señuelos artificiales para la pesca en agua dulce

Javier Hernández Racionero nació en Madrid en 1977. Desde muy joven ha practicado la pesca deportiva, especializándose e

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Javier Hernández Racionero nació en Madrid en 1977. Desde muy joven ha practicado la pesca deportiva, especializándose en la captura de predadores en aguas continentales. Su pericia en el manejo de los más diversos aritificiales le ha llevado a plasmar sus conocimientos en este libro, donde se recogen con detalle todos los señuelos que existen en el mercado. Además, ha sido colaborador fijo y asesor de pesca de la revista de tirada nacional -'La gaceta del cazador, pescador y tirador». En la actualidad dirige la sección de agua dulce del portal «Gran Pesca» -www.granpesca.com- y colabora como reportero en la sección de pesca de Canal Campero, de Antena 3 Televisión. Es, asimismo, tertuliano habitual en diversos programas de pesca, tanto de radio como de televisión.

SEÑUELOS ARTIFICIALES PARA LA PESCA EN AGUA DULCE Javier Hernández Racionero

TIKAL

Editora Isabel López Director de la colección Carlos Thomas Revisión de textos Javier García-Egocheaga Composición julio P. Fernández, Diseño gráfico Panlagua & Calleja

Ninguna parte de este libro, sea texto y/o fotografía, puede ser reproducida por medio alguno sin el permiso por escrito de la editorial y del autor.

© Textos: Javier Hernández Racionero © Susaeta Ediciones, SA Tikal Ediciones Campezo, 13 28022 Madrid Fax: 9 1 3 009 1 1 0 [email protected] Impreso en la UE

SEÑUELOS ARTIFICIALES

Introducción................................................................................

7

C A PÍTU LO 1 El color y el tamaño en los señuelos. Algo más que importante El color adecuado.................................................................... 13 El tamaño adecuado ................................................................ 23

C A P ÍT U L O 2 Cucharillas Introducción............................................................................. Cucharillas ondulantes .............................................................. Cucharillas giratorias ................................................................ Cucharillas dobles o montadas en «tándem» ..............................

31 32 35 42

C A P ÍT U LO 3 Cebos de vinilo Introducción............................................................................. Lombrices, el principio del plástico blando ................................ Lombrices sin cola.................................................................... Lombrices con cola ................................................................... Centipedeso ciempiés............................................................. Softbaits.................................................................................. Salamandras............................................................................ Cangrejos................................................................................ Tubos de vinilo......................................................................... Peces con movimiento ..............................................................

45 50 53 55 57 59 63 66 71 74;"

Twistero «marcicmitos» .............................................................. Ratones y ranas de vinilo .......................................................... Pajaritos obrush...................................................................... Leech o sanguijuelas................................................................. Skirted Grub............................................................................ Vinilos para hacer «tándems»trailers o ...................................... Esencias y sabores. La sal ........................................................ Montajes y forma de pescar con vinilo ...................................... Complementos para vinilos .......................................................

77 80 82 83 84 86 89 93 111

CAPÍTULO 4 Peces artificiales Introducción............................................................................. Características comunes a todos los peces artificiales .................. Tipos según la profundidad de natación .................................... Cómo fabricar tu propio pez artificial ........................................

119 121 1 25 158

CAPÍTULO 5 Otros señuelos Spinnerbaits............................................................................. Buzzers.................................................................................... Flipping jigs............................................................................. Señuelos «antihierbas» o «antienganches» ...................................

1 65 1 75 179 1 85

Glosario.....................................................................................

193

INTRODUCCIÓN

U na de las mayores dudas que asalta a todo pescador, por no decir la principal, es la elección del señuelo que más se adecúa a las necesidades del entorno y a las

características determinadas de la especie objeto de pesca. Respecto a los cebos artificiales, rara vez tendremos la certeza de cuál será el más efectivo. Lo más ha-

bitual será dudar entre decenas de formas, colores, tamaños y tipos, y cuando tomamos una decisión -depositando en ella grandes dosis de fe-, a las pocas lanzadas comenzamos a pensar en reemplazarlo por un nuevo señuelo. Así que lo cambiaremos una y otra vez y, en este proceder, consumiremos el tiempo destinado a la pesca (con la caña apoyada en el suelo y haciendo nudos, en vez de estar lanzando) y dará al traste con todas nuestras ilusiones de captura. Aparte de esto, el pescador suele realizar una compra excesiva e in-

necesaria, llevado más por sus gustos personales, que por los que pudiera tener el pez que se pretende capturar. También es cierto que si el pescador no confía en el señuelo que ha elegido (al margen de los resultados que hubiera obtenido con éste en anteriores ocasiones), pescará menos que con otro con el que -ya sea por su aspecto o por cualquier otra razón- se sienta más cómodo. Ante todo hay que tener confianza en lo que se pone al final del nylon. Pescará más y mejor. Pero, una vez que hemos dejado clara esta importancia, digamos si-

cológica, la forma más adecuada de elección de los señuelos debería venir determinada por los resultados obtenidos con ellos en cada una de las salidas de pesca. Además, conviene tener en mente que un señuelo que un día «triunfa»,

al día siguiente, por distintos motivos, podría no ocasionar ni una sola picada. Esto se debe a que la actividad de los peces varía en función de muchos factores: temperatura del agua, condiciones metereológicas, eclosiones de insectos, fase lunar, color del agua y muchas otras circunstancias que complican aún más la elección. Con este libro, por tanto, lo primero que se pretende es que la elección que se realiza antes de anudar el señuelo sea lo más acertada y rápida posible, guiados por el conocimiento completo de las principales características de los engaños, lo que constituye una información vital de cara a cada salida de pesca. Otra de nuestras intenciones es que, con este texto, el lector sea capaz de diferenciar entre lo imprescindible y lo superfluo, reduciendo

el número de señuelos que necesita en cada ¡ornada, pues cargar con grandes maletas repletas de artificiales no resulta cómodo ni recomendable. Asimismo, esta preselección traerá el consiguiente ahorro que supone realizar siempre la compra más acertada para cada condición. Aunque la abundante oferta, para un pescador experimentado, será beneficiosa, ya que puede hacer su concienzuda elección sobre un número mayor de señuelos y pescar con aquello que utilizan menos pescadores. Por último, una vez que hayamos aprendido a seleccionar el artificial «perfecto» de acuerdo a las características del entorno y el pez en cuestión, hay que pensar que no

está todo hecho, pues resta aún la otra gran asignatura pendiente, esto es: dónde y cómo lanzar. Es muy difícil obtener un mediano éxito lanzando a lugares donde, por el motivo que sea, no se encuentran los peces que buscamos. En caso de que sí estén, tampoco triunfaremos si ejecutamos el lanzado de manera brusca o trabajamos erróneamente nuestro artificial, por lo que su forma de utilización está determinada por sus características, que debemos conocer. Todo en este, cada vez más difícil, arte de la pesca se torna principal, ya que cualquier pequeño detalle puede transformar esas ¡ornadas que hubieran quedado para el olvido, en grandes recuerdos, o viceversa.

CAPÍTULO 1

El color y el tamaño en los señuelos. Algo mas que importante El color adecuado El color de los señuelos es uno de los principales temas de discusión en muchas tertulias de pescadores y, sin duda, uno de los asuntos más controvertidos que hay respecto a las características de los artificiales. Po-

siblemente, se deba a la gran influencia que, suponemos, tienen los colores para el pez y para el pescador que confía en su elección. Está claro que el señuelo que más pesca es el que está más tiempo en el agua, independientemente del co-

lor que tenga, aunque hay ciertas normas que nadie puede negar y que solucionarán más de una duda. Por regla general, los colores que los fabricantes comercializan suelen tener una eficacia probada. El problema radica en el pescador que adquiere ese artificial, pues tal vez no lo emplee en las circunstancias para las cuales ha sido creado, o se rija para su elección por parámetros equivocados. Cuando se comienza en una afición como es la pesca, el futuro pescador se ve desbordado por la oferta de material. Podría pensarse en que esto es negativo, pero constituye un gran logro. Hace no muchos años, los pescadores acudían a la tienda de pesca a comprar, como mucho, unos pocos modelos de «rápalas», cucharillas -giratorias, con o sin mechón de lana, y ondulantes-, y alguna que otra lombriz de vinilo en los mejores establecimientos. Hoy en dia, un mismo modelo de señuelo, sea vinilo, cucharilla o pez artificial, se presenta en una variedad de colores y tamaños casi rozando el infinito.

¿Cuál es el problema? Muy sencillo, por regla general, hasta que no se tienen en la caja alrededor de una veintena de colores llamativos para el pescador, no se comienzan

a comprar señuelos que realmente atraigan al pez, o que cubran las distintas necesidades o entornos donde el pescador novel lleva a cabo su hobby incipiente. Antes de entrar en una tienda especializada, ha pasado horas meditando acerca de lo que va a comprar. Pero la realidad es que, una vez dentro, antes de saludar a la persona que te va a atender, ves un señuelo que no recordabas, o que ni siquiera conocías, y te resulta increíblemente atractivo. Al final, tienes en la bolsa lo que no pensabas comprar, en distintos colores que te parecen atractivos o llamativos, pero, ¿has preguntado al pez en alguna ocasión? Para facilitar la elección, debemos seguir unas reglas básicas. Los colores se pueden dividir en tres tipos: • Naturales: Colores que imitan la realidad (peces pasto, cangrejos, lombrices, salamandras, etc.). Estos colores llaman la atención del pez, por la similitud que guardan con el ser vivo que se pretende imitar. Muy empleados en aguas cristalinas, para peces resabiados, o en capas de agua superficiales, donde la in fluencia de la luz es superior a la de las aguas más profundas y los artifi ciales se ven con mayor claridad. • Colores de fantasía: Por ejem plo, y de los más utilizados, el char-

treuse -verde fluorescente- y bubble gum -rosa chicle-. Son gamas de colores completamente irreales. ¿Alguien ha visto un cangrejo rosa o un pez ver fluorescente? Seguro que no y, si alguna vez los veis, notificadlo

a las autoridades competentes. En estos tonos, el pez decide atacar por la excitación que le produce, por desconocimiento de lo que tiene cerca de sí, o quizás, por algo más simple que cualquier otra razón:

para defenderse de ese ser de extraño color. Son muy útiles en situaciones de baja visibilidad -aguas tomadas- y profundas, en las que el pez necesita cierta ayuda para localizar el artificial. • Colores mixtos: Son señuelos cuya composición de colores se debe a la mezcla de varios, que pueden ser naturales o de fantasía, creando una combinación de gran efectividad, como por ejemplo las lombrices pumpkin -es posiblemente el tono que más se asemeje al color de una gran lombriz de tierra, color calabaza-, con la cola en forma de hoz de color chartreuse, u otro tono fluorescente. Se utilizan en aguas algo tomadas, profundidades intermedias...

Truco Los vinilos tienen la capacidad de, si están almacenados juntos y son de distintos colores, tomar la tonalidad del más claro, sobre todo chartreuse. Utiliza esta cualidad poniendo en un mismo lugar distintos vinilos, para crear tus propios colores y personalizar tus señuelos.

Existen diferentes teorías sobre la mayor efectividad de algunos colo-

res sobre el resto. Lo que está más que probado es que, cuando se dan los primeros pasos en la pesca o cuando se desconoce por completo el lugar, los colores más efectivos en ese entorno, los más apropiados, son los naturales; en fin, los que imiten los colores de los seres que constituyan la dieta principal en ese determinado lugar. Bastará con observar la orilla y descubrir si hay cangrejos -emplearemos señuelos rojizos-, percasoles -colores naranas y verdes-, bogas -blancos y negros-, etc. Más tarde, una vez que se ha asegurado la ¡ornada en cuanto a capturas se refiere, o se trata de un día de perros sin una sola picada, se comienzan a emplear colores de fantasía o mixtos, que tal vez ese día, o por el lugar de pesca en particular, funcionen de maravilla y pasen, de ser un señuelo olvidado por ese feo color, a ser el señuelo preferido de toda la caja de pesca. Lo norma en muchas aguas continentales es que, de una temporada a otra, cambien los gustos de los peces, o «aprendan» los colores, por la gran presión que se realiza con el color más empleado en las temporadas anteriores. En más ocasiones de las que nos gustaría, ciertos colores que un día

han sido la estrella, a la salida siguiente no obtienen ni por casualidad los mismos resultados. ¿A qué se debe este fenómeno? Un motivo para que ocurran estas diferencias de capturas, con tan poco tiempo de margen, puede ser la variación del volumen o de la nitidez del agua, que cambian de una salida de pesca a otra. Los peces basan en diferentes motivos su comportamiento, y uno de ellos es la claridad del agua, que afecta en mayor o menor medida a as diferentes especies. Por ejemplo, cuando se está pescando truchas en

un pequeño río de alta montaña, si el día anterior, o simplemente horas antes, ha llovido, las aguas bajarán más turbias de lo que acostumbran a estar. Esto se debe a la cantidad de partículas en suspensión que arrastran. La trucha, al observar este fenómeno, está más activa, pues sabe que, con esta materia -sedimentos-, se arrastra también gran cantidad de comida, ya sean lombrices o cualquier otro insecto que habite en tierra. Otras especies, como los lucios, luciopercas o basses aprovechan la tonalidad más oscura del agua

para obtener un mayor camuflaje a la hora de buscar presas. Esto no significa que con las aguas turbias sea más fácil pescar. Lo que está claro es que los peces cambian su actividad. En estos días es más frecuente errar la clavada, ya que, al atacar nuestro señuelo, pueden no hacerlo de una manera certera y tomar sólo parte del engaño. Esto dificulta enormemente la pesca. Si se emplean señuelos grandes, e pez podrá detectarlo mejor, pero hay que escoger bien para que, lo ataque por donde lo ataque, se clave. Otra solución para este problema, y es la que interesa en este capítulo, consiste en emplear el mismo tamaño pero cambiándolo de color. Por supuesto, uno que se distinga mejor en estas condiciones y sea más detectable para el pez. Colores como el chartreuse, blanco, o incluso mates oscuros, que definen muy bien la silueta a contraluz, serán ideales para esta situación. Por el contrario, si las aguas son cristalinas, se deberán emplear los colores más parecidos al alimento frecuente de la especie objeto de pesca en ese determinado lugar, ya que el pez, con su vista, no tiene ningún problema en localizar a su presa. A la hora de elegir el color del señuelo, nos fijaremos también en

cómo se encuentra el cielo y su nivel de claridad. Si está muy nublado o cubierto, la proporción de luz solar que entra en el agua es bastante menor que si estuviera despejado. Esto implica que la profundidad a la que llega la claridad es menor, pero éste no es motivo suficiente, en la mayoría de las ocasiones, para que el pez se desplace a capas superiores. El señuelo en días nublados deberá tener colores de fantasía, mixtos o muy oscuros, ya que los detectará mejor el pez. Por el contrario, en días despejados, por la gran cantidad de luz que incide en el agua, los mejores señuelos serán los de color natural, en los que el depredador no notará diferencia con su alimento.

Toma nota Atención a los colores oscuros y mates en días de mucho viento. Hacen que el señuelo marque su contorno de forma muy definida, con las aguas en movimiento de la superficie. Este mismo sistema de elección es válido para escoger el señuelo que se empleará en las primeras y últimas horas del día, cuando hay

menos claridad, y para las horas centrales del día, cuando hay un máximo de luz. Si se pesca de noche (atención a la legislación vigente, que prohibe la pesca una hora después del ocaso en muchas Comunidades), los colores que se utilizarán serán siempre oscuros. ¿Oscuros y de noche? Si, la combinación perfecta. El motivo es que estos colores oscuros, marcan perfectamente su silueta en condiciones de poca luz y se hacen visibles para el pez. La época del año afectará asimismo, aunque de una manera indirecta, al color que debemos emplear. Es indirecta porque, sobre lo que realmente influye es en la actividad del pez, que será mayor o menor respecto a la temperatura del agua, la cual variará en relación con la época del año. También se puede deber a otros factores, como la presión atmosférica, las diferentes eclosiones de insectos y una gran cantidad de agentes externos que hagan variar la actividad del pez.

Cuando éste tiene poca o nula actividad, son más efectivos para su pesca los cebos que tengan colores más naturales, ya que, en vez de irritarlo, lo que hacen es comunicarle que lo que pasa por delante

de su apostadero es comestible. Después de esto, está claro que, cuando el pez esté muy activo, los colores de fantasía le excitarán más, obteniendo muchas posibilidades de ataque. Los peces, también dependiendo de la profundidad a la que se encuentren, por el motivo comentado anteriormente de la intensidad de la luz, detectan con más facilidad uno u otro color. Según diversos estudios, el que mejor aprecian a medida que aumenta la profundidad, es el azul. Atentos entonces a los peces que habiten en las profundidades, para tentarlos con señuelos de este color.

Toma nota Dos colores que nunca deben faltar en vuestra caja de pesca son el blanco y el negro. Todas as especies, en mayor o menor medida, se sienten atraídas por señuelos de estos colores.

Según la especie que se pesque, hay que tener muy en cuenta ciertos colores, o la gama cercana, por su preferencia hacia ellos. Existen ciertos colores que se han considerado comodín para cada especie.

• La trucha siempre prefiere, por su comportamiento esquivo, los na turales. Para este pez hay que dar gran importancia a las pequeñas imi taciones de alevines de su propia es pecie, que, en acto de canibalismo, consume. • El black bass se siente, en cir cunstancias normales, más atraído por los tonos verdes, marrones y blan cos. Cuando el agua se torna algo más oscura, elchartreuse es funda mental en la pesca de este centra rquido. El gris mezclado con blanco -alewife- es muy efectivo, cuando la presión de pesca sea extrema. • La lucioperca, por su caracte rística de habitar a notable profun didad, gusta de colores muy oscuros

-si son señuelos que naveguen porencima de ella, ya que definen per fectamente la silueta a contraluz- o muy claros, como son los blancos -perla o hueso- el chartreuse y e orange o hot orange -naranja o naranja fuerte-, si se trabajan al nivel del fondo. • Al lucio le llam an la atención los colores rojo, marrón,chartreuse, orange y blanco, en señuelos con partes de negro o rojo. Desde hace ya muchas décadas, el lucio se pesca con cucharillas con la potera cubierta con lana roja, con una efec tividad superior al mismo modelo sin tales mechones. • El siluro presta mayor atención a señuelos principalmente muy os-

euros o muy claros, aunque su deficiente vista hace que el color pase a un segundo plano, tomando mayor relevancia aspectos como la forma y el tamaño. • Los grandes ciprínidos sienten cierta predilección por los blancos, amarillos, naranjas o, en general, cualquier color claro frente a los oscuros. Posiblemente se asemejen a su comida habitual.

Truco Podemos pintar cualquier señuelo de negro con un rotulador indeleble, que se puede comprar en una papelería. Para devolverlo a su color original, con un simple algodón humedecido en alcohol de 96° bastará.

El tamaño adecuado El tamaño del señuelo a emplear, al igual que el color, depende de un gran número de variables y factores, que provienen tanto del medio, como del pez objeto de pesca. En cuanto al estado del agua, el principal factor que determina el tamaño del engaño es la tonalidad que presenta. A grandes rasgos, puede estar tomada o cristalina, existiendo entre una y otra gran variedad de tonos. El que las aguas presenten tonalidades oscuras o estén tomadas se debe a que tiene en suspensión un gran número de partículas propiciadas por lluvias, fuerte viento, grandes entradas de agua, etc. O, simplemente, por la estructura de lugar, o por la composición del fondo y las orillas. Todo esto afecta directamente a la visión del pez, reduciendo sus posibilidades de detección del señuelo, por lo que se deberán utilizar señuelos

de mayores dimensiones que los que se emplearían con las aguas cristalinas. Cuando un pez ataca un artificial en aguas turbias, si no está acostumbrado a ese estado del agua, puede fallar en su primer intento y tener que realizar otras «picadas». Con señuelos más grandes, el pez

morderá más fácilmente alguna parte y se enganchará en los diferentes anzuelos.

Truco En aguas turbias, sustituye los anzuelos de tu artificial por otros mayores. Así facilitarás el «enganche» en la primera picada.

La claridad del día es otro factor que incide en la claridad del agua. En los días nublados u oscuros por a proximidad de una tormenta, utilizaremos los mismos tamaños que se han empleado en aguas turbias, de medidas superiores a los empleados en días soleados y despejados. También es importante recordar que, en las primeras horas de la ¡ornada de pesca y en las próximas al ocaso, las aguas están más oscuras que mediado el día, por lo que se seguirá el mismo patrón mencionado anteriormente. En resumidas cuentas: en condiciones con más oscuridad, se emplearán tallas mayores que en condiciones de mayor visibilidad. El ciclo de la vida también determina el tamaño que se debe emplear. En primavera y principios de verano, cuando las aguas están lle-

ñas de pequeños alevines que han eclosionado meses antes, el señuelo debe estar en concordancia y ha de ser de reducidas dimensiones. Tampoco hay que olvidarse de que, todavía, los peces que nacieron el año anterior tienen un tamaño muy delicado y son presas fáciles de los ejemplares adultos. Así, nos tendremos que decantar por señuelos muy pequeños o medianamente grandes. A medida que se avanza en la época del año, estos pequeños peces y los nacidos en el año anterior, aumentan su tamaño, con lo que también se podrá aumentar el de nuestros artificiales. Una vez en verano, será mejor decantarse por otros factores -como por ejemplo la actividad del pez-, más que por e tamaño de la comida. Por regla general, la pesca en este período puede dividirse, a su vez, en dos formas bien distintas según el modo de enfocarla. Habitualmente, todas las especies durante el estío (máxime en las horas centrales del día) tienen menos actividad, ya que con cualquier movimiento, debido a las altas temperaturas, consumen mucha energía. En este momento, es preferible utilizar señuelos de pequeñas dimensiones y manejados muy lentamente. El motivo es que el pez se ha de ase-

gurar que la presa va a ser fácil y que su desplazamiento va a merecer la pena, «energéticamente» hablando. Por el contrario, a medida que avanza la tarde, y antes y durante el ocaso -esto también es aplicable a las primeras horas de la mañana-, los peces salen de sus apostaderos en busca de alimento. Este momento es el de mayor actividad, y se debe aprovechar empleando señuelos de dimensiones más voluminosas que los empleados a lo largo del día, donde cualquier presa será engullida sin dificultad. Algo similar ocurre en los meses de otoño, cuando los peces se preparan -en la mayoría de los casos, excepto el lucio y la lucioperca-, para pasar el crudo invierno. En esta época del año, se tenderá a emplear señuelos de mayor tamaño que en el resto de la temporada. Los peces pasto se han alimentado bien durante el verano y ha aumentado su tamaño considerablemente, aparte del mencionado abastecimiento para el invierno, que hace que los depredadores estén muy activos. En invierno la pesca se reduce drásticamente, con la excepción ya mencionada de especies como el lucio y la lucioperca, que no dudarán en atacar señuelos de grandes dimensiones, para que el mo-

vimiento sea rentable en cuanto a valor energético se refiere. En el caso del lucio, señuelos de entre 1 3 y 1 8 centímetros son suficientes, y en la lucioperca, de entre 7 y 1 3. Cuando se va acercando de nuevo la primavera, los peces despiertan de su letargo invernal y comienzan a desplazarse en busca de alimento. Es el momento de emplear señuelos de dimensiones mínimas, con una pesca muy fina, que, a medida que se calienten las aguas, se irán cambiando por otros de mayor tamaño.

Por lo que se refiere a los factores que influyen en el pez, no se debe olvidar que los peces «aprenden», y no es lo mismo pescar en aguas muy «tocadas» que en aguas no tan frecuentadas. Cuanta mayor presión pesquera se realice sobre un entorno, el señuelo deberá ser menor. Siempre es más atractivo un engaño de reducidas dimensiones en la pesca de un pez resabiado, que uno de grandes dimensiones, en el que se puede detectar más fácilmente que no es comida. Uno de los principales factores que determinan el tamaño del se-

ñuelo es la actividad de los peces. Cuando un pez muestra poca actividad, es recomendable reducir las dimensiones del señuelo que se está empleando. Cuanta menor actividad presenten los peces, menor tamaño se empleará y viceversa.

Después del análisis de todos estos factores, existen ciertas tallas que se consideran estándar para las diferentes especies (pescando ejemplares de tamaño medio), recomendadas sobre todo para el pescador novel, que duda en muchas oca-

siones sobre el tamaño más apropiado para cada circunstancia. Estos tamaños son generalmente válidos para cualquier situación de pesca. Son los más empleados. Pero claro está que, después de un pequeño análisis del medio, se escogerá el que tenga unas dimensiones más acertadas. • Trucha: Alrededor de 5 centímetros. Con esta especie debemos tener en cuenta el tamaño medio de las capturas, ya que influirá si se reduce o se aumenta el tamaño como máximo en 2 centímetros (3 y 7).

• Barbo: Entre 5 y 7 centímetros, hasta 9 como máximo. • Carpa: Nunca superarán los 5 centímetros, intentando siempre que sea bastante menor, con la di ficultad en el lance que esto con lleva. • Black bass: La medida apro piada oscila entre 10 y 15 centí metros (4 a ó pulgadas), aunque se recomienda, sobre todo si presentan reticencias a picar, 7 centímetros (algo menos de 3 pulgadas). • Lucioperca: La reducida di mensión de su boca, en relación con

los otros dos depredadores principales españoles, black bass y lucio, hace que las dimensiones más recomendadas estén entre los 7 y los 1 1 centímetros, para la captura de ejemplares de tamaño medio. • Lucio: ¿Qué aficionado no ha oído el refrán de «señuelo gordo, lucio gordo»? Con medias que oscilen entre los 1 3 y 17 centímetros se cubrirán gran parte de las posibilidades

de pesca del exócido, aunque tamaños superiores a estos no son desdeñables. • Siluro: Debido a la dificultad que tiene este pez para detectar los señuelos con la vista, y el tamaño que puede llegar a alcanzar, se emplearán señuelos de medidas superiores a los 18 centímetros, intentando siempre utilizar los de mayor tamaño que nos sea posible lanzar.

CAPÍTULO 2

Cucharillas Introducción En alguna ocasión, todos nos hemos preguntado cómo un mecanismo tan simple, un trozo de metal que se mueve de forma ondulada, o una pala que gira sobre un pequeño alambre, atraen tanto a cual-

quier depredador. Lo cierto es que si se tiene que hablar de un señuelo polivalente, económico y efectivo, siempre se llegará a un mismo punto: la cucharilla. Con el paso del tiempo, las cucharillas han evolucionado, mejorando las palas y equilibrándolas

para conseguir que, a la menor velocidad posible, realicen un sinuoso movimiento, o que generen la emisión de una baja frecuencia que altere a la más resabiada de las truchas. Sin embargo, existen, hoyen día, los mismos modelos y marcas con las que pescaban nuestros abuelos. ¿Habrán perdido efectividad? La respuesta dependerá de la habilidad que tenga e

pescador, a la hora de pasar esa moderna o antigua cucharilla cerca del pez y desatar su instinto de picada. La gran mayoría de las especies depredadoras que habitan las aguas continentales de la Península se pueden pescar con una cucharilla. Lo único que debemos cambiar es el tamaño y, para los más exigentes, también la forma de la pala.

Toma nota El plomo es un material muy frecuente en la construcción de muchos señuelos. En California y New Hampshire, Estados Unidos, la venta de todos los que contengan este material está restringida por la ley y debe aparecer en un lugar visible la siguiente advertencia: «Este producto contiene plomo; un estudio químico afirma que puede causar defectos de nacimiento u otros daños reproductivos. No se lleve las manos a la boca después de tocarlo. No se lo ponga en la boca. Lávese las manos después de tocar el producto». Será mejor hacer caso de la advertencia. Es tal la toxicidad del plomo que, en un pantano de Inglaterra, existía una gran mortandad entre los patos. Biólogos que estudiaron el caso afirmaron que los patos morían debido a la cantidad de plomo que había en sus aguas, pero el plomo estaba allí por los numerosos enganches que tenían los pescadores.

Cucharillas ondulantes

.,.,

O también denominadas, por algunos pescadores, «calzadores» y por los anglosajones ¡igging spoons, por su similitud .con ese objeto, la cuchara. En el agua, el mo-

vimiento que producen se asemeja al movimiento de un pez, pero más acentuado. Esta similitud también se aprecia en muchos modelos, que ¡ntentan, cada vez más, guardar mayor semejanza con los peces presa,

añadiendo elementos tales como ojos, escamas, etc. Este señuelo se podría decir que es, en cuanto a construcción se refiere, de los más sencillos. Se compone simplemente de un trozo de metal curvado y alargado con dos agujeros, uno en cada extremo, en uno de los cuales se insertará una potera y, en el otro, se anudará la línea.

Toma nota Se ha de emplear siempre un quitavueltas o esmerillón para unir el hilo a la cuchara ondulante. Esto evitará torsiones y nudos en la línea, manteniendo así la resistencia del hilo. Esto también aumentará la capacidad de movimiento.

