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• Daniel Martínez

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Nº 25 ▪ 15 . 10 . 2016 ▪ 2,99 €

• DOSSIER: JUEGO DE POSICIÓN • • PORTEROS PROACTIVOS Y PORTEROS REACTIVOS • • MARTIN FOURCADE, EL SUPERHOMBRE • • ENTREVISTAS: BENITO FLORO, GÓMEZ NOYA Y BESA & LÓPEZ •

KIMMICH: EL JUGADOR QUE BUSCA SABER QUÉ ES… Ilustración: Emma Verdet

EDITORIAL EL “FAIR PLAY” El principal símbolo de la falta de deportividad es la existencia de premios al “fair play” en el deporte. El deporte moderno nació con la pretensión de ser una actividad distinta al resto de las humanas: una actividad sin corrupción ni trampas, sin engaños ni subterfugios, ni dobleces, en la que no tuviesen cabida los rasgos más negativos que nos acompañan a diario. ¡Vana pretensión! El humano es un ser indisociable: conviven en él lo bueno y lo malo, lo noble y lo indigno, lo excelso y lo inmundo. Así, pese a los esfuerzos denodados de los padres fundadores, que intentaron revestir a la actividad deportiva de un manto ideológico y unos códigos de conducta que impidieran la proliferación de actitudes deplorables, la realidad intrínseca a la persona se acabó imponiendo por encima de normas, reglamentos, inspiraciones y postulados. La trampa, la corrupción, la mentira, el sabotaje, llegaron también a esta actividad incluso en tiempos de los pioneros: no podía ser de otro modo tratándose de una actividad humana. Desde muy temprano, actuar con deportividad dejó de ser la pauta básica de comportamiento y acabó reducida a simple excepción a la norma. Aquel deportista que actuaba con “fair play” era destacado como alguien que sobresalía del lodo, ¡porque lo corriente era el lodo! Todavía hay especialidades en que la deportividad es un valor que cotiza alto, como el golf profesional, pero el simple hecho de que se otorgue un premio a este tipo de actuaciones es el mejor reflejo de la implacable caída que han sufrido los comportamientos generales en el deporte. Durante los Juegos Olímpicos y en competiciones posteriores estuve observando la actitud deportiva de Sam Kendricks, un saltador con pértiga estadounidense. Venció en alguna ocasión y perdió en otras, pero siempre destacó por su comportamiento deportivo. Y el hecho de mencionarlo ya refleja por sí solo que actuar con deportividad se ha convertido en algo excepcional. Martí Perarnau

THE TACTICAL ROOM / REVISTA #25 OCTUBRE 2016 The Tactical Room es la revista que edita el Club Perarnau. Este nº 25 se publica en octubre de 2016. Editorial Primera Impresión.

ÍNDICE 1. PORTEROS PROACTIVOS Y PORTEROS REACTIVOS Martí Perarnau 2. CORRESPONDENCIA DE UN NÁUFRAGO: SOMOS EMOCIONES, SENTIMIENTOS Y REBELDÍA Ignacio Benedetti 3. KIMMICH: EL JUGADOR QUE BUSCA SABER QUÉ ES… Martí Perarnau 4. LA VERDADERA NATURALEZA DE JOSHUA KIMMICH Dario Saltari 5. PACTA CON EL DIABLO: PREVENIR ANTES QUE LESIONARSE Loles Vives 6. BENITO FLORO: “TENDRÉ ILUSIÓN POR APRENDER DE FÚTBOL HASTA QUE ME MUERA” Javier Brizuela 7. MENTES DEPORTIVAS: EL COMPLEJO TRABAJO DEL PSICÓLOGO DEPORTIVO Rosa Coba 8. LA TÁCTICA ES ANTERIOR A LOS ENTRENADORES Agustín Peraita 9. BESA & LÓPEZ: “CON INIESTA SOLO NOS FALTÓ SALTAR A LA CANCHA” Isaac Lluch 10. ¿ES UMTITI EL CENTRAL QUE NECESITA EL BARÇA? Alex Delmàs 11. EL CÍRCULO VIRTUOSO. JAVIER GÓMEZ NOYA Isaac Lluch 12. MARTIN FOURCADE, EL SUPERHOMBRE Ricardo Zazo 13. SERGIO BUSO, THE ANALYST PIONEER Michele Tossani 14. DOSSIER. EL JUEGO DE POSICIÓN: DE LA ESTRUCTURA ORGANIZATIVA A LOS CONCEPTOS BÁSICOS DEL JUEGO Daniel Fernández 15. AUTORES CLUBPERARNAU

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Un equipo de fútbol puede definirse por la posición que ocupa su portero cuando el equipo está atacando. Si el portero se mantiene dentro de su área pequeña, probablemente estemos ante un equipo de juego reactivo. Si el portero se sitúa cerca del límite del área grande o incluso fuera de ella, probablemente se trate de un equipo de juego proactivo. El equipo reactivo concibe el juego como una actividad en la que participan diez futbolistas más un portero. El equipo proactivo -estoy generalizando y, por lo tanto, seguro que el lector encontrará casos que no cumplen esta afirmaciónentiende el juego como una actividad de once futbolistas en la que uno de ellos actúa, además, como portero del equipo. Martí Perarnau

PORTEROS PROACTIVOS Y PORTEROS REACTIVOS

El renombrado entrenador Frans Hoek distinguió a los guardametas en función de una característica fundamental: reacción o anticipación. Resulta clave que un equipo de juego reactivo cuente con un portero cuya principal virtud sea la reacción. Y que un equipo de juego proactivo alinee a un guardameta de anticipación. Hacerlo de este modo resulta primordial no solo para otorgar coherencia al conjunto, sino para acercarse al éxito competitivo. En las siguientes líneas analizaremos someramente estos conceptos.

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os fundamentos básicos de un portero han sido tradicionalmente: detener, blocar, despejar y defender. Sobre estos pilares ha evolucionado la figura del portero desde 1860, en paralelo con la evolución del juego y, muy importante, del reglamento. Durante cerca de un siglo, el guardameta progresó a partir de estos cuatro fundamentos citados: primero lo hizo desde una perspectiva de supervivencia personal (evitar que los delanteros violentos le partiesen la crisma), y más adelante con el perfeccionamiento de los atributos básicos y la incorporación de mejoras técnicas.

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que resultara habitual verles con la cabeza vendada. No en vano muchos de ellos fueron tachados de “kamikazes”: el austriaco Rudi Hiden o el checoslovaco Frantisek Planicka podrían dar fe de dicho espíritu. Cuando los guardametas alcanzaron una relativa garantía de integridad comenzaron las mejoras técnicas de todo orden. Harry Gregg destacó con sus despejes de puños, al igual que Franjo Glaser o Roque Maspoli; el soviético Aleksei Khomich, mentor de Yashin, incorporó movimientos aprendidos en el hockey hielo; el alemán Turek perfeccionó la velocidad de reacción bajo palos; e incluso creció el prototipo de guardameta para hacerse casi invulnerable, sirvan los ejemplos del español Juan Acuña o del inglés Frank Swift. Con las sucesivas aportaciones se alcanzó la categoría del “portero completo”, ejemplificado en José Ángel Iribar, el uruguayo Mazurkiewicz o el inolvidable Gordon Banks, aunque por encima de todos reinó el inmenso Lev Yashin, que como explicara Sergio Vilariño en el número 8 de The Tactical Room, entre otros muchos detalles aportó al perfil del guardameta un cambio sustancial: en vez de lanzarse en línea recta a por los balones, el soviético lo hacía en diagonal para cubrir más espacios.

Jim Towers (Brentford), luchando con el portero Russell Crossley (Shrewsbury).

Las imágenes heroicas de los pioneros certifican que los primeros porteros estaban tan ocupados en evitar goles contrarios como en salvar su propia integridad física, de ahí

Lev Yashin (Foto: PA).

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Los estudios de la FIFA mostraban que el portero retenía el balón entre sus manos un promedio de dos minutos y medio por partido.

LA LEY DE LA CESIÓN El rol del portero alcanzó una gran estabilidad en los años 70, con Sepp Maier y Dino Zoff como paladines de la colocación bajo palos, pero esa estabilidad devino desesperante a finales de los 80 debido a la dinámica dominante, en la que los defensas cedían el balón a su portero ante el mínimo riesgo. El portero sujetaba el balón con sus manos y el juego sufría una ralentización enervante, insufrible para el espectador. El problema resultaba tan irritante que la FIFA se vio obligada a cambiar las normas, implantando la llamada “ley de la cesión”, que impedía al guardameta recoger con las manos el balón cedido por un defensa. El Mundial de Italia 1990 había sido demoledoramente insoportable, como argumentó Joseph Blater en agosto de 1992 (Mundo Deportivo), detallando que los estudios de la FIFA mostraban que el portero retenía el balón entre sus manos un promedio de dos minutos y medio por partido.

Frans Hoek estaba en el lugar adecuado en el momento oportuno.

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La nueva norma se ensayó en el Mundial sub17 celebrado en Italia en 1991 y se implantó en el nivel absoluto por vez primera en los Juegos Olímpicos de Barcelona ’92, provocando una de las mayores revoluciones en el fútbol desde el cambio de la ley del fuera de juego en 1925. Como siempre ha expresado Juanma Lillo, “el reglamento es el mejor libro de táctica del mundo”. El cambio resultó traumático al principio, de ahí que guardametas españoles como Zubizarreta, Sempere o Buyo se manifestaran contrarios a ella (“Estoy en contra de la norma porque limita al portero”, Zubizarreta, El País, agosto de 1992). Pero pronto surgió una nueva dinámica de juego, mucho más continuada, sin las interrupciones soporíferas de los tiempos anteriores. Y de ahí surgió una nueva “raza” de porteros. El perfil del guardameta se amplió: ya no se trataba solo de detener, blocar, despejar y defender (los fundamentos básicos), sino que la posición exigía jugar con el pie. Hubo quien lo entendió como una adaptación de uno de los pilares básicos (despejar), pero también hubo quien advirtió nuevos horizontes: si el portero estaba obligado a jugar con el pie, se abrían nuevas oportunidades… Así, no solo debía despejar con el pie sino que ¡podía jugar con el pie! Es decir, podía pasar, combinar, recuperar, driblar, relanzar. ¡Podía iniciar el juego!

En su concepción del juego [Frans Hoek], el portero dejaba de ser un artista del espacio reducido a la sombra de los palos y se convertía en un futbolista más, y concretamente en el iniciador del juego.

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Así, su entrenamiento no solo se nutría de innumerables ejercicios tradicionales y de un análisis profundo de la tipología de los rivales -ámbito en el que Hoek también fue pionero-, sino que dedicaba importantes parcelas del entrenamiento a la mejora del juego de pies de los porteros y a su comprensión global del juego.

Mientras Inglaterra pareció no darse por enterada de que la “ley de la cesión” suponía una revolución enorme (…) Alemania se ponía al frente de la revolución. Frans Hoek, en el Ajax (Foto: ANP Historisch Archief).

Frans Hoek estaba en el lugar adecuado en el momento oportuno. Hoek había jugado en el FC Volendam y en 1986 Johan Cruyff le incorporó al equipo de entrenadores del Ajax, alcanzando en 1991 la categoría de entrenador de porteros del primer equipo a las órdenes de Louis van Gaal. Y entonces cambió la regla y Hoek dio un paso adelante: en su concepción del juego, el portero dejaba de ser un artista del espacio reducido a la sombra de los palos y se convertía en un futbolista más, y concretamente en el iniciador del juego. Naturalmente, se benefició de un entorno culturalmente proclive a ello (Ajax), de un legado que marchaba en esa dirección (en los 70, Cruyff prefería a Jongbloed que a Van Beveren en la selección por su mejor juego de pies), y de un entrenador que iba a dar un impulso decisivo al juego de posición (Van Gaal), en el que la fase de inicio del juego resulta crucial. Como diría muy pronto el propio Hoek “es esencial poner atención en el papel del portero cuando tenemos el balón en nuestro poder porque él es parte decisiva en el inicio de la construcción”.

Van der Sar, levantando la Champions League de 1995.

Aunque comenzó su tarea con Stanley Menzo, pronto dedicó sus mejores energías al que sería el primer gran prototipo de los guardametas proactivos: Edwin van der Sar. Los años 90 eran el escenario de una transición inevitable, forzada por el cambio reglamentario, y aunque porteros como Peter Schmeichel u Oliver Kahn, de perfil netamente reactivo, alcanzarían la excelencia en su rol gracias a unas cualidades completísimas, pronto surgieron porteros que interpretaron

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el papel de un modo muy diferente. El francés Barthez y el portugués Baia fueron dos de ellos, no tanto porque su juego de pies resultara fino, sino por su personalidad como líderes de la defensa o, como definió el propio Hoek, como “porteros de anticipación más que de reacción”. No puede pasarse por alto, en este sentido, la divergencia que la nueva normativa provocó en dos países líderes: mientras Inglaterra pareció no darse por enterada de que la “ley de la cesión” suponía una revolución enorme -y de hecho podemos decir que todavía no ha generado las modificaciones imprescindibles para adaptarse-, Alemania se ponía al frente de la revolución. Dentro de la refundación radical que la DFB (Deutsche Fussball Verband) hizo en toda la estructura futbolística del país, en 2005 nombró como coordinador del rol de porteros a Andreas Köpke, un excelente exponente del nuevo estilo de guardametas. Köpke, que aún hoy ocupa el puesto, puede considerarse como el alter ego de Frans Hoek, pues su trabajo revolucionó el concepto del portero en Alemania y ha ofrecido unos frutos soberbios: Neuer, Leno, Adler, Ter Stegen, Baumann, Trapp, Ulreich, Fährmann… Porteros con un juego soberbio con el pie, pero sobre todo con una magnífica visión general del juego y una elevada participación en la construcción inicial del mismo.

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No hay país en el mundo que pueda competir hoy en día con Alemania en cuanto a abundancia de porteros proactivos de primer nivel. La razón es que -al revés que sucede en otras parcelas del juego- las academias juveniles priorizan que sus guardametas actúen de este modo desde sus inicios. Como dice Köpke “esto es fruto de los centros de formación y alto rendimiento que crearon los clubes alemanes después de la Eurocopa 2000 (cuando la DFB impulsó su revolución radical). Desde entonces se prepara a los chicos jóvenes para las exigencias profesionales”. Y esto incluye básicamente considerarles como parte crucial del equipo, dando prioridad al pase, el juego de pies y la conexión con los compañeros hasta alcanzar la categoría de ser un futbolista más del equipo.

Neuer, durante el Mundial 2014.

No hay país en el mundo que pueda competir hoy en día con Alemania en cuanto a abundancia de porteros proactivos de primer nivel (…) La razón es que -al revés que sucede en otras parcelas del juego- las academias juveniles priorizan que sus guardametas actúen de este modo desde sus inicios.

Nadie como Manuel Neuer ejemplifica este cambio radical de paradigma que ha vivido el guardameta desde 1992. En su caso ni siquiera puede decirse que sea quien posee mejor juego de pies ni mejor pase en corto o largo, pues no es así, pero su visión del juego es privilegiada. Es el más inteligente desde el punto de vista táctico y el más

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abierto mentalmente a jugar con los compañeros. Dado que su técnica no es la mejor, sus cualidades se benefician más en fases de recuperación y relanzamiento que en la propia fase inicial de construcción. En todas las sesiones de entrenamiento que se realizan en Säbener Strasse, Neuer dedica una parte importante a participar en el juego general: durante los tres años con Pep Guardiola nunca se ausentó de un rondo e incluso en sus días de recuperación solicitaba formar parte de los juegos de posición. Era habitual que bromeara con Guardiola sobre el partido en que le permitiría jugar como mediocentro…

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2.- La aparición en el momento histórico oportuno de Frans Hoek como impulsor del nuevo paradigma dentro del equipo dominante e innnovador, el Ajax de Van Gaal, “construyendo” el primer gran “portero nuevo” (Van der Saar) e instaurando la ruta a seguir: el “Método Hoek”.

LAS CINCO ETAPAS DE LA EVOLUCIÓN La evolución del guardameta ha tenido hasta el momento cinco etapas bien definidas: 1.- El cambio reglamentario de 1992, con la implantación de la “ley de la cesión”, que añade dos nuevas extremidades al portero: ya no solo tiene manos, ahora también tiene pies (y además se hace obligado que los tenga y que sean buenos).

Claudio Bravo, iniciando el juego.

Frans Hoek, con los porteros del Barcelona: Reina, Valdés y Dutruel.

3.- La “revolución alemana” del año 2000, con la difusión de “buena nueva” y la implantación por doquier del territorio germano de las ideas innovadoras: el portero ha de ser un futbolista más. Diez años más tarde, la semilla ha germinado en un caudal de grandes guardametas proactivos.

Andreas Köpke y Manuel Neuer, en la selección alemana.

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4.- El éxito del juego de posición impulsado por el Barcelona de Guardiola en 2008 tiene un primer pilar imprescindible: Victor Valdés, un portero formado por Frans Hoek cuando Van Gaal entrenaba al Barça, y que sin ser el más dotado en numerosas facetas ofrece un rendimiento superlativo y permite que el equipo de Pep despliegue un juego que sin esa participación del portero catalán no resultaría posible.

Marc-André ter Stegen y Manuel Neuer.

Víctor Valdés, en 2009 con Pep Guardiola.

5.- La aparición de Neuer significa un paso más en la construcción del portero proactivo: ya no solo ha añadido pies a sus manos, sino también una visión táctica global. Se convierte en un futbolista completo, el primero del equipo.

De vez en cuando, el error en un pase de uno de estos guardametas inunda el mundo del fútbol. Resurgen entonces los agazapados convencionalismos y se afirma tajantemente que un portero debe limitarse a detener balones. “Las manos y punto”. Es una ceguera mayúscula, propia de periodistas mediocres, analistas sin conocimiento, expertos en nada o aficionados que ven sin aprender. Ni siquiera antes de 1992 bastaba con las manos, sirvan el soviético Yashin o el húngaro Grosics como ejemplos, y mucho antes Beeuwkes o Carrizo, pero desde luego a partir de la “ley de la cesión” el cambio es imparable e inevitable. El guardameta se ha convertido en un perfil poliédrico cuyos fundamentos básicos ya no son únicamente los de hace un siglo (detener, blocar, despejar, defender) sino también los nacidos a

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partir del 92: pasar, combinar, driblar, iniciar el juego, recuperar, relanzar… Y para el inmediato porvenir se avizora la necesidad de que, además, el portero incorpore a su catálogo de cualidades también una visión táctica global digna del mediocentro. Pero como no todos los porteros pueden alcanzar la excelencia en todos los ámbitos y los hay maravillosos con las manos que, sin embargo, no alcanzan a manejarse bien con los pies, y no digamos desde la óptica táctica. El fútbol concede oportunidad a todos. Así, los porteros que hemos definido como proactivos (Neuer, Ter Stegen, Bürki o Bravo como ejemplos) se alinean en equipos totalmente proactivos; y guardametas reactivos (véase Courtois,

Hart, Oblak o Casillas) lo hacen en equipos cuyo juego se define como reactivo. En todos estos casos existe una coherencia completa entre el modelo de juego del equipo y el perfil del portero que se alinea. Lo contrario sí sería un grave problema. Martí Perarnau. @martiperarnau

Fuente: Who Scored Horquilla de datos: Temporadas 2014-2015, 2015-2016 y 2016-2017 hasta 2-octubre-2016. Solo incluye partidos de liga y Champions League.

SOMOS EMOCIONES, SENTIMIENTOS Y REBELDÍA Ignacio Benedetti

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ermítame una declaración de pesimismo: no hemos aprendido nada. Fíjese usted, mi estimado lector, que aún cuando desde hace unos años se discute la incompatibilidad del autoritarismo con los procesos educativos, hay un alto porcentaje de entrenadores que identifica a la obediencia como uno de los valores más resaltantes de las plantillas que dirigen. El ego de estos conductores se superpone a lo que idealmente es el principio de su función: guiar a un grupo hasta nuevos estadios del conocimiento. Esto es realmente preocupante, y lo es más cuando esta conducta es natural en las redes sociales con el único objetivo de publicitarse como trabajadores con mayores capacidades que aquellos que están en ejercicio. Ya se sabe que el ser humano desea lo que otros tienen, pero en estos tiempos se ha dinamitado la barrera que separa el anhelo de la envidia, hasta tal punto que no se condena el constante irrespeto a quien está, amparando este proceder en el supuesto de que los de afuera, que no están ni son, lo harían mucho mejor. Pero esa es harina de otro costal, y le pido disculpas por haber tomado un desvío hacia la nada, aunque quizá sea la nada el lugar que mejor define este naufragio. En fin, volvamos a la obediencia debida que algunos tienen como virtud. Esa pretensión de sumisión es totalmente contraria al espíritu del fútbol, disciplina en la que no triunfan los más fuertes ni lo más veloces; la victoria es cosa de aquellos que toman mejores decisiones, y estas, como ya todos sabemos, deben ser adoptadas y ejecutadas en períodos de tiempo casi inhumanos. Además, y permítame un nuevo viraje en este recorrido, mucho bien nos haría recordar que esta subordinación que

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muchos exigen para con las órdenes de un conductor no es más que el triste reflejo de nuestra ignorancia y nuestro desprecio por la historia, y es que si algo nos dejó el Siglo XX es el recuerdo de que aquellos poseedores de grandes verdades y grandes soluciones fueron causantes de tragedias que jamás olvidaremos.

EL CEREBRO QUE IMAGINA Estamos muy mal si creemos y predicamos que el futbolista debe someterse a unas instrucciones, obviando que la principal cualidad que debe poseer es el conocimiento del juego y de todo lo que acontece en él, y eso se logra en el entrenamiento. Esas sesiones de práctica no deben ser producto del ego del entrenador; su objetivo es convertirse en pautas y escenarios que promuevan la toma de decisiones y el conocimiento de la actividad.

Dice el admirable Francisco Seirul.lo que “de cada uno de los acontecimientos del juego y de las relaciones de los demás, depende la forma en que se van a relacionar los jugadores y si vamos a hacer un tipo de juego u otro tipo de juego… Se necesita emplear el entrenamiento optimizador, que consiste en presentar situaciones en el entrenamiento que sean similares y que sirvan para que el jugador entienda los acontecimientos del juego”. Lo que se desprende de las palabras del preparador físico catalán es totalmente

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contrario a esa obediencia casi incondicional y egoísta que algunos, amparados en un carnet y algunas citas referenciales, exigen a sus dirigidos. Pero dejemos que siga siendo Seirul.lo quien nos ilumine entre tanta oscuridad: “El cerebro humano funciona cuando se imagina cosas que no puede transferir. Entonces diseña proyectos para llegar a una cosa y alcanzarla”. Si el futbolista no es más que un robot programado para cumplir con instrucciones, como estos comerciantes de la mentira sugieren, entonces es imposible que lo expuesto por el catalán tenga asidero. Pero el fútbol no es lo que estos señores quieren, y la mejor prueba de ella la ofrece el mismo Lionel Messi, quien con sus jugadas le recuerda al espectador el valor de la inmediatez, entendida esta como la capacidad de imaginar soluciones y ponerlas en práctica en nanosegundos, aún cuando éstas sólo hayan sido soñadas por el argentino. Pero hay más. En una entrevista para el diario El País, Messi, ante el cuestionamiento de si su forma de jugar se entrena, no supo responder más que un “No creo, no sé… Ya de chiquito jugaba de esta manera”. Y es que el futbolista, de la misma manera que el abogado, el ingeniero y el policía, es, ante todo, ser humano, y aún cuando pase largas horas planificando sus reacciones, al momento de ejecutarlas aparece un pequeño compañero de viaje: el componente emocional, eso que realmente nos diferencia de las máquinas.

TOMA DE DECISIONES Y CREATIVIDAD A las emociones hace referencia el Dr. Facundo Manes. Manes es un neurólogo y neurocientífico argentino con estudios en su país así como

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en el Reino Unido y los Estados Unidos. Su reconocimiento es global, y escucharlo, o en este caso leerlo, es imprescindible para comprender aún más que ni el jugador de fútbol ni el resto de los seres humanos somos individuos totalmente racionales. Durante una conferencia en su país en el año 2014, Manes, quien hoy trabaja con el Gobierno de la ciudad de Buenos Aires, explicaba lo siguiente: “En los miles y miles de años de existencia, el cerebro humano desarrolló un sistema de toma de decisiones que la mayor parte de las veces usa un sistema que es automático, que no llega a la conciencia, que está facilitado por emociones previas de nuestras vidas y memorias previas, y cambia según el contexto”.

El científico, autor de cuatro libros, no hace sino ahondar en algo que a estas alturas de nuestra existencia debería estar claro: las emociones y el contexto influyen en cada una de las resoluciones que toma el individuo. El futbolista, que primero es ser humano que deportista, no escapa a esa realidad, una obviedad que algunos intentan disimular convenientemente para hacerse pasar por protagonistas exclusivos de un juego tan imprevisible como indomable. En su exposición, Manes hace énfasis en la gran diferencia que existe entre la máquina y el hombre: “El piloto automático de una computadora no se adapta al contexto que

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cambia; el ser humano sí se adapta al contexto que cambia”, algo que, insisto, debe ser considerado a la hora de comprender el fútbol: lo planificado rara vez se cumple, y es que en toda actividad protagonizada por seres humanos hay tanto de organización como de caos, sin que el segundo sea sinónimo de oscuridad, como alguna vez se pensó. Entonces, si atendemos a la reflexión de uno de los más reconocidos conocedores del área, ¿cómo explicamos que quien no juega y no está condicionado por el contexto, el rival, las emociones, el campo y la temperatura, entre millones de “influenciadores”, pretenda controlar al futbolista a través de una especie de manual de instrucciones? Lo siento, pero se me antoja cuando menos imposible, por no decir que estamos en presencia de un disparate. Atendamos a una de las máximas de Dante Panzeri, argentino como Manes, pero periodista, y por sobre todas las cosas, futbolero: “Ni la muy estática acción de un tiro penal, donde el ejecutante cuenta con el amparo reglamentario de poder decidir cuándo podrá iniciar su acción el arquero, escapa a esa ley que rige en el fútbol respecto de la mayor incidencia de las circunstancias que de las mismas intenciones del jugador”.

