Primera Entrega Proyecto Macroeconomia Intermedia

PROYECTO INVESTIGATIVO POLITICAS ECONOMICAS DE LOS ÚLTIMOS CUATRO GOBIERNOS EN COLOMBIA Presentado Por MONICA PAOLA CAR

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PROYECTO INVESTIGATIVO POLITICAS ECONOMICAS DE LOS ÚLTIMOS CUATRO GOBIERNOS EN COLOMBIA

Presentado Por MONICA PAOLA CARRERA GARZON

Profesor JUAN PABLO ROA BUSTAMANTE

INSTITUCION UNIVERSITARIA POLITECNICO GRANCOLOMBIANO MACROECONOMIA INTERMEDIA BOGOTA 2016

PLANTEAMIENTO DEL PROYECTO

Con la investigación de este proyecto se pretende realizar un análisis crítico de los últimos 4 gobiernos en Colombia, en donde principalmente se pueda evidenciar las políticas socioeconómicas de Ernesto Samper, Andrés Pastrana, Álvaro Uribe Vélez y Juan Manuel Santos. Este se podrá realizar inicialmente con la recolección de datos de cada gobierno, posteriormente con la comparación de los datos y las distintas políticas, finalmente se analizarán y establecerán las conclusiones del proyecto.

OBJETIVOS

Los objetivos del proyecto es poder lograr establecer de forma clara y concreta los siguientes planteamientos:

     

En los últimos cuatro Gobiernos cual presidente ha logrado cumplir con las promesas económicas pactadas en su campaña electoral En los últimos cuatro Gobiernos cual presidente ha tomado las mejores decisiones para la economía colombiana y sus consecuencias en las estructuras sociales En los últimos cuatro Gobiernos cuales pueden ser considerados los principales aciertos y desaciertos de cada presidente y como influyeron las mismas en el siguiente gobierno Hacer un análisis comparativo de los impuestos y decisiones tributarias tomadas por cada uno de los últimos cuatro presidentes y como esto ha afectado o beneficiado la economía colombiana Establecer cuál de los últimos cuatro gobiernos ha tenido mejor situación económica Identificar cual política economía ha puesto a Colombia en el estándar más alto respecto a otros gobiernos en Latinoamérica

JUSTIFICACION

La presente investigación se enfocará en estudiar los cuatro últimos gobiernos en Colombia y poder establecer las políticas económicas de cada uno y su influencia en el desarrollo del país, así mismo lograr ver el posicionamiento mundial de Colombia en cada gobierno basados en sus políticas económicas, evidenciar los recientes cambios económicos y como esto afecta el desarrollo social.

Se pretende lograr establecer cuál de los últimos cuatro presidentes (Ernesto Samper, Andrés Pastrana, Álvaro Uribe Vélez y Juan Manuel Santos) ha logrado un mayor desarrollo económico y social, poder recopilar y ajustar una única política económica que lograra posicionar a Colombia como el país con mejor desarrollo económico.

RECOLECCION DE DATOS

Ernesto Samper Pizano 07/08/1994 - 07/08/1998 En efecto, el presidente Samper Pizano lideró desde 1984 la defensa de la política urbana y social, a través de una real y nueva visión del urbanismo en Colombia y de las implicaciones que generaba el paso de un país tradicionalmente rural a uno urbano. En 1989, en su calidad de Senador de la República contribuyó decididamente en la aprobación de la Ley 9a de Reforma Urbana, proceso en el cual tuve la oportunidad de acompañarlo como Representante en la Comisión III de la Cámara; norma perfeccionada posteriormente mediante la implementación d de la Ley 3a de 1991, cuando entonces Ernesto Samper desempeñaba el cargo de Ministro de Desarrollo Económico. Consecuentes con este panorama, una de las principales acciones en las que se centró este Gobierno en materia de vivienda social, fue desarrollar y reglamentar todo el marco legal para impulsar el crecimiento de la vivienda para los más pobres, creando las herramientas para el desarrollo de la Ley 142 de a994 de Servicios Públicos Domiciliarios, y la 388 de 1997 de Ordenamiento Territorial. Adicionalmente logramos sacar adelante la 432 de 1998, que transformó el Fondo Nacional del Ahorro. Y es que el problema de la vivienda no se puede concebir fuera de un marco de política urbana, y por eso en este Gobierno hemos trabajado también para que las ciudades tengan herramientas técnicas y jurídicas, que les permitan cumplir con el reto de un mundo globalizado. En este aspecto, nuestra principal contribución es la Ley de Desarrollo Territorial (Ley 388/97, la cual deja sentadas las bases para que gobernaciones y municipios asuman desde esta nueva visión el tema de la Vivienda de Interés Social, logrando impulsar un proceso de competitividad para las ciudades a partir del Ordenamiento Territorial. Esta Ley es sin duda la carta de navegación para el desarrollo de los municipios y la clave para la construcción de la vivienda social en el futuro de nuestro país. Adicionalmente, en el Ministerio de Desarrollo a través de la política de vivienda social urbana se evidenció que el modelo orientado a la demanda como único motor del proceso no era suficiente, y que por lo tanto había que trabajar tanto en el subsidio a la demanda como en la oferta y el crédito.

la demanda requiere adicionalmente de una oferta real que permita un subsidio otorgado sea una vivienda construida y en ello trabajamos. Frente al crédito, impulsamos la transformación del Fondo Nacional del Ahorro y vinculamos al Fondo Nacional de Garantías, con lo cual se consolidó esta estructura desde el Ministerio a mi cargo. Como complemento, a finales de 1997 se puso en marcha la estrategia de generación de Empleo, mediante la construcción de vivienda social, basada en el subsidio a la demanda con criterios de oferta, y se consiguió que la oferta y la demanda de Vivienda de Interés Social se centraran en unos proyectos inscritos previamente en dicho plan, aumentando así al 100 por ciento el cobro de dichos subsidios. Sin embargo, pese al importante avance que ha significado todo este marco que entregamos al país, de cara a la consolidación de una política de VIS, bien valdría la pena resaltar algunos aspectos que dejamos esbozados y de seguro servirán de base para que el entrante gobierno defina su programa de vivienda y lo enmarque en la política macroeconómica colombiana. Ellos tienen que ver con aspectos tales como la industrialización y estandarización de la vivienda social, con el propósito de reducir sustancialmente el valor de las soluciones habitacionales; el direccionamiento del sector hacia el desarrollo de megaproyectos de vivienda, contemplando la posibilidad de otorgar por concesión la prestación de los servicios públicos; la descentralización en el manejo de los subsidios a través de las cajas de compensación y el sector financiero, y la definición de una política en donde la asignación del subsidio se convierta en un incentivo al ahorro para aquellas familias que demandan vivienda de interés social. Adicionalmente, habría que pensar también en la posibilidad de liberar un gran porcentaje del encaje bancario exigido al sector financiero, con destino a la generación de vivienda de interés social; con tasas preferenciales que beneficien de hecho tanto a las entidades crediticias como a los colombianos aquejados por el déficit habitacional en el país, reactivando así mismo el sector de la construcción. Sin embargo, para poder afianzar las bases de la política de vivienda social que el Gobierno de Ernesto Samper Pizano deja, es indispensable que todos los actores: Gobierno Nacional, Administraciones Locales, Cajas de Compensación familiar, Organizaciones no Gubernamentales, sector financiero, solidario, constructores, entre otros actores, hagan una serie de concertación, especialmente a nivel local, para que se concentren los esfuerzos y no se diluya la efectividad de las acciones que hasta ahora cada uno ha emprendido por su cuenta.

Antes de terminar el año, se suscribirá un Acuerdo Social de Productividad, Precios y Salarios, entre el gobierno, los empresarios, trabajadores y otros sectores. La idea fue expuesta por el presidente Samper en su discurso de posesión el domingo pasado y marca quizás la diferencia de enfoque más importante de manejo de los asuntos económicos con su antecesor César Gaviria. Esa propuesta de pacto social había sido defendida por Samper cuando fue ministro de Desarrollo, pero no prosperó.

