RETROSPECTIVA-ORTEGA MAILA

Casa de la Cultura Ecuatoriana 2017 DIRECCIÓN GENERAL CASA DE LA CULTURA ECUATORIANA DIRECTOR MUSEO TEMPLO DEL SOL Cr

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Casa de la Cultura Ecuatoriana

2017

DIRECCIÓN GENERAL CASA DE LA CULTURA ECUATORIANA DIRECTOR MUSEO TEMPLO DEL SOL Cristóbal Ortega Maila CURADURÍA GENERAL Marco Rosero CURADURÍA COLECCIÓN ‘El despertar de los espíritus’ Hernán Rodríguez Castelo Hacia sus orígenes Jeimi Chiluisa Palacios FOTOGRAFÍA Alberto Suárez Diego Granja Melissa Pérez Ismael Villalba COLABORADORES Évelin Ortega, Wayra Ortega, Diana Ortega, Abigaíl Ortega, José Zamora.

Ortega Maila ©Cristóbal Ortega Maila Primera Edición-CCE-2017 ISBN: 978-9978-62-944-4 Edición: Katya Artieda Diseño y diagramación: Santiago Ávila S. Casa de la Cultura Ecuatoriana Benjamín Carrión Dirección de Publicaciones Avs. Seis de Diciembre N16-224 y Patria Telfs.: 2 527440 Ext.:138/213 [email protected] www.casadelacultura.gob.ec Quito–Ecuador

A mi familia, puntal y mi razón de ser, determinante en mi formación artística, impulsadora de mi creación y energía, autora de mi sabiduría y fortaleza, inspiradora de todo este mundo de imágenes en que toda civilización de cualquier parte del mundo tiene una forma particular de ver su alrededor, de darle significado a cada elemento de su entorno. Como heredero de un pasado cuya realidad de ver las cosas se basaba en la mitología, que no plasmaba sus ideas idénticas a como se veían físicamente sino que buscaba un sentido espiritual relacionado al mito, develo a ustedes mi obra, para transmitirles esa magia escondida y esa fuerza del espíritu de la naturaleza como primera y única esencia del mundo andino.

“Con cada golpe, con cada caricia, en el frío y en el calor de mi Templo del Sol, he sentido el espíritu de Tránsito Amaguaña, la resistencia y su lucha por más de 500 años de nuestros pueblos. Una mujer que quedará impregnada en el corazón y la mente de las futuras generaciones por el amor a la vida, al ser humano y a la tierra misma”. Cristóbal Ortega Maila

“La naturaleza nos rodea y nos ciñe; somos incapaces de salir de su ámbito e incapaces también de penetrar en ella más profundamente... Vivimos dentro de ella y le somos ajenos. Habla con nosotros sin cesar y no nos revela su arcano... A cada uno se le aparece en una figura peculiar. Se esconde bajo mil nombres y formas y es siempre la misma”. Goethe

Sumario Presentación..............................................................................................................15 Introducción.............................................................................................................17

19 El rencuentro Las seis etapas del arte de Ortega Maila..............................................................21 Hacia sus orígenes....................................................................................................43 El Rey Midas de la pintura.....................................................................................54 El pintor de las manos prodigiosas*........................................................................................................................... 66 El arte de Ortega Maila en el mundo...................................................................92

121 Rostros de tierra mineral Galería de rostros pétreos.....................................................................................125 Almas milenarias de Ortega Maila.....................................................................132

165 El Templo del Sol El Templo del Sol Santuario del arte ecuatoriano...........................................166 Realidades y valores ancestrales primitivos.......................................................175 El Templo del Sol y Cristóbal Ortega................................................................186 El templo junto al Pululahua...............................................................................194 A Cristóbal Ortega Maila.....................................................................................203 Biografía...................................................................................................................211

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Presentación Con una doble intención la muestra ha cumplido su cometido: por un lado, la colección misma, que ahora pone ante nuestros ojos diversas imágenes creadas por Segundo Cristóbal Ortega Maila, producto del más hondo e iluminado pensamiento, sobre el mito, la religión y lo social; y por otro, el ahondamiento teórico del problema. Ortega Maila nace en Quito el 24 de octubre de 1965, hijo de la pareja de Segundo Ortega y María Maila, descendientes de la cultura Kitu Kara, es el cuarto de siete hermanos. La Casa de la Cultura Ecuatoriana en una de sus salas emblemáticas, la ‘Joaquín Pinto’, exhibe un impresionante conjunto de obras, entre pinturas y esculturas, que hace sentir la grandeza y hondura de la raza, la diversidad y la riqueza del sentimiento de uno de sus artistas que más tarde se convertiría en uno de los pocos pintores ecuatorianos dedicado a la dactilopintura. Este histórico esfuerzo ha sido posible gracias a la apertura del Presidente Nacional de la Casa de la Cultura Ecuatoriana, Camilo Restrepo Guzmán, la colaboración de la Dirección de Gestión de Museos y Patrimonio, y el apoyo de un equipo de profesionales con iniciativa y eficiencia, que ahora ponen a su consideración esta exitosa muestra. Marco Rosero

Director de Museos de la CCE

Dulzura – 90x 70 cm - Técnica Oleo sobre tela

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Introducción Después de setenta y tres años de una nutrida labor cultural y educativa, ofreciendo espacios para el desarrollo cultural de nuestro país, la Casa de la Cultura Ecuatoriana tienen el honor de presentar la muestra antológica de ‘Treinta y seis años’, del artista quiteño Cristóbal Ortega Maila. Cuarenta y cinco de sus más representativas obras producto de su vida artística, con una carrera ininterrumpida de búsqueda expresiva y temática llena de aciertos y éxitos en el ámbito nacional e internacional, se presentan en esta retrospectiva. Llevar un estudio exhaustivo de la obra, que facilite su lectura y comprensión del espectador a fin de que pueda adentrarse en el desarrollo creativo que ha tenido este gran artista expresado en un realismo mágico, es el objetivo de este catálogo de arte de Ortega Maila. La retroactiva la hemos agrupado a partir de una serie de obras creadas por el artista, que responden a varios momentos de su formación y producción artística, nombradas como ‘Vivencias’, ‘Hacia la luz’, ‘El reencuentro’, ‘En peligro de extinción’, ‘Rostros y ancestros’ y ‘El despertar de los espíritus’. El artista, tras recorrer el camino del Qhapaq Ñan, Norteamérica y Europa, se fue nutriendo no solo del saber ancestral, sino que fue plasmando en su obra la infinita cosmovisión del mundo andino, vertida hoy en cada una de sus obras que se exhiben en la cumbre donde se levanta su Templo del Sol. El mito es, asimismo, una de las interpretaciones de la realidad: es la realidad tal como la descifra el hombre partiendo de la existencia, y es el obrar de fuerzas sobrehumanas a las que su imaginación da la forma sensible y corpórea de deidades. Hechos que para muchos pueden parecer ‘naturales’ al ceñirse a una explicación física racional, por ejemplo, un eclipse de sol, son para el pensamiento mágico-mítico hechos sobrenaturales, misterios sólo explicables como acciones de los dioses. En lo que hoy es Ecuador, las culturas de épocas remotas eran sumamente espirituales: todo estaba relacionado a la condición de sus deidades; por tanto, explicaban los fenómenos naturales de acuerdo a la relación que estos tenían con el mito. Los europeos, en cambio, le daban a la naturaleza un significado artístico: relacionaban a la luna como un símbolo de paz, a diferencia de los mayas que la vinculaban con su diosa lunar, que después de haber sido despedazada ha recuperado su integridad; un símbolo de la indestructible fuerza de la vida. Así, las diferentes maneras de percibir el mundo y sus fenómenos varían de cultura a cultura, un griego relaciona de manera inconsciente el arte con la belleza humana, que no se compara con la percepción de un inca, kitu, maya o azteca, que relacionaban todo con el aspecto mítico y espiritual de los fenómenos. Mientras para un europeo el signo exterior de la belleza física era su punto de partida, para un precolombino el interior era lo que importaba, lo que lo acercaba con sus dioses y daba significado a su existencia. En todas las representaciones artísticas, los amerindios como el autor de esta obra, buscaban darle una expresión de formas a su percepción del mundo antiguo que se entrelazaban con sus mitos.

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El rencuentro

Partir- 40x60 cm – Técnica Carboncillo

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Las seis etapas del arte de Ortega Maila Las seis etapas del arte de Ortega Maila no son necesariamente una clasificación cronológica, conforman más bien una temática cuyo guión sintético y museográfico invita al público a descubrir, entre otras cosas, la cosmovisión indígena americana, así como la excelencia que el pintor logra al plasmar su obra. ‘Vivencias’, el caminar ‘Hacia la luz’, el ansiado e infatigable ‘Reencuentro’, la enorme capacidad depredadora de los hombres contra el ambiente y la naturaleza provocando un ‘Peligro de extinción’, para nuevamente, como quien vence la batalla, identificar ‘Rostros y ancestros’ que definitivamente nos llevan al ‘El despertar de los espíritus’.

dera un heredero legítimo de saberes artísticos ancestrales. En sus años de adolescente, el pintor de las manos prodigiosas recibe lo que nunca se imagina, 50 sucres por su primer trabajo, cuando aún era estudiante secundario. Sin duda, ante tanta necesidad, esta ganancia marcaría la vida de Cristóbal Ortega Maila, quiteño con una habilidad innata para el dibujo. Sus primeras obras fueron retratos y su primer taller la plaza de La Merced, en el Centro histórico de Quito. Fue ahí donde recibió estos primeros sucres por su trabajo y en donde tomó la decisión de hacer su inversión inicial para lo que más tarde se transformaría en su profesión de pintor. ‘Vivencias’ Hojas de papel sin ningún valor son sus primeMedia noche – 40x 60 cm – Técnica Carboncillo Los primeros años ros soportes y algunos carboncillos serían desde ese momento sus compañeros inseparables. Llevaba también junto él “Sí, aprendí mucho, pero necesitaba más de lo mío, de mis raíces. un letrero que decía: ‘Pinto retratos en tres minutos’, a partir de entonLas clases de Cromatografía, de Psicología e Historia del Arte me ayudaron, ces los clientes satisfechos le fueron dejando sus deseos de sobrevivir y pero eran europeizadas, lo mío era mi cultura y el arte ancestral”. la motivación de seguir adelante. Cristóbal Ortega Maila El trabajo lo hace con la yema de sus dedos y la palma de su mano. Sobre el lienzo, se transmutan en colores al calor de sus manos, en busca Esta colección nos ubica en los primeros años de la vida del artista, de la esencia misma de la naturaleza y los paisajes. donde como a cualquier niño le es muy importante su familia, el comEl pintor tiene una habilidad innata para el dibujo, sus primeros partir con padre, madre, hermanos y familiares, ambiente que resultó trabajos fueron retratos que realizaba en la plaza de La Merced; ahora extraño para Cristóbal: a muy corta edad la vida le arrojó a un destino su obra ha recorrido los mejores salones de arte del mundo en Estados incierto, el de la calle, el del mundo. Unidos, Alemania, Japón, España, Austria, Chile, Cuba, entre otros. Cristóbal Ortega Maila empezó a involucrarse con la pintura cuanEl maestro de la dactilopintura cuenta que su obra refleja un procedo apenas tenía ocho años. Desde entonces, su obra expresionista se so de investigación de muchos años: “He indagado la herencia de mis vería dominada por el uso del color. abuelos, los símbolos, la cosmovisión andina”, dice. Su último trabajo, Ortega Maila viene de una familia de artistas, sus abuelos han ‘Rostros y ancestros’, es una muestra de arte ancestral que plasma la realizado trabajos de orfebrería, cerámica y pintura, y él se consifuerza de la naturaleza y el respeto por todos los seres.

