Principales Antecedentes de La Inversion Extranjera en Mexico

PRINCIPALES ANTECEDENTES DE LA INVERSION EXTRANJERA EN MEXICO Hoy la economía mexicana presenta una interdependencia (ma

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PRINCIPALES ANTECEDENTES DE LA INVERSION EXTRANJERA EN MEXICO Hoy la economía mexicana presenta una interdependencia (mas bien dependencia) con la economía mundial, pero sobretodo con las economías desarrolladas aun más con la de Estados Unidos. Por otra parte, lo que ocurra en México puede afectar al conjunto de la economía mundial pero en particular a Estados Unidos y a las llamadas economías ``emergentes'', que no sabemos en que sentido lo son. En la capacidad de afectación intervienen elementos de orden objetivo y subjetivo o vinculados tanto a la economía real como a la simbólica. La economía mundial afecta a México por las características del modelo económico que se puso en marcha. Para este modelo las exportaciones son el motor de la economía y el capital extranjero es el verdadero soporte de la inversión. Simultáneamente, el aval de los organismos internacionales, expresado en los acuerdos firmados, los créditos concedidos y las opiniones que se vierten sobre la economía del país, a veces determinan, a veces condicionan, la política económica y el comportamiento del capital extranjero hacia México. Las opiniones externas no se refieren solamente a la economía, sino también a la política y ambas influyen en las expectativas. México tiene a su vez capacidad de afectar a la economía internacional cuando menos por dos razones: primero por su fuerte endeudamiento internacional; dado esto, su insolvencia (que estuvo al borde de ocurrir a inicios de 1995) golpearía rudamente en términos reales, pero especialmente en función de las expectativas, al sector financiero de Estados Unidos y de otros piases. En segundo termino, México ha sido presentado y el mismo se ha ofrecido, como una suerte de paradigma de lo que las economías emergentes deben hacer para poder ser exitosas en la globalización. Dos modelos económicos opuestos han dado vida a la política económica de nuestro país a partir de la Segunda Guerra Mundial. El primero es el modelo keynesiano o economía de tipo proteccionista, donde el Estado intervenía directa y fuertemente en la vida económica de la nación. Este modelo permitió el crecimiento de la industria y la formación del capital básico para su expansión; pero al mismo tiempo propició una industria ineficiente en términos de calidad y costos, lo que la hace inoperante y poco competitiva a nivel internacional. El segundo modelo es el monetarista o neoliberal en el cual se busca una mayor competencia entre particulares y la eliminación paulatina del papel del Estado en el aspecto económico de la nación.

De esta forma, la competitividad de los productos y de las industrias a nivel internacional estaba asegurada, hecho que propiciaría un nuevo despegue de la economía mexicana. Sin embargo, detrás de la máscara de la competitividad estaba la brutalidad del capitalismo salvaje explotando desmedidamente a la clase trabajadora con el afán de acumular ganancia. La segunda conflagración mundial dio un gran estímulo al crecimiento de la economía mexicana. De 1940 a 1956 se da en México un período de crecimiento hacia afuera, basado en el dinamismo del sector primario. Esta política puede definirse como crecimiento sin desarrollo, ya que el número de industrias del país aumentó, pero sin la base sólida que es la libre competencia, que le permitiera desarrollarse económicamente. De 1956 a 1970 gira ciento ochenta grados la economía mexicana creciendo hacia adentro, basada en el dinamismo del sector industrial, contrayendo la estabilidad de precios y ajustándose a los problemas productivos y financieros por los que pasó el país. En el primer modelo, “la expansión [de la industria y] del capitalismo en México [fueron impulsados] por procesos… vinculados al desarrollo extensivo… [es decir] por un dinámico proceso de sustitución de importaciones, decididamente favorecido por la política de protección a la industria.” Hubo un cambio en el tipo de producción, donde lentamente la industria transformativa se separa de la extractiva al igual que la manufactura de la agricultura. Poco a poco esta última se va convirtiendo en un elemento básico de aquella al pasar a ser materia prima que se transforma en mercancías. Este impulso también desarrolló la división social del trabajo.

Así, creció rápidamente la producción mercantil a expensas de la agrícola ya que de 1940 a 1950 esta última, pasó de 46.9 % a 17.9 %. Y por su parte, la proporción de la población urbana en relación con la rural, se incrementó de 35 % a 51.5 % de 1940 a 1960. El siguiente cuadro muestra la predominancia que va adquiriendo la población urbana.

Advierte Lenin que “el desarrollo de la economía mercantil significa que la agricultura se va separando de una rama industrial tras otra.” Mientras que la industria transformativa va creciendo y tomando importancia dentro de la vida económica de un país o simplemente dentro de una comunidad, “una parte cada vez mayor de la población se va separando de la agricultura, es decir, [crece] la población industrial a cuenta de la agrícola.”Queda así enunciada una ley del desarrollo capitalista. Por otro lado, la necesidad de un mercado exterior para una nación capitalista, se

