Prueba de evaluacion a distancia Prehistoria 2Descripción completa
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GRADO EN GEOGRAFIA E HISTORIA PREHISTORIA II 20092010 Tercera Prueba de Evaluación a Distancia Áreas y yacimientos más significativos de la Edad del Bronce y de la Primera y Segunda Edad del Hierro.
Prueba de Evaluación a Distancia 3. Prehistoria II
Marco cronológico y geográfico. Existen diversos marcos de periodización del Bronce Final y Edad del Hierro, además de las lógicas diferencias regionales, y de su distinta evolución a lo largo del tiempo. Precisamente en estos períodos es cuando algunas sociedades van a entrar en la Historia propiamente dicha, donde aparecen los documentos escritos, mientras otras aún seguirán sin escritura. Las principales tradiciones del Bronce Final en Europa, según Kristiansen, se muestran en el siguiente mapa:
Cada una de estas zonas presenta algunas características distintivas, pero a lo largo del tiempo van a ir convergiendo, se produce la extensión de los campos de urnas y al final de la Edad del Hierro, la mayor parte de este área queda englobada en el imperio romano. En cuanto a cronología, a muy grandes rasgos, podemos señalar para el grupo atlántico y sur peninsular, un Bronce Final que abarca aproximadamente entre 1.300 y 700/750 a.C. Que internamente tiene divisiones en Bronce Final I, Rosnoen en Francia, Penard en Gran Bretaña, que llega hasta 1.200/1.150 a.C. Bronce Final II, San Brieuc des Iffs (Francia), Willburton (Gran Bretaña) hasta cerca de 900/925 a.C. Y Bronce Final III, Complejo de Lengua de Carpa, Ewark Park, hasta el comienzo del Hierro. En Italia la cultura apenínica es la principal del final del Bronce, hasta el s XI a.C, posteriormente la protovilanova ya en transición hacia el Hierro alrededor del 900 a.C. En Europa
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central la periodización de Reinecke incluye dentro del Bronce una fase Hallstatt A aproximadamente hasta 1.000 a.C y Hallstatt B hasta el final del Bronce en esta zona, alrededor de 700 a.C. En la Europa Nórdica, la clasificación de Montelius, que en el Bronce abarca los períodos III a V que llegan hasta aproximadamente 600 a.C. En la transición al Hierro algo más tardía. Contemporáneamente en Grecia tras la caída de Micenas, sigue la llamada “Edad Oscura”, y los períodos submicénico, protogeométrico y geométrico. Para la primera Edad de Hierro, en Europa central se desarrolla Hallstatt C y D entre 700 y 450 a.C aproximadamente, en Europa Nórdica el período VI de Montelius, en Italia la cultura de Vilanova y en Grecia la época arcaica, en la Península Ibérica se desarrolla la civilización tartessica y la colonización de griegos y fenicios. La segunda Edad del Hierro, en Europa Central a partir de 450 a.C, con La Tene con sus subdivisiones en A,B,C y D, hasta su incorporación al imperio romano, en el norte de Europa la fase del hierro prerromana, en Italia el desarrollo etrusco y romano, en Grecia la época clásica y en la Península Ibérica la culturas ibérica, celtibérica, castreña. Esta clasificación y fechas no son completamente rígidas, existen diferencias según autores y zonas, pero podemos tomarlas como un marco general de referencia. Los estudios climáticos (a partir de diversos métodos: O 18 de las perforaciones en hielo de Groenlandia, crecimiento de los anillos de los árboles, avances o retrocesos de los glaciares alpinos y sedimentos lacustres ) muestran tres períodos cálidos, entre 1.4501250 a.C, 650450 a.C y 50 a.C 100, que también coinciden en los registros polínicos con aumento del porcentaje de cereales y otras especies asociadas a prácticas agrícolas, así como descenso del polen de árboles. Estas épocas de clima más benigno permiten la expansión de la agricultura y el aumento de población. En cambio, los períodos de retroceso de la agricultura parecen ser más sensibles a aumentos de las condiciones de humedad que a descensos en la temperatura. Desde el Bronce Final, la tendencia general de expansión de la agricultura y deforestación se ve interrumpida por retrocesos cada vez más moderados. Una posible interpretación es que las progresivas mejoras en las herramientas y la tecnología permiten hacer frente mejor a las situaciones adversas; aún así, el factor principal (aunque no el único) que controla la expansión o retroceso de la agricultura es el climático.
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Bronce Final.