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Quizá sin quererlo, y con muchos años de diferencia, ambos defensores del factor humano pelean la misma batalla, la de recordar que ante todo, el futbolista, primero ser humano que jugador, siente, y es a partir de esas emociones que tomará decisiones. Sumemos nuevamente a Seirul.lo, quien en un trabajo publicado en 2004, llamado “Estructura Socio-Afectiva”, explicaba que “cada individuo implica y optimiza su estructura socio-afectiva siempre que vive situaciones en los que está comprometido afectivamente con los demás individuos con los que necesariamente coopera, compite o acepta. Este sobre-valor afectivo está siempre presente, pues bajo cada interacción hay sentimientos interpersonales circulantes o latentes que impregnan las situaciones vividas con cada uno de los individuos durante el juego”.

LA INFLUENCIA EXTERNA Comprendiendo que cada compañero de viaje está capacitado para ejercer ciertos grados de ascendencia en nosotros, así como nosotros sobre ellos (un proceso redefinido por la Dra. Carlota Torrents como realimentación), hay que convencerse de una vez por todas que el contexto es también un acompañante más, de la misma manera que lo es el entrenador, por lo que estas líneas no pretenden convertirse en un ataque a la figura de los conductores, sino que intentan recordar que su peso es similar a todos los otros condicionantes que hacen vida en un deporte colectivo. ¿Qué tanto daño hace un entrenador que da órdenes en vez de explicar conceptos? Quien escribe estas líneas no está capacitado para dar porcentajes ni cifras, pero puede que Sugata Mitra sí aporte un rayo de luz.

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el rechazo que generan los mandatos del conductor, ¿cómo reaccionará el futbolista? Probablemente dude, o simplemente no ofrezca su mayor esfuerzo, porque como explica el neurocientífico argentino, esa invocación generaría sensaciones desagradables inmediatas. Este hindú, profesor de la Universidad de Newcastle y creador del proyecto “El agujero en la pared”, mete el dedo en la llaga: “En el centro de nuestro cerebro se encuentra lo que llamamos el cerebro reptiliano y su función es decidir en cada momento si luchar o volar -escapar ante una situación-. Aunque no somos conscientes, está continuamente evaluando y cuando siente una amenaza apaga otras partes del cerebro como la corteza prefrontal, que juega un papel primordial en la coordinación de pensamientos”. Si al futbolista no le ayudamos a desarrollar su creatividad y su capacidad para tomar decisiones, lo estamos convirtiendo en una especie de ser indefenso y dependiente de las instrucciones de otros; su miedo a no estar a la altura de lo que su superior espera lo puede llevar a paralizarse y, como explica Mitra, “escapar”. Esa forma de conducción puede generar otra respuesta igual de dañina para la construcción de eso que llamamos equipo, y es la rebeldía y el rechazo a esas órdenes. En ambos casos, quedaría demostrado que tratar al futbolista como un simple receptor de comandos que deben ser obedecidos sin chistar es el primer paso hacia el precipicio. Esto que se plantea es secundado por el Dr. Manes: “Lo único que recordamos en nuestras vidas es lo que nos emociona”. Si al momento de disputar un balón la memoria evoca

LA REBELIÓN DE LAS MÁQUINAS “El secreto de Guardiola es que te hace ver las cosas de diferente manera, es un Einstein del fútbol. A él le encantan los cambios”. La frase, pronunciada por Dani Alves, sirve para justificar lo expuesto anteriormente. El lateral brasileño no hace mención a un supuesto autoritarismo del entrenador catalán, sino a su capacidad para transmitir un mensaje lleno de cambios. Guardiola, al igual que otros magníficos entrenadores como Luis Enrique o Marcelo Bielsa, no basan su método en derrotar el espíritu de sus jugadores hasta convertirlos en dóciles borregos; los grandes conductores comprenden que hay que seducir y transmitir emociones para que el futbolista, único ejecutor de posibilidades en el campo de juego, se sienta libre y a la misma vez protegido. Esto siempre desde las emociones y la aceptación de que el futbolista es primero ser humano y luego deportista.

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El jugador hace lo que siente, y ante la irrupción de un elemento externo o extraño, como puede ser el grito del entrenador, sucede lo que hace un tiempo explicó César Luis Menotti: “Cuando el técnico grita mucho o presiona mucho, lo que logra es que vos como futbolista te distraigas por lo que está pasando, para escuchar lo que ya pasó y que no podés remediar”. El futbolista-robot que algunos piden elimina de un plumazo la cualidad humana de quien protagoniza el juego. Los defensores

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de esta teoría rara vez jugaron, y su único sustento es creer que desde afuera todo se puede interpretar mejor, ignorando que al ser ésta una actividad colectiva, de interrelaciones y de una constante adaptabilidad y autoorganización, quien lo protagoniza no puede adaptarse al guión y las necesidades emocionales de quien está de corbata sentado en un banquillo. Puede que se vea mejor, pero al fútbol se juega sintiendo, y eso, aunque nos cueste creerlo, sólo lo viven los que van de pantalones cortos. Lo dicho, no hemos aprendido nada, y vistos los tiempos histéricos que vivimos, puede que las oportunidades de hacerlo se vayan esfumando a velocidades indescriptibles. Ignacio Benedetti. @ibenedettip

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KIMMICH: EL JUGADOR QUE BUSCA SABER QUÉ ES… Martí Perarnau

La primera vez que le vio jugar, Pep Guardiola no sintió nada, pero no fue culpa del jugador sino de un partido anodino, disputado entre dos equipos en fase de construcción que encararon el partido como si fuese uno de esos que se disputan en las tardes ventosas del norte de Inglaterra: es decir, con el balón volando de área a área, sin pisar césped, y con el centro del campo como “terreno minado”. El peor escenario para el jovencito Joshua Kimmich…

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n estas circunstancias, que Kimmich pasara desapercibido no resultó sorprendente. Ocurre que la tarde no era de perros, sino un caluroso mediodía en Múnich, pero ni la propuesta del TSV 1860 München ni la del RB Leipzig pretendían movilizar a los respectivos centrocampistas. De este modo, ni Julian Weigl por parte local ni Kimmich por los visitantes hicieron más que girar sus cabezas una y otra vez, corriendo hacia atrás y hacia delante, mendigando alguna pelota que tocar. Kimmich solo consiguió tocar 33 balones, cifras ridículas para quien, dos años más tarde, se ha convertido en la “navaja suiza” del Bayern de Múnich [y que con Guardiola llegaría a contactar hasta 143 veces con el balón durante un partido]. Aquel mediodía del 10 de agosto de 2014, Pep se hallaba en la tribuna del Allianz Arena observando al prometedor Kimmich, que venía de ser la estrella del Europeo sub19. Hacía un calor soporífero en Múnich, y el entrenador del Bayern salió decepcionado del estadio porque el joven futbolista pasó de puntillas por el recién plantado césped [y lo mismo ocurrió con Weigl, meses más tarde gran figura del Dortmund]. Cinco minutos antes de terminar el partido de la segunda división alemana, Guardiola abandonó el Allianz Arena acompañado de Manel Estiarte y Michael Reschke, responsable del scouting del Bayern, aburridos y decepcionados los tres. Pero Pep no tiró la toalla. Siete días más tarde telefoneó a Reschke y le dio un mensaje escueto: “Ficha a Kimmich. Lo quiero”. Había dedicado la semana a revisar un sinfín de partidos completos del jugador, en formato panorámico, y detectó en él un potencial enorme: la capacidad de dirección del joven, su sentido del juego

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y el ritmo, cómo perfilaba el cuerpo, recibiendo con una pierna y pasando con otra, su olfato para las coberturas y un sentido difícilmente describible para intuir cuál debía ser la siguiente acción. Pep advirtió en Kimmich las hechuras de un gran jugador y se lanzó a su fichaje. El Bayern tardó unos meses en cerrar la compleja operación, en la que no solo intervenía el RB Leipzig, sino el VfB Stuttgart: el 2 de enero de 2015, el club campeón de Alemania comunicó el fichaje del jugador (con un coste de 7 millones de euros, abonados al Stuttgart), contratado hasta 2020.

JUGÓ EN OCHO POSICIONES DISTINTAS Al siguiente verano, Kimmich se incorporó al primer equipo del Bayern y Guardiola tardó poco en definirlo (“Joshua es casi mi hijo”) y lanzar una predicción (“Más pronto que tarde será internacional con la Mannschaft”), provocando que numerosos periodistas alemanes se burlaran con sorna de semejante predicción. A lo largo de la temporada, la tercera y última de Pep en el Bayern, Kimmich disputaría 32 partidos (21 como titular); jugaría nada menos que en ocho posiciones distintas [las cuatro de la defensa, las tres del centro del campo y como extremo derecho]; y sería reconvertido en defensa central en el tramo decisivo del curso, cuando las lesiones habían dejado al equipo sin los centrales titulares (Boateng, Martínez, Badstuber y Benatia), rol en el que alcanzó soberbias actuaciones. La confianza de Guardiola en Kimmich resultó tal que le convirtió en pilar fundamental de la defensa -junto a Lahm y Alaba- y en el jugador que mayor número de posiciones

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diferentes ocupó en el Bayern durante sus tres años como entrenador, confirmando en apenas diez meses todas las esperanzas que el entrenador había intuido en quien sigue considerando como “un hijo”. El colofón a la temporada de ensueño de Kimmich fue su consolidación como titular en la Mannschaft de Joachim Löw, a la que ha dado continuidad Carlo Ancelotti en el Bayern, empleándolo de manera constante. En el siguiente análisis de nuestro partner en Italia, la revista digital “L’Ultimo Uomo”, Dario Saltari evoca la verdadera naturaleza de este futbolista, del que podemos decir que todavía está en “fase de construcción”. De hecho, Kimmich es el fiel reflejo de una realidad que a menudo se produce en el fútbol y que más habitualmente pasa desa-

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percibida: nada es inmutable, ni siquiera la naturaleza propia del jugador, que a lo largo de su carrera vive -y debe vivirlo intensamente si quiere florecer- un proceso de adaptación a las contingencias, un proceso en el que la ayuda del entrenador debe permitirle extraer de su interior la verdadera personalidad y naturaleza. El futbolista, en definitiva, es lo opuesto a las etiquetas convencionales. Kimmich es paradigma de ello.

Martí Perarnau. @martiperarnau Ilustración: Emma Verdet

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Dario Saltari

LA VERDADERA NATURALEZA DE JOSHUA Colaboración de L’Ultimo Uomo

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ue existe una naturaleza intrínseca de las personas o de las cosas, es decir, “una suma de calidad, tendencias y disposiciones consideradas innatas”, por usar la definición de De Mauro, es uno de los temas más controvertidos y debatidos en la historia del pensamiento humano. Desde el sentido común, sin embargo, la existencia de una naturaleza humana y/o personal se da por sentado y alejarse o desviarse de su propia naturaleza en general se considera algo negativo, o incluso imposible, una cuestión sobre la que ha tenido un impacto, y no menor, el feo asunto de Adán y Eva con la manzana. Incluso en el fútbol, que ​​ en muchos sentidos es el espejo más fiel del sentido común, la existencia de un perfil natural de los jugadores se da por sentado y cualquier desviación de su naturaleza se considera, por lo general, como algo malo o imposible. Si usted visita la página web Transfermarkt, por ejemplo, encontrará a Joshua Kimmich dentro de un recuadro en el que figura un estilizado campo de fútbol azul. Al lado está escrito: “Posición: Centrocampista”. Y es extraño porque Kimmich, que cumplió 21 años en febrero, nació lateral derecho y ha jugado la mayor parte de los encuentros como titular en Bundesliga y Champions como defensa central. La cuestión se planteó a principios de este año cuando el Bayern de Múnich de Pep Guardiola se encontró simultáneamente sin Boateng, Badstuber, Benatia ni Javi Martínez en el momento más importante de la temporada. Había necesidad de adaptar a alguien al papel de defensa central para alinearse al lado de David Alaba y todo el mundo pensó en Xabi Alonso, pero el técnico catalán apostó por un niño que había llegado el verano anterior, Kimmich más concretamente.

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El joven cometió algunos errores cruciales al principio, lo que amenazaba con socavar el avance del Bayern en la Champions, y la elección de Guardiola fue criticada inicialmente. El entrenador respondió de forma apasionada e hiperbólica (“Es casi mi hijo”), y Kimmich respondió al elogio con varias actuaciones óptimas, una tras otra. En ese momento estalló el “hype”: Robben declaró que merecía ser convocado por la selección alemana absoluta, tal como había pronosticado Guardiola meses antes; los aficionados del Bayern le compararon con Xabi Alonso, y Xabi Alonso le comparó con Mascherano.

A partir de este breve resumen de la historia deportiva reciente de Kimmich podemos trazar las más diversas interpretaciones: la del defensa central con las limitaciones propias de ser un centrocampista reconvertido; la del centrocampista que ha encontrado su verdadera naturaleza ubicándose en el centro la defensa; o la del futbolista total a-lo-Alaba, capaz de jugar cualquier papel. ¿Quién es realmente Kimmich?

LOS MÉRITOS Joshua Kimmich nacido en Rottweil (sí, la ciudad que dio su nombre al perro rottweiler), en la Selva Negra, en 1995. Dio su pri-

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mera patada a la pelota en Bösingen, luego se incorporó a los juveniles del VfB Stuttgart, que a su vez lo transfirió (con opción de recompra) al Leipzig, una de las franquicias de Red Bull.  Leipzig fue campeón de tercera división y más delante de la segunda, la 2.Bundesliga, empleando a Kimmich como centrocampista, concretamente mediocentro derecho en un extremadamente vertical 4-2-3-1, en el que lo principal era la posición de los dos medios delante de su defensa con la tarea de cortar las líneas enemigas, robar el balón y hacer la transición ofensiva lo más rápidamente posible. En este aspecto particular Kimmich era sin duda el mejor de su equipo, pues se las arreglaba para pasar balones limpios a los cuatro delanteros, incluso bajo presión o a través de pasillos estrechos. La suya era una capacidad digna de un láser, lo que a su vez le resultaría muy útil cuando tuvo que repetirlo desde la defensa, donde consigue superar la primera línea de presión enemiga con una gestión casi perfecta de la posesión del balón.

Pero más allá de la técnica, lo que hace único a Kimmich es la tranquilidad. Controla la pelota con la parte exterior del pie derecho, siempre con la cabeza levantada para escanear los movimientos de compañeros y rivales, y dirige a su equipo con las palabras

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y los gestos. Este joven parece poseer una mayor comprensión del juego que el resto de los jugadores en el campo, y ni siquiera tiene la timidez de esconder semejante virtud. Una sabiduría tranquila que también ha mantenido en el Bayern de Múnich, cuando miles de ojos pasaron a centrarse sobre él. En el partido de liga contra el Borussia Dortmund, en marzo de 2016, por ejemplo, Neuer salió arriesgadamente de su portería y envió el balón con un pase horizontal, de una manera muy peligrosa. El balón salió fuera de banda y entonces Kimmich se volvió hacia su portero y le mandó un aplauso de ánimo, de esos que se hacen para tranquilizar a los compañeros, como diciendo “no pasa nada, era una situación difícil, lo importante es que no ha pasado nada serio”. Lo anecdótico del caso no fue el aplauso de apoyo, sino que Kimmich se lo diera a un veterano como Neuer y no al revés… Kimmich tiene un control técnico casi total sobre su pie derecho, que utiliza sobre todo con el interior para pasar el balón, acompañado de una gran visión periférica y una magnífica capacidad para la creación del juego en el último cuarto de campo. Uno de los movimientos técnicos estéticamente más redondos de Kimmich es el cambio de juego, con una precisión y elegancia que recuerdan a las de Xabi Alonso en esta faceta. Nuevamente lo más asombroso de su caso es cómo ha mantenido los mismos estándares de calidad a pesar del aumento de la exigencia (en un año Kimmich ha pasado de segunda división a jugar Champions y Bundesliga en uno de los equipos más importantes del mundo) y el cambio de rol. Kimmich fue la pasada temporada el número uno en la liga alemana en cuanto a precisión en el pase (93%) y segundo en

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número de pases completados cada 90 minutos, sólo por detrás de Xabi Alonso. En este último dato estadístico fue noveno en la Champions League, por delante de Sergio Busquets. Más aún: sin balón Kimmich es extremadamente inteligente. Cuando juega como centrocampista no se le ve caminar casi nunca: mantiene una carrera de ritmo regular que le permite estar siempre cerca de la pelota, a disposición de los compañeros.

LOS DEFECTOS Las limitaciones de Kimmich comienzan cuando el balón está en posesión de los rivales. Hablamos de limitaciones físicas, en primer lugar, porque a pesar de poseer un gran dinamismo no es un jugador rápido (aunque es bajo, 176 cm de altura, tiene las piernas largas y un alto centro de gravedad). Una lentitud -para los estándares actuales, por supuesto- que no le ayudan ni siquiera cuando tiene el balón su equipo, pues le hace llegar tarde en alguna ocasión en que debe acompañar la transición ofensiva o cuando debe incrustarse en la línea defensiva.

Y esto ha sido evidente cuando ha jugado en el centro de la defensa, donde podía ser superado a una velocidad no excesivamen-

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te alta, en un sistema como el de Guardiola en el que la cobertura de la profundidad de la zona central es crucial. Esto también explica por qué Kimmich es muy reacio como central a realizar movimientos de anticipación, prefiriendo permanecer siempre separado unos pocos pasos del rival que ataca para no correr el riesgo de concederle campo abierto. Entre las dificultades físicas que no permiten definir a Kimmich como un central integral hay que mencionar también la estatura, ya que obviamente supone una situación de desventaja en combates aéreos. Si contabilizamos desde el 31 de enero como punto de partida, Kimmich fue el menos eficaz entre los defensores del Bayern en este ámbito, al ganar sólo el 40% de los duelos aéreos.

En fase de no posesión, los límites de Kimmich, sin embargo, no son sólo físicos, sino también, en cierto sentido, mentales. Si cuando su equipo tiene el balón, ve el juego como pocos futbolistas de su generación, en cambio cuando no tiene la pelota, todavía es bastante mejorable en la lectura de los movimientos de los oponentes. Este defecto lo arrastra desde su posición de centrocampista, donde estaba lejos de ser perfecto en la reducción de espacios de los oponentes o en cortar sus penetraciones.

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Y es un defecto que se enfatizó aún más al convertirse en defensa central, un papel en el que la predicción de los movimientos de los rivales y la elección entre cortar o esperar son elementos fundamentales. Para completar el espectro de los defectos de Kimmich, hay que añadir que el jugador del Bayern tiene un primer control de balón no siempre perfecto. Y esto le ocurre un poco por su propensión a jugar observando los movimientos de sus compañeros, y otro poco porque su control con el pie izquierdo es significativamente inferior que con el derecho.  

LA VERDADERA NATURALEZA Sobre la base de estas consideraciones, es difícil determinar cuál es la verdadera naturaleza de Kimmich, porque él se asemeja a muchos jugadores diferentes. Además de a Mascherano y Xabi Alonso ya menciona-

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dos, también hay en él algo de Ilkay Gündogan y de Bastian Schweinsteiger, al que Kimmich considera su inspiración personal. Si tuviera que participar en este juego perverso, yo diría que también de Toni Kroos (y creo que este es un gran cumplido). Si tuviera que responder a la pregunta original, es decir, qué es Joshua Kimmich, o al menos qué es hoy en día, entonces yo respondería que es el vértice bajo de un centro del campo de tres jugadores, un papel que le permite administrar la posesión del balón en su totalidad, renunciando a cubrir porciones excesivas de campo como ocurre en una formación con dos centrocampistas. Y me permito creer que incluso la dirección del Bayern también piensa así. Kimmich llegó, de hecho, en el verano de la venta de Schweinsteiger, mientras que Xabi Alonso se acercaba a sus 34 años. Una contratación que tuvo un aire de entrega futura de la batuta, o al menos una inversión de futuro.

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Pero esto no quiere decir que un día Kimmich no puede convertirse realmente en un defensa central, tal vez à-la-Mascherano. Sus limitaciones actuales, de hecho, no se derivan de una supuesta naturaleza de centrocampista, sino que simplemente siempre han existido, pero se han vuelto más patentes una vez trasladado a la defensa. Él mismo dijo: “La principal diferencia [entre jugar en la defensa y en el mediocampo] es que cuando cometes un error en defensa no hay muchos compañeros que te rodean, aparte de Manuel Neuer. Cuando estás en el centro del campo, tienes cuatro atrás que impiden que tus errores sean castigados de inmediato”.  En este sentido, encontré particularmente significativo que Pep Guardiola le criticara públicamente tras concluir el partido Borussia Dortmund-FC Bayern (el Der Klassiker) -y digo “criticara” porque hablarle con ese brío en un estadio lleno equivale a criticarle públicamente-, una vez Kimmich regresó a la posición de mediocentro, la que debería ser su ubicación natural, en los últimos minutos del partido, cuando que Xabi

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Alonso abandonó el campo. Entiendo que le criticara como mediocentro y le defendiera como central. Lo entiendo porque Guardiola sabe que ya podía pedir mayor perfección al Kimmich-mediocentro y, al mismo tiempo, sabía que el Kimmich-central todavía necesitaba tiempo, voluntad y trabajo, pues es una transformación larga y difícil aunque posible: “Lo tiene todo, puede hacerlo todo, y lo da todo. Joshua puede defender contra cualquier jugador del mundo. No digáis que Kimmich no puede jugar como defensa”. No lo digáis porque la naturaleza, en su caso, no es inmutable. Y Kimmich lo demostrará. Dario Saltari. Colaboración de la revista L’Ultimo Uomo para The Tactical Room.

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Incorporamos nueva sección en The Tactical Room, enfocada a la salud deportiva en todas sus vertientes: prevención de lesiones, nutrición, hidratación, recuperación general, puesta en forma, tratamientos de fisioterapia… Loles Vives, autora del libro “Pacta con el diablo”, estrena esta sección con uno de los puntos esenciales en la vida activa del deportista: la prevención de lesiones.

Loles Vives

PREVENIR ANTES QUE LESIONARSE

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“S

i no me hubiera lesionado…” La de veces que he escuchado esta frase, seguida del relato de los retos que se habrían alcanzado de haberse cumplido la hipótesis. Y seguramente quienes la plantearon tuvieran razón y habrían conseguido la marca soñada o la medalla que tanto anhelaban. Lesionarse rompe los sueños. Cualquier lesión altera el plan de entrenamiento/competición perjudicando el proceso de mejora en el rendimiento deportivo. No descubro nada nuevo. Los éxitos son fruto de un trabajo continuado sin interrupciones que frenen, retrasen o malogren las adaptaciones y ganancias físicas adquiridas.

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El dolor es siempre una señal de alarma y conviene hacerle caso Bajo mi punto de vista no hay mejor precaución que escuchar al cuerpo y hacerle caso. Si notas un dolor o una molestia es que tu cerebro te está avisando, así que toma precauciones: deja el entrenamiento, baja la intensidad o cambia de actividad. El dolor es siempre una señal de alarma y conviene hacerle caso.

La máxima de cualquier deportista debe ser no lesionarse y para ello es esencial entrenarse con sentido común e incorporar dentro del plan de entrenamiento un programa de prevención durante toda la temporada. La máxima de cualquier deportista debe ser no lesionarse y para ello es esencial entrenarse con sentido común e incorporar dentro del plan de entrenamiento un programa de prevención durante toda la temporada. No vale hacerlo únicamente en la pretemporada, solo cuando te acuerdas o empiezas a notar molestias. A menudo se abandona la prevención durante el periodo competitivo. ¡Gran error! Porque es precisamente durante la competición cuando el cuerpo está más vulnerable a sufrir percances (esfuerzos máximos y extremos; mayor estrés y cansancio, viajes, más riesgo de infecciones…). Hay que prevenir constantemente y estar siempre con el ojo avizor, incluso durante las sesiones de entrenamiento.

“El dolor es una decisión consciente del cerebro basada en la percepción de amenaza y es solo uno de los muchos mecanismos de protección”. (Low & Puentedura, 2013)

No existe la prevención al cien por cien. Disponer de una vacuna antilesiones sería el mayor hito de la historia de la medicina del deporte (…) no cabe duda de que la solución acabará dándonosla el cerebro. ¿Quizás llegue el día en que podamos percibir su alarma con tiempo suficiente para evitar hacernos daño?

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¿Y cómo puedes eludir las lesiones? No existe la prevención al cien por cien. Disponer de una vacuna anti-lesiones sería el mayor hito de la historia de la medicina del deporte. Descansar, recuperarse y ¡saber escucharse!, como te he dicho, es primordial y no cabe duda de que la solución acabará dándonosla el cerebro. ¿Quizás llegue el día en que podamos percibir su alarma con tiempo suficiente para evitar hacernos daño? Pero como aún no es el caso, ni seguramente vivamos para verlo, lo que corresponde es establecer estrategias preventivas para menguar los incidentes. No todo es entrenar como suele entenderse en general, es decir, acumular sesiones, kilómetros, kilos, series, cumplir con los ritmos, los cronos… El trabajo de prevención es parte del entrenamiento y como tal debe programarse. Al igual que las jornadas de descanso, tan necesarias igualmente, para evitar contratiempos. Para empezar debes conocer cuáles son los factores de riesgo de lesión y tu predisposición individual. Existen dos tipos de factores de riesgo: intrínsecos (los tuyos, los que van ligados al propio deportista) y extrínsecos (circunstancias puntuales y exposición a riesgos externos).

