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Tanak (Antiguo Pacto) salvo Torah (pentateuco) De la Universidad de Jerusalén JOSUÉ Josué 1 1 Sucedió después de la muer

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Tanak (Antiguo Pacto) salvo Torah (pentateuco) De la Universidad de Jerusalén JOSUÉ Josué 1 1 Sucedió después de la muerte de Moisés, siervo de Adonai, que habló Adonai a Jos ué, hijo de Nun, y ayudante de Moisés, y le dijo: 2 "Moisés, mi siervo, ha muerto; arriba, pues; pasa ese Jordán, tú con todo este pueblo, hacia la tierra que yo les doy (a los israelitas). 3 Os doy todo lugar que sea hollado por la planta de vuestros pies, según de claré a Moisés. 4 Desde el desierto y el Líbano hasta el Río grande, el Eufrates, (toda la tie rra de los hititas) y hasta el mar Grande de poniente, será vuestro territorio. 5 Nadie podrá mantenerse delante de ti en todos los días de tu vida: lo mismo que estuve con Moisés estaré contigo; no te dejaré ni te abandonaré. 6 "Sé valiente y firme, porque tú vas a dar a este pueblo la posesión del país que juré dar a sus padres. 7 Sé, pues, valiente y muy firme, teniendo cuidado de cumplir toda la Ley qu e te dio mi siervo Moisés. No te apartes de ella ni a la derecha ni a la izquierda , para que tengas éxito dondequiera que vayas. 8 No se aparte el libro de esta Ley de tus labios: medítalo día y noche; así pro curarás obrar en todo conforme a lo que en él está escrito, y tendrás suerte y éxito en tu s empresas. 9 ¿No te he mandado que seas valiente y firme? No tengas miedo ni te acobard es, porque Adonai tu Di-s estará contigo dondequiera que vayas." 10 Josué, pues, dio a los escribas del pueblo la orden siguiente: 11 "Pasad por medio del campamento y dad esta orden al pueblo: Haced provis iones, porque dentro de tres días pasaréis ese Jordán, para entrar a poseer la tierra que Adonai vuestro Di-s os da en posesión." 12 A los rubenitas, a los gaditas y a la medio tribu de Manasés les habló así: 13 "Recordad la orden que os dio Moisés, siervo de Adonai: Adonai vuestro Dis os ha concedido descanso, dándoos esta tierra. 14 Vuestras mujeres, vuestros pequeños y vuestros rebaños se quedarán en la tierr a que os ha dado Moisés al otro lado del Jordán. Pero vosotros, todos los guerreros esforzados, pasaréis en orden de batalla al frente de vuestros hermanos y les ayu daréis 15 hasta que Adonai conceda descanso a vuestros hermanos igual que a vosotr os, y también ellos tomen posesión de la tierra que Adonai vuestro Di-s les da. Ento nces volveréis al país que os pertenece, el que os dio Moisés, siervo de Adonai, al la do oriental del Jordán." 16 Ellos respondieron a Josué: "Todo lo que nos has mandado, lo haremos; dond equiera que nos envíes, iremos. 17 Lo mismo que obedecimos en todo a Moisés, te obedeceremos a ti. Basta con que Adonai tu Di-s esté contigo como estuvo con Moisés. 18 A todo el que sea rebelde a tu voz y no obedezca tus órdenes, en cualquier cosa que le mandes, se le hará morir. Tú, sé valiente y firme." Josué 2 1 Josué, hijo de Nun, envió secretamente desde Sittim dos espías con esta orden: "Id y explorad el país y Jericó." Fueron y entraron en casa de una prostituta, llam ada Rajab, y durmieron allí. 2 Se le dijo al rey de Jericó: "Mira que unos hombres israelitas han entrado aquí por la noche para explorar el país." 3 Entonces el rey de Jericó mandó decir a Rajab: "Haz salir a los hombres que han entrado donde ti - que han entrado a tu casa - porque han venido para explor ar todo el país." 4 Pero la mujer tomó a los dos hombres y los escondió. Luego respondió: "Es verd ad que esos hombres han venido a mi casa, pero yo no sabía de dónde eran. 5 Cuando se iba a cerrar la puerta por la noche, esos hombres salieron y n o sé adónde han ido. Perseguidles aprisa, que los alcanzaréis." 6 Pero ella los había hecho subir al terrado y los había escondido entre unos haces de lino que tenía amontonados en el terrado.

7 Salieron algunos hombres en su persecución camino del Jordán, hacia los vado s, y se cerró la puerta en cuanto los perseguidores salieron tras ellos. 8 Todavía ellos no se habían acostado cuando Rajab subió al terrado, donde ellos 9 y les dijo: "Ya sé que Adonai os ha dado la tierra, que nos habéis aterroriz ado y que todos los habitantes de esta región han temblado ante vosotros: 10 porque nos hemos enterado de cómo Adonai secó las aguas del mar de Suf delan te de vosotros a vuestra salida de Egipto, y lo que habéis hecho con los dos reyes amorreos del otro lado del Jordán, Sijón y Og, a quienes consagrasteis al anatema. 11 Al oírlo, ha desfallecido nuestro corazón y no se encuentra ya nadie con ali ento en vuestra presencia, porque Adonai vuestro Di-s, es Di-s arriba en los cie los y abajo en la tierra. 12 Juradme, pues, ahora por Adonai, ya que os he tratado con bondad, que vo sotros también trataréis con bondad a la casa de mi padre, y dadme una señal segura; 13 que respetaréis la vida de mi padre y de mi madre, de mis hermanos y herma nas, y de todos los suyos, y que libraréis nuestras vidas de la muerte." 14 Los hombres le respondieron: "Muramos nosotros en vez de vosotros, con t al de que no divulguéis nuestro asunto. Cuando Adonai no haya entregado la tierra, te trataremos a ti con bondad y lealtad." 15 Ella los descolgó con una cuerda por la ventana, pues su casa estaba en la pared de la muralla y vivía en la misma muralla. 16 Les dijo: "Id hacia la montaña, para que no os encuentren los que os persi guen. Estad escondidos allí tres días hasta que vuelvan los perseguidores: después podéi s seguir vuestro camino." 17 Los hombres le respondieron: "Nosotros quedaremos libres de ese jurament o que nos has exigido. 18 Cuando estemos entrando en el país, atarás este cordón de hilo escarlata a la ventana por la que nos has descolgado, y reunirás junto a ti en casa a tu padre, a tu madre, a tus hermanos y a toda la familia de tu padre. 19 Si alguno sale fuera de las puertas de tu casa, caiga su sangre sobre su cabeza. Nosotros seremos inocentes. Pero la sangre de todos los que estén contigo en casa, caiga sobre nuestras cabezas, si alguien pone su mano sobre ellos. 20 Mas si divulgas nuestro asunto, quedaremos libres del juramento que nos has exigido." 21 Ella respondió: "Sea según vuestras palabras." Y los hizo marchar; ellos se fueron, y ella ató el cordón escarlata a la ventana. 22 Marcharon ellos y se metieron en el monte. Se quedaron allí tres días, hasta que regresaron los perseguidores. Estos los habían buscado por todo el camino, p ero no los encontraron. 23 Entonces los dos hombres volvieron a bajar del monte, pasaron el río y fue ron donde Josué, hijo de Nun, a quien contaron todo lo que les había ocurrido. 24 Dijeron a Josué: "Cierto que Adonai ha puesto en nuestras manos todo el país ; todos los habitantes del país tiemblan ya ante nosotros." Josué 3 1 Josué se levantó de mañana, partieron de Sittim y llegaron hasta el Jordán, él y t odos los israelitas. Allí pernoctaron antes de pasar. 2 Al cabo de tres días, los escribas pasaron por medio del campamento 3 y dieron al pueblo esta orden: "Cuando veáis el arca de la alianza de Adon ai vuestro Di-s y a los sacerdotes levitas que la llevan, partiréis del sitio dond e estáis e iréis tras ella, 4 para que sepáis qué camino habéis de seguir, pues no habéis pasado nunca hasta a hora por este camino. Pero que haya entre vosotros y el arca una distancia de un os 2.000 codos: no os acerquéis." 5 Josué dijo al pueblo: "Purificaos, porque mañana Adonai va a obrar maravilla s en medio de vosotros." 6 Y dijo Josué a los sacerdotes: "Tomad el arca de la alianza y pasad al fre nte del pueblo." Ellos tomaron el arca de la alianza y partieron al frente del p ueblo. 7 Adonai dijo a Josué: "Hoy mismo voy a empezar a engrandecerte a los ojos d e todo Israel, para que sepan que, lo mismo que estuve con Moisés, estoy contigo.

8 Tú darás esta orden a los sacerdotes que llevan el arca de la alianza: "En c uanto lleguéis a la orilla del agua del Jordán, os pararéis en el Jordán."" 9 Josué dijo a los Israelitas: "Acercaos y escuchad las palabras de Adonai v uestro Di-s." 10 Y dijo Josué: "En esto conoceréis que el Di-s vivo está en medio de vosotros y que arrojará ciertamente de delante de vosotros al cananeo, al hitita, al jivita, al perizita, al guirgasita, al amorreo y al jebuseo. 11 He aquí que el arca de Adonai, Señor de toda la tierra, va a pasar el Jordán d elante de vosotros. 12 Escoged, pues, doce hombres de las tribus de Israel, un hombre por cada tribu. 13 En cuanto las plantas de los pies de los sacerdotes que llevan el arca d e Adonai, Señor de toda la tierra, pisen las aguas del Jordán, las aguas del Jordán la s que vienen de arriba, quedarán cortadas y se pararán formando un solo bloque." 14 Cuando el pueblo partió de sus tiendas para pasar el Jordán, los sacerdotes llevaban el arca de la alianza a la cabeza del pueblo. 15 Y en cuanto los que llevaban el arca llegaron al Jordán, y los pies de los sacerdotes que llevaban el arca tocaron la orilla de las aguas, y el Jordán baja crecido hasta los bordes todo el tiempo de la siega, 16 las aguas que bajaban de arriba se detuvieron y formaron un solo bloque a gran distancia, en Adam, la ciudad que está al lado de Sartán, mientras que las qu e bajaban hacia el mar de la Arabá, o mar de la Sal, se separaron por completo, y el pueblo pasó frente a Jericó. 17 Los sacerdotes que llevaban el arca de la alianza de Adonai se estuviero n a pie firme, en seco, en medio del Jordán, mientras que todo Israel pasaba en se co, hasta que toda la gente acabó de pasar el Jordán. Josué 4 1 Cuando todo el pueblo acabó de pasar el Jordán, Adonai habló a Josué y le dijo: 2 "Escoged doce hombres del pueblo, un hombre por cada tribu, 3 y dadles esta orden: "Sacad de aquí, del medio del Jordán, doce piedras, que pasaréis con vosotros y depositaréis en el lugar donde paséis la noche."" 4 Llamó Josué a los doce hombres que había elegido entre los israelitas, uno por cada tribu, 5 y les dijo: "Pasad delante del arca de Adonai vuestro Di-s, hasta el med io del Jordán, y cada uno de vosotros cargue sobre sus hombros una piedra, según el número de las tribus israelitas, 6 para que sea esto una señal en medio de vosotros; cuando el día de mañana vues tros hijos os pregunten: "¿Qué significan para vosotros estas piedras?", 7 les diréis: "Es que las aguas del Jordán se separaron delante del arca de la alianza de Adonai; cuando atravesó el Jordán, las aguas del Jordán se separaron. Est as piedras serán para los israelitas memorial para siempre." 8 Así lo hicieron los israelitas, según las órdenes de Josué: sacaron doce piedras del medio del Jordán, según el número de las tribus israelitas, como había mandado Adon ai a Josué, las llevaron al lugar donde iban a pasar la noche y las depositaron al lí. 9 Y Josué levantó doce piedras en medio del Jordán, donde habían pisado los pies d e los sacerdotes portadores del arca de la alianza, y allí están todavía hoy. 10 Los sacerdotes portadores del arca estaban parados en medio del Jordán has ta que se cumpliera todo lo que Adonai había mandado a Josué que dijera al pueblo ( según todo lo que Moisés había ordenado a Josué); y el pueblo se apresuró a pasar. 11 En cuanto terminó de pasar todo el pueblo, pasó el arca de Adonai, yendo los sacerdotes a la cabeza del pueblo. 12 Los rubenitas, los gaditas y la media tribu de Manasés pasaron en orden de batalla al frente de los israelitas, como les había dicho Moisés. 13 Pasaron unos 40.000 guerreros armados, dispuestos al combate, delante de Adonai, hacia la llanura de Jericó. 14 Aquel día Adonai engrandeció a Josué delante de todo Israel; y le respetaron a él como habían respetado a Moisés durante toda su vida. 15 Adonai dijo a Josué:

16 "Manda a los sacerdotes que llevan el arca del Testimonio que salgan del Jordán." 17 Josué mandó a los sacerdotes: "Salid del Jordán." 18 Cuando los sacerdotes portadores del arca de la alianza de Adonai salier on del Jordán, apenas las plantas de sus pies tocaron la orilla, las aguas del Jor dán volvieron a su cauce y empezaron a correr como antes, por todas sus riberas. 19 El pueblo salió del Jordán el día diez del mes primero y acamparon en Guilgal al oriente de Jericó. 20 Las doce piedras que habían sacado del Jordán las erigió Josué en Guilgal. 21 Y dijo a los israelitas: "Cuando el día de mañana vuestros hijos pregunten a sus padres: "¿Qué significan estas piedras?" 22 se lo explicaréis a vuestros hijos diciendo: "A pie enjuto pasó Israel ese J ordán, 23 porque Adonai vuestro Di-s secó delante de vosotros las aguas del Jordán has ta que pasarais, lo mismo que había hecho Adonai vuestro Di-s con el mar de Suf, que secó delante de nosotros hasta que pasamos, 24 para que todos los pueblos de la tierra reconozcan lo fuerte que es la m ano de Adonai, y para que teman siempre a Adonai vuestro Di-s."" Josué 5 1 Cuando oyeron todos los reyes de los amorreos que habitaban al otro lado del Jordán, al poniente, y todos los reyes de los cananeos que vivían hacia el mar, que Adonai había secado las aguas del Jordán ante los israelitas hasta que pasaron, desfalleció su corazón y les faltó el aliento ante la presencia de los israelitas. 2 En aquel tiempo dijo Adonai a Josué: "Hazte cuchillos de pedernal y vuelve a circuncidar (por segunda vez) a los israelitas." 3 Josué se hizo cuchillos de pedernal y circuncidó a los israelitas en el Coll ado de los Prepucios. 4 Por este motivo hizo Josué esta circuncisión: toda la población masculina sali da de Egipto, los útiles para la guerra, había muerto en el desierto, por el camino, después de la salida de Egipto. 5 Estaba circuncidada toda la población que había salido, pero el pueblo nacid o en el desierto, de camino, después de la salida de Egipto, no había sido circunci dado. 6 Porque durante cuarenta años anduvieron los israelitas por el desierto, ha sta que pereció toda la nación, los hombres salidos de Egipto útiles para la guerra. N o obedecieron a la voz de Adonai y Adonai les juró que no les dejaría ver la tierra que había prometido a sus padres que nos daría, tierra que mana leche y miel. 7 En su lugar puso a sus hijos y éstos son los que Josué circuncidó, porque eran incircuncisos, ya que no los habían circuncidado por el camino. 8 Cuando acabó de circuncidarse toda la gente, se quedaron donde estaban en el campamento hasta que se curaron. 9 Y dijo Adonai a Josué: "Hoy os he quitado de encima el oprobio de Egipto." Por eso se llamó aquel lugar Guilgal, hasta el día de hoy. 10 Los israelitas acamparon en Guilgal y celebraron allí la Pascua el día cator ce del mes, a la tarde, en los llanos de Jericó. 11 Al día siguiente de la Pascua comieron ya de los productos del país: panes ázi mos y espigas tostadas, ese mismo día. 12 Y el maná cesó desde el día siguiente, en que empezaron a comer los productos del país. Los israelitas no tuvieron en adelante maná, y se alimentaron ya aquel año d e los productos de la tierra de Canaán. 13 Sucedió que estando Josué cerca de Jericó, levantó los ojos y vio a un hombre pl antado frente a él con una espada desnuda en la mano. Josué se adelantó hacia él y le di jo: "¿Eres de los nuestros o de nuestros enemigos?" 14 Respondió: "No, sino que soy el jefe del ejército de Adonai. He venido ahora ." Cayó Josué rostro en tierra, le adoró y dijo: "¿Qué dice mi Señor a su siervo?" 15 El jefe del ejército de Adonai respondió a Josué: "Quítate las sandalias de tus pies, porque el lugar en que estás es sagrado." Así lo hizo Josué. Josué 6

1 Jericó estaba cerrada a cal y canto por mielo a los israelitas: nadie salía ni entraba. 2 Adonai dijo a Josué: "Mira, yo pongo en tus manos a Jericó y a sus rey. Voso tros, valientes guerreros, 3 todos los hombres de guerra, rodearéis la ciudad, (dando una vuelta alrede dor. Así harás durante seis días. 4 Siete sacerdotes llevarán las siete trompetas de cuerno de carnero delante del arca. El séptimo día daréis la vuelta a la ciudad siete veces y los sacerdotes to carán las trompetas). 5 Cuando el cuerno de carnero suene (cuando oigáis la voz de la trompeta), t odo el pueblo prorrumpirá en un gran clamoreo y el muro de la ciudad se vendrá abaj o. Y el pueblo se lanzará al asalto cada uno por frente a sí." 6 Josué, hijo de Nun, llamó a los sacerdotes y les dijo: "Tomad el arca de la alianza y que siete sacerdotes lleven las trompetas de cuerno de carnero delant e del arca de Adonai." 7 Al pueblo le dijo: "Pasad y dad la vuelta a la ciudad y que la vanguardi a pase delante del arca de Adonai." 8 (Se hizo según la orden dada por Josué al pueblo). Siete sacerdotes llevando las siete trompetas de cuerno de carnero delante de Adonai pasaron y tocaron la s trompetas; el arca de la alianza de Adonai iba tras ellos; 9 la vanguardia iba delante de los sacerdotes que tocaban las trompetas y la retaguardia marchaba detrás del arca. Según iban caminando, tocaban las trompetas . 10 Josué había dado esta orden al pueblo: "No gritéis, ni dejéis oír vuestras voces ( que no salga ni una palabra de vuestra boca) hasta el día en que yo os diga: "Grit ad." Entonces gritaréis." 11 Hizo que el arca de Adonai diera la vuelta a la ciudad (rodeándola una vez ); luego volvieron al campamento, donde pasaron la noche. 12 Josué se levantó de mañana y los sacerdotes tomaron el arca de Adonai. 13 Siete sacerdotes, llevando las siete trompetas de cuerno de carnero dela nte del arca de Adonai, iban caminando y tocando las trompetas según caminaban. L a vanguardia iba delante de ellos y la retaguardia detrás del arca de Adonai, desf ilando al son de las trompetas. 14 Dieron (el segundo día) una vuelta a la ciudad y volvieron al campamento. Se hizo lo mismo los seis días. 15 El séptimo día, se levantaron con el alba y dieron la vuelta a la ciudad (se gún el mismo rito) siete veces. (Sólo aquel día dieron la vuelta a la ciudad siete vec es.) 16 La séptima vez, los sacerdotes tocaron la trompeta y Josué dijo al pueblo: "¡L anzad el grito de guerra, porque Adonai os ha entregado la ciudad!" 17 "La ciudad será consagrada como anatema a Adonai con todo lo que haya en e lla; únicamente, Rajab, la prostituta, quedará con vida, así como todos los que están co n ella en su casa, por haber ocultado a los emisarios que enviamos. 18 Pero vosotros guardaos del anatema, no vayáis a quedaros, llevados de la c odicia, con algo de lo que es anatema, porque convertiríais en anatema todo el cam pamento de Israel y le acarrearíais la desgracia. 19 Toda la plata y todo el oro, todos los objetos de bronce y de hierro, es tán consagrados a Adonai: ingresarán en su tesoro." 20 El pueblo clamó y se tocaron las trompetas. Al escuchar el pueblo la voz d e la trompeta, prorrumpió en gran clamor, y el muro se vino abajo. La gente escaló l a ciudad, cada uno frente a sí, y se apoderaron de ella. 21 Consagraron al anatema todo lo que había en la ciudad, hombres y mujeres, jóvenes y viejos, bueyes, ovejas y asnos, a filo de espada. 22 Josué dijo a los dos hombres que habían explorado el país: "Entrad en la casa de la prostituta y haced salir de ella a esa mujer con todos los suyos, como se lo habéis jurado." 23 Los jóvenes espías fueron e hicieron salir a Rajab, a su padre, a su madre, a sus hermanos y a todos los suyos. También hicieron salir a todos los de su famil ia y los pusieron a salvo, fuera del campamento de Israel. 24 Prendieron fuego a la ciudad con todo lo que contenía. Sólo la plata, el oro

y los objetos de bronce y de hierro los depositaron el tesoro de la casa de Ad onai. 25 Pero a Rajab, la prostituta, así como a la casa de su padre y a todos los suyos, Josué los conservó con vida. Ella se quedó en Israel hasta el día de hoy, por hab er escondido a los emisarios que Josué había enviado a explorar Jericó. 26 En aquel tiempo Josué pronunció este juramento: ¡Maldito sea delante de Adonai el hombre que se levante y reconstruya esta ciudad (de Jericó)! ¡Sobre su primogénito echará su cimiento y sobre su pequeño colocará las puertas! 27 Y Adonai estuvo con Josué, cuya fama se extendió por toda la tierra. Josué 7 1 Pero los israelitas cometieron un delito en lo del anatema. Akán, hijo de Karmí, hijo de Zabdí, hijo de Zéraj, de la tribu de Judá, se quedó con algo del anatema, y la ira de Adonai se encendió contra los israelitas. 2 Josué envió de Jericó a Ay, que está (junto a Bet Avén) al oriente de Betel, unos hombres, diciéndoles: "Subid a explorar el país." Los hombres subieron y exploraron Ay. 3 Volvieron donde Josué y le dijeron: "Que no suba toda la gente; para ataca r a Ay basta con que suban dos o 3.000 hombres. No molestes a toda la gente hac iéndoles subir hasta allí, porque ellos son pocos." 4 Subieron a Ay unos 3.000 hombres del pueblo, pero tuvieron que huir ante los hombres de Ay. 5 Los hombres de Ay les mataron como unos 36 hombres y los persiguieron más allá de la puerta hasta Sebarim, batiéndolos en la bajada. Entonces desfalleció el cor azón del pueblo y se derritió como agua. 6 Josué desgarró sus vestidos, se postró rostro en tierra delante del arca de Ad onai hasta la tarde, junto con los ancianos de Israel, y todos esparcieron polv o sobre sus cabezas. 7 Dijo Josué: "¡Ah, Señor Adonai! ¿Por qué has hecho pasar el Jordán a este pueblo, pa ra entregarnos en manos de los amorreos y destruirnos? ¡Ojalá nos hubiésemos empeñado en establecernos al otro lado del Jordán! 8 ¡Perdón, Señor! ¿Qué puedo decir ahora que Israel ha vuelto la espalda a sus enemi gos? 9 Se enterarán los cananeos y todos los habitantes del país: se aliarán contra n osotros y borrarán nuestro nombre de la tierra. ¿Que harás tú entonces por tu gran nombr e?" 10 Adonai respondió a Josué: "¡Arriba! ¡Vamos! ¿Por qué te estás así rostro en tierra? 11 Israel ha pecado, también ha violado la alianza que yo le había impuesto. Y hasta se han quedado con algo del anatema, y lo han robado, y lo han escondido y lo han puesto entre sus utensilios. 12 Los israelitas no podrán sostenerse ante sus enemigos; volverán la espalda a nte sus enemigos, porque se han convertido en anatema. Yo no estaré ya con vosotro s, si no hacéis desaparecer el anatema de en medio de vosotros. 13 Levántate, purifica al pueblo y diles: Purificaos para mañana, porque así dice Adonai, el Di-s de Israel: El anatema está dentro de ti, Israel; no podrás mantener te delante de tus enemigos hasta que extirpéis el anatema de entre vosotros. 14 Os presentaréis, pues, mañana por la mañana, por tribus: la tribu que Adonai d esigne por la suerte se presentará por clanes, el clan que Adonai designe se prese ntará por familias, y la familia que Adonai designe se presentará hombre por hombre . 15 El designado por la suerte en lo del anatema será entregado al fuego con t odo lo que le pertenece, por haber violado la alianza de Adonai y cometido una infamia en Israel." 16 Josué se levantó de mañana; mandó que se acercara Israel por tribus, y fue desig nada por la suerte la tribu de Judá. 17 Mandó que se acercaran los clanes de Judá, y fue designado por la suerte el clan de Zéraj. Mandó que se acercara el clan de Zéraj por familias, y fue designado po r la suerte Zabdí. 18 Mandó que se acercara la familia de Zabdí, hombre por hombre, y fue designad o por la suerte Akán, hijo de Karmí, hijo de Zabdí, hijo de Zéraj, de la tribu de Judá.

19 Dijo entonces Josué a Akán: "Hijo mío, da gloria a Adonai, Di-s de Israel y tr ibútale alabanza; declárame lo que has hecho, no me lo ocultes". 20 Akán respondió a Josué: "En verdad, yo soy el que ha pecado contra Adonai, Dis de Israel; esto y esto es lo que he hecho: 21 Vi entre el botín un hermoso manto de Senaar, doscientos siclos de plata y un lingote de oro de cincuenta siclos de peso, me gustaron y me los guardé. Están escondidos en la tierra en medio de mi tienda, y la plata debajo." 22 Josué envió emisarios, que fueron corriendo a la tienda, y en efecto el mant o estaba escondido en la tienda y la plata debajo. 23 Lo sacaron de la tienda y se lo llevaron a Josué y a todos los israelitas delante de Adonai. 24 Entonces Josué tomó a Akán, hijo de Zéraj, con la plata, el manto y el lingote d e oro, a sus hijos, sus hijas, su toro, su asno y su oveja, su tienda y todo lo suyo y los hizo subir al valle de Akor. Todo Israel le acompañaba. 25 Josué dijo: "¿Por qué nos has traído la desgracia? Que Adonai te haga desgraciad o en este día." Y todo Israel lo apedreó (y los quemaron en la hoguera y los apedrea ron). 26 Levantaron sobre él un gran montón de piedras, que existe todavía hoy. Así Adona i se calmó del furor de su cólera. Por eso se llama aquel lugar Valle de Akor hasta el día de hoy. Josué 8 1 Adonai dijo entonces a Josué: "¡No tengas miedo ni te asustes! Toma contigo a toda la gente de guerra; levántate y sube contra Ay. Mira que entrego en tus man os al rey de Ay, a su pueblo, su ciudad y su territorio. 2 Harás con Ay y con su rey lo que has hecho con Jericó y con su rey. Pero com o botín sólo tomaréis los despojos y el ganado. Pon una emboscada a espaldas de la ciu dad." 3 Josué se levantó con toda la gente de guerra para marchar sobre Ay. Escogió Jo sué 30.000 guerreros valientes y les hizo salir de noche, 4 dándoles esta orden: "Mirad, vosotros vais a estar emboscados a espaldas d e la ciudad, pero no os alejéis mucho de ella, y estad todos alerta. 5 Yo y toda la gente que me acompaña nos acercaremos a la ciudad y, cuando l a gente de Ay salga a nuestro encuentro como la primera vez, huiremos ante ello s. 6 Saldrán tras de nosotros hasta que los alejemos de la ciudad, porque se di rán: "Huyen delante de nosotros como la primera vez. 7 Entonces vosotros saldréis de la emboscada y os apoderaréis de la ciudad; Ad onai, vuestro Di-s, la pondrá en vuestras manos. 8 En cuanto toméis la ciudad la incendiaréis. Lo haréis según la orden de Adonai. Mirad que os lo mando yo." 9 Los envió Josué y fueron al lugar de la emboscada, y se apostaron entre Bete l y Ay, al occidente de Ay; Josué pasó aquella noche en medio de la gente. 10 Se levantó de mañana Josué, revistó la tropa y subió contra Ay, con los ancianos d e Israel al frente de la tropa. 11 Toda la gente de guerra que estaba con él subió y se acercó hasta llegar ante la ciudad. Acamparon al norte de Ay. El valle quedaba entre ellos y la ciudad. 12 Tomó unos 5.000 hombres y tendió con ellos una emboscada entre Betel y Ay, a l oeste de la ciudad. 13 Pero la tropa formó el grueso del campamento que estaba al norte de la ciu dad, quedando emboscada al oeste de la ciudad. Josué pasó aquella noche en medio de l valle. 14 En cuanto vio esto el rey de Ay, se dieron prisa, se levantaron temprano y salieron él y toda su gente a presentar batalla a Israel en la bajada, frente a la Arabá, sin saber que tenía una emboscada a espaldas de la ciudad. 15 Josué y todo Israel se hicieron los derrotados por ellos y huyeron camino del desierto. 16 Toda la gente que estaba en la ciudad se puso a dar grandes alaridos sal iendo tras ellos y al perseguir a Josué, se alejaron de la ciudad. 17 No quedó un solo hombre en Ay (ni en Betel) que no saliera en persecución de

Israel. Y dejaron la ciudad abierta por perseguir a Israel. 18 Adonai dijo entonces a Josué: "Tiende hacia Ay el dardo que tienes en tu m ano porque en tu mano te la entrego." Josué tendió el dardo que tenía en la mano hacia la ciudad. 19 Tan pronto como extendió la mano, los emboscados surgieron rápidamente de su puesto, corrieron y entraron en la ciudad, se apoderaron de ella y a toda pris a la incendiaron. 20 Cuando los hombres de Ay volvieron la vista atrás y vieron la humareda que subía de la ciudad hacia el cielo, no tuvieron fuerza para huir por un lado o po r otro. El pueblo que iba huyendo hacia el desierto se volvió contra los perseguid ores. 21 Viendo Josué y todo Israel que los emboscados habían tomado la ciudad y que subía de ella una humareda, se volvieron y batieron a los hombres de Ay. 22 Los otros salieron de la ciudad a su encuentro, de modo que los hombres de Ay se encontraron en medio de los israelitas, unos por un lado y otros por ot ro. Estos los derrotaron hasta que no quedó superviviente ni fugitivo. 23 Pero al rey de Ay lo prendieron vivo y lo condujeron ante Josué. 24 Cuando Israel acabó de matar a todos los habitantes de Ay en el campo y en el desierto, hasta donde habían salido en su persecución, y todos ellos cayeron a f ilo de espada hasta no quedar uno, todo Israel volvió a Ay y pasó a su población a fil o de espada. 25 El total de los que cayeron aquel día, hombres y mujeres, fue 12.000, todo s los habitantes de Ay. 26 Josué no retiró la mano que tenía extendida con el dardo hasta que consagró al a natema a todos los habitantes de Ay. 27 Israel se repartió solamente el ganado y los despojos de dicha ciudad, según la orden que Adonai había dado a Josué. 28 Josué incendió Ay y la convirtió para siempre en una ruina, en desolación hasta el día de hoy. 29 Al rey de Ay lo colgó de un árbol hasta la tarde; y a la puesta del sol orde nó Josué que bajaran el cadáver del árbol. Lo echaron luego a la entrada de la puerta de la ciudad y amontonaron sobre él un gran montón de piedras, que existe todavía hoy. 30 Entonces Josué construyó un altar a Adonai, Di-s de Israel, en el monte Ebal , 31 como había mandado Moisés, siervo de Adonai, a los israelitas, según está escrit o en el libro de la Ley de Moisés: un altar de piedras sin labrar, a las que no ha ya tocado el hierro. Ofrecieron sobre él holocaustos a Adonai e inmolaron sacrific ios de comunión. 32 Josué escribió allí mismo, sobre las piedras, una copia de la Ley que Moisés había escrito delante de los israelitas. 33 Y todo Israel, sus ancianos, sus escribas y sus jueces, de pie a los lad os del arca, delante de los sacerdotes levitas que llevaban el arca de la alian za de Adonai, todos, tanto forasteros como ciudadanos, se colocaron la mitad en la falda del monte Garizim y la otra mitad en la falda del monte Ebal, según la o rden de Moisés, siervo de Adonai, para bendecir por primera vez al pueblo de Israe l. 34 Luego, Josué leyó todas las palabras de la Ley - la bendición y la maldición - a tenor de cuanto está escrito en el libro de la Ley. 35 No hubo ni una palabra de cuanto Moisés había mandado que no la leyera Josué e n presencia de toda la asamblea de Israel, incluidas las mujeres, los niños y los forasteros que vivían en medio de ellos. Josué 9 1 En cuanto se enteraron todos los reyes que estaban de este lado del Jordán , en la Montaña, en la Tierra Baja, a lo largo de la costa del mar Grande hasta la región del Líbano, hititas, amorreos, cananeos, perizitas, jivitas y jebuseos, 2 se aliaron para combatir como un solo hombre contra Josué e Israel. 3 Pero los habitantes de Gabaón se enteraron de lo que había hecho Josué con Jer icó y Ay, 4 y recurrieron también ellos a la astucia. Fueron y se proveyeron de víveres,

tomaron alforjas viejas para sus asnos y odres de vino viejos, rotos y recosido s; 5 sandalias viejas y remendadas en sus pies y vestidos viejos. Todo el pan que llevaban para su alimento era seco y desmigado. 6 Fueron donde Josué, al campamento de Guilgal, y le dijeron a él y a los homb res de Israel: "Venimos de un país lejano: haced, pues, alianza con nosotros. 7 Los hombres de Israel respondieron a aquellos jivitas: "Acaso habitáis en medio de nosotros y entonces no podemos hacer alianza con vosotros." 8 Respondieron a Josué: "Somos tus siervos." Josué les dijo: "¿Quiénes sois vosotr os y de dónde venís?" 9 Le respondieron: "De muy lejana tierra vienen tus siervos, por la fama d e Adonai tu Di-s, pues hemos oído hablar de él, de todo lo que ha hecho en Egipto 10 y de todo lo que ha hecho con los dos reyes amorreos del otro lado del J ordán, Sijón, rey de Jesbón y Og, rey de Basán, que vivía en Astarot. 11 Y nos han dicho nuestros ancianos y todos los habitantes de nuestra tier ra: "Tomad en vuestras manos provisiones para el viaje, id a su encuentro y deci dles: "Siervos vuestros somos: haced, pues, alianza con nosotros." 12 Este nuestro pan estaba caliente cuando hicimos provisión de él en nuestras casas para el viaje, el día en que partimos para venir a vuestro encuentro: mirad lo ahora duro y desmigado. 13 Estos odres de vino, que eran nuevos cuando los llenamos, se han roto; n uestras sandalias y nuestros vestidos están gastados por lo largo del camino." 14 Los hombres hicieron aprecio de sus provisiones sin consultar el oráculo d e Adonai. 15 Josué hizo las paces con ellos, hizo con ellos pacto de conservarles la vi da, y los principales de la comunidad se lo juraron. 16 Sucedió que, al cabo de tres días de cerrado este pacto, supieron que vivían c erca y habitaban en medio de Israel. 17 Los israelitas partieron del campamento y llegaron al tercer día a sus ciu dades, que eran Gabaón, Kefirá, Beerot y Quiryat Yearim. 18 Los israelitas no los mataron porque los principales de la comunidad se lo habían jurado por Adonai Di-s de Israel. Pero toda la comunidad murmuró de los pr incipales. 19 Todos los principales declararon a la comunidad reunida: "Nosotros lo he mos jurado por Adonai Di-s de Israel; no podemos, pues, tocarlos. 20 Lo que hemos de hacer con ellos es: Déjalos con vida para que no venga sob re nosotros la Cólera por el juramento que hemos hecho." 21 Les dijeron también los principales: "Que vivan, pero que sean leñadores y a guadores de toda la comunidad." Así les dijeron los principales. 22 Josué los llamó y les dijo: "¿Por qué nos habéis engañado diciendo: "Vivimos muy lej os de vosotros", siendo así que habitáis en medio de nosotros? 23 Sois, pues, unos malditos y nunca dejaréis de servir como leñadores y aguado res de la casa de mi Di-s." 24 Le respondieron a Josué: "Es que tus siervos estaban bien enterados de la orden que había dado Adonai tu Di-s a Moisés su siervo, de entregaros todo este país y exterminar delante de vosotros a todos sus habitantes. Temimos mucho por nuestr as vidas a vuestra llegada y por eso hemos hecho esto. 25 Ahora, aquí estamos en tus manos: haz con nosotros lo que te parezca bueno y justo." 26 Así hizo con ellos, los salvó de la mano de los israelitas, que no los matar on. 27 Aquel día los puso Josué como leñadores y aguadores de la comunidad y del alta r de Adonai hasta el día de hoy, en lugar que Adonai había de elegir. Josué 10 1 Sucedió, pues, que Adoni Sédeq, rey de Yerushalaim, se enteró de que Josué se ha bía apoderado de Ay y la había consagrado al anatema, haciendo con Ay y su rey como había hecho con Jericó y su rey, y de que los habitantes de Gabaón habían hecho las pace s con Israel y que estaban en medio de Israel. 2 Se atemorizó mucho con ello, porque Gabaón era una ciudad grande, como una c

iudad real, mayor que Ay, y todos sus hombres eran valientes. 3 Entonces Adoni Sédeq, rey de Yerushalaim, mandó a decir a Hohán, rey de Hebrón, a Piram, rey de Yarmut, a Yafia, rey de Lakís, y a Debir, rey de Eglón: 4 "Venid en mi auxilio para que derrotemos a Gabaón, pues ha hecho las paces con Josué y con los israelitas." 5 Se juntaron y subieron los cinco reyes amorreos: el rey de Yerushalaim, el rey de Hebrón, el rey de Yarmut, el rey de Lakís y el rey de Eglón, con todas sus t ropas; asediaron Gabaón y la atacaron. 6 Los gabaonitas mandaron a decir a Josué al campamento de Guilgal: No dejes solos a tus siervos; sube aprisa donde nosotros, sálvanos y socórrenos, porque se h an aliado contra nosotros todos los reyes amorreos que habitan en la montaña." 7 Josué subió de Guilgal con toda la gente de guerra y todos los guerreros val ientes. 8 Y Adonai dijo a Josué: "No les temas, porque los he puesto en tus manos; n inguno de ellos te podrá resistir." 9 Josué cayó sobre ellos de improviso, tras haber caminado toda la noche desde Guilgal. 10 Adonai los puso en fuga delante de Israel y les causó una gran derrota en Gabaón: los persiguió por el camino de la subida de Bet Jorón, y los batió hasta Azecá (y hasta Maquedá). 11 Mientras huían ante Israel por la bajada de Bet Jorón, Adonai lanzó del cielo sobre ellos hasta Azecá grandes piedras, y murieron. Y fueron más los que murieron p or las piedras que los que mataron los israelitas a filo de espada. 12 Entonces habló Josué a Adonai, el día que Adonai entregó al amorreo en manos de los israelitas, a los ojos de Israel y dijo: "Deténte, sol, en Gabaón, y tú, luna, en el valle de Ayyalón." 13 Y el sol se detuvo y la luna se paró hasta que el pueblo se vengó de sus ene migos.¿ No está esto escrito en el libre del Justo? El sol se paró en medio del cielo y no tuvo prisa en ponerse como un día entero. 14 No hubo día semejante ni antes ni después, en que obedeciera Adonai a la voz de un hombre. Es que Adonai combatía por Israel. 15 Josué volvió con todo Israel al campamento de Guilgal. 16 Aquellos cinco reyes habían huido y se habían escondido en la cueva de Maque dá. 17 Se dio aviso a Josué: "Han sido descubiertos los cinco reyes, escondidos e n la cueva de Maquedá." 18 Josué respondió: "Rodad unas piedras grandes a la boca de la cueva y poned j unto a ella hombres que la guarden. 19 Y vosotros no os quedéis quietos: perseguid a vuestros enemigos, cortadles la retirada, no les dejéis entrar en sus ciudades, porque Adonai vuestro Di-s los ha puesto en vuestras manos." 20 Cuando Josué y los israelitas acabaron de causarles una grandísima derrota, hasta acabar con ellos, los supervivientes se les escaparon y se metieron en las plazas fuertes. 21 Todo el pueblo volvió sano y salvo al campamento, junto a Josué, a Maquedá, y no hubo nadie que ladrara contra los israelitas. 22 Dijo entonces Josué: "Abrid la boca de la cueva y sacadme de ella a esos c inco reyes." 23 Así lo hicieron: le sacaron de la cueva a los cinco reyes: el rey de Yerus halaim, el rey de Hebrón, el rey de Yarmut, el rey de Lakís y el rey de Eglón. 24 En cuanto sacaron a los reyes, Josué llamó a todos los hombres de Israel y d ijo a los capitanes de tropa que le habían acompañado: "Acercaos y poned vuestros pi es sobre la nuca de esos reyes." Ellos se acercaron y pusieron los pies sobre la s nucas. 25 "No tengáis miedo - les dijo Josué - ni os desaniméis; sed valientes y decidid os, porque así hará Adonai con todos los enemigos con quienes tenéis que combatir." 26 Acto seguido, Josué los hirió, les dio muerte y los hizo colgar de cinco árbol es, de los que quedaron colgados hasta la tarde. 27 A la hora de la puesta del sol, a una orden de Josué, los descolgaron de l os árboles y los arrojaron a la cueva en que se habían escondido, y echaron unas pi

edras grandes a la boca de la cueva: allí están todavía hoy. 28 El mismo día Josué tomó Maquedá y la pasó a filo de espada, a ella y a su rey: los consagró al anatema con todos los seres vivientes que había en ella. No dejó escapar a nadie, e hizo con el rey de Maquedá como había hecho con el rey de Jericó. 29 Josué, con todo Israel, pasó de Maquedá a Libná y la atacó. 30 Y Adonai la entregó también, con su rey, en manos de Israel, que la pasó a fil o de espada con todos los seres vivientes que había en ella: no dejó en ella ni uno solo con vida. Hizo con su rey como había hecho con el rey de Jericó. 31 Josué, con todo Israel, pasó de Libná a Lakís, la asedió y atacó. 32 Adonai entregó Lakís en manos de Israel, que la tomó al segundo día, y la pasó a c uchillo con todos los seres vivientes que había en ella, lo mismo que había hecho co n Libná. 33 Entonces Horam, el rey de Guézer, subió en ayuda de Lakís, pero Josué le derrotó a él y a su pueblo, hasta no dejar ni un superviviente. 34 Josué, con todo Israel, pasó de Lakís a Eglón. La sitiaron y atacaron. 35 La tomaron aquel mismo día y la pasaron a cuchillo. Consagró al anatema aque l día a todos los seres vivientes que había en ella, lo mismo que había hecho con Lakís. 36 Josué, con todo Israel, subió de Eglón a Hebrón y a la atacaron. 37 La tomaron y la pasaron a cuchillo, con su rey, todas sus ciudades y tod os los seres vivientes que había en ella. No dejó ni un superviviente, igual que había hecho con Eglón. La consagró al anatema, a ella y a todos los seres vivientes que h abía en ella. 38 Entonces Josué, con todo Israel, se volvió contra Debir y la atacó. 39 Se apoderó de ella, de su rey y de todas sus ciudades, las pasaron a filo de espada y consagraron al anatema a todos los seres vivientes que había en ella, sin dejar uno solo con vida. Como había hecho con Hebrón, así hizo con Debir y su rey, igual que había hecho con Libná y con su rey. 40 Batió, pues, Josué todo el país: la Montaña, el Négueb, la Tierra Baja y las lader as, con todos sus reyes, sin dejar ni un superviviente. Consagró a todos los seres vivientes al anatema, como Adonai, el Di-s de Israel, le había ordenado. 41 Josué los batió desde Cadés Barnea hasta Gaza, y toda la región de Gosen hasta G abaón. 42 Se apoderó Josué de todos aquellos reyes y de sus territorios de una sola ve z, porque Adonai, el Di-s de Israel, peleaba en favor de Israel. 43 Josué, con todo Israel, se volvió al campamento de Guilgal. Josué 11 1 Cuando Yabín, rey de Jasor, se enteró, mandó aviso a Yobab, rey de Merom, al r ey de Simrón, al rey de Aksaf, 2 y a los reyes de la parte norte de la montaña, del valle al sur de Kinerot , de la Tierra Baja y de las alturas del oeste de Dor. 3 El cananeo estaba al oriente y al occidente; el amorreo, el jivita, el p erizita y el jebuseo en la montaña; el hitita en las faldas del Hermón, en el país de Mispá. 4 Partieron, pues, con todas sus tropas: una muchedumbre innumerable como la arena de la orilla del mar y con gran número de caballos y carros. 5 Se juntaron todos estos reyes, llegaron y acamparon juntos hacia las agu as de Merom para luchar contra Israel. 6 Adonai dijo entonces a Josué: "No les tengas miedo, porque mañana a esta mis ma hora los dejará a todos ellos atravesados ante Israel; tú desjarretarás sus caballo s y quemarás sus carros." 7 Josué, con toda su gente de guerra, los alcanzó de improviso junto a las agu as de Merom y cayó sobre ellos. 8 Adonai los entregó en manos de Israel, que los batió y persiguió por occidente hasta Sidón la Grande y hasta Misrefot y, por oriente, hasta el valle de Mispá. Los batió hasta que no quedó ni uno vivo. 9 Josué los trató como le había dicho Adonai: desjarretó sus caballos y quemó sus ca rros. 10 Por entonces, Josué se volvió y tomó Jasor, y mató a su rey a espada. Jasor era antiguamente la capital de todos aquellos reinos.

11 Pasaron a cuchillo a todo ser viviente que había en ella, dando cumplimien to al anatema. No quedó alma viva y Jasor fue entregada a las llamas. 12 Josué se apoderó de todas las ciudades de aquellos reyes, y de todos sus rey es y los pasó a cuchillo para cumplir en ellos el anatema, según le había mandado Moi sés, siervo de Adonai. 13 Pero Israel no quemó ninguna de las ciudades emplazadas sobre sus montículos de ruinas; con la única excepción de Jasor, que fue incendiada por Josué. 14 El botín de estas ciudades, incluso el ganado, se lo repartieron los israe litas. Pero pasaron a cuchillo a todo ser humano hasta acabar con todos. No dej aron ninguno con vida. 15 Tal como Adonai había ordenado a su siervo Moisés, Moisés se lo había ordenado a Josué, Josué lo ejecutó: no dejó de pasar una sola palabra de lo que Adonai había ordenad o a Moisés. 16 Josué se apoderó de todo el país: de la montaña, de todo el Négueb y de todo el país de Gosen, de la Tierra Baja, de la Arabá, de la montaña de Israel y de sus estribac iones. 17 Desde el monte Pelado, que sube hacia Seír, hasta Baal Gad en el valle del Líbano, al pie del monte Hermon, apreso a todos sus reyes y los hirió de muerte. 18 Largo tiempo estuvo Josué haciendo la guerra a todos estos reyes; 19 no hubo ciudad que hiciera paz con los israelitas, excepto los jivitas q ue vivían en Gabaón: de todas se apoderaron por la fuerza. 20 Porque de Adonai provenía el endurecer su corazón para combatir a Israel, pa ra ser así consagradas al anatema sin remisión y para ser exterminadas, como había man dado Adonai a Moisés. 21 Por entonces fue Josué y exterminó a los anaquitas de la Montaña, de Hebrón, de Debir, de Anab, de toda la montaña de Judá y de toda la montaña de Israel: los consagró al anatema con sus ciudades. 22 No quedó un anaquita en el país de los israelitas; sólo quedaron en Gaza, Gad y Asdod. 23 Josué se apoderó de toda la tierra tal como Adonai le había dicho a Moisés, y se la dio en herencia a Israel según las suertes de las tribus. Y el país vivió en paz t ras la guerra. Josué 12 1 Estos son los reyes del país vencidos por los israelitas y despojados de s u territorio en Transjordania, al oriente, desde el torrente Arnón hasta el monte Hermón, con toda la Arabá oriental: 2 Sijón, rey de los amorreos, que residía en Jesbón, y dominaba desde Aroer, sit uada a la orilla del torrente Arnón, la cuenca del torrente y la mitad de Galaad h asta el torrente Yabboq, que sirve de frontera con los ammonitas, 3 y, al oriente, la Arabá hasta el mar de Kinerot por una parte y hasta el m ar de la Arabá, o mar de la Sal, por otra, camino de Bet Hayesimot, hasta llegar por el sur al pie de las laderas del Pisgá. 4 Y Og, rey de Basán, un residuo de los Refaím, que residía en Astarot y en Edreí, 5 y dominaba en la montaña de Hermón y Salká, y todo el Basán hasta la frontera de los guesuritas y los maakatitas, y la mitad de Galaad hasta la frontera de Sijón, rey de Jesbón. 6 Moisés, siervo de Adonai, y los israelitas los habían vencido, y Moisés, sierv o de Adonai, había dado el territorio en propiedad a los rubenitas, a los gaditas y a la medio tribu de Manasés. 7 Estos son los reyes del país, vencidos por Josué y los israelitas, del lado occidental del Jordán, desde Baal Gad, en el valle del Líbano, hasta el monte Pelado , que se alza hacia Seír, y cuya tierra repartió Josué en herencia a las tribus de Isr ael según sus suertes: 8 en la montaña, en la Tierra Baja, en la Arabá, en las laderas, en le desiert o, en el Négueb: hititas, amorreos, cananeos, perizitas, jivitas y jebuseos: 9 el rey de Jericó, uno; el rey de Ay, que está junto a Betel 10 el rey de Yerushalaim, uno; el rey de Hebrón, uno; 11 el rey de Yarmut, uno; el rey de Lakís, uno; 12 el rey de Eglón, uno; el rey de Guézer, uno;

13

el rey de Debir, uno ; el rey de Guéder, uno;

14 15 16 17 18 19 20 21

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Jormá, uno; el rey de Arad, uno; Libná, uno; el rey de Adullam, uno; Maquedá, uno; el rey de Betel, uno; Tappuaj, uno; el rey de Jéfer, uno; Afeq, uno; el rey de Sarón, uno; Merom, uno; el rey de Jasor, uno; Simron Merón, uno; el rey de Aksaf, uno; Tanak, uno; el rey de Meguiddó, uno;

22 el rey de Quedés, uno; el rey de Yoqneam, en el Carmelo, uno; 23 el rey de Dor, en la región de Dor, uno; el rey de las naciones, en Galile a, uno; 24 el rey de Tirsá, uno;Total de reyes: 31 Josué 13 1 Josué era ya viejo y entrado en años. Adonai le dijo: "Eres viejo y entrado en años, y queda todavía muchísima tierra por conquistar. 2 Esta es la tierra que queda: "Todos los distritos de los filisteos y tod o lo de los guesuritas; 3 desde Sijor, que esta al lado de Egipto, hasta el límite de Ecron por el n orte, es considerado como de los cananeos. Los cinco tiranos de los filisteos so n el de Gaza, el de Asdod, el de Ascalón, el de Gat y el de Ecrón. Los avitas 4 están al sur. Todo el país de los cananeos, y Mearah, que es de los sidonios , hasta Afeqá y hasta la frontera de los amorreos; 5 luego el país de los guiblitas con todo el Líbano hacia la salida del sol, d esde Baal Gad, al pie del monte Hermón, hasta la Entrada de Jamat. 6 "Yo arrojaré de la presencia de los israelitas a todos los habitantes de l a montaña, desde el Líbano hasta Misrefot al occidente: a todos los sidonios. Tú solam ente reparte por suertes la tierra como heredad entre los israelitas, según te he ordenado. 7 Reparte ya esta tierra como heredad entre las nueve tribus y la media tr ibu de Manasés: se la darás desde el Jordán hasta el mar Grande de occidente; el mar G rande será su límite." 8 La otra media tribu de Manasés, junto con los rubenitas y los gaditas, había recibido ya la parte de la heredad que Moisés les había dado al lado oriental del J ordán, como Moisés, siervo de Adonai, les había dado: 9 la tierra desde Aroer, que está a orillas del torrente Arnón, y la ciudad qu e está en medio de la vaguada: y toda la llanura desde Medbá hasta Dibón; 10 todas las ciudades de Sijón, rey de los amorreos, que había reinado en Jesbón, hasta la frontera de los ammonitas. 11 Además, Galaad y el territorio de los guesuritas y los maakatitas con toda la montaña del Hermón y todo Basán hasta Salká; 12 y dentro de Basán todo el reino de Og, que había reinado en Astarot y en Edr eí, y era último residuo de los Refaím. Moisés los había batido y desposeído. 13 Pero los israelitas no desposeyeron ni a los guesuritas ni a los maakati tas, de manera que Guesur y Maaká siguen todavía hoy habitando en medio de Israel. 14 La tribu de Leví fue la única a la que no se dio heredad: Adonai, Di-s de Is rael, fue su heredad, como se lo había dicho. 15 Moisés había dado a la tribu de los hijos de Rubén una parte por clanes. 16 Su territorio fue desde Aroer, que está a orillas del torrente Arnón, inclui da la ciudad que está en medio de la vaguada, y todo el llano hasta Medbá; 17 Jesbón con todas las ciudades situadas en el llano: Dibón, Bamot, Baal, Bet Baal Meón, 18 Yahás, Quedemot, Mefaat, 19 Quiryatáyim, Sibmá, y Seret Hassajar, en el monte del valle; 20 Bet Peor, las laderas del Pisgá, Bet Hayesimot, 21 todas las ciudades del llano y todo el reino de Sijón, rey de los amorreos , que reinó en Jesbón y a quien venció Moisés, igual que a los príncipes de Madián: Eví, Réqu Sur, Jur, Rebá, vasallos de Sijón, que habitaban en el país.

22 Al adivino Balaam, hijo de Beor, los israelitas lo habían pasado a cuchill o con otras víctimas. 23 Así el territorio de los rubenitas llegaba hasta el Jordán. Esta fue la here dad de los hijos de Rubén por clanes: las ciudades y sus aldeas. 24 A la tribu de Gad, a los hijos de Gad, había dado Moisés una parte conforme a sus clanes. 25 Su territorio fue Yazer, todas las ciudades de Galaad, la mitad del país d e los ammonitas hasta Aroer, que está enfrente de Rabbá, 26 y desde Jesbón hasta Ramat Hammispá y Betonim, y desde Majanáyim hasta el terr itorio de Lo Debar; 27 y en el valle: Bet Jaram, Bet Nimrá, Sukkot, Safón - el resto del reino de S ijón, rey de Jesbón -, el Jordán y el territorio hasta la punta del mar de Kinnéret, al lado oriental del Jordán. 28 Esta fue la heredad de los hijos de Gad por clanes: las ciudades y sus a ldeas. 29 A la media tribu de Manasés le había dado Moisés una parte conforme a sus clan es. 30 Su territorio comprendía, desde Majanáyim, todo el Basán, todos los Aduares de Yaír en Basán: sesenta ciudades; 31 la mitad de Galaad, Astarot y Edreí, ciudades del reino de Og en Basán. Pasa ron a ser de los hijos de Makir, hijo de Manasés, de la mitad de los hijos de Maki r por clanes. 32 Esto fue lo que repartió en heredad Moisés en las Estepas de Moab, al otro l ado del Jordán, al oriente de Jericó. 33 Pero Moisés no dio heredad a la tribu de Leví: Adonai, el Di-s de Israel, es su heredad, como se lo había dicho. Josué 14 1 Esto es lo que recibieron como heredad los israelitas en el país de Canaán, lo que les repartieron como heredad el sacerdote Eleazar y Josué, hijo de Nun, y l os cabezas de familia de las tribus de Israel. 2 El reparto para las nueve tribus de Israel y la media tribu se hizo a su ertes, como Adonai había ordenado por medio de Moisés. 3 Porque Moisés había dado su heredad a las dos tribus y media de Transjordani a sin dar a los levitas heredad entre ellas. 4 Pues los hijos de José vinieron a formar dos tribus: Manasés y Efraím, pero a los levitas no se les dio ninguna parte en el territorio sino sólo ciudades para r esidir, con los pastos correspondientes para sus ganados y su hacienda. 5 Como Adonai había mandado a Moisés, así hicieron los israelitas en el reparto de la tierra. 6 Se acercaron los hijos de Judá a Josué en Guilgal, y Caleb, hijo de Yefunné el quenizita, le dijo: "Ya sabes lo que le dijo Adonai a Moisés, el hombre de Di-s, de ti y de mí en Cadés Barnea. 7 Cuarenta años tenía yo cuando Moisés, siervo de Adonai, me envió de Cadés Barnea a explorar esta tierra y yo le di un informe con toda sinceridad. 8 Los hermanos que habían subido conmigo desanimaron al pueblo, pero yo me m antuve fiel a Adonai mi Di-s. 9 Aquel día Moisés hizo este juramento: "Te juro que la tierra que ha hollado tu pie será heredad tuya y de tus hijos para siempre. Porque has sido fiel a Adona i mi Di-s." 10 Pues ahora mira cómo Adonai me ha conservado con vida según lo prometió. Hace 45 años que Adonai le dijo esto a Moisés, cuando Israel iba por el desierto, y ahora tengo 85 años. 11 Todavía estoy tan fuerte como el día en que Moisés me envió. Conservo todo mi vi gor de entonces para combatir y para ir y venir. 12 Dame ya esta montaña que me prometió Adonai aquel día. Ya entonces supiste que hay en ella anaquitas y ciudades grandes y fuertes. Si Adonai está conmigo, los expulsaré, como me prometió Adonai." 13 Josué bendijo a Caleb, hijo de Yefunné, y le dio Hebrón por heredad. 14 Por eso Hebrón sigue siendo hasta el día de hoy heredad de Caleb, hijo de Ye

funné el quenizita, por haber sido fiel a Adonai, Di-s de Israel. 15 El nombre primitivo de Hebrón era Quiryat Arbá. Arbá era el hombre más alto entr e los anaquitas. Y el país vivió en paz tras la guerra. Josué 15 1 La suerte que tocó a la tribu de los hijos de Judá conforme a sus clanes cayó hacia la frontera de Edom, desde el desierto de Sin hacia el mediodía hasta Cadés en el extremo sur. 2 Su límite meridional partía del extremo del mar de la Sal, desde la lengua q ue da hacia el sur; 3 luego se dirigía por el sur de la subida de los Escorpiones, pasaba hacia Sin y subía por el sur de Cadés Barnea; pasando por Jesrón, subía hacia Adar y volvía a Ca rcá; 4 pasaba por Asmón, iba hacia el torrente de Egipto y venía a salir al mar. Es a será vuestra frontera por el sur. 5 Al oriente el límite era el mar de la Sal hasta la desembocadura del Jordán. La frontera por el lado norte partía de la lengua de mar que hay en la desembocad ura del Jordán. 6 El límite subía a Bet Joglá, pasaba al norte de Bet Haarabá y subía hasta la Peña de Boján, hijo de Rubén. 7 El límite subía desde el valle de Akor hasta Debir y volvía al norte hacia el círculo de piedras que hay enfrente de la subida de Adummim, que está al sur del Tor rente. El límite pasaba hacia las aguas de En Semes y venía a salir a En Roguel. 8 Subía después por el valle de Ben Hinnom, por el sur, al Hombro del Jebuseo, es decir, Yerushalaim; subía el límite por el oeste a la cima del monte que hay fre nte al valle de Hinnom, al extremo norte del valle de los Refaím. 9 El límite torcía de la cumbre del monte hacia la fuente de agua de Neftoaj y seguía hacia las ciudades del monte Efrón para torcer en dirección a Baalá, o sea, Qui ryat Yearim. 10 De Baalá, el límite doblaba por el oeste hacia el monte Seír y, pasando por la vertiente norte del monte Yearim, o sea Kesalón, bajaba a Bet Semes, pasaba a Tim ná, 11 iba hacia el lado norte de Ecrón, doblaba hacia Sikkarón, pasaba por el mont e de Baalá, salía por Yabneel. La frontera terminaba en el mar. 12 El límite occidental era el mar Grande. Este era el límite que rodeaba el te rritorio de los hijos de Judá por clanes. 13 A Caleb, hijo de Yefunné, se le dio una parte entre los hijos de Judá, según l a orden de Adonai a Josué: Quiryat Arbá, la ciudad del padre de Anaq, que es Hebrón. 14 Caleb echó de allí a los tres hijos de Anaq: Sesay, Ajimán y Talmay, descendie ntes de Anaq. 15 De allí se dirigió hacia los habitantes de Debir, que antiguamente se llamab a Quiryat Séfer. 16 Entonces dijo Caleb: "Al que derrote a Quiryat Séfer y la tome, le daré mi h ija Aksá por mujer." 17 El que la tomó fue Otniel, hijo de Quenaz, hermano de Caleb, y éste le dio s u hija Aksá por mujer. 18 Cuando iba a casa de su marido, éste le incitó a que pidiera a su padre un c ampo; ella se apeó del asno y Caleb le preguntó: "¿Qué quieres?" 19 Ella respondió: "Hazme un regalo; ya que me has dado el desierto de Négueb, dame fuentes de agua." Y él le dio las fuentes de arriba y las fuentes de abajo. 20 Esta fue la heredad de la tribu de los hijos de Judá por clanes. 21 Ciudades fronterizas de la tribu de los hijos de Judá, hacia la frontera d e Edom en el Négueb: Cabseel, Eder, Yagur, 22 Quiná, Dimón, Adadá, 23 Quedes, Jasor Yitnam, 24 Zif, Télem, Bealot, 25 Jasor Jadattá, Queriyyot Jesrón (que es Jasor), 26 Amam, Semá, Moladá, 27 Jasar Gaddá, Jesmón, Bet Pélet, 28 Jasar Sual, Berseba y sus filiales,

29 Baalá, Iyyim, Esem, 30 Eltolad, Kesil, Jormá, 31 Siquelag, Madmanná, Sansanná, 32 Lebaot, Siljim, Ayin y Rimmón. En total veintinueve ciudades con sus aldea s. 33 En la Tierra Baja: Estaol, Sorá, Asná, 34 Zanoaj, En Gannim, Tappuaj, Enam, 35 Yarmut, Adullam, Sokó, Azecá, 36 Saaráyim, Aditáyim, Hag Guederá, Guederotáyim: catorce ciudades con sus aldeas. 37 Senán, Jadasá, Migdal Gad, 38 Dilán, Ham Mispé, Yoqteel, 39 Lakís, Boscat, Eglón, 40 Kabbón, Lajmás, Kitlís, 41 Guederot, Bet Dagón, Naamá, Maquedá: dieciséis ciudades con sus aldeas. 42 Libná, Eter, Asán, 43 Iftaj, Asná, Nesib, 44 Queilá, Akzib, Maresá: nueve ciudades con sus aldeas. 45 Ecrón con sus filiales y aldeas. 46 De Ecrón hasta el mar, todo lo que está al lado de Asdod con sus aldeas. 47 Asdod con sus filiales y aldeas, Gaza con sus filiales y aldeas hasta el Torrente de Egipto, limitando con el mar Grande. 48 En la montaña: Samir, Yattir, Sokó, 49 Danná, Quiryat, Sanná, que es Debir, 50 Anab, Estemoa, Anim, 51 Gosen, Jolón, Guiló: once ciudades y sus aldeas. 52 Arab, Dumá, Esan, 53 Yanum, Bet Tappuaj, Afeqá, 54 Jumtá, Quiryat Arbá, que es Hebrón, Sior: nueve ciudades y sus aldeas. 55 Maón, Carmelo, Zif, Yuttá, 56 Yizreel, Yoqdeam, Zanoaj, 57 Haqcayim, Guibeá y Timná: diez ciudades con sus aldeas. 58 Jaljul, Bet Sur, Guedor, 59 Maarat, Bet Anot, Eltecón: seis ciudades con sus aldeas. Técoa, Efratá, que es Belén, Peor, Etam, Culón, Tatam, Sores, Karem, Gallim, Béter, Manaj: once ciudades co n sus aldeas. 60 Quiryat Baal, que es Quiryat Yearim, y Harabbá: dos ciudades con sus aldea s. 61 En el desierto: Bet Haarabá, Middin, Sekaká, 62 Nibsán, la ciudad de la Sal y Engadí: seis ciudades con sus aldeas. 63 Pero los hijos de Judá no pudieron echar a los jebuseos que ocupaban Yerus halaim. Por eso los jebuseos siguen habitando en Yerushalaim junto a los hijos d e Judá hasta el día de hoy. Josué 16 1 La suerte que tocó a los hijos de José comenzaba, por el lado oriental, en e l Jordán, a la altura de Jericó (las aguas de Jericó), en el desierto que sube de Jeri có a la montaña de Betel; 2 siguiendo de Betel a Luz, pasaba hacia la frontera de los arquitas por A tarot; 3 bajaba después al oeste hacia la frontera de los yafletitas, hasta Guézer, y venía a salir al mar. 4 Esta fue la heredad de los hijos de José, Manasés y Efraím. 5 Límite de los hijos de Efraím por clanes: el límite de su heredad era por el e ste Atrot Arak hasta Bet Jorón de Arriba 6 e iba e salir el límite al mar... el Mikmetat al norte, y el límite doblaba al oriente hacia Taanat Silo, y la cruzaba al este hacia Yanojá; 7 bajaba de Yanojá a Atarot y a Naará y tocaba en Jericó para terminar en el Jor dán. 8 De Tappuaj iba el límite hacia occidente por el torrente de Caná y venía a par ar en el mar. Esta fue la heredad de la tribu de los hijos de Efraím según sus clan

es, 9 además de las ciudades reservadas para los hijos de Efraím de la herencia de los hijos de Manasés; todas estas ciudades y sus aldeas. 10 El cananeo que ocupaba Guézer no fue expulsado y así continúa en medio de Efraím hasta el día de hoy, pero sujeto a servidumbre. Josué 17 1 A la tribu de Manasés le correspondió suerte, porque era el primogénito de José: a Makir, primogénito de Manasés y padre de Galaad, como era hombre de guerra, le to có Galaad y Basán; 2 y a los otros hijos de Manasés, según sus clanes: a los hijos de Abiezer, a los hijos de Jeleq, a los hijos de Asriel, a los hijos de Sekem, a los hijos de Jéfer, a los hijos de Semidá, estos eran los hijos varones de Manasés, hijo de José, p or clanes. 3 Pero Selofjad, hijo de Jéfer, hijo de Galaad, hijo de Makir, hijo de Manasés , no tenía hijos; sólo tenía hijas. Sus hijas se llamaban: Majlá, Noá, Joglá, Milká y Tirsá. 4 Estas se presentaron ante el sacerdote Eleazar, ante Josué, hijo de Nun, y ante los principales, y dijeron: "Adonai ordenó a Moisés que nos diera una heredad entre nuestros hermanos." Les dio, pues, según la orden de Adonai, una heredad ent re los hermanos de su padre. 5 Tocaron a Manasés diez porciones además del país de Galaad y de Basán, situado e n Transjordania, 6 pues las hijas de Manasés obtuvieron una heredad entre sus hijos. El país de Galaad pertenecía a los otros hijos de Manasés. 7 El límite de Manasés era por el lado de Aser, Mikmetat, que está en frente de Siquem; de allí iba hacia la derecha, hacia Yasib, en la fuente de Tappuaj. 8 El país de Tappuaj era de Manasés, pero Tappuaj, en la frontera de Manasés, er a de los hijos de Efraím. 9 El límite bajaba por el torrente de Caná; al sur del torrente estaban las ci udades de Efraím, además de las que tenía Efraím entre las ciudades de Manasés, y el terri torio de Manasés estaba al norte del torrente, e iba a salir al mar. 10 Lo del sur era de Efraím y lo del norte de Manasés, y el mar era su frontera ; lindaban con Aser al norte y con Isacar al este. 11 Manasés tenía, en Isacar y en Aser, Bet Seán y sus filiales, Yibleam y sus fil iales, los habitantes de Dor y sus filiales, los habitantes de Tanak y Meguiddó y sus filiales, y un tercio de Néfet. 12 Los hijos de Manasés no pudieron apoderarse de estas ciudades y los canane os lograron mantenerse en aquel país. 13 Pero, cuando los israelitas se hicieron más fuertes, sometieron a los cana neos a servidumbre, aunque no llegaron a expulsarlos. 14 Los hijos de José se dirigieron a Josué y le dijeron: "¿Por qué no me has asigna do en heredad más que una suerte, una sola porción, siendo tan numeroso como soy por que Adonai me ha bendecido?" 15 Josué respondió: "Si eres un pueblo tan numeroso sube a los bosques y corta para ti el de la región de los perizitas y de los refaítas, pues la montaña de Efraím es demasiado estrecha para ti." 16 Los hijos de José respondieron: "La montaña no nos basta, y todos los canane os que habitan en el llano tienen carros de hierro, lo mismo los de Bet Seán y sus filiales que los de la llanura de Yizreel." 17 Josué dijo a la casa de José, a Efraím y a Manasés: "Eres un pueblo grande y tie nes mucha fuerza; no tendrás sólo una parte, 18 sino que tendrás también la montaña; está cubierta de bosques pero tú la talarás y s erás tuya la región resultante; y expulsarás al cananeo, aunque tiene carros de hierro y es muy fuerte." Josué 18 1 Todo la comunidad de los israelitas se reunió en Silo, donde alzaron la Ti enda del Encuentro; todo el país les estaba sometido. 2 Pero quedaban todavía entre los israelitas siete tribus que no se habían rep artido su heredad.

3 Josué, pues, dijo a los israelitas: "¿Hasta cuándo vais a retardar el ir a tom ar posesión de la tierra que os ha dado Adonai, el Di-s de vuestros padres? 4 Escoged tres hombres por cada tribu, y los enviaré para que vayan a recorr er el país y hagan una descripción de él en orden al reparto; luego volverán donde mí. 5 Dividirán la tierra en siete partes. Judá se quedará en su territorio al sur y la casa de José se quedará en su territorio al norte. 6 Vosotros haréis una descripción del país en siete partes, y me la traeréis para que os la sortee aquí, en presencia de Adonai nuestro Di-s. 7 Porque los levitas no tienen su parte entre vosotros, pues el sacerdocio de Adonai es su heredad; y Gad, Rubén y la media tribu de Manasés, han recibido ya al lado oriental del Jordán, la heredad que les dio Moisés, siervo de Adonai." 8 Los hombres se pusieron en camino. Josué dio esta orden a los que iban a h acer la descripción del país: "Id, recorred el país y describidlo, y después volved dond e mí; yo os haré el sorteo de la tierra aquí delante de Adonai, en Silo." 9 Fueron los hombres, recorrieron la comarca, y la describieron ciudad por ciudad, en siete partes, en un escrito que llevaron a Josué, al campamento de Sil o. 10 Josué les echó suertes en Silo, delante de Adonai, y repartió allí la tierra ent re los israelitas, conforme a sus particiones. 11 Tocó una suerte a la tribu de los hijos de Benjamin por clanes: los límites de su suerte resultaron comprendidos entre los de los hijos de Judá y los de los hijos de José. 12 Su límite, por el lado norte, partía del Jordán, subía por el flanco norte de Je ricó, hasta alcanzar la montaña hacia el oeste, y venía a salir al desierto de Bet Avén. 13 De allí pasaba el límite hacia Luz, por el flanco sur de Luz, que es Betel, y bajaba a Atrot Addar sobre el monte que está al sur de Bet Jorón de Abajo. 14 Torcía el límite y volvía por el oeste hacia el sur, desde el monte que está al lado meridional de Bet Jorón, para ir a salir hacia Quiryat Baal, que es Quiryat Y earim, ciudad de los hijos de Judá. Ese era el lado oeste. 15 Y el lado sur: desde el extremo de Quiryat Yearim, el límite seguía hacia Ga sín y salía cerca de la fuente de las aguas de Neftóaj, 16 luego bajaba hacia el extremo del monte que está frente al valle de Ben Hi nnom, al norte del valle de Refaím, bajaba al valle de Hinnom por el flanco sur de l jebuseo y seguía bajando hasta En Roguel. 17 Doblaba luego por el norte, salía en En Semes y salía hacia el círculo de pied ras que hay frente a la subida de Adummim; bajaba a la Peña de Boján, hijo de Rubén; 18 pasaba luego hacia la vertiente de Bet Haarabá por el norte y bajaba hacia la Arabá; 19 pasaba el límite hacia la pendiente de Bet Joglá al norte, e iba a dar el lími te a la lengua septentrional del mar de la Sal, en el extremo sur del Jordán. Ese era el límite meridional. 20 El Jordán era el límite del lado oriental. Esa fue la heredad de los hijos d e Benjamín, conforme a sus clanes, con los límites que la rodean. 21 Las ciudades de la tribu de los hijos de Benjamín, por clanes, fueron: Jer icó, Bet Joglá, Emeq Quesís; 22 Bet Haarabá, Semaráyim, Betel; 23 Avvim, Pará, Ofrá; 24 Kefar Haamoní, Ofní, Gabá: doce ciudades con sus aldeas. 25 Gabaón, Ramá, Beerot, 26 Mispé, Kefirá, Mosá; 27 Réquem, Yirpeel, Taralá; 28 Sela Haalef, el Jebuseo, es decir Yerushalaim, Guibeá y Quiryat: catorce c iudades con sus aldeas. Esa fue la heredad de los hijos de Benjamín, por clanes. Josué 19 1 La segunda suerte cayó a Simeón, a la tribu de los hijos de Simeón, por clane s: su heredad estaba en medio de la heredad de los hijos de Judá. 2 Les correspondió como heredad: Berseba, Semá, Moladá; 3 Jasar Sual, Balá, Esem; 4 Eltolad, Betul, Jormá;

5 Siquelag, Bet Hammarkabot; Jasar Susá; 6 Bet Lebaot y Sarujem: trece ciudades y sus aldeas; 7 Ayín, Rimmón, Eter y Asán; cuatro ciudades y sus aldeas. 8 Adémas todas las aldeas de los alrededores de estas ciudades hasta Baalat Beer, Ramá del Négueb. Esa fue la heredad de la tribu de los hijos de Simeón, por cla nes. 9 La heredad de los hijos de Simeón se tomó de la porción de los hijos de Judá, po rque la parte de los hijos de Judá era demasiado grande para ellos. Los hijos de S imeón recibieron, pues, su heredad en medio de la heredad de los hijos de Judá. 10 La tercera suerte tocó a los hijos de Zabulón, por clanes: el límite de su her edad se extendía hasta Sadud; 11 su límite subía al occidente hacia Maraalá y tocaba en Dabbéset y luego en el to rrente que hay frente a Yoqneam. 12 De Sadud volvía el límite hacia el este, hacia la salida del sol, hasta el lím ite de Kislot Tabor, seguía hacia Daberat y subía a Yafía. 13 De allí pasaba hacia el este, al oriente, por Gat Jéfer y por Itta Casín, iba hacia Rimmón y volvía hacia Neá. 14 El límite volvía por el norte hacia Jannatón e iba a salir al valle de Yiftaj El. 15 Además, Cattat, Nahalal, Simrón, Yiralá y Belén: doce ciudades con sus aldeas. 16 Esa fue la heredad de los hijos de Zabulón, por clanes: esas ciudades y su s aldeas. 17 La cuarta suerte tocó a Isacar, a los hijos de Isacar, por clanes. 18 Su territorio se extendía hasta Yizreel y comprendía Kesulot y Sunem; 19 Jafaráyim, Sión, Anajarat, 20 Daberat, Quisyón, Ebes; 21 Rémet y En Gannim, En Jaddá y Bet Passés. 22 Su límite tocaba en el Tabor, en Sajasima y en Bet Semes, y el límite termin aba en el Jordán; dieciséis ciudades con su aldeas. 23 Esa fue la heredad de la tribu de los hijos de Isacar, por clanes: las c iudades y sus aldeas. 24 La quinta suerte tocó a la tribu de los hijos de Aser, por clanes. 25 Su territorio comprendía: Jelcat, Jalí, Beten, Aksaf, 26 Alammélek, Amad, Misal; tocaba en el Carmelo por el oeste y en el curso de l Libnat; 27 volvía luego hacia la salida del sol hasta Bet Dagón y tocaba por el norte e n Zabulón y en el valle de Yiftaj El, y Bet Haemeq y Neiel, yendo a parar hacia Ka bul por la izquierda con 28 Abdón, Rejob, Jammón y Caná hasta Sidón la Grande. 29 El límite volvía a Ramá y hasta la plaza fuerte de Tiro y hasta Josá, e iba a te rminar en el mar. Majaleb, Akzib, 30 Akko, Afeq, Rejob: veintidós ciudades con sus aldeas. 31 Esa fue la heredad de la tribu de los hijos de Aser, por clanes: esas ci udades y sus aldeas. 32 A los hijos de Neftalí les tocó la sexta suerte; a los hijos de Neftalí, por c lanes: 33 su límite iba de Jélef y de la Encina de Saanannim y Adamí Hannéqueb y Yabneel h asta Laqcum e iba a salir al Jordán. 34 Volvía el límite hacia el oeste por Aznot Tabor y de allí a salir a Juqcoq, li ndaba con Zabulón al sur, con Aser al oeste y con el Jordán al oriente. 35 Y las ciudades fuertes eran: Siddim, Ser, Jammat, Raqcat, Kinneret, 36 Adamá, Ramá, Jasor; 37 Quedes, Edreí, En Jasor, 38 Yirón, Migdal El, Jórem, Bet Anat, Bet Semes: diecinueve ciudades con sus al deas. 39 Esa fue la heredad de los hijas de Neftalí, por clanes: las ciudades y sus aldeas. 40 A la tribu de los hijos de Dan, por clanes, tocó la séptima suerte. 41 El territorio de su heredad comprendía: Sorá, Estaol, Ir Simes. 42 Saalbim, Ayyalón, Silatá;

43 Elón, Timná, Ecrón, 44 Eltequé, Guibbetón, Baalat; 45 Azor, Bené Beraq, Gat Rimmón; 46 y hacia el mar Yeraqón con el territorio de enfrente de Joppe. 47 Pero el territorio de los hijos de Dan quedaba fuera de su poder. Por es o, los hijos de Dan subieron a atacar a Lésem; la tomaron y la pasaron a cuchillo. Tomada la ciudad, se establecieron en ella y a Lésem la llamaron Dan, del nombre de Dan su padre. 48 Esa fue la heredad de la tribu de los hijos de Dan, por clanes: esas ciu dades y sus aldeas. 49 Acabaron, pues, de sortear el país con sus límites. Y los israelitas dieron a Josué, hijo de Nun, una heredad en medio de ellos; 50 según orden de Adonai, le dieron la ciudad que había pedido, Timnat Sérak, en la montaña de Efraím. Reconstruyó la ciudad y se estableció en ella. 51 Esas son las heredades que el sacerdote Eleazar, Josué, hijo de Nun, y los jefes de familia sortearon entre las tribus de Israel en Silo, en presencia de Adonai, a la entrada de la Tienda del Encuentro; y así se terminó el reparto de la t ierra. Josué 20 1 Adonai dijo a Josué: 2 "Habla a los israelitas y diles: Señalaos las ciudades de asilo de las que os hablé por medio de Moisés, 3 a las que pueda huir el homicida que haya matado a alguien por inadverte ncia (sin querer), y que le sirvan de asilo contra el vengador de la sangre. 4 (El homicida huirá a una de estas ciudades: se detendrá a la entrada de la p uerta de la ciudad y expondrá su caso a los ancianos de la ciudad. Estos le admiti rán en su ciudad y le señalarán una casa para que habite con ellos. 5 Si el vengador de la sangre le persigue, no le entregarán al homicida en s u manos, pues ha herido a su prójimo sin querer, y no le tenía odio anteriormente. 6 El homicida habrá de permanecer en la ciudad, hasta que comparezca en juic io ante la comunidad, hasta la muerte del Sumo Sacerdote que esté en funciones por aquel tiempo. Entonces el homicida podrá volver a sus ciudad y a su casa, a la ci udad de la que huyó." 7 Consagraron: Quedes en Galilea, en la montaña de Neftalí, Siquem en la montaña de Efraím, Quiryat Arbá, o sea Hebrón, en la montaña de Judá. 8 En Transjordania, al oriente de Jericó, se designó Béser, de la tribu de Rubén, en el desierto, en el llano; Ramot en Galaad, de la tribu de Gad, y Golán en Basán, de la tribu de Manasés. 9 Estas son las ciudades designadas para todos los israelitas, así como para el forastero residente entre ellos, para que pueda refugiarse en ellas cualqui era que haya matado a alguien por inadvertencia, y no muera a manos del vengador de la sangre, hasta que comparezca ante la comunidad. Josué 21 1 Se acercaron los cabezas de familia de los levitas al sacerdote Eleazar, a Josué, hijo de Nun, y a los cabezas de familia de las tribus de Israel, 2 cuando estaban en Silo, en tierra de Canaán, y les dijeron: "Adonai ordenó p or medio de Moisés que se nos dieran ciudades donde residir, con sus pastos para n uestro ganado." 3 Los israelitas, conforme a la orden de Adonai, dieron a los levitas, de su heredad, las siguientes ciudades con sus pastos. 4 Se hizo el sorteo para los clanes quehatitas: y a los levitas hijos del sacerdote Aarón les tocaron trece ciudades de las tribus de Judá, Simeón, y Benjamín; 5 a los otros hijos de Quehat, por clanes, diez ciudades de las tribus de Efraím, de Dan y de la media tribu de Manasés. 6 A los hijos de Guerson, por clanes, les tocaron trece ciudades de las tr ibus de Isacar, Aser, Neftalí y de la media tribu de Manasés, en Basán. 7 A los hijos de Merarí, por clanes, les tocaron doce ciudades de las tribus de Rubén, Gad y Zabulón.

8 Los israelitas dieron a los levitas por suertes esas ciudades y sus past os, como Adonai había ordenado por boca de Moisés. 9 De la tribu de Judá y de la tribu de Simeón les dieron las ciudades que se n ombran a continuación; 10 esta fue la parte de los hijos de Aarón, pertenecientes al clan quehatita, de los hijos de Leví; porque la primera suerte fue para ellos. 11 Les dieron Quiryat Arbá (ciudad del padre de Anaq), o sea Hebrón, en la mont aña de Judá, con los pastos circundantes. 12 Pero la campiña de esta ciudad con sus aldeas se la dieron en propiedad a Caleb, hijo de Yefunné. 13 A los hijos del sacerdote Aarón les dieron, como ciudad de asilo para los homicidas, Hebrón con sus pastos, y además Libná y sus pastos, 14 Yattir con sus pastos, Estemoa con sus pastos 15 Jolón con sus pastos, Debir con sus pastos, 16 Asan con sus pastos, Yutta con sus pastos, Bet Semes con sus pastos: nue ve ciudades de esas dos tribus. 17 De la tribu de Benjamín, Gabaón y sus pastos, Gueba y sus pastos, 18 Anatot y sus pastos, Almón y sus pastos: cuatro ciudades. 19 Total de las ciudades de los sacerdotes hijos de Aarón: trece ciudades con sus pastos. 20 A los clanes de los hijos de Quehat, a los levitas restantes entre los h ijos de Quehat, les tocaron en suerte ciudades de la tribu de Efraím. 21 Se les dio, como ciudad de asilo para los homicidas, Siquem con sus past os, en la montaña de Efraím, y además Guézer con sus pastos. 22 Quibsáyim con sus pastos, Bet Jorón con sus pastos: cuatro ciudades. 23 De la tribu de Dan, Eltequé con sus pastos, Guibbetón con sus pastos, 24 Ayyalón con sus pastos, Gat Rimmón con sus pastos: cuatro ciudades. 25 De la media tribu de Manasés, Tanak con sus pastos y Yibleam con sus pasto s: dos ciudades. 26 Total: diez ciudades con sus pastos para lo restantes clanes de los hijo s de Quehat. 27 A los hijos de Guersón, de los clanes levíticos, les dieron: de la media tri bu de Manasés, como ciudad de asilo para los homicidas, Golán en Basán con sus pastos, y Astarot con sus pastos: dos ciudades. 28 De la tribu de Isacar, Quisyón con sus pastos, Daberat con sus pastos 29 Yarmut con sus pastos, En Gannim con sus pastos: cuatro ciudades. 30 De la tribu de Aser, Misal con sus pastos, Abdón con sus pastos, 31 Jelcat con sus pastos, Rejob con sus pastos: cuatro ciudades. 32 De la tribu de Neftalí, como ciudad de asilo para los homicidas, Quedes en Galilea con sus pastos, Jammot Dor con sus pastos, Raqcat con sus pastos: tres ciudades. 33 Total de ciudades de los guersonitas, por clanes: trece ciudades con sus pastos. 34 A los clanes de los hijos de Merarí, al resto de los levitas: de la tribu de Zabulón: Yoqneam con sus pastos, Cartá con sus pastos, 35 Rimmón con sus pastos, Nahalal con sus pastos: cuatro ciudades; 36 al otro lado del Jordán, de la tribu de Rubén, como ciudad de asilo para los homicidas, Béser en el desierto, en el llano, con sus pastos, y además Yahás con sus pastos, 37 Quedemot con sus pastos, Mefaat con sus pastos: cuatro ciudades. 38 De la tribu de Gad, como ciudad de asilo para los homicidas, Ramot en Ga laad, y Majanáyim 39 Jesbón con sus pastos, Yazer con sus pastos: cuatro ciudades. 40 Total de ciudades asignadas por suerte a los hijos de Merarí, por clanes, es decir, al resto de los clanes levíticos: doce ciudades. 41 Total de las ciudades de los levitas en medio de la propiedad de los isr aelitas: 48 ciudades con sus pastos. 42 Cada una de las ciudades comprendía la ciudad y los pastos circundantes. A sí todas las ciudades mencionadas. 43 Adonai dio a los israelitas toda la tierra que había jurado dar a sus padr

es. La ocuparon y se establecieron en ella. 44 Adonai les concedió paz en todos sus confines, tal como había jurado a sus p adres, y ninguno de sus enemigos pudo hacerles frente. Adonai entregó a todos sus enemigos en sus manos. 45 No falló una sola de todas las espléndidas promesas que Adonai había hecho a l a casa de Israel. Todo se cumplió. Josué 22 1 Josué convocó a los rubenitas, a los gaditas y a la media tribu de Manasés, 2 y les dijo: "Habéis cumplido todo lo que os mandó Moisés, siervo de Adonai, y habéis atendido a mis órdenes siempre que os he mandado algo. 3 No habéis abandonado a vuestros hermanos durante tan largo tiempo hasta el día de hoy; habéis cumplido la orden que os encomendó Adonai vuestro Di-s. 4 Ahora Adonai vuestro Di-s ha dado a vuestros hermanos el descanso que le s había prometido. Volveos, pues, e id a vuestras tiendas, a la tierra de vuestra propiedad, la que os dio Moisés, siervo de Adonai, al otro lado del Jordán. 5 Únicamente preocupaos de guardar el mandato y la Ley que os dio Moisés, sier vo de Adonai: que améis a Adonai vuestro Di-s, que sigáis siempre sus caminos, que g uardéis sus mandamientos y os mantengáis unidos a él y le sirváis con todo vuestro corazón y con toda vuestra alma." 6 Josué los bendijo y los despidió, y ellos se fueron a sus tiendas. 7 Moisés había dado a la media tribu de Manasés su parte en Basán; a la otra media se la dio Josué entre sus hermanos, al lado occidental del Jordán. Cuando los mandó J osué a sus tiendas, les dio la bendición 8 y les dijo: "Volvéis a vuestras tiendas con grandes riquezas, rebaños numero sos, plata, oro, bronce, hierro y gran cantidad de vestidos; repartid con vuestr os hermanos el botín de vuestros enemigos." 9 Los rubenitas y los gaditas, con la media tribu de Manasés, se volvieron y dejaron a los israelitas en Silo, en la tierra de Canaán, para volver a la tierra de Galaad, tierra de su propiedad donde se habían establecido según la orden de Ado nai dada por medio de Moisés. 10 Cuando llegaron a los círculos de piedras del Jordán, en tierra de Canaán, los rubenitas y los gaditas y la media tribu de Manasés levantaron allí un altar a oril las del Jordán, un altar de grandioso aspecto. 11 Se enteraron los israelitas y dijeron: "Mirad, los rubenitas, los gadita s y la media tribu de Manasés han levantado ese altar, frente al país de Canaán, junto a los círculos de piedras del Jordán, del lado de los israelitas." 12 Al oír esto los israelitas, se reunió en Silo toda la comunidad de los israe litas para hacerles guerra. 13 Los israelitas enviaron donde los rubenitas, los gaditas y la media trib u de Manasés, al país de Galaad, al sacerdote Pinjás, hijo de Eleazar 14 y a diez principales con él, un principal por cada familia, por cada tribu de Israel: cada uno de ellos era cabeza de su familia en los clanes de Israel. 15 Cuando llegaron donde los rubenitas, los rubenitas, los gaditas y la med ia tribu de Manasés, al país de Galaad, les hablaron así: 16 "Esto ha dicho toda la comunidad de Adonai: ¿Qué significa esa prevaricación q ue habéis cometido contra el Di-s de Israel, apartándoos hoy de Adonai, al construir os un altar, rebelándoos hoy contra Adonai? 17 "¿No teníamos bastante con el crimen de Peor, del que hoy todavía no hemos aca bado de purificarnos, a pesar de que vino la plaga sobre la comunidad de Adonai? 18 Si vosotros hoy os apartáis de Adonai, hoy os rebeláis vosotros contra Adona i, y mañana se encenderá él contra toda la comunidad de Israel. 19 "Ahora bien, si nos parece impura vuestra propiedad, pasad a la tierra d e propiedad de Adonai, donde ha fijado su morada, y estableceos entre nosotros. Pero no os rebeléis contra Adonai, ni nos arrastréis en vuestra rebeldía al construiro s un altar aparte del altar de Adonai nuestro Di-s. 20 ¿No prevaricó Akán, hijo de Zéraj, en el anatema, y la Cólera alcanzó a toda la comu nidad de Israel, aunque él no era más que un solo individuo? ¿No murió por su crimen?" 21 Respondieron los rubenitas, los gaditas y la media tribu de Manasés y dije ron a los jefes de los clanes de Israel:

22 "El Di-s de los dioses, Adonai, el Di-s de los dioses, Adonai, lo sabe b ien, y que lo sepa también Israel: si ha habido por nuestra parte rebelión o prevari cación contra Adonai, que no nos salve hoy; 23 y si hemos levantado un altar para apartarnos de Adonai y para ofrecer e n él holocausto y oblación o para hacer sobre él sacrificios de comunión, que Adonai nos lo demande. 24 En verdad, lo hemos hecho así por preocupación y razonadamente, diciéndonos: E l día de mañana podrían decir vuestros hijos a los nuestros: "¿Qué tenéis que ver vosotros c on Adonai el Di-s de Israel? 25 Adonai ha puesto entre nosotros y vosotros, rubenitas y gaditas, la fron tera del Jordán. No tenéis parte con Adonai." Así vuestros hijos harían que nuestros hij os dejaran de temer a Adonai. 26 "Y nos hemos dicho: Vamos a construir este altar, pero no para holocaust os, ni sacrificios, 27 sino para que sea testigo entre nosotros y vosotros y entre nuestros des cendientes después de nosotros, de que rendimos culto a Adonai en su presencia con nuestros holocaustos, nuestras víctimas y nuestros sacrificios de comunión. Así no p odrán decir mañana vuestros hijos a los nuestros: "No tenéis parte con Adonai." 28 No hemos dicho: Si llega a suceder que nos hablen así a nosotros o el día de mañana a nuestros descendientes, les podremos responder: "Mirad la edificación del altar de Adonai que hicieron nuestros padres, no para ofrecer holocaustos ni sac rificios, sino como testigo entre nosotros y vosotros." 29 Lejos de nosotros rebelarnos contra Adonai y desertar hoy de su servicio , levantando, para ofrecer en él holocaustos, oblaciones o sacrificios, un altar a parte del altar de Adonai nuestro Di-s erigido delante de su morada." 30 Cuando el sacerdote Pinjás, los principales de la comunidad y los jefes de los clanes de Israel que le acompañaban, oyeron las palabras pronunciadas por los gaditas, los rubenitas y los manasitas, les pareció bien. 31 Y el sacerdote Pinjás, hijo de Eleazar, dijo a los rubenitas, los gaditas y los manasitas: "Ahora reconocemos que Adonai está en medio de nosotros, pues no habéis cometido tan grande prevaricación contra él. Así habéis salvado a los israelitas de la mano de Adonai." 32 El sacerdote Pinjás, hijo de Eleazar, y los principales, dejando a los rub enitas y a los gaditas, volvieron del país de Galaad al de Canaán, a donde los israe litas, y les dieron la respuesta. 33 La cosa pareció bien a los israelitas: los israelitas dieron gracias a Dis y no hablaron más de hacerles la guerra y devastar el territorio habitado por lo s rubenitas y los gaditas. 34 Los rubenitas y gaditas llamaron al altar..., porque decían: "Será testigo e ntre nosotros de que Adonai es Di-s." Josué 23 1 Sucedió, mucho tiempo después de que Adonai concediera a Israel la paz de to dos los enemigos de alrededor, - Josué era ya viejo y avanzado en días 2 que Josué convocó a todo Israel, a sus ancianos, sus jefes, sus jueces, sus escribas y les dijo: "Yo ya soy viejo, avanzado en días; 3 y vosotros habéis visto todo lo que Adonai, vuestro Di-s, ha hecho en aten ción a vosotros con todos estos pueblos; pues Adonai vuestro Di-s era el que comba tía por vosotros. 4 Mirad, yo os he dado por suertes, como heredad para vuestras tribus, eso s pueblos que quedan por conquistar, así como todos los pueblos que yo exterminé des de el Jordán hasta el mar Grande de occidente. 5 Adonai mismo, vuestro Di-s, los arrojará delante de vosotros, los expulsará de delante de vosotros, y vosotros tomaréis posesión de su tierra, como os lo ha pro metido Adonai vuestro Di-s. 6 "Esforzaos mucho en guardar y cumplir todo lo que está escrito en el libro de la Ley de Moisés, no apartándoos de ella ni a la derecha ni a la izquierda, 7 no mezclándoos con esos pueblos que quedan todavía entre vosotros. No record aréis el nombre de sus dioses ni juraréis por ellos, no les serviréis ni os postraréis a nte ellos,

8 sino manteneos unidos a Adonai vuestro Di-s, como habéis hecho hasta el día de hoy. 9 Adonai ha arrojado de vuestra presencia a pueblos numerosos y fuertes, y nadie os ha podido resistir hasta el presente. 10 Uno solo de vosotros perseguía a mil, porque Adonai mismo, vuestro Di-s, p eleaba por vosotros, como os lo había prometido. 11 Tendréis buen cuidado, por vuestra vida, de amar a Adonai vuestro Di-s. 12 "Pero si os desviáis y os unís a ese resto de naciones que quedan todavía entr e vosotros, emparentáis con ellas y entráis en tratos con ellas, 13 tened por sabido que Adonai vuestro Di-s no seguirá arrojando de delante d e vosotros a esos pueblos; serán para vosotros red, lazo, espinas en vuestros cos tados y aguijones en vuestros ojos, hasta que desaparezcáis de esta espléndida tierr a que os ha dado Adonai vuestro Di-s. 14 "Mirad que yo me voy ya por el camino de todo el mundo. Reconoced con to do vuestro corazón y con toda vuestra alma que, de todas las promesas que Adonai v uestro Di-s había hecho en vuestro favor, no ha fallado ni una sola: todas se os h an cumplido. Ni una sola ha fallado. 15 "Pues de la misma manera que se os han cumplido todas las espléndidas prom esas hechas por Adonai vuestro Di-s en vuestro favor, igualmente acarreará Adonai contra vosotros todas sus amenazas, hasta borraros de la espléndida tierra que Ado nai vuestro Di-s os ha dado. 16 "Si quebrantáis la alianza que Adonai vuestro Di-s os ha impuesto, si vos vais a servir a otros dioses, y os postráis ante ellos, la ira de Adonai se encend erá contra vosotros y desapareceréis rápidamente de la espléndida tierra que os ha dado. " Josué 24 1 Josué reunió a todas las tribus de Israel en Siquem, llamó a los ancianos de I srael, a sus jefes, jueces y escribas que se situaron en presencia de Di-s. 2 Josué dijo a todo el pueblo: "Esto dice Adonai el Di-s de Israel: Al otro lado del Río habitaban antaño vuestros padres, Téraj, padre de Abraham y de Najor, y s ervían a otros dioses. 3 Yo tomé a vuestro padre Abraham del otro lado del Río y le hice recorrer tod a la tierra de Canaán, multipliqué su descendencia y le di por hijo a Isaac. 4 A Isaac le di por hijos a Jacob y Esaú. A Esaú le di en propiedad la montaña d e Seír. Jacob y sus hijos bajaron a Egipto. 5 Envié después a Moisés y Aarón y herí a Egipto con los prodigios que obré en medio d e él. Luego os saqué de allí. 6 Saqué a vuestros padres de Egipto y llegasteis al mar; los egipcios persig uieron a vuestros padres con los carros y sus guerreros hasta el mar de Suf. 7 Clamaron entonces a Adonai, el cual tendió unas densas nieblas entre vosot ros y los egipcios, e hizo volver sobre ellos el mar, que los cubrió. Visteis con vuestros propios ojos lo que hice con Egipto; luego habitasteis largo tiempo en el desierto. 8 Os introduje después en la tierra de los amorreos, que habitaban al otro l ado del Jordán; ellos os declararon la guerra y yo los entregué en vuestras manos; y así pudisteis poseer su tierra, porque yo los exterminé delante de vosotros. 9 Después se levantó Balaq, hijo de Sippor, rey de Moab, para pelear contra Is rael, y mandó llamar a Balaam, hijo de Beor, para que os maldijera. 10 Pero no quise escuchar a Balaam, y hasta tuvo que bendeciros; así os salvé y o de su mano. 11 "Pasasteis el Jordán y llegasteis a Jericó; pero las gentes de Jericó os hicie ron la guerra, igual que los amorreos, los perizitas, los cananeos, los hititas, los guirgasitas, los jivitas y los jebuseos, pero yo los entregué en vuestras man os. 12 Mandé delante de vosotros avispas que expulsaron, antes que llegarais, a l os dos reyes de los amorreos; no fue con tu espada ni con tu arco. 13 Os he dado una tierra que no os ha costado fatiga, unas ciudades que no habéis construido y en las que sin embargo habitáis, viñas y olivares que no habéis plan tado y de las que os alimentáis.

14 "Ahora, pues, temed a Adonai y servidle perfectamente, con fidelidad; ap artaos de los dioses a los que sirvieron vuestros padres más allá del Río y en Egipto y servid a Adonai. 15 Pero, si no os parece bien servir a Adonai, elegid hoy a quién habéis de ser vir, o a los dioses a quienes servían vuestros padres más allá del Río, o a los dioses d e los amorreos en cuyo país habitáis ahora. Yo y mi familia serviremos a Adonai." 16 El pueblo respondió: "Lejos de nosotros abandonar a Adonai para servir a o tros dioses. 17 Porque Adonai nuestro Di-s es el que nos hizo subir, a nosotros y a nues tros padres, de la tierra de Egipto, de la casa de servidumbre, y el que delante de nuestros ojos obró tan grandes señales y nos guardó por todo el camino que recorr imos y en todos los pueblos por los que pasamos. 18 Además Adonai expulsó delante de nosotros a todos esos pueblos y a los amorr eos que habitaban en el país. También nosotros serviremos a Adonai, porque él es nuest ro Di-s." 19 Entonces Josué dijo al pueblo: "No podréis servir a Adonai, porque es un Dis santo, es un Di-s celoso, que no perdonará ni vuestras rebeldías ni vuestros pecad os. 20 Si abandonáis a Adonai para servir a los dioses del extranjero, él a su vez traerá el mal sobre vosotros y acabará con vosotros, después de haberos hecho tanto bi en." 21 El pueblo respondió a Josué: "No; nosotros serviremos a Adonai." 22 Josué dijo al pueblo: "Vosotros sois testigos contra vosotros mismos de qu e habéis elegido a Adonai para servirle." Respondieron ellos: "¡Testigos somos!" 23 "Entonces, apartad los dioses del extranjero que hay en medio de vosotro s e inclinad vuestro corazón hacia Adonai, Di-s de Israel." 24 El pueblo respondió a Josué: "A Adonai nuestro Di-s serviremos y a sus voz a tenderemos." 25 Aquél día, Josué pactó una alianza para el pueblo; le impuso decretos y normas e n Siquem. 26 Josué escribió estas palabras en el libro de la Ley de Di-s. Tomó luego una gr an piedra y la plantó allí, al pie de la encina que hay en el santuario de Adonai. 27 Josué dijo al todo el pueblo: "Mirad, esta piedra será testigo contra nosotr os, pues ha oído todas las palabras que Adonai ha hablado con nosotros; ella será te stigo contra vosotros para que no reneguéis de vuestro Di-s." 28 Y Josué despidió al pueblo cada uno a su heredad. 29 Después de estos acontecimientos, murió Josué, hijo de Nun, siervo de Adonai, a la edad de 110 años. 30 Fue enterrado en el término de su heredad, en Timnat Séraj, que está en la mon taña de Efraím, al norte del monte Gaás. 31 Israel sirvió a Adonai todos los días de Josué y todos los días de los ancianos que siguieron viviendo después de Josué y que sabían todas las hazañas que Adonai había h echo en favor de Israel. 32 Los huesos de José, que los hijos de Israel habían subido de Egipto, fueron sepultados en Siquem, en la parcela de campo que había comprado Jacob a los hijos de Jamor, padre de Siquem, por cien pesos, y que pasó a ser heredad de los hijos d e José. 33 También Eleazar, hijo de Aarón, murió y lo enterraron en Guibeá, ciudad de su hi jo Pinjás, que le había sido dada en la montaña de Efraím. JUECES Jueces 1 1 Después de la muerte de Josué, los israelitas hicieron esta consulta a Adona i: "¿Quién de nosotros subirá el primero a combatir a los cananeos?" 2 Adonai respondió: "Subirá Judá, he puesto el país en sus manos." 3 Judá dijo a su hermano Simeón: "Sube conmigo al territorio que me ha tocado; atacaremos al cananeo; y luego yo también iré contigo a tu territorio." Y Simeón marc hó con él. 4 Subió Judá; Adonai puso en sus manos a los cananeos y a los perizitas, y der

rotaron en Bezeq a 10.000 hombres. 5 Habiendo encontrado en Bezeq a Adoni Bézeq, le atacaron y derrotaron a los cananeos y a los perizitas. 6 Huyó Adoni Bézeq, pero le persiguieron, le capturaron y le cortaron los pulg ares de manos y pies. 7 Y Adoni Bézeq dijo: "Setenta reyes, con los pulgares de manos y pies corta dos, andaban recogiendo migajas bajo mi mesa. Según lo que yo hice, así me ha pagad o Di-s." Le llevaron a Yerushalaim, y allí murió. 8 (Los hijos de Judá atacaron a Yerushalaim, la tomaron, la pasaron a cuchil lo y prendieron fuego a la ciudad). 9 Después, los hijos de Judá bajaron a atacar a los cananeos, que ocupaban la Montaña, el Négueb y la Tierra Baja. 10 Luego Judá marchó contra los cananeos que habitaban en Hebrón - el nombre de H ebrón era antes Quiryat Arbá - y derrotó a Sesay, Ajimán y Talmay. 11 De allí marchó contra los habitantes de Debir - el nombre de Debir era antes Quiryat Séfer. 12 Y Caleb dijo: "Al que derrote a Quiryat Séfer y la tome, le daré mi hija Aksá por mujer." 13 La tomó Otniel, hijo de Quenaz, el hermano menor de Caleb. Y éste le dio su hija Aksá por mujer. 14 Cuando ella vino donde el marido, le incitó a que pidiera a su padre un ca mpo. Ella se apeó del asno, y Caleb le preguntó: "¿Qué quieres?" 15 Ella respondió: "Hazme un regalo. Ya que me has dado la tierra del Négueb, d ame fuentes de agua." Y Caleb le dio las fuentes de arriba y las fuentes de aba jo. 16 Los hijos de Jobab el quenita, suegro de Moisés, subieron con los hijos de Judá de la ciudad de las Palmeras al desierto de Judá, que está en el Négueb de Arad, y fueron a habitar con el pueblo. 17 Judá se fue con su hermano Simeón, derrotaron a los cananeos que habitaban e n Sefat y consagraron la ciudad al anatema. Por eso la ciudad se llamó Jormá. 18 Judá se apoderó de Gaza y su comarca, de Ascalón y su comarca, de Ecrón y su com arca; 19 Adonai estuvo con Judá, que conquistó la Montaña; pero no pudo expulsar a los habitantes del llano, porque tenían carros de hierro. 20 Dieron Hebrón a Caleb, según el mandato de Moisés: y él arrojó de allí a los tres hi jos de Anaq. 21 Los hijos de Benjamín no expulsaron a los jebuseos que habitaban en Yerush alaim; por eso los jebuseos siguen habitando en Yerushalaim con los hijos de Ben jamín, hasta el día de hoy. 22 También la casa de José subió a Betel; Adonai estuvo con ella. 23 La casa de José hizo una exploración por Betel. (Antes la ciudad se llamaba Luz.) 24 Los espías vieron a un hombre que salía de la ciudad y le dijeron: "Indícanos la entrada de la ciudad y te lo agradeceremos." 25 El les enseñó la entrada de la ciudad: la pasaron a cuchillo, y dejaron libr e a aquel hombre con toda su familia. 26 El hombre se fue al país de los hititas y construyó una ciudad, a la que lla mó Luz. Es el nombre que tiene hasta la fecha. 27 Manasés no se apoderó de Bet Seán y sus filiales, ni de Tanak y sus filiales. No expulsó a los habitantes de Dor y sus filiales, ni a los de Yibleam y sus filia les, ni a los de Meguiddó y sus filiales: los cananeos siguieron ocupando el terr itorio. 28 Sin embargo, cuando Israel cobró más fuerza, sometió a los cananeos a tributo, aunque no llegó a expulsarlos. 29 Tampoco Efraím expulsó a los cananeos que habitaban en Guézer, de manera que l os cananeos siguieron viviendo en Guézer, en medio de Israel. 30 Zabulón no expulsó a los habitantes de Quitrón, ni a los de Nahalol. Los canan eos se quedaron en medio de Zabulón, pero fueron sometidos a tributo. 31 Aser no expulsó a los habitantes de Akko, ni a los de Sidón, de Majaleb, de Akzib, de Jelbá, de Afiq, ni de Rejob.

32 Los aseritas se establecieron, pues, entre los cananeos que habitaban en el país, porque no los expulsaron. 33 Neftalí no expulsó a los habitantes de Bet Semes, ni a los de Bet Anat, y se estableció entre los cananeos que habitaban en el país; pero los habitantes de Bet Semes y de Bet Anat fueron sus tributarios. 34 Los amorreos rechazaron hacia la montaña a los hijos de Dan sin dejarles b ajar a la llanura. 35 Los amorreos se mantuvieron en Har Jéres, en Ayyalón y en Saalbim, pero lueg o pesó sobre ellos la mano de la casa de José y fueron reducidos a tributo. 36 (La frontera de los edomitas va desde la cuesta de los Escorpiones, desd e la Peña, y hacia arriba.) Jueces 2 1 El Ángel de Adonai subió de Guilgal a Betel y dijo: "Yo os hice subir de Egi pto y os introduje en la tierra que había prometido con juramento a vuestros padre s. Yo dije: "No romperé jamás mi alianza con vosotros. 2 Pero vosotros no pactaréis con los habitantes de este país; sino que destrui réis sus altares." Pero no habéis escuchado mi voz. ¿Por qué habéis hecho esto? 3 Por eso os digo: No los arrojaré delante de vosotros; serán vuestros opresor es y sus dioses una trampa para vosotros." 4 Así que el Ángel de Adonai dijo estas palabras a todos los israelitas, el pu eblo se puso a llorar a gritos. 5 Llamaron a aquel lugar Bokim, y ofrecieron allí sacrificios a Adonai. 6 Josué despidió al pueblo, y los israelitas se volvieron cada uno a su hereda d para ocupar la tierra. 7 El pueblo sirvió a Adonai en vida de Josué y de los ancianos que le sobreviv ieron y que habían sido testigos de todas las grandes hazañas que Adonai había hecho a favor de Israel. 8 Josué, hijo de Nun, siervo de Adonai, murió a la edad de 110 años. 9 Le enterraron en el término de su heredad, en Timnat Jeres, en la montaña de Efraím, al norte del monte Gaás. 10 También aquella generación fue a reunirse con sus padres y les sucedió otra ge neración que no conocía a Adonai ni lo que había hecho por Israel. 11 Entonces los hijos de Israel hicieron lo que desagradaba a Adonai y sirv ieron a los Baales. 12 Abandonaron a Adonai, el Di-s de sus padres, que los había sacado de la ti erra de Egipto, y siguieron a otros dioses de los pueblos de alrededor; se post raron ante ellos, irritaron a Adonai; 13 dejaron a Adonai y sirvieron a Baal y a las Astartés. 14 Entonces se encendió la ira de Adonai contra Israel. Los puso en manos de salteadores que los despojaron, los dejó vendidos en manos de los enemigos de alr ededor y no pudieron ya sostenerse ante sus enemigos. 15 En todas sus campañas la mano de Adonai intervenía contra ellos para hacerle s daño, como Adonai se lo tenía dicho y jurado. Los puso así en gran aprieto. 16 Entonces Adonai suscitó jueces que los salvaron de la mano de los que los saqueaban. 17 Pero tampoco a sus jueces los escuchaban. Se prostituyeron siguiendo a o tros dioses, y se postraron ante ellos. Se desviaron muy pronto del camino que h abían seguido sus padres, que atendían a los mandamientos de Adonai; no los imitaron . 18 Cuando Adonai les suscitaba jueces, Adonai estaba con el juez y los salv aba de la mano de sus enemigos mientras vivía el juez, porque Adonai se conmovía de los gemidos que proferían ante los que los maltrataban y oprimían. 19 Pero cuando moría el juez, volvían a corromperse más todavía que sus padres, yéndo se tras de otros dioses, sirviéndoles y postrándose ante ellos, sin renunciar en nad a a las prácticas y a la conducta obstinada de sus padres. 20 Se encendió la ira de Adonai contra el pueblo de Israel y dijo: "Ya que es te pueblo ha quebrantado la alianza que prescribí a sus padres y no ha escuchado mi voz, 21 tampoco yo arrojaré en adelante de su presencia a ninguno de los pueblos q

ue dejó Josué cuando murió." 22 Era para probar con ellos a Israel, a ver si seguían o no los caminos de A donai, como los habían seguido sus padres. 23 Adonai dejó en paz a estos pueblos, en vez de expulsarlos enseguida, y no los puso en manos de Josué. Jueces 3 1 Estos son los pueblos que Adonai dejó subsistir para probar con ellos a Is rael, a cuantos no habían conocido ninguna de las guerras de Canaán. 2 (Era sólo para que aprendieran las generaciones de los hijos de Israel, pa ra enseñarles el arte de la guerra; por lo menos los que antes no lo habían conocido ): 3 los cinco príncipes de los filisteos y todos los cananeos, los sidonios y los hititas que vivían en el monte Líbano, desde la montaña de Baal Hermón hasta la entr ada de Jamat. 4 Sirvieron para probar con ellos a Israel, a ver si guardaban los mandami entos que Adonai había prescrito a sus padres por medio de Moisés. 5 Y los israelitas habitaron en medio de los cananeos, hititas, amorreos, perizitas, jivitas y jebuseos; 6 se casaron con sus hijas, dieron sus propias hijas a los hijos de aquell os y sirvieron a sus dioses. 7 Los israelitas hicieron lo que desagradaba a Adonai. Se olvidaron de Ado nai su Di-s y sirvieron a los Baales y a las Aserás. 8 Se encendió la ira de Adonai contra Israel y los dejó a merced de Kusán Riseatáy im, rey de Edom, y los israelitas sirvieron a Kusán Riseatáyim durante ocho años. 9 Los israelitas clamaron a Adonai y Adonai suscitó a los israelitas un libe rtador que los salvó: Otniel, hijo de Quenaz y hermano menor de Caleb. 10 El espíritu de Adonai vino sobre él, fue juez de Israel y salió a la guerra. A donai puso en sus manos a Kusán Riseatáyim, rey de Edom y triunfó sobre Kusán Riseatáyim. 11 El país quedó tranquilo cuarenta años. Y murió Otniel, hijo de Quenaz. 12 Los israelitas volvieron a hacer lo que desagradaba a Adonai; y Adonai f ortaleció a Eglón, rey de Moab, por encima de Israel, porque hacían lo que desagradaba a Adonai. 13 A Eglón se le juntaron los hijos de Ammón y de Amalec; salió y derrotó a Israel, y tomó la ciudad de las Palmeras. 14 Los israelitas estuvieron sometidos a Eglón, rey de Moab, dieciocho años. 15 Entonces los israelitas clamaron a Adonai y Adonai les suscitó un libertad or: Ehúd, hijo de Guerá, benjaminita, que era zurdo. Los israelitas le encargaron de llevar el tributo a Eglón, rey de Moab. 16 Ehúd se hizo un puñal de dos filos, de un codo de largo, se lo ciño debajo de la ropa sobre el muslo derecho, 17 y presentó el tributo a Eglón, rey de Moab. Eglón era un hombre muy obeso. 18 En cuanto terminó de presentar el tributo, Ehúd mandó marchar a la gente que h abía llevado el tributo; 19 pero él, al llegar a los Ídolos que hay en la región de Guilgal, volvió otra vez y dijo: "Tengo un mensaje secreto para ti ¡oh rey!" El rey respondió: ¡Silencio!" y s alieron de su presencia todos los que estaban con él. 20 Ehúd se le acercó . El rey estaba sentado en su galería fresca particular. Ehúd le dijo: "Tengo una palabra de Di-s para ti." El rey se levantó de su silla. 21 Ehúd alargó su mano izquierda, cogió el puñal de su cadera derecha y se lo hundió en el vientre. 22 Detrás de la hoja entró incluso el mango, y la grasa se cerró sobre la hoja, p ues Ehúd no le sacó el puñal del vientre. Luego escapó por la ventana. 23 Ehúd salió por el pórtico; había cerrado tras de sí las puertas de la galería y echa do el cerrojo. 24 Después que se fue, llegaron los criados y vieron que las puertas de la ga lería tenían echado el cerrojo. Y se dijeron para sí: "Sin duda se está cubriendo los p ies en el aposento de la galería fresca." 25 Estuvieron esperando hasta quedar desconcertados, porque no acababan de abrirse las puertas de la galería. Cogieron la llave y abrieron. Su amo yacía en tie

rra, muerto. 26 Mientras esperaban, Ehúd había huido: había pasado los Ídolos y se había puesto a salvo en Hasseirá. 27 En cuanto llegó tocó el cuerno en la montaña de Efraím y los israelitas bajaron con él de la montaña. El se puso al frente de ellos, 28 y les dijo: "Seguidme, porque Adonai ha entregado a Moab, vuestro enemig o, en vuestras manos." Bajaron tras él, cortaron a Moab los vados del Jordán y no de jaron pasar a nadie. 29 Derrotaron en aquella ocasión a los de Moab; eran unos 10.000 hombres, tod os fuertes y valientes, y no escapó ni uno. 30 Aquél día fue humillado Moab bajo la mano de Israel, y el país quedó tranquilo o chenta años. 31 Después de él vino Samgar, hijo de Anat. Derrotó a los filisteos, que eran sei scientos hombres, con una aguijada de bueyes; él también salvó a Israel. Jueces 4 1 Cuando murió Ehúd los israelitas volvieron a hacer lo que desagradaba a Adon ai, 2 y Adonai los dejó a merced de Yabín, rey de Canaán, que reinaba en Jasor. El j efe de su ejército era Sísara, que habitaba en Jaróset Haggoyim. 3 Entonces los israelitas clamaron a Adonai. Porque Yabín tenía novecientos ca rros de hierro y había oprimido duramente a los israelitas durante veinte años. 4 En aquel tiempo, Débora, una profetisa, mujer de Lappidot, era juez en Isr ael. 5 Se sentaba bajo la palmera de Débora, entre Ramá y Betel, en la montaña de Efr aím; y los israelitas subían donde ella en busca de justicia. 6 Esta mandó llamar a Baraq, hijo de Abinoam, de Quédes de Neftalí, y le dijo: "¿A caso no te ordena esto Adonai, Di-s de Israel: "Vete, y en el monte Tabor reclut a y toma contigo 10.000 hombres de los hijos de Neftalí y de los hijos de Zabulón. 7 Yo atraeré hacia ti al torrente Quison a Sísara, jefe del ejército de Yabín, con sus carros y sus tropas, y los pondré en tus manos"?" 8 Baraq le respondió: "Si vienes tú conmigo, voy. Pero si no vienes conmigo, n o voy, porque no sé en qué día me dará la victoria el Ángel de Adonai." 9 "Iré contigo - dijo ella - sólo que entonces no será tuya la gloria del camino que emprendes, porque Adonai entregará a Sísara en manos de una mujer." Débora se lev antó y marchó con Baraq a Quédes. 10 Y Baraq convocó en Quédes a Zabulón y Neftalí. Subieron tras él 10.000 hombres y Déb ora subió con el. 11 Jéber el quenita, se había separado de la tribu de Caín y del clan de los hijo s de Jobab, el suegro de Moisés; había plantado su tienda cerca de la Encina de Saa nannim, cerca de Quédes. 12 Le comunicaron a Sísara que Baraq, hijo de Abinoam, había subido al monte Ta bor. 13 Reunió Sísara todos sus carros, y todas las tropas que tenía y las llevó de Jaróse t Haggoyim al Torrente de Quisón. 14 Débora dijo a Baraq: "Levántate, porque este es el día en que Adonai ha entreg ado a Sísara en tus manos. ¿No es cierto que Adonai marcha delante de ti?" Baraq bajó del monte Tabor seguido de los 10.000 hombres. 15 Adonai sembró el pánico en Sísara, en todos sus carros y en todo su ejército ant e Baraq. Sísara bajó de su carro y huyó a pie. 16 Baraq persiguió a los carros y al ejército hasta Jaróset Haggoyim. Todo el ejérc ito de Sísara cayó a filo de espada: no quedó ni uno. 17 Pero Sísara huyó a pie hacia la tienda de Yael, mujer de Jéber el quenita, por que reinaba la paz entre Yabín, rey de Jasor, y la casa de Jéber el quenita. 18 Yael salió al encuentro de Sísara y le dijo: "Entra, señor mío, entra en mi casa . No temas." Y entró en su tienda y ella lo tapó con un cobertor. 19 El le dijo: "Por favor, dame de beber un poco de agua, porque tengo sed. " Ella abrió el odre de la leche, le dio de beber y lo volvió a tapar. 20 El le dijo; "Estáte a la entrada de la tienda y si alguno viene, te pregun ta y te dice: "¿Hay alguien aquí?, respóndele que no."

21 Pero Yael, mujer de Jéber, cogió una clavija de la tienda, tomó el martillo en su mano, se le acercó callando y le hincó la clavija en la sien hasta clavarla en t ierra. El estaba profundamente dormido, agotado de cansancio; y murió. 22 Cuando llegó Baraq persiguiendo a Sísara, Yael salió a su encuentro y le dijo: "Ven, que te voy a mostrar al hombre que buscas." Entró donde ella, y Sísara yacía mu erto con la clavija en la sien. 23 Así humilló Di-s aquel día a Yabín, rey de Canaán, ante los israelitas. 24 La mano de los israelitas fue haciéndose cada vez más pesada sobre Yabín, rey de Canaán, hasta que acabaron con Yabín, rey de Canaán. Jueces 5 1 Aquel día, Débora y Baraq, hijo de Abinoam, entonaron este cántico: 2 Al soltarse en Israel la cabellera, cuando el pueblo se ofrece voluntari o, ¡bendecid a Adonai! 3 ¡Escuchad, reyes! ¡Prestad oídos, príncipes! yo a Adonai, yo voy a cantar. tocaré el salterio para Adonai, Di-s de Israel. 4 Cuando saliste de Seír, Adonai, cuando avanzaste por los campos de Edom, t embló la tierra, gotearon los cielos, las nubes en agua se fundieron. 5 Los montes se licuaron delante de Adonai, el del Sinaí, delante de Adonai, el Di-s de Israel. 6 En los días de Samgar, hijo de Anat, en los días de Yael, no había caravanas; los que hollaban calzadas marchaban por senderos desviados, 7 Vacíos en Israel quedaron los poblados, vacíos hasta tu despertar, oh Débora, hasta tu despertar, oh madre de Israel. 8 Se elegían dioses nuevos; por entonces la guerra en las puertas; ni un esc udo se ve ni una lanza para 40.000 en Israel! 9 Mi corazón con los jefes de Israel, con los voluntarios del pueblo. ¡Bendeci d a Adonai! 10 Los que cabalgáis en blancas asnas, los que os sentáis sobre tapices, los qu e vais por el camino, cantad, 11 al clamor de los repartidores junto a los abrevaderos.Allí se cantan los f avores de Adonai, los favores a sus poblados de Israel. (Entonces el pueblo de A donai bajó a las puertas). 12 Despierta, Débora, despierta! ¡Despierta, despierta, entona un cantar! ¡Animo! ¡Arriba, Baraq! ¡Apresa a los que te apresaron, hijo de Abinoam! 13 Entonces Israel bajó a las puertas, el pueblo de Adonai bajó por él, como un hér oe. 14 Los principales de Efraím en el valle.Detrás de ti Benjamín entre tu gente.De Makir han bajado capitanes, de Zabulón los que manejan cetro. 15 Los jefes de Isacar están con Débora, y Neftalí, con Baraq, en la llanura, lan zado tras sus huellas.En los arroyos de Rubén, magnánimas decisiones. 16 ¿Por qué te has quedado en los corrales, escuchando silbidos entre los rebaños ? (En los arroyos de Rubén, magnánimas decisiones.) 17 Allende el Jordán, Galaad se queda, y Dan, ¿por qué vive en naves extranjeras? Aser se ha quedado a orillas del mar, tranquilo en sus puertos mora. 18 Zabulón es un pueblo que reta a la muerte, y Neftalí, en las alturas del país. 19 Vinieron los reyes, combatieron, entonces combatieron los reyes de Canaán, en Tanak, en las aguas de Meguiddó, mas sin lograr botín de plata. 20 Desde los cielos lucharon las estrellas, desde sus órbitas lucharon contra Sísara. 21 El torrente Quisón barriólos, ¡el viejo torrente, el torrente Quisón! ¡Avanza, alm a mía, con denuedo! 22 Cascos de caballos sacuden el suelo: ¡galopan, galopan sus corceles! 23 Maldecid a Meroz, dice el Ángel de Adonai, maldecid, maldecid a sus morado res: pues no vinieron en ayuda de Adonai, en ayuda de Adonai como los héroes. 24 ¡Bendita entre las mujeres Yael (la mujer de Jéber el quenita), entre las mu jeres que habitan en tiendas, bendita sea! 25 Pedía agua, le dio leche, en la copa de los nobles le sirvió nata. 26 Tendió su mano a la clavija, la diestra al martillo de los carpinteros.Hir ió a Sísara, le partió la cabeza, le golpeó y le partió la sien;

27 a sus pies se desplomó, cayó, durmió, a sus pies se desplomó, cayó; donde se despl omó, allí cayó, deshecho. 28 A la ventana se asoma y atisba la madre de Sísara, por las celosías: "¿Por qué t arda en llegar su carro? ¿por qué se retrasa el galopar de su carroza? 29 La más discreta de sus princesas le responde; ella se lo repite a sí misma: 30 ¡"Será que han cogido botín y lo reparten: una doncella, dos doncellas para ca da guerrero; botín de paños de colores para Sísara, botín de paños de colores; un manto, d os mantos bordados para mi cuello!" 31 ¡Así perezcan todos tus enemigos, oh Adonai! ¡Y sean los que te aman como el s alir del sol con todo su fulgor!Y el país quedó tranquilo cuarenta años.

Jueces 6 1 Los israelitas hicieron lo que desagradaba a Adonai y Adonai los entregó d urante siete años en manos de Madián, 2 y la mano de Madián pesó sobre Israel. Para escapar de Madián, los israelitas se valieron de las hendiduras de las montañas, de las cuevas y las cumbres escarpa das. 3 Cuando sembraba Israel, venía Madián, con Amalec y los hijos de Oriente: subía n contra Israel, 4 acampaban en sus tierras y devastaban los productos de la tierra hasta l a entrada de Gaza. No dejaban víveres en Israel: ni ovejas, ni bueyes, ni asnos, 5 porque subían numerosos como langostas, con sus ganados y sus tiendas. Ell os y sus camellos eran innumerables e invadían el país para saquearlo. 6 Así Madián redujo a Israel a una gran miseria y los israelitas clamaron a Ad onai. 7 Cuando los israelitas clamaron a Adonai por causa de Madián, 8 Adonai envió a los israelitas un profeta que les dijo: "Así habla Adonai, Di -s de Israel: Yo os hice subir de Egipto, y os saqué de la casa de servidumbre. 9 Os libré de la mano de los egipcios y de todos los que os oprimían. Los arro jé de delante de vosotros, os di su tierra, 10 y os dije: "Yo soy Adonai, vuestro Di-s. No veneréis a los dioses de los a morreos, en cuya tierra habitáis." Pero no habéis escuchado mi voz." 11 Vino el Ángel de Adonai y se sentó bajo el terebinto de Ofrá, que pertenecía a J oás de Abiézer. Su hijo Gedeón majaba trigo en el lagar para ocultárselo a Madián, 12 cuando el Ángel de Adonai se le apareció y le dijo: "Adonai contigo, valient e guerrero." 13 Contestó Gedeón: "Perdón, señor mío. Si Adonai está con nosotros ¿por qué nos ocurre o esto? ¿Dónde están todos esos prodigios que nos cuentan nuestros padres cuando dicen : "¿No nos hizo subir Adonai de Egipto?" Pero ahora Adonai nos ha abandonado, nos ha entregado en manos de Madián..." 14 Entonces Adonai se volvió hacia él y dijo: "Vete con esa fuerza que tienes y salvarás a Israel de la mano de Madián. ¿No soy yo el que te envía?" 15 Le respondió Gedeón: "Perdón, señor mío, ¿cómo voy a salvar yo a Israel? Mi clan es e más pobre de Manasés y yo el último en la casa de mi padre." 16 Adonai le respondió: "Yo estaré contigo y derrotarás a Madián como si fuera un h ombre solo." 17 Gedeón le dijo: "Si he hallado gracia a tus ojos dame una señal de que eres tú el que me hablas. 18 No te marches de aquí, por favor, hasta que vuelva donde ti. Te traeré mi of renda y la pondré delante de ti". El respondió: "Me quedaré hasta que vuelvas." 19 Gedeón se fue, preparó un cabrito y con una medida de harina hizo unas torta s ázimas; puso la carne en un canastillo y el caldo en una olla, y lo llevó bajo el terebinto. Cuando se acercaba, 20 le dijo el Ángel de Adonai: "Toma la carne y las tortas ázimas, ponlas sobre esa roca y vierte el caldo." Gedeón lo hizo así. 21 Entonces el Ángel de Adonai extendió la punta del bastón que tenía en la mano y tocó la carne y las tortas ázimas. Salió fuego de la roca, consumió la carne y las torta s ázimas, y el Ángel de Adonai desapareció de su vista. 22 Entonces Gedeón se dio cuenta de que era el Ángel de Adonai y dijo: "¡Ay, mi s eñor Adonai! ¡Pues he visto al Ángel de Adonai cara a cara!"

23 Adonai le respondió: "La paz sea contigo. No temas, no morirás." 24 Gedeón levantó en aquel lugar un altar a Adonai y lo llamó Adonai-Paz. Todavía h oy está en Ofrá de Abiezer. 25 Sucedió que aquella misma noche Adonai dijo a Gedeón: "Toma el toro de tu pa dre, el toro de siete años; vas a derribar el altar de Baal propiedad de tu padre y cortar el cipo que está junto a él. 26 Luego construirás a Adonai tu Di-s, en la cima de esa altura escarpada, un altar bien preparado. Tomarás el toro y lo quemarás en holocausto, con la leña del c ipo que habrás cortado." 27 Gedeón tomó entonces diez hombres de entre sus criados e hizo como Adonai le había ordenado. Pero, como temía a su familia y a la gente de la ciudad, en lugar d e hacerlo de día, lo hizo de noche. 28 A la mañana siguiente se levantó la gente de la ciudad; el altar de Baal est aba derruido, el cipo que se alzaba junto a él, cortado; y el toro había sido ofrec ido en holocausto sobre el altar recién construido. 29 Entonces se dijeron unos a otros: "¿Quién habrá hecho esto?" Tras indagar y bu scar dijeron: "Es Gedeón, hijo de Joás, el que lo ha hecho." 30 La gente de la ciudad dijo entonces a Joás: "Haz salir a tu hijo, y que mu era, pues ha derruido el altar de Baal y cortado el cipo que se alzaba a su lad o." 31 Joás respondió a todos los que tenía delante: "¿Es que vosotros vais a salir en defensa de Baal? ¿Vosotros le vais a salvar? (El que defiende a Baal, tiene que mo rir antes del amanecer.) Si es dios, que pleitee con él, ya que le destruyó su altar ." 32 Aquel día se llamó a Gedeón Yerubbaal, porque decían: "¡Que Baal pleitee con él, pue s le destruyó su altar!". 33 Todo Madián, Amalec y los hijos de Oriente se juntaron, pasaron el Jordán, y acamparon en la llanura de Yizreel. 34 El espíritu de Adonai revistió a Gedeón; él tocó el cuerno y Abiezer se reunió a él. 35 Envió mensajeros por todo Manasés, que se reunió también con él; y envió mensajeros por Aser, Zabulón y Neftalí, que le salieron al encuentro. 36 Gedeón dijo a Di-s: "Si verdaderamente vas a salvar por mi mano a Israel, como has dicho, 37 yo voy a tender un vellón sobre la era; si hay rocío solamente sobre el vellón y todo el suelo queda seco, sabré que tú salvarás a Israel por mi mano, como has pro metido." 38 Así sucedió. Gedeón se levantó de madrugada, estrujó el vellón y exprimió su rocío, u copa llena de agua. 39 Gedeón dijo a Di-s: "No te irrites contra mí si me atrevo a hablar de nuevo. Por favor, quisiera hacer por última vez la prueba con el vellón: que quede seco sólo el vellón y que haya rocío por todo el suelo." 40 Y Di-s lo hizo así aquella noche. Quedó seco solamente el vellón y por todo el suelo había rocío. Jueces 7 1 Madrugó Yerubbaal (o sea Gedeón), así como todo el pueblo que estaba con él, y a campó junto a En Jarod; el campamento de Madián quedaba al norte del suyo, al pie de la colina de Moré, en el valle. 2 Adonai dijo a Gedeón: "Demasiado numeroso es el pueblo que te acompaña para que ponga yo a Madián en sus manos; no se vaya a enorgullecer Israel de ello a mi costa diciendo: "¡Mi propia mano me ha salvado!" 3 Ahora pues, pregona esto a oídos del pueblo: "El que tenga miedo y tiemble , que se vuelva y mire desde el monte Gelboé". 22.000 hombres de la tropa se volv ieron y quedaron 10.000. 4 Adonai dijo a Gedeón: "Hay todavía demasiada gente; hazles bajar al agua y a llí te los pondré a prueba. Aquel de quien te diga: "Que vaya contigo", ése irá contigo. Y aquel de quien te diga: "Que no vaya contigo", no ha de ir." 5 Gedeón hizo bajar la gente al agua y Adonai le dijo: "A todos los que lami eren el agua con la lengua como lame un perro, los pondrás a un lado y a todos los que se arrodillen para beber, los pondrás al otro."

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El número de los que lamieron el agua con las manos a la boca resultó ser de trescientos. Todo el resto del pueblo se había arrodillado para beber. 7 Entonces Adonai dijo a Gedeón: "Con los trescientos hombres que han lamido el agua os salvaré, y entregaré a Madián en tus manos. Que todos los demás vuelvan cad a uno a su casa." 8 Tomaron en sus manos las provisiones del pueblo y sus cuernos, y mandó a t odos los israelitas cada uno a su tienda, quedándose sólo con los trescientos hombre s. El campamento de Madián estaba debajo del suyo en el valle. 9 Aquella noche le dijo Adonai: "Levántate y baja al campamento, porque lo h e puesto en tus manos. 10 No obstante, si temes bajar, baja al campamento con tu criado Purá, 11 y escucha lo que dicen. Se fortalecerá tu mano con ello y luego bajarás a at acar al campamento. Bajó, pues, con su criado Purá hasta la extremidad de las avanza dillas del campamento. 12 Madián, Amalec y todos los hijos de Oriente habían caído sobre el valle, numer osos como langostas, y sus camellos eran innumerables como la arena de la orilla del mar. 13 Se acercó Gedeón y he aquí que un hombre contaba un sueño a su vecino; decía: "He tenido un sueño: una hogaza de pan de cebada rodaba por el campamento de Madián, lle gó hasta la tienda, chocó contra ella y la volcó lo de arriba abajo." 14 Su vecino le respondió: "Esto no puede significar más que la espada de Gedeón, hijo de Joás, el israelita. Di-s ha entregado en sus manos a Madián y a todo el cam pamento." 15 Cuando Gedeón oyó la narración del sueño y su explicación, se postró, volvió al campa ento de Israel y dijo: " ¡Levantaos! porque Adonai ha puesto en vuestras manos el campamento de Madián." 16 Gedeón dividió a los trescientos hombres en tres cuerpos. Les dio a todos cu ernos y cántaros vacíos, con antorchas dentro de los cántaros. 17 Les dijo: "Miradme a mí y haced lo mismo. Cuando llegue yo al extremo del campamento, lo que yo haga lo haréis vosotros. 18 Yo y todos mis compañeros tocaremos los cuernos; vosotros también tocaréis los cuernos alrededor del campamento y gritaréis: ¡Por Adonai y por Gedeón!" 19 Gedeón y los cien hombres que le acompañaban llegaron al extremo del campame nto al comienzo de la guardia de la medianoche, cuando acababan de hacer el rel evo de los centinelas; tocaron los cuernos y rompieron los cántaros que llevaban en la mano. 20 Entonces los tres cuerpos del ejército tocaron los cuernos, y rompieron lo s cántaros; en la izquierda tenían las antorchas y en la derecha los cuernos para t ocarlos; gritaban: "Espada por Adonai y por Gedeón!" 21 Y se quedaron quietos cada uno en su lugar alrededor del campamento. Tod o el campamento se despertó y, lanzando alaridos, se dieron a la fuga. 22 Mientras los trescientos tocaban los cuernos, Adonai volvió la espada de c ada uno contra su compañero por todo el campamento. La tropa huyó hasta Bet Hassittá, hacia Sartán, hasta la orilla de Abel Mejolá frente a Tabbat. 23 Los hombres de Israel se reunieron, de Neftalí, de Aser y de todo Manasés, y persiguieron a Madián. 24 Gedeón envió mensajeros por toda la montaña de Efraím diciendo: "Bajad al encuen tro de Madián y cortadles los vados hasta Bet Bará y el Jordán." Se reunieron todos lo s hombres de Efraím y ocuparon los vados hasta Bet Bará y el Jordán. 25 Hicieron prisioneros a los dos jefes de Madián, Oreb y Zeeb; mataron a Ore b en la Peña de Oreb y a Zeeb en el Lagar de Zeeb. Persiguieron a Madián y llevaron a Gedeón, al otro lado del Jordán, las cabezas de Oreb y Zeeb. Jueces 8 1 La gente de Efraím dijo a Gedeón: "¿Por qué has hecho esto con nosotros, no conv ocándonos cuando has ido a combatir a Madián?" Y discutieron con él violentamente. 2 El les respondió: "¿Qué he hecho yo en comparación de lo que habéis hecho vosotros ? ¿No vale más el rebusco de Efraím que la vendimia de Abiézer? 3 Di-s ha entregado a los jefes de Madián en vuestras manos, a Oreb y a Zeeb . ¿Qué he podido hacer yo en comparación con vosotros?" Con estas palabras que les di

jo, se calmó su animosidad contra él. 4 Gedeón llegó al Jordán y lo pasó; pero él y los trescientos hombres que tenía consig o estaban agotados por la persecución. 5 Dijo, pues, a la gente de Sukkot: "Dad, por favor, tortas de pan a la tr opa que me sigue, porque está agotada, y voy persiguiendo a Zébaj y a Salmunná, reyes de Madián. 6 Pero los jefes de Sukkot respondieron: "¿Acaso has sujetado ya las manos d e Zébaj y Salmunná para que demos pan a tu ejército?" 7 Gedeón les respondió: "Bien; cuando Adonai haya entregado en mis manos a Zébaj y a Salmunná, os desgarraré las carnes con espinas del desierto y con cardos." 8 De allí subió a Penuel y les habló de igual manera. Pero la gente de Penuel le respondió como lo había hecho la gente de Sukkot. 9 El respondió a los de Penuel: "Cuando vuelva vencedor, derribaré esa torre." 10 Zébaj y Salmunná estaban en Carcor con su ejército, unos 15.000 hombres, todos los que habían quedado del ejército de los hijos de Oriente. Los que habían caído eran 120.000 guerreros. 11 Gedeón subió por el camino de los que habitan en tiendas, al este de Nóbaj y d e Yogbohá, y derrotó al ejército, cuando se creían ya seguros. 12 Zébaj y Salmunná huyeron. El los persiguió e hizo prisioneros a los dos reyes de Madián, Zébaj y Salmunná. Y destruyó todo el ejército. 13 Después de la batalla, Gedeón, hijo de Joás, volvió por la pendiente de Jares. 14 Habiendo detenido a un joven de la gente de Sukkot, le interrogó, y él le di o por escrito los jefes de Sukkot y los ancianos: 77 hombres. 15 Gedeón se dirigió entonces a la gente de Sukkot y dijo: "Aquí tenéis a Zébaj y Sal munná, a propósito de los cuales me injuriasteis diciendo: ¿Acaso has sujetado ya las manos de Zébaj y Salmunná para que demos pan a tus tropas agotadas?" 16 Tomó entonces a los ancianos de la ciudad y cogiendo espinas del desierto y cardos, desgarró a los hombres de Sukkot. 17 Derribó la torre de Penuel y mató a los habitantes de la ciudad. 18 Luego dijo a Zébaj y Salmunná: "¿Cómo eran los hombres que matasteis en el Tabor ?" Ellos respondieron: "Se parecían a ti; cualquiera de ellos tenía la apariencia de un hijo de rey." 19 Respondió Gedeón: "Eran mis hermanos, hijos de mi madre. ¡Vive Adonai que, si los hubieseis dejado vivos, no os mataría!" 20 Y dijo a Yéter, su hijo mayor: "¡Levántate! ¡Mátalos!" Pero el muchacho no desenva inó la espada; no se atrevía, porque era todavía muy joven. 21 Zébaj y Salmunná dijeron entonces: "Levántate tú, hiérenos, porque según es el hombr e es su valentía." Gedeón se levantó, mató a Zébaj y a Salmunná y tomó las lunetas que sus ca ellos llevaban al cuello. 22 Los hombres de Israel dijeron a Gedeón: "Reina sobre nosotros tú, tu hijo y tu nieto, pues nos has salvado de la mano de Madián." 23 Pero Gedeón les respondió: "No seré yo el que reine sobre vosotros ni mi hijo; Adonai será vuestro rey." 24 Y añadió Gedeón: "Os voy a pedir una cosa: que cada uno me dé un anillo de su bo tín." Porque los vencidos tenían anillos de oro, pues eran ismaelitas. 25 Respondieron ellos: "Te los damos con mucho gusto." Extendió él su manto y e llos echaron en él cada uno un anillo de su botín. 26 El peso de los anillos de oro que les había pedido, se elevó a 1.700 siclos de oro, sin contar las lunetas, los pendientes y los vestidos de púrpura que lleva ban los reyes de Madián, ni tampoco los collares que pendían del cuello de sus camel los. 27 Gedeón hizo con todo ello un efod, que colocó en su ciudad, en Ofrá. Y todo Is rael se prostituyó allí tras él y vino a ser una trampa para Gedeón y su familia. 28 Allí fue humillado Madián ante los israelitas, y no volvió a levantar cabeza. El país estuvo tranquilo cuarenta años, mientras vivió Gedeón. 29 Se fue, pues, Yerubbaal, hijo de Joás, y se quedó en su casa. 30 Gedeón tuvo setenta hijos, nacidos de él, pues tenía muchas mujeres. 31 Y la concubina que tenía en Siquem, le dio a luz también un hijo, a quien pu so por nombre Abimélek. 32 Murió Gedeón, hijo de Joás, después de una dichosa vejez y fue enterrado en la t

umba de su padre Joás, en Ofrá de Abiézer. 33 Después de la muerte de Gedeón, los israelitas volvieron a prostituirse ante los Baales y tomaron por dios a Baal Berit. 34 Los israelitas olvidaron a Adonai su Di-s, que los había librado de la man o de todos los enemigos de alrededor. 35 No fueron agradecidos con la casa de Yerubbaal-Gedeón, por todo el bien qu e había hecho a Israel. Jueces 9 1 Abimélek, hijo de Yerubbaal, marchó a Siquem, donde los hermanos de su madre , y les dijo a ellos y a todo el clan de la familia de su madre: 2 "Decid esto, por favor, a oídos de todos los señores de Siquem: ¿Qué es mejor pa ra vosotros, que os estén mandando setenta hombres, todos los hijos de Yerubbaal, o que os mande uno solo? Recordad además que yo soy de vuestros huesos y de vuest ra carne." 3 Los hermanos de su madre hablaron de él en los mismos términos a todos los s eñores de Siquem, y su corazón se inclinó hacia Abimélek, porque se decían: "Es nuestro he rmano." 4 Le dieron setenta siclos de plata del templo de Baal Berit, con los que Abimélek contrató a hombres miserables, y vagabundos, que se fueron con él. 5 Fue entonces a casa de su padre, en Ofrá, y mató a sus hermanos, los hijos d e Yerubbaal, setenta hombres, sobre una misma piedra. Sólo escapó Jotam, el hijo me nor de Yerubbaal, porque se escondió. 6 Luego se reunieron todos los señores de Siquem y todo Bet Milló, y fueron y proclamaron rey a Abimélek junto al Terebinto de la estela que hay en Siquem. 7 Se lo anunciaron a Jotam, quien se colocó en la cumbre del monte Garizim, alzó la voz y clamó: "Escuchadme, señores de Siquem, y que Di-s os escuche. 8 Los árboles se pusieron en camino para ungir a uno como su rey.Dijeron al olivo: "Sé tú nuestro rey." 9 Les respondió el olivo: "¿Voy a renunciar a mi aceite con el que gracias a mí son honrados los dioses y los hombres, para ir a vagar por encima de los árboles?" 10 Los árboles dijeron a la higuera: "Ven tú, reina sobre nosotros." 11 Les respondió la higuera: "¿Voy a renunciar a mi dulzura y a mi sabroso frut o, para ir a vagar por encima de los árboles? 12 Los árboles dijeron a la vid: "Ven tú, reina sobre nosotros." 13 Les respondió la vid: "¿Voy a renunciar a mi mosto, el que alegra a los dios es y a los hombres, para ir a vagar por encima de los árboles?" 14 Todos los árboles dijeron a la zarza: "Ven tú, reina sobre nosotros." 15 La zarza respondió a los árboles: "Si con sinceridad venís a ungirme a mí para r einar sobre vosotros, llegad y cobijaos a mi sombra.Y si no es así, brote fuego de la zarza y devore los cedros del Líbano."" 16 "Ahora pues, ¿habéis obrado con sinceridad y lealtad al elegir rey a Abimélek? ¿Os habéis portado bien con Yerubbaal y su casa y le habéis tratado según el mérito de su s manos? 17 Mi padre combatió por vosotros, arriesgó su vida, os libró de la mano de Madián; 18 y vosotros os habéis alzado hoy contra la casa de mi padre, habéis matado a sus hijos, setenta hombres sobre una misma piedra, y habéis puesto por rey a Abimél ek, el hijo de su esclava, sobre los señores de Siquem, por ser él vuestro hermano. 19 Si, pues, habéis obrado con sinceridad y lealtad con Yerubbaal y con su ca sa en el día de hoy, que Abimélek sea vuestra alegría y vosotros la suya. 20 De lo contrario, que salga fuego de Abimélek y devore a los señores de Sique m y de Bet Milló; y que salga fuego de los señores de Siquem y Bet Milló y devore a A bimélek." 21 Y Jotam huyó, se puso a salvo y fue a Beer, donde se estableció, lejos del a lcance de su hermano Abimélek. 22 Abimélek gobernó tres años en Israel. 23 Pero Di-s envió un espíritu de discordia entre Abimélek y los señores de Siquem; y los señores de Siquem traicionaron a Abimélek, 24 para que el crimen cometido contra los setenta hijos de Yerubbaal fuera

vengado y su sangre cayera sobre su hermano Abimélek, que los había asesinado, y so bre los señores de Siquem, que le habían ayudado a asesinar a sus hermanos. 25 Los señores de Siquem prepararon contra él emboscadas en las cimas de los mo ntes y saqueaban a todo el que pasaba cerca por el camino. Y se dio aviso a Abimél ek. 26 Gaal, hijo de Obed, acompañando a sus hermanos, vino a pasar por Siquem y se ganó la confianza de los señores de Siquem. 27 Salieron éstos al campo a vendimiar sus viñas, pisaron las uvas, hicieron fi esta y entraron en el templo de su dios. Comieron y bebieron y maldijeron a Abimél ek. 28 Entonces Gaal, hijo de Obed, exclamó: "¿Quién es Abimélek y qué es Siquem para que le sirvamos? ¿por qué el hijo de Yerubbaal y Zebul, su lugarteniente, no han de ser vir a la gente de Jamor, padre de Siquem? ¿Por qué hemos de servirles nosotros? 29 ¡Quién pusiera este pueblo en mis manos! Yo echaría a Abimélek y le diría: Refuerz a tu ejército y sal a la lucha." 30 Zebul, gobernador de la ciudad, se enteró de la propuesta de Gaal, hijo de Obed, y montó en cólera. 31 Envió secretamente mensajeros donde Abimélek, para decirle: "Mira que Gaal, hijo de Obed, con sus hermanos, ha llegado a Siquem y están soliviantando a la ciu dad contra ti. 32 Por tanto, levántate de noche, tú y la gente que tienes contigo, y tiende un a emboscada en el campo; 33 por la mañana temprano, en cuanto salga el sol, te levantas y te lanzas co ntra la ciudad. Cuando Gaal salga a tu encuentro con su gente, harás con él lo que te venga a mano." 34 Abimélek se levantó de noche con todas las tropas de que disponía y tendieron una emboscada frente a Siquem, repartidos en cuatro grupos. 35 Cuando Gaal, hijo de Obed, salió y se detuvo a la entrada de la puerta de la ciudad, Abimélek y la tropa que le acompañaba salieron de su emboscada. 36 Gaal vio la tropa y dijo a Zebul: "Mira la gente que baja de las cumbres de los montes." Zebul respondió: "Es la sombra de los montes lo que ves y te pare cen hombres." 37 Gaal volvió a decir: "Mirad la gente que baja del lado del Ombligo de la T ierra, y otra partida llega por el camino de la Encina de los Adivinos." 38 Zebul le dijo entonces: "¿Qué has hecho de tu boca tú que decías: "¿Quién es Abimélek para que le sirvamos?" ¿ No es esa la gente que despreciaste? Sal, pues, ahora y p elea contra ellos." 39 Gaal salió al frente de los señores de Siquem y presentó batalla a Abimélek. 40 Abimélek persiguió a Gaal, pero se le escapó; y muchos cayeron muertos antes d e llegar a la puerta. 41 Abimélek habitó en Arumá; y Zebul expulsó a Gaal y a sus hermanos y no les dejó ha bitar en Siquem. 42 Al día siguiente el pueblo salió al campo. Se dio aviso de ello a Abimélek, 43 que tomó su tropa, la repartió en tres grupos y tendió una emboscada en el cam po. Cuando vio que la gente salía de la ciudad, cayó sobre ellos y los derrotó. 44 Abimélek y el grupo que estaba con él, atacó y tomó posiciones a la entrada de l a puerta de la ciudad; los otros dos grupos se lanzaron contra todos los que es taban en el campo y los derrotaron. 45 Todo aquel día estuvo Abimélek atacando a la ciudad. Cuando la tomó, mató a la p oblación, arrasó la ciudad y la sembró de sal. 46 Al saberlo los vecinos de Migdal Siquem se metieron en la cripta del tem plo de El Berit. 47 Se comunicó a Abimélek que todos los señores de Migdal Siquem estaban juntos; 48 entonces Abimélek subió al monte Salmón, con toda su tropa, y tomando un hacha en sus manos, cortó una rama de árbol, la alzó y echándosela al hombro dijo a la tropa que le acompañaba: "Lo que me habéis visto hacer, deprisa, hacedlo también vosotros." 49 Y todos sus hombres cortaron cada uno su rama; luego siguieron a Abimélek, pusieron las ramas sobre la cripta y prendieron fuego a la cripta con ellos deb ajo. Así murieron también todos los habitantes de Migdal Siquem, unos mil hombres y mujeres.

50 Marchó Abimélek contra Tebés, la asedió y tomó. 51 Había en medio de la ciudad una torre fuerte, y en ella se refugiaron todo s los hombres y mujeres, y todos los señores de la ciudad. Cerraron por dentro y subieron a la terraza de la torre. 52 Abimélek llegó hasta la torre, la atacó y alcanzó la puerta de la torre con ánimo de prenderle fuego. 53 Entonces una mujer le arrojó una muela de molino a la cabeza y le partió el cráneo. 54 El llamó enseguida a su escudero y le dijo: "Desenvaina tu espada y mátame, para que no digan de mí: Lo ha matado una mujer." Su escudero lo atravesó y murió. 55 Cuando la gente de Israel vio que Abimélek había muerto, se volvió cada uno a su lugar. 56 Así devolvió Di-s a Abimélek el mal que había hecho a su padre al matar a sus se tenta hermanos. 57 Y también sobre la cabeza de la gente de Siquem hizo Di-s caer toda su mal dad. De este modo se cumplió en ellos la maldición de Jotam, hijo de Yerubbaal. Jueces 10 1 Después de Abimélek surgió para salvar a Israel Tolá, hijo de Puá, hijo de Dodó. Era de Isacar y habitaba en Samir, en la montaña de Efraím. 2 Fue juez de Israel veintitrés años; murió y fue sepultado en Samir. 3 Tras él surgió Yaír, de Galaad, que fue juez de Israel veintidós años. 4 Tenía treinta hijos que montaban treinta pollinos y tenían treinta ciudades, que se llaman todavía hoy los Aduares de Yaír, en el país de Galaad. 5 Murió Yaír, y fue sepultado en Camón. 6 Los israelitas volvieron a hacer lo que desagradaba a Adonai. Sirvieron a los Baales y a las Astartés, a los dioses de Aram y Sidón, a los dioses de Moab, a los de los ammonitas y de los filisteos. Abandonaron a Adonai y ya no le servían. 7 Entonces se encendió la cólera de Adonai contra Israel y los entregó en manos de los filisteos y en manos de los ammonitas. 8 Estos molestaron y oprimieron a los israelitas desde aquel año durante die ciocho años, a todos los israelitas que vivían en Transjordania, en el país amorreo d e Galaad. 9 Los ammonitas pasaron el Jordán para atacar también a Judá, a Benjamín y a la ca sa de Efraím, e Israel pasó por grave aprieto. 10 Los israelitas clamaron a Adonai diciendo: "Hemos pecado contra ti, porq ue hemos abandonado a Adonai nuestro Di-s para servir a los Baales." 11 Y Adonai dijo a los israelitas: "Cuando los egipcios, los amorreos, los ammonitas, los filisteos, 12 los sidonios, Amalec y Madián os oprimían y clamasteis a mí ¿no os salvé de sus ma nos? 13 Pero vosotros me habéis abandonado y habéis servido a otros dioses. Por eso no he de salvaros otra vez. 14 Id y gritad a los dioses que habéis elegido: que os salven ellos en el tie mpo de vuestra angustia". 15 Los israelitas respondieron a Adonai: "Hemos pecado, haz con nosotros to do lo que te plazca; pero, por favor, sálvanos hoy." 16 Y retiraron de en medio de ellos a los dioses extranjeros y sirvieron a Adonai. Y Adonai no pudo soportar el sufrimiento de Israel. 17 Los ammonitas se concentraron y vinieron a acampar en Galaad. Los israel itas se reunieron y acamparon en Mispá. 18 Entonces el pueblo, los jefes de Galaad, se dijeron unos a otros: "¿Quién se rá el hombre que emprenda el ataque contra los hijos de Ammón? El estará al frente de todos los habitantes de Galaad." Jueces 11 1 Jefté el galaadita, era un valiente guerrero. Era hijo de una prostituta. Y era Galaad el que había engendrado a Jefté. 2 Pero la mujer de Galaad le había dado hijos, y crecieron los hijos de la m ujer y echaron a Jefté diciéndole: " Tú no tendrás herencia en la casa de nuestro padre,

porque eres hijo de otra mujer." 3 Jefté huyó lejos de sus hermanos y se quedó en el país de Tob. Se le juntó una ban da de gente miserable, que hacía correrías con él. 4 Andando el tiempo, los ammonitas vinieron a combatir contra Israel. 5 Y cuando los ammonitas estaban atacando a Israel, los ancianos de Galaad fueron a buscar a Jefté al país de Tob. 6 Dijeron a Jefté: "Ven, tú serás nuestro caudillo en la guerra con los ammonita s." 7 Pero Jefté respondió a los ancianos de Galaad: "¿No sois vosotros los que me o diasteis y me echasteis de la casa de mi padre? ¿Por qué acudís a mí ahora que estáis en a prieto?" 8 Los ancianos de Galaad replicaron a Jefté: "Por eso ahora volvemos donde t i: ven con nosotros; tú atacarás a los ammonitas y serás nuestro jefe y el de todos lo s habitantes de Galaad." 9 Jefté respondió a los ancianos de Galaad: "Si me hacéis volver para combatir a los ammonitas y Adonai me los entrega, yo seré vuestro jefe." 10 Respondieron a Jefté los ancianos de Galaad: "Adonai sea testigo entre nos otros si no hacemos como tú has dicho." 11 Jefté partió con los ancianos de Galaad y el pueblo le hizo su jefe y caudil lo; y Jefté repitió todas sus condiciones delante de Adonai en Mispá. 12 Jefté envió al rey de los ammonitas mensajeros que le dijeran: "¿Qué tenemos que ver tú y yo para que vengas a atacarme en mi propio país?" 13 El rey de los ammonitas respondió a los mensajeros de Jefté: "Porque Israel, cuando subía de Egipto, se apoderó de mi país desde el Arnón hasta el Yabboq y el Jordán . Así que ahora devuélvemelo por las buenas." 14 Jefté envió de nuevo mensajeros al rey de los ammonitas 15 y le dijo: "Así habla Jefté: Israel no se ha apoderado ni del país de Moab ni del de los ammonitas. 16 Cuando subió de Egipto, Israel caminó por el desierto hasta el mar de Suf y llegó a Cadés. 17 Entonces Israel envió mensajeros al rey de Edom para decirle: "Déjame, por f avor, pasar por tu país", pero el rey de Edom no les atendió. Los envió también al rey d e Moab, el cual tampoco accedió, e Israel se quedó en Cadés; 18 luego, avanzando por el desierto, rodeó el país de Edom y el de Moab y llegó a l oriente del país de Moab. Acamparon a la otra parte del Arnón, sin cruzar la front era de Moab, pues el Arnón es el límite de Moab. 19 Israel envió mensajeros a Sijón, rey de los amorreos, que reinaba en Jesbón, y le dijo: "Déjame, por favor, pasar por tu país hasta llegar a mi destino." 20 Pero Sijón le negó a Israel el paso por su territorio, reunió toda su gente, q ue acampó en Yahsá, y atacó a Israel. 21 Adonai, Di-s de Israel, puso a Sijón y a todo su pueblo en manos de Israel , que los derrotó, y conquistó Israel todo el país de los amorreos que habitaban allí. 22 Así conquistaron todo el territorio de los amorreos, desde el Arnón hasta el Yabboq y desde el desierto hasta el Jordán. 23 Con que Adonai, Di-s de Israel, quitó su heredad a los amorreos en favor d e su pueblo Israel, ¿y tú se la vas a quitar? 24 ¿No posees ya todo lo que tu dios Kemós ha quitado para ti a sus poseedores? Igualmente nosotros poseemos todo lo que Adonai nuestro Di-s ha quitado para no sotros a sus poseedores. 25 ¿Vas a ser tú más que Balaq, hijo de Sippor, rey de Moab? ¿Pudo acaso él hacerse f uerte contra Israel y luchar contra él? 26 Cuando se estableció Israel en Jesbón y en sus filiales, en Aroer y en sus f iliales y en todas las ciudades que están a ambos lados del Arnón, (trescientos años) ¿por qué no las habéis recuperado desde entonces? 27 Yo no te he ofendido; eres tú el que te portas mal conmigo si me atacas. A donai, el Juez, juzgue hoy entre los hijos de Israel y los hijos de Ammón." 28 Pero el rey de los ammonitas no hizo caso de las palabras que Jefté le man dó decir. 29 El espíritu de Adonai vino sobre Jefté, que recorrió Galaad y Manasés, pasó por Mi spá de Galaad y de Mispá de Galaad pasó donde los ammonitas.

30 Y Jefté hizo un voto a Adonai: "Si entregas en mis manos a los ammonitas, 31 el primero que salga de las puertas de mi casa a mi encuentro cuando vue lva victorioso de los ammonitas, será para Adonai y lo ofreceré en holocausto." 32 Jefté pasó donde los ammonitas para atacarlos, y Adonai los puso en sus mano s. 33 Los derrotó desde Aroer hasta cerca de Minnit (veinte ciudades) y hasta Ab el Keramim. Fue grandísima derrota y los ammonitas fueron humillados delante de lo s israelitas. 34 Cuando Jefté volvió a Mispá, a su casa, he aquí que su hija salía a su encuentro b ailando al son de las panderetas. Era su única hija; fuera de ella no tenía ni hijo ni hija. 35 Al verla, rasgó sus vestiduras y gritó: "¡Ay, hija mía! ¡Me has destrozado! ¿Habías d ser tú la causa de mi desgracia? Abrí la boca ante Adonai y no puedo volverme atrás." 36 Ella le respondió: "Padre mío, has abierto tu boca ante Adonai, haz conmigo lo que salió de tu boca, ya que Adonai te ha concedido vengarte de tus enemigos l os ammonitas." 37 Después dijo a su padre: "Que se me conceda esta gracia: déjame dos meses pa ra ir a vagar por las montañas y llorar con mis compañeras mi virginidad." 38 El le dijo: "Vete." Y la dejó marchar dos meses. Ella se fue con sus compañe ras y estuvo llorando su virginidad por los montes. 39 Al cabo de los dos meses, volvió donde su padre y él cumplió en ella el voto q ue había hecho. La joven no había conocido varón. Y se hizo costumbre en Israel: 40 de año en año las hijas de Israel van a lamentarse cuatro días al año por la hij a de Jefté el galaadita.

Jueces 12 1 Los hombres de Efraím se juntaron, pasaron el Jordán en dirección a Safón y dije ron a Jefté: "Por qué has ido a atacar a los ammonitas y no nos has invitado a march ar contigo? Vamos a prender fuego a tu casa contigo dentro." 2 Jefté les respondió: "Teníamos un gran conflicto mi pueblo y yo con los ammoni tas; os pedí ayuda y no me librasteis de sus manos. 3 Cuando vi que nadie venía a ayudarme, arriesgué la vida, marché contra los amm onitas y Adonai los entregó en mis manos. ¿Por qué, pues, habéis subido hoy contra mí par a hacerme la guerra?" 4 Entonces Jefté reunió a todos los hombres de Galaad y atacó a Efraím, los de Gal aad derrotaron a los de Efraím, porque éstos decían: "vosotros los galaaditas sois fug itivos de Efraím, en medio de Efraím, en medio de Manasés." 5 Galaad cortó a Efraím los vados del Jordán y cuando los fugitivos de Efraím decían : "Dejadme pasar", los hombres de Galaad preguntaban: "¿Eres efraimita?" Y si resp ondía: "No", 6 le añadían: "Pues di Sibbólet". Pero él decía: "Sibbólet" porque no podía pronunciarl así. Entonces le echaban mano y lo degollaban junto a los vados del Jordán. Perecie ron en aquella ocasión 42.000 hombres de Efraím. 7 Jefté juzgó a Israel seis años; luego Jefté el galaadita murió y fue sepultado en su ciudad, Mispá de Galaad. 8 Después de él fue juez en Israel Ibsán de Belén. 9 Tenía treinta hijos y treinta hijas. A éstas las casó fuera y de fuera trajo t reinta mujeres para sus hijos. Fue juez en Israel siete años. 10 Y murió Ibsán y fue sepultado en Belén. 11 Después de él fue juez en Israel Elón de Zabulón. Juzgó a Israel diez años. 12 Y murió Elón de Zabulón y fue sepultado en Ayyalón, en tierra de Zabulón. 13 Después de él fue juez en Israel Abdón, hijo de Hillel, de Piratón. 14 Tenía cuarenta hijos y treinta nietos, que montaban setenta pollinos. Juzgó a Israel ocho años. 15 Y murió Abdón, hijo de Hillel de Piratón, y fue sepultado en Piratón, en tierra de Efraím, en la montaña de los amalecitas. Jueces 13 1 Los israelitas volvieron a hacer lo que desagradaba a Adonai y Adonai lo s entregó a merced de los filisteos durante cuarenta años.

2 Había un hombre en Sorá, de la tribu de Dan, llamado Manóaj. Su mujer era estéri l y no había tenido hijos. 3 El ángel de Adonai se apareció a esta mujer y le dijo: "Bien sabes que eres estéril y que no has tenido hijos, 4 pero concebirás y darás a luz un hijo. En adelante guárdate de beber vino ni b ebida fermentada y no comas nada impuro. 5 Porque vas a concebir y a dar a luz un hijo. No pasará la navaja por su ca beza, porque el niño será nazir de Di-s desde el seno de su madre. El comenzará a sal var a Israel de la mano de los filisteos." 6 La mujer fue a decírselo a su marido: "Un hombre de Di-s ha venido donde mí; su aspecto era como el del Ángel de Di-s, muy terrible. No le he preguntado de dón de venía ni él me ha manifestado su nombre. 7 Pero me ha dicho: "Vas a concebir y a dar a luz un hijo. En adelante no bebas vino ni bebida fermentada y no comas nada impuro, porque el niño será nazir d e Di-s desde el seno de su madre hasta el día de su muerte." 8 Manóaj invocó a Adonai y dijo: "Te ruego, Señor, que el hombre de Di-s que has enviado venga otra vez donde nosotros y nos enseñe lo que hemos de hacer con el n iño cuando nazca." 9 Di-s escuchó a Manóaj y el Ángel de Di-s vino otra vez donde la mujer cuando e staba sentada en el campo. Manóaj, su marido, no estaba con ella. 10 La mujer corrió enseguida a informar a su marido y le dijo: "Mira, se me h a aparecido el hombre que vino donde mí el otro día." 11 Manóaj se levantó y, siguiendo a su mujer, llegó donde el hombre y le dijo: "¿Er es tú el que has hablado con esta mujer?" El respondió: "Yo soy." 12 Le dijo Manóaj: "Cuando tu palabra se cumpla ¿cuál deberá ser la norma del niño y su conducta?" 13 El Ángel de Adonai respondió a Manóaj: "Deberá abstenerse él de todo lo que indiqué a esta mujer. 14 No probará nada de lo que procede de la viña, no beberá vino ni bebida ferment ada, no comerá nada impuro y observará todo lo que yo le he mandado." 15 Manóaj dijo entonces al Ángel de Adonai: "Permítenos retenerte y prepararte un cabrito." 16 Pero el Ángel de Adonai dijo a Manóaj: "Aunque me obligues a quedarme no pro baré tu comida. Pero si quieres preparar un holocausto, ofréceselo a Adonai." Porque Manóaj no sabía que era el Ángel de Adonai. 17 Manóaj dijo entonces al Ángel de Adonai: "¿Cuál es tu nombre para que, cuando se cumpla tu palabra, te podamos honrar?" 18 El Ángel de Adonai le respondió: "¿Por qué me preguntas el nombre, si es maravil loso?." 19 Manóaj tomó el cabrito y la oblación y lo ofreció en holocausto, sobre la roca, a Adonai, que obra maravillas. Manóaj y su mujer estaban mirando. 20 Cuando la llama subía del altar hacia el cielo, el Ángel de Adonai subía en la llama. Manóaj y su mujer lo estaban viendo y cayeron rostro en tierra. 21 Al desaparecer el Ángel de Adonai de la vista de Manóaj y su mujer, Manóaj se dio cuenta de que era el Ángel de Adonai. 22 Y dijo Manóaj a su mujer: "Seguro que vamos a morir, porque hemos visto a Di-s." 23 Su mujer le respondió: "Si Adonai hubiera querido matarnos no habría aceptad o de nuestra mano el holocausto ni la oblación, no nos habría mostrado todas estas c osas ni precisamente ahora nos habría hecho oír esto." 24 La mujer dio a luz un hijo y le llamó Sansón. El niño creció y Adonai le bendijo . 25 Y el espíritu de Adonai comenzó a excitarle en el Campamento de Dan, entre S orá y Estaol. Jueces 14 1 Sansón bajó a Timná y se fijó en Timná en una mujer entre las hijas de los filiste os. 2 Subió y se lo dijo a su padre y a su madre: "He visto en Timná una mujer de entre las hijas de los filisteos: tomádmela para esposa."

3 Su padre y su madre le dijeron: "¿No hay ninguna mujer entre las hijas de tus hermanos y en todo mi pueblo, para que vayas a tomar mujer entre esos filist eos incircuncisos?" Pero Sansón respondió a su padre: "Toma a ésa para mí, porque esa es la que me gusta." 4 Su padre y su madre no sabían que esto venía de Adonai, que buscaba un prete xto contra los filisteos, pues por aquel tiempo los filisteos dominaban a Israel . 5 Sansón bajó a Timná y al llegar a las viñas de Timná, vio un leoncillo que venía rug iendo a su encuentro. 6 El espíritu de Adonai le invadió, y sin tener nada en la mano, Sansón despedazó al león como se despedaza un cabrito; pero no contó ni a su padre ni a su madre lo q ue había hecho. 7 Bajó y habló con la mujer, la cual le agradó. 8 Algún tiempo después, volvió Sansón para casarse con ella. Dio un rodeo para ver el cadáver del león y he aquí que en el cuerpo del león había un enjambre de abejas con miel. 9 La recogió en su mano y según caminaba la iba comiendo. Cuando llegó donde su padre y su madre les dio miel y comieron, pero no les dijo que la había cogido del cadáver del león. 10 Su padre bajó donde la mujer y Sansón hizo allí un banquete, pues así suelen hac er los jóvenes. 11 Pero, al verle, eligieron treinta compañeros para que estuvieran con él. 12 Sansón les dijo: "Os voy a proponer una adivinanza. Si me dais la solución d entro de los siete días de la fiesta y acertáis, os daré treinta túnicas y treinta muda s. 13 Pero si no podéis darme la solución, entonces me daréis vosotros treinta túnicas y treinta mudas." Ellos le dijeron: "Propón tu adivinanza, que te escuchamos." 14 El les dijo: "Del que come salió comida, y del fuerte salió dulzura."A los t res días aún no habían acertado la adivinanza. 15 Al cuarto día dijeron a la mujer de Sansón: "Convence a tu marido para que n os explique la adivinanza. Si no, te quemaremos a ti y a la casa de tu padre. ¿O es que nos habéis invitado para robarnos?" 16 La mujer de Sansón se puso a llorar sobre él, y dijo: "Tú me odias y no me ama s. Has propuesto una adivinanza a los hijos de mi pueblo y a mí no me la has expli cado." El le respondió: "Ni a mi padre ni a mi madre se la he explicado ¿y te la voy a explicar a ti?" 17 Ella estuvo llorando encima de él los siete días que duró la fiesta. Por fin e l séptimo día se la explicó, porque lo tenía asediado y ella explicó la adivinanza a los h ijos de su pueblo. 18 El séptimo día, antes que entrara en la alcoba, la gente de la ciudad dijo a Sansón: "¿Qué hay más dulce que la miel, y qué más fuerte que el león?"El les respondió:"Si hubierais arado con mi novilla, no habríais acertado mi adivinanza." 19 Luego el espíritu de Adonai le invadió, bajó a Ascalón y mató allí a treinta hombres , tomó sus despojos y entregó las mudas a los acertantes de la adivinanza; luego, en cendido en cólera, subió a la casa de su padre. 20 La mujer de Sansón pasó a ser de un compañero suyo, el que había sido su amigo d e confianza. Jueces 15 1 Algún tiempo después, por los días de la siega del trigo, fue Sansón a visitar a su mujer llevando un cabrito y dijo: "Quiero llegarme a mi mujer, en la alcoba. " Pero el padre de ella no le dejó entrar. 2 y le dijo: "Yo pensé que ya no la querías y se la di a tu compañero. ¿No vale más su hermana menor? Sea tuya en lugar de la otra." 3 Sansón les replicó: "Esta vez no tengo culpa con los con los filisteos si le s hago daño." 4 Se fue Sansón, y cazó trescientas zorras; cogió unas teas y, juntando a los an imales cola con cola, puso una tea en medio entre las dos colas. 5 Prendió fuego a las teas y luego, soltando las zorras por las mieses de lo s filisteos, incendió las gavillas y el trigo todavía en pie y hasta las viñas y oliva

res. 6 Los filisteos preguntaron: "¿Quién ha hecho esto?" Y les respondieron: "Sansón , el yerno del timnita, porque éste tomó a su mujer y se la dio a su compañero." Enton ces los filisteos subieron y quemaron a aquella mujer y la casa de su padre. 7 Sansón les dijo: "Ya que os portáis así no he de parar hasta vengarme de vosot ros." 8 Y les midió las costillas causándoles un gran estrago. Después bajó a la gruta d e la roca de Etam y se quedó allí. 9 Los filisteos subieron a acampar en Judá e hicieron una incursión por Lejí. 10 Y les dijeron los hombres de Judá: "¿Por qué habéis subido contra nosotros?" Res pondieron: "Hemos subido para amarrar a Sansón, para hacer con él lo que él ha hecho c on nosotros." 11 3.000 hombres de Judá bajaron a la gruta de la roca de Etam y dijeron a Sa nsón: "¿No sabes que los filisteos nos están dominando? ¿Qué nos has hecho?" El les respo ndió: "Como me trataron a mí, les he tratado yo a ellos." 12 Ellos le dijeron: "Hemos bajado para amarrarte y entregarte en manos de los filisteos." Sansón les dijo: "Juradme que no me vais a matar vosotros mismos." 13 Le respondieron: "No; sólo queremos amarrarte y entregarte, no te mataremo s." Lo amarraron, pues, con dos cordeles nuevos y lo sacaron de entre las rocas. 14 Cuando llegaba a Lejí y los filisteos corrían a su encuentro, con gritos de triunfo, el espíritu de Adonai vino sobre él: los cordeles que sujetaban sus brazos fueron como hilos de lino que se queman al fuego y las ligaduras se deshicieron entre sus manos. 15 Encontró una quijada de asno todavía fresca, alargó la mano, la cogió y mató con e lla a mil hombres. 16 Sansón dijo entonces: "Con quijada de asno los amontoné.Con quijada de asno, a mil hombres sacudí." 17 Cuando terminó de hablar, tiró la quijada: por eso se llamó aquel lugar Ramat Lejí. 18 Entonces sintió una sed terrible e invocó a Adonai diciendo: "Tú has logrado e sta gran victoria por mano de tu siervo y ahora ¿voy a morir de sed y a caer en ma nos de los incircuncisos?" 19 Entonces Di-s hendió la cavidad que hay en Lejí y brotó agua de ella. Sansón beb ió, recobró su espíritu y se reanimó. Por eso se dio el nombre de En Haccoré a la fuente q ue existe todavía hoy en Lejí. 20 Sansón fue juez en Israel en la época de los filisteos por espacio de veinte años. Jueces 16 1 De allí Sansón se dirigió a Gaza, vio allí una meretriz y entró donde ella. 2 Se dio aviso a los hombres de Gaza: "Ha venido Sansón." Ellos le rodearon y le estuvieron acechando a la puerta de la ciudad. Estuvieron quietos toda la n oche pensando: "Esperemos hasta que despunte el día y lo mataremos." 3 Sansón estuvo durmiendo hasta media noche; y a media noche se levantó, cogió l as hojas de la puerta de la ciudad con sus dos jambas, las arrancó junto con la ba rra, se las cargó a la espalda, y las subió hasta la cumbre del monte que está frente a Hebrón. 4 Después de esto, se enamoró de una mujer de la vaguada de Soreq, que se llam aba Dalila. 5 Los tiranos de los filisteos subieron donde ella y le dijeron: "Sonsácale y entérate de dónde le viene esa fuerza tan enorme, y cómo podríamos dominarlo para amar rarlo y tenerlo sujeto. Nosotros te daremos cada uno 1.100 siclos de plata." 6 Dalila dijo a Sansón: "Dime, por favor, ¿de dónde te viene esa fuerza tan gran de y con qué habría que atarte para tenerte sujeto?" 7 Sansón le respondió: "Si me amarraran con siete cuerdas de arco todavía fresca s, sin dejarlas secar, me debilitaría y sería como un hombre cualquiera." 8 Los tiranos de los filisteos llevaron a Dalila siete cuerdas de arco fre scas, sin secar aún, y lo amarró con ellas. 9 Tenía ella hombres apostados en la alcoba y le gritó: "Los filisteos contra ti, Sansón". El rompió las cuerdas de arco como se rompe el hilo de estopa en cuanto

siente el fuego. Así no se descubrió el secreto de la fuerza. 10 Entonces Dalila dijo a Sansón: "Te has reído de mí y me has dicho mentiras; di me pues, por favor, con qué habría que atarte." 11 El le respondió: "Si me amarraran bien con cordeles nuevos sin usar, me de bilitaría y sería como un hombre cualquiera." 12 Dalila cogió unos cordeles nuevos, lo amarró con ellos y le gritó: "Los filist eos contra ti, Sansón." Tenía ella hombres apostados en la alcoba, pero él rompió los c ordeles de sus brazos como un hilo. 13 Entonces Dalila dijo a Sansón: "Hasta ahora te has estado burlando de mi y no me has dicho más que mentiras. Dime con qué habría de amarrarte." El le respondió: " Si tejieras las siete trenzas de mi cabellera con la trama y las clavaras con la clavija del tejedor, me debilitaría y sería como un hombre cualquiera." 14 Ella le hizo dormir, tejió luego las siete trenzas de su cabellera con la trama, las clavó con la clavija y le gritó: "Los filisteos contra ti, Sansón." El se despertó de su sueño y arrancó la trama y la clavija. Así no se descubrió el secreto de su fuerza. 15 Dalila le dijo: "¿Cómo puedes decir: "Te amo ", si tu corazón no está conmigo? T res veces te has reído ya de mí y no me has dicho en qué consiste esa fuerza tan grand e." 16 Como todos los días le asediaba con sus palabras y le importunaba, aburrid o de la vida, 17 le abrió todo su corazón y le dijo: "La navaja no ha pasado jamás por mi cabez a, porque soy nazir de Di-s desde el vientre de mi madre. Si me rasuraran, mi fu erza se retiraría de mí, me debilitaría y sería como un hombre cualquiera." 18 Dalila comprendió entonces que le había abierto todo su corazón, mandó llamar a los tiranos de los filisteos y les dijo: "Venid esta vez, pues me ha abierto tod o su corazón." Y los tiranos de los filisteos vinieron donde ella con el dinero e n la mano. 19 Ella hizo dormir a Sansón sobre sus rodillas y llamó a un hombre que le cortó las siete trenzas de su cabeza. Entonces ella comenzó a humillarlo, y se retiró de él su vigor. 20 Ella gritó: "Los filisteos contra ti, Sansón." El se despertó de su sueño y se d ijo: "Saldré como las otras veces y me desembarazaré." No sabía que Adonai se había apar tado de él. 21 Los filisteos le echaron mano, le sacaron los ojos, y lo bajaron a Gaza. Allí lo ataron con una doble cadena de bronce y daba vueltas a la muela en la cárc el. 22 Pero el pelo de su cabeza, nada más rapado, empezó a crecer. 23 Los tiranos de los filisteos se reunieron para ofrecer un gran sacrifici o a su dios Dagón y hacer gran fiesta. Decían: "Nuestro dios ha puesto en nuestras manos a Sansón nuestro enemigo." 24 En cuanto lo vio la gente, alababa a su dios diciendo: "Nuestro dios ha puesto en nuestras manos a Sansón nuestro enemigo, al que devastaba nuestro país y m ultiplicaba nuestras víctimas." 25 Y como su corazón estaba alegre, dijeron: "Llamad a Sansón para que nos divi erta." Trajeron, pues, a Sansón de la cárcel, y él les estuvo divirtiendo; luego lo pu sieron de pie entre las columnas. 26 Sansón dijo entonces al muchacho que lo llevaba de la mano: "Ponme donde p ueda tocar las columnas en las que descansa la casa para que me apoye en ellas. " 27 La casa estaba llena de hombres y mujeres. Estaban dentro todos los tira nos de los filisteos y, en el terrado, unos 3.000 hombres y mujeres contemplando los juegos de Sansón. 28 Sansón invocó a Adonai y exclamó: "Señor Adonai, dígnate acordarte de mí, hazme fuer te nada más que esta vez, oh Di-s, para que de un golpe me vengue de los filisteos por mis dos ojos." 29 Y Sansón palpó las dos columnas centrales sobre las que descansaba la casa, se apoyó contra ellas, en una con su brazo derecho, en la otra con el izquierdo, 30 y gritó: "¡Muera yo con los filisteos!" Apretó con todas sus fuerzas y la casa se derrumbó sobre los tiranos y sobre toda la gente allí reunida. Los muertos que

mató al morir fueron más que los que había matado en vida. 31 Sus hermanos y toda la casa de su padre bajaron y se lo llevaron. Lo sub ieron y sepultaron entre Sorá y Estaol, en el sepulcro de su padre Manóaj. Había juzga do a Israel por espacio de veinte años. Jueces 17 1 Había en la montaña de Efraím un hombre llamado Miqueas. 2 Dijo a su madre: "Los 1.100 siclos de plata que te quitaron y por los qu e lanzaste una maldición, incluso oí que dijiste... esa plata la tengo yo; yo la ro bé." Su madre respondió: "Que mi hijo sea bendito de Adonai". 3 Y él le devolvió los 1.100 siclos de plata. Y su madre dijo: "Yo consagré sole mne y espontáneamente, por mi hijo, esta plata a Adonai, para hacer con ella una i magen y un ídolo de fundición, pero ahora te la devuelvo." Y él devolvió la plata a su madre. 4 Su madre tomó doscientos siclos de plata y los entregó al fundidor. Este le hizo una imagen (y un ídolo de metal fundido) que quedó en casa de Miqueas. 5 Este hombre, Miká, tenía una Casa de Di-s; hizo un efod y unos terafim e inv istió a uno de sus hijos que vino a ser su sacerdote. 6 En aquel tiempo no había rey en Israel y hacía cada uno lo que le parecía bien . 7 Había un joven de Belén de Judá, de la familia de Judá, que era levita y residía a llí como forastero. 8 Este hombre dejó la ciudad de Belén de Judá para ir a residir donde pudiera. H aciendo su camino llegó a la montaña de Efraím, a la casa de Miká. 9 Miká le preguntó: "¿De dónde vienes?" Le respondió: "Soy un levita de Belén de Judá. engo de paso para residir donde pueda." 10 Miká le dijo: "Quédate en mi casa, y serás para mí un padre y un sacerdote; yo t e daré diez siclos de plata al año, el vestido y la comida." 11 El levita accedió a quedarse en casa de aquel hombre y el joven fue para él como uno de sus hijos. 12 Miká invistió al levita; el joven fue su sacerdote y se quedó en casa de Miká. 13 Y dijo Miká: "Ahora sé que Adonai me favorecerá, porque tengo a este levita co mo sacerdote."

Jueces 18 1 Por aquel tiempo no había rey en Israel. Por entonces la tribu de Dan busc aba un territorio donde habitar, pues hasta aquel día no le había tocado heredad en tre las tribus de Israel. 2 Los danitas enviaron a cinco hombres de su familia, hombres valientes de Sorá y Estaol, para recorrer el país y explorarlo. Y les dijeron: "Id a explorar es a tierra." Llegaron a la montaña de Efraím cerca de la casa de Miká, y pasaron allí la n oche. 3 Como estaban cerca de la casa de Miká, reconocieron la voz del joven levit a, y llegándose allá le dijeron: "¿Quién te ha traído por acá?, ¿qué haces en este lugar? ¿qu ha perdido aquí?" 4 El les respondió: "Esto y esto ha hecho por mí Miká. Me ha tomado a sueldo y s oy su sacerdote." 5 Le dijeron: "Consulta, pues, a Di-s, para que sepamos si el viaje que es tamos haciendo tendrá feliz término." 6 Les respondió el sacerdote: "Id en paz; el viaje que hacéis está bajo la mirad a de Adonai." 7 Los cinco hombres partieron y llegaron a Lais. Vieron que las gentes que habitaban allí vivían seguras, según las costumbres de los sidonios, tranquilas y con fiadas; que nada faltaba allí de cuanto produce la tierra, que estaban lejos de lo s sidonios y no tenían relaciones con los arameos. 8 Volvieron entonces donde sus hermanos, a Sorá y Estaol, y éstos les pregunta ron: "¿Qué noticias traéis?" 9 Ellos respondieron: "¿Arriba!, vayamos contra ellos, porque hemos visto el país y es excelente. Pero ¿por qué estáis parados sin decir nada? No dudéis en partir par a ir a conquistar aquella tierra.

10 Cuando lleguéis, os encontraréis con un pueblo tranquilo. El país es espacioso : Di-s lo ha puesto en nuestras manos; es un lugar en el que no falta nada de lo que puede haber sobre la tierra." 11 Partieron, pues, de allí, del clan de los danitas, de Sorá y Estaol, seiscie ntos hombres bien armados. 12 Subieron y acamparon en Quiryat Yearim, en Judá. Por eso, todavía hoy, se ll ama aquel lugar el Campamento de Dan. Está detrás de Quiryat Yearim. 13 De allí pasaron a la montaña de Efraím y llegaron a la casa de Miká. 14 Los cinco hombres que habían ido a recorrer la tierra, tomaron la palabra y dijeron a sus hermanos: "¿No sabéis que hay aquí en estas casas un efod, unos teraf im, una imagen y un ídolo de metal fundido? Considerad, pues, lo que habéis de hacer ." 15 Llegándose allá entraron en la casa del joven levita, la casa de Miká, y le di eron el saludo de paz. 16 Los seiscientos hombres danitas con sus armas de guerra estaban en el um bral de la puerta. 17 Los cinco hombres que habían ido a recorrer la tierra subieron, entraron d entro y cogieron la imagen, el efod, los terafim y el ídolo de fundición; entre tant o el sacerdote estaba en el umbral de la puerta con los seiscientos hombres arma dos. 18 Aquéllos, pues, entrando en la casa de Miká, cogieron la imagen, el efod, lo s terafim y el ídolo de fundición. El sacerdote les dijo: "¿Qué estáis haciendo?" 19 "Calla - le contestaron - pon la mano en la boca y ven con nosotros. Serás para nosotros padre y sacerdote. ¿Prefieres ser sacerdote de la casa de un partic ular a ser sacerdote de una tribu y de un clan de Israel?" 20 Se alegró con ello el corazón del sacerdote, tomó el efod, los terafim y la im agen y se fue en medio de la tropa. 21 Reemprendieron el camino colocando en la cabeza a las mujeres, los niños, los rebaños y los objetos preciosos. 22 Estaban ya lejos de la casa de Miká, cuando los hombres de las casas vecin as a la casa de Miká dieron la alarma y salieron en persecución de los danitas, 23 y les gritaron. Se volvieron éstos y dijeron a Miká: "¿Qué te pasa para gritar a sí?" 24 Respondió: "Me habéis quitado a mi dios, el que yo me había hecho, y a mi sace rdote. Vosotros os marcháis, y a mí ¿qué me queda? y encima me decís: ¿Qué te pasa?" 25 Los danitas le contestaron: "Calla de una vez, no sea que algunos irrita dos caigan sobre vosotros y pierdas tu vida y la de tu casa." 26 Los danitas siguieron su camino; y Miká, viendo que eran más fuertes, se vol vió a su casa. 27 Ellos tomaron el dios que Miká había fabricado y el sacerdote que tenía, y mar charon contra Lais, pueblo tranquilo y confiado. Pasaron a cuchillo a la población e incendiaron la ciudad. 28 Nadie vino en su ayuda, porque estaba lejos de Sidón y no tenía relaciones c on los arameos. Estaba situada en el valle que se extiende hacia Bet Rejob. Reco nstruyeron la ciudad, se establecieron en ella, 29 y le pusieron el nombre de Dan, en recuerdo de su padre Dan, hijo de Isr ael. Aunque antiguamente la ciudad se llamaba Lais. 30 Los danitas erigieron para sí la imagen. Jonatán, hijo de Guersón, hijo de Moi sés, y después sus hijos, fueron sacerdotes de la tribu de Dan hasta el día de la depo rtación del país. 31 Se erigieron la imagen que había hecho Miká y allí permaneció mientras estuvo en Silo la casa de Di-s. Jueces 19 1 En aquel tiempo, cuando aún no había rey en Israel, hubo un hombre, levita, que residía como forastero en los confines de la montaña de Efraím. Tomó por concubina a una mujer de Belén de Judá. 2 Se enfadó con él su concubina y lo dejó para volver a la casa de su padre en B elén de Judá, donde permaneció bastante tiempo, unos cuatro meses. 3 Su marido se puso en camino y fue donde ella, para hablarle al corazón y h

acerla volver; llevaba consigo a su criado y un par de asnos. Cuando llegó a casa del padre de ella, le vio el padre de la joven y salió contento a su encuentro. 4 Su suegro, el padre de la joven, lo retuvo y él se quedó con él tres días; comie ron y bebieron y pasaron allí la noche. 5 Al cuarto día se levantaron de madrugada y el levita se dispuso a partir; el padre de la joven dijo a su yerno: "Toma un bocado de pan para cobrar ánimo, y luego marcharás." 6 Se sentaron, y se pusieron a comer y beber los dos juntos. Luego el padr e de la joven dijo al hombre: "Decídete, pasa aquí la noche y que se alegre tu corazón ." 7 Se levantó el hombre para marchar, pero el suegro le porfió y se quedó aquella noche. 8 Al quinto día madrugó para marchar, pero el padre de la joven le dijo: "Cobr a ánimo primero, por favor." Y pasaron el tiempo hasta declinar el día y comieron ju ntos. 9 Se levantaron para marchar el marido con su concubina y su siervo, pero su suegro, el padre de la joven, le dijo: "Mira que la tarde está al caer. Pasa aq uí la noche y que se alegre tu corazón. Mañana de madrugada marcharéis y volverás a tu tie nda." 10 Pero el hombre no quiso pasar la noche allí; se levantó, partió y llegó frente a Jebús, o sea, Yerushalaim. Llevaba consigo los dos asnos cargados, su concubina y su criado. 11 Cuando llegaban cerca de Jebús, era ya hora muy avanzada. El criado dijo a su amo: "Vamos, dejemos el camino y entremos en esa ciudad de los jebuseos par a pasar allí la noche." 12 Su amo le respondió: "No vamos a entrar en una ciudad de extranjeros, que no son israelitas; pasaremos de largo hasta Guibeá." 13 Y añadió a su criado: "Vamos a acercarnos a uno de esos poblados; pasaremos la noche en Guibeá o Ramá." 14 Pasaron, pues, de largo y continuaron su marcha. Y a la puesta del sol, llegaron frente a Guibeá de Benjamín. 15 Se desviaron hacia allí y fueron a pasar la noche en Guibeá. El levita entró y se sentó en la plaza de la ciudad, pero no hubo nadie que les ofreciera casa dond e pasar la noche. 16 Llegó un viejo que volvía por la tarde de sus faenas del campo. Era un hombr e de la montaña de Efraím que residía como forastero en Guibeá; mientras que la gente d el lugar era benjaminita. 17 Alzando los ojos, se fijó en el viajero que estaba en la plaza de la ciuda d, y el anciano le dijo: "¿A dónde vas y de dónde vienes?" 18 Y el otro le respondió: "Estamos de paso, venimos de Belén de Judá y vamos has ta los confines de la montaña de Efraím, de donde soy. Fui a Belén de Judá y ahora vuelv o a mi casa, pero nadie me ha ofrecido su casa. 19 Y eso que tenemos paja y forraje para nuestros asnos, y pan y vino para mí, para tu sierva y para el joven que acompaña a tu siervo. No nos falta de nada." 20 El viejo le dijo: "La paz sea contigo; yo proveeré a todas tus necesidades ; pero no pases la noche en la plaza." 21 Le llevó, pues, a su casa y echó pienso a los asnos. Y ellos se lavaron los pies, comieron y bebieron. 22 Mientras alegraban su corazón, los hombres de la ciudad, gente malvada, ce rcaron la casa y golpeando la puerta le dijeron al viejo, dueño de la casa: "Haz s alir al hombre que ha entrado en tu casa para que lo conozcamos." 23 El dueño de la casa salió donde ellos y les dijo: "No, hermanos míos; no os po rtéis mal. Puesto que este hombre ha entrado en mi casa no cometáis esa infamia. 24 Aquí está mi hija, que es doncella. Os la entregaré. Abusad de ella y haced co n ella lo que os parezca; pero no cometáis con este hombre semejante infamia." 25 Pero aquellos hombres no quisieron escucharle. Entonces el hombre tomó a s u concubina y se la sacó fuera. Ellos la conocieron, la maltrataron toda la noche hasta la mañana y la dejaron al amanecer. 26 Llegó la mujer de madrugada y cayó a la entrada de la casa del hombre donde estaba su marido; allí quedó hasta que fue de día.

27 Por la mañana se levantó su marido, abrió las puertas de la casa y salió para co ntinuar su camino; y vio que la mujer, su concubina, estaba tendida a la entrad a de la casa, con las manos en el umbral, 28 y le dijo: "Levántate, vámonos." Pero no le respondió. Entonces el hombre la c argó sobre su asno y se puso camino de su pueblo. 29 Llegado a su casa, cogió un cuchillo y tomando a su concubina la partió miem bro por miembro en doce trozos y los envió por todo el territorio de Israel. 30 Y dio esta orden a su emisarios: "Esto habéis de decir a todos los israeli tas: ¿Se ha visto alguna vez cosa semejante desde que los israelitas subieron del país de Egipto hasta hoy? Pensad en ello, pedid consejo y tomad una decisión." Y to dos los que lo veían, decían: "Nunca ha ocurrido ni se ha visto cosa igual desde que los israelitas subieron del país de Egipto hasta hoy." Jueces 20 1 Salieron, pues, todos los israelitas y se reunió toda la comunidad como un solo hombre, desde Dan hasta Berseba y el país de Galaad, delante de Adonai, en Mispá. 2 Los principales de todo el pueblo y todas las tribus de Israel acudieron a la asamblea del pueblo de Di-s: 400.000 hombres de a pie, armados de espada. 3 Oyeron los benjaminitas que los hijos de Israel habían subido a Mispá... Los israelitas dijeron: "Decidnos cómo ha sido el crimen." 4 El levita, marido de la mujer asesinada, tomó la palabra y dijo: "Había lleg ado yo con mi concubina a Guibeá de Benjamín para pasar la noche. 5 Los señores de Guibeá se levantaron contra mí y rodearon por la noche la casa; intentaron matarme a mí, y abusaron tanto de mi concubina que murió. 6 Tomé entonces a mi concubina, la descuarticé y la envié por todo el territorio de la heredad de Israel, porque habían cometido una vergüenza y una infamia en Isr ael. 7 Aquí estáis todos, israelitas: tratadlo y tomad aquí mismo una resolución." 8 Todo el pueblo se levantó como un solo hombre diciendo: "Ninguno de nosotr os marchará a su tienda, nadie volverá a su casa. 9 Esto es lo que hemos de hacer con Guibeá. Echaremos a suertes 10 y tomaremos de todas las tribus de Israel diez hombres por cada cien, ci en por cada mil, y mil por cada 10.000; ellos recogerán víveres para la tropa, para hacer, en cuanto lleguen, con Guibeá de Benjamín según la infamia que han cometido en Israel." 11 Así se juntó contra la ciudad toda la gente de Israel como un solo hombre. 12 Las tribus de Israel enviaron emisarios a toda la tribu de Benjamín dicien do: "¿Qué crimen es ése que se ha cometido entre vosotros? 13 Ahora, pues, entregadnos a esos hombres malvados de Guibeá, para que los m atemos y desaparezca el mal de Israel." Pero los benjaminitas no quisieron hacer caso a sus hermanos los israelitas. 14 Los benjaminitas, dejando sus ciudades, se reunieron en Guibeá para salir al combate contra los israelitas. 15 Aquel día los benjaminitas llegados de las diversas ciudades hicieron el c enso, que dio en total 25.000 hombres armados de espada, sin contar los habitan tes de Guibeá. 16 En toda esta tropa había setecientos hombres elegidos, zurdos, capaces tod os ellos de lanzar una piedra con la honda contra un cabello sin errar el tiro. 17 La gente de Israel hizo también el censo. Sin contar a Benjamín, eran 400.00 0 armados de espada; todos hombres de guerra. 18 Partieron, pues, y subieron a Betel. Consultaron a Di-s y le preguntaron los israelitas: "¿Quién de nosotros subirá el primero a combatir contra los benjamini tas?" Y Adonai respondió: "Judá subirá primero." 19 Los israelitas se levantaron temprano y acamparon frente a Guibeá. 20 Salieron los hombres de Israel para combatir contra Benjamín y se pusieron en orden de batalla frente a Guibeá. 21 Pero los benjaminitas salieron de Guibeá y dejaron muertos en tierra aquel día a 22.000 hombres de Israel. 22 Los israelitas subieron a llorar delante de Adonai hasta la tarde y lueg

o consultaron a Adonai diciendo: "¿He de entablar combate otra vez contra los hij os de mi hermano Benjamín?" Adonai respondió: "Subid contra él." 23 Entonces la tropa de Israel recobró su valor y volvió a ponerse en orden de batalla en el mismo lugar que el primer día. 24 El segundo día los israelitas se acercaron a los benjaminitas; 25 pero también aquel segundo día Benjamín salió de Guibeá a su encuentro y volvió a de jar tendidos en tierra a 18.000 israelitas; todos ellos armados de espada. 26 Entonces todos los israelitas y todo el pueblo subieron hasta Betel, llo raron, se quedaron allí delante de Adonai, ayunaron todo el día hasta la tarde y ofr ecieron holocaustos y sacrificios de comunión delante de Adonai. 27 Consultaron luego los israelitas a Adonai, pues el arca de la alianza de Di-s se encontraba allí, 28 y Pinjás, hijo de Eleazar, hijo de Aarón, estaba entonces a su servicio. Dij eron: "¿He de salir otra vez a combatir a los hijos de mi hermano Benjamín o debo de jarlo?" Adonai respondió: "Subid, porque mañana lo entregaré en vuestras manos." 29 Israel puso gente emboscada alrededor de Guibeá. 30 Al tercer día los israelitas marcharon contra los benjaminitas y se pusier on en orden de batalla como las otras veces frente a Guibeá. 31 Los benjaminitas salieron a su encuentro y se dejaron atraer lejos de la ciudad. Comenzaron como las otras veces a matar gente del pueblo por los camino s que suben, uno a Betel y otro a Guibeá, a campo raso: unos treinta hombres de Is rael. 32 Los benjaminitas se dijeron: "Han sido derrotados ante nosotros como la primera vez." Pero los israelitas se habían dicho: "Vamos a huir para atraerlos le jos de la ciudad hacia los caminos." 33 Entonces todos los hombres de Israel se levantaron de sus puestos, tomar on posiciones en Baal Tamar, y los emboscados de Israel atacaron desde su puest o al oeste de Gueba. 34 10.000 hombres elegidos de todo Israel llegaron frente a Guibeá. El combat e se endureció; los benjaminitas no se daban cuenta de la calamidad que se les venía encima. 35 Adonai derrotó a Benjamín ante Israel y aquel día los israelitas mataron en Be njamín a 25.100 hombres, todos ellos armados de espada. 36 Los benjaminitas se vieron derrotados. Los hombres de Israel habían cedido terreno a Benjamín porque contaban con la emboscada que habían puesto contra Guibeá. 37 Los emboscados marcharon a toda prisa contra Guibeá, se desplegaron y pasa ron a cuchillo a toda la ciudad. 38 La gente de Israel y los emboscados habían convenido en levantar una humar eda, como señal, desde la ciudad; 39 entonces harían frente a los combatientes de Israel. Benjamín comenzó matando a algunos israelitas, unos treinta hombres. Y se decían: "Están completamente derro tados ante nosotros, como en la primera batalla." 40 Pero entonces, la señal, la columna de humo, comenzó a levantarse de la ciud ad, y Benjamín, mirando atrás, vio que toda la ciudad subía en llamas al cielo. 41 Entonces los hombres de Israel hicieron frente y los benjaminitas tembla ron al ver la calamidad que se les venía encima. 42 Volvieron la espalda ante la gente de Israel camino del desierto, pero l os combatientes los acosaban, y los que venían de la ciudad los destrozaban cogiénd olos en medio. 43 Así envolvieron a Benjamín, lo persiguieron sin descanso y lo aplastaron has ta llegar frente a Gueba por el oriente. 44 Cayeron de Benjamín 18.000 hombres, todos ellos hombres valerosos. 45 Volvieron la espalda y huyeron al desierto, hacia la Peña de Rimmón. Los isr aelitas fueron atrapando por los caminos a 5.000 hombres. Luego persiguieron a Benjamín hasta Guidom y le mataron 2.000 hombres. 46 El total de los benjaminitas que cayeron aquel día fue de 25.000 hombres, armados de espada, todos ellos hombres valerosos. 47 Seiscientos hombres habían podido volverse y escapar al desierto, hacia la Peña de Rimmón. Se quedaron en la Peña de Rimmón cuatro meses. 48 Las tropas de Israel se volvieron contra los benjaminitas, y pasaron a c

uchillo a los varones de la ciudad, al ganado, y a todo lo que encontraron. Ince ndiaron también todas las ciudades que encontraron. Jueces 21 1 Los hombres de Israel habían jurado en Mispá: "Ninguno de nosotros dará su hij a en matrimonio a Benjamín." 2 El pueblo fue a Betel y allí permaneció delante de Di-s hasta la tarde clama ndo y llorando con grandes gemidos. 3 Decían: "Adonai, Di-s de Israel, ¿por qué ha de suceder esto en Israel, que de saparezca hoy de Israel una de sus tribus?" 4 Al día siguiente el pueblo se levantó de madrugada, construyó allí un altar, y o freció holocaustos y sacrificios de comunión. 5 Dijeron los israelitas: "¿Quién de entre todas las tribus de Israel no acudió a la asamblea ante Adonai?" Porque se había jurado solemnemente que el que no subi era a Mispá ante Adonai tenía que morir. 6 Los israelitas estaban apenados por su hermano Benjamín y decían: "Hoy ha si do arrancada una tribu de Israel. 7 ¿Qué haremos para proporcionar mujeres a los que quedan? Pues nosotros hemos jurado por Adonai no darles nuestras hijas en matrimonio." 8 Entonces se dijeron: "¿Cuál es la única tribu de Israel que no subió ante Adonai a Mispá?" Y vieron que nadie de Yabés de Galaad había ido al campamento, a la asamble a. 9 Hicieron el censo del pueblo y no había ninguno de los habitantes de Yabés d e Galaad. 10 Entonces la comunidad mandó allá 12.000 hombres de los valientes y les dio e sta orden: "Id y pasad a cuchillo a los habitantes de Yabés de Galaad, incluidos las mujeres y los niños. 11 Esto es lo que habéis de hacer: Consagraréis al anatema a todo varón y a toda mujer que haya conocido varón, pero dejaréis con vida a las doncellas." Así lo hicier on. 12 Entre los habitantes de Yabés de Galaad encontraron cuatrocientas muchacha s vírgenes que no habían conocido varón y las llevaron al campamento (de Silo, que está en el país de Canaán). 13 Toda la comunidad mandó emisarios a los benjaminitas que estaban en la Peña de Rimmón para hacer las paces. 14 Volvió entonces Benjamín. Les dieron las mujeres de Yabés de Galaad que habían q uedado con vida, pero no hubo suficientes para todos. 15 El pueblo se compadeció de Benjamín, pues Adonai había abierto una brecha entr e las tribus de Israel. 16 Decían los ancianos de la comunidad: "¿Qué podemos hacer para proporcionar muj eres a los que quedan, pues las mujeres de Benjamín han sido exterminadas?" 17 Y añadían: "¿Cómo conservar un resto a Benjamín para que no sea borrada una tribu de Israel? 18 Porque nosotros no podemos darles nuestras hijas en matrimonio." Es que los israelitas habían pronunciado este juramento: "Maldito sea el que dé mujer a Ben jamín." 19 Pero se dijeron: "Es ahora la fiesta de Adonai, la que se celebra todos los años en Silo." (La ciudad está al norte de Betel, al oriente de la calzada que sube de Betel a Siquem y al sur de Leboná.) 20 Dieron esta orden a los benjaminitas: "Id a poner una emboscada entre la s viñas. 21 Estaréis alerta, y cuando las muchachas de Silo salgan para danzar en corr o, saldréis de las viñas y raptaréis cada uno una mujer de entre las muchachas de Sil o y os iréis a la tierra de Benjamín. 22 Si sus padres o sus hermanos vienen a querellarse contra vosotros, les d iremos: "Hacednos el favor de perdonarles, pues no hemos podido tomar cada uno u na mujer en el combate; porque no sois vosotros los que se las habéis dado, porque entonces seríais culpables." 23 Así lo hicieron los benjaminitas y se llevaron tantas mujeres cuantos eran ellos de entre las danzarinas que raptaron; luego se fueron, volvieron a su her

edad, reedificaron las ciudades y se establecieron en ellas. 24 Los israelitas se marcharon entonces de allí cada uno a su tribu y a su cl an y partieron de allí cada uno a su heredad. 25 Por aquel tiempo no había rey en Israel y cada uno hacía lo que le parecía bie n.

RUT Rut 1 1 En los días en que juzgaban los Jueces hubo hambre en el país, y un hombre d e Belén de Judá se fue a residir, con su mujer y sus dos hijos, a los campos de Moab . 2 Este hombre se llamaba Elimélek, su mujer Noemí y sus dos hijos Majlón y Kilyón; eran efrateos de Belén de Judá. Llegados a los campos de Moab, se establecieron allí. 3 Murió Elimélek, el marido de Noemí, y quedó ella con sus dos hijos. 4 Estos se casaron con mujeres moabitas, una de las cuales se llamaba Orpá y la otra Rut. Y habitaron allí unos diez años. 5 Murieron también ellos dos, Majlón y Kilyón, y quedó sola Noemí, sin sus dos hijos y sin marido. 6 Entonces decidió regresar de los campos de Moab con sus dos nueras, porque oyó en los campos de Moab que Adonai había visitado a su pueblo y le daba pan. 7 Salió, pues, con sus nueras, del país donde había vivido y se pusieron en cami no, para volver a la tierra de Judá. 8 Noemí dijo a sus dos nueras: "Andad, volveos cada una a casa de vuestra ma dre. Que Adonai tenga piedad con vosotras como vosotras la habéis tenido con los que murieron y conmigo. 9 Que Adonai os conceda encontrar vida apacible en la casa de un marido." Y las besó. Pero ellas rompieron a llorar, 10 y dijeron: "No; contigo volveremos a tu pueblo." 11 Noemí respondió: "Volveos, hijas mías, ¿por qué vais a venir conmigo? ¿Acaso tengo y o aún hijos en mi seno que puedan ser maridos vuestros? 12 Volveos, hijas mías, andad, porque yo soy demasiado vieja para casarme otr a vez. Y aun cuando dijera que no he perdido toda esperanza, que esta misma noc he voy a tener un marido y que tendré hijos 13 ¿habríais de esperar hasta que fueran mayores? ¿dejaríais por eso de casaros? No , hijas mías, yo tengo gran pena por vosotros, porque la mano de Adonai ha caído sob re mí." 14 Ellas rompieron a llorar de nuevo; después Orpá besó a su suegra y se volvió a s u pueblo, pero Rut se quedó junto a ella. 15 Entonces Noemí dijo: "Mira, tu cuñada se ha vuelto a su pueblo y a su dios, vuélvete tú también con ella." 16 Pero Rut respondió: "No insistas en que te abandone y me separe de ti, por que donde tú vayas, yo iré, donde habites, habitaré.Tu pueblo será mi pueblo y tu Di-s s erá mi Di-s. 17 Donde tú mueras moriré y allí seré enterrada.Que Adonai me dé este mal y añada este otro todavía si no es tan sólo la muerte lo que nos ha de separar." 18 Viendo Noemí que Rut estaba decidida a acompañarla, no insistió más. 19 Caminaron, pues, las dos juntas hasta Belén. Cuando llegaron a Belén se conm ovió toda la ciudad por ellas. Las mujeres exclamaban: "¿No es esta Noemí?" 20 Mas ella respondía: "¡No me llaméis ya Noemí, llamadme Mará, porque Sadday me ha l lenado de amargura! 21 Colmada partí yo, vacía me devuelve Adonai. ¿Por qué me llamáis aún Noemí, cuando Ado ai da testimonio contra mí y Sadday me ha hecho desdichada?" 22 Así fue como regresó Noemí, con su nuera Rut la moabita, la que vino de los ca mpos de Moab. Llegaron a Belén al comienzo de la siega de la cebada. Rut 2 1 Tenía Noemí por parte de su marido un pariente de buena posición, de la famili a de Elimélek, llamado Booz. 2 Rut la moabita dijo a Noemí: "Déjame ir al campo a espigar detrás de aquél a cuy

os ojos halle gracia"; ella respondió: "Vete, hija mía." 3 Fue ella y se puso a espigar en el campo detrás de los segadores, y quiso su suerte que fuera a dar en una parcela de Booz, el de la familia de Elimélek. 4 Llegaba entonces Booz de Belén y dijo a los segadores: "Adonai con vosotro s." Le respondieron: "Que Adonai te bendiga." 5 Preguntó Booz al criado que estaba al frente de los segadores: "¿De quién es e sta muchacha?" 6 El criado que estaba al frente de los segadores dijo: "Es la joven moabi ta que vino con Noemí de los campos de Moab. 7 Ella dijo: "Permitidme, por favor, espigar y recoger detrás de los segador es." Ha venido y ha permanecido en pie desde la mañana hasta ahora." 8 Booz dijo a Rut: "¿Me oyes, hija mía? No vayas a espigar a otro campo ni te alejes de aquí; quédate junto a mis criados. 9 Fíjate en la parcela que sieguen y vete detrás de ellos. ¿No he mandado a mis criados que no te molesten? Si tienes sed vete a las vasijas y bebe de lo que s aquen del pozo los criados." 10 Cayó ella sobre su rostro y se postró en tierra y le dijo: "¿Cómo he hallado gra cia a tus ojos para que te fijes en mí, que no soy más que una extranjera?" 11 Booz le respondió: "Me han contado al detalle todo lo que hiciste con tu s uegra después de la muerte de tu marido, y cómo has dejado a tu padre y a tu madre y la tierra en que naciste, y has venido a un pueblo que no conocías ni ayer ni an teayer. 12 Que Adonai te recompense tu obra y que tu recompensa sea colmada de part e de Adonai, Di-s de Israel, bajo cuyas alas has venido a refugiarte." 13 Ella dijo: "Halle yo gracia a tus ojos, mi señor, pues me has consolado y has hablado al corazón de tu sierva, cuando yo no soy ni siquiera como una de tus siervas." 14 A la hora de la comida, Booz le dijo: "Acércate aquí, puedes comer pan y moj ar tu bocado en el vinagre." Ella se sentó junto a los segadores, y él le ofreció un p uñado de grano tostado. Comió ella hasta saciarse y aun le sobró. 15 Cuando se levantó ella para seguir espigando, Booz ordenó a sus criados: "De jadla espigar también entre las gavillas y no la molestéis. 16 Sacad incluso para ella espigas de las gavillas y dejadlas caer para que las espigue, y no la riñáis." 17 Estuvo espigando en el campo hasta el atardecer y, cuando desgranó lo que había espigado, había como una medida de cebada. 18 Ella se lo llevó y entró en la ciudad, y su suegra vio lo que había espigado. Sacó lo que le había sobrado después de haberse saciado y se lo dio. 19 Su suegra le dijo: "¿Dónde has estado espigando hoy y qué has hecho? ¡Bendito se a el que se ha fijado en ti!" Ella contó a su suegra con quién había estado trabajando y añadió: "El hombre con quien he trabajado hoy se llama Booz." 20 Noemí dijo a su nuera: "Bendito sea Adonai que no deja de mostrar su bonda d hacia los vivos y los muertos." Le dijo Noemí: "Ese hombre es nuestro pariente, es uno de los que tienen derecho de rescate sobre nosotros." 21 Dijo Rut a su suegra: "Hasta me ha dicho: Quédate con mis criados hasta qu e hayan acabado toda mi cosecha." 22 Dijo Noemí a Rut su nuera: "Es mejor que salgas con sus criados, hija mía, a sí no te molestarán en otro campo." 23 Se quedó, pues, con los criados de Booz para espigar hasta que acabó la reco lección de la cebada y la recolección del trigo, y siguió viviendo con su suegra. Rut 3 1 Noemí, su suegra, le dijo: "Hija mía, ¿es que no debo procurarte una posición se gura que te convenga? 2 Ahora bien: ¿Acaso no es pariente nuestro aquel Booz con cuyos criados est uviste? Pues mira: Esta noche estará aventando la cebada en la era. 3 Lávate, perfúmate y ponte encima el manto, y baja a la era; que no te recono zca ese hombre antes que acabe de comer y beber. 4 Cuando se acueste, mira el lugar en que se haya acostado, vas, descubres un sitio a sus pies y te acuestas; y él mismo te indicará lo que debes hacer."

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Ella le dijo: "Haré cuanto me has dicho." Bajó a la era e hizo cuanto su suegra le había mandado. Booz comió y bebió y su corazón se puso alegre. Entonces fue a acostarse junto al montón de cebada. Vino ella sigilosamente, descubrió un sitio a sus pies y se ac ostó. 8 A media noche sintió el hombre un escalofrío, se volvió y notó que había una mujer acostada a sus pies. 9 Dijo: "¿Quien eres tú?", y ella respondió: "Soy Rut tu sierva. Extiende sobre tu sierva el borde de tu manto, porque tienes derecho de rescate." 10 El dijo: "Bendita seas de Adonai, hija mía; tu último acto de piedad filial ha sido mejor que el primero, porque no has pretendido a ningún joven, pobre o ric o. 11 Y ahora, hija mía, no temas; haré por ti cuanto me digas, porque toda la gen te de mi pueblo sabe que tú eres una mujer virtuosa. 12 Ahora bien: es verdad que tengo derecho de rescate, pero hay un pariente más cercano que yo con derecho de rescate. 13 Pasa aquí esta noche, y mañana, si él quiere ejercer su derecho, que lo ejerza ; y si no quiere, yo te rescataré, ¡vive Adonai! Acuéstate hasta el amanecer." 14 Se acostó ella a sus pies hasta la madrugada; se levantó él a la hora en que t odavía un hombre no puede reconocer a otro, pues se decía: "Que no se sepa que la mu jer ha venido a la era." 15 El dijo: "Trae el manto que tienes encima y sujeta bien." Sujetó ella, y él midió seis medidas de cebada y se las puso a cuestas, y él entró en la ciudad. 16 Volvió ella donde su suegra que le dijo: "¿Cómo te ha ido, hija mía?" Y le contó c uanto el hombre había hecho por ella, 17 y añadió: "Me ha dado estas seis medidas de cebada, pues dijo: "No debes vol ver de vacío donde tu suegra."" 18 Noemí le dijo: "Quédate tranquila, hija mía, hasta que sepas cómo acaba el asunt o; este hombre no parará hasta concluirlo hoy mismo." Rut 4 1 Mientras tanto Booz subió a la puerta de la ciudad y se sentó allí. Acertó a pas ar el pariente de que había hablado Booz, y le dijo: "Acércate y siéntate aquí, fulano." Y éste fue y se sentó. 2 Tomó diez de los ancianos de la ciudad y dijo: "Sentaos aquí." Y se sentaron . 3 Dijo entonces al que tenía el derecho de rescate: "Noemí, que ha vuelto de l os campos de Moab, vende la parcela de campo de nuestro hermano Elimélek. 4 He querido hacértelo saber y decirte: "Adquiérela en presencia de los aquí sen tados, en presencia de los ancianos de mi pueblo. Si vas a rescatar, rescata; si nos vas a rescatar, dímelo para que yo lo sepa, porque fuera de ti no hay otro qu e tenga derecho de rescate, pues voy yo después de ti." El dijo: "Yo rescataré." 5 Booz añadió: "El día que adquieras la parcela para ti de manos de Noemí tienes q ue adquirir también a Rut la moabita, mujer del difunto, para perpetuar el nombre del difunto en su heredad." 6 El pariente respondió: "Así no puedo rescatar, porque podría perjudicar mi her encia. Usa tú mi derecho de rescate, porque yo no puedo usarlo." 7 Antes en Israel, en caso de rescate o de cambio, para dar fuerza al cont rato, había la costumbre de quitarse uno la sandalia y dársela al otro. Esta era la manera de testificar en Israel. 8 El que tenía el derecho de rescate dijo a Booz: "Adquiérela para ti." Y se q uitó la sandalia. 9 Entonces dijo Booz a los ancianos y a todo el pueblo: "Testigos sois vos otros hoy de que adquiero todo lo de Elimélek y todo lo de Kilyón y Majlón de manos de Noemí 10 y de que adquiero también a Rut la moabita, la que fue mujer de Kilyón, para que sea mi mujer a fin de perpetuar el nombre del difunto en su heredad y que e l nombre del difunto no sea borrado entre sus hermanos y en la puerta de su loca lidad. Vosotros sois hoy testigos." 11 Toda la gente que estaba en la puerta y los ancianos respondieron: "Somo

s testigos. Haga Adonai que la mujer que entra en tu casa sea como Raquel y como Lía, las dos que edificaron la casa de Israel. Hazte poderoso en Efratá y sé famoso e n Belén. 12 Sea tu casa como la casa de Peres, el que Tamar dio a Judá, gracias a la d escendencia que Adonai te conceda por esta joven." 13 Booz tomó a Rut, y ella fue su mujer; se unió a ella, y Adonai hizo que conc ibiera, y dio a luz un niño. 14 Las mujeres dijeron a Noemí: "Bendito sea Adonai que no ha permitido que t e falte hoy uno que te rescate para perpetuar su nombre en Israel. 15 Será el consuelo de tu alma y el apoyo de tu ancianidad, porque lo ha dado a luz tu nuera que te quiere y es para ti mejor que siete hijos." 16 Tomó Noemí al niño y le puso en su seno y se encargó de criarlo. 17 Las vecinas le pusieron un nombre diciendo: "Le ha nacido un hijo a Noemí" y le llamaron Obed. Es el padre de Jesé, padre de David. 18 Estos son los descendientes de Peres. Peres engendró a Jesrón. 19 Jesrón engendró a Ram y Ram engendró a Aminadab. 20 Aminadab engendró a Najsón y Najsón engendró a Salmón. 21 Salmón engendró a Booz y Booz engendró a Obed. 22 Obed engendró a Jesé y Jesé engendró a David.

LIBRO PRIMERO DE SAMUEL 1 Samuel 1 1 Hubo un hombre de Ramatáyim, sufita de la montaña de Efraím, que se llamaba El caná, hijo de Yeroján, hijo de Elihú, hijo de Toju, hijo de Suf, efraimita. 2 Tenía dos mujeres: una se llamaba Ana y la otra Peninná; Peninná tenía hijos, pe ro Ana no los tenía. 3 Este hombre subía de año en año desde su ciudad para adorar y ofrecer sacrific ios a Adonai Sebaot en Silo, donde estaban Jofní y Pinjás, los dos hijos de Elí, sacer dotes de Adonai. 4 El día en que Elcaná sacrificaba, daba sendas porciones a su mujer Peninná y a cada uno de sus hijos e hijas, 5 pero a Ana le daba solamente una porción, pues aunque era su preferida, Ad onai había cerrado su seno. 6 Su rival la zahería y vejaba de continuo, porque Adonai la había hecho estéril . 7 Así sucedía año tras año; cuando subían al templo de Adonai la mortificaba. Ana ll oraba de continuo y no quería comer. 8 Elcaná su marido le decía: "Ana, ¿por qué lloras y no comes? ¿Por qué estás triste? ¿ que no soy para ti mejor que diez hijos?" 9 Pero después que hubieron comido en la habitación, se levantó Ana y se puso an te Adonai. - El sacerdote Elí estaba sentado en su silla, contra la jamba de la pu erta del santuario de Adonai. 10 Estaba ella llena de amargura y oró a Adonai llorando sin consuelo, 11 e hizo este voto: "¡Oh Adonai Sebaot! Si te dignas mirar la aflicción de tu sierva y acordarte de mí, no olvidarte de tu sierva y darle un hijo varón, yo lo ent regaré a Adonai por todos los días de su vida y la navaja no tocará su cabeza." 12 Como ella prolongase su oración ante Adonai, Elí observaba sus labios. 13 Ana oraba para sí; se movían sus labios, pero no se oía su voz, y Elí creyó que es taba ebria, 14 y le dijo: "¿Hasta cuándo va a durar tu embriaguez? ¡Echa el vino que llevas!" 15 Pero Ana le respondió: "No, señor; soy una mujer acongojada; no he bebido vi no ni cosa embriagante, sino que desahogo mi alma ante Adonai. 16 No juzgues a tu sierva como una mala mujer; hasta ahora sólo por pena y pe sadumbre he hablado." 17 Elí le respondió: "Vete en paz y que el Di-s de Israel te conceda lo que le has pedido." 18 Ella dijo: "Que tu sierva halle gracia a tus ojos." Se fue la mujer por su camino, comió y no pareció ya la misma. 19 Se levantaron de mañana y, después de haberse postrado ante Adonai, regresar

on, volviendo a su casa, en Ramá. Elcaná se unió a su mujer Ana y Adonai se acordó de el la. 20 Concibió Ana y llegado el tiempo dio a luz un niño a quien llamó Samuel, "porq ue, dijo, se lo he pedido a Adonai". 21 Subió el marido Elcaná con toda su familia, para ofrecer a Adonai el sacrifi cio anual y cumplir su voto, 22 pero Ana no subió, porque dijo a su marido: "Cuando el niño haya sido destet ado, entonces le llevaré, será presentado a Adonai y se quedará allí para siempre." 23 Elcaná, su marido, le respondió: "Haz lo que mejor te parezca, y quédate hasta que lo destetes; así Adonai cumpla su palabra." Se quedó, pues, la mujer y amamantó a su hijo hasta su destete. 24 Cuando lo hubo destetado, lo subió consigo, llevando además un novillo de tr es años, una medida de harina y un odre de vino, e hizo entrar en la casa de Adon ai, en Silo, al niño todavía muy pequeño. 25 Inmolaron el novillo y llevaron el niño a Elí 26 y ella dijo: "Óyeme, señor. Por tu vida, señor, yo soy la mujer que estuvo aquí junto a ti, orando a Adonai. 27 Este niño pedía yo y Adonai me ha concedido la petición que le hice. 28 Ahora yo se lo cedo a Adonai por todos los días de su vida; está cedido a Ad onai." Y le dejó allí, a Adonai. 1 Samuel 2 1 Entonces Ana dijo esta oración: "Mi corazón exulta en Adonai, mi cuerno se l evanta en Di-s, mi boca se dilata contra mis enemigos, porque me he gozado en tu socorro. 2 No hay Santo como Adonai, (porque nadie fuera de ti), ni roca como nuest ro Di-s. 3 No multipliquéis palabras altaneras.No salga de vuestra boca la arrogancia .Di-s de sabiduría es Adonai, suyo es juzgar las acciones. 4 El arco de los fuertes se ha quebrado, los que tambalean se ciñen de fuerz a. 5 Los hartos se contratan por pan, los hambrientos dejan su trabajo.La estér il da a luz siete veces, la de muchos hijos se marchita. 6 Adonai da muerte y vida, hace bajar al Seol y retornar. 7 Adonai enriquece y despoja, abate y ensalza. 8 Levanta del polvo al humilde, alza del muladar al indigente para hacerle sentar junto a los nobles, y darle en heredad trono de gloria, pues de Adonai l os pilares de la tierra y sobre ellos ha sentado el universo. 9 Guarda los pasos de sus fieles, y los malos perecen en tinieblas, (pues que no por la fuerza triunfa el hombre). 10 Adonai, ¡quebrantados sus rivales! el Altísimo truena desde el cielo.Adonai juzga los confines de la tierra, da pujanza a su Rey, exalta el cuerno de su Ung ido." 11 Partió Elcaná para Ramá, y el niño se quedó para servir a Adonai a las órdenes del s acerdote Elí. 12 Los hijos de Elí eran unos malvados que no conocían a Adonai 13 ni las normas de los sacerdotes respecto del pueblo: cuando alguien ofre cía un sacrificio, venía el criado del sacerdote, mientras se estaba cociendo la ca rne, con el tenedor de tres dientes en la mano, 14 lo hincaba en el caldero o la olla, en la cacerola o el puchero, y todo lo que sacaba el tenedor, el sacerdote se lo quedaba; y así hacían con todos los isr aelitas que iban allí, a Silo. 15 Incluso antes de que quemasen la grasa, venía el criado del sacerdote y de cía al que sacrificaba: "Dame carne para asársela al sacerdote, no te aceptará carne hervida, sino solamente carne cruda." 16 Y si el hombre le decías: "Primero se quema la grasa, y después tomarás cuanto se te antoje", le respondía: "No, me lo darás ahora o lo tomo por la fuerza." 17 El pecado de los jóvenes era muy grande ante Adonai, porque trataban con d esprecio la ofrenda hecha a Adonai. 18 Estaba Samuel al servicio de Adonai, muchacho vestido con efod de lino.

19 Le hacía su madre un vestido pequeño que le llevaba de año en año, cuando subía co n su marido para ofrecer el sacrificio anual. 20 Bendecía luego Elí a Elcaná y a su mujer diciendo: "Que Adonai te conceda desc endencia de esta mujer, a cambio del préstamo que ella ha cedido a Adonai." Y ello s se volvían a su lugar. 21 En efecto, Adonai visitó a Ana, que concibió y dio a luz tres hijos y dos hi jas; el niño Samuel crecía ante Adonai. 22 Elí era muy anciano; oyó todo cuanto sus hijos hacían a todo Israel, 23 y les dijo: "¿Por qué os portáis de ese modo que yo mismo he oído comentar a tod o el pueblo? 24 No, hijos míos, los rumores que oigo no son buenos... 25 Si un hombre peca contra otro hombre, Di-s será el árbitro; pero si el hombr e peca contra Adonai ¿quién intercederá por él?" Pero ellos no escucharon la voz de su p adre, porque Adonai deseaba hacerles morir. 26 Cuanto al niño Samuel, iba creciendo y haciéndose grato tanto a Adonai como a los hombres. 27 Vino un hombre de Di-s a Elí y le dijo: Así ha dicho Adonai. Claramente me h e revelado a la casa de tu padre, cuando ellos estaban en Egipto al servicio de la casa de Faraón. 28 Y le elegí entre todas las tribus de Israel para ser mi sacerdote, para su bir a mi altar, incensar la ofrenda y llevar el efod en mi presencia, y he conc edido a la casa de tu padre parte en todos los sacrificios por el fuego de los h ijos de Israel. 29 ¿Por qué pisoteáis el sacrificio y la oblación que yo he ordenado y pesan tus hi jos más que yo, cebándoos con lo mejor de todas las oblaciones de mi pueblo Israel? 30 Por eso - palabra de Adonai, Di-s de Israel - yo había dicho que tu casa y la casa de tu padre andarían siempre en mi presencia, pero ahora - palabra de Ado nai - me guardaré bien de ello. Porque a los que me honran, yo les honro, pero los que me desprecian son viles. 31 He aquí que vienen días en que amputarán tu brazo y el brazo de la casa de tu padre, de suerte que en tu casa los hombres no lleguen a madurar. 32 Tú mirarás al lado de la Morada todo el bien que yo haga a Israel y nunca ha brá hombres maduros en tu casa. 33 Conservaré a alguno de los tuyos cabe mi altar para que sus ojos se consum an y su alma se marchite, pero la mayor parte de los tuyos perecerá por la espada de los hombres. 34 Será para ti señal lo que va a suceder a tus dos hijos Jofní y Pinjás: en el mis mo día morirán los dos. 35 Yo me suscitaré un sacerdote fiel, que obre según mi corazón y mis deseos, le edificaré una casa permanente y caminará siempre en presencia de mi ungido. 36 El que quedare de tu casa vendrá a postrarse ante él para conseguir algún dine ro o una torta de pan y dirá: "Destíname, por favor, a una función sacerdotal cualquie ra, para que tenga un bocado de pan que comer."" 1 Samuel 3 1 Servía el niño Samuel a Adonai a las órdenes de Elí; en aquel tiempo era rara la palabra de Adonai, y no eran corrientes las visiones. 2 Cierto día, estaba Elí acostado en su habitación - sus ojos iban debilitándose y ya no podía ver 3 no estaba aún apagada la lámpara de Di-s, y Samuel estaba acostado en el San tuario de Adonai, donde se encontraba el arca de Di-s. 4 Llamó Adonai: "¡Samuel, Samuel!" El respondió: "¡Aquí estoy!", 5 y corrió donde Elí diciendo: "¡Aquí estoy, porque me has llamado." Pero Elí le co ntestó: "Yo no te he llamado; vuélvete a acostar." El se fue y se acostó. 6 Volvió a llamar Adonai: "¡Samuel!" Se levantó Samuel y se fue donde Elí diciendo : "Aquí estoy, porque me has llamado." Elí le respondió: "Yo no te he llamado, hijo mío, vuélvete a acostar." 7 Aún no conocía Samuel a Adonai, pues no le había sido revelada la palabra de A donai. 8 Tercera vez llamó Adonai a Samuel y él se levantó y se fue donde Elí diciendo: "

Aquí estoy, porque me has llamado." Comprendió entonces Elí que era Adonai quien llama ba al niño, 9 y dijo a Samuel: "Vete y acuéstate, y si te llaman, dirás: Habla, Adonai, qu e tu siervo escucha." Samuel se fue y se acostó en su sitio. 10 Vino Adonai, se paró y llamó como las veces anteriores "Samuel, Samuel!" Res pondió Samuel: "¡Habla, que tu siervo escucha." 11 Dijo Adonai a Samuel: "Voy a ejecutar una cosa tal en Israel, que a todo el que la oiga le zumbarán los oídos. 12 Ese día cumpliré contra Elí todo cuanto he dicho contra su casa, desde el prin cipio hasta el fin. 13 Tú le anunciarás que yo condeno su casa para siempre, porque sabía que sus hij os vilipendiaban a Di-s y no los ha corregido. 14 Por esto juro a la casa de Elí que ni sacrificio ni oblación expiarán jamás la i niquidad de la casa de Elí." 15 Samuel siguió acostado hasta la mañana y después abrió las puertas de la Casa de Adonai. Samuel temía contar la visión a Elí, 16 pero Elí le llamó y le dijo: "Samuel, hijo mío"; él respondió: "Aquí estoy." 17 El preguntó: "¿Qué es lo que te ha dicho? ¡No me ocultes nada! Que Di-s te haga esto y añada esto otro si me ocultas una palabra de lo que te ha dicho." 18 Entonces Samuel se lo manifestó todo, sin ocultarle nada; Elí dijo: "El es A donai. Que haga lo que bien le parezca." 19 Samuel crecía, Adonai estaba con él y no dejó caer en tierra ninguna de sus pa labras. 20 Todo Israel, desde Dan hasta Berseba, supo que Samuel estaba acreditado como profeta de Adonai. 21 Adonai continuó manifestándose en Silo, porque en Silo se revelaba a Samuel la palabra de Adonai. 1 Samuel 4 1 Y la palabra de Samuel llegaba a todo Israel. Elí era muy anciano, mientra s que sus hijos persistían en su malvada conducta respecto de Adonai. Ocurrió en aq uel tiempo que los filisteos se reunieron para combatir a Israel, y los israelit as salieron a su encuentro para el combate. Acamparon cerca de Eben Haézer, mientr as que los filisteos habían acampado en Afeq. 2 Se pusieron los filisteos en orden de batalla contra Israel; se libró un g ran combate y fue batido Israel por los filisteos, muriendo en las filas, en ca mpo abierto, cerca de 4.000 hombres. 3 Volvió el ejército al campamento, y los ancianos de Israel dijeron: "¿Por qué no s ha derrotado hoy Adonai delante de los filisteos? Vamos a buscar en Silo el a rca de nuestro Di-s; que venga en medio de nosotros y que nos salve del poder de nuestros enemigos." 4 El pueblo envió a Silo y sacaron de allí el arca de Adonai Sebaot que está sob re los querubines; acompañaron al arca Jofní y Pinjás, los dos hijos de Elí. 5 Cuando el arca de Adonai llegó al campamento, todos los israelitas lanzaro n un gran clamor que hizo retumbar las tierras. 6 Los filisteos oyeron el estruendo del clamoreo y dijeron: "¿Qué significa es te gran clamor en el campamento de los hebreos?" Y se enteraron de que el arca d e Adonai había llegado al campamento. 7 Temieron entonces los filisteos, porque se decían: "Di-s ha venido al camp amento." Y exclamaron: "¡Ay de nosotros! Nunca había sucedido tal cosa. 8 ¡Ay de nosotros! ¿Quién nos librará de la mano de estos dioses poderosos? ¡Estos s on los dioses que castigaron a Egipto con toda clase de plagas en el desierto! 9 ¡Cobrad ánimo y sed hombres, filisteos, para no tener que servir a los hebre os como ellos os han servido a vosotros; sed hombres y pelead!" 10 Trabaron batalla los filisteos. Israel fue batido y cada cual huyó a sus t iendas; la mortandad fue muy grande, cayendo de Israel 30.000 infantes. 11 El arca de Di-s fue capturada y murieron Jofní y Pinjás, los dos hijos de Elí. 12 Un hombre de Benjamín salió corriendo del campo de batalla y llegó a Silo aque l mismo día, con los vestidos rotos y la cabeza cubierta de polvo. 13 Cuando llegó, estaba Elí en su asiento, a la puerta, atento al camino, porqu

e su corazón temblaba por el arca de Di-s. Vino, pues, este hombre a traer la not icia a la ciudad, y toda la ciudad comenzó a gritar. 14 Oyó Elí los gritos y preguntó: "¿Qué tumulto es éste?" Diose prisa el hombre y se lo anunció a Elí. 15 Contaba éste 98 años, tenía las pupilas inmóviles y no podía ver. 16 El hombre dijo a Elí: "Vengo del campo de batalla, he huido hoy del campo. " Elí preguntó: ¿Qué ha pasado, hijo mío?" 17 El mensajero respondió: "Israel ha huido ante los filisteos. Además el ejércit o ha sufrido una gran derrota, también han muerto tus dos hijos y hasta el arca d e Di-s ha sido capturada." 18 A la mención del arca de Di-s, cayó Elí de su asiento, hacia atrás, en medio de la puerta, se rompió la nuca y murió, pues era anciano y estaba ya torpe. Había sido juez en Israel durante cuarenta años. 19 Su nuera, la mujer de Pinjás, estaba encinta y para dar a luz. Cuando oyó la noticia de que el arca de Di-s había sido capturada y la muerte de su suegro y s u marido, se encogió y dio a luz, pues la habían acometido sus dolores. 20 Estando a la muerte, las que la asistían le dijeron: "Animo, que es un niño lo que has dado a luz", pero ella no respondió ni prestó atención. 21 Llamó al niño Ikabod, diciendo: "La gloria ha sido desterrada de Israel", al udiendo a la captura del arca de Di-s, a su suegro y a su marido. 22 Y dijo: "La gloria ha sido desterrada de Israel, porque el arca de Di-s ha sido capturada." 1 Samuel 5 1 Los filisteos, por su parte, tomaron el arca de Di-s y la llevaron de Eb en Haézer a Asdod. 2 Tomaron los filisteos el arca de Di-s, la introdujeron en el templo de D agón y la colocaron al lado de Dagón. 3 A la mañana siguiente vinieron los asdodeos al templo de Dagón y he aquí que D agón estaba caído de bruces en tierra, delante del arca de Adonai. Levantaron a Dagón y le volvieron a su sitio. 4 Pero a la mañana siguiente temprano, Dagón estaba caído de bruces en tierra, d elante del arca de Adonai y la cabeza de Dagón y sus dos manos estaban rotas en e l umbral; sólo quedaba el tronco de Dagón. 5 Por eso los sacerdotes de Dagón y todos los que entran en el templo de Dagón no pisan el umbral de Dagón en Asdod hasta el día de hoy. 6 La mano de Adonai cayó pesadamente sobre los asdodeos hiriéndolos con tumore s, a Asdod y su comarca. 7 Cuando los vecinos de Asdod vieron lo que sucedía, dijeron: "Que no se que de entre nosotros el arca del Di-s de Israel, porque su mano se ha endurecido co ntra nosotros y contra nuestro dios Dagón." 8 Hicieron, pues, convocar junto a ellos a todos los tiranos de los filist eos y dijeron: "¿Qué debemos hacer con el arca del Di-s de Israel?" Decidieron: "El arca del Di-s de Israel se trasladará a Gat." Y trasladaron allí el arca del Di-s de Israel. 9 Pero así que la trasladaron, la mano de Adonai cayó sobre la ciudad provocan do gran terror; los varones de la ciudad, desde el más pequeño hasta el mayor, fuero n castigados, saliéndoles tumores. 10 Enviaron entonces el arca de Di-s a Ecrón, exclamaron los ecronitas: Han e ncaminado hacia mí el arca del Di-s de Israel para hacerme perecer con mi pueblo. " 11 Hicieron convocar a todos los tiranos de los filisteos y dijeron: "Devol ved el arca del Di-s de Israel; que vuelva a su sitio y no me haga morir a mí y a mi pueblo." Pues había un terror mortal en toda la ciudad, porque descargó allí duram ente la mano de Di-s. 12 Los que no murieron fueron atacados de tumores y los alaridos de angusti a de la ciudad subieron hasta el cielo. 1 Samuel 6 1 Siete meses estuvo el arca de Adonai en territorio filisteo.

2 Llamaron los filisteos a los sacerdotes y adivinos y preguntaron: "¿Qué debe mos hacer con el arca de Adonai? Hacednos saber cómo la hemos de enviar a su sitio ." 3 Ellos respondieron: "Si queréis devolver el arca del Di-s de Israel, no la devolváis de vacío, ofrecedle una reparación y entonces sanaréis y sabréis por qué no se ha apartado su mano de vosotros." 4 Preguntaron ellos: "¿Qué reparación hemos de ofrecer?" Y respondieron: "Confor me al número de los tiranos de los filisteos, cinco tumores de oro y cinco ratas d e oro, porque el mismo castigo sufrís vosotros que vuestros tiranos. 5 Haced imágenes de vuestros tumores y de vuestras ratas que devastan el país y dad gloria al Di-s de Israel. Acaso aligere su mano de sobre vosotros, vuestr os dioses y vuestra tierra. 6 ¿Por qué habéis de endurecer vuestros corazones como endurecieron su corazón los egipcios y Faraón? ¿No los tuvieron que dejar partir después que Di-s los hubo maltra tado? 7 Ahora, pues tomad y preparad una carreta nueva y dos vacas que estén crian do y que no hayan llevado yugo; unciréis las vacas a la carreta y haréis volver sus becerros al establo. 8 Tomaréis el arca de Adonai y la pondréis sobre la carreta. Cuanto a los obje tos de oro que le habéis ofrecido como reparación, los meteréis en un cofre a su lado , y la dejaréis marchar. 9 Y fijaos: si toma el camino de su país, hacia Bet Semes, es él el que nos ha causado esta gran calamidad; si no, sabremos que no ha sido su mano la que nos ha castigado y que todo esto nos ha sucedido por casualidad." 10 Así lo hicieron aquellos hombres: tomaron dos vacas que estaban criando y las uncieron a la carreta, pero retuvieron las crías en el establo. 11 Colocaron sobre la carreta el arca de Adonai y el cofre con las ratas de oro y las imágenes de sus tumores. 12 Tomaron las vacas en derechura por el camino de Bet Semes y mantuvieron la misma ruta; caminaban mugiendo, sin desviar ni a derecha ni a izquierda. Los tiranos de los filisteos las siguieron hasta los confines de Bet Semes. 13 Estaban los de Bet Semes segando el trigo en el valle, y alzando la vist a vieron el arca y fueron gozosos a su encuentro. 14 Al llegar la carreta al campo de Josué de Bet Semes, se detuvo; había allí una gran piedra. Astillaron la madera de la carreta y ofrecieron las vacas en holo causto a Adonai. 15 Los levitas bajaron el arca de Adonai y el cofre que estaba a su lado y que contenía los objetos de oro, y lo depositaron todo sobre la gran piedra. Los de Bet Semes ofrecieron aquel día holocaustos e hicieron sacrificios a Adonai. 16 Cuando los cinco tiranos filisteos lo vieron, se tornaron a Ecrón el mismo día. 17 Estos son los tumores de oro que los filisteos ofrecieron en reparación a Adonai: uno por Asdod, uno por Gaza, uno por Ascalón, uno por Gat, uno por Ecrón. 18 Y ratas de oro, tantas cuantas son las ciudades de los filisteos, las de los cinco tiranos, desde las ciudades fortificadas hasta las aldeas abiertas. Testigo, la gran piedra sobre la que se colocó el arca de Adonai y que está en el ca mpo de Josué de Bet Semes, hasta el día de hoy. 19 De entre los habitantes de Bet Semes, los hijos de Jeconías no se alegraro n cuando vieron el arca de Adonai y castigo Adonai a setenta de sus hombres. El pueblo hizo duelo porque Adonai los había castigado duramente. 20 Dijeron entonces las gentes de Bet Semes: "¿Quién podrá resistir delante de Ad onai, el Di-s Santo? ¿A quién subirá, alejándose de nosotros? 21 Enviaron mensajeros a los habitantes de Quiryat Yearim para decirles: "L os filisteos han devuelto el arca de Adonai. Bajad y subidla con vosotros." 1 Samuel 7 1 Vinieron las gentes de Quiryat Yearim y subieron el arca de Adonai. La l levaron a la casa de Abinadab, en la loma, y consagraron a su hijo Eleazar para que custodiase el arca de Adonai. 2 Pasaron muchos días - veinte años - desde el día en que el arca se instaló en Qu

iryat Yearim, y toda la casa de Israel suspiró por Adonai. 3 Entonces Samuel habló así a toda la casa de Israel: "Si os volvéis a Adonai co n todo vuestro corazón, quitad de en medio de vosotros los dioses extranjeros y la s Astartés, fijad vuestro corazón en Adonai y servidle a él solo y entonces él os librará de la mano de los filisteos." 4 Los israelitas quitaron los Baales y las Astartés y sirvieron sólo a Adonai. 5 Samuel dijo: "Congregad a todo Israel en Mispá y yo suplicaré a Adonai por v osotros." 6 Se congregaron, pues, en Mispá, sacaron agua, que derramaron ante Adonai, ayunaron aquel día y dijeron: "Hemos pecado contra Adonai." Samuel juzgó a los israe litas en Mispá. 7 Cuando los filisteos supieron que los israelitas se habían reunido en Mispá, subieron los tiranos de los filisteos contra Israel. Habiéndolo oído los israelita s, temieron a los filisteos 8 y dijeron los israelitas a Samuel: "No dejes de invocar a Adonai nuestro Di-s, para que él nos salve de la mano de los filisteos." 9 Tomó Samuel un cordero lechal y lo ofreció entero en holocausto a Adonai, in vocó a Adonai en favor de Israel y Adonai le escuchó. 10 Estaba Samuel ofreciendo el holocausto, cuando los filisteos presentaron batalla a Israel, pero tronó Adonai aquel día con gran estruendo sobre los filiste os, los llenó de terror y fueron batidos ante Israel. 11 Los hombres de Israel salieron de Mispá y persiguieron a los filisteos des baratándolos hasta más abajo de Bet Kar. 12 Tomó entonces Samuel una piedra y la erigió entre Mispá y Yesaná y le dio el nom bre de Eben Haézer, diciendo: "Hasta aquí nos ha socorrido Adonai." 13 Los filisteos fueron humillados. No volvieron más sobre el territorio de I srael y la mano de Adonai pesó sobre los filisteos durante toda la vida de Samuel. 14 Las ciudades que los filisteos habían tomado a los israelitas fueron devue ltas a Israel, desde Ecrón hasta Gat, liberando Israel su territorio del dominio d e los filisteos. Y hubo paz entre Israel y los amorreos. 15 Samuel juzgó a Israel todos los días de su vida. 16 Hacía cada año un recorrido por Betel, Guilgal, Mispá, juzgando a Israel en to dos estos lugares. 17 Después se volvía a Ramá porque allí tenía su casa, y juzgaba a Israel. Y edificó al lí un altar a Adonai. 1 Samuel 8 1 Cuando Samuel se hizo viejo, puso a sus hijos como jueces en Israel. 2 Su primogénito se llamaba Joel y el otro, Abías; juzgaban en Israel en Berse ba. 3 Pero sus hijos no siguieron su camino: fueron atraídos por el lucro, acept aron regalos y torcieron el derecho. 4 Se reunieron, pues, todos los ancianos de Israel y se fueron donde Samue l a Ramá, 5 y le dijeron: "Mira, tú te has hecho viejo y tus hijos no siguen tu camino . Pues bien, ponnos un rey para que nos juzgue, como todas las naciones." 6 Disgustó a Samuel que dijeran: "Danos un rey para que nos juzgue" e invocó a Adonai. . 7 Pero Adonai dijo a Samuel: "Haz caso a todo lo que el pueblo te dice. Po rque no te han rechazado a ti, me han rechazado a mí, para que no reine sobre ello s. 8 Todo lo que ellos me han hecho desde el día que los saqué de Egipto hasta ho y, abandonándome y sirviendo a otros dioses, te han hecho también a ti. 9 Escucha, sin embargo, su petición. Pero les advertirás claramente y les enseña rás el fuero del rey que va a reinar sobre ellos." 10 Samuel repitió todas estas palabras de Adonai al pueblo que le pedía un rey, 11 diciendo: "He aquí el fuero del rey que va a reinar sobre vosotros. Tomará v uestros hijos y los destinará a sus carros y a sus caballos y tendrán que correr del ante de su carro. 12 Los empleará como jefes de mil y jefes de cincuenta; les hará labrar sus cam

pos, segar su cosecha, fabricar sus armas de guerra y los arreos de sus carros. 13 Tomara vuestras hijas para perfumistas, cocineras y panaderas. 14 Tomará vuestros campos, vuestras viñas y vuestros mejores olivares y se los dará a sus servidores. 15 Tomará el diezmo de vuestros cultivos y vuestras viñas para dárselo a sus eunu cos y a sus servidores. 16 Tomará vuestros criados y criadas, y vuestros mejores bueyes y asnos y les hará trabajar para él. 17 Sacará el diezmo de vuestros rebaños y vosotros mismos seréis sus esclavos. 18 Ese día os lamentaréis a causa del rey que os habéis elegido, pero entonces Ad onai no os responderá." 19 El pueblo no quiso escuchar a Samuel y dijo: "¡No! Tendremos un rey 20 y nosotros seremos también como los demás pueblos: nuestro rey nos juzgará, irá al frente de nosotros y combatirá nuestros combates." 21 Oyó Samuel todas las palabras del pueblo y las repitió a los oídos de Adonai. 22 Pero Adonai dijo a Samuel: "Hazles caso y ponles un rey." Samuel dijo en tonces a todos los hombres de Israel: "Volved cada uno a vuestra ciudad." 1 Samuel 9 1 Había un hombre de Benjamín, llamado Quis, hijo de Abiel, hijo de Seror, hij o de Bekorat, hijo de Afiaj. Era un benjaminita y hombre bien situado. 2 Tenía un hijo llamado Saúl, joven aventajado y apuesto. Nadie entre los isra elitas le superaba en gallardía; de los hombros arriba aventajaba a todos. 3 Se habían extraviado unas asnas pertenecientes a su padre Quis. Dijo Quis a su hijo Saúl: "Toma contigo uno de los criados y vete a buscar las asnas." 4 Atravesaron la montaña de Efraím y cruzaron el territorio de Salisá sin encont rar nada; cruzaron el país de Saalim, pero no estaban allí, atravesaron el país de Ben jamín sin encontrar nada. 5 Cuando llegaron a la comarca de Suf, dijo Saúl a su criado que le acompañaba : "Vamos a volvernos, no sea que mi padre olvidando las asnas se inquiete por no sotros." 6 Pero él respondió: "Cabalmente hay en esta ciudad un hombre de Di-s. Es homb re acreditado: todo lo que dice se cumple con seguridad. Vamos, pues, allá y acas o nos oriente acerca del viaje que hemos emprendido." 7 Saúl dijo a su criado: "Vamos a ir, pero ¿qué ofreceremos a ese hombre? No que da pan en nuestros zurrones y no tenemos ningún regalo que llevar al hombre de Dis. ¿Qué le podemos dar?" 8 Replicó el criado y dijo a Saúl: "Es el caso que tengo en mi poder un cuarto de siclo de plata; se lo daré al hombre de Di-s y nos orientará sobre nuestro viaje ." 9 Antes, en Israel, cuando alguien iba a consultar a Di-s, decía: "Vayamos a l vidente," porque en vez de "profeta" como hoy, antes se decía "vidente". 10 Saúl dijo a su criado: "Tienes razón; vamos, pues." Y se fueron a la ciudad donde se encontraba el hombre de Di-s. 11 Cuando subían por la cuesta de la ciudad, encontraron a unas muchachas que salían a sacar agua y les preguntaron: "¿Está aquí el vidente?" 12 Ellas les respondieron con estas palabras: "Sí, ahí delante está el vidente. C abalmente acaba de llegar ahora a la ciudad, porque hay hoy un sacrificio por el pueblo en el alto. 13 En cuanto entréis en la ciudad, le encontraréis antes de que suba al alto pa ra la comida. El pueblo no comerá antes que él llegue, porque es él quien ha de bendec ir el sacrificio; y a continuación comerán los invitados. Subid ahora y al momento l e encontraréis." 14 Subieron, pues, a la ciudad. Entraban ellos por la puerta, cuando Samuel salía en dirección a ellos para subir al alto. 15 Ahora bien, la víspera de la venida de Saúl había hecho Adonai está revelación a S amuel: 16 "Mañana, a esta misma hora, te enviaré un hombre de la tierra de Benjamín, le ungirás como jefe de mi pueblo Israel y él librará a mi pueblo de la mano de los filis teos, porque he visto la aflicción de mi pueblo y su clamor ha llegado hasta mí."

17 Y cuando Samuel vio a Saúl, Adonai le indicó: "Este es el hombre del que te he hablado. El regirá a mi pueblo." 18 Saúl se acercó a Samuel en medio de la puerta, y le dijo: "Indícame, por favor , dónde está la casa del vidente." 19 Samuel respondió a Saúl: Yo soy el vidente; sube delante de mí al alto y comeréi s hoy conmigo. Mañana por la mañana te despediré y te descubriré todo lo que hay en tu c orazón. 20 No te preocupes por las asnas que perdiste hace tres días, porque ya han a parecido. Por lo demás, ¿para quién es lo mejor de Israel? ¿No es para ti y para la casa de tu padre?" 21 Saúl respondió: ¿No soy yo de Benjamín, la menor de las tribus de Israel? ¿No es m i familia la más pequeña de todas las de la tribu de Benjamín? ¿Cómo me dices estas cosas? " 22 Tomó Samuel a Saúl y a su criado y los hizo entrar en la sala, y les dio un asiento a la cabecera de los invitados, que eran unos treinta. 23 Después dijo Samuel al cocinero: "Sirve la porción que te entregué, la que te dije que pusieras aparte." 24 Tomó el cocinero la pierna y el rabo poniéndolos delante de Saúl. Y dijo: "Aquí tienes, ante ti, lo que se guardó. Come..." Aquel día Saúl comió con Samuel. 25 Bajaron del alto a la ciudad. Se extendió una estera para Saúl en el terrado , 26 y se acostó. Cuando apuntó el alba, llamó Samuel a Saúl en el terrado y le dijo: "Levántate, que voy a despedirte." Se levantó Saúl y salieron ambos afuera, Samuel y Saúl. 27 Habían bajado hasta las afueras de la ciudad, cuando Samuel dijo a Saúl: "Ma nda a tu criado que se adelante, y tú quédate ahora para que te de a conocer la pala bra de Di-s."

1 Samuel 10 1 Tomó Samuel el cuerno de aceite y lo derramó sobre la cabeza de Saúl, y después le besó diciendo: "¿No es Adonai quien te ha ungido como jefe de su pueblo Israel? Tú regirás al pueblo de Adonai y le librarás de la mano de los enemigos que le rodean. Y ésta será para ti la señal de que Adonai te ha ungido como caudillo de su heredad. 2 En cuanto te separes hoy de mí, encontrarás dos hombres junto a la tumba de Raquel, sobre la frontera de Benjamín... y ellos te dirán: "Las asnas que has ido a buscar ya han aparecido. Ahora tu padre ha olvidado el asunto de las asnas y es tá preocupado por vosotros, diciendo: ¿Qué debo hacer por mi hijo?" 3 Pasando más allá, y en llegando a la Encina del Tabor, encontrarás tres hombre s que suben hacia Di-s, a Betel, uno llevará tres cabritos, otro llevará tres torta s de pan, y el tercero llevará un odre de vino. 4 Te saludarán y te darán dos panes, que tú tomarás de su mano. 5 Llegarás después a Guibeá de Di-s (donde se encuentra el gobernador de los fi listeos) y a la entrada de la ciudad tropezarás con un grupo de profetas que baja n del alto, precedidos del añafil, el adufe, la flauta y la cítara, en trance profétic o. 6 Te invadirá entonces el espíritu de Adonai, entrarás en trance con ellos y que darás cambiado en otro hombre. 7 Cuando se te hayan cumplido estas señales, haz lo que te viniere a mano, p orque Di-s está contigo. 8 Bajarás delante de mí a Guilgal, y yo me reuniré allí contigo para ofrecer holoc austos y sacrificios de comunión. Esperarás siete días a que yo vaya a tu encuentro y te diré lo que debes hacer." 9 Apenas volvió las espaldas para dejar a Samuel, le cambió Di-s el corazón y to das las señales se realizaron aquel mismo día. 10 Desde allí fueron a Guibeá, y he aquí que venía frente a él un grupo de profetas; le invadió el espíritu de Di-s y se puso en trance en medio de ellos. 11 Los que le conocían de toda la vida le vieron profetizando con los profeta s, y todos los del pueblo se decían entre sí: "¿Qué le ha pasado al hijo de Quis? ¿Conque también Saúl anda entre los profetas?" 12 Replicó uno de allá: "Y ¿quién es su padre?" Y así pasó a proverbio: "¿Conque también

entre los profetas?". 13 Y cuando salió del trance se fue a casa. 14 El tío de Saúl le dijo a él y a su criado: "¿A dónde habéis ido?" Contestó: "A buscar las asnas. Y como no vimos nada, acudimos a Samuel." 15 Dijo el tío de Saúl: Vamos, cuéntame qué os ha dicho Samuel." 16 Saúl dijo a su tío: "Sencillamente, nos avisó que las asnas habían aparecido." P ero no le dijo ni palabra de lo que le había dicho Samuel acerca del reino. 17 Samuel convocó al pueblo en Mispá junto a Adonai. 18 Y dijo a los israelitas: Así ha dicho Adonai, el Di-s de Israel: Yo hice s ubir a Israel de Egipto y os libré de los egipcios y de todos los reinos que os t enían oprimidos. 19 Pero vosotros ahora habéis rechazado a vuestro Di-s, a aquel mismo que os salvó de todos vuestros males y aprietos, y le habéis dicho: "No: tú ponnos un rey." A hora, pues, compareced delante de Adonai distribuidos por tribus y familias." 20 Samuel hizo acercarse a todas las tribus de Israel y fue designada la tr ibu de Benjamín. 21 Hizo que se acercara la tribu de Benjamín por familias y fue designada la familia de Matrí, y luego mandó acercarse a la familia de Matrí por individuos y quedó f inalmente Saúl, hijo de Quis, y le buscaron, pero no le encontraron. 22 Entonces volvieron a interrogar a Adonai: "¿Ha venido ése?" Dijo Adonai: "Aq uí le tenéis escondido entre la impedimenta." 23 Corrieron y lo sacaron de allí y, puesto en medio del pueblo, les llevaba a todos la cabeza. 24 Dijo Samuel a todo el pueblo: "¿Veis al que ha elegido Adonai? No hay como él en todo el pueblo." Y todo el pueblo gritó: "¡Viva el rey!". 25 Samuel dictó al pueblo el fuero real y lo puso por escrito, depositándolo de lante de Adonai, y despidió Samuel a cada cual a su casa. 26 También Saúl se fue a su casa, a Guibeá; le acompañaron algunos valientes a quie nes Di-s tocó el corazón. 27 Pero algunos malvados dijeron: "Qué nos va a salvar ése!" Y le despreciaron y no le llevaron regalos. Cosa de un mes más tarde, 1 Samuel 11 1 subió Najás el ammonita, y acampó contra Yabés de Galaad. Y todos los de Yabés dij eron a Najás. "Ponnos condiciones y te serviremos." 2 Dijo Najás el ammonita: "Estas son mis condiciones: saltar a todos el ojo derecho y quedará en ridículo todo Israel." 3 Y los ancianos de Yabés le dijeron: "Danos una tregua de siete días y mandar emos mensajeros por todo el territorio de Israel y, si no hay quien nos socorra , entonces nos rendiremos a ti." 4 Llegaron los mensajeros a Guibeá de Saúl, y dijeron estas palabras a oídos del pueblo, y todo el pueblo lloró a voces. 5 He aquí que venía Saúl del campo detrás de los bueyes y dijo:"¿Qué tiene el pueblo q ue esta llorando?", y le contaron las palabras de los de Yabés. 6 Invadió a Saúl el espíritu de Di-s en oyendo estas palabras, y se irritó sobrema nera. 7 Y tomando una yunta de bueyes los despedazó y los repartió por todo el terri torio de Israel por medio de mensajeros, diciendo: "Así se hará con los bueyes del q ue no salga detrás de Saúl." Y el temor de Adonai cayó sobre el pueblo, y salieron com o un solo hombre. 8 Les pasó revista en Bézeq, y eran los israelitas 300.000 y los de Judá 30.000. 9 Dijeron a los mensajeros que habían venido: "Así diréis a los de Yabés de Galaad : Mañana, cuando el sol apriete , seréis liberados." Fueron los mensajeros y lo anun ciaron a los de Yabés, que se alegraron. 10 Y dijeron los de Yabés a Najás: "Mañana salimos a vosotros y hacéis con nosotros lo que mejor os parezca." 11 A la mañana siguiente dispuso Saúl a sus hombres en tres columnas que irrump ieron en el campamento durante la guardia de la madrugada, y batieron a los amm onitas hasta que apretó el sol. Y los demás huyeron no quedando dos juntos. 12 El pueblo dijo a Samuel: "¿Quién andaba preguntando si Saúl iba a reinar sobre

nosotros? Dadnos esos hombres y los haremos morir." 13 Pero Saúl dijo: "Que no muera nadie en este día, porque Adonai ha realizado hoy una liberación en Israel." 14 Samuel dijo al pueblo: "Vamos todos a Guilgal e inauguraremos allí la mona rquía." 15 Fue todo el pueblo a Guilgal, y allí en Guilgal, proclamaron rey a Saúl dela nte de Adonai, ofreciendo allí sacrificios de comunión delante de Adonai; y Saúl y tod os los israelitas se alegraron en extremo. 1 Samuel 12 1 Samuel dijo a todo Israel: "Ya veis que os he atendido en todo lo que me habéis pedido y he puesto un rey sobre vosotros. 2 En adelante, el rey marchara delante de vosotros. Cuanto a mí, he envejeci do y encanecido, y mis hijos entre vosotros están. He andado delante de vosotros desde mi juventud hasta hoy. 3 Aquí me tenéis. Atestiguad contra mí delante de Adonai y delante de su ungido. ¿De quién he tomado yo el buey o de quién he tomado el asno? ¿A quién he atropellado u op rimido? ¿Quién me ha sobornado para que cerrara los ojos? Yo os lo restituiré." 4 Respondieron: "No nos has atropellado ni oprimido, y nada has recibido d e nadie." 5 El les dijo: "Adonai es testigo contra vosotros, y su ungido es testigo hoy de que vosotros no habéis encontrado nada en mis manos." Respondieron: "Es te stigo." 6 Dijo entonces Samuel al pueblo: "Testigo es aquel Adonai que suscitó a Moi sés y Aarón y que hizo subir a vuestros padres del país de Egipto. 7 Presentaos ahora para que yo pleitee con vosotros ante Adonai y para rec ordaros todos los beneficios que Adonai ha llevado a cabo en favor vuestro y de vuestros padres. 8 Cuando Jacob entró en Egipto, los egipcios los oprimieron y vuestros padre s clamaron a Adonai. Entonces Adonai envió a Moisés y Aarón que sacaron a vuestros pad res de Egipto y los puso en este lugar. 9 Pero ellos olvidaron a Adonai su Di-s, y él los entregó en manos de Sísara, je fe del ejército de Jasor, en manos de los filisteos y del rey de Moab, que combat ieron contra ellos. 10 Clamaron a Adonai diciendo: "Hemos pecado, porque hemos abandonado a Ado nai y servido a los Baales y a las Astartés. Pero ahora, líbranos de las manos de nu estros enemigos y te serviremos." 11 Envió entonces Adonai a Yerubbaal, a Baraq, a Jefté y a Samuel, os ha librad o de los enemigos que os rodeaban y habéis vivido en seguridad. 12 Pero, en cuanto habéis visto que Najás, rey de los ammonitas, venía contra vos otros, me habéis dicho: "¡No! Que reine un rey sobre nosotros," siendo así que vuestro rey es Adonai, Di-s vuestro. 13 Aquí tenéis ahora al rey que os habéis elegido. Adonai ha establecido un rey s obre vosotros. 14 Si teméis a Adonai y le servís, si escucháis su voz y no os rebeláis contra las ór denes de Adonai; si vosotros y el rey que reine sobre vosotros seguís a Adonai vue stro Di-s, está bien. 15 Pero si no escucháis la voz de Adonai, si os rebeláis contra las órdenes de Ad onai, entonces la mano de Adonai pesará sobre vosotros y sobre vuestro rey. 16 Una vez más, quedaos para ver este gran prodigio que Adonai realiza a vues tros ojos. 17 ¿No es ahora la cosecha del trigo? Pues bien, voy a invocar a Adonai para que haga tronar y llover. Reconoced y ved el gran mal que habéis hecho a los ojos de Adonai, a pedir un rey para vosotros." 18 Invocó Samuel a Adonai, que hizo tronar y llover aquel mismo día, y todo el pueblo cobró mucho temor a Adonai y a Samuel. 19 Dijo todo el pueblo a Samuel: "Suplica a Adonai tu Di-s en favor de tus siervos, para que no muramos; hemos colmado nuestros pecados pidiendo en rey pa ra nosotros." 20 Pero Samuel dijo al pueblo: "No temáis. Cierto que habéis hecho esta maldad.

Pero ahora, no os alejéis de Adonai y servidle con todo vuestro corazón, 21 y no os apartéis en pos de los que no son nada, que no sirven ni salvan po rque no son nada. 22 Pues Adonai no rechazará a su pueblo por el honor de su gran nombre, porqu e Adonai se ha dignado hacer de vosotros su pueblo. 23 Por mi parte, lejos de mí pecar contra Adonai dejando de suplicar por voso tros y de enseñaros el camino bueno y recto. 24 Sólo a Adonai temeréis y le serviréis fielmente, con todo vuestro corazón, porqu e habéis visto esta cosa grandiosa que ha realizado en medio de vosotros. 25 Pero si os portáis mal, pereceréis, vosotros y vuestro rey." 1 Samuel 13 1 ... 2 Se eligió Saúl 3.000 hombres de Israel; había 2.000 con Saúl en Mikmás y en las mo ntañas de Betel, y mil con Jonatán en Gueba de Benjamín, y el resto del pueblo lo devo lvió a sus tiendas. 3 Jonatán mató al gobernador de los filisteos que se hallaba en Guibeá, y supier on los filisteos que los hebreos se habían rebelado. Saúl hizo sonar el cuerno por t oda la tierra, 4 y todo Israel oyó la noticia: "Saúl ha matado al gobernador de los filisteos . Israel se ha hecho odioso a los filisteos." Y se reunió el pueblo tras Saúl en Gui lgal. 5 Se concentraron los filisteos para combatir a Israel: 3.000 carros, 6.00 0 caballos y un ejército tan numeroso como la arena de la orilla del mar; y acampa ron en Mikmás, al este de Bet Avén. 6 Cuando los hombres de Israel se vieron en peligro, porque se les apretab a de cerca, se escondió la gente en las cavernas, los agujeros, las hendiduras de las peñas, los subterráneos y las cisternas. 7 Algunos hebreos pasaron también el Jordán al país de Gad y Galaad. Saúl estaba t odavía en Guilgal y todo el pueblo temblaba junto a él. 8 Esperó siete días conforme al plazo que Samuel había fijado, pero Samuel no ll egó a Guilgal y el ejército se desbandó, abandonando a Saúl. 9 Entonces Saúl dijo: "Acercadme el holocausto y los sacrificios de comunión", y ofreció el holocausto. 10 Acababa él de ofrecer el holocausto, cuando llegó Samuel, y Saúl le salió al enc uentro para saludarle. 11 Samuel dijo: "¿Qué has hecho?" Y Saúl respondió: "Como vi que el ejército me aband onaba y se desbandaba, que, por otro lado, tú no venías en el plazo fijado, y que lo s filisteos estaban ya concentrados en Mikmás, 12 me dije: Ahora los filisteos van a bajar contra mí a Guilgal y no he apaci guado a Adonai. Entonces me he visto forzado a ofrecer el holocausto." 13 Samuel dijo a Saúl: "Te has portado como un necio. Si hubieras cumplido la orden que Adonai tu Di-s te ha dado, entonces Adonai hubiera afianzado tu reino para siempre sobre Israel. 14 Pero ahora tu reino no se mantendrá. Adonai se ha buscado un hombre según su corazón, al que ha designado caudillo de su pueblo, porque tú no has cumplido lo q ue Adonai te había ordenado." 15 Se levantó Samuel y partió de Guilgal para seguir su camino. Los que quedaba n del pueblo subieron tras Saúl al encuentro de los hombres de guerra, y vino de G uilgal a Gueba de Benjamín. Saúl pasó revista a las tropas que tenía con él: había unos seis cientos hombres. 16 Saúl, su hijo Jonatán y las tropas que estaban con ellos, se hallaban situad os en Gueba de Benjamín, mientras que los filisteos acampaban en Mikmás. 17 La fuerza de choque salió del campo filisteo en tres columnas: una columna tomó la dirección de Ofrá, en la comarca de Sual; 18 otra tomó la dirección de Bet Jorón y la tercera tomó la dirección del alto que do mina el valle de los Seboím, hacia el desierto. 19 No había herreros en todo el territorio de Israel, porque los filisteos se decían: "Que no hagan los hebreos espadas ni lanzas." 20 Así todos los israelitas tenían que bajar a los filisteos para vaciar cada c

ual su reja, su hacha, su azuela o su aguijada. 21 El precio era dos tercios de siclo por aguzar las azuelas y enderezar la aguijada. 22 Y así ocurrió que el día de la batalla nadie, en toda la tropa que estaba con Saúl y Jonatán, tenía en la mano espada ni lanza. Las había sólo para Saúl y para su hijo J onatán. 23 Una avanzadilla de filisteos partió hacia el paso de Mikmás. 1 Samuel 14 1 Un día, Jonatán, hijo de Saúl, dijo a su escudero: "Ven, vamos a cruzar hasta la avanzadilla de los filisteos que están en este paso", pero nada dijo a su padre . 2 Saúl estaba situado en el límite de Gueba, bajo el granado que está cerca de l a era, y las gentes que estaban con él eran como unos seiscientos hombres. 3 Ajías, hijo de Ajitub, hermano de Ikabod, hijo de Pinjás, hijo de Elí, sacerdo te de Adonai en Silo, llevaba el efod. La tropa no advirtió que Jonatán se había march ado. 4 En el paso que Jonatán intentaba franquear para llegar a la avanzadilla de los filisteos, hay un picacho por un lado y un picacho por el otro. Uno se llam a Boses y el otro Senné; 5 el primer picacho está al norte, frente a Mikmás, el segundo al sur, frente a Gueba. 6 Jonatán dijo a su escudero: "Ven, crucemos hasta la avanzadilla de esos in circuncisos. Acaso Adonai haga algo por nosotros, porque nada impide a Adonai da r la victoria con pocos o con muchos." 7 Su escudero respondió: "Haz todo lo que tu corazón te dicte. Por mi parte es toy contigo, a tu voluntad." 8 Jonatán dijo: "Vamos a pasar hacia esa gente y nos haremos ver de ellos. 9 Si nos dicen: "¡Alto ahí! hasta que lleguemos a vosotros", nos quedaremos en el sitio y no subiremos a ellos. 10 Pero si nos dicen: "Subid hacia nosotros," subiremos, porque Adonai los ha entregado en nuestras manos; esto nos servirá de señal." 11 Cuando se dejaron ver de la avanzadilla de los filisteos, éstos dijeron: " Mirad los hebreos que salen de los escondrijos donde se habían metido." 12 Y la gente de la avanzadilla, dirigiéndose a Jonatán y a su escudero, dijero n: "Subid hacia nosotros, que os vamos a enseñar algo." Entonces Jonatán dijo a su e scudero: "Sube detrás de mí, pues Adonai los ha entregado en manos de Israel." 13 Subió Jonatán ayudándose de pies y manos, y su escudero le seguía. Caían los filis teos ante Jonatán y detrás de él su escudero los iba rematando. 14 Este primer estrago que hicieron Jonatán y su escudero fue de una veintena de hombres... 15 Cundió el terror en el campo y en el campamento y en la gente toda; la ava nzadilla y los cuerpos de descubierta fueron presa del espanto, la tierra tembló y hubo un terror de Di-s. 16 Los escuchas de Saúl que estaban en Gueba de Benjamín vieron que el campamen to se agitaba de un lado para otro, 17 y Saúl dijo a las tropas que estaban con él: "Pasad revista y ved quién se ha marchado de los nuestros." Se pasó revista y vieron que faltaban Jonatán y su escude ro. 18 Entonces Saúl dijo a Ajías: "Trae el efod", porque este era el que llevaba e l efod en presencia de Israel. 19 Pero mientras Saúl hablaba al sacerdote, el tumulto del campamento filiste o iba creciendo y Saúl dijo al sacerdote: "Retira tu mano." 20 Saúl y toda la tropa que estaba con él se reunieron y llegaron al campo de b atalla, y he aquí que la espada de cada uno se volvía contra el otro, ¡un enorme desc oncierto! 21 Los hebreos que de antes estaban al servicio de los filisteos y que habían subido con ellos al campamento, también desertaron y se pasaron a los israelitas que estaban con Saúl y Jonatán. 22 Todos los israelitas que se habían escondido en la montaña de Efraím, al saber

que los filisteos huían, los persiguieron hostigándolos. 23 Aquel día Adonai dio la victoria a Israel. El combate se extendió más allá de Be t Jorón. 24 Los hombres de Israel estaban en gran apuro aquel día y Saúl pronunció una imp recación sobre el pueblo: "Maldito el hombre que coma algo antes del anochecer, an tes que me haya vengado de mis enemigos." Y nadie del pueblo probó bocado. 25 Había, pues, un panal de miel por el suelo, 26 y el pueblo llegó al panal cuando la miel estaba destilando, pero nadie se llevó la mano a su boca, porque el pueblo temía la imprecación. 27 Jonatán no había oído la imprecación que su padre había pronunciado sobre el pueb lo y alargó la punta de la vara que tenía en la mano, la metió en el panal y después lle vó la mano a su boca y le brillaron los ojos. 28 Uno del pueblo le habló diciendo: "Tu padre ha pronunciado solemnemente es ta imprecación sobre el pueblo; ha dicho "Maldito el hombre que coma hoy algo."" 29 Jonatán respondió: "Mi padre ha causado un trastorno al país. Ved cómo tengo los ojos más brillantes por haber tomado este poco de miel. 30 Pues si la tropa hubiese comido hoy del botín tomado al enemigo ¿no hubiera sido mayor el estrago de los filisteos?" 31 Aquel día fueron batidos los filisteos desde Mikmás hasta Ayyalón y la gente q uedó extenuada. 32 La tropa se arrojó sobre el botín y tomando ganado menor, bueyes y terneros, los inmoló sobre el suelo y lo comieron con la sangre. 33 Avisaron a Saúl: "El pueblo está pecando contra Adonai comiendo la sangre." El entonces dijo: "Habéis sido infieles. Rodadme hasta aquí una piedra grande." 34 Luego dijo: "Repartíos entre el pueblo y decidles: que cada uno traiga su buey o su carnero; los inmolaréis aquí y comeréis, sin pecar contra Adonai por comerlo con sangre." Todos los hombres llevaron cada cual lo que tenía aquella noche y lo inmolaron allí. 35 Alzó Saúl un altar a Adonai; este fue el primer altar que edificó. 36 Saúl dijo: "Bajemos durante la noche en persecución de los filisteos y saqueém oslos hasta el amanecer; no dejaremos ni un solo hombre." Le respondieron: "Haz lo que mejor te parezca." Pero el sacerdote dijo: "Acerquémonos aquí a Di-s." 37 Consultó Saúl a Di-s: "¿Bajaré en persecución de los filisteos? ¿Los entregarás en ma os de Israel?" Pero no respondió en aquella ocasión. 38 Entonces dijo Saúl: "Acercaos aquí todos los principales del pueblo. Investi gad en qué ha consistido el pecado de hoy. 39 ¡Vive Adonai! que ha salvado a Israel, que aunque se trate de mi hijo Jona tán, morirá sin remisión." Nadie del pueblo se atrevió a responderle. 40 Dijo a todo Israel: "Poneos a un lado, y yo y mi hijo Jonatán nos pondremo s al otro", y el pueblo respondió a Saúl: "Haz lo que mejor te parezca." 41 Dijo entonces Saúl: "Adonai Di-s de Israel, ¿por qué no respondes hoy a tu sie rvo? Si el pecado es mío o de mi hijo Jonatán, Adonai Di-s de Israel, da = urim; = si el pecado es de tu pueblo Israel, da = tummim =." Fueron señalado Saúl y Jonatán, q uedando libre el pueblo. 42 Saúl dijo: "Sortead entre mi hijo Jonatán y yo"; y fue señalado Jonatán. 43 Dijo entonces Saúl a Jonatán: "Cuéntame lo que has hecho." Jonatán respondió: "No he hecho más que probar un poco de miel con la punta de la vara que tenía en la mano . Estoy dispuesto a morir." 44 Saúl replicó: "Que Di-s me haga esto y me añada esto otro si no mueres, Jonatán. " 45 Pero el pueblo dijo a Saúl: "¿Es que va a morir Jonatán siendo él quien ha conse guido esta gran victoria en Israel? ¡Di-s nos libre! ¡Vive Adonai! que no caerá en tie rra ni un cabello de su cabeza, porque con ayuda de Di-s lo hizo." Así rescató el pu eblo a Jonatán y no murió. 46 Regresó Saúl de la persecución de los filisteos y los filisteos alcanzaron su país. 47 Cuando Saúl se constituyó rey sobre Israel guerreó por todas partes contra tod os sus enemigos: contra Moab, los ammonitas, Edom, el rey de Sobá y los filisteos; doquiera se dirigía resultaba vencedor. 48 Hizo proezas de valor, batió a los amalecitas y libró a Israel del poder de

los que le saqueaban. 49 Los hijos de Saúl fueron: Jonatán, Isyó y Malki Súa. Los nombres de sus dos hija s eran: Merab la mayor y Mikal la más pequeña. 50 La mujer de Saúl se llamaba Ajinoam, hija de Ajimaas. El jefe de su ejército se llamaba Abner, hijo de Ner, tío de Saúl: 51 Quis, padre de Saúl, y Ner, padre de Abner, eran hijos de Abiel. 52 Hubo una guerra encarnizada contra los filisteos toda la vida de Saúl. En cuanto Saúl veía un hombre fuerte y valeroso, se lo incorporaba. 1 Samuel 15 1 Samuel dijo a Saúl: "Adonai me ha enviado para consagrarte rey sobre su pu eblo Israel. Escucha, pues, las palabras de Adonai: 2 Esto dice Adonai Sebaot: He decidido castigar lo que Amalec hizo a Israe l, cortándole el camino cuando subía de Egipto. 3 Ahora, vete y castiga a Amalec, consagrándolo al anatema con todo lo que p osee, no tengas compasión de él, mata hombres y mujeres, niños y lactantes, bueyes y o vejas, camellos y asnos." 4 Convocó Saúl al pueblo y le pasó revista en Telam: 200.000 infantes y 10.000 h ombres de Judá. 5 Avanzó Saúl hasta la capital de Amalec y se emboscó en el barranco. 6 Dijo Saúl a los quenitas: "Marchaos, apartaos de los amalecitas, no sea qu e os haga desaparecer con ellos, pues os portasteis bien con todos los israelit as cuando subían de Egipto"; y los quenitas se apartaron de los amalecitas. 7 Batió Saúl a los amalecitas desde Javilá, en dirección de Sur que está al este de Egipto. 8 Capturo vivo a Agag, rey de los amalecitas, y pasó a todo el pueblo a filo de espada en cumplimiento del anatema. 9 Pero Saúl y la tropa perdonaron a Agag y a lo más escogido del ganado mayor y menor, las reses cebadas y los corderos y todo lo bueno. No quisieron consagra rlo al anatema, pero consagraron al anatema toda la hacienda vil y sin valor. 10 Le fue dirigida la palabra de Di-s a Samuel diciendo: 11 "Me arrepiento de haber dedo la realeza a Saúl, porque se ha apartado de mí y no ha ejecutado mis órdenes." Se conmovió Samuel y estuvo clamando a Adonai toda l a noche. 12 Se levantó Samuel por la mañana al encuentro de Saúl. Avisaron a Samuel: "Saúl h a ido a Carmelo y se ha erigido un monumento; después ha seguido y ha bajado a Gui lgal." 13 Llegó Samuel donde Saúl y éste dijo: "Bendito seas de Adonai. Ya he ejecutado la orden de Adonai." 14 Pero Samuel preguntó: "¿Y qué son esos balidos que vienen a mis oídos y esos mug idos que oigo?" 15 Respondió Saúl: "Los hemos traído de Amalec porque el pueblo ha perdonado lo m ejor del ganado mayor y menor con intención de ofrecerlo en sacrificio a Adonai tu Di-s. Cuanto a lo demás, lo hemos entregado al anatema." 16 Pero Samuel dijo a Saúl: "Basta ya y deja que te anuncie lo que Adonai me ha revelado esta noche." El le dijo: "Habla." 17 Entonces Samuel dijo: "Aunque tú eres pequeño a tus propios ojos ¿no eres el j efe de las tribus de Israel? Adonai te ha ungido rey de Israel. 18 Adonai te ha enviado por el camino y te ha dicho: "Vete, y consagra al a natema a estos pecadores, los amalecitas, hazles la guerra hasta el exterminio". 19 Por qué no has escuchado a Adonai? ¿Por qué te has lanzado sobre el botín y has hecho lo que desagrada a Adonai?" 20 Saúl respondió a Samuel: "¡Yo he obedecido a Adonai! Anduve por el camino por el que me envió, he traído a Agag, rey de Amalec, y he entregado al anatema a los am alecitas. 21 Del botín, el pueblo ha tomado el ganado mayor y menor, lo mejor del anate ma, para sacrificarlo a Adonai tu Di-s en Guilgal." 22 Pero Samuel dijo: ¿Acaso se complace Adonai en los holocaustos y sacrifici os como en la obediencia a la palabra de Adonai?Mejor es obedecer que sacrificar , mejor la docilidad que la grasa de los carneros.

23 Como pecado de hechicería es la rebeldía, crimen de terafim la contumacia.Po rque has rechazado la palabra de Adonai, él te rechaza para que no seas rey. 24 Saúl dijo a Samuel: "He pecado traspasando la orden de Adonai y tus mandat os, porque tuve miedo al pueblo y le escuché. 25 Ahora, pues, perdona mi pecado, por favor, y ven conmigo para que adore a Adonai." 26 Pero Samuel respondió a Saúl: "No iré más contigo; ya que has rechazado la palab ra de Adonai, Adonai te ha rechazado para que no seas rey de Israel." 27 Y como Samuel se volviera para marcharse, le asió Saúl el extremo del manto, que se desgarró, 28 y Samuel dijo: "Hoy te ha desgarrado Adonai el reino de Israel y se lo h a dado a otro mejor que tú." 29 (Y la Gloria de Israel no miente ni se arrepiente, porque no es un hombr e para arrepentirse). 30 Saúl dijo: "He pecado, pero, con todo, te ruego que me honres ahora delant e de los ancianos de mi pueblo y delante de Israel y vengas conmigo para que ad ore a Adonai tu Di-s." 31 Volvió Samuel con Saúl y éste adoró a Adonai. 32 Después dijo Samuel: "Traedme a Agag, rey de los amalecitas", y vino Agag hacia él y se resistía diciendo: "En verdad es amarga la muerte." 33 Samuel dijo: "Como tu espada ha privado a las mujeres de sus hijos, así en tre las mujeres, privada de su hijo será tu madre", y Samuel despedazó a Agag ante A donai en Guilgal. 34 Partió Samuel para Ramá, y Saúl subió a su casa en Guibeá de Saúl. 35 Samuel no vio más a Saúl hasta el día de su muerte. Y lloraba Samuel por Saúl, p ero Adonai se había arrepentido de haberle hecho rey de Israel.

1 Samuel 16 1 Dijo Adonai a Samuel: "¿Hasta cuándo vas a estar llorando por Saúl, después que yo le he rechazado para que no reine sobre Israel? Llena tu cuerno de aceite y v ete. Voy a enviarte a Jesé, de Belén, porque he visto entre sus hijos un rey para mí." 2 Samuel replicó: "¿Cómo voy a ir? Se enterará Saúl y me matará." Respondió Adonai: "Ll va contigo una becerra y di: "He venido a sacrificar a Adonai." 3 Invitarás a Jesé al sacrificio y yo te indicaré lo que tienes que hacer, y me ungirás a aquel que yo te diga." 4 Hizo Samuel lo que Adonai le había ordenado y se fue a Belén. Salieron tembl ando a su encuentro los ancianos de la ciudad y le preguntaron: "¿Es de paz tu ven ida, vidente?" 5 Samuel respondió: "Sí; he venido a sacrificar a Adonai. Purificaos y venid c onmigo al sacrificio." Purificó a Jesé y a sus hijos y les invitó al sacrificio. 6 Cuando ellos se presentaron vio a Eliab y se dijo: "Sin duda está ante Ado nai su ungido." 7 Pero Adonai dijo a Samuel: "No mires su apariencia ni su gran estatura, pues yo le he descartado. La mirada de Di-s no es como la mirada del hombre, pue s el hombre mira las apariencias, pero Adonai mira el corazón." 8 Llamó Jesé a Abinadab y le hizo pasar ante Samuel, que dijo: "Tampoco a éste h a elegido Adonai." 9 Jesé hizo pasar a Sammá, pero Samuel dijo: "Tampoco a éste ha elegido Adonai." 10 Hizo pasar Jesé a sus siete hijos ante Samuel, pero Samuel dijo: "A ningun o de éstos ha elegido Adonai." 11 Preguntó, pues, Samuel a Jesé: "¿No quedan ya más muchachos?" El respondió: "Todavía falta el más pequeño, que está guardando el rebaño." Dijo entonces Samuel a Jesé: "Manda que lo traigan, porque no comeremos hasta que haya venido." 12 Mandó, pues, que lo trajeran; era rubio, de bellos ojos y hermosa presenci a. Dijo Adonai: "Levántate y úngelo, porque éste es." 13 Tomó Samuel el cuerno de aceite y le ungió en medio de sus hermanos. Y a par tir de entonces, vino sobre David el espíritu de Adonai. Samuel se levantó y se fue a Ramá. 14 El espíritu de Adonai se había apartado de Saúl y un espíritu malo que venía de Ad onai le perturbaba.

15 Dijéronle, pues, los servidores de Saúl: "Mira, un espíritu malo de Di-s te at erroriza; 16 permítenos, señor, que tus siervos que están en tu presencia te busquen un hom bre que sepa tocar la cítara, y cuando te asalte el espíritu malo de Di-s tocará y te hará bien." 17 Dijo Saúl a sus servidores: "Buscadme, pues, un hombre que sepa tocar bien y traédmelo." 18 Tomó la palabra uno de los servidores y dijo: "He visto a un hijo de Jesé el belemita que sabe tocar; es valeroso, buen guerrero, de palabra amena, de agrad able presencia y Adonai está con él." 19 Despachó Saúl mensajeros a Jesé que le dijeran: "Envíame a tu hijo David, el que está con el rebaño." 20 Tomó Jesé cinco panes, un odre de vino y un cabrito y lo envió a Saúl con su hij o David. 21 Llegó David donde Saúl y se quedó a su servicio. Saúl le cobró mucho afecto y le h izo su escudero. 22 Mandó Saúl a decir a Jesé: "Te ruego que tu hijo David se quede a mi servicio, porque ha hallado gracia a mis ojos." 23 Cuando el espíritu de Di-s asaltaba a Saúl, tomaba David la cítara, la tocaba, Saúl, encontraba calma y bienestar y el espíritu malo se apartaba de él. 1 Samuel 17 1 Reunieron los filisteos sus tropas para la guerra y se concentraron en S oko de Judá, acampando entre Soko y Azeca, en Efes Dammim. 2 Se reunieron Saúl y los hombres de Israel, acamparon en el valle del Tereb into y se ordenaron en batalla frente a los filisteos. 3 Ocupaban los filisteos una montaña por un lado y los israelitas ocupaban l a montaña frontera, quedando el valle por medio. 4 Salió de las filas de los filisteos un hombre de las tropas de choque, lla mado Goliat, de Gat, de seis codos y un palmo de estatura; 5 tenía un yelmo de bronce sobre su cabeza y estaba revestido de una coraza de escamas, siendo el peso de la coraza 5.000 siclos de bronce. 6 Tenía en las piernas grebas de bronce y una jabalina de bronce entre los h ombros. 7 El asta de su lanza era como enjullo de tejedor y la punta de su lanza p esaba seiscientos siclos de hierro. Su escudero le precedía. 8 Goliat se plantó y gritó a las filas de Israel diciéndoles: "¿Para qué habéis salido a poneros en orden de batalla? ¿Acaso no soy yo filisteo y vosotros servidores de Saúl? Escogeos un hombre y que baje contra mí. 9 Si es capaz de pelear conmigo y me mata, seremos vuestros esclavos pero si yo le venzo y le mato, seréis nuestros esclavos y nos serviréis." 10 Y añadió el filisteo: "Yo desafío hoy a las filas de Israel; dadme un hombre y lucharemos mano a mano." 11 Oyó Saúl y todo Israel estas palabras del filisteo y se consternaron y se ll enaron de miedo. 12 Era David hijo de un efrateo de Belén de Judá, llamado Jesé, que tenía ocho hijo s. En tiempo de Saúl este hombre era ya anciano, muy entrado en años. 13 Los tres hijos mayores de Jesé se fueron a la guerra con Saúl; el nombre de los tres hijos suyos que marcharon a la guerra era Eliab, el primogénito, Abinadab , el segundo, y Sammá, el tercero. 14 David era el más pequeño; cuanto a los tres mayores, habían seguido a Saúl. 15 (David alternaba sus viajes al campamento de Saúl con el cuidado del rebaño de su padre en Belén). 16 El filisteo se acercaba mañana y tarde y se presentó así durante cuarenta días. 17 Jesé dijo a su hijo David: "Lleva a tus hermanos esta medida de trigo tost ado y estos diez panes y corre al campamento a donde tus hermanos. 18 Y estos diez requesones llévalos al jefe de millar; entérate de la salud de tus hermanos y toma señal de recibo de ellos. 19 Están Saúl, ellos y todos los hombres de Israel en el valle del Terebinto, g uerreando con los filisteos."

20 Se levantó David de madrugada, dejó el rebaño al guarda y, tomado las cosas, s e fue como le había mandado Jesé, y llegó al círculo del campamento justo cuando salía el ejército para ordenarse en batalla, lanzando el grito de guerra. 21 Israel y los filisteos se pusieron en orden de batalla, fila contra fila . 22 Dejó David las cosas en manos del guardia de la impedimenta y corrió a las f ilas y fue a preguntar a sus hermanos cómo estaban. 23 Mientras hablaba con ellos el hombre de las tropas de choque, llamado Go liat, el filisteo de Gat, subía de las filas de los filisteos, diciendo las mismas palabras, y le oyó David. 24 En viéndole todos los hombres de Israel huyeron delante de él, llenos de mie do. 25 Los hombres de Israel decían: "¿Habéis visto a este hombre que sube? Sube a pr ovocar a Israel. A quien lo mate colmará el rey de grandes riquezas y le dará su hi ja y librará de tributo la casa de su padre en Israel." 26 Preguntó, pues, David a los hombres que estaban a su lado: "¿Qué se hará al homb re que mate a ese filisteo y aparte la afrenta de Israel? Pues ¿quién es ese filiste o incircunciso para injuriar a las huestes de Di-s vivo?" 27 Y el pueblo le repitió las mismas palabras: "Así se hará al hombre que lo mate ." 28 Se enteró Eliab, su hermano mayor, de su pregunta a los hombres y se encen dió en cólera Eliab contra David, y le dijo: "¿Para qué has bajado, y a quién has dejado a quel pequeño rebaño en el desierto? Ya sé yo tu atrevimiento y la maldad de tu corazón. Has bajado para ver la batalla." 29 Respondió David: "Pues ¿qué he hecho yo? ¿es que uno no puede hablar?" 30 Y volviéndose se dirigió a otro y preguntó lo mismo y la gente le respondió como la primera vez. 31 Fueron oídas las palabras que decía David y se lo contaron a Saúl, que le hizo venir. 32 Dijo David a Saúl: "Que nadie se acobarde por ése. Tu siervo irá a combatir co n ese filisteo." 33 Dijo Saúl a David: "No puedes ir contra ese filisteo para luchar con él, por que tú eres un niño y él es hombre de guerra desde su juventud." 34 Respondió David a Saúl: "Cuando tu siervo estaba guardando el rebaño de su pad re y venía el león o el oso y se llevaba una oveja del rebaño, 35 salía tras él, le golpeaba y se la arrancaba de sus fauces, y si se revolvía c ontra mí, lo sujetaba por la quijada y lo golpeaba hasta matarlo. 36 Tu siervo ha dado muerte al león y al oso, y ese filisteo incircunciso será como uno de ellos, pues ha insultado a las huestes de Di-s vivo." 37 Añadió David: "Adonai que me ha librado de las garras del león y del oso, me l ibrará de la mano de ese filisteo." Dijo Saúl a David: "Vete, y que Adonai sea conti go." 38 Mandó Saúl que vistieran a David con sus propios vestidos y le puso un casco de bronce en la cabeza y le cubrió con una coraza. 39 Ciñó a David su espada sobre su vestido. Intentó David caminar, pues aún no esta ba acostumbrado, y dijo a Saúl: "No puedo caminar con esto, pues nunca lo he hecho ." Entonces se lo quitaron. 40 Tomó su cayado en la mano, escogió en el torrente cinco cantos lisos y los p uso en su zurrón de pastor, en su morral , y con su honda en la mano se acercó al fi listeo. 41 El filisteo fue avanzando y acercándose a David, precedido de su escudero. 42 Volvió los ojos el filisteo, y viendo a David, lo despreció, porque era un m uchacho rubio y apuesto. 43 Dijo el filisteo a David: "¿Acaso soy un perro, pues vienes contra mí con pa los?" Y maldijo a David el filisteo por sus dioses, 44 y dijo el filisteo a David: "Ven hacia mí y daré tu carne a las aves del cie lo y a las fieras del campo." 45 Dijo David al filisteo: "Tú vienes contra mí con espada, lanza y jabalina, p ero yo voy contra ti en nombre de Adonai Sebaot, Di-s de los ejércitos de Israel, a los que has desafiado.

46 Hoy mismo te entrega Adonai en mis manos, te mataré y te cortaré la cabeza y entragaré hoy mismo tu cadáver y los cadáveres del ejército filisteo a las aves del ci elo y a las fieras de la tierra, y sabrá toda la tierra que hay Di-s para Israel. 47 Y toda esta asamblea sabrá que no por la espada ni por la lanza salva Adon ai, porque de Adonai es el combate y os entrega en nuestras manos." 48 Se levantó el filisteo y fue acercándose al encuentro de David; se apresuró Da vid, salió de las filas y corrió al encuentro del filisteo. 49 Metió su mano David en su zurrón, sacó de él una piedra, la lanzó con la honda e h irió al filisteo en la frente; la piedra se clavó en su frente y cayó de bruces en tie rra. 50 Y venció David al filisteo con la honda y la piedra; hirió al filisteo y le mató sin tener espada en su mano. 51 Corrió David, se detuvo sobre el filisteos y tomando la espada de éste de sa có de su vaina, le mató y le cortó la cabeza. Viendo los filisteos que había muerto su campeón, huyeron. 52 Se levantaron los hombres de Israel y de Judá y, lanzando el grito de guer ra, persiguieron a los filisteos hasta la entrada de Gat y hasta las puertas de Ecrón. Los cadáveres de los filisteos cubrían el camino, desde Saaráyim hasta Gat y Ecrón. 53 Cuando los hijos de Israel regresaron de perseguir sañudamente a los filis teos, saquearon el campamento. 54 Tomó David la cabeza del filisteo, y la llevó a Yerushalaim; pero sus armas las colocó en su tienda. 55 Cuando Saúl vio a David salir al encuentro del filisteo, preguntó a Abner, j efe del ejército: "¿De quién es hijo este muchacho, Abner?" Abner respondió: "Por tu vid a, oh rey, que no lo sé." 56 El rey dijo: "Pregunta de quién es hijo este muchacho." 57 Cuando volvió David de matar al filisteo, le tomó Abner y le llevó ante Saúl con la cabeza del filisteo en la mano . 58 Saúl le preguntó: "¿De quién eres hijo, muchacho?" David respondió: "De tu siervo Jesé, de Belén." 1 Samuel 18 1 En acabando de hablar David a Saúl, el alma de Jonatán se apegó al alma de Dav id, y le amó Jonatán como a sí mismo. 2 Le retuvo Saúl aquel día y no le permitió regresar a casa de su padre. 3 Hizo Jonatán alianza con David, pues le amaba como a sí mismo. 4 Se quitó Jonatán el manto que llevaba y se lo dio a David, su vestido y tamb ién su espada, su arco y su cinturón. 5 David lograba éxito en todas las campañas que Saúl le encomendaba, y le puso S aúl al frente de hombres de guerra, y se hizo querer de todo el pueblo, también de l os servidores de Saúl. 6 A su regreso, cuando volvió David de matar al filisteo, salían las mujeres d e todas la ciudades de Israel al encuentro del rey Saúl para cantar danzando al so n de adufes y triángulos con cantos de alegría. 7 Las mujeres, danzando, cantaban a coro: "Saúl mató sus millares y David sus miríadas. 8 Irritóse mucho Saúl y le disgustó el suceso, pues decía: "Dan miríadas a David y a mí millares; sólo le falta ser rey." 9 Y desde aquel día en adelante miraba Saúl a David con ojos de envidia. 10 Al día siguiente se apoderó de Saúl un espíritu malo de Di-s y deliraba en medio de la casa; David tocaba como otras veces. Tenía Saúl la lanza en la mano. 11 Blandió Saúl la lanza y dijo: "Voy a clavar a David en la pared." Pero David le esquivó dos veces. 12 Temía Saúl a David porque Adonai estaba con David y de Saúl se había apartado 13 y le alejó Saúl de junto a sí, nombrándole jefe de mil y entraba y salía a la cabe za de la tropa. 14 David ejecutaba con éxito todas sus empresas y Adonai estaba con él. 15 Viendo Saúl que tenía mucho éxito le temió. 16 Todo Israel y Judá quería a David, pues salía y entraba a la cabeza de ellos. 17 Dijo Saúl a David: "Voy a darte por mujer a mi hija mayor Merab, tan sólo co

n que me seas valeroso y luches las batallas de Adonai." Saúl se había dicho: "Que n o muera por mi mano, sino por mano de los filisteos." 18 Dijo David a Saúl: "¿Quién soy yo y cuál es mi linaje, la casa de mi padre en Is rael, para ser yerno del rey?" 19 Pero cuando llegó el tiempo de entregar a Merab, la hija de Saúl, a David, f ue entregada a Adriel de Mejolá. 20 Mikal, hija de Saúl, se enamoró de David; se lo dijeron a Saúl y le agradó la no ticia. 21 Dijo Saúl: "Se la entregaré, pero será para él un lazo, pues caerá sobre él la mano de los filisteos." (Saúl, pues, dijo dos veces a David: "Ahora serás mi yerno.") 22 Ordenó Saúl a sus servidores: "Insinuad a David: Mira que el rey te estima; también te estiman todos sus servidores; procura ser yerno del rey." 23 Los servidores de Saúl dijeron estas palabras a oídos de David y David repli có: "¿Os parece sencillo ser yerno del rey? Yo soy un hombre pobre y ruin." 24 Comunicaron a Saúl sus servidores: "Estas palabras ha dicho David." 25 Respondió Saúl: "Decid así a David: No quiere el rey dote, sino cien prepucios de filisteos para vengarse de los enemigos del rey." Tramaba el rey hacer sucu mbir a David a manos de los filisteos. 26 Los servidores comunicaron a David estas palabras y la cosa pareció bien a David para llegar a ser yerno del rey. No se había cumplido el plazo, 27 cuando se levantó David y partió con sus hombres. Mató a los filisteos doscien tos hombres y trajo David sus prepucios que entregó cumplidamente al rey para ser yerno del rey. Saúl le dio a su hija Mikal por mujer. 28 Temió Saúl, pues sabía que Adonai estaba con David y que toda la casa de Israe l le amaba. 29 Aumentó el temor de Saúl hacia David y fue siempre hostil a David. 30 Salían los jefes de los filisteos, pero en todas sus incursiones obtenía Dav id más éxito que los demás servidores de Saúl, y su nombre se hizo muy famoso. 1 Samuel 19 1 Saúl dijo a su hijo Jonatán y a todos sus servidores que haría morir a David; pero Jonatán, hijo de Saúl, amaba mucho a David, 2 y avisó Jonatán a David diciéndole: "Mi padre Saúl te busca para matarte. Anda s obre aviso mañana por la mañana; retírate a un lugar oculto y escóndete. 3 Yo saldré y estaré junto a mi padre en el campo, donde tú estés, y hablaré por ti a mi padre; veré lo que hay y te avisaré." 4 Habló Jonatán a Saúl su padre en favor de David y dijo: "No peque el rey contr a su siervo David, porque él no ha pecado contra ti, sino que te ha hecho grandes servicios. 5 Puso su vida en peligro, mató al filisteo y concedió Adonai una gran victori a para todo Israel. Tú lo viste y te alegraste. ¿Por qué, pues, vas a pecar contra san gre inocente haciendo morir a David sin motivo?" 6 Escuchó Saúl las palabras de Jonatán y juró: "¡Vive Adonai!, no morirá." 7 Llamó entonces Jonatán a David, le contó todas estas palabras y llevó a David do nde Saúl, y se quedó a su servicio como antes. 8 Reanudada la guerra, partió David para combatir a los filisteos, les causó u na gran derrota y huyeron ante él. 9 Se apoderó de Saúl un espíritu malo de Adonai; estaba sentado en medio de la c asa con su lanza en su mano y David tocaba. 10 Intentó Saúl clavar con su lanza a David en la pared; esquivó David a Saúl y la lanza se clavó en la pared; huyó David y se puso a salvo. Aquella misma noche 11 envió Saúl gente a la casa de David para vigilarle y matarle por la mañana, pe ro su mujer Mikal advirtió a David: "Si no te pones a salvo esta misma noche, mañana morirás." 12 Mikal hizo bajar a David por la ventana. El partió y huyó poniéndose a salvo. 13 Tomó Mikal uno de los terafim y lo puso en el lecho, colocó una estera de pe los de cabra a la cabecera y la cubrió con un vestido. 14 Cuando Saúl mandó gente para prender a David, ella dijo: "Está enfermo." 15 Pero Saúl envió de nuevo los emisarios para ver a David y les dijo: "Traédmelo en su lecho, para matarlo."

