Plasticos Montolio

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IESE Universidad de Navarra Este documento es una de las 49 copias autorizadas para utilizar en el LAE, ANÁLISIS FINANCIERO, NERY ARANGO, 2012, 2012-09-26

Barcelona-Madrid

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PLASTICOS MONTOLIO, S.A.

A mediados de abril de 2001, Mario Montolio, principal socio y gerente de la empresa Plásticos Montolio, S.A. (Plamosa), se enfrentaba al reto de determinar la política de crecimiento y la estrategia futura de la empresa. Mario pensaba que el negocio estaba marchando razonablemente bien, pero no acababa de entender las razones de las tensiones financieras que se estaban produciendo ni las implicaciones que todo ello pudiera tener en el futuro. La empresa Mario Montolio, recién acabados sus estudios, empezó a trabajar en el departamento comercial de un fabricante de placas de metacrilato de metilo. Al cabo de cinco años, y a la vista de la difusión de este producto, presente ya no tan sólo a nivel industrial, sino también en la mayoría de hogares, decidió instalarse por su cuenta. Así, en 1990, poco después de contraer matrimonio, y con la participación económica de algunos familiares de su esposa, abrió un local comercial con objeto de vender al por menor placas de metacrilato. El negocio, emplazado en uno de los barrios antiguos de Madrid, adoptó el nombre de Plásticos Montolio. Las buenas relaciones que mantenía con su anterior jefe le permitieron obtener todo el material necesario en muy buenas condiciones. Su nueva aventura resultó rentable desde el principio, de forma que a finales de 1992, ya estaba en condiciones de cancelar el préstamo de 100.000 euros1 que el BBVA le 1

Aunque el euro no empezó a usarse como moneda hasta principios de 2000, todas las cifras de este caso se expresan en esa moneda, a fin de mantener una coherencia con los balances y otros datos de los años 2000 y 2001, en los que la empresa ya llevaba su contabilidad en euros.

Caso preparado por el Profesor Josep Faus, como base de discusión y no como ilustración de la gestión, adecuada o inadecuada, de una situación determinada. Noviembre de 2001. Copyright © 2001, IESE. Para pedir otras copias de este documento, o un documento original para reproducirlo, llame al 34 932 536 558, envíe un fax al 34 932 534 497, escriba a IESE PUBLISHING, Avda. Pearson 21, 08034 Barcelona, España, o consulte http://www.iesep.com No está permitida la reproducción total o parcial de este documento, ni su tratamiento informático, ni la transmisión de ninguna forma o por cualquier medio, ya sea electrónico, mecánico, por fotocopia, por registro o por otros medios. Ultima edición: 20/12/01