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Presentir – 80x 100 cm – Técnica Carboncillo

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Eve – 80 x 100 cm – Técnica Óleo sobre lienzo

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‘Hacia la luz’ Camino hacia la esperanza “No sé si la profecía de Pachacutik avizoró de alguna manera el resurgir del arte de nuestros pueblos”. Jorge Cevallos, 2012 Como que si nada hemos perdido, nos conduce a la búsqueda y el encuentro del camino hacia la esperanza. En todos los tiempos a nosotros nos mueve la esperanza, porque consideramos que a pesar de lo difíciles e inciertos que resultaron estos escenarios recogidos por la historia, debemos tener la suficiente coherencia, compromiso y determinación para seguir adelante con el proyecto de estado-nación pluricultural y diversa que hemos venido construyendo y pensando desde hace más de quinientos años. Nos mueve profundamente la esperanza en nuestra cotidianidad como camino a la utopía, ya que la urgente necesidad y anhelo que tienen la mayoría de los ecuatorianos por tener un país distinto, es algo que nos llama al encuentro y al diálogo con la sociedad. Por ello, en nuestro proceso de participación la columna vertebral es la participación de la sociedad. La memoria seguirá presente, pero nunca más conflictos sociales nos fragmentarán ni aislarán; nuestras propuestas buscan transformar e impulsar nuevas posibilidades, porque son propuestas con sentido, con amplia legitimidad y parten del ejercicio de pensar la política como acción colectiva desde los territorios. Viaje sin retorno – 120 x 80 cm – Técnica Óleo sobre tela

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Enamoramiento – 90 x70 cm – Técnica Óleo sobre tela

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Despedida – 70x 90 cms – Técnica Óleo sobre tela

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Rescate – 90x 70 cms – Técnica Óleo sobre tela

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‘El reencuentro’ Danzantes, fiestas y rostros… El paisaje del arte de Ortega Maila es también un paisaje mítico en el que testifica su íntima consonancia con el universo. Marco Rosero, 2017

Danzantes, fiestas y rostros se mueven en los colores y la intensidad de esta muestra. Rostros que Ortega Maila pintaba cuando recorría plazas y vendía cuadros de paisajes. El paisaje del arte de Ortega Maila es también un paisaje mítico. Aunque basado en una concepción metafísica totalmente distinta, es afín al cuadro paisajista del arte chino, en el cual el hombre del Extremo Oriente testifica su comunión con la naturaleza, su íntima consonancia con el universo. El arte europeo, a partir de Rembrandt, ha descubierto que plasmar el temple de la naturaleza es un poderoso recurso para expresar vivencias anímicas y emoción lírica. “Sobre los árboles, la luna plena y grande”. Esta imagen poética, que en Europa ha fascinado tanto a los escritores y pintores como al público, parecería ser objeto de imposible representación artística en la América antigua. ¿No conocían sus hombres aquella experiencia? Los distinguía de nosotros su sensibilidad, su actitud ante lo metafísico y, sobre todo, su subconsciente, gran manantial de inspiraciones y vivencias poéticas. No veían en la Luna llena sólo una imagen de la paz de la naturaleza: para ellos la diosa lunar, que, después de haber sido despedazada, ha vuelto a recuperar su integridad, es símbolo de la indestructible fuerza de la vida.

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Campanero – 100x 80 cms – Técnica Óleo sobre tela

Autorretrato – 100x80 cms – Técnica Óleo sobre tela

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Fiesta – 90x 70 cm – Técnica Óleo sobre tela

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Mi madre y yo- 100x 80 cm – Técnica Óleo sobre tela

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‘En peligro de extinción’ Guerras, industrialización, destrucción de la naturaleza El artista hace uso de la iconografía del mundo primordial. Las representaciones artísticas están ajenas a la cotidianidad: espirales y laberintos sugieren el flujo del caos y la armonía de las fuerzas espirituales. Udo, 1997

En su mirada se siente la nostalgia que habla de nuestros antepasados, el amor a la naturaleza y su sed por una evolución espiritual... “Como heredero legítimo de saberes artísticos ancestrales, que legaron nuestros abuelos y abuelas, hemos asumido de generación en generación la responsabilidad de seguir creando los sentimientos más internos y profundos del ser, donde el ser no muere sino trasciende a la vida eterna, en mi obra transmito toda esa fuerza energética del Padre Sol, que nos da la vida con gran intensidad, ahí nacen los animales como el cóndor de los Andes que representa la libertad, la serpiente la sabiduría, el puma la fuerza, la rana la fertilidad, que luego se transforman en personas y seres especiales, como el hombre”, dice Ortega Maila. Esta producción ‘En peligro de extinción’ la elabora en París, y da cuenta de lo devastador de una guerra mundial, que nos invita a la reflexión. El naranja, el rojo, el amarillo y el negro son los colores predominantes de la muestra. La fusión de tonos y colores termina haciéndonos recrear una gran fiesta ceremonial. El artista hace uso de la iconografía del mundo primordial. Las representaciones artísticas están ajenas a la cotidianidad: espirales y laberintos sugieren el flujo del caos y la armonía de las fuerzas espirituales; será una evolución cíclica, retorno y renovación (Udo, 1997). En la ejecución, el contacto directo de la obra con su cuerpo, con la tierra que le permitió desarrollar la destreza, es su característica esencial; el uso de las manos y los dedos, su impronta artística. “En cada trabajo que hago necesito estar en contacto con el material, así recibo la energía y puedo plasmar lo que realmente siento y quiero”, agrega Ortega Maila.

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En tu corazón – 170 x 150 cms - Técnica Óleo sobre tela

Lejanía – 84x 120 cms –Técnica Óleo sobre tela

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Fatiga en silencio – 150 x 120 cms - Técnica Óleo sobre tela

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Descobijado – 170x150 cms - Técnica Óleo sobre tela

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‘Rostros y ancestros’ Encuentro con la cosmovisión andina Una enorme iconografía cincelada en piedra transmuta el poder cósmico de un sol quemante. Marco Rosero, 2017

Para alcanzar a comprender el pensamiento y la cosmovisión andina de las sociedades indígenas, hay que mirar cómo concibieron el cosmos. Este es un todo perfectamente organizado y armonioso, constituido de tres niveles sobrepuestos, tres mundos paralelos, simultáneos y articulados gracias a un eje o axis mundi. En el mundo de arriba o supramundo (Jananpacha) habitaban los dioses y espíritus; en el mundo de la mitad (Kaypacha), los seres vivos, en los que se incluye plantas, animales y el hombre, y en el mundo de abajo o inframundo (Ukupacha), los ancestros, los difuntos y otros espíritus asociados a la muerte y la fertilidad; la continuidad de la vida dependía del flujo de las fuerzas vitales y visuales a través de dichos mundos. A los 22 años, luego de haber viajado a los Estados Unidos, surge en el artista la necesidad de ahondar sus conocimientos sobre sus raíces ancestrales, recorre muchos sitios de la geografía ecuatoriana en búsqueda de sus orígenes; visita infinita fiestas populares, se nutre de la tradiciones de rituales, simbologías y el conocimiento de los sabios yáchaks; conoce más de su música, danza y celebraciones, que son justamente el agradecimiento a esa tierra por su generosidad, hitos que los va a plasmar en sus pinturas. Sus ancestros son el pueblo Kitu-Kara, vínculo importante para dar paso a una enorme iconografía que amplía sus conocimientos plasmando estos saberes en su obra a la luz de los espíritus ancestrales. Iconografía que la forja cincelando la piedra, material inmortal que transmuta el poder cósmico de un sol quemante o el áurea radiante de unos ojos penetrantes. Ortega Maila recoge a pinceladas el poder cósmico y lo perfila en cada rostro. En los remotos tiempos, los primeros seres míticos salieron por algún conducto a la superficie de la Tierra. Para señalar su enorme poder, en el mundo de Ortega Maila estos seres se exhiben como seres totalmente verticales, hieráticos, con pies en un mundo y cabeza en otro,

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como conductos de energía y fuerza vital; a veces son humanos, otras veces aves, pero siempre seres naturales que se rehúsan a morir por la sobreimposición de otra cultura ajena. Con su obra, Cristóbal Ortega Maila va al rescate de su esencia primigenia. El mito forma parte también del mundo del hombre prehispánico y del hombre andino. Es la realidad que forma su vida, su pensamiento, su fe, su conciencia y su subconsciente. Gracias al mito comprende el cosmos y su propia posición en él. En el mito descubre el sentido y significado de su circunstancia terrestre y de sus vivencias metafísicas, entre las cuales, para su modo de pensar, no hay límite, ni diferencia: no distingue entre los fenómenos sensibles y los suprasensibles. El mito es una fuerza más vigorosa y arraigada en los estratos más profundos de la razón. Para el hombre que no adquiere sus conocimientos mediante procesos de abstracción, el mito es la ciencia que le pone en condiciones de resolver sus problemas vitales a su propia manera de vivir, es decir, de acuerdo con sus representaciones. No pregunta si acaso pueden haber otras soluciones; está convencido de que las únicas exactas, acertadas y posibles son las que le ofrece el mito, que según Durkheim (Les formes élémentaires de la vie religieuse), refleja asimismo la estructura de la sociedad en cuyo seno surge. En el mito también se hallan reunidas las experiencias legadas de generación en generación, y a las que la comunidad debe propiamente su existencia, que le van modelando y sin las cuales no puede subsistir. Entre las obras que destacan esta muestra encontramos: Guerrero, obra en cuyos ojos se refleja la fuerza del pueblo indígena, pueblo que no se doblegó a la llegada de los incas ni a la barbarie de los conquistadores castellanos. Amaru, personaje que significa o quiere decir ‘serpiente’. La serpiente, ícono de la sabiduría en el mundo andino, guarda la esencia de esta obra y se equipara al hombre guerreando la vida eterna, para luego retornar a la espiral del centro del mundo y recibir la ráfaga de energía del 21 de marzo, donde la Tierra se ha acercado lo máximo al Sol, y nuevamente hacerla renacer. El pintor dice que los colores de sus obras “rojos, amarillos y ocres representan tres fuerzas: la luz de la vida, el fuego del centro del mundo, los sentimientos de paz, con caras de bronce y de piedra y máscaras unidas al Tumi, el portador de la unión de los cuatro vientos, aquellos de los que se nutre el yáchak, que es el médico milenario, para adentrarse a la gran fiesta ceremonial donde unidas las tres fuerzas se convive en la eternidad” (Ortega, 2014).

Guerrero – 90x 70 cms – Técnica Acrílico sobre tela

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Amaru – 90x 70 cms – 90x 70 cms – Técnica Acrílico sobre tela

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‘El despertar de los espíritus’ Dada la visión de la naturaleza del hombre de pensamiento mágico, el quehacer artístico precolombino constituye una vía para descifrar los misterios de la existencia humana. Marco Rosero, 2017

A través de una colección de esculturas con piedra de los Andes, el ‘El despertar de los espíritus’ visibiliza a los protagonistas de la lucha indígena, invisibilizados por la historia, que como héroes y heroínas forjadoras de identidad y nacionalidad, Cristóbal Ortega Maila les dota de vida y les hace eternos. También los dioses están presenten en su arte, como un asidero ancestral. Por más de 5.000 años, diversos pueblos en la Mitad del Mundo elaboraban objetos de enorme significado simbólico y valor estético. En la actualidad esos objetos conforman un corpus inmenso y variado denominado ‘arte precolombino’ que dio origen actualmente al ‘arte precolombinista’, éste como manera de rescatar del olvido lo vivido por el pueblo indígena luego de la conquista española, que trastrocó sus formas de vida, sus costumbres, intentando borrar su pasado y sus orígenes surgidos, en parte, de un mundo mítico. “Dada la visión de la naturaleza del hombre de pensamiento mágico, el quehacer artístico precolombino constituye una vía para descifrar los misterios de la existencia humana y de las fuerzas sobrenaturales y un procedimiento para fijar los acontecimientos cíclicos, el curso renovado del tiempo y la intervención del azar. Como señala Paul Westheim, “la mitología del espíritu precolombino exige métodos de elucidación apropiados para reconocer la deslumbrante originalidad de sus valores y formas, para comprender la visión del mundo que cada artista anónimo se propuso transmitir mediante el volumen o el color y para escribir la estructura cultural que determinó esas creaciones”; asimismo, Ortega Maila, rastrea en sus orígenes la esencia mítica del mundo andino y la transmuta a su obra, por eso los dioses, los héroes, los colores de fuego y la recia fuerza de su raza indómita. Se vale, como elemento base para crear esta colección ‘El despertar de los espíritus’, de la roca andesita de los sitios cercanos a su Templo, este elemento se vuelve un vínculo entre Ortega Maila y la naturaleza. Ortega Maila “considera que la piedra posee minerales propios y que al morir las personas se quedan en ellas. Por eso decide, a través de 120 esculturas, revivir los espíritus de varios líderes indígenas que resistieron la colonización española, pero también reivindica sus derechos y su riqueza espiritual, arquitectónica, astronómica, en su colección escultórica”. Así, el pintor “retrata no solo a un personaje, sino que lo trae al presente, para que las nuevas generaciones vivan y sientan su historia”.