Nos situamos aproximadamente entre 1.300 y 750 a.C. Es una época en la que se van a producir profundos cambios en la Europa continental. Un aspecto especialmente destacado es la producción y circulación de objetos de bronce, que ahora es mucho más importante que en períodos anteriores. Casi todas las comunidades disponen de bronce, aunque todavía es escaso en el Norte de Europa, y producen localmente herramientas y útiles, no sólo objetos de prestigio. Dada la desigual distribución de estaño, esto implica un comercio a larga distancia en algunos casos para abastecerse. En la mayor parte de Europa continental se estableció un cierto grado de homogeneidad cultural, especialmente en lo que se refiere a las manifestaciones de objetos de metal y cerámica fina, propios de las élites. Aunque el rasgo más característico fue la aparición de un nuevo rito de enterramientos en urnas de incineración que se entierran en fosas en necrópolis a veces bastante grandes: los campos de urnas. Este cambio parece que puede iniciarse en Europa central, quizá en torno a Hungría, y va extendiéndose hacia el Oeste, hasta llegar a Italia, sur de Francia y noroeste de la Península Ibérica. Otras zonas, más al oeste y norte, aunque no adoptan este rito, muestran amplios contactos. Se conocen más y mayores asentamientos y necrópolis en el Bronce Final que en los períodos anteriores, lo que junto con el registro polínico que demuestra una menor presencia de árboles, apoya la idea de un período de expansión poblacional. Además, ahora algunos asentamientos son ocupados durante varios siglos, cuando anteriormente la mayoría de las ocupaciones eran de pocas generaciones. Hay cuatro tipos principales de asentamientos en la Europa continental, al norte de los Alpes: ocupaciones en cueva, en lugares llanos abiertos, junto a lagos y fortificaciones en lugares elevados. La mayoría de las construcciones son en madera y con paramentos de barro y entramado vegetal lo que dificulta su conservación. Ocupaciones en cuevas: aún se registran algunos hábitats en cuevas en esta época, aunque son marginales. Seguramente se emplearon con fines diferentes: campamentos temporales, estancias semipermanentes, en cuyo caso se produce algún grado de acondicionamiento del terreno, posiblemente como refugio en momento de inestabilidad. En las cuevas sobre el Dard en Bauemeles Messieurs (departamento de Jura en Francia) presenta aterrazamientos y algunas estructuras. En el norte de Italia en Sorgenti della Nova se utilizan cuevas y abrigos naturales así como otros excavados, donde se encuentran hornos y silos. De todas formas son escasos y la ocupación muy restringida. Asentamientos junto a lagos, palafitos. Son poblados en los que las viviendas se apoyan sobre postes en las orillas de los lagos. Gracias a las condiciones ambientales han permitido, en algunos casos, la conservación de materiales orgánicos que en otros casos se habrían perdido, así se ha podido datar con relativa precisión, por dendrocronología, que la ocupación de los lagos suizos y de la Saboya francesa comienza a finales del s XII a.C. conocen un período de expansión en torno a 1.0701.055 a.C., para registrar una primera fase de abandono hacia el 1.030, nuevas construcciones y su abandono más o menos definitivo alrededor del 850 a.C. Presentan una agricultura y ganadería desarrolladas, y se sitúan al borde de los lagos y en zonas pantanosas que les proporcionan protección. Las viviendas de madera, de planta cuadrada o rectangular, tienen algunas divisiones internas. No está totalmente claro el motivo de su abandono, pudo influir el agotamiento de las tierras, la superpoblación, y muy probablemente la subida del nivel de los lagos. Asentamientos abiertos en llano. Se trata de los más comunes en esta época. En muchos casos siguen la tradición preexistente de ocupación anterior, aunque también se ocupan nuevos territorios. Se sitúan principalmente a lo largo del curso de grandes ríos, o en sus terrazas, en tierras buenas para la agricultura, fértiles y de fácil roturación, que dominan un tramo de río, y situados en alturas entre 150 y 350 msnm. Los más conocidos son los que se sitúan a lo largo de los grandes ríos de Europa Central, como el Rin. Las estructuras de vivienda no parecen excesivamente sólidas, es posible que las técnicas agrícolas no permitiesen la explotación sostenida del mismo territorio durante muchas generaciones, por lo que tras un período se abandonarían. En muchos lugares hay una
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tendencia hacia la reducción del tamaño de las casas, lo que se interpreta como una expresión de un mayor individualismo, aunque en el área nórdica el efecto es precisamente el contrario. En Europa central sobre todo, se mantiene la tradición de la construcción de arquitectura de madera, con casas de planta rectangular de unos 20 x 5 m, y que suelen estar divididas en tres espacios, pueden tener postes centrales para sustentar la techumbre constituida por materiales vegetales. Aunque no es fácil saber la población que viviría en cada uno de estos lugares, ya que no todas las construcciones fueron ocupadas simultáneamente, la estimación es que se trata de lugares relativamente pequeños, que en la mayor parte de los casos sólo tendrían unas decenas de habitantes, algunos no eran más que granjas, y sólo excepcionalmente podrían llegar a algún centenar. Asentamientos fortificados. No son los más frecuentes, ni donde vivía la mayor parte de la población, pero se van haciendo más frecuentes a lo largo del Bronce Final. En la Europa atlántica y nórdica se conocen menos, donde