Resumen Amartya Sen

INTRODUCCION La idea de la justicia una nueva teoría de la justicia para el mundo real. Es la justicia social un ideal

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INTRODUCCION

La idea de la justicia una nueva teoría de la justicia para el mundo real. Es la justicia social un ideal fuera de nuestro alcance o una posibilidad real más allá del discurso intelectual, la idea de la justicia desempeña un importante papel en nuestras vidas. Amartya Sen ofrece una alternativa a las teorías convencionales de la justicia, que a pesar de sus muchos logros hace tiempo que dejaron atrás las realidades prácticas. La obra de Sen se distingue de la de Rawls en al menos otras dos dimensiones: en su estilo literario y en sus implicaciones prácticas. La prosa de Sen, a diferencia de la aridez típica de la obra de Rawls, es realmente disfrutable. Su estilo, incluso cuando está destrozando la lógica de otros autores, es como su hablar: pausado y suave. Además, su prosa está usualmente salpicada de referencias cotidianas o ejemplos concretos que hacen mucho más comprensible una materia que suele ser relativamente abstrusa. La otra diferencia entre la obra de Sen y la de Rawls tiene que ver con sus implicaciones concretas. Así, si la obra de Rawls tiene relativamente pocas implicaciones prácticas, la obra de Sen es su contrario. Se trata de una obra que, de alguna forma, puede catalogarse como “activista”, en tanto que implica un llamado a identificar precisamente esas injusticias remediables y a tratar de eliminarlas. Es por ello que Sen escribe que su obra podría ser relevante en las áreas del derecho, la economía y la política, así como tener “cierta pertinencia en las discusiones y decisiones sobre políticas y programas de carácter práctico”. Desde la Ilustración, las teorías dominantes han tendido a ocuparse de identificar las disposiciones sociales perfectamente justas y definir la naturaleza de la sociedad perfecta. Sen, entregado a la reducción de la injusticia, centra su enfoque en los juicios comparativos de lo que es «más» o «menos» justo y en evaluar los méritos de ciertas instituciones e interacciones sociales. En el núcleo de su reflexión subyace el respeto por las diferentes percepciones de la sociedad justa. Muy distintas convicciones pueden ofrecer soluciones claras, directas y defendibles. La perspectiva de Sen, uno de los pensadores más influyentes de nuestra era, hace uso de esa pluralidad con el fin de construir una teoría de la justicia para el mundo moderno, capaz de absorber distintos puntos de vista y resolver las cuestiones de injusticia global. Ludwig Wittgenstein un filósofo que escribió un libro del cual decía lo que se puede hablar y lo que no se puede hablar lo que se puede hablar hay que hablar claramente y lo que no se puede hablar hay que callar, él decía que ser mejor y más listo eran una sola y la misma cosa él lo afirmaba porque decía que muchos actos detestables los cometen personas engañadas. La falta de sensatez puede ser fuente de equivocaciones morales en materia de buen comportamiento, él decía que reflexionar sobre lo más sensato puede ayudar a actuar mejor frente a los otros

CAPITULO I RAZON Y OBJETIVIDAD Ludwig Wittgenstein decía lo que se puede hablar y lo que no se puede hablar lo que se puede hablar hay que hablar claramente y lo que no se puede hablar hay que callar, el decía que ser mejor y mas listo eran una sola y la misma cosa el lo afirmaba porque decía que muchos actos detestables los cometen personas engañadas. La falta de sensatez puede ser fuente de equivocaciones morales en materia de buen comportamiento, el decía que reflexionar sobre lo mas sensato puede ayudar a actuar mejor frente a los otros

Entre las razones de la prudencia para el buen comportamiento bien puede estar en la propia ganancia resultante de dicha conducta. Ser mas sensato también puede darnos la habilidad de pensar mas claramente sobre nuestros fines, objetivos y valores, ser mas sensato puede ayudar a entender no solo el interés en si mismo sino también como las vidas de otros pueden ser fuertemente afectadas por las propias acciones.

