Siluetas

Apunte: Silueta Por: Carolina Aubele, Fragmento dellibro – Secretos del vestidor/Eitorial Aguilar El arte del ilusionism

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Apunte: Silueta Por: Carolina Aubele, Fragmento dellibro – Secretos del vestidor/Eitorial Aguilar El arte del ilusionismo

“Nada por aquí, nada por allá”, dicen los ilusionistas, y lo que hacen es desviar la atención de aquello que no quieren que se vea y llevarla hacia otro lado sorprendiéndonos con algo atractivo. Desviar la atención no significa tapar ni ocultar. Cuando se busca ocultar se consigue exactamente lo contrario; lo que se oculta siempre aparece. Si una mujer con caderas muy anchas y piernas corpulentas se pone una falda fruncida o usa ropa tipo cortina, conseguirá llamar la atención sobre esa parte del cuerpo. Lo adecuado es usar sobre esas zonas prendas que es- tilizan y desviar la atención hacia otro lado generando impactos visuales, pequeños destellos de belleza, armonizados en el look total: un lindo escote, por ejemplo, que enmarque bien el ros- tro. Lo que no nos gusta tiene que estar presente pero sin lla- mar la atención. Se trata de mostrar lo bello y disimular o encontrarle un aspecto interesante a lo que no nos gusta. Desviar la atención supone neutralizar: esto puede lo- grarse usando colores neutros, géneros que no tengan mucho brillo ni grandes estampas ni bordados, y prendas holgadas, que no ajusten pero que tampoco tengan mucha tela. Las zonas corpulentas o gruesas pueden balancearse resal- tando las piernas, los hombros o el escote (no todo junto, por supuesto). Pero, atención, una cosa es lucir un lindo escote que deje ver algo de piel y enmarque el rostro con los acceso- rios justos aportando luz, y otra muy distinta usar prendas que tomen al busto como punto de atención, un recurso poco ele- gante que conviene evitar. De lo que se trata es de buscar y acentuar los puntos fuertes y los encantos personales. Todo el cuerpo es potencial para este trabajo: cabello, mirada, sonrisa, rostro, manos, brazos, piel, hombros, busto, espalda, cadera, abdomen, piernas, rodillas, tobillos, pies.

La silueta y la forma integral del cuerpo

La palabra “silueta” nos hace pensar en la forma del cuerpo real. Pero, si hay una silueta del cuerpo real, también hay una silueta del cuerpo vestido. La silueta del cuerpo vestido está determinada por la ropa que usamos, no por el cuerpo real que llevamos de- bajo. El vestido, por supuesto, no puede modificar las caracterís- ticas de la silueta real, pero sí puede replantearla, equilibrando las proporciones, siempre considerando el cuerpo como un todo. Las mujeres tendemos a obsesionarnos con alguna parte que no nos gusta, pero el cuerpo siempre es un cuerpo completo, y no está separado de las actitudes ni de la forma de ser. Mirarnos integralmente, aceptarnos sin obsesiones, sentirnos bien, es lo que hará que nos veamos bien. Y, si además practicamos el arte del ilusionismo considerando el cuerpo en su totalidad y ele- vando su potencial, nos veremos espléndidas. Formas, cortes y prendas para cada cuerpo

Todas conocemos nuestro cuerpo y sabemos lo que nos gusta y lo que no nos gusta de él. El análisis frente al espejo pro- puesto en el capítulo anterior habrá contribuido a precisar ese conocimiento. Por experiencia, por intuición, por ensayo y error, sa- bemos también que hay prendas que nos favorecen y otras que no nos quedan bien o que sacan a la luz aquello que preferiríamos no tener. Una mirada de especialista puede, sin embargo, ayudar a elegir las formas, los calces y las prendas adecuados a las ca- racterísticas personales. A los consejos que siguen, por su- puesto, habrá que considerarlos a la luz de la propia forma de ser, de vivir y de vestir. Cuestión de talle

El talle correcto es el que nos queda bien. No es el número lo que importa; el número nadie lo ve; lo único que se ve es cómo nos queda una prenda. A veces las mujeres preferimos comprar un talle menos del que nos corresponde y nos ponemos contentas cuando en- tramos, apretujadas, en un jean más chico que el que usamos habitualmente. Pero eso, además de provocarnos una gran in- comodidad, no nos hace más delgadas. La comodidad que sentimos cuando una prenda nos calza bien se traduce visual- mente; ganamos en actitud y naturalidad, y también lo perci- ben los demás: es lo que contribuye a que nos veamos bien. En cuanto a los talles especiales, el término hace referen- cia a cuerpos extremadamente altos o bajos, o excedidos de peso. En esos casos, manejar el vestuario tendiendo a lograr la armonía en las proporciones puede ayudarnos a lucir me- jor. Algunos consejos pueden contribuir a elegir las prendas adecuadas. CONSEJOS PARA MUJERES MUY BAJAS

Las bajitas deben evitar todo volumen en la parte inferior de la silueta, porque visualmente tiende a bajarla, y también evi- tar el efecto de bloque completo hasta el piso. Como siempre, una buena idea es atender a la postura: estar derecha y erguida estiliza y otorga altura. �Descartar las prendas amplias abajo, como los pantalo- nes oxford.