Ándres Pastrana 07/08/1998 - 07/08/2002 En su balance, el mandatario explica los alcances de su gestión en materia económica, seguridad, justicia, fortalecimiento de las Fuerzas Armadas, política social, educación, salud, diplomacia por la paz y Plan Colombia, entre otros temas. El mandatario le deseó a su sucesor Alvaro Uribe los mejores éxitos al frente de la Nación. -Retorno a la estabilidad: La recuperación del crecimiento:. Luego de una caída en el PIB de más del cuatro por ciento en el año 99, la economía ha registrado tasas de crecimiento positivas a partir del año 2000. Y se estima que para este año, el crecimiento podría estar entre 1,5 y 2,0 por ciento. Para el gobierno, lo más importante es la reversión de la tendencia. En su informe Una semilla de futuro el presidente Pastrana se refiere en el capítulo "Nuestra economía: la recuperación del crecimiento a que después de una caída drástica de la inversión privada en 1998 y 1999, como resultado del ajuste fiscal, de la devaluación real del peso, del fortalecimiento gradual del sector financiero y de la pausada pero constante recuperación de la demanda interna, la inversión privada creció en términos reales en 17,1 por ciento en el año 2000 y 9,2 por ciento en el año 2001. También hace referencia al empleo, advirtiendo que pese a la lenta recuperación la economía está generando nuevos puestos de trabajo. El número de ocupados pasó de 7,4 a 7,7 millones de personas en el año 2001 en las trece principales ciudades. A nivel nacional se crearon cerca de 2,2 millones de empleos en los últimos 24 meses. Como logros también se destaca la reducción de la tasa de inflación a alrededor del seis por ciento, lo cual es atribuido a la aplicación de la política monetaria responsable por parte del Banco de la República y una adecuada coordinación de la política fiscal Otro logro importante que se resalta tiene que ver con la rebaja en las tasas de interés.

Los beneficiarios del ajuste fiscal son todos los colombianos, dado que con diferentes acciones, la economía vuelve a ser viable fiscal y financieramente, lo cual redundará en mayores tasas de crecimiento y empleo . -Apoyo al sector privado: Competitividad externa:. Para el gobierno, la política de apoyo a la actividad productiva mejoró el financiamiento, impulsó la competitividad y la inserción en los mercados internacionales y fortaleció el gasto en ciencia y tecnología. Como actividades concretas, el presidente destaca la creación de mecanismos para el financiamiento de la actividad empresarial como el Fondo de Modernización y Desarrollo Tecnológico para las pequeñas y medianas empresas (Fomipyme), la capitalización del Fondo Nacional de Garantías, la creación del Fondo de Capitalización Empresarial y la expedición de la Ley 550 para ayudar a las empresas en dificultades financieras. En el campo del fortalecimiento del sector exportador se destaca como resultado más importante el incremento en la participación de las ventas al exterior como porcentaje del PIB que pasaron de representar un 14 a un 17 por ciento. Durante el período se aumentó el número de productos de exportación y se amplió en cerca de 40 el número de socios comerciales. El sector exportador generó 700.000 empleos y hoy hay más de 10.000 empresas vendiendo al exterior. En materia de negociación internacional, el presidente destaca que se desarrolló una estrategia para mantener el acceso de las exportaciones al mercado de Estados Unidos a través del Atpa y el Sistema Generalizado de Preferencias y en las negociaciones del Alca se asumió una posición de liderazgo al interior de la comunidad andina y se realizó a nivel interno un importante trabajo de concertación con el sector privado y académico. El gobierno también resalta el trabajo realizado para la recuperación del sector agropecuario y en particular destaca las acciones para aliviar la crisis del sector cafetero, la ampliación de la frontera agrícola en 350.000 hectáreas y el aumento de la producción en más de 2,8 millones de toneladas. -Infraestructura: (VER GRAFICA: LAS CUENTAS DE AHORRO PARA FOMENTO DE LA CONSTRUCCION HAN REVITALIZADO LA COMPRA DE VIVIENDA). Los principales logros en este frente fueron la rehabilitación de 63.000 kilómetros de vías y se construyeron 320 kilómetros de nuevas carreteras. Igualmente la inversión para mejoramiento de vías ascendió a 4,3 billones de pesos. El Fondo Nacional de Regalías asignó más de 400.000 millones de pesos para cofinanciar proyectos de entidades territoriales y realizó inversiones por 265.000

millones de pesos. También destacó las acciones en ciencia y tecnología, cuya participación dentro de los recursos del Presupuesto Nacional creció en el período 1999-2002. En este campo destacó el aumento en los recursos dedicados al sector. hasta llegar hoy a niveles superiores a los puntos más altos de inversión registrados en la década de los 90 s. -Reconstrucción del Eje Cafetero:. Apenas comenzaba la administración Pastrana y el país fue sorprendido con un terremoto que golpeó el corazón cafetero del país. El gobierno creó entonces el Forec, Fondo para la Reconstrucción del Eje Cafetero que se convirtió en un ejemplo de eficiencia en el manejo de recursos públicos. El Fondo recibió recursos por 1,6 billones de pesos para adelantar la tarea de reconstrucción, con estos recursos se cubrió el cien por ciento de los costos directos e indirectos de la tragedia. La labor de reconstrucción se desarrolló en un tiempo record de dos años y medio y el éxito de este modelo fue reconocido a nivel internacional por el Banco Mundial y las Naciones Unidas como ejemplo a los recientes terremotos de Turquía y la India. Después de la etapa de emergencia, los esfuerzos del Forec se concentraron en vivienda y servicios públicos. El proceso de reconstrucción tras el sismo se cumplió en más de un 95 por ciento de las metas pactadas. Contrario a la tradición de crear instituciones que siguen después de cumplir su labor, liquidamos el Forec a partir de diciembre de 31 de 2001, una vez cumplió con el 100 por ciento de las acciones de reconstrucción contratadas y el total de recursos comprometidos destaca el presidente en su balance. -Protección ambiental:. En gestión ambiental el balance del presidente Pastrana muestra varias realizaciones. Entre ellas, la elaboración de 19 guías ambientales y sectoriales y la reducción del tiempo de liquidación en el proceso de lincenciamiento de cuatro meses. Con la implementación del programa de autoliquidación del cobro del servicio de licenciamiento y la creación de la secretaria legal de expedientes se logró reducir a la mitad el tiempo promedio de tramitación de licencias ambientales.

Durante el cuatrienio se recibieron recursos por 110 millones de dólares, los cuales junto con contrapartida nacional permitieron la ejecución de 146 millones de dólares en proyectos de desarrollo sostenible, conservación y protección de recursos naturales y ecosistemas, investigación, educación y planificación y fortalecimiento institucional. -Seguridad y Justicia:. En el campo de la seguridad y justicia el presidente Pastrana destaca la tarea cumplida para fortalecer la capacidad operativa de la fuerza pública. Lo más importante, señala, fue el incremento del pie de fuerza y la mejora en la calidad de los soldados. Durante el cuatrienio se duplicó el número de soldados profesionales, se incrementó en más del 30 por ciento el número de soldados regulares y se redujo en 90 por ciento e número de soldados bachilleres. El país pasó de tener 22.000 soldados profesionales en el año 1998 a 55.000 a finales del año pasado. Durante los cuatro años se aumentó en 70 por ciento el número de helicópteros de combate y se incrementó en 100 aeronaves la flotilla de helicópteros de transporte. El país invirtió 262,5 millones de dólares en la adquisición de 12 helicópteros artillados para la FAC y 13 helicópteros de asalto y transporte aéreo para el Ejército. -Lucha contra la Corrupción:. En el año 1999 Colombia ocupaba el puesto 72 dentro de 80 países que eran calificados bajo el índice de percepción de corrupción. Para el año 2001 el país avanzó en la recuperación de niveles de eficiencia en las entidades públicas y alcanzó el puesto 42. El presidente Pastrana señala que el programa presidencial de lucha contra la Corrupción logró mejorar los procesos críticos y de trámites en las entidades del gobierno central, desarrollo herramientas para la transformación de la administración pública y las guías de escrutinio de eficiencia. Con estos mecanismos mejoró el tiempo de atención a usuarios en procesos críticos y bajaron los costos con el ahorro de 7.000 millones de pesos. A través de la unidad de investigación y sanción, el programa presidencial recibió 3.755 investigaciones: 1.320 penales, 270 fiscales y 508 disciplinarias. -Cárceles más seguras:. Las cárceles merecieron una atención especial y en esta área la administración Pastrana considera que hubo grandes avances.