Los proponentes de la llamada teoría de la elección racional adoptada con entusiasmo por muchos pensadores políticos y legales se han esforzado mucho para que la peculiar idea de la elección racional consiste tan solo en la ingeniosa promoción del interés propio

La elección racional esta definido por los partidarios de la teoría de la elección racional sin embargo nuestras cabezas no han sido colonizadas todas por esa creencia notablemente enajenante. Hay una resistencia a la idea de que tiene que tiene que ser manifiestamente irracional tratar de hacer algo por los otros, excepto en la medida en que hacer el bien a otros mejoraría nuestro propio bienestar.

Ludwig Wittgenstein la tesis del filósofo era que ser más sensato nos ayuda a pensar con mayor claridad sobre nuestras propias preocupaciones y responsabilidades sociales, podemos comprometer de manera razonable la búsqueda tenaz de nuestros propios fines al dejar espacio para que otros persigan sus fines incluso algunos ven en esto una cierta prueba de que lo que considerábamos nuestros fines no eran nuestros fines reales, pero no hay ningún enigma aquí cuando se aprecia de modo adecuado el alcance del razonamiento practico.

CAPITULO II OBJETIVIDAD ETICA Y ESCRUTINIO RAZONADO

La razón y la emoción desempeñan papeles complementarios en la reflexión humana, y la compleja relación entre ellas será considerada, no es difícil darse cuenta que los juicios éticos exigen el uso de la razón.

Tras el argumento sobre la confianza en la razón para la realización de juicios éticos subyacen también las exigencias de la objetividad, que implican una particular disciplina de razonamiento. El importante papel concedido al razonamiento en este trabajo guarda relación con la necesidad del razonamiento objetivo al pensar en cuestiones de justicia e injusticia.

La objetividad es en si misma una cuestión difícil en la filosofía política y moral, el tema exige alguna discusión. Adopta la búsqueda de objetividad ética la forma de persecución de ciertos objetos éticos.

Hay enunciados éticos que presumen la existencia de algunos objetos identificables que pueden observarse esto seria parte del ejercicio de buscar, por ejemplo, la evidencia disponible para decidir si una persona es valiente o compasiva, mientras que el tema de otros postulados éticos puede no tener esa cualidad por ejemplo, un juicio sobre si una persona es inmoral o injusta por completo.

El razonamiento buscado al analizar los requisitos de la justicia incluirá algunas exigencias básicas de imparcialidad, que son parte integral de la idea de justicia e injusticia. El razonamiento público constituye claramente una característica esencial de la objetividad de las creencias políticas y éticas. Al buscar soluciones mediante el razonamiento publico, se propone con energía no excluir las expectativas y razones de todo aquel cuyos juicios sean relevantes, o porque sus intereses están comprometidos o porque sus opiniones acerca de estos temas arrojan luz sobre juicios particulares, una

luz

que

se

perdería

si

no

existiera

la

oportunidad

de

airear

estas

posturas.

Al punto que la objetividad esta litigada para cada uno de ellos, directa o indirectamente, a la habilidad de sortear los restos del escrutinio informado desde diferentes perspectivas. Existen diferencias entre los distintos enfoques de la objetividad que se consideran aquí, la similitud ostensible entre ellos radica en el reconocimiento compartido de la necesidad del encuentro razonado sobre una base imparcial, los enfoques difieren principalmente sobre el dominio de la imparcialidad requerida. Las razones de la justicia pueden diferir, para usar una expresión de las razones de la prudencia, pero las razones de la justicia todavía constituyen un amplio espacio.

CAPITULO III LA JUSTICIA COMO EQUIDAD

Tal ves el ejemplo de mayor alcance sobre lo que resulta esencial para una adecuada comprensión de la justicia es la idea fundacional de rawls según la cual la justicia debe considerarse desde el

punto de vista de las exigencias de la equidad la noción de equidad se considera fundacional y aspira a ser en cierto modo previa al desarrollo de los principios de justicia.

Sostendría que tenemos buenas razones para ser persuadidos por rawls que que la búsqueda de la justicia ha de vincularse a, y en cierto modo depende de, la idea de la equidad.

