Superestructuras y Macroestructura

CATEGORÍAS PARA ANALIZAR EN LA LECTURA 1. La macroestructura se refiere al significado global que impregna y da sentido

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CATEGORÍAS PARA ANALIZAR EN LA LECTURA 1. La macroestructura se refiere al significado global que impregna y da sentido al texto. Sus funciones son: a) proporcionar coherencia global; b) individualizar la información referida al tema central: jerarquizar y diferenciar; c) permitir reducir extensos fragmentos a un número de ideas manejables. La identificación de la macroestructura responde entonces al hecho de que debemos apreciar aquellas ideas que son centrales y prestan sentido unitario y globalizador a lo leído. La macroestructura permite individualizar la información y diferenciar el grado de importancia de unas ideas respecto de otras. Si un lector no puede construir la macroestructura de un texto, fracasa en esa misma medida su comprensión. 2. La microestructura refiere a: a) las ideas elementales del texto; b) la continuidad temática entre esas ideas (progresión temática/hilo conductor) c) las relacionar entre las ideas en términos causales, motivacionales o descriptivos. La macroestructura procede y deriva de la microestructura. En efecto, el significado global de un párrafo puede ser condensado junto con el de otros párrafos en otro aún más global, y así sucesivamente, hasta resumir un texto en una idea o un número limitado de ideas o proposiciones. 3. La noción de superestructura alude a la forma o a la organización de los textos. En lo que se refiere a los textos expositivos las formas de organización pueden ser: a) como problema – solución (superestructura de respuesta); b) como causas o efectos (superestructura causal); c) como semejanzas o diferencias (superestructura comparativa); d) como rasgos, propiedades (superestructura descriptiva); e) como fases o estadios (superestructura secuencial).

Las superestructuras y las macroestructuras tienen una propiedad común; no se definen con relación a oraciones o secuencias aisladas de un texto, sino para el texto en su conjunto o para determinados fragmentos de éste, por eso es que se habla de estructuras globales. Hasta aquí, comprender un texto es: desentrañar las ideas que encierran las palabras del texto; conectar las ideas entre sí; asumir y / o construir la

jerarquía que hay o podemos concebir entre esas ideas; reconocer la trama de relaciones que articulan las ideas globales.Hasta aquí entonces comprender es duplicar de alguna manera en nuestra mente la semántica del texto.

Toda nuestra vida está rodeada de textos, y no nada más la vida académica (en la cual, los textos que utilizamos tienen que ver con nuestra profesión o nuestros estudios), sino también la vida diaria, en la que los textos a los que estamos expuestos son de carácter social, informativo o de algún otro tipo. Sería imposible que asimiláramos totalmente todos los textos que llegan a nuestras manos, incluyendo los orales, por lo que es necesario condensar o resumir el contenido de éstos mediante ciertas estrategias, con el fin de jerarquizar la información obtenida. Esta jerarquización de la información se hará a través de tres niveles o planos de estudio como son: la superestructura esquemática, la macroestructura semántica y la microestructura textual, entendiendo éstas de la siguiente forma: La superestructura esquemática es la estructura global que caracteriza el tipo de texto, es independiente del contenido y se refiere más generalmente a la forma del texto. La macroestructura semántica es el contenido general o global de un texto, se refiere al sentido del mismo como un todo y se conforma a través de proposiciones completas llamadas macroproposiciones. La microestructura textual es el nivel de base del texto concreto y se refiere más que nada a las relaciones de coherencia y cohesión que se establecen entre las unidades que forman parte de un texto. En este trabajo, se presentarán de forma más detallada cada uno de estos niveles de estudio y tratarán de aplicarse a un texto específico, básicamente periodístico con la idea de identificar en éste, los planos antes descritos. Al escuchar o leer un texto, frecuentemente, no es posible señalar el tema al cual se refiere, aunque, por lo general, el texto en cuestión abarcará alguna propiedad del significado o contenido del texto, por lo que se hablará de una estructura semántica. Esta estructura no está expresada en oraciones individuales, sino en secuencias de oraciones, a las que se les llamará macroestructuras semánticas. Para poder hacer explícito en tema global de un texto, se recurre a diversos procedimientos, el más general, consiste en la elaboración de un resumen. Para esto, se necesita echar mano de las llamadas microestructuras, es decir, de la estructura de las oraciones y de las relaciones de coherencia y cohesión que entre ellas existen. Un texto es coherente de forma global, sólo si es posible construir una macroestructura de él, pero, esta globalidad, debe derivarse del sentido de las oraciones individuales que lo forman y de la secuencia que existe entre ellas.

El tema de un texto, por lo tanto, se definirá en términos de proposiciones y dado que éstas forman parte de la macroestructura, se les llamará macroproposiciones. Entonces, la unión macroestructura y microestrructura, se da por la relación entre dos secuencias de proposiciones, a la que Van Dijk llama "proyección semántica" (Van Dijk, 1993). Las reglas formuladas mediante esta proyección semántica, se llaman macrorreglas, y volveremos a hablar de ellas más adelante. Un texto, generalmente no tiene un solo tema, sino una secuencia de temas que se expresan en un resumen del mismo, de acuerdo a esto, se obtienen varios niveles de macroestructuras, cada uno de ellos, derivado de otro ya mencionado. Con base en lo anterior, podemos afirmar que el tema del texto, es un término que no está definido para las proposiciones aisladas ni para las relaciones que existen entre ellas, sino únicamente para secuencias enteras; por lo que el tema se definirá en términos de las macroestructuras. Y una macroestructura, por tanto, será la representación abstracta de la estructura global de significado de un texto. Pero, ¿qué es una macroestructura? Este término es relativo, puesto que, designa una estructura de tipo global que es relativa respecto de estructuras más específicas en otro nivel más bajo, así que, lo que en un texto puede considerarse una microestructura, en otro sería una macroestructura. Dado que existen distintos niveles posibles de la macroestructura en un texto, cada nivel puede representar una macroestructura frente a un nivel inferior. De acuerdo con esto, se le llamará macroestructura del texto a la macroestructura más general y global de un texto completo mientras que determinadas partes del texto, pueden tener otras macroestructuras, las cuales en este nivel general, pueden ser consideradas microestructuras. Con este esquema, se obtendrá una estructura jerárquica posible de las macroestructuras en diferentes niveles. Cada macroestructura por tanto, deberá cumplir las mismas condiciones para la coherencia y la cohesión semánticas en cualquier nivel, sea macro o microestructural. En el caso de que esto no se diera, un macronivel, no podría ser micronivel en otro texto. Los textos, aparte de las macroestructuras, pueden poseer otro tipo de estructura; una estructura esquemática llamada superestructura. La superestructura es la forma global de un texto y las relaciones jerárquicas entre sus párrafos. Esta estructura, se describe en términos de categorías y de reglas de formación. Las categorías implican el orden en que el texto se presenta y las reglas, determinan ese orden. Con base en esto, se les llama superestructuras a las estructuras globales que caracterizan el tipo de un texto, o sea, una superestructura es un tipo de forma del texto, cuyo objetivo es el tema, el cual identificaremos como macroestructura o lo que es lo mismo, el contenido del texto. De forma general, una superestructura, será un tipo de esquema abstracto que establece el orden global de un texto y que se compone de una serie de categorías cuyas posibilidades de combinación se basan en reglas convencionales.

La superestructura por tanto, solo organiza el texto por medio de su macroestructura, el contenido de las categorías superestructurales debe consistir en macroestructuras. Mientras la macroestructura organiza únicamente el contenido global del texto, una superestructura esquemática, ordenará las macroproposiciones y determinará si el texto es o no completo, o sea, que la superestructura controla la formación de las macroproposiciones. Las superestructuras y las macroestructuras tienen una propiedad común; no se definen con relación a oraciones o secuencias aisladas de un texto, sino para el texto en su conjunto o para determinados fragmentos de éste, por eso es que se habla de estructuras globales. Las superestructuras no solo permiten reconocer la estructura más especial y global, sino que a la vez determinan el orden global de las partes del texto, por lo que la propia superestructura debe componerse de determinadas unidades de una categoría específica que están vinculadas con esas partes del texto previamente ordenadas. Una superestructura se plasma en la estructura del texto, es decir, que la superestructura es una especie de esquema al que el texto se adapta. Una superestructura debe existir necesariamente en cada texto como ocurre con las macroestructuras en un texto coherente, sin embargo, las macroestructuras semánticas son indispensables para que se produzcan conexiones lineales entre oraciones y para la comprensión del tema de un texto. Las macroestructuras semánticas como tales, no son convencionales, aún cuando existan algunas limitaciones sobre lo que se puede o no decir en unos contextos determinados. Las superestructuras, por el contrario se comportan a este respecto más bien como estructuras sintácticas esto quiere decir que se basan en reglas convencionales y no necesariamente todo tipo de texto posible tiene que estar convencionalizado en el nivel de las superestructuras. De acuerdo con este punto de vista, las superestructuras no serían una característica necesaria de los textos puesto que, para una división global del texto puede servir el orden de las macroestructuras ya que, para diferenciar entre los tipos de texto no sólo es necesario basarse en las superestructuras sino también en el contenido, es decir en la macroestructura. Es necesario que para la proyección semántica que vincula las proposiciones de las microestructuras con las proposiciones de las macroestructuras se apliquen ciertas reglas. Para simplificar estas reglas, serán llamadas macrorreglas y su función es la de transformar la información semántica ya que pueden reducir una secuencia de varias proposiciones a una de pocas proposiciones o bien de una sola proposición. Esta reducción, es necesaria para comprender, almacenar y reproducir textos. Si existe una serie de proposiciones, también se aportará otra serie de proposiciones tanto entre la propia microestructura y el primer nivel de la macroestructura como, entre las macroestructuras de diferentes niveles entre sí.

