Principales Enfermedades Del Sistema Excretor.

PRINCIPALES ENFERMEDADES DEL SISTEMA EXCRETOR INSUFICIENCIA RENAL La insuficiencia renal o fallo renal se produce cuand

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PRINCIPALES ENFERMEDADES DEL SISTEMA EXCRETOR

INSUFICIENCIA RENAL La insuficiencia renal o fallo renal se produce cuando los riñones no son capaces de filtrar adecuadamente las toxinas y otras sustancias de desecho de la sangre. Fisiológicamente, la insuficiencia renal se describe como una disminución en el flujo plasmático renal, lo que se manifiesta en una presencia elevada de creatinina en el suero. Todavía no se entienden bien muchos de los factores que influyen en la velocidad con que se produce la insuficiencia renal o falla en los riñones. Signos y síntomas Entre los signos y síntomas de la insuficiencia renal aguda se incluyen los siguientes:          

Disminución del volumen de orina excretado (diuresis), aunque a veces se mantiene estable. Retención de líquido, que causa hinchazón en las piernas, los tobillos o los pies. Falta de aire. Fatiga. Desorientación. Náuseas. Debilidad. Ritmo cardíaco irregular. Dolor u opresión en el pecho. Convulsiones o coma en casos severos.

Factores de riesgo La insuficiencia renal aguda casi siempre ocurre junto con otra enfermedad o cuadro médico. Los factores que pueden aumentar el riesgo de insuficiencia renal aguda incluyen los siguientes:       

Estar hospitalizado, sobre todo por una enfermedad grave que requiere de cuidados intensivos. Edad avanzada. Obstrucciones en los vasos sanguíneos de los brazos y las piernas (enfermedad arterial periférica). Diabetes. Presión arterial alta. Insuficiencia cardíaca. Enfermedades renales.

Clasificación La insuficiencia renal se puede dividir ampliamente en dos categorías: 

Insuficiencia renal aguda Algunos problemas de los riñones ocurren rápidamente, como el caso de un accidente en el que la pérdida importante de sangre puede causar insuficiencia renal repentina, o algunos medicamentos o sustancias venenosas que pueden hacer que los riñones

dejen de funcionar correctamente. Esta bajada repentina de la función renal se llama insuficiencia renal aguda. La insuficiencia renal aguda puede llevar a la pérdida permanente de la función renal. 

Insuficiencia renal crónica Se define como insuficiencia renal crónica al deterioro progresivo e irreversible de la función renal, como resultado de la progresión de diversas enfermedades primarias o secundarias, resultando en perdida de la función glomerular, tubular y endocrina del riñón, lo anterior conlleva la alteración en la excreción de los productos finales del metabolismo, como los nitrogenados, y a la eliminación inadecuada de agua y electrolitos, así como a la alteración de la secreción de hormonas como la eritropoyetina, la renina, prostaglandinas y la forma activa de la vitamina D.

En la mayoría de los casos, la función renal se deteriora lentamente a lo largo de varios años y presenta inicialmente pocos síntomas evidentes, a pesar de estar relacionada con anemia y altos niveles de toxinas en sangre. Cuando el paciente se siente mal, generalmente la enfermedad está muy avanzada y la diálisis es necesaria. Cualquier persona puede sufrir de enfermedad renal, pero los de más alto riesgo son los diabéticos, los hipertensos y los familiares de personas que sufren de enfermedad renal. Como la enfermedad renal no siempre producen síntomas visibles, las personas en riesgo que mencionamos antes deben hacerse estudios para detectar la enfermedad, los básicos son: creatinina y filtración glomerular. Si se detecta la enfermedad en fase temprana puede reducirse la velocidad con la que el daño progresa, retrasando la necesidad de iniciar las terapias de reemplazo de la función renal y preparando mejor al paciente para cuando sea necesario su inicio. Las terapias de reemplazo renal son la hemodiálisis, la diálisis peritoneal, y el trasplante renal. LITIASIS RENAL Es una masa sólida compuestas de pequeños cristales y localizada en el aparato urinario (riñones, uréter, vejiga urinaria o uretra). Se pueden presentar uno o más cálculos al mismo tiempo alojados en el riñón o en el uréter. Son acumulaciones similares a piedras que se forman a partir de sales minerales. Sin embargo, estas piedras urinarias (o cálculos) son clasificadas con mayor precisión de acuerdo a dónde se descubren primero en: los riñones, los uréteres (conductos renales), o la vejiga. Los que se localizan en los riñones se denominan: cálculos renales, piedras en el riñón, cálculos en el riñón, litiasis renal o nefrolitiasis. Es un problema que afecta al 15% de la población y es más habitual en los hombres que en las mujeres, en una proporción de cuatro a tres, y en la franja de edad comprendida entre los 30 y los 60 años. Se considera que es una enfermedad crónica, ya que según los estudios que se han realizado en este sentido, el 60% de los pacientes que han tenido un episodio de litiasis renal tendrán otro en un plazo máximo de diez años, el 35% antes de los cinco años y el 15% antes de cumplirse el primer año.

Fases de formación y crecimiento de los cálculos renales

La litiasis pasa necesariamente por la sucesión de varias etapas hasta que el cálculo se forma y crece progresivamente. Estas etapas son:

1.