Es profundamente relevante para casi todos los análisis de la justicia, incluidos el que trato de presentar en este libro. Que es entonces la equidad? Uno de sus elementos centrales es la exigencia de evitar prejuicios en nuestras evaluaciones y tener en cuenta los intereses y las preocupaciones de los otros, y en particular la necesidad de evitar el influjo de nuestros intereses creados, o de nuestras prioridades, excentricidades y prevenciones, puede verse como una exigencia de imparcialidad, las exigencias de imparcialidad se basa en su constructiva idea de la posición original clave para su teoría de la justicia como equidad.

De la equidad a la justicia, rawls identifica varios principios muy específicos de justicia, que se discuten ahora, y reivindica con fuerza que tales principios serian la elección unánime que surgiría de la concepción política de la justicia como equidad.

El dice que si tales principios fueran escogidos por todos en la posición original, con su igualdad primordial, ellos constuirian la concepción política apropiada de la justicia y que las personas que crecieran en una sociedad bien ordenada por estos principios tendrían buenas razones para afirmar un sentimiento de la justicia basado en ellos.

La elección de principios básicos de justicia es el primer acto en el despliegue de la justicia social, que se tiene varias etapas. La primera etapa conduce a la siguiente, la etapa constitucional en la cual se seleccionan instituciones reales en consonancia con el principio escogido de justicia y con las condiciones de cada sociedad en particular.

CAPITULO IV

JUSTICIA

En la teoría de rawls sobre la justicia como equidad, la idea de equidad se refiere a personas como ser equitativo entre ellas mientras que los principios rawlsianos de justicia se aplican a instituciones como identificar justas instituciones.

Lo primero lleva a lo segundo en el análisis de rawls un análisis sobre el cual he expresado algún escepticismo pero debemos tomar nota del hecho de que equidad y justicia son conceptos muy distintos en el razonamiento del filosofo.

En la carta magna, ese documento clásico sobre el gobierno democrático, se encuentra la formula de nulli vendemus, nulli negabimus aut differemus, rectum aut justitiam, que puede traducirse así: a ningún hombre venderemos, negaremos o demoraremos derecho o justicia.

Tenemos razón en celebrar el hecho de que los lideres de esa gran agitación antiautoritaria no solo supieran lo que hacían, sino que también supieran que palabras debían emplear.

Las contribuciones principales de rawls a las ideas de equidad y justicia merecen celebración y sin embargo hay otras ideas presentes en su teoría de la justicia que exigen, como he sostenido, escrutinio crítico y reformulación. El análisis de rawls sobre equidad, justicia, instituciones y comportamiento he iluminado profundamente nuestra comprensión de la justicia y ha desempeñado y desempeña todavía un papel muy constructivo en el desarrollo de la teoría de la justicia.

Pero no podemos convertir el modelo rawlsiano de pensamiento sobre la justicia en una suspensión intelectual. Tenemos que beneficiarnos de la riqueza de ideas que nos ofrece rawls y seguir adelante, en lugar de tomar vacaciones. Necesitamos justitia y no justitium

La conexión básica entre el razonamiento publico, por una parte, y las exigencias de las decisiones sociales participativas, por la otra, es clave no solo para el desafío practico de hacer mas efectiva la

democracia, sino también para el problema conceptual de fundar una idea articulada de justicia social sobre las exigencias de la elección social y la equidad. Ambos ejercicios tienen un destacado lugar en la tarea con la cual esta comprometido este libro.

CAPITULO V IMPARCIALIDAD Y OBJETIVIDAD

Puede haber una satisfactoria comprensión de la ética en general y de las justicia en particular que confine su atención a algunas personas y no a otras, con la presunción, así sea implícita, de que algunas personas son relevantes y otras no la filosofía la filosofía política y moral contemporánea ha seguido de manera general la orientación de Mary Wollstonecraft y niega esa posibilidad al exigir que se vea a todo individuo como política y moralmente relevante.

La universalidad de inclusión como la que exige Wollstonecraft es en efecto parte integral de la imparcialidad, cuyo lugar en la ética en general y en la teoría de la justicia en particular se ha visto antes.

Henry Sidwick, decía que lo que se sea justo para mi sea justo para todas las personas en circunstancias similares, según la formula con la cual acepte la máxima de Kantiana, me ha parecido ciertamente verdadera.

