Sharon Page - Un Caballero Seducido

Sharon Page Un libertino implacable, decidido a encontrar el placer a cualquier precio ... Lucien Northcote , vizconde

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Sharon Page

Un libertino implacable, decidido a encontrar el placer a cualquier precio ... Lucien Northcote , vizconde de Pembroke ha visto todo y hecho todo. Los años dedicados a la experimentación y la decadencia lo han dejado en busca de más y más extremos placeres para encontrar su satisfacción . Lo último que esperaba era ser hechizado por una inocente . Pero hay algo acerca de la figura enmascarada que está observando los juegos carnales en las sombras del burdel de la Señora Ivory. Su gran interés desmiente su rubor de doncella, y él no desea nada más que para rasgar la máscara de esa misteriosa belleza, junto con el resto de su ropa. Una inocente que anhela algo más ... Virginal pero aventurera Diana Tiverton anhela por una noche la exploración sexual antes de ser esposada a la cama de matrimonio , y a su apagado prometido, de por vida. Disfrazándose, ella escapa dentro del mundo de la famosa cortesana y hermana, para desde las sombras observar el placer carnal y el vicio sexual. Un contrato secreto entre amantes... Lucien ofrece Diana la oportunidad de una aventura sexual. Pasar tres días en su casa, donde le presentará todos los placeres sensuales exóticos. Pero antes de que sus malvados días de pasión estén al alza, Lucien encuentra para su sorpresa que se está convirtiendo en ... Un Caballero Seducido .

Traducido por Gloria Ochoa (Pippa Webb) 2014 UN CABALLERO SEDUCIDO Prohibida su reproducción y venta. Este libro fue traducido para lectura digital y no impresa, y los derechos son únicamente de la autora Sharon Page Por favor respetar el crédito de la traductora. No hay necesidad de cambiarlos.

Capítulo Uno London, Mayo 1818 “ Todo lo que deseo, querida hermana, es tener una aventura por una noche.” Con un suspiro abatido, Diana Tiverton se dejó caer en el suave sofá-cama del estudio privado de su hermana Ivory. Sus níveas faldas de muselina ondearon, y luego se asentaron sobre sus piernas. El delicado vestido blanco adornado con lazos melocotón hacía lucir cada pulgada como una dulce y recatada señorita — exactamente lo que Diana estaba harta de ser. “ Tu has hecho un enlace muy ventajoso.” Sentada en un sofá rosa pálido, Ivory levantó la tetera de su delicado servicio de té. “ Lo sé. Lo sé” Diana gimió.” Stephen es fabulosamente rico. Voy a ser una condesa. Y voy a estar muy cómoda con él. Pero él es tan aburrido. No siento un poco de pasión por él en absoluto.” “ Y qué tiene que ver eso con un buen matrimonio?” Ivory sirvió el té en dos frágiles tazas de porcelana. Su salón era simple y elegante y uno nunca adivinaría que el resto de la casa contenía un exitoso burdel manejado por Ivory. “ Yo deseo conocer la escandalosa pasión antes de convertirme en una vieja matrona.” Ivory meneó su dedo.” Haz logrado este enlace porque nadie sabe que somos hermanas, pequeña. Estás tomando un terrible riesgo viniendo a verme.” Diana gimió. Aunque pensó que las palabras de Ivory eran ciertas. Nadie de la alta sociedad imaginaría que la joven, e inocente Señorita Diana Tiverton era la medio-hermana de la famosa madame Ivory Wilson. Sus perspectivas de matrimonio desaparecerían si alguien lo averiguara. Pero ese riesgo hacía su plan más emocionante. Diana se sentó.” Sólo deseo ser tu por una sola noche, Ivory. Deseo una noche de apasionada aventura.” Desde luego su Hermana no podía entender sus inquietantes anhelos—Ivory podía tener cualquier apuesto caballero que ella deseara sin temor al escándalo.

El plan malvado de Diana para encontrar emoción era impecable. Tanto ella como Ivory eran altas, rubias y delgadas. Ivory era mayor y más curvilínea, pero con el vestido correcto y con una máscara, quien podría notarlo?. Diana podría pretender ser Ivory y pasearse por el salón de su hermana — disfrutar una parte del aire emocionante y elegante de la seducción prohibida. El corazón de Diana se desplomó cuando vió como Ivory rodaaba los ojos. “ Soy una mujer de negocios, Diana. Muy pocas aventuras pasionales entran a mi vida por estos días. Yo me aseguro de que las necesidades de mi clientela sean satisfechas, cuido de las chicas y mantengo a Bow Street contento. Tu tienes una vistión falsamente romantica de mi vida, querida niña” Ella puso una taza sobre su plato y se lo pasó a Diana.” Y cuando tu esposo descubra que no eres pura, entonces, que harás al respecto?” “ No esa clase de aventura!” Diana casi deja caer su té.” Solo un poco de tentación.” “ Los hombres no vienen a los burdeles por tentación, Diana. Ellos vienen a apagar sus fuegos.” “ Yo solamente deseo ser tu por una noche, Ivory. Tu no te vas a la cama con tus cleintes… verdad?” “ No, Diana, no lo hago. Pero mi trabajo no es tan excitante. O particularmente tentador.” “ Tu tienes la oportunidad de ver a muchos caballeros hermosos en distintos estados de desnudez. Y se que ellos compiten por tus favores tratando de tentarte.” Una sonrisa irónica se arrastró por los labios de Ivory.” Muchos de los pares del reino no son tan atractivos en un estado de desnudez, querida.” “ Bueno, Yo podría escoger aquellos que lo son.” Ivory bebió un poco de su té, entonces negó con la cabeza. “ No lo voy a considerar, Diana.”

Diana se sentó derecha, su taza temblando en su plato.” Podría llevar una máscara —un disfraz. Nadie lo sabrá. Una vez que me haya casado no tendré la oportunidad de tener ninguna aventura.” Su hermana suspiró.” Ese es exactamente el momento en que podrás hacerlo, querida. Como una esposa de un par del reino —una vez que le hayas provisto de un heredero y de un repuesto—podrás tener aventuras y encontrar placer y romance. Pero deberás ser discreta.” “ Pero yo deseo tener una Aventura ahora!” Diana lloró. Ivory habló que los hombres necesitaban saciar sus fuegos, pero Diana también sentía un insoportable calor, una necesidad insoportable. Hasta ahora Stephen solo le había besado la mano — nunca en los labios. Ella deseaba un hombre pecador, un hombre que la tentara a disfrutar de toda clase de cosas traviesas, cosas que ella había oído susurrar en la escuela a la que asistió. Hombres que besaban los pechos de las mujeres—incluso succionaban los pezones! Una mujer se humedecía cuando un hombre desplazaba uno de sus dedos dentro de ella. Y una mujer podía encontrar placer justamente con un hombre experimentado. Ivory le dio una sonrisa paciente que hizo que Diana se retorciera de irritación. “ Tu, mi hermanita pequeña, tienes una oportunidad que ninguna de nosotras —tus medio hermanas —ha tenido nunca —una oportunidad de un matrimonio respetable y ventajoso económicamente.” “ En una unión sin pasión! Al menos tu tienes libertad e independencia.” “ Tu tendrás respetabilidad.” “ Con el precio de mi felicidad.” Ivory rodó los ojos de nuevo. “ Estoy determinada a encontrar esa Aventura, Ivory. Estoy segura que otras madames podrían ser persuadidas para permitirme una noche de peligro por un precio.” Ivory dejó caer su taza en el platillo. “ Muy bien. Al menos en mi establecimiento podré tener un ojo sobre ti. Te vigilaré cada momento

—pretenderé ser una de las chicas —y no dejaré tu lado. Estas serán las reglas que tendrás que seguir y no tratarás de romper ninguna de ellas.” La emoción de Diana por su Victoria, duró poco. Las interminables reglas que Ivory listó eran imposibles! “ No puedo hablar con alguno de los hombres?” “ Ellos reconocerían al instante que no soy yo.” Diana se concentró por un momento, y luego la imitó,” — reconocerían al instante que no soy yo. Lo ves, puedo sonar exactamente como tú.” “ Hmm. Supongo que podrías ser capaz de decir una palabra o dos. Pero no más. Mis chicas hacen los acuerdos con los caballeros. No hay necesidad en que tu converses con los clientes para nada.” “ Estás quitando toda la diversión!” “ Te advertí que tal vez no encontrarías esto tan divertido.” Diana mantuvo su boca cerrada. Ella debía hacerle creer a Ivory que era la que estaba a cargo, pero Diana intentaría al menos filtrear con algún caballero encantador y seductor. Y no habría nada que Ivory pudiera hacer al respecto. ***** Diana contempló el salón sin aliento por la excitación. Había escuchado fragmentos de conversaciones llevadas a cabo entre clientes y las cortesanas. Ellos hablaban con los modales de un salón de baile, pero llevaban a cabo negocios sobre cosas más escandalosas. Ella había aprendido mucho acerca de los encantadores y guapos hombres que rondaban el salón. Por ejemplo, el Conde de Cambridgeshire, un dios rubio y de ojos azules del color de la media noche, con una musculatura digna de ver, tenía una inclinación por la esclavitud. El Duque de Arndrake disfrutaba de una buena azotaina y tenía un adorable y firme trasero. El Sr. Plum tenía la más versátil lengua y la usaba con generoso abandono, amando el olor almizclado del sexo de una mujer. Diana se sentía como una total inocente. Tal vez ella no podría entrar a complacer en un forcejeo sexual a ninguno de esos hombres, pero eran muy atractivos para la vista. Los hermosos ojos azules del conde

podían hacer acelerar el corazón de cualquier doncella. “ Mi querida, estas impresionante como siempre.” Una profunda, y retumbante voz envió un escalofrío de placer bajando por su espina dorsal. Una gran mano descansó momentáneamente contra su trasero, ahuecando la curva a través de sus faldas azul zafiro. Diana giró para encontrarse con la profunda mirada de ojos verdes del Vizconde de Pembroke, brillando en el suave resplandor de las lámparas de la pared. Él sonrió mientras retiraba su mano. “ Señora Wilson.” Besó la punta de sus dedos enguantados. Su corazón se aceleró con el toque de sus labios cálidos. Lo había engañado? Ella llevaba su cabello en el mismo estilo que su hermana y vestía una de las batas de Ivory de corte bajo. Las almohadillas de la blusa levantaban su pecho así que ellos se derramaban generosamente sobre el escote cuadrado tal y como lo hacía Ivory. La tela azul oscuro hacía ver sus ojos con el azul de Ivory y no con su propio color violeta. El vizconde se enderezó. “ Sin embargo no creo haber conocido Aun a la bella dama de blanco.” Ivory! Él deseaba a Ivory. Diana tembló. No podía permitirlo. “ Cuál es su nombre?” Sus dedos recorrieron el interior de su muñeca con seductiva destreza. Un ardiente choque la recorrió desde su muñeca hasta sus regiones más íntimas. Ella tomó un profundo respiro, inhalando la esencia del Vizconde a sándalo y piel limpia. Tenía que darle un nombre.” Angelique” murmuró. “ Virgen? “ preguntó él. “ Una inocente del campo, milord, “ le dijo. “ Yo estaría encantado de expandir la experiencia de tu nueva y dulce inocente..” Era imposible pensar con él acariciando su mano. “ Quizás pueda tomar una chica con más destreza—” “ Ah, pero una inocente es una novedad tan encantadora. “ Él liberó su mano y le dio una sonrisa diabólica.

Rápidamente ella reunió su ingenio.” Lo siento, milord, pero la muchacha ya está hablada para esta noche.” “ Pagaré el doble.” Oh cielos. Podría Ivory, como una mujer de negocios que era, sentirse desilusionada si ella rechazaba esa oferta? “ Nombre su precio, mi Hermosa dama,” él susurró, sosteniendo su mirada intensamente. “ Quizás debería realizar una subasta o presentarle a un caballero más capaz de complacerla,” ella bromeó. Él rio, sus ojos burlones.” Mi querida Sra. Wilson, Estoy seguro que mis diez magnificas pulgadas son más que suficientes para realizar el trabajo.” Ella sostuvo el aliento, maravillada con la de repente visión del estupendo vizconde de anchos hombros desnudo y rampante. Movió sus labios pero ningún sonido salió de ellos. Qué podía decir? El sr. Wembly, un hombre robusto de pelo castaño, aplaudió su mano sobre el hombro de Pembroke.” Vamos, viejo. Vamos a jugar el juego de engaño del ciego” . “ No me interesa, Wembly.” Diana casi se desmayó con alivio —ahora tenía una forma para distraer a ambos, a Pembroke de Ivory y esconderse de la mirada atenta de Ivory. Ella sonrió dulcemente al Vizconde.” Que entretenido. Me gustaría verle jugar, milord.” “ Entonces jugaré,” admitió, galantemente ofreciéndole su brazo. ***** Lucien Northcote, Lord Pembroke se despojó de la ropa con la asistencia de un ayudante de cámara - un servicio competente provisto por Ivory la conveniencia de sus clientes. Ivory tenía un establecimiento magnífico, pensó, mientras le entregaba su camisa. Ella estaba diferente esta noche. Él había sentido la conciencia que

tuvo de él, se dio cuenta del ligero escalofrío que la recorrió mientras murmuraba diez pulgadas. Había retenido el aliento, sus dientes habían mordido su labio inferior. Normalmente, Ivory era impermeable a los encantos de su clientela. Desató los botones de sus pantalones. ¿Por qué estaba diferente esta noche? Lucien se instaló en una silla. El muchacho de las botas se arrodilló y presentó su parte espalda, Lucien plantó su pie sobre la parte trasera del chico y el chico tiró para remover las altas botas Hessians. Lucien se levantó para terminar de desnudarse. Él ya estaba duro – intrigado por Ivory. Su polla se irguió y él sonrió mientras una venda de seda le estaba siendo atada sobre los ojos por gráciles manos femeninas. La expectante cortesana, Sophie, rió y dejó que sus dedos jugaran con su erección antes de que ella lo llevara a las cortinas que separaban el vestidor del salón de baile. Él rebuscó entre las cortinas, el terciopelo rozando su piel desnuda. Las manos de Sophie descansaban sobre sus hombros y luego se deslizó hacia abajo para apretar sus nalgas. Hizo la cortina a un lado y lo empujó hacia adelante. Oyó risas y chillidos al entrar. Tanteó a ciegas hacia los chillidos. ***** El corazón de Diana golpeó, pero ella trató de fingir estar aburrida y cansada y sólo ligeramente divertida. Ocho cortesanas formaron un anillo — cada una era una belleza. La mitad eran bajas y exuberantes, las otras altas y esbeltas. La mayoría llevaban vestidos escandalosamente escotados, se vislumbraban destellos de color rojo que debían ser sus pezones. Pezones inusualmente rojos. ¿Era el deseo sexual que los hacía enrojecer así?. Ella miró hacia abajo- podía ver sus propios pezones si miraba hacia abajo a la parte superior de su vestido, pero todavía eran de color rosa. Aunque estaban duros, como si tuviera frio, y empujaban contra el corpiño de seda. Ella tragó saliva mientras una mujer de blanco se unió al círculo. Ivory. Por un segundo Ivory frunció el ceño y se volvió hacia la cortina de terciopelo.

El vizconde entró, con sus manos extendidas. Diana olvidó respirar. Su miembro erecto se bamboleaba mientras él caminaba hacia las risas, tropezó contra el lado de una mujer de cabello oscuro. La mujer gritó de alegría.” ’Su polla me ha tocado antes que sus manos lo hicieran!” Él la había excitado tanto que la mujer había olvidado hablar como una dama. El vizconde hizo a su” polla” saltar y balancearse y todas las mujeres aplaudieron. Diana estuvo a punto de hacerlo también. Él dio una malvada, y traviesa sonrisa debajo de su venda. Luego se hizo al frente de la siguiente mujer, una rubia voluptuosa. Ella tenía sus manos unidas detrás de su espalda, empujando su escote hacia adelante. Las manos inquisitivas de su señoría se cerraron sobre los pechos regordetes. Él los ahuecó, bajando sus labios sobre la llena y temblorosa carne situada sobre el escote de la mujer. Su lengua trazó el contorno, profundizando dentro del valle entre ellos. Tan rápido como un guiño, la mano de la mujer salió disparada y agarró su erección. Ella deslizó su mano abajo hasta la base, meciendo el saco que colgaba debajo, luego subió su mano y apretó la tensa cabeza. “ Eso es trampa!” gritó la mujer del cabello oscuro. El pánico atravesó a Diana. Se esperaba que ella arbitrara? Y si lo hacía, reconocerían ellos que ella no era Ivory? Antes que ella pudiera actuar,

Antes de que pudiera actuar, la rubia se rio con ganas y retiró la mano. Pero la chica todavía estaba decidida a subvertir las normas, al parecer, porque ella dio a su corpiño un tirón hacia abajo y sus pezones se dispararon hacia arriba y fuera del vestido, aterrizando en la boca de su señoría. Mientras él succionaba el redondo y rojo pezón, los pechos de Diana

comenzaron a doler. El pezón de la mujer creció la mitad de la longitud de su dedo meñique. Ella nunca pensó que pudieran tomar esa forma, y los miró maravillada. Cuando el vizconde pasó sus blancos dientes a lo largo de toda esa longitud, el pecho de Diana se apretó alrededor de su corazón. Por unos segundos, no fue capaz de respirar. Deslizándose lentamente lejos del tirante pezón de la rubia, Lord Pembroke se movió hacia la siguiente mujer. Ésta, una mujer con el pelo de color castaño, se volvió de espaldas a él, sorprendiendo a Diana. ¿La mujer no lo deseaba? Pero la mujer retrocedió hacia él, levantando su falda de color verde oscuro mientras iba revelando su trasero gordo y desnudo. La mujer, que era tan sinuosa como la rubia a su lado, balanceaba sus caderas de lado a lado, golpeando su eje contra sus cachetes. Repentinamente, Diana entendió la curiosa naturaleza del juego. El hombre podía escoger explorar y probar a cada una de las mujeres, pero si una de ellas lo fascinaba, no podría ser capaz de encontrarla de nuevo. Sin embargo, si se detenía antes de la visita a la siguiente mujer en el círculo, podría perderse un especial deleite-y no tener el placer de ser tocado por nueve mujeres hermosas. Lord Pembroke había entrado al espíritu del juego, permaneciendo quieto mientras el generoso trasero de la mujer azotaba su erección. Él atrapó una redonda mejilla en cada mano y amasó la pálida carne. Se dobló y le plantó un beso en la base de la columna, golpeó con fuerza su trasero juguetonamente, y pasó al siguiente deleite. Al llegar a esta mujer, ella se puso de rodillas delante de él, por lo que sus manos se apoderaron de la nada y casi se derrumba hacia adelante. Ella era una mujer delicada, pequeña y proporcionada, y ella sacó un poco su rosada lengua. Cuando su señoría dio un paso para sujetarse, su polla rozó los labios de la mujer. Se detuvo dónde estaba. La cortesana le pasó la lengua a lo largo de la parte inferior de su eje, desde la punta hasta la base y viceversa. Diana casi se desmaya por la sorpresa. Entonces vio a Ivory. Ella estaba mirándola y señalando con la cabeza hacia las puertas tan sutilmente como podía. Pero ella no quería irse. Y era importante que se quedara. Cómo iba a

saber lo que podría pasar en la cama de matrimonio si ella se escapaba ahora? Ella nunca habría imaginado que una mujer pudiera tocar las partes íntimas de un hombre con su boca. ¿Qué sabor tendría?. Su señoría soltó un gruñido gutural mientras la mujer chupaba arriba y abajo del largo eje. Al parecer, a las mujeres se les permitía tocarlo con cualquier parte de su cuerpo excepto con sus manos. La pequeña mujer incluso lamió los cojones. Luego le dio a la punta de su erección un beso húmedo que dejó su cabeza tensa brillando bajo la luz de la lámpara. “ Suficiente,” gritó una pelirroja.” No deseamos que su señoría se venga todavía.” Todas las mujeres rieron. Él se movió a la siguiente mujer —Ivory. Diana peleó contra una oleada de celos. Ella deseaba ser la que estuviera parada allí, no su hermana. Deseaba poder tocar la fascinante polla—recorrerla —ver si se sentía tan pesada y dura como se veía. Desde luego, su hermana podría tener a Pembroke si ella así lo deseaba. Él ya había ofrecido a Diana pagar cualquier precio para tomar a la” nueva” muchacha en la cama. Diana puso una mano sobre su palpitante corazón. Debía negarle su deseo si insistía en escoger a Ivory. Pembroke sonrió malvadamente mientras él tocaba la delgada tela que cubría el redondo busto de Ivory. Sus manos se deslizaban sobre ella con tal deleite, que Diana sintió que era la cosa más sensual que había visto nunca. Pudo ver como las mejillas del rostro de Ivory se ruborizaban, sus labios se apartaban, pero ella no hizo ningún movimiento para excitar al Vizconde. Permaneció pasivamente mientras sus manos la exploraban. Él lo hacía lentamente, con una gracia sensual. No hizo nada más que acariciar el cuerpo de Ivory de una forma tan intensa y erótica, que Diana tuvo que luchar para evitar gemir mientras su deseo ardía por dentro. Pembroke se movió hacia la última mujer. Una pelirroja que vestía un vestido verde con una blusa de gasa fina. Sus pechos eran llenos y redondos, más

grandes que los de Ivory. Mientras él tocaba la delgada tela del pecho de la mujer, Pembroke frunció el ceño. Permitió a sus manos vagar sobre la tela de la misma forma que hizo con Ivory. Exploró el rostro de la mujer —ella llevaba una máscara— y sus rizos rebotaban a los lados. Su mano la acarició entre sus piernas y ella recatadamente retrocedió, luego cayó de rodillas y acomodó su generoso escote en torno a la polla de Pembroke. Su endeble vestido le permitió mover libremente sus pechos, y ella frotó su miembro en el profundo valle entre ellos. Pembroke soltó un gemido lujurioso. “ He hecho mi selección,” él anunció, su voz vibraba con pasión. Lord Pembroke removió la venda de sus ojos, su sonrisa ampliándose mientras su mirada se deslizaba sobre la exuberante pelirroja que había seleccionado. La mujer se acercó —balanceando sus caderas seductoramente — a una silla tapizada, donde escogió una túnica dorada y regresó para vestirlo con ella. Diana se estremeció con anhelo al ver su erección presionando la parte delantera de la túnica, los contornos reflejándose a la luz de las velas suavemente. Sus ojos verdes brillaban con el brillo de las esmeraldas, rodeados por sus espesas y negras pestañas, coronados por las cejas negras y rectas. Deseaba pasar sus manos por encima de su hermoso cuerpo desnudo y explorar. Tocar su espolvoreado bello a lo largo de su pecho y seguir la línea oscura que pasaba por su tenso estómago hasta su largo y fascinante eje que se alzaba sobre una masa espesa de risos negros. Deseaba poder ahuecar sus firmes nalgas y sentir las muescas de sus costados. Dejar a sus dedos deslizarse a lo largo de su mandíbula y tocar la pequeña hendidura de su barbilla. Ardía por explorar este hombre con una urgente necesidad que nunca había sentido antes. Pero él se estaba retirando con la pelirroja pechugona, a disfrutar de indescriptibles deleites con ella. Podría ella, pretendiendo ser Ivory, ordenarle que la atendiera a ella? No. Para comenzar, Ivory la detendría. Y además ella no se podía ir a la cama con un hombre.

Estaría cometiendo un terrible error casándose con Stephen si ella sentía tal enloquecedor y tentador deseo por otro hombre?. Pembroke se volvió y le hizo una reverencia a las damas que quedaron. La primera que él había tenido, una alta con gruesos rizos negros, parecía estar haciendo un mohín. Para perplejidad de Diana él le ofreció el brazo y la mujer corrió ansiosamente a tomarlo. Iba a tenerlas para su placer a ambas! Le dio a cada mujer un beso en la mejilla, y luego la miró a ella — desde luego él pensaba que era Ivory. Diana casi se derrite. Gracias a Dios, no tenía que hablar. Su garganta se había cerrado y su lengua entumecido. La mirada de él encontró la de ella. Él levantó una ceja y le dio una mirada significativa. Luego sonrió. Con una sonrisa tentadora y traviesa. Deseó recoger sus faldas, y bajar de la tarima y besarlo. Ansiaba exigirle que la complaciera a ella. Quería sentir sus dientes en su pezón, sus manos en su trasero, su eje sobresaliente acuñado en el triángulo entre sus muslos. Sin embargo solamente podía permanecer allí sin poder hacer nada y permitir que se fuera. Vagamente ella escuchó risitas y una carcajada. Dos de las otras mujeres corrieron hacia el anillo para tomar el lugar de las mujeres que se iban. A continuación, el siguiente hombre caminó dentro. Diana desvió la mirada hacia el vizconde y sus compañeras de cama — que se habían detenido a ver la siguiente diversión. La pelirroja se había puesto de pie frente a él, sus regordetes pechos aplastados contra el pecho de él, la otra mujer lo abrazaba por la espalda. Estaba intercalado entre las dos, mujeres de grandes pechos y con experiencia. Su mente la torturaba, recordándole con escandalosa claridad cada acto travieso que acababa de presenciar. Ella apartó la mirada del trío. Se quedó mirando el nuevo jugador mientras este se acercaba al anillo. Un hombre rubio. Hermoso. Su pene estaba erecto y grueso, pero no era tan grande como el del vizconde. Aun así, las mujeres le animaban con ardiente entusiasmo. Él era musculoso, ancho de hombros y de caderas delgadas. Su estómago era plano. Se veía sorprendentemente familiar, pero no podía recordar haberlo visto en el salón del sorteo. El hombre se rio mientras trataba de

seguir los gritos alentadores de las mujeres. Con un grito de sorpresa, ella reconoció su risa. La voz de Diana repicó por toda la habitación mientras gritaba,” Stephen!” Capítulo Dos ¿Cómo podía él? Se suponía que iba a casarse con ella ! Ni siquiera la había besado en la boca y sin embargo, él hacía cosas lascivas con otras mujeres? Afectada por los celos, la ira, el horror y el shock, Diana corrió a través de las puertas del salón, por el pasillo, y cayó en el vestíbulo de entrada. Sus rizos rebotaban contra su espalda, liberándose de sus pinzas. Ella recogió el dobladillo de su vestido y se oyó un desgarro. No le importaba. Sólo tenía que escapar. Stephen debía haber reconocido su voz. Stephen - ella no quería ni siquiera hablar de Stephen ! “ Mi querida señora Wilson, cual es el problema?” La seductora y profunda voz la detuvo en seco. El Vizconde Pembroke se apresuró a bajar la escalera de caracol hacia ella, la preocupación dibujada en su expresión. Sus dos cortesanas esperaban en el rellano. El instinto le dijo que siguiera con su mascarada.” Yo sólo tengo que ir a mi oficina” . Su mirada verde parecía penetrar en su alma.” Está llorando.” “ No. No.” Ella escuchó los pasos que se acercaban y supo que Ivory y Stephen debían venir en la búsqueda de ella. Ella se levantó las faldas, corriendo junto al vizconde y se dirigió a la puerta. El sirviente que atendía la puerta la miró con sorpresa.” Debo salir de una vez” ordenó. Para su asombro él obedeció.

Casi se cayó a través de la puerta abierta y se apoyó en la parte superior de los escalones de piedra. La calle estaba llena de carruajes. Había garitos en esta calle, así como otros prostíbulos. Atrás quedó la esperanza de saltar en un coche de alquiler y escapar. Una mano se cerró sobre su brazo. Una sacudida de excitación saltó desde el lugar donde los dedos la tocaron y la recorrió a través de su cuerpo, localizándose entre sus piernas. Ella se volvió, sorprendida, y mirando los hermosos ojos verdes del vizconde. “ Necesito un coche de alquiler” , suplicó. Él se quedó mirándola por un momento, frunciendo el ceño. Luego la empujó por las escaleras, con una mano en su brazo, y el otro alrededor de su cintura. Él casi la llevaba alzada por las escaleras sus pies apenas tocaban el suelo. Se metieron entre dos coches estacionados a la espera en la calle. Ella comprendió que la estaba ocultando, pero ahora estaban peligrosamente cerca del tráfico que pasaba. ¿Y qué podría pensar la gente de los carruajes - al ver a una mujer en un vestido azul escotado corriendo por la calle con un hombre en una bata? “ Este es mi carro. Deja que me vista y yo te llevaré a donde quiera que desees ir” . Temblando, le susurró:” Gracias, milord.” Abrió la puerta y la ayudó a subir. Después de cerrar la puerta detrás de ella, desapareció por la parte trasera del carro. Diana corrió las cortinas a través de las ventanas, y se recostó contra los cojines de terciopelo azul oscuro. Rogó que hubiera podido haber evadido a Stephen y a Ivory. Pero ¿qué pasaría cuando Pembroke volviera? El anhelo que ella había experimentado en el salón de baile se apoderó de ella, llenándola de un doloroso calor entre sus muslos. Ella podría besarlo. Y tocarlo. Diana se retorció en el asiento suave ante la idea. ¿Se atrevería a tocar su polla? Su sentido de doncella le advirtió que no. Eso podría darle otras ideas al vizconde. Él podría pensar que ella era una libertina, deseosa de dejar estar entre sus piernas. El problema era... que se sentía traviesa.

Incluso la suave luz de los faroles del coche acariciando la seda de su vestido la dejaba sin aliento. Una conciencia lánguida de sus sentidos se apoderó de ella. El tacto de la seda contra su piel, la suavidad del terciopelo que cosquilleaba la parte posterior de su cuello, el aroma masculino persistente en su mano y en el carruaje. Incluso el ruido de las ruedas que pasaban parecía vibrar en sus partes íntimas. El carro estaba muy bien equipado, hablaba de una fabulosa riqueza y se adaptaba a su propietario. Sensual, exótico, lo mejor que el dinero podía adquirir. Ella se hundió Aun más en el asiento acolchado, ardiendo de deseo. Tenía que calmarse antes de que regresara. La puerta se abrió. Diana ahogó un grito cuando el vizconde se levantó de un salto y rápidamente cerró la puerta. “ Les dijo usted -?” Ella tragó al verlo con su vestido de noche, su espeso cabello negro ligeramente despeinado, y sus ojos verdes y brillantes. “ No hay que preocuparse. Le dije al Señor Denonshire que la vi correr fuera, pidiendo que la llevaran a casa, y que la he seguido por la preocupación hasta que la vi saltar en un carro de alquiler” . Se sentó junto a ella, cruzando sus largas piernas, y Diana se encontró con los ojos clavados en su entrepierna, recordando la erección notable que había lucido en el salón de baile de Ivory. Ella sintió su mirada en ella y levantó la vista para ver una sonrisa - una divertida sonrisa seductora, torcida levemente en la esquina izquierda de sus labios y se sonrojó. “ Así que... parece que te he salvado” , murmuró. Su sólido muslo rozó su pierna, caliente incluso a través de la falda y de sus pantalones. “ ¿Quién eres tú, mi encantadora dama? No eres Ivory, obviamente” . Su voz era un gruñido gutural. El carro de repente se sintió muy pequeño. Diana tragó saliva. No había nada que hacer más que decir la verdad.” Yo soy su hermana más joven. Su media hermana ».

“ Deja que te vea sin la máscara.” Antes de que ella pudiera protestar, él extendió la mano con perezosa gracia y desató las ataduras. “ Ah. Te reconozco de los salones de baile, querida. Srta. Tiverton, ¿no es así? Y eres la media hermana de Ivory?” “ Oh, no le dirá a nadie, ¿verdad?” Él levantó la mano y le besó los dedos vestidos de seda. « Yo nunca traicionaría la confianza de una mujer” . Para su asombro, él tomó un dedo enguantado en la boca y lo chupó suavemente. Un escalofrío de deseo la recorrió. Ella anheló su perversidad de cuando lo había visto en el círculo de las mujeres en el burdel. Le dolían los pechos como lo habían hecho cuando lo había visto raspar los dientes a lo largo del pezón tembloroso de la cortesana. Ella se quedó sin aliento mientras sus dientes corrían a lo largo de su dedo. Él la soltó, ella quedó con la punta del guante empapado.” ¿Y por qué te hiciste pasar por tu hermana, querida?” “ Quería aventura” , murmuró. “ Intentabas tener un amante?” Sus cejas se levantaron en sorpresa. “ ¡No! Usted verá, se supone que debo casarme con Ste—Lord Denonshire. Pero él es —o mejor dicho yo pensé que él era tan serio y aburrido que yo sólo quería experimentar un poco de emoción” . Sus cejas se elevaron un escalón más alto.” Y no esperaste verlo en el burdel de Ivory?” “ No. Casi no puedo creerlo. Ese hombre me está siendo infiel” . “ Presumiste que Denonshire no perseguía las actividades que pueden ser encontradas en los burdeles?” “ No puedo imaginar que sea como usted.”

Él se echó a reír.” ¿Y cómo soy, querida?” “ Usted... Usted es...” Su mirada lo recorrió sin poder hacer nada desde sus ojos brillantes a su boca sensual, y después, a su entrepierna. No podía empezar a describir lo que era. Experto? Seductor? Tentador? “ No creo que necesites preocuparte de que tu prometido sea como yo. Pero algunos hombres, antes del matrimonio, se sienten tentados a tener una última oportunidad de tener emociones sensuales.” Sus palabras la hicieron sonrojar. Eso era exactamente lo que ella había querido buscar. Ella no tenía derecho a culpar a Stephen – pero eso no significaba que él estaba aburrido con ella? Él pensaba que ella no era apasionada?. Bueno, si él alguna vez hubiera tratado de despertar su pasión, el muy idiota, habría aprendido exactamente qué tan ardiente podía llegar a ser ella. Los dedos de su señoría se posaron en su barbilla, y él le inclinó la cara hacia arriba para que su mirada se encontrara con la de él. El toque envió una onda de excitación a través de ella. Ella se frotó contra el suave asiento, tratando de aliviar la tensión entre sus cálidos muslos. “ Ah, dulzura, si él puede tener su pequeña aventura, ¿por qué no habrías de tener tú una también?” Su corazón se aceleró.” ¿Qué está sugiriendo, milord?” Agarrándola con firmeza por la cintura, la levantó para sentarla en su regazo. El carruaje se balanceó y ella instintivamente se aferró a su cuello. Sus labios amplios, y suaves estaban a escasos centímetros de los de ella. Sus largas pestañas negras envolvían sus ojos verde esmeralda. Él era tan moreno y apuesto —que a ella le picaba por ser besada por él. Sus manos se deslizaron por la cintura y la espalda. De repente, se dio cuenta de algo duro golpeando contra su trasero, donde estaba sentada sobre sus muslos. “ ¿Sientes eso?” , Le susurró él meciendo sus caderas suavemente. De repente muda por el deseo, ella asintió. “ Esto es para ti, dulzura.”