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FACTORES INTRÍNSECOS • Lesiones anteriores • Edad (directamente proporcional al riesgo). • Sexo: Existen lesiones con características ligadas al sexo como la Triada de rodilla y la pubalgia, con mayor incidencia en el sexo femenino y masculino, respectivamente. • Condición física general (indirectamente proporcional al riesgo). • Peso y porcentaje de grasa corporal: Debe estar acorde con la especialidad. • Estado de salud (indirectamente proporcional al riesgo). Las infecciones, por ejemplo, aumentan el peligro. • Alimentación y estado nutricional • Aspectos anatómicos: Desalineación de los ejes de las piernas; alteraciones posturales, laxitud o inestabilidad articular, patologías de columna como escoliosis o lordosis… • Baja flexibilidad para la movilidad demandada • Poca fuerza muscular y/o desequilibrios de fuerzas • Estado psicológico: El estrés incrementa el riesgo de lesión.

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FACTORES EXTRÍNSECOS • Motricidad, gestos y características específicas del deporte: Ejecuciones muy repetidas, impactos articulares, contactos, saltos, sprints, acrobacias, peligro de caídas… Deportes como el fútbol, rugby, ciclismo o gimnasia deportiva entrañan más riesgos de lesiones accidentales que un corredor de fondo, más proclive a lesiones degenerativas y crónicas. • Fatiga: Normalmente ligada a la carga y volumen de entrenamiento y/o a recuperaciones inadecuadas o insuficientes. • Calendario de competiciones: Mayor densidad competitiva conlleva mayor peligro. • Superficie, terreno, pavimento • Material y equipación (calzado, ropa, protecciones…). • Condiciones ambientales (frío, calor, humedad, niebla…). • Tipo de entrenamiento y momento de la sesión: Hay sesiones de mayor riesgo que otras y a medida que se acumula el peligro se incrementa exponencialmente. Conocidos los riesgos, tienes que identificar a cuáles de ellos estás o puedes estar expuesto y a partir de ahí establecer estrategias y un plan de trabajo que atenúe los peligros dentro de lo posible. Las condiciones climáticas extremas durante las competiciones, por ejemplo, son un factor que no se puede modificar, pero sí es posible intervenir cuando existe una debilidad muscular, te levantas con fiebre o tienes las zapatillas rotas. Las intervenciones pasan, respectivamente, por fortalecer, quedar-

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te en la cama o comprarte unas zapatillas nuevas. Hechas las identificaciones, toca incorporar en el plan de entrenamiento los trabajos preventivos específicos. Lo ideal es contar con un entrenador cualificado que los planifique y distribuya. Los principales trabajos físicos preventivos son:

TRABAJO DE FUERZA

La fuerza es un factor determinante en la prevención de lesiones. Un músculo fuerte ejerce una función estabilizadora y protectora de las articulaciones y además es una cualidad esencial para el buen desempeño de la movilidad. Sin fuerza es imposible moverse. El trabajo de fuerza fortalece la musculatura, pero también los huesos, ligamentos y tendones. El ejercicio preventivo consiste sobre todo en fortalecer con contracciones concéntricas, excéntricas e isométricas todos los grupos musculares implicados en cada una de las articulaciones. Por ejemplo, mediante un trabajo de pesas convencional, aunque existen muchas otras maneras de trabajar la fuerza: máquinas de gimnasio, lastres, gomas…

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Una contracción concéntrica se produce cuando al vencer una resistencia el músculo se acorta o se contrae (al doblar el brazo); la excéntrica, cuando se alarga (al estirar el brazo) y en la isométrica el músculo se mantiene estático, soportando la tensión, sin variar su longitud. Si necesitas preservar el tendón rotuliano -porque eres corredor o jugador de baloncesto- refuerza los cuádriceps y el vasto, así reducirás la presión de los tendones y ligamentos de las rodillas, dándoles una mayor estabilidad. Para prevenir el “codo de tenista” potencia la musculatura de la mano, brazo y hombro; y para evitar la tendinopatía aquilea, tan habitual en runners, potencia los gemelos y soleos. El tipo de trabajo y ejercicios debe estar acorde con la modalidad deportiva que practicas. Hay muchos tipos de fuerza (fuerza máxima, fuerza resistencia, fuerza explosiva, fuerza elástica) y muchas maneras de trabajarla, según los objetivos. Cada especialidad y también cada tipo de persona (según edad, estado de forma, momento de la temporada) requiere un trabajo concreto y específico.

TRABAJO DE FUERZA EXCÉNTRICO Dentro de la fuerza adquieren una gran importancia las contracciones en fase excéntrica. La inmensa mayoría de las lesiones musculares se producen cuando el músculo está contrayéndose de forma excéntrica ya que es cuando soporta una mayor tensión. Se produce una contracción muscular excéntrica cuando el músculo desarrolla ten-

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sión alargándose, es decir, extendiendo su longitud. Por ejemplo al estirar el brazo (contracción excéntrica del bíceps) o al bajar escaleras, el cuádriceps se contrae en excéntrico; al chutar un balón los “isquios” trabajan en fase excéntrica.

Para trabajar en excéntrico los isquiotibiales y los cuádriceps es muy útil el llamado “cinturón musculador” o “cinturón ruso”, que introdujo en España el que fuera mi entrenador Hans Ruf. También puede ejecutarse con máquinas de gimnasio, gomas o bandas elásticas, conos isocinéticos y yoyós, entre otros. Es un trabajo especialmente eficaz para la prevención de lesiones musculares (isquiotibiales, cuádriceps, adductores, gemelos); tendinosas (tendinopatías aquileas y de inserción) y articulares. Diversos estudios constatan que el trabajo excéntrico reduce la incidencia de los mús-

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culos isquiotibiales en futbolistas, velocistas y saltadores. Es un trabajo asimismo imprescindible en el proceso de rehabilitación de lesiones musculares y tendinosas.

PROPIOCEPCIÓN También es muy eficaz en el trabajo de recuperación post-lesión para recuperar la función neuromuscular que suele quedar deteriorada o inhibida. En la actualidad se está investigando y trabajando la mejora de la propiocepción mediante estímulos con vibración local.

La propiocepción (percepción propia) es la comunicación que existe entre nuestro cuerpo y el Sistema Nervioso Central (SNC) para la detección del movimiento y posición de nuestros músculos y articulaciones. El trabajo propioceptivo se utiliza para la mejora del control neuromotor (entre SNC y musculatura) y, en consecuencia, para prevenir todo tipo de lesiones, en especial de tipo articular. Consiste en hacer diferentes ejercicios en desequilibrio sea sobre una colchoneta o una superficie inestable (bosu, plataformas, pelotas de Pilates…). También te desequilibras haciendo el ejercicio con los ojos cerrados. Es una práctica asentada en los equipos de fútbol profesionales donde abundan las lesiones de rodilla (meniscos, ligamentos, cartílagos) debido a los giros, cambios de dirección y saltos, pero es igual de importante en casi todos los deportes.

TRABAJO DE EQUILIBRIO MUSCULAR Y DE ESTABILIZACIÓN LUMBOPÉLVICA (CORE)

Los llamados ejercicios de coreo de estabilización lumbopélvica son imprescindibles para la prevención de lesiones musculares y combatir dolores de espalda, sean por causa inespecífica o por una determinada patología. Ayudan a corregir disfunciones musculares, lo que también ayuda a eludir pubalgias y tendinopatías.

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El core es el área central del tronco. Engloba una treintena de pares de músculos. Al fortalecerlo se mejora el control motor de la columna lumbar y la pelvis, esencial en la preparación y ejecución de los diferentes movimientos deportivos. Al ganar estabilidad, se reparten mejor las fuerzas, mejora el rango de movimiento y se evitan desequilibrios y compensaciones de toda la cadena muscular implicada en un gesto. Si el core está débil, en cambio, el raquis pierde sus principales soportes, mostrándose más inestable y vulnerable.

Incluir ejercicios de core en las sesiones de entrenamiento reduce el riesgo de lesión en isquiotibiales, recto femoral (cuádriceps y en los adductores). Existen infinidad de ejercicios tanto estáticos (las típicas planchas o planks) como dinámicos. Los abdominales son unos ejercicios de core. Con el TRX también se ejercita.

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El Pilates es un excelente método para fortalecer el core o “centro”, según su propio argot.

TÉCNICAS DE ACTIVACIÓN NEUROMUSCULAR (MAT)

o fortalecimiento del músculo débil El MAT es un método de prevención de lesiones cada vez más implantado y en breve veremos que lo están aplicando los equipos profesionales de fútbol. Muchos deportistas de élite ya lo utilizan. Consiste en detectar, evaluar y corregir los desequilibrios e inhibiciones musculares que todos vamos acumulando a lo largo de vida. El objetivo del MAT es restablecer y mejorar la función muscular mediante la activación de las conexiones neuromusculares. Dicha activación se realiza mediante la ejecución de contracciones de tipo isométrico de las zonas musculares afectadas. Basta sufrir dolores lumbares o haber padecido una torcedura de tobillo para que el sistema nervioso central (SNC) haya perdido información sensitiva de la zona, tenga alterada su comunicación con el cerebro y en consecuencia su respuesta motora. Que el daño estructural esté subsanado no significa que se haya restablecido la activación muscular, sino que lo más probable es que ésta permanece inhibida o mermada.

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Se requiere la ayuda de un activador muscular para detectar las debilidades musculares y reactivarlas. En un futuro muy cercano la prevención de lesiones estará liderada por la neurociencia y la capacidad del cerebro para modular y potenciar las acciones motoras.

Es un tratamiento muy relevante a considerar ya que el propio entrenamiento genera disfunciones, especialmente cuando está mal administrado.

“El exceso de estrés mecánico por el ejercicio causa inflamación en los tejidos y provoca alteraciones en el sistema neuromuscular que derivan en dolor, pérdida de funcionalidad y control”. (Ricardo Martínez, neuromecánico y especialista en MAT) Es una herramienta también eficaz en el proceso de readaptación tras una lesión que yo he utilizado tras sufrir una tendinopatía y que sigo usando como prevención con la ayuda del activador Daniel Buenafuente.

FLEXIBILIDAD

(en función del tipo de disciplina) Mejorar la flexibilidad con estiramientos no siempre es conveniente ni está ni mucho

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menos claro que implique un menor riesgo de lesión.

El trabajo de flexibilidad siempre debe estar acorde con la disciplina que se practica y hacerlo en función del rango requerido. Las propias características estructurales y genéticas de cada uno también son un factor determinante. El estiramiento nunca puede hacerse con dolor ni pretender estirar más allá de las posibilidades de cada uno. Especialidades como la natación sincronizada o la gimnasia rítmica y deportiva requieren un amplio (amplísimo) rango articular y la mejora de la flexibilidad es imprescindible. Pero no es el caso en disciplinas que conllevan un bajo rango articular (corredores) o en las que impera la fuerza. Un meta-análisis publicado este mismo año (Lauersen, JB 2016) concluye que “el estiramiento (pasivo) parece no ser efectivo ni antes ni después del entrenamiento para reducir el riesgo de lesión”. Dicho esto, si te gusta estirar porque te hace sentir bien no dejes de hacerlo. Realizar actividades o ejercicios que causan bienestar es siempre beneficioso.

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TÉCNICA Y COORDINACIÓN DEL MOVIMIENTO La técnica es otro trabajo preventivo primordial. Un buen gesto técnico y bien coordinado corriendo, en un drive, un swing, una brazada de crol o un chut permite ser más eficaz, más eficiente (gastar menos energía) y prevenir dolencias.

MI PLAN ¿Cómo repartir dichos trabajos preventivos en mis sesiones de entrenamiento? Lo ideal es que lo hago un preparador físico o entrenador cualificado. ¿Cómo lo hago yo? Soy velocista, ya (muy) veterana, con lo cual la prevención aún es más trascendental si cabe. • FUERZA: Suelo hacer de dos a tres sesiones de musculación con pesas a la semana, dependiendo del momento de la temporada. Realizo un trabajo específico para correr velocidad y en el que prima el fortalecimiento del tren inferior (1/2 squat, splits, subida a banco, trabajo de isquiotibiales, gemelos…).

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• TRABAJO EXCÉNTRICO: Lo incluyo dentro de la sesión de pesas. Trabajo esencialmente isquiotibiales (con cinturón musculador y cono isocinético). Ejercito los adductores con una goma. Reparto los ejercicios entre las diferentes sesiones de musculación. • PROPIOCEPCIÓN: Tengo una plataforma inestable en el gimnasio que he montado en casa y procuro hacer unos cuantos ejercicios una vez por semana. • CORE: Incorporo los ejercicios de core en el calentamiento de todas mis sesiones de entrenamiento tras 10 minutos de elíptica o bicicleta estática. Jamás troto, a causa de una patología lumbar. • ACTIVACIÓN NEUROMUSCULAR (o fortalecimiento del músculo débil): Introduzco los ejercicios indicados por mi activador en el calentamiento (son ejercicios con contracciones isométricas muy sencillos que se realizan en menos de 5 minutos) y cuando lo considero oportuno pido cita para una sesión completa de revisión.

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• FLEXIBILIDAD: No realizo nunca estiramientos estáticos antes de entrenar ni competir. En el calentamiento hago solo estiramientos balísticos o movilidad articular. Al terminar la sesión estiro suavemente para que el músculo recupere su longitud habitual. • TÉCNICA, AGILIDAD Y COORDINACIÓN: Todos los días que hago trabajo de pista realizo ejercicios de técnica de carrera, coordinación y agilidad previos a las series.

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Otros aspectos a considerar para prevenir lesiones y que trataré en próximas entregas en The Tactical Room son: • El descanso y la recuperación • Tratamientos fisioterapéuticos • Los controles de salud • La nutrición • Los factores psicológicos Loles Vives. @iLoles

DOCUMENTACIÓN • Muscle injuries clinical Guide 3.0. 2015  (FCB/Aspetar) • Revisió de les estratègies per a la prevenció de lesions des de l’activitat física. Luis Casáis Martínez. Facultad de Ciencias de la Educación y el Deporte de Pontevedra. Universidad de Vigo. • The effectiveness of exercise interventions to prevent sports injuries: a systematic review and meta-analysis of randomised controlled trials Jeppe Bo Lauersen, Ditte Marie Bertelsen, Lars Bo Andersen. Br J Sports Med published online October 7, 2013

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BENITO FLORO:

“TENDRÉ ILUSIÓN POR APRENDER DE FÚTBOL HASTA QUE ME MUERA” Javier Brizuela

Benito Floro, a sus 64 años, acaba de finalizar su etapa en la selección de Canadá, a la que llegó en el verano de 2013 con el Mundial de Rusia en el horizonte. Han pasado más de dos décadas, que se dice pronto, desde que se sentó en el banquillo del Madrid. Llegó al Bernabéu tras un periplo que arrancó en la Regional valenciana y culminó dejando al Albacete al borde de la Copa de la UEFA. El tiempo no pasa igual para todos. Su apariencia física apenas ha cambiado después de trabajar en Japón, México, Ecuador o Marruecos. Su amor por el fútbol y su afán pedagógico—es diplomado en Magisterio— siguen inalterables. Y seguirán hasta que el cuerpo aguante.

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Pregunta.- En España, varias informaciones apuntaron a que su etapa en Canadá acabó en cese. Respuesta.- Tengo la percepción, por las preguntas de algunos periodistas, de que se transmitió la idea de que me habían cesado. No hubo cese. El contrato duraba hasta que no hubiese opciones matemáticas de clasificación para el Mundial. Las dos partes estamos satisfechas del trabajo realizado, porque el progreso ha sido evidente. Sin embargo, para dar otro salto cualitativo se necesitan un par de cosas que de momento no se pueden tener. Por eso creímos que lo mejor era acabar. P.- ¿Qué balance hace de su trabajo como seleccionador? R.- El balance por parte de todos es positivo. En la fase de clasificación para el Mundial, superamos las dos eliminatorias previas a la fase de grupos (contra Dominica y Belice) con un resultado global de 10-1. En la última fase de grupos perdimos con México, pero empatamos con Honduras en nuestro emparejamiento y ganamos a El Salvador. A pesar de las enormes desventajas con otras selecciones, tuvimos opciones hasta el último momento (de acceder al hexagonal final de la fase de clasificación). En la Gold Cup 2015, sin cuatro titulares, empatamos con Costa Rica y El Salvador, y nos ganó Jamaica -que fue finalista del torneo- en el descuento. Además, en los partidos amistosos contra equipos de un nivel menor o similar al nuestro salimos vencedores. Contra selecciones como República Checa, Eslovenia, Panamá, Estados Unidos, Islandia, Colombia, Jamaica y Uzbekistán competimos muy bien, incluso con la ausencia de algunos titulares.

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Los resultados y las estadísticas corroboran que el balance ha sido bueno. Además hay que tener en cuenta que la selección canadiense se encuentra inmersa en un cambio generacional que dura más tiempo que en otros combinados nacionales. P.- En su opinión, ¿cuáles son los principales problemas que dificultan el crecimiento del fútbol canadiense? R.- El principal es que no hay ligas profesionales (Primera, Segunda y Tercera). Muchos jugadores se tienen que ir fuera del país, y los que se quedan tampoco tienen mucho protagonismo en los tres equipos canadienses de la MLS (Montreal, Toronto y Vancouver). Otros futbolistas compiten en universidades de EEUU o en clubes de la USL o la NASL, unas ligas menores en las que sólo participan cinco equipos de Canadá: las categorías inferiores de Toronto, Vancouver y Montreal (USL), y el Edmonton y el Ottawa (NASL). En esa situación, una buena parte de los futbolistas de academias y clubes, incluso de la MLS, juegan de forma recreativa: se activan cuando tienen el balón o están cerca de él con opción de recibirlo, pero no tanto para recuperar su posesión. Su competitividad es menor.

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P.- En el plano metodológico, ¿cuáles han sido los aspectos en los que más habéis incidido para mejorar el nivel de la selección nacional? R.- Había dos  líneas de actuación bien definidas: la Estratégica-Táctica y la Psicológica-Mental. En la primera trabajábamos, desde la formación que considero más equilibrada (1-4-1-4-1), la ejecución del sistema defensivo y del sistema ofensivo. En la segunda, entrenábamos el factor mental y psicológico para que el equipo estuviese bien cohesionado en lo social y en lo estratégico-táctico. Lo basábamos todo en una buena comunicación. Dentro del sistema defensivo nos centrábamos en que el equipo desarrollase un acoso permanente. Lo alternábamos con un repliegue urgente cuando era necesario. El sistema lo completábamos con las acciones a balón parado (ABP), que se desarrollaban acordes al principio defensivo básico. Dentro del sistema ofensivo nos centrábamos en que los jugadores supiesen interpretar cuándo y cómo debían hacer un contraataque; cuándo debían intentar un ataque combinado y cuándo un ataque a la disputa. Se completaba también con las ABP, desarrolladas según el principio ofensivo básico. P.- ¿Cuánto tiempo pasaba en Canadá durante el año? ¿Cómo eran sus días de trabajo fuera de la competición? R.- Estaba en Canadá todo el año, excepto unos días en Navidad y otros en verano. Entre semana solía estar en el despacho, viendo videos de jugadores y analizando sus movimientos. De vez en cuando les enviaba algún comentario junto con sus jugadas. Los fines de semana seguía a los futbolistas seleccionables en directo o por la televisión.

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P.- ¿Con qué recuerdos se queda de todos estos años? R.- Con la despedida de los jugadores, los doctores, los técnicos y los responsables de los medios. También con el partido contra Honduras en casa, al que asistieron 50.000 espectadores. P.- ¿Cuáles son sus planes ahora? R.- Estaré abierto a otros proyectos que puedan surgir. También quiero impartir conferencias sobre el juego para trasladar a mis compañeros lo aprendido en estos tres años.

UNA TRAYECTORIA COMPLETA Pude comprobar que las relaciones humanas en el fútbol son idénticas en Primera Regional que en Primera División. P.- Ha pasado por todos los niveles del fútbol español, con varios ascensos. ¿Le costaba mucho adaptarse a cada salto de categoría? R.- Menos de lo imaginado, porque tuve la suerte de que, en esos años, los equipos los construía yo con la aprobación de los presidentes. Eso me facilitaba bastante los procesos de adaptación. Además, pude comprobar que las relaciones humanas en

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el fútbol son idénticas en Primera Regional que en Primera División. Sólo cambian los medios de que se dispone y el origen de la presión: en un pueblo o ciudad pequeña viene del aficionado y en una capital de provincia viene de los medios de comunicación. P.- Echando un vistazo a toda su carrera, ¿de qué equipo se siente más orgulloso? R.- Del Olímpic de Xàtiva, del Albacete de mi primera etapa, del primer año en el Real Madrid, de los Rayados de Monterrey y del Villarreal. Con este último gané la Intertoto y le clasifiqué para Europa por primera vez en su historia. También me siento orgulloso de haber hecho debutar en Primera a muchos jugadores. Varios de ellos han llegado a ser internacionales. P.- ¿Por qué nunca ha querido tener representante? R.- Valoro mucho a los representantes, pero me dolería muchísimo que un futbolista me mirase a la cara y me dijese: “Él está jugando porque tenéis el mismo representante”. Esa decisión, posiblemente, me haya restado posibilidades de dirigir a otros equipos. Con todos los respetos a los entrenadores que tienen representantes.

La principal misión en un entrenador es ser el estratega del equipo. Conocer las entrañas del fútbol es una actividad atractiva y adictiva. Te aleja del copio y pego respecto a otros técnicos. P.- Háblenos un poco de su manera de ver el fútbol. R.- Uno de mis principios, por mi inclinación pedagógica, es entender lo que hago y

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lo que pretendo enseñar. Cuando empiezo a ser entrenador, Paco Real —una grandísima persona y un hombre de fútbol, que en paz descanse—, entonces director de la maravillosa Escuela de entrenadores de Valencia, me nombra profesor de Táctica y Estrategia. Así descubrí que la principal misión en un entrenador es ser el estratega del equipo. Conocer las entrañas del fútbol es una actividad atractiva y adictiva. Te aleja del copio y pego respecto a otros técnicos.

La esencia del fútbol es la lucha por la posesión del balón. Para realizar esa lucha, que es constante, deben producirse acciones ofensivas y defensivas (…) Confundir principio con acción es uno de los grandes errores de la enseñanza táctica en la Escuela de entrenadores. P.- ¿Qué entiende por las entrañas del fútbol? R.- El fútbol es un juego increíble y maravilloso. Si ya se disfruta conociendo sólo la calidad técnica de los jugadores, imagínate lo que significa ver un partido y entender también el enfrentamiento estratégico-táctico de los dos equipos. La esencia del fútbol es la lucha por la posesión del balón. Para realizar esa lucha, que es constante, deben producirse acciones ofensivas y defensivas. Ante cualquier acción hay un análisis continuo del resultado. Así determinamos las condiciones fundamentales que hay que cumplir para estar en disposición de obtener el resultado buscado. Esas condiciones son los principios. Confundir principio con acción es uno de los grandes errores de la enseñanza táctica en la Escuela de entrenadores.

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La acción defensiva y su principio obligan al adversario a pensar en cómo destruirlo. El principio defensivo fundamental es éste: “Cuando un jugador o un equipo tiene delante de él al poseedor del balón —o al que lo puede recibir— y tiene la portería a su espalda, se encuentra en buena situación para defender con éxito”. Por contra, el principio ofensivo fundamental dice así: “Hay que atacar al rival por las bandas para impedir que vea a la mitad del equipo atacante y para provocar que tenga la portería en diagonal a su espalda”. Estos principios y la regla del fuera de juego son las entrañas de este deporte, un juego impresionante del que todavía desconocemos muchas cosas que nos impiden disfrutarlo al máximo. Si se desconocen esos principios, ¿qué vas a entrenar? P.- ¿Los entrenadores tienen en cuenta esos principios o cree que no se atienden lo suficiente? R.- En los lances ofensivos menos complicados, como el contraataque, el ataque a la disputa y el repliegue, la mayoría de los equipos se desenvuelven bien; pero en el ataque combinado, la defensa agresiva en toda la cancha y las ABP defensivas hay demasiadas lagunas como para decir que en el fútbol está todo inventado.

Si quieres jugar bien, que significa atacar y defender bien, tienes que hacer unas cosas en torno a la regla del fuera de juego. Esa es la clave. P.- ¿El entrenador puede implantar sus ideas en cualquier equipo o se debe adaptar a los futbolistas que tiene? R.- No tener un mínimo de calidad es algo incomprensible para un jugador de Primera,

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Segunda o incluso de Segunda B. Todos los chicos saben controlar y pasar con el interior del pie. Eso no es excusa para no jugar bien. Si quieres jugar bien, que significa atacar y defender bien, tienes que hacer unas cosas en torno a la regla del fuera de juego. Esa es la clave. Muchos entrenadores saben cualidades técnicas de sus futbolistas, como las puede saber un taxista, un periodista o un dirigente. Pero hay otros conceptos más importantes para sacar el máximo provecho de los jugadores.

