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Resumen Completo De Repensar El Trabajo Enviado por Fedeexx, julio de 2012 | 56 Páginas (13,793 Palabras) | 132 Visitas | 12345 Denunciar |

Introducción El concepto de trabajo ha ido cambiando a lo largo de la historia, a medida que fue avanzando la sociedad, las personas y las sociedades necesitaron valerse de distintos actos con respecto al trabajo cambiando a veces drásticamente la manera de trabajar que tenían adoptada. Según la época que queramos analizar, van a existir d iversos filósofos y pensadores que estudian el trabajo y la manera de hacerlo según el tiempo en el que se desenvuelve cada pensador o filosofo. A través de este trab ajo se intenta describir el análisis de dos grandes pesadores, que fundaron sus id eas durante la Revolución Industrial y el comienzo y desarrollo del capitalismo, c on respecto al trabajo mecanizado, Hegel y Marx. Comenzamos por una breve introd ucción de tiempos anteriores a estos dos filósofos para poder comprender mejor el co ncepto de cada uno de ellos. El capitalismo y la Revolución Industrial sustituyeron al trabajo artesanal, manua l, lo cual llevó a grandes cambios en cuanto a lo económico y los grupos sociales. L a acumulación de capital en manos de la burguesía produjo un avance científico, que se vio reflejado en la aparición de las nuevas tecnologías para la producción, y en la v ida social de las personas de la época. En este contexto los filósofos y pensadores querían encontrar el sentido del trabajo , ya que había sufrido grandes cambios como la concentración del trabajo en las fábric as. En cuanto a lo socioeconómico se había terminado por completo con la economía de s ubsistencia y el trabajo era por primera vez considerado el medio privilegiado de integración so cial, pasa a ser el medio de unión entre la comunidad, la ciudadanía y el reconocimi ento social. Por estos conceptos pasa a ser punto de reflexión. El capitalismo toma al trabajo como un instrumento de la economía, mientras que en lo filosófico es el trabajador quien crea o genera el trabajo. Hegel dedujo que el hombre se nutre de sus alrededores, y puede creerse realizad o como tal según las herramientas que se le otorguen. Entendió al trabajo como autog eneración y al hombre como resultado de su trabajo. Mientras que Marx se oponía a la división capitalista del trabajo, el capitalismo se gún él era un sistema formado por dos clases sociales, los capitalistas, que eran lo s dueños de los medios de producción, y los del proletariado, que eran los que vendían su fuerza de trabajo. Marx señala a la relación de trabajo que se genera en esta época, y por causa de este sistema como una relación de explotación. A través de este texto trataremos de explicar el fundamento que utiliza cada uno p ara exponer su pensamiento y profundizar sobre cada uno en particular, explicand o de qué se trata cada idea de manera sencilla y comprensible.

Trabajo y ocio en la Grecia Clásica En la época de la Grecia clásica no se ha de extrañar la pobreza de su refección sobre e l trabajo. La base material de la polis griega fue el esclavismo, pilar sobre el cual aseguro su permanencia y dio a sus ciudadanos las posibilidades de desarrollo personal que puede ofrecer una socied ad privilegiada: tiempo de ocio, desarrollo de una cultura intelectual y física y un régimen democrático que, restringido a los ciudadanos, se convirtió en emblema para la historia de Occidente. Los pensadores griegos desvalorizaban el trabajo manual, porque lo asociaban con los esclavos, en contraste con la alta valorización del trabajo intelectual que d e uno u otra forma subsiste a lo largo de la historia occidental. La reflexión sobre el trabajo en la Grecia clásica tiene como marco referencial tres fenómenos relevantes: la crisis de la aristocracia terrateniente ante el empuje d el comercio y la industria; la progresiva división del trabajo, motivada tanto por el desarrollo técnico como por la estructura productiva de la polis; la mano de o bra esclava o conformada por artesanos cuyo nivel de viuda y estatus social eran muy bajos. La creciente división del trabajo y el desarrollo productivo harían suponer que el t rabajo se convirtió en objeto de reflexión, pero el hecho de ser los esclavos quiene s componían el contingente laboral redujo el trabajo a una mera función productiva ( el esclavo era solo una fuerza de trabajo)

Matices de un concepto: caldeos, hebreos, romanos y cristianos La división tajante entre la actividad manual e intelectual y el desprecio de la p rimera suponían un proceso de acumulación de capital y la formación de pequeñas ciudades donde la comunidad rompe sus lazos familiares. Se constituye así una sociedad con complejas relaciones internas, dist intos grupos sociales instituciones estatales que regulan la vida publica de la ciudad, perpetuando o alterando los roles. Dentro de estas pequeñas ciudades podemos encontrar a los Caldeos quienes decían que el trabajo lo realizaban para la subsistencia y asociaban al trabajo agrícola con la purificación espiritual, era tomada como una practica que fecundaba en lo es piritual. Otra comunidad que podemos destacar es la de los Hebreos, quienes veían al trabajo como un mal necesario, una actividad sacrificada y fatigosa, pero no por ello d esprovista del sentido ético. El hebreo creía conocer la causa de esta obligación de t rabajar, pues tenia como deber de cada cual expiar el pecado cometido por sus an tepasados en el paraíso perdido (para ellos el pecado original destruyo la posible humanidad que venia)

El Imperio romano fue en sus orígenes, un aglomerado de pequeñas comunidades agrícolas con escaso tráfico y una división marcada por las clases sociales. Pero las condici ones naturales favorables, la cohesión nacional y la conquista de colonias produje ron la transición acelerada hacia una estructura social y política mas sofisticada. A medida que aumentaba el poder de Roma con las guerras y las conquistas, aument aban sus crisis económicas y el antagonismo de las clases. Los crecientes impuesto s desquiciaron a los pequeños agricultores a la par que enriquecieron a terratenie ntes, junto con los prestamistas y mercaderes. Durante el Imperio, la esclavitud continuo siendo la base de la economía, a tal pu nto que el enorme contingente de esclavos contribuyo a la aguda desocupación de tr abajadores libres, los romanos consideraban al esclavo una cosa, desprovista de personalidad jurídica. No hay relación de trabajo entre el esclavo que realiza una l abro manual y su dueño, pues semejante relaciones es parte del derecho de propieda d individual que un ciudadano puede ejercer. Pero el problema se complica cuando el dueño no ocupa al esclavo, sino que lo alqu ila a un tercero, siendo el esclavo una cosa, será preciso aplicar la forma jurídica del arrendamiento de cosas. De este modo los mismos términos jurídicos se desplaz aron a trabajos que no eran ejecutados por esclavos, donde el trabajador no actu aba como contratante sino como objeto del contrato. El trabajador quedo excluido de la participación en el contrato y esta materialización del trabajo como obejto d e derecho fue haciéndose cada vez más extensiva. El derecho romano marca, de este modo, el antecedente del arrendamiento de servi cios del derecho civil moderno, por primera vez se trata como objeto Como reacción al Imperio y a su estructura clasista, el cristianismo rechaza la ri queza el ahorro. El orden providencial no exige acumulación en la vida terrena. Los cristianos buscaban una igualdad entre el trabajo espiritual y el trabajo ma terial, también se atribuía al trabajo la finalidad de mantener al individuo fuera d el ámbito del ocio, la concupiscencia y los malos pensamientos, lo que invierte la valoración griega del ocio. La comunidad cristiana fue una comunidad de trabajadores y quien vivía del t rabajo ajeno era postergado y étnicamente condenado. Trabajar para el cristiano pr imitivo, era una manera de expresar su amor al genero humano mediante la entrega desinteresada inherente a la practica de caridad

Supervivencia y sentido: el valor del trabajo en la Edad Media La concepción de trabajo de los filósofos de la edad media pretendía la plena aceptación de la iglesia sobre este concepto, que provoca connotaciones que pueden interpr etarse de diferentes maneras. Por un lado el trabajo se reconoce al trabajo como deber natural del hombre y como medio para la caridad; y desde otro punto de v ista, como una actividad separada del sentido de la vida, es decir, que el traba jo es un medio y en si mismo carece de valor. Si bien, vuelven a salir a flote la separación de trabajo intelectual del trabajo manual, en esta oportunidad se ve al segundo mucho mas reivindicado por el crist ianismo que proponía que todo trabajo es digno y que es un derecho y deber del hom bre. En este momento de la historia, se empezó a debilitar el sistema feudal, ya que el siervo, que ya no era esclavo por que había comprado su libertad trabajando la ti erra que el señor feudal le arrendaba; comienza a tener mayores libertades y la po sibilidad de realizarse en otras capacidades físicas o intelectuales, por consecue

