Que Es La Liturgia

QUE ES LA LITURGIA PROEMIO (1-4) Motivos y finalidad de la Constitución (1) |P1 " Este sacrosanto Concilio se propone ac

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QUE ES LA LITURGIA PROEMIO (1-4) Motivos y finalidad de la Constitución (1) |P1 " Este sacrosanto Concilio se propone acrecentar día en día entre los fieles la vida cristiana, adaptar mejor a las necesidades de nuestro tiempo las instituciones que están sujetas a cambio, promover todo aquello que pueda contribuir a la unión de cuantos creen en Jesucristo y fortalecer lo que sirve para invitar a todos los hombres al seno de la Iglesia. Por eso cree que le corresponde de un modo particular proveer a la reforma y al fomento de la Liturgia." Estos son, por tanto los motivos y los fines: 1. 2. 3.

Pastoral: acrecentar entre los fieles la vida cristiana y acomodar lo que es mudable a las necesidades de la época. Ecuménico: fomentar lo que puede contribuir a la unión de los que creen en Cristo. Misionero-apostólico: robustecer todo lo que pueda conducir a un llamamiento de todos los hombres al seno de la Iglesia.

Valores de la Liturgia (2) LITURGIA viene del griego "leiton" "ergon", que significa obra popular, social, es decir, es el culto público, social, oficial de la Iglesia. Es el culto del Cuerpo Místico de Cristo. La Iglesia lo ofrece por medio de su Cabeza, Jesucristo. Por su medio se ejerce la obra de la redención, sobre todo en la Eucaristía. La Iglesia crece por la Liturgia hacia dentro, porque santifica a los fieles; y hacia fuera, porque los fortalece para predicar a Cristo. Alcance de las normas conciliares (3-4) Son normas prácticas para fomentar y reformar la Liturgia sólo dentro del RITO ROMANO, aunque estima y respeta todos los demás ritos (p.e. mozárabe en España, bracarense en Portugal, ambrosiano en Milán, bizantino en oriente y otros lugares, armenia, maronita, galicana, copta, etc.) Naturaleza e importancia de la Liturgia (5-13) El Misterio Pascual (5-6) P5 " Dios, que "quiere que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento de la verdad" (1 Tim., 2,4), "habiendo hablado antiguamente en muchas ocasiones de diferentes maneras a nuestros padres por medio de los profetas" (Hebr., 1,1), cuando llegó la plenitud de los tiempos envió a su Hijo, el Verbo hecho carne, ungido por el Espíritu Santo, para evangelizar a los pobres y curar a los contritos de corazón, como "médico corporal y espiritual", mediador entre Dios y los hombres. En efecto, su humanidad, unida a la persona del Verbo, fue instrumento de nuestra salvación. Por esto en Cristo se realizó plenamente nuestra reconciliación y se nos dio la plenitud del culto divino. Esta obra de redención humana y de la perfecta glorificación de Dios, preparada por las maravillas que Dios obró en el pueblo de la Antigua Alianza, Cristo la realizó principalmente por el misterio pascual de su bienaventurada Pasión, Resurrección de entre los muertos y gloriosa Ascensión. Por este misterio, "con su Muerte destruyó nuestra muerte y con su Resurrección restauró nuestra vida. Pues d el costado de Cristo dormido en la cruz nació "el sacramento admirable de la Iglesia entera". |P6 " Por esta razón, así como Cristo fue enviado por el Padre, El, a su vez, envió a los Apóstoles llenos del Espíritu Santo. No sólo los envió a predicar el Evangelio a toda criatura y a anunciar que el Hijo de Dios, con su Muerte y Resurrección, nos libró del poder de Satanás y de la muerte, y nos condujo al reino del Padre, sino también a realizar la obra de salvación que proclamaban, mediante el sacrificio y los sacramentos, en torno a los cuales gira toda la vida litúrgica. Y así, por el bautismo, los hombres son injertados en el misterio pascual de Jesucristo: mueren con El, son sepultados con El y resucitan con El; reciben el espíritu de adopción de hijos "por el que clamamos: Abba, Padre" (Rom., 8,15) y se convierten así en los verdaderos adoradores que busca el Padre. Asimismo, cuantas veces comen la cena del Señor, proclaman su Muerte hasta que vuelva. Por eso, el día mismo de Pentecostés‚ en que la Iglesia se manifestó al mundo "los que recibieron la palabra de Pedro "fueron bautizados". Y con perseverancia escuchaban la enseñanza de los Apóstoles, se reunían en la fracción del pan y en la oración, alabando a Dios, gozando de la estima general del pueblo" (Act., 2,14-47). Desde entonces, la Iglesia nunca ha dejado de reunirse para celebrar el misterio pascual: leyendo "cuanto a Él se refieren en toda la Escritura" (Lc., 24,27), celebrando la Eucaristía, en la cual "se hace de nuevo presente la victoria y el triunfo de su Muerte", y dando gracias al mismo tiempo " a Dios por el don inefable" (2 Cor., 9,15) en Cristo Jesús, "para alabar su gloria" (Ef., 1,12), por la fuerza del Espíritu Santo." Presencia de Cristo en la Liturgia (7) 1ª) Bajo las especies eucarísticas del Pan y del Vino: presencia verdadera, real y sustancial del Cuerpo y Sangre de Cristo.