La forma y curvatura de este trozo de metal es lo que determina su movimiento y su elección. Cuanto más se asemeje a una «s» vista de perfil, será más recomendable para su uso en aguas turbulentas, a la vez que tendrá un movimiento de natación muy acentuado. Por el contrario, cuanto más plana sea, su utilización se verá restringida a aguas lentas y tranquilas. Hay que tener muy presente que lo que se pretende imitar es el tenue movimiento de un pez al desplazarse. Los tamaños pueden oscilar entre los tres centímetros, las más pequeñas, y los 25 centímetros, las mayores. En el caso de las de menor tamaño, su utilización se limita a truchas o ciprínidos, como el barbo, mientras que las mayores se emplean para el siluro, pues, por la

gran cantidad de agua que mueven a poca velocidad de recogida, hacen que este pez sienta cierta predilección por ellas. Los tamaños intermedios, de diez a trece centímetros, se emplean sobre todo para el lucio. Por regla general, suelen tener agún complemento añadido, como pequeños «corazoncitos» rojos, plumas, o lana roja. O incluso llevan dibujadas en el dorso escamas o lá-

minas adhesivas que producen destellos, aumentando su poder de atracción. Últimamente, en Estados Unidos, gran cantidad de pescadores emplea este tipo de cucharilla por su probada eficacia en la pesca del black bass. Cuando se produce una utilización masiva por parte de los pescadores, produce a la vez un incremento de la oferta y esto hace que los fabricantes empleen grandes esfuerzos en el desarrollo y mejora del señuelo en cuestión. Las tendencias actuales pasan por la introducción de sonajeros en su interior -Legends Rattling Spoon de Mann's-, por dotar de «antienganches» a los anzuelos y realizar cucharas híbridas con peces artificiales, manteniendo la forma de las primeras, pero con los colores de los segundos. La finali-

dad es obtener un mayor realismo, conservando el suave movimiento que presentan como característica principal estos engaños. Un caso claro de «híbrido» es el del Rápala Minow Spoon, con colores muy realistas. Una técnica de pesca para el lucio, muy difundida en los países nórdicos, consiste en emplear grandes «calzadores» para atraer a este pez que, más tarde -una vez que se le ha sacado de su madriguera-, picará a señuelos de un tamaño menor. Debido a su gran peso, en relación con el tamaño, y a la fácil penetración en el aire, se consiguen en el lanzamiento grandes distancias; de ahí que en muchos lugares sea

uno de los señuelos elegidos para la pesca desde la orilla. Este peso se aprovechará para dejarla caer al fondo, siempre atentos, ya que en esta caída se producen gran número de picadas. Una vez que se ha recogido una parte del nylon, se vuelve a dejar caer. De esta manera, con este movimiento en forma de sierra, se trabajan distintas capas de agua. Un señuelo especialmente recomendado para peces con poca actividad.

Cucharillas giratorias Se desconoce de este señuelo si lo que realmente atrae al pez son los brillos que produce la pala al girar,

o la frecuencia de sonido que emite dentro del agua, o incluso las dos cosas. Últimamente, se le está dando más importancia al sonido frente a los destellos, ya que existen cucharillas con las palas completamente pintadas de colores mate que anulan los brillos y producen efectos de movimiento. Lo cierto es que llevan muchas decenas de años presentes en las cajas de pesca de los aficionados. Este señuelo está desarrollado sobre un eje, con un pequeño ojal al final para anudar el sedal construido en alambre, en el que se insertan varios elementos, a saber: la o las palas; cuentas que permiten que gire el conjunto interior; un cuerpo de metal -que proporciona peso y estabilidad-; y, al otro extremo del alambre, una potera o un anzuelo simple. Las palas pueden disponer de distintas formas, tamaños y dibujo para las diferentes condiciones del agua. La pala tiene dos formas características, principalmente: pala oval y pala de hoja de olivo, Indiana y Willow Leaf respectivamente, en inglés. La primera, la pala oval, se emplea en aguas rápidas. Tiene una acción de

giro inmediata. A la primera vuelta de nuestra manivela, comienza a moverse. La pala de hoja

de olivo penetra con gran facilidad el agua, con lo que está recomendada para capturar peces que tengan su habitat cerca del fondo, como es la lucioperca, o, en ciertas ocasiones del año (verano, principalmente), el lucio. La pala oval forma un ángulo mayor con el cuerpo, aproximándose en algunos modelos a los noventa grados, mientras que la de hoja de olivo, rara vez, a velocidades normales, se separa más de sesenta grados. Ciertos modelos tienen la pala con cuatro o cinco _ agujeros, efecto que produce mayor frecuencia de sonido y distinta de la de la pala sin agujerear. La curvatura de la pala condiciona el que un modelo u otro tenga una velocidad mayor o menor en el giro. Por regla general, las palas ovales tienen una curvatura mucho mayor que las de hoja de olivo, que pueden ser casi planas. Algunos fabricantes siguen la tendencia de hacer muescas u ondulaciones en las palas, para que aumente la frecuencia que emiten en el agua -excitando más al pez-, con el consiguiente incremento de picadas. Los diferentes dibujos que adornan las palas responden a la intención de conseguir una imitación más real de los elementos de la naturaleza que pretenden simular, en oca-

siones pececillos, en otras, insectos, e incluso ranas. Las cuentas que forman el cuerpo pueden ser de plástico, principalmente en tonos rojos, o de metal, más duras y resistentes que las primeras. La principal función de estas cuentas es que el conjunto formado por la pala y el peso -pasados por el alambre- gire libremente, sin ningún obstáculo. Tenemos que recordar que este señuelo hay que trabajarlo lo más lento posible, y esto significa a la menor velocidad a la

que la pala obtenga movimiento, con lo que la inserción de cuentas en las cucharillas es obligatoria.

Truco Para pescar el lucio en días de fuerte viento, puede salvar la ¡ornada una cucharilla con lana roja en la potera y con cabeza plomada, que hace que sea muy lenta y trabaje profunda.

El peso del cuerpo central de la cucharilla dependerá de su tamaño, principalmente respecto del conjunto en general, y, en un segundo plano, de la longitud que se quiera conseguir con el lance, o de la profundidad en la que va a trabajar. En numerosos modelos, este peso aparece tallado con muescas, o señalado con dibujos de círculos. Para rematar el señuelo, pende del extremo inferior una potera y, en algunos modelos más pequeños -destinados a salmónidos-, un solo anzuelo. Esta potera puede ir acompañada de plumas -muy utilizadas para salmones y truchas-, o de unos mechones de lana roja, todo un clásico en la pesca del lucio.

Truco Para que la cucharilla emita distintas frecuencias, se puede unir mediante un simple esmerillón una más pequeña a otras de mayor tamaño, aumentando el sonido y los destellos, haciéndolo más fácil de detectar para el pez. Importantísimo usar, en este tipo de señuelo, quitavueltas o esmerillón. Existen ciertos modelos de cucharilla, Martín y similares, en los que la pala viene colocada de una manera característica (cierta curvatura en el agujero), especialmente diseñada para mantenerse más tiempo en las capas bajas del agua y facilitar su rápido descenso.

Toma nota. Casting y Spinning Dentro del lanzado existen diversos tipos de equipos más adecuados

para una u otra técnica. A grandes rasgos hay dos: casting y spinning. Casting, a su vez tiene una variación, trigger -gatillo-, en la que simplemente varía el mango de la caña. En casting propiamente dicho, la empuñadura está preparada para lanzar con una sola mano, mientras que en el trigger se pueden utilizar las dos, porque el mango es mucho más largo. Volviendo a las generalidades, la principal diferencia entre un equipo de casting y uno de spinning es el carrete. Spinning significa «girando», lo que quiere decir que es el carrete lo que gira, mientras que la bobina queda fija. Son los tradicionales de pick-up y se pesca con el carrete hacia abajo. Por el contrario, casting significa «lanzado»: el carrete se queda fijo y lo que gira es la bobina. La posición de este carrete es hacia arriba. Las diferencias en las cañas son menores, pero también hay alguna. En la empuñadura de las cañas de casting, éstas tienen un gatillo que se ajusta perfectamente al dedo índice de la mano con la que se lanza y, por supuesto, el portacarretes está situado para que el carrete quede

mirando hacia arriba. Por regla general, una caña de casting, frente a una de sp'mníng, siempre tiene una anilla más, como mínimo, y éstas son de tamaño menor y, al colocar el carrete hacia arriba, se sitúan en la misma posición. Para lanzar una caña de spinning, el aprendizaje es mínimo y en pocos lances se puede estar pescando. Se sujeta el hilo con el dedo índice de la mano con la que se va a lanzar. Con la otra mano se abre el pick-up. Se echa hacia atrás la caña y, con un fuerte impulso, se lanza hacia delante. Cuando el señuelo esté por encima de tu cabeza, tienes que soltar el hilo. Cuando el señuelo llegue a la profundidad deseada o toque el agua, cierra el pick-up y a pescar. Una caña de casting, para lanzar con un mínimo de precisión, requiere bastantes más horas de práctica. Para comenzar correctamente hay que regular el freno centrífugo, y este proceso se ha de repetir en cada cambio de señuelo. La utilidad de este freno es controlar el giro de la bobina, porque, si gira en exceso, al lanzar la línea saldrá del carrete más lenta de lo que la bobina gira y se producirán unos enredos «de nido de abeja». Se regula mediante un pequeño botón o ruedecilla. Para ello bastará con anudar el señuelo y situar, con el pick-up abierto para que salga hilo, la caña perpendicular al suelo. Se tiene que apretar el freno centrífugo hasta que, por sí solo, el señuelo, con su peso, haga salir hilo a una velocidad muy lenta. En los primeros lances, en fase de aprendizaje, será mejor regular este freno algo más duro para que le cueste más salir al hilo. De esta forma evitaremos enredos, aunque haremos lances más cortos. Una vez que ya tenemos nuestro flamante carrete regulado, vamos a efectuar los primeros lances. Para ello, apretamos el botón del pick-up con el dedo pulgar de la mano con la que vamos a lanzar y, con ese mismo dedo, sujetamos la bobina para que no gire. Situamos la caña detrás de nosotros y, al igual que en el spinning, con un movimiento enérgico pero seco, movemos la caña hacia delante. Cuando ésta se sitúe a la altura de nuestra cabeza, soltamos el dedo pulgar de la bobina. Para terminar el lance, un detalle fundamental, que no se nos puede olvidar nunca, es frenar con el mismo dedo pulgar la bobina,

justo antes de que el artificial toque el agua. Si no lo hacemos, el hilo deja de girar pero la bobina continúa haciéndolo y se produce un enredo. Así visto, parece que el sp'tnn'mg presenta más ventajas que el casting, pero lo cierto es que, una vez que se controla el lance en esta última modalidad, es mucho más cómodo pescar. Eso sí, con una limitación. Si se pesca con casting, los señuelos tienen que pesar como mínimo

8 gramos. Por debajo de este peso resultan extremadamente complejos, por no decir imposibles, lances medianamente largos. La comodidad radica en que se lanza a la perfección con una mano y no tienes que estar abriendo el pick-up con las dos. Respecto a la precisión, va en gustos. Si se está pescando con un señuelo de un peso considerable, al tener controlada continuamente la bobina de hilo con el dedo pulgar, es bastante más preciso que el spinning. Si, por el contrario, son pequeños engaños, la modalidad reina es el spinning. Lo primero que pregunta cualquier aficionado que se está comenzando a interesar por el casting es si va a hacer lances más largos. Lamento decir que, seguramente, no. En el spinning el hilo sale libre, mientras que en el casting, por muy bien regulado que esté el freno centrífugo, el hilo tiene que mover la bobina. Otra cuestión que no se puede olvidar es el precio. Por regla general, los equipos de casting tienen un precio más alto que los de spinning. Como resumen, baste una frase: «señuelos grandes, casting, y para señuelos pequeños, spinning».

Cucharillas dobles o montadas en «tándem» Las cucharillas dobles se forman a partir de la unión de dos o más cucharillas giratorias simples, sobre un mismo cuerpo o eje. Su construcción puede ser artesanal, mediante la unión de varias palas con un anzuelo o potera. La longitud depende del gusto del pescador, aunque si se añade un número elevado -más de 4-, dificulta el lanzado por exceso de peso y por su recogida, que ejercerá demasiada resistencia.

Su efectividad radica en el mismo principio que las giratorias simples: la creación de vibraciones que atraen o excitan a los peces. Su principal ventaja frente a las simples radica en que, por tener palas de diferentes tamaños, al recoger produce diferentes frecuencias de vibraciones, provocando una reacción agresiva de los peces. Un error frecuente en su construcción es el poner, en una misma cucharilla en «tándem», cucharillas simples con palas de diferente tipo

-olivo, colorado...-. Cada tipo de pala necesita una velocidad de recogida distinta. Esto provoca que a -gunas palas no giren adecuadamente. Si, por el contrario, fueran todas del mismo tipo, al recoger, las palas pequeñas girarán más rápido que las de tamaño mayor. La velocidad de recogida para las cucharillas en «tándem» la marca la pala de mayor tamaño -que suele situarse en la posición más cercana a anzuelo-. Ésta debe girar lo más despacio posible, pero de forma continua. Al igual que en las cucharillas simples, es de gran utilidad el empleo de un esmerillón o quitavueltas, que evitará el retorcimiento y rotura de la linea al recoger.

Se le puede añadir en la potera plumas, spectraflash, etc., para añadir vistosidad y movimiento al conjunto. Como en cualquier otro señuelo, los colores rojo y blanco para estos adornos son los más efectivos. Se pueden emplear en la pesca de cualquier depredador que sea susceptible de pescarse con las giratorias simples, aunque, si bien es verdad que tienen una utilización especial en la pesca del lucio, también comparten muy buena reputación en la pesca de otros grandes ejemplares. Otra ventaja de este tipo de cucharillas es que emiten un mayor número de vibraciones, atrayendo a los peces desde distancias más lejanas, o en situaciones de poca visibilidad.

CAPÍTULO 3

Cebos de vinilo Introducción Cuando, en 1949, el americano Nick Creme desarrolló la primera lombriz de vinilo en serie, no pensaba que hoy, decenas de años después, ese material seguiría siendo uno de los más empleados en la construcción de señuelos, y a la vez

uno de los más efectivos en la pesca de ciertas especies depredadoras, principalmente el black bass. A partir de esa fecha, la pesca de uno de los peces con más adeptos, el bass de boca grande o black bass, hizo que todo el mercado cambiara rotundamente y que el pescador tuviera en sus manos un arma le-

tal para cualquier circunstancia de pesca. Desde entonces, la tecnología ha cambiado y lo que antes resultaba una tarea laboriosa, ahora resulta un pequeño proceso industrial, con lo que la complejidad de los engaños realizados con este material, soft plástic (plástico blando, dúctil) para los americanos, ha aumentado en gran medida y los costes se han reducido hasta convertirlos en uno de los señuelos más asequibles. Posiblemente, éste sea uno de los motivos por los que los pescadores empleen, de una manera generalizada, cebos de este material para la pesca de depredadores de aguas continentales. Pero, por supuesto, su empleo también se debe, y como razón principal, a su efectividad. Como todo, desgraciadamente, tiene alguna característica negativa, y, en el caso del vinilo, es su corto uso, que se limita en los mejores de los casos a media docena de capturas o picadas para el black bass, y se reduce a la mitad si se trata del poderoso lucio con su potente boca. La dureza del vinilo es un factor muy importante, sobre todo en lo que

a acción se refiere. Un vinilo duro tendrá una duración superior a

uno más blando, pero este último tendrá mayor movimiento, con lo que será más beneficioso para el pescador que, con su señuelo, emitirá más vibraciones aumentando las posibilidades de captura. Dentro de un mismo modelo de vinilo, pueden darse distintos grados de dureza. Para observar la dureza de un vinilo, simplemente se coloca el señuelo, sujetándolo por la parte de la «cabeza», vertical al suelo. El ángulo que forma el cuerpo del vinilo o partes que se mueven, indicará su dureza en relación con otro señuelo. Entre las principales características que tienen estos señuelos, merece la pena destacar la gran oferta existente por la manejabilidad y opciones que ofrece la materia prima de los mismos. Así, existen vinilos con gran variedad de formas, tamaños y colores, que cubren los gustos de las principales especies depredadoras y, con pequeños tamaños, ciprínidos. Otra notoria característica es la diversidad de montajes que se pueden emplear, a fin de cubrir las distintas capas de agua y diferentes situaciones. Con vinilo se puede pescar a bastantes metros de profundidad -montado con cabezas plomadas, Texas o Carolina, entre

otros-, en superficie -sin ningún peso adicional-, entre la enmarañada vegetación de las riberas y orillas, cerca de los diferentes obstáculos... En fin, en todas las posibles situaciones donde podamos encontrar pesca. Otra característica es la de estimular gran cantidad de sentidos del pez objeto de pesca. Con la diferente gama de colores y formas está más que asegurada la posibilidad de percepción del señuelo por

parte del depredador de una manera visual. El pez tiene el oído como tal desarrollado en su línea lateral, sentido que recorre su cuerpo desde el principio de la aleta caudal hasta el opérculo. El vinilo, con sus movimientos, crea unas vibraciones que atraen al pez, captándolo por este sentido, en muchas ocasiones, antes que por la vista.

Truco Por la naturaleza de estos señuelos, los depredadores, con sus afilados dientes, dan buena cuenta de ellos y se convierten en inservibles en pocas picadas. Para repararlos, se calentará con un mechero una pequeña navaja o cutter, y se introducirá en la rotura. Inmediatamente después, se saca e metal caliente y se aprietan los dos extremos para que vuelva a su forma original, quedando el vinilo completamente soldado. También podemos unir con este procedimiento partes dañadas o arrancadas, o hacer nuestros propios señuelos cortando y uniendo diferentes partes de unos y otros.

Una vez que el depredador ha sucumbido al engaño y lo ha mordido, por la característica textura que tiene, lo retiene en su boca por más tiempo que otro artificial duro -como un cranckbait-, que, desde el primer momento, lo reconoce como no comestible. El tacto conseguido en muchos vinilos es similar al de las presas frecuentes. Esta propiedad actúa también como ventaja en lo referente a que, si se ha producido una picada a un vinilo, el depredador puede realizar algún otro intento de

atraparlo, al contrario que con un pez artificial que, si no se ha clavado en la primera picada, difícil será que haga una segunda, tras notar que es demasiado duro como para ser su alimento. Con esta propiedad de los vinilos, se engaña el sentido del tacto de la presa. El tiempo que retiene un pez el vinilo en su boca oscila entre uno y dos segundos, cuando el engaño no tiene malos sabores y olores. Estos olores se producen por los humos del tabaco, carburante de la barca, o

los que se le puedan pegar con las propias manos. Si es así, el pez escupe inmediatamente el vinilo. Si, por el contrario, el artificial blando está tratado con esencias o aceites, el pez retendrá en su boca el cebo, incluso hasta una veintena de segundos. Por todos estos motivos, se puede decir que el vinilo es el cebo actual de mayor uso y, a la vez, manejado con un poco de pericia, de los más efectivos.

Truco Un útil conservante casero para el vinilo es el aceite de oliva. Anula ciertos sabores y olores negativos sobre el señuelo, aunque su principal función es la de evitar que, con el calor, los vinilos se peguen unos con otros.

Lombrices, el principio del plástico blando A partir de la creación de este señuelo se produjo la revolución en el mundo de la pesca. Los lugares en los que se encontraban las mejores y, sobre todo, la mayoría de las piezas eran inaccesibles. El pescador no se atrevía a lanzar o, si lo hacía,

se arriesgaba a perder el artificial, cosa que en muchas ocasiones ocurría. Unos artificiales que, con los precios de la época, resultaban realmente caros. El verdadero éxito de la lombriz radica en que se puede poner, sin riesgo de enganches -montaje Texas- en esos lugares tan querenciosos, en medio de cualquier obstáculo. Hoy, la lombriz es considerada por los profesionales de la pesca del black bass el cebo más polivalente y efectivo. Siempre hay un tipo de lombriz adecuado a cualquier situación de pesca, por complicada que sea. Fue Woo Daves, con una lombriz Finesse Worm de la firma americana Zoom, con una medida de 43/4 pulgadas ( 1 2 centímetros aproximadamente), en color watermelon seed, quien consiguió alzarse con el título de la edición del Bass Master Classic del año 2000, principal competición de la pesca del black bass a nivel mundial. Los títulos que se han conseguido con la lombriz de vinilo no sólo se reducen a esa edición, sino que cuenta con varios Classics en su haber. El funcionamiento de la lombriz de vinilo, independientemente del modelo, es muy sencillo. Una vez lanzada, desciende hacia las pro-

fundidades donde, con el más leve contoneo de la puntera de la caña, realiza movimientos suaves y excitantes que cualquier black bass no dudará en atacar. La diferencia radica en que, si el montaje tiene plomo, bajará más rápidamente de lo que lo hace respecto a otros en los que no se emplea este peso adiciona .

Toma nota Para la lombriz hay ciertos colores comodín. Colores como el cangrejo, calabaza o melón [craw, pumpkin o watermelon, respectivamente) no deben faltar en ninguna caja de pesca.

Los tamaños de los diferentes tipos de lombriz van desde las 3 pulgadas, en las más pequeñas empleadas para la pesca finesse, o las «megalombrices» -también llamadas «culebras»- de 1 2 pulgadas (aproximadamente 30 centímetros), que se emplean cuando el black bass está muy activo o son piezas de un tamaño considerable, a partir del kilo o kilo y medio. Con el paso de los años, la variedad de modelos ha ido aumentando. Algunos se han dejado de fabricar, no porque no pesquen, sino porque ya no lo hacen de igual manera. Ya no son tan efectivos. Así, estas lombrices caen en el olvido (por unos años) y dejan paso a las nuevas que, con diferentes formas, las

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sustituyen en las cajas de los aficionados, cada vez más exigentes. Sólo las más efectivas aguantan a lo largo de los años. Para clasificar las lombrices se va a atender principalmente a la forma de la cola, o a la carencia de ésta. Con lo que ya se tiene una primera clasificación clara: la posesión o no de este apéndice. Por regla general, las que tienen cola se emplean para lugares en los que el pez las detecta con la línea lateral, en vez de con la vista; o también con la vista, pero en segundo plano, porque el medio se lo impide: aguas turbias o tomadas, grandes profundidades... Situaciones en las que es necesario que el señuelo desplace mayor cantidad de agua

para su localización. Por el contrario, las lombrices sin cola se emplean para pescar en aguas superficiales y, como principal exponente, lugares con una presión de pesca superior a donde se emplean las que tienen cola. El pez las detecta con la vista principalmente, y por este motivo suelen tener formas mucho más naturales, aunque, en algunos modelos, es la parte final de la lombriz la que, al descender, vibra y atrae a los peces. Una vez hecha esta clasificación general, dentro de cada variedad, existen diferentes modelos para muy diversos empleos y situaciones de pesca. A continuación, se exponen los principales tipos de lombriz, con y sin cola.

Lombrices sin cola Rectas o «palos» Estas lombrices se caracterizan por tener el mismo diámetro a lo largo de todo su cuerpo, desde el principio hasta el final. Su empleo es muy pare cido al del centipede. Se limita a aguas claras, aunque es muy efectiva en aguas con mucha presión de pesca, ya que dentro del agua tienen una calda lenta y suave, momento en el que se producen la mayoría de las picadas. Las vibraciones que emiten este tipo de vinilos son generadas con todo su cuerpo, no sólo con la cola. Suelen estar provistos de pliegues o anillos de vinilo que, con el movimiento, emiten unas vibraciones altamente atrayentes para el black bass. Con este diseño se consigue que, una vez en la boca del pez, las retenga por más tiempo, al ser un tacto más natural. En los tamaños más pequeños, se emplean en montajes de pesca fi-nesse o fina, como el drop shot o el split shot, aunque admiten cualquier otro tipo de montaje, como el Texas o Carolina.

Toma nota En Estados Unidos este tipo de lombrices se emplean, en los tamaños más pequeños (3 pulgadas), para la pesca de la rainbow trout (trucha arcoirisj. Las Trout Worms de Gene Larew están diseñadas exclusivamente para salmónidos.

Algunos ejemplos de estas lombrices son Fish Doctor de Zoom, Ripple Stick de Caterpillar, o Ring Fry de Lake Fork. Crawler La diferencia de esta lombriz, respecto a las demás que carecen de cola, es el aumento del diámetro de

la parte final del señuelo. Estas lombrices, al igual que las anteriores, se emplean en aguas cristalinas o con mucha presión de pesca. Es el modelo que guarda mayor similitud con la lombriz natural. Son muy recomendadas, por el equilibrio que guarda la parte de la «cabeza» con ese ensanchamiento final, para emplearla en montajes tipo wacky worm. La caída es uniforme y muy lenta, siempre que se emplee un anzuelo de un tamaño apropiado en relación con la longitud y grosor de la lombriz. Durante la caída, la cola, algo más ensanchada, oscila arriba y abajo, con un movimiento que excita al bass. Este mismo movimiento crea unas vibraciones igualmente atrayentes.

Truco Utiliza el ensanchamiento de la parte final de este tipo de lombrices para insertar un pequeño rattle de cristal. De esta manera, además de emitir sonido, podrás pescar con las lombrices craw/eren aguas tomadas, aunque ten en cuenta que has cambiado la acción de la lombriz y ahora es más pesada en la parte de atrás.

Admite, como la mayoría de las lombrices de vinilo, cualquier tipo de montaje, aunque son verdaderamente efectivas montadas al estilo Texas sin plomo. Los tamaños en los que se puede encontrar este tipo de lombrices oscilan entre las 3 pulgadas, empleadas para la pesca finesse, y las 8 pulgadas de las mayores. Algunos modelos de este tipo de lombriz son el Swamp Crawler y Trick Worm de Zoom. Float'mg (flotantes) Esta clasificación de lombriz atiende más a una propiedad, que a la forma de la lombriz propiamente dicha. La característica que hace diferentes a estas lombrices es la capacidad de mantenerse en la superficie. Este efecto «flotante» se puede ver reducido siempre que no se emplee un anzuelo de las proporciones correctas, ya que con su peso puede hundir la lombriz. La forma que suelen presentar estas lombrices es similar a las lombrices crawler, aunque a igual tamaño suelen tener mayor diámetro, para hacerlas flotantes. El material empleado en la construcción de las lombrices floating suele ser de menor densidad, que el empleado en el resto de las lombrices. Este ma-

ferial más blando hace que tenga una duración inferior, pero el pez al notarla más blanda la retiene en su boca por mayor tiempo, lo que facilita la clavada. El empleo de estas lombrices se limita al momento en que el black bass está muy activo, cerca de la superficie o en lugares en los que exista gran cantidad de cobertura vegetal -en la superficie o hundida-, aunque la tendencia actual es emplearla con montajes Carolina, para la pesca sobre fondos con obstáculos o vegetación sumergida. Así, la lombriz queda por encima de esta maraña y es fácilmente.detectable por el bass. Los tamaños en los que se suele encontrar esta lombriz oscilan entre

las ó y las 8 pulgadas (de 15 a 20 centímetros, aproximadamente). Algunos modelos son los Floating Worm de Berkley o de Yum.

Lombrices con cola Con cola de hoz En un primer momento todas las lombrices carecían de cola. Pero rápidamente los pescadores se dieron cuenta de que, en situaciones de baja visibilidad, eran muy difícilmente detectadas. Se necesitaba algo que emitiera más vibraciones, y se le añadió este apéndice con forma de hoz. Precisamente, de aquí deriva su nombre, por la similitud que guarda con la silueta de la herramienta agrícola. Han pasado ya decenas de años desde el primer modelo de esta lombriz y hoy sigue siendo igual de pescadora. Los tamaños de estas lombrices oscilan entre las 4 y las 8 pulgadas. Son relativamente pequeñas. Es la lombriz más versátil de todas, ya que se puede emplear en aguas cla-

ras y en aguas turbias, simplemente variando el color y bajo cualquier condición de actividad, temperatura o época del año, variando el montaje. La pequeña cola produce vibraciones y es mejor detectada por los peces, incluso a profundidades considerables. A diferencia de las lombrices sin cola, este tipo es preferible montarlo con un pequeño plomo en la parte delantera, para que, al caer hacia el fondo, la cola tenga ese atractivo movimiento que la caracteriza. Tres gramos y medio sobrarán para poder lanzarla a una distancia considerable, que caiga al fondo lentamente y poderla trabajar a llí cómodamente. Un montaje muy eficaz con este tipo de lombrices es el que se realiza con un pequeño anzuelo plomado, tipo redondo o incluso darter (la cabeza con forma de dardo). Algunos modelos de este tipo de lombriz son el Killer Worm de Teeth, Phenom de Mister Twister, Sickletoil de Berkley y Zipper Worm de Zipper. Dentro de este tipo de lombrices existe una variante. Tienen la cola con la misma forma, aunque algo mayor en relación con el tamaño del cuerpo, que suele ser a su vez más corto. Estas lombrices se denominan

«curly» y son muy efectivas en la pesca fina, para peces sometidos a mucha presión. Lombriz con cola de barrena Esta lombriz está diseñada exclusivamente para aguas tomadas o grandes profundidades, donde el bass necesita cierta ayuda para detectar el engaño, o para pescas como piching o flipping, en las que, en poca cantidad de agua, el señuelo se tiene que detectar fácilmente. La principal característica de este señuelo es su cola sobredimensionada, que se podría decir que es como una de hoz pero de mayores dimensiones. Esta cola crea unas fuertes vibraciones, altamente audibles por el black bass. Se puede utilizar como señuelo localizador, ya que cubre mucha cantidad de agua en un tiempo relativamente pequeño. Esta lombriz admite la mayoría de los montajes, pero se muestra más efectiva con el Texas. Hay que tener presente que el plomo será más grande que en otros casos: 5, 7, o incluso 9 gramos, serán suficientes. Una vez la lombriz en el fondo, la cola queda suspendida, moviéndose con las oscilaciones del agua. Este momento es uno de los más efectivos para estos señuelos.