son más abundantes es en Europa central. Una de las zonas donde mejor se conocen es en el área del grupo de Lausitz, en la zona oriental de Alemania y occidental de Polonia. Se suelen encontrar en lo alto de colinas, aunque en algunos casos también se sitúan en islas en zonas pantanosas (Buchau) que les sirven de protección, y unos pocos también en zonas llanas. Las fortificaciones se realizan a base de empalizadas de madera y más frecuentemente empalizadas más foso. Hay varias técnicas de construcción de la muralla, doble paramento de postes verticales unidos por tirantes también de madera horizontalmente y el espacio intermedio rellenado de piedras, o con un sistema a base de cajas realizadas con entramados vegetales y reforzados con arcilla. También se realizan construcciones de refuerzo en las puertas. El trazado de estas obras describe un espacio circular u oval que abarca superficies bastante variables, que en algún caso llega a varias decenas de hectáreas, y puede ser mayor que el utilizado para las viviendas. Se ha estimado que la población podía ser de varios cientos de personas, y en algún momento haber llegado a cerca del millar. Es evidente su función defensiva, y se sitúan cerca de vías de comunicación, aunque puede que fueran utilizados como refugios en momentos de peligro, también en algún caso podrían estar defendiendo algunos asentamientos abiertos en llano cercanos. Hay algunos indicios de un incremento de la violencia, con horizontes de destrucción en asentamientos de llanura, y la mayor abundancia y sofisticación de las armas. El interior no parece mostrar un modelo único de urbanismo, más bien en cada lugar se adapta a las circunstancias. A pesar del evidente esfuerzo en la construcción de las fortificaciones puede que estuviesen al alcance de comunidades no excesivamente grandes. Tanto los asentamientos fortificados, como los del llano y los situados junto a lagos presentan una estructura interna, tamaño y actividad económica comparable. No existen pruebas concluyentes de una especialización económica asociada a una determinada topografía. Las viviendas se construyen en base a dos técnicas principales: una a base de seis postes verticales en dos filas clavados en agujeros del suelo, y la otra con troncos horizontales para formar los cimientos y sobre ellos apoyar otros también horizontales en sentido transversal. Los tamaños son diversos, desde algunas muy pequeñas, tal vez establos, cabañas pequeñas de una sola habitación, a construcciones más grandes de unos 100 m2. En Elp (Holanda) existen edificios de más de 200 m2, aunque los tamaños más habituales oscilan entre los 30 y 60 m2. En cambio, en Gran Bretaña y Europa nórdica, si bien las casas son de tamaños similares, la planta más habitual es la circular u oval. También hay estructuras auxiliares como silos y hornos. Algunos autores proponen que los centros fortificados serían el lugar de residencia de la aristocracia. Además, las grandes construcciones y la producción artesanal que seguramente exigía la dedicación a tiempo completo nos indican una organización más compleja, y la necesidad de una organización jerárquica que dirija la vida de la comunidad. Sin embargo, esto no se ve reflejado claramente en la estructura de los poblados. En Coteau de Montigné las viviendas parecen disponerse en barrios y zonas especializadas, pero no se encuentran una residencia especialmente relevante. En otros lugares las diferencias principales en los ajuares están en el número de objetos, pero no en la riqueza de estos. Tampoco se localizan lugares especializados en la producción, salvo algunos dedicados a la minería especialmente cercanos a los Alpes: Salzburgo y Tirol.
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En la zona atlántica hay pocos hallazgos de necrópolis, lo que significa que seguramente se seguían ritos mortuorios que no dejan huella arqueológica, aunque en cambio, sí se localizan importantes depósitos de bronce. En las islas del Mediterráneo occidental, son muy destacables las construcciones en piedra, de importantes obras defensivas en puntos estratégicos, así como la situación de poblados en alto, lo que parece ser indicio de una clara inestabilidad. Así se destaca Filitosa en Córcega, la mayor parte de las nuragas de Cerdeña que se construyen probablemente entre 1.500 y 1.000 a.C. la cultura torreana de Córcega y los talayots en Baleares, aunque en otros aspectos, como las tradiciones funerarias parecen mantenerse costumbres anteriores. En la Península Ibérica se dan diferencias culturales, con la confluencia de influjos que provienen del Mediterráneo, centroeuropa y continúan los atlánticos. Los asentamientos no son muy destacados, se localizan fondos de cabaña, o restos de viviendas con zócalos de piedra, agrupadas en poblados pequeños que frecuentemente si sitúan en lugares elevados, pero cerca de buenas tierras para el cultivo. En la Meseta esta época es la de Cogotas. Las diferencias en el tamaño y sistemas de construcción de los poblados es reflejo de la pluralidad de tradiciones y condiciones: en Europa central la madera era muy abundante, mientras que en las islas se utiliza principalmente piedra. En la Europa nórdica se produjo una tendencia general a pasar de la inhumación a los enterramientos de incineración pero con continuidad en los objetos cerámicos y metálicos. En el sudeste de Europa, zonas como Yugoslavia se mantiene la tradición de enterramientos de incineración bajo túmulo, en el sur de Rusia la cultura de las sepulturas de madera, cubierta por un túmulo y siendo frecuente la presencia de caballos y arreos en la tumba.