16 Entraron los enviados y hallaron un terafim en el lecho y la estera de p elos de cabra en la cabecera. 17 Dijo Saúl a Mikal: "¿Por qué me has engañado y has dejado escapar a mi enemigo p ara que se salve?" Respondió Mikal a Saúl: "El me dijo: déjame escapar o te mato." 18 Huyó, pues, David y se puso a salvo, yéndose a donde Samuel, en Ramá, y le con tó cuanto Saúl le había hecho. Después, él y Samuel se fueron a habitar en las celdas. 19 Avisaron a Saúl: "Mira, David está en las celdas de Ramá." 20 Mandó Saúl emisarios para prender a David; vieron éstos la agrupación de los pro fetas en trance de profetizar, con Samuel a la cabeza. Vino sobre los emisarios de Saúl el espíritu de Di-s y también ellos se pusieron en trance. 21 Se lo comunicaron a Saúl y envió nuevos emisarios que también se pusieron en t rance. Saúl volvió a enviar mensajeros por tercera vez y también éstos se pusieron en tr ance. 22 Entonces partió él mismo para Ramá y llegó a la gran cisterna de la era que está e n Seku y preguntó: "¿Dónde están Samuel y David?", y le dijeron: "Están en las celdas de R amá." 23 Se fue de allí a las celdas de Ramá y vino también sobre él el espíritu de Di-s e iba caminando en trance hasta que llegó a las celdas de Ramá. 24 También él se quitó sus vestidos y se puso en trance profético ante Samuel, y qu edó desnudo en tierra todo aquel día y toda aquella noche, por lo que se suele decir : "¿Conque también Saúl entre los profetas?" 1 Samuel 20 1 Huyó David de las celdas de Ramá y se fue a decir a Jonatán: "¿Qué he hecho, cuál es mi falta y en qué he pecado contra tu padre para que busque mi muerte?" 2 Jonatán le dijo: "De ninguna manera, no morirás. Mi padre no hace ninguna co sa, grande o pequeña, sin descubrírmela; ¿por qué me había de ocultar mi padre este asunto ? ¡No puede ser!" 3 Pero David volvió a jurar: "Save muy bien tu padre que me tienes mucho afe cto y se ha dicho: "Que no lo sepa Jonatán para que no se apene." Y, con todo, por Adonai y por tu vida, que no hay más que un paso entre yo y la muerte." 4 Dijo Jonatán a David: "Dime lo que deseas y te lo haré." 5 Dijo David a Jonatán: "Mira, mañana es el novilunio; yo tendría que sentarme c on el rey a comer, pero tú me dejarás marchar y me esconderé en el campo hasta la noch e. 6 Si tu padre nota mi ausencia, dirás: "David me ha pedido con insistencia q ue le deje hacer una escapada a Belén, su ciudad, porque se celebra el sacrificio anual de toda la familia." 7 Si tu padre dice: "Está bien," tu siervo está a salvo; pero si se enfurece, sabrás que por su parte está decretada la ruina. 8 Haz este favor a tu siervo ya que hiciste que tu siervo estableciera con tigo alianza de Adonai; si hay falta en mí, dame tú mismo la muerte; ¿para qué llevarme hasta tu padre?" 9 Respondió Jonatán: "¡Lejos de ti! Si yo supiera con certeza que por parte de m i padre está decretado que venga la ruina sobre ti, ¿no te lo avisaría?" 10 Respondió David a Jonatán: "¿Quién me avisará si tu padre te responde con aspereza ?" 11 Respondió Jonatán a David: "Ven, salgamos al campo." Y salieron ambos al cam po. 12 Dijo Jonatán a David: "Por Adonai, Di-s de Israel, te juro que mañana a esta misma hora sondearé a mi padre; si la cosa se pone bien para David y no envío quien te lo haga saber, 13 que Adonai haga esto a Jonatán y añada esto otro. Si mi padre decide hacerte mal, te lo haré saber para que te pongas a salvo y vayas en paz. Y que Adonai sea contigo como lo fue con mi padre. 14 Si para entonces estoy vivo todavía, usa conmigo la bondad de Adonai y, si muerto, 15 nunca apartes tu misericordia de mi casa. Y cuando Adonai haya extermina do a los enemigos de David de la faz de la tierra, 16 que no sea exterminado Jonatán con la casa de Saúl; de lo contrario, que Ado

nai pida cuentas a David." 17 Juró de nuevo Jonatán a David por el amor que le tenía, pues le amaba como a sí mismo. 18 Jonatán le dijo: "Mañana es novilunio y se notará tu ausencia, porque mirarán tu asiento. 19 Pasado mañana se notará más; tú irás al sitio en que te escondiste el día del suceso aquel, y te pones junto a la loma que tú sabes. 20 Ese mismo día iré a lanzar flechas por esa parte, como para tirar al blanco. 21 Mandaré al muchacho: "Anda, busca la flecha." Si digo al muchacho: "La fle cha está más acá de ti, tómala," vienes, porque todo va bien para ti y no hay nada, por Adonai. 22 Pero si digo al muchacho: "La flecha está más allá de ti," vete, porque Adonai quiere que te vayas. 23 Cuanto a la palabra que tú y yo tenemos hablada, mira, Adonai está entre los dos para siempre." 24 David se escondió en el campo. Llegado el novilunio, el rey se puso a la m esa para comer. 25 Se sentó el rey en su asiento, como de costumbre, en el asiento de la pare d; Jonatán se sentó enfrente y Abner al lado de Saúl; el asiento de David quedó vacío. 26 Saúl no dijo nada aquel día, porque pensó: "Será un accidente, no estará puro por no haberse purificado." 27 Al día siguiente del novilunio, el segundo día, se fijaron en el asiento de David, y Saúl dijo a su hijo Jonatán: ¿Por qué no ha venido a comer ni ayer ni hoy el hi jo de Jesé?" 28 Jonatán respondió a Saúl: "David me pidió con insistencia poder ir a Belén. 29 Me dijo: "Déjame ir, por favor, porque es nuestro sacrificio de familia en la ciudad y mis hermanos me han reclamado. Así que, si he hallado gracia a tus oj os, déjame hacer una escapada para ver a mis hermanos." Por esto no ha venido a la mesa del rey." 30 Se encendió la cólera de Saúl contra Jonatán y le dijo: "¡Hijo de una perdida! ¿Acas o no sé yo que prefieres al hijo de Jesé para vergüenza tuya y vergüenza de la desnudez de tu madre? 31 Pues mientras viva sobre el suelo el hijo de Jesé, no estarás a salvo ni tú ni tu realeza; así que manda a buscarlo y tráemelo, porque es reo de muerte." 32 Respondió Jonatán a su padre Saúl y le dijo: "¿Por qué ha de morir? ¿Qué ha hecho?" 33 Blandió Saúl su lanza contra él para herirle y comprendió Jonatán que por parte de su padre la muerte de David era cosa decidida. 34 Se levantó Jonatán de la mesa ardiendo en ira y no comió el segundo día del novi lunio, pues estaba afligido por David, porque su padre le había injuriado. 35 A la mañana siguiente salió Jonatán con un muchacho al campo, a la hora acorda da con David. 36 Dijo al muchacho: "Corre a buscar las flechas que voy a tirar." Corrió el muchacho, y entonces Jonatán lanzó las flechas más allá de él. 37 Cuando el muchacho llegaba al lugar donde había lanzado la flecha Jonatán, ést e gritó detrás de él: "¿ Acaso no está la flecha más allá de ti?", 38 y siguió gritando detrás del muchacho: "Pronto, date prisa, no te detengas." Tomó el muchacho de Jonatán la flecha y volvió donde su señor. 39 El muchacho no se enteró de nada. Solamente lo entendían Jonatán y David. 40 Dio Jonatán sus armas al muchacho que estaba con él y le dijo: "Anda, llévalas a la ciudad." 41 Se marchó el muchacho y David se levantó de junto a la loma y, cayendo sobre su rostro en tierra, se postró tres veces. Se abrazaron los dos y lloraron copios amente. 42 Dijo Jonatán a David: Vete en paz, ya que nos hemos jurado en nombre de Ad onai: "Que Adonai esté entre tú y yo, entre mi descendencia y la tuya para siempre." " 1 Samuel 21 1 Se levantó David y se fue, y Jonatán volvió a la ciudad. 2 Llegó David a Nob, donde el sacerdote Ajimélek; vino Ajimélek temblando al enc

uentro de David y le preguntó: " Por qué vienes solo y no hay nadie contigo?" 3 Respondió David al sacerdote Ajimélek: "El rey me ha dado una orden y me ha dicho: "Que nadie sepa el asunto a que te mando y lo que te ordeno." A los mucha chos los he citado en tal lugar. 4 Así pues, ¿qué tienes a mano? Dame cinco panes o lo que haya." 5 Respondió el sacerdote a David: "No tengo a mano pan profano, pero hay pan consagrado, si es que los muchachos se han abstenido al menos del trato con muj eres." 6 Respondió David al sacerdote:" Ciertamente que la mujer nos está prohibida, como siempre que salgo a campaña, y los cuerpos de los muchachos están puros; aunque es un viaje profano, cierto que hoy sus cuerpos están puros." 7 Diole entonces el sacerdote panes consagrados, porque no había allí otro pan sino el pan de la presencia, el retirado de delante de Adonai para colocar pan reciente el día que tocaba retirarlo. 8 Estaba allí aquel día uno de los servidores de Saúl, detenido ante Adonai; se llamaba Doeg, edomita, el más robusto de los pastores de Saúl. 9 Dijo David a Ajimélek: "¿No tienes aquí a mano una lanza o una espada? Porque ni siquiera he cogido mi espada y mis armas, pues urgía la orden del rey." 10 Respondió el sacerdote: "Ahí está la espada de Goliat el filisteo que mataste en el valle del Terebinto, envuelta en un paño detrás del efod; si la quieres tómala; fuera de ésta, no hay otra." Dijo David: "Ninguna mejor. Dámela." 11 Se levantó David y huyó aquel día de Saúl, yendo donde Akís, rey de Gat. 12 Los servidores de Akís le dijeron: "¿No es este David, rey de la tierra? ¿No e s éste a quien cantaban en corro : Saúl mató sus millares y David sus miríadas?" 13 Meditó David estas palabras y temió mucho a Akís, rey de Gat. 14 Y se fingió demente ante sus ojos haciéndose el loco en medio de ellos; tamb orileaba sobre el batiente de la puerta y dejaba caer la saliva sobre su barba. 15 Dijo pues Akís a sus servidores: "Mirad, este hombre está loco. ¿Para qué me lo habéis traído? 16 ¿Es que me hacen falta locos, que me habéis traído a este para que haga el loc o a mi costa? ¿Va a entrar éste en mi casa?" 1 Samuel 22 1 Yéndose de allí David se refugió en la caverna de Adullam. Lo supieron sus her manos y toda la casa de su padre y bajaron allí, junto a él. 2 Todos los entrampados y desesperados se unieron a él y fue jefe de ellos. Había con él unos cuatrocientos hombres. 3 De allí se fue David a Mispé de Moab y dijo al rey de Moab: "Permite que mi padre y mi madre se queden con vosotros hasta que yo sepa qué va a hacer conmigo D i-s." 4 Los dejó con el rey de Moab, y se quedaron con él todo el tiempo que David e stuvo en el refugio. 5 El profeta Gad dijo a David: "No te quedes en el refugio. Vete y penetra en las tierras de Judá." Partió David y entró en el bosque de Jéret. 6 Oyó Saúl que David y los hombres que estaban con él habían sido descubiertos. Es taba Saúl en Guibeá, en el alto, debajo del tamarisco, con la lanza en la mano, rode ado de todos sus servidores. 7 Dijo Saúl a todos los servidores que le rodeaban: "Oídme todos, benjaminitas : ¿también a cada uno de vosotros os va a dar el hijo de Jesé campos y viñas y os va a n ombrar a todos jefes de millares y jefes de cien, 8 pues conspiráis todos contra mí y no ha habido quien me descubriera la alian za de mi hijo con el hijo de Jesé, nadie que se compadeciera de mí y me avisara que mi hijo hacía que mi servidor atentase contra mí, como ocurre hoy mismo?" 9 Respondió Doeg el edomita, que estaba entre los servidores de Saúl: "Yo he v isto al hijo de Jesé venir a Nob, donde Ajimélek, hijo de Ajitub. 10 Consultó por él a Adonai, le dio víveres e incluso llegó a entregarle la espada de Goliat el filisteo." 11 Mandó el rey llamar al sacerdote Ajimélek, hijo de Ajitub, y a toda la casa de su padre, a los sacerdotes que había en Nob, y vinieron todos donde el rey. 12 Dijo Saúl: "Oye, hijo de Ajitub." Este respondió: "Aquí estoy, mi señor."

13 Díjole Saúl: "¿Por qué conspiráis contra mí tú y el hijo de Jesé, pues le diste pan y a espada y consultaste a Di-s por él, para que se alzase contra mí, como ahora está su cediendo?" 14 Respondió Ajimélek al rey: "¿Y quién, entre todos tus servidores, es como David, el fiel, el yerno del rey y el jefe de tu guardia personal y honrado en tu pro pia casa? 15 ¿Es que he comenzado hoy a consultar a Di-s por él? ¡Líbreme Di-s! No achaque el rey a su siervo y a toda la casa de mi padre una cosa tal porque nada sabe tu s iervo de esto, ni poco ni mucho." 16 Respondió el rey: "Vas a morir, Ajimélek, tú y toda la casa de tu padre." 17 Dijo pues el rey a los corredores que estaban a su lado: "Acercaos y dad muerte a los sacerdotes de Adonai porque también su mano está con David y, sabiend o que él huía, no me lo hicieron saber." Pero los servidores del rey no quisieron al zar su mano para herir a los sacerdotes de Adonai. 18 Dijo, pues, el rey a Doeg: "Acércate tú y hiere a los sacerdotes." Acercóse Do eg el edomita y él mismo hirió a los sacerdotes; mató aquel día a 85 hombres que llevaba n efod de lino. 19 Saúl pasó a filo de espada a Nob, la ciudad de los sacerdotes, hombres, muje res, niños y lactantes, bueyes, asnos y ovejas, todos a cuchillo. 20 Pudo escapar un hijo de Ajimélek, hijo de Ajitub, llamado Abiatar, y huyó do nde David. 21 Abiatar notificó a David que Saúl había dado muerte a los sacerdotes de Adonai . 22 David dijo a Abiatar: "Ya sabía yo aquel día que, estando allí Doeg el edomita , no dejaría de avisar a Saúl. Yo soy el responsable de todas las vidas de la casa d e tu padre. 23 Quédate conmigo y no temas, que quien busca tu muerte busca la mía, y junto a mí estarás bien custodiado." 1 Samuel 23 1 Avisaron a David: "Mira, los filisteos están atacando a Queilá y han saquead o las eras." 2 Consultó David a Adonai: "¿Debo ir a batir a esos filisteos?" Adonai respond ió a David: "Vete, batirás a los filisteos y salvarás a Queilá." 3 Dijeron a David sus hombres: "Mira, ya en Judá estamos con temor ¿y todavía va mos a marchar a Queilá contra las huestes de los filisteos?" 4 David consultó de nuevo a Adonai. Adonai respondió: "Levántate, baja a Queilá po rque he entregado a los filisteos en tus manos." 5 Fue David con sus hombres a Queilá, atacó a los filisteos, se llevó sus rebaños, les causó una gran mortandad y libró David a los habitantes de Queilá. 6 Cuando Abiatar, hijo de Ajimélek, huyó a donde David, descendió también a Queilá, llevando en su mano el efod. 7 Se avisó a Saúl que David había entrado en Queilá y dijo: "Di-s lo ha entregado en mis manos, pues él mismo se ha encerrado yendo a una ciudad con puertas y cerro jos." 8 Llamó Saúl a todo el pueblo a las armas para bajar a Queilá y cercar a David y sus hombres. 9 Supo David que Saúl tramitaba su ruina, y dijo al sacerdote Abiatar: "Acer ca el efod." 10 Dijo David: "Adonai, Di-s de Israel, tu siervo ha oído que Saúl intenta veni r a Queilá para destruir la ciudad por mi causa. 11 ¿Descenderá de verdad Saúl como tu siervo ha oído? Adonai, Di-s de Israel, hazlo saber por favor a tu siervo." Adonai respondió: "Bajará." 12 Preguntó David: "¿Me entregarán los vecinos de Queilá, a mí y a mis hombres, en ma nos de Saúl?" Respondió Adonai: "Te entregarán." 13 Se levantó David con sus hombres, que eran unos trescientos; salieron de Q ueilá, y anduvieron errando. Avisaron a Saúl que David se había escapado de Queilá y sus pendió la expedición. 14 David se asentó en el desierto, en refugios, y se quedó en la montaña del desi erto de Zif; Saúl le buscaba sin cesar, pero Di-s no le entregó en sus manos.

15 Se enteró David de que Saúl había salido a campaña para buscar su muerte. Estaba entonces David en el desierto de Zif, en Jorsa. 16 Jonatán, hijo de Saúl, se levantó y fue donde David, en Jorsa, le dio ánimos en Di-s, 17 y le dijo: "No temas, porque la mano de Saúl, mi padre, no te alcanzará; tú re inarás sobre Israel y yo seré tu segundo. Hasta mi padre Saúl lo tiene sabido." 18 Hicieron ambos una alianza ante Adonai; David se quedó en Jorsa, y Jonatán s e volvió a su casa. 19 Subieron algunos zifitas a Guibeá, donde Saúl, para decirle: "¿No se esconde D avid entre nosotros, en los refugios de Jorsa, en la colina de Jakilá, que está al s ur de la estepa? 20 Tú deseas con toda tu alma, oh rey, descender. Desciende y es cosa nuestra entregarlo en manos del rey." 21 Respondió Saúl: "Que Adonai os bendiga por haberos compadecido de mí. 22 Id, pues; aseguraos bien, enteraos, mirad el lugar donde se pone su pie y quién le ha visto allí, porque me han dicho que es muy astuto. 23 Mirad y reconoced todos los escondrijos en que pueda esconderse, y volve d a mí cuando estéis seguros y subiré con vosotros, y si está en la comarca le rebuscaré e ntre todas las familias de Judá." 24 Se levantaron y se fueron a Zif, precediendo a Saúl. Estaban David y sus h ombres en el desierto de Maón, en la llanura, al sur del desierto. 25 Fue Saúl con sus hombres en su busca; avisaron a David y bajó al tajo que es tá en el desierto de Maón. Lo oyó Saúl y persiguió a David en el desierto de Maón. 26 Iba Saúl y sus hombres por un lado de la montaña, y David y sus hombres por el lado de la otra. Huía David a toda prisa ante Saúl, mientras Saúl y sus hombres int entaban pasar a la parte de David y sus hombres para apresarlos, 27 cuando he aquí que llegó un mensajero a Saúl y le dijo: "Date prisa y ven, por que los filisteos han invadido la tierra." 28 Abandonó Saúl la persecución de David y marchó al encuentro de los filisteos. Po r eso se llamó aquel lugar "Peña de la Separación." 1 Samuel 24 1 Subió de allí David y se asentó en los refugios de Engadí. 2 Cuando regresó Saúl de perseguir a los filisteos, le avisaron: "David está en el desierto de Engadí." 3 Tomó entonces Saúl 3.000 hombres selectos de todo Israel y partió en busca de David y de sus hombres al este del roquedal de Yeelim. 4 Llegó a unos rediles de ganado junto al camino; había allí una cueva y Saúl entró en ella para hacer sus necesidades. David y sus hombres estaban instalados en el fondo de la cueva. 5 Los hombres de David le dijeron: "Mira, este es el día que Adonai te anunc ió: Yo pongo a tu enemigo en tus manos, haz de él lo que te plazca." Levantóse David y silenciosamente cortó la punta del manto de Saúl. 6 Después su corazón le latía fuertemente por haber cortado la punta del manto d e Saúl, 7 y dijo a sus hombres: "Adonai me libre de hacer tal cosa a mi señor y de a lzar mi mano contra él, porque es el ungido de Adonai." 8 David habló con energía a sus hombres para que no se lanzasen contra Saúl. Saúl marchó de la cueva y continuó su camino, 9 tras lo cual se levantó David, salió de la cueva y gritó detrás de Saúl: "¡Oh rey, m i señor!" Volvió Saúl la vista, e inclinándose David, rostro en tierra, se postró ante él, 10 y dijo David a Saúl: "¿Por qué escuchas a las gentes que te dicen: David busca tu ruina? 11 Hoy mismo han visto tus ojos que Adonai te ha puesto en mis manos en la cueva, pero no he querido matarte, te he perdonado, pues me he dicho: No alzaré m i mano contra mi señor, porque es el ungido de Adonai. 12 Mira, padre mío, mira la punta de tu manto en mi mano; si he cortado la pu nta de tu manto y no te he matado, reconoce y mira que no hay en mi camino malda d ni crimen, ni he pecado contra ti, mientras que tú me pones insidias para quitar me la vida.

13 Que juzgue Adonai entre los dos y que Adonai me vengue de ti, pero mi ma no no te tocará, 14 pues como dice el antiguo proverbio: De los malos sale malicia, pero mi mano no te tocará. 15 ¿Contra quién sale el rey de Israel, a quién estás persiguiendo? A un perro muer to, a una pulga. 16 Que Adonai juzgue y sentencie entre los dos, que él vea y defienda mi caus a y me haga justicia librándome de tu mano." 17 Cuando David hubo acabado de decir estas palabras a Saúl, dijo Saúl: "¿Es ésta t u voz, hijo mío David?" Y alzando Saúl su voz, rompió a llorar, 18 y dijo a David: "Más justo eres tú que yo, pues tú me haces beneficios y yo te devuelvo males; 19 hoy has mostrado tu bondad, pues Adonai me ha puesto en tus manos y no m e has matado. 20 ¿Qué hombre encuentra a su enemigo y le permite seguir su camino en paz? Que Adonai te premie por el bien que hoy me has hecho. 21 Ahora tengo por cierto que reinarás y que el reino de Israel se afirmará en tus manos. 22 Ahora, pues, júrame por Adonai que no exterminarás mi descendencia después de mí y que no borrarás mi nombre de la casa de mi padre." 23 David se lo juró a Saúl. Saúl se fue a su casa y David y sus hombres subieron al refugio. 1 Samuel 25 1 Samuel murió. Todo Israel se congregó para llorarle y lo sepultaron en su he redad, en Ramá. David se levantó y bajó al desierto de Maón. 2 Había un hombre en Maón que tenía su hacienda en Carmelo. Era un hombre muy ri co; poseía 3.000 ovejas y mil cabras. Estaba entonces en Carmelo, esquilando su re baño. 3 El hombre se llamaba Nabal y su mujer se llamaba Abigaíl; ella era muy pru dente y hermosa, pero el hombre era duro y de mala conducta. Era calebita. 4 Supo David en el desierto que Nabal estaba esquilando su rebaño 5 y mandó diez muchachos diciéndoles: "Subid a Carmelo y llegad donde Nabal y le saludáis en mi nombre, 6 y hablad así a mi hermano; Salud para ti, salud para tu casa y salud para todo lo tuyo. 7 He sabido que estás de esquileo; pues bien, tus pastores han estado con no sotros y nunca les hemos molestado ni han echado en falta nada de lo suyo mientr as estuvieron en Carmelo. 8 Pregunta a tus criados y ellos te lo dirán. Que estos muchachos encuentren , pues gracia a tus ojos, ya que hemos venido en un día de fiesta, y dales lo que tengas a mano para tus siervos y tu hijo David."" 9 Llegaron los muchachos de David, dijeron a Nabal todas estas palabras en nombre de David y se quedaron esperando. 10 Pero Nabal respondió a los servidores de David: "¿Quién es David y quién es el h ijo de Jesé? Abundan hoy en día los siervos que andan huídos de sus señores. 11 ¿Voy a tomar acaso mi pan y mi vino y las reses que he sacrificado para lo s esquiladores y se las voy a dar a unos hombres que no sé de dónde son?" 12 Los muchachos de David dieron la vuelta y se volvieron por su camino, y en llegando le comunicaron todas estas palabras. 13 David dijo a sus hombres: "Que cada uno ciña su espada." Todos ciñeron su es pada. También David se ciñó su espada. Subieron detrás de David unos cuatrocientos hombr es, quedándose doscientos con el bagaje. 14 Uno de los servidores avisó a Abigaíl, mujer de Nabal, diciendo: "Mira que D avid ha enviado mensajeros desde el desierto para saludar a nuestro amo, y se h a lanzado contra ellos. 15 Sin embargo, esos hombres han sido muy buenos con nosotros, y nada echam os en falta mientras anduvimos con ellos, cuando estábamos en el campo. 16 Fueron nuestra defensa noche y día todo el tiempo que estuvimos con ellos guardando el ganado.

17 Date cuenta y mira lo que debes hacer, porque ya está decretada la ruina d e nuestro amo y de toda la casa, y es un necio al que nada se puede decir. 18 Tomó Abigaíl a toda prisa doscientos panes y dos odres de vino, cinco carner os ya preparados, cinco arrobas de trigo tostado, cien racimos de uvas pasas y d oscientos panes de higos secos, y lo cargó sobre unos asnos, 19 diciendo a sus servidores: "Pasad delante de mí, que yo os sigo." Pero nad a dijo a su marido Nabal. 20 Cuando bajaba ella, montada en el asno, por lo cubierto de la montaña, Dav id y sus hombres bajaban en dirección contraria y se tropezó con ellos. 21 David se decía: "Muy en vano he guardado en el desierto todo lo de este ho mbre para que nada de lo suyo le faltase, pues me devuelve mal por bien. 22 Esto haga Di-s a David y esto otro añada si para el alba dejo con vida ni un solo varón de los de Nabal." 23 Apenas vio a David, se apresuró Abigaíl a bajar del asno y cayendo ante Davi d se postró en tierra, y 24 arrojándose a sus pies le dijo: "Caiga sobre mí la falta, señor. Deja que tu s ierva hable a tus oídos y escucha las palabras de tu sierva. 25 No haga caso mi señor de este necio de Nabal; porque le va bien el nombre: necio se llama y la necedad está con él; yo, tu sierva, no vi a los siervos que mi señor había enviado. 26 Ahora, mi señor, por Adonai y por tu vida, por Adonai que te ha impedido d erramar sangre y tomarte la justicia por tu propia mano, que sean como Nabal tu s enemigos y los que buscan la ruina de mi señor. 27 Cuanto a este presente que tu sierva ha hecho traer para mi señor, que sea entregado a los muchachos que marchan en pos de mi señor. 28 Perdona, por favor, la falta de tu sierva, ya que ciertamente hará Adonai una casa permanente a mi señor, pues mi señor combate las batallas de Adonai y no ve ndrá mal sobre ti en toda tu vida. 29 Y aunque se alza un hombre para perseguirte y buscar tu vida, la vida de mi señor está encerrada en la bolsa de la vida, al lado de Adonai tu Di-s, mientras que la vida de los enemigos de mi señor la volteará en el hueco de la honda. 30 Cuando haga Adonai a mi señor todo el bien que te ha prometido y te haya e stablecido como caudillo de Israel, 31 que no haya turbación ni remordimiento en el corazón de mi señor por haber der ramado sangre inocente y haberse tomado mi señor la justicia por su mano; y cuando Adonai haya favorecido a mi señor. acuérdase de tu sierva." 32 David dijo a Abigaíl: "Bendito sea Adonai, Di-s de Israel, que te ha envia do hoy a mi encuentro. 33 Bendita sea tu prudencia y bendita tú misma que me has impedido derramar s angre y tomarme la justicia por mi mano. 34 Pero con todo, vive Adonai, Di-s de Israel, que me ha impedido hacerte m al, que de no haberte apresurado a venir a mi encuentro, no le hubiera quedado a Nabal, al romper el alba, ni un solo varón." 35 Tomó David de mano de ella lo que le traía y le dijo: "Sube en paz a tu casa ; mira, he escuchado tu voz y he accedido a tu petición." 36 Cuando Abigaíl llegó donde Nabal, estaba celebrando en su casa un banquete r egio; estaba alegre su corazón y completamente borracho. No le dijo una palabra, n i grande ni pequeña, hasta el lucir del día. 37 Pero a la mañana, cuando se le pasó el vino a Nabal, le contó su mujer lo suce dido; el corazón se le murió en el pecho y se le quedó como una piedra. 38 Al cabo de unos diez días hirió Adonai a Nabal y murió. 39 Oyó David que Nabal había muerto y dijo: "Bendito sea Adonai que ha defendid o mi causa contra la injuria de Nabal y ha preservado a su siervo de hacer mal. Adonai ha hecho caer la maldad de Nabal sobre su cabeza." Envió David mensajeros para proponer a Abigaíl que fuera su mujer. 40 Llegaron los mensajeros de David a casa de Abigaíl en Carmelo y le hablaro n diciendo: "David nos envía a ti para tomarte por mujer." 41 Se levantó ella y se postró rostro en tierra diciendo: "Tu sierva es una esc lava para lavar los pies de los siervos de mi señor." 42 Se levantó Abigaíl apresuradamente, montó en su asno y, seguida de cinco de su

s siervas, se fue tras los enviados de David y fue su mujer. 43 David había tomado también por mujer a Ajinoam de Yizreel y las dos fueron m ujeres suyas. 44 Saúl había dado su hija Mikal, mujer de David, a Paltí, hijo de Layis, de Gall im.

1 Samuel 26 1 Llegaron los zifitas donde Saúl, en Guibeá, diciendo: "¿Acaso no está escondido David en la colina de Jakilá, hacia el este de la estepa?" 2 Se levantó Saúl y bajó al desierto de Zif, con tres mil hombres escogidos de I srael, para buscar a David en el desierto de Zif. 3 Acampó Saúl en la colina de Jakilá, que está al este de la estepa, junto al cami no. Andaba David por el desierto y vio que entraba Saúl en el desierto para perse guirle. 4 Envió David exploradores y supo con seguridad que Saúl había venido. 5 Se levantó David y llegó al lugar donde acampaba Saúl. Observó el sitio en que e staban acostados Saúl y Abner, hijo de Ner, jefe de su tropa. Dormía Saúl en el círculo del campamento, estando la tropa acampada en derredor de él. 6 David dirigió la palabra a Ajimélek, hitita, y a Abisay, hijo de Sarvia, her mano de Joab, diciendo: "¿Quién quiere bajar conmigo al campamento, donde Saúl?" Abisa y respondió: "Yo bajo contigo." 7 David y Abisay se dirigieron de noche hacia la tropa. Saúl dormía acostado e n el centro del campamento, con su lanza, clavada en tierra, a su cabecera; Abne r y el ejército estaban acostados en torno a él. 8 Dijo entonces Abisay a David: "Hoy ha copado Di-s a tu enemigo en tu man o. Déjame que ahora mismo lo clave en tierra con la lanza de un solo golpe. No ten dré que repetir." 9 Pero David dijo a Abisay: "No lo mates. ¿Quién atentó contra el ungido de Adon ai y quedó impune?" 10 Añadió David: "Vive Adonai, que ha de ser Adonai quien le hiera, bien que ll egue su día y muera, bien que baje al combate y perezca. 11 Líbreme Adonai de levantar mi mano contra el ungido de Adonai. Ahora toma la lanza de su cabecera y el jarro de agua y vámonos." 12 Tomó David la lanza y el jarro de la cabecera de Saúl y se fueron. Nadie los vio, nadie se enteró, nadie se despertó. Todos dormían porque se había abatido sobre el los el sopor profundo de Adonai. 13 Pasó David al otro lado y se colocó lejos, en la cumbre del monte, quedando un gran espacio entre ellos. 14 Gritó David a la gente y a Abner, hijo de Ner, diciendo : "¿No me respondes, Abner?" Respondió Abner: "¿Quién eres tú que me llamas?" 15 Dijo David a Abner: "¿No eres tú un hombre? ¿Quién como tú en Israel? ¿Por qué, pues, no has custodiado al rey tu señor? Pues uno del pueblo ha entrado para matar al re y, tu señor. 16 No está bien esto que has hecho. Vive Adonai que sois reos de muerte por n o haber velado sobre vuestro señor, el ungido de Adonai. Mira ahora. ¿Dónde está la lanz a del rey y el jarro del agua que había junto a la cabecera?" 17 Reconoció Saúl la voz de David y preguntó: "¿Es ésta tu voz, hijo mío David?" Respon dió David: "Mi voz es, oh rey, mi señor," 18 y añadió: "¿Por qué persigue mi señor a su siervo? ¿Qué he hecho y qué maldad hay en 19 Que el rey mi señor se digne escuchar ahora las palabras de su siervo. Si es Adonai quien te excita contra mí, que sea aplacado con una oblación, pero si son los hombres, malditos sean ante Adonai, porque me expulsan hoy para que no par ticipe en le heredad de Adonai, diciéndose: "Que vaya a servir a otros dioses." 20 Que no caiga ahora mi sangre en tierra lejos de la presencia de Adonai, pues ha salido el rey de Israel a la caza de mi vida como quien persigue una per diz en los montes." 21 Respondió Saúl: "He pecado. Vuelve, hijo mío, David, no te haré ya ningún mal, ya que mi vida ha sido hoy preciosa a tus ojos. Me he portado como un necio y estab a totalmente equivocado." 22 Respondió David: "Aquí está la lanza del rey. Que pase uno de los servidores y

la tome. 23 Adonai devolverá a cada uno según su justicia y su fidelidad; pues hoy te ha entregado Adonai en mis manos, pero no he querido alzar mi mano contra el ungid o de Adonai. 24 De igual modo que tu vida ha sido hoy de gran precio a mis ojos, así será de gran precio la mía a los ojos de Adonai, de suerte que me libere de toda angustia ." 25 Dijo Saúl a David: "Bendito seas, hijo mío David. Triunfarás en todas tus empr esas." Siguió David por su camino y Saúl se volvió a su casa. 1 Samuel 27 1 David se dijo a sí mismo: "Algún día voy a perecer a manos de Saúl. Lo mejor será refugiarme en tierra de filisteos. Saúl dejará de perseguirme por todos los términos d e Israel y escaparé de sus manos." 2 Levantóse David y pasó, con los seiscientos hombres que tenía, a Akís, hijo de M aok, rey de Gat. 3 Se asentó David con Akís en Gat, él y sus hombres, cada cual con su familia; D avid con sus dos mujeres, Ajinoam de Yizreel y Abigaíl, mujer de Nabal, de Carmelo . 4 Se dio aviso a Saúl que David había huido a Gat y dejó de buscarlo. 5 Dijo David a Akís: "Si he hallado gracia a tus ojos, que se me asigne un l ugar en una de las ciudades del territorio, para residir en ella. ¿Por qué ha de mor ar tu siervo a tu lado, en la ciudad real?" 6 Aquel mismo día le asignó Akís Siquelag; por esto Siquelag pertenece hasta el día de hoy a los reyes de Judá. 7 El número de días que moró David en territorio de los filisteos fue de un año y cuatro meses. 8 Subía David con su gente y hacía incursiones contra los guesuritas, los guir zitas y los amalecitas, pues éstos son los habitantes de la región, desde Telam, ye ndo hacia Sur, hasta la tierra de Egipto. 9 Devastaba David la tierra y no dejaba con vida hombre ni mujer; se apode raba de las ovejas y bueyes, asnos y camellos y vestidos, y se volvía para llevar los a Akís. 10 Akís preguntaba: "¿Donde habéis hecho hoy la incursión?", y David respondía: "Cont ra el Négueb de Judá, contra el Négueb de Yerajmeel, contra el Négueb de los quenitas." 11 David no dejaba llevar a Gat con vida hombres ni mujeres, pues decía: "No se que den aviso contra nosotros y digan: "Esto ha hecho David." "De esta forma se comportó David todo el tiempo que moró en territorio de filisteos. 12 Akís confiaba en David diciéndose: "Seguramente se ha hecho odioso a su pueb lo Israel y será mi servidor para siempre." 1 Samuel 28 1 Por aquellos días reunieron los filisteos sus tropas para ir a la guerra c ontra Israel; Akís dijo a David: "Bien sabes que debes venir a la guerra conmigo, tú y tus hombres." 2 Respondió David a Akís: "Ahora vas a saber bien lo que va a hacer tu servido r." Dijo Akís a David: "Con seguridad te haré mi guardia personal para siempre." 3 Samuel había muerto, todo Israel le había llorado y fue sepultado en Ramá, su ciudad. Saúl había echado del país a los nigromantes y adivinos. 4 Habiéndose reunido los filisteos vinieron a acampar en Sunem. Reunió Saúl a to do Israel y acampó en Gelboé. 5 Vio Saúl el campamento de los filisteos y tuvo miedo, temblando sobremaner a su corazón. 6 Consultó Saúl a Adonai, pero Adonai no le respondió ni por sueños ni por los = u rim =, ni por los profetas. 7 Dijo Saúl a sus servidores: "Buscadme una nigromante para que vaya a consu ltarla." Dijéronle sus servidores: " Aquí mismo, en Endor, hay una nigromante." 8 Se disfrazó Saúl poniéndose otras ropas y fue con dos de sus hombres; llegó dond e la mujer de noche y dijo: "Adivíname por un muerto y evócame el que yo te diga." 9 La mujer le respondió: "Bien sabes lo que hizo Saúl, que suprimió de esta tier

ra a los nigromantes y adivinos. ¿Por qué tiendes un lazo a mi vida para hacerme mo rir?" 10 Saúl juró por Adonai diciendo: "¡Vive Adonai! Ningún castigo te vendrá por este he cho." 11 La mujer dijo: "¿A quién debo invocar para ti?" Respondió: "Evócame a Samuel." 12 Vio entonces la mujer a Samuel y lanzó un gran grito. Dijo la mujer a Saúl: "¿Por qué me has engañado? ¡Tú eres Saúl¡" 13 El rey le dijo: "No temas, pero ¿qué has visto?" La mujer respondió a Saúl: "Veo un espectro que sube de la tierra." 14 Saúl le preguntó: "¿Qué aspecto tiene?" Ella respondió: "Es un hombre anciano que sube envuelto en su manto." Comprendió Saúl que era Samuel y cayendo rostro en tierr a se postró. 15 Samuel dijo a Saúl: "¿Por qué me perturbas evocándome?" Respondió Saúl: "Estoy en gr ande angustia; los filisteos mueven guerra contra mí, Di-s se ha apartado de mí y ya no me responde ni por los profetas ni en sueños. Te he llamado para que me indiqu es lo que debo hacer." 16 Dijo Samuel: "¿Para qué me consultas si Adonai se ha separado de ti y se ha pasado a otro? 17 Adonai te ha cumplido lo que dijo por mi boca: ha arrancado Adonai el re ino de tu mano y se lo ha dado a otro, a David, 18 porque no oíste la indignación de su ira contra Amalec. Por eso te trata hoy Adonai de esta manera. 19 También a Israel entregará Adonai en manos de los filisteos. Mañana tú y tus hij os estaréis conmigo. Adonai ha entregado también el ejército de Israel en manos de los filisteos." 20 Al instante Saúl cayó en tierra cuan largo era. Estaba aterrado por las pala bras de Samuel: se hallaba, además, sin fuerzas, porque no había comido nada en todo el día y toda la noche. 21 Acercóse la mujer donde Saúl, y viendo que estaba tan conturbado, le dijo: " Tu sierva ha escuchado tu voz y he puesto mi vida en peligro por obedecer las órde nes que me diste. 22 Escucha, pues, tú también la voz de tu sierva y permíteme que te sirva un boca do de pan para que comas y tengas fuerzas para ponerte en camino." 23 Saúl se negó diciendo: "No quiero comer." Pero sus servidores, a una con la mujer, le insistieron hasta que accedió. Se levantó del suelo y se sentó en el diván. 24 Tenía la mujer en casa un ternero cebado y se apresuró a degollarlo. Tomó hari na, la amasó y coció unos ázimos. 25 Lo sirvió a Saúl y sus servidores, comieron y levantándose se marcharon aquell a misma noche. 1 Samuel 29 1 Los filisteos concentraron todo su ejército en Afeq, mientras que los isra elitas acamparon en la fuente que hay en Yizreel. 2 Los tiranos de los filisteos marcharon al frente de las centurias y mill ares; David y sus hombres marchaban a retaguardia con Akís. 3 Dijeron los jefes de los filisteos: "¿Qué hacen estos hebreos?" Akís respondió a los jefes de los filisteos: " Es David, el servidor de Saúl, el rey de Israel; ha estado conmigo un año o dos y no he hallado nada contra él desde el día en que vino a mí hasta hoy." 4 Pero los tiranos de los filisteos se irritaron contra él y le dijeron: "Ma nda regresar a ese hombre y que se vuelva al lugar que le señalaste. Que no baje con nosotros a la batalla, no sea que se vuelva contra nosotros durante la lucha . ¿Cómo se ganará éste el favor de su dueño mejor que con las cabezas de estos hombres? 5 No es éste David de quien cantaban en coro: Saúl mató sus millares y David sus miríadas?" 6 Akís llamó a David y le dijo: "! Vive Adonai! que tú eres leal y me hubiera gu stado que salieras y entraras conmigo en el campamento, pues nada malo he hallad o en ti desde el día en que viniste a mí hasta hoy, pero no eres bien visto por los tiranos. 7 Ahora vuélvete y vete en paz, y así no harás nada malo a los ojos de los tiran

os de los filisteos." 8 David dijo a Akís: "¿Qué he hecho yo y qué has hallado en tu siervo, desde el día en que me puse a tu servicio hasta hoy, para que no pueda ir a luchar contigo co ntra los enemigos del rey, mi señor?" 9 Respondió Akís a David: "Bien sabes que me eres grato como un ángel de Di-s; p ero los tiranos filisteos han dicho: "No bajará al combate con nosotros." 10 Levántate, pues, de mañana, con los servidores de tu señor que han venido cont igo e id al sitio que os he asignado. No guardes resentimiento en tu corazón, porq ue me eres grato. Levantaos de mañana y partid en cuanto sea de día." 11 David y sus hombres se levantaron temprano para partir por la mañana y vol verse a la tierra de los filisteos. Los filisteos por su parte subieron a Yizre el. 1 Samuel 30 1 Cuando David y sus hombres llegaron al tercer día a Siquelag, los amalecit as habían hecho una incursión contra el Négueb y contra Siquelag, y habían irrumpido en Siquelag incendiándola, 2 y llevándose las mujeres y cuanto allí había, pequeños y grandes. No mataron a n adie, sino que se los llevaron cautivos y se fueron por su camino. 3 Cuando David y sus hombres llegaron a la ciudad, se encontraron con que estaba incendiada, y sus mujeres, sus hijos y sus hijas habían sido llevados. 4 David y las tropas que con él estaban alzaron su voz y lloraron hasta qued ar sin aliento. 5 Habían sido llevadas las dos mujeres de David, Ajinoam de Yizreel y Abigaíl, mujer de Nabal de Carmelo. 6 David se hallaba en grave apuro porque la gente hablaba de apedrearlo, p ues el alma de todo el pueblo estaba llena de amargura, cada uno por sus hijos y sus hijas. Pero David halló fortaleza en Adonai su Di-s. 7 Dijo David al sacerdote Abiatar, hijo de Ajimélek: "Acércame el efod." Abiat ar acercó el efod a David. 8 Consultó David a Adonai diciendo: "¿Debo perseguir a esta banda? ¿Le daré alcanc e?" Le contestó: "Persíguela, porque de cierto la alcanzarás y librarás a los cautivos." 9 Partió David con los seiscientos hombres que tenía y llegaron al torrente Be sor. 10 Continuó David la persecución con cuatrocientos hombres, quedándose doscientos que estaban demasiado fatigados para atravesar el torrente Besor. 11 Encontraron en el campo a un egipcio y lo llevaron a David. Le dieron pa n, que él comió, y agua para beber. 12 Diéronle también un trozo de pan de higos secos y dos racimos de pasas. Cuan do hubo comido, recobró su espíritu, pues había estado tres días y tres noches sin comer pan ni beber agua. 13 David le preguntó: "¿A quién perteneces y de dónde eres?" Respondió: "Soy un mucha cho egipcio, esclavo de un amalecita, pero mi dueño me abandonó porque me puse enfer mo hace tres días. 14 Hemos hecho una incursión contra el Négueb de los kereteos y el de Judá y cont ra el Négueb de Caleb, incendiando Siquelag." 15 Díjole David: "¿Podrías guiarme hacia esa banda?" Respondió: "Júrame por Di-s que no me matarás y que no me entregarás en manos de mi dueño, y te guiaré hacia esa banda." 16 Les guió, y los hallaron desparramados por todo el campo, comiendo, bebien do y bailando por el gran botín que habían tomado en tierra de filisteos y en tierr a de Judá. 17 David los batió desde el alba al anochecer; sólo se salvaron de entre ellos cuatrocientos jóvenes que montaron en camellos y huyeron. 18 Salvó David todo lo que los amalecitas habían capturado. También rescató David a sus dos mujeres. 19 Nada les faltó, ni pequeño ni grande, ni el botín, ni sus hijos, ni sus hijas, ni nada de cuanto les habían capturado. David se llevó todo. 20 Tomaron todo el ganado mayor y menor y lo condujeron ante él diciendo: "Es te es el botín de David." 21 Llegó David donde los doscientos hombres que, demasiado fatigados para seg

uirle, se habían quedado en el torrente Besor. Salieron al encuentro de David y d e la gente que venía con él; se acercaron David y la tropa y les saludaron. 22 Pero todos los perversos y malvados de entre los hombres que habían ido co n David, contestaron: "A los que no han ido con nosotros no se les dará el botín qu e hemos salvado, sino sólo su mujer y sus hijos; que lo tomen y se vayan." 23 David dijo: "No hagáis esto con lo que Adonai nos ha concedido. Nos ha gua rdado y ha entregado en nuestras manos a esa banda que vino contra nosotros. 24 ¿Quién os dará la razón en este caso? Porque: Esta es la parte del que baja a la batalla y ésta la parte del que se queda con la impedimenta.Se partirá por igual." 25 Y desde aquel día en adelante lo estableció como decreto y norma para Israel , hasta el día de hoy. 26 Llegó David a Siquelag y envió parte del botín a los ancianos de Judá, según sus c iudades, diciendo: "Aquí tenéis un presente del botín tomado a los enemigos de Adonai" , 27 a los de Betul, a los de Ramá del Négueb, a los de Yattir, 28 a los de Aroer, a los de Sifmot, a los de Estemoa, 29 a los de Carmelo, a los de las ciudades de Yerajmeel, a los de las ciuda des de los quenitas, 30 a los de Jormá, a los de Bor Asan, a los de Eter, 31 a los de Hebrón y a todos los lugares por donde anduvo David con su gente. 1 Samuel 31 1 Trabaron batalla los filisteos contra Israel y huyeron los hombres de Is rael ante los filisteos y cayeron heridos de muerte en el monte Gelboé. 2 Apretaron de cerca los filisteos a Saúl y a sus hijos y mataron los filist eos a Jonatán, Abinadab y Malki Súa, hijos de Saúl. 3 El peso de la batalla cargó sobre Saúl. Los arqueros tiraron sobre él y fue he rido por ellos. 4 Dijo Saúl a su escudero: "Saca tu espada y traspásame, no sea que lleguen e sos incircuncisos y hagan mofa de mí ", pero el escudero no quiso pues estaba llen o de temor. Entonces Saúl tomó la espada y se arrojó sobre ella. 5 Viendo el escudero que Saúl había muerto, se arrojó también sobre su espada y mu rió con él. 6 Así murieron aquel día juntamente Saúl y sus tres hijos y su escudero. 7 Cuando los hombres de Israel que estaban del lado frontero del valle y d el otro lado del Jordán vieron que las tropas de Israel se daban a la fuga y que S aúl y sus hijos habían muerto, abandonaron sus ciudades y huyeron; vinieron los fili steos y se establecieron en ellas. 8 Al otro día vinieron los filisteos para despojar a los muertos y encontrar on a Saúl y a sus tres hijos caídos en el monte Gelboé. 9 Cortaron su cabeza y le despojaron de sus armas que hicieron pasear a la redonda por el país de los filisteos para anunciar la buena nueva a sus dioses y a su pueblo. 10 Depositaron sus armas en el templo de Astarté y colgaron su cuerpo de los muros de Bet San. 11 Supieron los habitantes de Yabés de Galaad lo que los filisteos habían hecho con Saúl, 12 se levantaron todos los valientes y caminando durante toda la noche, tom aron del muro de Bet San el cuerpo de Saúl y los cuerpos de sus hijos y llevándolos a Yabés los quemaron allí. 13 Tomaron sus huesos y los sepultaron bajo el tamarisco de Yabés y ayunaron siete días. LIBRO SEGUNDO DE SAMUEL 2 Samuel 1 1 Después de la muerte de Saúl, volvió David de derrotar a los amalecitas y se q uedó dos días en Siquelag. 2 Al tercer día llegó del campamento uno de los hombres de Saúl, con los vestido

s rotos y cubierta de polvo su cabeza; al llegar donde David cayó en tierra y se p ostró. 3 David le dijo: "¿De dónde vienes?" Le respondió: "Vengo huyendo del campamento de Israel." 4 Le preguntó David: "¿Qué ha pasado? Cuéntamelo." Respondió: "Que el pueblo ha huid o de la batalla; han caído muchos del pueblo y también Saúl y su hijo Jonatán han muerto ." 5 Dijo David al joven que le daba la noticia ": "¿Cómo sabes que han muerto Saúl y su hijo Jonatán?" 6 Respondió el joven que daba la noticia: "Yo estaba casualmente en el monte Gelboé; Saúl se apoyaba en su lanza, mientras los carros y sus guerreros le acosaba n. 7 Se volvió y al verme me llamó y contesté: "Aquí estoy." 8 Me dijo: "¿Quién eres tú?" Le respondí: "Soy un amalecita." 9 Me dijo: "Acércate a mí y mátame, porque me ha acometido un vértigo aunque tengo aún toda la vida en mí." 10 Me acerqué a él y le maté, pues sabía que no podría vivir después de su caída; luego omé la diadema que tenía en su cabeza y el brazalete que tenía en el brazo y se los he traído aquí a mi señor." 11 Tomando David sus vestidos los desgarró, y lo mismo hicieron los hombres q ue estaban con él. 12 Se lamentaron y lloraron y ayunaron hasta la noche por Saúl y por su hijo Jonatán, por el pueblo de Adonai, y por la casa de Israel, pues habían caído a espada. 13 David preguntó al joven que le había llevado la noticia: "¿De dónde eres?" Respo ndió: "Soy hijo de un forastero amalecita." 14 Le dijo David: "¿Cómo no has temido alzar tu mano para matar al ungido de Ad onai?" 15 Y llamó David a uno de los jóvenes y le dijo: "Acércate y mátale." El le hirió y m urió. 16 David le dijo: "Tu sangre sobre tu cabeza, pues tu misma boca te acusó cua ndo dijiste: "Yo maté al ungido de Adonai"." 17 David entonó esta elegía por Saúl y por su hijo Jonatán. 18 Está escrita en el Libro del Justo, para que sea enseñado el arco a los hijo s de Judá. Dijo: 19 La gloria, Israel, ha sucumbido en tus montañas. ¡Cómo han caído los héroes! 20 No lo anunciéis en Gat, no lo divulguéis por las calles de Ascalón, que no se regocijen las hijas de los filisteos, no salten de gozo las hijas de los incircu ncisos. 21 Montañas de Gelboé:Ni lluvia ni rocío sobre vosotras, campos de perfidia, porq ue allí fue deshonrado el escudo de los héroes. 22 El escudo de Saúl ungido no de aceite ¡mas de sangre de muertos, de grasa de héroes!El arco de Jonatán jamás retrocedía, nunca fracasaba la espada de Saúl. 23 Saúl y Jonatán, amados y amables, ni en vida ni en muerte separados, más veloc es que águilas, más fuertes que leones. 24 Hijas de Israel, por Saúl llorad, que de lino os vestía y carmesí, que prendía j oyas de oro de vuestros vestidos. 25 ¡Cómo cayeron los héroes en medio del combate! ¡Jonatán! Por tu muerte estoy herid o, 26 por ti lleno de angustia, Jonatán, hermano mío, en extremo querido, más delici oso para mí tu amor que el amor de las mujeres.

27 ¡Cómo cayeron los héroes, cómo perecieron las armas de combate! 2 Samuel 2 1 Después de esto, consultó David a Adonai diciendo: "¿Debo subir a alguna de la s ciudades de Judá?" Adonai le respondió: "Sube." David preguntó: "¿A cuál subiré?" "A Hebrón , respondió. 2 Subió allí David con sus dos mujeres, Ajinoam de Yizreel y Abigaíl la mujer de Nabal de Carmelo. 3 David hizo subir a los hombres que estaban con él, cada cual con su famili a, y se asentaron en las ciudades de Hebrón.

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Llegaron los hombres de Judá, y ungieron allí a David como rey sobre la casa de Judá. Comunicaron a David que los hombres de Yabés de Galaad habían sepultado a Saúl

. 5 Y David envió mensajeros a los hombres de Yabés de Galaad para decirles: "Be nditos seáis de Adonai por haber hecho esta misericordia con Saúl, vuestro señor, dándol e sepultura. 6 Que Adonai sea con vosotros misericordioso y fiel. También yo os trataré bie n por haber hecho esto. 7 Y ahora tened fortaleza y sed valerosos, pues murió Saúl, vuestro señor, pero la casa de Judá me ha ungido a mí por rey suyo." 8 Abner, hijo de Ner, jefe del ejército de Saúl, tomó a Isbaal, hijo de Saúl, y le hizo pasar a Majanáyim. 9 Le proclamó rey sobre Galaad, sobre los aseritas, sobre Yizreel, sobre Efr aím y Benjamín y sobre todo Israel. 10 Cuarenta años tenía Isbaal, hijo de Saúl, cuando fue proclamado rey de Israel; reinó dos años. Solamente la casa de Judá siguió a David. 11 El número de días que estuvo David en Hebrón como rey de la casa de Judá fue de siete años y seis meses. 12 Salió Abner, hijo de Ner, y los seguidores de Isbaal, hijo de Saúl, de Majanáy im hacia Gabaón. 13 Salieron también Joab, hijo de Sarvia, y los veteranos de David, y se enco ntraron cerca de la alberca de Gabaón; se detuvieron, los unos a un lado de la alb erca y los otros al otro. 14 Dijo Abner a Joab: "Que se levanten los muchachos y luchen en nuestra pr esencia." Dijo Joab: "Que se levanten." 15 Se levantaron y avanzaron los designados: doce de Benjamín por Isbaal, hij o de Saúl, y doce de los veteranos de David. 16 Cada uno agarró a su adversario por la cabeza y le hundió la espada en el co stado; así cayeron todos a la vez, por lo que aquel lugar se llamó: "Campo de los c ostados"; está en Gabaón. 17 Hubo aquel día una batalla durísima y Abner y los hombres de Israel fueron d errotados por los veteranos de David. 18 Estaban allí los tres hijos de Sarvia: Joab, Abisay y Asahel; era Asahel l igero de pies como un corzo montés. 19 Asahel marchó en persecución de Abner, sin desviarse en su carrera tras de A bner ni a la derecha ni a la izquierda. 20 Se volvió Abner y dijo: "¿Eres tú Asahel?" Respondió: "Yo soy." 21 Abner le dijo: "Apártate a la derecha o a la izquierda. Atrapa a uno de es os muchachos y apodérate de sus despojos." Pero Asahel no quiso apartarse. 22 Insistió de nuevo Abner diciendo a Asahel: "¡Apártate de mí! ¿Por qué he de derribar te en tierra? ¿Cómo podré alzar la vista ante tu hermano Joab?" 23 Pero no quiso apartarse y Abner le hirió en el vientre con el cuento de la lanza, saliéndole la lanza por detrás. Cayó y allí mismo murió. Todos cuantos llegaban al lugar donde Asahel cayó y murió se detenían. 24 Joab y Abisay partieron en persecución de Abner; cuando el sol se ponía lleg aron a la colina de Ammá que está al oriente de Giaj, sobre el camino del desierto d e Gabaón. 25 Los benjaminitas se agruparon tras de Abner en escuadrón cerrado y aguanta ron a pie firme en la cumbre de una colina. 26 Abner llamó a Joab y le dijo: "¿Hasta cuándo devorará la espada? ¿No sabes que, al cabo, todo será amargura? ¿ Hasta cuándo esperas a decir al pueblo que deje de perseg uir a sus hermanos?" 27 Respondió Joab: "¡Vive Adonai, que de no haber hablado tú, mi gente no hubiera dejado de perseguir cada uno a su hermano hasta el alba!" 28 Joab hizo sonar el cuerno: toda la tropa se detuvo y no persiguió más a Isra el; así cesó el combate. 29 Abner y sus hombres marcharon toda la noche por la Arabá, pasaron el Jordán y, después de caminar toda la mañana, llegaron a Majanáyim. 30 Joab se volvió de la persecución de Abner y reunió todo el ejército; de los vete ranos de David faltaban diecinueve hombres, además de Asahel.

31 Los veteranos de David mataron de Benjamín y de los hombres de Abner 360 h ombres. 32 Se llevaron a Asahel y lo sepultaron en el sepulcro de su padre en Belén. Joab y sus hombres caminaron toda la noche y despuntaba el día cuando llegaron a H ebrón. 2 Samuel 3 1 Se prolongó la guerra entra la casa de Saúl y la casa de David; pero David s e iba fortaleciendo, mientras que la casa de Saúl se debilitaba. 2 David tuvo hijos en Hebrón. Su primogénito Amnón, hijo de Ajinoam de Yizreel; 3 su segundo, Kilab, de Abigaíl, mujer de Nabal de Carmelo; el tercero, Absa lón, hijo de Maaká, la hija de Talmay, rey de Guesur; 4 el cuarto, Adonías, hijo de Jagguit; el quinto, Sefatías, hijo de Abital; 5 el sexto, Yitream, de Eglá, mujer de David. Estos le nacieron a David en H ebrón. 6 Durante la guerra entre la casa de Saúl y la casa de David, Abner adquirió p redominio en la casa de Saúl. 7 Había tenido Saúl una concubina, llamada Rispá, hija de Ayyá, y Abner la tomó. Per o Isbaal dijo a Abner: "¿Por qué te has llegado a la concubina de mi padre?" 8 Abner se irritó mucho por las palabras de Isbaal y respondió: "¿Soy yo una cab eza de perro? Hasta hoy he favorecido a la casa de tu padre Saúl, a sus hermanos y sus amigos, para que no cayeras en manos de David, ¿y hoy me llamas la atención por una falta con esta mujer? 9 Esto haga Di-s a Abner y esto le añada si no cumplo a David lo que Adonai le ha jurado, 10 que quitaría la realeza a la casa de Saúl y levantaría el trono de David sobre Israel y sobre Judá, desde Dan hasta Berseba." 11 Isbaal no se atrevió a contestar una palabra a Abner, por el miedo que le tenía. 12 Envió Abner mensajeros para decir a David: "... Haz un pacto conmigo y me pondré de tu parte para traer a ti todo Israel." 13 David respondió: "Bien. Haré un pacto contigo. Solamente te pido una cosa. N o te admitiré a mí presencia si cuando vengas a verme no traes a Mikal, la hija de S aúl." 14 Envió David mensajeros a Isbaal, hijo de Saúl, para decirle: "Devuélveme a mi mujer Mikal, que adquirí por cien prepucios de filisteos." 15 Isbaal mandó que la tomaran de casa de su marido Paltiel, hijo de Layis. 16 Su marido partió con ella; la seguía llorando detrás de ella, hasta Bajurim. A bner le dijo: "Anda vuélvete." Y se volvió. 17 Abner había hablado con los ancianos de Israel diciendo: "Desde siempre ha béis estado buscando a David para rey vuestro. 18 Pues hacedlo ahora, ya que Adonai ha dicho a David: Por mano de David mi siervo libraré a mi pueblo Israel de mano de los filisteos y de mano de todos sus enemigos." 19 Abner habló igualmente a Benjamín y marchó después a Hebrón a comunicar a David lo que había parecido bien a los ojos de Israel y a los ojos de toda la casa de Benj amín. 20 Llegó Abner a donde David, en Hebrón, con veinte hombres. Y David ofreció un b anquete a Abner y a los hombres que le acompañaban. 21 Abner dijo a David: "Voy a levantarme e iré a reunir todo Israel junto a m i señor, el rey; harán un pacto contigo y reinarás conforme a tus deseos." Despidió Davi d a Abner, que se fue en paz. 22 Vinieron los veteranos de David, con Joab, de hacer una correría, trayendo un gran botín. No estaba ya Abner con David en Hebrón, pues David le había despedido y él había marchado en paz. 23 Llegaron, pues, Joab y todo el ejército que le acompañaba; y se hizo saber a Joab: "Abner, hijo de Ner, ha venido donde el rey, que le ha despedido y él se ha ido en paz." 24 Entró Joab donde el rey y dijo: "¿Qué has hecho? Abner ha venido a ti, ¿por qué le has dejado marcharse?

25 ¿No sabes que Abner, hijo de Ner, ha venido para engañarte, para enterarse d e tus idas y venidas y saber todo lo que haces?" 26 Salió Joab de donde David y envió gentes en pos de Abner que le hicieron vol ver desde la cisterna de Sirá, sin saberlo David. 27 Volvió Abner a Hebrón y le tomó aparte Joab en la misma puerta, como para habl arle en secreto; y le hirió en el vientre allí mismo y lo mató por la sangre de su her mano Asahel. 28 Lo supo David inmediatamente y dijo: "Limpio estoy yo, y mi reino, ante Adonai para siempre de la sangre de Abner, hijo de Ner. 29 Caiga sobre la cabeza de Joab y sobre toda la casa de su padre, nunca fa lte en la casa de Joab quien padezca flujo de sangre, ni leproso, ni quien ande con cachava, ni quien muera a espada, ni quien carezca de pan." 30 (Joab y su hermano Abisay asesinaron a Abner porque éste había matado a su h ermano Asahel en la batalla de Gabaón.) 31 Y dijo David a Joab y a todo el ejército que le acompañaba: "Rasgad vuestros vestidos, ceñíos los sayales y llorad por Abner." El rey David iba detrás de las anda s. 32 Sepultaron a Abner en Hebrón. El rey alzó su voz y lloró junto al sepulcro de Abner, y también lloró todo el pueblo. 33 El rey entonó esta elegía por Abner: "¿Como muere un necio había de morir Abner? 34 No ligadas tus manos ni puestos en cadenas tus pies.Has caído como quien c ae ante malhechores."Y arreció el pueblo en su llanto por él. 35 Fue todo el pueblo y, siendo aún de día, rogaban a David que comiese, pero D avid juró: "Esto me haga Di-s y esto me añada, si pruebo el pan o cualquiera otra co sa antes de ponerse el sol." 36 Todo el pueblo lo supo y lo aprobó. Todo lo que hizo el rey pareció bien a t odo el pueblo. 37 Y aquel día supo todo el pueblo y todo Israel que el rey no había tenido par te en la muerte de Abner, hijo de Ner. 38 El rey dijo a sus servidores: "¿No sabéis que hoy ha caído un gran caudillo en Israel? 39 Hoy estoy reblandecido, pues soy rey ungido, pero estos hombres, hijos d e Sarvia, son más duros que yo. Que Adonai devuelva al malhechor según su malicia." 2 Samuel 4 1 Cuando Isbaal, hijo de Saúl, supo que había muerto Abner en Hebrón, desfalleci eron sus manos y todo Israel quedo consternado. 2 Estaban con Isbaal, hijo de Saúl, dos hombres, jefes de banda, uno llamado Baaná y el otro Rekab, hijos de Rimmón de Beerot, benjaminitas, porque también Beerot se considera de Benjamín. 3 Los habitantes de Beerot habían huido a Guittáyim, donde se han quedado hast a el día de hoy como forasteros residentes. 4 Tenía Jonatán, hijo de Saúl, un hijo tullido de pies. Tenía cinco años cuando llegó de Yizreel la noticia de lo de Saúl y Jonatán; su nodriza le tomó y huyó, pero con la pr isa de la fuga, cayó y se quedó cojo. Se llamaba Meribbaal. 5 Se pusieron en camino Rekab y Baaná, hijos de Rimmón de Beerot, y llegaron a casa de Isbaal con el calor del día, cuando dormía la siesta. 6 Entraron en la casa. La portera se había dormido mientras limpiaba el trig o. Rekab y su hermano Baaná se deslizaron cautelosamente 7 y entraron en la casa; estaba Isbaal acostado en su lecho, en su dormito rio; le hirieron y le mataron; luego le cortaron la cabeza y tomándola caminaron t oda la noche por la ruta de la Arabá. 8 Llevaron la cabeza de Isbaal a David, en Hebrón, y dijeron al rey: "Aquí tie nes la cabeza de Isbaal, hijo de Saúl, tu enemigo, el que buscó tu muerte. Hoy ha co ncedido Adonai a mi señor el rey venganza sobre Saúl y sobre su descendencia." 9 Respondió David a Rekab y a su hermano Baaná, hijos de Rimmón de Beerot, y les dijo: "¡Vive Adonai, que ha librado mi alma de toda angustia! 10 Al que me anunció que Saúl había muerto, creyendo que me daba buena noticia, l e agarré y ordené matarle en Siquelag dándole este pago por su buena noticia;

11 ¿cuánto más ahora que hombres malvados han dado muerte a un hombre justo en su casa y en su lecho no os voy a pedir cuenta de su sangre, exterminándoos de la ti erra?" 12 Y David dio una orden a sus muchachos, que los mataron, les cortaron las manos y los pies y los colgaron junto a la alberca de Hebrón. Tomaron la cabeza d e Isbaal y la sepultaron en el sepulcro de Abner, en Hebrón. 2 Samuel 5 1 Vinieron todas las tribus de Israel donde David a Hebrón y le dijeron: "Mi ra: hueso tuyo y carne tuya somos nosotros. 2 Ya de antes, cuando Saúl era nuestro rey, eras tú el que dirigías las entradas y salidas de Israel. Adonai te ha dicho: Tú apacentarás a mi pueblo Israel, tú serás el caudillo de Israel." 3 Vinieron, pues, todos los ancianos de Israel donde el rey, a Hebrón. El re y David hizo un pacto con ellos en Hebrón, en presencia de Adonai, y ungieron a Da vid como rey de Israel. 4 Treinta años tenía cuando comenzó a reinar y reinó cuarenta años. 5 Reinó en Hebrón sobre Judá siete años y seis meses. Reinó en Yerushalaim sobre tod o Israel y sobre Judá 33 años. 6 Marchó el rey con sus hombres sobre Yerushalaim contra los jebuseos que ha bitaban aquella tierra. Dijeron éstos a David: "No entrarás aquí; porque hasta los cie gos y cojos bastan para rechazarte." (Querían decir: no entrará David aquí.) 7 Pero David conquistó la fortaleza de Sión que es la Ciudad de David. 8 Y dijo David aquel día: "Todo el que quiera atacar a los jebuseos que suba por el canal..., en cuanto a los ciegos y a los cojos, David los aborrece." Por eso se dice: "Ni cojo ni ciego entrarán en la Casa." 9 David se instaló en la fortaleza y la llamó Ciudad de David. Edificó una mural la en derredor, desde el Milló hacia el interior. 10 David iba medrando y Adonai el Di-s Sebaot estaba con él. 11 Jiram, rey de Tiro, envió a David mensajeros con maderas de cedro, carpint eros y canteros que construyeron la casa de David. 12 Y David conoció que Adonai le había confirmado como rey de Israel y que había exaltado su reino a causa de su pueblo Israel. 13 Tomó David más concubinas y mujeres de Yerushalaim, después de venir de Hebrón, y le nacieron a David hijos e hijas. 14 Estos son los nombres de los que le nacieron en Yerushalaim: Sammúa, Sobab , Natán, Salomón, 15 Yibjar, Elisua, Néfeg, Yafía, 16 Elisamá, Baalyadá, Elifélet. 17 Cuando los filisteos oyeron que David había sido ungido rey de Israel, sub ieron todos en busca de David. Lo supo David y bajó al refugio. 18 Llegaron los filisteos y se desplegaron por el Valle de Refaím. 19 Entonces David consultó a Adonai diciendo: "¿Debo subir contra los filisteos ? ¿Los entregarás en mis manos?" Respondió Adonai a David: "Sube, porque ciertamente e ntregaré a los filisteos en tus manos." 20 Llegó David a Baal Perasim. Allí los derrotó David y dijo: "Adonai me ha abier to brecha entre mis enemigos como brecha de aguas." Por eso se llamó aquel lugar B aal Perasim. 21 Ellos abandonaron allí sus ídolos y David y sus hombres se los llevaron. 22 Volvieron a subir los filisteos y se desplegaron por el Valle de Refaím. 23 David consultó a Adonai, que le dijo: "No subas contra ellos. Da un rodeo detrás de ellos y atácalos frente a las balsameras. 24 Cuando oigas ruido de pasos en la cima de las balsameras, ataca con deci sión porque Adonai sale delante de ti para derrotar al ejército de los filisteos." 25 Hizo David lo que Adonai le ordenaba y batió a los filisteos desde Gabaón ha sta la entrada de Guézer. 2 Samuel 6 1 Reunió de nuevo David a todo lo mejor de Israel, 30.000 hombres. 2 Se levantó David y partió con todo el pueblo que estaba con él a Baalá de Judá par

a subir desde allí el arca de Di-s que lleva el nombre de Adonai Sebaot que se sie nta sobre los querubines. 3 Cargaron el arca de Di-s en una carreta nueva y la llevaron de la casa d e Abinadab que está en la loma. Uzzá y Ajyó, hijos de Abinadab, conducían la carreta con el arca de Di-s. 4 Uzzá caminaba al lado del arca de Di-s y Ajyó iba delante de ella. 5 David y toda la casa de Israel bailaban delante de Adonai con todas sus fuerzas, cantando con cítaras, arpas, adufes, sistros y cimbalillos. 6 Al llegar a la era de Nakón, extendió Uzzá la mano hacia el arca de Di-s y la sujetó porque los bueyes amenazaban volcarla. 7 Entonces la ira de Adonai se encendió contra Uzzá: allí mismo le hirió Di-s por este atrevimiento y murió allí junto al arca de Di-s. 8 David se irritó porque Adonai había castigado a Uzzá y se llamó aquel lugar Pere s Uzzá hasta el día de hoy. 9 Aquel día David tuvo miedo de Adonai y dijo: "¿Como voy a llevar a mi casa e l arca de Adonai?" 10 Y no quiso llevar el arca de Adonai junto a sí, a la Ciudad de David, sino que la hizo llevar a casa de Obededom de Gat. 11 El arca de Adonai estuvo en casa de Obededom de Gat tres meses y Adonai bendijo a Obededom y a toda su casa. 12 Se hizo saber al rey David: "Adonai ha bendecido la casa de Obededom y t odas sus cosas a causa del arca de Di-s." Fue David e hizo subir el arca de Di-s de casa de Obededom a la Ciudad de David, con gran alborozo. 13 Cada seis pasos que avanzaban los portadores del arca de Adonai, sacrifi caba un buey y un carnero cebado. 14 David danzaba y giraba con todas sus fuerzas ante Adonai, ceñido de un efo d de lino. 15 David y toda la casa de Israel hacían subir el arca de Adonai entre clamor es y resonar de cuernos. 16 Cuando el arca de Adonai entró en la Ciudad de David, Mikal, hija de Saúl, q ue estaba mirando por la ventana, vio al rey David saltando y girando ante Adona i y le despreció en su corazón. 17 Metieron el arca de Adonai y la colocaron en su sitio, en medio de la ti enda que David había hecho levantar para ella y David ofreció holocaustos y sacrific ios de comunión en presencia de Adonai. 18 Cuando David hubo acabado de ofrecer los holocaustos y sacrificios de co munión, bendijo al pueblo en nombre de Adonai Sebaot 19 y repartió a todo el pueblo, a toda la muchedumbre de Israel, hombres y mu jeres, una torta de pan, un pastel de dátiles y un pan de pasas a cada uno de ello s, y se fue todo el pueblo cada uno a su casa. 20 Cuando se volvía David para bendecir su casa, Mikal, hija de Saúl, le salió al encuentro y le dijo: "¡Cómo se ha cubierto hoy de gloria el rey de Israel, descubrién dose hoy ante las criadas de sus servidores como se descubriría un cualquiera!" 21 Respondió David a Mikal: "En presencia de Adonai danzo yo. Vive Adonai, el que me ha preferido a tu padre y a toda tu casa para constituirme caudillo de I srael, el pueblo de Adonai, que yo danzaré ante Adonai, 22 y me haré más vil todavía; seré vil a tus ojos pero seré honrado ante las criadas de que hablas. 23 Y Mikal, hija de Saúl, no tuvo ya hijos hasta el día de su muerte. 2 Samuel 7 1 Cuando el rey se estableció en su casa y Adonai le concedió paz de todos sus enemigos de alrededor, 2 dijo el rey al profeta Natán: "Mira; yo habito en una casa de cedro mientr as que el arca de Di-s habita bajo pieles." 3 Respondió Natán al rey: "Anda, haz todo lo que te dicta el corazón, porque Ado nai está contigo." 4 Pero aquella misma noche vino la palabra de Di-s a Natán diciendo: 5 "Ve y di a mi siervo David: Esto dice Adonai. ¿Me vas a edificar tú una casa para que yo habite?

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No he habitado en una casa desde el día en que hice subir a los israelitas de Egipto hasta el día de hoy, sino que he ido de un lado para otro en una tiend a, en un refugio. 7 En todo el tiempo que he caminado entre todos los israelitas ¿he dicho aca so a uno de los jueces de Israel a los que mandé que apacentaran a mi pueblo Israe l: "¿Por qué no me edificáis una casa de cedro?" 8 Ahora pues di esto a mi siervo David: Así habla Adonai Sebaot: Yo te he to mado del pastizal, de detrás del rebaño, para que seas caudillo de mi pueblo Israel. 9 He estado contigo dondequiera has ido, he eliminado de delante de ti a t odos tus enemigos y voy a hacerte un nombre grande como el nombre de los grandes de la tierra: 10 fijaré un lugar a mi pueblo Israel y lo plantaré allí para que more en él; no se rá ya perturbado y los malhechores no seguirán oprimiéndole como antes, 11 en el tiempo en que instituí jueces en mi pueblo Israel; le daré paz con tod os sus enemigos. Adonai te anuncia que Adonai te edificará una casa. 12 Y cuando tus días se hayan cumplido y te acuestes con tus padres, afirmaré d espués de ti la descendencia que saldrá de tus entrañas, y consolidaré el trono de su r ealeza. 13 (El constituirá una casa para mi Nombre y yo consolidaré el trono de su real eza para siempre.) 14 Yo seré para él padre y él será para mí hijo. Si hace mal, le castigaré con vara de hombres y con golpes de hombres, 15 pero no apartaré de él mi amor, como lo aparté de Saúl a quien quité de delante de mí. 16 Tu casa y tu reino permanecerán para siempre ante mí; tu trono estará firme, e ternamente." 17 Natán habló a David según todas estas palabras y esta visión. 18 El rey David entró, y se sentó ante Adonai y dijo: "¿Quien soy yo, señor mío Adona i, y qué mi casa, que me has traído hasta aquí? 19 Y aun esto es poco a tus ojos, señor mío, Adonai que hablas también a la casa de tu siervo para el futuro lejano... Señor Adonai. 20 ¿Qué más podrá David añadir a estas palabras? Tú me tienes conocido, Señor Adonai. 21 Has realizado todas estas grandes cosas según tu palabra y tu corazón, par dár selo a conocer a tu siervo. 22 Por eso eres grande, mi Señor Adonai; nadie como tú, no hay Di-s fuera de ti , como oyeron nuestros oídos. 23 ¿Qué otro pueblo hay en la tierra como tu pueblo Israel a quien un dios haya ido a rescatar para hacerle su pueblo, dándole renombre y haciendo en su favor gr andes y terribles cosas, expulsando de delante de tu pueblo, al que rescataste d e Egipto, a naciones y dioses extraños? 24 Tú te has constituido a tu pueblo Israel para que sea tu pueblo para siemp re, y tú, Adonai, eres su Di-s. 25 Y ahora, Adonai Di-s, mantén firme eternamente la palabra que has dirigido a tu siervo y a su casa y haz según tu palabra. 26 Sea tu nombre por siempre engrandecido; que se diga: Adonai Sebaot es Di -s de Israel; y que la casa de tu siervo David subsista en tu presencia, 27 ya que tú, Adonai Sebaot, Di-s de Israel, has hecho esta revelación a tu sie rvo diciendo: "yo te edificaré una casa": por eso tu siervo ha encontrado valor pa ra orar en tu presencia. 28 Ahora, mi Señor Adonai, tú eres Di-s, tus palabras son verdad y has prometid o a tu siervo esta dicha; 29 dígnate, pues, bendecir la casa de tu siervo para que permanezca por siemp re en tu presencia, pues tú mi Señor Adonai, has hablado y con tu bendición la casa d e tu siervo será eternamente bendita." 2 Samuel 8 1 Después de esto, batió David a los filisteos y los humilló; tomó David a Gat y s us dependencias de manos de los filisteos... 2 Batió también a los moabitas y los midió con la cuerda, haciendo que se echara n en tierra; midió dos cuerdas y los condenó a muerte, y una cuerda llena la dejó con

vida. Los moabitas quedaron sometidos a David, pagando tributo. 3 David batió a Hadadézer, hijo de Rejob, rey de Sobá, cuando iba a imponerse su dominio en el Río. 4 David le apresó 1.700 hombres de carro y 20.000 de a pie y desjarretó toda l a caballería de los carros reservando cien tiros. 5 Los arameos de Damasco vinieron en socorro de Hadadézer, rey de Sobá: pero D avid causó 22.000 bajas a los arameos. 6 Y estableció David gobernadores en Aram de Damasco. Los arameos quedaron s ometidos a David, pagando tributo; Adonai hizo triunfar a David por dondequiera que iba. 7 Tomó David los escudos de oro que llevaban los servidores de Hadadézer y los llevó a Yerushalaim. 8 De Tebaj y de Berotay, ciudades de Hadadézer, tomó el rey una gran cantidad de bronce. 9 Tou, rey de Jamat, supo que David había derrotado a todas las fuerzas de H adadézer, 10 y envió a su hijo Hadoram al rey David para saludarle y felicitarle por ha ber atacado y vencido a Hadadézer, ya que Tou estaba siempre en guerra con Hadadézer . Traía Hadoram vasos de plata, oro y bronce. 11 El rey David los consagró también a Adonai, con la plata y el oro consagrado procedente de todos los pueblos sometidos, 12 de Edom, de Moab, de los ammonitas, de los filisteos, de Amalec y del bo tín de Hadadézer, hijo de Rejob, rey de Sobá. 13 David se hizo famoso cuando volvió de su victoria sobre los edomitas, en e l valle de la Sal, en número de 18.000. 14 Puso gobernadores en Edom y todos los edomitas quedaron sometidos a Davi d, y Adonai hizo triunfar a David dondequiera que iba. 15 Reinó David sobre todo Israel, administrando derecho y justicia a todo su pueblo. 16 Joab, hijo de Sarvia, era jefe del ejército, y Josafat, hijo de Ajilub, er a el heraldo. 17 Sadoq, hijo de Ajitub, y Abiatar, hijo de Ajimélek, eran sacerdotes. Seray a era secretario, 18 Benaías, hijo de Yehoyadá, mandaba a los keretos y los peleteos. Los hijos d e David eran sacerdotes. 2 Samuel 9 1 David preguntó: "¿Queda todavía algún hijo de la casa de Saúl? Quiero favorecerle por amor a Jonatán. 2 Tenía la familia de Saúl un siervo llamado Sibá. Le convocaron ante David y el rey le dijo: "¿Eres tú Sibá?" Respondió: "Tu siervo soy." 3 Dijo el rey: "¿Queda alguien todavía de la casa de Saúl para que yo tenga con él una misericordia sin medida?" Sibá contestó al rey: "Vive todavía un hijo de Jonatán, t ullido de pies." 4 El rey le preguntó: "¿Dónde está?" Respondió Sibá al rey: "Esta en casa de Makir, hi jo de Ammiel, en Lo Debar." 5 Y el rey David mandó traerlo de la casa de Makir, hijo de Ammiel, de Lo De bar. 6 Llegó Meribbaal, hijo de Jonatán, hijo de Saúl, adonde David y cayendo sobre s u rostro se postró. David le dijo: "Meribbaal", y respondió: "Aquí tienes a tu siervo. " 7 David le dijo: "No temas, quiero favorecerte por amor de Jonatán, tu padre . Haré que te devuelvan todos los campos de tu padre Saúl, y tú comerás siempre a mi mes a." 8 El se postró y dijo: "¿Qué es tu siervo, para que te fijes en un perro muerto como yo?" 9 Llamó el rey a Sibá, criado de Saúl, y le dijo: "Todo lo que pertenecía a Saúl y a toda su casa, se lo doy al hijo de tu señor. 10 Cultivarás para él la tierra tú, tus hijos y tus siervos, y se lo llevarás a la familia de tu señor para que pueda comer. Meribbaal, el hijo de tu señor, comerá siemp

re a mi mesa." Tenía Sibá quince hijos y veinte siervos. 11 Respondió Sibá al rey: "Tu siervo hará todo lo que mi señor el rey ha mandado a su siervo." Meribbaal comía a la mesa de David como uno de los hijos del rey. 12 Tenía Meribbaal un hijo pequeño, llamado Miká. Todos los que vivían en casa de S ibá eran siervos de Meribbaal. 13 Pero Meribbaal vivía en Yerushalaim porque comía siempre a la mesa del rey. Estaba tullido de pies. 2 Samuel 10 1 Después de esto murió el rey de los ammonitas y reinó en su lugar su hijo Janún. 2 Dijo David: "Tendré con Janún, hijo de Najás, la misma benevolencia que su pad re tuvo conmigo." David envió a sus servidores para que le consolaran por su padre . Cuando los servidores de David llegaron al país de los ammonitas, 3 dijeron los jefes de los ammonitas a Janún, su señor: "¿Acaso David te envía a c onsolar porque quiere hacer honor a tu padre ante tus ojos? ¿No te ha enviado Davi d sus siervos para espiar la ciudad, explorarla y destruirla?" 4 Entonces Janún prendió a los servidores de David, les rapó la mitad de la barb a, cortó sus vestidos hasta la mitad de las nalgas, y los despachó. 5 Se lo comunicaron a David y envió gente a su encuentro porque los hombres estaban cubiertos de vergüenza; el rey les mandó a decir: "Quedaos en Jericó hasta que os crezca la barba; después volveréis." 6 Vieron los ammonitas que se habían hecho odiosos a David y enviaron para t omar a sueldo arameos de Bet Rejob y arameos de Sobá 20.000 infantes; del rey de M aaká mil hombres y del rey de Tob 12.000. 7 Lo supo David y mandó a Joab con toda la tropa, los valientes. 8 Salieron a campaña los ammonitas y se ordenaron en batalla a la entrada de la puerta, mientras que los arameos de Sobá y de Rejob, y los hombres de Tob y de Maaká estaban aparte en el campo. 9 Viendo Joab que tenía un frente de combate por delante y otro por detrás, es cogió a los mejores de Israel y los puso en línea contra los arameos. 10 Puso el resto del ejército al mando de su hermano Abisay y lo ordenó en bata lla frente a los ammonitas. 11 Y dijo: "Si los arameos me dominan, ven en mi ayuda; si los ammonitas te dominan a ti, vendré en tu socorro. 12 Ten fortaleza, esforcémonos por nuestro pueblo y por las ciudades de nuest ro Di-s y que Adonai haga lo que bien le parezca." 13 Y avanzó Joab con su ejército para luchar contra los arameos, que huyeron an te él. 14 Viendo los ammonitas que los arameos emprendían la fuga, huyeron también ell os ante Abisay y entraron en la ciudad, mientras que Joab se alejó de los ammonita s y entró en Yerushalaim. 15 Vieron los arameos que habían sido vencidos por Israel y se concentraron t odos. 16 Hadadézer mandó venir a los arameos del otro lado del Río. Y llegaron a Jelam, viniendo a su cabeza Sobak, jefe del ejército de Hadadézer. 17 Se dio aviso a David, quien reuniendo a todo Israel pasó el Jordán y llegó a J elam; los arameos se ordenaron en batalla frente a David y combatieron contra él. 18 Huyeron los arameos ante Israel y David abatió a los arameos setecientos c arros y 40.000 de carro. Hirió también a Sobak, jefe de su ejército, que murió allí mismo. 19 Cuando todos les reyes vasallos de Hadadézer vieron que habían sido batidos ante Israel, hicieron la paz con Israel y le quedaron sometidos. Los arameos no se atrevieron a seguir ayudando a los ammonitas. 2 Samuel 11 1 A la vuelta del año, al tiempo que los reyes salen a campaña, envió David a Jo ab con sus veteranos y todo Israel. Derrotaron a los ammonitas y pusieron sitio a Rabbá, mientras David se quedó en Yerushalaim. 2 Un atardecer se levantó David de su lecho y se paseaba por el terrado de l a casa del rey cuando vio desde lo alto del terrado a una mujer que se estaba b añando. Era una mujer muy hermosa.

3 Mandó David para informarse sobre la mujer y le dijeron: "Es Betsabé, hija d e Eliam, mujer de Urías el hitita." 4 David envió gente que la trajese; llegó donde David y él se acostó con ella, cua ndo acababa de purificarse de sus reglas. Y ella se volvió a su casa. 5 La mujer quedó embarazada y envió a decir a David: "Estoy encinta." 6 David mandó decir a Joab: "Envíame a Urías el hitita." Joab envió a Urías adonde D avid. 7 Llegó Urías donde él y David le preguntó por Joab, y por el ejército y por la marc ha de la guerra. 8 Y dijo David a Urías: "Baja a tu casa y lava tus pies." Salió Urías de la casa del rey, seguido de un obsequio de la mesa real. 9 Pero Urías se acostó a la entrada de la casa del rey, con la guardia de su s eñor, y no bajó a su casa. 10 Avisaron a David: "Urías no ha bajado a su casa." Preguntó David a Urías: "¿No v ienes de un viaje? ¿Por qué no has bajado a tu casa? 11 Urías respondió a David: "El arca, Israel y Judá habitan en tiendas; Joab mi s eñor y los siervos de mi señor acampan en el suelo ¿y voy a entrar yo en mi casa para comer, beber y acostarme con mi mujer? ¡Por tu vida y la vida de tu alma, no haré ta l!" 12 Entonces David dijo a Urías: "Quédate hoy también y mañana te despediré." Se quedó U rías aquel día en Yerushalaim y al día siguiente 13 le invitó David a comer con él y le hizo beber hasta emborracharse. Por la t arde salió y se acostó en el lecho, con la guardia de su señor, pero no bajó a su casa. 14 A la mañana siguiente escribió David una carta a Joab y se la envió por medio de Urías. 15 En la carta había escrito: "Poned a Urías frente a lo más reñido de la batalla y retiraos de detrás de él para que sea herido y muera." 16 Estaba Joab asediando la ciudad y colocó a Urías en el sitio en que sabía que estaban los hombres más valientes. 17 Los hombres de la ciudad hicieron una salida y atacaron a Joab; cayeron algunos del ejército de entre los veteranos de David; y murió también Urías el hitita. 18 Joab envió a comunicar a David todas las noticias de la guerra, 19 y ordenó al mensajero: "Cuando hayas acabado de decir al rey todas las not icias sobre la batalla, 20 si salta la cólera del rey de te dice: "¿Por qué os habéis acercado a la ciudad para atacarla? ¿No sabíais que tirarían sobre vosotros desde la muralla? 21 ¿Quien mató a Abimélek, el hijo de Yerubbaal? ¿No arrojó una mujer sobre él una pied ra de molino desde lo alto de la muralla y murió él en Tebés? ¿Por qué os habéis acercado a la muralla?", tú le dices: También ha muerto tu siervo Urías el hitita." 22 Partió el mensajero y en llegando comunicó a David todo lo que le había mandad o Joab. David se irritó contra Joab y dijo al mensajero: "¿Por qué os habéis acercado a la muralla para luchar? ¿Quién mató a Abimélek, el hijo de Yerubbaal? ¿No arrojó una mujer s obre él una piedra de molino desde lo alto de la muralla y murió él en Tebés? ¿Por qué os ha béis acercado a la muralla?" 23 El mensajero dijo a David: "Aquellos hombres se crecieron frente a nosot ros, hicieron una salida contra nosotros en campo raso y los rechazamos hasta l a entrada de la puerta, 24 pero los arqueros tiraron contra tus veteranos desde lo alto de la mural la y murieron algunos de los veteranos del rey. También murió tu siervo Urías el hitit a." 25 Entonces David dijo al mensajero: "Esto has de decir a Joab: "No te inqu ietes por este asunto, porque la espada devora ya a uno ya a otro. Redobla tu at aque contra la ciudad y destrúyela." Y así le darás ánimos." 26 Supo la mujer de Urías que había muerto Urías su marido e hizo duelo por su seño r. 27 Pasado el luto, David envió por ella y la recibió en su casa haciéndola su muj er; ella le dio a luz un hijo; pero aquella acción que David había hecho desagradó a A donai. 2 Samuel 12

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Envió Adonai a Natán donde David, y llegando a él le dijo: "Había dos hombres en una ciudad, el uno era rico y el otro era pobre. 2 El rico tenía ovejas y bueyes en gran abundancia; 3 el pobre no tenía más que una corderilla, sólo una, pequeña, que había comprado.El la alimentaba y ella iba creciendo con él y sus hijos, comiendo su pan, bebiendo en su copa, durmiendo en su seno igual que una hija. 4 Vino un visitante donde el hombre rico, y dándole pena tomar su ganado lan ar y vacuno para dar de comer a aquel hombre llegado a su casa, tomó la ovejita de l pobre, y dio de comer al viajero llegado a su casa." 5 David se encendió en gran cólera contra aquel hombre y dijo a Natán: "¡Vive Adon ai! que merece la muerte el hombre que tal hizo. 6 Pagará cuatro veces la oveja por haber hecho semejante cosa y por no haber tenido compasión." 7 Entonces Natán dijo a David: "Tú eres ese hombre. Así dice Adonai Di-s de Isra el: Yo te he ungido rey de Israel y te he librado de las manos de Saúl. 8 Te he dado la casa de tu señor y he puesto en tu seno las mujeres de tu seño r; te he dado la casa de Israel y de Judá; y si es poco, te añadiré todavía otras cosas. 9 ¿Por qué has menospreciado a Adonai haciendo lo malo a sus ojos, matando a e spada a Urías el hitita, tomando a su mujer por mujer tuya y matándole por la espada de los ammonitas? 10 Pues bien, nunca se apartará la espada de tu casa, ya que me has desprecia do y has tomado la mujer de Urías el hitita para mujer tuya. 11 Así habla Adonai: Haré que de tu propia casa se alce el mal contra ti. Tomaré tus mujeres ante tus ojos y se las daré a otro que se acostará con tus mujeres a la luz de este sol. 12 Pues tú has obrado en lo oculto, pero yo cumpliré esta palabra ante todo Isr ael y a la luz del sol." 13 David dijo a Natán: "He pecado contra Adonai." Respondió Natán a David: "También Adonai perdona tu pecado; no morirás. 14 Pero por haber ultrajado a Adonai con ese hecho, el hijo que te ha nacid o morirá sin remedio." 15 Y Natán se fue a su casa. Hirió Adonai al niño que había engendrado a David la m ujer de Urías y enfermó gravemente. 16 David suplicó a Di-s por el niño; hizo David un ayuno riguroso y entrando en casa pasaba la noche acostado en tierra. 17 Los ancianos de su casa se esforzaban por levantarle del suelo, pero el se negó y no quiso comer con ellos. 18 El séptimo día murió el niño; los servidores de David temieron decirle que el niño había muerto, porque se decían: "Cuando el niño aún vivía le hablábamos y no nos escuchaba. ¿Cómo le diremos que el niño ha muerto? ¡Hará un desatino!" 19 Vio David que sus servidores cuchicheaban entre sí y comprendió David que el niño había muerto y dijo David a sus servidores: "¿Es que ha muerto el niño?" Le respon dieron: "Ha muerto." 20 David se levantó del suelo, se lavó, se ungió y se cambió de vestidos. Fue luego a la casa de Adonai y se postró. Se volvió a su casa, pidió que le trajesen de comer y comió. 21 Sus servidores le dijeron: "¿Qué es lo que haces? Cuando el niño aún vivía ayunaba s y llorabas, y ahora que ha muerto te levantas y comes." 22 Respondió: "Mientras el niño vivía ayuné y lloré, pues me decía: ¿Quién sabe si Adona endrá compasión de mí y el niño vivirá? 23 Pero ahora que ha muerto, ¿por qué he de ayunar? ¿Podré hacer que vuelva? Yo iré d onde él, pero él no volverá a mí." 24 David consoló a Betsabé su mujer, fue donde ella y se acostó con ella; dio ell a a luz un hijo y se llamó Salomón; Adonai le amó, 25 y envió al profeta Natán que le llamó Yedidías, por lo que había dicho Adonai. 26 Joab atacó a Rabbá de los ammonitas y conquistó la ciudad real. 27 Y envió Joab mensajeros a David para decirle: "He atacado a Rabbá y me he ap oderado también de la ciudad real. 28 Ahora, pues, reúne el resto del ejército, acampa contra la ciudad y tómala, pa ra que no sea yo quien la conquiste y no le dé mi nombre."

29 Reunió David todo el ejército y partió para Rabbá, la atacó y la conquistó. 30 Tomó de la cabeza de Milkom la corona, que pesaba un talento de oro; tenía ést a engarzada una piedra preciosa que fue puesta en la cabeza de David; y se llevó u n enorme botín de la ciudad. 31 A la gente que había en ella la hizo salir y la puso a trabajar en las sie rras, en los trillos de dientes de hierro, en las hachas de hierro y los empleó en los hornos de ladrillo. Lo mismo hizo con todas la ciudades de los ammonitas. L uego David regresó con todo el ejército a Yerushalaim.

2 Samuel 13 1 Sucedió después que Absalón, hijo de David, tenía una hermana que era hermosa, l lamada Tamar, y Amnón, hijo de David, se prendó de ella. 2 Estaba Amnón tan atormentado que se puso enfermo, porque su hermana Tamar era virgen y le parecía difícil a Ammón hacerle algo. 3 Tenía Amnón un amigo llamado Yonadab, hijo de Simá, hermano de David; era Yona dab hombre muy astuto, 4 y le dijo: "¿Qué te sucede, hijo del rey, que de día en día estás más afligido? ¿No m lo vas a descubrir?" Amnón le dijo: "Estoy enamorado de Tamar, hermana de mi herm ano Absalón." 5 Yonadab le dijo: "Acuéstate en tu lecho y fíngete enfermo y cuando tu padre venga en verte le dices: Que venga, por favor, mi hermana Tamar a darme de comer ; que prepare delante de mí algún manjar para que lo vea yo y lo coma de su mano." 6 Y Amnón se acostó fingiéndose enfermo. Entró el rey a verle y Amnón dijo al rey: " Que venga, por favor, mi hermana Tamar y fría delante de mí un par de frituras y yo las comeré de su mano." 7 David envió a decir a Tamar a su casa: "Vete a casa de tu hermano Amnón y pr epárale algo de comer." 8 Fue, pues, Tamar a casa de su hermano, que estaba acostado; tomó harina, l a amasó, hizo los pasteles y los puso a freír delante de su hermano; 9 tomó la sartén y la vació delante de él, pero él no quiso comer; y dijo Amnón: "Que salgan todos de aquí." Y todos salieron de allí. 10 Entonces Amnón dijo a Tamar: "Tráeme la comida a la alcoba para que coma de tu mano." Tomo Tamar las frituras que había hecho, se las llevó a su hermano Amnón a l a alcoba 11 y se las acercó para que comiese, pero él la sujetó y le dijo: "Ven, acuéstate c onmigo, hermana mía." 12 Pero ella respondió: "No, hermano mío, no me fuerces, pues no se hace esto e n Israel. No cometas esta infamia. 13 ¿A dónde iría yo deshonrada? Y tú serías como un infame en Israel. Habla, te lo su plico, al rey, que no rehusará entregarme a ti." 14 Pero él no quiso escucharla, sino que la sujetó y forzándola se acostó con ella. 15 Después Amnón la aborreció con tan gran aborrecimiento que fue mayor su aborre cimiento que el amor con que la había amado. Y le dijo Amnón: "Levántate y vete." 16 Ella le dijo: "No, hermano mío, por favor, porque si me echas, este segund o mal es peor que el que me hiciste primero." Pero él no quiso escucharla. 17 Llamó al criado que le servía y le dijo: "Échame a ésta fuera y cierra la puerta tras ella." 18 (Vestía ella una túnica con mangas, porque así vestían antes las hijas del rey q ue eran vírgenes). Su criado la hizo salir fuera y cerró la puerta tras ella. 19 Tamar puso ceniza sobre su cabeza, rasgó la túnica de mangas que llevaba, pu so sus manos sobre la cabeza y se iba gritando mientras caminaba. 20 Su hermano Absalón le dijo: "¿Es que tu hermano Amnón ha estado contigo? Ahora calla, hermana mía; es tu hermano. No te preocupes de este asunto." Y Tamar quedó d esolada en casa de su hermano Absalón. 21 Cuando el rey David supo todas estas cosas se irritó en extremo, pero no q uiso castigar a su hijo Amnón, al que amaba porque era su primogénito. 22 Absalón no dijo a Amnón ni una palabra, ni buena ni mala, pues odiaba Absalón a Amnón porque había humillado a su hermana Tamar. 23 Dos años después, estaban los esquiladores con Absalón esquilando en Baal Jaso r, junto a Efraím, y Absalón invitó a todos los hijos del rey.

24 Se presentó Absalón al rey y le dijo: "Ya que estoy de esquileo, que vengan, por favor, conmigo el rey y sus servidores." 25 El rey dijo a Absalón: "No, hijo mío, no podemos ir todos para no serte grav osos." Insistió, pero el rey no quiso ir y le dio su bendición. 26 Absalón le dijo: "Que venga, por favor, con nosotros mi hermano Amnón." Resp ondió el rey: "¿Para qué ha de ir contigo?" 27 Pero Absalón le insistió y dejó que fueran con él Amnón y todos los hijos del rey. Absalón mandó preparar un convite regio. 28 Y ordenó a sus criados: "Estad atentos: cuando el corazón de Amnón esté alegre p or el vino y yo os diga: "Herid a Amnón", le mataréis. No tengáis temor, porque os lo mando yo. Cobrad ánimo y sed valerosos." 29 Los criados de Absalón hicieron con Amnón lo que Absalón les había mandado. Ento nces todos los hijos del rey se levantaron y montando cada cual en su mulo huyer on. 30 Estando ellos en camino llegó a David el rumor de que Absalón había matado a t odos los hijos del rey y que no había quedado ni uno solo de ellos. 31 Se levantó el rey, rasgó sus vestidos y se echó en tierra; todos los servidore s que estaban a su lado rasgaron también, sus vestidos. 32 Pero Yonadab, hijo de Simá, hermano de David, tomó la palabra y dijo: "No pi ense mi señor el rey que han muerto todos los muchachos, los hijos del rey, porque solamente ha muerto Amnón; pues era cosa decidida en boca de Absalón desde el día en que aquél humilló a su hermana Tamar. 33 Así que no haga caso mi señor el rey de esos rumores de que han muerto todos los hijos del rey, porque sólo ha muerto Amnón." 34 Absalón huyó. El joven que estaba de centinela levantó la vista y vio multitud que venía por el camino de Bajurim, a la bajada, y fue a avisar el rey: "He visto algunos hombres que bajan por el camino de Bajurim, por la ladera de la montaña." 35 Yonadab dijo al rey: "Son los hijos del rey que llegan; ha sido lo que t u servidor había dicho." 36 Apenas había acabado de hablar, entraron los hijos del rey y alzando su vo z lloraron. También el rey y todos los servidores se echaron a llorar con gran lla nto. 37 Absalón huyó yéndose adonde Talmay, hijo de Ammijud, rey de Guesur; y el rey l loraba todos los días por su hijo. 38 Absalón, por su parte, había huido yéndose a Guesur: allí se quedó tres años. 39 El espíritu del rey cesó de airarse contra Absalón, porque se había consolado ya de la muerte de Ammón. 2 Samuel 14 1 Conoció Joab, hijo de Sarvia, que el corazón del rey estaba por Absalón 2 y envió Joab a Técoa, a traer de allí una mujer sagaz a la que dijo: "Da muest ras de duelo, vístete de luto y no te perfumes; pórtate como una mujer que hace much os días que está en duelo por un muerto. 3 Entra luego donde el rey y dile estas palabras", y Joab puso las palabra s en su boca. 4 Entró, pues, donde el rey la mujer de Técoa y cayendo sobre su rostro en tie rra se postró y dijo: "¡Sálvame, oh rey!" 5 El rey le dijo: "¿Qué te pasa?" Y ella contestó: "¡Ay de mí! Soy una mujer viuda. Mi marido ha muerto. 6 Tu sierva tiene dos hijos. Se pelearon en el campo, no había quien los sep arase y uno hirió al otro y le mató. 7 Y ahora se alza toda la familia contra tu sierva y dicen: "Entréganos al a sesino de su hermano: le haremos morir por la vida de su hermano, al que mató, y h aremos desaparecer también al heredero." Así van a extinguir el ascua que me queda y no dejarán a mi marido nombre ni superviviente en la tierra." 8 El rey dijo a la mujer: "Vete a tu casa que yo daré órdenes sobre tu asunto. " 9 Pero la mujer de Técoa dijo al rey: "Caiga, oh rey mi señor, la culpa sobre mí y sobre la casa de mi padre y queden inocentes el rey y su trono." 10 El rey dijo: "Si alguno todavía te dice algo, hazle venir y no te molestará

más." 11 Replicó ella: "Que el rey mencione, por favor, a Adonai, tu Di-s, para que el vengador de sangre no aumente la ruina y no extermine a mi hijo." El dijo: " Vive Adonai, que no caerá en tierra ni un cabello de tu hijo." 12 La mujer dijo: "Te suplico que tu sierva pueda decir a mi señor el rey una palabra." Dijo: "Habla". 13 Respondió la mujer: "¿Por qué has tenido tal pensamiento contra el pueblo de D i-s y se hace el rey culpable diciendo que no vuelva más su desterrado? 14 Todos hemos de morir; como el agua que se derrama en tierra no se vuelva a recoger, así Di-s no vuelve a conceder la vida. Que el rey elija medios para q ue el proscrito no siga alejado de él. 15 "Así pues, si tu sierva ha venido para hablar a mi señor el rey estas cosas, es porque me han metido miedo y tu sierva se ha dicho: Hablaré al rey y acaso el rey cumpla la palabra de su esclava, 16 pues el rey me escuchará y librará a su esclava de la ira del hombre que qui ere exterminarme, a mí juntamente con mi hijo, de la heredad de Di-s. 17 Tu sierva dice: Que la palabra de mi señor el rey traiga la paz, pues mi s eñor el rey es como el Ángel de Di-s para discernir el bien y el mal. Y que Adonai tu Di-s sea contigo." 18 El rey respondió a la mujer y dijo: "No me oculte nada de lo que voy a pre guntarte." La mujer dijo: "Habla, oh rey, mi señor." 19 Dijo el rey: "¿No anda contigo la mano de Joab en todo esto?" Respondió la m ujer: "Por tu vida, oh rey mi señor, que no se desvía ni a la derecha ni a la izquie rda nada de lo que el rey mi señor dice. Tu siervo Joab me ha mandado y ha puesto en la boca de tu sierva todas estas palabras. 20 Para abordar con rodeos el tema hizo esto tu siervo Joab. Pero mi señor es prudente como el Ángel de Di-s y sabe todo cuanto sucede en la tierra." 21 Entonces el rey dijo a Joab: "Mira, he decidido el asunto. Anda y haz qu e regrese el joven Absalón." 22 Cayó Joab sobre su rostro en tierra y postrándose bendijo al rey. Joab dijo: "Hoy ha conocido tu siervo que ha hallado gracia a tus ojos, oh rey mi señor, pue s ha cumplido el rey el deseo de su siervo." 23 Levantóse Joab, fue a Guesur y llevó a Absalón a Yerushalaim. 24 Pero el rey dijo: "Que se retire a su casa, pues no ha de ver mi rostro. " Y Absalón se retiró a su casa sin ver el rostro del rey. 25 No había en todo Israel un hombre tan apuesto como Absalón, ni tan celebrado ; de la planta de los pies hasta la coronilla de la cabeza no había en él defecto. 26 Cuando se cortaba el pelo - y se lo cortaba cada año; porque le pesaba muc ho y por eso se lo cortaba - pesaba el cabello de su cabeza doscientos siclos, p eso real. 27 Le nacieron a Absalón tres hijos y una hija, llamada Tamar; era una mujer de gran belleza. 28 Absalón estuvo en Yerushalaim dos años sin ver el rostro del rey. 29 Llamó Absalón a Joab para enviarle al rey, pero él no quiso ir. Le llamó todavía u na segunda vez, pero tampoco quiso. 30 Entonces dijo a sus servidores: "Ved el campo de Joab, que está junto al mío , donde él tiene la cebada. Id y prendedle fuego." Los servidores de Absalón prendie ron fuego al campo. 31 Entonces se levantó Joab, fue a casa de Absalón y le dijo: "¿Por qué tus servido res han prendido fuego a mi campo?" 32 Absalón respondió a Joab: "Te he mandado llamar para decirte: Ven, por favor , pues quiero enviarte al rey para que le digas: ¿Para qué he vuelto de Guesur? Mejo r me hubiera sido estarme allí. Quiero ver el rostro del rey; si hay alguna culpa en mí, que me haga morir." 33 Fue Joab al rey y se lo comunicó. Entonces llamó a Absalón. Entró éste donde el re y y se postró sobre su rostro en presencia del rey. Y el rey besó a Absalón. 2 Samuel 15 1 Después de esto se hizo Absalón con un carro, caballos y cincuenta hombres q ue corrían delante de él.

2 Se levantaba Absalón temprano y se colocaba a la vera del camino de la pue rta, y a los que tenían algún pleito y venían donde el rey para el juicio, les llamaba Absalón y les decía: "¿No eres tú de...?" El respondía: "Tu siervo es de tal tribu de Isr ael." 3 Absalón le decía: "Mira, tu causa es justa y buena, pero nadie te escuchará de parte del rey." 4 Y añadía Absalón: "¡Quién me pusiera por juez de esta tierra! Podrían venir a mí todo los que tienen pleitos o juicios y yo les haría justicia." 5 Cuando alguno se acercaba a él y se postraba, le tendía la mano, le retenía y le besaba. 6 Así hacía Absalón, con todos los israelitas que iban al tribunal del rey. Absa lón robaba así el corazón de los hombres de Israel. 7 Al cabo de cuatro años dijo Absalón al rey: "Permíteme que vaya a Hebrón a cumpl ir el voto que hice a Adonai. 8 Porque tu siervo hizo voto cuando estaba en Guesur de Aram diciendo: Si Adonai me permite volver a Yerushalaim, daré culto a Adonai en Hebrón." 9 El rey le dijo "Vete en paz." El se levantó y se fue a Hebrón. 10 Envió Absalón mensajeros a todas las tribus de Israel diciendo: "Cuando oigáis sonar el cuerno decid: "¡Absalón se ha proclamado rey en Hebrón!" 11 Con Absalón habían partido de Yerushalaim doscientos hombres invitados; eran inocentes y no sabían absolutamente nada. 12 Absalón mandó a buscar a su ciudad de Guiló a Ajitófel el guilonita, consejero d e David, y lo tuvo consigo cuando ofrecía los sacrificios. Así la conjuración se forta lecía y los partidarios de Absalón iban aumentando. 13 Llegó uno que avisó a David: "El corazón de los hombres de Israel va tras de A bsalón." 14 Entonces David dijo a todos los servidores que estaban con él en Yerushala im: "Levantaos y huyamos, porque no tenemos escape ante Absalón. Apresuraos a part ir, no sea que venga a toda prisa y nos dé alcance, vierta sobre nosotros la ruina y pase la ciudad a filo de espada." 15 Dijeron al rey sus servidores: "Para todo cuanto mi señor el rey elija est amos aquí tus servidores." 16 El rey salió con toda su casa, a pie, dejando diez concubinas para guardar la casa. 17 Salió el rey a pie, con todo el pueblo, y se detuvieron en la última casa. 18 Estaban con él todos sus veteranos. Todos los kereteos, los perizitas, Itt ay y todos los guititas, seiscientos hombres que le habían seguido desde Gat, mar chaban delante del rey. 19 Y dijo el rey a Ittay el guitita: "¿Por qué has de venir tú también conmigo? Vuélv ete y quédate con el rey porque eres un extranjero, desterrado también de tu país. 20 Llegaste ayer ¿y voy a obligarte hoy a andar errando con nosotros, cuando voy a la ventura? Vuélvete y haz que tus hermanos se vuelvan contigo; y que Adonai tenga contigo amor y fidelidad." 21 Ittay respondió al rey: "¡Por vida de Adonai y por tu vida, rey mi señor, que donde el rey mi señor esté, para muerte o para vida, allí estará tu siervo!" 22 Entonces David dijo a Ittay: "Anda y pasa." Pasó Ittay de Gat con todos su s hombres y todas sus criaturas. 23 Iban todos llorando con gran llanto. El rey se detuvo en el torrente Ced rón y toda la gente pasaba ante él por el camino del desierto. 24 Iban también con él Sadoq y todos los levitas, llevando el arca de la alianz a de Di-s. Se detuvieron con el arca de Di-s junto a Abiatar hasta que todo el p ueblo acabó de salir de la ciudad. 25 Dijo el rey a Sadoq: "Haz volver el arca de Di-s a la ciudad. Si he hall ado gracia a los ojos de Adonai, me hará volver y me permitirá ver el arca y su mora da. 26 Y si él dice: "No me has agradado", que me haga lo que mejor le parezca." 27 Dijo el rey al sacerdote Sadoq: "Mirad, tú y Abiatar volveos en paz a la c iudad, con vuestros dos hijos, Ajimaas, tu hijo, y Jonatán, hijo de Abiatar. 28 Mirad, yo me detendré en las llanuras del desierto, hasta que me llegue un a palabra vuestra que me dé noticias."

29 Sadoq y Abiatar volvieron el arca de Di-s a Yerushalaim y se quedaron al lí. 30 David subía la cuesta de los Olivos, subía llorando con la cabeza cubierta y los pies desnudos; y toda la gente que estaba con él había cubierto su cabeza y subía la cuesta llorando. 31 Notificaron entonces a David: "Ajitófel está entre los conjurados con Absalón" , y David dijo: "¡Vuelve necios, Adonai, los consejos de Ajitófel!" 32 Cuando David llegó a la cima donde se postran ante Di-s, le salió al encuent ro Jusay el arquita, amigo de David, con la túnica desgarrada y cubierta de polvo su cabeza. 33 David le dijo: "Si vienes conmigo, me serás una carga. 34 Pero si tu vuelves a la ciudad y dices a Absalón: "Soy tu siervo, oh rey m i señor; antes serví a tu padre, ahora soy siervo tuyo," podrás frustrar, en favor mío, los consejos de Ajitófel. 35 ¿No estarán allí contigo los sacerdotes Sadoq y Abiatar? Todo cuanto oigas en la casa del rey, se lo comunicas a los sacerdotes Sadoq y Abiatar. 36 Estarán allí con ellos sus dos hijos, Ajimaas de Sadoq y Jonatán de Abiatar, y por su medio podréis comunicarme todo lo que sepáis." 37 Jusay, amigo de David, entró en la ciudad cuando Absalón llegaba a Yerushala im.

2 Samuel 16 1 Había pasado David un poco más allá de la cumbre, cuando le salió al encuentro S ibá, criado de Meribbaal, con dos asnos aparejados, cargados con doscientos panes , cien racimos de uvas pasas, cien frutas maduras y un odre de vino. 2 El rey preguntó a Sibá: "¿Para qué es esto?" Sibá contestó: "Los asnos son para que la familia del rey pueda montar, los panes y frutas son para que los muchachos c oman y el vino para que beba el que se fatigue en el desierto." 3 El rey preguntó: "¿Dónde está el hijo de tu señor?" Sibá respondió al rey: "Se ha que ado en Yerushalaim porque se ha dicho: Hoy me devolverá la casa de Israel el reino de mi padre." 4 El rey dijo a Sibá: "Todo lo de Meribbaal es para ti" Sibá respondió: "Me post ro ante ti. ¡Que halle yo gracia a tus ojos, oh rey mi señor!" 5 Cuando el rey David llegó a Bajurim salió de allí un hombre del mismo clan que la casa de Saúl, llamado Semeí, hijo de Guerá. Iba maldiciendo mientras avanzaba. 6 Tiraba piedras a David y a todos los servidores del rey, mientras toda l a gente y todos los servidores se colocaban a derecha e izquierda. 7 Semeí decía maldiciendo: "Vete, vete, hombre sanguinario y malvado. 8 Adonai te devuelva toda la sangre de la casa de Saúl, cuyo reino usurpaste . Así Adonai ha entregado tu reino en manos de Absalón tu hijo. Has caído en tu propia maldad, porque eres un hombre sanguinario." 9 Abisay, hijo de Sarvia, dijo al rey: "¿Por qué ha de maldecir este perro mue rto a mi señor el rey? Voy ahora mismo y le corto la cabeza." 10 Respondió el rey: "¿Qué tengo yo con vosotros, hijos de Sarvia? Deja que maldi ga, pues si Adonai le ha dicho: "Maldice a David" ¿quién le puede decir: "Por qué hace s esto?" 11 Y añadió David a Abisay y a todos sus siervos: "Mirad, mi hijo, salido de mi s entrañas, busca mi muerte, pues ¿cuánto más ahora un benjaminita? Dejadle que maldiga, pues se lo ha mandado Adonai. 12 Acaso Adonai mire mi aflicción y me devuelva Adonai bien por las maldicion es de este día." 13 Y David y sus hombres prosiguieron su camino, mientras Semeí marchaba por el flanco de la montaña, paralelo a él; iba maldiciendo, tirando piedras y arrojando polvo. 14 El rey y todo el pueblo que iba con él, llegaron extenuados a... y allí toma ron aliento. 15 Absalón y todos hombres de Israel entraron en Yerushalaim; Ajitófel estaba c on él. 16 Llegó Jusay el arquita, amigo de David, donde Absalón y dijo Jusay a Absalón: "¡Viva el rey, viva el rey!"

17 Absalón dijo a Jusay: "¿Es éste tu afecto por tu amigo? ¿Por qué no te has ido con tu amigo?" 18 Jusay respondió a Absalón: "No. Yo quiero estar y permanecer con aquel a qui en ha elegido Adonai, este pueblo y todos los hombres de Israel. 19 Por lo demás ¿a quién voy a servir? ¿No es a su hijo? Como he servido a tu padre , te serviré a ti." 20 Absalón dijo a Ajitófel: "Tomad consejo sobre lo que se debe hacer." 21 Ajitófel dijo a Absalón: "Llégate a las concubinas que tu padre ha dejado para guardar la casa; todo Israel sabrá que te has hecho odioso a tu padre y se fortal ecerán las manos de todos los que están contigo. 22 Se levantó, pues, una tienda para Absalón sobre el terrado y Absalón se unió a l as concubinas de su padre a la vista de todo Israel. 23 El consejo que daba Ajitófel aquellos días era como si se hubiese pedido un oráculo a Di-s. Así era tenido el consejo de Ajitófel, tanto por David como por Absalón. 2 Samuel 17 1 Ajitófel dijo a Absalón: "Voy a elegir 12.000 hombres y me lanzaré en persecuc ión de David esta misma noche. 2 Caeré sobre él cuando esté fatigado y falto de fuerzas, le llenaré de espanto y huirá toda la gente que está con él; heriré al rey solamente 3 y haré que vuelva a ti todo el pueblo, como la novia viene a su esposo; so lamente buscas la muerte de un hombre y todo el pueblo quedará a salvo." 4 Pareció bueno el consejo a Absalón y a todos los ancianos de Israel. 5 Pero Absalón dijo: "Llamad también a Jusay el arquita y oigámosle también a él." 6 Llegó Jusay donde Absalón y Absalón dijo: "Ajitófel nos ha dicho esto. ¿Debemos ha cer lo que dice? Si no, habla tu." 7 Jusay dijo a Absalón: "Por esta vez, no es bueno el consejo de Ajitófel." 8 Añadió Jusay: "Tú ya sabes que tu padre y sus hombres son gente valerosa y están exasperados como una osa salvaje a la que han quitado sus oseznos. Tu padre es hombre de guerra y no permitirá que el pueblo descanse durante la noche. 9 Ahora estará escondido en alguna caverna o en algún lugar. Si caen al princi pio algunos de los nuestros se correrá el rumor y se dirá: Ha habido un desastre en la tropa que sigue a Absalón. 10 Y sucederá que incluso los más valientes, cuyo corazón es como corazón de león, pe rderán el ánimo, porque todo Israel sabe que tu padre es esforzado y que son valero sos los que están con él. 11 Por eso te aconsejo que reúnas en torno a ti a todo Israel, desde Dan hast a Berseba, como la arena que hay en la orilla del mar, y tú marcharás en persona en medio de ellos. 12 Nos acercaremos a él en cualquier lugar en que se encuentre, caeremos sobr e él como cae el rocío sobre la tierra y no dejaremos con vida ni a él ni a uno solo d e los hombres que le acompañan. 13 Si se recoge a una ciudad, todo Israel llevará cuerdas y la arrastraremos hasta el torrente, de modo que no se pueda hallar en ella ni un pedrusco." 14 Absalón y todos los hombres de Israel dijeron: "El consejo de Jusay el arq uita es mejor que el consejo de Ajitófel." Es que Adonai había decidido frustrar el consejo de Ajitófel - que era bueno - para traer Adonai la ruina sobre Absalón. 15 Después Jusay dijo a los sacerdotes Sadoq y Abiatar: "Esto ha aconsejado A jitófel a Absalón y a los ancianos de Israel; y esto y esto he aconsejado yo. 16 Ahora mandad rápidamente a avisar a David: "No hagas noche en las llanuras del desierto. Pasa sin tardanza al otro lado, no vaya a ser devorado el rey y t odo el pueblo que le acompaña."" 17 Jonatán y Ajimaas estaban apostados en la fuente de Roguel. Una criada ven dría a avisarles y ellos irían a comunicárselo al rey David, porque no podían dejarse ve r al entrar en la ciudad. 18 Pero los vio un muchacho y avisó a Absalón. Entonces los dos partieron a tod a prisa y entraron en casa de un hombre de Bajurim. Tenía éste un pozo en el patio y los bajaron a él. 19 La mujer tomó una manta, la extendió sobre la boca del pozo, y puso encima g rano trillado; de modo que no se notaba nada.

20 Llegó la gente de Absalón a la casa, donde la mujer, y dijeron: "¿Dónde están Ajim aas y Jonatán?" La mujer respondió: "Han pasado más allá hacia el agua." Buscaron, pero no hallaron nada y se volvieron a Yerushalaim. 21 Después que se fueron, subieron ellos del pozo y fueron a avisar al rey Da vid diciéndole: "Levantaos y pasad aprisa el agua, porque este consejo les ha dado Ajitófel contra vosotros." 22 Se levantó David y todo el pueblo que estaba con él y pasaron el Jordán; al ro mper la luz de la mañana no quedaba nadie sin pasar el Jordán. 23 Cuando vio Ajitófel que no habían seguido con su consejo, aparejó el asno y le vantándose fue a su casa en su ciudad; ordenó su casa, y luego se ahorcó y murió. Le sep ultaron en la tumba de su padre. 24 Llegaba David a Majanáyim cuando atravesaba Absalón el Jordán con todos los ho mbres de Israel. 25 Absalón había puesto a Amasá al frente del ejército, en lugar de Joab. Amasá era h ijo de un hombre llamado Yitrá el ismaelita, que se había unido con Abigaíl, hija de J esé, hermana de Sarvia, madre de Joab. 26 Israel y Absalón acamparon en tierra de Galaad. 27 Cuando David llegó a Majanáyim, Sobí, hijo de Najás, de Rabbá de los ammonitas, y Makir, hijo de Ammiel, de Lo Debar, y Barzillay de Galaad de Roguelim, 28 llevaron lechos, esteras, copas y vasos de barro, así como trigo, cebada, harina, grano tostado, lentejas, habas, 29 miel, cuajada, ovejas y quesos de vaca, y lo ofrecieron a David y a la g ente que estaba con él, para que comiesen, pues se habían dicho: "La gente habrá pasad o hambre, fatigas y sed en el desierto." 2 Samuel 18 1 David pasó revista al ejército que estaba con él y puso a su cabeza jefes de m illar y de cien. 2 Dividió David el ejército en tres cuerpos: un tercio a las órdenes de Joab; un tercio a las órdenes de Abisay, hijo de Sarvia, hermano de Joab, y un tercio a l as órdenes de Ittay de Gat. Y dijo David a su ejército: "Yo mismo saldré también con vos otros." 3 Pero la tropa dijo: "No debes salir, porque si nosotros tenemos que huir , no tendría importancia; aunque muriera la mitad de nosotros no tendría importancia ; pero tú eres como 10.000 de nosotros. Es mejor que puedas venir en nuestra ayuda desde la ciudad." 4 El rey les dijo: "Haré lo que bien os parezca." Se quedó, pues, el rey junto a la puerta y salió todo el ejército por centenares y millares. 5 El rey ordenó a Joab, Abisay y a Ittay: "Tratad bien, por amor a mí, al jove n Absalón." Y todo el ejército oyó las órdenes del rey a todos los jefes acerca de Absalón . 6 El ejército salió al campo, al encuentro de Israel, y se trabó la batalla en e l bosque de Efraím. 7 El pueblo de Israel fue derrotado allí por los veteranos de David, y hubo aquel día un gran estrago de 20.000 hombres. 8 La batalla se extendió por todo aquel contorno y aquel contorno y aquel día devoró el bosque más hombres que la espada. 9 Absalón se topó con los veteranos de David. Iba Absalón montado en un mulo y e l mulo se metió bajo el ramaje de una gran encina. La cabeza de Absalón se trabó y que dó en la encina colgado entre el cielo y la tierra, mientras que el mulo que estab a debajo de él siguió adelante. 10 Lo vio un hombre y se lo avisó a Joab diciendo: "He visto a Absalón colgado de una encina." 11 Joab dijo al hombre que le avisaba: "Y viéndole ¿por qué no le has derribado a llí mismo en tierra, yo te habría dado diez siclos de plata y un cinturón?" 12 El hombre respondió a Joab: "Aunque pudiera pesar en la palma de mi mano m il siclos de plata, no alzaría mi mano contra el hijo del rey, pues ante nuestros oídos te ordenó el rey, a ti, a Abisay y a Ittay: "Guardadme al joven Absalón." 13 Si me hubiera mentido a mí mismo, expondría mi vida, pues al rey nada se le oculta y tú mismo te hubieras mantenido aparte."

14 Respondió Joab: "No voy a estarme mirando tu cara." Y tomando tres dardos en su mano los clavó en el corazón de Absalón, que estaba todavía vivo en medio de la en cina. 15 Luego se acercaron diez jóvenes, escuderos de Joab, que hirieron a Absalón y lo remataron. 16 Joab mandó tocar el cuerno y el ejército dejó de perseguir a Israel, porque Jo ab retuvo al ejército. 17 Tomaron a Absalón, le echaron en el bosque en un gran hoyo y pusieron enci ma un gran montón de piedras; y todo Israel huyó, cada uno a su tienda. 18 Estando en vida, había decidido Absalón alzarse la estela que está en el valle del rey, pues se había dicho: " No tengo hijo para perpetuar mi nombre", y había pu esto a la estela su mismo nombre. Se llama "La Mano de Absalón", hasta el día de hoy . 19 Ajimaas, hijo de Sadoq, dijo: "Voy a correr y anunciar al rey la buena n oticia de que Adonai le ha librado de manos de sus enemigos." 20 Pero Joab le dijo; "No serás tú hombre que dé buenas noticias hoy. Otro día las darás; hoy no las darás porque el hijo del rey ha muerto." 21 Y Joab dijo al kusita: "Anda y anuncia al rey lo que has visto." El kusi ta se postró ante Joab y partió a la carrera. 22 Insistió de nuevo Ajimaas, hijo de Sadoq, y dijo a Joab: "Pase lo que pase , yo también quiero correr tras el kusita." Joab le dijo: "¿Para qué vas a correr, hij o mío? aunque vayas, por esta noticia no te van a dar albricias." 23 El dijo: "Pase lo que pase, voy a correr." Entonces le dijo: "Corre." Aj imaas corrió por el camino de la vega y adelantó al kusita. 24 Estaba David entre las dos puertas. El centinela que estaba en el terrad o de la puerta, sobre la muralla, alzó la vista y vio a un hombre que venía corriend o solo. 25 Gritó el centinela y se lo comunicó al rey y el dijo: "Si viene solo, hay bu enas noticias en su boca." Mientras éste se acercaba corriendo, 26 vio el centinela otro hombre corriendo y gritó el centinela de la puerta: "Ahí viene otro hombre solo, corriendo." Dijo el rey: "También éste trae buenas notici as." 27 Dijo el centinela: "Ya distingo el modo de correr del primero: por su mo do de correr es Ajimaas, hijo de Sadoq." Dijo el rey: "Es un hombre de bien; vie ne para dar buenas noticias." 28 Se acercó Ajimaas y dijo al rey: "¡Paz!", y se postró ante el rey, rostro en t ierra. Luego prosiguió: "Bendito sea Adonai tu Di-s que ha sometido a los hombres que alzaban la mano contra mi señor el rey." 29 Preguntó el rey: "¿Está bien el joven Absalón?" Ajimaas respondió: "Yo vi un gran tumulto cuando el siervo del rey, Joab, envió a tu siervo pero no sé qué era." 30 El rey dijo: "Pasa y ponte acá." El pasó y se quedó. 31 Llegó el kusita y dijo: "Recibe, oh rey mi señor, la buena noticia, pues hoy te ha liberado Adonai de la mano de todos lo que se alzaban contra ti." 32 Dijo el rey al kusita: "Está bien el joven Absalón?" Respondió el kusita: "Que les suceda como a ese joven a todos los enemigos de mi señor el rey y a todos los que se levantan contra ti para hacerte mal."

2 Samuel 19 1 Entonces el rey se estremeció. Subió a la estancia que había encima de la puer ta y rompió a llorar. Decía entre sollozos: "¡Hijo mío, Absalón; hijo mío, hijo mío, Absalón ién me diera haber muerto en tu lugar, Absalón, hijo mío, hijo mío!" 2 Avisaron a Joab: "Mira que el rey está llorando y lamentándose por Absalón." 3 La victoria se trocó en duelo aquel día para todo el pueblo, porque aquel día supo el pueblo que el rey estaba desolado por su hijo. 4 Y aquel día fue entrando el ejército a escondidas en la ciudad, como cuando va a escondidas un ejército que huye avergonzado de la batalla. 5 El rey, tapado el rostro, decía con grandes gemidos: "¡Hijo mío, Absalón; Absalón, hijo mío, hijo mío!" 6 Entró Joab en la casa, donde el rey, y le dijo: "Estás hoy cubriendo de vergüe nza el rostro de todos tus servidores, que han salvado hoy tu vida, la vida de t

us hijos y tus hijas, la vida de tus mujeres y la vida de tus concubinas, 7 porque amas a los que te aborrecen y aborreces a los que te aman; hoy ha s demostrado que nada te importan tus jefes ni tus soldados; ahora estoy compren diendo que si Absalón viviera y todos nosotros hubiéramos muerto hoy, te habría pareci do bien. 8 Ahora, pues, levántate, sal y habla al corazón de tus servidores, porque por Adonai te juro que, si no sales, no quedará contigo esta noche ni un hombre, y es to sería para ti mayor calamidad que cuantas vinieron sobre ti desde tu juventud h asta hoy." 9 Se levantó el rey y vino a sentarse a la puerta. Se avisó a todo el ejército: "El rey está sentado a la puerta", y todo el ejército se presentó ante el rey. Israel había huido cada uno a su tienda. 10 Y todo el pueblo discutía en todas las tribus de Israel diciendo: "El rey nos libró de nuestros enemigos y nos salvó de manos de los filisteos y ahora ha teni do que huir del país, lejos de Absalón. 11 Pero Absalón, a quien ungimos por rey nuestro, ha muerto en la batalla. Así pues, ¿por qué estáis sin hacer nada para traer al rey?" 12 Llegaron hasta el rey estas palabras de todo Israel; y el rey David mandó a decir a los sacerdotes Sadoq y Abiatar: "Decid a los ancianos de Judá: "¿Por qué vai s a ser los últimos en traer al rey a su casa? 13 Sois mis hermanos, mi carne y mis huesos sois, y ¿vais a ser los últimos en hacer volver al rey?" 14 Decid también a Amasá: "¿No eres tú hueso mío y carne mía? Esto me haga Di-s y esto me añada si no entras a mi servicio toda mi vida como jefe del ejército, en lugar de Joab."" 15 Entonces se inclinó el corazón de todos los hombres de Judá como un solo hombr e y enviaron a decir al rey: "Vuelve, tú y todos tus servidores." 16 Volvió, pues, el rey y llegó hasta el Jordán. Judá llegó hasta Guilgal, viniendo a l encuentro del rey para ayudar al rey a pasar el Jordán. 17 Semeí, hijo de Guerá, benjaminita de Bajurim, se apresuró a bajar con los homb res de Judá al encuentro del rey David. 18 Venían con él mil hombres de Benjamín. Sibá, criado de la casa de Saúl, sus quince hijos y sus veinte siervos bajaron al Jordán delante del rey, 19 para ayudar a pasar a la familia del rey, y hacer todo lo que le parecie ra bien. Semeí, hijo de Guerá, se echó ante el rey, cuando hubo pasado el Jordán, 20 y dijo al rey: "No me impute culpa mi señor y no recuerdes el mal que tu s iervo hizo el día en que mi señor el rey salía de Yerushalaim; que no lo guarde el rey en su corazón, 21 porque bien conoce tu siervo que he pecado, pero he venido hoy el primer o de toda la casa de José, para bajar al encuentro de mi señor el rey." 22 Entonces Abisay, hijo de Sarvia, tomó la palabra y dijo: "¿Es que no va a mo rir Semeí por haber maldecido al ungido de Adonai?" 23 Pero David dijo: "¿Qué tengo yo con vosotros, hijos de Sarvia, que os conver tís hoy en adversarios míos? ¿Ha de morir hoy alguien en Israel? ¿Acaso no conozco que h oy vuelvo a ser rey de Israel?" 24 El rey dijo a Semeí: "No morirás." Y el rey se lo juró. 25 También Meribbaal, hijo de Saúl, bajó al encuentro del rey. No había aseado sus pies ni sus manos, no había cuidado su bigote ni había lavado sus vestidos desde el día en que se marchó el rey hasta el día en que volvió en paz. 26 Cuando llegó de Yerushalaim al encuentro del rey, el rey le dijo: "¿Por qué no viniste conmigo, Meribbaal?" 27 Respondió él: "¡Oh rey, señor mío! Mi servidor me engañó: Tu siervo le había dicho: " réjame el asno; montaré en él, y me iré con el rey", porque tu siervo es cojo. 28 Ha calumniado a tu siervo ante mi señor el rey. Pero el rey mi señor es como el Ángel de Di-s y harás lo que bien te pareciere. 29 Pues toda la familia de mi padre merecía la muerte de parte del rey mi señor , y tú, con todo, has puesto a tu siervo entre los que comen a tu mesa. ¿Qué derecho t engo yo a implorar todavía al rey?" 30 El rey le dijo: "¿Para qué vas a seguir repitiendo tus palabras? He decidido que tú y Sibá os repartáis las tierras."

31 Dijo Meribbaal al rey: "Y aun todo puede llevárselo, ya que mi señor el rey ha vuelto en paz a su casa." 32 También Barzillay de Galaad había bajado de Roguelim y había pasado el Jordán co n el rey para despedirle en el Jordán. 33 Barzillay era muy anciano; tenía ochenta años. Había proporcionado alimentos a l rey durante su estancia en Majanáyim, porque era un hombre muy rico. 34 Dijo el rey a Barzillay: "Sigue conmigo y yo te mantendré junto a mí en Yeru shalaim." 35 Pero Barzillay dijo al rey: "¿Cuántos podrán ser los años de mi vida para que su ba con el rey a Yerushalaim? 36 Ochenta años tengo. ¿Puedo hoy distinguir entre lo bueno y lo malo? Tu sierv o no llega ya a saborear lo que come o bebe, ni alcanzo ya a oír la voz de los can tores y cantoras. ¿Por qué tu siervo ha de seguir siendo una carga para el rey mi seño r? 37 Tu siervo continuará con el rey un poco más allá del Jordán, pero ¿para qué ha de co ncederme el rey tal recompensa? 38 Permite que tu siervo se vuelva para morir en mi ciudad, junto al sepulc ro de mi padre y de mi madre. Aquí está tu siervo Kimham. Que siga él con el rey mi seño r y haz con él lo que bien te parezca." 39 Dijo el rey: "Que venga Kimham conmigo; haré por él cuanto desees, y todo cu anto me pidas te lo concederé." 40 Todo el pueblo pasó el Jordán. Pasó el rey, que besó a Barzillay y le bendijo, y éste se volvió a su casa. 41 Siguió el rey hacia Guilgal y Kimham pasó con él. Iba con el rey todo el puebl o de Judá y la mitad del pueblo de Israel. 42 En esto todos los hombres de Israel fueron al rey y le dijeron: "¿Por qué nu estros hermanos, los hombres de Judá, te tienen secuestrado y han hecho pasar el J ordán al rey, a su casa y a todos los hombres de David con él?" 43 Todos los hombres de Judá respondieron a los hombres de Israel: "Porque el rey está emparentado conmigo. ¿Por qué te ha de irritar esto? ¿Hemos comido acaso a exp ensas del rey? ¿O nos hemos llevado alguna ración?" 44 Los hombres de Israel respondieron a los hombres de Judá: "Yo tengo diez p artes en el rey y además soy el primogénito. ¿Por qué me has menospreciado? ¿No hablé yo pri mero para hacer volver a mi rey?" Pero las palabras de los hombres de Judá fueron más ásperas que las de los hombres de Israel. 2 Samuel 20 1 Había allí un malvado llamado Seba, hijo de Bikrí, benjaminita, que hizo sonar el cuerno y dijo: "No tenemos parte con David, ni tenemos heredad con el hijo d e Jesé. ¡Cada uno a sus tiendas, Israel!" 2 Y todos los hombres de Israel se apartaron de David para seguir a Seba, hijo de Bikrí, mientras que los hombres de Judá se adhirieron a su rey, desde el Jor dán hasta Yerushalaim. 3 David entró en su casa de Yerushalaim; tomó el rey las diez concubinas que h abía dejado para guardar la casa y las puso bajo custodia. Proveyó a su mantenimient o, pero no se acercó a ellas y estuvieron encerradas hasta el día de su muerte, como viudas de por vida. 4 El rey dijo a Amasá: "Convócame a los hombres de Judá y preséntate aquí dentro de tres días." 5 Partió Amasá para convocar a Judá pero tardó más tiempo del señalado. 6 Entonces David dijo a Abisay: "Ahora Seba, hijo de Bikrí, nos va a hacer más mal que Absalón. Toma los veteranos de tu señor y parte en su persecución para que no alcance las ciudades fortificadas y se nos escape." 7 Salieron en pos de Abisay los hombres de Joab, los kereteos, los peleteo s y todos los valientes; salieron de Yerushalaim para perseguir a Seba, hijo de Bikrí. 8 Estaban cerca de la piedra grande que hay en Gabaón cuando Amasá se presentó a nte ellos. Vestía Joab su vestido militar y llevaba sobre él la espada, en la vaina, ceñida al costado. La espada se salió y cayó. 9 Joab dijo a Amasá: "¿Estás bien, hermano mío?" y sujetó Joab con su mano derecha l

a barba de Amasá como para besarle. 10 Amasá no se fijó en la espada que Joab tenía en su mano; y éste le hirió en el vie ntre derramando sus entrañas en tierra. No tuvo que repetir para matarle. Luego Jo ab y su hermano Abisay continuaron la persecución de Seba, hijo de Bikrí. 11 Se quedó junto a Amasá uno de los criados de Joab que decía: "Quien quiera a J oab y quien esté por David, que siga a Joab." 12 Amasá, envuelto en sangre, estaba en medio del camino; viendo el hombre qu e todo el pueblo paraba, apartó a Amasá del camino al campo, y le puso encima un ves tido, porque vio que todos los que llegaban hasta él se detenían. 13 Cuando Amasá fue apartado del camino, todos los hombres seguían en pos de Jo ab, persiguiendo a Seba, hijo de Bikrí. 14 Seba atravesó todas las tribus de Israel hacia Abel Bet Maaká, y todos los b ikritas... se habían reunido y entraron tras él. 15 Vinieron y le cercaron en Abel Bet Maaká. Alzaron junto a la ciudad un ter raplén que llegaba hasta el contramuro y todo el ejército que estaba con Joab trabaj aba para derribar el muro, haciendo zapa. 16 Entonces una mujer sagaz gritó desde la ciudad: "¡Escuchad, escuchad! Decid a Joab que se acerque aquí que quiero hablarle." 17 Se acercó él y la mujer dijo: "¿Eres tú Joab?" Respondió: "Yo soy." Ella le dijo: "Escucha las palabras de tu sierva." "Te escucho" - dijo -. 18 Ella continuó: "Antes se decía: Quien preguntare, que pregunte en Abel y en Dan si ha acabado 19 lo que han establecido los fieles de Israel. ¿Y tú estás buscando la destrucción de una ciudad, madre de ciudades en Israel? ¿Por qué quieres destruir una heredad d e Adonai?" 20 Respondió Joab: "¡Lejos, lejos de mí querer destruir y aniquilar! 21 No se trata de eso sino de un hombre de la montaña de Efraím, llamado Seba, hijo de Bikrí, que ha alzado su mano contra el rey, contra David. Entregadle en nu estras manos y me marcharé de la ciudad." Respondió la mujer a Joab: "Se te echará su cabeza por encima del muro." 22 La mujer entró en la ciudad y habló a todo el pueblo con su habitual prudenc ia. Le cortaron la cabeza a Seba, hijo de Bikrí, y se la arrojaron a Joab. Entonce s éste hizo sonar el cuerno y se alejaron de la ciudad cada uno a su tienda. Joab se volvió a Yerushalaim junto al rey. 23 Joab era jefe de todo el ejército. Benaías, hijo de Yehoyadá, era jefe de los kereteos y los peleteos. 24 Adoram era jefe de la leva, y Josafat, hijo de Ajilud, era el heraldo. 25 Seraya era secretario; Sadoq y Abiatar eran sacerdotes. 26 También Irá el yairita era sacerdote de David. 2 Samuel 21 1 En tiempo de David hubo hambre por tres años consecutivos. David consultó el rostro de Adonai y Adonai respondió: "Hay sangre sobre Saúl y sobre su casa, porque mató a los gabaonitas." 2 Llamó el rey a los gabaonitas y les dijo: (Estos gabaonitas no eran israel itas, sino uno de los residuos amorreos, a los que los israelitas habían hecho jur amento. Pero Saúl intentó exterminarlos, llevado del celo por los israelitas y Judá.) 3 Dijo, pues, David a los gabaonitas: "¿Qué debo hacer por vosotros y cómo puedo aplacaros para que bendigáis la heredad de Adonai?" 4 Le respondieron los gabaonitas: "No es para nosotros cuestión de oro ni pl ata con Saúl y su casa, ni se trata de hacer morir a nadie en Israel." El dijo: "H aré por vosotros lo que me digáis." 5 Entonces ellos dijeron al rey: "Aquel hombre nos exterminó y proyectó aniqui larnos para hacernos desaparecer de todos los términos de Israel. 6 Que se nos entreguen siete de entre sus hijos y los despeñaremos ante Adon ai en Gabaón, en el monte de Adonai." El rey dijo: "Os los entregaré." 7 Pero el rey perdonó a Meribbaal, hijo de Jonatán, hijo de Saúl, a causa del ju ramento de Adonai que había entre ellos, entre David y Jonatán, hijo de Saúl. 8 Tomó el rey a los dos hijos que Rispá, hija de Ayyá, había dado a Saúl, Armoní y Mer ibbaal, y a los cinco hijos que Merab, hija de Saúl, había dado a Adriel, hijo de Ba

rzillay de Mejolá 9 y los puso en manos de los gabaonitas que los despeñaron en el monte ante Adonai. Cayeron los siete a la vez; fueron muertos en los primeros días de la cose cha, al comienzo de la siega de la cebada. 10 Rispá, hija de Ayyá, tomó un sayal y se lo tendía sobre la roca desde el comienz o de la siega hasta que cayeron sobre ellos las lluvias del cielo; no dejaba que se pararan junto a ellos las aves del cielo por el día ni las bestias del campo p or la noche. 11 Avisaron a David lo que había hecho Rispá, hija de Ayyá, concubina de Saúl. 12 Entonces David fue a recoger los huesos de Saúl y los huesos de su hijo Jo natán, de entre los vecinos de Yabés de Galaad que los habían hurtado de la explanada de Betsán, donde los filisteos los habían colgado el día que mataron a Saúl en Gelboé; 13 subió desde allí los huesos de Saúl y los huesos de su hijo Jonatán y los reunió c on los huesos de los despeñados. 14 Sepultaron los huesos de Saúl, los de su hijo Jonatán y los de los despeñados, en tierra de Benjamín, en Selá, en el sepulcro de Quis, padre de Saúl, y ejecutaron c uanto había ordenado el rey, después de lo cual Di-s quedó aplacado con la tierra. 15 Hubo otra guerra de los filisteos contra Israel. Bajó David con sus vetera nos y atacaron a los filisteos. David estaba extenuado. 16 Había un campeón de los descendientes de Rafá; el peso de su lanza era de tres cientos siclos de bronce, ceñía una espada nueva y se dijo: "Voy a matar a David." 17 Pero acudió en su socorro Abisay, hijo de Sarvia, que hirió al filisteo y le mató. Entonces los hombres de David le conjuraron diciendo: "No vuelvas a salir a l combate con nosotros, para que no apagues la antorcha en Israel." 18 Después de esto, hubo guerra de nuevo en Gob contra los filisteos; entonce s Sibbekay, jusatita, mató a Saf, uno de los descendientes de Rafá. 19 Hubo otra guerra en Gob contra los filisteos, y Eljanán, hijo de Yaír de Belén , mató a Goliat de Gat; el asta de su lanza era como un enjullo de tejedor. 20 Hubo guerra de nuevo en Gat y había allí un hombre de gran estatura que tenía seis dedos en cada mano y seis dedos en cada pie, veinticuatro dedos en total; t ambién él descendía de Rafá. 21 Desafió éste a Israel, y Jonatán, hijo de Simá, hermano de David, le mató. 22 Estos cuatro descendían de Rafá de Gat y sucumbieron a manos de David y de s us veteranos. 2 Samuel 22 1 David dijo a Adonai las palabras de este cántico el día que le salvó Adonai de la mano de todos sus enemigos y de la mano de Saúl. 2 Dijo: Adonai, mi roca, y mi baluarte, mi liberador, 3 mi Di-s, la peña en que me amparo, mi escudo y fuerza de mi salvación, mi ci udadela y mi refugio, mi salvador que me salva de la violencia. 4 Invoco a Adonai que es digno de alabanza, y quedo a salvo de mis enemigo s. 5 Los olas de la muerte me envolvían, me espantaban las trombas de Belial, 6 los lazos del seol me rodeaban, me aguardaban los cepos de la muerte. 7 Clamé a Adonai en mi angustia, a mi Di-s invoqué, y escuchó mi voz desde su te mplo, resonó mi llamada en sus oídos. 8 La tierra fue sacudida y vaciló, las bases de los cielos retemblaron.Vacil aron bajo su furor. 9 Una humareda subió de sus narices y de su boca un fuego que abrasaba; de él salían carbones encendidos. 10 El inclinó los cielos y bajó, un espeso nublado debajo de sus pies. 11 Cabalgó sobre un querube, emprendió el vuelo, sobre las alas de los vientos planeó. 12 Se puso como tienda un cerco de tinieblas, tinieblas de las aguas, espes os nubarrones. 13 Del fulgor que le precedía se encendieron granizo y ascuas de fuego. 14 Tronó Adonai dese los cielos, lanzó el Altísimo su voz; 15 arrojó saetas y los puso en fuga, rayos fulminó y sembró derrota. 16 El fondo del mar quedó a la vista, los cimientos del orbe aparecieron ante

la increpación de Adonai, al resollar al aliento en sus narices. 17 Extiende su mano de lo alto para asirme, para sacarme de las profundas a guas. 18 Me libera de un enemigo poderoso, de mis adversarios más fuertes que yo. 19 Me aguardaban el día de mi ruina,Mas Adonai fue un apoyo para mí. 20 Me sacó a espacio abierto,Me salvó porque me amaba. 21 Adonai me recompensa conforme a mi justicia, el me paga conforme a la pureza de mis manos. 22 Porque he guardado los caminos de Adonai, y no he hecho el mal lejos de mi Di-s. 23 Porque tengo ante mí todos sus juicios, y sus preceptos no aparto de mi la do. 24 He sido ante él irreprochable, y de incurrir en culpa me he guardado. 25 Y Adonai me devuelve según mi justicia, según mi pureza que está a sus ojos. 26 Con el piadoso eres piadoso, intachable con el hombre sin tacha. 27 Con el puro eres puro, con el ladino, sagaz. 28 Tú que salvas al pueblo humilde, y abates los ojos altaneros. 29 Tú eres, Adonai, mi lámpara, mi Di-s que alumbra mis tinieblas. 30 Con tu ayuda las hordas acometo, con mi Di-s escalo la muralla. 31 Di-s es perfecto en sus caminos, la palabra de Adonai, acrisolada, él es e l escudo de cuantos a él se acogen. 32 Pues ¿quién es Di-s, fuera de Adonai? ¿Quién Roca, sino sólo nuestro Di-s? 33 El Di-s que me ciñe de fuerza y hace mi camino irreprochable. 34 Que hace mis pies como de ciervas, y en las alturas me sostiene en pie. 35 El que mis manos para el combate adiestra, y mis brazos para tensar arco s de bronce. 36 Tú me das tu escudo salvador, multiplicas tus respuestas favorables 37 Mis pasos ensanchas ante mí; no se tuercen mis tobillos. 38 Persigo a mis enemigos, los deshago, no vuelvo hasta haberlos acabado. 39 Los quebranto, no pueden levantarse, sucumben debajo de mis pies. 40 Para el combate de fuerza me ciñes, doblegas bajo mí a mis agresores, 41 a mis enemigos haces dar la espada, extermino a los que me odian. 42 Claman, mas no hay salvador, a Adonai, y no les responde. 43 Los machaco como polvo de la tierra, como al barro de las calles los pis o. 44 De las querellas de mi pueblo me libras. me pones a la cabeza de las gen tes, pueblos que no conocía me sirven. 45 Los hijos de extranjeros me adulan, son todo oídos, me obedecen. 46 Los hijos de extranjeros desmayan, y dejan temblando sus refugios. 47 ¡Viva Adonai bendita sea mi Roca, el Di-s de mi salvación sea ensalzado! 48 El Di-s que la venganza me concede y abate los pueblos a mis plantas. 49 Tú me libras de mis enemigos, me exaltas sobre mis agresores, y del hombre violento me salvas. 50 Por eso, Adonai, quiero alabarte entre los pueblos y cantar tu nombre. 51 El hace grandes las victorias de su rey y muestra su amor a su ungido, a David y su linaje para siempre. 2 Samuel 23 1 Estas son las últimas palabras de David: Oráculo de David, hijo de Jesé, oráculo del hombre puesto en alto, el ungido del Di-s de Jacob, el suave salmista de Is rael: 2 El espíritu de Adonai habla por mí, su palabra está en mi lengua. 3 El Di-s de Jacob ha hablado, me ha dicho la Roca de Israel.El justo que gobierna a los hombres, que gobierna en el temor de Di-s, 4 como luz matinal al romper el sol en una mañana sin nubes, haciendo brilla r tras la lluvia el césped de la tierra. 5 Pues firme ante Di-s está mi casa, porque ha hecho conmigo un pacto sempit erno, en todo ordenado y custodiado.El hará germinar toda mi salud y todo mi deseo .

6 Como espinas del desierto todos los malvados, que no son recogidos con l a mano. 7 Nadie los toca si no es con hierro o el fuste de una lanza para ser cons umidos por el fuego. 8 Estos son los nombres de los valientes de David:Isbaal el jakmonita, el primero de los tres; fue el que blandió su lanza e hizo ochocientas víctimas de una sola vez. 9 Después de él, Eleazar, hijo de Dodó, ajojita, uno de los tres héroes. Estaba co n David en Pas Dammim cuando los filisteos se concentraron para presentar batall a y los hombres de Israel retrocedían. 10 El se mantuvo firme y atacó a los filisteos hasta que se le crispó la mano y se le quedó pegada a la espada; aquel día obró Adonai una gran victoria; el ejército vo lvió sobre sus pasos, pero sólo para apoderarse de los despojos. 11 Después de él, Sammá, hijo de Elá, hararita. Los filisteos se habían concentrado e n Lejí. Había allí una pieza toda de lentejas. El ejército huyó ante los filisteos. 12 Pero él se puso en medio de la pieza, la defendió y batió a los filisteos. Ado nai obró una gran victoria. 13 Tres de los Treinta bajaron al tiempo de la cosecha y llegaron donde Dav id a la caverna de Adullam, cuando un destacamento filisteo estaba acampado en e l valle de los Refaím. 14 David estaba en el refugio y había en Belén un puesto de filisteos. 15 David expresó este deseo: "¡Quién me diera a beber agua de la cisterna que hay a la puerta de Belén!" 16 Rompieron entonces los Tres héroes por el campamento de los filisteos y sa caron agua de la cisterna que hay a la puerta de Belén, se la llevaron y la ofreci eron a David, pero él no quiso beberla, sino que la derramó como libación a Adonai, 17 diciendo: "¡Líbreme Adonai de hacer tal cosa! ¡Es la sangre de los hombres que han ido exponiendo su vida!" Y no quiso beberla. - Estas cosas hicieron los Tre s héroes. 18 Abisay, hermano de Joab, e hijo de Sarvia, era jefe de los Treinta; fue el que blandió su lanza contra trescientos hombres y conquistó renombre entre los Tr einta. 19 Fue el más afamado de los Treinta, llegando a ser su capitán, pero no igualó a los Tres. 20 Benaías, hijo de Yehoyadá, hombre valeroso y pródigo en hazañas, de Cabseel, fue el que mató a los dos héroes de Moab; el que bajó y mató al león dentro del pozo, un día de nieve. 21 Mató también a un egipcio de gran estatura; tenía el egipcio una lanza en su m ano, pero él bajó a su encuentro con un bastón, arrancó la lanza de la mano del egipcio y con su misma lanza le mató. 22 Esto hizo Benaías, hijo de Yehoyadá, y se granjeó renombre entre los Treinta v alientes. 23 Fue más ilustre que los Treinta pero no igualó a los Tres. David le hizo jef e de su guardia personal. 24 Asahel, hermano de Joab, estaba entre los Treinta.Eljanán, hijo de Dodó, de Belén. 25 Sammá, de Jarod.Elicá, de Jarod. 26 Jeles, de Bet Pélet.Irá, hijo de Iqques, de Técoa. 27 Abiezer, de Anatot.Sibbekay, de Jusá. 28 Salmón, de Ajoj.Majray, de Netofá. 29

34 35

Jeled, hijo de Baaná, de Netofá.Ittay, hijo de Ribay, de Guibeá de Benjamín. 30 Benaías, de Piratón.Hidday, de los torrentes de Gaás. 31 Abibaal, de Bet Haarabá.Azmávet de Bajurim. 32 Elyajbá, de Saalbón.Yasén, de Guizón.Jonatán, 33 hijo de Sammá, de Harar.Ajiam, hijo de Sarar, de Harar. Elifélet, hijo de Ajasbay, de Bet Maaká.Eliam, hijo de Ajitófel, de Guiló. Jesray, de Carmelo.Paaray, de Arab.

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Yigal, hijo de Natán, de Sobá.Baní, de Gad.

37 38 39

Séleq el ammonita.Najray, de Beerot, escudero de Joab, hijo de Sarvia. Irá, de Yattir.Gareb, de Yattir. Urías el hitita.En total, 37.

2 Samuel 24 1 Se encendió otra vez la ira de Adonai contra los israelitas e incitó a David contra ellos diciendo: "Anda, haz el censo de Israel y de Judá." 2 El rey dijo a Joab y a los jefes del ejército que estaban con él: "Recorre t odas las tribus de Israel desde Dan hasta Berseba y haz el censo para que yo sep a la cifra de la población." 3 Joab respondió al rey: "Que Adonai tu Di-s multiplique el pueblo cien vece s más de lo que es y que los ojos de mi señor el rey lo vean. Mas ¿para qué quiere esto mi señor el rey?" 4 Pero prevaleció la orden del rey sobre Joab y los jefes del ejército y salió J oab con los jefes del ejército de la presencia del rey para hacer el censo del pue blo de Israel. 5 Pasaron el Jordán y comenzaron por Aroer, la ciudad que está en medio del va lle, y por Gad hasta Yazer. 6 Fueron luego a Galaad y al país de los hititas, a Cadés. Llegaron hasta Dan y desde Dan doblaron hacia Sidón. 7 Llegaron hasta la fortaleza de Tiro y todas las ciudades de los jivitas y cananeos, saliendo finalmente al Négueb de Judá, a Berseba. 8 Recorrieron así todo el país y al cabo de nueve meses y veinte días volvieron a Yerushalaim. 9 Joab entregó al rey la cifra del censo del pueblo. Había en Israel 800.000 h ombres de guerra capaces de manejar las armas; en Judá había 500.000 hombres. 10 Después de haber hecho el censo del pueblo, le remordió a David el corazón y d ijo David a Adonai: "He cometido un gran pecado. Pero ahora, Adonai, perdona, te ruego, la falta de tu siervo, pues he sido muy necio." 11 Cuando David se levantó por la mañana, le había sido dirigida la palabra de Ad onai al profeta Gad, vidente de David, diciendo: 12 "Anda y di a David: Así dice Adonai: Tres cosas te propongo; elije una de ellas y la llevaré a cabo." 13 Llegó Gad donde David y le anunció: "¿Qué quieres que te venga, tres años de gran hambre en tu país, tres meses de derrotas ante tus enemigos y que te persigan, o t res días de peste en tu tierra? Ahora piensa y mira qué debo responder al que me envía ." 14 David respondió a Gad: "Estoy en grande angustia. Pero caigamos en manos d e Adonai que es grande su misericordia. No caiga yo en manos de los hombres." 15 Y David eligió la peste para sí. Eran los días de la recolección del trigo. Adon ai envió la peste a Israel desde la mañana hasta el tiempo señalado y murieron 70.000 hombres del pueblo, desde Dan hasta Berseba. 16 El ángel extendió la mano hacia Yerushalaim para destruirla, pero Adonai se arrepintió del estrago y dijo al ángel que exterminaba el pueblo: "¡Basta ya! Retira t u mano." El ángel de Adonai estaba entonces junto a la era de Arauná el jebuseo. 17 Cuando David vio al ángel que hería al pueblo, dijo a Adonai: "Yo fui quien pequé, yo cometí el mal, pero estas ovejas ¿qué han hecho? Caiga, te suplico, tu mano so bre mí y sobre la casa de mi padre." 18 Vino Gad aquel día donde David y le dijo: "Sube y levanta un altar a Adona i en la era de Arauná el jebuseo." 19 David subió, según la palabra de Gad, como había ordenado Adonai. 20 Miró Arauná y vio al rey y a sus servidores que venían hacia él. Entonces Arauná s alió y se postró rostro en tierra ante el rey. 21 Y dijo Arauná: "¿Cómo mi señor el rey viene a su siervo?" David respondió: "Vengo a comprarte la era para levantar un altar a Adonai y detener la plaga del pueblo ." 22 Arauná dijo a David: "Que el rey mi señor tome y ofrezca lo que bien le pare zca. Mira los bueyes para el holocausto, los trillos y los yugos de los bueyes p ara leña. 23 El siervo de mi señor el rey da todo esto al rey." Y Arauná dijo al rey: "Qu

e Adonai tu Di-s te sea propicio." 24 Pero el rey dijo a Arauná: "No; quiero comprártelo por su precio, no quiero ofrecer a Adonai mi Di-s holocaustos de balde." Y David compró la era y los bueyes por cincuenta siclos de plata. 25 Levantó allí David un altar a Adonai y ofreció holocaustos y sacrificios de co munión. Entonces Adonai atendió a las súplicas en favor de la tierra y la peste se apa rtó de Israel.

1 Reyes 1 1 Era ya viejo el rey David y entrado en años; le cubrían con vestidos pero no entraba en calor. 2 Sus servidores le dijeron: "Que se busque para mi señor el rey una joven v irgen que sirva al rey, y le atienda; que duerma en tu seno y dé calor a mi señor el rey." 3 Se buscó una muchacha hermosa por todos los términos de Israel y encontraron a Abisag la sunamita, y la llevaron al rey. 4 La joven era extraordinariamente bella; cuidaba y servía al rey, pero el r ey no la conoció. 5 Mientras tanto Adonías, hijo de Jagguit, se gloriaba diciendo: "Yo seré rey. " Se había hecho con un carro y hombres de carro y cincuenta hombres que corrían ant e él. 6 Nunca en su vida le había disgustado su padre diciendo: "¿Por qué haces esto?" Era de muy hermosa presencia y había nacido después de Absalón. 7 Se entendía con Joab, hijo de Sarvia, y con el sacerdote Abiatar, que apoy aban a Adonías. 8 Pero el sacerdote Sadoq, Benaías, hijo de Yehoyadá, el profeta Natán, Semeí, Reí y los valientes de David no estaban con Adonías. 9 Adonías hizo un sacrificio de ovejas, bueyes y vacas cebadas en la Piedra de Zojélet, que está junto a la fuente de Roguel, e invitó a todos sus hermanos, los h ijos del rey, y a todos los hombres de Judá, servidores del rey, 10 pero no invitó al profeta Natán ni a Benaías ni a los valientes ni a Salomón su hermano. 11 Dijo Natán a Betsabé, madre de Salomón: "¿No has oído que Adonías, hijo de Jagguit, se hace el rey sin saberlo David nuestro señor? 12 Ahora voy a darte un consejo para que salves tu vida y la vida de tu hij o Salomón. 13 Vete y entra donde el rey David y dile: "Acaso tú, rey mi señor, no has jura do a tu sierva: Salomón tu hijo reinará después de mí y él se sentará en mi trono? ¿Pues por ué Adonías se hace el rey?" 14 Y mientras estés tú allí hablando con el rey, entraré yo detrás de ti y completaré t us palabras." 15 Entró Betsabé donde el rey, en la alcoba; el rey era muy anciano, y Abisag l a sunamita servía al rey . 16 Arrodillóse Betsabé y se postró ante el rey; el rey dijo: "¿Qué te pasa?" 17 Ella le dijo: "Mi señor, tú has jurado a tu sierva por Adonai tu Di-s: "Salo món tu hijo reinará después de mí y él se sentará en mi trono." 18 Pero ahora es Adonías el que se hace el rey, sin que tú, mi señor el rey, lo s epas. 19 Ha sacrificado bueyes, vacas cebadas y ovejas en abundancia, invitando a todos los hijos del rey, al sacerdote Abiatar y a Joab, jefe del ejército, pero n o ha invitado a tu siervo Salomón. 20 Ahora, mi señor el rey, los ojos de todo Israel te miran para que les indi ques quién ha de sentarse en el trono de mi señor el rey, después de él. 21 Y ocurrirá que, cuando mi señor el rey se acueste con sus padres, yo y mi hi jo Salomón seremos tratados como culpables." 22 Estaba ella hablando con el rey cuando llegó el profeta Natán.

23 Avisaron al rey: "Está aquí el profeta Natán." Entró donde el rey y se postró sobr e su rostro en tierra ante el rey. 24 Dijo Natán: "Rey mi señor: ¿es que tú has dicho: "Adonías reinará después de mí y él que se siente sobre mi trono?" 25 Porque ha bajado hoy a sacrificar bueyes, vacas cebadas y ovejas en abun dancia, invitando a todos los hijos del rey, a los jefes del ejército y al sacerdo te Abiatar; están ahora comiendo y bebiendo en su presencia y gritan: "Viva el rey Adonías." 26 Pero yo, tu siervo, y el sacerdote Sadoq y Benaías, hijo de Yehoyadá, y tu s iervo Salomón no hemos sido invitados. 27 ¿Es que viene esto de orden de mi señor el rey, y no has dado a conocer a tu s siervos quién se sentará después de él en el trono de mi señor el rey?" 28 El rey David respondió diciendo: "Llamadme a Betsabé." Entró ella donde el rey y se quedó ante él. 29 El rey hizo este juramento: "Vive Adonai que libró mi alma de toda angusti a, 30 que como te juré por Adonai, Di-s de Israel, diciendo: Salomón tu hijo reina rá después de mí, y él se sentará sobre mi trono en mi lugar, así lo haré hoy mismo." 31 Se arrodilló Betsabé rostro en tierra, se postró ante el rey y dijo: "Viva por siempre mi señor el rey David." 32 Dijo el rey David: "Llamadme al sacerdote Sadoq, al profeta Natán y a Benaía s, hijo de Yehoyadá." Y entraron a presencia del rey. 33 El rey les dijo: "Tomad con vosotros a los veteranos de vuestro señor, hac ed montar a mi hijo Salomón sobre mi propia mula y bajadle a Guijón. 34 El sacerdote Sadoq y el profeta Natán le ungirán allí como rey de Israel, toca réis el cuerno y gritaréis: "Viva el rey Salomón." 35 Subiréis luego detrás de él, y vendrá a sentarse sobre mi trono y él reinará en mi l ugar, porque le pongo como caudillo de Israel y Judá." 36 Benaías, hijo de Yehoyadá, respondió al rey: "Amén. Así habla Adonai, Di-s de mi s eñor el rey. 37 Como ha estado Adonai con mi señor el rey, así esté con Salomón y haga su trono más grande que el trono de mi señor el rey David." 38 Bajaron el sacerdote Sadoq, el profeta Natán, Benaías, hijo de Yehoyadá, los k ereteos y los peleteos, e hicieron montar a Salomón sobre la mula del rey David y le llevaron a Guijón. 39 El sacerdote Sadoq tomó de la Tienda el cuerno del aceite y ungió a Salomón, t ocaron el cuerno y todo el pueblo gritó: "Viva el rey Salomón." 40 Subió después todo el pueblo detrás de él; la gente tocaba las flautas y manifes taba tan gran alegría que la tierra se hendía con sus voces. 41 Lo oyó Adonías y todos los invitados que con él estaban cuando habían acabado de comer; oyó Joab el sonido del cuerno y dijo: "¿Por qué este ruido de la ciudad albor otada?" 42 Estaba todavía hablando cuando llegó Jonatán, hijo del sacerdote Abiatar; y Ad onías le dijo: "Ven, pues eres un hombre valeroso y traerás buenas noticias." 43 Jonatán respondió a Adonías: "Todo lo contrario. Nuestro señor el rey David ha p roclamado rey a Salomón. 44 El rey ha enviado con él al sacerdote Sadoq, al profeta Natán, a Benaías, hijo de Yehoyadá, a los kereteos y peleteos, y le han hecho montar sobre la mula del r ey. 45 El sacerdote Sadoq y el profeta Natán le han ungido rey en Guijón; han subid o de allí llenos de gozo; la ciudad está alborotada; y ése es el tumulto que habéis oído. 46 Más aún, Salomón se ha sentado en el trono real, 47 y los servidores del rey han ido a felicitar a nuestro rey David diciend o: Que tu Di-s haga el nombre de Salomón más dichoso que tu propio nombre y haga su trono más grande que tu trono. El rey se ha prosternado en su lecho, 48 y ha dicho así: "Bendito Adonai, Di-s de Israel, que ha permitido que un d escendiente mío se siente hoy sobre mi trono y que mis ojos lo vean."" 49 Todos los invitados que estaban con Adonías temieron y, levantándose, se fue ron cada uno por su camino. 50 Adonías tuvo miedo de Salomón; se levantó y se fue y se agarró a los cuernos del

altar. 51 Avisaron a Salomón: "Mira que Adonías tiene miedo del rey Salomón y se ha agar rado a los cuernos del altar diciendo: Que el rey Salomón me jure desde hoy que su servidor no morirá a espada." 52 Dijo Salomón: "Si es hombre honrado, no caerá en tierra ni uno de sus cabell os, pero si se halla maldad en él, morirá." 53 El rey Salomón mandó que lo bajaran de junto al altar; entró y se postró ante el rey Salomón, y Salomón le dijo: Vete a tu casa." 1 Reyes 2 1 Cuando se acercaron los días de la muerte de David, dio órdenes a su hijo Sa lomón: 2 "Yo me voy por el camino de todos. Ten valor y sé hombre. 3 Guarda las observancias de Adonai tu Di-s, yendo por su camino, observan do sus preceptos, sus órdenes, sus sentencias y sus instrucciones, según está escrito en la ley de Moisés, para que tengas éxito en cuanto hagas y emprendas. 4 Para que Adonai cumpla la promesa que me hizo diciendo: "Si tus hijos gu ardan su camino para andar en mi presencia con fidelidad, con todo su corazón y t oda su alma, ninguno de los tuyos será arrancado de sobre el trono de Israel." 5 También sabes lo que me hizo Joab, hijo de Sarvia, lo que hizo a los dos j efes de los ejércitos de Israel: a Abner, hijo de Ner, y a Amasá, hijo de Yéter, que l os mató y derramó en la paz sangre de guerra; ha puesto sangre inocente en el cinturón de mi cintura y en la sandalia de mis pies. 6 Harás según tu prudencia y no dejarás bajar en paz sus canas al seol. 7 Tratarás con benevolencia a los hijos de Barzillay de Galaad y estarán entre los que comen a tu mesa, porque también ellos se acercaron a mí cuando yo huía ante t u hermano Absalón. 8 Ahí tienes contigo a Semeí, hijo de Guerá, el benjaminita de Bajurim, que me l anzó atroces maldiciones el día que yo iba a Majanáyim; pero bajó a mi encuentro al Jordán y le juré por Adonai: No te mataré a espada. 9 Pero tú no le dejarás impune, pues eres hombre avisado y sabes qué tienes que hacer para que sus canas bajen en sangre al seol." 10 David se acostó con sus padres y le sepultaron en la Ciudad de David. 11 David reinó sobre Israel cuarenta años; reinó en Hebrón siete años; reinó en Yerusha laim 33 años. 12 Salomón se sentó en el trono de David su padre y el reino se afianzó sólidamente en su mano. 13 Adonías, hijo de Jagguit, fue donde Betsabé, madre de Salomón. Ella dijo: "¿Es d e paz tu venida?" Respondió: " De paz." 14 Y añadió: "Quiero hablarte." Ella dijo: "Habla." 15 El dijo: "Sabes bien que la realeza me pertenecía y que todos los israelit as habían vuelto hacia mí sus rostros para que yo reinara; pero la realeza se volvió y fue para mi hermano, pues de Adonai le ha venido. 16 Ahora quiero pedirte una sola cosa, no me la niegues." Ella le dijo: "Ha bla." 17 Dijo: "Habla, por favor, al rey Salomón, que no te rechazará, para que me dé a Abisag la sunamita por mujer." 18 Betsabé contestó: "Está bien. Hablaré al rey Salomón por ti." 19 Entró Betsabé donde el rey Salomón para hablarle acerca de Adonías. Se levantó el rey, fue a su encuentro y se postró ante ella, y se sentó después en su trono; pusier on un trono para la madre del rey y ella se sentó a su diestra. 20 Ella dijo: "Tengo que hacerte una pequeña petición, no me la niegues." Dijo el rey: "Pide, madre mía, porque no te la negaré." 21 Ella dijo: "Que se dé Abisag la sunamita por mujer a tu hermano Adonías." 22 El rey Salomón respondió a su madre: "¿Por qué pides tú a Abisag la sunamita para Adonías? Pues ya pide el reino para él, pues es mi hermano mayor y tiene de su parte al sacerdote Abiatar y a Joab, hijo de Sarvia." 23 Y el rey Salomón juró por Adonai: "Esto me haga Di-s y esto me añada, si Adonías no ha dicho esta palabra a costa de su vida. 24 Y ahora, por Adonai que me ha confirmado y me ha hecho sentar en el tron

o de David mi padre, y le ha dado una casa como había prometido, que hoy mismo mor irá Adonías." 25 El rey Salomón encargó de ello a Benaías, hijo de Yehoyadá, que le hirió y murió. 26 Dijo el rey al sacerdote Abiatar: "Vete a Anatot, a tus tierras, porque eres reo de muerte, pero no quiero hacerte morir hoy porque llevaste el arca de mi Señor Adonai en presencia de mi padre David y te afligiste con todas las aflic ciones de mi padre." 27 Y expulsó Salomón a Abiatar del sacerdocio de Adonai cumpliendo la palabra q ue Adonai pronunció contra la casa de Elí en Silo. 28 Llegó la noticia a Joab; como Joab se había inclinado por Adonías, aunque no s e había inclinado por Absalón, se refugió Joab en la Tienda de Adonai y se agarró a los cuernos del altar. 29 Avisaron al rey Salomón: "Joab se ha refugiado en la Tienda de Adonai y es tá al lado del altar." Envió Salomón a decir a Joab: "¿Qué te sucede, que te refugias en e l altar?" Respondió Joab: "He tenido miedo de ti y me he refugiado junto a Adonai. " Envió Salomón a Benaías, hijo de Yehoyadá, con esta orden: "Vete y mátale." 30 Entró Benaías en la Tienda de Adonai y le dijo: "Así dice el rey: Sal." Respon dió: "No. Moriré aquí." Benaías llevó la respuesta al rey diciendo: "Esto ha dicho Joab y esto me ha respondido." 31 El rey le dijo: "Haz como él dijo. Mátale y sepúltale, y apartarás de sobre mí y d e sobre la casa de mi padre la sangre inocente que derramó Joab. 32 Adonai hará recaer su sangre sobre su cabeza porque ha matado dos hombres más justos y mejores que él, matándolos a espada sin saberlo mi padre, a Abner, hijo d e Ner, jefe del ejército de Israel, y a Amasá, hijo de Yéter, jefe del ejército de Judá. 33 Que su sangre caiga sobre la cabeza de Joab y de su descendencia para si empre, y que David y su descendencia, su casa y su trono tengan paz para siempr e de parte de Adonai." 34 Subió Benaías, hijo de Yehoyadá, hirió a Joab y le mató y le sepultó en su casa en e l desierto. 35 El rey puso en su lugar al frente del ejército a Benaías, hijo de Yehoyadá, y puso el rey al sacerdote Sadoq en el puesto de Abiatar. 36 Envió el rey a llamar a Semeí y le dijo: "Hazte una casa en Yerushalaim y vi ve en ella y no salgas ni acá ni allá. 37 El día que salgas y cruces el torrente Cedrón ten por sabido que sin remedio morirás y tu sangre caerá sobre tu cabeza." 38 Semeí dijo al rey: "Tu palabra es buena. Como ha dicho mi señor el rey, así ha rá su siervo." Semeí habitó en Yerushalaim mucho tiempo. 39 Al cabo de tres años, dos de los siervos de Semeí huyeron a donde Akís, hijo d e Maaká, rey de Gat; avisaron a Semeí: "Mira, tus siervos están en Gat." 40 Se levantó Semeí, aparejó su asno y se fue a Gat, donde Akís, para buscar a sus siervos; fue Semeí y trajo a sus siervos de Gat. 41 Avisaron a Salomón: "Semeí ha ido de Yerushalaim a Gat y ha vuelto." 42 Mandó el rey llamar a Semeí y le dijo: "¿Acaso no te hice jurar por Adonai y t e advertí: El día que salgas para ir acá o allá ten por sabido que sin remedio morirás y tú me has dicho: Buena es la palabra que he oído? 43 ¿Por qué no has guardado el juramento de Adonai y la orden que te di?" 44 Dijo el rey a Semeí: "Tú sabes todo el mal que hiciste a David mi padre; Ado nai hace caer todo tu mal sobre tu cabeza, 45 mientras el rey Salomón será bendito y el trono de David permanecerá ante Adon ai para siempre." 46 Dio orden el rey a Benaías, hijo de Yehoyadá, que salió e hirió a Semeí; éste murió. el reino se consolidó en las manos de Salomón. 1 Reyes 3 1 Salomón fue yerno de Faraón, rey de Egipto; tomó la hija de Faraón y la llevó a la Ciudad de David, mientras terminaba de construir su casa, la casa de Adonai y l a muralla en torno a Yerushalaim. 2 Con todo, el pueblo ofrecía sacrificios en los altos, porque en aquellos día s no había sido aún construida una casa para el Nombre de Adonai. 3 Salomón amaba a Adonai y andaba según los preceptos de David su padre, pero

ofrecía sacrificios y quemaba incienso en los altos. 4 Fue el rey a Gabaón para ofrecer allí sacrificios, porque aquel es el alto p rincipal. Salomón ofreció mil holocaustos en aquel altar. 5 En Gabaón Adonai se apareció a Salomón en sueños por la noche. Dijo Di-s: "Pídeme lo que quieras que te dé." 6 Salomón dijo: "Tú has tenido gran amor a tu siervo David mi padre, porque él h a caminado en tu presencia con fidelidad, con justicia y rectitud de corazón conti go. Tú le has conservado este gran amor y le has concedido que hoy se siente en s u trono un hijo suyo. 7 Ahora Adonai mi Di-s, tú has hecho rey a tu siervo en lugar de David mi pa dre, pero yo soy un niño pequeño que no sabe salir ni entrar. 8 Tu siervo está en medio del pueblo que has elegido, pueblo numeroso que no se puede contar ni numerar por su muchedumbre. 9 Concede, pues, a tu siervo, un corazón que entienda para juzgar a tu puebl o, para discernir entre el bien y el mal, pues ¿quién será capaz de juzgar a este pueb lo tuyo tan grande?" 10 Plugo a los ojos del Señor esta súplica de Salomón, 11 y le dijo Di-s: "Porque has pedido esto y, en vez de pedir para ti larga vida, riquezas, o la muerte de tus enemigos, has pedido discernimiento para sab er juzgar, 12 cumplo tu ruego y te doy un corazón sabio e inteligente como no lo hubo an tes de ti ni lo habrá después. 13 También te concedo lo que no has pedido, riquezas y gloria, como no tuvo n adie entre los reyes. 14 Si andas por mis caminos, guardando mis preceptos y mis mandamientos, co mo anduvo David tu padre, yo prolongaré tus días." 15 Se despertó Salomón y era un sueño. Entró en Yerushalaim y se puso delante del a rca de la alianza del Señor; ofreció holocaustos y sacrificios de comunión y dio un ba nquete a todos sus servidores. 16 Vinieron por entonces al rey dos prostitutas y se presentaron ante él. 17 Una de las mujeres dijo: "Oyeme, mi señor. Yo y esta mujer vivíamos en una m isma casa, y yo he dado a luz, estando ella conmigo en la casa. 18 A los tres días de mi alumbramiento, también dio a luz esta mujer; estábamos j untas, no había ningún extraño con nosotras en la casa, fuera de nosotras dos. 19 El hijo de esa mujer murió una noche, porque ella se había acostado sobre él. 20 Se levantó ella durante la noche y tomó a mi hijo de mi lado, mientras tu si erva dormía, y lo acostó en su regazo, y a su hijo muerto lo acostó en mi regazo. 21 Cuando me levanté por la mañana para dar de mamar a mi hijo, lo hallé muerto; pero fijándome en él por la mañana vi que no era mi hijo, el que yo había dado a luz." 22 La otra mujer dijo: "No, todo lo contrario, mi hijo es el vivo y tu hijo es el muerto." Pero la otra replicó: "No; tu hijo es el muerto y mi hijo es el vi vo." Y discutían delante del rey. 23 Dijo el rey: "Esta dice: "Mi hijo es éste, el vivo, y tu hijo es el muerto ." Pero la otra dice: "No, tu hijo es el muerto, y mi hijo es el vivo." 24 Dijo el rey: "Traedme una espada." Llevaron una espada ante el rey. 25 Dijo el rey: "Partid en dos al niño vivo y dad una mitad a una y otra a la otra". 26 La mujer de quien era el niño vivo habló al rey, porque sus entrañas se conmov ieron por su hijo, y dijo: "Por favor, mi señor, que le den el niño vivo y que no le maten." Pero la otra dijo: "No será ni para mí ni para ti: que lo partan." 27 Respondió el rey: "Entregad a aquélla el niño vivo y no le matéis; ella es la ma dre." 28 Todo Israel oyó el juicio que hizo el rey y reverenciaron al rey, pues vie ron que había en él una sabiduría divina para hacer justicia. 1 Reyes 1 2 ote; 3

4 El rey Salomón fue rey de todo Israel, y estos fueron los jefes, que estaban con él: Azarías, hijo de Sadoq, sacerd Elihaf y Ajías, hijos de Seraya, secretarios;Josafat, hijo de Ajilud, hera

ldo; 4 (Benaías, hijo de Yehoyadá, jefe del ejército;Sadoq y Abiatar, sacerdotes); 5 Azarías, hijo de Natán, jefe de los gobernadores;Zabud, hijo de Natán, amigo d el rey 6 Ajisur mayordomo;Eliab, hijo de Joab, jefe del ejército;Adoram hijo de Abdá, encargado de las levas. 7 Salomón tenía doce gobernadores sobre todo Israel que proveían al rey y a su c asa; cada uno proveía un mes del año. 8 Estos eran sus nombres: hijo de Jur, en la montaña de Efraím. 9 ... hijo de Dequer, en Mahás, Saalbim, Bet Semes, Ayyalón, hasta Bet Janán. 10 ... hijo de Jésed, en Arubbot; tenía Soko y toda la tierra de Jéfer. 11 hijo de Abinadab: todo el distrito de Dor. Tabaat, hija de Salomón, fue su mujer. 12 ... Baaná, hijo de Ajilud, en Tanak y Meguiddó hasta más allá de Yoqmeam, y sobr e todo Bet Seán, por debajo de Yizreel, desde Bet Seán hasta Abel Mejolá, que está hacia Sartán. 13 ... hijo de Guéber, en Ramot de Galaad; tenía los aduares de Yaír, hijo de Man asés, que están en Galaad; tenía la región de Argob en el Basán, sesenta ciudades fortific adas, amuralladas y con cerrojos de bronce. 14 Ajinadab, hijo de Iddó, en Majanáyim. 15 Ajimaas en Neftalí; también se casó con una hija de Salomón, llamada Basmat. 16 Baaná, hijo de Jusay, en Aser y las subidas. 17 Josafat, hijo de Paruaj, en Isacar. 18 Semeí, hijo de Elá, en Benjamín. 19 Guéber, hijo de Urí, en la tierra de Gad, el país de Sijón, rey de los amorreos, y de Og, rey de Basán. Y había, además, un gobernador que estaba en el país. 20 Judá e Israel eran numerosos como la arena en la orilla del mar, y comían, b ebían y se alegraban. 1 Reyes 5 1 Salomón dominaba todos los reinos, desde el Río hasta el país de los filisteos y hasta la frontera de Egipto. Pagaban tributo y servían a Salomón todos los días de su vida. 2 Los víveres de Salomón eran treinta cargas de flor de harina y sesenta carga s de harina cada día, 3 diez bueyes cebados y veinte bueyes de pasto, cien cabezas de ganado men or, aparte los ciervos y gacelas, gamos y las aves cebadas. 4 Porque dominaba en toda la Transeufratina, desde Tafsaj hasta Gaza, sobr e todos los reyes de más acá del Río; tuvo paz en torno a todas sus fronteras. 5 Judá e Israel vivieron en seguridad, cada uno bajo su parra y bajo su higu era, desde Dan hasta Berseba, todos los días de Salomón. 6 Tenía Salomón 4.000 establos de caballos para sus carros y 12.000 caballos. 7 Los gobernadores proveían un mes cada uno al rey Salomón y a todos los que s e acercaban a la mesa de Salomón, de modo que nada les faltara. 8 Llevaban la cebada y la paja para los caballos y los animales de tiro al lugar donde él estaba, cada uno según su turno. 9 Di-s concedió a Salomón sabiduría e inteligencia muy grandes y un corazón tan di latado como la arena de la orilla del mar. 10 La sabiduría de Salomón era mayor que la sabiduría de todos los hijos de Orien te y que toda la sabiduría de Egipto. 11 Fue más sabio que hombre alguno, más que Etán el ezrajita, que Hemán, Kalkol y D ardá, hijos de Majol; su nombre se extendió por todos los pueblos circunvecinos. 12 Pronunció 3.000 parábolas y proverbios, y sus cánticos fueron 1.005. 13 Habló sobre las plantas, desde el cedro del Líbano hasta el hisopo que brota en el muro; habló de los cuadrúpedos, de las aves, de los reptiles y de los peces. 14 Venían de todos los pueblos para oír la sabiduría de Salomón, y de parte de todo s los reyes de la tierra que tuvieron noticia de su sabiduría. 15 Jiram, rey de Tiro, envió sus servidores a Salomón, porque oyó que había sido un gido rey en lugar de su padre, y Jiram fue siempre amigo de David. 16 Salomón envió a decir a Jiram:

17 "Sabes bien que mi padre David no pudo edificar una Casa al Nombre de Ad onai su Di-s a causa de las guerras en que sus enemigos le envolvieron hasta que Adonai los puso bajo la planta de sus pies. 18 Al presente, Adonai mi Di-s me ha concedido paz por todos lados. No hay adversario ni maldad. 19 Ahora me he propuesto edificar una Casa al Nombre de Adonai mi Di-s según lo que Adonai dijo a David mi padre: "El hijo tuyo que yo colocaré en tu lugar so bre tu trono edificará una Casa a mi Nombre." 20 Así pues, ordena que se corten para mí cedros del Líbano. Mis servidores estarán con tus servidores: te pagaré como salario de tus servidores todo lo que me digas , pues tú sabes que no hay nadie entre nosotros que sepa talar los árboles como los sidonios." 21 Cuando Jiram oyó las palabras de Salomón se alegró mucho y dijo: "Bendito sea hoy Adonai, pues ha dado a David un hijo sabio para jefe de este pueblo numeroso ." 22 Jiram envió a decir a Salomón: "He oído lo que me enviaste a decir. Yo haré cuan to deseas en madera de cedro y de ciprés. 23 Mis siervos los bajarán desde el Líbano hasta el mar, y yo los pondré en balsa s y los llevaré al lugar a que me mandes; allí se soltarán y tú los cargarás, y por tu pa rte harás según mi deseo dando víveres a mi casa." 24 Jiram dio a Salomón toda la madera de cedro y ciprés que deseaba. 25 Salomón dio a Jiram 20.000 cargas de trigo para la manutención de su casa y 20.000 medidas de oliva molida. Esto daba Salomón a Jiram cada año. 26 Adonai dio sabiduría a Salomón, como se lo había prometido, y hubo paz entre J iram y Salomón pactando una alianza entrambos. 27 Hizo el rey Salomón una leva en todo Israel; la leva fue de 30.000 hombres . 28 Los envió al Líbano, 10.000 cada mes, por turnos; un mes estaban en el Líbano y dos meses en sus casas. Adoram estaba al frente de la leva. 29 Tenía además Salomón 70.000 porteadores y 80.000 canteros en el monte 30 aparte los capataces de los prefectos puestos por Salomón al frente de los trabajos, 3.300 que mandaban a la gente empleada en los trabajos. 31 El rey mandó arrancar grandes piedras, piedras selectas, para fundamentar la Casa con piedras de sillería. 32 Los obreros de Salomón, los obreros de Jiram y los guiblitas cortaron y di spusieron la madera y las piedras para construir la Casa. 1 Reyes 6 1 En el año 480 de la salida de los israelitas de la tierra de Egipto, el año cuarto del reinado de Salomón sobre Israel, en el mes de Ziv, que es el segundo m es, emprendió la construcción de la Casa de Adonai. 2 La Casa que edificó el rey Salomón a Adonai tenía sesenta codos de largo, vein te de ancho y veinticinco de alto. 3 El Ulam delante del Hekal de la Casa tenía veinte codos de largo en el sen tido del ancho de la Casa y diez codos de ancho en el sentido de largo de la Cas a. 4 Hizo en la Casa ventanas con celosías. 5 Edificó junto al muro de la Casa una galería en torno al Hekal y al Debir, e hizo habitaciones laterales en derredor. 6 La galería inferior tenía cinco codos de ancho, la intermedia seis codos de ancho y la tercera siete codos de ancho, porque fue rebajando alrededor de la Ca sa, por la parte exterior, para no empotrar en los muros de la Casa. 7 (La Casa fue construida con piedras preparadas en la cantera; durante su construcción no se oyeron en la Casa martillazos ni sierras ni instrumentos de hi erro.) 8 La entrada del piso inferior estaba en el ala derecha de la Casa, y por una escalera de caracol se subía al piso intermedio y del intermedio al tercero. 9 Edificó la Casa, la acabó y la techó con artesonado de cedro. 10 Edificó la galería, adosada a toda la Casa, de cinco codos de alta y estaba unida a la Casa por vigas de cedro.

11 Fue dirigida a Salomón la palabra de Adonai diciendo: 12 "Por esta Casa que estás edificando, si caminas según mis preceptos, obras s egún mis sentencias y guardas todos mis mandamientos para andar conforme a ellos, yo cumpliré mi palabra contigo, la que dije a David tu padre, 13 habitaré en medio de los hijos de Israel y no abandonaré a mi pueblo Israel. " 14 Edificó Salomón la Casa y la terminó. 15 Revistió los muros de la Casa en el interior con planchas de cedro desde e l suelo de la Casa hasta las vigas del techo; revistió de madera el interior y rec ubrió el suelo de la Casa con planchas de ciprés. 16 Construyó los veinte codos del fondo de la Casa con planchas de cedro desd e el suelo hasta las vigas, formando así por la parte interior el Debir, el Santo de los Santos; 17 cuarenta codos tenía la Casa, es decir, el Hekal, delante del Debir. 18 El cedro del interior de la Casa estaba esculpido con figuras de calabaz as y capullos abiertos; todo era cedro, no se veía la piedra. 19 Había preparado un Debir al fondo de la Casa en el interior para colocar e n él el arca de la alianza de Adonai. 20 El Debir tenía veinte codos de largo, veinte codos de ancho y veinte codos de alto ; lo revistió de oro fino; y alzó un altar de cedro 21 delante del Debir y lo revistió de oro. 22 Revistió de oro también la Casa, absolutamente toda la Casa. 23 Hizo en el Debir dos querubines de madera de acebuche de diez codos de a ltura. 24 Un ala del querubín tenía cinco codos y la otra ala del querubín cinco codos: diez codos desde la punta de una de sus alas hasta la punta de la otra de sus al as. 25 El segundo querubín tenía diez codos, las mismas medidas y la misma forma pa ra los dos querubines. 26 La altura de un querubín era de diez codos y lo mismo el segundo querubín. 27 Colocó los querubines en medio del recinto interior; y las alas de los que rubines estaban desplegadas; el ala de uno tocaba un muro y el ala del segundo querubín tocaba el otro muro, y sus alas se tocaban en medio del recinto, ala con ala. 28 Revistió de oro los querubines. 29 Esculpió todo en torno los muros de la Casa con grabados de escultura de q uerubines, palmeras, capullos abiertos, al interior y al exterior. 30 Recubrió de oro el piso de la Casa al interior y al exterior. 31 Hizo la puerta del Debir con batientes de madera de acebuche, y el dinte l y las jambas ocupaban la quinta parte; 32 los dos batientes eran de madera de acebuche; esculpió sobre ellos escultu ras de querubines, palmas y capullos abiertos, y los revistió de oro, poniendo lámi nas de oro sobre los querubines y las palmeras. 33 Hizo lo mismo en la puerta del Hekal: los montantes de madera de acebuch e que ocupaban la cuarta parte; 34 dos batientes de madera de abeto: dos planchas de un batiente eran girat orias y también eran giratorias otras dos planchas del otro batiente. 35 Esculpió querubines, palmeras, capullos abiertos y embutió oro sobre la escu ltura. 36 Edificó el patio interior; tres filas de piedras talladas y una fila de ta blones de cedro. 37 El año cuarto, en el mes de Ziv, se pusieron los cimientos de la Casa de A donai, 38 y el año once, en el mes de Bul - que es el mes octavo - fue acabada la Ca sa en todas sus partes, según todo su proyecto. Salomón la levantó en siete años. 1 Reyes 7 1 Salomón edificó su casa, y en trece años la concluyó del todo. 2 Edificó la Casa "Bosque del Líbano", de cien codos de longitud, cincuenta co dos de anchura y treinta codos de altura, sobre cuatro filas de columnas de cedr

o; había capiteles de cedro sobre las columnas. 3 Había un artesonado de cedro sobre la parte superior de las planchas que e staban sobre las columnas. 4 Había tres filas de ventanas con celosías, 45 en total, quince por cada fila , y una daba frente a la otra tres veces. 5 Todas las puertas y montantes eran cuadrangulares y una daba frente a la otra tres veces. 6 Hizo el Pórtico de las columnas de cincuenta codos de longitud, treinta co dos de anchura... con un pórtico por delante. 7 Hizo el Vestíbulo del trono donde administraba justicia, que es el Vestíbulo del Juicio; estaba recubierto de cedro desde el suelo hasta las vigas. 8 La casa en que vivía en el otro recinto, el opuesto al Vestíbulo, tenía la mis ma configuración; hizo también una casa como este Vestíbulo para la hija de Faraón que S alomón había tomado por mujer. 9 Todo esto era de piedras selectas, talladas a medida, serradas con sierr a por dentro y por fuera, desde los cimientos hasta las cornisas. 10 El cimiento era de piedras excelentes, grandes piedras, unas de diez cod os y otras de ocho; 11 en la parte superior había piedras excelentes, talladas a medida, y cedro. 12 Al exterior, el patio grande tenía en derredor tres filas de piedras talla das y una fila de planchas de cedro, igual que el patio interior de la Casa de A donai y el vestíbulo de la Casa. 13 El rey Salomón envió a buscar a Jiram de Tiro; 14 era hijo de una viuda de la tribu de Neftalí; su padre era de Tiro; trabaj aba en bronce y estaba lleno de ciencia, pericia y experiencia para realizar tod o trabajo en bronce; fue donde el rey Salomón y ejecutó todos sus trabajos. 15 Fundió las dos columnas de bronce; la altura de una columna era de diecioc ho codos, un hilo de doce codos medía la circunferencia; y lo mismo la segunda col umna. 16 Hizo dos capiteles fundidos en bronce para colocarlos sobre la cima de l as columnas, de cinco codos de altura un capitel y de cinco codos de altura el c apitel segundo. 17 Hizo dos encajes y dos trenzados a modo de cadenas para los capiteles de la cima de las columnas, un trenzado para un capitel y otro trenzado para el c apitel segundo. 18 Hizo granadas: dos filas alrededor de cada trenzado, 19 Los capiteles que estaban en la cima de las columnas tenían forma de azuce nas, cuatrocientas en total, 20 colocadas sobre la prominencia que estaba detrás del trenzado; doscientas granadas alrededor del segundo capitel. 21 Erigió las columnas ante el Ulam del Hekal; erigió la columna de la derecha y la llamó Yakín; erigió la columna de la izquierda y la llamó Boaz. 22 Y quedó acabado el trabajo de las columnas. 23 Hizo el Mar de metal fundido que tenía diez codos de borde a borde; era en teramente redondo, y de cinco codos de altura; un cordón de treinta codos medía su contorno. 24 Debajo del borde había calabazas todo en derredor; daban vuelta al Mar a l argo de treinta codos; había dos filas de calabazas fundidas en una sola pieza. 25 Se apoyaba sobre doce bueyes, tres mirando al Norte, tres mirando al Oes te, tres mirando al Sur y tres mirando al Este; el Mar estaba sobre ellos, queda ndo sus partes traseras hacia el interior. 26 Su espesor era de un palmo y su borde era como el borde del cáliz de la fl or de la azucena. Contenía 2.000 medidas. 27 Hizo también las diez basas de bronce de cuatro codos de largo cada basa, cuatro codos su anchura y tres su altura. 28 Las basas estaban hechas así: tenían paneles y los paneles estaban entre lis tones. 29 Sobre el panel que estaba entre los listones había leones, bueyes y querub ines. Lo mismo sobre los listones. Por encima y por debajo de los leones y de lo s toros había volutas...

30 Cada basa tenía cuatro ruedas de bronce y ejes de bronce; sus cuatro pies tenían asas debajo de la jofaina, y los apliques estaban fundidos... 31 Su boca, desde el interior de las asas hasta arriba, tenía un codo; la boc a era redonda, teniendo un soporte de codo y medio; había también sobre la boca escu lturas, pero los paneles eran cuadrados, no redondos. 32 Las cuatro ruedas estaban bajo los paneles, y los ejes de las ruedas est aban en la basa; la altura de cada rueda era de codo y medio. 33 La forma de las ruedas era como la forma de la rueda de un carro, y sus ejes, sus llantas, sus radios y sus cubos, todo era de fundición. 34 Había cuatro asas en los cuatro ángulos de cada basa; la basa formaba un cue rpo con su asa. 35 En la cima de la basa había un soporte de medio codo de altura completamen te redondo; y en la cima de la basa, los ejes y el armazón formaban un cuerpo con ella. 36 Grabó sobre las tablas querubines, leones y palmeras... y volutas alrededo r. 37 De esta forma hizo las diez basas: una misma fundición y un mismo tamaño par a todas. 38 Hizo diez pilas de bronce de cuarenta medidas cada una; cada pila medía cu atro codos; había una pila sobre cada una de las diez basas. 39 Colocó las basas, cinco al lado derecho de la Casa y cinco al lado izquier do de la Casa. El Mar lo colocó del lado derecho de la Casa hacia el sureste. 40 Jiram hizo los ceniceros, las paletas y los acetres. Jiram terminó de hace r toda la obra que el rey Salomón le encargó que hiciera para la Casa de Adonai: 41 dos columnas, las molduras de los capiteles que estaban sobre la cima de las dos columnas, los dos trenzados para recubrir las dos molduras de los capit eles que estaban en la cima de las columnas; 42 las cuatrocientas granadas para los dos trenzados; dos filas de granadas para cada trenzado; 43 las diez basas y las diez pilas sobre las basas; 44 el Mar y los doce bueyes debajo del Mar; 45 los ceniceros, las paletas y los acetres. Todos estos objetos que hizo J iram al rey Salomón para la Casa de Adonai eran de bronce bruñido. 46 El rey los hizo fundir en la vega del Jordán, en el mismo suelo, entre Suk kot y Sartán; 47 en tan enorme cantidad que no se pudo calcular el peso del bronce. 48 Puso Salomón todos los objetos que había hecho en la Casa de Adonai; el alta r de oro y la mesa de oro sobre la que se ponían los panes de la presencia; 49 los candelabros de oro fino, cinco a la derecha y cinco a la izquierda d elante del Debir; las flores, las lámparas y las despabiladeras de oro; 50 las cucharas, los cuchillos, los acetres, las copas y los braseros de or o fino, los goznes de oro para las puertas de la cámara interior, el Santo de los Santos, y para las puertas de la Casa y el Hekal. 51 Así fue concluida toda la obra que hizo el rey Salomón para la Casa de Adona i; Salomón hizo traer todo lo consagrado por David su padre, la plata, el oro y l os objetos, y lo puso en los tesoros de la Casa de Adonai. 1 Reyes 8 1 Entonces congregó Salomón a los ancianos de Israel en Yerushalaim para hacer subir el arca de la alianza de Adonai desde la ciudad de David, que es Sión. 2 Se reunieron junto al rey Salomón todos los hombres de Israel, en el mes d e Etanim, (que es el mes séptimo) en la fiesta, 3 y los sacerdotes llevaron el arca, 4 y la Tienda del Encuentro, con todos los objetos sagrados que había en la Tienda. 5 El rey Salomón y todo Israel con él sacrificaron ante el arca ovejas y bueye s en número incalculable e innumerable. 6 Los sacerdotes llevaron el arca de la alianza de Adonai a su sitio, al D ebir de la Casa, en el Santo de los Santos, bajo las alas de los querubines, 7 porque los querubines extendían las alas por encima del sitio del arca, cu

briendo los querubines el arca y su varales por encima. 8 Los varales eran tan largos que se veían sus puntas desde el Santo, desde la parte anterior del Debir, pero no se veían desde fuera. Están allí hasta el día de ho y. 9 En el arca no había nada más que las dos tablas de piedra que Moisés hizo pone r en ella, en el Horeb, las tablas de la alianza que pactó Adonai con los israeli tas cuando salieron de la tierra de Egipto. 10 Al salir los sacerdotes del Santo, la nube llenó la Casa de Adonai. 11 Y los sacerdotes no pudieron continuar en el servicio a causa de la nube , porque la gloria de Adonai llenaba la Casa de Adonai. 12 Entonces Salomón dijo: "Adonai quiere habitar en densa nube. 13 He querido erigirte una morada un lugar donde habites para siempre." 14 Se volvió el rey y bendijo a toda la asamblea de Israel mientras que toda la asamblea de Israel estaba en pie. 15 El dijo: "Bendito sea Adonai, Di-s de Israel, que habló por su boca a mi p adre David y ha cumplido por su mano lo que dijo: 16 "Desde el día en que saqué de Egipto a mi pueblo Israel no he elegido ningun a ciudad entre todas las tribus de Israel para edificar una Casa en la que esté mi Nombre, pero he elegido a David para que esté al frente de mi pueblo Israel." 17 Mi padre David pensó en su corazón edificar una Casa al Nombre de Adonai, Di -s de Israel, 18 pero Adonai dijo a David mi padre: "Cuanto a haber pensado en tu corazón e dificar una Casa a mi Nombre, bien has hecho en tener tal voluntad, 19 pero no edificarás tú la Casa, sino que un hijo tuyo, salido de tus entrañas, és e será quien edifique la Casa a mi Nombre." 20 Adonai ha cumplido la promesa que dijo; he sucedido a mi padre David, me he sentado sobre el trono de Israel, como Adonai había dicho, y he construido la Casa al Nombre de Adonai, Di-s de Israel, 21 y he señalado en ella un lugar al arca en que está la alianza que Adonai pac tó con nuestros padres cuando los sacó de la tierra de Egipto." 22 Salomón se puso ante el altar de Adonai en presencia de toda la asamblea d e Israel; extendió sus manos al cielo 23 y dijo: "Adonai, Di-s de Israel, no hay Di-s como tú en lo alto de los cie los ni abajo sobre la tierra, tú que guardas la alianza y el amor a tus siervos q ue andan en tu presencia con todo su corazón, 24 tú que has mantenido a mi padre David la promesa que le hiciste, pues por tu boca lo prometiste y por tu mano lo has cumplido este día. 25 Ahora, pues, Adonai, Di-s de Israel, mantén a tu siervo David mi padre la promesa que le hiciste diciéndole: " Nunca será quitado de mi presencia uno de los t uyos que se siente en el trono de Israel, con tal que tus hijos guarden su camin o andando en mi presencia como has andado tú delante de mí." 26 Ahora, Di-s de Israel, que se cumpla la palabra que dijiste a tu siervo David, mi padre. 27 ¿Es que verdaderamente habitará Di-s con los hombres sobre la tierra? Si los cielos y los cielos de los cielos no pueden contenerte, ¡cuánto menos esta Casa que yo te he construido! 28 Atiende a la plegaria de tu siervo y a su petición, Adonai Di-s mío, y escuc ha el clamor y la plegaria que tu siervo hace hoy en tu presencia, 29 que tus ojos estén abiertos día y noche sobre esta Casa, sobre este lugar de l que dijiste: "En él estará mi Nombre"; escucha la oración que tu servidor te dirige en este lugar. 30 "Oye, pues, la plegaria de tu siervo y de tu pueblo Israel cuando oren e n este lugar. Escucha tú desde el lugar de tu morada, desde el cielo, escucha y pe rdona. 31 "Cuando un hombre peque contra su prójimo y éste pronuncie una imprecación sob re él haciéndole jurar delante de tu altar en esta Casa, 32 escucha tú desde los cielos y obra; juzga a tus siervos, declarando culpab le al malo, para hacer recaer su conducta sobre su cabeza y declarando inocente al justo para darle según su justicia. 33 "Cuando tu pueblo Israel sea batido por su enemigo por haber pecado cont

ra ti, si se vuelven a ti y alaban tu Nombre, orando y suplicando ante ti en est a Casa, 34 escucha tú desde los cielos y perdona el pecado de tu pueblo Israel y vuélve los a la tierra que diste a sus padres. 35 "Cuando los cielos estén cerrados y no haya lluvia porque pecaron contra t i, si oran en este lugar y alaban tu Nombre y se convierten de su pecado porque les humillaste, 36 escucha tú desde los cielos y perdona el pecado de tu siervo y de tu puebl o Israel, pues les enseñarás el camino bueno por el que deberán andar, y envía lluvia so bre tu tierra, la que diste a tu pueblo en herencia. 37 "Cuando haya hambre en el país, cuando haya peste, tizón, añublo, langosta o p ulgón, cuando su enemigo le asedie en una de sus puertas, en todo azote y toda enf ermedad, 38 si un hombre cualquiera, experimentando remordimiento en su corazón, eleva cualquier plegaria o cualquier súplica y extiende las manos hacia esta Casa, 39 escucha tú desde los cielos, lugar de tu morada, perdona y da a cada uno s egún sus caminos, pues tú conoces su corazón y sólo tú conoces el corazón de todos los hijo s de los hombres, 40 para que te teman todos los días que vivan sobre la faz de la tierra que h as dado a nuestros padres. 41 "También al extranjero que no es de tu pueblo Israel, al que viene de un p aís lejano a causa de tu Nombre, 42 porque oirá hablar de tu gran Nombre, de tu mano fuerte y de tu tenso braz o, y vendrá a orar a esta Casa, 43 escucha tú desde los cielos, lugar de tu morada, y haz según cuanto te pida el extranjero, para que todos los pueblos de la tierra conozcan tu Nombre y te t eman como tu pueblo Israel, y sepan que tu Nombre es invocado en esta Casa que y o he construido. 44 "Si tu pueblo va a la guerra contra su enemigo por el camino por el que tú le envíes, y suplican a Adonai vueltos hacia la ciudad que has elegido y hacia la Casa que yo he construido para tu Nombre, 45 escucha tú desde los cielos su oración y su plegaria y hazles justicia. 46 Cuando pequen contra ti, pues no hay hombre que no peque, y tú irritado co ntra ellos los entregues al enemigo, y sus conquistadores los lleven al país enem igo, lejano o próximo, 47 si se convierten en su corazón en la tierra a que hayan sido llevados, si se arrepienten y te suplican en la tierra de sus deportadores diciendo: "Hemos p ecado, hemos sido perversos, somos culpables", 48 si se vuelven a ti con todo su corazón y con toda su alma en el país de los enemigos que los deportaron, y te suplican vueltos hacia la tierra que tú diste a sus padres y hacia la ciudad que has elegido y hacia la Casa que he edificado a tu Nombre, 49 escucha tú desde los cielos, lugar de tu morada, 50 y perdona a tu pueblo, que ha pecado contra ti, todas las rebeliones con que te han traicionado, y concédeles que hallen compasión entre sus deportadores p ara que éstos les tengan piedad, 51 porque son tu pueblo y tu heredad, los que sacaste de Egipto, de en medi o del crisol del hierro. 52 "Que tus ojos estén abiertos a las súplicas de tu siervo y a la súplica de tu pueblo Israel, para escuchar todos sus clamores hacia ti. 53 Porque tú los separaste para ti como herencia tuya de entre todos los pueb los de la tierra, como dijiste por boca de Moisés tu siervo cuando sacaste a nuest ros padres de Egipto, Señor Adonai." 54 Cuando Salomón acabó de dirigir a Adonai toda esta plegaria y esta súplica, se levantó de delante del altar de Adonai, del lugar donde se había arrodillado con la s manos extendidas hacia el cielo, 55 y se puso de pie para bendecir a toda la asamblea de Israel, diciendo en alta voz: 56 "Bendito sea Adonai que ha dado reposo a su pueblo Israel, según todas sus promesas; no ha fallado ninguna de las palabras de bien que dijo por boca de M

oisés su siervo. 57 Que Adonai, nuestro Di-s, esté con nosotros como estuvo con nuestros padre s, que no nos abandone ni nos rechace. 58 Que incline nuestros corazones hacia él para que andemos según todos sus cam inos y guardemos todos los mandamientos, los decretos y las sentencias que ordenó a nuestros padres. 59 Que estas palabras con que he suplicado ante Adonai permanezcan día y noch e junto a Adonai, nuestro Di-s, para que dé lo justo a su siervo y justicia a su p ueblo Israel, según las necesidades de cada día, 60 para que todos los pueblos de la tierra sepan que Adonai es Di-s y no ha y otro, 61 y vuestros corazones estarán enteramente con Adonai, nuestro Di-s, para ca minar según sus decretos y para guardar sus mandamientos como hoy." 62 El rey, y todo Israel con él, ofrecieron sacrificios ante Adonai. 63 Salomón sacrificó, como sacrificios de comunión que ofreció en sacrificio a Adon ai, 22.000 bueyes y 120.000 ovejas; así inauguraron la Casa de Adonai el rey y tod os los hijos de Israel. 64 Aquel día consagró el rey el interior del patio que está delante de la Casa de Adonai, pues ofreció allí el holocausto, la oblación y las grasas de los sacrificios de comunión, porque el altar de bronce que estaba ante Adonai era demasiado pequeño para contener el holocausto, la oblación y las grasas de los sacrificios de comunión . 65 En aquella ocasión celebró Salomón la fiesta con todos los israelitas en magna asamblea desde la entrada de Jamat hasta el torrente de Egipto, ante Adonai nue stro Di-s, durante siete días. 66 El día octavo despidió al pueblo. Bendijeron al rey y se fueron a sus tienda s, gozosos y con el corazón alegre por todo el bien que Adonai había hecho a su sier vo David y a su pueblo Israel. 1 Reyes 9 1 Cuando Salomón hubo acabado de construir la Casa de Adonai, la casa del re y y todo cuanto Salomón quiso hacer, 2 se apareció Adonai a Salomón por segunda vez, como se le había aparecido en Ga baón. 3 Adonai le dijo: "He escuchado la plegaria y la súplica que has dirigido de lante de mí. He santificado esta Casa que me has construido para poner en ella mi Nombre para siempre; mis ojos y mi corazón estarán en ella siempre. 4 Ahora, si andas en mi presencia como anduvo David tu padre, con corazón pe rfecto y con rectitud, haciendo todo lo que te ordene y guardando mis decretos y mis sentencias, 5 afirmaré para siempre el trono de tu realeza sobre Israel como prometí a Dav id tu padre cuando dije: "Ninguno de los tuyos será arrancado de sobre el trono de Israel." 6 Pero si vosotros, y vuestros hijos después guardáis los mandamientos y los d ecretos que os he dado, y os vais a servir a otros dioses postrándoos ante ellos, 7 yo arrancaré a Israel de la superficie de la tierra que les he dado; arroj aré de mi presencia esta Casa que yo he consagrado a mi Nombre, e Israel quedará com o proverbio y escarnio de todos los pueblos. 8 Todos los que pasen ante esta Casa sublime quedarán estupefactos, silbarán y dirán: "¿Por qué ha hecho así Adonai a esta tierra y a esta Casa?" 9 Y se responderá: "Porque abandonaron a Adonai su Di-s, que sacó a sus padres de la tierra de Egipto, y han seguido a otros dioses, se han postrado ante ell os y les han servido, por eso ha hecho venir Adonai todo este mal sobre ellos"" 10 Al cabo de los veinte años, durante los cuales edificó Salomón las dos casas, la Casa de Adonai y la casa del rey, 11 como Jiram, rey de Tiro, había proporcionado a Salomón madera de cedro y mad era de ciprés y todo el oro que deseaba, entonces el rey Salomón dio a Jiram veinte ciudades de la tierra de Galilea. 12 Salió Jiram de Tiro para ver las ciudades que le había dado Salomón y no le ag radaron,

13 Y dijo: "¿Qué ciudades son éstas que me has dado, hermano mío?" Y las llamó: "Tier ra de Kabul", hasta el día de hoy. 14 Jiram envió al rey 120 talentos de oro. 15 Esto es lo referente a la prestación personal que el rey Salomón estableció pa ra construir la Casa de Adonai y su propia casa, el Milló y la muralla de Yerushal aim, Jasor, Meguiddó y Guézer, 16 (pues Faraón rey de Egipto había subido y se había apoderado de Guézer, la incen dió y mató a los cananeos que habitaban en la ciudad, y se la dio en dote a su hija, la mujer de Salomón, 17 y Salomón reconstruyó Guézer) Bet Jorón de abajo, 18 Baalat y Tamar en el desierto del país, 19 todas las ciudades de aprovisionamiento que tenía Salomón, las ciudades de l os carros y las ciudades para los caballos, y todo cuanto Salomón quiso edificar e n Yerushalaim, en el Líbano y en toda la tierra de su dominio. 20 Con toda la gente que había quedado de los amorreos, de los hititas, de lo s perizitas, de los jivitas, de los jebuseos, que no eran israelitas, 21 cuyos descendientes habían quedado después de ellos en el país y a los que los israelitas no habían podido entregar al anatema, hizo Salomón una leva que dura ha sta el día de hoy. 22 Pero Salomón no empleó a ninguno de los israelitas como esclavo para sus obr as, sino que eran sus hombres de guerra, sus oficiales y sus jefes, sus escudero s y jefes de sus carros y de su caballería. 23 Estos eran los capataces de los prefectos que estaban al frente de las o bras de Salomón; 550 que mandaban a la gente que trabajaba en las obras. 24 Cuando la hija de Faraón subió de la ciudad de David a la casa que había hecho para ella, entonces edificó el Milló. 25 Salomón ofrecía holocaustos y sacrificios de comunión tres veces por año en el a ltar que había edificado a Adonai y hacía quemar ante Adonai las ofrendas abrasadas , cuando hubo terminado la Casa. 26 El rey Salomón construyó una flota en Esyón Guéber, que está cerca de Elat, a oril las del mar de Suf, en la tierra de Edom. 27 Jiram envió a las naves a sus servidores, marineros, conocedores del mar, con los servidores de Salomón. 28 Llegaron a Ofir, y trajeron de allí 420 talentos de oro que llevaron al re y Salomón. 1 Reyes 10 1 La reina de Sabá había oído la fama de Salomón... y vino a probarle por medio de enigmas. 2 Llegó a Yerushalaim con gran número de camellos que traían aromas, gran cantid ad de oro y piedras preciosas; llegada que fue donde Salomón, le dijo todo cuanto tenía en su corazón. 3 Salomón resolvió todas sus preguntas. No hubo ninguna proposición oscura que e l rey no le pudiese resolver. 4 Cuando la reina de Sabá vio toda la sabiduría de Salomón y la casa que había edi ficado, 5 los manjares de su mesa, las habitaciones de sus servidores, el porte de sus ministros y sus vestidos, sus coperos y los holocaustos que ofrecía en la Cas a de Adonai, se quedó sin aliento, 6 y dijo al rey: "¡Verdad es cuanto oí decir en mi tierra de tus palabras y tu sabiduría! 7 No daba yo crédito a lo que se decía hasta que he venido y lo he visto con m is propios ojos, y hallo que no dijeron ni la mitad. Tu sabiduría y tu prosperida d superan todo lo que oí decir. 8 Dichosas tus mujeres, dichosos estos tus servidores que están siempre en t u presencia y escuchan tu sabiduría. 9 Bendito Adonai tu Di-s que se ha complacido en ti y te ha colocado en el trono de Israel para siempre, a causa del amor de Adonai a Israel, y te ha pues to como rey para administrar derecho y justicia." 10 Dio al rey 120 talentos de oro, gran cantidad de aromas y piedras precio

sas. Nunca llegaron aromas en tanta abundancia como los que la reina de Sabá dio al rey Salomón. 11 La flota de Jiram, la que transportó el oro de Ofir, trajo también madera de almugguim en gran cantidad, y piedras preciosas. 12 Con la madera de almugguim hizo el rey balaustradas para la Casa de Adon ai y para la casa del rey, cítaras y salterios para los cantores. No vino más mader a de almugguim y no se ha vuelto a ver hasta el día de hoy. 13 El rey Salomón dio a la reina de Sabá todo cuanto ella quiso pedirle, aparte lo que Salomón le dio con magnificencia de un rey como Salomón. Ella se volvió y regr eso a su país con sus servidores. 14 El peso del oro que llegaba a Salomón cada año era de 666 talentos de oro, 15 sin contar las contribuciones de los mercaderes, las ganancias de los co merciantes y de todos los reyes árabes y de los inspectores del país. 16 El rey Salomón hizo doscientos grandes escudos de oro batido, aplicando se iscientos siclos de oro batido en cada escudo, 17 y trescientos escudos pequeños de oro batido, aplicando tres minas de oro en cada escudo. El rey los colocó en la casa "Bosque del Líbano". 18 Hizo el rey un gran trono de marfil y lo revistió de oro finísimo. 19 El trono tenía seis gradas y un respaldo redondo en su parte posterior con brazos a uno y otro lado del asiento; dos leones de pie junto a los brazos 20 más doce leones de pie sobre las seis gradas, a uno y otro lado. No se hiz o cosa semejante en ningún reino. 21 Todas las copas de beber del rey Salomón eran de oro y toda la vajilla de la casa "Bosque del Líbano" era de oro fino; la plata no se estimaba en nada en t iempo del rey Salomón, 22 porque el rey tenía una flota de Tarsis en el mar con la flota de Jiram, y cada tres años venía la flota de Tarsis, trayendo oro, plata, marfil, monos y pavos reales. 23 El rey Salomón sobrepujó a todos los reyes de la tierra en riqueza y sabiduría . 24 Todo el mundo quería ver el rostro de Salomón para oír la sabiduría que Di-s había puesto en su corazón. 25 Y cada uno de ellos traía su presente: objetos de plata, objetos de oro, v estidos, armas y aromas, caballos y mulos, año tras año. 26 Salomón reunió carros y caballos; tuvo 1.400 carros y 12.000 caballos que ll evó a las ciudades de los carros y junto al rey en Yerushalaim. 27 Hizo el rey que la plata fuera tan abundante en Yerushalaim como las pie dras, y los cedros como los sicómoros de la Tierra Baja. 28 Los caballos de Salomón procedían de Musur y de Cilicia. Los mercaderes del rey los compraban en Cilicia por su precio en dinero. 29 Un carro que subía de Egipto valía seiscientos siclos de plata y un caballo 150. Los traían también como intermediarios para todos los reyes de los hititas y to dos los reyes de Aram. 1 Reyes 11 1 El rey Salomón amó a muchas mujeres extranjeras, además de la hija de Faraón, mo abitas, ammonitas, edomitas, sidonias, hititas, 2 de los pueblos de los que dijo Adonai a los israelitas: "No os uniréis a e llas y ellas no se unirán a vosotros, pues de seguro arrastrarán vuestro corazón tras sus dioses", pero Salomón se apegó a ellas por amor; 3 tuvo setecientas mujeres con rango de princesas y trescientas concubinas . 4 En la ancianidad de Salomón sus mujeres inclinaron su corazón tras otros dio ses, y su corazón no fue por entero de Adonai su Di-s, como el corazón de David su padre. 5 Salomón se fue tras de Astarté, diosa de los sidonios, y tras de Milkom, mon struo abominable de los ammonitas. 6 Salomón hizo lo malo a los ojos de Adonai, y no siguió plenamente con Adonai como David su padre. 7 Entonces edificó Salomón un altar a Kemós, monstruo abominable de Moab, sobre

el monte que está frente a Yerushalaim, y a Milkom, monstruo abominable de los amm onitas. 8 Lo mismo hizo con todas sus mujeres extranjeras que quemaban incienso y sacrificaban a sus dioses. 9 Se enojó Adonai contra Salomón por que había desviado su corazón de Adonai, Di-s de Israel, que se le había aparecido dos veces, 10 y le había ordenado sobre este asunto que no fuera en pos de otros dioses, pero no guardó lo que Adonai le había ordenado. 11 Adonai dijo a Salomón: "Porque de tu parte has hecho esto y no has guardad o mi alianza y las leyes que te ordené, voy a arrancar el reino de sobre ti y lo d aré a un siervo tuyo. 12 No lo haré sin embargo en vida tuya por causa de David tu padre; lo arranc aré de mano de tu hijo. 13 Tampoco arrancaré todo el reino; daré una tribu a tu hijo, en atención a David , mi siervo, y a causa de Yerushalaim que he elegido." 14 Suscitó Adonai un adversario a Salomón en Hadad, edomita, de la estirpe real de Edom. 15 Cuando David batió a Edom, y Joab, jefe del ejército, subió a sepultar los mue rtos, mató a todos los varones de Edom, 16 pues Joab y todo Israel permanecieron allí seis meses hasta exterminar tod os los varones de Edom. 17 Pero Hadad consiguió huir con algunos hombres edomitas de entre los servid ores de su padre, para irse a Egipto. Era Hadad un muchacho pequeño. 18 Habían partido de Madián y llegaron a Farán, tomaron consigo hombres de Farán y llegaron a Egipto, donde Faraón, rey de Egipto, que le dio casa, le prometió sustent o y le dio tierras. 19 Hadad encontró mucho favor a los ojos de Faraón, que le dio por mujer a la h ermana de su mujer, la hermana de la Gran Dama Tajfenés. 20 La hermana de Tajfenés le dio a luz a su hijo Guenubat, que Tajfenés crió en l a casa de Faraón, y Guenubat vivió en la casa de Faraón con los hijos de Faraón. 21 Oyó Hadad en Egipto que David se había acostado con sus padres y que había mue rto Joab, jefe del ejército, y dijo Hadad a Faraón: "Déjame partir para ir a mi tierr a." 22 Faraón le dijo: "¿Qué te falta a mi lado para que trates de ir a tu tierra?" E l respondió: "Nada, pero déjame partir." 23 Di-s le suscitó otro adversario en Rezón, hijo de Elyadá, que había huido del la do de su señor Hadadézer, rey de Sobá: 24 se le unieron algunos hombres y se hizo jefe de banda. Fue entonces cuan do David los mató. El se fue a Damasco, se estableció allí, y comenzó a reinar en Damasc o. 25 Fue un adversario de Israel toda la vida de Salomón. Este mal hizo Hadad: tuvo aversión a Israel y reinó en Edom. 26 Jeroboam era hijo de Nebat, efraimita de Seredá; su madre se llamaba Seruá y era viuda. Era servidor de Salomón y alzó la mano contra el rey. 27 Esta fue la ocasión de que alzara su mano contra el rey: Salomón estaba cons truyendo el Milló, para cerrar la brecha de la ciudad de David su padre. 28 Este Jeroboam era hombre de valía. Salomón vio cómo este joven hacía su trabajo y le puso al frente de toda la leva de la casa de José. 29 Por aquel tiempo salió Jeroboam de Yerushalaim, y el profeta Ajías de Silo l e encontró en el camino. Iba éste cubierto con un manto nuevo y estaban los dos solo s en el campo. 30 Ajías tomó el manto nuevo que llevaba, lo rasgó en doce jirones 31 y dijo a Jeroboam: "Toma para ti diez jirones, porque así dice Adonai, Dis de Israel: Voy a hacer jirones el reino de manos de Salomón y te voy a dar diez tribus. 32 Le quedará la otra tribu en atención a mi siervo David y a Yerushalaim, la c iudad que me elegí entre todas las tribus de Israel; 33 porque me ha abandonado y se ha postrado ante Astarté, diosa de los sidoni os, ante Kemós, dios de Moab, y ante Milkom, dios de los ammonitas, y no ha seguid o mis caminos haciendo lo que es justo a mis ojos, ni mis decretos ni mis senten

cias como su padre David. 34 Pero no tomaré todo el reino de su mano; le mantendré como príncipe todos los días de su vida en atención a David mi siervo, a quién elegí y que guardó mis mandatos y m is decretos. 35 Pero tomaré el reino de mano de su hijo y te daré de él diez tribus; 36 daré a su hijo una tribu para que quede siempre a David mi siervo una lámpar a en mi presencia, delante de mí en Yerushalaim, la ciudad que me elegí para poner allí mi Nombre. 37 Te tomaré a ti y te haré reinar sobre cuanto desee tu alma, y serás rey de Isr ael. 38 Si escuchas todo cuanto yo te ordene, y andas por mi camino, y haces lo recto a mis ojos guardando mis decretos y mis mandamientos como hizo David mi si ervo, yo estaré contigo y te edificaré una casa estable como se la edifiqué a David. T e entregaré Israel 39 y humillaré el linaje de David por esta causa. Pero no para siempre." 40 Salomón trató de dar muerte a Jeroboam, pero Jeroboam se levantó y huyó a Egipto , junto a Sosaq, rey de Egipto, y estuvo en Egipto hasta la muerte de Salomón. 41 El resto de los hechos de Salomón, todo lo que hizo y su sabiduría ¿no está escr ito en el libro de los hechos de Salomón? 42 El tiempo que Salomón reinó en Yerushalaim sobre todo Israel fue de cuarenta años. 43 Se acostó Salomón con sus padres y fue sepultado en la ciudad de su padre Da vid. Reinó en su lugar su hijo Roboam. 1 Reyes 12 1 Roboam se fue a Siquem, porque todo Israel había ido a Siquem para proclam arle rey. 2 Lo supo Jeroboam, hijo de Nebat, que estaba todavía en Egipto, adonde había ido huyendo del rey Salomón y se volvió Jeroboam de Egipto. 3 Enviaron a llamarle y llegó Jeroboam con toda la asamblea de Israel y habl aron a Roboam diciendo: 4 "Tu padre ha hecho pesado nuestro yugo; ahora tú aligera la dura servidumb re de tu padre y el pesado yugo que puso sobre nosotros, y te serviremos." 5 El les dijo: "Id, y dentro de tres días volved a mí", y el pueblo se fue. 6 El rey Roboam pidió consejo a los ancianos que habían servido a su padre Sal omón en vida de éste, diciendo: "¿ Qué me aconsejáis que responda a este pueblo?" 7 Ellos le respondieron: "Si tú te haces hoy servidor de este pueblo y les s irves y les das buenas palabras, ellos serán siervos tuyos para siempre". 8 Pero él abandonó el consejo que los ancianos le aconsejaron y pidió consejo a los jóvenes que se habían criado con él y estaban a su servicio. 9 Les dijo: "¿Qué me aconsejáis que responda a este pueblo que me ha hablado dic iendo: aligera el yugo que tu padre puso sobre nosotros?" 10 Los jóvenes que se habían criado con él respondieron diciendo: "Esto debes res ponder a este pueblo que te ha dicho: "Tu padre hizo pesado nuestro yugo; ahora tú aligera nuestro yugo", esto debes responder: Mi dedo meñique es más grueso que los lomos de mi padre. 11 Un yugo pesado cargó mi padre, mas yo haré más pesado vuestro yugo; mi padre o s azotaba con azotes pero yo os azotaré con escorpiones." 12 Vino Jeroboam con todo el pueblo a Roboam al tercer día, según lo había dicho el rey: "Volved a mí al tercer día." 13 El rey respondió al pueblo con dureza, abandonando el consejo que los anci anos le aconsejaron, 14 y hablándoles según el consejo de los jóvenes diciendo: "Mi padre hizo pesado vuestro yugo, yo lo haré más pesado todavía.Mi padre os ha azotado con azotes, mas yo os azotaré con escorpiones." 15 No escuchó el rey al pueblo, pues se trataba de una intervención de Adonai p ara cumplimiento de la palabra que Adonai había anunciado a Jeroboam, hijo de Neb at, por medio de Ajías de Silo. 16 Viendo todo Israel que el rey no le oía, replicó el pueblo al rey diciendo: "¿Qué parte tenemos nosotros con David? ¡No tenemos herencia en el hijo de Jesé! ¡A tus ti

endas, Israel! ¡Mira ahora por tu casa, David!"Israel se fue a sus tiendas. 17 Roboam reinó sobre los israelitas que habitaban en las ciudades de Judá. 18 El rey Roboam envió a Adoram, jefe de la leva, pero todo Israel le mató a pe dradas; el rey Roboam se apresuró a subir a su carro para huir a Yerushalaim. 19 Israel está en desobediencia contra la casa de David hasta el día de hoy. 20 Cuando todo Israel supo que Jeroboam había vuelto, enviaron a llamarle a l a asamblea y le hicieron rey sobre todo Israel; no hubo quien siguiera a la casa de David, aparte sólo la tribu de Judá. 21 En llegando a Yerushalaim reunió Roboam a toda la casa de Judá y a la tribu de Benjamín, 180.000 hombres guerreros escogidos, para combatir contra la casa de Israel y devolver el reino a Roboam, hijo de Salomón. 22 Pero fue dirigida la palabra de Di-s a Semaías, hombre de Di-s, diciendo: 23 "Habla a Roboam, hijo de Salomón, rey de Judá, y a toda la casa de Judá, a Ben jamín y al resto del pueblo y diles: 24 Así habla Adonai: No subáis a combatir con vuestros hermanos los israelitas. Que cada uno se vuelva a su casa porque esto es cosa mía." Ellos escucharon la pa labra de Adonai, y se volvieron para ir conforme a la palabra de Adonai. 25 Jeroboam fortificó Siquem, en la montaña de Efraím, y habitó en ella. Salió de ell a y fortificó Penuel. 26 Jeroboam se dijo en su corazón: "En esta situación el reino acabará por volver a la casa de David. 27 Si este pueblo continúa subiendo para ofrecer sacrificios en la Casa de Ad onai en Yerushalaim, el corazón de este pueblo se volverá a su señor, a Roboam, rey de Judá, y me matarán." 28 Tomó consejo el rey, hizo dos becerros de oro, y dijo al pueblo: "Basta ya de subir a Yerushalaim. Este es tu dios, Israel, el que te hizo subir de la tie rra de Egipto." 29 Colocó uno en Betel, 30 y el pueblo fue con el otro hasta Dan. 31 Hizo Casas en los altos y estableció sacerdotes del común del pueblo que no eran de los hijos de Leví. 32 Hizo Jeroboam una fiesta en el mes octavo, el día quince del mes, parecida a la fiesta de Judá, y subió al altar. Así hizo en Betel, ofreciendo sacrificios a lo s becerros que había hecho y estableciendo en Betel sacerdotes para los altos que había instituido. 33 Subió al altar que había hecho en Betel el día quince del octavo mes, el mes q ue se había discurrido por su cuenta para instituir una fiesta para los israelita s, y subió al altar para quemar incienso. 1 Reyes 13 1 Por orden de Adonai, un hombre de Di-s llegó de Judá a Betel cuando Jeroboam estaba en pie sobre el altar para quemar incienso, 2 y por orden de Adonai apostrofó al altar diciendo: "Altar, altar, así dice A donai: Ha nacido a la casa de David un hijo llamado Josías que sacrificará sobre ti a los sacerdotes de los altos, a los que queman incienso sobre ti, y quemará hueso s humanos sobre ti." 3 Aquel mismo día dio una señal diciendo: "Esta es la señal de que Adonai habla: el altar va a romperse y se va derramar la ceniza que hay sobre él." 4 Cuando el rey oyó lo que el hombre de Di-s decía contra el altar de Betel, e xtendió su mano desde encima del altar diciendo: "Prendedle." Pero la mano que ex tendió contra él se secó y no pudo volverla hacia sí. 5 El altar se rompió y se esparció la ceniza del altar según la señal que había dado el hombre de Di-s por orden de Adonai. 6 Respondió el rey al hombre de Di-s: "Aplaca, por favor el rostro de Adonai tu Di-s, para que mi mano pueda volver a mí." Aplacó el hombre de Di-s el rostro de Adonai, volvió la mano al rey y quedo como antes. 7 Dijo el rey al hombre de Di-s: "Entra en casa conmigo para confortarte y te haré un regalo." 8 Dijo el hombre de Di-s al rey: "Aunque me dieras la mitad de tu casa no entraré contigo y no comeré ni beberé agua en este lugar,

9 porque así me lo ha ordenado la palabra de Adonai: No comerás pan ni beberás a gua ni volverás por el camino por el que has ido." 10 Y se fue por otro camino, no volvió por el camino por donde había venido a B etel. 11 Vivía en Betel un anciano profeta. Vinieron sus hijos y le contaron cuanto había hecho aquel día el hombre de Di-s en Betel, contaron a su padre las palabras que dijo el rey. 12 Su padre les dijo: "¿Por qué camino se ha ido?" Sus hijos le mostraron el ca mino por el que se fue el hombre de Di-s que vino de Judá. 13 Dijo a sus hijos: "Aparejadme el asno." Y aparejaron el asno y se montó so bre él. 14 Fue en seguimiento del hombre de Di-s y le encontró sentado bajo el terebi nto y le dijo: "¿Eres tú el hombre de Di-s que ha venido de Judá?" El respondió: "Yo soy ." 15 Le dijo: "Ven conmigo a casa y comerás algo." 16 Respondió: "No puedo volver contigo ni puedo comer pan ni beber agua en es te lugar 17 porque la palabra de Di-s me dijo: No comerás pan ni beberás agua ni volverás por el camino por el que viniste." 18 Pero él le dijo: "También yo soy profeta como tú, y un ángel me ha hablado por o rden de Adonai diciendo: Hazle volver contigo a tu casa para que coma y beba ag ua", pero le mentía. 19 Se volvió, pues, con él y comió pan y bebió agua en su casa. 20 Estando ellos sentados a la mesa, fue dirigida la palabra de Di-s al pro feta que le había hecho volver, 21 y gritó al hombre de Di-s que vino de Judá, diciendo: "Así dice Adonai: Porque has desobedecido la voz de Adonai y no has guardado la orden que Adonai tu Dis te había dado, 22 sino que te has vuelto y has comido pan y has bebido agua en el lugar de l que dijo: No comerás pan y no beberás agua, tu cadáver no entrará en la tumba de tus p adres." 23 Después de haber comido y bebido, el profeta que le había hecho volver le ap arejó su asno. 24 Partió, y un león le encontró en el camino y le mató; su cadáver yacía en el camino y el asno permanecía junto a él; también el león permanecía junto al cadáver. 25 Pasaron algunos hombres que vieron el cadáver tirado en el camino y al león que permanecía junto al cadáver; entraron y lo contaron en la ciudad en que vivía el anciano profeta. 26 Lo oyó el profeta que le había hecho volver del camino, y dijo: "Es el hombr e de Di-s que desobedeció la orden de Adonai, y Adonai lo ha entregado al león que le ha destrozado y matado, según la palabra que le dijo Adonai." 27 Habló a sus hijos diciendo: "Aparejadme el asno", y se lo aparejaron. 28 Partió, y halló el cadáver tendido en el camino, y al asno y al león que permane cían junto al cadáver. El león no había devorado el cadáver ni había destrozado al asno. 29 Levantó el profeta el cadáver del hombre de Di-s, lo puso sobre el asno y lo trajo. Entró en la ciudad el anciano profeta, le lloró y le sepultó. 30 Depositó el cadáver en su propio sepulcro, e hicieron la lamentación sobre él: "¡Ay, hermano mío!" 31 Después que le hubo sepultado, dijo a sus hijos: "Cuando yo muera, me sepu ltaréis en el sepulcro en que ha sido sepultado el hombre de Di-s; junto a sus hu esos depositaréis mis huesos, 32 porque con toda certeza se cumplirá la palabra que por orden de Adonai gri tó contra el altar de Betel y contra todos los santuarios de los altos que hay en las ciudades de Samaría." 33 Después de esto no se volvió Jeroboam de su mal camino, continuó haciendo sace rdotes para los altos de entre el pueblo común; a todo el que lo deseaba le investía como sacerdote de los altos, 34 Este proceder hizo caer en pecado a la casa de Jeroboam y fue causa de s u perdición y su exterminio de sobre la faz de la tierra.

1 Reyes 14 1 Por aquel tiempo cayó enfermo Abías, hijo de Jeroboam. 2 Dijo Jeroboam a su mujer: "Levántate y disfrázate para que no se sepa que er es la mujer de Jeroboam, y vete a Silo, pues estará allí el profeta Ajías, el que me p redijo que yo reinaría sobre este pueblo. 3 Toma en tus manos diez panes, tortas y un tarro de miel, y entra donde él; él te revelará qué será del niño." 4 Así lo hizo la mujer de Jeroboam: se levantó, se fue a Silo, y entró en la cas a de Ajías. Ajías no podía ver porque sus pupilas se habían quedado rígidas a causa de su vejez, 5 pero Adonai había dicho a Ajías: "Mira, la mujer de Jeroboam viene a pedirte un oráculo acerca de su hijo que está enfermo. Esto y esto le dirás. Cuando ella entr e, se hará pasar por otra." 6 En oyendo Ajías el ruido de sus pasos, cuando entraba por la puerta, dijo: "Entra, mujer de Jeroboam. ¿Por qué quieres pasar por otra? Tengo un duro mensaje para ti. 7 Vete a decir a Jeroboam: "Así dice Adonai, Di-s de Israel: Por cuanto te l evanté de en medio del pueblo y te puse como caudillo de mi pueblo Israel, 8 arranqué el reino de la casa de David para dártelo a ti, pero tú no has sido c omo mi siervo David que guardó mis mandamientos y me siguió con todo su corazón hacie ndo sólo lo que es recto a mis ojos, 9 mientras que tú has hecho más mal que todos los que fueron antes que tú, y has ido a hacerte otros dioses, imágenes fundidas, para irritarme, y me has arrojado detrás de tus espaldas, 10 por esto, voy a hacer venir el mal sobre la casa de Jeroboam y quitaré a J eroboam todos los varones, esclavos o libres en Israel, barreré a fondo la casa de Jeroboam como se barre del todo la basura. 11 Los de Jeroboam que mueran en la ciudad serán comidos por los perros, y lo s que mueran en el campo, serán comidos por las aves del cielo, porque ha hablado Adonai." 12 Cuanto a ti, levántate y vete a tu casa; cuando tus pies entren en la ciud ad, morirá el niño. 13 Todo Israel le llorará y le darán sepultura. Este tan sólo de los de Jeroboam entrará en el sepulcro, porque de la casa de Jeroboam sólo en él se ha hallado algo bu eno ante Adonai, Di-s de Israel. 14 Adonai se suscitará un rey sobre Israel que exterminará la casa de Jeroboam. 15 Adonai golpeará a Israel como las aguas agitan una caña, y arrojará a Israel d e esta tierra buena que dio a sus padres, y los dispersará al otro lado del Río, po rque hicieron sus cipos que irritaban a Adonai. 16 Y entregará a Israel a causa de los pecados que cometió Jeroboam e hizo come ter a Israel." 17 La mujer de Jeroboam se levantó, se fue y entró en Tirsá; y cuando ella entrab a en el umbral de su casa, había muerto el niño. 18 Le dieron sepultura y todo Israel hizo duelo según la palabra que Adonai h abía dicho por boca de su siervo, el profeta Ajías. 19 El resto de los hechos de Jeroboam, cómo guerreó y cómo reinó, están escritos en e l libro de los Anales de los reyes de Israel. 20 El tiempo que reinó Jeroboam fueron veintidós años y se acostó con sus padres. R einó en su lugar su hijo Nadab. 21 Roboam, hijo de Salomón, reinó en Judá; tenía 41 años Roboam cuando comenzó a reinar y reinó diecisiete años en Yerushalaim, la ciudad que había elegido Adonai de entre t odas las tribus de Israel para poner en ella su Nombre. El nombre de su madre er a Naamá, ammonita. 22 Judá hizo el mal a los ojos de Adonai. Irritaron su celo más que lo hicieron sus padres por los pecados que cometían: 23 también ellos se construyeron altos, estelas y cipos en toda colina elevad a y bajo todo árbol frondoso. 24 Hasta consagrados a la prostitución hubo en la tierra. Hicieron todas las abominaciones de las gentes que Adonai había arrojado de delante de los israelita s.

25 El año quinto del rey Roboam, Sosaq, rey de Egipto, subió contra Yerushalaim 26 y se apoderó de los tesoros de la Casa de Adonai y de los tesoros de la ca sa del rey; de todo se apoderó. Y, como llevó todos los escudos de oro que había hech o Salomón, 27 el rey Roboam hizo en su lugar escudos de bronce, que confió a los jefes d e la guardia que custodiaban la entrada de la casa del rey. 28 Cuando el rey entraba en la Casa de Adonai, la guardia los llevaba y des pués los devolvía a la sala de la guardia. 29 El resto de los hechos de Roboam, todo cuanto hizo, ¿no está escrito en el l ibro de los Anales de los reyes de Judá? 30 Hubo guerra continua entre Roboam y Jeroboam. 31 Roboam se acostó con sus padres y fue sepultado en la ciudad de David. Rei nó en su lugar su hijo Abiyyam. 1 Reyes 15 1 El año dieciocho del rey Jeroboam, hijo de Nebat, comenzó a reinar Abiyyam s obre Judá. 2 Reinó tres años en Yerushalaim; el nombres de su madre era Maaká, hija de Absa lón. 3 Siguió en todo los pecados que su padre había hecho antes de él, y su corazón no fue por entero de Adonai su Di-s, como el corazón de David su padre. 4 Pero en atención a David, le dio Adonai su Di-s una lámpara en Yerushalaim, suscitando a su hijo después de él y manteniendo en pie a Yerushalaim, 5 porque David había hecho lo que era recto a los ojos de Adonai y no se había apartado de cuanto le ordenó en todos los días de su vida, salvo en el caso de Urías el hitita. 7 El resto de los hechos de Abiyyam, todo cuanto hizo, ¿no está escrito en el libro de los Anales de los reyes de Judá? Hubo guerra entre Abiyyam y Jeroboam. 8 Se acostó Abiyyam con sus padres y le sepultaron en la ciudad de David. Re inó en su lugar su hijo Asá. 9 El año veinte de Jeroboam, rey de Israel, comenzó a reinar Asá en Judá. 10 Reinó 41 años en Yerushalaim; su abuela se llamaba Maaká, hija de Absalón. 11 Asá hizo lo recto a los ojos de Adonai, como David su padre. 12 Expulsó de la tierra a los consagrados a la prostitución, y quitó todos los ídol os que sus padres habían hecho. 13 Incluso llegó a quitar a su abuela Maaká el título de Gran Dama porque había hec ho un Horror para Aserá. Asá abatió este Horror y lo quemó en el torrente Cedrón. 14 Pero no desaparecieron los altos, aunque el corazón de Asá estuvo del todo c on Adonai toda su vida. 15 Llevó a la Casa de Adonai las ofrendas consagradas por su padre y sus prop ias ofrendas, plata, oro y utensilios. 16 Hubo guerra entre Asá y Basá, rey de Israel, toda su vida. 17 Basá, rey de Israel, subió contra Judá y fortificó Ramá, para cortar las comunicac iones a Asá, rey de Judá. 18 Sacó entonces Asá toda la plata y el oro que quedaban en los tesoros de la C asa de Adonai y en los tesoros de la casa del rey, se lo dio a sus servidores y los envió a Ben Hadad, hijo de Tabrimmón, hijo de Jezyón, rey de Aram, que habitaba en Damasco, diciendo: 19 "Haya alianza entre nosotros como entre mi padre y tu padre. Te envío un p resente de plata y oro. Anda, rompe tu alianza con Basá, rey de Israel, para que s e aleje de mí." 20 Ben Hadad escuchó al rey Asá y envió a los jefes de su ejército contra las ciuda des de Israel, conquistando Iyyón, Dan y Abel Bet Maaká, todo el Kinerot y todo el p aís de Neftalí. 21 Cuando Basá lo supo suspendió las fortificaciones de Ramá y se volvió a Tirsá. 22 El rey Asá convocó a todo Judá sin excepción. Se llevaron la piedra y la madera con que Basá fortificaba Ramá, y el rey Asá fortificó con ellas Gueba de Benjamín y Mispá. 23 El resto de los hechos de Asá, toda su bravura y cuanto hizo, ¿no está escrito en el libro de los Anales de los reyes de Judá? Sólo que en su ancianidad enfermó de los pies.

24 Asá se acostó con sus padres y fue sepultado con sus padres en la ciudad de su padre David. Reinó después de él su hijo Josafat. 25 Nadab, hijo de Jeroboam, comenzó a reinar en Israel el año segundo de Asá, rey de Judá, y reinó dos años sobre Israel. 26 Hizo el mal a los ojos de Adonai, y anduvo por el camino de su padre y e n el pecado con que hizo pecar a Israel. 27 Basá, hijo de Ajías, de la casa de Isacar, conspiró contra él y le mató en Guibbetón de los filisteos, cuando Nadab y todo Israel estaban asediando a Guibbetón. 28 Basá le hizo morir el año tercero de Asá, rey de Judá, y reinó en su lugar. 29 Cuando se hizo rey, mató a toda la casa de Jeroboam, no dejó a nadie de los de Jeroboam con vida, hasta exterminarlos según la palabra que Adonai había dicho po r boca de su siervo el profeta Ajías de Silo, 30 por los pecados que Jeroboam cometió e hizo cometer a Israel y con los que provocó la irritación de Adonai, Di-s de Israel. 31 El resto de los hechos de Nadab y todo cuanto hizo, ¿no está escrito en el l ibro de los Anales de los reyes de Israel? 33 El año tercero de Asá, rey de Judá, comenzó a reinar Basá, hijo de Ajías, sobre todo Israel en Tirsá; reinó veinticuatro años. 34 Hizo el mal a los ojos de Adonai y fue por el camino de Jeroboam y por e l pecado con que hizo pecar a Israel.

1 Reyes 16 1 Fue dirigida la palabra de Adonai a Jehú, hijo de Jananí, contra Basá diciendo : 2 "Por cuanto te he levantado del polvo y te he puesto como jefe de mi pue blo Israel, pero tú has ido por el camino de Jeroboam y has hecho pecar a mi puebl o Israel irritándome con sus pecados, 3 voy a barrer a Basá y a su casa y voy a hacer tu casa parecida a la casa d e Jeroboam, hijo de Nebat. 4 Los de Basá que mueran en la ciudad serán comidos por los perros, y a los qu e mueran en el campo los comerán las aves del cielo." 5 El resto de los hechos de Basá, todo cuanto hizo y su bravura, ¿no está escrit o en el libro de los Anales de los reyes de Israel? 6 Basá se acostó con sus padres y le sepultaron en Tirsá. Reinó en su lugar su hij o Elá. 7 Fue dirigida la palabra de Adonai por boca del profeta Jehú, hijo de Jananí, contra Basá y contra su casa por todo el mal que hizo a los ojos de Adonai, irri tándole con sus obras, hasta hacerse semejante a la casa de Jeroboam, y también por haber exterminado a ésta. 8 El año veintiséis de Asá, rey de Judá, comenzó a reinar Elá, hijo de Basá, sobre Isra l en Tirsá, y reinó dos años. 9 Su servidor Zimrí, jefe de la mitad de los carros, conspiró contra él, cuando estaba en Tirsá bebiendo hasta emborracharse, en casa de Arsá, que estaba al frente de la casa de Tirsá. 10 Entró Zimrí y le hirió matándole el año veintisiete de Asá, rey de Judá, y reinó en s ugar. 11 Cuando se hizo rey, apenas sentado sobre su trono, mató a toda la familia de Basá, sin dejar ningún varón ni pariente ni amigo. 12 Zimrí exterminó a toda la casa de Basá según la palabra que Adonai dijo a Basá por boca del profeta Jehú, 13 por todos los pecados que Basá y Elá, su hijo, cometieron e hicieron cometer a Israel provocando con sus vanos ídolos la indignación de Adonai, Di-s de Israel. 14 El resto de los hechos de Elá, todo cuanto hizo, ¿no está escrito en el libro de los Anales de los reyes de Israel? 15 El año veintisiete de Asá, rey de Judá, reinó Zimrí siete días en Tirsá. El pueblo es aba acampado en Guibbetón de los filisteos. 16 Las tropas acampadas oyeron decir: "Ha conspirado Zimrí y ha llegado a mat ar al rey", y aquel mismo día todo Israel proclamó en el campamento a Omrí, jefe del ejército, como rey de Israel. 17 Omrí y todo Israel con él subieron de Guibbetón y pusieron sitió a Tirsá.

18 Cuando Zimrí vio que la ciudad iba a ser tomada, entró en la ciudadela de la casa del rey, prendió fuego sobre sí a la casa del rey y murió, 19 a causa del pecado que cometió haciendo el mal a los ojos de Adonai, yendo por el camino de Jeroboam y por el pecado que hizo cometer a Israel. 20 El resto de los hechos de Zimrí y la conjuración que tramó, ¿no está escrito en el libro de los Anales de los reyes de Israel? 21 Entonces el pueblo de Israel se dividió en dos mitades; una mitad del pueb lo siguió a Tibní, hijo de Guinat, para hacerle rey; la otra mitad a Omrí. 22 El pueblo que seguía a Omrí prevaleció sobre el pueblo que seguía a Tibní, hijo de Guinat; Tibní murió y reinó Omrí. 23 El año 31 de Asá, rey de Judá, comenzó a reinar Omrí sobre Israel y reinó doce años. einó seis años en Tirsá. 24 Compró la montaña de Samaría a Sémer por dos talentos de plata, fortificó el monte , y a la ciudad que él había construido puso por nombre Samaría, del nombre de Semer, dueño del monte. 25 Omrí hizo el mal a los ojos de Adonai y fue peor que cuantos le precediero n. 26 Fue en todo por el camino de Jeroboam, hijo de Nebat, y por el pecado qu e hizo cometer a Israel irritando a Adonai, Di-s de Israel, con sus vanos ídolos. 27 El resto de los hechos de Omrí, cuanto hizo y su bravura ¿no está escrito en e l libro de los Anales de los reyes de Israel? 28 Se acostó Omrí con sus padres, y fue sepultado en Samaría. Reinó en su lugar su hijo Ajab. 29 Ajab, hijo de Omrí, comenzó a reinar en Israel el año 38 de Asá, rey de Judá. Ajab , hijo de Omrí, reinó sobre Israel en Samaría veintidós años. 30 Ajab, hijo de Omrí, hizo el mal a los ojos de Adonai más que todos los que f ueron antes que él. 31 Lo de menos fue haber seguido los pecados de Jeroboam, hijo de Nebat, si no que, además, tomó por mujer a Jezabel, hija de Ittobaal, rey de los sidonios, y s e fue a servir a Baal postrándose ante él. 32 Alzó un altar a Baal en el santuario de Baal que edificó en Samaría. 33 Hizo Ajab el cipo y aumentó la indignación de Adonai, Di-s de Israel, más que todos los reyes de Israel que le precedieron. 34 En su tiempo Jiel de Betel reedificó Jericó. Al precio de Abirón, su primogénito , puso los fundamentos, y al precio de su hijo menor Segub, puso las puertas, se gún la palabra que dijo Adonai por boca de Josué, hijo de Nun.

1 Reyes 17 1 Elías tesbita, de Tisbé de Galaad, dijo a Ajab: "Vive Adonai, Di-s de Israel , a quien sirvo. No habrá estos años rocío ni lluvia más que cuando mi boca lo diga." 2 Fue dirigida la palabra de Adonai a Elías diciendo: 3 "Sal de aquí, dirígete hacia oriente y escóndete en el torrente de Kerit que e stá al este del Jordán. 4 Beberás del torrente y encargaré a los cuervos que te sustenten allí." 5 Hizo según la palabra de Adonai, y se fue a vivir en el torrente de Kerit que está al este del Jordán. 6 Los cuervos le llevaban pan por la mañana y carne por la tarde, y bebía del torrente. 7 Al cabo de los días se secó el torrente, porque no había lluvia en el país. 8 Le fue dirigida la palabra de Adonai a Elías diciendo: 9 "Levántate y vete a Sarepta de Sidón y quédate allí, pues he ordenado a una muje r viuda de allí que te dé de comer." 10 Se levantó y se fue a Sarepta. Cuando entraba por la puerta de la ciudad h abía allí una mujer viuda que recogía leña. La llamó Elías y dijo: "Tráeme, por favor, un po o de agua para mí en tu jarro para que pueda beber." 11 Cuando ella iba a traérsela, le gritó: "Tráeme, por favor, un bocado de pan en tu mano." 12 Ella dijo: "Vive Adonai tu Di-s, no tengo nada de pan cocido: sólo tengo u n puñado de harina en la tinaja y un poco de aceite en la orza. Estoy recogiendo dos palos, entraré y lo prepararé para mí y para mi hijo, lo comeremos y moriremos."

13 Pero Elías le dijo: "No temas. Entra y haz como has dicho, pero primero ha z una torta pequeña para mí y tráemela, y luego la harás para ti y para tu hijo. 14 Porque así habla Adonai, Di-s de Israel: No se acabará la harina en la tinaj a, no se agotará el aceite en la orza hasta el día en que Adonai conceda la lluvia s obre la haz de la tierra. 15 Ella se fue e hizo según la palabra de Elías, y comieron ella, él y su hijo. 16 No se acabó la harina en la tinaja ni se agotó el aceite en la orza, según la palabra que Adonai había dicho por boca de Elías. 17 Después de estas cosas, el hijo de la dueña de la casa cayó enfermo, y la enfe rmedad fue tan recia que se quedó sin aliento. 18 Entonces ella dijo a Elías: "¿Qué hay entre tú y yo, hombre de Di-s? ¿Es que has v enido a mí para recordar mis faltas y hacer morir a mi hijo?" 19 Elías respondió: "Dame tu hijo." El lo tomó de su regazo y subió a la habitación d e arriba donde él vivía, y lo acostó en su lecho; 20 después clamó a Adonai diciendo: "Adonai, Di-s mío, ¿es que también vas a hacer ma l a la viuda en cuya casa me hospedo, haciendo morir a su hijo?" 21 Se tendió tres veces sobre el niño, invocó a Adonai y dijo: "Adonai, Di-s mío, q ue vuelva, por favor, el alma de este niño dentro de él." 22 Adonai escucho la voz de Elías, y el alma del niño volvió a el y revivió. 23 Tomó Elías al niño, lo bajó de la habitación de arriba de la casa y se lo dio a su madre. Dijo Elías: "Mira, tu hijo vive." 24 La mujer dijo a Elías: "Ahora sí que he conocido bien que eres un hombre de Di-s, y que es verdad en tu boca la palabra de Adonai."

1 Reyes 18 1 Pasado mucho tiempo, fue dirigida la palabra de Adonai a Elías, al tercer año, diciendo: "Vete a presentarte a Ajab, pues voy a hacer llover sobre la superf icie de la tierra." 2 Fue Elías a presentarse a Ajab. El hambre se había apoderado de Samaría. 3 Ajab llamó a Abdías, que estaba al frente de la casa - Abdías era muy temeroso de Adonai. 4 Cuando Jezabel exterminó a los profetas de Adonai, Abdías había tomado cien pr ofetas y los había ocultado, de cincuenta en cincuenta, en una cueva, dándoles de co mer pan y agua. 5 Dijo Ajab a Abdías: "Ven, vamos a recorrer el país por todas sus fuentes y t odos sus torrentes; acaso encontremos hierba para mantener los caballos y mulos y no tengamos que suprimir el ganado." 6 Se repartieron el país para recorrerlo: "Ajab se fue solo por un camino y Abdías se fue solo por otro. 7 Estando Abdías en camino, le salió Elías al encuentro. Le reconoció y cayó sobre s u rostro y dijo: ¿Eres tú Elías, mi señor?" 8 El respondió: "Yo soy. Vete a decir a tu señor: Ahí está Elías." 9 Respondió: "¿En qué he pecado, pues entregas a tu siervo en manos de Ajab para hacerme morir? 10 ¡Vive Adonai tu Di-s! No hay nación o reino donde no haya mandado a buscarte mi señor, y cuando decían: "No está aquí", hacía jurar a la nación o al reino que no te habí encontrado. 11 Y ahora tú dices: "Vete a decir a tu señor: Ahí está Elías." 12 Y sucederá que, cuando me aleje de ti, el espíritu de Adonai te llevará no sé dónd e, llegaré a avisar a Ajab, pero no te hallará y me matará. Sin embargo, tu siervo tem e a Adonai desde su juventud. 13 ¿Nadie ha hecho saber a mi señor lo que hice cuando Jezabel mató a los profeta s de Adonai, que oculté a cien de los profetas de Adonai, de cincuenta en cincuent a, en una cueva, y les alimenté con pan y agua? 14 Y ahora tú me dices: "Vete a decir a tu señor: Ahí está Elías." ¡Me matará" 15 Respondió Elías: "¡Vive Adonai Sebaot a quien sirvo! Hoy me presentaré a él." 16 Abdías fue al encuentro de Ajab y le avisó, y Ajab partió al encuentro de Elías. 17 Cuando Ajab vio a Elías le dijo: "¿Eres tú, azote de Israel?" 18 El respondió: "No soy yo el azote de Israel, sino tú y la casa de tu padre, por haber abandonado a Adonai y haber seguido a los Baales.

19 Pero ahora, envía a reunir junto a mí a todo Israel en el monte Carmelo, y a los 450 profetas de Baal que comen a la mesa de Jezabel." 20 Ajab envió a todos los israelitas y reunió a los profetas en el monte Carmel o. 21 Elías se acercó a todo el pueblo y dijo: "¿Hasta cuándo vais a estar cojeando co n los dos pies? Si Adonai es Di-s, seguidle; si Baal, seguid a éste." Pero el pueb lo no le respondió nada. 22 Dijo Elías al pueblo: "He quedado yo solo como profeta de Adonai, mientras que los profetas de Baal son 450. 23 Que se nos den dos novillos; que elijan un novillo para ellos, que los d espedacen y lo pongan sobre la leña, pero que no pongan fuego. Yo prepararé el otro novillo y lo pondré sobre la leña, pero no pondré fuego. 24 Invocaréis el nombre de vuestro dios; yo invocaré el nombre de Adonai. Y el dios que responda por el fuego, ése es Di-s." Todo el pueblo respondió: "¡Está bien!" 25 Elías dijo a los profetas de Baal: "Elegíos un novillo y comenzad vosotros p rimero, pues sois más numerosos. Invocad el nombre de vuestro dios, pero no pongáis fuego." 26 Tomaron el novillo que les dieron, lo prepararon e invocaron el nombre d e Baal desde la mañana hasta el mediodía, diciendo: "¡Baal, respóndenos!" Pero no hubo v oz ni respuesta. Danzaban cojeando junto al altar que habían hecho. 27 Llegado el mediodía, Elías se burlaba de ellos y decía: "¡Gritad más alto, porque es un dios; tendrá algún negocio, le habrá ocurrido algo, estará en camino; tal vez esté d ormido y se despertará!" 28 Gritaron más alto, sajándose, según su costumbre, con cuchillos y lancetas has ta chorrear la sangre sobre ellos. 29 Cuando pasó el mediodía, se pusieron en trance hasta la hora de hacer la ofr enda, pero no hubo voz, ni quien escuchara ni quien respondiera. 30 Entonces Elías dijo a todo el pueblo: "Acercaos a mí." Todo el pueblo se ace rcó a él. Reparó el altar de Adonai que había sido demolido. 31 Tomó Elías doce piedras según el número de las tribus de los hijos de Jacob, al que fue dirigida la palabra de Adonai diciendo: "Israel será tu nombre." 32 Erigió con las piedras un altar al nombre de Adonai, e hizo alrededor del altar una zanja que contenía como unas dos arrobas de sembrado. 33 Dispuso leña, despedazó el novillo y lo puso sobre la leña. 34 Después dijo: "Llenad de agua cuatro tinajas y derramadla sobre el holocau sto y sobre la leña." Lo hicieron así. Dijo: "Repetid" y repitieron. Dijo: "Hacedlo por tercera vez." Y por tercera vez lo hicieron. 35 El agua corrió alrededor del altar, y hasta la zanja se llenó de agua. 36 A la hora en que se presenta la ofrenda, se acercó el profeta Elías y dijo: "Adonai, Di-s de Abraham, de Isaac y de Israel, que se sepa hoy que tú eres Di-s e n Israel y que yo soy tu servidor y que por orden tuya he ejecutado toda estas c osas. 37 Respóndeme, Adonai, respóndeme, y que todo este pueblo sepa que tú, Adonai, er es Di-s que conviertes sus corazones." 38 Cayó el fuego de Adonai que devoró el holocausto y la leña, y lamió el agua de l as zanjas. 39 Todo el pueblo lo vio y cayeron sobre su rostro y dijeron: "¡Adonai es Dis, Adonai es Di-s!" 40 Elías les dijo: "Echad mano a los profetas de Baal, que no escape ninguno de ellos"; les echaron mano y Elías les hizo bajar al torrente de Quisón, y los dego lló allí. 41 Dijo Elías a Ajab: "Sube, come y bebe, porque ya se oye el rumor de la llu via." 42 Subió Ajab a comer y beber, mientras que Elías subía a la cima del Carmelo, y se encorvó hacia la tierra poniendo su rostro entre las rodillas. 43 Dijo a su criado : "Sube y mira hacia el mar." Subió, miró y dijo: "No hay n ada." El dijo: "Vuelve." Y esto siete veces. 44 A la séptima vez dijo: "Hay una nube como la palma de un hombre, que sube del mar." Entonces dijo: "Sube a decir a Ajab: Unce el carro y baja, no te dete nga la lluvia."

45 Poco a poco se fue oscureciendo el cielo por las nubes y el viento y se produjo gran lluvia. Ajab montó en su carro y se fue a Yizreel. 46 La mano de Adonai vino sobre Elías que, ciñéndose la cintura, corrió delante de Ajab hasta la entrada de Yizreel. 1 Reyes 19 1 Ajab refirió a Jezabel cuanto había hecho Elías y cómo había pasado a cuchillo a t odos los profetas. 2 Envió Jezabel un mensajero a Elías diciendo: "Que los dioses me hagan esto y me añaden esto otro si mañana a estas horas no he puesto tu alma igual que el alma de uno de ellos." 3 El tuvo miedo, se levantó y se fue para salvar su vida. Llegó a Berseba de J udá y dejó allí a su criado. 4 El caminó por el desierto una jornada de camino, y fue a sentarse bajo una retama. Se deseó la muerte y dijo: "¡Basta ya, Adonai! ¡Toma mi vida, porque no soy m ejor que mis padres!" 5 Se acostó y se durmió bajo una retama, pero un ángel le tocó y le dijo: "Levántate y come." 6 Miró y vio a su cabecera una torta cocida sobre piedras calientes y un jar ro de agua. Comió y bebió y se volvió a acostar. 7 Volvió segunda vez el ángel de Adonai, le tocó y le dijo: "Levántate y come, por que el camino es demasiado largo para ti." 8 Se levantó, comió y bebió, y con la fuerza de aquella comida caminó cuarenta días y cuarenta noches hasta el monte de Di-s, el Horeb. 9 Allí entró en la cueva, y pasó en ella la noche. Le fue dirigida la palabra de Adonai, que le dijo: "¿Qué haces aquí Elías?" 10 El dijo: "Ardo en celo por Adonai, Di-s Sebaot, porque los israelitas ha n abandonado tu alianza, han derribado tus altares y han pasado a espada a tus p rofetas; quedo yo solo y buscan mi vida para quitármela." 11 Le dijo: "Sal y ponte en el monte ante Adonai." Y he aquí que Adonai pasab a. Hubo un huracán tan violento que hendía las montañas y quebrantaba las rocas ante A donai; pero no estaba Adonai en el huracán. Después del huracán, un temblor de tierra; pero no estaba Adonai en el temblor. 12 Después del temblor, fuego, pero no estaba Adonai en el fuego. Después del f uego, el susurro de una brisa suave. 13 Al oírlo Elías, cubrió su rostro con el manto, salió y se puso a la entrada de l a cueva. Le fue dirigida una voz que le dijo: "¿Qué haces aquí, Elías?" 14 El respondió: "Ardo en celo por Adonai, Di-s Sebaot, porque los israelitas han abandonado tu alianza, han derribado tus altares y han pasado a espada a t us profetas; quedo yo solo y buscan mi vida para quitármela." 15 Adonai le dijo: "Anda, vuelve por tu camino hacia el desierto de Damasco . Vete y unge a Jazael como rey de Aram. 16 Ungirás a Jehú, hijo de Nimsí, como rey de Israel, y a Eliseo, hijo de Safat, de Abel Mejolá, le ungirás como profeta en tu lugar. 17 Al que escape a la espada de Jazael le hará morir Jehú, y al que escape a la espada de Jehú, le hará morir Eliseo. 18 Pero me reservaré 7.000 en Israel: todas las rodillas que no se doblaron a nte Baal, y todas las bocas que no le besaron." 19 Partió de allí y encontró a Eliseo, hijo de Safat, que estaba arando. Había dela nte de él doce yuntas y él estaba con la duodécima. Pasó Elías y le echó su manto encima. 20 El abandonó los bueyes, corrió tras de Elías y le dijo: "Déjame ir a besar a mi padre y a mi madre y te seguiré." Le respondió: "Anda, vuélvete, pues ¿qué te he hecho?" 21 Volvió atrás Eliseo, tomó el par de bueyes y los sacrificó, asó su carne con el yu go de los bueyes y dio a sus gentes, que comieron. Después se levantó, se fue tras d e Elías y entró a su servicio. 1 Reyes 20 1 Ben Hadad, rey de Aram, reunió todo su ejército. Tenía consigo 32 reyes, cabal los y carros. Subió y puso sitio a Samaría y la atacó. 2 Envió mensajeros a la ciudad, a Ajab, rey de Israel,

3 para decirle: "Así habla Ben Hadad: Tu plata y tu oro son para mí. Tus mujer es y tus hijos para ti." 4 El rey de Israel respondió: "Como tú dices, rey mi señor, tuyo soy yo y todo l o mío." 5 Volvieron los mensajeros y dijeron: "Así habla Ben Hadad: Envío a decirte: M e darás tu plata, tu oro, tus mujeres y tus hijos. 6 Así que mañana a estas horas te enviaré mis siervos y registrarán tu casa y las casas de tus siervos, y echarán mano a cuanto les guste, y se lo llevarán." 7 Convocó el rey de Israel a todos los ancianos de la tierra y les dijo: "Re conoced y ved que éste busca hacer el mal. Me pide mis mujeres y mis hijos a pesar de que no le he negado mi plata y mi oro." 8 Todos los ancianos y todo el pueblo dijeron: "No le escuches, no consien tas." 9 Dijo a los enviados de Ben Hadad: "Decid a mi señor el rey: Todo lo que ma ndaste la primera vez a tu siervo, lo haré; pero esto no puedo hacerlo." Se fuero n los mensajeros llevando la respuesta. 10 Entonces, Ben Hadad envió a decir: "Esto me hagan los dioses y esto me añada n si hay bastante polvo en Samaría para los puños de todo el pueblo que me sigue." 11 El rey de Israel respondió: "Decid: No se alabe quien se ciñe como el que se desciñe." 12 Cuando Ben Hadad escuchó esta palabra, estaba bebiendo con los reyes en la tienda, y dijo a sus servidores: "Tomad posiciones." Y tomaron posiciones contr a la ciudad. 13 Se acercó a Ajab, rey de Israel, un profeta y le dijo: "Así habla Adonai: ¿Has visto esta gran multitud? Hoy la entrego en tus manos y sabrás que yo soy Adonai. " 14 "Ajab dijo: "¿Por medio de quién?" Respondió: "Así dice Adonai: Por medio de los jóvenes de los jefes de distritos." Preguntó Ajab: "¿Quién debe entablar el combate?" R espondió: "Tú." 15 Pasó revista a los jóvenes de los jefes de distritos, que eran 232; después de ellos, pasó revista a todo el pueblo, todos los israelitas, 7.000. 16 Hicieron una salida a mediodía, mientras Ben Hadad estaba bebiendo hasta l a embriaguez en sus tiendas con los 32 reyes auxiliares. 17 Salieron en cabeza los jóvenes de los jefes de distritos. Enviaron a avisa r a Ben Hadad: "Han salido algunos jóvenes de Samaría." 18 El respondió: "Si han salido en son de paz, prendedles vivos; si han salid o en son de guerra, prendedles vivos." 19 Salieron, pues, de la ciudad aquellos jóvenes de los jefes de los distrito s y el ejército detrás de ellos. 20 Abatió cada uno a su hombre. Aram se dio a la fuga e Israel le persiguió. Be n Hadad, rey de Aram, pudo salvarse a caballo con algunos jinetes. 21 Salió el rey de Israel y se apoderó de los caballos y carros, infligiendo a Aram una gran derrota. 22 Se acercó el profeta al rey de Israel y dijo: "Anda, cobra ánimo, y conoce y mira lo que has de hacer, porque el año que viene el rey de Aram subirá contra ti." 23 Los servidores del rey de Aram le dijeron: "Su Di-s es un Di-s de las mo ntañas; por eso fueron más fuertes que nosotros. Pero atacaremos en la llanura y ¿no seremos más fuertes que ellos? 24 Haz esto: quita de su puesto a cada uno de los reyes, y pon gobernadores en su lugar. 25 Por tu parte, recluta un ejército como el ejército que perdiste, con otros t antos caballos y carros, y les atacaremos en la llanura. ¿No seremos más fuertes que ellos?" Escuchó su voz e hizo así. 26 A la vuelta del año, Ben Hadad pasó revista a los arameos y subió a Afeq para luchar contra Israel. 27 Se pasó revista a los israelitas que fueron provistos de vituallas y march aron a su encuentro. Los israelitas acamparon frente a ellos como dos rebaños de c abras, mientras que los arameos llenaban la tierra. 28 El hombre de Di-s se acercó al rey de Israel y dijo: "Así habla Adonai: Por haber dicho los arameos: Adonai es un Di-s de la montaña, no es Di-s de las llanur

as, voy a entregar toda esta gran muchedumbre en tus manos y sabrás que yo soy Ado nai." 29 Acamparon frente a frente durante siete días y el séptimo día trabaron batalla . Los israelitas batieron a los arameos, 100.000 infantes en un día. 30 Los restantes huyeron a la ciudad de Afeq, pero la muralla se desplomó sob res los 27.000 hombres que quedaban. Ben Hadad había huido y se había refugiado en l a ciudad, en una habitación retirada. 31 Sus servidores le dijeron: "Hemos oído que los reyes de la casa de Israel son reyes misericordiosos. Deja que nos pongamos sayales sobre nuestros lomos y cuerdas en nuestras cabezas y salgamos hacia el rey de Israel. Acaso te deje la vida." 32 Se ciñeron sayales a sus lomos y cuerdas sobre sus cabezas y fueron al rey de Israel y le dijeron: "Tu siervo Ben Hadad dice: Que pueda yo conservar mi v ida." El respondió: "¿Vive aún? ¡Es mi hermano!" 33 Los hombres lo tomaron como buen augurio y se apresuraron a tomarle la p alabra diciendo: "Hermano tuyo es Ben Hadad." El dijo: "Id a traerlo." Ben Hadad salió hacia él, y él le hizo subir a su carro. 34 Ben Hadad le dijo: "Devolveré las ciudades que mi padre tomó a tu padre; y tú pondrás bazares para ti en Damasco, como mi padre puso en Samaría." - "Con este pact o te dejaré libre." Hizo un pacto con él y le dejó libre. 35 Un hombre de los hijos de los profetas dijo a su compañero: "Por orden de Adonai, hiéreme"; pero el hombre no quiso herirle. 36 Le dijo: "Por no haber escuchado la voz de Adonai, en cuanto te marches de mi lado, el león te herirá." Se fue de su lado y le encontró al león, que le hirió. 37 Halló a otro hombre y le dijo: "Hiéreme." El hombre le dio un golpe y le hir ió. 38 El profeta se fue y se puso a esperar al rey en el camino. Se había disfra zado con una banda sobre los ojos. 39 Cuando el rey pasaba clamó al rey y dijo: "Tu siervo había llegado al centro de la batalla cuando uno abandonó las filas y me trajo un hombre y me dijo: "Cust odia a este hombre; si llega a faltar, tu vida responderá por la suya, o pagarás un talento de plata." 40 Pero tu siervo estaba ocupado aquí y allá y éste desapareció." El rey de Israel le dijo: "Esa es tu sentencia. Tú mismo lo has sentenciado." 41 El entonces se apresuró a quitarse la banda de los ojos y el rey de Israel le reconoció como uno de los profetas. 42 Dijo al rey: "Así dice Adonai: Por haber dejado ir de tus manos al hombre entregado a mi anatema, tu vida pagará por su vida y tu pueblo por su pueblo." 43 El rey de Israel se fue a su casa triste e irritado, y entró en Samaría. 1 Reyes 21 1 Después de estos sucesos ocurrió que Nabot, de Yizreel, tenía una viña junto al palacio de Ajab, rey de Samaría, 2 y Ajab habló a Nabot diciendo: "Dame tu viña para que me sirva de huerto par a hortalizas, pues está pegando a mi casa, y yo te daré por ella una viña mejor que e stá, o si parece bien a tus ojos te daré su precio en dinero." 3 Respondió Nabot a Ajab: "Líbreme Adonai de darte la herencia de mis padres." 4 Se fue Ajab a su casa triste e irritado por la palabra que le dijo Nabot de Yizreel: "No te daré la heredad de mis padres"; se acostó en su lecho, volvió su r ostro y no quiso comer. 5 Vino a donde él su mujer Jezabel, y le habló: "¿Por qué está triste tu espíritu y po r qué no quieres comer?" 6 El le respondió: "Porque he hablado con Nabot de Yizreel y le he dicho: "D ame tu viña por dinero o, si lo prefieres, te daré una viña a cambio", y me dijo: "No te daré mi viña."" 7 Su mujer Jezabel le dijo: "¿Y eres tú el que ejerces la realeza en Israel? L evántate, come y que se alegre tu corazón. Yo te daré la viña de Nabot de Yizreel." 8 Escribió cartas en nombre de Ajab y las selló con su sello, y envió las cartas a los ancianos y notables que vivían junto a Nabot. 9 En las cartas había escrito: "Proclamad un ayuno y haced sentar a Nabot a

la cabeza del pueblo. 10 Haced que se sienten frente a él dos malvados que le acusarán diciendo: "Has maldecido a Di-s y al rey" y le sacaréis y le apedrearéis para que muera." 11 Los hombres de la ciudad, los ancianos y notables que vivían junto a Nabot en su ciudad, hicieron lo que Jezabel les había mandado, de acuerdo con lo escri to en las cartas que les había remitido. 12 Proclamaron un ayuno e hicieron sentar a Nabot a la cabeza del pueblo. 13 Llegaron los dos malvados, se sentaron frente a él y acusaron los malvados a Nabot delante del pueblo diciendo: "Nabot ha maldecido a Di-s y al rey"; le s acaron fuera de la ciudad, le apedrearon y murió. 14 Enviaron a decir a Jezabel: "Nabot ha sido apedreado y ha muerto." 15 Cuando Jezabel oyó que Nabot había sido apedreado y muerto, dijo a Ajab: "Le vántate, toma posesión de la viña de Nabot, el de Yizreel, el que se negó a dártela por di nero, pues Nabot ya no vive, ha muerto." 16 Apenas oyó Ajab que Nabot había muerto, se levantó y bajó a la viña de Nabot, el d e Yizreel, para tomar posesión de ella. 17 Entonces fue dirigida la palabra de Adonai a Elías tesbita diciendo: 18 "Levántate, baja al encuentro de Ajab, rey de Israel, que está en Samaría. Está en la viña de Nabot, a donde ha bajado a apropiársela. 19 Le hablarás diciendo: Así habla Adonai: Has asesinado ¿y además usurpas? Luego l e hablarás diciendo: Por esto, así habla Adonai: En el mismo lugar en que los perro s han lamido la sangre de Nabot, lamerán también los perros tu propia sangre." 20 Ajab dijo a Elías: "Has vuelto a encontrarme, enemigo mío." Respondió: "Te he vuelto a encontrar porque te has vendido para hacer el mal a los ojos de Adonai. 21 Yo mismo voy a traer el mal sobre ti y voy a barrer tu posteridad y a ex terminar todo varón de los de Ajab, libre o esclavo, en Israel. 22 Y haré tu casa como la casa de Jeroboam, hijo de Nebat, y como la casa de Basá, hijo de Ajías, por la irritación con que me has irritado y por haber hecho pecar a Israel. 23 También contra Jezabel ha hablado Adonai diciendo: "Los perros comerán a Jez abel en la parcela de Yizreel." 24 A los hijos de Ajab que mueran en la ciudad los comerán los perros y a los que mueran en el campo los comerán las aves del cielo." 25 No hubo quien se prestara como Ajab para hacer el mal a los ojos de Adon ai, porque su mujer Jezabel le había seducido. 26 Su proceder fue muy abominable, yendo tras los ídolos, en todo como los am orreos a los que expulsó Adonai ante los israelitas. 27 Cuando Ajab oyó estas palabras desgarró sus vestidos y se puso un sayal sobr e su carne, ayunó y se acostó con el sayal puesto; y caminaba a paso lento. 28 Fue dirigida la palabra de Adonai a Elías tesbita diciendo: 29 "¿Has visto cómo Ajab se ha humillado en mi presencia? Por haberse humillado en mi presencia, no traeré el mal en vida suya; en vida de su hijo traeré el mal so bre su casa." 1 Reyes 22 1 Transcurrieron tres años sin guerra entre Aram e Israel. 2 Al tercer año bajó Josafat, rey de Judá, donde el rey de Israel, 3 y el rey de Israel dijo a sus servidores: "Vosotros sabéis que Ramot de Ga laad nos pertenece y no hacemos nada por rescatarla de manos del rey de Aram." 4 Dijo a Josafat: "¿Quieres venir conmigo para atacar a Ramot de Galaad?" Jo safat respondió al rey de Israel: "Yo soy como tú, mi pueblo como tu pueblo, mis cab allos como tus caballos." 5 Josafat dijo al rey de Israel: "Consulta antes, por favor, la palabra de Adonai." 6 El rey de Israel reunió a los profetas, cuatrocientos hombres, y les dijo: "¿Debo atacar a Ramot de Galaad, o debo desistir?" Le respondieron: "Sube, porque Adonai la entregará en manos del rey." 7 Pero Josafat dijo: "No hay aquí otro profeta de Adonai a quien podamos con sultar?" 8 Dijo el rey de Israel a Josafat: "Queda todavía un hombre por quien podríamo

s consultar a Adonai, pero yo le aborrezco, porque no me profetiza el bien, sino el mal. Es Miqueas, hijo de Yimlá." Dijo Josafat: "No hable el rey así." 9 Llamó el rey de Israel a un eunuco y le dijo: "Trae en seguida a Miqueas, hijo de Yimlá." 10 El rey de Israel y Josafat, rey de Judá, estaban sentados cada uno en su t rono, vestidos de gala, en la era que hay a la entrada de la puerta de Samaría, mi entras que todos los profetas estaban en trance delante de ellos. 11 Sedecías, hijo de Kenaaná se había hecho unos cuernos de hierro y decía: "Así dice Adonai: Con éstos acornearás a Aram hasta acabar con ellos." 12 Todos los profetas profetizaban del mismo modo diciendo: "Sube contra Ra mot de Galaad, tendrás éxito. Adonai la entregará en manos del rey." 13 El mensajero que había ido a llamar a Miqueas le habló diciendo: "Mira que l os profetas a una voz predicen el bien al rey. Procura hablar como uno de ellos y anuncia el bien." 14 Miqueas respondió: "¡Vive Adonai!, lo que Adonai me diga, eso anunciaré." 15 Llegó donde el rey y el rey le dijo: "Miqueas, ¿debemos subir a Ramot de Gal aad para atacarla o debo desistir?" Le respondió: "Sube, tendrás éxito, Adonai la entr egará en manos del rey." 16 Pero el rey dijo: "¿Cuántas veces he de conjurarte a que no me digas más que l a verdad en nombre de Adonai?" 17 Entonces él dijo: He visto todo Israel disperso por los montes como ovejas sin pastor.Adonai ha dicho: "No tienen señor; que vuelvan en paz cada cual a su c asa." 18 El rey de Israel dijo a Josafat: "¿No te dije que nunca me anuncia el bien sino el mal?" 19 Dijo Miqueas: "Escucha la palabra de Adonai: He visto a Adonai sentado e n un trono y todo el ejército de los cielos estaba a su lado, a derecha e izquier da. 20 Preguntó Adonai: "¿Quién engañará a Ajab para que suba y caiga en Ramot de Galaad? " Y el uno decía una cosa y el otro otra. 21 Se adelantó el Espíritu, se puso ante Adonai y dijo: "Yo le engañaré." Adonai le preguntó: "¿De qué modo?" 22 Respondió: "Iré y me haré espíritu de mentira en la boca de todos sus profetas." Adonai dijo: "Tú conseguirás engañarle. Vete y hazlo así." 23 Ahora, pues, Adonai ha puesto espíritu de mentira en la boca de todos esto s profetas tuyos, pues Adonai ha predicho el mal contra ti." 24 Se acercó Sedecías, hijo de Kenaaná, y dio una bofetada a Miqueas en la mejill a diciendo: "¿Por qué camino se ha ido de mí el espíritu de Adonai para hablarte a ti?" 25 Miqueas replicó: "Tú mismo lo verás el día en que vayas escondiéndote de aposento en aposento." 26 El rey de Israel dijo: "Prende a Miqueas y llévaselo a Amón, gobernador de l a ciudad, y a Joás, hijo del rey. 27 Y les dirás: Así habla el rey: Meted a éste en la cárcel y racionadle el pan y e l agua hasta que yo vuelva victorioso." 28 Dijo Miqueas: "Si es que vuelves victorioso, no ha hablado Adonai por mí." 29 El rey de Israel y Josafat, rey de Judá, subieron contra Ramot de Galaad. 30 El rey de Israel dijo a Josafat: "Yo voy a disfrazarme para entrar en co mbate, mientras que tú te pondrás tus vestidos." El rey de Israel se disfrazó para ent rar en combate. 31 Ahora bien, el rey de Aram había ordenado a los jefes de los carros: "No a taquéis ni a chicos ni a grandes, sino tan sólo al rey de Israel." 32 Cuando los jefes de los carros vieron a Josafat, dijeron: "Seguro que es el rey de Israel." Y le rodearon para cargar sobre él. Pero Josafat gritó. 33 Y viendo los jefes de los carros que no era el rey de Israel se apartaro n de él. 34 Entonces un hombre disparó su arco al azar e hirió al rey de Israel por entr e las placas de la coraza, y el rey dijo a su auriga: "Da la vuelta y sácame de la batalla, porque me siento mal." 35 Arreció aquel día la batalla y el rey fue sostenido en pie en su carro frent e a los arameos, y a la tarde murió; la sangre de la herida corría por el fondo del

carro. 36 A la caída del sol se corrió un grito por el campamento: "Cada uno a su ciud ad, cada uno a su tierra. 37 El rey ha muerto." Llegaron a Samaría y allí sepultaron al rey. 38 Lavaron el carro con agua abundante junto a la alberca de Samaría y los pe rros lamían la sangre y las prostitutas se bañaron en ella, según la palabra que Adona i había dicho. 39 El resto de los hechos de Ajab, todo cuanto hizo, la casa de marfil que edificó, todas las ciudades que fortificó ¿no está escrito en el libro de los Anales de los reyes de Israel? 40 Ajab se acostó con sus padres y reinó en su lugar su hijo Ocozías. 41 Josafat, hijo de Asá, comenzó a reinar en Judá el año cuarto de Ajab, rey de Isr ael. 42 Josafat tenía 35 años cuando comenzó a reinar y reinó veinticinco años en Yerushal aim. Su madre se llamaba Azubá, hija de Siljí. 43 Siguió en todo el camino de Asá, su padre, sin desviarse de él, haciendo lo re cto a los ojos de Adonai. 44 Con todo, no desaparecieron los altos; el pueblo seguía sacrificando y que mando incienso en los altos. 45 Josafat estuvo en paz con el rey de Israel. 46 El resto de los hechos de Josafat, la bravura que demostró y las guerras q ue sostuvo ¿no está escrito en el libro de los Anales de los reyes de Judá? 47 Barrió de la tierra a todos los consagrados a la prostitución que habían queda do en el país en los días de Asá su padre. 48 No había rey establecido en Edom. 49 Josafat hizo una flota de Tarsis para ir a Ofir por oro, pero no fue, po rque se destrozó la flota en Esyón Guéber. 50 Entonces Ocozías, hijo de Ajab, dijo a Josafat: "Mis siervos irán con tus si ervos en la flota", pero Josafat no quiso. 51 Josafat se acostó con sus padres y fue sepultado con sus padres en la ciud ad de su padre David y reinó en su lugar su hijo Joram. 52 Ocozías, hijo de Ajab, comenzó a reinar sobre Israel, en Samaría, el año diecisi ete de Josafat, rey de Judá, y reinó dos años sobre Israel. 53 Hizo el mal a los ojos de Adonai y anduvo por el camino de su madre, y p or el camino de Jeroboam, hijo de Nabat, el que hizo pecar a Israel. 54 Sirvió a Baal y se postró ante él, irritando a Adonai, Di-s de Israel, enteram ente como lo había hecho su padre. LIBRO SEGUNDO DE LOS REYES 2 Reyes 1 1 Después de la muerte de Ajab, Moab se rebeló contra Israel. 2 Ocozías se cayó por la celosía de su habitación de arriba de Samaría; quedó maltrech o, y envió mensajeros a los que dijo: "Id a consultar a Baal Zebub, dios de Ecrón, s i sobreviviré a esta desgracia." 3 Pero el Angel de Adonai dijo a Elías tesbita: "Levántate y sube al encuentro de los mensajeros del rey de Samaría y diles: ¿Acaso porque no hay Di-s en Israel v ais vosotros a consultar a Baal Zebub, dios de Ecrón? 4 Por eso, así habla Adonai: Del lecho al que has subido no bajarás, porque de cierto morirás." Y Elías se fue. 5 Los mensajeros se volvieron a Ocozías y éste les dijo: "¿Cómo así os habéis vuelto?" 6 Le respondieron: "Nos salió al paso un hombre que nos dijo: "Andad, volveo s al rey que os ha enviado y decidle: Así habla Adonai: ¿Acaso porque no hay Di-s en Israel envías tú a consultar a Baal Zebub, dios de Ecrón? Por eso, del lecho al que h as subido no bajarás, porque de cierto morirás."" 7 Les preguntó: "¿Qué aspecto tenía el hombre que os salió al paso y os dijo estas p alabras?" 8 Le respondieron: "Era un hombre con manto de pelo y con una faja de piel ceñida a su cintura." El dijo: "Es Elías tesbita." 9 Le envió un jefe de cincuenta con sus cincuenta hombres, que subió a donde él;

estaba él sentado en la cumbre de la montaña, y le dijo: "Hombre de Di-s, el rey ma nda que bajes." 10 Respondió Elías y dijo al jefe de cincuenta: "Si soy hombre de Di-s, que baj e fuego del cielo y te devore a ti y a tus cincuenta." Bajó fuego del cielo que l e devoró a él y a sus cincuenta. 11 Volvió a enviarle otro jefe de cincuenta, que subió y le dijo: "Hombre de Di -s. Así dice el rey: Apresúrate a bajar." 12 Respondió Elías y le dijo: "Si soy hombre de Di-s, que baje fuego del cielo y te devore a ti y a tus cincuenta." Bajó fuego del cielo que le devoró a él y a sus c incuenta. 13 Volvió a enviar un tercer jefe de cincuenta con sus cincuenta; llegó el terc er jefe de cincuenta, cayó de rodillas ante Elías y le suplicó diciendo: "Hombre de Di -s, te ruego que mi vida y la vida de estos cincuenta tuyos sea preciosa a tus o jos. 14 Ya ha bajado fuego del cielo y ha devorado a los dos jefes de cincuenta anteriores y a sus cincuenta; pues que ahora mi vida sea preciosa a tus ojos." 15 El Angel de Adonai dijo a Elías: "Baja con él y no temas ante él." Se levantó y bajó con él donde el rey, 16 y le dijo: "Así dice Adonai: Porque has enviado mensajeros para consultar a Baal Zebub, dios de Ecrón, por eso, del lecho al que has subido no bajarás, pues d e cierto morirás." 17 Murió según la palabra de Adonai que Elías había dicho, y reinó en su lugar su her mano Joram, en el año segundo de Joram, hijo de Josafat, rey de Judá, porque él no tenía hijos. 18 El resto de los hechos de Ocozías, lo que hizo, ¿no está escrito en el libro d e los Anales de los reyes de Israel? 2 Reyes 2 1 Esto pasó cuando Adonai arrebató a Elías en el torbellino al cielo. Elías y Elis eo partieron de Guilgal. 2 Dijo Elías a Eliseo: "Quédate aquí, porque Adonai me envía a Betel." Eliseo dijo : "Vive Adonai y vive tu alma, que no te dejaré." Y bajaron a Betel. 3 Salió la comunidad de los profetas que había en Betel al encuentro de Eliseo y le dijeron: "¿No sabes que Adonai arrebatará hoy a tu señor por encima de tu cabeza ?" Respondió: "También yo lo sé. ¡Callad!" 4 Elías dijo a Eliseo: "Quédate aquí, porque Adonai me envía a Jericó." Pero él respon dió: "Vive Adonai y vive tu alma, que no te dejaré", y siguieron hacia Jericó. 5 Se acercó a Eliseo la comunidad de los profetas que había en Jericó y le dijer on: "¿No sabes que Adonai arrebatará hoy a tu señor por encima de tu cabeza?" Respondió: "También yo lo sé. ¡Callad!" 6 Le dijo Elías: "Quédate aquí, porque Adonai me envía al Jordán." Respondió: "Vive Ad onai y vive tu alma que no te dejaré", y fueron los dos. 7 Cincuenta hombres de la comunidad de los profetas vinieron y se quedaron enfrente, a cierta distancia; ellos dos se detuvieron junto al Jordán. 8 Tomó Elías su manto, lo enrolló y golpeó las aguas, que se dividieron de un lado y de otro, y pasaron ambos a pie enjuto. 9 Cuando hubieron pasado, dijo Elías a Eliseo: "Pídeme lo que quieras que haga por ti antes de ser arrebatado de tu lado." Dijo Eliseo: "Que tenga dos partes de tu espíritu." 10 Le dijo: "Pides una cosa difícil; si alcanzas a verme cuando sea llevado d e tu lado, lo tendrás; si no, no lo tendrás." 11 Iban caminando mientras hablaban, cuando un carro de fuego con caballos de fuego se interpuso entre ellos; y Elías subió al cielo en el torbellino. 12 Eliseo le veía y clamaba: "¡Padre mío, padre mío! Carro y caballos de Israel! ¡Aur iga suyo!" Y no le vio más. Asió sus vestidos y los desgarró en dos. 13 Tomó el manto que se le había caído a Elías y se volvió, parándose en la orilla del Jordán. 14 Tomó el manto de Elías y golpeó las aguas diciendo: ¿Dónde está Adonai, el Di-s de E lías?" Golpeó las aguas, que se dividieron de un lado y de otro, y pasó Eliseo. 15 Habiéndole visto la comunidad de los profetas que estaban enfrente, dijero

n: "El espíritu de Elías reposa sobre Eliseo." Fueron a su encuentro, se postraron ante él en tierra, 16 y le dijeron: "Hay entre tus siervos cincuenta hombres valerosos; que va yan a buscar a tu señor, no sea que el espíritu de Adonai se lo haya llevado y le h aya arrojado en alguna montaña o algún valle." El dijo: "No mandéis a nadie." 17 Como le insistieran hasta la saciedad dijo: "Mandad." Mandaron cincuenta hombres que le buscaron durante tres días, pero no le encontraron. 18 Se volvieron donde él, que se había quedado en Jericó, y les dijo: "¿No os dije que no fuerais?". 19 Los hombres de la ciudad dijeron a Eliseo: "El emplazamiento de la ciuda d es bueno, como mi señor puede ver, pero las aguas son malas y la tierra es estéril ." 20 El dijo: "Traedme una olla nueva y poned sal en ella." Y se la trajeron. 21 Fue al manantial de las aguas, arrojó en él la sal y dijo: "Así dice Adonai: Y o he saneado estas aguas; ya no habrá en ellas muerte ni esterilidad." 22 Y las aguas quedaron saneadas hasta el día de hoy, según la palabra que dijo Eliseo. 23 De allí subió a Betel. Iba subiendo por el camino, cuando unos niños pequeños sa lieron de la ciudad y se burlaban de él diciendo: "¡Sube, calvo; sube, calvo!" 24 El se volvió, los vio y los maldijo en nombre de Adonai. Salieron dos osos del bosque y destrozaron a 42 de ellos. 25 De allí se fue al monte Carmelo, de donde se volvió a Samaría. 2 Reyes 3 1 Joram, hijo de Ajab, comenzó a reinar sobre Israel en Samaría el año dieciocho de Josafat, rey de Judá, y reinó doce años. 2 Hizo el mal a los ojos de Adonai, pero no como su padre y como su madre, porque retiró la estela de Baal que su padre había hecho. 3 Tan sólo que se adhirió a los pecados de Jeroboam, hijo de Nebat, que hizo p ecar a Israel, y no se apartó de ellos. 4 Mesá, rey de Moab, era pastor de ovejas y pagaba al rey de Israel 100.000 corderos y 100.000 carneros con su lana; 5 pero a la muerte de Ajab, el rey de Moab se rebeló contra el rey de Israel . 6 Aquel día salió el rey Joram de Samaría y pasó revista a todo Israel. 7 Fue y envió a decir a Josafat, rey de Judá: "El rey de Moab se ha rebelado c ontra mí. ¿Quieres venir conmigo a la guerra contra Moab?" Respondió: "Subiré. Yo seré com o tú; mi pueblo como tu pueblo, mis caballos como tus caballos." 8 Y preguntó: "¿Por qué camino subiremos?" Respondió: "Por el camino del desierto de Edom." 9 Fueron el rey de Israel, el rey de Judá y el rey de Edom; dieron un rodeo durante siete días y faltó el agua para el campamento y para las bestias de carga qu e les seguían. 10 El rey de Israel dijo: "¡Ay! Que Adonai ha llamado a estos tres reyes para entregarlos en manos de Moab!" 11 Pero Josafat dijo: "¿No hay aquí algún profeta de Adonai para que consultemos a Adonai por su medio?" Respondió uno de los servidores del rey de Israel y dijo: "Esta aquí Eliseo, hijo de Safat, el que vertía el agua en manos de Elías." 12 Dijo Josafat: "Con él está la palabra de Adonai." Y bajaron donde él el rey de Israel, Josafat, y el rey de Edom. 13 Dijo Eliseo al rey de Israel: "¿Qué tengo que ver yo contigo? ¡Vete a los prof etas de tu padre y a los profetas de tu madre!" Respondió el rey de Israel: "Es q ue Adonai ha llamado a estos tres reyes para entregarlos en manos de Moab." 14 Dijo Eliseo: "Vive Adonai Seboat a quien sirvo, que si no tuviera delant e a Josafat, rey de Judá, no te atendería ni te miraría. 15 Traedme, pues, un tañedor. Y sucedió que, mientras tocaba el tañedor, vino sob re él la mano de Adonai, 16 y dijo: "Así dice Adonai: "Haced en este valle zanjas y más zanjas ", 17 porque así, dice Adonai: "No veréis viento y no veréis lluvia, pero este valle se llenará de agua y beberéis vosotros y vuestros campamentos y vuestros ganados. "

18 Y aún es poco esto a los ojos de Adonai, pues entregaré a Moab en vuestras m anos 19 y heriréis a toda ciudad fuerte, talaréis todo árbol bueno, cegaréis todas las f uentes y devastaréis todos los campos fértiles cubriéndolos de piedra." 20 A la mañana, a la hora de alzar la oblación, venían las aguas de la parte de E dom y la tierra se llenó de agua. 21 Habiendo oído todo Moab que subían los reyes para hacerles la guerra, convoc aron a todos, desde los que empezaban a ceñir espada en adelante, y se apostaron e n la frontera. 22 Al levantarse de mañana brillaba el sol sobre las aguas y los moabitas vie ron enfrente las aguas rojas como la sangre, 23 y exclamaron: "Es sangre; sin duda los reyes se han matado entre sí y se h an herido unos a otros. Conque ¡al botín, Moab!" 24 Cuando llegaron al campamento de Israel, se levantaron los israelitas y batieron a Moab, que huyó ante ellos; ellos avanzaron impetuosamente y derrotaron a Moab, 25 destruyeron las ciudades, arrojaron sobre los mejores campos cada uno su piedra y los llenaron, cegaron todos los manantiales, talaron todo árbol bueno; sólo le quedaron sus piedras a Quir Jeres, y los honderos la cercaron y la batiero n. 26 Viendo el rey de Moab que llevaba la parte peor de la batalla, tomó consig o setecientos hombres que tiraban de espada para abrir brecha hacía el rey de Ara m, pero no pudieron. 27 Tomó entonces a su primogénito, el que había de reinar en su lugar, y lo alzó en holocausto sobre la muralla, y hubo gran cólera contra los israelitas, que se ale jaron de allí volviendo al país. 2 Reyes 4 1 Una de las mujeres de la comunidad de los profetas clamó a Eliseo diciendo : "Tu siervo, mi marido, ha muerto; tú sabes que tu siervo temía a Adonai. Pero el acreedor ha venido a tomar mis dos hijos para esclavos suyos." 2 Eliseo dijo: "¿Qué puedo hacer por ti? Dime qué tienes en casa." Respondió ella: "Tu sierva no tiene en casa más que una orza de aceite." 3 Dijo él: "Anda y pide fuera vasijas a todas tus vecinas, vasijas vacías, no te quedes corta. 4 Entra luego y cierra la puerta tras de ti y tras de tus hijos, y vierte sobre todas esas vasijas, y las pones aparte a medida que se vayan llenando." 5 Se fue ella de su lado y cerró la puerta tras de sí y tras de sus hijos; éstos le acercaban las vasijas y ella iba vertiendo. 6 Cuando las vasijas se llenaron, dijo ella a su hijo: "Tráeme otra vasija." El dijo: "Ya no hay más." Y el aceite se detuvo. 7 Fue ella a decírselo al hombre de Di-s, que dijo: "Anda y vende el aceite y paga a tu acreedor, y tú y tus hijos viviréis de lo restante." 8 Un día pasó Eliseo por Sunem; había allí una mujer principal y le hizo fuerza pa ra que se quedara a comer, y después, siempre que pasaba, iba allí a comer. 9 Dijo ella a su marido: "Mira, sé que es un santo hombre de Di-s que siempr e viene por casa. 10 Vamos a hacerle una pequeña alcoba de fábrica en la terraza y le pondremos e n ella una cama, una mesa, una silla y una lámpara, y cuando venga por casa, que s e retire allí." 11 Vino él en su día, se retiró a la habitación de arriba, y se acostó en ella. 12 Dijo él a Guejazí su criado: "Llama a esta sunamita." La llamó y ella se detuv o ante él. 13 El dijo a su criado: "Dile: Te has tomado todos estos cuidados por nosot ros, ¿qué podemos hacer por ti?, ¿quieres que hablemos en tu favor al rey o al jefe de l ejército?" Ella dijo: "Vivo en medio de mi pueblo." 14 Dijo él: "¿Qué podemos hacer por ella?" Respondió Guejazí: "Por desgracia ella no tiene hijos y su marido es viejo." 15 Dijo él: "Llámala." La llamó y ella se detuvo a la entrada. 16 Dijo él: "Al año próximo, por este mismo tiempo, abrazarás un hijo." Dijo ella:

"No, mi señor, hombre de Di-s, no engañes a tu sierva." 17 Concibió la mujer y dio a luz un niño en el tiempo que le había dicho Eliseo. 18 Creció el niño y un día se fue donde su padre junto a los segadores. 19 Dijo a su padre: "¡Mi cabeza, mi cabeza!" El padre dijo a un criado: "Llévas elo a su madre." 20 Lo tomó y lo llevó a su madre. Estuvo sobre las rodillas de ella hasta el me diodía y murió. 21 Subió y le acostó sobre el lecho del hombre de Di-s, cerró tras el niño y salió. 22 Llamó a su marido y le dijo: "Envíame uno de los criados con una asna. Voy a salir donde el hombre de Di-s y volveré." 23 Dijo él: "¿Por qué vas donde él? No es hoy novilunio ni sábado." Pero ella dijo: " Paz." 24 Hizo aparejar el asna y dijo a su criado: "Guía y anda, no me detengas en el viaje hasta que yo te diga." 25 Fue ella y llegó donde el hombre de Di-s, al monte Carmelo. Cuando el homb re de Di-s la vio a lo lejos, dijo a su criado Guejazí: "Ahí viene nuestra sunamita. 26 Así que corre a su encuentro y pregúntale: ¿Estás bien tú? ¿Está bien tu marido? ¿Est n el niño?" Ella respondió: "Bien." 27 Llegó donde el hombre de Di-s, al monte, y se abrazó a sus pies; se acercó Gue jazí para apartarla, pero el hombre de Di-s dijo: "Déjala, porque su alma está en ama rgura y Adonai me lo ha ocultado y no me lo ha manifestado." 28 Ella dijo: "¿Acaso pedí un hijo a mi señor? ¿No te dije que no me engañaras?" 29 Dijo a Guejazí: "Ciñe tu cintura, toma mi bastón en tu mano y vete; si te encu entras con alguien no le saludes, y si alguien te saluda no le respondas, y pon mi bastón sobre la cara del niño." 30 Pero la madre del niño dijo: "Vive Adonai y vive tu alma, que no te dejaré." El pues, se levantó y se fue tras ella. 31 Guejazí había partido antes que ellos y había colocado el bastón sobre la cara d el niño, pero no tenía voz ni señales de vida, de modo que se volvió a su encuentro y le manifestó: "El niño no se despierta." 32 Llegó Eliseo a la casa; el niño muerto estaba acostado en su lecho. 33 Entró y cerró la puerta tras de ambos, y oró a Adonai. 34 Subió luego y se acostó sobre el niño, y puso su boca sobre la boca de él, sus o jos sobre los ojos, sus manos sobre las manos, se recostó sobre él y la carne del n iño entró en calor. 35 Se puso a caminar por la casa de un lado para otro, volvió a subir y a rec ostarse sobre él hasta siete veces y el niño estornudó y abrió sus ojos. 36 Llamó a Guejazí y le dijo: "Llama a la sunamita." La llamó y ella llegó donde él. Dijo él: "Toma tu hijo." 37 Entró ella y, cayendo a sus pies, se postró en tierra y salió llevándose a su hi jo. 38 Cuando Eliseo se volvió a Guilgal había hambre en el país. La comunidad de los profetas estaba sentada ante él y dijo a su criado: "Toma la olla grande y pon a cocer potaje para los profetas." 39 Uno de ellos salió al campo a recoger hierbas comestibles; encontró una viña s ilvestre y recogió una especie de calabazas silvestres hasta llenar su vestido; f ue y las cortó en pedazos en la olla del potaje, pues no sabía lo que era. 40 Lo sirvieron después para que comieran los hombres y, cuando estaban comie ndo, comenzaron a gritar diciendo: " ¡La muerte en la olla, hombre de Di-s!" Y no pudieron comer. 41 El dijo: "Traedme harina", y la echó en la olla. Dijo: "Repartid entre la gente." Comieron y no había nada malo en la olla. 42 Vino un hombre de Baal Salisa y llevó al hombre de Di-s primicias de pan, veinte panes de cebada y grano fresco en espiga; y dijo Eliseo: "Dáselo a la gente para que coman." 43 Su servidor dijo: "¿Cómo voy a dar esto a cien hombres?" Él dijo: "Dáselo a la g ente para que coman, porque así dice Adonai: Comerán y sobrará." 44 Se lo dio, comieron y dejaron de sobra, según la palabra de Adonai. 2 Reyes 5

1 Naamán, jefe del ejército del rey de Aram, era hombre muy estimado y favorec ido por su señor, porque por su medio había dado Adonai la victoria a Aram. Este hom bre era poderoso, pero tenía lepra. 2 Habiendo salido algunas bandas de arameos, trajeron de la tierra de Isra el una muchachita que se quedó al servicio de la mujer de Naamán. 3 Dijo ella a su señora: "Ah, si mi señor pudiera presentarse al profeta que h ay en Samaría, pues le curaría de su lepra." 4 Fue él y se lo manifestó a su señor diciendo: "Esto y esto ha dicho la muchach a israelita." 5 Dijo el rey de Aram: "Anda y vete; yo enviaré una carta al rey de Israel." Fue y tomó en su mano diez talentos de plata, 6.000 siclos de oro y diez vestidos nuevos. 6 Llevó al rey de Israel la carta que decía: "Con la presente, te envío a mi sie rvo Naamán, para que le cures de su lepra." 7 Al leer la carta el rey de Israel, desgarró sus vestidos diciendo: "¿Acaso s oy yo Di-s para dar muerte y vida, pues éste me manda a que cure a un hombre de s u lepra? Reconoced y ved que me busca querella." 8 Cuando Eliseo, el hombre de Di-s, oyó que el rey de Israel había rasgado sus vestidos, envió a decir al rey: " ¿Por qué has rasgado tus vestidos? Que venga a mí y s abrá que hay un profeta en Israel." 9 Llegó Naamán con sus caballos y su carro y se detuvo a la entrada de la casa de Eliseo. 10 Eliseo envió un mensajero a decirle: "Vete y lávate siete veces en el Jordán y tu carne se te volverá limpia." 11 Se irritó Naamán y se marchaba diciendo: "Yo que había dicho: ¡Seguramente saldrá, se detendrá, invocará el nombre de Adonai su Di-s, frotará con su mano mi parte enfer ma y sanaré de la lepra! 12 ¿Acaso el Abaná y el Farfar, ríos de Damasco, no son mejores que todas las agu as de Israel? ¿No podría bañarme en ellos para quedar limpio?" Y, dando la vuelta, par tió encolerizado. 13 Se acercaron sus servidores, le hablaron y le dijeron: "Padre mío; si el p rofeta te hubiera mandado una cosa difícil ¿es que no la hubieras hecho? ¡Cuánto más habiénd ote dicho: Lávate y quedarás limpio!" 14 Bajó, pues, y se sumergió siete veces en el Jordán, según la palabra del hombre de Di-s, y su carne se tornó como la carne de un niño pequeño, y quedó limpio. 15 Se volvió al hombre de Di-s, él y todo su acompañamiento, llegó, se detuvo ante él y dijo: "Ahora conozco bien que no hay en toda la tierra otro Di-s que el de I srael. Así pues, recibe un presente de tu siervo." 16 Pero él dijo: "Vive Adonai a quien sirvo, que no lo aceptaré"; le insistió par a que lo recibiera, pero no quiso. 17 Dijo Naamán: "Ya que no, que se dé a tu siervo, de esta tierra, la carga de dos mulos, porque tu siervo ya no ofrecerá holocausto ni sacrificio a otros dioses sino a Adonai. 18 Que Adonai dispense a su siervo por tener que postrarse en el templo de Rimmón cuando mi señor entre en el templo para adorar allí, apoyado en mi brazo; que A donai dispense a tu siervo por ello." 19 El le dijo: "Vete en paz." Y se alejó de él una cierta distancia. 20 Guejazí, el criado de Eliseo, el hombre de Di-s, se dijo: "Mi amo ha sido indulgente con Naamán, ese arameo, al no aceptar de su mano lo que traía. ¡Vive Adonai !, que voy a correr tras él y tomaré algo de su mano." 21 Guejazí partió en seguimiento de Naamán. Naamán vio que corría tras de él y saltó del carro a su encuentro y dijo: "Todo va bien?" 22 Respondió: "Bien. Mi señor me envía a decirte: Acaban de llegar a mí dos jóvenes d e la montaña de Efraím, de la comunidad de los profetas; dame, por favor, para ello s un talento de plata y dos vestidos de fiesta." 23 Dijo Naamán: "Dígnate aceptar dos talentos y dos vestidos de fiesta." Le ins istió, y metió dos talentos de plata en dos sacos y se lo entregó a dos de sus criados que lo llevaron delante de él. 24 Cuando llegó a Ofel, lo tomó de sus manos, y lo puso en la casa y despidió a l os hombres, que se fueron.

