Rampal en Syrinx, español

Jean-Pierre Rampal en Syrinx: Otro punto de vista Luego de una reciente presentación con la Orquesta Sinfónica de Detroi

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Jean-Pierre Rampal en Syrinx: Otro punto de vista Luego de una reciente presentación con la Orquesta Sinfónica de Detroit, Jean-Pierre Rampal se unió a otros flautistas en una discusión libre concerniente, naturalmente, a la flauta y su repertorio. El respondió al artículo en Charla de Flauta (Flute Talk) de Febrero de 1991 acerca de Syrinx, y a continuación están sus comentarios. Claude Debussy (1862-1915) escribió la obra para flauta sola Syrinx (1912) como música incidental para la obra Psyche de Gabriel Mourey. La obra trataba de Pan, un tema predilecto por los compositores impresionistas franceses, y la famosa pieza fue hecha para ser tocada detrás de las cortinas por Louis Fleury justo antes de la muerte de Pan. Fleury preservó el manuscrito original, la primera pieza para flauta sola hecha por un compositor del siglo XX, durante muchos años antes de que fuera publicada. Esta historia se contrapone con la versión de Marcel Moyse (ver Flute Talk, Febrero 1991), pero por mucho que quiero y respeto a Moyse, esto es lo que conozco como cierto de acuerdo con una larga tradición Francesa. Fleury era bien conocido entre los compositores en Francia como alguien que valoraba las nuevas composiciones para flauta porque era consciente de la importancia de la buena literatura para instrumentos solistas. En las décadas precedentes, piezas llamativas pero poco profundas fueron la mode, pero para flautistas que, como Fleury dijo, “hicieron más daño al instrumento, a pesar de la indudable maestría evidenciada, que el más torpe aficionado podría haber hecho.” Debussy dedicó Syrinx a Fleury y tradicionalmente el músico a quien se dedica una pieza, debe tocar en el estreno de la misma.

Syrinx es una pintura de principio a fin, y el estilo impresionista en ambos, pintura y música, es representado por cambios en el timbre, desde matices confusos a otros sutiles. En ella también escuchamos semejanzas temáticas con la obra de Debussy Preludio a la siesta de un fauno 189294):

Esta pieza marca el comienzo estilístico de la flauta francesa en el siglo XX. Algo característico del compositor, es que a través de la simpleza de notas y material temático, consigue un efecto totalizador, como una pintura que utiliza un color predominante. La inspiración de su composición es una estatua “El último suspiro de Pan” (Denier Soupir de Pan). La música de Debussy, gana en esplendor a través del encanto de los detalles. Se debe prestar atención a las largas líneas de la pieza sin perder de vista la pintura, analizando el ímpetu detrás de cada pincelada, de cada nota. En la primera línea de la pieza, Pan es retratado clamando a la naturaleza con una melancólica canción tocada en su flauta de bambú, conocida como syrinx o flauta de pastores. Luego extiende este tema cuando escucha su eco, y salta sobre un tronco:

Pan salta sobre un tronco

Mientras toca, pasa de manifestar su condición cercana a la muerte a un último alegre jugueteo con las ninfas y las hadas. En secuencia cromática ruedan por la colina.

Luego el tema recurrente es repetido con pulsaciones evocando la respiración.

Como si pintara con diferentes pinceladas, Debussy usa movimientos hacia adelante pero también rubato para hacer resaltar los cambios de colores del sonido. Construye el clímax, el núcleo de la pintura, antes de que la muerte al fin venza, primero a una ninfa, luego a la otra.

En el final, mientras Pan también muere y su música no será oída de nuevo, suspira dos veces antes de su última respiración. Esto está indicado en la partitura, pero muchos flautistas lo ignoran. Como la culminación de la pieza entera, este marqué bajo el “SI” seña su exhalación final, pero es sólo audible si el “SI” empieza con un sonido directo, plano y etéreo. El final descendiente es su colapso.

Algunos analizarán la pieza y reconocerán cada tono entero de la escala, cada armonía o acorde implicado, pero olvidan que Debussy fue primero un artista que escuchaba la música sin considerar su análisis. En una entrevista en Comoedia el 31 de Enero de 1910 dijo, “Amo a la música apasionadamente; y porque la amo, trato de liberarla de tradiciones estériles que la sofocan. Es un arte libre, que brota, un arte sin límites, como los elementos, el viento, el cielo, el mar! Nunca debe ser encerrada y convertirse en un arte académico.” Debussy estaba a favor de la libertad en la música, porque la música por su propia naturaleza es libre. Decía que todo sonido que escuchas a tu alrededor puede ser reproducido; todo lo que un oído perspicaz percibe en el ritmo circundante del mundo puede ser representado musicalmente. Para algunas personas las reglas son de primordial importancia, pero su deseo fue reproducir solo lo que oía. De cualquier manera, decía que la música no tenía el objeto de reproducir la naturaleza más o menos exactamente, sino de recibir el misterioso acorde que existe entre la naturaleza y la imaginación. Debussy pensaba que la música antes se basaba en un falso principio, y había demasiadas cosas escritas acerca de la música. Opinaba que la música no debía ser hecha para sus efectos en el papel, por el contrario debía destinarse al oído. Mucha importancia está destinada a la escritura

de la música, la formula, el oficio. Los compositores buscan sus ideas dentro de sí mismos, cuando deberían buscar a su alrededor por ellas. A veces combinan, construyen, o imaginan temas en los cuales expresar ideas y luego los desarrollan; los modifican cuando encuentran otros temas que representan otras ideas. Todo esto es metafísica, no música. Esta última debería ser registrada espontáneamente por el oído del oyente sin tener que descubrir ideas abstractas en las divagaciones de un desarrollo complicado. Nuestros pintores sinfónicos no dedican mucha ferviente atención a la belleza de las estaciones. Estudian la Naturaleza en trabajos que la representan en un desagradable aspecto artificial, donde las rocas son de cartón y las hojas de gasa pintada. De todas las artes, la música es la más cercana a la Naturaleza. A pesar de que escultores y pintores juran ser representantes de la naturaleza, solo pueden dar lecturas sueltas y fragmentadas de la belleza del universo. Los músicos capturan toda la poesía del día y la noche, de la tierra y el cielo, y reconstruyen su atmósfera mientras registran el ritmo de sus grandiosos latidos. La música debería pretender agradar, y Debussy sentía que dentro de ese límite la gran belleza podía ser encontrada. Complicación extrema es contrario a arte. La belleza apela a los sentidos y provee deleite inmediato. Esta música nos impresiona o se insinúa en nuestro interior sin gran esfuerzo de nuestra parte. Toma a Leonardo Da Vinci o Mozart: ellos son los grandes artistas!

TRADUCCION: María Mercedes Jofré Potenzoni