Poema Himno a La Belleza

1) Biografía del autor Charles Baudelaire Poeta francés, uno de los máximos exponentes del simbolismo, considerado a men

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1) Biografía del autor Charles Baudelaire Poeta francés, uno de los máximos exponentes del simbolismo, considerado a menudo el iniciador de la poesía moderna. Hijo del ex sacerdote Joseph-François Baudelaire y de Caroline Dufayis, nació en París el 9 de abril de 1821. Su padre murió el 10 de febrero de 1827 y su madre se casó al año siguiente con el militar Jacques Aupick; Baudelaire nunca aceptó a su padrastro, y los conflictos familiares se transformaron en una constante de su infancia y adolescencia. En 1831 se trasladó junto a su familia a Lyon y en 1832 ingresó en el Colegio Real, donde estudió hasta 1836, año en que regresaron a París. Continuó sus estudios en el Liceo Louis-le-Grand y fue expulsado por indisciplina en 1839. Más tarde se matriculó en la Facultad de Derecho de la Universidad de París, y se introdujo en la vida bohemia, conociendo a autores como G. de Nerval y H. de Balzac, y a poetas jóvenes del Barrio Latino. En esa época de diversión también conoció a Sarah "Louchette", prostituta que inspiró algunos de sus poemas y le contagió la sífilis, enfermedad que años más tarde terminaría con su vida. Como ya era mayor de edad, reclamó la herencia paterna, pero su vida de dandy le hizo dilapidar la mitad de su herencia, lo que indujo a sus padres a convocar un consejo de familia para imponerle un tutor judicial que controlara sus bienes. El 21 de septiembre de 1844 la familia designó un notario para administrar su patrimonio y le asignó una pequeña renta mensual, situación que profundizó sus conflictos familiares. A principios de 1845 empezó a consumir hachís y se dedicó a la crítica de arte, publicando Le Salón de 1845, un ensayo elogioso sobre la obra de pintores como Delacroix y Manet, entonces todavía muy discutidos. Ante los primeros síntomas de la sífilis y en medio de una fuerte crisis afectiva, intentó suicidarse el 30 de junio de ese año. Más tarde publicó Le Salón de 1846 y colaboró en revistas con artículos y poemas. Buena muestra de su trabajo como crítico son sus Curiosidades estéticas, recopilación póstuma de sus apreciaciones acerca de los salones, al igual que El arte romántico (1868), obra que reunió todos sus trabajos de crítica literaria. Fue además pionero en el campo de la crítica musical, donde destaca sobre todo la opinión favorable que le mereció la obra de Wagner, que consideraba como la síntesis de un arte nuevo. En literatura, los autores Hoffmann y Edgar Allan Poe, del que realizó numerosas traducciones (todavía las únicas existentes en francés), alcanzaban, también según Baudelaire, esta síntesis vanguardista; la misma que persiguió él mismo en La Fanfarlo (1847), su única novela, y en sus distintos esbozos de obras teatrales.

Comprometido por su participación en la revolución de 1848, la publicación de Las flores del mal, en 1857, acabó de desatar la violenta polémica que se creó en torno a su persona. El 30 de diciembre de 1856, Baudelaire había vendido al editor Poulet-Malassis un conjunto de poemas, trabajados minuciosamente durante ocho años, bajo el título de Las flores del mal, que constituyó su principal obra y marcó un hito en la poesía francesa. El poemario se presentó el 25 de junio de 1857 y provocó escándalo entre algunos críticos. Gustave Bourdin, en la edición de Le Figaro del 5 de julio, lo consideró un libro "lleno de monstruosidades", y once días después la justicia ordenó el secuestro de la edición y el proceso al autor y al editor, quienes el 20 de agosto comparecieron ante la Sala Sexta del Tribunal del Sena bajo el cargo de «ofensas a la moral pública y las buenas costumbres». Sin embargo, ni la orden de suprimir seis de los poemas del volumen ni la multa de trescientos francos que le fue impuesta impidieron la reedición de la obra en 1861. En esta nueva versión aparecieron, además, unos treinta y cinco textos inéditos. 2) Características usadas por el autor en sus poemas: Su poesía es para algunos la síntesis definitiva del romanticismo, para otros la precursora del simbolismo y para otros, finalmente, la primera expresión de las técnicas modernas.         

Introdujo la percepción de las correspondencias simbólicas de los colores, olores y sonidos. Eliminó el Yo en el poema, así sustituye la presencia del autor por el sentido de la obra. Emplea un verso flexible, musical y portador de significados indefinidos. Las correspondencias equivalen a imágenes sensoriales representativas de la caótica vida espiritual del hombre moderno. El uso de la metáfora, le daba un terreno ilimitado para explorar. Baudelaire poseía un sentido clásico de la forma, una extraordinaria habilidad para encontrar la palabra perfecta y un gran talento musical. Su originalidad causaba tanto asombro como malestar, pues fue un hombre dividido, atraído con idéntica fuerza por lo divino y lo diabólico. Sus poemas hablan del eterno conflicto entre lo ideal y lo sensual, entre el spleen (angustioso) y el ideal. En ellos se describen todas las experiencias humanas, desde lo más dulce hasta las más caótico