Dentro de este tipo de lombrices se puede distinguir otro, el triple-ripple. Son lombrices con la cola de igual modo que las de barrena, pero con la característica de que está dividida en otras tres colas de menor tamaño, como por ejemplo la Waterbug Worm de Yum. Los tamaños de estas lombrices van desde las 5 pulgadas, las más pequeñas, a las 1 2 pulgadas de las mayores, verdaderas culebras que el boss detecta a muchos metros de distancia. Estas lombrices son muy útiles, aparte de para pescar por sí solas, para utilizarlas junto con spinners y buzzers a modo de troiler, aportando gran movilidad, vistosidad y tacto al conjunto. Algunos modelos son el Oíd Monster, Mágnum Worm y B¡g Dead R¡nger de Zoom, Ribbontail de Berkley y Squirmin'Worm de XPS -BPS.

Centipedes o ciempiés Se podría decir que es un tipo de lombriz por su similitud, pero debido a que pretende imitar a otro animal, en este caso el ciempiés, y su creciente empleo para la pesca del black bass, es merecedora de un apartado distinto.

De sencillo diseño, representa, sobre todo en zonas de abundante vegetación sumergida, un gran éxito. Su forma alargada y continua otorga a este cebo la etiqueta de poco empleado, o más bien poco atractivo a los ojos del pescador. Poco a poco y por los éxitos que está obteniendo, se comienza a emplear de una manera más masiva. Ejemplos de este señuelo son e Salty Centipede, de Zoom; Stud fry de Caterpillar o el Centipede de Compres. Todos estos señuelos presentan a lo largo del cuerpo diferentes rugosidades que semejan las patas de un ciempiés, al tiempo que hacen que el pez lo retenga mayor tiempo en su boca, facilitando el clavado.

El tamaño que tienen estos señuelos oscila entre las 3 pulgadas del menor y las 5 del mayor (entre 7,5 y 1 2,5 centímetros). Tal vez se deba este pequeño intervalo de longitud al empeño por guardar cierta similitud con el tamaño de los ciempiés reales. Su empleo se restringe a las aguas claras o poco tomadas, en las que la perca negra tiene cierta facilidad para localizar el cebo con la vista. Al trabajar el centipede por el fondo, con las rugosidades que tiene hace que se mueva muy irregularmente. Se sujeta a las rocas y, de repente, cae por su propio peso, sin necesidad de nuestros movimientos.

Truco Monta este cebo únicamente con el peso del anzuelo y pesca con él en capas superficiales los días de verano a ú -tima hora, cuando los peces están muy activos. Ya verás los resultados.

Softbaits Si se traduce literalmente, se aclara mucho lo que es y cómo es este señuelo. Soft, palabra inglesa que significa suave, blando, lento... y bait, que significa señuelo o cebo.

Un pescador desconocedor de la efectividad de estos artificiales afirmará rotundamente, la primera vez que los vea, que es imposible pescar con «eso». La realidad contradice esta opinión, ya que es considerado, por el pescador experto, como un señuelo estrella cuando los peces no tienen actividad. Es también un señuelo que, por su movimiento irregular, pesca muy bien en aguas sometidas a mucha presión por los aficionados, ya que cada vez se mueve de una forma distinta. El softbaites un señuelo especialmente lento y con movimientos suaves, que a la vez son tan erráticos,

que consiguen excitar al más resabiado de los peces. El engaño no tiene un movimiento por sí solo, como puede tener un twister. Se desplaza hacia el fondo por su propio peso y el del anzuelo, con movimientos asimétricos y muy lentos. La acción se la imprimirá el pescador, mediante pequeños golpes de muñeca en la caña. El señuelo así se moverá en todas las direcciones. Subidas, bajadas, saltos fuera del agua y diferentes piruetas a su antojo, ya que el pescador no puede dirigirlo o elegir hacia qué dirección

se va a mover. El único movimiento previsible será el acercamiento, a medida que se recoja línea, hacia nosotros. Por regla general, suele imitar a un pequeño pez herido, aunque ciertos modelos, faltos completamente de formas que se asemejen a algo natural, atraen la picada del pez con sus movimientos. Este vinilo se emplea en las tallas menores para la pesca de bass, y en las mayores para el lucio. Estos señuelos se diseñaron para la pesca en las capas superiores de

agua, limitando su empleo a ciertas épocas del año, en las que los peces (meses cálidos para el bass y freza, primavera y otoño para el lucio) subían a estas aguas. Con el avance de las técnicas y montajes de pesca, estos señuelos son realmente efectivos a cualquier profundidad, lo que facilita su empleo durante todo el año y amplia las

posibilidades de pesca a otras especies, como la lucioperca, muy dada a aguas profundas. Para poder pescar en profundidades superiores a los 4 metros de una forma cómoda, se le han de insertar unos plomos alargados en forma de tornillo, denominados nails, como los de la casa americana Lunker City. El tamaño y peso corresponden con el

tamaño del cuerpo. Estos pesos se insertan dentro del propio vinilo. Sus diferentes posiciones, o inclinación hacia, un lado, por ejemplo, harán que el soñbait nade más irregularmente, pero bajando a capas de agua más profundas. Aun así, se consiguen los mejores resultados pescando en aguas someras (aguas con menos de 2 metros de profundidad) y sobre todo en aguas con abundante vegetación u obstáculos de cualquier tipo, como piedras, raíces, troncos, etc. El movimiento se le imprime con pequeños toques de puntera de la caña, sin ningún orden ni ritmo en particular. Dos toques -parada, toque-, tres toques -parada-... Y así cualquier otra serie de movimientos. Estos vinilos se subdividen en varios tipos. Los stickbait -señuelo palo- son engaños con una forma alargada, similar a una lombriz, pero de mayor diámetro. La parte posterior suele ser de menor grosor, estrechándose el cuerpo. El Slug-go de Lunker City, Minnow de Ecogear, Slug de Berkley, el Lazer Eye Minow de Bass Pro Shop, el Lunker Bass de DomiKi, son modelos característicos de este tipo. Se recomienda su uso para lugares con mucha presión de pesca, o donde el pez se encuentra muy inac-

tivo, ya que el movimiento que se imprime a estos señuelos es muy lento. Otros modelos poseen, al final del cuerpo, una cola que semeja la de un pez. Se les denomina fish o shad. Los primeros suelen tener una forma similar a un alargado pez [Fin-S Fish de Lunker City, Fluke de Zoom) y los segundos tienen una pequeña panza, haciendo la forma del vinilo más «rechoncha», como por ejemplo el Fin-S Shad de Lunker City y el Jerk Shad de Berkley. Aparte de la forma física, otra diferencia estriba en la forma de pescar con ellos. Los shad admiten velocidades de recogida más variadas que los stickbaits, que suelen requerir recogidas más lentas y pausadas.

Truco Con este vinilo se obtiene mejores resultados si se trabaja muy despacio, dejando que descienda muy lentamente, sin la ayuda de ningún peso adicional ni plomo. Se han producido grandes capturas cuando el pescador, al intentar deshacer un nudo en su carrete, ha dejado que el señuelo trabajara lentamente a su antojo en el interior del agua.

Los tamaños más usuales de este vinilo son de entre 4 y 6 pulgadas, siendo el menor tamaño el más empleado con diferencia en aguas españolas para la pesca del black bass. Por el contrario, si se pesca el lucio, los tamaños de entre ó y 9 pulgadas serán los más apropiados. Como un pequeño resumen del uso de estos increíbles señuelos, hay que resaltar su gran efectividad en lugares de pesca con gran cantidad de obstáculos, poca profundidad y trabajándolos muy lentamente. Son muy útiles en lugares que tienen gran presión pesquera.

Salamandras Dentro de los cebos de vinilo, forman parte del grupo que imitan seres naturales. En este caso, como su propio nombre indica, imitan a las salamandras. Pero también hay que tener en cuenta que imitan a otro ser presente en cualquier orilla: la lagartija.

Truco Al montar al estilo Texas, a la salamandra se le corta la mitad de la cabeza para que se ajuste e plomo tipo bala al vinilo, y de esta manera se camufla a la perfección con el cuerpo.

Este vinilo está específicamente diseñado para la pesca del black bass, aunque por su gran movimiento y acción se está empleando, cada vez más, en la pesca de otros depredadores como el lucio, la lucioperca y, en las tallas mayores (más que salamandras o lagartijas, por el tamaño parecen imitaciones de lagartos), en la pesca del siluro. Los profesionales aconsejan emplear este señuelo únicamente en los meses de más calor del año y, como mucho, a finales de primavera y principios de otoño. La razón es el comportamiento de las salamandras y lagartijas en los meses de invierno, su escaso o nulo movimiento debido a que son seres que hibernan. Aunque otros pescadores menos exigentes afirman que los peces que se alimentan de ellas no saben distinguir el estado en el que se encuentran. Se pueden dividir en dos tipos, según la forma de sus patas y cola. Existe una primera clase que tiene todas las extremidades, incluida la cola, en forma de hoz, al igual que un twister. En este tipo de salamandras es de vital importancia el grosor que presenten las patas, ya que, cuanto más finas sean, más acción proporcionarán al señuelo en general. Por el contrario, el otro tipo únicamente tiene la coa con esta forma.

Las primeras se emplean cuando el pez está poco activo y necesita que el señuelo se trabaje muy lentamente, pero que tenga gran acción. También se recomienda su uso cuando se empleen en montajes que trabajen en profundidad, o en aguas tomadas o turbias, ya que el movimiento de las patas emite grandes vibraciones fácilmente detectables en estas condiciones. Algunos modelos de este tipo de salamandras son las Salty Lizard y SS+Lizard, de Zoom, W-Bug Lizard, de Ecogear, Power Lizard de Berkley y la Komodo Lizard de Gene Larew.

Sin embargo, las salamandras que tienen únicamente la cola en forma de hoz se emplearán en lugares en los que la presión de pesca sea mayor y para los montajes que se utilicen en las capas más superficiales, o en agua especialmente clara. La XPS Lazer Eye Squirmin'Lizard de Bass Pro Shop, Slider Lizard de Slider, Floatin Lizard de Yum, son algunos modelos de este tipo. Los tamaños en los que se encuentran más frecuentemente estos señuelos son entre las 4 y 6 pulgadas (10 y 15 centímetros aproximadamente), aunque existen verdade-

ros «lagartos» en 8 pulgadas (20 centímetros) como la Magnun Lizard de Zoom, destinadas a bass record o a grandes depredadores, como lucios y siluros. La salamandra admite gran cantidad de montajes, como Texas, Texposed, Split Shot, entre otros, aunque con el que se presenta realmente efectivo es con el Carolina, que coloca el señuelo sobre la vegetación sumergida. En la pesca con este señuelo es importante darle un ritmo de recogida más lento que en otros vinilos. Se deja que descienda hasta el fondo y que se pose. En cada toque ascenderá y volverá a caer, y es

justo en este momento, en la caída, cuando se desatará el mayor número de picadas.

Truco Los mejores colores para este señuelo son los oscuros mates, ya que proyectan una mayor silueta, dando la forma del animal que se pretende imitar. Una tendencia que se ha seguido durante muchos años ha sido la coloración de la cola en otro color más llamativo que el resto del cuerpo, denominado por los anglosajones fire tail.

Cangrejos Los cangrejos de vinilo son especialmente efectivos con especies depredadoras como el black bass, lucio, lucioperca, siluro y algunas especies de barbos, aunque de una manera algo más casua . Seguramente, la atracción que sienten estos depredadores por este

artrópodo se deba a la «calidad» del bocado. El empleo de estos señuelos artificiales está recomendado para lugares con fondos rocosos (de piedras no más pequeñas que una manzana o de grandes rocas), o con gran cantidad de vegetación sumergida, donde es muy frecuente encontrar el cangrejo natural escondido.

Aunque el cangrejo, sobre todo e americano en detrimento del autóctono, se esté extendiendo rápidamente por muchas masas de agua españolas, no habita en todas. Esto no es un impedimento para pescar con él, ya que, aunque un pez no haya visto nunca un cangrejo, rápidamente lo reconoce como comida y no duda en atacarlo.

Truco Pega por debajo de las pinzas pequeños trozos de poliespán o corcho que las hagan flotar, dándole un toque de naturalidad.

El cangrejo de vinilo es un artificial muy polivalente, por la gran cantidad de modelos que se han desarrollado para cada tipo de pesca y los muchos montajes que admite. El empleo de uno u otro reside en la oportunidad de cada técnica para un momento determinado. Así, se han desarrollado los cangrejos específicamente según su montaje. Se pueden distinguir tres tipos fundamentalmente: Cangrejos para montajes Texas Son los empleados en los montajes con anzuelos del tipo worm hook, para la pesca en el fondo. Suelen tener muy bien definidas sus patas y pinzas para que se asemeje mucho

a la realidad, ya que es su aspecto lo que debe de atraer al pez. El cuerpo ha de ser alargado, para que se pueda insertar en él el anzuelo de este montaje, característico por la longitud de su tija y di-

mensiones en general. Los cangrejos de este tipo son muy recomendables, de hecho son los más empleados. Con este montaje, el cangrejo, dentro del agua -al estar todo e peso en la parte posterior-, se

queda con las pinzas hacia a riba, en posición de defensa, posición muy frecuente ante la presencia de depredadores. La acción que se ha de imprimir al señuelo se realiza, como la de cualquier otro monta¡e Texas, mediante toques de puntera, para que vaya por el fondo dando saltos. Algunos de los modelos más utilizados son el Big Criter Craw de Zoom, el de Bass Asossin, el de Acuno Plástic y el Crawod de Gary Yamamoto. Para cabezas plomadas o como complemento Estos cangrejos están diseñados exclusivamente para utilizarlos como complemento de jigs o incluso spinnerbaits. Por esta razón, su cuerpo

es muy alargado y sólo tiene las pinzas, ya que es la única parte del vinilo que se ve. El resto del cuerpo lo tapa la «peluca» del señuelo. Estas pinzas están sobredimensionadas, para que se muevan más y sean más atractivas al pez. Ejemplos de este tipo de cangrejos son el Cross Craw de Zoom, y el Salt Craw de Gene Larew. Otros modelos, como por ejemplo el Jig Trailer de Clunn y el Pig Claw de Lake Fork, son cangrejos de vi ni lo formados exclusivamente con lo que serían en la realidad la cabeza y las pinzas del cangrejo. Su empleo se restringe a la utilización como complemento de jigs con flecos. Este complemento da más naturalidad y movimiento al conjunto, además de ralentizar la caída hacia el fondo.

Toma nota. Flipping Esta forma de lanzar es especifica para la pesca black del bass, cuando existe cobertura vegetal sumergida. La técnica consiste- en si tuar el señuelo justo en el medio del obstáculo, donde se cobijan los peces. Para ello se deja fuera del carrete un tramo de hilo aproxima damente de entre la m itad y el total de la longitud de la caña. Con un suave movimiento pendular, dirigimos el señuelo hacia el objetivo. Al penetrar éste en el agua debe producir el menor chapoteo posible, porque se supone que los peces están justamente debajo del lugar donde hemos lanzado y es fácil que se asusten. La picada se produce en el momento en que desciende el señuelo hacia el fondo. Profesio nales de la pesca delbass, en el momento en que toca el fondo su montaje, recogen rápidamente y vuelven a lanzar de nuevo. Para esta técnica se utilizan cañas de mayor tamaño que para otras. gunas Al tienen lo que se denomina«retractable butt secfíon», que es simplemente la

capacidad para alagar o acortar la caña unos centímetros a nuestro gusto, mediante un tramo que se oculta en el interior del mango. Las longitudes varían entre los 7 y los 7 pies y medio. La acción ha serde heavy -dura- para sacar a los peces de entre la vegetación, un con hilo muy resistente. Un consejo: utiliza líneas potentes de 14 abras. 1 8 li Simplemente piensa en la fuerza y energía que necesitas, para car sa una bass de dos kilos en estas condiciones.

Para la pesca fina o F'messe Específicos para montajes como e Split Shot o Drop Shot, tienen tamaños realmente pequeños, no sobrepasando las 3 pulgadas [7,5 centímetros aproximadamente) en ningún caso. La calidad de losdetalles es máxima. En ciertos modelos es tal, que los ojos aparecen pintados. Modelos de este tipo son, por ejemplo,

el Bugs 2 de Hart, Guidos Original de Gambler, Li'l Critter Craw de Zoom y el Tank-S de Ecogear. Independientemente del tipo de cangrejo que se emplee, hay que tener en cuenta cómo ingiere el pez un cangrejo. Normalmente lo suele atacar por la cola, ya que es la parte en la que el caparazón es más blando. Si el crustáceo es de pe-

quenas dimensiones, el depredador no dudará en engullirlo de un solo bocado. Este detalle es muy importante de cara al montaje, pues el cangrejo debería estar cubierto -cuando menos menos, la cola- con el anzuelo. También se tiene que pensar en la forma de natación del cangrejo, siempre al revés, con la parte trasera por delante, mediante pequeños impulsos, excepto cuando se desplaza sobre el firme de las orillas, cosa que hace andando con todas sus patas. En los Estados Unidos, el cangrejo de vinilo es el señuelo rey en la pesca del black bass, ya que es muy frecuente en sus aguas. Es tal su efectividad, que ciertos fabricantes está desarrollando este señuelo hasta casi la perfecta imitación del cangrejo vivo. Un cangrejo que se emplea muy frecuentemente en ese pais es el Cajún Buble Craw. La característica que diferencia a este cangrejo respecto de los demás, es su capacidad de expulsar burbujas de aire dentro del agua.

Tubos de vinilo El tubo de vinilo es el señuelo reveación de los pescadores españoles de bass. Hace tan sólo un par de temporadas, se podía decir que era el señuelo menos empleado en la

pesca de este centrárquido, pero la noticia de su efectividad ha corrido como la pólvora y es, ahora, el engaño estrella en la caja de muchos aficionados. Numerosos pescadores afirman que guarda cierta similitud con un cangrejo -el color más empleado es el erawad (cangrejo)-. Otros opinan que se parece a un calamar o pupillo, pero, ¿hay calamares en agua dulce? Por regla general, se destina a la pesca del black bass, aunque lucios y luciopercas también lo suelen atacar sin ningún reparo. Todos los tubos tienen una parte cilindrica -cabeza- y otra formada por un gran número de flecos o tiras del mismo material, pero no necesariamente del mismo color.

Toma nota La mayoría de los tubos de vinilo están fabricados con gran cantidad de sal, para que el bass lo retenga en su boca. Esto los hace muy delicados, porque no se pueden mojar. Una vez que has usado un tubo, no lo guardes junto con los otros, ya que los puedes estropear, y evita al máximo su contacto con el agua.

La efectividad de este señuelo se centra en la forma de sus flecos, que han de ser cuanto más largos mejor, en relación con el tamaño de la cabeza, y en gran número para que muevan mayor cantidad de agua y amortigüen su caída hacia el fondo. Debido a esta característica, la pesca con tubo difiere de la practicada con otros vinilos y señuelos. Se deja caer hasta que llegue

fondo, o profundidad deseada, y se le imprimen varios toques de muñeca para que se eleve y vuelva a descender. Es un gran error, y posiblemente un motivo de merma de capturas, pescar con el tubo como si se tratase de una salamandra, por el fondo, o recogido continuadamente como un pez artificial de profundidad. La pesca con el tubo se recomienda cuando los peces se encuentran suspendidos, ya que se mueve verticalmen-te, tocando diferentes profundidades en un mismo lance. De esta manera, se busca la profundidad a la que se encuentran los peces. En esta posición es en la que pescar basses resulta más complicado.

Una de las ventajas que tiene el tubo es su durabilidad. Al ser de forma completamente cilindrica y simétrica, se puede volver a montar simplemente moviendo e anzuelo a lo largo del cuerpo.

Los tamaños entre los que oscila el tubo de vinilo son 5 pulgadas, los denominados «mágnum», y los más pequeños, destinados a la pesca de crappies -especie de percasol americana- de un tamaño de pulgada y media. Los más empleados son los de 4 pulgadas.

Este vinilo admite la mayoría de los montajes -Texas, Carolina, Keeper...-, incluso alguno específico, con plomos en el interior sujetos al ojal del anzuelo, aunque el más efectivo es el montado con un anzuelo de cabeza plomada. Los tubos más empleados son los de las firmas americanas Mizmo y Zoom, que tienen un porcentaje muy elevado de sal, tanto en su interior como en su exterior.

Truco El tubo pesca a la caída. No lo olvides. Para que ésta sea lo más sinuosa, lenta y tentadora posible, se deben utilizar plomos de un peso menor a los 4 gramos, para los de mayor tamaño -4 o 5 pulgadas-, y disminuyendo según vaya decreciendo el tamaño del tubo.

Peces con movimiento Bajo esta denominación encontramos los famosísimos pikies. Tienen la forma de un pez que, al imprimirle movimiento dentro del agua, mueve la cola como si estuviese vivo. Los tamaños en los que podemos encontrar este artificial van desde los 3 centímetros, los más pe-

queños, hasta los 25 o 30 de los mayores. Esta característica, la gran variedad de tamaños, lo hace válido para la pesca de cualquier pez ¡ctívoro. Se pueden pescar truchas con los de 3 centímetros, ciprínidos con los de cinco, basses y luciopercas con los de 7 a 1 1 , lucios con los de 1 1 a 1 5 y, para los siluros, se han de emplear las verdaderas «longanizas» de 25 o 30 centímetros. Posiblemente sea, ¡unto con el twister, uno de los vinilos más empleados a lo largo de toda nuestra geografía. Los motivos son bien sencillos: pescan mucho en manos de cualquier pescador -principiante o veterano- y son muy económicos. Para que este engaño pesque, bastará con recogerlo como si se tratase de un pez artificial, aunque se muestra especialmente efectivo cuando se recoge a saltos por e fondo de una manera irregular. Al levantarlo del fondo, se cubre mayor cantidad de agua y tiene muchas más posibilidades de ser detectado por cualquier depredador. El montaje más sencillo para este vinilo es el que se hace con un jig o anzuelo de cabeza plomada. De esta manera montado, se puede trabajar el conjunto a cualquier pro-

fundidad, variando simplemente la velocidad de recogida o la posición de la caña. A mayor velocidad, menor profundidad, y en lo que se refiere al ángulo de la caña, cuanto más alta esté la puntera, menor profundidad y a la inversa. Es importante que el peso del plomo del anzuelo sea considerable, por varios motivos. El primero y principal es que, si es demasiado pequeño, el vinilo dominará el montaje, haciéndolo des-

cender demasiado lento, sin ningún movimiento en la cola. Por el contrario, si este peso es suficiente, el pikie caerá hacia el fondo moviendo vivamente la cola, convirtiendo el mismo cebo en un señuelo atractivo para desatar la picada. Otro motivo es que, al tener el peso suficiente, lo traeremos por la capa de agua que deseemos. Si estuviera poco plomado, en la recogida, el señuelo subiría a capas de agua superficiales. La acción de todo el señuelo se centra en la cola, que, a medida que recojamos el sedal, irá moviéndose alternativamente de izquierda a derecha, como si se tratase de un pez vivo. Este detalle es muy importante, ya que puede ser que un señuelo de un mismo color y tamaño que otro pesque más, simplemente por la movilidad de la cola.

Truco Si tenemos en nuestra caja de pesca pikies con poco movimiento de cola, se les puede dar algo más de «vida» con la única ayuda de un mechero. Se calienta justo en la unión de la cola y el cuerpo y con los dedos -con la precaución de no quemarse- se moldea más alargado y estilizado este lugar. Prueba la diferencia.

Twister o «marcianitos» Si se puede hablar de un señuelo de vinilo clásico y simple, éste es el caso del twister o, como se le conoce por el pescador español, «marcianito». Posiblemente, este nombre se debe a que fue de los primeros vinilos que se podían adquirir en los comercios españoles y, dada la rareza de su movimiento, se le aplicó este sobrenombre de fuera de nuestro planeta. El cebo se puede dividir en dos partes: cuerpo y cola. El cuerpo es empleado para insertar el anzuelo.

La forma que suele presentar es redondeada. Salvo en algunos modelos que es rugoso y produce pequeñas ondas, lo normal es que constituya una parte sin ninguna acción que atraiga al pez. En la cola se sitúa todo el movimiento y el encanto de este señuelo. Se le denomina cola de hoz, debido a la similitud con la herramienta agrícola. La acción de este engaño en el agua consiste en las sinuosas y constantes ondulaciones que produce. Es simple imaginar su acción en el medio acuático, si se observa la traducción literal de la palabra anglosajona, twister, que significa «tomado». Así de simple: es como un remolino. En un principio, las colas de estos vinilos eran simples o de una sola hoz pero, a medida que se fue desarrollando el señuelo, se le añadieron más colas de la misma forma, hasta tener en algunos modelos cuatro coas, como por ejemplo el Split Double Tail de la firma Mister Twister. A medida que aumentan las colas, también aumentan las vibraciones que produce en el agua y el tamaño que abarcan. Cada cola puede tener a su vez otras pequeñas, que salen de la principal. A esta cola se la denomina «cola de barrena». Se suelen utilizar para aguas turbias o tomadas, por

la gran cantidad de vibraciones que emiten, como pueden ser el Tripple Ripple Grub de Yum. Otros twisters presentan la cola perforada, detalle que aumenta las turbulencias dentro del agua, con lo que crece su poder de atracción. Un ejemplo de este modelo es el Sandra, de la casa francesa King. El twister se emplea para todo tipo de especies. Ciertas clases de ciprínidos, como carpas y barbos, se pueden pescar con este señuelo en sus dimensiones más pequeñas, de 2 a 4 centímetros. En cambio, según aumentamos de tamaño, se emplean para depredadores «natos». En las tallas de 7 a 12 centímetros, medidos siempre con la cola estirada, se emplean para el black bass y la lucioperca. Toma nota Mucha atención a los twister montados con cabeza plomada de tamaño medio, en colores blanco perla y blanco mate. Son muy eficaces con la lucioperca.

Para el lucio emplearemos tallas de entre los 1 2 centímetros y los 20 centímetros. Aunque este pez rápidamente destroce el cebo por su

característica boca, es muy útil por las posibilidades que ofrece para emplearlo a grandes profundidades, trabajado muy lentamente con cabezas plomadas de 1 5 a 25 gramos. Con el siluro, este señuelo se muestra también muy eficaz, debido

a las ondulaciones que produce la cola con pocas vueltas de manivela del carrete. Para que sea efectivo, se deben emplear tamaños que oscilen entre los 20 centímetros y los mayores que se puedan encontrar en el mercado. El truco está en manejarlo lo más lento posible, para que el si-

luro, algo torpe con alguno de sus sentidos, lo detecte sin ningún problema.

Truco Para que la cola no se enganche al lanzarlo en un montaje con una cabeza plomada o jig, se deberá colocar con la cola en la dirección opuesta a donde marca la punta del anzuelo.

Este señuelo puede trabajar por sí mismo, pero también con spinnerbaits, ¡igs o buzzers, ofreciendo gran vistosidad y realismo al conjunto.

Ratones y ranas de vinilo Estos señuelos están diseñados especialmente para la pesca de depredadores como el black bass y el lucio, muy dados a cazar sobre todo en zonas de abundante vegetación sumergida y lugares cercanos a las orillas, donde viven estas presas. Ciertos pescadores opinan que un twister de doble cola es la mejor imitación para una renacuajo, aunque la verdad es que existen modelos exclusivos que imitan este batracio. Se han de utilizar en aguas someras y con colores muy naturales. Es muy difícil que un ratoncillo se adentre gran cantidad de metros en aguas abiertas, de ahí su efectividad en las orillas.

