Psicoanalisis

1 1Psicoanálisis y sus diferentes enfoques. María Alejandra Díaz Coronado. Universidad Cooperativa de Colombia Marzo 2

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1Psicoanálisis y sus diferentes enfoques.

María Alejandra Díaz Coronado. Universidad Cooperativa de Colombia Marzo 2015.

2 2Psicoanálisis y sus diferentes enfoques

Para hacer un recuento de lo que fue el surgimiento o nacimiento del psicoanálisis, es necesario conocer un antecedente clave para que se formulase lo que se conoce como el estudio del inconsciente; esto se llevó a cabo por la interacción que Freud tuvo con Jean Martin Charcot, como alumno suyo en el hospital Salpêtrière de París entre los años 1885 y 1886. Sigmund Freud, fundador de esta escuela, desarrolla su teoría sobre el psiquismo y el tratamiento de sus alteraciones en la misma época en la que la psicología se construye como ciencia independiente (finales del siglo XIX y primeras décadas del XX). El psicoanálisis tiene su propio desarrollo, ortodoxia y cismas, y ha conocido enfrentamientos tanto en su interior como con otras teorías psicológicas. Su impacto ha sido enorme: en el lenguaje del hombre de la calle, en la idea que debemos tenemos del ser humano, y, naturalmente, en la propia psicología. Se han ofrecido múltiples críticas a la teoría, método y terapéutica psicoanalítica, a pesar de lo cual no se puede negar su presencia en la psicología actual. Charcot quien para la época tenía investigaciones de gran prestigio sobre las histerias, hace que Freud se familiarice con estas donde se mostraban que mediante la hipnosis se podían inducir, suprimir e intercambiar toda clase de síntomas presentes en los cuadros histéricos, sugiriendo una etiología psicológica y no orgánica. Es decir que por medio de esta técnica hipnótica, las pacientes histéricas no conservaban en la

3 conciencia lo sucedido, es decir, no recordaban, aunque la sugestión hipnótica seguía actuando una vez deshecho el trance hipnótico. La primera de las aportaciones de Freud fue el descubrimiento de la existencia de procesos psíquicos inconscientes ordenados según leyes propias, distintas de las que gobiernan la experiencia consciente. En el ámbito inconsciente, pensamientos y sentimientos que se daban unidos se dividen o se desplazan fuera de su contexto original; dos imágenes o ideas dispares pueden ser reunidas (condensadas) en una sola; los pensamientos pueden ser dramatizados formando imágenes, en vez de expresarse como conceptos abstractos, y ciertos objetos pueden ser sustituidos y representados simbólicamente por imágenes de otros, aun cuando el parecido entre el símbolo y lo simbolizado sea vago, o explicarse solo por su coexistencia en momentos alejados del presente. Las leyes de la lógica, básicas en el pensamiento consciente, dejan de ejercer su dominio en el inconsciente. Los neurólogos de la época habían sido educados en el respeto por los hechos físico – químicos y anatomo – fisiológicos, bajo la influencia de Hitzg y Fritsch; respecto al factor psíquico no atinaban a hacer nada, se lo dejaban a los filósofos, místicos y curanderos, y consideraban como acientífico a todo aquel que dedicase a estudiarlo. Posteriormente Freud regresa a Viena, donde se encuentra con su amigo y colega Joseph Breuer, y juntos hacen una descripción del procedimiento “catártico” mencionada en su libro titulado Estudios sobre la Histeria (1895). La terapia catártica fue atribuida inicialmente a Breuer, que había obtenido con ella diez años antes, la curación de una

4 histérica, en cuyo tratamiento llegó además a vislumbrar la patogénesis de los síntomas que la enferma presentaba. En los estudios que daban inicios al psicoanálisis Freud y Breuer tenían diferencias; este último suponía que las representaciones patógenas ejercían acción traumática porque habían nacido en estados hipnoides, en los cuales la función anímica sucumbe a ciertas restricciones. Freud rechazo esta explicación, creyendo reconocer que una representación se hace patógena cuando su contenido repugna a las tendencias dominantes de la vida anímica, provocando así la defensa del individuo. Las modificaciones introducidas por Freud en el procedimiento catártico de Breuer fueron en un principio meramente técnicas; pero al traer consigo nuevos resultados, acabaron por imponer una concepción distinta, aunque no contradictoria, de la labor terapéutica. Una suposición esencial de la teoría freudiana es que los conflictos inconscientes involucran deseos y pulsiones (instintos), originadas en las primeras etapas del desarrollo. Al serle desvelados al paciente los conflictos inconscientes mediante el psicoanálisis, su mente adulta puede encontrar soluciones inaccesibles a la mente inmadura del niño que fue. Esta descripción de la función que cumplen las pulsiones básicas en la vida humana es otra de las aportaciones cruciales de la teoría freudiana. El esfuerzo por clarificar el desconcertante número de observaciones interrelacionadas puestas a la luz por la exploración psicoanalítica, condujo al desarrollo de un modelo de estructura del sistema psíquico. Tres sistemas funcionales, o instancias, se distinguen en este modelo: el ello, el yo y el superyó.