Schopenhauer dice: “El mundo es mi representación”, entonces, la realidad que el hombre es capaz de captar es una interpretación de la realidad. Cristóbal Ortega Maila “no conoce ningún Sol ni ninguna Tierra, sino sólo ese ojo suyo es el que ve un Sol, sólo esa mano suya toca la Tierra”, y sólo conoce ese espíritu suyo que capta Sol y Tierra y todo lo demás y lo interpreta según su conocimiento. También él, gran observador de la naturaleza, sabía que la lluvia caída del cielo no es sino la humedad que asciende de la tierra. Pero ¿cómo llega al cielo? No puede pensar en procesos de transformación que se realizan de un modo automático, ni creer que fenómenos como la lluvia, como el crecimiento de las plantas, el movimiento del Sol y la Luna, sean de índole puramente física. También él busca una explicación causal. Pregunta cuál es la potencia que provoca estos fenómenos; y sólo si logra personificar aquella como espíritu, demonio o deidad, sabe que estos pueden suceder. Para él la lluvia necesita, para ascender, la ayuda de una divinidad. La divinidad es el dios, y el dios de las lluvias es Tláloc Tlamacazqui. “El pueblo indígena tenía la concepción de que él daba las lluvias para que regaran la tierra. Él enviaba el granizo y los relámpagos, los rayos y las tempestades, y hacía crecer los ríos y el mar. Tláloc Tlamacazqui habita en el Paraíso Terrenal y da a los hombres la fortaleza necesaria para la vida corporal”. Otros seres son las serpientes de nubes, que moran en el interior de las montañas. Consideradas éstas una especie de recipientes de agua. “Por fuera son de tierra, como si fuesen casas llenas de agua” (Sahagún). Las serpientes de nubes se empapan de agua y luego suben al cielo. Por orden del dios de la lluvia se desprenden allí de su valiosa carga, y la lluvia cae a la Tierra. Todas estas deidades y los héroes de la resistencia indígena se plasman en las obras de Ortega Maila. El periodista Jonnathan Cerrera, en un comentario sobre su obra dice que “los ocres, los tierras, los colorados, los rojos más recalcitrantes tienen en sus obras una drástica mirada de autenticidad que busca un espacio en el tiempo perdido, para reencontrar aquello que no se ha perdido sino que se ha mantenido en una especie de letargo... la enorme capacidad del ser humano de interpretar su vida, su historia su paso por el tiempo y por la tierra”, la cumple Ortega Maila en su obra, en donde se reflejan altivos y rebeldes los hombres andinos de nuestra historia, en donde en la piedra labrada se trasluce, como lo dice Carrera, “ese espíritu altivo y sudoroso, pulido, finamente moldeado a punta de sentimiento, de entraña y de corazón, esa sensibilidad extrema, esa alma indomable, eterna y pura, ese espíritu del hombre andino, ancestral y milenario; ese héroe dormido entre las piedras, es lo que Ortega Maila ha logrado rescatar”. Marco Rosero Director de Museos de la CCE

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Perdición del espíritu - 90x70 cm - Técnica Acrílico sobre tela

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Frágil - 84x120 cm - Técnica Acrílico sobre tela

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Hacia sus orígenes A los 22 años el artista decide viajar a Estados Unidos, en el país del norte recorre distintos museos y sitios culturales, afirmando la riqueza cultural que existe alrededor del mundo, y aún más, la de su pueblo. De estos recorridos nace la necesidad del artista de ampliar sus conocimientos sobre sus raíces ancestrales e inicia un proceso de investigación de sus orígenes. Durante su juventud visitó fiestas populares representativas, que incrementaron sus inquietudes por la cultura, pensando entonces que era un enorme vacío no apropiarse de su propia identidad. Inició un período de largos viajes por todas las regiones andinas, nutriéndose de los rituales, simbologías, y del conocimiento de los yáchaks o sabios. Conoce más de su música, su danza y las celebraciones que constituyen un agradecimiento a la tierra por sus bondades. Hitos que los va desarrollando a través de su pintura. La cultura que habitaba la sierra norte de la capital ecuatoriana, el pueblo kitu-Kara, se vuelve un vínculo importante para que el artista amplíe sus conocimientos ancestrales. En sus cuadros plasma las líneas de la naturaleza, los saberes relacionados con la ayahuasca, su cultura, raíces y tradiciones. Entre las obras que resaltan de esta colección detalla: Guerrero.- Esta obra refleja, a través de los ojos del personaje, la fuerza del pueblo indígena de Ecuador ubicado en el oriente ecuatoriano. Un pueblo que no se doblegó ante la llegada de ningún conquistador. En el idioma quichua, guerrero significa auca, y en su traducción al castellano se equipara con guardián, éste representa la fortaleza y la lucha por mantener la identidad. Amaru.- Amaru es una palabra también quichua que quiere decir serpiente, deidad de las culturas ancestrales. Según cuentan, en el lugar donde se encuentra actualmente la iglesia de San Francisco en Quito, anteriormente había un templo en honor a la serpiente, en el que habitaba el antepenúltimo gobernante del incario. Huayna Cápac, padre del último rey del Tawaintisuyu, Atahualpa; este último, antes de morir, afirmó que se transformaría en serpiente. Amigo.- Este cuadro representa a un amigo del artista que trabajaba como payaso en las calles de Quito, durante el día mostraba la plenitud de una sonrisa ante el público, pero llegada la noche, la tristeza y las lágrimas invadían su rostro. Junto a Ortega Maila, y otros amigos que recogían cartones en las calles, recordaban a sus familias, el día que decidieron salir de casa. Jeimi Chiluisa Palacios, 2016 Escritora y periodista

Ave mágica - 70 x 90 cm. Técnica Acrílico sobre tela

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Taita Inti - 120x84 cm - Técnica Óleo sobre tela

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Yachak - 84x120 cm - Técnica Óleo sobre tela

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Reina Kilago - 84x120 cm - Técnica Óleo sobre tela

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Iniciar - 84x120 cm - Técnica Óleo sobre tela

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“No sé si la profecía de Pachakutik avizoró de alguna manera el resurgir del arte de nuestros pueblos...”.

Aya Uma - 90x70 cm. Técnica Acrílico sobre tela

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Jorge Cevallos, 2012 Escritor y productor

Cóndor - 84x120 cm - Técnica Óleo sobre tela

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Renacer - 90x70 cm - Técnica Acrílico sobre tela

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Manolo Palacios Periodista Radio Migro Latino Alemania 12 marzo 1998 – Berlín

“Para Ortega, su visita a Berlín constituye su quinta exposición internacional. Ortega ha realizado diversas exposiciones colectivas e individuales en Ecuador y ha visitado varios países, entre estos, Estados Unidos, Venezuela, Perú, Japón, Austria, España, Chile y Alemania”.

Mitad del Mundo - 90x70 cm - Técnica Óleo sobre tela

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Desde aquí - 84 x 120 cm. Técnica: óleo sobre tela

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Invocar - 84 x 120 cm. Técnica: óleo sobre tela

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El Rey Midas de la pintura Recurriendo a la mitología griega, se puede hacer cierta analogía entre el rey Midas y el artista Cristóbal Ortega Maila: los dos tienen un don en sus manos. La diferencia: el ‘rey’ al tocar algo lo convierte en oro, mientras que el pintor lo convierte en una obra de arte, que sus cuadros se vendan, es otra cuestión. Sus manos son las herramientas al realizar su obra. La dactilopintura es la especialidad de Ortega Maila, quien necesita contactar sus dedos con los diferentes materiales para plasmar sobre un lienzo. El artista empezó con paisajes y retratos. Después abordó el expresionismo, lo que permitiría mostrar su interior, aquella era una manera de deformar la realidad, pero para hacerla más vivencial dio paso a la presentación de su mirada subjetiva: la supremacía de los sentimientos sobre el objeto. Incursiona en el expresionismo abstracto, donde cuerpos femeninos y masculinos no están enteramente dibujados, predominan colores fuertes, los que oscurecen o aclaran las formas humanas. Su colección ‘Peligro de extinción’, pintada en París, da cuenta de lo devastador de una guerra. Hay una denuncia que invita a la reflexión. Actualmente, el artista busca que sus dedos hagan contacto con sus antepasados, lo precolombino es su obsesión. La tierra, los paisajes, las costumbres ancestrales, los espíritus, el Sol y la Luna. El naranja y el rojo, el amarillo y el negro serán los colores predominantes en esta nueva etapa. La mezcla de estos y otros colores representarán la luz del Sol y cada cuadro buscará celebrar una gran fiesta ceremonial. Sus manos son como unas espátulas; las yemas de los dedos, al moverse, parecen una brocha y sus uñas le permiten dar detalles cual fino pincel. Cristóbal Ortega Maila es un pintor quiteño oriundo de la comunidad de Collacoto. Su obra ha traspasado fronteras con favorable acogida. De niño compartía con sus abuelos, de ellos piensa que heredó la habilidad de sus manos. Mientras sus antecesores realizaban cerámicas, pondos, ollas, platos, etc. para su comunidad, él aprendía estas labores a través del

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juego: “A los ocho años realicé mis primeros trabajos con conciencia de lo que hacía”, comenta el pintor. Este contacto directo de su cuerpo con la tierra le permitió desarrollar la destreza que le caracteriza: pintar con sus manos. “En cada trabajo que hago necesito estar en contacto con el material, así recibo la energía y puedo plasmar lo que realmente siento”, manifiesta el artista. El niño crecía y fue a la ciudad para estudiar. No tiene tan buenos recuerdos de su vida colegial, la cual abandonó dos años después de haber iniciado. Considera que en aquella época existía demasiado prejuicio racial del cual fue víctima. Pero no todo fue negativo para Ortega Maila. En esta etapa descubriría al artista que llevaba adentro. El comienzo Todo inició como un juego. En la plaza de La Merced, en el centro de Quito, junto con sus compañeros del colegio, se puso a retratar a un amigo suyo, muchas personas lo rodearon admirados de su dibujo. Una señora se le acercó y le preguntó cuánto costaba retratar a su hija. Un amigo de Ortega Maila respondió que 50 sucres, entonces la señora pagó y desde ahí el pintor iniciaría su carrera. Recorría las plazas y retrataba a personas, además vendía cuadros de paisajes. Para aprender más acerca del arte, estudió en el Centro de Extensión Cultural Universitaria (anexo a la Universidad Central del Ecuador) y en talleres en la Casa de la Cultura. “Sí aprendí mucho, pero necesitaba más de lo mío, de mis raíces, las clases de Cromatología y de Psicología e Historia del Arte me ayudaron, pero eran europeizadas, yo quería aprender mi cultura y su arte”, cuenta Cristóbal. Por saciar este deseo empezó a autoeducarse y transportar lo aprendido a su realidad. Sus manos sustituyeron a cualquier otra herramienta para pintar y serían el nexo entre su interior y el lienzo.