Cada línea de unión que se junta en una macroestructura de un nivel superior, representa una macrorregla. Las macrorreglas son una reconstrucción de aquella parte de nuestra capacidad lingüística con la que enlazamos significados convirtiéndolos en totalidades significativas más grandes. Las macrorreglas son, entonces, la reconstrucción formal de la "deducción" de un tema, con lo cual el tema de un texto es exactamente lo mismo que a lo que se ha llamado macroestructura o una parte de ella. Además de que entiendan e interpreten relaciones de significado generales en los textos y de que deduzcan uno o varios temas de un texto, los hablantes son capaces de hacer un resumen del mismo, es decir, de producir otro texto que guarde relaciones muy especiales con el texto original puesto que, reproduce brevemente su contenido. Aunque los diferentes hablantes aporten diferentes resúmenes del mismo texto, siempre lo hacen basándose en las mismas reglas generales y convencionales: las macrorreglas. Las macrorreglas son las siguientes: suprimir, seleccionar, generalizar y construir o integrar. Las dos primeras, son reglas de anulación y las dos últimas, son reglas de sustitución. Las cuatro macrorreglas deben cumplir el principio denominado implicación semántica, esto quiere decir que cada macroestructura obtenida mediante las macrorreglas, debe estar implicada semánticamente en su conjunto por la serie de proposiciones a las que se aplica la regla. Así pues, una macroestructura debe resultar, en cuanto a su contenido, de la microestructura o de otra macroestructura inferior. La primera macrorregla, SUPRIMIR, significa que toda información de poca importancia y no esencial puede ser omitida. Esto no significa que la información en sí no sea importante, sino que es secundaria para el significado o la interpretación en un nivel superior o más global. Las proposiciones suprimidas denotan lo que generalmente se le llama detalles y son no esenciales en el sentido de que las características señaladas en estas proposiciones, son casuales y no inherentes. La información omitida no puede recuperarse. En la segunda macrorregla, SELECCIONAR, también se omite cierta cantidad de información, pero aquí, la relación entre las series de proposiciones, se da más claramente. Pueden omitirse proposiciones que son condiciones, parte integrante, presuposiciones o consecuencias de otra proposición no omitida. En esta macrorregla la información omitida puede recuperarse de manera reducida. La tercera macrorregla, GENERALIZAR, también omite informaciones esenciales, pero lo lleva a cabo sustituyendo una proposición por otra nueva, ya que todas las proposiciones que se plantean en un primer momento, implican conceptualmente una nueva. Se utilizan las llamadas oraciones temáticas o tópicas que desempeñan una función importante en la comprensión del texto, señalan el probable tema del resto del texto de modo que ya no es necesario que el lector lo construya. La información eliminada es irrecuperable. En la macrorregla cuatro, CONSTRUIR, la información se ve sustituida por una nueva información y no es omitida ni seleccionada. Existe una relación inherente entre los conceptos, expresada por la serie de proposiciones que forman el input de la regla;

condiciones habituales, circunstancias, componentes, consecuencias, etc., de una situación, un suceso, un proceso, una actuación, etcétera. El texto en sí, puede mencionar una serie de estos aspectos de manera que juntos pueden formar un concepto más general o global. En esta macrorregla, usamos la información no mencionada, pero razonablemente deducible para construir los conceptos más globales, es decir, las macroproposiciones. Una macroestructura derivada por medio de macrorreglas, es una secuencia de proposiciones y tal secuencia, debe ser coherente, satisfaciendo las condiciones normales de coherencia lineal. Aunque las macrorreglas tienen una naturaleza general y definen principios generales de reducción de la información semántica, en la práctica no todo usuario de una lengua aplicará las reglas de la misma forma, puesto que cada lector encontrará importantes o pertinentes diferentes aspectos del mismo texto. Las macrorreglas, pese a tener un carácter general como principios de organización y reducción global de la información pueden aplicarse de diferente manera para distintos tipos de texto y en distintos contextos pragmáticos. Lo que debe resultar una vez aplicadas las macrorreglas es una proposición de acción y no una descripción de las circunstancias. Puesto que, empleamos oraciones normales para expresar las macroproposiciones, se puede mostrar directamente que sobre la base de macrorreglas, se puede resumir el texto tratado. En la estructura del discurso periodístico, - el cual trataremos en la aplicación de este trabajo – los textos no sólo tienen una estructura semántica global, sino también una estructura esquemática global, de la que ya hemos hablado antes, la llamada superestructura que, como ya hemos dicho, consiste en una serie de categorías jerárquicamente ordenadas. Cualquier texto periodístico tiene el mismo esquema de noticias, pero el contenido global del texto es diferente en cada caso. Las superestructuras esquemáticas, en este tipo de texto, son también muy importantes por razones cognitivas, porque organizan el proceso de lectura, comprensión y (re)producción del discurso periodístico, además, de que nos permiten esperar ciertos tipos de contenido macrosemántico. El vínculo más obvio entre macro y superestructura en un artículo periodístico es establecido en los títulos y los encabezados, porque, aquí es donde se encuentran las más obvias y bien conocidas primeras categorías del esquema, ambas, señalizadas en la estructura superficial (van en la parte superior del artículo, las letras son más grandes, están separadas del resto del texto, etc.) en pocas palabras, constituyen el resumen o la introducción del texto. De acuerdo con la teoría de la macroestructura, esto, significa que en estas partes del texto, se encuentra una expresión directa de la macroestructura del discurso periodístico como un todo. En un discurso de noticias, es obligatoria puesto que, todos los textos periodísticos tienen un resumen expresado a través de los títulos o más extensamente en el encabezado.

La función cognitiva y comunicativa de esta expresión explícita de la macroestructura semántica en el propio texto es bastante obvia porque permite que el lector lea y comprenda superficialmente las noticias leyendo únicamente los puntos principales, sobre todo cuando vienen impresos en tipos especiales al comienzo del discurso. Una vez conocidos los temas o asuntos principales del discurso, al lector le resultará más fácil la lectura y comprensión de los artículos porque no le hará falta construirse él mismo, una macroestructura, también, le será más fácil la comprensión de los detalles secundarios y la coherencia, si ya sabe cuales son el asunto y la coherencia generales. La organización, tanto de la macro como de la superestructura, responde sobre todo a lo que se le llama ordenación por importancia; esto quiere decir que los hechos o informaciones importantes siempre aparecen primero, en ocasiones, sólo de manera resumida o breve y los detalles, los encontraremos después en el artículo en sí. Al aplicar las macrorreglas o las reglas del esquema superestructural, encontraremos que la información importante del artículo, aparecerá en varios lugares del texto, a veces, aparentemente no muy ordenada, lo que no es tan importante porque a través de la interpretación de los títulos y los encabezados, ya tenemos construida la macroestructura y, por lo tanto, los principales temas del texto. Cada persona, puede considerar diferentes informaciones como las más importantes o relevantes en un texto, por lo que, cada lector o grupo de lectores asigna al texto una macroestructura subjetiva, de acuerdo a su propia percepción, desde luego que estas macroestructuras subjetivas, serán bastantes similares con el fin de garantizar la mutua comprensión. De hecho, el hablante/redactor, empleará a menudo recursos convencionales como: palabras clave, oraciones temáticas, resúmenes previos o – como en el caso de noticias- títulos y encabezados para establecer al menos, alguna macroestructura intencionada. Esto es, porque, según nustros conocimientos, creencias, opiniones o ideología, podemos asignar distintas macroestructuras al mismo discurso periodístico. Las macroestructuras representan la coherencia global del texto, especificando los antecedentes respecto de los cuales podemos o debemos establecer la coherencia local y también tienen una importante función cognitiva porque, permiten al lector comprender globalmente un texto, por lo tanto, esta información dirigirá también la interpretación de las palabras y las oraciones de un texto. El papel de las macroestructuras, no es sólo semántico o cognitivo, sino también comunicativo, de interacción, y por lo tanto, social. Definen cuales son los asuntos más importantes de las conversaciones, definen lo que las personas típicamente evocarán de las interacciones y del discurso público y definen también aquello a lo que la gente prestará atención, lo que evaluará y sobre lo que actuará. Como un ejemplo de la aplicación de lo anterior, se seleccionó un texto periodístico del diario PÚBLICO editado en la ciudad de Guadalajara, Jalisco, el día jueves 16 de Marzo de 2000.

TEXTO

Los hombres de Jalisco no son tan "machos" En la consulta nacional por los derechos de la mujer, votaron a favor de la igualdad Aunque así lo diga la tradición, los hombres de Jalisco no son tan machos. Por lo menos esa conclusión se obtiene de los resultados de la Consulta Nacional por los Derechos de las Mujeres, en la que los varones jaliscienses se pronunciaron en mayor número por la igualdad de oportunidades, con relación a las opiniones nacionales. Gloria Flores, representante del sindicato de trabajadores del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), organización que apoyó en la celebración de la consulta del pasado 5 de Marzo, dijo que en Jalisco participaron 19,457 personas, de las cuales 14,132 fueron mujeres y 5,325 hombres. Flores dijo que las organizaciones que participaron en la consulta "estamos muy contentas porque sin que se hiciera mucha publicidad, hubo una gran participación. Incluso, podemos tomar como referencia la consulta sobre violencia intrafamiliar, que estuvo más promocionada, y en la que participaron 40,000 personas". De las más de 14,000 mujeres que participaron en la consulta en Jalisco, 98% se pronunciaron por la igualdad en el ejercicio de los quehaceres domésticos, en las oportunidades de empleo, y en la participación en la política. De los hombres, apenas 3.38% se pronunciaron en contra de realizar labores en el hogar; 2.9% en desacuerdo de que la mujer participe en la política, y 2.5% en contra de la igualdad laboral. A escala nacional, 5% de los hombres no quieren involucrarse en labores domésticas; 6% no quieren a la mujer en la política y 6% no creen que éstas merecen iguales condiciones de trabajo. En Jalisco se instalaron 52 mesas, la mayoría en la zona metropolitana, aunque también hubo en municipios como Tuxpan, Zapotiltic, Zapotitlán y Cuquío. En cuanto al conteo nacional, después de recibirse los resultados de 1,154 mesas de 27 entidades había 391,606 boletas contestadas.

ANÁLISIS: En la superestructura de este texto no está explícito el tema del mismo, la forma en que el título está redactado, puede prestarse a ambigüedades, sobre todo por las aplicaciones que la palabra "macho" tiene en nuestro entorno. El encabezado responde a las expectativas, ya que nos presenta un resumen del contenido de la noticia aunque, de forma demasiado breve. En este texto, encontramos las macroestructuras presentadas a continuación: 1.- Resumen, mediante el título y el encabezado. 2.- Sucesos previos, la Consulta nacional por los derechos de la mujer 3.- Sucesos actuales, la presentación de los resultados obtenidos en la Consulta nacional por los derechos de la mujer. 4.- Comentarios, las opiniones de la representante del Sindicato Nacional de Trabajadores del Seguro Social, con respecto a la participación en esta consulta. 5.- Explicación, el número relativamente alto de personas que participaron, tomando en cuenta que era voluntario. 6.- Sucesos principales, La opinión de los varones jaliscienses a favor de la igualdad de oportunidades para ambos sexos. 7.- Antecedentes generales, el tradicional "machismo" entre los jaliscienses. 8.- Contexto actual, la concientización de las personas de sexo masculino, acerca de la igualdad de derechos y obligaciones entre ellos y el sexo femenino. Una vez analizado el texto nos encontramos que, la superestructura esquemática va a ser la misma en la mayoría de los textos que pertenecen a este tipo (periodístico) o sea presentan un encabezado previo a la información contenida en el texto como tal, y el resumen del mismo se circunscribe al título. En cuanto a la macroestructura semántica podemos especificar claramente cada una de las macroproposiciones que nos darán una información global del texto; por ejemplo, la forma en que está estructurado el título, aparte de darnos la información global del texto, nos da otro tipo de información, como el sexo de quien lo escribió, ya que al revisar esta misma nota en otro periódico (escrita por un hombre) la forma de abordar el tema es diferente y, por lo tanto, las macroestructuras varían aún cuando la información sea la misma. También, pudimos darnos cuenta que en la microestructura textual no sólo las partículas consideradas conectores, influyen para la comprensión del texto sino también el uso de los signos

de puntuación, puesto que al utilizarlos en donde no se debe se cambia el significado del texto y esto lo llena de incoherencias.

