Rituales Sociales y Familiares en La Terapia Familiar

Rituales sociales y familiares en la terapia familiar Dra. Olivia Arletty Sandoval Shaik Introducción En algunas ocasio

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Rituales sociales y familiares en la terapia familiar Dra. Olivia Arletty Sandoval Shaik

Introducción En algunas ocasiones durante una sesión terapéutica pueden emplearse diversas “herramientas de trabajo” con el objetivo de conseguir el cambio sistémico. Una de estas “herramientas de trabajo” son los rituales, que son procedimientos propios de pueblos y familias que promueven el cambio individual, familiar y social. Las acciones y símbolos forman parte de ellos, aunque varíen en complejidad y duración. La repetición, aunque puede componer algunos rituales no es un elemento necesario. Los antropólogos fueron los primeros en analizar los rituales. Sostienen que los ritos convalidan la estructura social actual y promueven la resolución de problemas personales y sociales, al facilitar la manifestación de ideologías, valores, normas y emociones mediante los actos simbólicos (Comstock, 1972) En las sociedades y culturas africanas, el paso de la niñez-adolescencia-adultez, es representado con el “rito de iniciación de la serpiente”. Este rito consiste en que al igual que la serpiente que muda de piel, el niño se transforma en adulto y se hacen una serie de danzas y junto con pinturas y vestidos representa el paso de una etapa a otra. Los “ritos de iniciación” ayudan a los participantes a integrarse de forma exitosa en la vida adulta. Son un método formalizado para redistribuir el poder familiar y reorganizar las nuevas relaciones, le brinda a los adolescentes la oportunidad de aumentar su autoconfianza cuando experimentan la aceptación y el éxito de su crecimiento. No obstante, los rituales de transición se desarrollan en torno a las transiciones del ciclo vital familiar, permitiendo y consolidando los cambios normativos en las relaciones entre grupos e individuos. Los rituales de continuidad se subdividen en dos tipos: telécticos y de intensificación. Estos regulan la vida cotidiana de pueblos y familias. Los rituales no sólo le sirven al terapeuta para provocar el cambio, también le ayudan en la evaluación del funcionamiento de una familia. Todo ritual debe ser lo suficientemente flexible para así adaptarse a las nuevas necesidades individuales y colectivas. Los rituales de las sociedades primitivas cumplen una triple e indisoluble función sociocultural:

1.

Organizar la vida de los pueblos definiendo y confirmando su estructura social.

2. Si son adecuadamente flexibles, introducir armónicamente las nuevas normas y valores que la evolución histórica exige. 3. Dotar de significado a las experiencias vitales, convirtiéndose en un valioso instrumento para que los jóvenes aprendan no sólo las normas y valores patrimonio de su tribu, sino también todo un compendio de conocimientos y habilidades imprescindibles para su vida como adultos.

Definición y Función de los Rituales El concepto “ritual” es de carácter prototípico e incluye prácticas de muy distinta complejidad. En psicoterapia se considera que un ritual comprende un conjunto de actos y/o interacciones simbólicas más o menos estructuradas, que no se restringen únicamente a la ceremonia de realización, sino que incluyen el proceso completo de preparación, la experiencia misma de ejecución y reintegración posterior a la vida cotidiana (Roberts, 1991) Van der Hart (1983) distingue en todo ritual un aspecto formal y un aspecto vivencial, que forman un todo indisoluble. Un rito desde el aspecto formal prescribe un conjunto de acciones simbólicas que han de ejecutarse de un modo determinado y en cierto orden (tiempo y lugar adecuados) y pueden o no estar acompañados por fórmulas verbales. El componente vivencial implica la exigencia de un fuerte compromiso en su realización, sin el cual la experiencia carecería de significado privado, convirtiéndose en algo vacío. Según Goody (1977) cuanto más flexible sea, en mayor medida facilitará la incorporación de nuevos significados que se ajusten a los cambios históricos e individuales, potenciado un estado adecuado de conciencia que evoque emociones intensas. Las funciones de los rituales son: 1. Regular el funcionamiento social y familiar, y permitir una evolución poco conflictiva. 2. Transmitir la cultura, valores y normas de una generación a otra en grupos y familias. 3. Coordinar el pasado, presente y futuro social y familiar. 4. Señalar y respaldar las transiciones del ciclo vital. 5. Aportar significados polivalentes a las conductas, cogniciones y afectos. Evocar emociones intensas que unen en una misma experiencia fenómenos diversos. Abarcar simultáneamente distintas dimensiones sensoriales y cognitivas del significado. 6. Englobar al mismo tiempo los dos aspectos de una contradicción

7. Proporcionar apoyo y contención a emociones y sentimientos. 8. Alterar los estados de conciencia de los participantes.