‘Con el sudor de la frente’ El dedicarse por entero al arte no fue un problema para el maestro Ortega Maila. Desde el principio pudo vivir con lo que ganaba vendiendo sus cuadros y haciendo retratos. Los pocos tiempos de ‘vacas flacas’ que se le presentaron no tuvieron dificultad alguna: “No me costó sobrevivir del arte, en mi comunidad muchas veces fallaba la cosecha y nos conformábamos con una agüita de manzanilla. Muchas veces pasé hambre, esto ya era parte de mi vida diaria de niño. No sufría ni reía, así crecí”, relata el artista. Recorría distintas ciudades nacionales aprovechando las fiestas de cada lugar, así tenía la oportunidad de mostrar su obra a mayor cantidad de personas. Un día en la Plaza de la Independencia, en la capital ecuatoriana, un turista apreció su trabajo y le compró varios cuadros. Este turista fue quien le ayudó a exponer en el exterior. Con tan sólo 18 años, Ortega Maila viajó a Nueva York y expuso, por primera vez, en el extranjero. Este país sólo fue la puerta para el mundo entero. El pintor visitaría varios países y asombraría por su obra y técnica: la dactilopintura. Su habilidad innata fue la llave del éxito. Ha realizado exposiciones en Alemania, España, Japón, Venezuela, entre

otras naciones. Algunos de sus cuadros reposan en museos internacionales, como el Museo de Bellas Artes, de Cuba; Auditorio Mes Berlín, en Alemania; y el Salón de Santiago de Compostela, en España, entre otros. A nivel nacional, varias de sus obras se encuentran en museos importantes, como el Museo Fundación Guayasamín, por citar un ejemplo. ‘Templo de arte’ En la actualidad viaja constantemente a Los Ángeles (EE.UU.), donde tiene su estudio. Cuando se radica en Ecuador trabaja en su taller en el ‘Templo del Sol, su espacio en la Mitad del Mundo. Este sitio fue visitado por la esposa del entonces presidente de Francia, François Miterrand, la ex Primera Dama francesa había oído hablar de Ortega Maila. Otros admiradores de su obra han adquirido también parte de su trabajo, entre ellos se destacan personajes públicos como Rodrigo Borja, ex Presidente de Ecuador; Rigoberta Menchú, Premio Nobel de la Paz; Don Francisco, animador de televisión; y, Rocío Dúrcal, cantante española que compraría varios cuadros de Ortega Maila.

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Todo lo que ahorra este artista lo invierte en la construcción de su sueño. Parte de éste ya se ha hecho realidad con la edificación del ‘Templo del Sol’, que se encuentra ubicado en la Mitad del Mundo, vía a Calacalí, junto al cráter del volcán Pululahua. Con lo que sigue ganando al vender su obra espera culminar su meta: “Ya están las bases para

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el ‘Templo de la Luna’; además, hay que construir los talleres de escultura, pintura y grabado para los jóvenes. Quizás yo no termine esto, pero mi sueño sí se hará realidad”, asevera Ortega Maila. Periódico La Hora-Ecuador Redacción Artes [email protected]

Cristóbal Ortega Maila Pintor, escultor

“Sí aprendí mucho, pero necesitaba más de lo mío, de mis raíces, las clases de Cromatología y de Psicología e Historia del Arte me ayudaron, pero eran europeizadas, yo quería aprender mi cultura y su arte”.

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“...Se puede hacer cierta analogía entre el Rey Midas y el artista Cristóbal Ortega Maila: los dos tienen un don en sus manos”.

Enlace - 90 x70 cm. Técnica: acrílico sobre tela

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Diario La Hora Ecuador , 1999

Chasqui - 84x120 cm - Técnica Acrílico sobre tela

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Fusión cósmica - 84x120 cm - Técnica Acrílico sobre tela

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Descubrir - 90x70 cm - Técnica Óleo sobre tela

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Tiempo fugaz - 84x120 cm - Técnica Acrílico sobre tela

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Fuerza felina - 84x120 cm - Técnica Acrílico sobre tela

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Emprender - 84x120 cm - Técnica Óleo sobre tela

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Grito profundo - 84x120 cm - Técnica Acrílico sobre tela

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El pintor de las manos prodigiosas* Anoto aquí algunas reflexiones, en torno a lo que es el quehacer artístico de una generación brillante, de entre la que se destaca ‘El pintor de las manos prodigiosas’. No sé si la profecía de Pachakutik avizoró de alguna manera el resurgir del arte de nuestros pueblos, que finalmente, y según lo prueban los hechos, estuvo destinado a liberarse de un cautiverio que ha durado más de 500 años y que muy probablemente se dio por designio del propio Viracocha —dios tutelar—, dispuesto a permitir que el Ser de sus hijos recorriese un sendero de sangre, lágrimas y fuego, para en aquella brasa forjar pueblos y espíritus verdaderamente excelsos. *  Palabras pronunciadas por Jorge Cevallos, el domingo 25 de marzo de 2012, con motivo de la inauguración de la muestra del artista Cristóbal Ortega Maila, en el volcán Pululahua.

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En lo más amoroso y delicado del seno materno se había acurrucado nuestro arte. Al calor de la tulpa habría sido acunado a reaprender de la Madre Tierra su sagrado abecedario, esperando paciente en aquel embrión —nave— el cumplimiento de la profecía que habla del retorno de nuestras sociedades a los tiempos nuevos, a los buenos tiempos… Y aquel tiempo ha llegado Lo prueba este día y lo prueban estas obras, surgidas como lava del núcleo de la Tierra o caídas como un rayo sobre la madrera de chonta, fecundando los más íntimos y diversos espacios del espíritu, evocando no solo la alegría de la

fiesta sino también la asombrosa energía de la lucha y resistencia natural a todo pueblo libre, cuya integridad se ve amenazada. ¿Que nuestros muertos no han sido en vano, quién lo duda al apreciar tanta belleza y al estar rodeado de tanta gente buena? Que nuestros autoexiliados no han sido en vano bien lo prueba el poder encontrarnos en casa, con decenas de amigos disfrutando de los suyos y a la vez saber, están listas las maletas para surcar fronteras, dispuestos a sorprender al mundo con el asombroso mensaje y espíritu de nuestra gente. Ruptura y negación de un sistema sutil y brutal, programado para satisfacer egos que acaban extinguiendo un planeta para desplazarse a otro, en una carrera ciega, guiada por el más duro acero. ¿Su respuesta?: los suaves y luminosos colores recreándose en un crisol que enciende todos los fuegos. Y es que la obra de Cristóbal Ortega Maila tiene de aquello, y de pertenecer a una generación inspirada, cuyo antecedente más reciente son figuras sublimes de la estética universal, que Latinoamérica ha brindado al mundo permanentemente. Realización de una promesa que estuvo pendiente por más de 500 años es esta joven y madura generación de artistas con que

Ecuador engalana los más diversos museos del mundo. Una generación que ha revolucionado el arte planteado por la decadente oficialidad no sólo abordando la composición, la cromática, la temática o la perspectiva desde la savia fundamental del recorrido de los artistas populares de nuestro continente, sino por hacerlo parte de una forma de vida que ha permitido que esa grandeza histórica no se quede sólo entre ellos, como cautiva, sino que sea como lo es hoy, y se derrame hacia la comunidad en una expresión mágica, de ritual y fiesta. En esta nueva zaga de pintores indígenas y no indígenas dedicados a cultivar con maestría el arte y el conocimiento de nuestras nacionalidades y pueblos, se destaca el artista Cristóbal Ortega Maila, a quien no solo debe adornar el ilustre título de ‘El pintor de las manos prodigiosas’, sino también el del colega y amigo de las manos consecuentes con el destino de nuestro pueblo. Jorge Iván Cevallos Escritor y productor independiente

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Mujer cóndor - 84x120 cm - Técnica Óleo sobre tela

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Movimiento - 84x120 cm - Técnica Acrílico sobre tela

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Ahora - 84x120 cm - Técnica Óleo sobre tela

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Conexión - 84x120 cm - Técnica Acrílico sobre tela

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“Cuando uno tiene ese sueño de hacer algo que le gusta, trata de vincular toda su vida para verlo hecho realidad”. Cristóbal Ortega Maila, 2010 Pintor y escultor

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Renacer en el tiempo - 84x120 cm - Técnica Acrílico sobre tela

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Kiliko - 84x120 cm - Técnica Acrílico sobre tela

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Burbuja del Quinde - 70x90 cm - Técnica Acrílico sobre tela

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Conexión Cósmica - 84x120 cm - Técnica Acrílico sobre tela

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Fusión - 70x90 cm - Técnica Acrílico sobre tela

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Danzante del Sol - 84x120 cm - Técnica Acrílico sobre tela

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Espíritus en el tiempo - 70x90 cm - Técnica Acrílico sobre tela

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Danzante espiritual - 70x90 cm - Técnica Acrílico sobre tela

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Gorrión aventurero - 90x70 cm - Técnica Acrílico sobre tela

Inti Raymi - 90x70 cm - Técnica Acrílico sobre tela

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Kindi Warmi - 90x70 cm - Técnica Acrílico sobre tela

Subconsciente - 90x70 cm - Técnica Acrílico sobre tela

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Las cuatro direcciones - 120x180 cm - Técnica Acrílico sobre tela

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Equilibrio - 84x120 cm - Técnica Acrílico sobre tela

Unión eterna - 90x70 cm - Técnica Acrílico sobre tela

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Amigo - 70x90 cm - Técnica Acrílico sobre tela

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Ñusta - 70x90 cm - Técnica Acrílico sobre tela

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Waurani - 70x90 cm - Técnica Acrílico sobre tela

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Principio y fin - 90x70 cm - Técnica Acrílico sobre tela

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Pureza - 70x90 cm - Técnica Acrílico sobre tela

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Aya - 90x70 cm - Técnica Acrílico sobre tela

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El arte de Ortega Maila en el mundo Berlín Alemania. - Anualmente el turismo mundial tiene su sitio de reunión en Berlín en la Bolsa Internacional de Turismo. 187 países del mundo y 7.193 expositores internacionales se dieron cita del 7 al 11 de marzo. El stand latinoamericano fue situado en uno de los niveles más lejanos de los recintos feriales, pero esto no impidió que centenares de visitantes encontraran la oferta del servicio turístico y novedades interesantes sobre América Latina. Junto a los pabellones latinoamericanos resalta una hermosa imagen de la Mitad del Mundo, pintada a media noche por el artista ecuatoriano Cristóbal Ortega Maila. Los visitantes admiraron el trabajo perfecto del artista a través de la dactilopintura, recreando con sus manos el paisaje y la naturaleza latina. Ortega enfoca la silueta, el movimiento humano y la expansión del color, como símbolos de grandeza del surrealismo ecuatoriano. Mezcla en el mundo de la magia los objetos, recrea el acontecer futurista, visualizando las sensaciones cotidianas del ser humano. Ortega Maila es el primer pintor ecuatoriano que expone en la Bolsa Internacional de Turismo de Berlín y se complace en sentir un triunfo cuando sus cuadros fueron admirados por miles de rostros del turismo. Cristóbal Ortega Maila es un ecuatoriano que haciendo esfuerzos personales y con el auspicio de la Ciudad Mitad del Mundo y Visa Internacional, llego a Berlín. “Fue interesante llegar a Berlín y trabajar un diseño local para estar presentes en la feria”. El artista tiene su taller y galería en la Ciudad Mitad del Mundo en Ecuador. Para Ortega su visita a Berlín constituye su quinta exposición internacional. Nació en Collacoto en 1965 y ha realizado diversas exposiciones colectivas e