ncia el valor de la tierra que poseían los señores baja abruptamente y las mercancías pasan a tener un valor supe rior. Este cambio provoca la creación de pequeñas ciudades en las cuales se destacab a como principal actividad económica al comercio. Además, se provocaron grandes mejo ras a nivel social entre el grupo de artesanos ya que hasta ese momento eran con siderados como una actividad poco digna. Estos lograron organizarse en gremios q ue aseguraron su desarrollo en el oficio, provocaron mayor carga de valores mora les y sociales y además la lealtad a su profesión, a la iglesia y al gremio mismo. Si abordamos directamente sobre la concepción del trabajo debemos destacar la impo rtancia de la patrística y la escolástica cristiana. Principalmente se plantea la condena de la moral por la explotación económica, y se dejo demasiado de lado la necesidad de reformas sociales sobre la esclavitud. La base general de San Agustín sobre el trabajo es la de alentar la actividad para l ograr obtener bienes por su propio sacrificio y condena los bienes adquiridos de modo injusto, además, advierte que el fin estos bienes adquiridos por medio del t rabajo propio no es solo gozar de ellos, sino ante todo practicar la caridad con los pobres. Si bien San Agustín era heredero del dualismo platinista logro posicionar al tra bajo manual de los campesinos y artesanos como una actividad con dignidad en la que se tiene el alma libre, por ello, es posible pensar en Dios y a la vez en tr abajar. Una vida moral se basa en la capacidad de insertar en el trabajo la posibilidad de la reflexión espiritual. Por otro lado, los franciscanos condenaban la propiedad inmueble y de dinero, pe ro no así las herramientas de trabajo. Proponía el sentido de la alegría en el trabajo ya que esta actividad se comprendía como la gloria y gracia de Dios. Esta concep ción de trabajo que genera alegría resitúa a la actividad, ya que no se lo ve más como u n castigo sino como el medio para servir a Dios. Otra perspectiva que se destaca es la de Santo Tomas quien ve al trabajo agrícola y artesanal como por encima del comercial. Resituando al trabajo como obligación p ara la subsistencia del individuo y del grupo al que pertenece. Y no condena la posibilidad de evitar esta actividad, ya que considera de mayor importancia la dedicación a la oración y la posibilidad de contemplar a dios. Santo Tomas, vuelve sobre platón y reutiliza al concepto de trabajo intelectual y trabajo manual, situando al primero como móvil para la autonomía y dignidad del homb re, provocando la posibilidad de volcarse hacia dios. Mientras que el trabajo ma nual inclina a los hombres hacia los objetos .El además sostiene que el trabajo lo gra solo bienes relativos pero en la medida en la que asegura la subsistencia, y esta es mandato divino, se ajusta así mismo a un bien absoluto. Define al trabajo como la actividad mediante la cual el hombre actualiza potenci as mentales y físicas; condenando así la pereza a saber, la ausencia de tensión interi or que hastía al hombre de la actividad espiritual y que nace del miedo al esfuerzo corporal. Además, Santo Tomas impulsa la incorporación de nociones tales como la actualización de potencialidades y desar rollo del sujeto como vitales para el desarrollo del concepto de trabajo. Santo Tomas también dio su interpretación sobre el contrato de trabajo. El empleador le ofrece al empleado una suma de dinero a cambio de una prestación que este último se compromete a proporcionar. Pero el empleado no se vende a sí mismo ni su cuerp o ni su intelecto, ya que no es un objeto. Por último, trata la utilidad del traba jo y la divide en dos aspectos, sobre su utilidad objetiva y un valor social de esta utilidad, según la variación de estos elementos, variara el salario. Admitiendo así, que el salario no solo está sujeto a la productividad de quien lo percibe sin o también a los vaivenes del mercado. En esta última división de la utilidad del traba jo se ve como se suaviza la rigidez de la iglesia con respecto al comercio, com o consecuencia de la expansión de los mercados que cambio definitivamente la econo mía de Europa.

Mercantilismo y humanismo en el concepto renacentista del trabajo La ética mercantil En el renacimiento la actividad económica dominante fue, el mercantilismo. La prácti ca comercial y monetaria, se convirtió en capitalismo comercial en los siglos XV y XVI. La insinuación eclesiástica a la acumulación se vio obligada a menguar para no o poner la Iglesia a los intereses emergentes. La primera aprobación eclesiástica fue la doctrina del damnum emergens, que autorizaba el cobro de intereses cuando se daba un retraso en el pago de un préstamo (el pres tamista cobraba una multa por mora). Otra aprobación fue el reconocimiento de que el prestamista merecía una recompensación por el riesgo al que se exponía. También la pr ohibición de intereses cayó en nulidad. La ideología moral de l negocio puede resumirs e así: el fin justifica los medios, y el fin es la ganancia [ ] la ética mercantil con siste en moralizar la ganancia, considerarla un instrumento de progreso, y como el más seguro de la civilización. Mercaderes y banqueros hacen del comercio una virt ud; del dinero. Una religión profana. El mercantilismo genero, una moral distinta de la del clero. Convirtió los antiguo s medios en fines en si mismos. El progreso económico y la conquista de riquezas c onstituyeron valores morales para el comerciante del siglo XIV. Este cambio de m oral implicó una transmutación laica de esa valoración: el trabajo seria considerado l a actividad mediante la cual el éxito y el progreso son posibles. La existencia del mercader como institución social se afianzó en el siglo XIII, cuan do las ferias campestres se constituyeron en mercado permanente de Europa. En su s orígenes el mercader era un errante incansable movido por el interés de beneficios y ganancias. Se establecieron vínculos entre los mercaderes feriantes y el poder político (la tolerancia y el apoyo del poder se expreso en exención de impuestos, administración, de ferias, protección de mercaderes, etc.) esto consti tuyo el triunfo de los intercambios y al desarrollo de los mercados. Se afirmó el poder político del comerciante, su marco de actividad era la ciudad, su ideología es una ideología de la vida social urbana, el pasaje de una civilización rural a una ur bana, que caracteriza el conjunto del mundo moderno, es obra del burgués cambista. El comercio fue visto como un vínculo de sociabilidad general, el buen funcionamie nto del intercambio (finalidad social). Marsilio de Padua entendió: es el mercado y el intercambio mercantil lo que da al trabajo su sentido y su marco de referen cia, el trabajador se integro en la vida social, asentada en las ciudades: la ga nancia sería, en esta vida de mercados, el fin último. Había que maximizar el rendimiento y diversificar la producción, llevando a la divis ión del trabajo y dividir a los artesanos, Marsilio dijo es necesario diversos órden es de oficios para el intercambio, es decir, la vida social es una vida conjunta de hombres en sociedad que tienen por objeto procurarse las cosas necesarias e intercambiarlas mutuamente. En esta valoración del trabajo como aporte a la comuni

dad, los comerciantes y los cambistas se llevaron la mejor parte, en retribución e conómica, dignidad y estatus político. La nueva ideología exalto la práctica mercantil c omo la de mayor utilidad social. El mercader desplazó el clérigo. El trabajador intelectual se hizo intensivo a la ac tividad económica (leer, escribir y calcular fueron requisitos fundamentales de la vida comercial) . El mercantilismo fue el puente entre la edad media y el Renacimiento. La formación de estados nacionales, destinados a romper con los estrechos límites del feudo y el poder universalista de la iglesia, estimulo el hambre de riqueza y de crecimi ento económico. Más tarde los conflictos internos de la autoridad doctrinal, la exal tación del individualismo y del derecho natural, llevaron a problemas sociales a u n terreno secular. La revolución en la técnica del cultivo agrícola destruyó las bases d e la economía feudal, provocando mucha población rural. El despliegue comercial camb io la agricultura de consumo por una de mercado. La agricultura se convirtió en apén dice de los mercados ampliados, este cambio expulsó mano de obra en zonas rurales convirtiéndola en ejercicio de reserva de trabajo en las ciudades. La revolución comercial no tardó en cambiar la organización de producción y el trabajo. El comerciante es ahora capitalista al contratar el trabajo realizado por pequeños productores. Si bien los comerciantes se asociaban a monopolios como lo hacían los gremios, car ecían de ese sentidote familia que era el gremio corporativo, donde el artesano se sentía cubrido y justificado por un oficio. El comerciante no era sedentario para crear colectividades semejantes, ni estaba asociado a aprender por un maestro, carecía de ataduras que limitaban su sed de lucro. La estima del dinero fue constante entre los mercaderes. De allí su renuncia a acumular bienes y su preferencia por el dinero sonante. El m ercantilismo como ideología tendió a evitar el contenido humano y distintivo de cada trabajo. La circulación monetaria en grandes proporciones hizo del trabajo una ac tividad cuyo valor lo deciden los mercados. La cosmovisión humanística El origen del capitalismo fue también el de la consideración abstracta del trabajo c omo un valor de cambio entre otros. Pero en el Renacimiento la exaltación humanístic a también elevó el trabajo al rango de actividad creadora. El humanismo de Renacimie nto, que se origina en una reinterpretación de los valores grecorromanos para opon erlos a la doctrina eclesiástica medieval, destacó como valores supremos del hombre, la razón y la voluntad. El hombre es voluntad racional, capaz de conocer y domina r la naturaleza. Lo que aquí se exaltaba es el señorío humano sobre el mundo, y si el hombre es tal en cuanto libre diseña sus fines, si él modela las cosas y su orden, si domina la natur aleza y el destino, es libre y responsable para conocer y crear, y también para el trabajo. Así se unificó el pensar y el hacer. Los hombres del Renacimiento unieron el conocim iento científico al perfeccionamiento técnico. La nueva ciencia de la naturaleza, nutre y se nutre de la técnica, esta se convier te en investigación de esos mismos principios, buscando bienestar y dominio. La teoría de heliocéntrica de Copérnico, e concepto de infinito en Giordano Bruno ensa ncharon la visión del cosmos, echaron por tierra las limitaciones doctrínales impuestas por el dogma de la igles ia y le proporcionaron al ser humano una ilimitada confianza en sus capacidade s de conocimiento y de dominio del mundo. La máxima de Balcón lo dice todo: saber es poder, y la justificación moral: el hombre, he perdido por el pecado original el poder sobre la naturaleza, nosotros debemos ahora recuperarlo, por la gran renov ación (alianza de ciencia, técnica y trabajo humano). Tanto razón y voluntad, saber y poder, ciencia y técnica iban unidos en el modelo re nacentista. En esta sociedad ideal no había divorcio entre el rebajo manual y el i ntelectual, se trataba de adaptar la clase de trabajo a la capacidad de cada uno . En la republica social de Campanella, todos trabajan, son mas cortas las jorna