2ª) En la Misa es Cristo el Sacerdote principal que celebra por medio de los ministros ordenados, que actúan "en persona de Cristo". 3ª) En todos los demás sacramentos es también Cristo el protagonista principal, a quien representa el sacerdote o diácono. 4ª) La Palabra de Dios es Cristo que habla a su pueblo. 5ª) En cualquier reunión litúrgica, es acción de la Iglesia, que reunida en el nombre del Señor, Él se hace presente. |P7 "Para realizar una obra tan grande, Cristo está siempre presente en su Iglesia, sobre todo en la acción litúrgica. Está presente en el sacrificio de la Misa, sea en la persona del ministro, "ofreciéndose ahora por ministerio de los sacerdotes el mismo que entonces se ofreció en la cruz", sea sobre todo bajo las especies eucarísticas. Está presente con su fuerza en los Sacramentos, de modo que, cuando alguien bautiza, es Cristo quien bautiza. Está presente en su palabra, pues cuando se lee en la Iglesia la Sagrada Escritura, es El quien habla. Está presente, por último, cuando la Iglesia suplica y canta salmos, el mismo que prometió : "Donde están dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy Yo en medio de ellos" (Mt., 18,20). Realmente, en esta obra tan grande por la que Dios es perfectamente glorificado y los hombres santificados, Cristo asocia siempre consigo a su amadísima Esposa la Iglesia, que invoca a su Señor y por El tributa culto al Padre Eterno. Con razón, entonces, se considera la Liturgia como el ejercicio del sacerdocio de Jesucristo. En ella los signos sensibles significan y, cada uno a su manera, realizan la santificación del hombre, y así el Cuerpo Místico de Jesucristo, es decir, la Cabeza y sus miembros, ejerce el culto público íntegro. En consecuencia, toda celebración litúrgica, por ser obra de Cristo sacerdote y de su Cuerpo, que es la Iglesia, es acción sagrada por excelencia, cuya eficacia, con el mismo título y en el mismo grado, no la iguala ninguna otra acción de la Iglesia." Aquí aparece la más perfecta definición de lo que es la Liturgia de la Iglesia: el ejercicio del sacerdocio de Cristo a través de signos sensibles que significan y realizan la santificación del hombre y la glorificación de Dios. La Liturgia es la acción sagrada más excelente y eficaz. Tensión escatológica de la Liturgia (8) La Liturgia terrestre es unión con y anticipo de la Liturgia celestial: |P8 " En la Liturgia terrena pregustamos y tomamos parte en aquella Liturgia celestial, que se celebra en la santa ciudad de Jerusalén, hacia la cual nos dirigimos como peregrinos, y donde Cristo está sentado a la diestra de Dios como ministro del santuario y del tabernáculo verdadero, cantamos al Señor el himno de gloria con todo el ejército celestial; venerando la memoria de los santos esperamos tener parte con ellos y gozar de su compañía; aguardamos al Salvador, Nuestro Señor Jesucristo, hasta que se manifieste El, nuestra vida, y nosotros nos manifestemos también gloriosos con El." No todo es Liturgia (9) Hace falta la predicación de la Palabra, la Penitencia, vivir la Caridad, la Piedad, el apostolado, etc. La Liturgia es la cima la fuente de la Iglesia (10) "Pues los trabajos apostólicos se ordenan a que, una vez hechos hijos de Dios por la fe y el bautismo, todos se reúnan para alabar a Dios en medio de la Iglesia, participen en el sacrificio y coman la cena del Señor." Pero, a su vez, "de la Liturgia, sobre todo de la Eucaristía, mana hacia nosotros la gracia como de su fuente y se obtiene con la máxima eficacia aquella santificación de los hombres en Cristo y aquella glorificación de Dios, a la cual las demás obras de la Iglesia tienden como a su fin." Necesaria colaboración de los fieles (11) Condiciones para la plena eficacia de la Liturgia: 1. 2. 3.

Correcta disposición de ánimo Poner el alma en plena consonancia con la voz Colaborar con la gracia de Dios.

Los pastores han de educar a sus fieles para que participen en la Liturgia de manera consciente, activa y fructuosa. Necesidad de la piedad privada y de la ascética (12-13)

|P12 "Con todo, la participación en la sagrada Liturgia no abarca toda la vida espiritual. En efecto, el cristiano, llamado a orar en común, debe, no obstante, entrar también en su cuarto para orar al Padre en secreto; más aún, debe orar sin tregua, según enseña el Apóstol. Y el mismo Apóstol nos exhorta a llevar siempre la mortificación de Jesús en nuestro cuerpo, para que también su vida se manifieste en nuestra carne mortal. Por esta causa pedimos al Señor en el sacrificio de la Misa que, "recibida la ofrenda de la víctima espiritual", haga de nosotros mismos una "ofrenda eterna" para Sí. |P13 Se recomiendan encarecidamente los ejercicios piadosos del pueblo cristiano, con tal que sean conformes a las leyes y a las normas de la Iglesia, en particular si se hacen por mandato de la Sede Apostólica. Gozan también de una dignidad especial las prácticas religiosas de las Iglesias particulares que se celebran por mandato de los Obispos, a tenor de las costumbres o de los libros legítimamente aprobados. Ahora bien, es preciso que estos mismos ejercicios se organicen teniendo en cuenta los tiempos litúrgicos, de modo que vayan de acuerdo con la sagrada Liturgia, en cierto modo deriven de ella y a ella conduzcan al pueblo, ya que la liturgia, por su naturaleza, está muy por encima de ellos." Necesidad de promover la educación litúrgica y la participación activa (14). Los fieles tienen derecho y obligación, en virtud del bautismo, a participar plena, consciente y activamente en la Liturgia, que es la fuente primaria y necesaria de donde han de beber el espíritu verdaderamente cristiano, para lo cual han de darles la educación litúrgica adecuada. Formar primero a los sacerdotes. La radio y la TV (15-20) Para que puedan comunicar al pueblo la vivencia litúrgica según el espíritu del Concilio es necesario que los sacerdotes sean muy bien formados en los seminarios y facultades teológicas, siendo la asignatura de Liturgia una de las más importantes. |P19 "Los pastores de almas fomenten con diligencia y paciencia la educación litúrgica y la participación activa de los fieles, interna y externa, conforme a su edad, condición, género de vida y grado de cultura religiosa, cumpliendo así una de las funciones principales del fiel dispensador de los misterios de Dios y, en este punto, guíen a su rebaño no sólo de palabra, sino también con el ejemplo." REFORMA DE LA LITURGIA (21-40) La razón de esta reforma es que el pueblo cristiano obtenga con mayor seguridad gracias abundantes, para lo cual "en esta reforma, los textos y los ritos se han de ordenar de manera que expresen con mayor claridad las cosas santas que significan y, en lo posible, el pueblo cristiano pueda comprenderlas fácilmente y participar en ellas por medio de una celebración plena, activa y comunitaria." Autoridad litúrgica (22) La Santa Sede, el obispo y las conferencias episcopales, según lo determinen las normas de la Iglesia. "Por lo mismo, nadie, aunque sea sacerdote, añada, quite o cambie cosa alguna por iniciativa propia en la Liturgia." Teniendo en cuenta que se debe juntar la tradición con el progreso litúrgico (23), hay que darle suma importancia a la Sagrada Escritura y fomentar entre los fieles un amor suave y vivo hacia la Palabra de Dios, alma de la Liturgia (24). Revísense los libros litúrgicos (25). Acción comunitaria (26-27) Las acciones litúrgicas no son privadas, sino de todo el cuerpo de la Iglesia. Siempre se ha de preferir la celebración comunitaria antes que la individual o privada. Cada uno desempeñe su papel (28-32) Ministro, fiel, acólito, lector, comentador, Coro, etc.: todos deben estar profundamente penetrados del espíritu de la Liturgia, debidamente instruidos y formados para participar activa y fructuosamente (aclamaciones, cantos, posturas corporales, gestos, silencios). Sin acepción de personas, fuera del honor debido a las autoridades civiles. Función catequética-pedagógica de la Liturgia (33) "Aunque la sagrada Liturgia sea principalmente culto de la divina Majestad, contiene también una gran instrucción para el pueblo fiel. En efecto, en la liturgia, Dios habla a su pueblo; Cristo sigue anunciando el Evangelio. Y el pueblo responde a Dios con el canto y la oración.