Sobresaturación de la orina: la orina es una solución de diversas sales que suelen están en distintas concentraciones. Estas concentraciones o solutos pueden juntarse con más solutos, conllevando un estado de saturación, dando lugar a la cristalización de las sustancias. 2. Germinación cristalina: los cristales van aumentando su tamaño y pueden romperse en trozos más pequeños. 3. Crecimiento de los cristales: siguen aumentando su tamaño de partículas formadas, ya sea por su crecimiento individual o bien por agregación de estos entre sí. 4. Retención del cálculo: finalmente, las piedras que no se han expulsado quedan retenidas bien en las paredes del riñón, en el túbulo renal o en las vías urinarias. Esta dolencia puede ser producto de la combinación de diferentes causas, a continuación, desvelamos las más frecuentes entre los pacientes.

Causas de la litiasis renal Las causas de la formación de los cálculos renales varían en función de los materiales de los que éstos están constituidos:    

  

Calcio: un aumento de la presencia en la sangre de calcio y oxalatos suele ser indicativo de que los cálculos están formados por esta sustancia. De hecho, lo habitual es que se formen a partir de los oxalatos, aunque pueden hacerlo por combinaciones de fosfatos y carbonatos. Una dieta rica en alimentos con oxalatos, la toma de algunos medicamentos y algunas enfermedades del intestino delgado favorecen la formación de este tipo de cálculos. Cistina: suelen formarse en personas con cistinuria, una enfermedad hereditaria. Ácido úrico: se dan con mayor frecuencia en los hombres que en las mujeres y pueden estar inducido por enfermedades como la gota o por tratamientos como la quimioterapia. Estruvita: se producen de manera habitual en mujeres que padecen algún tipo de infección urinaria.

CLASIFICACION Según su composición química 



Cálculos de oxalato de calcio y apatita: Los cálculos de calcio son los más frecuentes. Ambos compuestos (oxalato y calcio) son químicos naturales y se eliminan por la orina. Se forman a partir de procesos como beber insuficientes líquidos o consumir alimentos ricos en calcio. Lo suelen padecer hombres de entre 20 y 30 años. Cálculos de fosfato cálcico: Este tipo también es bastante frecuente, dado que el fosfato es un compuesto habitual de la orina y del organismo. Se trata de una mezcla de oxalato cálcico y fosfato cálcico. Normalmente se da







en pacientes que presentan un exceso de consumo de productos ricos en fosfatos como son los derivados lácteos. Cálculos de ácido úrico: Este tipo de cálculo se forma a partir de un compuesto nitrogenado que se encuentra en la orina. Suelen aparecen en un 10% de los casos. El ácido úrico es un producto de desecho, como consecuencia del metabolismo de ciertos alimentos, como las carnes rojas o bebidas como el alcohol. Cabe destacar, que estos cálculos no pueden observarse en las radiografías, por ello es necesario recurrir a pruebas de contraste o ecografías. Cálculos de estruvita: Se trata de un compuesto formado por amonio, magnesio y ácido con fósforo. También es conocida como piedra por infección, dado que se forma cuando la orina está infectada.  Hay que tener especial cuidado con este tipo de cálculos, ya que se trata del tipo más peligroso, debido a su gran crecimiento y convivencia con una infección permanente que puede llegar a desequilibrar el correcto funcionamiento del riñón afectado. Cálculo de cistina: La aparición de este compuesto se debe a la rotura de las proteínas. Se forman en personas que padezcan de cistinuria, un trastorno hereditario que afecta a mujeres y hombres por igual. Cabe tener en cuenta que el tamaño de este tipo de cálculos puede variar desde muy pequeños hasta alcanzar un diámetro de 2,5 cm.



Según su estructura Los cálculos renales pueden ser tan diminutos como un granito de arena o tan grandes como una perla. Incluso algunas piedras pueden tener el tamaño de una pelota de golf. La superficie de la piedra puede ser lisa o con picos. Por lo general son de color amarillo o marrón. Es posible que tomando algunas pastillas como Lcarnitina o populares preparados vitamínicos con calcio o magnesio se ayuda a la aparición de las piedras. Algunos cálculos renales ocupan el espacio que se conforma por la pelvis renal dando lugar a cálculos renales con forma de coral o litiasis coraliforme. EPIDEMIOLOGÍA Según una estimación, 1 de cada 10 personas desarrollará cálculos urinarios alguna vez en su vida.

En la aparición de la litiasis existen una serie de factores determinantes: FACTORES INTRÍNSECOS:

1.SEXO. Dos veces más frecuente en el hombre 2. EDAD: pico entre 20-50 años 3. FACTOR GENÉTICO: 25% defecto poligénico litiasis xantínica litiasis de cistina litiasis úrica

FACTORES EXTRÍNSECOS 1. FACTOR GEOGRÁFICO-ESTACIONAL 2. FACTOR ALIMENTICIO 1. Aumento ingesta proteínas: oxalato calcico 2. Aumento carbohidratos: litiasis cálcicas 3. Aumento ingesta calcio 4. Ingesta de cítricos: disminuye la litiasis 3. INGESTA HÍDRICA

Diagnóstico de la litiasis renal El diagnóstico que se realiza para determinar la presencia de uno o varios cálculos renales requiere de evidencias previas como la expulsión de un cálculo y la suma de varios síntomas como los comentados anteriormente. Asimismo, tras acudir a la consulta de un especialista en urología, se requerirán de diversos exámenes para concretar la presencia de litiasis renal.