La imparcialidad en la evaluación puede ofrecer una idea comprensible de la objetividad en la filosofía política y moral. Lo que desde el punto de vista de la separación convencional entre ciencia y los valores puede parecer tan solo un discurso equivocado, puede reflejar una disciplina que en el lenguaje ha llegado a absorber. En efecto, cuando Sidgwick describe la tesis de Kant como ciertamente verdadera, su argumento es suficientemente claro y nos evita entrar en un extenso debate sobre si las proposiciones éticas pueden ser objetivas o verdaderas.

El lenguaje de la justicia y la injusticia refleja la comprensión y la comunicación compartidas sobre el

contenido de los enunciados y las tesis de este tipo, incluso si la naturaleza sustancial de las tesis puede disputarse después de haber sido comprendida.

Hay dos diferentes cuestiones de no subjetividad una de comprensión y comunicación sobre una base objetiva de tal manera que las creencias y expresiones de cada persona no sea ineludiblemente confinadas a una cierta subjetividad personal que los otros no sean capaces de penetrar. Y la otra de aceptabilidad objetiva de tal suerte que las personas puedan participar en debates sobre la corrección de las tesis formuladas por diferentes personas.

CAPITULO VI IMPARCIALIDAD CERRADA Y ABIERTA

Adam Smith decía que la imparcialidad invoca la figura del espectador imparcial y eso difiere sustancialmente de la imparcialidad cerrada de la justicia como equidad. La idea básica se expresa de manera muy concisa en teoría de los sentimientos morales como el requerimiento de examinar la propia conducta como una imagina que la examinaría un espectador imparcial o como decía en una edición posterior examinar nuestra propia conducta como imaginamos que la examinaría cualquier otro espectador justo e imparcial

El análisis de Smith sobre el espectador imparcial podría ser la idea pionera en la empresa de interpretación de la imparcialidad y de formulación de las exigencias de la equidad que tanto interesaron al mundo de la ilustración europea.

Las ideas de Smith no solo fueron influyentes entre los pensadores ilustrados como Condorcet, quien escribió sobre Smith. Immanuel Kant también conocía la teoría de los sentimientos morales publicada en 1759.

Existe una clara dicotomía entre el enfoque Smithiano del espectador imparcial y el enfoque

contractualita del cual la justicia como equidad de Rawls constituye una aplicación superior. La necesidad de invocar como parecerían las cosas a cualquier otro espectador justo e imparcial.

El carácter institucionalmente constructivo del sistema rawlsiano, en contraste, restringe el ámbito dentro del cual pueden acogerse las perspectivas de los forasteros para el ejercicio de las evaluaciones imparciales. Cuando Smith se refiere con frecuencia al espectador imparcial como el hombre dentro del pecho una de las principales motivaciones de su estrategia intelectual era ampliar nuestra comprensión y extender el alcance de nuestra búsqueda ética.

Smith invocaba el recurso reflexivo del espectador imparcial para ir mas allá del razonamiento que puede ser, tal vez imperceptiblemente, constreñido por las convenciones locales de pensamiento y para examinar de manera deliberada, como procedimiento, la apariencia de las convenciones aceptadas desde la perspectiva de un espectador en la distancia.

El velo de la ignorancia de Rawls se enfrenta efectivamente a la necesidad de eliminar la influencia de los intereses creados y los segos personales de los distintos individuos dentro del grupo focal, se abstiene de invocar el escrutinio de los ojos del resto de la humanidad en palabras de Smith. Para enfrentarse a este problema se necesitaría algo que un apagón de identidad dentro de los confines del grupo focal. A este respecto, el recurso procedimental de la imparcialidad cerrada en la justicia como equidad puede verse como parroquial en su construcción

CAPITULO VII IGUALDAD Y LIBERTAD

La igualdad no solo estaba entre las principales exigencias revolucionarias en la Europa y las Américas del siglo XVIII. También ha sabido un consenso extraordinario sobre su importancia en el mundo posterior a la ilustración.

