interacción entre factores sociales y económ icos. Los impactos por los que se interesa la ECT son m ás com plejos y difusos que los de la ET clásica o estándar, pues no sólo se tienen en consideración las consecuencias m edioam bientales, sino otros muchos aspectos, tal com o la seguridad, el em pleo y otros efectos sociales, adem ás de intentar captar esos impactos sociales en la fase de diseño de la tecnología y no una vez aplicada.

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El papel asignado a la evaluación de tecnología no es exclusivamente negativo, es decir, el de oponerse al desarrollo tecnológico, sino el de tomar en consideración las implicaciones y demandas sociales relacionadas con una tecnología dada como elementos importantes a tener en cuenta en su diseño, y que son, a su vez, condición para su éxito y aceptación futura. En resumen, la ECT debe realizar tres tareas fundamentales: a)

Evaluar los posibles impactos de acuerdo con los análisis de los diferentes grupos sociales relevantes.

b)

Tomar en cuenta las posibles soluciones, tanto técnicas como organizativas, a los aspectos problemáticos de la tecnología.

c)

Disponer procedimientos que hagan posible procesos de retroalimentación entre las interpretaciones sociales y el diseño de la tecnología.

Si se quiere caminar hacia un diseño social de tecnologías, es preciso abrir la evaluación a la participación pública. También en este punto el modelo clásico o estándar de ET y el modelo ECT difieren radicalmente; el primero concibe la ET como un asunto exclusivo de los expertos, de los que saben, con exclusión de los legos; esta línea de demarcación del conflicto sólo puede dar como resultado final el rechazo y la oposición social a la tecnología. Por el contrario, en la ECT se abre el debate a la par­ ticipación de todos los grupos involucrados, de tal modo que el conflicto tiene lugar entre los diversos actores sociales, que deben interactuar de forma constructiva. Cada actor social debe realizar su propia evaluación, para lo que será preciso que cuente con sus propios recursos. Será responsabilidad de las instituciones proporcionar apoyo y acceso a la información a los diversos grupos sociales y acoger y considerar evaluaciones divergentes de un mismo proyecto tecnológico.

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10. RESUM EN D EL TEM A 45 Las Crisis del siglo XX Durante los siglos XVIII y XIX, tanto las ciencias como las técnicas progresaron a tal ritmo que pronto superaron con mucho todo lo que se había logrado en la larga historia de la hiunanidad. Los cientifícos an illaro n extraordinariamente los conocimientos en Física, Matemáticas, Química, Geología, Electricidad, en Tecnología... La máquina de vapor, la locomotora, la pila eléctrica y la radio pueden ser consideradas entre los primeros eslabones de la cadena que llevaría a las grandes realizaciones científicotécnicas del siglo XX (utilización de la energía nuclear, invención del ordenador, viajes interplanetarios, síntesis de polímeros, nuevas técnicas de im agen) y en el campo laboral se pasó del trabajo manual, basado en las habilidades y las fuerzas de las personas y la energía animal, sucesivamente, a la máquina controlada manualmente, a la automatización mecánica y a la cibernética; todo ello con el consiguiente incremento de la producción laboral. Indudablemente, pues, el progreso científico-técnico ha sido un hecho. Ahora bien, en contra de lo esperado por los racionalistas, los ilustrados, Marx, etc., dicho progreso en modo alguno ha seguido un

