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• Soare Alba

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Ley de Subvención al Reciclaje de Papel y cartones.

Los procesos productivos que se generan en un ciclo económico generan plusvalías y ganancias, respectivamente tanto para aquellos que la producen (obreros) como para aquellos que la hacen circular como un bien de consumo, sumado a todo esto al impacto correlativo al medio ambiente. Estos ciclos productivos generan un alto impacto ambiental tanto en el mundo como nuestro país, pues el desarrollo económico mundial ha consolidado un modelo en algunos países basados en la extracción de los recursos naturales bajo parámetros y lógicas capitalistas que no han propiciado un buen uso de estos y a su vez han provocado un alto daño a los ecosistemas y comunidades. Una de las visiones para fundamentar este proyecto de ley que plantearemos, se basa principalmente en el concepto de Desarrollo Sustentable, definido como “el desarrollo es sustentable cuando satisface las necesidades de la presente generación sin comprometer la capacidad de las futuras generaciones para que satisfagan sus propias necesidades”. Gro Bruntland, 1987.1 Entiendo lo anterior como clave para generar políticas económicas, sociales y culturales que promuevan un equilibrio en el aspecto ecológico. El reciclaje es la clave para los ciclos productivos y de sustentabilidad que se necesitan para mantener una línea de margen sobre los impactos ambientales en nuestro país, entendiendo para ello, que de este proceso la basura es un ente clave. De los millones de toneladas de basura producida en nuestro país solo 7% de los 6 millones de toneladas son recicladas, en base a esto podemos afirmar que la “basura” no es vista desde la lógica económica, o sea que se pueda obtener una productividad o ganancia, cosa que es desaprovechada en nuestro país. Se agrega además que la conciencia medioambiental en nuestra ciudadanía no está altamente encausada en la praxis a la protección del Medio Ambiente. Aunque de acuerdo a la encuesta “Medio Ambiente y Cambio Climático: percepción, conocimiento y hábitos verdes de los chilenos 2010”, desarrollada por la Universidad Andrés Bello y el Centro de Opinión Pública Opina, un 82 por ciento de los encuestados considera que la protección del medio ambiente es muy importante y el 50 piensa que su vida se ve muy afectada por los problemas ecológicos, en la práctica, la preocupación de los chilenos se queda sólo en las buenas intenciones.2 Los esfuerzos estatales/gubernamentales por crear conciencia medioambiental se ven reflejadas en el curriculum nacional de Educación, el cual intenta reforzar estas medidas de prevención de la contaminación a edades tempranas, tal es el caso, de la asignatura de Ciencias Naturales que enseña en sus unidades el reciclaje o las TRES R como aprendizajes a los alumnos. Considerando lo anterior, uno de los residuos que la legislación vigente creemos que debe enmarcar su preocupación reside en el reciclaje de papel y cartones. El papel derivado de

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http://www.chiledesarrollosustentable.cl/desarrollo-sustentable/desarrollo-sustentable/. http://radio.uchile.cl/2010/07/30/reciclaje-en-chile-una-oportunidad-para-no-desechar