Macroestructura textual La macroestructura textual es el contenido semántico global que representa el sentido de un texto. Para que un texto se reciba como una unidad de comunicación ha de poseer un núcleo informativo fundamental, que es el asunto del que trata o tema. La macroestructura textual, pues, es un concepto cercano al de tema o asunto del texto, reinterpretados en el marco del análisis del discurso. La acuñación del concepto macroestructura se debe al lingüista holandés T. A. Van Dijk (1977, 1978, 1980). Según Van Dijk, el texto organiza su contenido en el plano global en dos tipos de estructuras: las denominadas macroestructura y superestructura textuales. La macroestructura constituye la estructura semántica del conjunto del texto; la superestructura representa la forma como se organiza la información en el texto, esto es, la estructura textual formal. Por ejemplo, en un cuento, la macroestructura se formula en términos del tema que trata (un viaje iniciático, un descubrimiento, una relación amorosa, etc.); por su parte, la superestructura define el esquema adoptado para abordar el tema textual: en el ejemplo, las partes constitutivas del cuento (situación inicial, nudo o complicación, acciones, etc.). Aunque macroestructura y superestructura se complementan, son estructuras textuales independientes entre sí. Un cuento tradicional, siguiendo con el ejemplo, presenta siempre la misma superestructura; en cambio, puede tratar muy distintos temas, es decir, puede presentar diferentes macroestructuras. Si una secuencia de oraciones carece de tema global o macroestructura, el conjunto es percibido como una sucesión de enunciados incoherentes, y, por lo tanto, no llega a constituirse como texto. La macroestructura, en este sentido, es un mecanismo de coherencia textual. El tema no tiene por qué estar nombrado explícitamente en el texto: si lo está hablamos de palabra temática u oración temática, que tiene la relevante función de poner al lector en condiciones de construir la macroestructura correcta, pues señala el probable tema del resto del discurso, de modo que ya no es necesario que el lector lo construya. El concepto de macroestructura es un concepto relativo: hace referencia tanto al tema global del texto como a temas locales que se desarrollan en determinados fragmentos. Al mismo tiempo, a modo de muñecas rusas, los subtemas de determinados fragmentos textuales pueden presentar también otros subtemas relacionados, que constituyen por lo tanto su propia macroestructura. De todos modos, en sentido estricto, la macroestructura del texto será la más general y global, mientras que determinadas partes del texto también podrán tener sendas macroestructuras locales. Como resultado se obtiene una estructura textual jerárquica de las macroestructuras en diferentes niveles. Dependerá de la extensión y de la diversidad de asuntos que aborde un texto el hecho de que presente una estructura semántica o macroestructura más o menos compleja y jerarquizada. Las frases del texto que expresan macroestructuras se denominan macroproposiciones secuencias de oraciones que resumen la información global del texto y de los fragmentos con entidad temática; a estas macroproposiciones se llega con la aplicación de las macrorreglas u operaciones cognitivas que realiza el lector u oyente para extraer la macroestructura de un texto. El concepto de macroestructura textual ha incidido en las prácticas de comprensión lectora y en general en el procesamiento de información. Para reducir y organizar grandes cantidades de información (sea en la producción o en la recepción), es útil conocer los

mecanismos por los que es posible construir discursos coherentes, en tanto que presentan un sentido global, con diferentes niveles de especificidad o macroestructuras.

Estructura textual, macroestructura semántica y superestructura formal de la noticia Mª ROSARIO BUENO LAJUSTICIA Profesora de Filología Inglesa Facultad de CC. EE. y EE. UCM

Resumen El artículo trata sobre los diferentes niveles de estructuras que conforman una noticia periodística. Este análisis del discurso periodístico se ha llevado a cabo teniendo en cuenta algunas dimensiones estructurales de la misma. Primera, el estilo gramatical de los textos periodísticos contiene unas estructuras lingüísticas, gramaticales y sintácticas propias, tales como neologismos, nominalizaciones, complejidad de las oraciones, uso de pasivas, etc. El estilo puede también significar factores sociales y personales del contexto comunicativo. Segunda, la estructura textual de la noticia que nos permite analizar las categorías, el encabezamiento y el cuerpo de la noticia. Tercera, la macroestructura semántica mediante la cual vemos la noticia como una unidad semántica con una cohesión gramatical y léxica. Organiza el contenido del texto de forma global y pone de manifiesto lo más importante de la noticia. Cuarta, la superestructura formal que mantiene un esquema integrado por seis categorías: resumen, planteamiento, complicación, resolución, evaluación y moraleja. PALABRAS CLAVE: Lingüística, análisis del discurso periodístico, estilo, estructura textual, macroestructura semántica y superestructura formal

Abstract This paper discusses the different levels of structures of news reports in the press. This news discourse analysis has been carried out taking into account some dimensions of news structures. Firstly, the grammatical style of media texts displays linguistic, grammatical and syntactic structures, such as neologisms, nominalisations, sentence complexity, use of passive constructions, etc. Style may also signal personal and social factors of the communication context. Secondly, the textual structure of the news that allows us to analyse categories, headlines and leads. Thirdly, the semantic macrostructure by means of which we see the news as a semantic unit with grammatical and lexical cohesion. It organises the content of the text globally and states the most relevant information of the news report. Finally, the formal superstructure that maintains a scheme consisting of six conventional categories: summary, setting, complication, resolution, evaluation and prediction. KEY WORDS: Linguistics, News discourse analysis, style, textual structure, semantic macroestructure and formal superstructure

Estructura textual, macroestructura semántica y superestructura formal de la noticia Mª ROSARIO BUENO LAJUSTICIA Profesora de Filología Inglesa Facultad de CC. EE. y EE. UCM

INTRODUCCIÓN Vamos a analizar con cierto detalle el discurso periodístico desde cuatro puntos de vista: el estilo, la estructura textual, la macroestructura semántica y la superestructura formal. Como base para nuestro análisis hemos tomado un artículo de ABC que relata la intervención del Banco Barings por parte del Banco de Inglaterra. Nick Leeson había realizado en el mercado de futuros operaciones muy arriesgadas que llevaron a uno de los bancos comerciales más antiguos y prestigiosos del Reino Unido a la bancarrota.

El estilo periodístico, dado el contexto de prisas y novedades en que se desenvuelve, ha de ser claro, conciso y directo si queremos que su mensaje sea eficaz (Martínez Albertos, 1989). Tiene que eludir las arenas movedizas de las subordinadas, usar los tecnicismos sólo cuando resulten inevitables y establecer una complicidad permanente con el lector. La estructura textual de la noticia no es sino dar respuesta a las seis preguntas que hilvanan cualquier narración: quién, qué, cuándo, dónde, por qué y cómo, y que se distribuyen por las dos partes en que se divide toda noticia, el encabezamiento y el cuerpo de la misma. La macroestructura semántica enlaza con los llamados mapas mentales o representaciones abstractas que nos proporcionan visiones globales y coherentes de cualquier fenómeno externo o de experiencias internas. Finalmente, la superestructura formal organiza nuestro discurso de acuerdo con unas estrategias preconcebidas, y que van Dijk (1988a) cataloga como: resumen, planteamiento, complicación, resolución, evaluación y moraleja.

ESTILO PERIODÍSTICO 1.- Forma y contenido Suele entenderse el estilo, y así lo define el diccionario de la Real Academia, como una "manera de escribir o de hablar, no por lo que respecta a las cualidades esenciales o permanentes del lenguaje, sino en cuanto a lo accidental, variable y característico del modo de formar, combinar y enlazar los giros, frases y cláusulas o periodos para expresar los conceptos" (DRAE). Algo, según esto, periférico y mudable, no esencial, como esa piel que la serpiente abandona año tras año entre la maleza. Estamos acostumbrados a fragmentar cualquier percepción o experiencia con el fin de entenderla mejor, y establecer siempre prioridades para ordenar nuestros conocimientos. Desde este criterio dualista -fondo y forma, contenido y continente, o esencial y superficial- aparece el estilo como una manera accidental de hablar y escribir para expresar los conceptos. Nada más lejos de nuestra convicción, pues creemos que el estilo es molde y contenido a un tiempo. Desde este punto de vista, el estilo no es sólo una estética del lenguaje sino el lenguaje mismo organizado desde una ideología, desde una ética personal desarrollada en un entorno concreto. El estilo periodístico, que recogen y analizan los diversos manuales de estilo, comprende tres aspectos: el ético (comportamiento ante el mundo que da testimonio), semiótico (orientaciones sobre el modo de presentar sus materiales) y lingüístico (Lázaro Carreter, 1993: 9) Está dictado por el contexto de la noticia, que se presenta rápida, fugaz, urgente, dolorida o exultante. Podemos decir que el medio no se brinda a reflexiones profundas o análisis agudos y minuciosos. Ante la dificultad de proponer una definición concisa sobre el estilo periodístico, López García (1996) señala una batería de virtudes: claridad, concisión, corrección, verosimilitud, densidad, sencillez y naturalidad, autenticidad, ritmo y color, etc. Gallardo y otros (1988:31) llegan a