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había concedido para hacer frente a los costes de la instalación y puesta en marcha. No obstante, poco después se dio cuenta de que el local ya se le había quedado pequeño y que ello limitaba sus posibilidades de crecimiento, por lo que empezó a investigar distintas vías de ampliación. Su búsqueda terminó en 1994, cuando se asoció con Antonio Campos, quien acababa de liquidar su negocio al separarse de sus antiguos socios. Antonio Campos era propietario de un almacén emplazado en una zona en clara expansión en las proximidades de La Vaguada, por lo que presentaba muy buenas expectativas comerciales. En su anterior negocio, Antonio también se había dedicado a la distribución de plásticos, por lo que las instalaciones de su almacén no necesitaban ninguna remodelación. Además, había conservado buenos contactos con proveedores y algunos clientes de la zona. Así es como se fundó Plásticos Montolio, S.A., con un capital inicial de 260.000 euros. Mario Montolio y sus socios aportaban su negocio, valorado en 145.000 euros; Antonio Campos aportaba su almacén, valorado en 380.000 euros, sobre el cual pesaba una hipoteca de 300.000 euros al 7%, de la que se hizo cargo la nueva empresa. Las condiciones del préstamo hipotecario suponían un pago fijo trimestral de 10.496 euros. Por último, Pablo Montolio, hermano de Mario, aportaba 35.000 euros en metálico. Las actividades de la empresa se centran principalmente en la distribución de plásticos, más en concreto placas de metacrilato de metilo, que compran directamente al fabricante. Sus clientes son básicamente instaladores, reparadores, pequeños constructores y manipuladores. También, en menor escala, se compran bloques para vender a decoradores. Durante los dos años siguientes, Pablo se hizo cargo del local del centro de la ciudad, mientras que Mario y Antonio se pusieron manos a la obra para poner en marcha su nueva empresa. Así, a base de mucho esfuerzo y dedicación personal, el negocio fue prosperando. A principios de 1996, comprobaron que el almacén ofrecía mayores posibilidades de crecimiento que la tienda que llevaba Pablo, así que traspasaron el local y, con lo que obtuvieron por el traspaso, adquirieron sus propios medios de transporte e hicieron reformas en la planta baja del almacén, donde se instalaron las nuevas oficinas de atención al cliente. También invirtieron en una nueva campaña de promoción para captar nuevos clientes. Las funciones se las repartieron los socios de la siguiente forma: Antonio Campos se encargó de la gestión de almacén y de las compras; Pablo Montolio tomó las funciones de relaciones públicas y promoción; y por último, Mario Montolio, además de la gerencia, se hizo cargo de la gestión de clientes. Además, contaban con una plantilla de veinte personas, seis de las cuales estaban en almacén, cuatro en transportes y diez en el servicio de atención al cliente y administración. A pesar de la caída en el volumen de la construcción, la empresa capeó muy bien las dificultades de mediados de los noventa, ya que su negocio se basaba principalmente en las reparaciones, renovaciones y nuevas instalaciones. La cifra de negocios siguió aumentando rápidamente, pasando de 1.700.400 euros en 1996, a más de 3,44 millones de euros en 2000, con una previsión de unos 4,6 millones de euros para 2001. Los beneficios también habían aumentado progresivamente. En 1999 se realizó una ampliación de capital de 100.000 euros, con cargo a reservas y desde final de aquel año se acordó distribuir anualmente 20.000 euros en forma de dividendos, pensando fundamentalmente en los socios del primer negocio de Mario Montolio, que eran accionistas de Plamosa pero no trabajaban en la empresa. En los últimos años también se había invertido en las ampliaciones y reformas del almacén que resultaron necesarias para hacer frente al volumen creciente de las ventas. Con el objetivo de satisfacer las necesidades de sus principales clientes, Plamosa mantenía un

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servicio permanente de recepción de pedidos –vía Internet o fax–, los cuales eran servidos en 24 horas. Esta promesa, unida a la mayor diversidad de la demanda, obligaba a mantener inventarios superiores a los que de otro modo hubieran sido necesarios.

El problema Se preveía que en 2001, a pesar de los síntomas de ralentización económica que empezaban a vivirse en el país, las ventas siguieran aumentando. Sin embargo, Mario Montolio estaba preocupado y no entendía demasiado lo que pasaba. El negocio prosperaba, con un crecimiento notable, pero desde hacía varios meses sufría un mal endémico de escasez de efectivo. Durante los últimos años se había alargado el plazo de cobro de los clientes y la empresa tenía cada vez más dificultades para hacer frente al pago de proveedores. La línea de descuento que mantenía con el BBVA había sobrepasado su límite máximo de 300.000 euros. Además, desde mediados de 2000, los proveedores ofrecían un descuento de 1,5% por pagar dentro de los primeros 10 días a partir de la fecha de la factura con neto a 60 días. En realidad, y a efectos prácticos, el descuento de pronto pago se mantenía mientras dicho pago se realizara dentro de los primeros 15 días. Mario Montolio tenía la impresión de que el crédito de proveedores por encima del plazo de 15 días era el recurso más caro de todos los que utilizaba. Por ello, y porque las relaciones con los proveedores se habían deteriorado un poco dada la demora en el pago de los últimos meses, decidió acudir al banco para negociar una ampliación de su línea de descuento o la concesión de una póliza de crédito. Su objetivo para el futuro era utilizar al máximo los descuentos de pronto pago, de los que en este momento no se estaba beneficiando en absoluto. En sus conversaciones previas con el banco, se había hablado de la posibilidad de ampliar la línea de descuento hasta 500.000 euros, a un tipo de interés nominal anual del 7,5%, o contratar un crédito a seis meses autorrenovable por 200.000 euros al 8,25% de interés nominal y sin comisiones. Con todo, no estaba seguro de que ello constituyera una solución definitiva. Cualquiera que fuera la modalidad adoptada, Mario pensaba que el banco le exigiría no repartir dividendos durante al menos dos años, subordinar cualquier decisión de invertir en activos fijos a la aprobación del banco y, tal vez, otras condiciones relativas a mantener un volumen mínimo de fondo de maniobra. A petición del director de la sucursal, Mario Montolio le entregó los documentos financieros de los últimos años, que se reproducen en los Anexos 1 y 2.

