Sujeto Etico

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República Bolivariana de Venezuela Ministerio del poder popular para la educación Universidad nacional experimental ‘’Rafael maría Baralt’’ Programa administración aduanera y tributaria Cabimas - Zulia

El sujeto ético.

Profesor:

Alumno

Índice: 1. Moral y sociedad. 2. La conciencia moral. 3. Conciencia psicológica. 4. Los principios de la conciencia moral. 5. La conciencia como norma de la moralidad. 6. La formación y deformación de la conciencia moral. 7. La libertad: las acciones voluntarias. 8. Diferentes acepciones de la libertad 9. Consecuencias de la libertad. 10. Los valores: la axiología. 11. ¿Qué son los valores? 12. Jerarquía de valores. 13. ¿Valores o actitud?, los estudios de Milton Rokeach. 14. Valor en general y valor moral.

Sociedad y moral: La moral sólo se da en la sociedad humana. Los comportamientos morales, son producto de la evolución social, a partir del ser humano. El ser humano, es grupal e interdependiente, nace, vive y muere en sociedad, más allá de sus ocasionales soledades, nunca el individuo se encuentra aislado de sus semejantes, ni aun queriéndolo. La sociedad en la que está inmerso lo contiene y somete, desde su nacimiento a hábitos, costumbres, formas de comunicación, lenguaje, normas expresas, positivas o supuestas, nada le es ajeno al individuo dotado de razonamiento, eso lo diferencia de las otras especies, y la forma moral de su conciencia es lo que lo destaca absolutamente del resto de los seres vivientes. El fundamento de esa moralidad, se da en la imperiosa necesidad del individuo humano, en vincularse con su entorno, en concordar y pertenecer a su grupo social, su accionar individual, siempre trasciende dicha individualidad y afecta a su entorno, desde que el hombre es un ser social, nunca pudo prescindir de la conciencia moral. Históricamente las sociedades no han podido prescindir de dicha conducta. La moral tiene fundamental importancia en la cohesión de la sociedad, habida cuenta que, si bien existen normas positivas que regulan la vida en sociedad, la moral actúa en forma similar pero afirmando el tejido social, a partir de conceptos morales profundos, la libre convicción y la auténtica conciencia individual.

La conciencia moral: es la evaluación que nuestra inteligencia realiza de la moralidad de nuestras acciones, es decir, de las posibilidades que realizamos, de las que omitimos, y de su repercusión en nosotros mismos, en los demás y en el medio. La conciencia moral es la conciencia de la libertad, conciencia de que no todas las posibilidades de elección son igualmente valiosas. Por eso es especialmente importante plantearnos qué es y cómo funciona. La misma palabra que usamos para referirnos a ella ya nos da una pista: estar consciente significa darse cuenta de lo que ocurre alrededor. La conciencia es una forma de conocimiento o de percepción.

Conciencia psicológica: La conciencia psicológica es un concepto que se refiere a la capacidad de la persona de conocer los procesos internos de su desarrollo psicológico y de establecer relaciones entre esos procesos y su propia vida. Las personas que son conscientes de sus propios procesos psicológicos tienen mayores probabilidades de ser emocionalmente inteligentes, ya que al conocer sus situaciones afectivas y los procesos psicológicos que las organizan, pueden manejar mejor sus emociones y los

comportamientos que surgen de éstas. Este concepto pone la atención en la persona y en sus capacidades propias para desarrollarse y resolver sus dificultades mediante el conocimiento de sus procesos psicológicos y afectivos.

Los principios de la conciencia moral:

La conciencia moral es resultado de un raciocinio del tipo deductivo y que se encuentra apoyado en todos los principios generales de comportamiento que se han designado como sindéresis, además de aquellos que hemos sentado durante el proceso de socialización y que corresponden a nuestra cultura. La conciencia moral se desarrolla en el niño en una forma natural por la acción educadora que va realizando la sociabilización, lo que al parecer es innato, de hecho llega al individuo por una experiencia sensible sobre lo que está bien y lo que está mal, El obrar bien tiene premio y el obrar mal tiene castigo. Sabe que si obra bien y a pesar de ello se le castigue, le llega en forma inmediata un sentido de justicia e injusticia y un concepto de autoridad que impone premios y castigos.

La conciencia como norma de la moralidad: la conciencia es la norma próxima de la moralidad de nuestros actos. Actuar en contra de lo que dicta la conciencia es, en realidad, actuar en contra de uno mismo, de las convicciones más profundas, y de los primeros principios del actuar moral y ¿qué pasa, podemos preguntarnos, con la conciencia errónea? Es decir, la conciencia que equivocadamente cree que un acto bueno es malo o que un acto malo es bueno. Siendo consecuentes con la regla que acabamos de dar, diremos que hay obligación de seguirla, siempre que se trate de una ignorancia que el sujeto no puede superar, porque ni siquiera se da cuenta de que está en la ignorancia.