25 Cuando llegó y se presentó a su señor, Eliseo le dijo: "¿De dónde vienes Guejazí?" R espondió él: "Tu siervo no ha ido ni aquí ni allá." 26 Le replicó: "¿No iba contigo mi corazón cuando un hombre saltó de su carro a tu encuentro? Ahora has recibido plata y puedes adquirir jardines, olivares y viñas, rebaños de ovejas y bueyes, siervos y siervas. 27 Pero la lepra de Naamán se pegará a ti y a tu descendencia para siempre." Y salió de su presencia con lepra blanca como la nieve. 2 Reyes 6 1 Los profetas dijeron a Eliseo: "Mira, el lugar en que habitamos a tu lad o, es estrecho para nosotros. 2 Vayamos al Jordán y tomemos allí cada uno una viga, y nos haremos allí un luga r para habitar en él." Dijo: "Id." 3 Uno de ellos dijo: "Dígnate venir con tus siervos." Dijo él: "Iré." 4 Se fue con ellos y llegando al Jordán se pusieron a cortar los árboles. 5 Estaba uno derribando una viga cuando el hierro se cayó al agua y gritó dici endo: "¡Ay, mi señor, que era prestado!" 6 El hombre de Di-s dijo: "¿Dónde ha caído?" Y le mostró el sitio. Entonces cortó un trozo de madera y lo arrojó allí, y sacó el hierro a flote. 7 Dijo: "Hazlo subir hacia ti." El extendió su mano y lo agarró. 8 El rey de Aram estaba en guerra con Israel y celebró consejo con sus sierv os diciendo: "Bajad contra tal plaza." 9 El hombre de Di-s envió a decir al rey de Israel: "Ten cuidado de esa plaz a, porque los arameos bajan contra ella." 10 El rey de Israel envió gente al lugar que el hombre de Di-s le había dicho. El le advertía y el rey estaba allí alerta, y no una ni dos veces. 11 El corazón del rey de Aram se inquietó por este hecho, y llamando a sus ofic iales les dijo: "¿No me vais a descubrir quién nos traiciona ante el rey de Israel?" 12 Uno de los oficiales dijo: "No, rey mi señor, sino que Eliseo, el profeta que hay en Israel, ha avisado al rey de Israel de las palabras que has dicho en el interior de tu dormitorio." 13 El dijo: "Id y ved dónde está y enviaré a prenderlo." Se le avisó diciendo: "Está en Dotán." 14 Y mandó allí caballos, carros y un fuerte destacamento, que llegaron por la noche y cercaron la ciudad. 15 Al día siguiente se levantó el criado del hombre de Di-s para salir, pero el destacamento rodeaba la ciudad, con caballos y carros, y su criado le dijo: "¡Ay , mi señor!, ¿qué vamos a hacer?" 16 El respondió: "No temas, que hay más con nosotros que con ellos." 17 Oró Eliseo y dijo: "Adonai, abre sus ojos para que vea." Abrió Adonai los oj os del criado y vio que la montaña estaba llena de caballos y carros de fuego en t orno a Eliseo. 18 Bajaron hacia él los arameos y entonces Eliseo suplicó a Adonai diciendo: "D eslumbra a esas gentes." Y las deslumbró según la palabra de Eliseo. 19 Eliseo les dijo: "No es éste el camino y no es ésta la ciudad. Venid detrás de mí y os llevaré donde el hombre que buscáis." Y los llevó a Samaría. 20 Cuando entraron en Samaría, Eliseo dijo: "Adonai, abre sus ojos para que v ean." Abrió Adonai sus ojos y vieron que estaban dentro de Samaría. 21 Cuando el rey de Israel los vio dijo a Eliseo: "¿Los mato, padre mío?" 22 El respondió: "No los mates. ¿Acaso a los que haces cautivos con tu espada y con tu arco los matas? Pon ante ellos pan y agua para que coman y beban y se vu elvan a su señor." 23 Les sirvió un gran banquete, comieron, bebieron y los despidió, y se fueron a su señor, y las bandas de Aram no volvieron a entrar en la tierra de Israel. 24 Sucedió después de esto que Ben Hadad, rey de Aram, reunió todas sus tropas y subió y puso sitio a Samaría. 25 Hubo gran hambre en Samaría; y tanto la apretaron que una cabeza de asno v alía ochenta siclos de plata, y un par de cebollas silvestres cinco siclos de plat a. 26 Pasaba el rey de Israel por la muralla cuando una mujer clamó a él diciendo:

"Sálvame, rey mi señor!" 27 Respondió: "Si Adonai no te salva, ¿con qué puedo salvarte yo? ¿Con la era o con el lagar?" 28 Díjole el rey: "¿Qué te ocurre?" Ella respondió: "Esta mujer me dijo: "Trae a tu hijo y lo comeremos hoy; y el mío lo comeremos mañana." 29 Cocimos a mi hijo y nos lo comimos; al otro día le dije: "Trae tu hijo y l o comeremos", pero ella lo ha escondido." 30 Cuando el rey oyó las palabras de la mujer desgarró sus vestidos; como pasab a sobre la muralla, el pueblo vio que llevaba sayal a raíz de su carne. 31 Dijo: "Esto me haga el señor y esto me añada si hoy le queda la cabeza sobre los hombros a Eliseo, hijo de Safat." 32 Estaba Eliseo sentado en su casa y los ancianos estaban sentados con él. E l rey envió un hombre por delante, pero antes que llegara el mensajero a donde él, dijo él a los ancianos: "Habéis visto que este hijo de asesino ha mandado cortar mi cabeza. Mirad, cuando llegue el mensajero, cerrad la puerta y rechazadle con ell a. ¿Acaso no se oye tras de él el ruido de los pasos de su señor?" 33 Todavía estaba hablando con ellos cuando el rey bajó al él y dijo: "¡Todo este m al viene de Adonai! ¿Cómo he de confiar aún en Adonai?" 2 Reyes 7 1 Dijo Eliseo: "Escucha la palabra de Adonai: Así dice Adonai: Mañana a esta h ora estará la arroba de flor de harina a siclo, y las dos arrobas de cebada a sic lo, en la puerta de Samaría." 2 El escudero, sobre cuyo brazo se apoyaba el rey, respondió al hombre de Di -s y le dijo: "Aunque Adonai abriera ventanas en el cielo ¿podría ocurrir tal cosa?" Respondió: "Con tus ojos lo verás, pero no lo comerás." 3 Cuatro hombres que estaban leprosos se hallaban a la entrada de la puert a y se dijeron uno a otro: "¿Por qué estarnos aquí hasta morir? 4 Si decimos: "vamos a entrar en la ciudad", como hay hambre en ella, allí n os moriremos, y si nos quedamos aquí, moriremos igual. Así que vamos a pasarnos al c ampamento de Aram; si nos dejan vivir, viviremos, y si no matan, moriremos." 5 Se levantaron al anochecer para ir al campamento de Aram; llegaron hasta el límite del campamento de Aram y no había allí nadie, 6 porque el Señor había hecho oír en el campamento de Aram estrépito de carros, es trépito de caballos y estrépito de un gran ejército, y se dijeron unos a otros: "El r ey de Israel ha tomado a sueldo contra nosotros a los reyes de los hititas y a l os reyes de Egipto para que vengan contra nosotros." 7 Se levantaron y huyeron al anochecer abandonando su tiendas, sus caballo s y sus asnos, el campamento tal como estaba, y huyeron para salvar sus vidas. 8 Aquellos leprosos llegaron al límite del campamento y, entrando en una tie nda, comieron, bebieron y se llevaron de allí plata, oro y vestidos, y fueron a e sconderlo. Regresaron y entraron en otra tienda y escondieron lo que de allí se ll evaron. 9 Se dijeron uno a otro: "No está bien lo que hacemos; hoy es un día de albric ias; y si nosotros estamos callados hasta el lucir de la mañana incurriremos en c ulpa; así pues, vayamos, entremos y anunciémoslo a la casa del rey." 10 Llegaron y llamaron a los guardias de la ciudad y se lo anunciaron dicie ndo: "Hemos ido al campamento de Aram y no hay nadie, ninguna voz de hombre; sólo los caballos atados, los asnos atados y las tiendas intactas." 11 Llamaron los centinelas y lo comunicaron al interior de la casa del rey. 12 Se levantó el rey de noche y dijo a sus oficiales: "Os voy a decir lo que nos ha hecho Aram; saben que estamos hambrientos, han salido del campamento y s e han escondido en el campo pensando: Saldrán de la ciudad, los prenderemos vivos y entraremos en la ciudad." 13 Uno de los oficiales respondió y dijo: "Que se tomen cinco de los caballos restantes, pues les va a pasar lo que a toda la muchedumbre de Israel que ha pe recido; y enviémosles para ver." 14 Tomaron dos tiros de caballos y los envió el rey en pos de los arameos dic iendo: "Id y ved." 15 Fueron tras ellos hasta el Jordán, y todo el camino estaba lleno de vestid

os y objetos que habían arrojado los arameos en su precipitación. Los mensajeros vol vieron y se lo comunicaron al rey. 16 Salió el pueblo y saqueó el campamento de Aram; la arroba de flor de harina estaba a siclo y las dos arrobas de cebada a siclo, según la palabra de Adonai. 17 El rey había puesto de vigilancia a la puerta al escudero en cuyo brazo se apoyaba; pero el pueblo le pisoteó en la puerta y murió, según la palabra del hombre de Di-s, cuando el rey bajó donde él. 18 Sucedió según la palabra del hombre de Di-s al rey cuando dijo: "Mañana a esta hora estarán a siclo las dos arrobas de cebada y a siclo la arroba de flor de ha rina en la puerta de Samaría." 19 Respondió el escudero al hombre de Di-s diciendo: "Aunque Adonai abriera v entanas en el cielo, ¿podría ocurrir tal cosa?" Respondió: "Con tus ojos lo verás, pero no lo comerás." 20 Y así sucedió. El pueblo lo pisoteó en la puerta y murió. 2 Reyes 8 1 Eliseo dijo a la mujer cuyo hijo había resucitado: "Levántate y vete, tú y tu casa, a residir donde puedas, porque Adonai ha llamado al hambre y viene ya haci a la tierra por siete años." 2 Se levantó la mujer e hizo según la palabra del hombre de Di-s; se fue ella y su familia a vivir en tierra de filisteos siete años. 3 Al cabo de los siete años volvió la mujer del país de los filisteos y fue a ap elar al rey por su casa y por su campo. 4 Estaba el rey hablando con Guejazí, criado del hombre de Di-s, y le decía: " Cuéntame todas las grandes cosas que hizo Eliseo." 5 Estaba él contando al rey cómo había resucitado al muerto, cuando llegó la mujer , cuyo hijo había resucitado, para apelar al rey por su casa y su campo y dijo Gu ejazí: "¡Oh mi señor! Esta es la mujer y éste su hijo, al que resucitó Eliseo." 6 Preguntó el rey a la mujer y ella se lo relató; el rey puso un eunuco a disp osición de la mujer diciendo: "Que se le devuelva todo lo suyo, con todos los prod uctos del campo, desde el día en que ella abandonó la tierra hasta ahora." 7 Eliseo fue a Damasco. Ben Hadad, rey de Aram, estaba enfermo y le avisar on: "El hombre de Di-s ha venido aquí." 8 Dijo el rey a Jazael: "Toma en tu mano un presente y vete al encuentro d el hombre de Di-s y consulta a Adonai por su medio diciendo: ¿Sobreviviré a esta enf ermedad?" 9 Fue Jazael a su encuentro llevando en su mano un presente de todo lo mej or de Damasco, la carga de cuarenta camellos; entró, se detuvo ante él y dijo: "Tu h ijo Ben Hadad, rey de Aram, me ha enviado a ti para preguntarte: ¿Sobreviviré a esta enfermedad?" 10 Eliseo le dijo: "Vete y dile: "Puedes vivir"; pero Adonai me ha hecho ve r que de cierto morirá." 11 Y se inmovilizaron sus facciones quedándose rígido en extremo, y rompió a llor ar el varón de Di-s. 12 Dijo Jazael: "¿Por qué llora mi señor?" Le respondió: "Porque sé el mal que vas a hacer a los israelitas: pasarás a fuego sus fortalezas, matarás a espada a sus mejor es, aplastarás a sus pequeñuelos y abrirás el vientre a sus embarazadas." 13 Dijo Jazael: "Pues, ¿qué es tu siervo? ¿Como un perro hará cosa tan enorme?" Res pondió Eliseo: "Adonai ha hecho que te vea como rey de Aram." 14 Partió de junto a Eliseo y llegó donde su señor. Le preguntó: "¿Qué te ha dicho Elis eo?" Respondió: "Me ha dicho que puedes vivir." 15 A la mañana siguiente tomó una manta, la empapó en agua y la extendió sobre su r ostro y murió. Reinó en su lugar Jazael. 16 El año quinto de Joram, hijo de Ajab, rey de Israel, comenzó a reinar Joram, hijo de Josafat, rey de Judá. 17 Tenía 32 años cuando comenzó a reinar y reinó ocho años en Yerushalaim. 18 Anduvo por el camino de los reyes de Israel como había hecho la casa de Aj ab, porque se había casado con una mujer de la familia de Ajab, e hizo mal a los ojos de Adonai. 19 Pero Adonai no quiso destruir a Judá a causa de David su siervo según lo que

le había dicho, que le daría una lámpara en su presencia para siempre. 20 En sus días se rebeló Edom de bajo la mano de Judá, y se proclamaron un rey. 21 Pasó Joram a Saír con todos sus carros. Se levantó por la noche y batió a Edom q ue le tenía cercado a él y a los jefes de los carros, pero el pueblo huyó a sus tienda s. 22 Así se rebeló Edom de bajo la mano de Judá hasta el día de hoy; también se rebeló Li bná. En aquel tiempo... 23 El resto de los hechos de Joram, todo lo que hizo ¿no está escrito en el lib ro de los Anales de los reyes de Judá? 24 Joram se acostó con sus padres y fue sepultado con sus padres en la ciudad de David, y reinó en su lugar su hijo Ocozías. 25 El año doce de Joram, hijo de Ajab, rey de Israel, comenzó a reinar Ocozías, h ijo de Joram, rey de Judá. 26 Veintidós años tenía Ocozías cuando comenzó a reinar y reinó un año en Yerushalaim; e nombre de su madre era Atalía, hija de Omrí, rey de Israel. 27 Anduvo por el camino de la casa de Ajab, e hizo mal a los ojos de Adonai como la casa de Ajab, porque había emparentado con la casa de Ajab. 28 Partió con Joram, hijo de Ajab, para hacer la guerra a Jazael, rey de Aram , en Ramot de Galaad, y los arameos hirieron a Joram. 29 El rey Joram se volvió a Yizreel para curarse de las heridas que le habían i nfligido los arameos en Ramot cuando combatía a Jazael, rey de Aram; Ocozías, hijo de Joram, rey de Judá, bajó a Yizreel a visitar a Joram, hijo de Ajab, porque estab a enfermo. 2 Reyes 9 1 El profeta Eliseo llamó a uno de los hijos de los profetas y le dijo: "Ciñe tu cintura y toma este frasco de aceite en tu mano y vete a Ramot de Galaad. 2 Cuando llegues allí, verás a Jehú, hijo de Josafat, hijo de Nimsí; en llegando, haz que se levante de entre sus compañeros y hazle entrar en una habitación apartada . 3 Tomarás el frasco de aceite y lo derramarás sobre su cabeza diciendo: "Así dic e Adonai: Te he ungido rey de Israel." Abres luego la puerta y huyes sin detener te." 4 El joven partió para Ramot de Galaad. 5 Cuando llegó estaban los jefes del ejército sentados y dijo: "Tengo una pala bra para ti, jefe." Jehú preguntó: "¿Para quién de nosotros?" Respondió: "Para ti, jefe." 6 Jehú se levantó y entró en la casa; el joven derramó el aceite sobre su cabeza y le dijo: "Así habla Adonai, Di-s de Israel: Te he ungido rey del pueblo de Adona i, de Israel. 7 Herirás a la casa de Ajab, tu señor, y vengaré la sangre de mis siervos los pr ofetas y la sangre de todos los siervos de Adonai de mano de Jezabel. 8 Toda la casa de Ajab perecerá y exterminaré a todos los varones de Ajab, lib res o esclavos, en Israel. 9 Dejaré la casa de Ajab como la casa de Jeroboam, hijo de Nebat, y como la casa de Basá, hijo de Ajías. 10 Y a Jezabel la comerán los perros en el campo de Yizreel; no tendrá sepultur a." Y abriendo la puerta, huyó. 11 Jehú salió a donde los servidores de su señor. Le dijeron: "¿Todo va bien? ¿A qué ha venido a ti ese loco?" Respondió: "Vosotros conocéis a ese hombre y sus palabras." 12 Dijeron: "No es verdad. Dínoslo." Replicó "Esto y esto me ha dicho: Así dice A donai: Te he ungido rey de Israel." 13 Se apresuraron a tomar cada uno su manto que colocaron bajo él encima de l as gradas; tocaron el cuerno y gritaron: "Jehú es rey." 14 Jehú, hijo de Josafat, hijo de Nimsí, conspiró contra Joram. Estaba Joram cust odiando Ramot de Galaad, él y todo Israel, contra Jazael, rey de Aram. 15 Pero el rey Joram tuvo que volverse a Yizreel para curarse de las herida s que le habían infligido los arameos en su batalla contra Jazael, rey de Aram. Je hú dijo: "Si éste es vuestro deseo, que no salga de la ciudad ningún fugitivo que pong a en aviso a Yizreel." 16 Montó Jehú en el carro y se fue a Yizreel, pues Joram estaba acostado allí, y

Ocozías, rey de Judá, había bajado a visitar a Joram. 17 El vigía que estaba sobre la torre de Yizreel vio la tropa de Jehú que llega ba y dijo: "Veo una tropa." Dijo Joram: "Que se tome uno de a caballo y se le en víe a su encuentro y pregunte: ¿Hay paz?" 18 Salió el jinete a su encuentro y dijo: "Así dice el rey: ¿Hay paz?" Jehú respond ió: "¿Qué te importa a ti la paz? Ponte detrás de mí." El vigía avisó: "El mensajero ha llega o donde ellos, pero no vuelve." 19 Volvió segunda vez a enviar un jinete que llegó donde ellos y dijo: "Así dice el rey: ¿Hay paz?" Respondió Jehú: "¿Qué te importa a ti la paz? Ponte detrás de mí." 20 El vigía avisó: "Ha llegado a ellos pero no vuelve. Su modo de guiar es el g uiar de Jehú, hijo de Nimsí, pues conduce como un loco." 21 Dijo Joram: "Enganchad." Engancharon su carro y salieron Joram, rey de I srael, y Ocozías, rey de Judá, cada uno en su carro, y partieron al encuentro de Jehú. Le encontraron en el campo de Nabot el de Yizreel. 22 Cuando Joram vio a Jehú, preguntó: "¿Hay paz, Jehú?" Respondió: "¿Qué paz mientras du an las prostituciones de tu madre Jezabel y sus muchas hechicerías?" 23 Volvió riendas Joram y huyó diciendo a Ocozías: "Traición, Ocozías." 24 Jehú tensó el arco en su mano y alcanzó a Joram entre los hombros; la flecha l e atravesó el corazón y se desplomó en su carro. 25 Jehú dijo a su escudero Bidcar: "Llévale y arrójale en el campo de Nabot de Yi zreel, pues recuerda que, cuando yo y tú marchábamos en carro detrás de Ajab, su padr e, Adonai lanzó contra él esta sentencia: 26 "¿Es que no he visto yo ayer la sangre de Nabot y la sangre de sus hijos?, oráculo de Adonai. Yo le devolveré lo mismo en este campo, oráculo de Adonai." Así que llévale y arrójale en el campo según la palabra de Adonai." 27 Viendo esto Ocozías, rey de Judá, huyó por el camino de Bet Haggan; Jehú partió en su persecución diciendo: "¡ También a él! ¡Matadle!" Y le hirieron en su carro en la cues ta de Gur, la de Yibleam; se refugió en Meguiddó y murió allí. 28 Sus servidores le llevaron en carro a Yerushalaim y le sepultaron en su sepulcro con sus padres en la ciudad de David. 29 Ocozías había comenzado a reinar en Judá en el año once de Joram, hijo de Ajab. 30 Entró Jehú en Yizreel; habiéndolo oído Jezabel, se puso afeites en los ojos, ado rnó su cabeza y se asomó a la ventana, 31 y cuando Jehú entraba por la puerta, dijo ella: "¿Todo va bien, Zimrí, asesino de su señor?" 32 Alzó su rostro hacia la ventana y dijo: "¿Quién está conmigo, quién?" Se asomaron hacia él dos o tres eunucos, 33 y él les dijo: "Echadla abajo." La echaron abajo y su sangre salpicó los mur os y a los caballos, que la pisotearon. 34 Entró, comió, bebió y dijo: "Ocupaos de esa maldita y enterradla, pues es hija de rey." 35 Fueron a enterrarla y no hallaron de ella más que el cráneo, los pies y las palmas de las manos. 36 Volvieron a comunicárselo y él dijo: "Es la palabra que Adonai había dicho por boca de su siervo Elías tesbita: "En el campo de Yizreel comerán los perros la carn e de Jezabel. 37 El cadáver de Jezabel será como estiércol sobre la superficie del campo, de mo do que no se podrá decir: Esta es Jezabel."" 2 Reyes 10 1 Tenía Ajab setenta hijos en Samaría. Escribió Jehú cartas y las envió a Samaría, a l os jefes de la ciudad, a los ancianos y a los preceptores de los hijos de Ajab d iciendo: 2 "Así que esta carta llegue a vosotros, como están con vosotros los hijos de vuestro señor y tenéis carros, caballos, una ciudad fuerte y armas, 3 ved quién es el mejor y más justo de los hijos de vuestro señor y ponedle en e l trono de su padre y pelead por la casa de vuestro señor." 4 Pero ellos tuvieron grandísimo temor y dijeron: "Los dos reyes no pudieron sostenerse ante él. ¿Cómo podremos resistir nosotros?" 5 El mayordomo de palacio, el comandante de la ciudad, los ancianos y los

preceptores enviaron a decir a Jehú: " Somos siervos tuyos; haremos cuanto nos dig as; no proclamaremos rey a nadie; haz lo que parezca bien a tus ojos." 6 Les envió una segunda carta diciendo: "Si estáis por mí y escucháis mi voz, toma d a los jefes de los hombres de la casa de vuestro señor y venid a mí mañana a esta ho ra, a Yizreel." (Los setenta hijos del rey estaban con los magnates de la ciudad que los criaban.) 7 En llegando la carta, tomaron a los hijos del rey y degollaron a los set enta, pusieron sus cabezas en cestas y se las enviaron a Yizreel. 8 Entró el mensajero y le avisó diciendo: "Han hecho traer las cabezas de los hijos del rey." Respondió: "Ponedlas en dos montones a la entrada de la puerta, h asta la mañana." 9 Por la mañana salió, se presentó y dijo a todo el pueblo: "Sed justos. Yo he c onspirado contra mi señor y le he matado, pero ¿quién ha matado a todos éstos? 10 Sabed, pues, que no caerá en tierra ninguna de las palabras que Adonai dij o contra la casa de Ajab: Adonai ha hecho lo que dijo por boca de su siervo Elías ." 11 Y Jehú mató a todos los que quedaban de la casa de Ajab en Yizreel, a todos sus magnates, sus familiares, sus sacerdotes, sin dejar ni uno con vida. 12 Se levantó Jehú y entró. Luego partió para Samaría y, estando de camino en Bet Equ ed de los Pastores, 13 encontró Jehú a los hermanos de Ocozías, rey de Judá, y preguntó: "¿Quiénes sois voso ros?" Ellos respondieron: "Somos los hermanos de Ocozías y bajamos a saludar a los hijos del rey y a los hijos de la reina." 14 Dijo él: "Prendedlos vivos." Los prendieron vivos, y los degolló en la ciste rna de Bet Equed, 42 hombres, y no dejó ni uno de ellos. 15 Partió de allí y encontró a Yonadab, hijo de Rekab, que le salía al encuentro; l e saludó y le dijo: "¿Es tu corazón tan recto como el mío para el tuyo?" Respondió Yonadab : "Lo es." "Si lo es, dame tu mano." Yonadab le dio la mano, y él le hizo subir a su carro. 16 Y le dijo: "Sube conmigo y verás mi celo por Adonai"; y le llevó en su carro . 17 Entró en Samaría y mató a todos los supervivientes de Ajab en Samaría, hasta ext erminarlos, según la palabra que había dicho Adonai a Elías. 18 Reunió Jehú a todo el pueblo y les dijo: "Ajab sirvió a Baal un poco, Jehú le se rvirá mucho, 19 así que llamadme a todos los profetas de Baal, y a todos sus sacerdotes, s in que falte ninguno, porque tengo que hacer un gran sacrificio a Baal; todo el que falte morirá." Jehú obraba con astucia para hacer perecer a los servidores de Ba al. 20 Dijo Jehú: "Convocad una reunión santa para Baal." Ellos la convocaron. 21 Envió Jehú mensajeros por todo Israel y vinieron todos los siervos de Baal, no quedó nadie sin venir. Entraron en el templo de Baal quedando lleno el templo d e punta a cabo. 22 Dijo al encargado del vestuario: "Saca los vestidos para todos los servi dores de Baal." El hizo sacar los vestidos para ellos. 23 Jehú vino con Yonadab, hijo de Rekab, al templo de Baal y dijo a los fiele s de Baal: "Investigad y ved no haya aquí entre vosotros algún siervo de Adonai, sin o tan sólo siervos de Baal." 24 Y entró para hacer los sacrificios y los holocaustos. Pero Jehú había colocado fuera ochenta hombres y dijo: " El que deje escapar a uno de los hombres que yo voy a entregar en vuestras manos, responderá con su vida." 25 Cuando hubo acabado de hacer el holocausto, dijo Jehú a la guardia y a los escuderos: "Entrad y matadles. Que nadie salga." La guardia y los escuderos ent raron, los pasaron a filo de espada y llegaron hasta el santuario del templo de Baal. 26 Sacaron el cipo del templo de Baal y lo quemaron. 27 Derribaron el altar de Baal, demolieron el templo de Baal, y lo convirti eron en cloaca hasta el día de hoy. 28 Jehú exterminó a Baal de Israel. 29 Pero Jehú no se apartó de los pecados con que Jeroboam, hijo de Nebat, hizo

pecar a Israel, los becerros de oro de Betel y de Dan. 30 Dijo Adonai a Jehú: "Porque te has portado bien haciendo lo recto a mis oj os y has hecho a la casa de Ajab según todo lo que yo tenía en mi corazón, tus hijos h asta la cuarta generación se sentarán sobre el trono de Israel." 31 Pero Jehú no guardó el camino de la ley de Adonai, Di-s de Israel, con todo su corazón, no se apartó de los pecados con que Jeroboam hizo pecar a Israel. 32 En aquellos días comenzó Adonai a cercenar a Israel, y Jazael batió todas las fronteras de Israel, 33 desde el Jordán al sol levante, todo el país de Galaad, de los gaditas, de l os rubenitas, de Manasés, desde Aroer, sobre el torrente Arnón, Galaad y Basán. 34 El resto de los hechos de Jehú, todo cuanto hizo, toda su bravura ¿no está esc rito en el libro de los Anales de los reyes de Israel? 35 Se acostó Jehú con sus padres y le sepultaron en Samaría, y su hijo Joacaz rei nó en su lugar. 36 Los días que Jehú reinó sobre Israel fueron veintiocho años en Samaría. 2 Reyes 11 1 Cuando Atalía, madre de Ocozías, vio que había muerto su hijo, se levantó y exte rminó toda la estirpe real. 2 Pero Yehosebá, hija del rey Joram y hermana de Ocozías, tomó a Joás, hijo de Oco zías y lo sacó de entre los hijos del rey a quienes estaban matando, y puso a él y a s u nodriza en el dormitorio, ocultándolo de la vista de Atalia, y no le mataron. 3 Seis años estuvo escondido con ella en la Casa de Adonai, mientras Atalía re inaba en el país. 4 El año séptimo, Yehoyadá envió a buscar a los jefes de cien de los carios y de l os corredores, y los hizo venir donde él a la Casa de Adonai y, haciendo un pacto con ellos, les hizo prestar juramento y les mostró al hijo del rey. 5 Luego, les ordenó: "Esto es lo que tenéis que hacer: un tercio de vosotros, los que entran el sábado, que custodien la casa del rey. 7 Las otras dos partes, todos los que salen el sábado, se quedarán guardando l a Casa de Adonai, junto al rey. 8 Os pondréis en torno al rey, cada uno con sus armas en la mano. Todo el qu e venga contra vuestras filas, morirá. Estaréis junto al rey en sus idas y venidas." 9 Los jefes de cien hicieron cuanto les mandó el sacerdote Yehoyadá. Cada uno tomó sus hombres, los que entraban el sábado y los que salían el sábado, y vinieron junt o al sacerdote Yehoyadá. 10 El sacerdote dio a los jefes de cien las lanzas y escudos del rey David que estaban en la Casa de Adonai. 11 La guardia se apostó cada uno con sus armas en la mano, desde el lado dere cho de la Casa hasta el lado izquierdo, entre el altar y la Casa, para que rodea sen al rey. 12 Hizo salir entonces al hijo del rey, le puso la diadema y el Testimonio y le ungió. Batieron palmas y gritaron: "¡Viva el rey!" 13 Oyó Atalía el clamor del pueblo y se acercó al pueblo que estaba en la Casa de Adonai. 14 Cuando vio al rey de pie junto a la columna, según la costumbre, y a los j efes y las trompetas junto al rey, y a todo el pueblo de la tierra lleno de aleg ría y tocando las trompetas, rasgó Atalía sus vestidos y gritó: " ¡Traición, traición!" 15 El sacerdote Yehoyadá dio orden a los jefes de las tropas diciendo: "Haced la salir de las filas y el que la siga que sea pasado a espada", porque dijo el sacerdote: "Que no la maten en la Casa de Adonai." 16 Le echaron mano y, cuando llegó a la casa del rey, por el camino de la Ent rada de los Caballos, allí la mataron. 17 Yehoyadá hizo una alianza entre Adonai, el rey y el pueblo, para ser puebl o de Adonai; y entre el rey y el pueblo. 18 Fue todo el pueblo de la tierra al templo de Baal y lo derribó. Destrozaro n sus altares y sus imágenes, y mataron ante los altares a Matán, sacerdote de Baal. El sacerdote puso centinelas en la Casa de Adonai, 19 y después tomó a los jefes de cien, a los carios y a la guardia y a todo el pueblo de la tierra, e hicieron bajar al rey de la Casa de Adonai y entraron a l

a casa del rey por el camino de la guardia, y se sentó en el trono de los reyes. 20 Todo el pueblo de la tierra estaba contento y la ciudad quedó tranquila; e n cuanto a Atalía, había muerto a espada en la casa del rey.

2 Reyes 12 1 Siete años tenía Joás cuando comenzó a reinar. 2 El año séptimo de Jehú comenzó a reinar Joás y reinó cuarenta años en Yerushalaim; el nombre de su madre era Sibía de Berseba. 3 Joás hizo lo recto a los ojos de Adonai todos los días, porque el sacerdote Yehoyadá le había instruido. 4 Sólo que los altos no desaparecieron y el pueblo siguió ofreciendo sacrifici os y quemando incienso en los altos. 5 Joás dijo a los sacerdotes: "Todo el dinero de las ofrendas sagradas que h a entrado en la Casa de Adonai, el dinero de las tasas personales, todo el diner o que ofrece el corazón de cada uno a la Casa de Adonai, 6 lo tomarán los sacerdotes, cada uno en el círculo de sus amistades, y ellos proveerán a las reparaciones de la Casa, en todo lo que deba ser reparado". 7 Pero en el año veintitrés del rey Joás los sacerdotes no habían hecho las repara ciones de la Casa. 8 Llamó entonces el rey Joás al sacerdote Yehoyadá y a los sacerdotes y les dijo : "¿Por qué no hacéis las reparaciones de la Casa? Así que no recibiréis el dinero de vues tras amistades, sino que lo daréis para la reparación de la Casa." 9 Los sacerdotes consintieron en no tomar dinero del pueblo ni hacer repar aciones en la Casa. 10 El sacerdote Yehoyadá tomó un cofre, hizo un agujero en la tapa y lo puso ju nto a la estela, a la derecha según se entra en la Casa de Adonai, y los sacerdote s que custodiaban el umbral depositaban en él todo el dinero ofrecido a la Casa de Adonai. 11 Cuando veían que había mucha plata en el cofre subía el secretario del rey y e l sumo sacerdote, se fundía, y se contaba la plata que se hallaba en la Casa de A donai. 12 Entregaban el dinero contado en manos de los que hacían el trabajo, los en cargados de la Casa de Adonai; éstos lo empleaban en los carpinteros y constructor es que trabajaban en la Casa de Adonai, 13 los albañiles y canteros, para comprar maderas y piedra de cantería para hac er reparaciones en la Casa de Adonai y para cuanto había que reparar en la Casa. 14 Pero no se hacían para la Casa de Adonai ni fuentes de plata, ni cuchillos , ni acetres, ni trompetas, ni objetos de oro o plata con el dinero ofrecido a la Casa de Adonai, 15 sino que se daba a los que hacían el trabajo de las reparaciones de la Cas a de Adonai. 16 No se pedían cuentas a los hombres en cuyas manos se ponía el dinero para qu e lo dieran a los que hacían el trabajo, porque trabajaban con fidelidad. 17 El dinero por la expiación y el dinero por el pecado no era entregado a la Casa de Adonai; era para los sacerdotes. 18 Entonces Jazael, rey de Aram, subió para combatir contra Gat, la tomó y se v olvió para subir contra Yerushalaim. 19 Joás, rey de Judá, tomó todas las cosas sagradas que habían consagrado sus padre s Josafat, Joram y Ocozías, reyes de Judá, todas las cosas que él mismo había consagrado y todo el oro que se pudo encontrar en los tesoros de la Casa de Adonai y de l a casa del rey, y lo mando a Jazael, rey de Aram, que se alejó de Yerushalaim. 20 El resto de los hechos de Joás, todo cuanto hizo ¿no está escrito en el libro de los Anales de los reyes de Judá? 21 Sus servidores se levantaron y tramaron una conjura y mataron a Joás en Be t Milló... 22 Le hirieron sus siervos Yozakar, hijo de Simat, y Yehozabad, hijo de Som er, y murió. Le sepultaron con sus padres en la ciudad de David y reinó en su lugar su hijo Amasías. 2 Reyes 13

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En el año veintitrés de Joás, hijo de Ocozías, rey de Judá, comenzó a reinar Joacaz, hijo de Jehú, sobre Israel, en Samaría; reinó diecisiete años. 2 Hizo el mal a los ojos de Adonai y anduvo tras los pecados con que Jerob oam hijo de Nebat, hizo pecar a Israel, sin apartarse de ellos. 3 Se encendió la ira de Adonai contra los israelitas y los entregó en manos de Jazael, rey de Aram, y en manos de Jazael, rey de Aram, y en manos de Ben Hada d, hijo de Jazael, todo aquel tiempo. 4 Joacaz aplacó el rostro de Adonai y Adonai le escuchó porque había visto la op resión de Israel, pues el rey de Aram los oprimía. 5 Concedió Adonai a Israel un liberador que lo sacó de bajo la mano de Aram, p udiendo habitar los hijos de Israel en sus tiendas como antes. 6 Pero no se apartaron de los pecados con que Jeroboam había hecho pecar a I srael, sino que anduvieron por ellos y el cipo siguió en pie en Samaría. 7 Pero no le quedaron a Joacaz como tropas sino cincuenta jinetes, diez ca rros y 10.000 infantes, pues el rey de Aram los había exterminado y reducido a pol vo de la tierra. 8 El resto de los hechos de Joacaz, todo cuanto hizo y su bravura ¿no está esc rito en el libro de los Anales de los reyes de Israel? 9 Se acostó Joacaz con sus padres y lo sepultaron en Samaría. Reinó en su lugar su hijo Joás. 10 En el año 37 de Joás, rey de Judá, comenzó a reinar Joás, hijo de Joacaz, sobre Is rael, en Samaría; reinó dieciséis años. 11 Hizo el mal a los ojos de Adonai, no se apartó de ninguno de los pecados c on que Jeroboam, hijo de Nebat, hizo pecar a Israel, sino que anduvo por ellos. 12 El resto de los hechos de Joás, todo cuanto hizo, su bravura y cómo combatió c ontra Amasías, rey de Judá ¿no está escrito en el libro de los Anales de los reyes de Is rael? 13 Se acostó Joás con sus padres y Jeroboam ocupó su trono. Fue sepultado Joás en S amaría, junto a los reyes de Israel. 14 Cuando Eliseo enfermó de la enfermedad de que murió, bajó donde él Joás, rey de Is rael, y lloró sobre su rostro diciendo: "¡Padre mío, padre mío, carro y caballos de Isra el!" 15 Eliseo le dijo: "Toma un arco y flechas." El se hizo con un arco y flech as. 16 Dijo al rey de Israel: "Pon tu mano sobre el arco"; puso su mano. Entonc es Eliseo colocó sus manos sobre las manos del rey 17 y dijo: "Abre la ventana hacia Oriente." El la abrió. Dijo Eliseo: "¡Tira!" El tiró. Dijo Eliseo: "Flecha de victoria de Adonai, flecha de victoria contra Ara m. Batirás a Aram en Afeq hasta el exterminio." 18 Añadió: "Toma las flechas." El las tomó. Eliseo dijo al rey: "Hiere la tierra. " La hirió tres veces y se detuvo. 19 El hombre de Di-s se irritó contra él y le dijo: "Tenías que haber herido cinc o o seis veces y entonces hubieras batido a Aram hasta el exterminio, pero ahora lo batirás sólo tres veces." 20 Eliseo murió y le sepultaron. Las bandas de Moab hacían incursiones todos lo s años. 21 Estaban unos sepultando un hombre cuando vieron la banda y, arrojando al hombre en el sepulcro de Eliseo, se fueron. Tocó el hombre los huesos de Eliseo, cobró vida y se puso en pie. 22 Jazael, rey de Aram, había oprimido a Israel todos las días de Joacaz. 23 Pero Adonai tuvo piedad y se compadeció de ellos volviéndose a ellos a causa de su alianza con Abraham, Isaac y Jacob y no quiso aniquilarlos ni echarlos le jos de su rostro. 24 Murió Jazael, rey de Aram, y reinó en su lugar su hijo Ben Hadad. 25 Entonces Joás, hijo de Joacaz, volvió a tomar de mano de Ben Hadad, hijo de Jazael, las ciudades que había tomado de mano de Joacaz su padre, por las armas. J oás le batió tres veces y recobró las ciudades de Israel. 2 Reyes 14 1 En el año segundo de Joás, hijo de Joacaz, rey de Israel, comenzó a reinar Ama

sías, hijo de Joás, rey de Judá. 2 Tenía veinticinco años cuando comenzó a reinar, y reinó veintinueve años en Yerush alaim; el nombre de su madre era Yehoaddán, de Yerushalaim. 3 Hizo lo recto a los ojos de Adonai, pero no como su padre David; hizo en todo como su padre Joás. 4 Tan sólo que no desaparecieron los altos, y el pueblo siguió ofreciendo sacr ificios y quemando incienso en los altos. 5 Cuando el reino se afianzó en sus manos, mató a los servidores que habían mata do al rey su padre, 6 pero no hizo morir a los hijos de los asesinos, según está escrito en el lib ro de la Ley de Moisés, donde Adonai dio una orden diciendo: "No harán morir a los h ijos por los padres, sino que cada uno morirá por su pecado." 7 El fue el que batió a los edomitas en el valle de la Sal, a 10.000 hombres , y conquistó la Peña por las armas. La llamó Yoqteel hasta el día de hoy. 8 Entonces Amasías envió mensajeros a Joás, hijo de Joacaz, hijo de Jehú, rey de I srael, diciendo: "Sube, y nos veremos las caras." 9 Joás, rey de Israel, mandó a decir a Amasías, rey de Judá: "El cardo del Líbano ma ndó a decir al cedro del Líbano: Dame tu hija para mujer de mi hijo; pero las bestia s salvajes del Líbano pasaron y pisotearon el cardo. 10 Cierto que has batido a Edom y tu corazón te ha envanecido; sé glorioso, per o quédate en tu casa. ¿Por qué exponerte a una calamidad y a caer tú y Judá contigo?" 11 Pero Amasías no le escuchó; subió Joás, rey de Israel, y se enfrentaron él y Amasías , rey de Judá, en Bet Semes de Judá. 12 Judá fue derrotado por Israel y huyeron cada uno a su tienda. 13 Joás, rey de Israel, capturó en Bet Semes a Amasías, rey de Judá, hijo de Joás, hi jo de Ocozías, y lo llevó a Yerushalaim. Abrió brecha de cuatrocientos codos en la mur alla de Yerushalaim desde la puerta de Efraím hasta la puerta del Angulo. 14 Tomó todo el oro, toda la plata y todos los objetos que se hallaban en la Casa de Adonai, los tesoros de la casa del rey y también rehenes, y se volvió a Sama ría. 15 El resto de los hechos de Joás, cuanto hizo, su bravura y cómo combatió contra Amasías, rey de Judá, ¿no está escrito en el libro de los Anales de los reyes de Israel ? 16 Se acostó Joás con sus padres y fue sepultado en Samaría junto a los reyes de Israel. Reinó en su lugar su hijo Jeroboam. 17 Amasías, hijo de Joás, rey de Judá, vivió quince años después de la muerte de Joás, h jo de Joacaz, rey de Israel. 18 El resto de los hechos de Amasías, ¿no está escrito en el libro de los Anales de los reyes de Judá? 19 Se conjuraron contra él en Yerushalaim y huyó a Lakís, pero enviaron gente en su persecución hasta Lakís y allí lo mataron. 20 Trajéronle a caballo y le sepultaron en Yerushalaim con sus padres, en la Ciudad de David. 21 Todo el pueblo de Judá tomó a Ozías, que tenía dieciséis años, y le proclamaron rey en lugar de su padre Amasías. 22 Reconstruyó Elat y la devolvió a Judá, después que el rey se hubo acostado con s us padres. 23 En el año quince de Amasías, hijo de Joás, rey de Judá, comenzó a reinar Jeroboam, hijo de Joás, rey de Israel, en Samaría. Reinó 41 años. 24 Hizo el mal a los ojos de Adonai y no se apartó de todos los pecados con q ue Jeroboam, hijo de Nebat, hizo pecar a Israel. 25 El restableció las fronteras de Israel desde la Entrada de Jamat hasta el mar de la Arabá, según la palabra que Adonai, Di-s de Israel, había dicho por boca de su siervo, el profeta Jonás, hijo de Amittay, el de Gat de Jéfer, 26 porque Adonai había visto la miseria, amarga en extremo, de Israel; no había esclavo ni libre, ni quien auxiliara a Israel. 27 No había decidido Adonai borrar el nombre de Israel de debajo de los cielo s y lo salvó por mano de Jeroboam, hijo de Joás. 28 El resto de los hechos de Jeroboam, todo cuanto hizo y la bravura con qu e guerreó, y cómo devolvió Jamat y Damasco a Judá y a Israel, ¿no está escrito en el libro d

e los Anales de los reyes de Israel? 29 Se acostó Jeroboam con sus padres y fue sepultado en Samaría con los reyes d e Israel. Reinó en su lugar su hijo Zacarías. 2 Reyes 15 1 En el año veintisiete de Jeroboam, rey de Israel, comenzó a reinar Ozías, hijo de Amasías, rey de Judá. 2 Tenía dieciséis años cuando comenzó a reinar y reinó 52 años en Yerushalaim; el nomb re de su madre era Yekolía de Yerushalaim. 3 Hizo lo recto a los ojos de Adonai, enteramente como lo había hecho su pad re Amasías. 4 Sólo que no desaparecieron los altos y el pueblo siguió ofreciendo sacrifici os y quemando incienso en los altos. 5 Adonai hirió al rey y quedó leproso hasta el día de su muerte. Vivió en una casa aislada, y Jotam, hijo del rey, estaba al frente de la casa y administraba just icia al pueblo de la tierra. 6 El resto de los hechos de Ozías, todo cuanto hizo ¿no está escrito en el libro de los Anales de los reyes de Judá? 7 Se acostó Ozías con sus padres y le sepultaron con sus padres en la Ciudad d e David. Reinó en su lugar su hijo Jotam. 8 En el año 38 de Ozías, rey de Judá, comenzó a reinar Zacarías, hijo de Jeroboam, s obre Israel, en Samaría; reinó seis meses. 9 Hizo el mal a los ojos de Adonai como hicieron sus padres; no se apartó de los pecados con que Jeroboam, hijo de Nebat, hizo pecar a Israel. 10 Sallum, hijo de Yabés, conspiró contra él, le hirió en Yibleam, le mató, y reinó en su lugar. 11 El resto de los hechos de Zacarías ¿no está escrito en el libro de los Anales de los reyes de Israel? 12 Esta fue la palabra de Adonai, la que habló a Jehú diciendo: "Tus hijos hast a la cuarta generación se sentarán en el trono de Israel." Y así fue. 13 Sallum, hijo de Yabés, comenzó a reinar el año 39 de Ozías, rey de Judá, y reinó un mes en Samaría. 14 Menajem, hijo de Gadí, subió de Tirsá, entró en Samaría e hirió a Sallum, hijo de Ya bés, en Samaría; le mató y reinó en su lugar. 15 El resto de los hechos de Sallum y la conspiración que tramó está escrito en e l libro de los Anales de los reyes de Israel. 16 Entonces hirió Menajem a Tappúaj y a todos los que había en ella y a su territ orio, a partir de Tirsá, porque no le abrieron las puertas; a todas sus embarazada s abrió el vientre. 17 En el año 39 de Ozías, rey de Judá, comenzó a reinar Menajem, hijo de Gadí, en Isr ael. Reinó diez años en Samaría. 18 Hizo el mal a los ojos de Adonai y no se apartó de los pecados con que Jer oboam, hijo de Nebat, hizo pecar a Israel. En su tiempo, 19 Pul, rey de Asiria, vino contra el país. Menajem dio a Pul mil talentos de plata para que le ayudara a él y afianzara el reino en su mano. 20 Menajem exigió el dinero a Israel, a todos los notables, que habían de dar a l rey de Asiria cincuenta siclos de plata cada uno. Entonces se volvió el rey de A siria y no se detuvo allí en el país. 21 El resto de los hechos de Menajem, todo cuanto hizo, ¿no está escrito en el libro de los Anales de los reyes de Israel? 22 Menajem se acostó con sus padres, y reinó en su lugar su hijo Pecajías. 23 En el año cincuenta de Ozías, rey de Judá, comenzó a reinar Pecajías, hijo de Mena jem, sobre Israel, en Samaría. Reinó dos años. 24 Hizo el mal a los ojos de Adonai y no se apartó de los pecados con que Jer oboam, hijo de Nebat, hizo pecar a Israel. 25 Su escudero Pecaj, hijo de Remalías, se conjuró contra él y le hirió en Samaría, e n el torreón de la casa del rey... Había con él cincuenta hombres de los hijos de Gala ad. Hizo morir al rey y reinó en su lugar. 26 El resto de los hechos de Pecajías, todo cuanto hizo, está escrito en el lib ro de los Anales de los reyes de Israel.

27 En el año 52 de Ozías, rey de Judá, comenzó a reinar Pecaj, hijo de Remalías, sobr e Israel, en Samaría. Reinó veinte años. 28 Hizo el mal a los ojos de Adonai y no se apartó de los pecados con que Jer oboam, hijo de Nebat, hizo pecar a Israel. 29 En tiempo de Pecaj, rey de Israel, vino Teglatfalasar, rey de Asiria, y tomó Iyyón, Abel Bet Maacá, Yanóaj, Cadés, Jasor, Galaad, Galilea, todo el país de Neftalí, y los deportó a Asiria. 30 Oseas, hijo de Elá, tramó una conjuración contra Pecaj, hijo de Remalías, le hir ió, le mató y reinó en su lugar. 31 El resto de los hechos de Pecaj, todo cuanto hizo, está escrito en el libr o de los Anales de los reyes de Israel. 32 En el año segundo de Pecaj, hijo de Remalías, rey de Israel, comenzó a reinar Jotam, hijo de Ozías, rey de Judá. 33 Tenía veinticinco años cuando comenzó a reinar, y reinó dieciséis años en Yerushalai m; el nombre de su madre era Yerusá, hija de Sadoq. 34 Hizo lo recto a los ojos de Adonai, enteramente como había hecho su padre Ozías, 35 sólo que no desaparecieron los altos y el pueblo siguió sacrificando y quema ndo incienso en los altos. Él construyó la Puerta Superior de la Casa de Adonai. 36 El resto de los hechos de Jotam, lo que hizo ¿no está escrito en el libro de los Anales de los reyes de Judá? 37 En aquellos días comenzó Adonai a enviar contra Judá a Rasón, rey de Aram, y a P ecaj, hijo de Remalías. 38 Jotam se acostó con sus padres y fue sepultado con sus padres en la ciudad de su padre David. Reinó en su lugar su hijo Ajaz. 2 Reyes 16 1 En el año diecisiete de Pecaj, hijo de Remalías, comenzó a reinar Ajaz, hijo d e Jotam, rey de Judá. 2 Tenía Ajaz veinte años cuando comenzó a reinar y reinó dieciséis años en Yerushalaim . No hizo lo recto a los ojos de Adonai su Di-s, como su padre David. 3 Anduvo por el camino de los reyes de Israel e incluso hizo pasar por el fuego a su hijo, según las abominaciones de las naciones que Adonai había arrojado a nte los israelitas. 4 Ofreció sacrificios y quemó incienso en los altos, en las colinas y bajo tod o árbol frondoso. 5 Entonces subió Rasón, rey de Aram, y Pecaj, hijo de Remalías, rey de Israel, p ara combatir a Yerushalaim y la cercaron, pero no pudieron conquistarla. 6 En aquel tiempo el rey de Edom recobró Elat para Edom; expulsó a los de Judá d e Elat, entraron los edomitas en Elat y habitaron allí hasta el día de hoy. 7 Ajaz envió mensajeros a Teglatfalasar, rey de Asiria, diciendo: "Soy tu si ervo y tu hijo. Sube, pues y sálvame de manos del rey de Israel que se han levanta do contra mí." 8 Y tomó Ajaz la plata y el oro que había en la Casa de Adonai y en los tesoro s de la casa del rey y lo envió al rey de Asiria como presente. 9 El rey de Asiria le escuchó y subió contra Damasco, la conquistó, los deportó a Quir y mató a Rasón. 10 El rey Ajaz fue a Damasco al encuentro de Teglatfalasar, rey de Asiria, y viendo el altar que había en Damasco, envío al sacerdote Urías la imagen del altar y su modelo, según toda su hechura. 11 El sacerdote Urías construyó un altar; todo cuanto el rey Ajaz había mandado d esde Damasco lo realizó el sacerdote Urías antes de que el rey Ajaz regresara de Da masco. 12 Cuando el rey regresó de Damasco vio el altar, se acercó y subió a él. 13 Mandó quemar sobre el altar su holocausto y su oblación, hizo su libación y de rramó la sangre de sus sacrificios de comunión; 14 desplazó el altar de bronce que estaba ante Adonai, delante de la Casa, de entre el altar nuevo y la Casa de Adonai, y lo colocó al lado del altar nuevo, ha cia el norte. 15 El rey Ajaz ordenó al sacerdote Urías: "Sobre el altar grande quemarás el holo

causto de la mañana y la oblación de la tarde, el holocausto del rey y su oblación, el holocausto de todo el pueblo de la tierra, sus oblaciones y sus libaciones, der ramarás sobre él toda la sangre del holocausto y toda la sangre del sacrificio. Cuan to al altar de bronce, yo me ocuparé de él." 16 El sacerdote Urías hizo cuanto le había ordenado el rey Ajaz. 17 El rey Ajaz desmontó los paneles de las basas, quitó de encima de ellos la j ofaina; hizo bajar el Mar de bronce de sobre los bueyes que estaban debajo de él y lo colocó sobre un solado de piedra. 18 Cuanto al estrado del trono de la Casa de Adonai, que se había construido en ella, y la entrada exterior del rey, lo quitó por causa del rey de Asiria. 19 El resto de los hechos de Ajaz, lo que hizo ¿no está escrito en el libro de los Anales de los reyes de Judá? 20 Ajaz se acostó con sus padres y fue sepultado con sus padres en la Ciudad de David. Reinó en su lugar su hijo Ezequías. 2 Reyes 17 1 En el año doce de Ajaz, rey de Judá, comenzó a reinar Oseas, hijo de Elá, en Sam aría, sobre Israel. Reinó nueve años. 2 Hizo el mal a los ojos de Adonai, aunque no como los reyes de Israel que le precedieron. 3 Salmanasar, rey de Asiria, subió contra Oseas; Oseas se le sometió y le pagó t ributo. 4 Pero el rey de Asiria descubrió que Oseas conspiraba, pues había enviado men sajeros a So, rey de Egipto, y no pagó tributo al rey de Asiria, como lo venía haci endo cada año; el rey de Asiria lo detuvo y lo encadenó en la cárcel. 5 El rey de Asiria subió por toda la tierra, llegó a Samaría y la asedió durante t res años. 6 El año noveno de Oseas, el rey de Asiria tomó Samaría y deportó a los israelitas a Asiria; los estableció en Jalaj, en el Jabor, río de Gozán, y en las ciudades de lo s medos. 7 Esto sucedió porque los israelitas habían pecado contra Adonai su Di-s, que los había hecho subir de la tierra de Egipto, de bajo la mano de Faraón, rey de Egip to, y habían reverenciado a otros dioses, 8 siguiendo las costumbres de las naciones que Adonai había arrojado delante de ellos. 9 Los israelitas maquinaron acciones no rectas contra Adonai su Di-s, se e dificaron altos en todas las ciudades, desde las torres de guardia hasta las ciu dades fortificadas. 10 Se alzaron estelas y cipos sobre toda colina elevada y bajo todo árbol fro ndoso, 11 y quemaron allí, sobre todos los altos, incienso, como las naciones que Ad onai había expulsado de delante de ellos, y cometieron maldades, que irritaban a A donai. 12 Sirvieron a los ídolos acerca de los que Adonai les había dicho: "No haréis ta l cosa." 13 Adonai advertía a Israel y Judá por boca de todos los profetas y de todos lo s videntes diciendo: "Volveos de vuestros malos caminos y guardad mis mandamient os y mis preceptos conforme a la Ley que ordené a vuestros padres y que les envié po r mano de mis siervos los profetas." 14 Pero ellos no escucharon y endurecieron sus cervices como la cerviz de s us padres, que no creyeron en Adonai su Di-s. 15 Despreciaron sus decretos y la alianza que hizo con sus padres y las adv ertencias que les hizo, caminando en pos de vanidades, haciéndose ellos mismos van idad, en pos de las naciones que les rodeaban, acerca de las que Adonai les había ordenado: "No haréis como ellas." 16 Abandonaron todos los mandamientos de Adonai su Di-s, y se hicieron ídolos fundidos, los dos becerros; se hicieron cipos y se postraron ante todo el ejérci to de los cielos y dieron culto a Baal. 17 Hicieron pasar a sus hijos y a sus hijas por el fuego, practicaron la ad ivinación y los augurios, y se prestaron a hacer lo malo a los ojos de Adonai, pr

ovocando su cólera. 18 Adonai se airó en gran manera contra Israel y los apartó de su rostro, queda ndo solamente la tribu de Judá. 19 Tampoco Judá guardó los mandamientos de Adonai su Di-s y siguió las costumbres que practicó Israel. 20 Rechazó Adonai el linaje de Israel, los humilló y los entregó en mano de saque adores, hasta que los arrojó de su presencia; 21 pues como había arrancado a Israel de la casa de David y ellos se habían ele gido rey a Jeroboam, hijo de Nebat, Jeroboam alejó a Israel del seguimiento de Ado nai, haciéndoles cometer un gran pecado. 22 Cometieron los israelitas todos los pecados que hizo Jeroboam, y no se a partaron de ellos, 23 hasta que Adonai apartó a Israel de su presencia, como había anunciado por m edio de todos sus siervos los profetas; deportó a Israel de su tierra a Asiria, ha sta el día de hoy. 24 El rey de Asiria hizo venir gentes de Babilonia, de Kutá, de Avvá, de Jamat y de Sefarváyim y los estableció en las ciudades de Samaría en lugar de los israelitas ; ellos ocuparon Samaría y se establecieron en sus ciudades. 25 Sucedió que, cuando comenzaron a establecerse allí, no veneraban a Adonai, y Adonai envió contra ellos leones que mataron a muchos. 26 Entonces dijeron al rey de Asiria: "Las gentes que has hecho deportar pa ra establecerlas en las ciudades de Samaría no conocen el culto del dios de la tie rra, y ha enviado contra ellos leones que los matan, porque ellos no conocen el culto del dios de la tierra." 27 El rey de Asiria dio esta orden: "Haced partir allá a uno de los sacerdote s que deporté de allí; que vaya y habite allí y les enseñe el culto del dios de la tierr a." 28 Vino entonces uno de los sacerdotes deportados de Samaría, se estableció en Betel y les enseñó cómo debían reverenciar a Adonai. 29 Pero cada nación se hizo sus dioses y los pusieron en los templos de los a ltos que habían hecho los samaritanos, cada nación en las ciudades que habitaba. 30 Las gentes de Babilonia hicieron un Sukkot Benot, las gentes de Kutá hicie ron un Nergal, las gentes de Jamat hicieron un Asimá, 31 los avvitas hicieron un Nibjaz y un Tartaq y los sefarvitas quemaban a s us hijos en honor de Adrammélek y Anammélek, dioses de los sefarvitas. 32 Veneraban también a Adonai y se hicieron sacerdotes en los altos, tomados de entre ellos, que oficiaban por ellos en los templos de los altos. 33 Reverenciaban a Adonai y servían a sus dioses según el rito de las naciones de donde habían sido deportados. 34 Hasta el día de hoy siguen sus antiguos ritos. No reverenciaban a Adonai y no seguían sus preceptos y sus ritos, la ley y los mandamientos que había mandado A donai a los hijos de Jacob, al que dio el nombre de Israel. 35 Adonai hizo una alianza con ellos y les dio esta orden: "No reverenciaréi s dioses extraños, no os postraréis ante ellos, no les serviréis y no les ofreceréis sa crificios. 36 Sino que solamente a Adonai, que os hizo subir de la tierra de Egipto co n gran fuerza y tenso brazo, a él reverenciaréis, ante él os postraréis y a él ofreceréis sa crificios. 37 Guardaréis los preceptos, los ritos, la ley y los mandamientos que os dio por escrito para cumplirlos todos los días, y no reverenciaréis dioses extraños. 38 No olvidaréis la alianza que hice con vosotros y no reverenciaréis dioses ex traños, 39 sino que reverenciaréis sólo a Adonai vuestro Di-s, y él os librará de la mano d e todos vuestros enemigos." 40 Pero ellos no escucharon, sino que siguieron haciendo según sus antiguos r itos. 41 De modo que aquellas gentes reverenciaban a Adonai, pero servían a sus ídolo s; sus hijos y los hijos de sus hijos continúan haciendo como hicieron sus padres hasta el día de hoy.

2 Reyes 18 1 En el año tercero de Oseas, hijo de Elá, rey de Israel, comenzó a reinar Ezequía s, hijo de Ajaz, rey de Judá. 2 Tenía veinticinco años cuando comenzó a reinar y reinó veintinueve años en Yerusha laim; el nombre de su madre era Abía, hija de Zacarías. 3 Hizo lo recto a los ojos de Adonai enteramente como David su padre. 4 El fue quien quitó los altos, derribó las estelas, cortó los cipos y rompió la s erpiente de bronce que había hecho Moisés, porque los israelitas le habían quemado in cienso hasta aquellos días; se la llamaba Nejustán. 5 Confió en Adonai, Di-s de Israel. Después de él no le ha habido semejante entr e todos los reyes de Judá, ni tampoco antes. 6 Se apegó a Adonai y no se apartó de él; guardó los mandamientos que Adonai había m andado a Moisés. 7 Adonai estuvo con él y tuvo éxito en todas sus empresas; se rebeló contra el r ey de Asiria y no le sirvió. 8 El batió a los filisteos hasta Gaza y sus fronteras, desde las torres de g uardia hasta las ciudades fortificadas. 9 En el año cuarto del rey Ezequías, que es el año séptimo de Oseas, hijo de Elá, re y de Israel, subió Salmanasar, rey de Asiria, contra Samaría y la asedió. 10 La conquistó al cabo de tres años. En el año sexto de Ezequías, que es el año nove no de Oseas, rey de Israel, fue conquistada Samaría. 11 El rey de Asiria deportó a los israelitas a Asiria y los instaló en Jalaj, e n el Jabor, río de Gozán, y en las ciudades de los medos, 12 porque no escucharon la voz de Adonai su Di-s y violaron su alianza y to do cuanto había ordenado Moisés, siervo de Adonai. No lo escucharon y no lo practica ron. 13 En el año catorce del rey Ezequías subió Senaquerib, rey de Asiria, contra tod as las ciudades fortificadas de Judá y se apoderó de ellas. 14 Ezequías, rey de Judá, envió a decir a Senaquerib a Lakís: "He pecado; deja de a tacarme, y haré cuanto me digas." El rey de Asiria impuso a Ezequías, rey de Judá, tre scientos talentos de plata y treinta talentos de oro. 15 Ezequías entregó todo el dinero que se encontró en la Casa de Adonai y en los tesoros de la casa del rey. 16 En aquella ocasión Ezequías quitó las puertas del santuario de Adonai y los ba tientes que..., rey de Judá, había revestido de oro, y lo entregó al rey de Asiria. 17 El rey de Asiria envió desde Lakís a Yerushalaim, donde el rey Ezequías, al co pero mayor con un fuerte destacamento. Subió a Yerushalaim y en llegando se colocó e n el canal de la alberca superior que está junto al camino del campo del Batanero . 18 Llamó al rey, y el mayordomo de palacio, Elyaquim, hijo de Jilquías, el secr etario Sebná y el heraldo Yoaj, hijo de Asaf, salieron hacia él. 19 El copero mayor les dijo: "Decid a Ezequías: Así habla el gran rey, el rey d e Asiria: ¿Qué confianza es ésa en la que te fías? 20 Te has pensado que meras palabras de los labios son consejo y bravura pa ra la guerra. Pero ahora ¿en quién confías, que te has rebelado contra mí? 21 Mira: te has confiado al apoyo de esa caña rota, de Egipto, que penetra y traspasa la mano del que se apoya sobre ella. Pues así es Faraón, rey de Egipto, par a todos los que confían en él. 22 Pero vais a decirme: "Nosotros confiamos en Adonai, nuestro Di-s." ¿No ha sido él, Ezequías, quien ha suprimido los altos y los altares y ha dicho a Judá y a Y erushalaim: "Os postraréis delante de este altar en Yerushalaim?" 23 Pues apostad ahora con mi señor, el rey de Asiria: te daré 2.000 caballos si eres capaz de encontrarte jinetes para ellos. 24 ¿Cómo harías retroceder a uno solo de los más pequeños servidores de mi señor? ¡Te fí de Egipto para tener carros y gentes de carro! 25 Y ahora ¿es que yo he subido contra este lugar para destruirlo, sin Adonai ? Adonai me ha dicho: Sube contra esa tierra y destrúyela." 26 Dijeron Elyaquim, Sebná y Yoaj al copero mayor: "Por favor, háblanos a nosot ros, tus siervos, en arameo, que lo entendemos; no nos hables en lengua de Judá a oídos del pueblo que está sobre la muralla."

27 El copero mayor dijo: "¿Acaso mi señor me ha enviado a decir estas cosas a t u señor, o a ti, y no a los hombres que se encuentran sobre la muralla, que tiene n que comer sus excrementos y beber sus orinas con vosotros?" 28 Se puso en pie el copero mayor y gritó con gran voz, en lengua de Judá, dici endo: "Escuchad la palabra del gran rey, del rey de Asiria. 29 Así habla el rey: No os engañe Ezequías, porque no podrá libraros de mi mano. 30 Que Ezequías no os haga confiar en Adonai diciendo: "De cierto nos librará A donai, y esta ciudad no será entregada en manos del rey de Asiria." 31 No escuchéis a Ezequías, porque así habla el rey de Asiria: Haced paces conmig o, rendíos a mi y comerá cada uno de su viña y de su higuera, y beberá cada uno de su ci sterna, 32 hasta que yo llegue y os lleve a una tierra como vuestra tierra, tierra de trigo y de mosto, tierra de pan y de viñas, tierra de aceite y de miel, y vivi réis y no moriréis. Pero no escuchéis a Ezequías, porque os engaña diciendo: "Adonai nos l ibrará." 33 ¿Acaso los dioses de las naciones han librado cada uno a su tierra de la m ano del rey de Asiria? 34 ¿Dónde están los dioses de Jamat y de Arpad, dónde están los dioses de Sefarváyim, d e Hená y de Ivvá? ¿Acaso han librado a Samaría de mi mano? 35 ¿Quiénes, de entre todos los dioses de los países, los han librado de mi poder para que libre Adonai a Yerushalaim de mi mano?" 36 Calló el pueblo y no le respondió una palabra, porque el rey había dado esta o rden diciendo: "No le respondáis." 37 Elyaquim, hijo de Jilquías, mayordomo de palacio, y el secretario Sebná y el heraldo Yoaj, hijo de Asaf, fueron a Ezequías, desgarrados los vestidos, y le re lataron las palabras del copero mayor. 2 Reyes 19 1 Cuando lo oyó el rey Ezequías desgarró sus vestidos, se cubrió de sayal y se fue a la Casa de Adonai. 2 Envió a Elyaquim, mayordomo, a Sebná, secretario, y a los sacerdotes anciano s cubiertos de sayal, donde el profeta Isaías, hijo de Amós. 3 Ellos le dijeron: "Así habla Ezequías: Este día es día de angustia, de castigo y de vergüenza. Los hijos están para salir del seno, pero no hay fuerza para dar a l uz. 4 ¿No habrá oído Adonai tu Di-s, todas las palabras del copero mayor al que ha e nviado el rey de Asiria su señor, para insultar al Di-s vivo? ¿No castigará Adonai tu Di-s, las palabras que ha oído? ¡Dirige una plegaria en favor del resto que aún queda! " 5 Cuando los siervos del rey Ezequías llegaron donde Isaías, 6 éste les dijo: "Así diréis a vuestro señor: Esto dice Adonai: No tengas miedo po r las palabras que has oído, con las que me insultaron los criados del rey de Asir ia. 7 Voy a poner en él un espíritu, oirá una noticia y se volverá a su tierra, y en s u tierra yo le haré caer a espada." 8 El copero mayor se volvió y encontró al rey de Asiria atacando a Libná, pues h abía oído que había partido de Lakís, 9 porque había recibido esta noticia acerca de Tirhacá, rey de Kus: "Mira que ha salido a guerrear contra ti." Volvió a enviar mensajeros para decir a Ezequías: 10 "Así hablaréis a Ezequías, rey de Judá: No te engañe tu Di-s en el que confías pensa ndo: "No será entregada Yerushalaim en manos del rey de Asiria". 11 Bien has oído lo que los reyes de Asiria han hecho a todos los países, entre gándolos al anatema, ¡y tú te vas a librar! 12 ¿Acaso los dioses de las naciones salvaron a aquellos que mis padres aniqu ilaron, a Gozán, a Jarán, a Résef, a los edenitas que estaban en Tel Basar? 13 ¿Dónde está el rey de Jamat, el rey de Arpad, el rey de Laír, de Sefarváyim, de He ná y de Ivvá?". 14 Ezequías tomó la carta de manos de los mensajeros y la leyó. Luego subió a la Ca sa de Adonai y Ezequías la desenrolló ante Adonai. 15 Hizo Ezequías esta plegaria ante Adonai: "Adonai, Di-s de Israel, que estás

sobre los Querubines, tú sólo eres Di-s en todos los reinos de la tierra, tú el que h as hecho los cielos y la tierra. 16 ¡Tiende, Adonai, tu oído y escucha; abre, Adonai, tus ojos y mira! Oye las p alabras con que Senaquerib ha enviado a insultar al Di-s vivo. 17 Es verdad, Adonai, que los reyes de Asiria han exterminado las naciones 18 y han entregado sus dioses al fuego, porque ellos no son dioses, sino he churas de mano de hombre, de madera y de piedra, y por eso han sido aniquilados . 19 Ahora pues, Adonai, Di-s nuestro, sálvanos de su mano, y sabrán todos los re inos de la tierra que sólo tú eres Di-s, Adonai." 20 Isaías, hijo de Amós, envió a decir a Ezequías: "Así dice Adonai, Di-s de Israel: He escuchado tu plegaria acerca de Senaquerib, rey de Asiria. 21 Esta es la palabra que Adonai pronuncia contra él: Ella te desprecia, ella te hace burla, la virgen hija de Sión.Mueve la cabeza a tus espaldas, la hija de Yerushalaim. 22 ¿A quién has insultado y blasfemado? ¿Contra quién has alzado tu voz y levantas tus ojos altaneros? ¡Contra el Santo de Israel! 23 Por tus mensajeros insultas a Adonay y dices: Con mis muchos carros subo a los cumbres de los montes a las laderas del Líbano, derribo la altura de sus ce dros, la flor de sus cipreses, alcanzo el postrer de sus refugios, su jardín del b osque. 24 Yo he cavado y bebido en extranjeras aguas.Secaré bajo la planta de mis pi es. todos los Nilos del Egipto. 25 ¿Lo oyes bien? Desde antiguo lo tengo preparado; desde viejos días lo había pl aneado.Ahora lo ejecuto.Tú convertirás en cúmulos de ruinas las fuertes ciudades 26 Sus habitantes, de débiles manos, confusos y aterrados, son plata del camp o, verdor de hierba, hierba de tejados, pasto quemado por el viento de Oriente. 27 Si te alzas o te sientas, si sales o entras, estoy presente y lo sé. 28 Pues que te alzas airado contra mí y tu arrogancia ha subido a mis oídos, vo y a poner mi anillo en tus narices, mi brida en tu boca, y voy a devolverte por la ruta por la que has venido. 29 La señal será ésta:Este año se comerá lo que rebrote, lo que nazca de sí al año sigui nte.Al año tercero sembrad y segad, plantad las viñas y comed su fruto. 30 El resto que se salve de la casa de Judá echará raíces por debajo y frutos en lo alto. 31 Pues saldrá un Resto de Yerushalaim, y supervivientes del monte Sión; el cel o de Adonai Sebaot lo hará. 32 Por eso, así dice Adonai al rey de Asiria:No entrará en esta ciudad.No lanza rá flechas en ella.No le opondrá escudo, ni alzará en contra de ella empalizada. 33 Volverá por la ruta que ha traído.No entrará en esta ciudad.Palabra de Adonai. 34 Protegeré a esta ciudad para salvarla, por quien soy y por mi siervo David ." 35 Aquella misma noche salió el Angel de Adonai e hirió en el campamento asirio a 185.000 hombres; a la hora de despertarse, por la mañana, no había más que cadáveres. 36 Senaquerib, rey de Asiria, partió y, volviéndose, se quedó en Nínive. 37 Y sucedió que estando él postrado en el templo de su dios Nisrok, sus hijos Adrammélek y Saréser le mataron a espada y se pusieron a salvo en el país de Ararat. S u hijo Asarjaddón reinó en su lugar. 2 Reyes 20 1 En aquellos días Ezequías cayó enfermo de muerte. El profeta Isaías, hijo de Amós, vino a decirle: "Así habla Adonai: Da órdenes acerca de tu casa, porque vas a morir y no vivirás." 2 Ezequías volvió su rostro a la pared y oró a Adonai diciendo: 3 "¡Ah, Adonai! Dígnate recordar que yo he andado en tu presencia con fidelida d y corazón perfecto haciendo lo recto a tu ojos." Y Ezequías lloró con abundantes lágr imas. 4 Antes de que Isaías hubiera salido del patio central, le fue dirigida la p alabra de Adonai diciendo:

5 "Vuelve y di a Ezequías, jefe de mi pueblo: Así habla Adonai, Di-s de tu pad re David: He oído tu plegaria y he visto tus lágrimas y voy a curarte. Dentro de tr es días subirás a la Casa de Adonai. 6 Voy a darte quince años más de vida y te libraré a ti y a esta ciudad de la ma no del rey de Asiria, y ampararé esta ciudad por quien soy y por amor a mi siervo David." 7 Isaías dijo: "Tomad una masa de higos." La tomaron, la aplicaron sobre la úl cera y sanó. 8 Ezequías dijo a Isaías: "¿Cuál será la señal de que Adonai me va a curar y dentro de tres días subiré a la Casa de Adonai?" 9 Isaías respondió: "Esta será para ti, de parte de Adonai, la señal de que Adonai hará lo que ha dicho: ¿Quieres que la sombra avance diez grados o que retroceda die z grados?" 10 Ezequías dijo: "Fácil es para la sombra extenderse diez grados. No. Mejor qu e la sombra retroceda diez grados." 11 El profeta Isaías invocó a Adonai y Adonai hizo retroceder la sombra diez gr ados sobre los grados que había recorrido en los grados de la habitación de arriba de Ajaz. 12 En aquel tiempo Merodak Baladán, hijo de Baladán, rey de Babilonia, envió cart as y un presente a Ezequías porque había oído que Ezequías había estado enfermo. 13 Se alegró Ezequías por ello y enseñó a los enviados su cámara del tesoro, la plata , el oro, los aromas, el aceite precioso, su arsenal y todo cuanto había en los t esoros; no hubo nada que Ezequías no les mostrara en su casa y en todo su dominio. 14 Fue el profeta Isaías al rey Ezequías y le dijo: "¿Qué han dicho estos hombres y de dónde han venido a ti?" Respondió Ezequías: "Han venido de un país lejano, de Babilo nia." 15 Dijo: "¿Qué han visto en tu casa?" Respondió Ezequías: "Han visto cuanto hay en mi casa; nada hay en los tesoros que no les haya enseñado." 16 Dijo Isaías a Ezequías: "Escucha la palabra de Adonai: 17 Vendrán días en que todo cuanto hay en tu casa y cuanto reunieron tus padres hasta el día de hoy será llevado a Babilonia; nada quedará, dice Adonai. 18 Se tomará de entre tus hijos, los que han salido de ti, los que has engend rado, para que sean eunucos en el palacio del rey de Babilonia." 19 Respondió Ezequías a Isaías: "Es buena la palabra de Adonai que me dices." Pue s pensaba: "¿Qué me importa, si hay paz y seguridad en mis días?" 20 El resto de los hechos de Ezequías, toda su bravura, cómo hizo la alberca y la traída de aguas a la ciudad ¿no está escrito en el libro de los Anales de los reyes de Judá? 21 Ezequías se acostó con sus padres y reinó en su lugar su hijo Manasés. 2 Reyes 21 1 Manasés tenía doce años cuando comenzó a reinar, y reinó 55 años en Yerushalaim; el nombre de su madre era Jefsí Baj. 2 Hizo el mal a los ojos de Adonai según las abominaciones de las gentes que Adonai había expulsado delante de los israelitas. 3 Volvió a edificar los altos que había destruido su padre Ezequías, alzó altares a Baal e hizo un cipo como lo había hecho Ajab, rey de Israel; se postró ante todo e l ejército de los cielos y les sirvió. 4 Construyó altares en la Casa de la que Adonai había dicho: "En Yerushalaim p ondré mi Nombre." 5 Edificó altares a todo el ejército de los cielos en los dos patios de la Cas a de Adonai. 6 Hizo pasar a su hijo por el fuego; practicó los presagios y los augurios, hizo traer los adivinos y nigromantes, haciendo mucho mal a los ojos de Adonai y provocando su cólera. 7 Colocó el ídolo de Aserá, que había fabricado, en la Casa de la que dijo Adonai a David y Salomón su hijo: "En esta Casa y en Yerushalaim, que he elegido de entre todas las tribus de Israel, pondré mi Nombre para siempre. 8 No haré errar más los pasos de Israel fuera de la tierra que di a sus padres , con tal que procuren hacer según todo lo que les he mandado y según toda la Ley qu

e les ordené por mi siervo Moisés." 9 Pero no han escuchado, y Manasés los ha extraviado para que obren el mal más que las naciones que había aniquilado Adonai delante de los israelitas. 10 Entonces habló Adonai por boca de sus siervos, los profetas, diciendo: 11 "Porque Manasés, rey de Judá, ha hecho estas abominaciones, haciendo el mal más que cuanto hicieron los amorreos antes de él, haciendo que también Judá pecase con s us ídolos, 12 por eso, así habla Adonai, Di-s de Israel: Voy a hacer venir sobre Yerusha laim y Judá un mal tan grande que a quienes lo oyeren les zumbarán los oídos. 13 Extenderé sobre Yerushalaim la cuerda de Samaría y el nivel de la casa de Aj ab, y fregaré a Yerushalaim como se friega un plato, que se le vuelve del revés des pués de fregado. 14 Arrojaré el resto de mi heredad y los entregaré en manos de sus enemigos; se rán presa y botín de todos sus enemigos, 15 porque hicieron lo que es malo a mis ojos y me han irritado desde el día e n que sus padres salieron de Egipto hasta este día." 16 Manasés derramó también sangre inocente en tan gran cantidad que llenó a Yerusha laim de punta a cabo, aparte del pecado que hizo cometer a Judá haciendo lo que es malo a los ojos de Adonai. 17 El resto de los hechos de Manasés, todo cuanto hizo, los pecados que comet ió ¿no está escrito en el libro de los Anales de los reyes de Judá? 18 Manasés se acostó con sus padres y fue sepultado en el jardín de su casa, en e l jardín de Uzzá, y reinó en su lugar su hijo Amón. 19 Amón tenía veintidós años cuando comenzó a reinar y reinó dos años en Yerushalaim; el nombre de su madre era Mesullémet, hija de Jarús de Yotbá. 20 Hizo el mal a los ojos de Adonai como había hecho su padre Manasés. 21 Caminó enteramente por el camino que siguió su padre, sirvió a los ídolos a los que sirvió su padre y se postró ante ellos. 22 Abandonó a Adonai, Di-s de sus padres, y no anduvo por el camino de Adonai . 23 Los siervos de Amón se conjuraron contra él y mataron al rey en su casa. 24 Mató el pueblo de la tierra a todos los conjurados contra el rey Amón, y el pueblo de la tierra proclamó rey en su lugar a su hijo Josías. 25 El resto de los hechos de Amón, lo que hizo ¿no está escrito en el libro de lo s Anales de los reyes de Judá? 26 Le sepultaron en su sepulcro, en el jardín de Uzzá, y reinó en su lugar su hij o Josías. 2 Reyes 22 1 Josías tenía ocho años cuando comenzó a reinar y reinó 31 años en Yerushalaim; el no mbre de su madre era Yedidá, hija de Adías, de Boscat. 2 Hizo lo recto a los ojos de Adonai y anduvo enteramente por el camino de David su padre, sin apartarse ni a la derecha ni a la izquierda. 3 En el año dieciocho del rey Josías, envió el rey al secretario Safán, hijo de As alías, hijo de Mesullam, a la Casa de Adonai diciendo: 4 "Sube donde Jilquías, sumo sacerdote, para que funda el dinero llevado a l a Casa de Adonai y que los guardianes del umbral han recogido del pueblo, 5 y que se ponga en manos de los que hacían las obras, los encargados de la Casa de Adonai y ellos lo den a los que trabajan en la Casa para hacer las repa raciones de la Casa de Adonai, 6 a los carpinteros y obreros de la construcción y albañiles, y para comprar m aderas y piedra de cantería para la reparación de la Casa. 7 Pero no se les pida cuentas del dinero que se pone en sus manos porque s e portan con fidelidad." 8 El sumo sacerdote Jilquías dijo al secretario Safán: "He hallado en la Casa de Adonai el libro de la Ley." Jilquías entregó el libro a Safán, que lo leyó. 9 Fue el secretario Safán al rey y le rindió cuentas diciendo: "Tus siervos ha n fundido el dinero en la Casa y lo han puesto en manos de los que hacen las obr as, los encargados de la Casa de Adonai." 10 Después el secretario Safán anunció al rey: "El sacerdote Jilquías me ha entrega

do un libro." Y Safán lo leyó en presencia del rey. 11 Cuando el rey oyó las palabras del libro de la Ley rasgó sus vestiduras. 12 Y ordenó el rey al sacerdote Jilquías, a Ajicam, hijo de Safán, a Akbor, hijo de Miqueas, al secretario Safán y a Asaías, ministro del rey: 13 "Id a consultar a Adonai por mí y por el pueblo y por todo Judá acerca de la s palabras de este libro que se ha encontrado, porque es grande la cólera de Adon ai que se ha encendido contra nosotros porque nuestros padres no escucharon las palabras de este libro haciendo lo que está escrito en él." 14 El sacerdote Jilquías, Ajicam, Akbor, Safán y Asaías fueron donde la profetisa Juldá, mujer de Sallum, hijo de Tiqvá, hijo de Jarjás, encargado del vestuario; vivía e lla en Yerushalaim, en la ciudad nueva. Ellos le hablaron 15 y ella les respondió: "Así habla Adonai, Di-s de Israel: Decid al hombre que os ha enviado a mí: 16 "Así habla Adonai: Voy a traer el mal sobre este lugar y sobre sus habitan tes, según todas las palabras del libro que ha leído el rey de Judá, 17 porque ellos me han abandonado y han quemado incienso a otros dioses irr itándome con todas las obras de sus manos. Mi cólera se ha encendido contra este lug ar y no se apagará." 18 Y al rey de Judá, que os ha enviado para consultar a Adonai, le diréis: "Así d ice Adonai, Di-s de Israel: Las palabras que has oído... 19 Pero ya que tu corazón se ha conmovido y te has humillado en presencia de Adonai, al oír lo que he dicho contra este lugar y contra sus habitantes, que serán objeto de espanto y execración, ya que has rasgado tus vestidos y has llorado ante mí, yo a mi vez he oído, oráculo de Adonai. 20 Por eso voy a reunirte con tus padres y serás recibido en paz en tu sepulc ro, y no verán tus ojos ninguno de los males que yo voy a traer contra este lugar ."" Ellos llevaron la respuesta al rey. 2 Reyes 23 1 El rey hizo convocar a su lado a todos los ancianos de Judá y de Yerushala im, 2 y subió el rey a la Casa de Adonai con todos los hombres de Judá y todos los habitantes de Yerushalaim; los sacerdotes, los profetas y todo el pueblo desde el menor al mayor; y leyó a sus oídos todas las palabras del libro de la alianza hal lado en la Casa de Adonai. 3 El rey estaba de pie junto a la columna; hizo en presencia de Adonai la alianza para andar tras de Adonai y guardar sus mandamientos, sus testimonios y sus preceptos con todo el corazón y toda el alma, y para poner en vigor las palabr as de esta alianza escritas en este libro. Todo el pueblo confirmó la alianza. 4 El rey ordenó a Jilquías, al segundo de los sacerdotes y a los encargados de l umbral que sacaran del santuario de Adonai todos los objetos que se habían hecho para Baal, para Aserá y para todo el ejército de los cielos; los quemó fuera de Yerus halaim en los yermos del Cedrón y llevó sus cenizas a Betel. 5 Suprimió los sacerdotes paganos que pusieron los reyes de Judá y que quemaba n incienso en los altos, en las ciudades de Judá y en los contornos de Yerushalai m, a los que ofrecían incienso a Baal, al sol, a la luna, a los astros celestes y a todo el ejército de los cielos. 6 Sacó la Aserá de la Casa de Adonai fuera de Yerushalaim, al torrente Cedrón, l a quemó allí en el torrente Cedrón, la redujo a cenizas y arrojó las cenizas a las tumba s de los hijos del pueblo. 7 Derribó las casas de los consagrados a la prostitución que estaban en la Cas a de Adonai y donde las mujeres tejían velos para Aserá. 8 Hizo venir a todos los sacerdotes de las ciudades de Judá y profanó los alto s donde quemaban incienso, desde Gueba hasta Berseba. Derribó los altos de las pue rtas que estaban a la entrada de la puerta de Josué, gobernador de la ciudad, a la izquierda según se pasa la puerta de la ciudad. 9 Con todo, los sacerdotes de los altos no podían acercarse al altar de Adon ai en Yerushalaim, aunque comían los panes ázimos en medio de sus hermanos. 10 Profanó el Tofet del valle de Ben Hinnom, para que nadie hiciera pasar por el fuego a su hijo o a su hija en honor de Mólek.

11 Suprimió los caballos que los reyes de Judá habían dedicado al Sol, a la entra da de la Casa de Adonai, cerca de la habitación del eunuco Netán Mélek, en las depende ncias, y quemó el carro del Sol. 12 Los altares que estaban sobre el terrado de la habitación superior de Ajaz , que hicieron los reyes de Judá, y los altares que hizo Manasés en los dos patios de la Casa de Adonai, el rey los derribó, los rompió allí y arrojó sus cenizas al torre nte Cedrón. 13 El rey profanó los altos que estaban frente a Yerushalaim, al sur del Mont e de los Olivos, que Salomón, rey de Israel, había construido a Astarté, monstruo abom inable de los sidonios, a Kemós, monstruo abominable de Moab, y a Milkom, abomina ción de los amonitas. 14 Rompió las estelas, cortó los cipos y llenó sus emplazamientos de los huesos h umanos. 15 También el altar que había en Betel y el alto que hizo Jeroboam, hijo de Neb at, el que hizo pecar a Israel, derribó este altar y este alto, rompió las piedras, las redujo a polvo, y quemó el cipo. 16 Volvió la cabeza Josías y vio los sepulcros que habían allí en la montaña; mandó tom ar los huesos de las tumbas y los quemó sobre el altar, profanándolo, y cumpliéndose así la palabra de Adonai que había dicho al hombre de Di-s cuando Jeroboam estaba en pie junto al altar durante la fiesta. Josías se volvió y vio la tumba del hombre de Di-s que había dicho estas cosas; 17 y dijo: "¿Qué monumento es ése que veo?" Los hombres de la ciudad le respondie ron: "Es la tumba del hombre de Di-s que vino de Judá y anunció estas cosas que has hecho contra el altar de Betel." 18 Dijo él: "Dejadle en paz. Que nadie toque sus huesos." Y salvaron sus hues os, junto con los huesos del profeta que vino de Samaría. 19 También hizo desaparecer Josías todos los templos de los altos de las ciudad es de Samaría que hicieron los reyes de Israel, irritando a Adonai, e hizo con ell os enteramente como había hecho en Betel. 20 Inmoló sobre los altares a todos los sacerdotes de los altos que se encont raban allí y quemó sobre ellos huesos humanos. Y se volvió a Yerushalaim. 21 El rey dio esta orden a todo el pueblo: "Celebrad la Pascua en honor de Adonai, vuestro Di-s, según está escrito en este libro de la alianza." 22 No se había celebrado una Pascua como está desde los días de los Jueces que ha bían juzgado a Israel, ni en los días de los reyes de Israel y de los reyes de Judá. 23 Tan sólo en el año dieciocho del rey Josías se celebró una Pascua así en honor de Adonai en Yerushalaim. 24 También los nigromantes y los adivinos, los terafim y los ídolos y todos los monstruos abominables que se veían en la tierra de Judá y en Yerushalaim, fueron el iminados por Josías, para poner en vigor las palabras de la Ley escritas en el lib ro que encontró el sacerdote Jilquías en la Casa de Adonai. 25 No hubo antes de él ningún rey que se volviera como él a Adonai, con todo su c orazón, con toda su alma y con toda su fuerza, según toda la ley de Moisés, ni después de él se ha levantado nadie como él. 26 Sin embargo, Adonai no se volvió del ardor de su gran cólera que se había ence ndido contra Judá por todas las irritaciones con que le había irritado Manasés. 27 Adonai había dicho: "También a Judá apartaré de mi presencia, como he apartado a Israel, y rechazaré a esta ciudad que había elegido, a Yerushalaim y a la Casa de q ue había dicho: Mi Nombre estará en ella." 28 El resto de los hechos de Josías, todo cuanto hizo ¿no está escrito en el libr o de los Anales de los reyes de Judá? 29 En sus días subió el Faraón Nekó, rey de Egipto, hacia el rey de Asiria, junto a l río Eufrates. Fue el rey Josías a su encuentro, pero Nekó le mató en Meguiddó en cuanto le vio. 30 Sus servidores trasladaron en carro el cadáver desde Meguiddó, llegaron a Ye rushalaim y lo sepultaron en su sepulcro. El pueblo de la tierra tomó a Joacaz, hi jo de Josías, y le ungieron y proclamaron rey, en lugar de su padre. 31 Joacaz tenía veintitrés años cuando comenzó a reinar y reinó tres meses en Yerusha laim; el nombre de su madre era Jamital, hija de Jeremías, de Libná. 32 Hizo el mal a los ojos de Adonai, enteramente como le habían hecho sus pad

res. 33 El Faraón Nekó lo encadenó en Riblá, en el país de Jamat, para que no reinara más en Yerushalaim y puso un impuesto al país de cien talentos de plata y diez talentos de oro. 34 El faraón Nekó puso por rey a Elyaquim, hijo de Josías, en lugar de su padre J osías, y le cambió el nombre en Yoyaquim. Cuando a Joacaz, le tomó y le llevó a Egipto, donde murió. 35 Yoyaquim entregó la plata y el oro a Faraón, pero para dar el dinero según la orden de Faraón, impuso una derrama al país, a cada uno según sus bienes; apremió al pue blo de la tierra acerca del dinero que había de dar al faraón Nekó. Nekó. 36 Veinticinco años tenía Yoyaquim cuando comenzó a reinar y reinó once años en Yerus halaim; el nombre de su madre era Zebida, hija de Pedaías de Rumá. 37 Hizo el mal a los ojos de Adonai, enteramente como hicieron sus padres.

2 Reyes 24 1 En sus días, Nabucodonosor, rey de Babilonia, hizo una expedición y Yoyaquim le quedó sometido durante tres años. Luego volvió a rebelarse contra él. 2 Adonai envió contra él bandas de caldeos, bandas de arameos, bandas de moabi tas y bandas de ammonitas; los envió contra Judá para destruirlo según la palabra que Adonai había dicho por boca de sus siervos los profetas. 3 Tan sólo por orden de Adonai ocurrió esto en Judá, para apartarlo de su presen cia por los pecados de Manasés, por todo lo que había hecho, 4 y también por la sangre inocente que había derramado llenando a Yerushalaim de sangre inocente. Adonai no quiso perdonar. 5 El resto de los hechos de Yoyaquim, todo cuanto hizo ¿no está escrito en el libro de los Anales de los reyes de Judá? 6 Se acostó Yoyaquim con sus padres y reinó en su lugar su hijo Joaquín. 7 No volvió a salir de su tierra el rey de Egipto, porque el rey de Babiloni a había conquistado, desde el torrente de Egipto hasta el río Eufrates, todo cuanto era del rey de Egipto. 8 Dieciocho años tenía Joaquín cuando comenzó a reinar y reinó tres meses en Yerusha laim; el nombre de su madre era Nejustá, hija de Elnatán, de Yerushalaim. 9 Hizo el mal a los ojos de Adonai enteramente como había hecho su padre. 10 En aquel tiempo las gentes de Nabucodonosor, rey de Babilonia, subieron contra Yerushalaim y la ciudad fue asediada. 11 Vino Nabucodonosor, rey de Babilonia, a la ciudad, mientras sus siervos la estaban asediando. 12 Joaquín, rey de Judá, se rindió al rey de Babilonia, él, su madre, sus servidore s, sus jefes y eunucos; los apresó el rey de Babilonia en el año octavo de su reinad o. 13 Se llevó de allí todos los tesoros de la Casa de Adonai y los tesoros de la casa del rey, rompió todos los objetos de oro que había hecho Salomón, rey de Israel, para el santuario de Adonai, según la palabra de Adonai. 14 Deportó a todo Yerushalaim, todos los jefes y notables, 10.000 deportados; a todos los herreros y cerrajeros; no dejó más que a la gente pobre del país. 15 Deportó a Babilonia a Joaquín, a la madre del rey y a las mujeres del rey, a sus eunucos y a los notables del país; los hizo partir al destierro, de Yerushala im a Babilonia. 16 Todos los hombres de valor, en número de 7.000, los herreros y cerrajeros, un millar, todos los hombres aptos para la guerra, el rey de Babilonia los llevó deportados a Babilonia. 17 El rey de Babilonia puso por rey, en lugar de Joaquín, a su tío Mattanías, cam biando su nombre en Sedecías. 18 Veintiún años tenía Sedecías cuando comenzó a reinar y reinó once años en Yerushalaim el nombre de su madre era Jamital, hija de Jeremías, de Libná. 19 Hizo el mal a los ojos de Adonai, enteramente como había hecho Joaquín. 20 Esto sucedió a causa de la cólera de Adonai contra Yerushalaim y Judá, hasta q ue los arrojó de su presencia. Sedecías se rebeló contra el rey de Babilonia. 2 Reyes 25

1 En el año noveno de su reinado, en el mes décimo, el diez del mes, vino Nabu codonosor, rey de Babilonia, con todo su ejército contra Yerushalaim; acampó contra ella y la cercaron con una empalizada. 2 La ciudad estuvo sitiada hasta el año once de Sedecías. 3 El mes cuarto, el nueve del mes, cuando arreció el hambre en la ciudad y n o había pan para la gente del pueblo, 4 se abrió una brecha en la ciudad y el rey partió con todos los hombres de gu erra, durante la noche, por el camino de la Puerta, entre los dos muros que están sobre el parque del rey, mientras los caldeos estaban alrededor de la ciudad, y se fue por el camino de la Arabá. 5 Las tropas caldeas persiguieron al rey y le dieron alcance en los llanos de Jericó; entonces todo el ejército se dispersó de su lado. 6 Capturaron al rey y lo subieron a Riblá donde el rey de Babilonia, que lo sometió a juicio. 7 Los hijos de Sedecías fueron degollados a su vista, y a Sedecías le sacó los o jos, le encadenó y le llevó a Babilonia. 8 En el mes quinto, el siete del mes, en el año diecinueve de Nabucodonosor, rey de Babilonia, Nebuzaradán, jefe de la guardia, siervo del rey de Babilonia, v ino a Yerushalaim. 9 Incendió la Casa de Adonai y la casa del rey y todas las casas de Yerushal aim. 10 Todas las tropas caldeas que había con el jefe de la guardia demolieron la s murallas que rodeaban a Yerushalaim. 11 Cuanto al resto del pueblo que quedaba en la ciudad, los desertores que se habían pasado al rey de Babilonia y el resto de la gente, Nebuzaradán, jefe de la guardia, los deportó. 12 El jefe de la guardia dejó algunos para viñadores y labradores de entre la g ente pobre. 13 Los caldeos rompieron las columnas de bronce que había en la Casa de Adona i, las basas, el Mar de bronce de la Casa de Adonai, y se llevaron el bronce a B abilonia. 14 Tomaron también los ceniceros, las paletas, los cuchillos, las cucharas y todos los utensilios de bronce de que se servían. 15 El jefe de la guardia tomó los incensarios y los aspersorios, cuanto había d e oro y plata. 16 Cuanto a las dos columnas, el Mar y las basas que Salomón había hecho para l a Casa de Adonai, no se pudo calcular el peso del bronce de todos aquellos obje tos. 17 La altura de una columna era dieciocho codos, y encima tenía un capitel de bronce; la altura del capitel era cinco codos; había un trenzado y granadas en to rno al capitel, todo de bronce. Lo mismo para la segunda columna. 18 El jefe de la guardia tomó preso a Seraías, primer sacerdote, y a Sefanías, se gundo sacerdote, y a los tres encargados del umbral. 19 Tomó a un eunuco de la ciudad, que era inspector de los hombres de guerra, a cinco hombres de los cortesanos del rey, que se encontraban en la ciudad, al secretario del jefe del ejército, encargado del alistamiento del pueblo de la tier ra, y a sesenta hombres de la tierra que se hallaban en la ciudad. 20 Nebuzaradán, jefe de la guardia, los tomó y los llevó a Riblá, donde el rey de B abilonia; 21 y el rey de Babilonia los hirió haciéndoles morir en Riblá, en el país de Jamat. Así fue deportado Judá, lejos de su tierra. 22 Al pueblo que quedó en la tierra de Judá y que había dejado Nabucodonosor, rey de Babilonia, le puso por gobernador a Godolías, hijo de Ajicam, hijo de Safán. 23 Todos los jefes de tropas y sus hombres oyeron que el rey de Babilonia h abía puesto por gobernador a Godolías y fueron donde Godolías a Mispá: Ismael, hijo de N etanías, Yojanán, hijo de Caréaj, Seraías, hijo de Tanjumet el netofita, Yaazanías de Maa ká, ellos y sus hombres. 24 Godolías les hizo un juramento, a ellos y a sus hombres, y les dijo: "No t emáis nada de los siervos de los caldeos, quedaos en el país y servid al rey de Babi lonia, y os irá bien."

25 Pero en el mes séptimo, Ismael, hijo de Netanías, hijo de Elisamá, que era de linaje real, vino con diez hombres e hirieron de muerte a Godolías, así como a los judíos y caldeos que estaban con él, en Mispá. 26 Entonces todo el pueblo, desde el más pequeño al más grande, y los jefes de tr opas se levantaron y se fueron a Egipto, porque tuvieron miedo de los caldeos. 27 En el año 37 de la deportación de Joaquín, rey de Judá, en el mes doce, el veint isiete del mes, Evil Merodak, rey de Babilonia, hizo gracia, en el año en que com enzó a reinar, a Joaquín, rey de Judá, y lo sacó de la cárcel. 28 Le habló con benevolencia y le dio un asiento superior al asiento de los r eyes que estaban con él en Babilonia. 29 Joaquín se quitó sus vestidos de prisión y comió siempre a la mesa en su presenc ia, todos los días de su vida. 30 Le fue dado constantemente su sustento de parte del rey, día tras día, todos los días de su vida. LIBRO PRIMERO DE LAS CRÓNICAS 1 Crónicas 1 1 Adán, Set, Enós; 2 Quenán, Mahalalel, Yered; 3 Henoc, Matusalén, Lámek; 4 Noé, Sem, Cam y Jafet. 5 Hijos de Jafet: Gómer, Magog, los medos, Yaván, Túbal, Mések y Tirás. 6 Hijos de Gómer: Askenaz, Rifat y Togarmá 7 Hijos de Yaván: Elisá, Tarsis, Kittim y Rodanim. 8 Hijos de Cam: Kus y Misrayim, Put y Canaán. 9 Hijos de Kus: Sebá, Javilá, Sabtá, Ramá y Sabteká. Hijos de Ramá: Sebá y Dedán. 10 Kus engendró a Nimrod, que fue el primer hombre poderoso de la tierra. 11 Misrayim engendró a los luditas, anamitas, lahabitas, naftujitas, 12 patrusitas, kaslujitas y kaftoritas, de donde proceden los filisteos. 13 Canaán engendró a Sidón, su primogénito, a Jet, 14 y al jebuseo, al amorreo, al guirgasita, 15 al jivita, al arquita, al sinita, 16 al arvadita, al semarita y al jamatita. 17 Hijos de Sem: Elam, Assur, Arpaksad, Lud y Aram. Hijos de Aram: Us, Jul, Guéter y Mések. 18 Arpaksad engendró a Sélaj y Sélaj engendró a Héber. 19 A Héber le nacieron dos hijos: el nombre del primero era Pélej, porque en su s días fue dividida la tierra, y el nombre de su hermano era Yoqtán. 20 Yoqtán engendró a Almodad, Sélef, Jasarmávet, Yéraj, 21 Hadoram, Uzal, Diqlá, 22 Ebal, Abimael, Sebá, 23 Ofir, Javilá, Yobab: todos ellos hijos de Yoqtán. 24 Arpaksad, Sélaj, 25 Héber, Pélej, Reú, 26 Serug, Najor, Téraj, 27 Abram, o sea Abraham. 28 Hijos de Abraham: Isaac e Ismael. 29 Sus descendientes son éstos: El primogénito de Ismael: Nebayot; después, Queda r, Adbeel, Mibsam, 30 Mismá, Dumá, Massá, Jadad, Temá, 31 Yetur, Nafís y Quedmá. Estos son los hijos de Ismael. 32 Hijos de Queturá, concubina de Abraham. Dio a luz a Zimrán, Joqsán, Medán, Madián, Yisbaq y Súaj. Hijos de Yoqsán: Sebá y Dedán. 33 Hijos de Madián: Efá, Efer, Henoc, Abidá y Eldaá. Todos ellos son hijos de Quetu rá. 34 Abraham engendró a Isaac. Hijos de Isaac: Esaú e Israel. 35 Hijos de Esaú: Elifaz, Reuel, Yeús, Yalam y Coré. 36 Hijos de Elifaz: Temán, Omar, Sefí, Gatam, Quenaz, Timná y Amalec. 37 Hijos de Reuel: Nájat, Zéraj, Sammá y Mizzá.

38 Hijos de Seír: Lotán, Sobal, Sibón, Aná, Disón, Eser y Disán. 39 Hijos de Lotán: Jorí y Homán. Hermana de Lotán fue Timná. 40 Hijos de Sobal: Alyán, Manájat. Ebal, Sefí y Onam. Hijos de Sibón: Ayyá y Aná. 41 Hijos de Aná: Disón. Hijos de Disón: Jamrán, Esbán, Yitrán y Kerán. 42 Hijos de Eser: Bilhán, Zaaván y Yaacán. Hijos de Disón: Us y Arán. 43 Estos son los reyes que reinaron en el país de Edom antes de que hubiera r ey entre los israelitas: Bela, hijo de Beor; el nombre de su ciudad era Dinhabá. 44 Murió Bela, y reinó en su lugar Yobab, hijo de Zéraj, de Bosrá. 45 Murió Yobab y reinó en su lugar Jusam, del país de los temanitas. 46 Y murió Jusam, y en su lugar reinó Hodad, hijo de Bedad, que derrotó a los mad ianitas en los campos de Moab; el nombre de su ciudad fue Avit. 47 Murió Hodad, y reinó en su lugar Samlá, de Masrecá. 48 Murió Samlá, y reinó en su lugar Saúl, de Rejobot Hannahar. 49 Murió Saúl y reinó en su lugar Baal Janán, hijo de Akbor. 50 Murió Baal Janán y reinó en su lugar Hodad. El nombre de su ciudad era Paí, y el de su mujer Mehetabel, hija de Matred, hija de Mezahab. 51 Murió Hodad, y hubo jeques en Edom: el jeque Timná, el jeque Alyá, el jeque Ye tet, 52 el jeque Oholibamá, el jeque Elá, el jeque Pinón, 53 el jeque Quenaz, el jeque Temán, el jeque Mibsar, 54 el jeque Magdiel, el jeque Iram. Estos fueron los jeques de Edom. 1 Crónicas 2 1 Estos son los hijos de Israel: Rubén, Simeón, Leví y Judá, Isacar y Zabulón, 2 Dan, José y Benjamín, Neftalí, Gad y Aser. 3 Hijos de Judá: Er, Onán y Selá; los tres le nacieron de Bat Súa la cananea. Er, primogénito de Judá, era malo a los ojos de Adonai, que le quitó la vida. 4 Tamar, nuera de Judá, le dio a luz a Peres y Zéraj. Todos los hijos de Judá fu eron cinco. 5 Hijos de Peres: Jesrón y Jamul. 6 Hijos de Zéraj: Zimrí, Etán, Hemán, Kalkol y Dardá, en total cinco. 7 Hijos de Karmí: Akar, que perturbó a Israel por haber violado el anatema. 8 Hijos de Etán: Azarías. 9 Hijos de que le nacieron a Jesrón: Yerajmeel, Ram y Kelubay. 10 Ram engendró a Aminadab, Aminadab engendró a Najsón, príncipe de los hijos de Ju dá. 11 Najsón engendró a Salmá, y Salmá engendró a Booz. 12 Booz engendró a Obed y Obed engendró a Jesé. 13 Jesé engendró a su primogénito Eliab; Abinadab, el segundo; Simá, el tercero; 14 Netanel, el cuarto; Radday, el quinto; 15 Osem, el sexto; David, el séptimo. 16 Hermanas suyas fueron Sarvia y Abigaíl. Hijos de Sarvia: Abisay, Joab y As ahel, tres. 17 Abigaíl dio a luz a Amasá, el padre de Amasá fue Yéter el ismaelita. 18 Caleb, hijo de Jesrón, engendró a Yeriot, de su mujer Azubá. Estos son sus hij os: Yéser, Sobab y Ardón. 19 Murió Azubá y Caleb tomó por mujer a Efratá, de la que tuvo a Jur. 20 Jur engendró a Urí, y Urí engendró a Besalel. 21 Después se unió Jesrón a la hija de Makir, padre de Galaad. Tenía él sesenta años cu ando la tomó por mujer; y le dijo a luz a Segub. 22 Segub engendró a Yaír, que poseyó veintitrés ciudades en el país de Galaad. 23 Los guesuritas y los arameos les tomaron las aldeas de Yaír, Quenat y sus aduares: sesenta ciudades. Todo esto pertenece a los hijos de Makir, padre de Ga laad. 24 Después de morir Jesrón, Caleb se unió a Efratá, mujer de su padre Jesrón, la cual le dio a luz a Asjur, padre de Técoa. 25 Los hijos de Yerajmeel, primogénito de Jesrón, fueron: Ram, el primogénito, y Buná, Orén, Osem y Ajías. 26 Yerajmeel tuvo otra mujer cuyo nombre era Atará, que fue madre de Onam. 27 Los hijos de Ram, primogénito de Yerajmeel, fueron: Maás, Yamín y Equer.

28 Y los hijos de Onam fueron Sammay y Yadá; los hijos de Sammay, Nadab y Abi sur. 29 La mujer de Abisur se llamaba Abihayil, que le dio a luz a Ajbán y Molid. 30 Los hijos de Nadab fueron Séled y Efraím; Séled murió sin hijos. 31 Hijo de Efraím fue Yisí; hijo de Yisí, Sesán; hijo de Sesán, Ajlay. 32 Hijos de Yadá, hermano de Sammay, fueron Yéter y Jonatán; Yéter murió sin hijos. 33 Hijos de Jonatán: Pélet y Zazá. Estos fueron los descendientes de Yerajmeel. 34 Sesán no tuvo hijos, sino hijas; tenía Sesán un siervo egipcio que se llamaba Yarjá. 35 Y dio Sesán una hija suya a su siervo Yarjá por esposa, la cual le engendró a Attay, 36 Attay engendró a Natán, Natán engendró a Zabad, 37 Zabad engendró a Eflal, Eflal engendró a Obed, 38 Obed engendró a Jehú, Jehú engendró a Azarías, 39 Azarías engendró a Jeles, Jeles engendró a Elasá, 40 Elasá engendró a Sismay, Sismay engendró a Sallum, 41 Sallum engendró a Yecamías, Yecamías engendró a Elisamá. 42 Hijos de Caleb, hermano de Yerajmeel: Mesá, su primogénito, que fue padre de Zif; tuvo por hijo a Maresá, padre de Hebrón. 43 Hijos de Hebrón: Coré, Tappúaj, Réquem y Sema. 44 Sema engendró a Rájam, padre de Yorqueam; Réquem engendró a Sammay. 45 Hijo de Sammay fue Maón, y Maón fue padre de Bet Sur. 46 Efá, concubina de Caleb, dio a luz a Jarán, Mosá y Gazez; Jarán engendró a Gazez. 47 Hijos de Yahday: Reguem, Jotam, Guesán, Pélet, Efá y Sáaf. 48 Maaká, concubina de Caleb, dio a luz a Séber y Tirjaná. 49 Engendró también a Sáaf, padre de Madmanná, y a Sevá, padre de Makdená y padre de Gu ibeá. Hija de Caleb fue Aksá. 50 Estos fueron los hijos de Caleb. Hijos de Jur, primogénito de Efratá: Sobal, padre de Quiryat Yearim; 51 Salmá, padre de Belén; Járef, padre de Bet Gáder. 52 Sobal, padre de Quiryat Yearim, tuvo por hijos a Haroé, es decir, la mitad de los manajatitas 53 y las familias de Quiryat Yearim; los yitríes, los putíes, los sumatíes y los misraíes. De ellos salieron los soratíes y los de Estaol. 54 Hijos de Salmá: Belén y los netofatíes, Atrot Bet Joab, la otra mitad de los m anajatitas, los soríes 55 y las familias de los sofríes que habitaban en Yabés, los tiratíes, los simatíes , los sukatíes. Estos son kineos, descendientes de Jamat, padre de la casa de Reba k. 1 Crónicas 3 1 Estos son los hijos que le nacieron a David en Hebrón: el primogénito Amnón, h ijo de Ajinoam, de Yizreel; el segundo, Daniel, hijo de Abigaíl de Carmelo; 2 el tercero, Absalón, hijo de Maaká, hija de Talmay, rey de Guesur; el cuarto , Adonías, hijo de Jagguit; 3 el quinto, Sefatías, de Abital; el sexto, Yitream, de su mujer Eglá. 4 Estos seis le nacieron en Hebrón, donde reinó siete años y seis meses. Reinó en Yerushalaim 33 años. 5 Estos son los que le nacieron en Yerushalaim: Simá, Sobab, Natán, Salomón, los cuatro de Bat Súa, hija de Ammiel. 6 Además, Yibjar, Elisamá, Elifélet, 7 Nogah, Néfeg, Yafía, 8 Elisamá, Elyadá, Elifélet: nueve. 9 Estos son todos los hijos de David, sin contar los hijos de las concubin as. Hermana de ellos fue Tamar. 10 Hijo de Salomón: Roboam; hijo suyo, Abías; hijo suyo, Asá; hijo suyo, Josafat; 11 hijo suyo, Joram; hijo suyo, Ocozías; hijo suyo, Joás; 12 hijo suyo, Amasías; hijo suyo, Azarías; hijo suyo, Jotam; 13 hijo suyo, Acaz; hijo suyo, Ezequías; hijo suyo, Manasés; 14 hijo suyo, Amón; hijo suyo, Josías.

15 Hijos de Josías: Yojanán, el primogénito; Yoyaquim, el segundo; Sedecías, el ter cero; Sallum, el cuarto. 16 Hijos de Yoyaquim: su hijo Joaquim y su hijo Sedecías. 17 Hijos de Joaquín, el cautivo: Sealtiel su hijo; 18 Malkiram, Pedaías, Senassar, Yecamías, Hosamá, Nedabías. 19 Hijos de Pedaías: Zorobabel y Simí. Hijos de Zorobabel: Mesullam, Jananías y S elomit, hermana de ellos. 20 Hijos de Mesullam: Jasubá, Ohel, Berekías, Jasadías y Yusab Jésed: cinco. 21 Hijos de Jananías: Pelatías; Isaías, hijo suyo; Refaías, hijo suyo; Arnán, hijo su yo; Abdías, hijo suyo; Sekanías, hijo suyo. 22 Hijos de Sekanías: Semaías, Jattús, Yigal, Baríaj, Nearías y Safat: seis. 23 Hijos de Nearías: Elyoenay, Ezequías, Azricam: tres. Hijos de Elyoenay: Hodaía s, Elyasib, Pelaías, Aqcub, Yojanán, Delaías y Ananí: siete. 1 Crónicas 4 1 Hijos de Judá: Peres, Jesrón, Karmí, Jur y Sobal. 2 Reaías, hijo de Sobal, engendró a Yájat. Yájat engendró a Ajumay y Lahad. Estas so n familias de los soreatitas. 3 Estos son los hijos de Jur, padre de Etam: Yizreel, Yismá y Yibdás. Su herma na se llamaba Haslelponí. 4 Penuel fue el padre de Guedor, y Ezer padre de Jusá. Estos son los hijos d e Jur, primogénito de Efratá, padre de Belén. 5 Asjur, padre de Técoa, tuvo dos mujeres: Jelá y Naará. 6 Naará dio a luz a Ajuzzam, Jéfer, los timnitas y los ajastaritas. Estos son los hijos de Naará. 7 Hijos de Jelá: Séret, Sójar, Etnán. 8 Cos engendró a Anub y Hossobebá y las familias de Ajarjel, hijo de Harum. 9 Pero Yabés fue más ilustre que sus hermanos, y su madre le dio el nombre de Yabés, diciendo: "Di a luz con dolor." 10 Yabés invocó al Di-s de Israel, exclamando: "Si de verdad me bendices, ensan charás mis términos, tu mano estará conmigo y alejarás el mal para que no padezca aflicc ión." Y otorgóle Di-s su petición. 11 Kelub, hermano de Sujá, engendró a Mejir, que fue padre de Estón. 12 Estón engendró a Bet Rafá, Paséaj y Tejinná, padre de Ir Najás. Estos son los hombre s de Rekal. 13 Hijos de Quenaz: Otniel y Seraías. Hijos de Otniel: Jatat y Meonotay. 14 Meonotay engendró a Ofrá, y Seraías engendró a Joab, padre de Gue Jarasim, pues eran artesanos. 15 Hijos de Caleb, hijo de Yefunné: Ir, Elá y Náam; hijo de Elá: Quenaz. 16 Hijos de Yehallelel: Zif, Zifá, Tiryá y Asarel. 17 Hijos de Ezrá: Yéter, Méred, Efer y Yalón. Ella concibió a María, Samay y Yisbaj, pa dre de Estemoa. 18 Su mujer, la de Judá, dio a luz a Yéred, padre de Guedor, a Héber, padre de So kó, y a Yecutiel, padre de Zanóaj. Estos son los hijos de Bitía, hija del Faraón, que Mére d había tomado por esposa. 19 Hijos de la mujer de Odías, hermana de Nájam, padre de Queilá el garmita y Est emoa el maakatita. 20 Hijos de Simón: Ammón y Rinná, Ben Janán y Tilón. Hijos de Yisí: Zójet y Ben Zójet. 21 Hijos de Sela, hijo de Judá: Er, padre de Leká, y Ladá, padre de Maresá, y las f amilias de los que trabajan el lino en Bet Asbea. 22 Yoquim, los hombres de Kozebá; y Joás y Saraf, que se casaron en Moab, antes de volver a Belén. Estas son cosas muy antiguas. 23 Ellos eran alfareros y habitaban en Netaím y Guederá; moraban allí con el rey, trabajando a su servicio. 24 Hijos de Simeón: Nemuel, Yamín, Yarib, Zéraj y Saúl, 25 Sallum, su hijo; Mibsam, su hijo; Mismá, su hijo. 26 Hijos de Mismá: Jammuel, hijo suyo; Zakkur, hijo suyo; Simí, hijo suyo. 27 Simí tuvo dieciséis hijos y seis hijas, pero sus hermanos no tuvieron muchos hijos, no se multiplicaron todas sus familias como los hijos de Judá. 28 Habitaban en Berseba, Moladá, Jasar-Sual,

29 Bilhá, Esem y Tolad, 30 Betuel, Jormá, Siquelag, 31 Bet Markabot, Jasar Susim, Bet Birí y Saaráyim. Estas fueron sus ciudades ha sta el reino de David. 32 También sus aldeas: Etam, Ayim, Rimmón, Tokén y Asán, cinco ciudades, 33 y todas sus aldeas que están en torno a aquellas ciudades, hasta Baalat. A quí habitaron y éste fue su registro genealógico. 34 Mesobab, Yamlek, Yosá, hijo de Amasías, 35 Joel, Jehú, hijo de Yosibías, hijo de Seraías, hijo de Asiel; 36 Elyoenay, Yaacobá, Yesojaías, Asaías, Adiel, Yesimiel y Benaías, 37 Zizá, hijo de Sifí, hijo de Allón, hijo de Yedaías, hijo de Simrí, hijo de Semaías. 38 Estos que han sido citados por sus nombres, fueron jefes en sus familias y sus casas paternas y se multiplicaron grandemente. 39 Se dirigieron a la entrada de Guerar, hasta el oriente del valle, buscan do pastos para sus ganados. 40 Y hallaron pastos pingües y buenos y una tierra espaciosa, tranquila y seg ura, pues antes habían morado allí los descendientes de Cam. 41 Estos que se han citado por sus nombres vinieron en tiempos de Ezequías, r ey de Judá, y destruyeron las tiendas de aquéllos, y los refugios que allí se encontr aban, entregándolos al anatema hasta el día de hoy; y habitaron en lugar de ellos, y a que había allí pastos para sus ganados. 42 Algunos de los hijos de Simeón, en número de quinientos hombres, se fueron a la montaña de Seír; sus jefes eran Pelatías, Nearías, Refaías, Uzziel, hijos de Yisí: 43 derrotaron a los restos de Amalec, que habían escapado, y habitaron allí has ta el día de hoy. 1 Crónicas 5 1 Hijos de Rubén, primogénito de Israel. Rubén había nacido el primero, mas por ha ber manchado el tálamo de su padre fue dada su primogenitura a los hijos de José, hi jo de Israel. Con todo, José no fue inscrito en las genealogías como el primogénito, 2 pues Judá se hizo poderoso entre sus hermanos y de él procede el príncipe, per o la primogenitura pertenece a José. 3 Hijos de Rubén, primogénito de Israel: Henoc, Pallú, Jesrón y Karmí. 4 Hijos de Joel: Semaías, hijo suyo; Gog, hijo suyo; Simí, hijo suyo; 5 Miká, hijo suyo; Reaías, hijo suyo; Báal, hijo suyo; 6 Beerá, hijo suyo, al cual Teglatfalasar, rey de Asiria, llevó cautivo. Era j efe de los rubenitas. 7 Hermanos suyos, por familias, agrupados según sus genealogías: el primero, Y eiel, Zacarías, 8 Belá, hijo de Azaz, hijo de Sema, hijo de Joel. Este habitaba en Aroer y h asta Nebo y Báal Meón. 9 Habitaban, asimismo, al oriente hasta el borde del desierto que se extie nde desde el río Eufrates, pues sus ganados se habían multiplicado en la tierra de G alaad. 10 En los días de Saúl hicieron guerra contra los agareos, que cayeron en sus m anos; y habitaron en sus tiendas por toda la parte oriental de Galaad. 11 Los hijos de Gad habitaban junto a ellos en la tierra de Basán hasta Salká. 12 Joel fue el primero, Safán el segundo; luego Yanay y Safat, en Basán. 13 Sus hermanos, por casas paternas, fueron: Miguel, Mesullam, Seba, Yoray, Yakán, Zía y Héber: siete. 14 He aquí los hijos de Abijáyil, hijo de Jurí, hijo de Yaróaj, hijo de Guilad, hij o de Miguel, hijo de Yesisay, hijo de Yajdó, hijo de Buz. 15 Ají, hijo de Abdiel, hijo de Guní, era cabeza de sus casas paternas. 16 Habitaban en Galaad, en Basán y sus aldeas, y en todos los ejidos de Sarón h asta sus confines. 17 Todos ellos fueron registrados en los días de Jotam, rey de Judá, y en los día s de Jeroboam, rey de Israel. 18 Los hijos de Rubén, los de Gad y la media tribu de Manasés eran hombres vali entes, llevaban escudo y espada, manejaban el arco y eran diestros en la guerra. Salían a campaña en número de 44.760.

19 Hicieron guerra contra los agareos, contra Yetur, Nafis y Nodab, 20 y Di-s les ayudó contra ellos, de suerte que los agareos y todos los que c on ellos estaban fueron entregados en sus manos; pues en la batalla clamaron a D i-s y les fue propicio, por cuanto confiaban en él. 21 Capturaron sus ganados: sus camellos, en número de 50.000, 250.000 ovejas, 2.000 asnos y 100.000 personas, 22 pues, por ser guerra de Di-s, cayeron muertos muchos. Habitaron el lugar de ellos hasta el destierro. 23 Los hijos de la media tribu de Manasés habitaron en el país desde Basán hasta Báal Hermón, Senir y la montaña de Hermón. Eran muy numerosos. 24 He aquí los jefes de sus casas paternas: Efer, Yisi, Eliel, Azriel, Jeremías , Hodavías y Yajdiel, hombres valerosos, gente famosa, jefes de sus casas paternas . 25 Pero fueron infieles al Di-s de sus padres y se prostituyeron siguiendo a los dioses de los pueblos del país que Di-s había destruido delante de ellos. 26 Por lo cual el Di-s de Israel suscitó el espíritu de Pil, rey de Asiria, que deportó a los rubenitas, los gaditas y la media tribu de Manasés, y los llevó a Jalaj , Jabor, Jará y el río Gozán, hasta el día de hoy. 27 Hijos de Leví: Guersón, Quehat y Merarí. 28 Hijos de Quehat: Amram, Yishar, Hebrón y Uzziel. 29 Hijos de Amram: Aarón, Moisés y María. Hijos de Aarón: Nadab, Abihú, Eleazar e Ita mar. 30 Eleazar engendró a Pinjás, Pinjás engendró a Abisúa. 31 Abisúa engendró a Buqquí y Buqquí engendró a Uzzí, 32 Uzzí engendró a Zerajías, Zerajías engendró a Merayot, 33 Merayot engendró a Amarías, Amarías engendró a Ajitub, 34 Ajitub engendró a Sadoq, Sadoq engendró a Ajimaas, 35 Ajimaas engendró a Azarías, Azarías engendró a Yojanán, 36 Yojanán engendró a Azarías, el cual ejerció el sacerdocio en la Casa que Salomón e dificó en Yerushalaim. 37 Azarías engendró a Amarías, Amarías engendró a Ajitub, 38 Ajitub engendró a Sadoq, Sadoq engendró a Sallum, 39 Sallum engendró a Jilquías, Jilquías engendró a Azarías, 40 Azarías engendró a Seraías, Seraías engendró a Yehosadaq, 41 Yehosadaq marchó cuando Adonai deportó a Judá y Yerushalaim por mano de Nabuco donosor. 1 Crónicas 6 1 Hijos de Leví: Guersón, Quehat y Merarí. 2 Estos son los nombres de los hijos de Guersón: Libní y Simí. 3 Hijos de Quehat: Amram, Yishar, Hebrón y Uzziel. 4 Hijos de Merarí: Majlí y Musí. Estas son las familias de los levitas según sus c asas paternas. 5 De Guersóm: Libní, hijo suyo; Yájat, hijo suyo: Zimmá, hijo suyo; 6 Yoaj, hijo suyo; Iddó, hijo suyo; Zéraj, hijo suyo; Yeatray, hijo suyo. 7 Hijos de Quehat: Amminadab, hijo suyo; Coré, hijo suyo; Assir, hijo suyo; 8 Elcaná, hijo suyo; Ebyasaf, hijo suyo; Assir, hijo suyo; 9 Tájat, hijo suyo; Uriel, hijo suyo; Uzzías, hijo suyo; Saúl, hijo suyo. 10 Hijos de Elca1na: Amasay y Ajimot. 11 Elcaná, hijo suyo; Sufay, hijo suyo; Nájat, hijo suyo. 12 Eliab, hijo suyo; Yerojam, hijo suyo; Elcaná, hijo suyo. 13 Hijos de Elcaná: Samuel, el primogénito y Abías, el segundo. 14 Hijos de Merarí: Majlí; Libní, hijo suyo; Simí, hijo suyo; Uzzá, hijo suyo; 15 Simá, hijo suyo; Jagguías, hijo suyo; Asaías, hijo suyo. 16 Estos son los que puso David para dirigir el canto en la Casa de Adonai, desde que el arca tuvo un lugar de reposo. 17 Ejercían el ministerio de cantores ante la Morada de la Tienda del Encuent ro, hasta que Salomón edificó la Casa de Adonai en Yerushalaim. Cumplían su servicio c onforme a su reglamento. 18 Estos son los que ejercían ese ministerio con sus hijos: De los hijos de Q

uehat: Hemán el cantor, hijo de Joel, hijo de Samuel, 19 hijo de Elcaná, hijo de Yerojam, hijo de Eliel, hijo de Tóaj, 20 hijo de Suf, hijo de Elcaná, hijo de Májat, hijo de Amasay, 21 hijo de Elcaná, hijo de Joel, hijo de Azarías, hijo de Sofonías, 22 hijo de Tájat, hijo de Assir, hijo de Ebyasaf, hijo de Coré, 23 hijo de Yishar, hijo de Quehat, hijo de Leví, hijo de Israel. 24 Su hermano Asaf, que asistía a su derecha: Asaf, hijo de Berekías, hijo de S imá, 25 hijo de Miguel, hijo de Baasías, hijo de Malkías, 26 hijo de Etní, hijo de Zéraj, hijo de Adaías, 27 hijo de Etán, hijo de Zimmá, hijo de Simí, 28 hijo de Yájat, hijo de Guersom, hijo de Leví. 29 Los hijos de Merarí, hermanos de ellos, asistían a la izquierda: Etán, hijo de Quisí, hijo de Abdí, hijo de Malluk, 30 hijo de Jasabías, hijo de Amasías, hijo de Jilquías, 31 hijo de Amsí, hijo de Baní, hijo de Sémer, 32 hijo de Majlí, hijo de Musí, hijo de Merarí, hijo de Leví. 33 Sus hermanos, los levitas, estaban dedicados a los servicios de la Morad a de la Casa de Di-s. 34 Aarón y sus hijos quemaban las ofrendas en el altar del holocausto y en el altar de los perfumes, según todo el servicio de las cosas sacratísimas, y hacían la expiación por todo Israel, conforme a todo cuanto había mandado Moisés, siervo de Dis. 35 Estos son los hijos de Aarón: Eleazar, su hijo; Pinjás, su hijo: Abisúa, su hi jo; 36 Buqquí, su hijo; Uzzí, su hijo; Zerajías, su hijo; 37 Merayot, su hijo; Amarías, su hijo; Ajitub, su hijo; 38 Sadoq, su hijo; Ajimaas, su hijo. 39 He aquí sus residencias según el orden de sus fronteras: A los hijos de Aarón, de la familia de los quehatitas - pues la suerte cayó sobre ellos 40 se les dio Hebrón en la tierra de Judá, con sus ejidos circundantes; 41 pero el campo de la ciudad y sus aldeas se dieron a Caleb, hijo de Yefun né. 42 Se dio a los hijos de Aarón como ciudades de asilo: Hebrón, Libná con sus ejid os, Yattir y Estemoa con sus ejidos, 43 Jilaz con sus ejidos, Debir con sus ejidos, 44 Asán con sus ejidos y Bet Semes con sus ejidos. 45 De la tribu de Benjamín: Gueba con sus ejidos, Alémet con sus ejidos y Anato t con sus ejidos. El total de todas sus ciudades: trece ciudades según sus familia s. 46 A los otros hijos de Quehat les dieron por sorteo, conforme a sus famili as, diez ciudades de la tribu de Efraím, de la tribu de Dan y de la media tribu de Manasés. 47 A los hijos de Guersom, según sus familias, trece ciudades de la tribu de Isacar, de la tribu de Aser, de la tribu de Neftalí y de la tribu de Manasés en el B asán. 48 A los hijos de Merarí, según sus familias, les tocaron en suerte doce ciudad es de la tribu de Rubén, de la tribu de Gad y de la tribu de Zabulón; 49 los israelitas dieron a los levitas estas ciudades con sus ejidos. 50 De la tribu de los hijos de Judá, de la tribu de los hijos de Benjamín, les tocaron en suerte las ciudades a las que pusieron sus nombres. 51 En la tribu de Efraím se tomaron ciudades para algunas familias de los hij os de Quehat. 52 Se les asignó como ciudades de asilo: Siquem con sus ejidos, en la montaña d e Efraím, Guézer con sus ejidos, 53 Yoqmeam con sus ejidos y Bet Jorón con sus ejidos, 54 Ayyalón con sus ejidos, Gat Rimmón con sus ejidos. 55 Y de la media tribu de Manasés: Aner con sus ejidos, Bilam con sus ejidos. Esta para los restantes hijos de Quehat. 56 Para los hijos de Guersom: De la familia de la media tribu de Manasés, Golán

, en Basán, con sus ejidos, Astarot con sus ejidos. 57 De la tribu de Isacar, Cadés con sus ejidos, Dobrat con sus ejidos, 58 Ramot con sus ejidos, Anem con sus ejidos. 59 De la tribu de Aser, Masal con sus ejidos, Abdón con sus ejidos, 60 Jucoq con sus ejidos y Rejob con sus ejidos. 61 De la tribu de Neftalí: Cadés en Galilea con sus ejidos, Jammón con sus ejidos y Quiryatáyim con sus ejidos. 62 Para los demás hijos de Merarí: de la tribu de Zabulón: Rimmón con sus ejidos y Tabor con sus ejidos. 63 Y en la otra parte del Jordán, frente a Jericó, al oriente del Jordán, de la t ribu de Rubén: Béser en el desierto, con sus ejidos, y Yahsa con sus ejidos, 64 Quedemot con sus ejidos y Mefaat con sus ejidos. 65 De la tribu de Gad: Ramot en Galaad con sus ejidos, Majanáyim con sus ejid os, 66 Jesbón con sus ejidos y Yazer con sus ejidos.

1 Crónicas 7 1 Hijos de Isacar: Tolá, Puá, Yasub, Simrón: cuatro. 2 Hijos de Tolá: Uzzí, Refaías, Yeriel, Yajmay, Yibsam y Samuel, jefes de las ca sas paternas de Tolá. Su número, en los días de David, era, según sus genealogías, de 22.6 00, valientes guerreros. 3 Hijos de Uzzí: Yizrajías; hijos de Yizrajías: Miguel, Abdías, Joel, Yissaías: en t otal cinco jefes. 4 Tenían, según sus genealogías, por sus casas paternas, divisiones de tropas de guerra en número de 36.000; pues tenían muchas mujeres e hijos. 5 Sus hermanos de todas las familias de Isacar, eran 87.000, esforzados gu erreros, inscritos todos ellos en las genealogías. 6 Hijos de Benjamín: Bela, Béker, Yediael: tres. 7 Hijos de Bela: Esbón, Uzzí, Uzziel, Yerimot e Irí: cinco jefes de las casas pa ternas, esforzados guerreros, inscritos en las genealogías en número de 22.034. 8 Hijos de Béker: Zamirá, Joás, Eliezer, Elyoenay, Omrí, Yeremot, Abías, Anatot y Além et; todos éstos hijos de Béker. 9 Estaban inscritos según linajes y los jefes de sus casa paternas; tenían 20. 200 guerreros esforzados. 10 Hijos de Yediael: Bilhán. Hijos de Bilhán: Yeús, Benjamín, Ehúd, Kenaaná, Zetán, Tars s y Ajisajar. 11 Todos estos fueron hijos de Yediael, cabezas de familia, esforzados guer reros, en número de 17.200, aptos para la milicia y la guerra. 12 Suppim y Juppim. Hijos de Ir: Jusim; su hijo: Ajer. 13 Hijos de Neftalí: Yajseel, Guní, Yézer y Sallum, hijos de Bilhá. 14 Hijos de Manasés: Asriel, que le dio a luz su concubina aramea. Esta le di o también a luz a Makir, padre de Galaad. 15 Makir tomó una mujer para Juppim y para Suppim, y el nombre de su hermana era Maaká. El nombre del segundo era Selofjad; Selofjad tuvo hijas. 16 Maaká, mujer de Makir, dio a luz un hijo, a quien llamó Peres. Su hermano se llamaba Seres y sus hijos Ulam y Réquem. 17 Hijos de Ulam: Bedán. Estos son los hijos de Galaad, hijo de Makir, hijo d e Manasés. 18 Su hermana, Malkat, dio a luz a Ishod, Abiézer y Majlá. 19 Los hijos de Semidá fueron: Ajyán, Sékem, Liqjí y Aniam. 20 Hijos de Efraím: Sutélaj, Bered, su hijo; Tájat, su hijo; Eladá, su hijo; Tájat, s u hijo; 21 Zabad, su hijo; Sutélaj, su hijo; Ezer y Elad. Pero los hombres de Gat, na cidos en el país, los mataron, pues habían bajado a apoderarse de sus ganados. 22 Su padre Efraím los lloró durante muchos días, y sus hermanos vinieron a conso larle. 23 Después se unió a su mujer, que concibió y le dio un hijo, a quien llamó Beriá, po rque la desgracia estaba en su casa. 24 Hija suya fue Seerá, que edificó a Bet Jorón de arriba y de abajo y a Uzén Seerá. 25 Réfaj, hijo suyo; Sutélaj, hijo suyo; Taján, hijo suyo.

26 Ladán, hijo suyo; Ammihúd, hijo suyo; Elisamá, hijo suyo; 27 Nun, hijo suyo; Josué, hijo suyo. 28 Tenían propiedades y habitaban en Betel y sus aldeas anejas, en Naarán hacia el oriente, en Guézer y sus aldeas anejas hacia el occidente, en Siquem y sus ald eas hasta Ayyá y sus aldeas. 29 Y en manos de los hijos de Manasés estaban Bet Seán y sus aldeas anejas, Tan ak y sus aldeas, Meguiddó y sus aldeas, Dor y sus aldeas. En ellas habitaron los h ijos de José, hijo de Israel. 30 Hijos de Aser: Yimná, Yisvá, Yisví, Beriá, y Seraj, hermana de éstos. 31 Hijos de Beriá: Héber y Malkiel, el cual fue padre de Birzayit. 32 Héber engendró a Yaflet, Semer, Jotam y Suá, hermana de ellos. 33 Hijos de Yaflet: Pasak, Bimhal y Asvat. Estos son los hijos de Yaflet. 34 Hijos de Sémer: Ají, Rohgá, Jubbá y Aram. 35 Hijos de Hélem, su hermano: Sofaj, Yimná, Seles y Amal. 36 Hijos de Sofaj: Súaj, Jarnéfer, Sual, Berí y Yimrá; 37 Béser, Hod, Sammá, Silsá, Yitrán y Beerá. 38 Hijos de Yéter: Yefunné, Pispá y Ará. 39 Hijos de Ullá: Araj, Janniel y Risías. 40 Todos estos fueron hijos de Aser, jefes de familia, gente escogida, esfo rzados guerreros, jefes de príncipes. EN los registros genealógicos estaban inscrito s en número de 26.000 hombres, aptos para la milicia y la guerra. 1 Crónicas 8 1 Benjamín engendró a Bela, su primogénito; Asbel, el segundo; Ajiram el tercero ; 2 Nojá, el cuarto, y Rafá, el quinto. 3 Los hijos de Bela fueron: Addar y Guerrá, padre de Ehúd, 4 Abisúa, Naamán, Ajoaj, 5 Guerá, Sefufán y Juram. 6 Estos son los hijos de Ehúd, los jefes de familia de los que moraban en Gu eba y a los que deportaron a Manájat: 7 Naamán, Ajías y Guerá. Este los deportó, y engendró a Uzzá y Ajijud. 8 Sajaráyim engendró hijos en los campos de Moab, después de haber repudiado a s us mujeres Jusim y Baará. 9 Y de su nueva mujer engendró a Yobab, Sibías, Mesá, Malckom, 10 Yeús, Sakías y Mirmá. Estos son sus hijos, jefes de casas paternas. 11 Y de Jusim engendró a Atibub y Elpáal: 12 Hijos de Elpáal: Héber. Misam y Semed, el cual edificó Onó, Lud y sus aldeas ane jas. 13 Beriá y Sema fueron cabezas de familia de los habitantes de Ayyalón, que pus ieron en fuga a los moradores de Gat. 14 Hermano suyo: Sesaq. Yeremot, 15 Zebadías, Arad, Eder. 16 Miguel, Yispá, Yojá: eran hijos de Beriá. 17 Zebadías, Mesullam, Jizquí, Jáber. 18 Yismeray, Yizlías y Yobab: hijos de Elpáal. 19 Yaquim, Zikrí, Zabdí, 20 Elienay. Silletay, Eliel, 21 Adaías, Beraías y Simrat: hijos de Simí. 22 Yispán, Héber, Eliel, 23 Abdón, Zikrí, Janán, 24 Jananías, Elam, Antotías, 25 Yifdías y Penuel: hijos de Sesaq. 26 Samseray, Serajías, Atalías, 27 Yaaresías, Elías y Zikri: hijos de Yerojam. 28 Estos eran los jefes de las casas paternas, según sus linages, que habitab an en Yerushalaim. 29 En Gabaón habitaba Yeiel, padre de Gabaón, cuya mujer se llamaba Maaká. 30 Su hijo primogénito: Abdón; después Sur, Quis, Báal, Ner, Nadab, 31 Guedor, Ajyó, Záker.

32 Miqlot engendró a Simá. También éstos habitaron, igual que sus hermanos, en Yeru shalaim, con sus hermanos. 33 Ner engendró a Quis, Quis engendró a Saúl, Saúl engendró a Jonatán, Malki Súa, Abinad b y Esbáal. 34 Hijo de Jonatán: Merib Báal. Merib Báal engendró a Miká. 35 Hijos de Miká: Pitón, Mélek, Tarea, Ajaz. 36 Ajaz engendró a Yehoaddá, Yehoaddá engendró a Alémet, Azmávet y Zimri; Zimrí engendró Mosá. 37 Mosá engendró a Biná, cuyo hijo fue Rafá, cuyo hijo fue Elasá, cuyo hijo fue Asel. 38 Asel tuvo seis hijos, cuyos nombres son: Azricam, su primogénito; después, I srael, Searías, Abdías y Janán. Todos ellos son hijos de Asel. 39 Hijos de Eseq, hermano suyo: Ulam, su primogénito, Yeús, el segundo, y Eliféle t, el tercero. 40 Los hijos de Ulam fueron esforzados guerreros que manejaban el arco; tuv ieron muchos hijos y nietos: 150. Todos estos eran descendientes de Benjamín. 1 Crónicas 9 1 Todos los israelitas estaban registrados en las genealogías e inscritos en el libro de los reyes de Israel y de Judá, cuando fueron deportados a Babilonia p or sus infidelidades. 2 Los primeros que volvieron a habitar en sus propiedades y ciudades fuero n israelitas, sacerdotes, levitas y donados. 3 En Yerushalaim habitaron hijos de Judá, hijos de Benjamín, hijos de Efraím y d e Mamassés. 4 Utay, hijo de Ammihúd, hijo de Omrí, hijo de Imrí, hijo de Baní, de los hijos de Peres, hijo de Judá. 5 De los silonitas: Asaías, el primogénito, y sus hijos. 6 De los hijos de Zéraj: Yeuel y sus hermanos: 690. 7 De los hijos de Benjamín: Sallú, hijo de Mesullam, hijo de Hodavías, hijo de H assenuá; 8 Yibneías, hijo de Yerojam: Ela, hijo de Uzzí, hijo de Mikrí, y Mesullam, hijo de Sefatías, hijo de Reuel, hijo de Yibnías, 9 y sus hermanos, según sus genealogías: 956. Todos estos eran jefes de famili a en sus respectivas casas paternas. 10 De los sacerdotes: Yedaías, Yehoyarib, Yakín, 11 Azarías, hijo de Jilquías, hijo de Mesullam, hijo de Sadoq, hijo de Merayot, hijo de Ajitub, príncipe de la Casa de Di-s. 12 Adaías, hijo de Yerojam, hijo de Pasjur, hijo de Malkías; Masay, hijo de Adi el, hijo de Yajzerá, hijo de Mesullam, hijo de Mesillemit, hijo de Immer; 13 y sus hermanos, jefes de sus casas paternas: 1.760 hombres aptos para lo s ejercicios del culto de la Casa de Di-s. 14 De los levitas: Semaías, hijo de Jassub, hijo de Azricam, hijo de Jasabías, de los hijos de Merarí. 15 Baqbacar, Herés, Galal y Mattanías, hijo de Miká, hijo de Zikrí, hijo de Asaf. 16 Abdías, hijo de Semaías, hijo de Galal, hijo de Yedutún; y Berekías, hijo de Asá, hijo de Elcaná, que habitaban en los poblados de los netofatíes. 17 Los porteros: Sallum, Aqcub, Talmón, Ajimán y sus hermanos. Sallum era el je fe; 18 y están hasta el presente junto a la puerta del rey, al oriente. Estos son los porteros del campamento de los hijos de Leví: 19 Sallum, hijo de Qoré, hijo de Ebyasaf, hijo de Coré, y sus hermanos los coreít as, de la misma casa paterna, tenían el servicio del culto como guardianes de los umbrales de la Tienda, pues sus padres habían tenido a su cargo la guardia de acce so al campamento de Adonai. 20 Antiguamente había sido su jefe Pinjás, hijo de Eleazar, con el que estaba A donai. 21 Zacarías, hijo de Meselemías, era portero de la entrada de la Tienda del Enc uentro. 22 El total de los elegidos para porteros era de 212, y estaban inscritos e n sus poblados. David y Samuel el vidente les habían establecido en sus cargos per

manentemente. 23 Tanto ellos como sus hijos tenían a su cargo las puertas de la Casa de Ado nai, la casa de la Tienda. 24 Había porteros a los cuatro vientos: al oriente, al occidente, al norte y al mediodía. 25 Sus hermanos, que habitaban en sus poblados, tenían que venir periódicamente a estar con ellos durante siete días, 26 porque los cuatro jefes de los porteros eran permanentes; algunos levita s estaban al cuidado de las cámaras y de los tesoros de la Casa de Di-s. 27 Pasaban la noche alrededor de la Casa de Di-s, pues les incumbía su vigila ncia y habían de abrirla todas las mañanas. 28 Unos tenían el cuidado de los utensilios del culto, y los contaban al mete rlos y al sacarlos. 29 Otros estaban encargados de los utensilios y de todos los instrumentos d el Santuario, de la flor de harina, el vino, el aceite, el incienso y los aroma s. 30 Los que hacían la mezcla para los aromas eran sacerdotes. 31 Mattitías, uno de los levitas, primogénito de Sallum el coreíta, estaba al cui dado constante de las cosas que se freían en sartén. 32 Entre los quehatitas, sus hermanos, algunos estaban encargados de poner en filas los panes cada sábado. 33 Había también cantores, cabezas de familia de los levitas y moraban en las h abitaciones de la Casa, exentos de servicio, pues se ocupaban de día y de noche en su ministerio. 34 Estos son, según sus genealogías, los cabezas de familia de los levitas, jef es de sus linajes que habitaban en Yerushalaim. 35 En Gabaón moraban el padre de Gabaón, Yeiel, cuya mujer se llamaba Maaká 36 y Abdón su hijo primogénito; después, Sur, Quis, Báal, Ner, Nadab, 37 Guedor, Ajyó, Zacarías y Miqlot. 38 Miqlot engendró a Simam. También éstos habitaron en Yerushalaim junto a sus he rmanos y en unión con éstos. 39 Ner engendró a Quis, Quis engendró a Saúl, Saúl engendró a Jonatán, Malki Súa, Abínad y Esbáal. 40 Hijo de Jonatán: Merib Báal. Merib Báal engendró a Miká. 41 Hijos de Miká: Pitón, Mélek, Tajrea. 42 Ajaz engendró a Yará, Yará engendró a Alémet, Azmavet y Zimrí. Zimrí engendró a Mosá. 43 Mosá engendró a Binná. Refaías, hijo suyo: Elasá, hijo suyo; Asel, hijo suyo. 44 Asel tuvo seis hijos, cuyos nombres son: Azricam, su primogénito, Ismael, Searías, Obadías y Janán. Estos fueron los hijos de Asel. 1 Crónicas 10 1 Trabaron batalla los filisteos contra Israel; huyeron los hombres de Isr ael ante los filisteos, y cayeron heridos de muerte en el monte Gelboé. 2 Los filisteos apretaron de cerca a Saúl y a sus hijos, y mataron a Jonatán, Abinadab y Malki Súa, hijos de Saúl. 3 El peso de la batalla cargó sobre Saúl, los arqueros le descubrieron y fue h erido por los arqueros. 4 Dijo Saúl a su escudero: "Saca tu espada y traspásame con ella; no sea que v engan esos incircuncisos y hagan mofa de mí." Pero el escudero no quiso, pues esta ba lleno de temor. Entonces tomó Saúl la espada y se arrojó sobre ella. 5 Viendo el escudero que Saúl había muerto, se arrojó, también él, sobre su espada y murió con él. 6 Así murió Saúl con sus tres hijos; y toda su casa murió juntamente con él. 7 Viendo todos los hombres de Israel, que estaban en el valle, que las tro pas de Israel se daban a la fuga y que Saúl y sus hijos habían muerto, abandonaron sus ciudades y huyeron; vinieron los filisteos y se establecieron en ellas. 8 Al otro día vinieron los filisteos para despojar a los muertos, y encontra ron a Saúl y a sus hijos caídos en el monte Gelboé. 9 Despojándole, se llevaron su cabeza y sus armas, y mandaron anunciar la bu ena nueva por el contorno del país de los filisteos, a sus dioses y al pueblo.

10 Depositaron sus armas en el templo de su dios y clavaron su cabeza en el templo de Dagón. 11 Supieron todos los habitantes de Yabés de Galaad lo que los filisteos habían hecho con Saúl, 12 se levantaron todos los valientes, tomaron el cadáver de Saúl y los cadáveres de sus hijos, y los llevaron a Yabés. Enterraron sus huesos bajo el tamarindo de Y abés, y ayunaron siete días. 13 Saúl murió a causa de la infidelidad que había cometido contra Adonai, porque no guardó la palabra de Adonai y también por haber interrogado y consultado a una ni gromante, 14 en vez de consultar a Adonai, por lo que le hizo morir, y transfirió el re ino a David, hijo de Jesé. 1 Crónicas 11 1 Congregóse todo Israel en torno a David, en Hebrón, y dijeron: "Mira: hueso tuyo y carne tuya somos nosotros. 2 Ya de antes, cuando Saúl era nuestro rey, eras tú el que dirigías las entradas y salidas de Israel; Adonai, tu Di-s, te ha dicho: "Tú apacentarás a mi pueblo Isra el."" 3 Vinieron todos los ancianos de Israel adonde el rey, a Hebrón; David hizo un pacto con ellos en Hebrón, en presencia de Adonai; y ellos ungieron a David com o rey sobre Israel, según la palabra que Adonai había pronunciado por boca de Samuel . 4 Después marchó David con todo Israel contra Yerushalaim, o sea, Jebús; los hab itantes del país eran jebuseos. 5 Y decían los habitantes de Jebús a David: "No entrarás aquí." Conquistó David la f ortaleza de Sión, que es la Ciudad de David. 6 Y dijo David: "El que primero ataque al jebuseo, será jefe y capitán." Subió e l primero Joab, hijo de Sarvia, y pasó a ser jefe. 7 Se instaló David en la fortaleza; por eso la llamaron Ciudad de David. 8 Y edificó en derredor de la ciudad, tanto el Milló como la circunvalación; Joa b restauró el resto de la ciudad. 9 David iba medrando, y Adonai Sebaot estaba con él. 10 He aquí los jefes de los valientes que tenía David, y que, durante su reinad o, se esforzaron con él y con todo Israel para hacerle reinar, conforme a la palab ra de Adonai respecto de Israel. 11 Esta es la lista de los héroes que tenía David: Yasobam, hijo de Jakmoní, jefe de los Treinta, que blandió su lanza e hizo más de trescientas bajas de una sola ve z. 12 Después de él Eleazar, hijo de Dodó, el ajotita, que era uno de los Tres héroes. 13 Este estaba con David en Pas Dammim, donde los filisteos se habían concent rado para la batalla. Había allí una parcela toda de cebada, y el pueblo estaba ya h uyendo delante de los filisteos, 14 pero él se apostó en medio de la parcela, la defendió y derrotó a los filisteos. Adonai obró allí una gran victoria. 15 Tres de los Treinta bajaron a la peña de la cueva de Adullam, donde David, cuando los filisteos se hallaban acampados en el valle de los Refaím. 16 David estaba a la sazón en el refugio, mientras que una guarnición de filist eos ocupaba Belén. 17 Vínole a David un deseo y dijo: "¡Quién me diera a beber agua de la cisterna q ue hay a la puerta de Belén!" 18 Rompieron los Tres por el campamento de los filisteos, y sacaron agua de la cisterna que hay a la puerta de Belén, se la llevaron y se la ofrecieron a Dav id, pero David no quiso beberla, sino que la derramó como libación a Adonai, 19 diciendo: "¡Líbreme Di-s de hacer tal cosa! ¿Voy a beber yo la sangre de estos hombres junto con sus vidas? Pues con riesgo de sus vidas la han traído." Y no qu iso beberla. Esto hicieron los Tres héroes. 20 Abisay, hermano de Joab, era el primero de los Treinta. Hirió con su lanza a trescientos hombres, y conquistó renombre entre los Treinta. 21 Fue más afamado que los Treinta, llegando a ser su capitán; pero no igualó a l

os Tres. 22 Benaías, hijo de Yehoyadá, hombre valeroso y pródigo en hazañas, de Cabseel, mató a los dos héroes de Moab; además bajó y mató a un león dentro de una cisterna, en un día de nieve. 23 Mató también a un egipcio que tenía cinco codos de altura; tenía el egipcio una lanza en su mano del tamaño de un enjullo de tejedor, pero Benaías bajó contra él con un bastón, arrancó la lanza de la mano del egipcio, y con su misma lanza le mató. 24 Esto hizo Benaías, hijo de Yehoyadá, y se conquistó renombre entre los Tres héro es. 25 Fue muy famoso entre los Treinta, pero no igualó a los Tres; David le hizo jefe de su guardia personal. 26 Los valientes esforzados fueron: Asahel, hermano de Joab; Eljanán, hijo de Dodó, de Belén; 27 Sammot, de Harod; Jeles, el pelonita; 28 Irá, hijo de Iqqués, de Técoa; Abiézer, de Anatot; 29 Sibbekay, de Jusá; Ilay, el ajotita; 30 Mahray, de Netofá; Jéled, hijo de Baaná, de Netofá; 31 Itay, hijo de Ribay, de Guibeá, de los hijos de Benjamín; Benaías, de Piratón; 32 Juray, de los torrentes de Gaás; Abiel, el arbatita; 33 Azmávet, de Bajurim; Elyajabá, de Saalbón; 34 Bené Hasem, el guizonita; Jonatán, hijo de Sagué, de Arar; 35 Ajiam, hijo de Sakar, el ararita; Elifélet, hijo de Ur; 36 Jéfer, de Mekerá; Ajías, el pelonita; 37 Jesró, de Carmelo; Naaray, hijo de Ezbay; 38 Joel, hermano de Natán; Mibjar, hijo de Agrí; 39 Sélecq, el ammonita; Najray, de Berot, escudero de Joab, hijo de Sarvia; 40 Irá, de Yattir; Gareb, de Yattir; 41 Urías, el hitita; Zabad, hijo de Ajlay; 42 Adiná, hijo de Sizá, el rubenita, jefe de los rubenitas, y con él treinta; 43 Janán, hijo de Maaká; Josafat, el mitnita; 44 Uzzías, de Astarot: Sama y Yeiel, hijos de Jotam, de Aroer; 45 Yediael, hijo de Simrí; Jojá, su hermano, el tisita. 46 Eliel, el majavita; Yeribay y Yosavías, hijos de Elnaam; Yitmá, el moabita; 47 Eliel, Obed y Yaasiel, de Sobá. 1 Crónicas 12 1 Estos son los que vinieron donde David, a Siquelag, cuando estaba reteni do lejos de Saúl, hijo de Quis. Estaban también entre los valientes que le ayudaron en la guerra. 2 Manejaban el arco con la derecha y con la izquierda, lanzando piedras y flechas con el arco. De los hermanos de Saúl el benjaminita: 3 Ajiézer, el jefe, y Joás, hijos de Semaá de Guibeá; Yeziel y Pélet, hijos de Azmávet ; Beraká y Jehú, de Anatot; 4 Yismaías, de Gabaón, valeroso entre los Treinta y jefe de los mismos; 5 Jeremías, Yajaziel, Yojanán, Yozabad, de Guederot; 6 Eluzay, Yerimot, Bealías, Semarías y Sefatías, de Jarif; 7 Elcaná, Isaías, Azarel, Yoézer, Yasobam, coreítas; 8 Yoelá y Zebadías, hijos de Yerojam, de Guedor. 9 Y hubo también gaditas que se pasaron a David en el desierto, guerreros va lientes, hombres de guerra, preparados para el combate, diestros con el escudo y la lanza. Sus rostros, como rostros de león, y ligeros como la gacela salvaje. 10 Su jefe era Ezer; Obadías, el segundo; Eliab, el tercero; 11 Masmanná, el cuarto; Yirmeyá, el quinto; 12 Attay, el sexto; Eliel, el séptimo; 13 Yojanán, el octavo; Elzabad, el noveno; 14 Jeremías, el décimo; Makbannay, el undécimo; 15 estos eran, entre los hijos de Gad, jefes del ejército; el menor mandaba s obre cien, y el mayor sobre mil. 16 Estos fueron los que atravesaron el Jordán en el mes primero, cuando suele desbordarse por todas sus riberas, y pusieron en fuga a todos los habitantes d

e los valles, a oriente y occidente. 17 También vinieron al refugio, donde estaba David, algunos de los hijos de B enjamín y Judá. 18 Presentóse David delante de ellos y les dijo: "Si venís a mí en son de paz par a ayudarme, mi corazón irá a una con vosotros; pero si es para engañarme en favor de m is enemigos, sin que hubiere violencia en mis manos, ¡véalo el Di-s de nuestros padr es y lo castigue!" 19 Entonces el espíritu revistió a Amasay, jefe de los Treinta: "¡A ti, David! ¡Con tigo, hijo de Jesé! ¡Paz, paz a ti! ¡Y paz a los que te ayuden, pues tu Di-s te ayuda a ti!"David los recibió y los puso entre los jefes de las tropas. 20 También de Manasés se pasaron algunos a David, cuando éste iba con los filiste os a la guerra contra Saúl, aunque no les ayudaron, porque los tiranos de los fili steos, habido consejo, le despidieron, diciendo: "Se pasará a Saúl, su señor, con nues tras cabezas." 21 Cuando regresó a Siquelag, pasáronse a él algunos de los hijos de Manasés: Adná, Y ozabad, Yediel, Miguel, Yozabad, Elihú y Silletay, jefes de millares de Manasés. 22 Estos ayudaron a David al frente de algunas partidas, pues todos eran ho mbres valientes y llegaron a ser jefes en el ejército. 23 Cada día, en efecto, acudía gente a David para ayudarle, hasta que el campam ento llegó a ser grande, como un campamento de Di-s. 24 Este es el número de los guerreros preparados para la guerra que vinieron donde David, a Hebrón, para transferirle el reino de Saúl, conforme a la orden de Ad onai. 25 De los hijos de Judá, llevando escudo y lanza, 6.800, armados para la guer ra. 26 De los hijos de Simeón, hombres valerosos para la guerra, 7.100. 27 De los hijos de Leví, 4.600. 28 Yehoyadá, príncipe de los hijos de Aarón, con otros 3.700. 29 Sadoq, joven y valeroso, con veintidós jefes de su casa paterna. 30 De los hijos de Benjamín, hermano de Saúl, 3.000; hasta entonces la mayor pa rte de ellos habían permanecido fieles a la casa de Saúl. 31 De los hijos de Efraím, 20.800 hombres valientes, famosos en sus casas pat ernas. 32 De la media tribu de Manasés, 18.000, nominalmente designados para ir a pr oclamar rey a David. 33 De los hijos de Isacar, duchos en discernir las oportunidades y saber lo que Israel debía hacer, 200 jefes, y todos sus hermanos bajo sus órdenes. 34 De Zabulón, 50.000 aptos para salir a campaña, preparados para la batalla, p rovistos de todas las armas de guerra, audaces en la lucha, con corazón entero. 35 De Neftalí, 1.000 jefes, y con ellos 37.000 hombres con escudo y lanza. 36 De los danitas, preparados para la batalla, 28.600. 37 De Aser, aptos para salir a campaña y preparados para la batalla, 40.000. 38 Y de Transjordania, de los rubenitas, de los gaditas y de la media tribu de Manasés, provistos de todos los pertrechos de guerra para la batalla, 120.000. 39 Todos estos hombres de guerra, formados en orden de batalla, vinieron a Hebrón con corazón entero para proclamar a David rey sobre todo Israel; y los demás is raelitas estaban unánimes en hacer rey a David. 40 Permanecieron allí con David tres días comiendo y bebiendo, porque sus herma nos les proveían. 41 Además, los que estaban cerca y hasta de Isacar, Zabulón y Neftalí traían víveres en asnos, camellos, mulos y bueyes; provisiones de harina, tortas de higos y pas as, vino, aceite, ganado mayor y menor en abundancia; pues reinaba la alegría en I srael. 1 Crónicas 13 1 Después de consultar David con los jefes de millar y de ciento y con todos los caudillos, 2 dijo a toda la asamblea de Israel: "Si os parece bien y la cosa viene de Adonai, nuestro Di-s, vamos a mandar un mensaje a nuestros hermanos que han que dado a todas las regiones de Israel y, además, a los sacerdotes y levitas en sus

ciudades y ejidos, para que se reúnan con nosotros; 3 y volvamos a traer a nuestro lado el arca de nuestro Di-s, ya que no nos hemos preocupado de ella desde los días de Saúl." 4 Toda la asamblea resolvió hacerlo así, pues la propuesta pareció bien a todo e l pueblo. 5 Congregó entonces David a todo Israel, desde Sijor de Egipto hasta la Entr ada de Jamat, para traer el arca de Di-s desde Quiryat Yearim. 6 Fue, pues, David, con todo Israel, hacia Baalá, a Quiryat Yearim de Judá, pa ra subir allí el arca del Di-s que lleva el Nombre de Adonai que está sobre los quer ubines. 7 Cargaron el arca de Di-s en una carreta nueva y se la llevaron de la cas a de Abinadab; Uzzá y Ajyó conducían la carreta. 8 David y todo Israel bailaban delante de Di-s con todas sus fuerzas, cant ando y tocando cítaras, salterios, adufes, címbalos y trompetas. 9 Al llegar a la era de Kidón, extendió Uzzá su mano para sostener el arca, porq ue los bueyes amenazaban volcarla. 10 Se encendió contra Uzzá la ira de Adonai y le hirió por haber extendido su man o hacia el arca; y Uzzá murió allí delante de Di-s. 11 Se irritó David porque Adonai había castigado a Uzzá; y se llamó aquel lugar Per es de Uzzá hasta el día de hoy. 12 Y tuvo David aquel día miedo a Di-s, y dijo: "¿Cómo voy a llevar a mi casa el arca de Di-s" 13 Y no trasladó David el arca de Di-s a su casa, a la Ciudad de David, sino que la hizo llevar a la casa de Obededom de Gat. 14 El arca de Di-s habitó tres meses en la casa de Obededom. Y bendijo Adonai la casa de Obededom y cuanto tenía. 1 Crónicas 14 1 Jiram, rey de Tiro, envió a David mensajeros y maderas de cedro, y también a lbañiles y carpinteros, para edificarle una casa. 2 Y conoció David que Adonai le había confirmado como rey de Israel, pues había ensalzado su realeza por amor a Israel su pueblo. 3 Tomó David otras mujeres en Yerushalaim y engendró mas hijos e hijas. 4 Estos son los nombres de los que tuvo en Yerushalaim: Sammúa, Sobab, Natán, Salomón, 5 Yibjar, Elisúa, Elpálet, 6 Nógah, Néfeg, Yafía, 7 Elisamá, Baalyadá y Elifélet. 8 Cuando los filisteos oyeron que David había sido ungido rey sobre todo Isr ael, subieron todos en su busca. Lo supo David y les salió al paso. 9 Llegaron los filisteos y se desplegaron por el valle de Refaím. 10 Consultó David a Di-s, diciendo: "¿Debo subir contra los filisteos? ¿Los entre garás en mis manos?" Adonai le respondió: "Sube, pues yo los entregaré en tu mano." 11 Y subieron a Baal Perasim, donde David los derrotó. Dijo entonces David: " Di-s ha abierto brecha entre mis enemigos por mi mano, como una brecha de aguas. " Por eso se llamó a aquel lugar Baal Perasim. 12 Abandonaron allí a sus ídolos, y dijo David: "Arrojadlos al fuego." 13 Otra vez invadieron los filisteos el valle, 14 y David volvió a consultar a Di-s, y Di-s le contestó: "No subas contra ello s: da un rodeo y atácalos frente a las balsameras. 15 Y cuando oigas el ruido de pasos en la copa de las balsameras, saldrás a l a batalla, porque Di-s sale delante de ti para derrotar el campamento de los fil isteos." 16 Hizo David como le había mandado Di-s, y derrotaron al campamento de los f ilisteos desde Gabaón hasta Guézer. 17 La fama de David se extendió por todas las regiones, pues Adonai le hizo t emible a todas las naciones. 1 Crónicas 15 1 Se hizo casas en la Ciudad de David, preparó un lugar para el arca de Di-s

y le levantó una Tienda. 2 Entonces dijo David: "Solamente los levitas han de llevar el arca de Dis, pues a ellos los escogió Adonai para llevar el arca de Adonai y servirle por si empre." 3 Congregó, pues, David a todo Israel en Yerushalaim para subir el arca de A donai al lugar que para ella había preparado. 4 David reunió también a los hijos de Aarón y a los levitas: 5 De los hijos de Quehat: a Uriel, el jefe, y a sus hermanos, 120; 6 de los hijos de Merarí: a Asaías, el jefe, y a sus hermanos, 220; 7 de los hijos de Guersom: a Joel, el jefe, y a sus hermanos, 130; 8 de los hijos de Elisafán: a Semaías, el jefe, y a sus hermanos, doscientos; 9 de los hijos de Hebrón: a Eliel, el jefe, y a sus hermanos, ochenta; 10 de los hijos de Uzziel: a Amminadab, el jefe, y a sus hermanos, 112. 11 También llamó David a los sacerdotes Sadoq y Abiatar, y a los levitas Uriel, Asaías, Joel, Semaiás, Eliel y Amminadab, 12 y les dijo: "Vosotros sois los cabezas de familia de los levitas. Santif icaos, vosotros y vuestros hermanos, para subir el arca de Adonai, el Di-s de Is rael, al lugar que para ella tengo preparado; 13 pues por no haber estado vosotros la vez primera, Adonai, nuestro Di-s, hizo brecha en nosotros, ya que no le consultamos conforme a la norma." 14 Se santificaron, pues, los sacerdotes y los levitas, para subir el arca de Adonai, Di-s de Israel. 15 Y los levitas trasladaron el arca de Di-s a hombros, como lo había ordenad o Moisés, según la palabra de Adonai, llevando los varales sobre los hombros. 16 Dijo David a los jefes de los levitas que dispusieran a sus hermanos los cantores, con instrumentos músicos, salterios, cítaras y címbalos, para que los hicie sen resonar, alzando la voz con júbilo. 17 Los levitas designaron a Hemán, hijo de Joel; y de sus hermanos, a Asaf, h ijo de Berekías; y de los hijos de Merarí, hermanos suyos, a Etán, hijo de Cusaías. 18 Y con ellos, como segundos, a sus hermanos Zacarías, hijo de Yaaziel, Semi ramot, Yejiel, Unní, Eliab, Benaías, Maaseías, Mattitías, Eliflehú, Miqneías, Obededom y Yei el, porteros. 19 Los cantores Hemán, Asaf y Etán hacían resonar címbalos de bronce. 20 Zacarías, Yaaziel, Semiramot, Yejiel, Unní, Eliab, Maaseías y Benaías tenían salte rios de tonos altos. 21 Mattitías, Eliflehú, Miqneías, Obededom, Yeiel y Azazaías tenían cítaras de octava, para dirigir el canto. 22 Kenanías, jefe de los levitas encargados del transporte, dirigía el traslado , porque era hombre entendido. 23 Berekías y Elcaná eran porteros del arca. 24 Sebanías, Josafat, Natanael, Amasay, Zacarías, Benaías y Eliezer, sacerdotes, tocaban las trompetas delante del arca de Di-s. Obededom y Yejiyías eran porteros del arca. 25 Así pues, David los ancianos de Israel y los jefes de millares, fueron a t raer el arca de la alianza de Adonai, desde la casa de Obededom, con alborozo. 26 Y habiendo Di-s ayudado a los levitas portadores del arca de la alianza de Adonai, sacrificaron siete becerros y siete carneros. 27 David iba revestido de un manto de lino fino, lo mismo que todos los lev itas, que portaban el arca, los cantores y Kenanías, el jefe que dirigía el traslado . Llevaba también David sobre sí un efod de lino. 28 Todo Israel subía el arca de la alianza de Adonai entre clamores y resonar de cuernos, trompetas y címbalos, y haciendo sonar los salterios y las cítaras. 29 Cuando el arca de la alianza de Adonai entró en la Ciudad de David, Mikal, hija de Saúl, estaba mirando por una ventana, y vio al rey David que saltaba y ba ilaba, y le despreció en su corazón. 1 Crónicas 16 1 Introdujeron el arca de Di-s y la colocaron en medio de la Tienda que Da vid había hecho levantar para ella; y ofrecieron ante Di-s holocaustos y sacrifici os de comunión.

2 Cuando David hubo acabado de ofrecer los holocaustos y los sacrificios d e comunión, bendijo al pueblo en nombre de Adonai, 3 y repartió a todo el pueblo de Israel, hombres y mujeres, a cada uno una t orta de pan, un pastel de dátiles y un pastel de pasas. 4 David estableció los levitas que habían de hacer el servicio delante del arc a de Adonai, celebrando, glorificando y alabando a Adonai, el Di-s de Israel. 5 Asaf era el jefe; Zacarías era el segundo; luego Uzziel, Semiramot, Yejiel , Mattitías, Eliab, Benaías, Obededom y Yeiel, con salterios y cítaras. Asaf hacía sonar los címbalos. 6 Los sacerdotes Benaías y Yajaziel tocaban sin interrupción las trompetas del ante del arca de la alianza de Di-s. 7 Aquel día David, alabando el primero a Adonai, entregó a Asaf y a sus herman os este canto: 8 ¡Dad gracias a Adonai, aclamad su nombre, divulgad entre los pueblos sus h azañas! 9 10 i! 11 12 boca, 13 14 15

¡Cantadle, salmodiad para él, sus maravillas todas recitad! ¡Gloriaos en su santo Nombre, se alegre el corazón de los que buscan a Adona

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lo que pactó con Abraham, el juramento que hizo a Isaac. Y que puso a Jacob como precepto, a Israel como alianza eterna, diciendo: "Yo te daré la tierra de Canaán, por parte de vuestra herencia", cuando erais escasa gente, poco numerosos, y forasteros allí. Cuando iban de nación en nación desde un reino a otro pueblo,

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a nadie permitió oprimirles.Por ellos castigó a los reyes. "Guardaos de tocar a mis ungidos ni mal alguno hagáis a mis profetas." Cantad a Adonai toda la tierra anunciad su salvación día tras día. Contad su gloria a las naciones, a todos los pueblos sus maravillas. Que es grande Adonai y muy digno de alabanza, más temible que todos los di

¡Buscad a Adonai y su fuerza, id tras su rostro sin descanso! Recordad las maravillas que él ha hecho, sus prodigios y los juicios de su raza de Israel, su servidor, hijos de Jacob, sus elegidos. El, Adonai, es nuestro Di-s, por toda la tierra sus juicios. Recordad para siempre su alianza, palabra que impuso a mil generaciones;

Porque nada son todos los dioses de los pueblos, mas Adonai los cielos h Gloria y majestad están ante él, fortaleza y alegría en su Morada. ¡Rendid a Adonai, familias de los pueblos, rendid a Adonai gloria y poder!

29 ¡Rendid a Adonai la gloria de su Nombre!Traed ofrendas y en sus atrios ent rad. ¡Postraos ante Adonai en esplendor sagrado! 30 ¡Tiemble ante su faz la tierra entera!El orbe está seguro, no vacila. 31 Alégrense los cielos y la tierra jubile.Decid entre las gentes: "¡Adonai es rey!" 32 ¡Retumbe el mar y cuanto encierra! ¡Exulte el campo y cuanto en él existe! 33 Griten de júbilo los árboles de los bosque ante Adonai, pues viene a juzgar la tierra. 34 ¡Dad gracias a Adonai, porque es bueno, porque es eterno su amor! 35 Y decid: "¡Sálvanos, oh Di-s de nuestra salvación!Reúnenos y líbranos de las nacio nes, para dar gracias a tu Nombre santo y gloriarnos en tu alabanza." 36 Bendito sea Adonai, el Di-s de Israel, por eternidad de eternidades."Y t odo el pueblo dijo: "Amén." Y alabó a Adonai. 37 David dejó allí, ante el arca de la alianza de Adonai, a Asaf y a sus herman os, para el ministerio continuo delante del arca, según el rito de cada día; 38 y a Obededom, con sus hermanos, en número de 68, y a Obededom, hijo de Yed utún, y a Josá, como porteros;

39 y el sacerdote Sadoq y a sus hermanos, los sacerdotes, delante de la Mor ada de Adonai, en el alto de Gabaón, 40 para que ofreciesen continuamente holocaustos a Adonai en el altar de lo s holocaustos, por la mañana y por la tarde, según todo lo escrito en la Ley que Ado nai había mandado a Israel. 41 Con ellos estaban Hemán y Yedutún y los restantes escogidos y nominalmente d esignados para alabar a Adonai: "Porque es eterno su amor." 42 Y con ellos, Hemán y Yedutún, que hacían sonar trompetas, címbalos e instrumento s para los cánticos de Di-s. Los hijos de Yedutún eran porteros. 43 Luego, todo el pueblo se fue, cada cual a su casa; también David se volvió p ara bendecir su casa. 1 Crónicas 17 1 Morando ya David en su casa, dijo a Natán, profeta: "Mira, yo habito en un a casa de cedro, mientras el arca de la alianza de Adonai está bajo pieles." 2 Respondió Natán a David: "Haz todo cuanto tienes en tu corazón, porque Di-s es tá contigo." 3 Pero aquella misma noche vino la palabra de Di-s a Natán en estos términos: 4 "Vete y di a mi siervo David: Así dice Adonai: No serás tú quien me edifique C asa para que habite yo en ella. 5 Pues no he habitado en casa alguna desde el día en que hice subir a los is raelitas hasta el día de hoy; sino que he andado de tienda en tienda y de morada e n morada. 6 En todo el tiempo que he ido de un lado para otro con todo Israel, ¿he dic ho acaso a alguno de los Jueces de Israel, a los que mandé me apacentaran a mi pue blo: Por qué no me edificáis una Casa de cedro? 7 Di, pues, ahora esto a mi siervo David: Así habla Adonai Sebaot: Yo te he tomado del pastizal, de detrás del rebaño, para que seas caudillo de mi pueblo Israe l. 8 He estado contigo donde quiera que has ido, he eliminado a todos tus ene migos de delante de ti y voy a hacerte un nombre grande como el nombre de los g randes de la tierra. 9 Fijaré un lugar a mi pueblo Israel, y lo plantaré allí para que more en él; no s erá ya perturbado, y los malhechores no seguirán oprimiéndole como al principio, 10 y como en los días en que instituí Jueces sobre mi pueblo Israel. Someteré a t odos tus enemigos. Adonai te anuncia que Adonai te edificará una casa. 11 Cuando se cumplan tus días para ir con tus padres, afirmaré después de ti la d escendencia que saldrá de tus entrañas y consolidaré su reino. 12 El me edificará un Casa y yo afirmaré su trono para siempre. 13 Yo seré para él un padre, y él será para mi un hijo, y no apartaré de él mi amor, co mo le aparté de aquel que fue antes de ti. 14 Yo le estableceré en mi Casa y en mi reino para siempre, y su trono estará f irme eternamente." 15 Conforme a todas estas palabras, y conforme a toda esta visión, habló Natán a David. 16 Entró entonces el rey David, se sentó delante de Adonai y dijo: "¿Quien soy yo , oh Adonai Di-s, y qué mi casa, que me has traído hasta aquí? 17 Y aun esto es poco a tus ojos, oh Di-s, que hablas también a la casa de tu siervo para el futuro lejano y me miras como si fuera un hombre distinguido, oh Adonai Di-s. 18 ¿Qué más podrá añadirte David por la gloria que concedes a tu siervo? 19 Oh Adonai, por amor de tu siervo, y según tu corazón, has hecho todas estas cosas tan grandes, para manifestar todas estas grandezas. 20 Oh Adonai, nadie como tú, ni hay Di-s fuera de ti, según todo lo que hemos oíd o con nuestros oídos. 21 Y ¿qué otro pueblo hay sobre la tierra como tu pueblo Israel, a quien un dio s haya ido a rescatar para hacerle su pueblo, dándole renombre por medio de obras grandes y terribles, arrojando naciones de delante de tu pueblo al que rescatast e de Egipto? 22 Tú has constituido a Israel tu pueblo como pueblo tuyo para siempre; y tú, A

donai, te has hecho su Di-s. 23 Ahora, pues, oh Adonai, mantén firme eternamente la palabra que has dirigi do a tu siervo y a su casa; y haz según tu palabra. 24 Sí, sea firme; y sea tu nombre por siempre engrandecido, y que diga: "Adon ai Sebaot, el Di-s de Israel, es el Di-s para Israel." Y que la casa de tu sierv o David subsista en tu presencia. 25 Ya que tú, oh Di-s mío, has revelado a tu siervo que vas a edificarle una ca sa, por eso tu siervo ha encontrado valor para orar en tu presencia. 26 Ahora, pues, Adonai, tú eres Di-s, y tú has prometido esta dicha a tu siervo . 27 Y ahora te has dignado bendecir la casa de tu siervo, para que permanezc a por siempre en tu presencia, porque lo que tú bendices, Adonai, queda bendito po r siempre." 1 Crónicas 18 1 Después de esto, batió David a los filisteos y los humilló, tomando Gat y sus dependencias de manos de los filisteos. 2 Batió también a los moabitas, que quedaron sometidos a David, pagando tribut o. 3 Batió David a Hadadézer, rey de Sobá, en Jamat, cuando éste iba a establecer su dominio sobre el río Eufrates. 4 David apresó mi carros, 7.000 soldados de carro y 20.000 hombres de a pie; David desjarretó toda la caballería de los carros, reservando cien tiros. 5 Los arameos de Damasco vinieron en socorro de Hadadézer, rey de Sobá, y Davi d hizo 22.000 bajas a los arameos. 6 Estableció David gobernadores en Aram de Damasco, y los arameos quedaron s ometidos a David, pagando tributo. Adonai hizo triunfar a David doquiera que iba . 7 Tomó David los escudos de oro que llevaban los servidores de Hadadézer y los llevó a Yerushalaim. 8 De Tibjat y Kun, ciudades de Hadadézer, tomó David una gran cantidad de bron ce, con el cual hizo Salomón el Mar de bronce, las columnas y los utensilios de br once. 9 Cuando Tou, rey de Jamat, supo que David había derrotado a todas las fuerz as de Hadadézer, rey de Sobá, 10 envió a Hadoram, su hijo, donde el rey David para saludarle y para felicit arle por haber atacado y vencido a Hadadézer, ya que Tou estaba en guerra con Hada dézer. Traía Hadoram toda clase de objetos de oro, de plata y de bronce. 11 El rey David los consagró también a Adonai, con la plata y el oro que había to mado a todas las naciones: a Edom, a Moab, a los ammonitas, a los filisteos y a los amalecitas. 12 Abisay, hijo de Sarvia, derrotó en el Valle de la Sal a 18.000 edomitas; 13 puso gobernadores en Edom; y todos los edomitas quedaron sometidos a Dav id. Adonai hizo triunfar a David dondequiera iba. 14 Reinó David sobre todo Israel administrando derecho y justicia a todo el p ueblo. 15 Joab, hijo de Sarvia, era jefe del ejército; Josafat, hijo de Ajilud, era el heraldo; 16 Sadoq, hijo de Ajitub, y Ajimélek, hijo de Abiatar, eran sacerdotes; Savsá e ra secretario; 17 Benaías, hijo de Yehoyadá, mandaba a los kereteos y a los peleteos, y los hi jos de David eran los primeros junto al rey. 1 Crónicas 19 1 Después de esto, murió Najas, rey de los ammonitas, y en su lugar reinó su hij o. 2 Dijo entonces David: "Tendré con Janún, hijo de Najás, la misma benevolencia q ue su padre tuvo conmigo." Y envió David mensajeros para que le consolaran por su padre. Pero cuando los servidores de David llegaron al país de los ammonitas, dond e Janún, para consolarle,

3 dijeron los príncipes de los ammonitas a Janún: "¿ Es que David ha enviado a c onsolarte porque quiere hacer honor a tu padre ante tus ojos? ¿No han venido a ti sus servidores más bien para explorar y destruir y para espiar el país?" 4 Prendió, pues, Janún a los servidores de David, les rapó, cortó a media altura s us vestidos, y los despachó. 5 Fueron a avisar a David lo de estos hombres; y él envió gente a su encuentro , porque los hombres estaban cubiertos de vergüenza. El rey les dijo: "Quedaos en Jericó hasta que os crezca la barba y después volveréis." 6 Cuando los ammonitas vieron que se habían hecho odiosos a David, Janún y los ammonitas enviaron mil talentos de plata para tomar a sueldo carros y hombres d e carro de Aram de Mesopotamia, de Aram de Maaká y de Sobá. 7 Tomaron a sueldo 32.000 carros y al rey de Maaká con su ejército, los cuales vinieron y acamparon frente a Medebá. Los ammonitas se congregaron también desde su s ciudades y salieron a campaña. 8 David lo supo y envió a Joab con toda la tropa y con los valientes. 9 Salieron a campaña los ammonitas y se ordenaron en batalla a la entrada de la ciudad, mientras que los reyes que habían venido estaban aparte en el campo. 10 Viendo Joab que tenía un frente de combate por delante y otro por detrás esc ogió los mejores de Israel y los puso en línea contra Aram. 11 Puso el resto del ejército al mando de su hermano Abisay y lo ordenó en bata lla frente a los ammonitas. 12 Dijo Joab: "Si los arameos me dominan, ven en mi ayuda; y si los hijos d e Ammón te dominan a ti, iré en tu socorro. 13 ¡Ten fortaleza y esforcémonos por nuestro pueblo y por las ciudades de nuest ro Di-s! ¡Y que Adonai haga lo que bien le parezca!" 14 Y avanzó Joab con su ejercito para luchar contra los arameos, que huyeron delante de él. 15 Viendo los ammonitas que los arameos emprendían la fuga, huyeron también ell os ante Abisay, hermano de Joab, y entraron en la ciudad, mientras que Joab volv ió a Yerushalaim. 16 Al ver los arameos que habían sido vencidos por Israel, enviaron emisarios para hacer venir a los arameos del otro lado del Río; venía a su cabeza Sofak, jef e de las tropas de Hadadézer. 17 Se dio aviso a David, que reuniendo a todo Israel pasó el Jordán, llegó donde ellos estaban y tomó posiciones frente a ellos. Se puso David en orden de batalla contra los arameos y éstos trabaron combate con él. 18 Huyeron los arameos ante Israel; y David mató a los arameos 7.000 hombres de carro y 40.000 hombres de a pie. Mató también a Sofak, jefe del ejército. 19 Cuando los vasallos de Hadadézer vieron que habían sido derrotados por Israe l, hicieron la paz con David y le quedaron sometidos; y los arameos no se atrevi eron a seguir ayudando a los ammonitas. 1 Crónicas 20 1 A la vuelta del año, al tiempo que los reyes salen a campaña, llevó Joab el gr ueso del ejército y asoló el país de los ammonitas; después fue a poner sitio a Rabbá. Mie ntras, David se quedó en Yerushalaim. Entretanto Joab derrotó a Rabbá y la destruyó. 2 David tomó de la cabeza de Milkom la corona y encontró que pesaba un talento de oro. Había en ella una piedra preciosa que fue puesta en la cabeza de David, y se llevó un enorme botín de la ciudad. 3 Hizo salir a la gente que había en ella y la empleó en las sierras, en los t rillos de dientes de hierro y en las hachas de hierro. Hizo lo mismo con todas las ciudades de los ammonitas, y David se volvió con todo su ejército a Yerushalaim . 4 Después de esto, tuvo lugar una batalla en Guézer contra los filisteos; ento nces Sibbekay, jusatita, mató a Sippay, uno de los descendientes de Rafá. Los filist eos fueron sometidos. 5 Hubo otra guerra contra los filisteos, y Eljanán, hijo de Yaír, mató a Lajmí, he rmano de Goliat el de Gat, el asta de su lanza era como un enjullo de tejedor. 6 Hubo guerra de nuevo en Gat y había un hombre de gran estatura, que tenía ve inticuatro dedos, seis en cada extremidad. También éste descendía de Rafá.

7 Desafió a Israel y le mató Jonatán, hijo de Simá, hermano de David. 8 Estos descendían de Rafá de Gat y sucumbieron a manos de David y de sus vete ranos. 1 Crónicas 21 1 Alzóse Satán contra Israel, e incitó a David a hacer el censo del pueblo. 2 Dijo, pues, David a Joab y a los jefes del ejército: "Id, contad los israe litas desde Berseba hasta Dan, y volved después para que yo sepa su número." 3 Respondió Joab: "¡Multiplique Adonai su pueblo cien veces más de lo que es! ¿Aca so no son, oh rey mi señor, todos ellos siervos de mi señor? ¿Por qué, pues, pide esto m i señor? ¿Por qué acarrear culpa sobre Israel?" 4 Pero prevaleció la orden del rey sobre Joab, de modo que éste salió y recorrió t odo Israel, volviéndose después a Yerushalaim. 5 Joab entregó a David la cifra del censo del pueblo: había en todo Israel 1.1 00.000 hombres capaces de manejar las armas; había en Judá 470.000 hombres capaces d e manejar las armas. 6 No incluyó en este censo a Leví y Benjamín, porque Joab detestaba la orden del rey. 7 Desagradó esto a Di-s, por lo cual castigó a Israel. 8 Entonces dijo David a Di-s: "He cometido un gran pecado haciendo esto. P ero ahora perdona, te ruego, la falta de tu siervo, pues he sido muy necio." 9 Y Adonai habló a Gad, vidente de David, en estos términos: 10 "Anda y di a David: Así dice Adonai: Tres cosas te propongo; elige una de ellas y la llevaré a cabo." 11 Llegó Gad donde David y le dijo: "Así dice Adonai: Elige para ti: 12 tres años de hambre, o tres meses de derrotas ante tus enemigos, con la es pada de tus enemigos a la espalda, o bien tres días durante los cuales la espada d e Adonai y la peste anden por la tierra y el ángel de Adonai haga estragos en tod o el territorio de Israel. Ahora, pues, mira qué debo responder al que me envía." 13 David respondió a Gad: "Estoy en gran angustia. Pero ¡caiga yo en manos de A donai, que es grande su misericordia, y no caiga en manos de los hombres!" 14 Adonai envió la peste sobre Israel, y cayeron de Israel 70.000 hombres. 15 Mandó Di-s un ángel contra Yerushalaim para destruirla; pero cuando ya estab a destruyéndola, miró Adonai y se arrepintió del estrago, y dijo al ángel Exterminador: "¡Basta ya; retira tu mano!" El ángel de Adonai estaba junto a la era de Ornán el jebu seo. 16 Alzando David los ojos vio al ángel de Adonai que estaba entre la tierra y el cielo con una espada desenvainada en su mano, extendida contra Yerushalaim. Entonces David y los ancianos, cubiertos de sayal, cayeron rostro en tierra. 17 Y dijo David a Di-s: "Yo fui quien mandé hacer el censo del pueblo. Yo fui quien pequé, yo cometí el mal; pero estas ovejas, ¿qué han hecho? ¡Oh Adonai, Di-s mío, cai ga tu mano sobre mí y sobre la casa de mi padre, y no haya plaga entre tu pueblo!" 18 Entonces el ángel de Adonai dijo a Gad que diera a David la orden de subir para alzar un altar a Adonai en la era de Ornán el jebuseo. 19 Subió David, según la orden que Gad le había dado en nombre de Adonai. 20 Ornán, que estaba trillando el trigo, se volvió y, al ver al ángel, él y sus cua tro hijos se escondieron. 21 Cuando David llegó junto a Ornán, miró Ornán y, viendo a David, salió de la era y postróse ante David, rostro en tierra. 22 Dijo David a Ornán: "Dame el sitio de esta era para erigir en él un altar a Adonai - dámelo por su justo valor en plata - para que la plaga se retire del pueb lo." 23 Respondió Ornán a David: "Tómalo, y haga mi señor el rey lo que bien le parezca. Mira que te doy los bueyes para holocaustos, los trillos para leña y el trigo par a la ofrenda; todo te lo doy." 24 Replicó el rey David a Ornán: "No; quiero comprártelo por su justo precio, pue s no tomaré para Adonai lo que es tuyo, ni ofreceré holocaustos de balde." 25 Y David dio a Ornán por el sitio la suma de seiscientos siclos de oro. 26 David erigió allí un altar a Adonai y ofreció holocaustos y sacrificios de com unión e invocó a Adonai, el cual le respondió con fuego del cielo sobre el altar del h

olocausto. 27 Entonces Adonai ordenó al ángel que volviera la espada a la vaina. 28 En aquel tiempo, al ver David que Adonai le había respondido en la era de Ornán el jebuseo, ofreció allí sacrificios. 29 Pues la Morada de Adonai, que Moisés había hecho en el desierto, y el altar de los holocaustos, estaban a la sazón en el alto de Gabaón; 30 pero David no se había atrevido a presentarse delante de Di-s para consult arle, porque estaba aterrado ante la espada del ángel de Adonai. 1 Crónicas 22 1 Entonces dijo David: "¡Aquí está la Casa de Adonai Di-s, y aquí el altar de los holocaustos para Israel!" 2 Mandó, pues, David reunir a los forasteros residentes en la tierra de Isra el, y designó canteros que preparasen piedras talladas para la construcción de la C asa de Di-s. 3 Preparó también David hierro en abundancia para la clavazón de las hojas de la s puertas y para las grapas, incalculable cantidad de bronce, 4 y madera de cedro innumerable, pues los sidonios y los tirios trajeron a David madera de cedro en abundancia. 5 Porque David se decía: "Mi hijo Salomón es todavía joven y débil, y la Casa que ha de edificarse para Adonai debe ser grandiosa sobre toda ponderación, para tener nombre y gloria en todos los países. Así que le haré yo los preparativos." Hizo David , en efecto, grandes preparativos antes de su muerte. 6 Después llamó a su hijo Salomón y le mandó que edificase una Casa para Adonai, e l Di-s de Israel. 7 Dijo David a Salomón: "Hijo mío, yo había deseado edificar una Casa al nombre de Adonai, mi Di-s. 8 Pero me fue dirigida la palabra de Adonai, que me dijo: "Tú has derramado mucha sangre y hecho grandes guerras; no podrás edificar tú la Casa a mi nombre, por que has derramado en tierra mucha sangre delante de mí. 9 Mira que te va a nacer un hijo, que será hombre de paz; le concederé paz con todos sus enemigos en derredor, porque Salomón será su nombre y en sus días concederé p az y tranquilidad a Israel. 10 El edificará una Casa a mi nombre; él será para mí un hijo y yo seré para él un padr e y consolidaré el trono de su reino sobre Israel para siempre." 11 Ahora, pues, hijo mío, que Adonai sea contigo, para que logres edificar la Casa de Adonai tu Di-s, como él de ti lo ha predicho. 12 Quiera Adonai concederte prudencia y entendimiento y darte órdenes sobre I srael, para que guardes la Ley de Adonai tu Di-s. 13 No prosperarás si no cuidas de cumplir los decretos y las normas que Adona i ha prescrito a Moisés para Israel. ¡Sé fuerte y ten buen ánimo! ¡No temas ni desmayes! 14 Mira lo que yo he preparado en mi pequeñez para la Casa de Adonai: 100.000 talentos de oro, un millón de talentos de plata y una cantidad de cobre y de hie rro incalculable por su abundancia. He preparado también maderas y piedras que tú po drás aumentar. 15 Y tienes a mano muchos obreros, canteros, artesanos en piedra y en mader a, expertos en toda clase de obras. 16 El oro, la plata, el bronce y el hierro son sin número. ¡Levántate, pues! Mano s a la obra y que Adonai sea contigo." 17 Mandó David a todos los jefes de Israel que ayudasen a su hijo Salomón: 18 "¿No está con vosotros Adonai vuestro Di-s? ¿Y no os ha dado paz por todos lad os? Pues él ha entregado en mis manos a los habitantes del país y el país está sujeto an te Adonai y ante su pueblo. 19 Aplicad ahora vuestro corazón y vuestra alma a buscar a Adonai vuestro Dis. Levantaos y edificad el santuario de Adonai Di-s, para trasladar el arca de la alianza de Adonai y los utensilios del santuario de Di-s a la Casa que ha de edificarse al Nombre de Adonai." 1 Crónicas 23 1 Viejo ya David y colmado de días, proclamó a su hijo Salomón rey de Israel.

2 Reunió a todos los jefes de Israel, a los sacerdotes y a los levitas, 3 y se hizo el censo de los levitas de treinta años para arriba; su número, co ntado por cabezas uno a uno, fue de 38.000 varones. 4 De éstos, 24.000 estaban al frente del servicio de la Casa de Adonai; 6.00 0 eran escribas y jueces, 5 4.000 eran porteros y 4.000 alababan a Adonai con los instrumentos que D avid había fabricado para rendir alabanzas. 6 David los distribuyó por clases, según los hijos de Leví: Guersón, Quehat y Mera rí. 7 De los guersonitas: Ladán y Simí. 8 Hijos de Ladán: Yejiel, el primero, Zetam y Joel, tres. 9 Hijos de Simí: Selomit, Jaziel y Harán, tres. Estos son los jefes de las cas as paternas de Ladán. 10 Hijos de Simí: Yájat, Zizá, Yeús y Beriá. Estos eran los cuatro hijos de Simí. 11 Yájat era el jefe, Zizá, el segundo, Yeús y Beriá no tuvieron muchos hijos, por lo cual representaron en el censo una sola casa paterna. 12 Hijos de Quehat: Amram, Yishar, Hebrón y Uzziel, cuatro. 13 Hijos de Amram: Aarón y Moisés. Aarón fue separado, juntamente con sus hijos, para consagrar por siempre las cosas sacratísimas, para quemar incienso ante Adona i, para servirle y para bendecir en su nombre por siempre. 14 En cuanto a Moisés, varón de Di-s, sus hijos fueron contados en la tribu de Leví. 15 Hijos de Moisés: Guersom y Eliezer. 16 Hijos de Guersom: Sebuel, el primero. 17 Hijos de Eliezer: Rejabías, el primero. Eliezer no tuvo más hijos, pero los hijos de Rejabías fueron muy numerosos. 18 Hijos de Yishar: Selomit, el primero, 19 Hijos de Hebrón: Yeriyyías, el primero, Amarías, el segundo, Yajaziel, el terc ero y Yecamam, el cuarto. 20 Hijos de Uzziel: Miká, el primero y Yissías el segundo. 21 Hijos de Merarí: Majlí y Musí. Hijos de Majlí: Eleazar y Quis. 22 Eleazar murió sin tener hijos; sólo tuvo hijas, a las que los hijos de Quis, sus hermanos, tomaron por mujeres. 23 Hijos de Musí: Majlí, Eder y Yeremot, tres. 24 Estos son los hijos de Leví, según sus casas paternas, los cabezas de famili a, según el censo de ellos, contados nominalmente uno por uno. Estaban encargados del servicio de la Casa de Adonai desde la edad de veinte años en adelante. 25 Pues David había dicho: "Adonai, el Di-s de Israel, ha dado reposo a su pu eblo y mora en Yerushalaim para siempre. 26 Y en cuanto a los levitas, ya no tendrán que transportar la Morada, con to dos los utensilios de su servicio." 27 Conforme a estas últimas disposiciones de David, se hizo el cómputo de los h ijos de Leví de veinte años para arriba. 28 Estaban a las órdenes de los hijos de Aarón, para el servicio de la Casa de Adonai, teniendo a su cargo los atrios y las cámaras, la limpieza de todas las cos as sagradas y la obra del servicio de la Casa de Di-s; 29 asimismo tenían a su cargo disponer en filas los panes, la flor de harina para la oblación, las tortas sin levadura, lo frito en la sartén, lo cocido y toda c lase de medidas de capacidad y longitud. 30 "Tenían que estar presentes todas las mañanas y todas las tardes para celebr ar y alabar a Adonai 31 y para ofrecer todos los holocaustos a Adonai en los sábados, novilunios y solemnidades, según su número y su rito especial, delante de Adonai para siempre, 32 guardando en el servicio de la Casa de Di-s el ritual de la Tienda del E ncuentro, el ritual del santuario y el ritual de los hijos de Aarón, sus hermanos. 1 Crónicas 24 1 Estas son las clases de los hijos de Aarón. Hijos de Aarón: Nadab, Abihú, Elea zar e Itamar. 2 Nadab y Abihú murieron antes que su padre, sin tener hijos, de modo que ej

ercieron las funciones sacerdotales Eleazar e Itamar. 3 David, junto con Sadoq, de los hijos de Itamar, los clasificó y los inscri bió en el registro según sus funciones. 4 Se hallaron entre los hijos de Eleazar más varones que entre los hijos de Itamar, por lo que se dividió a los hijos de Eleazar en dieciséis jefes de casas pat ernas; y a los hijos de Itamar, en ocho jefes de casas paternas. 5 Los repartieron por suertes a unos y otros; porque había jefes del santuar io y jefes de Di-s, tanto entre los hijos de Eleazar como entre los hijos de Ita mar. 6 Semaías, hijo de Natanael, escriba, uno de los levitas, los inscribió en pre sencia del rey y de los jefes, y en presencia del sacerdote Sadoq, de Ajimélek, hi jo de Abiatar, y de los jefes de familias sacerdotales y levíticas. Se sacaba a su ertes: una vez para Itamar y dos veces para Eleazar. 7 Tocó la primera suerte a Yehoyarib; la segunda a Yedaías; 8 la tercera a Jarim; la cuarta a Seorim; 9 la quinta a Malkiyías; la sexta a Miyyamín; 10 la séptima a Haqcós; la octava a Abías; 11 la novena a Yesúa; la décima a Sekanías; 12 la once a Elyasib; la doce a Yaquín; 13 la trece a Juppá; la catorce a Yisbáal; 14 la quince a Bilgá; la dieciséis a Immer; 15 la diecisiete a Jezir; la dieciocho a Happissés; 16 la diecinueve a Petajías; la veinte a Ezequiel; 17 la veintiuna a Yakín; la veintidós a Gamul; 18 la veintitrés a Delaías; la veinticuatro a Maazías. 19 Fueron inscritos en el registro según sus servicios para entrar en la Casa de Adonai conforme al reglamento que Adonai, el Di-s de Israel, había prescrito p or medio de Aarón, padre de ellos. 20 Respecto de los otros hijos de Leví: De los hijos de Amram: Subael. De los hijos de Subael: Yejdeías. 21 De Rejabías: de los hijos de Rejabías, Yissiyías era el primero. 22 De los yisharitas, Selomot; de los hijos de Selomot, Yájat. 23 Hijos de Hebrón: Yeriyías, el primero; Amarías, el segundo; Yajaziel, el terce ro; Yecamam, el cuarto. 24 Hijos de Uzziel: Miká; de los hijos de Miká, Samir; 25 Yissiyías era hermano de Miká; de los hijos de Yissiyías, Zacarías. 26 Hijos de Merarí: Majlí y Musí. Hijos de Yaaziyías, su hijo; 27 hijos de Metarí por la línea de Yaaziyías, su hijo: Soham, Zakkur e Ibrí. 28 De Majlí: Eleazar, que no tuvo hijos. 29 De Quis: los hijos de Quis: Yerajmeel. 30 Hijos de Musí: Majlí, Eder y Yerimot. Estos fueron los hijos de los levitas según sus casas paternas. 31 También éstos entraron en suerte de la misma manera que sus hermanos, los hi jos de Aarón, en presencia del rey David, Sadoq, Ajimélek y los cabezas de familias sacerdotales y los levitas, siendo tratadas las primeras familias igual que las úl timas.

1 Crónicas 25 1 David y los jefes del ejército separaron para el servicio a los hijos de A saf, Hemán y Yedutún, profetas, que cantaban con cítaras, salterios y címbalos. Este es el número de personas que se encargaban de este servicio: 2 De los hijos de Asaf: Zakkur, José, Netanías, Asarelá, hijos de Asaf, bajo la dirección de Asaf, que profetizaba según las órdenes del rey. 3 De Yedutún: los hijos de Yedutún: Guedalías, Serí, Isaías, Jasabías y Mattitías, seis bajo la dirección de su padre Yedutún que profetizaba al son de la cítara para celebr ar y alabar a Adonai. 4 De Hemán: los hijos de Hemán: Buqquiyías, Mattanías, Uzziel, Sebuel, Yerimot, Ja nanías, Jananí, Eliyatá, Guiddaltí, Romamti Ezer, Yosbecasa, Mallotí, Hotir, Majaziot. 5 Todos estos eran hijos de Hemán, vidente del rey; a las palabras de Di-s d ebían hacer sonar la trompa. Di-s había dado a Hemán catorce hijos y tres hijas.

6 Todos ellos se hallaban bajo la dirección de su padre para el canto de la Casa de Adonai, con címbalos, salterios y cítaras al servicio de la Casa de Di-s, si guiendo las indicaciones del rey, de Asaf, Yedutún y Hemán. 7 Su número, contando a sus hermanos, los que estaban instruidos en el canto de Adonai, todos ellos maestros, era de 288. 8 Echaron a suertes el turno del servicio, tanto el pequeño como el grande, el maestro como el discípulo. 9 La primera suerte recayó sobre el asafita José; la segunda sobre Guedalías con sus hermanos e hijos, doce; 10 la tercera, sobre Zakkur, sus hijos y hermanos, doce; 11 la cuarta sobre Yisrí, sus hijos y hermanos, doce; 12 la quinta sobre Netanías, sus hijos y hermanos, doce; 13 la sexta sobre Buqquiyías, sus hijos y hermanos, doce; 14 la séptima sobre Yesarela, sus hijos y hermanos, doce; 15 la octava sobre Isaías, sus hijos y hermanos, doce; 16 la novena sobre Mattanías, sus hijos y hermanos, doce; 17 la décima sobre Simí, sus hijos y hermanos, doce; 18 la once sobre Azarel, sus hijos y hermanos, doce; 19 la doce sobre Jasabías, sus hijos y hermanos, doce; 20 la trece, sobre Subael, sus hijos y hermanos, doce 21 la catorce, sobre Mattitías, sus hijos y hermanos, doce; 22 la quince, sobre Yeremot, sus hijos y hermanos, doce; 23 la dieciséis, sobre Jananías, sus hijos y hermanos, doce; 24 la diecisiete, sobre Yosbecasa, sus hijos y hermanos, doce; 25 la dieciocho, sobre Jananí, sus hijos y hermanos, doce; 26 la diecinueve, sobre Mallotí, sus hijos y hermanos, doce; 27 la veinte, sobre Eliyatá, sus hijos y hermanos, doce; 28 la veintiuna, sobre Hotir, sus hijos y hermanos, doce; 29 la veintidós, sobre Guiddaltí, sus hijos y hermanos, doce; 30 la veintitrés, sobre Majaziot, sus hijos y hermanos, doce; 31 la veinticuatro, sobre Romamti Ezer, sus hijos y hermanos, doce. 1 Crónicas 26 1 Estas son las clases de porteros: De los coreítas: Meselemías, hijo de Qoré, d e los hijos de Ebyasaf. 2 Meselemías tuvo hijos: el primogénito, Zacarías; el segundo, Yediael; el terce ro, Zebadías; el cuarto, Yatniel; 3 el quinto, Elam; el sexto, Yehojanán; el séptimo, Elyehoenay. 4 Hijos de Obededom: Semaías, el primogénito; Yehozabad, el segundo; Yoaj, el tercero; Sakar, el cuarto; Natanael, el quinto; 5 Amiel, el sexto; Isacar el séptimo; Peulletay, el octavo; pues Di-s le había bendecido. 6 A su hijo Semaáis le nacieron hijos, que se impusieron en sus familias pat ernas, pues eran hombres valerosos. 7 Hijos de Semaáis: Otní, Rafael, Obed, Elzabad y sus hermanos, hombres valero sos, Elihú y Semakías. 8 Todos estos eran hijos de Obededom; ellos y sus hijos y sus hermanos era n hombres de gran valor para el servicio. 62 de Obededom. 9 Meselemías tuvo hijos y hermanos, dieciocho hombres valerosos. 10 Josá, de los hijos de Merarí, tuvo como hijos a Simrí, el primero, pues aunque no fue el primogénito, su padre le puso al frente; 11 Jilquías, el segundo; Tebalías, el tercero; Zacarías, el cuarto. El total de l os hijos y hermanos de Josá fue de trece. 12 Estas secciones de los porteros, los jefes, igual que sus hermanos, tenían el cuidado del ministerio de la Casa de Adonai. 13 Echaron suertes para cada puerta, sobre pequeños y grandes, con arreglo a sus casas paternas. 14 Para la puerta oriental cayó la suerte sobre Selemías. Después echaron suertes : tocó la parte norte a su hijo Zacarías, que era un prudente consejero. 15 A Obededom le tocó el sur, y a sus hijos los almacenes.

16 A Supplim y a Josá, el occidente, con la puerta del tronco abatido, en el camino de la subida, correspondiéndose un puesto de guardia con el otro. 17 Al oriente seis por día, al norte cuatro por día, al mediodía cuatro por día y e n los almacenes de dos en dos; 18 en el Parbar, a occidente, había cuatro para la subida, dos para el Parbar . 19 Estas son las clases de los porteros, de entre los hijos de los coreítas y de los hijos de Merarí. 20 Los levitas, sus hermanos, custodiaban los tesoros de la Casa de Di-s, y los tesoros de las cosas sagradas. 21 Los hijos de Ladán, hijos de Guersón por la línea de Ladán, tenían a los yejielita s por jefes de familia de Ladán el guersonita. 22 Los yejielitas, Zetam y su hermano Joel, estaban al frente de los tesoro s de la Casa de Adonai. 23 Cuanto a los amramíes, los yisharitas, los hebronitas y los ozzielitas: 24 Sebuel, hijo de Guersóm, hijo de Moisés, era tesorero mayor. 25 Sus hermanos por parte de Eliezer: Rejabías, hijo suyo; Isaías, hijo suyo; J oram, hijo suyo; Zikrí, hijo suyo; Selomit, hijo suyo. 26 Este Selomit y sus hermanos estaban al cuidado de los tesoros de las cos as sagradas que habían consagrado el rey David, los cabezas de las casas paternas, los jefes de millar y de cien y los jefes del ejército. 27 Lo habían consagrado del botín de guerra y de los despojos, para el sostenim iento de la Casa de Adonai. 28 Todo lo que habían consagrado el vidente Samuel, Saúl, hijo de Quis, Abner, hijo de Ner, y Joab, hijo de Sarvia: todo lo consagrado estaba al cuidado de Sel omit y sus hermanos. 29 De los yisharitas: Kenanías y sus hijos administraban como escribas y juec es los negocios exteriores de Israel. 30 De los hebronitas: Jasabías y sus hermanos, hombres de valor, en número de 1 .700, estaban encargados de la administración de Israel allende el Jordán, al occide nte, para todos los asuntos referentes a Adonai y al servicio del rey. 31 El jefe de los hebronitas era Yeriyías. Acerca de los hebronitas, en el año cuarenta del reinado de David, se hicieron investigaciones sobre sus genealogías p aternas, y se hallaron entre ellos hombres de valía en Yazer de Galaad. 32 Los hermanos de Yeriyías, hombres valerosos, jefes de familias en número de 2.700, fueron constituidos por el rey David sobre los rubenitas, los gaditas y l a media tribu de Manasés, en todos los asuntos de Di-s y en todos los negocios del rey. 1 Crónicas 27 1 Por lo que se refiere al número de los hijos de Israel: Los cabezas de cas as paternas, los jefes de millar y de cien y sus escribas atendían al servicio de todo el que acudiera. Las secciones intervenían en todo asunto del rey relevándose t odos los meses del año. Cada sección tenía 24.000 hombres. 2 Al frente de la primera sección, que era la del primer mes, estaba Yasobam , hijo de Zabdiel; en su sección había 24.000 hombres. 3 Pertenecía a los hijos de Peres y era jefe de todos los comandantes del ejér cito del primer mes. 4 Al frente de la sección del segundo mes estaba Doday, el ajojita, su sección tenía 24.000 hombres. 5 Jefe del tercer ejército, para el tercer mes, era Benaías, hijo del sacerdot e Yehoyadá; en su sección había 24.000 hombres. 6 Este Benaías era uno de los Treinta valientes y hallábase al frente de ellos ; en su sección estaba su hijo Ammizabad. 7 El cuarto, para el cuarto mes, era Asahel, hermano de Joab; le sucedió su hijo Zebadías. En su sección había 24.000 hombres. 8 El quinto, para el quinto mes, era el jefe Samhut el zarejita, cuya secc ión constaba de 24.000 hombres. 9 El sexto, para el sexto mes, era Irá, hijo de Iqués, el tecoíta, y en su sección había 24.000 hombres.

10 El séptimo, para el séptimo mes, era Jeles el pelonita, de los benjaminitas; su sección constaba de 24.000 hombres. 11 El octavo, para el octavo mes, era Sibbekay, de Jusá, el zarejita; su secc ión constaba de 24.000 hombres. 12 El noveno, para el noveno mes, era Abiézer, de Anatot de los benjaminitas; en su sección había 24.000 hombres. 13 El décimo, para el décimo mes, era Mahray, de Neftofá, zarejita; su sección cons taba de 24.000 hombres. 14 El undécimo, para el mes undécimo, era Benaías, de Piratón, de los efraimitas; s u sección tenía 24.000 hombres. 15 El duodécimo, para el mes duodécimo, era Jelday, de Netofá, de la estirpe de O tniel; su sección comprendía 24.000 hombres. 16 Jefes de las tribus de Israel: Jefe de los rubenitas: Eliezer, hijo de Z ikrí. De los simeonitas: Sefatías, hijo de Maaká. 17 De los levitas: Jasabías, hijo de Quemuel. De Aarón: Sadoq. 18 De Judá: Elihú, uno de los hermanos de David. De Isacar: Omrí, hijo de Miguel. 19 De Zabulón: Yismaías, hijo de Abdías. De Neftalí: Yerimot, hijo de Azriel. 20 De los efraimitas: Oseas, hijo de Azarías. De la media tribu de Manasés: Joe l, hijo de Pedaías. 21 De la media tribu de Manasés en Galaad: Yiddó, hijo de Zacarías. De Benjamín: Ya asiel, hijo de Abner. 22 De Dan: Azarael, hijo de Yerojam. Estos son los jefes de las tribus de I srael. 23 David no hizo el censo de los que tenían menos de veinte años, porque Adonai había dicho que multiplicaría a Israel como las estrellas del cielo. 24 Joab, hijo de Sarvia, comenzó a hacer el censo, pero no lo acabó; pues con e se motivo la Cólera descargó sobre Israel, por eso su número no alcanza el número de los Anales del rey David. 25 Azmávet, hijo de Adiel, tenía a su cargo los depósitos reales. Sobre los depósit os del campo, de las ciudades, de las aldeas, y de las torres, estaba Jonatán, hi jo de Uzzías; 26 sobre los labradores del campo que cultivaban las tierras, Ezrí, hijo de K elub; 27 sobre las viñas, Simí, de Ramá; sobre las provisiones de vino de las bodegas, Zabdí, de Sefán; 28 sobre los olivares y los sicómoros que había en la Tierra Baja, Báal Janán, de G uéder; sobre los almacenes de aceite, Joás; 29 sobre las vacadas que pacían en Sarón, Sitray el saronita; sobre las vacadas de los valles, Safat, hijo de Adlay; 30 sobre los camellos, Obil el ismaelita; sobre las asnas, Jejdeías, de Meron ot; 31 sobre las ovejas, Yaziz el hagarita. Todos estos eran intendentes de la hacienda del rey David. 32 Jonatán, tío de David, hombre prudente e instruido, era consejero; él y Yejiel , hijo de Yakmoní, cuidaban de los hijos del rey. 33 Ajitófel era consejero del rey, y Jusay el arquita era amigo del rey. 34 Después de Ajitófel, lo fueron Yehoyadá, hijo de Benaías, y Abiatar. Joab era el jefe del ejército del rey. 1 Crónicas 28 1 David reunió en Yerushalaim a todos los jefes de Israel, los jefes de las tribus, los jefes de las secciones que estaban al servicio del rey, los jefes de millar y los jefes de cien, los administradores de la hacienda y del ganado del rey y de sus hijos, a los eunucos, los valientes y todos los hombres de valor. 2 Y, poniéndose en pie, dijo el rey David: "Oídme, hermanos míos y pueblo mío: Había decidido en mi corazón edificar una Casa donde descansase el arca de la alianza d e Adonai y sirviese de escabel de los pies de nuestro Di-s. Ya había hecho yo prep arativos para la construcción, 3 pero Di-s me dijo: "No edificarás tú la Casa a mi nombre, pues eres hombre d e guerra y has derramado sangre.

4 "Sin embargo, Adonai, el Di-s de Israel, me ha elegido de entre toda la casa de mi padre, para que fuese rey de Israel para siempre. Pues escogió a Judá par a ser caudillo, y de las familias de Judá a la casa de mi padre, y de entre los hi jos de mi padre se ha complacido en mí para establecer un rey sobre todo Israel. 5 Y entre todos mis hijos - pues Adonai me ha dado muchos hijos - eligió a m i hijo Salomón para que se siente en el trono del reino de Adonai sobre Israel. 6 Y El me dijo: "Tú hijo Salomón edificará mi Casa y mis atrios; porque le he es cogido a él por hijo mío, y yo seré para él padre. 7 Haré estable su reino para siempre, si se mantiene firme en el cumplimient o de mis mandamientos y de mis normas como lo hace hoy." 8 "Ahora, pues, a los ojos de todo Israel, que es la asamblea de Adonai, y a oídos de nuestro Di-s, guardad y meditad todos los mandamientos de Adonai vuest ro Di-s, para que podáis poseer esta tierra espléndida y la dejéis como heredad a vues tros hijos después de vosotros para siempre. 9 "Y tú, Salomón, hijo mío, reconoce al Di-s de tu padre, y sírvele con corazón ente ro y con ánimo generoso, porque Adonai sondea todos los corazones y penetra los pe nsamientos en todas sus formas. Si le buscas, se dejará encontrar; pero si le deja s, él te desechará para siempre. 10 Mira ahora que Adonai te ha elegido para edificar una Casa que sea su sa ntuario. ¡Sé fuerte, y manos a la obra!" 11 David dio a su hijo Salomón el diseño del vestíbulo y de los demás edificios, de los almacenes, de las salas altas, de las salas interiores y del lugar del Prop iciatorio; 12 y también el diseño de todo lo que tenía en su mente respecto de los atrios de la Casa de Adonai, y de todas las cámaras de alrededor, para los tesoros de la Ca sa de Di-s y los tesoros de las cosas sagradas; 13 asimismo respecto de las clases de los sacerdotes y de los levitas y del ejercicio del servicio de la Casa de Adonai, como también de todos los utensilios del servicio de la Casa de Adonai. 14 Cuanto al oro, el peso de oro para cada uno de los utensilios de cada se rvicio, y también la plata, según el peso que correspondía a cada uno de los utensilio s de cada clase de servicio; 15 asimismo el peso de los candelabros de oro y sus lámparas de oro, según el p eso de cada candelabro y de sus lámparas, y para los candelabros de plata según el p eso de cada candelabro y sus lámparas, conforme al servicio de cada candelabro; 16 el peso de oro para las mesas de las filas de pan, para cada mesa, y la plata para las mesas de plata; 17 oro puro para los tenedores, los acetres y los jarros; y asimismo lo cor respondiente para las copas de oro, según el peso de cada copa, y para las copas d e plata según el peso de cada copa; 18 para el altar del incienso, oro acrisolado según el peso; asimismo según el peso; asimismo el modelo de la carroza y de los querubines que extienden las ala s y cubren el arca de la alianza de Adonai. 19 Todo esto conforme a lo que Adonai había escrito de su mano para hacer com prender todos los detalles del diseño. 20 Y dijo David a su hijo Salomón: "¡Sé fuerte y ten buen ánimo; y manos a la obra! No temas ni desmayes, porque Adonai Di-s, el Di-s mío, está contigo; no te dejará ni te desamparará, hasta que acabes toda la obra para el servicio de la Casa de Adona i. 21 Ahí tienes las clases de los sacerdotes y de los levitas para todo el serv icio de la Casa de Di-s; estarán a tu lado para cada clase de obra, todos los homb res de buena voluntad y hábiles para cualquier clase de servicio; y los jefes del pueblo entero están a tus órdenes." 1 Crónicas 29 1 Dijo el rey David a toda Di-s, es todavía joven y débil, bre, sino para Adonai Di-s. 2 Con todas mis fuerzas he oro para los objetos de oro, la

la asamblea: "Mi hijo Salomón, el único elegido por y la obra es grande; pues este alcázar no es para hom preparado, con destino a la Casa de mi Di-s, el plata para los de plata, el bronce para los de

bronce, el hierro para los de hierro, y la madera para los de madera; piedras de ónice y de engaste, piedras brillantes y de varios colores, toda suerte de piedra s preciosas y piedras de alabastro en abundancia. 3 Fuera de esto, en mi amor por la Casa de mi Di-s, doy a la Casa de mi Di -s el oro y la plata que poseo, además de todo lo que tengo preparado para la Casa del santuario: 4 3.000 talentos de oro, del oro de Ofir, y 7.000 talentos de plata acriso lada para recubrir las paredes de los edificios; 5 el oro para los objetos de oro, la plata para los de plata y para todas las obras de orfebrería. ¿Quién, pues, quiere ahora hacer a manos llenas una ofrenda a Adonai?" 6 Entonces los cabezas de familia, los jefes de las tribus de Israel, los jefes de millar y de cien, y los encargados de las obras del rey, ofrecieron esp ontáneamente sus donativos, 7 y dieron para el servicio de la Casa de Di-s 5.000 talentos de oro, 10.0 00 dáricos, 10.000 talentos de plata, 18.000 talentos de bronce y 100.000 talentos de hierro. 8 Los que tenían piedras preciosas las entregaron para el tesoro de la Casa de Adonai, en manos de Yejiel el guersonita . 9 Y el pueblo se alegró por estas ofrendas voluntarias; porque de todo corazón la habían ofrecido espontáneamente a Adonai. También el rey David tuvo un gran gozo. 10 Después bendijo David a Adonai en presencia de toda la asamblea diciendo: "¡Bendito tú, oh Adonai, Di-s de nuestro padre Israel, desde siempre hasta siempre! 11 Tuya, oh Adonai, es la grandeza, la fuerza, la magnificencia, el esplend or y la majestad; pues tuyo es cuanto hay en el cielo y en la tierra. Tuyo, oh A donai, es el reino; tú te levantas por encima de todo. 12 De ti proceden las riquezas y la gloria. Tú lo gobiernas todo; en tu mano están el poder y la fortaleza, y es tu mano la que todo lo engrandece y a todo da consistencia. 13 Pues bien, oh Di-s nuestro, te celebramos y alabamos tu Nombre magnífico. 14 Pues, ¿quién soy yo y quién es mi pueblo para que podamos ofrecerle estos dona tivos? Porque todo viene de ti, y de tu mano te lo damos. 15 Porque forasteros y huéspedes somos delante de ti, como todos nuestros pad res; como sombras son nuestros días sobre la tierra y no hay esperanza. 16 Adonai, Di-s nuestro, todo este grande acopio que hemos preparado para e dificarte una Casa para tu santo Nombre, viene de tu mano y tuyo es todo. 17 Bien sé, Di-s mío, que tú pruebas los corazones y amas la rectitud; por eso te he ofrecido voluntariamente todo esto con rectitud de corazón, y ahora veo con re gocijo que tu pueblo, que está aquí, te ofrece espontáneamente tus dones. 18 Oh Adonai, Di-s de nuestros padres Abraham, Isaac, e Israel, conserva es to perpetuamente para formar los pensamientos en el corazón de tu pueblo, y dirige tú su corazón hacia ti. 19 Da a mi hijo Salomón un corazón perfecto, para que guarde tus mandamientos, tus instrucciones y tus preceptos, para que todo lo ponga por obra y edifique el alcázar que yo te he preparado." 20 Después dijo David a toda la asamblea: "¡Bendecid a Adonai, vuestro Di-s!" Y toda la asamblea bendijo a Adonai, el Di-s de sus padres, se inclinaron y se po straron ante Adonai y ante el rey. 21 Al día siguiente sacrificaron víctimas a Adonai y le ofrecieron holocaustos: mil novillos, mil carneros y mil corderos, con sus libaciones y muchos sacrific ios por todo Israel. 22 Aquel día comieron y bebieron ante Adonai con gran gozo y por segundo vez proclamaron rey a Salomón, hijo de David; le ungieron como caudillo ante Adonai, y a Sadoq como sacerdote. 23 Sentóse Salomón como rey sobre el trono de Adonai en lugar de su padre David : él prosperó y todo Israel le obedeció 24 Todos los jefes y valientes, y también todos los hijos del rey David, pres taron obediencia al rey Salomón. 25 Y Adonai engrandeció sobremanera a Salomón a los ojos de todo Israel, y le d io un reinado glorioso como nunca había tenido ningún rey de Israel antes de él.

26 David, hijo de Jesé, había reinado sobre todo Israel. 27 El tiempo que reinó sobre Israel fue de cuarenta años. En Hebrón reinó siete años y en Yerushalaim 33. 28 Murió en buena vejez, lleno de días, riqueza y gloria; y en su lugar reinó su hijo Salomón. 29 Los hechos del rey David, de los primeros a los postreros, están escritos en la historia del vidente Samuel, en la historia del profeta Natán y en la histor ia del vidente Gad, 30 juntamente con todo su reinado y sus hazañas, y las cosas que le sobrevini eron a él, a Israel y a todos los reinos de los demás países. LIBRO SEGUNDO DE LAS CRÓNICAS 2 Crónicas 1 1 Salomón, hijo de David, se afianzó en su reino; Adonai, su Di-s, estaba con él y le engrandeció sobremanera. 2 Salomón habló a todo Israel, a los jefes de millar y de cien, a los jueces y a todos los jefes de todo Israel, cabezas de casas paternas. 3 Después Salomón fue con toda la asamblea al alto de Gabaón, porque allí se halla ba la Tienda del Encuentro de Di-s, que Moisés, siervo de Adonai, había hecho en el desierto. 4 Cuanto al arca de Di-s, David la había llevado de Quiryat Yearim al lugar preparado para ella, pues le había alzado una tienda en Yerushalaim. 5 El altar de bronce que había hecho Besalel, hijo de Urí, hijo de Jur, estaba también allí delante de la Morada de Adonai. Fueron, pues, Salomón y la asamblea para consultarle. 6 Subió Salomón allí, al altar de bronce que estaba ante Adonai, junto a la Tien da del Encuentro, y ofreció sobre él mil holocaustos. 7 Aquella noche se apareció Di-s a Salomón y le dijo: "Pídeme lo que quieras que te dé." 8 Salomón respondió a Di-s: "Tú tuviste gran amor a mi padre David, y a mí me has hecho rey en su lugar. 9 Ahora, pues, oh Adonai Di-s, que se cumpla la promesa que hiciste a mi p adre David, ya que tú me has hecho rey sobre un pueblo numeroso como el polvo de l a tierra. 10 Dame, pues, ahora sabiduría e inteligencia, para que sepa conducirme ante este pueblo tuyo tan grande." 11 Respondió Di-s a Salomón: "Ya que piensas esto en tu corazón, y no has pedido riquezas ni bienes ni gloria ni la muerte de tus enemigos; ni tampoco has pedido larga vida, sino que has pedido para ti sabiduría e inteligencia para saber juzga r a mi pueblo, del cual te he hecho rey, 12 por eso te son dadas la sabiduría y el entendimiento, y además te daré riqueza , bienes y gloria como no las tuvieron los reyes que fueron antes de ti, ni las tendrá ninguno de los que vengan después de ti." 13 Salomón regresó a Yerushalaim desde el alto de Gabaón, de delante de la Tienda del Encuentro, y reinó sobre Israel. 14 Salomón reunió carros y caballos, tuvo 1.400 carros y 12.000 caballos que ll evó a las ciudades de los carros y junto al rey en Yerushalaim. 15 Hizo el rey que la plata y el oro fuese tan abundante en Yerushalaim com o las piedras y los cedros, como los sicómoros de la Tierra Baja. 16 Los caballos de Salomón procedían de Musur y de Cilicia; los mercaderes del rey los adquirían en Cilicia por su precio en dinero. 17 Traían de Egipto un carro por seiscientos siclos de plata, y un caballo po r 150. Los traían también como intermediarios para todos los reyes de los hititas y todos los reyes de Aram. 18 Decidió, pues, Salomón edificar una Casa al Nombre de Adonai y una casa real para sí. 2 Crónicas 2 1 Salomón señaló 70.000 hombres para transportar cargas, 80.000 canteros en el m

onte y 3.600 capataces para ellos. 2 Salomón envió a decir a Juram, rey de Tiro: "Haz conmigo como hiciste con mi padre David, enviándole maderas de cedro para que se construyera una casa en que habitar. 3 Te hago saber que voy a edificar una Casa al Nombre de Adonai, mi Di-s, para consagrársela, para quemar ante él incienso aromático, para la ofrenda perpetua d e los panes presentados, y para los holocaustos de la mañana y de la tarde, de los sábados, novilunios y solemnidades de Adonai nuestro Di-s, como se hace siempre e n Israel. 4 La Casa que voy a edificar será grande, porque nuestro Di-s es mayor que t odos los dioses. 5 Pero ¿quién será capaz de construirle una Casa, cuando los cielos y los cielos de los cielos no pueden contenerle? ¿Y quién soy yo para edificarle una Casa, aunqu e esté destinada tan sólo para quemar incienso en su presencia? 6 Envíame, pues, un hombre diestro en trabajar el oro, la plata, el bronce, el hierro, la púrpura escarlata, el carmesí y la púrpura violeta, y que sepa grabar; e stará con los expertos que tengo conmigo en Judá y en Yerushalaim, y que mi padre Da vid ya había preparado. 7 Envíame también madera de cedro, de ciprés y algummim del Líbano; pues bien sé que tus siervos saben talar los árboles del Líbano, y mis siervos trabajarán con tus sier vos, 8 para prepararme madera en abundancia; pues la Casa que voy a edificar ha de ser grande y maravillosa. 9 Daré para el sustento de tus siervos, los taladores de los árboles, 20.000 c argas de trigo, 20.000 cargas de cebada, 20.000 medidas de vino y 20.000 medidas de aceite." 10 Juram, rey de Tiro, respondió en una carta que envió al rey Salomón: "Por el a mor que tiene Adonai a su pueblo te ha hecho rey sobre ellos." 11 Y añadía Juram: "Bendito sea Adonai, el Di-s de Israel, hacedor del cielo y de la tierra, que ha dado al rey David un hijo sabio, prudente e inteligente, qu e edificará una Casa a Adonai y una casa real para sí. 12 Te envío, pues, ahora a Juram Abí, hombre hábil, dotado de inteligencia; 13 es hijo de una danita, y su padre es de Tiro. Sabe trabajar el oro, la p lata, el bronce, el hierro, la piedra y la madera, la púrpura escarlata, la púrpura violeta, el lino fino y el carmesí. Sabe también hacer toda clase de grabados y ejec utar cualquier obra que se le proponga, a una con tus artífices y los artífices de m i señor David, tu padre. 14 Que mande, pues, a sus siervos el trigo, la cebada, el aceite y el vino de que ha hablado mi señor, 15 y por nuestra parte cortaremos del Líbano toda la madera que necesites y t e la llevaremos en balsas, por mar, hasta Joppe, y luego tú mandarás que la suban a Yerushalaim." 16 Salomón hizo el censo de todos los forasteros residentes en Israel, tomand o por modelo el censo que había hecho su padre David; y se halló que eran 153.600. 17 De ellos destinó 70.000 para el transporte de cargas, 80.000 para las cant eras en las montañas y 3.600 como capataces para hacer trabajar al pueblo. 2 Crónicas 3 1 Empezó, pues, Salomón a edificar la Casa de Adonai en Yerushalaim, en el mon te Moria, donde Di-s se había manifestado a su padre David, en el lugar donde Davi d había hecho los preparativos, en la era de Ornán el jebuseo. 2 Dio comienzo a las obras el segundo mes del año cuarto de su reinado. 3 Este es el plano sobre el que Salomón edificó la Casa de Di-s: sesenta codos de longitud, en codos de medida antigua, y veinte codos de anchura. 4 El Ulam que estaba delante del Hekal de la Casa tenía una longitud de vein te codos, correspondiente al ancho de la Casa, y una altura de 120. Salomón lo rec ubrió por dentro de oro puro. 5 Revistió la Sala Grande de madera de ciprés y la recubrió de oro fino, haciend o esculpir en ella palmas y cadenillas. 6 Para adornar la Casa la revistió también de piedras preciosas; el oro era or

o de Parvayim. 7 Recubrió de oro la Casa, las vigas, los umbrales, sus paredes y sus puerta s, y esculpió querubines sobre las paredes. 8 Construyó también la sala del Santo de los Santos, cuya longitud, correspond iente al ancho de la Casa, era de veinte codos, y su anchura igualmente de veint e codos. Lo revistió de oro puro, que pesaba seiscientos talentos. 9 Los clavos de oro pesaban cincuenta siclos. Cubrió también de oro las salas altas. 10 En el interior de la sala del Santo de los Santos hizo dos querubines, d e obra esculpida, que revistió de oro. 11 Las alas de los querubines tenían veinte codos de largo. Un ala era de cin co codos y tocaba la pared de la sala; la otra ala tenía también cinco codos y tocab a el ala del otro querubín. 12 El ala del segundo querubín era de cinco codos y tocaba la pared de la sal a; la otra ala tenía también cinco codos y pegaba con el ala del primer querubín. 13 Las alas desplegadas de estos querubines medían veinte codos. Estaban de p ie, y con sus caras vueltas hacia la sala. 14 Hizo también el velo de púrpura violeta, púrpura escarlata, carmesí y lino fino, y en él hizo poner querubines. 15 Delante de la sala hizo dos columnas de 35 codos de alto. El capitel que las coronaba tenía cinco codos. 16 En el Debir hizo cadenillas y las colocó sobre los remates de las columnas ; hizo también cien granadas, que puso en las cadenillas. 17 Erigió las columnas delante del Hekal, una a la derecha y otra a la izquie rda, y llamó a la de la derecha Yakín y a la de la izquierda Boaz. 2 Crónicas 4 1 Construyó también un altar de bronce de veinte codos de largo, veinte codos de ancho y diez codos de alto. 2 Hizo el Mar de metal fundido, de diez codos de borde a borde. Era entera mente redondo y de cinco codos de alto. Un cordón de treinta codos medía su contorno . 3 Debajo del borde había en todo el contorno unas como figuras de bueyes, di ez por cada codo, colocadas en dos órdenes, fundidas en una sola masa. 4 Se apoyaba sobre doce bueyes; tres mirando al norte, tres mirando al oes te, tres mirando al sur y tres mirando al este. El Mar estaba sobre ellos, qued ando sus partes traseras hacia el interior. 5 Su espesor era de un palmo, y su borde como el borde del cáliz de la flor de lirio. Cabían en él 3.000 medidas. 6 Hizo diez pilas para las abluciones y colocó cinco de ellas a la derecha y cinco a la izquierda para lavar en ellas lo que se ofrecía en holocausto. El Mar era para las abluciones de los sacerdotes. 7 Hizo diez candelabros de oro según la forma prescrita, y los colocó en el He kal, cinco a la derecha y cinco a la izquierda. 8 Hizo diez mesas, que puso en el Hekal, cinco a la derecha y cinco a la i zquierda. Hizo también cien acetres de oro. 9 Construyó también el atrio de los sacerdotes y el atrio grande con sus puert as, revistiendo las puertas de bronce. 10 Colocó el Mar al lado derecho, hacia el sureste. 11 Juram hizo también los ceniceros, las paletas y los acetres. Así concluyó Jura m la obra que le había encargado el rey Salomón en la Casa de Di-s: 12 Las dos columnas; las molduras de los capiteles que coronaban las column as; los dos trenzados para cubrir las dos molduras de los capiteles que estaban sobre las columnas; 13 las cuatrocientas granadas para cada trenzado; 14 las diez basas, y las diez pilas sobre las basas; 15 el Mar con los doce bueyes debajo de él; 16 los ceniceros, las paletas y los acetres. Todos estos utensilios los hiz o Juram Abí para el rey Salomón, para la Casa de Adonai, de bronce bruñido. 17 El rey los hizo fundir en la vega del Jordán, en el mismo suelo, entre Suk

kot y Seredá. 18 Salomón fabricó todos estos utensilios en tan enorme cantidad que no se pudo calcular el peso del bronce. 19 Salomón hizo todos los objetos destinados a la Casa de Di-s: el altar de o ro, las mesas para el pan de la Presencia, 20 los candelabros con sus lámparas de oro fino, para que ardieran, según el ri to, delante del Debir; 21 las flores, las lámparas y las despabiladeras de oro, de oro purísimo; 22 y los cuchillos, los acetres, los vasos y los braseros, de oro puro. Era n también de oro las puertas interiores de la Casa a la entrada del Santo de los Santos, y las puertas de la Casa para el Hekal. 2 Crónicas 5 1 Así fue concluida todo la obra que hizo Salomón para la Casa de Adonai. Salo món hizo traer todo lo consagrado por su padre David, la plata, el oro y todos los objetos, y lo puso en los tesoros de la Casa de Di-s. 2 Entonces congregó Salomón en Yerushalaim a todos los ancianos de Israel, a t odos los jefes de las tribus y a los principales de las casas paternas de los hi jos de Israel, para hacer subir el arca de la alianza de Adonai desde la Ciudad de David, que es Sión. 3 Se reunieron junto al rey todos los hombres de Israel, en la fiesta del mes séptimo. 4 Cuando llegaron todos los ancianos de Israel, los levitas alzaron el arc a; 5 y llevaron el arca y la Tienda del Encuentro y todos los utensilios del santuario que había en la Tienda; lo llevaron los sacerdotes levitas. 6 El rey Salomón, con toda la comunidad de Israel que se había reunido en torn o a él, sacrificaron ante el arca ovejas y bueyes en incalculable e innumerable ab undancia. 7 Los sacerdotes llevaron el arca de la alianza de Adonai a su lugar, al D ebir de la Casa, al Santo de los Santos, bajo las alas de los querubines. 8 Pues los querubines extendían las alas por encima del emplazamiento del ar ca, cubriendo el arca y los varales por encima. 9 Los varales eran tan largos que se veían sus puntas desde el Santo, desde la parte anterior al Debir, pero no se veían desde fuera; y allí están hasta el día de h oy. 10 En el arca no había nada más que las dos tablas que hizo poner Moisés en ella, en el Horeb, cuando Adonai hizo alianza con los israelitas a su salida de Egipt o. 11 Cuando los sacerdotes salieron del santuario, porque todos los sacerdote s que se hallaban presentes se habían santificado, sin guardar orden de clases, 12 y todos los levitas cantores, Asaf, Hemán y Yedutún, con sus hijos y hermano s, vestidos de lino fino, estaban de pie al oriente del altar, tocando címbalos, s alterios y cítaras, y con ellos 120 sacerdotes que tocaban las trompetas; 13 se hacían oír al mismo tiempo y al unísono los que tocaban las trompetas y los cantores, alabando y celebrando a Adonai; alzando la voz con las trompetas y co n los címbalos y otros instrumentos de música, alababan a Adonai diciendo: "Porque e s bueno, porque es eterno su amor"; la Casa se llenó de una nube, la misma Casa de Adonai. 14 Y los sacerdotes no pudieron continuar en el servicio a causa de la nube , porque la gloria de Adonai llenaba la Casa de Di-s. 2 Crónicas 6 1 Entonces dijo Salomón: "Adonai quiere habitar en densa nube. 2 He querido erigirte una morada, un lugar donde habites para siempre". 3 Se volvió el rey y bendijo a toda la asamblea de Israel, mientras toda la asamblea de Israel estaba en pie. 4 Dijo: "Bendito sea Adonai, Di-s de Israel, que habló por su boca a mi padr e David, y ha cumplido por su mano lo que dijo: 5 "Desde el día en que saqué a mi pueblo de la tierra de Egipto, no he elegido

ninguna ciudad entre todas las tribus de Israel, para edificar una Casa en la q ue esté mi Nombre; ni elegí varón que fuese caudillo de mi pueblo Israel; 6 pero elijo a Yerushalaim, para que esté allí mi Nombre, y elijo a David para que sea jefe de mi pueblo Israel." 7 "Mi padre David pensó en su corazón edificar una Casa al Nombre de Adonai, D i-s de Israel. 8 Pero Adonai dijo a mi padre David: "Cuanto a haber pensado en tu corazón e dificar una Casa a mi Nombre, bien has hecho en tener tal voluntad. 9 Pero no edificarás tú la Casa, sino que será un hijo tuyo, salido de tus entraña s, quien edifique la Casa a mi Nombre." 10 Adonai ha cumplido la promesa que dijo; he sucedido a mi padre David, me he sentado en el trono de Israel, como Adonai había dicho, y he construido la Cas a al Nombre de Adonai, Di-s de Israel; 11 y he puesto allí el arca, en la cual está la alianza de Adonai, que él pactó con los israelitas." 12 Salomón se puso ante el altar de Adonai en presencia de toda la asamblea d e Israel y extendió las manos. 13 Salomón había hecho un estrado de bronce de cinco codos de largo, cinco codo s de ancho, y tres codos de alto, que había colocado en medio del atrio; poniéndose sobre él se arrodilló frente a toda la asamblea de Israel. Y extendiendo sus manos h acia el cielo, 14 dijo: "Adonai, Di-s de Israel, no hay Di-s como tú ni en el cielo ni en la tierra; tú que guardas la alianza y el amor a tus siervos que andan en tu presenc ia con todo su corazón; 15 tú que has mantenido a mi padre David la promesa que le hiciste, pues por tu boca lo prometiste, y con tu mano lo has cumplido este día. 16 Ahora, pues Adonai, Di-s de Israel, mantén a tu siervo David, mi padre, la promesa que le hiciste, diciendo: " Nunca será quitado de mi presencia uno de los tuyos, que se siente en el trono de Israel, con tal que tus hijos guarden su c amino andando en mi Ley, como tú has andado delante de mí." 17 Ahora, Adonai, Di-s de Israel, que se cumpla la palabra que dijiste a tu siervo David. 18 Pero ¿es que verdaderamente habitará Di-s con los hombres sobre la tierra? S i los cielos y los cielos de los cielos no pueden contenerte, ¡cuánto menos esta Ca sa que yo te he construido! 19 Atiende a la plegaria de tu siervo y a su petición, Adonai, Di-s mío, y escu cha el clamor y la plegaria que tu siervo hace en tu presencia. 20 ¡Que tus ojos estén abiertos día y noche sobre esta Casa, sobre este lugar del que dijiste que pondrías en él tu Nombre para escuchar la oración que dirige tu sierv o hacia este lugar! 21 "Oye, pues, las plegarias de tu siervo Israel, tu pueblo, cuando oren ha cia este lugar. Escucha tú desde el lugar de tu morada, desde los cielos; escucha y perdona. 22 "Cuando un hombre peque contra su prójimo, y éste pronuncie una imprecación so bre él, haciéndole jurar delante de tu altar en esta Casa, 23 escucha tú desde los cielos y obra; juzga a tus siervos. Da su merecido al inicuo, haciendo recaer su conducta sobre su cabeza y declarando inocente al j usto, para darle según su justicia. 24 "Si Israel, tu pueblo, es batido por el enemigo por haber pecado contra ti, y ellos se vuelven y alaban tu Nombre orando y suplicando ante ti en esta Ca sa, 25 escucha tú desde los cielos, perdona el pecado de tu pueblo Israel, y vuélve los a la tierra que les diste a ellos y a sus padres. 26 "Cuando los cielos estén cerrados y no haya lluvia porque pecaron contra t i, si oran en este lugar y alaban tu nombre, y se convierten de su pecado porque les humillaste, 27 escucha tú desde los cielos y perdona el pecado de tus siervos y de tu pue blo Israel, pues les enseñarás el camino bueno por el que deben andar, y envía lluvia sobre tu tierra, la que diste a tu pueblo por herencia. 28 "Cuando haya hambre en esta tierra, cuando haya peste, tizón, añublo, langos

ta o pulgón, cuando su enemigo le asedie en una de sus puertas, en todo azote y to da enfermedad, 29 si un hombre cualquiera, o todo Israel, tu pueblo, hace oraciones y súplic as, y, reconociendo su pena y su dolor, tiende sus manos hacia esta Casa, 30 escucha tú desde los cielos, lugar de tu morada, y perdona, dando a cada u no según todos sus caminos, pues tú conoces su corazón - y sólo tú conoces el corazón de tod os los hijos de los hombres 31 para que teman y sigan tus caminos todos los días que vivan sobre la haz d e la tierra que has dado a nuestros padres. 32 "También al extranjero, que no es de tu pueblo Israel, el que viene de un país lejano a causa de tu gran Nombre, tu mano fuerte y tu tenso brazo, cuando ven ga a orar en esta Casa, 33 escucha tú desde los cielos, lugar de tu morada, y haz cuanto te pida el e xtranjero, para que todos los pueblos de la tierra conozcan tu Nombre y te teman , como tu pueblo Israel, y sepan que tu Nombre es invocado sobre esta Casa que y o he construido. 34 "Si tu pueblo va a la guerra contra sus enemigos por el camino por el qu e tú le envíes, si oran a ti, vueltos hacia esta ciudad que tú has elegido, y hacia la Casa que yo he construido a tu Nombre, 35 escucha tú desde los cielos su oración y su plegaria y hazles justicia. 36 Cuando pequen contra ti - pues no hay hombre que no peque - y tú, irritado contra ellos, los entregues al enemigo, y sus conquistadores los lleven cautivo s a un país lejano o cercano, 37 si se convierten en su corazón en la tierra a que hayan sido llevados, si se arrepienten y te suplican en la tierra de su cautividad, diciendo: "Hemos pec ado, hemos sido perversos, somos culpables"; 38 si se vuelven a ti con todo su corazón y con toda su alma en el país de la c autividad al que fueren deportados, y te suplican vueltos hacia la tierra que tú d iste a sus padres y hacia la ciudad que tú has elegido y hacia la Casa que yo he e dificado a tu Nombre, 39 escucha tú desde los cielos, lugar de tu morada, su oración y su plegaria; h azles justicia y perdona a tu pueblo los pecados cometidos contra ti. 40 "Que tus ojos, Di-s mío, estén abiertos, y tus oídos atentos a la oración que se haga en este lugar. 41 Y ahora ¡levántate, Adonai Di-s, hacia tu reposo, tú y el arca de tu fuerza! ¡Qu e tus sacerdotes, Adonai Di-s, se revistan de salvación. y tus fieles gocen de la felicidad! 42 Adonai, Di-s mío, no rehaces el rostro de tu Ungido; acuérdate de las miseri cordias otorgadas a David tu siervo." 2 Crónicas 7 1 Cuando Salomón acabó de orar, bajó fuego del cielo que devoró el holocausto y lo s sacrificios; y la gloria de Adonai llenó la Casa. 2 Los sacerdotes no podían entrar en la Casa de Adonai, porque la gloria de Adonai llenaba la Casa de Adonai. 3 Entonces todos los hijos de Israel, viendo descender el fuego y la glori a de Adonai sobre la Casa, se postraron rostro en tierra sobre el pavimento y a doraron y alabaron a Adonai "porque es bueno, porque es eterno su amor". 4 Luego el rey y todo el pueblo ofrecieron sacrificios ante Adonai. 5 El rey Salomón ofreció en sacrificio 22.000 bueyes y 120.000 ovejas. Así inaug uraron la Casa de Di-s el rey y todo el pueblo. 6 Los sacerdotes atendían a su ministerio, mientras los levitas glorificaban a Adonai con los instrumentos que el rey David fabricó para acompañar los cánticos de Adonai, "porque es eterno su amor", ejecutando los cánticos compuestos por David. Los sacerdotes estaban delante de ellos tocando las trompetas, y todo Israel se mantenía en pie. 7 Salomón consagró el interior del patio, que está delante de la Casa de Adonai, pues ofreció allí los holocaustos y las grasas de los sacrificios de comunión, ya que el altar de bronce que había hecho Salomón no podía contener el holocausto, la oblación y las grasas.

8 Entonces Salomón celebró la fiesta durante siete días y con él todo Israel, en m agna asamblea, venida desde la Entrada de Jamat hasta el Torrente de Egipto. 9 El día octavo tuvo lugar la asamblea solemne, pues habían hecho la dedicación del altar por siete días, de manera que la fiesta duró siete días. 10 El día veintitrés del mes séptimo, Salomón envió al pueblo a sus tiendas alegre y contento en su corazón por el bien que Adonai había hecho a David, a Salomón y a su pu eblo Israel. 11 Acabó Salomón la Casa de Adonai y la casa del rey y llevó a cabo todo cuanto s e había propuesto hacer en la Casa de Adonai y en su propia casa. 12 Aparecióse entonces Adonai a Salomón por la noche y le dijo: "He oído tu oración , y me he elegido este lugar como Casa de sacrificio. 13 Si yo cierro el cielo y no llueve, si yo mando a la langosta devorar la tierra, o envío la peste entre mi pueblo; 14 y mi pueblo, sobre el cual es invocado mi Nombre, se humilla, orando y b uscando mi rostro, y se vuelven de sus malos caminos, yo les oiré desde los cielos , perdonaré su pecado y sanaré su tierra. 15 Mis ojos estarán abiertos, y mis oídos atentos a la oración que se haga en est e lugar; 16 pues ahora he escogido y santificado esta Casa, para que en ella permane zca mi Nombre por siempre. Allí estarán mis ojos y mi corazón todos los días. 17 Y en cuanto a ti, si andas en mi presencia como anduvo tu padre David, h aciendo todo lo que he mandado y guardando mis decretos y mis sentencias, 18 afianzaré el trono de tu realeza como pacté con tu padre David diciendo: "No te faltará un hombre que domine en Israel." 19 Pero si os apartáis, abandonando los decretos y los mandamientos que os he dado, y vais a servir a otros dioses, postrándoos ante ellos, 20 os arrancaré de mi tierra que os he dado; arrojaré de mi presencia esta Casa que yo he consagrado a mi Nombre y la haré objeto de proverbio y de escarnio entr e todos los pueblos. 21 Y esta Casa que es tan sublime vendrá a ser el espanto de todos los que pa sen cerca de ella, de modo que dirán: "¿Por qué ha hecho así Adonai a esta tierra y a es ta Casa?" 22 Y se responderá: "Porque abandonaron a Adonai, el Di-s de sus padres que l os sacó de la tierra de Egipto, y han seguido a otros dioses, se han postrado ante ellos y les han servido; por eso ha hecho venir sobre ellos todo este mal."" 2 Crónicas 8 1 Al cabo de los veinte años que empleó Salomón en edificar la Casa de Adonai y su propia casa, 2 reconstruyó las ciudades que Juram le había dado, y estableció allí los israelit as. 3 Salomón marchó contra Jamat de Sobá y se apoderó de ella; 4 reedificó Tadmor en el desierto, y todas las ciudades de avituallamiento q ue construyó en Jamat; 5 reconstruyó Bet Jorón de arriba y Bet Jorón de abajo, ciudades fortificadas, c on murallas, puertas y barras, 6 y Baalat, con todas las ciudades de avituallamiento que pertenecían a Salo món, todas las ciudades de carros y las ciudades para los caballos, y todo cuanto quiso edificar en Yerushalaim, en el Líbano y en toda la tierra de su dominio. 7 Con toda la gente que había quedado de los hititas, los amorreos, los peri zitas, los jivitas y los jebuseos, que no eran israelitas, 8 cuyos descendientes habían quedado después de ellos en el país y a los que los israelitas no habían exterminado, hizo Salomón una leva que dura hasta el día de hoy. 9 Pero no empleó Salomón a ninguno de los israelitas como esclavo para sus obr as, sino como hombres de guerra, jefes y escuderos, comandantes de sus carros y de sus caballos. 10 Los jefes de las guarniciones que tenía el rey Salomón eran 250, que goberna ban al pueblo. 11 Salomón hizo subir a la hija de Faraón desde la Ciudad de David a la casa qu e había edificado para ella; pues se decía: "No debe habitar mujer mía en la casa de D

avid, rey de Israel; porque los lugares donde ha estado el arca de Adonai son sa grados." 12 Entonces empezó a ofrecer Salomón holocaustos a Adonai sobre el altar de Ado nai, que había erigido delante del Ulam; 13 ofreció holocaustos según el rito de cada día, conforme a los prescrito por Mo isés, en los sábados, los novilunios y en las solemnidades, tres veces al año: en la f iesta de los Ázimos, en la fiesta de las Semanas y en la fiesta de las Tiendas. 14 Estableció también las secciones de los sacerdotes en sus servicios conforme al reglamento de su padre David, a los levitas en sus cargos de alabar y servir junto a los sacerdotes, según el rito de cada día; y a los porteros con arreglo a s us secciones, en cada puerta; porque ésta era la orden de David, hombre de Di-s. 15 No se apartaron en nada de la orden del rey en lo tocante a los sacerdot es y los levitas, ni tampoco en lo relativo a los tesoros. 16 Así fue dirigida toda la obra de Salomón, desde el día en que se echaron los c imientos de la Casa de Adonai hasta su terminación. Así fue acabada la Casa de Adon ai. 17 Entonces Salomón fue a Esyón Guéber y a Elat, a orillas del mar, en el país de E dom, 18 y Juram le envió, por medio de sus siervos, navíos y marinos conocedores del mar, que fueron con los siervos de Salomón a Ofir, de donde tomaron 450 talentos de oro, que trajeron al rey Salomón. 2 Crónicas 9 1 La reina de Sabá había oído la fama de Salomón, y vino a Yerushalaim para probar a Salomón por medio de enigmas, con gran séquito y con camellos que traían aromas, gr an cantidad de oro y piedras preciosas. Llegada que fue donde Salomón, le dijo tod o cuanto tenía en su corazón. 2 Salomón resolvió todas sus preguntas; y no hubo ninguna proposición oscura que Salomón no pudiese resolver. 3 Cuando la reina de Sabá vio la sabiduría de Salomón y la casa que había edificad o, 4 los manjares de su mesa, las habitaciones de sus servidores, el porte de sus ministros y sus vestidos, sus coperos con sus trajes y los holocaustos que ofrecía en la Casa de Adonai, se quedó sin aliento, 5 y dijo al rey: "Verdad es cuanto oí decir en mi tierra de tus palabras y d e tu sabiduría. 6 No daba yo crédito a lo que se decía, hasta que he venido y lo he visto con mis propios ojos; y encuentro que no se me había contado ni la mitad de la grandez a de tu sabiduría, pues tú superas todo lo que oí decir. 7 ¡Dichosas tus gentes! ¡Dichosos estos tus servidores, que están siempre en tu presencia y escuchan tu sabiduría! 8 ¡Bendito sea Adonai, tu Di-s, que se ha complacido en ti, poniéndote sobre s u trono como rey de Adonai, tu Di-s, por el amor que tu Di-s tiene hacia Israel para conservarle por siempre, y te ha puesto por rey sobre ellos para administra r derecho y justicia!" 9 Dio al rey 120 talentos de oro, gran cantidad de aromas y piedras precio sas. Nunca hubo aromas como los que la reina de Sabá dio al rey Salomón. 10 Los siervos de Juram y los siervos de Salomón, que habían traído oro de Ofir, trajeron también madera de algummim y piedras preciosas. 11 Con la madera de algummim hizo el rey entarimados para la Casa de Adonai y la casa del rey, cítaras y salterios para los cantores. No se había visto nunca en la tierra de Judá madera semejante. 12 El rey Salomón dio a la reina de Sabá todo cuanto ella quiso pedirle, aparte lo que ella había traído al rey. Después se volvió y regresó a su país con sus servidores. 13 El peso del oro que llegaba a Salomón cada año era de 666 talentos de oro, 14 sin contar las contribuciones de los mercaderes y comerciantes. Todos lo s reyes de Arabia y los inspectores del país traían oro y plata a Salomón. 15 Hizo el rey Salomón doscientos grandes escudos de oro batido, aplicando se iscientos siclos de oro batido en cada escudo, 16 y trescientos escudos pequeños de oro batido, aplicando trescientos siclos

de oro en cada escudo; el rey los colocó en la casa "Bosque del Líbano". 17 Hizo el rey un gran trono de marfil y lo revistió de oro puro. 18 El trono tenía seis gradas y un cordero de oro al respaldo, y brazos a uno y otro lado del asiento, y dos leones, de pie, junto a los brazos. 19 Más doce leones de pie sobre las seis gradas a uno y otro lado. No se hizo cosa semejante en ningún reino. 20 Todas las copas de beber del rey Salomón eran de oro, y toda la vajilla de la casa "Bosque del Líbano" era de oro fino. La plata no se estimaba en nada en t iempo del rey Salomón. 21 Porque el rey tenía naves que navegaban a Tarsis con los siervos de Juram, y cada tres años venía la flota de Tarsis trayendo oro y plata, marfil, monos y pav os reales. 22 Así el rey Salomón sobrepujó a todos los reyes de la tierra en riqueza y sabid uría. 23 Todos los reyes de la tierra querían ver el rostro de Salomón, para oír la sab iduría que Di-s había puesto en su corazón. 24 Y cada uno de ellos traía su presente, objetos de plata y objetos de oro, vestidos, armas, aromas, caballos y mulos, año tras año. 25 Tenía Salomón 4.000 caballerizas para sus caballos y carros, y 12.000 caball os, que puso en cuarteles en las ciudades de los carros y en Yerushalaim junto a l rey. 26 Dominaba sobre todos los reyes desde el Río hasta el país de los filisteos y hasta la frontera de Egipto. 27 Hizo el rey que la plata fuese tan abundante en Yerushalaim como las pie dras, y los cedros como los sicómoros de la Tierra Baja. 28 Traían también caballos para Salomón de Musur y de todos los países. 29 El resto de los hechos de Salomón, los primeros y los postreros, ¿no están esc ritos en la historia del profeta Natán, en la profecía de Ajías el silonita, y en las visiones de Yedó el vidente, sobre Jeroboam, hijo de Nebat? 30 Salomón reinó en Yerushalaim sobre todo Israel cuarenta años. 31 Se acostó Salomón con sus padres, y le sepultaron en la ciudad de su padre D avid. En su lugar reinó su hijo Roboam. 2 Crónicas 10 1 Fue Roboam a Siquem, porque todo Israel había ido a Siquem para proclamarl e rey. 2 Apenas lo supo Jeroboam, hijo de Nebat, que estaba todavía en Egipto, adon de había ido huyendo del rey Salomón, volvió de Egipto, 3 pues habían enviado a llamarle. Vino entonces Jeroboam con todo Israel, y hablaron a Roboam diciendo: 4 "Tu padre ha hecho pesado nuestro yugo; ahora tú aligera la dura servidumb re de tu padre y el pesado yugo que puso sobre nosotros y te serviremos." 5 El les dijo: "Volved a mí de aquí a tres días." Y el pueblo se fue. 6 El rey Roboam pidió consejo a los ancianos que habían servido a su padre Sal omón, en vida de éste, diciendo: " ¿Qué me aconsejáis que responda a este pueblo?" 7 Ellos le respondieron: "Si eres bueno con este pueblo y les sirves y les das buenas palabras, serán siervos tuyos para siempre." 8 Pero él abandonó el consejo que los ancianos le aconsejaron y pidió consejo a los jóvenes que se habían criado con él y estaban a su servicio. 9 Les dijo: "¿Qué me aconsejáis que responda a este pueblo que me ha hablado dic iendo: "Aligera el yugo que tu padre puso sobre nosotros?"" 10 Los jóvenes que se habían criado con él le respondieron diciendo: "Esto debes responder al pueblo que te ha dicho: "Tu padre hizo pesado nuestro yugo, ahora tú aligera nuestro yugo", esto debes responder: "Mi dedo meñique es más grueso que los lomos de mi padre. 11 Un yugo pesado os cargó mi padre, mas yo haré más pesado vuestro yugo; mi padr e os ha azotado con azotes, pero yo os azotaré con escorpiones."" 12 Volvieron, pues, Jeroboam y todo el pueblo al tercer día donde Roboam, según lo que había dicho el rey: "Volved a mí al tercer día"; 13 y el rey les respondió con dureza, abandonando el consejo de los ancianos,

14 y hablándoles según el consejo de los jóvenes, diciendo: "Mi padre hizo pesado vuestro yugo, yo lo haré más pesado todavía; mi padre os azotó con azotes, pero yo os a zotaré con escorpiones." 15 No escuchó el rey al pueblo, pues se trataba de una intervención de Di-s par a dar cumplimiento a la palabra que Adonai había anunciado a Jeroboam, hijo de Neb at, por medio de Ajías de Silo. 16 Viendo todo Israel que el rey no le oía, replicó el pueblo al rey diciendo: "¿Qué parte tenemos nosotros con David?No tenemos herencia en el hijo de Jesé. ¡A tus ti endas, Israel!Mira ahora por tu casa, David."Y todo Israel se fue a sus tiendas. 17 Roboam reinó sobre los israelitas que habitaban en las ciudades de Judá. 18 El rey Roboam envió a Adoram, jefe de la leva, pero los israelitas le mata ron a pedradas y murió. Entonces el rey Roboam se apresuró a subir a su carro para h uir a Yerushalaim. 19 Israel está en desobediencia contra la casa de David hasta el día de hoy. 2 Crónicas 11 1 En llegando a Yerushalaim, reunió Roboam a la casa de Judá y Benjamín, 180.000 hombres, guerreros escogidos, para combatir contra Israel y devolver el reino a Roboam. 2 Pero fue dirigida la palabra de Adonai a Semaías, hombre de Di-s, diciendo : 3 "Habla a Roboam, hijo de Salomón, rey de Judá, y a todo Israel que está en Judá y Benjamín, diciendo: 4 Así habla Adonai: No subáis a combatir con vuestros hermanos; que cada uno s e vuelva a su casa, porque esto es cosa mía." Ellos escucharon la palabra de Adona i y desistieron de marchar contra Jeroboam. 5 Roboam habitó en Yerushalaim y edificó ciudades fortificadas en Judá. 6 Fortificó Belén, Etam, Técoa, 7 Bet Sur, Sokó, Adullam, 8 Gat, Maresá, Zif, 9 Adoráyim, Lakís, Azecá, 10 Sorá, Ayyalón y Hebrón, ciudades fortificadas de Judá y Benjamín. 11 Reforzó las fortificaciones y puso en ellas comandantes y provisiones de vív eres, de aceite y vino. 12 En todas estas ciudades había escudos y lanzas, y las hizo sumamente fuert es. Estaban por él Judá y Benjamín. 13 Los sacerdotes y levitas de todo Israel se pasaron a él desde todos sus te rritorios; 14 pues los levitas abandonaron sus ejidos y sus posesiones y se fueron a J udá y a Yerushalaim, porque Jeroboam y sus hijos les habían prohibido el ejercicio d el sacerdocio de Adonai, 15 y Jeroboam instituyó sus propios sacerdotes para los altos, los sátiros y l os becerros que había hecho. 16 Tras ellos vinieron a Yerushalaim, para ofrecer sacrificios a Adonai, el Di-s de sus padres, aquellos de entre todas las tribus de Israel que tenían pues to su corazón en buscar a Adonai, el Di-s de Israel; 17 y fortalecieron el reino de Judá y consolidaron a Roboam, hijo de Salomón, p or tres años. Pues tres años siguió el camino de David y de Salomón. 18 Roboam tomó por mujer a Majalat, hija de Yerimot, hijo de David y de Abiháyi l, hija de Eliab, hijo de Jesé. 19 Esta le dio los hijos Yeús, Semarías y Zaham. 20 Después de ésta tomó a Maaká, hija de Absalón, la cual le dio a Abías, Attay, Zizá y elomit. 21 Roboam amaba a Maaká, hija de Absalón, más que a todas sus mujeres y concubina s, pues tuvo dieciocho mujeres y sesenta concubinas; y engendró veintiocho hijos y sesenta hijas. 22 Roboam puso a la cabeza a Abías, hijo de Maaká, como príncipe de sus hermanos, porque quería hacerle rey. 23 Repartió hábilmente a todos sus hijos por toda la tierra de Judá y de Benjamín, en todas las ciudades fortificadas, les dio alimentos en abundancia y les buscó mu

jeres. 2 Crónicas 12 1 Cuando Roboam hubo consolidado y afianzado el reino, abandonó la Ley de Ad onai y con él todo Israel. 2 Y sucedió que el año quinto del rey Roboam subió Sosaq, rey de Egipto, contra Yerushalaim, - pues no era fiel a Adonai 3 con 1.200 carros y 60.000 caballos; no se podía contar la gente que venía co n él de Egipto: libios, sukíes y etíopes. 4 Tomó las ciudades fortificadas de Judá y llegó hasta Yerushalaim. 5 El profeta Semaías vino a Roboam y a los jefes de Judá que se habían reunido e n Yerushalaim para hacer frente a Sosaq, y les dijo: "Así dice Adonai: Vosotros me habéis abandonado, y por esto también yo os abandono en manos de Sosaq." 6 Entonces los jefes de Israel y el rey se humillaron y dijeron: "¡Justo es Adonai!" 7 Cuando Adonai vio que se habían humillado, fue dirigida la palabra de Adon ai a Semaáis, diciendo: "Por haberse ellos humillado, no los destruiré, sino que de ntro de poco les daré la salvación y no se derramará mi cólera sobre Yerushalaim por man o de Sosaq. 8 Pero serán sus siervos, para que sepan lo que es mi servidumbre y la servi dumbre de los reinos de las naciones." 9 Subió, pues, Sosaq, rey de Egipto, contra Yerushalaim y se apoderó de los te soros de la Casa de Adonai y de los tesoros de la casa del rey. De todo se apode ró. Habiéndose llevado los escudos de oro que había hecho Salomón, 10 el rey Roboam hizo en su lugar escudos de bronce, que confió a los jefes d e la guardia que custodiaban la entrada de la casa del rey. 11 Cuando el rey entraba en la Casa de Adonai, venían los de la guardia y los llevaban, y después los devolvían a la sala de la guardia. 12 Gracias a su humillación se apartó de él la ira de Adonai y no le destruyó del t odo; y concedió algunas cosas buenas a Judá. 13 Se afianzó, pues, el rey Roboam en Yerushalaim, y reinó. Roboam tenía 41 años cu ando comenzó a reinar y reinó diecisiete años en Yerushalaim, la ciudad que había elegid o Adonai de entre todas las tribus de Israel para poner en ella su Nombre. El no mbre de su madre era Naamá, ammonita. 14 Hizo lo que era malo, porque no había dispuesto su corazón para buscar a Ado nai. 15 Los hechos de Roboam, los primeros y los postreros, ¿no están escritos en la historia del profeta Semaías y del vidente Iddó? Hubo guerra continua entre Roboam y Jeroboam. 16 Roboam se acostó con sus padres y fue sepultado en la ciudad de David. Rei nó en su lugar su hijo Abías.

2 Crónicas 13 1 Abías comenzó a reinar sobre Judá el año dieciocho del rey Jeroboam. 2 Reinó tres años en Yerushalaim. El nombre de su madre era Mikaía, hija de Urie l, de Guibeá. Hubo guerra entre Abías y Jeroboam. 3 Abías entró en combate con un ejército de valientes guerreros: 400.000 hombres escogidos; Jeroboam se ordenó en batalla contra él con 800.000 guerreros escogidos y valerosos. 4 Abías se levantó en el monte Semaráyim, que está en la montaña de Efraím, y dijo: "¡O e, Jeroboam y todo Israel! 5 ¿Acaso no sabéis que Adonai, el Di-s de Israel, dio el reino de Israel para siempre a David, a él y a sus hijos, con pacto de sal? 6 Pero Jeroboam, hijo de Nebat, siervo de Salomón, hijo de David, se alzó en r ebeldía contra su señor. 7 Se juntaron con él unos hombres fatuos y malvados y prevalecieron sobre Ro boam, hijo de Salomón, pues Roboam era joven y débil de corazón y no podía resistirles. 8 ¿Y ahora tratáis vosotros de poner resistencia al reino de Adonai, que está en manos de los hijos de David, porque vosotros sois una gran muchedumbre? Pero te néis los becerros de oro que Jeroboam os puso por dioses.

9 ¿No habéis expulsado a los sacerdotes de Adonai, los hijos de Aarón y los levi tas? ¿No os habéis hecho sacerdotes a la manera de los pueblos de los demás países? Cual quiera que viene con un novillo y siete carneros y pide ser consagrado, es hecho sacerdote de los que no son dioses. 10 Cuanto a nosotros, Adonai es nuestro Di-s y no le hemos abandonado; los sacerdotes que sirven a Adonai son los hijos de Aarón, igual que los levitas en su ministerio. 11 Cada mañana y cada tarde quemamos holocaustos a Adonai, y tenemos el incie nso aromático; las filas de pan están sobre la mesa pura, y el candelabro de oro con sus lámparas para ser encendidas cada tarde, pues nosotros guardamos el ritual de Adonai nuestro Di-s, en tanto que vosotros le habéis abandonado. 12 He aquí que con nosotros, a nuestra cabeza, está Di-s con sus sacerdotes y l as trompetas del clamor, para lanzar el grito de guerra contra vosotros. Israeli tas, no hagáis la guerra contra Adonai, el Di-s de vuestros padres, porque nada co nseguiréis." 13 Entre tanto, Jeroboam hizo dar un rodeo para poner una emboscada y ataca rles por detrás, de manera que él estaba frente a Judá y la emboscada a espaldas de ésto s. 14 Al volver Judá la cabeza, vio que se presentaba combate de frente y por de trás. 15 Entonces clamaron a Adonai y, mientras los sacerdotes tocaban las trompe tas, los hombres de Judá lanzaron el grito de guerra; y al alzar el grito de guerr a los hombres de Judá, desbarató Di-s a Jeroboam y a todo Israel delante de Abías y de Judá. 16 Huyeron los israelitas delante de Judá, y Di-s los entregó en sus manos. 17 Abías y su tropa les causaron una gran derrota; cayeron 500.000 hombres es cogidos de Israel. 18 Quedaron entonces humillados los israelitas y prevalecieron los hijos de Judá por haberse apoyado en Adonai, el Di-s de sus padres. 19 Abías persiguió a Jeroboam y le tomó las ciudades de Betel con sus aldeas, Yes aná con sus aldeas y Efrón con sus aldeas. 20 Jeroboam ya no tuvo fuerza en los días de Abías, pues Adonai le hirió y murió. 21 Pero Abías se fortaleció; tomó catorce mujeres y engendró veintidós hijos y dieciséi s hijas. 22 El resto de los hechos de Abías, sus hechos y sus acciones, están escritos e n el midrás del profeta Iddó. 23 Se acostó Abías con sus padres y le sepultaron en la ciudad de David. Reinó en su lugar su hijo Asá. En su tiempo el país estuvo en paz durante diez años. 2 Crónicas 14 1 Asá hizo lo que era bueno y recto a los ojos de Adonai su Di-s. 2 Suprimió los altares del culto extranjero y los altos; rompió las estelas, a batió los cipos, 3 y mandó a Judá que buscase a Adonai, el Di-s de sus padres, y cumpliese la l ey y los mandamientos. 4 Hizo desaparecer de todas las ciudades de Judá los altos y los altares de incienso; y el reino estuvo en paz bajo su reinado. 5 Edificó ciudades fuertes en Judá, porque el país estaba en paz, y no hubo guer ra contra él por aquellos años; pues Adonai le había dado tranquilidad. 6 Dijo a Judá: "Edifiquemos estas ciudades, y cerquémoslas de murallas, torres , puertas y barras, mientras el país esté a nuestra disposición; pues hemos buscado a Adonai, nuestro Di-s, y por haberle buscado, él nos ha dado paz por todas partes." Edificaron, pues y prosperaron. 7 Asá tenía un ejército de 300.000 hombres de Judá, que llevaban pavés y lanza, y 28 0.000 de Benjamín, que llevaban escudo y eran arqueros; todos ellos esforzados gue rreros. 8 Salió contra ellos Zéraj el etíope, con un ejército de un millón de hombres y tres cientos carros, y llegó hasta Maresá. 9 Salió Asá contra él y se pusieron en orden de batalla en el valle de Sefatá, jun to a Maresá.

10 Asá invocó a Adonai su Di-s, y dijo: "¡Oh Adonai, sólo tú puedes ayudar entre el p oderoso y el desvalido! ¡Ayúdanos, pues, Adonai, Di-s nuestro, porque en ti nos apoy amos y en tu nombre marchamos contra esta inmensa muchedumbre! ¡Adonai, tú eres nues tro Di-s! ¡No prevalezca contra ti hombre alguno!" 11 Adonai derrotó a los etíopes ante Asá y Judá; y los etíopes se pusieron en fuga. 12 Asá y la gente que con él estaba los persiguieron hasta Guerar; y cayeron de los etíopes hasta no quedar uno vivo, pues fueron destrozados delante de Adonai y su campamento; y se recogió un botín inmenso. 13 Batieron todas las ciudades de los alrededores de Guerar, porque el terr or de Adonai cayó sobre ellas; y saquearon todas las ciudades, pues había en ellas g ran botín. 14 Asimismo atacaron las majadas y capturaron gran cantidad de ovejas y cam ellos. Después se volvieron a Yerushalaim. 2 Crónicas 15 1 Vino entonces el espíritu de Di-s sobre Azarías, hijo de Oded, 2 el cual salió al encuentro de Asá y le dijo: "¡Oídme vosotros, Asá y todo Judá y Ben jamín! Adonai estará con vosotros mientras vosotros estéis con él; si le buscáis, se dejará hallar de vosotros; pero si le abandonáis, os abandonará. 3 Durante mucho tiempo Israel estará sin verdadero Di-s, sin sacerdote que e nseñe y sin ley. 4 Mas cuando en su angustia se vuelva a Adonai, el Di-s de Israel, y le bu sque, él se dejará hallar de ellos. 5 En aquellos tiempos no habrá paz para los hombres, sino grandes terrores s obre todos los habitantes de los países. 6 Chocarán pueblo contra pueblo y ciudad contra ciudad, porque Di-s los cont urbará con toda suerte de aflicciones. 7 ¡Vosotros, pues, esforzaos, y que no se debiliten vuestras manos! Porque v uestras obras tendrán recompensa." 8 Al oír Asá estas palabras y esta profecía cobró ánimo e hizo desaparecer los monst ruos abominables de todo el país de Judá y Benjamín y de las ciudades que había conquist ado en la montaña de Efraím, y restauró el altar de Adonai, que estaba ante el vestíbulo de Adonai. 9 Congregó a todo Judá y Benjamín, y a los de Efraím, Manasés y Simeón que habitaban e ntre ellos; pues se habían pasado a él muchos de los israelitas, viendo que Adonai s u Di-s estaba con él. 10 Se reunieron en Yerushalaim en el mes tercero del año quince del reinado d e Asá. 11 Aquel día ofrecieron a Adonai sacrificios del botín que habían traído: setecient os bueyes y 7.000 ovejas. 12 Y se obligaron con un pacto a buscar a Adonai, el Di-s de sus padres, co n todo su corazón y con toda su alma; 13 y que todo aquel que no buscase a Adonai, el Di-s de Israel, moriría, desd e el pequeño hasta el grande, hombre o mujer. 14 Juraron, pues, a Adonai en alta voz, con gritos de júbilo y al son de las trompetas y cuernos. 15 Y todo Judá se alegró con motivo del juramento, porque de todo corazón había pre stado el juramento, y con plena voluntad había buscado a Adonai. Por eso él se dejó h allar de ellos; y le dio paz por todas partes. 16 El rey Asá llegó a quitar a Maaká, su madre, el título de Gran Dama, porque había hecho un Horror para Aserá. Asá abatió este Horror, lo hizo pedazos y lo quemó en el tor rente Cedrón. 17 Pero no desaparecieron los altos de en medio de Israel, aun cuando el co razón de Asá fue perfecto todos sus días. 18 Llevó a la Casa de Di-s las ofrendas consagradas por su padre y sus propia s ofrendas: plata, oro y utensilios. 19 No hubo guerra hasta el año 35 del reinado de Asá. 2 Crónicas 16 1 El año 36 del reinado de Asá subió Basá, rey de Israel, contra Judá, y fortificó a R

amá, para cortar las comunicaciones a Asá, rey de Judá. 2 Sacó entonces Asá plata y oro de los tesoros de la Casa de Adonai y de la ca sa del rey, y envió mensajeros a Ben Hadad, rey de Aram, que habitaba en Damasco, diciendo: 3 "Haya alianza entre nosotros, como entre mi padre y tu padre; te envío pla ta y oro. Anda, rompe tu alianza con Basá, rey de Israel, para que se aleje de mí." 4 Ben Hadad escuchó al rey Asá y envió a los jefes de su ejército contra las ciuda des de Israel; conquistó Iyyón, Dan, Abel Máyim y todos los depósitos de las ciudades si tuadas en Neftalí. 5 Cuando Basá lo supo, suspendió las fortificaciones de Ramá e hizo parar su obr a. 6 Entonces el rey Asá tomó a todo Judá y se llevaron de Ramá las piedras y maderas que Basá había empleado para la construcción; y con ella fortificó Gueba y Mispá. 7 En aquel tiempo el vidente Jananí fue donde Asá, rey de Judá, y le dijo: "Por haberte apoyado en el rey de Aram, y no haberte apoyado en Adonai tu Di-s, por e so se ha escapado de tu mano el ejército del rey de Aram. 8 ¿No eran un ejército numeroso los etíopes y los libios, con carros y una muche dumbre de hombres de carro? Y, sin embargo, por haber puesto tu confianza en Ado nai, él los entregó en tu mano. 9 Porque los ojos de Adonai recorren toda la tierra, para fortalecer a los que tienen corazón entero para con él. Has procedido neciamente en esto, y por eso de aquí en adelante tendrás guerras." 10 Irritóse entonces Asá contra el vidente y lo metió en la cárcel, pues estaba eno jado con él por este asunto. En esa época también maltrató Asá a varios del pueblo. 11 Estos son los hechos de Asá, los primeros y los postreros; están escritos en el libro de los reyes de Judá y de Israel. 12 El año 39 de su reinado enfermó Asá de los pies, pero tampoco en su enfermedad buscó a Adonai, sino a los médicos. 13 Se acostó Asá con sus padres. Murió el año 41 de su reinado, 14 y le sepultaron en el sepulcro que se había hecho en la Ciudad de David. L o pusieron sobre un lecho lleno de bálsamo, de aromas y de ungüentos preparados según el arte de los perfumistas; y le encendieron un fuego enorme. 2 Crónicas 17 1 En su lugar reinó su hijo Josafat, el cual se fortificó contra Israel. 2 Puso guarniciones en todas las ciudades fortificadas de Judá y estableció go bernadores en el país de Judá y en las ciudades de Efraím, que Asá su padre había conquist ado. 3 Estuvo Adonai con Josafat, porque anduvo por los caminos que había seguido anteriormente su padre David y no buscó a los Baales, 4 sino que buscó al Di-s de sus padres andando en sus mandamientos, sin imit ar los hechos de Israel. 5 Adonai consolidó el reino en su mano; y todo Judá traía presentes a Josafat, q ue adquirió grandes riquezas y honores. 6 Su corazón cobró ánimo en los caminos de Adonai, hasta hacer desaparecer de Ju dá los altos y los cipos. 7 El año tercero de su reinado envió a sus oficiales Ben Jáyil, Abdías, Zacarías, Na tanael y Miqueas para que enseñasen en las ciudades de Judá, 8 y con ellos a los levitas Semaías, Netanías, Zebadías, Asahel, Semiramot, Jona tán, Adonías, Tobías, y con estos levitas a los sacerdotes Elisamá y Yehoram, 9 los cuales enseñaron en Judá, llevando consigo el libro de la Ley de Adonai. Recorrieron todas las ciudades de Judá, enseñando al pueblo. 10 El terror de Adonai se apoderó de todos los reinos de los países que rodeaba n a Judá, de manera que no hicieron guerra contra Josafat. 11 Los filisteos trajeron a Josafat presentes y plata como tributo. También l os árabes le trajeron ganado menor: 7.700 carneros y 7.700 machos cabríos. 12 Así Josafat iba engrandeciéndose cada vez más, hasta lo sumo, y edificó en Judá ca stillos y ciudades de aprovisionamiento. 13 Llevó a cabo muchas obras en las ciudades de Judá, y tuvo una guarnición de gu erreros escogidos en Yerushalaim.

14 Esta es la lista, por sus casas paternas: De Judá, jefes de millar: Adná, jefe, y con él 300.000 hombres esforzados. 15 A su lado el jefe Yehojanán, y con él 280.000. 16 A su lado Amasías, hijo de Zikrí, que se había consagrado espontáneamente ai, y bajo su mando 200.000 hombres esforzados. 17 De Benjamín: Elyadá, hombre valeroso, y con él, 200.000 armados de arco y do. 18 A su lado Yehozabad, y con él, 180.000 equipados para la guerra. 19 Estos eran los que servían al rey, sin contar los que el rey había puesto las ciudades fortificadas por todo Judá.

el a Adon escu en

2 Crónicas 18 1 Josafat tuvo grandes riquezas y honores; emparentó con Ajab, 2 y al cabo de algunos años bajó a visitarle a Samaría. Ajab sacrificó gran número d e ovejas y de bueyes para él y la gente que le acompañaba; y le incitó a que subiese c on él contra Ramot de Galaad. 3 Dijo Ajab, rey de Israel, a Josafat, rey de Judá: "¿Quieres venir conmigo a Ramot de Galaad?" Le contestó: "Yo soy como tú, y tu pueblo como mi pueblo; contigo estaremos en la batalla." 4 Pero Josafat dijo al rey de Israel: "Consulta antes, por favor, la palab ra de Adonai." 5 El rey de Israel reunió a los profetas, cuatrocientos hombres, y les dijo: "¿Debo atacar a Ramot de Galaad o debo desistir?" Le respondieron: "Sube, porque Di-s la entregará en manos del rey. 6 Pero Josafat dijo: "¿No hay aquí algún otro profeta de Adonai a quien podamos consultar?" 7 Respondió el rey de Israel a Josafat: "Queda todavía un hombre por quien pod ríamos consultar a Adonai, pero yo le aborrezco, pues nunca me profetiza el bien, sino el mal. Es Miqueas, hijo de Yimlá." A lo que respondió Josafat: "No hable el re y así." 8 Llamó el rey de Israel a un eunuco y le dijo: "Trae enseguida a Miqueas, h ijo de Yimlá." 9 El rey de Israel y Josafat, rey de Judá, estaban sentados cada cual en su trono, vestidos de gala, en la era que hay a la entrada de la puerta de Samaría, m ientras que todos los profetas estaban en trance delante de ellos. 10 Sedecías, hijo de Kenaaná, se había hecho unos cuernos de hierro, y decía: "Así di ce Adonai: Con estos acornearás a Aram hasta acabar con ellos. 11 Y todos los profetas profetizaban del mismo modo diciendo: "¡Sube contra R amot de Galaad! Tendrás éxito. Adonai la entregará en manos del rey." 12 El mensajero que había ido a llamar a Miqueas le habló diciendo: "Mira que l os profetas a una voz predicen el bien al rey, procura hablar como uno de ellos y anuncia el bien." 13 Respondió Miqueas ""¡Vive Adonai, que lo que mi Di-s me diga, eso anunciaré!" 14 Llegó donde el rey; y el rey le dijo: "Miqueas, ¿debemos subir a Ramot de Ga laad para atacarla, o debo desistir?" Le respondió: "Subid, tendréis éxito. Serán entreg ados en vuestras manos." 15 Pero el rey le dijo: "¿Cuántas veces he de conjurarte a que no me digas más qu e la verdad en nombre de Adonai?" 16 Entonces él dijo: "He visto todo Israel disperso por los montes, como ovej as sin pastor;Adonai ha dicho: No tienen señor; que vuelvan en paz cada cual a su casa." 17 El rey de Israel dijo a Josafat: "¿No te dije que nunca me anuncia el bien sino el mal?" 18 Miqueas entonces dijo: "Escuchad, pues, la palabra de Adonai: He visto a Adonai sentado en su trono, y todo el ejército de los cielos estaba a su derecha y a su izquierda. 19 Preguntó Adonai: "¿Quién engañará a Ajab, rey de Israel, para que suba y caiga en Ramot de Galaad?" Y el uno decía una cosa y el otro otra. 20 Entonces se adelantó el Espíritu, se puso ante Adonai y dijo: "Yo le engañaré" L e preguntó Adonai: "¿De qué modo?"

21 Respondió: "Iré y me haré espíritu de mentira en la boca de todos sus profetas." Y Adonai dijo: "Tú conseguirás engañarle. Vete y hazlo así" 22 Ahora, pues, Adonai ha puesto un espíritu de mentira en la boca de todos e stos profetas tuyos, pues Adonai ha predicho el mal contra ti." 23 Se acercó entonces Sedecías, hijo de Kenaaná, y dio una bofetada a Miqueas en la mejilla, diciendo: "¿Por qué camino se ha ido de mí el espíritu de Adonai para hablar te a ti?". 24 Miqueas replicó: "Tú mismo lo verás el día en que vayas escondiéndote de aposento en aposento." 25 El rey de Israel dijo: "Prended a Miqueas y llevádselo a Amón, gobernador de la ciudad, y a Joás, hijo del rey; 26 y les diréis: "Así habla el rey: Meted a éste en la cárcel y racionadle el pan y el agua hasta que yo vuelva victorioso."" 27 Miqueas dijo: "Si es que vuelves victorioso, no ha hablado Adonai por mí." 28 El rey de Israel y Josafat, rey de Judá, subieron contra Ramot de Galaad. 29 El rey de Israel dijo a Josafat: "Yo voy a disfrazarme para entrar en co mbate, mientras que tú te pondrás tus vestidos." El rey de Israel se disfrazó, y así ent raron en la batalla. 30 Ahora bien, el rey de Aram había ordenado a los jefes de sus carros: "No a taquéis ni a chicos ni a grandes, sino tan sólo al rey de Israel." 31 Cuando los jefes de los carros vieron a Josafat, dijeron: "Seguro que es el rey de Israel", y le rodearon para cargar sobre él. Pero Josafat gritó y Adonai le socorrió, alejándolos Di-s de él. 32 Viendo los jefes de los carros que no era el rey de Israel, se apartaron de él. 33 Entonces un hombre disparó su arco al azar e hirió al rey de Israel por entr e las placas de la coraza; el rey dijo al auriga: "Da la vuelta y sácame de la bat alla, porque me siento mal." 34 Pero arreció aquel día la batalla, y el rey de Israel fue sostenido en pie e n su carro frente a los arameos hasta la tarde; y a la caída del sol murió. 2 Crónicas 19 1 Cuando Josafat, rey de Judá, regresaba en paz a su casa, a Yerushalaim, 2 salióle al encuentro Jehú, hijo de Jananí el vidente, y le dijo al rey Josafat : "¿Tú ayudas al malo y amas a los que aborrecen a Adonai? Por esto ha caído sobre ti la cólera de Adonai. 3 Sin embargo, han sido halladas en ti obras buenas, porque has quitado de esta tierra los cipos, y has dispuesto tu corazón para buscar a Di-s." 4 Residía Josafat en Yerushalaim, pero volvió a visitar al pueblo desde Berseb a hasta la montaña de Efraím; y los convirtió a Adonai, el Di-s de sus padres. 5 Estableció jueces en el país, en todas las ciudades fortificadas de Judá, de c iudad en ciudad; 6 y dijo a los jueces: "Mirad lo que hacéis; porque no juzgáis en nombre de lo s hombres, sino en nombre de Adonai, que está con vosotros cuando administráis justi cia. 7 ¡Que esté sobre vosotros el temor de Adonai! Atended bien a lo que hacéis, por que en Adonai nuestro Di-s no hay iniquidad ni acepción de personas ni soborno." 8 También en Yerushalaim estableció Josafat levitas, sacerdotes y cabezas de f amilia de Israel, para la administración de la justicia de Adonai y para los litig ios. Estos habitaban en Yerushalaim. 9 Les dio esta orden: "Obraréis en todo en el temor de Adonai, con fidelidad y con corazón perfecto. 10 En todo pleito que venga a vosotros de parte de vuestros hermanos que ha bitan en sus ciudades, sean causas de sangre o cuestiones de la Ley, de los mand amientos, decretos y sentencias, habéis de esclarecerlos, a fin de que no se hagan culpables para con Adonai y se encienda su ira contra vosotros y contra vuestro s hermanos. Obrando así, no os haréis culpables. 11 "Amarías, como sacerdote, será vuestro jefe en todos las asuntos de Adonai; y Zebadías, hijo de Ismael, jefe de la casa de Judá, en todos los asuntos del rey. L os levitas os servirán de escribas. ¡Esforzaos, y manos a la obra! Y Adonai sea con

el bueno." 2 Crónicas 20 1 Después de esto, los moabitas y ammonitas, y con ellos algunos maonitas, m archaron contra Josafat para atacarle. 2 Vinieron mensajeros que avisaron a Josafat diciendo: "Viene contra ti un a gran muchedumbre de gentes de allende el mar, de Edom, que están ya en Jasasón Tam ar, o sea, Engadí." 3 Tuvo miedo y se dispuso a buscar a Adonai promulgando un ayuno para todo Judá. 4 Congregóse Judá para implorar a Adonai, y también de todas las ciudades de Judá vino gente a suplicar a Adonai. 5 Entonces Josafat, puesto en pie en medio de la asamblea de Judá y de Yerus halaim, en la Casa de Adonai, delante del atrio nuevo, 6 dijo: "Adonai, Di-s de nuestros padres, ¿no eres tú Di-s en el cielo, y no d ominas tú en todos los reinos de las naciones? ¿No está en tu mano el poder y la fort aleza, sin que nadie pueda resistirte? 7 ¿No has sido tú, oh Di-s nuestro, el que expulsaste a los habitantes de esta tierra delante de tu pueblo Israel, y la diste a la posteridad de tu amigo Abra ham para siempre? 8 Ellos la han habitado, y han edificado un santuario a tu Nombre, diciend o: 9 "Si viene sobre nosotros algún mal, espada, castigo, peste o hambre, nos p resentaremos delante de esta Casa, y delante de ti, porque tu Nombre reside en e sta Casa; clamaremos a tí en nuestra angustia, y tú oirás y nos salvarás." 10 "Pero ahora, mira que los ammonitas y moabitas y los del monte Seír, a don de no dejaste entrar a Israel cuando salía de la tierra de Egipto, por lo cual Isr ael se apartó de ellos sin destruirlos, 11 ahora nos pagan viniendo a echarnos de la heredad que tú nos has legado. 12 Oh Di-s nuestro, ¿no harás tú justicia con ellos? Pues nosotros no tenemos fue rza contra esta gran multitud que viene contra nosotros y no sabemos qué hacer. Pe ro nuestros ojos se vuelven hacia ti." 13 Todo Judá estaba en pie ante Adonai con sus niños, sus mujeres y sus hijos. 14 Vino el espíritu de Adonai sobre Yajaziel, hijo de Zacarías, hijo de Benaías, hijo de Yeiel, hijo de Mattanías, levita, de los hijos de Asaf, que estaba en medi o de la asamblea, 15 y dijo: "¡Atended vosotros, Judá entero y habitantes de Yerushalaim, y tú, oh rey Josafat! Así os dice Adonai: No temáis ni os asustéis ante esa gran muchedumbre; p orque esta guerra no es vuestra, sino de Di-s. 16 Bajad contra ellos mañana; mirad, ellos van a subir por la cuesta de Sis. Los encontraréis en el valle de Sof, junto al desierto de Yeruel. 17 No tendréis que pelear en esta ocasión. Apostaos y quedaos quietos, y veréis l a salvación de Adonai que vendrá sobre vosotros, oh Judá y Yerushalaim. ¡No temáis ni os a sustéis! Salid mañana al encuentro de ellos, pues Adonai estará con vosotros." 18 Josafat se inclinó rostro en tierra; y todo Judá y los habitantes de Yerusha laim se postraron ante Adonai para adorar a Adonai. 19 Y los levitas, de los hijos de los quehatitas y de la estirpe de los cor eítas, se levantaron para alabar con gran clamor a Adonai, el Di-s de Israel. 20 Al día siguiente se levantaron temprano y salieron al desierto de Técoa. Mie ntras iban saliendo, Josafat, puesto en pie, dijo: "¡Oídme, Judá y habitantes de Yerus halaim! Tened confianza en Adonai vuestro Di-s y estaréis seguros; tened confianza en sus profetas y triunfaréis." 21 Después, habiendo deliberado con el pueblo, señaló cantores que, vestidos de o rnamentos sagrados y marchando al frente de los guerreros, cantasen en honor de Adonai: "¡Alabad a Adonai porque es eterno su amor!" 22 Y en el momento en que comenzaron las aclamaciones y las alabanzas, Adon ai puso emboscadas contra los ammonitas y moabitas y los del monte Seír, que habían venido contra Judá, y fueron derrotados. 23 Porque se levantaron los ammonitas y moabitas contra los moradores del m onte Seír, para entregarlos al anatema y aniquilarlos, y cuando hubieron acabado c

on los moradores de Seír se aplicaron a destruirse mutuamente. 24 Judá había venido a la atalaya del desierto y se volvieron hacia la multitud , pero no había más que cadáveres tendidos por tierra; pues ninguno pudo escapar. 25 Josafat y su pueblo fueron a saquear los despojos y hallaron mucho ganad o, riquezas y vestidos y objetos preciosos, y recogieron tanto que no lo podían ll evar. Emplearon tres días en saquear el botín, porque era abundante. 26 Al cuarto día se reunieron en el valle de Beraká, y allí bendijeron a Adonai; por eso se llama aquel lugar valle de Beraká hasta el día de hoy. 27 Después todos los hombres de Judá y de Yerushalaim, con Josafat al frente, r egresaron con júbilo a Yerushalaim, porque Adonai les había colmado de gozo a costa de sus enemigos. 28 Entraron en Yerushalaim, en la Casa de Adonai, con salterios, cítaras y tr ompetas. 29 El terror de Di-s cayó sobre todos los reinos de los países cuando supieron que Adonai había peleado contra los enemigos de Israel. 30 El reinado de Josafat fue tranquilo, y su Di-s le dio paz por todos lado s. 31 Josafat reinó sobre Judá. Tenía 35 años cuando comenzó a reinar, y reinó veinticinco años en Yerushalaim. Su madre se llamaba Azubá, hija de Siljí. 32 Siguió en todo el camino de su padre Asá, sin desviarse de él, haciendo lo que era recto a los ojos de Adonai. 33 Con todo no desaparecieron los altos, pues el pueblo aún no había fijado su corazón en el Di-s de sus padres. 34 El resto de los hechos de Josafat, los primeros y los postreros, están esc ritos en la historia de Jehú, hijo de Jananí, que se halla inserta en el libro de lo s reyes de Israel. 35 Después de esto, Josafat, rey de Judá, se alió con Ocozías, rey de Israel, que l e impulsó a hacer el mal. 36 Se asoció con él para construir naves que fueran a Tarsis; y fabricaron las naves en Esyón Guéber. 37 Entonces Eliezer, hijo de Dodaías, de Maresá, profetizó contra Josafat diciend o: "Por haberte aliado con Ocozías, Adonai ha abierto brecha en tus obras." En efe cto, las naves se destrozaron y no pudieron ir a Tarsis. 2 Crónicas 21 1 Se acostó Josafat con sus padres y fue sepultado con ellos en la ciudad de David. En su lugar reinó su hijo Joram. 2 Joram tenía seis hermanos, hijos de Josafat, que eran Azarías, Yejiel, Zacaría s, Azaryau, Miguel y Sefatías. Todos estos eran hijos de Josafat, rey de Israel. 3 Su padre les había hecho grandes donaciones de plata, oro y objetos precio sos, y ciudades fuertes en Judá; pero entregó el reino a Joram, porque era el primo génito. 4 Joram tomó posesión del trono de su padre; y cuando se afianzó en él pasó a cuchil lo a todos sus hermanos y también a algunos de los jefes de Israel. 5 32 años tenía Joram cuando empezó a reinar, y reinó ocho años en Yerushalaim. 6 Anduvo por el camino de los reyes de Israel, como había hecho la casa de A jab, porque se había casado con una mujer de la familia de Ajab, e hizo el mal a l os ojos de Adonai. 7 Pero Adonai no quiso destruir la casa de David, a causa de la alianza qu e había hecho con David, porque le había prometido que le daría siempre una lámpara a él y a sus hijos. 8 En sus días se rebeló Edom de bajo la mano de Judá y se proclamaron un rey. 9 Pasó Joram con sus jefes, y con todos sus carros. Se levantó por la noche y batió a los de Edom que le tenían cercado, a él y a los jefes de los carros. 10 Así se rebeló Edom de bajo la mano de Judá hasta el día de hoy. Por ese mismo ti empo se rebeló Libná de bajo su mano, porque había abandonado a Adonai, el Di-s de sus padres. 11 Construyó asimismo altos en los montes de Judá, incitó a la prostitución a los h abitantes de Yerushalaim y empujó a ella a Judá. 12 Le llegó un escrito del profeta Elías, que decía: "Así dice Adonai, el Di-s de t

u padre David: Porque no has seguido los caminos de tu padre Josafat, ni los cam inos de Asá, rey de Judá, 13 sino que has andado por los caminos de los reyes de Israel, y has prosti tuido a Judá y a los habitantes de Yerushalaim siguiendo las prostituciones de la casa de Ajab, y también porque has dado muerte a tus hermanos de la casa de tu pad re que eran mejores que tú; 14 he aquí que Adonai castigará con terrible azote a tu pueblo, tus hijos, tus mujeres y toda tu hacienda; 15 tú mismo padecerás grandes enfermedades y una dolencia de entrañas tal, que día tras día se te saldrán fuera a causa de la enfermedad." 16 Excitó Adonai contra Joram el espíritu de los filisteos y de los árabes, vecin os de los etíopes, 17 que subieron contra Judá y lo invadieron llevándose todas las riquezas que h allaron en la casa del rey, y también a sus hijos y a sus mujeres, no dejándole otro hijo que Ocozías, el menor. 18 Después de todo esto le hirió Adonai con una enfermedad incurable de vientre . 19 Y al cabo de cierto tiempo, al fin del año segundo, se le salieron las ent rañas a causa de su enfermedad, y murió en medio de terribles dolores. El pueblo no le encendió fuego, como lo había encendido por su padre. 20 Tenía 32 años cuando empezó a reinar, y reinó en Yerushalaim ocho años. Se fue sin que nadie le llorara; y le sepultaron en la ciudad de David, pero no en los sep ulcros de los reyes. 2 Crónicas 22 1 Los habitantes de Yerushalaim proclamaron rey en su lugar a su hijo meno r Ocozías, porque una banda de árabes que había invadido el campamento había dado muerte a todos los mayores, de suerte que llegó a ser rey Ocozías, hijo de Joram, rey de J udá. 2 Tenía Ocozías cuarenta y dos años cuando empezó a reinar, y reinó un año en Yerushal aim. Su madre se llamaba Atalía, hija de Omrí. 3 También él siguió los caminos de la casa de Ajab, pues su madre le instigaba a hacer el mal. 4 Hizo el mal a los ojos de Adonai, como los de la casa de Ajab, porque de spués de la muerte de su padre fueron ellos sus consejeros para su perdición. 5 También por consejo de ellos fue con Joram, hijo de Ajab, rey de Israel, p ara combatir a Jazael, rey de Aram, en Ramot de Galaad; los arameos hirieron a J oram, 6 que se retiró a Yizreel, para curarse de las heridas que había recibido en R amá, en la batalla contra Jazael, rey de Aram. Ocozías, hijo de Joram, rey de Judá, ba jó a Yizreel para visitar a Joram, hijo de Ajab, que se hallaba enfermo; 7 esta visita a Joram vino de Di-s para ruina de Ocozías; pues llegado allí, s alió con Joram contra Jehú, hijo de Nimsí, a quien Adonai había ungido para exterminar l a casa de Ajab. 8 Mientras Jehú hacía justicia de la casa de Ajab, se encontró con los jefes de Judá y con los hijos de los hermanos de Ocozías que se hallaban al servicio de Ocozías , y los mató. 9 Buscó luego a Ocozías, al que prendieron en Samaría, donde se había escondido. L o llevaron donde Jehú, que lo mató, pero le dieron sepultura, pues decían: "Es hijo de Josafat, el que buscó a Adonai con todo su corazón." No quedó de la casa de Ocozías nad ie que fuese capaz de reinar. 10 Cuando Atalía, madre de Ocozías, vio que había muerto su hijo, se levantó y exte rminó a toda la estirpe real de la casa de Judá. 11 Pero Yehosebá, hija del rey, tomó a Joás, hijo de Ocozías, lo sacó de entre los hi jos del rey a quienes estaban matando y lo puso a él y a su nodriza en el dormitor io. Yehosebá, hija del rey Joram, mujer del sacerdote Yehoyadá y hermana de Ocozías, l o ocultó de la vista de Atalía, que no pudo matarle. 12 Seis años estuvo escondido con ellos en la Casa de Di-s, mientras Atalía rei naba en el país.