das de cada uno y deja a todo tiempo de actividad espiritual e intelectual, el g oce de la vida y el descanso. Valora el reposo y la quietud y valora el trabajo que lo generaba. La pena del trabajo se soportaba por la satisfacción de hacer un servicio colectiv o. Lo mismo sostenía el comerciante: constituye incrementar las riquezas de la ciu dad. La utopia de Campanella combinaba, el optimismo pecuniario y social de los burgueses. El espíritu individualista de la nueva burguesía acabo con el espíritu corporativo med ieval. El trabajador asalariado, dependía del espíritu del empresario burgués. A este empresario solo cultiva la energía y la disciplina aplicada al trabajo y se cuida de adaptar los medios por conseguir el fin propuesto. El nuevo tipo de hombre, el económico, caracterizado por la fuerza motora, expansi va y dominadora del dinero, fue la visión mundana del hombre conocedor y dominador de la naturaleza invocado en el ámbito ce las ciencias y la filosofía. El pasó del capital, tierra al capital, dinero generó una noción nueva del tiempo. E l dinero debe imponer un dinamismo intensivo: cuando esa de moverse, deja de ser un capital. Desde el siglo XIV, los relojes marcan el pulso de las ciudades ita lianas, como para recordar que el tiempo es un bien escaso. No solo se administr a el Diner, sino también el tiempo. En una economía natural y de consumo directo, co mo la edad de la Edad Media, el tiempo, se gasta, en cambio, en una economía donde el capital dominante es el dinero, el tiempo, debe ahorrarse. El tiempo ha sido un importante motor de crecimiento económico a la vez que un determinante de comp ortamientos y de formas de organizar la vida personal. La nueva mentalidad acompañó la ética mercantilista, renovó el concepto de virtud. El co merciante prospero del Renacimiento se considera virtuoso al desarrollar sus act ividades y regirse por normas racionales calculables. La subordinación de la religión a esta nueva virtud, a esta ética de los negocios, será invertida, los negocios son un buen servicio a Dios y no viceversa. El concepto de virtud entendido como espíritu de empresa coloco en la actividad lucrativa la v oluntad de domino sobre la naturaleza. Las ideas humanísticas tuvieron en Italia un efecto de suavizar la ética mercantilista.

Profesión y eficacia del trabajo en la ética protestante

La reforma protestante reaccionó contra la creciente tolerancia eclesiástica frente al espíritu laico del capitalismo comercial y de la vida en las cortes renacentist as. La reforma surgió como un freno a la laxitud doctrinal de la Iglesia, pero no se c onstituyó en un obstáculo al espíritu económico y a la acumulación de capital. Si las ideo logías son ambivalentes ninguna tan ambivalente como la reforma. Fue por un podero so fundamento doctrinario para el desarrollo del capitalismo. Para Calvino es im pensable una actividad mundana que no tuviera a Dios como finalidad última. Max Weber rastrea la influencia de ciertas ideas religiosas en el desarrollo de un espíritu económico. El concepto de trabajo es la tradición del protestantismo y su relación ambivalente con el concepto capitalista de trabajo (nacionalización product iva o factor de producción). La reforma no elimina el concepto eclesiástico, sino que repudia el control excesi vamente blando a favor de una regulación de toda la conducta que, fue una carga in finita. El ascetismo y la piedad eclesiástica son la participación en la adquisición c apitalista. El principal nexo entre el protestantismo y el espíritu del capitalismo lo estable ce la doctrina calvinista de la predestinación. Dios es, a los ojos de Calvino, ab soluto poder, y los hombres deben dedicarse a honrarlo, todos deben bregar para aumentar la gloria de Dios en el mundo. El trabajo social calvinista no tie ne otra finalidad que esa, y el amor al prójimo debe servir para la gloria de Dios , no para la criatura. De allí, el calvinismo desprende el imperativo de cumplir c on las tareas profesionales impuestas por la ley natural. El trabajo profesional es un servicio más, y es también la mundanizacion del servicio eclesiástico. El traba jo para el puritano tiene un carácter divino, promueve la gloria de Dios. La doctrina de la predestinación divide a los hombres en elegidos y condenados, o se nace elegido o condenado. En contraste con las obras de amor, el servicio car itativo y el aporte al bien común promovidos por el catolicismo, la fe eficaz de C alvino se traduce en signos y muestra individuales, hechas para ratificar al pro pio ejecutor. No hay elemento solidario. Las buenas obras son indispensables como signos de gracias, esto permite saber s i somos elegidos y poseedores de la gracia. El calvinista se crea su propia salv ación. Los luteranos se opusieron a este principio calvinista, ellos veían al trabajo c omo remedium peccati. Hasta aquí hay dos valoraciones del trabajo una negativa (porque el trabajo nunca es condición suficiente para la posesión de la gracia) y una positiva (porque siempr e es condición necesaria para la certeza de ser un elegido). Lutero le había asignado otro valor al trabajo remedium peccati (carácter penal y ed ucacional), todo aquel que podía trabajar, debía hacerlo, para Calvino, el trabajo no redime ni modifica nada, pero es el esfuerzo mas viable para lograr e l éxito y la certeza de la gracia. Calvino, extendió el deber del trabajo mundano a toda la comunidad, lo hizo para fomentar la gloria de Dios, la finalidad del tra bajao no debía ser la ganancia. Lutero el objeto del trabajo es ganarse el sustent o, Calvino su finalidad es alcanzar más y más obras para la honra de Dios. Tanto Lucero como Calvino rompieron con la idea medieval de que el ascetismo, cu ando más integral, más debía apartarse del mundo. La reforma convirtió a cada cristiano en monje para toda la vida según Max Weber. El calvinismo invita a vivir en el mundo, pero al mismo tiempo a negarlo, a trab ajar en el, enriquecerse para hacer de la tierra un reflejo de la majestad divin a. Es difícil medir hasta que punto el ascetismo laico impuesto por la tradición calvin ista contribuyó a la formación de los grandes capitales durante los siglos XVII _XVI II, llevando al capitalismo a su fase industrial. La fundamentación del esfuerzo s istemático, racional y prolongado en el trabajo, concebido como parte indiscerni ble de la racionalidad universal impuesta por mano divina, constituyó, en un grado difícil de determinar, a la división del trabajo industrial. El concepto de profesión , primero en Lutero y más tarde en Calvino, consolidó el proceso de especialización ca da vez mayor del trabajo, con la consecuente fragmentación de oficios en el trabaj o fabril y la producción a grande escala. La eficacia de la fe, que Calvino

consideró valor indispensable en la vida del buen cristiano, se convirtió en eficaci a a secas. Y esta valoración de la eficacia como bien en si mismo ha contribuido t anto al apogeo como a la manipulación del trabajo moderno.

Trabajo en el capitalismo industrial: la consagración de la ambivalencia No sólo en ascetismo puritano estimuló la acumulación de capital para la transición del capitalismo comercial a la industria; el propio capitalismo comercial creó condici ones para tal acumulación. La renta de la tierra, regulada por la costumbre o cont ratos a largo plazo, y la tasa de salarios, quedaron rezagadas en relación con la taza de inflación. A esto se le suma la existencia de ordenanzas municipales o rea les que establecían un máximum para la retribución obrera, el debilitamiento de las pr escripciones corporativas que protegían a los trabajadores, la mano de obra femeni na y rural, el aumento de la jornada laboral, el considerable aumento de la ofer ta del trabajo recibido al crecimiento de la población. Todo esto cristalizó en una inflación de beneficios que dio gran aliento a la acumulación de capital, esto conti núo hasta el siglo XVIII. A este proceso constituyó la política económica de Inglaterra; mediante la expansión marít ima creó condiciones de ventas a gran escala de consumo. La formación de un proletar iado por campesinos desahuciados de sus tierras en virtud del proceso de los cer camientos del campo ingles, logró la emigración a la ciudad y determinó la existencia de un numero de trabajadores que pe rmitió la agrupación industrial. Las compañías reglamentadas, con derechos monopolísticos minadas por la expansión ilimitada del comercio y la aparición de comerciantes indep endientes. El estado desaprobó el monopolio y el aumento de competencia. Los mismo s comerciante son fabricantes yt aprovecharon la oferta de trabajo provocada por el éxodo rural. Era preciso tener capitales grandes para la empresa industrial. Los artesanos se debilitaron y no pudieron competir con el capitalismo industrial, teniendo que ya no usar sus propios instrumentos si no adquirir de un tercero materiales sofi sticados. En este siglo XVIII, en Inglaterra la mayor parte de la industria ha c aído bajo el capitalista comerciante que procura materia prima de los trabajadores

, le paga salarios y encuentra un mercado para los productos fabricados. Se crea la fábrica capitalista moderna concentrando a los trabajadores en un mismo lugar, controla la fabricación, la calidad del producto, el uso de la maquinaria, y máximo rendimiento de la mano de obra. Toma las riendas de los nuevos medios de produc ción, y maximiza sus ganancias.

El trabajo, analizado por la psicosociología industrial Hace sesenta años, surgen nuevas posturas que se rigidizan frente al taylorismo, q ue fue la versión mas descarada de la racionalización del trabajo en la producción a gran escala. Estas nuevas concepciones del trabajo son impulsadas por la psicosociología industrial. La principal labor de los psicólogos industriales es aumentar el rendimiento de lo s trabajadores. Es decir, que es contratado por las empresas y percibe un salari o con el objetivo de realizar ingeniería social y lograr cumplir con los objetivos productivos impuestos por la empresa. Una de sus labores principales es adaptar al trabajador a procesos que ellos no escogen, para que encaren esta actividad con todas sus capacidades y logren un óptimo resultado en el sector. Este sistema se comenzó a utilizar durante la primera guerra mundial cuando en Est ados Unidos se empezaron a aprovechar los conocimientos psicológicos con el fin de entrenar al ejercito, regular el ingreso de reclutas por medio de pruebas de in teligencia y se creó un comité para clasificar al personal en base a sus competencia s. Por consecuencia, las empresas comienzan a utilizar esta modalidad y se produ jo la inserción de psicólogos a jornadas completas de trabajo en el departamento de personal; de esta manera, se le dio gran importancia a la motivación de los trabaj adores, sus actitudes hacia la empresa, su satisfacción en el trabajo y su relación con jefes y compañeros. Viendo así que el trabajador no solo respondía positivamente s i se le aumentaba el sueldo sino que otras técnicas podían aumentar aun mas su produ ctividad o interés por la optimización de la producción.