Formación y deformación de la conciencia: Tiene necesidad de crecer, de ser formada, de ejercitarse en un proceso que avance gradualmente en la búsqueda de la verdad y en la progresiva interiorización de valores y normas morales. Hay que formar la conciencia, y esclarecer el juicio moral. Una conciencia bien formada es recta y veraz. Formula sus juicios según la razón. La educación de la conciencia es indispensable a seres humanos sometidos a influencias negativas y tentadas por el pecado a preferir su propio juicio y a rechazar las enseñanzas autorizadas. En cambio la

deformación se da en nuestra sociedad creencias y convicciones que reflejan, a la vez que causan, el eclipse, la deformación o el embotamiento de la conciencia moral. Este embotamiento se traduce en una amoralidad práctica, socialmente reconocida y aceptada, ante la que los hombres y las mujeres de hoy, sobre todo los jóvenes, se encuentran inermes.

La libertad, las acciones voluntarias: El planteamiento filosófico de la libertad de nuestra voluntad tiene como fin averiguar si ésta procede o actúa necesariamente obligada, o sea, determinada, impulsada por antecedentes a realizar sus actos, o bien si actúa sin ésta determinación, sin estar obligada. En otras palabras, si se determina a sí misma y por sí misma, aun en contra de los antecedentes y aunque se oponga a ellos; si lo hace porque quiere, porque ella decide, porque ella elige, porque ella es "arbitro de su acción" A su vez, lo que el hombre quiere se convierte en un elemento integrante de su propia realización. El querer no deja intacta la vida humana, sino que la va constituyendo en un carácter. No se puede querer siempre lo que se quiere, si no lo que se puede querer. Y lo que se puede querer puede cultivarse hasta llegarse a un dominio de sí mismo, o puede angostarse hasta llegar a una esclavización de si mismo. El dominio de si, que es producto del cultivo, hasta el máximo de la posibilidad de querer, es la libertad. Esta no aparece desde afuera como un postulado ético, si no que surge desde dentro, como característica de la voluntad. La libertad se halla fundada en la volición y; como la volición es tendente, se halla a si mismo fundada en las tendencias, las cuales no constituyen un obstáculo para su libertad, sino que son la condición que la hace posible.

Diferentes acepciones de la libertad: Según las acepciones 2, 3 y 4 su definición, el estado de libertad define la situación, circunstancias o condiciones de quien no es esclavo, ni sujeto, ni impedido al deseo de otros de forma coercitiva. En otras palabras, aquello que permite al hombre decidir si quiere hacer algo o no, lo hace libre, pero también responsable de sus actos. En caso de que no se cumpla esto último se estaría hablando de libertinaje. Pues

la libertad implica una clara opción por el bien y el mal, solo desde esta opción se estaría actuando desde la concepción de la Teleología. La quinta acepción del término define la libertad como la "facultad que se disfruta en las naciones bien gobernadas de hacer y decir cuanto no se oponga a las leyes ni a las buenas costumbres". En base a ello, la protección de la libertad interpersonal, es objeto de una investigación social y política. El fundamento metafísico de la libertad interior es una cuestión psicológica y filosófica. Ambas formas de la libertad se unen en cada individuo como lo interno y lo externo de una malla de valores, juntos en una dinámica de compromiso y de lucha por el poder; las sociedades que luchan por el poder en la definición de los valores de los individuos y de la persona que lucha por la aceptación social y el respeto en el establecimiento de valores de la propia en el mismo.

Consecuencias de la libertad: a) La libertad como disponibilidad para actuar de acuerdo con los propios deseos y proyectos. Es el sentido más común de la palabra, al que nos referimos la mayoría de las veces que aparece el tema en nuestra conversación. Alude a cuando carecemos de impedimentos físicos, psicológicos o legales para obrar tal como queremos. Según esta acepción, es libre (de moverse, de ir y de venir) quien no está atado ni encarcelado ni padece algún tipo de parálisis; es libre (de hablar o callar, de mentir o decir la verdad) quien no se halla amenazado; también es libre quien no esté marginado ni excluido por leyes discriminatorias, quien no padezca los excesos de la miseria o la ignorancia; a su juicio esta perspectiva de la libertad implica no sólo poder intentar lo que se quiere sino también una cierta probabilidad de lograrlo. Si no hay perspectiva ninguna de éxito, tampoco se diría que hay libertad: ante lo imposible nadie es realmente libre. b) La libertad de querer lo que quiero y no sólo de hacer o intentar hacer lo que quiero. Se trata de un nivel más sutil y menos obvio del concepto “libertad”. Por muy atado y encarcelado que esté, nadie podrá impedirme querer realizar determinado viaje: sólo me pueden impedir realizarlo efectivamente. Si yo no quiero, nadie puede obligarme a odiar a mi torturador. La espontaneidad de mi querer es

libre aunque las circunstancias hagan que la posibilidad de ponerlo en práctica sean nulas. Visualiza pues la libertad como una acción humana íntimamente ligada a la voluntad, si bien hay cosas que no se pueden cambiar en el contexto e incluso de la persona, se es libre en tanto que, aún ante esas circunstancias, se elige actuar de determinada manera y como acción personal, se posee esa libertad de reaccionar de determinada manera ante ellas.