5 La primera instancia se refiere a las tendencias implusivas (entre ellas, las sexuales y las agresivas) que parten del cuerpo y tienen que ver con el deseo en un sentido primario, contrarias a los frutos de la educación y la cultura. Freud llamó a estas tendencias triebe, que literalmente significa “pulsión” pero que a menudo se traduce con impropiedad como “instinto”. El otro factor determinante en la estructuración del psicoanálisis, lo constituye la interpretación de los sueños, tal como se expone en su libro de 1900. Freud empezó a interpretar los sueños de sus pacientes porque pensaba que éstos reflejaban, sin las restricciones del mundo real, las ideas inconscientes. La interpretación de los sueños le sirvió además para poder llevar a cabo su autoanálisis. Por las mañanas anotaba lo que recordaba de sus propios sueños y posteriormente lo analizaba. Esto evitaba el mayor problema del autoanálisis, es decir, interpretar las ideas a la vez que se producen. Los sueños contenían para Freud una simbología que variaba en gran medida de unos individuos a otros. No obstante, hay algunos símbolos que él consideraba prácticamente universales. Por ejemplo, los objetos alargados suelen representar el pene, mientras que los objetos cerrados representan los genitales femeninos. Freud en su artículo “Psicoanálisis y teoría de la libido” (1923) menciona que se debe renunciar a la hipnosis, ya que no se llegaba, de cierto modo, a la desaparición de los síntomas iba, desde luego, paralela a la catarsis; pero el resultado total se mostraba, sin embargo, totalmente dependiente de la relación del paciente con el médico, conduciéndose así como un resultado de la sugestión y cuando tal relación se rompía, emergían de nuevo todos los síntomas, como si no hubieran hallado solución alguna.

6 Freud halló tal sustitución, plenamente suficiente, en las ocurrencias espontáneas de los pacientes, esto es, en aquellas asociaciones involuntarias que suelen surgir habitualmente en la trayectoria de un proceso mental determinado, siendo apartadas por el sujeto, que no ve en ellas sino una perturbación del curso de sus pensamientos. A esto se le conoció como asociación libre, donde el paciente renuncia a toda actitud crítica y utilizar el material de asociaciones, así extraído a la luz para el descubrimiento de las conexiones buscadas. Una intensa confianza en la determinación estricta de lo psíquico contribuyó también a la adopción de esta técnica que había de sustituir al hipnotismo. En cuanto a los sueños, Freud afirma que el sentido real del sueño, que siempre es comprensible claramente, está asociado con las impresiones del día anterior y se nos manifiesta como el cumplimiento de un deseo insatisfecho. Por otra parte, el contenido manifiesto del sueño, que recordamos al despertar, puede describirse, entonces, como el cumplimiento disfrazado de deseos reprimidos. Este disfraz es obra de las fuerzas defensivas del ego, de las resistencias. Estas impiden que los deseos reprimidos ingresen en la conciencia durante la vida de vigilia y aún durante la relajación del sueño son todavía lo suficientemente fuertes como para obligarlos a ocultarse en forma de un enmascaramiento (lo que posteriormente se denominaría como “mecanismo de defensa”). Freud más adelante hace un descubrimiento de gran importancia para el psicoanálisis, este descubrimiento consistía en que las emociones enterradas en la superficie subconsciente suben a la superficie consciente durante los sueños, y que recordar fragmentos de los sueños pueden ayudar a destapar las emociones y los recuerdos enterrados. Esto lo resalto en su obra “La interpretación de los sueños”; la obra