Entre agosto de 1998 y marzo de 2002 la capacidad de las cárceles y penitenciarias colombianas se incrementó en 11.495 cupos, es decir, en un 34,9 por ciento. Gracias a esto el hacinamiento pasó del 33,8 por ciento al 11,8 por ciento. Los nuevos cupos garantizan altos niveles de seguridad y espacios acordes con la dignidad de los reclusos y las necesidades de su proceso de resocialización , destaca el presidente Pastrana. El gobierno deseñó y está ejecutando un plan de ampliación de la infraestructura penitenciaria y carcelaria que contempña soluciones de mediano largo plazo. - El gobierno se la jugó por la paz :. Durante más de tres años, el gobierno del presidente Pastrana insistió en alcanzar una salida negociada para ponerle fin a más de 40 años de conflicto. Aunque para muchos el balance en materia de paz, deja grandes sinsabores, el presidente Pastrana señala que su gobierno puso en juego todo su capital político al servicio de la paz y que en este campo hubo importantes logros. Entre ellos, señala que hoy todos los colombianos estamos interesados en el tema de la paz y entendemos la naturaleza de la guerrilla y sus verdaderas intenciones. Las Farc sufrieron la más grande derrota política de su historia y fueron declarados como terroristas por Estados Unidos y la Unión Europea. El Ejército se fortaleció y se profesionalizó como nunca antes en la historia reciente del país. Se pusieron en marcha los componentes social, económico e institucional del Plan Colombia. Programa económico de Pastrana. ¿Otra frustración? Terminada la tediosa campaña electoral, que culmina con la elección del nuevo Presidente de la República, la gente queda agotada pero llena de expectativas. Nos corresponde a los colombianos que vivimos del trabajo preguntarnos si todas las bellezas planteadas en el programa económico de Andrés Pastrana no conducirán a nuevas frustraciones tal como ha sucedido a lo largo y ancho de la historia del país y en especial con los gobiernos del habrá futuro y el salto social; este último con una apertura económica con «corazoncito». Todos los programas económicos de los gobiernos, si bien han facilitado procesos incipientes de modernización, también han concentrado la riqueza en pocas manos y han fortalecido la existencia de una sociedad llena de frustraciones y resentimientos. Por eso, al estudiar los 10 puntos programáticos del nuevo gobierno, que deben confluir coherentemente con la presentación del Plan de Desarrollo ante el Congreso de la República para su aprobación, nos asaltan serias dudas sobre las posibilidades reales de cumplimiento con tanta belleza, más, si tenemos en cuenta

que está de por medio un riguroso plan de ajuste que no afecta en lo fundamental a los detentadores de la concentración de la riqueza. La propuesta del nuevo Gobierno Al hacer una panorámica sobre los 10 puntos encontramos un énfasis económico y social muy importante. Es así como se propone la promoción de la economía para crear un millón de empleos durante los cuatro años rebajando impuestos a las empresas que los generen hasta un monto del 14 por ciento del impuesto anual de la sociedad. Esto, acompañado de una inversión estatal de dos billones 600.000 millones de pesos para que se logre incentivar el empleo productivo. Empleo productivo que mejorará con el impulso a la construcción, el sector agropecuario y la infraestructura; así como los sectores que demanden altos volúmenes de mano de obra. El estímulo a la produción para las exportaciones, la reactivación y el empleo en el mediano y largo plazo serán efectos de las medidas señaladas. Se trata de la búsqueda de un equilibrio real con una tasa de cambio manejable, reducción de las altas tasas de interés y una inflación en un dígito. El orden de prioridades Por parte del Estado, se reducirá el IVA del 16 por ciento al 12 por ciento (pero se ampliará su cobertura), con el propósito de elevar la capacidad de consumo de las mayorías colombianas. Aspectos de la política tributaria que estará acompañada de la reducción del déficit fiscal al 1.5 por ciento del PIB a través de una ofensiva contra la corrupción, el control a la evasión y la eliminación de los gastos innecesarios del Estado. A estos componentes, se une la eliminación de la renta presuntiva sobre el patrimonio bruto para no castigar a las empresas endeudadas y la doble tributación en el impuesto de industria y comercio. En cuanto a los tres sectores prioritarios. Se apoyará realmente y se dará soporte a la agricultura incrementando el área cultivable, subsidios a los campesinos para que adquieran predios y los adecúen sin intermediación de las agencias del Estado. El desarrollo de un programa masivo de titulación de tierras, la investigación y la asistencia científico-técnica y tecnológica y créditos para la agricultura. La construcción, por su parte, si bien apoyará el mejoramiento de la infraestructura del país, tendrá énfasis especial en la vivienda de interés social con cuotas que se puedan pagar y con plazos más largos acompañada de subsidios para los ingresos bajos. Para ello, se rescatará la regulación efectiva del Estado sobre el capital privado y el control al INURBE, hasta ahora, un foco de corrupción. Cosas de la economía social de mercado Si el Estado de Samper tenía «corazoncito», el de Pastrana será más humano ubicando la cobertura de la salud de manera oportuna y solidaria al 100 por ciento, la educación adecuada a todos los niños colombianos, la niñez será privilegiada en todo sentido, las mujeres serán menos discriminadas, la tercera edad, las

minorías y los disca-pacitados gozarán de óptimas condiciones en su desarrollo. En síntesis, los 10 puntos pro-gra-máticos están llenos de todas las exigencias hechas por esas mayorías oprimidas por la voracidad oligárquica. Se trata de una economía para el empleo dentro de la filosofía de la economía social de mercado. Primero que todo, es bueno recordar que la economía social de mercado, producto teórico de la socialdemocracia de origen alemán, fue planteada por el señor Virgilio Barco en su campaña electoral. Y al concluir su gobierno sentó las bases para los programas eminentemente neoliberales. Si bien es cierto, que se nota un distanciamiento significativo de Pastrana con respecto al neoli-beralismo otodoxo, por lo menos en el papel, también es bueno recordar que el mercado en Colombia es incompleto y requiere una alta injerencia del Estado como empresario. Cuestión que no debe reducir su función a simple regulador, criterio propio de los neoli-berales. Igualmente, la política tributaria planteada, incentiva la inversión productiva; pero un Estado con un déficit fiscal tan alto (siete billones de pesos) exige reducir el peso de la tributación sobre el consumo directo y priorizar el impuesto sobre las ganancias de los más altos capitales, que deben financiar el progreso de la economía gene-radora de valor en todas sus expresiones. Sobre esto el programa no se manifiesta. Las privatizaciones continuarán La otra versión es seguir impulsando las privatizaciones a ultranza en detrimento de los salarios para los trabajadores del Estado y el bienestar social del que tanto hace alarde la economía social de mercado. Todo el programa económico está sujeto a un plan de ajuste propuesto por los organismos internacionales del capital que continúa en la línea neoliberal y sigue golpeando la desvencijada economía del trabajo. Lograr la paz, hacer la reforma política, el mejoramiento de nuestras relaciones internacionales y el programa económico son los ejes sustanciales del nuevo gobierno. Todo ello sólo será de beneficio para la Nación si se presiona a la oligarquía y al capital transnacional para el cambio desde un Estado democrático y desde el movimiento popular con alta participación política y social.

Álvaro Uribe 07/08/2002 - 07/08/2010 Álvaro Uribe Vélez de tendencia liberal, pero disidente de este partido, se presentó a las elecciones presidenciales de 2002, apoyado por el movimiento Primero Colombia. Su candidatura se enfrentó con las de Horacio Serpa, del partido liberal; Noemí Sanín, del movimiento Sí Colombia; Luis Eduardo Garzón, del Polo Democrático Independiente; Guillermo Lora, del Movimiento 19 de Abril; e Íngrid Betancourt del Partido Verde Oxígeno, quien estuvo secuestrada por las Farc hasta julio de 2008.