Para diagnosticar la litiasis renal o cálculos renales es posible necesitar realizar una serie de pruebas y exámenes. Las pruebas más frecuentes son:  Exámenes de la función renal, son pruebas comunes de laboratorio empleados para



evaluar el funcionamiento de los riñones. Estos exámenes abarcan: BUN (Nitrógeno ureico en sangre), creatina en sangre, depuración de la creatinina y creatinina en orina. Análisis de sangre, la sangre contiene glóbulos rojos, glóbulos blancos y plaquetas. El



análisis mide el número y tipo de células que se encuentran en la sangre. Análisis de orina, a menudo se realiza para chequear si hay una infección de las vías



urinarias, problemas renales o diabetes. Es también utilizado para monitorizar algunas condiciones médicas y tratamientos. Tomografía computarizada del abdomen, este examen utiliza rayos X para crear



imágenes transversales del área abdominal. Radiografía del abdomen, imágenes médicas tomadas para observar órganos y



estructuras en el abdomen. Los órganos incluyen el brazo, el estómago y los intestinos. Cuando este examen se hace para observar las estructuras de la vejiga y el riñón, se denomina radiografía de RUV (riñones, uréteres y vejiga) Resonancia magnética del abdomen y del riñón, es un examen que utiliza imanes y



ondas de radio potentes para crear imágenes. Las ondas crean imágenes del interior de la zona abdominal. No emplean radiación. Pielografía intravenosa y retrógrada, se trata de un examen especial de los riñones, la



vejiga y los uréteres (los conductos que transportan la orina desde los riñones hasta la vejiga). Se emplea radiación (rayos X). Ecografía del riñón, es un examen que consiste en la exploración por medio de la emisión de ultrasonidos. En urología, permite estudiar varios órganos del sistema genitourinario como son; la próstata, la vejiga, el riñón o los testículos.

NEFRITIS

La nefritis es la inflamación de uno o ambos riñones. Puede afectar a los glomérulos, túbulos o tejidos intersticiales circundantes.

La nefritis puede relacionarse según la parte renal afectada o según la causa que la provoca, estas son:  Glomerulonefritis, en la que la inflamación afecta principalmente a la primera parte del aparato de filtración, el glomérulo, pudiendo ser agudo o crónico;  Nefritis intersticial o nefritis tubulointersticial, en la que la inflamación ocurre en los túbulos de los riñones y en los espacios entre los túbulos y el glomérulo;  Nefritis lúpica, en la que la parte afectada también es el glomérulo y es causada por el Lupus Eritematoso Sistémico, que es una enfermedad del sistema inmunológico. La nefritis puede ser aguda cuando surge rápidamente debido a una infección grave, como por ejemplo una infección en la garganta por Streptococcus, hepatitis o VIH; o puede ser crónica cuando se desarrolla lentamente debido a lesiones más graves en los riñones.

Principales síntomas Los síntomas de nefritis pueden ser:  Disminución de la cantidad de orina;  Orina enrojecida;  Exceso de sudor, especialmente en la cara, manos y pies;  Hinchazón de los ojos o de las piernas;  Aumento de la presión arterial;  Presencia de sangre en la orina. Con la aparición de estos síntomas, debe acudir de inmediato a un nefrólogo para realizar exámenes de diagnóstico como una prueba de orina, ultrasonido o tomografía computarizada de forma de identificar el problema e iniciar el tratamiento adecuado. Además de estos síntomas, en la nefritis crónica puede surgir pérdida del apetito, náuseas, vómitos, fatiga, insomnio, comezón y calambres.

Posibles causas Existen varias causas que pueden causar la aparición de una nefritis como:  Uso excesivo de medicamentos como algunos analgésicos, antibióticos, antiinflamatorios no esteroideos, diuréticos, anticonvulsivos, inhibidores de la calcineurina como ciclosporina y tacrolimus;  Infecciones por bacterias, virus y otros;  Enfermedades autoinmunes, como por ejemplo Lupus eritematoso sistémico, Síndrome de Sjögren, Enfermedad sistémica asociada a IgG4 ;,  Exposición prolongada a toxinas como litio, plomo, cadmio o ácido aristolóquico; Además de esto, personas con varios tipos de nefropatías, cáncer, diabetes, glomerulopatías, VIH, enfermedad falciforme tienen mayor riesgo de sufrir nefritis.

Diagnóstico

La nefritis se diagnostica evaluando la historia del paciente y los posibles precursores genéticos de la enfermedad. En ausencia de tal antecedente, un antecedente reciente de faringitis estreptocócica o infección de la vejiga puede indicar nefritis infecciosa. Se dice que las personas con lupus están predispuestas a esta afección y se les pide que informen a su médico sobre los signos de hinchazón en las extremidades tan pronto como sea posible. Además, el dolor en los riñones a cada lado de la espalda baja puede indicar el desarrollo de nefritis. Los médicos también pueden solicitar pruebas de laboratorio:    

Análisis de orina. Puede ser una ayuda importante en el diagnóstico del exceso de proteínas en el flujo urinario, así como en la presencia de una infección. Análisis de sangre. Pueden ayudar a diagnosticar esta afección. Examen físico. Puede revelar que los riñones están hinchados, Pruebas de imagen. En algunos casos, la RMN se utiliza para evaluar el grado de inflamación.

PIELITIS La pielitis es la inflamación de la pelvis renal, el área en el centro del riñón que recoge la orina y la drena hacia el uréter. Síntomas Fiebre leve Dolor de espalda Necesidad de orinar con frecuencia

En casos severos, algunos pacientes pueden desarrollar dolor extremo en el abdomen y su orina puede parecer oscura debido a la presencia de glóbulos blancos (piuria) o glóbulos rojos. La orina de los pacientes también puede ser ácida y contener proteínas.