1. Cogotas. 2. Fuente Álamo. 3. Mnt Bego. 4. BaumelesMessieurs. 5. Palafitos. 6.Buchau. 7. Elp. 8. Kunzing. 9. Biskupin. 10. Filitosa
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Primera Edad del Hierro. El s VIII a.C., el inicio de Hallstatt C en Europa Central, marca el comienzo de algunos cambios. Si bien hay continuidad con la fase de los campos de urnas anterior, ya hay indicios de cambio en Europa central, más que en la occidental, que fructificarán posteriormente en cambios en la tecnología, ritual funerario y estructura social, aunque no sabemos con seguridad lo que provoca estos cambios. El hierro va a empezar a convertirse en un material, si no común, sí lo suficientemente normal, lo que hace que el bronce no quede totalmente relegado en la producción de armamento y útiles. El hierro requiere una habilidad y técnica más avanzada, lo que seguramente exige el trabajo de artesanos a tiempo completo. Probablemente la técnica proviene de Grecia y se difundió en Europa a través de los Balcanes. Pero la distribución del hierro es muy amplia, lo que supone un cambio importante, ya que anteriormente era necesario un intenso intercambio para el aprovisionamiento de cobre y sobre todo estaño. Aunque en un comienzo el hierro parece un material de prestigio, ya que se encuentra principalmente en las tumbas más ricas. Es posible que, en un principio, entre 700600 a.C. la generalización del hierro tenga como consecuencia una reducción, o al menos, una reorganización del comercio que se realizaba hasta ese momento, aunque continúan los contactos con el mundo mediterráneo. El poblamiento sigue siendo principalmente en lugares abiertos en llano de pequeño tamaño, pero sin centros importantes, no continúan la mayoría de los asentamientos fortificados anteriores. En Europa central los enterramientos cambian hacia la inhumación bajo túmulo, en cámaras con carros para los casos de mayor riqueza, lo que traduce la existencia de una creciente diferenciación social, jefaturas, pero todavía a una escala relativamente pequeña: en la necrópolis de Hradenin en Bohemia, la mayoría de las tumbas son enterramientos en cámara de madera. En la conocida necrópolis de Hallstatt, aunque las tumbas son las más ricas de la época en Europa occidental, no existen diferencias extremas entre ellas. En otros lugares las necrópolis son conjuntos de túmulos en los que tampoco hay diferencias muy marcadas entre tumbas, lo que sugiere que corresponden a un grupo o linaje, que extiende su jefatura a un territorio relativamente pequeño. Desde el 800 a.C. aproximadamente, la expansión de fenicios y griegos por el Mediterráneo había ido estableciendo una serie de colonias, entre las que destaca Marsella hacia el 600 a.C. lo que estimula enormemente el comercio entre los griegos y los grupos al norte de los Alpes. Además, comienzan a verse más pruebas de una producción especializada en determinados lugares: el caso más conocido es el de Hallstatt en la explotación de la sal, pero no es el único. Otros centros también se especializan: en Seille en la región de Lorena hay otros restos de explotaciones de sal, aunque no tan extensos, en Austria la minería de cobre también es importante en el asentamiento de , en otros lugares hay comunidades que se especializan en un tipo de ganado: ovejas en algunos lugares de Suiza, cerdos en ChoisyauBac cerca de París. Como resultado de esta especialización, del desarrollo de las industrias extractivas a gran escala y el de sistemas comerciales más avanzados, siendo de gran importancia el comercio de objetos de lujo con los centros griegos, van a evolucionar algunos centros comerciales e industriales de gran importancia. El aumento en la productividad de la agricultura permite generar más excedentes que se pueden comercializar mejor. Aunque la mayoría de los asentamientos todavía eran de tamaños pequeños, las nuevas posibilidades comerciales estimularán la producción y distribución, lo que favorecerá que algunas comunidades, de Europa centrooccidental principalmente, aumenten de tamaño y se transformen en centros importantes de producción y comercio. Se va produciendo un cambio en el patrón de asentamiento, principalmente alrededor de los Alpes, ahora se desarrollan algunos grandes centros fortificados: en zonas con disponibilidad de víveres y excedentes, relacionados con rutas comerciales, influidos por el comercio griego que busca las materias primas de la Europa templada. Los mayores asentamientos y más ricos se sitúan en la cabecera de ríos en la ruta del Ródano: Heuneburg, Asperg, Mont Lassois. Los abundantes objetos griegos y etruscos que se localizan en la parte occidental de Europa son objetos valiosos, no son