determina, según Lenin,por: la circulación de mercancías que rebasan los límites geográficos del estado, por la constante transformación de los modos de producción y el ilimitado crecimiento del volumen de la producción. Así como en la industria hubo crecimiento durante las dos décadas siguientes a 1940, también el agro mexicano creció a una tasa promedio de 6 % y con esto se abrió paso a la exportación, y a la formación de un mercado interior multiplicando los tipos de industria. Con el extraordinario volumen de las exportaciones de alimentos de esos años, se obtuvo un flujo considerable y continuo de divisas que más adelante, permitieron sostener la importación de maquinaria y equipo para la instalación y ampliación de la planta industrial. También se desarrolló el flujo de materias primas y alimentos, con estabilidad en los precios. El Estado mexicano fue un promotor directo del desarrollo mediante la creación de infraestructura industrial y agrícola y su política de promoción proteccionista. De esta forma, la de sustitución de importaciones creaba una ganancia extraordinaria en beneficio del capitalista industrial. A partir de la segunda mitad de los 50 del siglo pasado, el proceso de industrialización tendió a desacelerarse por su proximidad a los límites del desarrollo extensivo del capitalismo; es decir, se acabó el mercado y la fuerza de trabajo se cansó por la explotación continua.

Con la caída de los precios internacionales de los productos básicos se bloqueó el ciclo de reproducción del capital mexicano y vino una subsiguiente etapa de crisis y recesión económica hasta que se presentó una nueva alternativa para incrementar la acumulación del capital en los países más industrializados. Esta alternativa consistió, según Rivera, en que el flujo de divisas se “acrecentara en dirección a países en los que el desarrollo extensivo del capitalismo y el papel asumido por el Estado habían creado una infraestructura industrial suficiente que aseguraba la rentabilidad del capital externo.” México tenía dicha infraestructura. Por consiguiente, el Estado mexicano instrumentó cambios en su política económica para ampliar la captación de capital externo. Con estas medidas y con las condiciones materiales existentes, México se convirtió en uno de los principales importa-dores de capital en el mundo entero.

De esta forma, el Estado mexicano se enfocó en la constitución o ampliación del sector público y semipúblico de empresas orientadas a la producción de bienes y servicios cuya venta a muy bajo precio, elevó la rentabilidad general del capital en la industria. Así, según Rivera, “las exportaciones industriales empezaron a crecer más rápidamente que las

exportaciones totales” con lo que se superó la deficiencia del comercio exterior. Por tal razón, se buscó compensar la ausencia de actividad tecnológica a través de una política a favor del incremento del “valor agregado nacional.” Esta fórmula, derivada de la preocupación por el aumento de la cantidad sobre la calidad de la producción, pre-tendía justificar la reinserción internacional con escasa innovación, lo que forzosamente se traducía en desequilibrios permanentes en las cuentas externas, así como también en la pérdida de terreno ganado en el comercio mundial.

Durante la década de los 60 de la centuria pasada hubo un movimiento de poco más de 7 % con respecto a los tipos de población; y al finalizar ésta, casi se equilibran. Lo que quiere decir que México pretendió tomar la senda del progreso mediante la urbanización y la industrialización. Los grupos que tomaron fuerza fueron la burguesía monopólica, representada por las grandes empresas transnacionales; y el bancario–financiero por el papel que desempeñaban en la vida económica y política del país, más consumista y más dependiente de los servicios financieros. Desde mediados de esta década se observó más fuertemente el desarrollo desigual entre la agricultura y la industria, cuyo principal indicador era el monto de inversión registrado en cada uno de estos sectores. La economía tuvo a partir de 1968, una nueva tendencia hacia la baja acentuándose progresivamente

De esta manera la expansión de la economía mexicana en este periodo se hizo más dependiente de la economía mundial, lo que a su vez implicó: 1)La transformación del sector exportador de simple a complejo, cada vez más diversificado en productos manufacturados y semi-manufacturados. 2)La importación de maquinaria, equipo y herramientas, es decir tecnología, con lo que se desequilibra el capital importado. .

Para entender el periodo de la década de los 70 del siglo anterior, existen dos fases clave.

La primera se extiende hasta 1976 y concluye con la crisis de ese año, debido a los problemas estructurales de la economía mexicana y la subsecuente recesión mundial. Se dio un rápido crecimiento entre 1972 y 1974 que coincidió con el boom de la economía mundial. La segunda fase, se encuentra a partir de 1977 y comprende la conclusión de la crisis en ese mismo año; y desde 1978 un nuevo auge basado en las exportaciones petroleras, así como también una racionalización de la gestión económica del Estado. ¿Como Invertir En Mexico¨ Existen tres formas reconocidas por la legislación mexicana por medio de las cuales se pueden llevar a cabo proyectos de inversión: A través del establecimiento de una persona moral extranjera en el territorio de la República Mexicana, que puede adoptar dos modalidades: Como sucursal u oficina de representación con ingresos. Estas son personas morales legalmente constituidas en el extranjero y reconocidas jurídicamente en México. Para que estas personas morales extranjeras puedan establecerse y realizar de manera habitual actos de comercio en la República Mexicana, requieren la autorización de la SECOFI a fin de que se inscriban en el Registro Público del Comercio. Las personas morales extranjeras legalmente establecidas en el país no podrán realizar actividades ni adquisición alguna reservada o sujeta a regulación específica en los términos de la Ley de Inversión Extranjera (LIE). A través de la constitución de una sociedad mexicana en la que la inversión extranjera participe hasta en 100% en su capital social. La legislación mercantil mexicana reconoce seis tipos de sociedades. La más común es la Sociedad Anónima, que puede constituirse como sociedad de capital variable; existe bajo una denominación, se compone exclusivamente de socios y la obligación de éstos se limita al pago de sus acciones.