2 Crónicas 23 1 El año séptimo, Yehoyadá cobró ánimo y envió a buscar a los jefes de cien, a Azarías, hijo de Yerojam; a Ismael, hijo de Yehojanán; a Azarías, hijo de Obed; a Maaseías, hij o de Adaías, y a Elisafat, hijo de Zikrí; concertando un pacto con ellos, 2 recorrieron Judá y reunieron a los levitas de todas las ciudades de Judá, y a los cabezas de familia de Israel, que vinieron a Yerushalaim. 3 Toda la asamblea hizo alianza con el rey en la Casa de Di-s; Yehoyadá les dijo: "Aquí tenéis al hijo del rey que ha de reinar, como dijo Adonai de los hijos d e David. 4 Esto es lo que tenéis que hacer: Un tercio de vosotros, así sacerdotes como levitas, los que entráis el sábado, se quedarán de porteros en las entradas; 5 otro tercio, en la casa del rey; y otro tercio, en la casa del Fundament o; mientras que todo el pueblo estará en los atrios de la Casa de Adonai. 6 Nadie podrá entrar en la Casa de Adonai fuera de los sacerdotes y los levi tas que estén de servicio; éstos podrán entrar por estar consagrados, pero todo el pue blo tiene que guardar el precepto de Adonai. 7 Los levitas se pondrán en torno al rey, cada uno con sus armas en la mano, y cualquiera que penetre en la Casa, morirá. Sólo ellos acompañarán al rey cuando entre y cuando salga." 8 Los levitas y todo Judá hicieron cuanto les había mandado el sacerdote Yehoy adá. Tomó cada uno a sus hombres, tanto los que entraban el sábado como los que salían e l sábado; pues el sacerdote Yehoyadá no exceptuó a ninguna de las secciones. 9 El sacerdote Yehoyadá entregó a los jefes de cien las lanzas y los escudos, grandes y pequeños, del rey David, que se hallaban en la Casa de Di-s, 10 y apostó a todo el pueblo, cada uno con sus armas en la mano, desde el ala oriental de la Casa hasta el ala occidental, entre el altar y la Casa, para que rodeasen al rey. 11 Hicieron salir entonces al hijo del rey y le pusieron la diadema y el Te stimonio. Le proclamaron rey; Yehoyadá y sus hijos le ungieron y gritaron: "¡Viva el rey!". 12 Al oír Atalía los gritos del pueblo que corría y aclamaba al rey, vino a la Ca sa de Adonai, donde estaba el pueblo, 13 miró, y vio al rey en pie junto a la columna, a la entrada, y a los jefes y las trompetas junto al rey, a todo el pueblo de la tierra, lleno de alegría, que tocaba las trompetas, y a los cantores que, con instrumentos de música, dirigían lo s cánticos de alabanza. Entonces Atalía rasgó sus vestidos y gritó: "¡Traición, traición!" 14 Pero el sacerdote Yehoyadá dio orden a los jefes de cien, que estaban al f rente de las tropas, y les dijo: "Hacedla salir de las filas, y el que la siga q ue sea pasado a espada." Porque había dicho el sacerdote: "No la matéis en la Casa d e Adonai." 15 Así pues, ellos echaron mano de ella, y cuando llegó a la casa del rey por e l camino de la Entrada de los Caballos, allí la mataron. 16 Entonces Yehoyadá pactó alianza con todo el pueblo y el rey de que el pueblo sería pueblo de Adonai. 17 Fue después todo el pueblo a la casa de Baal y la derribaron; rompieron su s altares y sus imágenes, y mataron a Matán, sacerdote de Baal, ante los altares. 18 Yehoyadá puso centinelas en la Casa de Adonai, a los órdenes de los sacerdot es y levitas que David había distribuido en la Casa de Adonai, conforme a lo escri to en la Ley de Moisés, para ofrecer los holocaustos con alegría y cánticos, según las d isposiciones de David. 19 Puso porteros junto a las puertas de la Casa de Adonai para que no entra se ninguno que por cualquier causa fuese inmundo. 20 Después tomó a los jefes de cien, a los notables, a los dirigentes del puebl o y al pueblo entero de la tierra; y haciendo descender al rey de la Casa de Ado nai, entraron por la puerta superior en la casa del rey y le sentaron en el tron o del reino. 21 Todo el pueblo de la tierra estaba contento, y la ciudad quedó tranquila; en cuanto a Atalía, la habían matado a espada. 2 Crónicas 24

1 Siete años tenía Joás cuando empezó a reinar, y reinó cuarenta años en Yerushalaim. Su madre se llamaba Sibía de Berseba. 2 Joás hizo lo recto a los ojos de Adonai durante toda la vida del sacerdote Yehoyadá. 3 Este le casó con dos mujeres, y engendró hijos e hijas. 4 Después de esto resolvió Joás restaurar la Casa de Adonai. 5 Reunió a los sacerdotes y a los levitas y les dijo: "Recorred las ciudades de Judá y juntad cada año plata en todo Israel para reparar la Casa de vuestro Di-s ; y daos prisa en ello." Pero los levitas no se dieron prisa. 6 Llamó entonces el rey a Yehoyadá, sumo sacerdote, y le dijo: "¿Por qué no has te nido cuidado de que los levitas trajesen de Judá y de Yerushalaim la contribución qu e Moisés, siervo de Adonai, y la asamblea de Israel prescribieron para la Tienda d el Testimonio?" 7 Pues la impía Atalía y sus hijos habían arruinado la Casa de Di-s, llegando in cluso a emplear para los Baales todas las cosas consagradas a la Casa de Adonai. 8 Mandó, pues, el rey que se hiciera un cofre, que fue colocado junto a la p uerta de la Casa de Adonai, por la parte exterior; 9 y echaron bando en Judá y en Yerushalaim de que trajesen a Adonai la contr ibución que Moisés, siervo de Di-s, había impuesto a Israel en el desierto. 10 Todos los jefes y todo el pueblo se alegraron; y traían la contribución y la echaban en el cofre hasta que se llenaba. 11 Cuando llevaban el cofre a los inspectores del rey, por medio de los lev itas, si veían que había mucho dinero, venía el secretario del rey y el inspector del sumo sacerdote para vaciar el cofre; luego, lo tomaban y lo volvían a su lugar. Así lo hacían cada vez, y recogían dinero en abundancia. 12 El rey y Yehoyadá se lo daban a los encargados de las obras del servicio d e la Casa de Adonai, y éstos tomaban a sueldo canteros y carpinteros para restaura r la Casa de Adonai, y también a los que trabajaban en hierro y bronce, para repa rar la Casa de Adonai. 13 Trabajaron, pues, los encargados de la obra, y con sus trabajos adelanta ron las reparaciones del edificio; restituyeron la Casa de Di-s a su primer esta do y la consolidaron. 14 Acabado el trabajo, entregaron al rey y a Yehoyadá el resto del dinero, co n el cual hicieron objetos para la Casa de Adonai, utensilios para el ministerio y para los holocaustos, vasos y objetos de oro y plata. Durante toda la vida de Yehoyadá se ofrecieron siempre holocaustos en la Casa de Adonai. 15 Envejeció Yehoyadá, y murió colmado de días. Tenía 130 años cuando murió. 16 Le sepultaron en la Ciudad de David, con los reyes, porque había hecho el bien en Israel, con Di-s y con su Casa. 17 Después de la muerte de Yehoyadá vinieron los jefes de Judá a postrarse delant e del rey, y entonces el rey les prestó oído. 18 Abandonaron la Casa de Adonai, el Di-s de sus padres, y sirvieron a los cipos y a los ídolos; la cólera estalló contra Judá y Yerushalaim a causa de esta culpa suya. 19 Adonai les envió profetas que dieron testimonio contra ellos para que se c onvirtiesen a él, pero no les prestaron oído. 20 Entonces el espíritu de Di-s revistió a Zacarías, hijo del sacerdote Yehoyadá qu e, presentándose delante del pueblo, les dijo: "Así dice Di-s: ¿Por qué traspasáis los man damientos de Adonai? No tendréis éxito; pues por haber abandonado a Adonai, él os aban donará a vosotros." 21 Mas ellos conspiraron contra él, y por mandato del rey le apedrearon en el atrio de la Casa de Adonai. 22 Pues el rey Joás no se acordó del amor que le había tenido Yehoyadá, padre de Za carías, sino que mató a su hijo, que exclamó al morir: "¡Véalo Adonai y exija cuentas!" 23 A la vuelta de un año subió contra Joás el ejército de los arameos, que invadier on Judá y Yerushalaim, mataron de entre la población a todos los jefes del pueblo, y enviaron todo el botín al rey de Damasco, 24 pues aunque el ejército de los arameos había venido con poca gente, Adonai e ntregó en sus manos a un ejército muy grande; porque habían abandonado a Adonai, el Di -s de sus padres. De este modo los arameos hicieron justicia con Joás.

25 Y cuando se alejaron de él, dejándole gravemente enfermo, se conjuraron cont ra él sus servidores, por la sangre del hijo del sacerdote Yehoyadá, le mataron en s u lecho y murió. Le sepultaron en la Ciudad de David, pero no le sepultaron en los sepulcros de los reyes. 26 Los que conspiraron contra él fueron Zabad, hijo de Simat la ammonita, y Y ehozabad, hijo de Simrit la moabita. 27 Lo tocante a sus hijos, la gran cantidad de impuestos que percibió y la re stauración de la Casa de Di-s, se halla escrito en el midrás del libro de los reyes. En su lugar reinó su hijo Amasías.

2 Crónicas 25 1 Veinticinco años tenía Amasías cuando comenzó a reinar, y reinó veintinueve años en Yerushalaim. Su madre se llamaba Yehoaddán, de Yerushalaim. 2 Hizo lo recto a los ojos de Adonai, aunque no de todo corazón. 3 Cuando se afianzó en su reinado, dio muerte a los servidores que habían mata do al rey su padre. 4 Pero no hizo morir a los hijos de ellos, conforme a lo escrito en la Ley , en el libro de Moisés, donde Adonai tenía prescrito: "No han de morir los padres p or los hijos ni los hijos han de morir por los padres, sino que cada uno morirá po r su propio pecado." 5 Amasías congregó a Judá y estableció por todo Judá y Benjamín, según las casas patern s, jefes de millar y jefes de cien; hizo el censo de ellos, desde los veinte años para arriba, y halló 300.000 hombres escogidos, aptos para la guerra y el manejo de lanza y pavés. 6 Tomó también a sueldo en Israel, por cien talentos de plata, a 100.000 hombr es valientes. 7 Pero vino donde él un hombre de Di-s que le dijo: "Oh rey, que no salga co ntigo el ejército de Israel, porque Adonai no está con Israel, ni con ninguno de los efraimitas. 8 Si vienen contigo, tú te portarás esforzadamente en la batalla, pero Di-s te hará caer ante el enemigo, porque Di-s tiene poder para ayudar y para derribar." 9 Respondió Amasías al hombre de Di-s: "¿Y qué hacer con los cien talentos que he dado a la tropa de Israel?" Contestó el hombre de Di-s: "Tiene Adonai poder para d arte mucho más que eso." 10 Y Amasías apartó los destacamentos que le habían venido de Efraím, para que se v olviesen a sus lugares. Ellos se irritaron mucho contra Judá y se volvieron a sus casas ardiendo en cólera. 11 Amasías cobró ánimo y, tomando el mando de su pueblo, marchó al valle de la Sal, y dio muerte a 10.000 hombres de los seiríes. 12 Los hijos de Judá apresaron vivos a otros 10.000 y, llevándolos a la cumbre de la peña, los precipitaron desde allí, quedando todos ellos reventados. 13 Entretanto, la tropa que Amasías había hecho volver, para que no fuesen con él a la guerra, se desparramaron por las ciudades de Judá, desde Samaría hasta Bet Jorón , pero fueron derrotados 3.000 de ellos y se recogió mucho botín. 14 Después de regresar Amasías de su victoria sobre los edomitas, introdujo los dioses de los seiríes; eligió los dioses de ellos, postróse ante ellos y les quemó inci enso. 15 Se encendió la ira de Adonai contra Amasías y le envió un profeta, que le dijo : "¿Por qué has buscado a los dioses de ese pueblo, que no han podido librar de tu m ano a su propia gente?" 16 Mientras él le hablaba, Amasías le interrumpió: "¿Acaso te hemos hecho consejero del rey? ¡Cállate! ¿Por qué te han de matar?" El profeta concluyó diciendo: "Yo sé que Di-s ha determinado destruirte, porque hiciste eso y no quieres escuchar mi consejo. " 17 Amasías, rey de Judá, después de haber deliberado, envió mensajeros a Joás, hijo d e Joacaz, hijo de Jehú, rey de Israel, para decirle: "¡Sube y nos veremos las caras! " 18 Pero Joás, rey de Israel, mandó decir a Amasías, rey de Judá: "El cardo del Líbano mandó a decir al cedro del Líbano: Dame tu hija para mujer de mi hijo. Pero las bes tias salvajes del Líbano pasaron y pisotearon el cardo.

19 Tú te dices: "He derrotado a Edom." Por eso te lleva tu corazón a jactarte. Sé glorioso, pero quédate ahora en tu casa. ¿Por qué exponerte a una calamidad y a caer tú y Judá contigo?" 20 Pero Amasías no le escuchó, pues era disposición de Di-s entregarlos en manos de sus enemigos, por haber buscado a los dioses de Edom. 21 Subió Joás, rey de Israel, y se enfrentaron, él y Amasías, rey de Judá, en Bet Sem es de Judá. 22 Judá fue derrotado por Israel y huyeron cada uno a su tienda. 23 Joás, rey de Israel, capturó a Amasías, rey de Judá, hijo de Joás, hijo de Ocozías, en Bet Semes y le llevó a Yerushalaim; y abrió una brecha de cuatrocientos codos en la muralla de Yerushalaim desde la puerta de Efraím hasta la puerta del Angulo. 24 Tomó todo el oro y la plata y todos los objetos que se hallaban al cuidado de Obededom en la Casa de Di-s, y los tesoros de la casa del rey, así como también rehenes, y se volvió a Samaría. 25 Amasías, hijo de Joás, rey de Judá, sirvió quince años después de la muerte de Joás, ijo de Joacaz, rey de Israel. 26 El resto de los hechos de Amasías, los primeros y los postreros, ¿no están esc ritos en el libro de los reyes de Judá y de Israel? 27 Después que Amasías se apartó de Adonai, se conjuraron contra él en Yerushalaim, por lo que huyó a Lakís; pero enviaron gente en su persecución hasta Lakís y allí lo mata ron. 28 Trajéronle a caballo y le sepultaron con sus padres en la Ciudad de David.

2 Crónicas 26 1 Todo el pueblo de Judá tomó a Ozías, que tenía dieciséis años, y le proclamaron rey en lugar de su padre Amasías. 2 Reconstruyó Elat y la devolvió a Judá, después que el rey se hubo acostado con s us padres. 3 Dieciséis años tenía Ozías cuando empezó a reinar, y reinó 52 años en Yerushalaim. Su madre se llamaba Yekoliá, de Yerushalaim. 4 Hizo lo recto a los ojos de Adonai, enteramente como lo había hecho su pad re Amasías. 5 Buscó a Di-s durante la vida de Zacarías, que le instruyó en el temor de Di-s; y mientras buscó a Adonai, Di-s le dio prosperidad. 6 Salió a campaña contra los filisteos y abrió brecha en el muro de Gat, en el m uro de Yabné y en el muro de Asdod; restauró las ciudades en la región de Asdod y entr e los filisteos. 7 Di-s le ayudó contra los filisteos, contra los árabes que habitaban en Gur Báa l y contra los meunitas. 8 Los ammonitas pagaron tributo a Ozías, y su fama llegó hasta la frontera de Egipto, porque se había hecho sumamente poderoso. 9 Ozías construyó torres en Yerushalaim sobre la puerta del Angulo, sobre la p uerta del Valle y en el Angulo, y las fortificó. 10 Construyó también torres en el desierto y excavó muchas cisternas, pues poseía n umerosos ganados en la Tierra Baja y en la llanura, así como labradores y viñadores en las montañas y en los campos fértiles, porque le gustaba la agricultura. 11 Ozías tenía un ejército que hacía la guerra; salía a campaña por grupos, conforme al número de su censo hecho bajo la vigilancia de Yeiel el escriba, y Maaseías el nota rio, a las órdenes de Jananías, uno de los jefes del rey. 12 El número total de los jefes de familia era de 2.600 hombres esforzados. 13 A sus órdenes había un ejército de campaña de 307.500 hombres, que hacían la guerr a con gran valor, para ayudar al rey contra el enemigo. 14 Ozías proporcionó a todo aquel ejército en cada una de sus campañas escudos y la nzas, yelmos y corazas, arcos y hondas, para tirar piedras. 15 Hizo construir en Yerushalaim ingenios inventados por expertos, para col ocarlos sobre las torres y los ángulos y para arrojar saetas y grandes piedras. Su fama se extendió lejos, porque fue prodigioso el modo como supo buscarse colabora dores hasta hacerse fuerte. 16 Mas, una vez fortalecido en su poder, se ensoberbeció hasta acarrearse la ruina, y se rebeló contra Adonai su Di-s, entrando en el Templo de Adonai para que

mar incienso sobre el altar del incienso. 17 Fue tras él Azarías, el sacerdote, y con él ochenta sacerdotes de Adonai, homb res valientes, 18 que se opusieron al rey Ozías y le dijeron: "No te corresponde a ti, Ozías, quemar incienso a Adonai, sino a los sacerdotes, los hijos de Aarón, que han sido consagrados para quemar el incienso. ¡Sal del santuario porque estás prevaricando, y tú no tienes derecho a la gloria que viene de Adonai Di-s!" 19 Entonces Ozías, que tenía en la mano un incensario para ofrecer incienso, se llenó de ira, y mientras se irritaba contra los sacerdotes, brotó la lepra en su fr ente, a vista de los sacerdotes, en la Casa de Adonai, junto al altar del incien so. 20 El sumo sacerdote Azarías y todos los sacerdotes volvieron hacía él sus ojos, y vieron que tenía lepra en la frente. Por lo cual lo echaron de allí a toda prisa; y él mismo se apresuró a salir, porque Adonai le había herido. 21 El rey Ozías, quedó leproso hasta el día de su muerte, y habitó en una casa aisl ada, como leproso, porque había sido excluido de la Casa de Adonai; su hijo Jotam estaba al frente de la casa del rey y administraba justicia al pueblo de la tier ra. 22 El resto de los hechos de Ozías, los primeros y los postreros, los escribió el profeta Isaías, hijo de Amós. 23 Acostóse Ozías con sus padres y lo sepultaron con sus padres en el campo de los sepulcros de los reyes, porque decían: "Es un leproso." En su lugar reinó su hi jo Jotam. 2 Crónicas 27 1 Tenía Jotam veinticinco años cuando comenzó a reinar, y reinó dieciséis años en Yeru shalaim. Su madre se llamaba Yerusá, hija de Sadoq. 2 Hizo lo recto a los ojos de Adonai, enteramente como lo hizo su padre Ozía s, salvo que no penetró en el Templo de Adonai. El pueblo, sin embargo, seguía corro mpiéndose. 3 Construyó la Puerta Superior de la Casa de Adonai, e hizo muchas obras en los muros de Ofel. 4 Edificó también ciudades en la montaña de Judá, y edificó castillos y torres en la s tierras de labor. 5 Hizo guerra contra el rey de los ammonitas, a los que venció. Los ammonita s le dieron aquel año cien talentos de plata, 10.000 cargas de trigo y 10.000 de c ebada. Los ammonitas le trajeron lo mismo el año segundo y el tercero. 6 Jotam llegó a ser poderoso, porque se afirmó en los caminos de Adonai su Dis. 7 El resto de los hechos de Jotam, todas sus guerras y sus obras, están escr itos en el libro de los reyes de Israel y de Judá. 8 Tenía veinticinco años cuando comenzó a reinar, y reinó dieciséis años en Yerushalai m. 9 Acostóse Jotam con sus padres, y le sepultaron en la Ciudad de David. En s u lugar reinó su hijo Ajaz. 2 Crónicas 28 1 Tenía Ajaz veinte años cuando empezó a reinar, y reinó dieciséis años en Yerushalaim . No hizo lo recto a los ojos de Adonai, como David su padre. 2 Siguió los caminos de los reyes de Israel, llegando a fundir estatuas para los Baales. 3 Quemó incienso en el valle de Ben Hinnom e hizo pasar a sus hijos por el f uego, según los ritos abominables de las gentes que Adonai había arrojado de delante de los israelitas. 4 Ofrecía sacrificios y quemaba incienso en los altos, sobre los collados y bajo todo árbol frondoso. 5 Adonai su Di-s le entregó en manos del rey de los arameos, que le derrotar on, haciéndole gran número de prisioneros, que fueron llevados a Damasco. Fue entreg ado también en manos del rey de Israel, que le causó una gran derrota. 6 Pecaj, hijo de Remalías, mató en Judá en un solo día a 120.000, todos ellos homb

res valientes; porque habían abandonado a Adonai, el Di-s de sus padres. 7 Zikrí, uno de los valientes de Efraím, mató a Maasías, hijo del rey, a Azricam, mayordomo de palacio, y a Elcaná, segundo después del rey. 8 Los israelitas se llevaron de entre sus hermanos 200.000 prisioneros: mu jeres, hijos e hijas. Se apoderaron también de un enorme botín, que se llevaron a Sa maría. 9 Había allí un profeta de Adonai, llamado Oded, que salió al encuentro del ejérci to que volvía a Samaría, y les dijo: "He aquí que Adonai, el Di-s de vuestros padres, irritado contra Judá, los ha entregado en vuestras manos, mas vosotros los habéis ma tado con un furor que ha subido hasta el cielo. 10 Y ahora pensáis en someter a los hijos de Judá y de Yerushalaim como siervo s y siervas vuestros. ¿Es que vosotros mismos no sois culpables contra Adonai vues tro Di-s? 11 Oídme, pues, y dejad volver a vuestros hermanos que habéis tomado prisionero s, porque el furor de la ira de Adonai viene sobre vosotros." 12 Entonces algunos hombres de los jefes de Efraím: Azarías, hijo de Yehojanán; B erekías, hijo de Mesillemot; Ezequías, hijo de Sallum, y Amasá, hijo de Jadlay, se lev antaron contra los que venían de la guerra, 13 y les dijeron: "No metáis aquí a estos prisioneros. ¿Por qué, además de la culpa c ontra Adonai que ya tenemos contra nosotros, habláis de aumentar todavía nuestros pe cados y nuestro delito?; pues grande es nuestro delito y el furor de la ira amen aza a Israel." 14 Entonces la tropa dejó a los prisioneros y el botín delante de los jefes y d e toda la asamblea. 15 Levantáronse entonces los hombres nominalmente designados, reanimaron a lo s prisioneros y vistieron con el botín a todos los que estaban desnudos, dándoles ve stido y calzado. Les dieron de comer y de beber y los ungieron; y transportaron en asnos a todos los débiles, los llevaron a Jericó, ciudad de las palmeras, junto a sus hermanos. Luego se volvieron a Samaría. 16 En aquel tiempo el rey Ajaz envió mensajeros a los reyes de Asiria para qu e le socorriesen. 17 Porque los de Edom habían venido otra vez y habían derrotado a Judá, llevándose algunos prisioneros. 18 También los filisteos invadieron las ciudades de la Tierra Baja y del Négueb de Judá, y tomaron Bet Semes, Ayyalón, Guederot, Sokó con sus aldeas, Timná con sus ald eas y Guimzó con sus aldeas, y se establecieron allí. 19 Porque Adonai humillaba a Judá a causa de Ajaz, rey de Israel, que permitía el desenfreno de Judá, y se había rebelado contra Adonai. 20 Vino contra él Teglatfalasar, rey de Asiria; y le puso sitio, pero no le d ominó. 21 Porque Ajaz despojó la Casa de Adonai y la casa del rey y de los jefes, pa ra dárselo al rey de Asiria, pero de nada le sirvió. 22 Aun en el tiempo del asedio, el rey Ajaz persistió en su rebeldía contra Ado nai. 23 Ofrecía sacrificios a los dioses de Damasco que le habían derrotado, pues se decía: "Los dioses de los reyes de Aram les ayudan a ellos; les ofreceré sacrificio s, y me ayudarán a mí." Ellos fueron la causa de su ruina y de la de todo Israel. 24 Ajaz juntó algunos de los utensilios de la Casa de Di-s e hizo añicos otros; cerró las puertas de la Casa de Adonai y fabricó altares en todas las esquinas de Y erushalaim. 25 Erigió altos en cada una de las ciudades de Judá, para quemar incienso a otr os dioses, provocando así la ira de Adonai, el Di-s de sus padres. 26 El resto de sus hechos y todas sus obras, las primeras y las postreras, está escrito en el libro de los reyes de Judá e Israel. 27 Se acostó Ajaz con sus padres y lo sepultaron dentro de la Ciudad, en Yeru shalaim: pues no le colocaron en los sepulcros de los reyes de Israel. En su lug ar reinó su hijo Ezequías. 2 Crónicas 29 1 Ezequías tenía veinticinco años cuando comenzó a reinar y reinó veintinueve años en

Yerushalaim. Su madre se llamaba Abía, hija de Zacarías. 2 Hizo lo recto a los ojos de Adonai, enteramente como David su padre. 3 En el año primero de su reinado, el primer mes, abrió las puertas de la Casa de Adonai y las reparó. 4 Hizo venir a los sacerdotes y levitas, los reunió en la plaza oriental, 5 y les dijo: "¡Escuchadme, levitas! Santificaos ahora y santificad la Casa de Adonai, el Di-s de vuestros padres; y sacad fuera del santuario la inmundicia . 6 Porque nuestros padres han sido infieles haciendo lo malo a los ojos de Adonai, nuestro Di-s; le han abandonado, y apartando sus rostros de la Morada de Adonai, le han vuelto la espalda. 7 Hasta llegaron a cerrar las puertas del Vestíbulo, apagaron las lámparas, y no quemaron incienso ni ofrecieron holocaustos en el santuario al Di-s de Israe l. 8 Por eso la ira de Adonai ha venido sobre Judá y Yerushalaim, y él los ha con vertido en objeto de espanto, terror y rechifla, como lo estáis viendo con vuestro s ojos. 9 Por esto han caído a espada nuestros padres; y nuestros hijos, hijas y muj eres se hallan en cautividad. 10 Pero ahora he decidido en mi corazón hacer alianza con Adonai, el Di-s de Israel, para que aparte de nosotros el furor de su ira. 11 Hijos míos, no seáis ahora negligentes; porque Adonai os ha elegido a vosotr os para que estéis en su presencia y le sirváis para ser sus ministros y para quemar le incienso." 12 Levantáronse entonces los levitas Májat, hijo de Amasay, y Joel, hijo de Aza rías, de los hijos de Quehat; Quis, hijo de Abdí, y Azarías, hijo de Yallelel, de los hijos de Merarí; Yoaj, hijo de Zimmá, y Eden, hijo de Yoaj, de los hijos de los guer sonitas; 13 Simrí y Yeiel, de los hijos de Elisafán; Zacarías y Mattanías, de los hijos de A saf; 14 Yejiel y Simí, de los hijos de Hemán; Semaías y Uzziel, de los hijos de Yedutún. 15 Estos reunieron a sus hermanos, se santificaron y vinieron a purificar l a Casa de Adonai, conforme al mandato del rey, según las palabras de Adonai. 16 Los sacerdotes entraron en el interior de la Casa de Adonai para purific arla, y sacaron al atrio de la Casa de Adonai todas las impurezas que encontraro n en el santuario de Adonai. Los levitas, por su parte, las amontonaron para lle varlas fuera, al torrente de Cedrón. 17 Comenzaron la consagración el día primero del primer mes, y el día octavo del mes llegaron al Vestíbulo de Adonai; pasaron ocho días consagrando la Casa de Adonai y el día dieciséis del mes primero habían acabado. 18 Fueron luego a las habitaciones del rey Ezequías y le dijeron: "Hemos puri ficado toda la Casa de Adonai, el altar del holocausto con todos sus utensilios, y la mesa de las filas de pan con todos sus utensilios. 19 Hemos preparado y santificado todos los objetos que profanó el rey Ajaz du rante su reinado con su infidelidad, y están ante el altar de Adonai." 20 Entonces se levantó el rey Ezequías de mañana, reunió a los jefes de la ciudad y subió a la Casa de Adonai 21 Trajeron siete novillos, siete carneros, siete corderos y siete machos c abríos para el sacrificio por el pecado en favor del reino, del santuario y de Judá; y mandó a los sacerdotes, hijos de Aarón, que ofreciesen holocaustos sobre el altar de Adonai. 22 Inmolaron los novillos, y los sacerdotes recogieron la sangre y rociaron el altar; luego inmolaron los carneros y rociaron con su sangre el altar; degol laron igualmente los corderos y rociaron con la sangre el altar. 23 Acercaron después los machos cabríos por el pecado, ante el rey y la asamble a, y éstos pusieron las manos sobre ellos; 24 los sacerdotes los inmolaron y ofrecieron la sangre en sacrificio por el pecado junto al altar como expiación por todo Israel; porque el rey había ordenado que el holocausto y el sacrificio por el pecado fuese por todo Israel. 25 Luego estableció en la Casa de Adonai a los levitas con címbalos, salterios

y cítaras, según las disposiciones de David, de Gad, vidente del rey, y de Natán, pro feta; pues de mano de Adonai había venido ese mandamiento, por medio de sus profe tas. 26 Cuando ocuparon su sitio los levitas con los instrumentos de David, y lo s sacerdotes con las trompetas, 27 mandó Ezequías ofrecer el holocausto sobre el altar. Y al comenzar el holoca usto, comenzaron también los cantos de Adonai, al son de las trompetas y con el ac ompañamiento de los instrumentos de David, rey de Israel. 28 Toda la asamblea estaba postrada, se cantaban cánticos y las trompetas son aban. Todo ello duró hasta que fue consumido el holocausto. 29 Consumido el holocausto, el rey y todos los presentes doblaron las rodil las y se postraron. 30 Después, el rey Ezequías y los jefes mandaron a los levitas que alabasen a A donai con las palabras de David y del vidente Asaf; y ellos cantaron alabanzas h asta la exaltación, e inclinándose, adoraron. 31 Después tomó Ezequías la palabra y dijo: "Ahora estáis enteramente consagrados a Adonai; acercaos y ofreced víctimas y sacrificios de alabanza en la Casa de Adona i." Y la asamblea trajo sacrificios en acción de gracias, y los de corazón generoso, también holocaustos. 32 El número de los holocaustos ofrecidos por la asamblea fue de setenta buey es; cien carneros y doscientos corderos; todos ellos en holocausto a Adonai. 33 Se consagraron también seiscientos bueyes y 3.000 ovejas. 34 Pero como los sacerdotes eran pocos y no bastaban para desollar todos es tos holocaustos, les ayudaron sus hermanos los levitas, hasta que terminaron la labor, y los sacerdotes se santificaron, pues los levitas estaban más dispuestos que los sacerdotes para santificarse. 35 Hubo, además, muchos holocaustos de grasa de los sacrificios de comunión y l ibaciones para el holocausto. Así quedó restablecido el culto de la Casa de Adonai. 36 Ezequías y el pueblo entero se regocijaron de que Di-s hubiera dispuesto a l pueblo; pues todo se hizo rápidamente. 2 Crónicas 30 1 Ezequías envió mensajeros a todo Israel y Judá, y escribió también cartas a Efraím y Manasés, para que viniesen a la Casa de Adonai, en Yerushalaim, a fin de celebrar la Pascua en honor de Adonai, el Di-s de Israel. 2 Pues el rey y sus jefes y toda la asamblea de Yerushalaim habían determina do celebrar la Pascua en el mes segundo, 3 ya que no fue posible celebrarla a su debido tiempo, porque los sacerdot es no se habían santificado en número suficiente y el pueblo no se había reunido en Ye rushalaim. 4 Pareció bien esto a los ojos del rey y de toda la asamblea. 5 Y decidieron enviar aviso a todo Israel, desde Berseba hasta Dan, para q ue vinieran a Yerushalaim a celebrar la Pascua en que eran muchos los que no la habían celebrado según lo escrito. 6 Los correos, con las cartas del rey y de sus jefes, recorrieron todo Isr ael y Judá, como el rey lo había mandado y decían: "Hijos de Israel, volveos a Adonai, el Di-s de Abraham, de Isaac y de Israel, y él se volverá al resto que ha quedado d e vosotros, los que han escapado de la mano de los reyes de Asiria. 7 No seáis como vuestros padres y vuestros hermanos, que fueron infieles a A donai, el Di-s de sus padres; por lo cual él los entregó a la desolación, como estáis vi endo. 8 Ahora, no endurezcáis vuestra cerviz como vuestros padres; dad la mano a A donai, venid a su santuario, que él ha santificado para siempre; servid a Adonai, vuestro Di-s, y se apartará de vosotros el furor de su ira. 9 Porque si os volvéis a Adonai, vuestros hermanos y vuestros hijos hallarán m isericordia ante aquellos que los llevaron cautivos, y volverán a esta tierra, pue s Adonai vuestro Di-s es clemente y misericordioso, y no apartará de vosotros su r ostro, si vosotros os convertís a él." 10 Los correos pasaron de ciudad en ciudad por el país de Efraím y de Manasés, ll egaron hasta Zabulón; pero se reían y se burlaban de ellos.

11 Sin embargo, hubo hombres de Aser, de Manasés y de Zabulón que se humillaron y vinieron a Yerushalaim. 12 También en Judá se dejó sentir la mano de Di-s, que les dio corazón unánime para c umplir el mandamiento del rey y de los jefes, según la palabra de Adonai. 13 Se reunió en Yerushalaim mucha gente para celebrar la fiesta de los Ázimos e n el mes segundo; era una asamblea muy grande. 14 Y se levantaron y quitaron los altares que había en Yerushalaim; quitaron también todos los altares de incienso y los arrojaron al torrente Cedrón. 15 Inmolaron la Pascua el día catorce del mes segundo. También los sacerdotes y los levitas, llenos de confusión, se santificaron y trajeron holocaustos a la Cas a de Adonai. 16 Ocuparon sus puestos según su reglamento, conforme a la Ley de Moisés, hombr e de Di-s; y los sacerdotes rociaban con la sangre que recibían de mano de los lev itas. 17 Y como muchos de la asamblea no se habían santificado, los levitas fueron encargados de inmolar los corderos pascuales para todos los que no se hallaban p uros, a fin de santificarlos para Adonai. 18 Pues una gran parte del pueblo, muchos de Efraím, de Manasés, de Isacar y de Zabulón, no se habían purificado, y con todo comieron la Pascua sin observar lo esc rito. Pero Ezequías oró por ellos diciendo: "¡Que Adonai, que es bueno, perdone a todo s aquellos 19 cuyo corazón está dispuesto a buscar al Di-s Adonai, el Di-s de sus padres, aunque no tengan la pureza requerida para las cosas sagradas!" 20 Y oyó Adonai a Ezequías y dejó salvo al pueblo. 21 Los israelitas que estaban en Yerushalaim celebraron la fiesta de los Ázim os por siete días con gran alegría; mientras los levitas y los sacerdotes alababan a Adonai todos los días con todas sus fuerzas. 22 Ezequías habló al corazón de todos los levitas que tenían perfecto conocimiento de Adonai. Comieron durante los siete días las víctimas de la solemnidad, sacrifican do sacrificios de comunión y alabando a Adonai, el Di-s de sus padres. 23 Toda la asamblea resolvió celebrar la solemnidad por otros siete días, y la celebraron con júbilo siete días más. 24 Porque Ezequías, rey de Judá, había reservado para toda la asamblea mil novill os y 7.000 ovejas. Los jefes, por su parte, habían reservado para la asamblea mil novillos y 10.000 ovejas, pues ya se habían santificado muchos sacerdotes. 25 Toda la asamblea de Judá, los sacerdotes y los levitas y también toda la asa mblea que había venido de Israel y los forasteros venidos de la tierra de Israel, lo mismo que los que habitaban en Judá, se llenaron de alegría. 26 Hubo gran gozo en Yerushalaim; porque desde los días de Salomón, hijo de Dav id, rey de Israel, no se había hecho cosa semejante en Yerushalaim. 27 Después se levantaron los sacerdotes y los levitas, y bendijeron al pueblo ; y fue oída su voz, y su oración penetró en el cielo, su santa morada. 2 Crónicas 31 1 Terminado todo esto, salieron todos los israelitas que se hallaban prese ntes a recorrer las ciudades de Judá; y rompieron las estelas, abatieron los cipos y derribaron los altos y los altares en todo Judá y Benjamín, y también en Efraím y Man asés, hasta acabar con ellos. Después volvieron todos los hijos de Israel, cada cual a su propiedad, a sus ciudades. 2 Ezequías restableció las clases de los sacerdotes y de los levitas, cada uno en su sección, según su servicio, ya fuera sacerdote, ya levita, ya se tratara de h olocaustos y sacrificios de comunión, ya de servicio litúrgico, acción de gracias o hi mnos, en las puertas del campamento de Adonai. 3 Destinó el rey una parte de su hacienda para los holocaustos, holocaustos de la mañana y de la tarde y holocaustos de los sábados, de los novilunios y de las solemnidades, según lo escrito en la Ley de Adonai. 4 Mandó al pueblo que habitaba en Yerushalaim que entregase la parte de los sacerdotes y levitas a fin de que pudiesen perseverar en la Ley de Adonai. 5 Cuando se divulgó esta disposición, los israelitas trajeron en abundancia la s primicias del trigo, del vino, del aceite y de la miel y de todos los producto

s del campo; presentaron igualmente el diezmo de todo en abundancia. 6 Los hijos de Israel y de Judá que habitaban en las ciudades de Judá trajeron también el diezmo del ganado mayor y menor y el diezmo de las cosas sagradas cons agradas a Adonai, su Di-s, y lo distribuyeron por montones. 7 En el mes tercero comenzaron a apilar los montones y terminaron el mes sép timo. 8 Vinieron Ezequías y los jefes a ver los montones y bendijeron a Adonai y a su pueblo Israel. 9 Cuando Ezequías preguntó a los sacerdotes y a los levitas acerca de los mont ones, 10 respondió el sumo sacerdote Azarías, de la casa de Sadoq, y dijo: "Desde que se comenzaron a traer las ofrendas reservadas a la Casa de Adonai, hemos comido y nos hemos saciado, y aún sobra muchísimo, porque Adonai ha bendecido a su pueblo; y esta gran cantidad es lo que sobra." 11 Entonces mandó Ezequías que se preparasen salas en la Casa de Adonai. Las pr epararon, 12 y metieron allí en lugar seguro las ofrendas reservadas, los diezmos y las cosas consagradas. El levita Konanías fue nombrado intendente, y Simí, hermano suyo , era el segundo. 13 Yejiel, Azazías, Najat, Asahel, Yerimot, Yozabad, Eliel, Jismakías, Májat y Be naías eran inspectores, a las órdenes de Konanías y de Simí, su hermano, bajo la vigilan cia del rey Ezequías y de Azarías, príncipe de la Casa de Di-s. 14 El levita Qoré, hijo de Yimná, portero de la puerta oriental, estaba encarga do de las ofrendas voluntarias hechas a Di-s, y de repartir la ofrenda reservada a Adonai y las cosas sacratísimas. 15 En las ciudades sacerdotales estaban permanentemente bajo sus órdenes Eden , Minyamín, Yesúa, Semaías, Amarías y Sekanías, para repartir a sus hermanos, así grandes co mo chicos, según sus clases, 16 dejando aparte a los hombres de treinta años para arriba, inscritos en las genealogías, a todos los que entraban en la Casa de Adonai, según la tarea de cada día, para cumplir los servicios de su ministerio, conforme a sus clases. 17 Los sacerdotes estaban inscritos en las genealogías, conforme a sus casas paternas, igual que los levitas, desde los veinte años en adelante, según sus obliga ciones y sus clases. 18 Estaban también inscritos en las genealogías todos sus niños, sus mujeres, sus hijos y sus hijas, de toda la asamblea, porque se santificaban fielmente por me dio de las cosas sagradas. 19 Para los sacerdotes, hijos de Aarón, que vivían en el campo, en los ejidos d e sus ciudades, había en cada ciudad hombres designados nominalmente, para dar las porciones a todos los varones de los sacerdotes, y a todos los levitas inscrito s en las genealogías. 20 Esto hizo Ezequías en todo Judá haciendo lo bueno y recto y verdadero ante A donai su Di-s. 21 Todas las obras que emprendió en servicio de la Casa de Di-s, la Ley y los mandamientos, las hizo buscando a su Di-s con todo su corazón y tuvo éxito. 2 Crónicas 32 1 Después de todas estas pruebas de fidelidad, vino Senaquerib, rey de Asiri a, invadió Judá, puso sitio a las ciudades fortificadas y mandó forzar las murallas. 2 Cuando vio Ezequías que Senaquerib venía con intención de atacar a Yerushalaim , 3 tomó consejo con sus jefes y sus valientes en orden a cegar las fuentes de agua que había fuera de la ciudad; y ellos le apoyaron. 4 Juntóse mucha gente, y cegaron todas las fuentes y el arroyo que corría por medio de la región, diciendo: "Cuando vengan los reyes de Asiria, ¿por qué han de hall ar tanta agua?" 5 Y cobrando ánimo, reparó toda la muralla que estaba derribada, alzando torre s sobre la misma, levantó otro muralla exterior, fortificó el Milló en la Ciudad de Da vid, y fabricó una gran cantidad de armas arrojadizas y escudos. 6 Puso jefes de combate sobre el pueblo, los reunió a su lado en la plaza de

la puerta de la ciudad, y hablándoles al corazón, dijo: 7 "Sed fuertes y tened ánimo; no temáis, ni desmayéis ante el rey de Asiria, ni ante toda la muchedumbre que viene con él, porque es más el que está con nosotros que el que está con él. 8 Con él está un brazo de carne, pero con nosotros está Adonai nuestro Di-s para ayudarnos y para combatir nuestros combates." Y el pueblo quedó confortado con l as palabras de Ezequías, rey de Judá. 9 Después de esto, Senaquerib, rey de Asiria, que estaba sitiando Lakís, con t odas sus fuerzas, envió sus siervos a Yerushalaim, a Ezequías, rey de Judá, y a todos los de Judá que estaban en Yerushalaim para decirles: 10 "Así dice Senaquerib, rey de Asiria: ¿En qué ponéis vuestra confianza, para que permanezcáis cercados en Yerushalaim? 11 ¿No os engaña Ezequías para entregaros a la muerte por hambre y sed, cuando di ce: "Adonai nuestro Di-s nos librará de la mano del rey de Asiria"? 12 ¿No es este el mismo Ezequías que ha quitado sus altos y sus altares y ha di cho a Judá y Yerushalaim: "Ante un solo altar os postraréis y sobre él habréis de quemar incienso"? 13 ¿Acaso no sabéis lo que yo y mis padres hemos hecho con todos los pueblos de los países? ¿Por ventura los dioses de las naciones de estos países han sido capaces de librar sus territorios de mi mano? 14 ¿Quién de entre todos los dioses de aquellas naciones que mis padres dieron al anatema pudo librar a su pueblo de mi mano? ¿Es que vuestro Di-s podrá libraros d e mi mano? 15 Ahora, pues, que no os engañe Ezequías ni os embauque de esa manera. No le c reáis; ningún dios de ninguna nación ni de ningún reino ha podido salvar a su pueblo de mi mano, ni de la mano de mis padres, ¡cuánto menos podrá vuestro Di-s libraros a vos otros de mi mano!" 16 Sus siervos dijeron todavía más cosas contra Adonai Di-s y contra Ezequías su siervo. 17 Escribió además cartas para insultar a Adonai, Di-s de Israel, hablando cont ra él de este modo: "Así como los dioses de las naciones de otros países no han salvad o a sus pueblos de mi mano, así tampoco el Di-s de Ezequías salvará a su pueblo de mi mano." 18 Los enviados gritaban en voz alta, en lengua judía, al pueblo de Yerushala im, que estaba sobre el muro, para atemorizarlos y asustarlos, y poder conquista r la ciudad, 19 y hablando del Di-s de Yerushalaim como de los dioses de los pueblos de la tierra, que son obra de manos de hombre. 20 En esta situación, el rey Ezequías y el profeta Isaías, hijo de Amós, oraron y c lamaron al cielo. 21 Y Adonai envió un ángel que exterminó a todos los guerreros esforzados de su e jército, a los príncipes y a los jefes que había en el campamento del rey de Asiria; e l cual volvió a su tierra cubierta la cara de vergüenza, y al entrar en la casa de s u dios, allí mismo, los hijos de sus propias entrañas le hicieron caer a espada. 22 Así salvó Adonai a Ezequías y a los habitantes de Yerushalaim de la mano de Se naquerib, rey de Asiria, y de la mano de todos sus enemigos, y les dio paz por t odos lados. 23 Muchos trajeron entonces ofrendas a Adonai, a Yerushalaim, y presentes a Ezequías, rey de Judá; el cual de allí en adelante adquirió gran prestigio a los ojos d e todas las naciones. 24 En aquellos días Ezequías cayó enfermo de muerte; pero hizo oración a Adonai, qu e le escuchó y le otorgó una señal maravillosa. 25 Pero Ezequías no correspondió al bien que había recibido, pues se ensoberbeció s u corazón, por lo cual la Cólera vino sobre él, sobre Judá y Yerushalaim. 26 Mas después de haberse ensoberbecido en su corazón, se humilló Ezequías, él y los habitantes de Yerushalaim; y por eso no estalló contra ellos la ira de Adonai en l os días de Ezequías. 27 Ezequías tuvo riquezas y gloria en gran abundancia. Adquirió tesoros de plat a, oro, piedras preciosas, bálsamos, joyas y de toda suerte de objetos de valor. 28 Tuvo también almacenes para las rentas de trigo, de mosto y de aceite; pes

ebres para toda clase de ganado y apriscos para los rebaños. 29 Se hizo con asnos y poseía ganado menor y mayor en abundancia, pues Di-s l e había dado muchísima hacienda. 30 Este mismo Ezequías cegó la salida superior de las aguas del Guijón y las cond ujo, bajo tierra, a la parte occidental de la Ciudad de David. Ezequías triunfó en t odas sus empresas; 31 cuando los príncipes de Babilonia enviaron embajadores para investigar la señal maravillosa ocurrida en el país, Di-s le abandonó para probarle y descubrir todo lo que tenía en su corazón. 32 El resto de los hechos de Ezequías y sus obras piadosas están escritos en la s visiones del profeta Isaías, hijo de Amós, y en el libro de los reyes de Judá y de I srael. 33 Se acostó Ezequías con sus padres, y le sepultaron en la subida de los sepul cros de los hijos de David; y todo Judá y los habitantes de Yerushalaim le rindier on honores a su muerte. En su lugar reinó su hijo Manasés. 2 Crónicas 33 1 Manasés tenía doce años cuando comenzó a reinar, y reinó 55 años en Yerushalaim. 2 Hizo el mal a los ojos de Adonai según las abominaciones de las gentes que Adonai había expulsado delante de los israelitas. 3 Volvió a edificar los altos que su padre Ezequías había derribado, alzó altares a los Baales, hizo cipos, se postró ante todo el ejército de los cielos y les sirvió. 4 Construyó también altares en la Casa de Adonai, de la que Adonai había dicho: "En Yerushalaim estará mi Nombre para siempre." 5 Edificó altares a todo el ejército de los cielos en los dos patios de la Cas a de Adonai, 6 e hizo pasar a sus hijos por el fuego en el valle de Ben Hinnom; practicó los presagios, los augurios y la hechicería, e hizo traer nigromantes y adivinos, haciendo mucho mal a los ojos de Adonai y provocando su cólera. 7 Colocó la imagen del ídolo, que había fabricado, en la Casa de Di-s, de la cua l había dicho Di-s a David y a Salomón, su hijo: "En esta Casa y en Yerushalaim, que he elegido de entre todas las tribus de Israel, pondré mi Nombre para siempre. 8 Y no apartaré más el pie de Israel de sobre la tierra que di a vuestros padr es, con tal que procuren hacer según todo lo que les he mandado, según toda la Ley, los decretos y las normas ordenados por Moisés." 9 Manasés desvió a Judá y a los habitantes de Yerushalaim para que hicieran mayo res males que las gentes que Adonai había exterminado delante de los israelitas. 10 Habló Adonai a Manasés y a su pueblo, pero no hicieron caso. 11 Entonces Adonai hizo venir sobre ellos a los jefes del ejército del rey de Asiria, que apresaron a Manasés con ganchos, le ataron con cadenas de bronce y le llevaron a Babilonia. 12 Cuando se vio en angustia, quiso aplacar a Adonai su Di-s, humillándose pr ofundamente en presencia del Di-s de sus padres. 13 Oró a él y Di-s accedió, oyó su oración y le concedió el retorno a Yerushalaim, a su reino. Entonces supo Manasés que Adonai es el Di-s. 14 Después de esto edificó la muralla exterior de la Ciudad de David al occiden te de Guijón, en el torrente, hasta la entrada de la Puerta de los Peces, cercando el Ofel, y la elevó a gran altura. Puso también jefes del ejército en todas las plaza s fuertes de Judá. 15 Quitó de la Casa de Adonai los dioses extraños, el ídolo y todos los altares q ue había erigido en el monte de la Casa de Adonai y en Yerushalaim, y los echó fuer a de la ciudad. 16 Reedificó el altar de Adonai y ofreció sobre él sacrificios de comunión y de ala banza, y mandó a Judá que sirviese a Adonai, el Di-s de Israel. 17 Sin embargo, el pueblo ofrecía aún sacrificios en los altos, aunque sólo a Ado nai su Di-s. 18 El resto de los hechos de Manasés, su oración a Di-s, y las palabras de los videntes que le hablaron en nombre de Adonai, Di-s de Israel, se encuentran escr itos en los Hechos de los reyes de Israel. 19 Su oración y cómo fue oído, todo su pecado, su infidelidad, los sitios donde e

dificó altos y donde puso cipos e ídolos antes de humillarse: todo está escrito en los Hechos de Jozay. 20 Se acostó Manasés con sus padres, y le sepultaron en su casa. En su lugar re inó su hijo Amón. 21 Amón tenía veintidós años cuando empezó a reinar, y reinó dos años en Yerushalaim. 22 Hizo el mal a los ojos de Adonai, como había hecho su padre Manasés. Amón ofre ció sacrificios y sirvió a todos los ídolos que había fabricado su padre Manasés. 23 Pero no se humilló delante de Adonai, como se había humillado su padre Manasés ; al contrario, Amón cometió aún más pecados. 24 Se conjuraron contra él sus siervos, y le dieron muerte en su casa. 25 Pero el pueblo de la tierra mató a todos los conjurados contra el rey Amón, y proclamó rey en su lugar a su hijo Josías. 2 Crónicas 34 1 Josías tenía ocho años cuando comenzó a reinar, y reinó 31 años en Yerushalaim. 2 Hizo lo recto a los ojos de Adonai, siguiendo los caminos de su padre Da vid; sin apartarse a derecha ni a izquierda. 3 El año octavo de su reinado, siendo todavía joven, comenzó a buscar al Di-s de su padre David; y en el año doce empezó a purificar a Judá y Yerushalaim de los altos , de los cipos, de las estatuas y de los ídolos fundidos. 4 Derribaron en su presencia los altares de los Baales, hizo arrancar los altares de aromas que había sobre ellos, y rompió los cipos, las imágenes y los ídolos f undidos reduciéndolos a polvo, que esparció sobre las sepulturas de los que les había n ofrecido sacrificios. 5 Quemó los huesos de los sacerdotes sobre los altares y purificó a Judá y Yerus halaim. 6 En las ciudades de Manasés, de Efraím y de Simeón, y hasta en Neftalí y en los t erritorios asolados que las rodeaban, 7 derribó los altares, demolió los cipos y las estatuas y las redujo a polvo, y abatió los altares de aromas en toda la tierra de Israel. Después regresó a Yerushal aim. 8 El año dieciocho de su reinado, mandó a Safán, hijo de Asalías, a Maasías, comanda nte de la ciudad, y a Yoaj, hijo de Yoajaz, heraldo, que reparasen la Casa de Ad onai su Di-s para purificar la tierra y la Casa. 9 Fueron ellos donde el sumo sacerdote Jilquías y le entregaron el dinero tr aído a la Casa de Di-s, que los levitas y porteros habían recibido de Manasés y de Efr aím y de todo el resto de Israel, de todo Judá y Benjamín y de los habitantes de Yerus halaim. 10 Lo pusieron en manos de los que hacían el trabajo, los encargados de la Ca sa de Adonai, y éstos se lo dieron a los obreros para reparar y restaurar la Casa. 11 Lo dieron a los carpinteros y obreros de la construcción para comprar pied ras de cantería y madera y vigas de trabazón para el maderamen de los edificios dest ruidos por los reyes de Judá. 12 Estos hombres ejecutaban los trabajos honradamente. Estaban bajo la vigi lancia de Yájat y Abdías, levitas de los hijos de Merarí, y de Zacarías y Mesul-lam, de los hijos de Quehat, que les dirigían, y de otros levitas; todos ellos maestros en tañer instrumentos músicos. 13 Dirigían también a los peones de carga y a todos los que trabajaban en la ob ra, en los distintos servicios. Entre los levitas había además, escribas, notarios y porteros. 14 Cuando estaban sacando el dinero traído a la Casa de Adonai, el sacerdote Jilquías encontró el libro de la Ley de Adonai dada por Moisés; 15 y Jilquías tomó la palabra y dijo al secretario Safán: "He encontrado el libro de la Ley en la Casa de Adonai"; y Jilquías entregó el libro a Safán. 16 Safán llevó el libro al rey, y le rindió cuentas diciendo: "Tus siervos están ha ciendo todo lo que les ha sido encargado. 17 Han fundido el dinero traído a la Casa de Adonai y lo han entregado a los encargados y a los que trabajan en la obra." 18 El secretario Safán anunció al rey: "El sacerdote Jilquías me ha entregado un libro." Y Safán leyó una parte en presencia del rey.

19 Cuando el rey oyó las palabras de la Ley, rasgó sus vestidos, 20 y ordenó a Jilquías, a Ajicam, hijo de Safán, a Abdón, hijo de Miká, a Safán, secret ario, y a Asaías, servidor del rey: 21 "¡Id!; consultad a Adonai por mí y por el resto de Israel y de Judá, acerca de las palabras del libro que ha sido encontrado, porque grande es la cólera de Adon ai que se derrama sobre nosotros; pues nuestros padres no han guardado la palabr a de Adonai haciendo conforme a todo lo escrito en este libro." 22 Jilquías y los enviados del rey fueron donde la profetisa Juldá, mujer de Sa llum, hijo de Toqhat, hijo de Jasrá, encargado del vestuario; vivía ella en Yerushal aim, en la ciudad nueva; y ellos le hablaron conforme a lo indicado; 23 ella les respondió: "Así habla Adonai, el Di-s de Israel: Decid al hombre qu e os ha enviado a mí: 24 Así habla Adonai: Voy a traer el mal sobre este lugar y sobre sus habitant es; todas las maldiciones escritas en el libro que se ha leído delante del rey de Judá; 25 porque ellos me han abandonado y han quemado incienso a otros dioses, ir ritándome con todas las obras de sus manos; mi cólera se ha derramado sobre este lug ar y no se apagará. 26 Y al rey de Judá que os ha enviado para consultar a Adonai, le diréis: Así dic e Adonai, Di-s de Israel, acerca de las palabras que has oído... 27 Porque tu corazón se ha conmovido y te has humillado delante de Di-s al oír sus palabras contra este lugar y sus habitantes, y porque te has humillado ante mí, has rasgado tus vestidos y has llorado ante mí, por eso yo, a mi vez, he oído, orácu lo de Adonai. 28 Voy a reunirte con tus padres y serás recibido en paz en tu sepulcro; y no verán tus ojos ninguno de los males que voy a traer sobre este lugar y sus morad ores." Ellos llevaron la respuesta al rey. 29 Entonces el rey hizo reunir a todos los ancianos de Judá y de Yerushalaim. 30 Subió el rey a la Casa de Adonai con todos los hombres de Judá y los habitan tes de Yerushalaim, los sacerdotes y los levitas, y todo el pueblo desde el mayo r hasta el menor, y leyó a sus oídos todas las palabras del libro de la alianza que había sido encontrado en la Casa de Adonai. 31 Y puesto en pie junto a la columna, hizo el rey alianza en presencia de Adonai, para andar tras de Adonai y guardar sus mandamientos, sus testimonios y sus preceptos, con todo su corazón y con toda su alma, cumpliendo las palabras de la alianza escritas en aquel libro. 32 Hizo que la aceptaran cuantos se hallaban en Yerushalaim y en Benjamín. Y los habitantes de Yerushalaim hicieron conforme a la alianza de Di-s, el Di-s de sus padres. 33 Josías hizo desaparecer todas las abominaciones de todas las regiones de l os israelitas, y obligó a todos los que se hallaban en Israel a servir a Adonai s u Di-s. Y mientras él vivió no se apartaron de Adonai, el Di-s de sus padres. 2 Crónicas 35 1 Josías celebró una Pascua en honor de Adonai en Yerushalaim; inmolaron la Pa scua el día catorce del primer mes. 2 Restableció a los sacerdotes en sus ministerios y los animó al servicio de l a Casa de Adonai. 3 Dijo a los levitas que tenían inteligencia para todo Israel y estaban cons agrados a Adonai: "Colocad el arca santa en la Casa que edificó Salomón, hijo de Dav id, rey de Israel, porque ya no habréis de llevarla a hombros; servid ahora a Adon ai vuestro Di-s y a Israel, su pueblo. 4 Estad preparados según vuestras casas paternas y vuestras clases, conforme a lo escrito por David, rey de Israel, y lo escrito por su hijo Salomón. 5 Ocupad vuestros sitios en el santuario según los grupos de casas paternas a disposición de vuestros hermanos, los hijos del pueblo; los levitas tendrán parte en la familia paterna. 6 E inmolad la Pascua, santificaos y preparadla para vuestros hermanos, cu mpliendo la orden de Adonai, dada por medio de Moisés. 7 Josías reservó para la gente del pueblo ganado menor, así corderos como cabrit

os, en número de 30.000, todos ellos como víctimas pascuales para cuantos se hallaba n presentes, y 3.000 bueyes. Todo ello de la hacienda del rey. 8 También sus jefes reservaron ofrendas voluntarias para el pueblo, los sace rdotes y los levitas. Jilquías, Zacarías y Yejiel, intendentes de la Casa de Di-s, d ieron a los sacerdotes, como víctimas pascuales, 2.600 ovejas y trescientos bueyes . 9 Konanías, Semaías y Natanael, su hermano, y Jasabías, Yeiel y Yozabad, jefes d e los levitas, reservaron para los levitas 5.000 corderos pascuales y quinientos bueyes. 10 Preparado así el servicio, ocuparon los sacerdotes sus puestos, lo mismo q ue los levitas, según sus clases, conforme al mandato del rey. 11 Se inmolaron las víctimas pascuales, y mientras los sacerdotes rociaban co n la sangre que recibían de mano de los levitas, los levitas las desollaban 12 y apartaban lo destinado al holocausto para darlo a las secciones de las casas paternas de los hijos del pueblo, a fin de que lo ofreciesen a Adonai con forme a lo escrito en el libro de Moisés. Lo mismo se hizo con los bueyes. 13 Asaron la Pascua al fuego, según el ritual; cocieron las cosas sagradas en ollas, calderos y cazuelas, y las repartieron con presteza entre todos los hijo s del pueblo. 14 Después prepararon la Pascua para sí y para los sacerdotes; porque los sacer dotes, hijos de Aarón, estuvieron ocupados hasta la noche en ofrecer los holocaust os y las grasas. Por eso los levitas la prepararon para sí y para los sacerdotes, hijos de Aarón. 15 También los cantores, hijos de Asaf, estaban en su puesto, conforme a lo d ispuesto por David, Asaf, Hemán y Yedutún, vidente del rey; lo mismo los porteros, c ada uno en su puerta. No tenían necesidad de retirarse de su servicio, porque sus hermanos, los levitas, se lo preparaban todo. 16 De esta manera se organizó aquel día todo el servicio de Adonai para celebra r la Pascua y ofrecer los holocaustos sobre el altar de Adonai, según la orden de l rey Josías. 17 Los israelitas que se hallaban allí celebraron en ese tiempo la Pascua y l a fiesta de los Ázimos durante siete días. 18 No se había celebrado Pascua como ésta en Israel desde los días de Samuel, pro feta; y ningún rey de Israel celebró una Pascua como la que celebraron Josías, los sac erdotes y los levitas, todo Judá e Israel, que allí se hallaban presentes, y los hab itantes de Yerushalaim. 19 Esta Pascua se celebró el año dieciocho del reinado de Josías. 20 Después de todo lo que hizo para reparar el Templo, subió Nekó, rey de Egipto, para combatir en Karkemis, junto al Eufrates; y Josías le salió al encuentro. 21 Nekó le envió mensajeros para decirle: "¿Qué tengo yo que ver contigo, rey de Ju dá? No he venido hoy contra ti, sino contra la casa con la cual estoy en guerra; y Di-s me ha mandado que me apresure. Deja de oponerte a Di-s, que está conmigo, no sea que él te destruya." 22 Pero Josías no se apartó de él, pues estaba decidido a darle batalla, sin escu char las palabras de Nekó, que venían de boca de Di-s. Y avanzó para librar batalla en la llanura de Meguiddó. 23 Los arqueros tiraron contra el rey Josías, y dijo el rey a sus siervos: "L levadme fuera, pues estoy gravemente herido." 24 Sus siervos le sacaron del carro, y pasándole a otro carro que tenía, le lle varon a Yerushalaim, donde murió. Fue sepultado en los sepulcros de sus padres y t odo Judá y Yerushalaim hicieron duelo por Josías. 25 Jeremías compuso una elegía sobre Josías, y todos los cantores y cantoras habl an todavía hoy de Josías en sus elegías; lo cual se ha hecho costumbre en Israel. Están escritas entre las Lamentaciones. 26 El resto de los hechos de Josías, sus obras piadosas conforme a lo escrito en la Ley de Adonai, 27 y sus obras primeras y postreras, están escritas en el libro de los reyes de Israel y de Judá. 2 Crónicas 36

1 El pueblo de la tierra tomó a Joacaz, hijo de Josías, y le proclamó rey en Yer ushalaim, en lugar de su padre. 2 Joacaz tenía veintitrés años cuando comenzó a reinar, y reinó tres meses en Yerush alaim. 3 El rey de Egipto le destituyó en Yerushalaim, e impuso al país una contribuc ión de cien talentos de plata y un talento de oro. 4 El rey de Egipto proclamó rey de Judá y Yerushalaim a Eliaquim, hermano de J oacaz, cambiándole el nombre por el de Yoyaquim. Y a Joacaz, su hermano, le tomó Nekó y lo llevó a Egipto. 5 Yoyaquim tenía veinticinco años cuando comenzó a reinar, y reinó once años en Yeru shalaim. Hizo el mal a los ojos de Adonai su Di-s. 6 Nabucodonosor, rey de Babilonia, subió contra él y le ató con cadenas de bronc e para conducirle a Babilonia. 7 Nabucodonosor llevó también a Babilonia algunos objetos de la Casa de Adonai que depositó en su santuario, en Babilonia. 8 El resto de los hechos de Yoyaquim, las abominaciones que cometió y todo l o que le sucedió, está escrito en el libro de los reyes de Israel y de Judá. En su lu gar reinó su hijo Joaquín. 9 Joaquín tenía ocho años cuando empezó a reinar, y reinó tres meses y diez días en Ye rushalaim; hizo el mal a los ojos de Adonai. 10 A la vuelta de un año mandó el rey Nabucodonosor que le llevasen a Babilonia , juntamente con los objetos más preciosos de la Casa de Adonai, y puso por rey en Judá y Yerushalaim a Sedecías, hermano de Joaquín. 11 Sedecías tenía veintiún años cuando comenzó a reinar, y reinó once años en Yerushalai . 12 Hizo el mal a los ojos de Adonai su Di-s, y no se humilló ante el profeta Jeremías que le hablaba por boca de Adonai. 13 También él se rebeló contra el rey Nabucodonosor, que le había hecho jurar por D i-s; endureció su cerviz y se obstinó en su corazón, en vez de volverse a Adonai, el D i-s de Israel. 14 Del mismo modo, todos los jefes de los sacerdotes y el pueblo multiplica ron sus infidelidades, según todas las costumbres abominables de las gentes, y man charon la Casa de Adonai, que él se había consagrado en Yerushalaim. 15 Adonai, el Di-s de sus padres, les envió desde el principio avisos por med io de sus mensajeros, porque tenía compasión de su pueblo y de su Morada. 16 Pero ellos se burlaron de los mensajeros de Di-s, despreciaron sus palab ras y se mofaron de sus profetas, hasta que subió la ira de Adonai contra su puebl o a tal punto que ya no hubo remedio. 17 Entonces hizo subir contra ellos al rey de los caldeos, que mató a espada a los mejores en la Casa de su santuario, sin perdonar a joven ni a doncella, a viejo ni a canoso; a todos los entregó Di-s en su mano. 18 Todos los objetos de la Casa de Di-s, grandes y pequeños, los tesoros de l a Casa de Adonai y los tesoros del rey y de sus jefes, todo se lo llevó a Babiloni a. 19 Incendiaron la Casa de Di-s y derribaron las murallas de Yerushalaim: pe garon fuego a todos sus palacios y destruyeron todos sus objetos preciosos. 20 Y a los que escaparon de la espada los llevó cautivos a Babilonia, donde f ueron esclavos de él y de sus hijos hasta el advenimiento del reino de los persas; 21 para que se cumpliese la palabra de Adonai, por boca de Jeremías: "Hasta q ue el país haya pagado sus sábados, descansará todos los días de la desolación, hasta que se cumplan los setenta años." 22 En el año primero de Ciro, rey de Persia, en cumplimiento de la palabra de Adonai, por boca de Jeremías, movió Adonai el espíritu de Ciro, rey de Persia, que ma ndó publicar de palabra y por escrito en todo su reino: 23 "Así habla Ciro, rey de Persia: Adonai, el Di-s de los cielos, me ha dado todos los reinos de la tierra. El me ha encargado que le edifique una Casa en Ye rushalaim, en Judá. Quien de entre vosotros pertenezca a su pueblo, ¡sea su Di-s con él y suba!"

ESDRAS Esdras 1 1 En el año primero de Ciro, rey de Persia, en cumplimiento de la palabra de Adonai, por boca de Jeremías, movió Adonai el espíritu de Ciro, rey de Persia, que m andó publicar de palabra y por escrito en todo su reino: 2 "Así habla Ciro, rey de Persia: Adonai, el Di-s de los cielos, me ha dado todos los reinos de la tierra. El me ha encargado que le edifique una Casa en Y erushalaim, en Judá. 3 Quien de entre vosotros pertenezca a su pueblo, sea su Di-s con él. Suba a Yerushalaim, en Judá, a edificar la Casa de Adonai, Di-s de Israel, el Di-s que e stá en Yerushalaim. 4 A todo el resto del pueblo, donde residan, que las gentes del lugar les ayuden proporcionándoles plata, oro, hacienda y ganado, así como ofrendas voluntaria s para la Casa de Di-s que está en Yerushalaim." 5 Entonces los cabezas de familia de Judá y Benjamín, los sacerdotes y los lev itas, todos aquellos cuyo ánimo había movido Di-s, se pusieron en marcha para subir a edificar la Casa de Adonai en Yerushalaim; 6 y todos sus vecinos les proporcionaron toda clase de ayuda: plata, oro, hacienda, ganado, objetos preciosos en cantidad, además de toda clase de ofrendas voluntarias. 7 El rey Ciro mandó tomar los utensilios de la Casa de Adonai que Nabucodono sor se había llevado de Yerushalaim y había depositado en el templo de su dios. 8 Ciro, rey de Persia, los puso en manos del tesorero Mitrídates, el cual lo s contó para entregárselos a Sesbassar, el príncipe de Judá. 9 Este es el inventario: fuentes de oro: 30; fuentes de plata: 1.000; repa radas: 29; 10 copas de oro: 30; copas de plata: 1.000; estropeadas: 410; otros utensil ios: 1.000. 11 Total de los utensilios de oro y plata: 5.400. Todo esto se lo llevó Sesba ssar cuando se permitió a los deportados volver de Babilonia a Yerushalaim. Esdras 1 uellas vieron 2 ilsán, 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23 24 25

2 Estas son las personas de la provincia que regresaron del cautiverio, aq que había deportado a Babilonia Nabucodonosor, rey de Babilonia, y que vol a Yerushalaim y Judá, cada uno a su ciudad. Vinieron con Zorobabel, Josué, Nehemías, Seraías, Reelaías, Najamaní, Mardoqueo, B Mispar, Bigvay, Rejum, Baaná. Lista de los hombres del pueblo de Israel: los hijos de Parós: 2.172; los hijos de Sefatías: 372; los hijos de Araj: 775; los hijos de Pajat Moab, por parte de los hijos de Josué y de Joab: 2.812; los hijos de Elam: 1.254; los hijos de Zattú: 945; los hijos de Zakkay: 760; los hijos de Baní: 642; los hijos de Bebay: 623; los hijos de Azgad: 1.222; los hijos de Adonicam: 666; los hijos de Bigvay: 2.056; los hijos de Adín: 454; los hijos de Ater, de Ezequías: 98; los hijos de Besay: 323; los hijos de Yorá: 112; los hijos de Jasum: 223; los hijos de Guibbar: 95; los hombres de Belén: 123; los hombres de Netofá: 56; los hombres de Anatot: 128; los hombres de Azmávet: 42; los hombres de Quiryat Yearim, Kefirá y Beerot: 743;

26 los hombres de Ramá y Gueba: 621; 27 los hombres de Mikmás: 122; 28 los hombres de Betel y de Ay: 223; 29 los hijos de Nebo: 52; 30 los hijos de Magbís: 156, 31 los hijos del otro Elam: 1.254; 32 los hijos de Jarim: 320; 33 los hombres de Lod, Jadid y Onó: 725; 34 los hombres de Jericó: 345; 35 los hombres de Senaá: 3.630. 36 Sacerdotes: los hijos de Yedaías, de la casa de Josué: 973; 37 los hijos de Immer: 1.052; 38 los hijos de Pasjur: 1.247; 39 los hijos de Jarim: 1.017. 40 Levitas: los hijos de Josué, y de Cadmiel, de los hijos de Hodavías: 74. 41 Cantores: los hijos de Asaf: 128. 42 Porteros: los hijos de Sallum, los hijos de Ater, los hijos de Talmón, los hijos de Aqcub, los hijos de Jatitá, los hijos de Sobay: en total 139. 43 Donados: los hijos de Sijá, los hijos de Jasufá, los hijos de Tabbaot, 44 los hijos de Querós, los hijos de Siahá, los hijos de Padón, 45 los hijos de Lebaná, los hijos de Jagabá, los hijos de Aqcub, 46 los hijos de Jagab, los hijos de Salmay, los hijos de Janán, 47 los hijos de Guiddel, los hijos de Gajar, los hijos de Reaías, 48 los hijos de Resín, los hijos de Necodá, los hijos de Gazzam, 49 los hijos de Uzzá, los hijos de Paséaj, los hijos de Besay, 50 los hijos de Asná, los hijos de los meunitas, los hijos de los nefusitas, 51 los hijos de Baqbuq, los hijos de Jacufá, los hijos de Jarjur, 52 los hijos de Baslut, los hijos de Mejidá, los hijos de Jarsá, 53 los hijos de Barcós, los hijos de Sisrá, los hijos de Témaj, 54 los hijos de Nesíaj, los hijos de Jatifá. 55 Hijos de los siervos de Salomón: los hijos de Sotay, los hijos de Has Sofére t, los hijos de Perudá, 56 los hijos de Yaalá, los hijos de Darcón, los hijos de Guiddel, 57 los hijos de Sefatías, los hijos de Jattil, los hijos de Pokéret Hassebáyim, l os hijos de Amí. 58 Total de los donados y de los hijos de los siervos de Salomón: 392. 59 Y estos son los que venían de Tel Mélaj, Tel Jarsá, Kerub, Addán e Immer, y que no pudieron probar si su familia y su familia y su estirpe eran de origen israel ita: 60 los hijos de Delaías, los hijos de Tobías, los hijos de Necodá: 652. 61 Y entre los sacerdotes: los hijos de Jobayías, los hijos de Haqcós, los hijo s de Barzillay - el cual se había casado con una de las hijas de Barzillay el gaal adita, cuyo nombre adoptó -. 62 Estos investigaron en su registro genealógico, pero no figuraban, por lo c ual se les excluyó del sacerdocio como ilegítimos, 63 y el Gobernador les prohibió comer de las cosas sacratísimas hasta que no se presentara un sacerdote para el Urim y el Tummim. 64 La asamblea ascendía a 42.360 personas, 65 sin contar sus siervos y siervas en número de 7.337. Tenían también 200 cantor es y cantoras. 66 Tenían 736 caballos, 245 mulos, 67 435 camellos y 6.720 asnos. 68 Algunos de los cabezas de familia, al llegar a la Casa de Adonai en Yeru shalaim, hicieron ofrendas voluntarias para la Casa de Di-s, para que fuese ree dificada en su mismo emplazamiento. 69 Según sus posibilidades, entregaron al tesoro de la obra 61.000 dracmas de oro, 5.000 minas de plata y 100 túnicas sacerdotales. 70 Los sacerdotes, los levitas y parte del pueblo se establecieron en Yerus halaim; los cantores, los porteros y los donados, en sus ciudades respectivas. T odo Israel estaba, pues, en sus ciudades.

Esdras 3 1 Llegado el séptimo mes, los israelitas estaban ya en sus ciudades y entonc es todo el pueblo se congregó como un solo hombre en Yerushalaim. 2 Josué, hijo de Yosadaq, con sus hermanos los sacerdotes, y Zorobabel, hijo de Sealtiel, con sus hermanos, se pusieron a reconstruir el altar del Di-s de I srael, para ofrecer en él holocaustos, como está escrito en la Ley de Moisés, hombre de Di-s. 3 Erigieron el altar en su emplazamiento, a pesar del temor que les infundía n los pueblos de la tierra, y ofrecieron en él holocaustos a Adonai, holocaustos d e la mañana y de la tarde; 4 celebraron la fiesta de las Tiendas, según está escrito, con el número de holo caustos cotidianos establecidos según el rito de cada día; 5 después, ofrecieron el holocausto perpetuo y los de los sábados, novilunios y todas las solemnidades consagradas a Adonai, además de lo que cada uno quería ofre cer voluntariamente a Adonai. 6 Desde el día primero del séptimo mes, comenzaron a ofrecer holocaustos a Ado nai, aunque no se habían echado todavía los cimientos del santuario de Adonai. 7 Se dio entonces dinero a los canteros y a los carpinteros; a los sidonio s y a los tirios se les mandó víveres, bebidas y aceite, para que enviasen por mar a Joppe madera de cedro del Líbano, según la autorización de Ciro, rey de Persia. 8 El año segundo de su llegada a la Casa de Di-s en Yerushalaim, el segundo mes, Zorobabel, hijo de Sealtiel, y Josué, hijo de Yosadaq, con el resto de sus he rmanos, los sacerdotes, los levitas y todos los que habían vuelto del destierro a Yerushalaim, comenzaron la obra; designaron a algunos levitas, de veinte años en a delante, para dirigir las obras de la Casa de Adonai. 9 Josué, sus hijos y sus hermanos, Cadmiel y sus hijos, los hijos de Hodavías, se pusieron como un solo hombre a dirigir a los que trabajaban en la obra de l a Casa de Di-s. 10 En cuanto los albañiles echaron los cimientos del santuario de Adonai, se presentaron los sacerdotes, revestidos de lino fino, con trompetas, y los levita s, hijos de Asaf, con címbalos, para alabar a Adonai según las prescripciones de Dav id, rey de Israel. 11 Cantaron alabando y dando gracias a Adonai: "Porque es bueno, porque es eterno su amor para Israel." Y el pueblo entero prorrumpía en grandes clamores, al abando a Adonai, porque la Casa de Adonai tenía ya sus cimientos. 12 Muchos sacerdotes, levitas y jefes de familia, ya ancianos, que habían con ocido con sus propios ojos la primera Casa, sobre sus cimientos, lloraban con gr andes gemidos, mientras que otros lanzaban gozosos clamores. 13 Y nadie podía distinguir los acentos de clamor jubiloso de los acentos de lamentación del pueblo, porque el pueblo lanzaba grandes clamores, y el estrépito s e podía oír desde muy lejos. Esdras 4 1 Cuando los enemigos de Judá y de Benjamín se enteraron de que los deportados estaban edificando un santuario a Adonai, Di-s de Israel, 2 se presentaron a Zorobabel, a Josué y a los cabezas de familia, y les dije ron: "Vamos a edificar junto con vosotros, porque, como vosotros, buscamos a vue stro Di-s y le sacrificamos, desde los tiempos de Asarjaddón, rey de Asiria, que n os trajo aquí." 3 Zorobabel, Josué y los restantes cabezas de familia israelitas les contest aron: "No podemos edificar juntos nosotros y vosotros una Casa a nuestro Di-s: a nosotros solos nos toca construir para Adonai, Di-s de Israel, como nos lo ha m andado Ciro, rey de Persia." 4 Entonces el pueblo de la tierra se puso a desanimar al pueblo de Judá y a meterles miedo para que no siguiesen edificando; 5 y sobornaron contra ellos a algunos consejeros para hacer fracasar su pr oyecto; así durante todo el tiempo de Ciro, rey de Persia, hasta el reinado de Darío , rey de Persia. 6 Bajo el reinado de Jerjes, al comienzo de su reinado, presentaron ellos

por escrito una denuncia contra los habitantes de Judá y Yerushalaim. 7 En tiempo de Artajerjes, Mitrídates, Tabeel y demás colegas suyos escribiero n contra Yerushalaim a Artajerjes, rey de Persia. El texto del documento estaba en escritura aramea y en lengua aramea. 8 Rejum, gobernador, y Simsay, secretario, escribieron al rey Artajerjes c ontra Yerushalaim una carta. 9 Rejum el gobernador, Simsay el secretario y demás colegas; los jueces y lo s legados, funcionarios persas; las gentes de Uruk, de Babilonia y de Susa - es decir los elamitas 10 y los restantes pueblos que el gran Asurbanipal deportó y estableció en las ciudades de Samaría y en el resto de Transeufratina. 11 Esta es la copia de la carta que le enviaron: "Al rey Artajerjes, tus se rvidores, las gentes de Transeufratina, etc. 12 Ha de saber el rey que los judíos que subieron de tu lado hacia nosotros y llegaron a Yerushalaim están reconstruyendo esta ciudad rebelde y perversa; trat an de levantar las murallas, y ya han echado los cimientos. 13 Sepa, pues, el rey, que si esta ciudad se reconstruye y se levantan sus murallas, no se pagarán más impuestos, contribución ni peaje, y al fin esta ciudad pe rjudicará a los reyes. 14 Ahora bien, a nosotros, puesto que comemos la sal del palacio, nos resul ta intolerable ver esta afrenta que se hace al rey; por eso enviamos al rey esta denuncia, 15 para que se investigue en las Memorias de tus padres: en estas Memorias encontrarás y te enterarás de que esta ciudad es una ciudad rebelde, molesta para l os reyes y las provincias, y que en ella se han fomentado insurrecciones desde antiguo. Por este motivo fue destruida esta ciudad. 16 Nosotros informamos al rey que, si esta ciudad se reconstruye y se levan tan sus murallas, bien pronto ya no tendrás más territorios en Transeufratina." 17 El rey envió esta respuesta: "A Rejum, gobernador, a Simsay, secretario, y a los restantes colegas residentes en Samaría y demás lugares en Transeufratina, pa z, etc. 18 "El documento que nos habéis enviado ha sido traducido y leído en mi presenc ia. 19 Di orden de que se investigase, y se ha encontrado que esta ciudad se ha venido rebelando contra los reyes desde antiguo, y que por ella se han fomentad o revueltas e insurrecciones. 20 Que hubo en Yerushalaim reyes poderosos, cuyo dominio se extendía sobre to da Transeufratina: se les pagaba impuestos, contribuciones y peaje. 21 Ordenad, pues, que se interrumpa la empresa de esos hombres: esa ciudad no debe ser reconstruida hasta nueva orden. 22 Guardaos de actuar con negligencia en este asunto, no sea que el mal aum ente en perjuicio de los reyes." 23 En cuanto la copia del documento del rey Artajerjes fue leída ante Rejum, el gobernador, Simsay, el secretario , y sus colegas, salieron a toda prisa haci a Yerushalaim, donde los judíos, y les obligaron a suspender sus obras por la fuer za de las armas. 24 Así se suspendieron las obras de la Casa de Di-s en Yerushalaim: quedaron interrumpidas hasta el año segundo del reinado de Darío, rey de Persia. Esdras 5 1 Los profetas Ageo y Zacarías, hijo de Iddó, empezaron a profetizar a los judío s de Judá y de Yerushalaim, en nombre del Di-s de Israel que velaba sobre ellos. 2 Con esto, Zorobabel, hijo de Sealtiel, y Josué, hijo de Yosadaq, se decidi eron a reanudar la construcción de la Casa de Di-s en Yerushalaim: los profetas de Di-s estaban con ellos, apoyándoles. 3 Por entonces, Tattenay, sátrapa de Transeufratina, Setar Boznay y sus cole gas vinieron donde ellos y les preguntaron: "¿Quién os ha autorizado a construir est a Casa y a rematar este santuario? 4 ¿Cómo se llaman los hombres que construyen este edificio?" 5 Pero los ojos de su Di-s velaban sobre los ancianos de los judíos, y no se

les obligó a suspender la obra en espera de que llegase un informe a Darío y volvi era un decreto oficial sobre el particular. 6 Copia de la carta que Tattenay, sátrapa de Transeufratina, Setar Boznay y sus colegas, las autoridades de Transeufratina, remitieron al rey Darío. 7 Le enviaron un escrito de este tenor: "Al rey Darío, paz completa. 8 Sepa el rey que nosotros hemos ido a la provincia de Judá, a la Casa del g ran Di-s: se está reconstruyendo con piedras sillares; se recubren de madera las paredes; la obra se ejecuta cuidadosamente y adelanta en sus manos. 9 Preguntando, pues, a estos ancianos, les hemos dicho: "¿Quién os ha autoriza do a construir esta Casa y a rematar este santuario?" 10 Les hemos preguntado además sus nombres para informarte de ello; y así te da mos por escrito los nombres de los hombres que están al frente de ellos. 11 "Ellos nos han dado esta respuesta: "Nosotros somos servidores del Di-s del cielo y de la tierra; estamos reconstruyendo una Casa que estuvo en pie ante riormente durante muchos años y que un gran rey de Israel construyó y acabó. 12 Pero nuestros padres irritaron al Di-s del cielo, y él los entregó en manos de Nabucodonosor, el caldeo, rey de Babilonia. 13 Sin embargo, el año primero de Ciro, rey de Babilonia, el rey Ciro dio aut orización para reconstruir esta Casa de Di-s; 14 además los utensilios de oro y plata de la Casa de Di-s que Nabucodonosor había quitado al santuario de Yerushalaim y había llevado al santuario de Babilonia , el rey Ciro los mandó sacar del santuario de Babilonia, y entregar a un hombre l lamado Sesbassar, a quien constituyó sátrapa; 15 y le dijo: Toma estos utensilios; vete a llevarlos al santuario de Yerus halaim y que sea reconstruida la Casa de Di-s en su emplazamiento; 16 vino, pues, este Sesbassar y echó los cimientos de la Casa de Di-s en Yeru shalaim, y desde entonces hasta el presente se viene reconstruyendo, pero no está acabada." 17 "Ahora, pues, si le place al rey, investíguese en el departamento del teso ro del rey de Babilonia si es verdad que el rey Ciro dio autorización para reconst ruir esta Casa de Di-s en Yerushalaim. Y que se nos remita la decisión del rey sob re este asunto." Esdras 6 1 Entonces, por orden del rey Darío, se investigó en los archivos del tesoro c onservado allí en Babilonia, 2 y se encontró en Ecbátana, la fortaleza situada en la provincia de los medos , un rollo cuyo tenor era el siguiente: "Memorándum. 3 "El año primero del rey Ciro, el rey Ciro ha ordenado: "Casa de Di-s en Ye rushalaim": "La Casa será construida como lugar donde se ofrezcan sacrificios y su s fundamentos quedarán establecidos. Su altura será de sesenta codos, su anchura de sesenta codos. 4 Habrá tres hileras de piedras de sillería y una de madera. Los gastos serán co steados por la casa del rey. 5 Además, los utensilios de oro y plata de la Casa de Di-s, que Nabucodonoso r sacó del santuario de Yerushalaim y se llevó a Babilonia, serán restituidos, para q ue todo vuelva a ocupar su lugar en el santuario de Yerushalaim y vuelva a ser c olocado en la Casa de Di-s. 6 "Ahora, pues, Tattenay, sátrapa de Transeufratina, Setar Boznay y vosotros , sus colegas, las autoridades de Transeufratina, retiraos de allí; 7 dejad trabajar en esta Casa de Di-s al sátrapa de Judá y a los ancianos de l os judíos, y que reconstruyan esa Casa de Di-s en su emplazamiento. 8 Estas son mis órdenes acerca de vuestro proceder con los ancianos de los j udíos para la reconstrucción de esa Casa de Di-s: de los fondos reales de los impues tos de Transeufratina, se les pagarán a esos hombres los gastos exactamente y sin interrupción. 9 Lo que necesiten para holocaustos de Di-s del cielo: novillos, carneros y corderos, así como trigo, sal, vino y aceite, se les proporcionará sin falta cada día, según las indicaciones de los sacerdotes de Yerushalaim, 10 para que se ofrezcan al Di-s del cielo ofrendas agradables y se ruegue p

or la vida del rey y de sus hijos. 11 Ordeno, además, lo siguiente: A todo aquel que no cumpla este edicto, le s erá arrancada de su casa una viga, se le amarrará a ella y será azotado; en cuanto a s u casa, será reducida, por este delito, a un montón de escombros. 12 Y el Di-s que ha puesto allí la morada de su Nombre, aplaste a todo aquel rey o pueblo que trate de transgredir esto, destruyendo esa Casa de Di-s en Yer ushalaim. Yo, Darío, he promulgado este decreto. Sea ejecutado exactamente." 13 Entonces Tattenay, sátrapa de Transeufratina, Setar Boznay y sus colegas e jecutaron exactamente las instrucciones mandadas par el rey Darío. 14 Así, los ancianos de los judíos continuaron reconstruyendo con éxito, según la p rofecía de Ageo el profeta, y de Zacarías, hijo de Iddó. Llevaron a término la construcc ión según la orden del Di-s de Israel y la orden de Ciro y de Darío. 15 Esta Casa fue terminada el día veintitrés del mes de Adar, el año sexto del re inado del rey Darío. 16 Los israelitas - los sacerdotes, los levitas y el resto de los deportado s - celebraron con júbilo la dedicación de esta Casa de Di-s; 17 ofrecieron para la dedicación de esta Casa de Di-s cien toros, doscientos carneros, cuatrocientos corderos y, como sacrificio por el pecado de todo Israe l, doce machos cabríos, conforme al número de las tribus de Israel. 18 Luego establecieron a los sacerdotes según sus categorías, y a los levitas s egún sus clases, para el servicio de la Casa de Di-s en Yerushalaim, según está escrit o en el libro de Moisés. 19 Los deportados celebraron la Pascua el día catorce del primer mes; 20 ya que los levitas se habían purificado como un solo hombre, todos estaban puros; inmolaron, pues, la pascua para todos los deportados, para sus hermanos los sacerdotes y para sí mismos. 21 Comieron la pascua los israelitas que habían vuelto del destierro y todos aquellos que, habiendo roto con la impureza de las gentes del país se habían unido a ellos para buscar a Adonai, Di-s de Israel. 22 Celebraron con júbilo, durante siete días, la fiesta de los Ázimos, porque Ado nai les había llenado de gozo, pues volvió hacia ellos el corazón del rey de Asiria, p ara que reafirmase sus manos en las obras de la Casa de su Di-s, el Di-s de Isra el. Esdras 7 1 Después de estos acontecimientos, bajo el reinado de Artajerjes, rey de Pe rsia, Esdras, hijo de Seraías, hijo de Azarías, hijo de Jilquías, 2 hijo de Sallum, hijo de Sadoq, hijo de Ajitub, 3 hijo de Amarías, hijo de Azarías, hijo de Merayot, 4 hijo de Zerajías, hijo de Uzzí, hijo de Buqquí, 5 hijo de Abisúa, hijo de Pinjás, hijo de Eleazar, hijo del sumo sacerdote Aarón , 6 este Esdras subió de Babilonia. Era un escriba versado en la Ley de Moisés q ue había dado Adonai, Di-s de Israel. Como la mano de Adonai su Di-s estaba con él, el rey le concedió todo lo que pedía. 7 Subieron también a Yerushalaim, el año séptimo del rey Artajerjes, parte de lo s israelitas, de los sacerdotes, levitas, cantores, porteros y donados. 8 El llegó a Yerushalaim el mes quinto: era el año séptimo del rey. 9 Había dispuesto para el día uno del primer mes su salida de Babilonia, y el día uno del quinto mes llegaba a Yerushalaim. ¡La mano bondadosa de su Di-s estaba c on él! 10 Porque Esdras había aplicado su corazón a escrutar la Ley de Adonai, a poner la en práctica y a enseñar en Israel los preceptos y las normas. 11 Esta es la copia del documento que el rey Artajerjes entregó a Esdras, el sacerdote-escriba dedicado a escribir las palabras de los mandamientos de Adonai y sus decretos acerca de Israel. 12 "Artajerjes, rey de reyes, al sacerdote Esdras, secretario de la Ley del Di-s del cielo, paz perfecta, etc. 13 "Estas son mis órdenes: Todo aquel que en mi reino pertenezca al pueblo de Israel, a sus sacerdotes o a sus levitas, y quiera volver a Yerushalaim, puede

partir contigo, 14 ya que tú eres enviado por el rey y sus siete consejeros para inspeccionar a Judá y Yerushalaim en lo referente a la Ley de tu Di-s que está en tus manos, 15 y para llevar la plata y el oro que el rey y sus consejeros han ofrecido voluntariamente al Di-s de Israel, cuya morada está en Yerushalaim, 16 así como toda la plata y el oro que hayas reunido de toda la provincia de Babilonia, con las ofrendas voluntarias que el pueblo y los sacerdotes hayan hec ho para la Casa de su Di-s en Yerushalaim. 17 Con este dinero procura comprar novillos, carneros, corderos, con las ob laciones y libaciones correspondientes, para ofrecerlo luego sobre el altar de l a Casa de vuestro Di-s en Yerushalaim; 18 y la plata y el oro que sobre, lo emplearéis como mejor os parezca a ti y a tus hermanos, conforme a la voluntad de vuestro Di-s. 19 Los utensilios que se te entregan para el servicio de la Casa de tu Di-s , deposítalos delante de tu Di-s en Yerushalaim. 20 Lo que aún se necesite para la Casa de tu Di-s y que tú tengas que procurart e, se te dará de los tesoros reales. 21 Yo mismo, el rey Artajerjes, doy esta orden a todos los tesoreros de Tra nseufratina: "Todo lo que os pida el sacerdote Esdras, Secretario de la Ley del Di-s del cielo, se lo daréis puntualmente, 22 hasta la suma de cien talentos de plata, cien cargas de trigo, cien medi das de vino y cien medidas de aceite; la sal se le dará sin tasa. 23 Todo lo que ordena el Di-s del cielo, debe ser cumplido con celo para la Casa del Di-s del cielo, a fin de que la Cólera no caiga sobre el reino del rey y de sus hijos. 24 Os hacemos saber también que no se puede percibir impuesto, contribución o p eaje, de ninguno de los sacerdotes, levitas, cantores, porteros, donados, de nin guno de los servidores de esta Casa de Di-s." 25 "Y tú, Esdras, conforme a la sabiduría de tu Di-s, que posees, establece esc ribas y jueces que administren la justicia a todo el pueblo de Transeufratina, a todos los que conocen la Ley de tu Di-s. A quienes la ignoran, habréis de enseñársela . 26 Y a todo aquel que no cumpla la Ley de tu Di-s y la ley del rey, aplíquese le una rigurosa justicia: muerte, destierro, multa en dinero o cárcel." 27 ¡Bendito sea Adonai, Di-s de nuestros padres, que movió de esta manera el co razón del rey para glorificar la Casa de Adonai en Yerushalaim, 28 y a mí me granjeó gracia delante del rey, de sus consejeros y de los altos j efes del rey! Yo cobré ánimo porque la mano de Adonai mi Di-s estaba conmigo, y reuní a los jefes de Israel para que salieran conmigo. Esdras 8 1 Estos son, con su genealogía, los cabezas de familia que subieron conmigo de Babilonia en el reinado del rey Artajerjes: 2 De los hijos de Pinjás: Guersom; de los hijos de Itamar: Daniel; de los h ijos de David: Jattús, 3 hijo de Sekanías; de los hijos de Pardós: Zacarías, con el que fueron registra dos 150 varones; 4 de los hijos de Pajat Moab: Elyehoenay, hijo de Zerajías, y con él dosciento s varones; 5 de los hijos de Zattú: Sekanías, hijo de Yajaziel, y con él trescientos varone s; 6 de los hijos de Adín: Ebed, hijo de Jonatán, y con él cincuenta varones; 7 de los hijos de Elam: Isaías, hijo de Atalías, y con él setenta varones; 8 de los hijos de Sefatías: Zebadías, hijo de Miguel, y con él ochenta varones; 9 de los hijos de Joab: Abdías, hijo de Yejiel y con él 218 varones; 10 de los hijos de Baní: Selomit, hijo de Yosifías, y con él 160 varones; 11 de los hijos de Bebay: Zacarías, hijo de Bebay, y con él veintiocho varones; 12 de los hijos de Azgad: Yojanán, hijo de Haqcadán, y con él 110 varones; 13 de los hijos de Adonicam: los últimos, cuyos nombres son: Elifélet, Yeiel y Semaías, y con ellos sesenta varones;

14 y de los hijos de Bigvay: Utay, hijo de Zabud, y con él setenta varones. 15 Yo los reuní junto al río que corre hacia Ahavá. Allí acampamos tres días. Observé q ue había laicos y sacerdotes, pero no encontré ningún levita. 16 Entonces llamé a Eliezer, Ariel, Semaías, Elnatán, Yarib, Elnatán, Natán, Zacarías, y Mesullam, hombres discretos, 17 y les mandé donde Iddó, jefe de la localidad de Kasifías; puse en su boca las palabras que habían de decir a Iddó y a sus hermanos, establecidos en la localidad de Kasifías, para que nos proporcionaran ministros para la Casa de nuestro Di-s. 18 Y gracias a la mano bondadosa de nuestro Di-s que estaba con nosotros, n os trajeron a un hombre experto, de los hijos de Majlí, hijo de Leví, hijo de Israel : a Serebías, con sus hijos y hermanos: dieciocho hombres; 19 además a Jasabías, y con él a su hermano Isaías, de los hijos de Merarí, y sus hij os: veinte hombres. 20 Y de los donados que David y los jefes habían destinado al servicio de los levitas: 220 donados. Todos ellos fueron designados nominalmente. 21 Allí, a orillas del río Ahavá, proclamé un ayuno para humillarnos delante de nue stro Di-s y pedirle un viaje feliz para nosotros, nuestros hijos y nuestros bien es. 22 Pues me daba vergüenza solicitar del rey tropa y gente de a caballo para p rotegernos del enemigo en el camino; por el contrario, habíamos declarado al rey: "La mano de nuestro Di-s está, para bien, con todos los que le buscan; y su poder y su cólera sobre todos los que le abandonan." 23 Ayunamos, pues, buscando a nuestro Di-s por esta intención, y él nos atendió. 24 Elegí a doce jefes de los sacerdotes, y además a Serebías y Jasabías, y con ello s a diez de sus hermanos; 25 les pesé la plata, el oro y los utensilios, ofrendas que el rey, sus conse jeros, sus jefes y todos los israelitas que se encontraban allí habían reservado par a la Casa de nuestro Di-s. 26 Pesé y les entregué 650 talentos de plata, cien utensilios de plata de dos t alentos, cien talentos de oro, 27 veinte copas de oro de mil dáricos y dos objetos de hermoso bronce dorado, preciosos como el oro. 28 Y les dije: "Vosotros estáis consagrados a Adonai; estos utensilios son sa grados; esta plata y este oro son una ofrenda voluntaria a Adonai, Di-s de nues tros padres. 29 Vigilad y guardadlos hasta que los peséis ante los jefes de los sacerdotes y de los levitas y los cabezas de familia de Israel, en Yerushalaim, en las cáma ras de la Casa de Adonai." 30 Los sacerdotes y levitas tomaron entonces la plata, todo lo que había sido pesado, el oro y los utensilios, para llevarlos a Yerushalaim, a la Casa de nu estro Di-s. 31 El día doce del primer mes partimos del río Ahavá para ir a Yerushalaim: la ma no de nuestro Di-s estaba con nosotros y nos salvó en el camino de la mano de enem igos y salteadores. 32 Llegamos a Yerushalaim y descansamos allí tres días. 33 El cuarto día, la plata, el oro y los utensilios fueron pesados en la Casa de nuestro Di-s y entregados al sacerdote Meremot, hijo de Urías, con quien esta ba Eleazar, hijo de Pinjás; les acompañaban los levitas Yozabad, hijo de Josué, y Noadía s, hijo de Binnuy. 34 Todo se contó y se pesó, y se registró su peso total. En aquel tiempo, 35 los deportados que volvían del cautiverio ofrecieron holocaustos al Di-s d e Israel: doce novillos por todo Israel, 96 carneros, 77 corderos y doce machos cabríos por el pecado: todo en holocausto a Adonai. 36 Y se entregaron los decretos del rey a los sátrapas del rey y a los gobern adores de Transeufratina, los cuales favorecieron al pueblo y la Casa de Di-s. Esdras 9 1 Concluido esto, se me presentaron los jefes diciendo: "El pueblo de Isra el, los sacerdotes y los levitas no se han separado de las gentes del país, hundid as en sus abominaciones - cananeos, hititas, perizitas, jebuseos, ammonitas, moa

bitas, egipcios y amorreos -, 2 sino que han tomado para ellos y para sus hijos mujeres de entre las hij as de ellos: la raza santa se ha mezclado con las gentes del país; los jefes y los consejeros han sido los primeros en esta rebeldía." 3 Al oír esto rasgué mis vestiduras y mi manto, me arranqué los pelos de la cabe za y de la barba, y me senté desolado. 4 Todos los temerosos de las palabras del Di-s de Israel se reunieron en t orno a mí, a causa de esta rebeldía de los deportados. Yo permanecí sentado, desolado, hasta la oblación de la tarde. 5 A la hora de la oblación de la tarde salí de mi postración y, con las vestidur as y el manto rasgados, caí de rodillas, extendí las manos hacia Adonai mi Di-s, 6 y dije: "Di-s mío, harta vergüenza y confusión tengo para levantar mi rostro h acia ti, Di-s mío. Porque nuestros crímenes se han multiplicado hasta sobrepasar nu estra cabeza, y nuestro delito ha crecido hasta el cielo. 7 Desde los días de nuestros padres hasta el día de hoy nos hemos hecho muy cu lpables: por nuestros crímenes fuimos entregados, nosotros, nuestros reyes y nues tros sacerdotes, en manos de los reyes de los países, a la espada, al cautiverio, al saqueo y al oprobio, como todavía hoy sucede. 8 Mas ahora, en un instante, Adonai nuestro Di-s nos ha concedido la graci a de dejarnos un Resto y de darnos una liberación en su lugar santo: nuestro Di-s ha iluminado así nuestros ojos y nos ha reanimado en medio de nuestra esclavitud. 9 Porque esclavos fuimos nosotros, pero en nuestra esclavitud nuestro Di-s no nos ha abandonado; nos ha granjeado el favor de los reyes de Persia, dándonos án imos para levantar de nuevo la Casa de nuestro Di-s y restaurar sus ruinas y pro curándonos un valladar seguro en Judá y Yerushalaim. 10 Pero ahora, Di-s nuestro, ¿qué vamos a decir, si, después de todo esto, hemos abandonado tus mandamientos, 11 que por medio de tus siervos los profetas tú habías prescrito en estos término s: "La tierra en cuya posesión vais a entrar es una tierra manchada por la inmundi cia de las gentes de la tierra, por las abominaciones con que la han llenado de un extremo a otro con su impureza? 12 Así pues, no deis vuestras hijas a sus hijos ni toméis sus hijas para vuestr os hijos; no busquéis nunca su paz ni su bienestar, a fin de que podáis haceros fuer tes, comáis los mejores frutos de la tierra y la dejéis en herencia a vuestros hijos para siempre." 13 "Mas después de todo lo que nos ha sobrevenido por nuestras malas acciones y nuestras culpas - y eso que tú, Di-s nuestro, has disminuido nuestros crímenes y nos has concedido esta liberación 14 ¿hemos de volver a violar tus mandamientos, emparentándonos con estas gentes abominables? ¿No te irritarías tú contra nosotros hasta exterminarnos sin que quedara Resto ni salvación? 15 Adonai, Di-s de Israel, justo eres, pues un Resto nos hemos salvado, com o en el caso presente: aquí estamos ante ti, con nuestro delito. Pues por su caus a nadie resiste en tu presencia." Esdras 10 1 Mientras Esdras, llorando y prosternado ante la Casa de Di-s, oraba y ha cía esta confesión, una inmensa asamblea de Israel, hombres, mujeres y niños, se había reunido en torno a él: y este pueblo lloraba copiosamente. 2 Entonces, Sekanías, hijo de Yejiel, de los hijos de Elam, dijo a Esdras: " Hemos sido rebeldes a nuestro Di-s, casándonos con mujeres extranjeras, tomadas de entre las gentes del país. Ahora bien, a pesar de ello, todavía, hay una esperanza para Israel. 3 Hagamos alianza con nuestro Di-s de despedir a todas las mujeres extranj eras y a los hijos nacidos de ellas, conforme al consejo de mi señor y de los tem erosos de los mandamientos de nuestro Di-s. Hágase según la Ley. 4 Levántate, que este asunto te incumbe a ti; nosotros estaremos a tu lado. ¡A nimo y manos a la obra!" 5 Entonces Esdras se levantó e hizo jurar a los jefes de los sacerdotes y de los levitas y a todo Israel que harían conforme a lo dicho; y lo juraron.

6 Luego Esdras se retiró de delante de la Casa de Di-s y se fue al aposento de Yehojanán, hijo de Elyasib, donde pasó la noche sin comer pan ni beber agua, hac iendo duelo a causa de la rebeldía de los deportados. 7 Se publicó un bando en Judá y Yerushalaim a todos los deportados para que se reunieran en Yerushalaim. 8 Todo aquel que no viniera en el plazo de tres días, según el consejo de los jefes y de los ancianos, vería consagrada al anatema toda su hacienda y sería él mismo excluido de la asamblea de los deportados. 9 Todos los hombres de Judá y de Benjamín se reunieron, pues, en Yerushalaim e n el plazo de tres días: era el día veinte del mes noveno; todo el pueblo se situó en la plaza de la Casa de Di-s, temblando, debido al caso, y también porque llovía a cánt aros. 10 Entonces el sacerdote Esdras se levantó y les dijo: "Habéis sido rebeldes al casaros con mujeres extranjeras, aumentando así el delito de Israel. 11 Ahora, pues, dad gracias a Adonai, Di-s de vuestros padres, y cumplid su voluntad separándoos de las gentes del país y de las mujeres extranjeras." 12 Toda la asamblea respondió en alta voz: Sí; haremos como tú dices; 13 sólo que el pueblo es numeroso, y estamos en la estación de las lluvias: no podemos soportar la intemperie; además, no se trata de una cosa de un día o dos, por que somos muchos los que hemos incurrido en este pecado. 14 Nuestros jefes podrían representar a toda la asamblea: todos los que en nu estras ciudades se hayan casado con mujeres extranjeras, vendrían a plazos fijado s, acompañados de los ancianos y los jueces de cada ciudad, hasta que hayamos apar tado de nosotros el furor de la cólera de nuestro Di-s por causa de este asunto." 15 Sólo Jonatán, hijo de Asahel, y Yajzeías, hijo de Tiqvá, se opusieron a esto, ap oyados por Mesullam y el levita Sabtay. 16 Los deportados actuaron según lo convenido. El sacerdote Esdras escogió como colaboradores a los cabezas de familia, según sus casas, todos ellos designados n ominalmente. Se comenzaron las sesiones para examinar el caso el día uno del décimo mes. 17 Y el día uno del primer mes se había terminado ya con todos los hombres que estaban casados con mujeres extranjeras. 18 Entre los sacerdotes, se halló que se habían casado con mujeres extranjeras los siguientes: entre los hijos de Josué, hijo de Yosadaq, y entre sus hermanos: Maaseías, Eliezer, Yarib y Guedalías; 19 éstos se comprometieron bajo juramento a despedir a sus mujeres, y ofrecie ron por su delito un carnero en sacrificio de reparación. 20 Entre los hijos de Immer: Jananí y Zebadías. 21 Entre los hijos de Jarim: "Maaseías, Elías, Semaías, Yejiel y Uzziyías. 22 Entre los hijos de Pasjur: Elyoenay, Maaseías, Ismael, Natanael, Yozabad y Elasá. 23 Entre los levitas: Yozabad, Simí, Quelaías (es decir, Quelitá), Petajías, Judá y E liezer. 24 Entre los cantores: Elyasib y Zakkur. Entre los porteros: Sallum, Telem y Urí. 25 Entre los israelitas: de los hijos de Parós: Ramías, Yizziyías, Malkiyías, Miyya mín, Eleazar, Malkiyías y Benaías; 26 de los hijos de Elam: Mattanías, Zacarías, Yejiel, Abdí, Yeremot y Elías; 27 de los hijos de Zattú: Elyoenáy. Elyasib Mattanías, Yeremot, Zabad y Azizá: 28 de los hijos de Bebay: Yehojanán, Jananías, Zabbay, Atlay; 29 de los hijos de Bigvay: Mesullam, Malluk, Yedaías, Yasub, Yisal, Yeremot; 30 de los hijos de Pajat Moab: Adná, Kelal, Benaías, Maaseías, Mattanías, Besalel, Binnuy y Manasés; 31 de los hijos de Jarim: Eliezer, Yissiyías, Malkiyías, Semaías, Simeón, 32 Benjamín, Malluk, Semarías; 33 de los hijos de Jasum: Mattenay, Mattattá, Zabad, Elifélet, Yeremay, Manasés, Simí; 34 de los hijos de Baní: Maaday, Amram, Joel, 35 Benaías, Bedías, Kelaías, 36 Vanías, Meremot, Elyasib,

37 38 39 40 41 42 43 44 a las

Mattanías, Mattenay y Yaassay; de los hijos de Binnuy: Simí, Selemías, Natán y Adaías; de los hijos de Zakkay: Sasay, Saray, Azareel, Selemías, Semarías, Sallum, Amarías, José; de los hijos de Nebo: Yeiel, Mattitías, Zabad, Zebiná, Yadday, Joel, Benaías. Todos éstos se habían casado con mujeres extranjeras, pero despidieron tanto mujeres como a sus hijos.

NEHEMÍAS Nehemías 1 1 Palabras de Nehemías, hijo de Jakalías. En el mes de Kisléu, el año veinte del r ey Artajerjes, estando yo en la ciudadela de Susa, 2 Jananí, uno de mis hermanos, llegó con algunos hombres venidos de Judá. Yo les pregunté por los judíos - el Resto que se había salvado del cautiverio - y por Yerush alaim. 3 Me respondieron: "Los restos del cautiverio que han quedado allí en la pro vincia se encuentran en gran estrechez y confusión. La muralla de Yerushalaim está l lena de brechas, y sus puertas incendiadas." 4 Al oír estas palabras me senté y me puse a llorar; permanecí en duelo algunos días ayunando y orando ante el Di-s del cielo. 5 Y dije: "Ah, Adonai, Di-s del cielo, tú, el Di-s grande y temible, que gua rdas la alianza y el amor a los que te aman y observan tus mandamientos; 6 estén atentos tus oídos y abiertos tus ojos para escuchar la oración de tu sie rvo, que yo hago ahora en tu presencia día y noche, por los hijos de Israel, tus siervos, confesando los pecados que los hijos de Israel hemos cometido contra ti ; ¡yo mismo y la casa de mi padre hemos pecado! 7 Hemos obrado muy mal contigo, no observando los mandamientos, los precep tos y las normas que tú habías prescrito a Moisés tu siervo. 8 Pero acuérdate de la palabra que confiaste a Moisés tu siervo: "Si sois infi eles, yo os dispersaré entre los pueblos; 9 pero si, volviéndoos a mí guardáis mis mandamientos y los ponéis en práctica, aunq ue vuestros desterrados estuvieron en los confines de los cielos, yo los reuniré d e allí y los conduciré de nuevo al Lugar que he elegido para morada de mi Nombre." 10 Aquí tienes a tus siervos y a tu pueblo que tú has rescatado con tu gran pod er y tu fuerte mano. 11 ¡Ea, Señor, estén atentos tus oídos a la oración de tu siervo, a la oración de tus s ervidores, que desean venerar tu Nombre! Concede ahora, te suplico, gracia a tu siervo y haz que encuentre favor ante ese hombre." Era yo entonces copero del r ey. Nehemías 2 1 En el mes de Nisán, el año veinte del rey Artajerjes, siendo yo encargado de l vino, tomé vino y se lo ofrecí al rey. Anteriormente nunca había estado yo triste. 2 Me dijo, pues, el rey: "¿Por qué ese semblante tan triste? Tú, enfermo no estás. ¿Acaso tienes alguna preocupación en el corazón?" Yo quedé muy turbado, 3 y dije al rey: "¡Viva por siempre el rey! ¿Cómo no ha de estar triste mi sembl ante, cuando la ciudad donde están las tumbas de mis padres está en ruinas, y sus p uertas devoradas por el fuego?" 4 Replicóme el rey: "¿Qué deseas, pues?" Invoqué al Di-s del cielo, 5 y respondí al rey: "Si le place al rey y estás satisfecho de tu siervo, envíam e a Judá, a la ciudad de las tumbas de mis padres, para que yo la reconstruya." 6 El rey me preguntó, estando la reina sentada a su lado: "¿Cuánto durará tu viaje ? ¿Cuándo volverás?" Yo le fijé un plazo que pareció aceptable al rey, y él me envió. 7 Añadí al rey: "Si le place al rey, que se me den cartas para los gobernadore s de Transeufratina, para que me faciliten el camino hasta Judá; 8 y asimismo una carta para Asaf, el encargado de los parques reales, para que me proporcione madera de construcción para las puertas de la ciudadela del Te

mplo, la muralla de la ciudad y la casa en que yo me he de instalar." El rey me lo concedió, pues la mano bondadosa de mi Di-s estaba conmigo. 9 Me dirigí, pues, a los gobernadores de Transeufratina y les entregué las car tas del rey. El rey me había hecho escoltar por oficiales del ejército y gente de a caballo. 10 Al enterarse de ello Samballat el joronita y Tobías el servidor ammonita, les sentó muy mal que alguien viniera a procurar el bienestar de los israelitas. 11 Llegué a Yerushalaim y me quedé allí tres días. 12 Luego me levanté de noche con unos pocos hombres, sin comunicar a nadie lo que mi Di-s me había inspirado que hiciera por Yerushalaim, y sin llevar conmigo más que la cabalgadura en que iba montado. 13 Saliendo, pues, de noche por la puerta del Valle, me dirigí hacia la Fuent e del Dragón y hacia la puerta del Muladar: inspeccioné la muralla de Yerushalaim po r donde tenía brechas, y las puertas que habían sido devoradas por el fuego. 14 Continué luego hacia la puerta de la Fuente y la alberca del Rey, pero no había paso para mi cabalgadura. 15 Volví a subir, pues, de noche, por el Torrente, inspeccionando la muralla, y volví a entrar por la puerta del Valle. Así regresé a casa. 16 Los consejeros no supieron dónde había ido ni lo que había hecho. Hasta entonc es no había dicho nada a los judíos: ni a los sacerdotes ni a los notables ni a los consejeros ni a los funcionarios; 17 entonces les dije: "Vosotros mismos veis la triste situación en que nos en contramos, pues Yerushalaim está en ruinas, y sus puertas devoradas por el fuego. Vamos a reconstruir la muralla de Yerushalaim, y no seremos más objeto de escarnio ." 18 Y les referí cómo la mano bondadosa de mi Di-s había estado conmigo, y les rel até también las palabras que el rey me había dicho. Ellos dijeron: "¡Levantémonos y constr uyamos!" Y se afianzaron en su buen propósito. 19 Al enterarse de ello Samballat el joronita, Tobías el siervo ammonita y Gués em el árabe, se burlaron de nosotros y vinieron a decirnos: "¿Qué hacéis? ¿Es que os habéis rebelado contra el rey?" 20 Yo les respondí: "El Di-s del cielo nos hará triunfar. Nosotros sus siervos, vamos a ponernos a la obra. En cuanto a vosotros, no tenéis parte ni derecho ni recuerdo en Yerushalaim." Nehemías 3 1 El sumo sacerdote Elyasib y sus hermanos los sacerdotes se encargaron de construir la puerta de las Ovejas: la armaron, fijaron sus hojas, barras y goz nes, y continuaron hasta la torre de los Cien y hasta la torre de Jananel. 2 Al lado de ellos construyeron los de Jericó; a su lado construyó Zakkur, hij o de Imrí. 3 Los hijos de Hassenáa construyeron la puerta de los Peces: la armaron y fi jaron sus hojas, barras y goznes. 4 A su lado reparó Meremot, hijo de Urías, hijo de Haqcós; a continuación reparó Mes ullam, hijo de Berekías, hijo de Mesezabel; a su lado reparó Sadoq, hijo de Baaná. 5 Junto a él repararon los de Técoa, pero sus notables se negaron a poner su c uello al servicio de sus señores. 6 La puerta del Barrio nuevo la repararon Yoyadá, hijo de Paséaj, y Mesullam, hijo de Besodías: la armaron y fijaron sus hojas, barras y goznes. 7 A continuación de éstos repararon Melatías de Gabaón y Yadón de Meronot, así como lo s de Gabaón y de Mispá, a expensas del gobernador de Transeufratina. 8 A su lado reparó Uzziel, miembro del gremio de los orfebres, y a continuac ión reparó Jananías, del gremio de los perfumistas: ellos reconstruyeron Yerushalaim h asta el muro de la Plaza. 9 A continuación reparó Refaías, hijo de Jur, jefe de la mitad del distrito de Y erushalaim. 10 A continuación reparó Yedaías, hijo de Harumaf, delante de su casa; a continua ción reparó Jattús, hijo de Hasabneías. 11 Malkiyías, hijo de Jarim, y Jassub, hijo de Pajat Moab, repararon la parte siguiente, hasta la torre de los Hornos.

12 A continuación de éstos reparó, con sus hijos, Sallum, hijo de Hallojés, jefe de la mitad del distrito de Yerushalaim. 13 Repararon la puerta del Valle, Hanún y los habitantes de Zanóaj: la construy eron, fijaron sus hojas, barras y goznes, e hicieron mil codos de muro, hasta la puerta del Muladar. 14 La puerta del Muladar la reparó Malkiyías, hijo de Rekab, jefe del distrito de Bet Hakkérem, con sus hijos: fijó sus hojas, barras y goznes. 15 La puerta de la Fuente la reparó Sallum, hijo de Kol Jozé, jefe del distrito de Mispá: la construyó, la cubrió y fijó sus hojas, barras y goznes. También restauró el mu ro de la alberca del canal, que está junto al huerto del rey, hasta las escaleras que bajan de la Ciudad de David. 16 Después de él Nehemías, hijo de Aztuq, jefe de la mitad del distrito de Bet Su r, reparó hasta enfrente de las tumbas de David, hasta la alberca artificial y has ta la Casa de los Valientes. 17 A continuación repararon los levitas: Rejum, hijo de Baní; a su lado reparó Ja sabías, jefe de la mitad del distrito de Queilá, en su distrito; 18 a continuación repararon sus hermanos: Binnuy, hijo de Jenadad, jefe de la mitad del distrito de Queilá; 19 a continuación Ezer, hijo de Josué, jefe de Mispá, reparó otra sección frente a la subida del Arsenal del Angulo. 20 Después de él Baruc, hijo de Zabbay, reparó otro sector, desde el Angulo hasta la puerta de la casa del sumo sacerdote Elyasib. 21 Después de él Meremot, hijo de Urías, hijo de Haqcós, reparó otro sector, desde la puerta de la casa de Elyasib hasta el término de la misma. 22 Después de él prosiguieron la reparación los sacerdotes que habitaban en la Ve ga. 23 Repararon a continuación Benjamín y Jassub frente a sus casas. Después de ello s Azarías, hijo de Maaseías, hijo de Ananías, reparó junto a su casa. 24 Después de él Binnuy, hijo de Jenadad, reparó otra sección, desde la casa de Aza rías hasta el Angulo y la esquina. 25 A continuación Palal, hijo de Uzay, reparó enfrente del Angulo y de la torre en saliente de la casa del rey, la de arriba que da al patio de la cárcel. Después de él Pedaías, hijo de Parós, reparó 26 hasta la puerta de las Aguas hacia Oriente y hasta delante de la torre e n saliente. 27 A continuación los de Técoa repararon otro sector frente a la torre grande e n saliente hasta el muro del Ofel. 28 Desde la puerta de los Caballos repararon los sacerdotes, cada uno frent e a su casa. 29 Después de ellos reparó Sadoq, hijo de Immer, frente a su casa. Después de él re paró Semaías, hijo de Sekanías, encargado de la puerta Oriental. 30 Después de él, Jananías, hijo de Selemías, y Janún, sexto hijo de Salaf, repararon otro sector. A continuación reparó Mesullam, hijo de Berekías, frente a su vivienda. 31 Después de él Malkiyías, del gremio de los orfebres, reparó hasta la casa de los donados y de los comerciantes, frente a la puerta de la Inspección, hasta la cámara alta del ángulo. 32 Y entre la cámara alta del ángulo y la puerta de las Ovejas, repararon los o rfebres y los comerciantes. 33 Cuando Samballat se enteró de que estábamos reconstruyendo la muralla, montó e n cólera y se irritó mucho. Se burlaba de los judíos, 34 y decía delante de sus hermanos y de la gente principal de Samaría: "¿Qué preten den hacer esos miserables judíos? ¿Es que quieren terminar en un día? ¿Van a dar vida a esas piedras, sacadas de montones de escombros y calcinadas?" 35 Tobías el ammonita, que estaba junto a él, dijo: "¡Déjales que construyan; que s i un chacal se alza, abrirá brecha en su muralla de piedra!" 36 ¡Escucha, Di-s nuestro, porque nos desprecian. Haz que caiga su insulto so bre su cabeza. Entrégalos al desprecio en un país de cautividad! 37 No pases por alto su iniquidad, ni su pecado sea borrado en tu presencia , porque han insultado a los constructores. 38 Construimos, pues, la muralla, que quedó terminada hasta media altura. El

pueblo había puesto su corazón en el trabajo. Nehemías 4 1 Cuando Samballat, Tobías, los árabes, los ammonitas y los asdoditas se enter aron de que la reparación de la muralla de Yerushalaim adelantaba - pues las brec has comenzaban a taparse - se enfurecieron mucho; 2 y se conjuraron todos a una para venir a atacar a Yerushalaim y a humill arme a mí. 3 Pero invocamos a nuestro Di-s y montamos guardia contra ellos de día y de noche. 4 Judá decía: "¡Flaquean las fuerzas de los cargadores: hay demasiado escombro; nosotros no podemos reconstruir la muralla!" 5 Y nuestros enemigos decían: "¡Antes que se enteren o se den cuenta, iremos c ontra ellos, y los mataremos y pararemos la obra!" 6 Pero algunos judíos que vivían junto a ellos vinieron a advertirnos por diez veces: "Vienen contra nosotros desde todos los lugares que habitan." 7 Se apostó, pues, el pueblo en los puntos más bajos, detrás de la muralla y en los lugares descubiertos, y coloqué a la gente por familias, cada uno con sus espa das, sus lanzas y sus arcos. 8 Al ver su miedo, me levanté y dije a los notables, a los consejeros y al r esto del pueblo: "¡No les tengáis miedo; acordaos del Señor, grande y terrible, y comb atid por vuestros hermanos, vuestros hijos y vuestras hijas, vuestras mujeres y vuestras casas!" 9 Cuando nuestros enemigos supieron que estábamos advertidos y que Di-s había desbaratado sus planes, se retiraron, y todos nosotros volvimos a la muralla, ca da cual a su trabajo. 10 Pero desde aquel día, sólo la mitad de mis hombres tomaban parte en el traba jo; la otra mitad, provistos de lanzas, escudos, arcos y corazas, se mantenía detrás de toda la casa de Judá 11 que construía la muralla. También los cargadores estaban armados: con una ma no cuidaba cada uno de su trabajo, con la otra empuñaba el arma. 12 Cada uno de los constructores tenía ceñida a la cintura su espada mientras t rabajaba. Había un corneta junto a mí para sonar el cuerno. 13 Dije a los notables, a los consejeros y al resto del pueblo: "La obra es importante y extensa, y nosotros estamos diseminados a lo largo de la muralla, lejos unos de otros: 14 corred a reuniros con nosotros al lugar donde oigáis el sonido del cuerno, y nuestro Di-s combatirá por nosotros." 15 Así organizábamos el trabajo desde el despuntar del alba hasta que salían las estrellas. 16 Dije también entonces al pueblo: "Todos pasarán la noche en Yerushalaim con sus criados, y así haremos guardia de noche y trabajaremos de día." 17 Pero ni yo ni mis hermanos ni mis gentes mi los hombres de guardia que m e seguían nos quitábamos la ropa; todos nosotros teníamos el arma en la mano. Nehemías 5 1 Un gran clamor se suscitó entre la gente del pueblo y sus mujeres contra s us hermanos judíos. 2 Había quienes decían: "Nosotros tenemos que dar en prenda nuestros hijos y n uestras hijas para obtener grano con que comer y vivir." 3 Había otros que decían: "Nosotros tenemos que empeñar nuestros campos, nuestra s viñas y nuestras casas para conseguir grano en esta penuria." 4 Y otros decían: "Tenemos que pedir prestado dinero a cuenta de nuestros ca mpos y de nuestras viñas para el impuesto del rey; 5 y siendo así que tenemos la misma carne que nuestros hermanos, y que nuest ros hijos son como sus hijos, sin embargo tenemos que entregar como esclavos a n uestros hijos y a nuestras hijas; ¡hay incluso entre nuestras hijas quienes son d eshonradas! Y no podemos hacer nada, ya que nuestros campos y nuestras viñas perte necen a otros." 6 Yo me indigné mucho al oír su queja y estas palabras.

7 Tomé decisión en mi corazón de reprender a los notables y a los consejeros, y les dije: "¡Qué carga impone cada uno de vosotros a su hermano!" Congregué contra ell os una gran asamblea, 8 y les dije: "Nosotros hemos rescatado, en la medida de nuestras posibili dades, a nuestros hermanos judíos que habían sido vendidos a las naciones. ¡Y ahora so is vosotros los que vendéis a vuestros hermanos para que nosotros los rescatemos!" Ellos callaron sin saber qué responder. 9 Y yo continué: "No está bien lo que estáis haciendo. ¿No queréis caminar en el tem or de nuestro Di-s, para evitar los insultos de las naciones enemigas? 10 También yo, mis hermanos y mi gente, les hemos prestado dinero y trigo. Pu es bien, condonemos estas deudas. 11 Restituidles inmediatamente sus campos, sus viñas, sus olivares y sus casa s, y perdonadles la deuda del dinero, del trigo, del vino y del aceite que les h abéis prestado." 12 Respondieron ellos: "Restituiremos y no les reclamaremos ya nada; haremo s como tú has dicho." Entonces llamé a los sacerdotes y les hice jurar que harían segu ir esta promesa. 13 Luego sacudí los pliegues de mi manto diciendo: "¡Así sacuda Di-s, fuera de su casa y de su hacienda, a todo aquel que no mantenga esta palabra: así sea sacudid o y despojado!" Toda la asamblea respondió: "¡Amén!", y alabó a Adonai. Y el pueblo cump lió esta palabra. 14 Además, desde el día en que el rey me mandó ser gobernador del país de Judá, desde el año veinte hasta el 32 del rey Artajerjes, durante doce años, ni yo ni mis herma nos comimos jamás del pan del gobernador. 15 En cambio los gobernadores anteriores que me precedieron gravaban al pue blo: cada día percibían de él, como contribución por el pan, cuarenta siclos de plata; t ambién sus servidores oprimían al pueblo. Pero yo, por temor de Di-s, no hice nunca esto. 16 Además he ayudado a la obra de la reparación de esta muralla, y, aunque no h e adquirido campos, toda mi gente estaba también allí colaborando en la tarea. 17 A mi mesa se sentaban los jefes y los consejeros en número de 150 sin cont ar los que venían a nosotros de las naciones vecinas. 18 Diariamente se aderezaban a expensas mías un toro, seis carneros escogidos y aves; y cada diez días se traía cantidad de odres de vino. Y a pesar de todo, jamás reclamé el pan del gobernador, porque un duro trabajo gravaba ya al pueblo. 19 ¡Acuérdate, Di-s mío, para mi bien, de todo lo que he hecho por este pueblo! Nehemías 6 1 Cuando Samballat, Tobías, Guésem el árabe, y los demás enemigos nuestros se ente raron de que yo había reconstruido la muralla y de que ya no quedaba en ella brech a alguna - aunque en aquel tiempo no estaban colocadas las hojas de las puertas 2 Samballat y Guésem mandaron a decirme: "Ven a entrevistarte con nosotros e n Hakkefirim, en el valle de Onó." Pero ellos tramaban hacerme mal. 3 Por eso les envié mensajeros para decirles: "Estoy ocupado en una obra imp ortante y no puedo bajar; ¿por qué voy a dejar que la obra se pare abandonándola para bajar donde vosotros?" 4 Cuatro veces me enviaron el mismo recado, y yo di la misma respuesta. 5 Entonces Samballat me envió a decir por quinta vez lo mismo por un criado suyo que traía una carta abierta 6 en la que estaba escrito: "Se oye entre las naciones, y así lo afirma Gasm u, el rumor de que tú y los judíos estáis pensando sublevaros; que para ello reconstr uyes la muralla y tratas de hacerte su rey, 7 que incluso has designado profetas para proclamar acerca de ti en Yerush alaim: ¡Judá tiene rey! Estos rumores van a ser oídos por el rey; así que ven para que t omemos consejo juntos." 8 Pero yo les mandé decir: "No hay nada de eso que dices; son invenciones de tu corazón." 9 Porque lo que querían era meternos miedo, pensando: "Desfallecerán sus manos y no acabarán la obra." Pero, por el contrario, yo me reafirmé más.

10 Había ido yo a casa de Semaías, hijo de Delaías, hijo Mehetabel, que se encont raba detenido. Dijo él: "Démonos cita en la Casa de Di-s, en el interior del santuar io; cerremos las puertas del santuario; porque van a venir a matarte, esta misma noche vienen a matarte." 11 Pero yo respondí: "¿Un hombre como yo va a huir? ¿Qué hombre que sea como yo ent raría en el santuario para salvar su vida? No iré." 12 Pues comprendí que él no había sido enviado por Di-s, sino que había dicho esta profecía sobre mí porque Tobías le había comprado, 13 para que yo, llevado del miedo, lo hiciera así y pecase; y esto me diera m ala fama y pudieran burlarse de mí. 14 Acuérdate, Di-s mío, de Tobías, por lo que ha hecho; y también de Noadía, la profe tisa, y de los demás profetas que trataron de asustarme. 15 La muralla quedó terminada el día veinticinco de Elul, en 52 días. 16 Cuando se enteraron todos nuestros enemigos y todas las naciones de alre dedor lo vieron, les pareció una gran maravilla y reconocieron que esta obra había s ido realizada por nuestro Di-s. 17 En aquellos mismos días, los notables de Judá multiplicaron sus cartas dirig idas a Tobías y recibían las de éste; 18 porque tenía en Judá muchos aliados, por ser yerno de Sekanías, hijo de Ará, y p or estar casado su hijo Yehojanán con la hija de Mesullam, hijo de Berekías. 19 Incluso llegaron a hablar bien de Tobías en mi presencia y le repetían mis p alabras. Y Tobías mandaba cartas para intimidarme. Nehemías 7 1 Reconstruida la muralla, y una vez que hube fijado las hojas de las puer tas, se colocaron guardias en las puertas (cantores y levitas). 2 Puse al frente de Yerushalaim a mi hermano Jananí y a Jananías, jefe de la c iudadela, porque era un hombre fiel y temeroso de Di-s como pocos; 3 y les dije: "No se abrirán las puertas de Yerushalaim hasta que el sol com ience a calentar; y cuando todavía esté alto, se cerrarán y se echarán las barras a las puertas; y se establecerán puestos de guardia de entre los habitantes de Yerushala im, unos en su puesto y otros delante de su casa." 4 La ciudad era espaciosa y grande, pero tenía muy poca población y no se fund aban nuevas familias. 5 Me puso Di-s en el corazón reunir a los notables, a los consejeros y al pu eblo, para hacer el registro genealógico. Hallé el registro genealógico de los que había n venido al principio, y encontré escrito en él: 6 Estas son las personas de la provincia que regresaron del cautiverio, aq uellos que Nabucodonosor, rey de Babilonia, había deportado y que volvieron a Yeru shalaim y Judea, cada uno a su ciudad. 7 Vinieron con Zorobabel, Josué, Nehemías, Azarías, Raamías, Najamaní, Mardoqueo, Bi lsán, Mispéret, Bigvay, Nejum y Baaná. Lista de los hombres del pueblo de Israel: 8 los hijos de Parós: 2.172; 9 los hijos de Sefatías: 372; 10 los hijos de Araj: 652; 11 los hijos de Pajat Moab, por parte de los hijos de Josué y de Joab: 2.818; 12 los hijos de Elam: 1.254; 13 los hijos de Zattú: 845; 14 los hijos de Zakkay: 760; 15 los hijos de Binnuy: 648; 16 los hijos de Bebay: 628; 17 los hijos de Azgad: 2.322; 18 los hijos de Adonicam: 667; 19 los hijos de Bigvay: 2.067; 20 los hijos de Adín: 655; 21 los hijos de Ater, de Ezequías: 98; 22 los hijos de Jalum: 328; 23 los hijos de Besay: 324; 24 los hijos de Jarif: 112; 25 los hijos de Gabaón: 95;

26 los hombres de Belén y de Netofá: 188; 27 los hombres de Anatot: 128; 28 los hombres de Bet Azmávet: 42; 29 los hombres de Quiryat Yearim, Kefirá y Beerot: 743; 30 los hombres de Ramá y Gueba: 621; 31 los hombres de Mikmás: 122; 32 los hombres de Betel y de Ay: 123; 33 los hombres de Nebo: 52; 34 los hijos del otro Elam: 1.254; 35 los hijos de Jarim: 320; 36 los hombres de Jericó: 345; 37 los hijos de Lod, Jadid y Onó: 721; 38 los hijos de Senaá: 3.930. 39 Sacerdotes: los hijos de Yedaías, de la casa de Josué: 973; 40 los hijos de Immer: 1.052; 41 los hijos de Pasjur: 1.247; 42 los hijos de Jarim: 1.017. 43 Levitas: los hijos de Josué y Cadmiel, de los hijos de Hodías: 74. 44 Cantores: los hijos de Asaf: 148. 45 Porteros: los hijos de Sallum, los hijos de Ater, los hijos de Talmón, los hijos de Aqcub, los hijos de Jatitá, los hijos de Sobay: 138. 46 Donados: los hijos de Sijá, los hijos de Jasufá, los hijos de Tabbaot, 47 los hijos de Querós, los hijos de Siá, los hijos de Padón, 48 los hijos de Lebaná, los hijos de Jagabá, los hijos de Salmay, 49 los hijos de Janán, los hijos de Guiddel, los hijos de Gajar, 50 los hijos de Reaías, los hijos de Resín, los hijos de Necodá, 51 los hijos de Gazzam, los hijos de Uzzá, los hijos de Paséaj, 52 los hijos de Besay, los hijos de los meunitas, los hijos de los nefusita s, 53 los hijos de Baqbuq, los hijos de Jacufá, los hijos de Jarjur, 54 los hijos de Baslit, los hijos de Mejidá, los hijos de Jarsá, 55 los hijos de Barcós, los hijos de Sisrá, los hijos de Témaj, 56 los hijos de Nesíaj, los hijos de Jatifá. 57 Los hijos de los siervos de Salomón: los hijos de Setay, los hijos de Sofére t, los hijos de Peridá, 58 los hijos de Yaalá, los hijos de Darcón, los hijos de Guiddel, 59 los hijos de Sefatías, los hijos de Jattil, los hijos de Pokéret Hassebayim, los hijos de Amón. 60 Total de los donados y de los hijos de los siervos de Salomón: 392. 61 Y estos eran los que venían de Tel Mélaj, Tel Jarsá, Kerub, Addón e Immer, y que no pudieron probar si su familia y su estirpe eran de origen israelita: 62 los hijos de Belaías, los hijos de Tobías, los hijos de Necodá: 642. 63 Y entre los sacerdotes, los hijos de Jobayías, los hijos Haqcós, los hijos d e Barzillay - el cual se había casado con una de las hijas de Barzillay el galaad ita, cuyo nombre adoptó -. 64 Estos investigaron en su registro genealógico, pero no figuraban; por lo c ual se les excluyó del sacerdocio como ilegítimos, 65 y el Gobernador les prohibió comer de las cosas sacratísimas hasta que no se presentara un sacerdote para el Urim y el Tummim. 66 La asamblea ascendía a 42.360 personas, 67 sin contar sus siervos y siervas en número de 7.337; tenían también 245 cantor es y cantoras. 68 Tenían (736 caballos, 245 mulos) 435 camellos y 6.720 asnos. 69 Algunos de los cabezas de familia hicieron ofrendas para la obra. El Gob ernador entregó al tesoro mil dracmas de oro, 50 copas y 30 túnicas sacerdotales. 70 Entre los cabezas de familia entregaron al tesoro de la obra 20.000 drac mas de oro y 2.200 minas de plata. 71 Lo que entregó el resto del pueblo ascendía a 20.000 dracmas de oro, 2.000 m inas de plata y 67 túnicas sacerdotales. 72 Los sacerdotes, los levitas, los porteros, los cantores, los donados y t

odos los demás israelitas se establecieron en sus ciudades. Llegado el mes séptimo,

Nehemías 8 1 todo el pueblo se congregó como un solo hombre en la plaza que está delante de la puerta del Agua. Dijeron al escriba Esdras que trajera el libro de la Ley de Moisés que Adonai había prescrito a Israel. 2 Trajo el sacerdote Esdras la Ley ante la asamblea, integrada por hombres , mujeres y todos los que tenían uso de razón. Era el día uno del mes séptimo. 3 Leyó una parte en la plaza que está delante de la puerta del Agua, desde el alba hasta el mediodía, en presencia de los hombres, las mujeres y todos los que t enían uso de razón; y los oídos del pueblo estaban atentos al libro de la Ley. 4 El escriba Esdras estaba de pie sobre un estrado de madera levantado par a esta ocasión; junto a él estaban: a su derecha, Matitías, Semá, Anaías, Urías, Jilquías y aaseías, y a su izquierda, Pedaías, Misael, Malkías, Jasum, Jasbaddaná, Zacarías y Mesul-l am. 5 Esdras abrió el libro a los ojos de todo el pueblo - pues estaba más alto qu e todo el pueblo - y al abrirlo, el pueblo entero se puso en pie. 6 Esdras bendijo a Adonai, el Di-s grande; y todo el pueblo, alzando las m anos, respondió: "¡Amén! ¡Amén!"; e inclinándose se postraron ante Adonai, rostro en tierra. 7 (Josué, Baní, Serebías, Yamín, Aqcub, Sabtay, Hodiyías, Maaseías, Quelitá, Azarías, Y bad, Janán, Pelaías, que eran levitas, explicaban la Ley al pueblo que seguía en pie.) 8 Y Esdras leyó en el libro de la Ley de Di-s, aclarando e interpretando el sentido, para que comprendieran la lectura. 9 Entonces (Nehemías - el Gobernador - y) Esdras, el sacerdote escriba (y lo s levitas que explicaban al pueblo) dijeron a todo el pueblo: "Este día está consagr ado a Adonai vuestro Di-s; no estéis tristes ni lloréis"; pues todo el pueblo llorab a al oír las palabras de la Ley. 10 Díjoles también: "Id y comed manjares grasos, bebed bebidas dulces y mandad su ración a quien no tiene nada preparado. Porque este día está consagrado a nuestro S eñor. No estéis tristes: la alegría de Adonai es vuestra fortaleza." 11 También los levitas tranquilizaban al pueblo diciéndole: "Callad: este día es santo. No estéis tristes." 12 Y el pueblo entero se fue a comer y beber, a repartir raciones y hacer g ran festejo, porque habían comprendido las palabras que les habían enseñado. 13 El segundo día los cabezas de familia de todo el pueblo, los sacerdotes y levitas se reunieron junto al escriba Esdras para comprender las palabras de la Ley. 14 Y encontraron escrito en la Ley que Adonai había mandado por medio de Moisés que los hijos de Israel habitaran en cabañas durante la fiesta del séptimo mes. 15 En cuanto lo oyeron, hicieron pregonar en todas las ciudades y en Yerush alaim: "Salid al monte y traed ramas de olivo, de pino, de mirto, de palmera y d e otros árboles frondosos, para hacer cabañas conforme a lo escrito." 16 Salió el pueblo y trajeron ramas y se hicieron cabañas, cada uno en su terra do, en sus patios, en los atrios de la Casa de Di-s, en la plaza de la puerta de l Agua y en la plaza de la puerta de Efraím. 17 Toda la asamblea, los que habían vuelto del cautiverio, construyó cabañas y ha bitó en ellas - cosa que los israelitas no habían hecho desde los días de Josué, hijo de Nun, hasta aquel día - y hubo gran regocijo. 18 Esdras leyó en el libro de la Ley de Di-s diariamente, desde el primer día a l último. Durante siete días, se celebró fiesta; al octavo tuvo lugar, según la norma, u na asamblea solemne. Nehemías 9 1 El día veinticuatro de aquel mismo mes, se congregaron los israelitas para ayunar, vestidos de sayal y la cabeza cubierta de polvo. 2 La raza de Israel se separó de todos los extranjeros; y puestos en pie, co nfesaron sus pecados y las culpas de sus padres. 3 (De pie y cada uno en su sitio, leyeron en el libro de la Ley de Adonai su Di-s, por espacio de un cuarto de día; durante otro cuarto hacían confesión y se po straban ante Adonai su Di-s.)

4 (Josué, Binnuy, Cadmiel, Sebanías, Bunní, Serebías, Baní y Quenaní subieron al estra do de los levitas y clamaron en alta voz hacia Adonai su Di-s, 5 y los levitas Josué, Cadmiel, Baní, Jasabneías, Serebías, Hodiyías, Sebanías y Petají s dijeron: "¡Levantaos, bendecid a Adonai nuestro Di-s!") ¡Bendito seas, Adonai Di-s nuestro, de eternidad en eternidad! ¡Y sea bendito el Nombre de tu Gloria que sup era toda bendición y alabanza! 6 ¡Tú, Adonai, tú el único!Tú hiciste los cielos, el cielo de los cielos y toda su m esnada, la tierra y todo cuanto abarca, los mares y todo cuanto encierran.Todo e sto tú lo animas, y la mesnada de los cielos ante ti se prosterna. 7 Tú, Adonai, eres el Di-s que elegiste a Abram, le sacaste de Ur de Caldea y le diste el nombre de Abraham. 8 Hallaste su corazón fiel ante ti, con él hiciste alianza, para darle el país d el cananeo, del hitita y del amorreo, del perizita, del jebuseo y del guirgasita , a él y a su posteridad.Y has mantenido tu palabra, porque eres justo. 9 Tú viste la aflicción de nuestros padres en Egipto, y escuchaste su clamor j unto al mar de Suf. 10 Contra Faraón obraste señales y prodigios, contra sus siervos y todo el pueb lo de su país, pues supiste que eran altivos con ellos. ¡Te hiciste un nombre hasta el día de hoy! 11 Tú hendiste el mar ante ellos: por medio del mar pasaron a pie enjuto.Hund iste en los abismos a sus perseguidores, como una piedra en aguas poderosas. 12 Con columna de nube los guiaste de día, con columna de fuego por la noche, para alumbrar ante ellos el camino por donde habían de marchar. 13 Bajaste sobre el monte Sinaí y del cielo les hablaste; les diste normas ju stas, leyes verdaderas, preceptos y mandamientos excelentes; 14 les diste a conocer tu santo sábado; les ordenaste mandamientos, preceptos y Ley por mano de Moisés, tu siervo. 15 Del cielo les mandaste el pan para su hambre, para su sed hiciste brotar el agua de la roca.Y les mandaste ir a apoderarse de la tierra que tú juraste dar les mano en alto. 16 Altivos se volvieron nuestros padres, su cerviz endurecieron y desoyeron tus mandatos. 17 No quisieron oír, no recordaron los prodigios que con ellos hiciste; endur ecieron la cerviz y se obstinaron en volver a Egipto y a su servidumbre.Pero tú er es el Di-s de los perdones, clemente y entrañable, tardo a la cólera y rico en bonda d. ¡No los desamparaste! 18 Ni siquiera cuando se fabricaron un becerro de metal fundido y exclamaro n: "¡Este es tu dios que te sacó de Egipto!" (grandes desprecios te hicieron). 19 Tú, en tu inmensa ternura, no los abandonaste en el desierto: la columna d e nube no se apartó de ellos, para guiarles de día por la ruta, ni la columna de fue go por la noche, para alumbrar ante ellos el camino por donde habían de marchar. 20 Tu Espíritu bueno les diste para instruirles, el maná no retiraste de su boc a, y para su sed les diste agua. 21 Cuarenta años los sustentaste en el desierto, y nada les faltó: ni sus vesti dos se gastaron ni se hincharon sus pies. 22 Reinos y pueblos les donaste y las tierras vecinas repartiste: se apoder aron del país de Sijón, rey de Jesbón, y del país de Og, rey de Basán. 23 Y multiplicaste sus hijos como estrellas del cielo, los llevaste a la ti erra que a sus padres dijiste que entrarían a poseer. 24 Llegaron los hijos y tomaron el país, y tú ante ellos aplastaste a los habit antes del país, los cananeos, los pusiste en sus manos, con sus reyes y las gentes del país, para que los trataran a merced de su capricho. 25 Ciudades fuertes conquistaron y una tierra generosa; y heredaron casas d e toda suerte de bienes rebosantes, cisternas ya excavadas, viñas y olivares, árbole s frutales sin medida: comieron, se saciaron, engordaron, se deleitaron en tus i nmensos bienes. 26 Pero después, indóciles, se rebelaron contra ti, arrojaron tu Ley a sus espa ldas, mataron a los profetas que les conjuraban a convertirse a ti; (grandes des precios te hicieron). 27 Tú los entregaste en poder de sus enemigos que los oprimieron.Durante su o

presión clamaban hacia ti, y tú los escuchabas desde el cielo; y en tu inmensa ternu ra les mandabas salvadores que los libraron de las manos opresoras. 28 Pero, apenas en paz, volvían a hacer el mal ante ti, y tú los dejabas en man o de sus enemigos que los oprimían.Ellos de nuevo gritaban hacia ti, y tú escuchabas desde el cielo: ¡muchas veces, por ternura, los salvaste! 29 Les conminaste para volverlos a tu Ley, pero ellos en su orgullo no escu charon tus mandatos; contra tus normas pecaron, contra aquellas que, cumplidas, dan la vida; dieron la espalda, endurecieron su cerviz y no escucharon. 30 Tuviste paciencia con ellos durante muchos años; les advertiste por tu Espír itu, por boca de tus profetas; pero ellos no escucharon.Y los pusiste en manos d e las gentes de los países. 31 Mas en tu inmensa ternura no los acabaste, no los abandonaste, porque er es tú Di-s clemente y lleno de ternura. 32 Ahora, pues, oh Di-s nuestro, tú, Di-s grande, poderoso y temible, que man tienes la alianza y el amor, no menosprecies esta miseria que ha caído sobre nosot ros, sobre nuestros reyes y príncipes, nuestros sacerdotes y profetas, sobre todo tu pueblo, desde los tiempos de los reyes de Asiria hasta el día de hoy. 33 Has sido justo en todo lo que nos ha sobrevenido, pues tú fuiste fiel, y n osotros malvados: 34 nuestros reyes y jefes, nuestros sacerdotes y padres no guardaron tu Ley , no hicieron caso de los mandamientos y dictámenes que tú les diste. 35 Mientras vivían en su reino, entre los grandes bienes que tú les regalabas, y en la espaciosa y generosa tierra que tú les habías preparado, no te sirvieron ell os ni se convirtieron de sus malas acciones. 36 Míranos hoy a nosotros esclavos, y en el país que habías dado a nuestros padre s para gozar de sus frutos y bienes, mira que aquí en servidumbre nos sumimos. 37 Sus muchos frutos son para los reyes, que por nuestros pecados tú nos impu siste, y que a capricho dominan nuestras personas, cuerpos y ganados. ¡En gran ang ustia nos hallamos! Nehemías 10 1 De acuerdo con todo esto, nosotros tomamos un firme compromiso por escri to. En el documento sellado figuran nuestros jefes, nuestros levitas y nuestros sacerdotes... 2 En el documento sellado figuraban: Nehemías, hijo de Jakalías, y Sedecías. 3 Seraías, Azarías, Jeremías, 4 Pasjur, Amarías, Malkías, 5 Jattús, Sebanías, Malluk, 6 Jarim, Meremot, Abdías, 7 Daniel, Guinnetón, Baruc, 8 Mesullam, Abías, Miyyamín, 9 Maazías, Bilgay, Semaías: estos son los sacerdotes. 10 Luego los levitas: Josué, hijo de Azanías, Binnuy, de los hijos de Jenadad, Cadmiel 11 y sus hermanos Sekanías, Hodavías, Quelitá, Pelaías, Janán, 12 Miká, Rejob, Jasabías, 13 Zakkur, Serebías, Sebanías, 14 Hodiyías, Baní, Quenaní. 15 Los jefes del pueblo: Parós, Pajat Moab, Elam, Zattú, Baní, 16 Bunní, Azgad, Bebay, 17 Adonías, Bigvay, Adín, 18 Ater, Ezequías, Azzur, 19 Hodiyías, Jatum, Besay, 20 Jarif, Anatot, Nobay, 21 Magpiás, Mesullam, Jezir, 22 Mesezabel, Sadoq, Yaddúa, 23 Pelatías, Janán, Hanaías, 24 Oseas, Jananías, Jassub, 25 Hallojés, Piljá, Sobeq, 26 Rejum, Jasabná, Maaseías,

27 Ajías, Janán, Anán, 28 Malluk, Jarim, Baaná. 29 y el resto del pueblo, los sacerdotes y los levitas los porteros, los ca ntores, los donados y todos los separados de las gentes del país para seguir la Le y de Di-s, sus mujeres, sus hijos y sus hijas, cuantos tienen uso de razón, 30 se adhieren a sus hermanos y a los nobles y se comprometen por imprecación y juramento a caminar en la Ley de Di-s, que fue dada por mano de Moisés, siervo de Di-s, y a guardar y practicar todos los mandamientos de Adonai nuestro Señor, s us normas y sus leyes. 31 A no dar nuestras hijas a las gentes del país ni tomar sus hijas para nues tros hijos. 32 Si las gentes del país traen, en día de sábado, mercancías o cualquier otra clas e de comestibles para vender, nada les compraremos en día de sábado ni en día sagrado. En el año séptimo abandonaremos el producto de la tierra y todas las deudas. 33 Nos imponemos como obligación: Dar un tercio de siclo al año para el servici o de la Casa de nuestro Di-s: 34 para el pan que se presenta, para la oblación perpetua y el holocausto per petuo, para los sacrificios de los sábados, de los novilunios, de las solemnidades , para los alimentos sagrados, para los sacrificios por el pecado como expiación p or Israel y para toda la obra de la Casa de nuestro Di-s; 35 Hemos echado a suertes - sacerdotes, levitas y pueblo - la ofrenda de la leña que ha de traer a la Casa de nuestro Di-s cada familia en su turno, a sus t iempos, cada año, para quemarla sobre el altar de Adonai nuestro Di-s con arreglo a lo escrito en la Ley. 36 y traer cada año a la Casa de Adonai las primicias de nuestro suelo y las primicias de los frutos de todos los árboles, 37 y los primogénitos de nuestros hijos y de nuestro ganado, conforme a lo es crito en la Ley - los primeros nacidos de nuestro ganado mayor y menor, que se t raen a la Casa de nuestro Di-s son para los sacerdotes que ejercen el ministerio en la casa de nuestro Di-s -. 38 Lo mejor de nuestras moliendas, de los frutos de todo árbol, del vino y de l aceite, se lo traeremos a los sacerdotes, a los aposentos de la Casa de nuestr o Di-s; y el diezmo de nuestro suelo a los levitas, y ellos mismos cobrarán el die zmo en todas las ciudades de nuestra labranza; 39 un sacerdote, hijo de Aarón, irá con los levitas cuando éstos cobren el diezmo ; los levitas subirán el diezmo del diezmo a la Casa de nuestro Di-s a los aposen tos de la casa del tesoro; 40 pues a estos aposentos traen los israelitas y los levitas la ofrenda res ervada de trigo, vino y aceite; allí se encuentran también los utensilios del santu ario, de los sacerdotes que están de servicio y de los porteros y cantores. No aba ndonaremos más la Casa de nuestro Di-s. Nehemías 11 1 Los jefes del pueblo se establecieron en Yerushalaim. El resto del puebl o echó a suertes para que de cada diez hombres habitase uno en Yerushalaim, la Ci udad Santa, quedando los otros nueve en las ciudades. 2 Y el pueblo bendijo a todos los hombres que se ofrecieron voluntarios pa ra habitar en Yerushalaim. 3 Estos son los jefes de la provincia que se establecieron en Yerushalaim y en las ciudades de Judá; Israel, sacerdotes, levitas, donados e hijos de los sie rvos de Salomón, vivían en sus ciudades, cada uno en su propiedad. 4 Habitaban en Yerushalaim hijos de Judá e hijos de Benjamín. De los hijos de Judá: Ataías, hijo de Uzzías, hijo de Zacarías, hijo de Amarías, hijo de Sefatías, hijo de M ahalalel, de los hijos de Peres; 5 Maaseías, hijo de Baruc, hijo de Kol Jozé, hijo de Jazaías, hijo de Adaías, hijo de Yoyarib, hijo de Zacarías, el selanita. 6 El total de los hijos de Peres que habitaban en Yerushalaim era de 468, hombres vigorosos. 7 Los hijos de Benjamín eran: Sallú, hijo de Mesullam, hijo de Yoed, hijo de P edaías, hijo de Colaías, hijo de Maaseías, hijo de Itiel, hijo de Isaías,

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y sus hermanos, hombres vigorosos: 928. Joel, hijo de Zikrí, era su encargado y Judá, hijo de Hassenúa, era el segundo jefe de la ciudad. 10 De los sacerdotes: Yedaías, hijo de Yoyaquim, hijo de 11 Seraías, hijo de Jilquías, hijo de Mesullam, hijo de Sadoq, hijo de Merayot, hijo de Ajitub, príncipe de la Casa de Di-s, 12 y sus hermanos empleados en la obra de la Casa: 822; Adaías, hijo de Yeroj am, hijo de Pelalías, hijo de Amsí, hijo de Zacarías, hijo de Pasjur, hijo de Malkías, 13 y sus hermanos, cabezas de familia: 242; y Amasay, hijo de Azarel, hijo de Ajzay, hijo de Mesillemot, hijo de Immer, 14 y sus hermanos, hombres vigorosos: 128. Su encargado era Zabdiel, hijo d e Haggadol. 15 De los levitas: Semaías, hijo de Jassub, hijo de Azricam, hijo de Jasabías, hijo de Bunní; 16 Sabtay y Yozabad, que entre los jefes de los levitas estaban al frente d e los servicios exteriores de la Casa de Di-s; 17 Mattanías, hijo de Miká, hijo de Zabdí, hijo de Asaf, que dirigía los himnos, en tonaba la acción de gracias de la oración; Baqbuquías, el segundo entre sus hermanos; Abdías, hijo de Sammúa, hijo de Galal, hijo de Yedutún. 18 Total de los levitas en la Ciudad santa: 284. 19 Los porteros: Aqcub, Talmón y sus hermanos, que hacían la guardia de las pue rtas: 172. 20 El resto de los israelitas, de los sacerdotes y levitas, se estableció en todas las ciudades de Judá, cada uno en su heredad. 21 Los donados habitaban el Ofel; Sijá y Guispá estaban al frente de los donado s. 22 El encargado de los levitas en Yerushalaim era Uzzí, hijo de Baní, hijo de J asabías, hijo de Mattanías, hijo de Miká; era uno de los hijos de Asaf que estaban enc argados del canto según el servicio de la Casa de Di-s; 23 porque había acerca de los cantores un mandato del rey y un reglamento que fijaba los actos de cada día. 24 Petajías, hijo de Mesezabel, de los hijos de Zéraj, hijo de Judá, estaba a las órdenes del rey para todos los asuntos del pueblo, 25 y en los poblados situados en sus campos. Parte de los hijos de Judá habit aban en Quiryat Haarbá y sus aldeas anejas, en Dibón y sus aldeas anejas, en Jeqcabs el y sus poblados, 26 en Yesúa, en Moladá, en Bet Pélet, 27 en Jasar Sual, en Berseba y sus aldeas anejas, 28 en Siquelag, en Mekoná y sus aldeas anejas, 29 en Enrimmón, en Soreá, en Yarmut, 30 en Zanóaj, Adullam y sus caseríos; Lakis y su comarca, Azecá y sus aldeas anej as: se establecieron desde Berseba hasta el valle de Hinnón. 31 Algunos hijos de Benjamín habitaban en Gueba, Midmás, Ayyá, Betel y sus aldeas anejas, 32 Anatot, Nob, Ananías, 33 Jasor, Ramá, Guittayim, 34 Jadid, Seboím, Neballat, 35 Lod y Onó, y el valle de los Artesanos. 36 Había grupos de levitas en Judá y en Benjamín. Nehemías 12 1 Estos son los sacerdotes y los levitas que subieron con Zorobabel, hijo de Sealtiel, y con Josué: Seraías, Jeremías, Esdras, 2 Amarías, Malluk, Hattús, 3 Sekanías, Rejum, Meremot, 4 Iddó, Guinnetón, Abías, 5 Miyyamín, Maadías, Bilgá, 6 Semaías; además: Yoyarib, Yedaías, 7-a Sallú, Amoq, Jilquías, Yedaías. 7-b Estos eran los jefes de los sacerdotes y de sus hermanos, en tiempo de J

osué. 8 Levitas: Josué, Binnuy, Cadmiel, Serebías, Judá, Mattanías - que dirigía con sus h ermanos los himnos de acción de gracias, 9 y Baqbuquías, Unní y sus hermanos les hacían coro en sus ministerios. 10 Josué engendró a Yoyaquim; Yoyaquim engendró a Elyasib; Elyasib engendró a Yoyadá; 11 Yoyadá engendró a Yojanán, y Yojanán engendró a Yaddúa. 12 En los días de Yoyaquim los sacerdotes cabezas de familia eran: de la fami lia de Seraías: Meraías; de la familia de Jeremías: Jananías; 13 de la de Esdras: Mesullam; de la de Amarías: Yehojanán; 14 de la de Malluk: Jonatán; de la de Sekanías: José; 15 de la de Jarim: Azná; de la de Meremot: Jelcay; 16 de la de Iddó: Zacarías; de la de Guinnetón: Mesullam; 17 de la de Abías: Zikrí; de la de Miyyamín:... de la de Maadías: Piltay; 18 de la de Bilgá: Sammúa; de la de Semaías: Jonatán; 19 además: de la de Yoyarib: Mattenay; de la Yedaías: Uzzí; 20 de la de Sallú: Callay; de la de Amoq: Héber; 21 de la de Jilquías: Jasabías; de la de Yedaías: Natanael. 22 En tiempo de Elyasib, Yoyadá, Yojanán y Yaddúa, los cabezas de familias sacerd otales fueron registrados en el libro de las Crónicas, hasta el reinado de Darío el persa. 23 Los hijos de Leví: Los cabezas de familia fueron registrados en el libro d e las Crónicas, hasta el tiempo de Yojanán, nieto de Elyasib. 24 Los jefes de los levitas eran: Jasabías, Serebías, Josué, Binnuy, Cadmiel; y s us hermanos, frente por frente para ejecutar los himnos de alabanza y de acción de gracias, conforme a las instrucciones de David, hombre de Di-s, en grupos alter nos, 25 eran: Mattanías, Baqbuquías, y Abdías. Y Mesullam, Talmón y Aqcub, porteros, mon taban la guardia en los almacenes junto a las puertas. 26 Estos vivían en tiempo de Yoyaquim, hijo de Josué, hijo de Yosadaq, y en tie mpo de Nehemías, el gobernador, y de Esdras, el sacerdote - escriba. 27 Cuando la dedicación de la muralla de Yerushalaim, se buscó a los levitas po r todos los lugares para traerlos a Yerushalaim, con el fin de celebrar la dedic ación con alegría, con cánticos de acción de gracias y música de címbalos, salterios y cítara . 28 Los cantores, hijos de Leví, se congregaron de la región circundante de Yeru shalaim, de los poblados de los netofatíes, 29 de Bet Haguilgal, de los campos de Gueba y de Azmávet; porque los cantores habían construido poblados alrededor de Yerushalaim. 30 Sacerdotes y levitas se purificaron, y luego purificaron al pueblo, las puertas y la muralla. 31 Mandé entonces a los jefes de Judá que subieran a la muralla y organicé dos gr andes coros. El primero marchaba por encima de la muralla, hacia la derecha, hac ia la puerta del Muladar; 32 detrás de ellos iban Hosaías y la mitad de los jefes de Judá, 33 Azarías, Esdras, Mesullam, 34 Judá, Benjamín, Semaías y Jeremías, 35 elegidos entre los sacerdotes y provistos de trompetas; y Zacarías, hijo d e Jonatán, hijo de Semaías, hijo de Mattanías, hijo de Miká, hijo de Zakkur, hijo de Asa f, 36 con sus hermanos, Semaías, Azarel, Milalay, Guilalay, Maay, Natanael, Judá, Jananí, con los instrumentos músicos de David, hombre de Di-s. Y Esdras el escriba i ba al frente de ellos. 37 A la altura de la puerta de la Fuente, subieron a derecho por la escaler a de la Ciudad de David, por encima de la muralla, y por la subida de la Casa de David, hasta la puerta del Agua, al Oriente. 38 El segundo coro marchaba por la izquierda; yo iba detrás, con la mitad de los jefes del pueblo, por encima de la muralla, pasando por la torre de los Hor nos, hasta la muralla de la Plaza, 39 por encima de la puerta de Efraím, la puerta de los Peces, la torre de Jan anel, hasta la puerta de las Ovejas; se hizo alto en la puerta de la Prisión.

40 Luego los dos corros se colocaron en la Casa de Di-s. - Tenía yo a mi lado a la mitad de los consejeros, 41 y a los sacerdotes Elyaquim, Maaseías, Minyamín, Miká, Elyoenay, Zacarías, Jananía s, con trompetas, 42 y Maaseías, Semaías, Eleazar, Uzzí, Yehojanán, Malkiyías, Elam y Ezer -. Los canto res entonaron su canto bajo la dirección de Yizrajías. 43 Se ofrecieron aquel día grandes sacrificios y la gente se entregó a la algaz ara, pues Di-s les había concedido un gran gozo; también se regocijaron las mujeres y los niños. Y el alborozo de Yerushalaim se oía desde lejos. 44 En aquel tiempo se puso al frente de los aposentos destinados para almac enes de las ofrendas reservadas, de las primicias y de los diezmos, a hombres qu e recogiesen en ellos, del territorio de las ciudades, las porciones que la Ley otorga a los sacerdotes y a los levitas. Pues Judá se complacía en ver a los sacerdo tes y levitas en sus funciones. 45 Ellos cumplían el ministerio de su Di-s y el ministerio de las purificacio nes, junto con los cantores y los porteros, conforme a lo mandado por David y su hijo Salomón. 46 Pues ya desde un principio, desde los días de David y de Asaf, había jefes d e cantores y cánticos de alabanza y acción de gracias a Di-s. 47 Y todo Israel, en tiempo de Zorobabel y en tiempo de Nehemías, daba a los cantores y a los porteros las raciones correspondientes a cada día. A los levitas se les entregaban las cosas sagradas, y los levitas entregaban su parte a los h ijos de Aarón. Nehemías 13 1 En aquel tiempo se leyó a oídos del pueblo en el libro de Moisés, y se encontró escrito en él: = "El ammonita y el moabita no entrarán jamás en la asamblea de = Di-s, 2 = porque no recibieron = a los israelitas = con pan y agua. Tomaron a su eldo = contra ellos a = Balaam, para maldecirles, pero nuestro = Di-s = cambió la maldición en bendición." = 3 Así que, en oyendo la Ley, se excluyó de Israel a todo extranjero. 4 Antes de esto, el sacerdote Elyasib había sido encargado de los aposentos de la Casa de nuestro Di-s. Como era pariente de Tobías, 5 le había proporcionado un aposento espacioso, donde anteriormente se depos itaban las oblaciones, el incienso, los utensilios, el diezmo del trigo, del vin o y del aceite, es decir, las porciones de los levitas, los cantores y los porte ros, y lo reservado a los sacerdotes. 6 Cuando sucedía esto, yo no estaba en Yerushalaim, porque el año 32 de Artaje rjes, rey de Babilonia, había ido donde el rey; pero al cabo de algún tiempo el rey me permitió volver; 7 volví a Yerushalaim, y me enteré de la mala acción que había hecho Elyasib en fa vor de Tobías, preparándole un aposento en el atrio de la Casa de Di-s. 8 Esto me desagradó mucho; eché fuera del aposento todos los muebles de la cas a de Tobías, 9 y mandé purificar los aposentos y volver a poner en ellos los utensilios d e la Casa de Di-s, las oblaciones y el incienso. 10 Me enteré también de que ya no se entregaban las raciones de los levitas, po r lo que ellos se habían marchado cada uno a su campo - los levitas y los cantores encargados del servicio -. 11 Reprendí por ello a los consejeros diciéndoles: "¿Por qué ha sido abandonada la Casa de Di-s?" Luego los reuní de nuevo y los restablecí en sus puestos. 12 Y todo Judá trajo a los almacenes el diezmo del trigo, del vino y del acei te. 13 Puse al frente de los almacenes al sacerdote Selemías, al escriba Sadoq y Pedaías, uno de los levitas, y como ayudante, a Janán, hijo de Zakkur, hijo de Matta nías, porque eran considerados como personas fieles; les incumbía distribuir las por ciones a sus hermanos. 14 ¡Acuérdate de mí por esto, Di-s mío; no borres las obras de piedad que yo hice p or la Casa de mi Di-s y por sus servicios! 15 Por aquellos días, vi que había en Judá quienes pisaban los lagares en día de sába

do; otros acarreaban los haces de trigo y los cargaban sobre los asnos, y también vino, uva, higos y toda clase de cargas, para traerlo a Yerushalaim en día de sábado : les advertí que no vendiesen sus mercancías. 16 En Yerushalaim, algunos tirios que habitan en ella traían pescado y toda c lase de mercancías para vendérselas a los judíos en día de sábado, 17 Reprendí a los notables de Judá diciendo: "¡Qué mala acción cometéis profanando el dí del sábado! 18 ¿No fue así como obraron vuestros padres y por lo que nuestro Di-s hizo caer toda esta desgracia sobre nosotros y sobre esta ciudad? ¡Y vosotros aumentáis así la Cólera contra Israel profanando el sábado!" 19 Así que ordené que cuando la sombra cubriese las puertas de Yerushalaim, la víspera del sábado se cerrasen las puertas, y que no se abriesen hasta después del sábad o. Y puse junto a las puertas a algunos de mis hombres para que no entrase carg a alguna en día de sábado. 20 Una o dos veces, algunos mercaderes que vendían toda clase de mercancías pas aron la noche fuera de Yerushalaim, 21 pero yo les avisé diciéndoles: "¿Por qué pasáis la noche junto a la muralla? ¡Si vol véis a hacerlo, os meteré mano!" Desde entonces no volvían más en sábado. 22 Ordené también a los levitas purificarse y venir a guardar las puertas, para santificar el sábado. ¡También por esto acuérdate de mí, Di-s mío, y ten piedad de mí según gran misericordia! 23 Vi también en aquellos días que algunos judíos se habían casado con mujeres asdo ditas, ammonitas o moabitas. 24 De sus hijos, la mitad hablaban asdodeo o la lengua de uno u otro pueblo , pero no sabían ya hablar judío. 25 Yo les reprendí y les maldije, hice azotar a algunos de ellos y arrancarle s los cabellos, y los conjuré en nombre de Di-s: "¡No debéis dar vuestras hijas a sus hijos ni tomar ninguna de sus hijas por mujeres ni para vuestros hijos ni para vosotros mismos! 26 ¿No pecó en esto Salomón, rey de Israel? Entre tantas naciones no había un rey s emejante a él; era amado de su Di-s; Di-s le había hecho rey de todo Israel. Y tamb ién a él le hicieron pecar las mujeres extranjeras. 27 ¿Se tendrá que oír de vosotros que cometéis el mismo gran crimen de rebelaros co ntra nuestro Di-s casándoos con mujeres extranjeras?" 28 Uno de los hijos de Yoyadá, hijo del sumo sacerdote Elyasib, era yerno de Samballat el joronita. Yo le eché de mi lado. 29 ¡Acuérdate de estas gentes, Di-s mío, por haber mancillado el sacerdocio y la alianza de los sacerdotes y levitas! 30 Los purifiqué, pues, de todo lo extranjero. Y establecí, para los sacerdotes y levitas, reglamentos que determinaran la tarea de cada uno, 31 y lo mismo para las ofrendas de leña a plazos fijos y para las primicias. ¡A cuérdate de mí, Di-s mío, para mi bien! JOB Job 1 1 Había una vez en el país de Us un hombre llamado Job: hombre cabal, recto, q ue temía a Di-s y se apartaba del mal. 2 Le habían nacido siete hijos y tres hijas. 3 Tenía también 7.000 ovejas, 3.000 camellos, quinientas yuntas de bueyes, qui nientas asnas y una servidumbre muy numerosa. Este hombre era, pues, el más grand e de todos los hijos de Oriente. 4 Solían sus hijos celebrar banquetes en casa de cada uno de ellos, por turn o, e invitaban también a sus tres hermanas a comer y beber con ellos. 5 Al terminar los días de estos convites, Job les mandaba a llamar para puri ficarlos; luego se levantaba de madrugada y ofrecía holocaustos por cada uno de e llos. Porque se decía: "Acaso mis hijos hayan pecado y maldecido a Di-s en su cora zón." Así hacía Job siempre. 6 El día que los Hijos de Di-s venían a presentarse ante Adonai, vino también en tre ellos el Satán. 7 Adonai dijo al Satán: "¿De dónde vienes?" El Satán respondió a Adonai: "De recorre

r la tierra y pasearme por ella." 8 Y Adonai dijo al Satán: "¿No te has fijado en mi siervo Job? ¡No hay nadie com o él en la tierra; es un hombre cabal, recto, que teme a Di-s y se aparta del mal! " 9 Respondió el Satán a Adonai: "Es que Job teme a Di-s de balde? 10 ¿No has levantado tú una valla en torno a él, a su casa y a todas sus posesion es? Has bendecido la obra de sus manos y sus rebaños hormiguean por el país. 11 Pero extiende tu mano y toca todos sus bienes; ¡verás si no te maldice a la cara!" 12 Dijo Adonai al Satán: "Ahí tienes todos sus bienes en tus manos. Cuida sólo de no poner tu mano en él." Y el Satán salió de la presencia de Adonai. 13 El día en que sus hijos y sus hijas estaban comiendo y bebiendo vino en ca sa del hermano mayor, 14 vino un mensajero donde Job y le dijo: "Tus bueyes estaban arando y las asnas pastando cerca de ellos; 15 de pronto irrumpieron los sabeos y se los llevaron, y a los criados los pasaron a cuchillo. Sólo yo pude escapar para traerte la noticia." 16 Todavía estaba éste hablando, cuando llegó otro que dijo: "Cayó del cielo el fue go de Di-s, que quemó las ovejas y pastores hasta consumirlos. Sólo yo pude escapar para traerte la noticia." 17 Aún estaba hablando éste, cuando llegó otro que dijo: "Los caldeos, divididos en tres cuadrillas, se lanzaron sobre los camellos, se los llevaron, y a los cri ados los pasaron a cuchillo. Sólo yo pude escapar para traerte la noticia." 18 Todavía estaba éste hablando, cuando llegó otro que dijo: "Tus hijos y tus hij as estaban comiendo y bebiendo en casa del hermano mayor. 19 De pronto sopló un fuerte viento del lado del desierto y sacudió las cuatro esquinas de la casa; y ésta se desplomó sobre los jóvenes, que perecieron. Sólo yo pude escapar para traerte la noticia." 20 Entonces Job se levantó, rasgó su manto, se rapó la cabeza, y postrado en tier ra, 21 dijo: "Desnudo salí del seno de mi madre, desnudo allá retornaré.Adonai dio, A donai quitó: ¡Sea bendito el nombre de Adonai!" 22 En todo esto no pecó Job, ni profirió la menor insensatez contra Di-s. Job 2 1 El día en que los Hijos de Di-s venían a presentarse ante Adonai, vino también entre ellos el Satán. 2 Adonai dijo al Satán: "¿De dónde vienes?" El Satán respondió a Adonai: "De recorre r la tierra y pasearme por ella." 3 Y Adonai dijo al Satán: "¿Te has fijado en mi siervo Job? ¡No hay nadie como él en la tierra: es un hombre cabal, recto, que teme a Di-s y se aparta del mal! Aún persevera en su entereza, y bien sin razón me has incitado contra él para perderle." 4 Respondió el Satán a Adonai: "¡Piel por piel! ¡Todo lo que el hombre posee lo da por su vida! 5 Pero extiende tu mano y toca sus huesos y su carne; ¡verás si no te maldice a la cara!" 6 Y Adonai dijo al Satán: "Ahí le tienes en tus manos; pero respeta su vida." 7 El Satán salió de la presencia de Adonai, e hirió a Job con una llaga maligna desde la planta de los pies hasta la coronilla de la cabeza. 8 Job tomó una tejoleta para rascarse, y fue a sentarse entre la basura. 9 Entonces su mujer le dijo: "¿Todavía perseveras en tu entereza? ¡Maldice a Dis y muérete!" 10 Pero él le dijo: "Hablas como una estúpida cualquiera. Si aceptamos de Di-s el bien, ¿no aceptaremos el mal?" En todo esto no pecó Job con sus labios. 11 Tres amigos de Job se enteraron de todos estos males que le habían sobreve nido, y vinieron cada uno de su país: Elifaz de Temán, Bildad de Súaj y Sofar de Naama t. Y juntos decidieron ir a condolerse y consolarle. 12 Desde lejos alzaron sus ojos y no le reconocieron. Entonces rompieron a llorar a gritos. Rasgaron sus mantos y se echaron polvo sobre su cabeza. 13 Luego se sentaron en el suelo junto a él, durante siete días y siete noches.

Y ninguno le dijo una palabra, porque veían que el dolor era muy grande. Job 3 1 Después de esto, abrió Job la boca y maldijo su día. 2 Tomó Job la palabra y dijo: 3 ¡Perezca el día en que nací, y la noche que dijo: "Un varón ha sido concebido!" 4 El día aquel hágase tinieblas, no lo requiera Di-s desde lo alto, ni brille sobre él la luz. 5 Lo reclamen tinieblas y sombras, un nublado se cierna sobre él, lo estreme zca un eclipse. 6 Sí, la oscuridad de él se apodere, no se añada a los días del año, ni entre en la cuenta de los meses. 7 Y aquella noche hágase inerte, impenetrable a los clamores de alegría. 8 Maldíganla los que maldicen el día, los dispuestos a despertar a Leviatán. 9 Sean tinieblas las estrellas de su aurora, la luz espere en vano, y no v ea los párpados del alba. 10 Porque no me cerró las puertas del vientre donde estaba, ni ocultó a mis ojo s el dolor. 11 ¿Por qué no morí cuando salí del seno, o no expiré al salir del vientre? 12 ¿Por qué me acogieron dos rodillas? ¿por qué hubo dos pechos para que mamara? 13 Pues ahora descansaría tranquilo, dormiría ya en paz, 14 con los reyes y los notables de la tierra, que se construyen soledades; 15 o con los príncipes que poseen oro y llenan de plata sus moradas. 16 O ni habría existido, como aborto ocultado, como los fetos que no vieron l a luz. 17 Allí acaba la agitación de los malvados, allí descansan los exhaustos. 18 También están tranquilos los cautivos, sin oír más la voz del capataz. 19 Chicos y grandes son allí lo mismo, y el esclavo se ve libre de su dueño. 20 ¿Para qué dar la luz a un desdichado, la vida a los que tienen amargada el a lma, 21 a los que ansían la muerte que no llega y excavan en su búsqueda más que por u n tesoro, 22 a los que se alegran ante el túmulo y exultan cuando alcanzan la tumba, 23 a un hombre que ve cerrado su camino, y a quien Di-s tiene cercado? 24 Como alimento viene mi suspiro, como el agua se derraman mis lamentos. 25 Porque si de algo tengo miedo, me acaece, y me sucede lo que temo. 26 No hay para mí tranquilidad ni calma, no hay reposo: turbación es lo que lle ga. Job 4 1 Elifaz de Temán tomó la palabra y dijo: 2 Si se intentara hablarte, ¿lo soportarías?Pero ¿quién puede contener sus palabra s? 3 Mira, tú dabas lección a mucha gente, infundías vigor a las manos caídas; 4 tus razones sostenían al que vacilaba, robustecías las rodillas endebles. 5 Y ahora que otro tanto te toca, te deprimes, te alcanza el golpe a ti, y todo te turbas. 6 ¿No es tu confianza la piedad, y tu esperanza tu conducta intachable? 7 ¡Recuerda! ¿Qué inocente jamás ha perecido? ¿dónde han sido los justos extirpados? 8 Así lo he visto: los que labran maldad y siembran vejación, eso cosechan. 9 Bajo el aliento de Di-s perecen éstos, desaparecen al soplo de su ira. 10 Ruge el león, brama la leona, mas los dientes de los leoncillos quedan rot os. 11 Perece el león falto de presa, y los cachorros de la leona se dispersan. 12 A mí se me ha dicho furtivamente una palabra, mi oído ha percibido su susurr o. 13 En las pesadillas por las visiones de la noche, cuando a los hombres el letargo invade, 14 un temblor me entró, un escalofrío, que estremeció todos mis huesos... 15 Se escurre un soplo por mi rostro, eriza los pelos de mi carne.

16 Alguien surge... no puedo reconocer su cara; una imagen delante de mis o jos.Silencio..., después oigo una voz: 17 "¿Es justo ante Di-s algún mortal? ¿ante su Hacedor es puro un hombre? 18 Si no se fía de sus mismos servidores, y aun a sus ángeles achaca desvarío, 19 ¡cuánto más a los que habitan estas casas de arcilla, ellas mismas hincadas en el polvo!Se les aplasta como a una polilla; 20 de la noche a la mañana quedan pulverizados.Para siempre perecen sin adver tirlo nadie; 21 se les arranca la cuerda de su tienda, y mueren privados de sabiduría." Job 5 1 ¡Llama, pues! ¿Habrá quien te responda? ¿a cuál de los santos vas a dirigirte? 2 En verdad el enojo mata al insensato, la pasión hace morir al necio. 3 Yo mismo he visto al insensato echar raíces, y sin tardar he maldecido su morada: 4 ¡Estén sus hijos lejos de toda salvación, sin defensor hollados en la Puerta! 5 Su cosecha la devora un hambriento, pues Di-s se la quita de los dientes , y los sedientos absorben su fortuna. 6 No, no brota la iniquidad el polvo, ni germina del suelo la aflicción. 7 Es el hombre quien la aflicción engendra, como levantan el vuelo los hijos del relámpago. 8 Yo por mí a Di-s recurriría, expondría a Di-s mi causa. 9 El es autor de obras grandiosas e insondables, de maravillas sin número. 10 El derrama la lluvia sobre la haz de la tierra, y envía las aguas a los ca mpos. 11 Para poner en alto a los postrados, y que los míseros a la salud se eleven , 12 las tramas de los astutos desbarata, y sus manos no logran sus intrigas. 13 Prende a los sabios en su astucia, el consejo de los sagaces se hace cie go. 14 En pleno día tropiezan con tinieblas, a mediodía van a tientas cual si fuese de noche. 15 El salva al arruinado de sus fauces y al indigente de las manos del viol ento. 16 Así el débil renace a la esperanza, y cierra su boca la injusticia. 17 ¡Oh sí, feliz el hombre a quien corrige Di-s! ¡No desprecies, pues, la lección d e Sadday! 18 Pues él es el que hiere y el que venda la herida, el que llaga y luego cur a con su mano; 19 seis veces ha de librarte de la angustia, y a la séptima el mal no te alca nzará. 20 Durante el hambre te salvará de la muerte, y en la guerra, del alcance de la espada. 21 Estarás a cubierto del punzón de la lengua, sin miedo a la devastación, cuando se acerque. 22 Te reirás de la sequía y de la helada, y no temerás a las bestias de la tierra . 23 Pues con las piedras del campo harás alianza, la bestia salvaje vivirá en pa z contigo. 24 Sabrás que tu tienda está a cubierto, nada echarás en falta cuando revises tu morada. 25 Sabrás que tu descendencia es numerosa, tus vástagos, como la hierba de la t ierra. 26 Llegarás a la tumba vigoroso, como se hacinan las gavillas a su tiempo. 27 Todo esto es lo que hemos observado: y así es.A ti te toca escuchar y apro vecharte. Job 6 1

Job tomó la palabra y dijo:

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¡Ah, si pudiera pesarse mi aflicción, si mis males se pusieran en la balanza juntos! 3 Pesarían más que la arena de los mares: por eso mis razones se desmandan. 4 Pues las flechas de Sadday están en mí, mi espíritu bebe su veneno, y contra mí se alinean los terrores de Di-s. 5 ¿Rozna el onagro junto a la hierba verde? ¿muge el buey junto al forraje? 6 ¿Se come acaso lo insípido sin sal? en la clara del huevo ¿hay algún gusto? 7 Lo que aun tocar me repugnaba eso es ahora mi comida de enfermo. 8 ¡Ojalá se realizara lo que pido, que Di-s cumpliera mi esperanza, 9 que él consintiera en aplastarme, que soltara su mano y me segara! 10 Tendría siquiera este consuelo, exultaría de gozo en mis tormentos crueles, por no haber eludido los decretos del Santo. 11 ¿Cuál es mi fuerza para que aún espere, qué fin me espera para que aguante mi al ma? 12 ¿Es mi fuerza la fuerza de la roca? ¿es mi carne de bronce? 13 ¿No está mi apoyo en una nada? ¿no se me ha ido lejos toda ayuda? 14 El que retira la compasión al prójimo abandona el temor de Sadday. 15 Me han defraudado mis hermanos lo mismo que un torrente, igual que el le cho de torrentes que pasan: 16 turbios van de aguas de hielo, sobre ellos se disuelve la nieve; 17 pero en tiempo de estiaje se evaporan, en cuanto hace calor se extinguen en su lecho. 18 Por ellos las caravanas se apartan de su ruta, en el desierto se adentra n y se pierden. 19 Las caravanas de Temá los otean, en ellos esperan los convoyes de Sabá. 20 Pero se ve corrida su confianza; al llegar junto a ellos se quedan confu ndidos. 21 Así sois ahora vosotros para mí: veis algo horrible y os amedrentáis. 22 ¿He dicho acaso: "Dadme algo, haced regalos por mí de vuestros bienes; 23 arrancadme de la mano de un rival, de la mano de tiranos rescatadme?" 24 Instruidme, que yo me callaré; hacedme ver en qué me he equivocado. 25 ¡Qué dulces son las razones ecuánimes!, pero, ¿qué es lo que critican vuestras críti cas? 26 ¿Intentáis criticar sólo palabras, dichos desesperados que se lleva el viento? 27 ! 28 29 30

¡Vosotros echáis a suerte al mismo huérfano, especuláis con vuestro propio amigo Y ahora, por favor, volveos a mí, que no he de mentiros a la cara. ¡Tornad, pues, que no haya entuerto! ¡Tornad, que está en juego mi justicia! ¿Hay entuerto en mis labios? ¿no distingue mi paladar las cosas malas?

Job 7 1 ¿No es una milicia lo que hace el hombre en la tierra? ¿no son jornadas de m ercenario sus jornadas? 2 Como esclavo que suspira por la sombra, o como jornalero que espera su s alario, 3 así meses de desencanto son mi herencia, y mi suerte noches de dolor. 4 Al acostarme, digo: "¿Cuándo llegará el día?"Al levantarme: "¿Cuándo será de noche?", y hasta el crepúsculo ahíto estoy de sobresaltos. 5 Mi carne está cubierta de gusanos y de costras terrosas, mi piel se agriet a y supura. 6 Mis días han sido más raudos que la lanzadera, han desaparecido al acabarse el hilo. 7 Recuerda que mi vida es un soplo, que mis ojos no volverán a ver la dicha. 8 9 10

El ojo que me miraba ya no me verá, pondrás en mí tus ojos y ya no existiré. Una nube se disipa y pasa, así el que baja al seol no sube más. No regresa otra vez a su casa, no vuelve a verle su lugar.

11 Por eso yo no he de contener mi boca, hablaré en la angustia de mi espíritu, me quejaré en la amargura de mi alma. 12 ¿Acaso soy yo el Mar, soy el monstruo marino, para que pongas guardia cont ra mí? 13 Si digo: "Mi cama me consolará, compartirá mi lecho mis lamentos", 14 con sueños entonces tú me espantas, me sobresaltas con visiones. 15 ¡Preferiría mi alma el estrangulamiento, la muerte más que mis dolores! 16 Ya me disuelvo, no he de vivir por siempre; ¡déjame ya; sólo un soplo son mis días! 17 ¿Qué es el hombre para que tanto de él te ocupes, para que pongas en él tu corazón , 18 para que le escrutes todas las mañanas y a cada instante le escudriñes? 19 ¿Cuándo retirarás tu mirada de mí? ¿no me dejarás ni el tiempo de tragar saliva? 20 Si he pecado, ¿qué te he hecho a ti, oh guardián de los hombres? ¿Por qué me has h echo blanco tuyo? ¿Por qué te sirvo de cuidado? 21 ¿Y por qué no toleras mi delito y dejas pasar mi falta?Pues ahora me acostaré en el polvo, me buscarás y ya no existiré. Job 8 1 Bildad de Súaj tomó la palabra y dijo: 2 ¿Hasta cuándo estarás hablando de ese modo, y un gran viento serán las razones d e tu boca? 3 ¿Acaso Di-s tuerce el derecho,Sadday pervierte la justicia? 4 Si tus hijos pecaron contra él, ya los dejó a merced de sus delitos. 5 Mas si tú a Di-s recurres e imploras a Sadday, 6 si eres irreprochable y recto, desde ahora él velará sobre ti y restaurará tu morada de justicia. 7 Tu pasado parecerá insignificante el lado de tu espléndido futuro. 8 Pregunta, si no, a la generación pasada, medita en la experiencia de sus p adres. 9 Nosotros de ayer somos y no sabemos nada, como una sombra nuestros días en la tierra. 10 Pero ellos te instruirán y te hablarán, y de su corazón sacarán estas máximas: 11 "¿Brota acaso el papiro sin marismas? ¿Crece sin agua el junco? 12 Aún en su verdor, sin ser cortado, antes que toda otra hierba se marchita. 13 14 15 16 os. 17 18 19 ." 20 21 22 os. Job 9 1 2 3 4 brado? 5 . 6

Tal es el fin de los que a Di-s olvidan, así fenece la esperanza del impío. Su confianza es un hilo solamente, su seguridad una tela de araña. Se apoya en su morada, y no le aguanta, se agarra a ella y no resiste. Bien regado ante la faz del sol, por encima de su huerto salían sus renuev Sobre un majano entrelazadas sus raíces, vivía en una casa de piedra. Mas cuando se le arranca de su sitio, éste le niega: "¡No te he visto jamás!" Y vedle ya cómo se pudre en el camino, mientras que del suelo brotan otros No, Di-s no rechaza al íntegro, ni da la mano a los malvados. La risa ha de llenar aún tu boca y tus labios el clamor de júbilo. Tus enemigos serán cubiertos de vergüenza, y desaparecerá la tienda de los mal

Job tomó la palabra y dijo: Bien sé yo, en verdad, que es así: ¿cómo ante Di-s puede ser justo un hombre? A quien pretenda litigar con él, no le responderá ni una vez entre mil. Entre los más sabios, entre los más fuertes, ¿quién le hizo frente y salió bien li El traslada los montes sin que se den cuenta, y los zarandea en su furor El sacude la tierra de su sitio, y se tambalean sus columnas.

7

A su veto el sol no se levanta, y pone un sello a las estrellas. 8 El solo desplegó los Cielos, y holló la espalda de la Mar. El hizo la Osa y Orión, las Cabrillas y las Cámaras del Sur. Es autor de obras grandiosas, insondables, de maravillas sin número. Si pasa junto a mí, yo no le veo, si se desliza, no le advierto. Si en algo hace presa, ¿quién le estorbará? ¿quién le dirá: "¿Qué es lo que haces?" Di-s no cede en su cólera: bajo él quedan postrados los esbirros de Ráhab. ¡Cuánto menos podré yo defenderme y rebuscar razones frente a él! Aunque tuviera razón, no hallaría respuesta, ¡a mi juez tendría que suplicar! Y aunque le llame y me responda, aún no creo que escuchará mi voz. ¡El, que me aplasta por un pelo, que multiplica sin razón mis heridas, y ni aliento recobrar me deja, sino que me harta de amargura! Si se trata de fuerza, ¡es él el Poderoso!Si de justicia, ¿quién le emplazará? Si me creo justo, su boca me condena, si intachable, me declara perverso

9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 . 21 ¿Soy intachable? ¡Ni yo mismo me conozco, y desprecio mi vida! 22 Pero todo da igual, y por eso digo: él extermina al intachable y al malvad o. 23 Si un azote acarrea la muerte de improviso, él se ríe de la angustia de los inocentes. 24 En un país sujeto al poder de un malvado, él pone un velo en el rostro de su s jueces: si no es él, ¿quién puede ser? 25 Mis días han sido más raudos que un correo, se han ido sin ver la dicha. 26 Se han deslizado lo mismo que canoas de junco, como águila que cae sobre l a presa. 27 Si digo: "Voy a olvidar mis quejas, mudaré de semblante para ponerme alegr e", 28 me asalta el temor de todos mis pesares, pues sé que tú no me tendrás por inoc ente. 29 Y si me he hecho culpable, ¿para qué voy a fatigarme en vano? 30 Aunque me lave con jabón, y limpie mis manos con lejía, 31 tú me hundes en el lodo, y mis propios vestidos tienen horror de mí. 32 Que él no es un hombre como yo, para que le responda, para comparecer junt os en juicio. 33 No hay entre nosotros árbitro que ponga su mano entre los dos, 34 y que de mí su vara aparte para que no me espante su terror. 35 Pero hablaré sin temerle, pues yo no soy así para mí mismo. Job 10 1 Asco tiene mi alma de mi vida: derramaré mis quejas sobre mí, hablaré en la am argura de mi alma. 2 Diré a Di-s: ¡No me condenes, hazme saber por qué me enjuicias! 3 ¿Acaso te está bien mostrarte duro, menospreciar la obra de tus manos, y el plan de los malvados avalar? 4 ¿Tienes tú ojos de carne? ¿Como ve un mortal, ves tú? 5 ¿Son tus días como los de un mortal? ¿tus años como los días de un hombre?, 6 ¡para que andes rebuscando mi falta, inquiriendo mi pecado, 7 aunque sabes muy bien que yo no soy culpable, y que nadie puede de tus m anos librar! 8 Tus manos me formaron, me plasmaron, ¡y luego, en arrebato, quieres destru irme! 9 Recuerda que me hiciste como se amasa el barro, y que al polvo has de de volverme. 10 ¿No me vertiste como leche y me cuajaste como queso? 11 De piel y de carne me vestiste y me tejiste de huesos y de nervios. 12 13 14 15

Luego con la vida me agraciaste y tu solicitud cuidó mi aliento. Y algo más todavía guardabas en tu corazón, sé lo que aún en tu mente quedaba: el vigilarme por si peco. y no verme inocente de mi culpa. Si soy culpable, ¡desgraciado de mí! y si soy inocente, no levanto la cabeza

, ¡yo saturado de ignominia, borracho de aflicción! 16 Y si la levanto, como un león me das caza, y repites tus proezas a mi cost a. 17 Contra mí tu hostilidad renuevas, redoblas tu saña contra mí; sin tregua me as altan tus tropas de relevo. 18 ¿Para qué me sacaste del seno?Habría muerto sin que me viera ningún ojo; 19 sería como si no hubiera existido, del vientre se me habría llevado hasta la tumba. 20 ¿No son bien poco los días de mi existencia?Apártate de mí para gozar de un poco de consuelo, 21 antes que me vaya, para ya no volver, a la tierra de tinieblas y de somb ra, 22 tierra de oscuridad y de desorden, donde la misma claridad es como la ca lígine.

Job 11 1 Sofar de Naamat tomó la palabra y dijo: 2 ¿No habrá respuesta para el charlatán? ¿por ser locuaz se va a tener razón? 3 ¿Tu palabrería hará callar a los demás? ¿te mofarás sin que nadie te confunda? 4 Tú has dicho: "Es pura mi conducta, a tus ojos soy irreprochable." 5 ¡Ojalá Di-s hablara, que abriera sus labios para responderte 6 y te revelara los arcanos de la Sabiduría que desconciertan toda sagacidad !Sabrías entonces que Di-s olvida aún parte de tu culpa. 7 ¿Pretendes alcanzar las honduras de Di-s, llegar hasta la perfección de Sadd ay? 8 Más alta es que los cielos: ¿qué harás tú? más honda que el seol: ¿qué puedes tú sabe 9 Más larga que la tierra su amplitud, y más ancha que el mar. 10 Si él interviene, encarcela y cita a juicio, ¿quién se lo impedirá? 11 Porque él conoce a los hombres de engaño, ve la iniquidad y atiende a ella. 12 El insensato se hará cuerdo cuando un pollino de onagro nazca hombre. 13 Pero si tú tu corazón arreglas y tiendes tus palmas hacia él, 14 si alejas la iniquidad que hay en tu mano y no dejas que more en tus tie ndas la injusticia, 15 entonces alzarás tu frente limpia, te sentirás firme y sin temor. 16 Dejarás tu infortunio en el olvido como agua pasada lo recordarás. 17 Y más radiante que el mediodía surgirá tu existencia, como la mañana será la oscur idad. 18 Vivirás seguro porque habrá esperanza, aun después de confundido te acostarás tr anquilo. 19 Cuando descanses, nadie te turbará, y adularán muchos tu rostro. 20 Mas los ojos de los malvados languidecen, todo refugio les fracasa; su e speranza es el último suspiro. Job 12 1 Job tomó la palabra y dijo: 2 En verdad, vosotros sois el pueblo, con vosotros la Sabiduría morirá. 3 Yo también sé pensar como vosotros, no os cedo en nada: ¿a quién se le ocultan e sas cosas? 4 La irrisión de su amigo, eso soy yo, cuando grito hacia Di-s para obtener repuesta. ¡Irrisión es el justo perfecto! 5 "¡Al infortunio, el desprecio! - opinan los dichosos -; ¡un golpe más a quien vacila!" 6 Mientras viven en paz las tiendas de los salteadores, en plena seguridad los que irritan a Di-s, los que meten a Di-s en su puño! 7 Pero interroga a las bestias, que te instruyan, a las aves del cielo, qu e te informen. 8 Te instruirán los reptiles de la tierra, te enseñarán los peces del mar. 9 Pues entre todos ellos, ¿quién ignora que la mano de Di-s ha hecho esto?

10 El, que tiene en su mano el alma de todo ser viviente y el soplo de toda carne de hombre. 11 ¿No es el oído el que aprecia los discursos, como el paladar saborea los man jares? 12 ¿No está entre los ancianos el saber, en los muchos años la inteligencia? 13 Pero con él sabiduría y poder, de él la inteligencia y el consejo. 14 Si él destruye, no se puede edificar; si a alguno encierra, no se puede ab rir. 15 Si retiene las aguas, sobreviene sequía, si las suelta, avasallan la tierr a. 16 Con él la fuerza y la agudeza; suyos son seducido y seductor. 17 A los consejeros hace él andar descalzos, y entontece a los jueces. 18 Desata la banda de los reyes y les pasa una soga por los lomos. 19 Hace andar descalzos a los sacerdotes y derriba a los que están más firmes. 20 Quita el habla a los más hábiles y a los ancianos arrebata el juicio. 21 Sobre los nobles vierte el menosprecio y suelta la correa de los fuerte s. 22 Revela la profundidad de las tinieblas, y saca a la luz la sombra. 23 Levanta a las naciones y luego las destruye, ensancha a los pueblos y lu ego los suprime. 24 Quita el ánimo a los jefes del país, los hace vagar por desierto sin camino; 25

y andan a tientas en tinieblas, sin luz, se tambalean como un ebrio.

Job 13 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 rcilla.

¡Oh!, mis ojos han visto todo esto, mis orejas lo han oído y entendido. Sí, yo lo sé tan bien como vosotros, no os cedo en nada. Pero es a Sadday a quien yo hablo, a Di-s quiero hacer mis réplicas. Vosotros no sois más que charlatanes, curanderos todos de quimeras. ¡Oh, si os callarais la boca! sería eso vuestra sabiduría. Oíd mis descargos, os lo ruego, atended a la defensa de mis labios. ¿En defensa de Di-s decís falsía, y por su causa razones mentirosas? ¿Así lucháis en su favor y de Di-s os hacéis abogados? ¿No convendría que él os sondease? ¿Jugaréis con él como se juega con un hombre? El os dará una severa corrección, si en secreto hacéis favor a alguno. ¿Su majestad no os sobrecoge, no os impone su terror? Máximas de ceniza son vuestras sentencias, vuestras réplicas son réplicas de a

13 ¡Dejad de hablarme, porque voy a hablar yo, venga lo que viniere! 14 Tomo mi carne entre mis dientes, pongo mi alma entre mis manos. 15 El me puede matar: no tengo otra esperanza que defender mi conducta ante su faz. 16 Y esto mismo será mi salvación, pues un impío no comparece en su presencia. 17 Escuchad, escuchad mis palabras, prestad oído a mis declaraciones. 18 Mirad: un proceso he preparado, consciente de que tengo razón. 19 ¿Quién es el que quiere litigar conmigo? ¡Pues desde ahora acepto callar y per ecer! 20 Sólo dos cosas te pido que me ahorres, y no me esconderé de tu presencia: 21 que retires tu mano que pesa sobre mí, y no me espante tu terror. 22 Arguye tú y yo responderé; o bien yo hablaré y tú contestarás. 23 ¿Cuántas son mis faltas y pecados? ¡Mi delito, mi pecado, házmelos saber! 24 ¿Por qué tu rostro ocultas y me tienes por enemigo tuyo? 25 ¿Quieres asustar a una hoja que se lleva el viento, perseguir una paja sec a? 26 Pues escribes contra mí amargos fallos, me imputas las faltas de mi juvent ud; 27 pones mis pies en cepos, vigilas mis pasos todos y mides la huella de mi s pies. 28 Y él se deshace cual leño carcomido, como vestido que roe la polilla,

Job 14 1 el hombre, nacido de mujer, corto de días y harto de tormentos. 2 Como la flor, brota y se marchita, y huye como la sombra sin pararse. 3 ¡Y sobre un ser tal abres tú los ojos, le citas a juicio frente a ti! 4 Mas ¿quién podrá sacar lo puro de lo impuro? ¡Ninguno! 5 Si es que están contados ya sus días, si te es sabida la cuenta de sus meses , si un límite le has fijado que no franqueará, 6 aparta de él tus ojos, déjale, hasta que acabe, como un jornalero, su jornad a. 7 Una esperanza guarda el árbol: si es cortado, aún puede retoñar, y no dejará de echar renuevos. 8 Incluso con raíces en tierra envejecidas, con un tronco que se muere en el polvo, 9 en cuanto siente el agua, reflorece y echa ramaje como una planta joven. 10

Pero el hombre que muere queda inerte, cuando un humano expira, ¿dónde está?

11 Podrán agotarse las aguas del mar, sumirse los ríos y secarse, 12 que el hombre que yace no se levantará, se gastarán los cielos antes que se despierte, antes que surja de su sueño. 13 ¡Ojalá en el seol tú me guardaras, me escondieras allí mientras pasa tu cólera, y una tregua me dieras, para acordarte de mí luego 14 - pues, muerto el hombre, ¿puede revivir? - todos los días de mi milicia esp eraría, hasta que llegara mi relevo! 15 16 17 18 19 las tú 20 21 tera. 22

Me llamarías y te respondería; reclamarías la obra de tus manos. En lugar de contar mi pasos, como ahora, no te cuidarías más de mis pecados;

Job 15 1 2 3 4 e Di-s! 5

dentro de un saco se sellaría mi delito, y blanquearías mi falta. Ay, como el monte acabará por derrumbarse, la roca cambiará de sitio, las aguas desgastarán las piedras, inundará una llena los terrenos, así aniqui la esperanza del hombre. Le aplastas para siempre, y se va, desfiguras su rostro y le despides. Que sean honrados sus hijos, no lo sabe; que sean despreciados, no se en Tan solo por él sufre su carne, sólo por él se lamenta su alma. Elifaz de Temán tomó la palabra y dijo: ¿Responde un sabio con una ciencia de aire, hincha su vientre de solano, replicando con palabras vacías, con discursos inútiles? ¡Tú llegas incluso a destruir la piedad, a anular los piadosos coloquios ant Ya que tu culpa inspira tus palabras, y eliges el hablar de los astutos,

6 a ti. 7 inas? 8 9

tu propia boca te condena, que no yo, tus mismos labios atestiguan contr

10 e! 11 e dice? 12 13 14

¡También entre nosotros hay un cano, un anciano, más cargado de días que tu padr

¿Has nacido tú el primero de los hombres? ¿Se te dio a luz antes que a las col ¿Escuchas acaso los secretos de Di-s? ¿acaparas la sabiduría?! ¿Qué sabes tú, que nosotros no sepamos? ¿qué comprendes, que a nosotros se escape?

¿Te parecen poco los consuelos divinos, y una palabra que con dulzura se t ¡Cómo te arrebata el corazón, qué aviesos son tus ojos, cuando revuelves contra Di-s tu furia y echas palabras por la boca! ¿Cómo puede ser puro un hombre? ¿cómo ser justo el nacido de mujer?

15 Si ni en sus santos tiene Di-s confianza, y ni los cielos son puros a su s ojos, 16 ¡cuánto menos un ser abominable y corrompido, el hombre, que bebe la iniquid ad como agua! 17 Voy a instruirte, escúchame, voy a contarte lo que he visto, 18 lo que transmiten los sabios, sin pasar por alto nada de sus padres, 19 - a ellos solos les fue dada la tierra, sin que se mezclara extranjero e ntre ellos -: 20 "Todos sus días vive el malvado en tormento, contados están los años asignados al tirano. 21 Grito de espanto resuena en sus oídos, en plena paz el bandido le asalta. 22 No espera escapar a las tinieblas, y se ve destinado a la espada. 23 Asignado como pasto de los buitres, sabe que su ruina es inminente.La ho ra de las tinieblas 24 le espanta, la ansiedad y la angustia le invaden, como un rey pronto al asalto. 25 ¡Alzaba él su mano contra Di-s, se atrevía a retar a Sadday! 26 Embestía contra él, el cuello tenso, tras las macizas gibas de su escudo; 27 porque tenía el rostro cubierto de grasa, en sus ijadas había echado sebo, 28 y habitaba ciudades destruidas, casas inhabitadas que amenazaban convert irse en ruinas. 29 No se enriquecerá, no será estable su fortuna, su sombra no cubrirá la tierra, 30 (ni escapará a las tinieblas).Agotará sus renuevos la llama, su flor será barr ida por el viento. 31 No se fíe de su elevada talla, pues vanidad es su follaje. 32 Se amustiará antes de tiempo, y sus ramas no reverdecerán. 33 Sacudirá como la viña sus agraces, como el olivo dejará caer su flor. 34 Sí, es estéril la ralea del impío, devora el fuego la tienda del soborno. 35 Quien concibe dolor, desgracia engendra, su vientre incuba decepción" Job 16 1 Job tomó la palabra y dijo: 2 ¡He oído muchas cosas como ésas! ¡Consoladores funestos sois todos vosotros! 3 "¿No acabarán esas palabras de aire?"O: "¿qué es lo que te pica para responder?" 4 También yo podría hablar como vosotros, si estuvierais en mi lugar; contra v osotros ordenaría discursos, meneando por vosotros mi cabeza; 5 os confortaría con mi boca, y no dejaría de mover los labios. 6 7 8

Mas si hablo, no cede mi dolor, y si callo, ¿acaso me perdona? Ahora me tiene ya extenuado; tú has llenado de horror a toda la reunión que me acorrala; mi calumniador se ha hecho mi testigo, se alza contra mí, a la cara me acusa; 9 su furia me desgarra y me persigue, rechinando sus dientes contra mí.Mis a dversarios aguzan sobre mí sus ojos, 10 abren su boca contra mí.Ultrajándome hieren mis mejillas, a una se amotinan contra mí. 11 A injustos Di-s me entrega, me arroja en manos de malvados. 12 Estaba yo tranquilo cuando él me golpeó, me agarró por la nuca para despedazar me.Me ha hecho blanco suyo: 13 me cerca con sus tiros, traspasa mis entrañas sin piedad y derrama por tie rra mi hiel. 14 Abre en mí brecha sobre brecha, irrumpe contra mí como un guerrero. 15 Yo he cosido un sayal sobre mi piel, he hundido mi frente en el polvo. 16 Mi rostro ha enrojecido por el llanto, la sombra mis párpados recubre. 17 Y eso que no hay en mis manos violencia, y mi oración es pura. 18 ¡Tierra, no cubras tú mi sangre, y no quede en secreto mi clamor! 19 Ahora todavía está en los cielos mi testigo, allá en lo alto está mi defensor,

20 21 l! 22 o.

que interpreta ante Di-s mis pensamientos; ante él fluyen mis ojos: ¡Oh, si él juzgara entre un hombre y Di-s, como entre un mortal y otro morta Pues mis años futuros son contados, y voy a emprender el camino sin retorn

Job 17 1 Mi aliento se agota, mis días se apagan sólo me queda el cementerio. 2 ¿No estoy a merced de las burlas, y en amarguras pasan mis ojos las noches ? 3 Coloca, pues, mi fianza junto a ti, ¿quién, si no, querrá chocar mi mano? 4 Tú has cerrado su mente a la razón, por eso ninguna mano se levanta 5 Como el que anuncia a sus amigos un reparto, cuando languidecen los ojos de sus hijos, 6 me he hecho yo proverbio de las gentes, alguien a quien escupen en la ca ra. 7 Mis ojos se apagan de pesar, mis miembros se desvanecen como sombra. 8 Los hombres rectos quedan de ello asombrados, contra el impío se indigna e l inocente; 9 el justo se afianza en su camino, y el de manos puras redobla su energía. 10 Pero, vosotros todos, volved otra vez, ¡no hallaré un solo sabio entre vosot ros! 11 Mis días han pasado con mis planes, se han deshecho los deseos de mi corazón . 12 Algunos hacen de la noche día: se acercaría la luz que ahuyenta las tiniebla s. 13 Mas ¿qué espero? Mi casa es el seol, en las tinieblas extendí mi lecho. 14 Y grito a la fosa: "¡Tú mi padre!", a los gusanos: "¡Mi madre y mis hermanos!" 15 16

¿Dónde está, pues, mi esperanza? y mi felicidad ¿quién la divisa? ¿Van a bajar conmigo hasta el seol? ¿Nos hundiremos juntos en el polvo?

Job 18 1 Bildad de Súaj tomó la palabra y dijo: 2 ¿Cuándo pondréis freno a las palabras?Reflexionad, y después hablaremos. 3 ¿Por qué hemos de ser tenidos como bestias, y a vuestros ojos somos impuros? 4 Oh tú, que te desgarras en tu cólera, ¿la tierra acaso quedará por ti desierta, se moverá la roca de su sitio? 5 Sí, la luz del malvado ha de apagarse, ya no brillará su ardiente llama. 6 La luz en su tienda se oscurece, de encima de él se apaga la candela. 7 Se acortan sus pasos vigorosos, le pierde su propio consejo. 8 Porque sus pies le meten en la red, entre mallas camina. 9 Por el talón le apresa un lazo, el cepo se cierra sobre él. 10 Oculto en la tierra hay un nudo para él, una trampa le espera en el sender o. 11 Por todas partes le estremecen terrores, y le persiguen paso a paso. 12 El hambre es su cortejo, la desgracia se adhiere a su costado. 13 Devora el mal su piel, el Primogénito de la Muerte roe sus miembros. 14 Se le arranca del seguro de su tienda, se le lleva donde el Rey de los t errores. 15 Se ocupa su tienda, ya no suya, se esparce azufre en su morada. 16 Por abajo se secan sus raíces, por arriba se amustia su ramaje. 17 Su recuerdo desaparece de la tierra, no le queda nombre en la comarca. 18 Se le arroja de la luz a las tinieblas, del orbe se le expulsa. 19 Ni prole ni posteridad tiene en su pueblo, ningún superviviente en sus mor adas. 20 De su fin se estremece el Occidente, y el Oriente queda preso de terror.

21 ce.

Tan sólo esto son las moradas del impío, tal el lugar del que a Di-s descono

Job 19 1 Job tomó la palabra y dijo: 2 ¿Hasta cuándo afligiréis mi alma y a palabras me acribillaréis? 3 Ya me habéis insultado por diez veces, me habéis zarandeado sin reparo. 4 Aunque de hecho hubiese errado, en mí solo quedaría mi yerro. 5 Si es que aún queréis triunfar de mí y mi oprobio reprocharme, 6 sabed ya que es Di-s quien me hace entuerto, y el que en su red me envue lve. 7 Si grito: ¡Violencia!, no obtengo respuesta; por más que apelo, no hay justi cia. 8 El ha vallado mi ruta para que yo no pase, ha cubierto mis senderos de t inieblas. 9 Me ha despojado de mi gloria, ha arrancado la corona de mi frente. 10 Por todas partes me mina y desaparezco, arranca como un árbol mi esperanza . 11 Enciende su ira contra mí, me considera su enemigo. 12 En masa sus huestes han llegado, su marcha de asalto han abierto contra mí, han puesto cerco a mi tienda. 13 A mis hermanos ha alejado de mí, mis conocidos tratan de esquivarme. 14 Parientes y deudos ya no tengo, los huéspedes de mi casa me olvidaron. 15 Por un extraño me tienen mis criadas, soy a sus ojos un desconocido. 16 Llamo a mi criado y no responde, aunque le implore con mi propia boca. 17 Mi aliento repele a mi mujer, fétido soy para los hijos de mi vientre. 18 Hasta los chiquillos me desprecian, si me levanto, me hacen burla. 19 Tienen horror de mí todos mis íntimos, los que yo más amaba se han vuelto cont ra mí. 20 Bajo mi piel mi carne cae podrida, mis huesos se desnudan como dientes. 21 ¡Piedad, piedad de mí, vosotros mis amigos, que es la mano de Di-s la que me ha herido! 22 ¿Por qué os cebáis en mí como hace Di-s, y no os sentís ya ahítos de mi carne? 23 ¡Ojalá se escribieran mis palabras, ojalá en monumento se grabaran, 24 y con punzón de hierro y buril, para siempre en la roca se esculpieran! 25 Yo sé que mi Defensor está vivo, y que él, el último, se levantará sobre el polvo. 26 Tras mi despertar me alzará junto a él, y con mi propia carne veré a Di-s. 27 Yo, sí, yo mismo le veré, mis ojos le mirarán, no ningún otro. ¡Dentro de mí languid ecen mis entrañas! 28 Y si vosotros decís: "¿Cómo atraparle, qué pretexto hallaremos contra él?", 29 temed la espada por vosotros mismos, pues la ira se encenderá contra las c ulpas y sabréis que hay un juicio. Job 20 1 Sofar de Naamat tomó la palabra y dijo: 2 Por esto mis pensamientos a replicar me incitan: por la impaciencia que me urge. 3 Una lección que me ultraja he escuchado, mas el soplo de mi inteligencia m e incita a responder. 4 ¿No sabes tú que desde siempre, desde que el hombre en la tierra fue puesto, 5 6

es breve la alegría del malvado, y de un instante el gozo del impío? Aunque su talla se alzara hasta los cielos y las nubes tocara su cabeza,

7

como un fantasma desaparece para siempre, los que le veían dicen: "¿Dónde está?"

8 Se vuela como un sueño inaprensible, se le ahuyenta igual que a una visión n octurna. 9 El ojo que le observaba ya no le ve más, ni le divisa el lugar donde estab

a. 10 A los pobres tendrán que indemnizar sus hijos, sus niños habrán de devolver su s bienes. 11 Sus huesos rebosaban de vigor juvenil: mas ya con él postrado está en el pol vo. 12 Si el mal era dulce a su boca, si bajo su lengua lo albergaba, 13 si allí lo guardaba tenazmente y en medio del paladar lo retenía, 14 su alimento en sus entrañas se corrompe, en su interior se le hace hiel de áspid. 15 Vomita las riquezas que engulló,Di-s se las arranca de su vientre. 16 Veneno de áspides chupaba: lengua de víbora le mata. 17 Ya no verá los arroyos de aceite, los torrentes de miel y de cuajada. 18 Devuelve su ganancia sin tragarla, no saborea el fruto de su negocio. 19 Porque estrujó las chozas de los pobres, robó casas en vez de construirlas; 20 porque su vientre se mostró insaciable, sus tesoros no le salvarán; 21 porque a su voracidad nada escapaba, por eso no dura su prosperidad. 22 En plena abundancia la estrechez le sorprende, la desgracia, en tromba, cae sobre él. 23 En el momento de llenar su vientre, suelta Di-s contra él el ardor de su cól era y lanza sobre su carne una lluvia de saetas. 24 Si del arma de hierro logra huir, el arco de bronce le traspasa. 25 Sale una flecha por su espalda, una hoja fulgurante de su hígado.Los terro res se abalanzan sobre él, 26 total tiniebla aguarda a sus tesoros.Un fuego que nadie atiza le devora, y consume lo que en su tienda aún queda, 27 Los cielos ponen su culpa al descubierto, y la tierra se alza contra él. 28 La hacienda de su casa se derrama, como torrentes, en el día de la cólera. 29 Tal es la suerte que al malvado Di-s reserva, la herencia de Di-s para e l maldito. Job 21 1 Job tomó la palabra y dijo: 2 Escuchad, escuchad mis razones, dadme siquiera este consuelo. 3 Tened paciencia mientras hablo yo, cuando haya hablado, os podréis burlar. 4 5 6 ofrío. 7 8

¿Acaso me quejo yo de un hombre? ¿Por qué entonces no he de ser impaciente? Volved hacia mí: quedaréis espantados y la mano pondréis en vuestra boca. Que yo mismo me horrorizo al recordarlo, y mi carne es presa de un escal

9 10 11 12

En paz sus casas, nada temen, la vara de Di-s no cae sobre ellos. Su toro fecunda sin marrar, sin abortar su vaca pare. Dejan correr a sus niños como ovejas, sus hijos brincan como ciervos. Cantan con arpa y cítara, al son de la flauta se divierten.

¿Por qué siguen viviendo los malvados, envejecen y aún crecen en poder? Su descendencia ante ellos se afianza, sus vástagos se afirman a su vista.

13 Acaban su vida en la ventura, en paz descienden al seol. 14 Y con todo, a Di-s decían: "¡Lejos de nosotros, no queremos conocer tus cami nos! 15 ¿Qué es Sadday para que le sirvamos, qué podemos ganar con aplacarle?" 16 ¿No está en sus propias manos su ventura, aunque el consejo de los malos que de lejos de Di-s? 17 ¿Cuántas veces la lámpara de los malos se apaga, su desgracia irrumpe sobre el los, y él reparte dolores en su cólera? 18 ¿Son como paja ante el viento, como tamo que arrebata un torbellino? 19 ¿Va a guardar Di-s para sus hijos su castigo? ¡que le castigue a él, para que sepa!

20 ¡Vea su ruina con sus propios ojos, beba de la furia de Sadday! 21 ¿Qué le importa la suerte de su casa, después de él, cuando se haya cortado la c uenta de sus meses? 22 Pero, ¿se enseña a Di-s la ciencia? ¡Si es él quien juzga a los seres más excelsos ! 23 Hay quien muere en su pleno vigor, en el colmo de la dicha y de la paz, 24 repletos de grasa su ijares, bien empapado el meollo de sus huesos. 25 Y hay quien muere, la amargura en el alma, sin haber gustado la ventura. 26 27 28 s?" 29 eren? 30 ueda a 31 32 33 o. 34

Juntos luego se acuestan en el polvo, y los gusanos los recubren. ¡Oh, sé muy bien lo que pensáis, las malas ideas que os formáis sobre mí! "¿Dónde está, os decís, la casa del magnate? ¿dónde la tienda que habitaban los malo ¿No habéis interrogado a los viandantes? ¿no os han pasmado los casos que refi Que el malo es preservado en el día del desastre, en el día de los furores q salvo. Pues, ¿quién le echa en cara su conducta y le da el merecido de su obras? Cuando es llevado al cementerio, sobre el mausoleo hace vela. Dulces le son los terrones del torrente, y detrás de él desfila todo el mund ¿Cómo, pues, me consoláis tan en vano? ¡Pura falacia son vuestras respuestas!

Job 22 1 Elifaz de Temán tomó la palabra y dijo: 2 ¿Acaso a Di-s puede un hombre ser útil? ¡Sólo a sí mismo es útil el sensato! 3 ¿Tiene algún interés Sadday por tu justicia? ¿Gana algo con que seas intachable? 4 ¿Acaso por tu piedad él te corrige y entra en juicio contigo? 5 ¿No será más bien por tu mucha maldad, por tus culpas sin límite? 6 Porque exigías sin razón prendas a tus hermanos, arrancabas a los desnudos s us vestidos, 7 no dabas agua al sediento, al hambriento le negabas el pan; 8 como hombre fuerte que hace suyo el país, y, rostro altivo, se sitúa en él, 9 despachabas a las viudas con las manos vacías y quebrabas los brazos de lo s huérfanos. 10 Por eso los lazos te aprisionan y te estremece un pavor súbito. 11 La luz se hace tiniebla, y ya no ves, y una masa de agua te sumerge. 12 ¿No está Di-s en lo alto de los cielos? ¡Mira la cabeza de las estrellas, qué al tas! 13 Y tú has dicho: "¿Qué conoce Di-s? ¿Discierne acaso a través del nublado? 14 Un velo opaco son las nubes para él, y anda por el contorno de los cielos. " 15 ¿Vas a seguir tú la ruta antigua que anduvieron los hombres perversos? 16 Antes de tiempo fueron aventados, cuando un río arrasó sus cimientos. 17 Los que decían a Di-s: "¡Apártate de nosotros! ¿Qué puede hacernos Sadday?" 18 Y era él el que colmaba sus casas de ventura, aunque el consejo de los mal os seguía lejos de él. 19 Al verlo los justos se recrean, y de ellos hace burla el inocente: 20 "¡Cómo acabó nuestro adversario! ¡el fuego ha devorado su opulencia!". 21 Reconcíliate con él y haz la paz: así tu dicha te será devuelta. 22 Recibe de su boca la enseñanza, pon sus palabras en tu corazón. 23 Si vuelves a Sadday con humildad, si alejas de tu tienda la injusticia, 24 si tiras al polvo el oro, el Ofir a los guijarros del torrente, 25 26 27 28

Sadday se te hará lingotes de oro y plata a montones para ti. Tendrás entonces en Sadday tus delicias y hacia Di-s levantarás tu rostro. El escuchará cuando le invoques, y podrás cumplir tus votos. Todo lo que emprendas saldrá bien, y por tus caminos brillará la luz.

29 Porque él abate el orgullo de los grandes, y salva al que baja los ojos. 30 El libra al inocente; si son tus manos puras, serás salvo. Job 23 1 Job tomó la palabra y dijo: 2 Todavía mi queja es una rebelión; su mano pesa sobre mi gemido. 3 ¡Quién me diera saber encontrarle, poder llegar a su morada! 4 Un proceso abriría delante de él, llenaría mi boca de argumentos. 5 Sabría las palabras de su réplica, comprendería lo que me dijera. 6 ¿Precisaría gran fuerza para disputar conmigo?No, tan sólo tendría que prestarme atención. 7 Reconocería en su adversario a un hombre recto, y yo me libraría de mi juez para siempre. 8 Si voy hacia el oriente, no está allí; si al occidente, no le advierto. 9 Cuando le busco al norte, no aparece, y tampoco le veo si vuelvo al medi odía. 10 Pero él mis pasos todos sabe: ¡probado en el crisol, saldré oro puro! 11 Mi pie se ha adherido a su paso, he guardado su ruta sin desvío; 12 del mandato de sus labios no me aparto, he albergado en mi seno las pala bras de su boca. 13 Mas él decide, ¿quién le hará retractarse?Lo que su alma ha proyectado lleva a tér mino. 14 Así ejecutará mi sentencia, como tantas otras decisiones suyas. 15 Por eso estoy, ante él, horrorizado, y cuanto más lo pienso, más me espanta. 16 Di-s me ha enervado el corazón,Sadday me ha aterrorizado. 17 Pues no he desaparecido en las tinieblas, pero él ha cubierto de oscuridad mi rostro. Job 24 1 ¿Por qué Sadday no se reserva tiempos, y los que le conocen no contemplan su s días? 2 Los malvados remueven los mojones, roban el rebaño y su pastor. 3 Se llevan el asno de los huérfanos, toman en prenda el buey de la viuda. 4 Los mendigos tienen que retirarse del camino, a una se ocultan los pobre s del país. 5 Como onagros del desierto salen a su tarea, buscando presa desde el alba , y a la tarde, pan para sus crías. 6 7 8 . 9 10 11

Cosechan en el campo del inicuo, vendimian la viña del malvado. Pasan la noche desnudos, sin vestido, sin cobertor contra el frío. Calados por el turbión de las montañas, faltos de abrigo, se pegan a la roca Al huérfano se le arranca del pecho, se toma en prenda al niño del pobre. Desnudos andan, sin vestido; hambrientos, llevan las gavillas. Pasan el mediodía entre dos paredes, pisan los lagares y no quitan la sed.

12 Desde la ciudad gimen los que mueren, el herido de muerte pide auxilio, ¡y Di-s sigue sordo a la oración! 13 Otros hay rebeldes a la luz: no reconocen sus caminos ni frecuentan sus senderos. 14 Aún no es de día cuando el asesino se levanta para matar al pobre y al menes teroso.Por la noche merodea el ladrón. 15 El ojo del adúltero el crepúsculo espía: "Ningún ojo - dice - me divisa", y cubr e su rostro con un velo. 16 Las casas perfora en las tinieblas.Durante el día se ocultan los que no qu ieren conocer la luz. 17 Para todos ellos la mañana es sombra, porque sufren entonces sus terrores. 18 No es más que una paja sobre el agua, su hacienda es maldita en el país, nad ie toma el camino de su viña. 19 Como el calor de sequía arrebata el agua de nieve, así el seol al que ha pec

ado. 20 El seno que le formó se olvida de él, y su nombre no se recuerda más.Así la iniq uidad es desgajada como un árbol. 21 Maltrataba a la estéril, la que no da a luz, y a la viuda no trataba bien. 22 Pero Aquel que agarra con su fuerza a los tiranos se levanta, y va el ot ro no cuenta con la vida. 23 Le dejaba apoyarse con seguridad, pero sus ojos vigilaban sus caminos. 24 Se encumbró por un instante, y ya no existe, se abate como el armuelle que se corta, como la cresta de la espiga se amustia. 25 ¿No es así? ¿quién me puede desmentir y reducir a nada mi palabra? Job 25 1 Bildad de Súaj tomó la palabra y dijo: 2 Es soberano de temible fuerza el que hace reinar la paz en sus alturas. 3 ¿Puede contar alguien sus tropas? ¿Contra quién no se alza su luz? 4 ¿Cómo un hombre será justo ante Di-s? ¿cómo puro el nacido de mujer? 5 Si ni la luna misma tiene brillo, ni las estrellas son puras a sus ojos, 6

¡cuánto menos un hombre, esa gusanera, un hijo de hombre, ese gusano!

Job 26 1 Job tomó la palabra y dijo: 2 ¡Qué bien has sostenido al débil y socorrido al brazo inválido! 3 ¡Qué bien has aconsejado al ignorante, qué hábil talento has demostrado! 4 ¿A quién has dirigido tus discursos, y de quién es el espíritu que ha salido de ti? 5 Las Sombras tiemblan bajo tierra, las aguas y sus habitantes se estremec en. 6 Ante él, el Seol está al desnudo, la Perdición al descubierto. 7 El extiende el Septentrión sobre el vacío, sobre la nada suspende la tierra. 8 El encierra las aguas en sus nubes, sin que bajo su peso el nublado revi ente. 9 El encubre la cara de la luna llena, desplegando sobre ella su nublado. 10 El trazó un cerco sobre la haz de las aguas, hasta el confín de la luz con l as tinieblas, 11 Se tambalean las columnas del cielo, presas de terror a su amenaza. 12 Con su poder hendió la mar, con su destreza quebró a Ráhab. 13 Su soplo abrillantó los cielos, su mano traspasó a la Serpiente Huidiza, 14 Estos son los contornos de sus obras, de que sólo percibimos un apagado ec o.Y el trueno de su potencia, ¿quién lo captará? Job 27 1 Job continuó pronunciando su discurso y dijo: 2 ¡Vive Di-s, que justicia me rehúsa, por Sadday, que me ha amargado el alma, 3 mientras siga en mí todo mi espíritu y el aliento de Di-s en mis narices, 4 no dirán mis labios falsedad, ni mi lengua proferirá mentira! 5 Lejos de mí daros la razón: hasta mi último suspiro mantendré mi inocencia. 6 Me he aferrado a mi justicia, y no la soltaré, mi corazón no se avergüenza de mis días. 7 ¡Tenga la suerte del malvado mi enemigo, la del injusto mi adversario! 8 Pues ¿cuál es la esperanza del impío cuando suplica, cuando hacia Di-s eleva s u alma? 9 ¿Acaso Di-s escucha su gemido, cuando viene sobre él una calamidad? 10 ¿Tenía él sus delicias en Sadday? ¿invocaba a Di-s en todo instante? 11 Yo os muestro el proceder de Di-s, sin ocultar los secretos de Sadday. 12 Y si todos vosotros ya lo habéis comprobado, ¿para qué esos vanos discursos al vacío? 13 Esta es la suerte que al malvado Di-s reserva, la herencia que reciben d

e Sadday los violentos. 14 Aunque sean muchos sus hijos, son para la espada, y sus vástagos no tendrán pan con que saciarse. 15 Los que queden serán sepultados por la Peste, y sus viudas no los llorarán. 16 Si acumula la plata como polvo, si amontona vestidos como fango, 17 ¡que amontone!: un justo se vestirá con ellos, un inocente heredará la plata. 18 Se edificó una casa de araña, como garita que un guarda construye. 19 Rico se acuesta, mas por última vez; cuando abre los ojos, ya no es nada. 20 En pleno día le asaltan los terrores, de noche un torbellino le arrebata. 21 El solano se lo lleva, y desaparece, le arranca del lugar de su mansión. 22 Sin compasión por blanco se le toma, trata de huir de la mano que le hiere . 23 Bátense palmas a su ruina, doquiera se encuentre se le silba. Job 28 1 Hay, sí, para la plata un venero, para el oro un lugar donde se purifica. 2 Se extrae del suelo el hierro, una piedra fundida se hace cobre. 3 Se pone fin a las tinieblas, hasta el último límite se excava la piedra oscu ra y lóbrega. 4 Extranjeros abren galerías de todo pie olvidadas, y oscilan, se balancean, lejos de los humanos. 5 Tierra de donde sale el pan, que está revuelta, abajo, por el fuego. 6 7 8 9 10 11

Lugar donde las piedras son zafiro y contienen granos de oro. Sendero que no conoce el ave de rapiña, ni el ojo del buitre lo columbra. No lo pisaron los hijos del orgullo, el león jamás lo atravesó. Aplica el hombre al pedernal su mano, descuaja las montañas de raíz. Abre canales en las rocas, ojo avizor a todo lo precioso. Explora las fuentes de los ríos, y saca a luz lo oculto.

12 Mas la Sabiduría, ¿de dónde viene? ¿cuál es la sede de la Inteligencia? 13 Ignora el hombre su sendero, no se le encuentra en la tierra de los vivo s. 14 Dice el Abismo: "No está en mí", y el Mar: "No está conmigo." 15 No se puede dar por ella oro fino, ni comprarla a precio de plata, 16 ni evaluarla con el oro de Ofir, el ágata preciosa o el zafiro. 17 No la igualan el oro ni el vidrio, ni se puede cambiar por vaso de oro p uro. 18 Corales y cristal ni mencionarlos, mejor es pescar Sabiduría que perlas. 19 No la iguala el topacio de Kus, ni con oro puro puede evaluarse. 20 Mas la Sabiduría, ¿de dónde viene? ¿cuál es la sede de la Inteligencia? 21 Ocúltase a los ojos de todo ser viviente, se hurta a los pájaros del cielo. 22 La Perdición y la Muerte dicen: "De oídas sabemos su renombre." 23 Sólo Di-s su camino ha distinguido, sólo él conoce su lugar. 24 (Porque él otea hasta los confines de la tierra, y ve cuanto hay bajo los cielos.) 25 Cuando dio peso al viento y aforó las aguas con un módulo, 26 cuando a la lluvia impuso ley y un camino a los giros de los truenos, 27 entonces la vio y le puso precio, la estableció y la escudriñó. 28 Y dijo al hombre: "Mira, el temor del Señor es la Sabiduría, huir del mal, l a Inteligencia." Job 29 1 Job continuó pronunciando su discurso y dijo: 2 ¡Quién me hiciera volver a los meses de antaño, aquellos días en que Di-s me gua rdaba, 3 cuando su lámpara brillaba sobre mi cabeza, y yo a su luz por las tiniebla s caminaba; 4 como era yo en los días de mi otoño, cuando vallaba Di-s mi tienda, 5 cuando Sadday estaba aún conmigo, y en torno mío mis muchachos,

6 cuando mis pies se bañaban en manteca, y regatos de aceite destilaba la ro ca! 7 Si yo salía a la puerta que domina la ciudad y mi asiento en la plaza colo caba, 8 se retiraban los jóvenes al verme, y los viejos se levantaban y quedaban e n pie. 9 Los notables cortaban sus palabras y ponían la mano en su boca. 10 La voz de los jefes se ahogaba, su lengua se pegaba al paladar. 11 Oído que lo oía me llamaba feliz, ojo que lo veía se hacía mi testigo. 12 Pues yo libraba al pobre que clamaba, y al huérfano que no tenía valedor. 13 La bendición del moribundo subía hacia mí, el corazón de la viuda yo alegraba. 14 Me había puesto la justicia, y ella me revestía, como manto y turbante, mi d erecho. 15 Era yo los ojos del ciego y del cojo los pies. 16 Era el padre de los pobres, la causa del desconocido examinaba. 17 Quebraba los colmillos del inicuo, de entre sus dientes arrancaba su pre sa. 18 Y me decía: "Anciano moriré, como la arena aumentaré mis días. 19 Mi raíz está franca a las aguas, el rocío se posa de noche en mi ramaje. 20 Mi gloria será siempre nueva en mí, y en mi mano mi arco renovará su fuerza. 21 Me escuchaban ellos con expectación, callaban para oír mi consejo. 22 Después de hablar yo, no replicaban, y sobre ellos mi palabra caía gota a go ta. 23 Me esperaban lo mismo que a la lluvia, abrían su boca como a lluvia tardía. 24 Si yo les sonreía, no querían creerlo, y la luz de mi rostro no dejaban perd erse. 25 Les indicaba el camino y me ponía al frente, me asentaba como un rey en me dio de su tropa, y por doquier les guiaba a mi gusto. Job 30 1 Mas ahora ríense de mí los que son más jóvenes que yo, a cuyos padres no juzgaba yo dignos de mezclar con los perros de mi grey. 2 Aun la fuerza de sus manos, ¿para qué me servía?; había decaído todo su vigor, 3 agotado por el hambre y la penuria.Roían las raíces de la estepa, lugar somb río de ruina y soledad. 4 Recogían armuelle por los matorrales, eran su pan raíces de retama. 5 De entre los hombres estaban expulsados, tras ellos se gritaba como tras un ladrón. 6 Moraban en las escarpas de los torrentes, en las grietas del suelo y de las rocas. 7 Entre los matorrales rebuznaban, se apretaban bajo los espinos. 8 Hijos de abyección, sí, ralea sin nombre, echados a latigazos del país. 9 ¡Y ahora soy yo la copla de ellos, el blanco de sus chismes! 10 Horrorizados de mí, se quedan a distancia, y sin reparo a la cara me escup en. 11 Porque él ha soltado mi cuerda y me maltrata, ya tiran todo freno ante mí. 12 Una ralea se alza a mi derecha, exploran si me encuentro tranquilo, y ab ren hacia mí sus caminos siniestros. 13 Mi sendero han destruido, para perderme se ayudan, y nada les detiene; 14 como por ancha brecha irrumpen, se han escurrido bajo los escombros. 15 Los terrores se vuelven contra mí, como el viento mi dignidad es arrastrad a; como una nube ha pasado mi ventura. 16 Y ahora en mí se derrama mi alma, me atenazan días de aflicción. 17 De noche traspasa el mal mis huesos, y no duermen las llagas que me roen . 18 Con violencia agarra él mi vestido, me aferra como el cuello de mi túnica. 19 Me ha tirado en el fango, soy como el polvo y la ceniza. 20 Grito hacia ti y tú no me respondes, me presento y no me haces caso. 21 Te has vuelto cruel para conmigo, tu mano vigorosa en mí se ceba. 22 Me llevas a caballo sobre el viento, me zarandeas con la tempestad.

23 Pues bien sé que a la muerte me conduces, al lugar de cita de todo ser viv iente. 24 Y sin embargo, ¿he vuelto yo la mano contra el pobre, cuando en su angusti a justicia reclamaba? 25 ¿No he llorado por el que vive en estrechez? ¿no se ha apiadado mi alma del mendigo? 26 Yo esperaba la dicha, y llegó la desgracia, aguardaba la luz, y llegó la osc uridad. 27 Me hierven las entrañas sin descanso, me han alcanzado días de aflicción. 28 Sin haber sol, ando renegrido, me he levantado en la asamblea, sólo para g ritar. 29 Me he hecho hermano de chacales y compañero de avestruces. 30 Mi piel se ha ennegrecido sobre mí, mis huesos se han quemado por la fiebr e. 31 ¡Mi cítara sólo ha servido para el duelo, mi flauta para la voz de plañidores! Job 31 1 Había hecho yo un pacto con mis ojos, y no miraba a ninguna doncella. 2 Y ¿cuál es el reparto que hace Di-s desde arriba, cuál la suerte que manda Sad day desde la altura? 3 ¿No es acaso desgracia para el inicuo, tribulación para los malhechores? 4 ¿No ve él mis caminos, no cuenta todos mis pasos? 5 ¿He caminado junto a la mentira? ¿he apretado mi paso hacia la falsedad? 6 ¡Péseme él en balanza de justicia, conozca Di-s mi integridad! 7 Si mis pasos del camino se extraviaron, si tras mis ojos fue mi corazón, s i a mis manos se adhiere alguna mancha, 8 ¡coma otro lo que yo sembré, y sean arrancados mis retoños! 9 Si mi corazón fue seducido por mujer, si he fisgado a la puerta de mi prójim o, 10 ¡muela para otro mi mujer, y otros se encorven sobre ella! 11 Pues sería ello una impudicia, un crimen a justicia sujeto; 12 sería fuego que devora hasta la Perdición y que consumiría toda mi hacienda. 13 Si he menospreciado el derecho de mi siervo o de mi sierva, en sus pleit os conmigo, 14 ¿qué podré hacer cuando Di-s se levante? cuando él investigue, ¿qué responderé? 15 ¿No los hizo él, igual que a mí, en el vientre? ¿no nos formó en el seno uno mismo ? 16 Me he negado al deseo de los débiles? ¿dejé desfallecer los ojos de la viuda? 17 ¿Comí solo mi pedazo de pan, sin compartirlo con el huérfano? 18 ¡Siendo así que desde mi infancia me crió él como un padre, me guió desde el seno materno! 19 ¿He visto a un miserable sin vestido, a algún pobre desnudo, 20 sin que en lo íntimo de su ser me bendijera, y del vellón de mis corderos se haya calentado? 21 Si he alzado mi mano contra un huérfano, por sentirme respaldado en la Pue rta, 22 ¡mi espalda se separe de mi nuca, y mi brazo del hombro se desgaje! 23 Pues el terror de Di-s caería sobre mí, y ante su majestad no podría tenerme. 24 ¿He hecho del oro mi confianza, o he dicho al oro fino: "Tú, mi seguridad"? 25 ¿Me he complacido en la abundancia de mis bienes, en que mi mano había ganad o mucho? 26 ¿Acaso, al ver el sol cómo brillaba, y la luna que marchaba radiante, 27 mi corazón, en secreto, se dejó seducir para enviarles un beso con la mano? 28 También hubiera sido una falta criminal, por haber renegado del Di-s de lo alto. 29 ¿Del infortunio de mi enemigo me alegré, me gocé de que el mal le alcanzara? 30 ¡Yo que no permitía a mi lengua pecar reclamando su vida con una maldición! 31 ¿No decían las gentes de mi tienda: "¿Hay alguien que no se haya hartado con s u carne?"

32 El forastero no pernoctaba a la intemperie, tenía abierta mi puerta al cam inante. 33 ¿He disimulado mis culpas a los hombres, ocultando en mi seno mi pecado, 34 porque temiera el rumor público, o el desprecio de las gentes me asustara, hasta quedar callado sin atreverme a salir mi puerta? 35 ¡Oh! ¿quién hará que se me escuche?Esta es mi última palabra: ¡respóndame Sadday!El l belo que haya escrito mi adversario 36 pienso llevarlo sobre mis espaldas, ceñírmelo igual que una diadema. 37 Del número de mis pasos voy a rendirle cuentas, como un príncipe me llegaré ha sta él. 38 Si mi tierra grita contra mí, y sus surcos lloran con ella, 39 si he comido sus frutos sin pagarlos y he hecho expirar a sus dueños, 40 ¡en vez de trigo broten en ella espinas, y en lugar de cebada hierba hedio nda!Fin de las palabras de Job. Job 32 1 Aquellos tres hombres dejaron de replicar a Job, porque se tenía por justo . 2 Entonces montó en cólera Elihú, hijo de Barakel el buzita, de la familia de Ra m. Su cólera se inflamó contra Job, porque pretendía tener razón frente a Di-s; 3 y también contra sus tres amigos, porque no habían hallado ya nada que repli car y de esa manera habían dejado mal a Di-s. 4 Mientras hablaban ellos con Job, Elihú se había mantenido a la expectativa, porque eran más viejos que él. 5 Pero cuando vio que en la boca de los tres hombres ya no quedaba respues ta, montó en cólera. 6 Tomó, pues, la palabra Elihú, hijo de Barakel el buzita, y dijo:Soy pequeño en edad, y vosotros sois viejos; por eso tenía miedo, me asustaba el declararos mi s aber. 7 Me decía yo: "Hablará la edad, los muchos años enseñarán sabiduría." 8 Pero en verdad, es un soplo en el hombre, es el espíritu de Sadday lo que hace inteligente. 9 No son sabios los que están llenos de años, ni los viejos quienes comprenden lo que es justo. 10 Por eso he dicho: Escuchadme, voy a declarar también yo mi saber. 11 Hasta ahora vuestras razones esperaba, prestaba oído a vuestros argumentos ; mientras tratabais de buscar vocablos, 12 tenía puesta en vosotros mi atención.Y veo que ninguno a Job da réplica, nadie de entre vosotros a sus dichos responde. 13 No digáis, pues: "Hemos hallado la sabiduría; nos instruye Di-s, no un hombr e." 14 No hilaré yo palabras como ésas, no le replicaré en vuestros términos. 15 Han quedado vencidos, no han respondido más: les han faltado las palabras. 16 sta, 17 18 19 . 20 21 22

He esperado, pero ya que no hablan, puesto que se han quedado sin respue responderé yo por mi parte, declararé también yo mi saber. Pues estoy lleno de palabras, me urge un soplo desde dentro. Es, en mi seno, como vino sin escape, que hace reventar los odres nuevos Hablaré para desahogarme, abriré los labios y replicaré. No tomaré el partido de ninguno, a nadie adularé. Pues yo no sé adular: bien pronto me aventaría mi Hacedor.

Job 33 1 Ten a bien, Job, escuchar mis palabras, presta oído a todas mis razones. 2 Ya ves que he abierto mi boca, en mi paladar habla mi lengua. 3 Mi corazón dará palabras cuerdas, la pura verdad dirán mis labios. 4 El soplo de Di-s me hizo, me animó el aliento de Sadday. 5 Si eres capaz, replícame, ¡alerta, ponte en guardia ante mí!

6 Mira, soy como tú, no soy un dios, también yo de arcilla fui plasmado. 7 Por eso mi terror no te ha de espantar, no pesará mi mano sobre ti. 8 No has hecho más que decir a mis propios oídos, - pues he oído el son de tus p alabras -: 9 "Puro soy, sin delito; limpio estoy, no hay culpa en mí. 10 Pero él inventa contra mí pretextos, y me reputa como su enemigo; 11 mis pies pone en el cepo, espía todas mis sendas." 12 Pues bien, respondo, en esto no tienes razón, porque Di-s es más grande que el hombre. 13 ¿Por qué te querellas tú con él porque no responda a todas tus palabras? 14 Habla Di-s una vez, y otra vez, sin que se le haga caso. 15 En sueños, en visión nocturna, cuando un letargo cae sobre los hombres, mien tras están dormidos en su lecho, 16 entonces abre él el oído de los hombres, y con sus apariciones les espanta, 17 para apartar al hombre de sus obras y acabar con su orgullo de varón, 18 para librar su alma de la fosa y su vida de pasar el Canal. 19 También es corregido por el dolor en su camilla, por el temblor continuo d e sus huesos, 20 cuando a su vida el alimento asquea y a su alma los manjares exquisitos, 21 cuando su carne desaparece de la vista, y sus huesos, que no se veían, apa recen; 22 cuando su alma a la fosa se aproxima y su vida a la morada de los muerto s. 23 Si hay entonces junto a él un Ángel, un Mediador escogido entre mil, que dec lare al hombre su deber, 24 que de él se apiade y diga: "Líbrale de bajar a la fosa, yo he encontrado el rescate de su alma", 25 su carne se renueva de vigor juvenil, vuelve a los días de su adolescencia . 26 Invoca a Di-s, que le otorga su favor, y va a ver con júbilo su rostroAnun cia a los demás su justicia, 27 canta así entre los hombres: "Yo había pecado y torcido el derecho, mas Di-s no me ha dado el merecido. 28 Ha librado mi alma de pasar por la fosa, y mi vida contempla la luz." 29 He aquí todo lo que hace Di-s, dos y tres veces con el hombre, 30 para recobrar su alma de la fosa, para que sea alumbrado con la luz de los vivos. 31 Atiende, Job, escúchame, guarda silencio, y yo hablaré. 32 Si tienes algo que decir, replícame, habla, pues yo deseo darte la razón. 33 Si no, escúchame, guarda silencio, y yo te enseñaré sabiduría. Job 34 1 Elihú reanudó su discurso y dijo: 2 Escuchad, sabios, mis palabras, vosotros los doctos, dadme oídos. 3 Porque el oído aprecia las palabras, como el paladar gusta los manjares. 4 Decidamos entre nosotros lo que es justo, sepamos juntos lo que es bueno . 5 Pues Job ha dicho: "Yo soy justo, pero Di-s me quita mi derecho; 6 mi juez se muestra cruel para conmigo, mi llaga es incurable, aunque no tengo culpa." 7

¿Qué hombre hay como Job, que bebe el sarcasmo como agua, 8 que anda en compañía de malhechores, y camina con malvados? 9 Pues él ha dicho: "Nada gana el hombre con buscar el agrado de Di-s." 10 Así pues, escuchadme, como hombres sensatos.Lejos de Di-s el mal, de Sadda y la injusticia; 11 que la obra del hombre, él se la paga, y según su conducta trata a cada uno.

12 En verdad, Di-s no hace el mal, no tuerce el derecho Sadday. 13 ¿Quién, si no, le confió la tierra, quién le encargó del mundo entero? 14 Si él retirara a sí su espíritu, si hacia sí recogiera su soplo, 15 a una expiraría toda carne, el hombre al polvo volvería. 16 Si tienes inteligencia, escucha esto, presta oído al son de mis palabras. 17 ¿Podría gobernar un enemigo del derecho? ¿al Justo poderoso vas a condenar? 18 ¡Aquel que dice a un rey: "¡Inútil!", "¡Malvados!" a los nobles, 19 que no hace acepción de príncipes, ni prefiere al grande sobre el débil, ¡pues t odos son obra de sus manos! 20 Mueren ellos de repente a media noche, perecen los grandes y pasan, y él d epone a un tirano sin esfuerzo. 21 Pues sus ojos vigilan los caminos del hombre, todos sus pasos observa. 22 No hay tinieblas ni sombra donde ocultarse los agentes del mal. 23 No asigna él un plazo al hombre para que a juicio se presente ante Di-s. 24 Quebranta a los grandes sin examen, y pone a otros en su sitio. 25 Es que él conoce sus acciones, de noche los sacude y se les pisa. 26 Como a criminales los azota, en lugar público los encadena, 27 porque se apartaron de su seguimiento, y no comprendieron todos sus cami nos, 28 hasta hacer llegar a él el gemido del débil y hacerle oír el clamor de los hum ildes. 29 Mas si él sigue inmóvil, sin que nadie le perturbe, si vela su faz, sin que nadie le perciba, es que se apiada de naciones e individuos, 30 libra al impío del cepo de la angustia, 31 Cuando éste dice a Di-s: "He sido seducido, no volveré a hacer mal; 32 si he pecado instrúyeme, si he cometido injusticia, no reincidiré". 33 ¿Acaso, según tú, tendría él que castigar, ya que rechazas sus decisiones?Como ere s tú el que aprecias, y no yo, di todo lo que sepas. 34 Mas los hombres sensatos me dirán, así como todo sabio que me escuche: 35 "No habla Job cuerdamente, no son sensatas sus palabras. 36 Que sea Job probado a fondo, por sus respuestas dignas de malvados. 37 Porque a su pecado la rebeldía añade, pone fin al derecho entre nosotros, y multiplica contra Di-s sus palabras." Job 35 1 Elihú reanudó su discurso y dijo: 2 ¿Crees que eso es juicioso, piensas ser más justo que Di-s, 3 cuando dices: "¿Qué te importa a ti, o de qué me sirve a mí no haber pecado"? 4 Yo te daré respuesta, y contigo a tus amigos. 5 ¡Mira a los cielos y ve, observa cómo las nubes son mas altas que tú! 6 Si pecas, ¿qué le causas?, si se multiplican tus ofensas, ¿qué le haces? 7 ¿Qué le das, si eres justo, o qué recibe él de tu mano? 8 A un hombre igual que tú afecta tu maldad, a un hijo de hombre tu justicia . 9 Bajo la carga de la opresión se gime, se grita bajo el brazo de los grande s, 10 mas nadie dice: "¿Dónde está Di-s, mi hacedor, el que hace resonar los cantare s en la noche, 11 el que nos hace más hábiles que las bestias de la tierra, más sabios que los páj aros del cielo?" 12 Entonces se grita, sin que responda él, a causa del orgullo de los malos. 13 Seguro, la falsedad Di-s no la escucha,Sadday no le presta atención. 14 Mucho menos, el decir que no le adviertes, que un proceso está ante él y que le esperas; 15 o también que su cólera no castiga nada, y que ignora la rebelión del hombre. 16 Job, pues, abre en vano su boca, multiplica a lo tonto las palabras.

Job 36 1 Prosiguió Elihú y dijo: 2 Espera un poco, y yo te instruiré, pues todavía hay palabras en favor de Dis. 3 Voy a llevar muy lejos mi saber, y daré la razón a mi Hacedor. 4 En verdad, no son mentira mis palabras, un maestro en saber está contigo. 5 Di-s no rechaza al hombre íntegro, 6 ni deja vivir al malvado en plena fuerza.Hace justicia a los pobres, 7 y no quita al justo su derecho.El puso a los reyes en el trono, para sie mpre los asienta, mas se engríen, 8 y él los amarra con cadenas, y quedan presos en los lazos de la angustia. 9 Entonces les pone su obra al descubierto y sus culpas nacidas del orgull o. 10 A sus oídos pronuncia una advertencia, y manda que se vuelvan de la iniqui dad. 11 Si escuchan y son dóciles, acaban sus días en ventura y en delicias sus años. 12 Si no escuchan, pasan el Canal, y expiran por falta de cordura. 13 Y los obstinados que imponen la cólera y no piden auxilio cuando él los enca dena, 14 mueren en plena juventud, y su vida en la edad juvenil. 15 El salva al pobre por su misma pobreza, por la miseria el oído le abre. 16 También a ti te arrancará de las fauces de la angustia.Antes gozabas de abun dancia sin límites, la grasa desbordaba de tu mesa. 17 Mas no hacías justicia de los malos, defraudabas el derecho del huérfano. 18 Procura, pues, que no te seduzca la abundancia, ni el copioso soborno te extravíe. 19 Haz comparecer al rico como al que nada tiene, al débil como al poderoso. 20 No aplastes a aquellos que te son extraños, para encumbrar en su puesto a tus parientes. 21 Guárdate de inclinarte hacia la iniquidad, que por eso te ha probado la af licción. 22 Mira, Di-s es sublime por su fuerza, ¿quién es maestro como él? 23 ¿Quién le señaló el camino a seguir? ¿quién le diría: "Has hecho mal"? 24 Acuérdate más bien de ensalzar su obra, que han cantado los hombres. 25 26 . 27 28 29 30 31 32 33

Todo hombre la contempla, el hombre la mira desde lejos. Sí, Di-s es grande y no le comprendemos, el número de sus años es incalculable El atrae las gotas de agua, pulveriza la lluvia en su vapor, que luego derraman las nubes, la destilan sobre la turba humana. ¿Quién además comprenderá el despliegue de la nube, los fragores de su tienda? Ved que despliega su niebla por encima cubre las cimas de los montes. Pues por ellas sustenta él a los pueblos, les da alimento en abundancia. En sus manos el rayo levanta y le ordena que alcance su destino. Su trueno le anuncia, la ira se inflama contra la iniquidad.

Job 37 1 Mi corazón también por eso tiembla, y salta fuera de su sitio. 2 ¡Escuchad, escuchad el fragor de su voz, el bramido que sale de su boca! 3 Hace relampaguear por todo el cielo, su fulgor llega a los extremos de l a tierra. 4 Detrás de él una voz ruge: truena él con su soberbia voz, y sus rayos no retie ne, mientras su voz retumba. 5 Di-s nos da a ver maravillas, grandes cosas hace que no comprendemos. 6 Cuando dice a la nieve: "¡Cae sobre la tierra!", y a los aguaceros: "¡Lloved fuerte!", 7 la mano de todo hombre retiene bajo sello, para que todos conozcan su ob ra. 8 Las fieras a sus guaridas huyen y en sus cubiles se cobijan.

9 Del sur llega el huracán, el frío, de los vientos del norte. 10 Al soplo de Di-s se forma el hielo, se congela la extensión de las aguas. 11 El carga a la nube de un rayo, el nublado esparce su fulgor, 12 y éste, gira girando, circula conforme a sus designios.Así ejecutan sus órdene s en todo sobre la haz de su orbe terráqueo. 13 Ya como castigo para los pueblos de la tierra, ya como gracia, él los envía. 14 Presta, Job, oído a esto, tente y observa los prodigios de Di-s. 15 ¿Sabes acaso cómo Di-s los rige, y cómo su nube hace brillar el rayo? 16 ¿Sabes tú cómo las nubes cuelgan en equilibrio, 7 maravilla de una ciencia co nsumada? 17 Tú, cuyos vestidos queman cuando está quieta la tierra bajo el viento del su r, 18 ¿puedes extender con él la bóveda del cielo, sólida como espejo de metal fundido ? 19 Enséñanos qué le hemos de decir: no discutiremos más, debido a las tinieblas. 20 Si hablo yo, ¿alguien se lo cuenta? ¿es informado de lo que un hombre ha dic ho? 21 Ahora ya no se ve la luz, que queda oscurecida por las nubes; pero pasa el viento y las despeja, 22 y una claridad llega del norte: gloria terrible alrededor de Di-s, 23 ¡es Sadday!, no podemos alcanzarle.Grande en fuerza y equidad, maestro de justicia, sin oprimir a nadie. 24 Por eso le temen los hombres: ¡a él la veneración de todos los sabios de corazón !

Job 38 1 Adonai respondió a Job desde el seno de la tempestad y dijo: 2 ¿Quién es éste que empaña el Consejo con razones sin sentido? 3 Ciñe tus lomos como un bravo: voy a interrogarte, y tú me instruirás. 4 Dónde estabas tú cuando fundaba yo la tierra?Indícalo, si sabes la verdad. 5 ¿Quién fijó sus medidas? ¿lo sabrías? ¿quién tiró el cordel sobre ella? 6 ¿Sobre qué se afirmaron sus bases? ¿quién asentó su piedra angular, 7 entre el clamor a coro de las estrellas del alba y las aclamaciones de t odos los Hijos de Di-s? 8 ¿Quién encerró el mar con doble puerta, cuando del seno materno salía borbotando ; 9 cuando le puse una nube por vestido y del nubarrón hice sus pañales; 10 cuando le tracé sus linderos y coloqué puertas y cerrojos? 11 "¡Llegarás hasta aquí, no más allá - le dije -, aquí se romperá el orgullo de tus ola !" 12 ¿Has mandado, una vez en tu vida, a la mañana, has asignado a la aurora su l ugar, 13 para que agarre a la tierra por los bordes y de ella sacuda a los malvad os? 14 Ella se trueca en arcilla de sello, se tiñe lo mismo que un vestido. 15 Se quita entonces su luz a los malvados, y queda roto el brazo que se al zaba. 16 ¿Has penetrado hasta las fuentes del mar? ¿has circulado por el fondo del Ab ismo? 17 ¿Se te han mostrado las puertas de la Muerte? ¿has visto las puertas del país de la Sombra? 18 ¿Has calculado las anchuras de la tierra?Cuenta, si es que sabes, todo est o. 19 ¿Por dónde se va a la morada de la luz? y las tinieblas, ¿dónde tienen su sitio? , 20 para que puedas llevarlas a su término, guiarlas por los senderos de su ca sa. 21 Si lo sabes, ¡es que ya habías nacido entonces, y bien larga es la cuenta de tus días!

22 ¿Has llegado a los depósitos de nieve? ¿Has visto las reservas de granizo, 23 que yo guardo para el tiempo de angustia, para el día de batalla y de comb ate? 24 ¿Por qué camino se reparte la luz, o se despliega el solano por la tierra? 25 ¿Quién abre un canal al aguacero, a los giros de los truenos un camino, 26 para llover sobre tierra sin hombre, sobre el desierto donde no hay un a lma, 27 para abrevar a las soledades desoladas y hacer brotar en la estepa hierb a verde? 28 ¿Tiene padre la lluvia? ¿quién engendra las gotas de rocío? 29 ¿De qué seno sale el hielo? ¿quién da a luz la escarcha del cielo, 30 cuando las aguas se aglutinan como piedra y se congela la superficie del abismo? 31 ¿Puedes tú anudar los lazos de las Pléyades o desatar las cuerdas de Orión? 32 ¿Haces salir la Corona a su tiempo? ¿conduces a la Osa con sus crías? 33 ¿Conoces las leyes de los Cielos? ¿aplicas su fuero en la tierra? 34 ¿Levantas tu voz hasta las nubes?, la masa de las aguas, ¿te obedece? 35 A tu orden, ¿los relámpagos parten, diciéndote: "Aquí estamos"? 36 ¿Quién puso en el ibis la sabiduría? ¿quién dio al gallo inteligencia? 37 ¿Quién tiene pericia para contar las nubes? ¿quién inclina los odres de los ciel os, 38 cuando se aglutina el polvo en una masa y los terrones se pegan entre sí? 39 ¿Cazas tú acaso la presa a la leona? ¿calmas el hambre de los leoncillos, 40 cuando en sus guaridas están acurrucados, o en los matorrales al acecho? 41 ¿Quién prepara su provisión al cuervo, cuando sus crías gritan hacia Di-s, cuand o se estiran faltos de comida? Job 39 1 s? 2 3 4 uelven 5 6 7 8 9 10 11

¿Sabes cuándo hacen las rebecas sus crías? ¿has observado el parto de las cierva ¿has contado los meses de su gestación? ¿sabes la época de su alumbramiento? Entonces se acurrucan y paren a sus crías, echan fuera su camada. Y cuando ya sus crías se hacen fuertes y grandes, salen al desierto y no v más a ellas. ¿Quién dejó al onagro en libertad y soltó las amarras del asno salvaje? Yo le he dado la estepa por morada, por mansión la tierra salitrosa. Se ríe del tumulto de las ciudades, no oye los gritos del arriero; explora las montañas, pasto suyo, en busca de toda hierba verde. ¿Querrá acaso servirte el buey salvaje, pasar la noche junto a tu pesebre? ¿Atarás a su cuello la coyunda? ¿rastrillará los surcos tras de ti? ¿Puedes fiarte de él por su gran fuerza? ¿le confiarás tu menester?

12 ¿Estás seguro de que vuelva, de que en tu era allegue el grano? 13 El ala del avestruz, ¿se puede comparar al plumaje de la cigüeña y del halcón? 14 Ella en tierra abandona sus huevos, en el suelo los deja calentarse; 15 se olvida de que puede aplastarlos algún pie, o cascarlos una fiera salvaj e. 16 Dura para sus hijos cual si no fueran suyos, por un afán inútil no se inquie ta. 17 Es que Di-s la privó de sabiduría, y no le dotó de inteligencia. 18 Pero en cuanto se alza y se remonta, se ríe del caballo y su jinete. 19 ¿Das tú al caballo la bravura? ¿revistes su cuello de tremolante crin? 20 ¿Le haces brincar como langosta? ¡Terror infunde su relincho altanero! 21 Piafa de júbilo en el valle, con brío se lanza al encuentro de las armas. 22 Se ríe del miedo y de nada se asusta, no retrocede ante la espada. 23 Va resonando sobre él la aljaba, la llama de la lanza y el dardo. 24 Hirviendo de impaciencia la tierra devora, no se contiene cuando suena l a trompeta. 25 A cada toque de trompeta dice: "¡Aah!" olfatea de lejos el combate, las vo

ces de mando y los 26 ¿Acaso por el sur? 27 ¿Por orden 28 Pone en la 29

clamores. tu acuerdo el halcón emprende el vuelo, despliega sus alas hacia tuya se remonta el águila y coloca su nido en las alturas? roca su mansión nocturna, su fortaleza en un picacho.

Desde allí acecha a su presa, desde lejos la divisan sus ojos. 30 Sus crías lamen sangre; donde hay muertos, allí está.

Job 40 1 Y Adonai se dirigió a Job y le dijo: 2 ¿Cederá el adversario de Sadday? ¿El censor de Di-s va a replicar aún? 3 Y Job respondió a Adonai: 4 ¡He hablado a la ligera: ¿qué voy a responder?Me taparé la boca con mi mano. 5 Hablé una vez..., no he de repetir; dos veces..., ya no insistiré. 6 Adonai respondió a Job desde el seno de la tempestad y dijo: 7 Ciñe tus lomos como un bravo: voy a preguntarte y tú me instruirás. 8 ¿De verdad quieres anular mi juicio?, para afirmar tu derecho, ¿me vas a con denar? 9 ¿Tienes un brazo tú como el de Di-s? ¿truena tu voz como la suya? 10 ¡Ea, cíñete de majestad y de grandeza, revístete de gloria y de esplendor! 11 ¡Derrama la explosión de tu cólera, con una mirada humilla al arrogante! 12 ¡Con una mirada abate al orgulloso, aplasta en el sitio a los malvados! 13 ¡Húndelos juntos en el suelo, cierra sus rostros en el calabozo! 14 ¡Y yo mismo te rendiré homenaje, por la victoria que te da tu diestra! 15 Mira a Behemot, criatura mía, como tú.Se alimenta de hierba como el buey. 16 Mira su fuerza en sus riñones, en los músculos del vientre su vigor. 17 Atiesa su cola igual que un cedro, los nervios de sus muslos se entrelaz an. 18 Tubos de bronce son sus vértebras; sus huesos, como barras de hierro. 19 Es la primera de las obras de Di-s: su autor le procuró su espada; 20 los montes le aportan un tributo, y todas las fieras que retozan en ello s. 21 Bajo los lotos se recuesta, en escondite de cañas y marismas. 22 Los lotos le recubren con su sombra, los sauces del torrente le rodean. 23 Si el río va bravo, no se inquieta, firme está aunque un Jordán le llegue hast a la boca. 24 ¿Quién, pues, podrá prenderle por los ojos, taladrar su nariz con punzones? 25 Y a Leviatán, ¿le pescarás tú a anzuelo, sujetarás con un cordel su lengua? 26 ¿Harás pasar por su nariz un junco? ¿taladrarás con un gancho su quijada? 27 ¿Te hará por ventura largas súplicas? te hablará con timidez? 28 ¿Pactará contigo un contrato de ser tu siervo para siempre? 29 ¿Jugarás con él como con un pájaro, o lo atarás para juguete de tus niñas? 30 ¿traficarán con él los asociados? ¿se le disputarán los mercaderes? 31 ¿Acribillarás su piel de dardos? ¿clavarás con el arpón su cabeza? 32 Pon sobre él tu mano: ¡al recordar la lucha no tendrás ganas de volver! Job 41 1 ¡Sería vana tu esperanza porque su vista sola aterra! 2 No hay audaz que lo despierte, ¿y quién podrá resistir ante él? 3 ¿Quién le hizo frente y quedó salvo? ¡Ninguno bajo la capa de los cielos! 4 Mencionaré también sus miembros, hablaré de su fuerza incomparable. 5 ¿Quién rasgó la delantera de su túnica y penetró en su coraza doble? 6 ¿Quién abrió las hojas de sus fauces? ¡Reina el terror entre sus dientes! 7 8 9 10 11

Su dorso son hileras de escudos, que cierra un sello de piedra. Están apretados uno a otro, y ni un soplo puede pasar entre ellos. Están pegados entre sí y quedan unidos sin fisura. Echa luz su estornudo, sus ojos son como los párpados de la aurora. Salen antorchas de sus fauces, chispas de fuego saltan.

12

De sus narices sale humo, como de un caldero que hierve junto al fuego.

13 14 15

Su soplo enciende carbones, una llama sale de su boca. En su cuello se asienta la fuerza, y ante él cunde el espanto. Son compactas las papadas de su carne: están pegadas a ella, inseparables.

16 17 . 18

Su corazón es duro como roca, resistente como piedra de molino. Cuando se yergue, se amedrentan las olas, y las ondas del mar se retiran Le alcanza la espada sin clavarse, lo mismo la lanza, jabalina o dardo.

19 Para él e hierro es sólo paja, el bronce, madera carcomida. 20 No le ahuyentan los disparos del arco, cual polvillo le llegan las piedr as de la honda. 21 Una paja le parece la maza, se ríe del venablo que silba. 22 Debajo de él tejas puntiagudas: un trillo que va pasando por el lodo. 23 Hace del abismo una olla borbotante, cambia el mar en pebetero. 24 Deja tras sí una estela luminosa, el abismo diríase una melena blanca. 25 26

No hay en la tierra semejante a él, que ha sido hecho intrépido. Mira a la cara a los más altos, es rey de todos los hijos del orgullo.

Job 42 1 Y Job respondió a Adonai: 2 Sé que eres todopoderoso: ningún proyecto te es irrealizable. 3 Era yo el que empañaba el Consejo con razones sin sentido.Sí, he hablado de grandezas que no entiendo, de maravillas que me superan y que ignoro. 4 (Escucha, deja que yo hable: voy a interrogarte y tú me instruirás.) 5 Yo te conocía sólo de oídas, mas ahora te han visto mis ojos. 6 Por eso me retracto y me arrepiento en el polvo y la ceniza. 7 Después de hablar a Job de esta manera, Adonai dijo a Elifaz de Temán: "Mi i ra se ha encendido contra ti y contra tus dos amigos, porque no habéis hablado con verdad de mí, como mi siervo Job. 8 Así que tomad siete novillos y siete carneros, id donde mi siervo Job, y o freced por vosotros un holocausto. Mi siervo Job intercederá por vosotros y, en at ención a él, no os castigaré por no haber hablado con verdad de mí, como mi siervo Job." 9 Elifaz de Temán, Bildad de Sáaj, y Sofar de Naamat fueron a cumplir la orden de Adonai. Y Adonai atendió a Job. 10 Después Adonai restauró la situación de Job, al paso que él intercedía en favor de sus amigos; y aumentó Adonai al doble todos los bienes de Job. 11 Vinieron, pues, donde él todos sus hermanos y todas sus hermanas, así como t odos sus conocidos de antaño; y mientras celebraban con él un banquete en su casa, l e compadecieron y le consolaron por todo el infortunio que Adonai había traído sobr e él. Y cada uno de ellos le hizo el obsequio de un agno de plata y de un anillo d e oro. 12 Adonai bendijo la nueva situación de Job más aún que la antigua: llegó a poseer 14.000 ovejas, 6.000 camellos, mil yuntas de bueyes y mil asnas. 13 Tuvo además siete hijos y tres hijas. 14 A la primera le puso el nombre de "Paloma", a la segunda el de "Canela" y a la tercera el de "Cuerno de afeites". 15 No había en todo el país mujeres tan bonitas como las hijas de Job. Y su pad re les dio parte en la herencia entre sus hermanos. 16 Después de esto, vivió Job todavía 140 años, y vio a sus hijos y a los hijos de sus hijos, cuatro generaciones. 17 Después Job murió anciano y colmado de días. LOS SALMOS (Los números de los Salmos entre paréntesis corresponden a la Vulgata) Salmo 1 1 ¡Dichoso el hombre que no sigue el consejo de los impíos, ni en la senda de

los pecadores se detiene, ni en el banco de los burlones se sienta, 2 mas se complace en la ley de Adonai, su ley susurra día y noche! 3 Es como un árbol plantado junto a corrientes de agua, que da a su tiempo e l fruto, y jamás se amustia su follaje; todo lo que hace sale bien. 4 ¡No así los impíos, no así!Que ellos son como paja que se lleva el viento. 5 Por eso, no resistirán en el Juicio los impíos, ni los pecadores en la comun idad de los justos. 6 Porque Adonai conoce el camino de los justos, pero el camino de los impíos se pierde. Salmo 2 1 ¿Por qué se agitan las naciones, y los pueblos mascullan planes vanos? 2 Se yerguen los reyes de la tierra, los caudillos conspiran aliados contr a Adonai y contra su Ungido: 3 "¡Rompamos sus coyundas, sacudámonos su yugo!" 4 El que se sienta en los cielos se sonríe,Adonai se burla de ellos. 5 Luego en su cólera les habla, en su furor los aterra: 6 "Ya tengo yo consagrado a mi rey en Sión mi monte santo." 7 Voy a anunciar el decreto de Adonai:El me ha dicho: "Tú eres mi hijo; yo t e he engendrado hoy. 8 Pídeme, y te daré en herencia las naciones, en propiedad los confines de la tierra. 9 Con cetro de hierro, los quebrantarás, los quebrarás como vaso de alfarero." 10 Y ahora, reyes, comprended, corregíos, jueces de la tierra. 11 Servid a Adonai con temor, 12 con temblor besad sus pies; no se irrite y perezcáis en el camino, pues su cólera se inflama de repente. ¡Venturosos los que a él se acogen! Salmo 3 (1) = Salmo. De David. Cuando huía de su hijo Absalón. = 1 (2) Adonai, ¡cuán numerosos son mis adversarios, cuántos los que se alzan contra mí! 2 (3) ¡Cuántos los que dicen de mi vida: "No hay salvación para él en Di-s!" = Pausa. = 3 (4) Mas tú, Adonai, escudo que me ciñes, mi gloria, el que realza mi cab eza. 4 (5) A voz en grito clamo hacia Adonai, y él me responde desde su santo monte. = Pausa. = 5 (6) Yo me acuesto y me duermo, me despierto, pues Adonai me sostiene . 6 (7)

No temo a esas gentes que a millares se apostan en torno contra mí. 7 (8) ¡Levántate, Adonai! ¡Di-s mío, sálvame!Tú hieres en la mejilla a todos mis e nemigos, los dientes de los impíos tú los rompes. 8 (9) De Adonai la salvación.Tu bendición sobre tu pueblo. = Pausa. = Salmo 4 (1) = Del maestro de coro. Para instrumentos de cuerda. Salmo. De David. = 1 (2) Cuando clamo, respóndeme, oh Di-s mi justiciero, en la angustia tú m e abres salida; tenme piedad, escucha mi oración. 2 (3) Vosotros, hombres, ¿hasta cuándo seréis torpes de corazón, amando vanida d, rebuscando mentira? = Pausa. = 3 (4) ¡Sabed que Adonai mima a su amigo,Adonai escucha cuando yo le invo co. 4 (5) Temblad, y no pequéis; hablad con vuestro corazón en el lecho ¡y silen cio! = Pausa. = 5 (6)

Ofreced sacrificios de justicia y confiad en Adonai. 6 (7) Muchos dicen: "¿Quién nos hará ver la dicha?" ¡Alza sobre nosotros la lu

z de tu rostro!Adonai, 7 (8) tú has dado a mi corazón más alegría que cuando abundan ellos de trigo y vino nuevo. 8 (9) En paz, todo a una, yo me acuesto y me duermo, pues tú solo, Adona i, me asientas en seguro. Salmo 5 (1) = Del maestro de coro. Para flautas. Salmo. De David. = 1 (2) Escucha mis palabras, Adonai, repara en mi lamento, 2 (3) atiende a la voz de mi clamor, oh mi Rey y mi Di-s.Porque a ti t e suplico, 3 (4) Adonai; ya de mañana oyes mi voz; de mañana te presento mi súplica, y me quedo a la espera. 4 (5) Pues no eres tú un Di-s que se complace en la impiedad, no es huéspe d tuyo el malo. 5 (6) No, los arrogantes no resisten delante de tus ojos.Detestas a to dos los agentes de mal, 6 (7) pierdes a los mentirosos; al hombre sanguinario y fraudulento le abomina Adonai. 7 (8) Mas yo, por la abundancia de tu amor, entro en tu Casa; en tu santo Temp lo me prosterno, lleno de tu temor. 8 (9) Guíame, Adonai, en tu justicia, por causa de los que me acechan, allana tu camino ante mí. 9 (10) Que no hay en su boca lealtad, en su interior, tan sólo subversión; s epulcro abierto es su garganta, melosa muévese su lengua. 10 (11) Trátalos, oh Di-s, como culpables, haz que fracasen sus intrigas; arrójalos por el exceso de sus crímenes, por rebelarse contra ti. 11 (12) Y se alegren los que a ti se acogen, se alborocen por siempre; tú los proteges, en ti exultan los que aman tu nombre. 12 (13) Pues tú bendices al justo, Adonai, como un gran escudo tu favor le cubre. Salmo 6 (1) = Del maestro de coro. Para instrumentos de cuerda. En octava. Salmo. De David. = 1 (2) Adonai, no me corrijas en tu cólera, en tu furor no me castigues. 2 (3) Tenme piedad, Adonai, que estoy sin fuerzas, sáname, Adonai, que m is huesos están desmoronados, 3 (4) desmoronada totalmente mi alma, y tú, Adonai, ¿hasta cuándo? 4 (5) Vuélvete, Adonai, recobra mi alma, sálvame, por tu amor. 5 (6) Porque, en la muerte, nadie de ti se acuerda; en el seol, ¿quién te puede alabar? 6 (7) ma;

Estoy extenuado de gemir, baño mi lecho cada noche, inundo de lágrimas mi ca

7 (8) mi ojo está corroído por el tedio, ha envejecido entre opresores. 8 (9) Apartaos de mí todos los malvados, pues Adonai ha oído la voz de mis sollozos. 9 (10) Adonai ha oído mi súplica,Adonai acoge mi oración. 10 (11) ¡Todos mis enemigos, confusos, aterrados, retrocedan, súbitamente co nfundidos! Salmo 7 (1) = Lamentación. De David. La que cantó a Adonai a propósito del benjaminita Kus . = 1 (2) Adonai, Di-s mío, a ti me acojo, sálvame de todos mis perseguidores, líbrame; 2 (3) ¡que no arrebate como un león mi vida el que desgarra, sin que nadie

libre! icia,

3 (4)

Adonai, Di-s mío, si algo de esto hice, si hay en mis manos injust

4 (5) si a mi bienhechor con mal he respondido si he perdonado al opre sor injusto, 5 (6) ¡que el enemigo me persiga y me alcance, estrelle mi vida contra e l suelo, y tire mis entrañas por el polvo! = Pausa. = 6 (7) Levántate, Adonai, en tu cólera, surge contra los arrebatos de mis opresores , despierta ya, Di-s mío, tú que el juicio convocas. 7 (8) Que te rodee la asamblea de las naciones, y tú en lo alto vuélvete h acia ella. 8 (9) (Adonai, juez de los pueblos.)Júzgame, Adonai, conforme a mi justi cia y según mi inocencia. 9 (10) Haz que cese la maldad de los impíos, y afianza al justo, tú que escr utas corazones y entrañas, oh Di-s justo. 10 (11) Di-s, el escudo que me cubre, el salvador de los de recto corazón; 11 (12) Di-s, el juez justo, tardo a la cólera, pero Di-s amenazante en to do tiempo 12 (13) para el que no se vuelve.Afile su espada el enemigo, tense su ar co y lo apareje, 13 (14) para sí solo prepara armas de muerte, hace tizones de sus flechas; 14 (15) vedle en su preñez de iniquidad, malicia concibió, fracaso pare. 15 (16) Cavó una fosa, recavó bien hondo, mas cae en el hoyo que él abrió; 16 (17) revierte su obra en su cabeza, su violencia en su cerviz recae. 17 (18) Doy gracias a Adonai por su justicia, salmodio al nombre de Adon ai, el Altísimo. Salmo 8 (1) = Del maestro de coro. Según la... de Gat. Salmo. De David. = 1 (2) ¡Oh Adonai, Señor nuestro, qué glorioso tu nombre por toda la tierra!Tú que exaltaste tu majestad sobre los cielos, 2 (3) en boca de los niños, los que aún maman, dispones baluarte frente a tus adversarios, para acabar con enemigos y rebeldes. 3 (4) Al ver tu cielo, hechura de tus dedos, la luna y las estrellas, que fijaste tú, 4 (5) ¿qué es el hombre para que de él te acuerdes, el hijo de Adán para que d e él te cuides? 5 (6) ;

Apenas inferior a un dios le hiciste, coronándole de gloria y de esplendor

6 (7) le hiciste señor de las obras de tus manos, todo fue puesto por ti bajo sus pies: 7 (8) ovejas y bueyes, todos juntos, y aun las bestias del campo, 8 (9) y las aves del cielo, y los peces del mar, que surcan las sendas de las aguas. 9 (10) ¡Oh Adonai, Señor nuestro, qué glorioso tu nombre por toda la tierra!

Salmo 9 (1) = Del maestro de coro. Para oboes y arpa. Salmo. De David. = 1 (2) =Alef= Te doy gracias, Adonai, de todo corazón, cantaré todas tus ma ravillas; 2 (3) quiero alegrarme y exultar en ti, salmodiar a tu nombre, Altísimo. 3 (4) =Bet= Mis enemigos retroceden, flaquean, perecen delante de tu r ostro; 4 (5) pues tú has llevado mi juicio y mi sentencia, sentándote en el trono cual juez justo.

5 (6) =Guímel.= Has reprimido a las gentes, has perdido al impío, has borrad o su nombre para siempre jamás; 6 (7) acabado el enemigo, todo es ruina sin fin, has suprimido sus ciudades, p erdido su recuerdo. =He.= He aquí que 7 (8) Adonai se sienta para siempre, afianza para el juicio su trono; 8 (9) él juzga al orbe con justicia, a los pueblos con rectitud sentenci a. 9 (10) =Vau.= ¡Sea Adonai ciudadela para el oprimido, ciudadela en los tie mpos de angustia! 10 (11) Y en ti confíen los que saben tu nombre, pues tú, Adonai, no abandon as a los que te buscan. 11 (12) =Zain.= Salmodiad a Adonai, que se sienta en Sión, publicad por los pueblo s sus hazañas; 12 (13) que él pide cuentas de la sangre, y de ellos se acuerda, no olvida el grito de los desdichados. 13 (14) =Jet.= Tenme piedad, Adonai, ve mi aflicción, tú que me recobras de las puertas de la muerte, 14 (15) para que yo cuente todas tus alabanzas a las puertas de la hija de Sión, gozoso de tu salvación. 15 (16) =Tet.= Se hundieron los gentiles en la fosa que hicieron, en la red que ocultaron, su pie quedó prendido. 16 (17) Adonai se ha dado a conocer, ha hecho justicia, el impío se ha enredado en la obra de sus manos. = Sordina. = = Pausa. = 17 (18) =Yod= ¡Vuelvan los impíos al seol, todos los gentiles que de Di-s se olvidan! 18 (19) =Kaf.= Que no queda olvidado el pobre eternamente, no se pierde por siempre la esperanza de los desdichados. 19 (20) ¡Levántate, Adonai, no triunfe el hombre, sean juzgados los gentiles delante de tu rostro! 20 (21) Infunde tú, Adonai, en ellos el terror, aprendan los gentiles que no son más que hombres. = Pausa. = Salmo 10 1 = Lámed = ¿Por qué, Adonai, te quedas lejos, te escondes en las horas de la an gustia? 2 Por el orgullo del impío es perseguido el desdichado, queda preso en la tr ampa que le ha urdido. 3 = (Mem.) = Sí, el impío se jacta de los antojos de su alma, el avaro que ben dice menosprecia a Adonai, 4 = (Nun.) = el impío, insolente, no le busca: "¡No hay Di-s!", es todo lo que piensa. 5 En todo tiempo se afianzan sus caminos, allá arriba tus juicios muy lejos de él están, a todos sus rivales da soplidos. 6 Dice en su corazón: "¡Jamás vacilaré!" = (Sámek.) = porque en desgracia no se ve, 7 maldice. = (Pe.) = De fraude y perfidia está llena su boca, bajo su lengua sólo maldad e iniquidad; 8 al acecho se aposta entre las cañas en los recodos mata al inocente. = (Ai n.) = Todo ojos, espía al desvalido, 9 al acecho escondido como león en su guarida, al acecho para atrapar al des dichado, atrapa al desdichado arrastrándole en su red. 10 = (Sade.) = Espía, se agazapa, se encoge, el desvalido cae en su poder; 11 dice en su corazón: "Di-s se ha olvidado, tiene tapado el rostro, no ha de ver jamás." 12 = Qof. = ¡Levántate, Adonai, alza tu mano, oh Di-s! ¡No te olvides de los desd ichados! 13 ¿Por qué el impío menosprecia a Di-s, dice en su corazón: "No vendrás a indagar?" 14 = Res. = Lo has visto ya, que la pena y la tristeza las miras tú para toma

rlas en tu mano: el desvalido se abandona a ti, tú socorres al huérfano. 15 = Sin. = ¡Quiebra el brazo del impío, del malvado; indaga su impiedad sin de jar rastro! 16 ¡Adonai es rey por siempre, por los siglos; los gentiles han sido barridos de su tierra! 17 = Tau. = El deseo de los humildes escuchas tú, Adonai, su corazón confortas, alargas tus oídos, 18 para hacer justicia al huérfano, al vejado: ¡cese de dar terror el hombre sa lido de la tierra! Salmo 11 (10) 1 = Del maestro de coro. De David. =En Adonai me cobijo; ¿cómo decís a mi alma: "Huye, pájaro, a tu monte? 2 "He aquí que los impíos tensan su arco, ajustan a la cuerda su saeta, para t irar en la sombra a los de recto corazón. 3 Si están en ruinas los cimientos, ¿que puede hacer el justo?" 4 Adonai en su Templo santo,Adonai, su trono está en los cielos; ven sus ojo s el mundo, sus párpados exploran a los hijos de Adán. 5 Adonai explora al justo y al impío; su alma odia a quien ama la violencia. 6

¡Llueva sobre los impíos brasas y azufre, y un viento abrasador por porción de su copa! 7 Que es justo Adonai y lo justo ama, los rectos contemplarán su rostro. Salmo 12 (11) (1) = Del maestro de coro. En octava. Salmo. De David. = 1 (2) ¡Salva, Adonai, que ya no hay fieles, se acabaron los veraces entre los hijos de Adán! 2 (3) Falsedad sólo dicen, cada cual a su prójimo, labios de engaño, lenguaj e de corazones dobles. 3 (4) Arranque Adonai todo labio tramposo, la lengua que profiere brav atas, 4 (5) los que dicen: "La lengua es nuestro fuerte, nuestros labios por nosotros, ¿quien va a ser amo nuestro?" 5 (6) Por la opresión de los humildes, por el gemido de los pobres, ahora me alz o yo, dice Adonai: auxilio traigo a quien por él suspira. 6 (7) Las palabras de Adonai son palabras sinceras, plata pura, de ras de tierra, siete veces purgada. 7 (8) Tú, Adonai, los guardarás, los librarás de esta ralea para siempre; 8 (9) de todas partes se irán los impíos, colmo de vileza entre los hijos de Adán.

Salmo 13 (12) (1) = Del maestro de coro. Salmo. De David. = 1 (2) ¿Hasta cuándo, Adonai, me olvidarás? ¿Por siempre? ¿Hasta cuándo me ocultarás t rostro? 2 (3) ¿Hasta cuándo tendré congojas en mi alma, en mi corazón angustia, día y no che? ¿Hasta cuándo triunfará sobre mí mi enemigo? 3 (4) ¡Mira, respóndeme, Adonai, Di-s mío! ¡Ilumina mis ojos, no me duerma en la muerte, 4 (5) no diga mi enemigo: "¡Le he podido!", no exulten mis adversarios a l verme vacilar! 5 (6) Que yo en tu amor confío; en tu salvación mi corazón exulte. 6 ¡A Adonai cantaré por el bien que me ha hechoSalmodiaré al nombre de Adonai, el Altísi mo! Salmo 14 (13) = Sal 53.

(1) = Del maestro de coro. De David. =1 Dice en su corazón el insensato: "¡No ha y Di-s!"Corrompidos están, de conducta abominable, no hay quien haga el bien. 2 Se asoma Adonai desde los cielos hacia los hijos de Adán, por ver si hay u n sensato, alguien que busque a Di-s. 3 Todos ellos están descarriados, en masa pervertidos.No hay nadie que haga el bien. ni uno siquiera. 4 ¿No aprenderán todos los agentes de mal que comen a mi pueblo como se come e l pan, y a Adonai no invocan? 5 Allí de espanto temblarán donde nada hay que espante, que Di-s está por la raz a del justo: 6 de los planes del desdichado os burláis. mas Adonai es su refugio. 7 ¿Quién traerá de Sión la salvación de Israel?Cuando cambie Adonai la suerte de su pueblo, exultará Jacob, se alegrará Israel. Salmo 15 (14) (1) = Salmo. De David. = 1 Adonai, ¿quién morará en tu tienda?, ¿quién habitará en tu santo monte? 2 El que ando sin tacha, y obra la justicia; que dice la verdad de corazón, 3 y no calumnia con su lengua; que no daña a su hermano, ni hace agravio a s u prójimo; 4 con menosprecio mira al réprobo, mas honra a los que temen a Adonai; que j ura en su perjuicio y no retracta, 5 no presta a usura su dinero, ni acepta soborno en daño de inocente.Quien o bra así jamás vacilará. Salmo 16 (15) (1) = A media voz. De David. = 1 Guárdame, oh Di-s, en ti está mi refugio. 2 Yo digo a Adonai: "Tú eres mi Señor. mi bien, nada hay fuera de ti"; 3 ellos, en cambio, a los santos que hay en la tierra: "¡Magníficos, todo mi g ozo en ellos!". 4 Sus ídolos abundan, tras ellos van corriendo.Mas yo jamás derramaré sus libámene s de sangre, jamás tomaré sus nombres en mis labios. 5 Adonai, la parte de mi herencia y de mi copa, tú mi suerte aseguras; 6 la cuerda me asigna un recinto de delicias, mi heredad es preciosa para mí. 7 Bendigo a Adonai que me aconseja; aun de noche mi conciencia me instruye ; 8 pongo a Adonai ante mí sin cesar; porque él está a mi diestra, no vacilo. 9 Por eso se me alegra el corazón, mis entrañas retozan, y hasta mi carne en s eguro descansa; 10 pues no has de abandonar mi alma al seol, ni dejarás a tu amigo ver la fos a. 11 Me enseñarás el caminó de la vida, hartura de goces, delante de tu rostro, a t u derecha, delicias para siempre. Salmo 17 (16) (1) = Oración. De David. = 1 Escucha, Adonai, la justicia, atiende a mi clamor, presta oído a mi plegaria, qu e no es de labios engañosos. 2 Mi juicio saldrá de tu presencia, tus ojos ven lo recto. 3 Mi corazón tú sondas, de noche me visitas; me pruebas al crisol sin hallar n ada malo en mí; mi boca no claudica 4 al modo de los hombres.La palabra de tus labios he guardado, por las sen das trazadas 5 ajustando mis pasos; por tus veredas no vacilan mis pies. 6 Yo te llamo, que tú, oh Di-s, me respondes, tiende hacia mí tu oído, escucha m is palabras, 7 haz gala de tus gracias, tú que salvas a los que buscan a tu diestra refug

io contra los que atacan. 8 Guárdame como la pupila de los ojos, escóndeme a la sombra de tus alas 9 de esos impíos que me acosan, enemigos ensañados que me cercan. 10 Están ellos cerrados en su grasa, hablan, la arrogancia en la boca. 11 Avanzan contra mí, ya me cercan, me clavan sus ojos para tirarme al suelo. 12 Son como el león ávido de presa, o el leoncillo agazapado en su guarida. 13 ¡Levántate, Adonai, hazle frente, derríbale; libra con tu espada mi alma del i mpío, 14 de los mortales, con tu mano, Adonai, de los mortales de este mundo, cuy o lote es la vida! ¡De tus reservas llénales el vientre, que sus hijos se sacien, y dejen las sobras para sus pequeños! 15 Mas yo, en la justicia, contemplaré tu rostro, al despertar me hartaré de tu imagen. Salmo 18 (17) (1) = Del maestro de coro. Del siervo de Adonai, David, que dirigió a Adonai l as palabras de este cántico el día en que Adonai le libró de todos sus enemigos y de l as manos de Saúl. = (2) = Dijo: = 1 Yo te amo, Adonai, mi fortaleza, (mi salvador, que de la violencia me has salv ado). 2 (3) Adonai, mi roca y mi baluarte, mi liberador, mi Di-s; la peña en q ue me amparo, mi escudo y fuerza de mi salvación, mi ciudadela y mi refugio. 3 (4) os. elial, erte.

Invoco a Adonai, que es digno de alabanza, y quedo a salvo de mis enemig 4 (5)

Las olas de la muerte me envolvían, me espantaban las trombas de B

5 (6)

los lazos del seol me rodeaban, me aguardaban los cepos de la Mu

6 (7) Clamé a Adonai en mi angustia, a mi Di-s invoqué; y escuchó mi voz des de su Templo, resonó mi llamada en sus oídos. 7 (8) La tierra fue sacudida y vaciló, retemblaron las bases de los mont es, (vacilaron bajo su furor); 8 (9) una humareda subió de sus narices, y de su boca un fuego que abrasaba, (de él salían carbones encendidos). 9 (10) El inclinó los cielos y bajó, un espeso nublado debajo de sus pies; 10 (11) cabalgó sobre un querube, emprendió el vuelo, sobre las alas de los vientos planeó. 11 (12) Se puso como tienda un cerco de tinieblas, tinieblas de las agua s, espesos nubarrones; 12 (13) del fulgor que le precedía se encendieron granizo y ascuas de fueg o. 13 (14) Tronó Adonai en los cielos, lanzó el Altísimo su voz; 14 (15) arrojó saetas, y los puso en fuga, rayos fulminó y sembró derrota. 15 (16) El fondo del mar quedó a la vista, los cimientos del orbe aparecie ron, ante tu imprecación, Adonai, al resollar el aliento en tus narices. 16 (17) El extiende su mano de lo alto para asirme, para sacarme de las profundas aguas; 17 (18) me libera de un enemigo poderoso, de mis adversarios más fuertes q ue yo. 18 (19) Me aguardaban el día de mi ruina, más Adonai fue un apoyo para mí; 19 (20) me sacó a espacio abierto, me salvó porque me amaba. 20 (21) Adonai me recompensa conforme a mi justicia, me paga conforme a la pureza de mis manos; 21 (22) porque he guardado los caminos de Adonai, y no he hecho el mal l

ejos de mi Di-s. 22 (23) Porque tengo ante mí todos sus juicios, y sus preceptos no aparto de mi lado; 23 (24) he sido ante él irreprochable, y de incurrir en culpa me he guarda do. 24 (25) Y Adonai me devuelve según mi justicia, según la pureza de mis manos que tie ne ante sus ojos. 25 (26) Con el piadoso eres piadoso, intachable con el hombre sin tacha; 26 (27) con el puro eres puro, con el ladino, sagaz; 27 (28) tú que salvas al pueblo humilde, y abates los ojos altaneros. 28 (29) Tú eres, Adonai, mi lámpara, mi Di-s que alumbra mis tinieblas; 29 (30) con tu ayuda las hordas acometo, con mi Di-s escalo la muralla. 30 (31) Di-s es perfecto en sus caminos, la palabra de Adonai acrisolada.El es e l escudo de cuantos a él se acogen. 31 (32) Pues ¿quién es Di-s fuera de Adonai? ¿Quién Roca, sino sólo nuestro Di-s? 32 (33) El Di-s que me ciñe de fuerza, y hace mi camino irreprochable, 33 (34) que hace mis pies como de ciervas, y en las alturas me sostiene en pie, 34 (35) el que mis manos para el combate adiestra y mis brazos para tens ar arco de bronce. 35 (36) Tú ta, 36 37 cabado; 38 . 39 , 40 n.

me das tu escudo salvador, (tu diestra me sostiene), tu cuidado me exal (37) mis pasos ensanchas ante mí, no se tuercen mis tobillos. (38) Persigo a mis enemigos, les doy caza, no vuelvo hasta haberlos a (39) los quebranto, no pueden levantarse, sucumben debajo de mis pies (40) Para el combate de fuerza me ciñes, doblegas bajo mí a mis agresores (41) a mis enemigos haces dar la espalda, extermino a los que me odia

41 (42) Claman, mas no hay salvador, a Adonai, y no les responde. 42 (43) Los machaco como polvo al viento, como al barro de las calles lo s piso. 43 (44) De las querellas de mi pueblo tú me libras, me pones a la cabeza d e las gentes; pueblos que no conocía me sirven; 44 (45) los hijos de extranjeros me adulan, son todo oídos, me obedecen, 45 (46) los hijos de extranjeros desmayan, y dejan temblando sus refugio s. 46 (47) ¡Viva Adonai, bendita sea mi roca, el Di-s de mi salvación sea ensal zado, 47 (48) el Di-s que la venganza me concede y abate los pueblos a mis plantas! 48 (49) Tú me libras de mis enemigos, me exaltas sobre mis agresores, del hombre violento me salvas. 49 (50) Por eso he de alabarte entre los pueblos, a tu nombre, Adonai, s almodiaré. 50 (51) El hace grandes las victorias de su rey y muestra su amor a su u ngido, a David y a su linaje para siempre. Salmo 19 (18) (1) = Del maestro de coro. Salmo. De David. = 1 (2) Los cielos cuentan la gloria de Di-s, la obra de sus manos anunc ia el firmamento; 2 (3) el día al día comunica el mensaje, y la noche a la noche trasmite la noticia.

3 (4) No es un mensaje, no hay palabras, ni su voz se puede oír; 4 (5) mas por toda la tierra se adivinan los rasgos, y sus giros hasta el confín del mundo.En el mar levantó para el sol una tienda, 5 (6) y él, como un esposo que sale de su tálamo, se recrea, cual atleta, corriend o su carrera. 6 (7) A un extremo del cielo es su salida, y su órbita llega al otro ext remo, sin que haya nada que a su ardor escape. 7 (8) La ley de Adonai es perfecta, consolación del alma, el dictamen de Adonai, veraz, sabiduría del sencillo. 8 (9) Los preceptos de Adonai son rectos, gozo del corazón; claro el man damiento de Adonai, luz de los ojos. 9 (10) El temor de Adonai es puro, por siempre estable; verdad, los juicios de Adonai, justos todos ellos, 10 (11) apetecibles más que el oro, más que el oro más fino; sus palabras más du lces que la miel, más que el jugo de panales. 11 (12) Por eso tu servidor se empapa en ellos, gran ganancia es guardar los. 12 (13) Pero ¿quién se da cuenta de sus yerros?De las faltas ocultas límpiame. 13 (14) Guarda también a tu siervo del orgullo, no tenga dominio sobre mí.En tonces seré irreprochable, de delito grave exento. 14 (15) ¡Sean gratas las palabras de mi boca, y el susurro de mi corazón, sin tregua ante ti, Adonai, roca mía, mi redentor. Salmo 20 (19) (1) = Del maestro de coro. Salmo. De David. = 1 (2) ¡Adonai te responda el día de la angustia, protéjate el nombre del Dis de Jacob! 2 (3) El te envíe socorro desde su santuario, desde Sión sea tu apoyo. 3 (4) Se acuerde de todas tus ofrendas, halle sabroso tu holocausto; = Pausa. = 4 (5) te otorgue según tu corazón, cumpla todos tus proyectos. 5 (6) ¡Y nosotros aclamemos tu victoria, de nuestro Di-s el nombre tremo lemos! ¡Cumpla Adonai todas tus súplicas! 6 (7) Ahora conozco que Adonai dará la salvación a su ungido; desde su santo cielo le responderá con las proezas victoriosas de su diestra. 7 (8) Unos con los carros, otros con los caballos, nosotros invocamos el nombre de Adonai, nuestro Di-s. 8 (9) Ellos se doblegan y caen, y nosotros en pie nos mantenemos. 9 (10) ¡Oh Adonai, salva al rey, respóndenos el día de nuestra súplica! Salmo 21 (20) (1) = Del maestro de coro. Salmo. De David. = 1 (2) Adonai, en tu fuerza se regocija el rey; ¡oh, y cómo le colma tu sal vación de júbilo! 2 (3) Tú le has otorgado el deseo de su corazón, no has rechazado el anhel o de sus labios. = Pausa. = 3 (4) Pues le precedes de venturosas bendiciones, has puesto en su cab eza corona de oro fino; 4 (5) vida te pidió y se la otorgaste, largo curso de días para siempre ja más. 5 (6) Gran gloria le da tu salvación, le circundas de esplendor y majest ad; 6 (7) ro.

bendiciones haces de él por siempre, le llenas de alegría delante de tu rost 7 (8)

Sí, en Adonai confía el rey, y por gracia del Altísimo no ha de vacila

r.

8 (9) Tu mano alcanzará a todos tus enemigos, tu diestra llegará a los que te odian; 9 (10) harás de ellos como un horno de fuego, el día de tu rostro;Adonai los tragará en su cólera, y el fuego los devorará; 10 (11) harás perecer su fruto de la tierra, y su semilla de entre los hij os de Adán. 11 (12) Aunque ellos intenten daño contra ti, aunque tramen un plan, nada podrán. 12 (13) Que tú les harás volver la espalda, ajustarás tu arco contra ellos. 13 (14) ¡Levántate, Adonai, con tu poder, y cantaremos, salmodiaremos a tu p oderío! Salmo 22 (21) (1) = Del maestro de coro. Sobre "la cierva de la aurora". Salmo. De David. = 1 (2) Di-s mío, Di-s mío, ¿por qué me has abandonado? ¡lejos de mi salvación la vo z de mis rugidos! 2 (3) Di-s mío, de día clamo, y no respondes, también de noche, no hay silen cio para mí. 3 (4) ¡Mas tú eres el Santo, que moras en las laudes de Israel! 4 (5) En ti esperaron nuestros padres, esperaron y tú los liberaste; 5 (6) a ti clamaron, y salieron salvos, en ti esperaron, y nunca queda ron confundidos. 6 (7)

Y yo, gusano, que no hombre, vergüenza del vulgo, asco del pueblo, 7 (8) todos los que me ven de mí se mofan, tuercen los labios, menean la cabeza: 8 (9) "Se confió a Adonai, ¡pues que él le libre, que le salve, puesto que l e ama!" 9 (10) Sí, tú del vientre me sacaste, me diste confianza a los pechos de mi madre; 10 (11) a ti fui entregado cuando salí del seno, desde el vientre de mi ma dre eres tú mi Di-s. 11 (12) ¡No andes lejos de mí, que la angustia está cerca, no hay para mí socorr o! 12 (13) Novillos innumerables me rodean, acósanme los toros de Basán; 13 (14) ávidos abren contra mí sus fauces; leones que desgarran y rugen. 14 (15) Como el agua me derramo, todos mis huesos se dislocan, mi corazón se vuelve como cera, se me derrite entre mis entrañas. 15 (16) Está seco mi paladar como una teja y mi lengua pegada a mi gargant a; tú me sumes en el polvo de la muerte. 16 (17) Perros innumerables me rodean, una banda de malvados me acorrala como para prender mis manos y mis pies. 17 (18) Puedo contar todos mis huesos; ellos me observan y me miran, 18 (19) repártense entre sí mis vestiduras y se sortean mi túnica. 19 (20) ¡Mas tú, Adonai, no te estés lejos, corre en mi ayuda, oh fuerza mía, 20 (21) libra mi alma de la espada, mi única de las garras del perro; 21 (22) sálvame de las fauces del león, y mi pobre ser de los cuernos de los búfalos! 22 (23) ¡Anunciaré tu nombre a mis hermanos, en medio de la asamblea te alab aré!: 23 (24) "Los que a Adonai teméis, dadle alabanza, raza toda de Jacob, glorificadle , temedle, raza toda de Israel". 24 (25) Porque no ha despreciado ni ha desdeñado la miseria del mísero; no l e ocultó su rostro, mas cuando le invocaba le escuchó. 25 (26) De ti viene mi alabanza en la gran asamblea, mis votos cumpliré an

te los que le temen. 26 (27) Los pobres comerán, quedarán hartos, los que buscan a Adonai le alab arán: "¡Viva por siempre vuestro corazón!" 27 (28) Le recordarán y volverán a Adonai todos los confines de la tierra, ante él se postrarán todas las familias de las gentes. 28 (29) Que es de Adonai el imperio, del señor de las naciones. 29 (30) Ante él solo se postrarán todos los poderosos de la tierra, ante él se doblarán cuantos bajan al polvo.Y para aquél que ya no viva, 30 (31) le servirá su descendencia: ella hablará del Señor a la edad 31 (32) venidera, contará su justicia al pueblo por nacer:Esto hizo él. Salmo 23 (22) (1) = Salmo. De David. = 1 Adonai es mi pastor, nada me falta. 2 Por prados de fresca hierba me apacienta.Hacia las aguas de reposo me co nduce, 3 y conforta mi alma; me guía por senderos de justicia, en gracia de su nomb re. 4 Aunque pase por valle tenebroso, ningún mal temeré, porque tú vas conmigo; tu vara y tu cayado, ellos me sosiegan. 5 Tú preparas ante mí una mesa frente a mis adversarios; unges con óleo mi cabez a, rebosante está mi copa. 6 Sí, dicha y gracia me acompañarán todos los días de mi vida; mi morada será la cas a de Adonai a lo largo de los días. Salmo 24 (23) (1) = Salmo. De David. = 1 De Adonai es la tierra y cuanto hay en ella, el orbe y los que en él habit an; 2 que él lo fundó sobre los mares, él lo asentó sobre los ríos. 3 ¿Quién subirá al monte de Adonai?, ¿quién podrá estar en su recinto santo? 4 El de manos limpias y puro corazón, el que a la vanidad no lleva su alma, ni con engaño jura. 5 El logrará la bendición de Adonai, la justicia del Di-s de su salvación. 6 Tal es la raza de los que le buscan, los que van tras tu rostro, oh Di-s de Jacob. = Pausa. = 7 ¡Puertas, levantad vuestros dinteles, alzaos, portones antiguos, para que entre el rey de la gloria! 8 ¿Quién es ese rey de gloria?Adonai, el fuerte, el valiente,Adonai, valiente en la batalla. 9 ¡Puertas, levantad vuestros dinteles, alzaos, portones antiguos, para que entre el rey de la gloria! 10 ¿Quién es ese rey de gloria?Adonai Sebaot, él es el rey de gloria. = Pausa = Salmo 25 (24) (1) = De David = 1 = Alef. = A ti, Adonai, levanto mi alma, 2 oh Di-s mío. = Bet. = En ti confío, ¡no sea confundido, no triunfen de mí mis en emigos! 3 = Guimel. = No hay confusión para el que espera en ti, confusión sólo para el que traiciona sin motivo. 4 = Dálet. = Muéstrame tus caminos, Adonai, enséñame tus sendas. 5 = He. = Guíame en tu verdad, enséñame, que tú eres el Di-s de mi salvación. = (Vau ) = En ti estoy esperando todo el día, 6 = Zain. = Acuérdate, Adonai, de tu ternura, y de tu amor, que son de siemp re. 7 = Jet. = De los pecados de mi juventud no te acuerdes, pero según tu amor, acuérdate de mí. por tu bondad, Adonai.