Ella casi se derritió contra su boca.” Oh, pero no puedo, milord. Estoy a punto de casarme y -” “ No voy a tomar tu virginidad, dulzura. Pero no hay ninguna razón por la que no puedas conocer el placer” . “ El placer, milord?” Le temblaba la voz. Él la besó. Sus labios rozaron los de ella en voz baja mientras sacaba su labio inferior en su boca y suavemente aspiraba de el. Temblando, Diana apretó su cuerpo contra él, aplastando sus senos contra su ancho pecho. Él inclinó los labios y la besó profundamente, su lengua deslizándose dentro de su boca y tocando la de ella. Saboreó el brandy y la traza de humo de un cigarro. Mientras su lengua caliente jugaba con la de ella, se acordó de otra pequeña lengua rosada siguiendo a lo largo de la longitud de su pene y ella se sacudió contra su eje. Él gimió en su boca. Deslizando las manos por su espalda, la atrajo más hacia él. Diana se estremeció con dolorosa necesidad, temerosa de que él intentara alejarla. En cambio, sus pulgares trazaron la curva de sus pechos hasta sus picos, dando vueltas sobre el corpiño de seda en espirales suaves. Sus pezones se estremecieron, y se endurecieron. Ella se retorció en su regazo, sujetando sus bíceps para mantener el equilibrio. Sus músculos era duro como una roca bajo sus dedos. Diana dejó que sus manos recorrieran a lo largo de sus fuertes brazos mientras él tomaba y apretaba sus pechos. Ella se alejó de su beso.” Me siento mareada,” susurró.” Pero me gusta” . “ Hay más” . Él se quitó los guantes y los tiró en el asiento junto a él.” Te gustaría tener una aventura que nunca olvidarás?” Ella asintió con la cabeza, sus rizos ondulando. Su sonrisa se convirtió en completamente malvada. “ Date la vuelta, querida, y pon los pies en el suelo.” Ella hizo lo que él le pidió mientras él le levantaba sus faldas. La seda

se extendió sobre sus poderosos brazos, rozando sus muslos desnudos por encima de sus medias. Ella no llevaba ropa interior, y se deleitó con la emoción sin sentido de su piel desnuda contra los pantalones del vizconde. Ella no podía creer que estaba desnudando sus partes íntimas. Se suponía que un caballero ni siquiera podía vislumbrar los tobillos de una dama. “ Delicioso” , murmuró él. Asentando su brazo alrededor de su cintura, la levantó un poco. Su brazo golpeó sus nalgas desnudas mientras la abría y dejaba caer sus pantalones, su aliento caliente burlándose de su cuello mientras él la bajaba de nuevo sobre su regazo. Su pene caliente presionaba su trasero como un hierro al rojo vivo. “ Oh, mi Dios !” “ No te preocupes, dulzura.” Su mano se deslizó entre sus nalgas, abriéndolas un poco. El tirón en su trasero era extrañamente excitante.” Voy a anidar mi polla en el valle de tu encantador trasero. No voy a entrar, te lo prometo.” Su cara ardió. Su eje desnudo de gran espesor se colocó entre sus mejillas y ella se retorció contra él con entusiasmo, emitiendo un gemido profundo. Se sintió urgida - caliente y húmeda entre sus piernas -y comenzó a mecerse suavemente a lo largo de su dura polla acentuando la deliciosa y necesitada sensación. Diana recordó como el trasero de la cortesana morena le daba palmadas con sus mejillas sobre la erección y sintió un chorro de humedad caliente correr entre sus piernas. Ella estaba avergonzada y excitada al mismo tiempo. “ Igual que dos almohadas de satén rellenas.” Su aliento le hizo cosquillas en la oreja. La besó a lo largo de la parte posterior de su cuello, chupando el lóbulo de su oreja. “ Oh, cielos,” murmuró ella. Sus manos se deslizaron alrededor de ella, rozando la seda tensa de su corpiño. Mientras él aliviaba su pecho izquierdo sobre la línea del cuello, ella jadeó.

“ Quiero sentir tu corazón latir” , susurró. Su gran mano ahuecó y apretó suavemente su pecho, su pulgar y el dedo índice pellizcaron su pezón. Diana dejó caer la cabeza hacia atrás mientras su columna vertebral casi se volvía agua con esa sensual caricia. Su otra mano se deslizó hacia abajo, enterrándose bajo sus arrugadas faldas y poco a poco se trasladaron hasta su muslo. Sus dedos rozaron sus rizos íntimos. Un choque eléctrico la envió rebotando contra su caliente y dura polla. El gemido de él la incendió. Ella esperó a sentir sus dedos invadiéndola, —y ella lo deseaba. En cambio, él acarició suavemente los suaves labios, presionando dos dedos a lo largo de la parte superior de su sexo. La presión desencadenó una descarga de placer puro. “ Milord?” Ella habló interrogante, mientras que los movimientos circulares de sus dedos la incendiaban, estaba casi lista para rogarle que la tomara. Un fluido caliente salió de ella y movió sus caderas para que coincidiera con el ritmo de su mano. Entonces él se detuvo. Diana gritó en señal de protesta. “ Es tu turno ahora, dulzura. He mostrado lo que puedes sentir, ahora tú tómalo. Exactamente como tú lo quieras.” Tentativamente, ella se frotó contra sus dedos. Sus piernas se debilitaron, sus pies se estremecieron. Él le besó el cuello de nuevo, y rodó su duro pezón entre los dedos. “ Sí, dulzura. Así como tú lo quieras.” Ella se frotó más fuerte y rápido. La presión entre sus piernas la conducía, y la sensación ardiente de su dura y palpitante polla encajada contra su trasero la dejaba intoxicada por un deseo prohibido. “ Quiero que te cases con Denonshire” , le susurró con voz tensa y erótica,” Cásate con él y dale un hijo. Entonces ven a mí y yo follaré tu pequeño, apretado y dulce coño hasta que se derrita de placer.” . Ella montó su mano lo más fuerte que pudo, sintiendo como si fuera un caballo galopando a la línea de meta. No tenía idea de por qué quería ir más rápido y más rápido, sólo que debía hacerlo. “ Oh, milord -” “ Lucien.” Le pasó la lengua por el interior de su oído. “ Lucien, creo que me estoy... algo va a suceder.” Él pellizcó el pezón y a ella le encantó la intensa y fuerte presión en

el. “ Vas a llegar al clímax, mi dulce.” “ Estoy... voy a... ¿qué?” Ella habló a borbotones, sin aliento entre sus palabras. “ Vas a venirte, ángel. Vas a venirte sobre mi mano” . Ella redujo la velocidad, sin entender, y atemorizada. “ No te detengas, tomate tú misma allí.” Diana obedeció, trabajando más rápido contra sus gruesos dedos. Para su deleite, él comenzó a acariciarla allí también mientras ella se frotaba contra su mano. Ella deseaba escucharlo decir más cosas prohibidas en su oído nuevamente, quería que pellizcara y apretara su pezón palpitante. Como si él escuchara sus propios pensamientos, le tocó el duro pico de su pecho con el pulgar. Y gimió contra su oído.” Fóllate a ti misma, querida. Fóllate conmigo” . Todo explotó. El carruaje voló fuera de la carretera, estalló en pedazos. El mundo se puso al revés. Entonces se dio cuenta de que ella había explotado, no el carruaje. Todo su cuerpo se sacudió locamente contra las manos de Lucien, su trasero golpeando su polla. Vagamente, oyó los gritos de una mujer. Sus gritos de placer. Ella cerró los ojos con fuerza, viendo estrellas, entonces nada en absoluto, mientras ella se derretía sobre su cuerpo. “ Dios, sí,” Lucien gritó, y ella lo sintió estremecer debajo de ella. Si ella no acabara de experimentarlo por ella misma, habría pensado que él estaba sufriendo un apoplejía, y no viniéndose - como lo había llamado él. Su polla se sacudió violentamente en el valle de su trasero. Algo caliente brotó en contra de la parte baja de su espalda. Lucien cayó hacia atrás, tirando de ella contra él, su aliento saliendo en grandes arcadas contra su oído. Ella sintió que su cabello le caía sobre los hombros, miró hacia abajo para ver su falda remangada hacia arriba, - su sonrosado pecho, asentado encima de su arrugado corpiño. ¿Cómo podría ir a su casa? Tenía Lucien incluso la intención de llevarla a su casa? El carro parecía estar lleno de vapor y se sentía húmedo, — casi

pantanoso. Estaba segura de que ella estaba impregnada con su rico y erótico aroma y el olor de su propio placer - en cada centímetro de su cuerpo. El carro se ralentizó. “ ¿Dónde estamos?” Él pasó los dedos por sus desnudos y delicados muslos internos. Ella saltó ante el cosquilleo de sus uñas arañando su piel. “ Mi casa” . “ ¡Ay Dios. Pero, ¿qué... es lo que... quiere decir -?” “ Difícilmente puedo llevarte a tu casa como estas, amor. No esperaba estar acompañado de una dama, pero te puedo asegurar la discreción de mi personal enviándolos a la cama. Entonces te voy a dar un baño y a reparar lo mejor que pueda. Tal vez podamos inventar una historia para explicar el estado de tu vestido” . Oh querido Dios. Pero Diana no quería que Lucien simplemente la limpiara y la llevara a su casa. Ella quería... más. Después de su clímax, cuando pensaba que iba a morir, había estado a punto de quedarse dormida. Pero ahora, su corazón latía con los recuerdos de lo que acababan de hacer. Quería quedarse con él por más tiempo. “ Milord,” le susurró en voz baja :” Mi familia cree que me estoy quedando con una amiga por unos días. Le dije a mi amiga que estaba visitando a una hermana en el campos. Nadie me va a esperar por un tiempo” . Una sonrisa maliciosa brilló por su deliciosa boca.” ¿Qué propones, mi dulce?” “ Unos pocos días juntos. Para tener una aventura.” Terror puro la golpeó ante la perspectiva de que él se negara. Pero él había dicho que quería que ella lo buscara después de que ella se hubiera casado... “ Y esperas que yo preserve tu virginidad durante todo ese tiempo?” La vergüenza se apoderó de ella. Por supuesto, sin duda, él tenía una amante y ella sabía que él se entretenía con cortesanas que lo dejaban tomarlas de todas las maneras imaginables. Antes de esta noche, ella había tenido muy poca idea de las maneras en las que un

hombre y una mujer podían unirse. Deseó poder probarlo todo con Lucien. “ Yo sé que no puedo ofrecerle mucho placer” “ Dulzura, no me he venido con tanta intensidad en años.” Él estiró los brazos hacia fuera a lo largo de la parte posterior del asiento del carruaje, evaluándola. “ Va a ser un delicioso reto. Podría muy bien matarme” . Su última afirmación la hizo sentir muy poderosa y ella sonrió. Una lenta sonrisa, tan malvada como la de él. “ Bienvenida a mi casa, mi querida invitada.” Capítulo Tres Un mayordomo - adormilado abrió la puerta. Diana entró, seguida de cerca por Lucien. Llevaba su abrigo para cubrir su vestido arrugado. A pesar de que el anciano bostezó, estaba segura de que él había notado su pelo enredado. ¿Seguirían ellos llevando el aroma de su aventura sensual? Ella creía que todavía podía olerlo, pero se preguntó si eso era sólo porque nunca olvidaría el sonido de los gemidos guturales de Lucien, su terrenal olor, el calor, y la increíble sensación de liberación. “ Esta es la señorita Temple, Pymm.” Lucien le presentó con gran facilidad, como si no tuviera pecado que ocultar.” Ella fue separada de sus criados y atacada por bandoleros. Afortunadamente yo pasaba por allí a tiempo para rescatarla” . “ Y usted no pudo llevarla a su casa, milord?” “ Buen punto. Eso fue un error.” Lucien se frotó la barbilla, pensando.” Trabajaré en ello. Aun así, la dama requiere un poco de tiempo para recuperarse de su estado” . “ Sí, milord. Un desafortunado suceso” . “ La Señorita... er... Temple está en la necesidad de un baño, y una bata. Ten la alcoba violeta preparada. Voy a llevarla a la biblioteca a tomar un reparador jerez” . Diana sabía que su rostro estaba en llamas mientras dejaba que Lucien la condujera a través de un par de puertas ornamentadas. Una vez que él hubo cerrado tras

ellos, ella preguntó:” ¿ Él lo sabe, ¿no es cierto?” “ ¿Quién? Pymm?” Lucien se acercó al aparador. Ella había notado que él caminaba con gracia depredadora. Era un hombre completamente sensual.” Él va a sospechar algo, pero será discreto. Le pago lo suficiente como para que lo sea. Y vamos a mantener tu nombre en secreto.” Él le trajo una copa de jerez.” ¿Estás segura de que quieres ser mi invitada, señorita Tiverton?” Ella sintió que sus mejillas se ponían de color rosa.” Tal vez deberías llamarme Diana. Oh... sería mejor otro nombre?” “ En privado estaré encantado de llamarte Diana. Aunque suena de lejos más perverso llamarte señorita Tiverton. Más como si yo te pidiera bailar en un salón lleno de gente, cuando estoy realmente preguntándote cómo te gustaría que te hiciera correr.” . Ella se estremeció ante sus prohibidas palabras, su traviesa promesa, y sorbió el jerez. “ Ahora, ¿dónde vamos a continuar con tu aventura?” , Reflexionó, jugando con el pie de la copa de brandy. “ Tiene la intención de hacer más esta noche?” Preguntó ella, emocionada. “ Las mujeres son una delicia, ya que pueden llegar al orgasmo muchas veces. Faltaría a mi deber si no te presentase ese placer” . “ Vas a hacer eso de nuevo?” “ Vamos a hablar de eso durante tu baño.” “ ¿Qué quieres decir con 'durante mi baño'?” Una sonrisa pícara tocó la amplia boca de Lucien cuando un discreto golpe sonó en la puerta. “ Pronto lo verás, dulzura.” Pymm abrió la puerta. “ La habitación de la dama está preparada y el baño está listo” . Diana encontró la mirada verde esmeralda de Lucien sintiéndose un poco culpable. “ Es demasiado tarde para molestar a las criadas para ayudar con el baño” . Después de que Pymm se retiró, Lucien descruzó las piernas y se levantó. “ Por eso no te preocupes, Diana. Yo te ayudaré con tu baño” . *****

Velas rodeaban la gran bañera de porcelana en el centro del cuarto de baño, enviando vacilantes sombras sobre las paredes de color amatista. Un aroma de rosas se arremolinaba desde el agua caliente y colgaba lujosamente en el aire. Un ligero fuego calentaba el ambiente. Lucien metió los dedos en el agua del baño. Una lenta sonrisa curvó su boca. “ Perfecto” . Caminó alrededor de ella y ella se estremeció con anticipación mientras él tocaba sus hombros. Como todo lo que él había acariciado hasta ahora era su trasero desnudo, Diana no estaba preparada para las sensaciones escandalosas que sintió mientras Lucien la despojaba de su ropa. Él trabajó hábilmente con los diminutos botones azules del vestido de su hermana, sus labios besaron la parte de atrás de su cuello mientras trabajaba. Todos esos besos delicados enviaban a sus inhibiciones tambaleándose. Él le había hecho la promesa que no tomaría su virginidad, pero su “ centro” latía con tanta insistencia, que casi quería exigirle que la satisficiese. Oh, cómo le dolía por frotarse contra su mano de nuevo, pero ella sabía que él no tenía la intención de complacerla de la misma manera. No podía empezar a imaginar lo que tenía en mente. Su corazón martilleaba, mientras él dejó que su vestido cayera al suelo. Ella llevaba un escotado semi - corsé sobre sus enaguas y una bata de gasa fina. Él desató los botones con una precisión más veloz que su doncella. “ Lucien...” “ Sí, mascota?” Él le desabrochó el corsé y lo dejó caer sobre la alfombra. “ ¿Tienes intención de unirte a mí en el baño?” “ Sí.” Sus manos le acariciaron los senos a través de su bata. “ Pero no esta noche. Es una aventura para mañana” . Sus enaguas cayeron al suelo con un crujido. Ella dio un paso fuera de ellas, pateándolas a un lado. Ella se agachó para desatar sus ligas. “ Shift, en primer lugar.” Él le cogió las manos. “ Me gusta mirar a una mujer con sólo medias, ligas, y los zapatos.” Ella hizo lo que le pidió. Cuando se soltó el pelo, se dio cuenta que estaba - para todos los efectos - desnuda. Podía ver sus pechos, su vientre desnudo, incluso el triángulo de vello entre

sus muslos. “ Hermosa” . Había una cruda, honesta, y sincera calidad en su voz que la dejó sin aliento. “ Date la vuelta.” Ella hizo una pirueta, su mirada tan íntima como una caricia. Cuando su trasero se enfrentó a él otra vez, puso sus manos suavemente sobre sus caderas. “ Alto ahí. Ahora inclínate, mi mascota, y quítate los zapatos y las medias.” Diana recordó la sensación de su polla hinchada entre las mejillas de su trasero y se estremeció con anticipación mientras bajaba la seda de sus medias, esperando sentirlo de nuevo. Pero él no hizo ningún movimiento hacia ella. “ ¿Quieres privacidad para el baño?” Pensó en enjabonarse sus pechos y sus partes más íntimas frente a su mirada caliente y ella asintió. De repente se sintió demasiado tímida para tocarse íntimamente delante de él. Sin embargo, ella había permitido que la tocara allí. Él ató sus rizos con una cinta. “ Llámame cuando estés lista, Diana.” Él le besó la mano. Ella esperó, sin saber si debía traerlo de vuelta, hasta que él cerró la puerta detrás de él. Con un suspiro, Diana se metió en la bañera, sumergió una pierna desnuda en el calor suave. Una toallita, una vasija para enjuagar y una barra de jabón estaban asentadas en una pequeña mesa junto a la bañera. Cogió el jabón, que olía a rosas de verano. El perfume de Lucien se aferraba a su piel y ella odiaba lavarlo. Diana respiró profundamente, con la intención de recordar ese olor para siempre. Se hundió en el agua caliente. Suaves olas lamieron sus pechos y ella se restregó con la toallita. Su cuerpo estaba excitado y temblando por su propio toque. Se puso de pie, se envolvió en la toalla espesa y caliente que le esperaba. Rozando la toalla sobre su piel hormigueante, se secó rápidamente. Apenas terminó, caminó hacia la puerta y llamó. “ Estoy lista, Lucien.”

Sus rizos húmedos se aferraban a su frente y mejillas. Ella los apartó, sosteniendo la toalla contra ella mientras lo esperaba. Una punzada de decepción la golpeó cuando ella lo vio en su traje de noche. Había esperado que él quisiera andar desnudo, para ella poder verlo como lo había hecho donde Ivory. Lucien envolvió sus brazos alrededor de ella, atrayéndola de forma que la toalla se amoldara contra él. La besó con avidez, y luego dejó descansar su frente contra la de ella mientras susurraba: “ Ahora que estas deliciosamente limpia, ¿estás lista para más aventuras?” Ella asintió con la cabeza, su corazón latía tan fuerte que apenas podía oírle. Él le quitó la toalla, dejándola al descubierto para su mirada apreciativa. Tomando su mano entre las suyas, la condujo hacia el espejo de pie de cuerpo entero. Una pequeña lámpara quemaba en un tocador, bañándolos en una luz dorada. Lo primero que vio fue su propia imagen desnuda. Lucien se puso de pie detrás de ella, su vestido de noche oscuro en marcado contraste con su piel desnuda pálida. Liberó su pelo, la masa húmeda se desplomó sobre su espalda y sobre los hombros. Lo retiró y mordisqueó la nuca. Mientras sus labios festejaban, sus dedos se deslizaron por las crestas de sus pechos. Una agradable agonía debilitó sus piernas mientras él jugaba con sus pezones. Observó, sin aliento, como él ahuecó sus sonrojados senos, apuntándolos hacia el espejo. Sus pezones eran ahora de un rosa oscuro y parecían enormes. Luego se dejó caer de rodillas detrás de ella. Sus labios rozaron su trasero. “ Igual que una deliciosa fragancia, la esencia de una mujer limpia, sin adornos de un perfume” . Besó su trasero. “ Ooh.” Le hacía cosquillas. “ ¿Te gusta eso?” Extendió las mejillas de su trasero, y el tacto de sus manos fuertes separando la carne envió un chorro de humedad entre

sus piernas. La besó a la derecha de su coxis. Luego arrastró sus labios por el valle de su trasero. Oh ! Ella no tenía idea que los hombres hicieran esto a las mujeres. Mientras él la besaba en la parte trasera, sus manos se deslizaron hasta sus muslos internos y un dedo delicadamente le acarició su sexo. Besó la entrada de su fruncido trasero. Ella contuvo la respiración, sorprendida y excitada. Su dedo le separó sus rizos inferiores, liberando un torrente de humedad. Diana se ruborizó ante la sensación de que lo que hacía su mano resbaladiza. Un dedo se deslizó dentro de ella, su pasaje sujetándolo alrededor mientras era penetrado. Él succionó suavemente la abertura de su trasero. Sus piernas se balancearon y rápidamente él movió su mano libre para agarrarla de la cadera y sostenerla. En el espejo, lo vio de rodillas detrás de ella, vio su mano sobre sus rizos dorados entre sus piernas. Sin embargo, aunque la imagen la excitaba, era lo que no se podía ver lo que era tan insoportablemente erótico. Él se deslizó ligeramente dentro de su trasero, masajeando el borde con la lengua. Las ondas de placer chocaron en espiral a través de ella. Ella captó un vistazo de su imagen en el espejo, vio su boca aflojarse, sus labios carnosos y exuberantes, con los ojos medio cerrados. Él hundió su lengua en ella, llenándola de calor húmedo, mientras sus dedos ahondaron profundamente dentro de su pasaje. Sus piernas casi se disuelven debajo de ella. “ No puedo soportar más” , se quedó sin aliento. Lucien interrumpió su íntima caricia y se levantó. Él la levantó en sus brazos y la llevó a la cama. Ella cayó suavemente sobre la colcha de seda violeta mientras Lucien se arrodillaba sobre la cama junto a ella. “ ¿Puedo darte un beso?” Ella se preguntó por qué él lo preguntó, entonces el pensó en sus íntimos besos en su trasero. “ Sí,” ella murmuró, consciente de lo inocente que ella realmente era.

Sus labios se burlaron de ella, alejándose a pesar de que estaba hambrienta de más. Él succionó su cuello hasta que ella gritó su nombre. ¿Quién iba a decir que una boca podía proporcionar tanto placer? En una ocasión había pensado que las bocas estaban destinadas sólo para besar otras bocas. No pechos – él estaba lamiendo y mordiendo sus erectos pezones. Ni su trasero, sin duda. Y ahora él estaba besando su vientre, dejando que su lengua amortiguara dentro de su ombligo. Ella tembló cuando él bajó hacia su sexo. Ella levantó sus caderas, instintivamente sabiendo que ella quería su boca sobre ella. Lucien se detuvo, a escasos centímetros de colocar su cálida boca en su palpitante y ansioso montículo. “ Por favor” , murmuró ella, apartando los ojos, todavía tímida. “ Cualquier cosa para complacer a una dama.” Se inclinó y dejó que su aliento cepillara contra sus labios inferiores. A pesar de ya estar lo suficientemente caliente para estallar en llamas, Diana gimió cuando su calor abrasador la encendió. Él dejó que su lengua se desplegara dentro de ella. Un placer, exuberante y voluptuoso, envió sus caderas arqueándose hacia su boca. Sus piernas se frotaban contra la seda, sus tacones se clavaron suavemente en la cama. Lucien se trasladó hasta la parte superior de su sexo, a su lugar más sensible, y succionó. Una agonía sensual la golpeó, tan intensa que sus músculos gritaban, y ella queda sentada de golpe. Diana tomó su cabeza, sus dedos apretando sobre su grueso cabello. “ No. No.” Él lo hizo de nuevo. Sus caderas se agitaban. Ella vio explosiones de luz detrás de sus ojos. Mientras se recuperaba, le rogó :” Es demasiado fuerte, no puedo soportarlo.” “ Más suave, entonces.” Movió la lengua sobre su clítoris como una suave caricia, su dedo deslizándose dentro de su rico calor húmedo. Su dedo la llenaba, su atormentado nudo la excitaba. Ella meció sus caderas hacia él mientras él deslizaba su dedo

dentro y fuera, mantuvo su lengua inmóvil, apretando contra su clítoris y ella se frotó contra la presión. Él deslizó dos dedos dentro y separó, empujando contra sus fundidas paredes. Sus dedos se enredaron en su cabello sedoso mientras él lamía y acariciaba, lánguidamente, poco a poco, tortuosamente. Ooh. Levantó la boca de ella el tiempo suficiente para susurrar :” Dime lo que sientes” . “ El clímax.” Ella se sacudió desesperadamente hacia su orgasmo. “ Construyéndose” . Movió su lengua sobre ella, deslizando sus dedos dentro y fuera de su húmedo sexo con ganas. Hizo una pausa. “ Cuéntame más, Diana.” “ Estoy cerca.” Él chupó su clítoris de nuevo, y ella encontró esa presión perfecta. Sus manos la tomaron alrededor de sus muslos, ahuecando su trasero. Exprimiéndola. “ Sí, sí. Así que estoy muy cerca” . Su dedo le hizo cosquillas en la entrada sensible de su trasero. Eso despertó en ella todas las formas posibles de placer entre sus piernas. Era tan increíblemente delicioso. Ella cerró los ojos con fuerza. Sus labios se movían pero ella ya no podía hablar. Su cuerpo se sentía entumecido, a excepción del orgasmo de fuego que se comprometía a llevarla. Casi. Su lengua la raspó, ligeramente rugosa – eso fue como el gatillo de una explosión. Ella se vino. Se tambaleó hacia adelante y atrás mientras exuberantes espasmos se apoderaban de ella. Sus caderas se sacudieron de arriba abajo con él. Ella apretó los puños y los metió en el suave cubre cama. Flotaba caliente, sudorosa y agotada - en la ancha cama, cubierta de seda, temblando mientras las manos de Lucien la acariciaban. Él se tendió a su lado, una mano sosteniendo su pecho, la otra apoyada en la parte superior de un muslo.

Quería llorar, se había sentido tan bien. “ ¿Quieres otro?” , Susurró él, su voz llena de picardía. “ Me da un poco de miedo volver a intentarlo. “ Pero esta vez él no se había corrido. ¿Sería muy decepcionante para él? Se dio la vuelta, apretándose contra él, su piel húmeda presionando contra la tela fina de su ropa. Ella luchó contra la somnolencia que se cernía sobre ella. Abrió los ojos y le susurró al oído :” Una mujer puede darle placer a un hombre... um... tomando su polla con la boca, también, ¿no es cierto?” “ ¿Cómo puede una dulce inocente como tú, conocer palabras como 'polla '?” Sintió un rubor cubrir todo su cuerpo. “ La cortesana en el burdel de Ivory.” Ella se apretó un poco más contra él, tratando de presionar su sexo contra su duro eje. “ ¿Recuerdas la que te tocó con su lengua? Eso fue algo que ella hizo para tentarte, ¿no es así?” “ Es algo que los hombres disfrutan.” “ ¿Te gustaría?” Ella sintió que su cuerpo crecía tenso ante sus palabras. “ Diana, creo que has tenido suficiente aventura para una noche. Ha llegado el momento del descanso” . “ Pero tu no te viniste. Y me gustaría intentarlo” . “ No tienes que preocuparse por mi placer” “ Bueno, me gustaría tenerte desnudo para que pueda tocarte. Y —” Al menos él no la estaba mirando a la cara y siendo testigo de su estúpido rubor. “ Y me gustaría saber cuál es tu sabor. Allá abajo” . Él aspiró una profunda respiración entrecortada. Lucien no pudo resistir la tentación. Se incorporó, levantando las manos de ella de encima de él. Mientras salía de la cama, le instó a Diana a rodar hacia un lado. Levantó el cubrecama violeta para que ella se deslizara debajo y sobre las sábanas de seda color crema para que no se enfriase. Vislumbrando el trasero redondeado y sus altos y hermosos

pechos, rasgó con prontitud los botones de su chaleco, deseoso de unirse a ella. El chaleco se perdió sobre la silla en la que lo lanzó. Diana se acurrucó bajo las sábanas y lo observó con una sonrisa de placer. Luchó con los puños de la camisa, la abrió, y salió disparada también hacia la silla de un tiro. Ya se había quitado las botas — las que tomaron demasiado tiempo en salir. Lucien se quitó los pantalones y la ropa interior. Diana se quedó sin aliento al ver su rampante y recta erección. Ella levantó las mantas para darle la bienvenida dentro. Ella era tan adorable. Nunca había tenido una inocente en su casa, en una de sus camas, acurrucada en sus brazos. Y Diana era una delicia. Sus ojos se abrieron con anticipación mientras presionaba sus manos contra su pecho desnudo. Él se apoyó en su codo para dejarla explorar a su antojo. Sus dedos acariciaron los rizos oscuros sobre su pecho antes de que ella los rozara con la boca mientras sus dedos acariciaban tentativamente sus pezones. Lo besó hasta la base de la garganta, y le lamió. Él abría y cerraba los puños, luchando contra el deseo de rodar su sobre ella y hacerle el amor. Sus manos se deslizaron hasta sus hombros, acariciando su amplitud. “ Tú eres más bello que una obra de arte,” susurró ella con las mejillas sonrosadas, dejando que sus manos se envolvieran alrededor de su nuca, donde sus dedos jugaban con el pelo. Lucien se quedó inmóvil mientras pasaba sus manos por la espalda, extendiendo sus dedos sobre los músculos, y después sobre su columna vertebral. Mientras sus dedos se sumergían en el hueco caliente justo por encima de sus nalgas, él gimió de placer. “ Yo deseaba mucho tocarte en el local de Ivory,” susurró ella. Sus dedos presionaron en el estrecho valle entre sus nalgas. Sus

palabras, combinadas con su tentativo toque — su grito emocionado de alegría — casi lo llevó a un orgasmo. Él nunca se había venido sólo por el tacto de una mujer – ni siquiera con su primera mujer. Sus manos se aferraron a su trasero y lo exprimieron. Él apretó y relajó sus músculos, convirtiendo su trasero duro como una roca y después más suave. Eso la hizo reír. Con una sacudida repentina, ella apretó su cuerpo contra el suyo, con las manos en su trasero, sus pechos apretados contra su pecho. Su pene estaba presionado contra la ingle, mecido por los rizos húmedos de su sexo. Ella movió las caderas. Lucien se separó de ella, poniendo un par de pulgadas de seguridad entre ellos. “ Si quieres que conserve tu virginidad, no me puedes tentar así” . Sus ojos brillaban de un color violeta oscuro. “ ¿Quieres... hacer el amor conmigo?” “ ¿Por qué me lo preguntas?” Él le hizo la pregunta con cautela. Se estaba ofreciendo a sí misma porque estaba tan inflamada de pasión? Con la experiencia, él sabía cuándo había que apagar esa llama. “ Eres tan... controlado. Yo no estaba segura de que tu... me desearas” . “ Maldita sea, Diana! Quiero sumergirme en ti y follarte hasta que ambos explotemos” . Observó sus luminosos ojos violetas para ver su reacción ante sus crudas palabras. Ellos brillaban con deseo mientras ella daba un grito ahogado y se retorcía de nuevo. Él no quería que ella perdiera su sensibilidad con ese lenguaje. Algo sobre Diana le hizo creer que ella quería una aventura tan terrenal como la que pudiera encontrar. Él pasó un dedo por su cuerpo, sus pechos, su vientre, haciéndole cosquillas entre sus piernas. “ Todo lo que le hice a tu dulce coño con mi boca y mis manos, quiero hacerlo con mi polla. No soy tan controlado como que crees.” Ella le dedicó una sonrisa traviesa mientras se retorcía hacia abajo de la cama hasta que estuvo a nivel del ojo con su erección. Al toque de su mano, tuvo que ejercer una restricción increíble sobre él mismo. Sus dedos se cerraron en torno a él,

tirando de la piel a lo largo del rígido eje mientras su mano se movió a la cabeza y luego se deslizó de vuelta a la base. La seca y tirante sensación fue una exquisita mezcla de placer y dolor. Su mano agarró la cabeza y apretó. “ Tan suave” . Ella abrió la mano con una risita. “ Húmedo y pegajoso, también.” Se inclinó sobre él, sus labios carnosos a una simple pulgada del llanto sobre su punta. “ Y su olor es celestial” . Lucien se resistió a la tentación de levantar sus caderas y tocar con su polla su hermosa boca. Pero cuando ella lo besó, él arqueó la espalda ante la presión y gimió. Ella pasó la lengua tibia y húmeda sobre la cabeza y por la curva de su eje, al igual que la talentosa cortesana había hecho antes en esa misma noche. Para ser una inocente, ella era completamente temeraria. Sus dedos acariciaron sus bolas, acunándolas suavemente. Sus labios brillantes se separaron y ella se lo llevó a su boca. “ No demasiado lejos” , él le advirtió mientras ella deslizaba su boca a lo largo de él. Pero ella siguió su camino hasta que se atragantó y se tambaleó hacia atrás en estado de shock. Las lágrimas brillaban en sus ojos, una reacción a la presión repentina de su eje en la parte posterior de su garganta. Lucien le acarició el pelo. “ Solo toma la cabeza dentro y fuera y... y succiónalo. Te diré cuándo parar” . “ ¿Pero no necesitas que lo lleve todo adentro?” Ella se sacudió las lágrimas, acostada de lado en la cama. “ No. La mayoría de las mujeres no pueden hacer eso. Usa tus manos alrededor de la base” . Él gimió mientras ella se apoderó de él. “ Dios, sí... acaríciame con la mano mientras me chupas” . Darle instrucciones era tan excitante mientras la tenía para darle placer. Él vio cómo su gruesa, e hinchada polla sumergirse entre los labios de color rosa. Ella tenía sus ojos casi cerrados, sus pestañas rizadas color ámbar contra sus mejillas sonrojadas. Los rizos enredados de su cabello cayeron sobre el rostro de Diana y le hicieron cosquillas en la ingle. Ella succionó con más fuerza, y luego lo soltó con un sonido como un chasquido, y

rápidamente tomándolo dentro nuevamente. Él se iba a correr en cualquier momento. Agarrando su cabeza con suave presión, él la detuvo. Ella levantó la vista, los ojos interrogantes e inocentes. Bebiendo de las abundantes curvas de sus pechos desnudos velados por su salvaje pelo, Lucien dobló el dedo. “ Ven aquí y dame un beso.” Él envolvió su mano alrededor de su erección — dándose a si mismo el éxtasis mientras devoraba la boca de Diana. “ No estuvo bien?” Ella depositó las manos sobre su pecho, su cuerpo estirado sobre el suyo. “ Fue el puro paraíso.” “ Pero no te has corrido.” “ No en tu boca, dulzura. Podría no gustarte.” Ella lo besó en la mejilla, pasando su mano sobre su pecho desnudo. “ ¿Qué vas a hacer?” “ ¿Recuerdas en el carro?” “ Sí,” ella respiró. Él dio un largo y lento, tirón con su mano apretando, y ella dio un gemido respondiendo al de él. Ella envolvió su mano alrededor de la de él, siguiendo su movimiento. La agonía sexual se disparó a través de él, e hizo una mueca. El jadeo de placer de ella envió a su mano a bombear más duro y más rápido. Su respiración irregular se mezcló con el dulce aroma sudoroso que ella despedía, el rico aroma de su placer. Sus músculos se tensaron, mientras se construía su orgasmo. Justo cuando estaba llegando a su mejor momento, Diana se inclinó y cerró su boca alrededor de la explosiva cabeza de su pene. No pudo controlarlo, él explotó, y su semen caliente salió disparado. Diana no retrocedió - tragó y le chupó suavemente mientras las últimas gotas eran bombeadas. Ella apoyó la cabeza en su pecho y le acarició el cabello. “ Dulzura.” Él besó la parte superior de su cabeza. ¿Podría una mujer inocente que buscaba solo una aventura traviesa hacer algo tan íntimo? Para que ella lo degustara, y lo tragara, era un gesto de confianza, de amor, que él se preocupó de que ella pudiera estar buscando más de lo que él le podía dar. ¿Cómo veía ella esta noche de placer? Lucien se incorporó, retiró

cuidadosamente las mantas. Fue por un vaso de agua y lo trajo de vuelta, entregándoselo a Diana. Mientras bebía, le besó la parte de atrás de su cuello, sobre su piel como el satén caliente. “ Tienes que dormir, dulzura.” “ ¿Te quedarás conmigo?” Vaciló y luego murmuró, “ Sí” . Sacó las mantas sobre ellos, persuadiendo a Diana para rodar sobre su lado y así poder abrazar a su espalda y a su trasero. “ Quiero dormir contigo,” murmuró ella, con su voz suave y somnolienta. Le acarició el pelo, y pasó la mano por sus hombros. Su pene suave estaba ubicado contra su curvilíneo trasero. Sus largas piernas encajaban perfectamente contra las de ella. Cuando se durmiera, él volvería a su propio dormitorio y pasaría la noche allí. Pero mientras ella respiraba suavemente, su cuerpo se relajó totalmente en el sueño, y él no pudo soportar la idea de irse. Capítulo Cuatro Él permanecía tendido sobre su estómago, con un brazo musculoso arrojado sobre su cabeza. Apoyada en un codo, Diana escuchaba en silencio. Oía su suave y constante respiración. Lucien seguía durmiendo. Conteniendo una risita traviesa, ella descorrió las sábanas de seda hasta la parte inferior de la enorme cama. Se arrodilló junto a él, atemorizada ante su belleza. Su cuerpo desnudo era una obra de arte. Levantó su mano una pulgada levitando sobre su piel, pero no tocó los cálidas y amplios planos de su espalda. Se moría por acariciarlo, pero no quería despertarlo todavía. ¿Y si su aventura escandalosa se disolvía a la luz del día? ¿Y si él decidía enviarla a su casa, después de todo? ¿Qué podía hacer ella para convencerlo de que la dejara