En la década de los 30 la psicología industrial se separa de la administración empresarial. Ya que los grandes líderes de la psicología sostuvieron que se debía toma r conciencia de la sociedad total y no limitarse a servir a la empresa. Proponie ndo así, que si existía en la persona un conflicto entre la eficiencia y los valores humanos, el psicólogo debía sacrificar la eficacia. En esta etapa, aparecen importantes psicólogos y cientistas sociales que tratan el concepto de trabajo alienado. Uno de ellos es Erich Fromm que distingue entre e l aspecto técnico y el aspecto social del trabajo como forma de encarar el problem a de la enajenación, el propone que muchos trabajos son interesantes del lado del aspecto técnico siempre y cuando lo sean también del aspecto social, pero en cambio, puede que allá otros trabajos que su aspecto técnico no sea realmente interesante p ero sin embargo, poseen gran significación y son muy atrayentes del aspecto social . [Salto de línea automático]Esto implica en sí, la participación activa y responsable d el empleado en su actividad, es decir, sentirse parte de un proceso. Algunos exp erimentos lograron validar esta teoría, ya que estos revelaron que la enfermedad, la fatiga y la baja producción resultante se deben mas a la enajenación del trabajad or respecto de la situación social de trabajo que a problemas técnicos como la monot onía de las operaciones que debe realizar Entonces el objetivo planteado consiste en crear una situación de trabajo en que l a que el hombre dedique su tiempo y su energía a algo que tenga sentido para él, que realmente influya en lo que está haciendo y se sienta unido a sus semejantes. Para ello, Fro mm postula dos formas de evitar la enajenación que son complementarias entre sí. En primer lugar, que el trabajador tome conciencia de que aunque este inmerso en su división del trabajo, opera en conjunto de la industria a la cual pertenece. Y en segundo lugar, que el trabajador se convierta en participe activo del proceso, pudiendo influir sobre las decisiones que afectan a su situación individual y a to da la empresa. Otro psicólogo que profundiza sobre la enajenación es Georges Friedmann que piensa a l trabajo de la industria moderna como despersonalizado en su aplicación a la pro ducción en masa, provocando así la simplificación y estandarización de labores, bajando las jerarquías y los salarios. Esto conlleva a la idea de que el trabajador es anóni mo y canjeable y que además no posee participación en el negocio. Eliminando así la po sibilidad de demostrar y desarrollar sus capacidades en la actividad. Friedmann propone combatir esta enajenación modificando el sistema del trabajo mod erno en las industrias. La idea que plantea es la de compatibilidad del planeami ento con las necesidades propias de la personalidad del trabajador. Esto exige, la planificación en distintos niveles de grupo, comenzando con pequeñas unidades de trabajadores hacia la totalidad de la empresa. Otorgando así, la mayor libertad y flexibilidad a los trabajadores de cada grupo. Además friedmann propone el ensanchamiento de las funciones de trabajo ya que el sostiene que a mayor gama de matices en el trabaj o, mas se motiva el trabajador a recurrir a sus capacidades y desarrollar su cre atividad. Es decir, que propone la complejidad del trabajo para provocar mayor i niciativa en la empresa y menor coacción física. Alain Touraine, reforma la relación del obrero con su trabajo distinguiendo entre satisfacción adaptación y alienación. Por el lado de la satisfacción señala el principio d e contribución/retribución. En la adaptación se basa en que el principio es la relación entre las normas de aprendizaje y el sistema social considerado y sobre la alien ación se refiere a todo el sistema de organización y de decisión en el que se realiza el trabajo. Estos pensadores han cambiado las formas de trabajo moderno y sobre todo en el d e las grandes industrias, las demandas del mismo trabajador han cambiado, no sol o se basan en la modificación del salario principalmente a dimensiones en su calid ad de vida y del trabajo, como es la diversificación de tareas, mayor comunicación y la promoción en el interior de la organización .

El Trabajo en su perspectiva actual A partir de la década del 60 las nuevas tecnologías han provocado la llamada tercer revolución industrial desencadenando la robotización del sector secundario e informa ción de los servicios, desarrollo de la sociedad del conocimiento. Como principal móvil de este desarrollo se encuentra la idea de que la producción ro botizada, el trabajo computarizado y el desarrollo de las comunicaciones constituyen una base para la construcción de una sociedad donde las personas podrían desarrollar su vida plena de sentido, con mayor tiempo para realización de las potencialidades person ales. Si bien, a primera impresión parece muy similar a la idea marxista de lograr desterrar la alienación de la vida del hombre, la idea actual difiere del medio p or el cual se logra, m arx proponía la disolución de la propiedad privada y la expropiación de la industria. En cambio, esto se logra realmente por la casi ilimitada ampliación de mecanismos competitivos del mercado para la optimización de los factores y la asignación del pr oducto. Desde el punto de vista de la futurología se encuentra una postura analógica, es dec ir que, la forma de pensar y sentir de las personas cambiaria a partir de una tr ansformación de la estructura productiva, acompañada de una estrategia nacional que busca la nueva forma de utilización de los recursos. Con la idea de que estas corr ientes puedan liberar al sujeto del trabajo, movilizándolo del reino de la necesid ad al reino de la libertad. La revolución tecnológica logra cambiar el perfil del trabajo, pero no lo hace de ma nera uniforme, ni necesariamente lo libera. Esto quiere decir que, si bien el tr abajo se ve atenuado desde diferentes aspectos para algunas personas, para otras sigue existiendo el trabajo duro como base para cubrir sus necesidades. Podemos entender al desarrollo tecnológico como medio capaz de alivianar las cargas del trabajo pero esto no se hace de manera homogénea ya que d ependiendo del país o área geográfica del mismo en el que se encuentre este puede vari ar bruscamente. Hasta esta era, el trabajo nunca había sido tan diverso, ni cualitativo ni cuantit ativo como lo es, presentando un abanico de posibilidades de trabajo, una gran c antidad de motivaciones y aspiraciones sobre el plano laboral y de desarrollo pe rsonal. Primariamente, se pensaba que el gran aumento de productividad traería a futuro la posibilidad de trabajar menos horas, mas creativamente y contando con mayores i ngresos y libertades. Pero esto esta idealidad se vio quebrantada por la crisis de la postguerra que irrumpió con el pleno crecimiento de las instituciones organi zativas y económicas. Además, por medio de la cibernacion se sustituyen muchos puest os de trabajo humano por la cibernética y automatización, planteando así inquietudes sobre el destino de la fuerza de trabajo ocupada. En esta época, se propone el decaimiento del sector primario, trasladando así a los sujetos al sector secundario y de igual manera del sector secundario al sector d e servicios. En el cual se encontraba la mayor cantidad de puestos de trabajo. P ero por el estado de la economía actual y la automatización del sector industrial se produce un fuete impacto negativo en el sector de servicios. Provocando la nece sidad de replantearse si es posible un futuro con menos horas de trabajo o una j ubilación a menor edad.

Por el lado de campo del conocimiento, se había llegado a un grado tal de aceleración que se requerían cada vez más profesionales para su correcta difusión. La consecuencia de esta revolución de la economía del conocimiento es la gran cantidad de profesionales que se insertan en este sector. Estos profesionales que poseen mayor manejo de información los hace más individualistas, más exigentes y más consientes de la importancia de su aporte en la productividad. Nace así, en esta época, un nuevo sector el del conocimiento En la década de 1970 proliferan las utopías de calidad de vida , donde se proponía sac rificar parte del crecimiento económico en aras de mayor bienestar, más posibilidade s de realización y crecimiento personal, menos energía y dedicada al trabajo y cambi os valóricos. De este modo, mientras el progreso técnico se difundía de manera tan desigual, quien es se incorporaban exitosamente a la sociedad del conocimiento se desvinculaban de los problemas que aquejaban a los rezagados, que veían deteriorarse sus sueldo s y por consecuencia sus perspectivas de de estabilidad laboral. Entonces, es po sible decir que, la flexibilidad laboral opera a dos puntas, a mayor libertad y creatividad en las aéreas altamente tecnificadas, mayor pobreza y marginalidad de los sectores de baja actualización. Hoy en día, las organizaciones se modifican a velocidades crecientes y la flexibil idad se convierte en prioridad número uno. Modificando también la concepción de trabaj o, ya que los individuos se forjaron dos ideas coexistentes del trabajo, un concepto general, muy amplio que tomaría en cuenta las motivacione s y una visión personal y especifica relativa a su caso particular y su vivencia d el trabajo. Además la cibernacion, en la actualidad altera el trabajo físico y hace innecesaria la presencia física y el manejo de maquinarias, provocando así la unific ación del trabajo al hogar. Luego de la era post industrial, se produce una gran crisis que provoca el desem pleo masivo, la precarización de las condiciones laborales, la inestabilidad que g enera la flexibilización del trabajo y de los contratos. Por consecuencia, se obli ga a realizar diversos trabajos a tiempo parcial para satisfacer sus necesidades . En este momento no hay sectores que absorban la fuerza de trabajo que queda de sempleada y solo se expanden los puestos de trabajo del área del conocimiento. De este modo aumenta la competitividad personal que consagra a ganadores y perdedor es y que en la capa intermedia cada vez exige esfuerzos mayores a los empleados para mantenerse dentro del sistema productivo, incluso sacrificando parte de su bienestar adquirido. Por estas causas surgen diferentes ideas, como la de las organizaciones no guber namentales, servicios sociales de gobierno, asociaciones de cooperación internacio nal, entre otras . En este punto de vista, el trabajo no tiene como objetivo una productividad medida sino una función social más solidaria, menos mercantil y retri buida con criterios más equitativos. Pero estas ideas son muy criticadas, ya que se piensa que al recibir un ingreso sin empleo se pierde la ciudadanía ya q ue no hay reciprocidad en los aportes, y los derechos individuales están estrecham ente ligados a la contribución social que las personas hacen. De esta manera se pr opone también como idea, pasar de sociedad de la indemnización a la sociedad de la i nserción. Esta idea es la de volver a insertar al mundo del trabajo a las personas que quedaron fuera del mismo sistema, ya que se piensa que si no, se crea un ci rculo vicioso en el que se indemniza a un sujeto y no se le da ninguna respuesta concreta a largo plazo. Este presente crea un marco de necesidad de auto superación y especialización en la actividad, buscando nuevos aprendizajes en el tiempo libre para poder captar pue stos de trabajo que permitan la realización personal. Contexto histórico El siglo XIX es el siglo de las revoluciones en Europa debido a los grandes impu lsos liberales, democráticos, socialistas o anarquistas, que son frenados por la i glesia, el tradicionalismo y la burguesía conservadora. La conmoción de esta época se da gracias a las transformaciones económicas y sociales producidas por el hundimie nto del Antiguo Régimen, la Revolución Industrial, la Revolución Francesa y las campañas