Más aún, las oraciones que dirige a Dios el sacerdote -que preside la asamblea representando a Cristo-, se dicen en nombre de todo el pueblo santo y de todos los circunstantes. Los mismos signos visibles que usa la sagrada Liturgia han sido escogidos por Cristo o por la Iglesia para significar realidades divinas invisibles. Por tanto, no sólo cuando se lee "lo que se ha escrito para nuestra enseñanza" (Rom., 15,4), sino también cuando la Iglesia ora, canta o actúa, la fe de los participantes se alimenta y sus almas se elevan a Dios a fin de tributarle un culto racional y recibir su gracia con mayor abundancia." Reforma de los ritos (34-35) Deben ser sencillos, breves, claros, adaptados a la capacidad de los fieles, que presenten con claridad la íntima conexión entre palabra y rito: lecturas más abundantes y variadas, sermón bien preparado, oportunas explicaciones, etc. Uso de la lengua vulgar (36) Se conservará el latín, aunque la lengua vulgar podrá dar mayor cabida en muchas partes de la Liturgia. Normas para adaptar la Liturgia a la mentalidad y tradiciones de los pueblos (37-40) Se admiten variaciones y adaptaciones legítimas según los grupos, regiones, etc., sobre todo en las misiones. Corresponde a la autoridad eclesiástica competente. Fomento de la Liturgia en la diócesis y en la parroquia (41-46) Corresponde al obispo, a la Comisión diocesana, al párroco, a la Comisión litúrgica nacional. OS SACRAMENTOS Y LOS SACRAMENTALES EL SACROSANTO MISTERIO DE LA EUCARISTÍA (47-58) |P47 "Nuestro Salvador, en la Ultima Cena, la noche que lo traicionaban, instituyó el Sacrificio Eucarístico de su Cuerpo y Sangre, con lo cual iba a perpetuar por los siglos, hasta su vuelta, el Sacrificio de la Cruz y a confiar a su Esposa, la Iglesia, el Memorial de su Muerte y Resurrección: sacramento de piedad, signo de unidad, vínculo de caridad, banquete pascual, en el cual se come a Cristo, el alma se llena de gracia y se nos da una prenda de la gloria venidera. Participación activa de los fieles en la Misa |P48 Por tanto, la Iglesia, con solícito cuidado, procura que los cristianos no asistan a este misterio de fe como extraños y mudos espectadores, sino que comprendiéndolo bien a través de los ritos y oraciones, participen conscientes, piadosa y activamente en la acción sagrada, sean instruidos con la palabra de Dios, se fortalezcan en la mesa del Cuerpo del Señor, den gracias a Dios, aprendan a ofrecerse a sí mismos al ofrecer la hostia inmaculada no sólo por manos del sacerdote, sino juntamente con Él, se perfeccionen día a día por Cristo mediador en la unión con Dios y entre sí, para que, finalmente, Dios sea todo en todos." Para lo cual se requiere una mayor claridad y simplificación de los ritos, que se lea y se explique (homilía-catequesis) más la Sagrada Escritura y los ritos. La participación más perfecta en la Eucaristía es recibiendo el Cuerpo del Señor en la comunión. LOS DEMÁS SACRAMENTOS Y LOS SACRAMENTALES (59-82) Finalidades de los sacramentos (59) Todos los sacramentos está ordenados a la santificación de los hombres, a la edificación de la Iglesia y a dar culto a Dios. Suponen, alimentan, robustecen y expresan la fe por medio de palabras y cosas. "Confieren ciertamente la gracia, pero también su celebración prepara perfectamente a los fieles para recibir fructuosamente la misma gracia, rendir el culto a Dios y practicar la caridad. Se recomienda recibir con la mayor frecuencia los que alimentan la vida cristiana. Los Sacramentales (60) "La santa madre Iglesia instituyó, además, los sacramentales. Estos son signos sagrados creados según el modelo de los sacramentos, por medio de los cuales se expresan efectos, sobre todo de carácter espiritual, obtenidos por la intercesión de la Iglesia. Por ellos, los hombres se disponen a recibir el efecto principal de los sacramentos y se santifican las diversas circunstancias de la vida."

Efecto santificador de los sacramentos y sacramentales (61-63) "Por tanto, la Liturgia de los sacramentos y de los sacramentales hace que, en los fieles bien dispuestos, casi todos los actos de la vida sean santificados por la gracia divina que emana del misterio pascual de la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo, del cual todos los sacramentos y sacramentales reciben su poder, y hace también que el uso honesto de las cosas materiales pueda ordenarse a la santificación del hombre y alabanza de Dios." El Bautismo (64-70) Restáurese el catecumenado de adultos en sus distintas etapas, revísense los ritos del bautismo de adultos, de niños, de bautismos numerosos, en las misiones, etc. La Confirmación, la Penitencia, la Unción de los enfermos, el Orden sacerdotal, el Matrimonio (71-78) Revísense todos los Rituales con sus ritos, fórmulas, ceremonias, unciones, etc., para que expresen más claramente la naturaleza y la gracia del sacramento. Normas para los sacramentales (79) Que los fieles puedan participar en ellos de forma consciente, activa, fácil. Que algunos puedan ser administrados por laicos. Profesión religiosa (80) Revísese el ritual de Consagración de vírgenes, el de Profesión religiosa y de renovación de votos. Mejor dentro de la Misa. Las Exequias (81-82) Que exprese más claramente el sentido pascual de la muerte cristiana, según las circunstancias y tradiciones de cada país. EL OFICIO DIVINO (83-101) |P83 "El Sumo Sacerdote de la nueva y eterna Alianza, Cristo Jesús, al tomar la naturaleza humana, introdujo en este exilio terrestre aquel himno que se canta perpetuamente en las moradas celestiales. El mismo une a Sí la comunidad entera de los hombres y la asocia al canto de este divino himno de alabanza. Porque esta función sacerdotal se prolonga a través de su Iglesia, que, sin cesar, alaba al Señor e intercede por la salvación de todo el mundo no sólo celebrando la Eucaristía, sino también de otras maneras, principalmente recitando el Oficio divino. |P84 Por una tradición antigua, el Oficio divino está estructurado de tal manera que la alabanza de Dios consagra el curso entero del día y de la noche, y cuando los sacerdotes y todos aquellos que han sido destinados a esta función por institución de la Iglesia cumplen debidamente ese admirable cántico de alabanza, o cuando los fieles oran junto con el sacerdote en la forma establecida, entonces es en verdad la voz de la misma Esposa que habla al Esposo; más aún, es la oración de Cristo, con su Cuerpo, al Padre. |P85 Por tanto, todos aquellos que ejercen esta función, por una parte, cumplen la obligación de la Iglesia, y por otra, participan del altísimo honor de la Esposa de Cristo, ya que, mientras alaban a Dios, están ante su trono en nombre de la madre Iglesia." Devoción en el rezo (90 y 94) La Liturgia de las Horas es fuente de piedad y alimento de la oración personal; que en el rezo la mente concuerde con la voz. Necesidad de instrucción bíblica sobre los salmos. Oficio para los fieles (100) "Procuren los pastores de almas que las Horas principales, especialmente las Vísperas, se celebren comunitariamente en la Iglesia los domingos y fiestas más solemnes. Se recomienda, asimismo, que los laicos recen el Oficio divino o con los sacerdotes o reunidos entre sí e inclusive en particular." EL AÑO LITÚRGICO (102-111) |P102 "La santa madre Iglesia considera deber suyo celebrar con un sagrado recuerdo en días determinados a través del año la obra salvífica de su divino Esposo. Cada semana, en el día que llamó "del Señor", conmemora su Resurrección, que una vez al año celebra también, junto con su santa Pasión, en la máxima solemnidad de la Pascua.

