Si Los Tiburones Fueran Hombres

Colegio Santa Cecilia Profesor Camilo Pastén Recabarren Psicología y Filosofía IV° Medio Ética Social Nombre: Fecha:

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Colegio Santa Cecilia Profesor Camilo Pastén Recabarren Psicología y Filosofía IV° Medio

Ética Social Nombre:

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Objetivo: Conocer, reflexionar y aplicar los conceptos de Estado, Democracia y Justicia desde la sociedad actual. Pensarse con un respectivo rol dentro de la sociedad. Instrucciones: Lee el siguiente texto en plenario para luego contestar las preguntas que le siguen.

Si los tiburones fueran hombres —Si los tiburones fueran hombres —preguntó al señor K. la hija pequeña de su patrona—, ¿se portarían mejor con los pececitos? —Claro que sí —respondió el señor K. – Si los tiburones fueran hombres, harían construir en el mar cajas enormes para los pececitos, con toda clase de alimentos en su interior, tanto plantas como materias animales. Se preocuparían de que las cajas tuvieran siempre agua fresca y adoptarían todo tipo de medidas sanitarias. Si, por ejemplo, un pececito se lastimase una aleta, en seguida se la vendarían de modo que el pececito no se les muriera prematuramente a los tiburones. Para que los pececitos no se pusieran tristes habría, de cuando en cuando, grandes fiestas acuáticas, pues los pececitos alegres tienen mejor sabor que los tristes. También habría escuelas en el interior de las cajas. En esas escuelas se enseñaría a los pececitos a entrar en las fauces de los tiburones. Estos necesitarían tener nociones de geografía para mejor localizar a los grandes tiburones, que andan por ahí holgazaneando. Lo principal sería, naturalmente, la formación moral de los pececitos. Se les enseñaría que no hay nada más grande ni más hermoso para un pececito que sacrificarse con alegría; también se les enseñaría a tener fe en los tiburones, y a creerles cuando les dijesen que ellos ya se ocupan de forjarles un hermoso porvenir. Se les daría a entender que ese porvenir que se les auguraba sólo estaría asegurado si aprendían a obedecer. Los pececillos deberían guardarse bien de las bajas pasiones, así como de cualquier inclinación materialista, egoísta o marxista. Si algún pececillo mostrase semejantes tendencias, sus compañeros deberían comunicarlo inmediatamente a los tiburones. Si los tiburones fueran hombres, se harían naturalmente la guerra entre sí para conquistar cajas y pececillos ajenos. Además, cada tiburón obligaría a sus propios pececillos a combatir en esas guerras. Cada tiburón enseñaría a sus pececillos que entre ellos y los pececillos de otros tiburones existe una enorme diferencia. Si bien todos los pececillos son mudos, proclamarían, lo cierto es que callan en idiomas muy distintos y por eso jamás logran entenderse. A cada pececillo que matase en una guerra a un par de pececillos enemigos, de esos que callan en otro idioma, se les concedería una medalla de varec y se le otorgaría además el título de héroe. Si los tiburones fueran hombres, tendrían también su arte. Habría hermosos cuadros en los que se representarían los dientes de los tiburones en colores maravillosos, y sus fauces como puros jardines de recreo en los que da gusto retozar.

Los teatros del fondo del mar mostrarían a heroicos pececillos entrando entusiasmados en las fauces de los tiburones, y la música sería tan bella que, a sus sones, arrullados por los pensamientos más deliciosos, como en un ensueño, los pececillos se precipitarían en tropel, precedidos por la banda, dentro de esas fauces. Habría asimismo una religión, si los tiburones fueran hombres. Esa religión enseñaría que la verdadera vida comienza para los pececillos en el estómago de los tiburones. Además, si los tiburones fueran hombres, los pececillos dejarían de ser todos iguales como lo son ahora. Algunos ocuparían ciertos cargos, lo que los colocaría por encima de los demás. A aquellos pececillos que fueran un poco más grandes se les permitiría incluso tragarse a los más pequeños. Los tiburones verían esta práctica con agrado, pues les proporcionaría mayores bocados. Los pececillos más gordos, que serían los que ocupasen ciertos puestos, se encargarían de mantener el orden entre los demás pececillos, y se harían maestros u oficiales, ingenieros especializados en la construcción de cajas, etc. En una palabra: habría por fin en el mar una cultura si los tiburones fueran hombres. Preguntas: 1) 2) 3) 4)

¿Por qué los pececillos se dejaban dominar por los tiburones? ¿Qué métodos usaban los tiburones para dominar a los pececillos? ¿Qué representarían los tiburones en la anterior metáfora? ¿Qué los pececillos? ¿Qué quiere decir la sentencia “habría por fin en el mar una cultura si los tiburones fueran hombres” al final del texto? 5) La siguiente sentencia: “El poder corrompe, y el poder absoluto corrompe absolutamente” (Lord Acton) ¿Es cierto? ¿Por qué? Un problema para reflexionar en plenario: El argumento de Calicles. Los sofistas griegos distinguieron entre y . Así, Calicles defendió que según esta última lo es que el poderoso tenga más y domine al débil (tiburones y pececillos!); igualmente afirmó que son los débiles los que establecen las leyes de la ciudad , (Cfr. Platón, Gorgias, 483 s.) ¿Tiene razón Calicles?