napoleónicas. La Europa estamental (sociedad que se correspondía con un grupo defin ido por un común estilo de vida y función social) pasara a dividirse en clases. Este siglo se inicio, con el triunfo de la Revolución Francesa en 1789. Esta revolución se conoce como revolución burguesa, porqu e la burguesía, adquirió una posición dominante. Si bien los ideales de libertad, igua ldad y fraternidad, que habían inspirado la Revolución Francesa no se cumplieron, es to generó frustraciones y desajustes sociales que explicaban la inestabilidad políti ca de este siglo. El triunfo político de la burguesía se asienta sobre su poder económico, que alcanzó un nivel desconocido por la implantación de un nuevo sistema económico. El capitalismo y el desarrollo de la producción industrial (conocido como Revolución Industrial) fu eron sustituyendo al sistema agrícola y artesanal. Este proceso cambió las condiciones económicas de las personas y la estructura de lo s grupos sociales, la acumulación de capital en manos de la burguesía impulsó el avanc e científico, que se vio en la aparición de las nuevas tecnologías capaces de modifica r el modo de producir, como así también la vida social. La ciencia se orientó hacia la producción. En el ámbito de la filosofía, en este siglo predominan dos corrientes que derivan de la Ilustración[1]: el idealismo alemán y el positivismo. El idealismo se caracteriz a por analizar el concepto de pueblo[2] de Kant[3] aunque no fue seguido fielmen te. Este problema se concibió en términos de conciliación entre la naturaleza y el espír itu. Hegel, el principal representante del idealismo alemán, concibe la realidad c omo espíritu, un espíritu que alcanza su despliegue al final de un proceso dialéctico, es decir un concepto se enfrenta a su opuesto y como resultado de este conflicto nos queda una síntesis, en que el espíritu se realiza en la naturaleza. E l positivismo lleva a su extremo la confianza en la razón de la Ilustración, y esper a que mediante la ciencia el hombre pueda dominar la naturaleza y perfeccionar e l sistema social. En cuanto al trabajo en este siglo se estaba buscando su sentido, este sufre gra ndes transformaciones en este período, ya que la Revolución Industrial, terminó con la economía de subsistencia por completo y el trabajo se concentro en fábricas, se p rodujo la masificación de la producción, y la subordinación del trabajo al capital y p or último los trabajadores se encontraron desposeídos de sus instrumentos de producc ión; todos estos hechos llevaron a plantearse la búsqueda del sentido para el trabaj o. En el contexto socioeconómico el trabajo es por primera vez el medio privilegiado de integración social, este concepto se torna normal en el habla colectiva de la épo ca. El trabajo pasa a ser el medio de unión entre la comunidad, la ciudadanía y el r econocimiento social. Es por ello que este concepto pasa a ser punto de reflexión. Bajo las nuevas formas de producción del capitalismo, el trabajador se mueve en es te mundo desconocido. Mientras tanto una tradición filosófica exaltaba la actividad humana y la capacidad de dominio y de transformación del ser humano con relación al mundo, es decir, mientras que el capitalismo toma al trabajador como un instrume nto de la economía, en lo filosófico es el trabajador quien crea al trabajo. El humanismo confiaba en el ser humano, en su razón y capacidad para cultivar toda s las ramas de la sabiduría, valoraron al hombre, en todos sus aspectos, al igual que el idealismo filosófico, pero el trabajo impuesto por el régimen industrial no p areció acompañar esta visión.

Dos grandes pensadores de la época Georg Wilhelm Friedrich Hegel 1770

1831

Filósofo alemán nacido en Stuttgart, Wurtemberg, recibió su formación en el Tübinger Stif t (seminario de la Iglesia protestante en Wurtemberg), donde trabó amistad con el futuro filósofo Friedrich Schelling y el poeta Friedrich Hölderlin. El sistema hegeliano, a diferencia de sistemas históricos anteriores, coloca al ho mbre en el centro, un hombre que se siente extraño en su media natural y social, y a que al principio no se reconoce en este medio. El hombre debe lanzarse a la co mprensión del mundo. Este es un proceso que se repite a lo largo de la historia si empre volviendo sobre si mismo. El espíritu no puede llegar al conocimiento de sí si no a través del conocimiento del mundo, de manera que la conciencia que el hombre tiene del mundo es la conciencia de sí, la autoconciencia. Del sistema hegeliano se deduce que el hombre se nutre de sus alrededores, se li mita, se define, construye en base a lo que conoce y a lo que tiene acceso, y pu ede verse realizado como tal según las herramientas que se le otorgan. El sujeto se crea, no deviene, y esta creación requiere de una seri e de factores de existencia unidos, siendo el trabajo uno de los más importantes. Hegel dio uno de los puntapiés iniciales para comprender la importancia del trabaj o para las personas, captó su esencia, entendiéndolo como autogeneración, y comprendie ndo al hombre como el resultado de su propio trabajo. En el mundo alemán aún feudal de principios de siglo XIX, los protagonistas de las relaciones de producción eran el señor y el siervo. El señor se relaciona con el siervo de manera mediata, a través del ser independiente, del cual además depende el siervo. El ser independiente es lo relacionado con la naturaleza, por lo tanto se entiende que el siervo está suj eto a una naturaleza en particular dentro de la cual nació. Esta dependencia de su propia naturaleza que tiene el siervo, es decir, lo que ha llegado a ser su espír itu en el proceso de la dialéctica, es para Hegel una cadena de la cual el siervo no puede abstraerse en la lucha (no puede hacerlo porque su mundo así lo ha config urado). El señor se relaciona con la cosa de un modo más lejano, ya que lo hace a través del s iervo que la produce. El siervo se relaciona con la cosa de manera negativa y la supera, pero la cosa es para él independiente, por lo que no puede destruirla, pe ro si transformarla. Para el señor, quien no crea la cosa, hay una pura negación, ya que no puede apropiarse de la cosa porque no ha salido de él, y se conforma con e l goce, uniéndose a la dependencia de la cosa pero sin transformarla.

El concepto de trabajo según Hegel El concepto de trabajo en Hegel aparece en la Fenomenología del espíritu, en la Filo sofía real y en la Filosofía del derecho. En el primero surge en un pequeño apartado e n relación a su teoría del amo y el esclavo. El trabajo es el nexo entre uno y otro a través del movimiento donde el sujeto convierte al objeto en su forma a través de determinaciones valorativas en la determinabilidad espacio-temporal. Según Hegel el concepto de trabajo es toda actividad humana que genera un proceso h istórico y como rendimiento productivo . Le asigna un valor positivo, no es un casti go sino una activad constructiva en la vida individual y social, es un momento p ositivo en la devolución del mundo histórico que tiene como base las relaciones entr e sujetos. Concibió al trabajo como una actividad mediante la cual el espíritu desarrolla sus p otenciabilidades. Este pensamiento proviene de la filosofía de Fichte y de las con tradicciones del nuevo orden industrial, el trabajo actualiza y a la vez aliena al ser; sin el trabajo el sujeto no es nadie, pero mediante el trabajo deja de ser que era originalmente . Según Hegel el el sujeto mediante el trabajo se transfo rma a si mismo en su propia experiencia . Hegel destacó también, el carácter universal del trabajo, ya que este es lenguaje inte rsubjetivo y produce bienes intercambiables entre todos los seres humanos, trasc iende las fronteras del individuo aislado y hace de este un ser genérico y social. Graci as al trabajo un objeto cualquiera se convierte en mercancía; la producción de merca ncías hace que los frutos del trabajo no sean frutos para ser consumidos inmediata mente por quienes los producen, sino bienes de cambio que cobran su real dimensión en el mercado. Es por esto que poco importan los deseos personales en el trabaj o, ya que en una economía de cambio, el trabajo tiene valor como activad universal o como dice Hegel el valor del trabajo está determinado por lo que el trabajo es p ara todos, y no por lo que es para el individuo . Criticando a Marx, Hegel dice: Mientras mas mecanizado se vuelve el trabajo, meno r valor posee y más tiene que trabajar el individuo El trabajo hace que el trabajador sea despojado de sus características individuale s y destinado a un intercambio ciego de productos; subordina al trabajador a un mundo que el no controla y donde no logra identificar su actividad con el produc to de ella. En una economía donde la producción se destina al cambio y donde el trab ajo pierde su creatividad, el sujeto experimenta su negación en la actividad que e

jerce. El trabajo según Hegel es la forma en que el individuo sale de si mismo y se proye cta en un mundo que debe transformar y hacer suyo. Pero distinta es la situación e n una sociedad de producción mecanizada y destinada al intercambio mercantil, ya q ue en estas condiciones ni la actividad ni los frutos del trabajo representan el reencuentro del trabajador consigo mismo.