progreso lineal y tampoco ha tenido análoga repercusión en todos los campos de la actividad humana, sino que se ha visto sometido a numerosas crisis y retrocesos: problemas que se creían resueltos, han rebrotado con mayor virulencia; la paz y la felicidad humana continúan siendo problemáticas, y los hallazgos tecnológicos, con frecuencia, en lugar de servir para la liberación de los seres htunanos, se utilizan para alienarlos o destruirlos; el estado de bienestar, a pesar de los optimismos científicos, todavía no es un hecho en ninguna de las sociedades desarrolladas y tecnificadas; es más, se puede decir que en estas sociedades, más que en otras, existe una tensión dialéctica entre alienación y libertad. A este respecto, durante el siglo XX podemos distinguir las crisis siguientes. Crisis en el desarrollo social: Los defensores del progreso pensaron que la ciencia y la técnica nos acercarían a una época de paz y libertad. Sin embargo no ha sido así, y en pleno siglo XX han aparecido numerosas conductas contrarias a dichos ideales. Crisis en la utilización de la tecnología: Los seres humanos han hecho frecuentemente un uso profundamente irracional, injusto y absurdo de la tecnología. Como muestra de dicha irracionalidad podríamos señalar algunos resultados de la Segunda Guerra Mundial. Crisis en el rep arto de la riqueza: Pese a que la producción mundial de alimentos y bienes es suficiente para permitir una vida digna a la totalidad de la población hmnana, tanto a nivel de nuestros Estados concretos como a nivel de la sociedad global, existen profundas contradicciones en la posesión y disfiute de las riquezas. Crisis en el equilibrio m edioam biental: Por otra parte, el desarrollo tecnológico actual está incidiendo muy negativamente en la biosfera. Las sociedades industriales son víctimas de sus propias obras. Los efectos nocivos para el medio ambiente muchas veces son sólo regionales, pero otras alcanzan un nivel planetario: humo, polvo, gases, sustancias radiactivas, etc., contaminan la atmósfera y tienen repercusiones en amplias áreas geográficas.

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P ro g re s o tecn o ló g ico y p ro g re s o h u m a n o E n la actualidad, el p ro g reso científico y tecn o ló g ico se en cu en tra en p le n a efervescencia; se suceden los grandes inventos casi sin interrupción. T o d o c a m b ia co n ra p id e z a n te n u e s tr a v ista : la industria, los servicios, la agricultura, las form as de trab ajo y de ocio, las relacio n es internacionales; en el m undo laboral, cada día se increm ento el núm ero de técnicos superiores, y p arece que ex isten fundadas razones p ara creer que, salvo el advenim iento de alguna trem enda catástrofe (catástrofe que, sin duda, b ien puede ser provocada p o r los p ro p io s seres hum anos), el p ro g reso cien tífico-tecnológico no v a a detenerse. P ero ¿qué ocurre con el progreso hum ano? ¿Serem os capaces de con tro lar nuestro propio p o d er y nuestra p ro p ia tecnología? C on frecuencia, confiados en el p ro p io p o d e r de la ciencia, num erosos científicos (físicos, quím icos, m édicos, ingenieros...) suelen resp o n d er afirm ativ am en te a estas preguntas, m anteniendo que los p roblem as originados p o r el p ro g reso cien tífico y tecn o ló g ico serán solucionados p o r el propio desarrollo de las ciencias y de la técnica. Sin em bargo, las críticas de m uchos filósofos, sociólogos y de casi to d as las p erso n as com prom etidas en el esfuerzo p o r el b ien estar de la hum anidad (pensem os en las div ersas O N G de carácter ecológico y hum anitario), apuntan a otras direcciones. E x isten serias dudas en el p ro g reso hum ano: en el progreso social y en el progreso personal. Indudablem ente, im auténtico p ro g reso social debe conducir al progreso individual, p u es aquél sólo p u ed e te n er su razón de ser en éste; es decir, la pro m o ció n y el desarrollo de la p erso n a (de cada persona) debe constituir la razó n de ser de to d a so cied ad y de todo progreso. A h o ra bien, cuando desde e l pun to de v ista de los p rin cip io s descendem os a la realid ad cotidiana, encontram os graves deficiencias, la sociedad tiende a "d esp erso n alizam o s", p u es el ideal del progreso p erso n al lleva en sí m ism o u n a contradicció n entre liberación y ad aptación, en el sentido de que p o r una p arte nos am enaza la a n o m ia y p o r otra el c o n fo rm ism o . P o r u n a p arte nos am enaza la a lie n a c ió n y por otra, podem os actu ar en lib e r ta d . L a inm ensa m ay o ría de las p ersonas suele caer en el conform ism o y en la alienación. E n este sentido, el p ro g reso tecnológico es u n arm a de doble filo: p o r ejem plo, el hecho de que esté creciendo el núm ero de E stados que se han dotado de ingenios nucleares no deja de constituir u n aum ento del pelig ro de holocausto n u c lea r de la hum anidad; pero, al m ism o tiem po, la p ro liferació n de las ideas pacifistas, ¿por qué no p u e d en conducim os a un desarm e gradual en los años venideros? L a ra c io n a lid a d social: E l filósofo y sociólogo alem án M ax W eb er m an ten ía que la característica fundam ental de la sociedad m o d ern a consistía en su ten d en cia h a cia la creciente racionalización de las actividades y de las instituciones sociales, y en ten d ía p o r racio n alizació n la tendencia de los seres