afirmar, parafraseando a San Agustín, "claridad y haz lo que quieras". Para no quedarnos en un mero nivel teórico cargado de buenas intenciones, toda esta procesión virtuosa la concretamos en las siguientes características acompañadas de ejemplos entresacados del artículo periodístico objeto de nuestro análisis: a. Predominio de nominalizaciones, ej. El Banco de Inglaterra (...) está dispuesto a garantizar la liquidez del Banco Barings. b. Uso de una adjetivación específica, ej. Para evitar las posibles repercusiones en estas plazas financieras. c. Empleo de la aposición, ej. El Barings, entre cuyos clientes está la reina de Inglaterra, entró en crisis el pasado fin de semana. d. Utilización de la pasiva cuando se pretende un mayor resalte del objeto de la acción en lugar del agente de la misma, ej. Barings (...) fue intervenido judicialmente ayer tras descubrirse unas pérdidas de 500 millones de libras. e. Suelen también abundar las oraciones subordinadas sustantivas que funcionan dentro de una oración compleja igual que un sustantivo, grupo nominal o un pronombre, ej. El Banco de Inglaterra (...) aseguró (...) que está dispuesto a garantizar la liquidez del Banco Barings. f. Frecuencia de las oraciones adjetivas de relativo, en este caso explicativas más que especificativas, ej. Los gestores del banco descubrieron unas operaciones no autorizadas (...), que le han provocado el citado agujero. g. Manejo del gerundio, forma muy periodística (Núñez Ladevéze, 1990), que adquiere en inglés una función nominal frente a la adjetiva del participio de presente. En español el gerundio, como forma verbal que es, puede ir acompañado de sujeto y complemento circunstancial. Ejemplo: Se dedicó a invertir grandes sumas especulando en los mercados de derivado. Es posible que en las páginas de opinión de un diario dos o más periodistas aborden la misma temática impuesta por la actualidad. Es probable que existan criterios globales de valoración aproximados, pero es a todas luces inevitable que los ingredientes utilizados (sustantivos, verbos, adjetivos, formas impersonales, etc.) y sus mezclas difieran sustancialmente. Ni siquiera el suceso vivido en propio escenario o la noticia transmitida por la agencia escapan de un tratamiento subjetivo a través del lenguaje (Lázaro Carreter, 1977). Éste siempre transmite una formación estética (estilo) y una línea ideológica (mensaje). La elección del vocabulario nunca es aséptica en el sentido de que su caudal siempre transporta gérmenes, fertilizantes y sustancias con el copyright personal. ¿Es posible, según esto, hablar de información objetiva? Creemos que sí, porque la objetividad no consiste en la fabricación de productos idénticos, sino en el uso de medios libres, diversos,

veraces y contrastados para conseguirlos. Así pues, un texto informativo debe atenerse (ABC, 1993; El Mundo, 1996; El País, 1996) a los siguientes principios: 1. Atribución de los datos a cada fuente contrastada, respetando la confidencialidad. No caben en tal caso suposiciones sino testimonios verificables y atribuibles a personas o documentos. 2. Concisión en el desarrollo porque los espacios son reducidos y están predeterminados. Tampoco el lector está dispuesto a entrar en divagaciones sino que busca un desenlace rápido. 3. Equilibrio entre los diversos elementos o protagonistas de la noticia, acogiendo a todas las partes implicadas en el evento. 4. Objetividad en el uso de las diversas fuentes, cribándolas siempre y de manera especial cuando las proporcionan los interesados, ya sean particulares o institucionales, sobre logros de su actividad. Como ya vimos anteriormente la objetividad no es una meta sino una forma de hacer el camino que, en este caso, nos ha de permitir comprobar los datos desde distintos procedimientos. 5. Rigor al transmitir los contenidos, lo que se consigue evitando términos cargados de indefinición, ej. una serie de países se opone al embargo. 6. Uso de tecnicismos y neologismos, inevitables debido a los contactos, influencias e intromisiones de ámbitos culturales cercanos o hegemónicos (Martínez Albertos, 1992). Es lógico el uso de aquéllos en la prensa especializada, no tanto en la de información general, aunque habitualmente se refugian en determinadas secciones que se caracterizan por ser islotes especializados (Fernández del Moral, 1993). Así, la subida de los precios, el agente de bolsa y los programas informáticos, se convierten para los iniciados en inflación, broker y software, respectivamente. El texto periodístico que sirve de base para este estudio no debe catalogarse como altamente especializado porque no abundan en él los tecnicismos ni los neologismos y porque los asuntos relacionados con la economía han alcanzado tal nivel de generalización que la considerada jerga económica hasta hace unos pocos años es ya hoy de dominio público. Escribíamos más arriba que la elección del vocabulario no es aséptica o ingenua porque siempre conlleva una carga ideológica (Fowler, 1991) delimitada por los esquemas mentales del emisor. El utilizar un tipo de registro u otro indica un mayor o menor grado de formalismo en el estilo, o las distintas formas que adopta el discurso de acuerdo con su finalidad (narrativo, expositivo, persuasivo, etc.). A veces usamos también este término cuando hablamos de la disciplina dedicada al análisis lingüístico del discurso periodístico, científico, profesional, etc. (Swales, 1990; Bathia, 1993). Siguiendo con el análisis de nuestro texto, nos parece interesante reseñar algunas valoraciones acerca de la selección del vocabulario porque ésta enfatiza o diluye la carga del mensaje, según

se elijan vocablos: a) Genéricos (Banca británica) o específicos (Banco Barings). b) Cuantitativos (pérdidas de 100.000 millones) o cualitativos (crisis). c) Pasivos (se intentó encontrar una solución) o intensivos (buscó una solución). d) Positivos (El Banco de Inglaterra intentó encontrar un comprador capaz de afrontar las deudas antes de la apertura de la Bolsa de Tokio) o negativos (para evitar las posibles repercusiones en estas plazas financieras). e) Informales (agujero), formales (hundimiento) o tecnicismos (bancarrota) No finalizan aquí los innumerables matices que pueden incorporarse a un texto porque ni siquiera los sinónimos son indiferentes, como no lo es tampoco el distanciamiento entre el sujeto y el verbo, el uso de la activa y de la pasiva o la colocación del adjetivo antes o después del sustantivo. A modo de síntesis, todos los expertos (Martínez Albertos, 1974; van Dijk, 1985; Casasús y Núñez Ladevéze, 1991; Fernández del Moral, 1993) coinciden en afirmar que el estilo periodístico debe ser claro, conciso y directo. Para ello nada mejor que evitar párrafos con numerosas y prolijas oraciones subordinadas en favor de oraciones simples, directas y luminosas. Cada proposición debe tener sentido propio y transmitir una idea acerca del acontecimiento que se narra. El estilo debe fluir entre palabras sencillas, que no vulgares o toscas, y si han de ser muy específicas conviene explicar al hilo su significado. La sencillez y la espontaneidad nunca son fruto de la improvisación, sino del pulimento y del bruñido del lenguaje. Como propone El Mundo (1996) siempre es preferible mostrar que explicar, conseguir que la noticia salte hacia el lector haciéndole partícipe de la misma. Al lenguaje periodístico también podemos atribuirle las funciones que Halliday (1978) aplica al lenguaje en general y que son las siguientes: a) Función ideacional: permite al escritor organizar su propia experiencia del mundo, real o imaginario, que le rodea en relación con otras personas, cosas, acontecimientos, etc. b) Función interpersonal: le sirve para establecer o mantener relaciones sociales con otras personas de su entorno mostrando una determinada actitud ante ciertos acontecimientos, su forma de expresarse, modalidad, etc. c) Función textual: garantiza la creación de un texto coherente en sí mismo y con el contexto social en el que tiene lugar. La información ha de estar bien estructurada y el redactor de la noticia tendrá en cuenta el conocimiento que tiene el lector de la misma (tema) y lo que presupone que le va a resultar nuevo (rema). A lo largo del artículo el lector se encontrará con distintos nexos cohesivos (referencia, sustitución, elipsis, etc.) que le permitirán entrelazar las diferentes partes del texto. Ahora bien, la comunicación no se basa solamente en un proceso de codificación y descodificación de la lengua, estudiado por la semántica, sino también en el estudio del uso del lenguaje que corresponde a la pragmática (Escandell, 1996). Ambos planteamientos son, a nuestro juicio, complementarios y contribuyen a dar una visión más completa del significado. Veamos algunos de estos principios, conocimientos y estrategias que regulan el lenguaje comunicativo y que han sido investigados por prestigiosos lingüistas y filósofos del lenguaje. Tradicionalmente los filósofos consideraban las proposiciones como verdaderas o falsas de

acuerdo con los hechos a los que hacían referencia, pero Austin (1962) estima de interés valorar el grado de adecuación de las mismas al entorno en el que se emiten. Comienza, pues, estableciendo una diferencia entre oración gramatical y enunciado, aquélla como algo abstracto y éste como la realización concreta de una oración pronunciada por un emisor en unas circunstancias concretas. Este filósofo del lenguaje fue el primero en sugerir que la emisión de un enunciado conlleva la realización de acciones a través de las palabras y distingue tres tipos de actos: 1) locutivo: es emitir un enunciado que resulta comprensible (emisión de ciertos sonidos, palabras, oraciones, etc.); 2) ilocutivo: la función concreta que realizamos al pronunciar una oración (prometer, advertir, avisar, amenazar, etc.), y 3) perlocutivo: son los resultados o efectos (intimidar, asombrar, intrigar, etc.) que se producen en la otra persona tras haber dicho algo. Años más tarde, Searle (1965, 1969) desarrolla estas ideas propuestas por su antecesor y sigue considerando el uso del lenguaje como una forma particular de acción. El acto de habla, entendido como la pronunciación de una frase en unas condiciones adecuadas al contexto, es lo que él denomina unidad mínima de comunicación y establece un estrecho vínculo entre fuerza ilocutiva y forma lingüística. Por ejemplo: mandato/imperativo; pregunta/oración interrogativa. Así pues el significado de una oración tendremos que analizarlo desde un punto de vista proposicional y según la fuerza ilocutiva que muestre. La teoría de Grice (1968, 1975, 1981), conocida como Principio de Cooperación, se basa en el estudio de una serie de conceptos no normativos, pero que se supone que son aceptados por todos aquéllos que participan de una conversación. Consta de cuatro máximas: a) cantidad de información que debe proporcionarse en una conversación; b) cualidad de la misma ya que ha de ser verdadera; c) relación en el sentido de que ha de ser relevante, y d) modalidad, puesto que requiere ser claro y preciso en lo que se ha de decir. Asimismo mantiene que existe una diferencia clara entre ‘lo que se dice’, relacionado con el contenido proposicional del enunciado, y ‘lo que se comunica’ refiriéndose a toda la información que los interlocutores infieren a partir del enunciado, pero que no forma parte de él. Es lo que ha dado en llamarse implicatura conversacional, estrechamente relacionada con el contexto y con el principio de cooperación. Este mismo concepto es posteriormente elaborado por Sperber y Wilson (1986) a través de su Teoría de la Relevancia que está en línea con aquellos planteamientos que aseguran que no existe coincidencia entre lo que decimos y lo que queremos decir. Una proposición será tanto más relevante cuantas más implicaciones contextuales tenga. Además de la implicatura existe otro tipo de inferencia pragmática denominado presuposición, entendida como esa porción de información que el hablante asume que ya es conocida por su interlocutor. También la redundancia contribuye a facilitar la comunicación entre el redactor de la noticia y el lector valiéndose aquél de repeticiones, reiteraciones, resúmenes, etc., desde los titulares al cuerpo de la noticia pasando por la entradilla, como veremos más adelante.

