Psicosis y Lazo Social

Psicosis y Lazo Social:* Por M. Cecilia Poggio** “Soy pues para vosotros el enigma de aquella que se escabulle apenas ap

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Psicosis y Lazo Social:* Por M. Cecilia Poggio** “Soy pues para vosotros el enigma de aquella que se escabulle apenas aparecida (…) Pero para que me encontréis donde estoy, voy a enseñaros por qué signo se me reconoce. Hombres, escuchad, os doy el secreto. Yo, la verdad, hablo.” Lacan, J: “La cosa freudiana o sentido del retorno a Freud en psicoanálisis” Psicosis y lazo social: he aquí los “tópicos” alrededor de los cuales pretendo decir algo…o hablar, aunque no sea la verdad. El epígrafe, a través del cual comienzo a decir lo que digo, fue extraído del escrito de Lacan de 1955 denominado “La cosa freudiana o sentido del retorno a Freud en psicoanálisis” en donde el mismo afirma (entre otras cosas) que el descubrimiento freudiano es esa verdad de que hay algo verdadero, esa verdad que, en boca de Freud, habla. Lacan retoma en la primera clase de su seminario 16 “De un Otro al otro” (1968/1969), esto que fuera planteado allí en “La cosa freudiana…” en relación a esta prosopopeya (como él mismo se refiere a ella): “Yo, la verdad, hablo”; pero aquí, en este seminario agrega: “Yo, la verdad, hablo. No escribí digo”1. El “digo” está resaltado en el original y lo ubica del lado del sujeto del enunciado, diferenciándolo del hablar como tal. Ahora bien, dijimos al principio psicosis y lazo social; empecemos por la cuestión del lazo. ¿Qué decir en relación a ello? En primer lugar, que lo que Lacan ha planteado al

* Ponencia presentada en la Mesa de Cierre de las V Jornadas de Salud Mental y Derechos Humanos, Septiembre de 2013. Paraná, E. R. ** Lic. Psicología (UBA).Psicoanalista. Ex Concurrente Hospital Gral de Agudos “Dr. T. Álvarez” (Sala de Internación de Hombres), CABA. Psicóloga Clínica Servicio “Sala de Internación de Hombres”, H.E.S.M, Paraná, E.R. Miembro del Comité de Docencia e Investigación, H.E.S.M. Docente U.A.D.E.R. 1

Lacan, J.: “El Seminario”. Libro 16: “De Otro al otro”, pág. 19. Editorial Paidós, Bs. As., 2011.

respecto está vinculado estrechamente a lo que el mismo entiende y define como “discurso”, en diferentes textos y momentos de su obra. A la altura del seminario 17 (1969-1970), define al discurso como una estructura necesaria que excede con mucho a la palabra, un discurso sin palabras2, recogiendo así lo planteado al inicio mismo del seminario inmediatamente anterior. Es en la quinta clase de febrero de 1973 de su seminario Nº 20: “Aún”, por su parte, en donde llega a identificar al discurso con el vínculo social; dice: “A fin de cuentas no hay más que eso, el vínculo social. Lo designo con el término de discurso porque no hay otro modo de designarlo desde el momento en que uno se percata de que el vínculo social no se instaura sino anclándose en la forma cómo el lenguaje se sitúa y se imprime (…) en el ser que habla3”. Entonces, hablar de lazo o vínculo social nos remite a la noción de discurso y recíprocamente; y por otro lado, no se debe de descuidar lo que, si no está en la base misma de la noción de lazo social, al menos sí nos remite necesariamente a ella: la transferencia, el lazo transferencial; en tanto se constituye ella misma en lo más álgido, lo más vivo de nuestra experiencia como analistas, en aquello que está al inicio mismo del psicoanálisis, como lo postula Lacan en su “Proposición del 9 de octubre de 1967 sobre el psicoanalista de la Escuela”. No debe de hacerse caso omiso, por otro lado, a la cuestión que a todas luces se desprende de esta definición de discurso de Lacan y es que, todo discurso es lazo, instituye un lazo social: los cuatro discursos que formaliza en su decimoséptimo seminario (incluyendo allí, como se sabe, al discurso del analista) son una prueba de ello. El psicoanálisis como discurso se constituye, podríamos decir, a partir de que Freud descubre la dimensión de verdad propia de la palabra, instaurando a su vez un nuevo tipo de lazo social particular, que está inexorablemente ligado al hecho de que allí está implicada la transferencia…que allí se habla…más aún: eso habla, aunque no sepa lo que dice. Por otra parte, si tomamos ahora las “psicosis”, diremos, en primer lugar que es harto conocido que Lacan ha dicho en relación al sujeto psicótico (especialmente del esquizofrénico) que el mismo está en el lenguaje, esto es, habla,

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discurso, en el sentido (como se dijo antes) del sujeto del enunciado, del dicho. Cito al

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Lacan, J.: “El Seminario”. Libro 17: “El Reverso del Psicoanálisis”, pág. 10. Ed. Paidós, Bs. As., 2002. Lacan, J.: “El Seminario”. Libro 20: “Aún”, pág. 68. Editorial Paidós, Bs. As., 2008.