humanos a fundam entar las decisiones en una evaluación lógica de sus deseos y de las consecuencias de sus actos. D e acuerdo co n estas ideas, p arece evidente que el in crem en to de la racio n alid ad resulta m anifiesto en n um erosos aspectos de la v id a contem poránea, y especialm ente en los cuatro siguientes: el progreso y desarrollo de la ciencia y la tecnología, el crecim iento de la bu ro cracia política.

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el increm ento del trabajo industrial y el progreso del c ^ ita lis m o . L a sociedad o p u le n ta En Europa, Estados U nidos, Japón y en algunos otros Estados, el progreso económ ico, científico y tecnológico ha posibilitado la producción de grandes riquezas: el desarrollo de num erosos bienes y servicios, la aparición de enorm es posibilidades de com prar ingentes cantidades de m ercancías de todo tipo y una am plia gam a de actividades lúdicas (viajes, deportes, espectáculos...)- E n este sentido, las características de la sociedad opulenta (o del bienestar) son las siguientes; Superproducción. -n.

Creación incesante de nuevas necesidades. Despilfarro. Irra c io n a lid a d d e n tro de ia ra c io n a lid a d : H em os visto que las sociedades altam ente desarrolladas poseen num erosos rasgos de racionalidad (planificación económica, burocracia, división del trabajo, etc.), junto con otros claram ente irracionales (superproducción, creación de necesidades, despilfarro). De acuerdo con dicha situación, M arcuse, en su obra El hombre unidimensional, intentó poner de manifiesto que, pese a su aparente racionalidad, en nuestra sociedad abunda la irracionalidad, esforzándose, al mismo tiem po, por hacer resaltar la profunda distorsión existente entre el funcionam iento unilateral de la

razón en la ciencia, en la tecnología y en la adm inistración, y la profim da irracionalidad que reina en otros aspectos de la vida hum ana. L a razó n in s tru m e n ta l: Pero ¿por qué h a surgido la irracionalidad en m edio de la racionalidad? Según los filósofos de la Escuela de Frankfiirt, porque el progreso de nuestra sociedad se h a orientado sobre todo hacia el desarrollo de la razón instrum ental, es decir, hacía el desarrollo de las ciencias fisico­ matemáticas, la tecnología y el increm ento de la eficacia industrial, o, lo que es lo m ism o, porque se ha empleado la razón com o m ero instrum ento para conseguir fines científicos, técnicos y económ icos, olvidando (o posponiendo) otras dim ensiones esenciales de la vida hum ana, tales com o los aspectos m o­ rales, la realización de las personas, la paz social, los derechos hm nanos, etc. Los intereses h u m a n o s y las acciones con ellos relacio n ad as: Según H aberm as, todas las actividades humanas, tanto las teóricas com o las prácticas y las pragm áticas, tienen com o fimcíón intentar solucionar nuestros intereses. En este sentido, pues, dichos intereses constituyen invariantes hum anas; es decir, no son míos ni tuyos ni de aquél, ni pertenecen a ima clase social o una cultura, sino que son propios de todas las personas; po r tanto, se encuentran siem pre presentes en los seres hum anos, com o elem entos impulsores de sus actividades. A este respecto, H aberm as distingue tres clases de intereses: técnicos,

prácticos y emancipatorios.AhorZi bien, dichos intereses im pulsan y se plasm an en tres clases de acciones, a saber: acción instrumental, acción com unicativa y acción crítica.