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Anexo 1 PLASTICOS MONTOLIO, S.A.

Balances (En miles de euros)

Activo

31-12-1998

Caja y bancos Clientes sostenidos Clientes descontados Otros deudores Mercancías Total circulante Inmovilizado bruto Amortización acumulada Inmovilizado neto Total Activo

31-12-1999

85,28 97,50 246,90 90,44 325,25 845,37

30,18 128,22 277,68 97,32 403,00 936,40

579,60 –194,60 385,00 –––––––– 1.230,37

643,34 –248,90 394,44 –––––––– 1.330,84

31-12-2000

6,17 265,50 299,64 113,84 508,26 1.193,41

31-3-2001

4,07 375,76 337,02 111,74 591,47 1.420,06

681,40 691,72 –306,62 –321,29 374,78 370,43 –––––––– –––––––– 1.568,19 1.790,49

Pasivo

Proveedores Otros acreedores (incluyendo impuestos) Descuento bancario utilizado Total pasivo a corto plazo

279,22 89,95 246,90 616,07

328,69 94,57 277,68 700,94

531,99 103,41 299,64 935,04

736,46 106,00 337,02 1.179,48

Deuda a largo plazo Total exigible

225,60 841,67

199,66 900,60

169,90 1.104,94

161,80 1.341,28

260,00 95,52 33,18 388,70 –––––––– 1.230,37

360,00 28,70 41,54 430,24 –––––––– 1.330,84

Capital Reservas Resultados del ejercicio Fondos propios Total Pasivo

360,00 360,00 50,24 83,25 53,01 5,96 463,25 449,21 –––––––– –––––––– 1.568,19 1.790,49

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Anexo 2 PLASTICOS MONTOLIO, S.A.

Cuentas de resultados (En miles de euros)

1998

Ventas

1999

2000

1er tr.-01

2.206,10

2.637,59

3.448,32

1.026,40

1.646,58

1.884,06

2.528,05

822,22

205,00 –325,25 –––––––– 1.526,33 ––––––––

325,25 –403,00 –––––––– 1.806,31 ––––––––

403,00 508,26 –508,26 –591,47 –––––––– –––––––– 2.422,79 739,01 –––––––– ––––––––

679,77 555,44 59,78 ––––––––

831,28 676,76 54,30 ––––––––

1.025,53 287,39 848,08 251,19 57,72 14,67 –––––––– ––––––––

Beneficio de explotación 74,55 Gastos financieros menos ingresos financieros 23,50 ––––––––

100,22 36,31 ––––––––

119,73 20,82 38,18 11,66 –––––––– ––––––––

Beneficio antes de impuestos Impuesto sobre sociedades

51,05 17,87 ––––––––

63,91 22,37 ––––––––

81,55 9,16 28,54 3,21 –––––––– ––––––––

33,18

41,54

Compras Más: existencias iniciales Menos: existencias finales Coste de las mercancías vendidas Margen bruto Gastos generales y administrativos Amortización

Beneficio neto

53,01

5,96