quedarse? La luz de la mañana se arrastró alrededor de las cortinas oscuras. Indefenso mientras dormía, Lucien ya no parecía tan diabólico. Aunque todavía se veía fuerte, hermoso, viril, y tentador- ella ahora lo veía más como un hombre de verdad, no como una fantasía hecha realidad, de la forma en que le había parecido la noche anterior. Y un hombre de verdad no podría hacer exactamente lo que ella deseaba. Un hombre de verdad tenía una mente propia. Diana se inclinó para estudiar su expresión de satisfacción. Una débil sonrisa curvaba sus anchos labios. Sus pestañas oscuras, estaban extendidas sobre las mejillas. Desde luego, parecía feliz. Y desgarradoramente dulce. Era emocionante tener a un hombre desnudo para explorar, por lo menos ella se lo podía devorar con los ojos. Su espalda la embrujaba con sus amplios planos de músculos que se estrechaban severamente hasta la cintura. La profunda curva en la parte baja de su espalda era del tamaño perfecto para que sus labios cupieran allí. Su piel era bronceada contra el color crema pálido de las sábanas. Una de sus piernas tembló. Conteniendo el aliento, Diana se tensó, esperando que él hiciera más movimientos. Lanzando un gruñido profundo, y suave regresó de nuevo a su sueño, sus largas extremidades relajadas. El olor de su lujurioso placer Aun permanecía en la habitación. Lamiendo sus labios, ella todavía podía saborear su piel cubierta de rocío y recordar la sensación de la cabeza de su polla en su lengua — como la seda estirada hasta el límite. Ella se estremeció, tomó una respiración tranquila y profunda mientras su mirada iba más abajo. La visión de su trasero desnudo la tenía luchando por no babear. Firme, suave, con curvas. Los músculos que parecían diseñados con el propósito de bombear su pene profundamente dentro de ella. Músculos duros como el hierro. Oh, la maldita sociedad y sus estúpidas reglas de que las mujeres solteras deben ser vírgenes! Sus dedos se cernían sobre su espalda, con ganas de seguir la

línea que bajaba hacia su perfecto trasero. Ella nunca soñó que el trasero desnudo de un hombre sería tan tierno y adorable, además de sexualmente provocativo. Ella ciertamente nunca contempló el hecho de apretar un trasero masculino en un salón de baile! Pero ahora ella pensaba que iba a explotar de impaciencia si no tomaba el riesgo de despertarlo tocando su retaguardia. Un besito en una de las mejillas de su trasero no lo lastimaría. Presionó sus cálidos y suaves labios sobre su parte más firme. “ Buenos días.” Con un jadeo, Diana miró hacia arriba. Lucien se apalancaba a sí mismo en sus rígidos, y fibrosos brazos, mirándola a los ojos con una sonrisa mientras se daba la vuelta para enfrentarla. Tenía el pelo negro como la noche cayendo sobre la frente. Una sombra de rastro oscuro cubría sus mejillas y el mentón. Diana se atragantó con un soplo de ingestión. Nunca había visto a un hombre despertar—o casi despierto de su sueño—. Su mirada se clavó en su espléndida erección. “ Buenos días. “ Tratando de ser descarada, ella deslizó la mano por su dura y temblorosa polla. Sus dedos se cerraron alrededor de la cabeza palpitante y la exprimió. Lucien dejó caer la cabeza hacia atrás y soltó un gruñido de placer. “ Dulzura! No me hagas reventar todavía.” Ella agarró su pene lo suficientemente duro para sentir el pulso contra su palma. “ ¿Por qué no?” Él se rio y la atrajo hacia abajo encima de él, y luego le dio la vuelta para que ella cayera sobre las sábanas de seda debajo de él. “ Eres el más hermoso espectáculo que me ha despertado nunca.” Se inclinó sobre ella y chupó cada uno de sus pezones a su vez. Halagada, Diana trazó la curva de su espalda y gimió con sorpresa mientras él pasaba sus dientes a lo largo de su duro

pezón. Bajó sus dedos a lo largo de su columna vertebral, arrastrando sus dedos hacia abajo, hasta que pudo captar su fuertes glúteos apretados. Un deseo ardiente la atravesó mientras su polla cepillaba contra el interior de su muslo. Estaba mojada, empapada. Si ella empujaba su trasero hacia abajo, él se hundiría en ella. Profundo, muy profundo dentro de ella. No. No. No. Pero la lujuria le provocó valentía y Diana presionó las yemas de los dedos sobre su duro trasero. Humedeció su dedo en su caliente grieta, meneándolo hasta que encontró su apretada entrada. “ Querido señor” . Un destello de deliciosa agonía profundizó el esmeralda de sus ojos. Él le chupó el pezón con tanta fuerza que ella temió que se lo arrancaría. Al soltar el tierno pezón, apoyó la cabeza junto a la suya. “ ¿Sabes lo mucho que puede excitar a un hombre ser tocado de esa manera en el culo?” Su voz ronca la hizo sentir un escalofrío que llevó un hormigueo entre sus piernas. “ Verdad?” , Susurró ella. “ Verdad. Hay un pequeño sitio en su interior que es muy sensible, si sólo lo tocas, me harás eyacular en un instante” . Curiosa y ansiosa, lo instó: “ Muéstrame dónde está. Enséñame” . “ Creo que esa lección se debe dejar para otro día, Diana.” “ Sólo desearía que las mujeres casaderas no tuvieran que ser virginales,” ella se quejó, retorciéndose de deseo frustrado. Sus caderas se sacudieron hacia adelante, provocativamente acariciando su larga y rígida polla a lo largo de sus rizos inferiores, angustiosamente cerca de tocar el lugar que le dolía por tenerlo dentro. “ Casi no puedo esperar para que estés casada,” él estuvo de acuerdo. Él se apretó contra ella, sujetando su erección entre sus estómagos, su boca buscando la suya. Pero a medida que su líquido humedecía la curva de su vientre, él se alzó. “ No me

atrevo a arriesgarme a estar lo suficientemente cerca para dejarte embarazada” . Eso la asustó. Ella se movió a unos centímetros de distancia. “ Tendremos cuidado, ángel. No te preocupes” . Sus intensos ojos verdes buscaron los de ella. “ Así que, señorita Tiverton, te despertaste sexualmente excitada?” “ Sí, mi lord Pembroke.” Ella se sonrojó, bajó las pestañas.” Yo creo que sí.” “ ¿Qué habrías hecho, Dulzura, si yo no estuviera en la cama contigo” , se preguntó, con un tono suave y burlón. “ ¿Qué quieres decir?” Obviamente sufrir! “ Te complacerías a ti misma?” Su dedo separó sus rizos, entró en su húmedo calor y se agitó. “ Cielos, no! Incluso los hombres no se supone que hagan eso.” “ Tu me viste hacerlo anoche.” Lucien la besó en la frente.” Y en el carruaje, tu estuviste en esencia, dándote placer a ti misma – masturbándote – contra mi mano. Es una buena manera de liberar el deseo cuando se vuelve demasiado intenso” . El corazón de Diana se hundió. Él le estaba enseñando a sobrevivir sin él. Él debía estar planeando enviarla a su casa. Pero entonces, en la tenue luz de la mañana, vio la reluciente anticipación en sus ojos. Verla dándose placer a su propio cuerpo debía ser otro juego erótico para él. Lucien acarició el ardiente nudo en el pico de su sexo, fundiéndose con su resistencia.” Es una pena que las jóvenes decentes no sean alentadas a jugar con ellas mismas.” Ante esa traviesa idea, Diana contuvo una risita nerviosa. Un deseo caliente y embriagador se precipitó sobre ella, pero, por primera vez, sintió miedo. Las mujeres no hacían tales cosas.” ¿Debo usar mis dedos?” Su polla se sacudió hacia arriba con su pregunta.” Sí. Eso para comenzar” . Eso la sorprendió. ¿Qué otra cosa iba a usar? Era imposible que pudiera usar su propia lengua.

Lucien guio sus dedos a la parte superior de su sexo.” A la mayoría de las mujeres les encanta tocar su sensible clítoris. Acariciarlo. Dejar que sus dedos lo rodeen y se burlen de él. Intentar capturarlo entre dos dedos.” Ahora completamente avergonzada, ella negó con la cabeza.” ¡No puedo!” , Se lamentó. “ No delante de ti. Sería... demasiado malo” . ¿Cómo podía ser una inocente tan deliciosamente desinhibida en algunos aspectos, pero en otros no? Lucien se sacudió un errante mechón que le caía sobre los ojos con el fin de disfrutar del espectáculo de Diana ruborizada por debajo de él, tanto con su mano como con la de él enterradas entre sus rizos dorados. Sin embargo, ella había sido lo suficientemente atrevida como para jugar con su trasero, algo que era un sensual truco que a él siempre le había gustado. Le sorprendió que ella hubiera querido hacerlo. Recientemente, se había dado cuenta que requería el doble de estimulación para llegar al orgasmo. Se había vuelto demasiado cansado, demasiado viejo, demasiado saciado con la mayoría de tipos de sexo. Las chicas de Ivory podían inventar cualquier cantidad de trucos para hacer que se viniera con sus dedos o con diversos juguetes, pero él las hacía trabajar en ello. Con Diana, su delicada doncella, era exactamente lo contrario— vivía al borde del orgasmo ante su más mínimo toque. “ ¿Te gustaría que nos viniéramos juntos, mascota?” La besó en la cálida mejilla rosada. Ella vaciló, luego asintió con la cabeza, con el pelo revuelto ondeando sobre la arrugada almohada. Se apartó de ella, tirando de ella sobre él, así que se extendiera a través de él, con sus dorados cabellos cayendo por todas partes.” Siéntate en mi cara, mascota.” “ Sentarme dónde?” Jadeó. Le dio una palmada juguetona en las nalgas.” Deja que te devore. Déjame probar tu deliciosa miel.” Con una risita, hizo lo que le pidió. Su bonito rubor le intensificó

su tez de melocotón y crema. La luz del día tornó las hebras de su cabello en un velo dorado. Sus pechos colgaban sobre él mientras ella se colocaba a si misma, los pezones erectos y recortados por la luz plateada. Su dulce abertura le miró a la cara, su primigenia fragancia aguijoneó sus instintos más bajos. Su polla se levantaba para hacerla gritar de placer y su cuerpo le exigió que lo utilizara. Llegó a dominar el impulso, gimiendo de dolor silencioso. Su predicción sólo podría resultar correcta. Preservar la virginidad de la señorita Tiverton durante los próximos días podría terminar matándolo. Él era, después de todo, sólo un hombre. “ Date la vuelta, Diana, y pon tu precioso coño justo sobre mi boca.” Ella obedeció. Y se rio.” Ooh. En el espejo. Puedo vernos” . Él levantó su trasero e inclinó su cuello, pero no podía ver.” Describe lo que ves para mí” . “ Estoy sentada en tu cara!” “ Una delicia. Pero tal vez algo un poco más poético, Dulzura? Están tus impertinentes y lindos pechos ruborizados por el placer? Están tus pezones duros y rojos señalando hacia el espejo?” Ella se retorció contra él, su caliente montículo bailando sobre su boca hambrienta. Él chupó los labios colgantes, listos con sus jugos seductores, su lengua separándolos y chasqueando sobre sus paredes aterciopeladas. Él la levantó ligeramente de nuevo.” Toca tus senos mientras yo te como. Juega con tus pezones. Mírate mientras te complaces a ti misma” . Ella gimió. Su polla saltó mientras él imaginaba sus dedos apretando las delicadas puntas rosadas de sus senos. La Srta. Tiverton tenía unos pezones deliciosamente delicados. “ Puedo ver sólo tu barbilla,” jadeó ella, obedientemente informándolo de lo que veía.” El resto de tu cara está enterrada

en mi-” Sus palabras se disolvieron en un gemido cuando su dedo bromeó contra su clítoris. Una vez más, él la levantó.” Toma mi polla. Juega con ella” . Él la empujó hacia abajo, sujetando sus manos sobre sus muslos lisos. Su boca sellada sobre su apretado, y caliente montículo, torturándola. “ Yo podría tomarte en mi boca” , sugirió ella en tono ahogado.” Yo te complazco con mi lengua, mientras tú me haces lo mismo a mí.” Su polla se hinchó a reventar ante sus palabras. Sí, por favor, querida. Sin ninguna explicación, ella lo comprendió. Él se maravilló de su innato sentido sexual, y de su carácter desinhibido. No era de extrañar que casi saliera disparado como los fuegos artificiales ante su toque entusiasta. Su cuerpo intuitivamente apreciaba una mujer que verdaderamente disfrutaba del sexo. Lucien se armó de valor mientras sus dedos se envolvieron alrededor de su erección. Él luchaba por mantener el control mientras la palma de su mano rozaba el húmedo y pegajoso estómago y se envolvía alrededor de su eje distendido. Diana levantó la polla y la sensación de ser empujado hacia su boca envió un gemido sobre su fundido coño. Sus cálidos labios se cerraron en torno a él. En medio del orgasmo, se encontró con que su boca estaba hambrienta del mojado, pegajoso, y exuberante contacto tanto como su polla lo ansiaba. Necesitaba reclamar la boca de esa mujer, succionar el pezón, y lamer su cuello arqueado mientras él llegaba a su clímax. Enterrar su cara en el goteante coño de Diana mientras él se corría sería un puro deleite. Sus pechos suaves rozaron su estómago mientras se deslizaba a lo largo de su cuerpo y se tragaba su polla en profundidad. Los dientes rozaron su eje, enviando un escalofrío de placer a través de su cuerpo. Agarrando su redondo trasero, Lucien la meció

contra su boca. Ella detuvo la succión mientras jadeaba y gemía en torno a la grande y roma cabeza de su rígida polla. Él le dio una palmadita en el trasero, recordándole complacerlo como estaba haciéndolo él con ella. “ Sí, milord.” Ella apretó las garras de sus labios, girando su lengua alrededor de su pene. Luego empujó su lengua suavemente en el ojo de la punta. Casi lo hizo detonar. Oh Señor, la mujer era pura naturaleza. Lucien deslizó su lengua profundamente en ella mientras sus dedos rasparon su clítoris, impulsándola hacia otro ferviente clímax, sabiendo que él estaba a punto de explotar en un instante. Los dientes de Diana le arañaron mientras arqueaba hacia atrás la cabeza y lanzó un grito de éxtasis alrededor de su eje. Su cuerpo se retorcía sin control. Ella tenía un coño tan fuerte que le tiró de la lengua. Cuando ella explotó, él también lo hizo. Movido por el poderoso clímax la lagrimas lo atravesaron, Lucien las contuvo, enterrando su cara dentro de ella. Diana se desplomó hacia adelante, extendiéndose sobre él, respirando trabajosamente. Él hizo lo mismo, aspirando su aroma de embriagador placer con cada jadeo. Sus manos descansaban sobre su espalda, acariciando la línea cubierta de rocío de su columna vertebral. Aturdido. Exhausto. Contenido. Anticipando su próximo combate. Enseñarle a una hermosa inocente estaba demostrando ser una lección para él también. La lección de qué tan entusiasta, ansioso y orgásmico Aun podía ser él. ***** “ Es el momento de darte de comer, Dulzura. Mantén tus fuerzas” . Diana levantó la cabeza con un sobresalto. Ella había estado flotando en un sueño, extendida junto a Lucien en el lecho húmedo y desordenado. Cuando él se sentó, ella rodó sobre su espalda.

Con suavidad, y ternura, él le apartó el pelo de los ojos. Una sonrisa de ángel caído se dibujó en sus labios mientras se bajó de la cama, y continuó, “ Pero es una tortura dejarte sola en esta cama.” “ Tengo hambre, Lucien.” Ella se tocó el retumbante vientre. Ella vio las marcas en su enrojecida piel sobre las sabanas arrugadas, manchas rojas moteadas por la succión de sus labios. El se inclinó y le dio un rápido beso en su vientre húmedo, justo debajo de los dedos de ella. “ Mientras que yo creo que podría vivir de sexo. Contigo” . Él se echó a reír.” Una mirada de puro pánico acaba de atravesar por tu rostro. Es tal vez por no recibir alimentos? O por la idea de tener más sexo conmigo?” Había sido por la palabra sexo. No había pensado exactamente en sus juegos como estar teniendo sexo. Sin penetración real y sin la pérdida de la virginidad, su diversión parecía inofensiva-no tan grave como tener relaciones sexuales con un hombre antes del matrimonio. Con un hombre que no era el prometido de uno. Pero ella había, de hecho, tenido relaciones sexuales. Y codiciaba más. Pero las preocupaciones más inmediatas tenían prioridad. Su estómago gruñó en voz alta. “ La comida primero, entonces. Más sexo, más tarde. Después del desayuno?” Él la miró con una expresión esperanzada y atractiva. Ella se rio.” ¿Vamos a quedarnos en la cama todo el día?” “Sólo tengo unos días contigo, y hay mucho que enseñar. Nosotros no podemos permitirnos el lujo de perder el tiempo” . Inclinándose de nuevo, él la besó en la oreja y le susurró:” Vamos a comer, bañarnos y a follar.. En ese orden, repitiéndolo tantas veces como lo desees” . ¿Era eso posible? La culpa la llenó. Diana recordó una cita con la modista programada para el día después de mañana. Ella no tenía la intención de tener una aventura que durara más de una

noche. Cómo deseaba haber asegurado su desaparición durante una semana. Para siempre, murmuró una voz interna y traviesa. Lucien se inclinó y recogió sus pantalones. Él los hizo una bola, aplastándolos en un lío arrugado con las manos. Desconcertada, le preguntó:” ¿Qué estás haciendo?” “ Hacer que parezca que dormí con mi ropa.” Un choque frío saltó a través de su corazón. Sus sirvientes sabrían que él había dormido en la cama con ella, no en la suya. Los sirvientes hablaban. Aun con su nombre falso, estaría ella en peligro? Él le sonrió.” Pánico de nuevo? No te preocupes, Dulzura. Tus secretos están seguros. Nadie sabrá nunca quien eres realmente” . Nunca había visto vestir a un hombre. Era más entrañable que ver como se desnudaba. Observar a Lucien tirar de su ropa la noche anterior había sido un potente elixir sexual. Se sentó mientras él salía de la ropa de cama, disfrutando de la vista de su trasero y de sus bolas suavemente ondulantes sombreadas entre las piernas. El se puso el pantalón, horriblemente arrugado. Luego su camisa, el tejido fino en un estado desgarrador. Completamente cubierto, se puso de pie frente a ella, girando en un círculo.” ¿Me veo como que me quedé dormido en una silla en la biblioteca?” Ella se puso una sábana sobre ella, encontrando la cama fría.” Sí.” Ella frunció el ceño, no muy convencida.” Pero los sirvientes sabrán que no es verdad. Tu no estabas allí cuando encendieron tu chimenea” . “ ¿Por qué todo el mundo crítica mis historias?” “ Tu pediste mi opinión.” “ Es cierto.” Hizo una demostración de considerarlo.” Yo soy el amo y señor. Es mi prerrogativa el despertar temprano y vagar

con mis ropas arrugadas. Tal vez di un paseo en el jardín de atrás, mientras que los sirvientes estaban arriba” . Diana se rio. Luego se carcajeó. Y rio con más ganas. Se limpió las lágrimas. “ Eres un amante maravilloso, Lucien, pero muy mal mentiroso. Pymm encontraría agujeros en tu historia en un instante” . “ Un amante maravilloso?” Su genuina sonrisa la dejó sin aliento. Él de repente parecía más juvenil por lo desenfadado. “ Tú no me necesitas para decirte eso.” La besó suavemente en la parte superior de su cabeza, sus pestañas oscuras envolviendo sus verdes ojos.” Sí, lo creo.” “ Tienes que escuchar las mismas palabras de todas las mujeres en Ivory.” “ Importa mas viniendo de ti.” Habló con una intensidad que la dejó sin aliento. La dejó entonces, a través de la puerta de la pequeña sala de conexión que era contigua a su dormitorio. ¿Por qué tenía que decir esas cosas? Y hacerle eso a su corazón? Los elogios de Stephen eran siempre tan sosos. Él nunca demostró que le importaba en absoluto lo que ella realmente sentía. Él esperaba que ella fuera recatada y dulce y estuviera feliz por tener un bonito vestido blanco e hiciera lo que le decían. Stephen nunca había actuado como si toda su felicidad colgara por una sola palabra de ella. Stephen — Ivory— Ivory pensaría que estaba en casa de su amiga Clarissa, dada la historia de Lucien sobre el caballo de alquiler—una de sus mejores hasta ahora—y eso habría sido suficiente para la noche anterior. Pero Stephen podría tratar de visitarla. Ivory no podía, pero si podría enviar una nota a su padre si estaba lo suficientemente preocupada. Seguramente Ivory no sabía de las proclividades de Stephen – tal vez él nunca habría visitado un burdel antes. Diana estaba segura de que su media hermana no hubiera escondido las Infidelidades de Stephen. Tal vez habría visitado cada burdel de Londres en su gira. Aun así, en este momento, esa no era su primera preocupación.

Se mordió la uña del pulgar. Al final de esta mañana, toda su familia- y Stephen – podrían estar peinando Londres buscándola. ¿Qué pasaría si la encontraban? Y si ella no podía realmente disfrutar de ella con Lucien si pensaba que su familia estaba temiendo que hubiera sido secuestrada o asesinada. ¿Cómo iba a aliviar las preocupaciones de todos, sin embargo, quedándose con Lucien? Y querría él estrangularla una vez supiera lo verdaderamente precario que eran esos días de libertad para ella? ***** Lucien encontró Diana sentada en la cama, envuelta en las sábanas y mordisqueando sus uñas cuando él regresó. Él todavía llevaba sus ropas arrugadas. Alimentarla era más importante que las preocupaciones de su vestimenta. “ Desayuno” , anunció, colocando la bandeja sobre la amplia extensión vacía de la cama junto a ella. Él transfirió rápidamente su café y una taza de chocolate hacia la mesita de noche. “ Oh cielos,” ella gimió,” ¿Qué pensarán ahora que me has traído una bandeja?” “ Pymm le ha dicho a Cook de tu lamentable historia — que sufriste un esguince de tobillo durante el ataque de los bandoleros y no puedes salir de la habitación. Ella me dio una charla a fondo acerca de la propiedad y me regañó por no tener prisa en traerte esto, pero ella es una vieja querida que todavía piensa en mí como un muchacho joven y dulce.” Esperaba hacerla reír, pero ella parecía asustada y abatida. Se sentó junto a ella y la abrazó.” ¿Quieres irte?” , Le preguntó. Él mantuvo su voz neutral, a pesar de tener su corazón martillando. Quería que ella se quedara, pero él no la obligaría. Ella se sacudió en sus brazos. Él ahuecó su pecho, y sintió su corazón acelerado. Con voz suave, y vacilante, ella susurró,” Tu quieres que lo haga?” “ No te ves feliz.”

Ella tragó saliva.” Me temo que no voy a ser capaz de quedarme.” “ ¿No estás pasándolo bien?” Entonces él lo comprendió.” Tu familia te extrañará, después de todo.” Ella se retorció las manos.” Mi historia sobre quedarme en casa de una amiga era la que yo utilicé con mi familia e Ivory. Ella podría tratar de averiguar si yo regresé allí. Sólo el cielo sabe si Stephen me rastreará también.” Ella enterró su cara en el hueco de su cuello.” Supongo que quieres que me vaya antes de que el escándalo estalle” . Él le acarició la masa de pelo suelto y sedoso.” ¿Por qué no te pones en contacto con la encantadora señora Wilson y le aseguras que estás perfectamente sana y salva? A no ser, desde luego —” Su estómago rugió de nuevo y él se bajó de la cama. Le sirvió una taza de chocolate de una gran tetera de porcelana blanca.” A no ser, que quieras una razón para irte” . Los pensamientos de Diana giraban. ¿Estaba decepcionado, o realmente deseaba que ella se fuera? “ ¿Cómo le aseguro a Ivory que estoy a salvo sin decirle dónde estoy?” “ Ella no va a temer lo peor si recibe una carta.” Lucien volvió a la cama con la delicada taza, sin embargo, no se la ofreció a ella. “ Quiero quedarme. Con todo mi corazón, yo quiero quedarme” . Lamentó las palabras en el instante en que se le escaparon. Era realmente debido a su corazón,— no la cabeza o a sus regiones íntimas — que quería estar con él. Recuerda la realidad, Diana. Se supone que debes casarte con Stephen. Lucien te quiere como su amante, no como su esposa. Con un cambio rapidísimo de tema, Lucian dijo:” Las mujeres son muy aficionadas al chocolate, pero yo nunca le he visto el atractivo” Para su sorpresa, él mojó su dedo en la taza. Este surgió chorreando el oscuro líquido chocolate. Le llevó el dedo a sus labios. Ella supuso que él deseaba que ella los separara y chupara la rica mezcla de su piel.

“ Deberías escribirle a Denonshire, también” , sugirió él mientras su dedo se deslizaba en su boca.” Él va a estar desesperado por hablar contigo.” El agridulce sabor del chocolate se mezcló con el calor tentador de la piel de Lucien. Diana soltó su dedo y se lamió los labios con lentos golpes seductores. “ Pero, ¿cómo le explico por qué estaba allí?” Su dedo volvió al chocolate, agitándolo. Él sonrió.” No lo hagas.” Abriendo su boca, ella esperó, pero en su lugar, él pintó sus pezones. A pesar del calor sobre ellos, estos se arrugaron. Ella les vislumbró en el espejo, sorprendida de verlos tan oscuros, grandes y pronunciados. Él inclinó la cabeza, chasqueó la lengua y tocó su pezón izquierdo. Entonces limpió el otro. Diana arqueó la espalda. Ella se quedó sin aliento.” Tomo chocolate todos los días...” Lucien movió la boca de su pecho. Él le dio el pocillo con una mirada dulce de disculpa.” Tienes hambre. No debería haberte hecho esperar” . “ Yo nunca voy a ser capaz de tomar chocolate en la mesa de mis padres de nuevo.” Diana tomó la rica bebida. “ Me gustaría que lo hicieras, ya que cada mañana estarías pensando en mi” . El último trago se le atascó en la garganta y lo escupió. Él echó mantequilla a un rollo y se lo dio en un plato pequeño, tomando la taza vacía de sus dedos.” ¿Preferirías ponerte una bata y sentarte a la mesa?” Ella mordisqueó el pan suave, y fresco, mordiendo la cremosa mantequilla.” ¡No! Yo quiero disfrutar de cada escandaloso momento” . “ Comer el desayuno es un escándalo?” “ En la cama con un hombre desnudo, lo es. Nunca soñé con

hacer tales cosas traviesas en plena luz del día” . La mano de Lucien se envolvió alrededor de su muñeca. Dio un mordisco a su pan. Sus ojos se estrecharon mientras tragaba.” Hay una lección muy importante que necesitas aprender con el fin de apreciar de verdad esta aventura” . “ ¿Qué?” Él se trasladó sentándose detrás de ella y ella se volvió a medias con una risita. “ ¿Qué?” , Repitió. Unos brazos fuertes la envolvieron mientras él la acunaba entre sus piernas abiertas. Ella se recostó contra su pecho. Él ahuecó sus pechos y le besó el cuello mientras terminaba hasta la última miga.” Dime, ¿qué?” , Murmuró ella, sin prestar atención a que su boca estaba llena. “ La corrección no tiene lugar en el dormitorio.” Capítulo Cinco “ Quiero jugar al engaño del hombre ciego.” Apoyada en las almohadas, Diana puso su taza sobre el platillo. Un malvada sonrisa siguió a su sorprendente petición. Tumbado a lo largo de la cama, Lucien acunó su blanco y delgado pie en su mano y suavemente masajeó el arco, cuidando de no hacerle cosquillas.” Tú me quieres reunir junto a ocho hombres desnudos?” Él tomó su dedo gordo del pie en la boca. Diana movió su pie y gritó,” Lucien ! No... yo sólo quiero jugar contigo. Quiero que te pongas la venda en los ojos y —” El atractivo color carmesí en sus mejillas le hizo tener una erección instantánea. “ Te gustó el juego donde Ivory?” “ El momento en que te vi entrar... desnudo... Yo deseé poderte tocar. Y entonces me hubiera gustado que me pudieras explorar de la misma forma en que lo hiciste con esas mujeres” .

“ Tú puedes explorar mi cuerpo de la forma que desees en estos momentos.” Le pasó los dedos a lo largo de la única piel sensible en su pie. Ella estuvo a punto de caerse de la cama y sólo logró rescatar su taza antes de que se derramara sobre las sábanas.” Me gustaría jugar el juego. Yo nunca tendré esa oportunidad de nuevo.” Él hizo una reverencia.” Estoy aquí para dar servicio a todos sus deseos, querida señora.” Lucien se deslizó fuera de la cama para buscar una venda para los ojos, mucho más emocionado de lo que él había estado en el salón de la señora Wilson. Cogió su corbata, y la dobló. Se sentó en la cama, y se la entregó a Diana. “ Véndame los ojos.” Ella tomó la tira de tela blanca de él. De rodillas, se movió detrás de él, cubriendo con el pañuelo sus ojos. En segundos, él estaría a su merced, incapaz de ver. La idea era muy erótica. Un golpe sonó en la discreta puerta que comunicaba con el salón. Diana, ocupada tirando de la venda improvisada en torno a él, se detuvo. “ Maravilloso. No debimos ser molestados.” Lucien deslizó el pañuelo por encima de su cabeza y sacó las piernas por el borde de la cama.” Le diré a Pymm que se vaya al diablo” . Oyó deslizarse la seda y la cama crujir detrás de él, y se volvió para ver a Diana lanzando las sabanas sobre su cabeza. Suprimiendo una carcajada por su desesperado intento de esconderse, Lucien se acercó a la puerta y la abrió solo un poco. Él arqueó una ceja desdeñosa con altivez.” ¿Sí?” Lucien casi golpeo un puño a través de la pared de yeso cuando Pymm tranquilamente le informó que la vizcondesa de Pembroke le esperaba en la sala de dibujo. “ La Vizcondesa de Pembroke?” Diana jadeó desde debajo de la maraña de sábanas y la esquina de la colcha de seda —el resto se había deslizado fuera de la cama hacia el suelo. Volviendo a la cama, él encontró sus curvas bajo la montaña de tela, acariciándola.” Mi madre. La mujer siempre visita temprano.

Piensa que es un gran deporte sacarme fuera de la cama a horas impías” . Diana tiró las sábanas justo debajo de la barbilla y se rio.” Es casi mediodía.” “ Nadie, excepto mi madre me visita antes del mediodía.” Lucien se estremeció.” Mis amigos saben que nunca deben llamar antes de las cuatro.” “ No debes dejar a tu madre esperando.” Algo diabólico y su tono de broma le hicieron sugerirle,” ¿Te importaría venir conmigo?” Horrorizada, ella jadeó,” yo no podría!” Se tendió en la cama junto a ella, acunando su pecho a través de las hojas.” Voy a decirle a Pymm que le diga que estoy indispuesto” . Diana deslizó una mano y le dio un codazo a su hombro.” Ve a hablar con ella, Lucien. Todavía estaré aquí. Mientras que ella se va podré escribirle una carta a Ivory” . Él la besó, luego se sentó de mala gana.” Hay papel, plumas y tinta en el escritorio. Escribe con rapidez, te prometo que no tardaré mucho.” ***** “ Te he arrastrado fuera de tu cama, ya veo.” La vizcondesa se sentó en el sofá y levantó altaneramente una ceja. “ Buenos días a ti también, Madre.” Lucien instaló su cuerpo apresuradamente vestido sobre un sillón con relajada gracia.” Y sí, me arrastraste fuera de mi cama” . “ Yo no voy a gastar demasiado de tu oh, tan valioso tiempo, Lucien.” La voz de su madre era aguda, pero una leve sonrisa se dibujó en sus labios. Su madre, en sus momentos cálidos, escondía cualquier atisbo de afecto materno detrás de bromas sarcásticas. En los más fríos, ella lo sermoneaba. “ Nunca lo haces, querida madre.” “ Sospecho que no vas a asistir al baile de los Middlestone esta noche?” “ Es correcto.”

“ Bueno, lo harás. Ya es hora de que hubieras seleccionado una novia. Has evitado esa particular responsabilidad el tiempo suficiente” . “ ¿Esperas que desentierre a una de las Middlestone?” Él frunció el ceño. “ Espero que acompañes las debutantes elegibles a la pista de baile y comiences a hacer un buen trabajo de encontrar una esposa!” “ No hay prisa.” “ Han pasado treinta años.” “ Y los hombres pueden engendrar hijos a cualquier edad. Padre fue una prueba de ello” . El último bastardo de su padre había sido engendrado justo antes del sexagésimo cumpleaños del cachondo vizconde. Su madre tamborileó con los dedos sobre el brazo del sofá. Él no debería irritarla así, siempre tenía la intención de no hacerlo, pero caía en el mismo patrón cada vez que hablaban. Ella debía saber que la amaba, pero deseaba poder estar en la misma habitación con ella durante cinco minutos sin provocarse el uno al otro. “ Me niego a permitir que aplaces tus votos hasta que tengas sesenta años.” Él admiraba su capacidad para recuperarse y el intento de ponerse a la carga de nuevo. “ A no ser que me empujen al altar con una pistola, yo no veo cómo puedes, Madre” . “ Estás sin propósito” , le espetó. “ Estar en celo con una esposa es un propósito?” Su madre le lanzó una almohada de brocado. Esta se estrelló contra el lado de su rostro y lo hizo estallar en carcajadas. “ Soporto ir a la Cámara de los lores, voto y hago algunos discursos tediosos. La finca se encuentra en buena forma. Las caridades reciben mi patrocinio. Entre eso y mis actividades pecaminosas, tengo un calendario completo. Mi vida está llena de propósito.” Inesperadamente, su madre dijo algo más notable.” Lucien, has considerado la posibilidad de tomar una esposa pueda amar? Te puedo asegurar que el amor en la cama de matrimonio es mucho más placentero que... dormir... con las rameras comunes con las que te asocias” .

Su madre sabía de amor en la cama de matrimonio? Lucien la miró con asombro, leyendo una pizca de timidez en la niña de sus ojos ante su admisión. Los amoríos de su padre la habrían herido después de todo? Él había asumido siempre que su matrimonio fue un lógico y funcional arreglo de la sociedad. Si ellos estuvieron enamorados, ¿por qué entonces, se había desviado su padre? Buscando novedad? Él ya sabía lo difícil que era encontrar novedad. Él bajó la mirada hacia sus manos, dispuesto a no discutir de amor — o novedad en la cama — con la afilada lengua de su madre. En cambio, él bromeó :” No toda mujer con la que disfruto es una prostituta común. ¿Por qué sólo ayer por la noche me encontré con la más irresistible inocente” . Ella rodó sus ojos azul pálido.” Yo podría asegurarte con suficiente sentido que no debes jugar con fuego, Lucien, o te encontrarás pagando por un bastardo que no sea el tuyo.” la exasperación crepitaba en su aguda voz.” Si quieres llevar a la cama a una inocente, toma una esposa.” Él se encogió de hombros.” No te preocupes, madre, tengo la intención de casarme... con el tiempo. Pero no esperes a verme donde los Middlestone” . La vizcondesa se levantó, hirviendo de irritación.” Vas a asistir a ese baile esta noche así tenga que encontrarte en un algún repugnante agujero de Londres y arrastrarte yo misma” . ***** Diana tocó el final de la pluma con los labios. ¿Cómo convencer a Ivory que estaba sana y salva, sin revelar su paradero? Y Stephen. ¿Estaría buscándola por todo Londres en este mismo instante? Él no necesitaba molestarse. Ella no tenía ningún deseo de escuchar sus explicaciones. La culpa la golpeó con una fuerza sorprendente. La pluma se cayó sobre la ropa de cama, dejando una gran mancha. ¿Cómo podía estar enojada con Stephen cuando ella acababa de haber hecho la misma cosa? Teniendo su propia aventura. Sin embargo, ella no sentía amabilidad hacia Stephen. Ni menos irritada por su comportamiento.