En el ataque combinado hay problemas porque todo se deja en manos de la calidad de los jugadores y no se practican las cuatro jugadas importantes que hay. Eso es impensable en otros juegos de lucha por la posesión del balón, como baloncesto, balonmano, rugby… P.- En la última Eurocopa, los equipos más ofensivos tuvieron muchos problemas para superar las defensas bien organizadas. ¿Cómo valora esta circunstancia? R.- En el ataque combinado hay problemas porque todo se deja en manos de la calidad de los jugadores y no se practican las cuatro jugadas importantes que hay. Eso es impensable en otros juegos de lucha por la posesión del balón, como baloncesto, balonmano, rugby… P.- En sus primeros años como entrenador en España, se hizo muy famoso por la eficacia de sus equipos en las acciones a balón parado. R.- Las acciones a balón parado son fundamentales. En ellas, defensivamente, la gente se relaja. Ves unos errores tremendos.

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P.- También ha dicho muchas veces que acción a balón parado no es lo mismo que estrategia. R.- ‘Estrategia’ es una palabra maravillosa que incluso en la Escuela de entrenadores se utiliza mal. También los periodistas se confunden. La estrategia no es una acción a balón parado. La estrategia es la elaboración de un plan antes de un partido. La táctica es lo que se desarrolla en el terreno de juego. Una acción a balón parado tendrá su estrategia, pero no es una estrategia.

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zonas de más riesgo de forma zonal —excepto en el saque de banda, porque no se aplica el fuera de juego— y aplicar el principio defensivo básico.

SU PASO POR EL REAL MADRID

La estrategia es la elaboración de un plan antes de un partido. La táctica es lo que se desarrolla en el terreno de juego. Una acción a balón parado tendrá su estrategia, pero no es una estrategia. P.- ¿Qué equipos cree que trabajan mejor las ABP? R.- En el plano ofensivo, casi todos los equipos de las diferentes etapas del fútbol han hecho y hacen algunas ABP entrenadas con anterioridad. Algunos se centran en los saques de esquina y otros en los golpes francos. Depende del entrenador. Defensivamente, ya es otra cosa. P.- ¿Qué aspectos hay que tener en cuenta para entrenar las acciones a balón parado? R.- En ellas se han de tener presentes los principios defensivos y ofensivos, además de la ley del fuera de juego. En situación ofensiva, hay que tener al menos tres alternativas para cada ABP —con sus respectivas señales—, y todas ellas deben ser realizables desde el mismo posicionamiento. En situación defensiva, hay que ocupar las

P.- Es muy recordado por su etapa en el Madrid. ¿Cómo valora esos años después de tanto tiempo? R.- Era un Real Madrid en plena crisis económica, como pocas veces ha estado. Con una plantilla poco unida, sin líderes claros. Tenía que “sacar —como decía mi madre— leche de una alcuza”. Yo nunca trato de engañarme, y sé que el trabajo fue bueno. Había una notable diferencia de calidad respecto al Barcelona y, pese a ello, el primer año, ganamos Copa —con un once totalmente español— y Supercopa. En la última jornada, se esfumó una Liga que era nuestra. La Liga de Primera División es la única competición que no he ganado dentro del fútbol español. La Liga de Primera División es la única competición que no he ganado dentro del fútbol español.

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P.- En su segunda temporada, fue destituido cuando tenía opciones de ganar la Liga. R.- Estábamos a dos puntos del Barcelona. Además de la falta de implicación de algunos jugadores, otros asuntos externos jugaban en nuestra contra. Ni Vicente del Bosque, cuya calidad está más que demostrada, pudo enderezar el rumbo. Esa temporada el Madrid acabó a once puntos del Barcelona y el Deportivo. P.- ¿Sin la grabación de Canal Plus en el vestuario de Lleida hubiera seguido como entrenador del Madrid? R.- En la reunión posterior a la emisión del vídeo, Mariano Jaquotot, que en paz descanse, me dijo que la opinión de los directivos era unánime a favor de mi continuidad. Pero el presidente, al que tendré en gran estima siempre, dijo que con esa frase apenas inteligible, en la que ofendía religiosamente, no podía seguir. Cuando decimos esa frase, los manchegos no nos referimos a Dios. Se confunde con la palabra “Dies”, que utilizamos mucho. Los de Canal Plus, con mala intención, escribieron Dios sobre la grabación. Si no hay grabación no hay destitución. Seguro que hubiésemos ganado la Liga porque el Barcelona tenía que venir a nuestra casa, pero no guardo rencor. P.- ¿Qué tal se llevaba con Johan Cruyff? R.- Era una persona muy amable y sencilla en la conversación, que nunca te miraba por encima del hombro. Le tenía mucha estima y le admiraba como jugador y entrenador. Hay algo que no olvidaré de él ni de Charly Rexach. Fueron los únicos entrenadores que le echaron un par de narices para decir que lo que me habían hecho los de Canal Plus era una vergüenza.

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P.- ¿Comparte la opinión que le sitúa como el hombre que cambió la filosofía del Barcelona y, de manera indirecta, la de la selección española? R.- Johan fue un jugador histórico, de los cinco más especiales que ha habido. Como entrenador fue muy exitoso al trasladar su idea de juego, basada en su experiencia como jugador y en los aprendizajes de los excelentes entrenadores que tuvo. Se puede decir que cambió el estilo del Barça anterior a él, aunque ese club siempre tuvo buenos futbolistas que combinaban muy bien. Yo no creo que haya influido en el estilo reciente de la selección española, porque eso ha sido consecuencia de otros hechos. P.- Se enfrentó varias veces con el Barcelona de Cruyff. ¿Cómo veía a aquel equipo? R.- Era brillante en el juego ofensivo, con un acoso inmediato tras la pérdida del balón. Esa presión era ejecutada con criterio por los futbolistas vascos de ese equipo, mientras el resto les acompañaba en primera instancia. No obstante, practicaban un marcaje colectivo mixto que les perjudicaba mucho si el rival les escondía el balón al inicio de la presión. Como entrenador del Albacete y del Real Madrid me motivaba mucho intentar ganarles. Con el ‘Alba’, de cinco partidos, empatamos dos en casa, perdimos dos y ganamos uno a domicilio. Cuando entrenaba al Madrid nos cruzamos siete veces, con tres victorias, dos empates y dos derrotas.

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El problema de hablar de los medios de comunicación siempre es el mismo. Son como los jueces, intocables (…) El periodismo debe detectar la verdad y darle valor; entendiendo la verdad como el acuerdo común, lo sensato, lo que es y lo que debe ser.

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como Athletic o Chivas de Guadalajara son extraordinarios, porque el fútbol es sentimiento. Ahora se fabrica ese sentimiento, en torno a que el equipo gane, de la manera que sea: fichas jugadores, al año siguiente los vendes, cobras comisiones por aquí y por allá…

EL VILLARREAL, UN CLUB ESPECIAL

P.- Al margen del episodio de Lleida, ¿qué piensa del periodismo en torno al fútbol? R.- El problema de hablar de los medios de comunicación siempre es el mismo. Son como los jueces, intocables. Algunos de mis mejores amigos son periodistas. En el periodismo, si eres amigo de uno, eres enemigo de otro. Si estás en el medio, como yo, estás en contra de los dos. El periodismo debe detectar la verdad y darle valor; entendiendo la verdad como el acuerdo común, lo sensato, lo que es y lo que debe ser.

A mí me gustaba la época en la que sólo se permitían tres extranjeros por plantilla. P.- Usted sostiene que en los grandes clubes debe haber una base de jugadores que se hayan criado en la casa. Sin embargo, en muchos equipos lo tienen muy difícil para tener oportunidades. R.- A mí me gustaba la época en la que sólo se permitían tres extranjeros por plantilla. Imagínate a chicos que desde los 12 o 13 años, que es cuando se empieza a trabajar tácticamente en serio, sientan el espíritu del club. Eso es maravilloso. Luego si quieres le añades algunos extranjeros. Equipos

P.- Consiguió clasificar al Villarreal por primera vez en su historia para competición europea, pero en 2004 dimitió. ¿Qué balance hace de su etapa allí? R.- Era mi segunda etapa en el club. En la primera tenía en mente el proyecto que luego desarrollaría en Albacete —casi con los mismos jugadores—, pero un medio de comunicación local impidió su realización. En Villarreal tengo excelentes amigos. Cuenta

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con una de las aficiones más educadas y con mejor gusto futbolístico que he conocido, junto a las de Monterrey y Real Madrid. Considero mi paso por el club muy positivo. Le di un estilo de juego y la idea de tener un departamento técnico para la contratación de jugadores de España y del mundo entero; ayudé a organizar un fútbol base en el que invertían mucho dinero, haciendo debutar a siete canteranos, entre ellos Cazorla; les aconsejé la contratación de Riquelme, uno de los mejores jugadores de su historia y un fichaje que se hizo posible por la capacidad de Fernando Roig, un presidente ejemplar; ganamos la Intertoto y nos clasificamos para la UEFA —y estábamos ya en octavos—, pero me marché porque la plantilla se acomodó. Entró en una fase de desunión con problemas entre los jugadores. No quise perjudicar a un club que quería tanto, apartando jugadores y creando más problemas, así que me fui.

Riquelme: Su categoría futbolística, su oculta simpatía como persona, su amor por el juego de combinación, y su capacidad inteligente y comprometida para robar balones. Ha sido un gran jugador sin peros. Le tengo un gran cariño. P.- En Villarreal entrenó a Riquelme. ¿Qué es lo que más recuerda de él? R.- Su categoría futbolística, su oculta simpatía como persona, su amor por el juego de combinación, y su capacidad inteligente y comprometida para robar balones. Ha sido un gran jugador sin peros. Le tengo un gran cariño.

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P.- Volvió al Madrid en 2005, cuando Florentino le contrató como director de fútbol. ¿Qué piensa de su labor como presidente? R.- La valoración que puedo hacer, que es evidente, es que es un gestor extraordinario en lo económico y lo patrimonial. El Madrid con él es una permanente fuente de ingresos. P.- En el plano deportivo, su gestión ha generado más dudas. R.- No es fácil ser presidente de ningún club, y es mucho más complicado serlo del Real Madrid. Muchos presidentes se dan cuenta de que saben lo mismo que los entrenadores acerca de la calidad de los jugadores y dicen: “Para que te equivoques tú, me equivoco yo”. De hecho, en la mayoría de los clubes, los que fichan son los presidentes. P.- Florentino le fichó para sustituir a Arrigo Sacchi, un personaje de altura. R.- De Arrigo sólo puedo decir que es una persona maravillosa. En lo futbolístico, es un hombre muy interesante también.

Nunca debí volver al Albacete. No tenía nada que ganar, pero la presión emocional fue muy fuerte. Aun así, fue la etapa más fructífera con peores condiciones. P.- ¿Se ha arrepentido de alguna decisión tomada en su carrera? R.- Sí, nunca debí volver al Albacete. No tenía nada que ganar, pero la presión emocional fue muy fuerte. Aun así, fue la etapa más fructífera con peores condiciones. Jugamos con ocho canteranos contra el

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Barcelona de Cruyff. Perdimos 3-1, pero el equipo dio la cara.

Ser entrenador significa ser estratega, antes que nada. El jugador tiene que confiar en que el plan que propones para ganar un partido es el correcto. P.- Antes de entrenar, usted no fue un jugador conocido. ¿Ha supuesto esa circunstancia un hándicap alguna vez? R.- En absoluto. El futbolista, si es honesto, valora la calidad de lo que le digas, seas quien seas. Ser entrenador significa ser estratega, antes que nada. El jugador tiene que confiar en que el plan que propones para ganar un partido es el correcto. P.- ¿Cómo se gana autoridad dentro de un vestuario? R.- Al jugador de élite hay que hablarle como al jugador de un equipo modesto, con respeto e incluso con más exigencia. Te voy a contar una anécdota de mi primera comida de concentración en un equipo importante. Justo antes de la comida, recibí una llamada del presidente. Bajé a comer cinco minutos tarde y uno de los futbolistas vino a llamarme la atención. Le dije que él no era quién para decirle nada al míster. El resto del cuerpo técnico estaba ya ahí y el entrenador acudía en cuanto podía. A partir de ese momento, ese futbolista sabía dónde estaba el límite. Si un jugador, por famoso que sea, no te respeta y el presidente se hace el sueco, debes irte a casa. Nadie puede reírse de ti.

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Los futbolistas son tus soldados. Cuando vas de frente, te valoran. También dejo que me digan a la cara lo que quieran. P.- Con ese límite, ¿un entrenador puede ser amigo de sus futbolistas? R.- Sí. Amigo, hermano mayor y casi padre. Debes serlo. Los futbolistas son tus soldados. Cuando vas de frente, te valoran. También dejo que me digan a la cara lo que quieran. P.- De los jugadores que ha dirigido, ¿quién le ha impresionado más en el plano futbolístico?

R.- José Luis Zalazar. Goleador, batallador, con calidad… Los pases en largo los hacía perfectos. Ahí era el número uno. Es uno de los futbolistas de más nivel que he dirigido y me dio un extraordinario rendimiento en Albacete. P.- ¿Por qué no acabó jugando en un gran equipo de España o Europa? R.- No lo sé, la verdad, pero lo hubiera hecho muy bien.

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P.- Siempre ha hablado muy bien de Emilio Butragueño. R.- Era una persona que siempre preguntaba por cuestiones tácticas. Así me gusta que sean los futbolistas. Si encima le sumabas su calidad en la definición… Es una pena que yo le cogiese en su última etapa. Tiene un carácter extraordinario. Ha nacido para ser futbolista y dirigente.

P.- En el Madrid, tuvo a jugadores como Luis Enrique, Hierro, Michel, Alkorta o Milla, que han hecho carrera como entrenadores. ¿Les veía cualidades para dirigir o apenas notaba diferencias con otros futbolistas? R.- A Michel sí le percibía esa inclinación. Los demás no lo manifestaban tanto. La sorpresa más grande y positiva me la dio hace unos meses Robert Prosinecki, que es seleccionador de Azerbaiyán. Tiene unas ideas de dirección muy buenas y una mentalidad de entrenador muy marcada.

Los cambios del fútbol han venido siempre por los cambios de las formaciones, a veces mal llamadas sistemas

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P.- ¿Cuáles cree que son las diferencias más significativas entre el fútbol de los 80 y los 90 y el que se practica en la actualidad? R.- Los cambios del fútbol han venido siempre por los cambios de las formaciones, a veces mal llamadas sistemas. La última formación estable fue la 1-3-2-23. Jugadores como Alfredo Di Stefano, al retrasar su posición para liberarse del marcaje del central, dieron paso a unos cambios en las formaciones que todavía siguen. Los principios del fútbol determinan que los equipos juegan con dos líneas de cuatro para estar equilibrados. Eso está por encima de que el entrenador diga que utiliza un 1-4-2-3-1 o un 1-3-4-3. Eso lo manda el juego. P.- ¿Ha cambiado mucho como entrenador desde sus inicios? R.- Siempre he tenido la intención de hacer un juego combinado y de sacar ventajas de las ABP ofensivas. Recuerdo que en el Torrent, en Regional y Preferente y en un campo de tierra logramos goles combinando desde atrás sin que el rival tocase la pelota. Pronto comprendí que el marcaje colectivo debía ser zonal. Así los laterales podían incorporarse al ataque y crear el 2vs1, que es la jugada más dañina para los sistemas defensivos. Además, la responsabilidad que me dio Paco Real, al nombrarme profesor de Táctica y Estrategia, me llevó a profundizar en el análisis del juego y en el descubrimiento paulatino de los pilares en que se sustenta. Todavía aprendo algo nuevo cada vez que reviso un partido en vídeo.

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El fútbol es precioso. Cuando te sale en un partido el 10% de lo que has entrenado, te produce una satisfacción increíble. P.- ¿Ve próximo el final de su carrera en los banquillos? R.- Ni siquiera me planteo dónde ir al día siguiente. Nunca lo he hecho. Tendré ilusión por el fútbol y por aprender hasta que me muera. El fútbol es precioso. Cuando te sale en un partido el 10% de lo que has entrenado, te produce una satisfacción increíble. P.- ¿A qué equipo se ha quedado con ganas de entrenar? R.- A la selección española. Faltó poco, pero no pudo ser. P.- ¿Cuándo estuvo cerca de entrenar a la selección española? R.- Después de la Eurocopa de Portugal, pero Luis y otros entrenadores merecían el cargo por su trayectoria profesional —como jugadores y en los banquillos—.

Para hablar de un entrenador, más allá de lo superficial, hay que entender de fútbol. Así podrás saber quién es buen entrenador de verdad y quién no tiene ni idea.

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P.- ¿Tiene algún libro de cabecera relacionado con el fútbol? R.- No tengo ninguno. El único libro que siempre recomiendo, a los periodistas sobre todo, es Los ojos del hermano eterno, de Stefan Zweig. P.- ¿De qué va? R.- Se podría resumir en la pregunta: ¿quién eres tú para juzgar a alguien? No juzgues, explica. Se puede aplicar a cualquier persona. También a periodistas y entrenadores. Los entrenadores somos los que más juzgamos. También los más ensalzados y los más juzgados. Pero para hablar de un entrenador, más allá de lo superficial, hay que entender de fútbol. Así podrás saber quién es buen entrenador de verdad y quién no tiene ni idea. Javier Brizuela. @javierbrizuela8

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Rosa Coba

EL COMPLEJO TRABAJO DEL PSICÓLOGO DEPORTIVO

El trabajo del psicólogo en el ámbito deportivo no tiene nada que ver con el sentido común (aunque éste sea siempre imprescindible), ni con frases estupendas, ni con predicadores de las bondades y voluntades humanas. Se trata de un trabajo complejo, tanto como lo es el ser humano.

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L

a psicología va teniendo una presencia cada vez más extendida en el ámbito deportivo. De eso no cabe duda. Cantidad en auge, pero… ¿realmente es toda ella de calidad? ¿Confundimos como sociedad el trabajo psicológico con la proliferación de otras cuestiones que son cualquier cosa menos serias y profesionales? Desde que hace bastantes abriles se hiciera pública la alusión a unos limones en un archiconocido vestuario, hasta la actualidad en la que parece que regalan el título de coach súper-ultra-todopoderoso en el envoltorio del paquete de magdalenas, ha pasado algún tiempo. Pero, ¿hemos progresado con la seriedad que merece la realidad? Este texto no pretende hacer una revisión histórica ni una crítica a nada ni a nadie; tan sólo una reflexión acerca del punto en que cada uno de nosotros quiere estar, o mejor dicho (y como siempre repito), donde no se quiere estar, en esta ocasión, en torno al campo de la psicología y el deporte. Vaya de antemano, por supuesto, mi admiración por todos los profesionales de este ámbito que trabajan

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con excelente profesionalidad y coherencia en un contexto más que complejo por múltiples razones. En España cada vez son más los deportistas individuales (alto rendimiento) que trabajan con un psicólogo. Las dos vías de trabajo esencial son: optimización del rendimiento y/o superación de aspectos psicológicos derivados o no de la práctica deportiva que afectan de forma patológica al deportista/rendimiento. Y aunque a distancia de estas dos primeras, también está el trabajo en el ámbito preventivo o recuperador de lesiones (a nivel neuropsicológico y cognitivo) y el trabajo relacionado con la gestión saludable de la exposición pública. Mucho menos presente, desafortunadamente, está el trabajo que implica la reciprocidad deportista versus persona, por ejemplo, si pensamos en aspectos asociados a la corta temporalidad de la vida de un deportista, como es la retirada y otras muchas cuestiones afines.

FORMACIÓN DE CALIDAD PARA EL ENTRENADOR Sin embargo, en los deportes colectivos, pese a que la

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presencia del psicólogo se hace cada vez más presente, ni mucho menos en la mayoría de equipos forma parte del cuerpo técnico (independientemente de la disciplina).

Una cosa es que no se ponga en duda la importancia del psicólogo en el contexto deportivo y otra bien distinta es lo que se espera o se dibuja de la figura del psicólogo. Ante ello, recordar una aplastante obviedad: se puede encontrar no sólo cuando se busca, sino cuando se sabe lo que se busca. En este sentido, en España y en los deportes de equipo donde, como vengo exponiendo, es menos frecuente la integración del psicólogo en el cuerpo técnico, los conocimientos y experiencia del entrenador acerca del trabajo del psicólogo son claves. Es por ello que la formación reglada en ese sentido debe ser de calidad y de realidad. Obtener un título que capacite profesionalmente para entrenar sin tener conocimientos de cali-

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dad y en cantidad suficientes en el ámbito psicológico es absurdo. ¿En qué quedamos? ¿Qué herramientas precisamos para desempeñar el trabajo deportivo? ¿Dejamos a una de las esenciales en el banquillo? No se trata d e que el entrenador sea el psicólogo, cansino y aburrido tema, como veremos más adelante, pero sí de que tenga una formación de calidad al respecto. ¿No les parece una gran paradoja que cada vez se haga más referencia al aspecto diferenciador que supone “lo mental” en la práctica deportiva y, sin embargo, el psicólogo no tenga una presencia real y habitual en el escenario que dibujamos? Sin pretender responder a esta cuestión de un modo simplista, en mi opinión hay un aspecto crucial al hablar de psicología en el ámbito deportivo: ser seres sociales no homologa con la licenciatura o grado en psicología.

NO SON UNOS MENSAJES DE ÁNIMO Una cosa es tener una adecuada inteligencia emocional, empatía, asertividad (por ejemplo), así como una importante dosis de sentido común, y otra bien distinta

¿NO LES PARECE UNA GRAN PARADOJA QUE CADA VEZ SE HAGA MÁS REFERENCIA AL ASPECTO DIFERENCIADOR QUE SUPONE “LO MENTAL” EN LA PRÁCTICA DEPORTIVA Y, SIN EMBARGO, EL PSICÓLOGO NO TENGA UNA PRESENCIA REAL Y HABITUAL EN EL ESCENARIO QUE DIBUJAMOS?

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MUCHAS PERSONAS CREEN SABER DE “PSICOLOGÍA”. E INSISTO, PUEDE PARECER QUE HAY UNA DELGADA LÍNEA QUE SEPARA EL SENTIDO COMÚN Y LA PSICOLOGÍA, PERO NO: LA LÍNEA ES GRUESA, MUY GRUESA.

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es ser un profesional de la psicología. “Tú puedes”, “la fuerza está en tu interior”, “el triunfo es de los valientes”, “échale un par de…”; mensajes de este tipo aparecen demasiadas veces en escena de forma incorrecta y en mi opinión confunden y desdibujan ciertos aspectos. “Querer es poder” es un mantra que sin dejar de tener sentido cuando se contextualiza adecuadamente, no debemos convertirlo en un salvavidas o en un “gana competiciones” a toda costa. Querer es innegociable, poder se entrena, se prepara y se gestiona. No basta con una conexión tan simple. ¿De verdad alguien cree que así puede mejorar el rendimiento o afrontar un aspecto patológico? El deportista es, por obvio y reiterativo que resulte por mi parte mencionarlo, una persona. Ni más ni menos que eso. Con todo lo que conlleva, que no es poco. El trabajo o actividad en torno a la persona deportista está condicionada, impulsada y generada por principios holísticos y de ahí la importancia última del psicólogo en este ámbito puesto que es el especialista en observar, evaluar, potenciar y/o intervenir terapéuticamente

hablando si fuera preciso. Todo ello, conociendo a la persona, el contexto y los objetivos a todos los niveles. No olvidemos que el trabajo competitivo aporta lo que estás preparado para recibir. La madurez, el grado de autoconocimiento de cada uno de nosotros y nuestra estabilidad emocional no podemos obviar que saltan al terreno de juego, a la cancha, al tatami o a la pista. De ahí la imperiosa necesidad que de una vez por todas se entienda el mensaje: el talento sin un sostén maduro en la personalidad tiene los días más que contados y la frustración calentando motores constantemente. Recordemos la reciprocidad que impera en el desempeño deportivo. ¿Quién “reajusta” el sistema cuando es preciso? Recordemos que el psicólogo es el especialista capacitado para poderlo hacer. En esta línea, ¿saben cuál es el principal hándicap que muchas veces observo? Que muchas personas creen saber de “psicología”. E insisto, puede parecer que hay una delgada línea que separa el sentido común y la psicología, pero no: la línea es gruesa, muy gruesa. Otras cosa es que los excesos de “averías” en el sentido común, la proliferación

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de un uso muy cuestionable de las redes sociales, el tratamiento tan extraño que ciertos medios de comunicación hacen de la información y el aspecto azaroso del juego, hagan que parezca que “lo normal”, por habitual, sean absurdidades de gran calibre, con lo que lo absurdo puede parecer que adquiriere tintes de patología. Pero no: la absurdidad en sí misma no requiere de cura profesional. Es otra puerta la que se debe tocar, no la de un psicólogo. Por lo menos, no la de uno/a que sea coherente y responsable con la deontología profesional. Recordemos lo que mencionaba al comienzo de la exposición: no es conveniente olvidar quiénes no queremos ser. El entrenador, como líder que es, debe tener excelentes habilidades en cuestiones de naturaleza, clásicamente llamadas psicológicas, tales como la motivación, la comunicación eficaz, la identificación de necesidades individuales y/o colectivas (por mencionar brevemente algunas), pero esto no significa, como se mencionaba con anterioridad, que sea psicólogo. Ellos son los primeros que bien conocen y conviven con los excesos de la “alineacionitis”, es decir, todo el

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mundo sabe, entiende y parece poder dirigir a un equipo. Ni les cuento los preparadores físicos, los primeros en ser cuestionados porque fulanito corre más o menos que menganito… ¿Esto va de correr? La armonía en la concepción madura e inteligente del trabajo en equipo es la única cuestión que nos acerca a añadir dosis de cordura y, por lo tanto, de satisfacción en el trabajo diario. Así pues, el trabajo del psicólogo en el ámbito deportivo no tiene nada que ver con el sentido común (aunque éste sea siempre imprescindible), ni con frases estupendas, ni con predicadores de las bondades y voluntades humanas. Se trata de un trabajo complejo, tanto como lo es el ser humano.

