Primera Infancia

La palabra infancia proviene del latín infans, que significa mudo, que no habla; incapaz de hablar’. De hecho, términos

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La palabra infancia proviene del latín infans, que significa mudo, que no habla; incapaz de hablar’. De hecho, términos como pre lingüístico o preverbal son utilizados frecuentemente para describir a los niños pequeños. Todos estos términos reflejan la creencia común de que el desarrollo del lenguaje es el que hace que los niños se conviertan en seres comunicativos (Owens, 1996). Desde una perspectiva antropológica, la infancia es un producto del desarrollo histórico humano, y un resultado relativamente reciente en la historia de la humanidad. En los primeros tiempos no existía la infancia como concepto o definición de una etapa de vida, y tan pronto el niño podía caminar y valerse por sí mismo, era de inmediato incorporado a la lucha por la supervivencia, a la recolección casual del sustento que mantenía la existencia de los componentes del grupohumano. Dentro de la propia niñez, y como consecuencia del progreso de la humanidad, van a darse etapas diferenciadas entre sí, a cada una de las cuales corresponde un lugar y función en el curso del desarrollo Biofísico psicológico y social

principalmente, a su vez actividades, normas, valores y particularidades propias del desarrollo psíquico y de la condición y sentido puramente humano como el amor o la nobleza que parten de una emoción y en otros casos de la espiritualidad humana. Una de estas etapas con gran importancia es la primera infancia. Primera infancia muy significativa en el desarrollo que hace que solo en el paso de unos pocos años (0 a 5), de un individuo parcialmente indefenso y sin grandes posibilidades de supervivencia a no ser por el cuidado que le brinda el adulto que le atiende y alimenta, pase a desarrollar y poseer prácticamente todas las bases y facultades físicas y mentales que le han de posibilitar desenvolverse posteriormente en el mundo. En muy pocos años desde el nacimiento hay una persona que habla, siente y actúa y que, a pesar de sus pocos años ya es capaz de enfrentarse, en la medida de sus posibilidades cada vez mas crecientes, a lo que le rodea, y ser inteligente y útil a sí mismo y a los demás. Los padres y las madres, la familia como una unidad integral, constituyen el agente educativo más influyente en el desarrollo de la personalidad del niño durante los primeros años de la vida. La familia es el grupo humano primario más importante en la vida del hombre, la institución más estable en la historia de la humanidad. Luego el entorno social desde la educación escolar, la relación con los demás seres humanos y el espacio geográfico momento histórico y condiciones ambientales en general son determinantes en lo que después de la primera infancia alcance ese ser humano en desarrollo. El estudio de la infancia y su desarrollo es de vieja data y poco a poco se ido perfeccionando y mejorando su comprensión e importancia, están por ejemplo: la relevancia de la teoría piagetiana durante bastantes décadas, la cual ponía escaso énfasis en los aspectos sociales, así como las tesis de Chomski sobre el desarrollo del lenguaje, donde los aspectos socio-pragmáticos son prácticamente ignorados, y la consideración de los bebés como unos seres con escasas capacidades para extraer información del mundo, así como para relacionarse, también socialmente, con su entorno, también se tiene el precario concepto de la psicología conductual que

consideraba a los bebes como entes que venían a este mundo en blanco y sin ninguna preparación distinta a la que les ofrecía el mundo durante la vida . A partir de los años 70, se produjo, sin embargo, un importante cambio de orientación. Un elemento clave dentro de este cambio lo constituye el descubrimiento para la comunidad científica occidental de la teoría de Vygotsky. Ello condujo al desarrollo de una corriente interaccionista en la que las variables sociales juegan un papel esencial en el desarrollo. También es de destacar el trabajo pionero sobre los actos del habla desarrollado por Austin (1962) La propuesta es entonces la de abordar cuatro tópicos fundamentales para el desarrollo de la primera infancia y la educación inicial, así: biofísico, psicológico, social y espiritual o del sentido humano; este ultimo como fortalecimiento de valores y sentimientos positivos y dependiente de los tres anteriores.

Hay que tener en cuenta la resiliencia o residencia como elemento rescatable en la primera infancia La resiliencia se sustenta en la interacción existente entre la persona y el entorno. Por lo tanto, no procede exclusivamente del entorno ni es algo exclusivamente innato. La separación que hay entre cualidades innatas e influencia del entorno es muy ilusoria, ya que ambos niveles necesitan crecer juntos, en interacción. Primera Infancia, etapa de la vida que va desde el nacimiento hasta los 6 años de edad La atención integral en la Primera Infancia es la clave para crear un mundo donde impere la esperanza y el cambio, en lugar de la privación y la desesperación, y para fomentar la existencia de países prósperos y libres Unicef, Estado Mundial de la Infancia 2001