8 = Tet. = Bueno y recto es Adonai; por eso muestra a los pecadores el cam ino; 9 = Yod. = conduce en la justicia a los humildes, y a los pobres enseña su s endero. 10 = Kaf. = Todas las sendas de Adonai son amor y verdad para quien guarda su alianza y sus dictámenes. 11 = Lámed. = Por tu nombre, oh Adonai, perdona mi culpa, porque es grande. 12 = Mem. = Si hay un hombre que tema a Adonai, él le indica el camino a segu ir; 13 = Nun. = su alma mora en la felicidad, y su estirpe poseerá la tierra. 14 = Sámek. = El secreto de Adonai es para quienes le temen, su alianza, para darles cordura. 15 = Ain. = Mis ojos están fijos en Adonai, que él sacará mis pies del cepo. 16 = Pe. = Vuélvete a mí, tenme piedad, que estoy solo y desdichado. 17 = Sade. = Alivia los ahogos de mi corazón, hazme salir de mis angustias. 18 = (Qof.) = Ve mi aflicción y mi penar, quita todos mis pecados. 19 = Res. = Mira cuántos son mis enemigos, cuán violento el odio que me tienen. 20 = Sin. = Guarda mi alma, líbrame, no quede confundido, cuando en ti me cob ijo. 21 = Tau. = Inocencia y rectitud me amparen, que en ti espero, Adonai. 22 Redime, oh Di-s, a Israel de todas sus angustias. Salmo 26 (25) (1) = De David. = 1 Hazme justicia, Adonai, pues yo camino en mi entereza, me apoyo en Adona i y no vacilo. 2 Escrútame, Adonai, ponme a prueba, pasa al crisol mi conciencia y mi corazón ; 3 está tu amor delante de mis ojos, y en tu verdad camino. 4 No voy a sentarme con los falsos, no ando con hipócritas; 5 odio la asamblea de malhechores, y al lado de los impíos no me siento. 6 Mis manos lavo en la inocencia y ando en torno a tu altar, Adonai, 7 haciendo resonar la acción de gracias, todas tus maravillas pregonando; 8 amo, Adonai, la belleza de tu Casa, el lugar de asiento de tu gloria. 9 No juntes mi alma con los pecadores, ni mi vida con los hombres sanguina rios, 10 que tienen en sus manos la infamia, y su diestra repleta de soborno. 11 Yo, en cambio, camino en mi entereza; rescátame, ten piedad de mí; 12 mi pie está firme en suelo llano; a ti, Adonai, bendeciré en las asambleas. Salmo 27 (26) (1) = De David. = 1 Adonai es mi luz y mi salvación, ¿a quién he de temer?Adonai, el refugio de mi vida, ¿por quién he de temblar? 2 Cuando se acercan contra mí los malhechores a devorar mi carne, son ellos, mis adversarios y enemigos, los que tropiezan y sucumben. 3 Aunque acampe contra mí un ejército, mi corazón no teme; aunque estalle una gu erra contra mí, estoy seguro en ella. 4 Una cosa he pedido a Adonai, una cosa estoy buscando: morar en la Casa d e Adonai, todos los días de mi vida, para gustar la dulzura de Adonai y cuidar de su Templo. 5 Que él me dará cobijo en su cabaña en día de desdicha; me esconderá en lo oculto d e su tienda, sobre una roca me levantará. 6 Y ahora se alza mi cabeza sobre mis enemigos que me hostigan; en su tien da voy a sacrificar. sacrificios de aclamación.Cantaré, salmodiaré a Adonai. 7 Escucha, Adonai, mi voz que clama, ¡tenme piedad, respóndeme! 8 Dice de ti mi corazón: "Busca su rostro."Sí, Adonai, tu rostro busco: 9 No me ocultes tu rostro.No rechaces con cólera a tu siervo; tú eres mi auxil io.No me abandones, no me dejes,Di-s de mi salvación.

10 11 echan; 12 falsos 13 vos! 14

Si mi padre y mi madre me abandonan,Adonai me acogerá. Enséñame tu camino, Adonai, guíame por senda llana, por causa de los que me as no me entregues al ansia de mis adversarios, pues se han alzado contra mí testigos, que respiran violencia. ¡Ay, si estuviera seguro de ver la bondad de Adonai en la tierra de los vi Espera en Adonai, ten valor y firme corazón, espera en Adonai.

Salmo 28 (27) (1) = De David. = 1 Hacia ti clamo, Adonai, roca mía, no estés mudo ante mí; no sea yo, ante tu si lencio, igual que los que bajan a la fosa. 2 Oye la voz de mis plegarias, cuando grito hacia ti, cuando elevo mis man os, oh Adonai, al santuario de tu santidad. 3 No me arrebates con los impíos, ni con los agentes de mal, que hablan de p az a su vecino, mas la maldad está en su corazón. 4 Dales, Adonai, conforme a sus acciones, y a la malicia de sus hechos, se gún la obra de sus manos trátales, págales con su misma moneda. 5 Pues no comprenden los hechos de Adonai, la obra de sus manos: ¡derríbelos él y no los rehabilite! 6 ¡Bendito sea Adonai, que ha oído la voz de mis plegarias! 7 Adonai mi fuerza, escudo mío, en él confió mi corazón y he recibido ayuda: mi ca rne de nuevo ha florecido, le doy gracias de todo corazón. 8 Adonai, fuerza de su pueblo, fortaleza de salvación para su ungido. 9 Salva a tu pueblo, bendice a tu heredad, pastoréalos y llévalos por siempre. Salmo 29 (28) (1) = Salmo. De David. = 1 ¡Rendid a Adonai, hijos de Di-s, rendid a Adonai gloria y poder! 2 Rendid a Adonai la gloria de su nombre, postraos ante Adonai en esplendo r sagrado. 3 Voz de Adonai sobre las aguas; el Di-s de gloria truena, ¡es Adonai, sobre las muchas aguas! 4 Voz de Adonai con fuerza, voz de Adonai con majestad. 5 Voz de Adonai que desgaja los cedros,Adonai desgaja los cedros del Líbano, 6 7 8 9 s todo 10 11

hace brincar como un novillo al Líbano, y al Sarión como cría de búfalo. Voz de Adonai que afila llamaradas. Voz de Adonai, que sacude el desierto, sacude Adonai el desierto de Cadés. Voz de Adonai, que estremece las encinas, y las selvas descuaja, mientra en su Templo dice: ¡Gloria! Adonai se sentó para el diluvio,Adonai se sienta como rey eterno. Adonai da el poder a su pueblo,Adonai bendice a su pueblo con la paz.

Salmo 30 (29) (1) = Salmo. Cántico para la dedicación de la Casa. De David. = 1 (2) Yo te ensalzo, Adonai, porque me has levantado; no dejaste reírse de mí a mis enemigos. 2 (3) Adonai, Di-s mío, clamé a ti y me sanaste. 3 (4) Tú has sacado, Adonai, mi alma del seol, me has recobrado de entre los que bajan a la fosa. 4 (5) Salmodiad a Adonai los que le amáis, alabad su memoria sagrada. 5 (6) De un instante es su cólera, de toda una vida su favor; por la tar de visita de lágrimas, por la mañana gritos de alborozo. 6 (7)

Y yo en mi paz decía: "Jamás vacilaré." 7 (8) Adonai, tu favor me afianzaba sobre fuertes montañas; mas retiras

tu rostro y ya estoy conturbado. 8 (9) A ti clamo, Adonai, a mi Di-s piedad imploro: 9 (10) ¿Qué ganancia en mi sangre, en que baje a la fosa? ¿Puede alabarte el p olvo, anunciar tu verdad? 10 (11) ¡Escucha, Adonai, y ten piedad de mí! ¡Sé tú, Adonai, mi auxilio! 11 (12) Has trocado mi lamento en una danza, me has quitado el sayal y m e has ceñido de alegría; 12 (13) mi corazón por eso te salmodiará sin tregua;Adonai, Di-s mío, te alabaré por sie mpre. Salmo 31 (30) (1) = Del maestro de coro. Salmo. De David. = 1 (2) En ti, Adonai, me cobijo, ¡oh, no sea confundido jamás! ¡Recóbrame por t u justicia, líbrame, 2 (3) tiende hacia mí tu oído, date prisa!Sé para mí una roca de refugio, alcáza r fuerte que me salve; 3 (4) pues mi roca eres tú, mi fortaleza, y, por tu nombre, me guías y dir iges. 4 (5) Sácame de la red que me han tendido, que tú eres mi refugio; 5 (6) en tus manos mi espíritu encomiendo, tú, Adonai, me rescatas.Di-s de verdad, 6 (7)

tú detestas a los que veneran vanos ídolos; mas yo en Adonai confío: 7 (8) ¡exulte yo y en tu amor me regocije!Tú que has visto mi miseria, y h as conocido las angustias de mi alma, 8 (9) no me has entregado en manos del enemigo, y has puesto mis pies en campo abierto. 9 (10) Tenme piedad, Adonai, que en angustias estoy.De tedio se corroen mis ojos, mi alma, mis entrañas. 10 (11) Pues mi vida se consume en aflicción, y en suspiros mis años; sucumb e mi vigor a la miseria, mis huesos se corroen. 11 (12) De todos mis opresores me he hecho el oprobio; asco soy de mis vecinos, espanto de mis familiares.Los que me ven en la calle huyen lejos de mí; 12 (13) dejado estoy de la memoria como un muerto, como un objeto de des echo. 13 (14) Escucho las calumnias de la turba, terror por todos lados, mient ras se aúnan contra mí en conjura, tratando de quitarme la vida. 14 (15) Mas yo confío en ti, Adonai, me digo: "¡Tú eres mi Di-s!" 15 (16) Está en tus manos mi destino, líbrame de las manos de mis enemigos y persegu idores; 16 (17) haz que alumbre a tu siervo tu semblante, ¡sálvame, por tu amor! 17 (18) Adonai, no haya confusión para mí, que te invoco, ¡confusión sólo para los impíos; que bajen en silencio al seol, 18 (19) enmudezcan los labios mentirosos que hablan con insolencia contr a el justo, con orgullo y desprecio! 19 (20) ¡Qué grande es tu bondad, Adonai!Tú la reservas para los que te temen, se la brindas a los que a ti se acogen, ante los hijos de Adán. 20 (21) Tú los escondes en el secreto de tu rostro, lejos de las intrigas de los h ombres; bajo techo los pones a cubierto de la querella de las lenguas. 21 (22) ¡Bendito sea Adonai que me ha brindado maravillas de amor (en ciud ad fortificada)! 22 (23) ¡Y yo que decía en mi inquietud: "Estoy dejado de tus ojos!"Mas tú oías la voz de mis plegarias, cuando clamaba a ti. 23 (24) Amad a Adonai, todos sus amigos; a los fieles protege Adonai, pe ro devuelve muy sobrado al que obra por orgullo.

24 (25) ¡Valor, que vuestro corazón se afirme, vosotros todos que esperáis en Adonai! Salmo 32 (31) (1) = De David. Poema. = 1 ¡Dichoso el que es perdonado de su culpa, y le queda cubierto su pecado! 2 Dichoso el hombre a quien Adonai no le cuenta el delito, y en cuyo espírit u no hay fraude. 3 Cuando yo me callaba, se sumían mis huesos en mi rugir de cada día, 4 mientras pesaba, día y noche, tu mano sobre mí; mi corazón se alteraba como un campo en los ardores del estío. = Pausa. = 5 Mi pecado te reconocí, y no oculté mi culpa; dije: "Me confesaré a Adonai de m is rebeldías."Y tú absolviste mi culpa, perdonaste mi pecado. = Pausa. = 6 Por eso te suplica todo el que te ama en la hora de la angustia.Y aunque las muchas aguas se desborden, no le alcanzarán. 7 Tú eres un cobijo para mí, de la angustia me guardas, estás en torno a mí para s alvarme. = Pausa. = 8 Voy a instruirte, a mostrarte el camino a seguir; fijos en ti los ojos, seré tu consejero. 9 No seas cual caballo o mulo sin sentido, rienda y freno hace falta para domar su brío, si no, no se te acercan. 10 Copiosas son las penas del impío, al que confía en Adonai el amor le envuelv e. 11 ¡Alegraos en Adonai, oh justos, exultad, gritad de gozo, todos los de rect o corazón! Salmo 33 (32) 1 ¡Gritad de júbilo, justos, por Adonai!, de los rectos es propia la alabanza; 2 ¡dad gracias a Adonai con la cítara, salmodiad para él al arpa de diez cuerdas ; 3 cantadle un cantar nuevo, tocad la mejor música en la aclamación! 4 Pues recta es la palabra de Adonai, toda su obra fundada en la verdad; 5 él ama la justicia y el derecho, del amor de Adonai está llena la tierra. 6 Por la palabra de Adonai fueron hechos los cielos por el soplo de su boc a toda su mesnada. 7 El recoge, como un dique, las aguas del mar, en depósitos pone los abismos . 8 ¡Tema a Adonai la tierra entera, ante él tiemblen todos los que habitan el o rbe! 9 Pues él habló y fue así, mandó él y se hizo. 10 Adonai frustra el plan de las naciones, hace vanos los proyectos de los pueblos; 11 mas el plan de Adonai subsiste para siempre, los proyectos de su corazón p or todas las edades. 12 ¡Feliz la nación cuyo Di-s es Adonai, el pueblo que se escogió por heredad! 13 Adonai mira de lo alto de los cielos, ve a todos los hijos de Adán; 14 desde el lugar de su morada observa a todos los habitantes de la tierra, 15 él, que forma el corazón de cada uno, y repara en todas sus acciones. 16 No queda a salvo el rey por su gran ejército, ni el bravo inmune por su en orme fuerza. 17 Vana cosa el caballo para la victoria, ni con todo su vigor puede salvar . 18 Los ojos de Adonai están sobre quienes le temen, sobre los que esperan en su amor, 19 para librar su alma de la muerte, y sostener su vida en la penuria. 20 Nuestra alma en Adonai espera, él es nuestro socorro y nuestro escudo; 21 en él se alegra nuestro corazón, y en su santo nombre confiamos. 22 Sea tu amor, Adonai, sobre nosotros, como está en ti nuestra esperanza.

Salmo 34 (33) (1) = De David. Cuando fingiéndose demente ante Abimélek, fue despachado por él y se marchó. = 1 (2) = Alef. = Bendeciré a Adonai en todo tiempo, sin cesar en mi boca su alabanza; 2 (3) = Bet. = en Adonai mi alma se gloría, ¡óiganlo los humildes y se alegr en! 3 (4) = Guimel. = Engrandeced conmigo a Adonai, ensalcemos su nombre t odos juntos. 4 (5) = Dálet. = He buscado a Adonai, y me ha respondido: me ha librado de todos mis temores. 5 (6)

= He. = Los que miran hacia él, refulgirán: no habrá sonrojo en su semblante. 6 (7) = Zain. = Cuando el pobre grita, Adonai oye, y le salva de todas sus angustias. 7 (8) = Jet. = Acampa el ángel de Adonai en torno a los que le temen y l os libra. 8 (9) = Tet. = Gustad y ved qué bueno es Adonai, dichoso el hombre que s e cobija en él. 9 (10) = Yod. = Temed a Adonai vosotros, santos suyos, que a quienes le temen no les falta nada. 10 (11) = Kaf. = Los ricos quedan pobres y hambrientos, mas los que buscan a Ado nai de ningún bien carecen. 11 (12) = Lámed. = Venid, hijos, oídme, el temor de Adonai voy a enseñaros. 12 (13) = Mem. = ¿Quién es el hombre que apetece la vida, deseoso de días para gozar de bienes? 13 (14) = Nun. = Guarda del mal tu lengua, tus labios de decir mentira; 14 (15) = Sámek. = apártate del mal y obra el bien, busca la paz y anda tras ella. 15 (16) = Ain. = Los ojos de Adonai sobre los justos, y sus oídos hacia su clamor, 16 (17) = Pe = el rostro de Adonai contra los malhechores, para raer de la tierra su memoria. 17 (18) = Sade. = Cuando gritan aquéllos, Adonai oye, y los libra de todas sus angustias; 18 (19) = Qof. = Adonai está cerca de los que tienen roto el corazón. él salva a los espíritus hundidos. 19 (20) = Res. = Muchas son las desgracias del justo, pero de todas le l ibera Adonai; 20 (21) = Sin. = todos sus huesos guarda, no será quebrantado ni uno solo. 21 (22) = Tau. = La malicia matará al impío, los que odian al justo lo tendrán que pagar. 22 (23) Adonai rescata el alma de sus siervos, nada habrán de pagar los qu e en él se cobijan. Salmo 35 (34) (1) = De David. = 1 2 3

Ataca, Adonai, a los que me atacan, combate a quienes me combaten; embraza el escudo y el pavés, y álzate en mi socorro; blande la lanza y la pica contra mis perseguidores.Di a mi alma: "Yo soy tu salvación." 4 ¡Confusión y vergüenza sobre aquellos que andan buscando mi vida! ¡Vuelvan atrás y queden confundidos los que mi mal maquinan! 5 ¡Sean lo mismo que la paja al viento, por el ángel de Adonai acosados; 6 sea su camino tiniebla y precipicio, perseguidos por el ángel de Adonai!

7 8

Pues sin causa me han tendido su red, han cavado una fosa para mí. ¡Sobre cada uno de ellos caiga de improviso la ruina: le prenda la red que había tendido, y en su fosa se hunda! 9 Y mi alma exultará en Adonai, en su salvación se gozará. 10 Dirán todos mis huesos:Adonai, ¿quién como tú, para librar al débil del más fuerte, al pobre de su expoliador? 11

Testigos falsos se levantan, sobre lo que ignoro me interrogan; 12 me pagan mal por bien, ¡desolación para mi alma! 13 Yo, en cambio, cuando eran ellos los enfermos, vestido de sayal, me humi llaba con ayuno, y en mi interior repetía mi oración; 14 como por un amigo o un hermano iba y venía, como en duelo de una madre, so mbrío me encorvaba. 15 Ellos se ríen de mi caída, se reúnen, sí, se reúnen contra mí; extranjeros, que yo n o conozco, desgarran sin descanso; 16 si caigo, me rodean rechinando sus dientes contra mí. 17 ¿Cuánto tiempo, Señor, te quedarás mirando?Recobra mi alma de sus garras, de los leones mi vida. 18 Te daré gracias en la gran asamblea, te alabaré entre un pueblo copioso. 19 No se rían de mí, mis enemigos pérfidos, ni se guiñen sus ojos los que me odian sin razón. 20 Pues no es de paz de lo que hablan a los pacíficos de la tierra; mascullan palabras de perfidia, 21 abren bien grande su boca contra mí; dicen: "¡Ja, Ja, nuestros ojos lo han v isto!" 22 Tú lo has visto, Adonai, no te quedes callado,Señor, no estés lejos de mí; 23 despiértate, levántate a mi juicio, en defensa de mi causa, oh mi Di-s y Señor ; 24 júzgame conforme a tu justicia, oh Adonai, ¡Di-s mío, no se rían de mí! 25 No digan en su corazón: "¡Ajá, lo que queríamos!"No digan: "¡Le hemos engullido!" 26 ¡Vergüenza y confusión caigan a una sobre los que se ríen de mi mal; queden cubi ertos de vergüenza y de ignominia los que a mi costa medran! 27 Exulten y den gritos de júbilo los que en mi justicia se complacen, y diga n sin cesar: "¡Grande es Adonai, que en la paz de su siervo se complace!" 28 Y tu justicia musitará mi lengua, todo el día tu alabanza. Salmo 36 (35) (1) = Del maestro de coro. Del siervo de Adonai. De David. = 1 (2) Un oráculo para el impío es el pecado en el fondo de su corazón; temor de Di-s no existe delante de sus ojos. 2 (3) Con ojo harto lisonjero se mira, para encontrar y detestar su cu lpa; 3 (4) las palabras de su boca, iniquidad y engaño; renunció a ser sensato, a hacer el bien. 4 (5) Sólo maquina iniquidad sobre su lecho; en un camino que no es buen o se obstina y no reprueba el mal. 5 (6)

Oh Adonai, en los cielos tu amor, hasta las nubes tu verdad; 6 (7) tu justicia, como los montes de Di-s, tus juicios, como el hondo abismo.A hombres y bestias salvas tú, Adonai, 7 (8) oh Di-s, ¡qué precioso tu amor!Por eso los hijos de Adán, a la sombra de tus alas se cobijan. 8 (9) Se sacian de la grasa de tu Casa, en el torrente de tus delicias los abrevas; 9 (10) en ti está la fuente de la vida, y en tu luz vemos la luz. 10 (11) Guarda tu amor a los que te conocen, y tu justicia a los de recto corazón. vente!

11 (12) ¡Que el pie del orgullo no me alcance, ni la mano de los impíos me a

12 (13) Ved cómo caen los agentes de mal, abatidos, no pueden levantarse. Salmo 37 (36) (1) = De David. = 1 = Alef. = No te acalores por causa de los malos, no envidies a los que h acen injusticia. 2 Pues aridecen presto como el heno, como la hierba tierna se marchitan. 3 = Bet. = Ten confianza en Adonai y obra el bien, vive en la tierra y cre ce en paz, 4 ten tus delicias en Adonai, y te dará lo que pida tu corazón. 5 = Guimel. = Pon tu suerte en Adonai, confía en él, que él obrará; 6 hará brillar como la luz tu justicia, y tu derecho igual que el mediodía. 7 = Dálet. = Vive en calma ante Adonai, espera en él, no te acalores contra el que prospera, contra el hombre que urde intrigas. 8 = He. = Desiste de la cólera y abandona el enojo, no te acalores, que es p eor; 9 pues serán extirpados los malvados, mas los que esperan en Adonai poseerán l a tierra. 10 = Vau. = Un poco más, y no hay impío, buscas su lugar y ya no está; 11 mas poseerán la tierra los humildes, y gozarán de inmensa paz. 12 = Zain. = El impío maquina contra el justo, rechinan sus dientes contra él; 13 el Señor de él se ríe, porque ve llegar su día. 14 = Jet. = Desenvainan la espada los impíos, tienden el arco, para abatir al mísero y al pobre, para matar a los rectos de conducta; 15 su espada entrará en su propio corazón, y sus arcos serán rotos. 16 = Tet. = Lo poco del justo vale más que la mucha abundancia del impío; 17 pues los brazos de los impíos serán rotos, mientras que a los justos los sos tiene Adonai. 18 = Yod. = Adonai conoce los días de los íntegros, su herencia será eterna; 19 no serán confundidos en tiempo de desgracia, en días de penuria gozarán de har tura. 20 = Kaf. = Perecerán, en cambio, los impíos, los enemigos de Adonai; se esfuma rán como el ornato de los prados, en humo se desvanecerán. 21 = Lámed. = Toma el impío prestado y no devuelve, mas el justo es compasivo y da; 22 los que él bendice poseerán la tierra, los que él maldice serán exterminados. 23 = Mem. = De Adonai penden los pasos del hombre, firmes son y su camino l e complace; 24 aunque caiga, no se queda postrado, porque Adonai la mano le sostiene. 25 = Nun. = Fui joven, ya soy viejo, nunca vi al justo abandonado, ni a su linaje mendigando el pan. 26 En todo tiempo es compasivo y presta, su estirpe vivirá en bendición. 27 = Sámek. = Apártate del mal y obra el bien, tendrás para siempre una morada; 28 porque Adonai ama lo que es justo y no abandona a sus amigos. = Ain. = L os malvados serán por siempre exterminados, la estirpe de los impíos cercenada; 29 los justos poseerán la tierra, y habitarán en ella para siempre. 30 La boca del justo sabiduría susurra, su lengua habla rectitud; 31 la ley de su Di-s está en su corazón, sus pasos no vacilan. 32 Espía el impío al justo, y busca darle muerte; 33 en su mano Adonai no le abandona, ni deja condenarle al ser juzgado. 34 Espera en Adonai y guarda su camino, él te exaltará a la herencia de la tier ra, el exterminio de los impíos verás. 35 He visto al impío muy arrogante empinarse como un cedro del Líbano; 36 pasé de nuevo y ya no estaba, le busqué y no se le encontró. 37 Observa al perfecto, mira al íntegro: hay descendencia para el hombre de p az; 38 pero los rebeldes serán a una aniquilados, y la posteridad de los impíos ext

irpada. 39 La salvación de los justos viene de Adonai, él su refugio en tiempo de angus tia; 40 Adonai los ayuda y los libera, de los impíos él los libra, los salva porque a él se acogen. Salmo 38 (37) (1) = Salmo De David. En memoria. = 1 (2) Adonai, no me corrijas en tu enojo, en tu furor no me castigues. 2 (3) Pues en mí se han clavado tus saetas, ha caído tu mano sobre mí; 3 (4) nada intacto en mi carne por tu enojo, nada sano en mis huesos d ebido a mi pecado. 4 (5) Mis culpas sobrepasan mi cabeza, como un peso harto grave para mí; 5 (6) 6 (7) 7 (8) azón. .

mis llagas son hedor y putridez, debido a mi locura; encorvado, abatido totalmente, sombrío ando todo el día.

Están mis lomos túmidos de fiebre, nada hay sano ya en mi carne; 8 (9) entumecido, molido totalmente, me hace rugir la convulsión del cor 9 (10) Señor, todo mi anhelo ante tus ojos, mi gemido no se te oculta a ti

10 (11) Me traquetea el corazón, las fuerzas me abandonan, y la luz misma de mis ojos me falta. 11 (12) Mis amigos y compañeros se partan de mi llaga, mis allegados a dis tancia se quedan; 12 (13) y tienden lazos los que buscan mi alma, los que traman mi mal ha blan de ruina, y todo el día andan urdiendo fraudes. 13 (14) Mas yo como un sordo soy, no oigo, como un mudo que no abre la boca; 14 (15) sí, soy como un hombre que no oye, ni tiene réplica en sus labios. 15 (16) Que en ti, Adonai, yo espero, tú responderás, Señor, Di-s mío. 16 (17) He dicho: "! No se rían de mí, no me dominen cuando mi pie resbale!" . 17 (18) Y ahora ya estoy a punto de caída, mi tormento sin cesar está ante mí. 18 (19) Sí, mi culpa confieso, acongojado estoy por mi pecado. 19 (20) Aumentan mis enemigos sin razón, muchos son los que sin causa me odian, 20 (21) los que me devuelven mal por bien y me acusan cuando yo el bien busco. 21 (22) ¡No me abandones, tú, Adonai,Di-s mío, no estés lejos de mí! 22 (23) Date prisa a auxiliarme, oh Señor, mi salvación! Salmo 39 (38) (1) = Del maestro de coro. De Yedutún. Salmo. De David. = 1 (2) Yo me decía: "Guardaré mis caminos, sin pecar con mi lengua, pondré un freno en mi boca, mientras esté ante mí el impío." 2 (3) Enmudecí, quedé en silencio y calma: mas al ver su dicha se enconó mi tormento. 3 (4) Dentro de mí mi corazón se acaloraba, de mi queja prendió el fuego, y mi lengua llegó a hablar: 4 (5) "Hazme saber, Adonai, mi fin, y cuál es la medida de mis días, para que sepa yo cuán frágil soy. 5 (6) "Oh sí, de unos palmos hiciste mis días, mi existencia cual nada es ante ti; sólo un soplo, todo hombre que se yergue, 6 (7) nada más una sombra el humano que pasa, sólo un soplo las riquezas q ue amontona, sin saber quién las recogerá."

7 (8) 8 (9)

Y ahora, Señor, ¿qué puedo yo esperar?En ti está mi esperanza. De todas mis rebeldías líbrame, no me hagas la irrisión del insensato.

9 (10) Me callo ya, no abro la boca, pues eres tú el que actúas. 10 (11) Retira de mí tus golpes, bajo el azote de tu mano me anonado. 11 (12) Reprendiendo sus yerros tú corriges al hombre, cual polilla corroe s su anhelos.Un soplo sólo, todo hombre. = Pausa. "= 12 (13) Escucha mi súplica, Adonai, presta oído a mi grito, no te hagas sord o a mis lágrimas.Pues soy un forastero junto a ti, un huésped como todos mis padres. a más!

13 (14) ¡Retira tu mirada para que respire antes que me vaya y ya no exist

Salmo 40 (39) (1) = Del maestro de coro. De David. Salmo. = 1 (2) En Adonai puse toda mi esperanza, él se inclinó hacia mí y escuchó mi cl amor. 2 (3) Me sacó de la fosa fatal, del fango cenagoso; asentó mis pies sobre la roca, consolidó mis pasos. 3 (4) Puso en mi boca un canto nuevo, una alabanza a nuestro Di-s; muc hos verán y temerán, y en Adonai tendrán confianza. 4 (5) Dichoso el hombre aquel que en Adonai pone su confianza, y no se va con los rebeldes, que andan tras la mentira. 5 (6) ¡Cuántas maravillas has hecho,Adonai, Di-s mío, qué de designios con nosotros: n o hay comparable a ti!Yo quisiera publicarlos, pregonarlos, mas su número excede t oda cuenta. 6 (7) Ni sacrificio ni oblación querías, pero el oído me has abierto; no pedía s holocaustos ni víctimas, 7 (8) dije entonces: Heme aquí, que vengo.Se me ha prescrito en el rollo del libro 8 (9) hacer tu voluntad.Oh Di-s mío, en tu ley me complazco en el fondo de mi ser. 9 (10) He publicado la justicia en la gran asamblea; mira, no he contenido mis l abios, tú lo sabes, Adonai. 10 (11) No he escondido tu justicia en el fondo de mi corazón, he proclama do tu lealtad, tu salvación, no he ocultado tu amor y tu verdad a la gran asamblea . 11 (12) Y tú, Adonai, no contengas tus ternuras para mí.Que tu amor y tu ver dad incesantes me guarden. 12 (13) Pues desdichas me envuelven en número incontable.Mis culpas me dan caza, y no puedo ya ver; más numerosas son que los cabellos de mi cabeza, y el co razón me desampara. 13 (14) ¡Dígnate, oh Adonai, librarme,Adonai, corre en mi ayuda! 14 (15) ¡Queden avergonzados y confusos todos juntos los que buscan mi vid a para cercenarla! ¡Atrás, sean confundidos los que desean mi mal! 15 (16) Queden consternados de vergüenza los que dicen contra mí: "¡Ja, Ja!" 16 (17) ¡En ti se gocen y se alegren todos los que te buscan!Repitan sin c esar: "¡Grande es Adonai!", los que aman tu salvación. 17 (18) Y yo, pobre soy y desdichado, pero el Señor piensa en mí; tú, mi socorro y mi libertador, oh Di-s mío, no tardes. Salmo 41 (40) (1) = Del maestro de coro. Salmo. De David. = 1 (2) ¡Dichoso el que cuida del débil y del pobre!En día de desgracia le lib era Adonai;

2 (3) Adonai le guarda, vida y dicha en la tierra bandona a la saña de sus enemigos; 3 (4) le sostiene Adonai en su lecho de dolor; tú ración en que se sume. 4 (5) Yo he dicho: "Tenme piedad, Adonai, sana mi he pecado!" 5 (6) Mis enemigos hablan mal contra mí: "¿Cuándo re?"

le depara, y no le a rehaces entera la post alma, pues contra ti se morirá y se perderá su nomb

6 (7) Si alguien viene a verme, habla de cosas fútiles, el corazón repleto de mald ad, va a murmurar afuera. 7 (8) A una cuchichean contra mí todos los que me odian, me achacan la d esgracia que me aqueja: 8 (9) "Cosa de infierno ha caído sobre él, ahora que se ha acostado, ya no ha de levantarse." 9 (10) Hasta mi amigo íntimo en quien yo confiaba, el que mi pan comía, leva nta contra mí su calcañar. 10 (11) Mas tú, Adonai, tenme piedad, levántame y les daré su merecido; 11 (12) en esto sabré que tú eres mi amigo: si mi enemigo no lanza más su grito contra mí; 12 (13) y a mí me mantendrás en mi inocencia, y ante tu faz me admitirás por s iempre. 13 (14) ¡Bendito sea Adonai, Di-s de Israel, desde siempre hasta siempre! ¡A mén! ¡Amén! Salmo 42 (41) (1) = Del maestro de coro. Poema. De los hijos de Coré. = 1 (2) Como jadea la cierva, tras las corrientes de agua, así jadea mi al ma, en pos de ti, mi Di-s. 2 (3) Tiene mi alma sed de Di-s, del Di-s vivo; ¿cuándo podré ir a ver la fa z de Di-s? 3 (4) ¡Son mis lágrimas mi pan, de día y de noche, mientras me dicen todo el día: ¿En dónde está tu Di-s? 4 (5) Yo lo recuerdo, y derramo dentro de mí mi alma, cómo marchaba a la T ienda admirable, a la Casa de Di-s, entre los gritos de júbilo y de loa, y el gentío festivo.

5 (6) ¿Por qué, alma mía, desfalleces y te agitas por mí?Espera en Di-s: aún le alabaré, ¡s lvación de mi rostro y 6 (7) mi Di-s!En mí mi alma desfallece. por eso te recuerdo desde la tie rra del Jordán y los Hermones, a ti, montaña humilde. 7 (8) Abismo que llama al abismo, en el fragor de tus cataratas, todas tus olas y tus crestas han pasado sobre mí. 8 (9) De día mandaráYahveh su gracia, y el canto que me inspire por la noc he será una oración al Di-s de mi vida.

9 (10) Diré a Di-s mi Roca: ¿Por qué me olvidas?, ¿por qué he de andar sombrío por la opresió del enemigo? 10 (11) Con quebranto en mis huesos mis adversarios me insultan, todo el día repitiéndome: ¿En dónde está tu Di-s? 11 (12) ¿Por qué, alma mía, desfalleces y te agitas por mí?Espera en Di-s: aún le alabaré, ¡salvación de mi rostro y mi Di-s! Salmo 43 (42) 1 Hazme justicia, oh Di-s, y mi causa defiende contra esta gente sin amor; del hombre falso y fraudulento, líbrame. 2 Tú el Di-s de mi refugio: ¿por qué me has rechazado?, ¿por qué he de andar sombrío p or la opresión del enemigo? 3 Envía tu luz y tu verdad, ellas me guíen, y me conduzcan a tu monte santo, d

onde tus Moradas. 4 Y llegaré al altar de Di-s, al Di-s de mi alegría.Y exultaré, te alabaré a la cíta ra, oh Di-s, Di-s mío. 5 ¿Por qué, alma mía, desfalleces y te agitas por mí?Espera en Di-s: aún le alabaré, ¡s lvación de mi rostro y mi Di-s! Salmo 44 (43) (1) = Del maestro de coro. De los hijos de Coré. Poema. = 1 (2) Oh Di-s, con nuestros propios oídos lo oímos, nos lo contaron nuestr os padres, la obra que tú hiciste en sus días, en los días antiguos, 2 (3) y con tu propia mano.Para plantarlos a ellos, expulsaste nacione s, para ensancharlos, maltrataste pueblos; 3 (4) no por su espada conquistaron la tierra, ni su brazo les dio la victoria, sino que fueron tu diestra y tu brazo, y la luz de tu rostro, porque l os amabas. 4 (5)

Tú sólo, oh Rey mío, Di-s mío, decidías las victorias de Jacob; 5 (6) por ti nosotros hundíamos a nuestros adversarios, por tu nombre pi sábamos a nuestros agresores. 6 (7) No estaba en mi arco mi confianza, ni mi espada me hizo vencedor ; 7 (8) que tú nos salvabas de nuestros adversarios, tú cubrías de vergüenza a n uestros enemigos; 8 (9) en Di-s todo el día nos gloriábamos, celebrando tu nombre sin cesar. = Pausa. = 9 (10) Y con todo, nos has rechazado y confundido, no sales ya con nuest ras tropas, 10 (11) nos haces dar la espalda al adversario, nuestros enemigos saquean a plac er. 11 (12) Como ovejas de matadero nos entregas, y en medio de los pueblos nos has desperdigado; 12 (13) vendes tu pueblo sin ventaja, y nada sacas de su precio. 13 (14) De nuestros vecinos nos haces la irrisión, burla y escarnio de nue stros circundantes; 14 (15) mote nos haces entre las naciones, meneo de cabeza entre los pue blos. 15 (16) Todo el día mi ignominia está ante mí, la vergüenza cubre mi semblante, 16 (17) bajo los gritos de insulto y de blasfemia, ante la faz del odio y la ven ganza. 17 (18) Nos llegó todo esto sin haberte olvidado, sin haber traicionado tu alianza. 18 (19) ¡No habían vuelto atrás nuestros corazones, ni habían dejado nuestros pa sos tu sendero, 19 (20) para que tú nos aplastaras en morada de chacales, y nos cubrieras con la sombra de la muerte! 20 (21) Si hubiésemos olvidado el nombre de nuestro Di-s o alzado nuestras manos hacia un dios extranjero, 21 (22) ¿no se habría dado cuenta Di-s, él, que del corazón conoce los secretos? 22 (23) Pero por ti se nos mata cada día, como ovejas de matadero se nos t rata. 23 (24) ¡Despierta ya! ¿Por qué duermes, Señor? ¡Levántate, no rechaces para siempre ! 24 (25) ¿Por qué ocultas tu rostro, olvidas nuestra opresión, nuestra miseria? 25 (26) Pues nuestra alma está hundida en el polvo, pegado a la tierra nue stro vientre. 26 (27) ¡Alzate, ven en nuestra ayuda, rescátanos por tu amor!

Salmo 45 (44) (1) = Del maestro de coro. Según la melodía: "Lirios..." De los hijos de Coré. Poe ma. Canto de amor. = 1 (2) Bulle mi corazón de palabras graciosas; voy a recitar mi poema par a un rey: es mi lengua la pluma de un escriba veloz. 2 (3) Eres hermoso, el más hermoso de los hijos de Adán, la gracia está derr amada en tus labios.Por eso Di-s te bendijo para siempre. 3 (4) Ciñe tu espada a tu costado, oh bravo, en tu gloria y tu esplendor 4 (5) marcha, cabalga, por la causa de la verdad, de la piedad, de la justicia . ¡Tensa la cuerda en el arco, que hace terrible tu derecha! 5 (6) Agudas son tus flechas, bajo tus pies están los pueblos, desmaya e l corazón de los enemigos del rey. 6 (7) Tu trono es de Di-s para siempre jamás; un cetro de equidad, el ce tro de tu reino; 7 (8) tú amas la justicia y odias la impiedad.Por eso Di-s, tu Di-s, te ha ungido con óleo de alegría más que a tus compañeros; 8 (9) mirra y áloe y casia son todos tus vestidos.Desde palacios de marfil laúdes te recrean. 9 (10) Hijas de reyes hay entre tus preferidas; a tu diestra una reina, con el oro de Ofir. 10 (11) Escucha, hija, mira y pon atento oído, olvida tu pueblo y la casa de tu padre, 11 (12) y el rey se prendará de tu belleza.El es tu Señor, ¡póstrate ante él! 12 (13) La hija de Tiro con presentes, y los más ricos pueblos recrearán tu semblante. 13 (14) Toda espléndida, la hija del rey, va adentro, con vestidos en oro recamado s; 14 (15) con sus brocados el llevada ante el rey.Vírgenes tras ella, compañer as suyas, donde él son introducidas; 15 (16) entre alborozo y regocijo avanzan, al entrar en el palacio del r ey. 16 (17) En lugar de tus padres, tendrás hijos; príncipes los harás sobre toda la tierra. 17 (18) ¡Logre yo hacer tu nombre memorable por todas las generaciones, y los pueblos te alaben por los siglos de los siglos! Salmo 46 (45) (1) = Del maestro de coro. De los hijos de Coré. Para oboes. Cántico. = 1 (2) Di-s es para nosotros refugio y fortaleza, un socorro en la angu stia siempre a punto. 2 (3) Por eso no tememos si se altera la tierra, si los montes se conm ueven en el fondo de los mares, 3 (4) aunque sus aguas bramen y borboten, y los montes retiemblen a su ímpetu. (¡Con nosotros Adonai Sebaot, baluarte para nosotros, el Di-s de Jacob!) = Pausa. = 4 (5) ¡Un río! Sus brazos recrean la ciudad de Di-s, santificando las moradas del Altísimo. 5 (6) Di-s está en medio de ella, no será conmovida,Di-s la socorre al lle gar la mañana. 6 (7) Braman las naciones, se tambalean los reinos, lanza él su voz, la tierra se derrite. 7 (8) ¡Con nosotros Adonai Sebaot, baluarte para nosotros, el Di-s de Ja cob! = Pausa. = 8 (9) Venid a contemplar los prodigios de Adonai, el que llena la tier ra de estupores.

9 (10) Hace cesar las guerras hasta el extremo de la tierra; quiebra el arco, pa rte en dos la lanza, y prende fuego a los escudos. 10 (11) "¡Basta ya; sabed que yo soy Di-s, excelso sobre las naciones, sob re la tierra excelso!" 11 (12) ¡Con nosotros Adonai Sebaot, baluarte para nosotros, el Di-s de Ja cob! = Pausa. = Salmo 47 (46) (1) = Del maestro de coro. De los hijos de Coré. Salmo. = 1 (2) ¡Pueblos todos, batid palmas, aclamad a Di-s con gritos de alegría! 2 (3) Porque Adonai, el Altísimo, es terrible,Rey grande sobre la tierra toda. 3 (4) El somete a nuestro yugo los pueblos, y a las gentes bajo nuestr os pies; 4 (5) él nos escoge nuestra herencia, orgullo de Jacob, su amado. = Paus a. = 5 (6) Sube Di-s entre aclamaciones,Adonai al clangor de la trompeta: 6 (7) diad!

ham.

¡salmodiad para nuestro Di-s, salmodiad, salmodiad para nuestro Rey, salmo 7 (8) Que de toda la tierra él es el rey: ¡salmodiad a Di-s con destreza! 8 (9) Reina Di-s sobre las naciones,Di-s, sentado en su sagrado trono. 9 (10) Los príncipes de los pueblos se reúnen con el pueblo del Di-s de Abra 10 Pues de Di-s son los escudos de la tierra, él, inmensamente excelso.

Salmo 48 (47) (1) = Cántico. Salmo. De los hijos de Coré. = 1 (2) Grande es Adonai, y muy digno de loa en la ciudad de nuestro Dis; su monte santo, 2 (3) de gallarda esbeltez, es la alegría de toda la tierra; el monte Sión , confín del Norte, la ciudad del gran Rey: 3 (4) Di-s, desde sus palacios, se ha revelado como baluarte. 4 (5) He aquí que los reyes se habían aliado, irrumpían a una; 5 (6) apenas vieron, de golpe estupefactos, aterrados, huyeron en trop el. 6 (7)

Allí un temblor les invadió, espasmos como de mujer en parto, 7 (8) tal el viento del este que destroza los navíos de Tarsis. 8 (9) Como habíamos oído lo hemos visto en la ciudad de Adonai Sebaot, en la ciudad de nuestro Di-s, que Di-s afirmó para siempre. = Pausa. = 9 (10) Tu amor, oh Di-s, evocamos en medio de tu Templo; 10 (11) ¡como tu nombre, oh Di-s, tu alabanza hasta los confines de la tie rra!De justicia está llena tu diestra, 11 (12) el monte Sión se regocija, exultan las hijas de Judá a causa de tus juicios. 12 (13) Dad la vuelta a Sión, girad en torno de ella, enumerad sus torres; 13 (14) grabad en vuestros corazones sus murallas, recorred sus palacios ; para contar a la edad venidera 14 (15) que así es Di-s, nuestro Di-s por los siglos de los siglos, aquel que nos conduce. Salmo 49 (48) (1) = Del maestro de coro. De los hijos de Coré. Salmo. = 1 (2) ¡Oídlo, pueblos todos, escuchad, habitantes todos de la tierra, 2 (3) hijos de Adán, así como hijos de hombre, ricos y pobres a la vez! 3 (4) Mi boca va a decir sabiduría, y cordura el murmullo de mi corazón; 4 (5) tiendo mi oído a un proverbio, al son de cítara descubriré mi enigma. 5 (6) ¿Por qué temer en días de desgracia cuando me cerca la malicia de los

que me hostigan, 6 (7)

los que ponen su confianza en su fortuna, y se glorían de su gran riqueza? 7 (8) ¡Si nadie puede redimirse ni pagar a Di-s por su rescate!; 8 (9) es muy cara la redención de su alma, y siempre faltará, 9 (10) para que viva aún y nunca vea la fosa. 10 (11) Se ve, en cambio, fenecer a los sabios, perecer a la par necio y estúpido, y dejar para otros sus riquezas. 11 (12) Sus tumbas son sus casas para siempre, sus moradas de edad en ed ad; ¡y a sus tierras habían puesto sus nombres! 12 (13) El hombre en la opulencia no comprende, a las bestias mudas se asemeja. 13 (14) Así andan ellos, seguros de sí mismos, y llegan al final, contentos de su suerte. = Pausa. = 14 (15) Como ovejas son llevados al seol, los pastorea la Muerte, y los rectos dominarán sobre ellos.Por la mañana se desgasta su imagen, ¡el seol será su resid encia! 15 (16) Pero Di-s rescatará mi alma, de las garras del seol me cobrará. 16 (17) No temas cuando el hombre se enriquece, cuando crece el boato de su casa . 17 (18) Que a su muerte, nada ha de llevarse, su boato no bajará con él. 18 (19) Aunque en vida se bendecía a sí mismo - te alaban, porque te has tra tado bien -, 19 (20) irá a unirse a la estirpe de sus padres, que nunca ya verán la luz. 20 (21) El hombre en la opulencia no comprende, a las bestias mudas se a semeja. Salmo 50 (49) (1) = Salmo. De Asaf. = 1

El Di-s de los dioses, Adonai, habla y convoca a la tierra desde oriente hasta occidente. 2 Desde Sión, la Hermosa sin par, Di-s resplandece, 3 viene nuestro Di-s y no se callará.Delante de él, un fuego que devora, en to rno a él, violenta tempestad; 4 convoca a los cielos desde lo alto, y a la tierra para juzgar a su puebl o. 5 "¡Congregad a mis fieles ante mí, los que mi alianza con sacrificio concerta ron!" 6 Anuncian los cielos su justicia, porque es Di-s mismo el juez. = Pausa. = 7 "Escucha, pueblo mío, que hablo yo,Israel, yo atestiguo contra ti, yo, Dis, tu Di-s. 8 "No es por tus sacrificios por lo que te acuso: ¡están siempre ante mí tus hol ocaustos! 9 No tengo que tomar novillo de tu casa, ni machos cabríos de tus apriscos. 10 "Pues mías son todas las fieras de la selva, las bestias en los montes a m illares; 11 conozco todas las aves de los cielos, mías son las bestias de los campos. 12 "Si hambre tuviera, no habría de decírtelo, porque mío es el orbe y cuanto enc ierra. 13 ¿Es que voy a comer carne de toros, o a beber sangre de machos cabríos? 14 "Sacrificio ofrece a Di-s de acción de gracias, cumple tus votos al Altísimo ; 15 e invócame en el día de la angustia, te libraré y tú me darás gloria." 16 Pero al impío Di-s le dice: "¿Qué tienes tú que recitar mis preceptos, y tomar e n tu boca mi alianza, 17

tú que detestas la doctrina, y a tus espaldas echas mis palabras?

20 21 y 22 ya 23 to

18 "Si a un ladrón ves, te vas con él, alternas con adúlteros; 19 sueltas tu boca al mal, y tu lengua trama engaño. "Te sientas, hablas contra tu hermano, deshonras al hijo de tu madre. Esto haces tú, ¿y he de callarme? ¿Es que piensas que yo soy como tú?Yo te acuso lo expongo ante tus ojos. "¡Entended esto bien los que olvidáis a Di-s, no sea que yo arrebate y no ha quien libre! El que ofrece sacrificios de acción de gracias me da gloria, al hombre rec le mostraré la salvación de Di-s."

Salmo 51 (50) (1) = Del maestro de coro. Salmo. De David. = (2) = Cuando el profeta Natán le visitó después que aquél se había unido a Betsabé. = 1 (3) Tenme piedad, oh Di-s, según tu amor, por tu inmensa ternura borra mi delito, 2 (4) lávame a fondo de mi culpa, y de mi pecado purifícame. 3 (5) Pues mi delito yo lo reconozco, mi pecado sin cesar está ante mí; 4 (6) contra ti, contra ti solo he pecado, lo malo a tus ojos cometí.Por que aparezca tu justicia cuando hablas y tu victoria cuando juzgas. 5 (7)

Mira que en culpa ya nací, pecador me concibió mi madre. 6 (8) Mas tú amas la verdad en lo íntimo del ser, y en lo secreto me enseñas la sabiduría. 7 (9) Rocíame con el hisopo, y seré limpio, lávame, y quedaré más blanco que la nieve. 8 (10) Devuélveme el son del gozo y la alegría, exulten los huesos que macha caste tú. 9 (11) Retira tu faz de mis pecados, borra todas mis culpas. 10 (12) Crea en mí, oh Di-s, un puro corazón, un espíritu firme dentro de mí ren ueva; 11 (13) no me rechaces lejos de tu rostro, no retires de mí tu santo espíritu. 12 (14) Vuélveme la alegría de tu salvación, y en espíritu generoso afiánzame; 13 (15) enseñaré a los rebeldes tus caminos, y los pecadores volverán a ti. 14 (16) Líbrame de la sangre, Di-s, Di-s de mi salvación, y aclamará mi lengua tu justicia; 15 (17) abre, Señor, mis labios, y publicará mi boca tu alabanza. 16 (18) Pues no te agrada el sacrificio, si ofrezco un holocausto no lo aceptas. 17 (19) El sacrificio a Di-s es un espíritu contrito; un corazón contrito y humillad o, oh Di-s, no lo desprecias. 18 (20) ¡Favorece a Sión en tu benevolencia, reconstruye las murallas de Yer ushalaim! 19 (21) Entonces te agradarán los sacrificios justos, - holocausto y oblac ión entera - se ofrecerán entonces sobre tu altar novillos. Salmo 52 (51) (1) = Del maestro de coro. Poema. De David. = (2) = Cuando el edomita Doeg vino a avisar a Saúl diciéndole: "David ha entrado en casa de Ajimélek." = 1 (3) ¿Por qué te glorías del mal, héroe de infamia?Todo el día 2 (4) pensando estás en crímenes, tu lengua es una afilada navaja, oh artífi ce de engaño. 3 (5) El mal al bien prefieres, la mentira a la justicia; = Pausa. = 4 (6) amas toda palabra de perdición, oh lengua engañadora. 5 (7) Por eso Di-s te aplastará, te destruirá por siempre, te arrancará de tu tienda , te extirpará de la tierra de los vivos. = Pausa. = 6 (8) Los justos lo verán y temerán, se reirán de él:

7 (9) "¡Ese es el hombre que no puso en Di-s su refugio, mas en su gran riqueza confiaba, se jactaba de su crimen!" 8 (10) Mas yo, como un olivo verde en la Casa de Di-s, en el amor de Dis confío para siempre jamás. 9 (11) Te alabaré eternamente por lo que has hecho; esperaré en tu nombre, porque es bueno con los que te aman Salmo 53 (52) (1) = Del maestro de coro. Para la enfermedad. Poema. De David. = 1 (2) Dice en su corazón el insensato: "¡No hay Di-s!"Corrompidos están, de conducta abominable, no hay quien haga el bien. 2 (3) Se asoma Di-s desde los cielos hacia los hijos de Adán, por ver si hay un sensato, alguien que busque a Di-s. 3 (4) Todos ellos están descarriados, en masa pervertidos.No hay quien h aga el bien, ni uno siquiera. 4 (5) ¿No aprenderán todos los agentes de mal que comen a mi pueblo como se come e l pan, y no invocan a Di-s? 5 (6) Allí de espanto temblarán, donde nada hay que espante.Pues Di-s disp ersa los huesos de tu sitiador, se les ultraja porque Di-s los rechaza. 6 (7) ¿Quién traerá de Sión la salvación de Israel? ¡Cuando Di-s cambie la suerte de su pueblo, exultará Jacob, se alegrará Israel! Salmo 54 (53) (1) = Del maestro de coro. Para instrumentos de cuerda. Poema. De David. = (2) = Cuando los zifitas vinieron a decir a Saúl: "¿No está escondido David entre nosotros?" = 1 (3) ¡Oh Di-s, sálvame por tu nombre, por tu poderío hazme justicia, 2 (4) oh Di-s, escucha mi oración, atiende a las palabras de mi boca! 3 (5) Pues se han alzado contra mí arrogantes, rabiosos andan en busca d e mi alma, sin tener para nada a Di-s presente. = Pausa. = 4 (6) Mas ved mi alma. 5 (7) trúyelos! 6 (8) no, 7 (9) nemigos

que Di-s viene en mi auxilio, el Señor con aquellos que sostienen ¡El mal recaiga sobre los que me asechan,Adonai, por tu verdad des De corazón te ofreceré sacrificios, celebraré tu nombre, porque es bue porque de toda angustia me ha librado, y mi ojo se recreó en mis e

Salmo 55 (54) (1) = Del maestro de coro. Para instrumentos de cuerda. Poema. De David. = 1 (2) Escucha, oh Di-s, mi oración, no te retraigas a mi súplica, 2 (3) dame oídos, respóndeme, en mi queja me agito.Gimo 3 (4) ante la voz del enemigo, bajo el abucheo del impío; pues vierten s obre mí falsedades y con saña me hostigan. 4 (5) Se me estremece dentro el corazón, me asaltan pavores de muerte; 5 (6) miedo y temblor me invaden, un escalofrío me atenaza. 6 (7)

Y digo: ¡Quién me diera alas como a la paloma para volar y reposar! 7 (8) Huiría entonces lejos, en el desierto moraría. 8 (9) En seguida encontraría un asilo contra el viento furioso y la torm enta. = Pausa. = 9 (10) ¡Oh, piérdelos, Señor, enreda sus lenguas!, pues veo discordia y alterc ado en la ciudad; 10 (11) rondan día y noche por sus murallas.Y dentro de ella falsedad y ma licia, 11 (12) insidias dentro de ella, jamás se ausentan de sus plazas la tiranía

y el engaño. 12 (13) Si todavía un enemigo me ultrajara, podría soportarlo; si el que me odia se alzara contra mí, me escondería de él. 13 (14) ¡Pero tú, un hombre de mi rango, mi compañero, mi íntimo, 14 (15) con quien me unía una dulce intimidad, en la Casa de Di-s! ¡Oh, váyans e en tumulto, 15 (16) caiga la muerte sobre ellos, vivos en el seol se precipiten, pue s está el mal instalado en medio de ellos! 16 (17) Yo, en cambio, a Di-s invoco, y Adonai me salva. 17 (18) A la tarde, a la mañana, al mediodía me quejo y gimo: él oye mi clamor. 18 (19) En paz mi alma rescata de la guerra que me hacen: aunque sean mu chos contra mí, 19 (20) Di-s escucha y los humilla, él, que reina desde siempre.Pero ellos sin enmienda, y sin temor de Di-s. 20 (21) Cada uno extiende su mano contra sus aliados, viola su alianza; 21 (22) más blanda que la crema es su boca, pero su corazón es sólo guerra; su s palabras, más suaves que el aceite, son espadas desnudas. 22 (23) Descarga en Adonai tu peso, y él te sustentará; no dejará que para siempre zoz obre el justo. 23 (24) Y tú, oh Di-s, los hundirás en el pozo de la fosa, a los hombres de sangre y de fraude, sin alcanzar la mitad de sus días.Mas yo confío en ti. Salmo 56 (55) (1) = Del maestro de coro. Según: "La opresión de los príncipes lejanos".De David. A media voz. Cuando los filisteos se apoderaron de él en Gat. = 1 (2) Tenme piedad, oh Di-s, porque me pisan, todo el día hostigándome me oprimen. 2 (3) Me pisan todo el día los que me asechan, innumerables son los que me hostigan en la altura. 3 (4) El día en que temo, en ti confío. 4 (5) En Di-s, cuya palabra alabo, en Di-s confío y ya no temo, ¿qué puede h acerme un ser de carne? 5 (6) mal;

Todo el día retuercen mis palabras, todos sus pensamientos son de hacerme

6 (7) se conjuran, se ocultan, mis pisadas observan, como mi alma. 7 (8) Por su iniquidad, ¿habrá escape para ellos? ¡Abate, blos en tu cólera! 8 (9) De mi vida errante llevas tú la cuenta, ¡recoge mis e! 9 (10) Entonces retrocederán mis enemigos, el día en que yo -s está por mí.

para atrapar oh Di-s, a los pue lágrimas en tu odr clame.Yo sé que Di

10 (11) En Di-s, cuya palabra alabo, en Adonai, cuya palabra alabo, 11 (12) en Di-s confío y ya no temo, ¿qué puede hacerme un hombre? 12 (13) A mi cargo, oh Di-s, los votos que te hice: sacrificios te ofrec eré de acción de gracias, 13 (14) pues tú salvaste mi alma de la muerte, para que marche ante la faz de Di-s, en la luz de los vivos. Salmo 57 (56) (1) = Del maestro de coro. "No destruyas." De David. A media voz. Cuando, hu yendo de Saúl, se escondió en la cueva. = 1 (2) Tenme piedad, oh Di-s, tenme piedad, que en ti se cobija mi alma ; a la sombra de tus alas me cobijo hasta que pase el infortunio. 2 (3) Invoco al Di-s Altísimo, al Di-s que tanto hace por mí.

3 (4) Mande desde los cielos y me salve, confunda a quien me pisa, envíe Di-s su amor y su verdad. = Pausa. = 4 (5) Mi alma está tendida en medio de leones, que devoran a los hijos de Adán; su s dientes son lanzas y saetas, su lengua, una espada acerada. 5 (6) ¡Alzate, oh Di-s, sobre los cielos, sobre toda la tierra, tu glori a 6 (7) Tendían ellos una red bajo mis pasos, mi alma se doblaba; una fosa cavaron ante mí, ¡cayeron ellos dentro! = Pausa. = 7 (8) A punto está mi corazón, oh Di-s, mi corazón a punto; voy a cantar, vo y a salmodiar, 8 (9) ubes.

¡gloria mía, despierta!, ¡despertad, arpa y cítara!, ¡a la aurora he de despertar! 9 (10) Te alabaré entre los pueblos, Señor, te salmodiaré entre las gentes; 10 (11) porque tu amor es grande hasta los cielos, tu verdad hasta las n 11 (12) ¡Álzate, oh Di-s, sobre los cielos, sobre toda la tierra, tu gloria!

Salmo 58 (57) (1) = Del maestro de coro. "No destruyas." De David. A media voz. = 1 (2) ¿De veras, dioses, pronunciáis justicia, juzgáis según derecho a los hij os de Adán? 2 (3) No. que de corazón cometéis injusticias, con vuestras manos pesáis la violencia en la tierra. 3 (4) Torcidos están desde el seno los impíos, extraviados desde el vientr e los que dicen mentira; 4 (5) tienen veneno como veneno de serpiente, como el de un áspid sordo que se tapa el oído, 5 (6)

que no oye la voz de los encantadores, del mago experto en el encanto. 6 (7) ¡Oh Di-s, rompe sus dientes en su boca, quiebra, Adonai, las muela s de los leoncillos. 7 (8) ¡Dilúyanse como aguas que se pasan, púdranse como hierba que se pisa. 8 (9) como limaco que marcha deshaciéndose, como aborto de mujer que no contempla el sol! 9 (10) ¡Antes que espinas echen, como la zarza, verde o quemada, los arreb ate el torbellino! 10 (11) Se alegrará el justo de haber visto la venganza, sus pies bañará en la sangre del impío; 11 (12) y se dirá: "Sí, hay un fruto para el justo; sí, hay un Di-s que juzga en la tierra." Salmo 59 (58) (1) = Del maestro de coro. "No destruyas." De David. A media voz. Cuando Saúl mandó a vigilar su casa con el fin de matarle. = 1 (2) ¡Líbrame de mis enemigos, oh Di-s mío, de mis agresores protégeme, 2 (3) líbrame de los agentes de mal, de los hombres sanguinarios sálvame! 3 (4) Mira que acechan a mi alma, poderosos se conjuran contra mí; sin r ebeldía ni pecado en mí, Adonai, 4 (5) sin culpa alguna, corren y se aprestan.Despiértate, ven a mi encue ntro y mira, 5 (6) tú, Adonai, Di-s Sebaot, Di-s de Israel, álzate a visitar a todos los gentil es, no te apiades de ninguno de esos traidores pérfidos. = Pausa. = 6 (7) Regresan a la tarde, aúllan como perros, rondan por la ciudad. 7 (8) Míralos desbarrar a boca llena, espadas en sus labios: "¿Hay alguno que oiga?" 8 (9) Mas tú, Adonai, te ríes de ellos, tú te mofas de todos los gentiles. 9 (10) Oh fuerza mía, hacia ti miro.Pues es Di-s mi ciudadela,

10 (11) el Di-s de mi amor viene a mi encuentro.Di-s me hará desafiar a los que me asechan. 11 (12) ¡Oh, no los mates, no se olvide mi pueblo, dispérsalos con tu poder, humíllalos, oh Señor, nuestro escudo! 12 (13) Pecado es en su boca la palabra de sus labios; ¡queden, pues, pres os en su orgullo, por la blasfemia, por la mentira que vocean! 13 (14) ¡Suprime con furor, suprímelos, no existan más!Y se sepa que Di-s domi na en Jacob, hasta los confines de la tierra. = Pausa. = 14 (15) Regresan a la tarde, aúllan como perros, rondan por la ciudad; 15 (16) vedlos buscando qué comer, hasta que no están hartos van gruñendo. 16 (17) Yo, en cambio, cantaré tu fuerza, aclamaré tu amor a la mañana; pues tú has sido para mí una ciudadela, un refugio en el día de mi angustia. 17 (18) Oh fuerza mía, para ti salmodiaré, pues es Di-s mi ciudadela, el Dis de mi amor. Salmo 60 (59) (1) = Del maestro de coro. Según "El lirio del testimonio". A media voz. De Da vid. Para enseñar. = (2) Cuando luchó contra Aram de Naharáyim y Aram de Sobá, y Joab, de vuelta, derro tó a Edom, en el valle de la Sal: doce mil hombres. = 1 (3) Nos has rechazado, oh Di-s, nos has deshecho, estabas irritado, ¡o h, vuélvete a nosotros! 2 (4) Has sacudido la tierra, la has hendido; sana sus grietas, pues s e desmorona. 3 (5) Hiciste ver a tu pueblo duras pruebas, nos diste a beber vino de vértigo. 4 (6) Diste a los que le temen la señal para que pudiesen escapar del arco. = Pa usa. = 5 (7) Para que tus amados salgan libres, ¡salva con tu diestra, respóndeno s! 6 (8) Ha hablado Di-s en su santuario: "Ya exulto, voy a repartir a Si quem, a medir el valle de Sukkot. 7 (9) "Mío es Galaad, mío Manasés,Efraím, yelmo de mi cabeza,Judá, mi cetro, 8 (10) "Moab, la vasija en que me lavo.Sobre Edom tiro mi sandalia. ¡Canta , pues, victoria contra mí, Filistea!" 9 (11) ¿Quién me conducirá hasta la plaza fuerte, 10 (12) ¿No eres tú, oh Di-s, que nos has con nuestras tropas? 11 (13) Danos ayuda contra el adversario, bre. 12 (14) ¡Con Di-s hemos de hacer proezas,

quién me guiará hasta Edom? rechazado, y ya no sales, oh Di-s, que es vano el socorro del hom y él hollará a nuestros adversarios!

Salmo 61 (60) (1) = Del maestro de coro. Para instrumentos de cuerda. De David. = 1 (2) ¡Escucha, oh Di-s, mi clamor, atiende a mi plegaria! 2 (3) Desde el extremo de la tierra hacia ti grito, en el desmayo de m i corazón.A la roca que se alza lejos de mí, condúceme; 3 (4) pues tú eres mi refugio, torre fuerte frente al enemigo. 4 (5) ¡Que sea yo siempre huésped de tu tienda, y me acoja al amparo de tu s alas! = Pausa. = 5 (6) Porque tú, oh Di-s, oyes mis votos: tú me otorgas la heredad de los que temen tu nombre. 6 (7) den!

A los días del rey añade días, sus años, generación tras generación. 7 (8) ¡Reine por siempre ante la faz de Di-s! ¡El Amor y la Verdad le guar

votos.

8 (9)

Entonces salmodiaré a tu nombre para siempre, día tras día cumpliré mis

Salmo 62 (61) (1) = Del maestro de coro... Yedutún. Salmo. De David. = 1 (2) En Di-s sólo el descanso de mi alma, de él viene mi salvación; 2 (3) sólo él mi roca, mi salvación, mi ciudadela, no he de vacilar. 3 (4) ¿Hasta cuándo atacaréis a un solo hombre, le abatiréis, vosotros todos, como a una muralla que se vence, como a pared que se desploma? 4 (5) Doblez sólo proyectan, su placer es seducir; con mentira en la boc a, bendicen, y por dentro maldicen. = Pausa. = 5 (6)

En Di-s sólo descansa, oh alma mía, de él viene mi esperanza; 6 (7) sólo él mi roca, mi salvación, mi ciudadela, no he de vacilar; 7 (8) en Di-s mi salvación y mi gloria, la roca de mi fuerza.En Di-s mi refugio; 8 (9) confiad en él, oh pueblo, en todo tiempo; derramad ante él vuestro c orazón, ¡Di-s es nuestro refugio! = Pausa. = 9 (10) Un soplo solamente los hijos de Adán, los hijos de hombre, una ment ira; si subieran a la balanza serían menos que un soplo todos juntos. 10 (11) No os fiéis de la opresión, no os ilusionéis con la rapiña; a las riquezas, cuan do aumenten, no apeguéis el corazón. 11 (12) Di-s ha hablado una vez, dos veces, lo he oído:Que de Di-s es la f uerza, 12 (13) tuyo, Señor, el amor; y: Que tú al hombre pagas con arreglo a sus ob ras. Salmo 63 (62) (1) = Salmo. De David. Cuando estaba en el desierto de Judá. = 1 (2) Di-s, tú mi Di-s, yo te busco, sed de ti tiene mi alma, en pos de ti languidece mi carne, cual tierra seca, agotada, sin agua. 2 (3) Como cuando en el santuario te veía, al contemplar tu poder y tu g loria, 3 (4) - pues tu amor es mejor que la vida, mis labios te glorificaban -, 4 (5) así quiero en mi vida bendecirte, levantar mis manos en tu nombre; 5 (6) osos. ,

como de grasa y médula se empapará mi alma, y alabará mi boca con labios jubil 6 (7)

Cuando pienso en ti sobre mi lecho, en ti medito en mis vigilias

7 (8) porque tú eres mi socorro, y yo exulto a la sombra de tus alas; 8 (9) mi alma se aprieta contra ti, tu diestra me sostiene. 9 (10) Mas los que tratan de perder mi alma, ¡caigan en las honduras de la tierra! 10 (11) ¡Sean pasados al filo de la espada, sirvan de presa a los chacales

!

11 (12) Y el rey en Di-s se gozará, el que jura por él se gloriará, cuando sea cerrada la boca de los mentirosos. Salmo 64 (63) (1) = Del maestro de coro. Salmo. De David. = 1 (2) Escucha, oh Di-s, la voz de mi gemido, del terror del enemigo gu arda mi vida; 2 (3) ocúltame a la pandilla de malvados, a la turba de los agentes de m al. 3 (4) Los que afilan su lengua como espada, su flecha apuntan, palabra

envenenada, 4 (5) para tirar a escondidas contra el íntegro, le tiran de improviso y nada temen. 5 (6) Se envalentonan en su acción malvada, calculan para tender lazos o cultos, dicen: "¿Quién lo observará 6 (7) y escrutará nuestros secretos?"El los escruta, aquel que escruta lo íntimo d el hombre, el corazón profundo. 7 (8) Una saeta ha tirado Di-s, repentinas han sido sus heridas; 8 (9) les ha hecho caer por causa de su lengua, menean la cabeza todos los que los ven. 9 (10) Todo hombre temerá. anunciará la obra de Di-s y su acción comprenderá. 10 (11) El justo se alegrará en Adonai, en él tendrá cobijo; y se gloriarán todo s los de recto corazón. Salmo 65 (64) (1) = Del maestro de coro. Salmo. De David. Cántico. = 1 (2) A ti se debe la alabanza, oh Di-s, en Sión.A ti el voto se te cump le, 2 (3) tú que escuchas la oración.Hasta ti toda carne viene 3 (4) con sus obras culpables; nos vence el peso de nuestras rebeldías, pero tú las borras. 4 (5) Dichoso tu elegido, tu privado, en tus atrios habita. ¡Oh, hartémono s de los bienes de tu Casa, de las cosas santas de tu Templo! 5 (6) Tú nos responderás con prodigios de justicia,Di-s de nuestra salvación, espera nza de todos los confines de la tierra, y de las islas lejanas; 6 (7) tú que afirmas los montes con tu fuerza, de potencia ceñido, 7 (8) y acallas el estruendo de los mares, el estruendo de sus olas.Es tán los pueblos en bullicio, 8 (9) por tus señales temen los que habitan los confines, a las puertas de la mañana y de la tarde haces tú gritar de júbilo. 9 (10) Tú visitas la tierra y la haces rebosar, de riquezas la colmas.El río de Di-s va lleno de agua, tú preparas los trigales.Así es como la preparas: 10 (11) riegas sus surcos, allanas sus glebas, con lluvias la ablandas, bendices sus renuevos. 11 (12) Tú coronas el año con tu benignidad, de tus rodadas cunde la grosura ; 12 (13) destilan los pastos del desierto, las colinas se ciñen de alegría; 13 (14) las praderas se visten de rebaños, los valles se cubren de trigo; ¡y los gritos de gozo, y las canciones! Salmo 66 (65) (1) = Del maestro de coro. Cántico. Salmo. = 1 Aclamad a Di-s, la tierra toda, 2 salmodiad a la gloria de su nombre, rendidle el honor de su alabanza, 3 decid a Di-s: ¡Qué terribles tus obras!Por la grandeza de tu fuerza, tus ene migos vienen a adularte; 4 toda la tierra se postra ante ti, y salmodia para ti, a tu nombre salmod ia. = Pausa. = 5 Venid y ved las obras de Di-s, temible en sus gestas por los hijos de Adán : 6 él convirtió el mar en tierra firme, el río fue cruzado a pie.Allí, nuestra aleg ría en él, 7 que por su poder domina para siempre.Sus ojos vigilan las naciones, no s e alcen los rebeldes contra él. = Pausa. = 8 Pueblos, bendecid a nuestro Di-s, haced que se oiga la voz de su alabanz a,

9 es. 10

él, que devuelve nuestra alma a la vida, y no deja que vacilen nuestros pi Tú nos probaste, oh Di-s, nos purgaste, cual se purga la plata;

11 nos prendiste en la red, pusiste una correa a nuestros lomos, 12 dejaste que un cualquiera a nuestra cabeza cabalgara, por el fuego y el agua atravesamos; mas luego nos sacaste para cobrar aliento. 13 Con holocaustos entraré en tu Casa, te cumpliré mis votos, 14 los que abrieron mis labios, los que en la angustia pronunció mi boca. 15 Te ofreceré pingües holocaustos, con el sahumerio de carneros, sacrificaré bue yes y cabritos. = Pausa. = 16 Venid a oír y os contaré, vosotros todos los que teméis a Di-s, lo que él ha hec ho por mí. 17 A él gritó mi boca, la alabanza ya en mi lengua. 18 Si yo en mi corazón hubiera visto iniquidad, el Señor no me habría escuchado. 19 Pero Di-s me ha escuchado, atento a la voz de mi oración. 20 ¡Bendito sea Di-s, que no ha rechazado mi oración ni su amor me ha retirado! Salmo 67 (66) (1) = Del maestro de coro. Para instrumentos de cuerda. Salmo. Cántico. = 1 (2) ¡Di-s nos tenga piedad y nos bendiga, su rostro haga brillar sobre nosotros! = Pausa. = 2 (3) Para que se conozcan en la tierra tus caminos, tu salvación entre todas las naciones. 3 (4) ¡Te den, oh Di-s, gracias los pueblos, todos los pueblos te den gr acias! 4 (5) Alégrense y exulten las gentes, pues tú juzgas al mundo con justicia , con equidad juzgas a los pueblos, y a las gentes en la tierra gobiernas. = Pau sa. = 5 (6)

¡Te den, oh Di-s, gracias los pueblos, todos los pueblos te den gracias! 6 (7) La tierra ha dado su cosecha:Di-s, nuestro Di-s, nos bendice. 7 (8) ¡Di-s nos bendiga, y teman ante él todos los confines de la tierra!

Salmo 68 (67) (1) = Del maestro de coro. De David. Salmo. Cántico. = 1 (2) ¡Álcese Di-s, sus enemigos se dispersen, huyan ante su faz los que l e odian! 2 (3) Cual se disipa el humo, los disipas; como la cera se derrite al fuego, perecen los impíos ante Di-s. 3 (4) Mas los justos se alegran y exultan ante la faz de Di-s, y salta n de alegría. 4 (5) Cantad a Di-s, salmodiad a su nombre, abrid paso al que cabalga en las nubes, alegraos en Adonai, exultad ante su rostro. 5 (6)

Padre 6 (7) vos la puerta 7 (8) l desierto, = 8 (9) Di-s, ante la

de los huérfanos y tutor de las viudas es Di-s en su santa morada; Di-s da a los desvalidos el cobijo de una casa, abre a los cauti de la dicha, mas los rebeldes quedan en un suelo ardiente. Oh Di-s, cuando saliste al frente de tu pueblo, cuando pasabas e Pausa. = la tierra retembló, y hasta los cielos se licuaron ante la faz de faz de Di-s, el Di-s de Israel.

9 (10) Tú derramaste, oh Di-s, una lluvia de larguezas, a tu heredad extenuada, tú l a reanimaste; 10 (11) tu grey halló una morada, aquella que en tu bondad, oh Di-s, al de sdichado preparabas. 11 (12) El Señor da la palabra: es el anuncio de un ejército inmenso. 12 (13) Y mientras los reyes, los ejércitos huyen, huyen, la bella de la c asa reparte el botín.

13 (14) Mientras vosotros descansáis entre las tapias del aprisco, las ala s de la Paloma se cubren de plata, y sus plumas de destellos de oro verde; 14 (15) cuando Sadday dispersa a los reyes, por ella cae la nieve en el Monte Um brío. 15 (16) ¡Monte de Di-s, el monte de Basán! ¡Monte escarpado, el monte de Basán! 16 (17) ¿Por que miráis celosos, montes escarpados, al monte que Di-s escogió por mansión? ¡Oh sí, Adonai morará allí para siempre! 17 (18) Los carros de Di-s, por millares de miríadas; el Señor ha venido del Sinaí al santuario. 18 (19) Tú has subido a la altura, conduciendo cautivos, has recibido trib uto de hombres, hasta los rebeldes para que Adonai Di-s tuviera una morada. 19 (20) ¡Bendito sea el Señor día tras día!El carga con nosotros, Di-s de nuestra salvac ión. = Pausa. = 20 (21) Di-s libertador es nuestro Di-s; del Señor Adonai son las salidas de la muerte; 21 (22) mas la cabeza de sus enemigos Di-s quebranta, la testa cabelluda de quien sus crímenes pasea. 22 (23) Dijo el Señor: "De Basán haré volver, haré volver de los abismos del mar , 23 (24) para que puedas hundir tu pie en la sangre, y en los enemigos te nga su parte la lengua de tus perros". 24 (25) ¡Se han visto, oh Di-s, tus procesiones, las procesiones de mi Di-s, mi re y, al santuario: 25 (26) delante los cantores, los músicos detrás, las doncellas en medio, to cando el tamboril! 26 (27) A Di-s, en coros, bendecían: ¡es Adonai, desde el origen de Israel. 27 (28) Allí iba Benjamín, el pequeño, abriendo marcha, los príncipes de Judá con sus escuadras, los príncipes de Zabulón, los príncipes de Neftalí. 28 (29) ¡Manda, Di-s mío, según tu poder, el poder, oh Di-s, que por nosotros desplegaste, 29 (30) desde tu Templo en lo alto de Yerushalaim, donde vienen los reyes a ofre certe presentes! 30 (31) Increpa a la bestia del cañaveral, a la manada de toros y novillos de los pueblos. ¡Que se sometan con lingotes de plata! ¡Dispersa a los pueblos que fomentan la guerra! 31 (32) Los magnates acudan desde Egipto, tienda hacia Di-s sus manos Et iopía. 32 (33) ¡Cantad a Di-s, reinos de la tierra, salmodiad para el Señor, 33 (34) para el que cabalga los cielos, los antiguos cielos: = Pausa. = ved que lanza él su voz, su voz potente! 34 (35) Reconoced el poderío de Di-s.Sobre Israel su exaltación, su poder en las nub es: 35 (36) ¡temible es Di-s desde su santuario!El, el Di-s de Israel, es quie n da poder y fuerza al pueblo. ¡Bendito sea Di-s! Salmo 69 (68) (1) = Del maestro de coro. Según la melodía: "Lirios..." De David. = 1 (2) ¡Sálvame, oh Di-s, porque las aguas me llegan hasta el cuello! 2 (3) Me hundo en el cieno del abismo, sin poder hacer pie; he llegado hasta el fondo de las aguas, y las olas me anegan. 3 (4) Estoy exhausto de gritar, arden mis fauces, mis ojos se consumen de esperar a mi Di-s. 4 (5) Son más que los cabellos de mi cabeza los que sin causa me odian; más duros que mis huesos los que me hostigan sin razón. (¿Lo que yo no he robado tengo que devolver?)

5 (6)

Tú, oh Di-s, mi torpeza conoces, no se te ocultan mis ofensas. 6 (7) ¡No se avergüencen por mí los que en ti esperan, oh Adonai Sebaot! ¡No s ufran confusión por mí los que te buscan, oh Di-s de Israel! 7 (8) Pues por ti sufro el insulto, y la vergüenza cubre mi semblante; 8 (9) para mis hermanos soy un extranjero, un desconocido para los hij os de mi madre; 9 (10) pues me devora el celo de tu casa, y caen sobre mí los insultos de los que te insultan. 10 (11) Si mortifico mi alma con ayuno, se me hace un pretexto de insulto; 11 (12) si tomo un sayal por vestido, para ellos me convierto en burla, 12 (13) cuento de los que están sentados a la puerta, y copla de los que b eben licor fuerte. 13 (14) Mas mi oración hacia ti, Adonai, en el tiempo propicio: por tu gra n amor, oh Di-s, respóndeme, por la verdad de tu salvación. 14 (15) ¡Sácame del cieno, no me hunda, escape yo a los que me odian, a las honduras de las aguas! 15 (16) ¡El flujo de las aguas no me anegue no me trague el abismo, ni el pozo cie rre sobre mí su boca! 16 (17) ¡Respóndeme, Adonai, pues tu amor es bondad; en tu inmensa ternura v uelve a mí tus ojos; 17 (18) no retires tu rostro de tu siervo, que en angustias estoy, pront o, respóndeme; 18 (19) acércate a mi alma, rescátala, por causa de mis enemigos, líbrame! 19 (20) Tú conoces mi oprobio, mi vergüenza y mi afrenta, ante ti están todos mis opresores. 20 (21) El oprobio me ha roto el corazón y desfallezco.Espero compasión, y no la hay , consoladores, y no encuentro ninguno. 21 (22) Veneno me han dado por comida, en mi sed me han abrevado con vin agre. 22 (23) ¡Que su mesa ante ellos se convierta en un lazo, y su abundancia e n una trampa; 23 (24) anúblense sus ojos y no vean, haz que sus fuerzas sin cesar les fa llen! 24 (25) Derrama tu enojo sobre ellos, los alcance el ardor de tu cólera; 25 (26) su recinto quede hecho un desierto, en sus tiendas no haya quien habite: ma. stos.

26 (27) porque acosan al que tú has herido, y aumentan la herida de tu vícti 27 (28) Culpa añade a su culpa, no tengan más acceso a tu justicia; 28 (29) del libro de la vida sean borrados, no sean inscritos con los ju

29 (30) Y yo desdichado, dolorido, ¡tu salvación, oh Di-s, me restablezca! 30 (31) El nombre de Di-s celebraré en un cántico, le ensalzaré con la acción de gracias;

31 (32) y más que un toro agradará a Adonai, más que un novillo con cuernos y pezuñas. 32 (33) Lo han visto los humildes y se alegran; ¡viva vuestro corazón, los q ue buscáis a Di-s! 33 (34) Porque Adonai escucha a los pobres, no desprecia a sus cautivos. 34 (35) ¡Alábenle los cielos y la tierra, el mar y cuanto bulle en él! 35 (36) Pues salvará Di-s a Sión, reconstruirá las ciudades de Judá: habitarán allí y las poseerán; 36 (37) la heredará la estirpe de sus siervos, los que aman su nombre en ella mora

rán. Salmo 70 (69) = 40:14-18 (1) = Del maestro de coro. De David. En memoria. 1 (2) ¡Oh Di-s, ven a librarme,Adonai, corre en mi ayuda! 2 (3) ¡Queden avergonzados y confusos los que buscan mi vida! ¡Atrás!, sean confundidos los que desean mi mal, 3 (4) retrocedan de vergüenza los que dicen: ¡Ja, ja! 4 (5) ¡En ti se gocen y se alegren todos los que te buscan! ¡Repitan sin c esar: "Grande es Di-s", los que aman tu salvación! 5 (6) ¡Y yo, desventurado y pobre, oh Di-s, ven presto a mí! ¡Tú, mi socorro y mi libe rtador,Adonai, no tardes! Salmo 71 (70) 1 A ti, Adonai, me acojo, ¡no sea confundido jamás! 2 ¡Por tu justicia sálvame, libérame! tiende hacia mí tu oído y sálvame! 3 ¡Sé para mí una roca de refugio, alcázar fuerte que me salve, pues mi roca eres tú y mi fortaleza. 4 ¡Di-s mío, líbrame de la mano del impío, de las garras del perverso y del violen to! 5 Pues tú eres mi esperanza, Señor,Adonai, mi confianza desde mi juventud. 6 En ti tengo mi apoyo desde el seno, tú mi porción desde las entrañas de mi mad re; ¡en ti sin cesar mi alabanza! 7 9 gor. 10 11 ere!" 12 13 a y de

Soy el asombro de muchos, mas tú eres mi seguro refugio. 8 Mi boca está repleta de tu loa, de tu gloria todo el día. A la hora de mi vejez no me rechaces, no me abandones cuando decae mi vi Porque de mí mis enemigos hablan, los que espían mi alma se conciertan: "¡Di-s le ha desamparado, perseguidle, apresadle, pues no hay quien le lib

¡Oh Di-s, no te estés lejos de mí,Di-s mío, ven pronto en mi socorro! ¡Confusión y vergüenza sobre aquellos que acusan a mi alma; cúbranse de ignomini vergüenza los que buscan mi mal! 14 Y yo, esperando sin cesar, más y más te alabaré; 15 publicará mi boca tu justicia, todo el día tu salvación. 16 Y vendré a las proezas de Adonai, recordaré tu justicia, tuya sólo. 17 ¡Oh Di-s, desde mi juventud me has instruido, y yo he anunciado hasta hoy tus maravillas! 18 Y ahora que llega la vejez y las canas, ¡oh Di-s, no me abandones!, para q ue anuncie yo tu brazo a todas las edades venideras, ¡tu poderío 19 y tu justicia, oh Di-s, hasta los cielos!Tú que has hecho grandes cosas, ¡oh Di-s!, ¿quién como tú? 20 Tú que me has hecho ver tantos desastres y desgracias, has de volver a rec obrarme.Vendrás a sacarme de los abismos de la tierra, 21 sustentarás mi ancianidad, volverás a consolarme, 22 Y yo te daré gracias con las cuerdas del arpa, por tu verdad, Di-s mío; para ti salmodiaré a la cítara, oh Santo de Israel. 23 Exultarán mis labios cuando salmodie para ti, y mi alma, que tú has rescatad o. 24 También mi lengua todo el día musitará tu justicia: porque han sido avergonzad os, porque han enrojecido, los que buscaban mi desgracia. Salmo 72 (71) (1) = De Salomón. = 1 2

Oh Di-s, da al rey tu juicio, al hijo de rey tu justicia: que con justicia gobierne a tu pueblo, con equidad a tus humildes. 3 Traigan los montes paz al pueblo, y justicia los collados.

4 El hará justicia a los humildes del pueblo, salvará a los hijos de los pobre s, y aplastará al opresor. 5 Durará tanto como el sol, como la luna de edad en edad; 6 caerá como la lluvia en el retoño, como el rocío que humedece la tierra. 7 En sus días florecerá la justicia, y dilatada paz hasta que no haya luna; 8 dominará de mar a mar, desde el Río hasta los confines de la tierra. 9 Ante él se doblará la Bestia, sus enemigos morderán el polvo; 10 los reyes de Tarsis y las islas traerán tributo.Los reyes de Sabá y de Seba pagarán impuestos; 11 todos los reyes se postrarán ante él, le servirán todas las naciones. 12 Porque él librará al pobre suplicante, al desdichado y al que nadie ampara; 13 se apiadará del débil y del pobre, el alma de los pobres salvará. 14 De la opresión, de la violencia, rescatará su alma, su sangre será preciosa an te sus ojos; 15 (y mientras viva se le dará el oro de Sabá).Sin cesar se rogará por él, todo el día se le bendecirá. 16 Habrá en la tierra abundancia de trigo, en la cima de los montes ondeará com o el Líbano al despertar sus frutos y sus flores, como la hierba de la tierra. 17 ¡Sea su nombre bendito para siempre, que dure tanto como el sol! ¡En él se ben digan todas las familias de la tierra, dichoso le llamen todas las naciones! 18 ¡Bendito sea Adonai, Di-s de Israel, el único que hace maravillas! 19 ¡Bendito sea su nombre glorioso para siempre, toda la tierra se llene de s u gloria! ¡Amén! ¡Amén! 20 Fin de las oraciones de David, hijo de Jesé. Salmo 73 (72) (1) = Salmo. De Asaf. = 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 de tus 16 17 ndí: 18 19 20 gen. 21 22 23 24 25 26

En verdad bueno es Di-s para Israel, el Señor para los de puro corazón. Por poco mis pies se me extravían, nada faltó para que mis pasos resbalaran, celoso como estaba de los arrogantes, al ver la paz de los impíos. No, no hay congojas para ellos, sano y rollizo está su cuerpo; no comparten la pena de los hombres, con los humanos no son atribulados. Por eso el orgullo es su collar, la violencia el vestido que los cubre; la malicia les cunde de la grasa, de artimañas su corazón desborda. Se sonríen, pregonan la maldad, hablan altivamente de violencia; ponen en el cielo su boca, y su lengua se pasea por la tierra. Por eso mi pueblo va hacia ellos: aguas de abundancia les llegan. Dicen: "¿Cómo va a saber Di-s? ¿Hay conocimiento en el Altísimo?" Miradlos: ésos son los impíos, y, siempre tranquilos, aumentan su riqueza. ¡Así que en vano guardé el corazón puro, mis manos lavando en la inocencia, cuando era golpeado todo el día, y cada mañana sufría mi castigo! Si hubiera dicho: "Voy a hablar como ellos", habría traicionado a la raza hijos; me puse, pues, a pensar para entenderlo, ¡ardua tarea ante mis ojos! Hasta el día en que entré en los divinos santuarios, donde su destino compre oh, sí, tú en precipicios los colocas, a la ruina los empujas. ¡Ah, qué pronto quedan hechos un horror, cómo desaparecen sumidos en pavores! Como en un sueño al despertar, Señor, así, cuando te alzas, desprecias tú su ima Sí, cuando mi corazón se exacerbaba, cuando se torturaba mi conciencia, estúpido de mí, no comprendía, una bestia era ante ti. Pero a mí, que estoy siempre contigo, de la mano derecha me has tomado; me guiarás con tu consejo, y tras la gloria me llevarás. ¿Quién hay para mí en el cielo?Estando contigo no hallo gusto ya en la tierra. Mi carne y mi corazón se consumen: ¡Roca de mi corazón, mi porción, Di-s por sie

mpre! 27 Sí, los que se alejan de ti perecerán, tú aniquilas a todos los que te son adúlt eros. 28 Mas para mí, mi bien es estar junto a Di-s; he puesto mi cobijo en el Señor, a fin de publicar todas tus obras. Salmo 74 (73) (1) = Poema. De Asaf. = 1 ¿Por qué has de rechazar, oh Di-s, por siempre, por qué humear de cólera contra el rebaño de tu pasto? 2 Acuérdate de la comunidad que de antiguo adquiriste, la que tú rescataste, t ribu de tu heredad, y del monte Sión donde pusiste tu morada. 3 Guía tus pasos a estas ruinas sin fin: todo en el santuario lo ha devastad o el enemigo. 4 En el lugar de tus reuniones rugieron tus adversarios, pusieron sus enseña s, enseñas 5 que no se conocían, en el frontón de la entrada.Machetes en bosque espeso, 6 a una cercenaban sus jambas, y con hacha y martillo desgajaban. 7 Prendieron fuego a tu santuario, por tierra profanaron la mansión de tu no mbre. 8 Dijeron en su corazón: "¡Destruyámoslos en bloque!"Quemaron en la tierra todo lugar de santa reunión. 9 No vemos nuestras enseñas, no existen ya profetas, ni nadie entre nosotros que sepa hasta cuándo. 10 ¿Hasta cuándo, oh Di-s, provocará el adversario? ¿Ultrajará tu nombre por siempre el enemigo? 11 ¿Por qué retraes tu mano, y en tu seno retienes escondida tu diestra? 12 Oh Di-s, mi rey desde el principio, autor de salvación en medio de la tier ra, 13 tú hendiste el mar con tu poder, quebraste las cabezas de los monstruos en las aguas; 14 tú machacaste las cabezas de Leviatán y las hiciste pasto de las fieras; 15 tú abriste manantiales y torrentes, y secaste ríos inagotables; 16 tuyo es el día, tuya también la noche, tú la luna y el sol estableciste, 17 tú trazaste todos los confines de la tierra, el verano y el invierno tú form aste. 18 Recuérdalo, Adonai: provoca el enemigo, tu nombre ultraja un pueblo necio. 19 No entregues a la bestia el alma de tu tórtola, la vida de tus pobres no o lvides para siempre. 20 Piensa en la alianza, que están llenos los rincones del país de guaridas de violencia. 21 ¡No vuelva cubierto de vergüenza el oprimido; el humilde y el pobre puedan l oar tu nombre! 22 ¡Alzate, oh Di-s, a defender tu causa, acuérdate del necio que te provoca to do el día! 23 No olvides el griterío de tus adversarios, el clamor de tus agresores que crece sin cesar! Salmo 75 (74) (1) = Del maestro de coro. "No destruyas." Salmo. De Asaf. Cántico. = 1 (2) Te damos gracias, oh Di-s, te damos gracias, invocando tu nombre , tus maravillas pregonando. 2 (3) "En el momento en que decida, yo mismo juzgaré con rectitud. 3 (4) Se estremece la tierra con todos sus habitantes, mas yo sostengo sus columnas. = Pausa. = 4 (5) "Digo a los arrogantes: ¡Fuera arrogancias!, y a los impíos: ¡No levan téis la frente,

5 (6) !"

no levantéis tan alto vuestra frente, no habléis con un cuello de insolencia

6 (7) Pues ya no es por oriente ni por occidente, ya no por o de los montes, 7 (8) por donde Di-s, el juez, a uno abate y a otro exalta: 8 (9) sino que hay una copa en la mano de Adonai, y de vino tá lleno el brebaje: él lo escanciará, y sorberán hasta las heces, lo píos de la tierra. 9 (10) Y yo lo anunciaré por siempre, salmodiaré para el Di-s

el desiert drogado es beberán todos los im de Jacob;

10 (11) quebraré toda frente de los impíos, y la frente del justo se alzará. Salmo 76 (75) (1) = Del maestro de coro. Para instrumentos de cuerda. Salmo. De Asaf. Cántic o. = 1 (2) En Judá Di-s es conocido, grande es su nombre en Israel; 2 (3) su tienda está en Salem, su morada en Sión; 3 (4) allí quebró las ráfagas del arco, el escudo, la espada y la guerra. = Pausa. = 4 (5) Fulgurante eres tú, maravilloso por los montones de botín 5 (6) de que han sido despojados; los bravos durmiendo están su sueño, a t odos los hombres fuertes les fallaron los brazos; 6 (7) tu ira?

a tu amenaza, oh Di-s de Jacob, carro y caballo se quedaron pasmados. 7 (8) Tú, tú el terrible, ¿quién puede resistir ante tu faz, bajo el golpe de

8 (9) Desde los cielos pronuncias la sentencia, la tierra se amedrenta y enmudece 9 (10) cuando Di-s se levanta para el juicio, para salvar a todos los hu mildes de la tierra. = Pausa. = 10 (11) La cólera del hombre te celebra, te ceñirás con los escapados a la Cóler a. 11 (12) Haced votos y cumplidlos a Adonai, vuestro Di-s, los que le rodean traig an presentes al Terrible; 12 (13) el que corta el aliento a los príncipes, el temible para los reyes de la tierra. Salmo 77 (76) (1) = Del maestro de coro... Yedutún. De Asaf. Salmo. = 1 (2) Mi voz hacia Di-s: yo clamo, mi voz hacia Di-s: él me escucha. 2 (3) En el día de mi angustia voy buscando al Señor, por la noche tiendo mi mano sin descanso, mi alma el consuelo rehúsa. 3 (4) De Di-s me acuerdo y gimo, medito, y mi espíritu desmaya. = Pausa. = 4 (5) Los párpados de mis ojos tú retienes, turbado estoy, no puedo hablar ; 5 (6) pienso en los días de antaño, de los años antiguos 6 (7) :

me acuerdo; en mi corazón musito por la noche, medito y mi espíritu inquiere

7 (8) ¿Acaso por los siglos desechará el Señor, no volverá a ser propicio? 8 (9) ¿Se ha agotado para siempre su amor? ¿Se acabó la Palabra para todas l as edades? 9 (10) ¿Se habrá olvidado Di-s de ser clemente, o habrá cerrado de ira sus ent rañas? = Pausa. = 10 (11) Y digo: "Este es mi penar: que se ha cambiado la diestra del Altís imo." 11 (12) Me acuerdo de las gestas de Adonai, sí, recuerdo tus antiguas maravillas,

12 (13) medito en toda tu obra, en tus hazañas reflexiono. 13 (14) ¡Oh Di-s, santos son tus caminos! ¿Qué dios hay grande como Di-s? 14 (15) Tú, el Di-s que obras maravillas, manifestaste tu poder entre los pueblos; 15 (16) con tu brazo a tu pueblo rescataste, a los hijos de Jacob y de J osé. = Pausa =. 16 (17) Viéronte, oh Di-s, las aguas, las aguas te vieron y temblaron, tam bién se estremecieron los abismos. 17 (18) Las nubes derramaron sus aguas, su voz tronaron los nublados, también cruz aban tus saetas. 18 (19) ¡Voz de tu trueno en torbellino!Tus relámpagos alumbraban el orbe, l a tierra se estremecía y retemblaba. 19 (20) Por el mar iba tu camino, por las muchas aguas tu sendero, y no se descubrieron tus pisadas. 20 (21) Tú guiaste a tu pueblo cual rebaño por la mano de Moisés y de Aarón. Salmo 78 (77) (1) = Poema. De Asaf. = 1 Escucha mi ley, pueblo mío, tiende tu oído a las palabras de mi boca; 2 voy a abrir mi boca en parábolas, a evocar los misterios del pasado. 3 Lo que hemos oído y que sabemos, lo que nuestros padres nos contaron, 4 no se lo callaremos a sus hijos, a la futura generación lo contaremos:Las alabanzas de Adonai y su poder, las maravillas que hizo; 5 él estableció en Jacob un dictamen, y puso una ley en Israel;El había mandado a nuestros padres que lo comunicaran a sus hijos, 6 que la generación siguiente lo supiera, los hijos que habían de nacer; y que éstos se alzaran y se lo contaran a sus hijos, 7 para que pusieran en Di-s su confianza, no olvidaran las hazañas de Di-s, y sus mandamientos observaran; 8 para que no fueran, lo mismo que sus padres, una generación rebelde y revo ltosa, generación de corazón voluble y de espíritu desleal a Di-s. 9 Los hijos de Efraím, diestros arqueros, retrocedieron el día del combate; 10 no guardaban la alianza hecha con Di-s, rehusaban caminar según su ley; 11 tenían olvidados sus portentos, las maravillas que él les hizo ver: 12 prodigios hizo a la vista de sus padres en el país de Egipto, en los campo s de Tanis. 13 Hendió la mar y los pasó a través, contuvo las aguas como un dique; 14 de día los guiaba con la nube, y cada noche con resplandor de fuego; 15 en el desierto hendió las rocas, los abrevó a raudales sin medida; 16 hizo brotar arroyos de la peña y descender las aguas como ríos. 17 Pero ellos volvían a pecar contra él, a rebelarse contra el Altísimo en la est epa; 18 a Di-s tentaron en su corazón reclamando manjar para su hambre. 19 Hablaron contra Di-s; dijeron: "¿Será Di-s capaz de aderezar una mesa en el desierto? 20 "Ved que él hirió la roca, y corrieron las aguas, fluyeron los torrentes: ¿pod rá de igual modo darnos pan, y procurar carne a su pueblo?" 21 Entonces Adonai lo oyó y se enfureció, un fuego se encendió contra Jacob, y la Cólera estalló contra Israel, 22 porque en Di-s no habían tenido fe ni confiaban en su salvación. 23 Y a las nubes mandó desde lo alto, abrió las compuertas de los cielos; 24 hizo llover sobre ellos maná para comer, les dio el trigo de los cielos; 25 pan de Fuertes comió el hombre, les mandó provisión hasta la hartura. 26 Hizo soplar en los cielos el solano, el viento del sur con su poder atra jo, 27 y llovió sobre ellos carne como polvo, y aves como la arena de los mares; 28 las dejó caer en medio de su campo, en torno a sus moradas.

29 Comieron hasta quedar bien hartos, así satisfizo su avidez; 30 mas aún no habían colmado su avidez, su comida estaba aún en su boca, 31 cuando la cólera de Di-s estalló contra ellos: hizo estragos entre los más fue rtes, y abatió a la flor de Israel. 32

Mas con todo pecaron todavía, en sus maravillas no tuvieron fe. 33 El consumió sus días con un soplo, y sus años con espanto. 34 Cuando los mataba, le buscaban, se convertían, se afanaban por él, 35 y recordaban que Di-s era su roca, su redentor, el Di-s Altísimo. 36 Mas le halagaban con su boca, y con su lengua le mentían; 37 su corazón no era fiel para con él, no tenían fe en su alianza. 38 El, con todo, enternecido, borraba las culpas y no exterminaba; bien de veces su cólera contuvo y no despertó todo su furor: 39 se acordaba de que ellos eran carne, un soplo que se va y no vuelve más. 40 ¡Cuántas veces se rebelaron contra él en el desierto, le irritaron en aquellas soledades! 41 Otra vez a tentar a Di-s volvían, a exasperar al Santo de Israel; 42 no se acordaron de su mano, del día en que les libró del adversario; 43 cuando hizo en Egipto sus señales, en el campo de Tanis sus prodigios. 44 Trocó en sangre sus ríos y sus arroyos para que no bebiesen. 45 Tábanos les mandó que los comieron, y ranas que los infestaron; 46 entregó a la langosta sus cosechas, el fruto de su afán al saltamontes; 47 asoló con granizo sus viñedos, y con la helada sus sicómoros; 48 entregó sus ganados al pedrisco y a los rayos sus rebaños. 49 Lanzó contra ellos el fuego de su cólera, indignación, enojo y destrucción, trop el de mensajeros de desgracias; 50 libre curso dio a su ira.No preservó sus almas de la muerte, a la peste su s vidas entregó; 51 hirió en Egipto a todo primogénito, las primicias de la raza en las tiendas de Cam. 52 Y sacó a su pueblo como ovejas, cual rebaño los guió por el desierto; 53 los guió en seguro, sin temor, mientras el mar cubrió a sus enemigos; 54 los llevó a su término santo, a este monte que su diestra conquistó; 55 arrojó a las naciones ante ellos; a cordel les asignó una heredad, y estable ció en sus tiendas las tribus de Israel. 56 Pero ellos le tentaron, se rebelaron contra el Di-s Altísimo, se negaron a guardar sus dictámenes, 57 se extraviaron, infieles, lo mismo que sus padres, se torcieron igual qu e un arco indócil: 58 le irritaron con sus altos, con sus ídolos excitaron sus celos. 59 Di-s lo oyó y se enfureció, desechó totalmente a Israel; 60 abandonó la morada de Silo, la tienda en que habitaba entre los hombres. 61 Mandó su fuerza al cautiverio, a manos del adversario su esplendor; 62 entregó su pueblo a la espada, contra su heredad se enfureció. 63 El fuego devoró a sus jóvenes, no hubo canto nupcial para sus vírgenes; 64 sus sacerdotes cayeron a cuchillo, sus viudas no entonaron lamentos. 65 Entonces despertó el Señor como un durmiente, como un bravo vencido por el v ino; 66 hirió a sus adversarios en la espalda, les infligió un oprobio eterno. 67 Desechó la tienda de José, y no eligió a la tribu de Efraím; 68 mas eligió a la tribu de Judá, el monte Sión al cual amaba. 69 Construyó como las alturas del cielo su santuario, como la tierra que fundó por siempre. 70 Y eligió a David su servidor, le sacó de los apriscos del rebaño, 71 le trajo de detrás de las ovejas, para pastorear a su pueblo Jacob, y a Is rael, su heredad. 72 El los pastoreaba con corazón perfecto, y con mano diestra los guiaba. Salmo 79 (78)

(1)

= Salmo. De Asaf. =

1 Oh Di-s, han invadido tu heredad las gentes, han profanado tu sagrado Te mplo; han dejado en ruinas a Yerushalaim, 2 han entregado el cadáver de tus siervos por comida a los pájaros del cielo, la carne de tus amigos a las bestias de la tierra. 3 Han derramado como agua su sangre en torno a Yerushalaim, ¡y nadie sepulta ba! 4 Nos hemos hecho la irrisión de los vecinos, burla y escarnio de nuestros c ircundantes. 5 ¿Hasta cuándo, Adonai, tu cólera? ¿hasta el fin? ¿han de quemar tus celos como fue go? 6 Derrama tu furor sobre las gentes, que no te reconocen, y sobre los rein os que tu nombre no invocan. 7 Porque han devorado a Jacob y han devastado su dominio. 8 No recuerdes contra nosotros culpas de antepasados, vengan presto a nues tro encuentro tus ternuras, pues estamos abatidos del todo; 9 ayúdanos, Di-s de nuestra salvación, por amor de la gloria de tu nombre; líbra nos, borra nuestros pecados, por causa de tu nombre. 10 ¿Por qué han de decir las gentes: "¿Dónde está su Di-s?" ¡Que entre las gentes se co nozca, a nuestros propios ojos, la venganza de la sangre de tus siervos derramad a! 11 ¡Llegue hasta ti el suspiro del cautivo, con la grandeza de tu brazo prese rva a los hijos de la muerte! 12 ¡Devuelve siete veces a nuestros vecinos, en su entraña, su afrenta, la afre nta que te han hecho, Señor! 13 Y nosotros, tu pueblo, rebaño de tu pasto, eternamente te daremos gracias, de edad en edad repetiremos tu alabanza. Salmo 80 (79) (1) = Del maestro de coro. Según la melodía: "Lirios es el dictamen." De Asaf. S almo. = 1 (2) Pastor de Israel, escucha, tú que guías a José como un rebaño; tú que estás sentado entre querubes, resplandece 2 (3) ante Efraím, Benjamín y Manasés; ¡despierta tu poderío, y ven en nuestro a uxilio! 3 (4) ¡Oh Di-s, haznos volver, y que brille tu rostro, para que seamos s alvos! 4 (5) ¿Hasta cuándo, oh Adonai Di-s Sebaot, estarás airado contra la plegari a de tu pueblo? 5 (6)

Les das a comer un pan de llanto les haces beber lágrimas al triple; 6 (7) habladuría nos haces de nuestros convecinos, y nuestros enemigos s e burlan de nosotros. 7 (8) ¡Oh Di-s Sebaot, haznos volver, y brille tu rostro, para que seamo s salvos! 8 (9) Una viña de Egipto arrancaste, expulsaste naciones para plantarla a ella, 9 (10) le preparaste el suelo, y echó raíces y llenó la tierra. 10 (11) Su sombra cubría las montañas, sus pámpanos los cedros de Di-s; 11 (12) extendía sus sarmientos hasta el mar, hasta el Río sus renuevos. 12 (13) ¿Por qué has hecho brecha en sus tapias, para que todo el que pasa p or el camino la vendimie, 13 (14) el jabalí salvaje la devaste, y la pele el ganado de los campos? 14 (15) ¡Oh Di-s Sebaot, vuélvete ya, desde los cielos mira y ve, visita a e sta viña, 15 (16) cuídala, a ella, la que plantó tu diestra! 16 (17) ¡Los que fuego le prendieron, cual basura, a la amenaza de tu faz perezcan!

17 (18) Esté tu mano sobre el hombre de tu diestra, sobre el hijo de Adán que para t i fortaleciste. 18 (19) Ya no volveremos a apartarnos de ti; nos darás vida y tu nombre in vocaremos. 19 (20) ¡Oh Adonai, Di-s Sebaot, haznos volver, y que brille tu rostro, pa ra que seamos salvos! Salmo 81 (80) (1) = Del maestro de coro. Según la... de Gat. De Asaf. = 1 (2) ¡Gritad de gozo a Di-s, nuestra fuerza, aclamad al Di-s de Jacob! 2 (3) ¡Entonad la salmodia, tocad el tamboril, la melodiosa cítara y el ar pa; 3 (4) tocad la trompeta al nuevo mes, a la luna llena, el día de nuestra fiesta! 4 (5) Porque es una ley para Israel, una norma del Di-s de Jacob; 5 (6) un dictamen que él impuso en José, cuando salió contra el país de Egipto .Una lengua desconocida se oye: 6 (7)

"Yo liberé sus hombros de la carga, sus manos la espuerta abandonaron; 7 (8) en la aflicción gritaste y te salvé. "Te respondí en el secreto del tr ueno, te probé junto a las aguas de Meribá. = Pausa. = 8 (9) Escucha, pueblo mío, yo te conjuro, ¡ah Israel, si quisieras escucha rme! 9 (10) "No haya en ti dios extranjero, no te postres ante dios extraño; 10 (11) yo, Adonai, soy tu Di-s, que te hice subir del país de Egipto; abr e toda tu boca, y yo la llenaré. 11 (12) "Pero mi pueblo no escuchó mi voz,Israel no me quiso obedecer; 12 (13) yo les abandoné a la dureza de su corazón, para que caminaran según su s designios. 13 (14) "¡Ah!, si mi pueblo me escuchara, si Israel mis caminos siguiera, 14 (15) al punto yo abatiría a sus enemigos, contra sus adversarios mi man o volvería. 15 (16) "Los que odian a Adonai le adularían, y su tiempo estaría para siemp re fijado; 16 (17) y a él lo sustentaría con la flor del trigo, lo saciaría con la miel d e la peña." Salmo 82 (81) (1) = Salmo. De Asaf. = 1 2 3 ticia; 4 = 5 tierra 6 7 8 es!

Di-s se levanta en la asamblea divina, en medio de los dioses juzga: "¿Hasta cuándo juzgaréis inicuamente, y haréis acepción de los impíos? Juzgad en favor del débil y del huérfano, al humilde, al indigente haced jus al débil y al pobre liberad, de la mano de los impíos arrancadle!" = Pausa. No saben ni comprenden; caminan en tinieblas, todos los cimientos de la vacilan. Yo había dicho: "¡Vosotros, dioses sois, todos vosotros, hijos del Altísimo!" Mas ahora, como el hombre moriréis, como uno solo caeréis, príncipes. ¡Alzate, oh Di-s, juzga a la tierra, pues tú eres el señor de todas las nacion

Salmo 83 (82) (1) = Cántico. Salmo. De Asaf. = 1 (2) ¡Oh Di-s, no te estés mudo, cese ya tu silencio y tu reposo, oh Di-s ! 2 (3) Mira cómo tus enemigos braman, los que te odian levantan la cabeza

. os;

3 (4)

Contra tu pueblo maquinan intriga, conspiran contra tus protegid

4 (5) dicen: "Venid, borrémoslos de las naciones, no se recuerde más el no mbre de Israel!" 5 (6) Así conspiran de corazón a una, pactan una alianza contra ti: 6 (7)

las tiendas de Edom, los ismaelitas,Moab y los hagreos, 7 (8) Guebal, Ammón, Amalec,Filistea con los habitantes de Tiro; 8 (9) también Assur se ha juntado a ellos y se hace el brazo de los hijo s de Lot. 9 (10) Trátalos como a Madián y como a Sísara, = Pausa. = como a Yabín en el tor rente de Quisón, 10 (11) que fueron exterminados en Endor, quedaron hechos estiércol de la tierra. 11 (12) Trata a sus caudillos como a Oreb y Zeeb, a todos sus príncipes co mo a Zébaj y a Salmunná, 12 (13) que habían dicho: "¡Para nosotros conquistemos los dominios de Di-s!" 13 (14) Di-s mío, ponlos como hoja en remolino, como paja ante el viento. 14 (15) Como el fuego abrasa una selva, como la llama devora las montañas,

ai. ezcan,

15 (16) así persíguelos con tu tormenta, con tu huracán llénalos de terror. 16 (17) Cubre sus rostros de ignominia, para que busquen tu nombre, Adon 17 (18) ¡Sean avergonzados y aterrados para siempre, queden confusos y per

18 (19) para que sepan que sólo tú tienes el nombre de Adonai,Altísimo sobre toda la t ierra! Salmo 84 (83) (1) = Del maestro de coro. Según la... de Gat. De los hijos de Coré. Salmo. = 1 (2) ¡Qué amables tus moradas, oh Adonai Sebaot! 2 (3) Anhela mi alma y languidece tras de los atrios de Adonai, mi cor azón y mi carne gritan de alegría hacia el Di-s vivo. 3 (4) Hasta el pajarillo ha encontrado una casa, y para sí la golondrina un nido donde poner a sus polluelos: ¡Tus altares, oh Adonai Sebaot, rey mío y Di-s mío! = Pausa. = 4 (5) orazón.

Dichosos los que moran en tu casa, te alaban por siempre. 5 (6) Dichosos los hombres cuya fuerza está en ti, y las subidas en su c

6 (7) Al pasar por el valle del Bálsamo, lo hacen un hontanar, y la lluv ia primera lo cubre de bendiciones. 7 (8) De altura en altura marchan, y Di-s se les muestra en Sión. 8 (9) ¡Adonai Di-s Sebaot, escucha mi plegaria, tiende tu oído, oh Di-s de Jacob! 9 (10) Oh Di-s, escudo nuestro, mira, pon tus ojos en el rostro de tu un gido. = Pausa. = 10 (11) Vale más un día en tus atrios que mil en mis mansiones, estar en el umbral d e la Casa de mi Di-s que habitar en las tiendas de impiedad. 11 (12) Porque Adonai Di-s es almena y escudo, él da gracia y gloria;Adona i no niega la ventura a los que caminan en la perfección. 12 (13) ¡Oh Adonai Sebaot, dichoso el hombre que confía en ti! Salmo 85 (84) (1) = Del maestro de coro. De los hijos de Coré. Salmo. = 1 (2) Propicio has sido, Adonai, con tu tierra, has hecho volver a los

cautivos de Jacob; 2 (3) has quitado la culpa s, = Pausa. = 3 (4) has retirado todo tu 4 (5) ¡Haznos volver, Di-s a nosotros! 5 (6) ¿Vas a estar siempre en edad?

de tu pueblo, has cubierto todos sus pecado furor, has desistido del ardor de tu cólera. de nuestra salvación, cesa en tu irritación contr airado con nosotros? ¿Prolongarás tu cólera de edad

6 (7)

¿No volverás a darnos vida para que tu pueblo en ti se regocije? 7 (8) ¡Muéstranos tu amor, Adonai, y danos tu salvación! 8 (9) Voy a escuchar de qué habla Di-s.Sí, Adonai habla de paz para su pue blo y para sus amigos, con tal que a su torpeza no retornen. 9 (10) Ya está cerca su salvación para quienes le temen, y la Gloria morará en nuestra tierra. 10 (11) Amor y Verdad se han dado cita,Justicia y Paz se abrazan; 11 (12) la Verdad brotará de la tierra, y de los cielos se asomará la Justicia. 12 (13) El mismo Adonai dará la dicha, y nuestra tierra su cosecha dará; 13 (14) La Justicia marchará delante de él, y con sus pasos trazará un camino. Salmo 86 (85) (1) = Oración. De David. = 1 2

Tiende tu oído, Adonai, respóndeme, que soy desventurado y pobre, guarda mi alma, porque yo te amo, salva a tu siervo que confía en ti.Tú eres mi Di-s, 3 tenme piedad, Señor, pues a ti clamo todo el día; 4 recrea el alma de tu siervo, cuando hacia ti, Señor, levanto mi alma. 5 Pues tú eres, Señor, bueno, indulgente, rico en amor para todos los que te i nvocan; 6 Adonai, presta oído a mi plegaria, atiende a la voz de mis súplicas. 7 En el día de mi angustia yo te invoco, pues tú me has de responder; 8 entre los dioses, ninguno como tú, Señor, ni obras como las tuyas. 9 Vendrán todas las naciones a postrarse ante ti, y a dar, Señor, gloria a tu nombre; 10 pues tú eres grande y obras maravillas, tú, Di-s, y sólo tú. 11 Enséñame tus caminos Adonai, para que yo camine en tu verdad, concentra mi c orazón en el temor de tu nombre. 12 Gracias te doy de todo corazón, Señor Di-s mío, daré gloria a tu nombre por siem pre, 13 pues grande es tu amor para conmigo, tú has librado mi alma del fondo del seol. 14 Oh Di-s, los orgullosos se han alzado contra mí, una turba de violentos an da buscando mi alma, y no te tienen a ti delante de sus ojos. 15 Mas tú, Señor, Di-s clemente y compasivo, tardo a la cólera, lleno de amor y d e verdad, 16 ¡vuélvete a mí, tenme compasión!Da tu fuerza a tu siervo, salva al hijo de tu si erva. 17 Haz conmigo un signo de bondad:Que los que me odian vean, avergonzados, que tú, Adonai, me ayudas y consuelas. Salmo 87 (86) (1) = De los hijos de Coré. Salmo. Cántico. = 1 Su fundación sobre los santos montes 2 ama Adonai: las puertas de Sión más que todas las moradas de Jacob. 3 Glorias se dicen de ti, ciudad de Di-s: = Pausa. = 4 "Yo cuento a Ráhab y Babel entre los que me conocen.Tiro, Filistea y Etiopía , fulano nació allí." 5 Pero de Sión se ha de decir: "Todos han nacido en ella", y quien la funda

es el propio Altísimo. 6 Adonai a los pueblos inscribe en el registro: "Fulano nació allí", = Pausa. = 7 y los príncipes, lo mismo que los hijos, todos ponen su mansión en ti. Salmo 88 (87) (1) = Cántico. Salmo. De los hijos de Coré. Del maestro de coro. Para la enferme dad. Para la aflicción. Poema. De Hemán el indígena. = 1 (2) Adonai, Di-s de mi salvación, ante ti estoy clamando día y noche; 2 (3) llegue hasta ti mi súplica, presta oído a mi clamor. 3 (4) Porque mi alma de males está ahíta, y mi vida está al borde del seol; 4 (5) contado entre los que bajan a la fosa, soy como un hombre acabad o: 5 (6) relegado entre los muertos, como los cadáveres que yacen en la tum ba, aquellos de los que no te acuerdas más, que están arrancados de tu mano. 6 (7) s;

Me has echado en lo profundo de la fosa, en las tinieblas, en los abismo

7 (8) sobre mí pesa tu furor, 8 (9) Has alejado de mí a mis or, cerrado estoy y sin salida, 9 (10) mi ojo se consume por la ndo mis manos hacia ti. = Pausa. = 10 (11) ¿Acaso para los muertos alabarte?

con todas tus olas me hundes. = Pausa. = conocidos, me has hecho para ellos un horr pena.Yo te llamo, Adonai, todo el día, tie haces maravillas, o las sombras se alzan a

11 (12) ¿Se habla en la tumba de tu amor, de tu lealtad en el lugar de perdición? 12 (13) ¿Se conocen en las tinieblas tus maravillas, o tu justicia en la t ierra del olvido ?" 13 (14) Mas yo grito hacia ti, Adonai, de madrugada va a tu encuentro mi oración; 14 (15) ¿por qué, Adonai, mi alma rechazas, lejos de mí tu rostro ocultas? 15 (16) Desdichado y agónico estoy desde mi infancia, he soportado tus ter rores, y ya no puedo más; 16 (17) han pasado tus iras sobre mí, tus espantos me han aniquilado. 17 (18) Me envuelven como el agua todo el día, se aprietan contra mí todos a una. 18 (19) Has alejado de mí compañeros y amigos, son mi compañía las tinieblas. Salmo 89 (88) (1) = Poema. De Etán el indígena. = 1 (2) El amor de Adonai por siempre cantaré, de edad en edad anunciará mí bo ca tu lealtad. 2 (3) Pues tú dijiste: "Cimentado está el amor por siempre, asentada en lo s cielos mi lealtad. 3 (4) "Una alianza pacté con mi elegido, un juramento hice a mi siervo D avid: 4 (5) Para siempre jamás he fundado tu estirpe, de edad en edad he erigi do tu trono." = Pausa. = 5 (6) Los cielos celebran, Adonai, tus maravillas, y tu lealtad en la asamblea de los santos. 6 (7) Porque ¿quién en las tre los hijos de los dioses? 7 (8) Di-s temible toda su corte. 8 (9) Adonai, Di-s d te circunda. 9 (10) Tú domeñas el mes;

nubes es comparable a Adonai, quién a Adonai se iguala en en el consejo de los santos, grande y terrible para Sebaot, ¿quién como tú?, poderoso eres, Adonai, tu lealta orgullo del mar, cuando sus olas se encrespan las repri

10 (11) tú machacaste a Ráhab lo mismo que a un cadáver, a tus enemigos disper saste con tu potente brazo. 11 (12) Tuyo es el cielo, tuya también la tierra, el orbe y cuanto encierra tú funda ste; 12 (13) tú creaste el norte y el mediodía, el Tabor y el Hermón exultan en tu nombre. 13 (14) Tuyo es el brazo y su bravura, poderosa tu mano, sublime tu dere cha; 14 (15) Justicia y Derecho, la base de tu trono,Amor y Verdad ante tu ro stro marchan. 15 (16) Dichoso el pueblo que la aclamación conoce, a la luz de tu rostro caminan, oh Adonai; 16 (17) en tu nombre se alegran todo el día, en tu justicia se entusiasman . 17 (18) Pues tú nte; 18 (19) 19 (20) asistencia a un 20 (21) ; 21 (22)

eres el esplendor de su potencia, por tu favor exaltas nuestra fre sí, de Adonai nuestro escudo; del Santo de Israel es nuestro rey. Antaño hablaste tú en visión a tus amigos, y dijiste: "He prestado mi bravo, he exaltado a un elegido de mi pueblo. "He encontrado a David mi servidor, con mi óleo santo le he ungido mi mano será firme para él, y mi brazo le hará fuerte.

22 (23) "No le ha de sorprender el enemigo, el hijo de iniquidad no le oprimirá; 23 (24) yo aplastaré a sus adversarios ante él, heriré a los que le odian. 24 (25) "Mi lealtad y mi amor irán con él, por mi nombre se exaltará su frente ; 25 (26) pondré su mano sobre el mar, sobre los ríos su derecha. 26 (27) "El me invocará: ¡Tú, mi Padre, mi Di-s y roca de mi salvación! 27 (28) Y yo haré de él el primogénito, el Altísimo entre los reyes de la tierra . 28 (29) "Le guardaré mi amor por siempre, y mi alianza será leal con él; 29 (30) estableceré su estirpe para siempre, y su trono como los días de los cielos. 30 (31) "Si sus hijos abandonan mi ley, y no siguen mis juicios, 31 (32) si profanan mis preceptos, y mis mandamientos no observan, 32 (33) "castigaré su rebelión con vara, y su culpa con azote, 33 (34) mas no retiraré de él mi amor, en mi lealtad no fallaré. 34 (35) "No violaré mi alianza, no cambiaré lo que sale de mis labios; 35 (36) una vez he jurado por mi santidad: ¡a David no he de mentir! 36 (37) "Su estirpe durará por siempre, y su trono como el sol ante mí, 37 (38) por siempre se mantendrá como la luna, testigo fiel en el cielo." = Pausa. = 38 (39) Pero tú has rechazado y despreciado, contra tu ungido te has enfur ecido; 39 (40) has desechado la alianza con tu siervo, has profanado por tierra su diadema. 40 (41) Has hecho brecha en todos sus vallados, sus plazas fuertes en ru ina has convertido; 41 (42) le han saqueado todos los transeúntes, se ha hecho 42 (43) A sus adversarios la diestra has exaltado, has llenado de gozo; 43 (44) has embotado el filo de su espada, y no le ombate. 44 (45) Le has quitado su cetro de esplendor, y su

el baldón de sus vecinos. a todos sus enemigos has sostenido en el c trono por tierra has

derribado; 45 (46) has abreviado los días de su juventud, le has cubierto de ignomini a. = Pausa. = 46 (47) ¿Hasta cuándo te esconderás, Adonai? ¿arderá tu furor por siempre como fue go? 47 (48) Recuerda, Señor, qué es la existencia, para qué poco creaste a los hijos de Adán . 48 (49) ¿Qué hombre podrá vivir sin ver la muerte, quién librará su alma de la gar ra del seol? = Pausa. = 49 (50) ¿Dónde están tus primeros amores, Señor, que juraste a David por tu leal tad? 50 (51) Acuérdate, Señor, del ultraje de tus siervos: cómo recibo en mi seno t odos los dardos de los pueblos; 51 (52) así ultrajan tus enemigos, Adonai, así ultrajan las huellas de tu un gido. 52 (53) ¡Bendito sea Adonai por siempre! ¡Amén! ¡Amén! Salmo 90 (89) (1) = Oración. De Moisés, hombre de Di-s. = 1 Señor, tú has sido para nosotros un refugio de edad en edad. 2 Antes que los montes fuesen engendrados, antes que naciesen tierra y orb e, desde siempre hasta siempre tú eres Di-s. 3 Tú al polvo reduces a los hombres, diciendo: "¡Tornad, hijos de Adán!" 4 Porque mil años a tus ojos son como el ayer, que ya pasó, como una vigilia d e la noche. 5 Tú los sumerges en un sueño, a la mañana serán como hierba que brota; 6 por la mañana brota y florece, por la tarde se amustia y se seca. 7 Pues por tu cólera somos consumidos, por tu furor anonadados. 8 Has puesto nuestras culpas ante ti, a la luz de tu faz nuestras faltas s ecretas. 9 Bajo tu enojo declinan todos nuestros días, como un suspiro consumimos nue stros años. 10 Los años de nuestra vida son unos setenta, u ochenta, si hay vigor; mas so n la mayor parte trabajo y vanidad, pues pasan presto y nosotros nos volamos. 11 ¿Quién conoce la fuerza de tu cólera, y, temiéndote, tu indignación? 12 ¡Enséñanos a contar nuestros días, para que entre la sabiduría en nuestro corazón! 13 ¡Vuelve, Adonai! ¿Hasta cuándo?Ten piedad de tus siervos. 14 Sácianos de tu amor a la mañana, que exultemos y cantemos toda nuestra vida. 15 Devuélvenos en gozo los días que nos humillaste, los años en que desdicha cono cimos. 16 ¡Que se vea tu obra con tus siervos, y tu esplendor sobre sus hijos! 17 ¡La dulzura del Señor sea con nosotros! ¡Confirma tú la acción de nuestras manos! Salmo 91 (90) 1 El que mora en el secreto de Elyón pasa la noche a la sombra de Sadday, 2 diciendo a Adonai: "¡Mi refugio y fortaleza, mi Di-s, en quien confío!" 3 Que él te libra de la red del cazador, de la peste funesta; 4 con sus plumas te cubre, y bajo sus alas tienes un refugio: escudo y arm adura es su verdad. 5 No temerás el terror de la noche, ni la saeta que de día vuela, 6 ni la peste que avanza en las tinieblas, ni el azote que devasta a medio día. 7 Aunque a tu lado caigan mil y diez mil a tu diestra, a ti no ha de alcan zarte. 8 Basta con que mires con tus ojos, verás el galardón de los impíos,

9 10 11 12 13 14

tú que dices: "¡Mi refugio es Adonai!", y tomas a Elyón por defensa. No ha de alcanzarte el mal, ni la plaga se acercará a tu tienda; que él dará orden sobre ti a sus ángeles de guardarte en todos tus caminos. Te llevarán ellos en sus manos, para que en piedra no tropiece tu pie; pisarás sobre el león y la víbora, hollarás al leoncillo y al dragón. Pues él se abraza a mí, yo he de librarle; le exaltaré, pues conoce mi nombre.

15 Me llamará y le responderé; estaré a su lado en la desgracia, le libraré y le gl orificaré. 16 Hartura le daré de largos días, y haré que vea mi salvación. Salmo 92 (91) (1) = Salmo. Cántico. Para el día de sábado. = 1 (2) Bueno es dar gracias a Adonai, y salmodiar a tu nombre, Altísimo, 2 (3) publicar tu amor por la mañana, y tu lealtad por las noches, 3 (4) al son del arpa de diez cuerdas y la lira, con un susurro de cítar a. 4 (5) Pues con tus hechos, Adonai, me regocijas, ante las obras de tus manos grito: 5 (6) "¡Qué grandes son tus obras, Adonai, qué hondos tus pensamientos!" 6 (7)

El hombre estúpido no entiende, el insensato no comprende estas cosas. 7 (8) Si brotan como hierba los impíos, si florecen todos los agentes de mal, es para ser destruidos por siempre; 8 (9) mas tú, Adonai, eres excelso por los siglos. 9 (10) Mira cómo tus enemigos perecen, se dispersan todos los agentes de m al. 10 (11) Pero tú alzas mi frente como la del búfalo, derramas sobre mí aceite n uevo; 11 (12) mi ojo desafía a los que me acechaban, mi oído escucha a los malvado s. 12 (13) Florece 13 (14) s nuestro. 14 (15) , 15 (16) n él.

el justo como la palmera, crece como un cedro del Líbano. Plantados en la Casa de Adonai, dan flores en los atrios del DiTodavía en la vejez producen fruto, se mantienen frescos y lozanos para anunciar lo recto que es Adonai: mi Roca, no hay falsedad e

Salmo 93 (92) 1 Reina Adonai, de majestad vestido,Adonai vestido, ceñido de poder, y el or be está seguro, no vacila. 2 Desde el principio tu trono esta fijado, desde siempre existes tú. 3 Levantan los ríos, Adonai, levantan los ríos su voz, los ríos levantan su bram ido; 4 más que la voz de muchas aguas más imponente que las ondas del mar, es impon ente Adonai en las alturas. 5 Son veraces del todo tus dictámenes; la santidad es el ornato de tu Casa, oh Adonai, por el curso de los días. Salmo 94 (93) 1 ¡Di-s de las venganzas, Adonai,Di-s de las venganzas, aparece! 2 ¡Levántate, juez de la tierra, da su merecido a los soberbios! 3 ¿Hasta cuándo los impíos, Adonai, hasta cuándo triunfarán los impíos? 4 Cacarean, dicen insolencias, se pavonean todos los agentes de mal. 5 A tu pueblo, Adonai, aplastan, a tu heredad humillan. 6 Matan al forastero y a la viuda, asesinan al huérfano. 7 Y dicen: "No lo ve Adonai, el Di-s de Jacob no se da cuenta." 8 ¡Comprended, estúpidos del pueblo!, insensatos, ¿cuándo vais a ser cuerdos?

9 El que plantó la oreja, ¿no va a oír?El que formó los ojos, ¿no ha de ver? 10 El que corrige a las naciones, ¿no ha de castigar?El que el saber al hombr e enseña, 11 Adonai, conoce los pensamientos del hombre, que no son más que un soplo. 12 Dichoso el hombre a quien corriges tú, Adonai, a quien instruyes por tu le y, 13 para darle descanso en los días de desgracia, mientras se cava para el impío la fosa. 14 Pues Adonai no dejará a su pueblo, no abandonará a su heredad; 15 sino que el juicio volverá a la justicia, y en pos de ella todos los de re cto corazón. 16 ¿Quién se alzará por mí contra los malvados? ¿quién estará por mí contra los agentes mal? 17 Si Adonai no viniese en mi ayuda, bien presto mi alma moraría en el silenc io. 18 Cuando digo: "Vacila mi pie", tu amor, Adonai, me sostiene; 19 en el colmo de mis cuitas interiores, tus consuelos recrean mi alma. 20 ¿Eres aliado tú de un tribunal de perdición, que erige en ley la tiranía? 21 Se atropella la vida del justo, la sangre inocente se condena. 22 Mas Adonai es para mí una ciudadela, mi Di-s la roca de mi amparo; 23 él hará recaer sobre ellos su maldad, los aniquilará por su malicia,Adonai, nu estro Di-s, los aniquilará. Salmo 95 (94) 1 Venid, cantemos gozosos a Adonai, aclamemos a la Roca de nuestra salvación ; 2 con acciones de gracias vayamos ante él, aclamémosle con salmos. 3 Porque es Adonai un Di-s grande,Rey grande sobre todos los dioses; 4 en sus manos están las honduras de la tierra, y suyas son las cumbres de l os montes; 5 suyo el mar, pues él mismo lo hizo, y la tierra firme que sus manos formar on. 6 Entrad, adoremos, prosternémonos, ¡de rodillas ante Adonai que nos ha hecho! 7

Porque él es nuestro Di-s, y nosotros el pueblo de su pasto, el rebaño de su mano. ¡Oh, si escucharais hoy su voz!: 8 "No endurezcáis vuestro corazón como en Meribá, como el día de Massá en el desiert o, 9 donde me pusieron a prueba vuestros padres, me tentaron aunque habían vist o mi obra. 10 "Cuarenta años me asqueó aquella generación, y dije: Pueblo son de corazón torci do, que mis caminos no conocen. 11 Y por eso en mi cólera juré: ¡No han de entrar en mi reposo!" Salmo 96 (95) 1 ¡Cantad a Adonai un canto nuevo, cantad a Adonai, toda la tierra, 2 cantad a Adonai, su nombre bendecid!Anunciad su salvación día tras día, 3 contad su gloria a las naciones, a todos los pueblos sus maravillas. 4 Que grande es Adonai, y muy digno de alabanza, más temible que todos los d ioses. 5 Pues nada son todos los dioses de los pueblos.Mas Adonai los cielos hizo ; 6 gloria y majestad están ante él, poder y fulgor en su santuario. 7 Rendid a Adonai, familias de los pueblos, rendid a Adonai gloria y poder , 8 rendid a Adonai la gloria de su nombre.Traed ofrendas y en sus atrios en trad, 9 postraos ante Adonai en esplendor sagrado, ¡tiemble ante su faz la tierra entera!

10 Decid entre las gentes: "¡Adonai es rey!"El orbe está seguro, no vacila; él go bierna a los pueblos rectamente. 11 ¡Alégrense los cielos, regocíjese la tierra, retumbe el mar y cuanto encierra; 12 exulte el campo y cuanto en él existe, griten de júbilo todos los árboles del bosque, 13 ante la faz de Adonai, pues viene él, viene, sí, a juzgar la tierra!El juzga rá al orbe con justicia, a los pueblos con su lealtad. Salmo 97 (96) 1 ¡Reina Adonai! ¡La tierra exulte, alégrense las islas numerosas! 2 Nube y Bruma densa en torno a él,Justicia y Derecho, la base de su trono. 3 Delante de él avanza fuego y a sus adversarios en derredor abrasa; 4 iluminan el orbe sus relámpagos, lo ve la tierra y se estremece. 5 Los montes como cera se derriten ante el Dueño de la tierra toda; 6 los cielos anuncian su justicia, y todos los pueblos ven su gloria. 7 ¡Se avergüenzan los que sirven a los ídolos, los que se glorían de vanidades; se postran ante él todos los dioses! 8 Sión lo oye y se alboroza, exultan las hijas de Judá a causa de tus juicios, Adonai. 9 Porque tú eres Adonai, el Altísimo sobre toda la tierra, muy por encima de l os dioses todos. 10 Adonai ama a los que el mal detestan, él guarda las almas de sus fieles y de la mano de los impíos los libra. 11 La luz se alza para el justo, y para los de recto corazón la alegría. 12 Justos, alegraos en Adonai, celebrad su memoria sagrada. Salmo 98 (97) 1 = Salmo. =Cantad a Adonai un canto nuevo, porque ha hecho maravillas; vi ctoria le ha dado su diestra y su brazo santo. 2 Adonai ha dado a conocer su salvación, a los ojos de las naciones ha revel ado su justicia; 3 se ha acordado de su amor y su lealtad para con la casa de Israel.Todos los confines de la tierra han visto la salvación de nuestro Di-s. 4 ¡Aclamad a Adonai, toda la tierra, estallad, gritad de gozo y salmodiad! 5 Salmodiad para Adonai con la cítara, con la cítara y al son de la salmodia; 6 con las trompetas y al son del cuerno aclamad ante la faz del rey Adonai . 7 Brama el mar y cuanto encierra, el orbe y los que le habitan; 8 los ríos baten palmas, a una los montes gritan de alegría, 9 ante el rostro de Adonai, pues viene a juzgar a la tierra; él juzgará al orb e con justicia, y a los pueblos con equidad. Salmo 99 (98) 1 Reina Adonai, los pueblos tiemblan; se sienta en querubines, la tierra s e estremece; 2 grande es Adonai en Sión.Excelso sobre los pueblos todos; 3 loen tu nombre grande y venerable: santo es él. 4 Poderoso rey que el juicio ama, tú has fundado el derecho, juicio y justic ia tú ejerces en Jacob. 5 Exaltad a Adonai nuestro Di-s, postraos ante el estrado de sus pies: san to es él. 6 Moisés y Aarón entre sus sacerdotes,Samuel entre aquellos que su nombre invo caban, invocaban a Adonai y él les respondía. 7 En la columna de nube les hablaba, ellos guardaban sus dictámenes, la ley que él les dio. 8 Adonai, Di-s nuestro, tú les respondías,Di-s paciente eras para ellos, aunqu e vengabas sus delitos. 9 Exaltad a Adonai nuestro Di-s, postraos ante su monte santo: santo es Ad onai, nuestro Di-s.

Salmo 100 (99) (1) = Salmo. Para la acción de gracias. = 1 ¡Aclamad a Adonai, toda la tierra, 2 servid a Adonai con alegría, llegaos ante él entre gritos de júbilo! 3 Sabed que Adonai es Di-s, él nos ha hecho y suyos somos, su pueblo y el re baño de su pasto. 4 ¡Entrad en sus pórticos con acciones de gracias, con alabanzas en sus atrios , dadle gracias, bendecid su nombre! 5 Porque es bueno Adonai, para siempre su amor, por todas las edades su le altad. Salmo 101 (100) (1) = De David. Salmo. = 1 Quiero cantar el amor y la justicia, para ti, Adonai, salmodiaré; 2 cursaré el camino de la perfección: ¿cuándo vendrás a mí?Procederé con corazón perfec dentro de mi casa; 3 no pondré delante de mis ojos cosa villana.Detesto la conducta de los extr aviados, no se me pegará; 4 el corazón perverso está lejos de mí, no conozco al malvado. 5 Al que infama a su prójimo en secreto, a ése le aniquilo; ojo altanero y cor azón hinchado no los soporto. 6 Mis ojos, en los fieles de la tierra, por que vivan conmigo; el que anda por el camino de la perfección será mi servidor. 7 No mora dentro de mi casa el agente de engaño; el que dice mentiras no per siste delante de mis ojos. 8 Cada mañana he de aniquilar a todos los impíos del país, para extirpar de la c iudad de Adonai a todos los agentes de mal. Salmo 102 (101) (1) = Oración del afligido que, en su angustia, derrama su llanto ante Adonai. = 1 (2) Adonai, escucha mi oración, llegue hasta ti mi grito; 2 (3) no ocultes lejos de mí tu rostro el día de mi angustia; tiende hacia mí tu oído, ¡el día en que te invoco, presto, respóndeme! 3 (4) Pues mis días en humo se disipan, mis huesos arden lo mismo que un brasero; 4 (5) trillado como el heno, mi corazón se seca, y me olvido de comer mi pan; 5 (6)

ante la voz de mis sollozos, mi piel a mis huesos se ha pegado. 6 (7) Me parezco al búho del yermo, igual que la lechuza de las ruinas; 7 (8) insomne estoy y gimo cual solitario pájaro en tejado; 8 (9) me insultan todo el día mis enemigos, los que me alababan maldicen por mi nombre. 9 (10) El pan que como es la ceniza, mi bebida mezclo con mis lágrimas, 10 (11) ante tu cólera y tu enojo, pues tú me alzaste y después me has tirado:

11 (12) mis días son como la sombra que declina, y yo me seco como el heno. 12 (13) Mas tú, Adonai, permaneces para siempre, y tu memoria de edad en e dad. 13 (14) Tú te alzarás, compadecido de Sión, pues es ya tiempo de apiadarte de ella, ha llegado la hora; 14 (15) que están tus siervos encariñados de sus piedras y se compadecen de sus ruinas. 15 (16) Y temerán las naciones el nombre de Adonai, y todos los reyes de l a tierra tu gloria; 16 (17) cuando Adonai reconstruya a Sión, y aparezca en su gloria, 17 (18) volverá su rostro a la oración del despojado, su oración no despreciará. 18 (19) Se escribirá esto para la edad futura, y en pueblo renovado alabará

a Adonai: 19 (20) que se ha inclinado Adonai desde su altura santa, desde los ciel os ha mirado a la tierra, 20 (21) para oír el suspiro del cautivo, para librar a los hijos de la mue rte. 21 (22) Para pregonar en Sión el nombre de Adonai, y su alabanza en Yerush alaim, 22 (23) cuando a una se congreguen los pueblos, y los reinos para servir a Adona i. 23 (24) El ha enervado mi fuerza en el camino, ha abreviado mis días. 24 (25) Digo: ¡Di-s mío, en la mitad de mis días no me lleves! ¡De edad en edad duran tus años! 25 (26) Desde antiguo, fundaste tú la tierra, y los cielos son la obra de tus manos; 26 (27) ellos perecen, mas tú quedas, todos ellos como la ropa se desgasta n, como un vestido los mudas tú, y se mudan. 27 (28) Pero tú siempre el mismo, no tienen fin tus años. 28 (29) Los hijos de tus siervos tendrán una morada, y su estirpe ante ti subsisti rá. Salmo 103 (102) (1) = De David. = 1 Bendice a Adonai, alma mía, del fondo de mi ser, su santo nombre, 2 bendice a Adonai, alma mía, no olvides sus muchos beneficios. 3 El, que todas tus culpas perdona, que cura todas tus dolencias, 4 rescata tu vida de la fosa, te corona de amor y de ternura, 5 satura de bienes tu existencia, mientras tu juventud se renueva como el ág uila. 6 Adonai, el que hace obras de justicia, y otorga el derecho a todos los o primidos, 7 manifestó sus caminos a Moisés, a los hijos de Israel sus hazañas. 8 Clemente y compasivo es Adonai, tardo a la cólera y lleno de amor; 9 no se querella eternamente ni para siempre guarda su rencor; 10 no nos trata según nuestros pecados ni nos paga conforme a nuestras culpas . 11 Como se alzan los cielos por encima de la tierra, así de grande es su amor para quienes le temen; 12 tan lejos como está el oriente del ocaso aleja él de nosotros nuestras rebel días. 13 Cual la ternura de un padre para con sus hijos, así de tierno es Adonai pa ra quienes le temen; 14 que él sabe de qué estamos plasmados, se acuerda de que somos polvo. 15 ¡El hombre! Como la hierba son sus días, como la flor del campo, así florece; 16 pasa por él un soplo, y ya no existe, ni el lugar donde estuvo vuelve a co nocerle. 17 Mas el amor de Adonai desde siempre hasta siempre para los que le temen, y su justicia para los hijos de sus hijos, 18 para aquellos que guardan su alianza, y se acuerdan de cumplir sus manda tos. 19 Adonai en los cielos asentó su trono, y su soberanía en todo señorea. 20 Bendecid a Adonai, ángeles suyos, héroes potentes, ejecutores de sus órdenes, en cuanto oís la voz de su palabra. 21 Bendecid a Adonai, todas sus huestes, servidores suyos, ejecutores de su voluntad. 22 Bendecid a Adonai, todas sus obras, en todos los lugares de su imperio. ¡B endice a Adonai, alma mía! Salmo 104 (103) 1 ¡Alma mía, bendice a Adonai! ¡Adonai, Di-s mío, qué grande eres!Vestido de esplend

or y majestad, 2 arropado de luz como de un manto, tú despliegas los cielos lo mismo que un a tienda, 3 levantas sobre las aguas tus altas moradas; haciendo de las nubes carro tuyo, sobre las alas del viento te deslizas; 4 tomas por mensajeros a los vientos, a las llamas del fuego por ministros . 5 Sobre sus bases asentaste la tierra, inconmovible para siempre jamás. 6 Del océano, cual vestido, la cubriste, sobre los montes persistían las aguas ; 7 al increparlas tú, emprenden la huida, se precipitan al oír tu trueno, 8 y saltan por los montes, descienden por los valles, hasta el lugar que tú les asignaste; 9 un término les pones que no crucen, por que no vuelvan a cubrir la tierra. 10 Haces manar las fuentes en los valles, entre los montes se deslizan; 11 a todas las bestias de los campos abrevan, en ellas su sed apagan los on agros; 12 sobre ellas habitan las aves de los cielos, dejan oír su voz entre la fron da. 13 De tus altas moradas abrevas las montañas, del fruto de tus obras se satur a la tierra; 14 la hierba haces brotar para el ganado, y las plantas para el uso del hom bre, para que saque de la tierra el pan, 15 y el vino que recrea el corazón del hombre, para que lustre su rostro con aceite y el pan conforte el corazón del hombre. 16 Se empapan bien los árboles de Adonai, los cedros del Líbano que él plantó; 17 allí ponen los pájaros su nido, su casa en su copa la cigüeña; 18 los altos montes, para los rebecos, para los damanes, el cobijo de las r ocas. 19 Hizo la luna para marcar los tiempos, conoce el sol su ocaso; 20 mandas tú las tinieblas, y es la noche, en ella rebullen todos los animale s de la selva, 21 los leoncillos rugen por la presa, y su alimento a Di-s reclaman. 22 Cuando el sol sale, se recogen, y van a echarse a sus guaridas; 23 el hombre sale a su trabajo, para hacer su faena hasta la tarde. 24 ¡Cuán numerosas tus obras, Adonai!Todas las has hecho con sabiduría, de tus cr iaturas está llena la tierra. 25 Ahí está el mar, grande y de amplios brazos, y en él el hervidero innumerable de animales, grandes y pequeños; 26 por allí circulan los navíos, y Leviatán que tú formaste para jugar con él. 27 Todos ellos de ti están esperando que les des a su tiempo su alimento; 28 tú se lo das y ellos lo toman, abres tu mano y se sacian de bienes. 29 Escondes tu rostro y se anonadan, les retiras su soplo, y expiran y a su polvo retornan. 30 Envías tu soplo y son creados, y renuevas la faz de la tierra. 31 ¡Sea por siempre la gloria de Adonai, en sus obras Adonai se regocije! 32 El que mira a la tierra y ella tiembla, toca los montes y echan humo. 33 A Adonai mientras viva he de cantar, mientras exista salmodiaré para mi Di -s. 34 ¡Oh, que mi poema le complazca!Yo en Adonai tengo mi gozo. 35 ¡Que se acaben los pecadores en la tierra, y ya no más existan los impíos! ¡Bend ice a Adonai, alma mía! Salmo 105 (104) ¡Aleluya! 1 ¡Dad gracias a Adonai, aclamad su nombre, divulgad entre los pueblos sus h azañas! 2 ¡Cantadle, salmodiad para él, sus maravillas todas recitad; 3 gloriaos en su santo nombre, se alegre el corazón de los que buscan a Adon

ai! 4 ¡Buscad a Adonai y su fuerza, id tras su rostro sin descanso, 5 recordad las maravillas que él ha hecho, sus prodigios y los juicios de su boca! 6 Raza de Abraham, su servidor, hijos de Jacob, su elegido: 7 8 ciones, 9 10 11 12

él, Adonai, es nuestro Di-s, por toda la tierra sus juicios. El se acuerda por siempre de su alianza, palabra que impuso a mil genera

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cuando iban de nación en nación, desde un reino a otro pueblo, 14 a nadie permitió oprimirles, por ellos castigó a los reyes: "Guardaos de tocar a mis ungidos, ni mal alguno hagáis a mis profetas." Llamó al hambre sobre aquel país, todo bastón de pan rompió; delante de ellos envió a un hombre,José, vendido como esclavo. Sus pies vejaron con grilletes, por su cuello pasaron las cadenas, hasta que se cumplió su predicción, y le acreditó la palabra de Adonai. El rey mandó a soltarle, el soberano de pueblos, a dejarle libre; le erigió señor sobre su casa, y de toda su hacienda soberano, para instruir a su gusto a sus magnates, y a sus ancianos hacer sabios. Entonces Israel entró en Egipto,Jacob residió en el país de Cam. El aumentó a su pueblo en gran manera, le hizo más fuerte que sus adversario

lo que pactó con Abraham, el juramento que hizo a Isaac, y que puso a Jacob como precepto, a Israel como alianza eterna, diciendo: "Yo te daré la tierra de Canaán por parte de vuestra herencia". Aunque ellos eran poco numerosos, gente de paso y forasteros allí,

15 16 17 18 19 20 21 22 23 24 s; 25 cambió el corazón de éstos para que odiasen a su pueblo y a sus siervos pusier an asechanzas. 26 Luego envió a Moisés su servidor, y Aarón, su escogido, 27 que hicieron entre ellos sus señales anunciadas, prodigios en el país de Cam . 28 Mandó tinieblas y tinieblas hubo, mas ellos desafiaron sus palabras. 29 Trocó en sangre sus aguas y a sus peces dio muerte. 30 Pululó de ranas su país, hasta en las moradas de sus reyes; 31 mandó él, y vinieron los mosquitos, los cínifes por toda su comarca. 32 Les dio por lluvia el granizo, llamas de fuego en su país; 33 hirió sus viñedos, sus higueras, y los árboles quebró de su comarca. 34 Dio la orden, y llegó la langosta, y el pulgón en número incontable; 35 comieron toda hierba en su país, comieron el fruto de su suelo. 36 E hirió en su país a todo primogénito, las primicias de todo su vigor; 37 y a ellos los sacó con plata y oro, ni uno solo flaqueó de entre sus tribus. 38 Egipto se alegró de su salida, pues era presa del terror. 39 El desplegó una nube por cubierta, y un fuego para alumbrar de noche. 40 Pidieron, y trajo codornices, de pan de los cielos los hartó; 41 abrió la roca, y brotaron las aguas, como río corrieron por los sequedales. 42 Recordando su palabra sagrada dada a Abraham su servidor, 43 sacó a su pueblo en alborozo, a sus elegidos entre gritos de júbilo. 44 Y las tierras les dio de las naciones, el trabajo de las gentes heredaro n, 45 a fin de que guarden sus preceptos y sus leyes observen. Salmo 106 (105) 1 ¡Aleluya! ¡Dad gracias a Adonai, porque es bueno, porque es eterno su amor! 2 ¿Quién dirá las proezas de Adonai, hará oír toda su alabanza? 3 ¡Dichosos los que guardan el derecho, los que practican en todo tiempo la justicia! 4 ¡Acuérdate de mí, Adonai, por amor de tu pueblo; con tu salvación visítame, 5 que vea yo la dicha de tus elegidos, me alegre en la alegría de tu pueblo, con tu heredad me felicite!

6 Hemos pecado como nuestros padres, hemos faltado, nos hemos hecho impíos; 7 nuestros padres, en Egipto, no comprendieron tus prodigios.No se acordar on de tu inmenso amor, se rebelaron contra el Altísimo junto al mar de Suf. 8 El los salvó por amor de su nombre, para dar a conocer su poderío. 9 Increpó al mar de Suf y éste se secó, los llevó por los abismos como por un desi erto, 10 los salvó de la mano del que odiaba, de la mano del enemigo los libró. 11 El agua cubrió a sus adversarios, ni uno solo quedó. 12 Entonces ellos tuvieron fe en sus palabras y sus laudes cantaron. 13 Mas pronto se olvidaron de sus obras, no tuvieron en cuenta su consejo; 14 en el desierto ardían de avidez, a Di-s tentaban en la estepa. 15 El les concedió lo que pedían, mandó fiebre a sus almas. 16 Y en el campamento, de Moisés tuvieron celos, de Aarón, el santo de Adonai. 17 Se abre la tierra, traga a Datán, y cubre a la cuadrilla de Abirón; 18 un fuego se enciende contra su cuadrilla, una llama abrasa a los impíos 19 En Horeb se fabricaron un becerro, se postraron ante un metal fundido, 20 y cambiaron su gloria por la imagen de un buey que come heno. 21 Olvidaban a Di-s que les salvaba, al autor de cosas grandes en Egipto, 22 de prodigios en el país de Cam, de portentos en el mar de Suf. 23 Hablaba ya de exterminarlos, si no es porque Moisés, su elegido, se mantuv o en la brecha en su presencia, para apartar su furor de destruirlos. 24 Una tierra de delicias desdeñaron, en su palabra no tuvieron fe; 25 murmuraron dentro de sus tiendas, no escucharon la voz de Adonai. 26 Y él, mano en alto, les juró hacerles caer en el desierto, 27 desperdigar su raza entre las naciones, y dispersarlos por los países. 28 Luego se vincularon a Baal Peor y comieron sacrificios de muertos. 29 Así le irritaron con sus obras, y una plaga descargó sobre ellos. 30 Entonces surgió Pinjás, zanjó, y la plaga se detuvo; 31 esto se le contó como justicia de edad en edad, para siempre. 32 En las aguas de Meribá le enojaron, y mal le fue a Moisés por culpa de ellos , 33 pues le amargaron el espíritu, y habló a la ligera con sus labios. 34 35

No exterminaron a los pueblos que Adonai les había señalado, sino que se mezclaron con las gentes, aprendieron sus prácticas. 36 Sirvieron a sus ídolos que fueron un lazo para ellos; 37 sacrificaban sus hijos y sus hijas a demonios. 38 Sangre inocente derramaban, la sangre de sus hijos y sus hijas, que inmo laban a los ídolos de Canaán, y fue el país profanado de sangre. 39 Así se manchaban con sus obras, y se prostituían con sus prácticas. 40 Entonces se inflamó la cólera de Adonai contra su pueblo, y abominó de su here dad. 41 Los entregó en mano de las gentes, y los dominaron los que los odiaban; 42 sus enemigos los tiranizaron, bajo su mano quedaron humillados. 43 Muchas veces los libró aunque ellos, en su propósito obstinados, se hundían en su culpa; 44 y los miró cuando estaban en apuros, escuchando su clamor. 45 Se acordó en favor de ellos de su alianza, se enterneció según su inmenso amor ; 46 hizo que de ellos se apiadaran aquellos que cautivos los tenían. 47 ¡Sálvanos, Adonai, Di-s nuestro, reúnenos de entre las naciones, para dar grac ias a tu nombre santo, y gloriarnos en tu alabanza! 48 ¡Bendito sea Adonai, Di-s de Israel, por eternidad de eternidades!Y el pue blo todo diga: ¡Amén! Salmo 107 (106) ¡Aleluya! 1 Dad gracias a Adonai, porque es bueno, porque es eterno su amor.

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Que lo digan los redimidos de Adonai, los que él ha redimido del poder del adversario, 3 los que ha reunido de entre los países, de oriente y de poniente, del nort e y mediodía. 4 En el desierto erraban, por la estepa, no encontraban camino de ciudad h abitada; 5 hambrientos, y sedientos, desfallecía en ellos su alma. 6 Y hacia Adonai gritaron en su apuro, y él los libró de sus angustias, 7 les condujo por camino recto, hasta llegar a ciudad habitada. 8 ¡Den gracias a Adonai por su amor, por sus prodigios con los hijos de Adán! 9 Porque él sació el alma anhelante, el alma hambrienta saturó de bienes. 10 Habitantes de tiniebla y sombra, cautivos de la miseria y de los hierros , 11 por haber sido rebeldes a las órdenes de Di-s y haber despreciado el conse jo del Altísimo, 12 él sometió su corazón a la fatiga, sucumbían, y no había quien socorriera. 13 Y hacia Adonai gritaron en su apuro, y él los salvó de sus angustias, 14 los sacó de la tiniebla y de la sombra, y rompió sus cadenas. 15 ¡Den gracias a Adonai por su amor, por sus prodigios con los hijos de Adán! 16 Pues las puertas de bronce quebrantó, y los barrotes de hierro hizo pedazo s. 17 Embotados de resultas de sus yerros, miserables a causa de sus culpas, 18 todo manjar les daba náusea, tocaban ya a las puertas de la muerte. 19 Y hacia Adonai gritaron en su apuro, y él los salvó de sus angustias; 20 su palabra envió para sanarlos y arrancar sus vidas de la fosa. 21 ¡Den gracias a Adonai por su amor, por sus prodigios con los hijos de Adán! 22 Ofrezcan sacrificios de acción de gracias, y sus obras pregonen con gritos de alegría. 23 Los que a la mar se hicieron en sus naves, llevando su negocio por las m uchas aguas, 24 vieron las obras de Adonai, sus maravillas en el piélago. 25 Dijo, y suscitó un viento de borrasca, que entumeció las olas; 26 subiendo hasta los cielos, bajando hasta el abismo, bajo el peso del mal su alma se hundía; 27 dando vuelcos, vacilando como un ebrio, tragada estaba toda su pericia. 28 Y hacia Adonai gritaron en su apuro, y él los sacó de sus angustias; 29 a silencio redujo la borrasca, y las olas callaron. 30 Se alegraron de verlas amansarse, y él los llevó hasta el puerto deseado. 31 ¡Den gracias a Adonai por su amor, por sus prodigios con los hijos de Adán! 32 ¡Ensálcenle en la asamblea del pueblo, en el concejo de los ancianos le cele bren! 33 El cambia los ríos en desierto, y en suelo de sed los manantiales, 34 la tierra fértil en salinas, por la malicia de sus habitantes. 35 Y él cambia el desierto en un estanque, y la árida tierra en manantial. 36 Allí asienta a los hambrientos, y ellos fundan una ciudad habitada. 37 Y siembran campos, plantan viñas, que producen sus frutos de cosecha. 38 El los bendice y crecen mucho y no deja que mengüen sus ganados. 39 Menguados estaban, y abatidos por la tenaza del mal y la aflicción. 40 El que vierte desprecio sobre príncipes, los hacía errar por caos sin camino . 41 Mas él recobra de la miseria al pobre, aumenta como un rebaño las familias; 42 los hombres rectos lo ven y se recrean, y toda iniquidad cierra su boca. 43 ¿Hay algún sabio? ¡Que guarde estas cosas, y comprenda el amor de Adonai! Salmo 108 (107) (1) = Cántico. Salmo. De David. = 1 (2) A punto está mi corazón, oh Di-s, - voy a cantar, voy a salmodiar - ¡a nda, gloria mía! 2 (3) ¡despertad, arpa y cítara! ¡a la aurora he de despertar!

, nubes. a!

3 (4)

Te alabaré entre los pueblos, Adonai, te salmodiaré entre las gentes

4 (5)

porque tu amor es grande hasta los cielos, tu lealtad hasta las

5 (6)

¡Alzate, oh Di-s, sobre los cielos, sobre toda la tierra, tu glori

6 (7)

Para que tus amados salgan libres, ¡salva con tu diestra, respóndenos! 7 (8) Ha hablado Di-s en su santuario: "Ya exulto, voy a repartir a Si quem, a medir el valle de Sukkot. 8 (9) "Mío es Galaad, mío Manasés,Efraím, yelmo de mi cabeza,Judá mi cetro. 9 (10) "Moab, la vasija en que me lavo.Sobre Edom tiro mi sandalia, cont ra Filistea lanzo el grito de guerra." 10 (11) ¿Quién me conducirá hasta la plaza fuerte, quién me guiará hasta Edom? 11 (12) ¿No eres tú, oh Di-s, que nos has rechazado y ya no sales, oh Di-s, con nues tras tropas? 12 (13) ¡Danos ayuda contra el adversario, que es vano el socorro del homb re! 13 (14) ¡Con Di-s hemos de hacer proezas, y él hollará a nuestros adversarios! Salmo 109 (108) (1) = Del maestro de coro. De David. Salmo. = 1 ¡Oh Di-s de mi ala banza, no te quedes mudo! 2 Boca de impío, boca de engaño, se abren contra mí.Me hablan con lengua de ment ira, 3 con palabras de odio me envuelven, me atacan sin razón. 4 En pago de mi amor, se me acusa, y yo soy sólo oración; 5 se me devuelve mal por bien y odio por mi amor: 6 "¡Suscita a un impío contra él, y que un fiscal esté a su diestra; 7 que en el juicio resulte culpable, y su oración sea tenida por pecado! 8 "¡Sean pocos sus días, que otro ocupe su cargo; 9 queden sus hijos huérfanos y viuda su mujer! 10 "¡Anden sus hijos errantes, mendigando, y sean expulsados de sus ruinas; 11 el acreedor le atrape todo lo que tiene, y saqueen su fruto los extraños! 12 "¡Ni uno solo tenga con él amor, nadie se compadezca de sus huérfanos, 13 sea dada al exterminio su posteridad, en una generación sea borrado su nom bre! 14 "¡Sea ante Adonai recordada la culpa de sus padres, el pecado de su madre no se borre; 15 estén ante Adonai constantemente, y él cercene de la tierra su memoria!" 16 Porque él no se acordó de actuar con amor: persiguió al pobre, al desdichado, y al de abatido corazón para matarle; 17 amó la maldición: sobre él recaiga, no quiso bendición: que de él se aleje. 18 Se vistió de maldición como de un manto: ¡que penetre en su seno como agua, ig ual que aceite dentro de sus huesos! 19 ¡Séale cual vestido que le cubra, como cinto que la ciña siempre! 20 ¡Tal sea de parte de Adonai la paga de mis acusadores, de los que dicen ma l contra mi alma! 21 ¡Y tú, Señor Adonai, actúa por mí en gracia de tu nombre, porque tu amor es bueno, líbrame!, 22 Porque soy pobre y desdichado, y tengo dentro herido el corazón; 23 cual sombra que declina me voy yendo, me han sacudido igual que a la lan gosta. 24 Por tanto ayuno se doblan mis rodillas, falta de aceite mi carne ha enfl aquecido; 25 me he hecho el insulto de ellos, me ven y menean su cabeza. 26 ¡Ayúdame, Adonai, Di-s mío, sálvame por tu amor! 27 ¡Sepan ellos que tu mano es ésta, que tú, Adonai, lo has hecho! 28 ¡Maldigan ellos, pero tú bendice, los que me atacan sean confundidos y tu si

ervo se 29 rgüenza 30 31 !

alegre! ¡Los que me acusan queden vestidos de ignominia, como en un manto en su ve envueltos! ¡Copiosas gracias a Adonai en mi boca, entre la multitud le alabaré: porque él se pone a la diestra del pobre para salvar su alma de sus jueces

Salmo 110 (109) (1) = De David. Salmo. = 1 Oráculo de Adonai a mi Señor: Siéntate a mi diestra, hasta que yo haga de tus enemigos el estrado de tus pies. 2 El cetro de tu poder lo extenderá Adonai desde Sión: ¡domina en medio de tus e nemigos! 3 Para ti el principado el día de tu nacimiento, en esplendor sagrado desde el seno, desde la aurora de tu juventud. 4 Lo ha jurado Adonai y no ha de retractarse: "Tú eres por siempre sacerdote , según el orden de Melquisedec." 5 A tu diestra, Señor, él quebranta a los reyes el día de su cólera; 6 sentencia a las naciones, amontona cadáveres, cabezas quebranta sobre la a ncha tierra. 7 En el camino bebe del torrente, por eso levanta la cabeza. Salmo 111 (110) 1 ¡Aleluya! = Alef. = Doy gracias a Adonai de todo corazón, = Bet. = en el con sejo de los justos y en la comunidad. 2 = Guímel. = Grandes son las obras de Adonai, = Dálet. = meditadas por los qu e en ellas se complacen. 3 = He. = Esplendor y majestad su obra, = Vau. = su justicia por siempre p ermanece. 4 = Zain. = De sus maravillas ha dejado un memorial. = Jet. = ¡Clemente y co mpasivo Adonai! 5 = Tet. = Ha dado alimento a quienes le temen, = Yod. = se acuerda por si empre de su alianza. 6 = Kaf. = Ha revelado a su pueblo el poder de sus obras, = Lámed. = dándole l a heredad de las naciones. 7 = Mem. = Verdad y justicia, las obras de sus manos, = Nun. = leales toda s sus ordenanzas, 8 = Sámek. = afirmadas para siempre jamás, = Ain. = ejecutadas con verdad y re ctitud. 9 = Pe. = Ha enviado redención a su pueblo, = Sade. = ha fijado para siempre su alianza; = Qof. = santo y temible es su nombre. 10 = Res. = Principio del saber, el temor de Adonai; = Sin. = muy cuerdos t odos los que lo practican. = Tau. = Su alabanza por siempre permanece. Salmo 112 (111) 1 ¡Aleluya! = Alef. = ¡Dichoso el hombre que teme a Adonai, = Bet. = que en su s mandamientos mucho se complace! 2 = Guímel. = Fuerte será en la tierra su estirpe, = Dálet. = bendita la raza de los hombres rectos. 3 = He. = Hacienda y riquezas en su casa, = Vau. = su justicia por siempre permanece. 4 = Zain = En las tinieblas brilla, como luz de los rectos, = Jet. = tiern o, clemente y justo. 5 = Tet. = Feliz el hombre que se apiada y presta, = Yod. = y arregla rect amente sus asuntos. 6 = Kaf. = No, no será conmovido jamás, = Lámed. = en memoria eterna permanece e l justo; 7 = Mem. = no tiene que temer noticias malas, = Nun. = firme es su corazón, en Adonai confiado. 8 = Sámek. = Seguro está su corazón, no teme: = Ain. = al fin desafiará a sus adve rsarios.

9 = Pe. = Con largueza da a los pobres; = Sade. = su justicia por siempre permanece, = Qof. = su frente se levanta con honor. 10 = Res. = Lo ve el impío y se enfurece, = Sin. = rechinando sus dientes, se consume. = Tau. = El afán de los impíos se pierde. Salmo 113 (112) (1) ¡Aleluya! 1 ¡Alabad, servidores de Adonai, alabad el nombre de Adonai! 2 ¡Bendito sea el nombre de Adonai, desde ahora y por siempre! 3 ¡De la salida del sol hasta su ocaso, sea loado el nombre de Adonai! 4 ¡Excelso sobre todas las naciones Adonai, por encima de los cielos su glor ia! 5 ¿Quién como Adonai, nuestro Di-s, que se sienta en las alturas, 6 y se abaja para ver los cielos y la tierra? 7 El levanta del polvo al desvalido, del estiércol hace subir al pobre, 8 para sentarle con los príncipes, con los príncipes de su pueblo. 9 El asienta a la estéril en su casa, madre de hijos jubilosa. Salmo 114 (113 A) ¡Aleluya! 1 Cuando Israel salió de Egipto, la casa de Jacob de un pueblo bárbaro, 2 se hizo Judá su santuario,Israel su dominio. 3 Lo vio la mar y huyó, retrocedió el Jordán, 4 los montes brincaron lo mismo que carneros, las colinas como corderillos . 5 Mar, ¿qué es lo que tienes para huir, y tú, Jordán, para retroceder, 6 montes, para saltar como carneros, colinas, como corderillos? 7 ¡Tiembla, tierra, ante la faz del Dueño, ante la faz del Di-s de Jacob, 8 aquel que cambia la peña en un estanque, y el pedernal en una fuente! Salmo 115 (113 B) 1 ¡No a nosotros, Adonai, no a nosotros, sino a tu nombre da la gloria, por tu amor, por tu verdad! 2 ¿Por qué han de decir las gentes: "¿Dónde está su Di-s?" 3 Nuestro Di-s está en los cielos, todo cuanto le place lo realiza. 4 Plata y oro son sus ídolos, obra de mano de hombre. 5 Tienen boca y no hablan, tienen ojos y no ven, 6 tienen oídos y no oyen, tienen nariz y no huelen. 7 Tienen manos y no palpan, tienen pies y no caminan, ni un solo susurro e n su garganta. 8 Como ellos serán los que los hacen, cuantos en ellos ponen su confianza. 9 Casa de Israel, confía en Adonai, él, su auxilio y su escudo; 10 casa de Aarón, confía en Adonai, él, su auxilio y su escudo; 11 los que teméis a Adonai, confiad en Adonai, él, su auxilio y su escudo. 12 Adonai se acuerda de nosotros, él bendecirá, bendecirá a la casa de Israel, be ndecirá a la casa de Aarón, 13

bendecirá a los que temen a Adonai, a pequeños y grandes. 14 ¡Adonai os acreciente a vosotros y a vuestros hijos! 15 ¡Benditos vosotros de Adonai, que ha hecho los cielos y la tierra! 16 Los cielos, son los cielos de Adonai, la tierra, se la ha dado a los hij os de Adán. 17 No alaban los muertos a Adonai, ni ninguno de los que bajan al Silencio; 18

mas nosotros, los vivos, a Adonai bendecimos, desde ahora y por siempre.

Salmo 116 (114-115) ¡Aleluya! 1 Yo amo, porque Adonai escucha mi voz suplicante;

2 porque hacia mí su oído inclina el día en que clamo. 3 Los lazos de la muerte me aferraban, me sorprendieron las redes del seol ; en angustia y tristeza me encontraba, 4 y el nombre de Adonai invoqué: ¡Ah, Adonai, salva mi alma! 5 Tierno es Adonai y justo, compasivo nuestro Di-s; 6 Adonai guarda a los pequeños, estaba yo postrado y me salvó. 7 Vuelve, alma mía, a tu reposo, porque Adonai te ha hecho bien. 8 Ha guardado mi alma de la muerte, mis ojos de las lágrimas, y mis pies de mal paso. 9 Caminaré en la presencia de Adonai por la tierra de los vivos. 10 ¡Tengo fe, aún cuando digo: "Muy desdichado soy"!, 11 yo que he dicho en mi consternación: "Todo hombre es mentiroso". 12 ¿Cómo a Adonai podré pagar todo el bien que me ha hecho? 13 La copa de salvación levantaré, e invocaré el nombre de Adonai. 14 Cumpliré mis votos a Adonai, ¡sí, en presencia de todo su pueblo! 15 Mucho cuesta a los ojos de Adonai la muerte de los que le aman. 16 ¡Ah, Adonai, yo soy tu siervo, tu siervo, el hijo de tu esclava, tú has solt ado mis cadenas! 17 Sacrificio te ofreceré de acción de gracias, e invocaré el nombre de Adonai. 18 Cumpliré mis votos a Adonai, sí, en presencia de todo su pueblo, 19 en los atrios de la Casa de Adonai, en medio de ti, Yerushalaim. Salmo 117 (116) ¡Aleluya! 1 ¡Alabad a Adonai, todas las naciones, celebradle, pueblos todos! 2 Porque es fuerte su amor hacia nosotros, la verdad de Adonai dura por si empre. Salmo 118 (117) ¡Aleluya! 1 ¡Dad gracias a Adonai, porque es bueno, porque es eterno su amor! 2 ¡Diga la casa de Israel: que es eterno su amor! 3 ¡Diga la casa de Aarón: que es eterno su amor! 4 ¡Digan los que temen a Adonai: que es eterno su amor! 5 En mi angustia hacia Adonai grité, él me respondió y me dio respiro; 6 Adonai está por mí, no tengo miedo, ¿qué puede hacerme el hombre? 7 Adonai está por mí, entre los que me ayudan, y yo desafío a los que me odian. 8

Mejor es refugiarse en Adonai que confiar en hombre; 9 mejor es refugiarse en Adonai que confiar en magnates. 10 Me rodeaban todos los gentiles: en el nombre de Adonai los cercené; 11 me rodeaban, me asediaban: en el nombre de Adonai los cercené. 12 Me rodeaban como avispas, llameaban como fuego de zarzas: en el nombre d e Adonai los cercené. 13 Se me empujó, se me empujó para abatirme, pero Adonai vino en mi ayuda; 14 mi fuerza y mi cántico es Adonai, él ha sido para mí la salvación. 15 Clamor de júbilo y salvación, en las tiendas de los justos: "¡La diestra de Ad onai hace proezas, 16 excelsa la diestra de Adonai, la diestra de Adonai hace proezas!" 17 No, no he de morir, que viviré, y contaré las obras de Adonai; 18 me castigó, me castigó Adonai, pero a la muerte no me entregó. 19 ¡Abridme las puertas de justicia, entraré por ellas, daré gracias a Adonai! 20 21 22 rtido; 23

Aquí está la puerta de Adonai, por ella entran los justos. Gracias te doy, porque me has respondido, y has sido para mí la salvación. La piedra que los constructores desecharon en piedra angular se ha conve esta ha sido la obra de Adonai, una maravilla a nuestros ojos.

24 ¡Este es el día que Adonai ha hecho, exultemos y gocémonos en él! 25 ¡Ah, Adonai, da la salvación! ¡Ah, Adonai, da el éxito! 26 ¡Bendito el que viene en el nombre de Adonai!Desde la Casa de Adonai os be ndecimos. 27 Adonai es Di-s, él nos ilumina. ¡Cerrad la procesión, ramos en mano, hasta los cuernos del altar! 28 Tú eres mi Di-s, yo te doy gracias,Di-s mío, yo te exalto. 29 ¡Dad gracias a Adonai, porque es bueno, porque es eterno su amor! Salmo 119 (118) 1 = Alef = Dichosos los que van por camino perfecto, los que proceden en l a ley de Adonai. 2 Dichosos los que guardan sus dictámenes, los que le buscan de todo corazón, 3 y los que, sin cometer iniquidad, andan por sus caminos. 4 Tú tus ordenanzas promulgaste, para que sean guardadas cabalmente. 5 ¡Ojalá mis caminos se aseguren para observar tus preceptos! 6 Entonces no tendré vergüenza alguna al mirar a todos tus mandamientos. 7 Con rectitud de corazón te daré gracias, al aprender tus justos juicios. 8 Tus preceptos, los observaré, no me abandones tú del todo. 9 = Bet. = ¿Cómo el joven guardará puro su camino?Observando tu palabra. 10 De todo corazón ando buscándote, no me desvíes de tus mandamientos. 11 Dentro del corazón he guardado tu promesa, para no pecar contra ti. 12 Bendito tú, Adonai, enséñame tus preceptos. 13 14 17 18 19 20 21 s. 22 23 ceptos. 24 25

Con mis labios he contado todos los juicios de tu boca. En el camino de tus dictámenes me recreo más que en toda riqueza. 15 En tus ordenanzas quiero meditar y mirar a tus caminos. 16 En tus preceptos tengo mis delicias, no olvido tu palabra. = Guímel. = Haz merced a tu siervo y viviré. y guardaré tu palabra. Abre mis ojos para que contemple las maravillas de tu ley. Un forastero soy sobre la tierra, tus mandamientos no me ocultes. Mi alma se consume deseando tus juicios en todo tiempo. Tú increpas a los soberbios, los malditos, que se desvían de tus mandamiento Echa lejos de mí oprobio y menosprecio, porque he guardado tus dictámenes. Aunque los príncipes hablen en sesión contra mí, tu servidor medita en tus pre Tus dictámenes hacen mis delicias, mis consejeros, tus preceptos. = Dálet. = Mi alma está pegada al polvo, hazme vivir conforme a tu palabra.

26 Mis caminos expuse, y tú me respondiste, enséñame tus preceptos. 27 Hazme entender el camino de tus ordenanzas, y meditaré en tus maravillas. 28 Se va en lágrimas mi alma por el tedio, sosténme conforme a tu palabra. 29 Aléjame del camino de mentira, y dame la gracia de tu ley, 30 He escogido el camino de la lealtad, a tus juicios me conformo. 31 A tus dictámenes me mantengo adherido, no me confundas, tú, Adonai. 32 Corro por el camino de tus mandamientos, pues tú mi corazón dilatas. 33 = He. = Enséñame, Adonai, el camino de tus preceptos, yo lo quiero guardar e n recompensa. 34 Hazme entender, para guardar tu ley y observarla de todo corazón. 35 Llévame por la senda de tus mandamientos porque mi complacencia tengo en e lla. 36 Inclina mi corazón hacia tus dictámenes, y no a ganancia injusta. 37 Aparta mis ojos de mirar vanidades, por tu palabra vivifícame. 38 39 40 41

Mantén a tu siervo tu promesa, que conduce a tu temor. Aparta de mí el oprobio que me espanta, pues son buenos tus juicios. Mira que deseo tus ordenanzas, hazme vivir por tu justicia. = Vau. = ¡Llegue hasta mí tu amor, Adonai, tu salvación, conforme a tu promesa

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Y daré respuesta al que me insulta, porque confío en tu palabra. No quites de mi boca la palabra de verdad, porque espero en tus juicios.

44 Yo observaré sin descanso tu ley para siempre jamás. 45 Y andaré por camino anchuroso, porque tus ordenanzas voy buscando. 46 De tus dictámenes hablaré ante los reyes, y no tendré que avergonzarme. 47 Y me deleitaré en tus mandamientos, que amo mucho. 48 Tiendo mis manos hacia tus mandamientos, en tus preceptos medito. 49 = Zain. = Recuerda la palabra dada a tu servidor, de la que has hecho mi esperanza. 50 51 52 53 54 55

Este es mi consuelo en mi miseria: que tu promesa me da vida. Los soberbios me insultan hasta el colmo, yo no me aparto de tu ley. Me acuerdo de tus juicios de otro tiempo, oh Adonai, y me consuelo. Me arrebata el furor por los impíos que abandonan tu ley. Tus preceptos son cantares para mí en mi mansión de forastero. Me acuerdo por la noche de tu nombre, Adonai, quiero guardar tu ley.

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Esta es mi tarea: guardar tus ordenanzas. = Jet. = Mi porción, Adonai, he dicho, es guardar tus palabras. Con todo el corazón busco tu favor, tenme piedad conforme a tu promesa. He examinado mis caminos y quiero volver mis pies a tus dictámenes. 60 Me doy prisa y no me tardo en observar tus mandamientos. 61 Las redes de los impíos me aprisionan, yo no olvido tu ley. 62 Me levanto a medianoche a darte gracias por tus justos juicios.

63 64 65 ra. 66 67

Amigo soy de todos los que te temen y observan tus ordenanzas. De tu amor, Adonai, está la tierra llena, enséñame tus preceptos. = Tet. = Has sido generoso con tu siervo, oh Adonai, conforme a tu palab Cordura y sabiduría enséñame, pues tengo fe en tus mandamientos. Antes de ser humillado, me descarriaba, mas ahora observo tu promesa. 68 Tú, que eres bueno y bienhechor, enséñame tus preceptos.

69 Los soberbios me enredan con mentira, yo guardo tus ordenanzas de todo c orazón. 70 Como de grasa su corazón está embotado. mas yo en tu ley tengo mis delicias. 71 Un bien para mí ser humillado, para que aprenda tus preceptos. 72 Un bien para mí la ley de tu boca, más que miles de oro y plata. 73 = Yod. = Tus manos me han hecho y me han formado, hazme entender, y apre nderé tus mandamientos. 74 Los que te temen me ven con alegría, porque espero en tu palabra. 75 Yo sé, Adonai, que son justos tus juicios, que con lealtad me humillas tú. 76 Sea tu amor consuelo para mí, según tu promesa a tu servidor. 77 Me alcancen tus ternuras y viviré, porque tu ley es mi delicia. 78 Sean confundidos los soberbios que me afligen con mentira, yo en tus ord enanzas medito. 79 Vuélvanse hacia mí los que te temen, los que conocen tus dictámenes. 80 Sea mi corazón perfecto en tus preceptos, para que no sea confundido. 81 = Kaf. = En pos de tu salvación mi alma languidece, en tu palabra espero. 82 Languidecen mis ojos en pos de tu promesa diciendo: "¿Cuándo vas a consolarm e?" 83 Aun hecho igual que un pellejo que se ahúma, de tus preceptos no me olvido . 84 ¿Cuántos serán los días de tu siervo? ¿cuándo harás justicia de mis perseguidores? 85 Los soberbios han cavado fosas para mí en contra de tu ley. 86 Todos tus mandamientos son verdad, con mentira se me persigue, ¡ayúdame!

87 ndono. 88 89 90 91 a. 92

Poco falta para que me borren de la tierra, mas yo tus ordenanzas no aba

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Jamás olvidaré tus ordenanzas, por ellas tú me das la vida. 94 Tuyo soy, sálvame, pues tus ordenanzas voy buscando. Para perderme me acechan los impíos, yo estoy atento a tus dictámenes. De todo lo perfecto he visto el límite: ¡Qué inmenso es tu mandamiento! = Mem. = ¡Oh, cuánto amo tu ley!Todo el día es ella mi meditación. Más sabio me haces que mis enemigos por tu mandamiento, que por siempre es

Según tu amor dame la vida, y guardaré el dictamen de tu boca. = Lámed. = Para siempre, Adonai, tu palabra, firme está en los cielos. Por todas las edades tu verdad, tú fijaste la tierra, ella persiste. Por tus juicios subsiste todo hasta este día, pues toda cosa es sierva tuy Si tu ley no hubiera sido mi delicia, ya habría perecido en mi miseria.

95 96 97 98 mío. 99 Tengo más prudencia que todos mis maestros, porque mi meditación son tus dic támenes. 100 Poseo más cordura que los viejos, porque guardo tus ordenanzas. 101 Retraigo mis pasos de toda mala senda para guardar tu palabra. 102 De tus juicios no me aparto, porque me instruyes tú. 103 ¡Cuán dulce al paladar me es tu promesa, más que miel a mi boca! 104 Por tus ordenanzas cobro inteligencia, por eso odio toda senda de mentir a. 105 = Nun. = Para mis pies antorcha es tu palabra, luz para mi sendero. 106 He jurado, y he de mantenerlo, guardar tus justos juicios. 107 Humillado en exceso estoy, Adonai, dame la vida conforme a tu palabra. 108 Acepta los votos de mi boca, Adonai, y enséñame tus juicios. 109 Mi alma está en mis manos sin cesar, mas no olvido tu ley. 110 Me tienden un lazo los impíos, mas yo no me desvío de tus ordenanzas. 111 Tus dictámenes son mi herencia por siempre, ellos son la alegría de mi corazón . 112 Inclino mi corazón a practicar tus preceptos, recompensa por siempre. 113 = Sámek. = Aborrezco la doblez y amo tu ley. 114 Mi refugio y mi escudo eres tú, yo espero en tu palabra. 115 ¡Apartaos de mí, malvados, quiero guardar los mandamientos de mi Di-s! 116 Sosténme conforme a tu promesa, y viviré, no defraudes mi esperanza. 117 Sé tú mi apoyo, y seré salvo, y sin cesar tendré a la vista tus preceptos. 118 Tú deshaces a todos los que se desvían de tus preceptos, mentira es su astuc ia. 119 Tienes por escoria a todos los impíos de la tierra, por eso amo yo tus dic támenes. 120 Por tu terror tiembla mi carne, de tus juicios tengo miedo. 121 = Ain. = Juicio y justicia he practicado, a mis opresores no me entregue s. 122 Sé fiador de tu siervo para el bien, no me opriman los soberbios. 123 En pos de tu salvación languidecen mis ojos, tras tu promesa de justicia. 124 Según tu amor trata a tu siervo, enséñame tus preceptos. 125 Yo soy tu servidor, hazme entender, y aprenderé tus dictámenes. 126 Ya es hora de actuar, Adonai, se ha violado tu ley. 127 Por eso amo yo tus mandamientos más que el oro, más que el oro fino. 128 Por eso me guío por todas tus ordenanzas y odio toda senda de mentira. 129 = Pe. = Maravillas son tus dictámenes, por eso mi alma los guarda. 130 Al abrirse, tus palabras iluminan dando inteligencia a los sencillos. 131 Abro mi boca franca, y hondo aspiro, que estoy ansioso de tus mandamient os. 132 Vuélvete a mí y tenme piedad, como es justo para los que aman tu nombre. 133 Mis pasos asegura en tu promesa, que no me domine ningún mal. 134 Rescátame de la opresión del hombre, y tus ordenanzas guardaré.

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Haz que brille tu faz para tu siervo, y enséñame tus preceptos. Mis ojos destilan ríos de lágrimas, porque tu ley no se guarda. 137 = Sade. = ¡Justo eres tú, Adonai, y rectitud tus juicios! 138 Con justicia impones tus dictámenes, con colmada verdad. 139 Mi celo me consume, porque mis adversarios olvidan tus palabras. 140 141

142 143

Acendrada en extremo es tu promesa, tu servidor la ama. Pequeño soy y despreciado, mas no olvido tus ordenanzas.

Justicia eterna es tu justicia, verdad tu ley. Angustia y opresión me han alcanzado, tus mandamientos hacen mis delicias.

144 Justicia eterna tus dictámenes, hazme entender para que viva. 145 = Qof. = Invoco con todo el corazón, respóndeme, Adonai, y guardaré tus precep tos. 146 Yo te invoco, sálvame, y guardaré tus dictámenes. 147 Me adelanto a la aurora y pido auxilio, en tu palabra espero. 148 Mis ojos se adelantan a las vigilias de la noche, a fin de meditar en tu promesa. 149 Por tu amor, Adonai, escucha mi voz, por tus juicios, vivifícame. 150 Se acercan a la infamia los que me persiguen, se alejan de tu ley. 151 Tú estás cerca, Adonai, todos tus mandamientos son verdad. 152 De tus dictámenes sé desde hace tiempo que para siempre los fundaste. 153 = Res = Mira mi aflicción y líbrame, porque tu ley no olvido. 154 Aboga por mi causa tú, rescátame, dame la vida conforme a tu promesa. 155 Lejos de los impíos la salvación, pues no van buscando tus preceptos. 156 Muchas son tus ternuras, Adonai, por tus juicios, vivifícame. 157 Numerosos mis perseguidores y adversarios, yo no me aparto de tus dictámen es. 158 He visto a los traidores, me disgusta que no guarden tu promesa. 159 Mira que amo tus ordenanzas, Adonai, dame la vida por tu amor. 160 Es verdad el principio de tu palabra, por siempre, todos tus justos juic ios. 161 = Sin. = Príncipes me persiguen sin razón, mas mi corazón teme tus palabras. 162 Me regocijo en tu promesa como quien halla un gran botín. 163 La mentira detesto y abomino, amo tu ley. 164 Siete veces al día te alabo por tus justos juicios. 165 Mucha es la paz de los que aman tu ley, no hay tropiezo para ell os. 166

Espero tu salvación, Adonai, tus mandamientos cumplo. 167 Mi alma guarda tus dictámenes, mucho los amo. 168 Guardo tus ordenanzas y dictámenes que ante ti están todos mis caminos. 169 = Tau. = Mi grito llegue hasta tu faz, Adonai, por tu palabra dame intel igencia. 170 Mi súplica llegue ante tu rostro, por tu promesa líbrame. 171 Mis labios proclaman tu alabanza, pues tú me enseñas tus preceptos. 172 Mi lengua repita tu promesa, pues todos tus mandamientos son justicia. 173 Venga tu mano en mi socorro, porque tus ordenanzas he escogido. 174 Anhelo tu salvación, Adonai, tu ley hace mis delicias. 175 Viva mi alma para alabarte, y ayúdenme tus juicios. 176 Me he descarriado como oveja perdida: ven en busca de tu siervo. No, no me olvido de tus mandamientos. Salmo 120 (119) (1) = Canción de las subidas. = 1 Hacia Adonai, cuando en angustias me encontraba, clamé, y él me respondió. 2 ¡Adonai, libra mi alma del labio mentiroso, de la lengua tramposa! 3 ¿Qué te dará y qué te añadirá, lengua tramposa? 4 ¡Flechas de guerrero afiladas con brasas de retama!

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¡Qué desgracia para mí vivir en Mések, morar en las tiendas de Quedar! 6 Harto ha vivido ya mi alma con los que odian la paz.

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Que si yo hablo de paz, ellos prefieren guerra.

Salmo 121 (120) (1) = Canción para las subidas. = 1 Alzo mis ojos a los montes: ¿de dónde vendrá mi auxilio? 2 Mi auxilio me viene de Adonai, que hizo el cielo y la tierra. 3 ¡No deje él titubear tu pie! ¡no duerme tu guardián! 4 No, no duerme ni dormita el guardián de Israel. 5 Adonai es tu guardián, tu sombra, Adonai, a tu diestra. 6 De día el sol no te hará daño, ni la luna de noche. 7 Te guarda Adonai de todo mal, él guarda tu alma; 8

Adonai guarda tus salidas y entradas, desde ahora y por siempre.

Salmo 122 (121) (1) = Canción de las subidas. De David. = 1 ¡Oh, qué alegría cuando me dij eron:Vamos a la Casa de Adonai! 2 ¡Ya estamos, ya se posan nuestros pies en tus puertas, Yerushalaim! 3 Yerushalaim, construida cual ciudad de compacta armonía, 4 a donde suben las tribus, las tribus de Adonai, es para Israel el motivo de dar gracias al nombre de Adonai. 5 Porque allí están los tronos para el juicio, los tronos de la casa de David. 6 8 9

Pedid la paz para Yerushalaim: ¡en calma estén tus tiendas, 7 haya paz en tus muros, en tus palacios calma! Por amor de mis hermanos y de mis amigos, quiero decir: ¡La paz contigo! ¡Por amor de la Casa de Adonai nuestro Di-s, ruego por tu ventura.

Salmo 123 (122) (1) = Canción de las subidas. = 1 A ti levanto mis ojos, tú que habitas en el cielo; 2 míralos, como los ojos de los siervos en la mano de sus amos.Como los ojos de la sierva en la mano de su señora, así nuestros ojos en Adonai nuestro Di-s, has ta que se apiade de nosotros. 3 ¡Ten piedad de nosotros, Adonai, ten piedad de nosotros, que estamos satur ados de desprecio! 4 ¡Nuestra alma está por demás saturada del sarcasmo de los satisfechos, (¡El desp recio es para los soberbios!) Salmo 124 (123) (1) = Canción de las subidas. De David. = 1 Si Adonai no hubiera est ado por nosotros, - que lo diga Israel 2 si Adonai no hubiera estado por nosotros, cuando contra nosotros se alza ron los hombres, 3 vivos entonces nos habrían tragado en el fuego de su cólera. 4 Entonces las aguas nos habrían anegado, habría pasado sobre nosotros un torr ente, 5 habrían pasado entonces sobre nuestra alma aguas voraginosas. 6 ¡Bendito sea Adonai que no nos hizo presa de sus dientes! 7 Nuestra alma como un pájaro escapó del lazo de los cazadores.El lazo se romp ió y nosotros escapamos; 8 nuestro socorro en el nombre de Adonai, que hizo el cielo y la tierra. Salmo 125 (124) (1) = Canción de las subidas. = 1 Los que confían en Adonai son como el monte Sión, que es inconmovible, estab

le para siempre. 2 ¡Yerushalaim, de montes rodeada!Así Adonai rodea a su pueblo desde ahora y p or siempre. 3 Jamás ha de caer el cetro de impiedad sobre la suerte de los justos, para que los justos no alarguen a la maldad su mano. 4 Haz bien, Adonai, a los buenos, a los de recto corazón. 5 ¡Mas a los que yerran por sus caminos tortuosos, los suprima Adonai con lo s agentes de mal! ¡Paz a Israel! Salmo 126 (125) (1) = Canción de las subidas. = 1 Cuando Adonai hizo volver a los cautivos de Sión, como soñando nos quedamos; 2 entonces se llenó de risa nuestra boca y nuestros labios de gritos de aleg ría.Entonces se decía entre las naciones: ¡Grandes cosas ha hecho Adonai con éstos! 3 ¡Sí, grandes cosas hizo con nosotros Adonai, el gozo nos colmaba! 4 ¡Haz volver, Adonai, a nuestros cautivos como torrentes en el Négueb! 5 Los que siembran con lágrimas cosechan entre cánticos. 6 Al ir, va llorando, llevando la semilla; al volver, vuelve cantando tray endo sus gavillas. Salmo 127 (126) (1) = Canción de las subidas. De Salomón. = 1 Si Adonai no construye l a casa, en vano se afanan los constructores; si Adonai no guarda la ciudad, en v ano vigila la guardia. 2 En vano madrugáis a levantaros, el descanso retrasáis, los que coméis pan de f atigas, cuando él colma a su amado mientras duerme. 3 La herencia de Adonai son los hijos, recompensa el fruto de las entrañas; 4 como flechas en la mano del héroe, así los hijos de la juventud. 5 Dichoso el hombre que ha llenado de ellas su aljaba; no quedarán confusos cuando tengan pleito con sus enemigos en la puerta. Salmo 128 (127) (1) = Canción de las subidas. = 1 Dichosos todos los que temen a Adonai, los que van por sus caminos. 2 Del trabajo de tus manos comerás, ¡dichoso tú, que todo te irá bien! 3 Tu esposa será como parra fecunda en el secreto de tu casa.Tus hijos, como brotes de olivo en torno a tu mesa. 4 Así será bendito el hombre que teme a Adonai. 5 ¡Bendígate Adonai desde Sión, que veas en ventura a Yerushalaim todos los días d e tu vida, 6 y veas a los hijos de tus hijos! ¡Paz a Israel! Salmo 129 (128) (1) = Canción de las subidas. = 1 Mucho me han asediado desde mi juventud, - que lo diga Israel 2 mucho me han asediado desde mi juventud, pero conmigo no han podido. 3 Sobre mi espalda araron aradores, alargaron sus surcos. 4 Adonai, el justo ha roto las coyundas de los impíos. 5 ¡Sean avergonzados, retrocedan todos los que odian a Sión; 6 sean como la hierba de los techos que se seca antes de arrancarla! 7 De ella no llena el segador su mano ni su regazo el gavillador; 8 y no dicen tampoco los que pasan: ¡Bendición de Adonai sobre vosotros!Nosotr os os bendecimos en el nombre de Adonai. Salmo 130 (129) (1) = Canción de las subidas. = 1 Desde lo más profundos grito a ti, Adonai:

2 3

¡Señor, escucha mi clamor! ¡Estén atentos tus oídos a la voz de mis súplicas! Si en cuenta tomas las culpas, oh Adonai, ¿quién, Señor, resistirá? 4 Mas el perdón se halla junto a ti, para que seas temido. 5 Yo espero en Adonai, mi alma espera en su palabra; 6 mi alma aguarda al Señor más que los centinelas la aurora; mas que los centi nelas la aurora, 7 aguarde Israel a Adonai.Porque con Adonai está el amor, junto a él abundanci a de rescate; 8 él rescatará a Israel de todas sus culpas. Salmo 131 (130) (1) = Canción de las subidas. De David. = 1 No está inflado, Adonai, m i corazón, ni mis ojos subidos.No he tomado un camino de grandezas ni de prodigios que me vienen anchos. 2 No, mantengo mi alma en paz y silencio como niño destetado en el regazo de su madre. ¡Como niño destetado está mi alma en mí! 3 ¡Espera, Israel, en Adonai desde ahora y por siempre! Salmo 132 (131) (1) = Canción de las subidas. = 1 Acuérdate, Adonai, en favor de David, de todos sus desvelos, 2 del juramento que hizo a Adonai, de su voto al Fuerte de Jacob: 3 "No he de entrar bajo el techo de mi casa, no he de subir al lecho en qu e reposo, 4 sueño a mis ojos no he de conceder ni quietud a mis párpados, 5 mientras no encuentre un lugar para Adonai, una Morada para el Fuerte de Jacob." 6 Mirad: hemos oído de Ella que está en Efratá, ¡la hemos encontrado en los Campos del Bosque! 7 ¡Vayamos a la Morada de él, ante el estrado de sus pies postrémonos! 8 ¡Levántate, Adonai, hacia tu reposo, tú y el arca de tu fuerza! 9 Tus sacerdotes se vistan de justicia, griten de alegría tus amigos. 10 En gracia a David, tu servidor, no rechaces el rostro de tu ungido. 11 Juró Adonai a David, verdad que no retractará: "El fruto de tu seno asentaré e n tu trono. 12 "Si tus hijos guardan mi alianza, el dictamen que yo les enseño, también sus hijos para siempre se sentarán sobre tu trono." 13 Porque Adonai ha escogido a Sión, la ha querido como sede para sí: 14 "Aquí está mi reposo para siempre, en él me sentaré, pues lo he querido. 15 "Sus provisiones bendeciré sin tasa, a sus pobres hartaré de pan, 16 de salvación vestiré a sus sacerdotes, y sus amigos gritarán de júbilo. 17 "Allí suscitaré a David un fuerte vástago, aprestaré una lámpara a mi ungido; 18 de vergüenza cubriré a sus enemigos, y sobre él brillará su diadema". Salmo 133 (132) (1) = Canción de las subidas. De David. = 1 ¡Oh, qué bueno, qué dulce habi tar los hermanos todos juntos! 2 Como un ungüento fino en la cabeza, que baja por la barba, que baja por la barba de Aarón, hasta la orla de sus vestiduras. 3 Como el rocío del Hermón que baja por las alturas de Sión; allí Adonai la bendic ión dispensa, la vida para siempre. Salmo 134 (133) (1) = Canción de las subidas. = 1 ¡Oh, bendecid a Adonai todos los servidores de Adonai, que servís en la Casa de Adonai, en los atrios de la Casa del Di-s nuestro! 2 ¡Por las noches alzad las manos hacia el santuario, y bendecid a Adonai! 3 ¡Bendígate Adonai desde Sión, él, que hizo los cielos y la tierra! Salmo 135 (134) (1) ¡Aleluya! 1 Alabad el nombre de Adonai, alabad, servidores de Adonai,

2 que servís en la Casa de Adonai, en los atrios de la Casa del Di-s nuestro . 3 Alabad a Adonai, porque es bueno Adonai, salmodiad a su nombre, que es a mable. 4 Pues Adonai se ha elegido a Jacob, a Israel, como su propiedad. 5 Bien sé yo que es grande Adonai, nuestro Señor más que todos los dioses. 6 Todo cuanto agrada a Adonai, lo hace en el cielo y en la tierra, en los mares y en todos los abismos. 7 Levantando las nubes desde el extremo de la tierra, para la lluvia hace él los relámpagos, saca de sus depósitos el viento. 8 El hirió a los primogénitos de Egipto, desde el hombre al ganado; 9 mandó señales y prodigios en medio de ti, Egipto, contra Faraón y todos sus si ervos. 10 Hirió a naciones en gran número, dio muerte a reyes poderosos, 11 a Sijón, rey de los amorreos, a Og, rey de Basán, y a todos los reinos de Ca naán; 12 y dio sus tierras en herencia, en herencia a su pueblo Israel. 13 ¡Adonai, tu nombre para siempre,Adonai, tu memoria de edad en edad! 14 Porque Adonai a su pueblo hace justicia, y se compadece de sus siervos. 15 Los ídolos de las naciones, plata y oro, obra de manos de hombre 16 tienen boca y no hablan, tienen ojos y no ven; 17 tienen oídos y no oyen, ni un soplo siquiera hay en su boca. 18 Como ellos serán los que los hacen, cuantos en ellos ponen su confianza. 19 Caza de Israel, bendecid a Adonai, casa de Aarón, bendecid a Adonai, 20 casa de Leví, bendecid a Adonai, los que a Adonai teméis, bendecid a Adonai. 21 ¡Bendito sea Adonai desde Sión, el que habita en Yerushalaim! Salmo 136 (135) ¡Aleluya! 1 ¡Dad gracias a Adonai, porque es bueno, porque es eterno su amor! 2 Dad gracias al Di-s de los dioses, porque es eterno su amor; 3 dad gracias al Señor de los señores, porque es eterno su amor. 4 El solo hizo maravillas, porque es eterno su amor. 5 Hizo los cielos con inteligencia, porque es eterno su amor; 6 sobre las aguas asentó la tierra, porque es eterno su amor. 7 9 10

Hizo las grandes lumbreras, porque es eterno su amor; 8 el sol para regir el día, porque es eterno su amor; la luna y las estrellas para regir la noche, porque es eterno su amor. Hirió en sus primogénitos a Egipto, porque es eterno su amor; 11 y sacó a Israel de entre ellos, porque es eterno su amor; 12 con mano fuerte y tenso brazo, porque es eterno su amor. 13 El mar de Suf partió en dos, porque es eterno su amor;

14 15

por medio a Israel hizo pasar, porque es eterno su amor; y hundió en él a Faraón con sus huestes, porque es eterno su amor. 16 Guió a su pueblo en el desierto, porque es eterno su amor; 17 hirió a grandes reyes, porque es eterno su amor; 18 y dio muerte a reyes poderosos, porque es eterno su amor; 19 a Sijón, rey de los amorreos, porque es eterno su amor; 20 y a Og, rey de Basán, porque es eterno su amor.

21

Y dio sus tierras en herencia, porque es eterno su amor; 22 en herencia a su siervo Israel, porque es eterno su amor. En nuestra humillación se acordó de nosotros, porque es eterno su amor; y nos libró de nuestros adversarios, porque es eterno su amor. El da el pan a toda carne, porque es eterno su amor; ¡Dad gracias al Di-s de los cielos, porque es eterno su amor!

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Salmo 137 (136)

1

A orillas de los ríos de Babilonia estábamos sentados y llorábamos, acordándonos de Sión; 2 en los álamos de la orilla teníamos colgadas nuestras cítaras. 3 Allí nos pidieron nuestros deportadores cánticos, nuestros raptores alegría: "¡C antad para nosotros un cantar de Sión!" 4 ¿Cómo podríamos cantar un canto de Adonai en una tierra extraña? 5 ¡Yerushalaim, si yo de ti me olvido, que se seque mi diestra! 6 ¡Mi lengua se me pegue al paladar si de ti no me acuerdo, si no alzo a Yer ushalaim al colmo de mi gozo! 7 Acuérdate, Adonai, contra los hijos de Edom, del día de Yerushalaim, cuando ellos decían: ¡Arrasad, arrasadla hasta sus cimientos! 8 ¡Hija de Babel, devastadora, feliz quien te devuelva el mal que nos hicist e, 9 feliz quien agarre y estrelle contra la roca a tus pequeños! Salmo 138 (137) (1) = De David. = 1 Te doy gracias, Adonai, de todo corazón, pues tú has escuchado las palabras de mi boca.En presencia de los ángeles salmodio para ti, 2 hacia tu santo Templo me prosterno.Doy gracias a tu nombre por tu amor y tu verdad, pues tu promesa ha superado tu renombre. 3 El día en que grité, tú me escuchaste, aumentaste la fuerza en mi alma. 4 Te dan gracias, Adonai, todos los reyes de la tierra, porque oyen las pr omesas de tu boca; 5 y cantan los caminos de Adonai: "¡Qué grande la gloria de Adonai! 6 ¡Excelso es Adonai, y ve al humilde, al soberbio le conoce desde lejos!" 7 Si ando en medio de angustias, tú me das la vida, frente a la cólera de mis enemigos, extiendes tú la mano y tu diestra me salva: 8 Adonai lo acabará todo por mí. ¡Oh Adonai, es eterno tu amor, no dejes la obra de tus manos! Salmo 139 (138) (1) = Del maestro de coro. De David. Salmo. = 1 Adonai, tú me escr utas y conoces; 2 sabes cuándo me siento y cuándo me levanto, mi pensamiento calas desde lejos ; 3 esté yo en camino o acostado, tú lo adviertes, familiares te son todas mis s endas. 4 Que no está aún en mi lengua la palabra, y ya tú, Adonai, la conoces entera; 5 me aprietas por detrás y por delante, y tienes puesta sobre mí tu mano. 6 Ciencia es misteriosa para mí, harto alta, no puedo alcanzarla. 7 ¿A dónde iré yo lejos de tu espíritu, a dónde de tu rostro podré huir? 8 Si hasta los cielos subo, allí estás tú, si en el seol me acuesto, allí te encue ntras. 9 Si tomo las alas de la aurora, si voy a parar a lo último del mar, 10 también allí tu mano me conduce, tu diestra me aprehende. 11 Aunque diga: "¡Me cubra al menos la tiniebla, y la noche sea en torno a mí u n ceñidor, 12 ni la misma tiniebla es tenebrosa para ti, y la noche es luminosa como e l día. 13 Porque tú mis riñones has formado, me has tejido en el vientre de mi madre; 14 yo te doy gracias por tantas maravillas: prodigio soy, prodigios son tus obras.Mi alma conocías cabalmente, 15 y mis huesos no se te ocultaban, cuando era yo formado en lo secreto, te jido en las honduras de la tierra. 16 Mi embrión tus ojos lo veían; en tu libro están inscritos todos los días que han sido señalados, sin que aún exista uno solo de ellos. 17 Mas para mí ¡qué arduos son tus pensamientos, oh, Di-s, qué incontable su suma! 18 ¡Son más, si los recuento, que la arena, y al terminar, todavía estoy contigo!

19 ¡Ah, si al impío, oh Di-s, mataras, si los hombres sanguinarios se apartaran de mí! 20 Ellos que hablan de ti dolosamente, tus adversarios que se alzan en vano . 21 ¿No odio, Adonai, a quienes te odian? ¿No me asquean los que se alzan contra ti? 22 23 24

Con odio colmado los odio, son para mí enemigos. Sóndame, oh Di-s, mi corazón conoce, pruébame, conoce mis desvelos; mira no haya en mí camino de dolor, y llévame por el camino eterno.

Salmo 140 (139) (1) = Del maestro de coro. Salmo. De David. = 1 (2) Líbrame, Adonai, del hombre malo, del hombre violento guárdame, 2 (3) los que en su corazón maquinan males, y peleas albergan todo el día, 3 (4) aguzan su lengua igual que una serpiente, veneno de víbora hay baj o sus labios. = Pausa = 4 (5) Presérvame, Adonai, de las manos del impío, del hombre violento guárda me, los que proyectan trastornar mis pasos, 5 (6) los insolentes que me han ocultado cepo y lazos, y tienden una r ed bajo mis pies, y al borde del sendero me han emplazado trampas. = Pausa. = 6 (7) as.

Yo he dicho a Adonai: Tú eres mi Di-s, escucha, Adonai, la voz de mis súplic

7 (8) Oh Adonai, Señor mío, fuerza de mi salvación, tú cubres mi cabeza el día d el combate. 8 (9) No otorgues, Adonai, al impío su deseo, no dejes que su plan se re alice.Los que me asedian no alcen sobre mí 9 (10) su cabeza, = Pausa = ahóguelos la malicia de sus labios; 10 (11) llueva sobre ellos carbones encendidos, en el abismo hundidos, n o se levanten más; 11 (12) no arraigue más en la tierra el deslenguado. al violento lo atrape de golp e la desgracia. 12 (13) Sé que Adonai al humilde hará justicia, y llevará el juicio de los pob res. 13 (14) Sí, los justos darán gracias a tu nombre, los rectos morarán en tu pre sencia. Salmo 141 (140) (1) = Salmo. De David. = 1 Yo te invoco, Adonai, ven presto a mí, escucha mi voz cuando a ti clamo. 2 Valga ante ti mi oración como incienso, el alzar de mis manos como oblación de la tarde. 3 Pon, Adonai, en mi boca un centinela, un vigía a la puerta de mis labios. 4 No dejes que tienda mi corazón a cosa mala, a perpetrar acciones criminale s en compañía de malhechores, y no guste yo lo que hace sus delicias. 5 Que el justo me hiera por amor, y me corrija, pero el ungüento del impío jamás lustre mi cabeza, pues me comprometería aún más en sus maldades. 6 Han quedado a merced de la Roca, su juez, los que oyeron con regodeo mis palabras: 7 "Como piedra de molino estrellada por tierra son esparcidos nuestros hue sos a la boca del seol." 8 Hacia ti, Señor Adonai, miran mis ojos, ¡en ti me cobijo, no desampares mi a lma! 9 Guárdame del lazo que me tienden, de la trampa de los malhechores. 10 Caigan los impíos, cada uno en su red, mientras yo paso indemne. Salmo 142 (141)

(1)

= Poema. De David. Cuando estaba en la cueva. Oración. = 1 (2) A Adonai en mi clamor imploro.A Adonai en mi clamor suplico. 2 (3) Ante él derramo mi lamento, mi angustia ante él expongo, 3 (4) cuando el aliento en mí se apaga; mas tú conoces mi sendero.En el ca mino por donde voy me han escondido un lazo. 4 (5) A la derecha mira, y ve, nadie hay que me conozca.Huye de mí todo refugio, nadie hay que cuide de mi alma. 5 (6) Hacia ti clamo, Adonai; digo: ¡Tú, mi refugio, mi porción en la tierra de los vivos! 6 (7) Atiende a mi clamor, pues estoy abatido del todo. ¡Líbrame tú de mis p erseguidores, pues son más fuertes que yo! 7 (8) ¡Saca mi alma de la cárcel, y daré gracias a tu nombre!En torno a mí los justos harán corro, por tu favor para conmigo. Salmo 143 (142) (1) = Salmo. De David. = 1 Adonai, escucha mi oración, presta oído a mis súplicas, por tu lealtad respóndem e, por tu justicia; 2 no entres en juicio con tu siervo, pues no es justo ante ti ningún vivient e. 3 Persigue mi alma el enemigo, mi vida estrella contra el suelo; me hace m orar en las tinieblas, como los que han muerto para siempre; 4 se apaga en mí el aliento, mi corazón dentro de mí enmudece. 5 Me acuerdo de los días de antaño, medito en todas tus acciones, pondero las obras de tus manos; 6 hacia ti mis manos tiendo, mi alma es como una tierra que tiene sed de t i. = Pausa. = 7 ¡Oh, pronto, respóndeme, Adonai, el aliento me falta; no escondas lejos de mí tu rostro, pues sería yo como los que bajan a la fosa! 8 Haz que sienta tu amor a la mañana, porque confío en ti; hazme saber el cam ino a seguir, porque hacia ti levanto mi alma. 9 Líbrame de mis enemigos, Adonai en ti me refugio; 10 enséñame a cumplir tu voluntad, porque tú eres mi Di-s; tu espíritu que es bueno me guíe por una tierra llana. 11 Por tu nombre, Adonai, dame la vida, por tu justicia saca mi alma de la angustia; 12 por tu amor aniquila a mis enemigos, pierde a todos los que oprimen mi a lma, porque yo soy tu servidor. Salmo 144 (143) (1) = De David. = 1 Bendito sea Adonai, mi Roca, que adiestra mis manos para el combate, mis dedos para la batalla; 2 él, mi amor y mi baluarte, mi ciudadela y mi libertador, mi escudo en el q ue me cobijo, el que los pueblos somete a mi poder. 3 Adonai, ¿qué es el hombre para que le conozcas, el hijo de hombre para que e n él pienses? 4 El hombre es semejante a un soplo, sus días, como sombra que pasa. 5 ¡Adonai, inclina tus cielos y desciende, toca los montes, que echen humo; 6 fulmina el rayo y desconciértalos, lanza tus flechas y trastórnalos! 7 Extiende tu mano desde lo alto, sálvame, líbrame de las muchas aguas, de la mano de los hijos de extranjeros, 8 cuya boca profiere falsedad y cuya diestra es diestra de mentira. 9 Oh Di-s, quiero cantarte un canto nuevo, salmodiar para ti al arpa de di ez cuerdas, 10 tú que das a los reyes la victoria, que salvas a David tu servidor.De espa da de infortunio 11 sálvame. líbrame de la mano de extranjeros, cuya boca profiere falsedad y cu

ya diestra es diestra de mentira. 12 Sean nuestros hijos como plantas florecientes en su juventud, nuestras h ijas como columnas angulares, esculpidas como las de un palacio; 13 nuestros graneros llenos, rebosantes de frutos de toda especie, nuestras ovejas, a millares, a miríadas, por nuestras praderías; 14 nuestras bestias bien cargadas; no haya brecha ni salida, ni grito en nu estras plazas. 15 ¡Feliz el pueblo a quien así sucede feliz el pueblo cuyo Di-s es Adonai! Salmo 145 (144) (1) = Himno. De David. = 1 = Alef. = Yo te ensalzo, oh Rey Di-s mío, y bendigo tu nombre para siempre jamás; 2 = Bet. = todos los días te bendeciré, por siempre jamás alabaré tu nombre; 3 = Guímel. = grande es Adonai y muy digno de alabanza, insondable su grande za. 4 = Dálet. = Una edad a otra encomiará tus obras, pregonará tus proezas. 5 = He. = El esplendor, la gloria de tu majestad, el relato de tus maravil las, yo recitaré. 6 = Vau. = Del poder de tus portentos se hablará, y yo tus grandezas contaré; 7 = Zain. = se hará memoria de tu inmensa bondad, se aclamará tu justicia. 8 = Jet. = Clemente y compasivo es Adonai, tardo a la cólera y grande en amo r; 9 = Tet = bueno es Adonai para con todos, y sus ternuras sobre todas sus o bras. 10 = Yod. = Te darán gracias, Adonai, todas tus obras y tus amigos te bendeci rán; 11 = Kaf. = dirán la gloria de tu reino, de tus proezas hablarán, 12 = Lámed. = para mostrar a los hijos de Adán tus proezas, el esplendor y la g loria de tu reino. 13 = Mem. = Tu reino, un reino por los siglos todos, tu dominio, por todas las edades. = (Nun.) = Adonai es fiel en todas sus palabras, en todas sus obras amoroso; 14 = Sámek. = Adonai sostiene a todos los que caen, a todos los encorvados en dereza. 15 = Ain. = Los ojos de todos fijos en ti, esperan que les des a su tiempo el alimento; 16 = Pe. = abres la mano tú y sacias a todo viviente a su placer. 17 = Sade. = Adonai es justo en todos sus caminos, en todas sus obras amoro so; 18 = Qof. = cerca está Adonai de los que le invocan, de todos los que le invo can con verdad. 19 = Res. = El cumple el deseo de los que le temen, escucha su clamor y los libera; 20 = Sin. = guarda Adonai a cuantos le aman, a todos los impíos extermina. 21 = Tau. = ¡La alabanza de Adonai diga mi boca, y toda carne bendiga su nomb re sacrosanto, para siempre jamás! Salmo 146 (145) (1) ¡Aleluya! 1 ¡Alaba a Adonai, alma mía! 2 A Adonai, mientras viva, he de alabar, mientras exista salmodiaré para mi Di-s. 3 No pongáis vuestra confianza en príncipes, en un hijo de hombre, que no pued e salvar; 4 su soplo exhala, a su barro retorna, y en ese día sus proyectos fenecen. 5 Feliz aquel que en el Di-s de Jacob tiene su apoyo, y su esperanza en Ad onai su Di-s, 6 que hizo los cielos y la tierra, el mar y cuanto en ellos hay; que guard

a por siempre lealtad, 7 hace justicia a los oprimidos, da el pan a los hambrientos,Adonai suelta a los encadenados. 8 Adonai abre los ojos a los ciegos,Adonai a los encorvados endereza,Ama A donai a los justos, 9 Adonai protege al forastero, a la viuda y al huérfano sostiene. mas el cam ino de los impíos tuerce; 10 Adonai reina para siempre, tu Di-s, Sión, de edad en edad. Salmo 147 (146-147) ¡Aleluya! 1 Alabad a Adonai, que es bueno salmodiar, a nuestro Di-s, que es dulce la alabanza. 2 Edifica Adonai a Yerushalaim, congrega a los deportados de Israel; 3 él sana a los de roto corazón, y venda sus heridas. 4 El cuenta el número de estrellas, y llama a cada una por su nombre; 5 grande es nuestro Señor, y de gran fuerza, no tiene medida su saber. 6 Adonai sostiene a los humildes, hasta la tierra abate a los impíos. 7 Cantad a Adonai en acción de gracias, salmodiad a la cítara para nuestro Dis: 8 El que cubre de nubes los cielos, el que lluvia a la tierra prepara, el que hace germinar en los montes la hierba, y las plantas para usos del hombre, 9 el que dispensa al ganado su sustento, a las crías del cuervo cuando chill an. 10 No le agrada el brío del caballo, ni se complace en los músculos del hombre. 11

Se complace Adonai en los que le temen, en los que esperan en su amor.

12 13 hijos; 14 15 16 17 18 19 20

¡Celebra a Adonai, Yerushalaim, alaba a tu Di-s, Sión! Que él ha reforzado los cerrojos de tus puertas, ha bendecido en ti a tus pone paz en tu término, te sacia con la flor del trigo. El envía a la tierra su mensaje, a toda prisa corre su palabra; como lana distribuye la nieve, esparce la escarcha cual ceniza. Arroja su hielo como migas de pan, a su frío ¿quién puede resistir? Envía su palabra y hace derretirse, sopla su viento y corren las aguas. El revela a Jacob su palabra, sus preceptos y sus juicios a Israel: no hizo tal con ninguna nación, ni una sola sus juicios conoció.

Salmo 148 (1) ¡Aleluya! 1 ¡Alabad a Adonai desde los cielos, alabadle en las alturas, 2 alabadle, ángeles suyos todos, todas sus huestes, alabadle! 3 ¡Alabadle, sol y luna, alabadle todas las estrellas de luz, 4 alabadle, cielos de los cielos, y aguas que estáis encima de los cielos! 5 Alaben ellos el nombre de Adonai: pues él ordenó y fueron creados; 6 él los fijó por siempre, por los siglos, ley les dio que no pasará. 7 ¡Alabad a Adonai desde la tierra, monstruos del mar y todos los abismos, 8 fuego y granizo, nieve y bruma, viento tempestuoso, ejecutor de su palab ra, 9 montañas y todas la colinas, árbol frutal y cedros todos, 10 fieras y todos los ganados, reptil y pájaro que vuela, 11 reyes de la tierra y pueblos todos, príncipes y todos los jueces de la tie rra, 12 jóvenes y doncellas también, viejos junto con los niños! 13 Alaben el nombre de Adonai: porque sólo su nombre es sublime, su majestad por encima de la tierra y el cielo. 14 El realza la frente de su pueblo, de todos sus amigos alabanza, de los h ijos de Israel, pueblo de sus íntimos. Salmo 149

(1) 1 ! 2 3 4 . 5 6

¡Aleluya! ¡Cantad a Adonai un cantar nuevo: su alabanza en la asamblea de sus amigos

7 8

para ejecutar venganza en las naciones, castigos en los pueblos, para atar con cadenas a sus reyes, con grillos de hierro a sus magnates,

9

para aplicarles la sentencia escrita: ¡será un honor para todos sus amigos!

¡Regocíjese Israel en su hacedor, los hijos de Sión exulten en su rey; alaben su nombre con la danza, con tamboril y cítara salmodien para él! Porque Adonai en su pueblo se complace, adorna de salvación a los humildes Exalten de gloria sus amigos, desde su lecho griten de alegría: los elogios de Di-s en su garganta, y en su mano la espada de dos filos;

Salmo 150 (1) ¡Aleluya! 1 Alabad a Di-s en su santuario, alabadle en el firmamento de su fuerza, 2 alabadle por sus grandes hazañas, alabadle por su inmensa grandeza. 3 Alabadle con clangor de cuerno, alabadle con arpa y con cítara, 4 alabadle con tamboril y danza, alabadle con laúd y flauta, 5 alabadle con címbalos sonoros, alabadle con címbalos de aclamación. 6 ¡Todo cuanto respira alabe a Adonai! ¡Aleluya! PROVERBIOS Proverbios 1 1 Proverbios de Salomón, hijo de David, rey de Israel: 2 para aprender sabiduría e instrucción, para entender los discursos profundos , 3 para alcanzar instrucción y perspicacia, - justicia, equidad y rectitud -, 4 para enseñar a los simples la prudencia, a los jóvenes ciencia y reflexión, 5 Que atienda el sabio y crecerá en doctrina, y el inteligente aprenderá a hac er proyectos. 6 para descifrar proverbios y enigmas, los dichos de los sabios y sus adiv inanzas. 7 El temor de Adonai es el principio de la ciencia; los necios desprecian la sabiduría y la instrucción. 8 Escucha, hijo mío, la instrucción de tu padre y no desprecies la lección de tu madre: 9 corona graciosa son para tu cabeza y un collar para tu cuello. 10 Hijo mío, si los pecadores te quieren seducir, no vayas. 11 Si te dicen: "¡Vente con nosotros, estemos al acecho para derramar sangre, apostémonos contra el inocente sin motivo alguno, 12 devorémoslos vivos como el seol, enteros como los que bajan a la fosa!; 13 ¡hallaremos toda clase de riquezas, llenaremos nuestras casas de botín, 14 te tocará tu parte igual que a nosotros, para todos habrá bolsa común!": 15 no te pongas, hijo mío, en camino con ellos, tu pie detén ante su senda, 16 = porque sus pies corren hacia el mal y a derramar sangre se apresuran; = 17 pues es inútil tender la red a los ojos mismos de los pajarillos. 18 Contra su propia sangre están acechando, apostados están contra sus propias vidas. 19 Esa es la senda de todo el que se entrega a la rapiña: ella quita la vida a su propio dueño. 20 La Sabiduría clama por las calles, por las plazas alza su voz, 21 llama en la esquina de las calles concurridas, a la entrada de las puert as de la ciudad pronuncia sus discursos: 22 "¿Hasta cuándo, simples, amaréis vuestra simpleza y arrogantes os gozaréis en la arrogancia y necios tendréis odio a la ciencia?

23 Convertíos por mis reprensiones: voy a derramar mi espíritu para vosotros, o s voy a comunicar mis palabras. 24 Ya que os he llamado y no habéis querido, he tendido mi mano y nadie ha pr estado atención, 25 habéis despreciado todos mis consejos, no habéis hecho caso de mis reprensio nes; 26 también yo me reiré de vuestra desgracia, me burlaré cuando llegue vuestro esp anto, 27 cuando llegue, como huracán, vuestro espanto, vuestra desgracia sobrevenga como torbellino, cuando os alcancen la angustia y la tribulación. 28 Entonces me llamarán y no responderé, me buscarán y no me hallarán. 29 Porque tuvieron odio a la ciencia y no eligieron el temor de Adonai, 30 no hicieron caso de mi consejo, ni admitieron de mí ninguna reprensión; 31 comerán del fruto de su conducta, de sus propios consejos se hartarán. 32 Su propio descarrío matará a los simples, la despreocupación perderá a los insen satos. 33 Pero el que me escucha vivirá seguro, tranquilo, sin temor a la desgracia. " Proverbios 2 1 Hijo mío, si das acogida a mis palabras, y guardas en tu memoria mis manda tos, 2 prestando tu oído a la sabiduría, inclinando tu corazón a la prudencia; 3 si invocas a la inteligencia y llamas a voces a la prudencia; 4 si la buscas como la plata y como un tesoro la rebuscas, 5 entonces entenderás el temor de Adonai y la ciencia de Di-s encontrarás. 6 Porque Adonai es el que da la sabiduría, de su boca nacen la ciencia y la prudencia. 7 Reserva el éxito para los rectos, es escudo para quienes proceden con ente reza, 8 vigila las sendas de la equidad y guarda el camino de sus amigos. 9 Entonces entenderás la justicia, la equidad y la rectitud: todos los sende ros del bien. 10 Cuando entre la sabiduría en tu corazón y la ciencia sea dulce para tu alma, 11 12 13 14 15 16 17 s; 18 nderos. 19 20 justos. 21 22 leales.

velará sobre ti la reflexión y la prudencia te guardará, apartándote del mal camino, del hombre que propone planes perversos, de los que abandonan el recto sendero para ir por caminos tenebrosos, de los que se gozan en hacer el mal, se regocijan en la perversidad, cuyos senderos son tortuosos y sus sendas llenas de revueltas. Ella te apartará de la mujer ajena, de la extraña de melosas palabras, que ha dejado al amigo de su juventud y ha olvidado la alianza de su Disu casa está inclinada hacia la muerte, hacia las sombras sus tortuosos se Nadie que entre por ella volverá, no alcanzará las sendas de la vida. Por eso has de ir por el camino de los buenos, seguirás las sendas de los Porque los rectos habitarán la tierra y los íntegros se mantendrán en ella; pero los malos serán cercenados de la tierra, se arrancará de ella a los des

Proverbios 3 1 Hijo mío, no olvides mi lección, en tu corazón guarda mis mandatos, 2 pues largos días y años de vida y bienestar te añadirán. 3 La piedad y la lealtad no te abandonen; átalas a tu cuello, escríbelas en la tablilla de tu corazón. 4 Así hallarás favor y buena acogida a los ojos de Di-s y de los hombres. 5 Confía en Adonai de todo corazón y no te apoyes en tu propia inteligencia;

6 reconócele en todos tus caminos y él enderezará tus sendas. 7 No seas sabio a tus propios ojos, teme a Adonai y apártate del mal: 8 medicina será para tu carne y refrigerio para tus huesos. 9 Honra a Adonai con tus riquezas, con las primicias de todas tus ganancia s: 10 tus trojes se llenarán de grano y rebosará de mosto tu lagar. 11 No desdeñes, hijo mío, la instrucción de Adonai, no te dé fastidio su reprensión, 12 porque Adonai reprende a aquel que ama, como un padre al hijo querido. 13 Dichoso el hombre que ha encontrado la sabiduría y el hombre que alcanza l a prudencia; 14 más vale su ganancia que la ganancia de plata, su renta es mayor que la de l oro. 15 Más preciosa es que las perlas, nada de lo que amas se le iguala. 16 Largos días a su derecha, y a su izquierda riqueza y gloria. 17 Sus caminos son caminos de dulzura y todas sus sendas de bienestar. 18 Es árbol de vida para los que a ella están asidos, felices son los que la ab razan. 19 Con la Sabiduría fundó Adonai la tierra, consolidó los cielos con inteligencia ; 20 con su ciencia se abrieron los océanos y las nubes destilan el rocío. 21 Hijo mío, guarda la prudencia y la reflexión, no se aparten nunca de tus ojo s: 22 serán vida para tu alma y adorno para tu cuello. 23 Así irás tranquilo por tu camino y no tropezará tu pie. 24 No tendrás miedo al acostarte, una vez acostado, será dulce tu sueño. 25 No temerás el espanto repentino, ni cuando llegue la tormenta de los malos , 26 porque Adonai será tu tranquilidad y guardará tu pie de caer en el cepo. 27 No niegues un favor a quien es debido, si en tu mano está el hacérselo. 28 No digas a tu prójimo: "Vete y vuelve, mañana te daré", si tienes algo en tu p oder. 29 No trames mal contra tu prójimo cuando se sienta confiado junto a ti. 30 No te querelles contra nadie sin motivo, si no te ha hecho ningún mal. 31 No envidies al hombre violento, ni elijas ninguno de sus caminos; 32 porque Adonai abomina a los perversos, pero su intimidad la tiene con lo s rectos. 33 La maldición de Adonai en la casa del malvado, en cambio bendice la mansión del justo. 34 Con los arrogantes es también arrogante, otorga su favor a los pobres. 35 La gloria es patrimonio de los sabios y los necios heredarán la ignominia. Proverbios 4 1 Escuchad, hijos, la instrucción del padre, estad atentos para aprender int eligencia, 2 porque es buena la doctrina que os enseño; no abandonéis mi lección. 3 También yo fui hijo para mi padre, tierno y querido a los ojos de mi madre , 4 El me enseñaba y me decía: "Retén mis palabras en tu corazón, guarda mis mandat os y vivirás. 5 Adquiere la sabiduría, adquiere la inteligencia, no la olvides, no te apar tes de los dichos de mi boca. 6 7 bienes 8 9 o". 10

No la abandones y ella te guardará, ámala y ella será tu defensa. El comienzo de la sabiduría es: adquiere la sabiduría, a costa de todos tus adquiere la inteligencia. Haz acopio de ella, y ella te ensalzará; ella te honrará, si tú la abrazas; pondrá en tu cabeza una diadema de gracia, una espléndida corona será tu regal Escucha, hijo mío, recibe mis palabras, y los años de tu vida se te multipli

carán. 11 En el camino de la sabiduría te he instruido, te he encaminado por los sen deros de la rectitud. 12 Al andar no se enredarán tus pasos, y si corres, no tropezarás. 13 Aférrate a la instrucción, no la sueltes; guárdala, que es tu vida. 14 No te metas por la senda de los perversos, ni vayas por el camino de los malvados. 15 Evítalo, no pases por él, apártate de él, pasa adelante. 16 Porque ésos no duermen si no obran el mal, se les quita el sueño si no han h echo caer a alguno. 17 Es que su pan es pan de maldad, y vino de violencia es su bebida. 18 La senda de los justos es como la luz del alba, que va en aumento hasta llegar a pleno día. 19 Pero el camino de los malos es como tinieblas, no saben dónde han tropezad o. 20 Atiende, hijo mío, a mis palabras, inclina tu oído a mis razones. 21 No las apartes de tus ojos, guárdalas dentro de tu corazón. 22 Porque son vida para los que las encuentran, y curación para toda carne. 23 Por encima de todo cuidado, guarda tu corazón, porque de él brotan las fuent es de la vida. 24 Aparta de ti la falsía de la boca y el enredo de los labios arrójalo de ti. 25 Miren de frente tus ojos, tus párpados derechos a lo que está ante tí. 26 Tantea bien el sendero de tus pies y sean firmes todos tus caminos. 27 No te tuerzas ni a derecha ni a izquierda, aparta tu pie de la maldad. Proverbios 5 1 Presta, hijo mío, atención a mi sabiduría, aplica tu oído a mi prudencia, 2 para que guardes tú la reflexión y tus labios conserven la ciencia.No hagas caso de la mujer perversa, 3 pues miel destilan los labios de la extraña, su paladar es más suave que el aceite; 4 pero al fin es amarga como el ajenjo, mordaz como espada de dos filos. 5 Sus pies descienden a la muerte, sus pasos se dirigen al seol. 6 Por no seguir la senda de la vida, se desvía por sus vericuetos sin saberl o. 7 Así pues, hijo mío, escúchame, no te apartes de los dichos de mi boca: 8 aleja de ella tu camino, no te acerques a la puerta de su casa; 9 no sea que ella dé tu honor a otro y tus años a un hombre cruel; 10 no se harten de tus bienes los extraños, ni paren tus fatigas en casa del extranjero; 11 no sea que gimas a la postre cuando tu cuerpo y tu carne se consuman, 12 y digas: "Ay de mí, que he odiado la instrucción, mi corazón ha despreciado lo s reproches, 13 no he escuchado la voz de mis maestros ni he prestado oídos a los que me i nstruían. 14 A punto he estado de cualquier desgracia, en medio de la asamblea y la c omunidad." 15 Bebe el agua de tu cisterna, la que brota de tu pozo. 16 ¿Se van a desbordar por fuera tus arroyos, las corrientes de agua por las plazas? 17 Que sean para ti solo, no para que las beban contigo los extraños. 18 - Sea tu fuente bendita.Gózate en la mujer de tu mocedad, 19 cierva amable, graciosa gacela: embriáguente en todo tiempo sus amores, su amor te apasione para siempre. 20 ¿Por qué apasionarte, hijo mío, de una ajena, abrazar el seno de una extraña? 21 Pues los caminos del hombre están en la presencia de Adonai, él vigila todos sus senderos. 22 El malvado será presa de sus propias maldades, con los lazos de su pecado se le capturará.

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Morirá por su falta de instrucción, por su gran necedad se perderá.

Proverbios 6 1 Si has salido, hijo mío, fiador de tu prójimo, si has chocado tu mano con un extraño, 2 si te has obligado con las palabras de tu boca, si de la palabra de tu b oca te has dejado prender, 3 haz esto, hijo mío, para quedar libre, pues has caído en manos de tu prójimo:V ete, póstrate, importuna a tu prójimo; 4 no concedas a tus ojos sueño ni a tus párpados reposo; 5 líbrate, como la gacela del lazo, como el pájaro de la mano del pajarero. 6 Vete donde la hormiga, perezoso, mira sus andanzas y te harás sabio. 7 Ella no tiene jefe, ni capataz, ni amo; 8 asegura en el verano su sustento, recoge su comida al tiempo de la mies. 9 ¿Hasta cuándo, perezoso, estarás acostado? ¿cuándo te levantarás de tu sueño? 10 Un poco dormir, otro poco dormitar, otro poco tumbarse con los brazos cr uzados; 11 y llegará como vagabundo tu miseria y como un mendigo tu pobreza. 12 14 15 16 17 18

Un malvado, un hombre inicuo, anda con la boca torcida, 13 guiña el ojo, arrastra los pies, hace señas con los dedos. Torcido está su corazón, medita el mal, pleitos siembra en todo tiempo. Por eso vendrá su ruina de repente, de improviso quebrará, y no habrá remedio. Seis cosas hay que aborrece Adonai, y siete son abominación para su alma: ojos altaneros, lengua mentirosa, manos que derraman sangre inocente, corazón que fragua planes perversos, pies que ligeros corren hacia el mal,

19 testigo falso que profiere calumnias, y el que siembra pleitos entre los hermanos. 20 Guarda, hijo mío, el mandato de tu padre y no desprecies la lección de tu ma dre. 21 Tenlos atados siempre a tu corazón, enlázalos a tu cuello; 22 en tus pasos ellos serán tu guía; cuando te acuestes, velarán por ti; conversa rán contigo al despertar. 23 Porque el mandato es una lámpara y la lección una luz; camino de vida los re proches y la instrucción, 24 para librarte de la mujer perversa, de la lengua suave de la extraña. 25 No codicies su hermosura en tu corazón, no te cautive con sus párpados, 26 porque un mendrugo de pan basta a la prostituta, pero la casada va a la caza de una vida preciosa. 27 ¿Puede uno meter fuego en su regazo sin que le ardan los vestidos? 28 ¿Puede uno andar sobre las brasas sin que se le quemen los pies? 29 Así le pasa al que se llega a la mujer del prójimo: no saldrá ileso ninguno qu e la toque. 30 No se desprecia al ladrón cuando roba para llenar su estómago, porque tiene hambre. 31 Mas, si le sorprenden, paga el séptuplo, tiene que dar todos los bienes de su casa. 32 Pero el que hace adulterar a una mujer es un mentecato; un suicida es el que lo hace; 33 34 za. 35

encontrará golpes y deshonra y su vergüenza no se borrará. Porque los celos enfurecen al marido. y no tendrá piedad el día de la vengan No hará caso de compensación alguna; aunque prodigues regalos, no aceptará.

Proverbios 7 1 Guarda, hijo mío, mis palabras, conserva como un tesoro mis mandatos.

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Guarda mis mandamientos y vivirás; sea mi lección como la niña de tus ojos. Átalos a tus dedos, escríbelos en la tablilla de tu corazón. Dile a la sabiduría: "Tú eres mi hermana", llama pariente a la inteligencia,

5 para que te guarde de la mujer ajena, de la extraña de palabras melosas. 6 Estaba yo a la ventana de mi casa y miraba a través de las celosías, 7 cuando ví, en el grupo de los simples, distinguí entre los muchachos a un jo ven falto de juicio: 8 pasaba por la calle, junto a la esquina donde ella vivía, iba camino de su casa, 9 al atardecer, ya oscurecido, en lo negro de la noche y de las sombras. 10 De repente, le sale al paso una mujer, con atavío de ramera y astucia en e l corazón. 11 Es alborotada y revoltosa, sus pies nunca paran en su casa. 12 Tan pronto en las calles como en las plazas, acecha por todas las esquin as. 13 Ella lo agarró y lo abrazó, y desvergonzada le dijo: 14 "Tenía que ofrecer un sacrificio de comunión y hoy he cumplido mi voto; 15 por eso he salido a tu encuentro para buscarte en seguida; y va te he en contrado. 16 He puesto en mi lecho cobertores policromos, lencería de Egipto, 17 con mirra mi cama he rociado, con áloes y cinamomo. 18 Ven, embriaguémonos de amores hasta la mañana, solacémonos los dos, entre cari cias. 19 Porque no está el marido en casa, está de viaje muy lejos; 20 ha llevado en su mano la bolsa del dinero, volverá a casa para la luna lle na." 21 Con sus muchas artes lo seduce, lo rinde con el halago de sus labios. 22 Se va tras ella en seguida, como buey al matadero, como el ciervo atrapa do en el cepo, 23 hasta que una flecha le atraviese el hígado; como pájaro que se precipita en la red, sin saber que le va en ello la vida. 24 Ahora pues, hijo mío, escúchame, pon atención a las palabras de mi boca: 25 no se desvíe tu corazón hacia sus caminos, no te descarríes por sus senderos, 26 porque a muchos ha hecho caer muertos, robustos eran todos los que ella mató. 27 Su morada es camino del seol, que baja hacia las cámaras de la muerte. Proverbios 8 1 ¿No está llamando la Sabiduría? y la Prudencia, ¿no alza su voz? 2 En la cumbre de las colinas que hay sobre el camino, en los cruces de se ndas se detiene; 3 junto a las puertas, a la salida de la ciudad, a la entrada de los porta les, da sus voces: 4 "A vosotros, hombres, os llamo, para los hijos de hombre es mi voz. 5 Entended, simples, la prudencia y vosotros, necios, sed razonables. 6 Escuchad: voy a decir cosas importantes y es recto cuanto sale de mis la bios. 7 Porque verdad es el susurro de mi boca y mis labios abominan la maldad. 8 Justos son todos los dichos de mi boca, nada hay en ellos astuto ni tort uoso. 9 Todos están abiertos para el inteligente y rectos para los que la ciencia han encontrado. 10 Recibid mi instrucción y no la plata, la ciencia más bien que el oro puro. 11 Porque mejor es la sabiduría que las piedras preciosas, ninguna cosa apete cible se le puede igualar. 12 "Yo, la Sabiduría, habito con la prudencia, yo he inventado la ciencia de la reflexión. 13 (El temor de Adonai es odiar el mal.)La soberbia y la arrogancia y el ca mino malo y la boca torcida yo aborrezco.

14 . 15 16

Míos son el consejo y la habilidad, yo soy la inteligencia, mía es la fuerza Por mí los reyes reinan y los magistrados administran la justicia. Por mí los príncipes gobiernan y los magnates, todos los jueces justos.

17 Yo amo a los que me aman y los que me buscan me encontrarán. 18 Conmigo están la riqueza y la gloria, la fortuna sólida y la justicia. 19 Mejor es mi fruto que el oro, que el oro puro, y mi renta mejor que la p lata acrisolada. 20 Yo camino por la senda de la justicia, por los senderos de la equidad, 21 para repartir hacienda a los que me aman y así llenar sus arcas." 22 "Adonai me creó, primicia de su camino, antes que sus obras más antiguas. 23 Desde la eternidad fui fundada, desde el principio, antes que la tierra. 24 das de 25 rada. 26

Cuando no existían los abismos fui engendrada, cuando no había fuentes carga agua. Antes que los montes fuesen asentados, antes que las colinas, fui engend No había hecho aún la tierra ni los campos, ni el polvo primordial del orbe.

27 Cuando asentó los cielos, allí estaba yo, cuando trazó un círculo sobre la faz d el abismo, 28 cuando arriba condensó las nubes, cuando afianzó las fuentes del abismo, 29 cuando al mar dio su precepto - y las aguas no rebasarán su orilla - cuand o asentó los cimientos de la tierra, 30 yo estaba allí, como arquitecto, y era yo todos los días su delicia, jugando en su presencia en todo tiempo, 31 jugando por el orbe de su tierra; y mis delicias están con los hijos de lo s hombres." 32 "Ahora pues, hijos, escuchadme, dichosos los que guardan mis caminos. 33 Escuchad la instrucción y haceos sabios, no la despreciéis. 34 Dichoso el hombre que me escucha velando ante mi puerta cada día, guardand o las jambas de mi entrada. 35 Porque el que me halla, ha hallado la vida, ha logrado el favor de Adona i. 36 Pero el que me ofende, hace daño a su alma; todos los que me odian, aman l a muerte." Proverbios 9 1 La Sabiduría ha edificado una casa, ha labrado sus siete columnas, 2 ha hecho su matanza, ha mezclado su vino, ha aderezado también su mesa. 3 Ha mandado a sus criadas y anuncia en lo alto de las colinas de la ciuda d: 4 "Si alguno es simple, véngase acá."Y al falto de juicio le dice: 5 "Venid y comed de mi pan, bebed del vino que he mezclado; 6 dejaos de simplezas y viviréis, y dirigíos por los caminos de la inteligenci a." 7 El que corrige al arrogante se acarrea desprecio, y el que reprende al m alvado, insultos. 8 No reprendas al arrogante, porque te aborrecerá; reprende al sabio, y te a mará. 9 Da al sabio, y se hará más sabio todavía; enseña al justo, y crecerá su doctrina. 10 Comienzo de la sabiduría es el temor de Adonai, y la ciencia de los santos es inteligencia. 11 Pues por mí se multiplicarán tus días y se aumentarán los años de tu vida. 12 Si te haces sabio, te haces sabio para tu provecho, y si arrogante, tú sol o lo tendrás que pagar. 13 La mujer necia es alborotada, todo simpleza, no sabe nada. 14 Se sienta a la puerta de su casa, sobre un trono, en las colinas de la c

iudad, 15 para llamar a los que s sendas: 16 "Si alguno es simple, 17 "Son dulces las aguas 18 No sabe el hombre que es del seol.

pasan por el camino, a los que van derechos por su véngase acá" y al falto de juicio le dice: robadas y el pan a escondidas es sabroso." allí moran las Sombras; sus invitados van a los vall

Proverbios 10 1 = Proverbios de Salomón. =El hijo sabio es la alegría de su padre, el hijo n ecio entristece a su madre. 2 Tesoros mal adquiridos no aprovechan, mas la justicia libra de la muerte . 3 Adonai no permite que el justo pase hambre, pero rechaza la codicia de l os malos. 4 Mano indolente empobrece, la mano de los diligentes enriquece. 5 Amontonar en verano es de hombre sensato, dormirse en la cosecha es de h ombre indigno. 6 Bendiciones sobre la cabeza del justo; pero la boca de los impíos rezuma v iolencia. 7 El recuerdo del justo sirve de bendición; el nombre de los malos se pudre. 8 El sensato de corazón acepta los mandatos, el hombre charlatán corre a su ru ina. 9 Quien va a derecho, va seguro, quien va con rodeos es descubierto. 10 El que guiña de ojos, dará disgustos, quien reprende a la cara, proporciona paz. 11 Manantial de vida la boca del justo; la boca de los impíos rezuma violenci a. 12 El odio provoca discusiones, el amor cubre todas las faltas. 13 En labios del inteligente se encuentra sabiduría, palo a las espaldas del falto de seso. 14 Los sabios atesoran conocimiento, la boca del necio es ruina inmediata. 15 La fortuna del rico es su plaza fuerte, la ruina de los débiles es su pobr eza. 16 El salario del justo es para vivir, la renta del malo es para pecar. 17 Camina hacia la vida el que guarda las instrucciones; quien desatiende l a reprensión se extravía. 18 Los labios mentirosos disimulan el odio; quien profiere una calumnia es un necio. 19 En las muchas palabras no faltará pecado; quien reprime sus labios es sens ato. 20 Plata elegida es la lengua del justo, el corazón de los malos vale poco. 21 Los labios del justo apacientan a muchos, los insensatos mueren en su fa lta de seso. 22 La bendición de Adonai es la que enriquece, y nada le añade el trabajo a que obliga. 23 Como un juego es para el necio cometer el crimen, la sabiduría lo es para el hombre inteligente. 24 Lo que teme el malo, eso le sucede, lo que el justo desea, se le da. 25 Cuando pasa la tormenta, ya no existe el malo, mas el justo es construcc ión eterna. 26 Vinagre para los dientes y humo para los ojos: así es el perezoso para qui en lo envía. 27 El temor de Adonai prolonga los días, los años de los malos son acortados. 28 La espera de los justos es alegría, la esperanza de los malos fracasará. 29 Fortaleza es para el íntegro la senda de Adonai; pero ruina para los malhe chores. 30 Jamás el justo será conmovido, pero los malos no habitarán la tierra. 31 La boca del justo da frutos de sabiduría, la lengua perversa será cortada.

32 Los labios del justo saben de benevolencia; la boca de los malos, de per versidad. Proverbios 11 1 Abominación de Adonai la balanza falsa, pero el peso justo gana su favor. 2 Detrás de la insolencia viene el insulto; mas con los modosos está la sabidu ría. 3 A los rectos su integridad les guía; a los pérfidos les arruina su perversid ad. 4 Nada servirán riquezas el día de la ira, mas la justicia libra de la muerte. 5 A los íntegros su justicia les allana el camino, pero el malo cae en su ma licia. 6 A los rectos les salva su justicia, los pérfidos en su codicia son atrapad os. 7 En la muerte del malo se esfuma su esperanza, la confianza en las riquez as se desvanece. 8 El justo es librado de la angustia, y el malo viene a ocupar su lugar. 9 Con la boca el impío pierde a su vecino, por la ciencia se libran los just os. 10 Con el bien de los justos la ciudad se regocija, con la perdición de los m alos grita de alegría. 11 Con la bendición de los rectos, se levanta la ciudad; la boca de los malos la destruye. 12 Quien desprecia a su vecino es un insensato; el hombre discreto se calla . 13 El que anda calumniando descubre secretos, el de espíritu leal oculta las cosas. 14 Donde no hay buen gobierno, el pueblo se hunde; abundancia de consejeros , trae salvación. 15 El mal se busca quien avala al desconocido, quien no es amigo de chocar la mano está seguro. 16 Mujer graciosa consigue honor, y los audaces consiguen la riqueza. 17 A sí mismo se beneficia el que es compasivo, a sí mismo se perjudica el homb re cruel. 18 El malo consigue un jornal falso; el que siembra justicia, un salario ve rdadero. 19 Al que establece justicia, la vida, al que obra el mal, la muerte. 20 A los de corazón torcido abomina Adonai; a los de camino intachable da su favor. 21 De cierto que el malo no quedará impune, mas la raza de los justos quedará a salvo. 22 Anillo de oro en nariz de un puerco, mujer hermosa pero sin gusto. 23 El deseo de los justos es sólo el bien, la esperanza de los malos, la ira. 24 Hay quien gasta y todavía va a más; y hay quien ahorra en demasía sólo para veni r a menos. 25 El alma generosa será colmada, y el que sacia a otro la sed, también será saci ado. 26 El pueblo maldice al que acapara trigo; bendición para la cabeza del que v ende. 27 Quien busca el bien, se procura favor, quien va tras el mal, le saldrá al encuentro. 28 Quien confía en su riqueza, ése caerá, los justos brotarán como follaje. 29 Quien desordena su casa, hereda viento, el insensato será esclavo del sabi o. 30 El fruto del justo es un árbol de vida; cautivador de las almas es el sabi o. 31 Si el justo recibe su recompensa en la tierra, ¡cuánto más el pecador y el mal o! Proverbios 12

1 El que ama la instrucción ama la ciencia, el que odia la reprensión es tonto . 2 El bueno obtiene el favor de Adonai; pero él condena al hombre taimado. 3 Nadie se afianza por la maldad, la raíz de los justos no vacilará. 4 Mujer virtuosa, corona del marido, mujer desvergonzada, caries en los hu esos. 5 Las intenciones de los justos son equidad, los planes de los malos, son engaño. 6 Las palabras de los malos son trampas sangrientas, pero a los rectos su boca los pone a salvo. 7 Derribados los malos, no existen ya más, mas la casa de los justos permane ce. 8 Se alaba al hombre según su prudencia, el de corazón torcido será despreciado. 9 Más vale hombre sencillo que tiene un esclavo, que hombre glorioso a quien falta el pan. 10 El justo se cuida de su ganado, pero las entrañas de los malos son crueles . 11 Quien cultiva su tierra se hartará de pan, quien persigue naderías es un ins ensato. 12 El placer del impío está en la maquinación de los malvados, pero la raíz de los justos producirá. 13 En el delito de los labios hay una trampa fatal, pero el justo saldrá de l a angustia. 14 Por el fruto de su boca, se harta de bien el hombre, cada cual recibe el salario de sus obras. 15 El necio tiene por recto su camino, pero el sabio escucha los consejos. 16 El necio, al momento descubre su pena, el prudente oculta la ignominia. 17 Quien declara la verdad, descubre la justicia; el testigo mentiroso, la falsedad. 18 Quien habla sin tino, hiere como espada; mas la lengua de los sabios cur a. 19 Los labios sinceros permanecen por siempre, la lengua mentirosa dura un instante. 20 Fraude en el corazón de quien trama el mal; gozo para los que aconsejan pa z. 21 Ninguna desgracia le sucede al justo, pero los malos están llenos de miser ias. 22 Los labios mentirosos abomina Adonai; los que practican la verdad alcanz an su favor. 23 El hombre cauto oculta su ciencia, el corazón del insensato proclama su ne cedad. 24 La mano diligente obtiene el mando; la flojedad acaba en trabajos forzad os. 25 Ansiedad en el corazón deprime al hombre, pero una palabra buena le causa alegría. 26 El justo enseña el camino a su prójimo, el camino de los malos los extravía. 27 El indolente no pone a asar su caza; la diligencia es la mejor fortuna d el hombre. 28 En la senda de la justicia está la vida; el camino de los rencorosos lleva a la muerte. Proverbios 13 1 El hijo sabio atiende a la instrucción de su padre, el arrogante no escuch a la reprensión. 2 Con el fruto de su boca, come el hombre lo que es bueno, pero el alma de los pérfidos se nutre de violencia. 3 Quien vigila su boca, guarda su vida; quien abre sus labios, busca su ru ina. 4 Tiene hambre el perezoso, mas no se cumple su deseo; el deseo de los dil igentes queda satisfecho.

5 El justo odia la palabra mentirosa, pero el malo infama y deshonra. 6 La justicia guarda al íntegro en su camino, mas la maldad arruina al pecad or. 7 Hay quien se hace el rico y nada tiene, hay quien se hace el pobre y tie ne gran fortuna. 8 El precio de la vida de un hombre es su riqueza; pero el pobre no hace c aso a la amenaza. 9 La luz de los justos alegremente luce, la lámpara de los malos se apaga. 10 La insolencia sólo disputas proporciona; con los que admiten consejos está l a sabiduría. 11 Fortuna rápida, vendrá a menos, quien junta poco a poco, irá en aumento. 12 Espera prolongada enferma el corazón; árbol de vida es el deseo cumplido. 13 Quien desprecia la palabra se perderá, quien respeta el mandato se salvará. 14 La lección del sabio es fuente de vida, para sortear las trampas de la mue rte. 15 Una gran prudencia alcanza favor, el camino de los pérfidos no tiene fin, 16 Todo hombre cauto obra con conocimiento, el tonto ostenta su necedad. 17 Mensajero perverso cae en desgracia, mensajero leal trae la curación. 18 Miseria e ignominia al que rechaza la instrucción, gloria al que acepta la reprensión. 19 Deseo cumplido, dulzura para el alma, los necios detestan abandonar el m al. 20 El que anda con los sabios será sabio; quien frecuenta los necios se hará ma lo. 21 A los pecadores los persigue la desgracia, los justos son colmados de di cha. 22 El hombre de bien deja herencia a los hijos de sus hijos, al justo se re serva la riqueza del pecador. 23 Las roturas de los pobres dan mucho de comer; pero hay perdición cuando fa lta justicia. 24 Quien escatima la vara, odia a su hijo, quien le tiene amor, le castiga. 25 Come el justo y queda satisfecho, pero el vientre de los malos pasa nece sidad. Proverbios 14 1 La Sabiduría edifica su casa; le Necedad con sus manos la destruye. 2 Quien anda en rectitud, teme a Adonai; el de torcido camino le desprecia . 3 En la boca del necio hay una raíz de orgullo, pero los labios de los sabio s los protegen. 4 Donde no hay bueyes, pesebre vacío; cosecha abundante con la fuerza del to ro. 5 Testigo veraz no miente, testigo falso respira mentiras. 6 Busca el arrogante la sabiduría pero en vano, al inteligente la ciencia le es fácil. 7 Apártate del hombre necio, pues no conocerías labios doctos. 8 Sabiduría del cauto es atender a su conducta, la necedad de los tontos es engaño. 9 De los necios se aparta el sacrificio expiatorio, pero entre los rectos se encuentra el favor de Di-s. 10 El corazón conoce su propia amargura, y con ningún extraño comparte su alegría. 11 La casa de los malos será destruida, la tienda de los rectos florecerá. 12 Hay caminos que parecen rectos, pero, al cabo, son caminos de muerte. 13 También en el reír padece el corazón, y al cabo la alegría es dolor. 14 El perverso de corazón está satisfecho de su conducta, y el hombre de bien, de sus obras. 15 El simple cree cuanto se dice, el cauto medita sus propios pasos. 16 El sabio teme el mal y de él se aparta, el necio es presuntuoso y confiado .

17 El de genio pronto, hace necedades, el hombre artero es odiado. 18 La herencia de los simples es la necedad, los cautos son coronados de ci encia. 19 Los malos se postran ante los buenos, los malvados a la puerta de los ju stos. 20 Incluso a su vecino es odioso el pobre, pero son muchos los amigos del r ico. 21 Quien desprecia a su vecino comete pecado; dichoso el que tiene piedad d e los pobres. 22 ¿No andan extraviados los que planean el mal?; amor y lealtad a los que pl anean el bien. 23 Todo trabajo produce abundancia, la charlatanería sólo indigencia. 24 Corona de los sabios es la riqueza, la necedad de los insensatos es nece dad. 25 Salvador de vidas es el testigo veraz, quien profiere mentira es un impo stor. 26 El temor de Adonai es seguridad inexpugnable; sus hijos tendrán en él refugi o. 27 El temor de Adonai es fuente de vida, para apartarse de las trampas de l a muerte. 28 Pueblo numeroso, gloria del rey; pueblo escaso, ruina del príncipe. 29 El tardo a la ira tiene gran prudencia, el de genio pronto pone de manif iesto su necedad 30 El corazón manso es vida del cuerpo; la envidia es caries de los huesos. 31 Quien oprime al débil, ultraja a su Hacedor; mas el que se apiada del pobr e, le da gloria. 32 El malo es derribado por su propia malicia, el justo en su integridad ha lla refugio. 33 En corazón inteligente descansa la sabiduría, en el corazón de los necios no e s conocida. 34 La justicia eleva a las naciones, el pecado es la vergüenza de los pueblos . 35 El favor del rey para el siervo prudente; y su cólera para el que le avergüe nza. Proverbios 15 1 Una respuesta suave calma el furor, una palabra hiriente aumenta la ira. 2 La lengua de los sabios hace agradable la ciencia, la boca de los insens atos esparce necedad. 3 En todo lugar, los ojos de Adonai, observando a los malos y a los buenos . 4 Lengua mansa, árbol de vida, lengua perversa rompe el alma. 5 El tonto desprecia la corrección de su padre; quien sigue la reprensión es c auto. 6 La casa del justo abunda en riquezas, en las rentas del malo no falta in quietud. 7 Los labios de los sabios siembran ciencia, pero no así el corazón de los nec ios. 8 Adonai abomina el sacrificio de los malos; la oración de los rectos alcanz a su favor. 9 Adonai abomina el camino malo; y ama al que va tras la justicia. 10 Corrección severa a quien deja el camino; el que odia la reprensión perecerá. 11 Seol y Perdición están ante Adonai: ¡cuánto más los corazones de los hombres! 12 El arrogante no quiere ser reprendido, no va junto a los sabios. 13 Corazón alegre hace buena cara, corazón en pena deprime el espíritu. 14 Corazón inteligente busca la ciencia, los labios de los necios se alimenta n de necedad. 15 Todos los días del pobre son malos, para el corazón dichoso, banquetes sin f in. 16 Mejor es poco con temor de Adonai, que gran tesoro con inquietud.

17 Más vale un plato de legumbres, con cariño, que un buey cebado, con odio. 18 El hombre violento provoca disputas, el tardo a la ira aplaca las querel las. 19 El camino del perezoso es como un seto de espinos. la senda de los recto s es llana. 20 El hijo sabio es la alegría de su padre, el hombre necio desprecia a su ma dre. 21 La necedad alegra al insensato, el hombre inteligente camina en derechur a. 22 Donde no hay consultas, los planes fracasan; con muchos consejeros, se l levan a cabo. 23 El hombre halla alegría en la respuesta de su boca; una palabra a tiempo, ¡q ué cosa más buena! 24 Camino de la vida, hacia arriba, para el sabio, para que se aparte del s eol, que está abajo. 25 La casa de los soberbios la destruye Adonai, y mantiene en pie los linde ros de la viuda. 26 Adonai abomina los proyectos perversos; pero son puras las palabras agra dables. 27 Quien se da al robo, perturba su casa, quien odia los regalos, vivirá. 28 El corazón del justo recapacita para responder, la boca de los malos espar ce maldades. 29 Adonai se aleja de los malos, y escucha la plegaria de los justos. 30 Una mirada luminosa alegra el corazón, una buena noticia reanima el vigor. 31 Oído que escucha reprensión saludable, tiene su morada entre los sabios. 32 Quien desatiende la corrección se desprecia a sí mismo, quien escucha la rep rensión adquiere sensatez. 33 El temor de Adonai instruye en sabiduría: y delante de la gloria va la hum ildad. Proverbios 16 1 Al hombre, los planes del corazón; pero de Adonai, la respuesta. 2 Al hombre le parecen puros todos sus caminos, pero Adonai pondera los es píritus. 3 Encomienda tus obras a Adonai y tus proyectos se llevarán a cabo. 4 Todas las obras de Adonai tienen su propio fin, hasta el malvado, para e l día del mal 5 Adonai abomina al de corazón altivo, de cierto no quedará impune. 6 Con amor y lealtad se expía la falta; con el temor de Adonai se evita el m al. 7 Cuando Adonai se complace en la conducta de un hombre. hasta a sus enemi gos los reconcilia con él. 8 Más vale poco, con justicia, que mucha renta sin equidad. 9 El corazón del hombre medita su camino, pero es Adonai quien asegura sus p asos 10 Oráculo en los labios del rey: en el juicio no comete falta su boca. 11 De Adonai son la balanza y los platillos justos, todas las pesas del sac o son obra suya. 12 Los reyes aborrecen las malas acciones, pues su trono en la justicia se afianza. 13 El favor del rey para los labios justos; y ama al que habla rectamente. 14 El furor del rey es mensajero de muerte; pero el hombre sabio lo apacigu a. 15 Si el rostro del rey se ilumina, hay vida; su favor es como nube de lluv ia tardía. 16 Adquirir sabiduría, cuánto mejor que el oro; adquirir inteligencia es prefer ible a la plata. 17 La calzada de los rectos es apartarse del mal; el que atiende a su camin o, guarda su alma.

18 La arrogancia precede a la ruina; el espíritu altivo a la caída. 19 Mejor es ser humilde con los pobres que participar en el botín con los sob erbios. 20 El que está atento a la palabra encontrará la dicha, el que confía en Adonai s erá feliz. 21 Al de corazón sabio, se le llama inteligente, la dulzura de labios aumenta el saber. 22 La prudencia es fuente de vida para el que la tiene, el castigo de los n ecios es la necedad. 23 El corazón del sabio hace circunspecta su boca, y aumenta el saber de sus labios. 24 Palabras suaves, panal de miel: dulces al alma, saludables al cuerpo. 25 Hay caminos que parecen rectos, pero al cabo son caminos de muerte. 26 El ansia del trabajador para él trabaja, pues le empuja el hambre de su bo ca. 27 El hombre malvado trama el mal, tiene en los labios como un fuego ardien te. 28 El hombre perverso provoca querellas, el delator divide a los amigos. 29 El hombre violento seduce al vecino, y le hace ir por camino no bueno. 30 Quien cierra los ojos es para meditar maldades, el que se muerde los lab ios, ha consumado el mal. 31 Cabellos blancos son corona de honor; y en el camino de la justicia se l a encuentra. 32 Más vale el hombre paciente que el héroe, el dueño de sí que el conquistador de ciudades. 33 Se echan las suertes en el seno, pero la decisión viene de Adonai. Proverbios 17 1 Mejor es un mendrugo de pan a secas, pero con tranquilidad, que casa lle na de sacrificios de discordia. 2 El siervo prudente prevalece sobre el hijo sin honra; tendrá, con los herm anos, parte en la herencia. 3 Crisol para la plata, horno para el oro; los corazones, Adonai mismo los prueba. 4 El malo está atento a los labios inicuos, el mentiroso presta oído a la leng ua perversa. 5 Quien se burla de un pobre, ultraja a su Hacedor, quien se ríe de la desgr acia no quedará impune. 6 Corona de los ancianos son los hijos de los hijos; los padres son el hon or de los hijos. 7 Al necio no le sienta un lenguaje pulido, y aún menos al noble un hablar e ngañoso. 8 El obsequio es un talismán, para el que puede hacerlo; dondequiera que vay a, tiene éxito. 9 El que cubre un delito, se gana una amistad el que propala cosas, divide a los amigos. 10 Más afecta un reproche a un hombre inteligente que cien golpes a un necio. 11 El malvado sólo busca rebeliones, pero le será enviado un cruel mensajero. 12 Mejor topar con osa privada de sus cachorros que con tonto en su necedad . 13 Si uno devuelve mal por bien no se alejará la desdicha de su casa. 14 Entablar proceso es dar curso libre a las aguas; interrúmpelo antes de que se extienda. 15 Justificar al malo y condenar al justo; ambas cosas abomina Adonai. 16 ¿De qué sirve la riqueza en manos del necio? ¿Para adquirir sabiduría, siendo un insensato? 17 El amigo ama en toda ocasión, el hermano nace para tiempo de angustia. 18 Es hombre insensato el que choca la mano y sale fiador de su vecino. 19 El que ama el pecado, ama los golpes, el que es altanero, busca la ruina

. 20 El de corazón pervertido, no hallará la dicha; el de lengua doble caerá en des gracia. 21 El que engendra un necio, es para su mal; no tendrá alegría el padre del ins ensato. 22 El corazón alegre mejora la salud; el espíritu abatido seca los huesos. 23 El malo acepta regalos en su seno, para torcer las sendas del derecho. 24 Ante el hombre inteligente está la sabiduría, los ojos del necio en los conf ines de la tierra. 25 Hijo necio, tristeza de su padre, y amargura de la que lo engendró. 26 No es bueno poner multa al justo, golpear a los nobles es contra derecho . 27 El que retiene sus palabras es conocedor de la ciencia, el de sangre fría es hombre inteligente. 28 Hasta al necio, si calla, se le tiene por sabio, por inteligente, si cie rra los labios. Proverbios 18 1 El que vive apartado, busca su capricho, se enfada por cualquier consejo . 2 El necio no halla gusto en la prudencia, sino en manifestar su corazón. 3 Cuando llega la maldad, también llega el desprecio; y con la afrenta viene la ignominia. 4 Las palabras en la boca del hombre son aguas profundas: torrente desbord ado, fuente de sabiduría. 5 No es bueno tener miramientos con el malo, para quitar, en el juicio, la razón al justo. 6 Los labios del necio se meten en el proceso, y su boca llama a los golpe s. 7 La boca del necio es su ruina, y sus labios una trampa para su vida. 8 Las palabras del delator son golosinas, que bajan hasta el fondo de las entrañas. 9 El que es perezoso en el trabajo, es hermano del que destruye. 10 El nombre de Adonai es torre fuerte, a ella corre el justo y no es alcan zado. 11 La fortuna del rico es su plaza fuerte; como muralla inexpugnable, en su opinión. 12 El corazón humano se engríe antes de la ruina, y delante de la gloria va la humildad. 13 Si uno responde antes de escuchar eso es para él necedad y confusión. 14 El ánimo del hombre lo sostiene en su enfermedad; pero perdido el ánimo, ¿quién lo levantará? 15 Corazón inteligente adquiere ciencia, el oído de los sabios busca la ciencia . 16 El regalo de un hombre todo se lo allana, y le lleva hasta la presencia de los grandes. 17 Parece justo el primero que pleitea; mas llega su contendiente y lo pone al descubierto. 18 Las suertes ponen fin a los litigios y deciden entre los poderosos. 19 Un hermano ofendido es peor que una plaza fuerte, y las querellas son co mo cerrojos de ciudadela. 20 Con el fruto de la boca sacia el hombre su vientre, con los frutos de su s labios se sacia. 21 Muerte y vida están en poder de la lengua, el que la ama comerá su fruto. 22 23 24 no.

Quien halló mujer, halló cosa buena, y alcanzó favor de Adonai. El pobre habla suplicando, pero el rico responde con dureza. Hay amigos que causan la ruina, y hay quien ama con más apego que un herma

Proverbios 19 1 Mejor es el pobre que camina en su integridad que el de labios perversos y además necio. 2 Tampoco es bueno el afán cuando falta la ciencia, el de pies precipitados se extravía. 3 La necedad del hombre pervierte su camino, y luego en su corazón se irrita contra Adonai. 4 La riqueza multiplica los amigos, pero el pobre de su amigo es separado. 5 El testigo falso no quedará impune, el que profiere mentiras no escapará. 6 Son numerosos los que halagan al noble, todos son amigos del hombre que da. 7 Los hermanos del pobre le odian todos, ¡cuánto más se alejarán de él los amigos!Pe rsigue palabras, pero no hay. 8 El que adquiere cordura se ama a sí mismo, el que sigue la prudencia, hall ará la dicha. 9 El testigo falso no quedará impune, el que profiere mentiras perecerá. 10 No sienta bien al necio vivir en delicias, y menos al siervo dominar a l os príncipes. 11 La prudencia del hombre domina su ira, y su gloria es dejar pasar una of ensa. 12 Como rugido de león la indignación del rey, su favor, como rocío sobre la hier ba. 13 El hijo necio, calamidad para su padre, goteo sin fin las querellas de m ujer. 14 Casa y fortuna se heredan de los padres, mujer prudente viene de Adonai. 15 La pereza hunde en el sopor, el alma indolente pasará hambre. 16 Quien guarda los mandatos se guarda a sí mismo, quien desprecia sus camino s morirá. 17 Quien se apiada del débil, presta a Adonai, el cual le dará su recompensa. 18 Mientras hay esperanza corrige a tu hijo, pero no te excites hasta hacer le morir. 19 El iracundo carga con la multa; pues si le perdonas, se la tendrás que aum entar. 20 Escucha el consejo, acoge la corrección, para llegar, por fin, a ser sabio . 21 Muchos proyectos en el corazón del hombre, pero sólo el plan de Adonai se re aliza. 22 Lo que se desea en un hombre es la bondad, más vale un pobre que un mentir oso. 23 El temor de Adonai es para vida, vive satisfecho sin ser visitado por el mal. 24 El perezoso hunde la mano en el plato, y no es capaz ni de llevarla a la boca. 25 Golpea al arrogante y el simple se volverá sensato; reprende al inteligent e y alcanzará el saber. 26 El que despoja a su padre y expulsa a su madre, es hijo infamante y desv ergonzado. 27 Deja ya, hijo, de escuchar la instrucción, y de apartarte de las palabras de la ciencia. 28 El testigo malvado se burla del derecho; la boca de los malos devora ini quidad. 29 Los castigos están hechos para los arrogantes; y los golpes para la espald a de los necios. Proverbios 20 1 Arrogante es el vino, tumultuosa la bebida; quien en ellas se pierde, no llegará a sabio. 2 Como rugido de león la indignación del rey, el que la excita, se daña a sí mismo . 3 Es gloria para el hombre apartarse de litigios, pero todo necio se sale

de sí. 4 A partir del otoño, el perezoso no trabaja, en la cosecha busca, pero no h ay nada. 5 El consejo en el corazón del hombre es agua profunda, el hombre inteligent e sabrá sacarla. 6 Muchos hombres se dicen piadosos; pero un hombre fiel, ¿quién lo encontrará? 7 El justo camina en la integridad; ¡dichosos sus hijos después de él! 8 Un rey sentado en el tribunal disipa con sus ojos todo mal. 9 ¿Quién puede decir: "Purifiqué mi corazón, estoy limpio de mi pecado?" 10 Dos pesos y dos medidas, ambas cosas aborrece Adonai. 11 Incluso en sus acciones da el muchacho a conocer si sus obras serán puras y rectas. 12 El oído que oye y el ojo que ve; ambas cosas las hizo Adonai. 13 No ames el sueño, para no hacerte pobre; ten abiertos los ojos y te hartarás de pan. 14 "¡Malo, malo!" dice el comprador, pero al marchar se felicita. 15 Hay oro y numerosas perlas, pero los labios instruidos son la cosa más pre ciosa. 16 Tómale su vestido, pues salió fiador de otro; tómale prenda por los extraños. 17 El pan de fraude le es dulce al hombre, pero luego la boca se llena de g rava. 18 Los proyectos con el consejo se afianzan: haz con táctica la guerra. 19 El que anda murmurando descubre secretos; no andes con quien tiene la le ngua suelta. 20 Al que maldice a su padre y a su madre, se le extinguirá su lámpara en medio de tinieblas. 21 Herencia adquirida al principio con presteza, no será a la postre bendecid a. 22 No digas: "Voy a devolver el mal"; confía en Adonai, que te salvará. 23 Tener dos pesas lo abomina Adonai; tener balanzas falsas no está bien. 24 De Adonai dependen los pasos del hombre: ¿cómo puede el hombre comprender su camino? 25 Lazo es para el hombre pronunciar a la ligera: "¡Sagrado!" y después de habe r hecho el voto reflexionar. 26 Un rey sabio aventa a los malos y hace pasar su rueda sobre ellos. 27 Lámpara de Adonai es el hálito del hombre que explora hasta el fondo de su s er. 28 Bondad y lealtad custodian al rey, fundamenta su trono en la bondad. 29 El vigor es la belleza de los jóvenes, las canas el ornato de los viejos. 30 Las cicatrices de las heridas son remedio contra el mal, los golpes cura n hasta el fondo de las entrañas. Proverbios 21 1 Corriente de agua es el corazón del rey en la mano de Adonai, que él dirige donde quiere. 2 Al hombre le parecen rectos todos sus caminos, pero es Adonai quien pesa los corazones. 3 Practicar la justicia y la equidad, es mejor ante Adonai que el sacrific io. 4 Ojos altivos, corazón arrogante, antorcha de malvados, es pecado. 5 Los proyectos del diligente, todo son ganancia; para el que se precipita , todo es indigencia. 6 Hacer tesoros con lengua engañosa, es vanidad fugitiva de quienes buscan l a muerte. 7 La violencia de los malos los domina, porque se niegan a practicar la eq uidad. 8 Tortuoso es el camino del hombre criminal, pero el puro es recto en sus obras. 9 Mejor es vivir en la esquina del terrado, que casa en común con mujer liti

giosa. 10 El alma del malvado desea el mal, su vecino no halla gracia a sus ojos. 11 Cuando se castiga al arrogante, el simple se hace sabio; cuando se instr uye al sabio, adquiere ciencia. 12 El Justo observa la casa del malvado, y arroja a los malvados a la desgr acia. 13 Quien cierra los oídos a las súplicas del débil clamará también él y no hallará respu sta. 14 Regalo a escondidas, aplaca la cólera, y obsequio oculto, la ira violenta. 15 Alegría para el justo es el cumplimiento de la justicia, pero horror para los que hacen el mal. 16 El hombre que se aparta del camino de la prudencia reposará en la asamblea de las sombras. 17 Se arruina el hombre que ama el placer, no será rico el aficionado a banqu etes. 18 Rescate del justo es el malo, y en lugar de los rectos, el traidor. 19 Mejor es habitar en el desierto que con mujer litigiosa y triste. 20 Tesoro precioso y aceite en la casa del sabio, pero el hombre necio los devora. 21 Quien va tras la justicia y el amor hallará vida, justicia y honor. 22 El sabio escala la ciudad de los fuertes, y derriba la fortaleza en que confiaban. 23 El que guarda su boca y su lengua, guarda su alma de la angustia. 24 Al insolente y altivo se le llama: "arrogante"; actúa en el exceso de su i nsolencia. 25 El deseo del perezoso le lleva a la muerte, porque sus manos rehúsan el tr abajo. 26 Todo el día está el malo codicioso; pero el justo da sin rehusar jamás. 27 El sacrificio de los malos es abominable, sobre todo si se ofrece con ma la intención. 28 El testigo falso perecerá, el hombre que escucha, por siempre podrá hablar. 29 30 31 ai.

El hombre malo se muestra atrevido, el recto afianza su camino. No hay sabiduría, ni hay prudencia ni hay consejo, delante de Adonai. Se prepara el caballo para el día del combate, pero la victoria es de Adon

Proverbios 22 1 Más vale buen nombre que muchas riquezas, y mejor es favor que plata y oro . 2 El rico y el pobre se encuentran, a los dos los hizo Adonai. 3 El hombre precavido ve el mal y se esconde, los simples pasan y reciben castigo. 4 Premio de la humildad, el temor de Adonai, la riqueza, el honor y la vid a. 5 Espinas y lazos en la senda del malo, el que cuida de su vida, se aleja de ellos. 6 Instruye al joven según sus disposiciones, que luego, de viejo, no se apar tará de ellas. 7 El rico domina a los pobres, el deudor es esclavo de su acreedor. 8 Quien siembra injusticia cosecha miserias y la vara de su cólera desaparec erá. 9 El de buena intención será bendito, porque da de su pan al débil. 10 Expulsa al arrogante y se irá el litigio, y pleitos e injurias cesarán. 11 El que ama los corazones puros, el de gracia en los labios, es amigo del rey. 12 Los ojos de Adonai custodian la ciencia, pero confunden las palabras del pérfido.

13 El perezoso dice: "Hay fuera un león; voy a ser muerto en medio de la call e." 14 Fosa profunda la boca de las mujeres ajenas: aquel contra el que Adonai se aíra, caerá en ella. 15 La necedad está enraizada en el corazón del joven, la vara de la instrucción l o alejará de ella. 16 El que oprime a un débil, lo engrandece; el que da a un rico, llega a empo brecerlo. 17 Presta oído y escucha las palabras de los sabios, y aplica tu corazón a mi c iencia, 18 porque te será dulce guardarlas en tu seno, y tener todas a punto en tus l abios. 19 Para que esté en Adonai tu confianza también a ti hoy te enseñaré. 20 ¿No he escrito para ti treinta capítulos de consejos y ciencia, 21 para hacerte conocer la certeza de las palabras verdaderas, y puedas res ponder palabras verdaderas a quien te envíe? 22 No despojes al débil, porque es débil, y no aplastes al desdichado en la pue rta, 23 porque Adonai defenderá su causa y despojará de la vida a los despojadores. 24 No tomes por compañero a un hombre airado, ni vayas con un hombre violento , 25 no sea que aprendas sus senderos, y te encuentres con un lazo para tu vi da. 26 No seas de los que chocan la mano, y salen fiadores de préstamos: 27 porque si no tienes con qué pagar, te tomarán el lecho en que te acuestas. 28 No desplaces el lindero antiguo que tus padres pusieron. 29 ¿Has visto un hombre hábil en su oficio?Se colocará al servicio de los reyes.N o quedará al servicio de gentes oscuras. Proverbios 23 1 Si te sientas a comer con poderoso, mira bien al que está frente a ti; 2 pon un cuchillo a tu garganta si eres hombre de apetito; 3 no desees sus manjares, porque es alimento engañoso. 4 No te fatigues por enriquecerte, deja de pensar en ello. 5 Pones tus ojos en ello y no hay nada.Porque se hace alas como águila, y se vuela hasta el cielo. 6 No comas pan con hombre de malas intenciones, ni desees sus manjares. 7 Porque, según lo que calcula en su interior, te dice: "¡Come y bebe!", pero su corazón no está contigo. 8 Nada más comer lo vomitarías y tus palabras amables serían tu ruina. 9 A oídos de necio no hables, porque se burlará de la prudencia de tus dichos. 10 No desplaces el lindero antiguo, no entres en el campo de los huérfanos, 11 porque su vengador es poderoso, y defendería su pleito contra ti. 12 Aplica tu corazón a la instrucción, y tus oídos a las palabras de la ciencia. 13 No ahorres corrección al niño, que no se va a morir porque le castigues con la vara. 14 Con la vara le castigarás y librarás su alma del seol. 15 Hijo mío, si tu corazón es sabio, se alegrará también mi corazón, 16 y exultarán mis riñones al decir tus labios cosas rectas. 17 No envidie tu corazón a los pecadores, más bien en el temor de Adonai perman ezca todo el día, 18 19 20 e, 21 22 ieja. 23

porque hay un mañana, y tu esperanza no será aniquilada. Escucha, hijo, y serás sabio, y endereza tu corazón por el camino... No seas de los que se emborrachan de vino, ni de los que se ahítan de carn porque borracho y glotón se empobrecen y el sopor se viste de harapos. Escucha a tu padre, que él te engendró, y no desprecies a tu madre por ser v Adquiere la verdad y no la vendas: la sabiduría, la instrucción, la intelige

ncia. 24 El padre del justo rebosa de gozo, quien engendra un sabio por él se regoc ija. 25 Se alegrarán tu padre y tu madre, y gozará la que te ha engendrado. 26 Dame, hijo mío, tu corazón, y que tus ojos hallen deleite en mis caminos. 27 Fosa profunda es la prostituta, pozo angosto la mujer extraña. 28 También ella como ladrón pone emboscadas, y multiplica entre los hombres los traidores. 29 ¿Para quién las "Desgracias"? ¿para quién los "Ayes"? ¿para quién los litigios? ¿para quién los lloros? ¿para quién los golpes sin motivo? ¿para quién los ojos turbios? 30 Para los que se eternizan con el vino, los que van en busca de vinos mez clados. 31 No mires el vino: ¡Qué buen color tiene! ¡cómo brinca en la copa! ¡qué bien entra! 32 Pero, a la postre, como serpiente muerde, como víbora pica. 33 Tus ojos verán cosas extrañas, y tu corazón hablará sin ton ni son. 34 Estarás como acostado en el corazón del mar, o acostado en la punta de un mást il. 35 "Me han golpeado, pero no estoy enfermo; me han tundido a palos, pero no lo he sentido, ¿Cuándo me despertaré...?, me lo seguiré preguntando." Proverbios 24 1 No tengas envidia de los malos, no desees estar con ellos, 2 porque su corazón trama violencias, y sus labios hablan de desgracias. 3 Con la sabiduría se construye una casa, y con la prudencia se afianza; 4 con la ciencia se llenan los cilleros de todo bien precioso y deseable. 5 El varón sabio está fuerte, el hombre de ciencia fortalece su vigor; 6 porque con sabios consejos harás la guerra, y en la abundancia de consejer os está el éxito. 7 Muy alta está la sabiduría para el necio: no abre su boca en la puerta. 8 Al que piensa en hacer mal, se le llama maestro en intrigas. 9 La necedad sólo maquina pecados, el arrogante es abominable a los hombres. 10 Si te dejas abatir el día de la angustia, angosta es tu fuerza. 11 Libra a los que son llevados a la muerte, y a los conducidos al suplicio ¡si los pudieras retener! 12 Si dices: "Mira que no lo sabíamos", ¿acaso el que pesa los corazones no com prende? ¿el que vigila tu alma, no lo sabe?El da a cada hombre según sus obras. 13 Come miel, hijo mío, porque es buena.Panal de miel es dulce a tu paladar. 14 Pues sábete que así será la sabiduría para tu alma, y si la hallas, hay un mañana, y tu esperanza no será aniquilada. 15 No pongas, malvado, asechanzas en la mansión del justo, no hagas violencia a su morada. 16 Que siete veces cae el justo, pero se levanta, mientras los malos se hun den en la desgracia. 17 No te alegres por la caída de tu enemigo, no se goce tu corazón cuando se hu nde; 18 no sea que lo vea Adonai y le desagrade, y aparte de él su ira. 19 No te enfurezcas por causa de los malvados, ni tengas envidia de los mal os. 20 Porque para el malvado no hay un mañana: la lámpara de los malos se extingui rá. 21 Teme, hijo mío, a Adonai y al rey, no te relaciones con los innovadores, 22 porque al instante surgirá su calamidad, y ¿quién sabe el castigo que pueden a mbos dar? 23 También esto pertenece a los sabios:Hacer acepción de personas en el juicio no está bien. 24 Al que dice al malo: "Eres justo", le maldicen los pueblos y le detestan las naciones; 25 los que los castigan, viven felices, y viene sobre ellos la bendición del bien.

26 Besa en los labios, el que responde con franqueza. 27 Ordena tus trabajos de fuera y prepara tus faenas en el campo; y después p uedes construirte tu casa. 28 No des testimonio, en vano, contra tu prójimo, ni engañes con tus labios. 29 No digas: "Como él me ha hecho a mí, le haré yo a él, daré a cada uno según sus obra s." 30 He pasado junto al campo de un perezoso, y junto a la viña de un hombre in sensato, 31 y estaba todo invadido de ortigas, los cardos cubrían el suelo, la cerca d e piedras estaba derruída. 32 Al verlo, medité en mi corazón, al contemplarlo aprendí la lección: 33 "Un poco dormir, otro poco dormitar, otro poco tumbarse con los brazos c ruzados 34 y llegará, como vagabundo, tu miseria y como un mendigo tu pobreza." Proverbios 25 1 También estos son proverbios de Salomón, transcritos por los hombres de Ezeq uías, rey de Judá. 2 Es gloria de Di-s ocultar una cosa, y gloria de los reyes escrutarla. 3 Los cielos por su altura, la tierra por su profundidad, y el corazón de lo s reyes: son inescrutables. 4 Quita las escorias de la plata, y quedará enteramente pura; 5 quita al malo de delante del rey, y su trono se afianzará en la justicia. 6 No te des importancia ante el rey, no te coloques en el sitio de los gra ndes; 7 porque es mejor que te digan: "Sube acá", que ser humillado delante del prín cipe.Lo que han visto tus ojos, 8 no te apresures a llevarlo a juicio; pues ¿qué harás a la postre cuando tu próji mo te confunda? 9 Defiende tu causa contra tu prójimo, pero no descubras los secretos de otr o, 10 no sea que el que lo oye te avergüence, y que tu difamación no tenga vuelta. 11 Manzanas de oro con adornos de plata, es la palabra dicha a tiempo. 12 Anillo de oro, o collar de oro fino, la reprensión sabia en oído atento. 13 Como frescor de nieve el día de la siega el mensajero leal, para el que lo envía: conforta el ánimo de su señor. 14 Nubes y viento, pero no lluvia, el hombre que se jacta de que va a hacer un regalo, pero miente. 15 Con paciencia se persuade al juez, una lengua dulce quebranta los huesos . 16 ¿Has hallado miel?, come lo que necesites; no llegues a hartarte y la vomi tes. 17 Pon tu pie pocas veces en casa del vecino, no sea que se hastíe y te aborr ezca. 18 Martillo, espada, flecha aguda: es el hombre que da testimonio falso con tra su prójimo. 19 Diente roto, pie titubeante: la confianza en el pérfido, el día de la angust ia, 20 como quitar el vestido en día helado.Poner vinagre sobre salitre, es canta r canciones a un corazón triste. 21 Si tu enemigo tiene hambre, dale de comer, si tiene sed, dale de beber; 22 así amontonas sobre su cabeza brasas y Adonai te dará la recompensa. 23 El viento norte trae la lluvia, la lengua que disimula, rostros airados. 24 Mejor es vivir en la esquina del terrado, que casa en común con mujer liti giosa. 25 Agua fresca en fauces sedientas: la noticia buena de un país lejano. 26 Fuente hollada, manantial ensuciado, el justo que titubea ante el malo. 27 28

No es bueno comer mucha miel, ni buscar gloria y más gloria. Ciudad abierta y sin muralla es el hombre que no domina su ánimo.

Proverbios 26 1 Como nieve en verano y lluvia en la siega, así de mal le sienta la gloria al insensato. 2 Como se escapa el pájaro y vuela la golondrina, así no se realiza la maldición sin motivo. 3 Látigo para el caballo, brida para el asno y vara para la espalda de los n ecios. 4 No respondas al necio según su necedad, no sea que tú también te vuelvas como él . 5 Responde al necio según su necedad, no vaya a creerse que es un sabio. 6 Se corta los pies, se empapa de amargura, el que envía un recado en mano d e necio. 7 Como las piernas vacilantes del cojo, es el proverbio en boca de los nec ios. 8 Como sujetar una piedra en la honda, es conceder honores a un necio. 9 Como espino que va a parar a mano de borracho, es el proverbio en boca d e los necios. 10 Como arquero que a todos hiere, es el que toma a sueldo al necio y al bo rracho que pasan. 11 Como el perro vuelve a su vómito, vuelve el necio a su insensatez. 12 ¿Has visto a un hombre que se cree sabio?Más se puede esperar de un necio qu e de él. 13 Dice el perezoso: "¡Un león en el camino! ¡Un león en la plaza!" 14 La puerta gira en los goznes, y el perezoso en la cama. 15 El perezoso hunde la mano en el plato; pero le fatiga llevarla a la boca . 16 El perezoso se tiene por más sabio que siete personas que responden con ta cto. 17 Agarra por las orejas a un perro que pasa el que se mete en litigio que no le incumbe. 18 Como un loco que arroja saetas escondidas, flechas y muerte, 19 tal es el hombre que engaña a su prójimo, y dice: "¿No ves que estaba bromeand o?" 20 Cuando se acaba la leña, se apaga el fuego, cuando no hay chismoso, se apa cigua la disputa. 21 Carbón sobre brasas y leña sobre fuego, es el pleiteador para atizar querell as. 22 Las palabras del delator son golosinas que bajan hasta el fondo de las e ntrañas. 23 Plata con escorias esmaltada sobre arcilla, son los labios dulces con co razón perverso. 24 El que odia, disimula con sus labios, pero en su interior comete perfidi a; 25 si da a su voz un tono amable, no te fíes, porque hay siete abominaciones en su corazón. 26 Encubrirá su odio con engaño, pero en la asamblea se descubrirá su malicia. 27 El que excava una fosa caerá en ella, el que hace rodar una piedra se le v endrá encima. 28 La lengua mentirosa odia a sus víctimas, la boca melosa labra la ruina. Proverbios 27 1 No te regocijes por el día de mañana, porque no sabes lo que deparará el día de hoy. 2 Que otro te alabe y no tu propia boca; un extraño, que no tus labios. 3 Pesada es la piedra y pesada la arena, la ira del necio es más pesada que ellas. 4 El furor es cruel, agua desbordada la cólera; mas ¿quién resistirá ante la envid ia? 5 Mejor es reprensión manifiesta que amor oculto.

6 Leales son las heridas del amigo, falsos los besos del enemigo. 7 Alma saciada pisotea la miel, al alma hambrienta, hasta lo amargo es dul ce. 8 Como yerra el pájaro lejos de su nido, así yerra el hombre lejos de su lugar . 9 El aceite y el perfume alegran el corazón, la dulzura del amigo consuela e l alma. 10 No abandones a tu amigo ni al amigo de tu padre; no entres en la casa de tu hermano el día de tu infortunio.Mejor es vecino próximo que hermano alejado. 11 Sé sabio, hijo mío, y alegra mi corazón; y podré responder al que me ultraja. 12 El hombre precavido ve el mal y se esconde, los simples pasan y reciben castigo. 13 Tómale su vestido, pues salió fiador de otro; tómale prenda por los extraños. 14 Al que ya de mañana a su prójimo bendice en alta voz, le será contado como una maldición. 15 Goteo incesante en día de lluvia y mujer chismosa, son iguales; 16 el que la retiene, retiene viento y aceite encuentra su derecha. 17 El hierro con hierro se aguza, y el hombre con su prójimo se afina. 18 El que vigila una higuera come de su fruto, el que guarda a su señor será ho nrado. 19 Como en el agua un rostro refleja otro rostro, así el corazón de un hombre r efleja el de otro hombre. 20 Seol y Perdición son insaciables; tampoco se sacian los ojos del hombre. 21 Crisol para la plata, horno para el oro, el hombre vale según su reputación. 22 Aunque machaques al necio en el mortero, (entre el grano, con el pilón) no se apartará de él su necedad. 23 Conoce a fondo el estado de tu ganado, aplica tu corazón a tu rebaño; 24 porque no es eterna la riqueza, no se transmite una corona de edad en ed ad. 25 Cortada la hierba, aparecido el retoño, y apilado el heno de los montes, 26 ten corderos para poderte vestir, machos cabríos con que pagar un campo, 27 leche de cabras abundante para tu sustento, para alimentar a tu familia y mantener a tus criados. Proverbios 28 1 El malo huye sin que nadie le persiga, pero el justo como un león está segur o. 2 Cuando un país es rebelde, son muchos sus príncipes; con un hombre inteligen te y sabio hay estabilidad. 3 Hombre malo que oprime a los débiles es como lluvia devastadora que deja s in pan. 4 Los que abandonan la ley alaban al malo, los que guardan la ley se irrit an contra ellos. 5 Los hombres malos no entienden de equidad, los que buscan a Adonai lo co mprenden todo. 6 Mejor es el pobre que camina en su integridad que el de caminos tortuoso s, por más que sea rico. 7 El que guarda la ley es un hijo inteligente, el que frecuenta orgías es la deshonra de su padre. 8 El que aumenta su riqueza por usura e interés, la amontona para el que se compadece de los pobres. 9 El que aparta su oído para no oír la ley, hasta su oración es abominable. 10 El que extravía a los rectos por el mal camino, en su propia fosa caerá.Los hombres sin tacha heredarán la dicha. 11 El hombre rico se cree sabio, pero el pobre inteligente, lo desenmascara . 12 Cuando se alegran los justos, es grande el regocijo, cuando se alzan los malos, todos se esconden. 13 Al que encubre sus faltas, no le saldrá bien; el que las confiesa y abando na, obtendrá piedad.

14 Dichoso el hombre que siempre está en temor; el que endurece su corazón caerá en el mal. 15 León rugiente, oso hambriento, es el malo que domina al pueblo débil. 16 Príncipe sin inteligencia multiplica la opresión, el que odia el lucro prolo ngará sus días. 17 El hombre culpable de una muerte huirá hasta la tumba; ¡que nadie le detenga ! 18 El que anda sin tacha será salvo, el que va oscilante entre dos caminos, c aerá en uno de ellos. 19 Quien cultiva su tierra se hartará de pan, quien va tras naderías, se hartará de pobreza. 20 El hombre leal será muy bendecido, quien se hace rico aprisa, no quedará imp une. 21 No es bueno hacer acepción de personas, que por un bocado de pan el hombre prevarica. 22 El hombre de malas intenciones corre tras la riqueza, sin saber que lo q ue le viene es la indigencia. 23 El hombre que reprende halla al cabo más gracia que el de lengua aduladora . 24 El que roba a su padre y a su madre y dice: "No hay en ello falta", es c ompañero del hombre destructor. 25 El hombre ambicioso azuza querellas, el que confía en Adonai prosperará. 26 El que confía en su corazón es un necio, el que anda con sabiduría se salvará. 27 El que da a los pobres no conocerá la indigencia, para el que se tapa los ojos abundante maldición. 28 Cuando se alzan los malos, todos se esconden, cuando perecen, los justos se multiplican. Proverbios 29 1 El hombre que, reprendido, endurece la cerviz, será pronto deshecho y sin remedio. 2 Cuando los justos se multiplican, el pueblo se alegra, cuando dominan lo s malos, el pueblo gime. 3 El que ama la sabiduría, da alegría a su padre, el que anda con prostitutas, disipa su fortuna. 4 El rey, con la equidad, mantiene el país, el hombre exactor lo arruina. 5 El hombre que adula a su prójimo pone una red bajo sus pasos. 6 En el pecado del malo hay una trampa, pero el justo se regocija y alegra . 7 El justo conoce la causa de los débiles, el malo no tiene inteligencia par a conocerla. 8 Los arrogantes turban la ciudad, los sabios alejan la cólera. 9 Cuando el sabio tiene un pleito con el necio, ya se exaspere o se ría, no logrará sosiego. 10 Los hombres sanguinarios odian al intachable, los rectos van en busca de su persona. 11 El necio da salida a toda su pasión; el sabio la reprime y apacigua. 12 Si un jefe hace caso de las palabras mentirosas, todos sus servidores se rán malos. 13 El pobre y el opresor se encuentran,Adonai da la luz a los ojos de ambos . 14 El rey que juzga con verdad a los débiles, asegura su trono para siempre. 15 Vara y reprensión dan sabiduría, muchacho dejado a sí mismo, avergüenza a su mad re. 16 Cuando se multiplican los malos, se multiplican los delitos, pero los ju stos contemplarán su caída. 17 Corrige a tu hijo y te dejará tranquilo; y hará las delicias de tu alma. 18 Cuando no hay visiones, el pueblo se relaja, pero el que guarda la ley e s dichoso. 19 No se corrige a un siervo con palabras, porque aunque las entienda, no l

as cumple. 20 ¿Has visto un hombre dispuesto siempre a hablar? más se puede esperar de un necio que de él. 21 Si se mima a un esclavo desde niño, al final será un ingrato. 22 El hombre violento provoca querellas, el hombre airado multiplica los de litos. 23 El orgullo del pobre lo humillará; el humilde de espíritu obtendrá honores. 24 El que reparte con ladrón se odia a sí mismo, oye la imprecación, pero no reve la nada. 25 Temblar ante los hombres es un lazo; el que confía en Adonai está seguro. 26 Son muchos los que buscan el favor del jefe, pero es Adonai el que juzga a cada uno. 27 Abominación para los justos es el hombre inicuo abominación para el malo el de recto camino.

Proverbios 30 1 Palabras de Agur, hijo de Yaqué, de Massá. Oráculo de este hombre para Itiel, para Itiel y para Ukal. 2 ¡Soy el más estúpido de los hombres!No tengo inteligencia humana. 3 No he aprendido la sabiduría, ¿y voy a conocer la ciencia de los santos? 4 ¿Quién subió a los cielos y volvió a bajar? ¿quién ha recogido viento en sus palmas? ¿quién retuvo las aguas en su manto? ¿quién estableció los linderos de la tierra? ¿Cuál es s nombre y el nombre de su hijo, si es que lo sabes? 5 Probadas son todas las palabras de Di-s; él es un escudo para cuantos a él s e acogen. 6 No añadas nada a sus palabras, no sea que te reprenda y pases por mentiros o. 7 Dos cosas te pido. no me las rehúses antes de mi muerte: 8 Aleja de mí la mentira y la palabra engañosa; no me des pobreza ni riqueza, déjame gustar mi bocado de pan, 9 no sea que llegue a hartarme y reniegue, y diga: "¿Quién es Adonai?". o no s ea que, siendo pobre, me dé al robo, e injurie el nombre de mi Di-s. 10 No calumnies a un siervo ante su amo no sea que te maldiga y tengas que pagar la pena. 11 Hay gente que maldice a su padre, y a su madre no bendice, 12 gente que se cree pura y no está limpia de su mancha, 13 ¡gente de qué altivos ojos, cuyos párpados se alzan!; 14 gente cuyos dientes son espadas, y sus mandíbulas cuchillos, para devorar a los desvalidos echándolos del país y a los pobres de entre los hombres. 15 La sanguijuela tiene dos hijas: "¡Daca, daca!"Hay tres cosas insaciables y cuatro que no dicen: "¡Basta!" 16 El seol, el seno estéril, la tierra que no se sacia de agua, y el fuego qu e no dice: "¡Basta!" 17 Al ojo que se ríe del padre y desprecia la obediencia de una madre, lo pic otearán los cuervos del torrente, los aguiluchos lo devorarán. 18 Tres cosas hay que me desbordan y cuatro que no conozco: 19 el camino del águila en el cielo, el camino de la serpiente por la roca, e l camino del navío en alta mar, el camino del hombre en la doncella. 20 Este es el camino de la mujer adúltera: come, se limpia la boca y dice: "¡No he hecho nada de malo ¡" 21 Por tres cosas tiembla la tierra y cuatro no puede soportar: 22 Por esclavo que llega a rey, por idiota que se ahíta de comer, 23 por mujer odiada que se casa, por esclava que hereda a su señora. 24 Hay cuatro seres los más pequeños de la tierra, pero que son más sabios que lo s sabios: 25 las hormigas - multitud sin fuerza - que preparan en verano su alimento; 26 27 28

los damanes - multitud sin poder -, que ponen sus casas en la roca; las langostas, que sin tener rey, salen todas en orden; el lagarto, al que se agarra con la mano y está en los palacios de los rey

es. 29 30 31 32 a, 33 angre y

Hay tres cosas de paso gallardo y cuatro de elegante marcha: el león - fuerte entre los animales -, que ante nada retrocede, el esbelto gallo o el macho cabrío, y el rey que arenga a su pueblo. Si hiciste el necio, envalentonándote, y has reflexionado, pon mano en boc pues apretando la leche se saca mantequilla apretando la nariz se saca s apretando la ira, se saca querella.

Proverbios 31 1 Palabras de Lemuel, rey de Massá, que le enseño su madre: 2 ¡No, hijo mío, no, hijo de mis entrañas! ¡No, hijo de mis votos! 3 No entregues tu vigor a las mujeres, ni tus caminos a las que pierden a los reyes. 4 No es para los reyes, Lemuel, no es para los reyes beber vino, ni para l os príncipes ser aficionado a la bebida. 5 No sea que, bebiendo, olviden sus decretos y perviertan las causas de to dos los desvalidos. 6 Dad bebidas fuertes al que va a perecer y vino al de alma amargada; 7 que beba y olvide su miseria, y no se acuerde ya de su desgracia. 8 Abre tu boca en favor del mudo, por la causa de todos los abandonados, 9 abre tu boca, juzga con justicia y defiende la causa del mísero y del pobr e. 10 = Alef. = Una mujer completa, ¿quién la encontrará?Es mucho más valiosa que las perlas. 11 = Bet. = En ella confía el corazón de su marido, y no será sin provecho. 12 = Guímel. = Le produce el bien, no el mal, todos los días de su vida. 13 = Dálet. = Se busca lana y lino y lo trabaja con manos diligentes. 14 = He. = Es como nave de mercader que de lejos trae su provisión. 15 = Vau. = Se levanta cuando aún es de noche da de comer a sus domésticos y órde nes a su servidumbre. 16 = Zain. = Hace cálculos sobre un campo y lo compra; con el fruto de sus ma nos planta una viña. 17 = Jet. = Se ciñe con fuerza sus lomos y vigoriza sus brazos. 18 = Tet. = Siente que va bien su trabajo, no se apaga por la noche su lámpar a. 19 = Tod. = Echa mano a la rueca, sus palmas toman el huso. 20 = Kaf. = Alarga su palma al desvalido, y tiende sus manos al pobre. 21 = Lámed. = No teme por su casa a la nieve, pues todos los suyos tienen ves tido doble. 22 = Mem. = Para sí se hace mantos, y su vestido es de lino y púrpura. 23 = Nun. = Su marido es considerado en las puertas, cuando se sienta con l os ancianos del país. 24 = Sámek. = Hace túnicas de lino y las vende, entrega al comerciante ceñidores. 25 = Ain. = Se viste de fuerza y dignidad, y se ríe del día de mañana. 26 = Pe. = Abre su boca con sabiduría, lección de amor hay en su lengua. 27 = Sade. = Está atenta a la marcha de su casa, y no come pan de ociosidad. 28 = Qof. = Se levantan sus hijos y la llaman dichosa; su marido, y hace su elogio: 29 = Res. = "¡Muchas mujeres hicieron proezas, pero tú las superas a todas!" 30 = Sin. = Engañosa es la gracia, vana la hermosura, la mujer que teme a Ado nai, ésa será alabada. 31 = Tau. = Dadle del fruto de sus manos y que en las puertas la alaben sus obras. ECLESIASTÉS

Eclesiastés 1 1 Palabras de Cohélet, hijo de David, rey en Yerushalaim. 2 ¡Vanidad de vanidades! - dice Cohélet -, ¡vanidad de vanidades, todo vanidad! 3 ¿Qué saca el hombre de toda la fatiga con que se afana bajo el sol? 4 Una generación va, otra generación viene; pero la tierra para siempre perman ece. 5 Sale el sol y el sol se pone; corre hacia su lugar y allí vuelve a salir. 6 Sopla hacia el sur el viento y gira hacia el norte; gira que te gira sig ue el viento y vuelve el viento a girar. 7 Todos los ríos van al mar y el mar nunca se llena; al lugar donde los ríos v an, allá vuelven a fluir. 8 Todas las cosas dan fastidio. Nadie puede decir que no se cansa el ojo d e ver ni el oído de oír. 9 Lo que fue, eso será; lo que se hizo, ese se hará.Nada nuevo hay bajo el sol . 10 Si algo hay de que se diga: "Mira, eso sí que es nuevo", aun eso ya sucedía en los siglos que nos precedieron. 11 No hay recuerdo de los antiguos, como tampoco de los venideros quedará mem oria en los que después vendrán. 12 Yo, Cohélet, he sido rey de Israel, en Yerushalaim. 13 He aplicado mi corazón a investigar y explorar con la sabiduría cuanto acaec e bajo el cielo. ¡Mal oficio éste que Di-s encomendó a los humanos para que en él se ocu paran! 14 He observado cuanto sucede bajo el sol y he visto que todo es vanidad y atrapar vientos. 15 Lo torcido no puede enderezarse, lo que falta no se puede contar. 16 Me dije en mi corazón: Tengo una sabiduría grande y extensa, mayor que la de todos mis predecesores en Yerushalaim; mi corazón ha contemplado mucha sabiduría y ciencia. 17 He aplicado mi corazón a conocer la sabiduría, y también a conocer la locura y la necedad, he comprendido que aun esto mismo es atrapar vientos, 18 pues: Donde abunda sabiduría, abundan penas, y quien acumula ciencia, acum ula dolor. Eclesiastés 2 1 Hablé en mi corazón: ¡Adelante! ¡Voy a probarte en el placer; disfruta del biene star! Pero vi que también esto es vanidad. 2 A la risa la llamé: ¡Locura!; y del placer dije: ¿Para qué vale? 3 Traté de regalar mi cuerpo con el vino, mientras guardaba mi corazón en la s abiduría, y entregarme a la necedad hasta ver en qué consistía la felicidad de los hum anos, lo que hacen bajo el cielo durante los contados días de su vida. 4 Emprendí mis grandes obras; me construí palacios, me planté viñas; 5 me hice huertos y jardines, y los planté de toda clase de árboles frutales. 6 Me construí albercas con aguas para regar la frondosa plantación. 7 Tuve siervos y esclavas: poseí servidumbre, así como ganados, vacas y ovejas , en mayor cantidad que ninguno de mis predecesores en Yerushalaim. 8 Atesoré también plata y oro, tributos de reyes y de provincias. Me procuré can tores y cantoras, toda clase de lujos humanos, coperos y reposteros. 9 Seguí engrandeciéndome más que cualquiera de mis predecesores en Yerushalaim, y mi sabiduría se mantenía. 10 De cuanto me pedían mis ojos, nada les negué ni rehusé a mi corazón ninguna aleg ría; toda vez que mi corazón se solazaba de todas mis fatigas, y esto me compensaba de todas mis fatigas. 11 Consideré entonces todas las obras de mis manos y el fatigoso afán de mi hac er y vi que todo es vanidad y atrapar vientos, y que ningún provecho se saca bajo el sol. 12 Yo me volví a considerar la sabiduría, la locura y la necedad. ¿Qué hará el hombre que suceda al rey, sino lo que ya otros hicieron? 13 Yo vi que la sabiduría aventaja a la necedad, como la luz a las tinieblas. 14 El sabio tiene sus ojos abiertos, mas el necio en las tinieblas camina.P

ero también yo sé que la misma suerte alcanza a ambos. 15 Entonces me dice: Como la suerte del necio será la mía, ¿para qué vales, pues, m i sabiduría? Y pensé que hasta eso mismo es vanidad. 16 No hay recuerdo duradero ni del sabio ni del necio; al correr de los días, todos son olvidados. Pues el sabio muere igual que el necio. 17 He detestado la vida, porque me repugna cuanto se hace bajo el sol, pues todo es vanidad y atrapar vientos. 18 Detesté todos mis fatigosos afanes bajo el sol, que yo dejo a mi sucesor. 19 ¿Quién sabe si será sabio o necio? El se hará dueño de todo mi trabajo, lo que rea licé con fatiga y sabiduría bajo el sol. También esto es vanidad. 20 Entregué mi corazón al desaliento, por todos mis fatigosos afanes bajo el so l, 21 pues un hombre que se fatigó con sabiduría, ciencia y destreza, a otro que e n nada se fatigó da su propia paga. También esto es vanidad y mal grave. 22 Pues ¿qué le queda a aquel hombre de toda su fatiga y esfuerzo con que se fa tigó bajo el sol? 23 Pues todos sus días son dolor, y su oficio, penar; y ni aun de noche su co razón descansa. También esto es vanidad. 24 No hay mayor felicidad para el hombre que comer y beber, y disfrutar en medio de sus fatigas. Yo veo que también esto viene de la mano de Di-s, 25 pues quien come y quien bebe, lo tiene de Di-s. 26 Porque a quien le agrada, da El sabiduría, ciencia y alegría; mas al pecador , da la tarea de amontonar y atesorar para dejárselo a quien agrada a Di-s. También esto es vanidad y atrapar vientos. Eclesiastés 3 1 Todo tiene su momento, y cada cosa su tiempo bajo el cielo: 2 Su tiempo el nacer, y su tiempo el morir; su tiempo el plantar, y su tie mpo el arrancar lo plantado. 3 Su tiempo el matar, y su tiempo el sanar; su tiempo el destruir, y su ti empo el edificar. 4 Su tiempo el llorar, y su tiempo el reír; su tiempo el lamentarse, y su ti empo el danzar. 5 Su tiempo el lanzar piedras, y su tiempo el recogerlas; su tiempo el abr azarse, y su tiempo el separarse. 6 Su tiempo el buscar, y su tiempo el perder; su tiempo el guardar, y su t iempo el tirar. 7 Su tiempo el rasgar, y su tiempo el coser; su tiempo el callar, y su tie mpo el hablar. 8 Su tiempo el amar, y su tiempo el odiar; su tiempo la guerra, y su tiemp o la paz. 9 ¿Qué gana el que trabaja con fatiga? 10 He considerado la tarea que Di-s ha puesto a los humanos para que en ell a se ocupen. 11 El ha hecho todas las cosas apropiadas a su tiempo; también ha puesto el m undo en sus corazones, sin que el hombre llegue a descubrir la obra que Di-s ha hecho de principio a fin. 12 Comprendo que no hay para el hombre más felicidad que alegrarse y buscar e l bienestar en su vida. 13 Y que todo hombre coma y beba y disfrute bien en medio de sus fatigas, e so es don de Di-s. 14 Comprendo que cuanto Di-s hace es duradero. Nada hay que añadir ni nada qu e quitar.Y así hace Di-s que se le tema. 15 Lo que es, ya antes fue; lo que será, ya es.Y Di-s restaura lo pasado. 16 Todavía más he visto bajo el sol: en la sede del derecho, allí está la iniquidad ; y en el sitial del justo, allí el impío. 17 Dije en mi corazón: Di-s juzgará al justo y al impío, pues allí hay un tiempo pa ra cada cosa y para toda obra. 18 Dije también en mi corazón acerca de la conducta de los humanos: sucede así pa ra que Di-s los pruebe y les demuestre que son como bestias.