Uribe Vélez logró imponerse a sus contendores con el 54% de los votos a su favor. "Uribe bajo el lema 'mano firme, corazón grande', inició un gobierno de cambio frente a la política de paz de su antecesor, Andrés Pastrana, quien dedicó gran parte de su gobierno a encontrar una solución política al conflicto armado. En este sentido, el mandato de Álvaro Uribe Vélez ha estado fundamentado en la aplicación de una política de seguridad democrática, que incluye una guerra frontal contra los actores armados que no estén dispuestos a negociar bajo los términos establecidos por el gobierno". Precisamente, con intenciones de dar fin a las organizaciones armadas como las Farc, el Eln y las Auc, Uribe ha consolidado una estrecha alianza con Estados Unidos para que el conflicto colombiano sea incluido en la cruzada internacional contra el terrorismo, liderada por el presidente norteamericano George W. Bush. La Presidencia de Colombia 2002-2010 comenzó oficialmente el 7 de agosto de 2002 con la posesión de Álvaro Uribe Vélezcomo Presidente de Colombia en el remplazo de Andrés Pastrana y finalizó con su reelección luego de la posesión el 7 de agosto de 2006. Uribe fue elegido en las elecciones presidenciales el 26 de mayo de 2002. La política de Álvaro Uribe se centró principalmente en implementar la política de seguridad democrática, destinada a recuperar las zonas tomadas por la delincuencia, mantener presencia del estado y brindar seguridad a la población civil. Uribe se propuso a cumplir sus promesas de campaña entre las cuales estaba la de introducir un Referendo que buscaba recuperar la credibilidad popular en las instituciones y fortalecer la democracia. 1 Su popularidad se mantuvo con un 74% de imagen favorable.2 Durante su primera presidencia el secuestro bajó de 2.986 a 800 secuestros por año; los homicidios bajaron en un 40.6 por ciento y el número de atentados terroristas, un 62.5 por ciento; los asaltos a poblaciones pasaron de 32 en 2002 a 5 en 2005. Además, el PIB creció el 5.75 por ciento y la tasa de desempleo pasó de 15.7 a 11.8. Todas son cifras consignadas en el balance 2005 del Plan Nacional de Desarrollo.3 Promovió su reelección y fue reelecto tras modificar por referendo las leyes que autorizaban un período presidencial. Se dice que mediante artimañas corruptas, véase el caso e la Yidispolitica. El 7 de agosto de 2006, comenzó oficialmente su segundo período como presidente de Colombia. El balance de la gestión de los dos gobiernos de Álvaro Uribe deja un sabor agridulce. Por una parte, la situación de la economía es mejor hoy a la que se vivía en el año 2002, cuando el país aún pasaba por la crisis más profunda en casi un siglo. La inversión volvió a creer en Colombia y se logró que el país regresara a figurar en los mapas de los inversionistas globales, como un lugar interesante,

seguro

y

con

buenas

perspectivas

de

crecimiento.

Sin embargo, es igualmente cierto que la agenda quedó inconclusa en muchos frentes y que el periodo de auge de la economía internacional, entre 2003 y 2008, no fue aprovechado para tomar acciones decisivas que transformaran la perspectiva en términos de competitividad y generación de empleo. Se dejó pasar una coyuntura externa extraordinariamente favorable, sin tomar decisiones críticas que podrían haber mejorado en forma sustancial las posibilidades de largo plazo del país. Una mirada a los resultados de la era Uribe muestra que, si bien el país avanzó, solamente logró mantener estable su posición en la carrera por la competitividad internacional, pues otros países también avanzaron. Al mismo tiempo, el desempleo se acomodó en un nivel extraordinariamente alto y la deuda social permanece. La agenda del próximo Presidente de la República deberá incluir iniciativas audaces en este frente para progresar en ese terreno. ¿Cómo fue? En los ocho años de gobierno del presidente Álvaro Uribe, la economía colombiana pasó por tres momentos muy diferentes. El primer año fue muy difícil y de bajo crecimiento (2,5%), mientras arrancaba la administración, se ponía en operación la política de seguridad democrática y se trabajaba en la restitución de la confianza de los inversionistas en el país. Luego siguieron seis años de expansión económica, entre 2003 y 2008. La consolidación de la política de seguridad ocurrió en forma sincronizada con la expansión de la economía mundial. En esos años, la economía colombiana creció a una tasa de 5,8% anual en promedio, con un pico de 7,5% en 2008. Al cierre de la era Uribe, el país ha vivido dos años de estancamiento, producto de la crisis financiera internacional, así como de los problemas con los países vecinos y del agotamiento del modelo económico. En 2009, el crecimiento se desplomó, llegando a 0,4%, mientras se espera que en 2010 esté entre 2,5% y 3%. Este nivel está muy por debajo del crecimiento esperado para los países emergentes (6,8%), los latinoamericanos (4,9%) y la economía mundial (3,6%) en el presente año. Por su parte, la Inversión Extranjera Directa (IED) creció casi cuatro veces en la era Uribe, al pasar de US$2.134 millones en 2002, a US$7.201 millones en 2009. Se espera que en 2010 llegue a US$10.000 millones. La expansión de la inversión se concentró en petróleo, donde aumentó de US$449 millones, a US$4.568

millones, y en minas y canteras, donde pasó de US$466 millones, a US$3.089 millones. El crecimiento de la IED en los demás sectores fue de apenas de US$1.000 en ese mismo periodo. La pregunta es, ¿por qué, a pesar de los buenos resultados de crecimiento económico y aumento en la inversión extranjera directa, las perspectivas de crecimiento de Colombia están por debajo de las de países como Chile y Perú? Son varias las razones. La primera tiene que ver con el frente fiscal. Los años de expansión económica y de altos recaudos tributarios no se aprovecharon para hacer los ajustes necesarios en ese frente. Hoy, los déficits fiscales proyectados para 2010 (el déficit consolidado de 3,8% del PIB y el déficit del gobierno central de 4,5% del PIB) son prácticamente iguales a los que registró el país en el año 2002, al comienzo de la administración Uribe. Esos estimados fiscales, además, consideran una venta de Isagen en cerca $3 billones, que formaba parte de las fuentes de financiación. Sin embargo, el Gobierno decidió finalmente no vender Isagen, de modo que el déficit será muy superior. Habrá que buscar la forma de financiar la diferencia. Si esto se hace en el exterior, al monetizar los recursos presionaría el tipo de cambio; mientras que si se financia internamente, la presión sería sobre la tasa de interés. Cualquiera de las dos opciones afectará las posibilidades de crecimiento de la economía. Los años de bonanza no fueron aprovechados para avanzar en forma decidida en la competitividad internacional del país. Muchas de las inversiones en obras de infraestructura que el país necesita para competir se aplazaron y únicamente en el último año se decidió avanzar en las mismas, como parte de una política anticíclica orientada a contrarrestar los efectos negativos de la crisis financiera global. El resultado, sin embargo, no es positivo. Se ha actuado de forma improvisada y en las últimas semanas el Conpes ha aprobado recursos de vigencias futuras para obras que no son las prioritarias (ver pg. 44). Obras fundamentales, como la navegabilidad del río Magdalena y la ampliación y actualización de la vía férrea, ni siquiera formaron parte del programa del Gobierno. Tampoco se avanzó en otras áreas fundamentales para la competitividad, como la inversión en ciencia y tecnología. En el frente externo, y debido a la presión de los grupos de interés, se perdió la oportunidad de avanzar en la aprobación del TLC con Estados Unidos, cuando era posible hacerlo. Al firmarse el acuerdo ya era demasiado tarde y hoy Colombia sigue esperando su aprobación por parte del Congreso de Estados Unidos. Entretanto, Perú y algunos países centroamericanos, entre otros, ya tienen TLC

con

Estados

Unidos.