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E l e r r o r d el p o sitiv ism o y d e l c ien tifícism o : A los ojos de H aberm as, com o a los de H orkheim er, A dorno y M arcuse, la p o sició n de las corrientes p o sitiv istas y cien tiíicistas resu lta profundam ente errónea, y en ellas el sentido del conocim iento m ism o se convierte en irracional, porque: a)

o lv id a las diferentes dim ensiones de los seres h u m anos (dim ensiones efectivas, sociales y críticas);

b)

porque tiende a reificar la sociedad, con sid erán d o la com o u n p roducto natural y olvidándose de que tanto la sociedad com o todos los p roducto s sociales, incluidas, p o r supuesto, las ciencias, son obra h istórica de los propios seres hum anos;

c)

porque n ingún conocim iento p uede lim itarse a re fle ja r la realid ad o bjetiva, es decir, no existe conocim iento científico neutral.

!

D e este m odo, frente a las concepciones p o sitiv istas y cientificistas, los filósofos de la E scu ela de F ran k furt insisten en la n ecesidad de u n a teoría crítica (de u n a racionalidad crítica), de acuerdo con la cu al se lleve a cabo vma auténtica reflex ió n científica, que se esfuerce p o r p o n e r de reliev e, al m ism o tiem po, los aspectos aceptables y los rechazabas (las v ig en cias y las in su ficien cias) de las concepciones científicas actuales y a desentrañar los contenidos ideo ló g ico s que su b y acen a las diferentes teorías. O dicho de otro m odo, se trata de situar la racionalidad instrumental (y la racionalidad comunicativa) dentro de los ám bitos de la racionalidad emancipatoria. L a c o rre s p o n d e n c ia e n tre los fin es y los m e d io s: A L IE N A C IÓ N y L IB E R T A D E l hom bre se convirtió en m ero m edio al servicio de la producción, y com o cualquier otro m edio (carbón, m áquina, suelo, etc.), fue som etido a la ley de la o ferta y la dem anda. E n este sentido, M arx v io con clarid ad que en el proceso industrial capitalista el trab ajad o r d ev en ía im a m ercan cía m ás, es decir, m ero m edio económ ico, o lo que es lo m ism o, los seres hximanos eran co nsiderados com o m edios p a ra la producción; los seres hum anos, pues, eran co nsiderados com o cosas, reificados o a lie n a d o s. ¿H a cam biado la situación en nuestros días? L a resp u esta de M arcuse y H aberm as es negativa; según dichos filósofos, en nuestro tiem po pred o m in a la ra z ó n s u b je tiv a , y esta razó n tiende a co n sid erar los m edios únicam ente b ajo su aspecto técnico y estratégico, prescin d ien d o de otro tipo de consideraciones. E n este caso, pues, la razón aparece com o m ero instrum ento (ra z ó n in s tru m e n ta l) p ara conseguir fines. Según la o pinión de M arcuse y H aberm as, u n com ponente esen cial de la sociedad avanzada actual lo constituye el predom inio tecnológico de los m ass m edia, m ediante los cuales d ich a sociedad tien d e a im ponem os la p ro p ia tecnología com o id e o lo g ía , y de este m odo, propende a h acem o s creer que los únicos fines objetivos existentes son los tecnológicos, que dichos fines están claros (aim ientar la producción) y que todos los problem as hum anos se reducen al ord en técnico y científico de elegir los m edios más adecuados; es decir, tam bién en nuestros días el ser hum ano aparece frecuentem ente degradado a la categ o ría de m edio al servicio de im a tecnolo g ía que le dom ina, o lo que es lo m ism o, también en nuestra