¿Estaba aferrándose a la ira por su infidelidad como una excusa? Lucien le había dicho a ella que se casara, y luego viniera a su cama para su placer. ¿Sería eso suficiente si ella realmente se enamoraba de Lucien? y que pasaría cuando Lucien se casara? Lo primero que pensó horrorizada al escuchar el título de la vizcondesa de Pembroke fue que la mujer era la esposa de Lucien. Ella se había conmocionado y puesto horriblemente celosa. Tonta de ella, ya que su aventura juntos se basaba en su deseo de ser infiel al viejo y aburrido Stephen. Pero sentía algo en su corazón — una mezcla de dolor y alegría— y temió lo peor. Ella se estaba enamorando de su libertino tutor. Diana tomó la pluma, seleccionó una página en blanco y escribió rápidamente a Ivory. Pero cuando empezó a escribir una nota para Stephen, se quedó impotente ante la página en blanco. Finalmente, escribió unas pocas líneas, diciéndole que ella deseaba tomarse un tiempo antes de volver a verlo. Lo cuál era verdad. Si ella lo viera ahora, con su cuerpo tan excitado por Lucien, ella podría romper su compromiso y enviar de paseo a Stephen. Debía tener cuidado de no mencionar sus propias transgresiones — haciéndose pasar por una madame y durmiendo con Lucien. Ya estaba sumida en una red de mentiras. Más allá de que crear más, Diana tomó el consejo de Lucien y ni siquiera trató de explicar su presencia en el burdel de Ivory. Diana firmó con su nombre y puso la página a un lado para que la tinta se secara. Estaba tan atenta en su tarea, que no escuchó el menor susurro de movimiento que le indicara el regreso de Lucien. Él se había puesto una bata — de un verde oscuro que oscurecía sus ojos como el verdor de un bosque sombrío. “ Tu baño está listo, dulzura” , anunció. Debió de leer su mente. Ella saltó de la cama con deleite. “ Otro baño? Celestial.” Y después de eso, un intento más de jugar al hombre ciego! Pero no fue lo que ella esperaba. La bañera —ya llena de humeante agua— estaba en su dormitorio. Él envolvió una bata alrededor de ella y la llevó a través de la sala que conectaba las habitaciones, después de llamar a Pymm

para que llevara las cartas al correo. Diana miró alrededor de su íntima guarida. El opulento y femenino dormitorio de ella tenía las paredes de color amatista pálido, una cama blanca adornada con tapices de terciopelo violeta, y un delicado escritorio. La habitación de Lucien era definitivamente masculina. Las paredes de color verde oscuro, una cama de bronce y tapices verdes colgaban elegantemente en la cama. Simple pero bellamente diseñado con buen mobiliario. Había esperado algún testimonio de su comportamiento libertino —desnudos en las paredes o algo por el estilo, pero en su lugar había cuadros de paisajes colgados allí. El toque de color en una pintura llamó su atención y sonrió. Pintados discretamente en medio de la alta hierba alta y de los arbustos que rodeaban un lago, estaba una pareja — La bella dama amorosa y el caballero oscuro. Lucien desató el cinturón de su túnica, y la lanzó sobre la cama.” ¿Te gustaría compartir tu baño conmigo? Es mucho más agradable que tener que tomar dos baños separados.” Después de anoche— y esta mañana— bañarse juntos en realidad parecía bastante doméstico. Ella le dejó sacar la bata de su cuerpo desnudo. El día era luminoso, pero los colores oscuros de la sala daban una vaga sensación de intimidad. Algunas velas despedían un cálido brillo y un fuego ardía en la chimenea. “ ¿Tuviste una agradable visita de tu madre?” Le preguntó. E inmediatamente se arrepintió de sus palabras. Charlar sobre la madre de Lucien mientras se había metido desnuda en una bañera con él! “ No lo creo.” “ ¿Por qué no? ¿No se llevan bien juntos?” “ No. Ella planea llevarme arrastrado esta noche al baile de los Middlestone.” Diana tragó saliva.” Así que voy a tener que irme a casa?” Él sonrió mientras se dejaba caer dentro de la bañera.” Espero que no. Esta noche tengo la intención de hacerte todo tipo de cosas perversas.” Ella pensó que podría llorar, viendo perfecto cuerpo bajo la superficie ondulante. Pequeñas olas se mecían hacia arriba, empapando el vello de su pecho, pegándoselo a la piel. Él se

apartó el pelo con las manos húmedas, dejando gotitas de agua sobre su rostro. Se veía tan absolutamente sensual. Y ella se tendría que ir esta noche!” Pero el baile —” “ Rara vez asisto a bailes. Ahora ven aquí y deja que te ayude a entrar” Él le ofreció su mano para ayudarla. “ Pero no va a venir tu madre a arrastrarte hasta allí?” Diana subió a la banqueta, cerrando su mano en la suya. “ No te preocupes, dulzura.” Sus manos se posaron en sus caderas para guiarla dentro de la bañera. Fue mucho más difícil de lo que esperaba evitar sus piernas cuando posó sus pies en el fondo. Ella se resbaló, pero un fuerte apretón de Lucien detuvo su caída y la bajó suavemente para que descansara entre sus piernas desnudas. Con un suspiro de éxtasis puro mientras el agua caliente la envolvía, Diana se echó hacia atrás contra el pecho húmedo de Lucien, apoyando la cabeza en el hueco de su hombro y cuello, los pechos y el pelo suelto flotando en frente de ella. Lucien envolvió sus poderosos brazos desnudos a su alrededor y cogió una barra de jabón. Diana trazó la línea de las venas del antebrazo, sentía los músculos sólidos debajo, la piel húmeda y caliente. La combinación de la sensualidad lánguida del humeante agua y la lujuria urgente evocada por su cuerpo desnudo, y su toque, la tuvieron jadeando de deseo. Hasta que detectó el exuberante perfume de rosas.” Jabón perfumado de Rosas?” Ella lo había notado la noche anterior, pero había sido distraída por su propia anticipación. Ahora se daba cuenta de que él mantenía muchos artículos de mujer en su casa. “ Mi madre y mis hermanas vienen a visitarme de vez en cuando, mascota.” Él enjabonó sus manos.” Pero también sabes lo que soy.” “ Un libertino?” Ella se estremeció cuando sus manos espumosas rodearon sus pechos. “ Un hombre que aprecia las mujeres.” “ Te sientes decepcionado de que te llevé lejos de esas dos

mujeres en la casa de Ivory?” Sus manos cubiertas de jabón recorrían sus curvas, con la barbilla apoyada sobre su pelo. “ Diana, no cambiaría esta aventura contigo por cualquier mujer en Inglaterra. Por un millar de mujeres, si fuera el caso.” Ella se acurrucó contra su cuerpo grande. “ Además, he hecho eso antes.” Él pellizcó sus pezones hasta que se endurecieron. La impresión hizo temblar su mano, derramando agua sobre el lado de la bañera. “ Has hecho el amor con dos mujeres a la vez? ¿Cómo?” “ Tengo una polla, una lengua y dos manos” , murmuró, besando la parte superior de su cabeza. “ Ooh” . Sus pezones irradiaban placer adormeciendo su mente con su toque. Ella pensó en las dos cortesanas — la pelirroja de grandes pechos y la ansiosa de pelo oscuro. Bocas, pechos y su polla. Aunque avergonzada, ella también estaba fascinada por las escenas imaginadas. “ Yo pensé que ellas podrían hacer turnos” , admitió ella. Esa noche, ella había sido demasiado inocente para imaginar el enredo de cuerpos que podía evocar fácilmente en su mente caliente ahora. “ El placer más tentador” , le susurró al oído húmedo” , se encuentra en tener dos mujeres en la cama al mismo tiempo” . “ Y ellas tienen cuatro manos y cuatro pechos y dos … áreas íntimas... para tu disfrute” . Su corazón se apretó. ¿Encontraría él mucho más aburrido darle placer a ella que hacer el amor con dos mujeres a la vez? “ De todos modos, me parece que tus senos y tus manos son absolutamente maravillosas.” Una de sus manos se deslizó por su vientre.” Y tu dulce coño.” La curiosidad la pinchó.” Me gustaría escuchar más de lo que haces con dos mujeres en la cama.” “ A veces me acuesto en la cama como su cautivo, ellas controlan y disfrutan.

Una en mi polla y otra en mi rostro.” A pesar de un rubor de timidez y vergüenza, Diana se puso caliente con sus palabras, mientras sus dedos jugueteaban en sus húmedos rizos inferiores. “ Y a veces —” “ Su dedo se burlaba de ella.” —” Las mujeres se dan placer la una a la otra” . “ Cada una a la otra! ¿Quieres decir que ellas — se tocan y besan —?” “ Algunas mujeres no son reacias a la experimentación de los placeres sensuales que implica su propio sexo. A pesar de que a menudo sospecho, cuando estoy pagando, que ellas se están promulgando esas caricias solo para complacerme” . Sus manos acariciaban sus muslos.” Levanta la pierna y déjame lavarte.” “ ¿Qué hacen ellas?” “ Las dos mujeres juntas?” Sus manos resbaladizas masajearon su muslo. “ ¿No te imaginas?” “ Dímelo” , suspiró ella. “ Ellas chupan los senos de la otra. Se besan. Chupan y se burlan de sus clítoris y entierran sus dedos en la otra.” Le inclinó suavemente la pierna y enjabonó su pie.” Tal vez sólo una mujer realmente sabe cómo complacer a otra mujer” . “ Tú sabes cuánto me complaces a mi.” Lucien atentamente lavó la otra pierna.” Levántate y deja que lave tu trasero, amor.” Él la sostuvo mientras se levantaba, el agua corría por su cuerpo desnudo. Sus manos jabonosas acunaron su trasero luego sus dedos se sumergieron entre las mejillas y la acariciaron. Él presionó sus labios en la parte baja de su espalda mientras generosamente le enjabonaba sus regiones íntimas. Con cuidado, la bajó de nuevo al agua. “ Y, por supuesto, dos hombres pueden dar placer a una mujer también, dulzura.” No esperaba eso!. La impresión volvió sus mejillas de color rosa, pero no deseaba mostrarse como una temblante inocente. Ella bromeó :” Mmm. Dos Luciens” . Él se echó a reír.” Sólo hay uno de mí, Diana. Tendrás que

seleccionar otro hombre” . Otro hombre ! “ ¿Quién podría ser?” , preguntó él. “ Pero yo no puedo-” “ Es una fantasía, amor. Puedes invitar a cualquier hombre que desees a tu cama. Y podemos hacer cualquier cosa que pidas. En las fantasías no necesitas preocuparte acerca de tu virginidad, tu reputación, o un embarazo” . Comenzó enjabonado sus brazos. Sus ojos muy abiertos siguieron el movimiento de su mano sobre el músculo. Incluso en sus más salvajes y más prohibidas fantasías, no podía imaginar dos hombres fuertes y seductores como Lucien haciendo el amor con ella. La malicia de ello la tenía sin habla, pero el brote de lujuria ante ese pensamiento la asombró. Lucien flexionó sus músculos mientras se lavaba sus largas piernas, levantándolas en la bañera al hacerlo.” Me gustaría saber tus más profundos y oscuros deseos, dulzura. ¿Qué otro hombre pondrías en nuestra cama? ¿Cómo te gustaría que fuera?” “ No puedo imaginar a alguien que desee tanto como a ti.” Su corazón golpeó fuertemente, mientras ella le decía esa simple verdad. Él contuvo el aliento. Ella lo oyó. “ Entonces él será como yo.” Sus manos se deslizaron contra su espalda mientras él se lavaba el pecho y el estómago.” ¿Qué harías con dos grandes y duras pollas, ángel? ¿Te gustaría que las enterráramos profundamente dentro de ti?” Ella se echó un poco de agua en sus ardientes mejillas.” ¿Cómo?” Su polla se hinchó caliente, húmeda y dura, encajada entre las mejillas de su trasero. “ Imagínate una enterrada hasta la empuñadura en tu pequeño y deseoso coño.” Temblando, ella preguntó:” ¿ Y la otra?”

Él meció su cadera. “ Contra mi trasero?” “ Si así lo deseas.” Ella se rio, manteniendo la cara en llamas oculta de él. Se sintió terriblemente tímida y nerviosa.” No debería siquiera pensar en tal cosa” . “ Lo siento, mascota,” susurró Lucien.” Si no te gusta el juego, nos detendremos. Pero es mi deber garantizar que experimentes cada perversa fantasía que desees explorar” . Su sueño más malvado era tener sexo en ese momento con Lucien - en este lujoso baño caliente, por ejemplo. Y eso ellos no lo podían hacer. Pero ella estaba terriblemente curiosa por saber qué cosas escandalosas Lucien había hecho. “ ¿Alguna vez has compartido una mujer con otro hombre?” Él le levantó la masa húmeda de cabello y besó la nuca de su cuello,” Yo no querría compartirte con nadie, dulzura” . Si él no podía compartirla, que era lo que estaba sugiriendo? Que no deseaba que fuera su amante en el futuro? Su mente corrió hacia otra posibilidad—convirtiéndose en la esposa de Lucien. ¿Estaba él pensando en matrimonio? ¿Estaba loca por contemplar tal cosa con un libertino? Pero no podía ignorar la tensión alrededor de su corazón, el encogimiento de su estómago ante ese pensamiento. “ Ni siquiera con Stephen?” Preguntó ella, y esperó su reacción. Iba Lucien a decirle que la quería para todos el tiempo? Diana se mordió el labio a la espera de su respuesta. Lucien apoyó el codo en la bañera, con la mano perezosamente rozando la nebulosa agua. “ Contemplas tenernos a ambos en la misma cama a la vez, querida?” , le preguntó en su hastiado acento seductor. Diana se quedó sin aliento ante la visión escandalosa que llenó su cabeza en la cama tanto con Lucien como con su prometido, al mismo tiempo! Lucien no estaba pensando en matrimonio en absoluto. Pero ella lo deseaba, deseaba desesperadamente poder tomar su grande y hermosa polla dentro y aliviar su dolor más profundo. Capítulo Seis

“ ¿Puedes ver?” Sumido en la oscuridad, y la venda atada apretada alrededor de los ojos, Lucien dio un paso tentativo hacia adelante. Su espinilla chocó con el borde de una silla. “ Ni una maldita cosa.” Diana se rio con deleite. Él se dio la vuelta, siguiendo el sonido. Él debía conocer su propio dormitorio suficientemente bien como para evitar chocar con los muebles. “ Me encanta la forma en que tu polla se tambalea,” arrulló ella. Otra pista para encontrarla. Ella se había movido más cerca de la cama, supuso. Para el entretenimiento de ella, él tensó sus músculos, meciendo su pene arriba y abajo, y fue recompensado con los aplausos entusiasmados de Diana. “ ¿Puedes hacer eso dentro de una mujer?” Esta vez su polla se sacudió por completo por su propia cuenta mientras sus doloridos testículos se apretaban. “ Sí, dulzura.” “ Y una mujer puede sentirlo?” Ser un tutor era un trabajo condenadamente doloroso. Cada una de sus preguntas subía su hambre sexual un grado. “ Sí. La mayoría de las mujeres se deleitan con la sensación” . “ ¡Oh, cómo me gustaría poder experimentarlo.” Dios, le dolía caca vez que ella colgaba esa tentación delante de él. Él debería poder calificar a santo cuando esta aventura con ella terminara con su virginidad intacta. Él extendió la mano con las manos. “ Oh, no” , exclamó ella burlonamente.” Sin tus manos.” “ ¿Cómo, entonces, dulzura?” “ Me tienes que encontrar con tu polla.” Encontrarme con tu polla? ¿Cómo llegó ella a inventar tales salvajes sugerencias? cómo podía saber exactamente cómo paralizarlo de deseo? Se tambaleó en su siguiente paso. “ Tus deseos son órdenes para mí, ángel,” dijo con voz ronca, la garganta apretada, el corazón martilleando. El movía su polla de un lado a otro, en busca de ella. “ Dos pasos más” , lo alentó.

Amablemente, él los dio. La cabeza de su polla golpeó algo blando. Su estómago? La mano de ella? El calor y la humedad acariciaban la hinchada cabeza. Su coño? Lucien rogó que no lo fuera. Puede que no fuera capaz de dar marcha atrás si ella lo había metido por sí misma en su caliente triángulo. Adelantándose, no sintió nada. Qué —? Su gruñido gutural le dijo todo lo que necesitaba saber. Ella estaba de rodillas delante de él. Su doncella estaba en una posición suplicante, lista para chuparlo. Sus manos tantearon hacia ella mientras ella agarró el eje y le dio la vuelta a la cabeza de su pene en broma sobre sus labios. Él tocó su pelo sedoso, acariciándola, apretando su agarre instintivamente cuando su lengua le lamió. Él la soltó de inmediato —no podía dirigir a Diana, sin importar lo excitado que estuviera. Ella pasó la punta de su lengua abajo de su eje, trazando una palpitante vena, aumentando su emoción al punto de ebullición. Lucien se sacó la venda de los ojos. Para verla llevarlo a la boca a pesar de que sabía que su tenue control podría romperse si lo hacía. “ No. Por favor, déjatela puesta,” ella le imploró. Gimiendo, él así lo hizo. Tuvo que luchar para distanciarse del placer enloquecedor de explorar la boca de Diana. Ella trabajó con avidez, tratando diferentes presiones, diferentes velocidades, todo el tiempo, haciendo los más eróticos sonidos en su garganta. Gemidos femeninos, seductores, parcialmente ahogados por su polla. Con los ojos cubiertos, sus otros sentidos estaban agudizados. Bebía en los olores de su piel desnuda y el rico aroma de su excitación. Sus gemidos y suspiros tentándolo a que la tomara, que hiciera el amor con ella y que la hiciera gritar. Tuvo que admitir que era muy excitante no saber lo que ella iba a hacer hasta que sintió que ella lo tocaba. Más allá de la tentación. Ella se movió hasta los cojones. Todo su cuerpo se puso rígido mientras lo besaba, lamia, e incluso los succionaba suavemente.

Las manos de ella se sujetaron a las mejillas de su culo, amasándolas. Ella soltó sus bolas con un pequeño y sexy” pop” y él gimió por la frustración. Con una sonrisa, ella se alejó.” Ahora tienes que encontrarme otra vez.” Se dio la vuelta, siguiendo sus risitas. Una vez más su dolorosamente dura polla golpeó algo deliciosamente suave. De repente, sus curvas redondeadas se balancearon de lado a lado en su contra. Ella estaba batiendo su polla con su culo. Ahora entendía. Ella planeaba llevar a cabo todos los actos que le habían hecho las ocho - o eran nueve mujeres en el salón de baile de Ivory. Santidad. Definitivamente la santidad. Diana dejó de golpear su trasero contra su hambriento miembro. ¿Qué demonios más le habían hecho anoche? Todo lo anterior a su viaje con Diana en el carro, era un borrón, un recuerdo lejano. Lucien sabía que tenía que recordar. Para saber lo que debía esperar, para que pudiera reunir sus fuerzas y resistir el impulso instintivo que corría a través de él —la urgencia de agarrar las caderas de Diana, sostenerla en su sitio, y empujar su polla dentro de ella. Pezones. Él había chupado los pezones de una de las mujeres. Y la última mujer había frotado sus pechos a lo largo de su — Su polla se deslizó en un valle cálido y suave. Los pechos de Diana o su culo? Su lengua húmeda coqueteó con la ranura tensa en la cabeza de su polla. Pechos. Maldición, él quería ver esto. “ En el salón de baile de Ivory, cuando te vi desnudo, deseaba explorarte” , admitió ella, apretando sus suaves montículos contra su eje.” Desde el primer momento en que te vi, he pensado en estas pecaminosas cosas” . Lucien se quitó la venda de los ojos. Por un momento fugaz,

mientras miraba hacia abajo en los grandes ojos violeta de Diana y bebía de la visión erótica que era ella, sobre sus rodillas, pensó en la corbata colgando de su mano, y quiso ser muy juguetón. Él estaba pensando en algunas cosas seriamente pecaminosas. Pero no debía atar a una inocente. Todavía no, de todos modos. Dejó que su mirada cayera más abajo. Todo lo que pudo ver de su pene fue la oscurecida y abultada cabeza, el resto estaba enterrado en su pecho. Deseó poder levantarla y arrastrarla a la cama y tomarla de cada forma en que su mente sucia pudiera inventar. Y él estaba empezando a sospechar que Diana sería capaz de inventar unas pocos que él no había pensado. “ ¿Te gusta esto?” Preguntó ella sin aliento mientras frotaba sus pechos a lo largo de su longitud. “ Cada pecaminoso minuto.” “ Tienes una extraña expresión en tu cara. Como si no estuvieras divirtiéndote.” Ella le dio una sonrisa maliciosa, y él supo que ella entendía exactamente por qué él se veía tan dolido. Esto era sin duda más tentación de la que cualquier hombre cuerdo podría someterse a sí mismo. Algún otro más juego previo y él ardería en llamas en ese lugar. “ Me gustaría—” “ Lucien interrumpió los deseos de ella levantándola sobre sus pies. Error. Ella se puso de puntillas para poner sus brazos alrededor de su cuello y la humedad de sus rizos inferiores se burlaron de su polla mientras ella se acurrucaba cerca. Él tomó su boca con avidez, hundiendo su lengua, tratando de satisfacerse a sí mismo con eso mientras él retrocedía su entrepierna de la de ella. Poniendo una distancia entre ellos. La diabólica mujer lo siguió. Él rompió el beso para recordarle :” Tú querías que yo te explorara a ti.” “ Oh, sí” . Entrelazando sus dedos con los de ella, él la llevó a la cama. Diana se quedó sin aliento por la felicidad de como Lucien le masajeó los hombros. Acostada sobre su estómago, con la cabeza apoyada en los brazos cruzados, ronroneó mientras sus manos —hábiles y cálidas, con aroma de aceite —frotado con

firmeza en su piel. No había esperado que su exploración se sintiese a la vez relajante y excitante. Con cada caricia circular de sus manos, ella movía su coño caliente en el colchón, pero se sentía demasiado contenta con sus caricias como para darse la vuelta y rogarle que le diera placer. Ella podría quedarse allí para siempre y disfrutar de esta experiencia celestial. Desde luego, él sabía cómo deleitar el cuerpo de una mujer, de maneras que ella no había esperado. Trazó la línea de su columna vertebral y le masajeó el cuello. Deslizando sus manos alrededor de su caja torácica acarició sus pechos por un lado. Su trasero estaba resbaladizo con aceite —había pasado mucho tiempo acariciando sus mejillas, separándolas para darle un tirón enloquecedoramente delicioso en la entrada de su trasero. Y las atenciones que él le demostraba hacía que sus piernas y sus pies se retorcieran como un gatito juguetón. Ahora, sintiéndose como una reina mimada, ella lo miraba en el espejo. Él lo había movido al final de la cama para que ella pudiera ver. Adoraba la forma en que estaba tan concentrado en su cuerpo. Su cabello oscuro despeinado colgaba sobre sus ojos mientras trabajaba. Sus espesas pestañas negras se redujeron. Él era simplemente el hombre más guapo que había visto nunca. Y, por supuesto, el primer hombre desnudo que había visto nunca. Lucien se enderezó, mirándola a los ojos en el espejo.” Date la vuelta, dulzura” . Ella obedeció con un suspiro, estirando sus brazos sobre la cabeza, deleitándose en la forma en que sus ojos verdes se estrecharon mientras lo hacía. Él empezó a masajear sus muñecas, enviando escalofríos de deseo a través de ella. Sus manos rozaron sus brazos, y tomó los pechos. Cada caricia era magia. Ella se estremeció, anticipando sus dedos mágicos aceitados frotando en su dolorido sexo. En el momento en que llegó a su montículo, estaba temblando y gimiendo.

Un toque de su dedo en su clítoris y ella estalló, gritando su nombre. Mientras ella regresaba a la tierra y poco a poco recuperaba sus sentidos, Diana sonrió. Gracias a Dios ella ya era demasiado vieja para jugar al ciego en las fiestas al aire libre y festividades. Los recuerdos de esta deliciosa tarde podrían tenerla gimiendo y corriéndose en el lugar —y eso sería muy difícil de explicar. Ella abrió los ojos para encontrar a Lucien sonriéndole maliciosamente. Él le colocó el pañuelo doblado sobre su palma.” ¿Te gustaría tener un turno?” “ ¿Puedo?” Él se echó a reír ante su pregunta entusiasta. Incluso llevar un trozo de la ropa de él era emocionante, pensó, mientras sostenía el pañuelo por encima de sus ojos. Él capturó su boca en un largo, y sensual beso mientras lo ataba en su lugar. Ella se arrodilló en la cama, esperando a que el sonido chirriante le indicara que él había salido de la cama y fue a la búsqueda de un punto de apoyo. Silencio. “ Estoy lista” , le dio a entender. Ella oyó su pesada respiración. En tono de broma, Diana se puso las manos en las caderas.” Lucien, levántate, así que puede tratar de encontrarte.” En su lugar, él le agarró por las muñecas con fuerza y ella se quedó sin aliento cuando él puso sus manos a los lados. “ Pero -” Una cucharada de aceite caliente cayó en sus palmas. “ Tócame, Diana” , instó. Él cerró las manos de ella alrededor de su dura polla. Ella la agarró con las manos engrasadas deslizándose fácilmente a lo largo de él. Tal vez esto era más divertido que dar tumbos, intentando

encontrarlo. Su respiración se hizo más dura, diciéndole lo mucho que quería esto. Ella le dejó controlar sus movimientos, recordando la noche anterior, aprendiendo, incluso más. Comenzó lentamente, deslizando su mano desde la base hasta la punta donde masajeó con firmeza su mano sobre la cabeza. “ Sujétame duro” , instó.” Lo más fuerte que puedas.” “ Quítame la venda” , le rogó ella, tal como él lo había hecho antes. Por un momento, ella estuvo segura de que él se negaría, pero luego ralentizó sus movimientos y ella sintió que él tiraba suavemente de la corbata. Retiró los mechones de su pelo y ella se quedó quieta hasta que trabajó sobre sus ojos. La retiró y rápidamente apretó su mano sobre la de ella. Sus ojos se abrieron ante el tamaño de su pene hinchado. Sus manos parecían tan pequeñas alrededor de su polla, mientras él trabajaba arriba y abajo de la longitud. Pronto él aceleró sus movimientos, elevando las caderas al ritmo de las manos que lo bombeaban. “ Es muy emocionante ver que..tu. eh... nosotros te masturbamos” , admitió ella tímidamente. Los ojos de Lucien estaban vidriosos. “ Pero ¿por qué habrías de tener que hacerlo? Si puedes disfrutar de cualquier placer que desees” . Excepto con ella, por supuesto, se dio cuenta de su frustración. “ Es una habilidad que perfeccioné desde niño.” “ Dios. ¿Cuándo te iniciaste por primera vez?” “ No tengo ni idea, Diana, por favor -” Sus ojos se cerraron, su agarre apretando sobre sus manos, mientras él los tiraba salvajemente. Al darse cuenta de que estaba a punto de explotar, ella se inclinó y le dio un fuerte beso en la boca, chupando y mordiendo su labio inferior. Ella aprovechó su sorpresa para quitar sus manos, esperando que él le permitiera explorar un poco más. Para su sorpresa, sus manos siguieron adelante sin ella, aunque su mirada nunca dejó su rostro. Nunca había visto a Lucien

perder tan completamente su control. Una clara sensación de poder vibraba a través de ella. Bueno, ella sólo le tocaría al mismo tiempo, decidió. Ella acunó su saco, acariciándolos con su pulgar, pero se detuvo sorprendida.” Lucien, ¿qué pasó con tus cojones?” La voz de él era ronca.” A medida que me acerco al orgasmo, se contraen” . Fascinada, supo exactamente lo que quería probar la próxima vez. Tomando una respiración profunda, deslizó su dedo hacia abajo a la entrada de su trasero. Ella estaba dándole placer a su culo. A pesar de que el orgasmo se estaba construyendo y demandando una liberación, Lucien desaceleró su ritmo frenético. Su uña le hizo cosquillas, entonces su dedo presionó dentro. “ Oh, eres tan apretado, Lucien. Me parece que no puedo mover mi dedo en el interior” . Su pene se puso tan rígido como el cañón de una pistola ante sus palabras y por las intensas sensaciones mientras trabajaba para entrar dentro de él. “ Estaba yo también tan apretada y caliente alrededor de tu lengua?” Le preguntó ella inocentemente, mientras empujaba más. Apenas capaz de hablar, él logró sacar un brusco :” Sí” . “ Te hago daño?” “ No.” Él luchó por tener el suficiente control sobre su respiración entrecortada para hablar —para darle una cierta guía—, pero antes de que pudiera decirle lo que debía hacer, ella empujó fuerte dentro.” Allí,” dijo ella triunfante mientras los músculos de él se apretaron y el dolor lo atravesó. Deslízalo hacia fuera un poco, dulzura,” suplicó. “ Te estoy haciendo daño. Oh Lucien, lo siento.” Ella sacó el dedo rápidamente. “ Por favor, Diana -” “ ¿Quieres que lo intente otra vez?” “ Sssí,” dijo entre dientes.

Se agarró la polla mientras ella deslizaba su dedo hacia el interior. “ Estás abrasadoramente caliente” , se maravilló ella. Su comentario lo estaba volviendo loco. Luchó contra su liberación. Peleando para durar un poco más. “ Apenas puedo mover mi dedo en ti, me has agarrado con tanta fuerza.” Ni siquiera se estaba masturbando más. No lo necesitaba. Él iba a disparar como los fuegos artificiales de Vauxhall en cualquier segundo. “ Ahora, ¿dónde está tu punto sensible” , preguntó ella.” El que te hará venirte en un instante?” Su dedo inquisitivo golpeó el disparador en el momento exacto en que ella le hizo la pregunta. Un cegador y abrasador relámpago lo atravesó, desde su culo, a través de sus bolas, hasta el eje palpitante de su pene. Gritó tan fuerte que escuchó que algo chocó en el pasillo. Al parecer, había sorprendido a una criada. ***** “ Espero que tengas buen apetito.” Lucien se puso de pie cuando ella entró en el salón para la cena privada. Sí. Tengo muchos deseos de comenzar con el postre. Pero Diana no dijo eso. Ella no podía decir una palabra. La suntuosa escena esperando la dejó sin aliento. Lucien vestía su bata y zapatillas. El calor de las velas brillaba sobre su pelo oscuro, todavía despeinado de su sesión de masaje por la tarde. Debajo de la túnica él probablemente estaba desnudo. Los platos de plata brillaban, el delicado cristal brillaba, y rosas rojas como la sangre estaban esparcidas sobre la mesa. Lucien tomó una de las rosas y se la ofreció a ella. Antes de que él la dejara tomarla, él puso en sus labios los pétalos suaves y frescos. “ Gracias.” Era inadecuada, pero era todo lo que podía manejar. Ella puso la delicada flor sobre su rostro, inhalando el olor que le recordaba a su baño. Caminar dentro y verlo así, en medio del esplendor, la hizo sentir como si hubiera pedido una audiencia con Lucifer.

El diablo se puso de pie y sacó su silla. Ella trató de hacer una refrescante confidencia. Me muero de hambre !” Ella se sentó y le permitió orientar su silla en su lugar, volviéndose hacia él con una mirada exagerada de inocencia. “ Pero, ¿estás decepcionado porque te estoy manteniendo alejado del baile de los Middlestone?” La bata se abrió un poco cuando ella se sentó, dándole a él una visión de sus muslos. Llevaba sólo la bata - como él se lo había solicitado - y su cabello estaba suelto. Debajo de la susurrante seda, su piel se sentía suave y sensual por haber sido ungida con aceite aromático y caliente, amorosamente frotado en la piel por las manos de Lucien. “ No, si me prometes que me reservarás un baile esta noche, señorita Tiverton.” Él sirvió dos vasos de vino tinto, entregándole uno. Delicadamente sosteniendo el tallo, Diana recordó su broma, las palabras seductoras de la noche anterior. Suena mucho más malvado llamarte señorita Tiverton. Mientras pienso pedirte un baile cuando realmente te estaré preguntando como quieres que te haga correr. ¿Qué se atrevería ella a preguntarle esta noche? Él levantó su copa en un brindis.” Por las aventuras.” “ Por los juegos de Vendar al hombre” , agregó ella con picardía, y tomó un sorbo. “ Una maravillosa manera de pasar la tarde.” Él rio y bebió largo, recostándose con su característica gracia perezosa.” Ojalá hubiera sido tan inventivo al jugar el juego cuando era niño.” “ Fue una gran idea que me pusieras la venda en los ojos, también. Fue tremendamente divertido explorarte.” Y la maravillosa diversión de encontrar ese lugar especial sobre el que él le había dicho. Había estallado en un orgasmo que le había dejado casi sin poder moverse. Levantó su copa para brindar por ella.” Eres una delicia, Diana. Soy el hombre más afortunado del mundo al estar en tu compañía esta noche.” . Asentando su vaso sobre la mesa, volvió su atención a la comida. Lucien señaló el menú para la noche

mientras levantaba las tapas de los platos. La fiesta parecía destinada a una docena de personas. Cordero asado. Codornices acristaladas. Langostas rellenas con una mezcla de camarones. Salmón relleno de langosta. No se habían molestado con una comida al mediodía, y Diana no pudo resistir los deliciosos olores, ni la sensualidad de la comida que se extendía ante ellos. Para el momento en que ella y Lucien compartieron un postre de un enorme plato tallado, ella estaba a punto de estallar. Lucien levantó la última cucharada, sonrió, y se la puso en los labios. Ella los abrió para dejar la cuchara limpia. Los ojos verdes brillaban al verla. Le tomó la mano, la ayudó a bajar de la silla y la llevó a su enorme cama. Caminar con las manos juntas daba un aire de dulce inocencia a su noche. El corazón de Diana tropezó. Sus aventuras de la tarde sólo habían aumentado su hambre de ser llenada por él. De hacer el amor con él. De llegar hasta el final. Cuando ella alzó la vista y vio su sonrisa traviesa, ella anheló seducirlo a hacer el amor con ella. Pero ella no podía. Para empezar, él estaba decidido a no tomar su virginidad. Él era un libertino, pero al fin y al cabo un noble. Y ella no tenía idea de cómo seducir a un experto en el arte de la seducción. ¿Cómo podría ella asaltar su control y llevarlo a cabo? ¿Cómo hace una mujer para tentar a un hombre acostumbrado a tener varias mujeres en su cama a la vez? La prostituta que había elegido en casa de Ivory había frotado su erección entre sus enormes pechos antes de llevarlo hasta el final en su boca. Diana estaba dispuesta a probar ambas cosas, pero recordó que había invitado a otra mujer a unirse a ellos, incluso después de todo esa tentación! No sería justo. No sería correcto. Si él iba dentro de ella, ella estaría arruinada. Y ella sospechaba que si eso sucediera, si lo indujera a tomar su virginidad en su cama, él sería un verdadero caballero y le ofrecería matrimonio. No quería atrapar a Lucien. Pero, oh, cómo deseaba ella el placer más prohibido de todos. “ Quiero hacer todo lo que te puedas imaginar” , susurró.” Yo quiero probar de todo...” Su sonrisa se desvaneció, reemplazada por una mirada de

hambre depredadora.” Puedo pensar en un buen montón.” Sin saber qué hacer, ella dejó deslizarse la bata por sus brazos y caer hasta el suelo. Ante su mirada de aprobación, se tendió sobre la colcha, completamente desnuda, la mano colgando casualmente sobre su cadera. Deseaba lucir deliciosa y tentadora. Él se quitó la bata de seda y se unió a ella, desnudo, pero Aun no completamente erecto. Empezó con un beso en sus labios, luego en las mejillas, la nariz, la barbilla, incluso sus párpados. Como si estuviera determinado a probar cada centímetro de ella, la besó desde la frente hasta el pecho. En el momento en que él tomó un pezón en su boca, su piel ya estaba ardiendo. La expectación estaba volviéndola loca. Besó los huecos de sus codos, apretó los labios en sus muñecas, dejando deslizar la lengua sobre sus palmas. Él saltó por encima de su entrepierna, y exploró la longitud de sus piernas con su boca. Ella gritó mientras le besaba las plantas de sus pies. Mientras él trabajó su camino de vuelta, ella se dio la vuelta. Él hizo una pausa, obviamente, no lo esperaba. A continuación, puso sus labios suaves por detrás de sus rodillas. Cielos. ¿Quién sabía que el dorso de las rodillas eran tan sensibles? Su toque envió un pulso de fuego derecho hacia su sexo. Ella se retorció mientras él pasaba la lengua por la parte posterior de sus muslos. La cubierta de seda bordada frotaba toda la longitud de su cuerpo caliente, burlándose de la sensibilidad en los pezones y en su dolorido coño. Al recordar la sensación de la lengua de Lucien en su parte inferior, Diana supo que tenía que experimentar eso otra vez. Ella levantó su trasero y lo movió alrededor para tentarlo. Su gran mano se posó en el cruce de la nalga y el muslo.” ¿Qué te gustaría, ángel?” Ella sufría por su lengua caliente en ella, pero no se atrevía a decirlo.