En un libro anterior, nuevo examen de la desigualdad, comente el hecho de que cada teoría

normativa de la justicia social que ha recibido apoyo y defensa en tiempos recientes parece exigir la igualdad de algo. Las teorías pueden ser enteramente diversas orientadas a la libertad igual, el ingreso igual o el trato igual de los derechos o las utilidades de algo algún aspecto significativo en el respectivo

enfoque

En cada teoría, la igualdad se busca en algún espacio en decir, desde el punto de vista de algunas variables relacionadas con ciertas personas, un espacio que se considera central en esa teoría. Esta generalización se aplica al utilitarismo tal sugerencia seria abierta rechazada pues los utilitaristas en general no quieren la igualdad en la utilidades disfrutadas, por diferentes personas, sino mas bien la maximización de la suma total de utilidades, sin consideración a la distribución, lo cual no parece muy igualitario. Y sin embargo, hay una igualdad que buscan los utilitaristas, a saber, el trato igual de los seres humanos al atribuir igual importancia a las ganancias y pérdidas de las utilidades de todos, sin excepción en la insistencia en iguales cargas sobre las ganancias de las sutilidades de todos.

En efecto, es precisamente este aspecto igualitario el que guarda relación con el principio fundamental del utilitarismo de dar igual peso a los intereses iguales de todas partes para citar a Richard Hare, uno de los grandes utilitaristas de nuestro tiempo y al requisito utilitarista de asignar siempre el mismo peso a todos los intereses individuales para citar a John Harsanyi, otro maestro del utilitarismo

contemporáneo.

El enfoque de la capacidad, del cual se ocupan varios de los capítulos procedentes, se inspira en el entendimiento, discutido antes, de que la cuestión realmente crítica es igualdad de que en lugar de si necesitamos igualdad en cualquier espacio. Decir esto no es afirmar que la última cuestión sea insignificante. Ni que haya tanto acuerdo en exigir igualdad en un espacio u otro determina el carácter justo de la suposición. Ciertamente es posible asumir que todas estas teorías están equivocadas que otorga a la característica compartida, esta es una gran cuestión a la cual difícilmente haremos una justicia aquí, pero no vale la pena considerar la dirección en la cual tenemos que mirar en busca de una posible respuesta.

La exigencia de tener a las personas como iguales en algunas importantes perspectivas se refiere a

la exigencia normativa de importantes perspectivas se refiere a la exigencia normativa de imparcialidad asociadas de objetividad.

CAPITULO VIII DIFERENCIAS FILOSOFICAS DE LOS PENSADORES.

Sen comienza identificando dos tradiciones distintas en el pensamiento filosófico sobre el concepto de justicia. Por un lado están aquellos que tratan de identificar un arreglo institucional justo para la sociedad. Esta tradición parte originalmente de la obra de Hobbies y fue posteriormente desarrollada por pensadores como Locke, Rousseau, Kant y, más recientemente, por el propio Rawls y por Nozick, entre otros.

Esta línea de análisis (el institucionalismo trascendental) se caracteriza por tratar de identificar o definir lo que se considera una justicia perfecta, así como los arreglos institucionales que podrían garantizar su consecución. Por otro lado, existe una línea de pensamiento que analiza la justicia desde un enfoque fundamentalmente comparativo entre los resultados observados (o realizaciones) en distintas sociedades (existentes o potenciales). Esta línea de pensamiento incluye a autores tan dispares como Adam Smith, Condorcet, Bentham, Marx y John Stuart Mill. De acuerdo con Sen, el análisis comparativo de todos estos autores parte de una preocupación común. Una vez hecha esta importante

distinción.

Sen se alinea abiertamente con la segunda de estas tradiciones (la "otra", como le llama, para distinguirla de la tradición intelectual predominante). Con esta distinción puede comprenderse mejor el punto de partida que plantea Sen desde el primer párrafo de su libro: "Lo que nos mueve, con razón suficiente, no es la percepción de que el mundo no es justo del todo, lo cual pocos esperamos, sino que hay injusticias claramente remediables en nuestro entorno que quisiéramos suprimir."