Los valores, la axiología: Es la rama de la filosofía que estudia la naturaleza de los valores y juicios valorativos. El término axiología fue empleado por primera vez por Paul Lapie en 1902 y posteriormente por Eduard von Hartmann en 1908. La reflexión explícita acerca de los valores, sin embargo, es anterior a la noción de axiología y puede remontarse a Hume, quien se preocupa principalmente por los valores morales y estéticos y elabora una teoría anti-metafísica y nominalista de los valores. Con todo, la teoría de Hume define los valores como principios de los juicios morales y estéticos, visión que será criticada por Friedrich Nietzsche y su concepción genealógica de los valores, según la cual no sólo los juicios estéticos y morales dependen de valores, sino que hasta las verdades científicas y las observaciones cotidianas responden a ciertos valores y formas de valorar (Irracionalismo Voluntarista, cercano a Schopenhauer, y contrario a la Ilustración promovida por Kant). De acuerdo con la concepción tradicional, los valores pueden ser objetivos o subjetivos. Ejemplos de valores objetivos incluyen el bien, la verdad o la belleza, siendo finalidades ellos mismos.

¿Que son los valores?: Son principios que nos permiten orientar nuestro comportamiento en función de realizarnos como personas, son creencias fundamentales que nos ayuden a preferir, apreciar y elegir unas cosas en lugar de otras, o comportamientos en lugar de otros.

Jerarquías de valores: 1. Valores de lo agradable y de lo desagradable. Los estados afectivos correspondientes son los de placer y de dolor. 2. Valores vitales. De lo noble y de lo común, sano y malsano. Como valores consecutivos se dan los del bienestar y de la prosperidad. Emotivamente, a la intuición de dichos valores corresponden sentimientos de expansión vital y de su regresión, salud y

enfermedad, juventud y vejez, etc. 3. Valores espirituales. Estos valores comprenden los siguientes: estéticos, jurídicos y del saber puro, que se realizan en la filosofía. 4. Valores religiosos. Comprenden lo divino y lo sagrado, y constituyen el rango supremo. Los valores que les son consecutivos son los del culto y de los sacramentos. Los sentimientos que les corresponden son la beatitud y la desesperación, la fe y la incredulidad, la piedad y la impiedad.

¿Actitud o valores?, Los estudios de Milton Rokeach: Afirman que los valores son creencias duraderas por las cuales se consideran un modo de conducta específico o un estado final de existencia, son personal y socialmente preferibles a sus opuestos. Son una cognición acerca de lo deseable o preferible. Poseer un valor implica decir que un sujeto conoce el camino de modo correcto de conducirse o el fin último que desea alcanzar. Milton Rokeach, creó una encuesta, que consiste en dos series de valores, cada uno de los cuales tiene una serie de valor es individuales. Estos son: Valores terminales, son los que se refieren a los fines deseables de existencia; las metas que un individuo quisiera lograr a lo largo de su existencia. Valores instrumentales, se refiere a las maneras predilectas de comportamiento o los medios de lograr los valores terminales de cada uno.

Valor en general y valor moral: No hay mayor acuerdo a cerca de la definición del valor del que hay con respecto a la definición del bien. Pero, en la práctica todos sabemos lo que es valor, y podemos empezar, pues, nuestro examen a este nivel del sentido común. Así mismo se dice que la esencia del valor está en la preferibilidad de un objeto, es decir, en una cualidad que logra atraer la atención y la inclinación de las personas que lo perciben, es pues, una especie de imán que poseen algunos entes, gracias al cual una persona dice preferir ese objeto. Tenemos pues, Valor es todo ente en cuanto que guarda relaciones de adecuación con otro ente (en este

caso el ser humano). El valor reside en las cosas, y consiste en una cualidad por la cual esas cosas son preferibles al hombre, a sus facultades o a su naturaleza. Los valores son tales porque guardan una relación armoniosa con el ser humano. Existe un valor moral específico y peculiar, distinto del empírico-emotivo, utilitario, estético y religioso, en cuanto que corresponde a una experiencia justamente específica e irreductible, que es la l experiencia moral.