autor en el artículo de 1972 “El atolondrado, el atolondradicho o las vueltas dichas”: “…el dicho esquizofrénico se especifica por quedar atrapado sin el auxilio de ningún discurso establecido4” "Eso habla", podría pensarse como ubicado en relación a la función del significante, en tanto que el "Eso dice" estaría implicando, por su parte, la pregunta respecto del sentido de lo dicho, de su significación, la que, sabemos, en las psicosis, no está regulada por el falo como ordenador; esto es: no hay producción de significación fálica (dicho esto en términos de la no operación de la metáfora paterna). Eso habla…a cielo abierto: Lacan, tanto el seminario 3 sobre las psicosis (1955-1956) como en su escrito denominado “De una cuestión preliminar a todo tratamiento posible de la psicosis” (1958) se ocupa de las alucinaciones (en tanto que “sintomatología positiva de las psicosis”, especialmente de las esquizofrenias), del tratamiento que les ha dado, históricamente, la psiquiatría. Así, se refiere a las “alucinaciones motrices verbales” que J. Sèglas describiera tan fina y detalladamente en sus “Lecciones clínicas sobre las enfermedades mentales y nerviosas” (Salpêtrière 1887-1892), poniendo (Lacan) en primer plano su carácter de ser un “fenómeno de la palabra”, así como también la concomitante cuestión de la “atribución subjetiva” en relación a las mismas; esto es, las respuestas a las preguntas: ¿quién habla? y ¿a quién le habla? Al respecto, dice Lacan en este tercer seminario que fue precisamente Sèglas quien hizo notar: “…que las alucinaciones verbales se producían en personas en las que podía percibirse, por signos muy evidentes en algunos casos, y en otros mirándolos con un poco más de atención, que ellos mismos estaban articulando, sabiéndolo o no, o no queriendo saberlo, las palabras que acusaban a las voces de haber pronunciado”5 La alucinaciones motrices verbales como tales, con su llamativa característica de que el sujeto allí se encuentra articulando de manera absolutamente automática (el sujeto cae bajo los efectos de una sugestión, dice Lacan en “De una cuestión preliminar…”) con su propia boca las palabras que de las voces escuchan, son un testimonio (clínico), de que el sujeto, el parlêtre, por constituirse en el campo del Otro, por ser efecto del

Lacan, J.: “El atolondrado, el atolondradicho o las vueltas dichas” (1972), pág. 105. En “Textos escogidos (1952-1978)”, inédito. 5 Lacan, J.: “El Seminario”. Libro 3: “Las psicosis”, pág. 39. Ed. Paidós, Bs. As., 1997. 4

significante, es hablado. Esto, que le es inmanente a todo hablante-ser, en el caso de las psicosis (cuando la misma se manifiesta clínicamente) se presenta de manera más o menos virulenta, más o menos rimbombante: el sujeto es allí hablado “a cielo abierto” por voces que no reconoce como propias y de cuya realidad suele dudar, pero a las que no puede dejar de escuchar, a veces articular…y hasta obedecer. Voces pululantes y atormentadoramente injuriantes por momentos que retornan de lo Real, siempre enigmáticas, siempre parasitarias; las que son la “traducción subjetiva”, la consecuencia clínica de la no-extracción del objeto a (el objeto voz, en este caso) del campo de la realidad en las psicosis, el cual, por tanto, tiene a su disposición. Ahora bien, dijimos al inicio que todo discurso es lazo social, instituye un lazo, que el lazo es la transferencia y que, por otro lado, la psicosis está fuera-de-discurso6; ¿nos es lícito, por tanto, preguntarnos si hay transferencia, es decir lazo, en las psicosis, habida cuenta de que la misma se ubica como “fuera-de-discurso”?. No parecería pertinente…la clínica muestra que la transferencia se manifiesta en las psicosis; y cuando lo hace, suele tener cierto rasgo de “masividad” y hasta “adhesividad”, por decirlo de algún modo. En este sentido, la archiconocida y relativamente temprana invitación de Lacan a los analistas a “no retroceder ante las psicosis”, a ocuparse un día verdaderamente del loco (como dice en “Pequeño discurso a los psiquiatras” de Noviembre de 1967), tal vez nos ponga en la pista de que la cuestión, en todo caso, no está en si es posible o no la transferencia y por ende su tratamiento (impasse freudiano este solidario de su distinción entre neurosis de transferencia y narcisistas, superado por Lacan), sino más bien en la maniobra de aquella. Escribe Lacan hacia el final de “De una cuestión preliminar…”: “Dejaremos aquí por ahora esta cuestión preliminar a todo tratamiento posible de la psicosis, que introduce, como se ve, la concepción que hay que formarse de la maniobra, en este tratamiento, de la transferencia”7. (El resaltado me pertenece) Es allí entonces, en esa palestra, la de la transferencia y su maniobra (lo que implica, sin dudas lo que Lacan llamó el “savoir faire” del analista”) en donde se pone en juego lo que sucede en un psicoanálisis; también para las psicosis. Tal vez se trate de que cada psicoanalista reinvente el psicoanálisis, cada vez, que invente y reinvente un Cabe aclarar que este aserto vale muy especialmente, como ya se dijo, para las esquizofrenias, ya que, con respecto a la paranoia, Lacan plantea las cosas de modo diferente. 7 Lacan, J.: “De una cuestión preliminar a todo tratamiento posible de la psicosis”, pág. 564. En Escritos 2, Siglo XXI Editores, Bs. As., 1997. 6

tratamiento posible, lo que no es sin la transferencia; reinventando, asimismo, modos posible de alojar y “soportar” (en el sentido estricto o más bien literal del término; de ser soporte) eso que habla en las psicosis, que muestra una verdad que es de estructura…y a cielo abierto.