QUIÉNES SOMOS Y QUIÉNES QUEREMOS SER Partamos de un equipo deportivo. Lo primero que, entiendo, debe realizar el psicólogo es saber quiénes somos y quiénes queremos ser; es decir, conocer la mochila de la persona-jugador y el contexto en que interactúa y con el que interactúa.

LO PRIMERO QUE, ENTIENDO, DEBE REALIZAR EL PSICÓLOGO ES SABER QUIÉNES SOMOS Y QUIÉNES QUEREMOS SER; ES DECIR, CONOCER LA MOCHILA DE LA PERSONA-JUGADOR Y EL CONTEXTO EN QUE INTERACTÚA Y CON EL QUE INTERACTÚA.

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Para ello, los profesionales disponemos de diversas herramientas evaluativas y diagnósticas así como de observación que nos permiten objetivar ciertas cuestiones relacionadas con la inteligencia, personalidad, lateralidad, impulsividad, atención, motivación, estilo de aprendizaje, del deportista, del cerebro en interacción. En paralelo, debemos conocer a los integrantes del resto del cuerpo técnico: estilo de liderazgo, de comunicación, resiliencia, inteligencia emocional… Y como tercer vértice esencial, el modelo de juego. Es más, me atrevo a decir en un “atracón romántico” que el modelo de juego es la joya de la corona. Sobre él se mueven las piezas del puzle, la personalidad encuentra un punto por la que ser catalizada, ordena a un nivel superior al deportista y genera unas sinergias altamente resolutivas. Por eso he de confesar que una de las cosas que más me gusta de mi trabajo es ese primer momento ante un jugador en el que le pregunto: ¿quién eres cuando juegas? La observación correctamente dirigida, lo suficientemente abierta pero a la par lo necesariamente centrada en determinados aspectos, es un arte, complejí-

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simo dicho sea de paso, para obtener información útil. ¿Quiénes somos-dónde estamos-cómo jugamoscon quién jugamos? El profesional de la psicología, por lo tanto, puede actuar en el ámbito deportivo en múltiples aspectos, todos ellos encaminados a optimizar el rendimiento del jugador, del cuerpo técnico y del equipo. Es un trabajo complejo ya que se han de entender la naturaleza de las interacciones que se dan, conocer los diferentes estilos de aprendizaje de cada uno de los integrantes del equipo y de ahí potenciar los esfuerzos útiles. No es menos importante el trabajo relacionado con generar traductores inteligentes y reconocibles por el deportista de la interpretación en torno a la toma de decisiones. ¿Apasionante? Sin duda. Trabajar con personas, en contextos en los que la toma de decisiones es más que inmediata, en los que la presión interna y externa no dejan de acompañar ni un solo instante, con el azar revoloteando alrededor y con un alto grado de exposición, no puede más que ser apasionante. Es por todo ello por lo que creo imprescindible que

LOS BUENOS PROPÓSITOS Y LAS FRASES ALECCIONADORAS PUEDEN ESTAR MUY BIEN DESDE EL SENTIDO COMÚN, PERO NO CONFUNDAMOS ESO CON EL TRABAJO RIGUROSO QUE MUCHOS PROFESIONALES REALIZAN Y NO SÓLO CON DEPORTISTAS DE ALTO RENDIMIENTO.

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todos, sin excepción, entendamos que el equilibrio, principal de los objetivos que deberíamos plantearnos, sólo puede venir junto a una concepción del trabajo que cada cual desempeñe de forma responsable y madura. Los buenos propósitos y las frases aleccionadoras pueden estar muy bien desde el sentido común, pero no confundamos eso con el trabajo riguroso que muchos profesionales realizan y no sólo con deportistas de alto rendimiento. Cuando hablamos de deporte formativo (aunque recordemos que no dejamos de formarnos nunca), es igualmente esencial el buen trabajo que un psicólogo puede desempeñar. Los receptores son niños o jóvenes: con eso está todo dicho. Siempre que tengo oportunidad lo expreso: los mejores cuerpos técnicos han de estar en la base. La presencia del psicólogo en esos contextos y el trabajo tan importante que se debería realizar quizás sea el menos valorado a todos los niveles, cuando debería ser todo lo contrario y no sólo eso, se cuenta con un plus que no existe en el mundo profesional: en la base, el recorrido temporal y los objetivos (los que deberían ser) son formativos, no tanto compe-

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titivos, por lo que el margen de maniobra para el aprendizaje, para que el deportista adquiera y consolide una real y estable personalidad en torno al deporte, es mucho mayor. Trabajar con las familias de forma coordinada es otro aspecto esencial que el psicólogo puede realizar junto con los demás componentes del cuerpo técnico y los márgenes de satisfacción son enormes. Todos conocemos ejemplos claros de lo que sucede cuando se forma eficazmente y se cuidan en su conjunto estas cuestiones. Hacerlo es una cuestión de conocimiento y voluntad. Me encanta pensar que al mar no se le pueden poner puertas a pesar de la incesante deriva en la que estamos sumergidos. Precisamente, por todo ello, creo más que nunca que debemos ser optimistas y seguir creciendo en torno a espacios y náufragos (con permiso del Sr. Benedetti) que den sentido a la travesía, convirtiendo la misma en el auténtico objetivo. Rosa Coba. @RosaCoba

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Bill Dodgin, P 56 Southampton 1949.

UNA VERDAD INCÓMODA SOBRE MODELOS DE JUEGO Y RENDIMIENTO

LA TÁCTICA ES ANTERIOR A LOS ENTRENADORES Agustín Peraita

Muy a pesar de muchos, entre los cuales me incluyo, el fútbol y la táctica existían antes que los entrenadores. Y es que la observación y la práctica de este deporte en todo tipo de formatos y contextos generan, a través de la imitación o del ensayo y error, un aprendizaje sobre “cómo jugar”. Cómo encontrar ventajas y evitar infortunios, cómo buscar la gloria personal y la colectiva, cómo ganar, cómo no perder.

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odos esos aprendizajes están potenciados por instintos humanos como el miedo a perder, el rechazo a quedar en evidencia o la picaresca para aprovechar los errores ajenos en beneficio propio. Este aprendizaje inconsciente genera en la mayoría de practicantes, no condicionados, un modelo de juego más o menos heterogéneo y abstracto pero muy arraigado. Ese modelo de juego puede tener algunos rasgos reconocibles como “alejar el balón de la zona de peligro propio” y la utilización de “superioridades cualitativas a la hora de atacar” cuando no se está directamente “buscando el error” del adversario para marcar diferencias. Es un aprendizaje no verbalizado, sin cultura táctica, ni entrenador, ni pizarra, pero tan arraigado que se juega con una intensidad táctica basada en la adrenalina de la competición.

EL RENDIMIENTO COLECTIVO DE ALGUNOS MODELOS DE JUEGO Es muy difícil generalizar porque no hay dos modelos de juego iguales. Sin embargo, con el objetivo de explicar por qué hay equipos que ven su rendimiento reducido por la pretensión de “jugar bien” , vamos a intentar generar un modelo simplificado agrupando algunos modelos de juego según algunas de sus características. Muchos equipos, de todas las épocas, índoles y categorías, se han basado en este modelo de juego implícito y con un rendimiento bastante acorde con las capacidades de los futbolistas integrantes del grupo. 1

1  El autor no pretende afirmar que exista una forma de jugar bien al fútbol, sino que se refiere a la interpretación popular que se hace del jugar bien como la ejecución de un juego asociativo.

Podríamos hablar de un rendimiento colectivo basal fruto de la colaboración sin orden impuesto (más allá del sistema y de la autorganización propia de ese jugar según los instintos).

Freddie Cox, entrenador del Bournemouth.

Si un entrenador consigue estimular ese conocimiento táctico basal de los jugadores y es capaz de dotarle de una organización defensiva que respete “el fútbol que sienten” sus jugadores o incluso que lo potencie, conseguirá un aumento del rendimiento. Además, si un entrenador es capaz de agregarle cierta organización o seguridad ofensiva a los aprendizajes del modelo de juego basado en los instintos, conseguirá un aumento del rendimiento adicional.

Imagen 1. Estimación del rendimiento de un colectivo según la propuesta táctica que elequipo consigue llevar a la práctica

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Es innegable que en la última década se ha prestigiado mucho el juego de posición y todas las conductas individuales y colectivas que el mismo implica. Jugadores y entrenadores de todo género y condición han intentado emular esta manera de jugar. Todas estas tentativas han sido acciones conscientes basadas en la admiración por una idea. La experiencia nos marca que esta voluntad es contraria a los principios rectores del modelo de juego basado en los instintos, y como consecuencia requiere de una interpretación consciente del juego e incluso de una reeducación táctica. Emergiendo constantes procesos de toma de decisión complejos, lo que inevitablemente conlleva un devenir más lento y en ocasiones errático de las acciones. Por consiguiente, es normal que se generen momentos de confusión, errores o reacciones tardías, que pueden ser aprovechadas por el equipo adversario. Las consecuencias de esta reducción de la intensidad táctica suelen ser: 1) incapacidad para gestionar de manera eficaz las posesiones propias (bajo porcentaje de generación de ocasiones de gol); y 2) propiciación de avances ventajosos del adversario (alto porcentaje de finalizaciones ventajosas adversarias). Es posible afirmar que intentar aplicar un modelo de juego combinativo resulta en un menoscabo del rendimiento colectivo.

Imagen 2. Estimación del rendimiento de un colectivo según la propuesta táctica que el equipo consigue llevar a la práctica.

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La complejidad de concepción y la dificultad de ejecución de un modelo de juego basado en generar ventajas a través de la posesión son incuestionables. La consecuencia natural es que un equipo que intente jugar de esa forma sufra una caída en su rendimiento por debajo del rendimiento basal. Sin embargo, si el equipo tiene la paciencia, la fe y la buena dirección para progresar en esa reeducación, añadiéndole conductas defensivas que le permitan robar la pelota cerca de la portería rival y no desnudarse con cada pérdida, el rendimiento aumentará.

Imagen 3. Estimación del rendimiento de un colectivo según la propuesta táctica que el equipo consigue llevar a la práctica.

El rendimiento colectivo no se dispara hasta que el equipo ha sido reeducado y siente el nuevo modelo de juego como propio y consustancial a su manera de interpretar consciente y subconscientemente el juego. Ese conocimiento profundo sobre el juego de posición y esa voluntad enérgica por llevarlo a cabo trae como consecuencia el aumento del rendimiento del colectivo superando los niveles de cualquier otro modelo de juego.

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Imagen 4. Estimación del rendimiento de un colectivo según la propuesta táctica que el equipo consigue llevar a la práctica.

Conviene recordar que el rendimiento de un colectivo será dependiente de la capacidad de los jugadores que tenga. Podrá suceder que el rendimiento mínimo de un equipo con un modelo de juego basado en el juego de posición sea mayor al rendimiento de otro equipo juegue de la manera que juegue.

LA PARADOJA DEL TIKI-TAKA Es posible y hasta cierto punto es común que equipos con un talento superior y una propuesta “más elaborada” pierdan contra equipos sin un modelo de juego explícito o equipos basados en el orden defensivo y el instinto ofensivo.

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Cuando me refiero a la paradoja del tiki-taka quiero expresar la gran frustración que muchos jugadores, entrenadores y directivos sienten al ver cómo un equipo tiene un rendimiento peor al esperado (o al natural) por el hecho de “intentar jugar la bola”. En algunos casos tan solo es una fase en la reeducación táctica y en la sublimación del rendimiento colectivo. Sin embargo, son pocos los entrenadores que cuentan con el conocimiento táctico, la capacidad pedagógica, la credibilidad y la plantilla necesaria para llegar hasta el final del camino. La mayoría de equipos no consigue superar las dudas generadas por el conflicto entre modelo de juego instintivo y modelo de juego pretendido. Equipos que no consiguen superar el desierto del juego de posición. Además, la presión por el resultado hará que sólo sobreviva el que consiga llegar al rendimiento mínimo necesario para empezar a ganar antes de que el del palco se ponga nervioso. Esta es la razón por la que admiro tanto a un colectivo que consigue elevar su rendimiento a través del juego de posición, porque requiere de romanticismo, determinación, inteligencia, conocimiento y eficacia… y como en todo juego, de buena suerte, de esa que se genera con sudor. Agustín Peraita. @MrPeraita

Beskov.

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Isaac Lluch

Los periodistas Ramon Besa y Marcos López explican el proceso de escritura del libro autobiográfico del capitán del Barça

“Con Andrés solo nos faltó saltar a jugar a la cancha” “Iniesta nos daba la pelota, pero cuando creías que la tenías, te la volvía a quitar”

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uando Andrés Iniesta eligió a Ramon Besa y Marcos López para que le ayudaran a escribir su autobiografía estos dos periodistas de brillante trayectoria en El País y El Periódico, respectivamente, sintieron que les tocaba la lotería. Porque están ante algo sin duda muy singular. Uno de los mejores futbolistas españoles de todos los tiempos les confía acompañarle en un viaje hacia los recovecos más desconocidos de su memoria. Hay escenarios ya conocidos, pero explicado por personajes que hasta ahora pasaron desapercibidos. Hay rincones para la euforia, pero también para la tristeza; para el dolor, pero también y, sobre todo, para la superación y para la gratitud. Porque fundamentalmente Iniesta quiere dar las gracias a las personas que le han apoyado en su nada fácil trayectoria vital desde Fuentealbilla a Barcelona. Este es un relato que sale tal y como quiere el capitán del Barça. Y acaba expresándose como persona con la misma claridad que es capaz de exhibir como futbolista en la cancha. La jugada de mi vida (Malpaso Ediciones) ya se vitorea en 17 países y va camino de la reimpresión. El contenido del libro queda para descubrimiento propio del lector. En esta entrevista sencillamente ponemos el foco con Ramon Besa y Marcos López en lo que ha sido el proceso de escritura de la obra. Cuatro años de trabajo que les cambia la mirada sobre lo mucho que ven… y explican. P.- Andrés Iniesta reconoce en el libro: “Quienes de verdad me conocen me acusan en ocasiones de abrumarles con mis consejos o mis manías, de querer organizarles la vida”. ¿Ha sido muy escrupuloso Andrés durante el proceso de escritura del libro?

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R. B.- Sí, es una persona muy cabezota y perseverante y como tal ha estado al caso en todo el momento del libro. La gente a veces no se cree que sea una autobiografía, pero lo es. Nosotros hemos participado y hemos ido donde nos ha dicho. Muchas veces podía haber habido un punto en que se podía debatir si esto o aquello tenía que salir. Si él decía que tenía que salir por narices, Marcos llamaba a la editorial por si se podía frenar el proceso para meter algo o alguien más en un capítulo que él creyera que no estaba suficientemente matizado o explicado. El libro lo tenía él en la cabeza y ha salido tal y como él quería. Es cierto que nosotros le hemos ayudado, le hemos dado consejos, pero en cuatro años no ha habido nunca nada que hayamos hecho de forma unilateral. Sí que ha habido alguna insinuación o recomendación, pero las directrices las ha marcado él. M. L.- La gente se sorprendería mucho. No se puede llegar a pensar el tiempo que le dedicó a esto. A las ocho o las nueve de la mañana Andrés nos podía preguntar: “¿Has hablado con éste?”. No. “Pues a ver si puedes hablar hoy o mañana”. Él nos iba marcando. Había momentos en que no nos dejaba ni escribir. Ramon siempre decía la misma frase: “Vamos a cambiar el balón y la orientación del juego para que nos deje escribir”. Pero es que no nos dejaba. Nosotros siempre íbamos buscando testimonios nuevos y Ramon se enfadaba y con razón: estábamos buscando siempre cosas y cuando teníamos un momento para escribir, Andrés nos decía algo nuevo. Coincide que Ramon y yo no escribíamos juntos, sino él por su parte y yo por la mía. Nuestros ordenadores nunca estuvieron uno al lado del otro. Juntos él y yo sólo nos reunimos para hablar diez u once veces en cuatro años.

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Marcos López, Andrés Iniesta y Ramon Besa, durante la presentación del libro.

“Cuando a uno le toca la lotería no te preguntas por qué te tocó a ti. Pues en este caso nos tocó la lotería”. R. B.- Es curioso también que ni Marcos ni yo le hemos preguntado nunca por qué nos eligió a nosotros. Siempre digo que es como cuando a uno le toca una desgracia, que se pregunta: “Y por qué a mí”. En cambio cuando a uno le toca la lotería no te preguntas por qué te tocó a ti. Pues en este caso nos tocó la lotería. Poder trabajar juntos Marcos y yo era un deseo no confesado que teníamos desde hace mucho tiempo. Lo veíamos complicado tal como está la prensa, pero Andrés lo hizo posible. Esta química que hemos tenido Marcos y yo de ser personas diferentes pero complementarias la advirtió Andrés y funcionó. Nuestras discusiones han sido mínimas porque Marcos es un trozo de pan. Yo me considero más difícil que él. M. L.- Todo el proceso fue como muy raro. El libro sale como una idea de Andrés Iniesta. Es él quien me envió un whatsapp hace cuatro años y me preguntó si quería hacer un libro sobre él. Recuerdo que puse una cara como de que no podía ser verdad. Lue-

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go él desapareció y al cabo de dos o tres semanas me preguntó: “¿Cómo te llevas con Ramon?” “¡Pero si Ramon es mi maestro!”, le dije. Luego recibí la llamada de Ramon que me comentó: “No te vas a creer quién me ha llamado”. Pero sí, en ese momento ya sabía quién era. “Un jugador del Barça”. El tema se desarrolló así. Era como que él nos daba la pelota, pero cuando creías que la tenías, te la volvía a quitar. Cuando ibas a la derecha, te llevaba a la izquierda, cuando ibas a la izquierda, te llevaba al centro. Y en el fondo, con Ramon hablábamos más en los viajes del Barça, en algún desayuno, que no para hacer reuniones muy metódicas del libro. Andrés sí es metódico, perfeccionista y tenaz hasta grado extremo, día tras día, hora tras hora. Uno no se puede ni imaginar que un jugador de fútbol tenga el grado de compromiso que tiene él. Andrés dice que cuando se pone a hacer una cosa tiene que ser perfecta. Y Ramon también estaba obsesionado con encontrar el tono, el relato. No era una autobiografía escrita en primera persona como la de André Agassi. Ramon y yo siempre habíamos dicho que si Andrés no habla tanto, no podíamos hacer una biografía en primera persona. En algún momento pensaron ¿dónde nos hemos metido? R. B.- Momentos de dificultad siempre hemos tenido, pero no la sensación de dejarlo. Nuestra obsesión era que no dejaríamos el libro a nadie hasta que no estuviera acabado. No queríamos intervenir con ninguna editorial porque pensábamos que si nos poníamos en manos de una ya pringábamos, porque querría tirar por la parte más emotiva de la depresión o por la parte más futbolística de quiebros y demás. Así que no

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queríamos negociar con nadie hasta que el libro no estuviera acabado. Y controlamos bastante bien este proceso hasta que de repente Pere Guardiola [representante de Andrés Iniesta] negoció con la editorial inglesa y los derechos de ésta los compró Malpaso. Yo conozco bastante bien al editor de aquí, Malcolm Otero Barral, y un día me preguntó si Marcos y yo estábamos escribiendo un libro sobre Iniesta. En ese momento, cuando ya saben que estamos nosotros detrás, nos empiezan a presionar con “el libro tiene que salir así”, con “queremos tener las galeradas”… Y aquí es cuando nos atraparon un poco. Nosotros queríamos que el libro estuviera bien editado. E hicimos un pacto. Una buena edición del libro con tapa dura, estética, buen gusto, pero ellos debían respetar el contenido. Esto pasó durante el último mes y medio. Ahí se precipitó todo. Si la editorial no nos hubiera apretado quizá todavía no habríamos cerrado el libro. Nuestros temores se confirmaron, pero en un tiempo en que ya estábamos dispuestos a ponernos con ello. Eso nos sirvió para arremangarnos y acabar de vertebrar un poco el libro. Lo teníamos ya esbozado, pero al día siguiente nos podía llamar Andrés y proponer un nuevo personaje que debía ser incluido en alguno de los capítulos. Y le decíamos: ‘A ver, Andrés, esto no lo podemos hacer porque va a quedar mal. No podemos ir añadiendo personajes y que aparezcan como setas’. Entonces debíamos volver a agarrar el contexto y repasarlo. Puede que algún lector encuentre algún párrafo reiterativo, pero como era la voluntad de Andrés tratábamos de incluirlo. M. L.- Lo difícil era conseguir que Andrés leyera el libro y sintiera que era suyo. Porque no es un libro de Ramon o de Marcos. Es de Andrés. Y por eso Ramon estuvo

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muy persistente con el tema de encontrar el tono. ¿Te acuerdas qué dramáticos era los primeros bocetos del libro?

“Andrés empezó a escribir por el tema de la depresión (…) Los primeros bocetos suyos eran del primer día en La Masia, que lo pasó mal, y de su depresión”. R. B.- Sí. Es que Andrés empezó a escribir por el tema de la depresión. Las primeras notas que nos llegaron de él no eran del gol de Stamford Bridge o de la final del Mundial en Johannesburgo. Los primeros bocetos suyos eran del primer día en La Masia, que lo pasó mal, y de su depresión. ¿El tema de la depresión ya lo conocían? R. B.- Hasta este extremo, no. Él no lo llama nunca depresión. Pero para algunos debe ser una depresión tan severa que debe tener otra denominación. Y para otros será una depresión común. Nosotros no sabríamos decirlo con precisión. A nosotros nos sorprendió cómo nos lo explicó y cómo lo vivió su familia. Eso nos llevó a hablar con el padre, la madre, su mujer Anna, con la gente que le rodeaba. Si hubiéramos querido profundizar más sobre el tema podríamos haber alargado más. Pero llegó un momento en que Andrés dijo: “Este capítulo se acabó’. Él lo empezó y lo acabó como quiso. M. L.- Además es curioso porque a nosotros este tema no nos lo verbalizó. Eso lo escribe él. Y Ramon y yo nos quedamos helados: “Ostras, ¡qué ha pasado!”. Hay códigos no escritos entre los tres y cuando lo vemos no le preguntamos por esto. Él ya lo ha dejado escrito y lo ha soltado. Luego, nos co-

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rrespondía a nosotros darle la forma. Pero la verdad es que lo de la depresión fue él solo quien lo escribió así.

“Hay un momento en que hay un par de frases de Andrés hablando de la depresión que a mí me parecen muy fuertes y que le dijimos: ‘Igual tienes que quitar esto, Andrés, porque te estás desnudando mucho’”. Aparte de esa necesidad que tuvo para explicarlo así. ¿Creen que se sintió reconfortado con que su testimonio puede ayudar a otros deportistas que sufren depresión? M. L.- Yo creo que sí. No tenía ninguna necesidad de contarlo. Si no lo hubiera hecho ni nos hubiéramos enterado. O ni lo hubiéramos puesto. Hay un momento en que hay un par de frases de Andrés hablando de la depresión que a mí me parecen muy fuertes y que le dijimos: “Igual tienes que quitar esto, Andrés, porque te estás desnudando mucho”. Le advertíamos que en ese momento que él leía el libro cada día la obra le pertenecía. Pero en el momento que saliese publicada ya no es solo suya, sino que pertenece a quien lo lee y a cómo lo lee. El libro depende de la mirada que le da quien lo está leyendo. Pero Andrés estaba muy motivado con este tema. Él lo quería decir, quería que se supiese, era consciente que igual había gente que no le entendería y otra que sí. Para mí hay un punto de valentía y rebeldía suya ahí.

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“Andrés tenía cierto recelo de ver lo que pensaba Gerard de él. Y cuando vio lo que dijo Piqué se puso muy contento. De alguna manera utilizó el libro para saber qué pensaba Gerard de él”. R. B.- Estoy muy de acuerdo con Marcos. Hay una parte también de gratitud a la gente que le ha ayudado. Pero él no sabe bien dónde está el límite. Una de las cosas buenas que tiene el libro, y esa es una idea de Marcos, es cuando entrevista a la viuda de Dani Jarque [capitán del Espanyol que falleció a los 26 años por un problema cardiaco]. A Iniesta no se le ocurre volver a casa de Jarque. Él cree que ya ha dicho todo explicando el por qué de su camiseta dedicada a Dani. Pero cuando Marcos propone ver a Jessica, y ella participa, Andrés se sintió muy agradecido. Ella acaba haciendo un relato del que tenía mucho miedo que fuera poco consistente o morboso. Pero salió bien. A veces has de interpretar lo que Andrés quiere, pero siempre habías de acabar volviendo a él. Por ejemplo en otro caso: uno de los últimos jugadores del Barça que entrevistamos fue Piqué, porque Andrés tenía cierto recelo de ver lo que pensaba Gerard de él. Y cuando vio lo que dijo Piqué se puso muy contento. De alguna manera utilizó el libro para saber qué pensaba Gerard de él. Fue un juego noble que esperamos haber sabido reproducir en el libro. Nos lo hemos pasado muy bien. Andrés ha jugado con nosotros y nosotros con él, con la misma baraja.

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Debió ser ya una primera sorpresa ver cuánta necesidad tenía Iniesta de expresarse. R. B.- Fue una sorpresa para nosotros también. Es un jugador muy callado, tímido. Pero es verdad que el libro forma parte de su edad adulta. Últimamente Iniesta ha aparecido como imagen de la Caixa, ha hecho un libro, es capitán del Barça. Es decir, de alguna manera asume que su papel y su vida se han de visualizar más allá de una coyuntura. Eso también nos preocupaba de cara al libro: él se muestra como persona, no como el goleador de Stamford Bridge o de Johannesburgo. Lo que quería él es que se conociera a la persona, no el anecdotario.