Las imitaciones del roedor se utilizan sobre todo para la pesca del lucio y suelen tener un diseño muy simple y sencillo. Lo forman un cuerpo redondeado y, en la parte posterior, unos filamentos de goma que imitan las patas y la cola. Los ratones por regla general tienen gran volumen, como por ejemplo el Fiat Ratóe la casa americana Hart, muy efectivo con los lucios cercanos a las orillas. Respecto a las ranas, los modelos más conocidos en el mercado es-

pañol son: Swamp Frog de Mustad, Float Fíat Frog de Hart, o el Gre-nouille de Stinger. Esta última rana también se comercializa con el nombre de Gobie, un vinilo que se puede emplear como si de un renacuajo se tratase. El montaje idóneo para estos señuelos es con un anzuelo sin plomo del tipo worm hook, para pescar en superficie, o con un anzuelo de cabeza plomada para pescar en aguas más profundas. Estos vinilos son muy efectivos trabajados a pe-

queños tirones y realizando pausas, más o menos cortas, dependiendo de la actividad del pez objeto de pesca. Pajaritos o brush Este señuelo toma su nombre por las «alas» que tiene, aunque realmente no parezca propiamente un ave, aunque no se sabe muy bien a qué imita. Parece también un gran saltamontes, o incluso un gran cangrejo que cae hacia el fondo. Las alas tan características de este vi ni lo, hacen que descienda lentamente hacia el fondo de una forma lenta y natural. Su diseño, aparte de la mencionadas «alas» que tiene en su cuerpo, tiene como otra característica prin-

cipal una o dos colas en forma de hoz. Estos dos apéndices le dan una acción continua, aunque permanezca parado o se mueva a velocidades muy lentas. Una característica de gran importancia que tienen los pajaritos, es la gran cantidad de agua que baten en la recogida. Por este motivo, se emplean mucho para la pesca del bass en aguas muy turbias, aunque este señuelo se diseñó para pescar con técnicas como el pitching o flipping. En estas dos técnicas son muy útiles, ya que, al meter el engaño entre obstáculos, al descender paralelo y muy lentamente, da una gran sensación de volumen, desatando la picada de cualquier bass apostado en el lugar. Para que descienda a poca velocidad es vital que e plomo sea de un peso menor a los 5 gramos. Con las dos técnicas mencionadas, no se necesitan señuelos con gran peso, ya que los lances son cortos y, aun así, los «pajaritos» más pequeños ya tienen un peso considerable

que facilita su colocación en los puntos estratégicos. También es muy efectivo este vinilo en situaciones de baja actividad, con montaje Carolina, por su cualidad de tardar cierto tiempo en volver al fondo y mantenerse suspendido a media agua, haciendo más fácil su localización. Los tamaños entre los que oscila son las 3 pulgadas para los menores y las 8 pulgadas para los mayores, aunque los más empleados son los intermedios, de 5 a ó pulgadas. El montaje más habitual en la pesca con brush es el Texas. Se tiene el vinilo ¡unto con el plomo, sujeto con una gomita, facilitando el lance y su colocación en un punto

determinado. Algunos modelos de estos vinilos son el Brush Hog, Baby Brush Hog de Zoom [5 plugadas y media y ó, respectivamente), Hoo Daddy de Gene Larew, o el Bacon Rind de Gambler.

Leech o sanguijuelas Como su propio nombre indica, se trata de imitaciones que se asemejan a la sanguijuela. Este parásito no se encuentra tan difundido por las aguas continentales españolas como en las de los Estados Unidos, donde, debido a su abundancia, es uno de los alimentos básicos del black bass y otros depredadores. Aunque, como decíamos, no habita en todas las aguas españolas, los peces conservan los instintos de sus países originarios, en los que es un preciado bocado, sobre todo para la perca negra. La forma del señuelo depende del fabricante del mismo. En la mayoría de las ocasiones, está formada por una parte que asemeja a la cabeza y otra que se corresponde con el cuerpo, que es la que produce las v¡-

braciones dentro del agua y atrae al predador. Otra forma también muy empleada es más sencilla todavía. Simplemente se compone de una lámina delgada de vinilo que, por la densidad del agua, hace que se deslice formando gran cantidad de ondas. El montaje y la manera en la que se pesca dependen de la forma. Con las más alargadas, que semejan lombrices, se puede pescar como si se tratase de una de éstas y con cualquiera de sus montajes. Si, por el contrario, la forma es la delgada lámina de vinilo, se utilizan cabezas ploma-

das o ¡igs para que profundice hasta la el lugar deseado. Algunos modelos de este tipo de vinilo son el Leech de Gene Larewy el de Mann's.

Skirted Grub Este señuelo es una variación del twister clásico de doble cola. La única diferencia radica en que se le han añadido, al principio del cuerpo, unos faldones, que son unas finas tiras del mismo material, vinilo. Su traducción lo indica: gusano con falda. Estas tiras dan al señuelo gran vistosidad, movimiento y sensación

de volumen. También consiguen reducir la velocidad de caída hacia e fondo, aumentando las posibilidades de picada, ya que este momento es uno de los más querenciosos para que se produzca el ataque. Este señuelo se asemeja a una pequeña rana, renacuajo, o incluso se puede afirmar que es parecido a un cangrejo, siendo la «peluca» las patas traseras, y la doble cola las pinzas delanteras. Por regla general, son más efectivos que los twisters en aguas tomadas. Al emitir mayor cantidad de vibraciones, son detectados con mayor facilidad por los peces. La pesca con este señuelo es igual de sencilla que con el «marcianito», aunque también se pesca con él

muy importante tener el hilo siempre tenso, para detectar cualquier retención o picada y, en ese mismo instante, clavar. Este señuelo se diseñó para la pesca del bass, tanto de boca grande como de boca pequeña, pero en la actualidad, viendo la gran efectividad que tiene con otros depredadores, no es raro que se emplee en la pesca de lucios y luciopercas.

Toma nota En la Península existen gran cantidad de masas de agua en las que cohabitan lucios, luciopercas y basses. Este señuelo es igual de atrayente para los tres, y es muy útil en ciertas temporadas del año -en la primavera, que es la época de desove-, donde se puede emplear como señuelo comodín para tener picadas de cualquiera de estas especies. Un color: el blanco.

Los tamaños entre los que oscila este vinilo son la pulgada y media, como los Crappie Spider Grub, de Gen Larew, o las 5 pulgadas de los XPS Skirted Double Tail de Bass Pro.

Este vinilo admite distintos montajes, aunque los más empleados, a la vez que efectivos, son el Texas, y con un anzuelo de cabeza plomada. Estos dos montajes tienen todo el peso ¡unto, con lo que se podrán hacer lances más largos y precisos.

Vinilos para hacer «tándems» o trailers Un «tándem» o trailer es un conjunto formado por dos o varios señuelos, para formar uno con mayor atracción para los peces que cada uno por separado. En esta ocasión, uno de los elementos es un vinilo. El señuelo al que acompaña puede ser de muy diferente naturaleza. Spinnerbait, buzzero jigs son, por regla general, los más vestidos con el plástico blando. Las formas que tienen estos vinilos complementarios son muy variadas, imitando diferentes seres de la naturaleza como, por ejemplo, cangrejos, renacuajos, ranas y lombrices. Las ventajas que aporta cada vinilo varían dependiendo de la forma y, sobre todo, del señuelo al cual se le añada. La más importante es la vistosidad y movimiento que aporta, resultando mucho más atractivo para los peces. Si el vinilo que se le añade es de un tamaño y volumen considerables,

proporcionará a una spinnerbait o a un ¡ig una caída más lenta hacia el fondo, momento en el que se suelen producir un gran número de picadas, y mantendrá un buzzer con mayor facilidad en la superficie a menor velocidad de recogida, facilitando su manejo. Al ser un conjunto de dos señuelos, produce mayores vibraciones y sonidos que cada uno por separado. Por regla general, un spinnerbait, por ejemplo, no resulta para la vista del pescador un engaño que sea natural. Si se le añade un cangrejo especial para trailers, el conjunto formado será mucho más natural, tanto para el pez como para el pescador,

que debe tener plena confianza en el señuelo que está empleando para asegurarse el éxito. Además, cuando se produce la picada, el pez, al detectar un tacto blando o natural, como si se tratase de comida, lo retiene durante más tiempo en la boca; o incluso si falla un primer ataque, vuelve a atacar por segunda y hasta tercera vez el mismo señuelo. Este volumen que da el vinilo, suele aparentar más cantidad de comida, con lo que los peces de mayores dimensiones se sienten más atraídos, mientras que los pequeños no son capaces de engullirlo, simplemente por su tamaño.

Toma nota La acción de la caña. Puede ser de tres tipos diferentes: de punta, semiparabólica o parabólica. Así se denomina si la caña sólo «dobla» en la punta, hasta el tercio inferior o hasta el mango, respectivamente. La acción de punta permite realizar lances muy largos y de gran exactitud, con la ventaja añadida de que el clavado es muy rápido. La acción semiparabólica se caracteriza por permitir lances largos y exactos, y una gran fuerza en la captura. Una caña de acción parabólica tiene la característica de cansar antes a los grandes ejemplares, aunque la exactitud en el lance pierde respecto de los dos otros tipos de acciones.

Las formas de estos tipos de vini-

los son muy variadas. Las más usa-

das, con diferencia, son los que imitan cangrejos y ranas. Los primeros, no tienen cola, son simplemente «cabeza» y patas delanteras. Están diseñados especialmente para ¡igs, aunque se pueden emplear con spin ners y buzzers. El movimiento que tienen al dejar caer hacia el fondo el j¡g consiste en levantar las patas en dirección a la superficie, como si estuviera vivo. Algunos modelos de este tipo de señuelo son el Super Chunk de Zoom, Clunnjig Traileróe Worm Kingy Pig Claw de Lake Fork. Las imitaciones de rana se utilizan sobre cualquiera de los señuelos

nombrados con igual efectividad. La acción de este vinilo radica en sus patas, que son como las de un twister, en forma de hoz. Un modelo clásico de este vinilo es el Swimming Chunk de Zoom. Es, precisamente, este vinilo -como complemento de una Spinnerbait de Stríke King-, el señuelo que ha dado el Bass Master Classic del año 2001 a Kevin Van Dam, una de las figuras más importantes del circuito internacional. Aunque, como se ha visto, existen ciertos señuelos diseñados exclusivamente para la combinación con otros, también es cierto que se pueden emplear otros modelos para hacer un trailer, aunque no estén dise-

Una gran lombriz de cola de hoz, un twister, un pikie, un ¡erkbait con cola móvil o un cangrejo de grandes patas, son otros vinilos que, aunque pesquen por sí mismos, al añadirlos a otro señuelo son muy efectivos, haciendo un conjunto irresistible para cualquier depredador.

Esencias y sabores. La sal Después de diversos estudios, los científicos afirman que los peces tienen un olfato, según la especie, más o menos desarrollado. Los depredadores que son objeto de nuestros anees con vinilo (black bass, lucio, lucioperca, perca y siluro principalmente) emplean el olfato en ciertas ocasiones para perseguir presas o nuestros vinilos con esencia, pero no es su principal función, ya que lo sue-

len utilizar más a menudo para localizar ciertos lugares, congéneres, aguas determinadas, etc. Las esencias que existen en el mercado se suelen emplear para que el pez, una vez que ha picado, retenga durante más tiempo en la boca el artificial. Es así de lógico. Un pez que ataque un señuelo con sabor a plástico, lo retendrá menos tiempo que uno que le sepa a comida, o que simplemente tenga un sabor agradable. Este sabor hará que no lo escupa inmediatamente, dando al pescador algún segundo para el clavado. Otra función muy útil de estos productos es la de anular por completo cualquier otro sabor u olor desagradable: tabaco, colonia, grasa y gasolina del motor de la

embarcación, son los olores que adquieren los artificiales de vinilo con mayor facilidad, y repelen más a cualquier pez. Otro detalle a tener en cuenta de estos líquidos es su propiedad aceitosa, que hace que el tacto del señuelo sea más suave para la boca del pez. Este aceite, a la vez, asegura su conservación, evitando que se peguen unos con otros cuando sufren altas temperaturas. Los cebos destinados a la pesca del black bass traen incorporados de fábrica sabores y esencias de diferentes tipos. En un principio se añadían sabores frutales como el plátano, vainilla... En la actualidad, la tendencia es el ajo. Para el ser humano suele ser un olor desagrada-

ble, en cambio el bass lo adora. Por ejemplo, la firma americana Zipper, únicamente emplea esta esencia en sus vinilos. Igual que existe para la pesca del centrárquido una esencia más apropiada, para otras especies, como la lucioperca, también se emplean otros sabores característicos, como el de pescado. Un sabor apropiado para todas las especies, que se puede emplear de comodín, es la esencia de cangrejo, todo un manjar para estos depredadores. Esencias clásicas son, aparte de las nombradas, el sábalo (shad, similar al arenque), la lombriz, el plátano, la vainilla, la fresa, el tutti-frutti o la canela. Algunas marcas de es-

Berkley, con sus esencias Power Bait, se decanta por crear una específica para cada especie objeto de pesca, como, por ejemplo, el black bass, la trucha o la lucio-perca. Por regla general, todas estos sabores añadidos suelen ser muy desagradables para el hombre (ajo, cangrejo, pescado -¡olor a pescado!-...). Para retirarlas, también existen otros productos que los eliminan y anulan todos sus efectos aromáticos. Como conclusión, cabe hacerse la pregunta de si un señuelo con esencia pesca más que otro sin ella. La respuesta que he obtenido de la práctica es que se tiene el mismo número de picadas, pero aumenta el de capturas. Es el caso de la sal como aditivo para los vinilos, uno de los más importantes. Todos los peces, sobre todo el black bass, sienten atracción por la sal. Día a día, los fabricantes de señuelos de plástico blando van añadiendo este aditivo a todos sus vinilos por diferentes motivos. El pez, una vez que entra a nuestro señuelo, lo retiene más tiempo en la

boca, facilitando la clavada del

pez. Otro motivo, no menos importante, es el peso que ganan al tener un material más pesado que el vinilo. Con este vinilo salado se puede reducir el peso del plomo en algunos montajes, como son los del tipo Carolina, Texas, Keeper... De esta manera, el conjunto del montaje es más fino, aunque, lo realmente atractivo que aporta la sa, es la caída tan irregular que proporciona al señuelo, con movimientos impredecibles. Todas estas ventajas tienen un pequeño inconveniente, que es la duración del señuelo. Si la proporción vinilo-sal resulta muy elevada, es posible que, después de hacer varios lances, el vinilo haya perdido parte de la sal, siendo menos consistente y apetecible para el depredador. Esa desventaja queda ampliamente cubierta por la gran efectividad que tiene un cebo de vinilo con sal, frente a otro que no la tenga. Nosotros mismo podemos añadir sal a nuestros vinilos, aunque la función de ésta será la propia conservación del señuelo, no la aplicación de un «condimento» que en el primer lance se perderá. Los señuelos construidos en vinilo suelen resudar cierta humedad, una vez que están en la caja de pesca. Esta sal añadida absorbe esa humedad y los mantiene secos.

Montajes y forma de pescar con vinilo Una vez que conocemos los diferentes tipos de vinilo que existen en el mercado, hay que saber cómo montarlos y cómo se debe pescar con ellos. A lo largo del tiempo, estos montajes se han ido perfeccionando, para engañar a los peces que se vuelven más recelosos, por la presión de pesca a la que se ven sometidos. Montaje con jig o con anzuelo de cabeza plomada Válido para muchos vinilos con forma de pez [pikies principalmente), twisters, cangrejos, tubos, lombrices, softbaits y, en general, para cualquier tipo de vinilo. Se emplea sobre todo para la pesca en aguas medias o profundas, porque, al tener peso añadido del ¡ig, el artificial desciende hasta las capas más bajas de agua, y allí se puede mantener y manejar sin dificultad. Los materiales que se emplean son el señuelo de vinilo y una cabeza plomada. En estos ¡igs, el plomo o cabeza pueden tener diversas formas, con diferentes empleos. Los más usados en aguas españolas son los redondos (roundball ¡igsj que, como su propio nombre indica, tienen una forma completamente re-

donda. Normalmente, el nombre coincide con la forma. Otro tipo es el darter (con forma de dardo), empleado en la pesca con softbaits. Hace que e vinilo descienda con un errático movimiento. Los específicos para montarlos con tubos se denominan Slip'N, y su característica es que el plomo se reparte a lo largo de la tija del anzuelo, para facilitar su colocación en el interior del tubo. Entre otros, una forma que merece la pena señalar por su utilidad es la del tipo Stand Up -«mantenerse de pie»-. Este./'/g se utiliza para pescar por el fondo, y tiene como principal característica la de mantener en posición vertical el vinilo respecto del fondo. Otros tipos de jigs son: cabeza de pez -minnow head-, tender, squirt, banana, fíat head -cabeza planaentre otros, aunque los que más se emplean son los anteriormente nombrados. Ya sabemos que se pueden utilizar diferentes formas, pero ahora queda otra cuestión igual de importante: qué peso y qué tamaño emplear. Tomamos como ejemplo la utilización, por su sencillez, del

pikie. En lo que se refiere a tamaño, para peces de 1 0 centímetros por

ejemplo, se emplean cabezas plomadas del número 3; para 1 3 centímetros, del número 5, y así proporcionalmente. Lo importante es que el anzuelo del jig cubra la mayor parte del señuelo, sin restar acción al vinilo. En lo referente al peso, el jig debe ser capaz de mover enérgicamente el vinilo. Si una vez montado el vinilo, se deja caer al agua y al descender no mueve la cola, el peso será escaso. Es una buena escala de medida. Se prueba primero con pequeños pesos y se van cambiando, hasta encontrar el que haga nadar a nuestro vinilo correctamente. Al igual que podemos pecar por defecto, también podemos pecar por exceso. Este exceso de peso hará que nuestro señuelo llegue a fondo demasiado rápido en cada caída o salto, con lo que el tiempo que está suspendido será menor, dándole menos posibilidades al pez para que pique. Para montar el señuelo, se inserta la punta del anzuelo en la cabeza del vinilo a lo largo. La dirección que tiene que tener el jig es paralela al pez por la parte del lomo. A continuación, se aprieta ligeramente hacia la cola y se va introduciendo el anzuelo. El siguiente paso es girar el pez, para que

pueda asomar la punta del anzuelo Para montar un tubo, se desliza la parte con plomo a lo largo del interior de la «cabeza» del vinilo, hasta que la curvatura llegue al borde de los flecos. Si todavía queda espacio en el tubo para meter el jig, se levanta con dos dedos la parte del tubo que no deja pasar al resto del anzuelo y se empuja hasta que llegue al final. Se saca la punta del interior y, por donde quede el ojal del jig, se hace un pequeño agujerito para que pueda asomar para anudarlo. Se puede manejar este montaje de dos maneras. La más sencilla será, una vez que se lanza el señuelo, dejarlo caer hasta el fondo para recoger de manera lineal. Otra forma, más efectiva y empleada, sobre todo para la pesca de depredadores, es dejarlo de igual manera descender, pero trabajarlo a saltos por el fondo. Estos movimientos se imprimirán con la puntera de la caña y nunca con el carrete. Es importante que los «saltos» se den de manera irregular. Salto, parada, salto, salto, parada larga, salto, salto, salto... Es muy sencillo. Un pez presa nunca se desplaza siguiendo un patrón de movimiento, como si de una marcha militar se tratase.

Montaje Salamanca Sólo se emplea para pikies. Es muy similar al montaje anterior, pero la diferencia radica en que, una vez que se ha montado el anzuelo plomado o jig en el vinilo, se le añade una potera sujeta al anzuelo por el orificio que tiene el anzuelo triple. Para fijarlo, se clava una punta sobre el lomo del propio artificial. Si todavía se quiere asegurar más este complemento, se puede cortar un pequeño trozo de la mina de un bolígrafo con una longitud de medio centímetro, e introducirse por el anzuelo, una vez que se ha clavado la potera en el señuelo. Este montaje es ideal para pescar con pikies de gran tamaño, ya que, para cubrir todo el pez con el an-

zuelo, se tienen que emplear medidas demasiado grandes y resulta muy incómodo de lanzar, a la vez que se asegura un mayor número de picadas certeras. Montaje alemán o tipo Drachkovitch Muy empleado en la pesca con pez muerto, se ha comenzado a utilizar para la pesca con peces artificiales, tipo pikie, siendo especialmente efectivo en la pesca de la lucioperca. Este pez se caracteriza por el recelo que muestra, con una picada muy débil, apenas perceptible para el pescador que trabaja su artificial a grandes profundidades. Con este montaje se facilita el clavado del pez, que se suele enganchar sin ne-

cesidad del típico cachete. También es muy útil en la pesca del lucio. En numerosas ocasiones, al pescar con este vinilo, después de una picada fallida, hemos comprobado cómo había mordido sólo la parte trasera del vinilo, sin morder en la zona del anzuelo. Con el montaje alemán cubrimos mayor cantidad de señuelo, con lo que es más fácil clavar. Se necesita el siguiente material. Plomos tipo perdigón de 5 a 10 gramos, alambre, hilo acerado, presillas y dos poteras, aparte de un alicate para poder trabajar. El primer paso en la realización del montaje consiste, con un pequeño trozo de alambre (10 centímetros son suficientes) ayudándose del alicate, en hacer un par de giros para crear una circunferencia, que servirá para atar la línea. Hay que prestar especia atención en este momento del montaje, ya que es el punto de unión entre el señuelo y la línea. Tiene que resistir enganches, roces, tirones y, sobre todo, capturas, grandes y pequeñas. Seguidamente de esta «lazada», se sitúa el plomo tipo perdigón inmediatamente después de uno de los dos nudos. Por otra parte, se tiene que preparar con el hilo acerado, de unos 20 centímetros de longitud, sujetas con las presillas a cada extremo, las dos poteras. También hay que hacer

con un trozo de alambre una «v», con un extremo mayor (de 7 a 10 centímetros). Esta se insertará en la primera pieza que se ha realizado, en el extremo más alejado del plomo. Aquí también se debe colocar el conjunto de las poteras.

Truco Se puede sustituir en este montaje, si se emplea con vinilo y no con pez muerto, la «v» por una pequeña espiral que se haya hecho en alambre.

Una vez colocado, se cierra este extremo sujetando así las poteras y la «v». Para colocarlo en el vinilo, se inserta la «v» en el interior, por la cabeza. Las poteras se sujetan en el vinilo pinchándolas sobre éste, cada una en un lateral.

Toma nota Emplea este montaje para zonas características de la lucioperca (fondos rocosos). Ten siempre presente que, al tener varias puntas de potera al descubierto, tiene muchas más posibilidades de quedar enganchado en cualquier obstáculo del fondo.

Montaje Texas Este montaje es el principal y del que derivan todos en los que la punta del anzuelo queda insertado en el propio cuerpo del señuelo, ideados para la pesca del black bass. En principio se desarrolló con la aparición de las primeras lombrices de vinilo, para pescar donde estaban los peces -vegetación sumer-

gida, rocas..- sin que se engancharan o perdiesen los señuelos. Los materiales que se emplean para este aparejo son un anzuelo worm hook (de lombriz) y un plomo worm head (cabeza de lombriz o bala), si se desea que el señuelo descienda más rápidamente o que trabaje en capas de aguas más profundas. El tamaño del anzuelo y el peso y tamaño del plomo deben ser los apropiados para cada tamaño de vinilo, y siempre en proporción directa -válido para todos los montajes en general-, A mayor vinilo, mayor anzuelo y viceversa. . Con el tamaño del plomo también se emplea esta regla, pero siempre teniendo en cuenta que, cuanto mayor talla, el montaje también profundizará más y más rápido.

Los pasos son sencillos. Hay que montar el anzuelo con el vinilo de forma correcta, sin doblar el cuerpo. Primero se atraviesa el señuelo por la cabeza con la punta y se saca por un costado, a unos 0,5 centímetros del principio del engaño. Se saca todo el anzuelo por esta incisión, hasta el ojal del propio anzuelo. Este paso supone la mayor parte del montaje. Ahora queda insertar la punta del anzuelo en el vinilo y, antes de anudar el conjunto, pasar el plomo por la línea. Para evitar que el plomo se deslice, con los inconvenientes que tiene sobre todo al lanzar, basta introducir un palillo o una gomita -diseñada para tal fin- por el agujero de éste. Dentro de este montaje, existe una variación denominada Texposed. La diferencia respecto al Texas es que e anzuelo asoma la punta para facilitar la clavada. Los anzuelos son también worm hook, aunque existen algunos específicos para este montaje, con la diferencia de que el ángulo de la punta es cuadrado, para que apoye sobre el vinilo. Se emplea sobre todo para

zonas con menos posibilidad de enganches o peces muy resabiados, que rápidamente «escupen» el señuelo y no dan tiempo a clavar. Los vinilos más usados en este tipo de montaje se dividen, respecto a su utilización, en con o sin plomo.

Dentro de los primeros, los señuelos más recomendados para montar son los cangrejos, twisters, salamandras, tubos y, como reina, la lombriz. Cualquier tamaño es válido. Si se monta sin plomo -cuando el pez está muy activo se encuentra en las capas altas de agua o en lugares con poca profundidad- se emplea cualquiera de los señuelos utilizados con plomo. A esa lista se añaden los softbaits, que ven en este montaje un gran aliado para obtener buenas y numerosas capturas, sobre todo con peces muy difíciles. La pesca con este tipo de montaje dependerá del tipo de señuelo que se emplee y, sobre todo, si se pesca con o sin plomo. Cuando se pesca con plomo, con salamandra o lombriz, el conjunto se desplazará por el fondo a pequeños saltos, o arrastrándose con una recogida muy lenta. Si empleamos cangrejos, se puede imprimir un ritmo superior de recogida, pero debemos saber cómo se desplaza, a pequeños satos, que imprime con la cola, o muy lentamente caminando sobre las rocas. Es muy importante que se asemeje el movimiento a la realidad. Si no se emplea peso adicional (contamos nada más con 1 o 2 gramos del anzuelo), el señuelo se tiene que dejar caer a un par de metros de

profundidad, e imprimir pequeños tirones con la puntera de la caña. El movimiento puede ser aleatorio: tirón, parada, tirón, parada, parada... El truco es precisamente éste, no seguir una pauta determinada. Es muy importante después de cada tirón, o conjunto de tirones, hacer la pausa muy marcada dejando descender al vinilo. Es en este momento cuando se producen mayor número de picadas. El inconveniente de este tipo de pesca es la lentitud con la que se debe manejar el engaño. Por el contrario, como principal ventaja encontramos la posibilidad de trabajarlo entre diferentes obstáculos, sin posibilidad de enganches, con gran efectividad.

Montaje Carolina Cuando el suelo del embalse o río presenta una gran cantidad de obstáculos sumergidos o abundante vegetación, es muy difícil que el pez se encuentre completamente en el fondo, pegado a tales irregularidades, sino que suele situarse por encima de las mismas. En este tipo de circunstancias, este montaje es el más propicio. La forma de anzuelar el señuelo es exactamente igual que en el Texas, con la punta dentro del cuerpo del vinilo. El siguiente paso, y es aquí donde comienza a diferenciarse del otro, es cortar un trozo de línea de unos 40 o 50 centímetros de longitud y anudar un extremo al señuelo, ya mon-

tado, con su correspondiente anzuelo worm hook. La longitud de este bajo dependerá directamente de la claridad del agua. Si el agua está muy clara podemos aumentar esta longitud hasta el metro, para que el pez no detecte nuestro engaño. Para tener un montaje más efectivo, podemos confeccionar este bajo con hilo de fluorocarbón. Este sedal tiene la propiedad de ser prácticamente invisible en el agua para los peces.

Truco Intenta emplear en este montaje vi ni los flotantes. Si no los puedes conseguir en tu establecimiento de pesca habitual, corta unos trocitos de polies-pán o corcho blanco del tamaño del cuerpo del vinilo que utilices, y los sujetas con pegamento rápido. Así se asegura la flotabilidad, quedando siempre los obstáculos por debajo del cebo.

Al otro extremo de este bajo se ata un esmerillón o quitavueltas que evitará torceduras y nudos en el sedal. Después, se pasa por la línea madre un plomo específico para este

tipo de montaje, con forma de gota de agua, o incluso es válido un worm head, empleado para la confección del anterior -bala-. Para que este plomo, con los continuos lances, no rompa el quitavueltas, se colocará entre éste y el plomo una bolita de plástico o un plomo del tipo perdigón, clásico en la caja de aparejos de cualquier pescador, que también se empleará para que, al lanzar, no se deslice a lo largo de la línea madre. Pero lo más recomendable, y como realmente se configura este montaje, es empleando una perlita de plástico que, al rozar con e plomo, producirá unas vibraciones que ayudan al black boss a localizar el señuelo.

Truco Una vez que se tiene montado el plomo con el esmerillón, se pueden colocar en el bajo dos vinilos. Uno al final y otro a tan sólo 10 centímetros del plomo, como si se tratase de cebos perseguidores. El más cercano al quitavueltas debe tener el trozo de hilo que lo une al bajo lo más pequeño posible, para que no se enrede.