época los seres humanos tienden a ser reificados, alienados. C o n c e p to d e a lie n ac ió n : E l térm ino "alienación" (enajenación), de m odo prim ario y principal, significa desposesión, pérd id a de algo que nos p erten ece, y p o r extensión, falsa co n cien cia o conciencia errónea respecto a la situación o a la realid ad que nos rodea. D e acuerdo con d icha definición, M arx señalaba que e n la sociedad capitalista el obrero se encontrab a alienado, y d ich a alien ació n ten ía lu g ar a dos niveles; a saber: económ ica e ideológica.

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E n Resumen: L a sociedad tecnológica, la sociedad del "bienestar", se esfu erza p a ra adecuar nuestro pensam iento exclusivam ente a las exigencias de la razó n instrum ental y de la cien cia positivista. C rític a d e la ra z ó n in s tru m e n ta l: la ra z ó n c rític a : H em os visto que la razón instrum ental da lugar a las ciencias físico-m atem áticas, cuyo objetivo p rin cip al consiste en el conocim iento y dom inio de la n aturaleza y en el p ro g reso tecnológico y económ ico. A h o ra bien, el p ro g reso tecn o ló g ico y económ ico, sirviéndose de los enorm es poderes de los mass media, llev a consigo el p elig ro de alienar, de reificar, a las personas, suprim iendo su capacid ad de lib ertad y convirtiéndolas en m eros m ed io s (en m eros instrum entos) dentro del pro ceso productivo. E n co n secu en cia, se im pone llev ar a cabo la crítica de la razón instrum ental, así com o la de toda ideología y sistem a de relaciones hum anas (razón com unicativa), que olvide la auténtica realid ad y los auténticos in tereses hum anos. C o n este fin, la E scu ela de Frankfurt llevó a cabo la crítica de la razón instrum ental desde la racionalidad crítica, desde la razón crítica. L a razón crítica tra ta de intentar elim inar la falsa ilusión o bjetivista del positivism o y del cientificism o, y al m ism o tiem po superar to d a situación social de carácter com pulsivo y to d a falsa ideología. S egún la razón crítica, el ser hum ano, de acuerdo co n las ex igencias de los intereses em ancipatoríos, h a de esforzarse p o r ju stific a r y orientar las realizaciones tecnológicas y económ icas, así com o el sistem a de las relaciones hum anas, desde fines o valores superiores A u to rre fle x ió n : L a razó n crítica se llev a a cabo m ed ian te el ejercicio de autorreflexión. A este respecto, H aberm as entiende p o r a u to rre fle x ió n la reflexión de la razón sobre sí m ism a, "la reflex ió n sobre la reflexión", u n a reflex ió n ininterrum pida, m ediante la cual la razón se esfuerza p o r captar las condiciones universales y necesarias de u n a vida hu m an a p len am en te racional. R az ó n d ia lé c tic a ; C onsiderada desde los anteriores p u n to s de vista, la razó n crítica se constituye en r a ­ zón d ia lé c tic a . E l objetivo h acia el que ap u n ta d ich a razó n no p u ed e ser otro que el de favorecer la progresiva liberación de los seres hum anos de las cadenas naturales y cu ltu rales que les im pidan su realización. L ib e rta d o im p o sicio n es: A unque el p ro g reso tecn o ló g ico y económ ico, sirviéndose de los enorm es poderes de los mass media, p u ed a llev ar consigo el p elig ro de alienar, de reificar, a las personas, convirtiéndolas en m eros m edios (en m eros instrum entos) d en tro del p ro ceso productivo y, en consecuencia, se im ponga llevar a cabo la crítica de la razón instrum ental, así com o la de to d a ideología y sistem a de relaciones hum anas (razón com unicativa), que olvide la au tén tica realid ad y los auténticos intereses hum anos, no se puede olvidar que el hom bre, tam b ién el científico-tecnológico, es un ser lib re. Posee libertad, y é sta entendida com o n ecesid ad de eleg ir en tre las diversas p o sib ilid ad es que se le ofrecen en cada m om ento. É sta entendida com o la ú n ica m an era de p ro b ar su existencia; la libertad es com patible co n todo tipo de im posiciones que el hom bre p o see, incluidas las de la cien cia y la técnica, y con la influencia que en él ejercen esas im posiciones. P ero lo que no se le im pone al hom bre es cóm o h a de vivir esa v id a ni el resto de sus im posiciones. E so lo tien e que d ecid ir él. E s él el que tiene que e leg ir cóm o v a a v iv ir e sa v id a que se le h a im puesto en esa circunstancia que tam b ién se le h a im puesto. Y en eso precisam ente consiste la libertad. E l hom bre no es libres para eleg ir lo que le p asa, p ero si lo es p ara responder a lo que le pasa de u n a u o tra m anera.