Y lo que realmente quería era su polla. Dentro de su mojado coño. Ella susurró :” Yo quiero... quiero... Me encantaría tenerte dentro de mí.” Sus manos acariciaron la curva de su trasero, pero él se quedó en silencio. Abatida, cerró los ojos, la cara enterrada en el cubre lecho. Ella era una tonta por tentarle, por recordarle la única cosa que no podían tener. Seguramente, si estuviera tentado él diría algo no? El silencio era una agonía. Luego se inclinó y le dio un pequeño beso en la entrada de su trasero.” Si estuvieras dispuesta a intentar — yo podría complacerte por aquí.” Su corazón se aceleró. Ahora entendía lo que había implicado en la bañera.” ¿Quieres decir que va a entrar dentro de mi... mi... allí?” “ Sí.” Él se acostó junto a ella, su mano acariciando el valle entre sus nalgas.” Yo sería muy suave. Me gustaría ir poco a poco y no demasiado profundo” . “ Pero mi vir -” “ No perderás tu virginidad. Tampoco te quedarías embarazada” . Ella levantó la cabeza de la cama, arqueando la espalda para mirarlo.” Yo podría tenerte dentro de mí y no tener un hijo o perder mi inocencia?” Una fugaz sonrisa tocó su hermosa boca.” Oh, perderías tu inocencia, mascota, pero no tu virginidad real. Tu barrera estaría intacta” . Ella se agachó, detrás de ella, cerrando su mano alrededor de su dura y larga polla.” Hazlo, Lucien. Quiero probar” . Ante sus palabras, él tomó una respiración profunda y trémula.” Tengo que conseguir un poco de aceite.” Él se alejó de ella, la cama se meció cuando él retiró su peso. Ella esperó a que regresara, casi tan asustada como emocionada. Esto era realmente sexo, definitivamente un paso trascendental. Uno que a ella le dolía por tener — ella sentía que podría estallar

en llamas en su cama si no lo hacía. Él regresó junto a ella otra vez, besando su columna vertebral. “ ¿Qué debo hacer?” , Susurró ella. “ Quiero que simplemente te acuestes sobre tu estómago. No entraré muy profundo, si estás acostada” . “ Hay otra manera?” “ Varias. Lo habitual es que la mujer esté de rodillas.” Besó la parte posterior de su cuello. Ella sintió la caricia de su lengua llegar hasta sus pies. “ De esta manera será más fácil para ti.” El aceite caliente golpeó su ano y fue extendido sobre las mejillas de sus nalgas. Su cuerpo casi pareció abrirse por sí mismo, preparándose para su penetración. Algo se deslizó alrededor del aceite, rozando su entrada, y después deslizándose lejos. Era su polla, dirigida por su mano. Ella oyó su suave respiración entrecortada mientras usaba la cabeza de su pene para masajear el aceite en su piel. Ella estaba muy mojada, pero no en el lugar correcto. Él colocó una mano entre sus piernas y la levantó un poco y presionó sobre su lugar más sensible. Le frotó lentamente, con agonizantes movimientos deliberados. “ La presión te hará aliviar el dolor,” susurró él. “ Hay dolor?” “ Lo habrá si no tenemos cuidado y si no vamos despacio. Deja que te guíe, Diana. Me aseguraré de que no sientas más que placer” . “ ¡Oh!” Tendría empujó hacia adelante un poco y se sentía como si hubiera sido escindido aparte. Ella empujó sus caderas en la cama para escapar de la sensación. Entonces tan rápidamente como lo hizo, ella levantó nuevamente su trasero hacia él. “ ¿Estás segura?” , Le preguntó, su voz suave y ronca cerca de su oído. “ Sí, Lucien.” Él se deslizó dentro de nuevo y esta vez no hubo dolor, sino una deliciosa presión. Ansiosa por más, levantó el trasero, pero se detuvo cuando la punzada regresó. Lucien se quedó inmóvil

hasta que ella se acomodó. El dolor se calmó de nuevo, dejando sólo sensaciones exquisitamente fuertes y agradables. “ Permite simplemente relajarte en la cama” , murmuró. Se acomodó dentro un poco más. Sus dedos presionaron más duro en su vulva, frotaron un poco más intensamente. Y eso hizo enviar poderosas sensaciones a su trasero. Se sintió completamente llena por Lucien y le encantó la sensación, la intimidad increíble de tenerlo dentro de ella. Lucien sabía que tenía que moverse lentamente, a pesar de que quería hundirse directamente en su exuberante y tentador trasero. Ella lo tenía agarrado apretado como un puño. Él sabía que no sería capaz de llegar hasta la empuñadura, pero el placer era tan intenso con sólo una parte de sí mismo en su interior, que sabía que iba a culminar en el instante en que él renunciara a su control. La alegría de saber que confiaba tanto en él era más erótica que cualquier juego sexual gimnástico que nunca hubiera intentado. La tersura de su sexo contra su mano le animó a bombear lentamente y con delicadeza, dirigiéndose a si mismo derecho hacia la salida de su trasero, para luego caer de nuevo en una lenta entrada de unos centímetros. “ Oh, Señor” . Ella gimió. Se detuvo, pensando que la había lastimado. “ Más, más.” Ella volvió a medias la cabeza, empujando hacia atrás su cabello para revelar su rostro, sonrojado por el deseo.” Ve más profundo.” Su voz ronca – pronunciando tan lujuriosas palabras - casi lo destrozó. Retiró su punta palpitante, y se sumergió dentro, controlando con infinito cuidado la profundidad de su penetración. Diana gritó su nombre. Ella arqueó la espalda, levantando su culo hacia su encuentro. Le frotó su clítoris duro y ella se meció en su contra, encajonada entre su polla ardiente y su mano. Empujó más duro y más rápido, y ella se movió ansiosamente a

su encuentro, cada vez tomando más y más de él. Gimiendo una y otra vez, ella golpeó su trasero contra él, las deliciosas curvas llenas golpeándole la ingle. Ella golpeó contra él, su trasero bombeaba tan rápido que pensó que estallaría. Los dedos de ella se cerraron alrededor de los suyos y ella cambió la velocidad de su roce sobre su clítoris, haciendo que se movieran más rápido. “ Sí” , la urgió, lamiendo a lo largo del borde de su oreja.” Muéstrame lo que quieres.” Ella se trabajó a sí misma como una loca, frotando y meciéndose con tanta fuerza que se quedó asombrado. Su espalda brillaba por el sudor, el pelo humedecido - transformándose en una masa de rizos salvajes. Había esperado que ella lo dejaría darle su placer – no que lo tomara - no buscando su propia liberación y llevándoselo a él por delante para el paseo. Le encantó. “ Lucien” Su nombre fue un grito tenso.” Santo cielo, ¡sí!” Su cabeza se arqueó hacia atrás, el pelo derramándose como un río de oro fundido por la espalda. Ella se sacudió y se retorció contra él, sus caderas y trasero se movían tan violentamente que apenas podía controlar sus embestidas. Ella gritó, y él se detuvo, horrorizado por la forma en que le estaba haciendo daño. Pero sus gritos se apagaron en gritos de alegría y el control que él tenía se escabulló. Justo antes de llegar, sintió el pulsante sexo de ella llegar a su clímax, los músculos apretando su mano con fuerza contra ella. Tirando de la mano de él de su caliente, empapado, y palpitante montículo, ella se estrelló sobre la cama. Entonces él explotó. Apoyando sus brazos rígidos, apretó todos los músculos para mantener su polla alejada de ella mientras se corría. El instinto le decía a su cuerpo que se dejara caer sobre ella, y empujara tan duro y profundo como le fuera posible, pero él dominó el impulso, se cernió sobre ella mientras su columna vertebral se disolvía y salía en gruesos chorros saliendo de él. Para su vergüenza, se derrumbó sobre ella, incapaz de moverse.

Sus piernas a horcajadas sobre ella y rápidamente se apoyó su peso en los brazos y las rodillas dobladas. Él le devolvió el beso caliente y húmedo con su rocío salado. Lentamente retiró su polla agotada, y a pesar de la sensación de plomo en sus brazos, cogió un pañuelo de seda y limpió sus redondas curvas sonrojadas. “ Eso se sintió tan... prohibido,” susurró Diana, volviendo la cara para que su mejilla quedara presionada sobre la suave cama. “ ¿Fue placentero?” “ Oh, sí. Pero ahora entiendo lo que querías decir.” “ ¿Sobre qué, dulzura?” “ Acerca de que la corrección no tiene lugar en el dormitorio.” Ella se rio, sus pestañas recatadamente cubriendo sus ojos.” Quiero decir - la sociedad se horrorizaría si incluso besas a un hombre fuera del matrimonio, y yo he dejado que pongas tu polla en mi trasero.” ¿Cómo pudo ella encontrar las palabras exactas para hacerle doler de lujuria? “ ¿Crees que las matronas de Almack’s hacen este tipo de cosas en sus dormitorios?” , Continuó ella, inocentemente. “ Creo que todo el mundo hace cosas como esta en sus dormitorios, dulzura. Sin embargo, nunca volveré a ver las matronas de Almacks de la misma forma de nuevo” . Diana trató de darse la vuelta y él cambió de posición para permitirle voltearse sobre su espalda. Le apartó los rizos salvajes de su cara. Las hebras doradas quedaron sobre sus labios y ella las retiró lejos. Sus ojos violetas brillaron con delicia, con las mejillas teñidas de un precioso color rosa. “ ¿Crees que Stephen hace cosas como esta?” Ah, la pregunta que esperaba evitar. El apodo de Denonshire era” Demonio” . Él y Demonio tenían la misma edad — él era conocido así por su reputación. Un bebé nacido del infierno - un experto libertino - un notorio amante. Él y Demonio probablemente se habían cogido muchas de las mismas cortesanas con experiencia en su salvaje juventud. Podría asegurarle a Diana que su futuro esposo haría las delicias de ella en la cama, pero con una posesividad sorprendente y celosa, no quería hacerlo. Mejor que ella pensara que Demonio era aburrido.

Maldita sea, ¿que pensaría Denonshire cuando ella le pidiera que follara su delicioso culo? Lucien casi se rio de la imagen que evocaba en su mente — del asombro y la creciente conmoción en el rostro de Demonio cuando su dulce esposa le presentara su trasero desnudo y le rogara que se la metiera. Excepto que él sintió una opresión dolorosa sobre su corazón mientras lo hacía. Y una sensación persistente de culpa. Había estado más preocupado por la preservación de la virginidad de Diana que de su inocencia, pero ahora entendía su error. Diana extendió la mano y acarició su antebrazo suavemente.” ¿No debería haberte preguntado eso?” Él extendió la mano para acunar la de ella y le rozó la frente con los labios. “ Diana, tienes que entender que no puedes dejar que Denonshire sepa — o sospeche— que has hecho alguna vez estas cosas antes.” “ ¿Quieres decir —” “ Quiero decir que él estaría muy sorprendido si una mujer inocente le sugiriera que hiciera una cosa así.” “ Así que tengo que esperar a que él piense en estas cosas.” Ella frunció el ceño, dándole vueltas a eso.” Pero, ¿y si no lo hace?” “ Entonces tendrás que confiar en mí.” Capítulo Siete

Su último día juntos. Diana mordisqueó su enorme desayuno sin mucho apetito. Fantasear acerca de casarse con Lucien era una locura, pero ella había pensado en eso toda la mañana. ¿Podría ella realmente volver con Stephen y casarse con él ahora? ¿Era justo con Stephen casarse con él — unirse a él en su cama cuando ella estaba hambrienta por Lucien? Por supuesto, Stephen en realidad podría tener el descaro de retirar su petición de mano porque ella había estado en un

burdel. Tal vez ella no necesitaba casarse con nadie en absoluto ! Sus padres nunca aceptarían eso — ellos esperaban que ella los ayudara económicamente a ellos y no al revés. La puerta del dormitorio de Lucien se abrió y Diana levantó la vista de su plato apenas tocado. Lucien había enviado el desayuno con ella al salón, mientras que le preparaba una” sorpresa” . Cuando él entró, totalmente desnudo, sus lujuriosos apetitos gruñeron. Se veía tan delicioso como siempre. Lucien tenía el cuerpo de un atleta griego, con largas extremidades magras construidas de poderoso músculo. Su rostro era el epítome de la hermosura y polla era magnífica. Exactamente como él la había descrito la primera vez que se conocieron. Él era exquisito. Lucien le hizo señas para que lo siguiera. Ella deslizó la bata, y mientras lo hacía, se sorprendió de lo tranquila que estaba a punto de caminar desnuda a través del dormitorio de un caballero. Normalmente Lucien la besaría y abrazaría y acariciaría. Esta mañana, él tomó su mano y la llevó directamente a la cama. Las cortinas estaban corridas, haciendo el cuarto tan oscuro como la noche. Una fila de velas al pie de la cama envió una luz suave y cálida sobre todo. El bajo fuego en el hogar hacía la habitación cómoda para la piel desnuda. “ ¿Me permitirías una fantasía, amor?” Sus ojos esmeralda brillaron por la anticipación y él parecía tan esperanzado y sin embargo, tan inseguro que su corazón se derritió. “ Sí, mi señor.” Lucien se acercó a la mesita de noche y sacó algo de él, sujetándolo a la luz tenue. No podía distinguirlo al principio y se acercó a echar un vistazo. Curiosa y excitada al mismo tiempo. Él sostenía cuatro trozos de cuerda de terciopelo negro. Ella frunció el ceño.” ¿Vas a golpear mi trasero con ellos?” Él se echó a reír.” Una idea inventiva, pero no—” Su voz se quebró, y él tomó una respiración profunda y trémula. Su verga saltó y se tambaleó antes de regresar a la curva hacia su ombligo como un arco tenso.” No. Quiero atarte a la cama y atormentarte de placer” . Él deslizó las correas de terciopelo, calidas por su agarre, contra

su desnudo estómago y las arrastró sobre sus pechos. Al vislumbrar las cuerdas negras extendidas sobre sus duros pezones, Diana supo que estaba desesperadamente lista para jugar. “ ¿Y vas a hacer lo que quieras?” Su voz sonó entrecortada. “ Vas a estar completamente bajo mi control.” Él le guiñó un ojo, jugando con el lazo de terciopelo en torno a su fuerte muñeca.” Pero lo disfrutarás, te lo prometo.” Él señaló.” Ahora en la cama, mi esclava de placer.” Diana se estremeció. A lo largo de su aventura, él había sido amable, cariñoso y le había tomado el pelo, pero su orden dominante había sido innegable. Irresistible. Ahora ella iba a someterse a su voluntad. Ella vaciló, con las manos extendidas sobre la cama.” La gente desea realmente ser obligada a hacer el amor?” Lucien se sentó en el borde de la cama al lado de su mano y suavemente acarició sus dedos.” ¿Te intriga, mascota?” Aunque ella nunca había soñado con algo así, Diana tuvo que admitir que lo hacía. ¿Qué tan lejos él la llevaría una vez que ella fuera su prisionera? Ella quería que él hiciera todo lo que pudiera con ella, pues era el último día de su aventura. Santo cielo, la idea de ser atada y de estar completamente bajo su misericordia la tenía temblando de deseo. Mientras ella se encaramó en la cama, una caliente humedad se filtró entre sus piernas y amortiguó el interior de sus muslos. Oh, ella estaba tan mojada, casi esperaba que enterrara su polla en ella mientras estaba atada y no pudiera detenerlo. Pero sabía que él no lo haría. Tenía mucho más control que ella. “ ¿Hay algo que deba temer?” Susurró ella mientras se recostaba. Sus desnudos pechos subían y bajaban con sus respiraciones rápidas. Lucien se subió a la cama y se sentó a horcajadas sobre sus caderas, su peso equilibrado en sus piernas. Las cuerdas de terciopelo colgaban de su mano, rozando la punta de su erección. “ No conmigo” , aseguró. Diana contuvo el aliento mientras le sostenía las muñecas juntas. El suave terciopelo suave se deslizó sobre la sensible piel de sus muñecas. Sus codos quedaron

apretados contra sus pechos desnudos mientras ataba sus manos. Tentativamente él tiró de los nudos terminados. Sus muñecas no estaban lo suficientemente apretadas para doler, pero ella estaba seguramente atada. Con una sonrisa diabólica, Lucien levantó las manos por encima de su cabeza mientras se movía a lo largo de su cuerpo. Se sentó justo debajo de sus pechos, su erección reluciente alzada con orgullo entre sus senos. A medida que él extendía el lazo de terciopelo alrededor de la cabecera, Diana arqueaba sus pechos hacia su polla. Ella gimió cuando él empujó su pene hacia abajo y acarició la punta mojada contra su pezón izquierdo. El placer la recorrió y explotó entre sus piernas. Su pene estaba tan cerca de su boca... Tímidamente reuniéndose con su mirada, Diana se pasó la lengua por los labios sensualmente, recordando el sabor de su piel aterciopelada, la sensación de su polla palpitante contra su lengua mientras lo chupaba. “ ¿Puedo darte un beso...?” Ella luchó por contener la vergüenza. Ella sabía que a Lucien le gustaba que fuera franca y dijera cosas malas.” Si tuviera que tomar tu polla en mi boca, ¿te gustaría eso?” “ Sería mi mayor placer.” Él se apoyó a la cabecera con una mano y bajó la polla a su boca. Diana se burló de él con la lengua, sin llevarlo plenamente a la boca. Lamer su polla mientras que ella no podía mover sus manos era deliciosamente travieso. Él metió la mano detrás de él y pellizcó su pezón hasta que ella gimió alrededor de la cabeza hinchada llenando su boca. En este último día de su aventura, ella planeaba ser audaz. Incluso mientras estaba atada a la cama. Una agonía pura disparó a través de Lucien mientras tiraba suavemente su polla fuera de la lengua cariñosa de Diana. No quería estallar en su boca. Todavía no. Nunca hubiera imaginado que ella querría empezar chupándolo. Había sido demasiado tentador hacerle esto a ella. Llevarla a su reino. A destruir lo que quedaba de la inocencia que tenía. Después de experimentar la esclavitud, ¿qué más podría posiblemente asombrar a una mujer de buena cuna? El hecho mismo de que esto fuera tan prohibido lo hacía insoportablemente erótico.

Lucien fue dando delicados besos a lo largo del bello cuerpo de Diana mientras se movía hasta los pies. Atar el terciopelo negro alrededor de sus tobillos delgados y blancos envió otro pulso de sangre a su polla ya dolorosamente palpitante. Su fluido salió abajo de la cabeza, goteando desde su eje. Ató el pie de Diana a un poste de la cama, haciendo rápidamente lo mismo con el otro. Probó los nudos. “ Estoy completamente aprisionada,” dijo ella sin aliento. Lucien se detuvo, acariciando suavemente sus piernas suaves y sedosas.” Si no te gusta, voy a liberarme” . “ No, no. Me gusta. Yo quiero hacer esto.” Se arrodilló entre sus piernas y se inclinó para besar su sexo. “ Oh, por favor,” ella gimió. Como su maestro, le encantaba oírla suplicar.” Todavía no, dulzura.” Rozó un beso contra la curva de su estómago. Esta noche, él tenía otros planes. Los planes incluían ver cuántos orgasmos Diana podía soportar. Su mirada, nerviosa, todavía caliente por el deseo, lo siguió mientras él elegía otro juguete de su mesilla de noche. Una pluma de pavo real. La agitó ante ella. “ ¿Qué quieres hacer con eso?” “ Silencio” . Se acostó a su lado en la cama y le acarició la pluma a lo largo de su nariz, sus labios entreabiertos, sus mejillas sonrojadas antes de deslizarla a lo largo de la garganta. Sus labios rosados se abrieron mientras su rostro se contrajo en una agonía de placer. “ Se te permite gemir.” Lucien recorrió la parte inferior de sus pechos con la punta blanda y de color turquesa de la pluma. Ella gimió, hundiendo sus dientes en su grueso labio inferior. Verla fundirse lo estaba volviendo loco de deseo. Y en el fondo, él era sólo un hombre. Aspiró el aroma de su deseo fascinado, y la vista de los húmedos labios sonrosados de su coño situado entre suaves rizos dorados era casi más tentación de la que podía soportar. Así que dejó que la pluma hiciera lo que su polla no podía. Lucien bajó la pluma a través de su estómago, arremolinándola alrededor del delicado ombligo. Ella jadeó mientras él cepillaba los rizos dorados entre sus muslos. Él movió la punta de la pluma contra sus labios inferiores hasta que Diana gritó de placer y el

penacho estuvo húmedo con su deseo. Sus caderas se arquearon para encontrarse con su ritmo, pero cuando sus jadeos y gritos crecían en urgencia, Lucien movió la pluma para embromar sus delicados muslos internos. Lucien se inclinó sobre su pecho y lamió su duro pezón con la punta de su lengua mientras impulsaba la pluma a lo largo de sus muslos. Sus caderas se sacudieron y se retorció y sus manos se tensaron contra sus ataduras mientras él le daba placer a sus pechos. Dejó caer la pluma a través de sus muslos y llevó su dedo contra su duro y resbaloso clítoris. Después de dos golpes, ella gritó, estallando debajo de él. Le encantaba este juego, pero era una tortura para él — le gustaría poder terminarlo deslizándose entre los muslos calientes y resbaladizos de Diana y enterrar su polla hasta la empuñadura en ella. En lugar de eso, optó por escoger otro juguete. Una vara delgada y esbelta hecha de marfil, con un mango enjoyado y punta redondeada. Ante un grito ahogado de Diana, Lucien sonrió.” Si lo deseas, mi esclava, puedes cerrar los ojos e imaginar que esta es mi polla entre tus cálidos pliegues, deseosa de darte placer” . Él frotó la fría vara de marfil contra el ardiente clítoris de Diana mientras ella se estremecía en los últimos espasmos del éxtasis. Su polla, tan rígida como el consolador, dolía como el demonio. Ella alcanzó el clímax de nuevo en cuestión de segundos, con los ojos fuertemente cerrados, sus gritos deliciosamente agonizantes. Después de dos orgasmos, sus pechos, su coño, su piel debía estar exquisitamente sensible —lista para encender a la menor caricia. Con su lengua, la pluma y la polla de marfil, Lucien jugó con Diana hasta que ella se corrió una y otra vez. Sus orgasmos corrieron juntos en una ola interminable de placer. Le encantaba ver como su dulce inocente perdía el control. Él mismo estuvo muy cerca de explotar, al verla mover sus piernas y luchar contra las cuerdas de terciopelo negro. Lucien apoyó los dedos en la entrada de su coño y sintió su calor, los jugos pegajosos burbujeaban sobre él. Se sentó y se lamió los

dedos, saboreando su sabor único, dulce, salado, y almizclado. Pero él realmente quería lo que él no podía tener —su coño culminando alrededor de su polla. “ Lucien, te quiero que mi interior...” Diana suplicó, fijando su ávida mirada violeta en su rostro.” ¿Podrías... entrar en mi trasero?” A petición suya, Lucien abandonó su juego. Señor, estaba urgido por coger su precioso trasero. Arrancó los nudos que unían sus pies. Había hecho un maldito buen trabajo al atarlos. Una vez que hubo liberado sus tobillos, él masajeó su piel satinada, acariciando las líneas de color rosa, donde las cuerdas la habían marcado. Con las manos todavía atadas, él gentilmente le dio la vuelta sobre su estómago, por lo que su pequeño y dulce culo subió, frente a él, listo para ser montado. Ella separó las piernas y movió su trasero atractivamente. “ Te deseo,” le rogó.” Te necesito. Oh, por favor.” Lucien le dio un beso en la base de la espina dorsal antes de arrodillarse entre sus muslos extendidos. Con una mano, empujó su polla en el valle resbaladizo de su trasero. Ya fuera que sus jugos se hubieran escapado de su coño y la tuvieran empapada del todo, o que su pasaje posterior estuviera húmedo con anticipación, él no estaba seguro. Su polla se deslizó desde la entrada de ella y él luchó para encontrar su ano nuevamente mientras ella se levantaba impacientemente contra él. La cabeza tensa de su hinchada polla encajó dentro de su calor. Era como si estuviera mojando su polla en un fuego atroz. Ella se arqueó contra él y estaba tan mojada, que él se deslizó dentro. Había planeado moverse lentamente, provocar, pero ella se movió con tanta desesperación, gimiendo tan deseablemente, que no pudo dejar de hundirse hasta la empuñadura. “ ¡Sí!” Gritó ella mientras él se enterraba en ella con un fuerte empuje. Sintió que la barrera de su apretada carne rasgarse en el mismo momento en que ella gritó. La impresión lo adormeció. Él se había deslizado demasiado hacia delante y se había enterrado a sí mismo en su coño, no en su culo. Maldita sea, él acababa de desgarrar su virginidad. Como cerrando la puerta de un establo demasiado tarde, Lucien se apartó, retirando su pene completamente.

Diana sollozó mientras él lo hacía. ¿Por qué no le había dicho ella que estaba en el lugar equivocado? Advirtiéndolo? Él debió haberlo sabido por la sensación diferente, pero había estado demasiado lejos como para darse cuenta. Maldita sea. Vio los restos de sangre en su pene mientras se dejaba caer al lado de Diana para consolarla. Un maldito empuje y eso lo había cambiado todo. Él la había arruinado. Y posiblemente algo mucho peor. Lo que habían hecho podría ser suficiente para dejarla embarazada. Lucien llegó por encima de la cabeza de Diana, hurgando en las cuerdas de terciopelo para liberarla. Disculparse parecía insuficiente. Pero le susurró al oído.” Lo siento, amor.” Las cuerdas cayeron libres de sus manos. Diana tenía los ojos fuertemente cerrados, pero el dolor se había convertido en malestar, e incluso eso estaba desapareciendo. Ella se enrolló sobre un costado, empujando su pelo húmedo. El pobre Lucien la miraba atónito. Ella besó el hombro desnudo de Lucien mientras alcanzaba su suavizada polla. Una sola mirada le mostró las manchas de sangre que lo recorrían y ella se estremeció. Pero el dolor había terminado y Diana deseaba saber los placeres que seguirían. Lucien se endureció al instante mientras sus dedos se cerraron en torno a él. Ella puso su pierna sobre sus caderas y presionó su húmedo y caliente coño contra su lado. Él la dejó ponerse a horcajadas sobre su cintura. Su erección empujaba contra su trasero. Sus manos se posaron en las caderas de ella.” Diana, amor—” Ella le apartó las manos. No quería que él la levantara.” Pero, ¿qué diferencia hay ahora, Lucien? Por qué no podemos, al menos, obtener placer, también?” “ No puedo negar la verdad de eso, dulzura. No hay ninguna

diferencia ahora” . “ Quiero tenerte dentro de mí. Quiero hacer el amor contigo — quiero saber lo que es.” Ella le acarició la mejilla con el dorso de sus dedos.” Se sentía tan bueno tenerte dentro —hasta que dolió.” “ ¿Estás sintiendo dolor?” Su voz era tierna. Sus ojos verdes llenos de preocupación. “ No. Ya se alivió.” La estupidez de las reglas de la sociedad la golpearon. ¿Ella era diferente ahora de lo que había sido antes de que él rompiera su barrera? ¿Por qué debería importar tanto? Pero lo hizo. Y eso ella no lo podía negar. Ella estaba arruinada. Un esposo no aceptaría una esposa que había estado con otro hombre antes de casarse. Incluso si ese marido tenía una docena de amantes. Y ella ni siquiera podía mentir sobre ello —un marido descubriría la verdad cuando no encontrara ninguna barrera en su noche de bodas. Bueno, ellos ya no podían hacer regresar su virginidad. Y ella quería a Lucien en su interior. Oh, se había sentido mágico mientras él se deslizaba en su interior. Incluso el dolor había valido la pena por el deleite de su gran polla empujando dentro. Ella debería haberlo detenido. Debería habérselo dicho. Pero se había sentido tan bien. “ Ahora puedo hacer lo que quiero” , insistió Diana. Ella se inclinó y le besó. Lucien le devolvió el beso con avidez, llenando su boca con la lengua de él. Ella sufría porque él la llenara con su polla. Podía descubrir todo el placer que fuera posible conocer. Nada se le prohibía a ella ahora. Diana presionó las manos sobre el pecho de Lucien, enredándolas en el rocío de su oscuro cabello. Ella se separó de su beso y frotó sus húmedos y cálidos labios inferiores a lo largo de la longitud de su pene. Él gimió y agarró la cuerda de terciopelo sobre su cabeza. Diana contuvo un jadeo mientras él retorcía el terciopelo alrededor de su pene. Ató un gran nudo apretado a su base. “ ¿Por qué —?”

Su sonrisa era puro pecado.” Pronto lo descubrirás. Ahora agáchate y déjame succionar tus dulces pechos” . Lucien chupó con avidez sus pezones. Su sangre fue subiendo, haciendo a su polla de roca dura, y el nudo estaba apretándolo de una manera eróticamente doloroso. Hizo una mueca, vagamente oyendo la voz preocupada de Diana.” Te está doliendo?” Él echó un vistazo a su polla, el eje situado entre los labios rosa del coño de Diana. Cada vez que su polla se hinchaba, se apretaba contra su prisión constrictora. La cabeza púrpura parecía dos veces más grande de lo normal. “ No de mala manera, amor.” Para su sorpresa, Diana tomó una de las cuerdas.” Me gustaría — Quiero intentar atarte - ¿puedo?” “ Yo no te pediría que hagas nada que no estuviera dispuesto a hacer yo mismo” , él bromeó, mientras su polla latía con más fuerza contra la cuerda de terciopelo. Ella hizo una pausa, pensando que hacer. Con una risita tímida, le ató las muñecas juntas. Sus brazos levantados mientras ella ataba la cuerda a través de la cabecera de la cama y tiraba fuertemente. Ella alcanzó a poner su reluciente coño cerca, justo fuera del alcance de su boca. Exquisita tortura. “ ¿Estás atado?” Él tiró sus brazos contra sus ataduras, y luego las dejó caer hacia atrás.” Sí” . “ ¿De verdad lo intestaste?” “ Quieres verme realmente intentarlo, dulzura?” “ Sí” . Lucien obedeció, tirando fuertemente contra sus nudos, hasta que ella asintió con la cabeza en señal de aprobación. Él se echó a reír, pero rápidamente se convirtió en un gemido

cuando ella se sentó de nuevo sobre sus caderas y su empapada entrada acunó la cabeza agrandada de su polla. Él apretó los músculos, sacando su polla más y atrapándola ligeramente dentro de su abrasador pasaje. Sus dedos se cerraron alrededor de su eje, levantándolo. Ella estaba tan mojada que —a pesar de que era grueso y enorme, por la excitación —se deslizó varios centímetros dentro. Ella se detuvo. “ Descansa unos segundos, querida” , la instó.” Relájate y acostúmbrate a mí.” Diana bajó la cabeza hacia adelante. Sus largos bucles dorados brillaban a la luz de las velas. Ella asintió, mordiéndose la mano, quedándose absolutamente quieta. Poco a poco, empezó a mover las caderas. Una agonía sensual y pura corrió de su polla hasta su cerebro mientras su ardiente pasaje aterciopelado lo sujetaba a lo largo mientras ella se levantaba y se echaba sobre su eje. No era sólo por el hecho que ella era exquisitamente apretada. Su proporcionado cuerpo encajaba a la perfección con el suyo. Él había sido hecho para darle placer a ella, para llenarla, para darle lo que ningún hombre jamás le daría. Poco a poco, mientras ella le bombeaba, él se hundió dentro hasta que llegó al anillo de terciopelo negro alrededor de su pene. Pensó en esa cuerda creciendo con la humedad de los jugos de ella y casi explotó. El nudo estaba empujando contra su clítoris y frotándolo hasta alcanzar un éxtasis embriagador. “ Ooh” . Sabiendo exactamente donde estaba encajado el nudo, Lucien capturó su boca y empujó sus caderas para darle dos largos, lentos y profundos movimientos. Se arqueó contra él mientras él le daba estocadas más perezosas, utilizando un ritmo lánguido para seguir intentando mantener su polla en su unión. El nudo estaba besando su centro — dejándolo punzante y palpitando por más, él lo sabía —pero él siguió el ritmo deliciosamente tortuoso. Se esforzó contra las cuerdas para besar sus pechos oscilantes, pero fue golpeado en la cara por ellos. Ser empujado por sus colgantes pechos era casi demasiado. Diana los empujó juntos en dos montículos carnosos y él chupó los pezones a su vez

mientras conducía su polla muy dentro de ella. En respuesta a sus profundas embestidas, Diana contoneó y pulsó sus caderas como si tratara de ordeñar su simiente. Ella aceleró, llevándolo duro y rápido —eso fue suficiente para que su cerebro se convirtiera en puré. La oyó jadeando. “ Lucien, te ves... te ves... como si estuvieras en agonía.” Sus palabras provocaron un estremecimiento de puro y delicioso éxtasis a través de su cuerpo. Se inclinó para besarlo con avidez en su boca mientras restregaba su adorable y pequeño duro clítoris contra el nudo de terciopelo. Movió los labios sobre su rostro y lo besó en la oreja. Le encantaba eso, la cálida humedad de su boca en contra de la de ella.” ¿Te vas a venir, Lucien?” Él gimió. “ Quiero hacer que te corras. Quiero verte explotar” . Dios, definitivamente él la había entrenado demasiado bien. Ella empujó duro contra él, llevándolo hasta el fondo de ella, cada exquisito centímetro de ella estaba caliente, resbaladizo y apretado. Ella le insistió.” Vente, Lucien.” “ Tu primero, dulzura.” Ella le dedicó una sonrisa juguetona.” ¿Recuerdas lo que me dijiste en el carruaje?” Preguntó ella. “ ¿Qué te dije?” “ Me dijiste que después de que me casara, podría venir a ti y tu follarías mi pequeño y dulce coño apretado hasta que me fundiera de placer.” Ante sus palabras—sus traviesas, sucias y prohibidas palabras — su cerebro estalló en llamas. Él se arqueó hacia ella mientras cada uno de sus músculos se volvieron locos con el orgasmo. Oleada tras oleada disparó a través de él, disolviéndolo. Su polla se sentía como si se hubiera ampliado al doble de su tamaño, entonces, finalmente, estalló exquisitamente. Ella seguía montándolo mientras él se venía, conduciéndolo cuando estaba tan espléndidamente sensible. Dios, él estaba

gritando mientras ella lo hacía. “ Lucien, debo parar?” Su voz era trémula y dulce. “ ¿Alcanzaste tu clímax?” Su placer había sido tan feroz, que por primera vez – él no era capaz de decir si su pareja había alcanzado el orgasmo. “ Todavía no, pero -” “ Desata mis manos y móntame.” Ella arrancó desesperadamente los nudos, liberándolo. Él sabía que estaba deslizándose fuera en el torrente de su semen y sus dulces jugos, sabía que tenía sólo unos segundos para llevarla al clímax. Él encontró su hinchado clítoris —ya desgastado por el roce de terciopelo —y lo acarició. Él le hizo cosquillas en su pequeño y apretado ano con su otro dedo. Había capturado cada zona sensible de ella al tiempo, penetrándola desde ambos extremos y atormentándola hasta que sucumbió al mismo derretimiento mental placentero que ella le había dado. Su dedo se deslizó dentro de su perfecto trasero. Ella se meció contra él, manteniendo su polla en ella, y tomando su dedo más adentro. Él sacudió su sensible clítoris y acomodó su dedo dentro y fuera de su delicioso culo. Tenía la cara enrojecida de un rosa intenso. “ Contigo, en ambas entradas -ooh, me siento tan deliciosamente llena.” La emoción de ella lo golpeó, y su pene se hinchó lentamente de nuevo, enderezándose para llenarla. En cuestión de segundos, ella tenía su polla envuelta hasta la empuñadura y su dedo en la medida de lo que podía ir. Ella no rebotaba, pero giraba hacia atrás y hacia adelante, presionando con fuerza tanto contra su polla como contra su dedo en una danza sensual. Ella comenzó a levantar sus caderas, con los ojos fuertemente cerrados y sus rizos dorados bailando salvajes sobre su cara. Hundió sus dientes en su labio inferior y empezó a golpear sobre él mientras empujaba profundamente, profundamente, profundamente dentro de ella.