Señorío y Servidumbre según Hegel. Se trata de la conciencia del amo que, para afirmar su independencia hace de la conciencia del siervo una conciencia servil y servicial instaurada, con su victo ria y dominación sobre otro hombre, la relación dialéctica de señorío y servidumbre, esto es, de amo y siervo. Hegel encara el trabajo como actividad humana originaria de un proceso histórico y como rendimiento. Al trabajo como resorte de una dinámica histórica y como rendimie nto le asigna un valor positivo. No es un castigo, como se lo considera desde el punto de vista religioso, sino una actividad constructiva en la vida social e i ndividual. Hegel destaca y valora lo positivo del trabajo. El señor, según Hegel se relaciona m ediatamente con la cosa, el objeto que apetece y requiere elaboración, a través del siervo; el siervo, también se relaciona con la cosa negativamente y (dialécticamente ) la suprime y a la vez la conserva. Hegel relaciona dialécticamente la conciencia independiente (la del señor) y la conc iencia servil (la del siervo). Esta relación supone que una conciencia depende de la otra. Según Hegel, el siervo es esencialmente un trabajador, su vida y desarrollo person al se basa en su trabajo; pero este a su vez, esta volcado sobre objetos que no posee por ello lleva una vida que no le pertenece y está a merced de quien es dueño de esos objetos. De este modo el trabajador queda encadenado al objeto que produce y a los objetos que utiliza ubicando así, al siervo como una cosa cuya existencia consiste en ser utilizada por otro. Es decir, que mediante el trabaj o, el siervo se crea una conciencia de si mismo como dependiente de otra concien cia, la del señor. El señor feudal satisface sus necesidades mediante el trabajo aje no, y su disfrute depende de su libertad respecto del trabajo del siervo y de qu e este le suministre los productos ya acabados. En la relación del trabajo cada una de las partes reconoce que su identidad es alc anzada gracias al trabajo del otro.

Esto es como dice en la Fenomenología , el verdadero maestro de obras que, con su h acer se produce a si mismo, hacer u operar que no ha captado aun la idea de si, pues él es un trabajar de la misma especie del instinto Según Marcuse[4] la dependencia del hombre respecto del hombre no es una condición pe rsonal ni natural (inferioridad, debilidad) sino que esta mediada por las cosas, es el resultado de la relación del hombre con los productos de su trabajo . Por esto el trabajo cobra dos sentidos: uno positivo y uno negativo. Positivo porque a través del trabajo el sujeto cobra conciencia de si mismo (en tanto al su jeto social vinculado con otros sujetos), y negativo porque el trabajo es también dependencia de unos respecto de otros. Hegel cree superar este aspecto negativo del trabajo y de la alineación en las rel aciones generadas por el trabajo, subordinando al trabajo al puro pensamiento qu e se reconoce libre. Hegel tomó la autoproducción del hombre como un proceso de objetivación como contraste, como alineación y como superación de esta, también toma la esencia del trabajo y concibe a l hombre objetivo, al hombre verdadero, como hombre real y como resultado de s u propio trabajo. El ser humano para Hegel se produce en su trabajo. Esto signif ica que: - al generar objetos o tratar con ellos, el sujeto se hace objetivo en su trabaj o. - proyecta su existencia en el trabajo es decir, en un mundo donde hay otros suj etos que trabajan o se relacionan de alguna forma con los productos del trabajo. - hacerse objetivo mediante el trabajo significa también alienarse[5] (volverse ot ro distinto de si mismo) depositar la propia existencia y la propia subjetividad en objetos que están fuera de nosotros mismos, hacer de nuestra existencia una ex istencia productiva que se mide por los objetos con los cuales se vincula.

Karl Marx 1818

1883

Filósofo, intelectual y militante comunista alemán de origen judío. En su extensa e in fluyente obra, incursionó en los campos de la filosofía, la historia, la ciencia polít ica, la sociología y la economía; aunque no limitó su trabajo solamente al área intelect ual, pues además incursionó en el campo del periodismo y la política, proponiendo en s u pensamiento la unión de la teoría y la práctica. Junto a Friedrich, es el padre del socialismo científico, del comunismo y del marxismo. Sus escritos más conocidos son el Manifiesto del Partido Comunista (en coautoría con Engels) y El Capital. Marx se oponía tajantemente a la división capitalista del trabajo. Al igual que Adam Smith[6] era consciente de que la parcelación de tareas laborales limita el desar rollo personal. Marx y Engels separan el Estado y el gobierno. De este modo, la enseñanza puede ser estatal sin estar bajo el control del gobierno. Es estatal en tanto debe ser el Estado el que legisle disposiciones generales como las referen tes a la formación de los maestros, controle el cumplimiento de estas normativas y distribuya el sostenimiento de estas escuelas. Marx siguió los lineamientos básicos de la filosofía hegeliana de la tesis, antítesis y síntesis[7], para explicar el desenvolvimiento de la historia, que según esta corrie nte no se comportaba de manera cíclica, sino que se avanzaba en línea recta, con la diferencia que para Marx los cambios se sucedían en la materia y no en el mundo de las ideas, ya que para el era en la materia donde se encontraban las semillas d e la discordia en el proceso. Por esto este método se conoce como el Materialismo Dialéctico[8]. Como ya se dijo el consideraba que la historia estaba en un proceso de avance y por lo tanto no estaba de acuerdo con la aceptación de que el capitalismo fuera un estado social de características ideales y que esta fuera la ultima etapa del des arrollo. Para argumentar esta idea sostenía que dentro de la sociedad capitalista existían dos facetas en las que se la podía dividir. Las Fuerzas De La Producción: Que se representan en las técnicas

y conocimientos que se aplican para llevar a cabo los procesos productivos, las cuales claramente son dinámicas. Las Relaciones De Producción: Las cuales contiene un elemento estático, ya que se re presentan en las llamadas reglas de juego o mejor dicho, en las relaciones socia les y de propiedad. Señala a la propiedad privada como un enajenante del ser humano y lo es por la exi stencia de los mercados que aleja a las personas del camino de la felicidad, así m ismo señaló que serian los mismos hombres los que al final se liberarían de los mercad os y terminaran con la enajenación que la propiedad privada ejerce sobre la humani dad. En el estudio que hace Marx de la historia analiza la sociedad feudal y su evolu ción hacia la sociedad capitalista, pero fiel a sus criticas, señala que esta ultima contiene las semillas de su propia destrucción y que será sustituidas por el social ismo que se caracteriza por la expropiación de los medios de producción que serán tras pasados al proletariado, pero en esta etapa todavía será necesario incentivar y reco mpensar a las personas para que estas trabajen, tal como en el capitalismo luego se evolucionará al comunismo donde las clases han desaparecido y los agentes ya n o necesitan la motivación monetaria para desarrollar sus actividades; es decir que se ha llegado al punto donde los agentes contribuyen de acuerdo con su capacida d de trabajo pero en contrapartida consumen según sus necesidades. Nótese que estas afirmaciones presuponen una bondad intrínseca del ser humano la cual es corrompida por los mercados; al desaparecer estos qued a el hombre con su bondad liberada, así mismo, llega a afirmar que se llegará a un m omento en el que se rechazaran o abandonaran las diferencias de todo tipo y cada persona se considerará un camarada. Según Marx el capitalismo era un sistema formado principalmente por dos clases soc iales, los capitalistas que eran dueños de los medios de producción y los proletario s que vendían su fuerza de trabajo, de aquí que la relación salarial entre estos resul tara de tanta trascendencia. De esta manera una de la principales características del capitalismo era que los trabajadores estaban despojados de la propiedad de l os medios de producción. Para entender los mecanismos que generan los ingresos por la propiedad de los medios de producción decidió evaluar los determinantes de los p recios y el pago que recibe el trabajo por la generación de este valor. Karl Marx dedicó gran parte de su tiempo a analizar la lógica de funcionamiento del nuevo modo de producción que veía surgir antes sus ojos: el capitalismo. Analiza a l a mercancía como forma elemental del régimen capitalista de producción y dice que toda m ercancía posee un valor de uso y un valor de cambio En una sociedad capitalista los bienes se producen por su valor de cambio[9], ca ntidad de trabajo que es necesario para producir un determinado bien. El concept o de valor de uso[10] de una mercancía es mirar a la materialidad de un bien deter minado, sus cualidades físicas y derivar de allí las necesidades que ayuda a satisfacer. Su teoría del valor se basó fundamentalmente en la de Ricardo[11] y aun cuando pudo hacer una exposición clara no logro ser más que este y tropezó con los mismos inconven ientes que tuvo Ricardo. De esta manera podemos decir que Marx planteó una Teoría De l Valor De La Fuerza De Trabajo[12], donde la cantidad de tiempo de trabajo nece sario para producir mercancías era lo que determinaba los precios relativos. Para Marx el valor de una mercancía podía dividirse en tres partes: el Capital Constante (materias primas, depreciación etc.), el Capital Variable (salarios y sueldos) y l a plusvalía[13] que es la resta de los gastos en capital constante y variable de l as ganancias bruta del capitalista. Para Marx el capitalista compra los insumos a precios competitivos y vende sus p roductos a precios competitivos, pero de todas maneras existe un valor extra que es la plusvalía, esto es porque el capitalista compra una mercancía que mediante lo s procesos de producción crea más valor del que se está pagando por ella. Es decir que si el trabajador puede en la media jornada laboral, producir lo necesario para proporcionase el salario real del trabajo, el capitalista hará que este complete s u jornada, generando de esta manera la plusvalía, y ya que el capitalista es el du