Para este montaje se pueden usar vinilos de cualquier tipo forma y tamaño, pero el mejor, sin ninguna duda, es la salamandra. Un inconveniente es que, al tener repartido su peso en dos puntos, el

conjunto plomo-bolita-esmerillón y e señuelo, los lances, sobre todo a medida que se alargue el bajo, serán más cortos, menos precisos y a la vez más incómodos. Aún así, se puede considerar mucho más efec-

tivo que el Texas, por la movilidad que deja al vinilo que, con el peso del anzuelo, se desliza hacia el fondo y a cada golpe de muñeca vuelve a subir. Por este motivo, por la dificultad en el lance, es aconsejable el empleo de equipos de spin-ning mejor que de casting.

Toma nota Este montaje se utiliza mucho en los cambios de estación, veranootoño e invierno-primavera. El black bass está en estas épocas muy localizado en a superficie o en el fondo. Lo deberemos emplear cuando esté situado en las capas de agua más profundas.

La forma de pesca con este montaje es, como ya se ha comentado, por el fondo. El movimiento se logra arrastrándolo o con pequeños tirones, al

igual que el Texas con plomo. La diferencia radica en que se le puede imprimir una mayor velocidad, por lo que cubrirá mayor cantidad de agua en menos tiempo. Montaje Banjo Montaje especializado para la pesca con softbaits. Señuelo que

cada día cuenta con más adeptos por su versatilidad y efectividad. Bajo una apariencia, en la mayoría de los casos, insignificante, este cebo presentado con este montaje tiene muchas posibilidades de éxito. Este aparejo se compone, aparte del plástico blando indicado, de una espiral de alambre fino pero duro, con una longitud de un centímetro y terminado en un pequeño círculc/si-milar a un muelle y un anzuelo. Una talla de entre 1 /O y 3/0 es suficiente, provisto de un «antihierbas» o «antienganche». El proceso de montaje es muy sencillo. Por la cabeza o parte anterior del señuelo, se introduce el muelle girando la pequeña espiral. Por el pequeño círculo que queda fuera, se pasa el anzuelo «antienganche». Aunque parezca un conjunto débil, es ideal para la captura de peces recelosos o con poca actividad. El débil, errático y suave movimiento de estos señuelos desata el ataque de predadores, como lucios, luciopercas y basses (más indicado para este último), en infinidad de circunstancias. Aunque parezca que se va a perder el vinilo en la primera picada, al estar el señuelo prendido sólo por la «cabeza», no ocurre así, ya que la ma-

yoría de los depredadores enfocan su ataque hacia esta parte del pez presa -órganos vitales-, ¡usto donde se sitúa el anzuelo en este montaje.

Toma nota Utiliza este montaje sobre todo en la pesca a pez visto. Cuando lo lances, no es necesario que lo presentes en la misma «nariz» del pez. Lanza pasado el pez bastantes metros y lo aproximas a éste muy lentamente por cualquier lado, intentando que no esté muy alejado del pez. El depredador lo localizará sin ningún problema con la línea lateral, que le hará volverse para atacarlo una vez que lo haya examinado con la vista.

Este montaje, destinado a soft-haits, se puede utilizar para infinidad de artificiales blandos (cangrejos, salamandras, lombrices, tubos). Aunque se puede lastrar el cuerpo del vinilo mediante nails (plomos alargados con forma de clavo), no es muy recomendable, ya que esto reduce la principal característica de este montaje, la movilidad. Si los peces están en capas

profundas, es más útil utilizar otro tipo de montaje, como Texas o Carolina. Lo que sí aumenta la efectividad de este conjunto es la introducción en el vinilo de uno o dos rattles de cristal, que aumentarán las vibraciones emitidas por el señuelo, atrayendo a peces más alejados. La forma de manejar el artificial en el agua es exactamente igual que en el montaje Texas sin plomo, dejándolo bajar un par de metros y con pequeños tirones. Montaje Keeper Bajo esta denominación, se encuentra una variante directa del montaje Texas. La única diferencia reside en el anzuelo, que se caracteriza por tener unos pequeños enganches de fino alambre, que se introducirán en la «cabeza» del señuelo -o en la cola, si es un cangrejo-, sujetos en el ojal del propio anzuelo. Se puede emplear un plomo del tipo bala, o el anzuelo puede venir plomado en la tija, para pescar en capas de agua más profundas. La ventaja respecto al Texas es que siempre nos aseguramos un montaje correcto. El vinilo siempre queda estirado y con una presentación inmejorable. Otra ventaja es que se castiga

menos el señuelo, al no ser atravesado con el anzuelo, con el beneficio de mayor uso de los artificiales. La forma de pescar es exactamente la misma que si se tuviera montado el señuelo al estilo Texas. Se empleará una u otra técnica dependiendo de sí el anzuelo tiene peso, se utiliza un plomo auxiliar o, por el contrario, carece de cualquier lastre. Sobre todo se utiliza para cangrejos y tubos de vinilo, aunque al ser una variante del Texas, se puede utilizar con cualquier señuelo válido para este tipo.

Montaje Wacky Worm Cuando la lombriz artificial es el señuelo preferido para un pescador de black bass, este montaje es el más adecuado. Partiendo del principio de que con el cebo se pretende imitar la naturaleza, simplemente insertando el anzuelo (con «antienganches» preferiblemente) en el medio de la lombriz -que será de las de sin cola o cola aplanada-, se consigue que ésta caiga dentro del agua y vaya hacia el fondo con un movimiento increíblemente natural. Es un montaje que resulta especialmente efectivo en zonas de abundante vegetación o con obs-

fóculos y, sobre todo, para aquellos lugares que sufren una fuerte presión pesquera. La forma de pescar con la lombriz de vinilo montada de esta manera es muy sencilla, pero a la vez requiere una cuidada observación por parte del pescador. Y digo esto porque hay que ver cómo se desplaza la lombriz por el agua, a la vez que se le imprimen unos leves, pero secos, golpes de puntera de la caña. Montajes para la pesca finesse El Drop Shot Cuando un pez, sobre todo el black bass, que tiene un comportamiento más extraño, no se decide a tragar ningún cebo, posiblemente con esta técnica de pesca se consigan las únicas capturas que puede deparar la jornada. El material que se emplea es e siguiente: como señuelo, cangrejos, twisters y pequeñas lombrices, sobre todo de un tamaño entre 2 y 3 pulgadas (de 5 a 7,5 centímetros aproximadamente); anzuelos adecuados para estos cebos de la medida 1 o 1 /O respectivamente; y, para terminar el montaje, un plomo específico del tipo drop -similar a

un perdigón-. La forma que tiene este último plomo es redonda, y normalmente se emplean pesos que oscilan entre 1 /8 y 1/2 onza (de 3 a 12 gramos aproximadamente). La tendencia actual es la de emplear anzuelos del tipo «mosquito». Son anzuelos con la tija recta, como cualquier anzuelo destinado a especies como carpas y barbos. El tamaño se mide de igual forma, siendo los más recomendados de una medida de entre el 1/0, como mayor tamaño, y el 3 como menor. Lo primero que hay que hacer es fijar la lombriz, montada con el anzuelo al estilo Texas o Texposed, a unos 40 o 50 centímetros del final de la línea. Esta longitud variará si el agua está tomada, o en el fondo se ocultara el plomo, que se puede reducir. Pero será incluso más efectivo si la longitud se mantiene en ese medio metro, o incluso se hace más largo el bajo. Si es muy corto, al mover el montaje podemos dar con el plomo al bass y asustarle. Es importante que quede situada la punta del anzuelo hacia arriba, para facilitar el correcto clavado de a perca negra. Al final de este bajo se une el drop weight, el plomo.

Toma nota En todos los montajes en los que el peso está repartido en dos puntos, el lanzamiento se complica. Por esta razón, es recomendable emplear equipos de spinning en lugar de casfíng. También hay que tener en cuenta que, a medida que aumenta la distancia entre los dos puntos en los que se haya repartido el peso, también lo hace la dificultad para realizar un lance correcto y preciso. Con estos montajes, intenta lanzar de lado: facilita la colocación del señuelo en el lugar deseado.

También es especialmente útil cuando los peces se encuentran situados en las capas inferiores de agua, pero, al igual que en el montaje Carolina, por encima de los obstáculos del fondo. La pesca con este montaje es algo más complicada que con otros, aunque, con cierta práctica, se convierte en uno de los más efectivos. Una vez lanzado el señuelo, se tensa el hilo y, con pequeños golpes de muñeca, se va moviendo. El truco consiste en mantener siempre tenso el hilo, para

que, al menor indicio de picada, podamos clavar con muchas posibilidades de éxito. El Split Shot Este montaje se diferencia del anterior en que el peso se sitúa por encima del señuelo. Otra diferencia es la forma del plomo que se utiliza. Es alargado y muy estrecho, para que no se enganche en el fondo al recoger. Esta es otra de las diferencias entre ambos. Para pescar con este montaje, se deja que descienda hasta el fondo el señuelo y, una vez allí, se le aplican toques alternando con paradas. Es mucho más sencillo de utilizar que el anterior, aunque, en la mayoría de las ocasiones, tiene menor efectividad. Montaje Doodling Es una variante del Texas. Los materiales necesarios para su montaje son un anzuelo de pequeñas dimensiones -1 /O o 2/0-, un plomo tipo bala de entre 3,5 y 5 gramos, y una pequeña perla o cuenta, de cristal o metacrilato. Una característica que tiene el vinilo es que es de pequeñas dimensiones, al igual que en montajes como el Drop Shot o Split Shot. Se realiza de la misma manera que el Texas, pero el plomo no se fija y es móvil para que gol-

pee la cuenta, que se coloca entre el anzuelo y el plomo. La utilidad de esta técnica radica en la localización de la pesca a gran profundidad, con batidas rápidas. La perlita amplia el sonido del montaje y lo convierte en un señuelo fácilmente localizable, pero de pequeñas dimensiones, con lo que cualquier presa, sea del tamaño que sea, no dudará en atacarlo. Para que este montaje obtenga su máxima efectividad, se ha de pescar siempre por el fondo, a fin de que e plomo, mediante pequeños saltos, genere ruido al chocar con la dura cuenta. La principal ventaja finnesse de este montaje, frente a los anteriores, es que todo el peso del conjunto se concentra en un solo punto, con lo que, a igualdad de peso, se pue-

den realizar lances mucho más largos. La desventaja que presenta es que la pesca con este montaje es muy lenta, ya que, al no tener un gran peso, si se recoge rápidamente únicamente conseguiremos traerlo por el aire, perdiendo la efectividad que le caracteriza.

Complementos para vinilos Cada dia más, debido a su eficacia y a su reducido precio, el vi-nilo es uno de los cebos artificiales que más se emplea en la pesca de depredadores. La diversidad de formas, tamaños, colores y montajes, que consiguen presentarlos en cualquier condición y capa de agua, convierten este blando señuelo en uno de los preferidos por los pescadores, tanto noveles como expertos.

La continua y masiva utilización implica que cada vez existe un mayor número de complementos para muy diversas funciones. Anzuelos, plomos, cápsulas de sonido -rattles-, peso interior -nails-, ojos, collares flotantes, rotuladores y pinturas especiales para colorearlos, son sólo una pequeña muestra de los complementos que giran en torno al vinilo.

Toma nota Los anzuelos se miden mediante una numeración que varía en gran medida dependiendo del fabricante. Los números mayores corresponderán a los anzuelos más pequeños, hasta el cero. Para tamaños superiores al cero, se emplea la medida del anzuelo (1/0, 2/0,3/0...). Ahora, los más pequeños tendrán la numeración menor y los de mayor tamaño el número mayor.

Plomos para montar con vinilos existen en gran variedad de formas, aunque los más empleados son cuatro tipos. El worm head, que se emplea sobre todo en el montaje Texas, es también conocido con el nombre de plomo tipo bala, por similitud. Un

segundo tipo es el denominado plomo de lágrima que, como su propio nombre indica, tiene esta forma. Se emplea sobre todo para el montaje denominado «Carolina». Como tercer tipo de plomo, están los alargados empleados para la pesca fínesse y, en ocasiones, también en el montaje Carolina. Su forma es alargada, con los bordes redondeados. El cuarto y último tipo de plomo es el egg shinker. Tiene forma de un huevo, como su nombre indica, y se emplea para anudarlo en los montajes drop shot al final del bajo. Suelen venir provistos de una pequeña argolla de metal para poderlos anudar. Estos cuatro tipos de plomos se pueden encontrar en diferentes pesos, que oscilan entre 1/32 de onza y la unidad (de menos de 1 gramo, a 24).

Toma nota Un tipo de peso que poco a poco se va introduciendo es el denominado snake (serpiente). Tiene este nombre por su forma alargada, y se emplea sobre todo para el montaje Carolina, con la propiedad de engancharse menos entre los obstáculos del fondo.

Los rattles (sonajeros) son pequeñas cápsulas de cristal o de aluminio

huecas, en cuyo interior albergan unas diminutas bolas de metal. Su función es producir vibraciones en diferentes frecuencias para aumentar la efectividad de los vinilos en aguas tomadas, ya que los pe-

ces los localizan mejor. Según diversos pescadores, este sistema de aumentar el sonido en aguas con mucha presión pesquera puede llegar a espantar a los peces, que lo asocian a ser pescados, sobre todo con la buena tendencia actual del captura y suelta.

Otros, en cambio, opinan que los señuelos de vinilo con sonido interior siempre atraen la curiosidad del pez. Para insertarlos se puede hacer de dos maneras: apretar directamente con la punta hacia el vinilo, o con un tubo de metal, que con una ligera presión recorta el trozo del vinilo donde se va a introducir el rattle. Lo más apropiado es situarlo en zonas donde el vinilo se mueva al recoger, ya que a cualquier velocidad estarán sonando. Este lugar donde se introduce el sonajero es un tema más complejo de lo que a priori parece, ya que, si se sitúa en un lugar no apropiado, descompensa la calda y acción del vinilo, y puede dejar de tener una apariencia natural o atractiva, con lo que, en lugar de aumentar su efectividad, se verá mermada.

La tendencia de los plomos en la actualidad es que presenten sonido. Así, se obtiene en un solo complemento dos funciones: peso y sonido.

El peso interior lo aportan los denominados nails. Son clavos de plomo con punta (para facilitar su introducción) que, sin alterar la forma señuelo, lo harán más pesado, con lo que tardará menos tiempo en descender a aguas profundas, y más fácil de lanzar. Se presentan en di-

ferentes tamaños, con lo que podemos combinar varios tornillos para tener el peso adecuado y repartido a lo largo del vinilo para equilibrarlo. Normalmente, estas puntas se pueden partir con unos alicates, para insertarlo en diferentes tamaños con distintos pesos. Cuando se pesca con estos plomos interiores, hay que tener en cuenta que los movimientos que rea-

liza nuestro artificial serán más rápidos y marcados. Un modelo muy conocido son los Inserí Weights de Lunker City. Si ya de por sí los vinilos son atrayentes y efectivos, cuando se les añaden ojos, el conjunto obtiene un gran realismo. Aparte de esta ventaja, los modelos con pupilas móviles, también actúan como rattles.

Pueden ser de dos modelos según su forma de colocarlos: si se pegan o si se clavan en el propio vinilo. Estos últimos vienen provistos de una pequeña espiral, que se introduce en el cuerpo blando del artificial girándolo. Muy adecuados para pikies y softbaits, convirtiéndolos en verdaderos peces. Actualmente, los fabricantes están creando ya los vinilos con ojos (fijos) y así no es necesario otro desembolso extra en la compra de este complemento. Como ejemplo de vinilos con ojos están los vinilos Teeth, que toma esta característica como bandera de sus vinilos, dando gran realismo a los distintos cebos. Los collares flotantes son tubos fabricados en foam (espuma). Se pasa a través de ellos el vinilo (como su propio nombre indica, como si de un collar se tratase), para que quede en la superficie, sobre todo para el montaje Carolina, para que se mantenga suspendido a cierta distancia del fondo. Una ventaja de esta característica es que, al estar retirado el vinilo del fondo, se reducen los enganches.

Para ciertos señuelos, como twisters o lombrices, se emplean tiras de vinilo, similares a las de las spinnerbaits para la parte superior. Este complemento, denominado skirts, proporciona al señuelo más volumen en la «cabeza» con lo que, aparte de dar vistosidad y movimiento, atrae las picadas hacia el lugar donde está situado el anzuelo. También amortigua la caída hacia e fondo del montaje y es, justo en ese momento, cuando se producen gran número de picadas. Otra ventaja que aporta la utilización de «camisetas» es que mueven mayor cantidad de agua, siendo más fácil su localización por parte del pez. Para colorear los vinilos se emplean rotuladores con tinta permanente o botecitos de pintura con un pequeño pincel como aplicador. En la mayoría de estos productos, la tinta contiene también esencia, con lo que tiene una doble utilidad. También, para esta función, podemos emplear los rotuladores indelebles, que se pueden encontrar en cualquier papelería.

CAPÍTULO 4

Peces artificiales Introducción El pez artificial es uno de los principales señuelos para capturar peces con caña. Además, ha evolucionado mucho en los últimos años, pues hay que reconocer que los tiempos han cambiado y, con ellos, las técnicas de producción, los mate-

riales y la tecnología. Ahora existen modelos para cualquier circunstancia y profundidad. Existen peces que «caminan» sobre la superficie y, en cambio, otros navegan sumergidos a casi una decena de metros. ¿Qué pescador de lanzado no tiene en su caja de pesca por lo menos un par de se-

ñuelos de este tipo? En España, durante los años 70 y mediados de los 80, sólo se encontraban un par de modelos y los precios que había por aquel entonces no diferían mucho de los de ahora pero, claro, en

aquella peseta. Hoy, cada vez que se entra en un comercio especializado y miramos a cualquier lado, se puede comprobar que la oferta ha crecido hasta el millar de modelos. El principal beneficiado es el pes-

cador y el más perjudicado, el pez. Ahora bien, al haber tanta oferta, hay que saber muy bien qué se va a comprar, y en qué circunstancia se va a utilizar.

Características comunes a todos los peces artificíales Independientemente del tipo, forma, tamaño y color de los peces artificiales, hay ciertas características que tienen en común. Una de ellas es que pueden ser flotantes, suspendidos o hundidos. Los primeros, los flotantes, son los que se mantienen en la superficie. Una vez allí, pueden trabajar sobre ella o, con ayuda de un babero, descender hasta aguas más profundas. Los peces suspendidos, se podría decir que son de última generación. Su principal característica radica en que su cuerpo tiene una densidad similar a la del agua y un peso equilibrado que, al recoger -mediante el babero-, se sumerge y, si se para de recoger, se mantiene a esa profundidad, como su propio nombre indica, suspendido. Este momento de parada es especialmente querencioso para la pesca de depredadores, ya que, si nos ponemos a observar la naturaleza, se puede comprobar que ningún pez, de dimensiones medianamente reduci-

das, nada 20 o 30 metros de una forma continua, sin parar. Algunos modelos de peces artificiales con esta característica son el Huskyjerk de Rápala, Fat Free Shad Suspending de Excalibur, o el Deep Secret de Lurh Jensen. Estos modelos trabajan cada uno a distintas profundidades: aguas someras, medias y profundas, respectivamente, con lo que esta cualidad no influye en la profundidad de natación, pero sí en la colocación del señuelo a la profundidad en la que luego se ha de mantener. Por el contrario, los peces hundidos, una vez que se han lanzado, comienzan a sumergirse, independientemente de que se recoja la línea o no. Esta cualidad se aprovecha para que los peces tomen más profundidad y, al contrarío que los flotantes, estén más tiempo en el lugar donde se encuentran algunos depredadores, a varios metros de profundidad. Esta característica hace que pescar con estos peces sea algo más arriesgado, sobre todo desde la orilla. Cuando un pez hundido va trabándose por el fondo, no se puede hacer lo mismo que con los flotantes: parar de recoger para que tome aguas más superficiales. Con los peces hundidos, a medida que avan-

zan en dirección a la orilla, los enganches se suceden, y lo único que podemos hacer para subsanar esto es levantar la caña para que suba, sin parar de recoger, o incluso aumentar esta velocidad de recogida.

Toma nota Los peces son seres de sangre fría. Esto significa que su temperatura corporal depende directamente de la que haya en el medio, en este caso el agua. Por este motivo, los peces realizarán desplazamientos verticales para buscar la temperatura ideal donde se encuentran cómodos. Si se sabe a qué profundidad están los peces, una buena jornada de pesca está asegurada. Un dato que no hay que olvidar, es que en verano buscarán aguas más frías y, en invierno, buscarán, en la profundidad, las aguas más templadas.

Otra característica común para gran variedad de peces artificiales es el sonido interior. Este sonido se produce con bolas de plástico, metal o cristal, siendo estos dos últimos materiales los que producen mayo-

res vibraciones. Los peces se sienten atraídos por ellas, porque son emitidas en unas frecuencias que les excitan. Se sitúan en las cavidades del cuerpo, de la cabeza... En muchas ocasiones, estas bolas sirven para equilibrar el peso del artificial y que penetre en el agua de una determinada forma al caer, o simplemente que nade de una forma u otra. Aunque, a veces, el que estos señuelos tengan sonido interior puede resultar una desventaja más que una ventaja. Es favorable pescar con señuelos con sonido cuando las aguas están tomadas o turbias, o a primera y última hora del día, cuando no hay tanta visibilidad. El sonido ayuda a los peces a localizar el artificial. Esta utilidad también es beneficiosa para la pesca de ciertas especies a las que les cuesta más encontrar nuestro señuelo, como el siluro, o para otras que se pescan a bastante profundidad, como lucios -sobre todo los de gran tamaño- y luciopercas. Pero puede resultar perjudicial en lugares de pesca donde exista gran presión pesquera y se realice frecuentemente lo que denominamos «captura y suelta» -algo necesario hoy en día-, pues los peces llegan a relacionar este tipo de sonido con el peligro y, en lugar de atraerles, les asusta.

Los modelos más característicos de este tipo son los rattling o lipless -que carecen de babero-, en los que gran parte de su poder de atracción se debe a este sonido. Es el caso del Rattlin' Rápala o Rat-L-Trap de America's Bait. Este último, es uno de los peces más vendidos en Estados Unidos. Otros modelos que, aunque no sean construidos con la finalidad de ser localizados por esta cualidad, tienen sonido interior son el Hot Lips Express de Lurh Jensen, Fot Boy de Hart, Crúnk'N Dive de Yo-Zuñ y el Fat Rap de Rápala.

Uno de los temas más olvidados por los profesionales de la pesca en lo que a los peces artificiales se refiere, es la penetración en el agua al caer. Lo que no se puede olvidar es que, si lanzamos fortuitamente justo encima de un pez, el estrépito puede asustarlo más que atraerlo. Ciertos modelos están equilibrados de tal manera que, al caer al agua, lo primero que se sumerge es la parte de atrás, para limitar su efecto perturbador, en lo posible, al chocar con la superficie tras el lance. Tampoco debería limitarnos esta circunstancia y motivar el cambio del

señuelo por otro que resulte más discreto a la hora de entrar en el agua; simplemente, hay que tenerlo en cuenta y lanzar con algo más de cuidado cuando tengamos la certeza de que los peces rondan las proximidades. Seguramente, una carpa de doscientos gramos, al saltar, cree mayores turbulencias que cualquiera de nuestros artificiales. Los materiales de construcción de los peces artificiales para agua dulce son escasos. De hecho, se podrían reducir a dos: madera y plástico. La madera suele ser de balsa, aunque hay empresas que emplean para fabricar sus peces madera de apache, pero son minoría. Estas maderas son extremadamente livianas. El que un pez esté fabricado en uno u otro material puede hacer que cambie completamente su acción y sus propiedades. Los peces construidos en madera suelen pesar menos, y es más complicado encontrarlos con sonido interior. Hasta hace poco, no había en el mercado ningún pez de madera con sonido interior. Por regla general -siempre hay alguna excepción-, los peces que alcanzan mayores profundidades son de materiales plásticos. El motivo es que se fabrican de una sola pieza, cuerpo y babero. En los peces de madera, el babero se tiene

que añadir de plástico o metal, con lo que sufre más al descender y chocar con los obstáculos del fondo, provocando en ocasiones la rotura del artificial. Otra desventaja que tienen los peces fabricados en madera es que, para ciertos peces con una potente dentadura, como el lucio, son un bonito mondadientes. Esto no significa que sean como un vinilo, que después de un par de usos hay que desecharlo, pero sí que el deterioro es más rápido que el de otro artificial construido en plástico. Para evitarlo, los fabricantes los recubren con resinas y pinturas muy duras, cuya misión es la de proteger el cuerpo de madera. Cuando se comenzaron a fabricar en serie los peces artificiales, casi todos eran aún de madera. Algunos años después, se invirtió la tendencia y el plástico se adueñó de la industria de estos artificiales, y todos, exceptuando varios modelos legendarios, se construían en este material. Ahora se está volviendo progresivamente a la fabricación de peces en madera. La madera no es tan sencilla de manejar en el proceso de fabricación, lo que trae consigo un aumento del coste que repercute directamente en el precio que tiene que pagar el

pescador por el artificial. Aun así, después de valorar los puntos negativos y positivos de cada material, personalmente prefiero, para aguas someras y medias, peces fabricados en madera, que presentan una natación más natural. Por el contrario, para la pesca en aguas profundas, prefiero el plástico: es más resistente y, al moverse más bruscamente a grandes profundida-

des, los depredadores lo detectan más fácilmente.

Tipos según la profundidad de natación En las siguientes páginas, se describen los principales tipos de artificiales por profundidades, comenzando por las capas de agua más superficiales y terminando por los peces artificiales que trabajan en el fondo.