Su cabeza cayó hacia atrás, su espalda arqueada. Ella gritó su nombre. Sus espasmos violentos empujaron su miembro profundamente, más allá de lo que él creía posible. “ Diana” Él explotó de nuevo. Ni siquiera cuando había sido un jovencito cachondo había conocido los orgasmos consecutivos, y nunca había sentido algo tan intenso. Diana gritó. Ella agarró sus anchos hombros con tanta fuerza que ella temía que pudiera romperle los huesos. Una bola de fuego estalló, corrió a través de ella, y estalló entre sus piernas. Exuberantes olas de placer se estrellaron sobre ella, dejándola suspendida en una niebla delirante, mientras sentía como si ella flotara por encima de la cama. Lucien gimió y ella abrió los ojos lentamente. Su rostro, su cuello y el pecho brillaban por el sudor. Él todavía estaba gimiendo suavemente mientras tiraba de ella hacia abajo y la abrazaba. Su cabello se derramaba sobre la garganta y sobre su pecho húmedo, las curvas de sus pechos y el vientre presionados contra su caliente estómago. Sus piernas enredadas con las suyas. Ambos tragaron ávidamente para recuperar el aliento. Su pie encontró el arco de su pie desnudo y ella corrió su dedo a lo largo de este. Él gritó. Ella se rio. “ Me has vaciado totalmente y por completo” , susurró él. Todavía aturdida, Diana se inclinó y apretó el terciopelo anudado sobre la blanda polla. “ Voy a tener que casarme contigo.” Diana se quedó inmóvil ante sus palabras. Había fantaseado sobre Lucien cayendo sobre una rodilla y diciéndole que la quería por esposa. Ahora que había recibido la propuesta que ella esperaba, él lo hacía sonar como si fuera una sentencia de muerte. Ella no quería que él se casara con ella por honor o por deber. Ella no quería atraparlo. ¿Por qué, oh, por qué no se lo había detenido? Había sucedido tan rápidamente, y tan pronto como ella había sentido su gran polla empujando contra su coño, ella

no había pensado en otra cosa más que en llevarlo dentro. El futuro no le había importado. Nada le había importado. “ No, Lucien, yo-” Oh, cómo explicarse a sí misma? Le acarició el pelo y ella casi se echó a llorar ante su toque suave. “ No te puedo devolver a Denonshire con una sonrisa y un saludo, Diana. Tu me perteneces” . “ Pero -” Diana lo miró sin poder hacer nada, no podía determinar si él le profesaba amor. Con sus pestañas envolviendo sus ojos, su expresión fría y neutral, no pudo decirlo. Luego él desbarató sus esperanzas. “ Un caballero honorable se casa con una joven de buena cuna si toma su virginidad.” Su cabeza empezó a golpear.” Pero yo debería haberte detenido. Yo... bueno... yo debería haberlo hecho antes de que fuera demasiado tarde.” “ Tú habías tenido una media docena de orgasmos, dulzura. Me cuesta creer que pudieras pensar en absoluto.” Un rubor culpable inundó las mejillas de Diana. Enterró la cara contra el pecho sudoroso y caliente de Lucien. Sí, había estado debilitada con el placer - pero una vez que ella lo había sentido allí, empujando hacia adentro, ella lo supo. Supo que era una receta para el desastre, pero no le había importado. “ Pero no tienes que casarte—” “ Sí. Lo hago. Sin embargo —” Dejó que su mano se deslizara a lo largo de su cadera desnuda.” Yo espero vivir lo suficiente como para casarme contigo.” “ ¿Qué quieres decir?” , Exclamó ella, levantando la cabeza. “ Si Denonshire se enterara de lo que te he hecho, me mataría.” Los ojos esmeralda de Lucien brillaban peligrosamente mientras reía.” Si alguna vez tiene la posibilidad de saber lo que le he robado – la inocente más sensual imaginable - él podría dispararme todos

modos.” Capítulo Ocho “ Entonces, ¿quién era la misteriosa mujer haciéndose pasar por la señora Wilson? ¿Alguna vez te enteraste?” Wembly se inclinó hacia delante, ansioso por escuchar una respuesta. Aquí, en un rincón oscuro de White’s a media tarde, todas las mesas estaban vacías menos la de ellos. La luz del día se filtraba por las altas ventanas que flanqueaban la larga habitación, pero pocos hombres holgazaneaban sobre sus tragos. Lucien levantó su copa de oporto.” No. Su identidad se mantiene en secreto.” “ Tú la acompañaste a la calle y la viste más de cerca que cualquiera de nosotros” , añadió Lord Cambridgeshire.” No tienes idea?” Lucien lanzó una mirada agria a Cambridgeshire, cuyo interés por el bondage era bien conocido. Habría Cambridgeshire alguna vez atado a una joven dama para después descubrir que era él seducido?” Ella estaba enmascarada” . “ ¿Crees que ella podría ser una dama de la alta sociedad?” Wembly insistió. “ Lo dudo” . Preocupado, Lucien se frotó la barbilla. Una vez que se casara con Diana, podría cualquiera de los hombres que habían estado presentes en el burdel de Ivory, suponer que su novia rubia y delicada y la misteriosa mujer eran la misma persona? La ruina. Tenía que evitar el escándalo. Si no lo hacía, Diana sería objeto de ser señalada e insultada y de difamaciones viciosas. Tendría hombres de la alta sociedad jadeando tras ella, esperando que ella abriera las piernas para ellos. Él tendría muchas citas al amanecer y tendría que mover su cama al maldito campo de duelo.

“ Hacemos una lista de las rubias más jóvenes? Era delgada, pero voluptuosa, muy parecida a la señora Wilson...” Cambridgeshire reflexionó. “ Y cual dama sería tan atrevida para eso?” “ Una apuesta !” Gritó Wembly. Lucien gruñó.” Es un esfuerzo inútil, Wembly. ¿Cómo vamos a demostrar quién era la mujer?” “ La señora Wilson tiene que saber” , Cambridgeshire señaló. “ Y habrá sido bien pagada para proteger su identidad” Lucien contrarrestó. Diablos, la última cosa que necesitaba era que los caballeros de Londres anduvieran tratando de sacarle la verdad a Ivory. O que le ofrecieran una pequeña fortuna para comprarla. Ivory no vendería a su media hermana por ningún precio, ¿verdad? “ Que la habrá hecho partir con tanta prisa?” Se preguntó Wembly.” Yo no estuve en la habitación en ese momento para presenciarlo” . “ Le escuché decir a Miranda que la misteriosa dama gritó 'Stephen ' antes de salir. Pero ninguna de las chicas de la señora Wilson conocía su identidad.” Cambridgeshire llenó su vaso. “ ¿No creerás...” Wembly frunció el ceño con atención.” ¿ No creerás que pudo haber sido la prometida de Denonshire?” Cambridgeshire rio.” En un burdel? ¡Qué va! Lo más probable es que fuera su amante o alguna mujer casada con quien está teniendo una aventura.” El corazón de Lucien, que se había detenido, ahora retomó su ritmo, haciendo un ruido sordo en su pecho. Tragando su oporto, buscó una manera de desviarlo.” Una actriz, Me atrevería a pensar. ¿Quién más podría ponerse en una exposición tan dramática? O

estar dispuesta a entrar en el salón de Ivory?” Oró para que ellos no vieran la falla en esa teoría. Y que la actriz podría haberse quedado en torno al sitio del suceso haciendo una escena teatral de ira y traición. “ Pembroke está en lo correcto” , Cambridgeshire estuvo de acuerdo. Lucien soltó el aire en un silbido silencioso. “ Mi dinero estaría en que fue una actriz” , continuó Cambridgeshire. “ Así que cuando llegue Denonshire, podemos obtener su identidad de él. Él debe saber.” Wembly se levantó.” Debemos ir al libro de apuestas y establecer nuestras apuestas” . Lucien se sirvió otra copa. Su propósito al venir al club esta la tarde era encontrar a Denonshire y decirle al hombre que pretendía casarse con su prometida. Ahora tenía que asegurarse de que él hablara con Denonshire antes de que el hombre involuntariamente destruyera la reputación de Diana. ***** ¿Dónde en el Hades estaba ella? Lucien miró la nota que Pymm le había entregado. Había desperdiciado su tiempo en White's. Denonshire no había aparecido. Ahora Diana se había ido. Ella había estado profundamente dormida cuando él se había ido en busca de Denonshire. Con el corazón en la garganta, desplegó el mensaje donde estaba parado — en el medio de su vestíbulo —y leyó. Querido Lucien, Mientras me siento honrada por tu integridad y por tu sentido de responsabilidad, me doy cuenta que no puedo aceptar tu propuesta cuando fue mi error el que hizo que tuviera lugar.

Me temo que traicioné tu confianza en mí. Un matrimonio entre nosotros no se basaría en elección, o en el afecto mutuo, o incluso en las directrices que guían los acuerdos entre la sociedad. Los dos estamos atrapados por los dictados de nuestro mundo y el atrapamiento no es un sonoro cimiento para el matrimonio. Si bien no puedo volver a S, he vislumbrado una alternativa al matrimonio para asegurar mi futuro. Tengo que despedirme de tu hospitalidad. Así que no te preocupes (si estás inclinado a hacerlo), debo informarte que me he trasladado con mi media hermana. Creo que una vida como mujer de negocios como la señora W sería más conveniente para mí que el matrimonio. Espero que no serás reacio a continuar con nuestra aventura. Tuya, devotamente, Diana A Lucien casi se le cayó la página al piso. Maldita sea, ella había huido para convertirse en una madame! Prefería eso a convertirse en su esposa. Y ella esperaba poder seguir durmiendo con él. Él le debía a ella matrimonio. El error había sido tan suyo como de ella. Descansó su mano contra el marco de una puerta para apoyarse. Alguien — Denonshire o su padre — querrían colgarlo de sus cojones. Lucien tuvo una visión repentina de Diana, ahora mucho más aventurera que antes, paseando por el salón de su propio burdel, tentando a los hombres más allá de la razón. Oyó el crujido de papel, y se dio cuenta que había aplastado su nota. Él no iba a dejar que Diana se convirtiera en una madame. Él quería —no, necesitaba —que ella fuera su esposa. Al levantar la mirada, vio que, aunque Pymm se había retirado respetuosamente al fondo, él estaba a la espera de sus órdenes, con la mirada expectante que el hombre llevaba siempre que sabía que podría ser necesitado y requerida su atención inmediata.

¿Cómo podía Pymm entender cómo se sentía y Diana no? “ Debo hacer traer el carruaje, milord?” “ Inmediatamente” , Lucien soltó. Lucien acechaba alrededor del salón de Ivory Wilson. No había señales de Diana. Sus entrañas se retorcían mientras rezaba que ella no hubiera sido tentada por una de las habitaciones de arriba. La encontraría así tuviera que interrumpir a cada pareja fornicando en el lugar. La cortesana Sophie- la que lo había llevado a través de la cortina en el juego del Engaño del Hombre Ciego - se le unió mientras él caminaba hacia la puerta. Ella se deslizó frente a él, sus seños rozando su pecho, y apoyando la mano sobre su brazo.” ¿Y qué placer buscáis esta noche, milord?” Su apretado, vestido de cuello redondo, dejaba ver sus grandes pechos pálidos que ella había metido debajo de su nariz. Un collar de piedras brillantes brillaba desde dentro de su escote. Ella jugó con las joyas con su mano libre. Él reprimió una pregunta para saber si había visto a una mujer joven, hermosa, un ángel rubio entre la multitud pecadora. ¿Cómo iba a encontrar a Diana sin causar un escándalo? Sophie se acercó más. Sus ojos, delineados con sombra oscura y kohl, lo miraron con una sensual promesa.” ¿Te gustaría acompañarme a la orgía en el salón de baile, milord?” “ Hay una orgía en el salón de baile?” “ Una parodia de los jardines de Vauxhall. Muy divertida” . Los jardines de Vauxhall, con sus notorias Caminatas Oscuras, grutas solitarias, y cortesanas chillonas era lo suficientemente licencioso. Ivory debió haber adicionado un creativo giro para entretener a su hastiada clientela. Podría Diana posiblemente estar ahí? Dios no lo quiera. El miedo y los celos se dispararon a través de él, envolviendo sus embragues espinosos alrededor de su corazón.

Luchó por mantener la calma. Podría Diana intentarlo en su plan por aprender los entresijos de ser una madame? “ Muéstrame.” “ Voy a ser su guía fiel, milord.” No por mucho tiempo. Aun así se dejó guiar, rogando por no encontrar a Diana en medio de una impactante escena. Estaría a punto de experimentar el mismo horror y dolor que Diana había sentido cuando vio a Stephen? Estimulado por ese miedo, él cargó por el pasillo, arrastrando a Sophie con él. La cortesana clavó sus talones, claramente sorprendida.” No se habrá terminado para el momento en que lleguemos. Y yo había pensado que un poco de diversión a lo lardo del camino podría —” “ En ese caso, tendrás que divertirte a solas, querida.” Ella puso mala cara, pero siguió rápidamente una vez que él se dirigió hacia adelante. Un lacayo abrió las puertas y ellos entraron, sumergiéndose en la enorme sala, débilmente iluminada. Durante unos segundos, Lucien permaneció ciego, justo como lo había estado cuando jugó al Engaño del ciego en esta misma sala. Una mano presionó contra su polla y comenzó a frotarlo. Sospechó que la mano pertenecía a Sophie. Él se acostumbró a la débil luz y miró a su alrededor. Ivory tenía el lugar decorado con estilo para imitar los oscuros senderos de Vauxhall con arbustos en macetas grandes colocados aquí y allá para crear caminos serpenteantes. La sofocante habitación olía a perfume, bebida y sexo. Si Diana estaba aquí, él nunca la encontraría rápidamente. Era mejor encontrar a Ivory y preguntarle. Esperaba ver a la señora Wilson en el salón, pero ella no estaba allí. La mano de Sophie se apoderó de él a través de sus pantalones y trató de dirigirlo hacia adelante por su polla. Casi sonrió ante su ingenuidad, pero le retiró la mano.” Quiero encontrar a la señora

Wilson. ¿Está aquí?” “ No, ella estará arriba.” “ Llévame allí.” “ Ella no entretiene a los caballeros allá arriba.” “ Tengo un asunto de negocios para discutir con ella.” La mano volvió hacia su eje y dio un tanteo anhelante. Él la apartó con más firmeza.” La encontraré yo mismo.” “ No.” Su brazo se enrollado a su alrededor.” Me gustaría ir con usted.” Estaba a punto de negarse, pero se dio cuenta que Sophie le podría llevar con mayor rapidez a las habitaciones privadas de Ivory. La frustración se disparó a través de él. Diana podría estar alrededor del próximo arbusto, siendo manoseada por un hijo de puta, pero él no podía simplemente peinar a través de este lugar con esa esperanza. Tardaría demasiado. Tendría que hablar con Ivory. *****

Diana aceptó el vasito de jerez que su hermana le tendió. Tomó un sorbo, tragando el dulce y caliente fuego. Incluso sus gustos incultos reconocían la calidad superior. Ivory Aun no había dicho una sola palabra acerca de su plan para comenzar su propio negocio. Después de haber derramado su corazón y explicarle sus ideas organizadas, Diana no sabía cómo proceder. Había esperado que su hermana respondiera, no que la mirara fijamente con una mirada de consideración. Seguramente Ivory no se negaría a ayudarla? “ Permíteme asegurarme de que entiendo.” Ivory se instaló en el

sofá junto a ella.” Tu ya no deseas casarte con Stephen por su sola visita a mi establecimiento” . “ Yo en realidad nunca quise casarme con Stephen.” “ Y ahora, Lord Pembroke te ha ofrecido matrimonio?” “ Por supuesto,” Diana gimió.” No tenía otra opción.” “ Pensé que habías huido hacia aquí porque él no tenía,” Ivory explicó, frunciendo el ceño como si estuviera perpleja.” Yo estaba preparada para ir tras él por ser tan deshonroso. Pero él se propuso y tu te has negado?” “ Yo lo obligué a ello.” “ Difícilmente lo violaste, Diana.” “ Puede ser que también lo haya hecho!” Diana se levantó de un salto de la silla y se paseó, tragando su jerez. “ Ah, sí? Explícame cómo un hombre puede ser violado por una mujer, Diana. Tengo curiosidad por saberlo” . Diana apretó los dientes ante el tono condescendiente de Ivory. Por supuesto, todo el mundo creía que había sido seducida cuando ella era la que había seducido a Lucien ! Cuando ella había sentido su gran polla contra su coño y ella le instó a seguir, ella ni siquiera había considerado que se sentiría obligado a casarse con ella. Ella no había pensado en nada! “ Él no quería que yo perdiera mi virginidad, pero lo llevé dentro de mí por... por error.” Las cejas de Ivory se dispararon.” Por error?” “ Sí. Yo— Yo Quería que le hiciera el amor a mi trasero de nuevo y —”

“ ¡Dios mío! Ustedes dos hicieron eso?” Ivory quedó en estado de shock. Diana sintió que se le quemaba la cara.” Sí, y yo quería que lo hiciera otra vez, pero él... él se deslizó en el lugar equivocado y le rogué que siguiera... y luego los dos supimos que era demasiado tarde. El daño estaba hecho. Así que él me hizo el amor de la manera más increíble para mí” . Ella suspiró, recordando el placer que le dio con su polla y su dedo profundamente en su interior.” Al final... fue una delicia.” “ Entonces estoy desconcertada. ¿Por qué no casarte con él? Evidentemente, tu disfrutaste de sus habilidades en el dormitorio” . “ Porque yo lo forcé a esa situación. Me doy cuenta de que es un error lo que he hecho” . Ella repitió las palabras que había usado en su nota.” La trampa no es una base sólida para el matrimonio. Está siendo honorable, pero no fue su culpa” . “ Hmm.” Ivory no parecía muy convencida.” Y tú quieres llegar a convertirte en una madame?” “ El matrimonio sin duda está fuera de toda cuestión ahora.” Ivory frunció los labios pintados.” Debido a la pérdida de tu virginidad o porque estás enamorada de Lord Pembroke?” Diana no podía soportar la vergüenza de admitir que amaba a Lucien cuando, por supuesto, él no la amaba. En cambio, ella le dio una razón vaga pero cierta.” No puedo volver a Stephen ahora. Y va a ser poco probable que tenga otras ofertas después del escándalo de un compromiso roto. Stephen podría decirle a la gente el por qué” . “ Yo lo dudo. Denonshire, también, es un caballero” . Diana se dejó caer en el sofá.” Así que no me vas a ayudar. ¿Crees que debería casarme” . “ Si un hombre como Lord Pembroke me ofreciera matrimonio, yo reconsideraría mi carrera, Diana” .

Diana vio el destello de alegría en los ojos azules de Ivory. La ira estalló.” ¿Te sentirías feliz por atraparlo?” “ Las mujeres han coaccionado a los hombres reacios a contraer matrimonio durante siglos. Y esto suena como que él jugó un papel decisivo en enredar el lazo marital alrededor de su cuello” . “ He abusado de su confianza.” “ Dudo que él esperase escapar de su aventura contigo sin tener que ofrecerte matrimonio. Lo cual es intrigante” . “ ¿Por qué?” Diana preguntó, hirviendo de frustración. Ella nunca habría soñado que Ivory fuera tan convencional. Y si Ivory no la ayudaba, ¿qué haría? Ella amaba demasiado a Lucien como para obligarlo a casarse. Y, por supuesto, ya que él no la amaba, le sería infiel. Ella dudaba que redujera sus aventuras en los burdeles por una mujer que no amaba. Su lecho matrimonial sería una delicia, al menos— aunque él no dejaría de calentar las sábanas de otras mujeres. Pero su corazón le dolía al pensar en él disfrutando del placer y riendo con esas otras mujeres. “ Tal vez él no está haciendo esto solamente por el honor,” Ivory especuló. “ ¿Y por qué otra razón?” El deleite brilló en el rostro de Ivory.” Tal vez el amor.” “ Si él quiere casarse conmigo por amor, ¿por qué no lo mencionó?” “ Pues bien, eso puede posiblemente no ser la razón, ya que todos sabemos lo fácil que los hombres dicen” Te amo” cuando realmente no sienten el significado de esas palabras.” Estaba Ivory bromeando o no? Diana podía contar por lo menos media docena de pretendientes que habían dicho amarla. ¿Estaban todos mintiendo? ¿Era el hombre que no decía nada el que tenía los más fuertes, y más apasionados sentimientos?. Que molestia.

Diana se dejó caer en la silla. ¿Debía buscar a Lucien y demandar que le dijera exactamente por qué quería casarse con ella? Ella se llevó una mano a la boca con horror. Ella ya se había negado. Lo había herido. Vagamente, oyó un golpe silencioso en la puerta. Ivory se acercó y la abrió ligeramente. Diana se dio cuenta de que Ivory estaba tratando de mantenerla oculta. Murmuró con la persona en el otro lado y cerró la puerta con un clic. Ivory volvió. En voz baja, ella anunció :” Lord Pembroke desea hablar conmigo. ¿Se te ocurre alguna razón por la que desearía hacerlo?” Los celos se dispararon a través de Diana. Ella había estado fuera de su vida por sólo un par de horas y ya él había regresado al burdel de Ivory. Ivory sonrió.” Sospecho que él te está buscando, Diana.” Por supuesto. Ella había mencionado a Ivory en su nota. El hombre estaba haciéndole imposible pensar. Su corazón latía de manera irregular. Rápido, luego lento, y luego muy tranquilo, como si no estuviera latiendo en absoluto. “ ¿Quieres hablar con él, Diana?” “ ¿Puedo?” Una sonrisa maternal tocó la boca de Ivory y abrió la puerta lo suficiente como para invitar a Lucien a entrar. El saludo de él murió medio-pronunciado cuando él la vio, y el corazón de Diana latió acelerado en su pecho mientras miraba sus ojos color esmeralda. Oh cielos, ella realmente estaba enamorada de él. Lucien se inclinó ante Ivory y volvió sus modales encantadores sobre ella.” ¿Estoy buscando a su nueva socia, señora Wilson?”

“ No lo creo, milord. Pero a su pareja, tal vez?” Ivory sirvió un coñac y lo calentó por encima de una vela. Diana observó el acto de Ivory como cortesana hábil con un poco de inquietud y celos. Ella no sabía ninguno de esos trucos. No era de extrañar que Ivory le sugiriera que se casara. Lucien aceptó el vaso calentado.” ¿Puedo tener un poco de tiempo a solas con la señorita Tiverton, señora Wilson?” “ Por supuesto.” Ivory los dejó solos, cerrando la puerta silenciosamente detrás de ella. Diana oyó la voz de una mujer más joven. Después el tono despectivo de Ivory. “ Entonces, esto es preferible al matrimonio conmigo?” Lucien exigió. Diana volvió la mirada hacia él. Su pregunta la sorprendió. ¿Acaso él no había entendido sus razones? “ No. Pero me opuse a atraparte en una unión infeliz” . “ ¿Estás tan segura de que no seriamos felices? ¿Te arrepientes verdaderamente de haber hecho el amor conmigo?” No estaba enfadado. Su voz era suave, profunda y seductora. Pero ella se dio cuenta de que él realmente quería saber. “ Yo te quería esa noche” , explicó ella.” Era todo en lo que podía pensar. Yo no te detuve y cuando sucedió, yo no me arrepentí. Pero no quiero que me odies por ello” . Él levantó la copa a los labios, y bebió lentamente. Su mirada no se apartaba de su rostro. “ Entonces, ¿estás decidida a convertirte en una madame?” “ Ivory cree que soy más adecuada para ser una esposa.”

“ Yo también. Mi esposa.” “ Pero no tienes que hacerlo.” Ella cruzó los brazos sobre el pecho.” Yo puedo cuidar de mí misma.” Él bajó su brandy, devorándola con una mirada depredadora.” Oh sí, dulzura, tengo que casarme contigo. Te seduje, después de todo.” “ Yo te seduje a ti!” Ella levantó las manos en señal de frustración.” No fue tu culpa” . Ella no podía entender la expresión hambrienta e incierta en sus ojos. “ ¿Es que todavía quieres tener amantes?” Preguntó ella, tentativamente.” Me dijiste que podríamos tener una aventura, incluso después de que me casara, ¿te acuerdas?” Puso el brandy abajo y lentamente, se acercó a ella.” Sí, pero yo preferiría que continuemos nuestra historia mientras estemos casados el uno con el otro.” Diana dio un paso atrás. Si la tocaba, ella se derretiría al instante.” Lucien, me he dado cuenta de que tengo que casarme por amor. No puedo permanecer de brazos cruzados, sabiendo que tienes relaciones sexuales con otras mujeres. Tal vez con mujeres que podrían ser amigas mías. Y sé que sin amor, tú nunca me serías fiel” . Él dejó de moverse. Se frotó la mandíbula.” Me di cuenta después de la segunda noche que no podría enviarte de nuevo con Denonshire. Quería conservarte para mi” . Ella contuvo el aliento. Le diría ahora que la amaba? “ Cásate conmigo, Diana.” “ ¿Por qué?” Ella necesitaba oír las palabras. Él frunció el ceño.” Te debo matrimonio. Tomé tu virginidad.

Podrías estar embarazada de mi hijo. Y quiero que te cases conmigo porque nunca me imaginé encontrar una esposa que me mantuviera atado a ella en la cama.” Su sonrisa diabólica rompió su resistencia. Ella le dejó tirar de ella en sus brazos. Su boca encontró sus labios doloridos. La besó con rudeza, con pasión hambrienta. Dejándola jadeando. Ella retiró los labios de los suyos.” Tu podrías atarme a la cama todas las noches, Lucien. Quiero que pases cada noche en mi cama, haciendo el amor conmigo.” Diana levantó la barbilla, desafiante. “ Obtendrás tu placer conmigo y con nadie más.” Su dedo trazó la curva de su mejilla.” Si quieres fidelidad, yo felizmente te la daré.” Ella quería amor más que lealtad. Recordó las palabras de Ivory:” Sabemos lo fácil que los hombres dicen” Te quiero” cuando realmente no saben lo que significan esas palabras” . ¿Debería ella empujarlo para que hiciera una declaración? O creer en sus propios instintos — que él realmente la amaba? Ella apretó su boca contra la de él de nuevo. “ De verdad? ¿Podrías? ¿O deseas asistir a la orgía, Lucien?” “ ¿Qué?” Él se tambaleó hacia atrás, mirando sorprendido. “ No espero que renuncies a tus traviesos placeres, si gozas de ellos conmigo.” Lucien la miró con asombro. Se inclinó y le besó sus abatidos ojos y las puntas de sus pestañas. Diana creía verdaderamente que lo había obligado a casarse. Ella pensaba que se estaba casando con ella con renuencia. Sin embargo, casi no podía esperar para casarse con ella, reclamarla como suya, y asegurar... asegurar que? Como su esposa, ella podía tomar amantes si así lo deseaba.

“ Ven conmigo a casa, Diana,” susurró.” Tenemos una noche más de aventura salvaje, ¿no?” “ Sí” . Él le acarició el labio inferior con la yema de su dedo pulgar. Él ahuecó su pecho, sintió sus latidos atronadores. Tenían una chispa de amor, que él expertamente podría avivar en llamas. Ellos compartían una pasión explosiva. Le había dolido que ella hubiera elegido convertirse en una madame en vez de casarse con él, pero él entendía ahora que ella temía sentirse atrapada e infeliz. Él nunca dejaría que eso pasara. “ Deberías tomar mi capa” , susurró.” Y ponerte mi máscara.” Ella sostuvo la máscara en el rostro y él le ató las cuerdas detrás de su cabeza. Deslizó su capa sobre los hombros, cubriendo la capucha sobre sus relucientes rizos dorados, disfrazándola por completo. Caminando al lado de Diana, inhalando su aroma seductor, Lucien era consciente de ella de una manera que nunca había sentido hacia cualquier otra mujer. Una tensión más aguda que la necesidad sexual. No podía imaginar que algún día pudiera querer a otra mujer. Sophie apenas le había despertado esta noche. Antes de conocer a Diana, le habría dado la follada que ella anhelaba y luego se pasearía en la orgía en busca de más deporte.

“ ¿Estás seguro de que quieres que me quede contigo esta noche?” Preguntó ella. Él le levantó la barbilla para besarla. Sus ojos luminosos, adornados por la oscura máscara, le recordaban a la noche que se conocieron. La oscura forma del cuero ceñido se aferraba a su delicada nariz, sus mejillas redondeadas, y las curvas de su labio superior. Él la adoraba

con una máscara. Misteriosa, sensual, hermosa. El hecho de que ella se hubiera puesto una máscara —teniendo tal cuidado de ocultar su identidad — con suerte significaría que en su corazón, ella estuvo dispuesta a casarse con él todo el tiempo. Sus labios se encontraron con los suyos, con hambre y calientes. Él la apretó contra la pared del pasillo para devorar su exuberante boca. Lo único que importaba era convencerla que ellos se pertenecían. Sonaron pasos pero él no se detuvo. Ellos lo reconocerían, pero no a ella. “ Busquen un dormitorio !” Un hombre bromeó. Una voz de mujer bromeó,” ¿Les gustaría venir con nosotros?” Él besó a Diana hasta que la pareja pasó, entonces movió sus labios de los de ella lo suficiente como para poder hablar. Bajó las manos por sus hombros hasta justo debajo de sus pechos, para sentir la seda de su vestido tirando a través de sus curvas generosas.” ¿Sabes lo celoso que estuve, pensando que estabas en el salón de baile?” Sus respiraciones rápidas le hicieron cosquillas en su boca.” Pensaste que yo estaba en la orgía?” “ No veo por qué es tan sorprendente considerando que te habías planteado convertirte en una madame.” “ Oh.” Sus ojos estaban muy abiertos, violetas y bellos detrás de la máscara. “ Temí que estuvieras siendo complacida por otros varios hombres.” “ Cielos, no.” “ Ni siquiera después que te sugerí la idea de traer a otro hombre a nuestra cama?” Bromeó él, sintiéndose el mismo diablo.

Debajo de su máscara, sus mejillas traicionaron su rubor.” ¿Qué es exactamente lo que la gente hace en orgías?” “ A menudo se trata de un revoltijo de cuerpos con todas las manos y las bocas en busca de las partes íntimas o pezones de otra persona.” Dejó que toda su longitud se presionara contra ella. “ ¿Puedes imaginar eso?” , Susurró él,” Muchas bocas de caballeros hambrientos cerrándose sobre tus doloridos pezones? Dos hombres en tus senos, uno besándote en la boca y otro enterrado en tus rizos íntimos, dándose un festín con tu palpitante clítoris?” “ Lucien !” “ Y otro usando su lengua para darte placer en tu delicioso trasero.” “ ¡No!” “ A veces, en el cuerpo a cuerpo, uno nunca sabe exactamente de quien son las partes íntimas con las que uno se está uniendo.” “ Eso es escandaloso!” “ Es el sexo en un nivel puramente físico.” “ ¿Lo disfrutas?” Él se encogió de hombros hastiado.” Una sola vez.” “ Lo has hecho antes?” “ Muchas veces. Quiero decir, hubo un tiempo en que lo disfruté. Yo no estoy tan seguro sobre eso ahora.” Diana miró hacia el salón de baile como si contuviera un pozo de serpientes. “ Quiero entrar” “ Te estoy tomando el pelo, cariño. No tienes por qué ver eso.”

Ella enderezó los hombros.” No quiero desconocerlo simplemente porque tengo miedo. Quién sabe, tal vez me gustaría asistir a este tipo de eventos contigo” . Ah, pero yo nunca te compartiré con nadie. “ Sospecho que, si caminas a través de esa puerta, una docena de hombres clamarán por darte placer” , reflexionó él.” Dime algo, me imagino que tiene muchos compañeros de danza en los bailes de la sociedad, ¿no?” “ Por supuesto.” “ Vas a tener la misma cantidad, o más, deseando hacerte el amor.” Sus ojos se abrieron.” Realmente no quiero tentar a otros —” “ Entonces quédate muy cerca de mí, dulzura.” ***** Sumida en la penumbra de la sala de baile, Diana apretó el brazo de Lucien con tanta fuerza que sus uñas casi dividieron sus guantes. Podría haber muchos hombres queriendo seducirla, pero lo que más la asustaba eran las mujeres. Sin duda, toda mujer querría tener sexo con Lucien. Diana recordó el entusiasmo febril agudo de las mujeres de Ivory cuando él había entrado en el juego del hombre ciego. Su magnífica polla causaría batallas mientras las mujeres se esforzarían por reclamarlo, ella sólo sabía eso. ¿Intentaría él algo más que escoltarla a dar un paseo tentador? Si él le sugería que se unieran a la diversión, ¿qué haría ella? Dar la vuelta y correr? O probar su mundo y ver si le gustaba? Cuando sus ojos se acostumbraron a la penumbra, se quedó boquiabierta con lo que vio a su alrededor. Dos mujeres paseaban cogidas del brazo, llamativamente vestidas y maquilladas. Ella se sorprendió al ver las putas en el establecimiento

de Ivory. Lucien le murmuró al oído,” Ordinariamente están de incógnitas. Prostituyéndose a sí mismas para los que gustan de su sórdido sexo” . Ella sabía que Incógnita significaba una cortesana vestida a la moda y que era culta en su forma de comportarse, y daba la apariencia de que ella podía pasar como una dama de la alta sociedad. ¿Conocía él a cada mujer aquí? ¿Había hecho el amor con todas las mujeres aquí? Una de las mujeres extravagantes dejó su pareja y tomó la mano libre de Lucien. Diana miró con asombro. “ Trayendo a tu pequeño amor, milord?” , Exclamó la mujer. “ Al igual que los tortolitos. ¿Quieres algo travieso esta noche? ¿Te gustaría verme besar a tu dulce amante entre sus pequeños y suaves muslos?” Santo cielo! Diana se sintió aliviada al sentir el brazo de Lucien endurecerse bajo su toque. Al menos estaba tan sorprendido como ella.” Esta noche no, querida.” Dijo las palabras firmes y desdeñosas, sin infundir ninguna ofensa o disgusto. Diana temía que la mujer pudiera insistir, pero ella se echó a reír, y se sumergió en una reverencia burlona para dar una buena vista hacia su corpiño, y los dejó. Diana le dio un golpecito en el hombro. Él miró hacia abajo, y en la penumbra le pareció ver una sonrisa, pero no pudo estar segura.” ¿Quieres que la haga regresar?” , le preguntó él. Él le estaba tomando el pelo, o eso era lo que ella esperaba.” No. Sólo me preguntaba si estabas tentada” . “ ¿Te apetece un puñetazo?” Él cuidadosamente evadió la pregunta, atrapando dos copas de un camarero que pasaba, un hombre con

peluca que sólo llevaba pantalones.” Bebe despacio. Es probable que sea tan potente como las cosas en Vauxhall” . Paseando por una curva oscura, Diana se quedó sin aliento y casi derrama el ponche. Al frente se desarrollaba una escena completa de una batalla con hombres casacas rojas. Pero ellos estaban venciendo al enemigo — una rolliza mujer desnuda — en una multitud de posiciones sexuales. La mujer estaba rindiéndose en glorioso éxtasis a los héroes militares. Al principio Diana miró hacia otro lado, pero la curiosidad la superó. Un hombre yacía junto un cañón negro brillante con una mujer a horcajadas sobre él. Ella trabajaba febrilmente, con las manos extendidas sobre su pecho, gimiendo y lanzando su largo cabello rubio sobre ella. Sus pechos rebotaban hacia arriba y abajo, y Diana se encontró mirando sus balanceantes pezones marrones. La mujer dejó escapar un gemido de agonía y el hombre jadeó y gruñó. Las manos de él sostenían sus caderas, dirigiéndola con fuerza encima de su ingle. Diana jadeó cuando una mano se deslizó por su espalda y le tomó su trasero Lucien. Ella se dio la vuelta. “ Si te interesa ver esto. No tiene nada de malo” . “ Es indecente.” “ Me voy a venir!” Anunció la mujer. Diana no pudo resistirse y le dio una mirada furtiva. La mujer se sacudió hacia adelante sobre el hombre, retorciéndose de placer. Él inclinó la cabeza para capturar uno de sus pechos que se agitaban sobre su boca. Diana recordó haber estado encima de Lucien, tenerlo profundamente dentro de ella, con el dedo tentando su trasero, al mismo tiempo. Fue impactante ver a alguien más haciendo esas cosas, pero se encontró con que no podía apartar los ojos.