El comercio con Venezuela y Ecuador, segundo y tercer socios comerciales de Colombia, respectivamente, se desplomó por razones políticas, sin que el país estuviera preparado para enviar sus exportaciones, especialmente de manufacturas, a otros mercados. En suma, la posición de Colombia en el ranking mundial de competitividad es prácticamente igual a la de hace ocho años. A pesar de nuestros avances, otros países han avanzado también. Se perdió la oportunidad de ir más rápido y destacarse frente a los demás. Continúa

la

deuda

social

Aunque hay avances, la deuda social sigue siendo uno de los principales problemas que afronta Colombia. La viabilidad del país depende, en gran medida, de la capacidad del próximo Presidente de la República para reducirla. Los indicadores socioeconómicos muestran mejorías ligeras frente a las metas propuestas por la actual administración, tanto en sus objetivos de corto plazo, como en el panorama de mediano plazo contemplado en Visión Colombia II centenario: 2019, una propuesta para discusión que elaboró el Departamento Nacional de Planeación (DNP) en 2004. Las cifras de pobreza, indigencia y desigualdad, publicadas recientemente por el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane) y el DNP, reflejan que Colombia está prácticamente en la misma situación en que se encontraba diez años atrás. Según estas estadísticas, casi 20 millones de colombianos, 45,5% de la población, viven bajo la línea de pobreza y 7,2 millones, más del 16% de los ciudadanos de país, viven en condición de indigencia. Por su parte, el coeficiente Gini, una medida de desigualdad que fluctúa entre 0 y 1 -donde 0 correspondería a una perfecta igualdad y 1 correspondería a una perfecta desigualdad- es de 0,578, muy cercano al que tenía Colombia 20 años atrás. Este indicador es desalentador, si se tiene en cuenta que por ese entonces la Constitución Política de 1991 buscaba, entre otras, dar prioridad a la política social para mejorar la calidad de vida de la población y reducir la pobreza. Esta situación es alarmante a la luz de nuestra historia, pues, desde una perspectiva de largo plazo, el progreso se frenó. Después de la crisis de comienzos de los años treinta, con excepción de 1999, el Producto Interno Bruto (PIB) colombiano creció todos los años del siglo XX y su variación, al igual que la

de la inflación, fue la menor entre todos los países de la región. Según datos del DNP, durante el siglo pasado el PIB se multiplicó por cien y el ingreso por habitante lo hizo nueve veces. Además, a lo largo de ese siglo, Colombia siempre cumplió con sus compromisos externos y durante la década más difícil para el continente, la de los años 80, no reestructuró su deuda externa. A lo largo del siglo XX, el país evitó los episodios de hiperinflación que afectaron buena parte de las economías latinoamericanas y el crecimiento y la estabilidad de la economía fueron la base para un significativo mejoramiento en los indicadores sociales. Fue así como, por ejemplo, la esperanza de vida al nacer de los colombianos subió de niveles inferiores a 40 años, a comienzos en la primera década de 1900, a 72 años en la actualidad. Así mismo, la tasa de mortalidad infantil cayó de 204 a comienzos de siglo, a 24 a inicios del nuevo milenio; el analfabetismo pasó en este periodo de 58% de la población a 7,6%. En cuanto a educación, hacia 1950 los colombianos mayores de 15 años sumaban, en promedio, 2,2 años de educación y en cinco décadas pasó a 7,6 años. Otros países de la región lo han hecho mejor. Por ejemplo, a pesar de que el ingreso per cápita se multiplicó por nueve en el último siglo en Colombia, este era de solo US$2.208 en 2004, cifra inferior a la de países como Chile. De forma similar, en el siglo XX la esperanza de vida al nacer se incrementó en 35 años, pero aún estamos cuatro años por debajo de Chile y Costa Rica. Según el DNP, la pobreza, medida con los subsidios que reciben las familias a través de los programas sociales, puede ser menos de la mitad de lo que era hace medio siglo, pero es aún superior a la de Chile y a la de Brasil. La distribución del ingreso es una de las peores del mundo. De acuerdo al documento Visión 2019, la meta es duplicar el tamaño de la economía antes del año 2019. Para lograrlo, se estimaba una tasa de crecimiento del PIB de 5% a partir de 2010 y de 6% por año a partir de 2014. Estas metas, a la luz de la realidad actual, lucen difíciles de conseguir, toda vez que el crecimiento en esta tercera etapa de la administración de Álvaro Uribe está entre los más bajos de la historia del país, alcanzando el pronóstico de 2010 tan solo la mitad de lo que esperaban los expertos del DNP en 2004. Rajados

en

pobreza

Sin duda, el país mostraba unos indicadores sociales muy desfavorables cuando Álvaro Uribe llegó a la Presidencia. Entre 1996 y el año 2001, fruto de la peor crisis económica en la historia, el producto per cápita en Colombia se redujo de US$2.472 a US$1.937. El número de pobres aumentó de 20,7 millones a casi 30 millones entre esos años y el número de personas en pobreza extrema, que viven con menos de US$1 al día, pasó de 7,3 millones a 10,1 millones. El número de

niños que morían antes del primer año de vida aumentó de 380.000 a 550.000. A ello habría que sumar el deterioro de los indicadores de violencia y el de aquellos con un alto impacto social, como el número de desplazados, que superaba los 300.000 por año. Al iniciar su primer gobierno, el presidente Uribe anunció que sus prioridades serían la recuperación del orden público y la reducción de las desigualdades sociales. Desafortunadamente, el problema social continúa siendo grave en los principales temas, como educación y salud. La proporción de personas en condición de miseria, según cálculos de la Misión para el Empalme de las Series de Mercado Laboral, Pobreza y Desigualdad (Mesep), se redujo entre 2002 y 2008, al pasar de 19,7% a 17,8%. Sin embargo, entre 2005 y 2008 la tendencia es creciente tanto a nivel nacional como para las zonas urbana y rural. En las cabeceras municipales, la indigencia se redujo de 15,2% a 13,1% entre 2002 y 2008. En este periodo, el porcentaje más bajo se logró en 2005 (11,8%), año a partir del cual la tendencia se revierte con un aumento de la indigencia de 1,3 puntos porcentuales en el periodo 2005-2008. En el área rural también se observa un retroceso en los últimos años. El DNP ha establecido además que la incidencia de la pobreza es mayor entre la población más joven. Así, el porcentaje de personas menores de 18 años en condición de pobreza fue alrededor de 59% en 2008, frente a una tasa de 40,8% para los que están en el rango de edad 18 a 45 años y otra de 35% para los que superan o igualan los 46 años. Por su parte, el Banco Mundial muestra que una incidencia más acentuada entre la población más joven implica una mayor probabilidad de transmisión intergeneracional de la pobreza. Entretanto, el desempleo se ubica alrededor del 12% actualmente y la tasa de ocupación es inferior al 52%. Un menor crecimiento de la economía se verá reflejado en tasas de desempleo más altas, incrementos en el subempleo e ingresos bajos que contribuirán a dilatar el logro de la meta de reducción de la pobreza. En cuanto a la alimentación, la desnutrición global -una medida general del estado nutricional- afectó al 7% de los niños menores de 5 años en 2005, el año más reciente para el que se tiene información. Así mismo, para ese año, ninguna región del país presentó una tasa de desnutrición global cercana a la meta nacional de 3%.

La

educación

avanza,

pero

aún

hace

falta

calidad

El país se ha comprometido a lograr, antes de 2015, cobertura universal en educación básica (del grado 0 a 9°). Aunque ya se cumplió la meta, existen algunos departamentos con rezagos, que requieren de mayor énfasis en las acciones. Según información del Censo General 2005 del Dane, Colombia viene presentado una nueva realidad demográfica, reflejada en un descenso de la población en edades de 0 a 10 años. Por ello, durante la última década la población entre 0 y 5 años disminuyó 7%, en tanto la población entre 6 y 10 años disminuyó en 1,2%. Cada vez son menos los niños que hay que incluir en el sistema educativo. La evolución de la cobertura educativa ha mostrado avances importantes en los últimos años. En educación básica, Colombia aumentó 15,2 puntos porcentuales, al pasar del 93,4% en 2001, al 108,6% en 2008. La cobertura en educación básica primaria, por su parte, presentó un aumento de 7,3%. Sin embargo, el problema es cada vez menos la cobertura y, cada vez más, la calidad. La política de ampliación de cobertura para los más pequeños debe estar encaminada hacia la continuidad del ciclo escolar de los niños que ya hacen parte del sistema, más allá de la generación de nuevos cupos escolares. Es vital que quienes acceden a la educación finalicen sus estudios a tiempo y adquieran habilidades efectivas en las áreas básicas. En el actual contexto de menor crecimiento económico que atraviesa Colombia, será imperativo redoblar esfuerzos para atender la situación de pobreza y los riesgos de mayor desigualdad que afectan al país. Ni el positivo desempeño económico de los años 2007 y 2008, en términos históricos, ni los esfuerzos evidentes de los gobiernos de los años recientes han sido suficientes para dejar de ostentar el título de uno de los países más inequitativos de la región latinoamericana y del mundo. A futuro, además, los altos precios de los alimentos y de las fuentes de energía traerán nuevos riesgos, que podrían desestabilizar aún más los indicadores sociales. Por ello, será necesario dar un fuerte impulso a las políticas de reducción de la pobreza en los próximos años con el fin de lograr el cumplimiento de las metas para el año 2019.