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“baratijas”, aunque no se sabe con seguridad los tipos de objetos con los que se comerciaba, era bastante importante, pero probablemente la dirección de este intercambio estaba en manos griegas. En Heuneburg se construye una muralla con piedra y adobe, de un estilo que es común en el Mediterráneo, pero no en Europa al norte de los Alpes, lo que sugiere que fueron artífices griegos quienes dirigieron su construcción. Así mismo, en el rico enterramiento de Vix la gran crátera pudo se importada, o según otros autores fabricada por artesanos del Mediterráneo en el mismo lugar. Heuneburg se ha excavado en extensión, situado sobre un espolón en la orilla oeste del alto Danubio, ocupa algo más de 3 hectáreas. Con casas de madera de entre 25 y 90 m2, densamente agrupadas. Existían comunidades agrícolas cercanas, pero seguramente dependían en algún grado del gran asentamiento, y éste producía mercancías que antes eran fabricadas localmente. En el Este de Europa el comercio con el área griega no se encuentra desarrollado de la misma manera. No parece que hubiese contactos a través del Adriático, aunque también existen centros de características similares, no alcanzan la riqueza de los occidentales, ni hay muestras una diferenciación social tan extrema con en los de la cuenca del Ródano: Biskupin, Smolenice, Zavist se han denominado en ocasiones residencias principescas, estaban densamente edificados y trabajaban hierro, bronce, tejidos y cerámica, hay enterramientos ricos pero no tanto como los occidentales. En los centros de la parte sudoccidental de Alemania y el este de Francia, hay algunos enterramientos de individuos bajo túmulos excepcionalmente grandes, con enterramientos más pobres dispuestos concéntricamente alrededor. El túmulo de Hohmichele junto a Heuneburg tenía 13 m. De altura. Los ricos enterramientos de los centros comerciales tienen muchos más objetos y más variados que las tumbas del resto de Europa. Además, las más ricas tienen objetos que no se encuentran en las más pobres: collares, brazaletes de oro. Algunas son tan espectaculares como la de la princesa de Vix, cerca de Mont Lassois, y tienen objetos de procedencia mediterránea, griegos o etruscos. Son muestra de una gran diferenciación social, unas jerarquías complejas más marcadas. En Magdalenenbeg, en la Selva Negra, está uno de los mayores túmulos prehistóricos. Lugares como Asperg y Heuneburg se convierten en centros de jefaturas complejas, en un radio de 5 a 10 km de los asentamientos fortificados hay algunos grupos de enterramientos ricos en túmulos. La estructura de los enterramientos sugiere una jefatura compleja y jerarquizada: en la cima se encuentran enterramientos como los de Vix, EberdingenHochdorf, Magdalenenberg o Hochmichele, con objetos exóticos y de oro. En un nivel inferior tumbas de madera con carro, que se ha sugerido serían jefes tributarios de menor rango, y otro nivel sin cámaras ni carros, pero donde hay bienes de metal que simbolizan estatus. Estos centros fortificados en lugares altos parecen ser residencias principescas Como resultado del intenso intercambio con griegos y etruscos se producen estos notables cambios sociales, el eje principal de relaciones es NorteSur. A pesar de ello, no parece que las ideas políticas de las griegos fueran transmitidas a los centroeuropeos, ni que los temas artísticos o arquitectónicos mediterráneos se mantuvieran después de que el comercio se interrumpiese en el s V. El desarrollo del grupo de Hallstatt se produce en la Europa al norte de los Alpes, siendo la parte occidental la que se ve beneficiada del más intenso comercio con el Sur, mientras que la oriental aunque presenta similares características queda algo rezagada. Al Sur de los Alpes, en Bolonia la cultura Villanoviana es centro de gran actividad comercial, relacionado con el puerto griego de Spina. La necrópolis muestra el esquema general: la mayoría de las tumbas con pocos objetos y un escaso número de ellas que tienen muchos, y algunas que se encuentran entre ambos extremos. En la zona de etruria continúa la agrupación de poblados sobre el altiplano de Veyes, mientras que en otras áreas como el Lacio hubo un descenso en el número de asentamientos pequeños, lo que sugiere un proceso de concentración y posiblemente aumento de población. Al Este de la zona principal de Hallstatt, en los Balcanes también se encuentran tumbas reales que están cercanas al modelo de bienes de prestigio de Hallstatt occidental. Se sitúan junto a antiguos rutas comerciales y de trashumancia, relacionadas también con su economía basada en la ganadería. Se supone un modelo de aristocracia guerrerapastora. En la llanura húngara se producen periódicas invasiones de jinetes nómadas de la estepa, son característicos los enterramientos junto con caballo.