�Evitar las faldas y los vestidos largos hasta el suelo. Lo ideal (salvo que la

etiqueta indique lo contrario) son los largos a la rodilla o por encima de ella, con zapatos ade- cuados. �Los abrigos, siempre hasta la rodilla o por sobre ella; los ideales son los francamente cortos, como sacones o blazers. �Los tacos ayudan, siempre que resulten cómodos. Las plataformas no son la forma ideal de elevar la altura. Nunca deberían superar los dos o tres centímetros. Si son grandes, quitan feminidad, desestabilizan la pro- porción vertical y producen la sensación de que nues- tra figura termina antes del suelo, como si estuviéramos subidas a un cajón. �Las rayas verticales ayudan, pero no son indispensables; más bien son parte de un mito. �Hay que evitar los grandes accesorios, como carteras y bolsos muy amplios, que desproporcionan a la figura. CONSEJOS PARA MUJERES MUY ALTAS

Las mujeres extremadamente altas no tienen mayores inconve- nientes, sin embargo una buena idea general es olvidarse de los tacos altísimos y evitar los volúmenes excesivos agregados por la ropa a fin de integrar la altura al aspecto lineal del cuerpo (agregar volumen hacia lo ancho las hace ver demasiado grandes). Otra buena idea general es tratar de mantenerse en peso, para evitar que haya mucho de todo. �En pantalones, son ideales los que estilizan sin agregar volumen: chupines, jeans elastizados, capris. También funcionan los rectos, siempre que no agreguen amplitud al cuerpo. La línea de los pantalones debe mantenerse limpia, esto es, sin pinzas abundantes ni grandes frunces. �Con respecto a las polleras, son aconsejables las faldas lápiz o rectas, a la rodilla o por sobre ella, y también las minis. Las polleras acampanadas, si no son muy armadas y amplias, pueden funcionar, pero de ningún modo si son muy cortas o armadas, ya que las piernas largas hacen que la entrepierna se eleve por sobre lo normal. Los ves- tidos rectos o al cuerpo son también una buena opción. �El largo a la rodilla es ideal. Las faldas y los vestidos lar- gos funcionan si son simples y en tonos neutros. Con las prendas muy cortas, que dejan ver las piernas, es aconsejable usar calzado chato. �El talle tiene que ser justo: las prendas grandes hacen ver más grande a quien las lleva. Remeras, camisas o tops deben ir al cuerpo, sin ajustar: evitar los grandes y holgados. En invierno, conviene que los suéteres y la ropa de abrigo no sean muy voluminosos. �Las carteras y los accesorios extremadamente pequeños se ven desproporcionados. Los accesorios grandes son ideales para este tipo de cuerpo; si esa es la tendencia, hay que sacarle partido. �Conviente atender a la postura para mantenerse derecha y con los hombros relajados: las mujeres altas tienden a encorvarse. CONSEJOS PARA MUJERES CORPULENTAS �Las faldas al bies son más aconsejables que las faldas campana o

extremadamente amplias, ya que se acomo- dan al cuerpo integrando las

curvas. Las faldas rectas también son bienvenidas. �Los pantalones con pinzas y recortes tienden a agregar volumen a la figura. Son recomendables los de corte simple, sin agregados, sin pinzas ni bolsillos. �Conviene evitar las rayas y los estampados grandes. Los lisos de colores que favorecen, bien combinados y con algunos accesorios, quedan mucho mejor que las pren- das con grandes estampas. �Para prendas grandes, los colores ideales son los oscu- ros o neutros. No es necesario caer en el negro o el gris; dentro de los oscuros hay tonalidades maravillo- sas de marrones o verdes, por ejemplo. Por otro lado, se puede lograr una paleta interesante mezclando los colores oscuros con otros más llamativos o claros en prendas chicas o en accesorios. �Hay que anular del guardarropa las camperas o sacos cuadrados, un tipo de corte que no beneficia nada a las mujeres corpulentas. En cambio, las camperas o los sacos un poco más largos, levemente entallados y con un poco de forma, pueden funcionar. �En verano conviene dejar ver un poco de piel. El esco- te delantero, además de dar un marco a la cara, balan- cea las corpulencias. Una buena opción son los vestidos largos con breteles finitos. �Los conjuntos de remerón suelto y pantalón con elás- tico funcionan bien porque el elástico hace que la tela no se frunza tanto y contribuye a lograr cierta amplitud. Esta es la opción a la que más se recurre pero no la más creativa: mucho más creativos son todos los consejos anteriores.