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De: Castillo Elizalde Bianca

RESUMEN: BREVE HISTORIA DEL CEREBRO

En este libro, se abordan las ideas y hallazgos más importantes acerca del cerebro, desde que comenzó la búsqueda del órgano en el que reside el alma o la mente, según distintas perspectivas. En un principio, se creía que la mente y otro tipo de actividades como el movimiento, eran impulsadas y ejecutadas por el corazón, Aristóteles fue uno de los filósofos en apoyan esta idea a través de sus reflexiones, disecciones y antecedentes que sostenían esta postura. Hipócrates, conocido como el padre de la medicina, concibió al cerebro como el órgano que controla el cuerpo. Atribuyó también al cerebro las alegrías, el placer, las lamentaciones, etc. Se apegó al marco de explicación de su época, que era la teoría de los cuatro humores; en la que cada elemento correspondía a un fluido o humos en el cuerpo: fuego – bilis amarilla e hígado, aire – sangre y corazón, agua – flema y cerebro y, finalmente, tierra – bilis negra y bazo, A partir de esta teoría, se creía que las enfermedades eran el resultado de un desequilibrio entre los humores. Algunos siglos después, aparece Galeno durante la época del imperio romano, a pesar de que admiraba a Aristóteles y a Hipócrates, no apoyaba la postura cardiocéntrica del primero. Durante su época, las autopsias estaban prohibidas, por lo que se cree que parte de sus conocimientos proceden de las observaciones que realizó de las vísceras y huesos de gladiadores derrotados en el campo de batalla. También realizó disecciones en una gran cantidad de animales. Prefería estudiar el cerebro en los bueyes, debido a su gran tamaño, incluso describió de forma sistemática cómo se debía llevar a cabo una disección. Practicó la disección en vivo en animales (sin anestesia) y a partir de sus estudios y observaciones, pudo comprobar, por ejemplo, que si cortaba un nervio en la garganta de un animal (perro, cerdo, cabra), éste dejaba de emitir su sonido característico; a partir de este experimento, descubrió el nervio laríngeo recurrente, que es una rama inervada del par craneal X. Apoyó la idea de Hipócrates acerca de que la actividad mental se origina en el cerebro y, creía que los nervios eran huecos como tubos por los que viajaban los espíritus animales que proceden del cerebro para mover al cuerpo. Durante la Edad Media, todas las cosas tenían una explicación religiosa o una interpretación metafísica, se dejaron de lado los trabajos experimentales y también las disecciones, casi no se escribieron tratados médicos y los que se escribieron, se limitaron a parafrasear a Galeno e Hipócrates. Perduró la postura acerca de que los ventrículos son la base de la vida mental y que cada uno es específico de distintas funciones. Tras la expansión de “la gran plaga” o la “gran pestilencia”, se retomaron las disecciones humanas en algunas universidades y se llevaban a cabo por personas

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de baja posición social, por otra parte, eran dirigidas por médicos o catedráticos, quienes no tocaban los cuerpos y se limitaban a nombrar las partes mientras un ayudante las iba señalando para que los pupilos las pudieran apreciar. Las explicaciones se limitaban a seguir lo que habían escrito Galeno o Avicena. Cuando se habla de Renacimiento, por lo general, se hace mención a las obras de Leonardo Da Vinci, quien, pese a su curiosidad infinita, contribuyó a distintos campos de la ciencia. Estudió también, el cuerpo y el cerebro y fue otro personaje que acepto la explicación ventricular. Gracias a una técnica que empleó, pudo obtener un molde del cerebro para estudiar los ventrículos y así fue como descartó la idea de que existía un gran ventrículo delantero en el que se encontraba el sentido común y el alma, pero atribuyó estas funciones al ventrículo del medio. Por otra parte, Andrés Vesalio, comenzó sus estudios de anatomía con enseñanzas de Galeno. A pesar de que los dibujos de Da Vinci eran detallados y casi perfectos, Vesalio no conoció su obra pues no publicó dichos trabajos. El trabajo de Vesalio destaca porque tampoco quedó conforme con la información que hasta ese momento se conocía, creía que las disecciones eran muy importantes y obtenía cadáveres humanos que extraía en los cementerios con el fin de estudiarlos. En 1543 publicó su obra De humani corporis fabrica (De la estructura del cuerpo humano) en la que se recopilan sus descubrimientos y detalladas ilustraciones. Llegó a encontrar aproximadamente doscientos errores en la obra de Galeno, aunque comprendió las limitaciones de su época. Muchos pensadores han dado explicaciones acordes a la tecnología que corresponde a su época; tal es el caso de Descartes, que es conocido como el padre de la filosofía moderna. Descartes se apoyó en los modelos mecánicos para explicar la conducta y el funcionamiento mental. Se interesó en los autómatas y llegó a pensar que algunos animales también eran máquinas. Creía que los espíritus animales que movían el cuerpo eran impulsados por los principios mecánicos de la hidráulica y fabricados por la glándula pineal a partir de la sangre. En su Tratado sobre el hombre, recopila sus especulaciones acerca del funcionamiento humano. Sus cuestiones son vigentes hoy en día en temas como la inteligencia artificial, el lenguaje humano, funciones cognoscitivas, etcétera. El dualismo cartesiano plantea que el alma es algo que existe por sí misma y está separada del cuerpo; sin embargo, ambas partes deben estar unidas, por lo que, plantea que dicha unión tiene lugar en la glándula pineal. Descartes fue uno de los últimos en estar de acuerdo con la explicación de los espíritus animales. Jan Swammerdam (1637 – 1680), fue uno de los primeros en dudar de esta explicación y buscar respuestas a través de la experimentación. Observó en sus disecciones, que los músculos podrían contraerse a pesar de estar separados del resto del cuerpo, y por ende estar desconectados del cerebro.

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Encontró también, que, al golpear un anca de rana, se contraía con fuerza. Descartó la idea de que el movimiento era provocado por los espíritus animales. Al empezar a perder fuerza la hipótesis de los espíritus animales, se pensó que la electricidad podría causar movimiento en los músculos del cuerpo humano y las contracciones ocasionadas por un choque eléctrico hacían que esta hipótesis fuera aún más convincente. Luigi Galvani (1737 – 1798) publicó los experimentos que realizó, en su obra “Comentario sobre el efecto de la electricidad en el movimiento muscular”. Observó que la electricidad podía generar contracciones cuando hacía contacto “a distancia” con un anca de rana. Después de una serie de experimentos, observó que las ancas también se contraían cuando tomaba el nervio ciático y lo ponía en contacto con un músculo en una preparación fresa; sin la necesidad de recurrir a elementos metálicos, generadores o cualquier otro artefacto no biológico. Sus hallazgos le llevaron a creer que el cuerpo podía estar dotado del algún tipo de electricidad que recorría los nervios y contraía los músculos.