eño de los medios de producción puede poner al trabajador en la situación de trabajar el tiempo completo o ser despedido. El trabajo según Marx Marx comienza sus Manuscritos económicos y filosóficos de 1844 explicando lo que considera las regulaciones básicas de la relación entre capitalistas y trabajadores, y que determinan una relación de e xplotación. Toma al capital como trabajo acumulado (con la consecuencia de que lo que el trabajo produce es arrebatado de las manos del obrero, su producto como p ropiedad de otra persona, y los medios de subsistencia y su activad se concentra n de manera creciente en manos de capitalistas. Según Marx el trabajo en plantas industriales es la cárcel de los trabajadores. La a cumulación de capital aumenta la división del trabajo, y la división del trabajo aumen ta el número de obreros. El crecimiento combinado de capital y de la división de tra bajo llevo a que el obrero sea cada ves mas dependiente del trabajo (mecanizado, fragmentado, atomizado); al aumentar la cantidad de obreros, aumenta la compete ncia entre ellos y disminuye así su precio. El trabajador pasa a convertirse en ac tividad abstracta, cada vez más dependiente de las fluctuaciones del mercado labor al y de la voluntad del propietario del capital. Marx señala la contradicción de la economía política clásica con respecto al trabajo dicie ndo, que por un lado todo se compra con trabajo, y el capital no es otra cosa que la acumulación del trabajo y por el otro, que el obrero lejos de poder comprarlo to do, debe venderse el mismo y vender su identidad humana . La economía política conside ra esta situación como lo natural, es decir concebir al trabajo como fuerza y al trabajador como cosa depositaria de esa fuerza. Esta concepción del trabajo permit ió avalar las condiciones deplorables del trabajo fabril de principios del siglo p asado, con jornadas de hasta dieciséis horas diarias. A mediados del siglo XIX, en Francia se había reducido significativamente las hora s de trabajo diario que requerían para satisfacer las necesidades básicas de la soci edad, gracias al tiempo ahorrado por la maquinaria. Pero en la práctica la duración del trabajo era mas extensa, y su situación mas deplorable. Marx advierte que no se considero la diferencia que existe entre hombres que trabajan con máquinas y h ombres que trabajan como máquinas. La crítica que Marx le hace al capitalismo es que considera al trabajo como una co sa. El capitalista, siempre puede elegir comprar la fuerza de trabajo o prescind ir de ella, en cambio el trabajador esta obligado a vender la suya. El trabajado r no puede acumular su fuerza de trabajo como si fuese dinero o cualquier mercan cía para venderla más tarde en forma acumulada. El trabajo es vida, y exige, el cons umo permanente de alimentos. Concebir el como una mercancía es, como decía Buret[14] , admitir la esclavitud. Marx centra su análisis basándose en un hecho real, la Revolución Industrial, con este hecho la división del trabajo alcanzó dimensiones insólitas, lo que tiene especiales efectos sobre el trabajo. La producción de mercancías, subordinada a la ley del merc ado capitalista, niega los talentos individuales y el interés general. El ser humano mientras mas se aliena más reduce su actividad a una función atomizada.

La Alienación del trabajo según Marx: En una de sus obras K. Marx, Manuscritos: Economía y filosofía destaca que la alienación en el trabajo, que consistía en convertirlo en una actividad extraña a l ser mismo del trabajador, desvirtuando la esencia de esa actividad. En el trab ajo alienado, el sujeto no se hace a sí mismo, sino que produce para otros, y por tanto no acaba su actividad enriquecido, sino empobrecido porque no desarrolla s u ser. En cuanto a las ideas del texto, son las siguientes: La alienación, o enajenación, del trabajo consiste en que este se convierte para el trabajador en una actividad externa, es decir, ajena a él porque en ella no desa rrolla su ser, sino que simplemente gana un sustento. El trabajo alienante empobrece al trabajador, aunque le reporte un salario, porq ue afecta al ser mismo del hombre, que es la actividad. Mediante ella cada perso na se desarrolla en una relación dialéctica con el mundo, y si el trabajo no sirve p ara eso, le impide desarrollarse. El trabajo alienado produce por tanto seres humanos fallidos, inacabados, aunque tengan el estómago lleno o puedan vestirse. La prueba de que le produce ese efect o es que trabaja obligado. En ese trabajo forzado, adulterado, el trabajador per tenece a otro; si el trabajador no se beneficia de su actividad, será otro el que salga beneficiado de la adulteración en que se ha convertido su trabajo: pertenece a otro, es la pérdida de sí mismo . En estas ideas podemos ver cómo Marx considera al ser humano como algo esencialmen te activo, es decir, que su ser propio se realiza en actividad dialéctica con la n aturaleza. Paralelamente a su concepción de la filosofía como praxis, proceso revolucionado d e las estructuras sociopolíticas, concibe al sujeto como actividad en relación a su entorno. El ser humano no tendría esencia, según él, sino que su esencia es histórica, s e hace a través del trabajo. El trabajo es la esencia humana, para Marx, porque de él deriva todo lo que cada u no de nosotros es y piensa. Por eso, de todas las alienaciones posibles (religio sa: Dios contra el hombre, política: el Estado contra el hombre, cultural: las ide ologías contra el hombre), la alienación en el trabajo es la peor y la que puede pro vocar que el sujeto caiga en el resto de enajenaciones, ya que le atrapa en su m isma esencia. A la liberación en el trabajo irá encaminada la doctrina marxista, que presupone por tanto que de esa liberación se sucederá la libertad en el resto de si tuaciones enajenantes que pueda provocar cualquier orden social represivo. Este proceso está concebido a la manera de la dialéctica de Hegel: el sujeto es una tesis que se enfrenta a un mundo o una actividad (antítesis) que acaba haciendo su ya tras un proceso que le enriquece y desarrolla (síntesis). Estos tres momentos d e la dialéctica hegeliana, ideados por su autor para explicar el autodesarrollo de un Espíritu en la Historia humana, son usados por Marx en el sentido inverso para el que se concibieron. ¿En qué consiste, entonces, la enajenación del trabajo? Primeramente en que el trabajo es externo al trabajador, es decir, no pertenece a su ser; en que en su trabajo, el trabajador no se afirma, sino que se niega; n o se siente feliz, sino desgraciado; no desarrolla una libre energía física y espiri tual, sino que mortifica su cuerpo y arruina su espíritu. Por eso el trabajador sólo se siente en sí fuera del trabajo, y en el trabajo fuera de sí. Está en lo suyo cuand

o no trabaja y cuando trabaja no está en lo suyo. Su trabajo no es, así, voluntario, sino forzado, trabajo forzado. Por eso no es la satisfacción de una necesidad, sino solamente un medio para satisfacer las necesidades fuera del trabajo. Su carácter extraño se evidencia claramente en el hecho de que tan pronto como no exist e una coacción física o de cualquier otro tipo se huye del trabajo como de la peste. El trabajo externo, el trabajo en que el hombre se enajena, es un trabajo de au tosacrificio, de ascetismo (Ejercicio y práctica de un estilo de vida sencillo par a conseguir la perfección espiritual). En último término, para el trabajador se muestra la exterioridad del trabajo en que és te no es suyo, sino de otro, en que no le pertenece; en que cuando está en él no se pertenece a sí mismo, sino a otro. Así como en la religión la actividad propia de la f antasía humana, de la mente y del corazón humano, actúa sobre el individuo independientemente de él, es decir, como una actividad extraña, divina o diabólica, así también la actividad del trabajador no es su propia actividad. Pertenece a otro, e s la pérdida de sí mismo. Marx distingue distintas formas de trabajo alienado: La primera forma de alienación la padece el trabajador en relación con el producto d e su trabajo. En el marco de la economía capitalista, el obrero se hace mas pobre mientras mas riqueza produce. El obrero se convierte en mercancía más barata a medid a que crea más mercancías. Cuanto mas produce el obrero, mas se acrecienta el poder del capital, más refuerza también la economía del mercado. Mientras más se desgasta el obrero, mas crece frente a él un mundo que no le pertene ce, poblado de objetos cuya posesión le ha sido sustraída. Marx afirma, en la vida d el trabajador, mientras mayor es su producto, menor es él mismo . La segunda forma de alienación que Marx considera es la de la actividad del trabaj ador. Si el trabajo tiene como fundamento la gratificación de utilizar concienteme nte las fuerzas de la naturaleza, en el trabajo alienado esta realización esta neg ada. En el trabajo el hombre encuentra mortificación. Se siente en lo suyo cuando no trabaja y fuera de sí mismo cuando trabaja. La negación de si mismo a través del trabajo es un tercer tipo de alienación. Lo específ ico de la vida humana es la actividad libre y consiente, el trabajo es el sentid o de existencia humana. En la medida en que este trabajo (la vida misma) se ha convertido en un medio de vida, el sujeto niega su naturaleza. El trabajo aparece ante el h ombre como medio para satisfacer una necesidad: la necesidad de mantener la exis tencia física. La vida productiva es la vida de la especie. Es la vida engendrando vida. Marx advierte una cuarta forma de enajenación diciendo que cuando a un sujeto se le enajena su trabajo y el producto del mismo, hay otro que se esta apropiando de ese trabajo y de ese producto. Donde hay enajenado hay enajenador . La relación en tre sujetos se vuelve relación extraña y entre extraños; mientras al que trabaja su pr oducto se le hace extraño, el que se apropia del producto se relaciona con un trab ajo extraño que le es extraño. Hablar de trabajo alienado supone considerar el trabajo como fundamento y especi ficidad en el sujeto; por lo tanto hablar de trabajo alienado es referirse a la alienación del ser humano como tal. Superar la alienación del trabajo, mediante la a bolición del capitalismo, era, para Marx, devolverle a la existencia humana su sen tido originario. 5- Una quinta alienación ocurre en el mercado: aquí no solo es el trabajador respe cto de su producto. Si no de todos respecto del mercado, que regula la voluntad de los seres humanos y no a la inversa. Aquí las cosas adquieren funciones de pers onas y las cosas funciones de personas.