Juan Manuel Santos 07/08/2010 – 2014 Diálogos de Paz El presidente Santos, ante la reiterada propuesta de las Farc de posponer las elecciones para que haya más tiempo para las negociaciones, dijo que descarta “de tajo” esa propuesta y que se debe acelerar el proceso. “Nunca ha habido ninguna movida para beneficiarme personalmente de una extensión del periodo o cualquier otro tipo de paso que beneficie personalmente al presidente en este momento. Yo descarto de tajo esa posibilidad. Lo que tenemos que hacer es acelerar el proceso para que tengamos resultados más pronto. Se lo estamos diciendo a la contraparte de todas las formas: para el bien del proceso, aceleremos el ritmo”, recalcó el primer mandatario. En relación al cronograma de los diálogos con las Farc, el presidente Juan Manuel Santos dijo que si el proceso se demora unos meses más de lo estipulado, no pasa nada, ya que lo importante es lograr la paz, y aclaró que indiscutiblemente este será uno de los temas de la campaña presidencial. “Yo aspiro a que en noviembre tengamos unos acuerdos, si se demora un par de meses más no es grave, y si las campañas electorales comienzan en la mitad del diálogo tampoco es tan grave, eso no tiene ninguna consecuencia negativa. Lo que inexorablemente va a suceder es que la paz se convierta en uno de los temas de la campaña presidencial, gústenos o no eso va a suceder. No veo nada grave en ese sentido, pero para el bien del proceso entre más pronto terminemos, es mejor”, dijo Santos. En relación a la influencia de las Farc en los resultados electorales, de no lograrse un acuerdo antes de la campaña electoral, el presidente aseguró que “eso va a suceder de todas formas”. “Cualquiera que sea el candidato y cualesquiera que sean las posiciones sobre los diálogos, el proceso va a estar en medio de las elecciones. Por ejemplo, si terminamos los acuerdos en noviembre, si se aceptan o no, eso va en sentido de campaña, es decir que inexorablemente el tema va a estar ahí. De manera que no

veo cómo cambien las circunstancias si los diálogos terminan en noviembre o en enero”. El primer mandatario de los colombianos fue optimista en relación a la opinión de la ciudadanía con los diálogos de paz en Cuba. “Yo pensaría que la inmensa mayoría de los colombianos quieren la paz, son los extremos que están en contra de las Farc. Los enemigos de la paz son relativamente pocos. Yo estoy confiado de que si llegamos a unos acuerdos el grueso de los colombianos va a apoyar ese proceso”, aseguró Santos. “Las discusiones que estamos teniendo en torno a cómo vamos a llegar a esa paz, cómo hacer el tránsito de las balas a los votos, de las armas a los argumentos, aquello que llaman Justicia Transicional, ese es el meollo de la discusión. Esa discusión se da en cualquier país que quiere solucionar un conflicto armado. Sobre dónde trazar esa línea divisoria entre justicia y paz, siempre habrá diferencias. Esa es la discusión que hay entre, por ejemplo, el Procurador (Alejandro Ordóñez) y el Fiscal (Eduardo Montealegre), que representan dos corrientes de pensamiento frente a ese problema. Es muy sano que se dé esa discusión”, agregó. Precisamente, en el tema del Marco Jurídico para la paz, el presidente dijo que los debates se tienen que realizar y que son un ejercicio sano para la democracia. “A mí me gustó muchísimo que la Corte Constitucional haya abierto ese diálogo y haya escuchado las diferentes voces. Yo fui allá precisamente porque creo que es una gran contribución a nuestra democracia, que frente a los guardianes de la Constitución todos podamos expresar nuestro punto de vista sobre un tema tan fundamental como es el de la Justicia Transicional que nos permita hacer tránsito hacia la paz”, recalcó. El presidente de la República dijo que no es necesaria su reelección, en caso de ser candidato, para la continuidad de los diálogos con las Farc, pero sí resaltó que es importante que el nuevo presidente sea a fin a conseguir la paz por esta vía. “Yo soy enemigo del caudillismo, yo soy enemigo de que existan personas indispensables, nadie es indispensable y mucho menos éste servidor. Yo esperaría que no, pero si yo he sido el que se ha comprometido con el proceso —y yo he dicho que soy el responsable del proceso si fracasa—, sería la persona indicada para que el proceso continúe y sea exitoso. En la práctica, cualquier persona que esté comprometida con el proceso puede continuar con la práctica que hemos establecido”, señaló Santos.

“Si viene un presidente que no está de acuerdo con nada de lo que se recogió, suponiendo que haya un cambio de presidente, va a ser muy difícil que los acuerdos pasen a esa fase tres y se conviertan en realidades. Vamos a buscar la forma de garantizar, cuando los acuerdos se hagan, que existan las garantías para que los acuerdos se cumplan”. Juan Manuel Santos también habló sobre una eventual negociación de paz con el ELN. Volvió a asegurar que hasta que no se libere el ciudadano canadiense que esta guerrilla tiene en cautiverio la puerta de diálogo seguirá cerrada. “Con el ELN, si liberan al canadiense —así lo hemos dicho muchas veces y ya han anunciado que lo van a liberar—, casi que de inmediato iniciamos las negociaciones”, recalcó. (Vea la entrevista en video: "Ojalá terminemos el proceso en noviembre"). La oposición En relación a la oposición que le están haciendo desde diferentes sectores políticos, el presidente Santos afirmó que está “produciendo milagros”. “Estoy volviendo a Jorge Robledo uribista y a (Álvaro) Uribe partidario de apoyar al Polo Democrático. Eso es un verdadero milagro. Eso lo que significa es que estamos haciendo las cosas bien, porque cuando uno tiene a la extrema izquierda y a la extrema derecha en contra de uno, algo bueno tiene que estar haciendo uno”. Sobre su primo Francisco Santos, uno de sus más fuertes detractores, aseguró que la posibilidad de que él sea candidato presidencial por el Centro Democrático sería lo mejor que le podría pasar a una eventual campaña suya. “Ojalá gane mi primo ‘Pacho’ Santos dentro del Centro Democrático. La mejor persona para tener en contra en una eventual campaña, y no lo digo por mí sino por el candidato que esté ahí, es tener a ‘Pachito’ al frente. No es sino decir ‘imagínense ustedes este país manejado por ‘Pacho’ Santos’. La única campaña efectiva que puede haber es esa”, dijo. Recalcó que el uribismo está empeñado y radicalizado en las acciones del Gobierno y que eso demuestra el desespero de la oposición. “Está empecinado, todo el uribismo está muy radicalizado en mis acciones y eso lo que me produce es extrañeza, pero confianza, porque eso lo que muestra es desespero”. “Cuando uno llega a esos extremos y empieza a acusar, por ejemplo, que nosotros estamos entregándole el país a Fidel Castro y al chavismo, y van y hacen esa acusación en Nueva York y Washington, eso lo que muestra es que no tienen