19 Porque el hombre y la bestia tienen la misma suerte: muere el uno como l a otra; y ambos tienen el mismo aliento de vida. En nada aventaja el hombre a la bestia, pues todo es vanidad. 20 Todos caminan hacia una misma meta; todos han salido del polvo y todos v uelven al polvo. 21 ¿Quién sabe si el aliento de vida de los humanos asciende hacia arriba y si el aliento de vida de la bestia desciende hacia abajo, a la tierra? 22 Veo que no hay para el hombre nada mejor que gozarse en sus obras, pues esa es su paga. Pero ¿quién le guiará a contemplar lo que ha de suceder después de él? Eclesiastés 4 1 Yo me volví a considerar todas las violencias perpetradas bajo el sol: vi el llanto de los oprimidos, sin tener quien los consuele; la violencia de sus ve rdugos, sin tener quien los vengue. 2 Felicité a los muertos que ya perecieron, más que a los vivos que aún viven. 3 Más feliz aún que entrambos es aquel que aún no ha existido, que no ha visto l a iniquidad que se comete bajo el sol. 4 He visto que todo afán y todo éxito en una obra excita la envidia del uno co ntra el otro. También esto es vanidad y atrapar vientos. 5 El necio se cruza de manos, y devora su carne. 6 Más vale llenar un puñado con reposo que dos puñados con fatiga en atrapar vie ntos. 7 Volví de nuevo a considerar otra vanidad bajo el sol: 8 a saber, un hombre solo, sin sucesor, sin hijos ni hermano; sin límite a s u fatiga, sin que sus ojos se harten de riqueza. "Mas ¿para quién me fatigo y privo a mi vida de felicidad?" También esto es vanidad y mal negocio. 9 Más valen dos que uno solo, pues obtienen mayor ganancia de su esfuerzo. 10 Pues si cayeren, el uno levantará a su compañero; pero ¡ay del solo que cae!, que no tiene quien lo levante. 11 Si dos se acuestan, tienen calor; pero el solo ¿cómo se calentará? 12 Si atacan a uno, los dos harán frente. La cuerda de tres hilos no es fácil d e romper. 13 Más vale mozo pobre y sabio que rey viejo y necio, que no sabe ya consulta r. 14 Pues de prisión salió quien llegó a reinar, aunque pobre en sus dominios nacie ra. 15 Veo a todos los vivientes que caminan bajo el sol, ponerse junto al mozo , el sucesor, el que ocupará su puesto. 16 Era sin fin la multitud a cuyo frente estaba; tampoco la posteridad se c ontentará de él. También esto es vanidad y atrapar vientos. 17 Guarda tus pasos cuando vas a la Casa de Di-s. Acercarse obediente vale más que el sacrificio de los necios, porque ellos no saben que hacen el mal. Eclesiastés 5 1 No te precipites a hablar, ni tu corazón se apresure a pronunciar una pala bra ante Di-s. Pues Di-s está en el cielo, pero tú en la tierra: sean por tanto poca s tus palabras. 2 Porque, los sueños vienen de las muchas tareas. la voz necia, de las mucha s palabras. 3 Si haces voto a Di-s, no tardes en cumplirlo; pues no le agradan los nec ios. El voto que has hecho, cúmplelo. 4 Es mejor no hacer votos que hacerlos y no cumplirlos. 5 No permitas que tu boca haga de ti un pecador, y luego digas ante el Men sajero que fue inadvertencia. ¿Por qué deberá Di-s irritarse por tu palabra y destruir la obra de tus manos? 6 Cuantos los sueños, tantas las vanidades y las muchas palabras.Pero tú teme a Di-s. 7 Si en la región ves la opresión del pobre y la violación del derecho y de la j usticia, no te asombres por eso. Se te dirá que una dignidad vigila sobre otra dig

nidad, y otra más dignas sobre ambas. 8 Se invocará el interés común y el servicio del rey. 9 Quien ama el dinero, no se harta de él, y para quien ama riquezas, no bast as ganancias. También esto es vanidad. 10 A muchos bienes, muchos que los devoren; y ¿de qué más sirven a su dueño que de espectáculo para sus ojos? 11 Dulce el sueño del obrero, coma poco o coma mucho; pero al rico la hartura no le deja dormir. 12 Hay un grave mal que yo he visto bajo el sol: riqueza guardada para su d ueño, y que solo sirve para su mal, 13 pues las riquezas perecen en un mal negocio, y cuando engendra un hijo, nada queda ya en su mano. 14 Como salió del vientre de su madre, desnudo volverá, como ha venido; y nada podrá sacar de sus fatigas que pueda llevar en la mano. 15 También esto es grave mal: que tal como vino, se vaya; y ¿de qué le vale el fa tigarse para el viento? 16 Todos los días pasa en oscuridad, pena, fastidio, enfermedad y rabia. 17 Esto he experimentado: lo mejor para el hombre es comer, beber y disfrut ar en todos sus fatigosos afanes bajo el sol, en los contados días de la vida que Di-s le da; porque esta es su paga. 18 Y además: cuando a cualquier hombre Di-s da riquezas y tesoros, le deja di sfrutar de ellos, tomar su paga y holgarse en medio de sus fatigas, esto es un don de Di-s. 19 Porque así no recuerda mucho los días de su vida, mientras Di-s le llena de alegría el corazón. Eclesiastés 6 1 Hay otro mal que observo bajo el sol, y que pesa sobre el hombre: 2 Un hombre a quien Di-s da riquezas, tesoros y honores; nada le falta de lo que desea, pero Di-s no le deja disfrutar de ello, porque un extraño lo disfrut a. Esto es vanidad y gran desgracia. 3 Si alguno que tiene cien hijos y vive muchos años, y por muchos que sean s us años, no se sacia su alma de felicidad y ni siquiera halla sepultura, entonces yo digo: Más feliz es un aborto, 4 pues, entre vanidades vino y en la oscuridad se va; mientras su nombre q ueda oculto en las tinieblas. 5 No ha visto el sol, no lo ha conocido, y ha tenido más descanso que el otr o. 6 Y aunque hubiera vivido por dos veces mil años, pero sin gustar la felicid ad, ¿no caminan acaso todos al mismo lugar? 7 Todo el mundo se fatiga para comer, y a pesar de todo nunca se harta. 8 ¿En qué supera el sabio al necio? ¿En qué, al pobre que sabe vivir su vida? 9 Mejor es lo que los ojos ven que lo que el alma desea. También esto es van idad y atrapar vientos. 10 De lo que existe, ya se anunció su nombre, y se sabe lo que es un hombre: no puede litigar con quien es más fuerte que él. 11 A más palabras, más vanidades. ¿Qué provecho saca el hombre? 12 Porque, ¿quién sabe lo que conviene al hombre en su vida, durante los días con tados de su vano vivir, que él los vive como una sombra? Pues ¿quién indicará al hombre lo que sucederá después de él bajo el sol? Eclesiastés 7 1 Más vale el renombre que óleo perfumado; y el día de la muerte más que el día del nacimiento. 2 Más vale ir a casa de luto que ir a casa de festín; porque allí termina todo h ombre, y allí el que vive, reflexiona. 3 Más vale llorar que reír, pues tras una cara triste hay un corazón feliz. 4 El corazón de los sabios está en la casa de luto, mientras el corazón de los n ecios en la casa de alegría.

5 Más vale oír reproche de sabio, que oír alabanza de necios. 6 Porque como crepitar de zarzas bajo la olla, así es el reír del necio: y tam bién esto es vanidad. 7 El halago atonta al sabio, y el regalo pervierte el corazón. 8 Más vale el término de una cosa que su comienzo, más vale el paciente que el s oberbio. 9 No te dejes llevar del enojo, pues el enojo reside en el pecho de los ne cios. 10 No digas: ¿Cómo es que el tiempo pasado fue mejor que el presente? Pues no e s de sabios preguntar sobre ello. 11 Tan buena es la sabiduría como la hacienda, y aprovecha a los que ven el s ol. 12 Porque la sabiduría protege como el dinero, pero el saber le aventaja en q ue hace vivir al que lo posee. 13 Mira la obra de Di-s: ¿quién podrá enderezar lo que él torció? 14 Alégrate en el día feliz y, en el día desgraciado, considera que, tanto uno co mo otro, Di-s lo hace para que el hombre nada descubra de su porvenir. 15 En mi vano vivir, de todo he visto: justos perecer en su justicia, e impío s envejecer en su iniquidad. 16 No quieras ser justo en demasía, ni te vuelvas demasiado sabio. ¿A qué destrui rte? 17 No quieras ser demasiado impío, ni te hagas el insensato. ¿A qué morir antes d e tu tiempo? 18 Bueno es que mantengas esto sin dejar aquellos de la mano, porque el tem eroso de Di-s con todo ello se sale. 19 La sabiduría da más fuerza al sabio que diez poderosos que haya en la ciudad . 20 Cierto es que no hay ningún justo en la tierra que haga el bien sin nunca pecar. 21 Tampoco hagas caso de todo lo que se dice, para que no oigas que tu sier vo te denigra. 22 Que tu corazón bien sabe cuántas veces también tú has denigrado a otros. 23 Todo esto lo intenté con la sabiduría. Dije: Seré sabio. Pero eso estaba lejos de mí. 24 Lejos está cualquier cosa, y profundo, lo profundo: ¿quién lo encontrará? 25 He aplicado mi corazón a explorar y a buscar sabiduría y razón, a reconocer la maldad como una necedad, y la necedad como una locura. 26 He hallado que la mujer es más amarga que la muerte, porque ella es como u na red, su corazón como un lazo, y sus brazos como cadenas:El que agrada a Di-s se libra de ella, mas el pecador cae en su trampa. 27 Mira, esto he hallado, dice Cohélet, tratando de razonar, caso por caso. 28 Aunque he seguido buscando, nada más he hallado. Un hombre entre mil, sí que lo hallo; pero mujer entre todas ellas, no la encuentro. 29 Mira, lo que hallé fue sólo esto: Di-s hizo sencillo al hombre, pero él se com plicó con muchas razones. Eclesiastés 8 1 ¿Quién como el sabio? ¿Quién otro sabe explicar una cosa?La sabiduría del hombre h ace brillar su rostro, y sus facciones severas transfigura. 2 Aténte al dictado del rey, y por causa del juramento divino 3 no te apresures a irte de su presencia; no te mezcles en conspiración, pue s todo cuanto le plazca puede hacerlo, 4 ya que la palabra regia es soberana, y ¿quién va a decirle: Qué haces? 5 Quien se atiene al mandamiento, no sabe de conspiraciones.Y el corazón del sabio sabe el cuándo y el cómo. 6 Porque todo asunto tiene su cuándo y su cómo.Pues es grande el peligro que a cecha al hombre, 7 ya que éste ignora lo que está por venir, pues lo que está por venir, ¿quién va a anunciárselo? 8 No es el hombre señor del viento para domeñar al viento.Tampoco hay señorío sobr

e el día de la muerte, ni hay evasión en la agonía, ni libra la maldad a sus autores. 9 Todo esto tengo visto al aplicar mi corazón a cuanto pasa bajo el sol, cua ndo el hombre domina en el hombre para causarle el mal. 10 Por ejemplo, he visto a gente mala llevada a la tumba. Partieron del Lug ar Santo, y se dio al olvido en la ciudad que hubiesen obrado de aquel modo. ¡Otr o absurdo!: 11 que no se ejecute en seguida la sentencia de la conducta del malo, con l o que el corazón de los humanos se llena de ganas de hacer el mal; 12 que el pecador haga el mal veces ciento, y se le den largas. Pues yo tenía entendido que les va bien a los temerosos de Di-s, a aquellos que ante su rostr o temen, 13 y que no le va bien al malvado, ni alargará sus días como sombra el que no t eme ante el rostro de Di-s. 14 Pues bien, un absurdo se da en la tierra:Hay justos a quienes les sucede cual corresponde a las obras de los malos, y malos a quienes sucede cual corres ponde a las obras de los buenos.Digo que este es otro absurdo. 15 Y yo por mí alabo la alegría, ya que otra cosa buena no existe para el hombr e bajo el sol, si no es comer, beber y divertirse; y eso es lo que le acompaña en sus fatigas en los días de vida que Di-s le hubiera dado bajo el sol. 16 Cuanto más apliqué mi corazón a estudiar la sabiduría y a contemplar el ajetreo que se da sobre la tierra - pues ni de día ni de noche concilian los ojos el sueño 17 fui viendo que el ser humano no puede descubrir todas las obras de Di-s, las obras que se realizan bajo el sol. Por más que se afane el hombre en buscar, nada descubre, y el mismo sabio, aunque diga saberlo, no es capaz de descubrirlo . Eclesiastés 9 1 Pues bien, a todo eso he aplicado mi corazón y todo lo he explorado, y he visto que los justos y los sabios y sus obras están en manos de Di-s. Y ni de amor ni de odio saben los hombres nada: todo les resulta 2 absurdo.Como el que haya un destino común para todos, para el justo y para el malvado, el puro y el manchado, el que hace sacrificios y el que no los hace , así el bueno como el pecador, el que jura como el que se recata de jurar. 3 Eso es lo peor de todo cuanto pasa bajo el sol: que haya un destino común para todos, y así el corazón de los humanos está lleno de maldad y hay locura en sus corazones mientras viven, y su final ¡con los muertos! 4 Pues mientras uno sigue unido a todos los vivientes hay algo seguro, pue s vale más perro vivo que león muerto. 5 Porque los vivos saben que han de morir, pero los muertos no saben nada, y no hay ya paga para ellos, pues se perdió su memoria. 6 Tanto su amor, como su odio, como sus celos, ha tiempo que pereció, y no t omarán parte nunca jamás en todo lo que pasa bajo el sol. 7 Anda, come con alegría tu pan y bebe de buen grado tu vino, que Di-s está ya contento con tus obras. 8 En toda sazón sean tus ropas blancas y no falte ungüento sobre tu cabeza. 9 Vive la vida con la mujer que amas, todo el espacio de tu vana existenci a que se te ha dado bajo el sol, ya que tal es tu parte en la vida y en las fati gas con que te afanas bajo el sol. 10 Cualquier cosa que esté a tu alcance el hacerla, hazla según tus fuerzas, po rque no existirá obra ni razones ni ciencia ni sabiduría en el seol a donde te encam inas. 11 Vi además que bajo el sol no siempre es de los ligeros el correr ni de los esforzados la pelea; como también hay sabios sin pan, como también discretos sin ha cienda, como también hay doctos que no gustan, pues a todos les llega algún mal mome nto. 12 Porque, además, el hombre ignora su momento: como peces apresados en la re d, como pájaros presos en el cepo, así son tratados los humanos por el infortunio cu ando les cae encima de improviso. 13 También he visto otro acierto bajo el sol, y grande, a juicio mío: 14 Una ciudad chiquita, con pocos hombres en ella. Llega un gran rey y le p

one cerco, levantando frente a ella empalizadas potentes. 15 Encontrábase allí un hombre pobre y sabio. El pudo haber librado la ciudad g racias a su sabiduría, ¡pero nadie paró mientes en aquel pobre! 16 Y yo me digo:Más vale sabiduría que fuerza; pero la sabiduría del pobre se des precia y sus palabras no se escuchan. 17 Mejor se oyen las palabras sosegadas de los sabios que los gritos del so berano de los necios. 18 Más vale sabiduría que armas de combate, pero un solo yerro echa a perder mu cho bueno. Eclesiastés 10 1 Una mosca muerta pudre una copa de ungüento de perfumista; monta más un poco de necedad que sabiduría y honor. 2 El sabio tiene el corazón a la derecha, el necio tiene el corazón a la izqui erda. 3 Además, en cualquier camino que tome el necio, su entendimiento no le da d e sí y dice de todo el mundo: "Ese es un necio." 4 Si el enojo del que manda se abate sobre ti, no abandones tu puesto, que la flema libra de graves yerros. 5 Otra calamidad he visto bajo el sol, como error que emana de la autorida d: 6 La necedad elevada a grandes dignidades, mientras ricos se sentaban abaj o. 7 He visto siervos a caballo, y príncipes que iban a pie, como los siervos. 8 El que cava la hoya cae en ella, y al que atraviesa el seto le muerde la culebra. 9 El que saca piedras se lastima con ellas, el que raja maderos puede hace rse daño. 10 Si se embota el hierro y no se afilan sus caras, hay que acrecentar los bríos: también supone ganancia afinar en sabiduría. 11 Si pica culebra por falta de encantamiento no hay ganancia para el encan tador. 12 Palabras de boca de sabio agradan, mas los labios del necio a él lo engull en. 13 Empieza diciendo necedades, para acabar en locura de las malas. 14 Y el necio dice más y más palabras. Nadie sabe lo que vas venir, y el remate de todo, ¿quién puede pronosticárselo? 15 Lo que más molesta al necio es que no sabe ir a la ciudad. 16 ¡Ay de ti, tierra, cuyo rey es un chiquillo, y cuyos príncipes comen de mañana ! 17 ¡Dichosa tú, tierra, cuyo rey es hidalgo y cuyos príncipes comen a la hora, p or cobrar vigor y no por banquetear! 18 Por estar mano sobre mano se desploma la viga, y por brazos caídos la casa se viene abajo. 19 Para holgar preparan su banquete, y el vino alegra la vida, y el dinero todo lo allana. 20 Ni aun en tu rincón faltes al rey, ni en tu misma alcoba faltes al rico, q ue un pájaro del cielo hace correr la voz, y un ser alado va a contar la cosa. Eclesiastés 11 1 Echa tu pan al agua, que al cabo de mucho tiempo lo encontrarás. 2 Reparte con siete, y también con ocho, que no sabes qué mal puede venir sobr e la tierra. 3 Si las nubes van llenas, vierten lluvia sobre la tierra, y caiga el árbol al sur o al norte, donde cae el árbol allí se queda. 4 El que vigila el viento no siembra, el que mira a las nubes no siega. 5 Como no sabes cómo viene el espíritu a los huesos en el vientre de la mujer encinta, así tampoco sabes la obra de Di-s que todo lo hace. 6 De madrugada siembra tu simiente y a la tarde no des paz a tu mano.Pues no sabes si es menor esto o lo otro o si ambas cosas son igual de buenas.

7 Dulce es la luz y bueno para los ojos ver el sol. 8 Si uno vive muchos años, que se alegre en todos ellos, y tenga en cuenta q ue los días de tinieblas muchos serán, que es vanidad todo el porvenir. 9 Alégrate, mozo, en tu juventud, ten buen humor en tus años mozos,Vete por do nde te lleve el corazón y a gusto de tus ojos; pero a sabiendas de que por todo el lo te emplazará Di-s a juicio. 10 Aparta el mal humor de tu pecho y aleja el sufrimiento de tu carne, pero juventud y pelo negro, vanidad. Eclesiastés 12 1 Acuérdate de tu Creador en tus días mozos, mientras no vengan los días malos, y se echen encima años en que dirás: "No me agradan"; 2 mientras no se nublen el sol y la luz, la luna y las estrellas, y retorn en las nubes tras la lluvia; 3 cuando tiemblen los guardas de palacio y se doblen los guerreros, se par en las moledoras, por quedar pocas, se queden a oscuras las que miran por las ve ntanas, 4 y se cierren las puertas de la calle, ahogándose el son del molino; cundo uno se levante al canto del pájaro, y se enmudezcan todas las canciones. 5 También la altura da recelo, y hay sustos en el camino, florece el almendr o, está grávida la langosta, y pierde su sabor la alcaparra; y es que el hombre se v a a su eterna morada, y circulan por la calle los del duelo; 6 mientras no se quiebre la hebra de plata, se rompa la bolita de oro, se haga añicos el cántaro contra la fuente, se caiga la polea dentro del pozo, 7 vuelva el polvo a la tierra, a lo que era, y el espíritu vuelva a Di-s que es quien lo dio. 8 ¡Vanidad de vanidades! - dice Cohélet -: ¡todo vanidad! 9 Cohélet, a más de ser un sabio, enseñó doctrina al pueblo. Ponderó e investigó, comp uso muchos proverbios. 10 Cohélet trabajó mucho en inventar frases felices, y escribir bien sentencias verídicas. 11 Las palabras de los sabios son como aguijadas, o como estacas hincadas, puertas por un pastor para controlar el rebaño. 12 Lo que de ellas se saca, hijo mío, es ilustrarse. Componer muchos libros e s nunca acabar, y estudiar demasiado daña la salud. 13 Basta de palabras. Todo está dicho. Teme a Di-s y guarda sus mandamientos, que eso es ser hombre cabal. 14 Porque toda obra la emplazará Di-s a juicio, también todo lo oculto, a ver s i es bueno o malo. CANTAR DE LOS CANTARES Cantar 1 1 Cantar de los cantares, de Salomón. 2 ¡Que me bese con los besos de su boca!Mejores son que el vino tus amores; 3 mejores al olfato tus perfumes; ungüento derramado es tu nombre, por eso t e aman las doncellas. 4 Llévame en pos de ti: ¡Corramos!El Rey me ha introducido en sus mansiones; p or ti exultaremos y nos alegraremos.Evocaremos tus amores más que el vino; ¡con qué ra zón eres amado! 5 Negra soy, pero graciosa, hijas de Yerushalaim, como las tiendas de Qued ar, como los pabellones de Salmá. 6 No os fijéis en que estoy morena: es que el sol me ha quemado.Los hijos de mi madre se airaron contra mí; me pusieron a guardar las viñas, ¡mi propia viña no la h abía guardado! 7 Indícame, amor de mi alma, dónde apacientas el rebaño, dónde lo llevas a sestear a mediodía, para que no ande yo como errante tras los rebaños de tus compañeros. 8 Si no lo sabes, ¡oh la más bella de las mujeres!, sigue las huellas de las o vejas, y lleva a pacer tus cabritas junto al jacal de los pastores. 9 A mi yegua, entre los carros de Faraón, yo te comparo, amada mía.

10 llares. 11 12 13 14 15 16 17

Graciosas son tus mejillas entre los zarcillos, y tu cuello entre los co Zarcillos de oro haremos para ti, con cuentas de plata. - Mientras el rey se halla en su diván, mi nardo exhala su fragancia. Bolsita de mirra es mi amado para mí, que reposa entre mis pechos. Racimo de alheña es mi amado para mí, en las viñas de Engadí. - ¡Qué bella eres, amada mía, qué bella eres! ¡Palomas son tus ojos! - ¡Qué hermoso eres, amado mío, qué delicioso!Puro verdor es nuestro lecho. - Las vigas de nuestra casa son de cedro, nuestros artesonados, de ciprés.

Cantar 2 1 - Yo soy el narciso de Sarón, el lirio de los valles. 2 - Como el lirio entre los cardos, así mi amada entre las mozas. 3 - Como el manzano entre los árboles silvestres, así mi amado entre los mozos .A su sombra apetecida estoy sentada, y su fruto me es dulce al paladar. 4 Me ha llevado a la bodega, y el pendón que enarbola sobre mí es Amor. 5 Confortadme con pasteles de pasas, con manzanas reanimadme, que enferma estoy de amor. 6 Su izquierda está bajo mi cabeza, y su diestra me abraza. 7 - Yo os conjuro, hijas de Yerushalaim, por las gacelas, por las ciervas del campo, no despertéis, no desveléis al amor, hasta que le plazca. 8 ¡La voz de mi amado!Helo aquí que ya viene, saltando por los montes, brincan do por los collados. 9 Semejante es mi amado a una gacela, o un joven cervatillo.Vedle ya que s e para detrás de nuestra cerca, mira por las ventanas, atisba por las rejas. 10 Empieza a hablar mi amado, y me dice: "Levántate, amada mía, hermosa mía, y ve nte. 11 Porque, mira, ha pasado ya el invierno, han cesado las lluvias y se han ido. 12 Aparecen las flores en la tierra, el tiempo de las canciones es llegado, se oye el arrullo de la tórtola en nuestra tierra. 13 Echa la higuera sus yemas, y las viñas en cierne exhalan su fragancia. ¡Levánt ate, amada mía, hermosa mía, y vente! 14 Paloma mía, en las grietas de la roca, en escarpados escondrijos, muéstrame tu semblante, déjame oír tu voz; porque tu voz es dulce, y gracioso tu semblante." 15 Cazadnos las raposas, las pequeñas raposas que devastan las viñas, pues nues tras viñas están en flor. 16 Mi amado es para mí, y yo soy para mi amado: él pastorea entre los lirios. 17 Antes que sople la brisa del día y se huyan las sombras, vuelve, sé semejant e, amado mío, a una gacela o a un joven cervatillo por los montes de Béter. Cantar 3 1 En mi lecho, por las noches, he buscado al amor de mi alma.Busquéle y no l e hallé. 2 Me levantaré, pues, y recorreré la ciudad.Por las calles y las plazas buscaré al amor de mi alma.Busquéle y no le hallé. 3 Los centinelas me encontraron, los que hacen la ronda en la ciudad: "¿Habéis visto al amor de mi alma?" 4 Apenas habíalos pasado, cuando encontré al amor de mi alma.Le aprehendí y no l e soltaré hasta que le haya introducido en la casa de mi madre, en la alcoba de la que me concibió. 5 Yo os conjuro, hijas de Yerushalaim, por las gacelas, por las ciervas de l campo, no despertéis, no desveléis al amor, hasta que le plazca. 6 ¿Qué es eso que sube del desierto, cual columna de humo sahumado de mirra y de incienso, de todo polvo de aromas exóticos? 7 Ved la litera de Salomón.Sesenta valientes en torno a ella, la flor de los valientes de Israel: 8 todos diestros en la espada, veteranos en la guerra.Cada uno lleva su es pada al cinto, por las alarmas de la noche.

9 El rey Salomón se ha hecho un palanquín de madera del Líbano. 10 Ha hecho de plata sus columnas, de oro su respaldo, de púrpura su asiento; su interior, tapizado de amor por las hijas de Yerushalaim. 11 Salid a contemplar, hijas de Sión, a Salomón el rey, con la diadema con que le coronó su madre el día de sus bodas, el día del gozo de su corazón.

Cantar 4 1 ¡Qué bella eres, amada mía, qué bella eres!Palomas son tus ojos a través de tu vel o; tu melena, cual rebaño de cabras, que ondulan por el monte Galaad. 2 Tus dientes, un rebaño de ovejas de esquileo que salen de bañarse: todas tie nen mellizas, y entre ellas no hay estéril. 3 Tus labios, una cinta de escarlata, tu hablar, encantador.Tus mejillas, como cortes de granada a través de tu velo. 4 Tu cuello, la torre de David, erigida para trofeos: mil escudos penden d e ella, todos paveses de valientes. 5 Tus dos pechos, cual dos crías mellizas de gacela, que pacen entre lirios. 6 Antes que sople la brisa del día, y se huyan las sombras, me iré al monte de la mirra, a la colina del incienso. 7 ¡Toda hermosa eres, amada mía, no hay tacha en ti! 8 Ven del Líbano, novia mía, ven del Líbano, vente.Otea desde la cumbre del Amaná, desde la cumbre del Sanir y del Hermón, desde las guaridas de leones, desde los m ontes de leopardos. 9 Me robaste el corazón, hermana mía, novia, me robaste el corazón con una mirad a tuya, con una vuelta de tu collar. 10 ¡Qué hermosos tus amores, hermosa mía, novia! ¡Qué sabrosos tus amores! ¡más que el v no! ¡Y la fragancia de tus perfumes, más que todos los bálsamos! 11 Miel virgen destilan tus labios, novia mía.Hay miel y leche debajo de tu l engua; y la fragancia de tus vestidos, como la fragancia del Líbano. 12 Huerto eres cerrado, hermana mía, novia, huerto cerrado, fuente sellada. 13 Tus brotes, un paraíso de granados, con frutos exquisitos: 14 nardo y azafrán, caña aromática y canela, con todos los árboles de incienso, mir ra y áloe, con los mejores bálsamos. 15 ¡Fuente de los huertos, pozo de aguas vivas, corrientes que del Líbano fluye n! 16 ¡Levántate, cierzo, ábrego, ven! ¡Soplad en mi huerto, que exhale sus aromas! ¡Ent re mi amado en su huerto y coma sus frutos exquisitos! Cantar 5 1 Ya he entrado en mi huerto, hermana mía, novia; he tomado mi mirra con mi bálsamo, he comido mi miel con mi panal, he bebido mi vino con mi leche. ¡Comed, ami gos, bebed, oh queridos, embriagaos! 2 Yo dormía, pero mi corazón velaba. ¡La voz de mi amado que llama!: "¡Ábreme, herma na mía, amiga mía, paloma mía, mi perfecta!Que mi cabeza está cubierta de rocío y mis bucl es del relente de la noche." 3 - "Me he quitado mi túnica, ¿cómo ponérmela de nuevo?He lavado mis pies, ¿cómo volve r a mancharlos?" 4 ¡Mi amado metió la mano por la hendedura; y por él se estremecieron mis entrañas . 5 Me levanté para abrir a mi amado, y mis manos destilaron mirra, mirra flui da mis dedos, en el pestillo de la cerradura. 6 Abrí a mi amado, pero mi amado se había ido de largo.El alma se me salió a su huida.Le busqué y no le hallé, le llamé, y no me respondió. 7 Me encontraron los centinelas, los que hacen la ronda en la ciudad.Me go lpearon, me hirieron, me quitaron de encima mi chal los guardias de las murallas . 8 Yo os conjuro, hijas de Yerushalaim, si encontráis a mi amado, ¿qué le habéis de anunciar?Que enferma estoy de amor. 9 ¿Qué distingue a tu amado de los otros, oh la más bella de las mujeres? ¿Qué disti ngue a tu amado de los otros, para que así nos conjures?

10 Mi amado es fúlgido y rubio, distinguido entre diez mil. 11 Su cabeza es oro, oro puro; sus guedejas, racimos de palmera, negras com o el cuervo. 12 Sus ojos como palomas junto a arroyos de agua, bañándose en leche, posadas j unto a un estanque. 13 Sus mejillas, eras de balsameras, macizos de perfumes.Sus labios son lir ios que destilan mirra fluida. 14 Sus manos, aros de oro, engastados de piedras de Tarsis.Su vientre, de p ulido marfil, recubierto de zafiros. 15 Sus piernas, columnas de alabastro, asentadas en basas de oro puro.Su po rte es como el Líbano, esbelto cual los cedros. 16 Su paladar, dulcísimo, y todo él, un encanto.Así es mi amado, así mi amigo, hija s de Yerushalaim. Cantar 6 1 ¿A dónde se fue tu amado, oh la más bella de las mujeres? ¿A dónde tu amado se vol vió, para que contigo le busquemos? 2 Mi amado ha bajado a su huerto, a las eras de balsameras, a apacentar en los huertos, y recoger lirios. 3 Yo soy para mi amado y mi amado es para mí: él pastorea entre los lirios. 4 Hermosa eres, amiga mía, como Tirsá, encantadora, como Yerushalaim, imponent e como batallones. 5 Retira de mí tus ojos, que me subyugan.Tu melena cual rebaño de cabras que o ndulan por el monte Galaad. 6 Tus dientes, un rebaño de ovejas, que salen de bañarse.Todas tienen mellizas , y entre ellas no hay estéril. 7 Tus mejillas, como cortes de granada a través de tu velo. 8 Sesenta son las reinas, ochenta las concubinas, (e innumerables las donc ellas). 9 Única es mi paloma, mi perfecta.Ella, la única de su madre, la preferida de la que la engendró.Las doncellas que la ven la felicitan, reinas y concubinas la e logian: 10 "¿Quién es ésta que surge cual la aurora, bella como la luna, refulgente como el sol, imponente como batallones?" 11 Al nogueral había yo bajado para ver la floración del valle, a ver si la vid estaba en cierne, y si florecían los granados. 12 ¡Sin saberlo, mi deseo me puso en los carros de Aminadib! Cantar 7 1 ¡Vuelve, vuelve, Sulamita, vuelve, vuelve, que te miremos! ¿Por qué miráis a la Sulamita, como en una danza de dos coros? 2 ¡Qué lindos son tus pies en las sandalias, hija de príncipe!Las curvas de tus caderas son como collares, obra de manos de artista. 3 Tu ombligo es un ánfora redonda, donde no falta el vino.Tu vientre, un mon tón de trigo, de lirios rodeado. 4 Tus dos pechos, cual dos crías mellizas de gacela. 5 Tu cuello, como torre de marfil.Tus ojos, las piscinas de Jesbón, junto a la puerta de Bat Rabbim.Tu nariz, como la torre del Líbano, centinela que mira hac ia Damasco. 6 Tu cabeza sobre ti, como el Carmelo, y tu melena, como la púrpura; ¡un rey e n esas trenzas está preso! 7 ¡Qué bella eres, qué encantadora, oh amor, oh delicias! 8 Tu talle se parece a la palmera, tus pechos, a los racimos. 9 Me dije: Subiré a la palmera, recogeré sus frutos. ¡Sean tus pechos como racim os de uvas, el perfume de tu aliento como el de las manzanas, 10 tu paladar como vino generoso!El va derecho hacia mi amado, como fluye e n los labios de los que dormitan. 11 Yo soy para mi amado, y hacia mí tiende su deseo. 12 ¡Oh, ven, amado mío, salgamos al campo!Pasaremos la noche en las aldeas. 13 De mañana iremos a las viñas; veremos si la vid está en cierne, si las yemas s

e abren, y si florecen los granados.Allí te entregaré el don de mis amores. 14 Las mandrágoras exhalan su fragancia.A nuestras puertas hay toda suerte de frutos exquisitos.Los nuevos, igual que los añejos, los he guardado, amado mío, par a ti. Cantar 8 1 ¡Ah, si fueras tú un hermano mío, amamantado a los pechos de mi madre!Podría bes arte, al encontrarte afuera, sin que me despreciaran. 2 Te llevaría, te introduciría en la casa de mi madre, y tú me enseñarías.Te daría a b eber vino aromado, el licor de mis granadas. 3 Su izquierda está bajo mi cabeza, y su diestra me abraza. 4 Yo os conjuro, hijas de Yerushalaim, no despertéis, no desveléis al amor, ha sta que le plazca. 5 ¿Quién es ésta que sube del desierto, apoyada en su amado?Debajo del manzano t e desperté, allí donde te concibió tu madre, donde concibió la que te dio a luz. 6 Ponme cual sello sobre tu corazón, como un sello en tu brazo.Porque es fue rte el amor como la Muerte, implacable como el seol la pasión.Saetas de fuego, sus saetas, una llama de Adonai. 7 Grandes aguas no pueden apagar el amor, ni los ríos anegarlo.Si alguien of reciera todos los haberes de su casa por el amor, se granjearía desprecio. 8 Tenemos una hermana pequeña: no tiene pechos todavía. ¿Qué haremos con nuestra h ermana el día que se hable de ella? 9 - Si es una muralla, construiremos sobre ella almenas de plata si es una puerta, apoyaremos contra ella barras de cedro. 10 - Yo soy una muralla, y mis pechos, como torres.Así soy a sus ojos como qu ien ha hallado la paz. 11 Salomón tenía una viña en Baal Hamón.Encomendó la viña a los guardas, y cada uno le traía por sus frutos mil siclos de plata. 12 Mi viña, la mía, está ante mí; los mil siclos para ti, Salomón; y doscientos para los guardas de su fruto. 13 ¡Oh tú, que moras en los huertos, mis compañeros prestan oído a tu voz: ¡deja que la oiga! 14 ¡Huye, amado mío, sé como la gacela o el joven cervatillo, por los montes de l as balsameras! ISAÍAS Isaías 1 1 Visión que Isaías, hijo de Amós, vio tocante a Judá y Yerushalaim en tiempo de O zías, Jotam, Ajaz y Ezequías, reyes de Judá. 2 Oíd, cielos, escucha, tierra, que habla Adonai; "Hijos crié y saqué adelante, y ellos se rebelaron contra mí. 3 Conoce el buey a su dueño, y el asno el pesebre de su amo.Israel no conoce , mi pueblo no discierne." 4 ¡Ay, gente pecadora, pueblo tarado de culpa. semilla de malvados, hijos de perdición!Han dejado a Adonai, han despreciado al Santo de Israel, se han vuelto de espaldas. 5 ¿En dónde golpearos ya, si seguís contumaces?La cabeza toda está enferma, toda e ntraña doliente. 6 De la planta del pie a la cabeza no hay en él cosa sana: golpes, magulladu ras y heridas frescas, ni cerradas, ni vendadas, ni ablandadas con aceite. 7 Vuestra tierra es desolación, vuestras ciudades, hogueras de fuego; vuestr o suelo delante de vosotros extranjeros se lo comen, y es una desolación como deva stación de extranjeros. 8 Ha quedado la hija de Sión como cobertizo en viña, como albergue en pepinar, como ciudad sitiada. 9 De no habernos dejado Adonai Sebaot un residuo minúsculo, como Sodoma seríam os, a Gomorra nos pareceríamos. 10 Oíd una palabra de Adonai, regidores de Sodoma.Escuchad una instrucción de n uestro Di-s, pueblo de Gomorra. 11 "¿A mí qué, tanto sacrificio vuestro? - dice Adonai -.Harto estoy de holocaust

os de carneros y de sebo de cebones; y sangre de novillos y machos cabríos no me a grada, 12 cuando venís a presentaros ante mí. ¿Quién ha solicitado de vosotros esa pateadu ra de mis atrios? 13 No sigáis trayendo oblación vana: el humo del incienso me resulta detestable .Novilunio, sábado, convocatoria: no tolero falsedad y solemnidad. 14 Vuestros novilunios y solemnidades aborrece mi alma: me han resultado un gravamen que me cuesta llevar. 15 Y al extender vosotros vuestras palmas, me tapo los ojos por no veros.Au nque menudeéis la plegaria, yo no oigo.Vuestras manos están de sangre llenas: 16 lavaos, limpiaos, quitad vuestras fechorías de delante de mi vista, desist id de hacer el mal, 17 aprended a hacer el bien, buscad lo justo, dad sus derechos al oprimido, haced justicia al huérfano, abogad por la viuda. 18 Venid, pues, y disputemos - dice Adonai -:Así fueren vuestros pecados como la grana, cual la nieve blanquearán.Y así fueren rojos como el carmesí, cual la lana quedarán. 19 Si aceptáis obedecer, lo bueno de la tierra comeréis. 20 Pero si rehusando os oponéis, por la espada seréis devorados, que ha hablado la boca de Adonai. 21 ¡Cómo se ha hecho adúltera la villa leal!Sión llena estaba de equidad, justicia se albergaba en ella, pero ahora, asesinos. 22 Tu plata se ha hecho escoria.Tu bebida se ha aguado. 23 Tus jefes, revoltosos y aliados con bandidos.Cada cual ama el soborno y va tras los regalos.Al huérfano no hacen justicia, y el pleito de la viuda no lleg a hasta ellos. 24 Por eso - oráculo del Señor Adonai Sebaot, el Fuerte de Israel -: ¡Ay! Voy a d esquitarme de mis contrarios, voy a vengarme de mis enemigos. 25 Voy a volver mi mano contra ti y purificaré al crisol tu escoria, hasta qu itar toda tu ganga. 26 Voy a volver a tus jueces como eran al principio, y a tus consejeros com o antaño.Tras de lo cual se te llamará Ciudad de Justicia,Villa-leal. 27 Sión por la equidad será rescatada, y sus cautivos por la justicia. 28 Padecerán quebranto rebeldes y pecadores a una, y los desertores de Adonai se acabarán. 29 Porque os avergonzaréis de las encinas que anhelabais, y os afrentaréis de l os jardines que preferíais. 30 Porque seréis como encina que se le cae la hoja, y como jardín que a falta d e agua está. 31 El hombre fuerte se volverá estopa, y su trabajo, chispa: arderán ambos a un a, y no habrá quien apague. Isaías 2 1 Lo que vio Isaías, hijo de Amós, tocante a Judá y Yerushalaim. 2 Sucederá en días futuros que el monte de la Casa de Adonai será asentado en la cima de los montes y se alzará por encima de las colinas.Confluirán a él todas las na ciones, 3 y acudirán pueblos numerosos. Dirán: "Venid, subamos al monte de Adonai, a l a Casa del Di-s de Jacob, para que él nos enseñe sus caminos y nosotros sigamos sus senderos."Pues de Sión saldrá la Ley, y de Yerushalaim la palabra de Adonai. 4 Juzgará entre las gentes, será árbitro de pueblos numerosos.Forjarán de sus espa das azadones, y de sus lanzas podaderas.No levantará espada nación contra nación, ni s e ejercitarán más en la guerra. 5 Casa de Jacob, andando, y vayamos, caminemos a la luz de Adonai. 6 Has desechado a tu pueblo, la Casa de Jacob, porque estaban llenos de ad ivinos y evocadores, como los filisteos, y con extraños chocan la mano; 7 se llenó su tierra de plata y oro, y no tienen límite sus tesoros; se llenó su tierra de caballos, y no tienen límite sus carros; 8 se llenó su tierra de ídolos, ante la obra de sus manos se inclinan, ante lo

que hicieron sus dedos. 9 Se humilla el hombre, y se abaja el varón: pero no les perdones. 10 Entra en la peña, húndete en el polvo, lejos de la presencia pavorosa de Ado nai y del esplendor de su majestad, cuando él se alce para hacer temblar la tierra . 11 Los ojos altivos del hombre serán abajados, se humillará la altanería humana, y será exaltado Adonai solo en aquel día. 12 Pues será aquel día de Adonai Sebaot para toda depresión, que sea enaltecida, y para todo lo levantado, que será rebajado: 13 contra todos los cedros del Líbano altos y elevados, contra todas las enci nas del Basán, 14 contra todos los montes altos, contra todos los cerros elevados, 15 contra toda torre prominente, contra todo muro inaccesible, 16 contra todas las naves de Tarsis, contra todos los barcos cargados de te soros. 17 Se humillará la altivez del hombre, y se abajará la altanería humana; será exalt ado Adonai solo, en aquel día, 18 y los ídolos completamente abatidos. 19 Entrarán en las grietas de las peñas y en las hendiduras de la tierra, lejos de la presencia pavorosa de Adonai y del esplendor de su majestad, cuando él se a lce para hacer temblar la tierra. 20 Aquel día arrojará el hombre a los musgaños y a los topos los ídolos de plata y los ídolos de oro que él se hizo para postrarse ante ellos, 21 y se meterá en los agujeros de las peñas y en las hendiduras de las piedras, lejos de la presencia pavorosa de Adonai y del esplendor de su majestad, cuando él se alce para hacer temblar la tierra. 22 Desentendeos del hombre, en cuya nariz sólo hay aliento, porque ¿qué vale él? Isaías 3 1 Pues he aquí que el Señor Adonai Sebaot está quitando de Yerushalaim y de Judá t odo sustento y apoyo: (todo sustento de pan y todo sustento de agua); 2 el valiente y el guerrero, el juez y el profeta, el augur y el anciano, 3 el jefe de escuadra y el favorito, el consejero, el sabio hechicero y el hábil encantador. 4 Les daré mozos por jefes, y mozalbetes les dominarán. 5 Querrá mandar la gente, cada cual en cada cual, los unos a los otros y cad a cual en su compañero.Se revolverá el mozo contra el anciano, y el vil contra el ho mbre de peso. 6 Pues agarrará uno a su hermano al de su mismo apellido, diciéndole: "Túnica ga stas: príncipe nuestro seas, toma a tu cargo esta ruina." 7 Pero el otro exclamará aquel día: "No seré vuestro médico; en mi casa no hay pan ni túnica: no me pongáis por príncipe del pueblo." 8 Así que tropezó Yerushalaim, y Judá ha caído; pues sus lenguas y sus fechorías a A donai han llegado, irritando los ojos de su majestad. 9 La expresión de su rostro les denuncia, y sus pecados como Sodoma manifies tan, no se ocultan. ¡Ay de ellos, porque han merecido su propio mal! 10 Decid al justo que bien, que el fruto de sus acciones comerá. 11 ¡Ay del malvado! que le irá mal, que el mérito de sus manos se le dará. 12 A mi pueblo le oprime un mozalbete, y mujeres le dominan.Pueblo mío, tus r egidores vacilan y tus derroteros confunden. 13 Se levanta a pleitear Adonai y está en pie para juzgar a los pueblos. 14 Adonai demanda en juicio a los ancianos de su pueblo y a sus jefes. "Vos otros habéis incendiado la viña, el despojo del mísero tenéis en vuestras casas. 15 Pero ¿qué os importa? Machacáis a mi pueblo y moléis el rostro de los pobres" oráculo del Señor Adonai Sebaot -. 16 Dice Adonai: "Por cuanto son altivas las hijas de Sión, y andan con el cue llo estirado y guiñando los ojos, y andan a pasitos menudos, y con sus pies hacen tintinear las ajorcas", 17 rapará el Señor el cráneo de las hijas de Sión, y Adonai destapará su desnudez.

18 Aquel día quitará el Señor el adorno de las ajorcas, los solecillos y las lune tas; 19 los aljófares, las lentejuelas y los cascabeles; 20 los peinados, las cadenillas de los pies, los ceñidores, los pomos de olor y los amuletos, 21 los anillos y aretes de nariz; 22 los vestidos preciosos, los mantos, los chales, los bolsos, 23 los espejos, las ropas finas, los turbantes y las mantillas. 24 Por debajo del bálsamo habrá hedor, por debajo de la faja, soga, por debajo de la peluca, rapadura, y por debajo del traje, refajo de arpillera. y por debaj o de la hermosura, vergüenza. 25 Tus gentes a espada caerán, y tus campeones en guerra. 26 Y darán ayes y se dolerán a las puertas, y tú, asolada, te sentarás por tierra. Isaías 4 1 Asirán siete mujeres a un hombre en aquel día diciendo: "Nuestro pan comerem os, y con nuestras túnicas nos vestiremos.Tan sólo déjanos llevar tu nombre: quita nue stro oprobio." 2 Aquel día el germen de Adonai será magnífico y glorioso, y el fruto de la tier ra será la prez y ornato de los bien librados de Israel. 3 A los restantes de Sión y a los que quedaren de Yerushalaim, se les llamará santos: serán todos los apuntados como vivos en Yerushalaim. 4 Cuando haya lavado el Señor la inmundicia de las hijas de Sión, y las mancha s de sangre de Yerushalaim haya limpiado del interior de ella con viento justici ero y viento abrasador, 5 creará Adonai sobre todo lugar del monte de Sión y sobre toda su reunión, nube y humo de día, y resplandor de fuego llameante de noche.Y por encima la gloria de Adonai será toldo 6 y tienda para sombra contra el calor diurno, y para abrigo y reparo cont ra el aguacero y la lluvia. Isaías 5 1 Voy a cantar a mi amigo la canción de su amor por su viña.Una viña tenía mi amig o en un fértil otero. 2 La cavó y despedregó, y la plantó de cepa exquisita.Edificó una torre en medio d e ella, y además excavó en ella un lagar.Y esperó que diese uvas, pero dio agraces. 3 Ahora, pues, habitantes de Yerushalaim y hombres de Judá, venid a juzgar e ntre mi viña y yo: 4 ¿Qué más se puede hacer ya a mi viña, que no se lo haya hecho yo?Yo esperaba que diese uvas. ¿Por qué ha dado agraces? 5 Ahora, pues, voy a haceros saber, lo que hago yo a mi viña: quitar su seto , y será quemada; desportillar su cerca, y será pisoteada. 6 Haré de ella un erial que ni se pode ni se escarde. crecerá la zarza y el es pino, y a las nubes prohibiré llover sobre ella. 7 Pues bien, viña de Adonai Sebaot es la Casa de Israel, y los hombres de Ju dá son su plantío exquisito.Esperaba de ellos justicia, y hay iniquidad; honradez, y hay alaridos. 8 ¡Ay, los que juntáis casa con casa, y campo a campo anexionáis, hasta ocupar t odo el sitio y quedaros solos en medio del país! 9 Así ha jurado a mis oídos Adonai Sebaot: "¡Han de quedar desiertas muchas casa s; grandes y hermosas, pero sin moradores! 10 Porque diez yugadas de viña darán sólo una medida, y una carga de simiente pro ducirá una medida." 11 ¡Ay, los que despertando por la mañana andan tras el licor; los que trasnoch an, encandilados por el vino! 12 Sólo hay arpas y cítaras, pandero y flauta en sus libaciones, y no contempla n la obra de Adonai, no ven la acción de sus manos. 13 Por eso fue deportado mi pueblo sin sentirlo, sus notables estaban muert os de hambre, y su plebe se resecaba de sed. 14 Por eso ensanchó el seol su seno dilató su boca sin medida, y a él baja su nob

leza y su plebe y su turba gozosa. 15 Se humilla el hombre, se abaja el varón, los ojos de los altivos son abaja dos; 16 es ensalzado Adonai Sebaot en juicio, el Di-s Santo muestra su santidad por su justicia. 17 Pacerán los corderos como en su pastizal, y entre las ruinas gordos cabrit os ramonearán. 18 ¡Ay, los que arrastran la culpa con coyundas de engaños y el pecado como con bridas de novilla! 19 Los que dicen: "¡Listo, apresure su acción, de modo que la veamos.Acérquese y venga el plan del Santo de Israel, y que lo sepamos!" 20 ¡Ay, los que llaman al mal bien, y al bien mal; que dan oscuridad por luz, y luz por oscuridad; que dan amargo por dulce, y dulce por amargo! 21 ¡Ay, los sabios a sus propios ojos, y para sí mismos discretos! 22 ¡Ay, los campeones en beber vino, los valientes para escanciar licor, 23 los que absuelven al malo por soborno y quitan al justo su derecho. 24 Tal devora las espigas una lengua de fuego y el heno en llamas se derrum ba: la raíz de ellos será como podre, y su flor subirá como tamo.Pues recusaron la ens eñanza de Adonai Sebaot y despreciaron el dicho del Santo de Israel. 25 Por eso se ha encendido la ira de Adonai contra su pueblo, extendió su man o sobre él y le golpeó.Y mató a los príncipes: sus cadáveres yacían como basura en medio de las calles.Con todo eso, no se ha calmado su ira, y aún sigue extendida su mano. 26 Iza bandera a un pueblo desde lejos y le silba desde los confines de la tierra: vedlo aquí, rápido, viene ligero. 27 No hay en él quien se canse y tropiece, quien se duerma y se amodorre; nad ie se suelta el cinturón de los lomos, ni se rompe la correa de su calzado. 28 Sus saetas son agudas y todos sus arcos están tensos.Los cascos de sus cab allos semejan pedernal y sus ruedas, torbellino. 29 Tiene un rugido como de leona, ruge como los cachorros, brama y agarra l a presa, la arrebata, y no hay quien la libre. 30 Bramará contra él aquel día como el bramido del mar, y oteará la tierra, y habrá d ensa oscuridad, pues la luz se habrá oscurecido en la espesa tiniebla.

Isaías 6 1 El año de la muerte del rey Ozías vi al Señor sentado en un trono excelso y el evado, y sus haldas llenaban el templo. 2 Unos serafines se mantenían erguidos por encima de él; cada uno tenía seis ala s: con un par se cubrían la faz, con otro par se cubrían los pies, y con el otro pa r aleteaban, 3 Y se gritaban el uno al otro: "Santo, santo, santo, Adonai Sebaot: llena está toda la tierra de su gloria.". 4 Se conmovieron los quicios y los dinteles a la voz de los que clamaban, y la Casa se llenó de humo. 5 Y dije: "¡Ay de mí, que estoy perdido, pues soy un hombre de labios impuros, y entre un pueblo de labios impuros habito: que al rey Adonai Sebaot han visto mis ojos!" 6 Entonces voló hacia mí uno de los serafines con una brasa en la mano, que co n las tenazas había tomado de sobre el altar, 7 y tocó mi boca y dijo: "He aquí que esto ha tocado tus labios: se ha retirad o tu culpa, tu pecado está expiado." 8 Y percibí la voz del Señor que decía: "¿A quién enviaré? ¿y quién irá de parte nuestr je: "Heme aquí: envíame." 9 Dijo: "Ve y di a ese pueblo: "Escuchad bien, pero no entendáis, ved bien, pero no comprendáis." 10 Engorda el corazón de ese pueblo hazle duro de oídos, y pégale los ojos, no se a que vea con sus ojos. y oiga con sus oídos, y entienda con su corazón, y se convie rta y se le cure." 11 Yo dije: "¿Hasta dónde, Señor?"Dijo: "Hasta que se vacíen las ciudades y queden sin habitantes, las casas sin hombres, la campiña desolada, 12 y haya alejado Adonai a las gentes, y cunda el abandono dentro del país.

13 Aun el décimo que quede en él volverá a ser devastado como la encina o el robl e, en cuya tala queda un tocón: semilla santa será su tocón." Isaías 7 1 En tiempo de Ajaz, hijo de Jotam, hijo de Ozías, rey de Judá, subió Rasón, rey d e Aram, con Pécaj, hijo de Remalías, rey de Israel, a Yerushalaim para atacarla, más n o pudieron hacerlo. 2 La casa de David había recibido este aviso: "Aram se ha unido con Efraím", y se estremeció el corazón del rey y el corazón de su pueblo, como se estremecen los árb oles del bosque por el viento. 3 Entonces Adonai dijo a Isaías: "Ea, sal con tu hijo Sear Yasub al final de l caño de la alberca superior, por la calzada del campo del Batanero, al encuentro de Ajaz, 4 y dile: "¡Alerta, pero ten calma! No temas, ni desmaye tu corazón por ese pa r de cabos de tizones humeantes, 5 ya que Aram, Efraím y el hijo de Remalías han maquinado tu ruina diciendo: 6 Subamos contra Judá y desmembrémoslo, abramos brecha en él y pongamos allí por r ey al hijo de Tabel." 7 Así ha dicho el Señor Adonai:No se mantendrá, ni será así; 8 porque la capital de Aram es Damasco, y el cabeza de Damasco, Rasón;Pues b ien: dentro de sesenta y cinco años,Efraím dejará de ser pueblo. 9 La capital de Efraím es Samaría, y el cabeza de Samaría, el hijo de Remalías.Si no os afirmáis en mí no seréis firmes." 10 Volvió Adonai a hablar a Ajaz diciendo: 11 "Pide para ti una señal de Adonai tu Di-s en lo profundo del seol o en lo más alto." 12 Dijo Ajaz: "No la pediré, no tentaré a Adonai." 13 Dijo Isaías: "Oíd, pues, casa de David: ¿Os parece poco cansar a los hombres, que cansáis también a mi Di-s? 14 Pues bien, el Señor mismo va a daros una señal:He aquí que una doncella está enc inta y va a dar a luz un hijo, y le pondrá por nombre Emmanuel. 15 Cuajada y miel comerá hasta que sepa rehusar lo malo y elegir lo bueno. 16 Porque antes que sepa el niño rehusar lo malo y elegir lo bueno, será abando nado el territorio cuyos dos reyes te dan miedo. 17 Adonai atraerá sobre ti y sobre tu pueblo y sobre la casa de tu padre, días cuales no los hubo desde aquel en que se apartó Efraím de Judá (el rey de Asur). 18 Aquel día silbará Adonai al enjambre que hay en los confines de los ríos de Eg ipto, y a las abejas que hay en tierra de Asur; 19 vendrán y se posarán todas ellas en las quebradas, en los resquicios de las peñas, en todas las corrientes y en todos los arroyos. 20 Aquel día rapará el Señor con navaja alquilada allende el Río, con el rey de Asu r, la cabeza y el vello de las piernas y también la barba afeitará, 21 Aquel día criará cada uno una novilla y un par de ovejas. 22 Y así de tanto dar leche, comerá cuajada, porque "cuajada y miel comerá todo e l que quedare dentro del país". 23 Aquel día, cualquier lugar donde antes hubo mil cepas por valor de mil pie zas de plata, será de la zarza y el abrojo. 24 Con flechas y arco se entrará allí, pues zarza y abrojo será toda la tierra, 25 y en ninguno de los montes que se desbrozan con la azada se podrá entrar p or temor de las zarzas y abrojos; será dehesa de bueyes y pastizal de ovejas." Isaías 8 1 Adonai me dijo: "Toma una placa grande, escribe en ella con buril: de Ma her Salal Jas Baz, 2 y toma por fieles testigos míos al sacerdote Urías y a Zacarías, hijo de Baraq uías." 3 Me acerqué a la profetisa, que concibió y dio a luz un hijo, Adonai me dijo: "Llámale Maher Salal Jas Baz, 4 pues antes que sepa el niño decir "papá" y "mamá", la riqueza de Damasco y el

botín de Samaría serán llevados ante el rey de Asur." 5 Volvió Adonai a hablarme de nuevo: 6 "Porque ha rehusado ese pueblo las aguas de Siloé que van de vagar y se ha desmoralizado ante Rasón y el hijo de Remalías, 7 por lo mismo, he aquí que el Señor hace subir contra ellos las aguas del Río e mbravecidas y copiosas.Desbordará por todos sus cauces, (el rey de Asur y todo su esplendor) invadirá todas sus riberas. 8 Seguirá por Judá anegando a su paso, hasta llegar al cuello.Y la envergadura de sus alas abarcará la anchura de tu tierra,Emmanuel. 9 Sabedlo, pueblos: seréis destrozados; escuchad, confines todos de la tierr a; en guardia: seréis destrozados; en guardia: seréis destrozados. 10 Trazad un plan: fracasará.Decid una palabra: no se cumplirá.Porque con nosot ros está Di-s. 11 Pues así me ha dicho Adonai cuando me tomó de la mano y me apartó de seguir po r el camino de ese pueblo: 12 No llaméis conspiración a lo que ese pueblo llama conspiración, ni temáis ni tem bléis de lo que él teme. 13 A Adonai Sebaot, a ése tened por santo, sea él vuestro temor y él vuestro temb lor. 14 Será un santuario y piedra de tropiezo y peña de escándalo para entrambas Casa s de Israel; lazo y trampa para los moradores de Yerushalaim. 15 Allí tropezarán muchos, caerán, se estrellarán y serán atrapados y presos. 16 Envuelve el testimonio, sella la enseñanza entre mis discípulos. 17 Aguardaré por Adonai, el que vela su faz de la casa de Jacob, y esperaré por él. 18 Aquí estamos yo y los hijos que me ha dado Adonai, por señales y pruebas en Israel, de parte de Adonai Sebaot, el que reside en el monte Sión. 19 Y cuando os dijeren: "Consultad a los nigromantes y a los adivinos que b isbisean y murmujean; ¿es que no consulta un pueblo a sus dioses, por los vivos a los muertos?": 20 en pro de la enseñanza y el testimonio ¡Vaya si dirán cosa tal!Lo que no tiene provecho. 21 Pasará por allí lacerado y hambriento, y así que le dé el hambre, se enojará y fal tará a su rey y a su Di-s.Volverá el rostro a lo alto, 22 la tierra oteará, y sólo habrá cerrazón y negrura, lobreguez prieta y tiniebla e spesa. 23 Pues, ¿no hay lobreguez para quien tiene apretura?Como el tiempo primero u ltrajó a la tierra de Zabulón y a la tierra de Neftalí, así el postrero honró el camino d el mar, allende el Jordán, el distrito de los Gentiles. Isaías 9 1 El pueblo que andaba a oscuras 2 vio una luz grande.Los que vivían en tierra de sombras, una luz brilló sobre ellos.Acrecentaste el regocijo, hiciste grande la alegría.Alegría por tu presencia, cual la alegría en la siega, como se regocijan repartiendo botín. 3 Porque el yugo que les pesaba y la pinga de su hombro - la vara de su ti rano - has roto, como el día de Madián. 4 Porque toda bota que taconea con ruido, y el manto rebozado en sangre se rán para la quema, pasto del fuego. 5 Porque una criatura nos ha nacido, un hijo se nos ha dado.Estará el señorío so bre su hombro, y se llamará su nombre "Maravilla de Consejero", "Di-s Fuerte", "Si empre Padre", "Príncipe de Paz". 6 Grande es su señorío y la paz no tendrá fin sobre el trono de David y sobre su reino, para restaurarlo y consolidarlo por la equidad y la justicia,Desde ahora y hasta siempre, el celo de Adonai Sebaot hará eso. 7 Una palabra ha proferido el Señor en Jacob, y ha caído en Israel. 8 Sabedla, pueblo todo,Efraím y los habitantes de Samaría, los que con arrogan cia y engreimiento dicen: 9 "Los ladrillos han caído, pero de sillar edificaremos; los sicómoros fueron

talados, pero por cedros los cambiaremos." 10 Pues bien, Adonai ha dado ventaja a su adversario, Rasón, y azuzó a sus enem igos: 11 Aram por delante y los filisteos por detrás, devoraron a Israel a boca lle na.Con todo eso no se ha calmado su ira, y aún sigue su mano extendida. 12 Pero el pueblo no se volvió hacia el que le castigaba, no buscaron a Adona i Sebaot. 13 Por eso ha cercenado Adonai a Israel cabeza y cola, palmera y junco, en un mismo día. 14 El anciano y honorable es la cabeza, y el profeta impostor es la cola. 15 Los directores de este pueblo han resultado desviadores, y sus dirigidos , extraviados. 16 Por eso, de sus jóvenes no se apiadará el Señor, con sus huérfanos y viudas no t endrá misericordia, pues todos son impíos y malvados, y toda boca profiere majaderíaCo n todo eso no se ha calmado su ira, y aún sigue su mano extendida. 17 Porque ha ardido como fuego la maldad, zarza y espino devora, y va a pre nder en las espesuras del bosque: ya se estiran en columna de humo. 18 Por el arrebato de Adonai la tierra ha sido quemada, y es el pueblo como pasto de fuego; nadie tiene piedad de su hermano, 19 Corta a diestra y queda con hambre, come a siniestra y no se sacia; cada uno se come la carne de su brazo. 20 Manasés devora a EfraímEfraím a Manasés, y ambos a una van contra Judá.Con todo es o no se ha calmado su ira, y aún sigue su mano extendida. Isaías 10 1 ¡Ay! los que decretan decretos inicuos, y los escribientes que escriben ve jaciones, 2 excluyendo del juicio a los débiles, atropellando el derecho de los míseros de mi pueblo, haciendo de las viudas su botín, y despojando a los huérfanos. 3 Pues ¿qué haréis para el día de la cuenta y la devastación que de lontananza viene ? ¿a quién acudiréis para pedir socorro? ¿dónde dejaréis vuestra gravedad? 4 Con tal de no arrodillarse entre los prisioneros, entre los muertos caería n.Con todo eso no se ha calmado su ira, y aún sigue su mano extendida. 5 ¡Ay, Asur, bastón de mi ira, vara que mi furor maneja! 6 Contra gente impía voy a guiarlo, contra el pueblo de mi cólera voy a mandar lo, a saquear saqueo y pillar pillaje, y hacer que lo pateen como el lodo de las calles. 7 Pero él no se lo figura así, ni su corazón así lo estima, sino que su intención es arrasar y exterminar gentes no pocas. 8 Pues dice: "¿No son mis jefes todos ellos reyes? 9 ¿No es Kalnó como Karkemis? ¿No es Jamat como Arpad? ¿No es Samaría como Damasco? 10 Como alcanzó mi mano a los reinos de los ídolos - cuyas estatuas eran más que las de Yerushalaim y Samaría 11 como hice con Samaría y sus ídolos, ¿no haré asimismo con Yerushalaim y sus simu lacros?" 12 Pues bien, cuando hubiere dado remate el Señor a todas sus empresas en el monte Sión y en Yerushalaim, pasará revista al fruto del engreimiento del rey de As ur y al orgullo altivo de sus ojos. 13 Porque dijo: "Con el poder de mi mano lo hice, y con mi sabiduría, porque soy inteligente, he borrado las fronteras de los pueblos, sus almacenes he saque ado, y he abatido como un fuerte a sus habitantes. 14 Como un nido ha alcanzado mi mano la riqueza de los pueblos, y como se r ecogen huevos abandonados, he recogido yo toda la tierra, y no hubo quien aletea ra ni abriera el pico ni piara." 15 ¿Acaso se jacta el hacha frente al que corta con ella? ¿o se tiene por más gra nde la sierra que el que la blande? ¡como si la vara moviera al que la levanta! ¡com o si a quien no es madera el bastón alzara! 16 Por eso enviará Adonai Sebaot entre sus bien comidos, enflaquecimiento, y, debajo de su opulencia, encenderá un incendio como de fuego.

17 La luz de Israel vendrá a ser fuego, y su Santo, llama; arderá y devorará su e spino y su zarza en un solo día, 18 y el esplendor de su bosque y de su vergel en alma y en cuerpo será consum ido: será como el languidecer de un enfermo. 19 Lo que quede de los árboles de su bosque será tan poco, que un niño los podrá co ntar. 20 Aquel día no volverán ya el resto de Israel y los bien librados de la casa d e Jacob a apoyarse en el que los hiere, sino que se apoyarán con firmeza en Adonai . 21 Un resto volverá, el resto de Jacob, al Di-s poderoso. 22 Que aunque sea tu pueblo, Israel, como la arena del mar, sólo un resto de él volverá.Exterminio decidido, rebosante de justicia. 23 Porque es un exterminio decidido lo que Adonai Sebaot realizará en medio d e toda la tierra. 24 Por tanto, así dice el Señor Adonai Sebaot: "No temas, pueblo mío que moras e n Sión, a Asur que con la vara te da golpes y su bastón levanta contra ti (en el cam ino de Egipto). 25 Porque un poquito más y se habrá consumado el furor, y mi ira los consumirá." 26 Despertará contra él Adonai Sebaot un azote, como cuando la derrota de Madián en la peña de Horeb, o cuando levantó su bastón contra el mar en el camino de Egipto. 27 Aquel día te quitará su carga de encima del hombro y su yugo de sobre tu cer viz será arrancado. Y el yugo será destruido (...) 28 Vino sobre Ayyat, pasó por Migrón, en Mikmás pasó revista. 29 Han pasado el Vado: "Haremos noche en Gueba."Temblaba Ramá,Guibeá de Saúl huía. 30 ¡Da gritos de júbilo, Bat Gallim, escucha Laisa! ¡Respóndele, Anatot! 31 Se desbandó Madmená.Los habitantes de Guebim se han puesto a salvo. 32 Hoy mismo en Nob haciendo alto menea su mano contra el Monte de la hija de Sión, la colina de Yerushalaim. 33 He aquí que el Señor Adonai Sebaot sacude el ramaje con estrépito; las guías más a ltas están partidas y las elevadas van a caer. 34 Golpeará las espesuras del bosque con el hierro, y por los golpes de un Po deroso, caerá. Isaías 11 1 Saldrá un vástago del tronco de Jesé, y un retoño de sus raíces brotará. 2 Reposará sobre él el espíritu de Adonai: espíritu de sabiduría e inteligencia, espír itu de consejo y fortaleza, espíritu de ciencia y temor de Adonai. 3 Y le inspirará en el temor de Adonai.No juzgará por las apariencias, ni sent enciará de oídas. 4 Juzgará con justicia a los débiles, y sentenciará con rectitud a los pobres de la tierra.Herirá al hombre cruel con la vara de su boca, con el soplo de sus labi os matará al malvado. 5 Justicia será el ceñidor de su cintura, verdad el cinturón de sus flancos. 6 Serán vecinos el lobo y el cordero, y el leopardo se echará con el cabrito, el novillo y el cachorro pacerán juntos, y un niño pequeño los conducirá. 7 La vaca y la osa pacerán, juntas acostarán sus crías, el león, como los bueyes, comerá paja. 8 Hurgará el niño de pecho en el agujero del áspid, y en la hura de la víbora el r ecién destetado meterá la mano. 9 Nadie hará daño, nadie hará mal en todo mi santo Monte, porque la tierra estará llena de conocimiento de Adonai, como cubren las aguas el mar. 10 Aquel día la raíz de Jesé que estará enhiesta para estandarte de pueblos, las ge ntes la buscarán, y su morada será gloriosa. 11 Aquel día volverá el Señor a mostrar su mano para recobrar el resto de su pueb lo que haya quedado de Asur y de Egipto, de Patrós, de Kus, de Elam, de Senaar, de Jamat y de las islas del mar. 12 Izará bandera a los gentiles, reunirá a los dispersos de Israel, y a los des perdigados de Judá agrupará de los cuatro puntos cardinales. 13 Cesará la envidia de Efraím, y los opresores de Judá serán exterminados.Efraím no envidiará a Judá y Judá no oprimirá a Efraím.

14 Ellos se lanzarán sobre la espalda de Filistea Marítima, a una saquearán a los hijos de Oriente.Edom y Moab bajo el dominio de su mano, y los ammonitas bajo s u obediencia. 15 Secará Adonai el golfo del mar de Egipto y agitará su mano contra el Río.Con l a violencia de su soplo lo partirá en siete arroyos, y hará posible pasarlo en sanda lias; 16 habrá un camino real para el resto de su pueblo que haya sobrevivido de As ur, como lo hubo para Israel, cuando subió del país de Egipto. Isaías 12 1 Y dirás aquel día: "Yo te alabo, Adonai, pues aunque te airaste contra mí, se ha calmado tu ira y me has compadecido. 2 He aquí a Di-s mi Salvador: estoy seguro y sin miedo, pues Adonai es mi fu erza y mi canción, él es mi salvación," 3 Sacaréis agua con gozo de los hontanares de salvación." 4 y diréis aquel día: "Dad gracias a Adonai, aclamad su nombre, divulgad entre los pueblos sus hazañas, pregonad que es sublime su nombre. 5 Cantad a Adonai, porque ha hecho algo sublime, que es digno de saberse e n toda la tierra. 6 Dad gritos de gozo y de júbilo, moradores de Sión, que grande es en medio de ti el Santo de Israel." Isaías 13 1 Oráculo contra Babilonia, que contempló Isaías, hijo de Amós. 2 Sobre el monte pelado izad la bandera, levantad la voz a ellos, agitad l a mano y que entren por las puertas de los nobles. 3 Yo he mandado a mis consagrados y también he llamado a mis valientes, para ejecutar mi ira a mis gallardos. 4 ¡Ruido estruendoso en los montes, como de mucha gente! ¡Ruido estrepitoso de reinos, naciones reunidas!Adonai Sebaot pasa revista a su tropa de combate. 5 Vienen de tierra lejana, del cabo de los cielos,Adonai y los instrumento s de su enojo para arrasar toda la tierra. 6 Ululad, que cercano está el Día de Adonai, como la destrucción de Sadday viene . 7 Por eso todos los brazos decaen y todo corazón humano se derrite. 8 Se empavorecen, angustias y apuros les sobrecogen, cual parturienta se d uelen.Cada cual se asusta de su prójimo.Son los suyos rostros llameantes. 9 He aquí que el Día de Adonai viene implacable, el arrebato, el ardor de su i ra, a convertir la tierra en yermo y exterminar de ella a los pecadores. 10 Cuando las estrellas del cielo y la constelación de Orión no alumbren ya, es té oscurecido el sol en su salida y no brille la luz de la luna, 11 pasaré revista al orbe por su malicia y a los malvados por su culpa.Haré ces ar la arrogancia de los insolentes, y la soberbia de los desmandados humillaré. 12 Haré que el hombre sea más escaso que el oro fino, y la humanidad más que meta l de Ofir. 13 Por eso haré temblar los cielos, y se removerá la tierra de su sitio, en el arrebato de Adonai Sebaot, en el día de su ira hirviente. 14 Será como gacela acosada, como ovejas cuando no hay quien las reúna: cada un o enfilará hacia su pueblo, cada uno huirá hacia su tierra. 15 Todo el que fuere descubierto será traspasado, y todo el que fuere apresad o caerá por la espada. 16 Sus párvulos serán estrellados ante sus ojos, serán saqueadas sus casas, y sus mujeres violadas. 17 He aquí que yo despierto contra ellos a los medos, que no estiman la plata , ni desean el oro. 18 Machacarán a todos sus muchachos, estrellarán a todas sus muchachas, del fru to del vientre no se apiadarán ni de las criaturas tendrán lástima sus ojos. 19 Babilonia, la flor de los reinos, prez y orgullo de Caldea, será semejante a Sodoma y Gomorra, destruidas por Di-s. 20 No será habitada jamás ni poblada en generaciones y generaciones, ni pondrá ti

enda allí el árabe, ni pastores apacentarán allí. 21 Allí tendrán aprisco bestias del desierto y se llenarán sus casas de mochuelos .Allí morarán las avestruces y los sátiros brincarán allí. 22 Se responderán las hienas en sus alcázares y los chacales en sus palacios de recreo.Su hora está para llegar y sus días no tendrán prórroga. Isaías 14 1 Cuando se compadezca Adonai de Jacob y prefiera todavía a Israel, los afin cará en el solar de ellos, y se les juntarán forasteros, que serán incorporados a la c asa de Jacob. 2 Tomarán a otros pueblos y, llevándoselos a su lugar, se los apropiará la casa de Israel sobre el solar de Adonai como esclavos y esclavas. Harán cautivos a sus cautivadores, y dominarán sobre sus tiranos. 3 Entonces, cuando te haya calmado Adonai de tu disgusto y tu desazón y de l a dura servidumbre a que fuiste sometido, 4 dirigirás esta sátira al rey de Babilonia. Dirás: ¡Cómo ha acabado el tirano, cómo h a cesado su arrogancia! 5 Ha quebrado Adonai la vara de los malvados, el bastón de los déspotas, 6 que golpeaba a los pueblos con saña golpes sin parar, que dominaba con ira a las naciones acosándolas sin tregua. 7 Está tranquila y quieta la tierra toda, prorrumpe en aclamaciones. 8 Hasta los cipreses se alegran por ti, los cedros del Líbano: "Desde que tú h as caído en paz, no sube el talador a nosotros." 9 El seol, allá abajo, se estremeció por ti saliéndote al encuentro; por ti desp ierta a las sombras, a todos los jerifaltes de la tierra; hace levantarse de sus tronos a los reyes de todas las naciones. 10 Todos ellos responden y te dicen: "¡También tú te has vuelto débil como nosotros , y a nosotros eres semejante! 11 Ha sido precipitada al seol tu arrogancia al son de tus cítaras.Tienes baj o ti una cama de gusanos, tus mantas son gusanera. 12 ¡Cómo has caído de los cielos,Lucero, hijo de la Aurora! ¡Has sido abatido a tie rra, dominador de naciones! 13 Tú que habías dicho en tu corazón: "Al cielo voy a subir, por encima de las es trellas de Di-s alzaré mi trono, y me sentaré en el Monte de la Reunión, en el extremo norte. 14 Subiré a las alturas del nublado, me asemejaré al Altísimo. 15 ¡Ya!: al seol has sido precipitado, a lo más hondo del pozo." 16 Los que te ven, en ti se fijan; te miran con atención: "¿Ese es aquél, el que hacía estremecer la tierra, el que hacía temblar los reinos, 17 el que puso el orbe como un desierto, y asoló sus ciudades, el que a sus p risioneros no abría la cárcel?" 18 Todos los reyes de las naciones, todos ellos yacen con honor, cada uno e n su morada. 19 Pero tú has sido arrojado fuera de tu sepulcro, como un brote abominable, recubierto de muertos acuchillados, arrojados sobre las piedras de la fosa, como cadáver pisoteado. 20 No tendrás con ellos sepultura, porque tu tierra has destruido, a tu puebl o has asesinado.No se nombrará jamás la descendencia de los malhechores. 21 Preparad a sus hijos degollina por la culpa de sus padres: no sea que se levanten y se apoderen de la tierra, y llenen de ciudades la haz del orbe. 22 Yo me alzaré contra ellos - oráculo de Adonai Sebaot - y suprimiré en Babiloni a el nombre y resto, hijos y nietos - oráculo de Adonai. 23 La convertiré en patrimonio de erizos y tierra pantanosa, la barreré con esc oba exterminadora - oráculo de Adonai Sebaot. 24 Ha jurado Adonai Sebaot diciendo: "Tal como lo había ideado, así fue.Y como lo planeé, así se cumplirá: 25 Quebrantaré a Asur en mi tierra, sobre mis montes le pisotearé.Se apartará su yugo de sobre ellos, su fardo de sobre sus hombros se apartará." 26 Este es el plan tocante a toda la tierra, y ésta la mano extendida sobre l as naciones.

27 Si Adonai Sebaot toma una decisión, ¿quién la frustrará?Si él extiende su mano, ¿quié se la hará retirar? 28 El año en que murió el rey Ajaz hubo esta oráculo: 29 No te alegres, Filistea toda, porque se haya quebrado la vara del que te hería; pues de raíz de culebra saldrá víbora, y su fruto será dragón volador. 30 Los débiles pacerán en mis pastos y los pobres en seguro se acostarán, mientra s que haré morir de hambre tu posteridad, y mataré lo que de ti reste 31 ¡Ulula, puerta! ¡grita, ciudad! ¡derrítete, Filistea toda, que del norte una hum areda viene, y nadie deserta en sus columnas! 32 ¿Y qué se responderá a los mensajeros de esa gente?: "Que Adonai fundó a Sión, y e n ella se refugiarán los pobres de su pueblo."

Isaías 15 1 Oráculo sobre Moab.Porque de noche ha sido saqueada,Ar Moab ha perecidoPor que de noche ha sido saqueada,Quir Moab ha perecido. 2 Subía la hija de Dibbón a los oteros llorando: sobre el Nebo y sobre MedbaMo ab ulula.En todas sus cabezas, calvicie; toda barba, raída. 3 En sus calles se han ceñido sayal, sobre sus azoteas y en sus plazas todo el mundo ulula, baja llorando. 4 Gritaban Jesbón y Elalé, hasta Yahas se oía su voz.Por eso los guerreros de Mo ab tiemblan, su alma le tiembla dentro. 5 Su corazón por Moab clama, sus fugitivos van hasta Soar (Eglat Selisiyyá). ¡La cuesta de Lujit la suben llorando, y por el camino de Joronáyim dan gritos desgar rados! 6 ¡Las aguas de Nimrim son un sequedal, y se ha secado la hierba, se agostó el césped, no hay verdor! 7 Por eso hicieron ahorros... y sus reservas allende el arroyo de los Sauc es se las llevan. 8 ¡Los gritos han rodeado las fronteras de Moab; hasta Egláyim llega su ulular , en Beer Elim su ulular! 9 ¡Las aguas de Dimón van llenas de sangre! ¡Aún más añadiré sobre Dimón! ¡Contra los e dos de Moab, y contra los que queden en su suelo un león! Isaías 16 1 Enviad corderos al señor del país desde la Roca del Desierto al monte de la hija de Sión. 2 Como aves espantadas, nidada dispersa, serán las hijas de Moab cabe los va dos del Arnón. 3 Presenta algún plan, toma una decisión.Haz tu sombra como la noche en pleno mediodía; esconde a los acosados, al fugitivo no delates. 4 Acójanse en ti los acosados de Moab; sé para ellos cobijo ante el devastador .Cuando no queden tiranos, acabe la devastación, y desaparezcan del país los opresor es, 5 será establecido sobre la piedad el trono, y se sentará en él con lealtad - en la tienda de David - un juez que busque el derecho, y sea presto a la justicia. 6 Hemos oído la arrogancia de Moab: ¡una gran arrogancia!Su altanería, su arroga ncia y su furor y sus bravatas sin fuerza. 7 Por eso, que ulule Moab por Moab; ulule todo él.Por los panes de uvas de Q uir Jaréset gimen: "¡Ay, abatidos!" 8 Pues la campiña de Jesbón se ha marchitado, el viñedo de Sibmá, cuyas cepas maja ron los señores de las gentes.Hasta Yazer alcanzaban, se perdían por el desierto, su s frondas se extendían, pasaban la mar. 9 Por eso voy a llorar como llora Yazer, viña de Sibmá.Te regaré con mis lágrimas, Jesbón y Elalé, porque sobre tu cosecha y sobre tu segada se ha extinguido el clamo r, 10 y se retira del vergel alegría y alborozo, y en las viñas no se lanzan canto s de júbilo, ni gritos.Vino en los lagares no pisa el pisador: el clamor ha cesado . 11 Por eso mis entrañas por Moab como el arpa resuenan, y mi interior por Qui r Jeres.

12 Luego, cuando vea Moab que se cansa sobre el alto, entrará a su santuario a orar, pero nada podrá. 13 Esta es la palabra que en un tiempo pronunció Adonai acerca de Moab. 14 Y ahora ha hablado Adonai diciendo: "Dentro de tres años, como años de jorna lero, será despreciada la gloria de Moab con toda su numerosa muchedumbre, y el re sto será pequeñísimo, insignificante." Isaías 17 1 Oráculo contra Damasco.He aquí que Damasco deja de ser ciudad, y va a ser mo ntón de derribo. 2 Abandonadas sus ciudades para siempre, serán para los ganados; se acostarán allí y no habrá quien los espante. 3 Dejará de existir el baluarte de Efraím y el reinado de Damasco, y el resto de Aram vendrá a ser como la gloria de los israelitas - oráculo de Adonai Sebaot -. 4 Aquel día, será debilitada la gloria de Jacob, y su gordura enflaquecerá. 5 Será como cuando apuña un segador la mies, y su brazo las espigas siega; será como espigador en el valle de Refaím, 6 - que quedan en él rebuscos -; como en el vareo del olivo: dos, tres bayas en la punta de la guía; cuatro, cinco en sus ramas fructíferas - oráculo de Adonai, e l Di-s de Israel -. 7 Aquel día se dirigirá el hombre a su Hacedor, y sus ojos hacia el Santo de I srael mirarán. 8 No se fijará en los altares, obras de sus manos, ni lo que hicieron sus de dos mirará: los cipos y las estelas solares. 9 Aquel día estarán tus ciudades abandonadas, como cuando el abandono de los b osques y matorrales, ante los hijos de Israel: habrá desolación. 10 Porque olvidaste a Di-s tu salvador, y de la Roca de tu fortaleza no te acordaste.Por eso plantabas plantíos deleitosos, y de mugrón extranjero los sembrast e. 11 Hoy tu plantío veías crecer, y florecer desde la mañana tu simiente.Pero desap arecerá la mies el día de la enfermedad, y el dolor será incurable. 12 ¡Ay!, bramar de muchos pueblos, como bramar de mares braman.Retumbar de n aciones que retumban como retumbo de crecidas aguas. 13 (De naciones que retumban como retumbo de crecidas aguas.)Pero él las incr epa, y de lejos huyen, y son perseguidas como el tamo de los montes por el vient o, y como torbellino por el huracán. 14 A la hora del atardecer se presenta el miedo, antes de la mañana ya no exi sten.Esea sea la parte de nuestros despojadores, la suerte de nuestros saqueador es. Isaías 18 1 ¡Ay, tierra de susurro de alas, la de allende los ríos de Kus, 2 la que envía por mar embajadores, y en barcos de juncos sobre la haz de la s aguas!Id, mensajeros ligeros, a la nación esbelta y de brillante piel, al pueblo temible desde siempre, nación vigorosa y dominadora, cuya tierra surcan ríos. 3 Todos los moradores del orbe y habitantes de la tierra, al izarse pendón e n los montes, mirad, al tañerse el cuerno, escuchad; 4 que así me ha dicho Adonai:Estaré quedo y observaré desde mi puesto, como calo r ardiente al brillar la luz, como nube de rocío en el calor de la siega. 5 Pues antes de la siega, al acabar la floración, cuando su fruto en cierne comience a madurar, cortará los sarmientos con la podadera y los pámpanos viciosos a rrancará y podará. 6 Serán dejados juntamente a merced de las aves rapaces de los montes y de l as bestias de la tierra; pasarán allí el verano las rapaces y toda bestia terrestre allí invernará. 7 En aquel tiempo se presentará un obsequio a Adonai Sebaot, al lugar del no mbre de Adonai Sebaot, el monte Sión, de parte de un pueblo esbelto y de brillante piel, y de parte de un pueblo temible desde siempre, nación vigorosa y dominador a, cuya tierra surcan ríos.

Isaías 19 1 Oráculo contra Egipto.Allá va Adonai cabalgando sobre nube ligera y entra en Egipto, se tambalean los ídolos de Egipto ante él y el corazón de Egipto se derrite e n su interior. 2 Revolveré a egipcios contra egipcios, peleará cada cual con su hermano, y ca da uno con su compañero, ciudad contra ciudad, reino contra reino. 3 Se trastornará el espíritu de Egipto en su interior, y sus planes anularé.Cons ultarán a los ídolos, a los brujos, a los nigromantes y los adivinos. 4 Entregaré a Egipto en manos de un señor duro, y un rey cruel los dominará - orác ulo del Señor Adonai Sebaot -. 5 Se desecarán las aguas del mar, y el Río se secará y quedará seco; hederán los ríos, 6 7

menguarán y se secarán los canales de Egipto.La caña y el junco se marchitarán. Los prados junto al canal, junto al borde del canal, y todo sembrado del canal se secarán, serán aventados y desaparecerán. 8 Gemirán los pescadores, y se lamentarán todos los que echan en el canal anzu elo; y los que extienden red sobre las aguas, languidecerán. 9 Estarán confusos los que trabajan el lino, cardadoras y tejedores palidece rán. 10 Estarán sus tejedores abatidos, todos los jornaleros desanimados. 11 En verdad, están locos los príncipes de Soán, los sabios consejeros de Faraón fo rman un estúpido consejo. ¿Cómo decís a Faraón: "Hijo de sabios soy, hijo de reyes antiguo s?" 12 Pues entonces, ¿dónde están tus sabios?Que te manifiesten, pues, y te hagan co nocer lo que ha planeado Adonai Sebaot tocante a Egipto. 13 Han enloquecido los príncipes de Soán, han sido engañados los príncipes de Nof; los jefes de sus tribus extravían a Egipto. 14 Adonai ha infundido en ellos espíritu de vértigo que hace dar tumbos a Egipt o en todas sus empresas, como se tambalea el ebrio en su vomitona. 15 Y no le sale bien a Egipto empresa alguna que haga la cabeza o la cola, la palmera o el junco. 16 Aquel día será Egipto como las mujeres. Temblará y se espantará cada vez que Ado nai Sebaot menee su mano contra él. 17 El territorio de Judá será la afrenta de Egipto: cada vez que se lo mienten, se espantará ante los planes que Adonai Sebaot está trazando contra él. 18 Aquel día habrá cinco ciudades en tierra de Egipto que hablarán la lengua de C anaán y que jurarán por Adonai Sebaot: Ir Haheres se llamará una de ellas. 19 Aquel día habrá un altar de Adonai en medio del país de Egipto y una estela de Adonai junto a su frontera. 20 Estará como señal y testimonio de Adonai Sebaot en el país de Egipto. Cuando c lamen a Adonai a causa de los opresores, les enviará un libertador que los defende rá y librará. 21 Será conocido Adonai de Egipto, y conocerá Egipto a Adonai aquel día, le servi rán con sacrificio y ofrenda, harán votos a Adonai y los cumplirán. 22 Adonai herirá a Egipto, pero al punto le curará. Se convertirán a Adonai, y él s erá propicio y los curará. 23 Aquel día habrá una calzada desde Egipto a Asiria. Vendrá Asur a Egipto y Egip to a Asiria, y Egipto servirá a Asur. 24 Aquel día será Israel tercero con Egipto y Asur, objeto de bendición en medio de la tierra, 25 pues le bendecirá Adonai Sebaot diciendo: "Bendito sea mi pueblo Egipto, l a obra de mis manos Asur, y mi heredad Israel." Isaías 20 1 El año en que vino el copero mayor a Asdod - cuando le envió Sargón, rey de As ur, y atacó a Asdod y la tomó -, 2 en aquella sazón habló Adonai por medio de Isaías, hijo de Amós, en estos términos : "Ve y desata el sayal de tu cintura, y quítate las sandalias de los pies." El l o hizo así, y anduvo desnudo y descalzo. 3 Dijo Adonai: "Así como ha andado mi siervo Isaías desnudo y descalzo tres años

como señal y presagio respecto a Egipto y Kus, 4 así conducirá el rey de Asur a los cautivos de Egipto y a los deportados de Kus, mozos y viejos, desnudos, descalzos y nalgas al aire - desnudez de Egipto. 5 Se quedarán asustados y confusos por Kus, su esperanza, y por Egipto, su p rez. 6 Y dirán los habitantes de esta costa aquel día: "Ahí tenéis en qué ha parado la es peranza nuestra, adonde acudíamos en busca de auxilio para librarnos del rey de As ur. Pues ¿cómo nos escaparemos nosotros? Isaías 21 1 Oráculo sobre el Desierto Marítimo.Como torbellinos pasando por el Négueb vien en del desierto, del país temible. 2 Una visión dura me ha sido mostrada:El saqueador saquea y el devastador de vasta.Sube Elam; asedia, Media.He hecho cesar todo suspiro. 3 Por eso mis riñones se han llenado de espanto.En mí hacen presa dolores, com o dolores de parturienta.Estoy pasmado sin poder oír, me estremezco sin ver. 4 He perdido el sentido, escalofríos me sobrecogen.El crepúsculo de mis anhelo s se me convierte en sobresalto. 5 Se prepara la mesa, se despliega el mantel, se come y se bebe. - ¡Levantao s, jefes, engrasad el escudo! 6 Pues así me ha dicho el Señor: "Anda, pon un vigía que vea y avise. 7 Cuando vea carros, troncos de caballos, jinetes en burro, jinetes en cam ello, preste atención, mucha atención." 8 Y exclamó el vigía: "Sobre la atalaya, mi señor, estoy firme a lo largo del día, y en mi puesto de guardia estoy firme noches enteras. 9 Pues bien: por ahí vienen jinetes, troncos de caballos."Replicó y dijo: "¡Cayó, cayó Babilonia, y todas las estatuas de sus dioses se han estrellado contra el sue lo!" 10 Trilla mía y parva de mi era: lo que he oído de parte de Adonai Sebaot,Di-s de Israel, os lo he anunciado. 11 Oráculo sobre Duma.Alguien me grita desde Seír: "Centinela, ¿qué hay de la noche ? centinela, ¿qué hay de la noche?" 12 Dice el centinela: "Se hizo de mañana y también de noche.Si queréis preguntar, volveos, venid." 13 Oráculo en la estepa.En el bosque, en la estepa, haced noche, caravanas de dedanitas. 14 Al encuentro del sediento llevad agua, habitantes del país de Temá; salid co n pan al encuentro del fugitivo. 15 Pues de las espadas huyen, de la espada desnuda, del arco tendido, de la pesadumbre de la guerra. 16 Pues así me ha dicho el Señor: "Al cabo de un año como año de jornalero se habrá c onsumido toda la gloria de Quedar. 17 Del resto de los arqueros, de los paladines, de los bravos de los hijos de Quedar, quedarán pocos, porque Adonai, Di-s de Israel, lo ha dicho." Isaías 22 1 Oráculo contra el valle de la Visión. ¿Qué tienes ahora, que has subido en pleno a las azoteas, 2 de rumores henchida, ciudad alborotada, villa bullanguera?Tus caídos no so n caídos a espada ni muertos en guerra. 3 Todos sus jefes huyeron a una: del arco escapaban.Todos tus valientes fu eron apresados a una: lejos huían. 4 Por eso he dicho: "¡Apartaos de mí!Voy a llorar amargamente.No os empeñéis en co nsolarme por la devastación de la hija de mi pueblo." 5 Porque es día de perturbación, de extravío y de aplastamiento para el Señor Adon ai Sebaot.En el valle de la Visión se zapa un muro y el grito de socorro llega a l a montaña, 6 Elam lleva el carcaj,Aram monta a caballo,Quir desnuda el escudo. 7 Tus mejores valles se vieron llenos de carros, y los de a caballo formar on frente a la puerta.

8 Entonces cayó la defensa de Judá.Contemplasteis aquel día el arsenal de la Cas a del Bosque. 9 Y las brechas de la ciudad de David visteis que eran muchas, y reunistei s las aguas de la alberca inferior. 10 Las casas de Yerushalaim contasteis, y demolisteis casas para fortificar la muralla. 11 Un estanque hicisteis entre ambos muros para las aguas de la alberca vie ja; pero no os fijasteis en su Hacedor, al que desde antiguo lo ideó de lejos no l e visteis. 12 Llamaba el Señor Adonai Sebaot aquel día a lloro y a lamento y a raparse y c eñirse de sayal, 13 mas lo que hubo fue jolgorio y alegría, matanza de bueyes y degüello de ovej as, comer carne y beber vino: "¡Comamos y bebamos, que mañana moriremos!" 14 Entonces me reveló al oídoYahveh Sebaot: "No será expiada esa culpa hasta que muráis" - ha dicho el Señor Adonai Sebaot -. 15 Así dice el Señor Adonai Sebaot:Preséntate al mayordomo, a Sebná, encargado del palacio, 16 el que labra en alto su tumba, el que se talla en la peña una morada: "¿Qué es tuyo aquí y a quién tienes aquí, que te has labrado aquí una tumba?" 17 He aquí que Adonai te hace rebotar, hombre, y te vuelve a agarrar. 18 Te enrolla en ovillo, como una pelota en tierra de amplios espacios.Allí m orirás, y allí irán tus carrozas gloriosas, vergüenza del palacio de tu señor. 19 Te empujaré de tu peana y de tu pedestal te apearé. 20 Aquel día llamaré a mi siervo Elyaquim, hijo de Jilquías. 21 Le revestiré de tu túnica, con tu fajín le sujetaré, tu autoridad pondré en su man o, y será él un padre para los habitantes de Yerushalaim y para la casa de Judá. 22 Pondré la llave de la casa de David sobre su hombro; abrirá, y nadie cerrará, cerrará, y nadie abrirá. 23 Le hincaré como clavija en lugar seguro, y será trono de gloria para la casa de su padre. 24 Colgarán allí todo lo de valor de la casa de su padre - sus descendientes y su posteridad -, todo el ajuar menudo, todas las tazas y cántaros. 25 Aquel día - oráculo de Adonai Sebaot - se removerá la clavija hincada en sitio seguro, cederá y caerá, y se hará añicos el peso que sostenía, porque Adonai ha hablado. Isaías 23 1 Oráculo sobre Tiro.Ululad, naves de Tarsis, porque ha sido destruida vuest ra fortaleza.De vuelta del país de Kittim les ha sido descubierto. 2 Quedad mudos, habitantes de la costa, mercaderes de Sidón, cuyos viajantes atravesaban el mar 3 por las aguas inmensas.La siembra del canal, la siega del Nilo, era su r iqueza, y ella era el mercado de las naciones. 4 Avergüénzate, Sidón, porque ha dicho la mar: "No tuve dolores ni di a luz, ni crié mancebos, ni eduqué doncellas." 5 En cuanto se oiga la nueva en Egipto, se dolerán de las nuevas de Tiro. 6 Pasad a Tarsis, ululad, habitantes de la costa: 7 ¿Es ése vuestro emporio arrogante, de remota antigüedad, cuyos pies le llevaro n lejos en sus andanzas? 8 ¿Quién ha planeado esto contra Tiro, la coronada cuyos comerciantes eran prínc ipes, cuyos traficantes eran nobles de la tierra? 9 Es Adonai Sebaot quien ha planeado profanar el orgullo de toda su magnif icencia y envilecer a todos los nobles de la tierra. 10 Cultiva tu tierra, hija de Tarsis: no hay puerto ya. 11 Su mano extendió él sobre la mar, hizo estremecer los reinos.Adonai mandó resp ecto a Canaán, demoler sus castillos, 12 y dijo: No vuelvas más a rebullir, doncella oprimida, hija de Sidón.Levántate y vete a Kittim, que tampoco allí tendrás reposo. 13 Ahí tienes la tierra de los caldeos; no eran un pueblo;Asur la fundó para la s bestias del desierto.Levantaron torres de asalto, demolieron sus alcázares, la c

onvirtieron en ruinas. 14 Ululad, naves de Tarsis, porque ha sido destruida vuestra fortaleza. 15 Aquel día quedará en olvido Tiro durante setenta años. En los días de otro rey, al cabo de setenta años, le sucederá a Tiro como en la canción de la ramera: 16 "Toma el arpa, rodea la ciudad, ramera olvidada: tócala bien, canta a más y mejor, para que seas recordada." 17 Bien, al cabo de los setenta años visitará Adonai a Tiro, y ella volverá a su ganancia y se prostituirá a todos los reinos de la tierra sobre la haz de la tierr a. 18 Será su mercadería y su ganancia consagrada a Adonai. No será atesorada ni alm acenada, sino que para los que moren delante de Adonai será su mercadería, para com er a saciedad y para cubrirse espléndidamente. Isaías 24 1 He aquí que Adonai estraga la tierra, la despuebla, trastorna su superfici e y dispersa a los habitantes de ella: 2 al pueblo como al sacerdote; al siervo como al señor; a la criada como a s u señora; al que compra como al que vende; al que presta como al prestatario; al a creedor como a su deudor. 3 Devastada será la tierra y del todo saqueada, porque así ha hablado Adonai. 4 En duelo se marchitó la tierra, se amustia, se marchita el orbe, el cielo con la tierra se marchita. 5 La tierra ha sido profanada bajo sus habitantes, pues traspasaron las le yes, violaron el precepto, rompieron la alianza eterna. 6 Por eso una maldición ha devorado la tierra, y tienen la culpa los que hab itan en ella.Por eso han sido consumidos los habitantes de la tierra, y quedan p ocos del linaje humano. 7 El mosto estaba triste, la viña mustia: se trocaron en suspiros todas las alegrías del corazón. 8 Cesó el alborozo de los tímpanos, suspendióse el estrépito de los alegres, cesó el alborozo del arpa. 9 No beben vino cantando: amarga el licor a sus bebedores. 10 Ha quedado la villa vacía, ha sido cerrada toda casa, y no se puede entrar . 11 Se lamentan en las calles por el vino.Desapareció toda alegría, emigró el albo rozo de la tierra. 12 Ha quedado en la ciudad soledad, y de desolación está herida la puerta. 13 Porque en medio de la tierra, en mitad de los pueblos, pasa como en el v areo del olivo, como en los rebuscos cuando acaba la vendimia. 14 Ellos levantan su voz y lanzan hurras; la majestad de Adonai aclaman des de el mar. 15 Por eso, en Oriente glorificad a Adonai, en las islas del mar el nombre de Adonai, Di-s de Israel. 16 Desde el confín de la tierra cánticos hemos oído: "¡Gloria al justo!"Y digo: "¡Men guado de mí, menguado de mí! ¡Ay de mí, y de estos malvados que hacen maldad, los malvad os que han consumado la maldad!" 17 ¡Pánico, hoya y trampa contra ti, morador de la tierra! 18 Sucederá que el que escape del pánico, caerá en la hoya, y el que suba de la h oya, será preso en la trampa.Porque las esclusas de lo alto han sido abiertas, y s e estremecen los cimientos de la tierra, 19 Estalla, estalla la tierra, se hace pedazos la tierra, sacudida se bambo lea la tierra, 20 vacila, vacila la tierra como un beodo, se balancea como una cabaña; pesa sobre ella su rebeldía, cae, y no volverá a levantarse. 21 Aquel día castigará Adonai al ejército de lo alto en lo alto y a los reyes de la tierra en la tierra; 22 serán amontonados en montón los prisioneros en el pozo, serán encerrados en la cárcel y al cabo de muchos días serán visitados. 23 Se afrentará la luna llena, se avergonzará el pleno sol, cuando reine Adonai Sebaot en el monte Sión y en Yerushalaim, y esté la Gloria en presencia de sus anci

anos. Isaías 25 1 Adonai, tú eres mi Di-s, yo te ensalzo, alabo tu nombre, porque has hecho maravillas y planes muy de antemano que no fallan. 2 Porque has puesto la ciudad como un majano, y la villa fortificada, hech a como una ruina; el alcázar de orgullosos no es ya ciudad, y nunca será reedificado . 3 Por eso te glorificará un pueblo poderoso, villa de gentes despóticas te tem erá. 4 Porque fuiste fortaleza para el débil, fortaleza para el pobre en su aprie to, parapeto contra el temporal, sombra contra el calor.Porque el aliento de los déspotas es como lluvia de invierno. 5 Como calor en sequedal humillarás el estrépito de los poderosos; como el cal or a la sombra de una nube, el himno de los déspotas se debilitará. 6 Hará Adonai Sebaot a todos los pueblos en este monte un convite de manjare s frescos, convite de buenos vinos: manjares de tuétanos, vinos depurados; 7 consumirá en este monte el velo que cubre a todos los pueblos y la cobertu ra que cubre a todos los gentes; 8 consumirá a la Muerte definitivamente.Enjugará el Señor Adonai las lágrimas de t odos los rostros, y quitará el oprobio de su pueblo de sobre toda la tierra, porqu e Adonai ha hablado. 9 Se dirá aquel día: "Ahí tenéis a nuestro Di-s: esperamos que nos salve; éste es Ad onai en quien esperábamos; nos regocijamos y nos alegramos por su salvación." 10 Porque la mano de Adonai reposará en este monte,Moab será aplastado en su si tio como se aplasta la paja en el muladar. 11 Extenderá en medio de él sus manos como las extiende el nadador al nadar, pe ro Adonai abajará su altivez y el esfuerzo de sus manos. 12 La fortificación inaccesible de tus murallas derrocará, abajará, la hará tocar l a tierra, hasta el polvo. Isaías 26 1 Aquel día se cantará este cantar en tierra de Judá: "Ciudad fuerte tenemos; pa ra protección se le han puesto murallas y antemuro. 2 Abrid las puertas, y entrará una gente justa que guarda fidelidad; 3 de ánimo firme y que conserva la paz, porque en ti confió. 4 Confiad en Adonai por siempre jamás, porque en Adonai tenéis una Roca eterna . 5 Porque él derroca a los habitantes de los altos, a la villa inaccesible; l a hace caer, la abaja hasta la tierra, la hace tocar el polvo; 6 la pisan pies, pies de pobres, pisadas de débiles." 7 La senda del justo es recta; tú allanas la senda recta del justo. 8 Pues bien, en la senda de tus juicios te esperamos, Adonai; tu nombre y tu recuerdo son el anhelo del alma. 9 Con toda mi alma te anhelo en la noche, y con todo mi espíritu por la mañana te busco.Porque cuando tú juzgas a la tierra, aprenden justicia los habitantes de l orbe. 10 Aunque se haga gracia al malvado, no aprende justicia; en tierra recta s e tuerce, y no teme la majestad de Adonai. 11 Adonai, alzada está tu mano, pero no la ven; verán tu celo por el pueblo y s e avergonzarán, tu ira ardiente devorará a tus adversarios. 12 Adonai, tú nos pondrás a salvo, que también llevas a cabo todas nuestras obras . 13 Adonai, Di-s nuestro, nos han dominado otros señores fuera de ti, pero no recordaremos otro Nombre sino el tuyo. 14 Los muertos no vivirán, las sombras no se levantarán, pues los has castigado , los has exterminado y has borrado todo recuerdo de ellos. 15 Has aumentado la nación, Adonai, has aumentado la nación y te has glorificad o, has ampliado todos los límites del país.

16 Adonai, en el aprieto de tu castigo te buscamos; la angustia de la opres ión era tu castigo para nosotros. 17 Como cuando la mujer encinta está próxima al parto sufre, y se queja en su t rance, así éramos nosotros delante de ti, Adonai. 18 Hemos concebido, tenemos dolores como si diésemos a luz viento; pero no he mos traído a la tierra salvación, y no le nacerán habitantes al orbe. 19 Revivirán tus muertos, tus cadáveres resurgirán, despertarán y darán gritos de júbil o los moradores del polvo; porque rocío luminoso es tu rocío, y la tierra echará de su seno las sombras. 20 Vete, pueblo mío, entra en tus cámaras y cierra tu puerta tras de ti, escóndet e un instante hasta que pase la ira. 21 Porque he ahí a Adonai que sale de su lugar a castigar la culpa de todos l os habitantes de la tierra contra él; descubre la tierra sus manchas de sangre y n o tapa ya a sus asesinados. Isaías 27 1 Aquel día castigará Adonai con su espada dura, grande, fuerte, a Leviatán, ser piente huidiza, a Leviatán, serpiente tortuosa, y matará al dragón que hay en el mar. 2 Aquel día se dirá:Viña deliciosa, cantadla. 3 Yo, Adonai, soy su guardián.A su tiempo la regaré.Para que no se la castigue , de noche y de día la guardaré. 4 - Ya no tengo muralla. ¿Quién me ha convertido en espinos y abrojos? - Yo le s haré guerra y los pisotearé, los quemaré todos a una, 5 o que se acojan a mi amparo, que hagan la paz conmigo, que conmigo hagan la paz. 6 En los días que vienen arraigará Jacob, echará Israel flores y frutos, y se ll enará la haz de la tierra de sus productos. 7 ¿Acaso le ha herido como hirió a quien le hería? ¿ha sido muerto él como fueron mu ertos sus matadores? 8 Te querellaste con ella y la echaste, la despediste; la echó con su alient o áspero como viento de Oriente. 9 En verdad, con esto sería expiada la culpa de Jacob, y éste sería todo el frut o capaz de apartar su pecado; dejar todas las piedras que le sirven de ara de al tar como piedras de cal desmenuzadas.Cipos y estelas del sol no se erigirán, 10 pues la ciudad fortificada ha quedado solitaria, mansión dejada y abandona da como un desierto donde el novillo pace, se tumba y ramonea. 11 Cuando se seca su ramaje es quebrado en astillas: vienen mujeres y le pr enden fuego.Por no ser éste un pueblo inteligente, por eso no le tiene piedad su H acedor, su Plasmador no le otorga gracia. 12 Aquel día vareará Adonai desde la corriente del Río hasta el torrente de Egipt o, y vosotros seréis reunidos de uno en uno, hijos de Israel. 13 Aquel día se tocará un cuerno grande, y vendrán los perdidos por tierra de Asu r y los dispersos por tierra de Egipto, y adorarán a Adonai en el monte santo de Y erushalaim. Isaías 28 1 ¡Ay, corona de arrogancia - borrachos de Efraím - y capullo marchito - gala de su adorno - que está en el cabezo del valle fértil, aficionados al vino! 2 He aquí que uno, fuerte y robusto, enviado por el Señor, como una granizada, como huracán devastador, como aguacero torrencial de desbordadas aguas, los echará a tierra con la mano. 3 Con los pies será hollada la corona de arrogancia, los borrachos de Efraím, 4 y el capullo marchito, gala de su adorno, que está en el cabezo del valle fértil; y serán como la breva que precede al verano, que, en cuanto la ve uno, la to ma con la mano y se la come. 5 Aquel día será Adonai Sebaot corona de gala, diadema de adorno para el resto de su pueblo, 6 espíritu de juicio para el que se siente en el tribunal, y energía para los que rechazan hacia la puerta a los atacantes. 7 También ésos por el vino desatinan y por el licor divagan: sacerdotes y prof

etas desatinan por el licor, se ahogan en vino, divagan por causa del licor, des atinan en sus visiones, titubean en sus decisiones. 8 Porque todas las mesas están cubiertas de vómito asqueroso, sin respetar sit io. 9 "¿A quién se instruirá en el conocimiento? ¿a quién se le hará entender lo que oye?A los recién destetados, a los retirados de los pechos. 10 Porque dice: = Sau la sau, sau la sau, cau la cau, cau la cau, zeer sam, zeer sam. =" 11 Sí, con palabras extrañas y con lengua extranjera hablará a este pueblo 12 él, que les había dicho: "¡Ahora, descanso!Dejad reposar al fatigado. ¡Ahora, ca lma!"Pero ellos no han querido escuchar. 13 Ahora Adonai les dice: "= Sau la sau, sau la sau, cau la cau, cau la cau , zeer sam, zeer sam =", de suerte que vayan y caigan hacia atrás y se fracturen, caigan en la trampa y sean presos. 14 Por tanto oíd la palabra de Adonai, hombres burlones, señores de este pueblo de Yerushalaim. 15 Porque habéis dicho: "Hemos celebrado alianza con la muerte, y con el seol hemos hecho pacto, cuando pasare el azote desbordado, no nos alcanzará, porque he mos puesto la mentira por refugio nuestro y en el engaño nos hemos escondido." 16 Por eso, así dice el Señor Adonai: "He aquí que yo pongo por fundamento en Sión una piedra elegida, angular, preciosa y fundamental: quien tuviere fe en ella no vacilará. 17 Pondré la equidad como medida y la justicia como nivel."Barrerá el granizo e l refugio de mentira y las aguas inundarán el escondite. 18 Será rota vuestra alianza con la muerte y vuestro pacto con el seol no se mantendrá.Cuando pasare el azote desbordado, os aplastará. 19 Siempre que pase os alcanzará.Porque mañana tras mañana pasará, de día y de noche, y habrá estremecimiento sólo con oírlo. 20 La cama será corta para poder estirarse y el cobertor será estrecho para pod er taparse. 21 Porque como en el monte Perasim surgirá Adonai, como en el valle de Gabaón s e enfurecerá para hacer su acción, su extraña acción, y para trabajar su trabajo, su exóti co trabajo. 22 Ahora no os burléis, no sea que se aprieten vuestras ligaduras.Porque cosa concluida y decidida he oído de parte de Adonai Sebaot, tocante a toda la tierra. 23 Escuchad y oíd mi voz, atended y oíd mi palabra. 24 ¿Acaso cada día ara al arador para sembrar, abre y rompe su terreno? 25 Luego que ha igualado su superficie, ¿no esparce la neguilla, y desparrama el comino, y pone trigo, cebada y espelta, cada cosa en su tablar? 26 Quien le enseña esta usanza, quien le instruye es su Di-s. 27 Porque no con el trillo es trillada la neguilla, ni se hace girar rueda de carreta sobre el comino; sino que con el bastón es apaleada la neguilla, y el c omino con la vara. 28 ¿Se tritura el grano? No.No se le trilla indefinidamente; se hace girar la rueda de la carreta, y se le limpia, pero sin triturarlo. 29 También esto de Adonai Sebaot ha salido: trazar un plan maravilloso, lleva r a un gran acierto. Isaías 29 1 ¡Ay, Ariel, Ariel, villa donde acampó David!Añadid año sobre año, las fiestas comp leten su ciclo, 2 y pondré en angustias a Ariel, y habrá llanto y gemido.Ella será para mí un Arie l; 3 acamparé en círculo contra ti, estrecharé contra ti la estacada, y levantaré con tra ti trinchera; 4 serás abatida, desde la tierra hablarás, por el polvo será ahogada tu palabra, tu voz será como un espectro de la tierra, y desde el polvo tu palabra será como un susurro. 5 Y será como polvareda fina la turba de tus soberbios, y como tamo que pasa

la turba de tus potentados.Sucederá que, de un momento a otro, 6 de parte de Adonai Sebaot serás visitada con trueno, estrépito y estruendo, turbión, ventolera y llama de fuego devoradora, 7 Será como un sueño, visión nocturna, la turba de todas las gentes que guerrean contra Ariel, todas sus milicias y las máquinas de guerra que la oprimen. 8 Será como cuando el hambriento sueña que está comiendo, pero despierta y tiene el estómago vacío; como cuando el sediento sueña que está bebiendo, pero se despierta c ansado y sediento.Así será la turba de todas las gentes, que guerrean contra el mont e Sión. 9 Idiotizaos y quedad idiotas, cegaos y quedad ciegos; emborrachaos, pero no de vino, tambaleaos, y no por el licor. 10 Porque ha vertido sobre vosotros Adonai espíritu de sopor, he pegado vuest ros ojos (profetas) y ha cubierto vuestras cabezas (videntes). 11 Toda revelación será para vosotros como palabras de un libro sellado, que da uno al que sabe leer diciendo: "Ea, lee eso"; y dice el otro: "No puedo, porque está sellado"; 12 y luego pone el libro frente a quien no sabe leer, diciendo: "Ea, lee es o"; y dice éste: "No sé leer" 13 Dice el Señor: Por cuanto ese pueblo se me ha allegado con su boca, y me h an honrado con sus labios, mientras que su corazón está lejos de mí, y el temor que me tiene son preceptos enseñados por hombres, 14 por eso he aquí que yo sigo haciendo maravillas con ese pueblo, haciendo p ortentosas maravillas; perderé la sabiduría de sus sabios, y eclipsaré el entendimient o de sus entendidos. 15 Ay de los que se esconden de Adonai para ocultar sus planes, y ejecutan sus obras en las tinieblas, y dicen: "¿Quién nos ve, quién nos conoce?" 16 ¡Qué error el vuestro! ¿Es el alfarero como la arcilla, para que diga la obra a su hacedor: "No me ha hecho", y la vasija diga de su alfarero: "No entiende el oficio?" 17 ¿Acaso no falta sólo un poco, para que el Líbano se convierta en vergel, y el vergel se considere una selva? 18 Oirán aquel día los sordos palabras de un libro, y desde la tiniebla y desde la oscuridad los ojos de los ciegos las verán, 19 los pobres volverán a alegrarse en Adonai, y los hombres más pobres en el Sa nto de Israel se regocijarán. 20 Porque se habrán terminado los tiranos, se habrá acabado el hombre burlador, y serán exterminados todos los que desean el mal; 21 los que declaran culpable a otro con su palabra, y tienden lazos al que juzga en la puerta, y desatienden al justo por una nonada. 22 Por tanto, así dice Adonai,Di-s de la casa de Jacob, el que rescató a Abraha m: "No se avergonzará en adelante Jacob, ni en adelante su rostro palidecerá; 23 porque en viendo a sus hijos, las obras de mis manos, en medio de él, sant ificarán mi Nombre."Santificarán al Santo de Jacob, y al Di-s de Israel tendrán miedo. 24 rina.

Los descarriados alcanzarán inteligencia, y los murmuradores aprenderán doct

Isaías 30 1 ¡Ay de los hijos rebeldes - oráculo de Adonai - para ejecutar planes, que no son míos, y para hacer libaciones de alianza, mas no a mi aire, amontonando pecad o sobre pecado! 2 Los que bajan a Egipto sin consultar a mi boca, para buscar apoyo en la fuerza de Faraón y ampararse a la sombra de Egipto. 3 La fuerza del Faraón se os convertirá en vergüenza, y el amparo de la sombra d e Egipto, en confusión. 4 Cuando estuvieron en Soán sus jefes, y cuando sus emisarios llegaron a Ja nés, 5 todos llevaron presentes a un pueblo que les será inútil, a un pueblo que no sirve de ayuda - ni de utilidad - sino de vergüenza y de oprobio. 6 Oráculo sobre los animales del Négueb.Por tierra de angustia y aridez, de le

ona y de león rugiente, de áspid y dragón volador, llevan a lomos de pollinos su rique za, y sobre jiba de camellos sus tesoros hacia un pueblo que no les será útil, 7 a Egipto, cuyo apoyo es huero y vano.Por eso he llamado a ese pueblo "Ráha b la cesante." 8 Ahora ven, escríbelo en una tablilla, grábalo en un libro, y que dure hasta el último día, para testimonio hasta siempre: 9 Que es un pueblo terco, criaturas hipócritas, hijos que no aceptan escucha r la instrucción de Adonai; 10 que han dicho a los videntes: "No veáis"; y a los visionarios: "No veáis par a nosotros visiones verdaderas; habladnos cosas halagüeñas, contemplad ilusiones. 11 Apartaos del camino, desviaos de la ruta, dejadnos en paz del Santo de I srael." 12 Por tanto, así dice el Santo de Israel:Por cuanto habéis rechazado vosotros esta palabra, y por cuanto habéis fiado en lo torcido y perverso y os habéis apoyado en ello, 13 por eso será para vosotros esta culpa como brecha ruinosa en una alta mura lla, cuya quiebra sobrevendrá de un momento a otro, 14 y va a ser su quiebra como la de una vasija de alfarero, rota sin compas ión, en la que al romperse no se encuentra una sola tejoleta bastante grande para tomar fuego del hogar o para extraer agua del aljibe. 15 Porque así dice el Señor Adonai, el Santo de Israel: "Por la conversión y calm a seréis liberados, en el sosiego y seguridad estará vuestra fuerza."Pero no aceptas teis, 16 sino que dijisteis: "No, huiremos a caballo." ¡Pues, bien, huid!Y "sobre ráp idos carros montaremos". ¡Pues bien, rápidamente seréis perseguidos! 17 Mil temblarán ante la amenaza de uno solo; ante la amenaza de cinco huiréis, hasta que seáis dejados como mástil en la cúspide del monte y como gallardete sobre u na colina. 18 Sin embargo aguardará Adonai para haceros gracia, y así se levantará para comp adeceros, porque Di-s de equidad es Adonai: ¡dichosos todos los que en él esperan! 19 Sí, pueblo de Sión que habitas en Yerushalaim, no llorarás ya más; de cierto ten drá piedad de ti, cuando oiga tu clamor; en cuanto lo oyere, te responderá. 20 Os dará el Señor pan de asedio y aguas de opresión, y después no será ya ocultado el que te enseña; con tus ojos verás al que te enseña, 21 y con tus oídos oirás detrás de ti estas palabras: "Ese es el camino, id por él" , ya sea a la derecha, ya a la izquierda. 22 Declararás impuro el revestimiento de tus ídolos de plata y el ornato de tus imágenes fundidas en oro.Los rechazarás como paño inmundo: "¡Fuera de aquí!", les dirás. 23 El dará lluvia a tu sementera con que hayas sembrado el suelo,y la tierra te producirá pan que será pingüe y sustancioso.Pacerán tus ganados aquel día en pastizal d ilatado; 24 los bueyes y asnos que trabajan el suelo comerán forraje salado, cribado c on bieldo y con criba. 25 Habrá sobre todo monte alto y sobre todo cerro elevado manantiales que den aguas perennes, el día de la gran matanza, cuando caigan las fortalezas. 26 Será la luz de la luna como la luz del sol meridiano, y la luz del sol mer idiano será siete veces mayor - con luz de siete días - el día que vende Adonai la her ida de su pueblo y cure la contusión de su golpe. 27 He aquí que el nombre de Adonai viene de lejos, ardiente su ira y pesada s u opresión.Sus labios llenos están de furor, su lengua es como fuego que devora, 28 y su aliento como torrente desbordado que cubre hasta el cuello.Cribará a las naciones con criba nefasta, pondrá el bocado de sus bridas en la mandíbula de su s pueblos. 29 Vosotros cantaréis como en la noche de santificar fiesta; se os alegrará el corazón como el de quien va al son de flauta a entrar en el monte de Adonai, a la Peña de Israel. 30 Hará oír Adonai la majestad de su voz, y mostrará la descarga de su brazo con ira inflamada y llama de fuego devoradora, turbión, aguacero y granizo. 31 Pues por la voz de Adonai será hecho añicos Asur: con un bastón le golpeará. 32 A cada pasada de la vara de castigo que Adonai descargue sobre él - con ad

ufes y con arpas - y con guerras de sacudir las manos guerreará contra él. 33 Porque de antemano está preparado un Tófet - también para el rey - un foso pro fundo y ancho; hay paja y madera en abundancia.El aliento de Adonai, cual torren te de azufre, lo enciende. Isaías 31 1 ¡Ay, los que bajan a Egipto por ayuda!En la caballería se apoyan, y fían en lo s carros porque abundan y en los jinetes porque son muchos; mas no han puesto su mirada en el Santo de Israel, ni a Adonai han buscado. 2 Pero también él es sabio, hará venir el mal, y no retirará sus palabras; se leva ntará contra la casa de los malhechores y contra la ayuda de los que obran la iniq uidad. 3 En cuanto a Egipto, es humano, no divino, y sus caballos, carne, y no es píritu;Adonai extenderá su mano, tropezará el ayudador y caerá el ayudado y todos a una perecerán. 4 Porque así me ha dicho Adonai:Como ruge el león y el cachorro sobre su presa , y cuando se convoca contra él a todos los pastores, de sus voces no se intimida, ni de su tumulto se apoca: tal será el descenso de Adonai Sebaot para guerrear so bre el monte Sión y sobre su colina. 5 Como pájaros que vuelan, así protegerá Adonai Sebaot a Yerushalaim, protegerá y librará, perdonará y salvará. 6 Volveos a aquel de quien profundamente os apartasteis, hijos de Israel. 7 Porque aquel día repudiará cada uno las divinidades de plata y las divinidad es de oro que hicieron vuestras manos pecadoras. 8 Caerá Asur por espada no de hombres, y por espada no humana serán devorados; se dará a la fuga ante la espada, y sus mejores guerreros serán destinados a trabaj os. 9 Aterrado, abandonará su tropa, y sus jefes espantados abandonarán su estanda rte.Oráculo de Adonai, que tiene fuego en Sión, y horno en Yerushalaim. Isaías 32 1 He aquí que para hacer justicia reinará un rey, y los jefes juzgarán según derec ho. 2 Será cada uno como un sitio abrigado contra el viento y a cubierto del tem poral; como fluir de aguas en sequedal, como sombra de peñón en tierra agostada. 3 No se cerrarán los ojos de los videntes, y los oídos de los que escuchan per cibirán; 4 el corazón de los alocados se esforzará en aprender, y la lengua de los tart amudos hablará claro y ligero. 5 No se llamará ya noble al necio, ni al desaprensivo se le llamará magnífico. 6 Porque el necio dice necedades y su corazón medita el mal, haciendo impied ad y profiriendo contra Adonai desatinos, dejando vacío el estómago hambriento y pri vando de bebida al sediento. 7 Cuanto al desaprensivo, sus tramas son malas, se dedica a inventar maqui naciones para sorprender a los pobres con palabras engañosas, cuando el pobre expo ne su causa. 8 Mientras que el noble medita nobles cosas, y en las cosas nobles está firm e. 9 Mujeres indolentes, ¡arriba!, oíd mi voz; hijas confiadas, escuchad mi palab ra. 10 Dentro de un año y algunos días temblaréis las que confiáis, pues se habrá acabado la vendimia para no volver más. 11 Espantaos, indolentes, temblad, confiadas, desvestíos, desnudaos, ceñid vues tra cintura, 12 golpeaos el pecho, por los campos atrayentes, por las viñas fructíferas. 13 Sobre el solar de mi pueblo zarza y espino crecerá, y también sobre todas la s casas de placer de la villa alegre, 14 porque el alcázar habrá sido abandonado, el genio de la ciudad habrá desaparec ido;Ofel y el Torreón quedarán en adelante vacíos por siempre, para delicia de asnos y pastizal de rebaños.

15 Al fin será derramado desde arriba sobre nosotros espíritu.Se hará la estepa u n vergel, y el vergel será considerado como selva. 16 Reposará en la estepa la equidad, y la justicia morará en el vergel; 17 el producto de la justicia será la paz, el fruto de la equidad, una seguri dad perpetua. 18 Y habitará mi pueblo en albergue de paz, en moradas seguras y en posadas t ranquilas. 19 - La selva será abatida y la ciudad hundida. 20 Dichosos vosotros, que sembraréis cabe todas las corrientes, y dejaréis suel tos el buey y el asno. Isaías 33 1 ¡Ay, tú que saqueas, y no has sido saqueado, que despojas, y no has sido des pojado!En terminando tú de saquear, serás saqueado; así que acabes de despojar, serás de spojado; 2 Adonai, ten piedad de nosotros, en ti esperamos.Sé nuestro brazo por las m añanas y nuestra salvación en tiempo de apretura. 3 Al fragor del estrépito se dispersan los pueblos, al alzarte tú se desperdig an las gentes, 4 se amontona el botín como quien amontona saltamontes, se abalanzan sobre él, como se abalanzan las langostas. 5 Exaltado sea Adonai, pues reposa en lo alto; llene a Sión de equidad y de justicia. 6 Sean tus días estables; la riqueza que salva son la sabiduría y la ciencia, el temor de Adonai sea tu tesoro. 7 ¡Mirad! Ariel se lamenta por las calles, los embajadores de paz amargament e lloran. 8 Han quedado desiertas las calzadas, ya no hay transeúntes por los caminos. Han violado la alianza, han recusado los testimonios, no se tiene en cuenta a na die. 9 La tierra está en duelo, languidece; el líbano está ajado y mustio.Ha quedado el Sarón como la estepa, se van pelando el Basán y el Carmelo. 10 "Ahora me levanto - dice Adonai - ahora me exalto, ahora me elevo. 11 Concebiréis forraje, pariréis paja, y mi soplo como fuego os devorará; 12 los pueblos serán calcinados, espinos cercenados que en fuego arderán. 13 Oíd, los alejados, lo que he hecho; enteraos, los cercanos, de mi fuerza." 14 Se espantaron en Sión los pecadores, sobrecogió el temblor a los impíos: ¿Quién de nosotros podrá habitar con el fuego consumidor? ¿quién de nosotros podrá habitar con la s llamas eternas? 15 El que anda en justicia y habla con rectitud; el que rehúsa ganancias frau dulentas, el que se sacude la palma de la mano para no aceptar soborno, el que s e tapa las orejas para no oír hablar de sangre, y cierra sus ojos para no ver el m al. 16 Ese morará en las alturas, subirá a refugiarse en la fortaleza de las peñas, s e le dará su pan y tendrá el agua segura. 17 Tus ojos contemplarán un rey en su belleza, verán una tierra dilatada. 18 Tu corazón musitará con sobresalto: "¿Dónde está el que contaba, dónde el que pesaba , dónde el que contaba torres?" 19 Y no verás al pueblo audaz, pueblo de lenguaje oscuro, incomprensible, al bárbaro cuya lengua no se entiende. 20 Contempla a Sión, villa de nuestras solemnidades: tus ojos verán a Yerushala im, albergue fijo, tienda sin trashumancia, cuyas clavijas no serán removidas nunc a y cuyas cuerdas no serán rotas. 21 Sino que allí Adonai será magnífico para con nosotros; como un lugar de ríos y a mplios canales, por donde no ande ninguna embarcación de remos, ni navío de alto bor do lo atraviese. 22 (Porque Adonai es nuestro juez, Adonai nuestro legislador,Adonai nuestro rey: él nos salvará.) 23 Se han distendido las cuerdas, no sujetan derecho el mástil, no despliegan estandarte.Entonces será repartido un botín numeroso: hasta los cojos tendrán botín,

24 y no dirá ningún habitante: "Estoy enfermo"; al pueblo que allí mora le será per donada su culpa.

Isaías 34 1 Acercaos, naciones, a oír, atended, pueblos; oiga la tierra y cuanto hay e n ella, el orbe y cuanto en él brota, 2 que ira tiene Adonai contra todas las naciones, y cólera contra todas sus mesnadas.Las ha anatematizado, las ha entregado a la matanza. 3 Sus heridos yacen tirados, de sus cadáveres sube el hedor, y sus montes ch orrean sangre; 4 se esfuma todo el ejército de los cielos.Se enrollan como un libro los cie los, y todo su ejército palidece como palidece el sarmiento de la cepa, como una h oja mustia de higuera. 5 Porque se ha emborrachado en los cielos mi espada; ya desciende sobre Ed om y sobre el pueblo de mi anatema para hacer justicia. 6 La espada de Adonai está llena de sangre, engrasada de sebo, de sangre de carneros y machos cabríos, de sebo de riñones de carneros, porque tiene Adonai un sa crificio en Bosrá, y gran matanza en Edom. 7 En vez de búfalos caerán pueblos, y en vez de toros un pueblo de valientes.S e emborrachará su tierra con sangre, y su polvo será engrasado de sebo. 8 Porque es día de venganza para Adonai, año de desquite del defensor de Sión. 9 Se convertirán sus torrentes en pez, su polvo en azufre, y se hará su tierra pez ardiente. 10 Ni de noche ni de día se apagará, por siempre subirá el humo de ella.De genera ción en generación quedará arruinada, y nunca jamás habrá quien pase por ella. 11 La heredarán el pelícano y el erizo, el ibis y el cuervo residirán en ella.Ten derá Adonai sobre ella la plomada del caos y el nivel del vacío. 12 Los sátiros habitarán en ella, ya no habrá en ella nobles que proclamen la rea leza, y todos sus príncipes serán aniquilados. 13 En sus alcázares crecerán espinos, ortigas y cardos en sus fortalezas; será mo rada de chacales y dominio de avestruces. 14 Los gatos salvajes se juntarán con hienas y un sátiro llamará al otro; también a llí reposará Lilit y en él encontrará descanso. 15 Allí anidará la víbora, pondrá, incubará y hará salir del huevo.También allí se junta os buitres. 16 Buscad el libro de Adonai y leed; no faltará ninguno de ellos, ninguno de ellos echará en falta a otro.Pues su misma boca lo ha ordenado y su mismo espíritu l os junta. 17 Es él mismo el que los echa a suertes, con su mano les reparte el país a cor del; lo poseerán por siempre y morarán en él de generación en generación. Isaías 35 1 Que el desierto y el sequedal se alegren, regocíjese la estepa y la florez ca como flor; 2 estalle en flor y se regocije hasta lanzar gritos de júbilo.La gloria del Líbano le ha sido dada, el esplendor del Carmelo y del Sarón.Se verá la gloria de Adon ai, el esplendor de nuestro Di-s. 3 Fortaleced las manos débiles, afianzad las rodillas vacilantes. 4 Decid a los de corazón intranquilo: ¡Animo, no temáis!Mirad que vuestro Di-s v iene vengador; es la recompensa de Di-s, él vendrá y os salvará. 5 Entonces se despegarán los ojos de los ciegos, y las orejas de los sordos se abrirán. 6 Entonces saltará el cojo como ciervo, y la lengua del mudo lanzará gritos de júbilo.Pues serán alumbradas en el desierto aguas, y torrentes en la estepa, 7 se trocará la tierra abrasada en estanque, y el país árido en manantial de agu as.En la guarida donde moran los chacales verdeará la caña y el papiro. 8 Habrá allí una senda y un camino, vía sacra se la llamará; no pasará el impuro por ella, ni los necios por ella vagarán. 9 No habrá león en ella, ni por ella subirá bestia salvaje, no se encontrará en el la; los rescatados la recorrerán.

10 Los redimidos de Adonai volverán, entrarán en Sión entre aclamaciones, y habrá a legría eterna sobre sus cabezas. ¡Regocijo y alegría les acompañarán! ¡Adiós, penar y suspiro !

Isaías 36 1 En el año catorce del rey Ezequías subió Senaquerib, rey de Asur, contra todas las ciudades fortificadas de Judá y se apoderó de ellas. 2 El rey de Asur envió desde Lakís a Yerushalaim, donde el rey Ezequías, al cope ro mayor con un fuerte destacamento. Se colocó éste en el canal de la alberca superi or, que está junto al camino del campo del Batanero. 3 El mayordomo de palacio, Elyaquim, hijo de Jilquías, el secretario Sebná y e l heraldo Yoaj, hijo de Asaf, salieron donde él. 4 El copero mayor les dijo: "Decid a Ezequías: Así habla el gran rey, el rey d e Asur: ¿Qué confianza es ésa en la que fías? 5 Te has pensado que meras palabras de los labios son consejo y bravura pa ra la guerra. Pero ahora ¿en quién confías, que te has rebelado contra mí? 6 Mira: te has confiado al apoyo de esa caña rota, de Egipto, que penetra y traspasa la mano del que se apoya sobre ella. Pues así es Faraón, rey de Egipto, par a todos los que confían en él. 7 Pero vais a decirme: "Nosotros confiamos en Adonai nuestro Di-s." ¿No ha s ido él, Ezequías, quien ha suprimido los altos y los altares y ha dicho a Judá y a Yer ushalaim: "Os postraréis delante de este altar?" 8 Pues apuesta ahora con mi señor, el rey de Asur: te daré dos mil caballos si eres capaz de encontrarte jinetes para ellos. 9 ¿Cómo harías retroceder a uno solo de los más pequeños servidores de mi señor? ¡Te fí de Egipto para tener carros y gentes de carro! 10 Y ahora ¿acaso he subido yo contra esta tierra para destruirla, sin contar con Adonai? Adonai me ha dicho: "Sube contra esta tierra y destrúyela."" 11 Dijeron Elyaquim, Sebná y Yoaj al copero mayor: "Por favor, háblanos a nosot ros tus siervos en arameo, que lo entendemos; no nos hables en lengua de Judá a oído s del pueblo que está sobre la muralla." 12 El copero mayor dijo: "¿Acaso mi señor me ha enviado a decir estas cosas a t u señor, o a ti, y no a los hombres que se encuentran sobre la muralla, que tiene n que comer sus excrementos y beber sus orinas con vosotros?" 13 Se puso en pie el copero mayor y gritó con gran voz en lengua judía, diciend o: "Escuchad las palabras del gran rey, el rey de Asur. 14 Así dice el rey: No os engañe Ezequías, porque no podrá libraros. 15 Que Ezequías no os haga confiar en Adonai diciendo: "De cierto nos librará A donai, y esta ciudad no será entregada en manos del rey de Asur." 16 No escuchéis a Ezequías, porque así dice el rey de Asur: Haced paces conmigo, rendíos a mí, y comerá cada uno de su viña y de su higuera, y beberá cada uno de su cister na, 17 hasta que yo llegue y os lleve a una tierra como vuestra tierra, tierra de trigo y de mosto, tierra de pan y de viñas. 18 Que no os engañe Ezequías, diciendo: "Adonai nos librará." ¿Acaso los dioses de las naciones han librado cada uno a su tierra de la mano del rey de Asur? 19 ¿Dónde están los dioses de Jamat y de Arpad, dónde los dioses de Sefarváyim, dónde e stán los dioses de Samaría? ¿Acaso han librado a Samaría de mi mano? 20 ¿Quiénes, de entre todos los dioses de los países, los han librado de mi poder , para que libre Adonai a Yerushalaim de mi mano?" 21 Calló el pueblo y no le respondió una palabra, porque el rey había dado esta o rden diciendo: "No le respondáis." 22 Elyaquim, hijo de Jilquías, mayordomo de palacio, el secretario Sebná y el h eraldo Yoaj, hijo de Asaf, fueron donde Ezequías, desgarrados los vestidos, y le r elataron las palabras del copero mayor. Isaías 37 1 Cuando lo oyó el rey Ezequías desgarró sus vestidos, se cubrió de sayal y se fue a la Casa de Adonai. 2 Envió a Elyaquim, mayordomo, a Sebná, secretario, y a los sacerdotes anciano

s cubiertos de sayal donde el profeta Isaías, hijo de Amós. 3 Ellos le dijeron: "Así habla Ezequías: Este día es día de angustia, de castigo y de vergüenza. Los hijos están para salir del seno, pero no hay fuerza para dar a lu z. 4 ¿No habrá oído Adonai tu Di-s las palabras del copero mayor al que ha enviado el rey de Asur, su señor, para insultar al Di-s vivo? ¿No castigará Adonai tu Di-s las palabras que ha oído? Dirige una plegaria en favor del Resto que aún queda!" 5 Cuando los siervos del rey Ezequías llegaron donde Isaías, 6 éste les dijo: "Así diréis a vuestro señor: Esto dice Adonai: No tengas miedo po r las palabras que has oído, con las que me insultaron los criados del rey de Asu r. 7 Voy a poner en él un espíritu, oirá una noticia y se volverá a su tierra, y en s u tierra yo lo haré caer a espada." 8 El copero mayor se volvió y encontró al rey de Asur atacando a Libná , pues ha bía oído que había partido de Lakís, 9 porque había recibido esta noticia acerca de Tirhacá, rey de Kus: "Ha salido a guerrear contra ti." Senaquerib volvió a enviar mensajeros para decir a Ezequías: 10 "Así hablaréis a Ezequías, rey de Judá: No te engañe tu Di-s en el que confías pensa ndo: "No será entregada Yerushalaim en manos del rey de Asur". 11 Bien has oído lo que los reyes de Asur han hecho a todos los países, entregánd olos al anatema, ¡y tú te vas a librar! 12 ¿Acaso los dioses de las naciones salvaron a aquellos que mis padres aniqu ilaron, a Gozán, a Jarán, a Résef, a los edenitas que estaban en Tel Basar? 13 ¿Dónde está el rey de Jamat, el rey de Arpad, el rey de Laír, de Sefarváyim, de He ná y de Ivvá?" 14 Ezequías tomó la carta de manos de los mensajeros y la leyó. Luego subió a la Ca sa de Adonai y Ezequías la desenrolló ante Adonai. 15 Hizo Ezequías esta plegaria ante Adonai: 16 "Adonai Sebaot, Di-s de Israel, que estás sobre los Querubines, tú sólo eres D i-s en todos los reinos de la tierra, tú el que has hecho los cielos y la tierra. 17 "Tiende, Adonai, tu oído y escucha; abre, Adonai, tus ojos y mira.Oye las palabras con que Senaquerib ha enviado a insultar al Di-s vivo. 18 Es verdad, Adonai, que los reyes de Asur han exterminado a todas las nac iones y su territorio, 19 y han entregado sus dioses al fuego, porque ellos no son dioses, sino he churas de mano de hombre, de madera y de piedra, y por eso han sido aniquilados . 20 Ahora, pues, Adonai, Di-s nuestro, sálvanos de su mano, y sabrán todos los r einos de la tierra que sólo tú eres Di-s, Adonai." 21 Isaías, hijo de Amós, envió a decir a Ezequías: "Así dice Adonai, Di-s de Israel, a quien has suplicado acerca de Senaquerib, rey de Asur. 22 Esta es la palabra que Adonai pronuncia contra él:Ella te desprecia, ella te hace burla, la virgen hija de Sión.Mueve la cabeza a tus espaldas la hija de Ye rushalaim. 23 ¿A quién has insultado y blasfemado? ¿Contra quién has alzado tu voz y levantas tus ojos altaneros? ¡Contra el Santo de Israel! 24 Por tus siervos insultas a Adonay y dices: "Con mis muchos carros subo a las cumbres de los montes, a las laderas del Líbano, derribo la altura de sus ced ros, la flor de sus cipreses, alcanzo el postrer de sus refugios su jardín del bos que. 25 Yo he cavado y bebido en extranjeras aguas.Secaré bajo la planta de mis pi es, todos los Nilos del Egipto." 26 ¿Lo oyes bien? Desde antiguo lo tengo preparado; desde viejos días lo había pl aneado, ahora lo ejecuto.Tú has convertido en cúmulos de ruinas las fuertes ciudades . 27 Sus habitantes, de débiles manos, confusos y aterrados, son planta del cam po, verdor de hierba, hierba de tejados, pasto quemado por el viento de Oriente. 28 Si te alzas o te sientas, si sales o entras, yo lo sé; (y que te alzas air ado contra mí).

29 Pues que te alzas airado contra mí y tu arrogancia ha subido a mis oídos, vo y a poner mi anillo en tus narices, mi brida en tu boca, y voy a devolverte por la ruta por la que has venido. 30 La señal será ésta:Este año se comerá lo que rebrote, lo que nazca de sí al año sigui nte.Al año tercero sembrad y segad, plantad las viñas y comed su fruto. 31 El resto que se salve de la casa de Judá echará raíces por debajo y fruto en l o alto. 32 Pues saldrá un Resto de Yerushalaim, y supervivientes del monte Sión; el cel o de Adonai Sebaot lo hará. 33 Por eso, así dice Adonai del rey de Asiria:No entrará en esta ciudad, no lan zará flechas en ella, no le opondrá escudo, ni alzará en contra de ella empalizada. 34 Volverá por la ruta que ha traído.No entrará en esta ciudad, oráculo de Adonai. 35 Yo protegeré a esta ciudad para salvarla, por quien soy y por mi siervo Da vid." 36 Aquella misma noche salió el Angel de Adonai e hirió en el campamento asirio a ciento ochenta y cinco mil hombres; a la hora de despertarse, por la mañana, no había más que cadáveres. 37 Senaquerib, rey de Asiria, partió y, volviéndose, se quedó en Nínive. 38 Y sucedió que estando él postrado en el templo de su dios Nisrok, sus hijos Adrammélek y Saréser le mataron a espada y se pusieron a salvo en el país de Ararat. S u hijo Asarjaddón reinó en su lugar.

Isaías 38 1 En aquellos días Ezequías cayó enfermo de muerte. El profeta Isaías, hijo de Amós, vino a decirle: "Así habla Adonai: Haz testamento, porque muerto eres y no vivirás. " 2 Ezequías volvió su rostro a la pared y oró a Adonai. 3 Dijo: "¡Ah, Adonai! Dígnate recordar que yo he andado en tu presencia con fi delidad y corazón perfecto haciendo lo recto a tus ojos." Y Ezequías lloró con abunda ntes lágrimas. 4 Entonces le fue dirigida a Isaías la palabra de Adonai, diciendo: 5 "Vete y di a Ezequías: Así habla Adonai, Di-s de tu padre David: He oído tu pl egaria, he visto tus lágrimas y voy a curarte. Dentro de tres días subirás a la Casa d e Adonai. Añadiré quince años a tus días. 6 Te libraré a ti y a esta ciudad de la mano del rey de Asiria, y ampararé a e sta ciudad." 7 Isaías respondió: "Esta será para ti de parte de Adonai, la señal de que Adonai hará lo que ha dicho. 8 Mira, voy a hacer retroceder a la sombra diez gradas de las que ha desce ndido el sol por las gradas de Ajaz. Y desanduvo el sol diez gradas por las que había descendido. 9 Cántico de Ezequías, rey de Judá cuando estuvo enfermo y sanó de su mal: 10 Yo dije: A la mitad de mis días me voy; en las puertas del seol se me asig na un lugar para el resto de mis años. 11 Dije: No veré a Adonai en la tierra de los vivos; no veré ya a ningún hombre d e los que habitan el mundo. 12 Mi morada es arrancada, se me arrebata como tienda de pastor.Enrollo com o tejedor mi vida, del hilo del tejido me cortaste.De la noche a la mañana acabas conmigo; 13 grité hasta la madrugada:Como león tritura todos mis huesos.De la noche a la mañana acabas conmigo. 14 Como grulla, como golondrina chirrío, zureo como paloma.Se consumen mis oj os de mirar hacia arriba.Adonai, estoy oprimido, sal por mí. 15 ¿Qué diré? ¿De qué le hablaré, cuando él mismo lo ha hecho?Caminaré todos mis años en margura de mi alma. 16 El Señor está con ellos, viven y todo lo que hay en ellos es vida de su espíri tu.Tú me curarás, me darás la vida. 17 Entonces mi amargura se trocará en bienestar, pues tú preservaste mi alma de la fosa de la nada, porque te echaste a la espalda todos mis pecados. 18 Que el Seol no te alaba ni la Muerte te glorifica, ni los que bajan al p

ozo esperan en tu fidelidad. 19 El que vive, el que vive, ése te alaba, como yo ahora.El padre enseña a los hijos tu fidelidad. 20 Adonai, sálvame, y mis canciones cantaremos todos los días de nuestra vida j unto a la Casa de Adonai. 21 Isaías dijo: "Traed una masa de higos, aplicadla sobre la úlcera y sanará." 22 Ezequías dijo: "¿Cuál será la señal de que subiré a la Casa de Adonai?" Isaías 39 1 En aquel tiempo, Merodak Baladán, hijo de Baladán, rey de Babilonia, envió car tas y un presente a Ezequías porque había oído que había estado enfermo y se había curado . 2 Se alegró Ezequías por ello y enseñó a los enviados su cámara del tesoro, la plata , el oro, los aromas, el aceite precioso, su arsenal y todo cuanto había en los te soros; no hubo nada que Ezequías no les mostrara en su casa y en todo su dominio. 3 Entonces el profeta Isaías fue donde el rey Ezequías y le dijo: "¿Qué han dicho esos hombres y de dónde han venido a ti?" Respondió Ezequías: "Han venido de un país le jano, de Babilonia." 4 Dijo: "¿Qué han visto en tu casa?" Respondió Ezequías: "Han visto cuanto hay en mi casa; nada hay en los tesoros que no les haya enseñado." 5 Dijo Isaías a Ezequías: "Escucha la palabra de Adonai Sebaot: 6 Vendrán días en que todo cuanto hay en tu casa y cuanto reunieron tus padres hasta el día de hoy, será llevado a Babilonia; nada quedará, dice Adonai. 7 Y se tomará de entre tus hijos, los que han salido de ti, los que has enge ndrado, para que sean eunucos en el palacio del rey de Babilonia." 8 Respondió Ezequías a Isaías: "Es buena la palabra de Adonai que me dices." Pue s pensaba: "¡Con tal que haya paz y seguridad en mis días!"

Isaías 40 1 Consolad, consolad a mi pueblo - dice vuestro Di-s. 2 Hablad al corazón de Yerushalaim y decidle bien alto que ya ha cumplido su milicia, ya ha satisfecho por su culpa, pues ha recibido de mano de Adonai cast igo doble por todos sus pecados. 3 Una voz clama: "En el desierto abrid camino a Adonai, trazad en la estep a una calzada recta a nuestro Di-s. 4 Que todo valle sea elevado, y todo monte y cerro rebajado; vuélvase lo esc abroso llano, y las breñas planicie. 5 Se revelará la gloria de Adonai, y toda criatura a una la verá.Pues la boca de Adonai ha hablado." 6 Una voz dice: "¡Grita!"Y digo: "¿Qué he de gritar?" - "Toda carne es hierba y todo su esplendor como flor del campo. 7 La flor se marchita, se seca la hierba, en cuanto le dé el viento de Adona i (pues, cierto, hierba es el pueblo). 8 La hierba se seca, la flor se marchita, mas la palabra de nuestro Di-s p ermanece por siempre. 9 Súbete a un alto monte, alegre mensajero para Sión; clama con voz poderosa, alegre mensajero para Yerushalaim, clama sin miedo.Di a las ciudades de Judá: "Ahí e stá vuestro Di-s." 10 Ahí viene el Señor Adonai con poder, y su brazo lo sojuzga todo.Ved que su s alario le acompaña, y su paga le precede. 11 Como pastor pastorea su rebaño: recoge en brazos los corderitos, en el sen o los lleva, y trata con cuidado a las paridas. 12 ¿Quién midió los mares con el cuenco de la mano, y abarcó con su palmo la dimens ión de los cielos, metió en un tercio de medida el polvo de la tierra, pesó con la rom ana los montes, y los cerros con la balanza? 13 ¿Quién abarcó el espíritu de Adonai, y como consejero suyo le enseñó? 14 ¿Con quién se aconsejó, quién le explicó y le enseñó la senda de la justicia, y le en eñó la ciencia, y el camino de la inteligencia le mostró? 15 Las naciones son como gota de un cazo, como escrúpulo de balanza son estim adas.Las islas como una chinita pesan.

16 El Líbano no basta para la quema, ni sus animales para holocausto. 17 Todas las naciones son como nada ante él, como nada y vacío son estimadas po r él. 18 Pues ¿con quién asemejaréis a Di-s, qué semejanza le aplicaréis? 19 El fundidor funde la estatua, el orfebre con oro la recubre y funde cade nas de plata. 20 El que presenta una ofrenda de pobre escoge madera incorruptible, se bus ca un hábil artista para erigir una estatua que no vacile. 21 ¿No lo sabíais? ¿No lo habíais oído? ¿No os lo había mostrado desde el principio? ¿No entendisteis desde que se fundó la tierra? 22 El está sentado sobre el orbe terrestre, cuyos habitantes son como saltamo ntes; él expande los cielos como un tul, y los ha desplegado como una tienda que s e habita. 23 El aniquila a los tiranos, y a los árbitros de la tierra los reduce a la n ada. 24 Apenas han sido plantados, apenas sembrados, apenas arraiga en tierra su esqueje, cuando sopla sobre ellos y se secan, y una ráfaga como tamo se los lleva . 25 ¿Con quién me asemejaréis y seré igualado?, dice el Santo. 26 Alzad a lo alto los ojos y ved: ¿quién ha hecho esto?El que hace salir por o rden al ejército celeste, y a cada estrella por su nombre llama.Gracias a su esfue rzo y al vigor de su energía, no falta ni una. 27 ¿Por qué dices, Jacob, y hablas, Israel: "Oculto está mi camino para Adonai, y a Di-s se le pasa mi derecho?" 28 ¿Es que no lo sabes? ¿Es que no lo has oído?Que Di-s desde siempre es Adonai, creador de los confines de la tierra, que no se cansa ni se fatiga, y cuya intel igencia es inescrutable. 29 Que al cansado da vigor, y al que no tiene fuerzas la energía le acrecient a. 30 Los jóvenes se cansan, se fatigan, los valientes tropiezan y vacilan, 31 mientras que a los que esperan en Adonai él les renovará el vigor, subirán con alas como de águilas, correrán sin fatigarse y andarán sin cansarse. Isaías 41 1 Hacedme silencio, islas, y renueven su fuerza las naciones.Alléguense y en tonces hablarán, reunámonos todos a juicio. 2 ¿Quién ha suscitado de Oriente a aquel a quien la justicia sale al paso? ¿Quién le entrega las naciones, y a los reyes abaja?Conviértelos en polvo su espada, en p aja dispersa su arco; 3 les persigue, pasa incólume, el sendero con sus pies no toca. 4 ¿Quién lo realizó y lo hizo?El que llama a las generaciones desde el principio : yo, Adonai, el primero, y con los últimos yo mismo. 5 Ved, islas, y temed; confines de la tierra, y temblad.Acercaos y venid. 6 El uno ayuda al otro y dice a su colega: "¡Animo!" 7 Anima el fundidor al orfebre, el que pule a martillo al que bate en el y unque, diciendo de la soldadura: "Está bien."Y fija el ídolo con clavos para que no se mueva. 8 Y tú, Israel, siervo mío,Jacob, a quien elegí, simiente de mi amigo Abraham; 9 que te así desde los cabos de la tierra, y desde lo más remoto te llamé y te d ije: "Siervo mío eres tú, te he escogido y no te he rechazado": 10 No temas, que contigo estoy yo; no receles, que yo soy tu Di-s.Yo te he robustecido y te he ayudado, y te tengo asido con mi diestra justiciera. 11 ¡Oh! Se avergonzarán y confundirán todos los abrasados en ira contra ti.Serán co mo nada y perecerán los que buscan querella. 12 Los buscarás y no los hallarás a los que disputaban contigo.Serán como nada y nulidad los que te hacen la guerra. 13 Porque yo, Adonai tu Di-s, te tengo asido por la diestra.Soy yo quien te digo: "No temas, yo te ayudo." 14 No temas, gusano de Jacob, gente de Israel: yo te ayudo - oráculo de Adona i - y tu redentor es el Santo de Israel.

15 He aquí que te he convertido en trillo nuevo, de dientes dobles.Triturarás l os montes y los desmenuzarás, y los cerros convertirás en tamo. 16 Los beldarás, y el viento se los llevará, y una ráfaga los dispersará.Y tú te rego cijarás en Adonai, en el Santo de Israel te gloriarás. 17 Los humildes y los pobres buscan agua, pero no hay nada.La lengua se les secó de sed.Yo, Adonai, les responderé,Yo, Di-s de Israel, no los desampararé. 18 Abriré sobre los calveros arroyos y en medio de las barrancas manantiales. Convertiré el desierto en lagunas y la tierra árida en hontanar de aguas. 19 Pondré en el desierto cedros, acacias, arrayanes y olivares.Pondré en la est epa el enebro, el olmo y el ciprés a una, 20 de modo que todos vean y sepan, adviertan y consideren que la mano de Ad onai ha hecho eso, el Santo de Israel lo ha creado. 21 "Aducid vuestra defensa - dice Adonai - allegad vuestras pruebas - dice el rey de Jacob. 22 Alléguense e indíquennos lo que va a suceder.Indicadnos cómo fue lo pasado, y reflexionaremos; o bien hacednos oír lo venidero para que lo conozcamos. 23 Indicadnos las señales del porvenir, y sabremos que sois dioses.En suma, h aced algún bien o algún mal, para que nos pongamos en guardia y os temamos. 24 ¡Oh! Vosotros sois nada, y vuestros hechos, nulidad, lo mejor de vosotros, abominación." 25 Le he suscitado del norte, y viene, del sol naciente le he llamado por s u nombre.Ha hollado a los sátrapas como lodo, como el alfarero patea el barro. 26 ¿Quién lo indicó desde el principio, para que se supiese, o desde antiguo, par a que se dijese: "Es justo"?Ni hubo quien lo indicase, ni hubo quien lo hiciese oír, ni hubo quien oyese vuestras palabras. 27 Primicias de Sión: "¡Aquí están, aquí están!" envío a Yerushalaim la buena nueva. 28 Miré, y no había nadie; entre éstos no había consejeros a quienes yo preguntara y ellos respondieran. 29 ¡Oh! Todos ellos son nada; nulidad sus obras, viento y vacuidad sus estatu as. Isaías 42 1 He aquí mi siervo a quien yo sostengo, mi elegido en quien se complace mi alma.He puesto mi espíritu sobre él: dictará ley a las naciones. 2 No vociferará ni alzará el tono, y no hará oír en la calle su voz. 3 Caña quebrada no partirá, y mecha mortecina no apagará.Lealmente hará justicia; 4 no desmayará ni se quebrará hasta implantar en la tierra el derecho, y su in strucción atenderán las islas. 5 Así dice el Di-s Adonai, el que crea los cielos y los extiende, el que hac e firme la tierra y lo que en ella brota, el que da aliento al pueblo que hay en ella, y espíritu a los que por ella andan. 6 Yo, Adonai, te he llamado en justicia, te así de la mano, te formé, y te he destinado a ser alianza del pueblo y luz de las gentes, 7 para abrir los ojos ciegos, para sacar del calabozo al preso, de la cárcel a los que viven en tinieblas. 8 Yo, Adonai, ese es mi nombre, mi gloria a otro no cedo, ni mi prez a los ídolos. 9 Lo de antes ya ha llegado, y anuncio cosas nuevas; antes que se produzca n os las hago saber. 10 Cantad a Adonai un cántico nuevo, su loor desde los confines de la tierra. Que le cante el mar y cuanto contiene, las islas y sus habitantes. 11 Alcen la voz el desierto y sus ciudades, las explanadas en que habita Qu edar.Aclamen los habitantes de Petra, desde la cima de los montes vociferen. 12 Den gloria a Adonai, su loor en las islas publiquen. 13 Adonai como un bravo sale, su furor despierta como el de un guerrero; gr ita y vocifera, contra sus enemigos se muestra valeroso. 14 "Estaba mudo desde mucho ha, había ensordecido, me había reprimido.Como part urienta grito, resoplo y jadeo entrecortadamente. 15 Derribaré montes y cedros, y todo su césped secaré; convertiré los ríos en tierra

firme y las lagunas secaré. 16 Haré andar a los ciegos por un camino que no conocían, por senderos que no c onocían les encaminaré.Trocaré delante de ellos la tiniebla en luz, y lo tortuoso en l lano.Estas cosas haré, y no las omitiré." 17 Haceos atrás, confusos de vergüenza, los que confiáis en ídolos, los que decís a l a estatua fundida: "Vosotros sois nuestros dioses." 18 ¡Sordos, oíd! ¡Ciegos, mirad y ved! 19 ¿Quién está ciego, sino mi siervo? ¿y quién tan sordo como el mensajero a quien en vío? (¿Quién es tan ciego como el enviado y tan sordo como el siervo de Adonai?) 20 Por más que has visto, no has hecho caso; mucho abrir las orejas, pero no has oído. 21 Adonai se interesa, por causa de su justicia, en engrandecer y dar lustr e a la Ley. 22 Pero es un pueblo saqueado y despojado, han sido atrapados en agujeros t odos ellos, y en cárceles han sido encerrados.Se les despojaba y no había quien salv ase; se les depredaba y nadie decía: "¡Devuelve!" 23 ¿Quién de vosotros escuchará esto, atenderá y hará caso para el futuro? 24 ¿Quién entregó al pillaje a Jacob, y a Israel a los saqueadores? ¿No ha sido Ado nai, contra quien pecamos, rehusamos andar por sus caminos, y no escuchamos sus instrucciones? 25 Vertió sobre él el ardor de su ira, y la violencia de la guerra le abrasó, por todos lados sin que se apercibiese, le consumió, sin que él reflexionase. Isaías 43 1 Ahora, así dice Adonai tu creador, Jacob, tu plasmador, Israel. "No temas, que yo te he rescatado, te he llamado por tu nombre. Tú eres mío. 2 Si pasas por las aguas, yo estoy contigo, si por los ríos, no te anegarán.Si andas por el fuego, no te quemarás, ni la llama prenderá en ti. 3 Porque yo soy Adonai tu Di-s, el Santo de Israel, tu salvador.He puesto por expiación tuya a Egipto, a Kus y Seba en tu lugar 4 dado que eres precioso a mis ojos, eres estimado, y yo te amo.Pondré la hu manidad en tu lugar, y los pueblos en pago de tu vida. 5 No temas, que yo estoy contigo; desde Oriente haré volver tu raza, y desde Poniente te reuniré. 6 Diré al Norte: "Dámelos"; y al Sur: "No los retengas",Traeré a mis hijos de le jos, y a mis hijas de los confines de la tierra; 7 a todos los que se llamen por mi nombre, a los que para mi gloria creé, pl asmé e hice." 8 Haced salir al pueblo ciego, aunque tiene ojos, y sordo, aunque tiene or ejas. 9 Congréguense todas las gentes y reúnanse los pueblos. ¿Quién de entre ellos anun cia eso, y desde antiguo nos lo hace oír?Aduzcan sus testigos, y que se justifique n; que se oiga para que se pueda decir: "Es verdad." 10 Vosotros sois mis testigos - oráculo de Adonai - y mi siervo a quien elegí, para que me conozcáis y me creáis a mí mismo, y entendáis que yo soy:Antes de mí no fue fo rmado otro dios, ni después de mí lo habrá. 11 Yo, yo soy Adonai, y fuera de mí no hay salvador. 12 Yo lo he anunciado, he salvado y lo he hecho saber, y no hay entre vosot ros ningún extraño.Vosotros sois mis testigos - oráculo de Adonai - y yo soy Di-s; 13 yo lo soy desde siempre, y no hay quien libre de mi mano.Yo lo tracé, y ¿quién lo revocará? 14 Así dice Adonai que os ha rescatado, el Santo de Israel.Por vuestra causa he enviado a hacer caer todos sus cerrojos de las prisiones de Babilonia, y se v olverán en ayes los hurras de los caldeos 15 16 17 echaron

Yo, Adonai vuestro Santo, el creador de Israel, vuestro Rey. Así dice Adonai, que trazó camino en el mar, y vereda en aguas impetuosas. El que hizo salir carros y caballos a una con poderoso ejército; a una se para no levantarse, se apagaron, como mecha se extinguieron.

18 ¿No os acordáis de lo pasado, ni caéis en la cuenta de lo antiguo? 19 Pues bien, he aquí que yo lo renuevo: ya está en marcha, ¿no lo reconocéis?Sí, pon go en el desierto un camino, ríos en el páramo. 20 Las bestias del campo me darán gloria, los chacales y las avestruces, pues pondré agua en el desierto (y ríos en la soledad) para dar de beber a mi pueblo ele gido. 21 El pueblo que yo me he formado contará mis alabanzas. 22 Tú no me has invocado, Jacob, porque te has fatigado de mí, Israel. 23 No me has traído tus ovejas en holocausto ni me has honrado con tus sacrif icios.No te obligué yo a servirme con oblación ni te he fatigado a causa del inciens o. 24 No me has comprado cañas con dinero ni con la grasa de tus sacrificios me has saciado; hasta me has convertido en siervo con tus pecados, y me has cansado con tus iniquidades. 25 Era yo, yo mismo el que tenía que limpiar tus rebeldías por amor de mí y no re cordar tus pecados. 26 Házmelo recordar y vayamos a juicio juntos, haz tú mismo el recuento para ju stificarte. 27 Pecó tu primer padre y tus intérpretes se rebelaron contra mí. 28 Destituía los príncipes de mi santuario; por eso entregué a Jacob al anatema y a Israel a los ultrajes. Isaías 44 1 Ahora, pues, escucha, Jacob, siervo mío,Israel, a quien yo elegí. 2 Así dice Adonai que te creó, te plasmó ya en el seno y te da ayuda: "No temas, siervo mío, Jacob,Yesurún a quien yo elegí. 3 Derramaré agua sobre el sediento suelo, raudales sobre la tierra seca.Derr amaré mi espíritu sobre tu linaje, mi bendición sobre cuanto de ti nazca. 4 Crecerán como en medio de hierbas, como álamos junto a corrientes de aguas. 5 El uno dirá: "Yo soy de Adonai", el otro llevará el nombre de Jacob.Un terce ro escribirá en su mano: "De Adonai" y se le llamará Israel." 6 Así dice Adonai el rey de Israel, y su redentor, Adonai Sebaot: "Yo soy el primero y el último, fuera de mí, no hay ningún dios. 7 ¿Quién como yo? Que se levante y hable.Que lo anuncie y argumente contra mí; d esde que fundé un pueblo eterno, cuanto sucede, que lo diga, y las cosas del futur o, que las revele. 8 No tembléis ni temáis; ¿no lo he dicho y anunciado desde hace tiempo?Vosotros sois testigos; ¿hay otro dios fuera de mí? ¡No hay otra Roca, yo no la conozco!" 9 ¡Escultores de ídolos! Todos ellos son vacuidad; de nada sirven sus obras más estimadas; sus testigos nada ven y nada saben, y por eso quedarán abochornados. 10 ¿Quién modela un dios o funde un ídolo, sin esperar una ganancia? 11 Mas ved que todos sus devotos quedarán abochornados y sus artífices, que no son más que hombres; se reunirán todos y comparecerán; y todos temblarán avergonzados. 12 El forjador trabaja con los brazos, configura a golpe de martillo, ejecu ta su obra a fuerza de brazo; pasa hambre y se extenúa; no bebe agua y queda agot ado. 13 El escultor tallista toma la medida, hace un diseño con el lápiz, trabaja co n la gubia, diseña a compás de puntos y le da figura varonil y belleza humana, para que habite en un templo. 14 Taló un cedro para sí, o tomó un roble, o una encima y los dejó hacerse grandes entre los árboles del bosque; o plantó un cedro que la lluvia hizo crecer. 15 Sirven ellos para que la gente haga fuego. Echan mano de ellos para cale ntarse. O encienden lumbre para cocer pan. O hacen un dios, al que se adora, un íd olo para inclinarse ante él. 16 Quema uno la mitad y sobre las brasas asa carne y come el asado hasta ha rtarse. También se calienta y dice: "¡ Ah! ¡me caliento mientras contemplo el respland or!" 17 Y con el resto hace un dios, su ídolo, ante el que se inclina, le adora y le suplica, diciendo: "¡Sálvame, pues tú eres mi dios!" 18 No saben ni entienden, sus ojos están pegados y no ven; su corazón no compre

nde. 19 No reflexionan, no tienen ciencia ni entendimiento para decirse: "He que mado una mitad, he cocido pan sobre las brasas; he asado carne y la he comido; y ¡voy a hacer con lo restante algo abominable! ¡voy a inclinarme ante un trozo de m adera! 20 A quien se apega a la ceniza, su corazón engañado le extravía. No salvará su vid a. Nunca dirá: "¿Acaso lo que tengo en la mano es engañoso?" 21 Recuerda esto, Jacob, y que eres mi siervo, Israel. ¡Yo te he formado, tú er es mi siervo,Israel, yo no te olvido! 22 He disipado como una nube tus rebeldías, como un nublado tus pecados. ¡Vuélvet e a mí, pues te he rescatado! 23 ¡Gritad, cielos, de júbilo, porque Adonai lo ha hecho! ¡Clamad, profundidades de la tierra! ¡Lanzad gritos de júbilo, montañas, y bosque con todo su arbolado, pues Adonai ha rescatado a Jacob y manifiesta su gloria en Israel! 24 Así dice Adonai, tu redentor, el que te formó desde el seno.Yo, Adonai, lo h e hecho todo, yo, solo, extendí los cielos, yo asenté la tierra, sin ayuda alguna. 25 Yo hago que fallen las señales de los magos y que deliren los adivinos; ha go retroceder a los sabios y convierto su ciencia en necedad. 26 Yo confirmo la palabra de mi siervo y hago que triunfe el proyecto de mi s mensajeros.Yo digo a Yerushalaim: "Serás habitada", y a las ciudades de Judá: "Seréi s reconstruidas." ¡Yo levantaré sus ruinas! 27 Yo 28 Yo is deseos, "¡Echa los

digo al abismo: "¡Sécate!Yo desecaré tus ríos." soy el que dice a Ciro: "Tú eres mi pastor y darás cumplimiento a todos m cuando digas de Yerushalaim: "Que sea reconstruida" y del santuario: cimientos!""

Isaías 45 1 Así dice Adonai a su Ungido Ciro, a quien he tomado de la diestra para som eter ante él a las naciones y desceñir las cinturas de los reyes, para abrir ante él l os batientes de modo que no queden cerradas las puertas. 2 Yo marcharé delante de ti y allanaré las pendientes.Quebraré los batientes de bronce y romperé los cerrojos de hierro. 3 Te daré los tesoros ocultos y las riquezas escondidas, para que sepas que yo soy Adonai, el Di-s de Israel, que te llamo por tu nombre. 4 A causa de mi siervo Jacob y de Israel, mi elegido, te he llamado por tu nombre y te he ennoblecido, sin que tú me conozcas. 5 Yo soy Adonai, no hay ningún otro; fuera de mí ningún dios existe.Yo te he ceñid o, sin que tú me conozcas, 6 para que se sepa desde el sol levante hasta el poniente, que todo es nad a fuera de mí.Yo soy Adonai, no ningún otro; 7 yo modelo la luz y creo la tiniebla, yo hago la dicha y creo la desgraci a, yo soy Adonai, el que hago todo esto. 8 Destilad, cielos, como rocío de lo alto, derramad, nubes, la victoria.Abra se la tierra y produzca salvación, y germine juntamente la justicia.Yo, Adonai, lo he creado. 9 ¡Ay de quien litiga con el que la ha modelado, la vasija entre las vasijas de barro! ¿Dice la arcilla al que la modela: "¿Qué haces tú?", y "¿Tu obra no está hecha co n destreza?" 10 ¡Ay del que dice a su padre!: "¿Qué has engendrado?" y a su madre: "¿Qué has dado a luz?" 11 Así dice Adonai, el Santo de Israel y su modelador: "¿Vais a pedirme señales a cerca de mis hijos y a darme órdenes acerca de la obra de mis manos? 12 Yo hice la tierra y creé al hombre en ella.Yo extendí los cielos con mis man os y doy órdenes a todo su ejército. 13 Yo le he suscitado para la victoria y he allanado todos sus caminos.El r econstruirá mi ciudad y enviará a mis deportados sin rescate y sin recompensa", dice Adonai Sebaot. 14 Así dice Adonai:Los productos de Egipto, el comercio de Kus y los sebaítas, de elevada estatura, vendrán a ti y tuyos serán.Irán detrás de ti, encadenados, ante ti

se postrarán, y te suplicarán: "Sólo en ti hay Di-s, no hay ningún otro, no hay más dioses ." 15 De cierto que tú eres un dios oculto, el Di-s de Israel, salvador. 16 Quedarán abochornados, afrentados, marcharán con ignominia los fabricadores de ídolos. 17 Israel será salvado por Adonai, con salvación perpetua.No quedaréis abochornad os ni afrentados nunca jamás. 18 Pues así dice Adonai, creador de los cielos, él, que es Di-s, plasmador de l a tierra y su hacedor, él, que la ha fundamentado, y no la creó caótica, sino que para ser habitada la plasmó: "Yo soy Adonai, no existe ningún otro. 19 No he hablado en oculto ni en lugar tenebroso.No he dicho al linaje de J acob:Buscadme en el caos.Yo soy Adonai, que digo lo que es justo y anuncio lo qu e es recto." 20 Reuníos y venid, acercaos todos, supervivientes de las naciones.No saben n ada los que llevan sus ídolos de madera, los que suplican a un dios que no puede s alvar. 21 Exponed, aducid vuestras pruebas, deliberad todos juntos: "¿Quién hizo oír est o desde antiguo y lo anunció hace tiempo? ¿No he sido yo Adonai?No hay otro dios, fu era de mí.Di-s justo y salvador, no hay otro fuera de mí. 22 Volveos a mí y seréis salvados confines todos de la tierra, porque yo soy Di -s, no existe ningún otro. 23 Yo juro por mi nombre; de mi boca sale palabra verdadera y no será vana:Qu e ante mí se doblará toda rodilla y toda lengua jurará 24 diciendo: ¡Sólo en Adonai hay victoria y fuerza!A él se volverán abochornados to dos los que se inflamaban contra él. 25 Por Adonai triunfará y será gloriosa toda la raza de Israel. Isaías 46 1 Bel se desploma, Nebó se derrumba, sus ídolos van sobre animales y bestias d e carga; llevados como fardos sobre un animal desfallecido. 2 Se derrumbaron, se desplomaron todos, no pudieron salvar la carga; ellos mismos van cautivos. 3 Escuchadme, casa de Jacob, y todos los supervivientes de la casa de Isra el, los que habéis sido transportados desde el seno, llevados desde el vientre mat erno. 4 Hasta vuestra vejez, yo seré el mismo, hasta que se os vuelva el pelo blan co, yo os llevaré.Ya lo tengo hecho, yo me encargaré, yo me encargo de ello, yo os s alvaré. 5 ¿A quién me podréis asemejar o comparar? ¿A quién me asemejaréis para que seamos par ecidos? 6 Sacan el oro de sus bolsas, pesan la plata en la balanza, y pagan a un o rfebre para que les haga un dios, al que adoran y ante el cual se postran. 7 Se lo cargan al hombro y lo transportan, lo colocan en su sitio y allí se queda.No se mueve de su lugar.Hasta llegan a invocarle, mas no responde, no salv a de la angustia. 8 Recordad esto y sed hombres, tened seso, rebeldes, 9 recordad lo pasado desde antiguo, pues yo soy Di-s y no hay ningún otro, y o soy Di-s, no hay otro como yo. 10 Yo anuncio desde el principio lo que viene después y desde el comienzo lo que aún no ha sucedido.Yo digo: Mis planes se realizarán y todos mis deseos llevaré a cabo. 11 Yo llamo del Oriente un ave rapaz de un país lejano al hombre en quien pen sé.Tal como lo he dicho, así se cumplirá; como lo he planeado, así lo haré. 12 Escuchadme vosotros, los que habéis perdido el corazón, los que estáis alejado s de lo justo. 13 Yo hago acercarse mi victoria, no está lejos, mi salvación no tardará.Pondré sal vación en Sión, mi prez será para Israel. Isaías 47 1 Baja, siéntate en el polvo, virgen, hija de Babel! ¡Siéntate en tierra, destro

nada, hija de los caldeos!Ya no se te volverá a llamar la dulce, la exquisita. 2 Toma el molino y muele la harina.Despójate de tu velo, descubre la cola de tu vestido, desnuda tus piernas y vadea los ríos. 3 Descubre tu desnudez y se vean tus vergüenzas.Voy a vengarme y nadie inter vendrá. 4 Nuestro redentor, cuyo nombre es Adonai Sebaot, el Santo de Israel, dice : 5 Siéntate en silencio y entra en la tiniebla, hija de los caldeos, que ya n o se te volverá a llamar señora de reinos. 6 Irritado estaba yo contra mi pueblo, había profanado mi heredad y en tus m anos los había entregado; pero tú no tuviste piedad de ellos; hiciste caer pesadamen te tu yugo sobre el anciano. 7 Tú decías: "Seré por siempre la señora eterna."No has meditado esto en tu corazón no te has acordado de su fin. 8 Pero ahora, voluptuosa, escucha esto, tú que te sientas en seguro y te dic es en tu corazón: "¡Yo, y nadie más!No seré viuda, ni sabré lo que es carecer de hijos." 9 Estas dos desgracias vendrán sobre ti en un instante, en el mismo día.Carenc ia de hijos y viudez caerán súbitamente sobre ti, a pesar de tus numerosas hechicerías y del poder de tus muchos sortilegios. 10 Te sentías segura en tu maldad, te decías: "Nadie me ve."Tu sabiduría y tu mis ma ciencia te han desviado.Dijiste en tu corazón: "¡Yo, y nadie más!" 11 Vendrá sobre ti una desgracia que no sabrás conjurar; caerá sobre ti un desast re que no podrás evitar.Vendrá sobre ti súbitamente una devastación que no sospechas. 12 ¡Quédate, pues, con tus sortilegios y tus muchas hechicerías con que te fatiga s desde tu juventud! ¿Te podrán servir de algo? ¿Acaso harás temblar? 13 Te has cansado de tus planes.Que se presenten, pues, y que te salven los que describen los cielos, los que observan las estrellas y hacen saber, en cada mes, lo que te sucederá. 14 Mira, ellos serán como tamo que el fuego quemará.No librarán sus vidas del pod er de las llamas.No serán brasas para el pan ni llama ante la cual sentarse. 15 Eso serán para ti tus hechiceros por los que te has fatigado desde tu juve ntud.Cada uno errará por su camino, y no habrá quien te salve. Isaías 48 1 Escucha esto, casa de Jacob, los que lleváis el nombre de Israel, los que habéis salido de las aguas de Judá.Los que juráis por el nombre de Adonai, los que inv ocáis al Di-s de Israel, mas no según verdad y justicia. 2 Porque lleváis el nombre de la ciudad santa y os apoyáis en el Di-s de Israe l, cuyo nombre es Adonai Sebaot. 3 Yo anuncié desde hace tiempo las cosas pasadas, salieron de mi boca y las di a conocer; de pronto, las hice y se cumplieron. 4 Yo sabía que tú eres obstinado, que es tu cerviz una barra de hierro y tu fr ente de bronce. 5 Por eso te anuncié las cosas hace tiempo y antes que ocurrieran te las di a conocer, no sea que dijeras: "Las hizo mi ídolo, mi estatua, mi imagen fundida l o ordenó." 6 Tú has oído todo esto, ¿no vas a admitirlo?Ahora te hago saber cosas nuevas, s ecretas, no sabidas, 7 que han sido creadas ahora, no hace tiempo, de las que hasta ahora nada oíste, para que no puedas decir: "Ya lo sabía." 8 Ni las oíste ni las hiciste ni de antemano te fue abierto el oído, pues sé muy bien que tú eres pérfido y se te llama rebelde desde el seno materno. 9 Por amor de mi nombre retardé mi cólera, a causa de mi alabanza me contuve para no arrancarte. 10 Mira que te he apurado, y no había en ti plata, te he probado en el crisol de la desgracia. 11 Por mí, por mí, lo hago, pues ¿cómo mi nombre sería profanado?No cederé a otro mi gl oria. 12 Escúchame, Jacob,Israel, a quien llamé:Yo soy, yo soy el primero y también soy el último.

13 Sí, es mi mano la que fundamentó la tierra y mi diestra la que extendió los ci elos.Yo los llamo y todos se presentan. 14 Reuníos todos y escuchad: ¿Quién de entre ellos anunció estas cosas? "Mi amigo c umplirá mi deseo contra Babilonia y la raza de los caldeos." 15 Yo mismo le he hablado, le he llamado, le he hecho que venga y triunfe e n sus empresas. 16 Acercaos a mí y escuchad esto:Desde el principio no he hablado en oculto, desde que sucedió estoy yo allí.Y ahora el Señor Adonai me envía con su espíritu. 17 Así dice Adonai, tu redentor, el Santo de Israel.Yo, Adonai, tu Di-s, te i nstruyo en lo que es provechoso y te marco el camino por donde debes ir. 18 ¡Si hubieras atendido a mis mandatos, tu dicha habría sido como un río y tu vi ctoria como las olas del mar! 19 ¡Tu raza sería como la arena los salidos de ti como sus granos! ¡Nunca habría si do arrancado ni borrado de mi presencia su nombre! 20 ¡Salid de Babilonia! ¡Huid de los caldeos! ¡Anunciad con voz de júbilo, hacedlo saber, proclamad hasta el extremo de la tierra, decid: Adonai ha rescatado a su siervo Jacob! 21 No padecieron sed en los sequedales a donde los llevó; hizo brotar para el los agua de la roca.Rompió la roca y corrieron las aguas. 22 No hay paz para los malvados, dice Adonai. Isaías 49 1 ¡Oídme, islas, atended, pueblos lejanos!Adonai desde el seno materno me llamó; desde las entrañas de mi madre recordó mi nombre. 2 Hizo mi boca como espada afilada, en la sombra de su mano me escondió; hízom e como saeta aguda, en su carcaj me guardó. 3 Me dijo: "Tú eres mi siervo (Israel), en quien me gloriaré." 4 Pues yo decía: "Por poco me he fatigado, en vano e inútilmente mi vigor he g astado. ¿De veras que Adonai se ocupa de mi causa, y mi Di-s de mi trabajo?" 5 Ahora, pues, dice Adonai, el que me plasmó desde el seno materno para sier vo suyo, para hacer que Jacob vuelva a él, y que Israel se le una.Mas yo era glori ficado a los ojos de Adonai, mi Di-s era mi fuerza. 6 "Poco es que seas mi siervo, en orden a levantar las tribus de Jacob, y de hacer volver los preservados de Israel.Te voy a poner por luz de las gentes, para que mi salvación alcance hasta los confines de la tierra." 7 Así dice Adonai, el que rescata a Israel, el Santo suyo, a aquel cuya vida es despreciada, y es abominado de las gentes, al esclavo de los dominadores:Verán lo reyes y se pondrán en pie, príncipes y se postrarán por respeto a Adonai, que es le al, al Santo de Israel, que te ha elegido. 8 Así dice Adonai:En tiempo favorable te escucharé, y en día nefasto te asistiré.Y o te formé y te he destinado a ser alianza del pueblo, para levantar la tierra, pa ra repartir las heredades desoladas, 9 para decir a los presos: "Salid", y a los que están en tinieblas: "Mostrao s".Por los caminos pacerán y en todos los calveros tendrán pasto. 10 No tendrán hambre ni sed, ni les dará el bochorno ni el sol, pues el que tie ne piedad de ellos los conducirá, y a manantiales de agua los guiará. 11 Convertiré todos mis montes en caminos, y mis calzadas serán levantadas. 12 Mira: Estos vienen de lejos, esos otros del norte y del oeste, y aquéllos de la tierra de Sinim. 13 ¡Aclamad, cielos, y exulta, tierra!Prorrumpan los montes en gritos de aleg ría, pues Adonai ha consolado a su pueblo, y de sus pobres se ha compadecido. 14 Pero dice Sión: "Adonai me ha abandonado, el Señor me ha olvidado." 15 - ¿Acaso olvida una mujer a su niño de pecho, sin compadecerse del hijo de s us entrañas?Pues aunque ésas llegasen a olvidar, yo no te olvido. 16 Míralo, en las palmas de mis manos te tengo tatuada, tus muros están ante mí p erpetuamente. 17 Apresúrense los que te reedifican, y salgan de ti los que te arruinaron y demolieron. 18 Alza en torno los ojos y mira: todos ellos se han reunido y han venido a ti. ¡Por mi vida! - oráculo de Adonai - que con todos ellos como con velo nupcial t

e vestirás, y te ceñirás con ellos como una novia. 19 Porque tus ruinas y desolaciones y tu tierra arrasada van a ser ahora de masiado estrechas para tanto morador, y se habrán alejado tus devoradores. 20 Todavía te dirán al oído los hijos de que fuiste privada: "El lugar es estrech o para mí,Cédeme sitio para alojarme." 21 Y dirás para ti misma: "¿Quién me ha dado a luz éstos?Pues yo había quedado sin hi jos y estéril, desterrada y aparte, y a éstos ¿quién los crió?He aquí que yo había quedado so a, pues éstos ¿dónde estaban?" 22 Así dice el Señor Adonai:He aquí que yo voy a alzar hacia las gentes de mi man o, y hacia los pueblos voy a levantar mi bandera; traerán a tus hijos en brazos, y tus hijas serán llevadas a hombros. 23 Reyes serán tus tutores, y sus princesas, nodrizas tuyas.Rostro en tierra se postrarán ante ti, y el polvo de tus pies lamerán.Y sabrás que yo soy Adonai; no se avergonzarán los que en mí esperan. 24 ¿Se arrebata al valiente la presa, o se escapa el prisionero del guerrero? 25 Pues así dice Adonai:Sí, al valiente se le quitará el prisionero, y la presa d el guerrero se le escapará; con tus litigantes yo litigaré, y a tus hijos yo salvaré. 26 Haré comer a tus opresores su propia carne, como con vino nuevo, con su sa ngre se embriagarán.Y sabrá todo el mundo que yo, Adonai, soy el que te salva, y el que te rescata, el Fuerte de Jacob. Isaías 50 1 Así dice Adonai: ¿Dónde está esa carta de divorcio de vuestra madre a quien repu dié? o ¿a cuál de mis acreedores os vendí?Mirad que por vuestras culpas fuisteis vendido s, y por vuestras rebeldías fue repudiada vuestra madre. 2 ¿Por qué cuando he venido no había nadie, cuando he llamado no hubo quien resp ondiera? ¿Acaso se ha vuelto mi mano demasiado corta para rescatar o quizá no habrá en mí vigor para salvar?He aquí que con un gesto seco el mar, convierto los ríos en desi erto; quedan en seco sus peces por falta de agua y mueren de sed.

3 Yo visto los cielos de crespón y los cubro de sayal. 4 El Señor Adonai me ha dado lengua de discípulo, para que haga saber al cansa do una palabra alentadora.Mañana tras mañana despierta mi oído, para escuchar como los discípulos; 5 el Señor Adonai me ha abierto el oído.Y yo no me resistí, ni me hice atrás. 6 Ofrecí mis espaldas a los que me golpeaban, mis mejillas a los que mesaban mi barba.Mi rostro no hurté a los insultos y salivazos. 7 Pues que Adonai habría de ayudarme para que no fuese insultado, por eso pu se mi cara como el pedernal, a sabiendas de que no quedaría avergonzado. 8 Cerca está el que me justifica: ¿quién disputará conmigo?Presentémonos juntos: ¿quién es mi demandante? ¡que se llegue a mí! 9 He aquí que el Señor Adonai me ayuda: ¿quién me condenará?Pues todos ellos como un vestido se gastarán, la polilla se los comerá. 10 El que de entre vosotros tema a Adonai oiga la voz de su Siervo.El que a nda a oscuras y carece de claridad confíe en el nombre de Adonai y apóyese en su Dis. 11 ¡Oh vosotros, todos los que encendéis fuego, los que sopláis las brasas!Id a l a lumbre de vuestro propio fuego y a las brasas que habéis encendido.Esto os vendrá de mi mano: en tormento yaceréis. Isaías 51 1 Prestadme oído, seguidores de lo justo, los que buscáis a Adonai.Reparad en la peña de donde fuisteis tallados, y en la cavidad de pozo de donde fuisteis exca vados. 2 Reparad en Abraham vuestro padre, y en Sara, que os dio a luz; pues uno solo era cuando le llamé, pero le bendije y le multipliqué. 3 Cuando haya consolado Adonai a Sión, haya consolado todas sus ruinas y hay a trocado el desierto en Edén y la estepa en Paraíso de Adonai, regocijo y alegría se encontrarán en ella, alabanza y son de canciones.

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Préstame atención, pueblo mío, mi nación, escúchame; que una instrucción saldrá de mí juicio mío para luz de las naciones.Inminente, 5 cercana está mi justicia, saldrá mi liberación, y mis brazos juzgarán a los pueb los.Las islas esperan en mí y cuentan con mi brazo. 6 Alzad a los cielos vuestros ojos y contemplad la tierra abajo, pues los cielos como humareda se disiparán, la tierra como un vestido se gastará y sus morado res como el mosquito morirán.Pero mi salvación por siempre será, y mi justicia se mant endrá intacta. 7 Prestadme oído, sabedores de lo justo, pueblo consciente de mi ley.No temáis las injurias de los hombres, y de sus ultrajes no os asustéis; 8 pues como un vestido se los comerá la polilla, y como lana los comerá la tiña. Pero mi justicia por siempre será, y mi salvación por generaciones de generaciones. 9 ¡Despierta, despierta, revístete de poderío, oh brazo de Adonai! ¡Despierta como en los días de antaño, en las generaciones pasadas! ¿No eres tú el que partió a Ráhab, el q ue atravesó al Dragón? 10 ¿No eres tú el que secó la Mar, las aguas del gran Océano, el que trocó las hondur as del mar en camino para que pasasen los rescatados? 11 Los redimidos de Adonai volverán, entrarán en Sión entre aclamaciones, y habrá a legría eterna sobre sus cabezas. ¡Regocijo y alegría les acompañarán! ¡Adiós, el penar y susp ros! 12 Yo, yo soy tu consolador. ¿Quién eres tú, que tienes miedo del mortal y del hi jo del hombre, al heno equiparado? 13 Olvidas a Adonai, tu hacedor, el que extendió los cielos y cimentó la tierra ; y te estás despavorido todo a lo largo del día ante la furia del opresor, en cuant o se aplica a destruir.Pues ¿dónde está esa furia del opresor? 14 Pronto saldrá libre el que está en la cárcel, no morirá en la hoya, no le faltará el pan. 15 Yo soy Adonai tu Di-s, que agito el mar y hago bramar sus olas;Adonai Se baot es mi nombre. 16 Yo he puesto mis palabras en tu boca y te he escondido a la sombra de mi mano, cuando extendía los cielos y cimentaba la tierra, diciendo a Sión: "Mi pueblo eres tú." 17 ¡Despierta, despierta! ¡Levántate, Yerushalaim!Tú, que has bebido de mano de Ado nai la copa de su ira.El cáliz del vértigo has bebido hasta vaciarlo. 18 No hay quien la guíe de entre todos los hijos que ha dado a luz, no hay qu ien la tome de la mano de entre todos los hijos que ha criado. 19 Estas dos cosas te han acaecido - ¿quién te conduele? - saqueo y quebranto, hambre y espada - ¿quién te consuela? 20 Tus hijos desfallecen, yacen, en la esquina de todas las calles como antíl ope en la red, llenos de la ira de Adonai, de la amenaza de tu Di-s. 21 Por eso, escucha esto, pobrecilla, ebria, pero no de vino. 22 Así dice tu Señor Adonai, tu Di-s, defensor de tu pueblo.Mira que yo te quit o de la mano la copa del vértigo, el cáliz de mi ira; ya no tendrás que seguir bebiéndol o. 23 Yo lo pondré en la mano de los que te afligían, de los que a ti misma te decía n: "Póstrate para que pasemos", y tú pusiste tu espalda como suelo y como calle de l os que pasaban. Isaías 52 1 ¡Despierta, despierta! ¡Revístete de tu fortaleza, Sión! ¡Vístete tus ropas de gala, Yerushalaim, Ciudad Santa!Porque no volverán a entrar en ti incircuncisos ni impur os. 2 Sacúdete el polvo, levántate, cautiva Yerushalaim,Líbrate de las ligaduras de tu cerviz, cautiva hija de Sión. 3 Porque así dice Adonai:De balde fuisteis vendidos, y sin plata seréis rescat ados. 4 Sí, así dice el Señor Adonai:A Egipto bajó mi pueblo en un principio, a ser fora stero allí, y luego Asiria le oprimió sin motivo. 5 Y ahora, ¿qué voy a hacer aquí - oráculo de Adonai - pues mi pueblo ha sido arre batado sin motivo?Sus dominadores profieren gritos - oráculo de Adonai - y todo a

lo largo del día mi nombre es blasfemado. 6 Por eso mi pueblo conocerá mi nombre en aquel día y comprenderá que yo soy el que decía: "Aquí estoy." 7 ¡Qué hermosos son sobre los montes los pies del mensajero que anuncia la paz , que trae buenas nuevas, que anuncia salvación, que dice a Sión: "Ya reina tu Di-s! " 8 ¡Una voz! Tus vigías alzan la voz, a una dan gritos de júbilo, porque con sus propios ojos ven el retorno de Adonai a Sión. 9 Prorrumpid a una en gritos de júbilo, soledades de Yerushalaim, porque ha consolado Adonai a su pueblo, ha rescatado a Yerushalaim. 10 Ha desnudado Adonai su santo brazo a los ojos de todas las naciones, y h an visto todos los cabos de la tierra la salvación de nuestro Di-s. 11 ¡Apartaos, apartaos, salid de allí! ¡Cosa impura no toquéis! ¡Salid de en medio de ella, manteneos limpios, portadores del ajuar de Adonai! 12 Pues sin prisa habréis de salir, no iréis a la desbandada, que va al frente de vosotros Adonai, y os cierra la retaguardia el Di-s de Israel. 13 He aquí que prosperará mi Siervo, será enaltecido, levantado y ensalzado sobre manera. 14 Así como se asombraron de él muchos - pues tan desfigurado tenía el aspecto qu e no parecía hombre, ni su apariencia era humana 15 otro tanto se admirarán muchas naciones; ante él cerrarán los reyes la boca, p ues lo que nunca se les contó verán, y lo que nunca oyeron reconocerán. Isaías 53 1 ¿Quién dio crédito a nuestra noticia?Y el brazo de Adonai ¿a quién se le reveló? 2 Creció como un retoño delante de él, como raíz de tierra árida.No tenía apariencia n i presencia; (le vimos) y no tenía aspecto que pudiésemos estimar. 3 Despreciable y desecho de hombres, varón de dolores y sabedor de dolencias , como uno ante quien se oculta el rostro, despreciable, y no le tuvimos en cuen ta. 4 ¡Y con todo eran nuestras dolencias las que él llevaba y nuestros dolores lo s que soportaba!Nosotros le tuvimos por azotado, herido de Di-s y humillado. 5 El ha sido herido por nuestras rebeldías, molido por nuestras culpas.El so portó el castigo que nos trae la paz, y con sus cardenales hemos sido curados. 6 Todos nosotros como ovejas erramos, cada uno marchó por su camino, y Adona i descargó sobre él la culpa de todos nosotros. 7 Fue oprimido, y él se humilló y no abrió la boca.Como un cordero al degüello era llevado, y como oveja que ante los que la trasquilan está muda, tampoco él abrió la b oca. 8 Tras arresto y juicio fue arrebatado, y de sus contemporáneos, ¿quién se preoc upa?Fue arrancado de la tierra de los vivos; por las rebeldías de su pueblo ha sid o herido; 9 y se puso su sepultura entre los malvados y con los ricos su tumba, por más que no hizo atropello ni hubo engaño en su boca. 10 Mas plugo a Adonai quebrantarle con dolencias.Si se da a sí mismo en expia ción, verá descendencia, alargará sus días, y lo que plazca a Adonai se cumplirá por su ma no. 11 Por las fatigas de su alma, verá luz, se saciará.Por su conocimiento justifi cará mi Siervo a muchos y las culpas de ellos él soportará. 12 Por eso le daré su parte entre los grandes y con poderosos repartirá despojo s, ya que indefenso se entregó a la muerte y con los rebeldes fue contado, cuando él llevó el pecado de muchos, e intercedió por los rebeldes. Isaías 54 1 Grita de júbilo, estéril que no das a luz, rompe en gritos de júbilo y alegría, la que no ha tenido los dolores; que más son los hijos de la abandonada, que los h ijos de la casada, dice Adonai. 2 Ensancha el espacio de tu tienda las cortinas extiende, no te detengas; alarga tus sogas, tus clavijas asegura; 3 porque a derecha e izquierda te expandirás, tu prole heredará naciones y ciu

dades desoladas poblarán. 4 No temas, que no te avergonzarás, ni te sonrojes, que no quedarás confundida , pues la vergüenza de tu mocedad olvidarás, y la afrenta de tu viudez no recordarás j amás. 5 Porque tu esposo es tu Hacedor,Adonai Sebaot es su nombre; y el que te r escata, el Santo de Israel,Di-s de toda la tierra se llama. 6 Porque como a mujer abandonada y de contristado espíritu, te llamó Adonai; y la mujer de la juventud ¿es repudiada? - dice tu Di-s. 7 Por un breve instante te abandoné, pero con gran compasión te recogeré. 8 En un arranque de furor te oculté mi rostro por un instante, pero con amor eterno te he compadecido - dice Adonai tu Redentor. 9 Será para mí como en tiempos de Noé: como juré que no pasarían las aguas de Noé más s bre la tierra, así he jurado que no me irritaré mas contra ti ni te amenazaré. 10 Porque los montes se correrán y las colinas se moverán, mas mi amor de tu la do no se apartará y mi alianza de paz no se moverá - dice Adonai, que tiene compasión de ti. 11 Pobrecilla, azotada por los vientos, no consolada, mira que yo asiento e n carbunclos tus piedras y voy a cimentarte con zafiros. 12 Haré de rubí tus baluartes, tus puertas de piedras de cuarzo y todo tu término de piedras preciosas. 13 Todos tus hijos serán discípulos de Adonai, y será grande la dicha de tus hijo s. 14 En justicia serás consolidada.Manténte lejos de la opresión, pues ya no temerás, y del terror, pues no se acercará a ti. 15 Si alguien te ataca, no será de parte mía; quienquiera que te ataque, contra ti se estrellará. 16 He aquí que yo he creado al herrero, que sopla en el fuego las brasas y sa ca los instrumentos para su trabajo. 17 Yo he creado al destructor para aniquilar.Ningún arma forjada contra ti te ndrá éxito, e impugnarás a toda lengua que se levante a juicio contigo.Tal será la hered ad de los siervos de Adonai y las victorias que alcanzarán por mí - oráculo de Adonai -. Isaías 55 1 ¡Oh, todos los sedientos, id por agua, y los que no tenéis plata, venid, com prad y comed, sin plata, y sin pagar, vino y leche! 2 ¿Por qué gastar plata en lo que no es pan, y vuestro jornal en lo que no sac ia?Hacedme caso y comed cosa buena, y disfrutaréis con algo sustancioso. 3 Aplicad el oído y acudid a mí, oíd y vivirá vuestra alma.Pues voy a firmar con v osotros una alianza eterna: las amorosas y fieles promesas hechas a David. 4 Mira que por testigo de las naciones le he puesto, caudillo y legislador de las naciones. 5 Mira que a un pueblo que no conocías has de convocar, y un pueblo que no t e conocía, a ti correrá por amor de Adonai tu Di-s y por el Santo de Israel, porque te ha honrado. 6 Buscad a Adonai mientras se deja encontrar, llamadle mientras está cercano . 7 Deje el malo su camino, el hombre inicuo sus pensamientos, y vuélvase a Ad onai, que tendrá compasión de él, a nuestro Di-s, que será grande en perdonar. 8 Porque no son mis pensamientos vuestros pensamientos, ni vuestros camino s son mis caminos - oráculo de Adonai -. 9 Porque cuanto aventajan los cielos a la tierra, así aventajan mis caminos a los vuestros y mis pensamientos a los vuestros. 10 Como descienden la lluvia y la nieve de los cielos y no vuelven allá, sino que empapan la tierra, la fecundan y la hacen germinar, para que dé simiente al s embrador y pan para comer, 11 así será mi palabra, la que salga de mi boca, que no tornará a mí de vacío, sin qu e haya realizado lo que me plugo y haya cumplido aquello a que la envié. 12 Sí, con alegría saldréis, y en paz seréis traídos.Los montes y las colinas romperán ante vosotros en gritos de júbilo, y todos los árboles del campo batirán palmas.

13 En lugar del espino crecerá el ciprés, en lugar de la ortiga crecerá el mirto. Será para renombre de Adonai, para señal eterna que no será borrada. Isaías 56 1 Así dice Adonai: Velad por la equidad y practicad la justicia, que mi salv ación está para llegar y mi justicia para manifestarse. 2 Dichoso el mortal que tal haga, el hombre que persevere en ello, guardándo se de profanar el sábado, guardando su mano de hacer nada malo. 3 Que el extranjero que se adhiera a Adonai, no diga: "¡De cierto que Adonai me separará de su pueblo!" No diga el eunuco: "Soy un árbol seco." 4 Pues así dice Adonai: Respecto a los eunucos que guardan mis sábados y elige n aquello que me agrada y se mantienen firmes en mi alianza, 5 yo he de darles en mi Casa y en mis muros monumento y nombre mejor que h ijos e hijas; nombre eterno les daré que no será borrado. 6 En cuanto a los extranjeros adheridos a Adonai para su ministerio, para amar el nombre de Adonai, y para ser sus siervos, a todo aquel que guarda el sába do sin profanarle y a los que se mantienen firmes en mi alianza, 7 yo les traeré a mi monte santo y les alegraré en mi Casa de oración. Sus holoc austos y sacrificios serán gratos sobre mi altar. Porque mi Casa será llamada Casa d e oración para todos los pueblos. 8 Oráculo del Señor Adonai que reúne a los dispersos de Israel. A los ya reunido s todavía añadiré otros. 9 Bestias todas del campo, venid a comer, bestias todas del bosque. 10 Sus vigías son ciegos, ninguno sabe nada; todos son perros mudos, no puede n ladrar; ven visiones, se acuestan, amigos de dormir. 11 Son perros voraces, no conocen hartura, y ni los pastores saben entender .Cada uno sigue su propio camino cada cual, hasta el último, busca su provecho 12 "Venid, voy a sacar vino y nos emborracharemos de licor, que el día de mañan a será como el de hoy, o muchísimo mejor."

Isaías 57 1 El justo perece, y no hay quien haga caso; los hombres buenos son arreba tados, y no hay quien lo considere.Cuando ante la desgracia es arrebatado el jus to, 2 se va en paz. ¡Descansen en sus lechos todos los que anduvieron en camino recto! 3 Pero vosotros venid acá, hijos de hechicera, raza adúltera que te prostituye s: 4 ¿De quién os mofáis? ¿Contra quién abrís la boca y sacáis la lengua? ¿No sois vosotro ngendros de pecado, prole bastarda? 5 Los que entráis en calor entre terebintos, bajo cualquier árbol frondoso, de golladores de niños en las torrenteras, debajo de los resquicios de las peñas. 6 En las piedras lisas del torrente tengas tu parte: ¡ellas, ellas te toquen en suerte!Que también sobre ellas vertiste libaciones, hiciste oblación. ¿Acaso con e stas cosas me voy a aplacar? 7 Sobre montaña alta y empinada pusiste tu lecho.Hasta allí subiste a hacer el sacrificio. 8 Detrás de la puerta y de la jamba pusiste tu memorial.Sí, te desnudaste, sub iste, y no conmigo, a tu lecho, y lo extendiste.Llegaste a un acuerdo con aquell os con quienes te plugo acostarte, mirando el monumento. 9 Te has acercado con aceite para Mélek, multiplicaste tus aromas.Enviaste a tus emisarios muy lejos, y los hiciste bajar hasta el seol. 10 De tanto caminar te cansaste, pero sin decir: "Me rindo."Hallaste el vig or de tu mano, y así no quedaste debilitada. 11 Pues bien, ¿de quién te asustaste y tuviste miedo, que fuiste embustera, y d e mí no te acordaste, no hiciste caso de ello? ¿No es que porque me callé desde siempr e, a mí no me temiste? 12 Yo voy a denunciar tu virtud y tus hechos, y no te aprovecharán. 13 Cuando grites, que te salven los reunidos en torno a ti, que a todos ell os los llevará el viento, los arrebatará el aire.Pero aquel que se ampare en mí poseerá

la tierra y heredará mi monte santo. 14 Entonces se dirá:Reparad, reparad, abrid camino, quitad los obstáculos del c amino de mi pueblo. 15 Que así dice el Excelso y Sublime, el que mora por siempre y cuyo nombre e s Santo. "En lo excelso y sagrado yo moro, y estoy también con el humillado y abat ido de espíritu, para avivar el espíritu de los abatidos, para avivar el ánimo de los humillados. 16 Pues no disputaré por siempre ni estaré eternamente enojado, pues entonces e l espíritu ante mí desmayaría y las almas que yo he creado. 17 Por culpa de su codicia me enojé y le herí, ocultándome en mi enojo.Pero el re belde seguía su capricho. 18 Sus caminos vi.Yo le curaré y le guiaré, y le daré ánimos a él y a los que con él ll oraban, 19 poniendo alabanza en los labios: ¡Paz, paz al de lejos y al de cerca! - di ce Adonai -. Yo le curaré." 20 Los malos son como mar agitada cuando no puede calmarse, cuyas aguas lan zan cieno y lodo. 21 "No hay paz para los malvados" - dice mi Di-s Isaías 58 1 Clama a voz en grito, no te moderes; levanta tu voz como cuerno y denunc ia a mi pueblo su rebeldía y a la casa de Jacob sus pecados. 2 A mí me buscan día a día y les agrada conocer mis caminos, como si fueran gent e que la virtud practica y el rito de su Di-s no hubiesen abandonado.Me pregunta n por las leyes justas, la vecindad de su Di-s les agrada. 3 - ¿Por qué ayunamos, si tú no lo ves? ¿Para qué nos humillamos, si tú no lo sabes? Es que el día en que ayunabais, buscabais vuestro negocio y explotabais a todos v uestros trabajadores. 4 Es que ayunáis para litigio y pleito y para dar de puñetazos a malvados.No a yunéis como hoy, para hacer oír en las alturas vuestra voz. 5 ¿Acaso es éste el ayuno que yo quiero el día en que se humilla el hombre? ¿Había q ue doblegar como junco la cabeza, en sayal y ceniza estarse echado? ¿A eso llamáis a yuno y día grato a Adonai? 6 ¿No será más bien este otro el ayuno que yo quiero: desatar los lazos de malda d, deshacer las coyundas del yugo, dar la libertad a los quebrantados, y arranca r todo yugo? 7 ¿No será partir al hambriento tu pan, y a los pobres sin hogar recibir en ca sa? ¿Que cuando veas a un desnudo le cubras, y de tu semejante no te apartes? 8 Entonces brotará tu luz como la aurora, y tu herida se curará rápidamente.Te p recederá tu justicia, la gloria de Adonai te seguirá. 9 Entonces clamarás, y Adonai te responderá, pedirás socorro, y dirá: "Aquí estoy."S i apartas de ti todo yugo, no apuntas con el dedo y no hablas maldad, 10 repartes al hambriento tu pan, y al alma afligida dejas saciada, resplan decerá en las tinieblas tu luz, y lo oscuro de ti será como mediodía. 11 Te guiará Adonai de continuo, hartará en los sequedales tu alma, dará vigor a tus huesos, y serás como huerto regado, o como manantial cuyas aguas nunca faltan. 12 Reedificarán, de ti, tus ruinas antiguas, levantarás los cimientos de pasada s generaciones, se te llamará Reparador de brechas, y Restaurador de senderos frec uentados. 13 Si apartas del sábado tu pie, de hacer tu negocio en el día santo, y llamas al sábado "Delicia", al día santo de Adonai "Honorable", y lo honras evitando tus vi ajes, no buscando tu interés ni tratando asuntos, 14 entonces te deleitarás en Adonai, y yo te haré cabalgar sobre los altozanos de la tierra.Te alimentaré con la heredad de Jacob tu padre; porque la boca de Ado nai ha hablado. Isaías 1 u oído 2

59 Mirad, no es demasiado corta la mano de Adonai para salvar, ni es duro s para oír, sino que vuestras faltas os separaron a vosotros de vuestro Di-s, y vues

tros pecados le hicieron esconder su rostro de vosotros para no oír. 3 Porque vuestras manos están manchadas de sangre y vuestros dedos de culpa, vuestros labios hablan falsedad y vuestra lengua habla perfidia. 4 No hay quien clame con justicia ni quien juzgue con lealtad.Se confían en la nada y hablan falsedad, conciben malicia y dan a luz iniquidad. 5 Hacen que rompan su cascarón las víboras y tejen telas de araña; el que come d e sus huevos muere, y si son aplastados sale una víbora. 6 Sus hilos no sirven para vestido ni con sus tejidos se pueden cubrir.Sus obras son obras inicuas y acciones violentas hay en sus manos. 7 Sus pies corren al mal y se apresuran a verter sangre inocente.Sus proye ctos son proyectos inicuos, destrucción y quebranto en sus caminos. 8 Camino de paz no conocen, y derecho no hay en sus pasos.Tuercen sus cami nos para provecho propio, ninguno de los que por ellos pasan conoce la paz. 9 Por eso se alejó de nosotros el derecho y no nos alcanzó la justicia.Esperábam os la luz, y hubo tinieblas, la claridad, y anduvimos en oscuridad. 10 Palpamos la pared como los ciegos y como los que no tienen ojos vacilamo s.Tropezamos al mediodía como si fuera al anochecer, y habitamos entre los sanos c omo los muertos. 11 Todos nosotros gruñimos como osos y zureamos sin cesar como palomas.Espera mos el derecho y no hubo, la salvación, y se alejó de nosotros. 12 Porque fueron muchas nuestras rebeldías delante de ti, y nuestros pecados testifican contra nosotros, pues nuestras rebeldías nos acompañan y conocemos nuestr as culpas: 13 rebelarse y renegar de Adonai, apartarse de seguir a nuestro Di-s, habla r de opresión y revueltas, concebir y musitar en el corazón palabras engañosas. 14 Porque ha sido rechazado el juicio y la justicia queda lejos.Porque la v erdad en la plaza ha tropezado y la rectitud no puede entrar. 15 La verdad se echa en falta y el que se aparta del mal es despojado.Lo vi o Adonai y pareció mal a sus ojos que no hubiera derecho. 16 Vio que no había nadie y se maravilló de que no hubiera intercesor.Entonces le salvó su brazo y su justicia le sostuvo. 17 Se puso la justicia como coraza y el casco de salvación en su cabeza.Se pu so como túnica vestidos de venganza y se vistió el celo como un manto. 18 Según los merecimientos así pagará: ira para sus opresores y represalia para s us enemigos.Dará a las islas su merecido. 19 Temerán desde Occidente el nombre de Adonai y desde el Oriente verán su glor ia, pues vendrá como un torrente encajonado contra el que irrumpe con fuerza el so plo de Adonai. 20 Vendrá a Sión para rescatar, a aquellos de Jacob que se conviertan de su reb eldía. - Oráculo de Adonai -. 21 Cuanto a mí, esta es la alianza con ellos, dice Adonai. Mi espíritu que ha v enido sobre ti y mis palabras que he puesto en tus labios no caerán de tu boca ni de la boca de tu descendencia ni de la boca de la descendencia de tu descendenc ia, dice Adonai, desde ahora y para siempre. Isaías 60 1 ¡Arriba, resplandece, que ha llegado tu luz, y la gloria de Adonai sobre t i ha amanecido! 2 Pues mira cómo la oscuridad cubre la tierra, y espesa nube a los pueblos, mas sobre ti amanece Adonai y su gloria sobre ti aparece. 3 Caminarán las naciones a tu luz, y los reyes al resplandor de tu alborada. 4 Alza los ojos en torno y mira: todos se reúnen y vienen a ti.Tus hijos vie nen de lejos, y tus hijas son llevadas en brazos. 5 Tú entonces al verlo te pondrás radiante, se estremecerá y se ensanchará tu cora zón, porque vendrán a ti los tesoros del mar, las riquezas de las naciones vendrán a t i. 6 Un sin fin de camellos te cubrirá, jóvenes dromedarios de Madián y Efá.Todos ell os de Sabá vienen portadores de oro e incienso y pregonando alabanzas a Adonai. 7 Todas las ovejas de Quedar se apiñarán junto a ti, los machos cabríos de Nebay ot estarán a tu servicio.Subirán en holocausto agradable a mi altar, y mi hermosa Ca

sa hermosearé aún más. 8 ¿Quiénes son éstos que como nube vuelan, como palomas a sus palomares? 9 Los barcos se juntan para mí, los navíos de Tarsis en cabeza, para traer a t us hijos de lejos, junto con su plata y su oro, por el nombre de Adonai tu Di-s y por el Santo de Israel, que te hermosea. 10 Hijos de extranjeros construirán tus muros, y sus reyes se pondrán a tu serv icio, porque en mi cólera te herí, pero en mi benevolencia he tenido compasión de ti. 11 Abiertas estarán tus puertas de continuo; ni de día ni de noche se cerrarán, p ara dejar entrar a ti las riquezas de las naciones, traídas por sus reyes. 12 Pues la nación y el reino que no se sometan a ti perecerán, esas naciones se rán arruinadas por completo. 13 La gloria del Líbano vendrá a ti, el ciprés, el olmo y el boj a una, a embelle cer mi Lugar Santo y honrar el lugar donde mis pies reposan. 14 Acudirán a ti encorvados los hijos de los que te humillaban, se postrarán a tus pies todos los que te menospreciaban, y te llamarán la Ciudad de Adonai, la Sión del Santo de Israel. 15 En vez de estar tú abandonada, aborrecida y sin viandantes, yo te converti ré en lozanía eterna, gozo de siglos y siglos. 16 Te nutrirás con la leche de las naciones, con las riquezas de los reyes se rás amamantada, y sabrás que yo soy Adonai tu Salvador, y el que rescata, el Fuerte de Jacob. 17 En vez de bronce traeré oro, en vez de hierro traeré plata, en vez de madera , bronce, y en vez de piedras, hierro.Te pondré como gobernantes la Paz, y por gob ierno la Justicia. 18 No se oirá más hablar de violencia en tu tierra, ni de despojo o quebranto e n tus fronteras, antes llamarás a tus murallas "Salvación" y a tus puertas "Alabanza ". 19 No será para ti ya nunca más el sol luz del día, ni el resplandor de la luna t e alumbrará de noche, sino que tendrás a Adonai por luz eterna, y a tu Di-s por tu h ermosura. 20 No se pondrá jamás tu sol, ni tu luna menguará, pues Adonai será para ti luz ete rna, y se habrán acabado los días de tu luto. 21 Todos los de tu pueblo serán justos, para siempre heredarán la tierra; retoño de mis plantaciones, obra de mis manos para manifestar mi gloria. 22 El más pequeño vendrá a ser un millar, el más chiquito, una nación poderosa.Yo, Ad onai, a su tiempo me apresuraré a cumplirlo. Isaías 61 1 El espíritu del Señor Adonai está sobre mí, por cuanto que me ha ungido Adonai.A anunciar la buena nueva a los pobres me ha enviado, a vendar los corazones roto s; a pregonar a los cautivos la liberación, y a los reclusos la libertad; 2 a pregonar año de gracia de Adonai, día de venganza de nuestro Di-s; para co nsolar a todos los que lloran, 3 para darles diadema en vez de ceniza, aceite de gozo en vez de vestido d e luto, alabanza en vez de espíritu abatido.Se les llamará robles de justicia, plant ación de Adonai para manifestar su gloria. 4 Edificarán las ruinas seculares, los lugares de antiguo desolados levantarán , y restaurarán las ciudades en ruinas, los lugares por siempre desolados. 5 Vendrán extranjeros y apacentarán vuestros rebaños, e hijos de extraños serán vues tros labradores y viñadores. 6 Y vosotros seréis llamados "sacerdotes de Adonai", "ministros de nuestro D i-s" se os llamará.La riqueza de las naciones comeréis y en su gloria les sucederéis. 7 Por cuanto su vergüenza había sido doble, y en lugar de afrenta, gritos de r egocijo fueron su herencia, por eso en su propia tierra heredarán el doble, y tend rán ellos alegría eterna. 8 Pues yo, Adonai, amo el derecho y aborrezco la rapiña y el crimen.Les daré e l salario de su trabajo lealmente, y alianza eterna pactaré con ellos. 9 Será conocida en las naciones su raza y sus vástagos entre los pueblos; todo s los que los vean reconocerán que son raza bendita de Adonai. 10 "Con gozo me gozaré en Adonai, exulta mi alma en mi Di-s, porque me ha rev

estido de ropas de salvación, en manto de justicia me ha envuelto como el esposo s e pone una diadema, como la novia se adorna con aderezos. 11 Porque, como una tierra hace germinar plantas y como un huerto produce s u simiente, así el Señor Adonai hace germinar la justicia y la alabanza en presencia de todas las naciones." Isaías 62 1 Por amor de Sión no he de callar, por amor de Yerushalaim no he de estar q uedo, hasta que salga como resplandor su justicia, y su salvación brille como anto rcha. 2 Verán las naciones tu justicia, todos los reyes tu gloria, y te llamarán con un nombre nuevo que la boca de Adonai declarará. 3 Serás corona de adorno en la mano de Adonai, y tiara real en la palma de t u Di-s. 4 No se dirá de ti jamás "Abandonada", ni de tu tierra se dirá jamás "Desolada", s ino que a ti se te llamará "Mi Complacencia", y a tu tierra, "Desposada".Porque Ad onai se complacerá en ti, y tu tierra será desposada. 5 Porque como se casa joven con doncella, se casará contigo tu edificador, y con gozo de esposo por su novia se gozará por ti tu Di-s. 6 Sobre los muros de Yerushalaim he apostado guardianes; ni en todo el día n i en toda la noche estarán callados.Los que hacéis que Adonai recuerde, no guardéis si lencio. 7 No le dejéis descansar, hasta que restablezca, hasta que trueque a Yerusha laim en alabanza en la tierra. 8 Ha jurado Adonai por su diestra y por su fuerte brazo: "No daré tu grano j amás por manjar a tus enemigos.No beberán hijos de extraños tu mosto por el que te fat igaste, 9 sino que los que lo cosechen lo comerán y alabarán a Adonai, y los que los r ecolecten lo beberán en mis atrios sagrados." 10 ¡Pasad, pasad por las puertas! ¡Abrid camino al pueblo! ¡Reparad, reparad el c amino, y limpiadlo de piedras! ¡Izad pendón hacia los pueblos! 11 Mirad que Adonai hace oír hasta los confines de la tierra: "Decid a la hij a de Sión:Mira que viene tu salvación; mira, su salario le acompaña, y su paga le prec ede. 12 Se les llamará "Pueblo Santo", "Rescatados de Adonai"; y a ti se te llamará "Buscada", "Ciudad no Abandonada"." Isaías 63 1 - ¿Quién es ése que viene de Edom, de Bosrá, con ropaje teñido de rojo? ¿Ese del ves tido esplendoroso, y de andar tan esforzado? - Soy yo que hablo con justicia, un gran libertador. 2 - Y ¿por qué está de rojo tu vestido, y tu ropaje como el de un lagarero? 3 - El lagar he pisado yo solo; de mi pueblo no hubo nadie conmigo.Los pisé con ira, los pateé con furia, y salpicó su sangre mis vestidos, y toda mi vestimenta he manchado. 4 ¡Era el día de la venganza que tenía pensada, el año de mi desquite era llegado! 5 Miré bien y no había auxiliador; me asombré de que no hubiera quien apoyase.Así que me salvó mi propio brazo, y fue mi furia la que me sostuvo. 6 Pisoteé a pueblos en mi ira, los pise con furia e hice correr por tierra s u sangre. 7 Las misericordias de Adonai quiero recordar, las alabanzas de Adonai, po r todo lo que nos ha premiado Adonai, por la gran bondad para la casa de Israel, que tuvo con nosotros en su misericordia, y por la abundancia de sus bondades. 8 Dijo él: "De cierto que ellos son mi pueblo, hijos que no engañarán."Y fue él su Salvador 9 en todas sus angustias.No fue un mensajero ni un ángel: él mismo en persona los liberó.Por su amor y su compasión él los rescató: los levantó y los llevó todos los días esde siempre. 10 Mas ellos se rebelaron y contristaron a su Espíritu santo, y él se convirtió e

n su enemigo, guerreó contra ellos. 11 Entonces se acordó de los días antiguos, de Moisés su siervo. ¿Dónde está el que los sacó de la mar, el pastor de su rebaño? ¿Dónde el que puso en él su Espíritu santo, 12 el que hizo que su brazo fuerte marchase al lado de Moisés, el que hendió la s aguas ante ellos para hacerse un nombre eterno, 13 el que les hizo andar por los abismos como un caballo por el desierto, s in que tropezaran, 14 cual ganado que desciende al valle?El Espíritu de Adonai los llevó a descans ar.Así guiaste a tu pueblo, para hacerte un nombre glorioso. 15 observa desde los cielos y ve desde tu aposento santo y glorioso. ¿Dónde está tu celo y tu fuerza, la conmoción de tus entrañas? ¿Es que tus entrañas se han cerrado p ara mí? 16 Porque tú eres nuestro Padre, que Abraham no nos conoce, ni Israel nos rec uerda.Tú, Adonai, eres nuestro Padre, tu nombre es "El que nos rescata" desde siem pre. 17 ¿Por qué nos dejaste errar, Adonai, fuera de tus caminos, endurecerse nuestr os corazones lejos de tu temor?Vuélvete, por amor de tus siervos, por las tribus d e tu heredad. 18 ¿Por qué el enemigo ha invalido tu santuario, tu santuario han pisoteado nue stros opresores? 19 Somos desde antiguo gente a la que no gobiernas, no se nos llama por tu nombre. ¡Ah si rompieses los cielos y descendieses - ante tu faz los montes se der retirían, Isaías 64 1 como prende el fuego en la hojarasca, como el fuego hace hervir al agua - para dar a conocer tu nombre a tus adversarios, y hacer temblar a las naciones ante ti, 2 haciendo tú cosas terribles, inesperadas. (Tú descendiste: ante tu faz, los montes se derretirán.) 3 Nunca se oyó.No se oyó decir, ni se escuchó, ni ojo vio a un Di-s, sino a ti, que tal hiciese para el que espera en él. 4 Te haces encontradizo de quienes se alegran y practican justicia y recue rdan tus caminos.He aquí que estuviste enojado, pero es que fuimos pecadores; esta mos para siempre en tu camino y nos salvaremos. 5 Somos como impuros todos nosotros, como paño inmundo todas nuestras obras justas.Caímos como la hoja todos nosotros, y nuestras culpas como el viento nos ll evaron. 6 No hay quien invoque tu nombre, quien se despierte para asirse a ti.Pues encubriste tu rostro de nosotros, y nos dejaste a merced de nuestras culpas. 7 Pues bien, Adonai, tú eres nuestro Padre.Nosotros la arcilla, y tú nuestro a lfarero, la hechura de tus manos todos nosotros. 8 No te irrites, Adonai, demasiado, ni para siempre recuerdes la culpa.Ea, mira, todos nosotros somos tu pueblo. 9 Tus ciudades santas han quedado desiertas,Sión desierta ha quedado, Yerush alaim desolada. 10 Nuestra Casa santa y gloriosa, en donde te alabaron nuestros padres, ha parado en hoguera de fuego, y todas nuestras cosas más queridas han parado en ruin as. 11 ¿Es que ante esto te endurecerás, Adonai, callarás y nos humillarás sin medida? Isaías 65 1 Me he hecho encontradizo de quienes no preguntaban por mí; me he dejado ha llar de quienes no me buscaban. Dije: "Aquí estoy, aquí estoy" a gente que no invoca ba mi nombre. 2 Alargué mis manos todo el día hacia un pueblo rebelde que sigue un camino eq uivocado en pos de sus pensamientos; 3 pueblo que me irrita en mi propia cara de continuo, que sacrifican en lo s jardines y queman incienso sobre ladrillos; 4 que habitan en tumbas y en antros hacen noche; que comen carne de cerdo

y bazofia descompuesta en sus cacharros; 5 los que dicen: "Quédate ahí, no te llegues a mí, que te santificaría." Estos son humo en mi nariz, fuego que abrasa siempre. 6 Mirad que está escrito delante de mí: no callaré hasta no haber puesto su paga en su seno, 7 la de vuestras culpas y las de vuestros padres juntamente - dice Adonai - que quemaron incienso en los montes y en las colinas me afrentaron; pero yo vo y a medirles la paga de su obra y se la pondré en su seno. 8 Así dice Adonai: Como cuando se encuentra mosto en el racimo y se dice: "N o lo eches a perder, porque es una bendición", así haré yo por amor de mis siervos, ev itando destruirlos a todos. 9 Sacaré de Jacob simiente y de Judá heredero de mis montes; los heredarán mis e legidos y mis siervos morarán allí. 10 Sarón será majada de ovejas y el valle de Akor corral de vacas para mi puebl o, los que me buscaron. 11 Mas vosotros, los que abandonáis a Adonai, los que olvidáis mi monte santo, los que ponéis una mesa a Gad y llenáis una copa a Mení, 12 Yo os destino a la espada y todos vosotros caeréis degollados, porque os l lamé y no respondisteis, hablé y no oísteis, sino que hicisteis lo que me desagrada, y lo que no me gusta elegisteis. 13 Por tanto, así dice el Señor Adonai:Mirad que mis siervos comerán, mas vosotro s tendréis hambre; mirad que mis siervos beberán, mas vosotros tendréis sed; mirad que mis siervos se alegrarán, mas vosotros padeceréis vergüenza; 14 mirad que mis siervos cantarán con corazón dichoso, mas vosotros gritaréis con corazón triste, y con espíritu quebrantado gemiréis. 15 Dejaréis vuestro nombre a mis elegidos para que sirva de imprecación: "¡Así te h aga morir el Señor Adonai...!", pero a sus siervos les dará un nombre nuevo 16 tal que, quien desee ser bendecido en la tierra, deseará serlo en el Di-s del Amén, y quien jurare en la tierra, jurará en el Di-s del Amén; cuando se hayan olv idado las angustias primeras, y cuando estén ocultas a mis ojos. 17 Pues he aquí que yo creo cielos nuevos y tierra nueva, y no serán mentados l os primeros ni vendrán a la memoria; 18 antes habrá gozo y regocijo por siempre jamás por lo que voy a crear. Pues h e aquí que yo voy a crear a Yerushalaim "Regocijo", y a su pueblo "Alegría"; 19 me regocijaré por Yerushalaim y me alegraré por mi pueblo, sin que se oiga a llí jamás lloro ni quejido. 20 No habrá allí jamás niño que viva pocos días, o viejo que no llene sus días, pues mo rir joven será morir a los cien años, y el que no alcance los cien años será porque está maldito. 21 Edificarán casas y las habitarán, plantarán viñas y comerán su fruto. 22 No edificarán para que otro habite, no plantarán para que otro coma, pues cu anto vive un árbol vivirá mi pueblo, y mis elegidos disfrutarán del trabajo de sus man os. 23 No se fatigarán en vano ni tendrán hijos para sobresalto, pues serán raza bend ita de Adonai ellos y sus retoños con ellos. 24 Antes que me llamen, yo responderé; aún estarán hablando, y yo les escucharé. 25 Lobo y cordero pacerán a una, = el león comerá paja como el buey =, y la serpi ente se alimentará de polvo, = no harán más daño ni perjuicio en todo mi santo monte dice Adonai. Isaías 66 1 Así dice Adonai:Los cielos son mi trono y la tierra el estrado de mis pies ,Pues ¿qué casa vais a edificarme, o qué lugar para mi reposo, 2 si todo lo hizo mi mano, y es mío todo ello? - Oráculo de Adonai -.Y ¿en quién v oy a fijarme?En el humilde y contrito que tiembla a mi palabra. 3 Se inmola un buey, se abate un hombre, se sacrifica una oveja, se desnuc a un perro, se ofrece en oblación sangre de cerdo, se hace un memorial de incienso , se bendice a los ídolos.Ellos mismos eligieron sus propios caminos y en sus mons truos abominables halló su alma complacencia. 4 También yo elegiré el vejarlos y sus temores traeré sobre ellos, por cuanto qu

e llamé y nadie respondió, hablé y no escucharon, sino que hicieron lo que me parece m al y lo que no me gusta eligieron. 5 Escuchad la palabra de Adonai, los que tembláis a su palabra.Dijeron vuest ros hermanos que os aborrecen, que os rechazan por causa de mi nombre: "Que Adon ai muestre su gloria y veamos vuestra alegría."Pero ellos quedarán avergonzados. 6 Voz estruendosa viene de la ciudad, voz del Templo: la voz de Adonai que paga el merecido a sus enemigos. 7 Antes de tener dolores dio a luz, antes de llegarle el parto dio a luz v arón. 8 ¿Quién oyó tal? ¿Quién vio cosa semejante? ¿Es dado a luz un país en un solo día? ¿O un pueblo todo de una vez?Pues bien: Tuvo dolores y dio a luzSión a sus hijos. 9 ¿Abriré yo el seno sin hacer dar a luz - dice Adonai - o lo cerraré yo, que ha go dar a luz? - Dice tu Di-s. 10 Alegraos, Yerushalaim, y regocijaos por ella todos los que la amáis, llena os de alegría por ella todos los que por ella hacíais duelo; 11 de modo que maméis y os hartéis del seno de sus consuelos, de modo que chupéis y os deleitéis de los pechos de su gloria. 12 Porque así dice Adonai:Mirad que yo tiendo hacia ella, como río la paz, y co mo raudal desbordante la gloria de las naciones, seréis alimentados, en brazos seréi s llevados y sobre las rodillas seréis acariciados. 13 Como uno a quien su madre le consuela, así yo os consolaré (y por Yerushalai m seréis consolados). 14 Al verlo se os regocijará el corazón, vuestros huesos como el césped florecerán, la mano de Adonai se dará a conocer a sus siervos, y su enojo a sus enemigos. 15 Pues he aquí que Adonai en fuego viene y como torbellino son sus carros, p ara desfogar su cólera con ira y su amenaza con llamas de fuego. 16 Porque con fuego Adonai va a juzgar y con su espada a toda carne, y serán muchas las víctimas de Adonai. 17 Los que se consagran y los que se purifican en los jardines, detrás de uno que está en medio, que comen carne de cerdo, cosas inmundas y de rata, a una serán eliminados con sus acciones y sus pensamientos, - oráculo de Adonai -. 18 Yo vengo a reunir a todas las naciones y lenguas; vendrán y verán mi gloria. 19 Pondré en ellos señal y enviaré de ellos algunos escapados a las naciones: a T arsis, Put y Lud, Mések, Ros, Túbal, Yaván; a las islas remotas que no oyeron mi fama ni vieron mi gloria. Ellos anunciarán mi gloria a las naciones. 20 Y traerán a todos vuestros hermanos de todas las naciones como oblación a Ad onai - en caballos, carros, literas, mulos y dromedarios - a mi monte santo de Y erushalaim - dice Adonai - como traen los hijos de Israel la oblación en recipient e limpio a la Casa de Adonai. 21 Y también de entre ellos tomaré para sacerdotes y levitas - dice Adonai. 22 Porque así como los cielos nuevos y la tierra nueva que yo hago permanecen en mi presencia - oráculo de Adonai - así permanecerá vuestra raza y vuestro nombre. 23 Así pues, de luna en luna nueva y de sábado en sábado, vendrá todo el mundo a pr osternarse ante mí - dice Adonai. 24 Y en saliendo, verán los cadáveres de aquellos que se rebelaron contra mí; su gusano no morirá su fuego no se apagará, y serán el asco de todo el mundo. JEREMÍAS Jeremías 1 1 Palabras de Jeremías, hijo de Jilquías, de los sacerdotes de Anatot, en la t ierra de Benjamín, 2 a quien fue dirigida la palabra de Adonai en tiempo de Josías, hijo de Amón, rey de Judá, en el año trece de su reinado, 3 y después en tiempo de Yoyaquim, hijo de Josías, rey de Judá, hasta cumplirse el año undécimo de Sedecías, hijo de Josías, rey de Judá, o sea, hasta la deportación de Yer ushalaim en el mes quinto. 4 Entonces me fue dirigida la palabra de Adonai en estos términos: 5 Antes de haberte formado yo en el seno materno, te conocía, y antes que n acieses, te tenía consagrado: yo profeta de las naciones te constituí.

6 Yo dije: "¡Ah, Señor Adonai! Mira que no sé expresarme, que soy un muchacho." 7 Y me dijo Adonai:No digas: "Soy un muchacho", pues adondequiera que yo te envíe irás, y todo lo que te mande dirás. 8 No les tengas miedo, que contigo estoy yo para salvarte - oráculo de Adona i -. 9 Entonces alargó Adonai su mano y tocó mi boca. Y me dijo Adonai:Mira que he puesto mis palabras en tu boca. 10 Desde hoy mismo te doy autoridad sobre las gentes y sobre los reinos par a extirpar y destruir, para perder y derrocar, para reconstruir y plantar. 11 Entonces me fue dirigida la palabra de Adonai en estos términos: "¿Qué estás vie ndo, Jeremías?" "Una rama de almendro estoy viendo." 12 Y me dijo Adonai: "Bien has visto. Pues así soy yo, velador de mi palabra para cumplirla." 13 Nuevamente me fue dirigida la palabra de Adonai en estos términos: "¿Qué estás v iendo?" "Un puchero hirviendo estoy viendo, que se vuelca de norte a sur." 14 Y me dijo Adonai: "Es que desde el norte se iniciará el desastre sobre tod os los moradores de esta tierra. 15 Porque en seguida llamo yo a todas las familias reinos del norte - oráculo de Adonai - y vendrán a instalarse a las mismas puertas de Yerushalaim, y frente a todas sus murallas en torno, y contra todas las ciudades de Judá, 16 a las que yo sentenciaré por toda su malicia: por haberme dejado a mí para o frecer incienso a otros dioses, y adorar la obra de sus propias manos. 17 Por tu parte, te apretarás la cintura, te alzarás y les dirás todo lo que yo t e mande.No desmayes ante ellos, y no te haré yo desmayar delante de ellos; 18 pues, por mi parte, mira que hoy te he convertido en plaza fuerte, en pi lar de hierro, en muralla de bronce frente a toda esta tierra, así se trate de los reyes de Judá como de sus jefes, de sus sacerdotes o del pueblo de la tierra. 19 Te harán la guerra, mas no podrán contigo, pues contigo estoy yo - oráculo de Adonai - para salvarte." Jeremías 2 1 Entonces me fue dirigida la palabra de Adonai en estos términos: 2 Ve y grita a los oídos de Yerushalaim:Así dice Adonai:De ti recuerdo tu cariño juvenil, el amor de tu noviazgo; aquel seguirme tú por el desierto, por la tierra no sembrada. 3 Consagrado a Adonai estaba Israel, primicias de su cosecha. "Quienquiera que lo coma, será reo; mal le sucederá" - oráculo de Adonai -. 4 Oíd la palabra de Adonai, casa de Jacob, y todas las familias de la casa d e Israel. 5 Así dice Adonai: ¿Qué encontraban vuestros padres en mí de torcido, que se aleja ron de mi vera, y yendo en pos de la Vanidad se hicieron vanos? 6 En cambio no dijeron: "¿Dónde está Adonai, que nos subió de la tierra de Egipto, que nos llevó por el desierto, por la estepa y la paramera, por tierra seca y som bría, tierra por donde nadie pasa y en donde nadie se asienta?" 7 Luego os traje a la tierra del vergel, para comer su fruto y su bien.Lle gasteis y ensuciasteis mi tierra, y pusisteis mi heredad asquerosa. 8 Los sacerdotes no decían: "¿Dónde está Adonai?"; ni los peritos de la Ley me con ocían; y los pastores se rebelaron contra mí, y los profetas profetizaban por Baal, y en pos de los Inútiles andaban. 9 Por eso, continuaré litigando con vosotros - oráculo de Adonai - y hasta con los hijos de vuestros hijos litigaré. 10 Porque, en efecto, pasad a las islas de los Kittim y ved, enviad a Queda r quien investigue a fondo, pensadlo bien y ved si aconteció cosa tal: 11 si las gentes cambiaron de dioses - ¡aunque aquéllos no son dioses! -.Pues m i pueblo ha trocado su Gloria por el Inútil. 12 Pasmaos, cielos, de ello, erizaos y cobrad gran espanto - oráculo de Adona i -. 13 Doble mal ha hecho mi pueblo: a mí me dejaron,Manantial de aguas vivas, pa ra hacerse cisternas, cisternas agrietadas, que el agua no retienen. 14 ¿Es un esclavo Israel, o nació siervo?Pues ¿cómo es que ha servido de botín?

15 Contra él rugieron leoncillos, dieron voces y dejaron su país hecho una deso lación, sus ciudades incendiadas, sin habitantes. 16 Hasta los hijos de Nof y de Tafnis te han rapado el cráneo. 17 ¿No te ha sucedido esto por haber dejado a Adonai tu Di-s cuando te guiaba en tu camino? 18 Y entonces, ¿qué cuenta te tiene encaminarte a Egipto para beber las aguas d el Nilo?, o ¿qué cuenta te tiene encaminarte a Asur para beber las aguas del Río? 19 Que te enseñe tu propio daño, que tus apostasías te escarmienten; reconoce y v e lo malo y amargo que te resulta el dejar a Adonai tu Di-s y no temblar ante mí oráculo del Señor Adonai Sebaot -. 20 Oh tú, que rompiste desde siempre el yugo y, sacudiendo las coyundas, decías : "¡No serviré!", tú, que sobre todo otero prominente y bajo todo árbol frondoso estabas yaciendo, prostituta. 21 Yo te había plantado de la cepa selecta, toda entera de simiente legítima.Pu es ¿cómo te has mudado en sarmiento de vid bastarda? 22 Porque, así te blanquees con salitre y te des cantidad de lejía, se te nota la culpa en mi presencia - oráculo del Señor Adonai -. 23 Cómo dices: "No estoy manchada; en pos de los Baales no anduve?" ¡Mira tu ra stro en el Valle!Reconoce lo que has hecho, camellita liviana que trenza sus der roteros, 24 irrumpe en el desierto y en puro celo se bebe los vientos: su estro, ¿quién lo calmará?Cualquiera que la busca la topa, ¡bien acompañada la encuentra! 25 Guarda tu pie de la descalcez y tu garganta de la sed.Pero tú dices: "No h ay remedio: a mí me gustan los extranjeros, y tras ellos he de ir." 26 Cual se avergüenza el ladrón cuando es sorprendido, así se ha avergonzado la c asa de Israel: ellos, sus reyes, sus jefes, sus sacerdotes y sus profetas, 27 los que dicen al madero: "Mi padre eres tú", y a la piedra: "Tú me diste a l uz."Tras de volverme la espalda, que no la cara, al tiempo de su mal dice: "¡Levánta te y sálvanos!" 28 Pues ¿dónde están tus dioses, los que tú mismo te hiciste? ¡Que se levanten ellos, a ver si te salvan en tiempo de desgracia!Pues cuantas son tus ciudades, otros tantos son tus dioses, Judá; (y cuantas calles cuenta Yerushalaim, otros tantos al tares hay de Baal). 29 ¿Por qué os querelláis conmigo, si todos vosotros os habéis rebelado contra mí? oráculo de Adonai -. 30 En vano golpeé a vuestros hijos, pues no aprendieron.Ha devorado vuestra e spada a vuestos profetas, como el león cuando estraga. 31 ¡Vaya generación la vuestra!; atended a la palabra de Adonai:¿Fui yo un desier to para Israel o una tierra malhadada? ¿Por qué, entonces, dice mi pueblo: "¡Bajemos!N o vendremos más a ti."? 32 ¿Se olvida la doncella de su aderezo, la novia de su cinta?Pues mi pueblo sí que me ha olvidado días sin número. 33 ¡Qué hermoso te parece tu camino en busca del amor!A la verdad, hasta con ma ldades aprendiste tus caminos. 34 En tus mismas haldas se encontraban manchas de sangre de las almas de po bres inocentes: no los sorprendiste en escalo.Y con todo eso, 35 dices: "Soy inocente; basta ya de ira contra mí."Pues bien, aquí me tienes p ara discutir contigo eso que has dicho: "No he pecado." 36 ¡Cuánta ligereza la tuya para cambiar de dirección!También de Egipto te avergonz arás como te avergonzaste de Asur. 37 También de ésta saldrás con las manos en la cabeza.Porque Adonai ha rechazado aquello en que confías, y no saldrás bien de ello. Jeremías 3 1 "Supongamos que despide un marido a su mujer; ella se va de su lado y es de otro hombre: ¿podrá volver a él? ¿no sería como una tierra manchada?"Pues bien, tú has f ornicado con muchos compañeros, ¡y vas a volver a mí! - oráculo de Adonai -. 2 Alza los ojos a los calveros y mira: ¿en dónde no fuiste gozada?A la vera de los caminos te sentabas para ellos, como el árabe en el desierto, y manchaste la tierra con tus fornicaciones y malicia.

3 Se suspendieron las lloviznas de otoño, y faltó lluvia tardía; pero tú tenías rost ro de mujer descarada, rehusaste avergonzarte. 4 ¿Es que entonces mismo no me llamabas: "Padre mío; el amigo de mi juventud e res tú?; 5 ¿tendrá rencor para siempre?, ¿lo guardará hasta el fin?"Ahí tienes cómo has hablado ; las maldades que hiciste las has colmado. 6 Adonai me dijo en tiempos del rey Josías: ¿Has visto lo que hizo Israel, la apóstata? Andaba ella sobre cualquier monte elevado y bajo cualquier árbol frondoso , fornicando allí. 7 En vista de lo que había hecho, dije: "No vuelvas a mí." Y no volvió. Vio esto su hermana Judá, la pérfida; 8 vio que a causa de todas las fornicaciones de Israel, la apóstata, yo la h abía despedido dándole su carta de divorcio; pero no hizo caso su hermana Judá, la pérfi da, sino que fue y fornicó también ella, 9 tanto que por su liviandad en fornicar manchó la tierra, y fornicó con la pi edra y con el leño. 10 A pesar de todo, su hermana Judá, la pérfida, no se volvió a mí de todo corazón, s ino engañosamente - oráculo de Adonai. 11 Y me dijo Adonai: Más justa se ha manifestado Israel, la apóstata, que Judá, l a pérfida. 12 Anda y pregona estas palabras al Norte y di:Vuelve, Israel apóstata, - orácu lo de Adonai -; no estará airado mi semblante contra vosotros, porque piadoso soy - oráculo de Adonai - no guardo rencor para siempre. 13 Tan sólo reconoce tu culpa, pues contra Adonai tu Di-s te rebelaste, frecu entaste a extranjeros bajo todo árbol frondoso, y mi voz no oísteis - oráculo de Adona i -. 14 Volved, hijos apóstatas - oráculo de Adonai - porque yo soy vuestro Señor. Os iré recogiendo uno a uno de cada ciudad, y por parejas de cada familia, y os traeré a Sión. 15 Os pondré pastores según mi corazón que os den pasto de conocimiento y prudenc ia. 16 Y luego, cuando seáis muchos y fructifiquéis en la tierra, en aquellos días oráculo de Adonai - no se hablará más del arca de la alianza de Adonai, no vendrá en mie ntes, no se acordarán ni se ocuparán de ella, ni será reconstruida jamás. 17 En aquel tiempo llamarán a Yerushalaim "Trono de Adonai" y se incorporarán a ella todas las naciones en el nombre de Adonai, en Yerushalaim, sin seguir más la dureza de sus perversos corazones. 18 En aquellos días, andará la casa de Judá al par de Israel, y vendrán juntos desd e tierras del norte a la tierra que di en herencia a vuestros padres. 19 Yo había dicho: "Sí, te tendré como a un hijo y te daré una tierra espléndida, flo r de las heredades de las naciones."Y añadí: "Padre me llamaréis y de mi seguimiento n o os volveréis." 20 Pues bien, como engaña una mujer a su compañero, así me ha engañado la casa de I srael, oráculo de Adonai. 21 Voces sobre los calveros se oían: rogativas llorosas de los hijos de Israe l, porque torcieron su camino, olvidaron a su Di-s Adonai. 22 - Volved, hijos apóstatas; yo remediaré vuestras apostasías. - Aquí nos tienes d e vuelta a ti, porque tú, Adonai, eres nuestro Di-s. 23 ¡Luego eran mentira los altos, la barahúnda de los montes! ¡Luego por Adonai, nuestro Di-s, se salva Israel! 24 La Vergüenza se comió la laceria de nuestros padres desde nuestra mocedad: s us ovejas y vacas, sus hijos e hijas. 25 Acostémonos en nuestra vergüenza, y que nos cubra nuestra propia confusión, ya que contra Adonai nuestro Di-s hemos pecado nosotros como nuestros padres desde nuestra mocedad hasta hoy, y no escuchamos la voz de Adonai nuestro Di-s. Jeremías 4 1 ¡Si volvieras, Israel!, oráculo de Adonai, ¡si a mí volvieras!, si quitaras tus Monstruos abominables, y de mí no huyeras! 2 Jurarías: "¡Por vida de Adonai!" con verdad, con derecho y con justicia, y s

e bendecirían por él las naciones, y por él se alabarían. 3 Porque así dice Adonai al hombre de Judá y a Yerushalaim: - Cultivad el barb echo y no sembréis sobre cardos. 4 Circuncidaos para Adonai y extirpad los prepucios de vuestros corazones, hombres de Judá y habitantes de Yerushalaim; no sea que brote como fuego mi saña, y arda y no haya quien la apague, en vista de vuestras perversas acciones. 5 Avisad en Judá y que se oiga en Yerushalaim.Tañed el cuerno por el país, prego nad a voz en grito: ¡Juntaos, vamos a las plazas fuertes! 6 ¡Izad bandera hacia Sión! ¡Escapad, no os paréis!Porque yo traigo una calamidad del norte y un quebranto grande. 7 Se ha levantado el león de su cubil, y el devorador de naciones se ha pues to en marcha: salió de su lugar para dejar la tierra desolada.Tus ciudades quedarán arrasadas, sin habitantes. 8 Por ende, ceñíos de sayal, endechad y plañid: - "¡No; no se va de nosotros la ar diente ira de Adonai!" 9 Sucederá aquel día - oráculo de Adonai - que se perderá el ánimo del rey y el de l os príncipes, se pasmarán los sacerdotes, y los profetas se espantarán. 10 Y yo digo: "¡Ay, Señor Adonai! ¡Cómo embaucaste a este pueblo y a Yerushalaim di ciendo: "Paz tendréis", y ha penetrado la espada hasta el alma!" 11 En aquella sazón se dirá a este pueblo y a Yerushalaim: - Un viento ardiente viene por el desierto, camino de la hija de mi pueblo, no para beldar, ni para limpiar. 12 Un viento lleno de amenazas viene de mi parte.Ahora me toca a mí alegar mi s razones respecto a ellos. 13 Ved cómo se levanta cual las nubes, como un huracán sus carros, y ligeros más que águilas sus corceles. - ¡Ay de nosotros, estamos perdidos! 14 - Limpia de malicia tu corazón, Yerushalaim, para que seas salva. ¿Hasta cuánd o durarán en ti tus pensamientos torcidos? 15 Una voz avisa desde Dan y da la mala nueva desde la sierra de Efraím. 16 Pregonad: "¡Los gentiles! ¡Ya están aquí!"; hacedlo oír en Yerushalaim.Los enemigo s vienen de tierra lejana y dan voces contra las ciudades de Judá. 17 Como guardas de campo se han puesto frente a ella en torno, porque contr a mí se rebelaron - oráculo de Adonai -. 18 Tu proceder y fechorías te acarrearon esto; esto tu desgracia te ha penetr ado hasta el corazón porque te rebelaste contra mí. 19 - ¡Mis entrañas, mis entrañas!, ¡me duelen las telas del corazón, se me salta el c orazón del pecho!No callaré, porque mi alma ha oído sones de cuerno, el clamoreo del c ombate. 20 Se anuncia quebranto sobre quebranto, porque es saqueada toda la tierra. En un punto son saqueadas mis tiendas, y en un cerrar de ojos mis toldos. 21 ¿Hasta cuándo veré enseñas, y oiré sones de cuerno? 22 - Es porque mi pueblo es necio:A mí no me conocen.Criaturas necias son, ca recen de talento.Sabios son para lo malo, ignorantes para el bien. 23 Miré a la tierra, y he aquí que era un caos; a los cielos, y faltaba su luz. 24 Miré a los montes, y estaban temblando, y todos los cerros trepidaban. 25 Miré, y he aquí que no había un alma, y todas las aves del cielo se habían volad o. 26 Miré, y he aquí que el vergel era yermo, y todas las ciudades estaban arrasa das delante de Adonai y del ardor de su ira. 27 Porque así dice Adonai:Desolación se volverá toda la tierra, aunque no acabaré c on ella. 28 Por eso ha de enlutarse la tierra, y se oscurecerán los cielos arriba; pue s tengo resuelta mi decisión y no me pesará ni me volveré atrás de ella. 29 Al ruido de jinetes y flecheros huía toda la ciudad.Se metían por los bosque s y trepaban por las peñas.Toda ciudad quedó abandonada, sin quedar en ellas habitan tes. 30 Y tú, asolada, ¿qué vas a hacer?Aunque te vistas de grana, aunque te enjoyes c on joyel de oro, aunque te pintes con polvos los ojos, en vano te hermoseas: te han rechazado tus amantes: ¡tu muerte es lo que buscan!

31 Y entonces oí una voz como de parturienta, gritos como de primeriza: era l a voz de la hija de Sión, que gimiendo extendía sus palmas: "¡Ay, pobre de mí, que mi al ma desfallece a manos de asesinos!"

Jeremías 5 1 Recorred las calles de Yerushalaim, mirad bien y enteraos; buscad por su s plazas, a ver si topáis con alguno que practique la justicia, que busque la verd ad, y yo la perdonaría. 2 Pues, si bien dicen: "¡Por vida de Adonai!", también juran en falso. 3 - ¡Oh Adonai! tus ojos, ¿no son para la verdad?Les heriste, mas no acusaron el golpe; acabaste con ellos, pero no quisieron aprender.Endurecieron sus caras más que peñascos, rehusaron convertirse. 4 Yo decía: "Naturalmente, el vulgo es necio, pues ignora el camino de Adona i, el derecho de su Di-s. 5 Voy a acudir a los grandes y a hablar con ellos, porque ésos conocen el ca mino de Adonai, el derecho de su Di-s."Pues bien, todos a una habían quebrado el y ugo y arrancado las coyundas. 6 Por eso los herirá el león de la selva, el lobo de los desiertos los destroz ará, el leopardo acechará sus ciudades: todo el que saliere de ellas será despedazado. - Porque son muchas sus rebeldías, y sus apostasías son grandes. 7 ¿Cómo te voy a perdonar por ello?Tus hijos me dejaron y juraron por el no dios.Yo los harté, y ellos se hicieron adúlteros, y el lupanar frecuentaron. 8 Son caballos lustrosos y vagabundos: cada cual relincha por la mujer de su prójimo. 9 ¿Y de esto no pediré cuentas? - oráculo de Adonai -, ¿de una nación así no se vengará mi alma? 10 Escalad sus murallas, destruid, mas no acabéis con ella.Quitad sus sarmien tos porque no son de Adonai. 11 Porque bien me engañaron, la casa de Judá y la casa de Israel - oráculo de Ado nai -. 12 Renegaron de Adonai diciendo: "¡El no cuenta!, ¡no nos sobrevendrá daño alguno, ni espada ni hambre veremos! 13 Cuanto a los profetas, el viento se los lleve, pues carecen de Palabra." - Así les será hecho. 14 Por tanto, así dice Adonai, el Di-s Sebaot:Por haber hablado ellos tal pal abra, he aquí que yo pongo las mías en tu boca como fuego, y a este pueblo como leños, y los consumirá. 15 He aquí que yo traigo sobre vosotros, una nación de muy lejos, ¡oh casa de Isr ael! - oráculo de Adonai -; una nación que no mengua, nación antiquísima aquélla, nación cuy a lengua ignoras y no entiendes los que habla; 16 cuyo carcaj es como tumba abierta: todos son valientes. 17 Comerá tu mies y tu pan, comerá a tus hijos e hijas, comerá tus ovejas y vacas , comerá tus viñas e higueras; con la espada destruirá tus plazas fuertes en que confías . 18 Por lo demás, en los días aquellos - oráculo de Adonai - todavía no acabaré con vo sotros. 19 - Y cuando dijereis: "¿Por qué nos hace Adonai nuestro Di-s todo esto?", les dirás: "Lo mismo que me dejasteis a mí y servisteis a dioses extraños en vuestra tie rra, así serviréis a extraños en una tierra no vuestra." 20 Anunciad esto a la casa de Jacob y hacedlo oír en Judá: 21 - Ea, oíd esto, pueblo necio y sin seso - tienen ojos y no ven, orejas y n o oyen -: 22 ¿A mí no me temeréis? - oráculo de Adonai -, ¿delante de mí no temblaréis, que puse l arena por término al mar, límite eterno, que no traspasará?Se agitará, mas no lo logrará; mugirán sus olas, pero no pasarán. 23 Pero este pueblo tiene un corazón traidor y rebelde: traicionaron llegando hasta el fin. 24 Y no se les ocurrió decir: "Ea, temamos a Adonai nuestro Di-s, que da la l luvia tempranera y la tardía a su tiempo; que nos garantiza las semanas que regula n la siega."

25 Todo esto lo trastornaron vuestras culpas y vuestros pecados os privaron del bien. 26 Porque se encuentran en mi pueblo malhechores: preparan la red, cual par anceros montan celada: ¡hombres son atrapados! 27 Como jaula llena de aves, así están sus casas llenas de fraudes.Así se engrand ecieron y se enriquecieron, 28 engordaron, se alustraron.Ejecutaban malas acciones.La causa del huérfano no juzgaban y el derecho de los pobres no sentenciaban. 29 ¿Y de esto no pediré cuentas? - oráculo de Adonai -, ¿de una nación así no se vengará mi alma? 30 Algo pasmoso y horrendo se ha dado en la tierra: 31 los profetas profetizaron con mentira, y los sacerdotes dispusieron a su guisa.Pero mi pueblo lo prefiere así. ¿A dónde vais a parar? Jeremías 6 1 Escapad, hijos de Benjamín, de dentro de Yerushalaim, en Técoa tañed el cuerno , y sobre Bet Hakkérem izad bandera, porque una desgracia amenaza del norte y un q uebranto grande. 2 ¿Acaso a una deliciosa pradera te comparas, hija de Sión? 3 A ella vienen pastores con sus rebaños, han montado las tiendas, junto a e lla en derredor, y apacientan cada cual su manada. 4 - "¡Declaradle la guerra santa! ¡En pie y subamos contra ella a mediodía!... ¡Ay de nosotros, que el día va cayendo, y se alargan las sombras de la tarde!... 5 ¡Pues arriba y subamos de noche y destruiremos sus alcázares!" 6 Porque así dice Adonai Sebaot: "Talad sus árboles y alzad contra Yerushalaim un terraplén."Es la ciudad de visita.Todo el mundo se atropella en su interior. 7 Cual mana un pozo sus aguas, tal mana ella su malicia. "¡Atropello!", "¡desp ojo!" - se oye decir en ella; ante mí de continuo heridas y golpes. 8 Aprende, Yerushalaim, no sea que se despegue mi alma de ti, no sea que t e convierta en desolación, en tierra despoblada. 9 Así dice Adonai Sebaot:Busca, rebusca como en una cepa en el resto de Isra el; vuelve a pasar tu mano como el vendimiador por los pámpanos. 10 - ¿A quiénes que me oigan voy a hablar y avisar?He aquí que su oído es incircunc iso y no pueden entender.He aquí que la palabra de Adonai se les ha vuelto oprobio : no les agrada. 11 También yo estoy lleno de la saña de Adonai y cansado de retenerla.La verteré sobre el niño de la calle y sobre el grupo de mancebos juntos.También el hombre y la mujer serán apresados, el viejo con la anciana. 12 Pasarán sus casas a otros, campos y mujeres a la vez, cuando extienda yo m i mano sobre los habitantes de esta tierra - oráculo de Adonai -. 13 Porque desde el más chiquito de ellos hasta el más grande, todos andan busca ndo su provecho, y desde el profeta hasta el sacerdote, todos practican el fraud e. 14 Han curado el quebranto de mi pueblo a la ligera, diciendo: "¡Paz, paz!", cuando no había paz. 15 ¿Se avergonzaron de las abominaciones que hicieron?Avergonzarse, no se ave rgonzaron; sonrojarse, tampoco supieron; por tanto caerán con los que cayeren; tro pezarán cuando se les visite - dice Adonai. 16 Así dice Adonai:Paraos en los caminos y mirad, y preguntad por los sendero s antiguos, cuál es el camino bueno, y andad por él, y encontraréis sosiego para vuest ras almas.Pero dijeron: "No vamos." 17 Entonces les puse centinelas: "¡Atención al toque de cuerno!"Pero dijeron: " No atendemos." 18 Por tanto, oíd, naciones, y conoce, asamblea, lo que vendrá sobre ellos; 19 oye, tierra:He aquí que traigo desgracia a este pueblo, como fruto de sus pensamientos, porque a mis razones no atendieron, y por lo que respecta a mi Ley , la desecharon. 20 - ¿A qué traerme incienso de Seba y canela fina de país remoto?Ni vuestros hol ocaustos me son gratos, ni vuestros sacrificios me complacen. 21 Por tanto, así dice Adonai:Mirad que pongo a este pueblo tropiezos y trope

zarán en ellos padres e hijos a una, el vecino y su prójimo perecerán. 22 Así dice Adonai:Mirad que un pueblo viene de tierras del norte y una gran nación se despierta de los confines de la tierra. 23 Arco y lanza blanden, crueles son y sin entrañas.Su voz como la mar muge, y a caballo van montados, ordenados como un solo hombre para la guerra contra ti , hija de Sión. 24 - Oímos su fama, flaquean nuestras manos, angustia nos asalta, dolor como de parturienta. 25 No salgáis al campo, no andéis por el camino, que el enemigo lleva espada: t error por doquier. 26 - Hija de mi pueblo, cíñete de sayal y revuélcate en ceniza, haz por ti misma un duelo de hijo único, una endecha amarguísima, porque en seguida viene el saqueado r sobre nosotros. 27 - A ti te puse en mi pueblo por inquisidor sagaz para que examinaras y p robaras su conducta. 28 - Todos ellos son rebeldes que andan difamando; bronce y hierro; todos s on degenerados. 29 Jadeó el fuelle, el plomo se consumió por el fuego.En vano afinó el afinador, porque la ganga no se desprendió. 30 Serán llamados "plata de desecho", porque Adonai los desechó.

Jeremías 7 1 Palabra que llegó de parte de Adonai a Jeremías: 2 Párate en la puerta de la Casa de Adonai y proclamarás allí esta palabra. Dirás: Oíd la palabra de Adonai, todo Judá, los que entráis por estas puertas a postraros a nte Adonai. 3 Así dice Adonai Sebaot, el Di-s de Israel: Mejorad de conducta y de obras, y yo haré que os quedéis en este lugar. 4 No fiéis en palabras engañosas diciendo: "¡Templo de Adonai, Templo de Adonai, Templo de Adonai es éste!" 5 Porque si mejoráis realmente vuestra conducta y obras, si realmente hacéis j usticia mutua 6 y no oprimís al forastero, al huérfano y a la viuda (y no vertéis sangre inoce nte en este lugar), ni andáis en pos de otros dioses para vuestro daño, 7 entonces yo me quedaré con vosotros en este lugar, en la tierra que di a v uestros padres desde siempre hasta siempre. 8 Pero he aquí que vosotros fiáis en palabras engañosas que de nada sirven, 9 para robar, matar, adulterar, jurar en falso, incensar a Baal y seguir a otros dioses que no conocíais. 10 Luego venís y os paráis ante mí en esta Casa llamada por mi Nombre y decís: "¡Esta mos seguros!", para seguir haciendo todas esas abominaciones. 11 ¿En cueva de bandoleros se ha convertido a vuestros ojos esta Casa que se llama por mi Nombre? ¡Que bien visto lo tengo! - oráculo de Adonai -. 12 Pues andad ahora a mi lugar de Silo, donde aposenté mi Nombre antiguamente , y ved lo que hice con él ante la maldad de mi pueblo Israel. 13 Y ahora, por haber hecho vosotros todo esto - oráculo de Adonai - por más qu e os hablé asiduamente, aunque no me oísteis, y os llamé, mas no respondisteis, 14 yo haré con la Casa que se llama por mi Nombre, en la que confiáis, y con el lugar que os di a vosotros y a vuestros padres, como hice con Silo, 15 y os echaré de mi presencia como eché a todos vuestros hermanos, a toda la d escendencia de Efraím. 16 En cuanto a ti, no pidas por este pueblo ni eleves por ellos plegaria ni oración, ni me insistas, porque no te oiré. 17 ¿Es que no ves lo que ellos hacen en las ciudades de Judá y por las calles d e Yerushalaim? 18 Los hijos recogen leña, los padres prenden fuego, las mujeres amasan para hacer tortas a la Reina de los Cielos, y se liba en honor de otros dioses para e xasperarme. 19 ¿A mí me exasperan ésos? - oráculo de Adonai -, ¿no es a sí mismos, para vergüenza de sus rostros?

20 Por tanto, así dice el Señor Adonai: He aquí que mi ira y mi saña se vuelca sobr e este lugar, sobre hombres y bestias bestias, sobre los árboles del campo y el f ruto del suelo; arderá y no se apagará. 21 Así dice Adonai Sebaot, el Di-s de Israel. Añadid vuestros holocaustos a vue stros sacrificios y comeos la carne. 22 Que cuando yo saqué a vuestros padres del país de Egipto, no les hablé ni les mandé nada tocante a holocausto y sacrificio. 23 Lo que les mandé fue esto otro: "Escuchad mi voz y yo seré vuestro Di-s y vo sotros seréis mi pueblo, y seguiréis todo camino que yo os mandare, para que os vaya bien." 24 Mas ellos no escucharon ni prestaron el oído, sino que procedieron en sus consejos según la pertinacia de su mal corazón, y se pusieron de espaldas, que no d e cara; 25 desde la fecha en que salieron vuestros padres del país de Egipto hasta el día de hoy, os envié a todos mis siervos, los profetas, cada día puntualmente. 26 Pero no me escucharon ni aplicaron el oído, sino que atiesando la cerviz h icieron peor que sus padres. 27 Les dirás, pues, todas estas palabras, mas no te escucharán. Les llamarás y no te responderán. 28 Entonces les dirás: Esta es la nación que no ha escuchado la voz de Adonai s u Di-s, ni ha querido aprender. Ha perecido la lealtad, ha desaparecido de su bo ca. 29 Córtate tus guedejas y tíralas, y entona por los calveros una elegía; que Adon ai ha desechado y repudiado a la generación objeto de su cólera. 30 Los hijos de Judá han hecho lo que me parece malo - oráculo de Adonai -: han puesto sus Monstruos abominables en la Casa que llaman por mi Nombre profanándola , 31 y han construido los altos de Tófet - que está en el valle de Ben Hinnom - p ara quemar a sus hijos e hijas en el fuego, cosa que nos les mandé ni me pasó por la s mientes. 32 Por tanto, he aquí que vienen días - oráculo de Adonai - en que no se hablará más de Tófet, ni del valle de Ben Hinnom, sino del "valle de la Matanza". Se harán ente rramientos en Tófet por falta de sitio, 33 y los cadáveres de este pueblo servirán de comida a las aves del cielo y a l as bestias de la tierra, sin que haya quien las espante. 34 Suspenderé en las ciudades de Judá y en las calles de Yerushalaim toda voz d e gozo y alegría, la voz del novio y la voz de la novia; porque toda la tierra que dará desolada. Jeremías 8 1 En aquel tiempo - oráculo de Adonai - sacarán de sus tumbas los huesos de lo s reyes de Judá, los huesos de sus príncipes, los huesos de los sacerdotes, los hue sos de los profetas y los huesos de los moradores de Yerushalaim, 2 y los dispersarán ante el sol, la luna y todo el ejército celeste a quienes amaron y sirvieron, a quienes siguieron, consultaron y adoraron, para no ser rec ogidos ni sepultados más: se volverán estiércol sobre la haz de la tierra. 3 Y será preferible la muerte a la vida para todo el resto que subsistiere d e este linaje malo adondequiera que yo les relegue - oráculo de Adonai Sebaot -. 4 Les dirás: Así dice Adonai:Los que caen ¿no se levantan? y si uno se extravía ¿no cabe tornar? 5 Pues ¿por qué este pueblo sigue apostatando,Yerushalaim con apostasía perpetua ?Se aferran a la mentira, rehúsan convertirse. 6 He escuchado atentamente: no hablan a derechas.Nadie deplora su maldad d iciendo: "¿Qué he hecho?"Todos se extravían, cada cual en su carrera, cual caballo que irrumpe en la batalla. 7 Hasta la cigüeña en el cielo conoce su estación, y la tórtola, la golondrina o l a grulla observan la época de sus migraciones.Pero mi pueblo ignora el derecho de Adonai. 8 ¿Cómo decís: "Somos sabios, y poseemos la Ley de Adonai?"Cuando es bien cierto que en mentira la ha cambiado el cálamo mentiroso de los escribas.

9 Los sabios pasarán vergüenza, serán abatidos y presos.He aquí que han desechado la palabra de Adonai, y su sabiduría ¿de qué les sirve? 10 Así que yo daré sus mujeres a otros, sus campos a nuevos amos, porque del más chiquito al más grande todos andan buscando su provecho, y desde el profeta hasta el sacerdote, todos practican el fraude. 11 Han curado el quebranto de la hija de mi pueblo a la ligera, diciendo: "¡P az, paz!", cuando no había paz. 12 ¿Se avergonzaron de las abominaciones que hicieron? ¡Avergonzarse, no se ave rgonzaron; sonrojarse, tampoco supieron!Por tanto caerán con los que cayeren; trop ezarán cuando se les visite - dice Adonai -. 13 Quisiera recoger de ellos alguna cosa - oráculo de Adonai - pero no hay ra cimos en la vid ni higos en la higuera, y están mustias sus hojas.Es que yo les he dado quien les despoje. 14 - "¿Por qué nos quedamos tranquilos? ¡Juntaos, vamos a las plazas fuertes para enmudecer allí, pues Adonai nuestro Di-s nos hace morir y nos propina agua envene nada, porque hemos pecado contra Adonai! 15 Esperábamos paz, y no hubo bien alguno; el tiempo de la cura, y se present a el miedo. 16 Desde Dan se deja oír. el resuello de sus caballos.Al relincho sonoro de s us corceles tembló la tierra toda.Vendrán y comerán el país y sus bienes, la ciudad y su s habitantes." 17 - Sí, he aquí que yo envío contra vosotros sierpes venenosas contra las que no existe encantamiento, y os picarán - oráculo de Adonai -.

18 Sin remedio el dolor me acomete, el corazón me falla; 19 he aquí el grito lastimero de la hija de mi pueblo desde todos los rincone s del país: "¿No está Adonai en Sión? ¿su Rey no mora ya en ella? (¿Por qué me han irritado c n sus ídolos, con esas Vanidades traídas del extranjero?) 20 La siega pasó, el verano acabó, mas nosotros no estamos a salvo." 21 Me duele el quebranto de la hija de mi pueblo; estoy abrumado, el pánico s e apodera de mí. 22 ¿No hay sandáraca en Galaad?, ¿no quedan médicos allí?Pues ¿cómo es que no llega el r medio para la hija de mi pueblo? 23 ¡Quién convirtiera mi cabeza en llanto, mis ojos en manantial de lágrimas para llorar día y noche a los muertos de la hija de mi pueblo! Jeremías 9 1 ¡Quién me diese en el desierto una posada de caminantes, para poder dejar a mi pueblo y alejarme de su compañía!Porque todos ellos son adúlteros, un hatajo de tra idores 2 que tienden su lengua como un arco.Es la mentira, que no la verdad, lo q ue prevalece en esta tierra.Van de mal en peor, y a Adonai desconocen. 3 ¡Que cada cual se guarde de su prójimo!, ¡desconfiad de cualquier hermano!, po rque todo hermano pone la zancadilla, y todo prójimo propala la calumnia. 4 Se engañan unos a otros, no dicen la verdad; han avezado sus lenguas a men tir, se han pervertido, incapaces 5 de convertirse.Fraude por fraude, engaño por engaño, se niegan a reconocer a Adonai. 6 Por ende, así dice Adonai Sebaot:He aquí que yo voy a afinarlos y probarlos; mas ¿cómo haré para tratar a la hija de mi pueblo? 7 Su lengua es saeta mortífera, las palabras de su boca, embusteras.Se salud a al prójimo, pero por dentro se le pone celada. 8 Y por estas acciones, ¿no les he de castigar? - oráculo de Adonai -, ¿de una n ación así no se vengará mi alma? 9 Alzo sobre los montes lloro y lamento, y una elegía por las dehesas del de sierto, porque han sido incendiadas; nadie pasa por allí, y no se oyen los gritos del ganado.Desde las aves del cielo hasta las bestias, todas han huido, se han m archado. 10 Voy a hacer de Yerushalaim un montón de piedras, guarida de chacales, y de las ciudades de Judá haré una soledad sin ningún habitante.

11 ¿Quién es el sabio?, pues que entienda esto; a quién ha hablado la boca de Ado nai?, pues que lo diga; ¿por qué el país se ha perdido, incendiado como el desierto do nde no pasa nadie? 12 Adonai lo ha dicho: Es que han abandonado mi Ley que yo les propuse, y n o han escuchado mi voz ni la han seguido; 13 sino que han ido en pos de la inclinación de sus corazones tercos, en pos de los Baales que sus padres les enseñaron. 14 Por eso, así dice Adonai Sebaot, el dios de Israel: He aquí que voy a dar de comer a este pueblo ajenjo y les voy a dar de beber agua emponzoñada. 15 Les voy a dispersar entre las naciones desconocidas de ellos y de sus pa dres, y enviaré detrás de ellos la espada hasta exterminarlos. 16 Así habla Adonai Sebaot: ¡Hala! Llamad a las plañideras, que vengan: mandad po r las más hábiles, que vengan. 17 ¡Pronto! que entonen por nosotros una lamentación.Dejen caer lágrimas nuestros ojos, y nuestros párpados den curso al llanto. 18 Sí, una lamentación se deja oír desde Sión: "¡Ay, que somos saqueados!, ¡qué vergüenz an grande, que se nos hace dejar nuestra tierra, han derruido nuestros hogares!" 19 Oíd, pues, mujeres, la palabra de Adonai; reciba vuestro oído la palabra de su boca:Enseñad a vuestras hijas esta lamentación, y las unas a las otras esta elegía: 20 "La muerte ha trepado por nuestras ventanas, ha entrado en nuestros pala cios, barriendo de la calle al chiquillo, a los mozos de las plazas. 21 ¡Habla! Tal es el oráculo de Adonai:Los cadáveres humanos yacen como boñigas por el campo, como manojos detrás del segador, y no hay quien los reúna." 22 Así dice Adonai:No se alabe el sabio por su sabiduría, ni se alabe el valien te por su valentía, ni se alabe el rico por su riqueza; 23 mas en esto se alabe quien se alabare: en tener seso y conocerme, por q ue yo soy Adonai, que hago merced, derecho y justicia sobre la tierra, porque en eso me complazco - oráculo de Adonai -. 24 He aquí que vienen días - oráculo de Adonai - en que he de visitar a todo circ uncidado que sólo lo sea en su carne: 25 a Egipto, Judá, Edom y a los hijos de Ammón, a Moab, y a todos los de sien r apada, los que moran en el desierto. Porque todas estas gentes lo son. Pero tamb ién los de la casa de Israel son incircuncisos de corazón. Jeremías 10 1 Oíd la palabra que os dedica Adonai, oh casa de Israel. 2 Así dice Adonai:Al proceder de los gentiles no os habituéis, ni de los signo s celestes os espantéis. ¡Que se espanten de ellos los gentiles! 3 Porque las costumbres de los gentiles son vanidad: un madero del bosque, obra de manos del maestro que con el hacha lo cortó, 4 con plata y oro lo embellece, con clavos y a martillazos se lo sujeta pa ra que no se menee. 5 Son como espantajos de pepinar, que ni hablan.Tienen que ser transportad os, porque no andan.No les tengáis miedo, que no hacen ni bien ni mal. 6 No hay como tú, Adonai; grande eres tú, y grande tu Nombre en poderío. 7 ¿Quién no te temerá, Rey de las naciones?Porque a ti se te debe eso.Porque ent re todos los sabios de las naciones y entre todos sus reinos no hay nadie como tú. 8 Todos a la par son estúpidos y necios: lección de madera la que dan los ídolos . 9 Plata laminada, de Tarsis importada, y oro de Ofir; hechura de maestro y de manos de platero (de púrpura violeta y escarlata es su vestido): todos son obr a de artistas. 10 Pero Adonai es el Di-s verdadero; es el Di-s vivo y el Rey eterno.Cuando se irrita, tiembla la tierra, y no aguantan las naciones su indignación. 11 (Así les diréis: "Los dioses que no hicieron el cielo ni la tierra, perecerán de la tierra y de debajo del cielo.") 12 El es quien hizo la tierra con su poder, el que estableció el orbe con su saber, y con su inteligencia expandió los cielos.

13 Cuando da voces, hay estruendo de aguas en los cielos, y hace subir las nubes desde el extremo de la tierra.El hace los relámpagos para la lluvia y saca e l viento de sus depósitos. 14 Todo hombre es torpe para comprender, se avergüenza del ídolo todo platero, porque sus estatuas son una mentira y no hay espíritu en ellas. 15 Vanidad son, cosa ridícula; al tiempo de su visita perecerán. 16 No es así la "Parte de Jacob", pues él es el plasmador del universo, y aquel cuyo heredero es Israel;Adonai Sebaot es su nombre. 17 Recoge del suelo tu mercancía, oh tú, que estás sitiada: 18 porque así dice Adonai:He aquí que yo voy a hondear a los moradores del país ¡esta vez va de veras! - y les apremiaré de modo que den conmigo. 19 - "¡Ay de mí, por mi quebranto! ¡me duele la herida!Y yo que decía: "Ese es un s ufrimiento, pero me lo aguantaré"... 20 Mi tienda ha sido saqueada, y todos mis tensores arrancados.Mis hijos me han sido quitados y no existen.No hay quien despliegue ya mi tienda ni quien ic e mis toldos." 21 - Es que han sido torpes los pastores y no han buscado a Adonai; así no ob raron cuerdamente, y toda su grey fue dispersada. 22 ¡Se oye un rumor! ¡ya llega!: un gran estrépito del país del norte, para trocar las ciudades de Judá en desolación, guarida de chacales. 23 Yo sé, Adonai, que no depende del hombre su camino, que no es del que anda enderezar su paso. 24 Corrígeme, Adonai, pero con tino, no con tu ira, no sea que me quede en po co. 25 Vierte tu cólera sobre las naciones que te desconocen, y sobre los linajes que no invocan tu Nombre.Porque han devorado a Jacob hasta consumirle, lo han d evorado y su mansión han desolado. Jeremías 11 1 Palabra que llegó de parte de Adonai a Jeremías: 2 Oíd los términos de esta alianza y hablad a los hombres de Judá y a los habita ntes de Yerushalaim, 3 y diles: Así dice Adonai, el Di-s de Israel: Maldito el varón que no escuche los términos de esta alianza 4 que mandé a vuestros padres el día que los saqué de Egipto, del crisol de hier ro, diciéndoles: "Oíd mi voz y obrad conforme a lo que os he mandado; y así seréis mi pu eblo, y yo seré vuestro Di-s, 5 en orden a cumplir el juramento que hice a vuestros padres, de darles un a tierra que mana leche y miel - como se cumple hoy." Respondí y dije: ¡Amén, Adonai! 6 Y me dijo Adonai: Pregona todas estas palabras por las ciudades de Judá y por las calles de Yerushalaim: "Oíd los términos de esta alianza y cumplidlos: 7 que bien advertí a vuestros padres el día que les hice subir de Egipto, y ha sta la fecha he insistido en advertírselo: ¡Oíd mi voz! 8 Mas no oyeron ni aplicaron el oído, sino que cada cual procedió según la terqu edad de su corazón malo. Y así he aplicado contra ellos todos los términos de dicha al ianza que les mandé cumplir y no lo hicieron." 9 Y me dijo Adonai: Se ha descubierto una conjura entre los hombres de Judá y entre los habitantes de Yerushalaim. 10 Han reincidido en las culpas de sus mayores, que rehusaron escuchar mis palabras: se han ido en pos de otros dioses para servirles; han violado la casa de Israel y la casa de Judá mi alianza, que pacté con sus padres. 11 Por ende, así dice Adonai: He aquí que yo les traigo una desgracia a la que no podrán hurtarse; y aunque se me quejaren, no les oiré. 12 ¡Que vayan las ciudades de Judá y los moradores de Yerushalaim, y que se que jen a los dioses a quienes inciensan!, que lo que es salvarles, no les salvarán al tiempo de su desgracia. 13 Pues cuantas son tus ciudades, otros tantos son tus dioses, Judá; y cuanta s calles cuenta Yerushalaim, otros tantos altares a la Vergüenza, otros tantos alt ares hay de Baal.

14 En cuanto a ti, no pidas por este pueblo, ni eleves por ellos plegaria n i oración, porque no he de oír cuando clamen a mí por su desgracia. 15 ¿Qué hace mi amada en mi Casa?; su obrar ¿no es pura doblez? ¿Es que los votos y la carne consagrada harán pasar de ti tu desgracia?Entonces sí que te regocijarías. 16 "Olivo frondoso, lozano, de fruto hermoso" te había puesto Adonai por nomb re.Pero con gran estrépito le ha prendido fuego, y se han quemado sus guías. 17 Adonai Sebaot, que te plantó, te ha sentenciado, dada la maldad que ha com etido la casa de Israel y la casa de Judá, exasperándome por incensar a Baal. 18 Adonai me lo hizo saber, y me enteré de ello. Entonces me descubriste, Ado nai, sus maquinaciones. 19 Y yo que estaba como cordero manso llevado al matadero, sin saber que co ntra mí tramaban maquinaciones: "Destruyamos el árbol en su vigor; borrémoslo de la t ierra de los vivos, y su nombre no vuelva a mentarse." 20 ¡Oh Adonai Sebaot, juez de lo justo, que escrutas los riñones y el corazón!, v ea yo tu venganza contra ellos, porque a ti he manifestado mi causa. 21 Y en efecto, así dice Adonai tocante a los de Anatot, que buscan mi muerte diciendo: "No profetices en nombre de Adonai, y no morirás a nuestras manos". 22 Por eso así dice Adonai Sebaot: He aquí que yo les voy a visitar. Sus manceb os morirán por la espada, sus hijos e hijas morirán de hambre, 23 y no quedará de ellos ni reliquia cuando yo traiga la desgracia a los de A natot, el año en que sean visitados. Jeremías 12 1 Tu llevas la razón, Adonai, cuando discuto contigo, no obstante, voy a tra tar contigo un punto de justicia. ¿Por qué tienen suerte los malos, y son felices to dos los felones? 2 Los plantas, y enseguida arraigan, van a más y dan fruto.Cerca estás tú de sus bocas, pero lejos de sus riñones. 3 En cambio a mí ya me conoces, Adonai; me has visto y has comprobado que mi corazón está contigo.Llévatelos como ovejas al matadero, y conságralos para el día de la matanza. 4 (¿Hasta cuándo estará de luto la tierra y la hierba de todo el campo estará seca ? Por la maldad de los que moran en ella han desaparecido bestias y aves.) Porq ue han dicho: "No ve Di-s nuestros senderos." 5 - Si con los de a pie corriste y te cansaron, ¿cómo competirás con los de a ca ballo?Y si en tierra abierta te sientes seguro. ¿qué harás entre el boscaje del Jordán? 6 Porque incluso tus hermanos y la casa de tu padre, ésos también te traiciona rán y a tus espaldas gritarán. No te fíes de ellos cuando te digan hermosas palabras. 7 Dejé mi casa, abandoné mi heredad, entregué el cariño de mi alma en manos de sus enemigos. 8 Se ha portado conmigo mi heredad como un león en la selva: me acosaba con sus voces; por eso la aborrecí. 9 ¿Es por ventura un pájaro pinto mi heredad?Las rapaces merodean sobre ella. ¡A ndad, juntaos, fieras todas del campo: id al yantar! 10 Entre muchos pastores destruyeron mi viña, hollaron mi heredad, trocaron m i mejor campa en un yermo desolado. 11 La convirtieron en desolación lamentable, en inculta para mí.Totalmente deso lado está todo el país porque no hay allí nadie que lo sienta. 12 Sobre todos los calveros del desierto han venido saqueadores (porque una espada tiene Adonai devorada), de un cabo al otro de la tierra no hubo cuartel para alma viviente. 13 Sembraron trigo, y espinos segaron, se afanaron sin provecho.Vergüenza les dan sus cosechas, por causa de la ira ardiente de Adonai. 14 Así dice Adonai: En cuanto a todos los malos vecinos que han tocado la her edad que di en precio a mi pueblo Israel, he aquí que yo los arranco de su solar. (Y a la casa de Judá voy a arrancarla de en medio de ellos.) 15 Pero luego de haberlos arrancado, me volveré y les tendré lástima, y les haré re tornar, cada cual a su heredad y a su tierra. 16 Y entonces, si de veras aprendieron el camino de mi pueblo jurando en mi Nombre: "¡Por vida de Adonai!" - lo mismo que ellos enseñaron a mi pueblo a jurar

por Baal - serán restablecidos a la par de mi pueblo. 17 Mas si no obedecen, arrancaré a aquella gente y arrancada quedará y la haré pe recer - oráculo de Adonai -. Jeremías 13 1 Adonai me dijo así: "Anda y cómprate una faja de lino y te la pones a la cin tura, pero no la metas en agua." 2 Compré la faja, según la orden de Adonai, y me la puse a la cintura. 3 Entonces me fue dirigida la palabra de Adonai por la segunda vez: 4 "Toma la faja que has comprado y que llevas a la cintura, levántate y vete al Eufrates y la escondes allí en un resquicio de la peña." 5 Yo fui y la escondí en el Eufrates como me había mandado Adonai. 6 Al cabo de mucho tiempo me dijo Adonai: "Levántate, vete al Eufrates y rec oges de allí la faja que te mandé que escondieras allí." 7 Yo fui al Eufrates, cavé, recogí la faja del sitio donde la había escondido y he aquí que se había echado a perder la faja: no valía para nada. 8 Entonces me fue dirigida la palabra de Adonai en estos términos: 9 "Así dice Adonai: Del mismo modo echaré a perder la mucha soberbia de Judá y d e Yerushalaim. 10 Ese pueblo malo que rehúsa oír mis palabras, que caminan según la terquedad de sus corazones y han ido en pos de otros dioses a servirles y adorarles, serán com o esta faja que no vale para nada. 11 Porque así como se pega la faja a la cintura de uno, de igual modo hice ap egarse a mí a toda la casa de Israel y a toda la casa de Judá - oráculo de Adonai - co n idea de que fuesen mi pueblo, mi nombradía, mi loor y mi prez, pero ellos no me oyeron. 12 Diles este refrán: Así dice Adonai, el Di-s de Israel: "Todo cántaro se puede llenar de vino." Ellos te dirán: "¿No sabemos de sobra que todo cántaro se puede llena r de vino?" 13 Entonces les dices: "Pues así dice Adonai: He aquí que yo lleno de borracher a a todos los habitantes de esta tierra, a los reyes sucesores de David en el tr ono, a los sacerdotes y profetas y a todos los habitantes de Yerushalaim, 14 y los estrellaré, a cada cual contra su hermano, padres e hijos a una - orác ulo de Adonai - sin que piedad, compasión y lástima me quiten de destruirlos." 15 Oíd y escuchad, no seáis altaneros, porque habla Adonai. 16 Dad gloria a vuestro Di-s Adonai antes que haga oscurecer, y antes que s e os vayan los pies sobre la sierra oscura, y esperéis la luz, y él la haya converti do en negrura, la haya trocado en tiniebla densa. 17 Pero si no le oyereis, en silencio llorará mi alma por ese orgullo, y deja rán caer mi ojos lágrimas, y verterán copiosas lágrimas, porque va cautiva la grey de Ad onai. 18 Di al rey y a la Gran Dama:Humillaos, sentaos, porque ha caído de vuestras cabezas vuestra diadema preciosa. 19 Las ciudades del Négueb están cercadas, y no hay quien abra.Todo Judá es depor tado, deportado en masa. 20 Alza tus ojos, Yerushalaim, y mira a los que vienen del norte. ¿Dónde está la grey que se te dio, tus preciosas ovejas? 21 ¿Qué dirás cuando te visiten con autoridad sobre ti?Pues lo que tú les enseñabas a hacer sobre ti eran caricias. ¿No te acometerán dolores como de parturienta? 22 Pero acaso digas en tus adentros: "¿Por qué me ocurren estas cosas?"Por tu g ran culpa han sido alzadas tus faldas y han sido forzados tus calcañales. 23 ¿Muda el kusita su piel, o el leopardo sus pintas? ¡También vosotros podéis ento nces hacer el bien, los avezados a hacer el mal! 24 Por eso os esparcí como paja liviana al viento de la estepa. 25 Esa es tu suerte, el tanto por tu medida que te toca de mi parte - oráculo de Adonai -: por cuanto que me olvidaste y te fiaste de la Mentira. 26 Pues también yo te he levantado las faldas sobre tu rostro, y se ha visto tu indecencia. 27 ¡Ah, tus adulterios y tus relinchos, la bajeza de tu prostitución!Sobre los altos, por la campiña he visto tus Monstruos abominables. ¡Ay de ti, Yerushalaim, qu

e no estás pura! ¿Hasta cuándo todavía...? Jeremías 14 1 Palabra de Adonai a Jeremías, a propósito de la sequía. 2 Judá está de luto, y sus ciudades lánguidas: están sórdidas de tierra, y sube el a larido de Yerushalaim. 3 Sus nobles mandaban a los pequeños por agua: llegaban a los aljibes y no l a encontraban; volvían con sus cántaros vacíos.Quedaban confundidos y avergonzados y s e cubrían la cabeza. 4 El suelo está consternado por no haber lluvia en la tierra.Confusos andan los labriegos, se han cubierto la cabeza. 5 Hasta la cierva en el campo parió y abandonó, porque no había césped. 6 Los onagros se paraban sobre los calveros, aspiraban el aire como chacal es, tenían los ojos consumidos por falta de hierba. 7 Aunque nuestras culpas atesten contra nosotros,Adonai, obra por amor de tu Nombre.Cierto, son muchas nuestras apostasías, contra ti hemos pecado. 8 ¡Oh esperanza de Israel, Adonai,Salvador suyo en tiempo de angustia! ¿Por qué has de ser cual forastero en la tierra, o cual viajero que se tumba para hacer n oche? 9 ¿Por qué has de ser como un pasmado, como un valiente incapaz de ayudar?Pues tú estás entre nosotros, Adonai, y por tu Nombre se nos llama, ¡no te deshagas de nos otros! 10 Así dice Adonai de este pueblo: ¡Cómo les gusta vagabundear!, no contienen sus pies. Pero Adonai no se complace en ellos: ahora se va a acordar de su culpa y a castigar su pecado. 11 Y me dijo Adonai: "No intercedas en pro de este pueblo. 12 Así ayunen, no escucharé su clamoreo; y así levanten holocausto y ofrenda, no me complacerán; sino que con espada, con hambre y con peste voy a acabarlos." 13 Dije yo: "¡Ah, Señor Adonai! Pues he aquí que los profetas están diciéndoles: No v eréis espada, ni tendréis hambre, sino que voy a daros paz segura en este lugar." 14 Y me dijo Adonai: "Mentira profetizan esos profetas en mi nombre. Yo no les he enviado ni dado instrucciones, ni les he hablado. Visión mentirosa, augurio fútil y delirio de sus corazones os dan por profecía. 15 Por tanto, así dice Adonai: Tocante a los profetas que profetizan en mi no mbre sin haberles enviado yo, y que dicen: No habrá espada ni hambre en este país, c on espada y con hambre serán rematados los tales profetas, 16 y el pueblo al que profetizan yacerá derribado por las calles de Yerushala im, por causa del hambre y de la espada, y no habrá sepulturero para ellos ni para sus mujeres, sus hijos y sus hijas; pues volcaré sobre ellos mismos su maldad." 17 Les dirás esta palabra:Dejen caer mis ojos lágrimas de noche y de día sin para r, porque de quebranto grande es quebrantada la doncella, hija de mi pueblo, de golpe gravísimo, 18 Si salgo al campo encuentro heridos de espada; y si entro en la ciudad, encuentro desfallecidos de hambre.Y aun el mismo profeta, aun el mismo sacerdote andan errantes por el país y nada saben. 19 - ¿Es que has desechado a Judá? ¿o acaso de Sión se ha hastiado tu alma? ¿Por qué no s has herido, que no tenemos cura?Esperábamos paz, y no hubo bien alguno; el tiemp o de la cura, y se presenta el miedo. 20 Reconocemos, Adonai, nuestras maldades, la culpa de nuestros padres; que hemos pecado contra ti. 21 No desprecies, por amor de tu Nombre, no deshonres la sede de tu Gloria. Recuerda, no anules tu alianza con nosotros. 22 ¿Hay entre las Vanidades gentílicas quienes hagan llover? ¿o acaso los cielos dan de suyo la llovizna? ¿No eres tú mismo, oh Adonai? ¡Di-s nuestro, esperamos en ti, porque tú hiciste todas estas cosas! Jeremías 15 1 Y me dijo Adonai: Aunque se me pongan Moisés y Samuel por delante, no esta rá mi alma por este pueblo. Échales de mi presencia y que salgan. 2 Y como te digan: "¿A dónde salimos?", les dices: Así dice Adonai:Quien sea par

a la muerte, a la muerte; quien para la espada, a la espada; quien para el hambr e, al hambre, y quien para el cautiverio, al cautiverio. 3 Haré que se encarguen de ellos cuatro géneros (de males) - oráculo de Adonai : la espada para degollar, los perros para despedazar, las aves del cielo y las bestias terrestres para devorar y estragar. 4 Los convertiré en espantajo para todos los reinos de la tierra, por culpa de Manasés, hijo de Ezequías, rey de Judá, por lo que hizo en Yerushalaim. 5 ¿Quién, pues, te tendrá lástima, Yerushalaim? ¿quién meneará la cabeza por ti? ¿quién largará a saludarte? 6 Tú me has abandonado - oráculo de Adonai - de espaldas te has ido.Pues yo ex tiendo mi mano sobre ti y te destruyo.Estoy cansado de apiadarme, 7 y voy a beldarlos con el bieldo en las puertas del país.He dejado sin hijo s, he malhadado a mi pueblo, porque de sus caminos no se convertían. 8 Yo les he hecho más viudas que la arena de los mares.He traído sobre las mad res de los jóvenes guerreros al saqueador en el pleno mediodía.He hecho caer sobre e llos de pronto sobresalto y alarma. 9 Mal lo pasó la madre de siete hijos: exhalaba el alma, se puso su sol sien do aún de día, se avergonzó y se abochornó.Y lo que queda de ellos, a la espada voy a en tregarlo delante de sus enemigos - oráculo de Adonai -. 10 ¡Ay de mí, madre mía, porque me diste a luz varón discutido y debatido por todo el país!Ni les debo, ni me deben, ¡pero todos me maldicen! 11 Di, Adonai, si no te he servido bien: intercedí ante ti por mis enemigos e n el tiempo de su mal y de su apuro. 12 ¿Se mella el hiero, el hierro del norte, y el bronce? 13 Tu haber y tus tesoros al pillaje voy a dar gratis, por todos tus pecado s en todas tus fronteras, 14 y te haré esclavo de tus enemigos en un país que no conoces, porque un fuego ha saltado en mi ira que sobre vosotros estará encendido. 15 Tú lo sabes.Adonai, acuérdate de mí, visítame y véngame de mis perseguidores.No de jes que por alargarse tu ira sea yo arrebatado.Sábelo: he soportado por ti el opro bio. 16 Se presentaban tus palabras, y yo las devoraba; era tu palabra para mí un gozo y alegría de corazón, porque se me llamaba por tu NombreYahveh, Di-s Sebaot. 17 No me senté en peña de gente alegre y me holgué: por obra tuya, solitario me s enté, porque de rabia me llenaste. 18 ¿Por qué ha resultado mi penar perpetuo, y mi herida irremediable, rebelde a la medicina? ¡Ay! ¿serás tú para mí como un espejismo, aguas no verdaderas? 19 Entonces Adonai dijo así:Si te vuelves por que yo te haga volver, estarás en mi presencia; y si sacas lo precioso de lo vil, serás como mi boca.Que ellos se v uelvan a ti, y no tú a ellos. 20 Yo te pondré para este pueblo por muralla de bronce inexpugnable.Y pelearán contigo, pero no te podrán, pues contigo estoy yo para librarte y salvarte - oráculo de Adonai -. 21 Te salvaré de mano de los malos y te rescataré del puño de esos rabiosos. Jeremías 16 1 La palabra de Adonai me fue dirigida en estos términos: 2 No tomes mujer ni tengas hijos ni hijas en este lugar. 3 Que así dice Adonai de los hijos e hijas nacidos en este lugar, de sus mad res que los dieron a luz y de sus padres que los engendraron en esta tierra: 4 De muertes miserables morirán, sin que sean plañidos ni sepultados. Se volve rán estiércol sobre la haz del suelo. Con espada y hambre serán acabados, y serán sus ca dáveres pasto para las aves del cielo y las bestias de la tierra. 5 Sí, así dice Adonai: No entres en casa de duelo, ni vayas a plañir, ni les con sueles; pues he retirado mi paz de este pueblo - oráculo de Adonai - la merced y la compasión. 6 Morirán grandes y chicos en esta tierra. No se les sepultará, ni nadie les p lañirá, ni se arañarán ni se raparán por ellos, 7 ni se partirá el pan al que está de luto para consolarle por el muerto, ni l e darán a beber la taza consolatoria por su padre o por su madre.

8 Y en casa de convite tampoco entres a sentarte con ellos a comer y beber . 9 Que así dice Adonai Sebaot, el Di-s de Israel: He aquí que voy a hacer desap arecer de este lugar, a vuestros propios ojos y en vuestros días, toda voz de goz o y alegría, la voz del novio y la voz de la novia. 10 Luego, cuando hayas comunicado a este pueblo todas estas palabras, y te digan: "¿Por qué ha pronunciado Adonai contra nosotros toda esta gran desgracia? ¿cuál es nuestra culpa, y cuál nuestro pecado que hemos cometido contra Adonai nuestro D i-s?", 11 tú les dirás: "Es porque me dejaron vuestros padres - oráculo de Adonai - y se fueron tras otros dioses y les sirvieron y adoraron, y a mí me dejaron, y mi Ley no guardaron. 12 Y vosotros mismos habéis hecho peor que vuestros padres, pues he aquí que va cada uno en pos de la dureza de su mal corazón, sin escucharme. 13 Pero yo os echaré lejos de esta tierra, a otra que no habéis conocido vosotr os ni vuestros padres, y serviréis allí a otros dioses día y noche, pues no os otorgaré perdón." 14 En efecto, mirad que vienen días - oráculo de Adonai - en que no se dirá más: "¡Po r vida de Adonai, que subió a los hijos de Israel de Egipto!", 15 sino: "¡Por vida de Adonai, que subió a los hijos de Israel del país del norte , y de todos los países a donde los arrojara!" Pues yo los devolveré a su solar, que di a sus padres. 16 He aquí que envío a muchos pescadores - oráculo de Adonai - y los pescarán. Y lu ego de esto enviaré a muchos cazadores, y los cazarán de encima de cada monte y de c ada cerro y de los resquicios de las peñas. 17 Porque mis ojos están puestos sobre todos sus caminos: no se me ocultan, n i se zafa su culpa de delante de mis ojos. 18 Pagaré doblado por su culpa y su pecado, porque ellos execraron mi tierra con la carroña de sus Monstruos abominables, y de sus Abominaciones llenaron mi he redad. 19 ¡Oh Adonai, mi fuerza y mi refuerzo, mi refugio en día de apuro!A ti las gen tes vendrán de los confines de la tierra y dirán: ¡Luego Mentira recibieron de herenci a nuestros padres,Vanidad y cosas sin provecho! 20 ¿Es que va a hacerse el hombre dioses para sí? ¡aunque aquellos no son dioses! 21 Por tanto, he aquí que yo les hago conocer - esta vez sí - mi mano y mi pode río, y sabrán que mi nombre es Adonai. Jeremías 17 1 El pecado de Judá está escrito con buril de hierro; con punta de diamante es tá grabado sobre la tabla de su corazón y en los cuernos de sus aras, 2 así, recordarán sus hijos sus aras y sus cipos cabe los árboles frondosos, sob re los oteros altos, 3 mi monte, en la campiña.Tu haber y todos tus tesoros al pillaje voy a dar, en pago por todos tus pecados de los altos, en todas tus fronteras. 4 Tendrás que deshacerte de tu heredad que yo te di, y te haré esclavo de tus enemigos en un país que no conoces, porque un fuego ha saltado en mi ira que para siempre estará encendido. 5 Así dice Adonai:Maldito sea aquel que fía en hombre, y hace de la carne su a poyo, y de Adonai se aparta en su corazón. 6 Pues es como el tamarisco en la Arabá, y no verá el bien cuando viniere.Vive en los sitios quemados del desierto, en saladar inhabitable. 7 Bendito sea aquel que fía en Adonai, pues no defraudará Adonai su confianza. 8 Es como árbol plantado a las orillas del agua, que a la orilla de la corri ente echa sus raíces.No temerá cuando viene el calor, y estará su follaje frondoso; en año de sequía no se inquieta ni se retrae de dar fruto. 9 El corazón es lo más retorcido; no tiene arreglo: ¿quién lo conoce? 10 Yo, Adonai, exploro el corazón, pruebo los riñones, para dar a cada cual según su camino, según el fruto de sus obras.