Superficie El popper Al igual que otros nombres de señuelos, la palabra popper es un término inglés onomatopéyico que hace referencia a su acción. Este artificial de superficie, cada vez que con la puntera de la caña se le imprime un pequeño toque, emite un «pop» característico. Este sonido atrae a depredadores como basses y lucios, y los hace salir de sus escondites, aunque se encuentren a varios metros de distancia. El popper imita a un pez minitalla cazando, realizando ataques a los insectos o alevines que nadan por la superficie. Conviene observar cómo los peces de menor tamaño comen muy cerca de la superficie y, sobre todo, muy cerca de la orilla. En ocasiones nos preocupamos de lanzar lo más lejos posible, en dirección al centro del pantano o del río. Esto es un error que cometemos todos. Debe de ser algo psicológico, que nos induce a pensar que las grandes piezas están ahí, en el centro de esa enorme masa de agua. La realidad, en muchas ocasiones, es muy distinta. Los tributarios y ríos vierten sus aguas a un pantano arrastrando gran cantidad de partículas, alimento para los peces más

pequeños. Estos, a su vez, atraen a otros -que los depredan- y que sirven de alimento a los depredadores mayores. Otro motivo de que los peces se concentren en las orillas es la protección que les ofrecen las aguas con poca profundidad, donde, en una veintena de centímetros, un bass o lucio tendrán limitados los movimientos. Por estas razones, en la mayoría de las ocasiones, los peces que buscamos se encuentran más orillados de lo que pensamos en un principio. Entonces, nuestros lances se han de dirigir hacia los lugares donde se encuentran los peces a los que imitamos: las orillas. Con el popper, los lances cercanos a árboles sumergidos, vegetación o cualquier otro obstáculo que resguarde a peces de menor tamaño que sirvan de alimento a los depredadores, serán los más apropiados. La principal característica de este señuelo, su peculiar «pop», lo genera con una concavidad que tiene en la «cabeza». Dependiendo de la profundidad de esta oquedad -que moverá más o menos cantidad de agua-, la forma y el ángulo, creará sonidos diferentes, más o menos atractivos. En lugares con mucha presión de pesca, o días claros en los que el pez puede detectar fácilmente

que nuestro popper es un engaño con todas las letras, será conveniente emplear un señuelo que cree un «pop» más ligero. Por el contrario, si el día es oscuro o las aguas están tomadas, será mejor utilizar poppers con más sonido, que ayudarán a los depredadores a que los localicen. Si esta concavidad es perpendicular o cercana al ángulo recto respecto de la superficie, el «pop» será fuerte, porque desplaza gran cantidad de agua. A medida que este ángulo se va reduciendo, paralelo a la superficie, el sonido será más débil. Los primeros se utilizan para condiciones de baja visibilidad, o cuando los peces están muy activos. Si, en cambio, hay gran visibilidad

o poca actividad, será mejor utilizar los segundos. Algunos poppers, en su interior, tienen bolas que emiten frecuencias de sonido altamente atrayentes para los depredadores. Algunos pescadores piensan que no tiene ninguna utilidad, ya que el «pop» anula cualquier otro sonido al ser superior y de mayor intensidad. En realidad, estas bolitas tienen una doble función. La primera es que emiten el sonido en distinta frecuencia que el «pop», por lo que sigue siendo atrayente, y la segunda es que el popper se puede mover, sin necesidad de hacer continuamente su «pop» característico. Los peces, cuando cazan, no están continuamente atacando, sino que

se desplazan, observan, nadan y, con estos suaves movimientos, son muy atractivos los sonidos que producen estas bolitas interiores. Además, el ataque rara vez se produce cuando el señuelo está haciendo «pop», sino justo en el momento en que el señuelo se ha parado. La gran mayoría de los poppers tiene en la potera de atrás un mechón de cristal flash, pelo natural o plumas, cuya finalidad es la de imitar la cola del pez. Si, además, es de color rojo, simulando que está herido, hace que el predador lo considere como una presa fácil. El tamaño de estos señuelos suele ser bastante reducido: son más regordetes que alargados, y las medidas oscilan entre las 2 y las 3 pulgadas y media. Para mar se emplean tamaños mayores. El equipo para pescar con poppers es similar al que se puede utilizar con señuelos caminadores, puros, chuggers y hélices. Para cualquier pez artificial se puede emplear la misma caña, de unos ó pies y medio, con acción medium-heavy. Aunque para pescar con popper se tiene que utilizar un sedal menos elástico que para otros señuelos de superficie. El motivo es que, si al

imprimir un tirón con la puntera de la caña el hilo tiene excesiva elastici-

dad, el movimiento que llega al popper es tan pequeño que no genera todo el sonido que debería. Por eso, líneas de 1 2 libras o incluso 14 son muy recomendables para este engaño. Ciertos colores en el popper son más efectivos que otros. Hay que pensar que el predador ve la parte de abajo. Los colores cromados son un buen comodín, y para días oscuros o en condiciones de poca luz, el negro. Cualquier color que imite seres que naden por la superficie del agua también es muy efectivo en aguas claras o días soleados. La acción que se ha de imprimir al popper es muy sencilla, pues basta con un movimiento seco de muñeca. Pasados unos instantes -más o menos dependiendo de la actividad de los peces (poca actividad, poca velocidad; mucha actividad, más velocidad)- se vuelve a repetir el movimiento, pero de forma aleatoria. Tirón, pausa. Tirón, tirón, tirón, tirón, pausa, tirón. Cualquier combinación es válida, siempre que se evite caer en cualquier tipo de ritmo continuado. La pesca con popper es más efectiva a principios y finales de temporada, sobre todo cuando la pesca se acerca a la orilla a depredar para pasar el crudo invierno, o para

reponer fuerzas de la hibernación en la misma estación. También da muy buenos resultados utilizarlo en verano, a primeras y últimas horas del día, momento que aprovechan los basses y lucios para comer con la bajada de las temperaturas. Algunos de los modelos más utilizados en España son el P.J. Pop de Luhr Jensen, Skitter Pop, de Rápalo, los dos de Hort, Classic Popper y Bigmouth Popper y el Pop'N Splash de YoZuri. Dentro de los poppers existe una variación: los denominados «chuggers». Las dos diferencias principales que hay respecto a un popper son, en primer lugar, el tamaño, que va de las 3 pulgadas y media, a las

4 y media o 5. La segunda diferencia es la forma. Un popper varía más su diámetro de la cabeza a la cola; en cambio, el chugger tiene e cuerpo muy similar a un puro, de igual forma por todos los lados. Este señuelo pesca en las mismas condiciones que un popper, aunque se le dan especialmente bien los basses

de mayor tamaño. Uno de los modelos más conocidos de este artificial es el Rattlin'Chug Bug de Storm. Puros Y con é llegaron los grandes basses. Si por algo se caracteriza este tipo de señuelos es por su especialidad para buscar y seleccionar piezas de gran tamaño. La forma que tiene es seguramente la más sencilla dentro de los peces artificiales. Es similar a la de un puro alargado y ahusado en ambos extremos. La gran mayoría de los señuelos de este tipo tienen sonido interior que, al imprimirle movimiento, actúa como reclamo para los basses, como cualquier otro señuelo con esta misma característica. Siempre se ha dicho que hay señuelos que requieren cierto aprendizaje para poder pescar con ellos, y el puro es uno de ellos. No es nada complejo pero, en los primeros lances, hay que practicar para poder darle el toque justo, para que se mueva de un lado a otro continuamente. Al igual que con cualquier otro señuelo de superficie, cuando está parado es igual de atractivo que cuando está en marcha. Los movimientos son similares a los de una pequeña culebra de agua

que nada por la superficie. Tal vez sea éste e motivo de que sea tan selectivo con las piezas de mayor tamaño. Cualquier bass no se alimenta de culebrillas. La técnica para pescar con este señuelo es la denominada «walk the dog». Es muy efectivo en primavera y otoño, en cualquier momento del día. Por el contrario, en verano es recomendable utilizarlo a primeras y últimas horas del día.

Toma nota Para facilitar el clavado de los peces en tus artificiales, puedes .sustituir las poteras por otras de mayor calidad. Debes prestar especial atención al tamaño de las potera.s originales, ya que, si varias el tamaño, puedes cambiar también la acción del señuelo, mejorándolo, haciéndolo único o, por el contrario, mermando su movimiento. Esto suele ocurrir con peces suspendidos o de superficie. Si a los crankbaits de profundidad se les cambia la potera de atrás por otra de mayor tamaño o peso, tendrán tendencia a nadar más horizontales, con una presentación más natural.

Estos artificiales suelen ser de un tamaño mediano o grande. Los más frecuentes son los comprendidos entre las 3 pulgadas y media y las 5. Estos tamaños, algo grandes, facilitan el lanzado. Los colores más efectivos de este señuelo son de tipo mate, en especial el negro -como la mayoría de los señuelos de superficie- y el blanco. Otro color muy efectivo es

frog o rana. Se tiene que pensar que los peces ven el señuelo desde abajo, y sólo ven la parte inferior. Es el color de esta parte lo que marcará el color total del señuelo o, mejor dicho, lo que interesa al pez. La pesca con este artificial es especialmente emocionante. Cuando un bass rompe la superficie del agua para engullir el artificial, el corazón se nos sale del pecho y nos invade

un temblor. Muchas veces, según sentimos una retención, tiramos y lo único que conseguimos es quitarle el señuelo de la boca. Aunque los nervios no lo permitan, se debe esperar un segundo más para que termine la picada y, en ese momento, clavar, aunque la gran mayoría de las veces ya lo habrá hecho por sí solo. Algunos modelos de puros son el Ghost de The Producers, el Zara Spook de Heddon, Super Spook de Excalibur y el Dancing Shad de Hart.

Wobblers o señuelos caminadores La primera vez que se ve la acción de estos señuelos dentro del agua lo primero que se hace es esbozar una sonrisa, pero, en cuanto se comienzan a suceder las picadas, la sonrisa se transforma en felicidad. Es, como su propio nombre indica, un señuelo que «camina» sobre la superficie del agua. Es una acción tan peculiar que realmente no ¡mita a nada y a todo a la vez. Un pajarillo que se ha caído al agua, un ratón que nada, una culebrilla o cual-

quier otro ser que se desplace por la superficie. Son artificiales de pequeñas dimensiones, generalmente de cuerpo rechoncho, aunque lo que hace que nade de esa forma tan peculiar es el babero metálico. Este babero puede presentar diferentes formas, que a su vez lo hacen nadar con distinto movimiento y sonido. Es especialmente efectivo en lugares donde se concentre gran cantidad de vegetación sumergida, y en zonas donde habitualmente habiten pequeños vertebrados. Aunque, cuando este engaño despliega toda su eficacia, es durante el anochecer y por la noche (atención a la legislación de tu Comunidad, que puede que no permita pescar una vez entrada la noche). Es

en este momento cuando el pantano se llena de vida y pequeños animales e insectos, que durante el día se mantienen en sus refugios, salen con el abrigo de la noche a alimentarse. Los peces, sobre todo si es una noche clara o con luna llena, tienen una actividad superior a la del día. La pesca con wobbleres bastante sencilla. Simplemente hay que recoger, a diferentes ritmos y haciendo ciertas paradas, por supuesto, ya que, al contrario que el buzzer, este señuelo es flotante y no se hunde cuando paramos de recoger. Hay que tener especial cuidado con el nudo que lo sujeta, ya que si se hace demasiado amplio puede enganchar continuamente con la pala y tener que repetir cada lance.

De este tipo de la verdad es que pocos modelos elegir. Los más son el Jitterbug Arbogast -con el

señuelos, hay donde populares de Fred

mismo diseño desde 1938-, el Chug-A-Lug de The Producers y el Crazy Crawleróe Heddon, siendo este último distinto de los otros, pero válido para las mismas situaciones de pesca que los anteriores. Hélices o propbaits Este señuelo, como su propio nombre indica, tiene como principal característica el que lleva una o dos hélices. Estas hélices crean unas turbulencias en la superficie del agua que atraen desde grandes distancias a bassesy lucios. ¿A qué imita? Pues no se sabe muy bien, pero la verdad es que a lo que más se puede parecer es a peces cazando, que pro-

ducen ese ruido con los acelerones que ejecutan para capturar su alimento. Este característico sonido también es el motivo de su otro nombre: «serrucho». La forma de este engaño varía mucho de un modelo a otro: rechonchos, alargados, muy pequeños, muy grandes... Debido a su gran efectividad, la mayoría de las casas tiene en sus catálogos uno o varios modelos distintos de hélices. Es uno de los artificiales con mayor oferta dentro del mercado.

La principal diferencia de un señuelo a otro, independientemente del fabricante, es la presencia de una o dos hélices. Cuando lleva sólo una hélice, puede estar situada en a parte delantera o trasera, lo mismo da. Cuando lleva dos, va una en cada posición. Normalmente, estos últimos crean mayores vibraciones que los primeros, aunque la realidad es que depende más de las dimensiones y ángulos de las hélices, que del número de ellas. Aunque a príorí se piense que este señuelo es para aguas calmadas, resulta muy efectivo en situaciones en

las que la superficie esta rizada, incluso con mayor éxito. Muchos pescadores piensan que, cuando hay cierto oleaje, no se puede pescar con estos señuelos. La lógica desmiente esta suposición. Cuando hace aire, que es cuando se riza la superficie, muchos insectos se ven arrastrados por ella, con lo que hay mucha más comida fácil al alcance de la boca de los peces de cualquier tipo, grandes y pequeños. Los pequeños, porque se sienten atraídos por este alimento, y los grandes, que se alimentan de los pequeños, porque al ver su desplazamiento se vuelven más activos. Todos los señuelos de superficie se pueden utilizar en días de viento, con dos limitaciones. La primera es que, si no emiten tantas vibraciones como los hélices, los peces detectan peor el engaño. No significa que no sepan que está ahí, sino que les cuesta

más localizarlo y realizar un ataque certero. Por ejemplo, eso ocurre con los puros, que no son tan sonoros como otros. La segunda limitación que se tiene en días de viento, es que no se puede lanzar con tanta comodidad

y precisión el engaño. La solución a este problema es bastante sencilla. Se tienen que emplear señuelos más pesados, o el mismo modelo pero en alguna talla superior, que nos proporcionen unos cuantos gramos de peso extra.

Otra situación en la que los hélices son realmente efectivos es en la de aguas turbias o tomadas. Al emitir gran número de vibraciones, sobre todo los basses detectan este señuelo muy fácilmente y suben directamente a por é . Respecto a los lugares a donde lanzar nuestros artificiales, siempre serán más fructíferas las zonas cercanas a obstáculos, como piedras, troncos, vegetación sumergida, o cualquier otro lugar donde pueda estar al acecho nuestro codiciado tesoro. Dentro de estos lugares más querenciosos, el hélice es muy efectivo en zonas de algas que llegan a

la superficie. Para pescar ahí es necesario emplear un hilo de mayor grosor. Uno de 14 libras será más que suficiente para sacar el señuelo airoso de cualquier enganche en esta vegetación. La forma más adecuada para pescar con un propbait es muy sencilla. Basta con lanzar el señuelo al lugar escogido y; una vez allí, dar tironcitos con la puntera de la caña. En medio de estos tironcitos, es muy eficaz parar el engaño durante unos segundos, que aumentarán si hay poca actividad y serán menos si los peces muestran bastante actividad.

Toma nota Tanto para un hélice, como para el resto de los peces artificiales de superficie, es muy conveniente dar al pez cierto tiempo para que «lea el menú», para que se dé cuenta de que nuestro señuelo está ahí, esperando a ser engullido. La mayoría de las picadas se producen en este tiempo de espera.

Algunos de los hélices más populares son el Torpedo de Heddon, el Devil Horse de Smithwick, el Wood

Chopperjerk'n Sam y el Dalton Special, de Luhrjense -estos dos últimos diseñados por Sam Griffin-, toda una leyenda en la pesca del bass en superficie. Jerkbaits Antes de comenzar con cualquier tipo de pez que no sea de superficie, hay que diferenciar dentro de los crankbaits otro tipo de artificiales, los jerkbaits. Estos señuelos se caracterizan por su cuerpo alargado y delgado, que imita fielmente cualquier pez pasto. Existen modelos para cubrir cualquier capa de agua, y con distintas

cualidades, como cualquier otro cranckbait. La diferencia radica simplemente en su forma característica, más alargada, que obliga a su vez a llevar mayor número de poteras para cubrir todo el artificial, para que no se produzcan picadas fallidas. En ocasiones, este número de poteras

supone una molestia a la hora de pescar, ya que se producen enganchones y pérdidas continuamente. Hay que prestar especial cuidado cuando se pesca en zonas con vegetación, o cerca de obstáculos sumergidos.

Algunos depredadores se sienten atraídos por estos artificiales, mientras que otros prefieren las formas más redondeadas. Eso no significa que no piquen a uno y a otro, sino que demuestran cierta preferencia en función de cada circunstancia. Los salmónidos y ciprínidos en general -que se puedan pescar con artificial-, lucios y luciopercas prefieren los ¡erkbaits. Por el contrario, los basses y siluros -estos últimos porque la mayoría de los modelos tienen sonido interior y dan más sensación de comida por el volumen- prefieren los cuerpos más rechonchos. Simplemente cogiendo cualquier catálogo de pesca, se puede comprobar que los peces artificiales empleados exclusivamente en la pesca de la perca negra son la mayoría achatados y más redondos que los destinados a cualquier otra especie.

Pero hay que tener en cuenta que, en ciertas masas de agua, algunos ciprínidos, por ejemplo el barbo, se comportan como depredadores y comparten habitat con el bass. En este momento, un ¡erkbait para media profundidad en 7 o 9 centímetros puede ser un señuelo comodín para ambas especies. Dentro de cada modalidad de cranckbait -pez artificial-, se describirán modelos específicos de \erkbaits. Aguas superficiales Consideramos aguas artificiales las que se encuentran desde la superficie hasta un metro por debajo de ella. A cualquier pez artificial que no nade en la misma superficie se e denomina cranckbait, con lo que éstos serán cranckbait de aguas superficiales. Crankbaits para aguas superficiales Suelen ser de pequeño o mediano tamaño y, por regla general, tienen un movimiento lateral muy acentuado, para que en lentas recuperaciones tengan suficiente acción para moverse, porque no necesitan profundizar. Esta acción se la proporciona un babero de reducidas dimensiones y poco o nada curvado, siempre fabricado en material plás-

tico. El ángulo que forma con el cuerpo es prácticamente perpendicular, o superior a los cuarenta y cinco grados. Este es uno de los motivos por los que el señuelo no profundiza más. La sujeción al pez, por donde se anuda, está situada en su cabeza y no en el babero, como se verá que lo tienen los peces destinados a la pesca en mayores profundidades. Este tipo de señuelo es más efectivo cuando existe gran cantidad de comida en forma de peces pasto por la orilla, o después del desove, cuando los peces que han nacido esa primavera comienzan a tener cierta talla. Lugares como tributarios de ríos a pantanos, grandes grietas en rocas, montones de piedras que formen estructuras, montones de piedras recogidas por los agricultores, antiguas construcciones sumergidas, o cualquier sitio con alburnos, percasoles, bogas o alevines, serán muy querenciosos para la pesca con crankbaits de aguas superficiales. Nuestro artificial es un pez más, nadando entre los verdaderos. Con el movimiento que le imprime el pescador, ha de parecer que está enfermo o herido. Esta será la cualidad que le haga distinto de los demás y, a la vez, más fácil de «en-

ganchar» que cualquier otro. Aparte de este movimiento, se puede pescar más rápidamente y recoger nuestro artificial como si se tratase de un proyectil. Ahora, lo que se está buscando es el ataque por instinto. En este tipo de recogida, no se tiene que realizar la misma de forma continuada a este ritmo frenético, sino con algún que otro tirón repentino para simular que nuestro pez huye despavorido de sus depredadores. Los peces que buscamos con este artificial deben situarse a poca profundidad, con lo que las épocas más propicias serán el otoño, la primavera y el verano. Durante el es-

tío, los mejores momentos son al comenzar y terminar el día, que es cuando los predadores aprovechan para acercarse a las orillas en busca de alimento. La excepción la pone el lucio, que, con temperaturas bajas, en remansos de ríos o reculas de pantanos, se desplaza a poca profundidad y es muy posible pescarlo con señuelos de este tipo. Este señuelo no se caracteriza por hacer subir desde varios metros de profundidad a los depredadores, porque no es especialmente ruidoso. Más bien es un artificial para que el pez lo detecte con la vista o con la línea lateral, pero a poca distancia.

El Speed Trap de Lurhjensen -es-

pecifico para recogidas rápidas-, Shallow Shad Rap de Rápala y e Bomber Shallow «A» son varios modelos de estos crankbaits. En esta capa de agua el pez artificial rey es el ¡erkbait. Es el pez más versátil, que se emplea para cualquier especie depredadora: trucha, barbo, bass, lucio o incluso alguna carpa, en las medidas más pequeñas. Los tamaños de estos peces van desde los 4 centímetros -pulgada y media-, hasta los 17 o 18 centímetros -unas 7 pulgadas. Para los salmónidos, este tipo de artificial es especialmente efectivo pescando contracorriente. Los peces se si-

túan siempre en un río en esta misma posición, se podría decir que mirando al nacimiento del río. Nuestro artificial va a estar en esa misma postura y, dejándolo derivar con la corriente, manteniendo el hilo siempre tenso para que el pez nade correctamente, será la manera más efectiva de conseguir buenas capturas. De esta manera, el ¡erkbait busca los remolinos y es, precisamente a la salida de éstos, donde las truchas están esperando el alimento y nosotros se lo hemos presentado en una posición y medida ideal, que no pueden resistir la tentación de atacar. El equipo necesario para pescar con este tipo de señuelos dependerá

principalmente de la especie que se pretende pescar. Es tan sencillo como que no se puede utilizar la misma caña para artificiales de 4 centímetros, destinados a la pesca de la trucha, y para lanzar los peces de 15 centímetros, empleados en la pesca del lucio. Un factor común que sí han de tener todas las cañas destinadas a pescar con este tipo de artificial es la acción, que ha de ser médium. El motivo de que sea relativamente blanda es la facilidad con la que se clavan las poteras de los peces en la boca de los peces, y no se necesita dar el «cachete» para que el pez quede enganchado en la boca del depredador. Esta acción nos ayudará a colocar el artificial, en ciertas ocasiones muy ligero, a mayores distancias que si empleáramos cañas más rígidas. Dentro de este tipo de peces hay modelos que se han convertido en todo un clásico que cualquier pescador ha utilizado en alguna ocasión. Por ejemplo, el modelo Original, diseñado por Lauri Rápala es uno de los peces artificiales más vendido del mundo, con más de 65 años de

historia a sus espaldas. Otros jerkbaits que se van abriendo camino son el Pro Minnow de Hart, el Invencible de Nils Master, el Long «A» de Bomber y el Javelin, de Lurh

Jensen, destinado a la pesca de grandes capturas.

Truco Si se utiliza hilo fino, el pez nada más profundo que con diámetros mayores. Esto tiene una desventaja y es que, si hacemos bajar mucho el pez, pero nuestro hilo no va a soportar el primer enganche con el fondo, podemos tener una ¡ornada completa de pérdidas de artificiales. Hay que buscar el término medio que haga que baje el pez y, a la vez, tenga suficiente resistencia. Otro truco que hace ganar unos centímetros de profundidad consiste en mantener la caña lo más baja posible, incluso con anilla del puntal dentro del agua. Esto será beneficioso si se lanza lejos de la orilla.

Medias aguas Consideramos estas aguas las que están situadas entre uno y tres metros de profundidad. Aunque esto es algo relativo. Para un pescador de luciopercas, cinco metros de agua no es una profundidad excesiva, teniendo en cuenta la situación

habitual de estos peces. Por el contrario, para un pescador de bass, cinco metros es una profundidad algo más respetable. Ni qué decir tiene, lo que supondría esta misma profundidad para un pescador de salmónidos en río. La profundidad, en muchas ocasiones, se mide en función de las especies, aunque siempre hay que tener en cuenta alguna referencia física. Peces artificióles de medias aguas Los peces, para desgracia de todos los pecadores, no permanecen estables a una profundidad determinada. Ciertas especies, como por ejemplo el black bass, sobre todo en verano, realizan desplazamientos verticales de va-

rios metros, y lo más difícil es dar con él. De alguna forma habrá que buscarlo. Existen señuelos como la spinnerbait, que baten gran cantidad de agua y permiten controlar la profundidad donde trabaja, pero no son tan precisos como los peces artificiales, en los que, para cada modelo y tamaño, el fabricante indica

la profundidad a la que trabaja, siempre que se respeten unas mínimas condiciones de grosor de hilo, posición de la caña, velocidad de recogida, etc. Conociendo cuál es esta profundidad, podemos rastrear en poco tiempo y con poco margen estas capas de agua, hasta dar con la más productiva, donde se sitúan los peces. Dentro de los peces de medias aguas, puede haber, en un mismo modelo pero en un tamaño superior o menor, diferencias de profundidad de natación de un par de metros. Y en estas circunstancias, esa diferencia puede ser suficiente para llenar el vivero de peces, o simplemente tener un par de capturas. Estas diferencias se acentúan si pescamos en un día con poca actividad; o si es invierno, cuyo rigor casi aletarga a los peces y los concentra en capas muy determinadas de agua. Dentro de los crankbaits, tal vez sea este tipo del que más modelos -formas, colores, tamaños...-existen en el mercado. Posiblemente sea porque es la capa de agua más frecuentada por los peces y la que más peces da. Otro motivo de esta amplia oferta es la dificultad de pescar en estas profundidades con otros engaños. Los vinilos son francamente

fáciles de manejar en el fondo y en aguas superficiales, pero mantenerlos a tres metros de profundidad sobre un fondo de cinco ya no es una tarea tan sencilla. La forma que se emplea para pescar con estos peces artificiales difiere por una característica propia de cada uno de ellos: la flotabilidad. Pescar con un señuelo hundido es muy diferente a hacerlo con uno flotante; o incluso con un suspendido dentro de esta misma capa de agua. Si lo estamos haciendo con un pez flotante, la recogida se puede parar en cualquier momento, con lo que el pez ascenderá y creará una silueta con su movimiento similar a . los dientes de una sierra. Subirá hacia la superficie cada vez que paremos. Esta recogida es especialmente efectiva cuando el señuelo toca con el babero el fondo. Esta situación produce un peculiar efecto, como si se tratase de un pez que hociquea el fondo en busca de alimento. Si, por el contrario, estamos pescando con un artificial hundido, la recogida podemos hacerla de forma continuada, con el inconveniente de que, en los últimos metros, se deberá levantar la caña para no engancharlo en el fondo. Si se realizan paradas, el artificial descenderá a ca-

pas de agua inferiores, aunque, a estar diseñado para una profundidad determinada, subirá ahí en el momento en que comience la recogida. Este tipo de artificial es recomendable utilizarlo en aguas profundas, donde el señuelo no toque el fondo y, al disminuir el ritmo de recogida, no corra peligro de engancharse. Los peces de medias aguas suspendidos son, de los tres tipos, con diferencia los más efectivos. La razón es bien sencilla. Al recoger y parar, el pez se queda quieto en la profundidad deseada, ni asciende ni desciende. Es justo en este momento cuando los depredadores atacan

más fácilmente los señuelos, con una posibilidad menor de fallar la picada. Este es un movimiento natural de los peces pasto. Nadan siempre en busca de alimento o huyen de cualquier posible depredador, pero también se paran y observan. Ese es justo el momento más propicio para ser engullido. En alguna ocasión, al lanzar un señuelo y enredar la línea, o dejarlo en la superficie por cualquier motivo, mientras se deshace el enredo, se ha producido una picada. Situación más frecuente, sobre todo, en la pesca del black bass. La picada más habitual de este centrárquido es cuando se para e señuelo: hace un amago para asus-

tarle y, en ese mismo instante, comienza el artificial a moverse. Una situación de captura asegurada. Sobre todo pican así en lugares con mucha presión de pesca. Es como si probasen si el engaño es tal o se trata de comida. Otra forma de pescar con este tipo de peces artificiales es la siguiente: una vez que se ha lanzado, se le imprime con la puntera de la caña pequeños movimientos rápidos y se espera unos segundos para hacer otro movimiento. El tiempo de espera entre tirón y tirón variará dependiendo de la actividad de los peces. Si están muy activos, las esperas serán menores que si se muestran reacios a picar, en cuyo caso será mejor hacer mayores pausas entre tirón y tirón. Es una pesca similar a la que se utiliza con los softbaits de vinilo en aguas superficiales. Algunos modelos de aguas superficiales en las tallas mayores llegan hasta estas cotas de profundidad, considerándolos peces de medias aguas. Por el contrario, en esta cota de agua1 también se sitúan los peces destinados a aguas profundas pero en su talla menor, que por el peso y las reducidas dimensiones del babero en comparación con sus hermanos mayores, no profundizan tanto.

Los peces artificiales de medias aguas tienen el babero de muy diversas formas y tamaños. Un babero perpendicular al cuerpo, o en ángulos muy pequeños, caracteriza a peces destinados a la pesca en aguas de poco calado. Por regla general, suelen ser de pequeñas dimensiones. A medida que el babero continúa una línea recta con el cuerpo, el artificial profundizará más. Si es más largo, o incluso más ancho, profundizará más. Esto es una pequeña guía, pero no hay que fiarse al cien por cien de lo anterior, ya que encontramos peces con grandes baberos que, por el diseño del cuerpo y el equilibrado del mismo, no nadan por debajo de los dos metros; o al contrario, peces de pequeños baberos que profundizan muy por debajo de este nivel. Los equipos recomendados para la pesca con este tipo de señuelos se componen de una caña mediumheavy. El motivo de que sea más dura que la de los artificiales destinados a aguas superficiales es que, al profundizar más, el señuelo tira con fuerza de la caña hacia el agua y, con cañas blandas, al final de la jornada, nuestros brazos -de aguantar la tensión del hilo- notan cierto cansancio. Al emplear esta caña, no se arquea tanto su primer tramo y, aun-

que tire con la misma fuerza, la propia resistencia de la caña nos transmite la fuerza al carrete, que ahí es de un valor inapreciable para nuestra recogida continua. Como se ha dicho al principio, los peces artificiales destinados a me-

dias aguas son los más abundantes en cualquier tienda de pesca especializada. Es innumerable la cantidad de modelos que se distribuyen actualmente. Algunos de los modelos más representativos son el Brush Babyóe Lurhjensen, Pin's Minowde

Yo-Zuri, Fat Free de Excalibur, o A/lo del «A» de Bomber. Aun así, estos modelos, como la mayoría -como se ha explicado líneas más arriba-, en las tallas menores no profundizan hasta estas aguas y, en tallas mayores, las sobrepasan. Aguas profundas Denominamos así las aguas que tienen más de 3 metros de profundidad. El límite lo pone el embalse, pero a ciertas profundidades -más de 20 metros- sólo pueden vivir algunas especies, como los lucios de mayor tamaño, luciopercas y ciertos ciprínidos.

Cfankbaits de profundidad Estos artificiales tienen, la gran mayoría, dos características comunes: un babero muy largo y un cuerpo muy resistente fabricado en plástico. Estos son los principales puntos de conexión entre todos los modelos. Empezando por el material de fabricación, es cierto que hay peces de

profundidad que tienen el cuerpo de madera, pero el problema es que este material resulta menos resistente y duradero, con lo que la mayoría de los fabricantes se decantan por el plástico. Y aunque la mayoría de los artificiales tengan el babero fabricado en plástico, los modelos que tienen el cuerpo de madera tienen a veces el

babero de metal, más duro y pesado. Pero no debemos olvidar que uno de los motivos que hace más duro un pez de plástico es que el babero y el cuerpo están construidos formando una sola pieza. Este babero puede tener una longitud superior a la del propio cuerpo, formando una línea recta con el mismo, para llegar a capas de agua más profundas. Otra característica de estos baberos es el ensanchamiento que se produce en el lugar por donde se anuda el artificial. Esto hace que el pez alcance cotas más profundas y con una acción más marcada que otros señuelos, como los destinados a medias aguas, que tienen un movimiento lateral menos acentuado. A estas profundidades, la luz solar tiene menor incidencia y el agua es más oscura, con lo que la visibilidad se reduce y es conveniente facilitar al predador la localización de nuestro engaño, bien sea mediante vibraciones que produce el artificial al nadar, o dentro del mismo, con sonido interior. Cualquier ayuda es buena para despertar el ataque de los depredadores. Un inconveniente de estos largos baberos radica en la necesidad de utilizar equipos más duros que para otros crankbaits. La resistencia que

ofrece al recoger un artificial de profundidad, en muchas ocasiones, es superior a la de alguna captura de pequeñas dimensiones. Se requiere una caña de acción medium-heavy,

o incluso heavy, si es para señuelos de más de media onza. En esta ocasión, la dureza de la caña nos ayudará no a clavar, como ocurría con el equipo para pescar

con vinilo, sino a trabajar más cómodamente el señuelo y nos producirá menor cansancio. También es conveniente aumentar el diámetro del hilo que utilicemos. El motivo es que, al ser un señuelo que suele trabajarse cerca del fondo, es más propenso a tener enganches y, con la ayuda de este aumento de grosor, podremos recuperar los peces. El enganche, en numerosas ocasiones,

se produce con el babero, no con las poteras. Al ir nadando el pez por el fondo, va rozando con el babero, mientras que las poteras permanecen levantadas, ajenas a cualquier obstáculo. Una manera de soltar estos enganches es tensando el sedal ligeramente, al tiempo que propinamos unos golpes secos en el mango de la caña.