Además, en el círculo del año desarrolla todo el misterio de Cristo, desde la Encarnación y la Navidad hasta la Ascensión, Pentecostés‚ y la expectativa de la dichosa esperanza y venida del Señor. Conmemorando así los misterios de la Redención, abre las riquezas del poder santificador y de los méritos de su Señor, de tal manera que, en cierto modo, se hacen presentes en todo tiempo para que puedan los fieles ponerse en contacto con ellos y llenarse de la gracia de la salvación." El Culto a María y a los Santos (103, 104, 111) |P103 "En la celebración de este círculo anual de los misterios de Cristo, la santa Iglesia venera con amor especial a la bienaventurada Madre de Dios, la Virgen María, unida con lazo indisoluble a la obra salvífica del su Hijo; en Ella, la Iglesia admira y ensalza el fruto más espléndido de la Redención y la contempla gozosamente, como una purísima imagen de lo que ella misma, toda entera, ansía y espera ser. |P104 Además, la Iglesia introdujo en el círculo anual el recuerdo de los mártires y de los demás santos, que llegados a la perfección por la multiforme gracia de Dios y habiendo ya alcanzado la salvación eterna, cantan la perfecta alabanza a Dios en el cielo e interceden por nosotros. Porque al celebrar el tránsito de los santos de este mundo al cielo, la Iglesia proclama el misterio pascual cumplido en ellos, que sufrieron y fueron glorificados con Cristo, propone a los fieles sus ejemplos, los cuales atraen a todos por Cristo al Padre y por los méritos de los mismos implora los beneficios divinos." P111 "De acuerdo con la tradición, la Iglesia rinde culto a los santos y venera sus imágenes y sus reliquias auténticas. Las fiestas de los santos proclaman las maravillas de Cristo en sus servidores y proponen ejemplos oportunos a la imitación de los fieles." Valor primordial del domingo (106) "La Iglesia, por una tradición apostólica, que trae su origen del mismo día de la Resurrección de Cristo, celebra el misterio pascual cada ocho días, en el día que es llamado con razón "día del Señor" o domingo. En este día los fieles deben reunirse a fin de que, escuchando la palabra de Dios y participando en la Eucaristía, recuerden la Pasión, la Resurrección y la gloria del Señor Jesús y den gracias a Dios, que los "hizo renacer a la viva esperanza por la Resurrección de Jesucristo de entre los muertos" (I Pe., 1,3). Por esto el domingo es la fiesta primordial, que debe presentarse e inculcarse a la piedad de los fieles, de modo que sea también día de alegría y de liberación del trabajo. No se le antepongan otras solemnidades, a no ser que sean de veras de suma importancia, puesto que el domingo es el fundamento y el núcleo de todo el año litúrgico." Guardar el propio del tiempo, la Cuaresma, Pasión (107-110) En Cuaresma usar más los elementos bautismales y penitenciales. La penitencia debe ser no sólo interna e individual, sino también externa y comunitaria. MÚSICA SAGRADA (112-121) Y ARTE Y OBJETOS SAGRADOS (122-130) MÚSICA SAGRADA (112-121) |P112 "La tradición musical de la Iglesia universal constituye un tesoro de valor inestimable, que sobresale entre las demás expresiones artísticas, principalmente porque el canto sagrado, unido a las palabras, constituye una parte necesaria o integral de la Liturgia solemne. |P113 La acción litúrgica reviste una forma más noble cuando los oficios divinos se celebran solemnemente con canto y en ellos intervienen ministros sagrados y el pueblo participa activamente. |P116 La Iglesia reconoce el canto gregoriano como el propio de la liturgia romana; en igualdad de circunstancias, por tanto, hay que darle el primer lugar en las acciones litúrgicas. |P118 Foméntese con empeño el canto religioso popular, de modo que en los ejercicios piadosos y sagrados y en las mismas acciones litúrgicas, de acuerdo con las normas y prescripciones de las rúbricas, resuenen las voces de los fieles." ARTE Y OBJETOS SAGRADOS (122-130) |P122 "Entre las actividades más nobles del ingenio humano se cuentan, con razón, las bellas artes, principalmente el arte religioso y su cumbre, que es el arte sacro. Estas, por su naturaleza, están relacionadas con la infinita belleza de Dios, que intentan expresar de alguna manera por medio de obras humanas. Y tanto más pueden dedicarse a Dios y contribuir a su alabanza y a su gloria cuanto más lejos están de todo propósito que no sea colaborar lo más posible con sus obras para orientar santamente los hombres hacia Dios. Por esta razón, la santa madre Iglesia fue siempre amiga de las bellas artes, buscó constantemente su noble servicio, principalmente para que las cosas destinadas al culto sagrado fueran en verdad dignas, decorosas y bellas, signos y símbolos de