11 La perdiz incuba lo que no ha puesto; así es el que hace dinero, mas no co n justicia: en mitad de sus días lo ha de dejar y a la postre resultará un necio. 12 Solio de Gloria, excelso desde el principio, es el lugar de nuestro sant uario... 13 Esperanza de Israel, Adonai: todos los que te abandonan serán avergonzados , y los que se apartan de ti, en la tierra serán escritos, por haber abandonado el manantial de aguas vivas, Adonai. 14 Cúrame, Adonai, y sea yo curado; sálvame, y sea yo salvo, pues mi prez eres tú. 15 Mira que ellos me dicen: "¿Dónde está la palabra de Adonai? ¡vamos, que venga!" 16 Yo nunca te apremié a hacer daño; el día irremediable no he anhelado; tú lo sabe s: lo salido de mis labios enfrente de tu faz ha estado. 17 No seas para mí espanto, ¡oh tú, mi amparo en el día aciago! 18 Avergüéncense mis perseguidores, y no me avergüence yo; espántense ellos, y no m e espante yo.Trae sobre ellos el día aciago, y con doble quebrantamiento quebrántalo s. 19 Adonai me dijo así: Ve y te paras a la puerta de los Hijos del pueblo, por la que entran los reyes de Judá y por la que salen, y asimismo en todas las puert as de Yerushalaim, 20 y les dices: Oíd la palabra de Adonai, reyes de Judá, y todo Judá y los habita ntes de Yerushalaim que entráis por estas puertas. 21 Así dice Adonai: "Guardaos, por vida vuestra, de llevar carga en día de sábado y meterla por las puertas de Yerushalaim. 22 No saquéis tampoco carga de vuestras casas en sábado, ni hagáis trabajo alguno , antes bien santificad el sábado como mandé a vuestros padres. 23 Mas no oyeron ni aplicaron el oído, sino que atiesaron su cerviz sin oír ni aprender. 24 Que si me hacéis caso - oráculo de Adonai - no metiendo carga por las puerta s de esta ciudad en sábado y santificando el día de sábado sin realizar en él trabajo a lguno, 25 entonces entrarán por las puertas de esta ciudad reyes que se sienten sobr e el trono de David, montados en carros y caballos, ellos y sus oficiales, la ge nte de Judá y los habitantes de Yerushalaim. Y durará esta ciudad para siempre. 26 Y vendrán de las ciudades de Judá, de los aledaños de Yerushalaim, del país de B enjamín, de la Tierra Baja, de la Sierra y del Négueb a traer holocaustos, sacrifici os, oblaciones e incienso y a traer ofrendas de acción de gracias a la Casa de Ado nai. 27 Pero si no me oyereis en cuanto a santificar el sábado y no llevar carga n i meterla por las puertas de Yerushalaim en sábado, entonces prenderé fuego a sus pu ertas, que consumirá los palacios de Yerushalaim, y no se apagará. Jeremías 18 1 Palabra que fue dirigida a Jeremías de parte de Adonai: 2 Levántate y baja a la alfarería, que allí mismo te haré oír mis palabras. 3 Bajé a la alfarería, y he aquí que el alfarero estaba haciendo un trabajo al t orno. 4 El cacharro que estaba haciendo se estropeó como barro en manos del alfare ro, y éste volvió a empezar, trasformándolo en otro cacharro diferente, como mejor le pareció al alfarero. 5 Entonces me fue dirigida la palabra de Adonai en estos términos: 6 ¿No puedo hacer yo con vosotros, casa de Israel, lo mismo que este alfarer o? - oráculo de Adonai -. Mirad que como el barro en la mano del alfarero, así sois vosotros en mi mano, casa de Israel. 7 De pronto hablo contra una nación o reino, de arrancar, derrocar y perder; 8 pero se vuelve atrás de su mal aquella gente contra la que hablé, y yo también desisto del mal que pensaba hacerle. 9 Y de pronto hablo, tocante a una nación o un reino, de edificar y plantar; 10 pero hace lo que parece malo desoyendo mi voz, y entonces yo también desis to del bien que había decidido hacerle.

11 Ahora, pues, di a la gente de Judá y a los habitantes de Yerushalaim: Así di ce Adonai: "Mirad que estoy ideando contra vosotros cosa mala y pensando algo co ntra vosotros. Ea, pues; volveos cada cual de su mal camino y mejorad vuestra co nducta y acciones." 12 Pero van a decir: "Es inútil; porque iremos en pos de nuestros pensamiento s y cada uno de nosotros hará conforme a la terquedad de su mal corazón." 13 Por tanto, así dice Adonai:Vamos, preguntad entre las naciones: ¿Quién oyó tal c osa? ¡Bien fea cosa ha hecho la virgen de Israel! 14 ¿Faltará acaso de la peña excelsa la nieve del Líbano? ¿o se agotarán las aguas crec idas, frescas, corrientes? 15 Pues bien, mi pueblo me ha olvidado.A la Nada inciensan.Han tropezado en sus caminos, aquellos senderos de siempre, para irse por trochas, por camino no trillado. 16 Es para trocar su tierra en desolación, en eterna rechifla: todo el que pa sare se asombrará de ella y meneará la cabeza. 17 Como el viento solano los esparciré delante del enemigo.La espalda, que no la cara, les mostraré el día de su infortunio. 18 Entonces dijeron: "Venid y tramemos algo contra Jeremías, porque no va a f altarle la ley al sacerdote, el consejo al sabio, ni al profeta la palabra. Veni d e hirámosle por su propia lengua: no estemos atentos a todas sus palabras." 19 Estáte atento a mí, Adonai, y oye lo que dicen mis contrincantes. 20 ¿Es que se paga mal por bien? (Porque han cavado una hoya para mi persona. )Recuerda cuando yo me ponía en tu presencia para hablar en bien de ellos, para ap artar tu cólera de ellos. 21 Por tanto, entrega a sus hijos al hambre y desángralos a filo de espada; q ueden sus mujeres sin hijos y viudas, sean sus varones asesinados, sus mancebos acuchillados en la guerra. 22 Oigase griterío en sus casas, cuando traigas sobre ellos pillaje repentino .Porque han cavado una hoya para prenderme, y trampas han escondido para mis pie s. 23 Pero tú, Adonai, conoces todo su plan de muerte contra mí. ¡No disimules su cu lpa, no borres de tu presencia su pecado! ¡Que caigan ante ti, al tiempo de tu ira , descarga en ellos! Jeremías 19 1 Entonces Adonai dijo a Jeremías: Ve y compras un jarro de cerámica; tomas co ntigo a algunos ancianos del pueblo y algunos sacerdotes, 2 sales al valle de Ben Hinnom, a la entrada de la puerta de las Tejoletas , y pregonas allí las palabras que voy a decirte. 3 Dirás: Oíd la palabra de Adonai, reyes de Judá y habitantes de Yerushalaim. Así dice Adonai Sebaot, el Di-s de Israel: "He aquí que yo traigo sobre este lugar una desgracia, que a todo el que la oyere le zumbarán los oídos. 4 Porque me han dejado, han hecho extraño este lugar y han incensado en él a o tros dioses que ni ellos ni sus padres conocían. Los reyes de Judá han llenado este lugar de sangre de inocentes, 5 y han construido los altos de Baal para quemar a sus hijos en el fuego, en holocausto a Baal, - lo que no les mandé ni les dije ni me pasó por las mientes . 6 Por tanto, he aquí que vienen días - oráculo de Adonai - en que no se hablará más de Tofet ni del valle de Ben Hinnom, sino del "Valle de la Matanza". 7 Vaciaré la prudencia de Judá y Yerushalaim a causa de este lugar: les haré cae r a espada ante sus enemigos por mano de los que busquen su muerte; daré sus cadáve res por comida a las aves del cielo y a las bestias de la tierra, 8 y convertiré esta ciudad en desolación y en rechifla: todo el que pase a su vera se quedará atónito y silbará en vista de sus heridas. 9 Les haré comer la carne de sus hijos y la carne de sus hijas, y comerán cada uno la carne de su prójimo, en el aprieto y la estrechez con que les estrecharán su s enemigos y los que busquen su muerte." 10 Luego rompes el jarro a la vista de los hombres que vayan contigo

11 y les dices: Así dice Adonai Sebaot: "Asimismo quebrantaré yo a este pueblo y a esta ciudad, como quien rompe un cacharro de alfarería, que ya no tiene arregl o. "Y se harán enterramientos en Tófet, hasta que falte sitio para enterrar. 12 Así haré con este lugar - oráculo de Adonai - y con sus habitantes, hasta deja r a esta ciudad lo mismo que Tófet, 13 y que sean las casas de Yerushalaim y las de los reyes de Judá como el lug ar de Tófet: una inmundicia; todas las casas en cuyas azoteas incensaron a toda l a tropa celeste y libaron libación a otros dioses." 14 Partió Jeremías de Tófet a donde le había enviado Adonai a profetizar y, parándose en el atrio de la Casa de Adonai, dijo a todo el pueblo: 15 "Así dice Adonai Sebaot, el Di-s de Israel: He aquí que yo traigo a esta ciu dad y a todos sus aledaños toda la calamidad que he pronunciado contra ella, porq ue ha atiesado su cerviz, desoyendo mis palabras." Jeremías 20 1 El sacerdote Pasjur, hijo de Immer, que era inspector jefe de la Casa de Adonai, oyó a Jeremías profetizar dichas palabras. 2 Pasjur hizo dar una paliza al profeta Jeremías y le hizo meter en el calab ozo de la Puerta Alta de Benjamín - la que está en la Casa de Adonai -. 3 Al día siguiente sacó Pasjur a Jeremías del calabozo. Díjole Jeremías: No es Pasju r el nombre que te ha puesto Adonai, sino "Terror en torno". 4 Porque así dice Adonai: "He aquí que yo te convierto en terror para ti mismo y para todos tus allegados, los cuales caerán por la espada de sus enemigos, y t us ojos lo estarán viendo. Y asimismo a todo Judá entregaré en manos del rey de Babilo nia, que los deportará a Babilonia y los acuchillará. 5 Y entregaré todas las reservas de esta ciudad y todo lo atesorado, todas s us preciosidades y todos los tesoros de los reyes de Judá, en manos de sus enemigo s que los pillarán, los tomarán y se los llevarán a Babilonia. 6 En cuanto a ti, Pasjur, y todos los moradores de tu casa, iréis al cautive rio. En Babilonia entrarás, allí morirás y allí mismo serás sepultado tú y todos tus allega dos a quienes has profetizado en falso." 7 Me has seducido, Adonai, y me dejé seducir; me has agarrado y me has podid o.He sido la irrisión cotidiana: todos me remedaban. 8 Pues cada vez que hablo es para clamar: "¡Atropello!", y para gritar: "¡Expo lio!".La palabra de Adonai ha sido para mí oprobio y befa cotidiana. 9 Yo decía: "No volveré a recordarlo, ni hablaré más en su Nombre."Pero había en mi corazón algo así como fuego ardiente, prendido en mis huesos, y aunque yo trabajada por ahogarlo, no podía. 10 Escuchaba las calumnias de la turba: "¡Terror por doquier!, ¡denunciadle!, ¡de nunciémosle!" Todos aquellos con quienes me saludaba estaban acechando un traspiés mío : "¡A ver si se distrae, y le podremos, y tomaremos venganza de él!" 11 Pero Adonai está conmigo, cual campeón poderoso.Y así mis perseguidores tropez arán impotentes; se avergonzarán mucho de su imprudencia: confusión eterna, inolvidabl e. 12 ¡Oh Adonai Sebaot, juez de lo justo, que escrutas los riñones y el corazón!, v ea yo tu venganza contra ellos, porque a ti he encomendado mi causa. 13 Cantad a Adonai, alabad a Adonai, porque ha salvado la vida de un pobrec illo de manos de malhechores. 14 ¡Maldito el día en que nací! ¡el día que me dio a luz mi madre no sea bendito! 15 ¡Maldito aquel que felicitó a mi padre diciendo: "Te ha nacido un hijo varón", y le llenó de alegría! 16 Sea el hombre aquel semejante a las ciudades que destruyó Adonai sin que l e pesara, y escuche alaridos de mañana y gritos de ataque al mediodía. 17 ¡Oh, que no me haya hecho morir desde el vientre, y hubiese sido mi madre mi sepultura, con seno preñado eternamente! 18 ¿Para qué haber salido del seno, a ver pena y aflicción, y a consumirse en la vergüenza mis días? Jeremías 21 1 Palabra dirigida a Jeremías de parte de Adonai, cuando el rey Sedecías mandó d

onde él a Pasjur, hijo de Malkiyías, y al sacerdote Sofonías, hijo de Maasías, a decirle : 2 "Ea, consulta de nuestra parte a Adonai, porque el rey de Babilonia, Nab ucodonosor, nos ataca. A ver si nos hace Adonai un milagro de los suyos, y aquél s e retira de encima de nosotros." 3 Díjoles Jeremías: "Así diréis a Sedecías: 4 Esto dice Adonai, el Di-s de Israel: Mirad que yo hago rebotar las armas que tenéis en las manos y con las que os batís contra el rey de Babilonia y contra los caldeos que os cercan extramuros, y las amontonaré en medio de esta ciudad. 5 Yo voy a batirme contra vosotros con mano fuerte y tenso brazo, con ira, con cólera y con encono grande. 6 Heriré a los habitantes de esta ciudad, hombres y bestias, con una gran pe ste; ¡morirán! 7 Y tras de esto - oráculo de Adonai - entregaré al rey de Judá, Sedecías, a sus s iervos y al pueblo que en esta ciudad quedare de la peste, de la espada y del h ambre, en manos de Nabucodonosor, rey de Babilonia, y en manos de sus enemigos y de los que buscan su muerte. El los herirá a filo de espada. No les dará cuartel, n i les tendrá clemencia ni lástima." 8 Y a ese pueblo le dirás: "Así dice Adonai: Mirad que yo os propongo el camin o de la vida y el camino de la muerte. 9 Quien se quede en esta ciudad, morirá de espada, de hambre y de peste. El que salga y caiga en manos de los caldeos que os cercan, vivirá, y eso saldrá ganan do. 10 Porque me he fijado en esta ciudad para su daño, no para su bien - oráculo d e Adonai -: será puesta en manos del rey de Babilonia, que la incendiará." 11 A la casa real de Judá. ¡Oíd la palabra de Adonai, 12 casa de David! Así dice Adonai:Haced justicia cada mañana, y salvad al oprim ido de mano del opresor, so pena de que brote como fuego mi cólera, y arda y no ha ya quien apague, a causa de vuestras malas acciones. 13 Mira que por ti va, población del valle, la Roca del Llano - oráculo de Adon ai -: vosotros, los que decís: "¿Quién se nos echará encima? ¿quién entrará en nuestras guari as?" 14 (Yo os visitaré según el fruto de vuestras acciones - oráculo de Adonai -.)Enc enderé fuego en su bosque, y devorará todos sus contornos. Jeremías 22 1 Adonai dijo así: Baja a la casa real de Judá y pronuncias allí estas palabras. 2 Dirás: Oye la palabra de Adonai, tú, rey de Judá, que ocupas el trono de David , y tus servidores y pueblo - los que entran por estas puertas -. 3 Así dice Adonai: Practicad el derecho y la justicia, librad al oprimido de manos del opresor, y al forastero, al huérfano y a la viuda no atropelléis; no hagái s violencia ni derraméis sangre inocente en este lugar. 4 Porque si ponéis en práctica esta palabra, entonces seguirán entrando por las puertas de esta casa reyes sucesores de David en el trono, montados en carros y caballos, junto con sus servidores y su pueblo. 5 Mas si no oís estas palabras, por mí mismo os juro - oráculo de Adonai - que e n ruinas parará esta casa. 6 Pues así dice Adonai respecto a la casa real de Judá:Galaad eras tú para mí, cum bre del Líbano: pero ¡vaya si te trocaré en desierto, en ciudades deshabitadas! 7 Voy a consagrar contra ti a quienes te destruyan: ¡cada uno a sus hachas!T alarán lo selecto de tus cedros, y lo arrojarán al fuego. 8 Muchas gentes pasarán a la vera de esta ciudad y dirán cada cual a su prójimo: "¿Por qué ha hecho Adonai semejante cosa a esta gran ciudad?" 9 Y les dirán: "Es porque dejaron la alianza de su Di-s Adonai, y adoraron a otros dioses y les sirvieron." 10 No lloréis al muerto ni plañáis por él: llorad, llorad por el que se va, porque jamás volverá ni verá su patria. 11 Pues así dice Adonai respecto a Sallum, hijo de Josías, rey de Judá y sucesor de su padre Josías en el reino, el cual salió de este lugar: "No volverá más aquí, 12 sino que en el lugar a donde le deportaron, allí mismo morirá, y no verá jamás e

ste país." 13 ¡Ay del que edifica su casa sin justicia y sus pisos sin derecho!De su próji mo se sirve de balde y su trabajo no le paga. 14 El que dice: "Voy a edificarme una casa espaciosa y pisos ventilados", y le abre sus correspondientes ventanas; pone paneles de cedro y los pinta de roj o. 15 ¿Serás acaso rey porque seas un apasionado del cedro?Tu padre, ¿no comía y bebía? - "También hizo justicia y equidad." - Pues mejor para él. 16 "- Juzgó la causa del cuitado y del pobrecillo." - Pues mejor. ¿No es esto c onocerme? - oráculo de Adonai -. 17 Pero tus ojos y tu corazón no están más que a tu granjería, - ¡Y a la sangre inoce nte! - Para verterla. - ¡Y al atropello y al entuerto! - Para hacer tú lo propio. 18 Por tanto, así dice Adonai respecto a Yoyaquim, hijo de Josías, rey de Judá:No plañirán por él: "¡Ay hermano mío!, ¡ay hermana mía!"; no plañirán por él: "¡Ay Señor!, ¡ay 19 El entierro de un borrico será el suyo: arrastrarlo y tirarlo fuera de las puertas de Yerushalaim. 20 Sube al Líbano y clama, por Basán da voces y clama desde Abarim, porque han sido quebrantados todos tus amantes. 21 Te había hablado en tu prosperidad.Dijiste: "No oigo."Tal ha sido tu costu mbre desde tu mocedad, nunca oíste mi voz. 22 A todos tus pastores les pastoreará el viento, y tus amantes cautivos irán.E ntonces sí que estarás avergonzada y confusa de toda tu malicia. 23 Tú, que te asentabas en el Líbano, que anidabas en los cedros, ¡cómo suspirarás, e n viniéndote los dolores, el trance como de parturienta! 24 Por mi vida - oráculo de Adonai -, aunque fuese Konías, el hijo de Yoyaquim, rey de Judá, un sello en mi mano diestra, de allí te arrancaría. 25 Yo te pondré en manos de los que buscan tu muerte, y en manos de los que t e atemorizan: en manos de Nabucodonosor, rey de Babilonia, y en manos de los cal deos; 26 y te arrojaré a ti y a la madre que te engendró a otra tierra donde no habéis nacido, y allí moriréis. 27 Pero a la tierra a donde anhelan volver, no volverán. 28 ¿Es algún trasto despreciable, roto, este individuo, Konías?; ¿quizá un objeto sin interés?Pues entonces, ¿por qué han sido arrojados él y su prole, y echados a una tierr a, que no conocían? 29 ¡Tierra, tierra, tierra! oye la palabra de Adonai. 30 Así dice Adonai:Inscribid a este hombre: "Un sin hijos, un fracasado en la vida"; porque ninguno de su descendencia tendrá la suerte de sentarse en el trono de David y de ser jamás señor en Judá. Jeremías 23 1 ¡Ay de los pastores que dejan perderse y desparramarse las ovejas de mis p astos! - oráculo de Adonai -. 2 Pues así dice Adonai, el Di-s de Israel, tocante a los pastores que apacie ntan a mi pueblo: Vosotros habéis dispersado las ovejas mías, las empujasteis y no l as atendisteis. Mirad que voy a pasaros revista por vuestras malas obras - orácul o de Adonai -. 3 Yo recogeré el Resto de mis ovejas de todas las tierras a donde las empujé, las haré tornar a sus estancias, criarán y se multiplicarán. 4 Y pondré al frente de ellas pastores que las apacienten, y nunca más estarán m edrosas ni asustadas, ni faltará ninguna - oráculo de Adonai -. 5 Mirad que días vienen - oráculo de Adonai - en que suscitaré a David un Germen justo: reinará un rey prudente, practicará el derecho y la justicia en la tierra. 6 En sus días estará a salvo Judá, e Israel vivirá en seguro.Y este es el nombre c on que te llamarán: "Adonai, justicia nuestra." 7 Por tanto, mirad que vienen días - oráculo de Adonai - en que no se dirá más: "¡Po r vida de Adonai, que subió a los hijos de Israel de Egipto!", 8 sino: "¡Por vida de Adonai, que subió y trajo la simiente de la casa de Isra el de tierras del norte y de todas las tierras a donde los arrojara!", y habitarán

en su propio suelo. 9 A los profetas.Se me partió el corazón en mis adentros, estremeciéronse todos mis huesos, me quedé como un borracho, como aquél a quien le domina el vino, por cau sa de Adonai, por causa de sus santas palabras. 10 "Porque de fornicadores se ha henchido la tierra. (A causa de una maldic ión se ha enlutado la tierra, se han secado los pastos de la estepa.)Se ha vuelto la carrera de ellos mala y su esfuerzo no recto. 11 Tanto el profeta como el sacerdote se han vuelto impíos; en mi misma Casa topé con su maldad - oráculo de Adonai -. 12 Por ende su camino vendrá a ser su despeñadero: a la sima serán empujados y ca erán en ella.Porque voy a traer sobre ellos una calamidad, al tiempo de su visita" - oráculo de Adonai -. 13 En los profetas de Samaría, he observado una inepcia: profetizaban por Baa l y hacían errar a mi pueblo Israel. 14 Mas en los profetas de Yerushalaim he observado una monstruosidad: forni car y proceder con falsía, dándose la mano con los malhechores, sin volverse cada cu al de su malicia.Se me han vuelto todos ellos cual Sodoma, y los habitantes de l a ciudad, cual Gomorra. 15 Por tanto, así dice Adonai Sebaot tocante a los profetas:He aquí que les voy a dar de comer ajenjo y les voy a dar de beber agua emponzoñada.Porque a partir d e los profetas de Yerushalaim se ha propagado la impiedad por toda la tierra. 16 Así dice Adonai Sebaot:No escuchéis las palabras de los profetas que os prof etizan.Os están embaucando.Os cuentan sus propias fantasías, no cosa de boca de Adon ai. 17 Dicen a los que me desprecian: "Adonai dice: ¡Paz tendréis!" y a todo el que camina en terquedad de corazón: "No os sucederá nada malo." 18 (Porque ¿quién asistió al consejo de Adonai y vio y oyó su palabra?, ¿quién escuchó s palabra y la ha oído?) 19 Mirad que una tormenta de Adonai, su ira, ha estallado, un torbellino re molinea, sobre la cabeza de los malos descarga. 20 No ha de apaciguarse la ira de Adonai hasta que la ejecute, y realice lo s designios de su corazón.En días futuros os percataréis de ello. 21 Yo no envié a esos profetas, y ellos corrieron.No les hablé, y ellos profeti zaron. 22 Pues si asistieron a mi consejo, hagan oír mi palabra a mi pueblo, y háganle tornar de su mal camino y de sus acciones malas. 23 ¿Soy yo un Di-s sólo de cerca - oráculo de Adonai - y no soy Di-s de lejos? 24 ¿O se esconderá alguno en escondite donde yo no le vea? - oráculo de Adonai -. ¿Los cielos y la tierra no los lleno yo? - oráculo de Adonai -. 25 Ya he oído lo que dicen esos profetas que profetizan falsamente en mi nomb re diciendo: "¡He tenido un sueño, he tenido un sueño!" 26 ¿Hasta cuándo va a durar esto en el corazón de los profetas que profetizan en falso y son profetas de la impostura de su corazón?, 27 ¿los que piensan hacer olvidarse a mi pueblo de mi Nombre por los sueños que se cuentan cada cual a su vecino, como olvidaron sus padres mi Nombre por Baal? 28 Profeta que tenga un sueño, cuente un sueño, y el que tenga consigo mi palab ra, que hable mi palabra fielmente. ¿Qué tiene que ver la paja con el grano? - oráculo de Adonai -. 29 ¿No es así mi palabra, como el fuego, y como un martillo golpea la peña? 30 Pues bien, aquí estoy yo contra los profetas - oráculo de Adonai - que se ro ban mis palabras el uno al otro. 31 Aquí estoy yo contra los profetas - oráculo de Adonai - que usan de su lengu a y emiten oráculo. 32 Aquí estoy yo contra los profetas que profetizan falsos sueños - oráculo de Ad onai - y los cuentan, y hacen errar a mi pueblo con sus falsedades y su presunc ión, cuando yo ni les he enviado ni dado órdenes, y ellos de ningún provecho han sido para este pueblo - oráculo de Adonai -. 33 Y cuando te pregunte este pueblo - o un profeta o un sacerdote -. "¿Cuál es la carga de Adonai?" les dirás: "Vosotros sois la carga, y voy a dejaros en el sue lo - oráculo de Adonai -."

34 Y el profeta, el sacerdote o cualquiera que dijere: "Una carga de Adonai ", yo me las entenderé con él y con su casa. 35 Así os diréis cada uno a su prójimo, y cada uno a su hermano: "¿Qué ha respondido Adonai?, ¿qué ha dicho Adonai?" 36 Pero de eso de la "carga de Adonai" no os acordaréis más, porque tal carga s ería para cada uno su propia palabra. Porque trastornáis las palabras del Di-s vivo, Adonai Sebaot nuestro Di-s. 37 Así diréis al profeta: "¿Qué te ha respondido Adonai?, ¿qué ha dicho Adonai?" 38 Pero como habléis de "carga de Adonai", entonces así dice Adonai: "Por haber dicho eso de carga de Adonai por más que os avisé que no dijerais carga de Adonai, 39 por lo mismo, he aquí que yo os levanto en alto y os dejo caer a vosotros y a la ciudad que os di a vosotros y a vuestros padres. 40 Y os pondré encima oprobio eterno y baldón eterno que no será olvidado." Jeremías 24 1 Hízome ver Adonai, y he aquí que había un par de cestos de higos presentados d elante del Templo de Adonai - esto era después que Nabucodonosor, rey de Babilonia , hubo deportado de Yerushalaim al rey de Judá, Jeconías, hijo de Yoyaquim, a los p rincipales de Judá y a los herreros y cerrajeros de Yerushalaim, y los llevó a Babil onia -. 2 Un cesto era de higos muy buenos, como los primerizos, y el otro de higo s malos, tan malos que no se podían comer. 3 Y me dijo Adonai: "¿Qué estás viendo Jeremías?" Dije: "Higos. Los higos buenos s on muy buenos; y los higos malos, muy malos, que no se dejan comer de puro malos ." 4 Entonces me fue dirigida la palabra de Adonai en estos términos: 5 Así habla Adonai, Di-s de Israel: Como por estos higos buenos, así me intere saré en favor de los desterrados de Judá que yo eché de este lugar al país de los calde os. 6 Pondré la vista en ellos para su bien, los devolveré a este país, los reconstr uiré para no derrocarlos y los plantaré para no arrancarlos. 7 Les daré corazón para conocerme, pues yo soy Adonai, y ellos serán mi pueblo y yo seré su Di-s, pues volverán a mí con todo su corazón. 8 Pero igual que a los higos malos, que no se pueden comer de malos - sí, así dice Adonai -, así haré al rey Sedecías, a sus principales y al resto de Yerushalaim: a los que quedaren en este país, y a los que están en el país de Egipto. 9 Haré de ellos el espantajo, una calamidad, de todos los reinos de la tierr a; el oprobio y el ejemplo, la burla y la maldición por dondequiera que los empuje , 10 daré suelta entre ellos a la espada, al hambre y a la peste, hasta que sea n acabados de sobre el solar que di a ellos y a sus padres. Jeremías 25 1 Palabra que fue dirigida a Jeremías tocante a todo el pueblo de Judá el año cu arto de Yoyaquim, hijo de Josías, rey de Judá, - o sea el año primero de Nabucodonosor , rey de Babilonia -, 2 la cual pronunció e profeta Jeremías a todo el pueblo de Judá y a toda la pobl ación de Yerushalaim, en estos términos: 3 Desde el año trece de Josías, hijo de Amón, rey de Judá, hasta este día, veintitrés años hace que me es dirigida la palabra de Adonai, y os la he comunicado puntualme nte (pero no habéis oído. 4 También os envió Adonai puntualmente a todos sus siervos los profetas, y tam poco oísteis ni aplicasteis el oído), 5 diciendo: Ea, volveos cada cual de su mal camino y de sus malas acciones , y volveréis al solar que os dio Adonai a vosotros y a vuestros padres, desde sie mpre hasta siempre. 6 (No vayáis en pos de otros dioses para servirles y adorarles, no me provoq uéis con las hechuras de vuestras manos, y no os haré mal.) 7 Pero no me habéis oído (- oráculo de Adonai - de suerte que con las hechuras d e vuestras manos me provocasteis, para vuestro mal).

8 Por eso, así dice Adonai Sebaot: Puesto que no habéis oído mis palabras, 9 he aquí que yo mando a buscar a todos los linajes del norte (- oráculo de Ad onai - y a mi siervo Nabucodonosor, rey de Babilonia), y los traeré contra esta ti erra y contra sus moradores (y contra todas estas gentes de alrededor); los anat ematizaré y los pondré por pasmo, rechifla y ruinas eternos, 10 y haré desaparecer de ellos voz de gozo y voz de alegría, la voz del novio y la voz de la novia, el ruido de la muela y la luz de la candela. 11 Será reducida toda esta tierra a pura desolación, y servirán estas gentes al r ey de Babilonia setenta años. 12 (Luego, en cumpliéndose los setenta años, visitaré al rey de Babilonia y a dic ha gente por su delito - oráculo de Adonai - y a la tierra de los caldeos trocándola en ruinas eternas). 13 Y atraeré sobre aquella tierra todas las palabras que he hablado respecto a ella, todo lo que está escrito en este libro. Lo que profetizó Jeremías tocante a l a generalidad de las naciones. 14 (Pues también a ellos los reducirán a servidumbre muchas naciones y reyes gr andes, y les pagaré según sus obras y según la hechura de sus manos.) 15 Así me ha dicho Adonai Di-s de Israel: Toma esta copa de vino de furia, y hazla beber a todas las naciones a las que yo te envíe; 16 beberán, y trompicarán, y se enloquecerán ante la espada que voy a soltar entr e ellas. 17 Tomé la copa de mano de Adonai, e hice beber a todas las naciones a las qu e me había enviado Adonai: 18 (a Yerushalaim y a las ciudades de Judá, a sus reyes y a sus principales, para trocarlo todo en desolación, pasmo, rechifla y maldición, como hoy está sucediend o); 19 a Faraón, rey de Egipto, a sus siervos, a sus principales y a todo su pueb lo, 20 a todos los mestizos (a todos los reyes de Us); a todos los reyes de Fil istea: a Ascalón, Gaza, Ecrón y al residuo de Asdod; 21 a Edom, Moab, y los ammonitas, 22 a (todos) los reyes de Tiro, a (todos) los reyes de Sidón y a los reyes de las islas de allende el mar; 23 a Dedán, Temá, Buz; a todos los que se afeitan las sienes, 24 a todos los reyes de Arabia y a todos los reyes de los mestizos habitant es del desierto; 25 (a todos los reyes de Zimrí) a todos los reyes de Elam y a todos los reyes de Media, 26 a todos los reyes del norte, los próximos y los remotos, cada uno con su h ermano, y a todos los reinos que hay sobre la haz de la tierra. (Y el rey de Ses ak beberá después de ellos.) 27 Y les dirás: Así dice Adonai Sebaot, el Di-s de Israel: Bebed, emborrachaos, vomitad, caed y no os levantéis delante de la espada que yo voy a soltar entre vo sotros. 28 Y si rehúsan tomar la copa de tu mano para beber, les dices: Así dice Adonai Sebaot: Tenéis que beber sin falta, 29 porque precisamente por la ciudad que lleva mi Nombre empiezo a castigar ; ¿y vosotros, quedaréis impunes?: ¡no, no quedaréis!, porque a la espada llamo yo contr a todos los habitantes de la tierra - oráculo de Adonai Sebaot -. 30 Tú, pues, les profetizas todas estas palabras y les dices: Adonai desde lo alto ruge, y desde su santa Morada da su voz.Ruge contra su aprisco: grita como los lagareros.A todos los habitantes de la tierra 31 llega el eco, hasta el fin de la tierra.Porque pleitea Adonai con las na ciones y vence en juicio a toda criatura.A los malos los entrega a la espada - o ráculo de Adonai -. 32 Así dice Adonai Sebaot:Mirad que una desgracia se propaga de nación a nación, y una gran tormenta surge del fin del mundo. 33 Habrá víctimas de Adonai en aquel día de cabo a cabo de la tierra; no serán plañid os ni recogidos ni sepultados más: se volverán estiércol sobre la haz de la tierra. 34 Ululad, pastores, y clamad; revolcaos, mayorales, porque se han cumplido

vuestros días para la matanza, y caeréis como objetos escogidos. 35 No habrá evasión para los pastores ni escapatoria para los mayorales. 36 Se oye el grito de los pastores, el ulular de los mayorales, porque deva sta Adonai su pastizal, 37 y son aniquiladas las estancias más seguras por la ardiente cólera de Adonai . 38 Ha dejado el león su cubil, y se ha convertido su tierra en desolación ante la cólera irresistible, ante la ardiente cólera. Jeremías 26 1 Al principio del reinado de Yoyaquim, hijo de Josías, rey de Judá, fue dirig ida a Jeremías esta palabra de Adonai: 2 Así dice Adonai: Párate en el patio de la Casa de Adonai y habla a todas las ciudades de Judá, que vienen a adorar en la Casa de Adonai, todas las palabras q ue yo te he mandado hablarles, sin omitir ninguna. 3 Puede que oigan y se torne cada cual de su mal camino, y yo me arrepenti ría del mal que estoy pensando hacerles por la maldad de sus obras. 4 Les dirás, pues: "Así dice Adonai: Si no me oís para andar según mi Ley que os p ropuse, 5 oyendo las palabras de mis siervos los profetas que yo os envío asiduament e (pero no habéis hecho caso), 6 entonces haré con esta Casa como con Silo, y esta ciudad entregaré a la mald ición de todas las gentes de la tierra." 7 Oyeron los sacerdotes y profetas y todo el pueblo a Jeremías decir estas p alabras en la Casa de Adonai, 8 y luego que hubo acabado Jeremías de hablar todo lo que le había ordenado Ad onai que hablase a todo el pueblo, le prendieron los sacerdotes, los profetas y todo el pueblo diciendo: "¡Vas a morir! 9 ¿Por qué has profetizado en nombre de Adonai, diciendo: "Como Silo quedará est a Casa, y esta ciudad será arrasada, sin quedar habitante"?" Y se juntó todo el pueb lo en torno a Jeremías en la Casa de Adonai. 10 Oyeron esto los jefes de Judá, y subieron de la casa del rey a la Casa de Adonai, y se sentaron a la entrada de la Puerta Nueva de la Casa de Adonai. 11 Y los sacerdotes y profetas, dirigiéndose a los jefes y a todo el pueblo, dijeron: "¡Sentencia de muerte para este hombre, por haber profetizado contra esta ciudad, como habéis oído con vuestros propios oídos!" 12 Dijo Jeremías a todos los jefes y al pueblo todo: "Adonai me ha enviado a profetizar sobre esta Casa y esta ciudad todo lo que habéis oído. 13 Ahora bien, mejorad vuestros caminos y vuestras obras y oíd la voz de Adon ai vuestro Di-s, y se arrepentirá Adonai del mal que ha pronunciado contra vosotro s. 14 En cuanto a mí, aquí me tenéis en vuestras manos: haced conmigo como mejor y más acertado os parezca. 15 Empero, sabed de fijo que si me matáis vosotros a mí, sangre inocente cargaréi s sobre vosotros y sobre esta ciudad y sus moradores, porque en verdad Adonai me ha enviado a vosotros para pronunciar en vuestros oídos todas estas palabras." 16 Dijeron los jefes y todo el pueblo a los sacerdotes y profetas: "No mere ce este hombre sentencia de muerte, porque en nombre de Adonai nuestro Di-s nos ha hablado." 17 Y se levantaron algunos de los más viejos del país y dijeron a toda la asamb lea del pueblo: 18 "Miqueas de Moréset profetizaba en tiempos de Ezequías, rey de Judá, y dijo a todo el pueblo de Judá: Así dice Adonai Sebaot: = Sión será un campo que se ara,Yerusha laim se hará un montón de ruinas, y el monte de la Casa un otero salvaje. = 19 ¿Por ventura le mataron Ezequías, rey de Judá, y todo Judá?, ¿no temió a Adonai y su plicó a la faz de Adonai, y se arrepintió Adonai del daño con que les había amenazado? M ientras que nosotros estamos haciéndonos mucho daño a nosotros mismos." 20 Pero también hubo otro que decía profetizar en nombre de Adonai - Urías hijo d e Semaías de Quiryat Yearim - el cual profetizó contra esta ciudad y contra esta ti erra enteramente lo mismo que Jeremías,

21 y oyó el rey Yoyaquim y todos sus grandes señores y jefes sus palabras, y el rey buscaba matarle. Enteróse Urías, tuvo miedo, huyó y entró en Egipto. 22 Pero envió el rey Yoyaquim a Elnatán, hijo de Akbor, y otros con él a Egipto, 23 y sacaron a Urías de Egipto y lo trajeron al rey Yoyaquim, quien lo acuchi lló y echó su cadáver a la fosa común. 24 Gracias a que Ajicam, hijo de Safán, defendió a Jeremías, impidiendo entregarl o en manos del pueblo para matarle. Jeremías 27 1 (Al principio del reinado de Sedecías, hijo de Josías, rey de Judá, fue dirigi da esta palabra a Jeremías de parte de Adonai:) 2 Así me ha dicho Adonai: "Hazte unas coyundas y un yugo, póntelo sobre la cer viz, 3 y envíalos al rey de Edom, al rey de Moab y al rey de los ammonitas, al re y de Tiro y al rey de Sidón por medio de los embajadores que vienen a Yerushalaim a ver a Sedecías, rey de Judá, 4 y dales estas instrucciones para sus señores: "Así dice Adonai Sebaot, el Di -s de Israel: Así diréis a vuestros señores: 5 Yo hice la tierra, el hombre y las bestias que hay sobre la haz de la ti erra, con mi gran poder y mi tenso brazo, y lo di a quien me plugo. 6 Ahora yo he puesto todos estos países en manos de mi siervo Nabucodonosor, rey de Babilonia, y también los animales del campo le he dado para servirle 7 (y todas las naciones le servirán a él, a su hijo y al hijo de su hijo, hast a que llegue también el turno a su propio país - y le reducirán a servidumbre muchas naciones y reyes grandes -). 8 Así que las naciones y reinos que no sirvan a Nabucodonosor, rey de Babilo nia, y que no sometan su cerviz al yugo del rey de Babilonia, con la espada, con el hambre y con la peste los visitaré - oráculo de Adonai - hasta acabarlos por med io de él. 9 Vosotros, pues, no oigáis a vuestros profetas, adivinos, soñadores, augures ni hechiceros que os hablan diciendo: "No serviréis al rey de Babilonia", 10 porque cosa falsa os profetizan para alejaros de sobre vuestro suelo, de suerte que yo os arroje y perezcáis. 11 Pero la nación que someta su cerviz al yugo de Babilonia y le sirva, yo la dejaré tranquila en su suelo - oráculo de Adonai - y lo labrará y morará en él." 12 A Sedecías, rey de Judá, le hablé en estos mismos términos, diciendo: "Someted v uestras cervices al yugo del rey de Babilonia, servidle a él y a su pueblo, y qued aréis con vida. 13 (¿A qué morir tú y tu pueblo por la espada, el hambre y la peste, como ha amen azado Adonai a aquella nación que no sirva al rey de Babilonia?) 14 ¡No oigáis, pues, las palabras de los profetas que os dicen: "No serviréis al rey de Babilonia", porque cosa falsa os profetizan, 15 pues yo no les he enviado - oráculo de Adonai - y ellos andan profetizando en mi Nombre falsamente; no sea que yo os arroje, y perezcáis vosotros y los prof etas que os profetizan." 16 Y a los sacerdotes y a todo este pueblo les hablé diciendo: "Así dice Adonai : No oigáis las palabras de vuestros profetas que os profetizan diciendo: "He aquí que el ajuar de la Casa de Adonai va a ser devuelto de Babilonia en seguida", po rque cosa falsa os profetizan. 17 (No les hagáis caso. Servid al rey de Babilonia y quedaréis con vida. ¿Para qué ha de quedar esta ciudad arrasada?) 18 Y si ellos son profetas y la palabra de Adonai les acompaña, que conjuren, ea, a Adonai Sebaot para que los objetos que quedaron en la Casa de Adonai, en la casa del rey de Judá y en Yerushalaim no vayan a Babilonia. 19 Porque así dice Adonai Sebaot de las columnas, del Mar, de las basas y de los demás objetos que quedaron en esta ciudad, 20 de los cuales no se apoderó Nabucodonosor, rey de Babilonia, al deportar a Jeconías, hijo de Yoyaquim, rey de Judá, de Yerushalaim a Babilonia (así como a todos los nobles de Judá y Yerushalaim). 21 Sí, porque así dice Adonai Sebaot, el Di-s de Israel, respecto a los objetos

que quedaron en la Casa de Adonai, en la casa del rey de Judá y en Yerushalaim: 22 A Babilonia serán llevados (y allí estarán hasta el día que yo los visite) - orácu lo de Adonai - (y entonces los subiré y devolveré a este lugar)." Jeremías 28 1 Aconteció en aquel mismo año - al principio del reinado de Sedecías, rey de Ju dá, en el año cuarto, en el mes quinto - que se dirigió a mí el profeta Jananías, hijo de Azzur, que era de Gabaón, en la Casa de Adonai, a vista de los sacerdotes y de to do el pueblo diciendo: 2 "Así dice Adonai Sebaot, el Di-s de Israel: He quebrado el yugo del rey de Babilonia. 3 Dentro de dos años completos yo hago devolver a este lugar todos los objet os de la Casa de Adonai que el rey de Babilonia, Nabucodonosor, tomó de este luga r y llevó a Babilonia; 4 y a Jeconías, hijo de Yoyaquim, rey de Judá, y a todos los deportados de Judá que han ido a Babilonia, yo les hago volver a este lugar - oráculo de Adonai - en cuanto rompa el yugo del rey de Babilonia." 5 Dijo el profeta Jeremías al profeta Jananías, a vista de los sacerdotes y de todo el pueblo, que estaban parados en la Casa de Adonai; 6 dijo, pues, el profeta Jeremías: "¡Amen! Así haga Adonai. Confirme Adonai las palabras que has profetizado, devolviendo de Babilonia a este lugar los objetos de la Casa de Adonai, y a todos los deportados. 7 Pero, oye ahora esta palabra que pronunció a oídos tuyos y de todo el pueblo : 8 Profetas hubo antes de mí y de ti desde siempre, que profetizaron a muchos países y a grandes reinos la guerra, el mal y la peste. 9 Si un profeta profetiza la paz, cuando se cumpla la palabra del profeta, se reconocerá que le había enviado Adonai de verdad." 10 Entonces tomó el profeta Jananías el yugo de sobre la cerviz del profeta Jer emías y lo rompió; 11 y habló Jananías delante de todo el pueblo: "Así dice Adonai: Así romperé el yugo de Nabucodonosor, rey de Babilonia, dentro de dos años completos, de sobre la cerv iz de todas las naciones." Y se fue el profeta Jeremías por su camino. 12 Entonces fue dirigida la palabra de Adonai a Jeremías en estos términos, des pués que el profeta Jananías hubo roto el yugo de sobre la cerviz del profeta Jeremía s: 13 "Ve y dices a Jananías: Así dice Adonai: Yugo de palo has roto, pero tú lo ree mplazarás por yugo de hierro. 14 Porque así dice Adonai Sebaot, el Di-s de Israel: Yugo de hierro he puesto sobre la cerviz de todas estas naciones, para que sirvan a Nabucodonosor, rey d e Babilonia, y le servirán (y también los animales del campo le he dado...)." 15 Dijo también el profeta Jeremías al profeta Jananías: "Oye, Jananías: No te envió Adonai, y tú has hecho confiar a este pueblo en cosa falsa. 16 Por eso, así dice Adonai: He aquí que yo te arrojo de sobre la haz del suelo . Este año morirás (porque rebelión has predicado contra Adonai)." 17 Y murió el profeta Jananías aquel mismo año, en el mes séptimo. Jeremías 29 1 Este es el tenor de la carta que envió el profeta Jeremías desde Yerushalaim al resto de los ancianos de la deportación, a los sacerdotes, profetas y pueblo e n general, que había deportado Nabucodonosor desde Yerushalaim a Babilonia 2 - después de salir de Yerushalaim el rey Jeconías y la Gran Dama, los eunuco s, los jefes de Judá y Yerushalaim, los herreros y cerrajeros -, 3 por mediación de Elasá, hijo de Safán, y de Guemarías, hijo de Jilquías, a quienes Sedecías, rey de Judá, envió a Babilonia, donde Nabucodonosor, rey de Babilonia: 4 "Así dice Adonai Sebaot, el Di-s de Israel, a toda la deportación que deporté de Yerushalaim a Babilonia: 5 Edificad casas y habitadlas; plantad huertos y comed su fruto; 6 tomad mujeres y engendrad hijos e hijas; casad a vuestros hijos y dad vu estras hijas a maridos para que den a luz hijos e hijas, y medrad allí y no mengüéis;

7 procurad el bien de la ciudad a donde os he deportado y orad por ella a Adonai, porque su bien será el vuestro. 8 Así dice Adonai Sebaot, el dios de Israel: No os embauquen los profetas qu e hay entre vosotros ni vuestros adivinos, y no hagáis caso de vuestros soñadores qu e sueñan por cuenta propia, 9 porque falsamente os profetizan en mi Nombre. Yo no los he enviado - orácu lo de Adonai -. 10 "Pues así dice Adonai: Al filo de cumplírsele a Babilonia setenta años, yo os visitaré y confirmaré sobre vosotros mi favorable promesa de volveros a este lugar; 11 que bien me sé los pensamientos que pienso sobre vosotros - oráculo de Adona i - pensamientos de paz, y no de desgracia, de daros un porvenir de esperanza. 12 Me invocaréis y vendréis a rogarme, y yo os escucharé. 13 Me buscaréis y me encontraréis cuando me solicitéis de todo corazón; 14 me dejaré encontrar de vosotros (- oráculo de Adonai -; devolveré vuestros cau tivos, os recogeré de todas las naciones y lugares a donde os arrojé - oráculo de Adon ai - y os haré tornar al sitio de donde os hice que fueseis desterrados). 15 "En cuanto a eso que decís: "Nos ha suscitado Adonai profetas en Babilonia ", 16 así dice Adonai del rey que se sienta sobre el solio de David y de todo el pueblo que se asienta en esta ciudad, los hermanos vuestros que no salieron con vosotros al destierro; 17 así dice Adonai Sebaot: He aquí que yo suelto contra ellos la espada, el ham bre y la peste, y los pondré como aquellos higos reventados,, tan malos que no se podían comer. 18 Los perseguiré con la espada, el hambre y la peste, y los convertiré en espa ntajo para todos los reinos de la tierra: maldición, pasmo, rechifla y oprobio ent re todas las naciones a donde los arroje, 19 por cuanto que no oyeron las palabras - oráculo de Adonai - que les envié po r mis siervos los profetas asiduamente; pero no oísteis - oráculo de Adonai -. 20 Vosotros, pues, oíd la palabra de Adonai, todos los deportados que envié de Yerushalaim a Babilonia. 21 "Así dice Adonai Sebaot, el Di-s de Israel, sobre Ajab, hijo de Colaías, y s obre Sedecías, hijo de Maasías, que os profetizan falsamente en mi Nombre: He aquí que yo los pongo en manos de Nabucodonosor, rey de Babilonia; él los herirá ante vuestr os ojos, 22 y de ellos tomarán esta maldición todos los deportados de Judá que se encuentr an en Babilonia: "Vuélvate Adonai como a Sedecías y como a Ajab, a quienes asó al fue go el rey de Babilonia", 23 porque obraron con fatuidad en Yerushalaim, cometieron adulterio con las mujeres de sus prójimos y fingieron pronunciar en mi Nombre palabras que yo no le s mandé. Yo soy sabedor y testigo - oráculo de Adonai -." 24 Semaías el najlamita despachó en su propio nombre cartas (a todo el pueblo q ue hay en Yerushalaim) a Sofonías, hijo del sacerdote Maasías (y a todos los sacerd otes), diciendo: 26 "Adonai te ha puesto por sacerdote en vez del sacerdote Yehoyadá como insp ector en la Casa de Adonai de todos los locos y seudoprofetas: tú debes meterlos en los cepos y en el calabozo. 27 Pues entonces, ¿por qué no has sancionado a Jeremías de Anatot que se os hace pasar por profeta? 28 Porque, en efecto, nos ha enviado a Babilonia un mensaje diciendo: "Es p ara largo. Edificad casas y habitadlas; plantad huertos y comed su fruto"" 29 El sacerdote Sofonías leyó esta carta a oídos del profeta Jeremías. 30 Entonces fue dirigida la palabra de Adonai a Jeremías en estos términos: 31 "Envía este mensaje a todos los deportados: Así dice Adonai respecto a Semaías el najlamita, por haberos profetizado sin haberle yo enviado, inspirándoos una fa lsa seguridad. 32 Sí, por cierto, así dice Adonai: He aquí que yo voy a visitar a Semaías el najla mita y a su descendencia. No habrá en ella ninguno que se siente en medio de este pueblo ni que vea el bien que yo haga a mi pueblo - oráculo de Adonai - porque pre dicó la desobediencia a Adonai."

Jeremías 30 1 Palabra que fue dirigida a Jeremías de parte de Adonai: 2 Así dice Adonai el Di-s de Israel: Escríbete todas las palabras que te he ha blado en un libro. 3 Pues he aquí que vienen días - oráculo de Adonai - en que haré tornar a los caut ivos de mi pueblo Israel (y de Judá) - dice Adonai - y les haré volver a la tierra que di a sus padres en posesión. 4 Estas son las palabras que dirigió Adonai a Israel (y a Judá). 5 Así dice Adonai:Voces estremecedoras oímos: ¡Pánico, y no paz! 6 Id a preguntar, y ved si pare el macho.Entonces ¿por qué he visto a todo varón con las manos en las caderas, como la que da a luz, y todas las caras se han vu elto amarillas? 7 ¡Ay! porque grande es aquel día, sin semejante, y tiempo de angustia es para Jacob; pero de ella quedará salvo. 8 (Acontecerá aquel día - oráculo de Adonai Sebaot - que romperé el yugo de sobre tu cerviz y tus coyundas arrancaré, y no te servirán más los extranjeros, 9 sino que Israel y Judá servirán a Adonai su Di-s y a David su rey, que yo le s suscitaré.) 10 Pero tú no temas, siervo mío Jacob - oráculo de Adonai - ni desmayes, Israel, pues mira que yo acudo a salvarte desde lejos y tu linaje del país de su cautiveri o; volverá Jacob, se sosegará y estará tranquilo, y no habrá quien le inquiete, 11 pues contigo estoy yo - oráculo de Adonai - para salvarte: pues acabaré con todas las naciones entre las cuales te dispersé. pero contigo no acabaré; aunque sí te corregiré como conviene, ya que impune no te dejaré. 12 Porque así dice Adonai:Irremediable es tu quebranto, incurable tu herida. 13 Estás desahuciado; para una herida hay cura, para ti no hay remedio. 14 Todos tus amantes te olvidaron, por tu salud no preguntaron.Porque con h erida de enemigo te herí, castigo de hombre cruel, (por tu gran culpa, porque son enormes tus pecados). 15 ¿Por qué te quejas de tu quebranto?Irremediable es tu sufrimiento; por tu gr an culpa, por ser enormes tus pecados te he hecho esto. 16 No obstante todos los que te devoran serán devorados, y todos tus opresore s, todos ellos, irán al cautiverio; serán tus despojadores despojados, y a todos tus saqueadores los entregaré al saqueo. 17 Sí; haré que tengas alivio, de tus llagas te curaré - oráculo de Adonai -. Porqu e "La Repudiada" te llamaron. "Sión de la que nadie se preocupa". 18 Así dice Adonai:He aquí que yo hago volver a los cautivos de las tiendas de Jacob y de sus mansiones me apiadaré; será reedificada la ciudad sobre su montículo de ruinas y el alcázar tal como era será restablecido. 19 Y saldrá de entre ellos loor y voz de gente alegre; los multiplicaré y no se rán pocos, los honraré y no serán menguados, 20 sino que serán sus hijos como antes, su comunidad ante mí estará en pie, y yo visitaré a todos sus opresores. 21 Será su soberano uno de ellos, su jefe de entre ellos saldrá, y le haré acerca rse y él llegará hasta mí, porque ¿quién es el que se jugaría la vida por llegarse hasta mí? oráculo de Adonai -. 22 Y vosotros seréis mi pueblo, y yo seré vuestro Di-s. 23 Mirad que una tormenta de Adonai ha estallado, un torbellino remolinea: sobre la cabeza de los malos descarga. 24 No ha de apaciguarse el ardor de la ira de Adonai hasta que la ejecute, y realice los designios de su corazón.En días futuros os percataréis de ello. Jeremías 31 1 En aquel tiempo - oráculo de Adonai - seré el Di-s de todas las familias de Israel, y ellos serán mi pueblo. 2 Así dice Adonai:Halló gracia en el desierto el pueblo que se libró de la espad a: va a su descanso Israel. 3 De lejos Adonai se me apareció.Con amor eterno te he amado: por eso he res

ervado gracia para ti. 4 Volveré a edificarte y serás reedificada, virgen de Israel; aún volverás a tener el adorno de tus adufes, y saldrás a bailar entre gentes festivas. 5 Aún volverás a plantar viñas en los montes de Samaría: (plantarán los plantadores, y disfrutarán). 6 Pues habrá un día en que griten los centinelas en la montaña de Efraím: "¡Levantao s y subamos a Sión, adonde Adonai, el Di-s nuestro!" 7 Pues así dice Adonai:Dad hurras por Jacob con alegría, y gritos por la capit al de las naciones; hacedlo oír, alabad y decid: "¡Ha salvado Adonai a su pueblo, al Resto de Israel!" 8 Mirad que yo los traigo del país del norte, y los recojo de los confines d e la tierra.Entre ellos, el ciego y el cojo, la preñada y la parida a una.Gran asa mblea vuelve acá. 9 Con lloro vienen y con súplicas los devuelvo, los llevo a arroyos de agua por camino llano, en que no tropiecen.Porque yo soy para Israel un padre, y Efraím es mi primogénito. 10 Oíd la palabra de Adonai, naciones, y anunciad por las islas a lo lejos, y decid: "El que dispersó a Israel le reunirá y le guardará cual un pastor su hato." 11 Porque ha rescatado Adonai a Jacob, y le ha redimido de la mano de otro más fuerte. 12 Vendrán y darán hurras en la cima de Sión y acudirán al regalo de Adonai: al gra no, al mosto, y al aceite virgen, a las crías de ovejas y de vacas, y será su alma c omo huerto empapado, no volverán a estar ya macilentos. 13 Entonces se alegrará la doncella en el baile, los mozos y los viejos junto s, y cambiaré su duelo en regocijo, y les consolaré y alegraré de su tristeza; 14 empaparé el alma de los sacerdotes de grasa, y mi pueblo de mi regalo se h artará - oráculo de Adonai -. 15 Así dice Adonai:En Ramá se escuchan ayes, lloro amarguísimo.Raquel que llora p or sus hijos, que rehúsa consolarse - por sus hijos - porque no existen. 16 Así dice Adonai:Reprime tu voz del lloro y tus ojos del llanto, porque hay paga para tu trabajo - oráculo de Adonai -: volverán de tierra hostil, 17 y hay esperanza para tu futuro - oráculo de Adonai -: volverán los hijos a s u territorio. 18 Bien he oído a Efraím lamentarse: "Me corregiste y corregido fui, cual becer ro no domado.Hazme volver y volveré, pues tú, Adonai, eres mi Di-s. 19 Porque luego de desviarme, me arrepiento, y luego de darme cuenta, me go lpeo el pecho, me avergüenzo y me confundo luego, porque aguanto el oprobio de mi mocedad." 20 ¿Es un hijo tan caro para mí Efraím, o niño tan mimado, que tras haberme dado ta nto que hablar, tenga que recordarlo todavía?Pues, en efecto, se han conmovido mis entrañas por él; ternura hacia él no ha de faltarme - oráculo de Adonai -. 21 Plántate hitos, ponte jalones de ruta, presta atención a la calzada al camin o que anduviste.Vuelve, virgen de Israel, vuelve a estas ciudades. 22 ¿Hasta cuándo darás rodeos, oh díscola muchacha?Pues ha creado Adonai una noveda d en la tierra: la Mujer ronda al Varón. 23 Así dice Adonai Sebaot, el Di-s de Israel: Todavía dirán este refrán en tierra d e Judá y en sus ciudades, cuando yo haga volver a sus cautivos: "¡Bendígate Adonai, oh estancia justa, oh monte santo!" 24 Y morarán allí Judá y todas sus ciudades juntamente, los labradores y los que trashuman con el rebaño, 25 porque yo empaparé el alma agotada y toda alma macilenta colmaré. 26 En esto, me desperté y vi que mi sueño era sabroso para mí. 27 He aquí que días vienen - oráculo de Adonai - en que sembraré la casa de Israel y la casa de Judá de simiente de hombres y ganados. 28 Entonces, del mismo modo que anduve presto contra ellos para extirpar, d estruir, arruinar, perder y dañar, así andaré respecto a ellos para reconstruir y repl antar - oráculo de Adonai -. 29 En aquellos días no dirán más: "Los padres comieron el agraz, y los dientes de los hijos sufren de dentera"; 30 sino que cada uno por su culpa morirá: quienquiera que coma el agraz tendrá

la dentera. 31 He aquí que días vienen - oráculo de Adonai - en que yo pactaré con la casa de I srael (y con la casa de Judá) una nueva alianza; 32 no como la alianza que pacté con sus padres, cuando les tomé de la mano para sacarles de Egipto; que ellos rompieron mi alianza, y yo hice estrago en ellos - oráculo de Adonai -. 33 Sino que esta será la alianza que yo pacte con la casa de Israel, después de aquellos días - oráculo de Adonai -: pondré mi Ley en su interior y sobre sus corazon es la escribiré, y yo seré su Di-s y ellos serán mi pueblo. 34 Ya no tendrán que adoctrinar más el uno a su prójimo y el otro a su hermano, d iciendo: "Conoced a Adonai", pues todos ellos me conocerán del más chico al más grand e - - oráculo de Adonai - cuando perdone su culpa, y de su pecado no vuelva a acor darme. 35 Así dice Adonai, el que da el sol para alumbrar el día, y gobierna la luna y las estrellas para alumbrar la noche, el que agita el mar y hace bramar sus ola s, cuyo nombre es Adonai Sebaot. 36 Si fallaren estas normas en mi presencia - oráculo de Adonai - también la pr ole de Israel dejaría de ser una nación en mi presencia a perpetuidad. 37 Así dice Adonai:Si fueren medidos los cielos por arriba, y sondeadas las b ases de la tierra por abajo, entonces también yo renegaría de todo el linaje de Isra el por todo cuanto hicieron - oráculo de Adonai -. 38 He aquí que vienen días - oráculo de Adonai - en que será reconstruida la ciudad de Adonai desde la torre de Jananel hasta la Puerta del Angulo; 39 y volverá a salir la cuerda de medir toda derecha hasta la cuesta de Gareb , y torcerá hasta Goá, 40 y toda la hondonada de los Cuerpos Muertos y de la Ceniza, y toda la Cam pa del Muerto hasta el torrente Cedrón, hasta la esquina de la Puerta de los Cabal los hacia oriente será sagrado de Adonai: no volverá a ser destruido ni dado al anat ema nunca jamás. Jeremías 32 1 Palabra que fue dirigida a Jeremías de parte de Adonai el año diez de Sedecías , rey de Judá - o sea, el año dieciocho de Nabucodonosor: 2 A la sazón las fuerzas del rey de Babilonia sitiaban a Yerushalaim, mientr as el profeta Jeremías estaba detenido en el patio de la guardia de la casa del r ey de Judá, 3 donde le tenía detenido Sedecías, rey de Judá, bajo esta acusación: "¿Por qué has pr ofetizado: Así dice Adonai: He aquí que yo entrego esta ciudad en manos del rey de B abilonia, que la tomará, 4 y el rey de Judá, Sedecías, no escapará de manos de los caldeos, sino que será e ntregado sin remisión en manos del rey de Babilonia, con quien hablará boca a boca, y sus ojos se encontrarán con sus ojos, 5 y a Babilonia llevará a Sedecías, y allí estará (hasta que yo le visite - oráculo de Adonai. ¡Aunque luchéis con los caldeos, no triunfaréis!)" 6 Dijo Jeremías: He recibido una palabra de Adonai que dice así: 7 "He aquí que Janamel, hijo de tu tío Sallum, va a dirigirse a ti diciendo: " Ea, cómprame el campo de Anatot, porque a ti te toca el derecho de rescate para co mprarlo."" 8 Vino, pues, a mí Janamel, hijo de mi tío, conforme al dicho de Adonai, al pa tio de la guardia, y me dijo: "Ea, cómprame el campo de Anatot - que cae en terri torio de Benjamín - porque tuyo es el derecho de adquisición y a ti te toca el resca te. Cómpratelo." Yo reconocí en aquello la palabra de Adonai, 9 y compré a Janamel, hijo de mi tío, el campo que está en Anatot. Le pesé la plat a: diecisiete siclos de plata. 10 Lo apunté en mi escritura, sellé, aduje testigos y pesé la plata en la balanza . 11 Luego tomé la escritura de la compra, el documento sellado según ley y la co pia abierta, 12 y pasé la escritura de la compra a Baruc, hijo de Neriyías, hijo de Majseías, a vista de mi primo Janamel y de los testigos firmantes en la escritura de la co

mpra, y a vista de todos los judíos presentes en el patio de la guardia, 13 y a vista de todos ellos di a Baruc este encargo: 14 Así dice Adonai Sebaot el Di-s de Israel: Toma estas escrituras: la escrit ura de compra, el documento sellado y la copia abierta, y las pones en un cántaro de arcilla para que duren mucho tiempo. 15 Porque así dice Adonai Sebaot el Di-s de Israel: "Todavía se comprarán casas y campos y viñas en esta tierra." 16 Después de haber entregado la escritura de propiedad a Baruc, hijo de Neri yías, oré a Adonai diciendo: 17 "¡Ay, Señor Adonai! He aquí que tú hiciste los cielos y la tierra con tu gran po der y tenso brazo: nada es extraordinario para ti, 18 el que hace merced a millares, que se cobra la culpa de los padres a cos ta de los hijos que les suceden, el Di-s grande, el Fuerte, cuyo nombre es Adona i Sebaot, 19 grande en designios y rico en recursos, que tiene los ojos fijos en la c onducta de los humanos, para dar a cada uno según su conducta y el fruto de sus ob ras; 20 tú que has obrado señales y portentos en Egipto, hasta hoy, y en Israel y en la humanidad entera, y te has hecho un nombre, como hoy se ve; 21 y sacaste a tu pueblo Israel de Egipto con señales y prodigios y con mano fuerte y tenso brazo y con gran aparato, 22 y les diste esta tierra que habías jurado darla a sus padres: tierra que m ana leche y miel. 23 Entraron en ella y la poseyeron, pero no hicieron caso de tu voz, ni con forme a tus leyes anduvieron: nada de lo que les mandaste hacer hicieron, y les conminaste con esta calamidad. 24 He aquí que los terraplenes llegan a la ciudad para tomarla y la ciudad es tá ya a merced de los caldeos que la atacan, por causa de la espada y del hambre y de la peste; lo que habías dicho, ha sido, y tú mismo lo estás viendo. 25 ¡Precisamente tú me has dicho, oh Señor Adonai: "Cómprate el campo y aduce testi gos" cuando la ciudad está entregada a manos de los caldeos!" 26 Entonces me fue dirigida la palabra de Adonai como sigue: 27 Mira que yo soy Adonai, el Di-s de toda carne. ¿Habrá cosa extraordinaria pa ra mi? 28 Pues así dice Adonai: He aquí que yo pongo esta ciudad en manos de los calde os y en manos de Nabucodonosor, rey de Babilonia, que la tomará, 29 y entrarán los caldeos que atacan a esta ciudad y le prenderán fuego incendián dola junto con las casas en cuyos terrados se incensaba a Baal y se libaban lib aciones a otros dioses para provocarme. 30 Porque los hijos de Israel y los hijos de Judá no han hecho otra cosa sino lo que me disgusta desde sus mocedades (porque los hijos de Israel no han hecho más que provocarme con las obras de sus manos - oráculo de Adonai -). 31 Porque motivo de mi furor y de mi ira ha sido para mí esta ciudad, desde e l día en que la edificaron hasta hoy, que es como para quitármela de delante, 32 por toda la maldad de los hijos de Israel y de los hijos de Judá, que, par a provocarme, obraron ellos, sus reyes, sus jefes, sus sacerdotes y profetas, el hombre de Judá y el habitante de Yerushalaim, 33 y me volvieron la espalda, que no la cara. Yo les adoctriné asiduamente, m as ellos no quisieron aprender la lección, 34 sino que pusieron sus Monstruos abominables en la Casa que llaman por mi Nombre, profanándola, 35 y fraguaron los altos del Baal que hay en el Valle de Ben Hinnom para ha cer pasar por el fuego a sus hijos e hijas en honor del Moloc - lo que no les ma ndé ni me pasó por las mientes -, obrando semejante abominación con el fin de hacer pe car a Judá. 36 Ahora, pues, en verdad así dice Adonai, el Di-s de Israel, acerca de esta ciudad que - al decir de vosotros - está ya a merced del rey de Babilonia por la e spada, por el hambre y por la peste. 37 He aquí que yo los reúno de todos los países a donde los empujé en mi ira y mi f uror y enojo grande, y les haré volver a este lugar, y les haré vivir en seguridad,

38 serán mi pueblo, y yo seré su Di-s; 39 y les daré otro corazón y otro camino, de suerte que me teman todos los días p ara bien de ellos y de sus hijos después de ellos. 40 Les pactaré alianza eterna - que no revocaré después de ellos - de hacerles bi en, y pondré mi temor en sus corazones, de modo que no se aparten de junto a mí; 41 me dedicaré a hacerles bien, y los plantaré en esta tierra firmemente, con t odo mi corazón y con toda mi alma. 42 Porque así dice Adonai: Como he traído sobre este pueblo todo este gran perj uicio, así yo mismo voy a traer sobre ellos todo el beneficio que pronuncio sobre ellos, 43 y se comprarán campos en esta tierra de la que decís vosotros que es una des olación, sin personas ni ganados, y que está a merced de los caldeos; 44 se comprarán campos con dinero, anotándose en escritura, sellándose y llamando testigos, en la tierra de Benjamín y en los contornos de Yerushalaim, en las ciud ades de Judá, en las de la Montaña, en las de la Tierra Baja y en las del Négueb, pues haré tornar a sus cautivos - oráculo de Adonai -. Jeremías 33 1 De nuevo fue dirigida la palabra de Adonai a Jeremías, que estaba aún deteni do en el patio de la guardia, en estos términos: 2 Así dice Adonai, hacedor de la tierra, que la formó para hacerla subsistir, Adonai es su nombre: 3 Llámame y te responderé y mostraré cosas grandes, inaccesibles, que desconocías. 4 Porque así dice Adonai, el Di-s de Israel, tocante a las casas de esta ciu dad y a las de los reyes de Judá que han sido derruidas. Junto a los terraplenes y a la espada, 5 se traba combate con los caldeos para llenar la ciudad de cadáveres humano s, a los que herí en mi ira y mi furor, y por cuya malicia oculté mi rostro de esta ciudad. 6 He aquí que yo les aporto su alivio y su medicina. Los curaré y les descubri ré una corona de paz y seguridad. 7 Haré tornar a los cautivos de Judá y a los cautivos de Israel y los reedific aré como en el pasado, 8 y los purificaré de toda culpa que cometieron contra mí, y perdonaré todas las culpas que cometieron contra mí, y con que me fueron rebeldes. 9 Yerushalaim será para mí un nombre evocador de alegría, será prez y ornato para todas las naciones de la tierra que oyeren todo el bien que voy a hacerle, y se asustarán y estremecerán de tanta bondad y de tanta paz como voy a concederle. 10 Así dice Adonai: Aún se oirá en este lugar, del que vosotros decís que está abando nado, sin personas ni ganados, en todas las ciudades de Judá y en las calles de Ye rushalaim desoladas, sin personas ni habitantes ni ganados, 11 voz de gozo y de alegría, la voz del novio y la voz de la novia, la voz de cuantos traigan sacrificios de alabanza a la Casa de Adonai diciendo: "Alabad a Adonai Sebaot, porque es bueno Adonai, porque es eterno su amor", pues haré tomar a los cautivos del país, y volverán a ser como antes - dice Adonai -. 12 Así dice Adonai Sebaot: Aún habrá en este lugar abandonado de hombres y ganado s y en todas sus ciudades, dehesa de pastores que hagan acostarse a las ovejas: 13 en las ciudades de la Montaña, y en las de la Tierra Baja, en las del Négueb y en la tierra de Benjamín y en los contornos de Yerushalaim y en las ciudades de Judá, volverán a pasar ovejas ante la mano del que las cuente - dice Adonai. 14 Mirad que días vienen - oráculo de Adonai - en que confirmaré la buena palabra que dije a la casa de Israel y a la casa de Judá. 15 En aquellos días y en aquella sazón haré brotar para David un Germen justo, y practicará el derecho y la justicia en la tierra. 16 En aquellos días estará a salvo Judá, y Yerushalaim vivirá en seguro.Y así se la l lamará: "Adonai, justicia nuestra." 17 Pues así dice Adonai: No le faltará a David quien se siente en el trono de l a casa de Israel; 18 y a los sacerdotes levíticos no les faltará quien en presencia mía eleve holoc austos y queme incienso de oblación y haga sacrificio cada día.

19 Fue dirigida la palabra de Adonai a Jeremías como sigue: 20 Así dice Adonai: Si llegareis a romper mi alianza con el día y con la noche, de suerte que no sea de día o de noche a su debido tiempo, 21 entonces también mi alianza romperíais con mi siervo David, de suerte que le falte un hijo que reine sobre su trono y con los levitas sacerdotes, mis servid ores. 22 Así como es incontable el ejército de los cielos, e incalculable la arena de la mar, así multiplicaré el linaje de mi siervo David y de los levitas que me sirv en. 23 Fue dirigida la palabra de Adonai a Jeremías como sigue: 24 ¿No has visto qué ha dicho este pueblo?: "Los dos linajes que había elegido Ad onai, los ha rechazado", y a mi pueblo menosprecian, como que ni lo tienen por nación. 25 Pues bien, dice Adonai: Si no he creado el día y la noche, ni las leyes de los cielos y la tierra he puesto, 26 en ese caso también rechazaré el linaje de Jacob y de mi siervo David, para no escoger más de su linaje a quienes imperen sobre el linaje de Abraham, Isaac y Jacob, cuando yo haga tornar a sus cautivos y les tenga misericordia. Jeremías 34 1 Palabra que fue dirigida a Jeremías de parte de Adonai, mientras Nabucodon osor, rey de Babilonia, y todas sus fuerzas y todos los reinos de la tierra some tidos a su poder y todos los pueblos atacaban a Yerushalaim y a todas sus ciudad es: 2 Así dice Adonai el Di-s de Israel: Ve y dices a Sedecías, rey de Judá; le dice s: Así dice Adonai: "Mira que yo entrego esta ciudad en manos del rey de Babiloni a, y la incendiará. 3 En cuanto a ti, no te escaparás de su mano, sino que sin falta serás captura do, y en sus manos te pondré y tus ojos verán los ojos del rey de Babilonia, y su bo ca hablará a tu boca, y a Babilonia irás. 4 Empero, oye una palabra de Adonai, oh Sedecías, rey de Judá: Así dice Adonai r especto a ti: No morirás por la espada. 5 En paz morirás. Y como se quemaron perfumes por tus padres, los reyes ante pasados que te precedieron, así los quemarán por ti, y con el "¡ay, señor!" te plañirán, po rque lo digo yo - oráculo de Adonai -. 6 Y habló el profeta Jeremías a Sedecías, rey de Judá, todas estas palabras en Yer ushalaim, 7 mientras las fuerzas del rey de Babilonia atacaban a Yerushalaim y a tod as las ciudades de Judá que quedaban: a Lakís y Azecá, pues estas dos plazas fuertes h abían quedado de todas las ciudades de Judá. 8 Palabra que fue dirigida a Jeremías de parte de Adonai, después de llegar el rey Sedecías a un acuerdo con todo el pueblo de Yerushalaim, proclamándoles una man umisión, 9 en orden a dejar cada uno a su siervo o esclava hebreos libres dándoles la libertad de suerte que ningún judío fuera siervo de su hermano. 10 Todos los jefes y todo el pueblo que entraba en el acuerdo obedecieron, dejando libres quién a su siervo, quién a su esclava, dándoles la libertad de modo que no hubiese entre ellos más esclavos: obedecieron y les dejaron libres. 11 Pero luego volvieron a apoderarse de los siervos y esclavas que habían man umitido y los redujeron a servidumbre y esclavitud. 12 Entonces fue dirigida la palabra de Adonai a Jeremías en estos términos: 13 Así dice Adonai, el Di-s de Israel: yo hice alianza con vuestros padres el día que los saqué de Egipto, de la casa de servidumbre, diciendo: 14 "Al cabo de siete años cada uno de vosotros dejará libre al hermano hebreo q ue se le hubiera vendido. Te servirá por seis años, y le enviarás libre de junto a ti. " Pero no me hicieron caso vuestros padres ni aplicaron el oído. 15 Vosotros os habéis convertido hoy y habéis hecho lo que es recto a mis ojos proclamando manumisión general, y llegando a un acuerdo en mi presencia, en la Ca sa que se llama por mi Nombre; 16 pero os habéis echado atrás y profanado mi Nombre, os habéis apoderado de vues

tros respectivos siervos y esclavas a quienes habíais manumitido, reduciéndolos de nuevo a esclavitud. 17 Por tanto, así dice Adonai: Vosotros no me habéis hecho caso al proclamar ma numisión general. He aquí que yo proclamo contra vosotros manumisión de la espada, de la peste y del hambre - oráculo de Adonai - y os doy por espantajo de todos los r einos de la tierra. 18 Y a los individuos que traspasaron mi acuerdo, aquellos que no han hecho válidos los términos del acuerdo que firmaron en mi presencia, yo los volveré como el becerro que cortaron en dos y por entre cuyos pedazos pasaron: 19 a los jefes de Judá, los jefes de Yerushalaim, los eunucos, los sacerdotes y todo el pueblo de la tierra que han pasado por entre los pedazos del becerro, 20 les pondré en manos de sus enemigos y de quienes buscan su muerte y sus ca dáveres serán pasto de las aves del cielo y de las bestias de la tierra. 21 Y a Sedecías, rey de Judá, y a sus jefes les pondré en manos de sus enemigos y de quienes buscan su muerte y del ejército del rey de Babilonia que se ha retira do de vosotros. 22 Mirad que yo lo ordeno - oráculo de Adonai - y les hago volver sobre esta ciudad, y la atacarán, la tomarán y le darán fuego, y las ciudades de Judá las trocaré en desolación sin habitantes. Jeremías 35 1 Palabra que fue dirigida a Jeremías de parte de Adonai, en tiempo de Yoyaq uim, hijo de Josías, rey de Judá. 2 "Ve a la casa de los rekabitas y les hablas. Les llevas a la Casa de Ado nai, a una de las cámaras, y les escancias vino." 3 Tomé, pues, a Yazanías, hijo de Jeremías, hijo de Jabassinías, y a sus hermanos, a todos sus hijos y a toda la casa de los rekabitas, 4 y les llevé a la Casa de Adonai, a la cámara de Ben Yojanán, hijo de Yigdalías, hombre de Di-s, la cual cámara está al lado de la de los jefes, y encima de la de Ma aseías, hijo de Sallum, guarda del umbral, 5 y presentando a los hijos de la casa de los rekabitas unos jarros llenos de vino y tazas, les dije: "¡Bebed vino!" 6 Dijeron ellos: "No bebemos vino, porque nuestro padre Yonadab, hijo de R ekab, nos dio este mandato: "No beberéis vino ni vosotros ni vuestros hijos nunca jamás, 7 ni edificaréis casa, ni sembraréis semilla, ni plantaréis viñedo, ni poseeréis nad a, sino que en tiendas pasaréis toda vuestra existencia, para que viváis muchos días sobre la faz del suelo, donde sois forasteros." 8 Nosotros hemos obedecido a la voz de nuestro padre Yonadab, hijo de Reka b, en todo cuanto nos mandó, absteniéndonos de beber vino de por vida, nosotros, nu estras mujeres, nuestros hijos y nuestras hijas, 9 y no edificando casas donde vivir, ni poseyendo viña ni campo de sementera , 10 sino que hemos vivido en tiendas, obedeciendo y obrando en todo conforme a lo que nos mandó nuestro padre Yonadab. 11 Pero al subir Nabucodonosor, rey de Babilonia, contra el país, dijimos: "V enid y entremos en Yerushalaim, para huir de las fuerzas caldeas y de las de Arán" , y nos instalamos en Yerushalaim." 12 Entonces fue dirigida la palabra de Adonai a Jeremías como sigue: 13 Así dice Adonai Sebaot, el Di-s de Israel: Ve y dices a los hombres de Judá y a los habitantes de Yerushalaim: ¿ No aprenderéis la lección que os invita a escucha r mis palabras? - oráculo de Adonai -. 14 Se ha cumplido la palabra de Yonadab, hijo de Rekab, que prohibió a sus hi jos beber vino, y no han bebido hasta la fecha, porque obedecieron la orden de s u padre. Yo me afané en hablaros a vosotros y no me oísteis. 15 Me afané en enviaros a todos mis siervos los profetas a deciros: Ea, torna d cada uno de vuestro mal camino, mejorad vuestras acciones y no andéis en pos de otros dioses para servirles, y os quedaréis en la tierra que os di a vosotros y a vuestros padres; mas no aplicasteis el oído ni me hicisteis caso. 16 Así, los hijos de Yonadab, hijo de Rekab, han cumplido el precepto que su

padre les impuso, mientras que este pueblo no me ha hecho caso. 17 Por tanto, así ha dicho Adonai, el Di-s Sebaot, el Di-s de Israel: He aquí q ue yo traigo contra Judá y contra los habitantes de Yerushalaim todo el mal que p ronuncié respecto a ellos, por cuanto les hablé y no me oyeron, les llamé y no me resp ondieron. 18 A la casa de los rekabitas dijo Jeremías: "Así dice Adonai Sebaot, el Di-s d e Israel: Por cuanto que habéis hecho caso del precepto de vuestro padre Yonadab y habéis guardado todos esos preceptos y obrado conforme a cuanto os mandó, 19 por lo mismo, así dice Adonai Sebaot, el Di-s de Israel: No faltará a Yonada b, hijo de Rekab, quien siga ante mi faz todos los días." Jeremías 36 1 Aconteció que en el año cuarto de Yoyaquim, hijo de Josías, rey de Judá, fue dir igida esta palabra a Jeremías de parte de Adonai: 2 Tómate un rollo de escribir, y apuntas en él todas las palabras que te he ha blado tocante a Israel, a Judá y a todas las naciones, desde la fecha en que te v engo hablando - desde los tiempos de Josías hasta hoy -. 3 A ver si la casa de Judá se entera de todo el mal que he pensado hacerle, de modo que se convierta cada uno de su mal camino, y entonces yo perdonaría su cu lpa y su pecado. 4 Llamó, pues, Jeremías a Baruc, hijo de Neriyías, y apuntó Baruc al dictado de Je remías todas las palabras que Adonai le había hablado, en un rollo de escribir. 5 Dio Jeremías a Baruc estas instrucciones: "Yo estoy detenido; no puedo ir a la Casa de Adonai. 6 Así que, vete tú, y lees en voz alta el rollo en que has apuntado al dictado mío las palabras de Adonai, a oídos del público de la Casa de Adonai el día del ayuno, y las lees también a oídos de todos los de Judá que vienen de sus ciudades; 7 a ver si presentan sus súplicas a Adonai, y se vuelven cada uno de su mal camino; porque grande es la ira y el furor que ha expresado Adonai contra este p ueblo." 8 Hizo Baruc, hijo de Neriyías, conforme a todo cuanto le había mandado el pro feta Jeremías, y leyó en el libro las palabras de Adonai en la Casa de Adonai. 9 Precisamente en el año quinto de Yoyaquim, hijo de Josías, rey de Judá, el mes noveno, se proclamaba ayuno general delante de Adonai, tanto para el pueblo de Yerushalaim como para toda la gente venida de las ciudades de Judá a Yerushalaim. 10 Baruc, pues, leyó en el libro las palabras de Jeremías en la Casa de Adonai, en la cámara de Guemarías, hijo de Safán el escriba, en el patio alto, a la entrada de la Puerta Nueva de la Casa de Adonai, a oídos de todo el pueblo. 11 Oye Miqueas, hijo de Guemarías, hijo de Safán, todas las palabras de Adonai según el libro, 12 baja a la casa del rey, al cuarto del escriba, y se encuentra con que al lí estaban todos los jefes sentados: el escribano Elisamá, Delaías, hijo de Semaías, Eln atán, hijo de Akbor, Guemarías, hijo de Safán, Sedecías, hijo de Jananías, y todos los de más jefes. 13 Y Miqueas declaró todas las palabras que había oído leer a Baruc en el libro a oídos del pueblo. 14 Entonces todos los jefes enviaron a Yehudí, hijo de Netanías, hijo de Selemías , hijo de Kusí a decir a Baruc: "Toma en tus propias manos el rollo en el que has leído en voz alta al pueblo y vente." Baruc, hijo de Neriyías, tomó el rollo en sus ma nos y se dirigió adonde ellos. 15 Dícenle: "Ea, siéntate y ten a bien leérnoslo a nosotros." Y Baruc se lo leyó. 16 Como oyeron todas aquellas palabras, se asustaron y dijeron cada cual a su vecino: "Anunciemos sin falta al rey todas estas palabras." 17 Y a Baruc le pidieron: "Explícanos cómo has escrito todas estas palabras." 18 Díceles Baruc: "Al dictado. El me recitaba todas estas palabras y yo las i ba escribiendo en el libro con tinta." 19 Dicen los jefes a Baruc: "Vete, escondeos tú y Jeremías, y que nadie sepa dónd e estáis." 20 Y entraron adonde el rey, a la corte (el rollo lo consignaron en la cámara de Elisamá el escriba) y anunciaron a oídos del rey todas aquellas palabras.

21 Entonces envió el rey a Yehudí a apoderarse del rollo, y éste lo tomó del cuarto de Elisamá el escriba. Y Yehudí lo leyó en voz alta al rey y a todos los jefes que es taban en pie en torno al rey. 22 El rey estaba sentado en la casa de invierno, - era en el mes noveno -, con un brasero delante encendido. 23 Y así que había leído Yehudí tres hojas o cuatro, él las rasgaba con el cortapluma s del escriba y las echaba al fuego del brasero, hasta terminar con todo el roll o en el fuego del brasero. 24 Ni se asustaron ni se rasgaron los vestidos el rey ni ninguno de sus sie rvos que oían todas estas cosas, 25 y por más que Elnatán, Delaías y Guemarías suplicaron el rey que no quemara el r ollo, no les hizo caso. 26 Luego el rey ordenó a Yerajmeel, hijo del rey, a Seraías, hijo de Azriel, y a Selemías, hijo de Abdel, apoderarse del escriba Baruc y del profeta Jeremías, pero Adonai los ocultó. 27 Entonces fue dirigida la palabra de Adonai a Jeremías - tras de haber quem ado el rey el rollo y las cosas que había escrito Baruc al dictado de Jeremías - com o sigue: 28 "Vuelve a tomar otro rollo y escribe en él todas las cosas que antes había e n el primer rollo que quemó Yoyaquim, rey de Judá. 29 Y a Yoyaquim, rey de Judá, le dices: Así dice Adonai: Tú has quemado aquel rol lo, diciendo: "¿Por qué has escrito en él: Vendrá sin falta el rey de Babilonia y destru irá esta tierra y se llevará cautivos de ella a hombres y bestias?" 30 Por tanto, así dice Adonai a propósito de Yoyaquim, rey de Judá: No tendrá quien le suceda en el trono de David y su propio cadáver yacerá tirado, expuesto al calo r del día y al frío de la noche. 31 Yo pasaré revista a sus culpas y las de su linaje y sus siervos, y traeré so bre ellos y sobre todos los habitantes de Yerushalaim y los hombres de Judá todo el mal que les dije, sin que hicieran caso." 32 Entonces Jeremías tomó otro rollo, que dio al escriba Baruc, hijo de Neriyías, y éste escribió al dictado de Jeremías todas las palabras del libro que había quemado Y oyaquim, rey de Judá, e incluso se añadió a aquéllas otras muchas por el estilo.

Jeremías 37 1 Vino a reinar, en vez de Konías, hijo de Yoyaquim, el rey Sedecías, hijo de Josías, al que Nabucodonosor, rey de Babilonia, puso por rey en tierra de Judá, 2 pero tampoco él ni sus siervos, ni el pueblo de la tierra, hicieron caso d e las palabras que Adonai había hablado por medio del profeta Jeremías. 3 El rey Sedecías envió a Yukal, hijo de Selemías, y al sacerdote Sofonías, hijo d e Maaseías, a decir al profeta Jeremías: "¡Ea! Ruega por nosotros a nuestro Di-s Adon ai." 4 Y Jeremías iba y venía en público, pues no le habían encarcelado. 5 Las fuerzas de Faraón salieron de Egipto, y al oír hablar de ellos los calde os que sitiaban a Yerushalaim, levantaron el sitio de Yerushalaim. 6 Entonces fue dirigida la palabra de Adonai al profeta Jeremías: 7 Así dice Adonai, el Di-s de Israel: Así diréis al rey de Judá que os envía a mí, a c onsultarme: He aquí que las fuerzas de Faraón que salían en vuestro socorro se han vue lto a su tierra de Egipto, 8 y volverán los caldeos que atacan a esta ciudad, la tomarán y la incendiarán. 9 Así dice Adonai: No cobréis ánimos diciendo: "Seguro que los caldeos terminarán por dejarnos y marcharse"; porque no se marcharán, 10 pues aunque hubieseis derrotado a todas las fuerzas de los caldeos que o s atacan y les quedaren sólo hombres acribillados, se levantarían cada cual en su ti enda e incendiarían esta ciudad. 11 Cuando las tropas caldeas estaban levantando el sitio de Yerushalaim, re plegándose ante las tropas del Faraón, aconteció que 12 Jeremías salía de Yerushalaim para ir a tierra de Benjamín a asistir a un repa rto en el pueblo. 13 Y encontrándose él en la puerta de Benjamín, donde había un vigilante llamado Yi riyías, hijo de Selemías, hijo de Jananías, éste prendió al profeta Jeremías diciendo: "¡Tú t

asas a los caldeos!" 14 Dice Jeremías: "¡Falso! Yo no me paso a los caldeos." Pero Yiriyías no le hizo caso, y poniendo preso a Jeremías, le llevó a los jefes, 15 los cuales se irritaron contra Jeremías, le dieron de golpes y le encarcel aron en casa del escriba Jonatán, convertida en prisión. 16 Así que Jeremías ingresó en el calabozo y en las bóvedas y permaneció allí mucho tie mpo. 17 El rey Sedecías mandó traerle, y le interrogó en su casa, en secreto: "¿Hay algo de parte de Adonai?" Dijo Jeremías: "Lo hay." Y añadió: "En mano del rey de Babiloni a serás entregado." 18 Y dijo Jeremías al rey Sedecías: "¿En qué te he faltado a ti, a tus siervos y a este pueblo, para que me hayáis puesto en prisión? 19 ¿Pues dónde están vuestros profetas que os profetizaban: "No vendrá el rey de Ba bilonia contra vosotros ni contra esta tierra? 20 Ahora, pues, oiga el rey mi señor, caiga bien en tu presencia mi petición de gracia y no me vuelvas a casa del escriba Jonatán, no muera yo allí." 21 Entonces el rey Sedecías mandó que custodiasen a Jeremías en el patio de la gu ardia y se le diese un rosco de pan por día de la calle de los panaderos, hasta qu e se acabase todo el pan de la ciudad. Y Jeremías permaneció en el patio de la guard ia. Jeremías 38 1 Oyeron Sefatías, hijo de Mattán, Guedalías, hijo de Pasjur, hijo de Malkiyías, l as palabras que Jeremías hablaba a todo el pueblo: 2 "Así dice Adonai: Quien se quede en esta ciudad, morirá de espada, de hambre y de peste, mas el que se entregue a los caldeos vivirá, y eso saldrá ganando. 3 Así dice Adonai: Sin remisión será entregada esta ciudad en mano de las tropas del rey de Babilonia, que la tomará." 4 Y dijeron aquellos jefes al rey: "Ea, hágase morir a ese hombre, porque co n eso desmoraliza a los guerreros que quedan en esta ciudad y a toda la plebe, d iciéndoles tales cosas. Porque este hombre no procura en absoluto el bien del pueb lo, sino su daño." 5 Dijo el rey Sedecías: "Ahí le tenéis en vuestras manos, pues nada podría el rey contra vosotros." 6 Ellos se apoderaron de Jeremías, y lo echaron a la cisterna de Malkiyías, hi jo del rey, que había en el patio de la guardia, descolgando a Jeremías con sogas. E n el pozo no había agua, sino fango, y Jeremías se hundió en el fango. 7 Pero Ebed Mélek el kusita - un eunuco de la casa del rey - oyó que habían meti do a Jeremías en la cisterna. El rey estaba sentado en la puerta de Benjamín. 8 Salió Ebed Mélek de la casa del rey, y habló al rey en estos términos: 9 "Oh mi señor el rey, está mal hecho todo cuanto esos hombres han hecho con e l profeta Jeremías, arrojándole a la cisterna. Total lo mismo se iba a morir de hamb re, pues no quedan ya víveres en la ciudad." 10 Entonces ordenó el rey a Ebed Mélek el kusita: "Toma tú mismo de aquí treinta ho mbres, y subes al profeta Jeremías del pozo antes de que muera." 11 Ebed Mélek tomó consigo a los hombres y entrando en la casa del rey, al vest uario del tesoro, tomó allí deshechos de paños y telas, y con sogas los descolgó por la cisterna hasta Jeremías. 12 Dijo Ebed Mélek el kusita a Jeremías: "Hala, ponte los deshechos de paños y te las entre los sobacos y las sogas." Así lo hizo Jeremías, 13 y halando a Jeremías con las sogas le subieron de la cisterna. Y Jeremías se quedó en el patio de la guardia. 14 Entonces el rey Sedecías mandó traer al profeta Jeremías a la entrada tercera que había en la Casa de Adonai, y dijo el rey a Jeremías: "Yo te pregunto una cosa: no me ocultes nada." 15 Dijo Jeremías a Sedecías: "Si te soy sincero, seguro que me matarás; y aunque te aconseje, no me escucharás." 16 El rey Sedecías juró a Jeremías en secreto: "Por vida de Adonai, y por la vida que nos ha dado, que no te haré morir ni te entregaré en manos de estos hombres qu e andan buscando tu muerte."

17 Dijo Jeremías a Sedecías: "Así dice Adonai, el Di-s Sebaot, el Di-s de Israel: Si sales a entregarte a los jefes del rey de Babilonia, vivirás tú mismo y esta ciu dad no será incendiada: tanto tú como los tuyos viviréis. 18 Pero si no te entregas a los jefes del rey de Babilonia, esta ciudad será puesta en manos de los caldeos e incendiada, y tú no escaparás de sus manos." 19 Dijo el rey Sedecías a Jeremías: "Me preocupan los judíos que se han pasado a los caldeos, no vaya a ser que me entreguen en sus manos, y éstos hagan mofa de mí. " 20 Pero replicó Jeremías: "No te entregarán. ¡Ea!, oye la voz de Adonai en esto que te digo, que te resultará bien y quedarás con vida. 21 Mas si rehusas a salir, esto es lo que me ha mostrado Adonai. 22 Mira que todas las mujeres que han permanecido en la casa del rey de Judá serán sacadas adonde los jefes del rey de Babilonia, e irán diciendo: Te empujaron y pudieron contigo aquellos con quienes te saludabas.Se hundieron en el lodo tus pies, hiciéronse atrás. 23 Y a todas tus mujeres y tus hijos irán sacando adonde los caldeos, y tú no e scaparás de ellos, sino que en manos del rey de Babilonia serás puesto, y esta ciuda d será incendiada." 24 Entonces dijo Sedecías a Jeremías: "Que nadie sepa nada de esto, y no morirás. 25 Aunque se enteren los jefes de que he estado hablando contigo, y viniend o a ti te digan: "Decláranos qué has dicho al rey sin ocultárnoslo, y así no te mataremo s, como también lo que el rey te ha hablado", 26 tú les dirás: "He pedido al rey la gracia de que no se me devuelva a casa de Jonatán a morirme allí."" 27 En efecto, vinieron todos los jefes a Jeremías, le interrogaron, y él les re spondió conforme a lo que queda dicho que le había mandado el rey: y ellos quedaron satisfechos, porque nada se sabía de lo hablado. 28 Así quedó Jeremías en el patio de la guardia, hasta el día en que fue tomada Yer ushalaim. Ahora bien, cuando fue tomada Yerushalaim... Jeremías 39 1 En el año nueve de Sedecías, rey de Judá, el décimo mes, vino Nabucodonosor, rey de Babilonia, con todo su ejército contra Yerushalaim, y la sitiaron. 2 En el año once de Sedecías, el cuarto mes, el nueve del mes, se abrió una brec ha en la ciudad, 3 y entraron todos los jefes del rey de Babilonia y se instalaron en la Pu erta Central: Nergal Sareser, Samgar Nebo, Sar Sekim, jefe superior, Nergal Sare ser, alto funcionario y todos los demás jefes del rey de Babilonia. 4 Al verles Sedecías, rey de Judá, y todos los guerreros, huyeron de la ciudad salieron de noche camino del parque del rey por la puerta que está entre los dos muros, y se fueron por el camino de la Arabá. 5 Las tropas caldeas les persiguieron y dando alcance a Sedecías en los llan os de Jericó, le prendieron y le subieron a Riblá, en tierra de Jamat, adonde Nabuco donosor, rey de Babilonia, que lo sometió a juicio. 6 Y el rey de Babilonia degolló a los hijos de Sedecías en Riblá a la vista de ést e; luego el rey de Babilonia degolló a toda la aristocracia de Judá, 7 y habiendo cegado los ojos a Sedecías le ató con doble cadena de bronce para llevárselo a Babilonia. 8 Los caldeos incendiaron la casa del rey y las casas del pueblo y demolie ron los muros de Yerushalaim; 9 cuanto al resto del pueblo que quedaba en la ciudad, a los desertores qu e se habían pasado a él y a los artesanos restantes los deportó Nebuzaradán, jefe de la guardia, a Babilonia. 10 En cuanto a la plebe baja, los que no tienen nada, hízoles quedar Nebuzara dán, jefe de la guardia, en tierra de Judá, y en aquella ocasión les dio viñas y parcel as. 11 Nabucodonosor, rey de Babilonia, había dado instrucciones a Nebuzaradán, jef e de la guardia, respecto a Jeremías en este sentido: 12 "Préndele y tenle a la vista; y no le hagas daño alguno, antes harás con él lo q ue él mismo te diga."

13 Entonces (Nebuzaradán, jefe de la guardia) Nebusazbán, jefe superior, Nergal Sareser, oficial superior, y todos los grandes del rey de Babilonia 14 enviaron en busca de Jeremías, y lo confiaron a Godolías, hijo de Ajicam, hi jo de Safán, para que le hiciese salir a casa, y permaneció entre la gente. 15 Estando Jeremías detenido en el patio de la guardia, le había sido dirigida la palabra de Adonai en estos términos: 16 Vete y dices a Ebed Mélek el kusita: Así dice Adonai Sebaot, el Di-s de Isra el: Mira que yo hago llegar mis palabras a esta ciudad para su daño, que no para s u bien, y tú serás testigo en aquel día, 17 pero yo te salvaré a ti aquel día - oráculo de Adonai - y no serás puesto en man os de aquellos cuya presencia evitas temeroso, 18 antes bien te libraré, y no caerás a espada. Saldrás ganando la propia vida, p orque confiaste en mí - oráculo de Adonai. Jeremías 40 1 Palabra dirigida a Jeremías de parte de Adonai, luego que Nebuzaradán, jefe de la guardia, le dejó libre en Ramá, cuando le tomó aparte, estando él esposado con tod os los deportados de Yerushalaim y Judá que iban camino de Babilonia. 2 En efecto, el jefe de la guardia tomó aparte a Jeremías y le dijo: "Tu Di-s Adonai había predicho esta desgracia a este lugar, 3 y lo ha cumplido. Adonai ha hecho conforme había predicho. Y esto os ha su cedido porque pecasteis contra Adonai y no oísteis su voz. 4 Ahora bien, desde hoy te suelto las esposas de tus muñecas. Si te parece b ien venirte conmigo a Babilonia, vente, y yo miraré por ti. Pero si te parece mal venirte conmigo a Babilonia, déjalo. Mira, tienes toda la tierra por delante; adon de mejor y más cómodo te parezca ir, vete." 5 Aún no había dado media vuelta cuando le dijo: "Vuelve adonde Godolías, hijo d e Ajicam, hijo de Safán, a quien el rey de Babilonia ha encargado de las ciudades de Judá, y quédate a vivir con él entre esta gente. En suma, vete adonde mejor te aco mode." Luego el jefe de la guardia le proporcionó algunos víveres y ayuda de costa y le despidió. 6 Jeremías, por su parte, vino al lado de Godolías, hijo de Ajicam, a Mispá, y s e quedó a vivir con él entre la población que había quedado en el país. 7 Todos los jefes de guerrilleros, así como sus hombres, oyeron cómo el rey de Babilonia había encargado del país a Godolías, hijo de Ajicam, y cómo le había encargado de los hombres, mujeres, niños y de aquella gente baja de la tierra, que no habían sido deportados a Babilonia, 8 y fueron donde Godolías, a Mispá, Ismael, hijo de Netanías, Yojanán y Jonatán, hij o de Caréaj, Seraías, hijo de Tanjumet, los hijos de Efay el netofita y Yaazanías de M aaká en compañía de sus hombres. 9 Godolías, hijo de Ajicam, hijo de Safán, les hizo un juramento a ellos y a s us hombres: "No temáis ser siervos de los caldeos. Quedaos en el país y servid al re y de Babilonia, y os irá bien. 10 Por mi parte, aquí me tenéis establecido en Mispá, para responder a los caldeo s que vengan a nosotros; y vosotros cosechad vino, mieses y aceite, metedlo en vuestras vasijas, y vivid en las ciudades que hayáis recuperado." 11 También todos los judíos que había en Moab, entre los ammonitas, y en Edom, y los que había en todos los demás países oyeron que había dejado el rey de Babilonia un r esto a Judá y que había encargado de él a Godolías, hijo de Ajicam, hijo de Safán. 12 Todos estos judíos regresaron de los distintos lugares adonde se habían refu giado y venidos al país de Judá, junto a Godolías, a Mispá, cosecharon vino y mieses en gran abundancia. 13 Entonces Yojanán, hijo de Caréaj, y todos sus jefes de guerrilleros vinieron adonde Godolías a Mispá 14 y le dijeron: "¿Sabes que Baalís, rey de los ammonitas, ha enviado a Ismael, hijo de Netanías, para asesinarte?" Godolías, hijo de Ajicam, no les dio crédito. 15 Entonces Yojanán, hijo de Caréaj, dijo a Godolías secretamente en Mispá: "Ea, iré yo y asestaré el golpe a Ismael, hijo de Netanías, sin que nadie lo sepa. ¿Por qué tiene que asesinarte él a ti, lo que supondría la desbandada de todo Judá, apiñado en torno t uyo, y la pérdida del resto de Judá?"

16 Godolías, hijo de Ajicam, replicó a Yojanán, hijo de Caréaj: "No hagas eso, porq ue es falso lo que dices de Ismael." Jeremías 41 1 Pues bien, el mes séptimo, Ismael, hijo de Netanías, hijo de Elisamá, de linaj e real, se dirigió en compañía de algunos grandes del rey y diez hombres a Godolías, hij o de Ajicam, a Mispá, y allí en Mispá comieron juntos. 2 Se levantó Ismael, hijo de Netanías, y los diez que estaban con él, y acuchill aron a Godolías, hijo de Ajicam, hijo de Safán, y dieron muerte a aquel a quien el r ey de Babilonia había encargado del país. 3 También mató Ismael a todos los judíos que estaban con él, con Godolías, en Mispá y a los guerreros caldeos que se hallaban allí. 4 Era al día siguiente del asesinato de Godolías, y nadie lo sabía. 5 Unos hombres venían de Siquem de Silo y de Samaría, ochenta entre todos, la barba raída, harapientos y arañados, portadores de oblaciones e incienso que traían a la Casa de Adonai. 6 Salió Ismael, hijo de Netanías, a su encuentro desde Mispá. Iba llorando mient ras caminaba, y llegando junto a ellos, les dijo: "Venid adonde Godolías, hijo de Ajicam." 7 Y así que hubieron entrado dentro de la ciudad, Ismael, hijo de Netanías, lo s degolló con la ayuda de sus hombres, y los echó dentro de una cisterna. 8 Entre aquellos hombres hubo diez que dijeron a Ismael: "No nos mates, qu e en el campo tenemos escondites de trigo, cebada, aceite y miel." Y no les mató c omo a sus hermanos. 9 La cisterna adonde echó Ismael todos los cadáveres de los hombres que mató, er a la cisterna grande. Es la que hizo el rey Asá para prevenirse contra Basá, rey de Israel; Ismael, hijo de Netanías, la llenó de asesinados. 10 Luego Ismael hizo prisioneros a todo el resto del pueblo que quedaba en Mispá, a las hijas del rey y a todo el pueblo que quedaba en Mispá, que Nebuzaradán, j efe de la guardia, había encomendado a Godolías, hijo de Ajicam; y de madrugada se f ue Ismael, hijo de Netanías, a pasarse a los ammonitas. 11 Oyó Yojanán, hijo de Caréaj, y todos los jefes de las fuerzas que le acompañaban , todos los crímenes que había hecho Ismael, hijo de Netanías. 12 Tomando a todos sus hombres fueron a luchar con Ismael, hijo de Netanías, al que encontraron junto a la gran alberca, que está en Gabaón. 13 Apenas toda la gente que esta con Ismael vio a Yojanán, hijo de Caréaj, y a todos los jefes de las fuerzas que le acompañaban, se llenaron de gozo, 14 y dando media vuelta toda aquella gente que Ismael llevaba prisionera de Mispá, regresaron al lado de Yojanán, hijo de Caréaj, 15 en tanto que Ismael, hijo de Netanías, se escapaba de Yojanán con ocho hombr es, rumbo a los ammonitas. 16 Yojanán, hijo de Caréaj, y todos los jefes de las fuerzas que le acompañaban r ecogieron de Mispá a todo el resto de la gente que Ismael, hijo de Netanías, había hec ho prisionera después que hubo matado a Godolías, hijo de Ajicam - hombres, gente de guerra, mujeres, niños y eunucos -, a los cuales hizo volver de Gabaón. 17 Ellos se fueron y se instalaron en el Refugio de Kimham, que está al lado de Belén, para seguir luego hasta Egipto 18 huyendo de los caldeos, pues les temían por haber matado Ismael, hijo de N etanías, a Godolías, hijo de Ajicam, a quien el rey de Babilonia había encargado del país. Jeremías 42 1 Entonces se llegaron todos los jefes de las fuerzas, así como Yojanán, hijo de Caréaj, Azarías, hijo de Hosaías y el pueblo en masa, del chico al grande, 2 y dijeron al profeta Jeremías: "Caiga bien nuestra demanda de favor ante t i, y ruega a tu Di-s Adonai por nosotros, por todo este resto, pues hemos quedad o pocos de muchos que éramos, como tus ojos están viendo, 3 y que nos indique tu Di-s Adonai el camino por donde hemos de ir y lo qu e hemos de hacer." 4 Díceles el profeta Jeremías: "De acuerdo: ahora mismo me pongo a rogar a vue

stro Di-s Adonai como decís, y sea cual fuere la respuesta de Adonai para vosotro s, yo os la declararé sin ocultaros palabra." 5 Y ellos dijeron a Jeremías: "Séanos Adonai testigo veraz y leal, si no obram os conforme a cualquier mensaje que tu Di-s Adonai te envía para nosotros. 6 Sea grata o sea ingrata, nosotros oiremos la voz de nuestro Di-s Adonai a quien te enviamos, por cuanto que bien nos va cuando oímos la voz de nuestro Dis Adonai." 7 Pues bien, al cabo de diez días fue dirigida la palabra de Adonai a Jeremías . 8 Este llamó a Yojanán, hijo de Caréaj, a todos los jefes de las fuerzas que había con él y al pueblo todo, del chico al grande, 9 y les dijo: "Así dice Adonai, el Di-s de Israel, a quien me habéis enviado e n demanda de su favor: 10 Si os quedáis a vivir en esta tierra, yo os edificaré y no os destruiré, os pl antaré y no os arrancaré, porque me pesa del mal que os he hecho. 11 No temáis al rey de Babilonia, que tanto os asusta: no temáis nada de él - orácu lo de Adonai - que con vosotros estoy yo para salvaros y libraros de su mano. 12 Haré que se os tenga compasión y él os la tendrá y os devolverá a vuestro suelo. 13 Pero si decís vosotros: "No nos quedamos en este país", desoyendo así la voz d e vuestro Di-s Adonai, 14 diciendo: "No, sino que al país de Egipto iremos, donde no veamos guerra, ni oigamos toque de cuerno, ni tengamos hambre de pan, y allí nos quedaremos"; 15 ¡pues bien! en ese caso, oíd la palabra de Adonai, oh resto de Judá. Así dice Ad onai Sebaot, el Di-s de Israel: Si vosotros enderezáis rumbo a Egipto, y entráis com o refugiados allí, 16 entonces la espada que teméis os alcanzará allí en Egipto, y el hambre que rec eláis, allá os irá pisando los talones; y allí, en Egipto mismo, moriréis. 17 Así sucederá que todos los que enderecen rumbo a Egipto como refugiados mori rán por la espada, por el hambre y por la peste, y no les quedará superviviente ni e vadido del daño que yo traiga sobre ellos. 18 Porque así dice Adonai Sebaot, el Di-s de Israel: Como se vertió mi ira y mi cólera sobre los habitantes de Yerushalaim, así se verterá mi cólera contra vosotros co mo entréis en Egipto, y seréis tema de imprecación y asombro, de maldición y oprobio, y no veréis más este lugar. 19 Ha dicho Adonai respecto a vosotros, resto de Judá: "No entréis en Egipto." Podéis estar seguros que os lo he avisado hoy, 20 que os estáis engañando a vosotros mismos, pues que vosotros me habéis enviado a vuestro Di-s Adonai diciendo: "Ruega por nosotros a nuestro Di-s Adonai, y cu anto diga nuestro Di-s Adonai nos lo declaras, que lo haremos." 21 Yo os lo he declarado hoy, pero no hacéis caso de vuestro Di-s Adonai en n ada de cuanto me ha enviado a deciros. 22 Ahora, pues, podéis estar seguros de que por la espada, el hambre y la pes te moriréis en aquel lugar adonde deseáis refugiaros." Jeremías 43 1 Ahora bien, así que hubo acabado Jeremías de transmitir a todo el pueblo el recado de Adonai su Di-s, que Adonai le había dado para ellos, 2 dijo Azarías, hijo de Hosaías, y también Yojanán, hijo de Caréaj, y todos los homb res insolentes se pusieron a decir a Jeremías: "Estás mintiendo. No te ha encargado nuestro Di-s Adonai decir: "No vayáis a Egipto como refugiados allí"". 3 Sino que Baruc, hijo de Neriyías, te azuza contra nosotros con objeto de p onernos en manos de los caldeos para que nos hagan morir y nos deporten a Babilo nia. 4 Además, ni Yojanán, hijo de Caréaj, ni ninguno de los jefes de las tropas, ni nadie del pueblo escuchó la voz de Adonai que mandaba quedarse en tierra de Judá; 5 antes bien, Yojanán, hijo de Caréaj, y todos los jefes de las tropas tomaron consigo a todo el resto de Judá, los que habían regresado, para habitar en tierra de Judá, de todas las naciones adonde habían sido rechazados: 6 a hombres, mujeres, niños, a las hijas del rey y a toda persona que Nebuza radán, jefe de la guardia, había dejado en paz con Godolías, hijo de Ajicam, hijo de

Safán, y también al profeta Jeremías y a Baruc, hijo de Neriyías, 7 y entrando en la tierra de Egipto, - pues desoyeron la voz de Adonai -, se adentraron hasta Tafnis. 8 Entonces fue dirigida la palabra de Adonai a Jeremías en Tafnis como sigue : 9 Toma en tus manos piedras grandes, y las hundes en el cemento de la terr aza que hay a la entrada del palacio de Faraón en Tafnis, a vista de los judíos, 10 y les dices: Así dice Adonai Sebaot, el Di-s de Israel: He aquí que yo mando en busca de mi siervo Nabucodonosor, rey de Babilonia, y pondrá su sede por encim a de estas piedras que he enterrado, y desplegaré su pabellón sobre ellas. 11 Vendrá y herirá a Egipto, quien sea para la muerte, a la muerte; quien para el cautiverio, al cautiverio; quien para la espada, a la espada; 12 y prenderá fuego a los templos de los dioses de Egipto, los incendiará, y a los dioses les hará cautivos. Despiojará a Egipto como despioja un pastor su zalea, y saldrá de allí victorioso. 13 Romperá los cipos de Bet Semes que hay en Egipto, y los templos de los dio ses egipcios abrasará. Jeremías 44 1 Palabra que fue dirigida a Jeremías con destino a todos los judíos estableci dos en territorio egipcio en Migdol, Tafnis, Nof, y en territorio de Patrós. 2 Así dice Adonai Sebaot, el Di-s de Israel: Vosotros habéis visto la calamida d que he acarreado a Yerushalaim y a todas las ciudades de Judá, y ahí las tenéis arr uinadas hoy en día, sin que haya en ellas habitante, 3 en vista de la maldad que hicieron para irritarme, yendo a incensar y se rvir a otros dioses desconocidos de ellos, de vosotros y de vuestros padres. 4 Yo me afané por enviaros a todos mis siervos, los profetas, a deciros: "Ea , no hagáis esta abominación que detesto." 5 Mas no oyeron ni aplicaron el oído para convertirse de su malicia y dejar de incensar a otros dioses. 6 Derramóse mi cólera y mi ira y ardió en las ciudades de Judá y en las calles de Yerushalaim, que fueron reducidas a ruinas desoladas, como lo están hoy día. 7 Ahora, pues, así dice Adonai, el Di-s Sebaot, el Di-s de Israel: ¿Por qué os h acéis tanto daño a vosotros mismos, hasta borraros a hombre y mujer, niño y lactante d e en medio de Judá sin que os quede resto, 8 irritándome con las hechuras de vuestras manos, quemando incienso a otros dioses en Egipto, adonde habéis venido como refugiados, como queriendo acabar de b orraros a vosotros mismos y acabar en tema de maldición y oprobio en todas las nac iones de la tierra? 9 ¿Si será que habéis olvidado las maldades de vuestros padres y las de los reye s de Judá y de sus caudillos, y las propias vuestras y las de vuestras mujeres; ma ldades que hacían en tierra de Judá y en las calles de Yerushalaim? 10 No se han compungido hasta la fecha, ni han temido ni andado en la Ley y los preceptos que propuse a vosotros y a vuestros padres. 11 Por tanto, así dice Adonai Sebaot, el Di-s de Israel: Mirad que yo me fijo en vosotros para mal, y para raer a todo Judá. 12 Echaré mano al resto de Judá - los que enderezaron rumbo a Egipto, para entr ar allí como refugiados - y serán acabados todos ellos en Egipto, y caerán por la esp ada, por el hambre serán acabados. Del chico al grande por la espada y por el hamb re morirán, y serán tema de imprecación y asombro, de maldición y oprobio. 13 Visitaré a los que viven en Egipto, lo mismo que visité a Yerushalaim: con l a espada, el hambre y la peste, 14 y del resto de Judá, que, como refugiados vinieron acá a Egipto, no quedará ev adido ni superviviente para volver a tierra de Judá, adonde se prometen volver par a quedarse allí, porque ya no volverán más que algunos huidos. 15 Respondieron a Jeremías todos los hombres que sabían que sus mujeres quemaba n incienso a otros dioses, y todas las mujeres presentes - una gran concurrenci a - y todo el pueblo establecido en territorio egipcio, en Patrós: 16 "En eso que nos has dicho en nombre de Adonai, no te hacemos caso, 17 sino que cumpliremos precisamente cuanto tenemos prometido, que es quema

r incienso a la Reina de los Cielos y hacerle libaciones, como venimos haciendo nosotros y nuestros padres, nuestros reyes y nuestros jefes en las ciudades de Judá y en las calles de Yerushalaim, que nos hartábamos de pan, éramos felices y ningún mal nos sucedía. 18 En cambio, desde que dejamos de quemar incienso a la Reina de los Cielos y de hacerle libaciones, carecemos de todo, y por la espada y el hambre somos a cabados." 19 "Pues y cuando nosotras quemábamos incienso a la Reina de los Cielos y nos dedicábamos a hacerle libaciones, ¿ acaso sin contar con nuestros maridos le hacíamos pasteles con su efigie derramando libaciones?" 20 Jeremías dijo a todo el pueblo, a hombres, a mujeres y a todos sus interlo cutores: 21 "¿No es aquel incienso que ofrecíais en las ciudades de Judá y en las calles d e Yerushalaim vosotros y vuestros padres, vuestros reyes y jefes y el pueblo de la tierra lo que ha recordado Adonai y le ha venido a las mientes? 22 ¿Y no pudiendo Adonai aguantar más el espectáculo de vuestras malas acciones, de las abominaciones que habíais hecho, ha venido a ser la tierra vuestra una rui na, tema de pasmo y maldición y sin habitantes - como lo es hoy día -; 23 y porque ofrecisteis incienso y pecasteis contra Adonai y desoísteis la vo z de Adonai, y no os condujisteis según su Ley, sus preceptos y sus estatutos, pr onunció contra vosotros esta calamidad, como sucede hoy día?" 24 Y dijo Jeremías a todo el pueblo y a todas las mujeres: "Oíd la palabra de A donai - todo Judá, los que vivís en Egipto -. 25 Así dice Adonai Sebaot, el Di-s de Israel: Vosotros y vuestras mujeres hab lasteis con vuestras bocas, y con vuestras manos cumplisteis lo dicho: "Sin fal ta realizaremos los votos que hicimos de quemar incienso a la Reina de los Cielo s y de hacerle libaciones." Mantened, pues, vosotras vuestros votos y realizad v uestros votos sin falta. 26 Empero, oíd la palabra de Adonai, todo Judá, los que vivís en Egipto. Mirad qu e yo he jurado por mi gran Nombre - dice Adonai - que no será más mi Nombre pronunci ado por boca de ninguno de Judá que diga: "¡Por vida del Señor Adonai!" en toda la tie rra de Egipto. 27 Mirad que yo estoy alerta sobre ellos para mal, no para bien, y serán cons umidos todos los de Judá que están en Egipto, por la espada y el hambre hasta su aca bamiento, 28 sólo unos pocos, escapados de la espada, volverán de Egipto a Judá y sabrá todo el resto de Judá, los que han venido a Egipto como refugiados aquí, qué palabra se man tendrá: si la mía o la suya. 29 Y esto será para vosotros señal - oráculo de Adonai - de que os visito yo en e ste lugar, de suerte que sepáis que han de mantenerse sin falta mis palabras para desgracia vuestra. 30 Así dice Adonai: Mirad que yo entrego al Faraón Jofrá, rey de Egipto, en manos de sus enemigos y de los que buscan su muerte, como entregué a Sedecías, rey de Ju dá, en manos de Nabucodonosor, rey de Babilonia, su enemigo, que buscaba su muerte ." Jeremías 45 1 Palabra que dijo el profeta Jeremías a Baruc, hijo de Neriyías, cuando éste co piaba estas palabras en un libro al dictado de Jeremías, en el año cuarto de Yoyaqui m, hijo de Josías, rey de Judá. 2 Así dice Adonai, el Di-s de Israel, respecto a ti, oh Baruc: 3 Tú dijiste: "¡Ay de mí, que añade Adonai congoja a mi sufrimiento! Me he agotado en mi jadeo, pero sosiego no hallé." 4 Así le dirás: Esto dice Adonai: Mira que lo que edifiqué, yo lo derribo, y aqu ello que planté, yo lo arranco, esto por toda la tierra. 5 ¡Y tú andas buscándote grandezas! No las busques porque mira que yo traigo des gracia sobre toda carne - oráculo de Adonai - pero a ti te daré la vida salva por bo tín a donde quiera que vayas. Jeremías 46

1 Lo que fue dicho por Adonai al profeta Jeremías sobre las naciones. 2 Para Egipto. Sobre el ejército del Faraón Nekó, rey de Egipto, que estuvo sobr e el río Eufrates, en Karkemis, al cual batió Nabucodonosor, rey de Babilonia, el año cuarto de Yoyaquim, hijo de Josías, rey de Judá. 3 Ordenad escudo y pavés, y avanzad a la batalla. 4 Uncid los caballos y montad, caballeros.Poneos firmes con los cascos, pu lid las lanzas, vestíos las cotas. 5 ¡Pero qué veo!Ellos se desmoralizan, retroceden, y sus valientes son batidos y huyen a la desbandada sin dar la cara.Terror por doquier - oráculo de Adonai -. 6 No huirá el ligero, ni escapará el valiente: al norte, a la orilla del Eufra tes, tropezaron y cayeron. 7 ¿Quién es ése que como el Nilo sube, y como los ríos de entrechocantes aguas? 8 Egipto como el Nilo sube, y como ríos de entrechocantes aguas.Y dice: "Voy a subir, voy a cubrir la tierra.Haré perecer a la ciudad y a los que viven en ell a. 9 Subid, caballos, y enfureceos, carros, y salgan los valientes de Kus y d e Put que manejan escudo, y los ludios que asestan el arco." 10 Aquel día será para el Señor Adonai, día de venganza para vengarse de sus advers arios.Devorará la espada y se hartará y se abrevará de su sangre; pues será la matanza d e Adonai Sebaot en la tierra del norte, cabe el río Eufrates. 11 Sube a Galaad y recoge bálsamo, virgen, hija de Egipto; en vano menudeas l as curas: alivio no hay para ti. 12 Han oído las naciones tu deshonra, y tu alarido llenó la tierra, porque vali ente contra valiente tropezaron, a una cayeron entrambos. 13 La palabra que habló Adonai al profeta Jeremías acerca de la venida de Nabuc odonosor, rey de Babilonia, para atacar a Egipto. 14 Anunciad en Egipto y hacedlo oír en Migdol, y hacedlo en Nof y en Tafnis.D ecid: Tente tieso y erguido, que ha devorado la espada tus contornos. 15 ¡Cómo es que ha huido Apis y tu forzudo no se ha sostenido!Es que Adonai le empujó. 16 Hizo menudear los tropezones, hasta hacer caer al uno sobre el otro; y d ecía: "Arriba, y volvamos a nuestro pueblo y a nuestra patria, ante la espada irre sistible." 17 Llamad a Faraón, rey de Egipto: "Ruido. - Dejó pasar la ocasión." 18 ¡Por vida mía! - oráculo del Rey cuyo nombre es Adonai Sebaot - que cual el Ta bor entre los montes, y como el Carmelo sobre el mar ha de venir. 19 Avíos de destierro haz para ti, población, hija de Egipto, porque Nof parará e n desolación, y quedará arrasada sin habitantes. 20 Novilla hermosísima era Egipto: un tábano del norte vino sobre ella. 21 Asimismo sus mercenarios que había en ella eran como novillos de engorde.P ues también ellos volvieron la cara, huyeron a una, sin pararse, cuando el día de su infortunio les sobrevino, el tiempo de su castigo. 22 Una voz emite como de serpiente que silba, mientras en torno suyo andan y con hachas le acometen, como leñadores. 23 Talaron su selva - oráculo de Adonai - porque era impenetrable, pues eran más numerosos que la langosta, y no se les podía contar. 24 Han puesto en vergüenza a la hija de Egipto: ha sido entregada al pueblo d el norte. 25 Dice Adonai Sebaot, el Di-s de Israel: He aquí que yo visito a Amón de No, a Faraón y a Egipto y a sus dioses y reyes, a Faraón y a los que confían en él, 26 y los pongo en manos de los que buscan su muerte, en manos de Nabucodono sor, rey de Babilonia, y en manos de sus siervos; tras de lo cual será repoblado como antaño - oráculo de Adonai. 27 Pero tú no temas, siervo mío Jacob, ni desmayes, Israel, pues mira que yo ac udo a salvarte desde lejos y a tu linaje del país de su cautiverio; volverá Jacob, s e sosegará y estará tranquilo, y no habrá quien le inquiete. 28 Tú no temas, siervo mío Jacob, - oráculo de Adonai - que contigo estoy yo, pue s acabaré con todas las naciones adonde te empujé, pero contigo no acabaré; aunque sí te corregiré como conviene, ya que impune no te dejaré.

Jeremías 47 1 Lo que fue dicho por Adonai al profeta Jeremías sobre los filisteos, en vísp eras de batir el Faraón a Gaza. 2 Así dice Adonai:He aquí unas aguas que suben del norte y se hacen torrente i nundante, y van a inundar la tierra y lo que la llena, la ciudad y los que moran en ella; y clamará la gente, y ululará todo morador de la tierra 3 al son del galopar de los caballos de sus adalides, al ruido de sus carr os y al estrépito de sus ruedas.No se volverán padres a hijos, por el cansancio de s us brazos, 4 hasta que llegue el día de asolar a toda Filistea, y de raer a Tiro y a Si dón todo auxiliar fugado, porque va a asolar Adonai a Filistea, residuo de la isla de Kaftor. 5 Llegó la rapadura a Gaza, muda ha quedado Ascalón; tú, el resto de su valle, ¿ha sta cuándo te arañarás? 6 ¡Ay, espada de Adonai! ¿Cómo va a estarse quieta?Recógete a tu vaina, date repos o y calla. 7 ¿Cómo va a estarse quieta, si Adonai la mandó?En Ascalón y el litoral marítimo, al lá la citó. Jeremías 48 1 Sobre Moab.Así dice Adonai Sebaot, el Di-s de Israel: ¡Ay de Nebo, porque ha sido saqueada!Está confusa, ha sido tomada Quiryatáyim.Está confusa la acrópolis y anon adada. 2 Ya no existe la prez de Moab.En Jesbón han planeado su ruina: "Vamos y bor rémosla de entre las naciones."También a ti, Madmén, se te hará callar.La espada te va a la zaga. 3 Gritos desde Joronáyim, devastación y quebranto grande. 4 Quebrantada fue Moab.Hácense oír los gritos de sus pequeños. 5 La cuesta de Lujit, llorando se la suben, y a la bajada de Joronáyim grito s desgarrados se oyen. 6 "Huid, poneos en salvo, haced como el onagro en el desierto." 7 En réplica a tu confianza en tus obras y tus tesoros, también tú eres tomada, y sale Kemós desterrado, sus sacerdotes y jefes a una, 8 Viene el devastador a todas las ciudades, y ni una ciudad se salva.Y se pierde el valle, y es asolada la meseta: tal ha dicho Adonai. 9 Dad alas, a Moab, porque ha de salir volando, y sus ciudades se volverán d esolación sin nadie que las habite. 10 (Maldito quien haga el trabajo de Adonai con dejadez, y maldito el que p rive a sus espada de sangre). 11 Tranquilo estaba Moab desde su mocedad, y quieto se estaba en sus atalay as.Nunca fue trasegado, ni al destierro marchó.Por eso le duraba su gusto, y su sa bor no se picó. 12 Empero, he aquí que días vienen, - oráculo de Adonai - en que yo le he de envi ar decantadores que lo decanten. Sus vasijas vaciarán, y sus odres reventarán. 13 Se avergonzará Moab de Kemós, como se avergonzó la casa de Israel de Betel, en el que confiaba. 14 ¿Cómo decís: "Valientes somos, y hombres fuertes para la guerra"? 15 Moab está devastado; han escalado sus ciudades, y la flor de sus mancebos bajaron a la matanza - oráculo del Rey cuyo nombre es Adonai Sebaot. 16 El infortunio de Moab es inminente, y su calamidad se precipita. 17 Lloradle, todos sus vecinos y todos los que conocen su nombradía.Decid: "¿Cómo ha sido quebrantada la vara poderosa, el báculo precioso?" 18 Desciende del honor y siéntate en la tierra seca, población hija de Dibón, por que el devastador de Moab ha subido contra ti, ha destruido tus fortalezas. 19 En el camino párate y otea, población de Aroer; pregunta al fugitivo y al es capado; di: "¿Qué ha sucedido?" 20 Confuso está Moab porque fue destruido.Ululad y clamad.Anunciad en el Arnón que ha sido saqueado Moab.

21 Y la sentencia ha llegado a la meseta, a Jolón, a Yahsá y a Mefaat, 22 a Dibón, a Nebo y a Bet Diblatáyim, 23 a Quiryatáyim, a Bet Gamul y a Bet Maón, 24 a Queriyyot, a Bosrá y a todas las ciudades de la tierra de Moab, las leja nas y las cercanas. 25 "Se partió el cuerno de Moab y su brazo se rompió", - oráculo de Adonai -. 26 Emborrachadle porque contra Adonai se engrandeció. Moab se revolcará en su vóm ito, y quedará en ridículo él también. 27 Pues qué, ¿no te pareció a ti ridículo Israel? ¿o quizá entre ladrones fue sorprendi do, que siempre que hablas de él meneas la cabeza? 28 "Dejad las ciudades y acomodaos en la peña, habitantes de Moab, sed como l a paloma cuando anida en las paredes de las simas..." 29 Hemos oído la arrogancia de Moab: ¡es muy arrogante!, su orgullo, su arrogan cia, su altanería y la soberbia de su corazón. 30 Conozco - oráculo de Adonai - su presunción, y que sus bravatas no son como sus hechos. 31 Así que, por Moab ulularé y por Moab entero gritaré; por los hombres de Quir J eres suspiraré: 32 Más que se lloró a Yazer lloraré por ti, ¡oh viña de Sibmá!Tus sarmientos pasaban la mar, hasta Yazer alcanzaban.Sobre tu cosecha y sobre tu vendimia el saqueador s e abatió, 33 y fue quitada alegría y alborozo de Carmelo y del país de Moab, y el vino a los trujales he quitado, no se oye el grito alegre del pisador, ya no se oyen gr itos. 34 De tanto gritar en Jesbón, hasta Elalé, hasta Yahas llegaron las voces desde Soar hasta Joronáyim, - Eglat Selisiyyá -, porque también las aguas de Nimrim se han trocado en aridez. 35 Quitaré a Moab - oráculo de Adonai - de subirse al alto e incensar a sus dio ses. 36 Por eso mi corazón por Moab como flauta resuena, porque cuanto habían guarda do se perdió, 37 pues toda cabeza ha sido rapada y toda barba raída: en todas las manos araña zos y en todos los lomos saco, 38 en todos los terrados de Moab y por sus calles todo el mundo se lamentab a, porque he quebrantado a Moab como vaso de desecho - oráculo de Adonai -. 39 ¡Cómo has sido destruida! ululad. ¡Cómo ha vuelto la espalda Moab con vergüenza, y ha venido a ser Moab la burla y el espanto de todos sus vecinos! 40 Porque así ha dicho Adonai: (Ved cómo cual un águila se remonta y extiende sus alas sobre Moab.) 41 Tomadas fueron las plazas, y las fortalezas ocupadas. (Vendrá a ser el cor azón de los valientes de Moab en aquel día como corazón de mujer en parto.) 42 Devastado está Moab que ya no es pueblo, porque contra Adonai se engrandec ió. 43 Pánico, hoya y trampa contra ti, morador de Moab, - oráculo de Adonai. 44 El que huya del pánico, caerá en la hoya y el que suba de la hoya será preso e n la trampa, porque voy a hacer que se llegue a ella, a Moab, el año de su castigo - oráculo de Adonai -. 45 A la sombra de Jesbón se pararon sin fuerza los fugitivos, cuando fuego sa lió de Jesbón y llama de la casa de Sijón, y devoró las sienes de Moab y el cráneo de los hijos del ruido. 46 ¡Ay de ti Moab!Pereció el pueblo de Kemós, pues han sido tomados sus hijos en cautiverio y sus hijas en cautividad. 47 Pero yo haré volverse a los cautivos de Moab en días futuros - oráculo de Adon ai -.Hasta aquí la sentencia de Moab. Jeremías 49 1 A los ammonitas.Así dice Adonai: ¿Hijos no tiene Israel? ¿o heredero no tiene? Entonces ¿por qué ha heredado Milkom a Gad, y su pueblo en las ciudades de éste habita ? 2 Por eso, he aquí que días vienen - oráculo de Adonai - en que haré oír a Rabbá de lo

s ammonitas el clamoreo del combate y ella parará el montículo de ruinas; y sus hija s serán abrasadas y heredará Israel a los que le heredaron - oráculo de Adonai -. 3 Ulula, Jesbón, porque Ar ha sido devastada.Gritad, hijas de Rabbá, ceñíos de say al, lamentaos y discurrid por las cercas.Porque Milkom al destierro va, sus sace rdotes y sus jefes a una. 4 ¿Por qué te jactas de tu Valle, criatura independiente, confiada en sus teso ros: "¿Quién llegará hasta mí?" 5 Mira que yo traigo sobre ti espanto - oráculo del Señor Adonai Sebaot - por todos tus alrededores, y seréis ahuyentados cada uno por su lado y no habrá quien reún a a los errantes. 6 (Tras de lo cual haré volverse a los cautivos, de los ammonitas - oráculo de Adonai -.) 7 A Edom.Así dice Adonai Sebaot: ¿No queda ya sabiduría en Temán? ¿Pereció la prudenci a de los entendidos, se evaporó su sabiduría? 8 Huid, dad media vuelta, buscad profunda morada, moradores de Dedán, porque el infortunio de Esaú he traído sobre él, la hora de su visita. 9 Si vinieran a ti vendimiadores, ¿no dejarían rebuscos?Si ladrones por la noc he, dañarían hasta donde les bastase. 10 Pues bien, yo he desnudado a Esaú, he descubierto sus secretos, estar ocul to no puede.Ha sido aniquilado su linaje, sus hermanos y vecinos, y él mismo no ap arece. 11 Deja a tus huérfanos, yo haré que vivan, y tus viudas en mí confiarán. 12 Pues así dice Adonai: Conque los que no tienen por qué beber la copa la bebe n, ¿y tú precisamente vas a quedar impune? No quedarás impune, antes sin falta la bebe rás. 13 Porque por mí lo he jurado - oráculo de Adonai - que en desolación se converti rá Bosrá, y todas sus ciudades se convertirán en ruinas eternas. 14 Una nueva he oído de parte de Adonai, un mensajero entre las naciones envi ado: "Juntaos y venid contra él y poneos en pie de guerra." 15 Porque es cierto que pequeño te hice yo entre las naciones, despreciable e ntre los hombres. 16 El espanto que infundías te engañó, la soberbia de tu corazón, tú, el que habitas en las hendiduras de la roca, que ocupas lo alto de la cuesta.Aunque pongas en a lto, como el águila, tu nido, de allí te haré bajar - oráculo de Adonai -. 17 Edom parará en desolación: todo el que pase a su vera se asombrará y silbará al ver todas sus heridas. 18 Cual la catástrofe de Sodoma y Gomorra y sus vecinas - dice Adonai - donde no vive nadie, ni reside en ellas ser humano. 19 Vedlo como león que sube del boscaje del Jordán hacia el pastizal perenne, c uando en un instante le haré salir huyendo de allí, para colocar allí a quien me plazc a.Porque ¿quién como yo, y quién me emplazará, y quién es el pastor que aguante en mi pres encia? 20 Así pues, oíd la decisión que Adonai ha tomado sobre Edom y sus planes sobre l os moradores de Temán.Juro que les han de llevar a rastras las crías de los rebaños, q ue asolarán sobre ellos sus pastizales. 21 Al son de su caída retumbó la tierra y el griterío hasta el mar de las Cañas se dejó oír. 22 Ved cómo cual un águila sube, se remonta y extiende sus alas sobre Bosrá; y ve ndrá a ser el corazón de los valientes de Edom en aquel día como corazón de mujer en par to. 23 A Damasco.Avergonzadas están Jamat y Arpad.Porque una noticia mala oyeron, su corazón tembló de espanto; como el mar que no se puede calmar. 24 Flaqueó Damasco, dio vuelta para huir y escalofríos la sobrecogieron: apuro y dolores la acometieron como a parturienta. 25 ¡Cómo! ¿No fue abandonada la ciudad celebrada, la villa de mi contento? 26 En verdad, caerán sus jóvenes escogidos en sus plazas, y todos los guerreros perecerán aquel día - oráculo de Adonai Sebaot -. 27 Prenderé fuego a la muralla de Damasco, y consumirá los alcázares de Ben Hadad . 28 A Quedar y a los reinos de Jasor, que batió Nabucodonosor, rey de Babiloni

a. Así dice Adonai:Alzaos, subid a Quedar y saquead a los hijos de oriente. 29 Sus tiendas y rebaños serán tomados; sus toldos y todo su ajuar y sus camell os les serán arrebatados, y a ellos se les llamará "Terror por doquier". 30 Huid, emigrad muy lejos, buscad profunda morada, moradores de Jasor - orác ulo de Adonai - porque ha tomado contra vosotros Nabucodonosor, rey de Babilonia , una decisión, y ha trazado un plan contra vosotros. 31 Alzaos, subid contra la nación pacífica que vive confiada - oráculo de Adonai -.Ni puertas ni cerrojos tiene.En aislamiento viven. 32 Y serán sus camellos objeto del pillaje y el tropel de sus ganados para bo tín, y esparciré a todo viento a los que se afeitan las sienes, y de todos sus aledaño s traeré su infortunio - oráculo de Adonai -. 33 Y vendrá a ser Jasor guarida de chacales, desolación sempiterna, donde no se asienta nadie y en la que no reside ser humano. 34 Lo que fue dicho por Adonai al profeta Jeremías tocante a Elam en el princ ipio del reinado de Sedecías, rey de Judá. 35 Así dice Adonai Sebaot:He aquí que yo rompo el arco de Elam, primicia de su fuerza 36 y voy a traer sobre Elam los cuatro vientos desde los cuatro cabos de lo s cielos, y a ellos les esparciré a todos estos vientos, y no habrá nación a donde no lleguen los arrojados de Elam. 37 Haré desmayar a Elam ante sus enemigos y ante los que buscan su muerte y t raeré sobre ellos cosa mala, el ardor de mi ira - oráculo de Adonai - y soltaré tras e llos la espada hasta acabarlos. 38 Pondré mi trono en Elam y haré desaparecer de allí a rey y jefes - oráculo de Ad onai -. 39 Luego, en días futuros, haré volver a los cautivos de Elam - oráculo de Adonai -. Jeremías 50 1 La palabra que habló Adonai contra Babilonia, contra el país de los caldeos, por medio del profeta Jeremías. 2 Anunciadlo y hacedlo oír entre las gentes; levantad bandera; hacedlo oír; no lo calléis; decid:Ha sido tomada Babilonia, está confuso Bel, desmayó Marduk, están con fusos sus ídolos, (desmayaron sus inmundicias). 3 Porque subió contra ella una gente del norte, que va a convertir su territ orio en desolación, y no habrá en él habitante.Tanto personas como bestias emigraron, se fueron. 4 En aquellos días y en aquella sazón - oráculo de Adonai - vendrán los hijos de I srael, (y los hijos de Judá junto con ellos), andando y llorando, en busca de Adon ai su Di-s. 5 De Sión preguntaron por el camino, allá se dirigen: "Venid y aliémonos a Adona i con pacto eterno, inolvidable." 6 Ovejas perdidas era mi pueblo.Sus pastores las descarriaron, extraviándola s por los montes.De monte en collado andaban, olvidaron su aprisco. 7 Cualquiera que les topaba los devoraba, y sus contrarios decían: "No comet emos ningún delito, puesto que ellos pecaron contra Adonai, ¡el pastizal de justicia y la esperanza de sus padres - Adonai!" 8 Emigrad de Babilonia, y del país de los caldeos salid. Sed como los machos cabríos al frente del rebaño. 9 Porque mirad que yo hago que despierte y suba contra Babiloniauna confed eración de grandes naciones del norte, que se organizarán contra ella.Y por allí será to mada.Sus saetas, cual de valiente experto, no volverán de vacío. 10 Entonces será entregada Caldea al saqueo: todos los que la saqueen se hart arán, - oráculo de Adonai. 11 Porque os alegrasteis, porque gozasteis, depredadores de mi heredad, por que dabais corcovos como novilla en dehesa, y relinchos como animales fuertes. 12 Vergonzosa está vuestra madre sobremanera, abochornada la que os dio a luz .Es ahora la última de las naciones: desierto, sequedad y paramera. 13 Por la cólera de Adonai no será poblada, mas estará desolada toda ella.Todo el que pase a la vera de Babilonia quedará atónito, y silbará al ver todas sus heridas.

14 Ordenaos contra Babilonia en derredor, todos los que asestáis arco; tirad contra ella, no escatiméis las flechas pues ha pecado contra Adonai. 15 Dad gritos contra ella en derredor.Ella tiende su mano. Fallaron sus cim ientos, se derrumbaron sus muros.Era la venganza de Adonai.Tomad venganza de ell a:Tal cual hizo, haced con ella. 16 Suprimid de Babilonia al sembrador y al que maneja la hoz al tiempo de l a siega.Ante la espada irresistible, cada uno enfilará hacia su pueblo, cada uno h uirá a su tierra. 17 Rebaño disperso es Israel: leones lo ahuyentaron.El rey de Asiria lo devoró el primero, y Nabucodonosor, rey de Babilonia, lo quebrantó después. 18 Por tanto, así dice Adonai Sebaot, el Di-s de Israel: He aquí que yo visito al rey de Babilonia y su territorio, lo mismo que visité al rey de Asiria. 19 Y devolveré a Israel a sus pastizal, y pacerá el Carmelo y el Basán, y en la m ontaña de Efraím y Galaad se saciará. 20 En aquellos días y en aquella sazón - oráculo de Adonai -, se buscará la culpa d e Israel y no la habrá, y el pecado de Judá y no se hallará, porque seré piadoso con el resto que yo deje. 21 "Sube a la tierra de Meratáyim, sube contra ella; y a los habitantes de Pe cod pásalos a espada y dalos al anatema hasta el último - oráculo de Adonai -: haz en todo según te lo he mandado." 22 Ruido de guerra en el país y quebranto grande. 23 ¡Cómo se partió y fue quebrado el martillo de toda la tierra! ¡Cómo vino a ser pas moBabilonia entre las naciones! 24 Te puse lazo y quedaste atrapada,Babilonia, sin darte cuenta; se dio con tigo y fuiste capturada, porque contra Adonai te sublevaste. 25 Abrió Adonai su arsenal y sacó las armas de su ira.Era la tarea del Señor Adon ai Sebaot en tierra de caldeos. 26 "Venid a ella desde el confín, abrid sus almacenes.Haced con ellos montone s y dadlos al anatema: no quede de ella reliquia. 27 Acuchillad todos sus bueyes, bajen a la degollina. ¡Ay de ellos, que llegó s u día, la hora de su castigo!" 28 ¡Voces de huidos y escapados del país de Babilonia anunciando en Sión la venga nza de Adonai nuestro Di-s, la venganza de su santuario! 29 Haced leva de flecheros contra Babilonia, todos los que asestáis arco acam pad en torno suyo.Que no se escape nadie.Pagadle lo que vale su trabajo,Tal cual hizo, haced con ella, porque contra Adonai se insolentó, contra el Santo de Israe l. 30 En verdad, caerán sus mancebos escogidos en sus plazas, y todos sus guerre ros perecerán aquel día - oráculo de Adonai -. 31 Heme aquí contra ti, "Insolencia", - oráculo del Señor Adonai Sebaot - porque ha llegado tu día, la hora en que yo te castigue. 32 Tropezará "Insolencia" y caerá, sin tener quien la levante.Prenderé fuego a su s ciudades, y devorará todos sus contornos. 33 Así dice Adonai Sebaot:Oprimidos estaban los hijos de Israel y los hijos d e Judá a una.Todos sus cautivadores los retenían, se negaban a soltarlos. 34 Su Redentor esforzado,Adonai Sebaot se llama.El tomará la defensa de su ca usa hasta hacer temblar la tierra y estremecerse a los habitantes de Babilonia. 35 ¡Espada a los caldeos - oráculo de Adonai - y a los habitantes de Babilonia, a sus jefes y a sus sabios! 36 Espada a sus adivinos, y quedarán por necios. Espada a sus valientes, y de smayarán. 37 Espada a sus caballos y a sus carros, a toda la mezcolanza de gentes que hay dentro de ella, y serán como mujeres.Espada a sus tesoros y serán saqueados. 38 ¡Sequía a sus aguas y se secarán; porque tierra de ídolos es aquélla, y por sus Es pantos pierden la cabeza! 39 Por eso vivirán las hienas con los chacales y vivirán en ella las avestruces , y no será habitada nunca jamás ni será poblada por siglos y siglos. 40 Como en la catástrofe causada por Di-s a Sodoma,Gomorra y sus vecinas - orác ulo de Adonai - donde no vive nadie, ni reside en ellas ser humano.

41 Mirad que un pueblo viene del norte, una gran nación, y muchos reyes se de spiertan de los confines de la tierra. 42 Arco y lanza blanden, crueles son y sin entrañas.Su voz como la mar muge, y a caballo van montados, ordenados como un solo hombre para la guerra contra ti , hija de Babel. 43 Oyó el rey de Babilonia nuevas de ellos y flaquean sus manos.Angustia le a saltó, dolor como de parturienta. 44 Vedlo como león que sube del boscaje del Jordán hacia el pastizal perenne, c uando en un instante le haré salir huyendo de allí, para colocar allí a quien me plazc a.Porque ¿quién como yo, y quién me emplazará, y quién es el pastor que aguante en mi pres encia? 45 Así pues, oíd la decisión que Adonai ha tomado sobre Babilonia y sus planes so bre el país de los caldeos.Juro que les han de llevar a rastras las crías de los reb años, que asolarán sobre ellos sus pastizales. 46 Al son de la conquista de Babilonia retumbó la tierra, y el griterío de las naciones se dejó oír. Jeremías 51 1 Así dice Adonai:Mirad que yo despierto contra Babilonia y los habitantes d e Leb Camay un viento destructor. 2 Enviaré a Babilonia beldadores que la bielden y dejen vacío su territorio, p orque se la acosará por todas partes el día aciago. 3 El arquero que no aseste su arco, ni se jacte de su cota.No tengáis piedad para sus jóvenes escogidos: dad al anatema todo su ejército. 4 Caerán heridos en tierra de Caldea, y traspasados en sus calles. 5 Pero no ha enviudado Israel ni Judá de su Di-s, de Adonai Sebaot.Sus tierr as estaban llenas de delitos contra el Santo de Israel. 6 Huid del interior de Babilonia, (y salvad cada cual vuestra vida), no pe rezcáis por su culpa, pues es hora de venganza para Adonai: le está pagando su merec ido. 7 Copa de oro era Babilonia en la mano de Adonai, que embriagaba toda la t ierra.De su vino bebieron las naciones, lo que las hizo enloquecer. 8 De pronto cayó Babilonia y se rompió.Ululad por ella, tomad bálsamo para su su frimiento, a ver si sana. 9 Hemos curado a Babilonia, pero no ha sanado, dejadla y vayamos, cada cua l a su tierra, porque ha llegado a los cielos el juicio contra ella, se ha eleva do hasta las nubes. 10 Adonai hizo patente nuestra justicia; venid y cantemos en Sión las obras d e Adonai nuestro Di-s. 11 Aguzad las saetas, llenad las aljabas.Ha despertado Adonai el espíritu de los reyes de Media, porque sobre Babilonia está su designio de destruirla, porque esta será la venganza de Adonai, la venganza de su santuario. 12 Sobre las murallas de Babilonia izad bandera, reforzad la guardia, apost ad centinelas, preparad celadas; que también Adonai ha tomado un acuerdo, también él v a a cumplir lo que dijo sobre los habitantes de Babilonia. 13 Tú, la que estás instalada sobre ingentes aguas, la de ingentes tesoros, lle gó tu fin, el término de tus ganancias. 14 Lo ha jurado Adonai Sebaot por sí mismo: Yo he de colmarte de hombres como de langostas, y entonarán contra ti el cantar de los lagareros. 15 El es quien hizo la tierra con su poder, el que estableció el orbe con su saber, y con su inteligencia expandió los cielos. 16 Cuando da voces, hay estruendo de aguas en los cielos, y hace subir las nubes desde el extremo de la tierra.El hace los relámpagos para la lluvia y saca e l viento de sus depósitos. 17 Todo hombre es torpe para comprender, se avergüenza del ídolo todo platero, porque sus estatuas son una mentira y no hay espíritu en ellas. 18 19

Vanidad son, cosa ridícula; al tiempo de su visita perecerán. No es así la "Parte de Jacob", pues él es el plasmador del universo, y aquel

cuy heredero es Israel;Adonai Sebaot es su nombre. 20 Un martillo eras tú para mí, un arma de guerra: contigo machaqué naciones, con tigo destruí reinos, 21 contigo machaqué caballo y caballero, contigo machaqué el carro y a quien lo monta. 22 contigo machaqué a hombre y mujer, contigo machaqué al viejo y al muchacho, contigo machaqué al joven y a la doncella, 23 contigo machaqué al pastor y su hato, contigo machaqué al labrador y su yunt a, contigo machaqué a gobernadores y magistrados. 24 Y haré que Babilonia y todos los habitantes de Caldea paguen por todo el d año que hicieron en Sión, delante de vuestros ojos - oráculo de Adonai -. 25 Heme aquí en contra tuya, montaña destructora - oráculo de Adonai -, destructo ra toda la tierra.Voy a echarte mano y a hacerte rodar desde las peñas, y a conver tirte en montaña quemada. 26 No tomarán de ti piedra angular ni piedra de cimientos, porque desolación po r siempre serás - oráculo de Adonai -. 27 Alzad bandera en la tierra, tocad cuerno en las naciones.Haced leva sant a contra ella en las naciones, citad contra ella a los reinos. de Ararat, Minní y Askenaz, estableced contra ella reclutador, haced que ataque la caballería cual la ngosta. 28 Haced leva santa contra ella en las naciones, los reyes de Media, sus go bernadores y todos sus magistrados y todo el país de su dominio. 29 Y retiembla la tierra, y da vueltas, por haberse cumplido contra Babilon ia los planes de Adonai, de convertir la tierra de Babel en desolación sin habitan tes. 30 Cesaron de guerrear los valientes de Babilonia, se han quedado en las fo rtalezas.Agotóse su bravura, se volvieron mujeres; quemaron sus aposentos, se romp ieron sus barras. 31 Correo al alcance de correo corre, e informador al alcance de informador , para informar al rey de Babilonia que ha sido tomada su ciudad de cabo a cabo, 32 y sus vados fueron ocupados y los cañaverales incendiados, y los guerreros se atemorizaron. 33 Porque así dice Adonai Sebaot, el Di-s de Israel:La hija de Babel es como era al tiempo de apisonarla; un poco más, y le habrá llegado el tiempo de la siega. 34 Me comió, me arrebañó el rey de Babilonia, me dejó como cacharro vacío, me tragó com o un dragón, llenó su vientre con mis buenos trozos, me expulsó. 35 "Mi atropello y mis sufrimientos sobre Babilonia", dirá la población de Sión; y "mi sangre sobre los habitantes de Caldea", dirá Yerushalaim. 36 Por tanto, así dice Adonai:Heme aquí, que defiendo tu causa y vengo tu venga nza, y deseco el mar de el y dejo enjuto su hontanar, 37 y vendrá a ser Babilonia montón de piedras, guarida de chacales, tema de pas mo y rechifla, sin ningún habitante. 38 A una cual leones rugen, gruñen como cachorros de leonas. 39 En teniendo ellos calor les serviré su bebida y les embriagaré de modo que s e alegren, y dormirán un sueño eterno y no se despertarán - oráculo de Adonai -. 40 Les haré bajar como corderos al matadero, como carneros y machos cabríos. 41 ¡Cómo fue tomada Sesac, y ocupada la prez de toda la tierra! ¡Cómo vino a ser pa smoBabilonia entre las naciones! 42 Subió contra Babilonia el mar, por el tropel de sus olas quedó cubierta. 43 Vinieron a quedar sus ciudades devastadas, tierra reseca y yerma, no viv e en ellas nadie, ni discurre por ellas ser humano. 44 Visitaré a Bel en Babilonia, y le sacaré su bocado de la boca, y no afluirán a él ya más las naciones.Hasta la muralla de Babilonia ha caído. 45 Salid de en medio de ella, pueblo mío, que cada cual salve su vida del ard or de la ira de Adonai. 46 Y que no se marchite vuestro corazón y tengáis miedo por el rumor que se oirá en la tierra. Cierto correrá un año tal rumor, y luego al año siguiente, otro distinto : violencia en la tierra, y domeñador sobre domeñador.

47 Pues bien, mirad que vienen días en que visitaré a los ídolos de Babilonia, y todo su territorio se abochornará, y todos sus heridos caerán en medio de ella. 48 Y harán corro contra Babilonia cielos y tierra y todo cuanto hay en ellos, cuando del norte lleguen los devastadores - oráculo de Adonai -. 49 También Babilonia caerá, oh heridos de Israel.También por Babilonia cayeron lo s heridos de toda la tierra. 50 Escapados de la espada, andad, no os paréis, recordad desde lejos a Adonai , y que Yerushalaim os venga en mientes. 51 - "Quedamos abochornados al oír tal afrenta; cubrió la vergüenza nuestros rost ros. ¡Habían penetrado extranjeros hasta los santuarios de la Casa de Adonai!" 52 - Pues bien, mirad que vienen días - oráculo de Adonai - en que visitaré a sus ídolos, y en todo su territorio se quejarán los heridos. 53 Aunque suba Babilonia a los cielos y encastille en lo alto su poder, de mi parte llegarán saqueadores hasta ella - oráculo de Adonai -. 54 Suenan gritos de socorro desde Babilonia, y un fragor desde Caldea. 55 Es que devasta Adonai a Babilonia, apaga de ella el gran ruido, y mugen sus olas como las de alta mar, cuyo son es estruendoso. 56 Es que viene sobre ella, sobre Babilonia el devastador, van a ser apresa dos sus valientes, se han aflojado sus arcos.Porque Di-s retribuidor es Adonai: cierto pagará. 57 Yo embriagaré a sus jefes y a sus sabios, a sus gobernadores y a sus magis trados y a sus valientes, y dormirán un sueño eterno y no se despertarán - oráculo del R ey cuyo nombre es Adonai Sebaot -. 58 Así dice Adonai Sebaot:Aquella ancha muralla de Babilonia ha de ser socava da, y aquellas sus altas puertas con fuego han de ser quemadas, y se habrán fatiga do pueblos para nada, y naciones para el fuego se habrán cansado. 59 Orden que dio el profeta Jeremías a Seraías, hijo de Neriyías, hijo de Majseías, al partir éste de junto a Sedecías, rey de Judá, para Babilonia el año cuarto de su rei nado, siendo Seraías jefe de etapas. 60 Escribió, pues, Jeremías todo el mal que había de sobrevenir a Babilonia en un libro - todas estas palabras arriba escritas acerca de Babilonia 61 y dijo Jeremías a Seraías: "En llegando tú a Babilonia, mira de leer en voz al ta todas estas palabras, 62 y dirás: "Adonai, tú has hablado respecto a este lugar, de destruirlo sin qu e haya en él habitante, ya sea persona o animal, sino que soledad por siempre será. " 63 Luego, en acabando tú de leer en voz alta ese libro, atas a él una piedra y lo arroja al Eufrates, 64 y dices: "Así se hundirá Babilonia y no se recobrará del mal que yo mismo voy a traer sobre ella."" Hasta aquí las palabras de Jeremías.

Jeremías 52 1 Veintiún años tenía Sedecías cuando comenzó a reinar y reinó once años en Yerushalaim el nombre de su madre era Jamital, hija de Jeremías, de Libná. 2 Hizo el mal a los ojos de Adonai, enteramente como había hecho Yoyaquim. 3 Esto sucedió a causa de la cólera de Adonai contra Yerushalaim y Judá, hasta q ue los arrojó de su presencia. Sedecías se rebeló contra el rey de Babilonia. 4 En el año noveno de su reinado, en el mes décimo, el diez del mes, vino Nabu codonosor, rey de Babilonia, con todo su ejército, contra Yerushalaim, acampó contr a ella, y la cercaron con una empalizada. 5 La ciudad estuvo sitiada hasta el año once del rey Sedecías. 6 El mes cuarto, el nueve del mes, cuando arreció el hambre en la ciudad y n o había pan para la gente del pueblo, 7 se abrió una brecha en la ciudad y al verlo el rey y todos los guerreros, huyeron de la ciudad saliendo de noche, por el camino de la puerta que está entre los dos muros que dan al jardín del rey, mientras los caldeos estaban alrededor de la ciudad, y se fueron por el camino de la Arabá. 8 Las tropas caldeas persiguieron al rey Sedecías y le dieron alcance en los llanos de Jericó; entonces todo el ejército se dispersó de su lado. 9 Capturaron al rey y lo subieron a Riblá, en la tierra de Jamat, donde el r

ey de Babilonia, que le sometió a juicio. 10 Los hijos de Sedecías fueron degollados a su vista, y lo mismo a todos los jefes de Judá degolló en Riblá. 11 A Sedecías le sacó los ojos, lo encadenó con cadenas de bronce, y el rey de Ba bilonia lo llevó a Babilonia, donde lo tuvo en prisión hasta el día de su muerte. 12 En el mes quinto, el diez del mes, en el año diecinueve de Nabucodonosor, rey de Babilonia, Nebuzaradán, jefe de la guardia, uno de los que servían ante el re y de Babilonia, vino a Yerushalaim. 13 Incendió la Casa de Adonai y la casa del rey y todas las casas de Yerushal aim. 14 Todas las tropas caldeas que había con el jefe de la guardia demolieron la s murallas que rodeaban a Yerushalaim. 15 Cuanto (a una parte de los pobres del país) al resto del pueblo que quedab a en la ciudad, los desertores que se habían pasado al rey de Babilonia y el resto de los artesanos, Nebuzaradán, jefe de la guardia, los deportó, 16 Nebuzaradán el jefe de la guardia, dejó algunos de entre la gente pobre como viñadores y labradores. 17 Los caldeos rompieron las columnas de bronce que había en la Casa de Adona i, las basas, el Mar de bronce de la Casa de Adonai, y se llevaron todo el bronc e a Babilonia. 18 Tomaron también los ceniceros, las paletas, los cuchillos, los acetres, la s cucharas y todos los utensilios de bronce de que se servían. 19 El jefe de la guardia tomó las vasijas, los incensarios y los aspersorios, los ceniceros, los candeleros, las cucharas y las tazas, cuanto había de oro y pl ata. 20 Cuanto a las dos columnas, el Mar, los doce bueyes de bronce que estaban bajo el Mar y las basas que Salomón había hecho para la Casa de Adonai, no se pudo calcular el peso de bronce de todos aquellos objetos. 21 La altura de una columna era de dieciocho codos, un hilo de doce codos m edía su perímetro; su grosor era de cuatro dedos y era hueca por dentro, 22 y encima tenía un capitel de bronce; la altura del capitel era de cinco co dos; había un trenzado y granadas en torno al capitel, todo de bronce. Lo mismo pa ra la segunda columna. 23 Había noventa y seis granadas que pendían a los lados. En total había cien gra nadas rodeando el trenzado. 24 El jefe de la guardia tomó preso a Seraías, primer sacerdote, y a Sefanías, se gundo sacerdote, y a los tres encargados del umbral. 25 Tomó a un eunuco de la ciudad, que era inspector de los hombres de guerra, siete hombres de los cortesanos del rey, que se encontraban en la ciudad, al se cretario del jefe del ejército, encargado del alistamiento del pueblo de la tierra y sesenta hombres de la tierra que se hallaban en la ciudad. 26 Nebuzaradán, jefe de la guardia, los tomó y los llevó a Riblá, donde el rey de B abilonia, 27 y el rey de Babilonia los hirió haciéndoles morir en Riblá, en el país de Jamat. Así fue deportado Judá, lejos de su tierra. 28 Este es el número de los deportados por Nabucodonosor. El año séptimo: 3.023 d e Judá; 29 el año dieciocho de Nabucodonosor fueron llevadas de Yerushalaim 832 perso nas; 30 el año veintitrés de Nabucodonosor, Nebuzaradán, jefe de la guardia, deportó a 7 45 de Judá. En total: 4.600 personas. 31 En el año treinta y seis de la deportación de Joaquín, rey de Judá, en el mes do ce, el veinticinco del mes, Evil Merodak, rey de Babilonia, hizo gracia en el año en que comenzó a reinar, a Joaquín, rey de Judá, y lo sacó de la cárcel. 32 Le habló con benevolencia y le dio un asiento superior al asiento de los r eyes que estaban con él en Babilonia. 33 Joaquín se quitó sus vestidos de prisión y comió siempre en la mesa del rey, tod os los días de su vida. 34 Le fue dado constantemente su sustento de parte del rey de Babilonia, día tras día, hasta el día de su muerte, todos los días de su vida.

LAMENTACIONES Lamentaciones 1 1 = Alef. = ¡Cómo, ay, yace solitaria la Ciudad populosa!Como una viuda se ha quedado la grande entre las naciones.La Princesa entre las provincias sujeta está a tributo. 2 = Bet. = Llora que llora por la noche, y las lágrimas surcan sus mejillas. Ni uno hay que la consuele entre todos sus amantes.Todos sus amigos la han traic ionado, ¡se le han trocado en enemigos! 3 = Guímel. = Judá está desterrada, en postración y en extrema servidumbre.Sentada entre las naciones, no encuentra sosiego.La alcanzan todos sus perseguidores en tre las angosturas. 4 = Dálet. = Las calzadas de Sión están de luto, que nadie viene a las solemnida des.Todas sus puertas desoladas, sus sacerdotes gimiendo, afligidas sus vírgenes, ¡y ella misma en amargura! 5 = He. = Sus adversarios están a la cabeza, sus enemigos bien felices, porq ue Adonai la ha afligido por sus muchos delitos.Sus niños han partido al cautiveri o delante del adversario. 6 = Vau. = De la hija de Sión se ha ido todo su esplendor.Sus príncipes son co mo ciervos que no encuentran pasto, caminando van sin fuerzas delante del hostig ador. 7 = Zain. = Yerushalaim recuerda sus días de miseria y vida errante, cuando a manos del adversario sucumbía su pueblo, sin que nadie viniera en su ayuda.Los a dversarios la miraban, riéndose de su ruina. 8 = Jet. = Mucho ha pecado Yerushalaim, por eso se ha hecho cosa impura.To dos los que la honraban la desprecian, porque han visto su desnudez; y ella mism a gime y se vuelve de espaldas. 9 = Tet. = Su inmundicia se pega a su ropa; no pensó ella en su fin, ¡y ha caído asombrosamente!No hay quien la consuele. "¡Mira, Adonai, mi miseria, que el enemi go se agiganta!" 10 = Yod. = El adversario ha echado mano a todos sus tesoros; ha visto ella a las gentes entrar en su santuario, aquellos de quienes tú ordenaste: "¡No entrarán en tu asamblea!" 11 = Kaf. = Su pueblo entero gime buscando pan; dan sus tesoros a cambio de alimento, por recobrar la vida. "Mira, Adonai, y contempla qué envilecida estoy." 12 = Lámed. = Vosotros, todos los que pasáis por el camino, mirad y ved si hay dolor semejante al dolor que me atormenta, con el que Adonai me ha herido el día d e su ardiente cólera. 13 = Mem. = Ha lanzado fuego de lo alto, lo ha metido en mis huesos.Ante mi s pies ha tendido una red, me ha tirado hacia atrás; me ha dejado desolada, todo e l día dolorida. 14 = Nun. = Ligado ha sido el yugo de mis delitos, entrelazados por su mano .Sobre mi cuello su yugo doblega mi vigor.El Señor me ha dejado a merced de ellos, ¡ya no puedo tenerme! 15 = Sámek. = Ha desechado a todos mis valientes de en medio de mí el Señor.Ha co nvocado un concejo contra mí para acabar con mis jóvenes.El Señor ha pisado en lagar a la virgen, hija de Judá. 16 = Ain. = Por esto lloro yo; mi ojo, mi ojo se va en agua, porque está lejo s de mí el consolador que reanime mi alma.Mis hijos están desolados, porque ha ganad o el enemigo. 17 = Pe. = Tiende Sión sus manos: ¡no hay quien la consuele!Ha mandado Adonai c ontra Jacob sus adversarios por doquier;Yerushalaim se ha hecho cosa impura en m edio de ellos. 18 = Sade. = Justo, justo es Adonai, porque yo he sido indócil a sus órdenes.Es cuchad, pues, pueblos todos, y mirad mi dolor.Mis doncellas y mis jóvenes han ido al cautiverio. 19 = Qof. = He llamado a mis amantes: me han traicionado ellos.Mis sacerdot es y mis ancianos han expirado en la ciudad, mientras se buscaban alimento por r ecobrar la vida.

20 = Res. = ¡Mira, Adonai, que estoy en angustias! ¡Me hierven las entrañas, el c orazón se me retuerce dentro, pues he sido muy rebelde!Afuera, la espada priva de hijos, en casa es como la muerte. 21 = Sin. = ¡Oye cómo gimo: no hay quien me consuele!Todos mis enemigos, entera dos de mi mal, se alegran de lo que tú has hecho. ¡Haz que llegue el Día que tienes an unciado, para que sean como yo! 22 = Tau. = ¡Llegue ante ti toda su maldad, y trátalos como a mí me trataste por todos mis delitos!Pues son muchos mis gemidos, y languidece mi corazón.

Lamentaciones 2 1 = Alef. = ¡Cómo, ay, ha anublado, en su cólera, el Señor a la hija de Sión! ¡Del cie lo a la tierra ha precipitado el esplendor de Israel, sin acordarse del estrado de sus pies, en el día de su cólera! 2 = Bet. = El Señor ha destruido sin piedad todas las moradas de Jacob; ha d erruido, en su furor, las fortalezas de la hija de Judá; por tierra ha echado, ha profanado al reino y a sus príncipes. 3 = Guímel. = En el ardor de su cólera ha quebrado todo el vigor de Israel; ha echado atrás su diestra de frente al enemigo; ha prendido en Jacob como fuego lla meante que devora a la redonda. 4 = Dálet. = Ha tensado su arco, igual que un enemigo, ha afirmado su diestr a; como un adversario ha matado a todos los que eran encanto de los ojos; en la tienda de la hija de Sión ha vertido su furor como fuego. 5 = He. = Se ha portado el Señor como enemigo; ha destruido a Israel, ha des truido todos sus palacios, ha derruido sus fortalezas, ha acumulado en la hija d e Judá gemidos y gemidos. 6 = Vau. = Ha forzado, como a un huerto, su cerca, ha derruido su lugar de reunión.Ha hecho olvidar Adonai en Sión solemnidades y sábados; ha desechado en el ar dor de su cólera a rey y sacerdote. 7 = Zain. = El Señor ha rechazado su altar, su santuario ha desdeñado; ha deja do a merced del enemigo los muros de sus palacios; ¡gritos se dieron en la Casa de Adonai, como en día solemne! 8 = Jet. = Adonai decidió destruir la muralla de la hija de Sión.Tiró el cordel, y no retrajo su mano de arrasar; ha envuelto en luto antemural y muro, que a la vez se desmoronan. 9 = Tet. = Sus puertas en tierra se han hundido, él ha deshecho y roto sus c errojos; su rey y sus príncipes están entre las gentes; ¡ya no hay Ley!Y tampoco sus p rofetas logran visiones de Adonai. 10 = Yod. = En tierra están sentados, en silencio, los ancianos de la hija de Sión; se han echado polvo en su cabeza, se han ceñido de sayal.Inclinan su cabeza h asta la tierra las vírgenes de Yerushalaim. 11 = Kaf. = Se agotan de lágrimas mis ojos, las entrañas me hierven, mi hígado po r tierra se derrama, por el desastre de la hija de mi pueblo, mientras desfallec en niños y lactantes en las plazas de la ciudad. 12 = Lámed. = Dicen ellos a sus madres: "¿Dónde hay pan?", mientras caen desfalle cidos, como víctimas, en las plazas de la ciudad, mientras exhalan el espíritu en el regazo de sus madres. 13 = Mem. = ¿A quién te compararé? ¿A quién te asemejaré, hija de Yerushalaim? ¿Quién te drá salvar y consolar, virgen, hija de Sión?Grande como el mar es tu quebranto: ¿quién t e podrá curar? 14 = Nun. = Tus profetas vieron para ti visiones de falsedad e insipidez.No revelaron tu culpa, para cambiar tu suerte.Oráculos tuvieron para ti de falacia e ilusión. 15 = Sámek. = Sobre ti baten palmas todos los que pasan de camino; silban y m enean la cabeza sobre la hija de Yerushalaim. "¿Esa es la ciudad que llamaban la H ermosa, la alegría de toda la tierra?" 16 = Pe. = Abren su boca contra ti todos tus enemigos; silban y rechinan de dientes, dicen: "¡Nos la hemos tragado! ¡Ah, éste es el Día que esperábamos! 11 Ya lo alc anzamos, ya lo vemos!" 17 = Ain. = Adonai ha hecho lo que había resuelto, ha cumplido su palabra que había empeñado desde antiguo; ha destruido sin piedad; ha hecho alegrarse sobre ti

al enemigo, ha exaltado la frente de tus adversarios. 18 = Sade. = ¡Clama, pues, al Señor, muralla de la hija de Sión; deja correr a to rrentes tus lágrimas, durante día y noche; no te concedas tregua, no cese la niña de t u ojo! 19 = Qof. = ¡En pie, lanza un grito en la noche, cuando comienza la ronda; co mo agua tu corazón derrama ante el rostro del Señor, alza tus manos hacia él por la vi da de tus pequeñuelos (que de hambre desfallecen por las esquinas de todas las cal les)! 20 = Res. = Mira, Adonai, y considera: ¿a quién has tratado de esta suerte? ¿Tenían las mujeres que comer sus frutos, a sus niños de pecho? ¿Tenían que ser asesinados en el santuario del Señor sacerdote y profeta? 21 = Sin. = Por tierra yacen en las calles niños y ancianos; mis vírgenes y mis jóvenes cayeron a cuchillo; ¡has matado en el día de tu cólera, has inmolado sin piedad ! 22 = Tau. = Como en día solemne congregaste por todo el ámbito terrores; no hub o en el día de la ira de Adonai fugitivo ni evadido.Los que yo había criado y manten ido mi enemigo los exterminó. Lamentaciones 3 1 = Alef. = Yo soy el hombre que ha visto la miseria bajo el látigo de su fu ror. 2 El me ha llevado y me ha hecho caminar en tinieblas y sin luz. 3 Contra mí solo vuelve él y revuelve su mano todo el día. 4 = Bet. = Mi carne y mi piel ha consumido, ha quebrado mis huesos. 5 Ha levantado contra mí en asedio amargor y tortura. 6 Me ha hecho morar en las tinieblas, como los muertos para siempre. 7 = Guímel. = Me ha emparedado y no puedo salir; ha hecho pesadas mis cadena s. 8 Aun cuando grito y pido auxilio, él sofoca mi súplica. 9 Ha cercado mis caminos con piedras sillares, ha torcido mis senderos. 10 = Dálet. = Oso en acecho ha sido para mí, león en escondite. 11 Intrincando mis caminos, me ha desgarrado, me ha dejado hecho un horror. 12

Ha tensado su arco y me ha fijado como blanco de sus flechas.

13 14 15 16 iza. 17 18 19

= He. = Ha clavado en mis lomos los hijos de su aljaba. De todo mi pueblo me he hecho la irrisión, su copla todo el día. El me ha colmado de amargura, me ha abrevado con ajenjo. = Vau. = Ha quebrado mis dientes con guijarro, me ha revolcado en la cen

22 nura; 23 24 25 ca. 26 28 e; 29 30 31

Mi alma está alejada de la paz, he olvidado la dicha. Digo: ¡Ha fenecido mi vigor, y la esperanza que me venía de Adonai! = Zain. = Recuerda mi miseria y vida errante: ¡es ajenjo y amargor! 20 Lo recuerda, lo recuerda, y se hunde mi alma en mí. 21 Esto revolveré en mi corazón, por ello esperaré: = Jet. = Que el amor de Adonai no se ha acabado, ni se ha agotado su ter cada mañana se renuevan: ¡grande es tu lealtad! "¡Mi porción es Adonai, dice mi alma, por eso en él espero!" = Tet. = Bueno es Adonai para el que en él espera, para el alma que le bus Bueno es esperar en silencio la salvación de Adonai. 27 Bueno es para el hombre soportar el yugo desde su juventud. = Yod. = Que se siente solitario y silencioso, cuando el Señor se lo impon que ponga su boca en el polvo: quizá haya esperanza; que tienda la mejilla a quien lo hiere, que se harte de oprobios. = Kaf. = Porque no desecha para siempre a los humanos el Señor: 32 si llega a afligir, se apiada luego según su inmenso amor;

33 34 35 36 37 38 39 40 i. 41 42 43 edad; 45 46 47 48 .

52 55 56 57 58 . 59 60 61 62 64

pues no de corazón humilla él ni aflige a los hijos de hombre. = Lámed. = Cuando se aplasta bajo el pie a todos los cautivos de un país, cuando se tuerce el derecho de un hombre ante la faz del Altísimo, cuando se causa entuerto a un hombre en su proceso, ¿el Señor no lo ve? = Mem. = ¿Quién habló y ello fue? ¿No es el Señor el que decide? ¿No salen de la boca del Altísimo los males y los bienes? ¿De qué, pues, se queja el hombre? ¡Que sea hombre contra sus pecados! = Nun. = Examinemos nuestros caminos, escudriñémoslos, y convirtámonos a Adona Alcemos nuestro corazón y nuestras manos al Di-s que está en los cielos. Nosotros hemos sido rebeldes y traidores: ¡Tú no has perdonado! = Sámek. = Te has envuelto en cólera y nos has perseguido, has matado sin pi 44

te has arropado en una nube para que no pasara la oración;

basura y abyección nos has hecho en medio de los pueblos. = Pe. = Abren su boca contra nosotros todos nuestros enemigos. Terror y fosa es nuestra suerte, desolación y ruina. Arroyos de lágrimas derraman mis ojos por la ruina de la hija de mi pueblo 49 50 51

= Ain. = Mis ojos fluyen y no cesan; ya no hay alivio hasta que mire y veaYahveh desde los cielos. Me hacen daño mis ojos por todas las hijas de mi ciudad.

= Sade. = Cazar me cazaron como a un pájaro, mis enemigos sin motivo. 53 Sofocaron mi vida en una fosa y echaron piedras sobre mí. 54 Sumergieron las aguas mi cabeza, dije: "¡Estoy perdido!" = Qof. = Invoqué tu Nombre, Adonai, desde la hondura de la fosa. Tú oíste mi grito: "¡No cierres tu oído a mi oración que pide ayuda!" Te acercaste el día en que te invocaba, dijiste: "¡No temas!" = Res. = Tú has defendido, Señor, la causa de mi alma, mi vida has rescatado Has visto, Adonai, el entuerto que me hacían: ¡lleva tú mi juicio! Has visto toda su venganza, todos sus planes contra mí. = Sin. = Has oído sus insultos, Adonai, todos sus planes contra mí, los labios de mis agresores y sus tramas, contra mí todo el día. 63 Estén sentados o en pie, mira: yo soy la copla de ellos. = Tau. = Retribúyeles, Adonai, según la obra de sus manos. 65 Dales embotamiento de corazón, ¡tu maldición sobre ellos! 66 ¡Persíguelos con saña, extírpalos de debajo de tus cielos!

Lamentaciones 4 1 = Alef. = ¡Cómo, ay, se ha deslucido, el oro se ha alterado el oro mejor!Las piedras sagradas están, ay, esparcidas por las esquinas de todas las calles. 2 = Bet. = Los hijos de Sión, los excelentes, valiosos como el oro fino, ¡son, ay, considerados como vasos de arcilla, obra de manos de alfarero! 3 = Guímel. = Hasta los chacales desnudan la teta, dan de mamar a sus cachor ros; la hija de mi pueblo se ha vuelto tan cruel como las avestruces del desiert o. 4 = Dálet. = La lengua del niño de pecho se pega de sed al paladar; los pequeñue los piden pan: no hay quien se lo reparta. 5 = He. = Los que comían manjares deliciosos desfallecen por las calles; los que se criaban entre púrpura abrazan los estercoleros. 6 = Vau. = La culpa de la hija de mi pueblo supera al pecado de Sodoma, qu e fue aniquilada en un instante sin que manos en ello se cansaran. 7 = Zain. = Más limpios que la nieve eran sus nazireos, más blancos que la lec he; de cuerpo más rojo que corales, un zafiro su figura. 8 = Jet. = Más oscuro es su semblante que el hollín, ya no se les reconoce por

las calles.Su piel está pegada a sus huesos, seca como madera. 9 = Tet. = Más dichosos fueron los muertos a cuchillo que los muertos de ham bre, que extenuados sucumben, por falta de los frutos de los campos. 10 = Yod. = Las mismas manos de tiernas mujeres cocieron a sus hijos: trist e alimento fueron para ellas, en la ruina de la hija de mi pueblo. 11 = Kaf. = Adonai ha apurado su furor, ha derramado el ardor de su cólera; e ncendió fuego en Sión que ha devorado sus cimientos. 12 = Lámed. = Nunca creyeron los reyes de la tierra ni cuantos moran en el mu ndo, que el adversario y el enemigo entrarían por las puertas de Yerushalaim. 13 = Mem. = ¡Fue por los pecados de sus profetas, por las culpas de sus sacer dotes, que en medio de ella derramaron sangre de justos! 14 = Nun. = Titubeaban por las calles como ciegos, manchados de sangre, sin que nadie pudiera tocar sus vestiduras. 15 = Sámek. = "¡Apartaos! ¡Un impuro!", les gritaban, "¡Apartaos, apartaos! ¡No tocar !"Si huían errantes, se decía entre las naciones: "¡No seguirán de huéspedes aquí!" 16 = Pe. = El Rostro de Adonai los dispersó, no volverá a mirarlos.No hubo resp eto para los sacerdotes, ni piedad para los ancianos. 17 = Ain. = Y aún se consumían nuestros ojos, esperando un socorro: ¡ilusión!Desde nuestros oteros oteábamos a una nación incapaz de salvar. 18 = Sade. = Se acechaban nuestros pasos, para que no anduviéramos por nuestr as plazas.Cerca estaba nuestro fin, cumplidos nuestros días, sí, llegaba nuestro fin . 19 = Qof. = Nuestros perseguidores eran raudos, más que las águilas del cielo; nos acosaban por los montes, en el desierto nos tendían emboscadas. 20 = Res. = Nuestro aliento vital, el ungido de Adonai, quedó preso en sus fo sas; aquel de quien decíamos: "¡A su sombra viviremos entre las naciones!" 21 = Sin. = ¡Regocíjate, exulta, hija de Edom, que habitas en el país de Us! ¡También a ti pasará la copa: te embriagarás y te desnudarás! 22 = Tau. = ¡Se ha borrado tu culpa, hija de Sión; no volverá él a desterrarte! ¡Pero ha de visitar tu culpa, hija de Edom, pondrá al desnudo tus pecados! Lamentaciones 5 1 ¡Acuérdate, Adonai, de lo que nos ha sobrevenido, mira y ve nuestro oprobio! 2 Nuestra heredad ha pasado a extranjeros, nuestras casas a extraños. 3 Somos huérfanos, sin padre; nuestras madres, como viudas. 4 A precio de plata bebemos nuestra agua, nuestra leña nos llega por dinero. 5 El yugo a nuestro cuello, andamos acosados; estamos agotados, no se nos da respiro. 6 Hacia Egipto tendemos nuestra mano, hacia Asur para quitar el hambre. 7 Nuestros padres pecaron: ya no existen; y nosotros cargamos con sus culp as. 8 Esclavos nos dominan, nadie nos libra de su mano. 9 A riesgo de la vida logramos nuestro pan, afrontando la espada del desie rto. 10 Nuestra piel abrasa como un horno, a causa del ardor del hambre. 11 Han violado a las mujeres en Sión, a las vírgenes en las ciudades de Judá. 12 Colgados fueron por sus manos los príncipes; la faz de los ancianos no ha sido respetada. 13 Han arrastrado la muela los muchachos, bajo la leña se han doblado los niños . 14 Los ancianos han dejado de acudir a la puerta, los muchachos han parado sus cantares. 15 Ha cesado la alegría de nuestro corazón, se ha trocado en duelo nuestra danz a. 16 Ha caído la corona de nuestra cabeza. ¡Ay de nosotros, que hemos pecado! 17 Por eso está dolorido nuestro corazón, por eso se nublan nuestros ojos: 18 por el monte Sión, que está asolado; ¡las raposas merodean en él! 19 Mas tú, Adonai, para siempre te sientas; ¡tu trono de generación en generación! 20 ¿Por qué has de olvidarnos para siempre, por qué toda la vida abandonarnos? 21 ¡Haznos volver a ti, Adonai, y volveremos.Renueva nuestros días como antaño,

22 si es que no nos has desechado totalmente, irritado contra nosotros sin medida! EZEQUIEL Ezequiel 1 1 El año treinta, el día cinco el cuarto mes, encontrándome yo entre los deporta dos, a orillas del río Kebar, se abrió el cielo y contemplé visiones divinas. 2 El día cinco del mes - era el año quinto de la deportación del rey Joaquín 3 la palabra de Adonai fue dirigida al sacerdote Ezequiel, hijo de Buzí, en el país de los caldeos, a orillas del río Kebar, y allí fue sobre él la mano de Adonai. 4 Yo miré: vi un viento huracanado que venía del norte, una gran nube con fueg o fulgurante y resplandores en torno, y en el medio como el fulgor del electro, en medio del fuego. 5 Había en el centro como una forma de cuatro seres cuyo aspecto era el sigu iente: tenían forma humana. 6 Tenían cada uno cuatro caras, y cuatro alas cada uno. 7 Sus piernas eran rectas y la planta de sus pies era como la planta de la pezuña del buey, y relucían como el fulgor del bronce bruñido. 8 Bajo sus alas había unas manos humanas vueltas hacia las cuatro direccione s, lo mismo que sus caras y sus alas, las de los cuatro. 9 Sus alas estaban unidas una con otra; al andar no se volvían; cada uno mar chaba de frente. 10 En cuanto a la forma de sus caras, era una cara de hombre, y los cuatro tenían cara de león a la derecha, los cuatro tenían cara de toro a la izquierda, y lo s cuatro tenían cara de águila. 11 Sus alas estaban desplegadas hacia lo alto; cada uno tenía dos alas que se tocaban entre sí y otras dos que le cubrían el cuerpo; 12 y cada uno marchaba de frente; donde el espíritu les hacía ir, allí iban, y no se volvían en su marcha. 13 Entre los seres había algo como brasas incandescentes, con aspecto de anto rchas, que se movía entre los seres; el fuego despedía un resplandor, y del fuego sa lían rayos. 14 Y los seres iban y venían con el aspecto del relámpago. 15 Miré entonces a los seres y vi que había una rueda en el suelo, al lado de l os seres de cuatro caras. 16 El aspecto de las ruedas y su estructura era como el destello del crisólit o. Tenían las cuatro la misma forma y parecían dispuestas como si una rueda estuvies e dentro de la otra. 17 En su marcha avanzaban en las cuatro direcciones; no se volvían en su marc ha. 18 Su circunferencia tenía gran altura, era imponente, y la circunferencia de las cuatro estaba llena de destellos todo alrededor. 19 Cuando los seres avanzaban, avanzaban las ruedas junto a ellos, y cuando los seres se elevaban del suelo, se elevaban las ruedas. 20 Donde el espíritu les hacía ir, allí iban, y las ruedas se elevaban juntamente con ellos, porque el espíritu del ser estaba en las ruedas. 21 Cuando avanzaban ellos, avanzaban ellas, cuando ellos se paraban, se par aban ellas, y cuando ellos se elevaban del suelo, las ruedas se elevaban juntam ente con ellos, porque el espíritu del ser estaba en las ruedas. 22 Sobre las cabezas del ser había una forma de bóveda resplandeciente como el cristal, extendida por encima de sus cabezas, 23 y bajo la bóveda sus alas estaban rectas, una paralela a la otra; cada uno tenía dos que le cubrían el cuerpo. 24 Y oí el ruido de sus alas, como un ruido de muchas aguas, como la voz de S adday; cuando marchaban, era un ruido atronador, como ruido de batalla; cuando se paraban, replegaban sus alas. 25 Y se produjo un ruido. 26 Por encima de la bóveda que estaba sobre sus cabezas, había algo como una pi edra de zafiro en forma de trono, y sobre esta forma de trono, por encima, en lo

más alto, una figura de apariencia humana. 27 Vi luego como el fulgor del electro, algo como un fuego que formaba una envoltura, todo alrededor, desde lo que parecía ser sus caderas para arriba; y des de lo que parecía ser sus caderas para abajo, vi algo como fuego que producía un res plandor en torno, 28 con el aspecto del arco iris que aparece en las nubes los días de lluvia: tal era el aspecto de este resplandor, todo en torno. Era algo como la forma de la gloria de Adonai. A su vista caí rostro en tierra y oí una voz que hablaba. Ezequiel 2 1 Me dijo: "Hijo de hombre, ponte en pie, que voy a hablarte". 2 El espíritu entró en mí como se me había dicho y me hizo tenerme en pie; y oí al q ue me hablaba. 3 Me dijo: "Hijo de hombre, yo te envío a los israelitas, a la nación de los r ebeldes, que se han rebelado contra mí. Ellos y sus padres me han sido contumaces hasta este mismo día. 4 Los hijos tienen la cabeza dura y el corazón empedernido; hacia ellos te e nvío para decirles: Así dice el señor Adonai. 5 Y ellos, escuchen o no escuchen, ya que son una casa de rebeldía, sabrán que hay un profeta en medio de ellos. 6 Y tú, hijo de hombre, no les tengas miedo, no tengas miedo de sus palabras si te contradicen y te desprecian y si te ves sentado sobre escorpiones. No te ngas miedo de sus palabras, no te asustes de ellos, porque son una casa de rebel día. 7 Les comunicarás mis palabras, escuchen o no escuchen, porque son una casa de rebeldía. 8 "Y tú, hijo de hombre, escucha lo que voy a decirte, no seas rebelde como esa casa de rebeldía. Abre la boca y come lo que te voy a dar." 9 Yo miré: vi una mano que estaba tendida hacia mí, y tenía dentro un libro enro llado. 10 Lo desenrolló ante mi vista: estaba escrito por el anverso y por el revers o; había escrito: "Lamentaciones, gemidos y ayes." Ezequiel 3 1 Y me dijo: "Hijo de hombre, come lo que se te ofrece; come este rollo y ve luego a hablar a la casa de Israel." 2 Yo abrí mi boca y él me hizo comer el rollo, 3 y me dijo: "Hijo de hombre, aliméntate y sáciate de este rollo que yo te doy ." Lo comí y fue en mi boca dulce como la miel. 4 Entonces me dijo: "Hijo de hombre, ve a la casa de Israel y háblales con m is palabras. 5 Pues no eres enviado a un pueblo de habla oscura y de lengua difícil, sino a la casa de Israel. 6 No a pueblos numerosos, de habla oscura y de lengua difícil cuyas palabras no entenderías. Si te enviara a ellos, ¿no es verdad que te escucharían? 7 Pero la casa de Israel no quiere escucharte a ti porque no quiere escuch arme a mí, ya que toda la casa de Israel tiene la cabeza dura y el corazón empederni do. 8 Mira, yo he hecho tu rostro duro como su rostro, y tu frente tan dura co mo su frente; 9 yo te hecho tu frente dura como el diamante, que es más duro que la roca. No los temas, no tengas miedo de ellos, porque son una casa de rebeldía." 10 Luego me dijo: "Hijo de hombre, todas las palabras que yo te dirija, guárd alas en tu corazón y escúchalas atentamente, 11 y luego, anda, ve donde los deportados, donde los hijos de tu pueblo; le s hablarás y les dirás: "Así dice el Señor Adonai", escuchen o no escuchen." 12 Entonces, el espíritu me levantó y oí detrás de mí el ruido de una gran trepidación: "Bendita sea la gloria de Adonai, en el lugar donde está", 13 el ruido que hacían las alas de los seres al batir una contra otra, y el r uido de las ruedas junto a ellos, ruido de gran trepidación.

14 Y el espíritu me levantó y me arrebató; yo iba amargado con quemazón de espíritu, mientras la mano de Adonai pesaba fuertemente sobre mí. 15 Llegué donde los deportados de Tel Abib que residían junto al río Kebar - era aquí donde ellos residían -, y permanecí allí siete días, aturdido, en medio de ellos. 16 Al cabo de los siete días, la palabra de Adonai me fue dirigida en estos tér minos: 17 "Hijo de hombre, yo te he puesto como centinela de la casa de Israel. Oi rás de mi boca la palabra y les advertirás de mi parte. 18 Cuando yo diga al malvado: "Vas a morir", si tú no le adviertes, si no hab las para advertir al malvado que abandone su mala conducta, a fin de que viva, él , el malvado, morirá por su culpa, pero de su sangre yo te pediré cuentas a ti. 19 Si por el contrario adviertes al malvado y él no se aparta de su maldad y de su mala conducta, morirá él por su culpa, pero tú habrás salvado tu vida. 20 Cuando el justo se aparte de su justicia para cometer injusticia, yo pon dré un obstáculo ante él y morirá; por no haberle advertido tú, morirá él por su pecado y no e recordará la justicia que había practicado, pero de su sangre yo te pediré cuentas a ti. 21 Si por el contrario adviertes al justo que no peque, y él no peca, vivirá él p or haber sido advertido, y tú habrás salvado tu vida." 22 Allí fue sobre mí la mano de Adonai; me dijo: "Levántate, sal a la vega, y allí te hablaré." 23 Me levanté y salí a la vega, y he aquí que la gloria de Adonai estaba parada a llí, semejante a la gloria que yo había visto junto al río Kebar, y caí rostro en tierr a. 24 Entonces, el espíritu entró en mí y me hizo tenerme en pie, y me habló. Me dijo: "Ve a encerrarte en tu casa. 25 Hijo de hombre, he aquí que se te van a echar cuerdas con las que serás atad o, para que no aparezcas en medio de ellos. 26 Yo haré que tu lengua se te pegue al paladar, quedarás mudo y dejarás de ser s u censor, porque son una casa de rebeldía. 27 Mas cuando yo te hable, abriré tu boca y les dirás: Así dice el Señor Adonai; qu ien quiera escuchar, que escuche, y quien no quiera, que lo deje; porque son una casa de rebeldía." Ezequiel 4 1 Tú, hijo de hombre, toma un ladrillo y ponlo delante de ti; grabarás en él una ciudad, Yerushalaim, 2 y emprenderás contra ella un asedio: construirás contra ella trincheras, lev antarás contra ella terraplenes, emplazarás contra ella campamentos, instalarás contr a ella arietes, todo alrededor. 3 Toma luego una sartén de hierro y colócala como un muro de hierro entre ti y la ciudad. Fijarás tu rostro sobre ella, y quedará en estado de sitio: tú la sitiarás. Es una señal para la casa de Israel. 4 Acuéstate del lado izquierdo y pon sobre ti la culpa de la casa de Israel. Todo el tiempo que estés acostado así, llevarás su culpa. 5 Yo te he impuesto los años de su culpa en una duración de trescientos novent a días, durante los cuales cargarás con la culpa de la casa de Israel. 6 Cuando hayas terminado estos últimos, te acostarás otra vez del lado derecho , y llevarás la culpa de la casa de Judá durante cuarenta días. Yo te he impuesto un día por año. 7 Después fijarás tu rostro y tu brazo desnudo sobre el asedio de Yerushalaim, y profetizarás contra ella. 8 He aquí que yo te he atado con cuerdas, y no te darás vuelta de un lado a ot ro hasta que no hayas cumplido los días de tu reclusión. 9 Toma, pues, trigo, cebada, habas, lentejas, mijo, espelta: ponlo en una misma vasija y haz con ello tu pan. Durante todo el tiempo que estés acostado de u n lado - trescientos noventa días - comerás de ello. 10 El alimento que comas será de un peso de veinte siclos por día, que comerás de tal a tal hora. 11 También beberás el agua con medida, beberás la sexta parte de un sextario, de

tal a tal hora. 12 Comerás este alimento en forma de galleta de cebada que será cocida, a la vi sta de ellos, sobre excrementos humanos." 13 Y dijo Adonai: "Así comerán los israelitas su alimento impuro en medio de la s naciones donde yo los arrojaré." 14 Yo dije entonces: "¡Ah, Señor Adonai!, mi alma no está impura. Desde mi infanc ia hasta el presente jamás he comido bestia muerta o despedazada, ni carne corromp ida entró en mi boca." 15 El me dijo: "Bien, en lugar de excrementos humanos te permito usar boñiga de buey para que hagas tu pan encima." 16 Luego me dijo: "Hijo de hombre, he aquí que yo voy a destruir la provisión d e pan en Yerushalaim: comerán el pan con peso y con angustia; y el agua con medid a y con ansiedad la beberán, 17 porque faltarán el pan y el agua: quedarán pasmados todos juntos y se consum irán por sus culpas." Ezequiel 5 1 Tú, hijo de hombre, toma una espada afilada, tómala como navaja de barbero, y pásatela por tu cabeza y tu barba. Luego tomarás una balanza y dividirás en partes l o que hayas cortado. 2 A un tercio le prenderás fuego en medio de la ciudad, al cumplirse los días del asedio. El otro tercio lo tomarás y lo cortarás con la espada todo alrededor de la ciudad. El último tercio lo esparcirás al viento, y yo desenvainaré la espada detrás de ellos. 3 Pero de aquí tomarás una pequeña cantidad que recogerás en el vuelo de tu manto, 4 y de éstos tomarás todavía un poco, lo echarás en medio del fuego y lo quemarás en él. De ahí saldrá el fuego hacia toda la casa de Israel. 5 Así dice el Señor Adonai: Esta es Yerushalaim; yo lo había colocado en medio d e las naciones, y rodeado de países. 6 Pero ella se ha rebelado contra mis normas con más perversidad que las nac iones, y contra mis decretos más que los países que la rodean. Sí, han rechazado mis n ormas y no se han conducido según mis decretos. 7 Por eso, así dice el Señor Adonai: Porque vuestro tumulto es mayor que el de las naciones que os rodean, porque no os habéis conducido según mis decretos ni habéi s observado mis normas, y ni siquiera os habéis ajustado a las normas de las nacio nes que os rodean, 8 por eso, así dice el Señor Adonai: También yo me declaro contra ti, ejecutaré mi s juicios en medio de ti a los ojos de las naciones, 9 y haré contigo lo que jamás he hecho y lo que no volveré a hacer jamás, a causa de todas tus abominaciones. 10 Por eso, los padres devorarán a sus hijos, en medio de ti, y los hijos dev orarán a sus padres. Yo haré justicia de ti y esparciré lo que quede de ti a todos los vientos. 11 Por eso, por mi vida, oráculo del Señor Adonai, que de la misma manera que tú has contaminado mi santuario con todos tus horrores y todas tus abominaciones, y o también te rechazaré a ti sin una mirada de piedad, tampoco yo perdonaré. 12 Un tercio de los tuyos morirá de peste o perecerá de hambre en medio de ti, otro tercio caerá a espada, en tus alrededores, y al otro tercio lo esparciré yo a todos los vientos, desenvainando la espada detrás de ellos. 13 Mi cólera se desahogará y saciaré en ellos mi furor; me vengaré y sabrán entonces que yo, Adonai, he hablado en mi celo, cuando desahogue mi furor en ellos. 14 Y haré de ti una ruina, un oprobio entre las naciones que te rodean, a los ojos de todos los transeúntes. 15 Serás oprobio y blanco de insultos, ejemplo y asombro para las naciones qu e te rodean, cuando yo haga justicia de ti con cólera y furor, con furiosos escarm ientos. Yo, Adonai, he hablado. 16 Cuando lance contra ellos las terribles flechas del hambre, que causan e l exterminio, y que yo enviaré para exterminaros, añadiré el hambre contra vosotros, y destruiré vuestras provisiones de pan. 17 Enviaré contra vosotros el hambre y las bestias feroces, que te dejarán sin

hijos; la peste y la sangre pasarán por ti, y haré venir contra ti la espada. Yo, Ad onai, he hablado. Ezequiel 6 1 La palabra de Adonai me fue dirigida en estos términos: 2 Hijo de hombre, vuelve tu rostro hacia los montes de Israel y profetiza contra ellos. 3 Dirás: Montes de Israel, escuchad la palabra del Señor Adonai. Así dice el Señor Adonai a los montes, a las colinas, a los barrancos y a los valles: He aquí que y o voy a hacer venir contra vosotros la espada y destruiré vuestros altos. 4 Vuestros altares serán devastados, vuestros braseros de incienso serán rotos , haré caer a vuestros habitantes, acribillados, delante de vuestras basuras, 5 pondré los cadáveres de los israelitas delante de sus basuras, y esparciré sus huesos alrededor de vuestros altares. 6 En todo lugar donde habitéis, las ciudades quedarán en ruinas y los altos se rán devastados, de forma que vuestros altares queden en ruinas, como cosa culpabl e, vuestras basuras sean destrozadas y aventadas, vuestros braseros de incienso hechos pedazos y aniquiladas vuestras obras. 7 Caerán las víctimas en medio de vosotros, y sabréis que yo soy Adonai. 8 Pero haré que os queden, entre las naciones, algunos supervivientes de la espada, cuando seáis dispersados por los países. 9 Y vuestros supervivientes se acordarán de mí, entre las naciones adonde haya n sido deportados, aquellos a quienes yo haya quebrantado el corazón adúltero que s e apartó de mí y los ojos que se prostituyeron detrás de sus basuras. Tendrán horror de sí mismos por las maldades que cometieron con todas sus abominaciones. 10 Y sabrán que yo soy Adonai: no había hablado en vano de infligirles todos es tos males. 11 Así dice el Señor Adonai. Bate las manos, patalea y di: "¡Ay!", por todas las execrables abominaciones de la casa de Israel, que va a caer por la espada, el h ambre y la peste. 12 El que esté lejos morirá de peste, el que esté cerca caerá a espada, el que qued e sitiado morirá de hambre, porque yo desahogaré mi furor en ellos. 13 Y sabréis que yo soy Adonai, cuando sus víctimas queden allí entre sus basuras alrededor de sus altares, en toda colina elevada, en la cima de todos los mont es, bajo todo árbol verde, bajo toda encina frondosa, dondequiera que ofrecen calm ante aroma a todas sus basuras. 14 Extenderé mi mano contra ellos y haré de esta tierra una soledad desolada, d esde el desierto hasta Riblá, en todo lugar donde habiten; y sabrán que yo soy Adon ai. Ezequiel 7 1 La palabra de Adonai me fue dirigida en estos términos: 2 Hijo de hombre, di: Así dice el Señor Adonai a la tierra de Israel: ¡El fin! L lega el fin sobre los cuatro extremos de esta tierra. 3 Ahora es el fin para ti; voy a desencadenar mi cólera contra ti, para juzg arte según tu conducta y pedirte cuentas de todas tus abominaciones. 4 No tendré para ti una mirada de piedad, no te perdonaré, sino que te pediré cu entas de tu conducta; aparecerán tus abominaciones en medio de ti, y sabréis que yo soy Adonai. 5 Así dice el Señor Adonai: ¡Desgracia única! ¡Ya viene la desgracia! 6 Se acerca el fin, el fin se acerca vigilante sobre ti, es ya inminente. 7 Te llega el turno, habitante del país. Llega el tiempo, está cercano el día, c onsternación, que no ya ¡hurra!, en los montes. 8 Ahora voy a derramar sin tregua mi furor sobre ti y a desahogar mi cólera en ti; voy a juzgarte según tu conducta y a pedirte cuentas de todas tus abominac iones. 9 No tendré una mirada de piedad, no perdonaré; te pediré cuentas de tu conducta ; tus abominaciones aparecerán en medio de ti, y sabréis que yo soy Adonai, el que h iere. 10 He aquí el día, hele que viene: sale el turno, la vara está florida, florida l

a insolencia. 11 Se ha erguido la violencia para hacerse vara de maldad... 12 Ha llegado el momento, está cercano el día. No se alegre el comprador, no se entristezca el vendedor, porque la ira es contra toda su multitud. 13 El vendedor no volverá a lo vendido, mientras viva entre los vivos, pues l a ira contra toda su multitud no será revocada; y nadie, por su iniquidad, tendrá se gura su vida. 14 Se tocará la trompeta, todo estará a punto, pero nadie marchará al combate, po rque mi ira es contra toda su multitud. 15 Está la espada afuera, la peste y el hambre dentro. El que se encuentre en el campo morirá a espada, y al que esté en la ciudad, el hambre y la peste lo devor arán. 16 Sus supervivientes escaparán, andarán por los montes, como las palomas de lo s valles, todos ellos gimiendo, cada uno por sus culpas. 17 Todas las manos desmayarán, todas las rodillas se irán en agua. 18 Se ceñirán ellos de sayal, un escalofrío los invadirá. En todos los rostros la v ergüenza, todas las cabezas rasuradas. 19 Arrojarán su plata por las calles y su oro se convertirá en inmundicia; ni s u plata, ni su oro les podrán salvar el día del enojo de Adonai. No se saciarán más, no llenarán más su vientre, porque ello era la ocasión de su culpa. 20 De la hermosura de sus joyas hicieron el objeto de su orgullo: con ellas fabricaron las imágenes de sus monstruos abominables; por eso yo se lo convertiré en inmundicia. 21 Yo lo entregaré al saqueo de los extranjeros, al despojo de los más impíos de la tierra, que lo profanarán. 22 Retiraré mi rostro de ellos, mi tesoro será profanado: los invasores penetra rán en él y lo profanarán. 23 Haz una cadena, porque esta tierra está llena de delitos de sangre, la ciu dad repleta de violencia. 24 Yo haré venir a las naciones más crueles, que se apoderarán de sus casas. Pond ré fin al orgullo de los poderosos y sus santuarios serán profanados. 25 Llega el terror; ellos buscarán la paz, pero no la habrá. 26 Vendrá desastre tras desastre, noticia tras noticia: se pedirá al profeta un a visión, le faltará al sacerdote la ley, el consejo a los ancianos. 27 El rey estará en duelo, el príncipe hundido en la desolación, las manos del pu eblo de la tierra temblarán. Yo los trataré según su conducta, los juzgaré según sus juici os, y sabrán que yo soy Adonai. Ezequiel 8 1 El año sexto, el día cinco del sexto mes, estaba yo sentado en mi casa y los ancianos de Judá sentados ante mí, cuando se posó allí sobre mí la mano del Señor Adonai. 2 Miré: había allí una forma con aspecto de hombre. Desde lo que parecían ser sus caderas para abajo era de fuego, y desde sus caderas para arriba era algo como u n resplandor, como el fulgor del electro. 3 Alargó una especie de mano y me agarró por un mechón de mi cabeza; el espíritu m e elevó entre el cielo y la tierra y me llevó a Yerushalaim, en visiones divinas, a la entrada del pórtico interior que mira al norte, allí donde se alza el ídolo de los celos, que provoca los celos. 4 Y he aquí que la gloria del Di-s de Israel estaba allí; tenía el aspecto de lo que yo había visto en la vega. 5 El me dijo: "Hijo de hombre, levanta tus ojos hacia el norte." Levanté mis ojos hacia el norte y vi que al norte del pórtico del altar estaba este ídolo de l os celos, a la entrada. 6 Me dijo: "Hijo de hombre, ¿ves lo que hacen éstos, las grandes abominaciones que la casa de Israel comete aquí para alejarme de mi santuario? Todavía has de ver otras grandes abominaciones". 7 Me llevó a la entrada del atrio. Yo miré: había un agujero en la pared. 8 Y me dijo: "Hijo de hombre, perfora la pared." Perforé la pared y se hizo una abertura. 9 Y me dijo: "Entra y contempla las execrables abominaciones que éstos comet

en ahí." 10 Entré y observé: toda clase de representaciones de reptiles y animales repug nantes, y todas las basuras de la casa de Israel estaban grabados en la pared, t odo alrededor. 11 Y setenta hombres, de los ancianos de la casa de Israel - uno de ellos e ra Yazanías, hijo de Safán -, estaban de pie delante de ellos cada uno con su incens ario en la mano. Y el perfume de la nube de incienso subía. 12 Me dijo entonces: "¿Has visto, hijo de hombre, lo que hacen en la oscurida d los ancianos de la casa de Israel, cada uno en su estancia adornada de pintur as? Están diciendo: "Adonai no nos ve, Adonai ha abandonado esta tierra."" 13 Y me dijo: "Todavía les verás cometer otras grandes abominaciones." 14 Me llevó a la entrada del pórtico de la Casa de Adonai que mira al norte, y vi que allí estaban sentadas las mujeres, plañiendo a Tammuz. 15 Me dijo: "¿Has visto, hijo de hombre? Todavía verás abominaciones mayores que és tas." 16 Me condujo luego al atrio interior de la Casa de Adonai. Y he aquí que a l a entrada del santuario de Adonai, entre el vestíbulo y el altar, había unos veintic inco hombres que, vuelta la espalda al santuario de Adonai y la cara a oriente, se postraban en dirección a oriente hacia el sol. 17 Y me dijo: "¿Has visto, hijo de hombre? ¿Aún no le bastan a la casa de Judá las abominaciones que cometen aquí, para que llenen también la tierra de violencia y vue lvan a irritarme? Mira cómo se llevan el ramo a la nariz. 18 Pues yo también he de obrar con furor; no tendré una mirada de piedad, no pe rdonaré. Con voz fuerte gritarán a mis oídos, pero yo no les escucharé.

Ezequiel 9 1 Entonces gritó a mis oídos con voz fuerte: "¡Se acercan los castigos de la ciu dad, cada uno con su azote en la mano!" 2 Y en esto vinieron, de la dirección del pórtico superior que mira al norte, seis hombres, cada cual con su azote en la mano. En medio de ellos había un hombre vestido de lino con una cartera de escriba a la cintura. Entraron y se detuvier on ante al altar de bronce. 3 La gloria del Di-s de Israel se levantó de sobre los querubines sobre los cuales estaba, hacia el umbral de la Casa. Llamó entonces al hombre vestido de li no que tenía la cartera de escriba a la cintura; 4 y Adonai le dijo: "Pasa por la ciudad, por Yerushalaim, y marca una cruz en la frente de los hombres que gimen y lloran por todas las abominaciones que se cometen en medio de ella." 5 Y a los otros oí que les dijo: "Recorred la ciudad detrás de él y herid. No te ngáis una mirada de piedad, no perdonéis; 6 a viejos, jóvenes, doncellas, niños y mujeres matadlos hasta que no quede un o. Pero al que lleve la cruz en la frente, no le toquéis. Empezad a partir de mi s antuario." Empezaron, pues, por los ancianos que estaban delante de la Casa. 7 Luego les dijo: "Manchad la Casa, llenad de víctimas los atrios; salid." S alieron y fueron hiriendo por la ciudad. 8 Mientras ellos herían, yo quedé solo allí y caí rostro en tierra. Exclamé: "¡Ah, Seño Adonai!, ¿vas a exterminar a todo el resto de Israel, derramando tu furor contra Yerushalaim?" 9 Me dijo: "La culpa de la casa de Israel y de Judá es muy grande, mucho; la tierra está llena de sangre, la ciudad llena de perversidad. Pues dicen: "Adonai ha abandonado la tierra, Adonai no ve nada." 10 Pues bien, tampoco yo tendré una mirada de piedad ni perdonaré. Haré caer su c onducta sobre su cabeza". 11 En aquel momento el hombre vestido de lino que llevaba la cartera a la c intura, vino a hacer su relación: "He ejecutado lo que me ordenaste." Ezequiel 10 1 Miré y vi que sobre el firmamento que estaba sobre la cabeza de los querub ines aparecía, semejante a la piedra de zafiro, algo como una forma de trono, por encima de ellos.

2 Y dijo al hombre vestido de lino: "Métete entre las ruedas, debajo de los querubines, toma a manos llenas brasas ardientes de entre los querubines y espárce las por la ciudad." Y él entró, ante mis ojos. 3 Los querubines estaban parados a la derecha de la Casa cuando el hombre entró, y la nube llenaba el atrio interior. 4 La gloria de Adonai se elevó de encima de los querubines hacia el umbral d e la Casa y la Casa se llenó de la nube, mientras el atrio estaba lleno del respla ndor de la gloria de Adonai. 5 Y el ruido de las alas de los querubines llegaba hasta el atrio exterior , semejante a la voz del Di-s Sadday cuando habla. 6 Cuando dio esta orden al hombre vestido de lino: "Toma fuego de en medio de las ruedas, de entre los querubines", el hombre fue y se detuvo junto a la r ueda; 7 el querubín alargó su mano de entre los querubines hacia el fuego que había en medio de los querubines, lo tomó y lo puso en las manos del hombre vestido de lin o. Este lo tomó y salió. 8 Entonces apareció en los querubines una especie de mano humana debajo de s us alas. 9 Miré: había cuatro ruedas al lado de los querubines, cada rueda junto a cada querubín, y el aspecto de las ruedas era como el destello del crisólito. 10 Las cuatro parecían tener la misma forma, como si una rueda estuviese dent ro de la otra. 11 En su marcha, avanzaban en las cuatro direcciones; no se volvían en su mar cha; seguían, en efecto, la dirección del lado adonde miraba la cabeza, y no se vol vían en su marcha. 12 Y todo su cuerpo, su espalda, sus manos y sus alas, así como las ruedas, e staban llenos de destellos todo alrededor; sus ruedas, las de los cuatro. 13 Oí que a las ruedas se les daba el nombre de "galgal". 14 Y cada uno tenía cuatro caras: la primera era la cara del querubín, la segun da una cara de hombre, la tercera una cara de león y la cuarta una cara de águila. 15 Los querubines se levantaron: era el ser que yo había visto sobre el río Keb ar. 16 Cuando los querubines avanzaban, avanzaban las ruedas a su lado; cuando los querubines desplegaban sus alas para elevarse del suelo, las ruedas no se v olvían tampoco de su lado. 17 Cuando ellos se paraban, se paraban ellas, y cuando ellos se elevaban, s e elevaban con ellos las ruedas, porque el espíritu del ser estaba en ellas. 18 La gloria de Adonai salió de sobre el umbral de la Casa y se posó sobre los querubines. 19 Los querubines desplegaron sus alas y se elevaron del suelo ante mis ojo s, al salir, y las ruedas con ellos. Y se detuvieron a la entrada del pórtico orie ntal de la Casa de Adonai; la gloria del Di-s de Israel estaba encima de ellos. 20 Era el ser que yo había visto debajo del Di-s de Israel en el río Kebar; y s upe que eran querubines. 21 Cada uno tenía cuatro caras y cuatro alas, y bajo sus alas formas de manos humanas. 22 En cuanto a la forma de sus caras, tenían la apariencia de las caras que y o había visto junto al río Kebar. Cada uno marchaba de frente a derecho. Ezequiel 11 1 El espíritu me elevó y me condujo al pórtico oriental de la Casa de Adonai, el que mira a oriente. Y he aquí que a la entrada del pórtico había veinticinco hombres, entre los cuales vi a Yazanías, hijo de Azzur, y a Pelatías, hijo de Benaías, jefes d el pueblo. 2 El me dijo: "Hijo de hombre, éstos son los hombres que maquinan el mal, qu e dan malos consejos en esta ciudad. 3 Dicen: "¡No es para pronto el construir casas! Ella es la olla y nosotros somos la carne." 4 Por eso, profetiza contra ellos, profetiza, hijo de hombre." 5 El espíritu de Adonai irrumpió en mí y me dijo: "Di: Así dice Adonai: Eso es lo

que habéis dicho, casa de Israel, conozco bien vuestra insolencia. 6 Habéis multiplicado vuestras víctimas en esta ciudad; habéis llenado de víctimas sus calles. 7 Por eso, así dice el Señor Adonai: Las víctimas que habéis tirado en medio de el la son la carne, y ella es la olla; pero yo os haré salir de ella. 8 Teméis la espada, pues yo traeré espada contra vosotros, oráculo del Señor Adona i. 9 Os sacaré de la ciudad, os entregaré en mano de extranjeros, y haré justicia d e vosotros. 10 A espada caeréis; en el término de Israel os juzgaré yo, y sabréis que yo soy Ad onai. 11 Esta ciudad no será olla para vosotros, ni vosotros seréis carne en medio de ella; dentro del término de Israel os juzgaré yo. 12 Y sabréis que yo soy Adonai cuyos preceptos no habéis seguido y cuyas normas no habéis guardado - por el contrario habéis obrado según las normas de las naciones que os circundan." 13 En esto, mientras yo estaba profetizando, Pelatías, hijo de Benaías, murió. Yo caí rostro en tierra y grité con voz fuerte: "¡Ah, Señor Adonai!, ¿vas a aniquilar al re sto de Israel?" 14 Entonces me fue dirigida la palabra de Adonai en estos términos: 15 "Hijo de hombre; de cada uno de tus hermanos, de tus parientes y de toda la casa de Israel, dicen los habitantes de Yerushalaim: Seguid lejos de Adonai ; a nosotros se nos ha dado esta tierra en posesión. 16 Por eso, di: Así dice el Señor Adonai: Sí, yo los he alejado entre las nacione s, y los he dispersado por los países, pero yo he sido un santuario para ellos, po r poco tiempo, en los países adonde han ido. 17 Por eso, di: Así dice el Señor Adonai: Yo os recogeré de en medio de los puebl os, os congregaré de los países en los que habéis sido dispersados, y os daré la tierra de Israel. 18 Vendrán y quitarán de ella todos sus monstruos y abominaciones; 19 yo les daré un solo corazón y pondré en ellos un espíritu nuevo: quitaré de su car ne el corazón de piedra y les daré un corazón de carne, 20 para que caminen según mis preceptos, observen mis normas y las pongan en práctica, y así sean mi pueblo y yo sea su Di-s. 21 En cuanto a aquellos cuyo corazón va en pos de sus monstruos y abominacion es, yo haré recaer su conducta sobre su cabeza, oráculo del Señor Adonai." 22 Los querubines desplegaron sus alas y las ruedas les siguieron, mientras la gloria del Di-s de Israel estaba encima de ellos. 23 La gloria de Adonai se elevó de en medio de la ciudad y se detuvo sobre el monte que está al oriente de la ciudad. 24 El espíritu me elevó y me llevó a Caldea, donde los desterrados, en visión, en e l espíritu de Di-s; y la visión que había contemplado se retiró de mí. 25 Yo conté a los desterrados todo lo que Adonai me había dado a ver. Ezequiel 12 1 La palabra de Adonai me fue dirigida en estos términos: 2 Hijo de hombre, tú vives en medio de la casa de rebeldía: tienen ojos para v er y no ven, oídos para oír y no oyen, porque son una casa de rebeldía. 3 Ahora, pues, hijo de hombre, prepárate un equipo de deportado y sal deport ado en pleno día, a sus propios ojos. Saldrás del lugar en que te encuentras hacia o tro lugar, ante sus ojos. Acaso vean que son una casa de rebeldía. 4 Arreglarás tu equipo como un equipo de deportado, de día, ante sus ojos. Y s aldrás por la tarde, ante sus ojos, como salen los deportados. 5 Haz a vista de ellos un agujero en la pared, por donde saldrás. 6 A sus ojos, cargarás con tu equipaje a la espalda y saldrás en la oscuridad; te cubrirás el rostro para no ver la tierra, porque yo he hecho de ti un símbolo pa ra la casa de Israel. 7 Yo hice como se me había ordenado; preparé de día mi equipo, como un equipo de deportado, y por la tarde hice un agujero en la pared con la mano. Y salí en la oscuridad, cargando con el equipaje a mis espaldas, ante sus ojos.

8 Por la mañana la palabra de Adonai me fue dirigida en estos términos: 9 Hijo de hombre, ¿no te ha preguntado la casa de Israel, esta casa de rebel día: "Qué es lo que haces"? 10 Diles: Así dice el Señor Adonai. Este oráculo se refiere a Yerushalaim y a tod a la casa de Israel que está en medio de ella. 11 Di: Yo soy un símbolo para vosotros; como he hecho yo, así se hará con ellos; serán deportados, irán al destierro. 12 El príncipe que está en medio de ellos cargará con su equipo a la espalda, en la oscuridad, y saldrá; horadarán la muralla para hacerle salir por ella; y se tapa rá la cara para no ver la tierra con sus propios ojos. 13 Mas yo tenderé mi lazo sobre él y quedará preso en mi red; le conduciré a Babilo nia, al país de los caldeos; pero no lo verá, y morirá allí. 14 Y a todo su séquito, su guardia y todas sus tropas, yo los esparciré a todos los vientos y desenvainaré la espada detrás de ellos. 15 Y sabrán que yo soy Adonai cuando los disperse entre las naciones y los es parza por los países. 16 Sin embargo, dejaré que un pequeño número de ellos escapen a la espada, al ham bre y a la peste, para que cuenten todas sus abominaciones entre las naciones ad onde vayan, a fin de que sepan que yo soy Adonai. 17 La palabra de Adonai me fue dirigida en estos términos: 18 Hijo de hombre, comerás tu pan con temblor y beberás tu agua con inquietud y angustia; 19 y dirás al pueblo de la tierra: Así dice el Señor Adonai a los habitantes de Y erushalaim que andan por el suelo de Israel: comerán su pan con angustia, beberán s u agua con estremecimiento, para que esta tierra y los que en ella se encuentran queden libres de la violencia de todos sus habitantes. 20 Las ciudades populosas serán destruidas y esta tierra se convertirá en desol ación; y sabréis que yo soy Adonai. 21 La palabra de Adonai me fue dirigida en estos términos: 22 Hijo de hombre, ¿qué queréis decir con ese proverbio que circula acerca del su elo de Israel: Los días se prolongan y toda visión se desvanece? 23 Pues bien diles: Así dice el Señor Adonai: Yo haré que calle ese proverbio; no se le repetirá más en Israel. Diles en cambio: Llegan los días en que toda visión se cu mplirá, 24 pues ya no habrá ni visión vana ni presagio mentiroso en medio de la casa de Israel. 25 Yo, Adonai, hablaré, y lo que yo hablo es una palabra que cumple sin dilac ión. Sí, en vuestros días, casa de rebeldía, yo pronunciaré una palabra y la ejecutaré, orácu o del Señor Adonai. 26 La palabra de Adonai me fue dirigida en estos términos: 27 Hijo de hombre, mira, la casa de Israel está diciendo: "La visión que éste con templa es para días lejanos, éste profetiza para una época remota." 28 Pues bien, diles: Así dice el Señor Adonai: Ya no habrá más dilación para ninguna de mis palabras. Lo que yo hablo es una palabra que se cumple, oráculo del Señor Ad onai. Ezequiel 13 1 La palabra de Adonai me fue dirigida en estos términos: 2 Hijo de hombre, profetiza contra los profetas de Israel; profetiza y di a los que profetizan por su propia cuenta: Escuchad la palabra de Adonai. 3 Así dice el Señor Adonai: ¡Ay de los profetas insensatos que siguen su propia inspiración, sin haber visto nada! 4 Como chacales entre las ruinas, tales han sido tus profetas, Israel. 5 No habéis escalado a las brechas, no habéis construido una muralla en torno a la casa de Israel, para que pueda resistir en el combate, en el día de Adonai. 6 Tienen visiones vanas, presagio mentiroso los que dicen: "Oráculo de Adona i", sin que Adonai les haya enviado; ¡y esperan que se confirme su palabra! 7 ¿No es cierto que no tenéis más que visiones vanas, y no anunciáis más que presagi os mentirosos, cuando decís: "Oráculo de Adonai", siendo así que yo no he hablado? 8 Pues bien, así dice el Señor Adonai: Por causa de vuestras palabras vanas y

vuestras visiones mentirosas, sí, aquí estoy contra vosotros, oráculo del Señor Adonai. 9 Extenderé mi mano contra los profetas de visiones vanas y presagios mentir osos; no serán admitidos en la asamblea de mi pueblo, no serán inscritos en el libro de la casa de Israel, no entrarán en el suelo de Israel, y sabréis que yo soy el Seño r Adonai. 10 Porque, en efecto, extravían a mi pueblo diciendo: "¡Paz!", cuando no hay pa z. Y mientras él construye un muro, ellos le recubren de argamasa. 11 Di a los que lo recubren de argamasa: ¡Que haya una lluvia torrencial, que caiga granizo y un viento de tormenta se desencadene, 12 y ved ahí el muro derrumbado! ¿No se os dirá entonces: "¿Dónde está la argamasa con que lo recubristeis?" 13 Pues bien, así dice el Señor Adonai: Voy a desencadenar en mi furor un vient o de tormenta, una lluvia torrencial habrá en mi cólera, granizos caerán en mi furia d estructora. 14 Derribaré el muro que habéis recubierto de argamasa, lo echaré por tierra, y s us cimientos quedarán al desnudo. Caerá y vosotros pereceréis debajo de él, y sabréis que yo soy Adonai. 15 Cuando haya desahogado mi furor contra el muro y contra los que lo recub ren de argamasa, os diré: Ya no existe el muro ni los que lo revocaban, 16 los profetas de Israel que profetizaban sobre Yerushalaim y veían para ell a visiones de paz, cuando no había paz, oráculo del Señor Adonai. 17 Y tú, hijo de hombre, vuélvete hacia las hijas de tu pueblo que profetizan p ro su propia cuenta, y profetiza contra ellas. 18 Dirás: Así dice el Señor Adonai: ¡Ay de aquellas que cosen bandas para todos los puños, que hacen velos para cabezas de todas las tallas, con ánimo de atrapar a las almas! Vosotras atrapáis a las almas de mi pueblo, ¿y vais a asegurar la vida de v uestras propias almas? 19 Me deshonráis delante de mi pueblo por unos puñados de cebada y unos pedazos de pan, haciendo morir a las almas que no deben morir y dejando vivir a las alm as que no deben vivir, diciendo mentiras al pueblo que escucha la mentira. 20 Pues bien, así dice el Señor Adonai: Heme aquí contra vuestras bandas con las cuales atrapáis a las almas como pájaros. Yo las desgarraré en vuestros brazos, y sol taré libres las almas que atrapáis como pájaros. 21 Rasgaré vuestros velos y libraré a mi pueblo de vuestras manos; ya no serán más presa en vuestras manos, y sabréis que yo soy Adonai. 22 Porque afligís el corazón del justo con mentiras, cuando yo no lo aflijo, y aseguráis las manos del malvado para que no se convierta de su mala conducta a fin de salvar su vida, 23 por eso, no veréis más visiones vanas ni pronunciaréis más presagios. Yo libraré a mi pueblo de vuestras manos, y sabréis que yo soy Adonai. Ezequiel 14 1 Algunos ancianos de Israel vinieron a mi casa y se sentaron ante mí. 2 Entonces la palabra de Adonai me fue dirigida en estos términos: 3 Hijo de hombre, estos hombres han erigido sus basuras en su corazón, han p uesto delante de su rostro la ocasión de sus culpas, ¿y voy a dejarme consultar por ellos? 4 Habla, pues, y diles: Así dice el Señor Adonai: A todo aquel de la casa de I srael que erija sus basuras en su corazón o que ponga delante de su rostro la oca sión de sus culpas, y luego se presente al profeta, yo mismo, Adonai, le responderé, a causa de la multitud de sus basuras, 5 a fin de prender a la casa de Israel en su corazón, a aquellos que se han alejado de mí a causa de todas sus basuras. 6 Por eso, di a la casa de Israel: Así dice el Señor Adonai: Convertíos, apartao s de vuestras basuras, de todas vuestras abominaciones apartad vuestro rostro, 7 porque a todo hombre de la casa de Israel, o de los forasteros residente s en Israel, que se aleje de mí para erigir sus basuras en su corazón, que ponga del ante de su rostro la ocasión de sus culpas, y se presente al profeta para consult arme, yo mismo, Adonai, le responderé. 8 Volveré mi rostro contra ese hombre, haré de él ejemplo y proverbio, le extirp

aré de en medio de mi pueblo, y sabréis que yo soy Adonai. 9 Y si el profeta se deja seducir y pronuncia una palabra, es que yo, Adon ai, he seducido a ese profeta; extenderé mi mano contra él y le exterminaré de en med io de mi pueblo Israel. 10 Cargarán con el peso de sus culpas ambos: la culpa del profeta será como la del que le consulte. 11 Así, la casa de Israel no se desviará más lejos de mí ni seguirá manchándose con tod as sus culpas. Ellos serán mi pueblo y yo seré su Di-s, oráculo del Señor Adonai. 12 La palabra de Adonai me fue dirigida en estos términos: 13 Hijo de hombre, si un país peca contra mí cometiendo infidelidad, y yo extie ndo mi mano contra él, destruyo su provisión de pan y envío contra él el hambre para ex tirpar de allí hombres y bestias, 14 y en ese país se hallan estos tres hombres, Noé, Danel y Job, ellos salvarán s u vida por su justicia, oráculo del Señor Adonai. 15 Si yo suelto las bestias feroces contra ese país para privarle de sus hijo s y convertirle en una desolación por donde nadie pase a causa de las bestias, 16 y en ese país se hallan esos tres hombres: por mi vida, oráculo del Señor Adon ai, que ni hijos ni hijas podrán salvar; sólo se salvarán a sí mismos, pero el país queda rá convertido en desolación. 17 O bien, si yo hago venir contra ese país la espada, si digo: "Pase la espa da por este país", y extirpo de él hombres y bestias, 18 y esos tres hombres se hallan en ese país: por mi vida, oráculo del Señor Adon ai, que no podrán salvar ni hijos ni hijas; ellos solos se salvarán. 19 O si envío la peste sobre ese país y derramo en sangre mi furor contra ellos , extirpando de él hombres y bestias, 20 y en ese país se hallan Noé, Danel y Job: por mi vida, oráculo del Señor Adonai, que ni hijos ni hijas podrán salvar; sólo se salvarán a sí mismos por su justicia. 21 Pues así dice el Señor Adonai: Aun cuando yo mande contra Yerushalaim mis cu atro terribles azotes: espada, hambre, bestias feroces y peste, para extirpar de ella hombres y bestias, 22 he aquí que quedan en ella algunos supervivientes que han podido salir, hi jos e hijas; y he aquí que salen hacia vosotros, para que veáis su conducta y sus o bras y os consoléis de la desgracia que yo he acarreado sobre Yerushalaim, de tod o lo que he acarreado sobre ella. 23 Ellos os consolarán cuando veáis su conducta y sus obras, y sabréis que no sin motivo hice yo todo lo que hice en ella, oráculo del Señor Adonai. Ezequiel 15 1 La palabra de Adonai me fue dirigida en estos términos: 2 Hijo de hombre, ¿en qué vale más el leño de la vid que el leño de cualquier rama q ue haya entre los árboles del bosque? 3 ¿Se toma de él madera para hacer alguna cosa? ¿Se hace con él un gancho para col gar algún objeto? 4 No, se tira al fuego para que lo devore: el fuego devora los dos cabos; el centro está quemado, ¿sirve aún para hacer algo? 5 Si ya, cuando estaba intacto, no se podía hacer nada con él, ¡cuánto menos, cuan do lo ha devorado el fuego y lo ha quemado, se podrá hacer con él alguna cosa! 6 Por eso, así dice el Señor Adonai:Lo mismo que el leño de la vid, entre los árbo les del bosque, al cual he arrojado al fuego para que lo devore, así he entregado a los habitantes de Yerushalaim. 7 He vuelto mi rostro contra ellos.Han escapado al fuego, pero el fuego lo s devorará.Y sabréis que yo soy Adonai, cuando vuelva mi rostro contra ellos. 8 Convertiré esta tierra en desolación, porque han cometido infidelidad, oráculo del Señor Adonai. Ezequiel 16 1 La palabra de Adonai me fue dirigida en estos términos: 2 Hijo de hombre, haz saber a Yerushalaim sus abominaciones. 3 Dirás: Así dice el Señor Adonai a Yerushalaim: Por tu origen y tu nacimiento e res del país de Canaán. Tu padre era amorreo y tu madre hitita.

4 Cuando naciste, el día en que viniste al mundo, no se te cortó el cordón, no s e te lavó con agua para limpiarte, no se te frotó con sal, ni se te envolvió en pañales. 5 Ningún ojo se apiadó de ti para brindarte alguno de estos menesteres, por co mpasión a ti. Quedaste expuesta en pleno campo, porque dabas repugnancia, el día en que viniste al mundo. 6 Yo pasé junto a ti y te vi agitándote en tu sangre. Y te dije, cuando estaba s en tu sangre: "Vive", 7 y te hice crecer como la hierba de los campos. Tú creciste, te desarrollas te, y llegaste a la edad núbil. Se formaron tus senos, tu cabellera creció; pero es tabas completamente desnuda. 8 Entonces pasé yo junto a ti y te vi. Era tu tiempo, el tiempo de los amore s. Extendí sobre ti el borde de mi manto y cubrí tu desnudez; me comprometí con juram ento, hice alianza contigo - oráculo del señor Adonai - y tú fuiste mía. 9 Te bañé con agua, lavé la sangre que te cubría, te ungí con óleo. 10 Te puse vestidos recamados, zapatos de cuero fino, una banda de lino fin o y un manto de seda. 11 Te adorné con joyas, puse brazaletes en tus muñecas y un collar a tu cuello. 12 Puse un anillo en tu nariz, pendientes en tus orejas, y una espléndida dia dema en tu cabeza. 13 Brillabas así de oro y plata, vestida de lino fino, de seda y recamados. F lor de harina, miel y aceite era tu alimento. Te hiciste cada día más hermosa, y lle gaste al esplendor de una reina. 14 Tu nombre se difundió entre las naciones, debido a tu belleza, que era per fecta, gracias al esplendor de que yo te había revestido - oráculo del Señor Adonai. 15 Pero tú te pagaste de tu belleza, te aprovechaste de tu fama para prostitu irte, prodigaste tu lascivia a todo transeúnte entregándote a él. 16 Tomaste tus vestidos para hacerte altos de ricos colores y te prostituis te en ellos. 17 Tomaste tus joyas de oro y plata que yo te había dado y te hiciste imágenes de hombres para prostituirte ante ellas. 18 Tomaste tus vestidos recamados y las recubriste con ellos; y pusiste ant e ellas mi aceite y mi incienso. 19 El pan que yo te había dado, la flor de harina, el aceite y la miel con qu e yo te alimentaba, lo presentaste ante ellas como calmante aroma. Y sucedió inclu so - oráculo del Señor Adonai 20 que tomaste a tus hijos y a tus hijas que me habías dado a luz y se los sa crificaste como alimento. ¿Acaso no era suficiente tu prostitución, 21 que inmolaste también a mis hijos y los entregaste haciéndoles pasar por el fuego en su honor? 22 Y en medio de todas tus abominaciones y tus prostituciones no te acordas te de los días de tu juventud, cuando estabas completamente desnuda, agitándote en tu sangre. 23 Y para colmo de maldad - ¡ay, ay de ti!, oráculo del Señor Adonai 24 te construiste un prostíbulo, te hiciste una altura en todas las plazas. 25 En la cabecera de todo camino te construiste tu altura y allí contaminaste tu hermosura, entregaste tu cuerpo a todo transeúnte y multiplicaste tus prostitu ciones. 26 Te prostituiste a los egipcios, tus vecinos, de cuerpos fornidos, y mult iplicaste tus prostituciones para irritarme. 27 Entonces yo levanté mi mano contra ti. Disminuí tu ración y te entregué a la ani mosidad de tus enemigas, las hijas de los filisteos, que se avergonzaban de la i nfamia de tu conducta. 28 Y no harta todavía, te prostituiste a los asirios; te prostituiste sin har tarte tampoco. 29 Luego, multiplicaste tus prostituciones en el país de los mercaderes, en C aldea, y tampoco esta vez quedaste harta. 30 ¡Oh, qué débil era tu corazón - oráculo del Señor Adonai - para cometer todas estas acciones, dignas de una prostituta descarada! 31 Cuando te construías un prostíbulo a la cabecera de todo camino, cuando te h acías una altura en todas las plazas, despreciando el salario, no eras como la pro

stituta. 32 La mujer adúltera, en lugar de su marido, toma ajenos. 33 A toda prostituta se le da un regalo. Tú, en cambio, dabas regalos a todos tus amantes, y los atraías con mercedes para que vinieron a ti de los alrededores y se prestasen a tus prostituciones. 34 Contigo ha pasado en tus prostituciones al revés que con las otras mujeres ; nadie andaba solicitando detrás de ti; eras tú la que pagabas, y no se te pagaba: ¡h a sido al revés! 35 Pues bien, prostituta, escucha la palabra de Adonai. 36 Así dice el Señor Adonai: Por haber prodigado tu bronce y descubierto tu des nudez en tus prostituciones con tus amantes y con todas tus abominables basuras , por la sangre de tus hijos que les has dado, 37 por esto he aquí que yo voy a reunir a todos los amantes a quienes complac iste, a todos los que amaste y también a los que aborreciste; los voy a congregar de todas partes contra ti, y descubriré tu desnudez delante de ellos, para que vea n toda tu desnudez. 38 Voy a aplicarte el castigo de las mujeres adúlteras y de las que derraman sangre: te entregaré al furor y a los celos, 39 te entregaré en sus manos, ellos arrasarán tu prostíbulo y demolerán tus alturas , te despojarán de tus vestidos, te arrancarán tus joyas y te dejarán completamente de snuda. 40 Luego, incitarán a la multitud contra ti, te lapidarán, te acribillarán con su s espadas, 41 prenderán fuego a tus casas y harán justicia de ti, a la vista de una multit ud de mujeres; yo pondré fin a tus prostituciones, y no volverás a dar salario de p rostituta. 42 Desahogaré mi furor en ti; luego mis celos se retirarán de ti, me apaciguaré y no me airaré más. 43 Porque no te has acordado de los días de tu juventud, y con todas estas co sas me has provocado, he aquí que también yo por mi parte haré recaer tu conducta sobr e tu cabeza, oráculo del Señor Adonai. Pues ¿no has cometido infamia con todas tus abo minaciones? 44 Mira, todos los autores de proverbios harán uno a propósito de ti, diciendo: "Cual la madre, tal la hija." 45 Hija eres, sí, de tu madre, que dejó de amar a sus maridos y a sus hijos, y hermana de tus hermanas, que dejaron de amar a sus maridos y a sus hijos. Vuestr a madre era una hitita y vuestro padre un amorreo. 46 Tu hermana mayor es Samaria, que habita a tu izquierda con sus hijas. Tu hermana menor es Sodoma, que habita a tu derecha con sus hijas. 47 No has sido parca en imitar su conducta y en cometer sus abominaciones; te has mostrado más corrompida que ellas en toda tu conducta. 48 Por mi vida, oráculo del Señor Adonai, que tu hermana Sodoma y sus hijas no obraron como habéis obrado vosotras, tú y tus hijas. 49 Este fue el crimen de tu hermana Sodoma: orgullo, voracidad, indolencia de la dulce vida tuvieron ella y sus hijas; no socorrieron al pobre y al indigen te, 50 se enorgullecieron y cometieron abominaciones ante mí: por eso las hice de saparecer, como tú viste. 51 En cuanto a Samaria, ni la mitad de tus pecados ha cometido. Tú has cometi do muchas más abominaciones que ellas y, al cometer tantas abominaciones, has hech o parecer justas a tus hermanas. 52 Así, pues, carga con tu ignominia por haber decidido el fallo en favor de tus hermanas: a causa de los pecados que has cometido, mucho más abominables que l os suyos, ellas resultan ser más justas que tú. Avergüénzate, pues, y carga con tu ignom inia por hacer parecer justas a tus hermanas. 53 Yo las restableceré. Restableceré a Sodoma y a sus hijas, restableceré a Samar ia y a sus hijas, y después te restableceré a ti en medio de ella, 54 a fin de que soportes tu ignominia y te avergüences de todo lo que has hec ho, para consuelo de ellas. 55 Tu hermana Sodoma y sus hijas serán restablecidas en su antiguo estado. Sa

maria y sus hijas serán restablecidas en su antiguo estado. Tú y tus hijas seréis rest ablecidas también en vuestro antiguo estado. 56 ¿No hiciste burla de tu hermana Sodoma, el día de tu orgullo, 57 antes que fuese puesta al descubierto tu desnudez? Como ella, eres tú ahor a el blanco de las burlas de las hijas de Edom y de todas las de los alrededores , de las hijas de los filisteos, que por todas partes te agobian a desprecios. 58 Tú misma soportas las consecuencias de tu infamia y tus abominaciones, orácu lo de Adonai. 59 Pues así dice el Señor Adonai: Yo haré contigo como has hecho tú, que menospreci aste el juramento, rompiendo la alianza. 60 Pero yo me acordaré de mi alianza contigo en los días de tu juventud, y esta bleceré en tu favor una alianza eterna. 61 Y tú te acordarás de tu conducta y te avergonzarás de ella, cuando acojas a tu s hermanas, las mayores y las menores, y yo te las dé como hijas, si bien no en vi rtud de tu alianza. 62 Yo mismo restableceré mi alianza contigo, y sabrás que yo soy Adonai, 63 para que te acuerdes y te avergüences y no oses más abrir la boca de vergüenza , cuando yo te haya perdonado todo lo que has hecho, oráculo del Señor Adonai.

Ezequiel 17 1 La palabra de Adonai me fue dirigida en estos términos: 2 Hijo de hombre, propón un enigma, presenta una parábola a la casa de Israel. 3 Dirás: Así dice el Señor Adonai:El águila grande, de grandes alas, de enorme env ergadura, de espeso plumaje abigarrado, vino al Líbano y cortó la cima del cedro; 4 arrancó la punta más alta de sus ramas, la llevó a un país de mercaderes y la co locó en una ciudad de comerciantes. 5 Luego, tomó de la semilla de la tierra y la puso en un campo de siembra; j unto a una corriente de agua abundante la colocó como un sauce. 6 Y brotó y se hizo una vid desbordante, de pequeña talla, que volvió sus ramas hacia el águila, mientras sus raíces estaban bajo ella.Se hizo una vid, echó cepas y a largó sarmientos. 7 Había otra águila grande, de grandes alas, de abundante plumaje, y he aquí que esta vid tendió sus raíces hacia ella, hacia ella alargó sus ramas, para que la regas e desde el terreno donde estaba plantada. 8 En campo fértil, junto a una corriente de agua abundante, estaba plantada, para echar ramaje y dar fruto, para hacerse una vid magnífica. 9 Di: Así dice el Señor Adonai: ¿Le saldrá bien acaso? ¿No arrancará sus raíces el águi no cortará sus frutos, de suerte que se sequen todos los brotes tiernos que eche, sin que sea menester brazo grande ni pueblo numeroso para arrancarla de raíz? 10 Vedla ahí plantada, ¿prosperará tal vez?Al soplar el viento del este, ¿no se sec ará totalmente?En el terreno en que brotó, se secará. 11 La palabra de Adonai me fue dirigida en estos términos: 12 Di a esa casa de rebeldía: ¿No sabéis lo que significa esto? Di: Mirad, el rey de Babilonia vino a Yerushalaim; tomó al rey y a los príncipes y los llevó con él a Bab ilonia. 13 Escogió luego a uno de estirpe real, concluyó un pacto con él y le hizo presta r juramento, después de haberse llevado a los grandes del país, 14 a fin de que el reino quedase modesto y sin ambición, para guardar su alia nza y mantenerla. 15 Pero este príncipe se ha rebelado contra él enviando mensajeros a Egipto en busca de caballos y tropas en gran número. ¿Le saldrá bien? ¿Se salvará el que ha hecho e sto? Ha roto el pacto ¡y va a salvarse! 16 Por mi vida, oráculo del Señor Adonai, que en el lugar del rey que le puso e n el trono, cuyo juramento despreció y cuyo pacto rompió, allí en medio de Babilonia m orirá. 17 Ni con su gran ejército y sus numerosas tropas le salvará Faraón en la guerra, cuando se levanten terraplenes y se hagan trincheras para exterminar muchas vid as humanas. 18 Ha despreciado el juramento, rompiendo el pacto; aun después de haber dado su mano, ha hecho todo esto: ¡no tendrá remedio!

19 Por eso, así dice el Señor Adonai: Por mi vida que el juramento mío que ha des preciado, mi alianza que ha roto, lo haré recaer sobre su cabeza. 20 Extenderé mi lazo sobre él y quedará preso en mi red; le llevaré a Babilonia y a llí le pediré cuentas de la infidelidad que ha cometido contra mí. 21 Lo más selecto, entre todas sus tropas, caerá a espada, y los que queden serán dispersados a todos los vientos. Y sabréis que yo, Adonai, he hablado. 22 Así dice el Señor Adonai:También yo tomaré de la copa del alto cedro, de la punt a de sus ramas escogeré un ramo y lo plantaré yo mismo en una montaña elevada y excels a: 23 en la alta montaña de Israel lo plantaré.Echará ramaje y producirá fruto, y se h ará un cedro magnífico.Debajo de él habitarán toda clase de pájaros, toda clase de aves mo rarán a la sombra de sus ramas. 24 Y todos los árboles del campo sabrán que yo, Adonai, humillo al árbol elevado y elevo al árbol humilde, hago secarse al árbol verde y reverdecer al árbol seco.Yo, A donai, he hablado y lo haré. Ezequiel 18 1 La palabra de Adonai me fue dirigida en estos términos: 2 ¿Por qué andáis repitiendo este proverbio en la tierra de Israel:Los padres co mieron el agraz, y los dientes de los hijos sufren la dentera? 3 Por mi vida, oráculo del Señor Adonai, que no repetiréis más este proverbio en I srael. 4 Mirad: todas las vidas son mías, la vida del padre lo mismo que la del hij o, mías son. El que peque es quien morirá. 5 El que es justo y practica el derecho y la justicia, 6 no come en los montes ni alza sus ojos a las basuras de la casa de Israe l, no contamina a la mujer de su prójimo, ni se acerca a una mujer durante su impu reza, 7 no oprime a nadie, devuelve la prenda de una deuda, no comete rapiñas, da su pan al hambriento y viste al desnudo, 8 no presta con usura ni cobra intereses, aparta su mano de la injusticia, dicta un juicio honrado entre hombre y hombre, 9 se conduce según mis preceptos y observa mis normas, obrando conforme a la verdad, un hombre así es justo: vivirá sin duda, oráculo del Señor Adonai. 10 Si éste engendra un hijo violento y sanguinario, que hace alguna de estas cosas 11 que él mismo no había hecho, un hijo que come en los montes, contamina a la mujer de su prójimo, 12 oprime al pobre y al indigente, comete rapiñas, no devuelve la prenda, alz a sus ojos a las basuras, comete abominación, 13 presta con usura y cobra intereses, éste no vivirá en modo alguno después de h aber cometido todas estas abominaciones; morirá sin remedio, y su sangre recaerá sob re él. 14 Y si éste, a su vez, engendra un hijo que ve todos los pecados que ha come tido su padre, que los ve sin imitarlos, 15 que no come en los montes ni alza sus ojos a las basuras de la casa de I srael, no contamina a la mujer de su prójimo, 16 no oprime a nadie, no guarda la prenda, no comete rapiñas, da su pan al ha mbriento, viste al desnudo, 17 aparta su mano de la injusticia, no presta con usura, ni cobra intereses , practica mis normas y se conduce según mis preceptos, éste no morirá por la culpa de su padre, vivirá sin duda. 18 Su padre, porque fue violento, cometió rapiñas y no obró bien en medio de su p ueblo, por eso morirá a causa de su culpa. 19 Y vosotros decís: "¿Por qué no carga el hijo con la culpa de su padre?" Pero e l hijo ha practicado el derecho y la justicia, ha observado todos mis preceptos y los ha puesto en práctica: vivirá sin duda. 20 El que peque es quien morirá; el hijo no cargará con la culpa de su padre, n i el padre con la culpa de su hijo: al justo se le imputará su justicia y al malva do su maldad.

21 En cuanto al malvado, si se aparta de todos los pecados que ha cometido, observa todos mis preceptos y practica el derecho y la justicia, vivirá sin duda, no morirá. 22 Ninguno de los crímenes que cometió se le recordará más; vivirá a causa de la just icia que ha practicado. 23 ¿Acaso me complazco yo en la muerte del malvado - oráculo del Señor Adonai - y no más bien en que se convierta de su conducta y viva? 24 Pero si el justo se aparta de su justicia y comete el mal, imitando toda s las abominaciones que comete el malvado, ¿vivirá acaso? No, no quedará ya memoria de ninguna de las obras justas que había practicado, sino que, a causa de la infidel idad en que ha incurrido y del pecado que ha cometido, morirá. 25 Y vosotros decís: "No es justo el proceder del Señor." Escuchad, casa de Isr ael: ¿Que no es justo mi proceder? ¿No es más bien vuestro proceder el que no es just o? 26 Si el justo se aparta de su justicia, comete el mal y muere, a causa del mal que ha cometido muere. 27 Y si el malvado se aparta del mal que ha cometido para practicar el dere cho y la justicia, conservará su vida. 28 Ha abierto los ojos y se ha apartado de todos los crímenes que había cometid o; vivirá sin duda, no morirá. 29 Y sin embargo la casa de Israel dice: "No es justo el proceder del Señor." ¿Que mi proceder no es justo, casa de Israel? ¿No es más bien vuestro proceder el que no es justo? 30 Yo os juzgaré, pues, a cada uno según su proceder, casa de Israel, oráculo del Señor Adonai. Convertíos y apartaos de todos vuestros crímenes; no haya para vosotros más ocasión de culpa. 31 Descargaos de todos los crímenes que habéis cometido contra mí, y haceos un co razón nuevo y un espíritu nuevo. ¿Por qué habéis de morir, casa de Israel? 32 Yo no me complazco en la muerte de nadie, sea quien fuere, oráculo del Señor Adonai. Convertíos y vivid. Ezequiel 19 1 Y tú entona una elegía sobre los príncipes de Israel. 2 Dirás: ¿Qué era tu madre? Una leona entre leones.Echada entre los leoncillos, criaba a sus cachorros. 3 Exaltó a uno de sus cachorros, que se hizo un león joven; y aprendió a desgarr ar su presa, devoró hombres. 4 Oyeron hablar de él las naciones, en su fosa quedó preso; con garfios le lle varon al país de Egipto. 5 Vio ella que su espera era fallida, fallida su esperanza; y tomo otro de sus cachorros, le hizo un león joven. 6 Andaba éste entre los leones, se hizo un león joven, aprendió a desgarrar su p resa, devoró hombres; 7 derribó sus palacios, devastó sus ciudades; la tierra y sus habitantes estab an aterrados por la voz de su rugido. 8 Se alzaron contra él las naciones, las provincias circundantes; tendieron sobre él su red y en su fosa quedó preso. 9 Con garfios le cerraron en jaula, le llevaron al rey de Babilonia en cal abozos le metieron, para que no se oyese más su voz por los montes de Israel. 10 Tu madre se parecía a una vid plantada a orillas de las aguas.Era fecunda, exuberante, por la abundancia de agua. 11 Tenía ramas fuertes para ser cetros reales; su talla se elevó hasta dentro d e las nubes.Era imponente por su altura, por su abundancia de ramaje. 12 Pero ha sido arrancada con furor, tirada por tierra; el viento del este ha agostado su fruto; ha sido rota, su rama fuerte se ha secado, la ha devorado el fuego. 13 Y ahora está plantada en el desierto, en tierra de sequía y de sed. 14 Ha salido fuego de su rama, ha devorado sus sarmientos y su fruto.No vol verá a tener su rama fuerte, su cetro real.Esto es una elegía; y de elegía sirvió.

Ezequiel 20 1 El año séptimo, el día diez del quinto mes, algunos de los ancianos de Israel vinieron a consultar a Adonai y se sentaron ante mí. 2 Entonces me fue dirigida la palabra de Adonai en estos términos: 3 Hijo de hombre, habla a los ancianos de Israel. Les dirás: Así dice el Señor A donai: ¿A consultarme venís? Por mi vida, que no me dejaré consultar por vosotros, orácu lo del Señor Adonai. 4 ¿Vas a juzgarlos? ¿Vas a juzgar, hijo de hombre? Hazles saber las abominacio nes de sus padres. 5 Les dirás: Así dice el Señor Adonai: El día que yo elegí a Israel, alcé mi mano haci a la raza de la casa de Jacob, me manifesté a ellos en el país de Egipto, y levanté mi mano hacia ellos diciendo: Yo soy Adonai, vuestro Di-s. 6 Aquel día alcé mi mano hacia ellos jurando sacarlos del país de Egipto hacia u na tierra que había explorado para ellos, que mana leche y miel, la más hermosa de todas las tierras. 7 Y les dije: Arrojad cada uno los monstruos que seducen vuestros ojos, no os contaminéis con las basuras de Egipto; yo soy Adonai, vuestro Di-s. 8 Pero ellos se rebelaron contra mí y no quisieron escucharme. Ninguno arrojó los monstruos que seducían sus ojos; ninguno abandonó las basuras de Egipto. Pensé ent onces, derramar mi furor sobre ellos y desahogar en ellos mi cólera, en medio del país de Egipto. 9 Pero tuve consideración a mi nombre y procedí de modo que no fuese profanado a los ojos de las naciones entre las que ellos se encontraban, y a la vista de las cuales me había manifestado a ellos, sacándolos del país de Egipto. 10 Por eso, los saqué del país de Egipto y los conduje al desierto. 11 Les di mis preceptos y les di a conocer mis normas, por las que el hombr e vive, si las pone en práctica. 12 Y les di además mis sábados como señal entre ellos y yo, para que supieran que yo soy Adonai, que los santifico. 13 Pero la casa de Israel se rebeló contra mí en el desierto; no se condujeron según mis preceptos, rechazaron mis normas por las que vive el hombre, si las pone en práctica, y no hicieron más que profanar mis sábados. Entonces pensé en derramar mi furor sobre ellos en el desierto, para exterminarlos. 14 Pero tuve consideración a mi nombre, y procedí de modo que no fuese profanad o a los ojos de las naciones, a la vista de las cuales los había sacado. 15 Y, una vez más alcé mi mano hacia ellos en el desierto, jurando que no les d ejaría entrar en la tierra que les había dado, que mana leche y miel, la más hermosa d e todas las tierras. 16 Pues habían despreciado mis normas, no se habían conducido según mis preceptos y habían profanado mis sábados; porque su corazón se iba tras sus basuras. 17 Pero tuve una mirada de piedad para no exterminarlos, y no acabé con ellos en el desierto. 18 Y dije a sus hijos en el desierto: No sigáis las reglas de vuestros padres , no imitéis sus normas, no os contaminéis con sus basuras. 19 Yo soy Adonai, vuestro Di-s. Seguid mis preceptos, guardad mis normas y ponedlas en práctica. 20 Santificad mis sábados; que sean una señal entre yo y vosotros, para que se sepa que yo soy Adonai, vuestro Di-s. 21 Pero los hijos se rebelaron contra mí, no se condujeron según mis preceptos, no guardaron ni pusieron en práctica mis normas, aquéllas por las que vive el homb re, si las pone en práctica, y profanaron mis sábados. Entonces pensé en derramar mi furor sobre ellos y desahogar en ellos mi cólera, en el desierto. 22 Pero retiré mi mano y tuve consideración a mi nombre, procediendo de modo qu e no fuese profanado a los ojos de las naciones, a la vista de las cuales los ha bía sacado. 23 Pero una vez más alcé mi mano hacia ellos, en el desierto, jurando dispersar los entre las naciones y esparcirlos por los países. 24 Porque no habían puesto en práctica mis normas, habían despreciado mis precept os y profanado mis sábados, y sus ojos se habían ido tras las basuras de sus padres. 25 E incluso llegué a darles preceptos que no eran buenos y normas con las qu

e no podrían vivir, 26 y los contaminé con sus propias ofrendas, haciendo que pasaran por el fueg o a todo primogénito, a fin de infundirles horror, para que supiesen que yo soy Ad onai. 27 Por eso, hijo de hombre, habla a la casa de Israel. Les dirás: Así dice el S eñor Adonai: En esto todavía me ultrajaron vuestros padres siéndome infieles. 28 Yo les conduje a la tierra que, mano en alto, había jurado darles. Allí vier on toda clase de colinas elevadas, toda suerte de árboles frondosos, y en ellos of recieron sus sacrificios y presentaron sus ofrendas provocadoras; allí depositaron el calmante aroma y derramaron sus libaciones. 29 Y yo les dije: ¿Qué es el alto adonde vosotros vais?; y se le puso el nombre de = Bamá =, hasta el día de hoy. 30 Pues bien, di a la casa de Israel: Así dice el Señor Adonai: Conque vosotros os contamináis conduciéndoos como vuestros padres, prostituyéndoos detrás de sus monst ruos, 31 presentando vuestras ofrendas, haciendo pasar a vuestros hijos por el fu ego; os contamináis con todas vuestras basuras, hasta el día de hoy, ¿y yo voy a dejar me consultar por vosotros, casa de Israel? Por mi vida, oráculo del Señor Adonai, qu e no me dejaré consultar por vosotros. 32 Y no se realizará jamás lo que se os pasa por la imaginación, cuando decís: "Ser emos como las naciones, como las tribus de los otros países, adoradores del leño y d e la piedra." 33 Por mi vida, oráculo del Señor Adonai, que yo reinaré sobre vosotros, con mano fuerte y tenso brazo, con furor derramado. 34 Os haré salir de entre los pueblos y os reuniré de los países donde fuisteis d ispersados, con mano fuerte y tenso brazo, con furor derramado; 35 os conduciré al desierto de los pueblos y allí os juzgaré cara a cara. 36 Como juzgué a vuestros padres en el desierto de Egipto, así os juzgaré a vosot ros, oráculo del Señor Adonai. 37 Os haré pasar bajo el cayado y os haré entrar por el aro de la alianza; 38 separaré de vosotros a los rebeldes, a los que se han rebelado contra mí: le s haré salir del país en que residen, pero no entrarán en la tierra de Israel, y sabréis que yo soy Adonai. 39 En cuanto a vosotros, casa de Israel, así dice el Señor Adonai: Que vaya cad a uno a servir a sus basuras; después, yo juro que me escucharéis y no profanaréis más m i santo nombre con vuestras ofrendas y vuestras basuras. 40 Porque será en mi santa montaña, en la alta montaña de Israel - oráculo del Señor Adonai - donde me servirá toda la casa de Israel, toda ella en esta tierra. Allí lo s acogeré amorosamente y allí solicitaré vuestras ofrendas y las primicias de vuestros dones, con todas vuestras cosas santas. 41 Como calmante aroma yo os acogeré amorosamente, cuando os haya hecho salir de entre los pueblos, y os reúna de en medio de los países en los que habéis sido dis persados; y por vosotros me mostraré santo a los ojos de las naciones. 42 Sabréis que yo soy Adonai, cuando os conduzca al suelo de Israel, a la tie rra que, mano en alto, juré dar a vuestros padres. 43 Allí os acordaréis de vuestra conducta y de todas las acciones con las que o s habéis contaminado, y cobraréis asco de vosotros mismos por todas las maldades que habéis cometido. 44 Sabréis que yo soy Adonai, cuando actúe con vosotros por consideración a mi no mbre, y no con arreglo a vuestra mala conducta y a vuestras corrompidas acciones , casa de Israel, oráculo del Señor Adonai. Ezequiel 21 1 La palabra de Adonai me fue dirigida en estos términos: 2 Hijo de hombre, vuelve tu rostro hacia el mediodía, destila tus palabras h acia el sur, profetiza contra el bosque de la región del Négueb. 3 Dirás al bosque del Négueb: Escucha la palabra de Adonai. Así dice el Señor Adon ai: He aquí que yo te prendo fuego, que devorará todo árbol verde y todo árbol seco; será una llama que no se apagará, y arderá todo, desde el Négueb hasta el Norte. 4 Todo el mundo verá que yo, Adonai, lo he encendido; y no se apagará.

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- Yo dije: ¡Ah, Señor Adonai!, ésos andan diciendo de mí: "¿No es éste un charlatán d parábolas?" 6 Entonces, la palabra de Adonai me fue dirigida en estos términos: 7 Hijo de hombre, vuelve tu rostro hacia Yerushalaim, destila tus palabras hacia su santuario y profetiza contra la tierra de Israel. 8 Dirás a la tierra de Israel: Así dice el Señor Adonai: Aquí estoy contra ti; voy a sacar mi espada de la vaina y extirparé de ti al justo y al malvado. 9 Para extirpar de ti al justo y al malvado va a salir mi espada de la vai na, contra toda carne, desde el Négueb hasta el Norte. 10 Y todo el mundo sabrá que yo, Adonai, he sacado mi espada de la vaina; no será envainada. 11 Y tú, hijo de hombre, lanza gemidos, con corazón quebrantado. Lleno de amarg ura, lanzarás gemidos ante sus ojos. 12 Y si acaso te dicen: "¿Por qué esos gemidos?", dirás: "Por causa de una notici a a cuya llegada todos los corazones desfallecerán, desmayarán todos los brazos, to dos los espíritus se amilanarán, y todas las rodillas se irán en agua. Ved que ya lleg a; es cosa hecha, oráculo del Señor Adonai." 13 La palabra de Adonai me fue dirigida en estos términos: 14 Hijo de hombre, profetiza.Dirás: Así dice el Señor. Di: ¡Espada, espada!Afilada está, bruñida. 15 Para la matanza está afilada, para centellear está bruñida... 16 Se la ha hecho bruñir para empuñarla; ha sido afilada la espada, ha sido bruñi da para ponerla en mano de matador. 17 Grita, da alaridos, hijo de hombre, porque está destinada a mi pueblo, a t odos los príncipes de Israel destinados a la espada con mi pueblo.Por eso golpéate e l pecho, 18 pues la prueba está hecha... oráculo del Señor Adonai. 19 Y tú, hijo de hombre, profetiza y bate palmas. ¡Golpee la espada dos, tres v eces, la espada de las víctimas, la espada de la gran víctima, que les amenaza en to rno! 20 A fin de que desmaye el corazón y abunden las ocasiones de caída, en todas l as puertas he puesto yo matanza por la espada, hecha para centellear, bruñida para la matanza. 21 ¡Toma un rumbo: a la derecha, vuélvete a la izquierda, donde tus filos sean requeridos! 22 Yo también batiré palmas, saciaré mi furor.Yo, Adonai, he hablado. 23 La palabra de Adonai me fue dirigida en estos términos: 24 Y tú, hijo de hombre, marca dos caminos por donde venga la espada del rey de Babilonia, que salgan los dos del mismo país, y marca una señalización, márcala en la cabecera del camino de la ciudad; 25 trazarás el camino para que venga la espada hacia Rabbá de los ammonitas y h acia Judá, a la fortaleza de Yerushalaim. 26 Porque el rey de Babilonia se ha detenido en el cruce, en la cabecera de los dos caminos, para consultar a la suerte. Ha sacudido las flechas, ha interr ogado a los terafim, ha observado el hígado. 27 En su mano derecha está la suerte de Yerushalaim: para situar arietes, dar la orden de matanza, lanzar el grito de guerra, situar arietes contra las puert as, levantar un terraplén, hacer trincheras. 28 Para ellos y a sus ojos, no es más que un vano presagio: se les había dado u n juramento. Pero él recuerda las culpas por las que caerán presos. 29 Por eso, así dice el Señor Adonai: Por haber hecho recordar vuestras culpas, descubriendo vuestros crímenes, haciendo aparecer vuestros pecados en todas vuest ras acciones, y porque así se os ha recordado, caeréis presos en su mano. 30 En cuanto a ti, vil criminal, príncipe de Israel, cuya hora ha llegado con la última culpa, 31 así dice el Señor Adonai: La tiara se quitará, se depondrá la corona, todo será tr ansformado; lo humilde será elevado, lo elevado será humillado. 32 Ruina, ruina, ruina, eso es lo que haré con él, como jamás la hubo, hasta que llegue aquel a quien corresponde el juicio y a quien yo se lo entregaré.

33 Y tú, hijo de hombre, profetiza y di: Así dice el Señor Adonai a los ammonitas y sus burlas. Dirás: ¡La espada, la espada está desenvainada para la matanza, bruñida p ara devorar, para centellear 34 - mientras se tienen para ti visiones vanas, y para ti se presagia la me ntira -, para degollar a los viles criminales cuya hora ha llegado con la última culpa! 35 Vuélvela a la vaina. En el lugar donde fuiste creada, en tu tierra de orig en, te juzgaré yo; 36 derramaré sobre ti mi ira, soplaré contra ti el fuego de mi furia, y te entr egaré en manos de hombres bárbaros, agentes de destrucción. 37 Serás pasto del fuego, tu sangre correrá en medio del país, no quedará de ti rec uerdo alguno, porque yo, Adonai, he hablado. Ezequiel 22 1 La palabra de Adonai me fue dirigida en estos términos: 2 Y tú, hijo de hombre, ¿no vas a juzgar? ¿No vas a juzgar a la ciudad sanguinar ia? Hazle saber todas sus abominaciones. 3 Dirás: Así dice el Señor Adonai: Ciudad que derramas sangre en medio de ti par a que llegue tu hora, que haces basuras en tu suelo para contaminarte, 4 por la sangre que derramaste te has hecho culpable, con las basuras que hiciste te has contaminado; has adelantado tu hora, ha llegado el término de tus año s. Por eso yo he hecho de ti la burla de las naciones y la irrisión de todos los p aíses. 5 Próximos y lejanos, se reirán de ti, ciudad de nombre impuro, llena de desórde nes. 6 Ahí están dentro de ti los príncipes de Israel, cada uno según su poder, sólo ocup ados en derramar sangre. 7 En ti se desprecia al padre y a la madre, en ti se maltrata al forastero residente, en ti se oprime al huérfano y a la viuda. 8 No tienes respeto a mis cosas sagradas, profanas mis sábados. 9 Hay en ti gente que calumnia para verter sangre. En ti se come en los mo ntes, y se comete infamia. 10 En ti se descubre la desnudez del propio padre, en ti se hace violencia a la mujer en estado de impureza. 11 Un comete abominación con la mujer de su prójimo, el otro se contamina de ma nera infame con su nuera, otro hace violencia a su hermana, la hija de su propi o padre; 12 en ti se acepta soborno para derramar sangre; tomas a usura e interés, exp lotas a tu prójimo con violencia, y te has olvidado de mí, oráculo del Señor Adonai. 13 Mira, yo voy a batir palmas a causa de los actos de pillaje que has come tido y de la sangre que corre en medio de ti. 14 ¿Podrá tu corazón resistir y tus manos seguir firmes el día en que yo actúe contra ti? Yo, Adonai, he hablado y lo haré. 15 Te dispersaré entre las naciones, te esparciré por los países, borraré la impure za que hay en medio de ti, 16 por ti misma te verás profanada a los ojos de las naciones, y sabrás que yo soy Adonai. 17 La palabra de Adonai me fue dirigida en estos términos: 18 Hijo de hombre, la casa de Israel se me ha convertido en escoria; todos son cobre, estaño, hierro, plomo, en medio de un horno; ¡escoria son! 19 Por eso, así dice el Señor Adonai: Por haberos convertido todos vosotros en escoria, por eso voy a juntaros en medio de Yerushalaim. 20 Como se pone junto plata, cobre, hierro, plomo y estaño en el horno, y se atiza el fuego por debajo para fundirlo todo, así os juntaré yo en mi cólera y mi furo r; os pondré y os fundiré. 21 Os reuniré, atizaré contra vosotros el fuego de mi furia, y os fundiré en medi o de la ciudad. 22 Como se funde la plata en medio del horno, así seréis fundidos vosotros en m edio de ella, y sabréis que yo, Adonai, he derramado mi furor sobre vosotros. 23 La palabra de Adonai me fue dirigida en estos términos:

24 Hijo de hombre, dile: Eres una tierra que no ha tenido lluvia ni inundac ión en el día de la Ira; 25 los príncipes que en ella residen son como un león rugiente que desgarra su presa. Han devorado a la gente, se han apoderado de haciendas y joyas, han multi plicado las viudas en medio de ella. 26 Sus sacerdotes han violado mi ley y profanado mis cosas sagradas; no han hecho diferencia entre lo sagrado y lo profano, ni han enseñado a distinguir ent re lo puro y lo impuro; se han tapado los ojos para no ver mis sábados, y yo he si do deshonrado en medio de ellos. 27 Sus jefes, en medio de ella, son como lobos que desgarran su presa, que derraman sangre, matando a las personas para robar sus bienes. 28 Sus profetas los han recubierto de argamasa con sus vanas visiones y sus presagios mentirosos, diciendo: "Así dice el Señor Adonai", cuando Adonai no había ha blado. 29 El pueblo de la tierra ha hecho violencia y cometido pillaje, ha oprimid o al pobre y al indigente, ha maltratado al forastero sin ningún derecho. 30 He buscado entre ellos alguno que construyera un muro y se mantuviera de pie en la brecha ante mí, para proteger la tierra e impedir que yo la destruyera, y no he encontrado a nadie. 31 Entonces he derramado mi ira sobre ellos; en el fuego de mi furia los he exterminado: he hecho caer su conducta sobre su cabeza, oráculo del Señor Adonai. Ezequiel 23 1 La palabra de Adonai me fue dirigida en estos términos: 2 Hijo de hombre: Había dos mujeres, hijas de la misma madre. 3 Se prostituyeron en Egipto; se prostituyeron en su juventud. Allí fueron p alpados sus pechos y acariciado su seno virginal. 4 Estos eran sus nombres: Oholá, la mayor, y Oholibá, su hermana. Fueron mías y dieron a luz hijos e hijas. Sus nombres: Oholá es Samaria; Oholibá, Yerushalaim. 5 Oholá se prostituyó cuando me pertenecía a mí; se enamoró perdidamente de sus aman tes, los asirios sus vecinos, 6 vestidos de púrpura, gobernadores y prefectos, todos ellos jóvenes apuestos y hábiles caballeros. 7 Les otorgó sus favores - eran todos ellos la flor de los asirios - y, con todos aquellos de los que se había enamorado, se contaminó al contacto de todas sus basuras. 8 No cejó en sus prostituciones comenzadas en Egipto, donde se habían acostado con ella en su juventud, acariciando su seno virginal, y desahogando con ella s u lascivia. 9 Por eso yo la entregué en manos de sus amantes, en manos de los asirios de los que se había enamorado. 10 Estos descubrieron su desnudez, se llevaron a sus hijos y sus hijas, y a ella misma la mataron a espada. Vino así a ser ejemplo para las mujeres, porque s e había hecho justicia de ella. 11 Su hermana Oholibá vio esto, pero su pasión y sus prostituciones fueron toda vía más escandalosas que las de su hermana. 12 Se enamoró de los asirios, gobernadores y prefectos, vecinos suyos, magnífic amente vestidos, hábiles caballeros, y todos ellos jóvenes apuestos. 13 Yo vi que estaba impura; la conducta era la misma para las dos, 14 pero ésta superó sus prostituciones: vio hombres pintados en la pared, figur as de caldeos pintadas con bermellón, 15 con cinto en las caderas y amplios turbantes en sus cabezas, con aspecto de escuderos todos ellos, que representaban a los babilonios, caldeos de origen , 16 y en cuanto los vio se enamoró de ellos y les envió mensajeros a Caldea. 17 Los babilonios vinieron donde ella, a compartir el lecho de los amores y a contaminarla con su lascivia; y cuando se contaminó con ellos, su deseo se apar tó de ellos. 18 Dejó así al descubierto sus prostituciones y su desnudez; y yo me aparté de el la como me había apartado de su hermana.

19 Pero ésta multiplicó sus prostituciones, acordándose de los días de su juventud, cuando se prostituía en el país de Egipto, 20 y se enamoraba de aquellos disolutos de carne de asnos y miembros de cab allos. 21 Has renovado así la inmoralidad de tu juventud, cuando en Egipto acariciab an tu busto palpando tus pechos juveniles. 22 Pues bien, Oholibá, así dice el Señor Adonai: He aquí que yo suscito contra ti a todos tus amantes, de los que te has apartado; los voy a traer contra ti de tod as partes, 23 a los babilonios y a todos los caldeos, los de Pecod, de Soa y de Coa, y con ellos a todos los asirios, jóvenes apuestos, gobernadores y prefectos, todos ellos escuderos de título y hábiles caballeros; 24 y vendrán contra ti desde el norte carros y carretas, con una asamblea de pueblos. Por todas partes te opondrán el pavés, el escudo y el yelmo. Yo les daré el e ncargo de juzgarte y te juzgarán conforme a su derecho. 25 Desencadenaré mis celos contra ti, y te tratarán con furor, te arrancarán la n ariz y las orejas, y lo que quede de los tuyos caerá a espada; se llevarán a tus hij os y a tus hijas, y lo que quede de los tuyos será devorado por el fuego. 26 Te despojarán de tus vestidos y se apoderarán de tus joyas. 27 Yo pondré fin a tu inmoralidad y a tus prostituciones comenzadas en Egipto ; no levantarás más tus ojos hacia ellos, ni volverás a acordarte de Egipto. 28 Porque así dice el Señor Adonai: He aquí que yo te entrego en manos de los que detestas, en manos de aquellos de los que te has apartado. 29 Ellos te tratarán con odio, se apoderarán de todo el fruto de tu trabajo y t e dejarán completamente desnuda. Así quedará al descubierto la vergüenza de tus prostitu ciones. Tu inmoralidad y tus prostituciones 30 te han acarreado todo esto, por haberte prostituido a las naciones, por haberte contaminado con sus basuras. 31 Has imitado la conducta de tu hermana, y yo pondré su cáliz en tu mano. 32 Así dice el Señor Adonai: Beberás el cáliz de tu hermana, cáliz ancho y profundo, que servirá de burla e irrisión, tan grande es su cabida. 33 Te empaparás de embriaguez y de aflicción.Cáliz de desolación y de angustia, el cáliz de tu hermana Samaria. 34 Lo beberás, lo apurarás; roerás hasta los cascotes, y te desgarrarás el seno.Por que he hablado yo, oráculo del Señor Adonai. 35 Por eso, así dice el Señor Adonai: Puesto que me has olvidado y me has arroj ado a tus espaldas, carga tú también con tu inmoralidad y tus prostituciones. 36 Después, Adonai me dijo: Hijo de hombre, ¿vas a juzgar a Oholá y Oholibá? Reprócha les sus abominaciones. 37 Han cometido adulterio, están ensangrentadas sus manos, han cometido adult erio con sus basuras, y hasta a sus hijos, que me habían dado a luz, los han hecho pasar por el fuego como alimento para ellas. 38 Han llegado a hacerme hasta esto: han contaminado mi santuario en este día y han profanado mis sábados; 39 después de haber inmolado sus hijos a sus basuras, el mismo día, han entrado en mi santuario para profanarlo. Esto es lo que han hecho en mi propia casa. 40 Más aún, mandaron en busca de hombres que vinieran de lejos, enviándoles un me nsajero, y cuando vinieron te bañaste, te pintaste los ojos y te pusiste las joyas ; 41 luego te reclinaste en un espléndido diván, ante el cual estaba aderezada un a mesa en la que habías puesto mi incienso y mi aceite. 42 Se oía allí el ruido de una turba indolente, por la multitud de hombres, de bebedores traídos del desierto; ponían ellos brazaletes en las manos de ellas y una corona preciosa en su cabeza. 43 Y yo decía de aquella que estaba gastada de adulterios: Todavía sigue entregán dose a sus prostituciones, 44 y vienen donde ella, como se viene donde una prostituta. Así han venido do nde Oholá y Oholibá, estas mujeres depravadas. 45 Pero hay hombres justos que les aplicarán el juicio reservado a las adúltera s y a las que derraman sangre, porque ellas son adúlteras y hay sangre en sus mano

s. 46 Porque así dice el Señor Adonai: Convóquese contra ellas una asamblea para ent regarlas al terror y al pillaje, 47 y la asamblea las matará a pedradas y las acribillará a golpes de espada; ma tarán a sus hijos y a sus hijas, y prenderán fuego a sus casas. 48 Yo pondré fin a la inmoralidad en esta tierra; todas las mujeres quedarán así avisadas y no imitarán vuestra inmoralidad. 49 Se hará recaer sobre vosotras vuestra inmoralidad, cargaréis con los pecados cometidos con vuestras basuras, y sabréis que yo soy el Señor Adonai. Ezequiel 24 1 El año noveno, el día diez del décimo mes, la palabra de Adonai me fue dirigid a en estos términos: 2 Hijo de hombre, escribe la fecha de hoy, de este mismo día, porque el rey de Babilonia se ha lanzado sobre Yerushalaim precisamente en este día. 3 Compón una parábola sobre esta casa de rebeldía. Les dirás: Así dice el Señor Adonai : Arrima la olla al fuego, arrímala, y echa agua en ella. 4 Amontona dentro trozos de carne, todos los trozos buenos, pierna y espal da.Llénala de los huesos mejores. 5 Toma lo mejor del ganado menor.Apila en torno la leña debajo, hazla hervir a borbotones, de modo que hasta los huesos se cuezan. 6 Porque así dice el Señor Adonai: ¡Ay de la ciudad sanguinaria, olla toda roñosa, cuya herrumbre no se le va! ¡Vacíala trozo a trozo, sin echar suertes sobre ella! 7 Porque su sangre está en medio de ella, la ha esparcido sobre la roca desn uda, no la ha derramado en la tierra recubriéndola de polvo. 8 Para que el furor desborde, para tomar venganza, he puesto yo su sangre sobre roca desnuda, para que no fuera recubierta. 9 Pues bien, así dice el Señor Adonai: ¡Ay de la ciudad sanguinaria!También yo voy a hacer un gran montón de leña. 10 Apila bien la leña, enciende el fuego, cuece la carne a punto, prepara las especias, que los huesos se abrasen. 11 Y mantén la olla vacía sobre las brasas, para que se caliente, se ponga al r ojo el bronce, se funda dentro de ella su suciedad, y su herrumbre se consuma. 12 Pero ni por el fuego se va la herrumbre de la que está roñosa. 13 De la impureza de tu inmoralidad he querido purificarte, pero tú no te has dejado purificar de tu impureza. No serás, pues, purificada hasta que yo no desah ogue mi furor en ti. 14 Yo, Adonai, he hablado, y cumplo la palabra: no me retraeré, no tendré pieda d ni me compadeceré. Según tu conducta y según tus obras te juzgarán, oráculo del Señor Adon ai. 15 La palabra de Adonai me fue dirigida en estos términos: 16 "Hijo de hombre, mira, voy a quitarte de golpe el encanto de tus ojos. P ero tú no te lamentarás, no llorarás, no te saldrá una lágrima. 17 Suspira en silencio, no hagas duelo de muertos; ciñe el turbante a tu cabe za, ponte tus sandalias en los pies, no te cubras la barba, no comas pan ordinar io." 18 Yo hablé al pueblo por la mañana, y por la tarde murió mi mujer; y al día siguie nte por la mañana hice como se me había ordenado. 19 El pueblo me dijo: "¿No nos explicarás qué significado tiene para nosotros lo que estás haciendo?" 20 Yo les dije: "La palabra de Adonai me ha sido dirigida en estos términos: 21 Di a la casa de Israel: Así dice el Señor Adonai: He aquí que yo voy a profana r mi santuario, orgullo de vuestra fuerza, encanto de vuestros ojos, pasión de vu estras almas. Vuestros hijos y vuestras hijas que habéis abandonado, caerán a espad a. 22 Y vosotros haréis como yo he hecho: no os cubriréis la barba, no comeréis pan ordinario, 23 seguiréis llevando vuestros adornos en la cabeza y vuestras sandalias en l os pies, no os lamentaréis ni lloraréis. Os consumiréis a causa de vuestras culpas y g emiréis los unos con los otros.

24 Ezequiel será para vosotros un símbolo; haréis todo lo que él ha hecho. Y cuando esto suceda, sabréis que yo soy el Señor Adonai." 25 Y tú, hijo de hombre, el día en que yo les quite su apoyo, su alegre ornato, el encanto de sus ojos, el anhelo de su alma, sus hijos y sus hijas, 26 ese día llegará donde ti el fugitivo que traerá la noticia. 27 Aquel día se abrirá tu boca para hablar al fugitivo; hablarás y ya no seguirás m udo; serás un símbolo para ellos, y sabrán que yo soy Adonai. Ezequiel 25 1 La palabra de Adonai me fue dirigida en estos términos: 2 Hijo de hombre, vuelve tu rostro hacia los ammonitas y profetiza contra ellos. 3 Dirás a los ammonitas: Escuchad la palabra del Señor Adonai. Así dice el Señor A donai: Por haber dicho: "¡Ja, ja!" sobre mi santuario cuando era profanado, sobre la tierra de Israel cuando era devastada y sobre la casa de Judá cuando marchaba al destierro, 4 por eso, he aquí que yo te entrego en posesión a los hijos de Oriente; empla zarán en ti sus campamentos, y pondrán en ti sus tiendas; ellos comerán tus frutos y ellos beberán tu leche. 5 Yo haré de Rabbá un establo de camellos, y de las ciudades de Ammón un redil d e ovejas. Y sabréis que yo soy Adonai. 6 Así dice el Señor Adonai: Por haber batido palmas y haber pataleado, por hab erte alegrado, con todo tu desprecio y animosidad, a costa de la tierra de Israe l, 7 por eso, he aquí que yo extiendo mi mano contra ti y te entregaré al saqueo de las naciones, te extirparé de entre los pueblos y te exterminaré de entre los país es. Te destruiré, y sabrás que yo soy Adonai. 8 Así dice el Señor Adonai: Porque Moab y Seír han dicho: "Mirad, la casa de Judá es igual que todas las naciones", 9 por eso, he aquí que yo voy a abrir las espaldas de Moab, y a destruir de un extremo al otro sus ciudades, las joyas de ese país, Bet Hayesimot, Baal Meón, Qu iryatáyim. 10 A los hijos de Oriente, además de los ammonitas, la entrego en posesión, par a que no se recuerde más entre las naciones. 11 Haré justicia de Moab, y se sabrá que yo soy Adonai. 12 Así dice el Señor Adonai: Porque Edom ha ejecutado su venganza sobre la casa de Judá y se ha hecho gravemente culpable al vengarse de ella, 13 por eso, así dice el Señor Adonai: Yo extenderé mi mano contra Edom y extirparé de ella hombres y bestias. La convertiré en desierto; desde Temán a Dedán caerán a espad a. 14 Pondré mi venganza contra Edom en manos de mi pueblo Israel, que tratará a E dom según mi cólera y mi furor, y se sabrá lo que es mi venganza, oráculo del Señor Adonai . 15 Así dice el Señor Adonai: Porque los filisteos han actuado vengativamente y han ejecutado su venganza con desprecio y animosidad, tratando de destruir a imp ulsos de un odio eterno, 16 por eso, así dice el Señor Adonai: He aquí que yo extiendo mi mano contra los filisteos; extirparé a los kereteos y destruiré lo que queda en el litoral del mar. 17 Ejecutaré contra ellos terribles venganzas, furiosos escarmientos, y sabrán que yo soy Adonai, cuando les aplique mi venganza. Ezequiel 26 1 El año undécimo, el día primero del mes, la palabra de Adonai me fue dirigida en estos términos: 2 Hijo de hombre, porque Tiro ha dicho contra Yerushalaim: "¡Ja, ja! ahí está ro ta, la puerta de los pueblos; se vuelve hacia mí, su riqueza está en ruinas", 3 por eso, así dice el Señor Adonai:Aquí estoy contra ti, Tiro.Voy a hacer subir contra ti a naciones numerosas, como el mar hace subir sus olas. 4 Derruirán las murallas de Tiro y abatirán sus torres.Yo barreré de ella hasta el polvo y la dejaré como roca pelada.

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Quedará, en medio del mar, como un secadero de redes.Porque he hablado yo, oráculo del Señor Adonai.Tiro será presa propicia para las naciones. 6 Y sus hijas que están tierra adentro serán muertas a espada.Y se sabrá que yo soy Adonai. 7 Pues así dice el Señor Adonai:He aquí que yo traigo contra Tiro, por el norte, a Nabucodonosor, rey de Babilonia, rey de reyes, con caballos, carros y jinetes y gran número de tropas. 8 A tus hijas que están tierra adentro las matará a espada.Hará contra ti trinch eras, levantará contra ti un terraplén, alzará contra ti un testudo, 9 lanzará los golpes de su ariete contra tus murallas, demolerá tus torres con sus máquinas. 10 Sus caballos son tan numerosos que su polvo te cubrirá.Al estrépito de su ca ballería, de sus carros y carretas, trepidarán tus murallas cuando entre él por tus pu ertas, como se entra en una ciudad, brecha abierta. 11 Con los cascos de sus caballos hollará todas tus calles, a tu pueblo pasará a cuchillo, y tus grandiosas estelas se desplomarán en tierra. 12 Se llevarán como botín tus riquezas, saquearán tus mercancías, destruirán tus mura llas, demolerán tus casas suntuosas.Tus piedras, tus vigas y tus escombros los ech arán al fondo de las aguas. 13 Yo haré cesar la armonía de tus canciones, y no se volverá a oír el son de tus cít aras. 14 Te convertiré en roca pelada, quedarás como secadero de redes; no volverás a s er reconstruida, porque yo, Adonai, he hablado, oráculo del Señor Adonai. 15 Así dice el Señor Adonai a Tiro: Al estruendo de tu caída, cuando giman las víct imas, cuando hierva la carnicería en medio de ti, ¿no temblarán las islas? 16 Bajarán de sus tronos todos los príncipes del mar, se quitarán sus mantos, dej arán sus vestidos recamados. Se vestirán de pavores, se sentarán en tierra, sin tregua temblarán y quedarán pasmados por ti. 17 Entonarán por ti una elegía y te dirán: ¡Ah! ahí estás destruida, desaparecida de lo s mares, la ciudad famosa, que fue poderosa en el mar, con tus habitantes, los q ue infundían el terror en todo el continente. 18 Ahora tiemblan las islas en el día de tu caída, las islas del mar están aterra das de tu fin. 19 Porque así dice el Señor Adonai: Cuando yo te convierta en una ciudad en rui nas como las ciudades despobladas, cuando yo empuje sobre ti el océano, y te cubra n las muchas aguas, 20 entonces te precipitaré con los que bajan a la fosa, con el pueblo de antaño ; te haré habitar en los infiernos, como las ruinas de antaño, con los que bajan a l a fosa, para que no vuelvas a ser restablecida en la tierra de los vivos. 21 Haré de ti un objeto de espanto, y no existirás más. Se te buscará y no se te en contrará jamás, oráculo del Señor Adonai. Ezequiel 27 1 La palabra de Adonai me fue dirigida en estos términos: 2 Y tú, hijo de hombre, entona una elegía sobre Tiro. 3 Dirás a Tiro, la ciudad sentada a la entrada del mar, centro del tráfico de los pueblos hacia islas sin cuento: Así dice el Señor Adonai:Tiro, tú decías: Yo soy un navío de perfecta hermosura. 4 En el corazón de los mares estaban tus fronteras.Tus fundadores hicieron p erfecta tu hermosura. 5 Con cipreses de Senir te construyeron todas tus planchas.Del Líbano tomaro n un cedro para erigirte un mástil. 6 De las encinas de Basán hicieron tus remos.El puente te lo hicieron de mar fil incrustado en cedro de las islas de Kittim. 7 De lino recamado de Egipto era tu vela que te servía de enseña.Púrpura y escar lata de las islas de Elisá formaban tu toldo. 8 Los habitantes de Sidón y de Arvad eran tus remeros.Y tus sabios, Tiro, ib an a bordo como timoneles. 9 En ti estaban los ancianos de Guebal y sus artesanos para reparar tus av erías. Todas las naves del mar y sus marineros estaban contigo para asegurar tu c

omercio. 10 Los de Persia, de Lud y de Put servían en tu ejército como hombres de guerra ; suspendían en ti el escudo y el yelmo, te daban esplendor. 11 Los hijos de Arvad, con tu ejército, guarnecían por todas partes tus muralla s, y los gammadeos tus torres. Suspendían sus escudos en tus murallas, todo alrede dor, y hacían perfecta tu hermosura. 12 Tarsis era cliente tuya, por la abundancia de toda riqueza: plata, hierr o, estaño y plomo daba por tus mercancías. 13 Yaván, Túbal y Mések traficaban contigo: te daban a cambio hombres y utensilio s de bronce. 14 Los de Bet Togarmá daban por tus mercancías caballos de tiro y de silla, y m ulos. 15 Los hijos de Rodán traficaban contigo; numerosas islas eran clientes tuyas ; te pagaban con colmillos de marfil y madera de ébano. 16 Edom era cliente tuyo por la abundancia de tus productos: daba por tus m ercancías malaquita, púrpura, recamados, batista, coral y rubíes. 17 Judá y la tierra de Israel traficaban también contigo: te daban a cambio tri go de Minnit, pannag, miel, aceite y resina. 18 Damasco era cliente tuya por la abundancia de tus productos; gracias a l a abundancia de toda riqueza, te proveía de vino de Jelbón y lana de Sajar. 19 Dan y Yaván, desde Uzal, daban por tus mercancías hierro forjado, canela y c aña. 20 Dedán traficaba contigo en sillas de montar. 21 Arabia y todos los príncipes de Quedar eran también tus clientes: pagaban co n corderos, carneros y machos cabríos. 22 Los mercaderes de Sabá y de Ramá traficaban contigo: aromas de primera calid ad y toda clase de piedras preciosas y oro daban por tus mercancías. 23 Jarán, Kanné y Edén, los mercaderes de Sabá, de Asur y de Kilmad traficaban cont igo. 24 Traían a tu mercado vestidos de lujo, mantos de púrpura y brocado, tapices m ulticolores y maromas trenzadas. 25 Las naves de Tarsis formaban tu flota comercial. Estabas repleta y pesad a en el corazón de los mares. 26 A alta mar te condujeron los que a remo te llevaban.El viento de oriente te ha quebrado en el corazón de los mares. 27 Tus riquezas, tus mercancías y tus fletes, tus marineros y tus timoneles, tus calafates, tus agentes comerciales, todos los guerreros que llevas, toda la tripulación que transportas, se hundirán en el corazón de los mares el día de tu naufrag io. 28 Al oír los gritos de tus marinos, se asustarán las costas. 29 Entonces desembarcarán de sus naves todos los remeros.Los marineros, todos los hombres de mar, se quedarán en tierra. 30 Lanzarán su clamor por ti, gritarán amargamente.Se echarán polvo en la cabeza, se revolcarán en la ceniza; 31 se raparán el pelo por tu causa, se ceñirán de sayal.Llorarán por ti, en la amar gura de su alma, con amargo lamento. 32 Entonarán por ti, en su duelo, una elegía, harán por ti esta lamentación: "¿Quién er a semejante a Tiro en medio del mar? 33 Cuando tus mercancías se desembarcaban, saciabas a muchos pueblos; con la abundancia de tus riquezas y productos enriquecías a los reyes de la tierra. 34 Mas ahora estás ahí quebrada por los mares en las honduras de las aguas.Tu c arga y toda tu tripulación se han hundido contigo. 35 Todos los habitantes de las islas están pasmados por tu causa.Sus reyes es tán estremecidos de terror, descompuesto su rostro. 36 Los mercaderes de los pueblos silban sobre ti, porque te has convertido en objeto de espanto, y has desaparecido para siempre." Ezequiel 28 1 La palabra de Adonai me fue dirigida en estos términos:

2 Hijo de hombre, di al príncipe de Tiro:Así dice el Señor Adonai: ¡Oh!, tu corazón se ha engreído y has dicho: "Soy un dios, estoy sentado en un trono divino, en el corazón de los mares."Tú que eres un hombre y no un dios, equiparas tu corazón al cora zón de Di-s. 3 ¡Oh sí, eres más sabio que Danel!Ningún sabio es semejante a ti. 4 Con tu sabiduría y tu inteligencia te has hecho una fortuna, has amontonad o oro y plata en tus tesoros. 5 Por tu gran sabiduría y tu comercio has multiplicado tu fortuna, y por su fortuna se ha engreído tu corazón. 6 Por eso, así dice el Señor Adonai:Porque has equiparado tu corazón al corazón de Di-s, 7 por eso, he aquí que yo traigo contra ti extranjeros, los más bárbaros entre l as naciones.Desenvainarán la espada contra tu linda sabiduría, y profanarán tu esplend or; 8 te precipitarán en la fosa, y morirás de muerte violenta en el corazón de los mares. 9 ¿Podrás decir aún: "Soy un dios", ante tus verdugos?Pero serás un hombre, que no un dios, entre las manos de los que te traspasen. 10 Tendrás la muerte de los incircuncisos, a manos de extranjeros.Porque he h ablado yo, oráculo del Señor Adonai. 11 La palabra de Adonai me fue dirigida en estos términos: 12 Hijo de hombre, entona una elegía sobre el rey de Tiro. Le dirás: Así dice el Señor Adonai:Eras el sello de una obra maestra, lleno de sabiduría, acabado en belle za. 13 En Edén estabas, en el jardín de Di-s.Toda suerte de piedras preciosas forma ban tu manto: rubí, topacio, diamante, crisólito, piedra de ónice, jaspe, zafiro, mala quita, esmeralda; en oro estaban labrados los aretes y pinjantes que llevabas, a derezados desde el día de tu creación. 14 Querubín protector de alas desplegadas te había hecho yo, estabas en el mont e santo de Di-s, caminabas entre piedras de fuego. 15 Fuiste perfecto en su conducta desde el día de tu creación, hasta el día en qu e se halló en ti iniquidad. 16 Por la amplitud de tu comercio se ha llenado tu interior de violencia, y has pecado.Y yo te he degradado del monte de Di-s, y te he eliminado, querubín pr otector, de en medio de las piedras de fuego. 17 Tu corazón se ha pagado de tu belleza, has corrompido tu sabiduría por causa de tu esplendor.Yo te he precipitado en tierra, te he expuesto como espectáculo a los reyes. 18 Por la multitud de tus culpas por la inmoralidad de tu comercio, has pro fanado tus santuarios.Y yo he sacado de ti mismo el fuego que te ha devorado; te he reducido a ceniza sobre la tierra, a los ojos de todos los que te miraban. 19 Todos los pueblos que te conocían están pasmados por ti.Eres un objeto de es panto, y has desaparecido para siempre. 20 La palabra de Adonai me fue dirigida en estos términos: 21 Hijo de hombre, vuelve tu rostro hacia Sidón y profetiza contra ella. 22 Dirás: Así dice el Señor Adonai:Aquí estoy contra ti, Sidón; en medio de ti seré glo rificado.Se sabrá que yo soy Adonai, cuando yo haga justicia de ella y manifieste en ella mi santidad. 23 Mandaré contra ella la peste, habrá sangre en sus calles; las víctimas caerán en medio de ella, bajo la espada que la cercará por todas partes, y se sabrá que yo so y Adonai. 24 No habrá más, para la casa de Israel, espina que punce ni zarza que lacere, entre todos sus vecinos que la desprecian, y se sabrá que yo soy el Señor Adonai. 25 Así dice el Señor Adonai: Cuando yo reúna a la casa de Israel de en medio de l os pueblos donde está dispersa, manifestaré en ellos mi santidad a los ojos de las n aciones. Habitarán en la tierra que yo di a mi siervo Jacob; 26 habitarán allí con seguridad, construirán casas y plantarán viñas; vivirán seguros. Cuando yo haga justicia de todos sus vecinos que los desprecian, se sabrá que yo s oy Adonai su Di-s.

Ezequiel 29 1 El año décimo, el día doce del décimo mes, la palabra de Adonai me fue dirigida en estos términos: 2 Hijo de hombre, vuelve tu rostro hacia Faraón, rey de Egipto, y profetiza contra él y contra todo Egipto. 3 Habla y di: Así dice el Señor Adonai:Aquí estoy contra ti, Faraón, rey de Egipto , gran cocodrilo, recostado en medio de sus Nilos, tú que has dicho: "Mi Nilo es mío . yo mismo lo he hecho." 4 Voy a ponerte garfios en las quijadas, pegaré a tus escamas los peces de t us Nilos, te sacaré fuera de tus Nilos, con todos los peces de tus Nilos, pegados a tus escamas. 5 Te arrojaré al desierto, a ti y a todos los peces de tus Nilos.En la haz d el campo caerás, no serás recogido ni enterrado.A las bestias de la tierra y a las a ves del cielo te entregaré como pasto, 6 y sabrán todos los habitantes de Egipto que yo soy Adonai.Porque has sido un apoyo de caña para la casa de Israel; 7 cuando ellos te agarraban, te rompías en sus manos y desgarrabas toda su p alma; cuando se apoyaban en tí, te hacías pedazos y hacías vacilar todos los riñones. 8 Por eso, así dice el Señor Adonai: He aquí que yo traigo contra ti la espada, para extirpar de ti hombres y bestias. 9 El país de Egipto se convertirá en desolación y ruina, y se sabrá que yo soy Ado nai. Por haber dicho: "El Nilo es mío, yo mismo lo he hecho", 10 por eso, aquí estoy yo contra ti y contra tus Nilos. Convertiré el país de Egi pto en ruinas, devastación y desolación, desde Migdol hasta Siene y hasta la fronter a de Etiopía. 11 No pasará por él pie de hombre, pie de animal no pasará por él. Quedará deshabitad o durante cuarenta años. 12 Yo haré del país de Egipto una desolación en medio de países desolados; sus ciud ades serán una desolación entre ciudades en ruinas, durante cuarenta años. Dispersaré a los egipcios entre las naciones y los esparciré por los países. 13 Porque así dice el Señor Adonai: Al cabo de cuarenta años, reuniré a los habitan tes de Egipto de entre los pueblos en los que habían sido dispersados. 14 Recogeré a los cautivos egipcios y los haré volver al país de Patrós, su país de o rigen. Allí formarán un reino modesto. 15 Egipto será el más modesto de los reinos y no se alzará más sobre las naciones; le haré pequeño para que no vuelva a imponerse a las naciones. 16 No volverá a ser para la casa de Israel apoyo de su confianza, que provoqu e el delito de irse en pos de él. Y se sabrá que yo soy el Señor Adonai. 17 El año veintisiete, el día uno del primer mes, la palabra de Adonai me fue d irigida en estos términos: 18 Hijo de hombre, Nabucodonosor, rey de Babilonia, ha emprendido con su ejér cito grandes movimientos contra Tiro. Todas las cabezas han quedado peladas y to das las espaldas llagadas, pero no ha obtenido de Tiro, ni para sí ni para su ejérci to, ningún provecho de la empresa acometida contra ella. 19 Por eso, así dice el Señor Adonai: He aquí que yo entrego a Nabucodonosor, rey de Babilonia, el país de Egipto. El saqueará sus riquezas, se apoderará de sus despoj os y se llevará su botín, que será la paga de su ejército. 20 En compensación de su esfuerzo contra Tiro, yo le entrego el país de Egipto, porque han trabajado para mí, oráculo del Señor Adonai. 21 Aquel día yo haré brotar un cuerno a la casa de Israel, y a ti te permitiré ab rir la boca en medio de ellos. Y sabrán que yo soy Adonai. Ezequiel 30 1 La palabra de Adonai me fue dirigida en estos términos: 2 Hijo de hombre, profetiza y di: Así dice el Señor Adonai:Gemid: "¡Ah, el día aqu el!" 3 Porque está cercano el día, está cercano el día de Adonai, día cargado de nubarron es, la hora de las naciones será. 4 Vendrá la espada sobre Egipto, cundirá el pánico en Kus, cuando las víctimas cai gan en Egipto, cuando sean saqueadas sus riquezas y sus cimientos derruidos.

5 Kus, Put y Lud, toda Arabia y Kub, y los hijos del país de la alianza, cae rán con ellos a espada. 6 Así dice Adonai:Caerán los apoyos de Egipto, se desplomará el orgullo de su fu erza; desde Migdol a Siene, caerán todos a espada, oráculo del Señor Adonai. 7 Quedarán desolados entre los países desolados, y sus ciudades estarán entre la s ciudades en ruinas. 8 Sabrán que yo soy Adonai, cuando prenda fuego a Egipto, y se rompan todos sus apoyos. 9 Aquel día saldrán de mi presencia mensajeros en navíos a sembrar el terror en Kus que se cree segura. Cundirá el pánico entre sus habitantes, en el día de Egipto, vedle aquí que llega. 10 Así dice el Señor Adonai:Yo pondré fin a la multitud de Egipto, por mano de Na bucodonosor, rey de Babilonia. 11 El, y su pueblo con él, la más bárbara de las naciones, serán enviados a asolar el país.Desenvainarán la espada contra Egipto, y llenarán el país de víctimas. 12 Yo dejaré secos los Nilos, y venderé el país en manos de malvados.Devastaré el p aís y todo lo que encierra, por mano de extranjeros.Yo, Adonai, he hablado. 13 Así dice el Señor Adonai:Haré desaparecer las basuras, y pondré fin a los falsos dioses de Nof.No habrá más príncipes en Egipto, y yo sembraré el terror en el país de Egi pto. 14 Devastaré Patrós, prenderé fuego a Soán, haré justicia de No. 15 Derramaré mi furor en Sin, la fortaleza de Egipto, exterminaré la multitud d e No. 16 Prenderé fuego a Egipto. Sin se retorcerá de dolor, en No se abrirá brecha y c undirán las aguas. 17 Los jóvenes de On y de Pi Béset caerán a espada, y las ciudades mismas partirán al cautiverio. 18 En Tafnis el día se convertirá en tinieblas cuando yo quiebre allí el yugo de Egipto y se acabe el orgullo de su fuerza. A ella le cubrirá un nubarrón, y sus hij as partirán al cautiverio. 19 Así haré justicia de Egipto, y se sabrá que yo soy Adonai. 20 El año undécimo, el día siete del primer mes, la palabra de Adonai me fue diri gida en estos términos: 21 Hijo de hombre, yo he roto el brazo de Faraón, rey de Egipto, y he aquí que nadie ha curado su herida aplicándole medicamentos y vendas para curarle, de modo que recobre el vigor para empuñar la espada. 22 Por eso, así dice el Señor Adonai: Aquí estoy yo contra Faraón, rey de Egipto; q uebraré sus brazos, el que está sano y el que está roto, y haré que la espada caiga de su mano. 23 Dispersaré a Egipto entre las naciones, lo esparciré por los países. 24 Robusteceré los brazos del rey de Babilonia, pondré mi espada en su mano y r omperé los brazos de Faraón, que lanzará ante él gemidos de víctima. 25 Robusteceré los brazos del rey de Babilonia, y los brazos de Faraón desmayarán . Y se sabrá que yo soy Adonai, cuando pongo mi espada en la mano del rey de Babi lonia y él la esgrima contra el país de Egipto. 26 Dispersaré a Egipto entre las naciones, lo esparciré por los países; y se sabrá que yo soy Adonai. Ezequiel 31 1 El año undécimo, el día uno del tercer mes, la palabra de Adonai me fue dirigi da en estos términos: 2 Hijo de hombre, di a Faraón, rey de Egipto, y a la multitud de sus súbditos: ¿A quién compararte en tu grandeza? 3 Mira: a un cedro del Líbano de espléndido ramaje, de fronda de amplia sombra y de elevada talla.Entre las nubes despuntaba su copa. 4 Las aguas le hicieron crecer, el abismo le hizo subir, derramando sus ag uas en torno a su plantación, enviando sus acequias a todos los árboles del campo. 5 Por eso su tronco superaba en altura a todos los árboles del campo, sus ra mas se multiplicaban, se alargaba su ramaje, por la abundancia de agua que le ha cía crecer.

6 En sus ramas anidaban todos los pájaros del cielo, bajo su fronda parían tod as las bestias del campo, a su sombra se sentaban naciones numerosas. 7 Era hermoso en su grandeza, en su despliegue de ramaje, porque sus raíces se alargaban hacia aguas abundantes. 8 No le igualaban los demás cedros en el jardín de Di-s, los cipreses no podían competir con su ramaje, los plátanos no tenían ramas como las suyas.Ningún árbol, en el jardín de Di-s, le igualaba en belleza. 9 Yo le había embellecido con follaje abundante, y le envidiaban todos los árb oles de Edén, los del jardín de Di-s. 10 Pues bien, así dice el Señor Adonai: Por haber exagerado su talla, levantand o su copa por entre las nubes, y haberse engreído su corazón de su altura, 11 yo le he entregado en manos del conductor de las naciones, para que le t rate conforme a su maldad; ¡le he desechado! 12 Extranjeros, los más bárbaros entre las naciones, lo han talado y lo han aba ndonado. En los montes y por todos los valles yace su ramaje; sus ramas están des trozadas por todos los barrancos del país; toda la población del país se ha retirado d e su sombra y lo ha abandonado. 13 Sobre sus despojos se han posado todos los pájaros del cielo, a sus ramas han venido todas las bestias del campo. 14 Ha sido para que ningún árbol plantado junto a las aguas se engría de su talla , ni levante su copa por entre las nubes, y para que ningún árbol bien regado se est ire hacia ellas con su altura. ¡Porque todos ellos están destinados a la muerte, a l os infiernos, como el común de los hombres, como los que bajan a la fosa! 15 Así dice el Señor Adonai: El día que bajó al seol, en señal de duelo yo cerré sobre é el abismo, detuve sus ríos, y las aguas abundantes cesaron; por causa de él llené de sombra el Líbano, y todos los árboles del campo se amustiaron por él. 16 Hice temblar a las naciones por el estrépito de su caída, cuando le precipité en el seol, con los que bajan a la fosa. En los infiernos se consolaron todos l os árboles de Edén, lo más selecto y más bello del Líbano, regados todos por las aguas. 17 Y al mismo tiempo que él, bajaron al seol, donde las víctimas de la espada, los que eran su brazo y moraban a su sombra en medio de las naciones. 18 ¿A quién eras comparable en gloria y en grandeza, entre los árboles de Edén? Sin embargo has sido precipitado, con los árboles de Edén, en los infiernos; en medio d e incircuncisos yaces, con las víctimas de la espada: ése es Faraón y toda su multitud , oráculo del Señor Adonai. Ezequiel 32 1 El año duodécimo, el día uno del duodécimo mes, la palabra de Adonai me fue diri gida en estos términos: 2 Hijo de hombre, entona una elegía sobre Faraón, rey de Egipto. Le dirás:Leonci llo de las naciones, estás perdido.Eras como un cocodrilo en los mares, chapoteaba s en tus ríos, enturbiabas el agua con tus patas, agitabas su corriente. 3 Así dice el Señor Adonai:Yo echaré sobre ti mi red entre una asamblea de puebl os numerosos, en mi red te sacarán. 4 Te dejaré abandonado por tierra, te tiraré sobre la haz del campo, haré que se posen sobre ti todos los pájaros del cielo, hartaré de ti a todas las bestias de la tierra. 5 Echaré tu carne por los montes, de tu carroña llenaré los valles. 6 Regaré el país con tus despojos, con tu sangre, sobre los montes, y los barr ancos se llenarán de ti. 7 Cuando te extingas, velaré los cielos y oscureceré las estrellas.Cubriré el so l de nubes y la luna no dará más su claridad. 8 Oscureceré por tu causa todos los astros que brillan en el cielo, y traeré t inieblas sobre tu país, oráculo del Señor Adonai. 9 Entristeceré el corazón de muchos pueblos cuando haga llegar la noticia de t u ruina entre las naciones, hasta países que no conoces. 10 Dejaré pasmados por ti a muchos pueblos, y sus reyes se estremecerán de horr or por tu causa, cuando yo blanda mi espada ante ellos. Temblarán sin tregua, cad a uno por su vida, el día de tu caída. 11 Porque así dice el Señor Adonai:La espada del rey de Babilonia caerá sobre ti.