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Uno de los grandes retos del libro es meter tantas voces y huir de ser repetitivo. M. L.- Eso sale de forma natural. La sustancia y la ideología del libro la daba él. Él ha hecho que su vida se conozca a través de todas las personas con las que hemos hablado. No hay ninguna persona que salga en el libro que no haya sido marcada por él. Ramon insistía mucho en que debíamos huir de los lugares comunes, de los lugares que la gente ya conocía: Fuentealbilla, La Masia. ¿Pero quién sabe qué ha pasado en el infantil B del Barça? ¿Su entrenador y dos compañeros? Buscábamos entonces acontecimientos de su vida explicados por otros. Por ejemplo, la final de la Nike Cup la explica su amigo Jordi Mesalles. El gol de Stamford Bridge lo explican Eto’o, Pep, Bojan, pero no él. Al principio teníamos miedo de que no consiguiéramos llenar el libro. Pensábamos que ni locos llegaríamos a las 200 páginas. R. B.- Hemos tenido la suerte de que Andrés va mutando. De Fuentealbilla a La Masia y luego al primer equipo. Su vida es muy rica y hay muchos personajes que aparecen. Hay algo en lo que discrepo de

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Marcos, que dice que todos los personajes han estado marcados por Iniesta. No necesariamente. Lo que marcaba Iniesta era la acción. Por ejemplo, el gol de Stamford Bridge. Luego en esas acciones Marcos es un fuera de serie en el trabajo de campo. Pero también hemos dejado de entrevistar a otros personajes. Por ejemplo Stekelenburg o Van der Saar [de la selección holandesa subcampeona mundial en 2010] o Petr Cech [arquero entonces del Chelsea], que son visiones de los goles de Andrés que no se han conocido. Tampoco hemos hecho algo que planteamos en su día: un libro crítico sobre Iniesta. Por ejemplo ir a San Mamés y saber por qué se le pita ahí. Si por Amorebieta o por qué. Pero el tono del libro nos llevó a descartar determinadas excursiones que se podían haber hecho. Quizá se podrían hacer en el futuro. Quedan cosas por hacer, no lo dudes. Por la cuestión de la depresión viene a la cabeza el nombre de Robert Enke. R. B.- De quien más nos habla Andrés es de Bojan, que padece una crisis de ansiedad. Es con quien él tiene más contacto al margen de los profesionales. Hemos conocido también a Imma, la psicóloga, una persona importante en la v ida de Andrés, pero no la fuimos a entrevistar para ser respetuosos al máximo.

“La gente se piensa que hemos estado 15 horas de grabaciones con él. Pero no tenemos grabaciones con él. Hay muy pocas. Mucha de la comunicación es a través de email y de whatsapp”.

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M. L.- Andrés te hace saber lo que le gusta y lo que no. Es cabezón y si piensa “A” tiene que ser “A”. Hay cosas que puedes moldear, pero el libro se ha hecho de forma muy rara. La gente se piensa que hemos estado 15 horas de grabaciones con él. Pero no tenemos grabaciones con él. Hay muy pocas. Mucha de la comunicación es a través de email y de whatsapp. Y a partir de ahí, Ramon podía decir: “Ostras, ¡esto hay que tratarlo!”. Y yo, que soy bastante obsesivo con los detalles, buscaba a la gente y hablaba con ellos más que con Andrés mismo sobre un episodio en concreto. Al final, eso ha dado una mirada diferente. Por ejemplo, de Fuentealbilla. Un lugar muy importante para Andrés, pero donde no se oculta el recelo que pudo sentir de sus vecinos cuando era niño. R. B.- A nosotros nos ha condicionado que también somos de pueblo. Marcos es de Huércal-Overa [Almería] y yo de Perafita [Catalunya]. Siempre he dicho que tú puedes volver al pueblo siempre que no mires a la gente para saber qué piensa de ti. El día que eres capaz de pasearte por un pueblo sin sentirte mirado es cuando recuperas la paz. Y con Andrés hacíamos la broma de que él no tenía que ir a Fuentealbilla para saber qué piensan de él o como un acto de decir ‘lo he conseguido’, sino simplemente podía pasearse con naturalidad. Este es el momento en que está ahora. Asimismo, en Fuentealbilla tampoco quisimos ir a la Bodega Iniesta porque se podían pensar que hacíamos propaganda. Lo que sí tratamos es de retratar la mirada de lo que es un pueblo y por qué él tiene la necesidad de volver a Fuentealbilla de vez en cuando para decir: yo me

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crié aquí, todo el mundo se sacrificó por mí, quiero que la gente vea que la apuesta que hicimos valió la pena. ¿En qué más os ha cambiado la mirada esta obra? M. L.- A mí este libro me ha cambiado muchas cosas. Primero, por trabajar con Ramon. Tenía una ilusión terrible de trabajar con él. Y, segundo, me ha permitido descubrir personas maravillosas a través de Andrés. Hablas con Messi, Neymar, Ramos, Casillas, y por supuesto con lo que llamamos el universo Iniesta. Estábamos tan mimetizados con eso que ya la madre después del tercer o cuarto café en un bar nos invitó a casa. A mí todo eso me ha cambiado muchísimo. El caso de Jessica, la viuda de Dani, me ha hecho mirar las cosas de otra manera. Además, el libro nos ha reconciliado con el oficio de periodista que es ir y escuchar, preguntar y tomar nota.

“Si crees que Iniesta juega mal un partido, ¿qué haces? La gente pensará que como es amigo mío y le hemos ayudado con el libro… que no tendré valor para decir si juega mal. Pero descubres que los límites te los pones tú y depende de tu código ético. Porque Andrés no ha puesto ninguna condición”. R. B.- A mí me ha ayudado sobre la relación proximidad-distanciamiento. Cuando tú conoces a un futbolista te planteas: ¿serás igual de natural y espontaneo con él? Si crees que Iniesta juega mal un partido, ¿qué haces? La gente pensará que como es amigo mío y le hemos ayudado con el libro…

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que no tendré valor para decir si juega mal. Pero descubres que los límites te los pones tú y depende de tu código ético. Porque Andrés no ha puesto ninguna condición. Esto te obliga a reforzar tu propia moral y aprendes que lo importante es tener una equidistancia entre proximidad y distancia. Es una lección de vida profesional extraordinaria. Cuando nos acercamos a jugadores del Barça no les hicimos otras preguntas que no fueran sobre Iniesta y esto nos ha dejado paz. Es un juego muy gratificante que nos ha permitido conocer a mucha gente, y que te deja sensación de paz y serenidad. También nos ha hecho mucha ilusión la reacción de los compañeros con sus críticas. En un momento en que la prensa está como está, esto nos ha hecho levantar la cabeza. ¿Qué sitio ocupa este libro en sus carreras profesionales? M. L.- No voy a ser original y tampoco quiero ser pretencioso pero para mí ha sido la obra de mi vida. Por dos cosas: porque me permitía trabajar con Ramon y porque nos ha permitido a los dos colarnos en la piel de un personaje extremadamente singular. Había momentos que lo decíamos con Ramon: solo nos faltaba saltar a jugar al campo. Era compartirlo todo y tomamos las medidas distancia-cercanía. Ahora ya estás en la misma frecuencia de lo que puede pensar él. Con un simple mensaje ya sabes lo que Andrés piensa y lo que está viviendo. R. B.- Desde el punto de vista del trabajo en equipo, en mi vida profesional hay dos cosas prioritarias: este libro y cuando me encontré al frente de la sección de deportes de El País en un momento muy delicado. Tuvimos que rehacer una sección y el trabajo de equipo tuvo sentido. Ahora con Marcos,

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también. Y lo hemos podido compartir con futbolistas y ¡exponer! Cuando acabas un libro parece que ya está como caducado, ya está pasado.Pero este libro vive cada día, tiene magia, una presencia mística. Vemos que interesa a gente muy diversa: barcelonistas y no barcelonistas; desde abuelas hasta niños, desde gente a quien le interesa el fútbol hasta personas que acuden al libro casi como si fuera de autoayuda por el tema de la depresión. Que interese a gente tan heterogénea nos hace muy felices. Isaac Lluch. @isaac_lluch Fotos: Jordi Cotrina (El Periódico) Ilustración: Xavi

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Alex Delmàs

¿ES UMTITI EL CENTRAL QUE NECESITA EL BARÇA? Lejos queda ya aquel 2003 que vio llegar a un desconocido Rafa Márquez al F.C. Barcelona. El mexicano fue el último central fichado del exterior que realmente dio un buen rendimiento (entendiendo que Piqué es "hijo de la casa"). Desde la salida de Márquez, el Barça busca esta codiciada pieza que, a día de hoy, ya se ha convertido en una pequeña obsesión para el club azulgrana.

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amuel Umtiti nació en Camerún y es el más pequeño de una familia de cuatro niños. Con dos años, su familia se establece en la ciudad francesa de Lyon donde se nacionaliza francés. Empieza a practicar el fútbol a los cinco años en un club de la ciudad. En el Olympique Lyonnais comienza jugando de delantero hasta que finalmente se asienta como defensa. Su progresión es tal que, con sólo 19 años, el entrenador Rémi Garde, deslumbrado por la salida de balón, la serenidad y la calidad en el juego de Umtiti, le confia la titularidad en su primer partido de liga ante el Montpellier (14 de enero de 2012). Solo tres años y medio después de aquello alcanza uno de sus sueños: jugar en el F.C. Barcelona. La pregunta es clara: ¿Será Samuel Umtiti la ansiada solución del equipo barcelonista? Analizamos tácticamente al defensa francés.

FORTALEZAS DEFENSIVAS 1à RÁPIDO Y FÍSICAMENTE MUY POTENTE; “COMPENSA”: Es un jugador considerablemente rápido y contundente en los duelos individuales. Casi siempre es definitivo en ello y acostumbra a ganar sus disputas ante los rivales.

2à MUY DIFÍCIL DE PASAR EN 1vs1: Su potencia y rapidez, sumado a que es un jugador que siempre muestra un grado de concentración muy alto, hacen de él un oponente muy difícil de superar. Además contiene y aguanta bien al rival para llevarlo a una situación de reducción de espacios y, por lo tanto, a un marco favorable para el defensor.

PARTIDO FCB-SEV (SupEsp) FCB-BET ATH-FCB FCB-CEL LEG-FCB

EL RIVAL PASA 0 0 0 0 0

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3à EN GENERAL, BUENA COLOCACIÓN: Una de las fragilidades habituales de los jugadores de origen africano es la colocación. En este aspecto, y seguramente ayudado por su formación en Francia, Samuel Umtiti es un jugador que ha superado esta carencia. Tiene aspectos a mejorar de los que hablo en el ámbito de las debilidades pero, en general, es bueno en el posicionamiento, un asunto fundamental para el juego azulgrana. 4à NO TIENE MIEDO A JUGAR CON METROS ATRÁS: Probablemente porque se siente confiado en su rapidez y su capacidad para corregir posiciones, no le importa en absoluto jugar con muchos metros a la espalda. Hecho que entiendo sumamente importante ya que es el marco que se encontrará en la gran mayoría de los partidos y de las situaciones con el F.C. Barcelona.

5 à BUENAS AYUDAS A SU PAREJA: Después de observarlo varios partidos en el Olimpique de Lyon juntamente a los partidos jugados con el Barça y con su selección, demuestra buen entendimiento con sus parejas centrales. También se adapta rápido y está muy pendiente de realizar las ayudas en el caso de que estas sean necesarias.

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6à BUEN SEGUIMIENTO DE LA JUGADA: Sigue correctamente la jugada y en buena situación defensiva cuando su equipo avanza con el control del balón.

7 à MUY FUERTE EN EL JUEGO AÉREO: Muy fuerte en este aspecto. Aunque lo es en las dos vertientes del juego, impresiona especialmente en el apartado defensivo de ello. Utiliza bien el cuerpo para ganar la posición y tiene potencia de salto. Asimismo, cuando se impone a su marca en el salto, dirige bien el remate. Observamos los datos en los duelos: PARTIDO FCB-SEV (SupEsp) FCB-BET ATH-FCB FCB-CEL LEG-FCB

DUELOS AÉREOS DEFENSIVOS 1/1 3/3 1/1 1/1 3/5

DUELOS AÉREOS OFENSIVOS 0/1 0 0 0 0

% DUELOS AÉREOS GANADOS 50% 100% 100% 100% 60%

LIGUE 1 TEMP. 2015/2016

% DUELOS AÉREOS GANADOS 73,5%

FORTALEZAS OFENSIVAS 1 à BUEN PASE DE CONEXIÓN: Tiene buen pase de conexión con los jugadores que habitan la segunda línea del equipo, tanto interiores de banda como pivote en inicio del juego. Eso sí, debe ser en su perfil zurdo, donde tiene la maniobra muy bien mecanizada.

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LIGUE 1 TEMP. 2015/2016 PARTIDO FCB-SEV (SupEsp) FCB-BET ATH-FCB FCB-CEL LEG-FCB MEDIA

% PASES OK 88% PASES 86 44 72 79 55

% PASES OK 97% 89% 90% 96% 77% 89,8%

Su pareja de central en este partido (Mascherano) “sólo” 72 % pases

Su pareja (Piqué): 88 pases

Su pareja (Piqué): 80 pases

2à DIVIDE BIEN EN SITUACIÓN FAVORABLE: Tiene buena salida de balón cuando la situación es favorable. Es decir, cuando puede empezar la carrera sin presión y situarse en campo contrario con el juego de cara y escoger opción. No se pone nervioso en este marco concreto y, siendo zurdo y jugando en el cuadrante izquierdo, es más difícil de interceptar el pase para el contrario. 3à TOCA Y SIEMPRE ATRÁS: Es una de mis obsesiones con los defensas centrales. Siempre lo analizo porque, por mi forma de ver el fútbol, creo que es vital. Samuel Umtiti siempre toca y va atrás, dando salida y auxilio por si su compañero no es clarividente en el pase y tiene que acceder de nuevo a él para la basculación.

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4 à NO SE COMPLICA CUANDO NO LO TIENE CLARO: En situaciones donde el horizonte de pase no es clarividente, acostumbra a jugar fácil y no arriesgar. En este contexto no divide, pero raramente pierde el balón.

5 à SIEMPRE EN LÍNEA DE PASE: Busca constantemente estar en situación de apoyo cuando alguno de sus compañeros próximos tiene la posesión.

DEBILIDADES 1à DEFENSIVAMENTE DEMASIADO AVANZADO POR MOMENTOS: En situaciones concretas creo que se posiciona demasiado adelante. Rompe la línea defensiva y deja vulnerable su espalda. 2àLIMITADO CUANDO ES PRESIONADO EN SALIDA: Disminuye considerablemente la buena prestación en salida de balón cuando es bien presionado. En este tipo de escenario acaba jugando en largo o en pases sin ventaja o con un exceso de compromiso para el compañero receptor. 3à DEBE MEJORAR LA LECTURA DE SUS ESPALDAS: Uno de sus “puntos débiles” más claros. Muchas veces deja la espalda desprotegida y con posibilidad de actuar para el rival. Especialmente, cuando la jugada se desarrolla por el perfil de juego opuesto al suyo.

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MI CONCLUSIÓN Es evidente que un jugador proveniente de la Ligue francesa y de 22 años tiene un punto de incertidumbre, pero de hecho el 90% de los jugadores que llegan al Barça la tienen. En mi opinión, se trata de un jugador con muchas virtudes y un alto potencial para aún ser mejor. Por supuesto tiene ciertas carencias, pero son menores a las que pueden tener la gran mayoría de jugadores a su edad. Asimismo le intuyo un gran margen de mejora dada su juventud. Además, tiene una calidad vital que ya ha demostrado y es la capacidad de asumir altas responsabilidades y convivir en escenarios de alta presión como ha hecho recientemente en la EURO2016. Su inicio es prometedor. ¿Será definitivamente Samuel Umtiti el central tan ansiado por el F.C. Barcelona? Después de verlo en acción muchos partidos me atrevo a decir que sí. Alex Delmàs @alexdelmas10

Isaac Lluch

Foto: Janos Schmidt ITU

Entrevista a Javier Gómez Noya

“En carrera hay que estar pensando continuamente”

“No es sencillo tener la claridad para decidir en pocos segundos cuando vas a 180 pulsaciones por minuto”

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avier Gómez Noya llega a menudo antes que nadie a la meta tras una dura prueba de triatlón. Quizá por eso dos minutos antes de lo que se había comprometido ya está preparado para atender a The Tactical Room. El triatleta gallego, de 33 años, maneja como nadie el cronómetro. Su vida deportiva está llena de percances, de sobresaltos, pero nunca pierde la pauta de lo que se propone hacer. Cuestión de disciplina. De fuerza de voluntad. De metodología. De meticulosidad. De rigor. Todo eso le ha llevado a ser pentacampeón del mundo y medalla de plata olímpica en triatlón, entre otros títulos. Eso y por supuesto su pasión por el deporte, por cubrir 1.500 metros a nado, 40 kilómetros en bicicleta y 10 corriendo como si fuera la primera y la última vez que lo hace.

“Nadie llega a prepararse nunca una gran carrera como le gustaría”. De adolescente le detectaron un problema cardiológico tras el cual se sucedieron las trabas federativas para competir. Le retiraron la licencia y, sin poder representar a España, su carrera se quedaba muy limitada internacionalmente. Pero, como él mismo recuerda, precisamente su corazón le guió en la persecución de su sueño por competir. Apoyado por su familia y por eminencias médicas que aseguraban que podía continuar practicando deporte sin ningún riesgo para su salud acabó superando, tras muchos años, todos los obstáculos burocráticos que se levantaron en su camino. Sobre el valor del esfuerzo y de los sacrificios podría impartir un máster. De hecho alguna charla ya ha dedicado a jóvenes que acu-

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den al campus de Vero Boquete. Fue precisamente la futbolista española del París Saint-Germain (PSG) quien propuso que su paisano Gómez Noya formara parte del Círculo Virtuoso, la cadena de entrevistas de TTR cuyo próximo protagonista lo elige el anterior entrevistado. Entre sesiones de nado y de carrera, mientras sigue recuperándose de la lesión en codo y mano que le privó de estar en los Juegos Olímpicos de Río, la estrella mundial del triatlón hace un hueco en su pretemporada para esta conversación. P.- Como Vero Boquete, usted también es gallego. ¿Qué le debe a su tierra? R.- Le debo prácticamente todo. Es donde crecí y donde aprendí casi todo lo que sé, donde fui al colegio, donde entreno desde hace tantos años. La orografía gallega, los lugares de que disponemos, me ayudan mucho a mejorar y a superarme. Me siento gallego y estoy muy contento y muy a gusto aquí. P.- Muchos deportistas de élite tienen que salir de casa para entrenarse. ¿No ha sido muy difícil para usted llegar hasta donde ha llegado desde lugares tan pequeños como Ferrol o Pontevedra? R.- Hay deportes en los que necesitas estructuras que casi obligatoriamente las encuentras fuera. En mi caso, aquí tengo todo lo que necesito. No necesito nada especial más que una piscina, buenas y tranquilas carreteras para las bicis, que las tenemos, y un sitio para correr. De hecho, para mi deporte es casi mejor un lugar pequeño que una gran ciudad. Me he aprovechado de eso y estoy muy a gusto aquí. A lo mejor, si fuera futbolista y con mucha proyección debería estar en grandes ciudades. Pero en mi caso, no. Igualmente paso mucho tiempo

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fuera, sobre todo en invierno, cuando trato de buscar mejor clima que en Galicia para prepararme toda la pretemporada. Pero cuando hace buen tiempo en mi tierra la verdad es que se entrena muy bien. P.- ¿Qué lugares en invierno suele frecuentar? R.- Con los años vas probando sitios y vas repitiendo en los que te sientes más a gusto. Suelo pasar uno o dos meses en Fuerteventura, en Playitas, y luego, en función de cómo vaya el calendario de competiciones hago alguna concentración en Sudáfrica o, cuando empezamos en Oceanía, voy a Australia o Nueva Zelanda, donde tengo un par de sitios que conozco y me gusta ir. Depende de donde vayan a ser las carreras. P.- Es curioso que lo suyo con el triatlón empezara con una idea de bombero. R.- Ja, ja. Sí, literalmente. Fueron unos bomberos que entrenaban en mi club de natación que me introdujeron en el triatlón. Yo había oído algo de este deporte, pero tampoco lo conocía demasiado. No me sabía muy bien ni las distancias ni nada. Y fueron ellos los que, sabiendo que me gustaba la bici, que me gustaba correr además de nadar, pues me invitaron a participar.

P.- Para usted todo era un hobby. R.- Sí, cuando haces algo como afición en tu tiempo libre lo haces realmente porque te apetece. He tenido la suerte de obtener buenos resultados y dedicarme profesionalmente a esto. Pero en realidad me sigue gustando lo mismo que cuando empezaba: la esencia del deporte.

“La carrera del deportista está llena de decisiones importantes tanto en lo técnico como en otros ámbitos. Algunas veces aciertas y otras no”. P.- Leyendo su libro A pulso uno tiene la sensación que ya plenamente como profesional llegó un momento en que tuvo la necesidad, para buscar nuevas motivaciones, de cambiar de entrenador. Fue tras los Juegos de Pekín. R.- Ahí hice un cambio importante en mi vida. Dejé de entrenar con José Rioseco, que era el entrenador con el que empecé y

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con el que fui campeón del Mundo la primera vez. Después de acabar el ciclo de los Juegos decidí hacer un cambio para intentar aprender cosas nuevas, mantener la motivación y cambiar un poco de aires. Al final, como deportista buscas mejorar. Con José aprendí muchísimo y es la base sobre la que he construido toda mi carrera deportiva. Pero a veces, estímulos nuevos también son positivos. P.- A la dureza del deporte hay que añadirle la dureza de tomar decisiones muy complejas: no fue algo en contra de José Rioseco sino a favor de experimentar algo nuevo. R.- Así es. Con José sigo teniendo una gran relación. Es uno de mis mejores amigos. En su momento él también tenía algún que otro proyecto y decidimos que lo mejor era lo que hicimos. La carrera del deportista está llena de decisiones importantes tanto en lo técnico como en otros ámbitos. Algunas veces aciertas y otras no. Pero irremediablemente tienes que tomar decisiones muchas veces.

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P.- ¿Qué nos puede decir ahora de su equipo de confianza? R.- Intento que sea un grupo relativamente reducido. Mi entrenador es Carlos David Prieto, que, a pesar de que con él solo llevo cuatro años trabajando, le conozco desde que comencé en el mundo del triatlón. Él también era competidor, éramos compañeros de equipo y no fue un cambio que fuera una gran novedad para mí. Yo sabía cómo trabajaba él y él sabía cómo soy. En ese sentido fue mucho más fácil la adaptación. También cuento con Javier Theilacker, que es mi mánager desde hace varios años y es una persona fundamental que se ocupa de todo el aspecto extradeportivo con sponsors, agenda, etc. Y está también Nicolás Bayón, que en los momentos duros en los que no tenía licencia con toda la guerra con la Federación, él era mi cardiólogo y con el tiempo se ha convertido en mucho más que eso: en amigo. Él es también triatleta aficionado y está involucrado en el diseño de entrenamientos. Ese es mi equipo. Poco más. Cuando necesito un fisioterapeuta recurro a Hugo Ogando, amigo mío que también fue triatleta. Y del tema de prensa también se ocupa Antonio Alix. Es un grupo reducido, pero es mejor así. Tampoco es un deporte tan grande y necesito simplemente a gente de confianza y que sea eficaz en su trabajo. He encontrado un buen equilibrio.

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“Hay otros triatletas que sí tienen entrenadores para cada disciplina. Yo prefiero un solo entrenador que sepa bien de los tres deportes”. P.- ¿Entonces usted no prefiere un entrenador específico para natación, otro para la bicicleta y otro para correr? ¿Es así porque las tres especialidades están conectadas? R.- Exacto. Pero hay otros triatletas que sí tienen entrenadores para cada disciplina. Yo creo que es mejor tener uno para todo, porque el tema de la coordinación es muy complicado. Si haces una planificación diferente para cada deporte, luego unirlas y que tenga sentido es muy difícil. O todo el mundo está muy coordinado y sabe exactamente qué es lo que se está haciendo en los otros deportes o, si no, es difícil hacer una planificación con sentido. Yo prefiero un solo entrenador que sepa bien de los tres deportes. P.- ¿Y no requiere de vez en cuando el consejo de un especialista de algunas de las diferentes disciplinas? R.- Nunca están de más los consejos de gente que sepa mucho sobre un tema concreto, pero mi entrenador podría entrenar perfectamente a nadadores, ciclistas o atletas. Conoce muy bien los tres deportes y cómo enlazarlos en una preparación en que debes tenerlos en cuenta a los tres. Son muchas cosas que hay que atender y quizá un entrenador puro de atletismo no las ten-

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dría en cuenta, como es lógico, porque se preocuparía del entrenamiento para correr. Y lo mismo puede pasar con un entrenador para nadadores o ciclistas. Es bueno que el entrenador conozca los entresijos de este deporte. El hecho de combinar los tres tiene su aquél.

“La natación quizá sea el deporte en que menos cualidades tengo, pero tuve la suerte de que fue al que más me dediqué de pequeño”.