Causas La pielitis generalmente es causada por bacterias como la E. coli o (con menos frecuencia) los estreptococos o estafilococos, que pueden invadir los riñones con sangre. Existen varios factores que pueden conducir a la pielitis:   

Anatomía femenina. La uretra es más corta en las mujeres que en los hombres. Esto promueve la entrada de infecciones ascendentes desde fuera de la vejiga. Infecciones del tracto urinario no tratadas causadas principalmente por bacterias y enfermedades de transmisión sexual como la gonorrea. Cualquier obstrucción urinaria, como cálculos renales. Cualquier bloqueo en el uréter puede limitar o bloquear el flujo de orina, de manera que la orina se retiene en la pelvis renal y causa irritación e inflamación.

Complicaciones Cuando la pielitis progresa a pielonefritis. Los pacientes afectados pueden experimentar escalofríos, dolor de espalda, fiebre, vómitos, dolor al orinar y náuseas.

La pielonefritis crónica es una enfermedad extremadamente debilitante en la que el deterioro de las células renales puede llevar a una insuficiencia renal crónica. En casos raros, la infección renal puede propagarse a la sangre y causar sepsis, una enfermedad potencialmente mortal que requiere tratamiento inmediato.

Diagnóstico El diagnóstico se realiza a menudo a través de un examen físico, una revisión de la historia clínica del paciente y el uso de pruebas de laboratorio. Cuando se examina la orina de un paciente, generalmente se ve turbia. Se pueden presentar glóbulos blancos (piuria) y, en raras ocasiones, glóbulos rojos. Tratamiento El tratamiento a menudo depende de la causa de la pielitis:  

Cálculos renales. Si se descubre un cálculo renal, a menudo se trata con medicamentos y algunas veces con cirugía. Infecciones del tracto urinario. Cuando la infección es la causa principal, generalmente se administran antibióticos para detener la infección. A estos pacientes también se les aconseja beber mucho líquido y descansar en la cama.

Prevención La esquinitis se puede prevenir mediante el tratamiento rápido de las infecciones del tracto urinario. Siga estas pautas para prevenir la aparición de la enfermedad::  

Buena higiene personal Consumo de una gran cantidad de líquidos

INFECCIÓN RENAL La infección renal (pielonefritis) es un tipo de infección de las vías urinarias que, generalmente, comienza en la uretra o en la vejiga y sube hasta uno o ambos riñones.

Síntomas Los signos y síntomas de una infección renal pueden comprender: 

Fiebre



Escalofríos



Dolor en la espalda, el costado (flanco) o la ingle



Dolor abdominal



Necesidad de orinar a menudo



Necesidad imperiosa y constante de orinar



Sensación de ardor o dolor al orinar



Náuseas y vómitos



Pus o sangre en la orina (hematuria)



Orina turbia o con olor desagradable

Causas Las bacterias que ingresan en las vías urinarias a través del tubo que transporta la orina del cuerpo (uretra) pueden multiplicarse y desplazarse a los riñones. Esta es la causa más frecuente de infecciones renales. Las bacterias de infecciones de cualquier otra parte del cuerpo también pueden extenderse a los riñones a través del torrente sanguíneo. Aunque las infecciones renales no son frecuentes, pueden suceder, por ejemplo, si tienes una articulación artificial o una válvula cardíaca que se infecta. En raras ocasiones, la infección renal se produce después de una cirugía de riñón.

Factores de riesgo Algunos factores que aumentan el riesgo de una infección renal son: 

Ser de sexo femenino. La uretra de las mujeres es más corta que la de los hombres, por lo cual es más fácil que las bacterias se trasladen desde afuera del cuerpo hasta la vejiga. La proximidad entre la uretra, la vagina y el ano también crea más oportunidades para que las bacterias ingresen en la vejiga. Una vez que llega a la vejiga, la infección puede extenderse a los riñones. Las mujeres embarazadas corren incluso un riesgo mayor de presentar una infección renal.



Tener un bloqueo de las vías urinarias. Puede ser cualquier cosa que enlentezca la circulación de la orina o reduzca la capacidad de vaciar la vejiga al orinar, por ejemplo, un cálculo renal, una anomalía en la estructura de las vías urinarias o, en el caso de los hombres, un agrandamiento de la glándula prostática.



Tener el sistema inmunitario debilitado. Puede ser por alguna enfermedad que afecte el sistema inmunitario, como la diabetes o el VIH. Determinados medicamentos, como los que se toman para prevenir el rechazo de órganos trasplantados, tienen un efecto similar.



Tener lesiones en los nervios que rodean la vejiga. Las lesiones en los nervios o a la médula espinal pueden bloquear la sensibilidad ante una infección de la vejiga, por lo que no te darás cuenta cuando esta se convierta en una infección renal.



Usar un catéter urinario durante un tiempo. Los catéteres urinarios son tubos que se usan para drenar la orina de la vejiga. Es posible que te coloquen un catéter durante algunos procedimientos quirúrgicos y pruebas de diagnóstico, o después de ellos. Podrías usar uno de forma continua si tienes que guardar cama.



Tener una enfermedad que causa que la orina recorra un trayecto incorrecto. En el caso del reflujo vesicoureteral, algunas pequeñas cantidades de orina regresan desde la vejiga hasta los uréteres y los riñones. Las personas que sufren esta enfermedad corren un riesgo mayor de padecer una infección renal durante la niñez o la adultez.

Complicaciones Si no se la trata, una infección renal puede conducir a complicaciones potencialmente graves, tales como: 

Formación de cicatrices en el riñón. Esto puede provocar enfermedad renal crónica, presión arterial alta e insuficiencia renal.



Intoxicación de la sangre (septicemia). Los riñones filtran los desechos de la sangre y devuelven la sangre filtrada al resto del cuerpo. Una infección renal puede hacer que las bacterias se diseminen por el torrente sanguíneo.