Truco La mayoría de los enganches de los peces artificiales se pueden soltar con una herramienta denominada «perro» o «perrito», que se puede fabricar muy fácilmente. Está compuesta por un peso de unos 200 o 300 gramos, al que se le han unido unas pequeñas cadenas y dos escarpias redondas -como la que se emplean para colgar los cuadros de la pared-, una con una pequeña abertura, que se empleará para deslizar a lo largo del sedal del señuelo trabado en el fondo y la otra para anudar una cuerda resistente. Su empleo es muy sencillo. Se tensa el sedal con la caña y por él se desliza nuestro perrito, sujetando el extremo suelto de la cuerda. Levantando la caña, lo haremos bajar hasta nuestro artificial y allí, con unos suaves movimientos de arriba a abajo, las poteras se trabarán en las cadenas. Luego basta con tirar de la cuerda y, como máximo, se habrán abierto las poteras. Así que, cerrándolas con un alicate o reemplazándolas, tendremos el artificial como estaba.

Un atractivo especial de estos peces es que, en cada lance, hay zonas por las que el babero del pez va arrastrándose por el fondo. Esto

hace que se levante una estela de polvo y partículas en suspensión detrás del artificial. Los depredadores piensan que es un pequeño pez es-

carbando en el fondo, en busca de pequeñas larvas o de su alimento, y no dudan en atacar. La utilización de estos señuelos se limita a la pesca de especies como el lucio, lucioperca, basses y siluros, aunque, en alguna ocasión, se puede clavar algún barbo o una carpa de grandes dimensiones, porque, a fin de cuentas, lo que imita este artificial es un pez o un cangrejo, dos ali-

mentos de estos grandes ciprínidos. Cada especie de las mencionadas, tiene un momento en el que se sitúa, durante una época -invierno en los basses-, o durante todo del año -lucioper-cas-, en esta capa de agua. Cuando realmente se muestran efectivos e s t o s p e c e s , e s ■ cuando hemos elegido el modelo que justo nada a poca distancia por encima del fondo. Ciertos depredadores, como el lucio, se posan en el fondo, mimetizados con las algas o las rocas, ocultos a la espera de que por encima de él nade cualquier pez, para salir de su escondrijo y asestarle un certero bocado. Como recomendación final, dentro de los crankbaits, si se pesca desde la orilla, es recomendable ha-

cerlo con peces flotantes, en lugar de hundidos. Los flotantes, al parar de recoger, tienden a subir a la superficie. Al recoger y notar que el babero va rozando el fondo, es re-

comendable parar la recogida y dejarle que ascienda un par de metros, como si dibujara la silueta de una sierra. Los peces hundidos profundizan más, pero tienen el inconve-

miente de que, si se traban en el fondo, es muy difícil elevarlos y recuperarlos. En el mercado existe gran cantidad de modelos fácilmente distinguibles del resto de los crankbaits para otras profundidades. Deep Se-cret, Power Dive Minnow y Hot Lips Express Trolling -uno de los que más profundiza- de iurh Jensen, Down Deep Rattlin'Fat Rap y el Down Deep Huskyjerk, Risto Rap de la firma finlandesa Rápala y Deep Diver de Norman, son algunos de los modelos más utilizados en la pesca a esas profundidades. Como se puede apreciar, tienen un nombre en común deep, que significa «profundo». Otros modelos se han desarrollado para la pesca en este nivel de agua pensando en grandes piezas. Son peces muy robustos, fabricados la mayoría en resinas altamente resistentes, con un babero plástico de grandes dimensiones. Un ejemplo de este tipo de artificiales es el Fin-gerling de Luhr Jensen, que profundiza hasta los 9 metros.

Lippless o sonajeros Como su propio nombre indica, son peces carentes de babero, que al nadar producen un sonido atra-yente para depredadores como lucios, basses y luciopercas, especie

-esta última- que siente una especial predilección por estos señuelos. Otro atributo característico es que todos son peces hundidos, simplemente por pura lógica, ya que no tienen ningún babero que les ayude a profundizar, con lo que lo tienen que hacer por su propio peso. El sonido es producido por unas bolas metálicas o de cristal situadas en unas cámaras de aire en el interior del cuerpo del artificial. Estas pequeñas bolitas, al chocar con las paredes de estas cámaras y entre ellas mismas, crearán sonidos en unas frecuencias altamente atra-yentes para las especies mencionadas. La carencia de babero es otra de las características que diferencia a estos peces del resto de los destinados a aguas profundas. El movimiento lateral que realizan se debe a un pequeño aplanamiento en la parte superior de la cabeza, justo delante de donde se anuda el pez con el sedal. Al recoger, el lippless se moverá en línea recta hacia nosotros con un contoneo, más o menos acentuado en función de su velocidad. Todos los peces de este tipo tienen una silueta muy parecida y característica, que los diferencia a simple vista de cualquier otro artificial.

Es un pez compacto pero, a la vez, de líneas rectas. El cuerpo es muy fino, en comparación con otros peces que son más rechonchos. En un principio, se diseñaron para la pesca vertical, que consiste en situarse en cortados o desde una embarcación, y mover el pez de arriba hacia abajo y a la inversa. Al hacer este movimiento, lo que se está buscando es el pez verticalmente y no como se haría con el resto de los crankbaits con babero, que buscan la pesca horizontalmente, a una cota de agua que marca la profundidad de natación del propio engaño. Aunque ésta sea la forma de pescar para la que fueron diseñados, el uso que se les da mayoritariamente por parte de los pescadores es similar al de cualquier otro pez artificial de profundidad. Para hablar de una utilización correcta de los peces sonajero, se debería pescar en lugares con mucha profundidad, recogiendo de una

manera irregular, alternando rápidas vueltas de manivela con otras más lentas. Otra manera muy efectiva de pescar con estos señuelos es después de esperar a que toque el fondo, como con cualquier otro pez hundido: se comienza a recoger y, de vez en cuando, se le imprime un toque con la puntera de la caña. Así nos aseguraremos de que «suene» y llame la atención. Los mejores resultados con los peces Hppless se obtienen en aguas to-

modas o, en general, en condiciones de poca visibilidad, por lo que el pez localiza nuestro artificial más por el sonido que por la atracción visual del mismo.

Este tipo de artificiales está liderado por tres modelos: el Sugar Shad Brute de Lurh Jensen, el Original Rat-L-Trap de America's Bait (considerado el señuelo más vendido en os Estados Unidos) y el Rattlin' de Rápala.

Toma nota Como ya se ha comentado líneas arriba, este artificial es bastante efectivo en la pesca de la lucioperca. Ya tenemos el señuelo seleccionado, ahora sólo nos falta elegir el color. Entre los más efectivos están el firetiger -amarillo y verde fluorescente con rayas negras-, el azul cromado, el cromado dorado y el naranja con rojo intenso en la parte superior.

No existe un equipo diseñado específicamente para estos señuelos. El más recomendable es el utilizado con los señuelos de medias aguas, ya que, al contrario que los crankbaits para aguas profundas, no ejercen ningún tipo de resistencia en el agua. Los tamaños más comunes oscilan entre la pulgada y media -casi cuatro centímetros- y las tres y media -aproximadamente nueve centímetros- de los más grandes.

Cómo fabricar tu propio pez artificial La principal ventaja de fabricarse uno sus propios peces artificiales radica en la posibilidad de crear un señuelo completamente a nuestro gusto, además de la enorme satisfacción que produce pescar con ellos. También supone un ahorro, pues, con la fabricación de tres o cuatro peces, se verá más que compensado el desembolso inicia . El principal inconveniente es e tiempo que se emplea en la construcción de cada artificial, que en muchas ocasiones será de varias horas. Se pueden hacer gran cantidad de tipos de peces artificiales. Desde articulados, los sencillos poppers, o los complicados cranckbait de profundidad -que tienen un babero algo más complejo-, en cualquier tamaño, color y diseño. Materiales • Madera de balsa. Cuadrada o rectangular, según el tipo de

peces que se quiera hacer. Se adquiere en las tiendas de aeromodelismo. Los tamaños ideales, aunque depende del tamaño del pez, son de 1,5 x 1,5 y de 2,5 x 2,5 centímetros. • Alambre fino, pero resistente.

• Anillas pequeñas de llavero. Se compran en cualquier tienda de pesca. • Lámina de metacrilato de 1,5 a 2 milímetros de grosor. Para con seguir este material, se pude acudir a cristalerías especializas. Si no lo

encontramos se pueden utilizar CD, pero con el inconveniente de no poderlo calentar porque tiende a quebrarse. Para retirar la serigrafía del CD, se adhiere a la cara pintada un trozo de precinto de embalar, y se retira con un tirón seco. • Masilla de madera de cual quier color. Es una pasta formada por dos componentes, que se mez cla y aplica con los dedos. Se puede adquirir en ferreterías. Una vez seca, tiene gran dureza y se ¡guala perfectamente con papel de lija al agua para madera. • Papel de aluminio, de cajetillas de tabaco o incluso de tabletas de chocolate, que es más fino y tiene unas pequeñas rugosidades que ha cen «más vivo» al pez artificial, se mejando las escamas. • Poteras de diferentes medidas, acordes con el tamaño del artificial. También tenemos que tener presente el pez para el que se va a emplear. Para el block bass, por ejemplo, se necesitan poteras de mayor tamaño que para la lucioperca, en tamaños de peces similares. • Estaño en distintos grosores. Es un metal muy dúctil y manejable. Se adquiere en las ferreterías. • Esmalte de uñas, o cualquier otra pintura que cubra la madera. Dan muy buen resultado las emplea-

das en el montaje de maquetas. Al ir barnizados, también se pueden emplear rotuladores, que facilitan el diseño y el dibujo que se quiera realizar sobre el cuerpo de madera. Por la facilidad de empleo para la pintura base, se emplea también pintura convencional en aerosol. • Barniz o esmalte de uñas trans parente. Ha de ser completamente traslúcido sin coloración o tono que varíe la pintura que se ha aplicado. • Cufter o navaja para trabajar la madera. Es imprescindible que corte muy bien. • Alicates para cortar y trabajar el alambre. • Tijeras grandes para cortar el plástico. • Distintos papeles de lija para madera y plástico. • Pegamento de cianocrilato o de secado ultrarrápido. • Si se desea que, además, tenga sonido, se puede incluir en el interior uno o dos rattles de los empleados en los vi ni los. Sobre todo será recomen dable utilizarlos con los peces artifi ciales que profundicen más. Pasos

1. Se dibuja en la madera la forma del pez que se quiere crear con un rotulador, teniendo en cuenta que las dimensiones se reducirán notable-

mente al comenzar a recortar madera para ciarle forma redondeada. 2. Se comienza a dar forma con el cutter, quitando las partes de ma dera inservible. Es preferible empe zar por la parte posterior, la cola del pez, ya que es la que permite ma yores errores al tener que quitar ma yor cantidad de madera. 3. Una vez que ya se tiene la forma completamente marcada, se lija bien la superficie para que quede completamente igualada.

4. Se abre el pez por la parte de abajo. Se hace un hueco para meter el «esqueleto», peso (estaño) y los rattles, si el pez los llevara. También se hace la hendidura para el babero. 5. Se fabrica un «esqueleto» de alambre, a la medida del cuerpo de madera. Hay que tener especial cuidado con las formas redondea das. Para hacerlas, es bueno ayu darse de un destornillador o algo pa recido, presionando con los alicates en los dos extremos.

ó. Se introduce este esqueleto de alambre en el interior del pez y, después, el peso y los sonajeros. Se debe prestar atención a que todos los círculos, que luego se emplearán para colocar las poteras, estén alineados. 7. Se mezclan los dos componentes de la masilla y se rellenan los huecos. Cuando esté completamente seco y se haya endurecido, se lija para igualarlo con la forma del pez.

Truco Antes de pintar cualquier pez hecho por vosotros mismos, probad cómo nada. Si no os gusta el movimiento o la profundidad a la que se mueve, retirad el babero y cread uno nuevo. De esta manera, repetiremos el proceso hasta que se consiga el movimiento deseado y podamos comenzar a pintar. También influye de una manera notable, en la natación del pez, el peso que se le ha añadido con el plomo. Este

factor también requiere probar la natación del artificial.

8. Se hace con el metacrilato o con el plástico del CD el babero (se-

gún indicaciones del capítulo anterior, en lo referente a los peces artificiales). Para recortarlo, se puede utilizar la tijera. Antes de pegarlo al pez con cianocrilato, se lijan muy bien todas las esquinas e impurezas

que pudieran quedar del corte. Un pequeño truco consiste en marcar primero con un rotulador sobre el plástico, pasar un cutter por esta línea y pinzarlo con unos alicates.

9. Si se quieren imitar las escamas de un pez, se pega el papel de aluminio con el pegamento ultrarrápido y se pinta una primera mano. Si no se quiere utilizar este papel, se

puede pintar directamente sobre la madera, aunque se recomienda en este caso darle varias manos, ya que la madera es un material poroso, en especial la de balsa, que absorbe gran cantidad de barniz hasta que se tapa el poro. 10. Se le pintan boca, ojos o cualquier otro detalle que se considere oportuno, para completar la imitación. 1 1. Se insertan las anillas y las poteras en los huecos. 1 2 . Con la laca de uñas, se le dan varias capas hasta que quede brillante. Con este material, nos aseguramos que no quede ningún poro, para que al mojarse no se reblandezca y se deteriore.

1 3. Una vez terminado todo el proceso de pintar, se pega el babero con el pegamento de cia-nocrilato. 14. Ahora sólo falta que se ponga a nadar y a pescar. Estos pasos son, de modo genérico, los empleados para la mayoría de los peces que se quieran construir. También cabe la posibilidad de hacer un señuelo como, por ejemplo, un popper, para el que no se necesitan todos los materiales reseñados ni todos los pasos mencionados. En este caso en concreto, el popper, no existe babero, con lo que el octavo paso se debe omitir.

CAPÍTULO 5

Otros señuelos Spinnerbaits Posiblemente, éste sea el señuelo más versátil para la mayoría de las situaciones, lugares y épocas. Grandes profundidades, aguas someras, turbias, cristalinas, días nublados, soleados, en verano, primavera, otoño... Pero también es uno de los menos utilizados. Todos los pescadores tenemos en nuestra caja de pesca una pareja de spinner, que raramente anudamos a nuestro sedal. El motivo es que, cuando lo hemos hecho, no se han producido todas las capturas que esperábamos, a tenor de su fama entre el circuito de pescadores profesionales: La principal razón es que, en principio, se piensa que pescar con una spinner consiste en lanzar y recoger, pero eso no es cierto, ya que la pesca con este señuelo requiere cierto aprendizaje. Comenzaron llamándole «matarróbalos» pero, como ocurre con la mayoría de los inventos americanos, terminó imponién-

dose el nombre que se le da en su tierra de origen: «señuelo que gira», spinnerbait. A simple vista no se puede pensar en nada natural a lo que una spinner pueda imitar pero, cuando la introducimos en el agua y damos las primeras vueltas de manivela, se aprecia su semejanza con un banco de peces que se desplazan conjuntamente, en actitud de defensa frente a los depredadores. En origen, este señuelo se desarrolló para la pesca de basses. A lo largo del tiempo se han empleado en la pesca de otros depredadores, como el lucio y la lucioperca. Hoy en día, existen modelos desarrollados exclusivamente para la pesca de cada especie. Para el lucio se utiliza n d e m a yo r e s d i m e n s i o n e s (1 onza), con las palas de mayor tamaño y, en algunos modelos, se sustituyen los flecos de silicona por pelo natural -como, por ejemplo, el de conejo, o el bucktail-. Para la pesca de la lucioperca se emplean modelos muy parecidos a los utili-

zados en la pesca del bass, pero con palas alargadas que, como veremos más adelante, se denominan «de hoja de olivo», mejores para la pesca en agua más profundas. Los tamaños de estos señuelos se establecen según su peso, siendo los más comunes 1 /4, 3/8 y 1 /2 onza o, lo que es lo mismo, 7, 1 0 , 6 y 1 4 , 1 gramos, respectivamente. Por debajo de estos pesos, en Estados Unidos son empleados para pescar depredadores de tamaños menores, como el crappie. Estas spinners, en nuestro territorio nacional, de 1 /8 y un 1 /1 ó de onza, están dando buenos basses en lugares donde la presión de pesca es importante y en capas de aguas superficiales. Por el lado contrario, están las que se salen de esta medida, pero por exceso: las de mayor tamaño. Existen dos motivos para que una spinner sobrepase la 1 /2 onza, en lo que a peso se refiere. El primero es que esté diseñada para la pesca del lucio o del musky, o que se emplee para pescar en aguas profundas. El segundo motivo sería su empleo para unas características determinadas. Durante el año del triunfo de Woo Daves en el Bass Master Class¡c, tuve el honor de hacerle una entrevista para una publicación espe-

cializada. Uno de los pocas enseñanzas que pude sonsacarle fue la de su selección de spinners favoritas y cómo las empleó en el campeonato mundial del año 2000. Los pesos que empleó fueron de onza y onza y media. En concreto, pescó con modelos de la casa americana Ledgebuster, marca especializada en spinners para aguas profundas. El peso también es muy importante, a la hora de determinar la profundidad que toma este señuelo una vez lanzado. Si pescamos con spinners de pequeño tamaño, aunque dejemos que desciendan hasta el fondo, al recoger tenderán a subir hacia la superficie. Si, por el contrario, empleamos spinners de un peso considerable, conseguiremos que estén durante más tiempo cerca del fondo. Esta característica puede ser muy beneficiosa, siempre y cuando se sepa con certeza que la pesca se encuentra próxima o en el mismo fondo. La spinner, se puede decir que está formada por varios señuelos. Mediante un cuerpo formado por un alambre, se une un ¡ig a una o varias palas de diferentes formas, similares a las cucharillas giratorias. Estas palas emiten vibraciones que atraen la atención de los depredadores, desatando picadas que en-

gullen elj¡g con «peluca». Si se lla fa un primer ataque, es difícil que se repita un segundo por la falta denaturalidad del¡ig. Esto se puedep a lia r, e n c ie rta m e d id a , a ñ ad iendo un vinilo de los menciona dos en el apartado «vinilos para tándems».

Las palas pueden ser de diferen tes formas y tamaños. De esto penderán de la acción y las vibraciones del señuelo en su conjunto. Las las pa pueden ser de tres formas: • Colorado. • Indiana. • Willow leaf u hoja de olivo.

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Las dos primeras son muy similares. Las palas «Colorado» son algo más anchas que las «Indiana», aunque normalmente es más utilizada la primera en diferentes tamaños. Estas palas, a la mínima tensión, comienzan a girar, con lo que se podrán utilizar a diferentes velocidades de recogida. Baten gran cantidad de agua y son recomendadas para capas más superficiales, ya que tardan más tiempo en descender y en la recogida rápidamente pierden profundidad. Se pueden utilizar con éxito en aguas turbias, ya que emiten gran cantidad de vibraciones. Todo lo contrario ocurre con las palas Willow Leaf. Son alargadas, con la silueta de una hoja de olivo. Necesitan algo más de velocidad para que comiencen a girar. Baten menor cantidad de agua y se emplean en aguas de mayor profundidad, por descender rápidamente y no tener una tendencia tan acentuada como las «Colorado» a subir, aunque estas últimas crean mayores vibraciones. El ángulo que forma es mucho menor que el de los otros tipos de palas, que pueden llegar a formar ángulos de 90° con el esqueleto de la sp'mner. El número de palas, independientemente de la forma, puede va-

riar. Como mínimo tendrá una y, como máximo, se utilizan cuatro. Estas spinner con tantas palas simulan ser un bálamo de peces y presentan siempre forma de hoja de olivo. Las spinner formadas por varias palas se pueden combinar con los diferentes tipos de palas para sumar las ventajas de cada forma y, a la vez, emitir diferentes frecuencias de vibraciones para atraer a los peces. Cuando la spinner está formada por una sola pala, está situada en el extremo del brazo de alambre, y puede ser de cualquier tipo. Si está formada por dos palas, denominada «tándem», se combinan las dos palas iguales o cada una de un tipo distinto. Si es asi, la pala con forma de hoja de olivo ha de situarse al extremo del alambre, ya que, al ser más larga y formar menos ángulo con el cuerpo, tendería a golpear la de detrás, impidiendo que girase. Un detalle muy a tener en cuenta es que estas spinner formadas por varias palas, al recoger, tenderán a subir hacia la superficie. Si se quiere pescar en aguas muy profundas es mejor utilizar las de una sola pala. Algunas palas tienen dibujos, ojos o incluso cortes que alteran la forma original del tipo de pala. Las palas con dibujos y ojos son recomendables para aguas claras, al ser

más naturales. Otra forma de pescar con estas spinners más naturales es «a golpes», o incluso «a la caída». El motivo de realizar variaciones en las palas, se debe al intento de modificar la frecuencia que emiten. La pesca, como todos sabemos, cada día atrae a más aficionados y, por consiguiente, las aguas sufren mayor presión. Cualquier variación que altere la silueta de la pala del tipo original conseguirá que ésta emita vibraciones distintas a las de las otras spinners. Este es el caso de las 38 Special de Strike King. Sus palas en forma de olivo presentan dos cambios de silueta a ambos lados, haciendo que emita vibraciones distintas a las de cualquier otra pala con esta forma. Como resumen de todo lo hablado sobre las palas, se puede decir que las palas Colorado e Indiana emiten mayores vibraciones, con lo que se utilizan para aguas turbias, pero tienden a subir a la superficie. Mejor para aguas medias o someras. Las palas de hoja de olivo o willow leaf, las alargadas, emiten menos vibraciones, pero bajan más rápidamente al fondo y se pueden mantener allí más fácilmente y durante mayor tiempo. El tamaño de las palas se numera de igual manera que las cu-

charillas giratorias. El tamaño menor corresponde a las de numeración 00 (doble cero), y va aumentando el tamaño hasta el 7. Ciertos fabricantes establecen tamaños intermedios -de media unidad-, pero sólo para palas willow leof, que varían más la longitud de una medida a la siguiente. Otra parte principal de una spinner, es el jig. Es el elemento que el pez ataca, una vez atraído por la acción de nuestro señuelo. El jig, a su vez, se compone de cabeza de plomo, flecos o «peluca» y anzuelo.

Truco Para comprobar el afilado de una azuelo, se prueba a arañar con la punta la uña del pulgar. Si se marca, estará en condiciones para clavarse a la perfección en la dura boca de cualquier depredador.

El plomo hace que, al recoger, se sitúe el jig en la parte de abajo y las palas por encima de éste. El anzuelo queda hacia arriba, con pocas posibilidades de enganche. Éste es el motivo por el que se emplea mucho la spinner para pescar

en aguas con abundantes obstáculos y en aguas profundas. Los enganches son prácticamente nulos. La forma de la cabeza de plomo varía dependiendo del peso de la spinner y del fabricante, aunque la tendencia es la de crearlas muy realistas, con la forma alargada de un pequeño pez, con grandes ojos de brillantes colores. El color y la calidad de los flecos son de vital importancia para la eficacia de una spinnerbait. Los flecos tendrán que ser preferiblemente de un caucho resistente, vistosos y en gran cantidad, para dar volumen al conjunto.

El color de los flecos influye de igual modo que en cualquier otro señuelo, por lo que se seguirán las recomendaciones del primer capítulo. Es este el elemento que aporta el color a la spinner. Los materiales de construcción dependen de la calidad de la spinner. La tendencia actual pasa por la utilización de uno de los metales más duros: el titanio. Sobre todo, se emplea en la construcción del brazo, ya que es la parte más sufrida de toda la spinnerbait. Entre las palas, a lo largo de la estructura de alambre, se insertan diferentes cuentas de plástico o metal, que facilitan que las palas giren sin ninguna dificultad.

Truco

Toma nota

En muchas ocasiones, los flecos de las spinnerbaits sólo duran una temporada, al quedarse en la caja de señuelos apelmazadas unas contra otras, y se vuelven inservibles. Un método para asegurarse el perfecto estado de los flecos, consiste en impregnarlos con polvos de talco después de cada salida de pesca. También hay que resguardarlos de las altas temperaturas.

Existen algunos modelos de spinners que tienen la parte del brazo de las palas fabricado en un material flexible en lugar de rígido. Así se consigue que, cuando el pez engulla el señuelo por completo, este alambre se doble y así se pueda clavar en el anzuelo del jig. Uno de estos modelos es de Teeth, que tiene una parte del brazo construido de alambre, formado por varios filamentos flexibles.

Cualquier spinner puede variar su diseño, forma, acción y peso. Si queremos cambiar el diseño y la acción, bastará con modificar los diferentes tipos de palas a nuestro gusto. Para variar el peso de este señuelo, justo por encima del ¡ig, en el brazo de alambre, se colocan plomos de tipo perdigón que, al hacer más pesado al conjunto, hará que tome aguas más profundas en menor tiempo. Después de cada variación, hay que observar si la spinner continúa trabajando correctamente y sus palas giran a la perfección. Es vital que el peso que tenga el jig obligue a descender a la spinner hacia e

fondo con la suficiente fuerza como para hacer girar la pala o, cómo mínimo, la del final, si se trata de un «tándem». El momento de la caída del señuelo hacia el fondo es uno de los más querenciosos, en el que se produce un gran número de picadas, con este o cualquier otro tipo de engaño. Ahora llega el momento más complejo, pero a la vez más importante dentro del gran mundo de las spin-nerbaits: dónde utilizarlas y cómo. La primero que hay que señalar es que este señuelo se puede utilizar en cualquier condición, pero eso no significa que se utilice de igual forma.

La manera más sencilla de pescar con una spinneres lanzar y recoger. Hasta aquí todos sabemos hacerlo, pero la diferencia radica en elegir correctamente en qué capa de agua pescar con ella y a qué velocidad. Respecto a esto último, depende di-

rectamente de la especie objeto de pesca y de su actividad. Para lucios y luciopercas, la velocidad de recogida ha de ser mayor que para el boss, que en muchas ocasiones la detecta y la examina a la perfección hasta que se anima a atacarla.

Cuando los peces están en momentos de baja actividad, se recomienda pescar con la spinner a la velocidad mínima. ¿Y cuál es esta velocidad? Muy sencillo. Basta con observar, en un lance cercano, la velocidad mínima a la que giran las palas. Con cañas sensibles e hilos de un diámetro relativamente bajo, 10 o 1 2 libras, se puede sentir perfectamente cuándo giran las palas.

Truco Cuando lances la spinner, hay que asegurarse de que cae perfectamente y el hilo no se enrolla en cualquiera de los dos brazos. Un pequeño truco, que en muchas ocasiones es muy efectivo, consiste en -justo antes de que la spinner toque el agua-parar la salida del hilo del carrete. Entonces se tensará el hilo, y el jig y las palas quedarán detrás. Es muy importante bloquear la salida del hilo con la mano y no con el pick up, que se tiene que cerrar cuando la spinnerbait ha llegado a la profundidad adecuada.

Si se cierra antes, en la caída se acercará hacia nosotros reduciendo en varios metros la longitud del lance.