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individuales en Ecuador y visitado países como Estados Unidos, Venezuela, Perú, Japón, Austria, España, Chile y Alemania. En la feria de turismo, Ortega Maila expuso sus cuadros. Mi ilusión, dice, “ha sido siempre viajar y recorrer el mundo. Ésta es mi quinta experiencia de pintor en el exterior. En Berlín ha sido bueno porque mi arte pegó. Aquí hay muchos artistas y una cultura diferente, pero les gusta el arte ecuatoriano por su colorido, por sus paisajes y los temas, con juego de luces y contrastes de lo real e irreal, le gustó mucho a la gente y gracias a todos los visitantes me ha ido todo bien”, recalca. Ortega Maila puntualiza que con el arte y sus esfuerzos demuestra que es factible triunfar en el exterior. Su arte surge de un nuevo contexto de los jóvenes pintores latinoamericanos. “Hemos buscado en este devenir de la pintura —puntualiza— los colores intensos. Me gusta jugar con los colores, con la luz al estilo muy nuestro, pero mi creación sobre las escaleras hacia la luna, la gente bailando en la luna, es un surrealismo, es mi imaginación personal, mi creación propia dentro de mis cuadros”. Ortega volverá en los próximos días a Ecuador y el 26 de abril presentará una nueva exposición en el Pabellón República de la Mitad del Mundo, dentro de un calendario de actividades que incluyen nuevos recorridos internacionales. Finalmente, Ortega Maila recalca que el arte es algo único, es un tesoro precioso al que hay que ir cada día puliendo y creando. “El arte es todo para mí, y creo que debe ser para todos un todo’’, concluye. Manolo Palacios, 1998 Periodista. Radio Migro Latino Alemania Berlín

Naturaleza incomprendida - 90x70 cm - Técnica Acrílico sobre tela

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Dual - 90x70 cm - Técnica Acrílico sobre tela

Encuentro - 90x70 cm - Técnica Acrílico sobre tela

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Enaltecer- 140x180 cm - Técnica Óleo sobre tela

Espíritu natural - 90x70 cm - Técnica Acrílico sobre tela

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Conexión al pasado - 70x90 cm - Técnica Acrílico sobre tela

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Estar en medio - 120x180 cm - Técnica Óleo sobre tela

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Contraste Solar - 90x70 cm - Técnica Acrílico sobre tela

Wayra Sami - 90x70 cm - Técnica Acrílico sobre tela

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Zarzuela - 84x120 cm - Técnica Acrílico sobre tela

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Danza ceremonial - 90x70 cm - Técnica Acrílico sobre tela

Espíritu de la noche - 90x70 cm - Técnica Acrílico sobre tela

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Guadián del tiempo - 70x90 cm - Técnica Acrílico sobre tela

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El cóndor y el águila - 70x90 cm - Técnica Acrílico sobre tela

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Tsáchila - 90x70 cm - Técnica Acrílico sobre tela

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Wayrasacha - 90x70 cm - Técnica Acrílico sobre tela

Ayawaska - 90x70 cm - Técnica Acrílico sobre tela

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Instante - 84x120 cm - Técnica Acrílico sobre tela

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Ave mágica - 84x120 cm - Técnica Acrílico sobre tela

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Extasis Anclado - 90x70 cm - Técnica Acrílico sobre tela

Refugio al Instante - 90x70 cm - Técnica Acrílico sobre tela

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Retorno al tiempo - 90x70 cm - Técnica Óleo sobre tela

Dualidad - 90x70 cm - Técnica Óleo sobre tela

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Belleza femenina - 90x70 cm - Técnica Acrílico sobre tela

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Yaku - 90x70 cm - Técnica Acrílico sobre tela

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Ciclo natural - 70x90 cm - Técnica Acrílico sobre tela

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Círculo de la vida - 70x90 cm - Técnica Acrílico sobre tela

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Coraza - 90x70 cm - Técnica Acrílico sobre tela

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Amor en la noche - 70x90 cm - Técnica Acrílico sobre tela

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Ancestros - 120x90 cm - Técnica Acrílico sobre tela

Delirio - 90x70 cm - Técnica Acrílico sobre tela

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Subconsciente - 90x70 cm Técnica Acrílico sobre tela

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Libertad - 90x70 cm - Técnica Acrílico sobre tela

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Wayanay - 90x70 cm - Técnica Acrílico sobre tela

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Rostros de tierra mineral

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Cristóbal Ortega Maila Pintor y escultor

“Estas obras están dedicadas a los grandes indígenas que se resistieron a perder la cultura y la sabiduría de hace miles de años”.

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Túpac Yupanqui - Perú - 50x70 cm - Mármol Blanco

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Galería de rostros pétreos Cristóbal Ortega Maila ha salido de su pintura de intensa humanidad —ojalá no definitivamente— para hacer hablar la piedra. De bloques rústicos de la piedra más humilde, esa que se usa para los cimientos de los edificios, largamente acariciados con la lija hasta lograr calidades de oscuros pulimentos, ha evocado rostros. Toda una larga galería de rostros indoamericanos, de héroes milenarios de estas tierras nuestras. Y así ha titulado esa galería de rostros pétreos: ‘Héroes Milenarios’. Junto a cada cabeza, a cada rostro, ha inscrito el nombre de esos héroes que han inspirado esta poderosa empresa de evocación y creación. No es un conjunto de piezas convencionalmente bellas —salvo una: el fino Atlacatl, de El Salvador—; más bien, tienen algo de bárbaro. De oscuro. De oscuro peso de historia soterrada. De ancestralidad recia. A primera y superficial mirada pudiera parecer colección monótona de rostros semejantes. A tal mirada se le habría escapado lo esencial, que es, exactamente, lo contrario, la diferencia, la peculiaridad. Por supuesto que hay una constante: de dolor. Dolor recio, recatado, grave. Pero, en ese mundo tan silencioso y hermético como el de nuestras gentes indias, ¡cuántas variaciones no por sutiles menos incitantes! La expresión del Rumiñahui es de asombro, casi estupor. Con los ojos muy abiertos y los labios fruncidos en duro rictus. El Abayuba, de Uruguay, tiene gravedad meditabunda. El Túpac Amaru, rostro de austero hieratismo, cierra los labios con dureza, casi crueldad. En el Atahualpa nada heroico. Es el héroe resignado a su suerte, acaso rendido a la fatalidad de los hados. Quilago es lo femenino en esta galería de reciedumbres. Y lo es también Dayuma, impresionante en su sugerencia de actitud yacente, con los ojos cerrados. Pero, con sus diferencias, más sugeridas que formuladas, es una galería de expresiones de dolor. Un dolor asombrado, meditabundo (Urraca, de Panamá); un dolor que no ha hallado reposo en el sueño (Tecun Umam,

de Guatemala); dolor colérico (Carabito de Costa Rica). Y el Cuauhtémoc es visión del estoicismo ante el supremo dolor. Son héroes. No de una victoria. De una resistencia, vencida pero invencible. Esa resistencia se ha hecho fuerte en inviolable reducto de sabidurías intactas: Duchicela, el Abayuba de Uruguay. ¡Tantos otros! ¿Y cómo se ha buscado transmitir el espíritu de cada héroe con solo rostros? Y en lajas de piedra que no daban lugar a una expresión volumétrica. Apenas en alguna pieza sale de lo plano la nariz. Con los ojos —aún en los casos en que están cerrados— y con los labios. ¡Cuánto pueden decir de asombro, casi estupefacción; de meditaciones entre sombrías y oscuramente iluminadas; de angustias domeñadas; de cólera invicta, esos ojos de piedra! Y la expresión de los labios, nunca abiertos para el grito, puede ser de ira, de voluntad resistente indomable, de cólera apenas contenida, de dolor tan hondo e intenso como retenido bajo el gesto de impasibilidad. Fue sin duda empresa de pasión y audacia: llegar al espíritu de cada héroe de la resistencia de nuestras nacionalidades indias. Nos confía el artista que, viajando por América, buscó aproximarse a cada una de esas figuras ancestrales, en las propias tierras patrias en que ellos protagonizaron sus historias de resistencia. Y nos confía también que le abrió caminos hacia esos recónditos interiores la ayahuasca. Caminos ceremoniales en el trance de la bebida sagrada. Con todo ello, esta galería de rostros pétreos nos abre las puertas de un mundo. Hernán Rodríguez Castelo Miembro de Número de la Real Academia de la Lengua / Miembro de la Asociación Internacional de Críticos de Arte Ecuador.

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Atlacatl - El Salvador - 42x68 cm - Mármol Crema

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Huayna Cápac - Ecuador - 50x70 cm - Mármol Blanco

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Amancara - Perú - 50x70 cm - Mármol Blanco

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Guaicaipuro - Venezuela - 50x70 cm - Mármol Crema

Atau - Ecuador - 90x69x28 cm - Roca Andesita

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Píntag - Ecuador - 50x70 cm - Mármol Blanco

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Maytanchi - Perú - 50x70 cm - Mármol Blanco

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Almas milenarias de Ortega Maila Lliw wayqukunamantam lluqsichkanku (De todas las quebradas están saliendo) Mana aychayuq tulluntin (Con sus huesos sin carne) Chay llapa puriq ayakuna (Todos esos muertos que caminan:) Mana wañuyninta tukuspa (Sin culminar su morir) Qaparispa, waqaspa (Voceando, sollozando) Tayta mamankunata qayaspa (Llamando a sus ancestros)

Impresiona no solo por magnífica o menos o más por sensible, la pintura de Ortega Maila evolucionada en colores azules de tristezas y melancolías como anticipando al viento la necesidad de rescatar el espíritu ancestral aborigen del hombre milenario andino. Los ocres, los tierras, los colorados, los rojos más recalcitrantes tienen en sus obras una drástica mirada de autenticidad que busca un espacio en el tiempo perdido; la recuperación del arte andino es una obra, más que titánica, necesaria para reencontrar aquello que no se ha perdido sino que se ha mantenido en una especie de letargo... la enorme capacidad del ser humano de interpretar su vida su historia su paso por el tiempo y por la tierra. Evoluciona el arte creativo de Cristóbal Ortega Maila, el que sintiendo una profunda inquietud que le nace del pecho, arenga con fuerza la piedra de las cascadas, de los ríos, de las montañas, para arrancar de ella los espíritus que se niegan a morir, que han vivido por siempre a veces relegados, pero nunca olvidados. Deja un tiempo el pincel y los colores y toma la punta y el martillo obligando en cada golpe a salir de la enorme piedra al ancestral espíritu que anida en ella, al héroe de una resistencia más que indígena a una colonización europea, a un ser humano que sembraba la tierra, pescaba en sus mares y se bañaba en sus

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ríos dejando su marca imperecedera indeleble y pura llenando de sus emociones, de sus sentimientos, cada grano del polvoso mundo de su cosmovisión andina. Este paso de pintor a escultor puede dejar a algunos azorados de intencionalidad, será tal vez un vestigio artístico que intenta elucubrar en nuevas aspiraciones, o es un puente a visiones más expresivas entendiendo al rescate de la piedra como una vuelta a la tierra al mineral, al barro de hombre que mascando piedra obligaba a la tierra a darle sus frutos, su amor, su ternura. Prefiero lo segundo por más entregado al espíritu de Ortega Maila, un artista heredero de ancestrales connotaciones de almas milenarias, entonces son por antonomasia esas almas las que busca en cada piedra, las almas de los héroes indígenas que murieron en una rebelión a lo que significaba no solamente la conquista económica sino la perdición de un compendio cultural artístico rico en colores, formas y texturas; se estaba perdiendo la identidad andina y sus héroes se rebelaban a morir y, lejos de hacerlo, se mantuvieron vivos escondidos en los ríos, en las cascadas, en las montañas, en los volcanes durmiendo sueños en los que nunca varía ni muere, en lo más duro conocido, en el estoico mineral, en la dura piedra que entendía la dura fortaleza del alma andina.