los árboles, aunque por legislación no es considerado un “residuo peligroso”, tiene un alto impacto ambiental en la VIII región del Biobío. Lo más relevante a considerar respecto del reciclaje en estos materiales, es que éstos, papeles y cartones son fabricados en base a los árboles; para fabricar una tonelada de papel, se necesitan 17 árboles, 440 litros de agua y 7.600 klw. En Chile se producen aproximadamente 500 toneladas de papel al año en base a Pino Insigne (Pinus radiata). Con el reciclaje, se ahorra un 25% de energía en la fabricación de papel y se evita además la tala de árboles.3 El reciclaje es una opción de atenuar este impacto medioambiental, mediante una legislación única y exclusiva para este producto que según las estadísticas afecta al total de la población, pues el deterioro del suelo y/o del ambiente en general repercute en la sociedad en su generalidad. Para incentivar el este reciclaje se aprobó hace unos meses la Ley de Reciclaje y Responsabilidad Extendida del Productor, cuyo objetivo es disminuir la generación de residuos en Chile e incrementar las tasas de valorización de estos incorporando nuevos instrumentos de gestión ambiental. La legislación no contempla como producto prioritario el papel, pues dentro de la lógica del mal menor, este tiene un menor impacto en el medioambiente, aunque lo anterior es corroborado científicamente, no podemos desconocer el proceso productivo para obtener el papel y sus derivados es de alto impacto. Según el informe de Impactos Ambientales en Chile: Desafíos para la Sustentabilidad, considera que “la región del Bío Bío presenta un 27,6% de los suelos con erosión grave, un 32,4% con erosión moderada y un 5,6% con erosión leve. La cuenca del río Bío Bío, que equivale al 66% de la superficie regional, presenta un 83% de erosión. Los mayores daños se observan en el sector del secano costero, donde el 91,9% de los suelos está erosionado.”4 Con todo lo anterior, postulamos una ley que subvencione e incentive el reciclaje de papel a escalas empresariales (que ya existen), pymes o emprendimientos individuales. Aunque la nueva ley de fomento de reciclaje entrega una subvención (no especifica la situación del papel), el incentivo económico para este residuo en específico sería primordial para poder crear una conciencia ecológica con respeto al cuidado de los árboles y los ecosistemas. El reciclaje de este elemento que es utilizado en diversos productos de uso cotidiano y en distintas tareas debe ser subvencionado por parte del Estado, ya que por un lado tenemos a grandes empresas contaminantes que por ley deben hacerse cargo de pagar por esa contaminación, pero consideramos que esto en vez de abaratar costos encarecerá los costos de producción de estas últimas, puesto que las empresas deberán invertir de sus utilidades para costear este proceso de reciclaje y por ende lo que producirán será con un

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etesis.unab.cl/xmlui/bitstream/handle/tesis/432/Urquizar_M_Resguardo del derecho ambiental_2013.pdf?sequence=1 4 http://www.archivochile.com/Chile_actual/patag_sin_repre/03/chact_hidroay-3%2000014.pdf

valor más alto. Por último por orden constitucional el Estado debe velar por el derecho a un medioambiente limpio para sus ciudadanos. La sociedad funciona bajo la lógica de mercado imperante en nuestro país, por ende según Marcelo Mena, doctor en Ingeniería Civil y Ambiental, quien fue uno de los gestores del sondeo sobre el “comportamiento verde” de los chilenos, si bien la gente está dispuesta a hacer un esfuerzo ambiental, “hay un comportamiento más amplio cuando hay un beneficio económico de por medio. Si es el ahorro energético o de agua, casi el 90 por ciento tiene un actitud al respecto, pero cuando es algo que tiene que ver con su comportamiento porque sí, como sería reciclar, se baja a un 36 por ciento”.

Medidas o Soluciones: El reciclaje como medida mitigadora del impacto medioambiental, deberá ser practicado colocando las siguientes medidas (en cuestión al papel): ALTERNATIVA 1: a) Incentivar por parte del Estado una política efectiva y real sobre el reciclaje de papel, considerando para ello una subvención especial, que motive la formación de microempresas (más allá de las que puedan realizar las empresas contaminantes) que generen un impacto económico en la población y puedan ver el valor ecológico y monetario que puede conllevar el reciclar basura. b) Crear un sistema municipal de separación de residuos a nivel domiciliario como comunal. Pues de nada sirve separar los residuos, si conservamos un sistema de retiro de basura que al cabo retira todos los desechos, los junta en un camión recolector para terminar posteriormente en un vertedero. c) Crear centros de acopios de papel ya sean municipales y/o particulares que presenten las medidas sanitarias específicas para acumular este residuo. d) Esta subvención sea para el que recicle como para aquel que emprenda la medida de retirar este residuo. ALTERNATIVA 2: a) Fomentar el reciclaje desde la ciudadanía, creando un sistema interconectado de reciclaje autogestionado y con aporte estatal. L