Sarlo, Beatriz-Tiempo Pasado

TIEMPO PASADOCultura de la memoria y giro subjetivo. Una discusión por Beatriz Sarlo Siglo velntlun~ editores Argenti

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TIEMPO PASADOCultura de la memoria y giro subjetivo. Una discusión por

Beatriz Sarlo

Siglo velntlun~

editores Argentina

ÍNDICE

9

l. Tiempo pasado

2. Crítica del testimonio: sujeto y experiencia

27

3. La retórica testimonial

59

4. Experiencia y argumentación

95

5. Posmemoria, reconstrucciones

125

6. Más allá de la experiencia

159

Agradecimiento

167

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ce a travé·s de Lt buca de la máscara; no hay ventad sino una

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diciembre dl· l ')7~J- El lilJrn ele l'hilippe Lejt1e11us Aires, Si11 l'~nil Ric~ur,

l.a mémoire, 1'histoire, l'oubli, París, Seuil, :1000, p. 222.

[La 11u·11w1ia, la /ti;lv1ia, el olvido, Madrid, Trolla, 2003.)

glo XXI Editores, 200'.:!; y la serie de sus anículos en Punto de Vista, desde los aiios nove1l[a.

48

BEATRlZ SARLO

CRÍTICA DEI. TESTIMONlO: SUJETO Y EX!'ElUENC!A

49

prueba. En condiciones no judiciales, el testimonio pide

monio, por su autorrepresentación como verdad de un su-

una consideración donde se mezclan los argumentos de su

jeto que relata su experiencia, pide no someterse a las re-

verdad, sus legítimas pretensiones dé credibilidad, y su uni-

glas que se aplican a otros discursos ele intención referen-

cidad sostenida en la unicidad del sujeto que lo enuncia

cial, alegando la verdad de la experiencia, cuando no la del

con su propia voz, poniéndose como garantía presente de

sufrimiento, que es la que precisamente necesita ser exami-

lo que dice, incluso cuando no se trate de un sujeto que ha

nada. Acá hay un problema.

soportado situaciones límite. Si, como afirma Ricreur en Temps et récit, el testimonio está en el origen del discurso histórico, la idea de que sobre

Frente a un problema,

un tipo de testimonio sea difícil, cuando no imposible, ejer-

el recurso al optimismo teórico

cer el método crítico de la historia, pone una res.tricción que no concierne a sus funciones sociales o judiciales pero

La actualidad es optimista y ha aceptado la construcción de

sí a sus u_sos historiográficos. Y si es admisible que un acon-

la experiencia como relato en primera persona, aun cuan-

tecimiento de carácter excepcional como el Holocausto re-

do desconfíe de que todos los demás relatos puedan remitir

clame para sí una cualidad inabordable, es posible pen~ar

de modo más o menos pleno a su referente. Proliferan las

los testimonios contemporáneos que no surgen de sucesos

narraciones llamadas "no ficcionales" (tanto en el periodis-

comparables con aquellos que volverían intocables los testi-

mo como en la etnografía social y la literatura): testimonios,

monios del Holocausto. La .crítica ~el sttjeto y su verdad, la

historias de vida, entrevistas, autobiografías, recuerdos y me-

crítica de la verdad de la voz y de su conexión con una ver-

morias, relatos identitarios.13 La dimensión intensamente

dad de la -experiencia que afloraría en el testimonio, inclu-

subjetiva (un verdadero renacimiento del sttjeto que se ere-

so cuando no se sigan las conclusiones radicales de De Man y Derrida, es uecesaria excepto que se decida adjudicar al tt'stimonio un valor referencial general del que se desconfía cuando otros discursos lo rl'.ivindican para sí. La perplejidad de Ricu:ur frenll'. a los tt'stimonios del l lolocausto, que l'.scap~u 1 a las reglas de la crítica, tiene suficientes razones; pero ellas no son suficientes para otros casos. El testi-

1:1

V;;ase: Leonor Arfud1, fl npaciu biugrájiru ... , cit.; y LL"ln1ur Arfuch

(comp.), ldt'itluladn, 'll)Úus, .1ub¡"clividad~" bros,

~00'.1.

No punk dejar de seíi.alarse d

BLWIJOS

Aires, l'ru111eteo Li-

CtLÜ ;, '!'

pionero de bs inws-

tigacio11cs de Philippe l.ejeune sobre el espacio y el p;1cto ;wtulJiogr;ifi-

l

co, ;tsÍ conH> los estudios de Ceorgt·s Cusdorf y Jt·;rn St;uobinski. Sin embargo, ta1llo Cusdorf como Starobinski "' a11Licipa11 a Li 111otb cunternporánea >" no pe1 tcnccen a e!L1.

J

:! ·~

50

BE.Al'RIZ SARLO

CRÍTICA DEL TESTIMONIO: SUJETO Y EXPERIENCIA

51

yó muerto en los. ailos sesenta y setenta) caracteriza el pre-

ción contemporánea. En efecto, la confianza en un healing

sente. Lo mismo sucede en el discurso cinematográfico y

identitario producido por la palabra se sustrae de la dimen-

plástico que en el literario y en el mediático. Todos los gé-

sión problemática en que la subjetividad fue focalizada des-

neros testimoniales parecen capaces de hacer sentido de la

de finales del siglo XIX y abandona, por decirlo rápidamen-

experiencia. Un movimiento de devolución de la palabra,

te, no sólo la perspectiva desde la que se descubre la herida

de conquista de la palabra y de derecho a la palabra se ex-

cultural capitalista, sino todas las epistemologías de la sos-

pande reduplicado por una ideología de la "sanación" iden-

pecha, de Nietzsche a Freud. El sujeto no sólo tiene expe-

titaria a través de la memoria social o personal.14 El tono

riencias sino que puede comunicarlas, construir su sentido

subjetivo marcó la posmodernidad, como la desconfianza o

y, al hacerlo, afirmarse como sujeto. La memoria y los rela-

la pérdida de la experiencia marcó. los últimos capítulos de

tos de memoria serían una "cura" de la alienación y la cosi-

la modernidad cultural. Los derechos de la primera perso-

ficación. Si ya no es posible sostener una Verdad, florecen

na se presentan, por una parte, como derechos reprimidos

eu cambio unas verdades subjetivas que aseguran saber

que deben liberarse; y como instrumentos de verdad, por

aquello que, hasta hace tres décadas, se consideraba oculto

la offa. Si fueran lo segundo, es claro por qué, desde los lu-

por la ideología o sumergido en procesos poco accesibles a

gares de autoridad, se desconfiaría de ellos.

la introspección simple. No hay Verdad, pero los sujetos,

Según Benjamín, aquello que fue posible hasta un mo-

paradójicamente, se han vuelto cognoscibles.

mento determinado de la historia se volvió imposible, a

A veces resuha sorprendente encontrar en este campo de

causa del carácter irreversible de la intervención capitalista

ideas la convivencia de un deconstruccionismo filosófico

moderna sobre la subjetividad; pero hoy, incluso citando a

"blando" junto con un optimismo identitario que, si bien no

Benjamín, la restauración de un relato significativo de la

restaura la primacía de Aquel Sujeto anterior al siglo XX,

experiencia se considera posible, pasando por alto precisa-

construye

mente aquello que, para Benjamín, volvía trágica la situa-

ramuzas para

St~jetos

Múltiples, hábiles como Ulises en las esca-

m~ullener

lo que son y cambiarlo; recuperar el

pasado y adecuarlo al presente; aceptar lo extr~u~ero corno Ceolln:y Hanmann, crítico litera1io y responsable acadt>mico dd