Así logró sacar rostros al mármol duro, a la andesita más fuerte, puliendo los sentimientos, arrochándole al destino cada gramo de indignación, de vitalidad, de cultura; los héroes tienen ojos y vida propios, se revelaron a su sueño y salieron magníficos, portentosos; sus labios encierran actitudes de nobles castas entrelazadas con cejas pobladas de surcos de trabajo y ciencia, porque los hombres eran cultos al mismo tiempo que guerreros y sus rostros, unos tiernos otros cándidos, son, a la vez, fuertes y altivos, los rostros irradian seguridad y sufrimiento, son rostros humanos que guardaron el alma andina en una tierra llena de volcanes. Una obra en particular llama la atención, con perdón de la singular digresión que se pueda cometer, un mármol picoteado, un rostro golpeado por la pena, por la enfermedad, por el sufrimiento, porque recuerda un pasaje anecdótico así como suspicaz, la colonización mató de todas las formas conocidas, por la espada, por la avaricia y por la enfermedad, pero hubo otra más y cuentan los anales históricos que la varicela, la viruela mermaron los ejércitos aborígenes en cuyos campamen-

tos pocos sobrevivían a una guerra viral para la que no estaban preparados, los llurosos y llagados se dejaban ver por cientos, por miles, y para cuando generaron defensas naturales ya estaban tan débiles que no podían guerrear, todo se consumaba y el misticismo jugaba también su parte, Viracocha conquistador mataba sin espada solo con fiebre y manchas y esta piedra en particular se muestra manchada, ahuecada en su contornos, dolida en su mejillas, en su frente tiene las marcas de la enfermedad y es al mismo tiempo altiva y rebelde, a pesar del sufrimiento del terrible y virulento mal llegado de otros continentes; a pesar de todo sobrevivió y existe y vive y se yergue todavía, y ese espíritu altivo y sudoroso, pulido, finamente moldeado a punta de sentimiento, de entraña y de corazón, esa sensibilidad extrema, esa alma indomable, eterna y pura, ese espíritu del hombre andino, ancestral y milenario, ese héroe dormido entre las piedras es lo que Ortega Maila ha logrado rescatar. Jonnathan Carrera Escritor y periodista Quito - Ecuador

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Bartolina Sissa - Bolivia - 87x90x47 cm - Roca Andesita

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Amaguaña - Ecuador - 50x70 cm - Mármol Blanco

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Colla Riti- Perú - 59 x 84 x 33cm - Roca Andesita

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Huáscar - Perú - 75x94x46 cm - Roca Andesita

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Tiuna - Venezuela - 53x88x51cm - Roca Andesita

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Manco Inca - Perú - 46x62x52 cm - Roca Andesita

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Otoya - Ecuador - 72x140x63cm - Roca Andesita

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Tránsito Amaguaña - Ecuador - 54x64x55 cm - Roca Andesita

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Cacha - Ecuador - 88x128x33cm - Roca Andesita

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Sairi Túpac - Perú - 95x87x41 cm - Roca Andesita

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Cristóbal Ortega Maila Pintor y escultor

“Bajo el sol, la lluvia y el frío me he dedicado a esculpir, a sacar ese gran espíritu que está impregnado en cada roca”.

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Chachi - Ecuador - 95x87x41 cm - Roca Andesita

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Gaitana - Colombia - 95x87x41 cm - Roca Andesita

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Huamán - Ecuador - 64x84x52cm - Roca Andesita

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Quitu - Ecuador - 66x115x34 cm - Roca Andesita

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Paullu Inca - Perú - 83x86x43cm - Roca Andesita

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Micaela Bastidas - Perú - 85x82x40cm - Roca Andesita

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Apaza - Perú - 59x84x33 cm - Roca Andesita

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Caonabo - Rep. Dominicana - 85x82x40cm - Roca Andesita

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Cahuide - Perú - 67x81x45 cm - Roca Andesita

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Pillawaso - Ecuador - 83x75x58 cm - Roca Andesita

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Túpac Huallpa - Perú - 56x105x51 cm - Roca Andesita

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Cañari - Ecuador - 71x103x43 cm - Roca Andesita

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Amaru - Perú - 115x85x20 cm - Roca Andesita

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Curaca- Ecuador - 105x97x57 cm - Roca Andesita

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Quipocamayo - Ecuador - 98x100x51 cm - Roca Andesita

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Rumiñahui - Ecuador - 66x74x101 cm - Roca Andesita

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Colla - Ecuador - 66x70x37 cm - Roca Andesita

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Calicuchima - Ecuador - 70x106x90 cm - Roca Andesita

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El Templo del Sol

El Templo del Sol Santuario del arte ecuatoriano

Visitamos el volcán Pululahua, el único en el mundo entero poblado dentro del cráter. Al frente del volcán está situado el Templo del Sol. Pareciera que está construido hace cientos de años, sin embargo su construcción empezó hace apenas diez años atrás. Más aún, de una manera paradójica, nos impresionó mucho más que el mismo volcán. ¿Por qué?, preguntarán ustedes, porque está lleno de un estilo de un arte poco común, realizado por un artista muy singular: Cristóbal Ortega Maila. El Templo del Sol es un museo, galería de arte y también un lugar donde se preserva la cultura andina. Se ubica a diez kilómetros de la ciudad turística Mitad del Mundo, lo que lo convierte en un lugar de obligatoria visita para todos los turistas que llegan a Ecuador. El santuario es impactante, da la impresión de que la construcción fue levantada en siglos anteriores, cuando se edificaron las estructuras incas precolombinas, y ahora solo parece restaurada. Qué equivocación más grande. Años atrás en este lugar solo había hierba. Cristóbal Ortega Maila, un pintor y escultor local, ha decidido construir un ambiente propicio para que su obra luzca mejor. Y justamente, en este sitio tan emblemático

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para la cultura andina ecuatoriana, ha podido realizar sus sueños, puesto que cerca del Santuario del Sol está el punto arqueológico ‘Catequilla’, donde existieron unos pueblos precolombinos. Según el Maestro Ortega, son lugares espirituales, así como el mismo volcán Pululahua, que está a lado del Santuario. Por esta razón el sitio fue escogido para la construcción del Templo del Sol, porque en lugares como este se recibe la energía directa del Sol. En los alrededores del Templo hubo restos de ruinas, los cuales no sobrevivieron hasta nuestra época, pero el mismo museo está colocado en la línea sagrada con otros santuarios: Rumicucho, Catequilla y Quitoloma. Todo el complejo está cercado por estatuas realizadas por el artista y fue inaugurado en el año 2016. Si decide visitar el museo, usted conocerá la historia de las creencias andinas y las formas de las construcciones antiguas. También podrá experimentar los efectos del Centro del Mundo, por ejemplo, parar un huevo sobre un clavo, así como conocer los beneficios de las plantas medicinales de la zona. Después de esta corta lección de historia se puede observar las pinturas del Maestro y también saborear el té de la hoja de coca (que está incluido en el precio de

la entrada). Si tiene suerte de visitar el Templo el fin de semana, conocerá personalmente al artista y podrá ver cómo nacen sus obras. Cristóbal Ortega Maila normalmente pinta al mediodía, y su obra la realiza en pocos minutos. Como nos explica el mismo autor: “Nunca uso el pincel, utilizo directamente mis dedos para tener completa sensibilidad con las pinturas, colores y materiales de los cuales extraigo el mismo arte”. Mirando sus pinturas y esculturas podemos percibir la cosmovisión y espiritualidad andina en donde se refleja su innegable talento. Además, el autor comparte sus pinturas con el mundo entero. En el Templo también se presentan talleres infantiles, los turistas conocen las expresiones andinas y comparten las festividades más importantes (4 veces al año: Mushuc Nina, año nuevo andino; Inti Raymi, fiesta de agradecimiento al Sol; Coya Raymi, fiesta de la tierra y la fecundidad; Cápac Raymi, fiesta de la juventud) participando en ceremonias y rituales andinos fielmente guardados y que se mantienen desde hace miles de años. El Templo del Sol no es su única meta, actualmente está trabajando en la obra del Templo de la Luna, donde se levantarán otras esculturas que rodearán el complejo. Karolina Anglart Bartosz Wudniak TropiMy Przygody - Travel Blog Polonia

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Amaru Cancha - Perú - 95x90x112 cm - Roca Andesita

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Toa - Ecuador - 74x103x60 cm - Roca Andesita

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Auki - Ecuador - 102x105x46 cm - Roca Andesita

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Huilla Ñusta - Chile - 77x60x39 cm - Roca Andesita

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Aya Lungu - Ecuador - 96x66x43 cm - Roca Andesita

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Maila - Ecuador - 65x113x73 cm - Roca Andesita

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LAS RAÍCES DEL SOL Sembrado por las sombras gigantes del recuerdo, cubierto por montañas de tiempo guardado en las raíces de viejos minerales; perdido en las memorias de padres y abuelos; ahogado en silencios, en lamentos, en odios, el ayer se escapa… El sol recuperado esculpía sus rayos en los surcos enmohecidos de la tierra, escurría su luz en las grietas de la leyenda, reclamaba los ruegos en los templos de Indicancha...

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Realidades y valores

ancestrales primitivos Pueblos nómadas que llegaron del Asia por el estrecho de Bering se fueron extendiendo a lo largo y ancho del continente americano, gradualmente en el tiempo se ubicaron y conformaron sus propias naciones y reinos —como los mayas, los aztecas, los incas—, sociedades multiétnicas regidas por complejas concepciones ideológicas y cosmológicas, habiendo sido adoradores de varios dioses, especialmente relacionados con la madre tierra; organizándose en pueblos diversos con sus propias lenguas, mitos y expresiones culturales. En plena etapa de desarrollo, los conquistadores españoles fueron dominándolos y, con el poder de las armas, les impusieron una nueva religión y costumbres desconocidas. Pero, la mayoría han conservado sus lenguas y sus tradiciones milenarias y religiosas. Atrapado en sus ancestros indígenas, el artista Cristóbal Ortega Maila trata de rescatar, mantener y exponer los procesos míticos-religiosos precolombinos. Con la especial simbología de cada uno de estos pueblos, Ortega pretende universalizar las tradiciones indígenas de nuestro continente que aún se mantienen. Permanente y pacientemente continúa con la ampliación del Templo del Sol, ubicado en la Mitad del Mundo y cerca del apagado cráter del volcán Pululahua. El Templo es una amplia construcción circular de tres pisos, totalmente revestida, exterior e interiormente, por placas de piedra volcánica. En los corredores circulares de la primera planta, en urnas incrustadas en las paredes, se exhiben especiales figuras en terracota y variedad de piezas arqueológicas de las diferentes culturas que se desarrollaron en el actual Ecuador; más abajo, en el piso central, una vasija gigante de barro recibe directamente los rayos del sol desde el ojo abierto en la parte superior de la torre.

En la segunda planta, sobre el piso de piedra se ubican ordenadamente cincuenta esculturas trabajadas en planchas de piedra o de mármol, en superficies de unos cien centímetros de circunferencia, talladas en la superficie principal con especiales incisiones que dan forma aparente a juegos volumétricos, para generar los rostros primitivos de variedad de razas indígenas, pulidos con mucha habilidad y maestría; son personajes míticos que mantienen su presencia a través del tiempo, gracias a su calidad escultórica. En la tercera planta continúa la exhibición de otras cincuenta máscaras de similares características, pero de tamaño menor; además, en las paredes se presentan variedad de cuadros pintados y trabajados con los dedos y las manos del artista, en los que se puede apreciar la especial y exuberante signología mitológica que adorna cada obra, donde cada uno de estos cuadros confirma el uso del geometrismo en los símbolos y el humanismo en los personajes; así como la brillante y variedad cromática que genera cada obra, y que merece un estudio propio. Regresando a la parte exterior del Templo, en la entrada principal existe una pequeña explanada de piedra, en donde con la presencia de variadas delegaciones indígenas, de acuerdo con las diferentes etapas del año, se realizan y se desarrollan ceremonias religiosas ancestrales. Hacia el costado oriental del actual templo y por amplias gradas de piedra, se llega a la parte superior, en donde continúan los trabajos de complemento en la construcción del Templo de la Luna, que cumpliría con los sueños ancestrales del maestro quiteño Cristóbal Ortega Maila. Carlos Villacís Endara, 2012 Miembro de la Asociación Internacional de Críticos de Arte.

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Atoc - Ecuador - 86x86x42 cm - Roca Andesita

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Quitumbe - Ecuador - 86x86x42 cm - Roca Andesita

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“Estamos en un sitio sagrado, aquí en el Apu Pululahua, donde toda esa energía de la tierra de los cuatro continentes fluye”.