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En las Islas Británicas son destacables las influencias del continente, se llegó a pensar en una invasión, pero parece que se debe más a una influencia pacífica. También se localizan asentamientos fortificados, pero no tienen el mismo carácter de centro de producción y comercio que en Europa central. La influencia hallstáttica es menor en la zona escandinava, donde se desarrolla una edad del Hierro prerromana con poblados abiertos que reunen un grupo de viviendas o pequeñas granjas dedicadas a la explotación agropecuaria. En el sur y este de la Península Ibérica se produce la colonización de griegos y fenicios. Aunque la fecha de fundación de Cádiz, según las fuentes, sería el 1.100 a.C, no es hasta el s VIII cuando el comercio tiene mayor importancia. Supone la innovación tecnológica de la introducción del hierro, así como otros elementos como el torno del alfarero. Aunque las fuentes también hablan de una ciudad: Tartessos, capital de su reino, no se ha localizado, aunque sí poblados más pequeños como Setefilla, La Joya, Acebuchal o Cruz del Negro. Existen importaciones cerámicas, pero sobre todo objetos más valiosos, verdaderos bienes de prestigio. La explotación de las minas de cobre y plata de Huelva están en manos indígenas, pero los asentamientos fenicios se localizan en la costa. Más al norte, a partir de influencias de la Meseta se va desarrollando la cultura de los castros, con asentamientos fortificados en altura. En las zonas interiores y la Meseta, donde la influencia mediterránea es menor, no se alcanza el nivel de riqueza de la costa, ni las características propias de la Europa central. Se mantienen asentamientos rurales de tamaño moderado, con la misma estructura que en el Bronce: calle central con las casas rectangulares adosadas a ambos lados, a veces situados en altura, y no lejos de ríos y buenas tierras de cultivo, ya que la principal actividad parece la agrícola, ejemplo de Cortes de Navarra. El rito funerario predominante continúa siendo la incineración.
1. Setefilla. 2. Cortes de Navarra. 3.Marsella. 4. Veyes. 5. Roma. 6. Bolonia, 7.Este. 8. Hallstatt. 9. Durnberg. 10.Mt LassoisVix. 11. Asperg. 12. Zavist. 13. Biskupin. 14. Hradenin. 15. Smolenice. 16.Heuneburg.
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Segunda Edad del Hierro. El importante comercio mediterráneo que partía principalmente de Marsella a través de la ruta del Ródano, permitió el desarrollo de las jefaturas complejas de Hallstatt. Estas élites basaron su supremacía en el control y distribución de los bienes de prestigio. Pero estos contactos cesan o se modifican profundamente a mediados del s V a.C. Un conjunto de factores, no totalmente claros, entre los que están este cese de la circulación de bienes de prestigio, que desestabiliza las estructuras sociales, y la presión demográfica tras un período de crecimiento, provocarán el colapso de la estructura hallstáttica, y grandes movimientos de población. En torno al 400 a.C. cesa la explotación de sal en Hallstatt, aunque será sustituida por la de Durnberg, la mayor parte de los centros fortificados decaen o son abandonados. Los autores clásicos refieren las invasiones de pueblos centroeuropeos, ya conocidos como celtas, que invaden el territorio al sur de los Alpes, y otros se dirigen por los Balcanes hasta Asia Menor (conocidos después como gálatas). También las necrópolis de Hungría y Yugoslavia proporcionan datos de nuevos asentamientos centroeuropeos que comienzan poco después del 400 y especialmente entre 300 y 200 a.C. Según los historiadores romanos Livio y Plinio, el motivo principal de las incursiones de estos grupos fue su deseo de los “frutos deliciosos y el vino en particular”. Esto puede tener relación con el cese del comercio y la circulación de los bienes de prestigio. En el norte de Italia se encuentran enterramientos de carácter centroeuropeo pero más ricos que los del norte. El modelo de enterramiento en la mayor parte de Europa entre los siglos IV y III consistirá en inhumaciones sencillas, generalmente en necrópolis no superiores a unas pocas decenas de enterramientos. En la mayor parte de Europa las tumbas tienen pocos objetos y solamente unas pocas poseen bastante objetos, con carros y vasos griegos, especialmente se trata de mujeres, pero incluso éstas no son comparables a las más ricas del período anterior como la de Vix. No tienen tantos objetos y no son tan exclusivos. El incremento en el número de armas colocadas en las tumbas parece indicar que la guerra vuelve a cobrar protagonismo. Las tumbas más igualitarias coinciden con el nuevo ritual de inhumación sencillo, en lugar de en túmulos, y excepcionalmente incineración, pero los restos de enterramientos se van haciendo más escasos, posiblemente también por cambios de rito que dejan menos huella. En Europa central desaparecen casi los enterramientos a mediados de La Tene C y en el oeste a finales de la Tene C. Aunque el comercio no desaparezca por completo, se modifica, ya no se dirige a grandes centros, apenas aparecen los objetos extraordinarios, posibles