las realidades celestiales. Más aún: la Iglesia se consideró siempre, con razón, como árbitro de las mismas, discerniendo entre las obras de los artistas aquellas que estaban de acuerdo con la fe, la piedad y las leyes religiosas tradicionales y que eran consideradas aptas para el uso sagrado. La Iglesia procuró con especial interés que los objetos sagrados sirvieran al esplendor del culto con dignidad y belleza, aceptando los cambios de materia, forma y ornato que el progreso de la técnica introdujo con el correr del tiempo." Se ha de buscar más una noble belleza que la mera suntuosidad, también en las vestiduras y ornamentación sagrada. Los nuevos templos que sean aptos y funcionales para la participación activa de los fieles. Las imágenes sagradas que sean pocas en número y que guarden el debido orden entre ellas. EL SACROSANTO MISTERIO DE LA EUCARISTÍA Partiendo de las hermosas afirmaciones que hemos visto en la constitución sobre Liturgia del Vaticano II, vamos a adentrarnos en el sacramento de la Eucaristía, que es la cumbre y la fuente de toda la Liturgia y de toda la vida cristiana. Como nos recuerda la Ordenación General del Misal Romano, "la celebración de la Misa, como acción de Cristo y del pueblo de Dios jerárquicamente ordenado, es, para la Iglesia, tanto universal como local, así como también para cada uno de los fieles, el centro de toda la vida cristiana. En efecto, en ella está la cumbre de la acción por la cual Dios, en Cristo, santifica al mundo; y la cumbre del culto que los hombres tributan al Padre, adorándolo por Cristo, Hijo de Dios. Además, en ella se conmemoran en el círculo del año, los misterios de la Redención, de tal suerte que, en cierto modo, se los hace presentes. Las otras acciones sagradas y todas las obras de la vida cristiana están íntimamente relacionadas con ella: de ella manan y a ella se ordenan". Pero, para que realmente llegue a impregnar toda la vida espiritual, es necesaria una catequesis adecuada porque, como dice Santo Tomás de Aquino, "no produce su efecto sino en aquellos que se unen a la Pasión de Cristo por la fe y la caridad...; y les aprovecha en diverso grado, según su devoción". ASPECTOS FUNDAMENTALES DE LA MISA La Misa es "memorial" La Iglesia, movida por la fe y el amor a su Señor, trae a la memoria el amor del Padre que nos ha enviado a su único Hijo como Salvador, el cual nos mandó perpetuar en memoria suya el sacrificio incruento de su Pascua. Memorial no es mero recuerdo, sino hacer presente el misterio que se celebra con toda su eficacia. La Misa es "sacrificio" El memorial de la Misa hace realmente presente, aunque de manera incruenta, el mismo sacrificio de la Cruz. Por eso se celebra sobre un altar y la consagración por separado del Cuerpo y la Sangre de Cristo expresa la muerte de la Víctima que se ofrece al Padre por nuestra salvación. Es el sacrificio perfecto, agradable al Padre, que realiza nuestra reconciliación. Es también el testimonio irrebatible del amor del Padre que nos entrega a su Hijo. La Misa es "banquete sagrado" a. b. c.

banquete nos habla de comida festiva y así es: celebramos el amor, el perdón, la fidelidad de Dios, es la fiesta del Pueblo de Dios, que lo expresa también con luces, manteles, flores, cantos, adornos, aclamaciones. banquete alude también a celebración comunitaria, es banquete fraternal, juntos como hermanos, hijos del mismo Padre celestial. Jesús quiso que nos reuniéramos en su nombre a compartir su Cuerpo y su Sangre, cuya comunión nos une íntimamente. banquete es también una comida y bebida: la Comunión, que es la plena participación en la Misa, nos da al mismo Cristo y nos comunica la vida eterna.

La Misa es anuncio escatológico "Cada vez que coman este Pan y beban esta Copa proclamarán la muerte del Señor hasta que Él vuelva" (lCor 11,26). En efecto, la Pascua del Señor tiene como término la Parusía, la segunda venida del Señor. La Eucaristía es anticipo del banquete celestial, de las definitivas Bodas del Cordero. ESTRUCTURA DE LA MISA Ritos introductorios Es todo lo que precede a la Liturgia de la Palabra, desde el canto de entrada hasta el amén de la oración colecta. Sirve para constituir en comunidad a los fieles reunidos y disponerlos a escuchar debidamente la Palabra y celebrar dignamente la Eucaristía; digamos que nos ponen "en clima". Nos propone tres actitudes fundamentales:

  

penitencia: cada uno y la comunidad reconoce la verdad de nuestro ser pecadores, necesitados de perdón y salvación. glorificación: al Dios uno y trino, tanto por su majestad como por su misericordia para con nosotros. súplica: expresada en la oración "colecta" que asume después del "oremos" todas las intenciones de los fieles.

Liturgia de la Palabra de Dios Comprende desde la primera lectura hasta el final de la oración de los fieles. Los fieles escuchan la voz de Dios. Palabra que revela misterios y que realiza eficazmente la salvación. Palabra de Dios que es alimento para todo cristiano, como respondió San Pedro: "¿A quién acudiremos? Sólo Tú tienes palabras que dan la vida eterna". Han de ser proclamadas con cuidado, lenta, respetuosamente y han de ser escuchadas en profundo silencio y atención. El salmo responsorial, como su nombre indica, responde a la primera lectura, es como una meditación o eco de lo proclamado. El aleluya con su antífona prepara al evangelio que va a ser leído. La homilía es parte integrante de la Liturgia de la Palabra. Conviene que sea explicación de las lecturas o de algún aspecto del misterio que se celebra, adaptada a las necesidades y capacidad de los fieles. El Credo o profesión de fe es como una adhesión a la Palabra y expresión comunitaria del fundamento de la vida del cristiano. La oración de los fieles o de intenciones o universal es un momento en que el pueblo cristiano ejerce su función sacerdotal rogando por todos los hombres y sus necesidades (la Iglesia, gobernantes, enfermos, comunidad local, etc.). Liturgia Eucarística Comprende desde los ritos del ofertorio hasta el "amén" con que se responde a la oración después de la comunión. Podemos distinguir tres partes: a.

b.

c.

Ofertorio: desde la procesión con los dones que van a ser ofrecidos (pan, vino, agua, flores, velas, etc.) hasta el "amén" después de la oración de las ofrendas. La conciencia del acto de presentar las ofrendas debería ser mantenida durante toda la Misa. Más aún: debe ser llevada a plenitud en el momento de la consagración y la plegaria eucarística. El pan y el vino representan la vida y el trabajo de los fieles en comunión: pan procedente de muchos granos de trigo molidos; vino, de muchos granos de uva pisados, exprimidos. "Canon" o Plegaria eucarística: Desde el prefacio ("El Señor esté con vosotros...") hasta el Amén con que concluye la doxología (=glorificación): "Por Cristo, con él y en él,..." El elemento esencial es la consagración en que, por las palabras del sacerdote, Jesús se hace verdaderamente presente por la TRANSUSTANCIACIÓN del pan y del vino en su Cuerpo y Sangre. Pero todo comienza primero con el prefacio, que es un himno de alabanza a Dios por el misterio que se celebra ese día y que concluye con el himno gozoso del Santo en que la Iglesia peregrina se siente unida y asociada a la Iglesia celestial. Luego viene la Plegaria propiamente dicha en la que se hace memoria del Misterio Pascual, se ora e intercede por vivos y difuntos y las necesidades del mundo entero. Rito de Comunión: Desde el Padrenuestro hasta el Amén de la oración "después de la comunión". Consta de 2 momentos: fraternidad cristiana y la comunión propiamente dicha.

Ornamentos a. b. c. d.

el alba: túnica blanca que reviste el sacerdote que simboliza la gracia santificante con la que debe actuar como ministro de Cristo. el cíngulo: cordón que se ata alrededor de la cintura, simbolizando la actitud de servicio del sacerdote y la oración de tener "atadas" todas las pasiones. la estola: banda que cuelga desde el cuello, símbolo de autoridad sagrada (el diácono la usa cruzada). la casulla: manto envolvente ("casita") de diversos colores, que significa la caridad con que debe estar envuelta toda la acción del sacerdote.

