Resumen Cazadores de Microbios Paul de Kruif

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UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE CAMPECHE Facultad de Ciencias Químico Biológicas Ingeniero Bioquímico Ambiental Resumen del libro cazadores de microbios de Paul de Kruif Microbiología Básica Docente: Maria Manuela Reyes Estanez Alumno: Yasmin del Jesús Ortegón Gutiérrez Semestre y grupo Segundo ‘A’

ANTÓN VAN LEEUWENHOEK Leeuwenhoek examinó con sus lentes diversos objetos, tales como fibras musculares de ballena y las escamas de su propia piel, lana de oveja, pelos de castor de y liebre; así como también disecó la cabeza de una mosca. Pasados los años Leeuwenhoek provocaba la burla de los habitantes de Delft; sin embargo, había en Delf un hombre que no se burlaba de Leeuwenhoek, llamado Regnier de Graaf, a quien una sociedad de intelectuales de la época, llamada “La Real Sociedad”; había llamado miembro correspondiente por haberle dado cuenta de sus estudios sobre el ovario humano. Leeuwenhoek quedó maravillado de lo que se mostró frente a él, bichos pequeños, pequeñísimos, mil veces más pequeños que los bichos que vemos a simple vista. Volvió a observarlos y distinguió distintos tipos de especies, una más grande y ágil que la otra. Leeuwenhoek creía en Dios con un inmenso fervor, lo parecía absurdo que esos animalillos cayeran de la lluvia del cielo. Leeuwenhoek realizó otra observación, esta vez lavó cuidadosamente el vaso, lo enjuagó y lo puso debajo del tubo de la bajada del canalón del tejado, estaba lloviendo, tomó una gotita en uno de sus tubos capilares y entonces corrió al microscopio y observó estos microorganismos. LÁZARO SPALLANZANI A los 25 años escribió un ensayo intentado explicar la mecánica de las piedras que caen al agua. Se ordenó de sacerdote. Antes de cumplir los 30 años fue nombrado profesor de la Universidad de Regio y en sus lecciones explicaba sobre los animalillos descubiertos por Leeuwenhoek años atrás. En esa época se acostumbraba creer en la generación espontánea y los mismos animalillos de Leeuwenhoek eran objeto de controversia, era desconocido hasta entonces el origen de esos seres y se creía que provenían de la generación espontánea. Spallanzani negaba la posibilidad de que existiera la generación espontánea, y leyó un libro que demostraba experimentalmente como la generación espontánea era un hecho ciertamente falso: Spallanzani no sabía porque habían aparecido esos animalillos en el caldo calentado; porque Needham no calentó la botella todo el tiempo necesario y seguramente porque no lo tapó herméticamente. LUIS PASTEUR Cuando tenía 25 años descubrió que existían 4 tipos de ácido tartárico y no sólo 2, y; que en la Naturaleza hay variedad de compuestos extraños exactamente iguales. Tiempo después, en Lila, un destilador de alcohol, Monsieur Bigo fue a visitarle para pedirle que le ayudase con unas dificultades de fermentación que este tenía. “Fue a la destilería y olfateo las cubas que no daban alcohol, tomó muestras de la sustancia grisácea y viscosa y las puso en frascos para transportarla al laboratorio, sin olvidar recoger cierta cantidad de cantidad de pulpa de remolacha de las cubas sanas en fermentación que