El Estado ¿Qué es el Estado? Hay muchas formas de considerarlo. A continuación te presento algunas conceptualizaciones del Estado. Se llama sociedad a todo grupo de personas que participan de una cultura común. Una sociedad que tiene un sistema político, autónomo, con sus propias leyes, se tiende a llamar Estado. También se le puede llamar Estado al conjunto de todo este sistema. También se puede llamar Estado a una “centralización del poder”. Es la distinción entre gobernantes y gobernados, aquellos que hacen leyes de aquellos a quienes se les aplica las leyes. Así el Estado tiene éxito cuando puede imponerse ante los gobernados. Por ejemplo, podríamos

decir que en Chile el Estado es aquel que reprime al pueblo Mapuche; o aquél que reprime las marchas estudiantiles, todo esto por mantener la hegemonía. Otra conceptualización de Estado, quizá más completa, es que es un sistema creado en Europa a partir del Renacimiento. Sus características serían: a) Ordenamiento político unitario. b) Poder coactivo (policía, ejército) que garantice el respeto de dicho ordenamiento –Max Weber definió el monopolio legítimo de la violencia. c) Burocracia capaz de administrar los recursos. d) Hacienda pública que los recauda. Thomas Hobbes, nos dice en su texto el Leviatán: La causa final, fin o designio de los hombres (que naturalmente aman la libertad y el dominio sobre los demás) al introducir esta restricción sobre sí mismos (en la que los vemos vivir formando Estados) es el cuidado de su propia conservación y, por añadidura, el logro de una vida más armónica, es decir, el deseo de abandonar esa miserable condición de guerra que, tal como hemos manifestado, es consecuencia necesaria de las pasiones naturales de los hombres, cuando no existe poder visible que los tenga a raya y los sujete, por temor al castigo, a la realización de sus pactos y a la observancia de las leyes de naturaleza. Es decir, el Estado es necesario para el ser humano, porque lo protege de los demás y de sí mismo, ya que, según Hobbes, “El hombre es el lobo del hombre”. Considerando el texto anterior “Si los tiburones fueran hombres”, responde: ¿Cómo es el Estado de nuestra época contemporánea en Chile? ¿Por qué? La enorme capacidad de intervención y control del Estado moderno ha planteado el problema de su legitimación. ¿Por qué debemos obedecer? Hay al menos dos posturas o teorías políticas que hacen una crítica al Estado y proponen una desaparición de éste: El anarquismo: “[…] El Estado es autoridad, es el despliegue ostentoso y engreído del poder. No busca congraciarse, convencer ni consentir. Cada vez que interviene, lo hace de modo singularmente desafortunado. Porque por su naturaleza misma no puede persuadir y ha de imponer o ejercer la fuerza. Por mucho que pueda intentar disfrazar esta naturaleza, seguirá siendo el violador legal de la voluntad humana y la negación permanente de toda libertad. E incluso cuando el Estado emprende algo positivo, lo deshace y estropea precisamente por venir en forma de una orden, porque toda orden provoca y despierta la legítima rebelión de la libertad; y también porque desde el punto de vista de la verdadera moralidad, de la moralidad humana y no divina, el bien realizado siguiendo órdenes venidas de arriba deja de ser bien y se convierte en mal. La libertad, la

moralidad y la dignidad del hombre consisten precisamente en no hacer el bien porque se le ordene, sino porque lo concibe, lo desea y lo ama. El Estado, cualquier Estado –aunque esté vestido del modo más liberal y democrático– se basa sobre la dominación y la violencia, es decir sobre un despotismo que no por ser oculto resulta menos peligroso”. Bakunin, M. “Escritos de filosofía política”. El marxismo “Por su parte, el Estado moderno no es tampoco más que una organización creada por la sociedad burguesa para defender las condiciones exteriores generales del modo capitalista de producción contra los atentados, tanto de los obreros como de los capitalistas individuales. El Estado moderno, cualquiera que sea su forma, es una máquina esencialmente capitalista, es el Estado de los capitalistas, el capitalista colectivo ideal.” Engels, F. “Del socialismo utópico al socialismo científico”. A diferencia del anarquismo, el marxismo considera al Estado (bajo la dictadura del proletariado) como una etapa necesaria para que la clase proletaria salga victoriosa en la lucha de clases y se asiente en la sociedad. Este Estado provisional llevaría a la destrucción de este mismo y se constituirá el Comunismo. Actividad: Imagina una sociedad ideal y descríbela. ¿Qué rol tendría el Estado en ésta? ¿Por qué?