7 introduce el concepto de Yo, y describe la teoría de Freud del inconsciente en lo que concierne a la interpretación de los sueños. Los sueños, desde el punto de vista freudiano, constituyen formas de "cumplimiento de deseo" — tentativas del inconsciente para resolver un conflicto de alguna clase, ya sea algo reciente o algo procedente de lo más hondo del pasado (más tarde en Más allá del Principio de Placer Freud hablaría de los sueños que no parecían constituirse en cumplimiento de deseo). Sin embargo, debido a que la información en el inconsciente se encuentra en una indomable y a menudo perturbadora forma, un "censor" en el pre consciente no permitirá que pase inalterada a la consciencia. Durante los sueños, el pre consciente es más laxo en este deber que en horas de vigilia, pero todavía está atento: como tal, el inconsciente debe falsear y deformar el sentido de su información para que pueda pasar a través de la censura. Así, las imágenes en los sueños a menudo no son lo que parecen ser, según Freud, y necesitan de una profunda interpretación para que puedan informarnos sobre las estructuras del inconsciente. Esta obra es quizás de gran aporte a la psicología que haya podido hacer Sigmund Freud; bien lo decía él en su obra de interpretación de los sueños "Un descubrimiento como este se corresponde a uno de entre muchos, pero solo se vislumbra una vez en la vida". Posterior al tema de los sueños, viene el desarrollo de la teoría psicosexual de Freud, dividiendo las fases del desarrollo del individuo en cinco básicamente. En cada etapa de desarrollo, el individuo concentra su atención en una parte diferente del cuerpo. Freud creía que cada etapa debía ser superada con éxito porque de lo contrario el

8 individuo quedaría obsesionado con cada fase y esto generaría conflictos a lo largo de su vida. El individuo exitoso será capaz de atravesar cada etapa sin fijarse en ninguna de ellas y será capaz de entablar relaciones saludables con el sexo opuesto.

Estas etapas en su orden de aparición y desarrollo son: Fase oral Según Freud, la fase oral del desarrollo comienza con el nacimiento y continúa durante los primeros 18 meses de vida. Esta primera etapa del desarrollo se caracteriza por los aspectos físicos de succión, que abarcan la boca, la lengua y los labios. En esta fase de la vida, la succión equivale a la alimentación y la comodidad. Los individuos que no superen esta etapa tendrán "fijación oral" y serán propensos a comer en exceso, a la bebida alcohólica, al cigarrillo o a comerse las uñas, según el punto de vista de Freud y de acuerdo con su teoría, estos individuos se convierten en personas dependientes de otras, seguidores crédulos y perpetuos. Los individuos que tengan fijación en esta etapa y luchen contra estos deseos —sostuvo Freud— serán pesimistas y agresivos con otras personas. Se creía que el principal conflicto que ocurre durante esta fase es el destete del niño del pecho de la madre.

Fase anal De acuerdo con la teoría de Freud, la fase anal del desarrollo se produce entre los 18 meses y los tres años de edad. Esta fase —sostuvo Freud— se centra en la necesidad

9 de controlar los intestinos, pero no solo se limita al control intestinal, sino que también exhorta el control que comienzan a ejercer los padres sobre los niños durante esta edad. La fijación en esta etapa —según Freud— puede conducir a personalidades anales retentivas, si los padres fueron demasiado estrictos u obsesivos con la limpieza o el orden, o a personalidades anales explosivas, si los padres no fueron estrictos, sino descuidados y desorganizados. Fase fálica La fase fálica de la teoría de Freud comienza a los tres años y se extiende hasta los seis años. Durante esta etapa, desde el punto de vista de Freud, la atención del niño se centra en los genitales, especialmente en el pene. Los niños y las niñas se preguntan porque las mujeres no tienen pene. A lo largo de esta etapa —asegura Freud— los hombres comienzan a experimentar sentimientos sexuales hacia sus madres; ven a sus padres como competidores y temen ser castrados, proceso que resulta en el complejo de Edipo. Luego los niños se identifican con sus padres y reprimen los sentimientos hacia sus madres para dejar atrás esta fase. La obsesión en esta fase genital —sostuvo Freud— puede conducir a la desviación sexual o a la identificación con identidades sexuales débiles y confusas.

Fase de latencia La fase de latencia de Freud se desarrolla entre los seis años y el inicio de la pubertad. Esta fase no es de hecho una etapa real dentro del desarrollo psicosexual del individuo, a diferencia de otras. Por el contrario, es un período de inactividad, durante el

10 cual los niños por lo general juegan con niños de su mismo sexo. Los impulsos sexuales del individuo permanecen reprimidos a lo lardo de esta fase, desde el punto de vista de Freud.