Una de las grandes ventajas que tiene este señuelo es la gran cantidad de agua que bate. Esta característica se puede utilizar cuando no se sabe dónde están los peces. El método es bastante sencillo. Para localizarlos horizontalmente, bastará con hacer diferentes lances en forma de abanico, comenzando por la zona de la orilla que se tiene delante y terminando por la orilla que se tiene detrás o, si se pesca desde embarcación, de orilla a aguas abiertas o, cómo se dice en el argot, «de dentro a fuera». Lo que resulta más complejo es localizar la pesca verticalmente, y éste es el momento de las spinners. En el primer lance se deja que nuestro engaño toque fondo y, mientras va descendiendo, comenzamos la cuenta. Después de varios lances dejando que toque fondo, si no ha habido resultados positivos, se cierra el pick up un poco antes y recogemos. Así se repiten los lances y si, al igual que antes, los resultados no llegan, se vuelve a restar otra fracción de tiempo. Si se sigue sin producir ninguna picada, se vuelve a restar, hasta. que demos con la capa en la que se encuentran los peces. Este sistema es algo tedioso, pero muy fiable. Cuando hay .mucha profundidad, para aumentar el ritmo del sistema,

se puede reducir el tiempo de espera, aunque no es muy recomendable, porque los peces se suelen situar en una capa de agua donde se encuentran a gusto o simplemente está su alimento. Si establecemos una variación de unos dos metros -según el peso de la spinner- de un lance a otro y si los peces se encuentran con poca actividad, aunque noten la presencia del señuelo no recorrerán distancias largas, «malgastando» energías. Otro método para pescar con spinner, muy útil para cuando los peces están pegados al fondo o suspendidos cerca de él, es arrastrar con pequeños golpes de muñeca la spinner por el mismo fondo. Para esta técnica es recomendable utilizar spinners de gran tamaño, para que se mantengan más fácilmente en esa profundidad. Esta forma tan peculiar de pescar es la que emplea Woo Daves con sus grandes spinners y, como se puede comprobar, con muy buenos resultados. Esta técnica también resulta muy efectiva en la pesca de luciopercas, muy dadas a situarse en as capas de agua más profundas. Otra forma muy efectiva de pescar con una spinnerbait, consiste en pasearla a lo largo de las orillas, a una distancia de uno o dos metros. Este es el lugar por el cual suelen de-

ambular los peces de menor tamaño, en busca de alimentos y protegiéndose de los voraces depredadores, que no dudarán en acercarse si presienten una captura. Los desplazamientos de los pececillos suelen ser realizados en grupo o en báamo, que es precisamente lo que imita una spinner. De ahí su gran efectividad en este lugar. Otro lugar en el que este señuelo destaca es en las puntas, en los extremos de tierra que se internan en el agua. Cuando los depredadores se sitúan a ambos lados de las puntas, cosa que se suele dar muy frecuentemente, es porque los pececillos se concentran en la arista imaginaria que forman los lados de la punta. La técnica consiste en realizar lances sobre esta unión o muy próximos a ella, incluso paralelos a este borde, por debajo del mismo. En los días nublados o con lluvia, la pesca se altera. O pican mucho, o no entran a nada. La característica de estos días es la oscuridad que hay en el ambiente y, por supuesto, en el agua. La spinner es un señuelo que obtiene excelentes resultados en estas condiciones; de hecho, muchos pescadores profesionales sólo pescan con ella en días así. Al contrario que con otras técnicas, para la pesca con spinner no

se ha establecido un equipo exclusivo. Aunque este señuelo es muy voluminoso y, por tanto, ofrece bastante resistencia al aire cuando se lanza. Una caña de 7 pies será mejor que una de menores dimensiones, al colocar esta extraña cucharilla a mayor distancia. Por este mismo motivo es más difícil realizar lances precisos. Una caña con acción heavy pondrá el señuelo en el lugar exacto, pero a menor distancia que una. medium-heavy que, al curvarse más al lanzar, la impulsará

a más metros. Es el momento de la elección personal, pero eso sí, pensando siempre en cañas algo largas que realizan lances más largos. Algunos de los modelos más utilizados en aguas españolas son los de las marcas Teeth, Strike King, Bomber, DaMiki y Berkley.

Buzzers Existen decenas de tipos de señuelos cuyo nombre alude a alguna de sus características: ya sea a su forma, al ser al que imita, a sus co-

lores, al sonido que emite, etc. Y también puede aludir a su particular acción. Este es el caso del buzzer. Quien haya probado uno de estos engaños, sabrá a la perfección que ese «hi 17777» onomatopéyico proviene de su pala al romper la superficie del agua. Este señuelo es otro de los tantos que apenas se utilizan, aunque tiene una demostrada eficacia. Tal vez nos parezca demasiado ruidoso a los pescadores, pero la verdad es que al bass este ruido le excita y provoca una de las picadas más espectaculares en cualquier tipo de pesca. El bass ataca desde abajo, rompiendo la superficie con un salto en el que llega a asomar todo el cuerpo. Algo digno de ver. Otra desventaja, de cara al pescador que no lo conoce, es la de su peculiar forma, ya que no se parece nada. Quizá dentro del agua simule ser un pez que persigue a un grupo de alevines, pero la verdad es que esta situación no es tan ruidosa como la que representa el buzzer. Este señuelo está destinado a la pesca del black bass. Sin embargo, en masas de agua donde este centrárquido comparte habitat con el lucio, al tentarlo con este señuelo, este último puede atacarlo sin ningún recelo, aunque no sea preci-

samente el lucio un pez de aguas superficiales. Al igual que la spinnerbait, el buzzer está compuesto por un alambre. En un extremo hay un jig y en el otro una pala, que marca la diferencia con respecto a cualquier otro señuelo. El ¡ig es muy similar al que tienen las spinner, formado por un anzuelo con una cabeza de plomo y una «peluca» o faldón de vistosos colores. La única diferencia es que la forma del plomo, en el buzzer, es mucho más alargada, lo que le permite introducirse entre la vegetación sin trabarse. La pala de un buzzer es, como ya se ha dicho, su seña de identidad. Se asemeja a un molinillo. Suelen estar fabricadas en metal o plástico duro. Las metálicas se deforman con el paso del tiempo y hay que colocarlas a mano. En cambio, las de plástico se deterioran y llegan a romperse pero, claro está, no en un par de temporadas. Hay que tener especial cuidado con ambos materiales en lances sobre rocas, árboles o cualquier obstáculo que tenga cierta dureza y, después, revisar su estado y si gira correctamente. Esta pala puede estar formada por un número distinto de elementos. Si se compone de dos se denomina «two-wing» -dos alas o aletas-; de tres, «three-wing» y de cuatro, «four-

wing». A mayor número, más vibraciones emitirá el buzzer. Otros buzzers presentan una o dos palas colocadas sobre distintos brazos de alambre. A los que tienen dos palas se les denomina «buzzers

dobles». Poseer estas dos palas repercute en el mayor número de vibraciones y de diferente frecuencia. Pero, sobre todo, en la estela que produce -que es mucho más amplia- y da impresión de mayor vo-

lumen o, traducido al idioma de los peces, más comida. Al igual que ocurre con la spinner, no hay un equipo específico para la pesca con buzzer, pero uno que se adapta muy bien es el que se utiliza con la spinner. Cañas de 7 pies de acción medium-heavy. La forma de pescar con el buzzer, a priori, parece de las más sencillas: lanzar y recoger. Pero cuando se lanza este artilugio por primera vez al agua y se intenta pescar, las cosas cambian y nos damos cuenta de que requiere cierto aprendizaje. Se tiene que conseguir recoger a una velocidad suficiente para que la pala o las palas «caminen» sobre la superficie y la rompan. Si se trabaja este engaño demasiado rápido, desatará igual o incluso mayor número de picadas, pero el problema es que el pez no «atinará» a morder el jig, y nuestra desesperación aumentará cada vez que un bass salte fuera del agua intentando coger el buzzery nosotros se lo quitemos de la boca. Esto no significa que se tenga que recoger a una Velocidad continua. De

vez en cuando es bueno alterar esta recogida aumentando o disminuyendo su ritmo. Incluso mediante tirones con la caña. Otro problema añadido al manejo de este artificial es que no flota (como

consecuencia de los materiales con que está fabricado), pero se ha de mantener en la misma superficie para que sea efectivo. Esta es la principal dificultad que presenta: la de mantenerlo en el lugar adecuado. Después de estas líneas, parece que el buzzer es un señuelo que no pesca muy bien, y nada más lejos de la realidad. Lo que ocurre es que se ha de usar en el momento adecuado. No pesca de igual manera en cualquier época del año. Otros señuelos, como por ejemplo una lombriz de vi-nilo, con diferentes montajes, puede pescar durante todo el año, con mejores o peores resultados, pero pescando. El buzzer puede capturar en el momento cumbre decenas de peces y durante el invierno, por ejemplo, no pescar nada. Ahora, la pregunta que pasa por la mente de cualquier lector es la de cuál es ese momento mágico en el que se debe utilizar. Para simplificar, diremos que es cuando el bass tenga bastante actividad. Una buena ocasión para la pesca con buzzer es antes y durante la freza -en este periodo se impone el método de «captura y suelta» riguroso, para asegurar la pesca del futuro. El que el buzzer sea un señuelo de superficie no significa que no se pueda emplear en lugares donde la

profundidad supere los tres metros. Con su característico sonido, atrae a cualquier pez situado por debajo del mismo, que no dudará en subir directamente a engullirlo de un bocado. Este señuelo se muestra especiamente efectivo en zonas de vegetación, donde se esconden los pececillos y donde los basses se acercan en busca de alimento.

Toma nota Tanto a las spinners como a los buzzers se les puede añadir un vinilo con acción propia, como un twistero un pikie, para montar un «tándem». Véase el capítulo de vi ni los para saber cómo hacerlo.

Los buzzers más utilizados, con diferencia, son el Buzz King de Strike King, Lurh Jensen y el de Roland Martin.

FHpping ¡igs Existen diversos tipos de jigs: los ¡igs propiamente dichos -anzuelo de cabeza plomada-y los flipping ¡igs. Los primeros ya han sido comentados en el apartado de montajes, por lo que es el momento de los flipping. Reciben este nombre por el estilo para el que, en un principio, fueron diseñados, pero en la actualidad se pesca con ellos de muy diversas formas. Por regla general, este señuelo no es muy efectivo por sí sólo. Necesita la incorporación de un vinilo o de una «tira de cerdo», para formar un «tándem» o trailer. Algunos de los

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más empleados son los cangrejos de vinilo -varios modelos, diseñados para tal función- o las imitaciones de rana de «piel de cerdo». Con estos

complementos, el jig arrastra hacia el fondo al vinilo que, ¡unto con los flecos, constituye un cebo de gran movimiento y vistosidad.

Toma nota Las tiras de cerdo, o pork rínd, es uno de los señuelos más antiguos. Se puede decir que es el principio del vinilo, ya que han sido su textura y formas las que se han intentado imitar con la fabricación de estos señuelos en plástico blando. Se emplean como complemento para otros señuelos, como cucharillas -sobre todo ondulantes-, jigs, spinners y buzzers. Aunque también pescan por sí solos, pero con menor efectividad. Existen diversas imitaciones en pork rind, pero la que más se emplea es la de rana. Es similar a un twister de doble cola, todo un clásico en este material. Su nombre lo recibe por la materia prima con la que está construido, piel de cerdo o, como se diría por aquí, «corteza de cerdo». Normalmente, tiene una cabeza, una parte más ancha, que es por donde se ensarta el anzuelo o potera, que es el propio tocino de la piel. Estos señuelos vienen almacenados en unos botes con salmuera para la protección y mantenimiento de las tiras. Por este motivo hay que preservarlo de las temperaturas extremas. Si hace mucho calor se seca rápidamente y el líquido se evapora, quedando la tira demasiado dura para su utilización. Si, por el contrario, la temperatura es demasiado

fría, se congela el líquido y no se pueden sacar del bote, además de quedarse rígidas. Los peces se darían cuenta de que nuestra rana está tiesa, y nunca mejor dicho. Una de las cualidades que tiene este engaño es su textura. Es extremadamente suave. Un pez, al picar, puede retenerlo en la boca durante varios segundos, regalándonos un tiempo extra para clavar firmemente. Este eficaz complemento para otros señuelos se está dejando de emplear. Los motivos son varios: • Al colocarse en el señuelo, su duración es limitada. No puede estar fuera del agua durante mucho tiempo, porque se secaría. • Su manejo es algo engorroso. Se mojan los dedos con la salmuera de conserva y el tacto es demasiado natural. Es como anzuelar un pedazo de beicon. • El transporte resulta también algo complejo, porque deben ir en los correspondientes botes, cada tipo por separado. Y hay que tener es pecial cuidado con el líquido. Es mejor transportarlos aislados del resto del material, en una bolsa de plástico completamente hermética.

Aún así, después de tantos inconvenientes, es un cebo que merece la pena probar y, por supuesto, pescar con él. Es, con diferencia, el mejor complemento para cualquiera de los señuelos nombrados. Simplemente hay que tomar ciertas precauciones. Algunos pescadores se atreven a afirmar que la tira de cerdo tiene los días contados, pero nada más lejos de la realidad. Quien ha probado con éxito un pork rind no duda en volverlo a anzuelar en su próxima salida de pesca. Los modelos más utilizados de este tipo de señuelos son el Spin Pork Frog, el Jumbo Frog de Únele Josh y el Pig Tai! Trailer, de Strike King.

Los pesos entre los que oscilan varían desde el octavo de onza, los más pequeños, a la onza, los mayores, aunque los más utilizados son los de cuarto, tres octavos o media onza -7, 10,6 y 14 gramos, respectivamente.

Un'/'/g está compuesto por dos elementos, fundamentalmente: anzuelo con cabeza plomada y flecos o «peluca». La cabeza plomada puede tener diferentes formas, para evitar el enganche con el fondo. Aparte de este método «antienganches», llevan

un sistema que asegura que no se trabe el jig. Consiste en fibras de plástico duro que tapan el pincho del anzuelo que, al morder al pez, deja al descubierto. Esta cabeza tiene diferentes colores, de acuerdo con el color de la «peluca», que es la que marca el color en el señuelo. Para su elección, bastará con seguir los pasos del primer capítulo, aunque hay que tener en cuenta que es mejor combinar los colores con el señuelo que haga el trailer con el jig. Cangrejo rojo, flecos rojos; rana verde, flecos verdes. Estos flecos son de silicona y, al mover el j¡g, se abren y cierran ejecutando un movimiento con mucha vistosidad y naturalidad, que es, junto con la acción del vinilo o tira de cerdo, lo que provoca la picada. Muchos de los modelos de jigs comercializados en la actualidad tienen rattles o, lo que es lo mismo, sonajeros que emiten vibraciones en diferentes frecuencias para atraer a los peces. La caña idónea para la pesca co n e s t o s se ñ u e lo s e s d e ó a 7 pies, cuando se pesca como un jig normal. Si se está pescando con estilo flipping, la longitud será algo superior: 6 pies y medio, con la posibilidad de emplear cañas con el mango retráctil, que la alar-

gan hasta los 7 pies. Las acciones serán medium-heavy o beavy, para el primer tipo; para el segundo, es recomendable emplear mejor cañas muy duras, de acción heavy. El motivo es bien sencillo. Si, unido a que el anzuelo del jig es bastante ancho, está cubierto de las fibras «antienganches», habrá que propiciar un cachete considerable para que se clave el pez. También, pescando con estilo flipping, se suele colocar el jig entre los obstáculos sumergidos -en esto se basa esta técnica- y, una vez que pica el pez, si no se saca rápidamente de ahí, es posible que rompa la línea o la enrede en el mismo objeto sumergido. De ahí que se necesiten cañas potentes para pescar con jigs. La pesca con jig es recomendada para las bajas temperaturas. En verano e invierno, busca los basses a gran profundidad. Para que este engaño se muestre completamente efectivo, ha de manejarse siguiendo un sencillo patrón. Una vez que se ha lanzado y ha llegado al fondo -siempre con el pickup abierto, pero con el hilo entre los dedos dejándolo salir para notar la picada-, se comienza a traer el jig por el fondo a pequeños saltos. No tienen que ser regulares ni continuos.

Al contrario, será más efectivo si son aleatorios e incluso de diferentes intensidades. Basta con observar la realidad. Ningún cangrejo salta, cuenta dos, vuelve a saltar y vuelve a contar. Más bien salta, salta, se para. Salta, hace una parada interminable, al final vuelve a saltar. El truco radica en tener en mente siempre lo que nuestro señuelo está haciendo por el fondo. A cada salto, el conjunto formado por el jig y el cangrejo, por ejemplo, volverá a caer al fondo y éste es el momento en el que se produce el mayor número de picadas. Es un señuelo que requiere mucha paciencia. Es muy lento y laborioso. Después de lanzar casi una treintena de metros -por el peso del jig-, pueden pasar varios minutos hasta que otra vez se vuelve a lanzar. Uno de los mayores errores que se produce pes-'cando con j¡g es que el pescador recoge continuamente. Es el pescador el que aporta el movimiento y la acción al señuelo. Algunos pescadores, entre salto y salto, o entre una consecución de varios saltos y otra, esperan algunos segundos. Esta técnica es especialmente efectiva si los peces se muestran recelosos a picar, tienen poca actividad o estamos en un lugar con cierta presión de pesca.

Truco Cuando estés pescando con ¡igs, no dudes en montar un hilo de mayor resistencia. Pescando basses, 1 2 , 14 o incluso 1 ó libras será una resistencia adecuada para, aparte de poder recuperar los ¡igs enganchados, sacar los peces de entre los obstáculos.

En España, el flipping ¡ig no es un señuelo particularmente utilizado. Si bien es cierto que, en Estados Unidos, hay verdaderos profesionales que sólo pescan con este engaño. Algunos de los modelos más utilizados son el Rattlin Pro Modeljigs y el Bitsy Flippin'Jig de Stríke King; el Rattling-Flipping Booza Bug de Zorro Baits; y los de la marca Stanley Jigs.

Señuelos «antihierbas» o «antienganches» Dentro de esta categoría, englobamos todos aquellos señuelos que tienen el cuerpo de plástico blando, en el que ocultan los anzuelos. Están especialmente diseñados para la pesca en aguas con mucha vegetación. Estas zonas están formadas por nenúfares, algas -que, ancladas en

el fondo, llegan hasta la superficiee incluso arbustos sumergidos a consecuencia de una crecida en el nivel, lugares muy propensos para la pesca de cualquier depredador. Aunque nuestras aguas, por regla general, no poseen la misma cantidad de vegetación que en otros países, como por ejemplo Estados Unidos -donde en algunos lagos existen praderas de nenúfares de varios kilómetros de longitud-, sí que hay grandes bosques de algas muy cercanos a las orillas, y los frecuentes cambios de nivel producidos por trasvases o largos períodos de sequía provocan que numerosas plantas queden cubiertas por el agua. El motivo de la efectividad de estos señuelos es bien sencillo: estas zonas verdes son empleadas por los pececillos para ocultarse, lo que no pasa desapercibido para ningún depredador. Si fuesen señuelos hundidos, de ninguna manera se podría salvar la vegetación, aun con el anzuelo escondido en el cuerpo. Al ser de superficie, no se traban con los obstáculos y se vuelven más efectivos, ya que los depredadores se sitúan al acecho debajo de la vegetación, atentos a cualquier alimento posible que pase sobre sus cabezas. El que todos sean de superficie no significa que naden y funcionen de

igual modo, ni que se pesque de forma semejante. Los señuelos «antihierbas» son imitaciones bastante realistas de pequeños ratoncillos o ranas que, en sus desplazamientos, nadan a poca profundidad. Son bocados exquisitos para basses y lucios. Otros modelos son similares a los puros de superficie de plástico o de madera, pero los construidos en silicona tienen la ventaja de que no se enganchan bajo ninguna circunstancia. Otra característica muy importante de estos engaños es la de capturar peces de gran tamaño. Como cualquier otro señuelo, tiene ciertas ventajas y desventajas. Los «pros» ya los hemos visto y, como «contras», presenta que, al ser fabricado en material blando, resiste a la perfección el ataque de un bass, pero no los más de 700 dientes del lucio; sin embargo, comprobando la efectividad y el precio, en la mayoría reducido, de estos engaños, merece la pena perseguir al exócido con estas joyas saltarinas. Una picada en superficie es mucho más espectacular que cualquier otra. Ver cómo el pez rompe el agua saltando hacia el señuelo es uno de los momentos más queridos por la gran mayoría de los pescadores de depredadores con señuelo artificial.

Volviendo a sus características, el otro inconveniente que tienen los señuelos «antienganches» es que, después de varios lances, se llenan de agua, perdiendo su movimiento original. Para vaciarlos, bastará con apretar, con el señuelo hacia abajo, su blando cuerpo -atención a los anzuelos que quedan al descubierto-, que expulsará toda el agua de su interior. Un modelo innovador en este apartado es el Weed Demon, de la casa americana Snag Prof, que

viene prácticamente sellado para evitar que entre agua, pero, aún así, tiene un orificio de salida en la parte posterior del cuerpo, por el que se eliminará todo el líquido que tenga en el interior. Por regla general, estos señuelos están provistos de unos anzuelos diseñados exclusivamente, para que puedan quedar ocultos en su cuerpo blando. Son anzuelos dobles de grandes dimensiones que se sitúan a ambos lados del cuerpo. La efectividad de este engaño radica en que, al picar el pez, aplasta el cuerpo y deja al descubierto las afiladas puntas de los anzuelos, que se clavan casi por sí mismas. El cuerpo, al ser voluminoso y poco pesado, necesita cierto peso añadido para lograr grandes lances, así como

para poderlo manejar con viento. Esta necesidad de peso la resuelven en algunos modelos los fabricantes, situando lastre en la parte posterior del cuerpo, para que ésta quede hundida y permanezca en la super-

ficie, o incluso fuera de ella, la cabeza, imitando la forma de nadar que tienen, por ejemplo, los ratones. Otros modelos llevan el peso en el interior del cuerpo, enrollado en las tijas de los anzuelos.

Toma nota Wolking the Dog o «paseando al perro». Es una técnica empleada para la pesca con señuelos de superficie. Consiste en, una vez lanzado el señuelo, recoger dando tirones con la puntera de la caña muy baja, moviéndola de izquierda a derecha y haciendo pausas aleatorias. La efectividad de esta técnica radica en la velocidad de recogida y el tiempo de las pausas. La velocidad, normalmente, es más efectiva si es menor, aunque, si el pez tiene mucha actividad, es mejor hacer la presentación a mayor velocidad, con las pausas más lentas. Para peces resabiados o inactivos, resulta más productivo realizar pausas más frecuentemente y de mayor duración, para dar tiempo al pez a que localice el señuelo y se decida a atacarlo. Esta técnica es muy empleada a lo largo de toda la primavera y el otoño, y en verano, en las primeras horas del día, anochecer e incluso, si la legislación del lugar lo permite, durante la noche. Las cañas que se utilizan para esta técnica serán de unas medias comprendidas entre los ó y los 7 pies (1,8 y 2,1 3 metros), aunque las de menores dimensiones nos ayudarán a manejar con mejor acción los señuelos. La acción de las mismas será médium o médium heavy (media, media-dura). Esto nos asegurará grandes lances y el correcto balanceo de los señuelos sobre la superficie. Esta técnica se puede emplear con señuelos «antihierbas», poppers, chuggers, «paseantes», hélices, softbaits de vinilo sin plomar, o cualquier otro que se deslice sobre la superficie.

Dentro de la vegetación sumergida, existen unos lugares que son más querenciosos que otros. Los nenúfares proveen de sombra en verano -a la vez que de un excelente cazadero- a los basses, que esperan la caída de insectos o cualquier otro tipo de comida. La sombra es un localizador de peces muy a tener en cuenta. No todos los bordes de un «bosque» de nenúfares se proyectan hacia fuera y la pesca por encima de los mismos puede resultar muy dificultosa. Teniendo en cuenta estos dos factores, queda claro que la pesca se ha de buscar lanzando paralelamente al borde de la vegetación, cuanto más cerca de ella, mejor. Un lance muy efectivo consiste en colocar el señuelo sobre el borde de la misma vegetación y, con un sinuoso movimiento, hacer que caiga al agua como si un ratoncillo hubiese decidido darse un baño. En las marañas de algas, los depredadores se mueven por los pasillos que éstas forman, buscando algún despistado que llevarse a la boca. Se trata, pues, de localizar estos huecos entre la vegetación y colocar ahi

el señuelo.

Truco Estos señuelos son muy adecuados en recogidas a cua-quier velocidad; sin embargo, con una recuperación lenta y con pausas frecuentes y relativamente largas, aumenta su efectividad, como ocurre con la gran mayoría de los artificiales de superficie.

Si encontramos vegetación que ha sido cubierta por el agua, con pasillos entre cada arbusto o árbol, debemos pescar de igual manera que con algas; pero si son plantas esporádicas, se ha de lanzar lo más próximo posible al tronco de mayor grosor. Las piezas de mayor tamaño tienen como cazadero los mejores lugares. En algunos momentos del día, como durante el amanecer y al atardecer, son igualmente efectivos que cualquier otro paseante, sin necesidad de tener cobertura vegetal, trabajando la acción del mismo modo.

GLOSARIO

Ancoretas. Ver poteras.

Formado por dos o más piezas de metal

Bala. (Plomo de). Plomo específico para

giratorias, es empleado para evitar el de-

montajes como «Texas» y «Carolina». Su nombre lo recibe por la similitud que guarda con la munición.

terioro de la línea. Flipping jig. Señuelo constituido por un j¡g o anzuelo de cabeza plomada, junto con

Brush. Ver pajarito.

unos flecos o «peluca». El anzuelo va pro-

Cacea. Ver curricán.

tegido de los enganches con diferentes

Carolina. Montaje muy utilizado para la

barbillones de plástico.

pesca con salamandra de vinilo, en ¡a

Hélices. Tipo de «paseante» de superficie

que ésta pierde peso gracias a un termi-

construido en madera o plástico, con la

nal de¡ propio nailon, con lo que se

característica de tener en la parte ante-

mueve con mayor libertad y sortea los

rior y/o posterior una o dos hélices.

obstáculos del fondo.

Jerkbait. Pez artificial de formas alargadas

Chugger. Popper pero de mayores dimen-

similares a las de un pez pasto. Existen

siones y con el cuerpo del mismo diá-

modelos para la pesca a cualquier pro-

metro prácticamente.

fundidad.

Cranckbait. Pez artificial de profundidad

Keeper. Montaje similar al «Texas», con la

construido en madera o plástico. Nor-

peculiaridad del anzuelo, que tiene un

malmente, suele tener un cuerpo rechon-

barbillón para sujetar el vinilo.

cho y un largo babero.

Leech. Ver sanguijuela.

Curricán. Técnica de pesca que consiste en

Lippless. Pez artificial de profundidad, que se

pasear, a menudo con la ayuda de una

caracteriza por la ausencia de babero. Con

embarcación, a distinta velocidad, un se-

mucho sonido interior y de formas planas.

ñuelo. Esmerillón.

Madera de apache. Similar a la madera de Quitavueltas,

emerillón

o

mosquetón, para los de mayor tamaño.

balsa, pero mucho más resistente. Prácticamente de la misma flotabilidad.

Madera de balsa. Madera muy liviana con

Suele imitar a alevines. Muy indicado

gran flotabilidad, empleada para la con-

para la pesca del lucio y del black bass.

fección de peces artificiales y flotadores

Sticbait. Vinilo del tipo softbait alargado,

o boyas. Pajarito. Señuelo de vinilo con dos «alas» pegadas a cuerpo y una o dos colas en

con la forma de un palo. Tándem. Conjunto unitario formado por dos o más señuelos.

forma de hoz. Se utiliza principalmente

Texas. Montaje para vinilos en los que el

para la pesca del black bass, con técni-

anzuelo va con la punta dentro del pro-

cas como el pitching y el flipping. De

pio cuerpo del artificial. Se le añade

gran tamaño y volumen.

un peso denominado «plomo bala».

Pegamento de cianocrilato. Pegamento de secado ultrarrápido, también conocido por «loctite».

Muy utilizado para la pesca del bass aguas profundas. Trailer. Ver «tándem».

Popper. Señuelo artificial de superficie que

Vinilo. Material plástico blando emple-

emite al moverlo característicos «pops»

ado para la realización de gran nú-

sobre el agua.

mero de señuelos destinados a la

Poteras. Anzuelo triple formado por tres sim-

pesca de depredadores. Tiene, como

ples unidos por su tija, con un pequeño

principa! ventaja, su bajo precio y así

ojal para anudarla. Se empela prin-

como su mucha efectividad, y como in-

cipalmente en peces artificiales y cucha-

conveniente, la facilidad de algunas es-

rillas.

pecies, como el lucio por ejemplo,

Propbaits. Ver hélices.

para dañarlo.

Raftles. Cápsulas de metal o cristal de pe-

Wobblers. O señuelos «caminadores».

queño tamaño, que se insertan en el in-

Peces artificiales con un babero metá-

ferior de los vinilos. También peces artifi-

lico, que «caminan» sobre la superficie

ciales de profundidad sin babero, llamados W/pp/ess».

del agua. Wormhook. Traducido literalmente, «an-

Sanguijuela. Artificial fabricado en vinilo

zuelo para lombrices». Fue diseñado

para la pesca de depredadores. Imita al

exclusivamente para la pesca con lom-

animal del que recibe el nombre.

brices de vinilo. Tiene la tija curvada

Softbait. Señuelo de vinilo muy indicado para aguas con mucha presión pesquera.

en la parte más próxima al ojal, formando un ángulo de 90°.

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