Complicaciones en el embarazo. Las mujeres que padecen una infección renal durante el embarazo pueden tener un riesgo mayor de dar a luz a bebés de bajo peso.

Prevención Reduce los riesgos de infección renal tomando medidas para prevenir infecciones en las vías urinarias. Las mujeres, en particular, pueden reducir el riesgo de infecciones en las vías urinarias si adoptan las siguientes medidas: 

Beber líquidos, en especial agua. Los líquidos pueden ayudar a eliminar las bacterias del cuerpo al orinar.



Orinar apenas sientan la necesidad. Evita demorar la orina cuando sientes la necesidad de orinar.



Vaciar la vejiga después de las relaciones sexuales. Orinar tan pronto como sea posible después de una relación sexual ayuda a eliminar bacterias de la uretra, lo que reduce el riesgo de infección.



Limpiarse cuidadosamente. Limpiarse desde adelante hacia atrás luego de orinar y de evacuar los intestinos ayuda a evitar que las bacterias se propaguen hacia la uretra.



Evitar usar productos femeninos en la zona genital. Usar productos como desodorantes en aerosol en la zona genital o realizar lavados vaginales puede irritar la región.

CISTITIS

Es el término médico para la inflamación de la vejiga. La mayoría de las veces, la inflamación es causada por una infección bacteriana y se llama «infección urinaria». Una infección en la vejiga puede ser dolorosa y molesta, y puede volverse un problema de salud grave si la infección se disemina a los riñones. Con menos frecuencia, la cistitis aparece como una reacción a determinados medicamentos, a la radioterapia o a irritantes potenciales, como los aerosoles de higiene femenina, los geles espermicidas o el uso prolongado de un catéter. La cistitis también puede aparecer como una complicación de otra enfermedad. Los antibióticos son el tratamiento frecuente para la cistitis bacteriana. El tratamiento para otros tipos de cistitis depende de la causa de fondo.

Síntomas

Algunos de los signos y síntomas de la cistitis suelen ser: 

Necesidad imperiosa y constante de orinar



Sensación de ardor al orinar



Orinar frecuentemente en pequeñas cantidades



Sangre en la orina (hematuria)



Orina turbia y con olor fuerte



Molestias pélvicas



Sensación de presión en la parte inferior del abdomen



Fiebre baja

Para los niños pequeños, tener nuevos episodios de orinarse accidentalmente durante el día puede ser un signo de infección urinaria. Mojar la cama a la noche cuando están solos probablemente no esté asociado a una infección urinaria.

Causas El sistema urinario comprende los riñones, los uréteres, la vejiga y la uretra. Todos ellos son importantes para eliminar los desperdicios del cuerpo. Los riñones, que son un par de órganos con forma de frijoles ubicados hacia la espalda en la parte superior del abdomen, filtran el desperdicio del cuerpo y regulan las concentraciones de muchas sustancias. Los tubos denominados «uréteres» transportan la orina desde los riñones hasta la vejiga, donde se almacena hasta que sale del cuerpo a través de la uretra. Cistitis bacteriana Las infecciones de las vías urinarias suelen ocurrir cuando las bacterias que se encuentran fuera del cuerpo ingresan en las vías urinarias a través de la uretra y comienzan a multiplicarse. La mayoría de los casos de cistitis se producen por un tipo de bacteria Escherichia coli (E. coli). Las infecciones bacterianas de la vejiga pueden aparecer en las mujeres como resultado de las relaciones sexuales. No obstante, incluso las jóvenes y mujeres que no son sexualmente activas están expuestas a infecciones

urinarias más leves, ya que la zona genital femenina a menudo alberga bacterias que pueden causar cistitis. Cistitis no infecciosa Aunque las infecciones bacterianas son la causa más frecuente de la cistitis, diversos factores no infecciosos también pueden hacer que se inflame la vejiga. Algunos ejemplos son los siguientes: 

Cistitis intersticial. La causa de esta inflamación crónica de la vejiga, también denominada «síndrome de vejiga dolorosa», es poco clara. La mayoría de los casos se diagnostican en mujeres. La afección puede ser difícil de diagnosticar y tratar.



Cistitis inducida por los medicamentos. Ciertos medicamentos, especialmente los de quimioterapia ciclofosfamida e ifosfamida, pueden producir inflamación de la vejiga cuando sus componentes descompuestos son expulsados del cuerpo.



Cistitis por radiación. El tratamiento con radiación de la zona pélvica puede producir cambios inflamatorios en el tejido de la vejiga.



Cistitis por cuerpos extraños. El uso prolongado de un catéter puede predisponerte a sufrir infecciones bacterianas y daños de los tejidos, dos situaciones que pueden provocar inflamación.



Cistitis química. Algunas personas pueden ser hipersensibles a las sustancias químicas que contienen ciertos productos, como los baños de espuma, los aerosoles de higiene femenina o los geles espermicidas, y tener una reacción alérgica que cause una inflamación dentro de la vejiga.



Cistitis asociada a otras afecciones. En ocasiones, la cistitis puede aparecer como una complicación de otros trastornos, como la diabetes, los cálculos renales, el agrandamiento de la próstata o las lesiones de la médula espinal.

Factores de riesgo Algunas personas son más propensas que otras a padecer de infecciones recurrentes de vejiga o de las vías urinarias. Las mujeres son uno de esos grupos. Una razón clave es su anatomía particular. Las mujeres tienen una

uretra más corta, lo que acorta la distancia que deben viajar las bacterias para alcanzar la vejiga. Las mujeres que presentan un mayor riesgo de infección de las vías urinarias son aquellas que: 

Son sexualmente activas. Como resultado del coito, las bacterias se pueden impulsar por la uretra.