argumentos para atacar al Gobierno y deben inventar un poco de historias realmente fantásticas como material de oposición”, aseguró. (Vea la entrevista en video: "Imagínense el país manejado por 'Pacho' Santos"). Relaciones con Venezuela Sobre su más reciente reunión con el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, Santos aseguró que en el diálogo aclararon la controversia por la reunión que él tuvo con Henrique Capriles y discutieron sobre la participación de ese país en los diálogos de La Habana. “El presidente Maduro tendrá el mismo papel que jugó el presidente Hugo Chávez y que jugó el mismo Maduro, porque él era quien ejecutaba las decisiones del presidente Chávez en el proceso de paz: que ayude a que el proceso continúe, ya que es uno de los dos países acompañantes, es influyente dentro de las Farc y siempre ha contribuido cuando hay dificultades. Espero que continúen, y así me lo prometió el presidente Nicolás Maduro, con ese papel constructivo que han venido jugando”, dijo. El mandatario reconoció que existen grandes diferencias con su homólogo venezolano, aunque aclaró que estas serán resueltas por los canales diplomáticos y lejos de los micrófonos. “Cualquier diferencia que tengamos la vamos a tratar de solucionar a través de las vías diplomáticas o a través de las conversaciones personales en privado, no salir cada vez que haya una diferencia a los medios de comunicación, porque eso no conduce a ninguna parte”, resaltó. Sobre el detonante de la más reciente confrontación entre los dos gobiernos, la visita de Capriles a la Casa de Nariño, el presidente dijo que volvería a recibir al líder de la oposición venezolana. “Yo creo que sí, porque no lo hice con ninguna intención malévola como algunos han querido atribuirle a ese hecho. Cuando yo voy a Inglaterra me reúno con los jefes de gobierno y los jefes de la oposición, cuando voy a España lo mismo, cuando voy a Alemania lo mismo, cuando voy a Brasil igual, no le veo ningún inconveniente ni nada malo a que en una democracia uno pueda hablar con los Gobiernos y con la oposición, eso es normal”, precisó. (Vea la entrevista en video: "Las diferencias con Maduro serán resueltas en privado"). Protesta social En el diálogo con Noticias RCN, Santos les salió al paso a los críticos que dicen que en Colombia creció la idea de que en su gobierno los paros pagan y valen la

pena. “Yo creo que los hechos están demostrando lo contrario. Yo sí fui generoso en algunos paros que se presentaron, en algunas situaciones y en algunas circunstancias especiales por reclamos que eran justificados. Cuando los reclamos son justificados y uno se sienta a dialogar, se encuentran soluciones. Pero también hemos dicho que no vamos a ceder bajo presión y lo del Catatumbo es una demostración que nosotros no cedemos bajo presión”, aclaró el presidente. “Les dijimos que bajo ningún motivo íbamos a seguir dialogando si acudían a las vías de hecho, si seguían los bloqueos, eso lo cumplimos hasta la semana pasada que acordaron acabar con los bloqueos y yo cumplo con mi palabra de sentarme a dialogar. Esa es la política que hemos mantenido y que mantendremos siempre. Respetamos la protesta social, es más, hasta nos gusta, es parte fundamental de la democracia que la gente pueda salir a protestar, pero sin violencia y sin vías de hecho”, agregó. Sobre los recientes señalamientos del Gobierno a distintos sectores de oposición, a los cuales vinculó con las protestas, el jefe de Estado argumentó que el Ejecutivo buscaba “condenar la violencia”. “Cuando dicen que quisimos estigmatizar a algunos personajes lo que estábamos buscando, precisamente, es condenar la violencia. En el caso específico del senador Jorge Robledo, ¿qué queríamos con el senador Robledo?, que saliera a decir lo que finalmente dijo, que no estaba de acuerdo con la violencia. Es inaceptable que el líder o vocero de la oposición se niegue a condenar la violencia, pero finalmente logramos que el Polo Democrático condenara la violencia y esa es la forma”, aclaró. Además, subrayó que al senador Jorge Robledo nadie lo acusó de ser el promotor de la violencia en las protestas del Catatumbo. “A él nadie lo acusó de ser el causante de la violencia. Lo que todo el mundo sabe es que la gente que estaba promoviendo esos paros, que se estaban convirtiendo en paros violentos, eran personas muy cercanas al senador Robledo, pero lo que queríamos era que condenaran la violencia”. (Vea la entrevista en video: "Nos gusta la protesta social, pero no con violencia"). Fallo de La haya Santos también habló sobre la nota de protesta que presentó el Gobierno colombiano a Nicaragua por la aparente decisión de abrir una concesión para explotar aguas marinas que están en jurisdicción colombiana. “No sé qué busca (Nicaragua), me imagino que ir sembrando semillas. La nota de protesta fue clara

y contundente, no vamos a permitir por ningún motivo que en aguas colombianas se ofrezca o se pretenda algún tipo de exploración”. El mandatario fue claro al decir que su gobierno no está cruzado de brazos frente al litigio con el país centroamericano y que se trabaja intensamente en la búsqueda de recursos legales para enfrentar la decisión. “Colombia sí tiene instrumentos para mitigar el fallo de La Haya y los estamos afinando”, sentenció. (Vea la entrevista en video: "No permitiremos exploración petrolera en nuestras aguas"). Balance del mandato Tras tres años de gobierno, el jefe de Estado precisó cuáles son los aspectos pendientes por mejorar y ejecutar en lo que queda de su mandato: El frente social: “Hemos hecho unos avances muy importantes, rompimos esa tendencia perversa en la que crecía la economía y crecían las desigualdades, y tenemos que hacer más para que esas desigualdades —no solamente entre los ricos y los pobres, sino también entre las regiones ricas y las regiones pobres—, a través de reformas como la de regalías, se vayan cerrando”. La reducción de la pobreza: “Hemos transferido de la pobreza a la clase media a cerca de dos millones de colombianos. Solamente Perú tiene un porcentaje parecido al colombiano en las reducciones de pobreza, pero todavía hay algo más del 30 por ciento de pobreza en Colombia”. Infraestructura: “Nos hemos demorado porque hemos querido hacer las cosas bien. Ya se están viendo las obras que van a ser muy importantes y este año tenemos que iniciar la ejecución de las obras que van a transformar de una forma muy importante la competitividad del país”. Educación: “Hemos hecho un esfuerzo muy grande para la gratuidad de la educación de todos los niños y niñas que quieran educarse en una institución pública desde el grado cero al grado once. Ahora el gran esfuerzo es mejorar la calidad, eso es un esfuerzo que debe ser permanente. El acceso de los bachilleres a la educación superior, ahí tenemos que romper ese cuello de botella donde tenemos unos avances importantes, pero sabemos que tenemos que hacer mucho más”

Seguridad ciudadana: “Tenemos distintas amenazas en materia de seguridad, las Farc, el ELN, el terrorismo, las bandas criminales, todas atravesadas por el narcotráfico, y la seguridad ciudadana que también está atravesada por el narcotráfico. La microextorsión y el microtráfico también están creciendo y tenemos que ser mucho más contundentes”. La economía: “Hemos logrado algo muy importante: recibimos la economía con 18 billones de pesos de déficit, es decir que gastábamos 18 billones de pesos más de lo que nos ingresaba. El año pasado terminamos con dos billones de superávit, es decir que transformamos eso radicalmente y por eso hoy la economía colombiana es una economía sólida y sana que tiene los indicadores fundamentales en su sitio (…) Vamos a tener una economía creciendo alrededor del 4 por ciento”. Tras seis años en el poder, y con la paz como su principal apuesta política, el presidente Juan Manuel Santos no cuenta con altos índices de favorabilidad en las encuestas, pero sí con muchos resultados positivos para mostrar en varios frentes. Si todo sale como está presupuestado en la Casa de Nariño, el 2016 pasará a la historia como el año en que se le puso punto final a más de cinco décadas de guerra con las Farc. Será un logro de Santos. A nivel internacional no solo se logró normalizar la relación con los países vecinos, sino que se proyectó a Colombia como un destino de inversión atractivo a cuyos ciudadanos ya no se les exige visa de turista en un total de 69 países y 14 territorios no estatales. El campo económico presenta nubarrones y existe la expectativa sobre la nueva reforma tributaria que Santos espera impulsar este semestre en el Congreso, pero las cifras de desempleo y reducción de la pobreza le dan al actual Gobierno confianza en que se avanza por buen camino. La caída en los precios del barril de petróleo y la necesidad de encontrar recursos para financiar el posconflicto –sin descuidar áreas sociales y de inversión en otros campos– tienen al Gobierno analizando con especial cuidado este tema. Santos lo supervisa personalmente. El sábado, desde la base militar de Tolemaida, Cundinamarca, el primer mandatario destacó algunos de los logros que considera claves de su gestión presidencial. (Lea: Desempleo sube en el país y Banco de la República ve menor crecimiento)