Tipos de rituales 1. Rituales de Transición: Actúan en las transiciones normativas experimentadas por personas y grupos a lo largo de su vida, marcando el final de una etapa de desarrollo y comienzo de otra nueva. Las transiciones del ciclo vital familiar comprenden básicamente: el establecimiento de la familia, cuando 2 personas se unen mediante el contrato matrimonial; su extensión por el nacimiento de los niños; su disminución por la emancipación de los hijos, la muerte de sus miembros y en ocasiones el divorcio. Estos procedimientos cambian el funcionamiento del grupo al que pertenecen los protagonistas de la transición. Transforman los roles y estatus de los participantes, alteran sus frecuencias de interacción, organizan sus estados internos afectivos y cognitivos e introducen cambios prescritos en sus relaciones, que quedan reemplazadas por otras nuevas y cualitativamente diferentes (Gluckman, 1965) Van Gennep (1960) diferencia 3 etapas fundamentales en una situación de transición: a) Etapa de separación o “segregación”: Comprende una serie de ritos de separación. Su finalidad es que la interacción del sujeto con el grupo que se desliga se reduzca ostensiblemente o termine por completo. b) Etapa marginal: Es sumamente compleja. En ella, el sujeto se encuentra entre 2 posiciones, la antigua y la nueva. El proceso de cambio del ritual declara simbólicamente muerta la antigua situación. c) Etapa de incorporación a la vida” normal”: Se delimita a través de un rito de reunión con la comunidad, normalmente concretado en una gran fiesta, que define que las relaciones han cambiado y que las frecuencias de interacción ahora serán diferentes. 2. Ritos de Continuidad: Se ejecutan repetidamente, siendo su finalidad mantener la normalidad dentro de cada etapa del ciclo vital. Entre los ritos de continuidad se encuentran: Telécticos e intensificación. a) Telécticos: Pueden ser diarios, semanales o anuales. El término griego “teléctico” significa desprenderse de lo viejo (despedida y dar la bienvenida a los nuevo, saludo) (Firth,1972) Hechos tan comunes en la vida cotidiana como las acciones de saludar y despedirse producen un intercambio de mensajes emocionales como alegría y tristeza, fundamentalmente a través de canales no verbales. Los participantes indican que juntos

forman un sistema en el que ciertos sentimientos juegan un papel importante y en el que ocupan ciertas posiciones y representan ciertos roles. b) Intensificación: Actividades ritualizadas colectivas de un grupo, actividades que pueden coincidir con los cambios periódicos del entorno. En nuestra cultura, la ausencia de rituales de continuidad conduciría a un elevado grado de confusión o ambigüedad y a conflictos acerca de los roles dentro de la familia (Leach, 1976). Los 3 tipos de rituales de intensificación encontrados en las familias son: ‰

Celebraciones

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Tradiciones

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Las rutinas familiares

Las celebraciones constituyen acontecimientos anuales festejados ampliamente en el contexto cultural, como ocurre con la Fiesta de Navidad, Año Nuevo, o el día de los Reyes. La universalidad de sus símbolos designa a la familia como grupo perteneciente a una determinada cultura, aportándole una identidad cultural. Las tradiciones familiares como aniversarios, fiestas de cumpleaños y vacaciones están menos establecidas culturalmente y forman parte de la identidad e idiosincrasia de cada familia, diferenciándola del resto de las familias de su misma cultura. Las rutinas de la vida cotidiana, son actividades diarias, de las que por habituales se tiene menos conciencia, con alto contenido simbólico, desarrolladas en torno a la hora de la comida, la hora de acostarse, las visitas de amigos o familiares y momentos de ocio.

Los rituales Familiares como variables de evaluación de terapia familiar Siempre que se trabaja con rituales, la primera etapa de la terapia es evaluar la situación familiar, traduciendo los problemas a términos concretos, estableciendo en qué etapa del ciclo vital se encuentra la familia y qué transiciones tiene que afrontar. En segundo lugar, se evalúa el tipo y estructura de los rituales de intensificación reguladores de la vida familiar (incluyendo celebraciones, tradiciones y rutinas) y su grado de adaptación a los cambios evolutivos. Roberts (1991) ha confeccionado una tipología que tiene en cuenta el grado de ritualización de la vida familiar y que puede ser útil cuando se trabaja con rituales en terapia. Su clasificación incluye familias con una ritualización pobre, rígida, segada, carente de significado e incompleta.

Familias con bajo nivel de ritualización: Se caracterizan por la ausencia de celebraciones y tradiciones familiares. En terapia rechazan completamente una rápida incorporación de rituales, pero admiten gradualmente pequeños rituales dentro de la sesión. Para conocer las experiencias rituales de la familia y al mismo tiempo orientarla hacia pautas más deseables, el terapeuta utiliza preguntas orientadoras. Ejemplo: ¿Cuál fue el último acontecimiento familiar que celebraron?

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Familias con una ritualización rígida: Su vida se rige por un gran número de rituales familiares que permanecen inalterados a lo largo del tiempo y que contienen muy pocas partes abiertas. Las preguntas orientadoras para solicitar información serían: ¿ Celebran de la misma forma los cumpleaños de distintas personas?