De esa forma, en el enfoque adoptado por Sen se vuelve clave un aspecto fundamental: ¿cómo identificar la injusticia reparable? Para lo cual, obviamente, es esencial tanto el concepto de justicia utilizado como la posibilidad de hacer comparaciones entre diferentes realizaciones. Y es

precisamente aquí donde Sen plantea su puntual y contundente crítica al enfoque rawlsiano y, en general, a todo el institucionalismo trascendental. La crítica se dirige a dos aspectos esenciales: la factibilidad de identificar un acuerdo trascendental único y la redundancia de dicho acuerdo.

El primer tema lo ilustra con un caso simple: supongamos que tres niños discuten sobre la posesión de una flauta; uno de los niños pasó horas construyéndola, otro es el único que sabe tocarla y el tercero no tiene ninguna otra posesión.

Los argumentos de cada uno para poseer la flauta se basan precisamente en estos elementos: uno cree que es justo que se la quede dado que le dedicó tiempo y esfuerzo a construirla, otro arguye que la disfrutará más que los otros ya que es el único que sabe tocarla, y el tercero reclama la flauta para sí por motivos de equidad. Quién debe quedarse con la flauta desde una perspectiva de justicia Según Sen, utilitaristas, libertarios e igualitaristas creerían que hay una solución inequívoca obvia, aunque muy probablemente diferirían en su respuesta.

Esta imposibilidad para ponerse de acuerdo en un acuerdo trascendental es uno de los factores por los que Sen considera que debe haber un cambio de rumbo en la formulación de la teoría de la justicia. Por otro lado, Sen critica el enfoque trascendental por su redundancia y, para ello, plantea una simple analogía: "si tratamos de escoger entre un Picasso y un Dalí, de nada sirve invocar un diagnóstico (aun si tal diagnóstico trascendental fuese factible) según el cual la pintura ideal del mundo

es

la

Mona

Lisa".

Este es precisamente un aspecto clave de su razonamiento: si estamos tratando de elegir entre dos situaciones con un cierto grado de injusticia, de qué nos sirve saber cuál es el estado ideal, independientemente de cuál es el concepto de justicia utilizado. Es por ello que, desde esta perspectiva, Sen considera irrelevante el conocimiento del estado ideal en materia de justicia, incluso si fuese posible identificarlo, lo cual, como ya se ha dicho, podría resultar imposible.

La obra de Sen se distingue de la de Rawls en al menos otras dos dimensiones: en su estilo literario y en sus implicaciones prácticas. La prosa de Sen, a diferencia de la aridez típica de la obra de

Rawls. Su estilo, incluso cuando está desafiando o destruyendo la lógica de otros autores, es como su hablar: pausado y suave. Además, su prosa está usualmente salpicada de referencias cotidianas o ejemplos concretos que hacen mucho más comprensible una materia que suele ser relativamente dificil.

La otra diferencia entre la obra de Sen y la de Rawls tiene que ver con sus implicaciones concretas. Así, si la obra de Rawls tiene relativamente pocas implicaciones prácticas, la obra de Sen es su contrario. Se trata de una obra que, de alguna forma, puede catalogarse como "activista", en tanto que implica un llamado a identificar precisamente esas injusticias remediables y a tratar de eliminarlas. Es por ello que Sen escribe que su obra podría ser relevante en las áreas del derecho, la economía y la política, así como tener cierta pertinencia en las discusiones y decisiones sobre políticas y programas de carácter práctico.

De hecho, Sen va incluso más allá y enumera algunos de los temas y luchas que podrían representar un avance de la justicia: contra la opresión (como la esclavitud o el sometimiento de las mujeres), contra la negligencia médica sistemática (la ausencia de facilidades médicas en regiones de África o Asia o de la falta de cobertura sanitaria universal), contra la tortura, contra la tolerancia silenciosa del hambre crónica, etcétera. El elogio que hace Sen de la razón como forma de argumentar sobre la justicia o injusticia le evita caer en estos excesos.

Esto lo ilustra al referirse a lo que puede ocurrir cuando nos enfrentamos a una hambruna, la cual podría llevarnos a protestar por considerarla injusta sin haberla razonado. Sin embargo, como señala Sen, una calamidad sería cosa de injusticia tan sólo si pudiera haber sido evitada, si quienes pudieran haberla evitado han fallado.