Usan ciertos tipos de anticonceptivos. Las mujeres que usan diafragmas presentan mayor riesgo de una infección de las vías urinarias. Los diafragmas que contienen agentes espermicidas aumentan más el riesgo.



Están embarazadas. Los cambios hormonales durante el embarazo pueden aumentar el riesgo de una infección de la vejiga.



Han experimentado la menopausia. Los niveles alterados de hormonas en mujeres posmenopáusicas se asocian a menudo con las infecciones de las vías urinarias.

Otros factores de riesgo en hombres y mujeres son los siguientes: 

Interferencia en el flujo de orina. Esto puede ocurrir en enfermedades como piedras en la vejiga o, en hombres, con el agrandamiento de la próstata.



Cambios en el sistema inmunitario. Esto puede ocurrir en algunas enfermedades, como la diabetes, infección por VIH o tratamiento oncológico. Un sistema inmunitario debilitado incrementa el riesgo de infecciones bacterianas y, en algunos casos, infecciones virales de la vejiga.



Uso prolongado de una sonda en la vejiga. Estas sondas pueden ser necesarias en personas con enfermedades crónicas o adultos mayores. El uso prolongado puede provocar un aumento de la vulnerabilidad de infecciones bacterianas y un daño del tejido de la vejiga.

La cistitis no es frecuente en hombres que no tienen problemas de salud que los predispongan.

Complicaciones Cuando se tratan rápida y adecuadamente, es poco común que las infecciones de vejiga tengan complicaciones. Pero si no se tratan, pueden convertirse en algo más grave. Las complicaciones pueden ser las siguientes:



Infección renal. Una infección de vejiga que no se trata puede convertirse en una infección renal, también denominada «pielonefritis». Las infecciones renales pueden dañar permanentemente los riñones.

Los adultos mayores y niños pequeños son los que corren más riesgo de sufrir daño renal debido a infecciones de vejiga, ya que sus síntomas suelen pasarse por alto o confundirse con los de otras afecciones. 

Sangre en la orina. Cuando tienes cistitis, es posible que tengas células sanguíneas en la orina que solo se ven con un microscopio (hematuria microscópica), lo cual suele resolverse con tratamiento. Si aún hay células sanguíneas después del tratamiento, el médico puede recomendarte ver a un especialista para determinar la causa. La sangre en la orina que puedes ver (hematuria macroscópica) es poco frecuente con la cistitis bacteriana típica, pero es más frecuente con la cistitis inducida por quimioterapia o radiación.

Prevención Se recomienda tomar jugo de arándano agrio o tabletas que contienen proantocianidinas para reducir el riesgo de tener infecciones de vejiga recurrentes para algunas mujeres. Pero la investigación en esta área es contradictoria. Algunos estudios más pequeños demostraron un ligero beneficio, pero los estudios a mayor escala no descubrieron beneficios significativos. Como remedio casero, evita tomar jugo de arándano agrio si estás tomando el medicamento anticoagulante warfarina (Coumadin). Posibles interacciones entre el jugo de arándano agrio y la warfarina pueden provocar sangrado. Aunque estas medidas preventivas de cuidado personal no se estudiaron en profundidad, los médicos algunas veces recomiendan lo siguiente para las infecciones reiteradas en la vejiga: 

Bebe mucho líquido, especialmente agua. Beber mucho líquido es muy importante si te sometes a quimioterapia o radioterapia, en especial durante los días de tratamiento.



Micción frecuente. Evita demorar ir al baño cuando sientes la necesidad de orinar.



Sécate de adelante hacia atrás después de evacuar los intestinos. Esto evita que las bacterias de la región anal se extiendan a la vagina y la uretra.



Dúchate en lugar de tomar baños en tina. Si eres propensa a tener infecciones, ducharte en lugar de tomar baños en tina puede ayudar a prevenir infecciones.



Lava suavemente la piel que rodea la vagina y el ano. Hazlo todos los días, pero no uses jabones ásperos ni lo hagas vigorosamente. La piel delicada alrededor de estas zonas puede irritarse.



Vacía la vejiga tan pronto como sea posible después de la relación sexual. Bebe un vaso lleno de agua para ayudar a eliminar las bacterias.



Evita usar desodorantes en espray o productos femeninos en la zona genital. Estos productos pueden irritar la uretra y la vejiga.

Diagnóstico 

Análisis de orina. Si el médico sospecha que tienes una infección en la vejiga, es posible que te pida una muestra de orina para determinar si tiene bacterias, sangre o pus. De ser así, es posible que solicite un cultivo de orina bacteriano.



Cistoscopia. Durante esta prueba, el médico inserta un cistoscopio (un tubo pequeño con una luz y una cámara) en la vejiga a través de la uretra, para ver las vías urinarias en busca de signos de enfermedad. Con el un cistoscopio, el médico también puede tomar una pequeña muestra de tejido (biopsia) para analizar en el laboratorio. Pero esta prueba muy probablemente no sea necesaria si es la primera vez que tienes signos o síntomas de cistitis.



Pruebas de diagnóstico por imágenes. Una prueba por imágenes no es necesaria generalmente, pero en algunas instancias, en especial si no hay evidencia de infección, puede ser útil. Por ejemplo, una radiografía o una ecografía pueden ayudar al médico a descubrir otras causas posibles de inflamación en la vejiga, como un tumor o una anormalidad estructural.