ESTRUCTURA TEXTUAL DE LA NOTICIA 1.- Categorías de la noticia La noticia, como un torrente, discurre flanqueada por dos márgenes: la del emisor y la del receptor, imprescindibles ambas. El caudal puesto en circulación ha de tener el ímpetu suficiente como para arrastrar el interés del lector de lo contrario se evapora entre la indiferencia general. Pero aún debe contar con otra virtud, la de reproducir lo más exactamente posible la realidad de lo sucedido evitando opiniones y juicios de valor por parte del periodista. Una vez sentada la base de que existe un hecho noticiable y un destinatario al que transmitirlo (Sigal, 1987), la noticia se estructura de acuerdo con unas categorías universales (loci, en latín, y  ó o , en griego) o conceptos conforme a los que organizamos nuestras experiencias, según Aristóteles. Se refieren a la persona, cosa, lugar, tiempo, causa y modo. No es imprescindible que aparezcan las cinco famosas ‘W’ inglesas: quién (who), qué (what), dónde (where), cuándo (when) y por qué (why), junto con la ‘H’ de cómo (how) en los primeros párrafos, ni siquiera en el desarrollo de la noticia, pero sí es imprescindible que se resalte en el título la que sirve de eje. 2.- Encabezamiento El encabezamiento, también denominado encabezado o cabeza de titulación, es la vanguardia de la noticia, esa fuerza de asalto que conquista el interés del lector (Gómez Mompart, 1982). Se compone de los siguientes elementos: sobretítulo, antetítulo, título, subtítulo, entradilla e intertítulos o ladillos. El artículo seleccionado para nuestro estudio sólo reúne dos de los mencionados: el título (El Banco británico Barings, intervenido tras perder 100.000 millones) y el intertítulo (Liquidez garantizada). Los periódicos ingleses son, en este sentido, más austeros o lacónicos pues su encabezamiento se reduce a un título. El preceptivo resumen de la noticia (Secanella, 1981) siempre ocupa en ellos el primer párrafo del cuerpo del relato. La función cognitiva del encabezamiento es determinante para transmitir al lector el meollo del suceso y captar su interés hasta el punto de convencerle para que siga leyendo. En él aparece siempre la categoría más destacada, la que sintetiza el núcleo informativo (Sigal, 1987). Para ello se vale de la personificación [El Barings (...) entró en crisis el pasado fin de semana]; hace desaparecer los artículos [Barings (...) fue intervenido judicialmente ayer]; elimina los verbos para ir al corazón de la noticia [Barings, en busca de un comprador]; y echa mano de las cifras para demostrar mayor contundencia [El Banco británico Barings, intervenido tras perder 100.000 millones] Esta abundancia de elementos en la prensa española, que contrasta como ya se ha dicho con la sobriedad inglesa, se traduce en un reclamo (Alarcos: 1977) tipográfico para el lector, cuyo interés se acelera o se remansa también visualmente. Veamos con más detalle algunos rasgos

de los citados elementos. El sobretítulo es poco habitual y su papel consiste en completar el título. Suele aparecer en letras de tamaño similar aunque algo menos remarcadas. El antetítulo precede al título, tiene una tipología algo inferior y está subrayado. Suele ser un artilugio para dar entrada y completar el título, del que hace de mensajero. El título o titular destaca por el tamaño e intensidad de los caracteres, sintetiza la noticia de la manera más atrayente y no suele exceder de la docena de palabras. Una vez terminado el artículo, alguien ajeno a su autor, bien sea el redactor jefe u otro especialista en el género (Gaillard, 1972), decide el titular de acuerdo con criterios de concisión, claridad y eficacia informativa. Como hemos apuntado reiteradamente toda información conlleva una carga ideológica que se gradúa, por ejemplo, con el uso del verbo afirmando o negando, en modo real o posible, en activa o en pasiva, como el del artículo seleccionado para nuestro estudio. La línea editorial empapa todo el desarrollo o cuerpo de la noticia, aunque se condensa en el vértice o título de la misma, como es lógico. El subtítulo recoge los elementos complementarios del título, es decir, aquellos paradigmas no desarrollados suficientemente, pero que tienen sobrada relevancia. Puede aparecer subrayado o no y con una tipografía intermedia, inferior a la del título, pero superior a la del cuerpo de la noticia. Por su carácter explicativo su extensión abarca dos o más líneas en uno o varios párrafos. La entradilla se caracteriza por ser un amplio párrafo a continuación del subtítulo, cuando existe, y en negrita. Es un resumen lo suficientemente completo y autónomo (Gómez Mompart, 1982) como para que el lector conozca lo fundamental de la noticia sólo con leerlo. Aun cuando las respuestas a las seis categorías (loci) se distribuyen por todo el relato, las más importantes se localizan en los titulares y en la entradilla. Los intertítulos o ladillos son los "titulillos que se colocan dentro de una columna de texto, bien justificados a un lado -y de ahí su nombre- o al centro" (El País, 1996: 66). Tienen una doble finalidad: dividir la información extensa y encabezar una noticia complementaria dentro del cuerpo del relato. Acabamos de ver las características de los elementos que integran el encabezado (Fontcuberta, 1981) de la prensa española, si bien no es frecuente que todos estos elementos estén representados en una noticia, como queda puesto de manifiesto en el artículo analizado del ABC. No es pensable una noticia sin titular, aun cuando sea lo último en decidirse, como el prólogo de un libro. El subtítulo, en cambio, tiene una aceptación similar a la del antetítulo y la presencia de la entradilla es casi obligatoria. Sin embargo, la prensa inglesa suele prescindir de casi todos los componentes del encabezado, según quedó escrito, excepto el titular y la entradilla, personificada en el primer párrafo-resumen (lead) del cuerpo de la noticia. 3.- Cuerpo de la noticia

Como acabamos de ver, el encabezamiento con sus diferentes partes es un reto para el periodista y un estímulo para el lector. El cuerpo de la noticia, que se extiende una vez finalizada la entradilla, tiene como función explicar detalladamente el estado actual, las causas y las consecuencias del acontecimiento. Pretende dar una respuesta exhaustiva a las seis categorías (quién, qué, dónde, cuando, por qué y cómo), aunque pocas veces se hace al completo. El encabezado exhibe todos los atractivos para la captación del lector, cuyos frutos posteriores se desarrollarán con más sosiego en los párrafos siguientes. Afirman los expertos que "siempre ha de escribirse cada párrafo de una noticia como si fuera el último. Al término de cada párrafo, la noticia debe tener unidad en sí misma; no puede quedar coja o falta de alguna explicación. Esto permitirá cortar y reajustar el texto sin problemas y con rapidez en el caso de que sea necesario" (El País, 1996: 42-43) Visto así el relato parece que su entidad se vaya constituyendo con la suma puntual de las partes pudiendo echarse la barrera (tijeras) cuando las limitaciones del espacio lo demanden. Son reminiscencias de tiempos pretéritos en los que el redactor jefe debía jugar con espacios muy exiguos y poco flexibles. Las nuevas tecnologías informatizadas permiten organizar con antelación todas las páginas (Zorrilla Ruiz, 1997) y el periodista conoce el hueco de que dispone. Sí es cierto, sin embargo, que la noticia se estructura en forma de pirámide invertida porque "responde a las exigencias del lector de hoy (...) (que) exige saber desde las primeras líneas lo más importante que ha sucedido. Si le interesa, seguirá leyendo los detalles. Si no, pasará a otra cosa" (El Mundo, 1996: 48). Aquí está la clave de la citada figura geométrica y no en las trasnochadas tijeras que nos retrotraen a los periódicos-sábana estadounidenses del siglo XIX. En consecuencia, la organización responde a estos dos planteamientos iniciales del redactor: qué quiero contar y cuál es el orden de interés, sabiendo que si éste decae el lector pasará a otro titular. Normalmente una información se inicia con una entrada directa, entendiendo por tal el desarrollo de la categoría más destacada del encabezado. A continuación se acumulan los datos explicativos y complementarios, entre los que destaca el denominado párrafo nuez, el background de los ingleses, que recoge todos los antecedentes necesarios con el fin de que la noticia quede perfectamente contextualizada para el lector medio. Por último, los datos van perdiendo importancia y el interés se diluye entre los pliegues laxos de una evaluación global e incluso de una moraleja, como veremos más adelante en el análisis de la superestructura formal del texto. En este párrafo se concentran todos los antecedentes para tener una perfecta visión de conjunto del relato. La importancia del párrafo nuez es incuestionable y debe repetirse en cada artículo, aunque el tema se haya tratado en días precedentes. El lector puede ser nuevo y si no lo es, su memoria siempre agradece ese empujoncito para organizar sus recuerdos. 4.- Géneros periodísticos

En el ámbito anglosajón existe una amplia coincidencia en la distinción de dos grandes tipologías o géneros periodísticos: "los de esquema narrativo (los relatos) y los de esquema argumentativo (los artículos)" (Casasús y Núñez, 1991: 89) Son los habitualmente denominados stories o relatos de los hechos (noticias) y los comments o valoración de los mismos (artículos de opinión) En los primeros, la narración puede ser de actualidad inmediata (hard news), como un accidente, la caída en picado de la Bolsa o una reunión del Grupo de los Ocho, o de actualidad mediata (soft news) si el fenómeno no tiene carácter puntual, como la evolución del IPC (Índice de Precios al Consumo) o la política laboral del Gobierno. Según Martínez Albertos (1989), este tipo de narración pertenece al mundo de los hechos, al que accede el periodista sin intención alguna de introducir sus puntos de vista. Sin embargo los comments entran de lleno en un ámbito completamente distinto donde el periodista no relata sino que argumenta desde su libertad, lo que no obsta para que acepte siempre el fair play o juego limpio del respeto a la veracidad de los hechos (Martín Vivaldi, 1973). En ambos casos se intenta persuadir al lector sobre la autenticidad del contenido. Es decir, que todo género periodístico echa mano de la retórica persuasiva (Dellamea, 1995), bien con la acumulación de hechos, cifras, lugares y citas textuales en las noticias, bien arguyendo con explicaciones, inferencias o metáforas de todo tipo en los comentarios. Frente a estos dos grandes géneros del universo anglosajón, van Dijk y otros (1992) distinguen tipologías propias de nuestro periodismo mediterráneo: informativa (reportaje), interpretativa (crónica), crítica (columna, editorial) y divulgativa (ensayo). Los temas económicos, como norma general, forman parte del modelo interpretativo, equiparable al prescriptivo de Morris (1962) en el sentido de que este tipo de crónicas va más allá de la mera información para desempeñar el papel de guía o mentor de numerosos lectores. Los libros de estilo de los diferentes diarios enumeran como géneros periodísticos las noticias, crónicas, reportajes, entrevistas, artículos de opinión y análisis, documentación y obituarios. Bell (1991) reduce los géneros a tres: información, opinión y noticias. Al primero pertenecen los artículos deportivos, información sobre el tiempo, programación televisiva y anuncios clasificados por palabras. Forman parte del género de opinión los editoriales, artículos de fondo, columnas, críticas y cartas al director y quedan para el género noticioso las crónicas especiales, las noticias especializadas (deportivas, financieras, etc.) y las noticias propiamente dichas. Cabe añadir, incluso, que las crónicas aparecen firmadas, no así las noticias. Éstas, en numerosas ocasiones, están encabezadas por el nombre de una agencia o el de la ciudad de donde proceden y su estilo ofrece rasgos más impersonales. Parece como si alguien se hubiera encargado de organizar y dar coherencia a un puzzle cuyas piezas tienen paternidades o maternidades diversas.