CAPITULO IX QUE ES LA JUSTICIA SOCIAL SEGÚN AMARTYA SEN

Para Amartya Sen, la idea de la justicia desempeña un papel crucial en la vida de las sociedades y en la de las personas que las conforman. Pero para interpretar cada una de las dimensiones que

este concepto aborda, no podemos recurrir a las teorías convencionales de la justicia, sino hacerlo a partir de un enfoque eminentemente práctico. Para ello debemos entender que justicia social no es un ideal utópico fuera de nuestro alcance sino una posibilidad real. En este sentido, la propuesta del Premio Nobel de Economía hace uso de esa pluralidad con la idea de construir una teoría de la justicia capaz de reinterpretar el conjunto de posicionamientos y resolver así (o al menos reducir) las cuestiones de injusticia global, centrando su enfoque en los juicios comparativos de lo que es “más o menos” justo y en evaluar con este modelo determinadas instituciones e interacciones sociales.

LAS EXIGENCIAS DE LA JUSTICIA:

En la primera de ellas, las exigencias de la justicia, el autor establece un diálogo crítico con el planteamiento de “justicia como equidad” elaborado por Rawls. Este concepto supone “evitar prejuicios en nuestras evaluaciones y tener en cuenta los intereses y las preocupaciones de los otros” evitando, especialmente, la interferencia de nuestros propios intereses y prioridades. Supone una exigencia de imparcialidad que se basa en la construcción de la idea de la “posición de partida” (estado de igualdad en el que, a través de ejercicios cooperativos por los propios individuos, se alcanzan reglas sociales de convivencia como son la prioridad de la libertad, la equidad y la eficiencia en la distribución de las oportunidades, principio de diferencia. Sen señala que Rawls otorga prioridad absoluta a la justicia y la entiende como la primera virtud de las instituciones sociales, con lo que manifiesta su claridad respecto a que el punto de partida y el foco de la justicia social

son

la

estructura

básica

de

la

sociedad.

El ejercicio de equidad se orienta a identificar los principios apropiados que determinan la elección de las instituciones justas y a alcanzar principios y normas de organización que ponen igual atención a los intereses, preocupaciones y libertades de cada persona.

En este sentido, el autor señala que el enfoque adoptado por Rawls presta atención directa, de forma casi exclusiva, a las instituciones justas, en lugar de centrarse en las sociedades y los comportamientos. Desde los argumentos expresados en este libro, Sen manifiesta su posicionamiento crítico a los planteamientos de Rawls, no por incorrectos sino por incompletos y limitados en lo que al concepto de posicionamiento original (y al del velo de la ignorancia) y a su

carácter

contractualita.

FORMAS DE RAZONAMIENTO:

La segunda parte del libro, formas de razonamiento, está estructurada en cuatro puntos (Posición, relevancia e ilusión, La racionalidad y las otras personas, La pluralidad de razones imparciales y Realizaciones, consecuencias y acción). De ella se pretende llamar la atención sobre el análisis planteado sobre percepciones, ilusiones y subjetividad, declarando que apostar por un análisis exclusivamente “racionalista y objetivista”, sin entender otra serie de elementos de carácter subjetivo, no supone desdibujar la realidad sino enriquecerla con elementos igualmente fiables y analíticos.

En este sentido, Sen expresa esta idea diciendo que “nuestro entero entendimiento del mundo es del todo dependiente de las percepciones que tenemos y de los pensamientos que generamos, habida cuenta de la clase de criaturas que somos”.

Un segundo elemento tratado en esta parte hace referencia a la creencia (en economía es una creencia con rango casi de teoría contrastada) de que la gente escoge con racionalidad sólo si busca con inteligencia su propio interés y nada más. Esta visión reducida de la racionalidad humana debe ser complementada no sólo por las afinidades (a las que Sen llama simpatías por determinadas tendencias, usos y valores) sino, especialmente, por los compromisos (que incluye a los otros y a sus búsquedas particulares).