P.- Usted viene del mundo de la natación. ¿Cómo se da cuenta de que también es bueno corriendo y pedaleando con la bicicleta y qué tuvo que hacer para completar su formación en las otras disciplinas? R.- Pues quizás, aunque era nadador, notaba cuando hacíamos preparación física, que tenía mucha facilidad para correr. Había nadadores fondistas que nadaban más rápido que yo, pero si teníamos que correr yo lo hacía bastante más rápido que ellos. No corría como un nadador típico, que son deportistas más grandes y de más peso. Yo

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siempre fui relativamente pequeño y, en cuanto a talento, la natación quizá sea el deporte en que menos cualidades tengo, pero tuve la suerte de que fue al que más me dediqué en la formación. Ese trabajo de pequeño es el que me ha servido para llegar a un nivel bastante bueno. En cambio, la carrera a pie para mí era bastante más natural. Y la bici también. De pequeño siempre monté en bici casi como un juego y la verdad es que cuando empecé a entrenar más en serio me adapté rápido y mejoré muy rápido. A base de años, mi nivel, que al principio era mejor en natación, se fue igualando en todos los deportes y ahora mismo la carrera a pie es mi punto fuerte. P.- Entonces el punto más débil es el que tenía más trabajado. R.- Sí. Por mis características físicas y mi talento natural la natación habría sido lo que más hubiera tenido que trabajar como

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triatleta. Y al dedicarme de pequeño a nadar fue lo que más tenía trabajado.

“La batalla federativa fue dura, pero me hizo mejor competidor. Es bueno no olvidar lo que pasó porque me ayuda a entrenar, a saber que ya he pasado por otros momentos peores que un simple mal día de competición”. P.- Empezó a hacer deporte en Galicia. El apoyo de la federación gallega fue clave en su batalla con la federación

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española. ¿Le da muchas vueltas aún a aquella oposición del Consejo Superior de Deportes a su participación en pruebas como triatleta? R.- Tuve el apoyo de mi familia y de la federación gallega, que apostó por mí y se volcó en ayudarme. Estaba muy mentalizado de querer luchar contra lo que hiciera falta, pero evidentemente, cuando tienes 17 o 18 años, si no tienes apoyo lo tienes complicado. Ahora no le doy muchas vueltas. Ya lo hice en su día. Soy consciente de lo que pasó, de la gente que estuvo conmigo y de la que no. Fue una batalla dura que me costó muchos disgustos en su día, pero que conseguí superar. Eso me hizo más fuerte y mejor competidor. Es bueno no olvidar lo que pasó porque me ayuda a entrenar, a saber que ya he pasado por otros momentos más duros que un simple mal día de competición o una mala racha. Pero me centro en el futuro. P.- Sin añadir leña al fuego: ¿qué argumentos encontró para levantarse de esos disgustos? R.- Los argumentos eran que tenía muchos médicos, y muy importantes, que respaldaban que yo podía hacer deporte sin ningún riesgo para mí salud. Y a mí lo que me gustaba era hacer triatlón. Y eso me dio fuerza para seguir adelante y seguir luchando. Si los médicos me hubieran dicho que no podía hacer deporte, lamentablemente lo hubiera dejado, pero como tenía ese respaldo de médicos y eminencias mundiales que me motivaban a obtener la licencia pues me agarré con fuerza a eso. P.- No tenía plan B. R.- Exacto, no lo tenía, y tampoco quería hacer otra cosa. Tenía toda la ilusión del mundo en hacer deporte.

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P.- ¿Hay algún médico más en su círculo de apoyo aparte de Nicolás Bayón? R.- No. Voy al centro de tecnificación de Pontevedra cuando tengo que hacer alguna analítica o alguna prueba de esfuerzo, pero la verdad es que nunca he trabajado con médicos deportivos. P.- ¿Y algún nutricionista? R.- Pues tampoco. Siempre he intentado comer sano, comer bien, productos de buena calidad, pero nunca me he estresado demasiado con una dieta. Cuando entrenas tres o cuatro veces al día lo que tienes que hacer es comer mucho y sano. Luego, claro, si tienes algún déficit o algún problema de asimilación de los entrenamientos pues una visita al nutricionista puede ayudar. Pero no ha sido mi caso. Yo simplemente aplico el sentido común.

“Sigo la dieta gallega. Tenemos la suerte de tener buena carne, buen pescado, buenas verduras y si compras buen producto al final es lo más nutritivo que puede haber”. P.- ¿Y suplementos vitamínicos? R.- En algunas épocas duras de entrenamiento, pero tampoco habitualmente. Sigo la dieta gallega (ríe). Tenemos la suerte de tener buena carne, buen pescado, buenas verduras y si compras buen producto al final es lo más nutritivo que puede haber.

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P.- Por mucho que se prepare, a veces se le han torcido las cosas. En su libro se apunta alguna vez la palabra “fatalismo”. R.- He tenido varios contratiempos a lo largo de mi carrera. Se puede pensar que he tenido mala suerte, por ejemplo en los Juegos de Pekín o con la caída antes de los Juegos de Río, pero al final si he ganado cinco Mundiales, cuatro Europeos y una medalla olímpica, algo de suerte también habré tenido. [Ríe].

P.- No será suerte… R.- Evidentemente he trabajado mucho y he conseguido buenos resultados, pero algún día habré tenido suerte y la carrera habrá ido a mi favor y he ganado carreras cuando quizá no era el más fuerte. Siempre he luchado y a veces me han salido las cosas y a veces no. Caerme un mes antes de Río se le puede llamar fatalidad, pero a veces he tenido percances más fuertes en los que no me he hecho nada y en los que realmente me podría haber hecho mucho daño. En cualquier caso siempre tienes que lidiar con lo que venga.

“Muchas veces tomar la decisión adecuada en el momento adecuado es la diferencia entre ganar o no ganar”.

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P.- Cuando usted estaba bien era intratable en competición, el triatleta más completo en las tres especialidades. ¿Pero cómo se consigue ganar cuando uno no es el más fuerte? R.- Es cuestión de mucha estrategia en carrera y tener confianza en ti mismo. Evidentemente es más fácil ganar carreras cuando eres el mejor y estás más fuerte, pero igual que he ganado carreras sin ser el más fuerte porque me supe mover ante errores del contrario, también he perdido carreras en las que me sentía mejor físicamente. La experiencia te ayuda a gestionar mejor tu esfuerzo, a saber leer las carreras tácticamente mejor y a saber moverte bien. Cuando el nivel es tan parecido entre los top que estamos peleando ahí por las competiciones muchas veces tomar la decisión adecuada en el momento adecuado es la diferencia entre ganar o no ganar. P.- Póngame un ejemplo de cómo se maneja la estrategia en carrera. R.- El triatlón te obliga a tomar decisiones en cuestión de segundos cuando vas a 180 pulsaciones por minuto y no es sencillo tener la claridad para saber qué es lo que tienes que hacer en ese momento. En alguna carrera ha atacado un rival y he tenido la sangre fría de no salir y organizar el grupo para cazar a ese rival y eliminarlo tras su largo esfuerzo en solitario. Tú has ido reservando fuerzas y luego acabas corriendo más rápido que él. En ciertos momentos tienes que darte cuenta de quién está atacando y saber si tienes que salir o no. P.- En el Mundial de 2013 en Londres simuló cierto agotamiento ante Jonathan, uno de los hermanos Brownlee, a

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500 metros de meta, para después batirle en el sprint final.

R.- Son momentos muy delicados, en que se acumula la fatiga y te juegas la carrera. Ni yo podía dejarlo atrás ni él tampoco a mí, las fuerzas estaban muy igualadas. Pensé en mi estrategia para ese sprint, se había puesto el viento de cara y quedaban unos metros que se nos iban a hacer muy largos. Hice un amago de arrancar para invitarle a que empezase a correr. Al segundo intento funcionó y en un cambio de ritmo que hice, él decidió atacar ya al máximo. A partir de ahí mi estrategia fue muy clara: intentar meterme detrás de él, ir más protegido del viento que él y esperar que le fueran fallando las fuerzas y yo conservarlas hasta el último momento. A falta de 100 metros apreté un poco más y fui el campeón.

“Salir primero de la natación no te garantiza ganar el triatlón, pero si en los dos primeros minutos no eres capaz de nadar a tu mejor nivel igual te quedas cortado y se te acabó tu día”.

P.- ¡La cantidad de variables que influyen en el triatlón! R.- Muchísimas. En la natación siempre se dice que no vas a ganar la carrera ahí, pero la puedes perder. Como no nades entre los primeros posiblemente te quedes atrapado fuera de carrera y luego es imposible remontar. Hay mucha tensión en una carrera que dura cerca de dos horas. En los primeros dos minutos que empleas para llegar a la primera boya ya te juegas mucho, porque como no salgas rápido y te quedes descolgado puedes encontrarte mucho tráfico y ahí acabarse tus opciones. De entrada, es un estrés. Salir primero de la natación no te garantiza ganar el triatlón, pero si en los dos primeros minutos no eres capaz de nadar a tu mejor nivel igual te quedas cortado y se te acabó tu día. Con la bicicleta también puede pasar que si hay una escapada y no te metes -porque no tienes fuerza o no has visto que fuera el movimiento adecuado- también te puedes quedar fuera. Correr depende de las fuerzas de cada uno, pero si llegas al sprint final igualado la estrategia puede inclinar la balanza hacia un lado o hacia otro. Hay muchas variables que influyen. El viento, por ejemplo: cualquiera que

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monte en bici sabe que yendo detrás de un ciclista haces mucho menos esfuerzo que yendo delante. Yendo en un mismo grupo no todo el mundo gasta la misma energía, depende de dónde te coloques tienes más beneficio del rebufo que genera el aire. Aunque vayas al mismo ritmo que un grupo, no es lo mismo cubrir los 40 kilómetros en bicicleta moviendo 300 vatios que 270. El que ahorra un poco más, posiblemente tenga más fuerzas para correr. Hay que estar pensando continuamente en carrera.

P.- Y prepararse mucho antes. ¿Qué paliza se ha pegado hoy? R.- Poca, poca. Todavía estoy en proceso de rehabilitación tras la caída que tuve antes de los Juegos de Río y estoy empezando a entrenar suave de cara a la temporada que viene. La temporada 2016 en triatlón se ha acabado y la 2017 empieza en febrero o en marzo, así que hago una pequeña pretemporada. Queda mucho todavía, así que hoy he nadado un poco y luego de la entrevista me voy a correr.

“Aunque vayas al mismo ritmo que un grupo, no es lo mismo cubrir los 40 kilómetros en bicicleta moviendo 300 vatios que 270. El que ahorra un poco más posiblemente tenga más fuerzas para correr”.

“La perfección no existe y hay que saber minimizar los problemas para conseguir llegar a la carrera en muy buena forma. Que te salgan los entrenamientos exactamente como estaban planificados muy pocas veces ocurre”. P.- Varias veces tuvo que llegar a una gran prueba corto de preparación. Por ejemplo, cuando la federación le confirmaba que podía participar en una carrera poco antes de disputarse. R.- Eso es más del pasado. Al principio no tenía una gran relación con ellos y parecía como que querían poner trabas en mi camino. Esa situación ha cambiado y ahora tengo una relación cordial y normal con la federación. Pero cuando preparas una gran carrera nadie llega exactamente como le

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gustaría. Siempre hay inseguridades, contratiempos. Nunca puedes entrenar tanto como quieres. A veces te pones un poco enfermo, otro día tienes una molestia. La perfección no existe y hay que saber minimizar los problemas para conseguir llegar a la carrera en muy buena forma, pero que te salgan los entrenamientos exactamente como estaban planificados muy pocas veces ocurre. P.- ¿Hasta qué punto son habituales los psicólogos en esta preparación? R.- Sí son habituales y pueden ser una herramienta buena para tratar de mejorar. Yo particularmente nunca he trabajado con ninguno, hasta ahora me ha ido bien, pero puede ser algo que puede ayudar en un momento dado. P.- Los triatleta son considerados súper hombres por todo lo que resisten. Pero también sentirán miedo. R.- Es normal sentir algo de inseguridad antes de competir. Sabes que tus rivales son

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muy fuertes también y sabes que cualquier error te puede costar varias posiciones en la carrera. Nunca tienes esa confianza de decir que voy a ganar sobrado, aunque a veces quieras dar esa imagen como estrategia mental. Nadie sale a una carrera con una confianza absoluta. La experiencia te ayuda a dominar esas situaciones y a saber que sentirse así es normal y que, con todo, igualmente estás capacitado para hacer una buena carrera. P.- Usted ha tenido que correr contra los hermanos Alistair y Jonathan Brownlee. ¿Se le ha reconocido lo suficiente la dificultad de competir contra una fuerza doble? R.- Hay gente que lo valora más y gente que lo valora menos. Al final no es nada ilegal lo que hacen. Ha coincidido que son dos hermanos buenísimos y ya entrenarse juntos tiene un beneficio claro para ellos. Luego, en carrera saben ayudarse uno al otro y en ese sentido tanto yo como otros triatletas

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estamos en inferioridad, pero ellos dirán: ‘Tráete a tu hermano y compite también, si quieres”. Hay que pelear así. P.- Una desventaja. R.- Si me dijeran que puedo disponer en carrera de otro triatleta del mismo nivel que yo me daría más seguridad, pero ya estamos acostumbrados a competir así.

“Yo simplemente quiero tratar de ser lo más competitivo posible”. P.- Qué objetivo se marca para el 2017 R.- Recuperarme de la lesión del codo y del brazo totalmente, volver al trabajo duro con la misma ilusión que otros años y luchar por el Mundial.

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P.- En su libro se comenta que “el alto rendimiento es un universo caníbal”. R.- Hay que sobrevivir como sea a eso y volver a lo básico: me gusta hacer deporte, me gusta el triatlón y lo voy a seguir haciendo. Luego serán los rivales quienes dictaminen si tengo el nivel para seguir siendo campeón del mundo, segundo, quinto o vigesimoquinto. Yo simplemente quiero tratar de ser lo más competitivo posible. Isaac Lluch. @isaac_lluch Fotos: Reuters & ITU (International Triathlon Union)

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MARTIN FOURCADE, EL SUPERHOMBRE

“This sport has never been a job for me. Always a hobby. I want to create my sport, always. So, yeah, I do like my sport”. (Este deporte nunca ha sido un deporte para mí. Siempre ha sido un hobby. Quiero crear mi deporte, siempre. Así que, sí, me gusta mi deporte). Ole Einar Bjoerndalen

Ilustración: Xavi

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odo aquel que haya sintonizado un canal internacional y en su televisor haya aparecido biatlón en los últimos veinte años conoce el nombre de Ole Einar Bjoerndalen, el “rey del biatlón”, un caníbal noruego capaz de ganar 13 medallas en seis Juegos Olímpicos de Invierno y una cantidad inimaginable de medallas en el Campeonato del Mundo desde 1997. Bjoerndalen, definido por la prensa noruega como “aburrido, siempre serio y educado”, contrasta con el otro gran dominador del biatlón, Bjorn Daehlie, ganador de 12 medallas entre 1992 y 1998, estrambótico como pocos (entrando a meta de espaldas, por ejemplo) y acusado de dopaje. Daehlie y Bjoerndalen han gobernado con mano de hierro el biatlón. Noruega ha sido en este siglo xxi el espejo en el que mirarse, con Bjoerndalen a la cabeza —el propio Bjoerndalen fue innovador en la cadencia de respiración a la hora de disparar, acortando el tiempo y siendo igual de efectivo—. Noruega parecía hegemónica en esta disciplina hasta que un francés nacido en Ceret, una región de poco más de 7.000 habitantes donde Picasso pasó una temporada, hizo acto de presencia.

Martin Fourcade tiene dos hermanos: Simon, cuatro mayor que él, también biatleta, y el pequeño, Brice. Simon Fourcade tuvo su debut en 1998 y ha sido llamado por Francia para competir internacionalmente desde 2001. Sus resultados siempre fueron

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discretos en sus primeros años de competición, pero abrió el camino a Martin. Desde pequeño Martin era aficionado al esquí de fondo en Font Romeu, lugar donde creció — como anécdota cabe señalar que esta región de los Pirineos Orientales votó, aunque sin efecto legal alguno, desvincularse de Francia y convertirse en región de Catalunya—. Pero pronto cogió el gusto a la precisión del tiro —conviene hacer aquí una parada: no se debe confundir el duatlón, que consiste en mezclar atletismo y ciclismo, con biatlón, que combina esquí de fondo con tiro de rifle—, si bien no era muy bueno a la hora de apuntar. De ese germen, fruto de una pasión por el esfuerzo de mejorar, nació un biatleta dispuesto a llevar a Francia a lo más alto; aunque a Martin los medios franceses le denominan “el catalán” —algo de lo que él no solo no recela sino que está muy orgulloso a pesar de no haber podido, de momento, aprender el idioma, en algunas imágenes se le ha podido ver paseando la bandera de Catalunya—.

La preparación de los biatletas es exigente durante todo el año y Martin Fourcade se prepara a conciencia cada año para poder estar en lo más alto. Fourcade entrena seis días a la semana, con sesiones de gimnasio maratonianas y una gran mezcla de distintos deportes como atletismo o ciclismo además del esquí, tanto de fondo como

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con ruedas. Esos entrenamientos llevan a Fourcade a viajar por el mundo buscando competiciones donde entrenar y prepararse para las grandes competiciones anuales. El biatlón causa furor en países como Noruega, Alemania o Rusia, donde Fourcade tiene que pararse a firmar autógrafos y que contrasta con el anonimato que puede sentir viajando en metro por París, sin ir más lejos. No tiene la notoriedad mediática de otros deportes y eso permite a Fourcade llevar una vida lejos de los focos, donde se siente cómodo. Su tipo de entrenamiento, cerca de la montaña, en condiciones climáticas complicadas, ha formado parte de su vida igual que el de otro ser humano con condiciones biológicas extraordinarias: Kilian Jornet. No es raro, por tanto, verles juntos entrenando, si bien Fourcade no se acerca tanto a las montañas como Jornet, un prodigio físico del trail running.

El estilo de vida de Fourcade se asemeja mucho al de otros deportistas que no acaparan todas las portadas ni lucen extravagantes atuendos. Fourcade es un tipo social, que vive por y para su deporte, el cual entiende con una rivalidad sana —es normal verle competir codo a codo con el

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noruego Emile Hegle Svendsen, heredero al trono de Bjoerndalen— y como una forma de vida. Participar en competiciones por todo el mundo, permanecer en lugares de entrenamiento con sus compañeros durante varios días de convivencia lejos de fastuosos hoteles, acercarse a ver la fabricación de sus esquíes, algo muy importante para lograr los éxitos cosechados —“No se puede ganar una carrera con unos malos esquís” dice el propio Fourcade en una entrevista a la página Turiski— o analizar junto a sus entrenadores los disparos realizados, donde Fourcade tiene una incidencia de éxito que ronda el 85%.

Nada se deja al azar, los medios están a su disposición y Fourcade es exhaustivo en su reconocimiento sabedor del gran potencial que atesora. Con 186 centímetros de altura y 78 kilos de peso, sus condiciones son idóneas para este deporte.

Toda una pretemporada extenuante en esquí con ruedas que le lleva a jornadas maratonianas combinadas con bicicleta y atletismo, a veces en carretera y otras veces en cross country, para posteriormente comenzar la temporada invernal y analizar la técnica de deslizamiento y los ángulos de

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propulsión debido a su posición anatómica. Nada se deja al azar, los medios están a su disposición y Fourcade es exhaustivo en su reconocimiento sabedor del gran potencial que atesora. Con 186 centímetros de altura y 78 kilos de peso, sus condiciones son idóneas para este deporte. Y por lo tanto, los éxitos llegan. En 2008 es el 24 del mundo tras sufrir una luxación en el hombro. Un año después, el quinto. Y desde 2010 el número uno ininterrumpidamente. Participa en los Juegos Olímpicos de Invierno de Vancouver 2010, logrando una plata en Salida en masa —en biatlón hay cinco modalidades: Individual, Sprint, Persecución, Relevos y Salida en masa—. En Sochi, cuatro años más tarde, era el máximo favorito para las preseas y Fourcade cumple con su rol: gana oro en Individual y Persecución y realiza un final no apto para cardiacos en Salida en masa.

Svendsen comanda los últimos tramos de la carrera con Fourcade al lado. En la última

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curva Fourcade acelera y saca unos diez metros a Svendsen. Fourcade se ve ganador y levanta los brazos, pero Svendsen se lanza y pasa una pierna antes que él. En la foto finish se ve cómo por dos centésimas Svendsen gana el oro y priva a Fourcade de lograr lo que Jean-Claude Killy, el gran esquiador alpino francés, consiguió en Grenoble en el año 1968: ganar tres medallas de oro. Fourcade se tuvo que conformar con la plata.

Pero más allá de la participación en los Juegos sus estadísticas son apabullantes: ganador de la modalidad Sprint en la Copa del Mundo los años 2012, 2013, 2014, 2015 y 2016; ganador en la modalidad Persecución en 2010, 2012, 2013, 2014, 2015 y 2016; ganador en Salida en masa en 2013 y 2014 y en Individual en 2013. En 2016 ha sido triple campeón mundial en Relevo Mixto y tiene un total de 49 victorias en la Copa del Mundo. Un

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camino que empezó un día de 2009 en Hochfilzen, donde un joven Martin Fourcade quedaba 36º y lograba sus primeros puntos en biatlón. O su primera victoria en Kontiolahti (Finlandia) en Persecución al año siguiente, ya quedando por delante de su hermano Simon en la clasificación general. Es verdad que su porcentaje de acierto en los disparos es muy bueno (casi al 89% en 2012), pero es sobre todo su capacidad para ser rápido en la nieve lo que ha marcado la diferencia en su carrera. Por ejemplo, en la Copa del Mundo celebrada en Khanty-Mansiysk (Rusia) pudo lograr la medalla de oro en Persecución a pesar de errar tres disparos gracias a su velocidad esquiando.

Pero quizá el momento más bonito para la familia Fourcade se produjo en Nove Mesto (República Checa), cuando Martin y su hermano Simon subieron al podio, primero y segundo respectivamente. En 2011, en la ciudad bávara de Ruhpolding(Alemania), Martin igualaría a Bjoerndalen al ganar tres competiciones individuales en una Copa del Mundo (si bien Bjoerndalen lo logró en dos ocasiones, 2005 y 2009). El año 2012 vería el presagio de lo sucedido en Sochi dos años después, cuando en un sprint parecido al de los Juegos Olímpicos Svendsen le arrebataba el oro, esta vez en Nove Mesto en la Copa del Mundo.

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“Pensaré en esos 2,4 cm cada día cuando entrene el próximo verano” dijo Fourcade. Pero también 2012 sería recordado por el año en el que igualaría al también francés Raphael Poirée, al ganar todas las disciplinas en la misma temporada.

Tras Sochi, Fourcade tuvo un parón debido a una mononucleosis y su preparación para la temporada siguiente no fue la mejor, quedando incluso en el puesto 81º en Östersund (Suecia), errando seis disparos. Sin embargo, la temporada continuó como las anteriores, con Fourcade ganando competiciones en cada país hasta el momento cumbre en Oberhof (Alemania), donde Fourcade, en su cuarta ronda de disparos y tras su tercer tiro —en biatlón deben disparar cinco veces cada vez que llegan al foso de disparo—, decide tomarse una pausa y respirar. Le quedan dos tiros, sabe que si acierta es el campeón. Está solo, pero no dispara. Su respiración se acelera y Fourcade coge bocanadas de aire mientras ve llegar a sus rivales. Fourcade realiza su cuarto disparo, certero, cuando el ruso Malyshko abandona la zona de disparos con dos errores. Todos sus rivales, Lesser, Shipulin, Schempp o Slesingr, acaban casi al tiempo que él acierta en la quinta diana. Todos han fallado al menos un tiro. Todos menos Fourcade. Ese

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año Fourcade acabaría ganando por sexta vez una competición individual igualando a Bjoerndalen y Poirée.

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la Copa del Mundo, lograba 10 medallas de oro, nueve individuales, siendo por quinta vez consecutiva el biatleta con mejor registro de la temporada.

EL PROYECTO BARCELONA-PIRINEUS

El año 2016 ha tenido una preparación distinta a las anteriores, con Fourcade compitiendo en esquí de fondo, quedando 12º en 15 km y 22º en 10 km en Beitostolen (Noruega), y además trajo el renacer de Bjoerndalen, de casi 42 años, y del alemán Schempp por la lucha en la clasificación general, aunque Fourcade administró la ventaja de manera cómoda, incluso luchando de nuevo con Svendsen codo a codo en momentos puntuales. En Canmore (Canadá), lograba su victoria 44 igualando a Poirée y llevando el jersey amarillo de líder de la competición en su 100ª vez.

En el Campeonato del Mundo celebrado en Oslo, Fourcade lograría lo que nadie ha conseguido en biatlón: se convertía en el primer deportista que ganaba tres veces seguidas

Pero Fourcade no solo se limita a ganar carreras una tras otra, también tiene tiempo para poner su granito de arena a la candidatura Barcelona-Pirineus, descartada por el exalcalde Trías para 2022, pero que puede volver a postularse en 2026. La presencia de Fourcade, quien a pesar de tener pasaporte francés no reniega de sus orígenes, puede ser un activo importante si al final la idea surge de nuevo. Fourcade, además, es un firme luchador contra el dopaje. Siempre serio y sin ambages, aboga por un deporte limpio a pesar de que el esquí nórdico no tiene muchos casos de deportistas implicados en tramas de dopaje hoy en día, nada que ver con los años noventa.