MACROESTRUCTURA SEMÁNTICA DE LA NOTICIA

La macroestructura de un texto es una representación abstracta del mismo que tiende a la aprehensión global de su significado (van Dijk, 1985a). Se fundamenta en las relaciones existentes entre los diversos elementos que constituyen dicha macroestructura. Por una parte debe ser coherente con el contexto de situación y por otra con el registro utilizado. La importancia pues estriba en la argamasa que les sirve de unión, hasta el punto de que si falla no entendemos de qué va la noticia que se nos cuenta. Todas sus partes deben estar relacionadas mediante una serie de vínculos cohesivos (referencia, sustitución, elipsis, conjunción y cohesión léxica) que nos permiten percibirla como un todo. De este modo vemos la noticia como una unidad semántica que mantiene una cohesión gramatical y léxica a un mismo tiempo. Un análisis global del texto, transmitido mediante proposiciones perfectamente engarzadas entre sí, demuestra que existe una coherencia interna que permite al lector entender el mensaje. Toda noticia consta de dos partes claramente diferenciadas: El encabezamiento conformado por los titulares y el cuerpo de la noticia. Los titulares del artículo periodístico, junto con la entradilla, forman una macroestructura simplificada de la noticia. Dicho de otro modo, permiten al lector, a modo de resumen, hacerse con los datos más relevantes sobre los acontecimientos. En el cuerpo de la noticia nos encontramos con que el periodista va exponiendo la situación general apoyándose en el contexto situacional, entendido como el entorno en el que el cual se intercambian significados. El periodista, consciente o inconscientemente, utiliza en sus artículos una serie de claves lingüísticas y situacionales que permiten al lector compartir su mismo entorno social e ideológico. Existen diversas formas de analizar un texto de acuerdo con las teorías propuestas por distintos autores. Mann y Thompson (1988) basan su estudio en la Teoría de Estructura Retórica que se apoya fundamentalmente en estos tres conceptos: 1) existe un predominio de los modelos estructurales núcleo y satélite; 2) identifica una estructura jerárquica en el texto, y 3) describe las relaciones entre las diferentes partes en las que se ha dividido el texto en términos funcionales. Esta teoría proporciona una base para estudiar la coherencia del discurso. Siguiendo los criterios de análisis del texto propuestos por van Dijk (1986), a continuación pasamos a comentar el Cuadro 1 que responde al esquema elaborado sobre el Artículo del ABC, y que vamos a comentar con cierto detenimiento. La noticia, objeto de nuestro análisis macroestructural, se divide en dos grandes bloques: el resumen y la historia. El resumen, que equivale a lo que hemos denominado encabezamiento, encabezado o cabeza de titulación, comprende los titulares y la entradilla (que en el ejemplo analizado no existe). La historia, o cuerpo de la noticia, engloba la situación o contexto en que se desenvuelve aquélla, y los comentarios o aclaraciones que genera. En toda situación podemos distinguir unos antecedentes y un episodio. Éste posee un núcleo principal (fragmentado en causas, tiempo y objetivo), y aquéllos aparecen en un contexto cargado de circunstancias (causas, objetivos y tiempo), y con unos acontecimientos previos.

CUADRO 1. Esquema representativo de las categorías correspondientes a la macroestructura semántica.

Los comentarios, que nacen directamente del cuerpo de la noticia, consisten en determinadas reacciones verbales y conclusiones que acaban en unas expectativas y una evaluación del conjunto por parte del lector. CUADRO 2. Categorías de la macroestructura semántica. Artículo del ABC 1. El Banco británico Barings, intervenido tras perder 100.000 millones (T*) 2. Barings, uno de los más antiguos y prestigiosos Bancos comerciales británicos (P**.1) 3. Fue intervenido judicialmente ayer 4. Tras descubrirse unas pérdidas de 500 millones de libras esterlinas (P.1) 5. El Barings (...) entró en crisis el pasado fin de semana (P.2)

Categorías Acontecimiento Principal (causas) Historia Acontecimiento Principal (tiempo) Contexto (causas) Contexto (acontecimiento previo)

6. Entre cuyos clientes está la reina de Inglaterra (P.2) 7. Cuando los gestores del Banco descubrieron unas operaciones no autorizadas (P.2)

Contexto/Historia Contexto (causa)

8. Realizadas por un cambista de Singapur (P.2)

Contexto (causa)

9. Sobre el mercado de productos derivados (P.2)

Contexto (objetivo)

10. Que le ha provocado el citado agujero (P.2) 11. El Banco de Inglaterra intentó encontrar un comprador (...) antes de la apertura de la Bolsa de Tokio (P.3)

Consecuencias Contexto/Historia

12. Pero (...) ante la imposibilidad de conseguirlo (P.3)

Contexto (circunstancia)

13. Optó por una intervención oficial del Banco (P.3)

Acontecimiento Principal (Objetivo)

14. El gobernador de la entidad emisora fue presionado (P.4)

Contexto (acontecimiento previo)

15. Para que actuara con rapidez (P.4)

Contexto (objetivo)

16. Antes de que abrieran los mercados asiáticos (P.4)

Contexto (tiempo)

17. Para cortar las posibles repercusiones en estas plazas financieras (P.4) 18. El Banco de Inglaterra (...) aseguró (...) que está dispuesto a garantizar la liquidez del Banco Barings y a poner en marcha un plan de emergencia (P.5)

Contexto (objetivo) Acontecimiento Principal (objetivo)

19. En un intento de infundir tranquilidad a los mercados financieros (P.5)

Contexto (objetivo)

20. El portavoz explicó que (...) se mantendrán de momento en los mismos

Reacciones verbales

21. Aunque los directivos de la entidad tendrán que abandonar sus cargos (P.6)

Contexto (objetivo/expectativa)

22. Para estudiar qué es lo que se puede salvar del Banco (P.6)

Contexto (objetivo)

23. De hecho, Barings tuvo unos beneficios hasta el mes de octubre de al menos 90 millones de dólares (P.6)

Contexto/Historia

24. La crisis desatada en el Banco Barings (...) es la más grave que se registra en la Banca británica en la última década (P.7)

Evaluación

25. Conocido en Gran Bretaña como el "Banco de sangre azul" (P.7)

Contexto/Historia

Elaboración propia. (T*): Título; (P**): Párrafo.

La mejor forma de seguir esta ramificación macroestructural, algo enmarañada por la profusión de categorías semánticas, consiste en ver los ejemplos que aparecen en el Cuadro 2 y que es una minuciosa disección de la noticia. Según dicho cuadro tenemos un acontecimiento principal: La intervención del Banco Barings por el Banco de Inglaterra, que se plasma en varias categorías semánticas: a) Causa: El Banco británico Barings, intervenido tras perder 100.000 millones (1). b) Tiempo: Fue intervenido judicialmente ayer (3). c) Objetivo: Optó por una intervención oficial del Banco (13). d) Objetivo: El Banco de Inglaterra (...) aseguró (...) que está dispuesto a garantizar la liquidez del Banco Barings y a poner en marcha un plan de emergencias (18) Si del acontecimiento principal pasamos a las conclusiones, vemos cómo surgen unas expectativas a corto plazo: Aunque los directivos de la entidad tendrán que abandonar sus cargos (21). Y una evaluación final: La crisis desatada en el Banco Barings (...) es la más grave que se registra en la Banca británica en la última década (24) Está claro que no siempre aparecen en un texto todas las categorías semánticas posibles ni tampoco se da una secuencia de las mismas perfectamente ordenada. Aunque las más importantes encabezan la narración, también abundan los avances y los retrocesos que, sin embargo, no logran romper el esquema elaborado inicialmente. Por último, el periodista establece un orden en su macroestructura que no tiene por qué coincidir con el del lector, condicionado por intereses, cultura y experiencia muy distintos, con toda probabilidad.

SUPERESTRUCTURA FORMAL DE LA NOTICIA Los textos no sólo pueden analizarse u organizarse como una macroestructura semántica sino que también se sistematizan de acuerdo con una superestructura formal, que responde al organigrama milenario de cómo contar una historia: planteamiento, nudo y desenlace. Dicha superestructura se define como un esquema integrado por varias categorías ordenadas en función de unas estrategias preconcebidas. Según van Dijk (1988b) se elevan a seis: resumen, planteamiento, complicación, resolución, evaluación y moraleja (Cuadro 3) Un texto se puede llegar a entender mitigando el nivel de análisis de los microniveles (lingüístico, semántico, sintáctico y pragmático), pero en modo alguno suprimiendo el de la macroestructura y el de la superestructura. Sin embargo en el relato periodístico se quiebra el orden tradicional del planteamiento, nudo y desenlace y se proporciona al lector desde el primer momento el bocado más apetitoso para arrastrarle hacia el cuerpo de la noticia. De no ser excitante, distraerá su atención hacia otros intereses. CUADRO 3. Categorías de la superestructura formal.