PROSTATITIS

La prostatitis es la hinchazón e inflamación de la próstata, una glándula del tamaño de una nuez ubicada justo debajo de la vejiga en los hombres. La próstata es una glándula que produce un líquido (semen) que nutre y transporta los espermatozoides. La prostatitis con frecuencia provoca dolor o dificultad al orinar. Otros síntomas comprenden dolor en la ingle, la zona pélvica o los genitales y, a veces, síntomas parecidos a los de la gripe. La prostatitis afecta a los hombres de todas las edades, pero tiende a ser más frecuente en hombres de 50 años o menos. Esta enfermedad se debe a varias causas. A veces, no se sabe cuál es la causa. Si la prostatitis es por causa de una infección bacteriana, normalmente se puede tratar con antibióticos.

Síntomas Los signos y síntomas de la prostatitis dependen de la causa. Pueden incluir: 

Dolor o sensación de ardor al orinar (disuria)



Dificultad para orinar, como goteo o vacilación urinaria



Micción frecuente, en especial a la noche (nicturia)



Necesidad urgente de orinar



Orina turbia



Sangre en la orina



Dolor en el abdomen, la ingle o la espalda lumbar



Dolor en la parte entre el escroto y el recto (perineo)



Dolor o incomodidad en el pene o los testículos



Eyaculación dolorosa



Signos y síntomas parecidos a los de la gripe (con prostatitis bacteriana)

Cuándo debes consultar a un médico Si tienes dolor pélvico, dificultad o micción dolorosa, o eyaculación dolorosa, consulta con el médico. Si no se tratan, algunos tipos de prostatitis pueden provocar un empeoramiento de la infección u otros problemas de salud.

Causas La prostatitis bacteriana aguda es provocada generalmente por cepas comunes de bacterias. La infección puede comenzar cuando las bacterias presentes en la orina se filtran en la próstata. Se utilizan antibióticos para tratarla. Si estos no eliminan las bacterias, la prostatitis podría reaparecer o ser difícil de tratar (prostatitis bacteriana crónica). La lesión a los nervios en las vías urinarias inferiores, que puede deberse a una cirugía o a un traumatismo en la zona, puede contribuir a causar la prostatitis que no es provocada por una infección bacteriana. En muchos casos de prostatitis no se sabe cuál es la causa.

Factores de riesgo Los factores de riesgo de la prostatitis son los siguientes: 

Ser joven o de mediana edad



Habiendo tenido prostatitis anteriormente



Tener una infección en la vejiga o en el tubo que transporta el semen y la orina al pene (uretra)



Tener un trauma pélvico, como una lesión por montar en bicicleta o a caballo



Usar un tubo insertado en la uretra para drenar la vejiga (catéter urinario)



Tener VIH/SIDA



Haber tenido una biopsia de próstata

Complicaciones Algunas de las complicaciones de la prostatitis pueden ser: 

Infección bacteriana de la sangre (bacteriemia)



Inflamación de la estructura tubular que se encuentra detrás del testículo (epididimitis)



Cavidad con pus en la próstata (absceso prostático)



Anomalías del semen y esterilidad, lo que puede ocurrir con la prostatitis crónica

No hay evidencia directa de que la prostatitis pueda causar cáncer de próstata.

Diagnóstico El diagnóstico de la prostatitis incluye el descarte de otras afecciones como causa de los síntomas y la determinación del tipo de prostatitis que tienes. El médico probablemente te preguntará sobre tus antecedentes médicos y tus síntomas. También te hará un examen físico que probablemente incluirá un examen digital del recto. Las pruebas de diagnóstico iniciales pueden incluir lo siguiente: 

Análisis de orina. Es posible que el médico haga analizar una muestra de orina para buscar signos de infección urinaria (análisis de orina). Quizás el médico también envíe una muestra de orina al laboratorio para determinar si tienes una infección.



Análisis de sangre. El médico quizás examine muestras de sangre en busca de signos de infección y de otros problemas de próstata.



Masaje prostático. En raras ocasiones, el médico podría masajear la próstata para analizar las secreciones.



Pruebas de imagen. En algunos casos, el médico puede solicitar una exploración mediante tomografía computarizada de las vías urinarias y la próstata, o una ecografía de la próstata. La exploración mediante tomografía computarizada proporciona información más detallada que las radiografías. Una ecografía es la imagen visual producida por ultrasonido.

Según los síntomas y los resultados de los análisis, el médico puede concluir que tienes uno de los siguientes tipos de prostatitis: 

Prostatitis bacteriana aguda. A menudo causada por cepas bacterianas comunes, este tipo de prostatitis suele comenzar de manera repentina y genera signos y síntomas parecidos a los de la gripe, como fiebre, escalofríos, náuseas y vómitos.



Prostatitis bacteriana crónica. Cuando los antibióticos no eliminan las bacterias que causan la prostatitis, puedes tener infecciones recurrentes o

difíciles de tratar. Entre un episodio y otro de prostatitis bacteriana crónica es posible que no tengas síntomas o que estos sean leves. 

Prostatitis crónica o síndrome de dolor pélvico crónico. Este tipo de prostatitis (el más frecuente) no es causado por bacterias. A menudo no se puede identificar la causa exacta. En algunos hombres, los síntomas no varían con el tiempo. En otros, los síntomas atraviesan ciclos de mayor y menor gravedad.



Prostatitis inflamatoria asintomática. Este tipo de prostatitis no ocasiona síntomas y se halla por azar cuando los hombres se someten a pruebas para detectar otras afecciones. No requiere tratamiento.