El culto eucarístico fuera de la Misa El motivo primero de la reserva eucarística en el Sagrario es la necesidad de poder distribuir la comunión a los enfermos y a quienes no pueden participar en la Misa, pero también se hace ocasión para tributar un culto especial a Jesús, que permanece presente en el Pan eucarístico. Se recomienda vivamente la devoción, tanto privada como pública a la Eucaristía, aún fuera de la Misa. Los fieles, al adorar a Cristo, deben recordar que tal presencia deriva de la Misa y tiende a la comunión sacramental y espiritual. Aquí gozan de íntima familiaridad con Cristo, abren ante El su corazón y logran obtener un aumento de fe, esperanza y caridad. a.

Las "visitas": son prueba de gratitud, signo de amor y deber de adoración a Cristo allí presente; momento profundo de intimidad, de entrega y de dejarse amar por el Amado (a solas con quien sabemos que nos ama).

b. c.

Las "Exposiciones" del Santísimo: puesto más de manifiesto el Santísimo Sacramento, fuera del Sagrario, sobre el altar, los fieles tributan al Señor sus alabanzas y le presentan sus súplicas; invita a la unión espiritual con Cristo, que se ofrece como manjar, medicina y consuelo. Las Procesiones eucarísticas: el pueblo cristiano rinde público testimonio de fe y de piedad, sobre todo en la solemnidad del Corpus Christi.

Los "Congresos eucarísticos": días de oportunas investigaciones y estudios sobre la Eucaristía, ambientados en una frecuente adoración y vivencia comunitaria. LOS DEMÁS SACRAMENTOS Y LOS SACRAMENTALES Los sacramentos son gestos salvíficos de Dios que nos sale al encuentro en los momentos fundamentales de nuestra vida. Nos busca y encuentra al nacer y, por el Bautismo, nos hace sus hijos adoptivos en Cristo, incorporándonos a su Iglesia. Nos fortalece en la Confirmación para que, creciendo y madurando en Cristo por el Don del Espíritu Santo, asumamos nuestra misión en la Iglesia para la extensión del Reino de Dios. Llega hasta nosotros cuando lo ofendemos a El y al prójimo y nos ofrece el sacramento de la Penitencia o confesión, para el perdón de los pecados cometidos después del bautismo. Cuando nos sobreviene el dolor de una enfermedad grave o la ancianidad nos fortalece para que lo soportemos pacientemente, uniendo nuestros dolores a los de Jesús: nos santifica por la Unción de los Enfermos. Consagra el amor de la pareja humana, haciendo de él instrumento de santidad, bendiciendo el vínculo conyugal, para que el matrimonio y la familia sean la "Iglesia doméstica". Finalmente, constituye ministros con la misión y el poder santificador del mismo Cristo Cabeza, partícipes de su sacerdocio: es el sacramento del Orden Sacerdotal. Si bien los sacramentos conceden la gracia santificante por el signo realizado, al mismo tiempo requieren una buena preparación previa. El Padre, por Cristo en su Iglesia, nos da su gracia, pero el hombre debe brindar "recipiente" a la misma, así podrá recibir mayor o menor intensidad de esa gracia divina. LOS SACRAMENTALES Ya vimos la definición que el Vaticano II da de los sacramentales en el nº 60 de la Sacrosanctum Concilium. El nombre sacramentales nos trae a la memoria el de sacramento y manifiesta una íntima relación entre ambos, porque los sacramentales ayudan a disponer para recibir mejor el efecto principal del sacramento (p.e. la unción con el óleo de los catecúmenos en el bautismo). Los sacramentales no han sido instituidos por Cristo, sino por la Iglesia y reciben su eficacia de la mediación de la Iglesia, por la fuerza de intercesión que tiene la Iglesia ante Cristo, que es su Esposo y Cabeza. La finalidad de los sacramentales es también la santidad, a la que disponen y preparan, haciendo de cada una de las circunstancias de la vida del hombre ocasión del encuentro del hombre con Dios. Así, la Iglesia hace llegar los beneficios de la redención a todo los ámbitos de la vida cotidiana, aún los más modestos, y de esta manera contribuye a realizar la consagración del mundo. Son las múltiples ceremonias de bendiciones y consagraciones: de personas (p.e. de la mujer antes y después del parto, peregrinos, viajes, etc.), de cosas (medallas, imágenes, casas, coches, automóviles, etc.), el agua bendita. Los exorcismos. Consagración de vírgenes, dedicación del altar, del templo, de las campanas, etc. Hay dos sacramentales de especial importancia que tienen su propio ritual:



Profesión religiosa (por medio de los consejos evangélicos: pobreza, castidad y obediencia –votos-)



Exequias (atención a los difuntos y sus familiares).

LA LITURGIA DE LAS HORAS La Liturgia de las Horas extiende a los diversos momentos del día la alabanza y la acción de gracias y todos los misterios de la salvación que se nos ofrecen en la Misa de ese día. Además prepara de manera óptima para la fructuosa celebración de la Eucaristía.

Esta oración se fue estructurando a lo largo de los siglos hasta llegar al modelo actual. Aunque las raíces brotan del judaísmo (en que ya se rezaban los salmos), todo arranca del mandato de Cristo de orar sin interrupción y en comunidad, reunidos en su nombre. Nos dicen los Hechos de los Apóstoles que la primitiva comunidad cristiana se reunía asiduamente para la oración en común y subían al templo para la oración de la tarde (Hech. 2, 42.46; 16, 25). Las oraciones hechas en común poco a poco se fueron ordenando como una serie definida de "horas", repartidas a lo largo del día, enriquecidas por la lecturas, cánticos y peticiones, aunque su núcleo principal son los salmos. Así la Iglesia santifica el curso del día alabando a su Señor y ofreciendo la salvación a todos los que participan, e intercediendo por toda la humanidad. ESTRUCTURA

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"LAUDES": oración d la mañana, al levantarse. "TERCIA": hacia las 9 ó 10.00 hs. "SEXTA": oración del mediodía. "NONA": hacia las 15 a 17.00 hs "VÍSPERAS": oración del atardecer, al finalizar las tareas. "COMPLETAS": oración inmediatamente antes dl descanso nocturno. "OFICIO DE LECTURAS": puede ubicarse en cualquier momento del día.