1. RESUMEN 

El Banco británico Barings, intervenido tras perder 100.000 millones (T*)

 Barings, uno de los más antiguos y prestigiosos Bancos comerciales británicos, fue intervenido judicialmente ayer tras descubrirse unas pérdidas de 500 millones de libras esterlinas, alrededor de 102.500 millones de pesetas (P**.1) 2. PLANTEAMIENTO 

El Barings (...) entró en crisis el pasado fin de semana cuando los gestores del Banco descubrieron unas operaciones no autorizadas (P.2)



El Banco de Inglaterra intentó encontrar un comprador capaz de afrontar las deudas antes de la apertura de la Bolsa de Tokio (P.3)



El Banco de Inglaterra (...) está dispuesto a garantizar la liquidez del Banco Barings y a poner en marcha un plan de emergencia (P.5)

3. COMPLICACIÓN 

El Gobernador de la entidad fue presionado (...) para que actuara con rapidez antes de que abrieran los mercados asiáticos (P.4)



El portavoz explicó que (...) los directivos de la entidad tendrán que abandonar sus cargos (P.6)

4. RESOLUCIÓN 

Barings (...) fue intervenido judicialmente ayer (P.1)



El Banco de Inglaterra (...) optó por una intervención oficial del Banco (P.3)

5. EVALUACIÓN 

La crisis desatada en el Banco Barings (...) es la más grave que se registra en la Banca británica en la última década (P.7)

6. MORALEJA

(no existe)

Elaboración propia. (T*): Título; (P**): Párrafo.

Así pues, el orden que prevalece en el relato periodístico es el de la importancia o pirámide invertida, el nudo tradicional, dejando a un lado el cronológico o sucesión natural de los acontecimientos, tal y como puede comprobarse en el Cuadro 3. Hemos utilizado para el análisis de la superestructura formal el mismo texto, desglosado en las categorías reseñadas. En el resumen, distribuido entre el título y el primer párrafo, pues no existe aquí la entradilla, se plantea el nudo de la cuestión: se interviene un banco prestigioso tras descubrirse unas pérdidas fabulosas. El planteamiento se concentra en los párrafos 2, 3 y 5; la complicación, en el 4 y 6; la resolución se pone de manifiesto desde el primer momento (la intervención) en el 1 y 3 y la evaluación queda para el final (P.7). No existe una moraleja explícita, aunque se deduce del contexto: el prestigio secular del Barings no es suficiente para ponerlo a cubierto de la

bancarrota ni de la intervención por parte del Banco de Inglaterra cuando se tambalean los cimientos del sistema.

Introducción La enseñanza de la lectura como medio privilegiado de aprendizaje ha sido y sigue siendo un relevante desafío para la educación. Mucho se ha investigado, pensado e implementado, desde marcos teóricos diversos, para lograr que los estudiantes adquieran la capacidad de leer comprensivamente y accedan mediante este proceso a un nivel de pensamiento riguroso y científico. La realidad de las aulas demuestra que gran parte de los alumnos, de todos los niveles educativos, no han adquirido esta capacidad, sino que, por el contrario, manifiestan significativas dificultades a la hora de leer un texto expositivo. En el nivel superior estas carencias constituyen una grave limitación para la adecuada formación de profesionales. Sea cual fuere el área en el que se este formando, la lectura es el medio por excelencia para la adquisición de saberes. Por lo tanto, la lectura comprensiva es una actividad fundamental de las aulas universitarias. Aun en las Ciencias Exactas, con predominancia de actividades de aprendizaje experimentales, se hace imprescindible la lectura comprensiva de problemas, artículos con desarrollos teóricos, informes, etc. Además, las diferentes instituciones sociales en general y la comunidad científica en particular se comunican principalmente a través de materiales escritos. De manera que si no retomamos la enseñanza de estrategias de lectura en la Universidad, estaremos formando profesionales e investigadores incapaces de convertirse en auténticos interlocutores del mundo de la ciencia y el trabajo. Con el fin de abordar directamente la enseñanza de estrategias de lectura y resolver esta situación, las autoridades de la Carrera de Ingeniería en Ecología de la Universidad de Flores, junto con el Departamento de Evaluación Pedagógica, incorporaron al Plan de Estudios de la Carrera una asignatura denominada Análisis de Textos Científicos. El objetivo de la materia es brindar a los estudiantes un espacio de aprendizaje, práctica y reflexión sobre los propios procesos de lectura y escritura de textos con alto contenido conceptual, con el fin de maximizar las posibilidades personales de comunicación.

El núcleo de contenidos de la asignatura lo conforma la lectura, interpretación y producción de diversos textos académicos, de tipo informativo y argumentativo, asi como de representaciones gráficas del conocimiento, tales como gráficos, cuadros, esquemas, etc.

Marco teórico de la propuesta ¿Qué es leer? En primera instancia leer es comunicarse. Es acceder al mensaje que nos brinda un texto. En este marco, leer es mucho mas que descifrar un código (en este caso el lenguaje escrito); involucra una actividad mental de construcción de significados, atribución de sentido, a partir de los saberes que posee un sujeto. Estos saberes remiten a diferentes cuestiones, tales como las características generales de los textos, el contenido mismo que se desarrolla, el mundo en general, etc. Desde su enfoque, Isabel Sole define el acto de lectura como" ... un proceso de interacción entre el lector y el texto, proceso mediante el cual el primero intenta satisfacer (obtener una información pertinente para) los objetivos que guían su lectura. Esta afirmación tiene varias consecuencias, implica en primer lugar la presencia de un lector activo que procesa y examina el texto. Implica, ademas, que siempre debe existir un objetivo que guíe la lectura .... "(2) Este proceso activo que realiza el lector involucra múltiples procesos mentales de diferentes de niveles de complejidad, que aun no han sido develados en su totalidad. Sin embargo, podríamos afirmar que para lograr una comprensión adecuada de un texto es necesario que el lector extraiga el contenido del texto formando una representación consciente y completa del mismo en su propia mente. Según José Antonio León (3), para que alguien comprenda un texto debe, en primera instancia desentrañar las ideas que encierran las palabras y las oraciones (proposiciones). Luego, es necesario conectar las ideas entre si, encontrando el orden o hilo conductor (técnicamente la progresión temática) que el autor del texto ha elegido para presentar su desarrollo conceptual. Asimismo, es menester que ese grupo de ideas se organice de acuerdo con la jerarquía que presentan en el texto, ya que no todas las proposiciones poseen la misma importancia. Al ordenarlas

de

acuerdo

con

su

importancia

y

generalidad,

se

estará

construyendo

la

representación de lo que técnicamente se denomina macroestructura. Por último el lector debe identificar la superestructura, es decir la trama de relaciones que articula las ideas centrales, extraídas del texto. Existen cinco tipos universales de tramas o superestucturas, que con mayor o menor ajuste aparecen en todos los escritos: enumeración, descripción, causal, problema solución y comparación. Estos procesos no siguen necesariamente en el orden en el que fueron presentadas, de las ideas aisladas alas estructuras, sino que pueden darse simultáneamente. Asimismo, estos mecanismos deben complementarse con otros dos procesos mas centrados en las capacidades, saberes y estrategias del sujeto. Nos referimos a la capacidad de establecer relaciones entre estas ideas del texto y los saberes que posee el sujeto: así como a la capacidad de regular el propio proceso de lectura comprensiva.

En síntesis, comprender lo que se lee, implica: a) extraer ideas de las palabras del texto, ordenando las y encontrando las distintas estructuras de relaciones (orden y jerarquía); b) integrar esa información ala representación previa del mundo, que incluye la estructura de conocimientos previos; c) saber controlar y regular esos procesos a través de la creación de objetivos que permitan la rectificación de malentendidos o la ratificación de las hipótesis previamente formuladas. (4) Por último, debemos aclarar que las representaciones del contenido que el sujeto construye en su mente, poseen dos niveles diferentes: base del texto y modelo de situación. El primero es el nivel mas llano, mas ligado al texto; mientras que el otro nivel, modelo de la situación, presenta un grado de complejidad mayor, implica la integración de los elementos del nivel anterior con los conocimientos previos del sujeto. construir un adecuado modelo de la situación, facilitara la realización de inferencias, resolución de problemas, etc. (5) La habilidad de los sujetos para realizar con éxito esta tarea puede verse facilitada u obstaculizada por las características de los textos . Por ejemplo, la organización lógica (coherencia de la secuencia de ideas) y la presencia de conectores y señalizaciones sobre lo relevante, son facto res que facilitan la construcción de representaciones. Los textos científicos, a diferencia de los textos escolares, son en general escritos "herméticos", difíciles de leer y dirigidos a especialistas de la disciplina. Estas características dificultan su uso como material de estudio. Se hace necesario, entonces, generar formas de enseñar a los estudiantes estrategias que les permitan mejorar su desempeño en la compleja tare a de dialogar con los textos.

La propuesta La asignatura Análisis de Textos científicos brinda oportunidades para que los estudiantes realicen tareas de lectura percibiendo sus propias carencias y mejorando sus posibilidades de comunicación y aprendizaje a partir de los textos escritos. Los materiales de lectura se eligen bajo la supervisión de las autoridades de la facultad, respetando siempre el área disciplinar de la carrera elegida por los estudiantes. Se comienza por trabajar textos de divulgación y se incluyen paulatinamente textos netamente científicos, como por ejemplo informes de investigaciones. Las clases se organizan, alternando actividades individuales, en pequeños grupos yen grupo total.

Siguiendo el esquema de fases de la lectura planteado por Serafini (6) se les propone, en primera instancia una actividad de prelectura en la cual se anticipa el contenido, leyendo sólo los títulos y algunos párrafos o palabras aisladas. Se les pide que expliciten hip6tesis sobre lo que se plantea en el texto, cuya confirmación o refutación se convertirá en el objetivo de la lectura. La fase de prelectura es esencial para "poner en marcha el motor del lector activo", es decir, activar los procesos y saberes que permitirán la comprensión profunda. Los estudiantes manifiestan dificultades en definir éstas hipótesis y determinar sus objetivos de lectura. Suelen plantear que leen para estudiar, porque el profesor o la profesora lo indica. Nos proponemos entonces, que se apropien del proyecto de lectura y aprendizaje (lo hacen por ellos) y que adquieran precisión en las anticipaciones sobre lo que leerán. Esta tarea se realiza sistemáticamente al principio del curso, y paulatinamente se recomienda que cada uno de los alumnos la realice de forma mas abierta y personal, tal como sucede con los lectores competentes. Luego se los invita a realizar dos lecturas del texto, la primera rápida, de corrido y la segunda deteniéndose en analizar el texto en profundidad. En el primer caso, se realizan ajustes en las hipótesis y se identifican algunos componentes importantes (Tema, conceptos, aspectos poco claros, etc.) Durante la lectura analítica se identifican los elementos del texto. Desde las oraciones temáticas (diferenciando conceptos y relaciones) hasta las estructuras que constituyen el texto: microestructura, progresión temática, macroestructura y superestructura, con el objetivo de construir una adecuada base del texto. El análisis incluye, en nuestro caso la objetivación de esos componentes a través de la escritura, por ejemplo redactar la secuencia de proposiciones importantes (macroestructura) y la evaluación conjunta de los productos. En la tabla siguiente se señalan algunas actividades en relación al contenido prioritario al que apuntan. si bien se mencionan contenidos específicos para cada actividad, el proceso apunta a la competencia lectora en su totalidad, ya que no es clara la diferenciación ni la secuencia y los contenidos se abarcan unos a otros. Por último, se procede a realizar la lectura crítica que busca construir el nivel modelo de la situación, estableciendo relaciones entre el contenido del texto y los conocimientos del lector. Se promueve en esta fase, la emisión de juicios sobre, por ejemplo, la calidad del texto (claridad, organización lógica, registro), la autoridad de las Fuentes y argumentos presentados, as! como también precisar opiniones personales y realizar asociaciones con otros textos. También, en este momento, se elaboran textos argumentativos o informativos sobre el contenido del texto, de manera de objetivar las ideas de los alumnos y mejorar la precisión. Se considera que el proceso de escritura favorece la capacidad de pensar críticamente, aclarando las propias ideas y ajustando la comprensión profunda.