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Concepto de evaluación de la tecnología y modelos de evaluación: Evaluación de la tecnología es la traducción de la expresión technology assesment, y podría definirse como el conjunto de métodos para la

identificación y análisis de los impactos (efectos) producidos por la aplicación de la tecnología, su valoración y propuesta de políticas tecnológicas, que permitan eliminar o reducir los efectos negativos. Existen diversos modelos de evaluación de la tecnología. Estos son algimos de los modelos más aplicados. . El modelo clásico de Evaluación Tecnológica. . El análisis ríesgo-benefício . La evaluación constructiva de la tecnología (ECT).

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RESPU ESTA S 1. C u á le s so n la s fa ses d el p ro c e so d e e v a lu a c ió n d e la te c n o lo g ía . E l p ro ceso de evaluación de la tecn o lo g ía se articu la en cu atro fases principales: Identificación de im pactos. A nálisis de im pactos. V aloración de im pactos. A nálisis de gestión. a)

Id e n tific a c ió n de im p a c to s. Identificar los im pactos es el p rim er p a so en to d o pro ceso de evaluación. Im pacto es todo efecto o pro d u cto de la in teracció n entre u n a tecn o lo g ía y su contexto social, incluyendo e n este concepto el m e d io am biente. Se d istinguen dos clases de im pactos: los d irectos, efecto s directam ente atrib u ib les a la tecnología; los indirectos, im pactos generados p o r los im p a c to s directos.

b)

A n á lisis d e im p a c to s. C uantificar la m ag n itu d o in ten sid ad de los im pactos identificados, d eterm inando la pro b ab ilid ad de los m ism os, los grupos afectados y tam b ién de los im pactos indirectos, es la segunda fase de la evaluación. E xisten diferentes tipos de análisis de im pactos; todos aspiran a p ro ced er según m étodos y objetivos neutrales.

c)

V a lo ra c ió n d e im p a c to s. L os im pactos identificados y analizados d eb en ser objeto de valoración; é sta debe determ inar la acep tab ilid ad de los im pactos a la lu z de los v alores socialm ente vigentes.

d)

A n á lisis d e g e stió n y p o lític a te c n o ló g ic a . E l cu arto m om ento co n siste en sum inistrar asesoram iento (m ediante em isión de inform es) p a ra la to m a de decisio n es sobre las tecnologías cuyos im pactos h an sido identificados, analizados y valorados. U nos im pactos p u e d en estim arse p o sitivos y deseables; otros serán valorados com o n eg ativ o s, susceptibles de ser evitados o reducidos co n p o líticas adecuadas.