De estos siete momentos de oración en el transcurso de cada jornada, hay dos que son los principales o ejes de toda la Liturgia de las Horas: Laudes y Vísperas. CONTENIDO El contenido de cada una de las "Horas" es el siguiente:

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Un HIMNO inicial, que es una poesía que ubica en el momento propio en que se hace la plegaria. SALMODIA: tres salmos (o dos salmos y un cántico del Antiguo o del Nuevo Testamento). Para poder entender los salmos es necesario un mínimo conocimiento de la historia de Israel, de sus lugares más famosos (Mar Rojo, Sinaí, Sión, Jerusalén, Jordán, Babilonia, etc.) y de sus personajes más importantes: Abrahán, Moisés, Aarón, Josué, David, etc. LECTURA BÍBLICA: extensa en el Oficio de Lecturas, breve en Laudes y Vísperas y muy breve en el resto. RESPONSORIO BREVE. CÁNTICO EVANGÉLICO: "Benedictus" en Laudes, "Magníficat" en Vísperas y "Nunc dimittis" en Completas. PRECES: peticiones en Laudes y Vísperas, que concluyen con el Padrenuestro. ORACIÓN conclusiva.

En el Oficio de Lecturas hay, además, una segunda lectura referida a diversos temas: escritos de los Santos, documentos de la Iglesia, trozos de obras clásicas de espiritualidad, etc. En las Completas se añade al comienzo un examen de conciencia y un acto penitencial, y se concluye al final una antífona u oración a la Virgen María. Cánticos evangélicos:







BENEDICTUS: La Iglesia, en el comienzo de un nuevo día, se une al canto de alabanza con que Zacarías, esposo de Isabel, da gracias a Dios por el nacimiento de su hijo Juan Bautista, recuerda la historia de la Salvación desde Abrahán, profetiza la acción del Precursor del Mesías y anuncia la llegada del "Sol que nace de lo alto", Jesucristo, que viene "para iluminar a los que viven en tinieblas y en sombra de muerte, para guiar nuestros pasos por el camino de la paz". MAGNÍFICAT: La Iglesia, al caer la tarde, se une al cántico de alabanza y júbilo que la Virgen María entona en presencia de Isabel, reconociendo la grandeza, el poder y la santidad de Dios, profetizando que será felicitada por todas las generaciones y recordando el modo de actuar del Señor: recuerda siempre su misericordia, "derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes". NUNC DIMITTIS: La Iglesia, antes del descanso nocturno (el sueño es "hermano de la muerte"), se une al cántico de acción de gracias que el anciano Simeón entona en la puerta del templo cuando tiene al niño Jesús en su brazos: ya se puede morir, porque ha visto al Mesías. Profetiza también la misión de Cristo: Salvador, Luz del mundo y Gloria de Israel. El cristiano ya puede dormir tranquilo porque sus ojos han visto, en el día que termina, al Salvador.

NATURALEZA 1) La Liturgia de las Horas brota de la esencia misma de la Iglesia que es comunidad orante por excelencia y que busca tributar a Dios aquella "adoración en espíritu y en verdad" de la que Jesús habla con la samaritana (Jn. 4, 23); y que intercede constantemente por la salvación de todos los hombres.

2) Se asocia, desde la tierra, al himno que los ángeles y santos tributan para siempre a la Santísima Trinidad en la gloria celestial y así pregusta aquella alabanza, de la que habla San Juan en el Apocalipsis, que resuena siempre ante el trono de Dios y del Cordero. Por lo tanto esta oración es fuente de esperanza y de gran gozo. 3) La Iglesia asume los deseos de todos los cristianos e intercede por la salvación de la humanidad ante Cristo y, por El, ante el Padre. Por ello la Liturgia de las Horas es eficaz instrumento de fecundidad apostólica. 4) Además, dada su riqueza y variedad, se convierte en magnífica escuela de oración personal; no sólo porque contiene oraciones de alabanza, petición de dones, acción de gracias, súplica, petición de perdón, adoración, glorificación, etc., sino también porque expresa los más variados sentimientos y situaciones del corazón humano: gozo, enojo, amargura, gratitud, protesta, confianza, desilusión, entusiasmo, temor, esperanza, abatimiento, etc. Esta oración abre, para quien la reza con atención y devoción, una nueva y copiosa fuente de vida cristiana y de santificación. Quien aprende a gustar esta Liturgia nunca la abandonará. EL AÑO LITÚRGICO, LA VIRGEN Y LOS SANTOS BREVE HISTORIA Como ya vimos en el número 102 de la Constitución sobre Liturgia, la Iglesia considera un deber suyo celebrar en días determinados del año la obra salvífica de Jesucristo. A partir del núcleo generador que fue el domingo la Iglesia fue incluyendo el recuerdo de toda la vida del Señor Jesús, para celebrar el misterioso designio de la misericordia del Padre, para aprender cada vez mejor el misterio de la fe y para impregnarse cada vez más de los sentimientos y actitudes de Cristo, a cuya imagen está predestinado cada cristiano a configurarse. La esencia del Año Litúrgico es el Misterio Pascual, que tiene un desarrollo cotidiano, semanal y anual. En efecto, cada día nuestro centro cumbre y fuente es la celebración de la Eucaristía; semanalmente, el domingo constituye la solemne celebración de la comunidad cristiana alrededor del altar; pero también, anualmente, la Semana Santa es el eje alrededor del cual gira y se organiza todo el año litúrgico. Durante el Año Litúrgico la Iglesia perfecciona la formación de los fieles, a través de una constante y progresiva catequesis para el pueblo cristiano. Los cristianos, que comenzaron celebrando la Pascua cada domingo, rápidamente determinaron celebrar solemnemente no sólo la resurrección del Señor, sino también su gloriosa Pasión, y oranizaron una gran celebración anual: la semana mayor o Semana Santa. Esta celebración anual de la Pascua, que se busca hacer coincidir con el momento mismo en que Cristo padeció, murió y resucitó, se presenta ya en la Cristiandad del siglo II y recibe determinaciones precisas ya en el Concilio de Nicea (año 325). A partir de esta Pascua anual van apareciendo los demás elementos del Año Litúrgico. Primero se extiende hacia adelante y hacia atrás y ya en el siglo III queda precedida por la Cuaresma y continuada por el Tiempo Pacual hasta Pentecostés. Alrededor del siglo IV, obtenida la paz por el edicto del emperador Constantino, se va organizando el "segundo polo" del Año Litúrgico: la Navidad, quedando precedida también por el Adviento y seguida por el tiempo de Epifanía. Los períodos del año que restan serán tiempos comunes, Tiempo Ordinario. Los otros serán llamados "tiempos fuertes". Así queda constituído el ciclo temporal del Año Litúrgico, que también puede ser llamado "Año del Señor", porque es Cristo el protagonista de los distintos momentos de su obra salvadora. EN LA ACTUALIDAD Siguiendo el desarrollo cronológico, queda así configurado sobre el año civil: a.