Fase genital De acuerdo con Freud, la fase genital se desarrolla después del comienzo de la pubertad. Una vez más, el centro de atención recae en los genitales. Si el individuo progresó con éxito las fases anteriores, será capaz de entablar relaciones heterosexuales satisfactorias, según las teorías de Freud. Sin embargo, si el individuo permanece obsesionado con las fases anteriores, sobre todo la etapa fálica, tendrá problemas para establecer relaciones saludables, desde el punto de vista de Freud. Quienes alcanzan la etapa genital —sostuvo Freud— se convierten en individuos adaptados y equilibrados. Ahora centrándose en lo que se conoce como el método psicoanalítico, Freud siempre tuvo pretensiones científicas para el psicoanálisis, una ciencia, que por su juventud todavía no se había posicionado como tal: "El psicoanálisis es una ciencia muy joven, incompleta”. Esta cientificidad del psicoanálisis a pesar que no fue negada por Lacan si fue por él cuestionada, sobre todo cuando se le exigía al psicoanálisis que para ser "científico" tenía que ser "objetivo": "He hablado de esa especie de objeción que podría ocurrírseles a espíritus formadas en una cierta disciplina, con el pretexto de que el psicoanálisis se presenta como ciencia, para introducir la exigencia de que sólo hablemos de cosas objetivables, a saber, aquellas cuya conformidad con la experiencia se pueda

11 determinar. Por el sólo hecho de de hablar de sujeto, la experiencia se convertiría en algo subjetivo y no científico." En este método Freud pretende que posible distinguir tres niveles que puedan despertar el inconsciente por medio de diferentes técnicas: A) Un método de investigación que consiste esencialmente en evidenciar la significación inconsciente de las palabras, actos, producciones imaginarias (sueños, fantasías, delirios) de un individuo. Este método se basa principalmente en las asociaciones libres del sujeto, que garantizan la validez de la interpretación. La interpretación psicoanalítica puede extenderse también a producciones humanas para las que no se dispone de asociaciones libres. B) Un método psicoterápeutico basado en esta investigación y caracterizado por la interpretación controlada de la resistencia, de la transferencia y el deseo. En ese sentido se utiliza la palabra psicoanálisis como sinónimo de cura psicoanalítica. Ejemplo: emprender un psicoanálisis (o un análisis). c) Conjunto de teorías psicológicas y psicopatológicas en las que se sistematizan los datos aportados por el método psicoanalítico de investigación y de tratamiento.

ENFOQUES DEL PSICOANALISIS Lacan y el Psicoanálisis Es una relectura de la teoría psicoanalítica de Freud, retornando a algunos conceptos iníciales del mismo. Lacan incorporó nociones lingüísticas, filosóficas y

12 topológicas, afirmando que el inconsciente está estructurado como un lenguaje, donde rigen la metáfora y la metonimia. Lacan estudia la edad infantil entre los 6 y los 18 meses de edad cuando los niños reaccionan con sorpresa al ver su imagen en el espejo. El cuerpo no es percibido más que como una serie de sensaciones fragmentadas. Al ver su imagen en el espejo el niño adquiere la noción de completud de su cuerpo. La imagen que da curso a la adquisición de la noción de completud puede ser una imagen captada en un espejo o bien, la imagen de otro niño. Lacan (1949) sobre la formación del yo en el estadio del espejo, en las cuales pone de manifiesto el hecho de que el yo se configura a partir de una alternación a la imagen especular que le viene de afuera y que debe ser confirmada para el sujeto por la madre, quien reafirma tal alienación y sienta las bases para los posteriores procesos de identificación imaginaria. Así mismo, cabe recordar que los trabajos de Lacan se difunde la tesis de que los elementos simbólicos que permiten configurar la subjetividad y conformar la instancia psíquica del superyó, que permite al sujeto ingresar a la cultura, también viene desde afuera, desde los padres, pues específicamente el lenguaje y el significante del nombre del padre, entendido como la metáfora de la ley, operan por la mediación del discurso de la madre que constituye la primera realidad para el sujeto.

Carl Jung y Alfred Adler en el psicoanálisis Carl Gustav Jung, uno de los primeros alumnos de Freud, creó un movimiento que designó él mismo como psicología analítica. Como Freud, Jung utilizó el concepto de

13 libido; sin embargo, rechazó el carácter exclusivamente sexual de la libido, y consideró que ésta constituía una energía de carácter universal basada en el conjunto de los instintos y pulsiones creativas que constituyen la fuerza motivadora de la conducta humana. Alfred Adler, otro de los discípulos de Freud, se diferenció tanto de éste como de Jung al acentuar la importancia que en la motivación humana tiene el sentimiento de inferioridad, que comienza desde el momento en que el niño es consciente de la existencia de otros más capaces de cuidar de sí mismos y de dominar su entorno. Desde que aparece el sentimiento de inferioridad, el niño trata de superarlo, debido a lo intolerable que le resulta, ya que puede ocasionar el descontrol de los mecanismos compensatorios organizados por la estructura psíquica, determinando actitudes neuróticas egocéntricas, sobre compensaciones e, incluso, la huida del mundo real y sus problemas.