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Cristóbal Ortega Maila Pintor y escultor

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Enriquillo - Rep. Dominicana - 54x74 cm - Roca Andesita

Daquilema - Ecuador - 110x74cm - Roca Andesita

Atahualpa - Ecuador - 84x78 cm - Roca Andesita

Lambere - Paraguay - 90x74x70 cm - Roca Andesita

Cauhtémoc - México - 50x85 cm - Roca Andesita

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Carabito - Costa Rica - 60x60 cm - Roca Andesita

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Caupolicán - Chile - 75x82 cm - Roca Andesita

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Anacaona - Haití - 26x42 cm - Roca Andesita

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Jumandi - Ecuador - 60x74 cm - Roca Andesita

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El Templo del Sol y Cristóbal Ortega Lugar sagrado en donde la energía del astro rey se concentra extendiéndose entre los hijos de la Pachamama, aquí se vivió un día especial para el arte y la cultura ecuatoriana, pues el Maestro Cristóbal Ortega Maila presentó uno de sus trabajos más sublimes ‘El despertar de los espíritus’. 150 esculturas talladas en piedra en donde el artista revela no sólo su inmenso talento sino que deja una huella indeleble para el testimonio de las futuras generaciones que de todas las partes del mundo, tendrán la oportunidad de deleitarse con esta obra. Se trata de un evento sin precedentes que convoca a los amantes del arte y la naturaleza, y que ven en la espiritualidad de este lugar una fuente de renovación en el largo camino hacia la trascendencia. Nietzsche decía que solo a través del arte es posible aproximarse a la verdad y la genialidad, el Maestro Ortega Maila ha encontrado el punto más alto luego de estos tres últimos años en los que ancló su vida en este espacio en donde hoy se levantan imponentes los espíritus que yacían dormidos en el interior de estos cofres de roca.

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Para despertarlos fue necesario un acto de mayéutica artística, en donde el espíritu mismo del autor tuvo que verse sometido a las condiciones que le impone el templo, la lluvia, el viento, la neblina, todos elementos de un ritual que se repitió cada día, en los que Ortega empuñando sus herramientas penetró en lo profundo de la piedra, desde la era cuaternaria éstas permanecían inmaculadas guardando la esencia de la madre tierra y hoy las manos del pintor y escultor revelan sus rostros, es un acto de liberación que puede lograrse despojando las barreras mentales y dejando que las ideas iluminen nuestro diario quehacer. Este día representa la instauración de un nuevo inicio en la trayectoria de Cristóbal Ortega Maila, para quien su misión de llevar a los distintos puntos del mundo su obra aún es larga, y qué mejor augurio que hacerlo frente a los suyos, así como en aquel día en Cajamarca 6.000 mil espíritus lloraron la muerte del Emperador Inca Atahualpa y más de 2.000 tomaron la decisión de ofrendarse junto a su cuerpo etéreo aquí en el majestuoso Templo del Sol 1.000 danzantes, taitas, yáchaks y curacas, sus amigos que conforman la gran familia, unimos nuestras fuerzas

para vaticinarle éxitos en sus futuros proyectos y agradecerle por permitirnos ser parte de este momento histórico que sin duda se grabará, como en estas piedras, entre las más valiosas reminiscencias de cada uno de nosotros. Lo inerte es un estado impreciso que ve alterada su condición cuando la genialidad escudriña entre sus misterios, el arte vive y vivirá eternamente, aunque no estemos físicamente presentes; lo que aquí hicimos, aquí permanecerá, disfrutad entonces del ‘El despertar de los espíritus’. César García Escritor y periodista Ecuador TV

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Tehuelche - Argentina - 84x73cm - Roca Andesita

Urraca - Panamá - 90x82 cm - Roca Andesita

Túpac Amaru - Perú - 95x75 cm - Roca Andesita

Paccha - Ecuador - 90x70 cm - Roca Andesita

Dayuma - Ecuador - 78x150 cm - Roca Andesita

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Duchicela - Ecuador - 100x88 cm - Roca Andesita

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Hatuey - Cuba - 72x80 cm - Roca Andesita

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Lempira - Honduras - 55x80 cm - Roca Andesita

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Quilago - Ecuador - 55x76 cm - Roca Andesita

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El templo junto al Pululahua Soy escéptico, abierto a experiencias diversas, creencias relacionadas con un actuar coherente. No creo en el tiempo sino en una eternidad en movimiento. Mundo cósmico del que nuestra insignificante huella es parte. Nuestro polvo alimenta plantas que a su vez morirán para revivir en otra forma. Somos parte de un cosmos eterno. Sé que muy poco sé, que la naturaleza es sabia, que saqueamos al planeta con irresponsabilidad. Mi encuentro con Maila (en realidad se llama así) se tornó mágico cuando me invitó a una cita con el astro rey. Se yergue su templo junto al Pululahua cerca de la Mitad del Mundo. Por la cúpula abierta irrumpe el sol, círculo refulgente. El 23 de septiembre, la mancha de luz coincidió a las doce en punto con el centro de aquella enorme vasija ubicada muchos metros abajo. Apareció un danzante entre oriente, occidente norte, sur, este, oeste. Bailó. Cayó exhausto sobre música de siglos. Hasta aquí vi todo con ojos, de pronto se desencadenó el aire, quise abrir la puerta del estudio junto al sitio donde yacía el sol. El viento irrumpió con furia, cayeron al suelo los cuadros colgados de las paredes. Logré asegurar la puerta, el viento se apaciguo de golpe. Cesó de ulular. El silencio fue súbito, impresionante. Abrí de nuevo, salí al aire libre. El cielo era azul, ni siquiera se movían las hojas de los árboles. Volví al círculo mágico mientras la mancha del sol proseguía su camino fuera de la vasija. No afirmo nada, no niego nada. Puede haber sido coincidencia, comunión con la naturaleza, lo que ustedes quieran. Es posible que la palabra genuino tenga algo que ver con ingenuidad.

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Al entrevistar a Cristóbal, al darle la mano, mirarlo a los ojos, me topé con un indígena noble, generoso. Orgulloso de su raza, humilde frente a la naturaleza, corazón transparente, intensa emotividad. Al hablar del mundo que anidaría a nuestros bisnietos, se humidificó su mirada, contestó que no conocerían especies en vía de extinción, el puma, el cóndor, como nosotros hablamos de animales extraños que desaparecieron hace sesenta millones de años. Los científicos hablaron de causas como ‘invierno nuclear’, desaparición de la capa de ozono, irradiación cósmica, bombardeo de meteoritos. Cristóbal y los de su raza veneran a la tierra, la cuidan y bailan sobre ella sobre los pies desnudos, él pinta con las manos, en forma precipitada, casi violenta, realiza en minutos paisajes andinos, denuncia las atrocidades de Iraq como Goya o Picasso plasmaban los desastres de la guerra. Ha recorrido el mundo entero. Es famoso sin que ello lo altere. Le señalo que los animales se vuelven cada día más humanos, los humanos más animales. Dice solamente: “La naturaleza nos trata como nosotros la tratamos”. Recuerdo los cuatro mil masacrados el 16 de noviembre del año 1532 en Cajamarca, Atahualpa preguntando frente al crucifijo que blandía el sacerdote español Vicente Valverde por qué habíamos torturado a nuestro dios de semejante manera. Duele porque no encuentro repuesta. Los indígenas nunca podrían maltratar al Sol. Bernard Fougeres Periodista Francia

Tecun Umán - Guatemala - 62x100 cm - Roca Andesita

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Sequoyah - Estados Unidos -50x82x75 cm - Roca Andesita

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Túpac Katari - Bolivia - 150x70 cm - Roca Andesita

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Caspicara - Ecuador - 150x80 cm - Roca Andesita

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Katari - Bolivia - 30x40 cm - Mármol Blanco

Paqari - Ecuador - 30x40x10 cm - Mármol Blanco

Shiri - Ecuador - 50x40 cm - Mármol Blanco

Titu Cusi - Perú - 30x40x10 cm - Mármol Blanco

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Collahuaso - Ecuador - 50x95 cm - Roca Andesita

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Abayuba - Uruguay - 60x84 cm - Roca Andesita

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Chili - Ecuador - 100x74x64 cm - Roca Andesita

Fugaz - Ecuador - 30x60 cms - Mármol Rosado

Awa - Ecuador - 60x40 cm - Roca Andesita

Achachic - Ecuador - 50x60 cms - Mármol Crema

A Cristóbal Ortega Maila Quiero traer a estas páginas en las que ocupan importante lugar numerosos pintores andaluces, a un famoso artista internacional nativo de Ecuador y residente en Los Ángeles (California), donde goza del aprecio de los americanos no sólo por la excepcional calidad de sus pinturas sino por la forma de realizarlas. No usa pinceles y son sus dedos y manos los que suplen tan importante herramienta; delante de un lienzo vuelca su magia y emborrona las telas pareciendo convertir sus dedos en delicados pinceles. Fruto de la casualidad coincidí con él durante mi visita a su Museo Templo del Sol y tuve la suerte de contemplar su trabajo mientras realizaba una exhibición en el estudio en presencia de numerosos visitantes. El Maestro tomó un blanco lienzo y en un absoluto silencio, desplegó su magia mezclando los colores del óleo con los dedos sobre su paleta y en cinco minutos, tal como nos había prometido, dio por terminado un precioso paisaje cuyo precio según catálogo ascendía a varios miles de dólares. Terminada la exhibición, que nos dejó asombrados, tuve ocasión de charlar con él y mostrarle mi admiración por su trabajo, consiguiendo que la pintura que había realizado en mi presencia viajara conmigo a España por un módico precio, que consideré como una atención personal al enterarse que escribiría un reportaje sobre mi viaje a Ecuador. Una serie de edificaciones escalonadas de piedra diestramente colocadas en forma de pirámide y culminadas por un torreón daban acceso al Museo; en su interior, formado por grutas de diferentes alturas y en penumbra, rompía la oscuridad un gran patio de forma circular cuya luz bajaba vertical desde las alturas auspiciada por los rayos de sol que, implacables, penetraban por una claraboya marcando la hora. En los diferentes y misteriosos habitáculos rodeados de la mística que procura la oscuridad, permanecían en perfectísimo orden colocados en pequeñas hornacinas viejísimos utensilios, cerámicas, elementos de trabajo, máscaras y objetos milenarios encontrados en las numerosas excavaciones

practicadas entre lava volcánica, que dejaban ver la huella de primitivas civilizaciones indígenas tal vez anteriores a los incas. Una joven guía ecuatoriana nos explicaba mediante ejercicios la fuerza de la energía en aquel lugar considerado el Centro de la Tierra y nos mostraba numerosos frasquitos de hierbas aromáticas y medicinales extraídas de las plantas salvajes que crecen al pie de los volcanes. En los pisos superiores del Museo, las paredes se encontraban repletas de cientos de pinturas realizadas por el artista ecuatoriano, cuya fama internacional se debe a que su excelsa pintura tumultuosa de colores y singular creatividad la realiza con sus manos, capaces de manchar las telas de sus lienzos a la velocidad del viento. Verle pintar da vértigo. Y de sus manos prodigiosas nacen también las fantásticas esculturas que llenan los amplios salones del Museo, cuyo propietario, el genial artista Cristóbal Ortega Maila me dijo: “Somos hijos del Sol y vivimos en el ombligo del mundo; recibimos su energía y el volcán Pululahua es nuestro protector porque vivimos en armonía con la tierra (Pachamama); las manos con las que siembro imprimen a mi pintura la magia y el arte que dan forma a la figura; con mi trabajo, busco la identidad del hombre andino y debo aprovechar el pequeño lapso de tiempo que vivimos; pintar es una forma de recuperar nuestra memoria, recuperar nuestros sueños; el arte es la expresión interior del ser humano y todo se reduce a un estado de ánimo”. Y al despedirme añadió: “ Mucho antes de la venida de Cristo había asentamientos sobre el Punto Cero del Mundo… Y los incas vinieron, no por el oro ni las tierras: vinieron para reconciliarse con sus dioses y estar más cerca del dios Sol”. Reciba desde España, Maestro Ortega Maila, mi admiración, mi gratitud y mi sincero afecto. Julián Díaz Robledo Escritor

Publicado en el periódico Granada Costa de Granada (España), el 31/03/12

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Waracusi- Ecuador - 20x40x10 cm - Mármol Rosado