ADVIENTO (color MORADO o LILA) Comienza con el primer domingo de Adviento, hasta el 16 de diciembre, orientando a los fieles para que recuerden y se preparen a la segunda y triunfal venida de Cristo, cuando ponga final a la Historia de la Salvación: guía, pues, hacia la Parusía y despierta en el corazón de los fieles el deseo con que termina el Apocalipsis y toda la Biblia: "Ven, Señor, Jesús"(Apoc 22, 20). Tiene, a su vez, un período más intensivo del 17 al 24 de diciembre, en que se inicia el Adviento Navideño para prepararnos a conmemorar el misterio del Nacimiento del Divino Redentor. Son los días llamados del la "expectación del parto" (con la antífona del magníficat de vísperas que siempre empieza con "¡Oh!").

b.

NAVIDAD (color BLANCO)

Celebrada la Natividad del Señor (octava de Navidad), Primera Pascua cristiana, se prolonga el recuerdo de los primeros acontecimientos de la vida de Cristo: la SAGRADA FAMILIA, la circuncisión (SANTA MARÍA MADRE DE DIOS o día de la presentación del NIÑO en el templo) la EPIFANÍA (Los "Reyes Magos"), para terminar este período con la celebración del BAUTISMO DEL SEÑOR, que da comienzo a su vida pública. c.

TIEMPO ORDINARIO I (color VERDE) Después viene un período más o menos breve de tiempo Ordinario hasta el miércoles de Ceniza, que da comienzo a la Cuaresma.

d.

CUARESMA (color MORADO o LILA) Con el miércoles de Ceniza empieza oytro tiempo fuerte del Año Liturgico: la Cuaresma o los 40 días (Moisés, Elías y Jesús en el desierto) de intensa preparación a la Semana Santa. Tiempo de penitencia y austeridad: ayuno, abstinencia, mortificación corporal y espiritual: el ayuno corporal "refrena las pasiones, eleva el espíritu y da fuerza y recompensa" (dice el III prefacio de Cuaresma)

e.

SEMANA SANTA (colores ROJO, MORADO, BLANCO, ROJO y BLANCO) Se inicia con el Domingo de Ramos (ROJO) que conmemora la entrada triunfal de Cristo en Jerusalén (Mt 21,1ss); sigue con los días previos de la traición de Judas y el juicio del Sanhedrín (MORADO). Luego es el TRIDUO PASCUAL: JuevesViernes-Sábado. El JUEVES SANTO (BLANCO) tiene dos celebraciones: Misa Crismal (en la que el Obispo se reúne con su presbiterio para renovar las promesas sacerdotales y bendecir los óleos que se usan en los sacramentos: óleo de los catecúmenos –bautismo-, óleo para la Unción de los enfermos y Santo Crisma, para bautismo, confirmación y orden sacerdotal) y Misa de la Cena del Señor, en la que se conmemora la institución del Sacerdocio, de la Eucaristía y del Mandamiento del Amor, con el lavatorio de los pies a los apóstoles. El VIERNES SANTO (Rojo) celebra la Pasión y Muerte de Cristo, con la adoración de la Cruz. El SÁBADO SANTO es un día alitúrgico, es decir, sin ninguna celebración, porque el Cuerpo del Señor está sepultado y su alma desciende a "los infiernos" a liberar a los justos del Antiguo Testamento. La Iglesia guarda silencio y espera junto a María la resurrección del Señor. Este sábado, por la noche, se celebra la VIGILIA PASCUAL, la "Madre de todas las vigilias", la celebración más hermosa de la Iglesia Católica, en la que se conmemora el momento de la Resurrección de Cristo, con cuatro partes: 1ª)"Lucernario", fiesta de la luz, bendición del nuevo fuego y del Cirio Pascual, que representa a Cristo Luz del Mundo, vencedor de las tinieblas del pecado y de la muerte que transmite su Luz pascual a todos los cristianos. 2ª) Liturgia de la Palabra, precedida del gran Pregón Pascual: una serie de lectruras que narran los episodios más sobresalientes de la Historia de la Salvación, que culminan con el canto del Gloria, del Aleluya Pascual y la proclamación solemne del Evangelio de la Resurrección y la homilía. 3ª) Liturgia bautismal: se renuevan las promesas bautismales (renuncias y profesión de fe) y se bendice el agua con el que serán asperjados los fieles en recuerdo de su bautismo. 4ª) Liturgia eucarística: comienza con la procesión de las ofrendas y continúa como la Misa ordinaria hasta el final. La Semana Santa culmina con el domingo mayor del año, DOMINGO DE PASCUA (octava de Pascua), que celebra la resurrección del Señor.

f.

PASCUA (BLANCO) A la fiesta de Pascua sigue la "cincuentena pascual", donde se celebra el tiempo en que Cristo resucitado permanece con sus discípulos, apareciéndose en ciertas oportunidades, hasta que, ascendido al Cielo (ASCENSIÓN), a los nueve días envió desde el seno del Padre el Espíritu Santo que había prometido: PENTECOSTÉS (pentecostés significa cincuenta).

g.

TIEMPO ORDINARIO II (VERDE)

A continuación viene el período más largo del Año Litúrgico, que comprende 20 ó 29 semanas, según los casos, en las que vemos a Jesús en su vida pública. Concluye todo el Año Litúrgico con la solemnidad de Jesucristo, Rey del Universo.

LA VIRGEN MARÍA La celebración del Misterio de Cristo no puede estar separado en modo alguno de la figura de su Madre, la Virgen María; por ello, aunque siempre en segundo plano, la Iglesia celebra diversos acontecimientos relativos a María: ella es Corredentora con Cristo y ha colaborado en la Historia de la Salvación.

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1 de enero: Santa María, Madre de Dios 2 de febrero: Purificación de María 25 de marzo: Anunciación y Encarnación (nueve meses antes de la Navidad) 15 de agosto: Asunción en cuerpo y alma al Cielo 8 de septiembre: Natividad de María (nueve meses después del 8 de diciembre) 8 de diciembre: Inmaculada Concepción.

Además hay otras fiestas de la Virgen, relacionadas con apariciones y manifestaciones de su bondad maternal hacia los hombres: Lourdes, Fátima, Luján, Pilar, Guadalupe, Itatí, etc. LOS SANTOS Finalmente, el Año Litúrgico celebra también las fiestas de algunos cristianos que se caracterizaron por su santidad, es decir, por su profunda imitación de Cristo, al que siguieron con heroísmo. Es un culto que se tributa a Dios (igual que en el caso de la Virgen) por las maravillas que hizo con los hombres que sirvieron con fidelidad a Dios, cumpliendo la misión encomendada con virtudes heroicas. Celebrar la festividad de un determinado santo, hombre igual que nosotros, nos compromete a imitar sus virtudes y su fidelidad en el seguimiento de Cristo: "La verdadera devoción no consiste en un sentimiento estéril y transitorio, ni en una vana credulidad, sino que procede de la fe auténtica que nos induce a la imitación de sus virtudes" (Lumen Gentium, 67).