Un héroe se apoderó de la cabeza de la mujer que le chupaba su eje, otro hundió la cabeza entre los muslos de una mujer. Una maraña de cuerpos se retorcía entre las rocas de yeso. Diana no podía distinguir cuáles miembros eran de quién. Tragó el último trago de su ponche. Un caliente resplandor la atravesó, dándole confianza. Los gruñidos y gritos de los amantes enviaban punzadas de dolor placentero a través de su coño. Lucien la condujo a lo largo del pasillo. Ella se tambaleó un poco. Al final de la batalla, ella vio una escena de lo más intrigante. Dos hombres y una mujer. Un hombre rubio y musculoso apoyado contra un cañón y desenvainando un grueso miembro rosa que le tendió a la mujer. La mujer de pelo oscuro se apoyó contra el. Ruborizada, Diana comprendió lo que estaba ocurriendo mientras el hombre lo frotaba contra el trasero de la mujer. El hombre la agarró por las caderas y la empujó hacia atrás, y la mujer gimió igual que él. Otra punzada de placer doloroso recorrió el coño de Diana y ella se apoyó en Lucien. El segundo hombre se desabrochó los pantalones y expuso una erección de un tono más oscuro y más larga. El primer hombre, quien se recostaba contra el cañón, separó las piernas y movió las bien torneadas piernas de la mujer por lo que fueron extendidas sobre las suyas. Diana entendió. Ella estaba a punto de ver a una mujer ser complacida por dos hombres. La mujer movió sus caderas sugestivamente mientras el segundo hombre se ubicaba entre sus piernas. El primer hombre gimió con lujurioso placer. Sus grandes manos ahuecaban sus pequeños pechos y ofrecieron sus pezones erectos de color rojo para el gigante de pelo oscuro que estaba frente a ella. Mientras que el primer hombre masajeaba los pechos, el otro los chupaba. La mujer rebotó más duro y jadeó, su pelo oscuro balanceándose salvajemente sobre su rostro sonrojado por el deseo.

“ Todavía no, amor.” El segundo hombre movió la boca de sus pechos, y comenzó a acariciar sus partes íntimas con la mano. Él empujó su polla contra ella, y comenzó a trabajar en su interior. La mujer gritó. El primer hombre la sujetó con fuerza a él, y el segundo hombre lentamente bombeó su polla dentro de ella. La mujer abrió la boca y gimió y rogó como si estuviera en una terrible agonía. El segundo hombre se detuvo.” ¿Puedes tomarlo?” “ Oh, sí, sí” , gritó la mujer.” Por favor, dámelo.” Por un momento, Diana se imaginó a sí misma como esa mujer, llena hasta el borde por dos hombres guapos y bien dotados, con una boca besando sus labios y otra boca masculina besándole el cuello. Sus manos vagando por todas partes. Ellos empujaron con tanta fuerza y vigor que la mujer grito.” ¡Hijos de puta ! Me van a partir en dos!” Los hombres se rieron y bombearon con más fuerza. Diana se dio cuenta que Lucien estaba detrás de ella. Su erección presionaba contra su trasero a través de sus faldas. Ella se frotó ligeramente en su contra. Nadie se daría cuenta, no con la pantalla en frente de ellos. Y, por supuesto, a nadie le importaría. Diana sintió una punzada de culpa y traición ante el pensamiento de ser esa mujer. Ella amaba a Lucien. Si los hombres fueran a ofrecer llevarla a ese escenario y hacerle cosas indecibles, ella se negaría. Ella no lo querría. Pero por un instante, la fantasía había sido terriblemente emocionante. La mujer en el escenario estaba sollozando y daba arañazos en la espalda del hombre entre sus piernas. El segundo hombre le puso las manos en los hombros y se empujó a sí mismo dentro de ella. Él se rio y gritó a la audiencia :” Estamos tan profundo dentro de esta

pequeña zorra, que puedo sentir su polla en el otro lado.” La mujer gritó y se movió violentamente contra ellos, golpeando la espalda del hombre de pelo oscuro con los puños. Obviamente consumida por un orgasmo explosivo. Los hombres llegaron a su placer poco después, empujando profundamente, gimiendo y sacudiéndose. “ Vámonos a casa ahora” , sugirió Lucien, con voz tensa. Agradecida porque la capucha ocultaba su rubor, Diana bromeó:” No. Quiero ver más” . “ Damos un paseo?” , Sugirió él. No podía imaginar nada más impactante que la orgía en el campo de batalla. Hasta que vio al duque de Arndrake inclinado sobre un banco de piedra tallada, con su trasero desnudo en el aire. Dos mujeres en elaborados vestidos y máscaras de pie detrás de él. Una mujer le golpeó el trasero con una paleta de madera, y la otra tomó su turno con una vara. Las manos de su Gracia estaban atadas a la espalda. “ ¿Él está disfrutando de eso?” Diana susurró. “ Me imagino que sí.” “ ¿Te gustaría que te azotara?” “ No encuentro en el dolor todo ese placer. Me gustó más lo que nosotros hicimos.” Bajó la voz en su oído.” Aunque si sientes la necesidad de azotarme durante nuestro matrimonio, tienes mi permiso para hacerlo” .

Capítulo Nueve

Nunca antes había estado tan frustrado sexualmente en una orgía. La polla de Lucien tensó contra el frente de sus pantalones, deseando ser enterrada en lo profundo del vibrante cuerpo de Diana. Incluso el tacto de sus manos sobre los hombros de ella enviaban una ardiente necesidad a través de él. Lucien deseaba liberar los pequeños botones que le recorrían la espina dorsal, aflojar su corpiño, y deslizar sus manos en el interior y ahuecar sus pechos. Una orgía siempre mantenía la promesa de toda clase de satisfacciones sexuales. Pero él no iba a hacer el amor con Diana en medio de este tórrido, y maloliente libertinaje. Tampoco pensaba dejar que ella se uniera a la refriega. Pero una vez que estuviera a solas con él en el carruaje... o en su dormitorio... Diana lo tomó de la mano y lo arrastró a lo largo de la ruta, rodeando un grupo de arbustos en macetas. Ella se detuvo en seco al llegar a la siguiente escena. Tres mujeres vestidas con vestidos vaporosos retozaban en un banco. Una pelirroja, la más voluptuosa de las tres, estaba sentada en el centro. Su vestido se elevaba por encima de sus muslos. El suelto corpiño estaba retirado hacia abajo para revelar un pecho blanco, grande, y abundante. Una mujer más joven succionaba el pezón al descubierto, sus pequeñas manos agarraban el enorme montículo. La mujer mayor acariciaba el coño de la joven a través de su delgado, y húmedo vestido, realizando duros y deliberados círculos sobre un sin duda, palpitante clítoris. La otra mujer joven, una chica delgada, con el pelo color miel, estaba arrodillada entre las piernas de la pelirroja mayor y acariciaba su triángulo íntimo. “ Se ven tan elegantes y sensuales,” susurró Diana. Él captó el temblor de su voz - una mezcla de conmoción y excitación.

No era inusual que las mujeres se excitaran viendo a otras mujeres hacer el amor, especialmente cuando la vista era tan deliciosamente escandalosa. Diana se mordió el labio inferior. Ella debería alejarse del grupo, trató de dar un paso, y luego se detuvo y miró de nuevo. Él le acarició la mano.” Mujeres haciéndose el amor unas a otras puede ser una particularmente elegante escena para ver” . Se deslizó de nuevo en su papel de tutor, sonando cansado y no afectado, decidido a no revelar a Diana cómo dolida ver su rostro ruborizado y espiar a su pequeña lengua lamiendo su labio inferior. No podía dejar que ella adivinara todavía lo mucho que la adoraba. “ Las Tres Gracias” , ladró un corpulento par del reino que estaba junto a Diana. Lord Peters. Peters de repente rasgó sus pantalones abriéndolos y liberando su erección.” Lo que ellas necesitan es una polla robusta!” El hombre fornido se precipitó sobre el trío, echando a perder la elegante vista. Las mujeres se rieron con lujurioso reconocimiento, sabiendo que su señoría pagaría bien. Peters dirigió con avidez un pezón en su boca y guio con un movimiento áspero una cabeza hacia su entrepierna. Sus dedos romos tiraron hacia arriba de un vestido e invadieron los delicados rizos. “ Qué decepcionante,” Diana suspiró, dándose la vuelta. Lucien se rio. “ 'El siempre fue un bailarín horrible, también.” Lucien se quedó inmóvil. Diana pertenecía a los salones de baile, no aquí. Diana no debería saber cómo lucía el miembro de Peters o cuan torpemente hacía el amor. Él le pasó un brazo alrededor de su hombro.” Creo que es hora de marcharse, mascota.”

“ No necesitas arruinar tu diversión para protegerme. ¿Quién sabe que deleites pueden esperarnos en la siguiente curva del camino?” Su oído era cálido contra los labios de él.” Ver a Peters agitando su trasero es difícilmente divertido, mi dulce. Y no tengo ningún interés en ser testigo de otros pares gruñendo y pataleando hasta el éxtasis. Yo preferiría tenerte sola en mi cama.” Su lengua rastreó los delicados contornos de su oreja antes de que él succionara el lóbulo de la oreja dentro de su boca. “ También podríamos hacer una escena erótica.” ¿Estaba ella bromeando? Su risa burlona lo relajó, pero él se la llevó de vuelta a lo largo del oscuro camino antes de que ella pudiera desarrollar otras ideas, Aun más escandalosas. ***** Una vez él la había rescatado. Acurrucada dentro de los brazos de Lucien en su carruaje, Diana recordó con pesar su remilgado terror al ver al duque Arndrake ser azotado. Ella había tomado el pelo a Lucien, pero por dentro era una masa temblorosa de miedo. Y había estado muy tentada de reírse tanto por las absurdas acrobacias sexuales como de su propia inocencia. Sin embargo, en el carruaje, ella sabía el tipo de sexo íntimo que ella prefería. Sólo ella y Lucien - solos. Él le levantó la barbilla, cubrió la boca con la suya y le acunó los pechos. Estos se hincharon con su toque, empujando contra sus cálidas, palmas desnudas. Los guantes de él yacían descartados sobre el asiento. Ella tocó el duro muslo de Lucien, su mano se deslizó hacia arriba

en dirección a su polla. Ella jamás podría ser una madame de un burdel. Nunca habría soñado con simular una orgía de los jardines de Vauxhall o un juego de Gallina ciega con un hombre desnudo. Cómo había aprendido Ivory a ser tan inventiva? Ella debía recordar preguntarle a su hermana, donde había aprendido tantas formas de sexo creativo. Diana habría sido un rotundo fracaso tratando de vender deleites a los hastiados libertinos de Londres. Ellos no deseaban el mágico sexo que había encontrado con Lucien. Ellos deseaban múltiples compañeras, acoplamientos puramente físicos y peculiares fantasías. Lucien tomó su mejilla.” ¿En qué piensas, mascota?” “ Yo nunca podría haber sido una madame,” ella suspiró. “ No hay vergüenza en eso, dulzura. La mayoría de las delicadas señoritas se habrían sorprendido por tener que considerar tal profesión” . El carro se ralentizó. “ Esta es nuestra última noche de aventura, mascota.” Le besó la curva de sus pechos por encima de la blusa del vestido de color azul zafiro.” Hasta que nos casemos.” En el exterior, ella vio a un tramo de la tranquila oscuridad hasta que sus ojos se acostumbraron a la luz de la luna. Una silenciosa extensión de bien cuidada hierba, a la sombra de árboles altos cortados a lo ancho de los caminos y salpicados con bancas que se extendían ante ella. “ Green Park” . Él sonrió.” Sexo al aire libre. Otra fantasía que me gustaría disfrutar contigo” . Su voz se convirtió en un susurro rasgado.” Cuando nos casemos y viajemos a mi propiedad, Ashton Park, para el verano, podremos tener sexo caliente y sudoroso todas las tardes en el bosque” . “ Al aire libre!”

“ Mi querida, acabas de pasar a través de una orgía. Cuán escandaloso será hacer el amor al aire libre? Y ya hemos hecho el amor a la luz del día, así que sé que no tienes aversión a ello” . Diana le permitió ayudarla a bajar. Todavía llevaba su máscara y su capa con la profunda capucha, un disfraz perfecto. Agarrados del brazo, caminaron por el sinuoso sendero a través de largas sombras proyectadas por los árboles y por los parches azul plateado de la luz de la luna. Diana levantó la mirada hacia Lucien. Su rostro era hermoso a la luz de la luna con reflejos brillantes bailando a lo largo de sus altos pómulos, su mentón fuerte y los labios esculpidos. Labios que se curvaron en una posesiva y seductora sonrisa. Una brisa envió sombras ondulantes por el césped como criaturas correteando. Los sonidos del traqueteo de las ruedas del carruaje se desvanecieron mientras se introducían más profundo en ese tranquilo y místico mundo. Diana no podía creer lo privado que estaba el parque. Todo Mayfair estaba a toda velocidad sobre ellos, recorriendo los bailes y garitos y cenas, pero aquí, la perfecta quietud del parque prometía un escenario perfecto para el placer. Lucien se detuvo en una sombra y le dio un beso, inclinándole la cabeza hacia atrás. Sus brazos, envueltos alrededor de ella debajo de su capa, la reclamaron completamente. El beso la dejó mareada. “ Mis fantasías han sido un desastre hasta ahora” , bromeó,” pero esto parece ser perfecto” . “ ¿El matrimonio es un desastre?” “ El nuestro no lo será, espero.” Él la besó de nuevo, con las manos acariciando su espalda y acunando su cadera. “ ¿De verdad quieres hacer el amor aquí?” “ Antes del matrimonio, un hombre tiene que encontrar sus

oportunidades donde él pueda.” Él le estrechó la mano y la condujo fuera del camino, serpenteando a través de los espesos y antiguos árboles. La hierba debajo de sus pies era suave y desigual, una alfombra exuberante.” Nos tumbaremos en la hierba?” “ Un caballero permite que la dama esté encima, en tales rústicas circunstancias.” Ella se rio de eso. El misterio revoloteaba en las sombras alrededor de los altos árboles, pero Diana se sentía segura caminando junto a Lucien. Protegida. Su brazo se deslizó alrededor de ella, su mano bajó sobre la curva de su cadera, deslizándose sobre la parte superior de su muslo. Haciéndola consciente de lo cerca que estaba de su ardiente coño. Cuán sorprendente sería su paseo a los ojos de la sociedad... Ella había cabalgado o caminado a menudo por Hyde Park, desfilado en frente del mercado matrimonial — para mostrar un muy reciente traje de montar y su adorable yegua gris Annabel, o para lucir un delicado vestido de paseo con su parasol a juego. Ella no conocía Green Park bien. Lucien era su guía. Apoderándose de sus dos manos, la atrajo detrás de un gran roble, una pícara sonrisa iluminando su rostro autocrático. Alcanzando su garganta, los dedos rozaron su pulso acelerado. Le desabrochó la capa y la extendió sobre la alfombra de hierba verde oscuro como una gran manta. Lucien cayó de rodillas sobre ella, la lana crujió debajo de él, y él la atrajo contra sí. Diana se dejó caer. Él besó su vientre, su pelvis, su ardoroso montículo a través de su vestido. Arrojó el abrigo, y luego el chaleco. “ Estás quitándote la ropa?” Le preguntó ella. “ No todo. Las botas no saldrán” , le explicó, desabrochándose la camisa. La luz de la luna salpicaba a través de las bandas de músculos que definían su pecho, atrapando las ondulaciones de su tenso

estómago. El placer prohibido de estar siendo tan expuesta, tan público, sin embargo, tan íntimo y secreto, atormentaba a Diana. Mientras Lucien desabrochaba sus pantalones, se acostó junto a él, sus faldas revoloteando a su alrededor. Después de ayudarle a tirar de sus pantalones abajo ella puso la mejilla a lo largo de su largo, largo eje de especiado aroma, deleitándose con la sensación de la dureza acerada cubierta de esa piel aterciopelada. Él apoyó los brazos detrás de la cabeza mientras ella tomaba su polla húmeda en su boca. Se veía tan contento que ella estaba tentada de darle un mordisquito sólo para asustarlo. Ella pasó los dientes a lo largo de él, midiendo su respuesta. Él gritó de placer al principio, pero cuando ella le rozó con más fuerza, él la detuvo. Ella quería empujar sus límites. Para explorar todo lo que ella pudiera imaginar. El ajuste sensual exigía una aventura sin igual. Los dedos de él trabajaban soltando los primeros de una larga fila de botones a lo largo de la parte de atrás de su vestido. Su blusa se soltó, alejándose de sus pechos. Descansando sus curvas redondeadas contra su sólida pierna. Él le acarició la espalda.” Siéntate a horcajadas sobre mí, Diana,” le instruyó. Tuvo la tentación de negarse, de tentarlo, pero estaba tan ansiosa de tomarlo dentro que lo liberó de su boca y lo montó. Ella se sentó a horcajadas sobre sus delgadas caderas, como había hecho la noche anterior cuando ella lo había atado. Ella estaba tan empapada y lista también. Sintió una pequeña punzada mientras se dejó caer sobre él. Le dolían los músculos de todas sus nuevas experiencias al hacer el amor. Los pantalones de Lucien inmovilizaban sus largas piernas, pero sus manos estaban libres. Con un rápido movimiento le bajó el corpiño, lo suficiente para que sus pechos se derramaran. Al toque del aire fresco de la noche, sus pezones se arrugaron.

Ella amaba estar encima, mirando los ojos verdes entrecerrados ardiendo de deseo. Retorciendo sus caderas, ella lo tomó más profundo. Él respondió agarrando sus pechos, apretándolos en sus manos calientes y ajustando sus pezones con los pulgares. “ Cabálgame” . Sus palabras flotaron a su lado con la suave brisa. Diana levantó sus caderas y luego lo condujo a casa, jadeando mientras su polla golpeaba contra su centro. Su agarre sobre sus pechos se tensó mientras ella se movía. Ella se meció más rápido. “ No te muevas rápido para complacerme. Busca el ritmo que te agrade, dulzura. No te apresures. Tómate todo el tiempo que necesites.” “ Pero ¿no deberíamos apresurarnos?” “ No te preocupes, querida. Complácete tu misma en mí. Explora” . Ella se levantó de nuevo y se deslizó hacia abajo. “ Trata de moverte hacia adelante o hacia atrás. Trata de probar embestidas menos profundas y acaricia tu clítoris contra mí” . Sin aliento, siguió sus instrucciones mientras él amorosamente acariciaba sus pechos. Sus pulgares hicieron perezosos círculos alrededor de sus areolas. Entonces su dedo tiró a lo largo de sus pezones apretados, extendiéndolos hacia fuera, como imitando la forma en que los succionaba. Sus grandes manos ahuecaban su trasero, atrayéndola hacia adelante, coincidiendo con el ritmo que ella tan desesperadamente quería. Ella redujo la velocidad, el toque de su cuerpo con el de ella, como besos suaves. Perdiéndose a sí misma en el doloroso placer de acariciarse a sí misma cada vez más cerca al éxtasis. Al ver el bello rostro de ella, sus inocentes muecas en la dulce agonía de la alegría sensual, Lucien supo tentadoramente lo cerca que estaba. Sus ojos cerrados — él sabía que todo

pensamiento estaba centrado en su liberación. La luz de la luna capturó sus rizos y los convirtió en plata pura. Sus pechos desnudos eran blancos, perfectos globos con puntas de pezones duros, erectos en la preparación de su explosivo orgasmo. ¿Podría seducirla hasta enamorarse de él dándole noche tras noche, día tras día, del placer que adormece la mente? El aire frío ondulaba sobre su pecho desnudo y caliente. La lana quemaba contra su desnuda espalda mientras se mecía con ella. Sus dedos se hundieron en sus generosas curvas. “ Tómalo tu misma allí” , le rogó. Ella lo montó más salvaje y más rápido, profiriendo bajos gemidos guturales. Se maravilló en su belleza, tan perfectamente desplegada por la noche mística. “ Vente, dulzura.” Él le sonrió, posesivo, encantado. Ella gritó, ahogando el grito. “ Sí, cariño. Tómalo todo 'es la polla de su señoría” . La voz profunda y áspera la golpeó como un puñetazo. El grito de Diana de placer se mezcló con un grito de sorpresa. Lucien maldijo. Él había estado tan perdido en el placer con ella que no se había dado cuenta de la amenaza. Un bandolero, vestido con una capa negra y portando una pistola, les dio una sonrisa lasciva. Lucien empujó el corpiño de Diana a su lugar para cubrir sus pechos. Ella se movió para arrastrarse fuera de él. “ Ponte de pie, amor. Quiero ver mejor” . Su mirada horrorizada se encontró con la de él.” Haz lo que te pide,” Lucien le aconsejó. Sabía que tenía que estar de pie para tener alguna posibilidad de vencer a ese bruto, aunque tuviera que estar casi desnudo en el medio del parque.

Maldición, sus fantasías en realidad lo condujeron al desastre. “ Siempre hay algún ricachón tonto que se pasea por aquí pasado de copas, pero yo no esperaba conseguir un espectáculo tan lujurioso en este negocio” . Temblando, con la mirada revoloteando desde su rostro a la de su captor, Diana se puso de pie. Sus manos sujetaban el vestido para cubrirse. Las faldas azules arremolinadas sobre Lucien. “ Hazte a un lado.... aquí” El villano le hizo señas con la pistola. “ No,” respondió Lucien, su voz helada mientras se levantaba, los pantalones colgando alrededor de sus muslos. El hombre lo miró, lo miró de arriba abajo. Una mirada de admiración a regañadientes llegó a sus entrecerrados ojos.” Bueno, no hay sino una mecha marchita aquí. Ven aquí muchacha” . “ No. No te muevas, cariño,” Lucien instruyó. La ira cruzó el rostro del hombre.” Tan ricachón y con lindas putitas, igual que con una enorme polla. Será un placer poner una bala en tu cabeza, petimetre. Pero primero quiero tu puta” . Una mano sucia alcanzó el Collar de Diana.” Y después un estrujón a estos melones maduros.” Los ojos entrecerrados del bandolero estaban fijos en la extensión de la cremosa y perfecta piel de Diana que asomaba por encima de la blusa de color azul zafiro. Lucien vio su oportunidad. Cogió su desechado bastón y desenvainó la larga y delgada hoja. Mientras se lanzaba hacia adelante sobre su objetivo, el hombre reaccionó, retrocediendo. La hoja lo golpeó bajo, por debajo del corazón, deslizándose hacia dentro, Lucien — Aun sin soltar el mango — llevó su bota hacia arriba y pateó al hombre hacia abajo. La espada se deslizó con un sonido de succión mientras el bandido caía de nuevo de rodillas.

Lucien clavó la punta letal contra la muñeca del hombre, aunque podría haberle cercenado la mano. La otra mano del bandolero estaba apretada contra la herida. Ante la sospecha de que el hombre no iba a luchar, Lucien se apoderó de la pistola, la arrancó del débil agarre. Dio un paso atrás, sosteniendo la hoja flojamente pero todavía en ristre, y se volvió hacia Diana. ¿Qué le habría hecho a ella el presenciar este horror? Él medio esperaba verla esparcida sobre el manto desmayada. En lugar de ello, ella estaba muy recta, con los brazos presionados contra su pecho. Ella movió la vista desde el villano a él. Sin emoción, le preguntó:” ¿Va a morir?” “ Va a desangrarse hasta morir si no recibe ayuda.” Él estuvo a su lado en un solo paso, acunándola contra su pecho desnudo. Le volvió la cara hacia él para que ella no tuviera que mirar al hombre. “ ¿Vas a dejarlo?” Amortiguada contra él, dejó que las palabras salieran con un sollozo. Mientras ella hablaba, él deslizó su corpiño a su lugar, a lo largo de sus brazos y sobre sus hombros. “ No.” Sus dedos trabajaban en el primero de los diminutos botones, lo suficiente para evitar que su vestido se cayera. “ Él te habría matado.” “ No, él no lo habría hecho” Odiaba dejarla ir, pero necesitaba el manto, para envolverlo alrededor de ella y darle calor contra el frío del shock. “ Él dijo —” Sus ojos violetas estaban grandes, torturados. Tal vez cualquier mujer se habría asustado de verlo morir, pero su corazón latía disparado ante la idea de que eso importara mucho para ella. Él la envolvió en su capa. “ Nunca habría terminado de esa manera, dulzura.” Esperando que el impacto no fuera demasiado, él presionó la pistola en su mano.” Apuntale a él. Si se mueve, dispárale” .

Su rostro, aunque pálido, parecía fuerte y decidido.” Sí” . Lucien tiró de su ropa interior y de los pantalones antes de arrodillarse en la hierba junto al herido. Utilizó su pañuelo para atar la herida, comentando en voz baja :” Este pedazo de tela vale más que tu vida ahora mismo.” Cuando terminó, le aconsejó” No voy a dejarte sangrar hasta morir. La elección es tuya. Espera a mi regreso o arriésgate” . Se puso de pie, aliviado de que Diana no hubiera sido puesto a prueba. Una pistola, como cualquier arma, era peligrosa en las manos de una persona sin entrenamiento. Ella se la entregó con un estremecimiento. Tirando de su capa y del abrigo, Lucien arrojó su chaleco por encima de su brazo. Con su otro brazo alrededor del hombro de Diana, la condujo retrocediendo por el camino.” ¿Preferirías que te llevara?” Sus hermosos ojos eran casi plateados con el toque de luz de la luna. Miró tentada por un momento. Luego negó con la cabeza.” No, yo puedo caminar. No deseo pensar en ese hombre moribundo” . Lo estaban salvando para su ahorcamiento, pero Lucien no mencionó eso. Agradeciendo al destino por librar a Diana del peligro viva y libre del escándalo, Lucien la apoyó y no la instó a caminar demasiado rápido. Envió gracias a los cielos por haberse salvado por los pelos. La vida, la integridad física, y el dinero. El temor por todas y cada una de ellas se había desvanecido al enfrentar el mayor horror de todos viendo a Diana asustada y humillada. Rara vez se peleaba. Él entrenaba y boxeaba en Gentleman Jackson simplemente por deporte y para mantener su cuerpo en forma. A pesar de sus inclinaciones libertinas, nunca se había batido en duelo por una dama y ciertamente nunca por política. Lucien habría arriesgado su vida por cualquier mujer. Era lo que

un caballero hacía. Pero debido a que era Diana la que estaba en peligro, la amenaza era personal, brutal. Pero ella estaba a salvo ahora. Y era suya. Ella iba a ser su esposa. Sosteniendo a Diana contra él, Lucien se vanagloriaba de estar vivo. Quería pasar el resto de su vida con Diana. Y esperaba que la vida fuera larga. Él tomó una respiración profunda, la primer bocanada larga de aire de vida que había tomado en toda la noche. Lucien se sentía como si hubiera estado conteniendo el aliento desde el momento en que se enteró que Diana planeaba convertirse en una madame. ***** “ He elegido una novia.” Lucien se echó hacia atrás y esperó la reacción. El placer luchó con el recelo en el rostro de su madre, la felicidad, finalmente, ganó.” ¿Quién es ella?” “ La Señorita Tiverton.” “ La Señorita Diana Tiverton?” Su sonrisa se desvaneció.” Bonita, sí, pero la chica no tiene ninguna familia. Su padre es un comerciante” . Lucien se encogió de hombros. Por una vez, no podía pensar en una observación perspicaz. Él sabía lo que se venía. “ Oh, Lucien.” La vizcondesa suspiró como si llevara el peso de una pesada cruz sobre su espalda.” ¿Tienes que casarte con ella?” “ Sí. Tengo que casarme con ella. En ambos sentidos de la palabra.” Ese comentario hizo perder a su madre el paso por un momento. Pero ella se centró en el sentido más literal.” ¿Estás seguro de que es tuyo?” La furia lo traspasó, inesperada e incontrolable. Él no había

esperado sembrar dudas sobre la inocencia de Diana.” Maldita sea. Si hay un niño, es mío” . “ ¿Cómo puedes estar seguro?” El tono ácido de su madre lo enfureció. “ Estoy seguro de que era virgen.” “ Es posible que hayas sido el primero, pero podría haber extendido sus muslos para cualquier número de hombres después de ti. No seas tonto, Lucien” . El ataque de su madre lo castigó como metralla en un campo de batalla. Hiriente, dolorosa y mortal. Apretó un puño, tratando de moderarse. “ Entre ayer y hoy? Lo dudo.” “ Eres un tonto absoluto por coquetear con una inocente !” Ella se irguió como si fuera el comandante de una fuerza militar.” Pero la chica aun no puede saber que está embarazada. Y cualquier mujer soltera que venga sola a tu casa, a tu dormitorio, es apenas una inocente, Lucien. No debes sentirte obligado a casarte con ella.” “ Y cometer una deshonra?” “ Y evitar llevar el bastardo de alguien más en la familia.” “ Yo soy el primero y el único hombre que ha hecho el amor con ella. Cualquier niño que resulte es mío.” La boca de su madre se convirtió en una delgada línea.” ¿Estaba la chica dispuesta?” Él lanzó su copa de brandy a la chimenea.” Maldición! Desde luego, no violo a las mujeres, madre.” “ No hay necesidad de usar un lenguaje tan atroz, Lucien. Un caballero puede ejercer control sobre esos bajos instintos” . Ella olfateó con desdén.” Yo simplemente me pregunto que tan convincente tuvo que ser para convertirse en tu amante. Una mujer embarazada de un lacayo, por ejemplo, podría poner en

una pantalla de reticencia y luego tirar de la falda con la esperanza de adquirir un rico par del reino” . “ Yo—” “ No, él no iba a admitirle a su madre que Diana no había estado dispuesta a casarse con él al principio. Eso podría requerir revelar el plan alternativo de Diana. Su madre podría expirar después de conocer que su futura nuera había intentado convertirse en una madame.” No sé si ella está esperando un hijo, todavía, madre. A decir verdad, no me importaría si hubiera tenido otro amante. Ella no es el tipo de mujer del que un hombre se aleja” . “ Podrías casarte con una mujer con un título, querido muchacho. Podría ser mucho mejor para tu—” “ Lo dudo. Estoy muy contento con mi elección. Ella es el tipo de mujer que un hombre reza con mantener para siempre” . El silencio se unió a su declaración. La vizcondesa dejó su taza de té.” Bueno, querido hijo, espero que consigas ser feliz” . “ Madre, a pesar de tus objeciones, estás invitada a la boda.” “ La cual se va a celebrar en unos días por licencia especial —y no causará al final una especulación escandalosa. Si ella no está embarazada, ¿por qué la prisa?” “ Dudo que lo entenderías.” Una sonrisa preocupada curvó la boca de su madre, tallando las líneas profundas en las esquinas.” ¿Es posible que estés enamorado de ella, Lucien?” “ No soy reacio a pasar el resto de mi vida con Diana,” admitió. “ Creo que eres el tipo equivocado de hombre para esperar casarse por amor. Demasiado parecido al libertino de tu padre. Sólo puedo esperar que la chica esté feliz de saber que estarás calentando otras camas” . “ Tengo la intención de ser fiel.”

“ Oh, Lucien !” Su madre se echó a reír con alegría impropia de una dama. Lucien frunció el ceño. ¿Por qué todas las mujeres pensaban que eso era tan jodidamente imposible? Capítulo Diez “ Debería retarte, maldito ladrón de novias.” Stephen, Lord Denonshire dio un golpe con su puño sobre la superficie reluciente de su escritorio. “ Yo estaría encantado de darte la satisfacción en el campo de honor,” Lucien arrastró las palabras “ pero habría eso de servir a las necesidades de la señorita Tiverton? ¿Te casarías con ella si me disparases?” Denonshire se frotó la palma de la mano en la frente.” Al parecer, ella no está dispuesta a casarse conmigo.” Cogió una carta de su escritorio. “ No ahora que ella ha estado en tu cama, maldito libertino. ¿Cómo pudiste hacerle una cosa así a tan hermoso ángel?” Lucien resistió las ganas de sonreír. Le simpatizaba con el conde.” La señorita Tiverton es una joven apasionada que está cansada de ser tratada como una muñeca de porcelana” . “ ¿Fue por eso que la convenciste de vestirse como Ivory Wilson y mirarte tocar a tientas las prostitutas?” “ Sólo la conocí después de que ella se escapó de ti en casa de la señora Wilson. Ella buscó toda esa aventura por su cuenta” . “ No lo creo” . Denonshire agarró un decantador de cristal y derramó brandy en un vaso. Volcó toda la cosa por su garganta. “ La Señorita Tiverton es una inocente con un innato sentido del placer,” Lucien continuó desde su sillón y se preguntó si se encontraría en su primer duelo por el honor de una mujer. El conde gimió, pasando su mano por el pelo rubio.” No quiero escuchar cómo sabes eso” .