12 Abatiré la multitud de tus súbditos, por la espada de guerreros, todos ellos los más bárbaros de las naciones; arrasarán el orgullo de Egipto y toda su multitud s erá exterminada. 13 Y haré perecer a todo tu ganado, junto a las aguas abundantes.No las entur biará más pie de hombre, no volverá a enturbiarlas pezuña de animal. 14 Entonces yo amansaré sus aguas, haré correr sus ríos como aceite, oráculo del Seño r Adonai. 15 Cuando yo convierta a Egipto en desolación, y el país sea despojado de cuant o contiene, cuando hiera a todos los que lo habitan, sabrán que yo soy Adonai. 16 Una elegía es ésta, que cantarán las hijas de las naciones. La cantarán sobre Eg ipto y sobre toda su multitud. Cantarán esta elegía, oráculo del Señor Adonai. 17 El año duodécimo, el quince del primer mes, la palabra de Adonai me fue diri gida en estos términos: 18 Hijo de hombre, haz una lamentación sobre la multitud de Egipto, hazle baj ar, a él y a las hijas de las naciones, majestuosas, a los infiernos, con los que bajan a la fosa. 19 ¿A quién superas en belleza? Baja, acuéstate con los incircuncisos. 20 En medio de las víctimas de la espada caen (la espada ha sido entregada, l a han sacado) él y todas sus multitudes. 21 Le hablan de en medio del seol los más esclarecidos héroes, con sus auxiliar es: "Han bajado, yacen ya los incircuncisos, víctimas de la espada". 22 Allí está Asur y toda su asamblea con sus sepulcros en torno a él, todos caídos, víctimas de la espada; 23 sus sepulcros han sido puestos en las profundidades de la fosa, y su asa mblea está en torno a su sepulcro, todos caídos víctimas de la espada, los que sembra ban el pánico en la tierra de los vivos. 24 Allí está Elam con toda su multitud en torno a su sepulcro; todos caídos víctima s de la espada, han bajado, incircuncisos, a los infiernos, ellos que sembraban el pánico en la tierra de los vivos. Soportan su ignominia con los que bajan a la fosa. 25 En medio de estas víctimas se le ha preparado un lecho, entre toda su mult itud con sus sepulcros en torno a él; todos ellos incircuncisos, víctimas de la espa da, por haber sembrado el pánico en la tierra de los vivos; soportan su ignominia con los que bajan a la fosa. Se les ha puesto en medio de estas víctimas. 26 Allí están Mesek, Túbal y toda su multitud con sus sepulcros en torno a él, todo s incircuncisos, atravesados por la espada, por haber sembrado el pánico en la tie rra de los vivos. 27 No yacen con los héroes caídos de antaño, aquellos que bajaron al seol con sus armas de guerra, a los que se les ha puesto la espada bajo su cabeza y los escu dos sobre sus huesos, porque el pánico de los héroes cundía en la tierra de los vivos. 28 Pero tú serás quebrantado en medio de incircuncisos y yacerás con las víctimas d e la espada. 29 Allí está Edom, sus reyes y todos sus príncipes, que fueron puestos, a pesar d e su prepotencia, entre las víctimas de la espada. Yacen entre incircuncisos, con los que bajan a la fosa. 30 Allí están todos los príncipes del norte, todos los sidonios, que bajaron con las víctimas, a pesar del pánico que sembraba su prepotencia. Confundidos, yacen, in circuncisos, entre las víctimas de la espada, y soportan su ignominia con los que bajan a la fosa. 31 Faraón los verá y se consolará a la vista de toda esa multitud, víctima de la es pada, Faraón y todo su ejército, oráculo del Señor Adonai. 32 Porque había sembrado el pánico en la tierra de los vivos, será tendido en med io de incircuncisos, con las víctimas de la espada: Faraón y toda su multitud, oráculo del Señor Adonai. Ezequiel 33 1 La palabra de Adonai me fue dirigida en estos términos: 2 Hijo de hombre, habla a los hijos de tu pueblo. Les dirás: Si yo hago veni r la espada sobre un país, y la gente de ese país escoge a uno de los suyos y le pon

en como centinela; 3 y éste, al ver venir la espada sobre el país, toca el cuerno para advertir a l pueblo: 4 si resulta que alguien oye bien el sonido del cuerno, pero no hace caso, de suerte que la espada sobreviene y le mata, la sangre de este hombre recaerá so bre su propia cabeza. 5 Ha oído el sonido del cuerno y no ha hecho caso: su sangre recaerá sobre él. E n cambio, el que haya hecho caso, salvará su vida. 6 Si, por el contrario, el centinela ve venir la espada y no toca el cuern o, de suerte que el pueblo no es advertido, y la espada sobreviene y mata a algu no de ellos, perecerá éste por su culpa, pero de su sangre yo pediré cuentas al centin ela. 7 A ti, también, hijo de hombre, te he hecho yo centinela de la casa de Isra el. Cuando oigas una palabra de mi boca, les advertirás de mi parte. 8 Si yo digo al malvado: "Malvado, vas a morir sin remedio", y tú no le habl as para advertir al malvado que deje su conducta, él, el malvado, morirá por su culp a, pero de su sangre yo te pediré cuentas a ti. 9 Si por el contrario adviertes al malvado que se convierta de su conducta , y él no se convierte, morirá él debido a su culpa, mientras que tú habrás salvado tu vid a. 10 Y tú, hijo de hombre, di a la casa de Israel: Vosotros andáis diciendo: "Nue stros crímenes y nuestros pecados pesan sobre nosotros y por causa de ellos nos co nsumimos. ¿Cómo podremos vivir?" 11 Diles: "Por mi vida, oráculo del Señor Adonai, que yo no me complazco en la muerte del malvado, sino en que el malvado se convierta de su conducta y viva. Convertíos, convertíos de vuestra mala conducta. ¿Por qué habéis de morir, casa de Israel? " 12 Y tú, hijo de hombre, di a los hijos de tu pueblo: La justicia del justo n o le salvará el día de su perversión, ni la maldad del malvado le hará sucumbir el día en que se aparte de su maldad. Pero tampoco el justo vivirá en virtud de su justicia el día en que peque. 13 Si yo digo al justo: "Vivirás", pero él, fiándose de su justicia, comete la in justicia, no quedará memoria de toda su justicia, sino que morirá por la injusticia que cometió. 14 Y si digo al malvado: "Vas a morir", y él se aparta de pecado y practica e l derecho y la justicia, 15 si devuelve la prenda, restituye lo que robó, observa los preceptos que da n la vida y deja de cometer injusticia, vivirá ciertamente, no morirá. 16 Ninguno de los pecados que cometió se le recordará más: ha observado el derech o y la justicia; ciertamente vivirá. 17 Y los hijos de tu pueblo dicen: "No es justo el proceder del Señor." El pr oceder de ellos es el que no es justo. 18 Cuando el justo se aparta de su justicia para cometer injusticia, muere por ello. 19 Y cuando el malvado se aparta de su maldad y observa el derecho y la jus ticia, vive por ello. 20 Y vosotros decís: "No es justo el proceder del Señor." Yo os juzgaré, a cada u no según su conducta, casa de Israel. 21 El año duodécimo, el día cinco del décimo mes de nuestra cautividad, llegó donde mí el fugitivo de Yerushalaim y me anunció: "La ciudad ha sido tomada." 22 La mano de Adonai había venido sobre mí, la tarde antes de llegar el fugitiv o, y me había abierto la boca para cuando éste llegó donde mí por la mañana; mi boca se ab rió y no estuve más mudo. 23 Entonces, la palabra de Adonai me fue dirigida en estos términos: 24 Hijo de hombre, los que habitan esas ruinas, en el suelo de Israel, dice n: "Uno solo era Abraham y obtuvo en posesión esta tierra. Nosotros somos muchos; a nosotros se nos ha dado esta tierra en posesión." 25 Pues bien, diles: Así dice el Señor Adonai: Vosotros coméis con sangre, alzáis l os ojos hacia vuestras basuras, derramáis sangre, ¡y vais a poseer esta tierra! 26 Confiáis en vuestras espadas, cometéis abominación, cada cual contamina a la m

ujer de su prójimo, ¡y vais a poseer esta tierra! 27 Les dirás: Así dice el Señor Adonai: Por mi vida, que los que están entre las ru inas caerán a espada, a los que andan por el campo los entregaré a las bestias como pasto, y los que están en las escarpaduras y en las cuevas morirán de peste. 28 Convertiré esta tierra en soledad desolada, y se acabará el orgullo de su fu erza. Los montes de Israel serán devastados y nadie pasará más por ellos. 29 Y se sabrá que yo soy Adonai, cuando convierta esta tierra soledad desolad a, por todas las abominaciones que han cometido. 30 En cuanto a ti, hijo de hombre, los hijos de tu pueblo hablan de ti a la vera de los muros y a las puertas de las casas. Se dicen unos a otros: "Vamos a escuchar qué palabra viene de parte de Adonai." 31 Y vienen a ti en masa, y mi pueblo se sienta delante de ti; escuchan tus palabras, pero no las ponen en práctica. Porque hacen amores con su boca, pero su corazón sólo anda buscando su interés. 32 Tú eres para ellos como una canción de amor, graciosamente cantada, con acom pañamiento de buena música. Escuchan tus palabras, pero no hay quien las cumpla. 33 Mas cuando todo esto llegue - y he aquí que ya llega -, sabrán que había un pr ofeta en medio de ellos. Ezequiel 34 1 La palabra de Adonai me fue dirigida en estos términos: 2 Hijo de hombre, profetiza contra los pastores de Israel, profetiza. Dirás a los pastores: Así dice el Señor Adonai: ¡Ay de los pastores de Israel que se apacien tan a sí mismos! ¿No deben los pastores apacentar el rebaño? 3 Vosotros os habéis tomado la leche, os habéis vestido con la lana, habéis sacr ificado las ovejas más pingües; no habéis apacentado el rebaño. 4 No habéis fortalecido a las ovejas débiles, no habéis cuidado a la enferma ni curado a la que estaba herida, no habéis tornado a la descarriada ni buscado a la perdida; sino que las habéis dominado con violencia y dureza. 5 Y ellas se han dispersado, por falta de pastor, y se han convertido en p resa de todas las fieras del campo; andan dispersas. 6 Mi rebaño anda errante por todos los montes y altos collados; mi rebaño anda disperso por toda la superficie de la tierra, sin que nadie se ocupe de él ni sal ga en su busca. 7 Por eso, pastores, escuchad la palabra de Adonai: 8 Por mi vida, oráculo del Señor Adonai, lo juro: Porque mi rebaño ha sido expue sto al pillaje y se ha hecho pasto de todas las fieras del campo por falta de pa stor, porque mis pastores no se ocupan de mi rebaño, porque ellos, los pastores, s e apacientan a sí mismos y no apacientan mi rebaño; 9 por eso, pastores, escuchad la palabra de Adonai. 10 Así dice el Señor Adonai: Aquí estoy yo contra los pastores: reclamaré mi rebaño d e sus manos y les quitaré de apacentar mi rebaño. Así los pastores no volverán a apacent arse a sí mismos. Yo arrancaré mis ovejas de su boca, y no serán más su presa. 11 Porque así dice el Señor Adonai: Aquí estoy yo; yo mismo cuidaré de mi rebaño y ve laré por él. 12 Como un pastor vela por su rebaño cuando se encuentra en medio de sus ovej as dispersas, así velaré yo por mis ovejas. Las recobraré de todos los lugares donde s e habían dispersado en día de nubes y brumas. 13 Las sacaré de en medio de los pueblos, las reuniré de los países, y las llevaré de nuevo a su suelo. Las pastorearé por los montes de Israel, por los barrancos y por todos los poblados de esta tierra. 14 Las apacentaré en buenos pastos, y su majada estará en los montes de la exce lsa Israel. Allí reposarán en buena majada; y pacerán pingües pastos por los montes de Israel. 15 Yo mismo apacentaré mis ovejas y yo las llevaré a reposar, oráculo del Señor Ado nai. 16 Buscaré la oveja perdida, tornaré a la descarriada, curaré a la herida, confor taré a la enferma; pero a la que está gorda y robusta la exterminaré: las pastorearé con justicia. 17 En cuanto a vosotras, ovejas mías, así dice el Señor Adonai: He aquí que yo voy

a juzgar entre oveja y oveja, entre carnero y macho cabrío. 18 ¿Os parece poco pacer en buenos pastos, para que pisoteéis con los pies el r esto de vuestros pastos? Os parece poco beber en agua limpia, para que enturbiéis el resto con los pies? 19 ¡Mis ovejas tienen que pastar lo que vuestros pies han pisoteado y beber l o que vuestros pies han enturbiado! 20 Por eso, así les dice el Señor Adonai: Yo mismo voy a juzgar entre la oveja gorda y la flaca. 21 Puesto que vosotras habéis empujado con el flanco y con el lomo y habéis top ado con los cuernos a todas las ovejas más débiles hasta dispersarlas fuera, 22 yo vendré a salvar a mis ovejas para que no estén más expuestas al pillaje; vo y a juzgar entre oveja y oveja. 23 Yo suscitaré para ponérselo al frente un solo pastor que las apacentará, mi si ervo David: él las apacentará y será su pastor. 24 Yo, Adonai, seré su Di-s, y mi siervo David será príncipe en medio de ellos. Y o, Adonai, he hablado. 25 Concluiré con ellos una alianza de paz, haré desaparecer de esta tierra las bestias feroces. Habitarán en seguridad en el desierto y dormirán en los bosques. 26 Yo los asentaré en los alrededores de mi colina, y mandaré a su tiempo la ll uvia, que será una lluvia de bendición. 27 El árbol del campo dará su fruto, la tierra dará sus productos, y ellos vivirán en seguridad en su suelo. Y sabrán que yo soy Adonai, cuando despedace las barras de su yugo y los libre de la mano de los que los tienen esclavizados. 28 No volverán a ser presa de las naciones, las bestias salvajes no volverán a devorarlos. Habitarán en seguridad y no se les turbará más. 29 Haré brotar para ellos un plantío famoso; no habrá más víctimas del hambre en el p aís, ni sufrirán más el ultraje de las naciones. 30 Y sabrán que yo, Adonai su Di-s, estoy con ellos, y que ellos, la casa de Israel, son mi pueblo, oráculo del Señor Adonai. 31 Vosotras, ovejas mías, sois el rebaño humano que yo apaciento, y yo soy vues tro Di-s, oráculo del Señor Adonai. Ezequiel 35 1 La palabra de Adonai me fue dirigida en estos términos: 2 Hijo de hombre, vuelve tu rostro hacia la montaña de Seír, y profetiza contr a ella. 3 Le dirás: Así dice el Señor Adonai: Aquí estoy contra ti, montaña de Seír. Voy a ext ender mi mano contra ti: te convertiré en soledad desolada, 4 y dejaré en ruinas tus ciudades; serás una desolación, y sabrás que yo soy Adona i. 5 Por haber alimentado un odio eterno y haber entregado a la espada a los hijos de Israel el día de su desastre, el día de su última culpa, 6 por eso, por mi vida, oráculo del Señor Adonai, que yo te dejaré en sangre y l a sangre te perseguirá. Sí, eres rea de sangre, ¡y la sangre te perseguirá! 7 Haré de la montaña de Seír una soledad desolada, y extirparé de allí al que va y a l que viene. 8 Llenaré de víctimas sus montes; en tus colinas, en tus valles y en todos tu s barrancos, caerán las víctimas de la espada. 9 Te convertiré en soledades eternas, tus ciudades no volverán a ser habitadas , y sabréis que yo soy Adonai. 10 Por haber dicho tú: "Las dos naciones, los dos países son míos, vamos a tomarl os en posesión", siendo así que Adonai estaba allí, 11 por eso, por mi vida, oráculo del Señor Adonai, que procederé con la misma cóler a y los mismos celos con que tú has procedido en tu odio contra ellos, y me daré a conocer, por ellos, cuando te castigue. 12 Sabrás que yo, Adonai, he oído todos los insultos que lanzabas contra los mo ntes de Israel diciendo: "Están devastados, nos han sido entregados como pasto." 13 Me habéis desafiado con vuestra boca, habéis multiplicado contra mí vuestras p alabras, lo he oído todo. 14 Así dice el Señor Adonai: Para alegría de toda esta tierra yo haré de ti una des

olación. 15 Como tú te alegraste cuando la heredad de la casa de Israel era una desola ción, yo te trataré a ti de la misma manera. Serás una desolación, montaña de Seír, así como Edom entero, y se sabrá que yo soy Adonai. Ezequiel 36 1 Y tú, hijo de hombre, profetiza sobre los montes de Israel. Dirás: Montes de Israel, escuchad la palabra de Adonai. 2 Así dice el Señor Adonai: Porque el enemigo ha dicho contra vosotros: "¡Ja, ja , estas alturas eternas han pasado a ser posesión nuestra!", 3 por eso, profetiza. Dirás: Así dice el Señor Adonai: Porque habéis sido asolados y se os ha codiciado por todas partes hasta pasar a ser posesión de las otras na ciones, porque habéis sido el blanco de la habladuría y de la difamación de la gente, 4 por eso, escuchad, montes de Israel, la palabra del Señor Adonai. Así dice e l Señor Adonai a los montes, a las colinas, a los barrancos y a los valles, a las ruinas desoladas y a las ciudades abandonadas que han sido entregadas al pillaj e y a la irrisión del resto de las naciones circunvecinas. 5 Por eso, así dice el Señor Adonai: Sí, en el ardor de mis celos voy a hablar c ontra las otras naciones y contra Edom entero, que, con alegría en el corazón y des precio en el alma, se han atribuido mi tierra en posesión para entregar su pasto a l pillaje. 6 Por ello, profetiza sobre la tierra de Israel. Dirás a los montes y a las colinas, a los barrancos y a los valles: Así dice el Señor Adonai: Ved que hablo en mis celos y mi furor: Porque habéis sufrido el ultraje de las naciones, 7 por eso, así dice el Señor Adonai: Juro mano en alto que las naciones que os rodean cargarán con sus propios ultrajes. 8 Y vosotros, montes de Israel, vais a echar vuestras ramas y a producir v uestros frutos para mi pueblo Israel, porque está a punto de volver. 9 Sí, heme aquí por vosotros, a vosotros me vuelvo, vais a ser cultivados y se mbrados. 10 Yo multiplicaré sobre vosotros los hombres, la casa de Israel entera. Las ciudades serán habitadas y las ruinas reconstruidas. 11 Multiplicaré en vosotros hombres y bestias, y serán numerosos y fecundos. Os repoblaré como antaño, mejoraré vuestra condición precedente, y sabréis que yo soy Adonai . 12 Haré que circulen por vosotros los hombres, mi pueblo Israel. Tomarán posesión de ti, y tu serás su heredad, y no volverás a privarles de sus hijos. 13 Así dice el Señor Adonai: Porque se ha dicho de ti que devoras a los hombres y que has privado a tu nación de hijos, 14 por eso, ya no devorarás más hombres, ni volverás a privar de hijos a tu nación, oráculo del Señor Adonai. 15 No consentiré que vuelvas a oír el ultraje de las naciones, no sufrirás más los insultos de los pueblos, y no volverás a privar de hijos a tu nación, oráculo del Señor Adonai. 16 La palabra de Adonai me fue dirigida en estos términos: 17 Hijo de hombre, los de la casa de Israel que habitaban en su tierra, la contaminaron con su conducta y sus obras; como la impureza de una menstruante er a su conducta ante mí. 18 Entonces yo derramé mi furor sobre ellos, por la sangre que habían vertido e n su tierra y por las basuras con las que la habían contaminado. 19 Los dispersé entre las naciones y fueron esparcidos por los países. Los juzg ué según su conducta y sus obras. 20 Y en las naciones donde llegaron, profanaron mi santo nombre, haciendo q ue se dijera a propósito de ellos: "Son el pueblo de Adonai, y han tenido que sali r de su tierra." 21 Pero yo he tenido consideración a mi santo nombre que la casa de Israel pr ofanó entre las naciones adonde había ido. 22 Por eso, di a la casa de Israel: Así dice el Señor Adonai: No hago esto por consideración a vosotros, casa de Israel, sino por mi santo nombre, que vosotros h abéis profanado entre las naciones adonde fuisteis.

23 Yo santificaré mi gran nombre profanado entre las naciones, profanado allí p or vosotros. Y las naciones sabrán que yo soy Adonai - oráculo del Señor Adonai - cuan do yo, por medio de vosotros, manifieste mi santidad a la vista de ellos. 24 Os tomaré de entre las naciones, os recogeré de todos los países y os llevaré a vuestro suelo. 25 Os rociaré con agua pura y quedaréis purificados; de todas vuestras impureza s y de todas vuestras basuras os purificaré. 26 Y os daré un corazón nuevo, infundiré en vosotros un espíritu nuevo, quitaré de vu estra carne el corazón de piedra y os daré un corazón de carne. 27 Infundiré mi espíritu en vosotros y haré que os conduzcáis según mis preceptos y o bservéis y practiquéis mis normas. 28 Habitaréis la tierra que yo di a vuestros padres. Vosotros seréis mi pueblo y yo seré vuestro Di-s. 29 Os salvaré de todas vuestras impurezas, llamaré al trigo y lo multiplicaré y n o os someteré más al hambre. 30 Multiplicaré los frutos de los árboles y los productos de los campos, para q ue no sufráis más el oprobio del hambre entre las naciones. 31 Entonces os acordaréis de vuestra mala conducta y de vuestras acciones que no eran buenas, y sentiréis asco de vosotros mismos por vuestras culpas y vuestra s abominaciones. 32 No hago esto por vosotros - oráculo del Señor Adonai - sabedlo bien. Avergon zaos y confundíos de vuestra conducta, casa de Israel. 33 Así dice el Señor Adonai: El día que yo os purifique de todas vuestras culpas, repoblaré las ciudades y las ruinas serán reconstruidas; 34 la tierra devastada será cultivada, después de haber sido una desolación a los ojos de todos los transeúntes. 35 Y se dirá: "Esta tierra, hasta ahora devastada, se ha hecho como jardín de E dén, y las ciudades en ruinas, devastadas y demolidas, están de nuevo fortificadas y habitadas." 36 Y las naciones que quedan a vuestro alrededor sabrán que yo, Adonai, he re construido lo que estaba demolido y he replantado lo que estaba devastado. Yo, A donai, lo digo y lo hago. 37 Así dice el Señor Adonai: Me dejaré todavía buscar por la casa de Israel, para h acer por ellos esto: multiplicarlos como un rebaño humano, 38 como un rebaño de reses consagradas, como el rebaño reunido en Yerushalaim, en las fiestas solemnes. Así se llenarán de un rebaño humano vuestras ciudades en rui nas, y se sabrá que yo soy Adonai. Ezequiel 37 1 La mano de Adonai fue sobre mí y, por su espíritu, Adonai me sacó y me puso en medio de la vega, la cual estaba llena de huesos. 2 Me hizo pasar por entre ellos en todas las direcciones. Los huesos eran muy numerosos por el suelo de la vega, y estaban completamente secos. 3 Me dijo: "Hijo de hombre, ¿podrán vivir estos huesos?" Yo dije: "Señor Adonai, tú lo sabes." 4 Entonces me dijo: "Profetiza sobre estos huesos. Les dirás: Huesos secos, escuchad la palabra de Adonai. 5 Así dice el Señor Adonai a estos huesos: He aquí que yo voy a hacer entrar el espíritu en vosotros, y viviréis. 6 Os cubriré de nervios, haré crecer sobre vosotros la carne, os cubriré de piel , os infundiré espíritu y viviréis; y sabréis que yo soy Adonai." 7 Yo profeticé como se me había ordenado, y mientras yo profetizaba se produjo un ruido. Hubo un estremecimiento, y los huesos se juntaron unos con otros. 8 Miré y vi que estaban recubiertos de nervios, la carne salía y la piel se ex tendía por encima, pero no había espíritu en ellos. 9 El me dijo: "Profetiza al espíritu, profetiza, hijo de hombre. Dirás al espíri tu: Así dice el Señor Adonai: Ven, espíritu, de los cuatro vientos, y sopla sobre esto s muertos para que vivan." 10 Yo profeticé como se me había ordenado, y el espíritu entró en ellos; revivieron y se incorporaron sobre sus pies: era un enorme, inmenso ejército.

11 Entonces me dijo: "Hijo de hombre, estos huesos son toda la casa de Isra el. Ellos andan diciendo: Se han secado nuestros huesos, se ha desvanecido nues tra esperanza, todo ha acabado para nosotros. 12 Por eso, profetiza. Les dirás: Así dice el Señor Adonai: He aquí que yo abro vue stras tumbas; os haré salir de vuestras tumbas, pueblo mío, y os llevaré de nuevo al s uelo de Israel. 13 Sabréis que yo soy Adonai cuando abra vuestras tumbas y os haga salir de v uestras tumbas, pueblo mío. 14 Infundiré mi espíritu en vosotros y viviréis; os estableceré en vuestro suelo, y sabréis que yo, Adonai, lo digo y lo haga, oráculo de Adonai." 15 La palabra de Adonai me fue dirigida en estos términos: 16 Y tú, hijo de hombre, toma un leño y escribe en él: "Judá y los israelitas que e stán con él." Toma luego otro leño y escribe en él: "José, leño de Efraím, y toda la casa de srael que está con él." 17 Júntalos el uno con el otro de suerte que formen un solo leño, que sean una sola cosa en tu mano. 18 Y cuando los hijos de tu pueblo te digan: "¿No nos explicarás qué es eso que t ienes ahí?", 19 les dirás: Así dice el Señor Adonai: He aquí que voy a tomar el leño de José (que es tá en la mano de Efraím) y las tribus de Israel que están con él, los pondré junto al leño d e Judá, haré de todo un solo leño, y serán una sola cosa en mi mano. 20 Los leños en los cuales hayas escrito tenlos en tu mano, ante sus ojos, 21 y diles: Así dice el Señor Adonai: He aquí que yo recojo a los hijos de Israel de entre las naciones a las que marcharon. Los congregaré de todas partes para co nducirlos a su suelo. 22 Haré de ellos una sola nación en esta tierra, en los montes de Israel, y un solo rey será el rey de todos ellos; no volverán a formar dos naciones, ni volverán a estar divididos en dos reinos. 23 No se contaminarán más con sus basuras, con sus monstruos y con todos sus crím enes. Los salvaré de las infidelidades por las que pecaron, los purificaré, y serán m i pueblo y yo seré su Di-s. 24 Mi siervo David reinará sobre ellos, y será para todos ellos el único pastor; obedecerán mis normas, observarán mis preceptos y los pondrán en práctica. 25 Habitarán en la tierra que yo di a mi siervo Jacob, donde habitaron vuestr os padres. Allí habitarán ellos, sus hijos y los hijos de sus hijos, para siempre, y mi siervo David será su príncipe eternamente. 26 Concluiré con ellos una alianza de paz, que será para ellos una alianza eter na. Los estableceré, los multiplicaré y pondré mi santuario en medio de ellos para sie mpre. 27 Mi morada estará junto a ellos, seré su Di-s y ellos serán mi pueblo. 28 Y sabrán las naciones que yo soy Adonai, que santifico a Israel, cuando mi santuario esté en medio de ellos para siempre. Ezequiel 38 1 La palabra de Adonai me fue dirigida en estos términos: 2 Hijo de hombre, vuelve tu rostro hacia Gog, en el país de Magog, príncipe su premo de Mesek y Túbal, y profetiza contra él. 3 Dirás: Así dice el Señor Adonai: Aquí estoy contra ti, Gog, príncipe supremo de Me sek y Túbal. 4 Yo te haré dar media vuelta, te pondré garfios en las quijadas, y te haré sali r con todo tu ejército, caballos y caballeros, todos bien equipados, inmensa asam blea, todos con escudos y paveses, y diestros en el manejo de la espada. 5 Persia, Kus y Put están con ellos, todos con escudo y yelmo. 6 Gómer, con todas sus huestes, Bet Togarmá, en el extremo norte, con todas su s huestes, pueblos numerosos, están contigo. 7 Disponte y prepárate, tú y toda tu asamblea concentrada en torno a ti, y pon te a mi servicio. 8 Al cabo de muchos días, recibirás órdenes. Después de muchos años, vendrás hacia la tierra cuyos habitantes escaparon a la espada y fueron congregados de entre una multitud de pueblos en los montes de Israel, que habían sido un desierto permanent

e. Desde que fueron separados de los otros pueblos, habitan todos en seguridad. 9 Tú subirás, avanzarás como un huracán, como un nubarrón que cubrirá la tierra, tú y t das tus huestes, y los numerosos pueblos que están contigo. 10 Así dice el Señor Adonai: Aquel día te vendrán al corazón proyectos y concebirás per versos planes. 11 Dirás: "Voy a subir contra una tierra abierta, marcharé contra gente tranqui la que habita en seguridad. Habitan todos en ciudades sin murallas, sin cerrojos ni puertas." 12 Irás a saquear, a hacer botín, a poner tu mano sobre ruinas repobladas, en u n pueblo congregado de entre las naciones, entregado a reponer el ganado y la ha cienda, que habita en el centro de la tierra." 13 Sabá, Dedán, los mercaderes de Tarsis y todos sus leoncillos te dirán: "¿A saque ar has venido? ¿Para hacer botín has concentrado tu asamblea? ¿Para llevarte el oro y la plata, para apoderarte de ganados y haciendas, para hacer un gran botín?" 14 Por eso, profetiza, hijo de hombre. Dirás a Gog: Así dice el Señor Adonai: ¿No e s verdad que aquel día, cuando mi pueblo Israel viva en seguridad, te pondrás en mov imiento? 15 Vendrás de tu lugar, del extremo norte, tú y pueblos numerosos contigo, todo s montados a caballo, enorme asamblea, ejército innumerable. 16 Subirás contra mi pueblo Israel como un nublado que recubre la tierra. Será al fin de los días; yo te haré venir entonces contra mi tierra para que las naciones me conozcan, cuando yo manifieste mi santidad a sus ojos, a costa tuya, Gog. 17 Así dice el Señor Adonai: Tú eres aquel de quien yo hablé antaño, por medio de mis siervos los profetas de Israel, que profetizaron en aquel tiempo, durante años, q ue yo te haría venir contra ellos. 18 Aquel día, cuando Gog avance contra el suelo de Israel - oráculo del Señor Ado nai - estallará mi furor. En mi cólera, 19 en mis celos, en el ardor de mi furia lo digo: Sí, aquel día habrá un gran ter remoto en el suelo de Israel. 20 Temblarán entonces ante mí los peces del mar y los pájaros del cielo, las best ias del campo y todos los reptiles que serpean por el suelo, y todos los hombre s de sobre la haz de la tierra. Se desplomarán los montes, caerán las rocas, todas l as murallas caerán por tierra. 21 Convocaré contra él toda clase de terrores, oráculo del Señor Adonai. Volverán la espada unos contra otros. 22 Le castigaré con la peste y la sangre, haré caer una lluvia torrencial, gran izos, fuego y azufre, sobre él, sobre sus huestes y sobre los numerosos pueblos q ue van con él. 23 Manifestaré mi grandeza y mi santidad, me daré a conocer a los ojos de numer osas naciones y sabrán que yo soy Adonai. Ezequiel 39 1 Y tú, hijo de hombre, profetiza contra Gog. Dirás: Así dice el Señor Adonai: Aquí estoy contra ti, Gog, príncipe supremo de Mések y Túbal. 2 Yo te haré dar media vuelta, te conduciré, te haré subir desde el extremo nort e y te guiaré a los montes de Israel. 3 Romperé tu arco en tu mano izquierda y haré caer tus flechas de tu mano dere cha. 4 En los montes de Israel caerás tú, tus huestes y los pueblos que van contigo . Te he entregado como pasto a toda clase de aves de rapiña y a las fieras del ca mpo. 5 En la haz del campo caerás, porque he hablado yo, oráculo del Señor Adonai. 6 Mandaré fuego sobre Magog y sobre los que viven seguros en las islas, y sa brán que yo soy Adonai. 7 Manifestaré mi santo nombre en medio de mi pueblo Israel, no dejaré que vuel va a ser profanado mi santo nombre, y las naciones sabrán que yo soy Adonai, santo en Israel. 8 He aquí que todo esto llega y se va a realizar - oráculo del Señor Adonai -: ést e es el día que yo he anunciado. 9 Entonces los habitantes de las ciudades de Israel saldrán a quemar y a ent

regar a las llamas las armas, paveses y escudos, arcos y flechas, mazas y lanzas . Harán fuego con ello durante siete años. 10 No irán ya a buscar leña en el campo, ni la recogerán en el bosque, porque harán el fuego con las armas. Saquearán a sus saqueadores y harán botín de sus depredadores , oráculo del Señor Adonai. 11 Aquel día, yo daré a Gog como sepulcro en Israel un lugar famoso, el valle d e los Oberim, al este del mar, el que corta el paso a los viajeros: allí será enter rado Gog con toda su multitud, y se le llamará valle de Hamón Gog. 12 La casa de Israel los enterrará para purificar la tierra, durante siete me ses. 13 Todo el pueblo de la tierra será movilizado para enterrarlos, y ello les d ará renombre el día que yo manifieste mi gloria, oráculo del Señor Adonai. 14 Luego se escogerán hombres que recorran constantemente el país y entierren a los que hayan quedado por el suelo, para purificarlo. Al cabo de siete meses em pezarán su búsqueda. 15 Cuando, al recorrer el país, alguno de ellos vea huesos humanos, pondrá al l ado una señal hasta que los sepultureros los entierren en el valle de Hamón Gog, 16 (Hamoná es también el nombre de una ciudad) y purifiquen así la tierra. 17 En cuanto a ti, hijo de hombre, así dice el Señor Adonai: Di a los pájaros de todas clases y a todas las fieras del campo: Congregaos, venid, reuníos de todas partes para el sacrificio que yo os ofrezco, un gran sacrificio sobre los monte s de Israel; comeréis carne y beberéis sangre. 18 Carne de héroes comeréis, sangre de príncipes de la tierra beberéis. Todos son c arneros, corderos, machos cabríos, pingües toros de Basán. 19 Comeréis grasa hasta la saciedad y beberéis sangre hasta la embriaguez, en e ste sacrificio que yo os brindo. 20 Os hartaréis a mi mesa de caballos y caballeros, de héroes y de toda clase d e guerreros, oráculo del Señor Adonai. 21 Así manifestaré yo mi gloria entre las naciones, y todas las naciones verán el juicio que voy a ejecutar y la mano que pondré sobre ellos. 22 Y la casa de Israel sabrá desde ese día en adelante que yo soy Adonai su Dis. 23 Y sabrán las naciones que la casa de Israel fue deportada por sus culpas, que, por haberme sido infieles, yo les oculté mi rostro y los entregué en manos de sus enemigos, y cayeron todos a espada. 24 Los traté como lo merecían sus impurezas y sus crímenes, y les oculté mi rostro. 25 Por eso, así dice el Señor Adonai: Ahora voy a hacer volver a los cautivos d e Jacob, me compadeceré de toda la casa de Israel, y me mostraré celoso de mi santo nombre. 26 Ellos olvidarán su ignominia y todas las infidelidades que cometieron cont ra mí, cuando vivan seguros en su país, sin que nadie los inquiete. 27 Cuando yo los haga volver de entre los pueblos y los recoja de los países de sus enemigos, manifestaré en ellos mi santidad a los ojos de numerosas naciones , 28 y sabrán que yo soy Adonai su Di-s, cuando, después de haberlos llevado al c autiverio entre las naciones, los reúna en su suelo sin dejar allí a ninguno de ello s. 29 No les ocultaré más mi rostro, porque derramaré mi Espíritu sobre la casa de Isr ael, oráculo del Señor Adonai. Ezequiel 40 1 El año veinticinco de nuestra cautividad, al comienzo del año, el día diez del mes, catorce años después de la caída de la ciudad, el mismo día, la mano de Adonai fu e sobre mí, y me llevó allá. 2 En visiones divinas, me llevó a la tierra de Israel, y me posó sobre un mont e muy alto, en cuya cima parecía que estaba edificada una ciudad, al mediodía. 3 Me llevó allá, y he aquí que había allí un hombre de aspecto semejante al del bron ce. Tenía en la mano una cuerda de lino y una vara de medir, y estaba de pie en e l pórtico. 4 El hombre me dijo: "Hijo de hombre, mira bien, escucha atentamente y pre

sta atención a todo lo que te voy a mostrar, porque has sido traído aquí para que yo t e lo muestre. Comunica a la casa de Israel todo lo que vas a ver." 5 Y he aquí que por el exterior de la Casa había un muro, todo alrededor. La v ara de medir que el hombre tenía en la mano era de seis codos de codo y palmo. Mid ió el espesor de la construcción: una vara, y su altura: una vara. 6 Vino luego al pórtico que miraba a oriente, subió sus gradas y midió el umbral del pórtico: una vara de profundidad. 7 La lonja: una vara de largo por una vara de ancho; la pilastra entre las lonjas: cinco codos; el umbral del pórtico por el lado del vestíbulo del pórtico, hac ia el interior: una vara. 9 Midió el vestíbulo del pórtico: ocho codos; su pilastra: dos codos; el vestíbulo del pórtico estaba situado hacia el interior. 10 Las lonjas del pórtico oriental eran tres por cada lado, todas ellas de la misma dimensión; las pilastras tenían también las mismas dimensiones por cada lado. 11 Midió la anchura del vano del pórtico: diez codos, y la longitud del pórtico: trece codos. 12 Había un parapeto delante de las lonjas; cada parapeto tenía un codo por amb os lados. Y la lonja tenía seis codos por cada lado. 13 Midió el pórtico desde el fondo de una lonja hasta el fondo de la otra; anch ura: veinticinco codos de una entrada a la otra. 14 Midió el vestíbulo: veinte codos; el atrio giraba todo alrededor del pórtico. 15 Desde la fachada del pórtico donde estaba la entrada, hasta el fondo del v estíbulo interior del pórtico, había cincuenta codos. 16 Había ventanas enrejadas sobre las lonjas y sobre sus pilastras, hacia el interior del pórtico, todo alrededor, e igualmente el vestíbulo tenía, por el interior , ventanas todo alrededor; y sobre las pilastras había palmeras. 17 Me llevó al atrio exterior, y he aquí que allí había salas y un enlosado tirado alrededor del atrio: treinta salas daban a este enlosado. 18 El enlosado que flanqueaba los pórticos correspondía a la profundidad de los mismos: esto es el enlosado inferior. 19 Midió la anchura del atrio, desde la fachada del pórtico inferior hasta la f achada del atrio interior, por fuera: cien codos (a oriente y al norte). 20 Midió después la longitud y la anchura del pórtico que daba al norte del atrio exterior. 21 Sus lonjas eran tres por cada lado; sus pilastras y vestíbulos tenían las mi smas dimensiones que los del primer pórtico: cincuenta codos de largo y veinticin co de ancho. 22 Sus ventanas, su vestíbulo y sus palmeras tenían las mismas dimensiones que las del pórtico que daba a oriente. Se subía a él por siete gradas y su vestíbulo estaba situado hacia el interior. 23 Había un pórtico en el atrio interior, frente al pórtico septentrional, lo mis mo que en el pórtico oriental. Midió la distancia de un pórtico a otro: cien codos. 24 Me condujo luego hacia el lado del mediodía: había allí un pórtico en dirección de l mediodía; midió sus lonjas, sus pilastras y su vestíbulo: tenían las mismas dimensione s. 25 Tenía, lo mismo que su vestíbulo, ventanas todo alrededor, iguales que las o tras ventanas; dimensiones: cincuenta codos de largo y veinticinco de ancho; 26 su escalera tenía siete gradas; su vestíbulo estaba situado hacia el interio r, y tenía palmeras, una a cada lado, sobre sus pilastras. 27 El atrio interior tenía también un pórtico hacia el mediodía; midió la distancia d e un pórtico a otro, en dirección del mediodía: cien codos. 28 Luego me llevó al atrio, por el pórtico meridional; midió el pórtico meridional: tenía las mismas dimensiones. 29 Sus lonjas, pilastras y vestíbulo tenían estas mismas dimensiones. Lo mismo que su vestíbulo, tenía ventanas todo alrededor; dimensiones: cincuenta codos de lar go y veinticinco de ancho. 30 Y el perímetro del vestíbulo: veinticinco codos de largo y cinco de ancho. 31 Su vestíbulo daba al atrio exterior. Había palmeras sobre sus pilastras y su escalera tenía ocho gradas. 32 Me llevó al pórtico interior, hacia oriente, y midió el pórtico:

33 tenía las mismas dimensiones. Sus lonjas, pilastras y vestíbulo tenían estas m ismas dimensiones. Tenía, así como su vestíbulo, ventanas alrededor. Dimensiones: cinc uenta codos de largo y veinticinco de ancho. 34 Su vestíbulo daba al atrio exterior. Había palmeras sobre sus pilastras, a c ada lado, y su escalera tenía ocho gradas. 35 Me llevó luego al pórtico septentrional y lo midió: tenía las mismas dimensiones : 36 tenía alrededor, sus lonjas, sus pilastras, su vestíbulo y sus ventanas. Dim ensiones: cincuenta codos de largo y veinticinco de ancho. 37 Su vestíbulo daba al atrio exterior. Había palmeras sobre sus pilastras, a c ada lado, y su escalera tenía ocho gradas. 38 Había una sala cuya entrada estaba en el vestíbulo del pórtico. Allí se lavaba e l holocausto. 39 Y en el vestíbulo del pórtico había, a cada lado, dos mesas para inmolar sobre ellas el holocausto, el sacrificio por el pecado y el sacrificio de expiación. 40 Por el lado exterior de quien sube hacia la entrada del pórtico, al norte, había dos mesas, y al otro lado, hacia el vestíbulo del pórtico, dos mesas. 41 Cuatro mesas a un lado y cuatro mesas al otro lado del pórtico, o sea ocho mesas sobre las que se hacía la inmolación. 42 Además cuatro mesas para el holocausto, de piedra de sillería, de codo y med io de largo, codo y medio de ancho y un codo de alto, sobre las cuales se coloc aban los instrumentos con los que se inmolaba el holocausto y el sacrificio. 43 Las ranuras, de un palmo de anchura, estaban dispuestas en el interior, todo en torno. Sobre estas mesas se ponía la carne de las ofrendas. 44 Me llevó al atrio interior; había allí, en el atrio interior, dos salas, una a l lado del pórtico septentrional, con su fachada al mediodía, y la otra al lado del pórtico meridional, con su fachada al norte. 45 Me dijo: "Esta sala que mira al mediodía está destinada a los sacerdotes que cumplen el ministerio de la Casa. 46 Y la sala que mira al norte está destinada a los sacerdotes que cumplen el ministerio del altar. Son los hijos de Sadoq, los que, entre los hijos de Leví, s e acercan a Adonai para servirle." 47 Midió el atrio. Tenía cien codos de largo y cien codos de ancho, o sea un cu adrado, y el altar estaba delante de la Casa. 48 Me llevó al Vestíbulo de la Casa y midió las pilastras del Vestíbulo: cinco codo s por cada lado; luego la anchura del pórtico: catorce codos; y las paredes later ales del pórtico: tres codos por cada lado. 49 La longitud del Vestíbulo era de veinte codos y su anchura de doce codos. Se subía a él por diez gradas, y tenía columnas junto a las pilastras, una a cada lad o. Ezequiel 41 1 Me llevó dentro del Santo y midió sus pilastras: seis codos de ancho por un lado y seis codos de ancho por el otro. 2 Anchura de la entrada: diez codos. Las paredes laterales de la entrada: cinco codos de ancho por un lado y cinco por el otro. Midió su longitud: cuarenta codos; y su anchura: veinte codos. 3 Penetró en el interior y midió la pilastra de la entrada: dos codos; después l a entrada: seis codos; y las paredes laterales de la entrada: siete codos. 4 Midió su longitud: veinte codos; y su anchura: veinte codos delante del Sa nto; y me dijo: "Esto es el Santo de los Santos." 5 Midió el muro de la Casa: seis codos; y la anchura de la parte lateral: cu atro codos, todo alrededor de la Casa. 6 Las celdas laterales estaban superpuestas en tres pisos de treinta celda s cada uno. Se habían dispuesto en el muro de la Casa salientes para estribar las celdas por todo el ámbito: así las celdas no estribaban en el muro de la Casa. 7 La anchura de las celdas aumentaba a medida que se subía, ensanchamiento q ue se lograba, a costa del muro, según se subía, y todo alrededor de la Casa; por e so el interior se ensanchaba por arriba. Del piso inferior se subía al del medio, y de éste al superior.

8 Y vi que la Casa tenía un talud todo alrededor. Era la base de las celdas laterales, de una vara entera de seis codos. 9 El espesor del muro de las celdas laterales, por el exterior, era de cin co codos; quedaba un pasadizo entre las celdas laterales de la Casa. 10 Entre las salas había una anchura de veinte codos, por todo el ámbito de la Casa. 11 Y las celdas laterales tenían dos entradas sobre el pasadizo, una hacia el norte y otra hacia el mediodía. La anchura del pasadizo era de cinco codos todo a lrededor. 12 El edificio que bordeaba el patio por el lado occidental tenía setenta cod os de anchura; y la pared de este edificio tenía un espesor de cinco codos, todo a lrededor, con una longitud de noventa codos. 13 Midió la Casa: su longitud era de cien codos. El patio más el edifico y sus muros tenían una longitud de cien codos. 14 Anchura de la fachada de la Casa más el patio hasta oriente: cien codos. 15 Midió la longitud del edificio a lo largo del patio que tenía detrás, y sus ga lerías a cada lado: cien codos. El interior del Santo y los vestíbulos del atrio, 16 los umbrales, las ventanas enrejadas, las galerías de los tres lados, alre dedor, frente al umbral, estaban recubiertos de madera por todo el ámbito, desde el suelo hasta las ventanas, y las ventanas estaban guarnecidas de un enrejado. 17 Desde la entrada hasta el interior de la Casa, y por fuera, así como en to do el ámbito del muro, por fuera y por dentro, 18 había representado querubines y palmeras, una palmera entre querubín y queru bín; cada querubín tenía dos caras: 19 una cara de hombre vuelta hacia la palmera de un lado y una cara de león h acia la palmera del otro lado; así por todo el ámbito de la Casa. 20 Desde el suelo hasta encima de la entrada estaban representados los quer ubines y las palmeras en el muro. 21 El jambaje del Santo era cuadrado. Delante del Santuario se veía algo como 22 un altar de madera de tres codos de alto, dos codos de largo y dos de an cho. Sus ángulos, su base y sus lados eran de madera. El hombre me dijo: "Esta es la mesa que está delante de Adonai." 23 El Santo tenía una puerta doble, y el Santuario una puerta doble. 24 Eran puertas de dos hojas movibles, dos hojas en una puerta y dos en la otra. 25 Y por encima (sobre las puertas del Santo), había representados querubines y palmeras como los representados en los muros. Sobre la fachada del Vestíbulo, por el exterior, había un arquitrabe de madera. 26 Ventanas enrejadas y palmeras había a ambos lados, en las paredes laterale s del Vestíbulo, las celdas laterales de la Casa y los arquitrabes. Ezequiel 42 1 Luego me hizo salir al atrio exterior, hacia el norte, y me llevó a las sa las situadas cara al patio, es decir frente al edificio, al norte. 2 La longitud era de cien codos, hacia el norte, y la anchura de cincuenta codos. 3 Frente a los pórticos del atrio interior, y frente al enlosado del atrio e xterior, había una galería a lo largo de la galería triple, 4 y, por delante de las salas, un corredor de diez codos de ancho hacia el interior, y cien codos de largo; sus puertas daban al norte. 5 Las salas superiores eran estrechas, porque las galerías les comían parte de su espacio, más estrechas que las de abajo y las del medio del edificio, 6 porque estaban divididas en tres pisos y no tenían columnas como el atrio. Por eso, se iban estrechando con relación a las de abajo y las del medio (a part ir del suelo). 7 Y el muro exterior, paralelo a las salas, en dirección al atrio exterior, frente a las salas, tenía cincuenta codos de longitud. 8 Pues la longitud de las salas que daban al atrio exterior era de cincuen ta codos, mientras que las que miraban al Santo tenían cien codos. 9 Por debajo de las salas había una entrada del lado de oriente, que daba ac

ceso desde el atrio exterior. 10 A todo lo largo del muro del atrio, en dirección del mediodía, cara al patio y al edificio, había salas. 11 Un corredor pasaba por delante de ellas, como en las salas situadas en d irección norte; tenían igual longitud e igual anchura; iguales salidas, igual dispos ición y entradas iguales. 12 Por debajo de las salas orientadas al mediodía había una entrada al comienzo de cada corredor, frente al muro situado hacia oriente, según se entra. 13 El me dijo: "Las salas del norte y las salas del mediodía que miran al pat io son las salas del Santuario, donde los sacerdotes que se acercan a Adonai com erán las cosas sacratísimas. Allí depositarán las cosas sacratísimas, la oblación, el sacrif icio por el pecado y el sacrificio de expiación, porque es un lugar santo. 14 Y cuando los sacerdotes entren allí, no saldrán del santuario al atrio exter ior sin haber dejado allí sus vestiduras litúrgicas, porque estas vestiduras son san tas; para acercarse a los lugares destinados al pueblo se pondrán otras ropas." 15 Cuando acabó de medir el interior de la Casa, me hizo salir en dirección al pórtico que mira a oriente y midió todo el ámbito. 16 Midió el lado oriental con su vara de medir: quinientos codos de perímetro, con la vara de medir. 17 Luego midió el lado norte con la vara de medir: quinientos codos de perímetr o. 18 Después midió el lado sur con la vara de medir: quinientos codos 19 de perímetro. Por el lado occidental midió con la vara de medir: quinientos codos. 20 Midió por fin por los cuatro lados el muro que lo cercaba, todo alrededor: longitud, quinientos; anchura, quinientos; para separar lo sagrado de lo profan o. Ezequiel 43 1 Me condujo luego hacia el pórtico, el pórtico que miraba a oriente, 2 y he aquí que la gloria del Di-s de Israel llegaba de la parte de oriente, con un ruido como el ruido de muchas aguas, y la tierra resplandecía de su gloria . 3 Esta visión era como la que yo había visto cuando vine para la destrucción de la ciudad, y también como lo que había visto junto al río Kebar. Entonces caí rostro en tierra. 4 La gloria de Adonai entró en la Casa por el pórtico que mira a oriente. 5 El espíritu me levantó y me introdujo en el atrio interior, y he aquí que la g loria de Adonai llenaba la Casa. 6 Y oí que alguien me hablaba desde la Casa, mientras el hombre permanecía en pie junto a mí. 7 Me dijo: Hijo de hombre, este es el lugar de mi trono, el lugar donde se posa la planta de mis pies. Aquí habitaré en medio de los hijos de Israel para siem pre; y la casa de Israel, así como sus reyes, no contaminarán más mi santo nombre con sus prostituciones y con los cadáveres de sus reyes, 8 poniendo su umbral junto a mi umbral y sus jambas junto a mis jambas, co n un muro común entre ellos y yo. Ellos contaminaron mi santo nombre con las abom inaciones que cometieron; por eso los he devorado en mi cólera. 9 De ahora en adelante alejarán de mí sus prostituciones y los cadáveres de sus reyes, y yo habitaré en medio de ellos para siempre. 10 "Y tú, hijo de hombre, describe este Templo a la casa de Israel, para que queden avergonzados de sus culpas y tomen nota de su plano. 11 Se avergüenzan de toda su conducta, enséñales la forma del Templo y su plano, sus salidas y entradas, su forma y todas sus disposiciones, toda su forma y tod as sus leyes. Pon todo esto por escrito ante sus ojos, para que guarden con exac titud todas sus leyes y disposiciones, y las pongan en práctica. 12 Este es el fuero del Templo: En la cumbre del monte, todo el territorio en su ámbito es santísimo. (Tal es el fuero del Templo.)" 13 Y estas son las dimensiones del altar en codos de codo y palmo: su cavid ad, un codo por un codo de ancha. El reborde junto a la ranura, todo alrededor,

un palmo. Y está la altura del altar: 14 desde la cavidad del suelo hasta el zócalo inferior, dos codos por un codo de ancho; desde el zócalo pequeño hasta el grande, cuatro codos por un codo de anc ho. 15 El fóculo tenía cuatro codos, y por encima del fóculo había cuatro cuernos. 16 El fóculo medía doce codos de largo por doce codos de ancho: era cuadrado po r sus cuatro lados. 17 Y el zócalo: catorce codos de largo por catorce de ancho: un cuadrado. El reborde todo alrededor: medio codo; y la cavidad, todo alrededor: un codo. Las g radas estaban vueltas hacia oriente. 18 Y me dijo: Hijo de hombre, así dice el Señor Adonai: Estas son las disposici ones del altar el día en que sea erigido para ofrecer en él el holocausto y derramar la sangre. 19 A los sacerdotes levitas - los de la descendencia de Sadoq que se acerca n a mí para servirme, oráculo del Señor Adonai - les darás un novillo en sacrificio por el pecado. 20 Tomarás su sangre, y rociarás los cuatro cuernos, los cuatro ángulos del zócalo y el reborde todo alrededor. Así quitarás el pecado y harás expiación por él. 21 Luego tomarás el novillo del sacrificio por el pecado: se le quemará en una dependencia de la Casa, fuera del Santuario. 22 El segundo día, ofrecerás un macho cabrío sin defecto en sacrificio por el pec ado y se quitará el pecado del altar como se hizo con el novillo. 23 Cuando hayas acabado de quitar el pecado, ofrecerás un novillo sin defecto y un carnero del rebaño sin defecto. 24 Los ofrecerás delante de Adonai, y los sacerdotes les echarán sal y los ofre cerán en holocausto a Adonai. 25 Durante siete días ofrecerás el macho cabrío del sacrificio por el pecado, cad a día; se hará también el sacrificio del novillo y del carnero sin defecto tomado del rebaño. 26 Así, durante siete días se hará la expiación del altar, se le purificará y se le c onsagrará. 27 Pasados estos días, desde el octavo en adelante, los sacerdotes ofrecerán so bre el altar vuestros holocaustos y vuestros sacrificios de comunión. Y yo os seré propicio, oráculo del Señor Adonai. Ezequiel 44 1 Me volvió después hacia el pórtico exterior del santuario, que miraba a orient e. Estaba cerrado. 2 Y Adonai me dijo: Este pórtico permanecerá cerrado. No se le abrirá, y nadie p asará por él, porque por él ha pasado Adonai, el Di-s de Israel. Quedará, pues, cerrado. 3 Pero el príncipe sí podrá sentarse en él para tomar su comida en presencia de Ad onai. Entrará por el vestíbulo del pórtico y por el mismo saldrá. 4 Luego me llevó por el pórtico septentrional hacia la fachada de la Casa; miré, y he aquí que la gloria de Adonai llenaba la Casa de Adonai, y caí rostro en tierra . 5 Adonai me dijo: Hijo de hombre, presta atención, mira bien y escucha con c uidado lo que te voy a decir acerca de todas las disposiciones de la Casa de Ado nai y de todas sus leyes. Te fijarás bien en lo que respecta a la admisión en la Cas a y a la exclusión del santuario. 6 Y dirás a esta casa de rebeldía, la casa de Israel: Así dice el Señor Adonai: Ya pasan de la raya todas vuestras abominaciones, casa de Israel, 7 que habéis cometido introduciendo extranjeros incircuncisos de corazón y de cuerpo para que estuvieran en mi santuario y profanaran mi Casa, cuando me ofre cíais mi alimento, grasa y sangre; así habéis roto mi alianza con todas vuestras abomi naciones. 8 En lugar de atender al ministerio de mis cosas santas, habéis encargado a otros el ejercicio de mi ministerio en mi Santuario, en lugar vuestro. 9 Así dice el Señor Adonai: Ningún extranjero, incircunciso de corazón y de cuerpo , entrará en mi santuario, ninguno de los extranjeros que viven en medio de los i sraelitas.

10 En cuanto a los levitas, que me abandonaron cuando Israel se descarriaba lejos de mí para ir en pos de sus basuras, soportarán el peso de sus culpas. 11 Serán en mi Santuario los encargados de la guardia de las puertas de la Ca sa y ministros del servicio de la Casa. Ellos inmolarán el holocausto y el sacrifi cio por el pueblo, y estarán a su disposición para servirle. 12 Por haberse puesto a su servicio delante de sus basuras y haber sido par a la casa de Israel ocasión de culpa, por eso, yo levanto la mano contra ellos oráculo del Señor Adonai - y soportarán el peso de su culpa. 13 No se acercarán más a mí para ejercer ante mí el sacerdocio ni para tocar mis co sas santas y las cosas sacratísimas: soportarán el peso de su ignominia y de las abo minaciones que cometieron. 14 Les encargaré de ejercer el ministerio en la Casa, en lo que atañe a su serv icio y a todo lo que allí se hace. 15 Pero los sacerdotes levitas, hijos de Sadoq, que cumplieron mi ministeri o en el santuario cuando los israelitas se descarriaban lejos de mí, ellos sí se ace rcarán a mí para servirme, y estarán en mi presencia para ofrecerme la grasa y la sang re, oráculo del Señor Adonai. 16 Ellos entrarán en mi Santuario y se acercarán a mi mesa para servirme; ellos cumplirán mi ministerio. 17 Cuando entren por los pórticos del atrio interior, llevarán hábitos de lino; n o irán vestidos de lana cuando oficien en los pórticos del atrio interior, y en la Casa. 18 Llevarán en la cabeza turbantes de lino, y fajas de lino a los riñones; no s e ceñirán nada que transpire el sudor. 19 Cuando salgan al atrio exterior, donde el pueblo, se quitarán las vestidur as con que hayan oficiado, las dejarán en las salas del Santo, y se pondrán otras r opas, con el fin de no santificar al pueblo con sus vestiduras. 20 No se raparán la cabeza, ni dejarán crecer libremente su cabellera, sino que se cortarán cuidadosamente el pelo. 21 Ningún sacerdote beberá vino el día que tenga que entrar en el atrio interior. 22 No tomarán por esposa ni una viuda ni una mujer repudiada, sino una virgen de la raza de Israel; una viuda sólo en el caso de que sea viuda de un sacerdote. 23 Enseñarán a mi pueblo a distinguir lo sagrado de lo profano y le harán saber l a diferencia entre lo puro y lo impuro. 24 En los pleitos serán ellos los jueces; juzgarán conforme a mi derecho; obser varán en todas mis fiestas mis leyes y preceptos, y santificarán mis sábados. 25 No se acercarán a un muerto, para no contaminarse, pero por un padre, una madre, un hijo, una hija, un hermano, o una hermana no casada podrán contaminarse. 26 Después de haberse purificado, se contará una semana, 27 y luego, el día en que entre en el Santo, en el atrio interior para oficia r en el Santo, ofrecerá su sacrificio por el pecado, oráculo del Señor Adonai. 28 No tendrán heredad alguna: yo seré su heredad. No les daréis propiedad en Isra el: yo seré su propiedad particular. 29 Ellos comerán la oblación, el sacrificio por el pecado y el sacrificio de ex piación. Todo lo que sea consagrado al anatema en Israel será para ellos. 30 Lo mejor de todas vuestras primicias y de toda clase de ofrendas reserva das que ofrezcáis, será para los sacerdotes; y lo mejor de vuestras moliendas, se lo daréis a los sacerdotes, para que la bendición repose sobre vuestra casa. 31 Los sacerdotes no comerán carne de ningún ave ni bestia muerta o desgarrada. Ezequiel 45 1 Cuando os repartáis por sorteo esta tierra en heredad, reservaréis como ofre nda para Adonai un recinto sagrado de la tierra, de una longitud de veinticinco mil codos por una anchura de veinte mil. Será sagrado en toda su extensión. 2 De aquí se tomará para el santuario un cuadrado de quinientos codos por quin ientos, alrededor del cual habrá un margen de cincuenta codos. 3 También de su área medirás una longitud de veinticinco mil codos por una anchu ra de diez mil: aquí estará el santuario, el Santo de los Santos. 4 Será el recinto sagrado de la tierra, destinado a los sacerdotes, que ejer cen el ministerio del santuario y que se acercan a Adonai para servirle. Para e

llos será este lugar, para que construyan sus casas y como lugar sagrado para el s antuario. 5 Un terreno de veinticinco mil codos de largo por diez mil de ancho será re servado a los levitas, servidores de la Casa, en propiedad, con ciudades para vi vir. 6 Y como propiedad de la ciudad fijaréis un terreno de cinco mil codos de an cho por veinticinco mil de largo, junto a la parte reservada del santuario: esto será para toda la casa de Israel. 7 Al príncipe le tocará, a ambos lados del recinto de la parte reservada para el santuario y de la propiedad de la ciudad, a lo largo de la parte reservada pa ra el santuario y de la propiedad de la ciudad, por el lado occidental hacia occ idente, y por el oriental hacia oriente, una longitud igual a cada una de las pa rtes, desde la frontera occidental hasta la frontera oriental 8 de la tierra. Esto será su propiedad en Israel. Así mis príncipes no oprimirán más a mi pueblo: dejarán la tierra a la casa de Israel, a sus tribus. 9 Así dice el Señor Adonai: Ya es demasiado, príncipes de Israel. Desistid de la opresión y de la violencia, practicad el derecho y la justicia, liberad a mi pueb lo de vuestros impuestos, oráculo del Señor Adonai. 10 Usad balanzas justas, una arroba justa, una medida justa. 11 La arroba y la medida sean iguales, de suerte que la medida contenga un décimo de carga y la arroba un décimo de carga. A partir de la carga serán fijadas la s medidas. 12 El siclo será de veinte óbolos. Veinte siclos, veinticinco siclos y quince s iclos harán una mina. 13 Esta es la ofrenda que reservaréis: un sexto de arroba por cada carga de t rigo y un sexto de arroba por cada carga de cebada. 14 Regla para el aceite, para la medida de aceite: una medida de aceite por cada diez medidas, es decir, por un tonel de diez medidas, o de una carga, pues diez medidas hacen una carga. 15 Se reservará una oveja por cada rebaño de doscientas de las praderas de Isra el, para la oblación, el holocausto y el sacrificio de comunión, como expiación por e llos, oráculo del Señor Adonai. 16 Todo el pueblo de la tierra contribuirá a esta ofrenda reservada para el p ríncipe de Israel. 17 El príncipe se encargará de los holocaustos, de la oblación y de la libación en las fiestas, novilunios y sábados, en todas las solemnidades de la casa de Israel. El proveerá lo necesario para el sacrificio por el pecado, para la oblación, el hol ocausto y los sacrificios de comunión, para la expiación de la casa de Israel. 18 Así dice el Señor Adonai: El primer mes, el día uno del mes, tomarás un novillo sin defecto, para quitar el pecado del santuario. 19 El sacerdote tomará la sangre de la víctima por el pecado y la pondrá en las j ambas del pórtico de la Casa, en los cuatro ángulos del zócalo del altar, y en las ja mbas de los pórticos del atrio interior. 20 Lo mismo harás el día siete del mes, en favor de todo aquel que haya pecado por inadvertencia o irreflexión. Así haréis la expiación de la Casa. 21 El día catorce del primer mes será para vosotros la fiesta de la Pascua. Dur ante siete días se comerá el pan sin levadura. 22 Aquel día, el príncipe ofrecerá por sí mismo y por todo el pueblo de la tierra u n novillo en sacrificio por el pecado. 23 Durante los siete días de la fiesta, ofrecerá en holocausto a Adonai siete novillos y siete carneros sin defecto, cada uno de los siete días, y en sacrificio por el pecado, un macho cabrío cada día. 24 Como oblación, ofrecerá una medida por novillo y una medida por carnero, y d e aceite un sextario por medida. 25 El día quince del séptimo mes, en la fiesta, hará lo mismo durante siete días, o freciendo el sacrificio por el pecado, el holocausto, la oblación y el aceite. Ezequiel 46 1 Así dice el Señor Adonai: El pórtico del atrio interior que mira a oriente est ará cerrado los seis días laborables. El sábado se le abrirá, así como el día del novilunio;

2 y el príncipe entrará desde el exterior por el vestíbulo del pórtico y se quedará de pie junto a las jambas del pórtico. Entonces los sacerdotes ofrecerán su holocaus to y su sacrificio de comunión. El se postrará en el umbral del pórtico, luego saldrá, y no se cerrará el pórtico hasta la tarde. 3 El pueblo de la tierra se postrará ante Adonai a la entrada de este pórtico, los sábados y los días de novilunio. 4 El holocausto que el príncipe ofrecerá a Adonai el sábado, será de seis corderos sin defecto y de un carnero sin defecto; 5 y como oblación una medida por carnero; por los corderos, una oblación que q ueda a discreción, y de aceite un sextario por medida. 6 En el día del novilunio: un novillo sin defecto, seis corderos y un carner o sin defecto. 7 Y hará oblación de una medida por novillo y de una medida por carnero; por l os corderos, lo que pueda, y de aceite un sextario por medida. 8 Cuando el príncipe entre, entrará por el vestíbulo del pórtico y por el mismo sa ldrá. 9 Y cuando el pueblo de la tierra venga ante Adonai en las solemnidades, l os que entren por el pórtico septentrional para postrarse, saldrán por el pórtico mer idional, y los que entren por el pórtico meridional saldrán por el pórtico septentrion al. Nadie volverá a salir por el pórtico por donde entró, sino que saldrá por el de enfr ente. 10 Y el príncipe irá en medio de ellos; entrará como ellos y saldrá como ellos. 11 En las fiestas y solemnidades, la oblación será de una medida por novillo, d e una medida por carnero, por los corderos a discreción, y de aceite, un sextario por medida. 12 Cuando el príncipe ofrezca un holocausto voluntario o un sacrificio de com unión voluntario a Adonai, se le abrirá el pórtico que mira a oriente, ofrecerá su holo causto y su sacrificio de comunión, de la misma manera que el día de sábado, saldrá lueg o, y el pórtico se cerrará en cuanto haya salido. 13 Ofrecerás cada día en holocausto a Adonai un cordero de un año sin defecto: lo ofrecerás cada mañana. 14 Ofrecerás además cada mañana, como oblación, un sexto de medida, y de aceite, un tercio de sextario, para amasar la flor de harina. Esto es la oblación a Adonai, decreto eterno, fijo para siempre. 15 Se ofrecerá el cordero, la oblación y el aceite, cada mañana, como holocausto perpetuo. 16 Así dice el Señor Adonai: Si el príncipe hace un regalo a alguno de sus hijos, tomándolo de su heredad, el regalo pertenecerá a sus hijos, será su propiedad por der echo de herencia. 17 Pero si hace de su heredad un regalo a uno de sus siervos, pertenecerá a ést e sólo hasta el año de la liberación, luego retornará al príncipe. Solamente a sus hijos p odrá pasar su heredad. 18 El príncipe no tomará nada de la heredad del pueblo despojándole de su propied ad; sólo de su propiedad particular legará partes a sus hijos, para que nadie de mi pueblo sea privado de su propiedad. 19 Luego me llevó, por la entrada que estaba al lado del pórtico, a las salas d el Santo reservadas a los sacerdotes, las que miraban al norte. Allí, en la extrem idad occidental, había un espacio. 20 Me dijo: "Este es el lugar donde los sacerdotes cocerán las víctimas de los sacrificios de expiación y de los sacrificios por el pecado, y donde cocerán la obla ción, a fin de que no se saque nada al atrio exterior y se ve santifique así al pueb lo." 21 Me sacó luego al atrio exterior y me hizo pasar junto a los cuatro ángulos d el atrio; en cada uno de los ángulos del atrio había un patio: 22 esto es, en los cuatro ángulos del atrio, cuatro pequeños patios de cuarenta codos de longitud y treinta de anchura, los cuatro de las mismas dimensiones. 23 Una tapia cercaba los cuatro, y en la parte baja de la tapia había levanta dos unos fogones, todo alrededor. 24 Y me dijo: "Estos son los fogones donde los servidores de la Casa cocerán los sacrificios del pueblo."

Ezequiel 47 1 Me llevó a la entrada de la Casa, y he aquí que debajo del umbral de la Casa salía agua, en dirección a oriente, porque la fachada de la Casa miraba hacia orien te. El agua bajaba de debajo del lado derecho de la Casa, al sur del altar. 2 Luego me hizo salir por el pórtico septentrional y dar la vuelta por el ex terior, hasta el pórtico exterior que miraba hacia oriente, y he aquí que el agua f luía del lado derecho. 3 El hombre salió hacia oriente con la cuerda que tenía en la mano, midió mil co dos y me hizo atravesar el agua: me llegaba hasta los tobillos. 4 Midió otros mil codos y me hizo atravesar el agua: me llegaba hasta las ro dillas. Midió mil más y me hizo atravesar el agua: me llegaba hasta la cintura. 5 Midió otros mil: era ya un torrente que no pude atravesar, porque el agua había crecido hasta hacerse un agua de pasar a nado, un torrente que no se podía at ravesar. 6 Entonces me dijo: "¿Has visto, hijo de hombre?" Me condujo, y luego me hiz o volver a la orilla del torrente. 7 Y a volver vi que a la orilla del torrente había gran cantidad de árboles, a ambos lados. 8 Me dijo: "Esta agua sale hacia la región oriental, baja a la Arabá, desemboc a en el mar, en el agua hedionda, y el agua queda saneada. 9 Por dondequiera que pase el torrente, todo ser viviente que en él se mueva vivirá. Los peces serán muy abundantes, porque allí donde penetra esta agua lo sanea todo, y la vida prospera en todas partes adonde llega el torrente. 10 A sus orillas vendrán los pescadores; desde Engadí hasta Eneglayim se tenderán redes. Los peces serán de la misma especie que los peces del mar Grande, y muy n umerosos. 11 Pero sus marismas y sus lagunas no serán saneadas, serán abandonadas a la sa l. 12 A orillas del torrente, a una y otra margen, crecerán toda clase de árboles frutales cuyo follaje no se marchitará y cuyos frutos no se agotarán: producirán todo s los meses frutos nuevos, porque esta agua viene del santuario. Sus frutos serv irán de alimento, y sus hojas de medicina." 13 Así dice el Señor Adonai: Esta es la frontera de la tierra que os repartiréis entre las doce tribus de Israel, dando a José dos partes. 14 Recibiréis cada uno por igual vuestra parte, porque yo juré, mano en alto, dár sela a vuestros padres, y esta tierra os pertenecerá en heredad. 15 Esta es la frontera de la tierra: lado septentrional: desde el mar Grand e, el camino de Jetlón hasta la Entrada de Jamat, Sedad, 16 Berotá, Sibráyim, que está entre el territorio de Damasco y el de Jamar, Jaser Hattikón hacia el territorio del Jaurán; 17 la frontera correrá desde el mar hasta Jasar Enán, quedando al norte el terr itorio de Damasco, así como el territorio de Jamat. Este, el lado septentrional. 18 Lado oriental: entre el Jaurán y Damasco, entre Galaad y la tierra de Isra el, el Jordán servirá de frontera hacia el mar oriental, hasta Tamar: Este, el lado oriental. 19 Lado meridional, al sur: desde Tamar hasta las aguas de Meribá de Cadés, hac ia el torrente, hasta el mar Grande. Este, el lado meridional, al sur. 20 Lado occidental: el mar Grande será la frontera hasta enfrente de la Entra da de Jamat. Este, el lado occidental. 21 Os repartiréis esta tierra, según las tribus de Israel. 22 Os la repartiréis como heredad para vosotros y para los forasteros que res idan con vosotros y que hayan engendrado hijos entre vosotros, porque los consi deraréis como al israelita nativo. Con vosotros participarán en la suerte de la here dad, en medio de las tribus de Israel. 23 En la tribu donde resida el forastero, allí le daréis su heredad, oráculo del Señor Adonai. Ezequiel 48 1 Y estos son los nombres de las tribus. Desde el extremo norte, a lo larg

o del camino de Jetlón, hacia la Entrada de Jamat, Jasar Enán, quedando al norte el territorio de Damasco, a lo largo de Jamat: será para él desde el lado oriental ha sta el lado occidental: Dan, una parte. 2 Limitando con Dan, desde el lado oriental hasta el lado occidental: Aser , una parte. 3 Limitando con Aser, desde el lado oriental hasta el lado occidental: Nef talí, una parte. 4 Limitando con Neftalí, desde el lado oriental hasta el lado occidental: Ma nasés, una parte. 5 Limitando con Manasés, desde el lado oriental hasta el lado occidental: Ef raím, una parte. 6 Limitando con Efraím, desde el lado oriental hasta el lado occidental: Rubén , una parte. 7 Limitando con Rubén, desde el lado oriental hasta el lado occidental: Judá, una parte. 8 Limitando con Judá, desde el lado oriental hasta el lado occidental, estará la ofrenda sagrada que reservaréis, de veinticinco mil codos de ancha, y de larga como cada una de las otras partes desde el lado oriental hasta el lado occidenta l. Y en medio estará el santuario. 9 La ofrenda sagrada que reservaréis para Adonai tendrá veinticinco mil codos de longitud y diez mil de anchura. 10 A ellos, a los sacerdotes, pertenecerá la ofrenda santa reservada: veintic inco mil codos al norte, diez mil codos de anchura al oeste, diez mil codos de anchura al este, y veinticinco mil codos de longitud al sur; y el santuario de A donai estará en el medio; 11 a los sacerdotes consagrados, aquellos de entre los hijos de Sadoq que c umplieron mi ministerio, y que no se descarriaron al descarriarse los israelita s, como se descarriaron los levitas, 12 a ellos les corresponderá una parte de la tierra reservada como ofrenda sa cratísima, junto al territorio de los levitas. 13 Los levitas, a semejanza del territorio de los sacerdotes, tendrán un terr itorio de veinticinco mil codos de largo y diez mil de ancho - longitud total, v einticinco mil, y anchura, diez mil. 14 No podrán vender ni cambiar ni ceder nada de esta parte de la tierra, porq ue está consagrada a Adonai. 15 Los cinco mil codos de anchura que quedan a lo largo de los veinticinco mil, serán un terreno profano para la ciudad, para viviendas y pastizales. La ciud ad quedará en medio. 16 Y estas serán sus dimensiones: por el lado norte, cuatro mil quinientos co dos; por el lado sur, cuatro mil quinientos codos; por el lado este, cuatro mil quinientos codos; por el lado oeste, cuatro mil quinientos codos. 17 Y los pastizales de la ciudad se extenderán hacia el norte doscientos cinc uenta codos, hacia el sur doscientos cincuenta, hacia el este doscientos cincue nta y hacia el oeste doscientos cincuenta. 18 Quedará una extensión, a lo largo de la ofrenda santa reservada, de diez mil codos hacia oriente y diez mil hacia occidente, a lo largo de la ofrenda santa reservada: sus productos servirán para la alimentación de los trabajadores de la ci udad. 19 Los trabajadores que trabajen en la ciudad serán tomados de todas las trib us de Israel. 20 El total de la ofrenda reservada será de veinticinco mil codos por veintic inco mil. Reservaréis un cuarto de la ofrenda santa reservada para la propiedad d e la ciudad. 21 Lo que quede será para el príncipe, a uno y otro lado de la ofrenda santa re servada y de la propiedad de la ciudad, a lo largo de los veinticinco mil codos al este, hasta la frontera oriental, y al oeste a lo largo de los veinticinco mi l codos hasta la frontera occidental, para el príncipe, en correspondencia a las d emás partes; y en el medio estará la ofrenda santa res reservada y el santuario de l a Casa. 22 Así, desde la propiedad de los levitas y la propiedad de la ciudad que están

en medio de la parte del príncipe, entre la frontera de Judá y la de Benjamín, perten ecerá al príncipe. 23 Y las demás tribus: desde el lado oriental hasta el lado occidental: Benja mín, una parte. 24 Limitando con Benjamín, desde el lado oriental hasta el lado occidental: S imeón, una parte. 25 Limitando con Simeón, desde el lado oriental hasta el lado occidental: Isa car, una parte. 26 Limitando con Isacar, desde el lado oriental hasta el lado occidental: Z abulón, una parte. 27 Limitando con Zabulón, desde el lado oriental hasta el lado occidental: Ga d, una parte. 28 Y limitando con Gad, por el lado meridional, al sur, la frontera correrá d esde Tamar hacia las aguas de Meribá de Cadés, el torrente, hasta el mar Grande. 29 Tal es la tierra que repartiréis en heredad entre las tribus de Israel y t ales serán sus partes, oráculo del Señor Adonai. 30 Y estas son las salidas de la ciudad: por el lado norte, se medirán cuatro mil quinientos codos. 31 Las puertas de la ciudad llevarán los nombres de las tribus de Israel. Al norte tres puertas: la puerta de Rubén, la puerta de Judá y la puerta de Leví. 32 Por el lado oriental, cuatro mil quinientos codos y tres puertas: la pue rta de José, la puerta de Benjamín y la puerta de Dan. 33 Por el lado meridional, cuatro mil quinientos codos y tres puertas: la p uerta de Simeón, la puerta de Isacar y la puerta de Zabulón. 34 Por el lado occidental, cuatro mil quinientos codos y tres puertas: la p uerta de Gad, la puerta de Aser y la puerta de Neftalí. 35 El perímetro total será de dieciocho mil codos. Y en adelante el nombre de l a ciudad será: "Adonai está allí." DANIEL Daniel 1 1 El año tercero del reinado de Yoyaquim, rey de Judá, Nabucodonosor, rey de B abilonia, vino a Yerushalaim y la sitió. 2 El Señor entregó en sus manos a Yoyaquim rey de Judá, así como parte de los obje tos de la Casa de Di-s. El los llevó al país de Senaar y depositó los objetos en la c asa del tesoro de sus dioses. 3 El rey mandó a Aspenaz, jefe de sus eunucos, tomar de entre los israelitas de estirpe real o de familia noble, 4 algunos jóvenes, sin defecto corporal, de buen parecer, instruidos en toda sabiduría, cultos e inteligentes, idóneos para servir en la corte del rey, con el f in de enseñarles la escritura y la lengua de los caldeos. 5 El rey les asignó una ración diaria de los manjares del rey y del vino de su mesa. Deberían ser educados durante tres años, después de lo cual entrarían al servicio del rey. 6 Entre ellos se encontraban Daniel, Ananías, Misael y Azarías, que eran judíos. 7 El jefe de los eunucos les puso nombres nuevos: Daniel se llamaría Beltsas sar, Ananías Sadrak, Misael Mesak y Azarías Abed Negó. 8 Daniel, que tenía el propósito de no mancharse compartiendo los manjares del rey y el vino de su mesa, pidió al jefe de los eunucos permiso para no mancharse. 9 Di-s concedió a Daniel hallar gracia y benevolencia ante el jefe de los eu nucos. 10 Pero el jefe de los eunucos dijo a Daniel: "Temo al rey, mi señor; él ha asi gnado vuestra comida y vuestra bebida, y si llega a ver vuestros rostros más macil entos que los de los jóvenes de vuestra edad, expondríais mi cabeza a los ojos del r ey." 11 Daniel dijo entonces al guarda a quien el jefe de los eunucos había confia do el cuidado de Daniel, Ananías, Misael y Azarías: 12 "Por favor, pon a prueba a tus siervos durante diez días: que nos den de c omer legumbres y de beber agua;

13 después puedes comparar nuestro aspecto con el de los jóvenes que comen los manjares del rey, y hacer con tus siervos con arreglo a lo que hayas visto." 14 Aceptó él la propuesta y les puso a prueba durante diez días. 15 Al cabo de los diez días se vio que tenían mejor aspecto y estaban más rollizo s que todos los jóvenes que comían los manjares del rey. 16 Desde entonces el guarda retiró sus manjares y el vino que tenían que beber, y les dio legumbres. 17 A estos cuatro jóvenes les concedió Di-s ciencia e inteligencia en toda clas e de letras y sabiduría. Particularmente Daniel poseía el discernimiento de visiones y sueños. 18 Al cabo del tiempo establecido por el rey para que le fueran presentados los jóvenes, el jefe de los eunucos los llevó ante Nabucodonosor. 19 El rey conversó con ellos, y entre todos no se encontró ningún otro como Danie l, Ananías, Misael y Azarías. Quedaron, pues, al servicio del rey. 20 Y en cuantas cosas de sabiduría o de inteligencia les consultó el rey, los e ncontró diez veces superiores a todos los magos y adivinos que había en todo su rei no. 21 Daniel permaneció allí hasta el año primero del rey Ciro. Daniel 2 1 El año segundo del reinado de Nabucodonosor, Nabucodonosor tuvo sueños, y su espíritu se turbó hasta el punto de no poder dormir. 2 El rey mandó llamar a los magos y adivinos, encantadores y caldeos para qu e manifestaran al rey sus sueños. Vinieron ellos y se presentaron al rey. 3 El rey les dijo: "He tenido un sueño y mi espíritu se ha turbado por el dese o de comprender este sueño." 4 Los caldeos respondieron al rey: (Arameo) "¡Viva el rey eternamente! Cuent a el sueño a tus siervos, y nosotros te daremos su interpretación." 5 Respondió el rey y dijo a los caldeos: "Tened bien presente mi decisión: si no me dais a conocer el sueño y su interpretación, seréis cortados en pedazos y vuest ras casas serán reducidas a escombros. 6 Pero si me dais a conocer el sueño y su interpretación, recibiréis de mí regalos , obsequios y grandes honores. Así pues, dadme a conocer el sueño y su interpretación ." 7 Respondieron ellos por segunda vez: "Cuente el rey el sueño a sus siervos, que nosotros le daremos su interpretación." 8 Pero el rey replicó: "Bien veo que lo que queréis vosotros es ganar tiempo, sabiendo que mi decisión está tomada. 9 Si no me dais a conocer el sueño, una misma será vuestra sentencia. Habéis aco rdado entre vosotros decirme palabras mentirosas y falsas, mientras cambian los tiempos. Por tanto, indicadme el sueño y sabré que podéis darme su interpretación." 10 Los caldeos respondieron ante el rey: "No hay nadie en el mundo capaz de descubrir lo que quiere el rey; y por eso mismo ningún rey, por grande y poderoso que sea, pregunta jamás cosa semejante a ningún mago, adivino o caldeo. 11 Lo que el rey pide es difícil, y nadie se lo puede descubrir al rey, excep to los dioses; pero ellos no viven entre los seres de carne." 12 Entonces el rey se enfureció terriblemente y mandó matar a todos los sabios de Babilonia. 13 Promulgado el decreto de matar a los sabios, se buscó también a Daniel y a s us compañeros para matarlos. 14 Pero Daniel se dirigió con palabras sabias y prudentes a Aryok, jefe de la guardia real, que se disponía a matar a los sabios de Babilonia. 15 Tomó la palabra y dijo a Aryok, oficial del rey: "Por qué ha dado el rey un decreto tan tajante?" Aryok explicó la cosa a Daniel, 16 y Daniel se fue a pedir al rey que se le concediese un plazo para declar ar al rey la interpretación. 17 Daniel regresó a su casa e informó del caso a sus compañeros Ananías, Misael y A zarías, 18 invitándoles a implorar la misericordia del Di-s del Cielo, acerca de este misterio, a fin de que no se diese muerte a Daniel y a sus compañeros con el rest

o de los sabios de Babilonia. 19 Entonces el misterio fue revelado a Daniel en una visión nocturna. Y Danie l bendijo al Di-s del Cielo. 20 Tomó Daniel la palabra y dijo: "Bendito sea el Nombre de Di-s por los sigl os de los siglos, pues suyos son el saber y la fuerza. 21 El hace alternar estaciones y tiempos, depone a los reyes, establece a l os reyes, da a los sabios sabiduría, y ciencia a los que saben discernir. 22 El revela honduras y secretos, conoce lo que ocultan las tinieblas, y la luz mora junto a él. 23 A ti, Di-s de mis padres, doy yo gracias y alabo, porque me has concedid o sabiduría y fuerza; y ahora me has dado a conocer lo que te habíamos pedido, la co sa del rey nos has dado a conocer." 24 Después Daniel se fue donde Aryok, a quien el rey había encomendado la matan za de los sabios de Babilonia. Entró y le dijo: "No mates a los sabios de Babiloni a. Llévame a la presencia del rey y yo declararé al rey la interpretación." 25 Aryok se apresuró a introducir a Daniel ante el rey y le dijo: "He encontr ado entre los deportados de Judá un hombre que puede dar a conocer al rey la inter pretación." 26 Tomó el rey la palabra y dijo a Daniel (por sobrenombre Beltsassar): "¿Eres tú capaz de darme a conocer el sueño que he tenido y su interpretación?" 27 Daniel tomó la palabra en presencia del rey y dijo: "El misterio que el re y quiere saber, no hay sabios, adivinos, magos ni astrólogos que lo puedan revelar al rey; 28 pero hay un Di-s en el cielo, que revela los misterios y que ha dado a c onocer al rey Nabucodonosor lo que sucederá al fin de los días. Tu sueño y las visione s de tu cabeza cuando estabas en tu lecho eran éstos: 29 "Oh rey, los pensamientos que agitaban tu mente en el lecho se referían a lo que ha de suceder en el futuro, y el que revela los misterios te ha dado a co nocer lo que sucederá. 30 A mí, sin que yo posea más sabiduría que cualquier otro ser viviente, se me ha revelado este misterio con el solo fin de dar a conocer al rey su interpretación y de que tú conozcas los pensamientos de tu corazón. 31 "Tú, oh rey, has tenido esta visión: una estatua, una enorme estatua, de ext raordinario brillo, de aspecto terrible, se levantaba ante ti. 32 La cabeza de esta estatua era de oro puro, su pecho y sus brazos de plat a, su vientre y sus lomos de bronce, 33 sus piernas de hierro, sus pies parte de hierro y parte de arcilla. 34 Tú estabas mirando, cuando de pronto una piedra se desprendió, sin intervenc ión de mano alguna, vino a dar a la estatua en sus pies de hierro y arcilla, y los pulverizó. 35 Entonces quedó pulverizado todo a la vez: hierro, arcilla, bronce, plata y oro; quedaron como el tamo de la era en verano, y el viento se lo llevó sin dejar rastro. Y la piedra que había golpeado la estatua se convirtió en un gran monte que llenó toda la tierra. 36 Tal fue el sueño: ahora diremos ante el rey su interpretación. 37 Tú, oh rey, rey de reyes, a quien el Di-s del cielo ha dado reino, fuerza, poder y gloria 38 - los hijos de los hombres, las bestias del campo, los pájaros del cielo, dondequiera que habiten, los ha dejado en tus manos y te ha hecho soberano de el los -, tú eres la cabeza de oro. 39 Después de ti surgirá otro reino, inferior a ti, y luego un tercer reino, de bronce, que dominará la tierra entera. 40 Y habrá un cuarto reino, duro como el hierro, como el hierro que todo lo p ulveriza y machaca: como el hierro qué aplasta, así él pulverizará y aplastará a todos los otros. 41 Y lo que has visto, los pies y los dedos, parte de arcilla de alfarero y parte de hierro, es un reino que estará dividido; tendrá la solidez del hierro, según has visto el hierro mezclado con la masa de arcilla. 42 Los dedos de los pies, parte de hierro y parte de arcilla, es que el rei no será en parte fuerte y en parte frágil.

43 Y lo que has visto: el hierro mezclado con la masa de arcilla, es que se mezclarán ellos entre sí por simiente humana, pero no se aglutinarán el uno al otro, de la misma manera que el hierro no se mezcla con la arcilla. 44 En tiempo de estos reyes, el Di-s del cielo hará surgir un reino que jamás s erá destruido, y este reino no pasará a otro pueblo. Pulverizará y aniquilará a todos es tos reinos, y él subsistirá eternamente: 45 tal como has visto desprenderse del monte, sin intervención de mano humana , la piedra que redujo a polvo el hierro, el bronce, la arcilla, la plata y el o ro. El Di-s grande ha dado a conocer al rey lo que ha de suceder. Tal es verdade ramente el sueño, y su interpretación digna de confianza." 46 Entonces el rey Nabucodonosor cayó rostro en tierra, se postró ante Daniel, y ordenó que se le ofreciera oblación y calmante aroma. 47 El rey tomó la palabra y dijo a Daniel: "Verdaderamente vuestro Di-s es el Di-s de los dioses y el señor de los reyes, el revelador de los misterios, ya qu e tú has podido revelar este misterio." 48 Y el rey confirió a Daniel un alto rango y le dio muchos y magníficos regalo s. Le hizo gobernador de toda la provincia de Babilonia y jefe supremo de todos los sabios de Babilonia. 49 Daniel pidió al rey que encargara de la administración de la provincia de Ba bilonia a Sadrak, Mesak y Abed Negó, quedando Daniel en la corte del rey. Daniel 3 1 El rey Nabucodonosor hizo una estatua de oro, de sesenta codos de alta p or seis de ancha, y la erigió en el llano de Dura, en la provincia de Babilonia. 2 El rey Nabucodonosor mandó a los sátrapas, prefectos, gobernadores, consejer os, tesoreros, juristas y jueces y a todas las autoridades provinciales, que se reunieran y asistieran a la dedicación de la estatua erigida por el rey Nabucodono sor. 3 Se reunieron, pues, los sátrapas, prefectos, gobernadores, consejeros, tes oreros, juristas y jueces y todas las autoridades provinciales para la dedicación de la estatua erigida por el rey Nabucodonosor; todos estaban en pie ante la es tatua erigida por el rey Nabucodonosor. 4 El heraldo pregonó con fuerza: "A vosotros, pueblos, naciones y lenguas, s e os hace saber: 5 En el momento en que oigáis el cuerno, el pífano, la cítara, la sambuca, el sa lterio, la zampoña y toda clase de música, os postraréis y adoraréis la estatua de oro q ue ha erigido el rey Nabucodonosor. 6 Aquél que no se postre y la adore, será inmediatamente arrojado en el horno de fuego ardiente." 7 Con tal motivo, en cuanto se oyó sonar el cuerno, el pífano, la cítara, la sam buca, el salterio, la zampoña y toda clase de música, todos los pueblos, naciones y lenguas se postraron y adoraron la estatua de oro que había erigido el rey Nabucod onosor. 8 Sin embargo, algunos caldeos se presentaron a denunciar a los judíos. 9 Tomaron la palabra y dijeron al rey Nabucodonosor: "¡Viva el rey eternamen te! 10 Tú, oh rey, has ordenado que todo hombre, en cuanto oiga sonar el cuerno, el pífano, la cítara, la sambuca, el salterio, la zampoña y toda clase de música, se po stre y adore la estatua de oro, 11 y que aquél que no se postre para adorarla sea arrojado en el horno de fue go ardiente. 12 Pues hay algunos judíos a quienes has encargado de la administración de la p rovincia de Babilonia: Sadrak, Mesak y Abed Negó, que no te hacen caso, oh rey; no sirven a tu dios ni adoran la estatua de oro que has erigido." 13 Ebrio de cólera, Nabucodonosor mandó llamar a Sadrak, Mesak y Abed Negó, que f ueron introducidos ante el rey. 14 Nabucodonosor tomó la palabra y dijo: "¿Es verdad, Sadrak, Mesak y Abed Negó, que no servís a mis dioses ni adoráis la estatua de oro que yo he erigido? 15 ¿Estáis dispuestos ahora, cuando oigáis sonar el cuerno, el pífano, la cítara, la sambuca, el salterio, la zampoña y toda clase de música, a postraros y adorar la est

atua que yo he hecho? Si no la adoráis, seréis inmediatamente arrojados en el horno de fuego ardiente; y ¿qué dios os podrá librar de mis manos?" 16 Sadrak, Mesak y Abed Negó tomaron la palabra y dijeron al rey Nabucodonoso r: "No necesitamos darte una respuesta sobre este particular. 17 Si nuestro Di-s, a quien servimos, es capaz de librarnos, nos librará del horno de fuego ardiente y de tu mano, oh rey; 18 y si no lo hace, has de saber, oh rey, que nosotros no serviremos a tus dioses ni adoraremos la estatua de oro que has erigido." 19 Entonces el rey Nabucodonosor, lleno de cólera y demudada la expresión de su rostro contra Sadrak, Mesak y Abed Negó, dio orden de que se encendiese el horno siete veces más de lo corriente, 20 y mandó a los hombres más fuertes de su ejército que ataran a Sadrak, Mesak y Abed Negó y los arrojaran al horno de fuego ardiente. 21 Fueron, pues, atados estos hombres, con sus zaragüelles, túnicas, gorros y v estidos, y arrojados al horno de fuego ardiente. 22 Como la orden del rey era perentoria y el horno estaba excesivamente enc endido, la llamarada mató a los hombres que habían llevado allá a Sadrak, Mesak y Abed Negó. 23 Y los tres hombres, Sadrak, Mesak y Abed Negó, cayeron, atados, en medio d el horno de fuego ardiente. 24 Entonces el rey Nabucodonosor, estupefacto, se levantó a toda prisa y preg untó a sus consejeros: "¿No hemos echado nosotros al fuego a estos tres hombres atad os?" Respondieron ellos: "Indudablemente, oh rey." 25 Dijo el rey: "Pero yo estoy viendo cuatro hombres que se pasean libremen te por el fuego sin sufrir daño alguno, y el cuarto tiene el aspecto de un hijo de los dioses." 26 Y Nabucodonosor se acercó a la boca del horno de fuego ardiente y dijo: "S adrak, Mesak y Abed Negó, servidores del Di-s Altísimo, salid y venid aquí." Entonces Sadrak, Mesak y Abed Negó salieron de en medio del fuego. 27 Los sátrapas, prefectos, gobernadores y consejeros del rey se reunieron pa ra ver a estos hombres: el fuego no había tenido ningún poder sobre su cuerpo, los cabellos de su cabeza no estaban chamuscados, sus mantos no se habían alterado, y ni el olor del fuego se les había pegado. 28 Nabucodonosor exclamó: "Bendito sea el Di-s de Sadrak, Mesak y Abed Negó, qu e ha enviado a su ángel a librar a sus siervos que, confiando en él, quebrantaron la orden del rey y entregaron su cuerpo antes que servir y adorar a ningún otro fuer a de su Di-s. 29 Y yo promulgo este edicto: Pueblos, naciones y lenguas, todo aquel que h able ligeramente del Di-s de Sadrak, Mesak y Abed Negó, será cortado en pedazos y su casa será reducida a escombros, porque no hay otro dios que pueda salvar de este modo." 30 Y el rey hizo prosperar a Sadrak, Mesak y Abed Negó en la provincia de Bab ilonia. 31 Nabucodonosor, Rey, a todos los pueblos, naciones y lenguas de toda la t ierra: ¡Sea grande vuestra paz! 32 Me ha parecido bien daros a conocer las señales y milagros que ha hecho el Di-s Altísimo. 33 ¡Que grandes sus prodigios, qué poderosos sus milagros! ¡Reino eterno es su re ino, su imperio de generación en generación! Daniel 4 1 Yo, Nabucodonosor, estaba tranquilo en mi casa, y satisfecho en mi palac io. 2 Y tuve un sueño que me aterrorizó. Las obsesiones que tuve en mi lecho y las visiones de mi cabeza me aterraron. 3 Entonces di orden de traer a mi presencia a todos los sabios de Babiloni a para que me dieran a conocer la interpretación del sueño. 4 Vinieron los magos, adivinos, caldeos y astrólogos y, en su presencia, con té el sueño, pero su interpretación no me la dieron. 5 Después se presentó ante mí Daniel, por sobrenombre Beltsassar, según el nombre

de mi dios, en quien reside el espíritu de los dioses santos. Yo le conté el sueño: 6 "Beltsassar, jefe de los magos, ya sé que tú posees el espíritu de los dioses santos y que ningún misterio ofrece para ti dificultad: mira el sueño que he tenido ; dime su interpretación. 7 "En mi lecho, contemplaba las visiones de mi cabeza: "Un árbol había en el c entro de la tierra, de altura muy grande. 8 El árbol creció, se hizo corpulento, su altura llegaba hasta el cielo, su ex pansión, hasta los confines de la tierra. 9 Era hermoso su ramaje, abundante su fruto; había en él comida para todos, a su sombra se cobijaban las bestias del campo, en sus ramas anidaban los pájaros de l cielo, y toda carne se alimentaba de él. 10 Yo contemplaba, en mi lecho, las visiones de mi cabeza.En esto, un Vigil ante, un santo, bajaba del cielo. 11 Con recia voz gritaba así: "Abatid el árbol, cortad sus ramas, arrancad sus hojas, tirad sus frutos; váyanse las bestias de debajo de él, y los pájaros de sus ram as. 12 Pero dejad en tierra tocón y raíces con ataduras de hierro y bronce, entre l a hierba del campo.Sea bañado del rocío del cielo y comparta con las bestias la hier ba de la tierra. 13 Deje de ser su corazón de hombre, désele un corazón de bestia y pasen por él sie te tiempos. 14 Es la sentencia dictada por los Vigilantes, la cuestión decidida por los S antos, para que sepa todo ser viviente que el Altísimo domina sobre el reino de lo s hombres: se lo da a quien le place y exalta al más humilde de los hombres."" 15 "Tal es el sueño que he tenido yo, el rey Nabucodonosor. Tú, Beltsassar, dim e su interpretación, ya que ninguno de los sabios de mi reino ha podido darme a co nocer su interpretación; pero tú puedes, porque en ti reside el espíritu de los dioses santos." 16 Entonces Daniel, por sobrenombre Beltsassar, quedó un instante aturdido y turbado en sus pensamientos. El rey tomó la palabra y dijo: "Beltsassar, no te tur be este sueño y su interpretación." Respondió Beltsassar: "¡ Oh mi señor, sea este sueño par a tus enemigos y su interpretación para tus adversarios! 17 Ese árbol que has visto, que se hizo grande y corpulento, cuya altura lleg aba hasta el cielo y que era visible en toda la tierra, 18 que tenía hermoso ramaje y abundante fruto, en el que había alimento para to dos, bajo el cual se cobijaban las bestias del campo y en cuyas ramas anidaban l os pájaros del cielo, 19 eres tú, oh rey, que te has hecho grande y poderoso, cuya grandeza ha crec ido y ha llegado hasta el cielo, y cuyo dominio se extiende hasta los confines de la tierra. 20 "En cuanto a lo que ha visto el rey: un Vigilante, un santo que bajaba d el cielo y decía: "Abatid el árbol, destruidlo, pero el tocón y sus raíces dejadlos en t ierra, con ataduras de hierro y bronce, entre la hierba del campo, y sea bañado d el rocío del cielo y comparta la suerte con las bestias del campo hasta que hayan pasado por él siete tiempos", 21 ésta es su interpretación, oh rey, y el decreto del Altísimo que ha tocado a m i señor el rey: 22 "Serás arrojado de entre los hombres y con las bestias del campo morarás; hi erba, como los bueyes, tendrás por comida, y serás bañado del rocío del cielo; siete tie mpos pasarán por ti, hasta que reconozcas que el Altísimo domina sobre el imperio de los hombres y que se lo da a quien le place. 23 "Y la orden de dejar el tocón y las raíces del árbol, significa que tu reino s e te conservará hasta que hayas reconocido que todo poder viene del Cielo. 24 Por eso, oh rey, acepta mi consejo: rompe tus pecados con obras de justi cia y tus iniquidades con misericordia para con los pobres, para que tu ventura sea larga." 25 Todo esto le sobrevino al rey Nabucodonosor. 26 Doce meses después, paseándose por la terraza del palacio real de Babilonia, 27 iba diciendo el rey: "¿No es ésta la gran Babilonia que yo he edificado como mi residencia real, con el poder de mi fuerza y para la gloria de mi majestad?"

28 Aún estaban estas palabras en la boca del rey, cuando una voz cayó del cielo : "¡A ti se te habla, rey Nabucodonosor!La realeza se te ha ido. 29 De entre los hombres serás arrojado, con las bestias del campo morarás; hier ba como los bueyes tendrás por comida, y siete tiempos pasarán por ti, hasta que rec onozcas que el Altísimo domina sobre el reino de los hombres, y se lo da a quien l e place." 30 Y al punto se cumplió la palabra en Nabucodonosor: fue arrojado de entre l os hombres, se alimentó de hierba como los bueyes, su cuerpo fue bañado del rocío del cielo, hasta crecerle sus cabellos como plumas de águila y sus uñas como las de las aves. 31 "Al cabo del tiempo fijado, yo, Nabucodonosor, levanté los ojos al cielo, y la razón volvió a mí; entonces bendije al Altísimo, alabando y exaltando al que vive e ternamente, cuyo imperio es un imperio eterno, y cuyo reino dura por todas las g eneraciones. 32 Los habitantes todos de la tierra ante él, como si no contaran, hace lo qu e quiere con el ejército del cielo y con los habitantes de la tierra.Nadie puede d etener su mano o decirle: "¿Qué haces?" 33 "En aquel momento, la razón volvió a mí, y para gloria de mi realeza volvieron también a mí majestad y esplendor; mis consejeros y mis grandes me reclamaron, se m e restableció en mi reino, y se me dio una grandeza todavía mayor. 34 Ahora, pues, yo, Nabucodonosor, alabo, exalto y glorifico al Rey del Cie lo, porque sus obras todas son verdad, justicia todos sus caminos; él sabe humilla r a los que caminan con orgullo." Daniel 5 1 El rey Baltasar dio un gran festín en honor de sus mil dignatarios, y, en presencia de estos mil, bebió vino. 2 Bajo el efecto del vino, Baltasar mandó traer los vasos de oro y plata que su padre Nabucodonosor se había llevado del Templo de Yerushalaim, para que bebie ran en ellos el rey, sus dignatarios, sus mujeres y sus concubinas. 3 Se trajeron, pues, los vasos de oro y plata tomados de la Casa de Di-s e n Yerushalaim, y en ellos bebieron el rey, sus dignatarios, sus mujeres y sus co ncubinas. 4 Bebieron vino y alabaron a sus dioses de oro y plata, de bronce y hierro , de madera y piedra. 5 De pronto aparecieron los dedos de una mano humana que se pusieron a esc ribir, detrás del candelabro, en la cal de la pared del palacio real, y el rey vio la palma de la mano que escribía. 6 Entonces el rey cambió de color, sus pensamientos le turbaron, las articul aciones de sus caderas se le relajaron y sus rodillas se pusieron a castañetear. 7 Y el rey mandó a buscar a gritos a los adivinos, caldeos y astrólogos. Tomó el rey la palabra y dijo a los sabios de Babilonia: "El que lea este escrito y me dé a conocer su interpretación, será vestido de púrpura, se le pondrá al cuello un collar de oro, y mandará como tercero en el reino." 8 Vinieron, pues, todos los sabios del rey; pero no pudieron leer el escri to ni declarar al rey su interpretación. 9 El rey Baltasar se turbó mucho y su semblante cambió de color; también sus dig natarios quedaron desconcertados. 10 En la sala del festín entró la reina, enterada por las palabras del rey y de sus dignatarios. Y dijo la reina: "¡Viva el rey eternamente! No te turben tus pe nsamientos ni tu semblante cambie de color. 11 Hay en tu reino un hombre en quien reside el espíritu de los dioses santos . Ya en tiempo de tu padre se halló en él luz, inteligencia y sabiduría semejante a la sabiduría de los dioses, y tu padre, el rey Nabucodonosor, le nombró jefe de los ma gos, adivinos, caldeos y astrólogos. 12 Por tanto, ya que en este Daniel, a quien el rey puso por sobrenombre Be ltsassar, se encontró un espíritu extraordinario, ciencia, inteligencia y arte de in terpretar sueños, de descifrar enigmas y de resolver dificultades, sea llamado Dan iel y él dará a conocer la interpretación." 13 En seguida fue introducido Daniel a la presencia del rey, y el rey dijo

a Daniel: "¿Eres tú Daniel, uno de los judíos deportados, que mi padre el rey trajo de Judá? 14 He oído decir que en ti reside el espíritu de los dioses y que hay en ti luz , inteligencia y sabiduría extraordinarias. 15 Han sido introducidos ahora en mi presencia los sabios y adivinos para q ue leyeran este escrito y me declararan su interpretación, pero han sido incapace s de descubrir su sentido. 16 He oído decir que tú puedes dar interpretaciones y resolver dificultades. Si , pues, logras leer este escrito y declararme su interpretación, serás vestido de púr pura, llevarás al cuello un collar de oro, y mandarás como tercero en el reino." 17 Daniel tomó la palabra y dijo delante del rey: "Quédate con tus regalos y da tus obsequios a otro, que yo leeré igualmente al rey este escrito y le daré a cono cer su interpretación. 18 Oh rey, el Di-s Altísimo dio a tu padre Nabucodonosor reino, grandeza, glo ria y majestad. 19 Y por esta grandeza que le dio, todos los pueblos, naciones y lenguas te mblaban de miedo en su presencia: mataba él a quien quería, dejaba vivir a quien que ría, exaltaba a quien quería y a quien quería humillaba. 20 Pero habiéndose engreído su corazón y obstinado su espíritu hasta la arrogancia, fue depuesto de su trono real, y se le quitó su gloria. 21 Fue expulsado de entre los hombres y su corazón se hizo semejante al de la s bestias; estuvo conviviendo con los onagros; se alimentó de hierba como los buey es, y su cuerpo fue bañado del rocío del cielo, hasta que reconoció que el Di-s Altísimo domina sobre el reino de los hombres y pone en él a quien le place. 22 Pero tú, Baltasar, hijo suyo, no has humillado tu corazón, a pesar de que sa bías todo esto; 23 te has engreído contra el Señor del Cielo, se han traído a tu presencia los va sos de su Casa, y tú, tus dignatarios, tus mujeres y tus concubinas, habéis bebido v ino en ellos. Habéis celebrado a los dioses de plata y oro, de bronce y hierro, de madera y piedra, que no ven ni oyen ni entienden, pero no has glorificado al Di -s que tiene en sus manos tu propio aliento y de quien dependen todos tus camino s. 24 Por eso ha enviado él esa mano que trazó este escrito. 25 La escritura trazada es: = Mené, Mené, Teqel y Parsín. = 26 Y ésta es la interpretación de las palabras: = Mené: = Di-s ha = medido = tu r eino y le ha puesto fin; 27 = Tequel: = has sido = pesado = en la balanza y encontrado falto de peso ; 28 = Parsín: = tu reino ha sido = dividido = y entregado a los medos y los pe rsas." 29 Entonces Baltasar mandó revestir de púrpura a Daniel, ponerle un collar de o ro al cuello y proclamar que mandaba como tercero en el reino. 30 Aquella noche fue asesinado Baltasar, el rey de los caldeos. Daniel 6 1 Y recibió el reino Darío el Medo, que contaba sesenta y dos años. 2 Plugo a Darío establecer en su reino ciento veinte sátrapas que estuvieran p or todo el reino, 3 bajo el mando de tres ministros - Daniel era uno de ellos -, a los que l os sátrapas deberían rendir cuentas, con el fin de impedir que el rey recibiera daño a lguno. 4 Este mismo Daniel se distinguía entre los ministros y los sátrapas, porque h abía en él un espíritu extraordinario, y el rey se proponía ponerle al frente del reino entero. 5 Por ello los ministros y los sátrapas se pusieron a buscar un motivo de ac usación contra Daniel en algún asunto de Estado; pero no pudieron encontrar ningún mot ivo de acusación ni falta alguna, porque él era fiel y no se le podía reprochar de neg ligencia ni falta. 6 Entonces se dijeron aquellos hombres: "No encontraremos ningún motivo de a cusación contra este Daniel si no es en materia de la ley de su Di-s."

7 Los ministros y sátrapas acudieron, pues, atropelladamente ante el rey y l e hablaron así: "¡Viva eternamente el rey Darío! 8 Todos los ministros del reino, prefectos, sátrapas, consejeros y gobernado res, aconsejan unánimemente que se promulgue un edicto real para poner en vigor la prohibición siguiente: Todo aquel que en el término de treinta días dirija una oración a quienquiera que sea, dios u hombre, fuera de ti, oh rey, será arrojado al foso d e los leones. 9 Ahora pues, oh rey, da fuerza de ley a esta prohibición firmando el edicto , de suerte que no se cambie nada, con arreglo a la ley de los medos y persas, que es irrevocable." 10 Ante esto, el rey Darío firmó el edicto de prohibición. 11 Al saber que había sido firmado el edicto, Daniel entró en su casa. Las vent anas de su cuarto superior estaban orientadas hacia Yerushalaim y tres veces al día se ponía él de rodillas, para orar y dar gracias a su Di-s; así lo había hecho siempr e. 12 Aquellos hombres vinieron atropelladamente y sorprendieron a Daniel invo cando y suplicando a su Di-s. 13 Entonces se presentaron al rey y le dijeron acerca de la prohibición real: "¿No has firmado tú una prohibición según la cual todo el que dirigiera, en el término d e treinta días, una oración a quienquiera que fuese, dios u hombre, fuera de ti, oh rey, sería arrojado al foso de los leones?" Respondió el rey: "La cosa está decidida, según la ley de los medos y los persas, que es irrevocable." 14 Entonces ellos dijeron en presencia del rey: "Daniel, ese deportado de J udá, no hace caso de ti, oh rey, ni de la prohibición que tú has firmado: tres veces al día hace su oración." 15 Al oír estas palabras, el rey se afligió mucho y se propuso salvar a Daniel; hasta la puesta del sol estuvo buscando el modo de librarle. 16 Pero aquellos hombres volvieron atropelladamente ante el rey y le dijero n: "Ya sabes, oh rey, que según la ley de los medos y los persas ninguna prohibic ión o edicto dado por el rey puede ser modificado." 17 Entonces el rey dio orden de traer a Daniel y de arrojarle al foso de lo s leones. El rey dijo a Daniel: "Tu Di-s, a quien sirves con perseverancia, te l ibrará." 18 Se trajo una piedra que fue colocada a la entrada del foso, y el rey la selló con su anillo y con el anillo de sus dignatarios, para que no se pudiese cam biar la suerte de Daniel. 19 Después el rey volvió a su palacio y pasó la noche en ayuno; no dejó que le traj eran concubinas y el sueño huyó de él. 20 Al amanecer, al rayar el alba, el rey se levantó y se dirigió a toda prisa a l foso de los leones. 21 Acercándose al foso, gritó a Daniel con voz angustiada: "Daniel, servidor de l Di-s vivo, tu Di-s, a quien sirves con perseverancia, ¿ha podido librarte de lo s leones?" 22 Entonces Daniel habló con el rey: "¡Viva el rey eternamente! 23 Mi Di-s ha enviado a su ángel, que ha cerrado la boca de los leones y no m e han hecho ningún mal, porque he sido hallado inocente ante él. Y tampoco ante ti, oh rey, he cometido falta alguna." 24 El rey entonces se alegró mucho y mandó sacar a Daniel del foso. Sacaron a D aniel del foso y no se le encontró herida alguna, porque había confiado en su Di-s. 25 Y el rey mandó traer a aquellos hombres que habían acusado a Daniel y echarl os al foso de los leones, a ellos, y a sus hijos y mujeres. Y no habían llegado aún al fondo del foso cuando ya los leones se habían lanzado sobre ellos y les habían tr iturado todos los huesos. 26 Entonces, el rey Darío escribió a todos los pueblos, naciones y lenguas que habitaban en toda la tierra: "¡Sea grande vuestra paz! 27 Por mí se decreta que en todos los dominios de mi reino se tema y se tiemb le ante el Di-s de Daniel, porque él es el Di-s vivo, que subsiste por siempre, su reino no será destruido y su imperio durará hasta el fin 28 el que salva y libera, obra señales y milagros en los cielos y en la tierr a; el que ha salvado a Daniel del poder de los leones."

29 Y este mismo Daniel floreció en el reinado de Darío y en el reinado de Ciro el Persa. Daniel 7 1 El año primero de Baltasar, rey de Babilonia, Daniel tuvo un sueño y visione s de su cabeza, mientras se hallaba en su lecho. En seguida puso el sueño por esc rito. Comienzo del relato: 2 Daniel tomó la palabra y dijo: Contemplaba yo en mi visión durante la noche lo siguiente: los cuatro vientos del cielo agitaron el mar grande, 3 y cuatro bestias enormes, diferentes todas entre sí, salieron del mar. 4 La primera era como un león con alas de águila. Mientras yo la miraba, le fu eron arrancadas las alas, fue levantada de la tierra, se incorporó sobre sus pata s como un hombre, y se le dio un corazón de hombre. 5 A continuación, otra segunda bestia, semejante a un oso, levantada de un c ostado, con tres costillas en las fauces, entre los dientes. Y se le decía: "Levánta te, devora mucha carne." 6 Después, yo seguía mirando y vi otra bestia como un leopardo con cuatro alas de ave en su dorso; la bestia tenía cuatro cabezas, y se le dio el dominio. 7 Después seguí mirando, en mis visiones nocturnas, y vi una cuarta bestia, te rrible, espantosa, extraordinariamente fuerte; tenía enormes dientes de hierro; c omía, trituraba, y lo sobrante lo pisoteaba con sus patas. Era diferente de las be stias anteriores y tenía diez cuernos. 8 Estaba yo observando los cuernos, cuando en esto despuntó entre ellos otro cuerno, pequeño, y tres de los primeros cuernos fueron arrancados delante de él. T enía este cuerno ojos como los de un hombre, y una boca que decía grandes cosas. 9 Mientras yo contemplaba:Se aderezaron unos tronos y un Anciano se sentó.Su vestidura, blanca como la nieve; los cabellos de su cabeza, puros como la lana. Su trono, llamas de fuego, con ruedas de fuego ardiente. 10 Un río de fuego corría y manaba delante de él.Miles de millares le servían, miríad as de miríadas estaban en pie delante de él.El tribunal se sentó, y se abrieron los li bros. 11 Miré entonces, atraído por el ruido de las grandes cosas que decía el cuerno, y estuve mirando hasta que la bestia fue muerta y su cuerpo destrozado y arroja do a la llama de fuego. 12 A las otras bestias se les quitó el dominio, si bien se les concedió una pro longación de vida durante un tiempo y hora determinados. 13 Yo seguía contemplando en las visiones de la noche:Y he aquí que en las nube s del cielo venía como un Hijo de hombre.Se dirigió hacia el Anciano y fue llevado a su presencia. 14 A él se le dio imperio, honor y reino, y todos los pueblos, naciones y len guas le sirvieron.Su imperio es un imperio eterno, que nunca pasará, y su reino no será destruido jamás. 15 Yo, Daniel, quedé muy impresionado en mi espíritu por estas cosas, y las vis iones de mi cabeza me dejaron turbado. 16 Me acerqué a uno de los que estaban allí de pie y le pedí que me dijera la ver dad acerca de todo esto. El me respondió y me indicó la interpretación de estas cosas: 17 "Estas cuatro grandes bestias son cuatro reyes que surgirán de la tierra. 18 Los que han de recibir el reino son los santos del Altísimo, que poseerán el reino eternamente, por los siglos de los siglos." 19 Después quise saber la verdad sobre la cuarta bestia, que era diferente de las otras, extraordinariamente terrible, con dientes de hierro y uñas de bronce, que comía, trituraba y pisoteaba con sus patas lo sobrante; 20 y acerca de los diez cuernos que había en su cabeza, y del otro cuerno que había despuntado, ante el cual cayeron los tres primeros; y de este cuerno que te nía ojos y una boca que decía grandes cosas, y cuyo aspecto era mayor que el de los otros. 21 Yo contemplaba cómo este cuerno hacía la guerra a los santos y los iba subyu gando, 22 hasta que vino el Anciano a hacer justicia a los santos del Altísimo, y ll egó el tiempo en que los santos poseyeron el reino.

23 El habló así: "La cuarta bestia será un cuarto reino que habrá en la tierra, dif erente de todos los reinos.Devorará toda la tierra, la aplastará y la pulverizará. 24 Y los diez cuernos: de este reino saldrán diez reyes, y otro saldrá después de ellos; será diferente de los primeros y derribará a tres reyes; 25 proferirá palabras contra el Altísimo y pondrá a prueba a los santos del Altísim o.Tratará de cambiar los tiempos y la ley, y los santos serán entregados en sus mano s por un tiempo y tiempos y medio tiempo. 26 Pero el tribunal se sentará, y el dominio le será quitado, para ser destruid o y aniquilado definitivamente. 27 Y el reino y el imperio y la grandeza de los reinos bajo los cielos todo s serán dados al pueblo de los santos del Altísimo.Reino eterno es su reino, y todos los imperios le servirán y le obedecerán." 28 Hasta aquí la relación.Yo, Daniel, quedé muy turbado en mis pensamientos, se m e demudó el color del rostro y guardé estas cosas en mi corazón. Daniel 8 1 El año tercero del reinado del rey Baltasar, yo, Daniel, tuve una visión des pués de la tenida anteriormente. 2 Miré durante la visión y me veía en Susa, la plaza fuerte que está en la provinc ia de Elam; en la visión miré, y me encontraba en la puerta del Ulay. 3 Levanté los ojos para ver, y vi un carnero que estaba delante de la puerta . Tenía dos cuernos; los dos cuernos eran altos, pero uno más que otro y el más alto h abía despuntado el último. 4 Vi que el carnero acometía contra el oeste, el norte y el sur. Ninguna bes tia podía resistirle, nada podía escapar a su poder. Hacía lo que le parecía y así se hizo grande. 5 Estaba yo cavilando, y he aquí que un macho cabrío vino de occidente, recorr iendo la tierra entera sin tocar el suelo; este macho cabrío tenía un cuerno "magnífic o" entre los ojos. 6 Vino donde el carnero de dos cuernos que yo había visto en pie delante de la puerta y corrió hacia él con todo el ardor de su fuerza. 7 Vi cómo alcanzaba al carnero, enfurecido contra él; embistió al carnero, y le rompió los dos cuernos, sin que el carnero tuviera fuerzas para resistirle; lo echó por tierra y lo pisoteó; no había nadie que librara al carnero de su mano. 8 El macho cabrío se hizo muy grande, pero cuando estaba en la plenitud de s u poder, el gran cuerno se rompió y en su lugar despuntaron cuatro "magníficos" en l a dirección de los cuatro vientos del cielo. 9 De uno de ellos salió un cuerno, pequeño, que creció mucho en dirección del sur, del oriente y de la Tierra del Esplendor. 10 Creció hasta el ejército del cielo, precipitó en tierra parte del ejército y de las estrellas, y las pisoteó con sus pies. 11 Llegó incluso hasta el Jefe del ejército, abolió el sacrificio perpetuo y sacu dió el cimiento de su santuario 12 y al ejército; en el lugar del sacrificio puso la iniquidad y tiró por tierr a la verdad; así obró y le acompañó el éxito. 13 Oí entonces a un santo que hablaba, y a otro santo que decía al que hablaba: "¿Hasta cuándo la visión: el sacrificio perpetuo, la iniquidad desoladora, el santuar io y el ejército pisoteados?" 14 Le respondió: "Hasta dos mil trescientas tardes y mañanas: después será reivindi cado el santuario." 15 Mientras yo, Daniel, contemplaba esta visión y trataba de comprenderla, vi de pronto delante de mí como una apariencia de hombre, 16 y oí una voz de hombre, sobre el Ulay, que gritaba: "Gabriel, explícale a éste la visión." 17 El se acercó al lugar donde yo estaba y, cuando llegó, me aterroricé y caí de br uces. Me dijo: "Hijo de hombre, entiende: la visión se refiere al tiempo del Fin." 18 Mientras él me hablaba, yo me desvanecí, rostro en tierra. El me tocó y me hiz o incorporarme donde estaba. 19 Luego dijo: "Mira, voy a manifestarte lo que ocurrirá al fin de la Ira, po rque el Fin está fijado.

20 El carnero que has visto, sus dos cuernos, son los reyes de los medos y los persas. 21 El macho cabrío velludo es el rey de Yaván; el cuerno grande entre sus ojos, es el primer rey. 22 El cuerno roto y los cuatro cuernos que despuntaron en su lugar, son cua tro reinos salidos de su nación, pero que no tendrán su fuerza. 23 "Y al término de su reino, cuando lleguen al colmo los pecados, surgirá un r ey, insolente y hábil en engaños. 24 Se hará poderosa su fuerza - mas no por su fuerza misma - tramará cosas inau ditas, prosperará en sus empresas, destruirá a poderosos y al pueblo de los santos. 25 Y, por su habilidad, triunfará el engaño entre sus manos.Se exaltará en su cor azón, y por sorpresa destruirá a muchos.Se alzará contra el Príncipe de los Príncipes, per o - sin que mano alguna intervenga - será quebrantado. 26 Es verdad la visión de las tardes y mañanas que se ha dicho, mas tú guarda en secreto la visión, pues habrá aún para muchos días." 27 Yo, Daniel, desfallecí y estuve enfermo unos cuantos días. Luego me levanté pa ra ocuparme de los asuntos del rey. Seguía perplejo por la visión, que no se podía com prender. Daniel 9 1 El año primero de Darío, hijo de Asuero, de la raza de los medos, que subió al trono del reino de Caldea, 2 el año primero de su reinado, yo, Daniel, me puse a investigar en las Escr ituras sobre el número de años que, según la palabra de Adonai dirigida al profeta Jer emías, debían pasar sobre las ruinas de Yerushalaim, a saber setenta años. 3 Volví mi rostro hacia el Señor Di-s para implorarle con oraciones y súplicas, en ayuno, sayal y ceniza. 4 Derramé mi oración a Adonai mi Di-s, y le hice esta confesión: "¡Ah, señor, Di-s g rande y temible, que guardas la Alianza y el amor a los que te aman y observan t us mandamientos. 5 Nosotros hemos pecado, hemos cometido iniquidad, hemos sido malos, no he mos rebelado y nos hemos apartado de tus mandamientos y de tus normas. 6 No hemos escuchado a tus siervos los profetas que en tu nombre hablaban a nuestros reyes, a nuestros príncipes, a nuestros padres, a todo el pueblo de la tierra. 7 A ti, Señor, la justicia, a nosotros la vergüenza en el rostro, como sucede en este día, a nosotros, a los hombres de Judá, a los habitantes de Yerushalaim y a Israel entero, próximos y lejanos, en todos los países donde tú los dispersaste a cau sa de las infidelidades que cometieron contra ti. 8 Adonai, a nosotros la vergüenza, a nuestros reyes, a nuestros príncipes, a n uestros padres, porque hemos pecado contra ti. 9 Al Señor Di-s nuestro, la piedad y el perdón, porque nos hemos rebelado cont ra él, 10 y no hemos escuchado la voz de Adonai nuestro Di-s para seguir sus leyes , que él nos había dado por sus siervos los profetas. 11 Todo Israel ha transgredido tu ley, ha desertado sin querer escuchar tu voz, y sobre nosotros han caído la maldición y la imprecación escritas en la ley de M oisés, siervo de Di-s, porque hemos pecado contra él. 12 El ha cumplido las palabras que había pronunciado contra nosotros y contra los príncipes que nos gobernaban: que haría venir sobre nosotros una calamidad tan grande como no habría jamás bajo el cielo otra mayor que la que alcanzara a Yerusha laim. 13 Según está escrito en la ley de Moisés, toda esta calamidad nos ha sobrevenido , pero nosotros no hemos aplacado el rostro de Adonai nuestro Di-s, convirtiéndon os de nuestras iniquidades y aprendiendo a conocer tu verdad. 14 Adonai ha estado atento a esta calamidad, la ha descargado sobre nosotro s. Porque es justo Adonai nuestro Di-s en todas las obras que ha hecho, pero no sotros no hemos escuchado su voz. 15 Y ahora, Señor Di-s nuestro, que con mano fuerte sacaste a tu pueblo del p aís de Egipto y te granjeaste con ello un nombre que dura hasta el presente, nosot

ros hemos pecado, hemos sido malos. 16 Señor, por todas tus justicias, retira tu cólera y tu furor de Yerushalaim, tu ciudad, monte santo tuyo; pues, a causa de nuestros pecados y de las iniquida des de nuestros padres, Yerushalaim y tu pueblo son el escarnio de todos los que nos circundan. 17 Y ahora, oh Di-s nuestro, escucha la oración de tu siervo y sus súplicas. Il umine tu rostro tu santuario desolado, ¡por ti mismo, Señor! 18 Inclina, Di-s mío, tu oído y escucha. Abre tus ojos y mira nuestras ruinas y la ciudad sobre la cual se invoca tu nombre. No, no nos apoyamos en nuestras ob ras justas para derramar ante ti nuestras súplicas, sino en tus grandes misericord ias. 19 ¡Señor, escucha! ¡Señor, perdona! ¡Señor, atiende y obra! ¡No tardes más, por ti mism Di-s mío, pues tu nombre se invoca sobre tu ciudad y sobre tu pueblo." 20 Todavía estaba yo hablando, haciendo mi oración, confesando mis pecados y lo s pecados de mi pueblo Israel, y derramando mi súplica ante Adonai mi Di-s, por e l santo monte de mi Di-s; 21 aún estaba hablando en oración, cuando Gabriel, el personaje que yo había vist o en visión al principio, vino volando donde mí a la hora de la oblación de la tarde. 22 Vino y me habló. Dijo: "Daniel, he salido ahora para ilustrar tu inteligen cia. 23 Desde el comienzo de tu súplica, una palabra se emitió y yo he venido a reve lártela, porque tú eres el hombre de las predilecciones. Comprende la palabra, entie nde la visión: 24 Setenta semanas están fijadas sobre tu pueblo y tu ciudad santa para poner fin a la rebeldía, para sellar los pecados, para expiar la culpa, para instaurar justicia eterna, para sellar visión y profecía, para ungir el santo de los santos. 25 "Entiende y comprende:Desde el instante en que salió la orden de volver a construir Yerushalaim, hasta un Príncipe Mesías, siete semanas y sesenta y dos seman as, plaza y foso serán reconstruidos, pero en la angustia de los tiempos. 26 Y después de las sesenta y dos semanas un mesías será suprimido, y no habrá para él...y destruirá la ciudad y el santuario el pueblo de un príncipe que vendrá.Su fin se rá en un cataclismo y, hasta el final, la guerra y los desastres decretados. 27 El concertará con muchos una firme alianza una semana; y en media semana h ará cesar el sacrificio y la oblación, y en el ala del Templo estará la abominación de l a desolación, hasta que la ruina decretada se derrame sobre el desolador." Daniel 10 1 El año tercero de Ciro, rey de Persia, una palabra fue revelada a Daniel, por sobrenombre Beltsassar. Palabra verdadera: gran lucha. El comprendió la palabr a; le fue dada en visión su inteligencia. 2 En aquel tiempo, yo, Daniel, hice penitencia durante tres semanas: 3 no comí alimento sabroso; ni carne ni vino entraron en mi boca, ni me ungí, hasta el término de estas tres semanas. 4 El día veinticuatro del primer mes, estando a orillas del río grande, el Tig ris, 5 levanté los ojos para ver. Vi esto: Un hombre vestido de lino, ceñidos los l omos de oro puro: 6 su cuerpo era como de crisólito, su rostro, como el aspecto del relámpago, s us ojos como antorchas de fuego, sus brazos y sus piernas como el fulgor del bro nce bruñido, y el son de sus palabras como el ruido de una multitud. 7 Sólo yo, Daniel, contemplé esta visión: los hombres que estaban conmigo no veían la visión, pero un gran temblor les invadió y huyeron a esconderse. 8 Quedé yo solo contemplando esta gran visión; estaba sin fuerzas; se demudó mi rostro, desfigurado, y quedé totalmente sin fuerzas. 9 Oí el son de sus palabras y, al oírlo, caí desvanecido, rostro en tierra. 10 En esto una mano me tocó, haciendo castañear mis rodillas y las palmas de mi s manos. 11 Y me dijo: "Daniel, hombre de las predilecciones, comprende las palabras que voy a decirte, e incorpórate, porque yo he sido enviado ahora donde ti." Al d ecirme estas palabras me incorporé temblando.

12 Luego me dijo: "No temas, Daniel, porque desde el primer día en que tú inten taste de corazón comprender y te humillaste delante de tu Di-s, fueron oídas tus pal abras, y precisamente debido a tus palabras he venido yo. 13 El Príncipe del reino de Persia me ha hecho resistencia durante veintiún días, pero Miguel, uno de los Primeros Príncipes, ha venido en mi ayuda. Le he dejado allí junto a los reyes de Persia 14 y he venido a manifestarte lo que le ocurrirá a tu pueblo al fin de los días . Porque hay todavía una visión para esos días." 15 Al decirme estas palabras, di con mi rostro en tierra y quedé en silencio; 16 y he aquí que una figura de hijo de hombre me tocó los labios. Abrí la boca pa ra hablar y dije a aquel que estaba delante de mí: "Señor mío, ante esta visión la angu stia me invade y ya no tengo fuerzas. 17 Y ¿cómo este siervo de mi Señor podría hablar con mi Señor, cuando ahora las fuerz as me faltan y ni aliento me queda?" 18 El que tenía aspecto de hombre me tocó de nuevo y me reanimó. 19 Me dijo: "No temas, hombre de las predilecciones; la paz sea contigo, co bra fuerza y ánimo." Y, mientras me hablaba, me sentí reanimado y dije: "Hable mi Seño r, porque me has confortado." 20 Me dijo entonces: "¿Sabes por qué he venido donde ti? Y ahora volveré a luchar con el Príncipe de Persia: cuando haya terminado, verás que viene el Príncipe de Yaván . 21 Pero voy a revelarte lo que está consignado en el Libro de la Verdad. Nadi e me presta ayuda para esto, excepto Miguel, vuestro Príncipe, Daniel 11 1 mi apoyo para darme ayuda y sostenerme. 2 Pero ahora voy a revelarte la verdad. "Mira: En Persia habrá todavía tres re yes; el cuarto tendrá más riquezas que todos ellos, y cuando por su riqueza se haya hecho poderoso provocará a todos los reinos de Yaván. 3 Surgirá entonces un rey valeroso que dominará en un gran imperio y actuará a p lacer. 4 En trance de engrandecerse, su reino será quebrantado y repartido a los cu atros vientos del cielo, pero no entre su descendencia ni con un dominio como e l que él había ejercido, porque su reino será extirpado y entregado a otros distintos de aquélla. 5 "El rey del Mediodía se hará fuerte; uno de sus príncipes se hará más fuerte que él y tendrá un imperio mayor que el suyo. 6 Algunos años después concertarán una alianza, y la hija del rey del Mediodía ven drá donde el rey del Norte para realizar el convenio. Pero no resistirá la fuerza d e su brazo, ni subsistirá su descendencia: será entregada, ella y las personas de su séquito, así como su hijo y el que era su apoyo. En aquel tiempo, 7 se alzará en su lugar un retoño de sus raíces, que vendrá contra el ejército, entr ará en la fortaleza del rey del Norte, y los tratará como vencedor. 8 Sus mismos dioses, sus estatuas y sus objetos preciosos de plata y oro s erán el botín que se llevará a Egipto, y durante algunos años se mantendrá a distancia del rey del Norte. 9 Este entrará en el reino del rey del Mediodía y luego regresará a su país. 10 Sus hijos se prepararán para la guerra y reunirán una gran multitud de tropa s, y él vendrá, irrumpirá como un río, pasará y se levantará de nuevo en guerra hasta su for taleza. 11 Entonces el rey del Mediodía, montando en cólera, saldrá a combatir contra el rey del Norte, que movilizará una gran multitud; pero esta multitud caerá en sus man os. 12 La multitud quedará aniquilada; su corazón se exaltará entonces, aplastará a miría das de hombres, pero no durará su fuerza. 13 El rey del Norte volverá a la carga después de movilizar una multitud más nume rosa que la primera, y al cabo de algunos años irrumpirá con un gran ejército y abund ante aparato. 14 Por entonces se levantarán muchos contra el rey del Mediodía y los violentos de entre los de tu pueblo se alzarán con ánimo de cumplir la visión, pero fracasarán.

15 Vendrá el rey del Norte, levantará trincheras y tomará una ciudad fortificada. Los brazos del rey del Mediodía no resistirán; ni siquiera lo mejor del pueblo tend rá fuerzas para resistir. 16 Aquel que avanza contra él le tratará a su capricho, sin que haya quien pued a resistirle: se establecerá en la Tierra del Esplendor, llevando en sus manos la destrucción. 17 Concebirá el proyecto de subyugar su reino entero; luego hará un pacto con él dándole una hija de las mujeres con el fin de destruirle, pero esto no se logrará ni resultará así. 18 Entonces se volverá hacia las islas y tomará un buen número de ellas; pero un magistrado pondrá fin a su ultraje sin que él pueda devolverle el ultraje. 19 "Luego se volverá hacia los baluartes de su país, pero tropezará, caerá y no se le encontrará más. 20 En su lugar surgirá otro, que enviará un exactor contra el esplendor real: e n pocos días será destruido, mas no en público ni en guerra. 21 "En su lugar se levantará un miserable, a quien no se le darán los honores r eales. Se insinuará astutamente y se apoderará del reino por intrigas. 22 Las fuerzas invasoras se hundirán ante él y serán destruidas, así como también el Príncipe de una alianza. 23 Por medio de sus cómplices obrará con engaño y, aunque con poca gente, se irá ha ciendo fuerte. 24 Invadirá a placer los lugares ricos de la provincia y hará lo que no habían he cho ni sus padres ni los padres de sus padres: distribuirá entre ellos botín, despoj os y riquezas, y tramará maquinaciones contra las fortalezas, aunque sólo por un tie mpo. 25 "Incitará su fuerza y su corazón contra el rey del Mediodía con un gran ejército . El rey del Mediodía saldrá a la guerra con un ejército muy grande y muy poderoso, pe ro no podrá resistir, pues se tramarán contra él maquinaciones. 26 Y los mismos que compartían sus manjares le destruirán; su ejército quedará hund ido y caerán muchos muertos. 27 "En cuanto a los dos reyes, su corazón lleno de maldad, incluso sentados a la misma mesa, sólo se dirán mentiras; pero no lograrán nada, porque el tiempo fijado está aún por venir. 28 El volverá a su país con grandes riquezas, su corazón contra la Alianza santa; actuará y luego regresará a su país. 29 Llegado el momento, volverá de nuevo hacia el Mediodía, pero esta vez no res ultará como la primera. 30 Vendrán contra él las naves de los Kittim, y se desanimará. Volverá atrás y se enc orajinará furiosamente contra la Alianza santa, y una vez más tendrá en consideración a los que abandonen la Alianza santa. 31 "De su parte surgirán fuerzas armadas, profanarán el santuario - ciudadela, abolirán el sacrificio perpetuo y pondrán allí la abominación de la desolación. 32 A los violadores de la Alianza los corromperá con halagos, pero el pueblo de los que conocen a su Di-s se mantendrá firme y actuará. 33 Los doctos del pueblo instruirán a la multitud; mas sucumbirán bajo la espad a y la llama, la cautividad y la expoliación, durante algún tiempo. 34 Cuando sucumban, recibirán poca ayuda; y muchos se unirán a ellos traidorame nte. 35 Entre los doctos sucumbirán algunos, para que entre ellos haya quienes sea n purgados, lavados y blanqueados, hasta el tiempo del Fin, porque el tiempo fij ado está aún por venir. 36 "El rey actuará a placer; se engreirá y se exaltará por encima de todos los di oses, y contra el Di-s de los dioses proferirá cosas inauditas; prosperará hasta qu e se haya colmado la Ira, - porque lo que está decidido se cumplirá. 37 No hará caso de los dioses de sus padres, no se cuidará del favorito de las mujeres ni de ningún otro dios; sólo a sí mismo se exaltará por encima de todos. 38 En su lugar venerará al dios de las fortalezas; venerará con oro y plata, pi edras preciosas y joyas, a un dios a quien sus padres no conocieron. 39 Pondrá como defensores de las fortalezas al pueblo de un dios extranjero; a los que le reconozcan, les colmará de honores dándoles dominio sobre muchos y repa

rtiéndoles la tierra como recompensa. 40 "Al tiempo del Fin, el rey del Mediodía se enfrentará a él; el rey del Norte i rrumpirá contra aquél con carros, jinetes y numerosas naves. Entrará en sus tierras, l as invadirá y atravesará. 41 Vendrá a la Tierra del Esplendor, donde caerán muchos, pero de sus manos esc aparán los siguientes: Edom, Moab y los restos de los ammonitas. 42 "Extenderá su mano sobre los países: ni el país de Egipto escapará. 43 Se apoderará de los tesoros de oro y plata y de todos los objetos precioso s de Egipto. Libios y kusitas le seguirán. 44 Pero noticias venidas del Oriente y del Norte le turbarán; saldrá entonces c on gran furor, con ánimo de destruir y exterminar a muchos. 45 Plantará sus tiendas reales entre el mar y el santo monte de la Tierra del Esplendor. Entonces llegará a su fin y nadie vendrá en su ayuda.

Daniel 12 1 "En aquel tiempo surgirá Miguel, el gran Príncipe que defiende a los hijos d e tu pueblo. Será aquél un tiempo de angustia como no habrá habido hasta entonces otr o desde que existen las naciones. En aquel tiempo se salvará tu pueblo: todos los que se encuentren inscritos en el Libro. 2 Muchos de los que duermen en el polvo de la tierra se despertarán, unos pa ra la vida eterna, otros para el oprobio, para el horror eterno. 3 Los doctos brillarán como el fulgor del firmamento, y los que enseñaron a la multitud la justicia, como las estrellas, por toda la eternidad. 4 "Y tú, Daniel, guarda en secreto estas palabras y sella el libro hasta el tiempo del Fin. Muchos andarán errantes acá y allá, y la iniquidad aumentará." 5 Yo, Daniel, miré y vi a otros dos que estaban de pie a una y otra parte de l río. 6 Uno de ellos dijo al hombre vestido de lino que estaba sobre las aguas d el río: "¿Cuándo será el cumplimiento de estas maravillas?" 7 Y oí al hombre vestido de lino, que estaba sobre las aguas del río, jurar, l evantando al cielo la mano derecha y la izquierda, por Aquel que vive eternament e: "Un tiempo, tiempos y medio tiempo, y todas estas cosas se cumplirán cuando ter mine el quebrantamiento de la fuerza del Pueblo santo." 8 Yo oí, pero no comprendí. Luego dije: "Señor mío, ¿cuál será la última de estas cosas 9 Dijo: "Anda, Daniel, porque estas palabras están cerradas y selladas hasta el tiempo del Fin. 10 Muchos serán lavados, blanqueados y purgados; los impíos seguirán haciendo el mal; ningún impío comprenderá nada; sólo los doctos comprenderán. 11 Contando desde el momento en que sea abolido el sacrificio perpetuo e in stalada la abominación de la desolación: mil doscientos noventa días. 12 Dichoso aquel que sepa esperar y alcance mil trescientos treinta y cinco días. 13 Y tú, vete a descansar; te levantarás para recibir tu suerte al Fin de los día s."

OSEAS Oseas 1 1 Palabra de Adonai que fue dirigida a Oseas, hijo de Beerí, en tiempo de Ozía s, Jotam, Ajaz y Ezequías, reyes de Judá, y en tiempo de Jeroboam, hijo de Joás, rey d e Israel. 2 Comienzo de lo que habla Adonai por Oseas. Dijo Adonai a Oseas: "Ve, tómat e una mujer dada a la prostitución e hijos de prostitución, porque la tierra se está p rostituyendo enteramente, apartándose de Adonai." 3 Fue él y tomó a Gómer, hija de Dibláyim, la cual concibió y le dio a luz un hijo. 4 Adonai le dijo: "Ponle el nombre de Yizreel, porque dentro de poco visit aré yo la casa de Jehú por la sangre derramada en Yizreel, y pondré fin al reinado de la casa de Israel. 5 Aquel día romperé el arco de Israel en el valle de Yizreel."

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Concibió ella de nuevo y dio a luz una hija. Y Adonai dijo a Oseas: "Ponle el nombre de "No-compadecida", porque yo no me compadeceré más de la casa de Israel , soportándoles todavía. 7 (Pero de la casa de Judá me compadeceré y los salvaré por Adonai su Di-s. No l os salvaré con arco ni espada ni guerra, ni con caballos ni jinetes.)" 8 Después de destetar a "No-compadecida", concibió otra vez y dio a luz un hij o. 9 Y dijo Adonai: "Ponle el nombre de "No-mi-pueblo", porque vosotros no so is mi pueblo ni yo soy para vosotros El-Que-Soy." Oseas 2 1 El número de los hijos de Israel será como la arena del mar, que no se mide ni se cuenta.Y en el lugar mismo donde se les decía "No-mi-pueblo", se les dirá: "Hi jos-de-Di-s-vivo." 2 Se juntarán los hijos de Judá y los hijos de Israel en uno, se pondrán un solo jefe, y desbordarán de la tierra, porque será grande el día de Yizreel. 3 Decid a vuestros hermanos: "Mi pueblo", y a vuestras hermanas: "Compadec ida". 4 ¡Pleitead con vuestra madre, pleitead, porque ella ya no es mi mujer, y yo no soy su marido! ¡Que quite de su rostro sus prostituciones y de entre sus pecho s sus adulterios; 5 no sea que yo la desnude toda entera, y la deje como el día en que nació, la ponga hecha un desierto, la reduzca a tierra árida, y la haga morir de sed! 6 Ni de sus hijos me compadeceré, porque son hijos de prostitución. 7 Pues su madre se ha prostituido, se ha deshonrado la que los concibió, cua ndo decía: "Me iré detrás de mis amantes, los que me dan mi pan y mi agua, mi lana y m i lino, mi aceite y mis bebidas." 8 Por eso, yo cercaré su camino con espinos, la cercaré con seto y no encontra rá más sus senderos; 9 perseguirá a sus amantes y no los alcanzará, los buscará y no los hallará.Entonc es dirá: "Voy a volver a mi primer marido, que entonces me iba mejor que ahora." 10 No había conocido ella que era yo quien le daba el trigo, el mosto y el ac eite virgen, ¡la plata yo se la multiplicaba, y el oro lo empleaban en Baal! 11 Por eso volveré a tomar mi trigo a su tiempo y mi mosto a su estación, retir aré mi lana y mi lino que habían de cubrir su desnudez. 12 Y ahora descubriré su vergüenza a los ojos de sus amantes, y nadie la librará de mi mano. 13 Haré cesar todo su regocijo, sus fiestas, sus novilunios, sus sábados, y tod as sus solemnidades. 14 Arrasaré su viñedo y su higuera, de los que decía: "Ellos son mi salario, que me han dado mis amantes"; en matorral los convertiré, y la bestia del campo los de vorará. 15 La visitaré por los días de los Baales, cuando les quemaba incienso, cuando se adornaba con su anillo y su collar y se iba detrás de sus amantes, olvidándose de mí, - oráculo de Adonai. 16 Por eso yo voy a seducirla; la llevaré al desierto y hablaré a su corazón. 17 Allí le daré sus viñas, el valle de Akor lo haré puerta de esperanza; y ella res ponderá allí como en los días de su juventud, como el día en que subía del país de Egipto. 18 Y sucederá aquel día - oráculo de Adonai - que ella me llamará: "Marido mío", y no me llamará más: "Baal mío." 19 Yo quitaré de su boca los nombres de los Baales, y no se mentarán más por su n ombre. 20 Haré en su favor un pacto el día aquel con la bestia del campo, con el ave d el cielo, con el reptil del suelo; arco, espada y guerra los quebraré lejos de est a tierra, y haré que ellos reposen en seguro. 21 Yo te desposaré conmigo para siempre; te desposaré conmigo en justicia y en derecho en amor y en compasión, 22 te desposaré conmigo en fidelidad, y tú conocerás a Adonai. 23 Y sucederá aquel día que yo responderé - oráculo de Adonai - responderé a los ciel os, y ellos responderán a la tierra;

24 la tierra responderá al trigo, al mosto y al aceite virgen, y ellos respon derán a Yizreel. 25 Yo la sembraré para mí en esta tierra, me compadeceré de "No-compadecida", y d iré a "No-mi-pueblo": Tú "Mi pueblo", y él dirá: "¡Mi Di-s!" Oseas 3 1 Adonai me dijo: "Ve otra vez, ama a una mujer que ama a otro y comete ad ulterio, como ama Adonai a los hijos de Israel, mientras ellos se vuelven a otr os dioses y gustan de las tortas de uva." 2 Yo me la compré por quince siclos de plata y carga y media de cebada. 3 Y le dije: "Durante muchos días te me quedarás quieta sin prostituirte ni se r de ningún hombre, y yo haré lo mismo contigo." 4 Porque durante muchos días se quedarán los hijos de Israel sin rey ni príncipe , sin sacrificios ni estela, sin efod ni terafim. 5 Después volverán los hijos de Israel; buscarán a Adonai su Di-s y a David, su rey, y acudirán con temor a Adonai y a sus bienes en los días venideros. Oseas 4 1 Escuchad la palabra de Adonai, hijos de Israel, que tiene pleito Adonai con los habitantes de esta tierra, pues no hay ya fidelidad ni amor, ni conocimi ento de Di-s en esta tierra; 2 sino perjurio y mentira, asesinato y robo, adulterio y violencia, sangre que sucede a sangre. 3 Por eso, la tierra está en duelo, y se marchita cuanto en ella habita, con las bestias del campo y las aves del cielo; y hasta los peces del mar desaparec en. 4 ¡Pero nadie pleitee ni reprenda nadie, pues sólo contigo, sacerdote, es mi p leito! 5 En pleno día tropezarás tú, también el profeta tropezará contigo en la noche, y yo haré perecer a tu madre. 6 Perece mi pueblo por falta de conocimiento.Ya que tú has rechazado el cono cimiento, yo te rechazaré de mi sacerdocio; ya que tú has olvidado la Ley de tu Di-s , también yo me olvidaré de tus hijos. 7 Todos, cuantos son, han pecado contra mí, han cambiado su Gloria por la Ig nominia. 8 9

Del pecado de mi pueblo comen y hacia su culpa llevan su avidez. Mas será del sacerdote lo que sea del pueblo: yo le visitaré por su conducta y sus obras le devolveré. 10 Comerán, pero no se saciarán, se prostituirán, pero no proliferarán, porque han abandonado a Adonai para dedicarse 11 a la prostitución.El vino y el mosto arrebatan el seso. 12 Mi pueblo consulta a su madero, y su palo le adoctrina, porque un espíritu de prostitución le extravía, y se prostituyen sacudiéndose de su Di-s. 13 En las cimas de los montes sacrifican, en las colinas queman incienso, b ajo la encina, el chopo o el terebinto, ¡porque es buena su sombra!Por eso, si se prostituyen vuestras hijas y vuestras nueras cometen adulterio, 14 no visitaré yo a vuestras hijas porque se prostituyan ni a vuestras nueras porque cometan adulterio, pues que ellos también se retiran con esas prostitutas y sacrifican con las consagradas a la prostitución; ¡y el pueblo, insensato, se pier de! 15 Si tú, Israel, te prostituyes, que no se haga culpable Judá. ¡No vayáis a Guilga l,No subáis a Bet-Aven, no juréis "por vida de Adonai"! 16 Ya que Israel se ha embravecido cual vaca brava, ¿los va a apacentar ahora Adonai como a un cordero en ancho prado? 17 Efraím se ha apegado a sus ídolos, ¡déjale! 18 En saliendo de beber se prostituyen más y más, prefieren a su Prez la Ignomi nia. 19 El viento los cerrará entre sus alas, y se avergonzarán de sus sacrificios.

Oseas 5 1 Escuchad esto, sacerdotes, estad atentos, casa de Israel, casa real, pre stad oído, porque el juicio es cosa vuestra; pero vosotros habéis sido un lazo en Mi spá, y una red tendida en el Tabor. 2 Han ahondado la fosa de Sittim, mas yo seré castigo para todos ellos. 3 Yo conozco a Efraím, e Israel no se me oculta.Sí, tú te has prostituido, Efraím, e Israel se ha contaminado, 4 No les permiten sus obras volver a su Di-s, pues un espíritu de prostitución hay dentro de ellos, y no conocen a Adonai. 5 El orgullo de Israel testifica contra él;Israel y Efraím tropiezan por sus c ulpas, y también Judá tropieza con ellos. 6 Con su ganado menor y mayor irán en busca de Adonai, pero no lo encontrarán: ¡se ha retirado de ellos! 7 Han sido infieles a Adonai, han engendrado hijos bastardos; pues ahora l os va a devorar el novilunio juntamente con sus campos. 8 Tocad el cuerno en Guibeá, la trompeta en Ramá, dad la alarma en Bet Aven, ¡de trás de ti, Benjamín! 9 Efraím será una desolación el día del castigo; en las tribus de Israel hago sabe r cosa segura. 10 Los príncipes de Judá son como los que desplazan los linderos,sobre ellos vo y a derramar como agua mi furor. 11 Está oprimido Efraím, quebrantado el juicio, porque se complace en ir tras l a Vanidad. 12 Pues yo he de ser como polilla para Efraím, como carcoma para la casa de J udá. 13 Efraím ha visto su dolencia y Judá su llaga.Efraím entonces ha sido a Asiria, y Judá ha mandado mensaje al gran rey; pero éste no podrá sanaros ni curar vuestra lla ga. 14 Porque yo soy como un león para Efraím, como un leoncillo para la casa de Ju dá.Yo, yo mismo desgarraré y me iré, arrebataré y no habrá quien salve. 15 Voy a volverme a mi lugar, hasta que hayan expiado y busquen mi rostro.E n su angustia me buscarán.

Oseas 6 1 "Venid, volvamos a Adonai, pues él ha desgarrado y él nos curará, él ha herido y él nos vendará. 2 Dentro de dos días nos dará la vida, al tercer día nos hará resurgir y en su pre sencia viviremos. 3 Conozcamos, corramos al conocimiento de Adonai: cierta como la aurora es su salida; vendrá a nosotros como la lluvia temprana, como la lluvia tardía que rie ga la tierra." 4 ¿Qué he de hacer contigo, Efraím? ¿Qué he de hacer contigo, Judá? ¡Vuestro amor es co o nube mañanera, como rocío matinal, que pasa! 5 Por eso les he hecho trizas por los profetas, los he matado por las pala bras de mi boca, y mi juicio surgirá como la luz. 6 Porque yo quiero amor, no sacrificio, conocimiento de Di-s, más que holoca ustos. 7 Pero ellos en Adam han violado la alianza, allí me han sido infieles. 8 Galaad es ciudad de malhechores, llena de huellas de sangre. 9 Como emboscada de bandidos es la pandilla de sacerdotes: asesinan por el camino de Siquem, y cometen infamia. 10 Cosa horrible he visto en Betel: allí se prostituye Efraím y se contamina Is rael. 11 También para ti, Judá, hay preparada una cosecha, cuando yo cambie la suerte de mi pueblo. Oseas 7 1 Cuando yo quiero sanar a Israel, se descubre la culpa de Efraím y las mald ades de Samaria; porque practican la mentira, y mientras el ladrón entra dentro se despliega la pandilla afuera.

2 Y no se dicen en su corazón que yo me acuerdo de toda su maldad.Ahora les envuelven sus obras, ante mi rostro están. 3 Con su maldad recrean al rey, con sus mentiras a los príncipes. 4 Todos ellos, adúlteros, son como un horno ardiente, que el panadero deja d e atizar desde que amasa la pasta hasta que fermenta. 5 En el día de nuestro rey los príncipes enferman por el ardor del vino, ¡y aquél tiende la mano a chocarreros! 6 Cuando acechan, su corazón es como un horno en sus intrigas: toda la noche duerme el panadero, y a la mañana él quema con fuego llameante. 7 Todos están calientes como un horno, y devoran a sus propios jueces.Todos sus reyes han caído, y ninguno entre ellos clama a mí. 8 Efraím se mezcla con los pueblos,Efraím es una torta a la que no se ha dado vuelta. 9 Extranjeros devoran su fuerza, ¡y él no lo sabe!Ya las canas blanquean en él, ¡y él no lo sabe! 10 El orgullo de Israel testifica contra él, pero no se vuelven a Adonai su D i-s, con todo esto, no le buscan. 11 Efraím es cual ingenua paloma, sin cordura; llaman a Egipto, acuden a Asir ia. 12 Dondequiera que vayan, yo echaré mi red sobre ellos, como ave del cielo lo s haré caer y los visitaré por su maldad. 13 ¡Ay de ellos, que de mí se han alejado! ¡Ruina sobre ellos por haberse rebelad o contra mí!Yo los rescataría, pero ellos dicen contra mí mentiras. 14 Y no claman a mí de corazón cuando gimen en sus lechos; por el trigo y el mo sto se hacen incisiones se rebelan contra mí. 15 Yo fortalecí su brazo, ¡y ellos contra mí maquinan el mal! 16 Se vuelven a lo que no es nada, son como un arco engañoso.Caerán a espada su s príncipes, por la iracundia de su lengua: ¡tal será su escarnio en el país de Egipto! Oseas 8 1 ¡Emboca la trompeta!Como un águila cae el mal sobre la casa de Adonai; porqu e han quebrantado mi alianza y han sido rebeldes a mi Ley. 2 Ellos me gritan: "¡Di-s mío, los de Israel te conocemos!" 3 Pero Israel ha rechazado el bien: ¡el enemigo le perseguirá! 4 Han puesto reyes sin contar conmigo, han puesto príncipes sin saberlo yo.C on su plata y su oro se han hecho ídolos, ¡para ser encarcelados! 5 ¡Tu becerro repele, Samaria!Mi cólera se ha inflamado contra ellos: ¿hasta cuánd o no podrán purificarse? 6 Porque viene de Israel, un artesano ha hecho eso, y eso no es Di-s.Sí, que dará hecho trizas el becerro de Samaria. 7 Pues que viento siembran, segarán tempestad: tallo que no tendrá espiga, que no dará harina; y si la da, extranjeros la tragarán. 8 ¡Tragado ha sido Israel!Están ahora entre las naciones como un objeto que na die quiere. 9 Porque han subido a Asiria, ese onagro solitario;Efraím se ha comprado amo res; 10 aunque los compre entre las naciones, yo los voy a reunir ahora y pronto sufrirán bajo la carga del rey de príncipes. 11 Efraím ha multiplicado los altares para pecar, sólo para pecar le han servid o los altares. 12 Aunque yo escriba para él las excelencias de mi ley, por cosa extraña se las considera. 13 ¡Ya pueden ofrecer sacrificios en mi honor, y comerse la carne!Adonai no l os acepta; ahora recordará sus culpas y visitará sus pecados: ellos volverán a Egipto. 14 Olvida Israel a su Hacedor, edifica palacios;Judá multiplica las ciudades fuertes.Pero yo prenderé fuego a sus ciudades, que devorará sus alcázares. Oseas 9 1 No te regocijes, Israel, no jubiles como los pueblos, pues te has prosti tuido, lejos de tu Di-s, y amas ese salario sobre todas las eras de grano.

2 Ni la era ni el lagar los alimentarán, y el mosto los dejará corridos. 3 No habitarán ya en la tierra de Adonai:Efraím volverá a Egipto, y en Asiria co merán viandas impuras. 4 No harán a Adonai libaciones de vino, ni sus sacrificios le serán gratos: cu al pan de duelo será para ellos, cuantos lo coman se harán impuros; pues su pan será p ara ellos solos, no entrará en la Casa de Adonai. 5 ¿Qué haréis el día de solemnidad, el día de la fiesta de Adonai? 6 Vedlos que han escapado de la devastación:Egipto los recogerá, Menfis los se pultará; sus tesoros de plata, la ortiga los heredará, la zarza llenará sus tiendas. 7 Han llegado los días de la visita, han llegado los días de la retribución. ¡Lo s abrá Israel! - "¡El profeta es un necio, un loco el hombre del espíritu!" - Por la gra ndeza de tu culpa, grande será la hostilidad. 8 Vigila a Efraím, con mi Di-s, el profeta: lazos se le tienden en todos sus caminos, hostilidad en la Casa de su Di-s. 9 Han llegado al fondo de la corrupción, como en los días de Guibeá; él recordará su s culpas y visitará sus pecados. 10 Como uvas en desierto encontré yo a Israel, como breva de higuera en sus p rimicias vi a vuestros padres.Pero al llegar ellos a Baal Peor se consagraron a la Infamia, y se hicieron abominables como el objeto de su amor. 11 A Efraím, como un pájaro, se le vuela su gloria, desde el nacimiento, desde el seno, desde la concepción. 12 Y aunque críen a sus hijos, yo les privaré de ellos antes que se hagan hombr es: y ¡ay de ellos también cuando yo los abandone! 13 Efraím, tal lo he visto, era como Tiro plantada en la pradera, pero Efraím t endrá que sacar sus hijos al verdugo. 14 Dales, Adonai..., ¿qué les darás? ¡Dales seno que aborte y pechos secos! 15 Toda su maldad apareció en Guilgal, sí, allí les cobré odio.Por la maldad de sus acciones, de mi Casa los expulsaré; ya no he de amarlos más: rebeldes son todos sus príncipes. 16 Efraím ha sido herido, su raíz está seca, ya no darán fruto.Aunque den a luz, yo haré morir el tesoro de su seno. 17 Mi Di-s los rechazará porque no le han escuchado, y andarán errantes entre l as naciones. Oseas 10 1 Vid frondosa era Israel produciendo fruto a su aire: cuanto más aumentaba su fruto, más aumentaba los altares; cuanto mejor era su tierra, mejores hacía las e stelas. 2 Su corazón es doble, mas ahora van a expiar; él romperá sus altares, demolerá su s estelas. 3 Entonces dirán: "No tenemos rey, porque no hemos temido a Adonai, y el rey , ¿qué haría por nosotros? 4 Pronuncian palabras, juramentos vanos, conclusión de alianzas,y el juicio florece como hierba venenosa en los surcos del campo. 5 Por el becerro de Bet Aven tiemblan los habitantes de Samaria; sí, por él ha ce duelo su pueblo, por él sus sacerdotes: ¡que exulten por su gloria, porque ha emi grado lejos de él! 6 El también será llevado a Asiria, como ofrenda para el gran rey.Efraím recogerá vergüenza, e Israel quedará corrida de su plan. 7 ¡Se ha acabado Samaria!Su rey es como espuma sobre la haz del agua. 8 Serán destruidos los altos de Aven, el pecado de Israel.Espinas y zarzas t reparán por sus altares.Dirán entonces a los montes: "¡Cubridnos!" y a las colinas: "¡Ca ed sobre nosotros!" 9 Desde los días de Guibeá, has pecado, Israel, ¡allí se han plantado! ¿No los alcan zará en Guibeá la guerra, a los hijos de la injusticia? 10 Voy a venir a visitarlos, y se aliarán pueblos contra ellos, cuando sean v isitados por su doble culpa. 11 Efraím era una novilla domesticada, que gustaba de la trilla; yo pasé el yug

o sobre su hermoso cuello; uncí el carro a Efraím,Judá araba,Jacob rastrillaba. 12 Sembraos simiente de justicia, recoged cosecha de amor, desbarbechad lo que es barbecho; ya es tiempo de buscar a Adonai, hasta que venga a lloveros jus ticia. 13 Habéis arado maldad, injusticia habéis segado, habéis comido fruto de mentira. Por haber confiado en tus carros, en la multitud de tus valientes, 14 tumulto de guerra se alzará en tu pueblo, y todas tus fortalezas serán devas tadas, como Salmán devastó a Bet Arbel el día de la batalla, cuando la madre fue estre llada sobre sus hijos. 15 Eso ha hecho con vosotros Betel por vuestra redoblada maldad. ¡A la aurora desaparecerá el rey de Israel! Oseas 11 1 Cuando Israel era niño, yo le amé, y de Egipto llamé a mi hijo. 2 Cuanto más los llamaba, más se alejaban de mí: a los Baales sacrificaban, y a los ídolos ofrecían incienso. 3 Yo enseñé a Efraím a caminar, tomándole por los brazos, pero ellos no conocieron que yo cuidaba de ellos. 4 Con cuerdas humanas los atraía, con lazos de amor, y era para ellos como l os que alzan a un niño contra su mejilla, me inclinaba hacia él y le daba de comer. 5 Volverá al país de Egipto, y Asur será su rey, porque se han negado a converti rse. 6 Hará estragos la espada en sus ciudades, aniquilará sus cerrojos y devorará, p or sus perversos planes. 7 Mi pueblo tiene querencia a su infidelidad; cuando a lo alto se les llam a, ni uno hay que se levante. 8 ¿Cómo voy a dejarte, Efraím, cómo entregarte, Israel? ¿Voy a dejarte como a Admá, y hacerte semejante a Seboyim?Mi corazón está en mí trastornado, y a la vez se estremece n mis entrañas. 9 No daré curso al ardor de mi cólera, no volveré a destruir a Efraím, porque soy Di-s, no hombre; en medio de ti yo soy el Santo, y no vendré con ira. 10 En pos de Adonai marcharán, él rugirá como un león; y cuando ruja él, los hijos ve ndrán azorados de occidente, 11 azorados vendrán de Egipto, como un pájaro, como paloma desde el país de Asiri a; y yo les asentaré en sus casas - oráculo de Adonai -. Oseas 12 1 Efraím me ha rodeado de mentira, de engaño la casa de Israel. (Pero Judá todavía está con Di-s, y sigue fiel al Santo.) 2 Efraím se apacienta de viento, anda tras el solano todo el día; mentira y pi llaje multiplica, hacen alianza con Asiria y llevan aceite a Egipto. 3 Adonai tiene pleito con Judá, va a visitar a Jacob, según su conducta, según s us obras le devolverá. 4 En el seno materno suplantó a su hermano, y de mayor luchó con Di-s. 5 Luchó con el ángel y le pudo, lloró y le imploró gracia.En Betel le encontró y allí habló con nosotros. 6 Sí, Adonai Di-s Sebaot, Adonai es su renombre. 7 Y tú volverás, gracias a tu Di-s: observa amor y derecho, y espera en tu Dis siempre. 8 Canaán tiene en su mano balanzas tramposas, es amigo de explotar. 9 Y Efraím dice: "Sí, me he enriquecido, me ha fraguado una fortuna." ¡Ninguna d e sus ganancias se hallará, por el pecado de que se ha hecho culpable! 10 Yo soy Adonai, tu Di-s, desde el país de Egipto: aún te haré morar en tiendas como en los días del Encuentro; 11 hablaré a los profetas, multiplicaré las visiones, y por medio de los profet as hablaré en parábolas. 12 Si Galaad es iniquidad, ellos no son más que mentira.En Guilgal sacrifican toros; por eso sus altares serán como escombros sobre los surcos de los campos. 13 Huyó Jacob a la campiña de Aram, sirvió Israel por una mujer, por una mujer gu ardó rebaños.

14 Por un profeta subió Adonai a Israel de Egipto, y por un profeta fue guard ado. 15 Efraím le ha irritado amargamente: él dejará su sangre sobre él, su Señor le pagará su agravio. Oseas 13 1 Cuando hablaba Efraím, cundía el terror, se había impuesto en Israel, pero se hizo culpable con Baal y murió. 2 Y todavía continúan pecando: se han hecho imágenes fundidas, con su plata, ídolo s de su invención: ¡obra de artesanos todo ello! ¡Con ellos hablan los que sacrifican hombres que envían besos a becerros! 3 Por eso serán como nube mañanera, como rocío matinal que pasa, como paja avent ada de la era, como humo por la ventana. 4 Pero yo soy Adonai, tu Di-s, desde el país de Egipto.No conoces otro Di-s fuera de mí, ni hay más salvador que yo. 5 Yo te conocí en el desierto, en la tierra ardorosa. 6 Cuando estaban en su pasto se saciaron, se saciaron y se engrió su corazón, por eso se olvidaron de mí. 7 Pues yo seré para ellos cual león, como leopardo en el camino acecharé. 8 Caeré sobre ellos como osa privada de sus cachorros, desgarraré las telas de su corazón, los devoraré allí mismo cual leona, la bestia del campo los despedazará. 9 Tu destrucción ha sido, Israel, porque sólo en mí estaba tu socorro. 10 ¿Dónde está, pues, tu rey, para que te salve, y en todas tus ciudades tus juec es? aquellos de quienes tú decías: "Dame rey y príncipes." 11 Rey en mi cólera te doy, y te lo quito en mi furor. 12 Encerrada está la culpa de Efraím, bien guardado su pecado. 13 Dolores de parturienta le asaltan, pero él es un hijo necio que no se pres enta a tiempo por donde rompen los hijos. 14 ¿De la garra del seol los libraré, de la muerte los rescataré? ¿Dónde están, muerte, tus pestes, dónde tu contagio, seol?La compasión está oculta a mis ojos. 15 Aunque Efraím dé fruto entre sus hermanos, el solano llegará, el viento de Ado nai subirá del desierto, para que se seque su manantial, y se agote su fuente; él ar rebatará el tesoro de todos los objetos preciosos. Oseas 14 1 Rea de castigo es Samaria, porque se rebeló contra su Di-s.A espada caerán, serán sus niños estrellados, y reventadas sus mujeres encinta. 2 Vuelve, Israel, a Adonai tu Di-s, pues has tropezado por tus culpas. 3 Tomad con vosotros palabras, y volved a Adonai.Decidle: "Quita toda culp a; toma lo que es bueno; y en vez de novillos te ofreceremos nuestros labios. 4 Asiria no nos salvará, no montaremos ya a caballo, y no diremos más "Di-s nu estro" a la obra de nuestros manos, oh tú, en quien halla compasión el huérfano." 5 - Yo sanaré su infidelidad, los amaré graciosamente; pues mi cólera se ha apar tado de él, 6 seré como rocío para Israel: él florecerá como el lirio, y hundirá sus raíces como e l Líbano. 7 Sus ramas se desplegarán, como el del olivo será su esplendor, y su fraganci a como la del Líbano. 8 Volverán a sentarse a mi sombra; harán crecer el trigo, florecerán como la vid , su renombre será como el del vino del Líbano. 9 Efraím... ¿qué tiene aún con los ídolos?Yo le atiendo y le miro.Yo soy como un cip rés siempre verde, y gracias a mí se te halla fruto. 10 ¿Quién es sabio para entender estas cosas, inteligente para conocerlas?:Que rectos son los caminos de Adonai, por ellos caminan los justos, mas los rebeldes en ellos tropiezan. JOEL Joel 1 1 Palabra de Adonai que fue dirigida a Joel, hijo de Petuel.

2 ¡Oíd esto, ancianos, prestad oído, habitantes todos de la tierra! ¿Sucedió algo se mejante en vuestros días, o en los días de vuestros padres? 3 Contádselo a vuestros hijos, y vuestros hijos a sus hijos, y sus hijos a l a otra generación. 4 Lo que dejó la oruga lo devoró la langosta, lo que dejó la langosta lo devoró el pulgón, lo que dejó el pulgón lo devoró el saltón. 5 ¡Despertad, borrachos, y llorad, gemid todos los bebedores de vino, por el licor que se os ha quitado de la boca! 6 Porque una nación ha subido contra mi tierra, fuerte e innumerable: sus di entes son dientes de león, y tienen muelas de leona. 7 En desolación ha dejado mi viña, destrozada mi higuera: la ha pelado del tod o y derribado, y sus ramas han quedado blancas. 8 ¡Suspira tú como virgen ceñida de sayal por el esposo de su juventud! 9 Oblación y libación han sido arrancadas de la Casa de Adonai.En duelo están lo s sacerdotes, los ministros de Adonai. 10 El campo ha sido arrasado, en duelo está el suelo, porque el grano ha sido arrasado, ha faltado el mosto, y el aceite virgen se ha agotado. 11 ¡Consternaos, labradores, gemid, viñadores, por el trigo y la cebada, porque se ha perdido la cosecha del campo! 12 Se ha secado la viña, se ha amustiado la higuera, granado, palmera, manzan o, todos los árboles del campo están secos. ¡Sí, se ha secado la alegría de entre los hijo s de hombre! 13 ¡Ceñíos y plañid, sacerdotes, gemid, ministros del altar; venid, pasad la noche en sayal, ministros de mi Di-s, porque a la Casa de vuestro Di-s se le ha negado oblación y libación! 14 Promulgad un ayuno, llamad a concejo, reuníos, ancianos, y vosotros todos, habitantes de la tierra, en la Casa de Adonai, vuestro Di-s, y clamad a Adonai: 15 "¡Ay, el Día, que está cerca el Día de Adonai, ya llega como devastación de Sadday !" 16 ¿No ha sido arrancada la comida de delante de nuestros ojos, y de la Casa de nuestro Di-s la alegría y el júbilo? 17 Se han podrido los granos bajo los terrones; los graneros han sido devas tados, derruidos los silos, porque falta el grano. 18 ¡Cómo muge el ganado, cómo vagan sin rumbo los rebaños de vacas, porque no hay p astor para ellos! ¡Hasta los rebaños de ovejas tienen que expiar! 19 A ti clamo, Adonai, porque el fuego ha devorado los pastizales del desie rto, la llama ha abrasado todos los árboles del campo. 20 Hasta las bestias del campo jadean tras de ti, porque están secas las corr ientes de agua, y el fuego ha devorado los pastizales del desierto. Joel 2 1 ¡Tocad el cuerno en Sión, clamad en mi monte santo! ¡Tiemblen todos los habita ntes del país, porque llega el Día de Adonai, porque está cerca! 2 ¡Día de tinieblas y de oscuridad, día de nublado y densa niebla!Como la aurora sobre los montes se despliega un pueblo numeroso y fuerte, como jamás hubo otro, ni lo habrá después de él en años de generación en generación. 3 Delante de él devora el fuego, detrás de él la llama abrasa.Como un jardín de Edén era delante de él la tierra, detrás de él, un desierto desolado. ¡No hay escape ante él! 4 Aspecto de corceles es su aspecto, como jinetes, así corren. 5 Como estrépito de carros, por las cimas de los montes saltan, como el crep itar de la llama de fuego que devora hojarasca; ¡como un pueblo poderoso en orden de batalla! 6 Ante él se estremecen los pueblos, todos los rostros mudan de color. 7 Corren como bravos, como guerreros escalan las murallas; cada uno va por su camino, y no intercambian su ruta. 8 Nadie tropieza con su vecino, van cada cual por su calzada; a través de lo s dardos arremeten sin romper la formación. 9 Sobre la ciudad se precipitan, corren por la muralla, hasta las casas su ben, a través de las ventanas entran como ladrones.

10 ¡Ante él tiembla la tierra, se estremecen los cielos, el sol y la luna se os curecen, y las estrellas retraen su fulgor! 11 Ya da Adonai la voz delante de su ejército, porque sus batallones son inme nsos, porque es fuerte el ejecutor de su palabra, porque es grande el Día de Adona i, y muy terrible: ¿quién lo soportará? 12 "Mas ahora todavía - oráculo de Adonai - volved a mí de todo corazón, con ayuno, con llantos, con lamentos." 13 Desgarrad vuestro corazón y no vuestros vestidos, volved a Adonai vuestro Di-s, porque él es clemente y compasivo, tardo a la cólera, rico en amor, y se ablan da ante la desgracia. 14 ¡Quién sabe si volverá y se ablandará, y dejará tras sí una bendición, oblación y lib a Adonai vuestro Di-s! 15 ¡Tocad el cuerno en Sión, promulgad un ayuno, llamad a concejo, 16 congregad al pueblo, convocad la asamblea, reunid a los ancianos, congre gad a los pequeños y a los niños de pecho!Deje el recién casado su alcoba y la recién ca sada su tálamo. 17 Entre el vestíbulo y el altar lloren los sacerdotes, ministros de Adonai, y digan: "¡Perdona, Adonai, a tu pueblo, y no entregues tu heredad al oprobio a la irrisión de las naciones! ¿Por qué se ha de decir entre los pueblos: ¿Dónde está su Di-s?" 18 Y Adonai se llenó de celo por su tierra, y tuvo piedad de su pueblo. 19 Respondió Adonai y dijo a su pueblo: "He aquí que yo os envío grano, mosto y a ceite virgen: os hartaréis de ello, y no os entregaré más al oprobio de las naciones. 20 Al que viene del Norte le alejaré de vosotros, y le echaré hacia una tierra de aridez y desolación: su vanguardia hacia el mar oriental, hacia el mar occident al su retaguardia.Y subirá su hedor, y subirá su fetidez". (¡Porque él hace grandezas!) 21 No temas, suelo, jubila y regocíjate, porque Adonai hace grandezas. 22 No temáis, bestias del campo, porque ya reverdecen los pastizales del desi erto, los árboles producen su fruto, la higuera y la vid dan su riqueza. 23 ¡Hijos de Sión, jubilad, alegraos en Adonai vuestro Di-s!Porque él os da la ll uvia de otoño, con justa medida, y hace caer para vosotros aguacero de otoño y prima vera como antaño. 24 Las eras se llenarán de trigo puro, de mosto y aceite virgen los lagares r ebosarán. 25 "Yo os compensaré de los años en que os devoraron la langosta y el pulgón, el saltón y la oruga, mi gran ejército, que contra vosotros envié." 26 Comeréis en abundancia hasta hartaros, y alabaréis el nombre de Adonai vuest ro Di-s, que hizo con vosotros maravillas. (¡Mi pueblo no será confundido jamás!) 27 "Y sabréis que en medio de Israel estoy yo, ¡yo, Adonai, vuestro Di-s, y no hay otro! ¡Y mi pueblo no será confundido jamás!" Joel 3 1 "Sucederá después de esto que yo derramaré mi Espíritu en toda carne.Vuestros hi jos y vuestras hijas profetizarán, vuestros ancianos soñarán sueños, y vuestros jóvenes ve rán visiones. 2 Hasta en los siervos y las siervas derramaré mi Espíritu en aquellos días. 3 Y realizaré prodigios en el cielo y en la tierra, sangre, fuego, columnas de humo". 4 El sol se cambiará en tinieblas y la luna en sangre, ante la venida del Día de Adonai, grande y terrible. 5 Y sucederá que todo el que invoque el nombre de Adonai será salvo, porque = en el monte Sión = y en Yerushalaim = habrá supervivencia =, como ha dicho Adonai, y entre los supervivientes estarán los que llame Adonai. Joel 4 1 "Porque he aquí que en aquellos días, en el tiempo aquel, cuando yo cambie l a suerte de Judá y Yerushalaim, 2 congregaré a todas las naciones y las haré bajar al Valle de Josafat: allí ent raré en juicio con ellas, acerca de mi pueblo y mi heredad, Israel.Porque lo dispe rsaron entre las naciones, y mi tierra se repartieron. 3 Y echaron suertes sobre mi pueblo, cambiaron el niño por la prostituta, y

a la niña la vendieron por vino para beber." 4 "Y vosotros también, ¿qué sois para mí, Tiro y Sidón, y distritos todos de Filiste a? ¿Queréis exigir paga de mí?Mas, si queréis cobrar de mí, ¡bien pronto he de volver sobre vuestra cabeza vuestra paga! 5 Vosotros que arrebatasteis mi plata y mi oro, que llevasteis a vuestros templos mis mejores alhajas, 6 y a los hijos de Judá y Yerushalaim los vendisteis a los hijos de Yaván, par a alejarlos de su término. 7 He aquí que yo los voy a reclamar del lugar donde los vendisteis, y volveré sobre vuestra cabeza vuestra paga: 8 venderé vuestros hijos y vuestras hijas en manos de los hijos de Judá, y ell os los venderán a los sabeos, a una nación lejana, ¡porque ha hablado Adonai!" 9 Publicad esto entre las naciones: ¡Proclamad la guerra, incitad a los brav os! ¡Que avancen y suban todos los hombres de guerra! 10 Forjad espadas de vuestros azadones y lanzad de vuestras podaderas; y di ga el débil: "¡Soy un bravo!" 11 ¡Daos prisa, venid, naciones todas circundantes, y congregaos allá! (¡Haz baja r, Adonai, a tus bravos!) 12 "¡Despiértense y suban las naciones al Valle de Josafat!Que allí me sentaré yo p ara juzgar a todas las naciones circundantes. 13 Meted la hoz, porque la mies está madura; venid, pisad, que el lagar está ll eno, y las cavas rebosan, tan grande es su maldad." 14 ¡Multitudes y multitudes en el Valle de la Decisión!Porque está cerca el Día de Adonai, en el Valle de la Decisión. 15 El sol y la luna se oscurecen, las estrellas retraen su fulgor. 16 Ruge Adonai desde Sión, desde Yerushalaim da su voz: ¡el cielo y la tierra s e estremecen!Mas Adonai será un refugio para su pueblo, una fortaleza para los hij os de Israel. 17 "Sabréis entonces que yo soy Adonai vuestro Di-s, que habito en Sión, mi mon te santo.Santa será Yerushalaim, y los extranjeros no pasarán más por ella." 18 Sucederá aquel día que los montes destilarán vino y las colinas fluirán leche; p or todas las torrenteras de Judá fluirán las aguas; y una fuente manará de la Casa de Adonai que regará el valle de las Acacias. 19 Egipto quedará hecho una desolación,Edom un desierto desolado, por su violen cia contra los hijos de Judá, por haber derramado sangre inocente en su tierra. 20 Pero Judá será habitada para siempre, y Yerushalaim de edad en edad. 21 "Yo vengaré su sangre, no la dejaré impune", y Adonai morará en Sión. AMÓS Amós 1 1 Palabras de Amós, uno de los pastores de Técoa. Visiones que tuvo acerca de Israel, en tiempo de Ozías, rey de Judá, y en tiempo de Jeroboam, hijo de Joás, rey d e Israel, dos años antes del terremoto. 2 Dijo: Ruge Adonai desde Sión, desde Yerushalaim da su voz; los pastizales de los pastores están en duelo, y la cumbre del Carmelo se seca. 3 Así dice Adonai: ¡Por tres crímenes de Damasco y por cuatro, seré inflexible!Por haber triturado con trillos de hierro a Galaad, 4 yo enviaré fuego a la casa de Jazael, que devorará los palacios de Ben Hadad ; 5 romperé el cerrojo de Damasco, extirparé al habitante de Bicat Aven y de Bet Eden al que empuña el cetro; y el pueblo de Aram irá cautivo a Quir, dice Adonai. 6 Así dice Adonai: ¡Por tres crímenes de Gaza y por cuatro, seré inflexible!Por ha ber deportado poblaciones enteras, para entregarlas a Edom, 7 yo enviaré fuego a la muralla de Gaza, que devorará sus palacios; 8 extirparé al habitante de Asdod y de Ascalón al que empuña el cetro; volveré mi mano contra Ecrón, y perecerá lo que queda de los filisteos, dice el Señor Adonai. 9 Así dice Adonai: ¡Por tres crímenes de Tiro y por cuatro, seré inflexible!Por ha ber entregado poblaciones enteras de cautivos a Edom, sin acordarse de la alianz a entre hermanos,

10 yo enviaré fuego a la muralla de Tiro, que devorará sus palacios. 11 Así dice Adonai: ¡Por tres crímenes de Edom y por cuatro, seré inflexible!Por ha ber perseguido con espada a su hermano, ahogando toda piedad, por mantener para siempre su cólera, y guardar incesante su rencor, 12 yo enviaré fuego a Temán, que devorará los palacios de Bosrá. 13 Así dice Adonai: ¡Por tres crímenes de los hijos de Ammón y por cuatro, seré infle xible!Por haber reventado a las mujeres encintas de Galaad, para ensanchar su te rritorio, 14 yo prenderé fuego a la muralla de Rabbá, que devorará sus palacios, en el clam or en día de combate, en la tormenta en día de huracán; 15 y su rey irá al cautiverio, juntamente con sus príncipes, dice Adonai. Amós 2 1 Así dice Adonai: ¡Por tres crímenes de Moab y por cuatro, seré inflexible!Por ha ber quemado hasta calcinar los huesos del rey de Edom, 2 yo enviaré fuego a Moab que devorará los palacios de Queriyyot, y morirá con e struendo Moab, entre clamor, al son del cuerno; 3 de en medio de él extirparé yo al juez, y a todos sus príncipes los mataré con él, dice Adonai. 4 Así dice Adonai: ¡Por tres crímenes de Judá y por cuatro, seré inflexible!Por habe r despreciado la Ley de Adonai, y no haber guardado sus preceptos, porque los ha n extraviado sus Mentiras, las que ya habían seguido sus padres, 5 yo enviaré fuego a Judá que devorará los palacios de Yerushalaim. 6 Así dice Adonai: ¡Por tres crímenes de Israel y por cuatro, seré inflexible!Porq ue venden al justo por dinero y al pobre por un par de sandalias; 7 pisan contra el polvo de la tierra la cabeza de los débiles, y el camino d e los humildes tuercen; hijo y padre acuden a la misma moza, para profanar mi sa nto Nombre; 8 sobre ropas empeñadas se acuestan junto a cualquier altar, y el vino de lo s que han multado beben en la casa de su dios... 9 Yo había destruido al amorreo delante de ellos, que era alto como la altur a de los cedros y fuerte como las encinas; yo había destruido su fruto por arriba y sus raíces por abajo. 10 Y yo os hice subir a vosotros del país de Egipto y os llevé por el desierto cuarenta años, para que poseyeseis la tierra del amorreo. 11 Yo suscité profetas entre vuestros hijos, y nazireos entre vuestos jóvenes. ¿N o es así, hijos de Israel?, oráculo de Adonai. 12 Y vosotros habéis hecho beber vino a los nazireos, y habéis conminado a los profetas, diciendo: "¡No profeticéis!" 13 ¡Pues bien, yo os estrujaré debajo, como estruja el carro que está lleno de ha ces! 14 Entonces le fallará la huida al raudo, el fuerte no podrá desplegar su vigor , y ni el bravo salvará su vida. 15 El que maneja el arco no resistirá, no se salvará el de pies ligeros, el que monta a caballo no salvará su vida, 16 y el más esforzado entre los bravos huirá desnudo el día aquel, oráculo de Adona i. Amós 3 1 Escuchad esta palabra que dice Adonai contra vosotros, hijos de Israel, contra toda la familia que yo hice subir del país de Egipto: 2 Solamente a vosotros conocí de todas las familias de la tierra; por eso yo os visitaré por todas vuestras culpas. 3 Caminan acaso dos juntos, sin haberse encontrado? 4 ¿Ruge el león en la selva sin que haya presa para él? ¿Lanza el leoncillo su voz desde su cubil, si no ha atrapado algo? 5 ¿Cae un pájaro a tierra en el lazo, sin que haya una trampa para él? ¿Se alza de l suelo el lazo sin haber hecho presa? 6 ¿Suena el cuerno en una ciudad sin que el pueblo se estremezca? ¿Cae en una

ciudad el infortunio sin que Adonai lo haya causado? 7 No, no hace nada el Señor Adonai sin revelar su secreto a sus siervos los profetas. 8 Ruge el león, ¿quién no temerá?Habla el Señor Adonai, ¿quién no profetizará? 9 Pregonad en los palacios de Asur, y en los palacios del país de Egipto; de cid: ¡Congregaos contra los montes de Samaria, y ved cuántos desórdenes en ella, cuánta violencia en su seno! 10 No saben obrar con rectitud - oráculo de Adonai - los que amontonan violen cia y rapiña en sus palacios. 11 Por eso, así dice el Señor Adonai:El adversario invadirá la tierra, abatirá tu f ortaleza y serán saqueados tus palacios. 12 Así dice Adonai:Como salva el pastor de la boca del león dos patas o la punt a de una oreja, así se salvarán los hijos de Israel, los que se sientan en Samaria, en el borde de un lecho y en un diván de Damasco. 13 Oíd y atestiguad contra la casa de Jacob - oráculo del Señor Adonai, Di-s Seba ot 14 que el día que yo visite a Israel por sus rebeldías, visitaré los altares de B etel; serán derribados los cuernos del altar y caerán por tierra. 15 Sacudiré la casa de invierno con la casa de verano, se acabarán las casas de marfil, y muchas casas desaparecerán, oráculo de Adonai. Amós 4 1 Escuchad esta palabra, vacas de Basán, que estáis en la montaña de Samaria, qu e oprimís a los débiles, que maltratáis a los pobres, que decís a vuestros maridos: "¡Trae d, y bebamos!" 2 El Señor Adonai ha jurado pro su santidad:He aquí que vienen días sobre vosotr as en que se os izará con ganchos, y, hasta las últimas, con anzuelos de pescar. 3 Por brechas saldréis cada una a derecho, y seréis arrojadas al Hermón, oráculo d e Adonai. 4 ¡Id a Betel a rebelaros, multiplicad en Guilgal vuestras rebeldías, llevad d e mañana vuestros sacrificios cada tres días vuestros diezmos; 5 quemad levadura en acción de gracias, y pregonad las ofrendas voluntarias, voceadlas, ya que es eso lo que os gusta, hijos de Israel!, oráculo del Señor Adona i. 6 Yo también os he dado dientes limpios en todas vuestras ciudades, y falta de pan en todos vuestros lugares; ¡y no habéis vuelto a mí! oráculo de Adonai. 7 También os he cerrado la lluvia, a tres meses todavía de la siega; he hecho llover sobre una ciudad, y sobre otra ciudad no he hecho llover; una parcela rec ibía lluvia, y otra parcela, falta de lluvia, se secaba; 8 dos, tres ciudades acudían a otra ciudad a beber agua, pero no calmaban su sed; ¡y no habéis vuelto a mí!, oráculo de Adonai. 9 Os he herido con tizón y añublo, he secado vuestras huertas y viñedos; vuestra s higueras y olivares los ha devorado la langosta; ¡y no habéis vuelto a mí!, oráculo de Adonai. 10 He enviado contra vosotros peste, como la peste de Egipto, he matado a e spada a vuestros jóvenes, mientras vuestros caballos eran capturados; he hecho sub ir a vuestras narices el hedor de vuestros campamentos, ¡y no habéis vuelto a mí!, orácu lo de Adonai. 11 Os he trastornado como Di-s trastornó a Sodoma y Gomorra, habéis quedado com o un tizón salvado de un incendio; ¡y no habéis vuelto a mí!, oráculo de Adonai. 12 Por eso, así voy a hacer contigo, Israel, y porque esto voy a hacerte, pre párate, Israel, a afrontar a tu Di-s. 13 Porque está aquí quien forma los montes y crea el viento, quien descubre al hombre cuál es su pensamiento, quien hace aurora las tinieblas, y avanza por las a lturas de la tierra:Adonai, Di-s Sebaot es su nombre. Amós 5 1 Escuchad esta palabra que yo entono contra vosotros como elegía, casa de I srael: 2 ¡Ha caído, no volverá ya a levantarse, la virgen de Israel; postrada está en su

suelo, no hay quien la levante! 3 Porque así dice el Señor Adonai a la casa de Israel:La ciudad que sacaba mil a campaña quedará sólo con cien, y la que sacaba cien quedará sólo con diez. 4 Porque así dice Adonai a la casa de Israel: ¡Buscadme a mí y viviréis! 5 Pero no busquéis a Betel, no vayáis a Guilgal ni paséis a Berseba, porque Guil gal será deportada sin remedio, y Betel será reducida a la nada. 6 ¡Buscad a Adonai y viviréis, no sea que caiga él como fuego sobre la casa de J osé, y devore a Betel sin que haya quien apague! 7 ¡Ay de los que cambian en ajenjo el juicio y tiran por tierra la justicia, 8 El hace las Pléyades y Orión, trueca en mañana las sombras, y hace oscurecer e l día en noche.El llama a las aguas del mar, y sobre la haz de la tierra las derra ma,Adonai es su nombre; 9 él desencadena ruina sobre el fuerte y sobre la ciudadela viene la devasta ción. 10 Detestan al censor en la Puerta y aborrecen al que habla con sinceridad!

11 Pues bien, ya que vosotros pisoteáis al débil, y cobráis de él tributo de grano, casas de sillares habéis construido, pero no las habitaréis; viñas selectas habéis plan tado, pero no beberéis su vino. 12 ¡Pues yo sé que son muchas vuestras rebeldías y graves vuestros pecados, opres ores del justo, que aceptáis soborno y atropelláis a los pobres en la Puerta! 13 Por eso el hombre sensato calla en esta hora, que es hora de infortunio. 14 Buscad el bien, no el mal, para que viváis, y que así sea con vosotros Adona i Sebaot, tal como decís. 15 Aborreced el mal, amad el bien, implantad el juicio en la Puerta; quizá Ad onai Sebaot tenga piedad del Resto de José. 16 Por eso, así dice Adonai, el Di-s Sebaot, el Señor:En todas las plazas habrá l amentación y en todas las calles se dirá: "¡Ay, ay!"Convocarán a duelo al labrador, y a lamentación a los que saben plañir; 17 lamentación habrá en todas las viñas, porque voy a pasar yo por medio de ti, d ice Adonai. 18 ¡Ay de los que ansían el Día de Adonai! ¿Qué creéis que es ese Día de Adonai? ¡Es tin las, que no luz! 19 Como cuando uno huye del león y se topa con un oso, o, al entrar en casa, apoya una mano en la pared y le muerde una culebra... 20 ¿No es tinieblas el Día de Adonai, y no luz, lóbrego y sin claridad? 21 Yo detesto, desprecio vuestras fiestas, no me gusta el olor de vuestras reuniones solemnes. 22 Si me ofrecéis holocaustos... no me complazco en vuestras oblaciones, ni m iro a vuestros sacrificios de comunión de novillos cebados. 23 ¡Aparta de mi lado la multitud de tus canciones, no quiero oír la salmodia d e tus arpas! 24 ¡Que fluya, sí, el juicio como agua y la justicia como arroyo perenne! 25 ¿Acaso sacrificios y oblaciones en el desierto me ofrecisteis, durante cua renta años, casa de Israel? 26 Vosotros llevaréis a Sakkut, vuestro rey, y la estrella de vuestro dios, K eván, esas imágenes que os habéis fabricado; 27 pues yo os deportaré más allá de Damasco, dice Adonai, cuyo nombre es Di-s Seb aot. Amós 6 1 ¡Ay de aquellos que se sienten seguros en Sión, y de los confiados en la mon taña de Samaria, los notables de la capital de las naciones, a los que acude la ca sa de Israel! 2 Pasad a Kalné y ved, id de allí a Jamat la grande, bajad luego a Gat de los filisteos. ¿Son acaso mejores que estos reinos? ¿Su territorio es mayor que el vuest ro? 3 ¡Vosotros que creéis alejar el día funesto, y hacéis que se acerque un estado de violencia!

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Acostados en camas de marfil, arrellanados en sus lechos, comen corderos del rebaño y becerros sacados del establo, 5 canturrean al son del arpa, se inventan, como David, instrumentos de músic a, 6 beben vino en anchas copas, con los mejores aceites se ungen, mas no se afligen por el desastre de José. 7 Por eso, ahora van a ir al cautiverio a la cabeza de los cautivos y cesa rá la orgía de los sibaritas. 8 El Señor Adonai ha jurado por sí mismo, oráculo de Adonai Di-s Sebaot:Yo aborr ezco la soberbia de Jacob, sus palacios detesto, y voy a entregar la ciudad con cuanto encierra. 9 Y sucederá que, si quedan diez hombres en una misma casa, morirán. 10 Sólo quedarán unos pocos evadidos para sacar de la casa los huesos; y si se dice al que está en el fondo de la casa: "¿Hay todavía alguien contigo?", dirá: "Ninguno ", y añadirá: "¡Silencio!, que no hay que mentar el nombre de Adonai". 11 Pues he aquí que Adonai da la orden y reduce la casa grande a escombros, y la casa pequeña a ruinas. 12 ¿Corren por la roca los caballos? ¿se ara con bueyes el mar? ¡pues vosotros tr ocáis en veneno el juicio y en ajenjo el fruto de la justicia! 13 ¡Vosotros que os alegráis por Lo-Debar, que decís: "¿No tomamos Carnáyim con nuest ra propia fuerza?" 14 ¡Pero he aquí que yo suscito contra vosotros, casa de Israel,- oráculo del Señor Adonai, Di-s Sebaot - una nación que os oprimirá desde la Entrada de Jamat hasta el torrente de la Arabá! Amós 7 1 Esto me dio a ver el Señor Adonai: He aquí que él formaba langostas, cuando em pieza a crecer el retoño, el retoño que sale después de la siega del rey. 2 Y cuando acababan de devorar la hierba de la tierra, yo dije: "¡Perdona, p or favor, Señor Adonai! ¿cómo va a resistir Jacob, que es tan pequeño?" 3 Y se arrepintió Adonai de ello: "No será", dijo Adonai. 4 Esto me dio a ver el Señor Adonai:He aquí que el Señor Adonai convocaba al jui cio por el fuego: éste devoró el gran abismo, y devoró la campiña. 5 Y yo dije: "¡Señor Adonai, cesa, por favor! ¿cómo va a resistir Jacob, que es ta n pequeño?" 6 Y se arrepintió Adonai de ello: "Tampoco esto será", dijo el Señor Adonai. 7 Esto me dio a ver el Señor Adonai:He aquí que el Señor estaba junto a una pare d con una plomada en la mano. 8 Y me dijo Adonai: "¿Qué ves, Amós?"Yo respondí: "Una plomada."El Señor dijo: "¡He aq uí que yo voy a poner plomada en medio de mi pueblo Israel, ni una más le volveré a pa sar! 9 Serán devastados los altos de Isaac, asolados los santuarios de Israel, y yo me alzaré con espada contra la casa de Jeroboam." 10 El sacerdote de Betel, Amasías, mandó a decir a Jeroboam, rey de Israel: "Amós conspira contra ti en medio de la casa de Israel; ya no puede la tierra soporta r todas sus palabras. 11 Porque Amós anda diciendo: "A espada morirá Jeroboam, e Israel será deportado de su suelo."" 12 Y Amasías dijo a Amós: "Vete, vidente; huye a la tierra de Judá; come allí tu pa n y profetiza allí. 13 Pero en Betel no has de seguir profetizando, porque es el santuario del rey y la Casa del reino." 14 Respondió Amós y dijo a Amasías: "Yo no soy profeta ni hijo de profeta, yo soy vaquero y picador de sicómoros. 15 Pero Adonai me tomó de detrás del rebaño, y Adonai me dijo: "Ve y profetiza a mi pueblo Israel." 16 Y ahora escucha tú la palabra de Adonai.Tú dices:"No profetices contra Israe l, no vaticines contra la casa de Isaac." 17 "Por eso, así dice Adonai: "Tu mujer se prostituirá en la ciudad, tus hijos y tus hijas caerán a espada, tu suelo será repartido a cordel, tú mismo en un suelo im

puro morirás, e Israel será deportado de su suelo"." Amós 8 1 Esto me dio a ver el Señor Adonai:Había una canasta de fruta madura. 2 Y me dijo: "¿Qué ves, Amós?"Yo respondí: "Una canasta de fruta madura."Y Adonai me dijo: "¡Ha llegado la madurez para mi pueblo Israel, ni una más le volveré a pasar! 3 Los cantos de palacio serán lamentos aquel día - oráculo del Señor Adonai - serán muchos los cadáveres, en todo lugar se arrojarán ¡silencio! 4 Escuchad esto los que pisoteáis al pobre y queréis suprimir a los humildes d e la tierra, 5 diciendo: "¿Cuándo pasará el novilunio para poder vender el grano, y el sábado p ara dar salida al trigo, para achicar la medida y aumentar el peso, falsificando balanzas de fraude, 6 para comprar por dinero a los débiles y al pobre por un par de sandalias, para vender hasta el salvado del grano?" 7 Ha jurado Adonai por el orgullo de Jacob: ¡Jamás he de olvidar todas sus obr as! 8 ¿No se estremecerá por ello la tierra, y hará duelo todo el que en ella habita , subirá toda entera como el Nilo, se encrespará y bajará como el Nilo de Egipto? 9 Sucederá aquel día - oráculo del Señor Adonai - que yo haré ponerse el sol a medio día, y en plena luz del día cubriré la tierra de tinieblas. 10 Trocaré en duelo vuestra fiesta, y en elegía todas vuestras canciones; en to dos los lomos pondré sayal y tonsura en todas las cabezas; lo haré como duelo de hij o único y su final como día de amargura. 11 He aquí que vienen días - oráculo del Señor Adonai - en que yo mandaré hambre a la tierra, no hambre de pan, ni sed de agua, sino de oír la palabra de Adonai. 12 Entonces vagarán de mar a mar, de norte a levante andarán errantes en busca de la Palabra de Adonai, pero no la encontrarán. 13 Aquel día desfallecerán de sed las muchachas hermosas y los jóvenes. 14 Los que juran por el pecado de Samaria, los que dicen: "¡Vive tu Di-s, Dan !" y "¡Viva el camino de Berseba!", ésos caerán para no alzarse más. Amós 9 1 Vi al Señor en pie junto al altar y dijo: ¡Sacude el capitel y que se desplo men los umbrales! ¡Hazlos trizas en la cabeza de todos ellos, y lo que de ellos qu ede lo mataré yo a espada: no huirá de entre ellos un solo fugitivo ni un evadido es capará! 2 Si fuerzan la entrada del seol, mi mano de allí los agarrará; ni suben hasta el cielo, yo los haré bajar de allí; 3 si se esconden en la cumbre del Carmelo, allí los buscaré y los agarraré; si s e ocultan a mis ojos en el fondo del mar, allí mismo ordenaré a la Serpiente que los muerda; 4 si van al cautiverio delante de sus enemigos, allí ordenaré a la espada que los mate; pondré en ellos mis ojos para mal y no para bien. 5 ¡El Señor Adonai Sebaot...! el que toca la tierra y ella se derrite, y hacen duelo todos sus habitantes; sube toda entera como el Nilo, y baja como el Nilo de Egipto. 6 El que edifica en los cielos sus altas moradas, y asienta su bóveda en la tierra; el que llama a las aguas de la mar, y sobre la haz de la tierra las derr ama, ¡Adonai es su nombre! 7 ¿No sois vosotros para mí como hijos de kusitas, oh hijos de Israel? - oráculo de Adonai - ¿No hice yo subir a Israel del país de Egipto, como a los filisteos de Kaftor y a los arameos de Quir? 8 He aquí que los ojos del Señor Adonai están sobre el reino pecador; voy a exte rminarlo de la haz de la tierra, aunque no exterminaré del todo a la casa de Jacob - oráculo de Adonai. 9 Pues he aquí que yo doy orden, y zarandearé a la casa de Israel entre todas las naciones, como se zarandea con la criba sin que ni un grano caiga en tierra.

10 A espada morirán todos los pecadores de mi pueblo, esos que dicen: "¡No se a cercará, no nos alcanzará la desgracia!" 11 Aquel día levantaré la cabaña de David ruinosa, repararé sus brechas y restauraré sus ruinas; la reconstruiré como en los días de antaño, 12 para que posean lo que queda de Edom y de todas las naciones sobre las q ue se ha invocado mi nombre, oráculo de Adonai, el que hace esto. 13 He aquí que vienen días - oráculo de Adonai - en que el arador empalmará con el segador y el pisador de la uva con el sembrador; destilarán vino los montes y toda s las colinas se derretirán. 14 Entonces haré volver a los deportados de mi pueblo Israel; reconstruirán las ciudades devastadas, y habitarán en ellas, plantarán viñas y beberán su vino, harán huert as y comerán sus frutos. 15 Yo los plantaré en su suelo y no serán arrancados nunca más del suelo que yo l es di, dice Adonai, tu Di-s. ABDÍAS Abdías 1 1 Visión de Abdías. Así dice el Señor Adonai a Edom: Una nueva he oído de parte de A donai, un mensajero ha sido enviado entre las naciones: "¡En pie, levantémonos contr a él en guerra!" 2 Mira, yo te he hecho pequeño entre las naciones, bien despreciable eres. 3 La soberbia de tu corazón te ha engañado, tú que habitas en las hendiduras de la roca, que pones en la altura tu morada, y dices en tu corazón: "¿Quién me hará bajar a tierra?" 4 Aunque te encumbres como él águila, y pongas tu nido en las estrellas, de al lí te haré bajar yo - oráculo de Adonai. 5 Si vinieran ladrones donde ti o salteadores por la noche, ¿no te robarían lo que les bastase?Si vinieran a ti vendimiadores, ¿no dejarían rebuscos? ¡Cómo has sido a rrasado! 6 ¡Cómo ha sido registrado Esaú, escudriñados sus escondrijos! 7 Te han rechazado hasta la frontera todos los que eran tus aliados, te ha n engañado, te han podido los que contigo en paz estaban.Los que comían tu pan te po nen debajo un lazo: "¡Ya no hay en él inteligencia!" 8 ¿Es que el día aquel - oráculo de Adonai - no suprimiré yo de Edom los sabios, y la inteligencia de la montaña de Esaú? 9 Y tendrán miedo tus bravos, Temán, para que sea extirpado todo hombre de la montaña de Esaú.Por la matanza, 10 por la violencia contra Jacob tu hermano, te cubrirá la vergüenza, y serás ext irpado para siempre. 11 El día que te quedaste a un lado, cuando extranjeros llevaban su ejército ca utivo, cuando entraban extraños por sus puertas, y sobre Yerushalaim echaban suert es, tú eras como uno de ellos. 12 ¡No mires con placer el día de tu hermano, el día de su desgracia, no te alegr es de los hijos de Judá, en el día de su ruina, no dilates tu boca en el día de su ang ustia! 13 ¡No entres por la puerta de mi pueblo en el día de su infortunio, no mires c on placer también tú su desgracia en el día de su infortunio, no lleves tu mano a su r iqueza, en el día de su infortunio! 14 ¡No te apostes en las encrucijadas, para exterminar a sus fugitivos, no en tregues a sus supervivientes en el día de la angustia! 15 Porque está cerca el Día de Adonai para todas las naciones.Como tú has hecho, se te hará: sobre tu cabeza recaerá tu merecido. 16 ¡Sí, como vosotros bebisteis sobre mi santo monte, beberán sin cesar todas las naciones, beberán y se relamerán, y serán luego como si no hubiesen sido! 17 Pero en el monte Sión habrá supervivencia - será lugar santo - y la casa de Ja cob recobrará sus posesiones. 18 Y será fuego la casa de Jacob, la casa de José una llama, estopa la casa de Esaú.Los quemarán y los devorarán, no habrá un evadido de la casa de Esaú: ¡ha hablado Adona i!

19 Los del Négueb poseerán la montaña de Esaú, los de la Tierra Baja el país de los f ilisteos, poseerán la campiña de Efraím y la campiña de Samaria, y los de Benjamín poseerán Galaad. 20 Los deportados, este ejército de los hijos de Israel, poseerán Canaán hasta Sa repta, y los deportados de Yerushalaim, que están en Sefarad, poseerán las ciudades del Négueb. 21 Y subirán victoriosos al monte Sión, para juzgar a la montaña de Esaú. ¡Y la reale za será de Adonai!

JONÁS Jonás 1 1 La palabra de Adonai fue dirigida a Jonás, hijo de Amittay, en estos término s: 2 "Levántate, vete a Nínive, la gran ciudad, y proclama contra ella que su mal dad ha subido hasta mí." 3 Jonás se levantó para huir a Tarsis, lejos de Adonai, y bajó a Joppe, donde en contró un barco que salía para Tarsis: pagó su pasaje y se embarcó para ir con ellos a T arsis, lejos de Adonai. 4 Pero Adonai desencadenó un gran viento sobre el mar, y hubo en el mar una borrasca tan violenta que el barco amenazaba romperse. 5 Los marineros tuvieron miedo y se pusieron a invocar cada uno a su dios; luego echaron al mar la carga del barco para aligerarlo. Jonás, mientras tanto, h abía bajado al fondo del barco, se había acostado y dormía profundamente. 6 El jefe de la tripulación se acercó a él y le dijo: "¿Qué haces aquí dormido? ¡Levánt e invoca a tu Di-s! Quizás Di-s se preocupe de nosotros y no perezcamos." 7 Luego se dijeron unos a otros: "Ea, echemos a suertes para saber por cul pa de quién nos ha venido este mal." Echaron a suertes, y la suerte cayó en Jonás. 8 Entonces le dijeron: "Anda, indícanos tú, por quien nos ha venido este mal, cuál es tu oficio y de dónde vienes, cuál es tu país y de qué pueblo eres." 9 Les respondió: "Soy hebreo y temo a Adonai, Di-s del cielo, que hizo el ma r y la tierra." 10 Aquellos hombres temieron mucho y le dijeron: "¿Por qué has hecho esto?" Pue s supieron los hombres que iba huyendo lejos de Adonai por lo que él había manifest ado. 11 Y le preguntaron: "¿Qué hemos de hacer contigo para que el mar se nos calme? " Pues el mar seguía encrespándose. 12 Les respondió: "Agarradme y tiradme al mar, y el mar se os calmará, pues sé qu e es por mi culpa por lo que os ha sobrevenido esta gran borrasca." 13 Los hombres se pusieron a remar con ánimo de alcanzar la costa, pero no pu dieron, porque el mar seguía encrespándose en torno a ellos. 14 Entonces clamaron a Adonai, diciendo: "¡Ah, Adonai, no nos hagas perecer a causa de este hombre, ni pongas sobre nosotros sangre inocente, ya que tú, Adona i, has obrado conforme a tu beneplácito!" 15 Y, agarrando a Jonás, le tiraron al mar; y el mar calmó su furia. 16 Y aquellos hombres temieron mucho a Adonai; ofrecieron un sacrificio a A donai y le hicieron votos. Jonás 2 1 Dispuso Adonai un gran pez que se tragase a Jonás, y Jonás estuvo en el vien tre del pez tres días y tres noches. 2 Jonás oró a Adonai su Di-s desde el vientre del pez. 3 Dijo: Desde mi angustia clamé a Adonai y él me respondió; desde el seno del se ol grité, y tú oíste mi voz. 4 Me habías arrojado en lo más hondo, en el corazón del mar, una corriente me ce rcaba: todas tus olas y tus crestas pasaban sobre mí. 5 Yo dije: ¡Arrojado estoy de delante de tus ojos! ¿Cómo volveré a contemplar tu s anto Templo? 6 Me envolvían las aguas hasta el alma, me cercaba el abismo, un alga se enr edaba a mi cabeza.

7 A las raíces de los montes descendí, a un país que echó sus cerrojos tras de mí pa ra siempre, mas de la fosa tú sacaste mi vida,Adonai, Di-s mío. 8 Cuando mi alma en mí desfallecía me acordé de Adonai, y mi oración llegó hasta ti, hasta tu santo Templo. 9 Los que veneran vanos ídolos su propia gracia abandonan. 10 Mas yo con voz de acción de gracias te ofreceré sacrificios, los votos que h ice cumpliré. ¡De Adonai la salvación! 11 Y Adonai dio orden al pez, que vomitó a Jonás en tierra. Jonás 3 1 Por segunda vez fue dirigida la palabra de Adonai a Jonás en estos términos: 2 "Levántate, vete a Nínive, la gran ciudad y proclama el mensaje que yo te di ga." 3 Jonás se levantó y fue a Nínive conforme a la palabra de Adonai. Nínive era una ciudad grandísima, de un recorrido de tres días. 4 Jonás comenzó a adentrarse en la ciudad, e hizo un día de camino proclamando: "Dentro de cuarenta días Nínive será destruida." 5 Los ninivitas creyeron en Di-s: ordenaron un ayuno y se vistieron de say al desde el mayor al menor. 6 La palabra llegó hasta el rey de Nínive, que se levantó de su trono, se quitó su manto, se cubrió de sayal y se sentó en la ceniza. 7 Luego mandó pregonar y decir en Nínive: "Por mandato del rey y de sus grande s, que hombres y bestias, ganado mayor y menor, no prueben bocado ni pasten ni b eban agua. 8 Que se cubran de sayal y clamen a Di-s con fuerza; que cada uno se convi erta de su mala conducta y de la violencia que hay en sus manos. 9 ¡Quién sabe! Quizás vuelva Di-s y se arrepienta, se vuelva del ardor de su cóler a, y no perezcamos." 10 Vio Di-s lo que hacían, cómo se convirtieron de su mala conducta, y se arrep intió Di-s del mal que había determinado hacerles, y no lo hizo. Jonás 4 1 Jonás, se disgustó mucho por esto y se irritó; 2 y oró a Adonai diciendo: "¡Ah, Adonai!, ¿no es esto lo que yo decía cuando estab a todavía en mi tierra? Fue por eso por lo que me apresuré a huir a Tarsis. Porque b ien sabía yo que tú eres un Di-s clemente y misericordioso, tardo a la cólera y rico e n amor, que se arrepiente del mal. 3 Y ahora, Adonai, te suplico que me quites la vida, porque mejor me es la muerte que la vida." 4 Mas Adonai dijo: "¿Te parece bien irritarte?" 5 Salió Jonás de la ciudad y se sentó al oriente de la ciudad; allí se hizo una ca baña bajo la cual se sentó a la sombra, hasta ver qué sucedía en la ciudad. 6 Entonces Adonai Di-s dispuso una planta de ricino que creciese por encim a de Jonás para dar sombra a su cabeza y librarle así de su mal. Jonás se puso muy con tento por aquel ricino. 7 Pero al día siguiente, al rayar el alba, Adonai mandó a un gusano, y el gusa no picó al ricino, que se secó. 8 Y al salir el sol, mandó Di-s un sofocante viento solano. El sol hirió la ca beza de Jonás, y éste se desvaneció; se deseó la muerte y dijo: "¡Mejor me es la muerte qu e la vida!" 9 Entonces Di-s dijo a Jonás: "¿Te parece bien irritarte por ese ricino?" Resp ondió: "¡Sí, me parece bien irritarme hasta la muerte!" 10 Y Adonai dijo: "Tu tienes lástima de un ricino por el que nada te fatigast e, que no hiciste tú crecer, que en el término de una noche fue y en el término de un a noche feneció. 11 ¿Y no voy a tener lástima yo de Nínive, la gran ciudad, en la que hay más de cie nto veinte mil personas que no distinguen su derecha de su izquierda, y una gra n cantidad de animales?"

MIQUEAS Miqueas 1 1 Palabra de Adonai que fue dirigida a Miqueas de Moréset, en tiempo de Jota m, Ajaz y Ezequías, reyes de Judá. Sus visiones sobre Samaria y Yerushalaim. 2 ¡Escuchad, pueblos todos, atiende tierra y cuanto encierras! ¡Sea testigo Ad onai contra vosotros, el Señor desde su santo Templo! 3 Pues he aquí que Adonai sale de su lugar, baja y huella las alturas de la tierra. 4 Debajo de él los montes se derriten, y los valles se hienden, como la cera al fuego, como aguas que se precipitan por una pendiente. 5 Todo esto por el delito de Jacob, por los pecados de la casa de Israel. ¿C uál es el delito de Jacob? ¿No es Samaria? ¿Cuál es el pecado de la casa de Judá? ¿No es Yer ushalaim? 6 "Voy a hacer de Samaria una ruina de campo, un plantío de viñas.Haré rodar sus piedras por el valle, pondré al desnudo sus cimientos. 7 Todos sus ídolos serán machacados, todos sus dones quemados al fuego, todas sus imágenes las dejaré en desolación, porque han sido amontonadas con don de prostitu ta y a don de prostituta tornarán." 8 Por eso me lamentaré y gemiré, andaré descalzo y desnudo, lanzaré aullidos como los chacales, y lamentos como las avestruces; 9 porque su herida es incurable, hasta Judá ha llegado, ha tocado hasta la p uerta de mi pueblo, hasta Yerushalaim. 10 = ¡No lo contéis en Gat = en... no derraméis llanto! ¡En Bet Leafrá revolveos en e l polvo! 11 ¡Toca el cuerno, habitante de Safir! ¡De su ciudad no sale la que habita en Saanán! ¡Bet Haesel desde sus cimientos ha sido arrancada, desde la base de su empla zamiento! 12 ¿Cómo podrá esperar el bien la que habita en Marot?Porque ha llegado el mal de parte de Adonai a la puerta de Yerushalaim. 13 ¡Unce al carro los corceles, habitante de Lakís! (Tal fue el comienzo del pe cado para la hija de Sión, porque en ti se encontraban los delitos de Israel.) 14 Por eso tendrás que devolver la dote a Moréset Gat.Bet Akzib será una mentira para los reyes de Israel. 15 ¡Aún te traeré al conquistador, habitante de Maresá!Hasta Adullam se irá la gloria de Israel! 16 ¡Arranca tus cabellos, mésate, por los hijos de tus delicias, ensancha tu ca lva como la del buitre, porque lejos de ti van deportados! Miqueas 2 1 ¡Ay de aquellos que meditan iniquidad, que traman maldad en sus lechos y a l despuntar la mañana lo ejecutan, porque está en poder de sus manos! 2 Codician campos y los roban, casas, y las usurpan; hacen violencia al ho mbre y a su casa, al individuo y a su heredad. 3 Por eso, así dice Adonai:He aquí que yo medito, contra esta ralea, una hora de infortunio de la que no podréis sustraer vuestro cuello. ¡No andaréis con altivez, porque será un tiempo de desgracia! 4 Aquel día se proferirá sobre vosotros una sátira, se plañirá una lamentación y se di rá: "¡Estamos despojados del todo; la porción de mi pueblo se ha medido a cordel, y no hay quien restituya; a nuestros saqueadores les tocan nuestros campos!" 5 Por eso no habrá para vosotros nadie que tire el cordel sobre un lote en l a asamblea de Adonai. 6 "¡No babeéis - babean ellos - que no babeen de esa manera! ¡El oprobio no nos alcanzará! 7 ¿Es acaso maldita la casa de Jacob? ¿Se ha cortado el soplo de Adonai? ¿Es ése s u proceder? ¿Es que no favorecen sus palabras a su pueblo Israel?" 8 Sois vosotros los que contra mi pueblo como enemigos os alzáis.Al irreproc hable le arrancáis el manto; al que pasa confiado le infligís los desastres de la gu erra. 9 A las mujeres de mi pueblo expulsáis de las casas de sus delicias; de sobr

e sus niños arrancáis mi honor para siempre: 10 "¡Levantaos, marchad, que esta no es hora de reposo!Por una bagatela exigís una prenda agobiante. 11 Si un hombre anda al viento, inventando mentiras: "Yo babeo para ti vino y licor", ése será el baboso de este pueblo. 12 Voy a reunir a Jacob todo entero, voy a recoger al Resto de Israel; los agruparé como ovejas en el aprisco, como rebaño en medio del pastizal, harán estrépito l ejos de los hombres. 13 El que abre brecha subirá delante de ellos; abrirán brecha, pasarán la puerta, y por ella saldrán; su rey pasará delante de ellos, y Adonai a su cabeza. Miqueas 3 1 Yo dije:Escuchad, pues, jefes de Jacob, y dirigentes de la casa de Israe l: ¿No es cosa vuestra conocer el derecho, 2 vosotros que odiáis el bien y amáis el mal, (que les arrancáis la piel de enci ma, y la carne de sobre sus huesos?) 3 Los que han comido la carne de mi pueblo y han desollado su piel y quebr ado sus huesos, los que le han despedazado como carne en la caldera, como vianda dentro de una olla, 4 clamarán entonces a Adonai, pero él no les responderá: esconderá de ellos su ros tro en aquel tiempo, por los crímenes que cometieron. 5 Así dice Adonai contra los profetas que extravían a mi pueblo, los que, mien tras mascan con sus dientes, gritan: "¡Paz!", mas a quien no pone nada en su boca le declaran guerra santa. 6 Por eso tendréis noche sin visión, oscuridad sin adivinación; ¡se pone el sol so bre los profetas, sobre ellos el día se oscurece! 7 Tendrán vergüenza los videntes, y confusión los adivinos; y se taparán todos el bigote, por no haber ya respuesta de Di-s. 8 Yo, en cambio, estoy lleno de fuerza, por el espíritu de Adonai, y de juic io y bravura, para denunciar a Jacob su delito, y a Israel su pecado. 9 Escuchad esto, jefes de la casa de Jacob, y dirigentes de la casa de Isr ael, que abomináis el juicio y torcéis toda rectitud, 10 que edificáis a Sión con sangre, y a Yerushalaim con maldad. 11 Sus jefes juzgan por soborno, sus sacerdotes enseñan por salario, sus prof etas vaticinan por dinero, y se apoyan en Adonai diciendo: "¿No está Adonai en medio de nosotros? ¡No vendrá sobre nosotros ningún mal!" 12 Por eso, por culpa vuestra,Sión será un campo que se ara,Yerushalaim se hará u n montón de ruinas, y el monte de la Casa un otero salvaje. Miqueas 4 1 Sucederá en días futuros que el monte de la Casa de Adonai será asentado en la cima de los montes, y se alzará por encima de las colinas.Y afluirán a él los pueblos , 2 acudirán naciones numerosas y dirán: "Venid, subamos al monte de Adonai, a l a Casa del Di-s de Jacob, para que él nos enseñe sus caminos, y nosotros sigamos sus senderos".Pues de Sión saldrá la Ley, y de Yerushalaim la palabra de Adonai. 3 El juzgará entre pueblos numerosos, y corregirá a naciones poderosas; forjarán ellas sus espadas en azadones, y sus lanzas en podaderas.No blandirá más la espada nación contra nación, ni se adiestrarán más para la guerra. 4 Se sentará cada cual bajo su parra, y bajo su higuera, sin que nadie le in quiete, ¡la boca de Adonai Sebaot ha hablado! 5 Pues todos los pueblos caminan cada uno en el nombre de sus dioses, pero nosotros caminamos en el nombre de Adonai nuestro Di-s, para siempre jamás. 6 Aquel día - oráculo de Adonai - yo recogeré a la oveja coja, reuniré a la perseg uida, y a la que yo había maltratado. 7 De las cojas haré un Resto, de las alejadas una nación fuerte.Entonces reina rá Adonai sobre ellos en el monte Sión, desde ahora y por siempre. 8 Y tú, Torre del Rebaño,Ofel de la hija de Sión, va a venir, va a entrar en ti el dominio de antaño, la realeza de la hija de Yerushalaim.

9 Y ahora, ¿por qué clamas? ¿es que no hay rey en ti? ¿Ha perecido tu consejero, q ue un espasmo te atenaza cual de mujer en parto? 10 ¿Retuércete y grita, hija de Sión, como mujer en parto, porque ahora vas a sal ir de la ciudad, y en el campo morarás.Llegarás hasta Babel, y allí serás liberada, y al lí te rescatará Adonai de la mano de tus enemigos. 11 Ahora se juntan contra ti numerosas naciones; y dicen: "¡Sea profanada, qu e en Sión se regodeen nuestros ojos!" 12 Pero ellos no conocen los proyectos de Adonai, ni comprenden su designio : que los ha reunido como gavillas en la era. 13 ¡Levántate y trilla, hija de Sión!Que yo haré tu cuerno de hierro, y haré de bronc e tus pezuñas: triturarás a pueblos numerosos, y consagrarás su botín en anatema a Adona i, y su riqueza al Señor de toda la tierra. 14 ¡Y ahora, fortifícate, Fortaleza! ¡Se ha puesto asedio contra nosotros, con va ra hieren en al mejilla al juez de Israel! Miqueas 5 1 Mas tú, Belén Efratá, aunque eres la menor entre las familias de Judá, de ti me ha de salir aquel que ha de dominar en Israel, y cuyos orígenes son de antigüedad, d esde los días de antaño. 2 Por eso él los abandonará hasta el tiempo en que dé a luz la que ha de dar a l uz.Entonces el resto de sus hermanos volverá a los hijos de Israel. 3 El se alzará y pastoreará con el poder de Adonai, con la majestad del nombre de Adonai su Di-s.Se asentarán bien, porque entonces se hará él grande hasta los conf ines de la tierra. 4 El será la Paz.Si Asur invade nuestra tierra, y huella nuestro suelo, susc itaremos contra él siete pastores, y ocho príncipes de hombres. 5 Ellos pastorearán el país de Asur con espada, y el país de Nemrod con acero.El nos librará de Asur, si invade nuestra tierra, y huella nuestro término. 6 Y será el Resto de Jacob, en medio de pueblos numerosos, como rocío que vien e de Adonai, como lluvia sobre la hierba, él, que no espera en el hombre ni aguard a nada de los hijos de hombre. 7 Será entonces el Resto de Jacob entre las naciones, en medio de pueblos nu merosos, como león entre las bestias de la selva, como leoncillo entre los rebaños d e ganado menor, que si pasa, pisotea, y si desgarra, no hay quien libre. 8 ¡Que tu mano se alce contra los adversarios y todos tus enemigos sean exti rpados! 9 Y sucederá aquel día - oráculo de Adonai - que yo extirparé de en medio de ti tu s caballos, y haré desaparecer tus carros; 10 extirparé las ciudades de tu tierra, y demoleré todas tus fortalezas; 11 extirparé de tu mano las hechicerías, y no habrá para ti más adivinos; 12 extirparé tus estatuas y tus estelas de en medio de ti, y ya no podrás postr arte más ante la obra de tus manos, 13 arrancaré de en medio de ti tus cipos y aniquilaré tus ídolos. 14 ¡Venganza tomaré con cólera y furor de las naciones que no escucharon! Miqueas 6 1 Escuchad ahora lo que dice Adonai: "¡Levántate, pleitea con los montes y oig an las colinas tu voz!" 2 ¡Escuchad, montes, el pleito de Adonai, prestad oído, cimientos de la tierra , pues Adonai tiene pleito con su pueblo, se querella contra Israel: 3 "Pueblo mío, ¿qué te he hecho? ¿En qué te he molestado? Respóndeme. 4 ¿En que te hice subir del país de Egipto, y de la casa de servidumbre te res caté, y mandé delante de ti a Moisés,Aarón y María? 5 Pueblo mío, recuerda, por favor, qué maquinóBalaq, rey de Moab, y qué le contestó Balaam, hijo de Beor, ... desde Sittim hasta Guilgal, para que conozcas las just icias de Adonai." 6 - "¿Con qué me presentaré yo a Adonai, me inclinaré ante el Di-s de lo alto? ¿Me p resentaré con holocaustos, con becerros añales? 7 ¿Aceptará Adonai miles de carneros, miríadas de torrentes de aceite? ¿Daré mi prim ogénito por mi delito, el fruto de mis entrañas por el pecado de mi alma?"

8 - "Se te ha declarado, hombre, lo que es bueno, lo que Adonai de ti recl ama: tan sólo practicar la equidad, amar la piedad y caminar humildemente con tu D i-s." 9 La voz de Adonai grita a la ciudad: ¡Escuchad, tribu y consejo de la ciuda d! 10 He de soportar yo una medida falsa y una arroba menguada, abominable? 11 ¿Tendré por justa la balanza infractora y la bolsa de pesas de fraude? 12 ¡Sus ricos están llenos de violencia, y sus habitantes hablan falsedad: (su lengua es la mentira en su boca)! 13 Por eso yo también he comenzado a herirte, a devastarte por tus pecados. 14 Tú comerás, pero no te saciarás, tu mugre estará dentro de ti.Pondrás a buen recau do, mas nada salvarás, y lo que hayas salvado lo entregaré yo a la espada. 15 Sembrarás y no segarás, pisarás la aceituna y no te ungirás de aceite, el mosto, y no beberás vino. 16 Tú observas los decretos de Omrí, y todas las prácticas de la casa de Ajab; te conduces según sus consejos, para que yo te convierta en estupor y a tus habitant es en rechifla, y soportéis el oprobio de los pueblos.

Miqueas 7 1 ¡Ay de mí, que he venido a ser como en las recolecciones de verano, como en las rebuscas de la vendimia! ¡Ni un racimo que comer, ni una breva que tanto desea mi alma! 2 ¡Ha desaparecido de la tierra el fiel, no queda un justo entre los hombres !Todos acechan en busca de sangre, cada cual atrapa en la red a su hermano. 3 Para el mal sus dos manos adiestran: el príncipe exige, y también el juez, r ecompensa; el grande habla de la codicia de su alma, y él y ellos lo urden. 4 Su bondad es como cardo, peor que un zarzal su rectitud. ¡El día de tus cent inelas, tu visita ha llegado! ¡Ahora será su consternación! 5 ¡No creáis en compañero, no confiéis en amigo; de la que se acuesta en tu seno g uarda la puerta de tu boca! 6 Porque el hijo ultraja al padre, la hija se alza contra su madre, la nue ra contra su suegra, y enemigos de cada cual son los de su casa. 7 Mas yo miro hacia Adonai, espero en el Di-s de mi salvación: mi Di-s me es cuchará. 8 No te alegres de mí, enemiga mía, porque si caigo, me levantaré, y si estoy po strada en tinieblas,Adonai es mi luz. 9 La cólera de Adonai soportaré, ya que he pecado contra él, hasta que él juzgue m i causa y ejecute mi juicio; él me sacará a la luz, y yo contemplaré su justicia. 10 Lo verá mi enemiga, y se cubrirá de vergüenza, ella que me decía: "¿Dónde está Adonai tu Di-s?" ¡Mis ojos se regodearán en ella cuando sea cosa pisoteada como el fango de las calles! 11 ¡El día de reedificar tus muros! ¡Aquel día será dilatada la frontera, 12 el día que se venga hacia ti desde Asiria hasta Egipto, desde Tiro hasta e l Río, de mar a mar, de monte a monte! 13 Y la tierra quedará en desolación, a causa de sus habitantes, como fruto de sus obras. 14 Apacienta tu pueblo con tu cayado, el rebaño de tu heredad, que mora solit ario en la selva, en medio de un campo ferazQue pazcan en Basán y Galaad como en l os días de antaño. 15 Como en los días de tu salida del país de Egipto, hazme ver prodigios. 16 Verán las naciones y se avergonzarán de toda su prepotencia; pondrán en la boc a la mano y sus oídos quedarán sordos. 17 Lamerán el polvo como la serpiente, como los reptiles de la tierra. ¡Se estr emecerán desde sus encierros, hacia Adonai nuestro Di-s vendrán temblando, y tendrán m iedo de ti! 18 ¿Qué Di-s hay como tú, que quite la culpa y pase por alto el delito del Resto de tu heredad?No mantendrá su cólera por siempre pues se complace en el amor; 19 volverá a compadecerse de nosotros, pisoteará nuestras culpas. ¡Tú arrojarás al fo ndo del mar todos nuestros pecados! 20 Otorga fidelidad a Jacob amor a Abraham, como juraste a nuestros padres,

desde los días de antaño. NAHÚM Nahúm 1 1 Oráculo sobre Nínive. Libro de la visión de Nahúm de Elcós. 2 ¡Di-s celoso y vengador Adonai, vengador Adonai y rico en ira!Se venga Ado nai de sus adversarios, guarda rencor a sus enemigos. 3 Adonai tardo a la cólera, pero grande en poder, y a nadie deja impune Adon ai.En la tempestad y el huracán camina, y las nubes son el polvo de sus pies. 4 Amenaza al mar y lo deja seco, y todos los ríos agota. ... languidecen el Basán y el Carmelo, la flor del Líbano se amustia. 5 Tiemblan los montes ante él, y las colinas se estremecen; en su presencia se levanta la tierra, el orbe y todos los que en él habitan. 6 Ante su enojo ¿quién puede tenerse? ¿Quién puede resistir el ardor de su cólera?Su furor se derrama como fuego, y las rocas se quiebran ante él. 7 Bueno es Adonai para el que en él es pera, un refugio en el día de la angust ia; él conoce a los que a él se acogen, 8 cuando pasa la inundación.Hace exterminio de los que se alzan contra él, a s us enemigos persigue hasta en las tinieblas. 9 ¿Qué meditáis contra Adonai?El es el que hace exterminio, no se alzará dos veces la opresión; 10 porque ellos, espinos aún enmarañados, empapados de bebida, como paja seca s erán enteramente consumidos. 11 ¡De ti ha salido el que medita el mal contra Adonai, el consejero de Belia l! 12 Así dice Adonai:Por más incólumes que estén, por más que sean, serán talados y desap arecerán.Si te he humillado, no volveré a humillarte más. 13 Y ahora voy a quebrar de sobre ti su yugo, y a romper tus cadenas. 14 Y sobre ti ha dado orden Adonai:No habrá más descendencia de tu nombre; de l a casa de tus dioses extirparé imágenes esculpidas y fundidas, preparé tu tumba, porqu e eres despreciable. Nahúm 2 1 ¡He aquí por los montes los pies del mensajero de buenas nuevas, el que anun cia la paz!Celebra tus fiestas, Judá, cumple tus votos, porque no volverá a pasar po r ti Belial: ha sido extirpado totalmente. 2 ¡Sube un destructor contra ti! ¡Monta la guardia en la fortaleza, vigila el camino, cíñete los lomos, refuerza bien tu fuerza! 3 Pues Adonai restablece la viña de Jacob, como la viña de Israel.Devastadores la habían devastado, habían destruido sus sarmientos. 4 El escudo de sus bravos es rojo, valientes vestidos de escarlata; con fu ego de hierros brillan los carros, el día que los preparan, y son impacientes los jinetes. 5 Por las calles corren furiosos los carros, se precipitan en las plazas, su aspecto es semejante a antorchas, como relámpago se lanzan. 6 Se da la voz a los bravos; en su marcha se entrechocan; se apresuran hac ia la muralla y se prepara el parapeto. 7 Las puertas que dan al Río se abren y en el palacio cunde el pánico. 8 La Belleza es deportada, arrancada, sus siervas gimen, como gemido de pa lomas, y se golpean el corazón. 9 Nínive es como una alberca cuyas aguas se van. "¡Deteneos, deteneos!"Pero na die se vuelve. 10 "Saquead la plata, saquead el oro." ¡Es un tesoro que no tiene fin, grávido de todos los objetos preciosos! 11 ¡Destrozo, saqueo, devastación! ¡Corazones que se disuelven y rodillas que vac ilan y estremecimiento en todos los lomos y todos los rostros que mudan de color ! 12 ¿Dónde está el cubil de los leones, la cueva de los leoncillos, a donde iba el león a llevar la cría del león, sin que nadie le inquietase?

13 El león dilaceraba para sus cachorros, estrangulaba para sus leonas, llena ba de presas sus escondrijos y de rapiñas sus cubiles. 14 Aquí estoy contra ti, - oráculo de Adonai Sebaot -: encenderé en humareda tus carros, y la espada devorará a tus leoncillos; suprimiré de la tierra tu presa, y no se oirá más la voz de tus mensajeros.

Nahúm 3 1 ¡Ay de la ciudad sanguinaria, mentira toda ella, llena de rapiña, de incesan te pillaje! 2 ¡Chasquido de látigos, estrépito de ruedas! ¡Caballos que galopan, carros que sa ltan, 3 caballería que avanza, llamear de espadas, centellear de lanzas... multitu d de heridos, montones de muertos, cadáveres sin fin, cadáveres en los que se tropie za! 4 Es por las muchas prostituciones de la prostituta, bella de gracia y mae stra en sortilegios, que vendía a las naciones con sus prostituciones y a los pueb los con sus sortilegios. 5 Aquí estoy contra ti - oráculo de Adonai Sebaot -: voy a alzar tus faldas ha sta tu cara, mostraré a las naciones tu desnudez, a los reinos tu vergüenza. 6 Arrojaré inmundicia sobre ti, te deshonraré y te pondré como espectáculo. 7 Y sucederá que todo el que te vea huirá de ti y dirá: "¡asolada está Nínive! ¿Quién t rá piedad de ella? ¿Dónde buscarte consoladores?" 8 ¿Eres acaso tú mejor que No Amón, la asentada entre los Nilos, (rodeada de agu as), cuya barrera era el mar, cuya muralla las aguas? 9 Etiopía y Egipto eran su fuerza que no tenía límite;Put y los libios venían en s u ayuda. 10 También ella fue al destierro, al cautiverio partió, también sus niños fueron es trellados en el cruce de todas las calles; se echaron suertes sobre sus notables , y todos sus grandes fueron aherrojados con cadenas. 11 También tú quedarás ebria, serás ésa que se esconde, también tú buscarás un refugio c ra el enemigo. 12 Todas tus fortalezas son higueras cargadas de brevas: si se las sacude, caen en la boca de quien va a comerlas. 13 He ahí a tu pueblo: mujeres en medio de ti; a tus enemigos se abren entera s las puertas de tu país, el fuego ha devorado tus cerrojos. 14 Sácate agua para el asedio, refuerza tus fortalezas, métete en la arcilla, p isa el mortero, toma el molde de ladrillos. 15 Allí el fuego te consumirá, la espada te exterminará, (te devorará como el pulgón. )Multiplícate como el pulgón, multiplícate como la langosta; 16 multiplica tus mercaderes más que las estrellas del cielo, se despliegan l os pulgones y se vuelan, 17 tus guardias como langostas, y tus escribas como enjambres de insectos, que se posan en las tapias en un día de frío; sale el sol y se van, y nadie sabe dónde . ¡Ay, cómo están 18 dormidos tus pastores, rey de Asur!Dormitan tus capitanes, tu pueblo está disperso por los montes, y no hay quien los reúna. 19 ¡No hay remedio para tu herida, incurable es tu llaga!Todos los que notici a de ti oyen baten palmas sobre ti; pues ¿sobre quién no pasó sin tregua tu maldad?

HABACUC Habacuc 1 1 Oráculo que tuvo en visión el profeta Habacuc. 2 ¿Hasta cuándo, Adonai, pediré auxilio, sin que tú escuches, clamaré a ti: "¡Violenci a!" sin que tú salves? 3 ¿Por qué me haces ver la iniquidad, y tú miras la opresión? ¡Ante mí rapiña y violenc a, querella hay y discordia se suscita! 4 Por eso la ley se desvirtúa, y no aparece el juicio. ¡Sí, el impío asedia al jus to, por eso aparece el juicio pervertido! 5 Mirad a las gentes, contemplad, quedad estupefactos, atónitos: voy a hacer

yo una obra en vuestros días que no creeríais si se os contara. 6 Pues he aquí que yo suscito a los caldeos, pueblo acerbo y fogoso, que rec orre las anchuras de la tierra, para apoderarse de moradas ajenas. 7 Espantoso es y terrible; de él solo salen su juicio y su grandeza; 8 más raudos son que leopardos sus caballos, más agudos que lobos de la tarde; sus jinetes galopan, vienen de lejos sus jinetes, vuelan como águila que se preci pita a devorar. 9 Llegan todos para hacer violencia, el ardor de sus rostros, como un vien to del este, amontona cautivos como arena. 10 Y él se burla de los reyes, los soberanos le sirven de irrisión; se ríe de tod a fortaleza, levanta un terraplén y la toma. 11 Luego se cambia el viento y pasa, y él aparece culpable por hacer de su fu erza su dios. 12 ¿No eres tú desde antiguo, Adonai, mi Di-s, mi santo? ¡Tú no mueres! ¡Para juicio le pusiste tú, Adonai, oh Roca, para castigar le estableciste! 13 Muy limpio eres de ojos para mirar el mal, ver la opresión no puedes. ¿Por q ué ves a los traidores y callas cuando el impío traga al que es más justo que él? 14 Tú tratas a los hombres como a peces del mar, como a reptiles que no tiene n amo. 15 A todos los saca él con anzuelo, los atrae en su red, en su traína los recog e.Por eso se alegra y regocija, 16 por eso sacrifica a su red, e inciensa a su traína, porque gracias a ellas es pingüe su porción, y suculenta su comida.

17 Por eso vacía sin cesar su red para matar naciones sin piedad. Habacuc 2 1 En mi puesto de guardia me pondré, me plantaré en mi muro, y otearé para ver l o que él me dice, lo que responde a mi querella. 2 Y me respondió Adonai y dijo: "Escribe la visión, ponla clara en tablillas p ara que se pueda leer de corrido. 3 Porque es aún visión para su fecha, aspira ella al fin y no defrauda; si se tarda, espérala, pues vendrá ciertamente, sin retraso. 4 "He aquí que sucumbe quien no tiene el alma recta, más el justo por su fidel idad vivirá." 5 ¡Oh, ciertamente es traidora la riqueza! ¡Es hombre fatuo y no tendrá éxito el q ue ensancha como el seol sus fauces; como la muerte, él nunca se sacia, reúne para sí todas las naciones, acapara para sí los pueblos todos! 6 ¿No profetizarán todos éstos sobre él una sátira, adivinanzas y enigmas sobre él?Dirá : ¡Ay de quien amontona lo que no es suyo (¿hasta cuándo?) y se carga de prendas empeñad as! 7 ¿No se alzarán de repente tus acreedores, no se despertarán tus vejadores, y s erás presa de ellos? 8 Por haber saqueado a naciones numerosas, te saqueará a ti todo el resto de los pueblos, por la sangre del hombre y la violencia a la tierra, a la ciudad y a todos los que la habitan. 9 ¡Ay de quien gana ganancia inmoral para su casa, para poner su nido en alt o y escapar a la garra del mal! 10 ¡Vergüenza para tu casa has sentenciado: al derribar a muchos pueblos, contr a ti mismo pecas! 11 Porque la piedra grita desde el muro, y la viga desde el maderamen le re sponde. 12 ¡Ay de quien edifica una ciudad con sangre, y funda un pueblo en la injust icia! 13 ¿No viene de Adonai Sebaot que los pueblos se fatiguen para el fuego y las gentes se agoten para nada? 14 = ¡Pues la tierra se llenará del conocimiento de la gloria de Adonai, como l as aguas cubren el mar! = 15 ¡Ay del que da de beber a sus vecinos, y les añade su veneno hasta embriagar los, para mirar su desnudez! 16 ¡Te has saciado de ignominia, no de gloria! ¡Bebe tú también y enseña tu prepucio!

¡A ti se vuelve el cáliz de la diestra de Adonai, y la ignominia sobre tu gloria! 17 Pues la violencia hecha al Líbano te cubrirá y la matanza de los animales te aterrará, (por la sangre del hombre y la violencia a la tierra, a la ciudad y a t odos los que la habitan). 18 ¿De qué sirve una escultura para que su autor la esculpa, una imagen fundida , un oráculo engañoso, para que en ellos confíe el autor de tal obra haciendo ídolos mud os? 19 ¡Ay de quien dice al madero: "Despierta", "Levántate", a la piedra muda! ¿Da e llo algún oráculo? ¡Está, sí, cubierto de oro y plata, pero ni un soplo en su interior! 20 Mas Adonai está en su santo Templo: ¡silencio ante él, tierra entera! Habacuc 3 1 Oración del profeta Habacuc, en el tono de las lamentaciones. 2 ¡Adonai, he oído tu fama, tu obra venero, Adonai! ¡En medio de los años hazla re vivir en medio de los años dala a conocer, aun en la ira acuérdate de tener compasión! 3 Viene Di-s de Temán, el Santo, del monte Parán. = Pausa. =Su majestad cubre los cielos, de su gloria está llena la tierra. 4 Su fulgor es como la luz, rayos tiene que saltan de su mano, allí se ocult a su poder. 5 Delante de él marcha la peste, sale la fiebre tras sus pasos. 6 Se planta él y hace temblar la tierra, mira y hace estremecerse a las naci ones; se desmoronan los montes eternos, se hunden los collados antiguos, ¡sus cami nos de siempre! 7 En desgracia he visto las tiendas de Kusán, se estremecen los pabellones d e Madián. 8 ¿Contra los ríos arde tu cólera, Adonai, contra el mar tu furor, para que mont es en tus caballos, en tus carros de victoria? 9 Tú desnudas tu arco, sacias su cuerda de saetas. = Pausa. =De ríos surcas tú l a tierra; 10 te ven y se espantan los montes, un diluvio de agua pasa, el abismo deja oír su voz.En alto levanta sus manos 11 el sol, la luna se detiene en su sitio, a la luz de tus saetas que parte n, al fulgor del centellear de tu lanza. 12 Con furia atraviesas la tierra, con cólera pisoteas las naciones. 13 Tú sales a salvar a tu pueblo, a salvar a tu ungido.Estrellas la cabeza de la casa del impío, desnudas sus cimientos hasta el cuello. = Pausa. = 14 Traspasas con tus dardos la cabeza de sus nobles que se lanzaban para di spersarnos con su estrépito, como si fuesen a devorar al desdichado en su escondri jo. 15 Tú surcas el mar con tus caballos, el borbotar de las inmensas aguas. 16 ¡He oído y mis entrañas se estremecen, a esa voz titubean mis labios, penetra la caries en mis huesos, bajo mí tiemblan mis pasos!Tranquilo espero el día de la an gustia, que va a subir sobre el pueblo que nos asalta. 17 (Pues la higuera no volverá a echar brotes, ni habrá que recoger en las viñas. Fallará la cosecha del olivo, los campos no darán alimento, faltará el ganado menor en el aprisco, no habrá ganado mayor en los establos.) 18 ¡Mas yo en Adonai exultaré, jubilaré en el Di-s de mi salvación! 19 Adonai mi señor es mi fuerza, él me da pies como los de ciervas, y por las a lturas me hace caminar.Del maestro de coro. Para instrumentos de cuerda. SOFONÍAS Sofonías 1 1 Palabra de Adonai que fue dirigida a Sofonías, hijo de Kusí, hijo de Guedalías , hijo de Amarías, hijo de Ezequías, en tiempo de Josías, hijo de Amón, rey de Judá. 2 ¡Voy a aventarlo todo de la haz de la tierra!, oráculo de Adonai. 3 Aventaré hombres y bestias, aventaré aves del cielo y peces del mar, haré trop ezar a los impíos; extirparé a los hombres de sobre la haz de la tierra, oráculo de Ad onai.

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Extenderé mi mano contra Judá, y contra todos los habitantes de Yerushalaim, y extirparé de este lugar lo que queda de Baal, el nombre de los ministros con lo s sacerdotes, 5 los que se postran en los terrados ante el ejército del cielo, los que se postran ante Adonai y juran por Milkom, 6 los que se apartan del seguimiento de Adonai, los que no buscan a Adonai ni le consultan. 7 ¡Silencio ante el Señor Adonai, porque el Día de Adonai está cerca!Sí, Adonai ha p reparado un sacrificio, ha consagrado a sus invitados. 8 Sucederá en el día del sacrificio de Adonai que yo visitaré a los príncipes, a l os hijos del rey, y a todos los que visten vestido extranjero. 9 Visitaré aquel día a todos los que saltan por encima del umbral, los que lle nan la Casa de su Señor de violencia y de fraude. 10 Habrá aquel día - oráculo de Adonai - gritos de auxilio desde la puerta de los Peces, aullidos desde la ciudad nueva, estruendo enorme desde las colinas. 11 ¡Ululad, habitantes del Mortero, pues ha sido aniquilado todo el pueblo de Canaán, exterminados todos los que pesan plata! 12 Sucederá en el tiempo aquel que yo escrutaré a Yerushalaim con lámparas, y vis itaré a los hombres que se apelmazan en sus heces, los que dicen en su corazón: "¡Ni b ien ni mal hace Adonai!" 13 Será dada al saqueo su riqueza, sus casas a la devastación; casas construyer on, mas no las habitarán, plantaron viñas, mas no beberán su vino. 14 ¡Cercano está el gran Día de Adonai, cercano, a toda prisa viene! ¡Amargo el rui do del día de Adonai, dará gritos entonces hasta el bravo! 15 Día de ira el día aquel, día de angustia y de aprieto, día de devastación y desola ción, día de tinieblas y de oscuridad, día de nublado y densa niebla, 16 día de trompeta y de clamor, contra las ciudades fortificadas y las torres de los ángulos. 17 Yo pondré a los hombres en aprieto, y ellos como ciegos andarán, (porque pec aron contra Adonai); su sangre será derramada como polvo, y su carne como excremen to. 18 Ni su plata ni su oro podrán salvarlos en el Día de la ira de Adonai, cuando por el fuego de su celo la tierra entera sea devorada; pues él hará exterminio, ¡y te rrorífico!, de todos los habitantes de la tierra. Sofonías 2 1 Reuníos, congregaos, gente sin vergüenza, 2 antes que seáis aventados como el tamo que en un día pasa, antes que caiga s obre vosotros el ardor de la cólera de Adonai, (antes que caiga sobre vosotros el Día de la cólera de Adonai). 3 Buscad a Adonai, vosotros todos, humildes de la tierra, que cumplís sus no rmas; buscad la justicia, buscad la humildad; quizá encontréis cobijo el Día de la cóler a de Adonai. 4 Pues Gaza quedará en desamparo, y Ascalón en desolación, a Asdod se la expulsa rá en pleno mediodía, y Ecrón será arrancada de raíz. 5 ¡Ay de los habitantes de la liga del mar, la nación de los kereteos!Palabra de Adonai contra vosotros: "Canaán, tierra de los filisteos, te destruiré, te dejaré s in habitantes; 6 quedará la liga del mar convertida en pastizales, en pradera de pastores, en apriscos de ovejas." 7 Y será la liga del mar para el Resto de la casa de Judá: allí llevarán a pacer, en las casas de Ascalón reposarán a la tarde, cuando los visite Adonai su Di-s, y lo s vuelva de su cautiverio. 8 He oído los insultos de Moab y los denuestos de los hijos de Ammón, cuando i nsultaron a mi pueblo, y se engrandecieron a costa de su territorio. 9 Por eso, ¡por mi vida - oráculo de Adonai Sebaot,Di-s de Israel - que Moab q uedará como Sodoma, y los habitantes de Ammón como Gomorra: cardizal, mina de sal, d esolación para siempre!El Resto de mi pueblo los saqueará, lo que quede de mi nación l os heredará. 10 Este será el precio de su orgullo, por haber insultado, por haberse engran

decido a costa del pueblo de Adonai Sebaot. 11 Terrible será Adonai contra ellos, cuando enerve a todos los dioses de la tierra, y se postren ante él, cada una en su lugar, todas las islas de las nacione s. 12 También vosotros, etíopes: "Víctimas de mi espada serán ellos". 13 El extenderá su mano contra el norte, destruirá a Asur, y dejará a Nínive en des olación, árida como el desierto. 14 Se tumbarán en medio de ella los rebaños, toda suerte de animales: hasta el pelícano, hasta el erizo, pasarán la noche entre sus capiteles.El búho cantará en la ven tana, y el cuervo en el umbral, porque el cedro fue arrancado. 15 Tal será la ciudad alegre que reposaba en seguridad, la que decía en su cora zón: "¡Yo, y nadie más!" ¡Cómo ha quedado en desolación, en guarida de animales!Todo el que pasa junto a ella silba y menea su mano. Sofonías 3 1 ¡Ay de la rebelde, la manchada, la ciudad opresora! 2 No ha escuchado la voz, no ha aceptado la corrección; en Adonai no ha pues to su confianza, a su Di-s no se ha acercado. 3 Sus príncipes, en medio de ella, son leones rugientes, sus jueces, lobos d e la tarde, que no dejan un hueso para la mañana. 4 Sus profetas, fanfarrones, hombres traicioneros, sus sacerdotes profanan lo que es santo y violan la Ley. 5 Adonai es justo en medio de ella, no comete injusticia; cada mañana pronun cia su juicio, no falta nunca al alba; (pero el inicuo no conoce la vergüenza). 6 Yo he exterminado a las naciones, sus almenas han sido derruidas, he dej ado desiertas sus calles, sin un transeúnte; han sido arrasadas sus ciudades, no q ueda hombre ni habitante. 7 Y me dije: "Al menos tú me temerás, aceptarás la corrección; no puede quitarse d e sus ojos todo aquello con que yo la he visitado."Pero ellos han madrugado a co rromper todas sus acciones. 8 Por eso, esperadme - oráculo de Adonai - el día en que me levante como testi go, porque he decidido reunir a las naciones, congregar a los reinos, para derra mar sobre vosotros mi enojo, todo el ardor de mi cólera. (Porque por el fuego de m i celo la tierra entera será devorada). 9 Yo entonces volveré puro el labio de los pueblos, para que invoquen todos el nombre de Adonai, y le sirvan bajo un mismo yugo. 10 Desde allende los ríos de Etiopía, mis suplicantes, mi Dispersión, me traerán mi ofrenda. 11 Aquel día no tendrás ya que avergonzarte de todos los delitos que cometiste contra mí, porque entonces quitaré yo de tu seno a tus alegres orgullosos, y no volv erás a engreírte en mi santo monte. 12 Yo dejaré en medio de ti un pueblo humilde y pobre, y en el nombre de Adon ai se cobijará 13 el Resto de Israel.No cometerán más injusticia, no dirán mentiras, y no más se e ncontrará en su boca lengua embustera.Se apacentarán y reposarán, sin que nadie los tu rbe. 14 ¡Lanza gritos de gozo, hija de Sión, lanza clamores, Israel, alégrate y exulta de todo corazón, hija de Yerushalaim! 15 Ha retirado Adonai las sentencias contra ti, ha alejado a tu enemigo. ¡Ado nai, Rey de Israel, está en medio de ti, no temerás ya ningún mal! 16 Aquel día se dirá a Yerushalaim: ¡No tengas miedo, Sión, no desmayen tus manos! 17 Adonai tu Di-s está en medio de ti, ¡un poderoso salvador!El exulta de gozo por ti, te renueva por su amor; danza por ti con gritos de júbilo, 18 como en los días de fiesta.Yo quitaré de tu lado la desgracia, el oprobio qu e pesa sobre ti. 19 He aquí que yo haré exterminio de todos tus opresores, en el tiempo aquel; y salvaré a la coja y recogeré a la descarriada, y haré que tengan alabanza y renombre en todos los países donde fueron confundidas. 20 En aquel tiempo os haré venir, en aquel tiempo os congregaré.Entonces os daré renombre y alabanza entre todos los pueblos de la tierra, cuando yo vuelva a vue

stros cautivos a vuestros propios ojos, dice Adonai. AGEO Ageo 1 1 El año segundo del rey Darío, el día uno del sexto mes, fue dirigida la palabr a de Adonai, por medio del profeta Ageo, a Zorobabel, hijo de Sealtiel, gobernad or de Judá, ya a Josué, hijo de Yehosadaq, sumo sacerdote, en estos términos: 2 Así dice Adonai Sebaot: Este pueblo dice: "¡Todavía no ha llegado el momento d e reedificar la Casa de Adonai!" 3 (Fue, pues, dirigida la palabra de Adonai, por medio del profeta Ageo, e n estos términos:) 4 ¿Es acaso para vosotros el momento de habitar en vuestras casas artesonada s, mientras esta Casa está en ruinas? 5 Ahora pues, así dice Adonai Sebaot: Aplicad vuestro corazón a vuestros camin os. 6 Habéis sembrado mucho, pero cosecha poca; habéis comido, pero sin quitar el hambre; habéis bebido, pero sin quitar la sed; os habéis vestido, mas sin calentaro s, y el jornalero ha metido su jornal en bolsa rota. 7 Así dice Adonai Sebaot: Aplicad vuestro corazón a vuestros caminos. 8 Subid a la montaña, traed madera, reedificad la Casa, y yo la aceptaré gusto so y me sentiré honrado, dice Adonai. 9 Esperabais mucho, y bien poco es lo que hay. Y lo que metisteis en casa lo aventé yo. ¿Por qué? - oráculo de Adonai Sebaot - porque mi Casa está en ruinas, mientr as que vosotros vais aprisa cada uno a vuestra casa. 10 Por eso, por culpa vuestra, los cielos han negado la lluvia y la tierra ha negado su producto. 11 Yo he llamado a la sequía sobre la tierra y sobre los montes, sobre el tri go, el mosto y el aceite, sobre todo lo que produce el suelo, sobre los hombres y el ganado, y sobre todo trabajo de manos. 12 Zorobabel, hijo de Sealtiel, Josué, hijo de Yehosadaq, sumo sacerdote, y t odo el Resto del pueblo escucharon la voz de Adonai, su Di-s, y las palabras del profeta Ageo, según la misión que Adonai su Di-s le había encomendado, y temió el puebl o delante de Adonai. 13 Entonces Ageo, el mensajero de Adonai, habló así al pueblo, en virtud del me nsaje de Adonai: "Yo estoy con vosotros, oráculo de Adonai." 14 Y movió Adonai el espíritu de Zorobabel, hijo de Sealtiel, gobernador de Judá, el espíritu de Josué, hijo de Yehosadaq, sumo sacerdote, y el espíritu de todo el Res to del pueblo. Y vinieron y emprendieron la obra en la Casa de Adonai Sebaot, su Di-s. 15 Era el día veinticuatro del sexto mes. Ageo 2 1 El año segundo del rey Darío, el día veintiuno del séptimo mes, fue dirigida la palabra de Adonai, por medio del profeta Ageo, en estos términos: 2 Habla ahora a Zorobabel, hijo de Sealtiel, gobernador de Judá, a Josué, hijo de Yehosadaq, sumo sacerdote, y al resto del pueblo, y di: 3 ¿Quién queda entre vosotros que haya visto esta Casa en su primer esplendor? Y ¿qué es lo que veis ahora? ¿No es como nada a vuestros ojos? 4 ¡Mas ahora, ten ánimo, Zorobabel, oráculo de Adonai; ánimo, Josué, hijo de Yehosad aq, sumo sacerdote, ánimo, pueblo todo de la tierra!, oráculo de Adonai. ¡A la obra, q ue estoy yo con vosotros - oráculo de Adonai Sebaot 5 según la palabra que pacté con vosotros a vuestra salida de Egipto, y en med io de vosotros se mantiene mi Espíritu: no temáis! 6 Pues así dice Adonai Sebaot: Dentro de muy poco tiempo sacudiré yo los cielo s y la tierra, el mar y el suelo firme, 7 sacudiré todas las naciones; vendrán entonces los tesoros de todas las nacio nes, y yo llenaré de gloria esta Casa, dice Adonai Sebaot. 8 ¡Mía es la plata y mío el oro! oráculo de Adonai Sebaot. 9 Grande será la gloria de esta Casa, la de la segunda mayor que la de la pr

imera, dice Adonai Sebaot, y en este lugar daré yo paz, oráculo de Adonai Sebaot. 10 El día veinticuatro del noveno mes, el año segundo de Darío, fue dirigida la p alabra de Adonai al profeta Ageo en estos términos: 11 Así dice Adonai Sebaot: Pregunta a los sacerdotes sobre la Ley. Di: 12 "Si alguien lleva carne sagrada en el halda de su vestido, y toca con su halda pan, guiso, vino, aceite o cualquier otra comida, ¿quedará ésta santificada?" Respondieron los sacerdotes y dijeron: "No." 13 Continuó Ageo: "Si alguien, que se ha hecho impuro por el contacto de un c adáver, toca alguna de esas cosas, ¿ queda ella impura?" Respondieron los sacerdotes y dijeron: "Sí, queda impura." 14 Entonces Ageo tomó la palabra y dijo: "Así es este pueblo, así esta nación delan te de mí, oráculo de Adonai, así toda la labor de sus manos y lo que ofrecen aquí: ¡impuro es!" 15 Y ahora aplicad bien vuestro corazón, desde este día en adelante: antes de p oner piedra sobre piedra en el Templo de Adonai, 16 ¿qué era de vosotros? Se venía a un montón de veinte medidas y no había más que diez ; se venía a la cava para sacar cincuenta cántaros y no había más que veinte. 17 Yo os herí con tizón, con añublo y con granizo en toda labor de vuestras manos , y ninguno de vosotros se volvió a mí, oráculo de Adonai. 18 Aplicad, pues, vuestro corazón, desde este día en adelante (desde el día veint icuatro del noveno mes, día en que se echaron los cimientos al Templo de Adonai, a plicad vuestro corazón): 19 ¿hay ahora grano en el granero? Pues si ni la vid ni la higuera ni el gran ado ni el olivo producían fruto, desde este día yo daré bendición. 20 La palabra de Adonai fue dirigida por segunda vez a Ageo, el día veinticua tro del mes, en estos términos: 21 Habla a Zorobabel, gobernador de Judá y di: Yo voy a sacudir los cielos y la tierra. 22 Daré vuelta a los tronos de los reinos y destruiré el poder de los reinos de las naciones, daré vuelta al carro y a los que montan en él, y serán abatidos caballo s y caballeros cada uno por la espada de su hermano. 23 Aquel día - oráculo de Adonai Sebaot - te tomaré a ti, Zorobabel, hijo de Seal tiel, siervo mío - oráculo de Adonai - y te pondré como anillo de sello, porque a ti t e he elegido, oráculo de Adonai Sebaot. ZACARÍAS Zacarías 1 1 En el octavo mes del año segundo de Darío fue dirigida la palabra de Adonai al profeta Zacarías (hijo de Berekías), hijo de Iddó, en estos términos: 2 "Adonai se ha irritado mucho contra vuestros padres." 3 Les dirás: "Así dice Adonai Sebaot: Volveos a mí - oráculo de Adonai Sebaot - y yo me volveré a vosotros, dice Adonai Sebaot. 4 No seáis como vuestros padres, a quienes los antiguos profetas gritaban así: "¡Volveos de vuestros malos caminos y de vuestras malas obras!" Pero ellos no esc ucharon ni me hicieron caso - oráculo de Adonai -. 5 Vuestros padres ¿dónde están? Y los profetas ¿van a vivir por siempre? 6 Sin embargo, mis palabras y preceptos que yo había prescrito a mis siervos los profetas ¿no alcanzaron a vuestros padres? Por eso se volvieron ellos y dijer on: "Como Adonai Sebaot había decidido tratarnos, según nuestros caminos y nuestras obras, así nos ha tratado"." 7 El día veinticuatro del undécimo mes (que es el mes de Sebat), el año segundo de Darío, fue dirigida la palabra de Adonai al profeta Zacarías (hijo de (Berekías), h ijo de Iddó, en estos términos: 8 He tenido una visión esta noche. Era un hombre que montaba un caballo rojo ; estaba de pie entre los mirtos que hay en la hondonada; detrás de él, caballos roj os, alazanes y blancos. 9 Yo dije: "¿Quiénes son éstos, señor mío?" El ángel que hablaba conmigo me dijo: "Yo te enseñaré quiénes son éstos." 10 Y el hombre que estaba entre los mirtos intervino y dijo: "Estos son los

que ha enviado Adonai a recorrer la tierra." 11 Entonces ellos se dirigieron al ángel de Adonai que estaba entre los mirto s y dijeron: "Hemos recorrido la tierra y hemos visto que toda la tierra vive e n paz." 12 Tomó la palabra el ángel de Adonai y dijo: "Oh Adonai Sebaot, ¿hasta cuándo segu irás sin apiadarte de Yerushalaim y de las ciudades de Judá, contra las cuales estás i rritado desde hace setenta años?" 13 Adonai respondió al ángel que hablaba conmigo palabras buenas, palabras de c onsuelo. 14 Y el ángel que hablaba conmigo me dijo: "Clama y di: Así dice Adonai Sebaot: Celoso estoy por Yerushalaim y por Sión con gran celo, 15 y con gran irritación irritado contra las naciones que se sienten seguras, y que, cuando yo estaba poco irritado, contribuyeron al mal. 16 Por eso, así dice Adonai: A Yerushalaim me vuelvo con piedad: en ella será r eedificada mi Casa - oráculo de Adonai Sebaot - y el cordel será tendido sobre Yerus halaim. 17 Clama también y di: Así dice Adonai Sebaot: Aún han de rebosar mis ciudades de bienes; aún consolará Adonai a Sión y aún elegirá a Yerushalaim." Zacarías 2 1 Alcé luego mis ojos y tuve una visión: Eran cuatro cuernos. 2 Y dije al ángel que hablaba conmigo: "¿Qué son éstos?" Me dijo: "Son los cuernos que dispersaron a Judá (a Israel) y a Yerushalaim." 3 Adonai me hizo ver después cuatro herreros. 4 Y dije: "¿Qué vienen a hacer éstos?" El habló y dijo: "(Aquellos son los cuernos que dispersaron a Judá, hasta que nadie osó levantar cabeza.) Y éstos han venido a es pantarlos (a abatir los cuernos de las naciones que alzaron el cuerno contra la tierra de Judá para dispersarla)." 5 Alcé los ojos y tuve una visión: Era un hombre con una cuerda de medir en la mano. 6 Le dije: "¿A dónde vas?" Me dijo: "A medir a Yerushalaim, a ver cuánta es su a nchura y cuánta su longitud." 7 En esto, salió el ángel que hablaba conmigo, y otro ángel salió a su encuentro 8 y le dijo: "Corre, habla a ese joven y dile: Como las ciudades abiertas será habitada Yerushalaim, debido a la multitud de hombres y ganados que habrá dentr o de ella. 9 Y yo seré para ella - oráculo de Adonai - muralla de fuego en torno, y dentr o de ella seré gloria." 10 ¡Hala, hala, huid del país del Norte - oráculo de Adonai, - ya que a los cuatr o vientos del cielo os esparcí yo! - oráculo de Adonai 11 ¡Hala, sálvate, Sión, tú que moras en Babilonia! 12 Pues así dice Adonai Sebaot que tras la gloria me ha enviado a las nacione s que os despojaron: "El que os toca a vosotros a la niña de mi ojo toca." 13 He aquí que yo alzo mi mano contra ellas, y serán despojo de sus mismos escl avos.Sabréis así que Adonai Sebaot me ha enviado. 14 Grita de gozo y regocíjate, hija de Sión, pues he aquí que yo vengo a morar de ntro de ti, oráculo de Adonai. 15 Muchas naciones se unirán a Adonai aquel día: serán para mí un pueblo, y yo mora ré en medio de ti.Sabrás así que Adonai Sebaot me ha enviado a ti. 16 Poseerá Adonai a Judá, porción suya en la Tierra Santa, y elegirá de nuevo a Yer ushalaim. 17 ¡Silencio, toda carne, delante de Adonai, porque él se despierta de su santa Morada! Zacarías 3 1 Me hizo ver después al sumo sacerdote Josué, que estaba ante el ángel de Adona i; a su derecha estaba el Satán para acusarle. 2 Dijo el ángel de Adonai al Satán: "¡Adonai te reprima, Satán, reprímate Adonai, el que ha elegido a Yerushalaim! ¿No es éste un tizón sacado del fuego?" 3 Estaba Josué vestido de ropas sucias, en pie delante del ángel.

4 Tomó éste la palabra y habló así a los que estaban delante de él: "¡Quitadle esas ro pas sucias y ponedle vestiduras de fiesta; le dijo: "Mira, yo he pasado por alto tu culpa." 5 Y colocad en su cabeza una tiara limpia!" Se le vistió de vestiduras de fi esta y se le colocó en la cabeza la tiara limpia. El ángel de Adonai que seguía en pi e. 6 Luego el ángel de Adonai advirtió a Josué diciendo: 7 "Así dice Adonai Sebaot: Si andas por mis caminos y guardas mis prescripci ones, tú gobernarás mi Casa, y tú mismo guardarás mis atrios: yo te daré plaza entre estos que están aquí." 8 Escucha, pues, Josué, sumo sacerdote, tú y tus compañeros que se sientan en tu presencia - pues son hombres de presagio -: He aquí que yo voy a traer a mi sierv o "Germen". 9 Y he aquí la piedra que yo pongo delante de Josué; en esta única piedra hay si ete ojos; yo mismo grabaré su inscripción - oráculo de Adonai Sebaot - y quitaré la culp a de esta tierra en un solo día. 10 Aquel día - oráculo de Adonai Sebaot - os invitaréis unos a otros bajo la parr a y bajo la higuera. Zacarías 4 1 Volvió el ángel que hablaba conmigo y me despertó como a un hombre que es desp ertado de su sueño. 2 Y me dijo: "¿Qué ves?" Dije: "Veo un candelabro todo de oro, con una ampolla en su vértice: tiene siete lámparas y siete boquillas para las siete lámparas que lle va encima. 3 Hay también dos olivos junto a él, uno a su derecha y el otro a su izquierda ." 4 Proseguí y dije al ángel que hablaba conmigo: "¿Qué es esto, señor mío?" 5 Me respondió el ángel que hablaba conmigo y me dijo: "¿No sabes qué es esto?" Di je: "No, mi señor." 6 Prosiguió él y me habló así: Esta es la palabra de Adonai a Zorobabel. No por el valor ni por la fuerza, sino sólo por mi Espíritu - dice Adonai Sebaot -. 7 ¿Quién eres tú, gran monte? Ante Zorobabel serás una explanada, y él extraerá la pie dra de remate, a los gritos de "¡Bravo, bravo por ella!". 8 Me fue dirigida la palabra de Adonai en estos términos: 9 Las manos de Zorobabel echaron el cimiento a esta Casa y sus manos la ac abarán; (sabréis así que Adonai Sebaot me ha enviado a vosotros). 10 ¿Quién menospreció el día de los modestos comienzos? ¡Se alegrará al ver la plomada en la mano de Zorobabel! " Esos siete son los ojos de Adonai: ellos recorren tod a la tierra." 11 Entonces tomé la palabra y le dije: "¿Qué son esos dos olivos a derecha e izqu ierda del candelabro?" 12 (Añadí de nuevo y le dije: "¿Qué son las dos ramas de olivo que por los dos tubo s de oro vierten de sí aceite dorado?") 13 El me habló y dijo: "¿No sabes qué es esto?" Dije: "No, mi señor." 14 Y él me dijo: "Estos son los dos Ungidos que están en pie junto al Señor de to da la tierra." Zacarías 5 1 Volví a alzar los ojos y tuve una visión: Era un rollo volando. 2 Y me dijo el ángel: "¿Qué ves?" Respondí: "Veo un rollo volando, de veinte codos de largo y veinte de ancho." 3 Me dijo: "Eso es la Maldición que sale sobre la haz de toda esta tierra. P ues todo ladrón será, según ella, echado de aquí, y todo el que jura será, según ella, echad o de aquí. 4 Yo la he hecho salir - oráculo de Adonai Sebaot - para que entre en casa d el ladrón y en casa del que jura por mi nombre en falso, para que se aloje en medi o de su casa y la consuma, con su maderamen y sus piedras." 5 Salió el ángel que hablaba conmigo y me dijo: "Alza ahora tus ojos y mira qué es eso que sale."

6 Yo dije: "¿Qué es?" Dijo: "Es la medida que sale." Y añadió: "Esta es la culpa d e ellos en todo el país." 7 En esto, se levantó la tapa de plomo y había una Mujer sentada en medio de l a medida. 8 Dijo él: "Esta es la Maldad." La echó dentro de la medida y volvió a poner la tapa de plomo en su boca. 9 Alcé luego los ojos y tuve una visión: Dos mujeres aparecieron, con viento e n sus alas, porque tenían alas como de cigüeña. Y levantaron la medida entre la tierra y el cielo. 10 Dije entonces al ángel que hablaba conmigo: "¿A dónde llevan ésas la medida?" 11 Me respondió: "Van a edificarle una casa en el país de Senaar, y cuando esté a punto será colocada allí sobre su base." Zacarías 6 1 Alcé otra vez los ojos y tuve una visión: Eran cuatro carros que salían de ent re dos montes; y los montes eran montes de bronce. 2 En el primer carro había caballos rojos, en el segundo carro caballos negr os, 3 en el tercer carro caballos blancos, y en el cuarto carro caballos tordo s. 4 Tomé la palabra y dije al ángel que hablaba conmigo: "¿Qué son éstos, señor mío?" 5 El ángel respondió y me dijo: "Son los cuatro vientos del cielo que salen de spués de presentarse ante el Señor de toda la tierra. 6 Donde están los caballos negros, salen hacía el país del norte; los blancos sa len detrás de ellos y los tordos salen hacía el país del sur." 7 Briosos salían, impacientes por recorrer la tierra. Les dijo: "Id, recorre d la tierra." Y recorrieron la tierra. 8 Y a mí me gritó y me habló así: "Mira, los que salen hacia el país del norte van a aplacar mi espíritu en el país del norte." 9 La palabra de Adonai me fue dirigida en estos términos: 10 "Haz una colecta entre los deportados: Jelday, Tobías y Yedaías; vienes aque l día y entras en la casa de Josías, hijo de Sefanías, a donde han llegado de Babiloni a, 11 tomas la plata y el oro, haces una corona, la pones en la cabeza del sum o sacerdote Josué, hijo de Yehosadaq, 12 y le hablas de esta manera: Así dice Adonai Sebaot: He aquí un hombre cuyo n ombre es Germen: debajo de él habrá germinación (y él edificará el Templo de Adonai). 13 El edificará el Templo de Adonai; él llevará las insignias reales, se sentará y dominará en su trono; habrá un sacerdote a su derecha, y consejo de paz habrá entre el los dos. 14 Será la corona para Jelday, Tobías y Yedaías, y para el hijo de Sefanías, un mem orial de gracia en el Templo de Adonai. 15 Y los que están lejos vendrán y reedificarán el Templo de Adonai. Sabréis entonc es que Adonai Sebaot me ha enviado a vosotros. Así será si de verdad escucháis la voz de Adonai vuestro Di-s." Zacarías 7 1 El año cuarto del rey Darío, la palabra de Adonai fue dirigida a Zacarías, el día cuatro del noveno mes, el mes de Kisléu. 2 Betel había enviado a Sar Eser y a Réguem Mélek, con su gente, a ablandar el r ostro de Adonai, 3 y a decir a los sacerdotes de la Casa de Adonai Sebaot y a los profetas: "¿Deberé llorar en el quinto mes haciendo abstinencia como lo he hecho durante tan tos años?" 4 Me fue dirigida la palabra de Adonai en estos términos: 5 Habla a todo el pueblo de la tierra y a los sacerdotes y di: "Cuando habéi s ayunado y plañido, en el quinto y séptimo mes, y esto durante setenta años, ¿habéis ayun ado de verdad por mí? 6 Y cuando coméis y bebéis, ¿no sois vosotros los que coméis y bebéis? 7 ¿No conocéis las palabras que Adonai proclamó por ministerio de los antiguos p

rofetas, cuando Yerushalaim vivía en paz, con sus ciudades de alrededor, y estaban habitados el Négueb y la Tierra Baja? 8 (La palabra de Adonai fue dirigida a Zacarías en estos términos: 9 Así dijo Adonai Sebaot): Juicio fiel juzgad, y amor y compasión practicad ca da cual con su hermano. 10 No oprimáis a la viuda, al huérfano, al forastero, ni al pobre; y no maquinéis mal uno contra otro en vuestro corazón. 11 Para ellos no quisieron hacer caso; hombro rebelde presentaron y endurec ieron sus oídos para no escuchar; 12 su corazón hicieron de diamante para no oír la Ley y las palabras que Adonai Sebaot había dirigido por su espíritu, por ministerio de los antiguos profetas. Hub o entonces gran enojo de Adonai Sebaot. 13 Y sucedió que, como él había clamado y ellos no habían escuchado, así ellos clamab an y yo no les escuchaba, dice Adonai Sebaot. 14 Sino que los dispersé entre todas las naciones que no conocían, y la tierra quedó devastada detrás de ellos: ya nadie iba ni venía. Y así convirtieron una tierra de delicias en desolación." Zacarías 8 1 Fue dirigida la palabra de Adonai en estos términos: 2 Así dice Adonai Sebaot:Con gran celo he celado a Sión, con gran ira la he ce lado. 3 Así dice Adonai:Me he vuelto a Sión, y en medio de Yerushalaim habito.Yerush alaim se llamará Ciudad-de-Fidelidad, y el monte de Adonai Sebaot, Monte-de-Santid ad. 4 Así dice Adonai Sebaot:Aún se sentarán viejos y viejas en las plazas de Yerush alaim, cada cual con su bastón en la mano, por ser muchos sus días; 5 las plazas de la ciudad se llenarán de muchachos y muchachas en sus plazas jugando. 6 Así dice Adonai Sebaot:Si ello parece imposible a los ojos del Resto de es te pueblo, en aquellos días, ¿también a mis ojos va a ser imposible?, oráculo de Adonai Sebaot. 7 Así dice Adonai Sebaot:He aquí que yo salvo a mi pueblo del país del oriente y del país donde se pone el sol; 8 voy a traerlos para que moren en medio de Yerushalaim.Y serán mi pueblo y yo seré su Di-s con fidelidad y con justicia. 9 Así dice Adonai Sebaot: Reafírmense vuestras manos, vosotros que oís en estos días esas palabras de la boca de los profetas, desde el día en que se echaron los c imientos de la Casa de Adonai Sebaot, para la reconstrucción del Templo. 10 Porque hasta estos días no había paga para los hombres ni paga para el ganad o; paz ninguna había, a causa del enemigo, para el que salía y entraba, y yo había dad o rienda suelta a todos los hombres unos contra otros. 11 Pero ahora ya no soy yo para el Resto de este pueblo como en días pasados, oráculo de Adonai Sebaot. 12 Porque hay simiente de paz: la vid dará su fruto, la tierra dará su producto y los cielos darán su rocío; yo daré en posesión al Resto de este pueblo todas estas co sas. 13 Y sucederá que así como habéis sido maldición entre las naciones, casa de Judá y c asa de Israel, así os salvaré yo, y seréis bendición; ¡no tengáis miedo, y que se reafirmen vuestras manos! 14 Pues así dice Adonai Sebaot: Como yo había decidido haceros mal, cuando me i rritaron vuestros padres - dice Adonai Sebaot - y no me arrepentí de ello, 15 así en cambio he decidido en estos días hacer bien a Yerushalaim y a la casa de Judá: ¡no temáis! 16 He aquí las cosas que debéis hacer: Decid verdad unos a otros; juicio de paz juzgad en vuestras puertas; 17 mal unos contra otros no meditéis en vuestro corazón, y juramento falso no a méis, porque todas estas cosas las odio yo, oráculo de Adonai. 18 La palabra de Adonai me fue dirigida en estos términos: 19 "Así dice Adonai Sebaot: El ayuno del cuarto mes, el ayuno del quinto, el

ayuno del séptimo y el ayuno del décimo se convertirán para la casa de Judá en regocijo, alegría y faustas solemnidades. Amad, pues, la verdad y la paz." 20 Así dice Adonai Sebaot: Todavía habrá pueblos que vengan, y habitantes de gran des ciudades. 21 Y los habitantes de una ciudad irán a la otra diciendo: "Ea, vamos a ablan dar el rostro de Adonai y a buscar a Adonai Sebaot: ¡yo también voy!" 22 Y vendrán pueblos numerosos y naciones poderosas a buscar a Adonai Sebaot en Yerushalaim, y a ablandar el rostro de Adonai. 23 Así dice Adonai Sebaot: En aquellos días, diez hombres de todas las lenguas de las naciones asirán por la orla del manto a un judío diciendo: "Queremos ir con v osotros, porque hemos oído decir que Di-s está con vosotros." Zacarías 9 1 Oráculo.La palabra de Adonai, en el país de Jadrak y en Damasco, su reposo; porque de Adonai es la fuente de Aram, como todas las tribus de Israel; 2 y también Jamat que está en su frontera, (Tiro) y Sidón, la que es tan sabia. 3 Se ha construido Tiro una fortaleza, ha amontonado plata como polvo y or o como barro de las calles. 4 He aquí que el Señor va a apoderarse de ello: hundirá en el mar su poderío, y el la misma será devorada por el fuego. 5 Ascalón lo verá y temerá,Gaza también, y se retorcerá de dolor y Ecrón, pues su espe ranza ha fracasado; desaparecerá de Gaza el rey,Ascalón no será ya habitada, 6 y un bastardo habitará en Asdod.Yo truncaré el orgullo de los filisteos; 7 quitaré su sangre de su boca, y sus abominaciones de sus dientes.Quedará él ta mbién como resto para nuestro Di-s, será como un familiar en Judá, y Ecrón será como el je buseo. 8 Yo acamparé junto a mi Casa como guardia contra quien va y quien viene; y no pasará más opresor sobre ellos, porque ahora miro yo con mis ojos. 9 ¡Exulta sin freno, hija de Sión, grita de alegría, hija de Yerushalaim!He aquí q ue viene a ti tu rey: justo él y victorioso, humilde y montado en un asno, en un p ollino, cría de asna. 10 El suprimirá los cuernos de Efraím y los caballos de Yerushalaim; será suprimi do el arco de combate, y él proclamará la paz a las naciones.Su dominio irá de mar a m ar y desde el Río hasta los confines de la tierra. 11 En cuanto a ti, por la sangre de tu alianza, yo soltaré a tus cautivos de la fosa en la que no hay agua. 12 Volved a la fortaleza, cautivos de la esperanza; hoy mismo, yo lo anunci o, el doble te he de devolver. 13 Porque he entesado para mí a Judá, el arco he cargado con Efraím.Voy a incitar a tus hijos, Sión, contra tus hijos, Yaván, y te haré como espada de un bravo. 14 Adonai aparecerá sobre ellos, y saldrá como relámpago su flecha; (el Señor) Adon ai tocará el cuerno y avanzará en los torbellinos del sur. 15 Adonai Sebaot los escudará; y devorarán y pisotearán las piedras de la honda, beberán la sangre como vino, y se llenarán como copa de aspersiones, como los cuerno s del altar. 16 Los salvará Adonai su Di-s el día aquel, como rebaño de su pueblo, porque serán piedras de diadema refulgentes sobre su suelo. 17 ¡Qué espléndido será, qué hermoso!El trigo hará florecer a los mancebos y el mosto a las doncellas. Zacarías 10 1 Pedid a Adonai la lluvia en tiempo de primavera.Adonai, el que hace las nubes de tormenta, lluvia copiosa les dará, hierba en su campo a cada uno. 2 Porque los terafim predicen falsedad y los adivinos ven mentira, porque sueños de ilusión predicen y con cosa vana quieren consolar, por eso emigran ellos c omo ovejas, abatidos porque no hay pastor. 3 Contra los pastores arde mi cólera y a los machos cabríos visitaré.Cuando Adon ai Sebaot visite a su rebaño, la Casa de Judá, hará de ellos como su caballo de honor en el combate. 4 De él saldrá el Angulo, de él la Clavija, de él el Arco de combate, de él todos lo

s Caudillos.Juntos 5 serán como bravos que pisarán el barro de las calles en el combate; combatirán , porque Adonai está con ellos, y serán confundidos los que montan caballos. 6 Yo haré fuerte la casa de Judá y victoriosa la casa de José; los recobraré porqu e me apiado de ellos, y serán como si yo no los hubiera desechado, pues yo soy Ado nai su Di-s, y los atenderé. 7 Como bravos serán los de Efraím, estará alegre su corazón como de vino; sus hijo s lo verán y se alegrarán, exultará en Adonai su corazón. 8 Yo les silbaré para reunirlos, pues los he rescatado, y serán tan numerosos como eran. 9 Yo los sembré entre los pueblos, mas en lejanas tierras se acordarán de mí, cr iarán a sus hijos y retornarán. 10 Los haré volver del país de Egipto, de Asur los recogeré, y los conduciré al país de Galaad y al Líbano, donde no habrá bastante para ellos. 11 Atravesarán el mar de la angustia, (él herirá en el mar las ondas), y quedarán s ecas todas las honduras del Nilo.Será abatido el orgullo de Asur, y el cetro de Eg ipto llegará a su fin. 12 Yo los haré fuertes en Adonai, y en su Nombre marcharán, oráculo de Adonai. Zacarías 11 1 Abre tus puertas, Líbano, y el fuego devore tus cedros. 2 Gime, ciprés, porque ha caído el cedro, porque los majestuosos han sido arra sados.Gemid, encinas de Basán, porque ha sido abatida la selva impenetrable. 3 Se oye gemido de pastores, porque ha sido arrasado su esplendor, se oye rugido de leones, porque ha sido arrasada la gloria del Jordán. 4 Así dice Adonai mi Di-s: Apacienta las ovejas de matadero, 5 esas que sus compradores matan impunemente, mientras sus vendedores dice n: "¡Bendito sea Adonai; ya soy rico!", y a las que no perdonan los pastores. 6 Pues yo no perdonaré más a los habitantes de esta tierra, oráculo de Adonai; m as he aquí que voy a entregar a los hombres, a cada uno en manos de su vecino y e n manos de su rey; ellos aplastarán la tierra y yo no los libraré de sus manos. 7 Apacenté, pues, las ovejas de matadero destinadas a los tratantes de oveja s, y me procuré dos cayados: a uno lo llamé "Gracia" y al otro "Vínculo". Me puse a a pacentar las ovejas, 8 y me deshice de los tres pastores en un mes. Pero mi alma se impacientó co n ellos y su alma también se hastió de mí. 9 Entonces dije: "¡No os apacentaré más; la que tenga que morir, que muera, la q ue tenga que desaparecer, que desaparezca, y las que queden, que se coman unas a otras!" 10 Tomé luego mi cayado "Gracia" y lo partí, para romper la alianza que Adonai había concluido con todos los pueblos. 11 Quedó roto aquel día, y los tratantes de ovejas que me observaban supieron q ue era una palabra de Adonai. 12 Yo les dije: "Si os parece bien, dadme mi jornal; sino, dejadlo." Ellos pesaron mi jornal: treinta siclos de plata. 13 Adonai me dijo: "¡Echalo al tesoro, esa lindeza de precio en que me han ap reciado!" Tomé, pues, los treinta siclos de plata y los eché en la Casa de Adonai, e n el tesoro. 14 Después partí mi segundo cayado "Vínculo", para romper la fraternidad entre Ju dá e Israel. 15 Adonai me dijo entonces: "Toma todavía el hato de un pastor necio. 16 Pues he aquí que yo voy a suscitar en esta tierra un pastor que no hará caso de la oveja perdida, ni buscará a la extraviada, ni curará a la herida, ni se ocupa rá de la sana, sino que comerá la carne de la cebada, y hasta las uñas les arrancará. 17 ¡Ay del pastor inútil que abandona las ovejas! ¡Espada sobre su brazo y sobre su ojo derecho; que su brazo se seque del todo, y del todo se oscurezca su ojo!" Zacarías 12 1 Oráculo. Palabra de Adonai sobre Israel. Oráculo de Adonai, el que despliega los cielos, funda la tierra y forma el espíritu del hombre en su interior.

2 He aquí que yo hago de Yerushalaim una copa de vértigo para todos los pueblo s del contorno (durante el asedio contra Yerushalaim). 2-b (y también sobre Judá). 3 Aquel día haré yo de Yerushalaim una piedra de levantamiento para todos los pueblos: todos los que la levanten se desgarrarán completamente. Y contra ella se congregarán todas las naciones de la tierra. 4 Aquel día - oráculo de Adonai - heriré de aturdimiento a todo caballo, y a su caballero, de locura. Y a todos los pueblos heriré de ceguera. (Mas sobre la casa de Judá abriré mis ojos.) 5 Entonces dirán en su corazón los jefes de Judá: "La fuerza de los habitantes d e Yerushalaim está en Adonai Sebaot su Di-s." 6 Aquel día haré de los jefes de Judá como un brasero con fuego de leña, como una antorcha con fuego de gavillas; y devorarán a derecha e izquierda a todos los pueb los del contorno, mientras que Yerushalaim será de nuevo habitada en su lugar. 7 Salvará Adonai en primer lugar a las tiendas de Judá, para que el prestigio de la casa de David y el prestigio de los habitantes de Yerushalaim no se crezca sobre Judá. 8 Aquel día protegerá Adonai a los habitantes de Yerushalaim: el más flaco entre ellos será aquel día como David, y la casa de David será como Di-s, como un ángel de Ad onai, al frente de ellos. 9 Aquel día me dispondré a destruir a todas las naciones que vengan contra Yer ushalaim; 10 derramaré sobre la casa de David y sobre los habitantes de Yerushalaim un espíritu de gracia y de oración; y mirarán hacia mí. En cuanto a aquél a quien traspasaro n, harán lamentación por él como lamentación por hijo único, y le llorarán amargamente como se llora amargamente a un primogénito. 11 Aquel día será grande la lamentación en Yerushalaim, como la lamentación de Hada d Rimmón en la llanura de Meguiddó. 12 Y se lamentará el país, cada familia aparte: la familia de la casa de David aparte y sus mujeres aparte; la familia de la casa de Natán aparte y sus mujeres a parte; 13 la familia de la casa de Leví aparte; y sus mujeres aparte; la familia de la casa de Semeí aparte y sus mujeres aparte; 14 todas las demás familias, cada familia aparte y sus mujeres aparte. Zacarías 13 1 Aquel día habrá una fuente abierta para la casa de David y para los habitant es de Yerushalaim, para lavar el pecado y la impureza. 2 Aquel día - oráculo de Adonai Sebaot - extirparé yo de esta tierra los nombres de los ídolos y no se volverá a mentarlos; igualmente a los profetas y el espíritu d e impureza los quitaré de esta tierra. 3 Y, si todavía alguien se pone a profetizar, le dirán su padre y su madre que le engendraron: "¡No has de vivir tú, que dices mentiras en nombre de Adonai!" Y s u padre y su madre que le engendraron le traspasarán mientras esté profetizando. 4 Aquel día se avergonzarán los profetas, cada cual de su visión, cuando profeti cen, y no se vestirán el manto de pelo con ánimos de mentir, 5 sino que dirán cada uno: "¡Yo no soy profeta; soy un campesino, pues la tier ra es mi ocupación desde mi juventud!" 6 Y si alguien le dice: "¿Y esas heridas que hay entre tus manos?", responde rá: "Las he recibido en casa de mis amigos." 7 ¡Despierta, espada, contra mi pastor, y contra el hombre de mi compañía!, orácul o de Adonai Sebaot. ¡Hiere al pastor, que se dispersen las ovejas, y yo tornaré mi m ano contra los pequeños! 8 Y sucederá en toda esta tierra - oráculo de Adonai - que dos tercios serán en ella exterminados (perecerán) y el otro tercio quedará en ella. 9 Yo meteré en el fuego este tercio: los purgaré como se purga la plata y los probaré como se prueba el oro.Invocará él mi nombre y yo le responderé; diré: "¡El es mi pue blo!" y él dirá: "¡Adonai es mi Di-s!" Zacarías 14

1 He aquí que viene el Día de Adonai en que serán repartidos tus despojos en med io de ti. 2 Yo reuniré a todas las naciones en batalla contra Yerushalaim. Será tomada l a ciudad, las casas serán saqueadas y violadas las mujeres. La mitad de la ciudad partirá al cautiverio, pero el Resto del pueblo no será extirpado de la ciudad. 3 Saldrá entonces Adonai y combatirá contra esas naciones como el día en que él co mbate, el día de la batalla. 4 Se plantarán sus pies aquel día en el monte de los Olivos que está enfrente de Yerushalaim, al oriente, y el monte de los Olivos se hendirá por el medio de ori ente a occidente haciéndose un enorme valle: la mitad del monte se retirará al nort e y la otra mitad al sur. 5 Y huiréis al valle de mis montes, porque el valle de los montes llegará hast a Yasol; huiréis como huisteis a causa del terremoto en los días de Ozías, rey de Judá. Y vendrá Adonai mi Di-s y todos los santos con él. 6 Aquel día no habrá ya luz, sino frío y hielo. 7 Un día único será - conocido sólo de Adonai -: no habrá día y luego noche, sino que a la hora de la tarde habrá luz. 8 Sucederá aquel día que saldrán de Yerushalaim aguas vivas, mitad hacia el mar oriental, mitad hacia el mar occidental: las habrá tanto en verano como en inviern o. 9 Y será Adonai rey sobre toda la tierra: ¡el día aquel será único Adonai y único su n ombre! 10 Toda esta tierra se tornará llanura, desde Gueba hasta Rimmón, al sur de Yer ushalaim. Y ésta, encumbrada, será habitada en su lugar, desde la Puerta de Benjamín h asta el emplazamiento de la antigua Puerta, es decir, hasta la Puerta de los Ángul os, y desde la torre de Jananel hasta los Lagares del rey. 11 Se habitará en ella y no habrá más anatema: ¡Yerushalaim será habitada en segurida d! 12 Y ésta será la plaga con que herirá Adonai a todos los pueblos que hayan hecho la guerra a Yerushalaim: pudrirá su carne estando ellos todavía en pie, sus ojos s e pudrirán en sus cuencas, y su lengua se pudrirá en su boca. 13 Y cundirá aquel día entre ellos un inmenso pánico de Adonai: agarrará cada uno l a mano de su prójimo y levantarán la mano unos contra otros. 14 También Judá combatirá en Yerushalaim. Y serán reunidas las riquezas de todas la s naciones de alrededor: oro, plata y vestidos en cantidad inmensa. 15 Semejante será la plaga de los caballos, mulos, camellos y asnos, y de tod o el ganado que haya en aquellos campamentos: ¡una plaga como ésa! 16 Y todos los supervivientes de todas las naciones que hayan venido contra Yerushalaim subirán de año en año a postrarse ante el Rey Adonai Sebaot y a celebrar la fiesta de las Tiendas. 17 Y para aquella familia de la tierra que no suba a Yerushalaim a postrars e ante el Rey Adonai Sebaot no habrá lluvia. 18 Si la familia de Egipto no sube ni viene, caerá sobre ella la plaga con qu e Adonai herirá a las naciones que no suban a celebrar la fiesta de las Tiendas. 19 Tal será el castigo de Egipto y el castigo de todas las naciones que no su ban a celebrar la fiesta de las Tiendas. 20 Aquel día se hallará en los cascabeles de los caballos: "Consagrado a Adonai ", y serán las ollas en la Casa de Adonai como copas de aspersión delante del altar. 21 Y toda olla, en Yerushalaim y Judá, estará consagrada a Adonai Sebaot; todos los que quieran sacrificar vendrán a tomar de ellas, y en ellas cocerán; y no habrá más comerciante en la Casa de Adonai Sebaot el día aquel. MALAQUÍAS Malaquías 1 1 Oráculo. Palabra de Adonai a Israel por ministerio de Malaquías. 2 Os he amado, dice Adonai. Y vosotros decís: ¿En qué nos has amado? - ¿No era aca so Esaú el hermano de Jacob?, oráculo de Adonai. Sin embargo yo amé a Jacob, 3 y a Esaú le odié. Entregué sus montes a la desolación y su heredad a los chacale s del desierto.

4 Si dice Edom: "Hemos sido aplastados, pero volveremos a edificar nuestra s ruinas", así dice Adonai Sebaot: Ellos edificarán, mas yo demoleré, y se les llamará: "Territorio de impiedad", y "Pueblo contra el que Adonai está irritado para siem pre". 5 Vuestros ojos lo verán y vosotros diréis: "¡Grande es Adonai más allá del término de Israel!" 6 El hijo honra a su padre, el siervo a su señor. Pues si yo soy padre, ¿dónde e stá mi honra? Y si señor, ¿dónde mi temor?, dice Adonai Sebaot a vosotros sacerdotes qu e menospreciáis mi Nombre. - Decís: ¿En qué hemos menospreciado tu Nombre? 7 Presentando en mi altar pan impuro. - Y decís ahora: ¿En qué te hemos manchado ? - Pensando que la mesa de Adonai es despreciable. 8 Y cuando presentáis para el sacrificio una res ciega, ¿no está mal? Y cuando p resentáis una coja o enferma, ¿no está mal? Anda, ofrécesela a tu gobernador: ¿se te pond rá contento o te acogerá con agrado?, dice Adonai Sebaot. 9 Ahora, pues, ablandad el rostro de Di-s para que tenga compasión de nosotr os. De vuestras manos viene esto, ¿acaso os acogerá benignamente?, dice Adonai Sebao t. 10 ¡Oh, quién de vosotros cerrará las puertas para que no encendáis mi altar en van o! No tengo ninguna complacencia en vosotros, dice Adonai Sebaot, y no me es gr ata la oblación de vuestras manos. 11 Pues desde el sol levante hasta el poniente, grande es mi Nombre entre l as naciones, y en todo lugar se ofrece a mi Nombre un sacrificio de incienso y u na oblación pura. Pues grande es mi Nombre entre las naciones, dice Adonai Sebaot. 12 Pero vosotros lo profanáis, cuando decís: ¡La mesa del Señor es impura, y despre ciables sus alimentos!, 13 y añadís: ¡Oh, qué fatiga!, y me desdeñáis, dice Adonai Sebaot. Cuando traéis una res robada, o coja, o enferma, cuando traéis una oblación así, ¿la voy a aceptar de vuestras manos?, dice Adonai Sebaot. 14 ¡Maldito el tramposo que tiene macho en su rebaño, pero que promete en voto y sacrifica al Señor bestia defectuosa! ¡Que yo soy un gran Rey, dice Adonai Sebaot, y mi Nombre es terrible entre las naciones! Malaquías 2 1 Y ahora, a vosotros esta orden, sacerdotes: 2 Si no escucháis ni tomáis a pecho dar gloria a mi Nombre, dice Adonai Sebaot , yo lanzaré sobre vosotros la maldición y maldeciré vuestra bendición; y hasta la he m aldecido ya, porque ninguno de vosotros toma nada a pecho. 3 He aquí que yo voy a romper vuestro brazo, os echaré estiércol a la cara, el e stiércol de vuestras fiestas, y seréis aventados con él. 4 Sabréis así que yo os dirigí esta orden para que subsistiera mi alianza con Le ví, dice Adonai Sebaot. 5 Mi alianza era con él vida y paz, y se las concedí; era temor, y él me temía y a nte mi Nombre guardaba reverencia. 6 La Ley de verdad estaba en su boca, e iniquidad no se hallaba en sus lab ios; en paz y en rectitud caminaba conmigo, y a muchos recobró de la culpa. 7 Pues los labios del sacerdote guardan la ciencia, y la Ley se busca en s u boca; porque él es el mensajero de Adonai Sebaot. 8 Pero vosotros os habéis extraviado del camino, habéis hecho tropezar a mucho s en la Ley, habéis corrompido la alianza de Leví, dice Adonai Sebaot. 9 Por eso yo también os he hecho despreciables y viles ante todo el pueblo, de la misma manera que vosotros no guardáis mis caminos y hacéis acepción de personas en la Ley. 10 ¿No tenemos todos nosotros un mismo Padre? ¿No nos ha creado el mismo Di-s? ¿P or qué nos traicionamos los unos a los otros, profanando la alianza de nuestros p adres? 11 Judá ha traicionado; una abominación se ha cometido en Israel y en Yerushala im. Porque Judá ha profanado el santuario querido de Adonai, al casarse con la hi ja de un dios extranjero. 12 ¡Que extirpe Adonai al hombre que hace tal, ya sea testigo o defensor, de las tiendas de Jacob y de entre los que presentan la oblación a Adonai Sebaot!

13 Y esta otra cosa hacéis también vosotros: cubrir de lágrimas el altar de Adona i, de llantos y suspiros, porque él ya no se vuelve hacia la oblación, ni la acepta con gusto de vuestras manos. 14 Y vosotros decís: ¿Por qué? - Porque Adonai es testigo entre tú y la esposa de t u juventud, a la que tú traicionaste, siendo así que ella era tu compañera y la mujer de tu alianza. 15 ¿No ha hecho él un solo ser, que tiene carne y espíritu? Y este uno ¿qué busca? ¡Una posteridad dada por Di-s! Guardad, pues, vuestro espíritu; no traiciones a la es posa de tu juventud. 16 Pues yo odio el repudio, dice Adonai Di-s de Israel, y al que encubre co n su vestido la violencia, dice Adonai Sebaot. Guardad, pues, vuestro espíritu y n o cometáis tal traición. 17 Vosotros cansáis a Adonai con vuestras palabras. - Y decís: ¿En qué le cansamos? - Cuando decís: Todo el que hace el mal es bueno a los ojos de Adonai, y él le ace pta complacido; o también: ¿Dónde está el Di-s del juicio?

Malaquías 3 1 He aquí que yo envío a mi mensajero a allanar el camino delante de mí, y enseg uida vendrá a su Templo el Señor a quien vosotros buscáis; y el Angel de la alianza, que vosotros deseáis, he aquí que viene, dice Adonai Sebaot. 2 ¿Quién podrá soportar el Día de su venida? ¿Quién se tendrá en pie cuando aparezca? P rque es él como fuego de fundidor y como lejía de lavandero. 3 Se sentará para fundir y purgar. Purificará a los hijos de Leví y los acrisola rá como el oro y la plata; y serán para Adonai los que presentan la oblación en justi cia. 4 Entonces será grata a Adonai la oblación de Judá y de Yerushalaim, como en los días de antaño, como en los años antiguos. 5 Yo me acercaré a vosotros para el juicio, y seré un testigo expeditivo contr a los hechiceros y contra los adúlteros, contra los que juran con mentira, contra los que oprimen al jornalero, a la viuda y al huérfano, contra los que hacen agrav io al forastero sin ningún temor de mí, dice Adonai Sebaot. 6 Que yo, Adonai, no cambio, y vosotros, hijos de Jacob, no termináis nunca. 7 Desde los días de vuestros padres venís apartándoos de mis preceptos y no los observáis. Volveos a mí y yo me volveré a vosotros, dice Adonai Sebaot. - Decís: ¿En qué he mos de volver? 8 ¿Puede un hombre defraudar a Di-s? ¡Pues vosotros me defraudáis a mí! - Y aún decís: ¿En qué te hemos defraudado? - En el diezmo y en la ofrenda reservada. 9 De maldición estáis malditos, porque me defraudáis a mí vosotros, la nación entera . 10 Llevad el diezmo íntegro a la casa del tesoro, para que haya alimento en m i Casa; y ponedme así a prueba, dice Adonai Sebaot, a ver si no os abro las esclus as del cielo y no vacío sobre vosotros la bendición hasta que ya no quede, 11 y no ahuyento de vosotros al devorador, para que no os destruya el fruto del suelo y no se os quede estéril la viña en el campo, dice Adonai Sebaot. 12 Todas las naciones os felicitarán entonces, porque seréis una tierra de deli cias, dice Adonai Sebaot. 13 Duras me resultan vuestras palabras, dice Adonai. - Y todavía decís: ¿Qué hemos dicho contra ti? 14 Habéis dicho: Cosa vana es servir a Di-s; ¿qué ganamos con guardar su mandamie nto o con andar en duelo ante Adonai Sebaot? 15 Más bien, llamamos felices a los arrogantes: aun haciendo el mal prosperan , y aun tentando a Di-s escapan libres. 16 Entonces los que temen a Adonai se hablaron unos a otros. Y puso atención Adonai y oyó; y se escribió ante él un libro memorial en favor de los que temen a Ado nai y piensan en su Nombre. 17 Serán ellos para mí, dice Adonai Sebaot, en el día que yo preparo, propiedad p ersonal; y yo seré indulgente con ellos como es indulgente un padre con el hijo qu e le sirve. 18 Entonces vosotros volveréis a distinguir entre el justo y el impío, entre qu ien sirve a Di-s y quien no le sirve.

19 Pues he aquí que viene el Día, abrasador como un horno; todos los arrogantes y los que cometen impiedad serán como paja; y los consumirá el Día que viene, dice A donai Sebaot, hasta no dejarles raíz ni rama. 20 Pero para vosotros, los que teméis mi Nombre, brillará el sol de justicia co n la salud en sus rayos, y saldréis brincando como becerros bien cebados fuera de l establo. 21 Y pisotearéis a los impíos, porque serán ellos ceniza bajo la planta de vuestr os pies, el día que yo preparo, dice Adonai Sebaot. 22 Acordaos de la Ley de Moisés, mi siervo, a quien yo prescribí en el Horeb pr eceptos y normas para todo Israel. 23 He aquí que yo os envío al profeta Elías antes que llegue el Día de Adonai, gran de y terrible. 24 El hará volver el corazón de los padres a los hijos, y el corazón de los hijos a los padres; no sea que venga yo a herir la tierra de anatema.