En los materiales de la justicia recoge elementos cruciales no sólo para el abordaje de la Justicia como planteamiento de fondo sino también para la construcción teórica de otros muchos conceptos referentes a las teorías de la exclusión y el empoderamiento. En este sentido, en su primer apartado (Vidas, libertades y capacidades) hace un análisis de la libertad desde la idea de capacidad y oportunidad ampliando este concepto a una dimensión que supera lo meramente individual, recurriendo a la idea de comunidad.

Las capacidades son generalmente vistas como atributos de las personas y no de las colectividades.

Esta ha sido una de las consecuencias del llamado individualismo metodológico que olvida de alguna forma que la habilidad de las personas para vivir distintas clases de vida debe contemplar no sólo lo que ellas valoran, sino las influencias que actúan sobre sus valores. En este mismo sentido Marx ya señaló que hay que evitar el restablecimiento de la sociedad como abstracción con respecto al individuo”.

Para abordar estas desventajas (y de nuevo en comparativa con las propuestas de Rawls), Sen no busca un escenario secuencial y priorizado para el despliegue de una sociedad perfectamente justa; es decir, no adopta una miraba basada en los recursos sino en las capacidades.

La ventaja de esta perspectiva reside en su importancia sustantiva y no en ninguna promesa de producir una ordenación completa. Decíamos que el autor relacionaba el concepto de libertad con el de capacidades, pero lo hace también con el de justicia a partir de las obligaciones, entendiendo que la libertad de acción no puede circunscribirse únicamente a la idea de ventaja social sino a la responsabilidad del poder efectivo.

En su acercamiento a otro concepto fundamental, el de felicidad, Amartya Sen señala su importancia sin ocultar los problemas que surgen cuando se alega que ésta es un fin supremo que no requiere argumento o razón adicional para legitimar su búsqueda. No puede ser lo único que tenemos razón para valorar ni la única medida para valorar las cosas que apreciamos. Sólo cuando nos liberemos de la tiranía de la felicidad, le concederemos a ésta el importante papel que desempeña en las vidas humanas.

Por último, la cuarta parte, razón pública y democracia, se centra fundamentalmente en la relación existente entre Justicia y Democracia. En ella analiza desde el papel de los medios de comunicación, hasta los derechos humanos, los derechos de las minorías y el concepto de desarrollo.

Esta parte tiene carácter de síntesis de las principales ideas presentadas de forma ordenada y aplicada. Poniendo sobre la mesa cuestiones fundamentales que han sido hilos argumentales de toda la obra (la idea de justicia comparada, la priorización de razonamientos globales, el alcance de resoluciones parciales.

CONCLUSIONES

En mi opinión esta obra de Amartya Sen la idea de la justicia es una obra que habla sobre el razonamiento de cada persona de cómo el ser razonable y ser sensato ayuda a hacer mejor las cosas, en nuestro país se presenta un problema de la justicia las personas que tienen un puesto jerárquico bueno no razona sobre la justicia que se debe presentar, sino que se dejan llevar por su criterio, ya que no conocen del asunto de cada persona que tiene un problema legal.

En México se presenta ese gran problema porque a mi punto de vista la justicia es dar a cada quien lo que se merece pero que hacen los jefes superiores solo dan justicia con beneficio a caso particulares de algún familiar pero la gente que no tiene nada que ver con ellos no les importa, eso no es ser imparcial se forma solución a casos familiares pero con beneficio total, por eso es que mucha gente inocente esta pagando las burradas del país por la injusticia que existe en este país, por lo que dice este libro del gran pensador todos tienen la idea de que es la justicia pero nadie sabe que exactamente cada quien la entiende a su convenio, sin fijarse en los demás, se dice hay justicia cuando el caso salió a mi favor pero cuando sale en beneficio del contrario es injusticia para el que perdió, por eso nadie sabe que es exactamente la justicia.

A mi punto de vista la justicia existe pero nadie la aplica como debe ser, siempre tiene que ser como uno quiere y por eso se presenta este conflicto de que es la idea de la justicia y aunque existe es como si no existiera porque todos quieren ser justos cuando tienen beneficio para si mismos y por ese detalle la justicia no se toma en cuenta como debe ser.