“Hemos logrado bajar la pobreza como nunca antes, hemos reducido a la mitad la pobreza extrema, hemos creado más de 3 millones de empleos, la mayoría por primera vez formales; hemos conectado todos los municipios del país con fibra óptica y banda ancha. Estamos cubriendo 1,2 millones de niños de primera infancia con un trato integral, decretamos la educación gratuita para todos los niños y niñas de Colombia del grado cero al grado once. Tenemos cobertura universal en materia de salud”, enfatizó el jefe de Estado al hacer un balance resumido de su gestión. Y en términos políticos, tras seis años en el poder, el Presidente aún mantiene una amplia gobernabilidad en el Congreso y apoyos multipartidistas en favor del proceso de paz, aunque su relación con el senador y expresidente Álvaro Uribe permanece fría y no se vislumbra una mejoría. De hecho, la campaña por el plebiscito es cada día más agitada, y el que Uribe se haya sumado a impulsar el ‘No’ hace que la distancia con Santos sea cada vez más infranqueable. Las urnas, en esa discusión, también darán un resultado sobre quién se impondrá. Claro que aún restan dos años más de Gobierno, y Santos sabe que son claves para pasar a la historia –como quiere– recordado por ponerle punto final al conflicto armado. Avances notables en política exterior Sin duda alguna, la diplomacia es uno de los campos que más resultados le da al gobierno de Juan Manuel Santos. La continuidad de la canciller María Ángela Holguín ha permitido mantener la misma línea política exterior clara, lo que se refleja, por ejemplo, en logros como la eliminación de la visa Schengen para periodos de permanencia en Europa de no más de 3 meses y la ampliación del visado de turismo a Estados Unidos de 5 a 10 años. A todo esto se le debe sumar que bajo la actual administración se consolidó la Alianza del Pacífico, una iniciativa de Colombia, México, Chile y Perú que se proyecta como una alternativa en materia tanto comercial como política, ante las turbulencias de gran parte de la región. De hecho, en algunos países estos cuatro Estados –como parte de su estrategia de unión– comparten una misma sede diplomática. Y en el mundo ya hay 69 países y 14 territorios no estatales no les exigen visa a los colombianos: 44 de los primeros y 13 de los segundos se han logrado durante lo corrido del gobierno del presidente Santos.

Y siendo la paz la principal apuesta política de la actual administración de la Casa de Nariño, pues la diplomacia no ha estado exenta de logros en este campo. Hace poco, por ejemplo, se logró que el Consejo de Seguridad de la ONU aprobara la resolución que permite conformar la misión verificadora del cese bilateral del fuego y el desarme de las Farc. Más cobertura en salud, pero el sistema está en crisis En materia de salud, los resultados de este gobierno en materia de salud pueden resumirse como el enfrentamiento entre el lema del ministro Alejandro Gaviria, “Más gente, más beneficios, más equidad” y la escasez de recursos para llevarlo a la práctica de manera plena. (Además: Crisis de Cafesalud tiene en vilo atención de 300.000 pacientes) Entre los logros se destacan el aseguramiento prácticamente universal de la población, un amplio plan de beneficios similar para los regímenes contributivo y subsidiado, y la ampliación del programa de vacunación con coberturas que casi alcanzan el 95 por ciento. Así mismo está la política farmacéutica nacional y su control de precios, la cual ha permitido ahorros por cerca de 1 billón de pesos. (Lea: Cinco años en obra y no terminan el Hospital de Barrancabermeja) En el campo normativo, es de resaltar la sanción en febrero del año pasado de la Ley Estatutaria de Salud, que elevó la salud al rango de derecho fundamental; la génesis de medidas para sanear las afectadas finanzas del sector, eliminar fuentes de corrupción y asegurar la sostenibilidad completa del sistema. No pueden obviarse avances de talante claramente liberal, como la apertura para el uso de cannabis con fines medicinales; el derecho a la eutanasia; la definición de protocolos para la interrupción del embarazo y la abolición de las aspersiones de glifosato, basadas en argumentos de salud pública que se superpusieron al uso de esta técnica para el control de cultivos ilícitos. La lista de pendientes la encabeza la situación financiera del sistema, que sigue siendo deficitaria, al punto de que unos faltantes que bordean los 5 billones de pesos permiten hablar de una verdadera crisis en el sector. (Lea: Lograr un tratamiento para el cáncer en Colombia toma seis meses) La siguen las tensiones económicas y los graves problemas de acceso generados por la necesaria liquidación de algunas EPS (Selva Salud, Salud Cóndor, Solsalud, Humana Vivir, Golden Group, Caprecom y Saludcoop).

Por otra parte, el Modelo Integral de Atención en Salud (Mias), indispensable para reducir las desigualdades de salud en las diferentes regiones del territorio, sigue siendo una idea teórica, en mora de ser implementada. (Además: Los niños con cáncer que no reciben atención de las EPS) Todas esas dificultades, al final, recaen sobre los pacientes, que se quejan por limitaciones en la atención y en la disponibilidad oportuna de citas y tratamientos. Por eso, el gran pendiente del Gobierno en materia de salud sigue siendo la recuperación de la confianza y la legitimidad del sistema con resultados y gestión eficientes. Bien en crecimiento, mal en inflación Tras un 2009 con un crecimiento de 1,7 %, en el 2010 la economía colombiana empezó a transitar por una senda expansiva. Luego de que el presidente Juan Manuel Santos tomó las riendas del país, en el cuarto trimestre del 2010 la producción se impulsó y logró que el año total diera un resultado de 4,0 %. En adelante, el ritmo se aceleró. (Lea: Tras más de dos años de inflación al alza, en julio se acercó al 9 %) Con las locomotoras del desarrollo, en el 2011, el producto interno bruto (PIB) se expandió en 6,6 %, manteniendo una dinámica sostenida que permitió un 2012 con un crecimiento del 4 % y de 4,3 % en el 2013. En el 2014, cuando ya tomaba impulso la crisis global, el país logró una producción de 4,6, para cerrar el 2015 con una desaceleración, hacia el 3,1 %, mientras el resto de países de América Latina experimentaban resultados negativos. La pobreza monetaria es otro de los indicadores que muestra un fuerte descenso en el país. En el 2009 la cifra era de 45,5 %. En el 2010, tras un cambio de la metodología para la medición de este indicador, pasó a 37,2 %, desde donde se ha reducido visiblemente, año a año, hasta ubicarse en el 2015 en 27,8 %. (Además: Seis consejos para sobrevivir en época de alzas de precios) En cuanto al desempleo, el balance arroja resultados positivos. El porcentaje de desocupados en el país que había en agosto del 2010 llegaba al 11,2 %, frente al 8,9 % de julio de este año revelado por el Dane.

Sin embargo, en lo relacionado con el costo de vida, solo factores como el fenómeno del Niño y los choques externos que recibió la economía en los últimos dos años lograron desbordar la inflación, que el Banco de la República había logrado mantener controlada dentro del rango meta de entre 2 y 4 por ciento. A diferencia de lo observado seis años atrás, cuando la inflación anual marcaba 2,42 por ciento a julio, hoy ese indicador está en 8,97 por ciento, el más alto en casi 16 años. En materia petrolera, los resultados son agridulces. Según la Agencia Nacional de Hidrocarburos (ANH), luego de mostrar un crecimiento continuo y de alcanzar su pico de producción en enero del 2015, cuando se extrajeron 1’035.000 barriles por día, la producción de crudo ha venido bajando y para el corte de junio pasado (mes más reciente), el nivel fue de 888.000 barriles por día, frente a los 783.000 barriles diarios con los inició la administración Santos, en agosto del 2010.

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