Como curiosidad, hay que añadir que el rifle de Fourcade es un Anschutz, que Rossignol son los encargados de patrocinar sus esquís, y que tiene un entrenador personal,

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Siegfried Mazet, además de su entrenador en el club, el EMHM Nordic 66, Stepháne Bouthiaux. Ricardo Zazo. @RichiZazo

“It is clearly the best biathlete of the moment, and probably the best in history over time because it is more comprehensive, he wins all types of racing and all types of competition”. (Es claramente el mejor biatleta del momento y probablemente el mejor de la historia porque es el más completo, gana todo tipo de carreras y competiciones). Bjoerndalen sobre Martin Fourcade.

SERGIO BUSO, THE ANALYST PIONEER

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Michele Tossani

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Padova and Bologna (he was part of the famous Bologna squad that won a Coppa Italia in 1974 after a controversial game against Palermo, the only second division team to reach the final so far), and with stints with Cagliari, Novara, Taranto, Teramo, Pisa, Mantova and Lucchese too under his belt, Buso hang up his boot in 1987, starting a coaching career that will see to explore coaching at Lucchese, Taranto, Modena, Trento and Foggia. But Buso isn’t to be remembered for his brief spells as manager but for his gigs as assistant coach and for his off field contribution. In fact, back in the ‘70s, still a 20-year old kid, Buso already made scouting and tactical analysis of the opponents when the first, modern video analyst’s maybe wasn’t born yet. In his San Mamolo house, close to Bologna, Buso keept a deep achieve featuring a lot of infos about Italian footballers, from Serie A to Serie C2 (the now defunct Italian football professional fourth tier). During his playing career, Buso was accustomed to spend his summer break overseas to grow his football knowledge. “When we go on holiday after the season, Buso traveled to England to study their football,” remember his former teammate Franco Cresci.

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ow that we’re at some years into a kind of football-metrics epoch, although some pundits still pose a question about how much a Moneyball approach can be successful in football, could sound weird the fact there was a time when Internet data didn’t exist and analytics was an unknown word in football circles. By the way, still back on this stone age Era, some people around the world started to complain about the unscientific approach football had. So, this bunch of people, nuts or brilliants (depending on your point of view), tried a more modern and analytical approach to football, in the way to find a proven strategy to win. Everybody knows the history of Charles Reep and Charles Hughes, the brains behind the POMO –Positions of Maximum Opportunity – theory and the long-ball football that has been among the most important tactical approach in the English game for decades. Less known is the story of Sergio Buso, an analyst pioneer in an age in which in-match statistics and data on professional play was unavailable. Born in Padova in 1950, well sized at 1,88 x 82 Kilos, a former pro goalkeeper with

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Summer 2006 sees Buso appointed by Roberto Donadoni as part as part of the Azzurri’s coaching staff in the role of assistant coach and tactician. Over there, Buso built a strong friendship with former Ac Milan’s right wing, joining him at Napoli following the end of Donadoni’s reign as National Team coach after Euro 2008.

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Nicknamed Buster Keaton (for a vague resemblance to the American actor…), Buso was accurate and methodical on his analyzing approach to football, writing a lot of notes about players and systems of play. In the 1994 he also wrote a book alongside Corrado Orrico about the utilization of the cage to train players. In the 1995, Buso goes to Bologna where he becomes assistant coach to Renzo Ulivieri. In the 1999 Buso get the opportunity to turn himself into a Serie A head coach with the same Rossoblu club but this gig didn’t work and he was fired after just seven games in charge, following a mere 7 points gained. Former club’s owner Gazzoni Frascara often pertained to him as “The Treccani of football” (Treccani is maybe the most known and accurate Italian encyclopedia), to highlight Buso’s deep knowledge of football topic.

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A student of the game, Buso was also a military actions pundits and a fan of Hannibal, the Carthaginian strategos who kept in check the Romans in the 3rd century BC. After another unfortunate spell coaching Taranto, in 2001 Buso became Cesare Prandelli’s goalkeeper coach when the future Azzurri’s manager was cutting his teeth at Venezia. Then, Buso also worked with Napoli and Fiorentina, where he was a caretaker coach following head coach Emiliano Mondonico’s departure and before the arrival of Dino Zoff on the Viola’s sideline. During his career, Buso was also the mentor of Walter Mazzarri, the current Watford’s manager.

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Michele Tossani. @ArrigoSacchi442

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Unfortunately, on 24th December of the same year, he lost his battle with leukemia and sadly passed away aged 61-year old. “He was a professional model: is hard to find people like him, in today’s football,” told Humberto Rosa, the coach Buso made his playing debut for. “There is no day that I do not think about him,” Donadoni remembered , “he had deep knowledge, he was a step ahead, able to enhance footballers’ skills. I will be always tied to him. He taught me a lot and I hope he still could help me from the Heaven”.

Despite this huge loss, football didn’t completely lost Buso’s erudition as he left a deep heritage of his knowledge in form of a series of notebooks about tactics and drills that are actually edited by YouCoach.it .

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Buso continued to work under Donadoni until 2011, when he was forced to leave his post after he was diagnosed with leukemia. Buso never stopped working: during his check in hospital, he strongly demanded and finally get a TV and a video recorder installed on his room to continue analyzing matches.

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EL JUEGO DE POSICIÓN Daniel Fernández

DE LA ESTRUCTURA ORGANIZATIVA A LOS CONCEPTOS BÁSICOS DEL JUEGO

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REFLEXIONES PREVIAS “La posición no se limita a ser una ubicación en el espacio”. (Ángel Gabilondo)

“La mayoría de entrenadores se centran en el resultado, yo prefiero centrarme en el pase que encuentra el pase, que permite anotar”. (Phil Jackson) He podido comprobar en los últimos años que alrededor del denominado “juego de posición” surgen muchos debates. Hay tres que me llaman principalmente la atención. El primero es el debate terminológico. Recientemente, en un simposio de entrenadores en Madrid al que fui invitado por Dani Guindos y Carlos Corberán a hablar de esta idea de juego, al concluir mi intervención uno de los asistentes se acercó a preguntarme si no debería ser otro el nombre que se le diera a esta idea de juego, ya que podíamos entender que lo relevante sobre el juego de posición era el continuo dominio de espacios. No le faltaba razón. Entre expertos, estudiosos y entrenadores se da el mismo debate. Paco Seirul.lo y Joan Vilà, responsables metodológicos del fútbol base barcelonista, en una reciente charla en el Inefc de Barcelona avisaban de que el nombre correcto sería el de juego de situación, pero al mismo tiempo avisaban de que el entrenador Juanma Lillo, padre intelectual de este estilo como aclaraba Martí Perarnau, les había advertido de que el nombre sería el de juego de ubicación. Este último nombre sería el más acertado, ya que entendemos que la finalidad de esta idea de juego no es mantener la posesión, sino que lo que se pretende es generar algún tipo de superioridad en una zona o espacio concreto de juego (ya sean superioridades numéricas, posicionales o cualitativas).

Por posición entenderíamos todo lo referente a la orientación corporal, el perfil, la dirección… que un jugador adopta en un espacio determinado según la distribución espacial colectiva de los espacios que adoptamos como equipo. Por posición entenderíamos todo lo referente a la orientación corporal, el perfil, la dirección… que un jugador adopta en un espacio determinado según, como veremos a posteriori, la distribución espacial colectiva de los espacios que adoptamos como equipo. Por consiguiente, si comprendemos este punto, es mucho más fácil entender la importancia de estar bien colocado en cada situación de juego.

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A colación de lo que estamos comentando, dejo unas preguntas que trasladaba el propio Juanma Lillo respecto a estas cuestiones que surgen en base a la terminología: • “¿Se puede estar bien posicionado y mal situado? • ¿Se puede estar bien situado y mal posicionado?” En este sentido, Juanma Lillo aporta más luz en el libro de inminente aparición “Pep Guardiola. La metamorfosis”, de Martí Perarnau, donde detalla su enfoque de la cuestión. Un segundo debate lo sugería el propio director de esta revista en un análisis del España-Italia de la reciente Eurocopa, en el que sostenía con mucho atino que los italianos sí hacían juego de posición, avisando de que quizás muchos no verían un purismo o una ortodoxia en el juego que practicaban los transalpinos. Pero como veremos a lo largo de este documento, el juego de la azzurra tiene elementos propios de esta manera de jugar. Y muy relacionado con este último punto, surge el tema en el que deseo adentrarme a continuación; si existe un juego de posición puro, ¿cuáles son sus señas de identidad? ¿Qué objetivos tiene este juego? ¿Existe algo más fundamental que el resto de cosas en este tipo de juego? Si queremos aproximarnos al juego de posición desde una perspectiva holística, deberíamos aparcar por un momento los conceptos de juego, los detalles de la idea, y detenernos a observar con paciencia los aspectos previos. El juego es mucho más que “viajar juntos”, “terceros hombres”, “recibir en intermedias”… Es eso y mucho más. Sobre todo el juego son relaciones, son capacidades, son asociaciones, es autogestión y es autoorganización. Jugar es adaptarse a contextos variables en entornos cambiantes. Para todo esto, los conceptos nos ofrecen atajos, pero al final estos vericuetos son solo herramientas que surgen de la interpretación de unos jugadores a una situación de juego concreta. Lo que pretendo decir es que no pocas veces nos hemos perdido en estos detalles del juego y hemos obviado los marcos generales, lo que organiza ese todo, lo que nos da un sentido colectivo. No en vano sostiene Cano Moreno que “somos libres en la medida en que nos colectivizamos”. Muchas de estas reflexiones han ido apareciendo en tres contextos que me han permitido reflexionar sobre las ideas que a continuación expongo: • Las conversaciones con mis compañeros profesores de la Federación catalana de fútbol, en especial con Dani Poyatos. • En el club donde me han permitido llevar a cabo algunas ideas esta temporada: CE Manresa, y en especial con mi adjunto, Camilo Speranza.

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• En conversaciones y charlas con diferentes personas y las propias reflexiones que surgen en las clases de los diferentes niveles de los cursos de entrenadores que organiza la Federación catalana de fútbol. (Muchas gracias a todos los alumnos que he tenido este tiempo).

OBJETIVOS GENERALES DEL JUEGO DE POSICIÓN Si como expresa Seirul.lo el juego es un continuum de complejidad, el objetivo será crear equipos que se adapten a esa complejidad. Estos objetivos los vemos resumidos en el siguiente dibujo:

ESTRUCTURA ORGANIZATIVA (distancias de relación colectivas, en el espacio de fase)

IDEA DE JUEGO

GENERAR SUPERIORIDADES (detectar cuando aparecen y aprovecharlas)

ENTENDER LA CONSTANTE INTERACCIÓN ENTRE CERCANOS Y ALEJADOS AL POSEEDOR DEL BALÓN

La identidad del juego del equipo emerge de sus regularidades tácticas. Asociaciones e interacciones que 1. Crear una estructura organizativa que permita un buen reparto codetectamos en un equipo como su forma particular de organizarse. Es lo que hacen juntos y hacen bien un mayor número de veces. lectivo de los espacios, que genere contextos ventajosos para nuestros jugadores, que anticipe respuestas, que facilite la interpretación y que permita adaptarnos a los propósitos del adversario.

“Hay que ocupar las posiciones correctas; las posiciones dependen de dónde está el balón, y no hemos respetado esa premisa”. (Pep Guardiola) Esta estructura actúa a modo de construcción de las distancias de relación en sentido colectivo y que se expresan y mueven en función de los distintos parámetros de relación del juego: balón, compañeros, adversarios, espacio de juego y portería. Esta estructura debe permitir que se organice y reorganice constantemente en función de los diferentes aconteceres del juego. La estructura debe ser coherente con nuestra idea de juego, debe facilitarla, debe permitir ubicar a todos donde ellos son más eficaces, debe permitir la creatividad. Coincidimos con Cano Moreno cuando afirma que el equipo debe “respetar aquellas distancias entre jugadores que mantengan constantemente una estructura que impulse al equipo a ordenar sus procesos específicos”.

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La identidad del juego del equipo emerge de sus regularidades tácticas. Asociaciones e interacciones que detectamos en un equipo, como su forma particular de organizarse. Es lo que hacen juntos y hacen bien un mayor número de veces.

La imagen que vemos, analizada por Andreu Asensio, nos muestra una estructura organizativa con balón por parte del Rayo Vallecano formada por un portero, tres defensas, dos mediocentros situados a diferentes alturas y ejes, dos carrileros en amplitud, dos mediapuntas y un punta. Y en esta otra imagen observamos la estructura organizativa por parte del FC Barcelona de Luis Enrique.

Estas estructuras—cada equipo, indistintamente del estilo que protagonice, tendrá que mantener la suya— deberán respetar una serie de premisas: • Superioridad en el inicio. • Situar como mínimo el mismo número de jugadores que el rival para facilitar la consecución de superioridades y la aparición de líneas de pase.

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• Situar jugadores en amplitud que fijen adversarios, facilitando la aparición de intervalos y un aumento de la distancia entre unidades de una misma línea y entre las distintas líneas, factor que potenciará las recepciones en posiciones intermedias. • Jugadores en profundidad que fijen a los centrales y amenacen las espaldas adversarias. Esta estructura organizativa tiene dos aspectos: • Organización, que es el modo en cómo los jugadores ocupan los espacios en base a la referencia numérica que le damos. • Funcionalidad, que son las regularidades de juego que emergen de las interacciones que se van dando en el juego entre los jugadores. La identidad del juego del equipo emerge de sus regularidades tácticas. Asociaciones e interacciones que detectamos en un equipo, como su forma particular de organizarse. Es lo que hacen juntos y hacen bien un mayor número de veces. 2. Dentro de esta estructura, el juego del fútbol —el “juego de juegos”, como lo denomina Seirul.lo—, encontramos una constante interacción entre los jugadores cercanos y lejanos al poseedor del balón. Siguiendo a Seirul.lo podemos afirmar que los jugadores cercanos al poseedor del balón participan para resolver los problemas que el juego les plantea, mientras que los alejados permiten con su posición que el juego colectivo se vaya desarrollando. Esta constante interacción la encontramos en todos los deportes colectivos, pero en el fútbol, debido a su enorme complejidad, es más difícil coordinar estos movimientos y dotarlos de un verdadero sentido de equipo. Entender el juego desde esta óptica permite que los jugadores estén en disposición de ser siempre útiles, que entiendan que constantemente están jugando, es decir, participando del juego del equipo, que lo que hacen no se limita a lo que protagonizan cuando tienen el balón. Seirul.lo organiza el juego desde el siguiente enfoque, habla de cuatro tipos de espacios, los llamados espacios dinámicos: • Espacio de fase: espacio total de juego organizado por nuestra estructura. • Espacio de intervención: espacio protagonizado por el poseedor del balón y su oponente directo. • Espacio de ayuda mutua: jugadores cercanos al poseedor. • Espacio de cooperación: jugadores alejados al poseedor.

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En la imagen observamos al poseedor, a los jugadores próximos a él, y a los alejados o jugadores en cooperación. Es importante entender el dinamismo de estos espacios, pues el cambio de poseedor conllevará consigo unas nuevas distancias relacionales y una variación en los roles anteriormente citados. A su vez, se conformará un nuevo espacio de fase que estará siempre soportado por nuestra determinada estructura organizativa. Lógicamente, cada nuevo espacio de fase, cada circulación, dependiendo del espacio donde nos encontremos, supondrá que las distancias aumenten o disminuyan, estando siempre sujetas a la ubicación del balón. Para entender esto, Seirul.lo, Lillo, Castelo y otros autores hablan de los espacios estáticos, los llamados pasillos y sectores.

Huelga decir que cada jugador es “táctica en sí”, como sostiene Lillo, lo cual nos indica que las acciones son tantas como mis capacidades me permiten realizar. Como expongo en el siguiente recuadro, los jugadores en función de su curva de intervención quedarán habilitados para una serie de acciones en el juego: ACCIONES SEGÚN MI ROL DE INTERVENCIÓN

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JUGADORES CERCANOS POSEEDOR DE BALÓN -  CONDUCIR PARA ATRAER -  PASAR CUANDO ME SALTAN -  QUEDARSELA SI NO HAY LÍNEA DE PASE

-  RECIBIR EN INTERMEDIAS -  POSICIÓN CORPORAL -  DAR CONTINUIDAD AL JUEGO -  OFRECER UN 2C1

JUGADORES ALEJADOS -  FIJAR ADVERSARIOS -  COMPENSAR Y EQUILIBRAR -  OFRECER LÍNEAS DE PASE ALEJADAS

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Estas acciones son a modo de ejemplo. Es posible que cualquiera de los lectores intuya o haya caído en la cuenta de otro tipo de posibles relaciones dentro del juego. Huelga decir que cada jugador es “táctica en sí”, como sostiene Lillo, lo cual nos indica que las acciones son tantas como mis capacidades me permiten realizar. El juego es un fenómeno en construcción y es un deporte de continua interpretación por parte de sus protagonistas. Algunos criterios que van surgiendo entorno a la idea de estructura y que merece la pena tener en cuenta son: • No invadir los espacios de los compañeros. • El balón va a las posiciones, no las posiciones al balón. (Juanma Lillo) • Los jugadores alejados del balón permiten con su actuación el éxito donde está el balón. • Mi posición, aunque no intervenga directamente en el juego, da sostenibilidad al juego del equipo. • Necesidad de amplitud y profundidad. • Colectivamente en los entrenamientos debemos fomentar la autoorganización colectiva. Capacidad de reconocer diferentes tipos de estructuras defensivas rivales y cómo se comportan colectivamente. • La formación de la estructura busca que aparezca en determinados espacios algún tipo de superioridades, que los jugadores las capten y las aprovechen. 3. El tercer objetivo a analizar es la generación de contextos ventajosos para nuestros jugadores que permitan construir superioridades, siendo los jugadores los que han de detectarlas y aprovecharlas. Hablábamos al inicio de este documento de los diferentes tipos de superioridades que se van produciendo en el juego —numéricas, posicionales y cualitativas—. El entrenamiento debe servir de soporte del juego, y si este es un objetivo primordial en la competición, el entrenamiento debe servir como señala Juan Luis Martínez, responsable de Metodología del fútbol base del Real Madrid, como terreno para presentar diferentes experiencias a sus protagonistas. Para explicar este punto, utilizaré como ejemplo diferentes situaciones de entrenamiento.

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En la primera imagen, observamos una situación muy común en la sesión de entrenamiento de cualquier entrenador.

Un simple tres contra dos. Aquí el objetivo es detectar, provocar y resolver una determinada superioridad —muy facilitada, pues de antemano ya presentamos una superioridad numérica para nuestros atacantes—. Ahora observemos otra situación de entrenamiento en la que esta superioridad no es tan manifiesta y los jugadores han de ir buscando su resolución. Pese a la presencia de comodines, dado el alto número de opositores, no será fácil su detección por parte de nuestros futbolistas.

Vemos por último una serie de imágenes en las que se producen superioridades de diferente tipo:

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En la presente imagen (de Andreu Asensio) vemos cómo el Bayern busca construir una ventaja cualitativa para que se facilite el uno contra uno en la banda. Obsérvese cómo los jugadores alejados al poseedor, punta extremo y jugadores de entre líneas, sostienen con su posición a adversarios que de esa manera no completan el proceso de basculación.

En esta otra imagen (también de Andreu Asensio), vemos cómo los jugadores italianos detectan que en el lado contrario se encuentra la superioridad que permitirá progresar después de haber acumulado jugadores a través del pase en un lado del terreno.

Hay jugadores que lejos de buscar apariciones concretas buscan facilitar la ventaja de otro compañero. Muchos de los actos del juego tienen como propósito fijar adversarios. En resumidas cuentas, a través de nuestra estructura organizativa buscaremos facilitar algún tipo de superioridad en algún espacio concreto del terreno de juego. Es decir, buscamos, como decíamos antes, facilitar contextos propicios para nuestros jugadores. Sin olvidar, como dice Enric Soriano, que “el hombre libre es el grado máximo de superioridad posicional que existe en el fútbol. Por eso, encontrar al hombre libre es el objetivo fundamental del juego de posición. Eso sí, encontrarlo en posiciones ventajosas, principalmente por delante de la línea de balón”. Algunas cuestiones a tener en cuenta para construir estas superioridades serían: • Situar más jugadores en espacios concretos facilita la aparición de líneas de pase.

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• Hay jugadores que lejos de buscar apariciones concretas buscan facilitar la ventaja de otro compañero. Muchos de los actos del juego tienen como propósito fijar adversarios. • En espacios cercanos al poseedor, posicionarse en intermedias da superioridad POSICIONAL. • Los objetivos en recuperación del equipo adversario facilitan la aparición de superioridades si repartimos bien los espacios colectivamente. • A veces la superioridad aparece a espaldas de una línea, otras veces lateralmente a la misma. La consecución de superioridad en espacios concretos es un objetivo de nuestro juego. Según como nos estructuremos y como lo haga el equipo rival, aparecerán de un tipo u otro, y en un lugar u otro, y los diferentes conceptos tácticos que manejamos como regularidades de nuestro jugar serán los facilitadores. Pero, finalmente, son las capacidades de interpretar y de reconocer estas ventajas por parte de los jugadores las que garantizan su éxito. Finalmente, son las capacidades de interpretar y de reconocer estas ventajas por parte de los jugadores las que garantizan su éxito.

CRITERIOS Y CONCEPTOS DEL JUEGO DE POSICIÓN: REGULARIDADES QUE EMERGEN EN EL JUEGO No se trata de mover el balón, se trata de mover a los adversarios. Si entendemos el juego de manera global, una vez que hemos construido esta estructura organizativa que facilita contextos en función del nivel de intervención en el que me veo inmerso en el juego con el objeto de ir generando esas distintas superioridades, surgen como fruto de esto una serie de regularidades tácticas. Como la riqueza de esta idea de juego permitiría hablar de una enorme cantidad de conceptos, he escogido a modo de ejemplo unos cuantos. 1. No se trata de mover el balón, se trata de mover a los adversarios. Entendiendo que para ello debemos tener en cuenta que: • No existen subfases por separado. En la salida de balón se depende de lo que hacen el resto de jugadores.

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• Hay que mover el balón hasta que aparezca el pase. Las líneas de pase se abren y se cierran, hay que ser capaz de verlas. • La interpretación de nuestros jugadores va a ser capaz de educarlos en la autogestión. • El objetivo no es solo salir, es salir juntos. • Buscamos llevar a los adversarios a un lado para juntarlos y encontrar libres alejados. • Hay una necesidad de fijaciones en amplitud y profundidad que dificulten la labor defensiva del adversario.

2. Los elementos comunicativos son fundamentales para dotar a los jugadores del equipo de un lenguaje táctico común que les permita entenderse entre ellos y entender los aconteceres del juego. Para ello tendremos en consideración que: • Toda comunicación en el juego viene supeditada a educar a los jugadores a mirar. • Donde está el balón se alcanzan niveles comunicativos solo accesibles para los jugadores implicados en ayudarse mutuamente. • Es importante adecuar la posición a los diferentes parámetros. Cómo me posiciono ya es un acto comunicativo en sí. • Todo acto comunicativo viene acompañado de una determinada intención en el juego. • Crear un lenguaje propio facilita el reconocimiento de situaciones de juego. (“estoy”, “voy”, “aguanta”, “aprieta”, “de cara”…). En todas las relaciones del juego, es el acto comunicativo el que permite que los jugadores vayan actuando de forma coordinada y colectiva en las diferentes situaciones. Dependiendo de mi posibilidad de intervención (ayuda mutua o cooperación), accedo a unos niveles más altos de comunicación.

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En la imagen observamos cómo la comunicación coordinada permite crear una superioridad en el juego:

Por último, señalo algunos elementos comunicativos a tener en cuenta en nuestras sesiones de entrenamiento: • La orientación. Hacia dónde quiero seguir jugando. • El perfil corporal. Con mi adecuada posición soy capaz de conseguir una superioridad posicional que me permite recibir, superar adversarios y progresar. • Mirar. Reconocer una intención en mi compañero, reconocer una intención en el adversario…Entendiendo que existe necesidad de un orden colectivo que dé sentido a la mirada. • Timing. Conductas entre pocos jugadores que emergen del reconocimiento de la información que me da mi compañero al moverse de una determinada manera. 3. Dominio de los distintos conceptos básicos del juego de posición. Emergerán estos conceptos de la interacción en los diferentes espacios de juego, de la estructura organizativa, del tipo de oposición que presente el adversario y de las características de nuestros jugadores. Hablaremos de conceptos grupales: • Atraer mediante la conducción para pasar. • Generar dos contra uno. • Recibir en posiciones intermedias. • Ofrecer apoyos y desmarques.

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• Saltar una línea para jugar de cara. • Reconocer y reconocerse como hombre libre. Y de otros de carácter colectivo: • Salir juntos. • Juntar en un lado. Unas veces por fuera para cambiar al otro lado, y otras veces juntar pases en medio para atraer a los defensores externos del adversario y liberar a nuestros exteriores. • Progresar generando superioridades. • Compensar y equilibrar. • Reorganizar la estructura. • Generar contextos ventajosos en situaciones de finalización. Daniel Fernández.

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AUTORES

ILUSTRADORES

Martí Perarnau @martiperarnau

Emma Verdet

Ignacio Benedetti @ibenedettip Dario Saltari @lUltimoUomo Loles Vives @iLoles Javier Brizuela @javierbrizuela8 Rosa Coba. @RosaCoba Agustín Peraita @MrPeraita Isaac Lluch @isaac_lluch

Xavi @XaviRamisa

DIRECTOR Martí Perarnau SUBDIRECTOR Isaac Lluch @isaac_lluch EDITA María Victoria Hernández @ehmaribrie DISEÑO Y MAQUETACIÓN Dale al coco @masay8

Alex Delmàs @alexdelmas10 Ricardo Zazo @RichiZazo Michele Tossani @ArrigoSacchi442 Daniel Fernández

Para consultas o intercambio de opiniones, escribir a: [email protected]