El capital 1844: En su libro Marx habla de la teoría clásica del valor de las mercancías . Todas las merca ncías son trabajo humano mecanizado. Cada trabajo difiere de los demás según el objeto que produce y los proc edimientos que emplea. Con la teoría de valor trabajo, el trabajo se ve reducido a la cantidad de fuerza de trabajo invertida en la producción de una mercancía, indep endientemente de la forma, el contenido y de la individualidad del trabajo. El tiempo de trabajo es un parámetro abstracto pero con una condición individual, ya que hay trabajadores que en un mismo lapso producen más que otros, por diferencia s en las capacidades personales o de desarrollo técnico y de los medios de producc ión que utilizan. El valor de la mercancía depende del tiempo de trabajo social, necesario para prod ucirlo. Cada producto va a tener su valor de cambio y su valor de uso: el valor de cambi o es el proceso social de producción destinado a generar mercancías (productos desti nados al intercambio), y el valor de uso es la fuerza de trabajo que se conviert e en la única mercancía, cuyo valor de uso va a ser una fuente de mayor valor que el que posee en ella misma. El valor de las fuerzas de trabajo vendido al capitalista equivale a una parte d el tiempo en el que el obrero trabaja. El resto del tiempo queda sin pagar, ya q ue el capitalista paga por el valor del uso del trabajo y hurta la diferencia pr oducida por el valor de cambio d lo que el trabajo produce. Esta diferencia hace que la relación entre capitalistas y trabajadores sea de robo o explotación.

Marx habla de tres formas de fertilización del trabajo humano en el capitalismo industrial: Cooperación: en el trabajo colectivo de personas asociadas a una misma tarea, gene ra una nueva potencia en el trabajo, multiplicando su capacidad. Pero el capital ista extrae la plusvalía por lo tanto ejerce su dominio. División del trabajo: es una posibilidad de la que dispone la humanidad para liber ase del yugo del trabajo, aumentando la producción a escalas sin presentes. La div

isión del trabajo manual e intelectual aliena al sujeto, pues quien ejecuta el tra bajo manual pierde la noción de la finalidad el mismo. Son otros quienes planifica n y disponen, así mientras unos piensan otros ejecutan. Maquinismo: convierte al sujeto en victima de la técnica y de la industria. Hay so metimiento del trabajo el régimen que impone la técnica. Marx profundiza el mito industrialista según el cual el desarrollo de la técnica lle va finalmente a liberarse del yugo del trabajo y confiar a las maquinas las dura s tareas productivas. Lo que define el trabajo es la tensión entre la necesidad y la libertad en el acto del trabajo, este es la creación y subordinación, conquista y claudicación. La alineación en el trabajo se agudiza cuando solo se conserva su aspecto de neces idad, de sumisión; mientras que el otro aspecto se ve reprimido por el marco socio económico en que el trabajo se despliega. La liberación absoluta del trabajo humano es solo una utopia .

Conclusión: Después de analizar el pensamiento, tanto de Hegel como de Marx podemos decir que el pensamiento de ambos filósofos se baso principalmente en un gran cambio polít ico y económico que sufrió la sociedad en el periodo en el cual vivieron (siglo XIX, Revolución industrial y el capitalismo) Durante este periodo el trabajo dejó de ser utilizado únicamente como medio de subsi stencia y se comenzó, también, a ver como un medio privilegiado de integración social. Todos los cambios que se produjeron llevaron a Hegel y Marx, entre otros, a busc ar el sentido del trabajo, a preguntarse como cada persona se veía frente al traba jo. Para Hegel el hombre debía lanzarse a la comprensión del mundo, ya que este se nutri a de sus alrededores y se veía realizado según las herramientas que se le otorgaban; el hombre era el resultado de su propio trabajo. Según Hegel el trabajo no era un castigo, sino una actividad constructiva en la vida social e individual de la p ersona, Marx creía que el trabajo en las fábricas era la cárcel del individuo. Hegel plantea una relación de dependencia entre el señor, que era quien le daba el m aterial para que pueda trabajar el siervo, quien producía para el señor, mientras qu e Marx fija a esta relación de trabajo como una relación de explotación. Marx basa su concepto de trabajo en esa relación de explotación. A nuestro criterio la opinión de ambos pensadores no es en contra del trabajo, sin o en la menara de ejercer el mismo, en el sistema en cual se desarrollaron. Hegel ve al trabajo como medio de desarrollo de la persona, a través del cual la p ersona es quien es en realidad, comparándolo con la realidad social en la cual se moviliz a a causa del trabajo que realiza, Marx nos indica que el trabajo es el medio de subsistencia de la persona, es lo que la va a alimentar, pero no esta de acuerd o con la manera y el sistema en el cual se trabaja en la época, que es el capitali smo. Manifiesta esta disconformidad cuando nos dice que entre el trabajador y el empleador existe una relación de explotación y de empobrecimiento en el trabajado r (cuando se le quita su pronto). Nos resultó complejo pero a la vez interesante analizar el concepto de cada uno, p orque ven cosas en la relación de trabajo que aun en la actualidad suceden, como p asa con los trabajadores en relación de dependencia, a los cuales también se les qu ita su producto, pero en la actualidad no se cuestiona esta situación porque el tra bajo no es visto como antes, el hombre lleva una vida aparte del trabajo en la a

ctualidad, se puede decir que es algo normal y cotidiano y que todos realizamos sin preguntarnos porque y que beneficio, a aparte del salario, nos va a brindar el trabajar. ----------------------[1] Época histórica y un movimiento cultural e intelectual europeo especialmente en F rancia e Inglaterra - que se desarrolló desde fines del siglo XVII hasta el inicio de la Revolución francesa, aunque en algunos países se prolongó durante los primeros años del siglo XIX. Fue denominado así por su declarada finalidad de disipar las tin ieblas de la humanidad mediante las luces de la razón (filosofía). El siglo XVIII es conocido, por este motivo, como el Siglo de las Luces. Los pensadores de la Ilustración sostenían que la razón humana podía combatir la ignoran cia, la superstición y la tiranía, y construir un mundo mejor. La Ilustración tuvo una gran influencia en aspectos económicos, políticos y sociales de la época. [2] pertenencia a una misma constitución legal, la formación voluntaria de un estado de pueblos requiere que los pueblos existentes deban disolverse como tales. [3] Immanuel Kant nació en 1724 y murió en 1804, filósofo alemán, considerado por muchos como el pensador más influyente de la era moderna. [4] Herbert Marcuse. (Berlín, 1898 - Starnberg, 1979) Filósofo y sociólogo alemán. El pe nsamiento de Marcuse, fundamentado en elementos procedentes del marxismo y el fr eudismo, constituye una crítica de la sociedad industrial, cuyo carácter represivo y alienante acaba por incorporar a la clase obrera conformándola y convirtiéndola a s u vez en explotadora indirecta de las clases marginadas de los países pobres. [5] Hegel definía la alienación como la negación o alternación del ser desde una realida d inicial: la idea se niega como tal y deviene cosa. [6] Adam Smith (1723-1790) Economista y filósofo escocés. Es el fundador de la econo mía política. Analiza la ley del valor y enuncia la problemática de la división de clase s. Considera el capitalismo como el estadio natural de las relaciones sociales. De hecho, fundó el liberalismo económico. [7] La tesis, antitesis y síntesis forman parte del proceso dialectito de Hegel. Tesis: momento de afirmación de una realidad; Antítesis: momento de negación de la realidad anterior; Síntesis: momento de integración de las dos realidades contradictorias anteriores; e sta síntesis es, a su vez, una tesis nueva que da lugar a otra antítesis, la cual da lugar a una síntesis nueva, etc. [8] Para el materialismo dialéctico las ideas tienen un origen físico, esto es, lo p rimero es la materia y la conciencia lo derivado. [9] Para Marx, lo único que los múltiples bienes que circulan en el mercado capitali sta poseen en común es su calidad de ser productos del trabajo humano. Así, un valor de uso, un bien, sólo encierra un valor por ser encarnación o materialización del trab ajo humano abstracto

[10] Todo bien, para ser una mercancía, debe tener una utilidad, un valor de uso. Es decir, ha de satisfacer una necesidad. Que esta necesidad sea primaria (alime ntación, vestido, vivienda) o de otro tipo es irrelevante desde esta perspectiva. [11] David Ricardo Londres, 1772 - 1823 fue un economista ingles no tiene como prioridad los factores que motivan el crecimiento de los países, sino todas aquel las causas que ahondan en la distribución de la renta. La teoría del valor/precio no rmal de una mercancía radicaba, en la cantidad de trabajo que era necesaria para l a producción de una mercancía y se establecía entre ellos una relación directa y proporc

ional que hace que el precio aumente a medida que aumenta la cantidad de trabajo empleada en cada unidad de bien prod ucida. [12] Para Marx no es el juego de la oferta y la demanda el que determina el va lor de las mercancías; este factor solo puede explicar las oscilaciones en el prec io de los bienes. Pero estas oscilaciones se encuentran limitadas por lo que de hecho constituye el valor de las mercancías: la cantidad de trabajo socialmente ne cesario para su producción. [13] Marx deduce que el salario percibido por los trabajadores es exactamente el coste de producirlo. La PLUSVALÍA es la diferencia entre el valor de las mercancías producidas y el valor de la fuerza de trabajo que se haya utilizado, por ejempl o, el empleado produce algo por $10, se vende por $20, pero al empleado se le pa ga igual $10, el resto de la ganancia $20 -$10=$10 es la plusvalía. PLUSVALÍA: el propietario se queda con el excedente del trabajo del empleado, en c ierta manera, lo explota. Para Marx, la plusvalía es la fuerza motriz del sistema capitalista. El incentivo clave que empuja a los capitalistas a dedicarse a la p roducción. Gracias a lo anteriormente mencionado podemos decir que, para el emplea do de una organización, empresa, etc., lo importante es el salario, ya no le impor ta si el producto que el está realizando es de buena o mala calidad, si esta bien o mal hecho, etc. [14] Antoine-Eugène Buret 1810 - 1842 fue un francés economista , sociólogo y periodi sta , quien es conocido como un defensor de Jean-Charles-Léonard Simonde de Sismon di .