Los efectos de lo que ocurre durante el período de embarazo y los primeros años de vida de un ser humano suelen ser duraderos y en algunos casos, permanentes. Durante el último trimestre de la gestación y hasta los 3 años de vida se desarrollan muchas de las estructuras del cerebro y se establece todo un sistema de interconexiones esenciales para su correcto funcionamiento y el de todo el sistema nervioso central. Componentes tan fundamentales como la confianza, la curiosidad, la capacidad para relacionarse con los demás y la autonomía, dependen del tipo de atención y cuidado que reciben los niños por parte de ambos padres y de las personas encargadas de cuidarlos. Lo que niños y niñas aprenden durante los primeros años va a determinar en gran medida tanto su desempeño en la escuela primaria como los logros intelectuales, sociales y laborales a lo largo de su vida. El terreno perdido en materia de aprendizaje y desarrollo durante los primeros tres años de vida nunca se recupera. Esto en términos prácticos quiere decir que los niños que no reciben lo que necesitan durante este período, no van a poder desarrollar todo su potencial. Por ello, la ventana de oportunidades para invertir en el desarrollo de la primera infancia se limita a este corto periodo de la vida, decisivo para obtener importantes retornos sociales y económicos que se traducen en desarrollo humano y social. Las inversiones que promueven el desarrollo integral en la primera infancia se justifican, en primer lugar, desde la óptica de los derechos, ya que el desarrollo truncado de un niño o una niña, cuando pudiera haberse evitado, viola un derecho humano fundamental. También hay un fuerte argumento de equidad y justicia social, ya que los niños y niñas que se enfrentan a ambientes o factores negativos pueden quedar permanentemente rezagados en su desarrollo. También hay razones económicas que justifican la inversión durante la primera infancia, ya que ésta conlleva a un aumento en la educación y la productividad a lo largo de

los años y a un mejor nivel de vida cuando el niño o niña llega a la edad adulta. Estimaciones para América Latina indican que en promedio, un trabajador que ha alcanzado la primaria completa logra un ingreso 50% superior en su primer empleo al que habría obtenido de no haber estudiado. Este porcentaje asciende a 120% si se trata de secundaria completa . También se ha demostrado que los programas preventivos pueden producir ahorros al Estado y a la sociedad, al reducir la necesidad de atención de salud curativa; al mejorar la eficacia de los sistemas educativos; al reducir las tasas de deserción y repitencia escolar; y al reducir la incidencia de otros problemas sociales. No existe un país en el mundo que haya logrado un nivel significativo y sostenible de desarrollo sin garantizar al menos la educación básica universal para su población. La evidencia empírica y los análisis teóricos han demostrado que una población educada no solamente contribuye al desarrollo económico, sino que es un requisito del mismo. Por lo anterior se puede afirmar que el Desarrollo Infantil Temprano es la vía más poderosa que tiene una sociedad para sentar bases de equidad. Favorecer el inicio parejo de la vida es un deber del Estado y de la sociedad en su conjunto, con lo cual se garantiza a todos los niños y niñas sin ecxepción el mejor comienzo para sus vidas.Un aspecto fundamental que merece ser resaltado es la importancia que revisten las condiciones sociales y económicas de la mujer para el bienestar de los niños y las niñas, especialmente durante su primera infancia. La supervivencia, el crecimiento y el desarrollo en la primera infancia están íntimamente relacionados con la supervivencia, la salud, la educación, la autonomía y el bienestar de las mujeres, así como con la edad de éstas en su primer parto y su estado nutricional antes del embarazo. En consecuencia, es necesario apoyar la salud, la nutrición, la educación y el bienestar psicosocial de la

mujer durante el embarazo y la lactancia para que puedan tomar decisiones sobre su salud y la de sus hijos e hijas, así como impulsar acciones afirmativas que garanticen igualdad de oportunidades para las mujeres y contribuyan a superar la feminización de la pobreza. En el transcurso de los últimos años, el desarrollo infantil temprano se ha venido posicionando progresivamente en la agenda internacional y nacional, gracias a los avances en el conocimiento científico sobre el papel clave de esta etapa para el desarrollo humano y el desarrollo social y también debido a la creciente voluntad política de los gobernantes y tomadores de decisión. En Colombia se ha avanzado significativamente en la expedición de leyes, normas y herramientas procedimentales, planes, programas y proyectos institucionales que buscan promover y proteger los derechos de la primera infancia. Entre estos se pueden mencionar la Ley 1098 de 2006 o Ley de Infancia, la Política de Primera Infancia, el CONPES 109 de Primera Infancia, los lineamientos de política del Ministerio de Educación Nacional para la educación inicial y el Plan Nacional de Salud Pública, que establecen la prioridad en la primera infancia. Paralelo a estos logros en materia normativa, también se han registrado avances en algunos de los indicadores relacionados con la salud, la nutrición y el desarrollo de los niños y niñas menores de 6 años. No obstante, es preciso reconocer la persistencia de indicadores nacionales y subnacionales, que reflejan las grandes inequidades del país y la grave situación de vulneración de los derechos de las niñas y niños, como son entre otros, las tasas de desnutrición en varios departamentos y regiones, la prevalencia de anemia como un problema de salud pública, las todavía bajas coberturas de vacunación, la mortalidad neonatal y las bajas

coberturas de atención integral en el componente de educación inicial.