regalos diplomáticos (calderos con trípode, de los que se tienen pocos ejemplos), y seguramente pasa a manos celtas. Ya no se encuentran acumulaciones de riqueza relacionadas con los poblados fortificados. Los asentamientos fortificados en altura se hacen más escasos, y no parecen desempeñar el papel central que tenían antes, el patrón de asentamiento principal es el de pequeños poblados y granjas, y una organización social más sencilla. En Gran Bretaña quedan centros fortificados, pero se les asocia más a lugares de almacenamiento que a centros de jefaturas. Desde el s II a.C. El hierro se produjo a gran escala en toda Europa. Las excavaciones en el oppidum de Manching, en Baviera, han identificado casi 200 tipos distintos de herramientas de hierro. Probablemente algunos lugares producían más objetos de hierro de los que necesitaban, por lo que debían dedicar el excedente a un floreciente comercio. Algunos se sitúan cerca de yacimientos de minerales de hierro. Desde el s II a.C. Los romanos intervienen en este comercio, ya que sus necesidades de hierro son grandes, pero no disponen de grandes recursos de este tipo, y se identifican muchas ánforas para vino en los asentamientos al norte de los Alpes. También se identifican algunas espadas de gran calidad, lo que requiere artesanos muy especializados. A partir de esos momentos se producen transformaciones más profundas, que se traducen en el desarrollo de lo que se conoce con el nombre de “oppida”, y que describió Julio César en su relato de la Guerra de las Galias. Se trata de grandes asentamientos fortificados, situados en altura, con poblaciones grandes, que pueden llevar a varios miles de personas. Su origen se encuentra relacionado también, como los centros de la primera Edad del Hierro, con la producción y el comercio, a fin de poder exportar y controlar las importaciones de materias primas y mercancías de lujo. A pesar
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de su importancia, seguramente no reunían a la mayor parte de la población, que seguiría ocupando poblados más pequeños, abiertos, situados en zonas buenas para la agricultura. Estos grandes poblados fortificados con características comparables ocupan una ancha franja que va desde el centro de Francia hasta la llanura húngara, con claros paralelos también en las Islas Británicas. En la costa atlántica de Francia existían comunidades más pequeñas y hacia el este se conocen algunas grandes aglomeraciones pero con un grado de actividad industrial y comercial menor. Están rodeados de una muralla de tierra, piedra y madera. Esta muralla se construía en la mayoría de los casos se construía siguiendo una de las dos técnicas: un entramado de postes horizontales y con tierra, el denominado muro gálico, o bien una pared de postes verticales revestida al exterior con piedras, tipo Kelheim. Estas murallas cubren un espacio mucho mayor que en otras épocas: Manching encierra 380 ha, Staré Hradisko 40. La ocupación en ellos no es densa, hay grandes áreas sin construcciones, seguramente para ganado y para poder acoger la población de los alrededores. Aunque puede que no en todos los casos el principal motivo de la construcción de la muralla sea puramente defensivo: los más grandes presentan una extensión tan grande que los hace muy difíciles de defender. Seguramente también juegan factores de prestigio y delimitación del espacio. La mayoría se sitúan en lo alto de colinas, a veces en espolones y fueron ocupados durante un siglo o más. Se sitúan cerca de vías de comunicación, ríos y también cerca de fuentes de materias primas, especialmente hierro. Las primeras ocupaciones datan de mediados del s II. Su época de esplendor es hacia la mitad del s I, muchos se abandonan hacia el cambio de era, o con la conquista romana, pero en cambio algunos conocieron aún una expansión. El comercio a gran escala con los mercaderes romanos y la producción para este comercio era mejor llevarse a cabo a través de una organización centralizada en la que los productos se juntaran en un sólo lugar para su transformación y transporte. Es posible que el comercio con los romanos incluyera esclavos, y esto daría lugar a incursiones y guerras más frecuentes, lo que favorece el establecimiento de lugares bien defendidos. Los comerciantes romanos no solían adentrarse en el interior del país. En algunos casos los oppida se construyeron en lugares elevados pero cercanos a poblados en llano, en los que la población estaba asentada anteriormente y se desplazó a ellos, posteriormente, su riqueza atrajo a más gente de las zonas de alrededor. Así mismo, las innovaciones técnicas como la reja de arado de hierro, las azadas y palas mejoraron la producción y permitieron que un mayor número de personas fueran alimentadas por menos productores. A pesar de ello, la mayor parte de la población seguiría dedicándose a la agricultura. Se han estimado poblaciones de algunos miles de personas para los más grandes, aunque la mayoría de la población todavía viviría en los pequeños asentamientos agrícolas. En el interior, la estructuras suelen ser de forma rectangular