2. ¿ Q u é fu e el m o v im ie n to ludita en la e v a lu a c ió n d e las in n o v a c io n e s te c n o ló g ic a s? . L as innovaciones tecnológicas h a n sido objeto de ev alu ació n desde h ace m uchos tiem po. E l lem a "La cien cia descubre, la industria aplica, el hom bre se conform a", co n el que se realizó en 1933 la Exposición U niversal de C hicago, celebraba u n siglo de avances científicos y tecnológicos, positivam ente evaluados b ajo la ideología legitim adora del p ro g re s o . E sta ideología h a dom inado la cu ltu ra de los últim os siglos. 28

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ahogando prácticamente todas las valoraciones críticas o negativas del proceso histórico del industrialismo. Contra el maqumismo triunfante del siglo XDC no sólo se alzaron algunas voces individuales prestigiosas, como las de Blake, Carlyle o Ruskin, entre otros escritores; también surgieron algunas formas de contestación colectiva, entre las que merece atención el movimiento ludita. El movimiento ludita. Ludismo es el nombre que recibió el movimiento de grupos de obreros organizados que en las primeras décadas del siglo XIX se opusieron violentamente al proceso de mecanización, es decir, a la introducción sistemática de las máquinas en la industria, principalmente en la textil. Toma el nombre de Ned Ludd, líder real o hipotético del movimiento. Las acciones del movimiento se desarrollaron principalmente en los distritos textiles de Nottinghamshire y Lancashire, axmque episodios semejantes se produjeron en toda Exnopa. En España también se produjeron fenómenos de destrucción de máquinas en los años veinte en Canq>rodón (Gerona) y Alcoy (Alicante); en 1935 fue quemada la fábrica de Bonaplata en Barcelona. Marx refiere que en el transcurso de los siglos XVII y XVIII se produjeron en toda Europa revueltas obreras contra diversos ingenios mecánicos. La introducción sistemática de las máquinas en la industria generaba im doble efecto: Destruía un gran número de puestos de trabajo, pues una sola máquina atendida por un solo trabajador podía producir lo que varias decenas de obreros. Desciialificaba el trabajo que antes requería cualíficación y experiencia, permitiendo que obreros sin una cosa ni la otra, incluso mujeres y niños, pudieran sustituir a los obreros cualificados y relativamente bien retribuidos. Los ideólogos del capitalismo calificaron el movimiento ludita como oposición infantil e ingenua a la tecnología, como un inq^ulso irracional, nacido de la ignorancia, que pretendía marchar contra el sentido de la historia, es decir, del progreso científico y técnico. Los Inditas dirigieron, de hecho, peticiones al Parlamento para que prohibiera o regulara el uso de las máquinas y sólo pasaron a la acción cuando estas peticiones fueron desoídas. Los obreros Inditas no se oponían a todo tipo de máquinas, sino sólo a aquellas que amenazaban su puesto de trabajo con la simple destracción del mismo o su descualificación. El movimiento ludita fue aplastado por la fuerza con un ejército de más de 12.000 soldados. Los Inditas entendieron que la destrucción de las máqtiinas era el único medio de preservar no sólo su puesto de trabajo, sino de oponerse a tma tecnología que destruía sus condiciones de vida y trabajo, imponiéndoles otras más injustas y opresoras.

