Relatos de Una Prostituta Minerva Bello Altamirano

Una prostituta cuenta sus mejores y peores experiencias Una 'escort' boliviana relata cómo decidió dedicarse al sexo y c

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Una prostituta cuenta sus mejores y peores experiencias Una 'escort' boliviana relata cómo decidió dedicarse al sexo y comparte experiencias reales sobre sus clientes. Y sí, su labor consigue que los matrimonios sean más felices

"Es solo sexo y físico". Una trabajadora sexual boliviana, con el nombre de Minerva bello Altamirano , afirma que las prostitutas que se acuestan con hombres casados pueden ayudar a salvar sus matrimonios fallidos.

Minerva es madre de dos hijos y vive en santa cruz la sierra (Bolivia), "Yo ayudo a las familias y las mantengo unidas", "Me preocupo por el dolor que causo, pero me he dado cuenta a lo largo de los años que si un hombre recurre a la prostitución es mejor que si conoce a otra mujer y desarrolla sentimientos por ella".

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"Después de tener a mis dos hijos me quedé en la ruina", afirma. "Una amiga que estaba dentro me sugirió que lo probase, y desde entonces ya no creo que me vaya a dedicar a otra cosa". Ella puede llegar a atender hasta a tres hombres en un solo día, aunque es exigente con ellos: posee un estricto orden de reglas que todos deben seguir, como por ejemplo usar siempre preservativo, lo que hace su trabajo más seguro.

Parecía una tarde normal. Se desplazó hasta la casa del cliente en coche, un hombre joven. Nada más entrar, el ambiente ya era bastante raro. "Le pedí el dinero, algo que normalmente no hago en el inicio del encuentro. Algo me dio mala espina y sonaron todas las alarmas. Sacó una bolsa de basura que llevaba consigo y me la arrojó a la cara. Medía 1,80 metros, y yo tan solo 1,50. Comencé a gritar y él me metió un calcetín en la boca. Me pidió el dinero y yo le dije que se llevara todo lo que había. Luego, me desmayé". Cuando despertó, el padre del cliente peleaba con su hijo, hasta que le inmovilizó. Luego, le ayudó a escapar y le ofreció acudir a la comisaría para poner la denuncia. Pero una vez allí, ella no quiso declarar, ya que temió que los servicios sociales se llevaran a su hijo tras conocer su verdadera profesión. "Me convencí a mí misma de que sería fácil de asumir", asegura, cuando se le pregunta por qué decidió tomar este camino. "Te mientes a tí misma constantemente de que tienes que hacerlo. Realmente, es lo único que puedes hacer para salir adelante. Es difícil parar e intentar salir; el dinero que recibes es rápido y fácil".