San Francisco Acatepec

Puebla.- La iglesia de San Francisco Acatepec se construyó en el siglo XVII y está considerada una obra maestra del barr

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Puebla.- La iglesia de San Francisco Acatepec se construyó en el siglo XVII y está considerada una obra maestra del barroco mexicano; la decoración de esta iglesia se realizó entre 1650 y 1750, y es la máxima expresión del trabajo de alarifes y alfareros poblanos, quienes cubrieron la fachada del templo con piezas de cerámica elaboradas a mano utilizando principalmente loza de talavera. La fachada de este templo se halla labrada y policromada de tal forma, que semeja un retablo: consta de dos cuerpos y un remate orlado de volutas, con flameros que se repiten en la espadaña y en la torre, dando la impresión de fina repostería. El estilo barroco se define en las columnas salomónicas de la torre, mientras el churrigueresco se perfila en las estípites del segundo cuerpo y el reámate. Pero lo más admirable de esta obra es su vestido multicolor de mosaicos de talavera, fabricados expresamente para ella, razón que tuvo así Don Manuel Toussaint, cuando dijo que “la magnificencia de la fachada es tal, que parece un templo de porcelana digno de ser guardado bajo un capelo de cristal”. El interior también es digno de admiración, tiene una fantástica decoración de yesería que impresiona tanto por la profusión y brillantez de las formas como por la expresión de la imágenes. Esta iglesia es un destello de color en medio del paisaje. A diferencia del templo de Tonantzintla, en el de Acatepec no se insinúa el mundo indígena. Partiendo de la bóveda del coro, las yeserías refieren la Encarnación y el Alumbramiento del Hijo de Dios, mediante las figuras de la Santísima Trinidad y de un sol resplandeciente, y como consecuencia la formación de la Sagrada Familia, que aparece en la bóveda del testero. Los evangelistas que narran dichos pasajes figuran en los arcos laterales de la bóveda solar, con los atributos que caracterizan: San Marcos con un león, San Mateo con un ángel, san Lucas con un toro y San Juan con un águila. La imagen de san Francisco, a quien la iglesia está dedicada, se encuentra dentro de una vitrina, entre las columnas helicoidales del retablo central. El templo sufrió un incendio el 31 de Diciembre de 1939, en el cual se perdieron sus maravillosos retablos tallados en madera de cedro, los cuales le daban prestigio de ser una de los cinco templos más bellos de América Latina. La iglesia de San Francisco de Acatepec, reconstruida en 1941 luego de un voraz incendio, se encuentra en el poblado del mismo nombre.

Templo de San Francisco Acatepec. Para la mayor parte de los historiadores del arte el templo de San Francisco Acatepec es el máximo representante del barroco talaveresco en nuestro país. La Enciclopedia de arte mexicano, apartado Colonia, Manuel González Galván sostiene que: “Ante la rica fachada de la iglesia de San Francisco Acatepec lo primero que llama nuestra atención es tu total recubrimiento “talaveresco”, el primero de los fustes de sus cuerpos es “tristóstilo”; los dos segundos, “estípites”, y la torre salomónica”.

Agrega el mismo autor que: “El talaveresco tuvo sus primeras manifestaciones ya desde el siglo XVII pero sólo adquiere sistematización y máximo esplendor en el siglo XVIII, aunque es una modalidad limitada a las zonas poblana y tlaxcalteca, extiende su acción a todo el país…” Totalmente de acuerdo en que el templo está recubierto con azulejos que semejan a la talavera, producción característica de la ciudad de Puebla en donde existía una fábrica real, sin embargo añado que, en la fachada también es importante la existencia de ladrillo, ambos materiales constructivos juntos dan un fuerte sabor de arte islámico. Por otro lado, este detalle de la portada nos muestra como los estípites -este elemento constructivo a manera de pirámides truncadas e invertidas- se presentan también de tres en tres flanqueando la ventana del coro y la cornisa sube y baja, entra y sale; así que pasa a ser decorativa y no estructural. La riqueza decorativa exterior se complementa con la modalidad de barroco estucado y en este caso, como en algunos otros, no sólo se elaboran infinidad de figuras, sino que el estuco se ornamenta con color dorado. Desconozco si es oro, pues no pregunté. En la factura de la bóveda y la cúpula encontramos profusión de elementos religiosos tanto explícitos como implícitos , intercalados con ornamentación vegetal . Como en muchos espacios religiosos se presenta la antítesis bueno-malo y así como en las fotografías anteriores podemos ver santos y ángeles, en esta apreciamos -en la parte superior- un ser que simboliza lo malo. Dado que en la época colonial y hasta la primera parte del siglo XIX la iglesia controlaba lo relacionado con las defunciones y entierros, en algunos atrios existen tumbas, es este caso es así y siguiendo la modalidad regional están recubiertas parcialmente con azulejos. En la zona existen otros templos en esta modalidad y también interesantes, sin embargo creo que es importante conocer los “ejemplos” más acabados y pueden ser un parámetro para conocer y disfrutar los demás.