producían cantidades normales de alcohol. Volvió al laboratorio y examinó la sustancia procedente de las cubas sanas; y vio que estaba llena de glóbulos diminutos de color amarillento, y en cuyo interior había enjambres de curiosos puntos en continua agitación. Al observar al microscopio se dio cuenta de que esas esferas estaban agrupadas unas en racimos y otros en cadenas, y después, miró como salían yemas de sus paredes. ROBERTO KOCH El carbunco era por aquel entonces una enfermedad misteriosa que mataba vacas y ovejas. Koch examinaba la sangre de las vacas muertas por carbunco, ponía gotas de la sangre negra entre dos láminas de cristal muy delgadas y perfectamente limpias; un día, al mirar por el microscopio, vio entre los diminutos verdosa unas cosas extrañas, que parecían bastoncitos cortos y poco numerosos, que flotaban agitados por un ligero temblor entre los glóbulos sanguíneos; otras veces aparecían engarzados como fibras largas, mil veces más tenues que la seda fina. En 1883 en cólera asiático invadió a Europa, cuando parecía que descubrirían la causa, la peste de enfermedad paró. Luego se marchó a Calcuta donde encontró en los intestinos de cuarenta cadáveres un bacilo en forma de coma, que no halló en ningún hindú sano. “Consiguió rápidamente cultivar el bacilo coma en gelatina de suero, y una vez que lo tubo aprisionado en tubos, estudió sus costumbres. Descubrió el bacilo coma en el agua pútrida de las cisternas. Llegó a la conclusión de que el cólera solo podía ser contraído por el hombre al beber aguas muy contaminadas como las existentes en la India.” PASTEUR Y EL PERRO RABIOSO. Pasteur propuso un experimento a Louvrier: “Inyectó debajo de la paletilla de los animales sendas dosis de microbios virulentos del carbunco. Al día siguiente, todas las vacas presentaban grandes hinchazones en la paletilla, tenían fiebre y respiraban fatigosamente. Dos vacas le comisionaron a Louvrier, a las que se le sometería a su tratamiento; las otras dos, serían tratados por Pasteur.” Louvrier trato a las dos vacas: una murió y la otra siguió con vida. Las conclusiones que sacaron fueron que: El virus de la rabia que penetra en las personas con la mordedura se fija en el cerebro y en la medula espinal. Todos los síntomas hacen supones que este virus ataca el sistema nervioso. Si se inyecta debajo de la piel hay la posibilidad de que se extravíe en el cuerpo antes de llegar al cerebro. “Roux cogió un perro sano, lo anestesió con cloroformo y, haciéndole un pequeño agujero en la cabeza, dejo al descubierto la masa encefálica viva, donde inyectó una pequeña cantidad de cerebro machacado de un perro recién muerto de rabia.” ROUX Y BEHRING Emilio Roux, el ayudante de Pasteur, descubrió que el bacilo de la difteria destila un veneno extraño y que un gramo de esa sustancia bastaba para producir la muerte de 2 500 perros. En todas las gargantas los mismos bacilos extraños. El caldo de cultivo diftérico paralizaba a los conejos. “Tomo unos matraces y puso dentro de ellos caldo esterilizado y sembró cultivos puros de bacilos de difteria, colocándolos después en la estufa del cultivo, pasados cuatro días, en un aparato extraño: un filtro en forma de bujía hueca, de porcelana porosa, el cual dejará pasar el líquido y retuviera los bacilos.

Inoculó el virus en pequeños conejos y conejillos de Indias, pero estos animales sobrevivieron al virus. Volvió a insistir con dosis más elevadas de caldo filtrado a los mismos animales, a otros animales, y todo ello daba el mismo resultado, el líquido no contenía veneno. Pero otro bacteriólogo, Emilio Behring, trataba de observar los microbios de la difteria. El objetivo fundamental de Behring era encontrar una sustancia química que cure la difteria, inoculaba infinidad de conejillos de Indias con difteria y todos los animales enfermaron y a medida que se agravaban, les iba a inyectando diversos productos químicos. ELÍAS METCHNIKOFF Le interesaba el estudio del protoplasma, pero se ocupó del estudio de ka evolución de los gusanos. Tenía una manía de demostrar la supervivencia de los más aptos, de cómo la Humanidad resiste a los asaltos de gérmenes dañinos, aseverando que, los supervivientes no son los mejores, sino los más hábiles. Un día mientras observaba una estrella de mar notaba células errantes del cuerpo de estas; esas células comen alimentos, devoran las partículas del carmín, pero también deben de comerse a los microbios. En 1891, Mechnikoff vacunó a unos cuantos conejillos de Indias con bacilos parecidos a los del cólera y una semana después inyectó el vientre de los animales vacunados una nueva dosis de los nuevos bacilos, vivos y virulentos. Los fagocitos murieron al instante, pues son delicados y al abrirse dejaron escapar a los “bacilos vivos”. TEOBALDO SMITH eobaldo Smith, que dio la explicación de por qué el ganado vacuno del norte, cuando es trasladado al sur enferma y muere de fiebre de Texas, y de por qué el ganado vacuno, aun estando sano, acarrea al ir al norte una muerte misteriosa para sus congéneres de esta región. Precisamente en aquellos días una enfermedad extraña, la fiebre de Texas, traía seriamente alarmados a los ganaderos; los del sur compraban ganado del norte, que era soltado de los vagones a pastar en campos junto con las vacas del sur perfectamente sanas. a conclusión de Smith fue que la enfermedad era transmitida por la garrapata joven. Exterminado este insecto, bañando el ganado en soluciones antisépticas apara matar las garrapatas y manteniéndolo en campos limpios de bichos, desaparecerá la fiebre de Texas. Descubrió hechos curiosos relacionados con la inmunidad; vieron terneras norteñas con ataques benignos de fiebre de Texas, y al siguiente año pastaban en campos que resultaban mortales para las vacas del norte no inmunizadas. De este modo se explicaron el porqué del ganso del sur no es víctima de la enfermedad de Texas. BRUCE David Bruce tenía interés en estudiar los virus misteriosos que estaban en África, donde además había centenares de moscas garrapatas y mosquitos. La teoría de Bruce acerca de esto era que las moscas tse-tsé deberían de infectarse de tripanosomas en alguna otra fuente que no era el hombre; tal vez esta fuente era la sangre de ciertas bestias; un día encontró tripanosomas en la sangre de una vaca. ROSS CONTRA GRASSI En 1888, Ross aumento su interés por el mosquito del paludismo, era un médico del servicio indio. “Los mosquitos chupan la sangre a los palúdicos; la sangre contiene los parásitos, penetran en el estómago de los mosquitos y emiten flagelos, los flagelos se desprenden y