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Pacha Kutik - Perú - 40x60 cm - Mármol Blanco

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Quiz Quiz - Ecuador - 60x100 cm - Roca Andesita

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Titu Atuachi - Perú - 40x60x10 cm - Mármol Blanco

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Cristóbal Ortega Maila Pintor y escultor

“Mi arte es la expresión más íntima de los pueblos originarios, ahí están mis abuelos, en la piedra, en la naturaleza”. 209

Biografía Cristóbal Ortega Maila, artista plástico destacado en el siglo XXI, nace el 24 de octubre de 1965, en el seno de una humilde familia. Desde pequeño, Ortega Maila visibilizó arte en casa, a través de su abuelo paterno, quien realizaba trabajos en orfebrería, cerámica y dibujo, legado que fue tomando por su padre que diseñaba planos de casas —una especie de arquitecto para la época—, experiencia que le transmitió a su hijo. En su mirada se siente la nostalgia con la que evoca su infancia y habla de nuestros antepasados, el amor a la naturaleza y su sed por una justicia social... Como heredero legítimo de saberes artísticos ancestrales, que legaron nuestros ancestros, abuelos y abuelas, hemos asumido de generación en generación la responsabilidad de seguir creando los sentimientos más internos y profundos del ser, donde el ser no muere sino trasciende a la vida eterna. La objetividad de un realismo artístico reside en su concordancia con la vigente concepción del mundo. Así, hay un realismo helénico, un realismo gótico, el realismo burgués y el socialista. Es natural que haya también un realismo precolombino. Lo que distingue esos realismos uno del otro es la mentalidad desde la cual parte la visión. El griego llega a la idealización del cuerpo humano porque su ojo introduce en la realidad su ‘ideal de belleza’, que es para su modo de percepción lo esencial. Pasar por alto los defectos del físico humano, eliminarlos o corregirlos de acuerdo con su ideal, no es para falsear la realidad, sino para adaptarla a su concepto de la naturaleza. El artista gótico intuye en el fenómeno real la potencia creadora de Dios. Y lo que se esfuerza por reproducir con máxima fidelidad es esa divinidad de todo lo creado, ese espíritu de lo supramundano y suprasensible, que él tiene por ‘visible y palpable’, para citar la frase de Courbet. Cuando se refiere a su obra transmite toda esa fuerza energética del padre Sol, que nos da la vida con gran intensidad; ahí nacen los animales como el cóndor de los Andes que representa la libertad, la serpiente la sabiduría, el puma la fuerza, la rana la fertilidad, que luego se transforman en personas y seres especiales, como el hombre.

Cristóbal Ortega Maila es el pintor y escultor quiteño que revolucionó el arte con la dactilopintura. La niñez de Ortega Maila se desarrolló en el barrio Collacoto, en la propiedad de la familia, que limitaba con la hacienda ‘María’. En este lugar palpó la inequidad de terratenientes frente a mestizos. Luego de meses salió de su casa tras una discusión familiar; llegó a la Plaza de la Merced, en Quito, donde trabajó haciendo retratos. Esta experiencia le ayudó a comprender la forma de vida de las personas de la calle, al igual que a descubrir y practicar el arte de pintar. Años más tarde viaja a Estados Unidos y Europa, en donde se nutre de los saberes culturales e investiga las secuelas sociales que dejaron los conflictos bélicos y las guerras mundiales, hechos que lo llenaron de gran sensibilidad, para plasmar así la colección ‘Peligro de extinción’. Tras investigar sobre sus orígenes, plasma los saberes de las culturas ancestrales de Ecuador a través de sus obras pictóricas y escultóricas, las colecciones ‘Rostros y ancestros’ y el ‘El despertar de los espíritus’. En el 2000 pone a disposición de todo el público su obra cumbre, el Museo ‘Templo del Sol’, un sitio en el que Ortega Maila adora a la deidades precolombinas como el Sol y la Luna. Sus obras han sido expuestas en representativos museos de Ecuador, América, y Europa, en donde ha recibido una importante acogida no solo por sus obras pictóricas, sino por su impulso en favor de la cultura ecuatoriana. Hoy la ‘Retrospectiva desde el Museo Templo del Sol’, del pintor Cristóbal Ortega Maila, nos permitirá compartir seis momentos: ‘Vivencias’, ‘Hacia la Luz’, ‘Reencuentro’, ‘En peligro de extinción’, ‘Rostros y ancestros’ y el ‘El despertar de los espíritus’. Ortega realizó sus estudios en el Centro de Extensión Cultural Universitaria (CECU) Quito-Ecuador, posteriormente siguió un Curso Internacional de Cultura y Desarrollo, en el Palacio de Convenciones de La Habana Cuba. Asistió, asimismo, al Segundo Congreso Internacional de Políticas Culturales en La Habana Cuba, y al curso de Investigación sobre Arte y Cultura en La Habana Cuba.

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Cristóbal Ortega Maila • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • •

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MUSEOS Y COLECCIONES

Museo Nacional de Bellas Artes República de CUBA Museo de la Casa de la Cultura Long Beach Los Ángeles -USA Auditorio Mes Berlín ALEMANIA Museo Fundación Guayasamín Quito - ECUADOR Los Ángeles Athletic Club Ángeles-USA Cámara de Industriales de Pichincha Quito-ECUADOR Municipio del Distrito Metropolitano de Quito-ECUADOR Salón de Compostela ESPAÑA Salón de Cetur Quito-ECUADOR Consulado de Ecuador en Los Ángeles-USA Salón del Consejo Provincial de Pichincha Quito-ECUADOR Museo Municipal Alberto Caamaño Quito - ECUADOR Enmanuel Iglesias - artista español Droulyedidze - Artista plástica - Alemania Dr. Rodrigo Borja - Ex Presidente del Ecuador Dr. Jaime Molina - Cónsul de Los Ángeles Carlos Pallares - Presidente de la Casa de la Cultura de Long Beach Rigoberta Menchú - Premio Nobel de la Paz Lcdo. Joseph Gavilanes - Presidente ERE Arturo Limón - escritor mexicano Rocío Dúrcal - cantante española Juan Francisco Reyes - Vicepresidente de Guatemala François Mitherrand - Ex Presidente de Francia Ramiro González - Ex Prefecto de Pichincha Elba Berruz - Coordinadora Mundial E.R.E.

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DISTINCIONES

Concurso Internacional Primer Premio en Dibujo Caracol Ambato 86-Ecuador Primera Mención en Pintura Expo Global 97 Cuenca-Ecuador Primera Feria Nacional de Arte y Turismo Segundo Premio Mural Ecuador 78 Municipio del Distrito Metropolitano de Quito, Cámara de la Pequeña Industria de Pichincha y Centro de Exposiciones. Diploma de Distinción, Mejor Exposición de Pintura Quito-Ecuador 98 Tercer premio de pintura Concurso Sudamericano Los Andes-Chile 97 Fiestas Patrias en Los Ángeles C.A. Diploma de Reconocimiento USA 2002 Centro de Exposiciones Quito, Diploma de Distinción Quito-Ecuador 96 4to. Premio de Concurso de Pintura Miami GIFT SHOW USA 94 Diploma de Reconocimiento Centro de Exposiciones Quito-Ecuador Miembro Activo del Cultural Center Artistas Plásticos Latinoamericanos New York Participación Primera Convención Mundial ERE-USA Ministerio de Cultura, Ecuador 2008. Certificado de Apreciación. ‘Royal Celebrity of the Year’, 2012 Los Ángeles Celebrity Center. Hollywood, California Asamblea Nacional del Ecuador, Mérito Cultural, Quito, abril de 2013. Premio al Arte y la Cultura ‘Dr. Vicente Rocafuerte’. Asamblea Nacional del Ecuador, Reconocimiento a la dedicación, constancia y talento. Quito, septiembre de 2016.

EXPOSICIONES INDIVIDUALES

• 2016 Exposición permanente de esculturas Museo Templo del Sol Ecuador, Colección El despertar de los espíritus • 2016 Exposición permanente de pinturas Museo Templo del Sol Ecuador, Colección Rostros y ancestros • 2007 Casa de Sousa CA.-USA • 2007 Art Channel Galleries Dallas Texas-USA • 2007 Casa de Sousa CA-USA • 2006 Galerie D’AR Internatinal SolanA Beach CA-USA • 2006 Humbbert Gallery San Pedro CA-USA • 2006 Ginia Gallery Long Beach CA-USA • 2005 IGI Internacional Gallery. Inc.-USA • 2005 Galería TU TU Tango Atlanta-USA • 2005 Galería Hotel Marriot Atlanta-USA • 2003 Center Library Auditorium center of cultura of Velapmen New York-USA • 2003 Museo Hall City- USA • 2003 Ciudad Mitad del Mundo Pintores por la Paz Quito-ECUADOR • 2002 Municipio del Distrito Metropolitano Agosto Arte y Cultura Quito - ECUADOR • 2002 Templo de Arte Ortega, exposición permanente

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• 2002 Fundación Brass Bant-Suiza-New-York subasta • 2001 Galería de la Fundación Guayasamín ‘Como vio a Guayasamín’ por su 82 aniversario de natalicio. Quito-Ecuador • 2001 Salón de Convenciones, Segunda Congreso Mundial de Cultura y Desarrollo, CUBA • 2000 Galería de Arte Eagle Rock Community Center, Los Ángeles USA. • 2000 Fiestas Patrias Ecuador, Invitación Marlon Internacional Import Export • 2000 Museo de Arte Casa de la Cultura de Long Beach Los Ángeles-USA • 1998 Mess Berlín ITB Bolsa Internacional de Turismo-Berlín, ALEMANIA • 1998 Mess Berlín Import Shop Berlín-ALEMANIA (Invitación de la Cámara de Industrias y Comercio Ecuatoriano-Alemana) • 1997 Auditorio Los Caras, Centro de Exposiciones Quito, Invitado por el Ilustre Municipio de Quito-Ecuador • 1996 UNITED National Development Program, New York - USA • 1996 Quinta Av. New York, Día de la Hispanidad, USA. • 1996 Feria de Integración Latinoamericana Los Andes-CHILE • 1995 Salón de Intelectuales Compostela-ESPAÑA • 1995 NE Art Gallery of Tokyo-JAPÓN • 1995 Café Art. Gallery Centrum Austria, AUSTRIA • 1994 Museo de Arte Casa de la Cultura de Long Beach-USA. • 1993 Salón de Cetur Ciudad de la Mitad del Mundo Quito-Ecuador • 1991 Subasta en la Galería Exedra para la Fundación Nuestros Jóvenes Quito-Ecuador • 1991 Radisson Center Miami-USA • 1990 Universidad Central del Ecuador • 1989 Galería de Arte Fundación Nuevo Amanecer, Caracas-Venezuela • 1988 Galería de Arte Cámara de Industriales de Pichincha, Quito-ECUADOR • 1986 Salón del Concejo Provincial de Pichincha, Quito-ECUADOR • 1996 Centro de Exposiciones Quito-ECUADOR

EXPOSICIONES COLECTIVAS

• 2014 Exposición en V Bienal Intercontinental de Arte Indígena. • 1991. Exposición Colectiva junto a Guayasamín, Kingman y Endara Crown Galería Exedra Quito-ECUADOR • 1985. Casa de Arte Nueva Pantoja-PERÚ • 1985. Centro Comercial Caracol, AMBATO-ECUADOR • 1985. Casa de la Cultura Cúcuta-COLOMBIA • 1982. Concurso de Dibujo en la 5ta. Feria de Quevedo-ECUADOR • 1981. Obra Calle arriba Colegio Vicente Rocafuerte Guayaquil-ECUADOR • 1981. Municipio de Cuenca-ECUADOR

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Cristóbal Ortega Maila se terminó de imprimir en el mes de septiembre de 2017 en la Editorial Pedro Jorge Vera de la Casa de la Cultura Ecuatoriana. Presidente: Camilo Restrepo Guzmán Director de Publicaciones: Patricio Herrera Crespo