Klein y su aporte al psicoanálisis Desde la perspectiva psicoanalítica de Melanie Klein, el desarrollo personal se concibe como enriquecimiento de la personalidad que se refiere a la superación de etapas tempranas de la niñez (que pueden volver a surgir en la vida adulta), la superación de los conflictos que estas etapas conllevan, como la ansiedad, culpa, envidia y logro de la gratitud, alcanzar el equilibrio con el mundo psíquico interno y el mundo externo, y desarrollar la capacidad de disfrutar de las cosas y llevar relaciones gratificantes de amor con los otros.

14 De estos estadios tempranos, dos son los que mayor importancia tienen en la vida según Klein. El primero es la posición esquizo-paranoide que se desarrolla durante los primeros 3 a 4 meses de vida. Según Klein los seres humanos poseemos dos instintos básicos, el de vida o amor y el de muerte u odio, debido a la lucha que se produce entre estos dos instintos y el sentimiento de ansiedad persecutoria que se produce en el niño, producto del miedo de que este impulso agresivo le cause daño, el niño lleva a cabo procesos de escisión, en que el odio y la ansiedad se proyectan hacia el primer objeto de relación que posee, que es el pecho de la madre, que pasaría a ser el pecho malo, y los sentimientos de amor se proyectan en el pecho gratificador bueno. Luego de esta proyección, el pecho bueno y el malo son introyectados en la psiquis del niño, por lo que el yo está muy poco integrado, pues posee contenidos separados. Esta proyección y posterior introyección colaboran a que la ansiedad persecutoria vaya disminuyendo, pues el niño se siente más seguro con un pecho bueno que lo ampare, pero a la vez tiene un pecho malo, que lo persigue y persiste el miedo a la aniquilación del yo. De esta interacción entre los 4 - 6 meses se van integrando los impulsos, y la madre ya no es vista en forma escindida, sino que se incorpora como un objeto total, pasándose a la posición que Klein denomina depresiva, en la que debido a esta integración del objeto y el yo se experimenta culpa, pues el niño siente que el objeto

15 amado ha sido dañado por sus propios impulsos agresivos; y por lo cual trata de reparar el objeto dañado. "El sentimiento de que el daño hecho al objeto amado tiene por causa los impulsos agresivos del sujeto, es para mí la esencia de la culpa. El impulso a anular o reparar este daño proviene de sentir que el sujeto mismo lo ha causado, o sea, de la culpa. Por consiguiente, la tendencia reparatoria puede ser considerada como consecuencia del sentimiento de culpa".

16 REFERENCIAS Fair, H. (2013). CONTRIBUCIONES DEL PSICOANÁLISIS LACANIANO A LA TEORÍA POLÍTICA Y SOCIAL CONTEMPORÁNEA Y AL ANÁLISIS SOCIOPOLÍTICO CRÍTICO. Revista de Ciencias Sociales, 139, 27-51. Uribe, N. (2010). Adolescencia y ritos de transición. Una articulación del psicoanálisis Postfreudiano y Lacaniano. Revista Colombiana de Ciencias Sociales. 2 (2), 192-205. Aguado, I., Aranda, B. y Ochoa, F. (2000). El Método Psicoanalítico: Observaciones Sobre Algunas de sus Implicaciones. Recuperado el 18 de Marzo de 2015 de http://www.iztacala.unam.mx/carreras/psicologia/psiclin/numerotres/elmetodopsicoanaliti c.htm Gallo, J. (2010). El psicoanálisis como un método de investigación de la subjetividad. Recuperado el 18 de Marzo de 2015 de http://www.psicomundo.com/foros/investigacion/jairo.htm Marucco, N. (2007). La vigencia del psicoanálisis. Recuperado el 18 de Marzo de 2015 de http://www.psi.uba.ar/academica/carrerasdegrado/musicoterapia/sitios_catedras/296_psic ologia_ciclo_vital1/material/referentes/freud.pdf Klein, M. (1955). Lo técnica psicoanalítica de juego: su historia y su significado. Revista Uruguaya de Psicoanalisis. Recuperado de http://www.apuruguay.org/apurevista/1950/168872471956010404.pdf

17 Freud, S. (1922). Psicoanálisis y teoría de la libido. Librodot. Recuperado el 18 de Marzo de 2015 de http://biblio3.url.edu.gt/Libros/2012/Psicoa_TELib.pdf