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Familias que presentan una ritualización sesgada: Se distinguen por enfatizar en exceso las tradiciones de una familia de origen, como suele suceder con los matrimonios mixtos en el plano étnico o religioso que pueden sufrir dificultades durante los rituales de celebración cuando se enfrentan al problema de sus diferencias culturales. La labor del terapeuta consiste en ayudar a los cónyuges a afirmar estas diferencias, incluyendo gradualmente símbolos y valores provenientes de otros sectores de su patrimonio hereditario. De esta forma, se respeta el bagaje cultural de cada miembro de la pareja y al mismo tiempo se crean nuevos rituales que constituyen un símbolo de la idiosincrasia de su nuevo sistema familiar. Las preguntas orientadoras buscan información sobre: ¿Dónde pasan las vacaciones si lo hacen con sus familias?

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Familias con rituales vacíos: Se reconocen con facilidad, siendo su rasgo más peculiar que celebran los acontecimientos por obligación, sin experimentar ninguna experiencia positiva. Preguntas orientadoras adecuadas serían: ¿Quién participa más o menos en las fiestas y celebraciones?

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Familias con un proceso ritual interrumpido: debido a cambios o crisis vitales repentinos (mudanzas, muerte o enfermedad) o acontecimientos traumáticos en el contexto social (guerras y migraciones) muchas familias no han podido experimentar el ritual completo. En circunstancias así, el terapeuta puede comenzar con las siguientes preguntas orientadoras: ¿Cómo fue interrumpido el proceso ritual? Siempre y cuando se considere oportuno se sugiere celebrar nuevamente los rituales que no pudieron realizarse en su momento o se ejecutaron en circunstancias desfavorables.

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Los rituales propician e incitan la creatividad en los pacientes de manera que los hace partícipes de su propio cambio. Muestran opciones de activar poderosos recursos de transformación, que permiten arropar el sufrimiento de los síntomas y del cambio, el temor de abandonar lo conocido, la necesidad en ocasiones de padecer dolor para de descubrir lo nuevo, y al mismo tiempo abrirse al alivio, alegría, compromiso y al sentido del humor de los participantes en la terapia. Como anteriormente habíamos explicado existen 4 tipos de rituales: los de transición, los de continuidad (importantes en la vida de los pueblos), los curativos y los terapéuticos, empleados para resolver problemas y eliminar síntomas, muchas veces ocasionados por la ausencia de adecuación de los dos primeros rituales (transición y continuidad). Los rituales de transición ocurren una vez en la vida de cada sujeto, el cual es protagonista principal de la transición mientras que en los rituales de continuidad se repiten con mayor o menor frecuencia, con el fin de mantener la

normalidad dentro de cada etapa del ciclo vital. Los rituales tienen cuatro partes concatenadas secuencialmente: acciones y /o interacciones simbólicas, partes cerradas, partes abiertas, un tiempo distinto al “habitual” y un lugar especial. Como habíamos mencionado anteriormente los rituales terapéuticos facilitan la realización adecuada de las transiciones normativas que discurren con dificultades especiales o no se han efectuado en absoluto, acompañado de la evolución de los síntomas. A la hora de diseñar los rituales terapéuticos el psicoterapeuta debe ser original e innovar o puede inspirarse en los tradicionales rituales de transición y continuidad. Todo ritual debe tener una fase de preparación(para crear un sólido compromiso con el ritual), de ejecución y reincorporación a la vida cotidiana. La labor del psicoterapeuta es identificar lo símbolos clave, lograr que el paciente o familia se comprometan con la nueva experiencia, ayudar en los preparativos del ritual y tener en cuenta la importancia que el mismo adquiere cuando sea necesaria su función como testigo del cambio. Es importante que el psicoterapeuta incite el cambio en los pacientes mediante el empleo de los rituales. De esta manera resulta una herramienta de trabajo muy eficaz en una sesión terapéutica.

BIBLIOGRAFÍA COMSTOCK, W.R, (1972):The study of religión and primitive religion, Nueva York, Harper and Row. FIRTH, R , (1972): ”Verbal and Bodily Rituals of Greeting and Parting “, en J.S. La Fontaine (ed) The interpretation of Ritual: Essays in Honour of A. J Richards, Londres, Tavistock. GLUCKMAN,M (1965): Politics , Law and Ritual in Tribal Society, Oxford, Basil Blackwell. GOODY, J.R (1977): “Against ritual”, en S.F. Moore y B.G. Myerhoff (comps), Secular ritual, Assen y Amsterdam, Van Gorcum. LEACH, E.R. (1976): Culture and Communication: The Logic By Which Symbols are Connected, Cambridge University Press. ROBERTS,J (1991): “Encuadre: Definición y tipología de los rituales “, en Rituales Terapéuticos y Ritos en la Familia, Barcelona, Gedisa. VAN DER HART, O (1983): Rituals in psychoterapy: Transition and continuity , Nueva York, Irvington Publishers, Inc. VAN GENNEP ,A (1909): Les Rites de Passage, París, Libraire Critique, Emil Mourry. Olivia A. Sandoval Shaik Dra. en Psicología [email protected]