3) Análisis fonosemantico de la poesía a estudiar

Este himno ilustra a la vez el “platonismo de Baudelaire”, para retomar la expresión de Marc Eigeldinger, y su contrario (inversión, trastorno). El poema refleja la incertidumbre de Baudelaire ante el misterio de la belleza. Se trata de un canto, de una suerte de himno religioso. La Belleza es manifestación de lo Sagrado, pero la naturaleza de lo Sagrado permanece oculta. Está compuesto por veintiocho versos alejandrinos (todos ellos con cesura medial tanto en su original francés como en esta traducción) dispuestos en siete estrofas de cuatro versos cada una (inicialmente con rima consonante y disposición alterna, por lo que se trata de serventesios alejandrinos: 14A, 14B, 14A, 14B ). Al centrar nuestra atención en la globalidad de las cuatro estrofas de la primera parte, se advierte esa alternancia incluso en la modalidad oracional: el primer verso de las estrofas primera y tercera es claramente interrogativo, mientras que el resto de los versos junto a las estrofas segunda y cuarta son afirmativas, pero en un tono casi recriminatorio: « Tu mirada infernal .. vierte... el crimen …

(verso 2-3)

vas al azar sembrando la dicha y los desastres…

(verso 11)

Caminas sobre muertos... de los que ríes

(verso 13)

… el Homicidio danza en tu vientre orgulloso. »

(versos 15-16)

La quinta estrofa, a modo de transición, destaca el símbolo de una polilla (cegada tal vez por la luz) que se ve atraída por esa llama o candela a la que ensalza: se cierra la estrofa con un amante y su amada, que son comparados macabramente con un moribundo y su tumba que acaricia. Esta inopìnada relación entre el amor y la muerte anuncia el contraste con el que se inicia y se cierra la parte final del poema: El emparejamiento de términos antitéticos se acumula entre preguntas retóricas (v. 21-25) y alguna exclamación imprecativa (v. 22): Infierno/Cielo, Belleza/Monstruo, Satán/ Dios, y más sutilmente: instantes (v. 28) / infinito (v. 24), leves (v. 28) / enorme. El himno se cierra con la asunción por parte del yo lírico – ya poeta tal vez desde el principio– de esa Belleza tan voluble o desconocida (1.), pero tan necesitada pues logra percibir el mundo más hermoso (“menos horrible”) y el tiempo menos duro (“más leve”). Como advierte John E. Jackson, Baudelaire retoma de Platón la intuición de que la Belleza es la llave de un infinito a la vez entrevisto e inasequible.

[En el poema se oponen lo ascendente y el descenso (interrogación, afirmación, interrogante, etc.). Confluyen en la Belleza: el Cielo y el Infierno, los astros y las tinieblas, el bien y el crimen, la muerte y el nacimiento, la alegría y los desastres, la irresponsabilidad y el poder absoluto, el horror y el asesinato, la cobardía y la valentía, el sexo y la muerte, Eros y Thanatos. A los ojos del poeta, es, indiferentemente, Dios o Satán, Ángel o Diablo (“Sirena”). La Belleza genera y destruye el tiempo, simultáneamente. Aparece con forma de mujer (relación entre imágenes de tiempo, muerte y regeneración). Devuelve a los instantes su parte positiva, no importa su naturaleza mientras haga al universo "menos ruin y este tiempo más leve” ]. Pero mientras que en Platón, lo Bello coincide con lo Bueno (aquello que en griego se denomina el kallos kaghatos), en Baudelaire la cuestión de su origen destruye la dicotomía del Bien y del Mal, del Cielo y del Infierno, a la vez; porque la Belleza aparece más allá de toda dimensión ética y porque la indiferencia moral que su encarnación terrestre certifica el poso simultáneo a lo “bien hecho” y al “crimen”. Se ha destacar que una vez más, Baudelaire piensa la Belleza bajo la forma de una figura femenina, y que es esta identificación la que le permite al poema insistir sobre su lado “satánico” de mujer fatal. 4) Análisis Métrico de la Poesía “El Himno de la Belleza” ¿Vie/nes/del/cie/lo/pro/fun/doo/sur/ges/del /a/bis/mo/

14A

Oh/,Be/lle/za?/Tu/mi/ra/dain/fer/nal/y/di/vi/na/,

14 B

Vuel/ca/con/fu/sa/men/teel/be/ne/fi/cioy/el/cri/men/

14A

Y/se/pue/de/por/eso/com/pa/rar/te/con/el/vi/no.

14B

Esta poesía está compuesta por Versos blancos que son los que forman una composición que carece por completo de rima 5) Extraer de la poesía ejemplos de los recursos literarios y contenidos sensoriales El recurso literario más abundante es la antítesis, dado que toda la composición trata de la doble naturaleza positiva y negativa de la Belleza ("cielo/abismo", "infernal/divina", "favores/crimen", "aurora/ocaso", "envalentonan/acobardan...). Además de esta función semántica, la antítesis dota al texto de un ritmo binario que aparece reforzado, también, por numerosas estructuras bimembres ("¿Vienes del hondo cielo o del abismo sales", ¿De negra

sima sales o de los astros bajas?", "tus besos son un filtro y un ánfora tu boca"..). Otros recursos rítmicos son el quiasmo ("menos horrible el mundo, los instantes más leves"), el encabalgamiento ("el aire/ tiene de un moribundo") y la enumeración con asíndeton ("tus ojos, tu risa, tu pie", "ritmo, perfume, luz"). Todo esto revela que para Baudelaire, como para el Simbolismo y, posteriormente, el Modernismo, la musicalidad en el poema es fundamental, pues se trata de un modo de conseguir belleza y, con ella, evadirse de la prosaica fealdad de la vida cotidiana ("vuelves (...) menos horrible el mundo"), como ya señalaba Keats en la Oda a un ánfora griega.