y los edificios y calles se alinean a lo largo de los ejes mayores. Las casas se construyen con piedras, o con postes de madera y tamaños en torno a los 150 m2, en Europa del norte hay estructuras más grandes y alargadas con divisiones internas para habitación y ganado. En Gran Bretaña los tamaños son similares, pero la forma suele ser circular. Se levantan siguiendo un plano específico, y a veces están subdivididos en unidades menores. En Manching había un gran edificio posiblemente de uso comunal, aunque esto no es habitual. Ya se puede empezar a hablar de una verdadera planificación urbanística. En los centros fortificados anteriores, aunque había cierta planificación, parece que estaba concebida exclusivamente en función de la defensa, mientras que ahora ya parece que podemos hablar de centros urbanos. También se documentan algunas poblaciones satélites alrededor de los grandes oppida, aunque los conjuntos materiales de estos pequeños asentamientos no son significativamente más pobres que los de los grandes. Algunos, como Manching, debían ser además un centro de ferias y mercados. Las monedas también comenzaron a acuñarse en los oppida en los dos últimos siglos, siguiendo modelos macedonios de Filipo II y Alejandro. En algunos casos, los oppida ya se convierten en las capitales de incipientes estados. Existen las primeras inscripciones. La cremación parece que empezó a sustituir a la inhumación en el s II a.C. Desde el s I a.C. se documentan muy pocas inhumaciones con ajuares, y no se han localizado las necrópolis que corresponderían a los centros más grandes. En general, la riqueza parece repartirse de una forma
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relativamente equitativa, salvo unos pocos enterramientos que tienen excepcional riqueza. Vuelve a producirse, como en el Bronce, el enterramiento de conjuntos metálicos durante los dos últimos siglos antes del cambio de era. Representan acumulaciones de riqueza, unos se componen de herramientas y otros de metales preciosos. En Gran Bretaña el panorama de los asentamientos de altura es complicado, ya que desde el Bronce han sido reocupadas en distintas ocasiones, pero la mayoría son de la Edad de Hierro. Se aprecia una tendencia general de este a oeste. En el este los centros fortificados son escasos, y son abandonados alrededor del 500400 a.C. En el norte Gales y Escocia tienden a ser más grandes, entre 5 y 20 hectáreas, mientras que en el oeste de Inglaterra son más pequeños. La diversidad que presentan muestra que las funciones que desempeñan son distintas: algunos parece sólo granjas con estructuras defensivas, refugios temporales y otros centros de almacenamiento. Mientras que algunos sí que tienen una población estable en el interior, en zonas de Wessex la mayor parte de la población habitaba lugares pequeños. Uno de los centros fortificados más grandes de la época es Danebury, pero no es probable que jugase el papel de centro de poder o administración. En las zonas atlánticas de Francia y España también se encuentran asentamientos fortificados, pero ya no del tamaño y la importancia de los más grandes. Collis propone un modelo en tres zonas concéntricas: la interior formada en el litoral mediterráneo por las colonias de fenicios, griegos y Roma, y con pequeñas aglomeraciones urbanas de pueblos nativos. Más allá, una segunda zona con grandes aglomeraciones aunque con un carácter primitivo, esto incluye los oppida de la Europa templada e Islas Británicas. Y por último una zona más periférica donde hay fortificaciones más pequeñas en áreas de altura en el litoral atlántico. En la Península Ibérica, dentro de la diversidad, se pueden establecer dos áreas debido a las influencias exteriores: la zona sur y mediterránea, y el interior y norte. El sur y Mediterráneo que ha recibido directamente la influencia de fenicios, griegos y posteriormente romanos, donde se desarrolla la cultura ibérica, llega a conocer un desarrollo de centros urbanos de gran tamaño, con enterramientos bajo túmulos grandes de miembros de una élite, que puede constituir la aristocracia o la realeza de protoestados. Algunos asentamientos responden a las características generales de los oppida (Cástulo), pero también debía haber numerosos asentamientos pequeños abiertos en terreno llano, aunque su conservación es más problemática. Las necrópolis no se sitúan lejos de los poblados, siendo el rito mayoritario la incineración. En el interior y norte, es donde se han recibido más influencias celtas, y muestran características más arcaicas. Los poblados más característicos, especialmente en el noroeste son los castros: poblados fortificados situados en lugares altos, defendidos con murallas de piedra, en ocasiones de grandes dimensiones, a veces dobles. Las viviendas suelen ser de formas circulares y se agrupan normalmente sin formar calles.
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1. Cástulo. 2. Coaña. 3. Colchester. 4.Danebury. 5. Gergovia. 6. La Tene. 7. Bibracte. 8. Alesia. 9. Besançon. 10. Kelheim. 11. Manching. 12. Stare Hadisko
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