EDEMA O RETENSION DE LÍQUIDOS El edema es una hinchazón causada por el exceso de líquido atrapado en los tejidos del cuerpo. Si bien el edema puede afectar cualquier parte del cuerpo, se puede observar con mayor frecuencia en las manos, los brazos, los pies, los tobillos y las piernas.

Síntomas Los signos de edema comprenden los siguientes: 

Hinchazón o inflamación del tejido que está directamente debajo de la piel, especialmente, en las piernas o en los brazos



Piel estirada o brillante



Piel que retiene un hoyuelo (fóvea) después de presionarla durante varios segundos



Aumento del tamaño abdominal

Cuándo consultar al médico Pide una consulta con el médico si tienes hinchazón, piel estirada o brillante, o piel que retiene un hoyuelo después de presionarla (fóveas). Consulta con tu médico de inmediato si presentas lo siguiente: 

Falta de aire



Dificultad para respirar



Dolor en el pecho

Estos pueden ser signos de edema pulmonar, que requiere tratamiento inmediato. Si estuviste sentado por un período prolongado, como en un vuelo largo, y tienes hinchazón y dolor en una pierna que no desaparecen, llama al médico. El dolor y la hinchazón persistentes en la pierna pueden ser un signo de un coágulo de sangre profundo en las venas (trombosis venosa profunda).

Causas El edema se produce cuando se escapa líquido de pequeños vasos sanguíneos del cuerpo (capilares). El líquido se acumula en los tejidos circundantes, lo que produce la hinchazón. Los casos leves de edema pueden deberse a lo siguiente: 

Estar sentado o permanecer en una posición durante mucho tiempo



Comer mucha comida salada



Tener signos y síntomas premenstruales



Estar embarazada

El edema también puede ser un efecto secundario de algunos medicamentos, entre ellos: 

Medicamentos para la presión arterial alta



Medicamentos antiinflamatorios no esteroides



Medicamentos esteroides



Estrógenos



Ciertos medicamentos para la diabetes llamados «tiazolidinedionas»

En algunos casos, sin embargo, el edema puede ser un signo de una enfermedad oculta más grave. Son varios los trastornos y las enfermedades que pueden provocar edema, entre ellos: 

Insuficiencia cardíaca congestiva. Si sufres de insuficiencia cardíaca congestiva, una de las cavidades inferiores del corazón o ambas pierden la capacidad de bombear sangre con eficacia. Como consecuencia, la sangre

puede retroceder hacia las piernas, los tobillos y los pies, y causar edema. La insuficiencia cardíaca congestiva también puede causar hinchazón abdominal. A veces, esta afección puede causar acumulación de líquido en los pulmones (edema pulmonar), lo que puede provocar falta de aire. 

Cirrosis. El líquido puede acumularse en la cavidad abdominal (ascitis) y en las piernas debido a daños en el hígado (cirrosis).



Enfermedad renal. Cuando tienes una enfermedad renal, el exceso de líquido y de sodio en la circulación puede causar edema. El edema asociado con la enfermedad renal se produce generalmente en las piernas y alrededor de los ojos.



Daño renal. El daño en los diminutos vasos sanguíneos que hacen el filtrado en los riñones puede causar el síndrome nefrótico. En el síndrome nefrótico, la disminución de los niveles de proteína (albúmina) en la sangre puede producir acumulación de líquidos y edema.



Debilidad o daños en las venas de las piernas. Si sufres de insuficiencia venosa crónica, las válvulas unidireccionales de las venas de las piernas se debilitan o se dañan, lo que permite que la sangre se acumule en las venas de las piernas y provoque hinchazón. El comienzo repentino de la hinchazón en una pierna acompañado de dolor en los músculos de la pantorrilla puede deberse a un coágulo sanguíneo (trombosis venosa profunda) en una de las venas de la pierna. Si esto ocurre, busca atención médica de inmediato.



Sistema linfático inadecuado. El sistema linfático del cuerpo ayuda a eliminar el exceso de líquido de los tejidos. Si este sistema se daña —por ejemplo, por una cirugía de cáncer—, los ganglios linfáticos y los vasos linfáticos que drenan una zona pueden no funcionar correctamente, y se puede producir un edema.



Deficiencia grave de proteínas a largo plazo. Una falta extrema (deficiencia) de proteínas en la dieta por un período de tiempo prolongado puede provocar acumulación de líquido y edema.

Factores de riesgo Si estás embarazada, el cuerpo retiene más sodio y agua de lo habitual debido al líquido que necesita el feto y la placenta. Esto puede aumentar el riesgo de edema. El riesgo de edema puede aumentar si tomas determinados medicamentos, tales como:



Medicamentos para la presión arterial alta



Medicamentos antiinflamatorios no esteroides



Medicamentos esteroides



Estrógenos



Ciertos medicamentos para la diabetes llamados «tiazolidinedionas»

Una enfermedad crónica, como insuficiencia cardíaca congestiva o una enfermedad hepática o renal, también puede aumentar el riesgo de edema. Además, a veces se puede obstruir un ganglio linfático en una cirugía, lo que genera hinchazón en un brazo o una pierna, generalmente en un solo lado.

Complicaciones Si no se trata, el edema puede causar lo siguiente: 

Hinchazón cada vez más dolorosa



Dificultad para caminar



Rigidez



Piel estirada, que puede picar y molestar



Mayor riesgo de infección en la zona hinchada



Cicatrices entre las capas de tejido



Menor circulación sanguínea



Menor elasticidad de arterias, venas, articulaciones y músculos



Mayor riesgo de úlceras en la piel