“ Ella quería una aventura.” “ Yo nunca le di un beso.” Denonshire se dio la vuelta.” Presumo que tú no lo dudaste” . Lucien se apoyó en el lujoso cuero. No tenía defensa contra eso.” Yo me porté con deshonor.” Él inclinó la cabeza.” Tuve la oportunidad de convencerla de que habrías sido un marido apasionado, pero en ese momento supe que la quería para mí mismo.” “ Y tú la tienes.” Con una explosión, el vaso vacío golpeó abajo sobre el escritorio.” Pembroke, por el bien de la señorita Tiverton, no voy a matarte. Pero me duele ver que sales y te llevas el premio” . Lucien se encogió de hombros aristocráticamente.” Deberías haber vigilado mejor.” Hubo un largo silencio, y luego el conde se dejó caer en una silla junto al fuego. “ Es cierto.” Él incluso se echó a reír.” Tienes bolas, diciéndome eso a mí.” Lucien se relajó, seguro de que no habría un duelo con Denonshire sobre Diana. Por lo menos el conde podía ver que no iba a ganar ningún honor para la dama por dispararle al hombre que intentaba reparar la culpa de sus pecados. Y qué deliciosos pecados habían sido. Lucien sintió una mirada melancólica sobre él y miró hacia arriba. Denonshire estaba mirándolo, rojo de vergüenza.” Probablemente no quiero saber, pero —” Lucien esperó. “ ¿Qué fue exactamente lo que le hiciste a ella para capturarla tan completamente, Pembroke?” “ La até a la cama.” “ ¡Buen Dios !” Lucien sonrió.” En ese momento, yo decidí que nunca te la regresaría. Yo no estaba tan seguro de que quisiera quedarse

conmigo” . Denonshire negó con la cabeza, completo asombro asomaba en sus ojos azules.” Nunca habría soñado en invitar a una inocente a jugar bondage” . Lucien se acomodó en el sillón.” Olvídate de eso. Lo que tenemos que hacer ahora es asegurarnos de que nosotros la protegeremos del escándalo. Todos los hombres que asistieron donde la señora Wilson la vieron esa noche. Ellos están especulando sobre su identidad” . “ Y el matrimonio contigo podría conectarla con la mujer enmascarada en el burdel,” el conde pensó, pasándose la mano por la barbilla. “ Eso ya se ha sugerido en Whites.” “ Maldita sea !” Lucien exhaló. Sabía que Denonshire, un caballero, no querría destruir la reputación de Diana, pero el alivio se apoderó de él todavía más con la indignación del Conde.” Necesitamos una historia plausible. sugerir que la misteriosa mujer era tu amante posiblemente una actriz.” Denonshire asintió.” A cambio de una oferta de carta blanca, puedo convencer a la hermosa y rubia señora Simpson pretender ser la dama.” Sus labios se torcieron en una sonrisa irónica.” Como yo no me casaré, una nueva amante podría ser una diversión necesaria” . “ ¿Se puede correr el rumor en los clubes?” “ Por supuesto. Voy a empezar esta tarde” . Su anfitrión hizo una pausa, entrecerrando los ojos. “ Supongo que apostarás por una actriz?. Podré poner un contundente dinero en su bolsillo, espero, por estar de acuerdo con la historia” . Lucien se puso de pie.” La preocupación más importante es la protección de Diana.” Con un suspiro, Denonshire estuvo de acuerdo.” Sin embargo,

tengo una condición para no irme a duelo contigo, y para ayudar a que te cases con mi prometida” . Lucien esperó. “ Tienes que tratarla bien. Como una reina. Si alguna vez me entero de que la has hecho llorar o le rompes el corazón, te pego un tiro” . Levantando su ceja ante la amenaza, Lucien extendió la mano.” Te puedo asegurar que voy a tratar a Diana exactamente igual que el precioso tesoro que es.” El resto de sus palabras - porque la amo – las mantuvo sin decir. Se despidió del ex novio de Diana y, como saltó en su carruaje, una nueva tensión pesaba sobre él. Estar involucrado formalmente con Diana significaba no más juegos de cama hasta que se casaran. Ella difícilmente podría utilizar la excusa de irse a la casa de una amiga de nuevo. Su madre la estaba llevando a la modista y a otras tiendas para prepararse para la boda. Esa noche ellos participarían en un improvisado baile en la casa de su madre para celebrar su compromiso — probablemente una tontería que debían atender. Temía tener que escuchar a su madre ensartar a sus futuros suegros con su afilada lengua. Pero tenía problemas más urgentes. Hasta que él y Diana se casaran, su aventura estaba en un punto muerto. Tres días. No podía esperar tres días más. Después de pasar todos los días y todas las noches con ella, estar sin ella era una tortura. Y no la exquisita tortura que ella le infligía a él y a su dolorosa polla cuando estaban juntos. Una tortura frustrante. Él estaba suspirando por sexo como un cachondo adolescente virgen. Y estaba suspirando por un tiempo a solas con Diana. Para envolverse a sí mismo en la gloria de su intimidad y de la alegría profunda del alma que se sentía con ella. Asistir con ella a bailes, rutas y cenas no era suficiente.

Sabía exactamente lo que quería hacer. Esta noche encontrarían algún lugar íntimo para joder sus cerebros —fuera de las condenadas reglas de la sociedad. ***** Diana esperó que Lucien la reclamarla para un baile, pero él continuó dejando que otros hombres la llevaran a la pista de baile llena de gente. Una pareja de caballeros, Lord Hartington y Venerace, parecían más interesados en ella ahora que llevaba un anillo de compromiso. Con la esperanza de reclamar un lugar como amantes en el futuro? Un escalofrío le recorrió el cuerpo mientras Hartington le besaba los dedos. El encanto para Lucien siempre habría sido simplemente porque ella pertenecía a otra persona? ¿Disfrutaba por el riesgo de cazar la mujer de otro hombre? Ahora que ella era suya, se aburriría? Mientras los músicos golpeaban las primeras notas de un vals, Diana miró a su alrededor por Lucien. Ella nunca había bailado esa danza íntima con él. Él era el único hombre cuya mano quería que se extendiera sobre su espalda. Incluso si tenían que mantener una distancia adecuada entre ellos, sólo sería una danza mágica si pudiera compartirla con él. ¿Reclamaría él su baile? Ella se preocupó mientras bebía la limonada llevada para ella por Venerace. “ Señorita Tiverton, mi querida prometida, ¿le importaría bailar?” El tono seductor de Lucien aceleró su corazón. Su mano se inclinó ligeramente, salpicando la bebida. Casi como si cuando te pida un baile realmente te estaré preguntando cuánto deseas que te haga correr. ¿Se atrevería ella a responder lo que realmente quería decir? Quiero que me ates a la cama. Quiero ver la dulce anticipación en tus ojos verdes mientras deslizas tu dura polla dentro de mi?

En cambio, ella hizo una reverencia.” Es mi mayor deseo bailar.” Él sonrió y murmuró:” No el mío.” Y ella entendió lo que él quería decir. Él le hizo una reverencia a su padre.” Señor” . Diana observó mientras él cautivaba a su madre con facilidad. Sus padres no sabían nada de sus aventuras, aunque su madre sospechaba que algo impropio había detrás de su decisión de casarse con Lucien en lugar de Stephen. Por lo menos los dos habían aceptado, complacidos que se casara bien. Todavía tenía que hablar con la formidable vizcondesa Pembroke. Lucien la condujo a la pista. El antebrazo debajo de su mano enguantadas era tan duro como el hierro. Visiones de sus brazos desnudos corrieron por su mente. Sus brazos desnudos unidos y atados a la cama. Sus brazos abrazando su cuerpo mientras él llegaba a su clímax dentro de ella. Sus brazos acunándola en la tina, bronceados y poderosos contra su piel pálida. Se preguntó por qué estaba él tan tenso. Él la atrajo a su posición, su mano presionada en la parte baja de la espalda, preparándola para el baile. Sus dedos extendidos estaban tentadoramente cerca de su trasero. Ella estaba lista para un tipo diferente de la danza. Estaba húmeda para él. Mojada y hambrienta y casi cerca de las lágrimas por su necesidad. A medida que bailaban el vals, él la abrazó más cerca de lo que era correcto — pero que importaba? Ella iba a ser su esposa. En tan sólo unos días, sus aventuras ilícitas se convertirían en el deber de la cama de matrimonio. Lo cual mostraba cuan tonta era la sociedad al insistir que las mujeres jóvenes fueran tan ingenuas. Ella habría sido mal preparada para ir de debutante a compañera de cama, si no fuera por su aventura y la habilidad seductora de Lucien. “ ¿Qué te preocupa, cariño?”

“ ¿Las cosas fueron bien con Stephen?” , preguntó ella, capturada por la intensa mirada de Lucien. “ Él no está pensando en matarme, si es eso lo que quieres decir.” Una decepción extraña golpeó.” Si hubiera habido un duelo, ¿temías haber perdido?” Aunque, después de su audaz jugada en el parque, ella lo dudaba. “ No. Me temo que habría tenido que matar a Denonshire. Contigo en juego, No habría tenido otra opción” . “ Me alegro de que no llegara a eso.” Su mano en su espalda se tensó y masajeó a través de su vestido. “ Denonshire vio el sentido de dejar que me case contigo. Y nos aseguraremos de que no exista ningún escándalo acerca de tu... aventura” . “ Tres días más” , susurró ella. “ Tres tortuosos días más” , repitió él. Diana se rio.” ¿Te duele, también?” “ Es insoportable. Mi cama está tan vacía sin ti. Yo sigo pensando que oigo el chapoteo de agua del baño, y me imagino que tus encantadoras curvas están el baño, preparándote para el sudoroso pecado conmigo” . Ella no podía respirar. “ Ven conmigo a la terraza.” “ Va a estar lleno de gente” , le advirtió. “ Al jardín?” “ Estará repleto de amantes.” “ Las habitaciones?”

“ Sirvientes” . “ El estudio?” “ Tú lo debes saber,” ella le reprendió.” Los caballeros siempre se retiran a los estudios y bibliotecas y otros por tarjetas” . Él se inclinó en su oído.” Si no encontramos un lugar para follar hasta quedar sin sentido, podría expirar” . Una verdadera preocupación la atravesó. Por supuesto que él estaba acostumbrado a su constante liberación sexual.” ¿Es verdaderamente malo para ti negártelo a ti mismo?” “ Si dije que sí, ¿moverás cielo y tierra para encontrar una manera de dejarme hacerte el amor?” , bromeó. “ Eso podría conducir al desastre.” Ella se estremeció ante el recuerdo de su intento de hacer el amor al aire libre. No habría peligro al acecho que pudiera amenazar la vida en los jardines vizcondesa ', pero ser descubiertos daría lugar a un escándalo mortal. “ Vamos a tratar en la terraza.” Él les dio la vuelta al otro lado de la pista de baile hacia la hilera de puertas de la terraza, estaban abiertas para dejar que la brisa de la noche de primavera entrara en la sala caliente. Parejas y grupos supervisados estaban afuera para disfrutar de la noche. “ Lucien !” Guardando un gemido, Lucien saludó a su madre. La supuestamente arrogante vizcondesa llevaba una sonrisa de satisfacción. Diana vio el parecido de Lucien a su madre. Tal vez eso representaba su espinosa relación —que eran muy parecidos. Diana hizo una reverencia mientras él la presentó. Ella notó la mirada alerta en sus oscuros ojos verdes. ¿Qué debía decir? ¿Debería pedir perdón por atrapar a Lucien en matrimonio? “ Estoy muy contenta de finalmente conocerla, señorita Tiverton.”

Diana tomó nota del toque ligeramente espinoso en las palabras de su madre, pero su sonrisa era acogedora.” Y yo estoy más que encantada, milady.” Lucien sonrió levemente.” Estábamos a punto de tomar un poco de aire en la terraza.” La vizcondesa frunció el ceño.” Y negarme la oportunidad de hablar con Diana? Yo creo que no. Y esperaba ser presentada a su familia” . Diana se quedó atónita cuando los brazos vizcondesa rodearon los de ella.” Estoy muy complacida que finalmente Lucien vaya a casarse” , dijo la vizcondesa.” A pesar de que debo admitir que estoy sorprendida por su elección” . Diana sintió que sus mejillas se coloreaban de rosa. “ Madre...” La voz de Lucien llevaba una ominosa advertencia. La Vizcondesa Pembroke le dedicó una sonrisa radiante.” Ya ves, yo realmente no esperaba que él siguiera su corazón en esos asuntos” . Un torrente de felicidad se apoderó de Diana cuando oyó la risa de Lucien. Por supuesto que su madre no podía saber la verdadera razón por la que se casaban. Ella debía pensar que era un matrimonio por amor. ***** Lucien la llevó al final de la privada, terraza del segundo piso. El pequeño sitio apartado olía celestial, rodeado como estaba por las flores. Diana se movió para estar contra la barandilla y mirar hacia fuera.” Las rosas debajo de nosotros son espectaculares.” Se inclinó sobre la barandilla, y su trasero presionó contra la ingle de Lucien. Su aliento se detuvo mientras sus manos la aferraban a través de la seda. Sus faldas de seda se deslizaron hacia arriba, sobre sus medias, y luego sobre su trasero. “ ¿Qué estás haciendo?” “ ¿No estás admirando las rosas?”

Ella aspiró el rico y dulce aroma mientras su falda se amontonaba arriba y mas arriba. El miedo y la emoción la congeló contra la barandilla. ¿Era realmente tan escandaloso ser atrapado haciendo el amor con el prometido de uno? En público, debía serlo. “ ¿Vas a poner tu lengua en mi?” Él gimió ante su tranquila sugerencia.” Esta noche no, amor. Yo sólo voy a apoyarme en ti para señalar algunos de los lugares más bonitos del jardín” . Sus faldas se derramaron sobre él, una espuma de seda brillante. Sus pantalones cepillando contra la fina tela de su ropa interior. La parte posterior de su mano acarició su trasero mientras se desabrochaba los pantalones. Ella se retorció en broma contra ellos mientras su otra mano se deslizó alrededor de sus caderas hacia su coño. Sus dedos separaron sus rizos y sus calientes, liberando un torrente de deseo líquido. La música derramada desde el salón de baile, los rodeaba. Las rosas goteaban al lado de su rostro, las flores abundantes y gruesas hojas ocultándolos de las puertas. La erección de Lucien sobresalía contra su redondo trasero redondo, caliente, como granito duro, insistente. Diana frotó su trasero contra él, en un lento movimiento circular. Él se quedó apretado contra ella, deslizándose entre sus piernas. La brecha en forma de diamante entre sus muslos internos sujetaba apretado alrededor de su polla. Su mano sostenía su brazo, los dedos recorrían al lado de su pecho. Sus pezones se endurecieron, presionando contra su corpiño. Voces flotaron hacia arriba desde las rosas de abajo y ella se quedó inmóvil contra la caliente y sólida ingle de Lucien. Él no se detuvo. Él succionó su cuello mientras se deslizaba dentro de ella. Su eje grueso la llenaba a reventar, deslizándose fácilmente dentro de su pasaje mojado. Sus paredes cerradas le dieron la bienvenida, lo sintió engullirse, en un ajuste perfecto. ¿Y si ellos fueran atrapados? Un escalofrío corrió por su columna

vertebral, a lo largo de sus piernas. Lucien se deslizó hacia delante, sus labios implacablemente calientes se burlaba de la nuca de su cuello. Ella mordió su propio puño para detener un gemido. Las personas por debajo los iban a oír. No podían verlos debajo de las enormes rosas, pero oirían sus suaves suspiros y los pequeños gemidos hambrientos. “ ¿Crees que hay otros por ahí haciendo el amor?” , Susurró. “ Sin lugar a dudas.” Diana deseó poder verle mientras bombeaba dentro de ella con lentitud, con golpes deliberados. Le encantaba mirar en sus ojos verdes como él encontraba su placer. Cerrando los ojos, se imaginó una expresión de agonía afilando sus hermosos rasgos. Sin embargo, era travieso, excitante y perverso, ser tomada desde atrás. Desde lejos parecían ser una pareja mirando hacia fuera una tranquila escena del jardín, cuando en realidad estaban acoplados en un caliente y lujurioso sexo. Su boca tomó su lóbulo de la oreja, succionó y tiró. Sus labios flotaban sobre su cuello.” Me encanta el sabor de tu sudor,” murmuró él. Estaba ardiendo y húmeda bajo su vestido. Sus dedos se deslizaron alrededor, acariciando sus pechos, tocando el valle cubierto de rocío de su escote. Él gimió y empujó más rápido y más profundo. No podrían lucir tan inocentes ahora —con sus nalgas bombeando de manera vigorosa. Él la levantó ligeramente, sujetándola para que la presión de la balaustrada frotara el botón sensible entre sus piernas. Una mano agarró la barandilla, la otra la abrazó con fuerza mientras se deslizaba tan profundo que ella casi gritó. ¿Estaba él dentro hasta los cojones? Ella no lo sabía, pero se sentía increíblemente llena. Arqueando la cabeza hacia atrás, Diana empujó su trasero contra el vello húmedo y áspero de su entrepierna.

“ Sí” , él gruñó con un estremecimiento áspero,” Golpea tu culo en mí.” Ella hizo lo que le pidió, golpeando sus suaves curvas contra su sólida pelvis. Su recompensa fue la penetración profunda de su dura polla. “ Es tan bueno” , él gimió. Toda pretensión de un paseo inocente en la terraza había desaparecido. Él estaba martillando dentro de ella y ella tomaba cada empuje. Eso debería haber dolido, pero no fue así. Su cuerpo lo sostuvo amorosamente, agarrándolo apretado, enfundándolo con calor húmedo mientras él se introducía dentro. “ Señor, yo amo —” Él se interrumpió para empujar su mano bajo su falda, agrupándolas sobre su brazo. Él encontró su clítoris palpitante y jugó con él, tornando ese fuego caliente en una fuerza explosiva, como una llama a la yesca. Su orgasmo se encendió, y luego la consumió. Estaba trabajando en eso, su trasero trabajando locamente, su cuerpo palpitante alrededor de él. “ —joderte” , terminó mientras sus manos la sujetaron en las caderas. Se hundió más en la medida de lo posible, y se quedó completamente inmóvil mientras sus músculos alimentaban su ardor entrando en su núcleo mismo. Sus fuertes manos tiernamente le acariciaron la cadera, el cuello.” Hermosa” . La reverencia en su voz, en su toque. Después de tal, salvaje y alocado sexo, él todavía la tocaba como si fuera un ángel. Apenas se sentía angelical después de tal deliciosa y malvada unión. Girando en su abrazo, Diana apretó los labios contra su áspera mandíbula. Ella lo amaba. El amor era algo que no había entendido completamente. Ella amaba su familia, desde luego — y había tenido coqueteos, aceptado a Stephen. Pero ella nunca había conocido la emoción,

el salto de fe de amar a un hombre que era - en esencia - un extraño, pero quién sería la persona más cercana en su vida de ahora en adelante. “ ¿Crees que siempre va a ser así?” Susurró Diana, casi con miedo de preguntar. Miedo a pensar que esto fuera a ser de otra manera. “ Sí.” Sus labios tocaron los de ella en un beso suave que la acarició, pero no demandó. “ ¿Cómo puedes estar tan seguro?” “ Debido a que nunca fue así antes. Nunca con cualquier mujer que no fueras tu” . Ella esperó por la conclusión natural. Para que él le dijera que la amaba. “ Será mejor que nos organicemos y volvamos al interior.” El corazón le dio un vuelco.” Supongo” . Lucien la apretó a él.” Tres días más. Eso es todo” . Pero, ¿ alguna vez sabría si había algo más en su oferta de matrimonio que el honor? Se desvanecería la pasión si era forzada por el deber? No podía imaginar alejarse de él. Era tan imposible como la decisión de no respirar. Lucien usó su pañuelo para limpiarle el líquido caliente que fluía entre sus piernas. “ Yo no creo que pueda aguantar horas y horas de baile ahora,” Diana suspiró.” Me gustaría poder tumbarme en la cama.” Hábilmente se enderezó y se alisó la falda.” Me gustaría poder reunirme contigo.” ¿Debería admitir sus sentimientos y ver si eso provocaba una respuesta en él? Diana se mordió el labio mientras Lucien

ajustaba sus propias ropas. Ella no era tan aventurera, después de todo, se dio cuenta. Ella no tenía el valor de arriesgar su corazón. ***** Lucien lanzó una sonrisa hacia su padrino, Stephen, que estaba a su lado en el altar. La alta sociedad sería un hervidero sobre el hecho que el prometido anterior de Diana estuviera de pie junto al novio en la boda. Orquídeas blancas se derramaron de jarrones esparcidos por la gran iglesia. a pesar del gran número de bancos, sólo la familia inmediata estaba de testigo presencial los suficientes como para hacer que la cosa fuera legal. Su madre se secó los ojos. Los tonos profundos vibrantes del órgano llenaron la iglesia. La novia ya estaba aquí. Lucien se volvió. Diana estaba haciendo su camino por el pasillo del brazo de su padre. Ella estaba vestida de blanco virginal puro. ¿Por qué las novias se vestían de blanco? Para recordar al hombre esperando en el altar que su trabajo consistía en romper su virginidad tan pronto como le fuera posible? Ella ciertamente se veía deliciosa en encaje blanco. Su sonrisa deslumbraba. Sus ojos brillaban como amatistas, el pelo era una masa de oro brillante. ¿Qué iba a hacer con ella tan pronto como estuvieron solos? Dejó que sus pensamientos corrieran en la dirección de las relaciones sexuales, a pesar de la hinchazón en su entrepierna. Hacer el amor de forma sencilla con él en la parte superior, entre sus deliciosos y rellenos muslos. Sin cuerdas de terciopelo, nada extravagante. Ellos realmente nunca lo habían hecho así. Diana pasó varias damas que se secaban los ojos y les sonrió. Diana se paró a su lado, sujetando un ramo de rosas blancas. “ Nos hemos reunido aquí -” la profunda vozarrón del ministro comenzó. Sí, sólo un acoplamiento básico. A él le gustaría sentir sus

piernas alrededor de sus caderas, sus tacones golpeando su culo llevándolo a lo más profundo. Quería tenerla aferrándose a él, rastrillando las uñas a lo largo de su columna vertebral. Tal vez ella podría enredar sus talones alrededor de su cuello, dejándolo conducirse dentro de ella tan profundo como pudiera. A él le gustaba tener a Diana en la parte superior, también. Tal vez ella prefiriera montarlo. Un comienzo propicio para el matrimonio— poniendo a su mujer a cargo de la follada. Se perdió en la fantasía... En el carruaje iba a tirar la espuma blanca de la falda y lamer y chupar y saborearla hasta que se volviera loca de necesidad. Él tomaría un puñado de encaje de las enaguas y frotaría de un lado a otro por encima de su húmedo y dulce coño hasta que su precioso vestido blanco estuviera empapado con su deliciosa esencia. Entonces él la llevaría a la cama. Su cama. La cama de ambos. Una aventura para toda la vida. ¿Podría llevarla hasta el dormitorio con su polla enterrada en su interior? No, demasiado riesgo de que pudiera estallar — y los sirvientes difícilmente pasarían por alto eso. Esperaría hasta que él la tuviera en su dormitorio. La haría yacer en su cama, tiraría hacia abajo del corpiño y tomaría un pezón rosado y duro en su boca mientras él empujaba dentro de su ardiente y húmedo núcleo... “ - Que hable ahora o calle para siempre” Stephen tosió. Respirando con dificultad, pero en silencio, su corazón martilleando desde sus pensamientos salvajes, Lucien miró a su lado para ver a Stephen mirar hacia abajo en el suelo, luego levantó la vista hacia el techo abovedado, como si no pudiera posiblemente ser el único entre todo el mundo que estaba mirando allí. El ministro esperó. Y esperó. “ ¿Podríamos continuar?” Lucien solicitó en un ruido sordo.

“ Por supuesto, milord.” Aclarándose la garganta, el ministro puso en marcha los votos, comenzando por los de Diana. Volvió su atención al hombre de Dios, repitiendo las instrucciones. Prometiendo su futuro a Lucien. “ Yo, Diana Emily Tiverton...” Su voz melodiosa resonó a través del silencio de la iglesia. Lucien parpadeó mientras la veía con los ojos llenos de lágrimas. Luchó contra el picor alrededor de sus propios ojos. Los hombres no lloran. ¿Estaba enamorado? Su madre, incluso Pymm, parecía convencido, pero después de tan solo unos días juntos, ¿cómo podrían él o Diana decirlo con certeza? La pasión, la lujuria, el deseo y la alegría en compañía de los demás eran los lazos que los ataban. Pero el amor? Él siempre había pensado que el amor era algo que evolucionaba con el tiempo. Un hombre no sabía que estaba realmente enamorado hasta mucho después de que había hecho su elección para casarse. Pero sí, su corazón estaba realmente detrás de esta decisión. “ Yo, Lucien Northcote, vizconde de Pembroke —” Lucien miró fijamente al ministro.” ¿Qué?” Se había perdido la final de los votos de Diana y el comienzo de los suyos. “ ¿Podría repetir después de mí, milord?” El nerviosismo lo inundó. Maldita sea, él era un par del reino, sin embargo, estaba absolutamente humillado por el miedo de echar a perder sus votos. Diana sonrió, deslumbrante y encantadora. Por un momento, se olvidó de cómo hablar. Tomó una respiración profunda.” Yo, Lucien Northcote, vizconde Pembroke...”

Capítulo Once “ Estoy muy cansada de sonreír.” Susurró Diana, acercándose a Lucien. Él amplió la sonrisa plasmada en su rostro.” Y cansado de esperar,” él emitió un privado gruñido gutural. “ Yo siempre pensé que estaría encantada con mi desayuno de bodas.” Ella le dio un vistazo a la larga mesa llena de comida, atestado de invitados.” En lugar de eso sólo estoy impaciente.” La mano de Lucien abrazó su muslo a través de sus faldas.” Estoy encantado de oír eso.” “ ¿Cuándo podemos irnos?” , Murmuró ella, con hambre de intimidad, para el inicio de sus vidas juntos. Lucien levantó la mano y mordisqueó un trozo de pan con mantequilla que ella sostenía. “ No tengo la menor idea. Yo nunca he estado casado antes, y estoy por lo general con resaca en las bodas de mis amigos” . Los ojos verdes brillaban con diversión cuando se encontraron con su mirada. “ ¿Podríamos escurrirnos ahora?” “ Creo que muchas personas se darán cuenta, mi dulce.” Diana suspiró con frustración, volvió la sonrisa brillante hacia la multitud. Hirviendo de anticipación. Las sonrisas que Lucien le dio parecían genuinas. Tampoco estaba borracho. Así que él no podría estar infeliz por haberlo casado. Cuando había estado distraído en la iglesia, mientras repetía sus votos, ella se había preguntado si él había estado

perdido en la ira por estar atrapado. O deseando poder huir. Pero su beso, el instante después de que se convirtieron en marido y mujer, fue el más precioso beso que habían compartido. Y ella había visto el destello de una pequeña lágrima en el rabillo del ojo. La mano de Lucien entrelazada con la de ella debajo del mantel, los dedos acariciándola con habilidad sensual. Diana miró a su alrededor las mesas de su familia. A su madre, charlando con matronas, cacareando acerca de domar a su hijo y viéndole casado. A Stephen, mostrando sus corteses y tranquilas atenciones con Lady Emily Dunworth, quien lo miraba boquiabierta con ojos brillantes. Nunca en su vida podría imaginar Diana a Lady Emily en busca de aventura en un burdel, pero nunca se sabía. Al otro lado de Stephen, su padre se entregaba de todo corazón al excelente vino. Diana captó la mirada de su madre. Su madre sonrió y le guiñó un ojo. ¡Dios mío ! ¿Cuánto podría adivinar su madre? Sólo había una decepción en su día. Diana deseó que Ivory pudiera estar aquí. Si no hubiera sido por Ivory, ella nunca estaría sentada aquí en completa felicidad como la novia de Lucien. Pero Ivory y su padre habían insistido en que ese riesgo no podía ser tomado. Sin embargo, Diana tenía la intención de tener a su hermana visitándolos en el campo, donde su línea de negocio no sería fácilmente conocido. “ Diana” . Ella giró impaciente hacia la voz seductora de su marido. “ Es hora de irse, amor.” ***** “ Todo comenzó en un carruaje” , Diana pensó, recostándose contra su brazo.

Lucien la volvió hacia él y capturó sus labios rosados en un beso. Separándose por un instante, le preguntó:” ¿Es así como te gustaría viajar al norte? A horcajadas sobre mi pene?” Esperaba un rubor. En cambio, su mirada encontró sus ojos con el más travieso brillo.” Sí” . La respuesta simple y directa fue su perdición. Su mano estaba ya hurgando en la caída de los pantalones. Para su largo viaje, él se había asegurado que utilizaran un coche cerrado. “ Diez magníficas pulgadas.” Ella se rio cuando ella lo liberó, sosteniendo su polla hacia arriba en el aire. Él arqueó una ceja. “ Tu me dijiste eso la noche que nos conocimos. ¿No te acuerdas?” “ Sí. Recuerdo tu reacción, también.” “ Oh.” Ella inclinó la cabeza con fingida inocencia.” ¿Cuál fue mi reacción?” “ Parecía que querías llevarme a la cama en ese instante.” Un rubor encantador lavó sus mejillas.” Supongo que pensaba en eso.” “ ¿Te complacieron? Mis diez magníficos centímetros?” “ Mucho.” Ella levantó sus faldas color marfil, revelando sus blancos calzones adornados con delicados encajes. Él metió los pulgares en el cinturón y los bajó sobre sus sedosas y hermosas piernas. Arrojó la vaporosa ropa interior a un rincón del coche. Dejando que sus manos se deslizaran hacia arriba por sus largos miembros a la taza de fuego que ardía entre ellos. Ella se volvió de espaldas a él y movió su trasero. “ Mirame.” Ella lo hizo. La levantó, soltándola suavemente en el asiento de

terciopelo acolchado, sus piernas ampliamente abiertas así que una zapatilla revestida colgaba por el borde del pie, y la otra presionaba contra su muslo. Saboreando la vista de su hermoso rostro sonrojado de emoción, con el pelo suelto y libre— hacía tiempo desde que él le había arrancado las pinzas— Lucien acarició sus suaves y calientes labios inferiores, mirándola derretirse con satisfacción por la caricia. “ Bueno, mi querido esposo” , le susurró tímidamente, arqueando sus caderas hacia su pene,” ¿cómo te gustaría que te haga correr?” “ De cualquier manera que desees, querida esposa.” Él tomó su dura polla en la mano y guio la cabeza hinchada hacia su fundida suavidad.” Pero esta vez tengo que insistir en llevarte al éxtasis primero” . “ Oh, sí” , ella gritó mientras él se enfundaba a sí mismo en su coño. Apoyó las manos en el respaldo del asiento con el fin de empujarse lentamente dentro de ella. Diana se agarró a sus hombros y arqueó sus caderas hacia él. Si quería duro y rápido, salvaje e intenso, ella estaba feliz de hacerlo. Dios, esto era el puro paraíso golpeando profundamente dentro. Ella jadeaba entrecortadamente, empujando tan increíblemente rápido, que creyó que la iba a destrozar. Al igual que la vez que la había cogido por el culo. El carruaje probablemente al mecerse hacía más ferviente la follada que con los baches en la carretera. Sonrió ante la idea. Sus dedos desgarraron los botones de la camisa, liberándolos. Diana deslizó sus manos bajo el lino y agarró su espalda. Pasó las uñas por su piel, dirigiéndolos sobre su piel empapada en sudor para aferrarse mientras ella bombeaba arriba hacia su encuentro. Salvaje. Apasionado. Suyo. Para toda la vida. Se introdujo en ella, las diez magníficas pulgadas enterradas

hasta el cuello en su apretado fuego mojado. Sus dientes arañaron el cuello, la barbilla, la oreja. Ella gritó su nombre una y otra vez a la misma salvaje velocidad que ellos hacían el amor. Él arqueó la cabeza hacia atrás, dejando que sus manos sujetaran sus hombros, sus dientes se hundieran en su cuello. Sus gritos de placer se volvieron sollozos mientras su clímax la devastaba. Dios, ella podía dejarse ir así. Con él. Se unió con ella en éxtasis, cegado por su liberación explosiva. Entonces oyó una voz desde el centro de las llamas.” Te amo,” la voz gimió. La voz de él. Diciéndole que la amaba. A pesar de la condición confusa, condición que escurría su cerebro, sabía que las palabras eran ciertas. Él las quería decir. Él lo sabía. Ella no dijo nada a cambio por un largo tiempo. El tiempo suficiente para que su corazón se sintiera como si fuera a estrangularse en su garganta. Poco a poco, con reverencia, la mano de Diana acarició su pecho. Su otra mano se deslizó por su espalda, tocando la base de su espina dorsal, acariciando la parte superior de sus nalgas.” ¿De veras? ¿O es sólo algo que los hombres dicen cuando se vienen?” Él se rio, acunándola cerca.” No. Yo nunca lo he dicho antes. Me imagino que salió ahora porque es verdad” . “ ¿Estás seguro? No elegiste casarte conmigo, después de todo.” “ El amor es un completo misterio para mí, Diana. Algo que nunca he conocido antes. Así que no, no puedo decir que estoy seguro. Pero yo sé que no puedo imaginar la vida sin ti. Yo sé que desde la primera noche que estuvimos juntos en mi carro, me he

sentido... completo. Feliz. Inocente y nuevo, como si estuviera sumido en un ámbito completamente ajeno a mí. Uno que es emocionante y traicionero, pero lleno de alegría. Estoy dispuesto a conjeturar que es el amor, dulzura” . Ella se rio. Él se arriesgó :” Yo sé que no me amas todavía -” “ ¿Qué?” , Exclamó ella. “ Tu corazón te dijo que permanecieras independiente, convirtiéndote en una mujer de negocios.” “ Me casé contigo porque no podía irme con una sonrisa y un saludo” , ella respondió con un tic de la nariz.” Te amo, también.” “ ¿Estás segura?” “ No lo sé” , respondió ella con una sonrisa descarada.” Tal vez necesito más convencimiento para estar segura” . “ Es un viaje largo” , le advirtió, su polla ya se agitaba dentro de la calidez de ella.” Convencerte muy bien podría matarme.” Le hizo el amor de nuevo. Y otra vez. Y otra vez. Hasta que ella llegó a su clímax con su toque entre las piernas. Hasta que ella se derrumbó contra su pecho y gimió,” No puede ser posible sobrevivir seis orgasmos. No puedo” . “ Si yo puedo, dulzura, tu puedes.” El carruaje retumbó a lo largo de la carretera, viajando a una velocidad tranquila, dándoles todo el tiempo del mundo en su cielo sensual. “ Después de esto, ¿me prometes ir a dormir?” “ Por supuesto, voy a tener que descansar para el número siete.” “ Lucien” Diana se disolvió en risas.

“ Todo lo que quiero, mi novia preciosa, es que nuestra aventura dure el resto de nuestra vida” .

***** En el salón de su nuevo establecimiento en Bond Street, Ivory Wilson estaba tomando chocolate cuando escuchó el nombre del vizconde Pembroke hablado en un silencioso tono femenino - un tono que llevaba un anillo de resentimiento. “ Pembroke se casó con la señorita Diana Tiverton, creo. Confió en tomar una dulce e inocente joven como su novia” . Ivory identificó la voz. Lady Berkshire. “ Hmmph. Debe estar aburrido hasta la muerte con ella en la cama de matrimonio” , su compañera, Lady Armstrong añadió sarcásticamente. Una sonrisa se dibujó en los labios de Ivory. Las pobres mujeres realmente no tenían ni idea. Ellas acudían a funciones salvajes en el nuevo” salón” donde las damas casadas buscaban aventuras y elegían de un grupo de musculosos hombres jóvenes y sensuales. Ellas pensaban que eran las únicas que debían saber sobre las pasiones escandalosas. Pero, como bien sabía Ivory, a menudo la gente que lucía como la más inocente tenía la mejor comprensión del juego del erotismo. Lucien había admitido eso sobre Diana. Desde sus primeros momentos juntos, él lo había dicho, él había sentido una compañera detrás de la falta de experiencia. Supo que era increíblemente afortunado. “ Pembroke probablemente ya ha regresado con su amante” , continuó Lady Berkshire. “ Hay un rumor, sin embargo,” Lady Armstrong tímidamente agregó,” que él se ha casado por amor.” “ ¿Y qué tiene que ver el amor con grandes pasiones, me gustaría saber?” Lady Berkshire levantó sus impertinentes a los ojos.” El

hombre rubio está absolutamente delicioso.” “ Él es el hombre más caro en este lugar.” “ Una dama tiene derecho a una indulgencia de vez en cuando.” Ivory hizo una seña al hombre, que se llamaba David — justo como la inspiración de Miguel Ángel. Luego miró hacia Lady B. Con un arco abreviado, David siguió sus instrucciones sin hablar. Ivory sonrió. Había una cierta satisfacción en el funcionamiento de un negocio exitoso.

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