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3. ¿Q ué se entiende p o r necesidades sociales de la ciencia y la tecnología?. Cuando hablamos de necesidades sociales de la ciencia y la tecnología nos estamos refiriendo a los aspectos que más directamente afectan a la vida de las personas, en tanto en cuanto individuos y miembros de la sociedad. A este respecto, la relación de la tecnología con las principales necesidades sociales de las personas se pone de relieve en los campos siguientes: Educación. En épocas preindustriales, la educación era un privilegio reservado a unos pocos, y a menudo sólo los clérigos, la nobleza y algunos burgueses tenían acceso a ella. En las sociedades contemporáneas, en cambio, la educación y la enseñanza, al menos en sus niveles más elementales de lectura, escritma y cálculo, tienden a ser accesibles para todas las personas. En este sentido, las instituciones educativas han diseñado los más variados sistemas de enseñanza destinados a satisfacer dichas necesidades. En la actualidad es importante poseer cierto conocimiento de las nuevas técnicas, ya que existen nuevas cualificaciones y nuevas formas de organización del trabajo. Para ello, las instituciones educativas han introducido en los sistemas de enseñanza diferentes tecnologías, tales como la informática, los medios audioviduales, e incluso nuevos sistemas de comunicación como Internet. Sanidad. En sanidad, el desarrollo de la bioquímica ha permitido el descubrimiento de infinidad de sustancias y elementos (por ejemplo las vitaminas y los antibióticos), con los que se pueden curar cada vez mejor numerosas enfermedades. En el terreno de la cirugía, la utilización de nuevos instrumentos, como el láser, permite realizar intervenciones quirúrgicas especialmente dehcadas, que requieren una gran precisión. Además, se han desarrollado enormemente nuevas técnicas relativas al trasplante de órganos. Desde otro punto de vista, la introducción de la informática en los sistemas sanitarios contribuye a facilitar tanto el progreso de la investigación biogenética y los métodos de autodiagnosis como la gestión de las clínicas y los hospitales. C ultura. El término cultura hace referencia al conjunto de conocimientos, ideas y creencias,

instrumentos, lenguaje, costumbres, modos de vida y grado de desarrollo artístico, científico e industrial de una determinada sociedad. En este sentido, la noción de cultura resulta plenamente coextensiva con el concepto de sociedad, ya que todas las sociedades humanas poseen aquellos requisitos. De este modo, la cultura viene integrada por el conjunto de contenidos instrumentales e ideológicos que la sociedad brinda a sus miembros. En las sociedades primitivas, la cultura se transmitía a través de la tradición oral, de generación en generación; posteriormente surgió la escritura, que recibió un notable impulso gracias a la invención y al desarrollo de la imprenta, y en la actualidad la tecnología interviene de un modo muy eficaz en la conservación y en la transmisión cultural. A este respecto, las tecnologías de la información y los medios de comunicación de masas permiten difundir y renovar en una medida casi ilimitada el conocimiento científico, las informaciones y las manifestaciones culturales. 30

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4. ¿Cómo valoram os el avance tecnológico? En algimos casos, la ^ lic a c ió n de la tecnología puede resultar positiva para algunas personas, bien "N

porque les proporcione comodidades o bien porque les ^ o r te beneficios económicos, etc., pero al mismo tienq)o puede resultar peijudícial para otras muchas, e incluso para la totalidad de la sociedad. En este sentido, resulta evidente que la enorme capacidad científico-tecnológica, junto con las grandes ventajas que aporta, ocasiona también graves problemas y perturba las condiciones de vida de la Tierra: así, una central nuclear puede originar ima grave contaminación radiactiva; el uso de clorofiuorocarburos (CFC) en aerosoles ocasiona graves daños a la capa de ozono; el alto consumo de combustibles fósiles está alterando gravemente la atmósfera terrestre; etc. Desde el ptmto de vista humano, ¿cómo debemos valorar el desarrollo tecnológico? Resulta dificil encontrar una respuesta categórica para esta pregunta; debemos apelar a la prudencia. A este respecto conviene tener en cuenta las palabras de L. K. Caldweill: «En el pasado, las consecuencias de la ignorancia o de los impulsos destructivos estaban limitados por la tecnología disponible; pero los avances sin precedentes de la ciencia y de la economía en el siglo XX han provocado im desfase entre las relaciones tecnológicas y medioambientales. Las creencias y los comportamientos de la gente no han sido adaptados con éxito a las oportunidades y a los riesgos de la tecnología basada en la ciencia... La práctica de la ciencia requiere objetividad y una independencia de cualquier prejuicio ideológico...». Y estas otras del filósofo francés Paul Ricoeur que nos indica que los europeos,«debenseguir pensando afondo los problemas de los seres humanos y no sólo estar motivados por el progreso económico y técnico. La Europa económica ha adquirido un avance enorme y se encuentra a años luz de la Europa política y cultural».

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