Es importante destacar que esta secuencia suele contradecir hábitos comunes de los alumnos, quienes tienden a comenzar por criticar alguna idea del texto en una primera lectura superficial, sin haber logrado una autentica comprensión del desarrollo del tema.

Propuesta Pedagógica para la comprensión de textos científicos

Balance La experiencia ha sido evaluada como exitosa por los docentes y las autoridades de la Universidad. En general, los alumnos acuerdan y acceden a una imagen de sus propios procesos intelectuales mas cercana a la realidad. Toman conciencia de sus dificultades y limitaciones y manifiestan placer al comprobar mejoras en sus capacidades. Se han logrado buenos resultados en los exámenes y tareas realizadas, para la mayoría de los estudiantes. Sin embargo, sigue siendo preocupante la falta de conocimiento sobre el código escrito as! como el poco vocabulario disponible, hecho que no puede resolverse en cuatro meses. Nos proponemos que, habiendo comprobado sus carencias y las posibilidades de mejorar su desempeño y conocimiento, los alumnos continúen en la misma linea de trabajo apoyados por la labor de los docentes de las otras asignaturas. En segundo lugar, llama la atención la actitud de algunos alumnos, quienes niegan el valor del aprendizaje de estas cuestiones, aludiendo a diversas razones. Hay quienes piensan que ya saben leer bien y que comprenden perfectamente, pero en verdad, no identifican el nivel de superficialidad de sus representaciones del contenido del texto. Otros afirman valorar la propuesta, pero le quitan posibilidades de "aplicación" real, ya que leer un texto tres veces, insume una gran cantidad de tiempo que no disponen, por cursar muchas materias 0 trabajar. Por último, algunos plantean que frente a cuestiones básicas de la rama técnica de la ingeniería (análisis matemático, física, química, etc.) la comprensión de textos pierde relevancia. Este argumento contradice los testimonios de los docentes de dichas áreas, quienes aseguran que los estudiantes presentan importantes dificultades para comprender los enunciados de los problemas. Consideramos que dichos alumnos han adoptado un enfoque superficial de la tarea, que nos ubica en un terreno mucho mas amplio que el de la lectura comprensiva y que involucra toda la formación. Se trabajan, entonces, estas cuestiones de forma transversal en todas las materias y mediante un seguimiento personal realizado por el Departamento de Evaluación Pedagógica.

Conclusiones El alumno universitario, futuro ingeniero, deberá manejarse en un mundo profesional competitivo que le demandara una permanente interrelación con el lenguaje escrito, por lo tanto, se hace necesario adquirir y desarrollar las competencias necesarias para participar de dicho "dialogo" entre colegas.

La facultad emprende este desafío para brindar a sus alumnos la oportunidad de aprender estas cuestiones, partiendo de la concientización de la importancia que presentan en la vida estudiantil y profesional. Si bien el balance de la experiencia es positivo, continuamos pensando como potenciar los puntos fuertes de la propuesta para mejorar aún más las estrategias de los alumnos en todos los ámbitos de la tarea académica.

Superestructura textual La superestructura es la estructura formal que representa las partes en que se organiza el contenido de un texto. Es, pues, el esqueleto reconocible que caracteriza un género discursivo, por su forma habitual y por ello convencional de estructurar la información: organiza las secuencias de frases y les asigna una función específica en la comunicación. La noción de superestructura se utiliza en los modelos textuales de la lingüística anglosajona, y en particular en la teoría desarrollada por T. A. Van Dijk (1978, 1980), para dar cuenta de la forma que presenta el conjunto del texto. Según Van Dijk, el texto estructura su contenido en el plano global en dos tipos de estructuras: las denominadas macroestructura y superestructura textuales. Mientras la macroestructura resume el contenido global, la superestructura representa la forma que adopta el discurso. En la superestructura, las frases de un texto se organizan en un esquema constituido por categorías funcionales, unas opcionales y otras obligatorias. Por ejemplo, para las noticias periodísticas, Van Dijk (1978) propone una superestructura hipotética constituida por dos categorías superiores, el resumen y el relato, que, a su vez, contienen otras categorías funcionales: el resumen de una noticia contiene un titular y un encabezamiento; el relato se construye a partir de una situación (que puede constar de un episodio y antecedentes) y de comentarios (constituidos, a su vez, por reacciones verbales y conclusiones). Independientemente de su contenido (es decir, de la macroestructura: se trate, por ejemplo, de un enlace matrimonial, de un acuerdo político o de un descubrimiento científico), el esquema estructural básico de una noticia constituye una superestructura, en el sentido de que siempre presenta el mismo esquema formal. La superestructura como esquema básico que organiza la información contenida en un texto lo clasifica dentro de un tipo. Según Van Dijk, determinados tipos de textos responden a un esquema estructural básico (como la narración o la argumentación), mientras que otros no presentan una estructura convencional clara (el texto poético, por ejemplo). No obstante, puede distinguirse una serie de superestructuras convencionales, es decir, que la mayoría de hablantes de una lengua conoce o reconoce. Algunos autores (Charaudeau, 1992, Charaudeau y Maingueneau, 2002) han planteado el inconveniente de aplicar la noción de superestructura tanto a esquemas de organización del discurso muy generales (la narración, la argumentación) como a géneros de discurso particulares (artículo científico, soneto, etc.). La noción recubre unidades textuales muy diferentes, por lo que parecería más operativo reservarla para la organización de los géneros discursivos particulares, y trabajar con el concepto de secuencia textual en los otros casos. En didáctica de lenguas, las superestructuras esquemáticas ofrecen la posibilidad de elaborar un texto a partir de un esquema preestablecido convencionalmente. Además, el receptor, mediante el conocimiento de la superestructura, puede hacer hipótesis antes de la lectura y durante ella sobre el tipo de información que queda por procesar: por ejemplo, en una receta de cocina, después de los ingredientes, se esperan las instrucciones sobre el modo y el tiempo de elaboración. Por lo tanto, las superestructuras organizan

cognitivamente el proceso de lectura, comprensión y (re-)producción de los géneros discursivos. Partir de estructuras globales en la producción y comprensión de textos, en definitiva, ha permitido determinar estrategias cognitivas y metacognitivas superiores para el desarrollo de la competencia discursiva de los aprendientes.

SUPER ESTRUCTURA TEXTUAL La superestructura es la estructura formal que representa las partes en que se organiza el contenido de un texto. Es, pues, el esqueleto reconocible que caracteriza un género discursivo, por su forma habitual y por ello convencional de estructurar la información: organiza las secuencias de frases y les asigna una función específica en la comunicación. La noción de superestructura se utiliza en los modelos textuales de la lingüística anglosajona, y en particular en la teoría desarrollada por T. A. Van Dijk (1978, 1980), para dar cuenta de la forma que presenta el conjunto del texto. Según Van Dijk, el texto estructura su contenido en el plano global en dos tipos de estructuras: las denominadas macroestructura y superestructura textuales. Mientras la macroestructura resume el contenido global, la superestructura representa la forma que adopta el discurso. En la superestructura, las frases de un texto se organizan en un esquema constituido por categorías funcionales, unas opcionales y otras obligatorias. Por ejemplo, para las noticias periodísticas, Van Dijk (1978) propone una superestructura hipotética constituida por dos categorías superiores, el resumen y el relato, que, a su vez, contienen otras categorías funcionales: el resumen de una noticia contiene un titular y un encabezamiento; el relato se construye a partir de una situación (que puede constar de un episodio y antecedentes) y de comentarios (constituidos, a su vez, por reacciones verbales y conclusiones). Independientemente de su contenido (es decir, de la macroestructura: se trate, por ejemplo, de un enlace matrimonial, de un acuerdo político o de un descubrimiento científico), el esquema estructural básico de una noticia constituye una superestructura, en el sentido de que siempre presenta el mismo esquema formal. La superestructura como esquema básico que organiza la información contenida en un texto lo clasifica dentro de un tipo. Según Van Dijk, determinados tipos de textos responden a un esquema estructural básico (como la narración o la argumentación), mientras que otros no presentan una estructura convencional clara (el texto poético, por ejemplo). No obstante, puede distinguirse una serie de superestructuras convencionales, es decir, que la mayoría de hablantes de una lengua conoce o reconoce. Algunos autores (Charaudeau, 1992, Charaudeau y Maingueneau, 2002) han planteado el inconveniente de aplicar la noción de superestructura tanto a esquemas de organización del discurso muy generales (la narración, la argumentación) como a géneros de discurso particulares (artículo científico, soneto, etc.). La noción recubre unidades textuales muy diferentes, por lo que parecería más operativo reservarla para la organización de los géneros discursivos particulares, y trabajar con el concepto de secuencia textual en los otros casos. En didáctica de lenguas, las superestructuras esquemáticas ofrecen la posibilidad de elaborar un texto a partir de un esquema preestablecido convencionalmente. Además,

el receptor, mediante el conocimiento de la superestructura, puede hacer hipótesis antes de la lectura y durante ella sobre el tipo de información que queda por procesar: por ejemplo, en una receta de cocina, después de los ingredientes, se esperan las instrucciones sobre el modo y el tiempo de elaboración. Por lo tanto, las superestructuras organizan cognitivamente el proceso de lectura, comprensión y (re-)producción de los géneros discursivos. Partir de estructuras globales en la producción y comprensión de textos, en definitiva, ha permitido determinar estrategias cognitivas y metacognitivas superiores para el desarrollo de la competencia discursiva de los aprendientes.

Superestructura

Superestructura de un texto

macroestructura

superestructura

superestructuras