penetran en el cuerpo de los mosquitos convirtiéndolos en una forma resistente parecida a las esporas de carbunco. Los mosquitos mueren, caen al agua y las personas beben el caldo de los mosquitos muertos.” Se dedicó a buscar mosquitos en las alcantarillas, los desagües y las cisternas de Calcuta. “Incubó zanzarones y todas las tardes durante cuatro meses el en conjunto con 6 o 7 amigos permanecían sentados junto a los mosquitos para que los picasen; pero a pesar que esos mosquitos eran hijos de hembras de las regiones mas atestadas de paludismo, ni el ni ninguno de sus acompañantes enfermaron.” Llegó a la conclusión que no eran los hijos de los mosquitos, sino los mosquitos que han picado a un palúdico los que transmitían la enfermedad. WALTER REED La extinción de la fiebre amarilla fue una gran lucha, lo cierto es que todo el mundo sabía la manera de combatir la enfermedad, pero todos tenían una opinión diferente acerca del modo de defenderse de ella: fumigar las sedas, telas y objetos de propiedad de las gentes antes que abandonen la ciudad infestada de fiebre amarilla o quemar estos objetos, para que el virus no se extienda. Tal era el conocimiento hacia 1900, mientras que Carlos Finlay, de la Habana tenía la teoría de que los causantes eran los mosquitos. azear se paseó entre los muertos de fiebre amarilla, hizo que les picasen los mosquitos y después reintegró los insectos henchidos de sangre a sus jaulas con agua y terrones de azúcar. Consiguió 7 voluntarios e hizo que les picaran los mosquitos, pero ninguno de ellos contrajo enfermedad. Logró obtener sangre infectada de fiebre amarilla, que pasó por un filtro de porcelana muy fina e inyectó el líquido filtrado a 3 personas no inmunes y 2 de ellas contrajeran fiebre amarilla.” La fiebre amarilla era causada por un microbio muy pequeño. PABLO EHRLINCH La idea de Ehrlich era matar los microbios, habría que hacerlo con una bala mágica, por ello logró transformar una droga en un producto que logró salvar la vida de los hombres. Empezó tiñendo animales vivos, empezó intentándolo con azul de metileno. “Inyectó un poco de azul en la vena auricular de un conejo; vio como el color se difundía por la sangre y el cuerpo del animal, tiñendo misteriosamente las terminaciones nerviosas.” Ehrlich siguió ensayando hasta que dio con el compuesto 606, cuya obtención significaba incendios y explosiones por los vapores de éter y difícil de conservar, porque a la menor traza de aire lo transformaba en veneno, era el 606 el p.p-dihidroxiarsenobenceno, que, a pesar de todo, era inofensivo; una sola inyección del 606 hacia desaparecer todos los tripanosomas de un ratón atacado del mal de caderas.